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a los malvados; y has puesto a prueba a quienes se llaman apóstoles pero no lo son, y
has encontrado que son mentirosos».
Las buenas obras consisten por un lado en el trabajo y por el otro en la paciente
resistencia. El trabajo incluye tanto lo físico como lo mental, ya que ambos
suelen exigir y agotar (comparar con He. 6:10). Oponerse a los malos, a los
falsos apóstoles y a los nicolaítas en la comunidad sin duda fatigaba a los
miembros de la iglesia en Éfeso. Su actitud era de paciente resistencia y de
perseverancia frente al conflicto espiritual. A propósito, el término griego
jupomonē, que he traducido como «paciente resistencia», se encuentra siete
veces en Apocalipsis y en todas ellas se refiere a la perseverancia de los
santos ¿Qué es paciente resistencia? Es una cualidad interna que se expresa en
la espera de Jesús, en cuya ausencia el creyente da testimonio de él en forma
perseverante hasta el punto de sufrir la muerte a causa de la persecución.
b. «Y que no puedes soportar a los malvados». El cristiano que hace buenas obras por
medio de su esfuerzo externo y su paciencia interna es incapaz de soportar las acciones de
los malos con quienes convive. El verbo griego dunē, se traduce aquí como «puedes» en
singular. Es decir, la persona cuyo corazón está verdaderamente dedicado a servir al Señor
no da cabida al mal y a quienes en forma voluntaria lo hacen. La máxima de que Dios ama
al pecador pero odia el pecado es válida y tiene aplicación en este pasaje. Pero el seguidor
de Cristo no puede tolerar a los malvados que se niegan a arrepentirse para seguir haciendo
el mal.
¿Quiénes son esos malvados? Si observamos el típico paralelismo hebreo que se utiliza
para poner de relieve o aclarar un punto, vemos que la respuesta está en la segunda parte de
este versículo, a saber, los falsos apóstoles. Juan no transmite la idea de dos clases
diferentes de malvados, sino de una. Los mentirosos son los malvados.
Como Jesús menciona a los nicolaítas en forma específica (v. 6) y registra su presencia
también en la iglesia en Pérgamo (2:15), no resulta del todo irreal la sugerencia de que estas
personas eran los falsos apóstoles. Sin embargo, no estamos seguros de que procedieran de
Palestina o de que los enviaran los judaizantes. Llegaron con pretensiones y alardes, para
encontrarse con el rechazo total de los efesios, quienes odiaban sus prácticas. Los llamaban
mentirosos.
b. Alabanza. Jesús alabó a la iglesia en Éfeso por sus obras, duro trabajo, perseverancia,
poner a prueba la falsa doctrina, y llamar mentirosos a los maestros intrusos. Ahora
sintetiza la posición de los efesios alabándolos por su perseverancia en soportar dificultades
por su nombre. Estas palabras deberían interpretarse como una referencia a la acción
disciplinaria que la iglesia tomó con referencia a los intrusos. Les prohibieron entrar en la
iglesia y con ello dieron un ejemplo a las otras iglesias para que se comportaran igual. Pero
las congregaciones en Pérgamo y Tiatira no llegaron a expulsar a los entrometidos (2:15).