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Racionalismo

El racionalismo es una corriente filosófica que se desarrolló en Europa continental durante


los siglos XVII y XVIII, formulada por René Descartes, que se complementa con el
criticismo de Immanuel Kant, y que es el sistema de pensamiento que acentúa el papel de
la razón en la adquisición del conocimiento, en contraste con el empirismo, que resalta el
papel de la experiencia, sobre todo el sentido de la percepción. La búsqueda de la verdad
de Descartes y su intento de dar validez a la razón y a la ciencia responde a las
necesidades del momento. La expresión racionalismo designa la actitud del que confía en
la razón para determinar sus creencias. Leibniz, Spinoza, Malebranche son también
importantes filósofos racionalistas.
CARACTERÍSTICAS
1. Preocupación gnoseológica y metafísica.
2. Absoluta confianza en la Razón como única fuente de conocimiento cierto.
3. Descreimiento en el valor de conocimiento de los sentidos.
4. Creencia en las ideas innatas y Subjetivismo.
5. Búsqueda del método (inspirado en las matemáticas)             

En Descartes el campo de realidad se extiende en una triple dimensión: pensante, infinita y


extensa. Descartadas las ideas adventicias y ficticias el análisis cartesiano queda limitado: el
hombre (res cogitans), Dios (res infinita) y el mundo (res extensa). Se completa así su
filosofía en la concepción de la realidad antropológica, teológica y física. A partir del cogito es
de donde empieza su nuevo caminar filosófico: se trata de un “pienso luego existo” en el que
se intuye que el yo existe como una sustancia cuya total esencia es pensar.

a) Res Cogitans (substancia pensante): YO “pensamiento, alma independencia de


cuerpo”

Sé que existo, pero sólo en la medida en que pienso. Al mismo tiempo, dudo de que exista mi
cuerpo (el cuerpo lo perciben los sentidos, y me pueden engañar). Por lo tanto, pensamiento
y cuerpo son pensados como casas distintas. El pensamiento no sólo es distinto del cuerpo,
sino que existe aunque no exista el cuerpo. El cuerpo (la res extensa) tendrá que dar un largo
rodeo que pasará por la existencia de Dios. A la sustancia pensante la llamamos alma, no
como principio de vida de un cuerpo, sino como espíritu puro, independiente del cuerpo. Esta
independencia del alma con respecto al cuerpo trata de salvarla Descartes para defender la
libertad del hombre. Los valores espirituales del hombre no se podrían defender si no es
liberando el alma del mundo.

Alma y cuerpo son dos sustancias separadas que pueden existir la una sin la otra, sin
embargo están unidas, hay un “yo” que las une. La unión por tanto no puede ser sustancial
como en Aristóteles, sino, más bien, de corte platónico, accidental, y a la vez íntima: la misma
realidad que piensa es la que siente. La coordinación de estas dos realidades la lleva a cabo
por medio de la glándula pineal, ese lugar en el cerebro donde alma hace sentir su eficacia
hacia todas partes del cuerpo.
b) Res infinita (substancia infinita): DIOS “perfección”

Descartes ofrece tres pruebas de la existencia de Dios: dos de ellas por el principio de
causalidad, y la última por el análisis de la idea de perfección (argumento ontológico). En
Descartes el único punto de partida posible es el yo con sus ideas, puesto que ignoramos aún
si existe otra cosa.

- Tengo la idea de un ser perfecto, por el simple hecho de darme cuenta que es
imperfecto dudar. Si esta idea de perfección no proviene de mí, la causa de la idea de
perfección no puede ser otra que el mismo Ser perfecto.
- Soy imperfecto, puesto que dudo, pero tengo la idea de perfección. Las pocas
perfecciones que poseo no vienen de mí, dependo de una causa que posee en sí
todas las perfecciones.
- El argumento ontológico dice que su punto de aplicación es la idea de Ser perfecto,
donde está comprendida la existencia de dicho ser, puesto que la existencia sería la
primera de las perfecciones y sería contradictorio negar la existencia de dicho ser.

Descartes no prueba la existencia de Dios a partir de su propio pensamiento lo máximo que


se puede llegar es a afirmar “un cogito finito forma una idea finita del ser infinito”. Pero no
puede dar un salto al orden real y afirmar la existencia de ese ser. En relación con el mundo,
Dios es Creador, pero la originalidad de Descartes está en la afirmación de la creación de las
verdades eternas. Dios crea, no sólo la existencia de las criaturas, sino también sus esencias
y las leyes necesarias del ser, los primeros principios del pensamiento (ideas innatas) y la
distinción del bien y del mal. Pero como para él el tiempo es una sucesión discontinua de
instantes, Dios debe crear el mundo a cada instante (creación continua). La veracidad divina
tiene una función importante en la metafísica cartesiana. Dios no puede engañar, pues el
engaño supone siempre un defecto. De ello se deriva que la luz natural del espíritu humano
es recta. De este modo, queda definitivamente fundado el principio de evidencia y se abre la
puerta para le demostración del mundo físico.

c) Res extensa (substancia extensa): MUNDO “viene de sensaciones exteriores”  

Nos queda por demostrar, siguiendo el planteamiento cartesiano, la existencia del mundo
material, del cual, hasta el momento, hay que dudar. Según Descartes, la esencia de las
cosas materiales no puede ser otra cosa que extensión geométrica. Todas las cualidades
sensibles son oscuras y confusas; sólo la idea de extensión, que es innata como la idea de
Dios, es clara y distinta. Para demostrarlo, utiliza un método puramente deductivo a partir de
Dios, como creador conservador del mundo. Prescindiendo completamente de la experiencia
y partiendo, esta vez, desde las causa a los efectos, crea una larga serie ordenada de
cadenas deductivas que parte de las causas primeras: Dios, la física, el mundo, la res
extensa. Así, Descartes prueba esta idea de extensión, de la existencia del mundo, a partir de
la existencia de Dios. Resumiendo podemos decir que si en mí está la idea clara y distinta de
extensión y puesto que Dios existe y Dios es perfecto y no me puede engañar, lo extenso
existe.

Empirismo
El empirismo ("empiría" significa "experiencia") es una corriente filosófica que aparece en
las Islas Británicas en el s. XVII, pero es en el s. XVIII en el que experimenta su época de
máximo auge. En términos generales, se denomina empirismo a toda teoría que considera
que la experiencia es el origen del conocimiento. A la vez, hace una fuerte crítica a la razón
a la que restringe y delimita. Podemos considerar como inspiradores de dicha corriente a
Aristóteles, Ockham y a los pensadores de Oxford: R. Bacon, Hobbes y F. Bacon. Sus
principales representantes son John Locke, David Hume y George Berkeley.  

CARACTERÍSTICAS  

1. Preocupación gnoseológica, moral y política.


2. Reconocimiento de los límites de la razón, y valoración de los sentidos como fuente
de conocimiento.
3. Negación de la existencia de ideas innatas.
4. Rechazo de la metafísica.
5. Objetivismo o realismo.
6. Confianza en el método inductivo.  

El empirismo es sumamente crítico respecto a la metafísica, ya que los objetos de ésta son
fundamentalmente las ideas de YO (alma inmortal), DIOS (creador y rector del universo) y
MUNDO (totalidad de lo existente), y tales ideas están más allá de la experiencia. En efecto
no hemos observado la existencia del alma, ni por supuesto su inmortalidad. Tampoco hemos
tenido experiencia de esa entidad a la que llamamos Dios. Y finalmente, el Mundo no puede
captarse como totalidad, sino de modo fragmentario, con lo cual hablar del "mundo" es ir más
allá de la experiencia.

A diferencia de Descartes, Locke nunca dudó de que existiera una realidad exterior a
nuestras ideas. El mero hecho de tener una idea ya supone, según su propia definición de
«idea», la existencia de una realidad exterior que la idea representa. Los tres grandes
ámbitos de la realidad son:  

- De la existencia del yo tenemos certeza intuitiva, en este punto sigue a Descartes


y su célebre “pienso luego existo”.

- De la existencia de Dios tenemos certeza demostrativa, la existencia de Dios


puede demostrarse utilizando el principio de causalidad, Dios es la causa última de
nuestra existencia.

- De la existencia de los cuerpos u objetos físicos (del mundo) tenemos certeza


sensitiva, la existencia de los cuerpos está razonablemente atestiguada, ya que
nuestras sensaciones son producidas por ellos, los cuerpos son la causa de
nuestras sensaciones.

Tanto Dios como el mundo son demostrados por un razonamiento causal: Dios es causa
última de nuestra existencia y los cuerpos son causa de nuestras sensaciones).

La idea de “yo” para Hume:


 No existe una impresión del yo, sino una cadena de impresiones que mi mente
unifica: mi imagen de ayer, más mi imagen de hoy, etc.
 No existe un yo como sustancia distinta de nuestras impresiones e ideas, como
sujeto de nuestros actos psíquicos. Aunque todos tenemos conciencia de nuestra
identidad personal mantenida a lo largo del tiempo y a través de las múltiples ideas
e impresiones, esto no es más que un efecto de la memoria. La memoria nos
permite recordar la conexión existente entre las múltiples impresiones. Pero la
memoria sólo es un mecanismo útil para seguir la sucesión de impresiones, no es
una identidad.

La idea de “Dios” para Hume:

 No tenemos ninguna impresión de Dios.


 Nuestra idea de Dios se formó suponiendo que Dios es un ser infinitamente sabio,
poderoso y bueno. En realidad, para Hume no es más que la multiplicación al infinito
de cualidades que atribuimos a los seres humanos. Es imposible lograr una
demostración sobre si existe Dios, pues no hay conocimiento, sino creencia. No
niega que exista, sino afirma que es una creencia, basada en una idea compleja

La idea de “Mundo” para Hume:

 La existencia independiente, trascendente, del mundo exterior es una creencia muy


asentada, de imposible erradicación, pero del mundo, como todo, no hay ninguna
impresión. El mundo es, para nosotros, la combinación de percepciones diversas.

Criticismo

Por Criticismo se entiende la doctrina de Kant, que sostiene la superioridad de la


investigación del conocer sobre la investigación del ser. Esta corriente está convencida de
que es posible el conocimiento para el hombre, acepta que puede llegar a poseer la
verdad, puede tener conocimientos que dan certeza, pero que hace indispensable justificar
racionalmente la forma como llegamos al conocimiento: es decir, cómo llegamos al
conocimiento y en qué forma se nos da la realidad.

El criticismo examina todas las afirmaciones de la razón humana y no acepta nada


despreocupadamente. Donde quiera, pregunta por los motivos y pide cuentas a la razón
humana. Su conducta no es dogmática ni escéptica, sino reflexiva y crítica. El criticismo es
como una dirección especial de la gnoseología, consistente en la averiguación de las
categorías apriorísticas que envuelven lo dado y permiten ordenarlo y conocerlo; por otra
parte, es una teoría filosófica que coincide con el idealismo en sus diversos aspectos y que
invierte la dirección habitual del conocimiento mediante el propio conocimiento.
Entendiendo pues el criticismo desde la filosofía, es una "actitud" que matiza todos los
actos de la vida humana, siendo la época moderna considerada "época crítica" puesto que
en ella se pretendió averiguar el fundamento racional de las creencias últimas.

En la época moderna, es Kant el gran representante o fundador de esta corriente criticista,


el cual llegó a esta posición después de haber pasado por el dogmatismo y el
escepticismo. La intención que tuvo Kant con esta corriente era someter la razón a un
análisis detenido para ver sus estructuras y determinar entonces la forma cómo conocen.
Quiere fundamentar el conocimiento humano determinando los aportes que hace el sujeto
y los aportes que provienen de la experiencia. El sujeto recibe los datos, los organiza, les
da forma, a través de estructuras a priori, tanto de la sensibilidad como del entendimiento y
la razón. La forma "a priori", que es aportada por el sujeto, posee siempre un carácter
necesario y universal.

Las ideas trascendentales, o conceptos puros de la razón, representan lo trascendente, es


decir, principios últimos totalizadores e incondicionados situados al margen de la
experiencia pero que quieren comprender dentro de sí  el todo, tanto en el ámbito de lo
subjetivo (alma), como en el ámbito de lo fenoménico (mundo) y en el ámbito de la
totalidad de lo real (Dios).

Kant distingue tres ideas:

 La Idea de yo o alma: como unidad absoluta a la que se refieren todas las


experiencias internas del sujeto pensante. (paralogismos)

 La Idea del mundo: como unidad absoluta de la serie de causas y efectos de los
fenómenos naturales, y lo que hace posible la experiencia externa. (antinomias)

 La Idea de Dios: como unidad absoluta de la condición de todos los objetos del
pensamiento en general. (pruebas inadmisibles)

Analizando, pues, las formas de los silogismos, concluye que hay tres ideas
trascendentales: alma, mundo y Dios. Mediante la idea de alma, dice Kant, unificamos
todos los fenómenos del psiquismo; es la condición incondicionada de todos los
fenómenos psíquicos (es decir, todos los fenómenos que tienen lugar en mi psiquismo han
de ser remitidos a un yo). Mediante la idea de mundo unificamos todos los fenómenos de
la experiencia; la idea de mundo es la condición incondicionada de todos los fenómenos de
la experiencia (es decir, todos los fenómenos de experiencia tienen lugar en el mundo).
Mediante la idea de Dios unificamos la totalidad de los fenómenos psíquicos y de la
experiencia en una única causa de la que dependen y por la que son explicados (Dios es la
condición incondicionada de la existencia del alma y el mundo, su causa última).

RACIONALISMO: El racionalismo considera que la Razón es la única facultad que puede


conducir al conocimiento de la verdad. No necesita ni de la tradición (escolástico-aristotélica),
ni de la fe, ni de los sentidos para alcanzar su objetivo. Para los racionalistas, el problema
fundamental de la filosofía es el del conocimiento (gnoseología). El poder de la razón consiste
en la capacidad de sacar de sí misma las verdades primeras y fundamentales. Estas
"verdades primeras y fundamentales" son las "ideas innatas", ideas a las que el hombre
puede llegar a través de la intuición y, a partir de las cuales, puede deducir todas las demás
ideas hasta construir el sistema de pensamiento que refleje fielmente lo que es el mundo.
Otra de las características del racionalismo es el subjetivismo. Si todo conocimiento es
básicamente la relación entre un sujeto y un objeto, es preciso partir de la base de la
existencia de un sujeto, así podremos conocer todo lo demás. La búsqueda de un método
como única vía segura de conocimiento; los racionalistas asumen la necesidad de encontrar
un método capaz de suministrarnos un saber universal (válido para todos), tanto a nivel
práctico como teórico.
El modelo metodológico que se propusieron seguir fue el de las matemáticas (método
deductivo), ya que ellas se distinguen por su claridad y certeza. Tanto Descartes, como
Spinoza y Leibniz pretenden deducir a partir de conocimientos ciertos, claros e indiscutibles,
un sistema de verdades que nos proporcionen información certera sobre la realidad. Sólo el
uso correcto del método podría hacer de la filosofía una CIENCIA.

EMPIRISMO: La máxima preocupación del empirismo es la gnoseología, y más


concretamente, el origen del conocimiento y sus límites, ambos radicados en la experiencia.
Según dicha corriente, la principal fuente de nuestro conocimiento es la experiencia que nos
proporcionan los sentidos al observar la realidad. Tal como puede apreciarse, el
conocimiento no parte como en los racionalistas de ideas innatas, sino de la experiencia, y
tiene como límite la experiencia, lo observable o lo que se derive de ella.  El entendimiento
no posee ideas innatas. Ahora bien, esto no significa que se rechacen las ideas, ya que los
empiristas afirman que todo conocimiento es conocimiento de ideas. Simplemente ocurre
que para que esas ideas sean consideradas como verdaderas tienen que corresponder a
alguna realidad observable y verificable. La ciencia para los empiristas es un sistema de
conocimientos ciertos basados en la observación y la experimentación, sino que
simplemente es una cuestión de fe, de creencia y sólo concierne al individuo. Al igual que el
racionalismo, los empiristas ven la necesidad del uso de un método para llegar a un
conocimiento cierto, pero en vez de ser deductivo es inductivo, y consiste fundamentalmente
en partir de conocimientos empíricamente demostrados, para llegar a verdades más
generales. Ambos, empirismo y racionalismo se inspiran en el modelo de la nueva ciencia.
Sin embargo, el racionalismo lo hace en el aspecto matemático, y el empirismo en el
experimental.  

A) SUBSTANCIA PENSANTE: (RES COGITANS) YO : La duda metódica pone de relieve que: Soy yo
quien duda, Tengo que existir para poder dudar, La duda es una forma de pensamiento.  Por lo
tanto, la primera verdad indubitable, la primera idea innata es: "Pienso, luego existo". Como puede
apreciarse, el "cogito" es una intuición, es decir, una verdad de la que no es posible dudar porque se
nos aparece de un modo claro y distinto. Por eso la existencia del Yo constituye la base del sistema
cartesiano, pues está exenta de todo error posible y de toda duda posible. Pero, ¿Qué es el Yo?. La
respuesta de Descartes es que el atributo fundamental del YO es el pensamiento, entendido como
actividad cuyos modos son las ideas producidas por su actividad. El hombre es así alma, pero aún
no se ha demostrado nada sobre la existencia del cuerpo. Sólo podrá concluir el humano dualismo
alma-cuerpo cuando demuestre la existencia de la res extensa: MUNDO, pero antes tendrá que
demostrar la posibilidad de la verdad: la existencia de DIOS.   

B) SUBSTANCIA DIVINA: (RES INFINITA) DIOS: Al contrario que Tomás de Aquino, prueba la
existencia del mundo a través de la existencia de Dios, y la Dios recurriendo al Yo y a sus
cogitaciones. Reflexionando acerca del hecho de que era un ser que dudaba, Descartes, llega a
descubrir que no era del todo perfecto pues era mayor perfección conocer que dudar. Los
pensamientos que se refieren a las cosas que existen fuera de mí no es imposible suponer que
pudieran proceder de mi mismo. Mediante los tres argumentos gnoseológico, cosmológico y
ontológico, Descartes demuestra la existencia de DIOS, lo cual invalida la hipótesis del genio
maligno de la siguiente manera: Dios, en su infinita bondad no puede permitir que exista un
ser, igualmente poderoso que él, que me induzca a error cuando pienso.

Por lo tanto, si Dios existe, no puede permitir que yo me engañe. De esta manera, queda
garantizada la existencia de la verdad, que no es otra que Dios mismo. Demostrada la existencia
de Dios, Descartes pasa a la tercera parte de su objetivo, el más importante para él: demostrar la
posibilidad misma del conocimiento científico, cosa que conseguirá al demostrar la existencia del
MUNDO.

C) SUBSTANCIA EXTENSA: (RES EXTENSA)  MUNDO: Según Descartes, yo no puedo dudar de que
hay en mí una facultad pasiva de sentir, de recibir ideas de las cosas sensibles. Pero esta facultad
sería inútil, si no hubiera una facultad activa capaz de producir esas ideas: Esta facultad activa no
puede estar en mí, pues "yo soy solamente una cosa que piensa", una sustancia pensante, y las
cosas se me presentan, incluso en contra de mi voluntad. Por lo tanto, es preciso que pertenezcan a
una sustancia distinta, es decir, al cuerpo:  

Como hemos dicho más arriba, con la demostración de la existencia del mundo queda abierta la
posibilidad del conocimiento científico. Respecto al cuerpo, lo claro y distinto es que no se
puede concebir un cuerpo que no tenga extensión. Por consiguiente, la extensión es el atributo
principal de la sustancia corpórea y, como el atributo manifiesta la esencia, la esencia del cuerpo
es extensión. De este modo, el mundo material queda despojado de elementos cualitativos. El
principio formal de la sustancia (de origen aristotélico) es abandonado por Descartes al no poseer
claridad y distinción. La materia queda reducida a extensión geométrica, sin forma alguna. La física
cartesiana no requiere más que dos elementos: la materia y el movimiento. De ahí nace el
mecanicismo cartesiano y el posterior materialismo.

El mundo material o res extensa se reduce a mera extensión, que crece, se mueve y
se transforma siguiendo procesos mecánicos. Por cuerpo entiende Descartes todo lo que
puede ser circunscrito por algún lugar y llenar un espacio, de tal manera que cualquier otro
cuerpo sea excluido de allí; todo lo que puede ser sentido por uno de los cinco órganos
sensoriales; lo que puede ser movido de diversas maneras, no por sí mismo, sino por algo
extraño que lo toque. Se trata del mecanicismo geométrico, que excluye toda cualidad
que no sea la extensión y el movimiento. Así pues, los cuerpos son extensiones movidas,
mecanismos (incluso el cuerpo humano). Los animales son máquinas: los fenómenos
biológicos se reducirán a fenómenos físicos, por lo que los seres no pensantes se
equipararán a mecanismos puros.

La relación entre alma y cuerpo

Como ya se ha comentado, a la sustancia la define su atributo principal. Por lo tanto, en el


caso del hombre no se da unión sustancial, porque los atributos de las dos sustancias
que lo componen son distintos entre sí: el atributo de la sustancia pensante es el
pensamiento, mientras que el atributo del cuerpo es la extensión. El hombre no es una
sustancia compuesta de otras dos incompletas, sino enteramente completas. En definitiva,
tratándose de dos substancias separadas, el cuerpo no es más que una máquina
acoplada al espíritu; o, si se prefiere, la relación de la mente al cuerpo es análoga a la
que existe entre el piloto y la nave.

Descartes se encuentra en una situación difícil: Por una parte, su aplicación del criterio de
claridad y distinción le lleva a subrayar la distinción real entre alma y cuerpo, que incluso
se representa como substancias completas. Por otro lado, tenía consciencia de los datos
empíricos que manifiestan su mutua interacción. Su negativa a aceptar la conclusión que
parecía inferirse de sus presupuestos, a saber, que el alma está simplemente alojada en el
cuerpo, al que utiliza como una especie de vehículo o instrumento extrínseco, le llevó a
intentar encontrar una "solución" que explicase su mutua "interacción". Así, según
Descartes, la comunicación entre ambas se da a través de los "espíritus vitales o
animales", que circulan en la sangre. Estos transmiten a la glándula pineal, donde se
aloja el alma, los mensajes extraídos del cuerpo, de la misma forma que también ellos
transmiten los mandatos del alma a los diferentes órganos corporales.

Frente a la concepción del aristotelismo escolástico, en la que el hombre constituía una


unidad en la que el alma "informaba" al cuerpo, este dualismo cartesiano o el problema
de comunicación de las substancias constituirá uno de los grandes puntos de discordia
entre sus críticos y partidarios. Es preciso resaltar que Descartes afirma la autonomía del
yo respecto del universo físico, en el que no cabe la libertad, ya que está presidido por la
necesidad, según la concepción mecanicista de la nueva ciencia, que Descartes comparte.

La existencia de Dios como un postulado de la razón práctica

La ley moral nos conduce, en primer lugar, a la moralidad que puede llegar a ser resuelto
en una eternidad, en el postulado de la inmortalidad. En segundo lugar, nos mueve a la
posibilidad de la existencia del bien supremo o la felicidad, esto es, a la experiencia de una
causa a este efecto, o sea, a Dios como necesariamente perteneciente a la posibilidad del
bien supremo. Dios no es el alma del mundo, el concepto de Dios es el concepto de un ser
que es causa suprema de las cosas del mundo y es persona. Dios se concibe como un ser
supremo, la inteligencia suprema, el bien supremo, el cual posee derechos y es una
persona. Un ser para el cual todos los deberes humanos sean órdenes es él."

Se plantea entonces la causa suprema de la naturaleza en cuanto ella sea presupuesta


para el sumo bien, es un ser que por razón y voluntad es la causa de todo, es decir, Dios.
El hombre piensa a Dios según los atributos que hacen de él, un ser nouménico, pero en la
idea de Dios esos atributos se elevan al máximo grado; el mundo se entiende de este
modo como la totalidad de la realidad sensible; pero se concibe como subordinado al poder
creador de Dios y de su santa voluntad.
REFERENCIAS
WEBGRÁFICAS
- Filosofía. Recuperado el 25 de junio del 2016 en:
http://filosofia.laguia2000.com/el-racionalismo/el-racionalismo-de-descartes
- Época moderna. Recuperado el 25 de junio del 2016 en:
http://www.alcoberro.info/planes/empirisme3.htm
- Racionalismo. Recuperado el 26 de junio del 2016 en:
http://www.mercaba.org/DicTF/TF_racionalismo.htm
- Descartes. Recuperado el 27 de junio del 2016 en:
http://ficus.pntic.mec.es/amoe0013/FILO-II/descartes.html
- Criticismo. Recuperado el 29 de junio del 2016 en:
http://www.bipedosimplumes.es/

BIBLIOGRÁFICAS
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 CARRANZA S, Luís. (1983). Introducción a la Filosofía. Edit. Juventud. La Paz –
Bolivia.
 GARCIA T, Mercedes y Rosaura. Introducción a la filosofía.
 JANET, P y SEAILLES, G (1891). Historia de la Filosofía. Los problemas y las
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 PEREZ, A. Antonio. (1948). Historia de la Filosofía. Edit. Stylo. México D.F.
 ROSENTAL, MM. (1990). Diccionario Filosófico. Edit. Pueblos Unidos. Buenos Aires
– Argentina.

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