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FANATISMO Y SATANISMO

¿Qué es fanatismo?
El fanatismo es el seguimiento y defensa vehemente de una persona, doctrina o religión de una
manera extremadamente pasional, al perder así cualquier sentido crítico sobre lo que se es
fanático.
El sufijo ismo hace referencia a una doctrina, a una creencia en particular. Por otra parte, el
término fan hace alusión a un seguidor más bien entusiasta de una persona o cosa en particular.
El fanatismo, en muchas ocasiones, rompe las barreras de la racionalidad y lleva a las personas a
tomar acciones que pueden atentar incluso contra el sentido común. Es importante aclarar que la
persona fanática es muy distinta de un seguidor fiel o de aquellos que poseen un gusto muy
marcado sobre determinada persona o cosa.
El fanatismo se caracteriza por su vehemencia y discurso, generalmente violento, que tiende a
defender y exacerbar la posición propia contra cualquier opinión contraria. Es por esto que los
fanatismos hoy en día están mal vistos por la sociedad, ya que atentan contra los valores
democráticos de diálogo y tolerancia.
Para llegar al extremo del fanatismo, la persona debe contar con una estructura psicológica
apropiada para esto; sin embargo, el objeto del cual la persona se vuelve fanático debe tener ciertas
características particulares, de hecho no es posible ser fanático de una obra de arte o una
innovación tecnológica.
El fanatismo requiere de una doctrina o institución con el que se sienta totalmente identificado,
que trascienda el plano meramente individual, que penetre en la totalidad de su esencia y
sienta que ésta última gira en torno a lo que adscribe. Se suele utilizar la expresión filosófica
clásica: «como si detentara la llave del mundo» para describir este sentimiento. Por eso, los
fanatismos suelen ser religiosos y políticos, principalmente.

Tipos de fanatismos
Las distintas tipos de fanatismos que existen hoy en día pueden hacer alusión a una afinidad o
contrariedad ya sea con una determinada persona, una ideología, una religión, un pasatiempo o
un deporte en especial.
Religión: Un fanatismo religioso será aquel en el que se defienda a un determinado dogma, libros
sagrados o incluso, a ciertos dioses.
Idealización de una persona: Un fanatismo a una persona en particular ocurre cuando el llamado
«fan» o fanático admira o siente entusiasmo por aquel. Algunos claros ejemplos suelen ser cuando
se es fanático de un actor, un músico o incluso cualquier celebridad por la que admiren su estilo
de vida o forma de pensar y, en algunos casos, imiten algunas de sus características para poder
asemejarse a la vida de esta persona.
Deporte: En el caso de los deportes, el fanatismo puede llegar de forma positiva y también
negativa. Si la persona es fanática de un determinado equipo, casi de manera automática estará en
contra de los otros equipos que compitan con este. En este caso, el fanatismo puede llegar a tener
ciertas negativas consecuencias ya que muchas veces, conllevan a actos violentos de diversa
índole entre los mismos.
Antirreligiosos: A su vez, existen fanatismos que se posicionan en la vereda de enfrente que el
fanatismo religioso para oponerse a estos. Los fanáticos antirreligiosos también pueden llevar a
consecuencias violentas debido a que manifiestan su descontento y pueden llevar a
enfrentamientos entre los mismos.

En Colombia
En Colombia, desde hace varias décadas, se han venido organizando numerosas sectas religiosas,
a las que la precaria situación económica del país, y otras causas de distinto orden, les aumentan
el número de adeptos. Nada hay de malo en que las gentes busquen refugio y consuelo en el credo;
pero cuando se pasa al fanatismo, la religión pierde su esencia espiritual y se convierte en una
pócima letal. Peor todavía si el fanatismo lleva a extremos de rendirle culto al diablo, y a prácticas
horrendas como el criminal sacrificio de niños en el altar de Satán. Así se ha visto, por ejemplo,
en Pereira, con el descubrimiento de tumbas clandestinas en las que estaban enterrados los cuerpos
de más de sesenta infantes de ambos sexos.
Y se dice que esto no es sino una pequeña muestra de los efectos macabros del satanismo en
algunas regiones colombianas. Lo más grave es que nuestra sociedad no parece preocupada por
estos síntomas de descomposición social. Ocurren y ocurren a diario increíbles anomalías
satanismo, abuso sexual, delitos de todo género y el país sigue somnoliento, indiferente. Malos
signos para este fin de siglo.

¿Qué es el satanismo?
El hecho de que los adolescentes se orienten hacia lo esotérico, espiritual y mágico refleja su
búsqueda de un sentido de la vida, de valores y objetivos éticos.
Algunos jóvenes participan en sesiones de ocultismo y coquetean con el secretismo para
compensar los sentimientos de insignificancia e impotencia.
En su mayoría, superan, indemnes, el contacto con las prácticas ocultistas. La preocupación surge
cuando se agregan a grupos organizados.
En este contexto, los adolescentes utilizan símbolos satánicos como el pentagrama invertido,
objetos de la misa negra o la imaginería demoníaca para conseguir una imitación del satanismo.
Esta es una experiencia liminal (perceptible por los sentidos), pensada para impactar a los
individuos susceptibles y no implica un interés real por los ritos, el simbolismo y la filosofía de
las diversas formas de prácticas religiosas satánicas citadas anteriormente. Arnold Markowitz
insinúa que esos adolescentes están al borde de sufrir un trastorno límite de la personalidad o
están relacionados con problemas de salud mental, dificultades por el abuso de sustancias,
trastorno por déficit de atención con hiperactividad u otras dificultades del aprendizaje que
pueden conducir a la autolesión.
El satanismo adolescente puede evolucionar dependiendo de cada individuo. Los jóvenes
involucrados en este puede que hayan sido inculcados por medios de entretenimiento, pero
luego interesados leyendo la Biblia negra o satánica de Anton Szandor LaVey. Sin embargo, no
se conocen suficientes casos concretos en los que tal afición haya degenerado en formas
agresivas del satanismo; de hecho, la sencillez (y complejidad potencial) de algunas tesis de la
filosofía laveyana pueden servir como base para una conducta ética y de autocontrol.
Fanatismo y Satanismo en la adolescencia
En un estudio realizado en Madrid, la rebeldía y el fanatismo están a un sólo paso en la
adolescencia, una etapa en la que la vulnerabilidad de los jóvenes puede convertirlos en víctimas
de ideologías radicales, alertan los psiquiatras, que analizan cómo el sistema educativo puede
actuar, a veces, como "vivero" de fanatismos nacionalistas o religiosos.
Durante las Jornadas "Fanatismo, Identidad y Adolescencia", organizadas por los hospitales Niño
Jesús y Clínico San Carlos, junto a la Asociación Psicoanalítica de Madrid, expertos clínicos han
debatido en torno a esa etapa de construcción de la identidad, que puede adquirir una dimensión
conflictiva.
¿Cuáles son las razones por las que un adolescente llega a ser fanático, identificándose con el
Ejército Islámico, por ejemplo?
Durante la adolescencia se construye lo que seremos más adelante. Es una etapa muy especial,
pero también muy angustiosa para los jóvenes. Durante ese periodo, son víctimas muy propicias
para cualquier tipo de ideología, se llenan de signos de identidad, se hacen tatuajes, y a veces la
mayor parte de las atrocidades que pueden cometer los adolescentes tienen por objeto la búsqueda
de la notoriedad.
Para los expertos, es "absolutamente fácil" encontrar ideas terroristas o de pertenencia a un club
o una secta, "y en la adolescencia los jóvenes son especialmente sensibles a adscribirse a ese tipo
de aspectos ideológicos o de pertenencia a sectas que vayan a reforzar su identidad y que les haga
sentirse más fuertes e importantes".
"Es importante transmitir a la sociedad estas situaciones de riesgo, en momentos como el que
estamos viendo y que vemos cómo los sistemas educativos se convierten en viveros de fanatismo
nacionalista o de fanatismo religioso, que van a condicionar sus vidas", opinan.
Y el riesgo es alto para los menores que se sienten frágiles, advierte el especialista, quien plantea
la necesidad de acercarse a ellos con un "lenguaje natural y comprensivo", porque "a veces son
más accesibles de lo que se piensa, especialmente cuando todas estas cosas no se han consolidado
todavía".

"¿Cómo detener estas conductas?


Hay que estar muy atentos desde el cariño, la comprensión, para tratar de orientarles, porque es
un momento fundamental la adolescencia, y se puede hacer muchísimo", propone.
Durante su intervención en el congreso, el psiquiatra francés Alain Braconnier, del Centro Phillipe
Paumelle de Paris, ha expuesto que "la adolescencia puede ser un periodo clave en la
consolidación de las vías hacia la violencia y el fanatismo porque muchos de los fenómenos
psíquicos específicos de la adolescencia lo facilitan".
"En el proceso de metamorfosis hacia una nueva identidad deben pasar, necesariamente, por la
idealización apasionada y rompedora de nuevos modelos (de ideas, relaciones) que rechazan con
violencia lo que anteriormente han aceptado y que ahora les parece un sometimiento alienante a
figuras familiares bruscamente desvalorizadas", ha explicado Braconnier.
La prevención desde el inicio de la adolescencia es esencial para evitar los riesgos más graves de
caer en esas situaciones extremas, que se dan ya entre los 18 y los 22 años, una vez pasado ese
período pues es "cuando se enfrentan con el éxito o el fracaso de la construcción de su identidad",
explica el doctor De Miguel.
"Es cuando se dan las crisis más graves y psicóticas, como el suicidio o las salidas aberrantes
hacia movimientos que se adscriben de manera definitiva, como las sectas o los grupos
terroristas".
Para el especialista, es difícil saber cuántos jóvenes desarrollan esas conductas, aunque estima
que podría aproximarse al cinco por ciento de la población global de jóvenes.
El médico advierte de la importancia del sistema educativo, que "en algunos territorios se
convierte en vivero de fanáticos".
Para este experto, poco ayuda la "diversificación del estado español y de las materias curriculares"
en el sistema educativo.
"Tengo la idea de que muchas veces en las escuelas hay enseñanzas muy sesgadas, donde se
fanatiza más que se integra", ha opinado el psiquiatra.
A su juicio, es preciso "trasladar al sistema educativo la responsabilidad ética y técnica, para que
los profesionales sepan con lo que están jugando y lo que están construyendo, que es algo más
que individuos con conocimientos técnicos, sino también identidades en las que están
influyendo". EFE

Fuente: https://concepto.de/fanatismo/#ixzz67HzbXLPe

Fuente: https://concepto.de/fanatismo/#ixzz67HzUTCuM

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