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LOS HIJOS DE LA CELESTINA

POR: JUAN DAVID CÁRDENAS VALEJO

23-SEPTIEMBRE- 2016

Era el tiempo de la violencia, y Caicedonia no fue ajena esta situación que


azotó a todo un país; Flor Moreno, nativa de este municipio y reconocida como
“LA LOCA FLOR”, a la edad de 80 años, aún recuerda aquel tiempo tan difícil
cuando por motivos bipartidistas muchos perdieron la vida. La señora Flor
recuerda a su esposo, un cabo del ejército de quien ella prefirió guardar
respeto y no hablar de él y de quien solo dijo que lo habían asesinado los
paracos estando ella embarazada de su primer hijo, quien nacería mujer y
llamaría Raquel Moreno. Desde este momento se gestaría en aquella mujer
quizá tan vulnerable un espíritu de sobre protección hacia su hija pero también
una salida para poder sobrevivir con su criatura.

No paso mucho tiempo para que esta mujer optara por el mundo de la
prostitución como mecanismo para salir adelante. Viajo hasta los Llanos donde
ejerció este trabajo por primera vez, allí vivió alrededor de casi dos años, pero
por motivo de un embarazo no planeado se vio en la penosa necesidad de
regresar a donde pertenecía; entonces dio a luz a un varón, a quien llamó
Meneses, y que con el transcurrir del tiempo mostro una personalidad bastante
femenina, haciéndose llamar “Pamela”.

Encontrándose nuevamente en Caicedonia, Flor tuvo la gran idea de poner un


establecimiento público, donde se empezaría a trabajar desde el jueves hasta
la madrugada de los lunes, promoviendo de esta manera la prostitución, motivo
por el cual ejercería relaciones con personas muy importantes no solo del
municipio sino de otras regiones aledañas, concejales, abogados, ingenieros,
policías, cabos y personas del común entre otros acudían a ella para pagar por
sus servicios. Para este tiempo había alquilado un local que tenía por nombre
“EL BALAJU”, famoso y recordado por los habitantes de Caicedonia porque
aquí se llevó a cabo el asesinato de 12 hombres, a manos de un hombre
armado de quien nunca se supo nada, ni el motivo por el cual efectuó aquel
horroroso crimen, cuenta la señora Flor que todos empezaron a correr
desesperados e iban muriendo uno a uno, unos en el andén, otros encima de
sus carros y otros en mitad de carretera, tratando de buscar ayuda.

Después de este hecho tan macabro la señora Flor Moreno decidió quitar aquel
suburbio, colocando un nuevo establecimiento contiguo a su casa, dicho lugar
se llamaría “LA PUERTA DEL SOL”, para este tiempo ya se había involucrado
sentimentalmente con un hombre de apellido Serna, quien provenía de una
familia muy reconocida en el municipio, pero no por motivos condecorativos,
sino por la fama que tenían de matones.

De aquel romance dio fruto a dos de sus hijos, quienes marcarían la historia de
una generación en particular, quienes tenían por nombre José Hernán Serna
Moreno apodado como “pirata” y Gildardo de Jesús Moreno más conocido
como “Kika” por su baja estatura, este último no alcanzo a llevar el apellido de
su padre, porque quien a hierro mata, a hierro muere, y el señor Serna no fue
la excepción.

Hacia la década de los 80 la señora Flor, después de haber llevado una vida
bastante turbia, llena de misterios, sin sabores y bastante fama, conoce a un
buen hombre llamado Marcos Céspedes Rodríguez, quien la convence de que
ya es hora de cambiar y alejarse de todo aquello que proyectaría malas
energías a su vida, pero en su vida ya había un gran recorrido histórico que la
marcaria tanto a ella como a sus hijos, porque desencadenaría un sin número
de muertes, emergentes del odio, el rencor y la venganza. Pues se tiene la
creencia que una familia que ha engendrado el mal en otros, está destinada a
que sus generaciones la repitan.

Así fue, pues pirata se hizo hombre, convirtiéndose en uno de los sicarios más
reconocidos y temidos del pueblo, tanto que llego al punto de querer asesinar a
su propia madre, quien trato de poner el denuncio luego de haber sido agredida
por él, rompiendo los vidrios de su propia casa; denuncio que no fue recibido
en la inspección de policía, con el argumento que ella debería decirle que se
fuera del pueblo o los altos mandos lo mandarían a aniquilar, pues era tanto el
coraje de este hombre que no se dio por vencido y desafío la ley provocando
su final el 15 de julio del año 2000.

Kika siguió los pasos de su hermano, este hombre tuvo una basta cantidad de
mujeres y en muchas de ellas engendro sus raíces, pero nunca cumplió con su
roll de padre, pues iba por la vida haciendo daño a diestra y siniestra, sin
embargo había quienes lo odiaban pero también quienes lo querían por su
agraciada personalidad. Era el 13 de julio del año 2001 cuando llego la noticia
a su madre que lo habían asesinado; el día de su entierro parecía que
estuviesen despidiendo al más amado. Fueron muchísimas las personas que
asistieron a su entierro, así lo afirma la señora Flor, ya fuera por hipocresía,
porque de verdad lo quisieran o por asegurarse que de verdad fuera enterrado
y ya no hiciera más daño.

El año 2002 parecía llegar a su fin, corría el día 23 de noviembre, cuando dos
hombres entraron forzando la puerta de la casa de la señora Raquel, quien
vivía con sus cuatro hijos, nietos de la señora Flor, en compañía de un hombre
llamado Diego, quien según las malas lenguas era su amante, y tenía negocios
ilícitos, motivo por el cual fuera asesinado este día; pues se corría el rumor en
el pueblo que a Raquel ya le habían advertido que se apartara de este hombre
o se tendría que atener a las consecuencias, pues ella hizo caso omiso y
provoco su propia muerte, dejando huérfanos a sus cuatro hijos, cuenta la
señora Flor que los rumores de este hecho atroz es que el padre de los dos
hijos menores de la víctima fue el autor intelectual del hecho, puesto que en
algún tiempo él había sido amigo de Diego y ahora se encontraba con la que
había sido su mujer.

Han pasado 16,15 y 14 años desde la muerte de sus cuatro hijos, pues
Pamela, muchos años atrás fue contagiada de VIH en otra parte del país, y
murió. Dejando un gran vacío en una mujer que hizo cuanto puedo por salir
adelante, que nunca anhelo tener riquezas, pero si ofrecerles una vida
confortable a sus hijos, quizá para que no tuvieran que vivir lo que ella había
vivido, pero por azares del destino sus vidas se vieron frustradas, atrapadas
tras una violencia justificada por la ley del talión ”ojo por ojo, diente por diente”.

Hoy la señora Flor o la “LOCA FLOR” como la llaman muchos se encuentra tan
vulnerable viviendo en la que había sido su cantina, reservado y quizá el
escondite de muchos delincuentes que se escondían bajo sus naguas, porque
la veían con respeto por todo aquello que represento en algún tiempo pasado
donde ocurrieron muchísimas cosas, donde velo a más de una docena de
muertos, entre ellos el que probablemente la hubiese asesinado, porque ella no
fue ausente a las balas que en aquel barrio corrían todos los días, arrastrando
consigo muchas vidas. Así es, la señora Flor sufrió un atentado donde le
propinaron 5 tiros, que no bastaron para arrastrarla hasta la muerte. Este sujeto
fue asesinado por Kika, ya mencionado anteriormente.

A este le sucedieron muchos otros muertos más que por caridad, morbosidad o
como le quieran llamar, era el jovi de doña Flor.

Así concluye parte de la historia de una mujer que ha manera de la Celestina


vio morir a su hijos uno a uno, cobrando en ellos vida a los errores del pasado.

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