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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

UAPA

PRESENTADO POR:

Jason Jesus Torres Reyes

Matricula: 16-7840

Materia: Psicología educativa


1. Da dos ejemplos para cada tipo de condicionamiento (clásico y
operante) en el salón de clases.

Partiendo de que el don más importante que nos ha dado la naturaleza es el de


la adaptabilidad, la capacidad para aprender formas nuevas de
comportamiento que nos permitan afrontar las circunstancias siempre
cambiantes de la vida, el aprendizaje sería definido entonces como un cambio
relativamente permanente en nuestro comportamiento provocado por una
experiencia.

El Condicionamiento Clásico

Supón que estas esperando tu turno en una larga fila ante una de las cajas del
supermercado (ese mismo que estas pensando). Es pleno invierno, la
temperatura afuera es muy baja. Cada vez que se abre la puerta automática de
entrada, penetra una ráfaga de aire frio en el interior y te da en la cara. Cuando
esto sucede, claro, tú te estremeces y te encoges. Ahora bien, supón que
inmediatamente antes de que se abra la puerta, escuchas el sonido
amortiguado del mecanismo que la hace funcionar. Al principio quizás lo
ignores, pero después de que te pegue el airazo en la cara un par de veces
comenzarás a estremecerte y a encogerte al escuchar el mecanismo, antes de
que la puerta se abra y entre el viento.
Iván Pavlov (1849-1936), premio nobel de medicina, probó en uno de sus
experimentos que si a un estímulo neutro, como es la comida, se le asocia uno
condicionado, como puede ser una campanilla, el animal acabará salivando al
percibir el sonido de la campanilla aunque no haya comida a la vista.

Condicionamiento Clásico

Pavlov: Condicionamiento Clásico

La anticipación al miedo

Ahora supón que viajas en el metro. De golpe se apagan las luces y queda el
vehículo atrapado en un túnel entre dos estaciones. Nadie puede salir, claro. La
situación dura lo suficiente como para que se desencadene en ti una respuesta
de angustia (temblores, palpitaciones, escalofríos, sensación de ahogo y miedo
intenso). El metro se pone en marcha, y bajas despavorido en la próxima
estación que no es la tuya. Desde entonces, cada vez que bajas las escaleras
del metro ya tienes una sensación desagradable de ansiedad; si evitaras subir
al metro, podrías desarrollar una fobia a éste.

Un ejemplo muy famoso es el del pequeño Albert (en 1924). Un estudio, por
desgracia, con consecuencias desastrosas. Este estudio demostraba cómo se
inician ciertos temores específicos, ciertas fobias. El sujeto escogido fue un
niño de once meses, Albert, que como la mayoría de los niños, tenía miedo de
los ruidos pero no así de las ratas. Entonces le mostraban una rata blanca, y
cuando el pobre extendía la mano para tocarla, golpeaban un martillo contra
una barra de acero situada detrás de su cabecita. A los cinco días se observó
que el niño generalizaba su respuesta condicionada, pues reaccionaba
atemorizado cuando le mostraban un chucho, un conejo, e incluso ¡un abrigo
de piel! Curiosamente, no mostró esa reacción frente a los juguetes, peluches o
similares.

Discriminación

Es necesario que distingamos entre estímulos de apariencia similares.


Pongamos el ejemplo de un individuo que diariamente escucha el tic-tac de su
despertador y el ruido del termostato de su refrigerador. Los sonidos
reproducidos por su el reloj van acompañados invariablemente por otro fuerte y
molesto del despertador, por lo cual no tardan en lograr que emitamos
respuestas condicionadas (reacciones de fastidio o incluso de ansiedad
moderada). No ocurrirá así con el refrigerador y el resultado final será que la
persona adquirirá poco a poco la capacidad de discriminar con mucha precisión
estímulos relativamente similares.

Como la generalización, la discriminación es valiosa para la supervivencia. A


estímulos ligeramente diferentes siguen consecuencias muy diversas; y ello
permite la adaptación. Nuestro corazón puede sobresaltarse ante un ruido
inesperado de un cohete, pero permanecer indiferente al escuchar el ruido del
tráfico.

2. Investiga sobre el castigo y emite en un párrafo tu opinión personal


sobre el uso de este en las aulas. Incluye los efectos socioemocionales
que tiene el mismo en el niño.

Pienso que, el efecto del castigo físico se relaciona con la obediencia inmediata
de los niños, luego de recibirlo, pero eso no implica que aprenda a comportarse
de modo adecuado sino que busca evitar el dolor. No hay justificación para
ningún tipo de acto de violencia contra los estudiantes, sea cual fuere la razón.
Si queremos formar una sociedad respetuosa, nosotros somos el ejemplo, los
adultos, tanto padres como docentes.

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