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LORENZO GASPARRO

LA "MALDICIÓN DE LA HIGUERA" (MC 11, 12-25)


Y LA DIMENSIÓN SIMBÓLICA DEL EVANGELIO
DE MARCOS

La perícopa de Marcos 11, 12-25 constituye una “crux interpretum”


por las contradicciones semánticas (“fue a encontrar algún fruto…
no era tiempo de higos” 11, 13) y por la imagen de un Jesús irascible.
Una aproximación a la luz del simbolismo bíblico y de la teología de
Marcos hace inadecuada la definición tradicional del episodio como
“la maldición de la higuera y la purificación del templo”.

La “malediction du figuier” (Mc 11, 12-25) et la dimensión symboli-


que de l’evangile de Marc, Revue Biblique 121 (2014) 375-391.

UN EPISODIO ENIGMÁTICO

Marcos 11, 12-25, es uno de los mensión simbólica de la Escritu-


pasajes más enigmáticos del se- ra: “No se trata solo de describir
gundo evangelio, parecido a una el lenguaje simbólico de la Biblia,
historia apócrifa introducida por sino de captar su función de reve-
casualidad en el Evangelio de Mar- lación y de interpelación” (1.D.3).
cos. El único “pecado” de la higue- Una ojeada a la literatura inter-tes-
ra es encontrarse con Jesús en un tamentaria y en particular a los
mal momento. El episodio intriga manuscritos del Mar Muerto,
tanto por el contenido como por la muestran cómo el período de com-
forma, ya que la historia de la hi- posición del Nuevo Testamento ha
guera engloba en “sandwich” el de pasado por un lenguaje típicamen-
la purificación del templo (vv.12- te simbólico. Los procedimientos
14 / 15-19 / 20-25). Este artículo se de la exégesis judía del tiempo,
propone explorar un aspecto par- apreciables en el Targum, el Pes-
ticular del segundo Evangelio: el her y la Midrash, lo confirman en
simbolismo. abundancia. El simbolismo, antes
de ser una manera de interpretar,
Sin duda estos últimos años
es una manera de concebir y com-
aumenta el interés por el dominio
poner las narraciones bíblicas.
del símbolo. El documento de la
Pontificia Comisión Bíblica “La En la interpretación de Marcos
interpretación de la Biblia en la 11, 12-25 la mayoría de los estu-
Iglesia” (1993) ha llamado la aten- dios han dado a la “purificación del
ción sobre la importancia de la di- templo” el interés principal de la
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investigación, reservando a la hi- (vv. 12-14 y 20-25) es crucial para
guera un lugar secundario. La con- una correcta comprensión de la es-
figuración de la perícopa conduce cena del templo (vv. 15-19). Varios
sin embargo a centrarse en el epi- estudios han visto en este pasaje
sodio de la higuera. A diferencia un icono de la relación de Jesús con
de Mateo, donde la escena de la el templo y más en general de su
purificación (21, 1-11) antecede a posición respecto al judaísmo. Una
la escena de la higuera (21, 18-22), identificación rápida de la higuera
en Marcos el episodio de la higue- con Israel ha conducido a conclu-
ra envuelve la del templo (vv. 12- siones discutibles sobre la elección,
14 / templo / 20-25) y sugiere que la alianza o el futuro de Israel. Una
es indispensable descifrar la histo- nueva exploración se muestra fruc-
ria de la higuera antes de abordar tuosa a nivel interreligioso y tam-
la del templo. bién para una reflexión cristiana
Una interpretación adecuada ad intra sobre la identidad y el pa-
de la historia-marco de la higuera pel del pueblo judío.

LAS LECTURAS DEL PASAJE

La historia de la interpretación o “higos de invierno”. Esta pro-


de la perícopa empieza en la mis- puesta tiene un obstáculo tex-
ma tradición sinóptica. La entrada tual en la afirmación de Mc 11,
en Jerusalén y la purificación del 13: “pues no era tiempo de hi-
templo se hallan en los cuatro gos”.
Evangelios (Mt 21, 1-9: Mc 11,
1-11; Lc 19, 28-40; Jn 2, 13 // Mt b) Otra explicación ve en el re-
21, 10-17; Mc 11, 15-19; Lc 19, 45- lato de Marcos una leyenda
46; Jn 2, 13-22), pero la escena de etiológica, queriendo explicar
la higuera solo aparece en Mateo la presencia de una verdadera
y en Marcos (Mt 21, 18-22; Mc 11, higuera estéril en el camino
12-14.20-21) con evidentes diferen- que va de Betania a Jerusalén,
cias. Además, si para la acción de conocida por la primera comu-
Jesús en el templo hay una referen- nidad cristiana. Esta explica-
cia histórica, el episodio de la hi- ción es pura conjetura.
guera ha alimentado un montón de c) Para otros, en el origen ha-
hipótesis: bría habido un logion de Jesús
a) Una interpretación supone (como la parábola de la higue-
que la historia habría tenido lu- ra de Lucas 13, 6-9) que más
gar en un cuadro cronológico tarde se transformó en relato.
distinto y que Jesús habría po- Esta solución también es una
dido encontrar frutos precoces suposición
18 Lorenzo Gasparro
d) Finalmente, ciertos autores ven en la escena la dramatización
consideran el episodio como de una profecía del Antiguo Testa-
una “parábola en acción”, co- mento, para otros la higuera repre-
mo en las de algunos profetas sentaría otra realidad (la Ley, el
(Is 20, 1-6; Jr 13, 1-11; Ez 4, 1 templo, las autoridades religiosas,
-15), que Marcos habría intro- Jerusalén o Israel). Un estudio del
ducido en su relato para enmar- simbolismo bíblico conduce a con-
car la historia del templo. siderar estos dos tipos de interpre-
tación como reductores y engaña-
Esta lectura “simbólica” da lu- dores. El valor semántico de un
gar a diferentes interpretaciones símbolo bíblico no se pude dedu-
que siguen dos orientaciones prin- cir de una imagen tomada aislada-
cipales. O bien se interpreta tipo- mente. El valor de los símbolos im-
lógicamente (relacionándolo con plica un atento estudio del texto y
un pasaje anterior), o bien alegóri- del contexto y una atención a la
camente (reemplazando la higuera trayectoria que manifiestan a lo
por otro elemento). Mientras unos largo de la Biblia.

UN ESTUDIO SIMBÓLICO DE MARCOS 11, 12-25

Esta perícopa pide una aproxi- Esta aproximación al pasaje de


mación transversal de varios mé- Mc 11, 12-25 resulta del mismo
todos, que se podría llamar “aná- texto: su comparación sinóptica
lisis exegético-simbólico”. El len- con Mateo y Lucas muestra la ne-
guaje figurativo utiliza una semán- cesidad de tener en cuenta esta
tica particular que no es apreciable perspectiva. Los trazos distintivos
en una investigación histórico-ge- del texto de Marcos son visibles ya
nética, sino que necesita la conver- en la escena de la entrada en Jeru-
gencia de distintas metodologías. salén (11, 1-11; cfr. Mt 21, 12-13;
El estudio del simbolismo se Lc 19, 45-48). Marcos no da lugar
coloca en una perspectiva de tipo a un espacio narrativo de la ciudad,
sincrónico, fijándose más en la for- sino que se concentra inmediata-
ma final del Evangelio que en sus mente en el templo, con el que Je-
fuentes o su historia redaccional. sús tiene una confrontación direc-
El análisis será pues del tipo lite- ta y personal (cfr. Mc 11, 11). Si en
rario, de una obra en la que las par- Mateo y Lucas la actuación de Je-
tes obedecen a una estrategia na- sús en el templo (cfr. Mt 21, 1-11;
rrativa. Interesa la intertextualidad, Lc 19, 28-40) prepara el santuario
subrayando los lazos literarios y para las curaciones o las enseñan-
semánticos de la perícopa con el zas que seguirán (Mt 21, 14: “cu-
conjunto del segundo Evangelio y ró”; Lc 19 ,47: “enseñaba cada
con otros pasajes del AT y el NT. día”), en Marcos el gesto está ais-
La "maldición de la higuera" (Mc 11, 12-25) 19
lado y sin continuación. Anuncia teo tiene la forma de un milagro
sencillamente un final. Jesús entra (21, 21-22), en Marcos es un gesto
en el templo para declarar su fin y simbólico que se refiere al templo.
salir inmediatamente después. Mateo no tiene ningún interés en
colocar la purificación del santua-
La escena de la higuera se pre- rio y el pasaje de la higuera en el
senta desde dos perspectivas dis- mismo día, lo que parece preten-
tintas: en Mateo (21 18-20) la hi- dido y esencial en Marcos. El mis-
guera seca es un ejemplo de la mo texto indica que los signos que
fuerza de la palabra de Jesús, en Jesús realiza en el templo tienen
Marcos es signo de la impotencia un valor simbólico relacionado con
del árbol para dar frutos. En Ma- la higuera.

LAS ETAPAS DE UN ANÁLISIS EXEGÉTICO-SIMBÓLICO

Definición de los conceptos el sentido de la imagen con mati-


implicados ces y significaciones nuevas. Toda
repetición de un símbolo implica
una continuidad y una novedad.
En una primera etapa, es nece- Este fenómeno es más llamativo
sario examinar la cuestión del sim- en el NT, en el que el bagaje sim-
bolismo y de su impacto en el tex- bólico sufre una innovación se-
to bíblico. La comprensión de lo mántica y una confluencia cristo-
que significa el símbolo exige cap- lógica. Los símbolos tradicionales
tar cómo significa. convergen para expresar la identi-
Una concepción reductora del dad y la misión de Jesús de Naza-
símbolo -visto como opuesto a lo ret.
real- ha producido una falsa antí- El segundo Evangelio está pro-
tesis entre “figurativo” y “literal” fundamente impregnado de sim-
y entre “simbólico” e “histórico” bolismo. Ciertos elementos tanto
que ha afectado la interpretación de la forma como del contenido
bíblica. Hay que considerar el sím- (los milagros, la noción de “Rei-
bolo en cuanto dinamismo que ani- no”, el discurso parabólico, la
ma las secciones del relato y, más opacidad del relato, la paradoja)
generalmente, el conjunto del tex- encuentran en la dinámica del sím-
to bíblico. En su forma narrativa bolo un punto de reencuentro y de
se define por el elemento concreto coherencia. Ciertas imágenes co-
al que se refiere, o por la trama en mo la “vista”, los “vestidos” y el
la que se inserta. El contexto próxi- “pan” definen trayectorias que se
mo, el libro que lo contiene y el extienden al conjunto del relato de
conjunto de la Escritura amplifican Marcos. Muestran que la utiliza-
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ción del símbolo no se justifica por dad de la higuera puede identificar
una simple “estrategia retórica”, si- cada aparición de la imagen con
no que se enraíza en el misterio una intervención directa de Dios
cristológico. La identidad de Jesús, en la historia. En este horizonte “de
en tanto que Mesías crucificado, alianza” la higuera funciona como
da forma a todo el relato y encuen- una especie de “barómetro”.
tra en el lenguaje simbólico la for-
Los pasajes sobre la higuera en
mulación más adecuada.
el Nuevo Testamento confirman lo
Manifestando la identidad del que se ha entrevisto en el AT. Las
Maestro, los símbolos de Marcos palabras “higuera” e “higos” remi-
trazan también el camino del dis- ten a un suceso de encuentro, ne-
cípulo, en una doble transparencia: cesariamente de juicio. La apari-
cristológica y eclesiológica, kerig- ción de la higuera anuncia la
mática y ética. De esta forma es- llegada de un kairós, de un tiempo
clarecen el doble registro del se- singular (Lc 13, 6-9) marcado por
gundo Evangelio: la historia de un encuentro que tiene como pro-
Jesús de cara a formar al discípu- tagonista a Dios o su Mesías (Jn 1,
lo. 48-50). También aquí las referen-
cias a la higuera están marcadas
por una cierta opacidad que impi-
Estudio de los símbolos en el de una definición precisa y una
corpus bíblico identificación con Israel (Mc 13,
28-29; Mt 24, 32-33; Lc 21, 29-31).
Una convergencia cristocéntrica
Un examen rápido del Antiguo
caracteriza las ocasiones en que
Testamento muestra que solo un
sale la higuera: el tema veterotes-
pequeño número del término he-
tamentario de la visita de Dios asu-
breo “higuera” o “higo” se refiere
me en el NT trazos claramente me-
al árbol (Ne 13, 15; Pr 27, 18; 2 R
siánicos. Si en el texto aparece una
20, 7; 1 S 25, 18; 30, 12). En la ma-
higuera se puede esperar que Dios,
yoría tiene más bien un sentido fi-
o su Mesías, hará muy pronto
gurado (Ag 2, 19; Dt 8, 7-8; Ju 9,
irrupción en la escena.
7-15; 1 R 5, 5; Jr 5, 17; 8, 13; 24,
1-8; Os 2, 14; 9, 10; Ha 3, 17; Jl 1,
12; Mi 4, 4; Za 3, 10). La higuera
Análisis exegético
bíblica evoca la relación particular
propiamente dicho
que une a Dios con el hombre, ex-
presando los beneficios y las obli-
gaciones. La fluidez semántica de El estudio de la sección narra-
la imagen impide una automática tiva (11-13 de Marcos) parece
identificación con Israel. En todos mostrar una condena. Con todo,
los casos presenta una visita de hay notas discordantes en la sec-
Dios y las consecuencias que com- ción: el escriba que “no está lejos
porta. La fecundidad o la seque- del reino de Dios” (11, 28-34), el
La "maldición de la higuera" (Mc 11, 12-25) 21
don total de la viuda en el templo del templo, confirmando la rela-
(12, 41-44), la apertura universal ción ya sugerida en la estructura
del discurso escatológico (13, 1-37) del pasaje (higuera/templo/higue-
y el final de la parábola de los vi- ra).
ñadores (12, 1-12).
En la escena del templo (vv. 15-
La utilización del símbolo de 19), la productividad del santuario,
la higuera en los capítulos 11 y 13 visible por las actividades que se
(higuera seca, pero vuelve a rever- desarrollan en su recinto, recuer-
decer) parece indicar que lo que ha dan la imagen de la higuera tal co-
sido encontrado “sin frutos” por mo aparecía “de lejos” (11,13). Las
Jesús (11, 13) vaya a quedar exclui- hojas (la apariencia de los sacrifi-
do de la recolección final (en 13, cios y de las ofrendas) hacían pen-
28). Proponiendo el mismo ele- sar que el lugar del culto funciona-
mento con dos sentidos discordan- ba a pleno rendimiento, como la
tes, el texto sugiere que el conteni- higuera parecía estar floreciente.
do del símbolo es la trayectoria del Pero al acercarse Jesús, y a su vis-
conjunto, más que sus circunstan- ta, ambos revelan su vacuidad. La
cias individuales. El aumento si- higuera no satisface el hambre de
multáneo en la sección 11-13, de Jesús, el templo no es “casa de ora-
citas bíblicas, de designaciones ción”. Esta carencia, evidente en
cristológicas y el carácter simbó- el árbol, es más ambigua en el ca-
lico ponen en evidencia la estrecha so del templo. El estado de la hi-
relación con que estos tres elemen- guera saca a luz el del templo, un
tos se conjugan en el segundo símbolo de la verdadera condición
Evangelio. del santuario.
El análisis exegético de Mar- La tercera escena (vv. 21-21)
cos 11, 12-25 muestra también una confirma lo dicho. Diversos ele-
serie de datos interesantes: en la mentos indican que la apreciación
primera escena (vv.12-14) la nota- de Pedro en términos de “maldi-
ción “no era tiempo de higos” (v. ción” (11, 21) es impropia, porque
13) representa una advertencia no recibe ninguna aprobación ni
contra una consideración de la ac- por parte de Jesús ni por parte del
ción de Jesús a nivel puramente narrador. La higuera como el tem-
material. El valor simbólico del plo fallan en lo que deberían “pro-
gesto se manifiesta en la conside- ducir”, ninguno de los dos colma
ración de esta falta, absolutamente el hambre de los que se les acer-
normal, como una señal del signi- can. La historia de la higuera con-
ficado ulterior del relato. La ano- firma así que la finalidad de la “ca-
malía de buscar frutos es lo que sa de oración” es ser para sus
guía para una lectura figurativa de beneficiarios una vía de acceso a
la misma. Invita a ver la escena y Dios. Fracasar en esta misión equi-
la suerte de la higuera como una vale a una autocondenación. La se-
figura de la escena y de la suerte paración de los dos elementos (la
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falta de fruto y secarse) en dos es- Marcos 11, 12-25, mostrando que
cenas (vv. 12-14 y 20-21) impide su fin no es esbozar el fin del tem-
relacionar mecánicamente la suer- plo, en una condenación del drama
te del templo con su destrucción del 70 dC. Pretende más bien pre-
en el 70 d.C. El episodio de la hi- sentar ese acontecimiento a la luz
guera pone así el final del templo del misterio de la muerte y resu-
en una perspectiva de “economía rrección de Jesús. Uniendo la des-
de salvación” más que de castigo aparición del templo a la suerte de
o condena. Jesús el texto de Marcos relee los
acontecimientos históricos en un
La enseñanza sobre la oración, horizonte más amplio de tipo teo-
con que concluye (vv. 22-25), se ha lógico. El cuadro explicativo del
visto como un añadido secundario, episodio analizado es pues la teo-
pero tiene un papel esencial en la logía particular de la que Marcos
historia. Los tres elementos que es el portavoz.
contiene (la fe, la oración, el per-
dón) son los que definen el papel En general, el episodio de la hi-
del templo. El fin del santuario re- guera revela la manera específica
clama un nuevo lugar de encuentro con la que el segundo Evangelio
con Dios -la comunidad cristiana recurre a los símbolos. El símbolo
es una amplificación del sentido de
post pascual- en la que la fe, la ora-
los acontecimientos, a la luz del
ción y el perdón se continuarán bagaje simbólico del AT y de la
ofreciendo. Inaugurando en el mis- percepción de Jesús propia del au-
mo relato su lectura simbólica, la tor. Transmitiendo tradiciones per-
narración pretende interpelar a la cibidas como esenciales, Marcos
comunidad cristiana de todos los no puede sino asociarlas a imáge-
tiempos. La perícopa constituye así nes familiares y a un lenguaje fi-
una prueba de la forma en que gurativo, propio del AT, releído en
Marcos llega a combinar conteni- una perspectiva de cumplimiento.
do y hermenéutica, narración y Este proceso manifiesta una per-
normas para la interpretación. cepción particular de la memoria
La estructura intercalada (hi- evangélica: para la comunidad de
guera/templo/higuera), confirma los orígenes el valor figurativo de
que los episodios de la higuera y los acontecimientos vividos cons-
del templo se iluminan recíproca- tituía su riqueza y su naturaleza
mente: la combinación de escenas más profunda. La capacidad “sim-
reproduce la relación semántica bólica” de esta tradición era la
que contienen. prueba fundamental de su “ver-
dad” y la principal razón de su
Una atención a la dinámica transmisión.
simbólica permite una lectura de

La "maldición de la higuera" (Mc 11, 12-25) 23


ALGUNOS RESULTADOS INTERPRETATIVOS

El análisis propuesto contradi- ¿”Purificación” del templo?


ce algunas ideas sobre la perícopa
de Marcos 11, 12-25, y en primer En Mateo los gestos de Jesús
lugar el vocabulario utilizado de preparan el santuario para su mi-
“la maldición de la higuera y la pu- nisterio carismático (21, 14: “Los
rificación del templo”. ciegos y los cojos se acercaron a él
en el templo y los curó”) y en Lu-
cas lo predisponen a recibir una
¿”Maldición” de la higuera? prolongada enseñanza (19, 47: “es-
taba cada día en el templo ense-
La declaración de Jesús “que ñando”). En Marcos, el texto y la
jamás nadie coma de tus frutos” cita bíblica que sigue (11, 15-17)
(11, 14) no indica el fin de produ- llenan todo el espacio y toda la
cirlos, ni que la higuera está desti- atención. El episodio no prepara a
nada a desaparecer, como en el ca- ninguna actividad. Si la acción de
so de Mateo (21, 19). El hecho de Jesús en Mateo y en Lucas lo pue-
que el árbol se haya encontrado se- de parecer, el gesto en el segundo
co (11, 20) no obliga a considerar Evangelio es mucho más que una
la declaración (11, 14) como una “reforma”, significa la interrupción
maldición. Al contrario, la discon- de las actividades cultuales, repre-
tinuidad cronológica y narrativa senta un punto final o la proclama-
(estructura intercalada) parece ción simbólica de un final.
sugerir lo contrario. Aunque la pri-
mera escena, centrada en la apa-
riencia del árbol y la búsqueda de ¿Un “vaticinium ex eventu”
frutos permite imaginar un vere- de la caída del templo?
dicto sobre el futuro de la higuera,
la intervención de Jesús produce El fin del santuario está decre-
un cambio inesperado de registro, tado por los que creen defender su
del árbol a sus frutos (“que nadie interés en el momento en que de-
coma de tus frutos”), que hace in- ciden la muerte del que consideran
adecuada la “maldición”. Segunda su gran adversario. La condena de
escena: la declaración de Pedro ra- Jesús coincide con la del santua-
tifica la esterilidad inicial de la hi- rio, como lo sugería ya el “cambio”
guera (11, 21: “se ha secado”). El de la piedra: “la piedra que des-
Jesús de Marcos no maldice la hi- echaron los constructores se ha
guera y no la condena a secarse. convertido en piedra angular” (Mc
Declara sencillamente acabado el 12, 10). En la presentación joánica
período (kairós) de comer sus fru- del episodio, la suerte del santua-
tos. rio se identifica con la de Jesús en
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la cruz: “se refería al santuario de die en el futuro (11, 14: “que jamás
su cuerpo” (Jn 2, 21) y no hace nadie coma de tus frutos”). La es-
más que explicitar lo que ya sugie- cena de la higuera tiene como fina-
re el relato de Marcos. La mayoría lidad manifestar la suerte del san-
de los comentaristas han visto en tuario. Unas referencias sutiles al
la perícopa en cuestión un vatici- relato de la pasión, como el cuadro
nium ex eventu en relación a la caí- en “tres días” (Mc 11, 12-25), co-
da del templo. Más bien habría que locan el episodio en el contexto de
decir que, en el Evangelio de Mar- una lectura de la historia de salva-
cos, la escena tiene el valor de va- ción. Lo que Jesús hace ver acerca
ticinium ante eventum con relación de la higuera y del templo está re-
a la Pascua, una anticipación sim- lacionado con la novedad inaugu-
bólica de la novedad radical que rada con su muerte y resurrección.
va a desencadenar.
El Antiguo Testamento identi-
fica a veces la higuera con el pue-
blo escogido. Un análisis de la sec-
La higuera, Israel y la
ción 11-13, así como la estructura
comunidad cristiana
intercalada de Marcos 11, 12-25,
muestran que una asociación pura
El análisis realizado muestra y simple de la higuera con Israel
cómo cada uno de los dos episodios es inexacta. La enseñanza con que
-la higuera y el templo- añade al concluye la perícopa (vv. 22-25)
otro un complemento de sentido y testimonia que el mayor interés de
una dirección de comprensión. La Marcos no es la desaparición del
acción de Jesús en el templo se con- templo sino el sentido y las conse-
vierte en un anuncio de que la fun- cuencias para la comunidad cris-
ción del santuario no será útil a na- tiana.

EL IMPACTO DEL SIMBOLISMO


EN EL SEGUNDO EVANGELIO

El análisis de Mc 11, 12-25 rración y el sentido que la atravie-


atestigua que símbolo y relato es- sa.
tán estrechamente ligados en Mar-
cos y es imposible considerar uno El simbolismo del segundo
sin el otro. Los símbolos de Mar- Evangelio aparece como efecto de
cos proponen sincrónicamente lo la percepción que el narrador tie-
que el relato desarrolla de forma ne del acontecimiento cristológico
diacrónica, fijando en una figura lo y como un procedimiento que tien-
que la narración cuenta en una his- de a transmitir esta visión. El mis-
toria. Los símbolos representan co- mo relato indica que los aconteci-
mo un corte transversal de la na- mientos tienen un sentido más
La "maldición de la higuera" (Mc 11, 12-25) 25
profundo de lo que parece. Hay dirección. La incidencia de los sím-
una estrecha relación entre la com- bolos es tan profunda que esta di-
prensión que tiene Marcos de la mensión constituye una conditio
identidad de Jesús y la decisión de sine qua non para la lectura del se-
emplear una manera de narrar la gundo Evangelio. Símbolo y relato
historia. tienen tal ósmosis en Marcos que
El contenido cristológico, el es difícil decir si se trata de una
progreso narrativo y el dinamismo “narrativización” del símbolo o una
simbólico convergen en una misma “simbolización” de la narración.

ALGUNAS APORTACIONES METODOLÓGICAS


MÁS ÁMPLIAS

El análisis de Marcos 11, 12-25 El tema del simbolismo bíbli-


ha mostrado cómo el relato dispo- co es un discurso que no se deja
ne estrechamente el contenido his- encuadrar por la exégesis. Una
tórico y el desarrollo simbólico, y atención al símbolo no excluye los
cómo el sentido literal y el figura- procedimientos históricos y filo-
tivo no se excluyen mutuamente. sóficos, sino que los implica. Va-
Las perspectivas históricas y sim- lorar el símbolo abre un espacio
bólicas de los textos no hay que de diálogo entre las diferentes
considerarlas como opuestas o al- aproximaciones exegéticas y abre
ternativas. Los símbolos de Mar- pistas de lectura alrededor de la
cos se enraízan en realidades que unidad de los dos Testamentos. Re-
son elevadas al nivel de símbolos dundando en sucesivas lecturas del
e integrados en un horizonte de re- Libro los símbolos riman y unifi-
velación. Una atención a los sím- can el conjunto del Canon. Tomar
bolos es necesaria no solo en una en cuenta esta trayectoria es la ma-
búsqueda de tipo literario, sino yor apuesta para una apreciación
también en un análisis diacrónico del símbolo en la exégesis. El sím-
e histórico. La continuidad entre bolo es el objeto de esta trayecto-
historia y simbolismo hace apare- ria y el motor. Su polisemia y su
cer la tradición evangélica como opacidad muestran el estatuto de
un lugar legítimo para una apre- toda reflexión sobre Dios. El velo
ciación crítica de los aconteci- de los símbolos no hace más que
mientos originales. Al mismo recordar el límite de todo discurso
tiempo impide identificar la “ver- teológico, incitando a una reflexión
dad” con una correspondencia his- que jamás será agotada.
tórica de los hechos narrados.

Tradujo y condensó: CARLES PORTABELLA, S.J.

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