El «Comandante fantasma» de la Segunda Guerra Mundial

El coronel David Stirling fundó el SAS, un comando especial que operaba detrás de las líneas enemigas

+ info El coronel David Stirling, fundador del SAS, con un grupo en el norte de África en enero de 1943Federico
AyalaActualizado: 07/04/2020 09:12h
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El coronel Sir Archibald David Stirling (1915-1990) era un joven y enorme (1,98 m de altura) aristócrata británico
que se estaba preparando para escalar el Everest cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. Educado en Ampleforth
y el Trinity College, Cambridge, unió el espíritu de acción y una gran visión de futuro.
Se unió a los Scots Guards en junio de 1940, pero un accidente de paracaidismo le obligó a una convalecencia de
meses en El Cairo, durante los cuales fue meditando la creación de un grupo especial de comandos. Pensaba en un
pequeño grupo, de menos de cien hombres. Y consiguió que su idea se llevase a cabo, con un reducido pero muy
escogido puñado de 60 soldados al mando de los cuales había 6 oficiales, reclutados entre los distintos regimientos
paracaidistas. De ahí su nombre de Special Air Service (SAS).
La primera intervención de los SAS se produjo durante el avance alemán en los desiertos del norte de África. El
coronel Stirling fue el encargado de organizar las labores de sabotaje tras las líneas del ejército nazi. En dieciocho
meses su unidad destruyó 250 aviones enemigos y voló numerosos polvorines. Aparecían por sorpresa y
desaparecían inmediatamente.
 El
mariscal Rommel revisa personalmente la primera línea defensiva de sus tropas
El grupo fue tan efectivo que el Mariscal Rommel llamó a Stirling –del que no conocía nada, excepto su existencia-
el «Comandante fantasma». Capturado por los alemanes en 1943, consiguió escapar. Lo hizo un total de cuatro
veces antes de ser recluido en el castillo de Colditz donde pasó el resto de la guerra. Paddy Mayne quedó al frente
del SAS.
Tras la guerra, Stirling fue ascendido a Coronel. Pero el SAS se disolvió –aunque se refundó unos años después-.
Stirling fundó la compañía Watchguard International Ltd., una compañía de «mercenarios» que trabajó en África.
Fue nombrado caballero en 1990, al cumplir los 75 años. A los pocos meses murió. Hombre de luces y muchas
sombras, lo que no cabe duda es que con la creación de los SAS aportó una nueva manera de organizar la
lucha tras las líneas enemigas.