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01 VAIKRA / MASHIAJ / TEMPLO

Los sacrificios del Eterno


por Yehuda Ribco26/03/2020
El libro de Vaikrá/Levítico está lleno de
preceptos rituales referidos a los
korbanot (korbán en singular) y otras
ofrendas que se dedicaban en el
Templo.
Korbán es traducido por lo general
como “sacrificio”, también puede
decirse “ofrenda”.
En realidad la palabra hebrea podría
mejor definirse como “aproximarse”, “acercarse”, “allegarse”,
“adentrarse”; pues proviene de la misma raíz lingüística que
el verbo “lekareb”, que es “acercar”.
(Nota aparte, de igual raíz está la palabra “krab”, que es
combate o lucha. Solo un dato al margen).
Por tanto, la mejor idea que podríamos tener en mente al usar
la palabra Korbán sería: un elemento (por lo general ser
vivo, animal o planta) que es usado de manera ritual
para que la persona pueda sentirse más próxima al
Creador.
Igualmente, la traducción le ha impuesto el mote de
“sacrificio” y a veces de “ofrenda”.
¿Qué podemos hacer al respecto?

En la actualidad, y ya siendo casi dos mil años sin el Templo y


por tanto sin korbán, nos resulta muy bizarro todo lo que
refiere a él.
Escoger un animal, traerlo, dedicarlo, revisarlo, matarlo, tener
el pensamiento adecuado de acuerdo al korbán ofrecido,
destajarlo, asarlo o cocinarlo, comerlo o quemarlo, lo que
hacer con las cenizas, qué partes son para esto y cuales para
aquello, recoger la sangre, las salpicaduras con sangre de
acuerdo a determinado korbán, los encargados de realizarlo,
etc.
Son cientos, miles, las reglas, los detalles, etc.
Hay que ser experto y realmente no muchos lo son
actualmente, como tampoco lo eran cuando estaba en
funciones el Templo. Era una materia mucho más conocida,
por su vigencia, pero destinada a ser experticia de unos
pocos.
Por tanto, permíteme solamente unas breves reflexiones.

¿Por que se hacían?


Tenemos en la tradición algunas respuestas, que pueden
resultar contradictorias entre sí, o quizás con mayor
conocimiento se comprenda su integración.

1- Posición de la línea Maimónides:


Era una costumbre inventada en la época donde el
conocimiento de las cosas de Dios era escaso, casi nulo. Por
tanto, la imaginación contempló a su alrededor y decidió que
la muerte de un animal, o el ofrecer otros alimentos, era lo
que a los dioses complacía, o hasta les satisfacía sus apetitos.
Es decir, un acto para agradar a la deidad, para acercarse a
ella.
No tenemos que ir muy lejos, sino recordar el relato de la
ofrenda fracasada de Caín, casi al comienzo de la Torá.
Además de recordar que todo esto llevó al primer asesinato
de un humano.
Cuando la Torá fue entregada y por tanto un plan de Dios fue
revelado con mayor claridad que anteriormente, el Creador
aceptó que momentáneamente la gente siguiera con su
costumbre de sacrificar para sentirse en proximidad a la
deidad. PERO, ya no sería a los dioses o cualquier otra falsa
potestad, sino que solamente al Creador.
Con esto pretendía el Legislador ir acompañando la evolución
del humano, modificando de a poco todo lo que rodeaba a los
korbanot hasta su eventual transformación en otra cosa.
Puede que sea en rezos, en meditación, en contemplación, o
cualquier otra técnica que permitiera al humano sentirse
próximo al Creador.
No olvidemos que la mayor parte de los korbanot eran
ingeridos, por el oferente, los sacerdotes, la familia de ambos,
invitados, etc. Así pues, era también momento de cercanía
con el prójimo, por compartir, por celebrar, como comer
juntos, por tener que alegrarse en compañía, por haber tenido
que pedir perdón en el caso del korbán al respecto, etc.
El korbán era algo más que quemar un bicho muerto en honor
a una deidad, era un acontecimiento que unía familias, grupos
y comunidades.
Pero además, hoy día es habitual comprar la carne en
carnicerías, pero para ellos era tener la carne que fue elevada
por medio de este ritual. La vida del animal cobraba una
relevancia que no la tiene cuando adquirir una hamburguesa
es un ritual de “comida rápida”. ¿Se entiende?

2- Posición de la línea Najmánides:


Los korbanot con sus detalles y consideraciones tienen
misteriosos vínculos con regiones sobrenaturales, por tanto
cada korbán interacciona místicamente modificando la
realidad. Por ello no da lo mismo un animal que otro, un sexo
que otro en algunas ofrendas, un tiempo que otro, etc.
Porque son como delicados botones que sirven para provocar
efectos a nivel cósmico.

3- Posición de la línea Rav Kook:


Los rituales que rodean al korbán, el ambiente del Templo, el
servicio de los sacerdotes y levitas, el encuentro con los otros
participantes y en particular la muerte de un ser vivo inocente
tienen la intención de provocar un fuerte impacto en el estado
de ánimo de los participantes, para que de esa manera se
produzcan cambios en la conducta, pensamiento, manera de
ser de la persona en este mundo.

4- Posición inclusiva de los tres:


Las órdenes del Eterno son para ser cumplidas, las
entendamos o no. Son lo que en hebreo se llaman Jukim.
Dentro de estos decretos inaccesibles al razonamiento
humano se inscriben los Korbanot. Por tanto, podremos
argumentar, teorizar, debatir, pero ni siquiera a los profetas
se le revelan los secretos inadmisibles a la mente humana.

Por último, y ya fuera de lo tradicional, están los que ven los


sacrificios y los rituales similares como demostraciones de la
barbarie en la que se vivía, la falta de conciencia moral, el
descontrol del hombre que pretendía hacer religión
destruyendo.
Sí, hasta esta postura tan conflictiva con los korbanot de
cierta forma está enmarcada en el mensaje profético:

«Dice el Eterno: ‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros


sacrificios? Hastiado estoy de ofrendas consumidas por
completo por el fuero de carneros y del sebo de animales
engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de
machos cabríos. Cuando venís a ver Mi rostro, ¿quién pide
esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios? No
traigáis más ofrendas vanas. El incienso Me es una
abominación; también las lunas nuevas, los shabatot y el
convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con
asamblea festiva! Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y
vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de
soportarlas. Cuando extendáis vuestras manos, Yo esconderé
de vosotros Mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, Yo
no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
‘Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de
delante de Mis ojos. Dejad de hacer el mal. Aprended a hacer
el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al
huérfano, amparad a la viuda.»
(Ieshaiá/Isaías 1:11-17)
En muchas palabras, muy acertadas y necesarias, lo dice el
profeta en nombre del Creador.
Humildemente lo resumo en pocas palabras: el mayor
acercamiento a Dios lo conseguimos al construir
SHALOM, por medio de pensamientos, palabras y actos
de bondad y justicia.

Que podamos percibir nuestra cercanía, nuestra identidad.


Que tengamos el coraje para quebrar el yugo del EGO y ser
constructores de SHALOM.

Si quieres ser parte de nuestra misión sagrada, es hora de


donar generosamente: https://serjudio.com/apoyo , el
beneficio es todo tuyo si lo haces.
OPINIONES E IDEAS / SOCIEDAD Y ACTUALIDAD

El poder del humano


por Yehuda Ribco25/03/2020
La mayoría de los que lean estas líneas
durante el final de marzo 2020 podrán
estar de acuerdo conmigo que ninguno
imaginaba, ni siquiera en sus más extraños
delirios, que podríamos estar en esta
situación.
El humano parecía una ola imparable,
dueño del universo.
De repente, como sin darnos cuenta, pasamos a estar
recluidos, limitados más de lo habitual.
Algunos perdieron sus trabajos, o están en riesgo de ello.
Otros se han enfermado, y mucho más le tienen miedo al
virus y sus consecuencias.
El mundo de los humanos está totalmente trastocado, por lo
que algunos están hablando de “la nueva normalidad”.
Una en la cual el asilamiento es amplio, el distanciamiento
social.
La incertidumbre por el mañana.
Las ganas de salir, pero quedarse.
Los conflictos de la convivencia.
La creatividad para resolver lo que antes estaba asumido
como normal.
Mientras el mundo que construimos con tanto orgullo en
pocas décadas, se está derrumbando.
No es la sociedad capitalista la que está en picada, es la
humanidad tal y como la conocemos. De hecho, quizás parte
del rescate venga desde el capitalismo, ¿quién lo sabe?
En tanto, los charlatanes y piratas de la fe en vez de asumir
su idiotez, malicia e impotencia, en su gran parte se están
enriqueciendo a causa del miedo e ignorancia de su público.
Las cosas están cambiando, pero, ¿qué pasará cuando la
pandemia se dé por resuelta?
Nadie puede saberlo.
Y todo esto a causa de un virus que mide nada, que piensa
nada, que siente nada, que puede muy poquitas cosas en su
no-vida (ya que no es un ser vivo).
Por otra parte, imagínate que este virus se propagara tan
ferozmente como lo hace, pero en lugar de que mueran unos
pocos (comparativamente al número de los infectados,
porque igual un solo muerto ya es muchísimo) terminara con
una muerte agresiva e imparable. ¡Dios no lo permita!
Serían millones de muertos en pocos días, quedaría diezmada
o desaparecida la humanidad.
¿Y quién te dice que eso no pueda pasar dentro de un par de
semanas?
Por ahora queda darnos cuenta de lo poderosos que somos
como sociedad, la grandeza de la humanidad.
Al mismo tiempo, la terrible debilidad que nos envuelve a
cada momento y que se ha hecho patente ahora.
Es momento de aprender, de ser creativo, de curarse, de
curar a la sociedad, de construir una nueva realidad.
Volviendo al viejo saludo de mi parte: a construir shalom, con
acciones internas y externas de bondad y justicia.
Que nuestros pensamientos, palabras y hechos solo sean de
construcción de shalom.
¿Qué otra cosa nos queda?

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