Este documento analiza el pasaje de Marcos 11:12-25 sobre la "maldición de la higuera" y la purificación del templo desde una perspectiva simbólica. Explica que el pasaje es enigmático y ha recibido varias interpretaciones a lo largo de la historia. Luego, propone un análisis exegético-simbólico del pasaje que toma en cuenta el contexto del Evangelio de Marcos, las referencias al Antiguo Testamento, y la naturaleza figurativa del lenguaje utilizado. Final
Este documento analiza el pasaje de Marcos 11:12-25 sobre la "maldición de la higuera" y la purificación del templo desde una perspectiva simbólica. Explica que el pasaje es enigmático y ha recibido varias interpretaciones a lo largo de la historia. Luego, propone un análisis exegético-simbólico del pasaje que toma en cuenta el contexto del Evangelio de Marcos, las referencias al Antiguo Testamento, y la naturaleza figurativa del lenguaje utilizado. Final
Este documento analiza el pasaje de Marcos 11:12-25 sobre la "maldición de la higuera" y la purificación del templo desde una perspectiva simbólica. Explica que el pasaje es enigmático y ha recibido varias interpretaciones a lo largo de la historia. Luego, propone un análisis exegético-simbólico del pasaje que toma en cuenta el contexto del Evangelio de Marcos, las referencias al Antiguo Testamento, y la naturaleza figurativa del lenguaje utilizado. Final
La perícopa de Marcos 11, 12-25 constituye una “crux interpretum”
por las contradicciones semánticas (“fue a encontrar algún fruto… no era tiempo de higos” 11, 13) y por la imagen de un Jesús irascible. Una aproximación a la luz del simbolismo bíblico y de la teología de Marcos hace inadecuada la definición tradicional del episodio como “la maldición de la higuera y la purificación del templo”.
La “malediction du figuier” (Mc 11, 12-25) et la dimensión symboli-
que de l’evangile de Marc, Revue Biblique 121 (2014) 375-391.
UN EPISODIO ENIGMÁTICO
Marcos 11, 12-25, es uno de los mensión simbólica de la Escritu-
pasajes más enigmáticos del se- ra: “No se trata solo de describir gundo evangelio, parecido a una el lenguaje simbólico de la Biblia, historia apócrifa introducida por sino de captar su función de reve- casualidad en el Evangelio de Mar- lación y de interpelación” (1.D.3). cos. El único “pecado” de la higue- Una ojeada a la literatura inter-tes- ra es encontrarse con Jesús en un tamentaria y en particular a los mal momento. El episodio intriga manuscritos del Mar Muerto, tanto por el contenido como por la muestran cómo el período de com- forma, ya que la historia de la hi- posición del Nuevo Testamento ha guera engloba en “sandwich” el de pasado por un lenguaje típicamen- la purificación del templo (vv.12- te simbólico. Los procedimientos 14 / 15-19 / 20-25). Este artículo se de la exégesis judía del tiempo, propone explorar un aspecto par- apreciables en el Targum, el Pes- ticular del segundo Evangelio: el her y la Midrash, lo confirman en simbolismo. abundancia. El simbolismo, antes de ser una manera de interpretar, Sin duda estos últimos años es una manera de concebir y com- aumenta el interés por el dominio poner las narraciones bíblicas. del símbolo. El documento de la Pontificia Comisión Bíblica “La En la interpretación de Marcos interpretación de la Biblia en la 11, 12-25 la mayoría de los estu- Iglesia” (1993) ha llamado la aten- dios han dado a la “purificación del ción sobre la importancia de la di- templo” el interés principal de la 17 investigación, reservando a la hi- (vv. 12-14 y 20-25) es crucial para guera un lugar secundario. La con- una correcta comprensión de la es- figuración de la perícopa conduce cena del templo (vv. 15-19). Varios sin embargo a centrarse en el epi- estudios han visto en este pasaje sodio de la higuera. A diferencia un icono de la relación de Jesús con de Mateo, donde la escena de la el templo y más en general de su purificación (21, 1-11) antecede a posición respecto al judaísmo. Una la escena de la higuera (21, 18-22), identificación rápida de la higuera en Marcos el episodio de la higue- con Israel ha conducido a conclu- ra envuelve la del templo (vv. 12- siones discutibles sobre la elección, 14 / templo / 20-25) y sugiere que la alianza o el futuro de Israel. Una es indispensable descifrar la histo- nueva exploración se muestra fruc- ria de la higuera antes de abordar tuosa a nivel interreligioso y tam- la del templo. bién para una reflexión cristiana Una interpretación adecuada ad intra sobre la identidad y el pa- de la historia-marco de la higuera pel del pueblo judío.
LAS LECTURAS DEL PASAJE
La historia de la interpretación o “higos de invierno”. Esta pro-
de la perícopa empieza en la mis- puesta tiene un obstáculo tex- ma tradición sinóptica. La entrada tual en la afirmación de Mc 11, en Jerusalén y la purificación del 13: “pues no era tiempo de hi- templo se hallan en los cuatro gos”. Evangelios (Mt 21, 1-9: Mc 11, 1-11; Lc 19, 28-40; Jn 2, 13 // Mt b) Otra explicación ve en el re- 21, 10-17; Mc 11, 15-19; Lc 19, 45- lato de Marcos una leyenda 46; Jn 2, 13-22), pero la escena de etiológica, queriendo explicar la higuera solo aparece en Mateo la presencia de una verdadera y en Marcos (Mt 21, 18-22; Mc 11, higuera estéril en el camino 12-14.20-21) con evidentes diferen- que va de Betania a Jerusalén, cias. Además, si para la acción de conocida por la primera comu- Jesús en el templo hay una referen- nidad cristiana. Esta explica- cia histórica, el episodio de la hi- ción es pura conjetura. guera ha alimentado un montón de c) Para otros, en el origen ha- hipótesis: bría habido un logion de Jesús a) Una interpretación supone (como la parábola de la higue- que la historia habría tenido lu- ra de Lucas 13, 6-9) que más gar en un cuadro cronológico tarde se transformó en relato. distinto y que Jesús habría po- Esta solución también es una dido encontrar frutos precoces suposición 18 Lorenzo Gasparro d) Finalmente, ciertos autores ven en la escena la dramatización consideran el episodio como de una profecía del Antiguo Testa- una “parábola en acción”, co- mento, para otros la higuera repre- mo en las de algunos profetas sentaría otra realidad (la Ley, el (Is 20, 1-6; Jr 13, 1-11; Ez 4, 1 templo, las autoridades religiosas, -15), que Marcos habría intro- Jerusalén o Israel). Un estudio del ducido en su relato para enmar- simbolismo bíblico conduce a con- car la historia del templo. siderar estos dos tipos de interpre- tación como reductores y engaña- Esta lectura “simbólica” da lu- dores. El valor semántico de un gar a diferentes interpretaciones símbolo bíblico no se pude dedu- que siguen dos orientaciones prin- cir de una imagen tomada aislada- cipales. O bien se interpreta tipo- mente. El valor de los símbolos im- lógicamente (relacionándolo con plica un atento estudio del texto y un pasaje anterior), o bien alegóri- del contexto y una atención a la camente (reemplazando la higuera trayectoria que manifiestan a lo por otro elemento). Mientras unos largo de la Biblia.
UN ESTUDIO SIMBÓLICO DE MARCOS 11, 12-25
Esta perícopa pide una aproxi- Esta aproximación al pasaje de
mación transversal de varios mé- Mc 11, 12-25 resulta del mismo todos, que se podría llamar “aná- texto: su comparación sinóptica lisis exegético-simbólico”. El len- con Mateo y Lucas muestra la ne- guaje figurativo utiliza una semán- cesidad de tener en cuenta esta tica particular que no es apreciable perspectiva. Los trazos distintivos en una investigación histórico-ge- del texto de Marcos son visibles ya nética, sino que necesita la conver- en la escena de la entrada en Jeru- gencia de distintas metodologías. salén (11, 1-11; cfr. Mt 21, 12-13; El estudio del simbolismo se Lc 19, 45-48). Marcos no da lugar coloca en una perspectiva de tipo a un espacio narrativo de la ciudad, sincrónico, fijándose más en la for- sino que se concentra inmediata- ma final del Evangelio que en sus mente en el templo, con el que Je- fuentes o su historia redaccional. sús tiene una confrontación direc- El análisis será pues del tipo lite- ta y personal (cfr. Mc 11, 11). Si en rario, de una obra en la que las par- Mateo y Lucas la actuación de Je- tes obedecen a una estrategia na- sús en el templo (cfr. Mt 21, 1-11; rrativa. Interesa la intertextualidad, Lc 19, 28-40) prepara el santuario subrayando los lazos literarios y para las curaciones o las enseñan- semánticos de la perícopa con el zas que seguirán (Mt 21, 14: “cu- conjunto del segundo Evangelio y ró”; Lc 19 ,47: “enseñaba cada con otros pasajes del AT y el NT. día”), en Marcos el gesto está ais- La "maldición de la higuera" (Mc 11, 12-25) 19 lado y sin continuación. Anuncia teo tiene la forma de un milagro sencillamente un final. Jesús entra (21, 21-22), en Marcos es un gesto en el templo para declarar su fin y simbólico que se refiere al templo. salir inmediatamente después. Mateo no tiene ningún interés en colocar la purificación del santua- La escena de la higuera se pre- rio y el pasaje de la higuera en el senta desde dos perspectivas dis- mismo día, lo que parece preten- tintas: en Mateo (21 18-20) la hi- dido y esencial en Marcos. El mis- guera seca es un ejemplo de la mo texto indica que los signos que fuerza de la palabra de Jesús, en Jesús realiza en el templo tienen Marcos es signo de la impotencia un valor simbólico relacionado con del árbol para dar frutos. En Ma- la higuera.
LAS ETAPAS DE UN ANÁLISIS EXEGÉTICO-SIMBÓLICO
Definición de los conceptos el sentido de la imagen con mati-
implicados ces y significaciones nuevas. Toda repetición de un símbolo implica una continuidad y una novedad. En una primera etapa, es nece- Este fenómeno es más llamativo sario examinar la cuestión del sim- en el NT, en el que el bagaje sim- bolismo y de su impacto en el tex- bólico sufre una innovación se- to bíblico. La comprensión de lo mántica y una confluencia cristo- que significa el símbolo exige cap- lógica. Los símbolos tradicionales tar cómo significa. convergen para expresar la identi- Una concepción reductora del dad y la misión de Jesús de Naza- símbolo -visto como opuesto a lo ret. real- ha producido una falsa antí- El segundo Evangelio está pro- tesis entre “figurativo” y “literal” fundamente impregnado de sim- y entre “simbólico” e “histórico” bolismo. Ciertos elementos tanto que ha afectado la interpretación de la forma como del contenido bíblica. Hay que considerar el sím- (los milagros, la noción de “Rei- bolo en cuanto dinamismo que ani- no”, el discurso parabólico, la ma las secciones del relato y, más opacidad del relato, la paradoja) generalmente, el conjunto del tex- encuentran en la dinámica del sím- to bíblico. En su forma narrativa bolo un punto de reencuentro y de se define por el elemento concreto coherencia. Ciertas imágenes co- al que se refiere, o por la trama en mo la “vista”, los “vestidos” y el la que se inserta. El contexto próxi- “pan” definen trayectorias que se mo, el libro que lo contiene y el extienden al conjunto del relato de conjunto de la Escritura amplifican Marcos. Muestran que la utiliza- 20 Lorenzo Gasparro ción del símbolo no se justifica por dad de la higuera puede identificar una simple “estrategia retórica”, si- cada aparición de la imagen con no que se enraíza en el misterio una intervención directa de Dios cristológico. La identidad de Jesús, en la historia. En este horizonte “de en tanto que Mesías crucificado, alianza” la higuera funciona como da forma a todo el relato y encuen- una especie de “barómetro”. tra en el lenguaje simbólico la for- Los pasajes sobre la higuera en mulación más adecuada. el Nuevo Testamento confirman lo Manifestando la identidad del que se ha entrevisto en el AT. Las Maestro, los símbolos de Marcos palabras “higuera” e “higos” remi- trazan también el camino del dis- ten a un suceso de encuentro, ne- cípulo, en una doble transparencia: cesariamente de juicio. La apari- cristológica y eclesiológica, kerig- ción de la higuera anuncia la mática y ética. De esta forma es- llegada de un kairós, de un tiempo clarecen el doble registro del se- singular (Lc 13, 6-9) marcado por gundo Evangelio: la historia de un encuentro que tiene como pro- Jesús de cara a formar al discípu- tagonista a Dios o su Mesías (Jn 1, lo. 48-50). También aquí las referen- cias a la higuera están marcadas por una cierta opacidad que impi- Estudio de los símbolos en el de una definición precisa y una corpus bíblico identificación con Israel (Mc 13, 28-29; Mt 24, 32-33; Lc 21, 29-31). Una convergencia cristocéntrica Un examen rápido del Antiguo caracteriza las ocasiones en que Testamento muestra que solo un sale la higuera: el tema veterotes- pequeño número del término he- tamentario de la visita de Dios asu- breo “higuera” o “higo” se refiere me en el NT trazos claramente me- al árbol (Ne 13, 15; Pr 27, 18; 2 R siánicos. Si en el texto aparece una 20, 7; 1 S 25, 18; 30, 12). En la ma- higuera se puede esperar que Dios, yoría tiene más bien un sentido fi- o su Mesías, hará muy pronto gurado (Ag 2, 19; Dt 8, 7-8; Ju 9, irrupción en la escena. 7-15; 1 R 5, 5; Jr 5, 17; 8, 13; 24, 1-8; Os 2, 14; 9, 10; Ha 3, 17; Jl 1, 12; Mi 4, 4; Za 3, 10). La higuera Análisis exegético bíblica evoca la relación particular propiamente dicho que une a Dios con el hombre, ex- presando los beneficios y las obli- gaciones. La fluidez semántica de El estudio de la sección narra- la imagen impide una automática tiva (11-13 de Marcos) parece identificación con Israel. En todos mostrar una condena. Con todo, los casos presenta una visita de hay notas discordantes en la sec- Dios y las consecuencias que com- ción: el escriba que “no está lejos porta. La fecundidad o la seque- del reino de Dios” (11, 28-34), el La "maldición de la higuera" (Mc 11, 12-25) 21 don total de la viuda en el templo del templo, confirmando la rela- (12, 41-44), la apertura universal ción ya sugerida en la estructura del discurso escatológico (13, 1-37) del pasaje (higuera/templo/higue- y el final de la parábola de los vi- ra). ñadores (12, 1-12). En la escena del templo (vv. 15- La utilización del símbolo de 19), la productividad del santuario, la higuera en los capítulos 11 y 13 visible por las actividades que se (higuera seca, pero vuelve a rever- desarrollan en su recinto, recuer- decer) parece indicar que lo que ha dan la imagen de la higuera tal co- sido encontrado “sin frutos” por mo aparecía “de lejos” (11,13). Las Jesús (11, 13) vaya a quedar exclui- hojas (la apariencia de los sacrifi- do de la recolección final (en 13, cios y de las ofrendas) hacían pen- 28). Proponiendo el mismo ele- sar que el lugar del culto funciona- mento con dos sentidos discordan- ba a pleno rendimiento, como la tes, el texto sugiere que el conteni- higuera parecía estar floreciente. do del símbolo es la trayectoria del Pero al acercarse Jesús, y a su vis- conjunto, más que sus circunstan- ta, ambos revelan su vacuidad. La cias individuales. El aumento si- higuera no satisface el hambre de multáneo en la sección 11-13, de Jesús, el templo no es “casa de ora- citas bíblicas, de designaciones ción”. Esta carencia, evidente en cristológicas y el carácter simbó- el árbol, es más ambigua en el ca- lico ponen en evidencia la estrecha so del templo. El estado de la hi- relación con que estos tres elemen- guera saca a luz el del templo, un tos se conjugan en el segundo símbolo de la verdadera condición Evangelio. del santuario. El análisis exegético de Mar- La tercera escena (vv. 21-21) cos 11, 12-25 muestra también una confirma lo dicho. Diversos ele- serie de datos interesantes: en la mentos indican que la apreciación primera escena (vv.12-14) la nota- de Pedro en términos de “maldi- ción “no era tiempo de higos” (v. ción” (11, 21) es impropia, porque 13) representa una advertencia no recibe ninguna aprobación ni contra una consideración de la ac- por parte de Jesús ni por parte del ción de Jesús a nivel puramente narrador. La higuera como el tem- material. El valor simbólico del plo fallan en lo que deberían “pro- gesto se manifiesta en la conside- ducir”, ninguno de los dos colma ración de esta falta, absolutamente el hambre de los que se les acer- normal, como una señal del signi- can. La historia de la higuera con- ficado ulterior del relato. La ano- firma así que la finalidad de la “ca- malía de buscar frutos es lo que sa de oración” es ser para sus guía para una lectura figurativa de beneficiarios una vía de acceso a la misma. Invita a ver la escena y Dios. Fracasar en esta misión equi- la suerte de la higuera como una vale a una autocondenación. La se- figura de la escena y de la suerte paración de los dos elementos (la 22 Lorenzo Gasparro falta de fruto y secarse) en dos es- Marcos 11, 12-25, mostrando que cenas (vv. 12-14 y 20-21) impide su fin no es esbozar el fin del tem- relacionar mecánicamente la suer- plo, en una condenación del drama te del templo con su destrucción del 70 dC. Pretende más bien pre- en el 70 d.C. El episodio de la hi- sentar ese acontecimiento a la luz guera pone así el final del templo del misterio de la muerte y resu- en una perspectiva de “economía rrección de Jesús. Uniendo la des- de salvación” más que de castigo aparición del templo a la suerte de o condena. Jesús el texto de Marcos relee los acontecimientos históricos en un La enseñanza sobre la oración, horizonte más amplio de tipo teo- con que concluye (vv. 22-25), se ha lógico. El cuadro explicativo del visto como un añadido secundario, episodio analizado es pues la teo- pero tiene un papel esencial en la logía particular de la que Marcos historia. Los tres elementos que es el portavoz. contiene (la fe, la oración, el per- dón) son los que definen el papel En general, el episodio de la hi- del templo. El fin del santuario re- guera revela la manera específica clama un nuevo lugar de encuentro con la que el segundo Evangelio con Dios -la comunidad cristiana recurre a los símbolos. El símbolo es una amplificación del sentido de post pascual- en la que la fe, la ora- los acontecimientos, a la luz del ción y el perdón se continuarán bagaje simbólico del AT y de la ofreciendo. Inaugurando en el mis- percepción de Jesús propia del au- mo relato su lectura simbólica, la tor. Transmitiendo tradiciones per- narración pretende interpelar a la cibidas como esenciales, Marcos comunidad cristiana de todos los no puede sino asociarlas a imáge- tiempos. La perícopa constituye así nes familiares y a un lenguaje fi- una prueba de la forma en que gurativo, propio del AT, releído en Marcos llega a combinar conteni- una perspectiva de cumplimiento. do y hermenéutica, narración y Este proceso manifiesta una per- normas para la interpretación. cepción particular de la memoria La estructura intercalada (hi- evangélica: para la comunidad de guera/templo/higuera), confirma los orígenes el valor figurativo de que los episodios de la higuera y los acontecimientos vividos cons- del templo se iluminan recíproca- tituía su riqueza y su naturaleza mente: la combinación de escenas más profunda. La capacidad “sim- reproduce la relación semántica bólica” de esta tradición era la que contienen. prueba fundamental de su “ver- dad” y la principal razón de su Una atención a la dinámica transmisión. simbólica permite una lectura de
La "maldición de la higuera" (Mc 11, 12-25) 23
ALGUNOS RESULTADOS INTERPRETATIVOS
El análisis propuesto contradi- ¿”Purificación” del templo?
ce algunas ideas sobre la perícopa de Marcos 11, 12-25, y en primer En Mateo los gestos de Jesús lugar el vocabulario utilizado de preparan el santuario para su mi- “la maldición de la higuera y la pu- nisterio carismático (21, 14: “Los rificación del templo”. ciegos y los cojos se acercaron a él en el templo y los curó”) y en Lu- cas lo predisponen a recibir una ¿”Maldición” de la higuera? prolongada enseñanza (19, 47: “es- taba cada día en el templo ense- La declaración de Jesús “que ñando”). En Marcos, el texto y la jamás nadie coma de tus frutos” cita bíblica que sigue (11, 15-17) (11, 14) no indica el fin de produ- llenan todo el espacio y toda la cirlos, ni que la higuera está desti- atención. El episodio no prepara a nada a desaparecer, como en el ca- ninguna actividad. Si la acción de so de Mateo (21, 19). El hecho de Jesús en Mateo y en Lucas lo pue- que el árbol se haya encontrado se- de parecer, el gesto en el segundo co (11, 20) no obliga a considerar Evangelio es mucho más que una la declaración (11, 14) como una “reforma”, significa la interrupción maldición. Al contrario, la discon- de las actividades cultuales, repre- tinuidad cronológica y narrativa senta un punto final o la proclama- (estructura intercalada) parece ción simbólica de un final. sugerir lo contrario. Aunque la pri- mera escena, centrada en la apa- riencia del árbol y la búsqueda de ¿Un “vaticinium ex eventu” frutos permite imaginar un vere- de la caída del templo? dicto sobre el futuro de la higuera, la intervención de Jesús produce El fin del santuario está decre- un cambio inesperado de registro, tado por los que creen defender su del árbol a sus frutos (“que nadie interés en el momento en que de- coma de tus frutos”), que hace in- ciden la muerte del que consideran adecuada la “maldición”. Segunda su gran adversario. La condena de escena: la declaración de Pedro ra- Jesús coincide con la del santua- tifica la esterilidad inicial de la hi- rio, como lo sugería ya el “cambio” guera (11, 21: “se ha secado”). El de la piedra: “la piedra que des- Jesús de Marcos no maldice la hi- echaron los constructores se ha guera y no la condena a secarse. convertido en piedra angular” (Mc Declara sencillamente acabado el 12, 10). En la presentación joánica período (kairós) de comer sus fru- del episodio, la suerte del santua- tos. rio se identifica con la de Jesús en 24 Lorenzo Gasparro la cruz: “se refería al santuario de die en el futuro (11, 14: “que jamás su cuerpo” (Jn 2, 21) y no hace nadie coma de tus frutos”). La es- más que explicitar lo que ya sugie- cena de la higuera tiene como fina- re el relato de Marcos. La mayoría lidad manifestar la suerte del san- de los comentaristas han visto en tuario. Unas referencias sutiles al la perícopa en cuestión un vatici- relato de la pasión, como el cuadro nium ex eventu en relación a la caí- en “tres días” (Mc 11, 12-25), co- da del templo. Más bien habría que locan el episodio en el contexto de decir que, en el Evangelio de Mar- una lectura de la historia de salva- cos, la escena tiene el valor de va- ción. Lo que Jesús hace ver acerca ticinium ante eventum con relación de la higuera y del templo está re- a la Pascua, una anticipación sim- lacionado con la novedad inaugu- bólica de la novedad radical que rada con su muerte y resurrección. va a desencadenar. El Antiguo Testamento identi- fica a veces la higuera con el pue- blo escogido. Un análisis de la sec- La higuera, Israel y la ción 11-13, así como la estructura comunidad cristiana intercalada de Marcos 11, 12-25, muestran que una asociación pura El análisis realizado muestra y simple de la higuera con Israel cómo cada uno de los dos episodios es inexacta. La enseñanza con que -la higuera y el templo- añade al concluye la perícopa (vv. 22-25) otro un complemento de sentido y testimonia que el mayor interés de una dirección de comprensión. La Marcos no es la desaparición del acción de Jesús en el templo se con- templo sino el sentido y las conse- vierte en un anuncio de que la fun- cuencias para la comunidad cris- ción del santuario no será útil a na- tiana.
EL IMPACTO DEL SIMBOLISMO
EN EL SEGUNDO EVANGELIO
El análisis de Mc 11, 12-25 rración y el sentido que la atravie-
atestigua que símbolo y relato es- sa. tán estrechamente ligados en Mar- cos y es imposible considerar uno El simbolismo del segundo sin el otro. Los símbolos de Mar- Evangelio aparece como efecto de cos proponen sincrónicamente lo la percepción que el narrador tie- que el relato desarrolla de forma ne del acontecimiento cristológico diacrónica, fijando en una figura lo y como un procedimiento que tien- que la narración cuenta en una his- de a transmitir esta visión. El mis- toria. Los símbolos representan co- mo relato indica que los aconteci- mo un corte transversal de la na- mientos tienen un sentido más La "maldición de la higuera" (Mc 11, 12-25) 25 profundo de lo que parece. Hay dirección. La incidencia de los sím- una estrecha relación entre la com- bolos es tan profunda que esta di- prensión que tiene Marcos de la mensión constituye una conditio identidad de Jesús y la decisión de sine qua non para la lectura del se- emplear una manera de narrar la gundo Evangelio. Símbolo y relato historia. tienen tal ósmosis en Marcos que El contenido cristológico, el es difícil decir si se trata de una progreso narrativo y el dinamismo “narrativización” del símbolo o una simbólico convergen en una misma “simbolización” de la narración.
ALGUNAS APORTACIONES METODOLÓGICAS
MÁS ÁMPLIAS
El análisis de Marcos 11, 12-25 El tema del simbolismo bíbli-
ha mostrado cómo el relato dispo- co es un discurso que no se deja ne estrechamente el contenido his- encuadrar por la exégesis. Una tórico y el desarrollo simbólico, y atención al símbolo no excluye los cómo el sentido literal y el figura- procedimientos históricos y filo- tivo no se excluyen mutuamente. sóficos, sino que los implica. Va- Las perspectivas históricas y sim- lorar el símbolo abre un espacio bólicas de los textos no hay que de diálogo entre las diferentes considerarlas como opuestas o al- aproximaciones exegéticas y abre ternativas. Los símbolos de Mar- pistas de lectura alrededor de la cos se enraízan en realidades que unidad de los dos Testamentos. Re- son elevadas al nivel de símbolos dundando en sucesivas lecturas del e integrados en un horizonte de re- Libro los símbolos riman y unifi- velación. Una atención a los sím- can el conjunto del Canon. Tomar bolos es necesaria no solo en una en cuenta esta trayectoria es la ma- búsqueda de tipo literario, sino yor apuesta para una apreciación también en un análisis diacrónico del símbolo en la exégesis. El sím- e histórico. La continuidad entre bolo es el objeto de esta trayecto- historia y simbolismo hace apare- ria y el motor. Su polisemia y su cer la tradición evangélica como opacidad muestran el estatuto de un lugar legítimo para una apre- toda reflexión sobre Dios. El velo ciación crítica de los aconteci- de los símbolos no hace más que mientos originales. Al mismo recordar el límite de todo discurso tiempo impide identificar la “ver- teológico, incitando a una reflexión dad” con una correspondencia his- que jamás será agotada. tórica de los hechos narrados.