Biodebate
El niño ante la
Núria Carsí Costas
Directora del Espacio de Salud. Enfermera
Consultora Clínica del equipo de soporte
psicoemocional de AFANOC y de la Unidad
de Duelo del Hospital de Sant Joan de Déu.
ncarsi@hsjdbcn.org
Resumen
/DGLÀFXOWDGDFWXDOSDUDKDEODUGHOD
PXHUWHFRQODSHUVRQDTXHHVWiDOÀQDOGH
la vida se hace aún más compleja cuando
quien muere es un menor. En este artículo
se explica cómo acompañar a los niños y
adolescentes que se enfrentan a su propia
PXHUWH\FyPRGDUVRSRUWHDVXVIDPLOLDV
También se analizan los principales
problemas del entorno para poder
KDEODUGHODPXHUWHFRQHOQLxRD\VH
presenta el trabajo que hacen los equipos
profesionales en este ámbito.
Palabras clave
SHGLDWUtD PXHUWH DXWRQRPtD GHO PHQRU
curas paliativas
Abstract
2XUFXUUHQWGLIÀFXOW\LQWDONLQJDERXW
death is exacerbated when the person
facing it is a minor. This article explains
how to accompany and guide children
DQGDGROHVFHQWVIDFLQJWKHLURZQGHDWK
as well as how to offer support to their
families. The main concerns involving the
death of a child or adolescent are analysed
and the work performed by professional
teams in this regard is explained.
Keywords
SDHGLDWULFVGHDWKDXWRQRP\RIWKHPLQRU
palliative care
propia muerte
En la sociedad occidental la muerte
de un niño y/o de un adolescente si-
JXH VLHQGR XQ WDE~ \D TXH VH YLYH
HQPXFKDVRFDVLRQHVFRPRXQKHFKR
DQWLQDWXUDOLQMXVWRHLQQHFHVDULR6H
hacen esfuerzos para aislar y disfra-
zar la muerte con eufemismos como:
«Nos ha dejado»«Desde que se fue»
«Ya no estừDuerme para siempre».
La situación es aún más complicada
cuando nos enfrentamos a la muerte
de un menor y a su acompañamiento.
E
s urgente
reclamar una
preparación de
los profesionales de
la salud generalistas
y especialistas para
poder dar respuesta a
HVWHUHWRGHPDQHUD
que permita al niño
poder expresar cuáles
VRQVXVQHFHVLGDGHV\
así poder prepararse
para su muerte
Debemos tener presente que los niños
entienden la muerte de una manera
PiV QDWXUDO TXH ORV DGXOWRV QR VXH-
len disfrazarla y si disponen de alguna
RSRUWXQLGDGSDUDKDEODUVREUHHOODOD
aprovechan. Se trata de ver cómo ha-
blamos con ellos cuando afrontan su
SURSLDPXHUWHSDUDSRGHUHVWDUDVX
ODGR HQ HVWH SURFHVR TXH D PHQXGR
HVWi OOHQR GH GLÀFXOWDGHV 'HEHPRV
tener en cuenta que en este proceso
se acompaña a toda la unidad familiar
\GHEHPRVVHUFDSDFHVGHLGHQWLÀFDU
cuáles son las necesidades de cada
uno de los protagonistas.
bioètica & debat · 2015; 21(76): 13-16
Hablar con los niños de la propia
muerte es un tema peliagudo para los
SDGUHVKHUPDQRV\GHPiVIDPLOLDUHV
así como para los profesionales de la
salud. A los profesionales a menudo
se les pide que no informen al niño
o adolescente sobre su proceso de
PXHUWH (V PiV ORV SDGUHV WDPELpQ
les comunican que si su hijo les dice
TXH VH YD D PRULU R OHV SUHJXQWD VL
VHSXHGHPRULUHOORVQRVHUiQFDSDFHV
GHUHVSRQGHU'HRWURPRGRORVSUR-
IHVLRQDOHVWDPELpQWLHQHQGLÀFXOWDGHV
SDUD DERUGDU HVWDV VLWXDFLRQHV GDGR
que la formación en este campo es
SUiFWLFDPHQWH LQH[LVWHQWH 3RU HOOR
es urgente reclamar una preparación
de los profesionales de la salud gene-
ralistas y especialistas para poder dar
UHVSXHVWDDHVWHUHWRGHPDQHUDTXH
permita al niño poder expresar cuáles
VRQVXVQHFHVLGDGHV\DVtSRGHUSUH-
pararse para su muerte.
Cuando es el niño quien muere
«Estad tranquilos, yo estaré bien, es-
taré con vosotros desde un lugar del
universo, no me podréis ver ni tocar,
pero yo siempre estaré con vosotros».
A. A. 9 años
Sabemos que los niños muy pequeños
no tienen miedo a la muerte porque
para ellos morir es dormir. Lo entien-
GHQFRPRDOJRQDWXUDO6LPDQLÀHVWDQ
PLHGR QR VH WUDWD GH XQ PLHGR SUR-
SLRVLQRTXHORKDQLQFRUSRUDGRGHORV
padres y de los adultos que los rodean.
/RV QLxRV SHUFLEHQ DEVRUEHQ FRPR
esponjas lo que viven los adultos. Sin
HPEDUJRFXDQGRVHWUDWDGHVXPXHU-
WHH[SUHVDQWUHVWLSRVGHPLHGR
• El miedo a si «eso de morir» es
13
 Biodebate
El niño ante la propia muerte
doloroso o hace daño.
• El miedo a estar solos.
• El miedo a causar pena a los fami-
liares a causa de su muerte.
(O QLxR VH VLHQWH DQJXVWLDGR D YHFHV espontáneamente cuando están con
con intensidad. Hay ocasiones en que personas que les permiten expresar-
esta angustia se muestra directamen- se. A veces necesitan que los padres
te y en otras queda escondida detrás u otros adultos empiecen la conver-
GHVtQWRPDVRGLÀFXOWDGHVGHFRPSRU- sación de forma directa o mediante
tamiento. Esta angustia se puede ex- MXHJRV GLEXMRV FXHQWRV (Q HVWRV
SUHVDUPHGLDQWHSDODEUDVRELHQFRQ
RWUDV IRUPDV GH H[SUHVLyQ QR YHUEDO
que no siempre son captadas por los
adultos. Desde el mundo del adulto
cuesta gestionar estas manifestacio-
QHV SRU OR TXH VH HYLWD UHVSRQGHU D
sus preguntas o se responde con eva-
sivas o mentiras. Incluso se puede pro-
hibir a los profesionales que se hable
de la muerte con el niño. El hecho de
RFXOWDUODUHDOLGDGQRD\XGDDOPHQRU
DO FRQWUDULR OR SHUMXGLFD FRQVLGHUD-
blemente.
Si el niño pregunta y el adulto no res-
SRQGH R GD XQD UHVSXHVWD QR DGH-
FXDGD pVWH GHMD GH FRQÀDU HQ pO \
QDWXUDOPHQWH WDPELpQ SXHGH GHMDU
GH SUHJXQWDU OR FXDO QR TXLHUH GHFLU
que no tenga dudas. Se puede sentir
confundido y desamparado porque no
tiene a quien recurrir. Este tipo de
DFWLWXGGLÀFXOWDHOSURFHVRGHODHOD-
boración del duelo de la persona que
va a morir y también el duelo de los
familiares.
$OLJXDOTXHORVDGXOWRVORVQLxRVWDP-
ELpQ HOLJHQ D VXV LQWHUORFXWRUHV HV
GHFLU HOLJHQ D DTXHOODV SHUVRQDV FRQ
ODV TXH VLQWRQL]DQ PiV SDUD SUHJXQ-
WDU\PDQLIHVWDUVXVLQTXLHWXGHVPLH-
GRV DQJXVWLDV 1RUPDOPHQWH OR KD-
cen de un modo difícil de comprender
para el adulto. Por eso hay que estar
DWHQWRDVXVPLUDGDVH[SUHVLRQHVFRU-
SRUDOHV IUDVHV HVSRQWiQHDV GLEXMRV
MXHJRV FDQFLRQHV R SRHPDV /D 'UD
Kübler-Ross recordaba que a través de
los dibujos y los poemas se puede sa-
14 bioètica & debat · 2015; 21(76): 13-16
ber si los niños son conscientes de que Los niños tienen muchas maneras
padecen una enfermedad terminal. de despedirse. A veces lo hacen con
En otros estudios se constata que los frases que llevan un mensaje oculto:
niños moribundos hablan de la muer- «0DPi GHEHUtDV WHQHU RWUR EHEp».
WHFRQIUHFXHQFLDVREUHWRGRKDEODQ Otras veces diciendo directamente:
«0DPiQRHVWpVWULVWH\RHVWDUpELHQ
jugando con otros niños». O bien re-
JDODQGRDTXHOODVFRVDVTXHPiVDPDQ
FRPRSXHGHQVHUMXJXHWHVOLEURVJR-
rras. Lo pueden hacer directamente
o encargar a alguien que lo haga por
ellos. Por doloroso que sea escuchar
HVWDV H[SUHVLRQHV WDQWR SDUD ORV SD-
C
GUHVFRPRSDUDHOSHUVRQDOVDQLWDULR
uando se
es muy importante darles respuesta y
trata de un
IDFLOLWDU HVWDV GHVSHGLGDV \D TXH DVt
adolescente
VHOHVD\XGDDSUHSDUDUVHSDUDHOÀQDO
la situación es más
FRPSOHMDWDQWR
Cuando se trata de un adolescente la
para él como para
VLWXDFLyQHVPiVFRPSOHMDWDQWRSDUD
la familia y los
él como para la familia y los profe-
profesionales. La
sionales. La complicación reside en
complicación reside
el hecho de que el adolescente com-
en el hecho de
SUHQGH OD H[SHULHQFLD GHÀQLWLYD GHO
que el adolescente
PRULU\OHHVPX\GLItFLODGPLWLUTXH
comprende la
esto le suceda precisamente a él. La
H[SHULHQFLDGHÀQLWLYD
muerte le llega en el momento en que
GHOPRULU\OHHV
empezaba a experimentar cierta au-
muy difícil admitir
WRQRPtD \ VH LQLFLDED HO SURFHVR GH
que esto le suceda
independización de los padres. Es un
precisamente a él
momento en el que se cortan todos
VXV VXHxRV LOXVLRQHV \ SUR\HFWRV /D
HQIHUPHGDG \ HO SURFHVR GH ÀQDO GH
momentos se ve cómo el niño expresa vida lo conducen de nuevo hacia un
VXV PLHGRV VXV SUHRFXSDFLRQHV \ OD estado de dependencia de los padres.
idea respecto a la muerte y el morir. 3RUHVRPXFKDVYHFHVHVWDQHFHVLGDG
de autonomía hace que se nieguen a
/RVQLxRVFRPRWRGDSHUVRQDHQSUR- recibir ayuda.
FHVR GH ÀQDO GH YLGD QHFHVLWDQ FRQ-
cluir sus temas pendientes: despedirse Algunas recomendaciones para los
o desaferrarse. Lo harán a lo largo del PHQRUHV HQ SURFHVR GH ÀQDO GH YLGD
proceso y de muchas maneras dife- podrían ser las siguientes:
UHQWHV$QWHVGHODIDVHGHWUDQVLFLyQ
HVWR HV HQWUHJDUVH D OD H[SHULHQFLD • Hablar con ellos de manera ho-
GHODPXHUWHSXHGHQWHQHUQHFHVLGDG nesta y clara.
de realizar algo que sea importante • Permitir que reaccionen según su
SDUD HOORV 3RU HMHPSOR FHOHEUDU XQ propia manera de ser.
FXPSOHDxRV LU D XQ OXJDU FRQFUHWR • Responder a sus preguntas directa
GLVIUXWDUGHXQDFRPLGDHVSHFLDOYHU y sencillamente.
D XQD SHUVRQD GHWHUPLQDGD ÀQDOL]DU • Darle tiempo y la oportunidad de
los estudios. despedirse.
 El niño ante la propia muerte

• Mantener una esperanza realista. la familia y el equipo para para poder

• Seguir cuidando de nosotros mis- dar respuesta al niño.

A
mos y de los otros familiares (so- los niños no
bre todo de los otros hijos). Tanto si el interlocutor es un familiar les ayuda
• Facilitar la necesidad de sentirse FRPR XQ SURIHVLRQDO HVWH GHEH VHU el hecho de
a salvo. una persona con la que el niño ten- que no respondan
ga un vínculo de FRQÀDQ]D(OHTXLSR DVXVSUHJXQWDV
(Q FXDQWR DO PRPHQWR GH OD PXHUWH de apoyo psicoemocional de la propia los tranquilicen de
se deberá tener en cuenta no solo los unidad o de la unidad de cuidados pa- manera prematura
VtQWRPDVItVLFRVGHOSURFHVRGHDJRQtD OLDWLYRV VL HV TXH H[LVWH HVWH UHFXU- o mientan con la
sino también los aspectos emociona- VRSXHGHD\XGDUDOLQWHUORFXWRUHQVX intencionalidad
OHV (O QLxR SRGUi HVWDU WULVWH OORUDU WDUHDSRUTXHSURSRUFLRQDQODVKHUUD- de protegerlos del
HVWDUVLOHQFLRVRUHVSRQGHUFRQPRQR- PLHQWDV QHFHVDULDV WDQWR DO IDPLOLDU sufrimiento
VtODERVRQRUHVSRQGHUQDGDOHOODPDUi FRPRDOSURIHVLRQDOSDUDSRGHUOOHYDU
OD DWHQFLyQ SDUHFHUi TXH OH PROHVWH a cabo la conversación con el niño.
OD SUHVHQFLD GH RWUDV SHUVRQDV FDGD
vez estará más ratos dormido que des- La segunda cuestión es el lugar y el FRQFUHWRVLQRWDQVRORTXLHUHVDEHUVL
pierto. Puede mostrar indiferencia por espacio en el que se hablará con el SRGUiFHOHEUDUVXFXPSOHDxRVOD1D-
el entorno o un estado emocional sin QLxR(VWHGHEHVHUWUDQTXLORtQWLPR YLGDGYHUDDOJXQDSHUVRQDHQSDUWL-
DOWLEDMRV \ HVWR VH GHEHUi H[SOLFDU D
OLEUH GH LQWHUIHUHQFLDV \ OD SHUVRQD FXODURÀQDOL]DUDOJ~QSUR\HFWR
los padres y hermanos. Se trata de una GHEH GLVSRQHU GH WLHPSR VXÀFLHQWH
respuesta normal en este momento del para conversar. Si el interlocutor es un Una vez iniciado este primer contac-
SURFHVRÀQDOSRUTXHODSHUVRQDVHHVWi SURIHVLRQDO GHEHUi YDORUDU FDVR SRU WR\GHVSXpVGHKDEHUHVFXFKDGRFRQ
HQWUHJDQGRDODH[SHULHQFLDGHPRULU FDVRVLODIDPLOLDHVWiSUHSDUDGDSDUD todo nuestro ser lo que dice el niño
ya que comprende que la muerte está intervenir en el proceso. También ha- FRQODVSDODEUDVVLOHQFLRVLQFRPRGL-
cerca. Para las personas creyentes la brá que averiguar lo que quiere saber GDGHV UHDFFLRQHV VtQWRPDV VXHxRV
ayuda espiritual es fundamental y pro- exactamente el menor y lo que no GLEXMRV JHVWRV PLUDGDV VH GHEH-
porciona un gran apoyo en estos mo- TXLHUHVDEHU6LHVpOTXLHQSUHJXQWy rá dar pie a que se produzcan nuevos
mentos de dolor. hay que saber de dónde sale la pre- HQFXHQWURV SDUD DFODUDU SURIXQGL]DU
JXQWD FXiOHV VRQ VXV LQTXLHWXGHV 6L completar o tratar otros temas que
&XDQGR HO QLxRDGROHVFHQWH PXHUH QRKDSUHJXQWDGR\ORTXHVHSODQWHD sean de su interés.
los profesionales deben permitir que HVLQIRUPDUDOPHQRUVREUHVXHVWDGR
los padres y otros familiares puedan se deberá mirar con quién ha habla- La tercera cuestión es respetar el rit-
seguir a su lado y puedan expresar sus GRTXpHVORTXHVDEH\TXpHVORTXH mo tanto del niño como de la familia.
VHQWLPLHQWRV SHQVDPLHQWRV \ VREUH quiere saber. Debemos ser conscientes La mayoría de las veces este ritmo es
WRGRTXHVHSXHGDQGHVSHGLU de que tanto el exceso como el defec- GLIHUHQWH FRPR OR HV WDPELpQ HQWUH
WR GH LQIRUPDFLyQ SURGXFH DQJXVWLD el padre y la madre. Hay que conocer
Cómo hablar con el niño de su muerte por lo tanto se tratará de ajustarse FXiOHVHOULWPRGHOQLxR\UHVSHWDUOR
máximamente a las necesidades del porque es él quien guía todo el pro-
No podemos cambiar su realidad, pero QLxRVLQGHMDUGHDSR\DUDODIDPLOLD ceso. Durante esta etapa necesitan
sí podemos acompañarlo en el proceso saber que están en un espacio y con
de elaboración de esta realidad. Muchas veces el niño ya sabe o intuye XQDSHUVRQDUHVSHWXRVDTXHORVSRGUi
OR TXH RFXUUH \D VHD SRU HO UHVXOWD- HVFXFKDUDFRJHU\VRVWHQHUTXHHV-
La primera consideración es quién será GRGHODVSUXHEDVSRUORVWUDWDPLHQ- tará con ellos sea cual sea su manera
el interlocutor. Hay que estar prepa- WRV TXH UHFLEH SRU ORV FRPHQWDULRV de estar. Necesitan personas hones-
rado para hablar de la propia muerte GH ORV SURIHVLRQDOHV IDPLOLDUHV R GH WDVDXWpQWLFDVHPSiWLFDV\FDSDFLWD-
con el menor. Muchas veces a los fami- RWURVSDFLHQWHVSRUODVUHDFFLRQHVGH das en la relación de ayuda para poder
OLDUHVGLUHFWRVFRPRSDUWHLPSOLFDGD ORVGHPiVSRUFyPRVHHQFXHQWUD estar a su lado y al de sus familiares.
TXHVRQOHVVHUiGLItFLODVXPLUHVWDWD- SHURpOQHFHVLWDXQDFRQÀUPDFLyQ
UHD\SRUHOORVHUiQHFHVDULRTXHVH No nos ayuda el hecho de que no res-
pueda trabajar conjuntamente entre Muchas veces no quiere un pronóstico SRQGDQDVXVSUHJXQWDVORVWUDQTXLOL-

bioètica & debat · 2015; 21(76): 13-16 15

 Biodebate
El niño ante la propia muerte

cen de manera prematura o mientan • Tengo una enfermedad grave. PXHUWH SDUD GHMDUVH LU (V PRPHQWR
con la intencionalidad de protegerlos • Estoy muy grave y mejoraré. de recordar a los padres que han he-
GHOVXIULPLHQWR(VWDVDFFLRQHVHQOD • (VWR\VLHPSUHHQIHUPRSHURPH- FKR WRGR OR TXH HUD SRVLEOH \ DKRUD
PD\RUtDGHORVFDVRVVHKDFRQVWDWDGR joraré. DSHVDUGHOGRORUTXHVLHQWHQWLHQHQ
TXHSURGXFHQODSpUGLGDGHFRQÀDQ]D • Me moriré. TXHGHMDUORLUFRQWRGRVXDPRUHVWDU
\ KDFHQ TXH QR YXHOYDQ D SUHJXQWDU con su hijo/a y despedirse.
se confundan y puedan sentir deses- Muchos de los niños que afrontan su
SHUDQ]DDEDQGRQR\VROHGDG muerte son menores que ya han vivi- Cuando llegue el momento de la
do situaciones como el diagnóstico de PXHUWH HV SUHFLVR VHJXLU IDFLOLWDQGR
¿Qué necesidades presenta el menor XQD HQIHUPHGDG SUXHEDV PpGLFDV TXH ORV SDGUHV KHUPDQRV \ RWURV ID-
ante su propia muerte? tratamientos y síntomas molestos y/o miliares expresen lo que piensan y lo
GRORURVRV KDQ VLGR VHSDUDGRV GH VX TXHVLHQWHQ\WHQJDQHOWLHPSRSDUD
Cuantas más veces estemos al lado de HQWRUQR KDELWXDO SRU HVR HV PX\ SRGHUORKDFHUVLQSULVDVQLSUHVLRQHV
las personas moribundas, más serenos y frecuente como respuesta que estén tanto si mueren en casa como en el
esperanzados podremos estar con ellas. enfadados con los padres o se cierren hospital. La sensibilidad con la que se
en sí mismos cuando no pueden expre- acompañe a la familia a vivir este pro-
El niño y/o adolescente que afronta sarse libremente. A veces también hay ceso supondrá un punto de referencia
su proceso de muerte necesita ayuda sentimientos de culpa producidos por a partir del cual la familia construirá
SDUD YLYLU HVWD HWDSD GH ÀQ GH YLGD creer que son ellos los que causan do- su propio proceso de duelo.
Necesita tener cerca personas con las lor en su entorno. En estos casos pue-
que poder compartir lo que piensa y lo GHQ PRVWUDUVH LUULWDEOHV LQGHIHQVRV
TXHVLHQWHVLQSUHRFXSDUVHRDÁLJLUVH WULVWHVRVHQWLUPLHGR %LEOLRJUDÀD
Es importante poder estar presente
(VFXGHUR0-6LPyQ3FRRUGLQDFLyQ(OÀQDO
FRQHOORVQRVRORItVLFDPHQWHVLQRVR- También se puede observar el meca-
de la vida en la infancia y adolescencia: As-
bre todo a nivel mental y emocional; nismo de defensa de la regresión. En
pectos éticos y jurídicos en la atención sa-
por eso es necesario que los profesio- PXFKDV RFDVLRQHV FXDQGR VH VLHQWHQ
nitaria. Sevilla: Consejería de Salud; 2011.
nales de la salud puedan estar presen- PiVVRORVSLGHQDORVSDGUHVTXHOHV
WHVGHHVWHPRGRWDQWRFRQHOPHQRU OHDQ OHFWXUDV R FXHQWRV R OHV KDJDQ
$VWXGLOOR:$VWLJDUUDJD,6DOLQDV$0HQGLQX-
FRPRFRQVXIDPLOLD\DTXHWUDQVPLWH FDULFLDV FRPR FXDQGR HUDQ PiV SH-
HWD&1DYDMDV$'·6RX]D&-DVVDO6HWDO
FRQÀDQ]D\UHVSHWRKDFLDODH[SHULHQ- TXHxRV6HFRORFDQHQSRVLFLyQIHWDO
Medicina paliativa en niños y adolescentes.
cia que está viviendo. La unidad fa- quieren estar en la falda de los padres
San Sebastián: Paliativos Sin Fronteras; 2015.
PLOLDUQHFHVLWDUHFXUVRVLQGLFDFLRQHV o dormir con ellos. Todo esto les pro-
\ ÀJXUDV TXH GHQ VHJXULGDG \ HVWDEL- porciona consuelo y está bien dar res-
%OXHERQG/DQJQHU0'H&LFFR$&KLOGUHQ·V
OLGDG GXUDQWH WRGR HO SURFHVR \ TXH SXHVWD D HVWDV QHFHVLGDGHV VLQ FDHU
YLHZV RI GHDWK (Q *ROGPDQ $ +DLQ 5
por tanto aseguren el acompañamien- en comportamientos manipuladores.
Liben S. editors. Oxford Textbook of Pa-
WRKDVWDHOÀQDO
lliative Care for Children. Oxford: Oxford
&RPR\DKHPRVYLVWRFXDQGRHOQLxR
University Press; 2006.
El niño responde en función de dife- y/o adolescente está viviendo sus úl-
UHQWHVIDFWRUHVFRPRVRQODHGDGOD WLPRV GtDV SXHGH OORUDU HVWDU FDOOD-
Clerico C. Morir en sábado: ¿tiene sentido
PDGXUH]HPRFLRQDOORVUHFXUVRVSUR- GRQRTXHUHUPDQWHQHUFRQWDFWRFRQ
la muerte de un niño? Bilbao: Desclée de
SLRV R H[WHUQRV HO HVWLOR GH DIURQWD- nadie y puede parecer molesto. Como
Brouwer; 2008.
PLHQWRODVFDSDFLGDGHVGHVXIDPLOLD HODGXOWRDYHFHVPDQWLHQHXQDSRVL-
SDUD DIURQWDU OD VLWXDFLyQ HO WLSR GH ción dando la espalda a la puerta de
Gómez Sancho M. La pérdida de un ser que-
HQIHUPHGDG \ VX GXUDFLyQ HO GRORU la habitación o en el lado donde es-
rido. El duelo y el luto. Madrid: Arán; 2004.
TXHSXHGHVHQWLUVLHVWiHQFDVDXKRV- tán sentados los familiares. Lo pode-
SLWDOL]DGRVLFRPSUHQGHVXHVWDGR mos ver indiferente hacia su entorno.
Kübler-Ross E. Los niños y la muerte. Bar-
Habrá que explicar a la familia que
celona: Luciernaga; 1992.
6HJ~Q%OXH%RQG/DQJHUVHSXHGHYD- todas estas respuestas son normales
lorar la comprensión del estado en el y forman parte del proceso de últi-
6KHUU /$JRQtD PXHUWH \ GXHOR 0p[LFR
que se encuentra el niño a partir de PRV GtDV SRUTXH VH HVWi SUHSDUDQGR
El Manual Moderno; 1992.
estas fases: para entregarse a la experiencia de la

16 bioètica & debat · 2015; 21(76): 13-16