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Imperialismo cultural y el mercado mexicano

El control de los medios de comunicación se encuentra estrechamente


relacionado con los intereses de las multinacionales y en especial de las
norteamericanas. Lo anterior es resultado de las influencias económicas y
políticas que mantienen los países desarrollados sobre las naciones periféricas
a su modernización, creando una relación incoherente de producción,
distribución y consumo.

Desde sus inicios, los medios de comunicación en México han mantenido


lazos filiales a los modelos del mercado, dejando así de lado la identidad
nacional que es sustituida por los valores ideológicos del “sistema productivo y
la distribución desregulada de mercancías que exige el moderno programa de
crecimiento neoliberal […]” (Esteinou: 1991;75). Por lo que el contexto económico
de la comunicación internacional es un factor esencial, ya que conforma el
esquema mundial de dependencia económica, es decir, contribuye al flujo
desbalanceado de comunicación.

Estos procesos de dominación permiten a una minoría de naciones imponer


sus culturas, así que los países subdesarrollados son el reflejo de aquellas
creencias, valores, normas y modos de vida. A través de la propiedad, el
control y el origen de los mensajes comunicacionales, los corporativos
multimedia se vuelven productores de sentido, tanto para los actores
individuales como para las estructuras grupales. Por lo tanto, “[…] Este flujo
desigual de los bienes y servicios de la comunicación refleja exactamente el
flujo desigual de los bienes y servicios económicos (Hamelink: 1981:22).

Desde esta perspectiva, se deduce que los grandes medios están abiertos a
cualquier cosa que incremente sus utilidades. Por lo que en busca de ese
objetivo están completamente dispuestos a transformar la información en
espectáculo, en producto noticioso; se encargan de suprimir todo aquello
nocivo a sus utilidades. De esta forma buscan un control total, anulando la
expresión de autores que contradigan su posición.

Así podemos decir que la importación cultural no viene sólo en productos


endémicos, norteamericanos (occidentales) en su mayoría, sino más fielmente
Fuentes: LOZANO, Rendón J. C., Teoría e investigación de la comunicación de masas, México, Alambra
Mexicana, 1997; ESTEINOU, Javier, Economía política y medios de comunicación, México, Trillas, 1991;
HAMELINK, Cees, La aldea transnacional: el papel de los trusts en la comunicación mundial , Barcelona,
Gustavo Gili, 1981.
en sus formas y valores. Siendo así, se llega a una era de la imitación
simbólica, donde un productor se ve reflejado (pobremente, cabe decirlo) en
otras naciones inferiores a su acervo productivo.

El enfoque del imperialismo cultural, como es llamada esta relación de poder,


reacciona a estas formas ya bien entrada la década de los sesenta, donde
acusaba la imposición de modelos ideológicos procapitalistas que no hacían
sino incrementar la dependencia económica de unos a otros. De este
movimiento surge el Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación
(NOMIC), integrado por los Países No Alineados, que se trataba de los “países
en desarrollo que pretendían ser independientes, tanto del bloque occidental
industrializado (Estados Unidos y sus aliados), como del bloque socialista
(Unión Soviética, Europa del Este y China):

Para estos países, el prevaleciente orden mundial de la información, basado en la


doctrina del Libre flujo de la comunicación (adoptada desde la formación de la
ONU a instancias de EEUU), se caracterizaba por grandes disparidades

cuantitativas y cualitativas en los flujos” (Lozano: 1997:106).

Entre estas disparidades se encontraba el control del flujo de la comunicación


internacional a través de agencias; el flujo desigual entre países desarrollados
y en proceso de; la desequilibrada cantidad de mensajes sobre unos y otros
países; y la imagen que se presentaba entre los países productores y los
consumidores.

Ya para 1973, el Movimiento de los Países No Alineados (MPNA) exige la


reorganización de los canales de comunicación ya existentes. Mientras que en
1974 consiguen la validación de la ONU para llevar a cabo una Conferencia
General por parte de la UNESCO, presentada dos años después. En ella se
realiza un diagnostico general de la sociedad contemporánea, que, después de
una serie de confrontaciones entre países miembros de la UNESCO, resulta en
Un solo mundo, voces múltiples. El Establecimiento tenía por objetivo buscar
una “mayor justicia, mayor igualdad, mayor reciprocidad en el intercambio de
información, menor dependencia en relación con las corrientes de
comunicación, menor difusión de mensajes en sentido descendente, mayor

Fuentes: LOZANO, Rendón J. C., Teoría e investigación de la comunicación de masas, México, Alambra
Mexicana, 1997; ESTEINOU, Javier, Economía política y medios de comunicación, México, Trillas, 1991;
HAMELINK, Cees, La aldea transnacional: el papel de los trusts en la comunicación mundial , Barcelona,
Gustavo Gili, 1981.
autosuficiencia e identidad cultural y mayor número de ventajas para toda la
humanidad”. Y de él se desprenden los siguientes puntos básicos:

1) Eliminación de desequilibrios y desigualdades.


2) Eliminación de efectos negativos de las excesivas concentraciones.
3) Remoción de obstáculos internos y externos para un libre flujo y mayor
equilibrio.
4) Pluralidad de fuentes y canales de información.
5) Libertad de prensa y de información.
6) Libertad para los profesionales de la información.
7) Habilitación de los países en desarrollo para mejorar sus propias
situaciones.
8) Compromiso sincero de los países desarrollados.
9) Respeto de la identidad cultural de cada pueblo al participar en el
intercambio.
10)Respeto al derecho de cada pueblo para participar en el flujo de
información internacional.
11)Respeto al derecho de la colectividad y al acceso a la información.

Sin embargo, estas propuestas de la NOMIC se topan con el rechazo de los


países desarrollados, quienes acusan a su vez a la UNESCO de participar
como agente en el impedimento del libre flujo de comunicación a nivel mundial.
A partir de esta confrontación, EEUU, Japón e Inglaterra se alejan de la
UNESCO, provocando con ello que se caiga cualquier intención de adoptar
tales principios.

México, por su parte, entra a la neolibertad del flujo comercial hasta 1994,
cuando decide abrir sus aduanas al mercado norteamericano (EEUU y
Canadá). Con ello se abre el debate mexicano sobre la influencia
norteamericana en los diversos aspectos de la sociedad.

De todo esto deriva una serie de análisis, donde destacan seis


transformaciones esenciales en el mercado radiofónico mexicano: 1) mayor
competitividad internacional, de donde sobrevivirán sólo los más fuertes. 2)
intensificación del carácter oligopólico norteamericano. 3) reforzamiento de los

Fuentes: LOZANO, Rendón J. C., Teoría e investigación de la comunicación de masas, México, Alambra
Mexicana, 1997; ESTEINOU, Javier, Economía política y medios de comunicación, México, Trillas, 1991;
HAMELINK, Cees, La aldea transnacional: el papel de los trusts en la comunicación mundial , Barcelona,
Gustavo Gili, 1981.
objetivos comerciales y lucrativos de la radio, perjudicando las funciones
sociales y culturales. 4) modernización tecnológica de la industria radiofónica
nacional. 5) diversificación programática resultante de la segmentación
acelerada de la audiencia. 6) modificación de la estructura jurídica del sector;
además de una puntualización crítica sobre la consecuente privatización y
transnacionalización de la infraestructura por parte de la mercantilización.

Así, para terminar, podemos denostar que la globalización económica y sus


consecuentes (y acelerados) desarrollos tecnológicos en la industria de la
comunicación son el anzuelo para los mercados latinos y en especial el
mexicano. Esto conllevará dentro de sí mismo una fuerte crítica a la
desigualdad que provocan estos procesos, advirtiendo las propiedades y los
estilizados flujos de la comunicación de masas. Mientras siga establecido el
orden tradicional de comunicación vertical no habrá un progreso social desde
los medios, pues internet en su poco tiempo de vida ha demostrado una
revolución inherente a sus plataformas y canales de comunicación libre, lúdica
y horizontal.

Fuentes: LOZANO, Rendón J. C., Teoría e investigación de la comunicación de masas, México, Alambra
Mexicana, 1997; ESTEINOU, Javier, Economía política y medios de comunicación, México, Trillas, 1991;
HAMELINK, Cees, La aldea transnacional: el papel de los trusts en la comunicación mundial , Barcelona,
Gustavo Gili, 1981.
Fuentes: LOZANO, Rendón J. C., Teoría e investigación de la comunicación de masas, México, Alambra
Mexicana, 1997; ESTEINOU, Javier, Economía política y medios de comunicación, México, Trillas, 1991;
HAMELINK, Cees, La aldea transnacional: el papel de los trusts en la comunicación mundial , Barcelona,
Gustavo Gili, 1981.

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