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Sé que existo, pero sólo en la medida en que pienso. Al mismo tiempo, dudo de que exista mi
cuerpo (el cuerpo lo perciben los sentidos, y me pueden engañar). Por lo tanto, pensamiento
y cuerpo son pensados como casas distintas. El pensamiento no sólo es distinto del cuerpo,
sino que existe aunque no exista el cuerpo. El cuerpo (la res extensa) tendrá que dar un largo
rodeo que pasará por la existencia de Dios. A la sustancia pensante la llamamos alma, no
como principio de vida de un cuerpo, sino como espíritu puro, independiente del cuerpo. Esta
independencia del alma con respecto al cuerpo trata de salvarla Descartes para defender la
libertad del hombre. Los valores espirituales del hombre no se podrían defender si no es
liberando el alma del mundo.
Alma y cuerpo son dos sustancias separadas que pueden existir la una sin la otra, sin
embargo están unidas, hay un “yo” que las une. La unión por tanto no puede ser sustancial
como en Aristóteles, sino, más bien, de corte platónico, accidental, y a la vez íntima: la misma
realidad que piensa es la que siente. La coordinación de estas dos realidades la lleva a cabo
por medio de la glándula pineal, ese lugar en el cerebro donde alma hace sentir su eficacia
hacia todas partes del cuerpo.
b) Res infinita (substancia infinita): DIOS “perfección”
Descartes ofrece tres pruebas de la existencia de Dios: dos de ellas por el principio de
causalidad, y la última por el análisis de la idea de perfección (argumento ontológico). En
Descartes el único punto de partida posible es el yo con sus ideas, puesto que ignoramos aún
si existe otra cosa.
- Tengo la idea de un ser perfecto, por el simple hecho de darme cuenta que es
imperfecto dudar. Si esta idea de perfección no proviene de mí, la causa de la idea de
perfección no puede ser otra que el mismo Ser perfecto.
- Soy imperfecto, puesto que dudo, pero tengo la idea de perfección. Las pocas
perfecciones que poseo no vienen de mí, dependo de una causa que posee en sí
todas las perfecciones.
- El argumento ontológico dice que su punto de aplicación es la idea de Ser perfecto,
donde está comprendida la existencia de dicho ser, puesto que la existencia sería la
primera de las perfecciones y sería contradictorio negar la existencia de dicho ser.
Nos queda por demostrar, siguiendo el planteamiento cartesiano, la existencia del mundo
material, del cual, hasta el momento, hay que dudar. Según Descartes, la esencia de las
cosas materiales no puede ser otra cosa que extensión geométrica. Todas las cualidades
sensibles son oscuras y confusas; sólo la idea de extensión, que es innata como la idea de
Dios, es clara y distinta. Para demostrarlo, utiliza un método puramente deductivo a partir de
Dios, como creador conservador del mundo. Prescindiendo completamente de la experiencia
y partiendo, esta vez, desde las causa a los efectos, crea una larga serie ordenada de
cadenas deductivas que parte de las causas primeras: Dios, la física, el mundo, la res
extensa. Así, Descartes prueba esta idea de extensión, de la existencia del mundo, a partir de
la existencia de Dios. Resumiendo podemos decir que si en mí está la idea clara y distinta de
extensión y puesto que Dios existe y Dios es perfecto y no me puede engañar, lo extenso
existe.
Empirismo
El empirismo ("empiría" significa "experiencia") es una corriente filosófica que aparece en
las Islas Británicas en el s. XVII, pero es en el s. XVIII en el que experimenta su época de
máximo auge. En términos generales, se denomina empirismo a toda teoría que considera
que la experiencia es el origen del conocimiento. A la vez, hace una fuerte crítica a la razón
a la que restringe y delimita. Podemos considerar como inspiradores de dicha corriente a
Aristóteles, Ockham y a los pensadores de Oxford: R. Bacon, Hobbes y F. Bacon. Sus
principales representantes son John Locke, David Hume y George Berkeley.
CARACTERÍSTICAS
El empirismo es sumamente crítico respecto a la metafísica, ya que los objetos de ésta son
fundamentalmente las ideas de YO (alma inmortal), DIOS (creador y rector del universo) y
MUNDO (totalidad de lo existente), y tales ideas están más allá de la experiencia. En efecto
no hemos observado la existencia del alma, ni por supuesto su inmortalidad. Tampoco hemos
tenido experiencia de esa entidad a la que llamamos Dios. Y finalmente, el Mundo no puede
captarse como totalidad, sino de modo fragmentario, con lo cual hablar del "mundo" es ir más
allá de la experiencia.
A diferencia de Descartes, Locke nunca dudó de que existiera una realidad exterior a
nuestras ideas. El mero hecho de tener una idea ya supone, según su propia definición de
«idea», la existencia de una realidad exterior que la idea representa. Los tres grandes
ámbitos de la realidad son:
Tanto Dios como el mundo son demostrados por un razonamiento causal: Dios es causa
última de nuestra existencia y los cuerpos son causa de nuestras sensaciones).
Criticismo
La Idea del mundo: como unidad absoluta de la serie de causas y efectos de los
fenómenos naturales, y lo que hace posible la experiencia externa. (antinomias)
La Idea de Dios: como unidad absoluta de la condición de todos los objetos del
pensamiento en general. (pruebas inadmisibles)
Analizando, pues, las formas de los silogismos, concluye que hay tres ideas
trascendentales: alma, mundo y Dios. Mediante la idea de alma, dice Kant, unificamos
todos los fenómenos del psiquismo; es la condición incondicionada de todos los
fenómenos psíquicos (es decir, todos los fenómenos que tienen lugar en mi psiquismo han
de ser remitidos a un yo). Mediante la idea de mundo unificamos todos los fenómenos de
la experiencia; la idea de mundo es la condición incondicionada de todos los fenómenos de
la experiencia (es decir, todos los fenómenos de experiencia tienen lugar en el mundo).
Mediante la idea de Dios unificamos la totalidad de los fenómenos psíquicos y de la
experiencia en una única causa de la que dependen y por la que son explicados (Dios es la
condición incondicionada de la existencia del alma y el mundo, su causa última).
A) SUBSTANCIA PENSANTE: (RES COGITANS) YO : La duda metódica pone de relieve que: Soy yo
quien duda, Tengo que existir para poder dudar, La duda es una forma de pensamiento. Por lo
tanto, la primera verdad indubitable, la primera idea innata es: "Pienso, luego existo". Como puede
apreciarse, el "cogito" es una intuición, es decir, una verdad de la que no es posible dudar porque se
nos aparece de un modo claro y distinto. Por eso la existencia del Yo constituye la base del sistema
cartesiano, pues está exenta de todo error posible y de toda duda posible. Pero, ¿Qué es el Yo?. La
respuesta de Descartes es que el atributo fundamental del YO es el pensamiento, entendido como
actividad cuyos modos son las ideas producidas por su actividad. El hombre es así alma, pero aún
no se ha demostrado nada sobre la existencia del cuerpo. Sólo podrá concluir el humano dualismo
alma-cuerpo cuando demuestre la existencia de la res extensa: MUNDO, pero antes tendrá que
demostrar la posibilidad de la verdad: la existencia de DIOS.
B) SUBSTANCIA DIVINA: (RES INFINITA) DIOS: Al contrario que Tomás de Aquino, prueba la
existencia del mundo a través de la existencia de Dios, y la Dios recurriendo al Yo y a sus
cogitaciones. Reflexionando acerca del hecho de que era un ser que dudaba, Descartes, llega a
descubrir que no era del todo perfecto pues era mayor perfección conocer que dudar. Los
pensamientos que se refieren a las cosas que existen fuera de mí no es imposible suponer que
pudieran proceder de mi mismo. Mediante los tres argumentos gnoseológico, cosmológico y
ontológico, Descartes demuestra la existencia de DIOS, lo cual invalida la hipótesis del genio
maligno de la siguiente manera: Dios, en su infinita bondad no puede permitir que exista un
ser, igualmente poderoso que él, que me induzca a error cuando pienso.
Por lo tanto, si Dios existe, no puede permitir que yo me engañe. De esta manera, queda
garantizada la existencia de la verdad, que no es otra que Dios mismo. Demostrada la existencia
de Dios, Descartes pasa a la tercera parte de su objetivo, el más importante para él: demostrar la
posibilidad misma del conocimiento científico, cosa que conseguirá al demostrar la existencia del
MUNDO.
C) SUBSTANCIA EXTENSA: (RES EXTENSA) MUNDO: Según Descartes, yo no puedo dudar de que
hay en mí una facultad pasiva de sentir, de recibir ideas de las cosas sensibles. Pero esta facultad
sería inútil, si no hubiera una facultad activa capaz de producir esas ideas: Esta facultad activa no
puede estar en mí, pues "yo soy solamente una cosa que piensa", una sustancia pensante, y las
cosas se me presentan, incluso en contra de mi voluntad. Por lo tanto, es preciso que pertenezcan a
una sustancia distinta, es decir, al cuerpo:
Como hemos dicho más arriba, con la demostración de la existencia del mundo queda abierta la
posibilidad del conocimiento científico. Respecto al cuerpo, lo claro y distinto es que no se
puede concebir un cuerpo que no tenga extensión. Por consiguiente, la extensión es el atributo
principal de la sustancia corpórea y, como el atributo manifiesta la esencia, la esencia del cuerpo
es extensión. De este modo, el mundo material queda despojado de elementos cualitativos. El
principio formal de la sustancia (de origen aristotélico) es abandonado por Descartes al no poseer
claridad y distinción. La materia queda reducida a extensión geométrica, sin forma alguna. La física
cartesiana no requiere más que dos elementos: la materia y el movimiento. De ahí nace el
mecanicismo cartesiano y el posterior materialismo.
El mundo material o res extensa se reduce a mera extensión, que crece, se mueve y
se transforma siguiendo procesos mecánicos. Por cuerpo entiende Descartes todo lo que
puede ser circunscrito por algún lugar y llenar un espacio, de tal manera que cualquier otro
cuerpo sea excluido de allí; todo lo que puede ser sentido por uno de los cinco órganos
sensoriales; lo que puede ser movido de diversas maneras, no por sí mismo, sino por algo
extraño que lo toque. Se trata del mecanicismo geométrico, que excluye toda cualidad
que no sea la extensión y el movimiento. Así pues, los cuerpos son extensiones movidas,
mecanismos (incluso el cuerpo humano). Los animales son máquinas: los fenómenos
biológicos se reducirán a fenómenos físicos, por lo que los seres no pensantes se
equipararán a mecanismos puros.
Descartes se encuentra en una situación difícil: Por una parte, su aplicación del criterio de
claridad y distinción le lleva a subrayar la distinción real entre alma y cuerpo, que incluso
se representa como substancias completas. Por otro lado, tenía consciencia de los datos
empíricos que manifiestan su mutua interacción. Su negativa a aceptar la conclusión que
parecía inferirse de sus presupuestos, a saber, que el alma está simplemente alojada en el
cuerpo, al que utiliza como una especie de vehículo o instrumento extrínseco, le llevó a
intentar encontrar una "solución" que explicase su mutua "interacción". Así, según
Descartes, la comunicación entre ambas se da a través de los "espíritus vitales o
animales", que circulan en la sangre. Estos transmiten a la glándula pineal, donde se
aloja el alma, los mensajes extraídos del cuerpo, de la misma forma que también ellos
transmiten los mandatos del alma a los diferentes órganos corporales.
La ley moral nos conduce, en primer lugar, a la moralidad que puede llegar a ser resuelto
en una eternidad, en el postulado de la inmortalidad. En segundo lugar, nos mueve a la
posibilidad de la existencia del bien supremo o la felicidad, esto es, a la experiencia de una
causa a este efecto, o sea, a Dios como necesariamente perteneciente a la posibilidad del
bien supremo. Dios no es el alma del mundo, el concepto de Dios es el concepto de un ser
que es causa suprema de las cosas del mundo y es persona. Dios se concibe como un ser
supremo, la inteligencia suprema, el bien supremo, el cual posee derechos y es una
persona. Un ser para el cual todos los deberes humanos sean órdenes es él."
BIBLIOGRÁFICAS
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Bolivia.
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