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CLASE 2 - Neolítico y Arq Egipcia
CLASE 2 - Neolítico y Arq Egipcia
Hacia el año 13000 a.C. las placas de hielo empiezan a fundirse. Las temperaturas
globales habían subido, se liberaron aguas retenidas y se inundaron tierras y aumentó
el agua de precipitación que redujeron los desiertos formados en los trópicos.
Cambios climáticos que mejoraron la colonización de plantas y animales en numerosas
partes de la tierra que hicieron crecer los recursos. Disponer de suministros
abundantes de alimentos fue uno de los factores que ocasionó el crecimiento
constante de las poblaciones humanas. Los primeros agricultores cultivan cosechas en
Oriente Próximo hacia el 9000 a.C. Podían mantenerse comunidades enteras con las
cosechas y el almacenamiento del grano facilitaba la vida sedentaria.
* Hacilar Huyuk.
* Aldea de Eridú.
* Jericó.
* Çatal Huyuk.
Europa encontramos una corriente monumental que no se hizo para uso práctico, sino para
necesidades emocionales, rituales y simbólicas y que además imita la naturaleza. Esta primera
corriente es la que conocemos como megalitismo. Se extiende por el N. de África, Península
Ibérica, Francia, Gran Bretaña, Córcega, Cerdeña, Dinamarca y parte de Italia.
La llamamos así porque está hecha con grandes bloques de piedra unidos sin mortero, La técnica
constructiva se basa en el poste y el dintel. Con los bloques construían tumbas y templos, pero
siempre clavando en el suelo un gran ortostato, otro enfrente y otro formando un dintel. Muchos
siglos después encontramos esta técnica en Egipto y en Grecia.
En esta primera corriente encontramos que no se soluciona el problema práctico del cobijo de
una familia sino que se usa para ceremonias funerarias y religiosas. Se emplean grandes bloques
macizos a veces cubiertos con tierra (túmulos) para una mayor protección. En ocasiones se utiliza
la técnica de la mampostería de bloques submegalíticos con hiladas que forman la cubierta de
algunas tumbas megalíticas.
Las sociedades neolíticas atribuyen a esta tipología mucha importancia, lo que compensa el
esfuerzo social y económico. Hay una parte de la mano de obra que se dedica a la construcción.
Extraen la piedra de la cantera y la transportan en barcazas y trineos. Aprovechan corrientes
fluviales si las hay. Abundaba la mano de obra. Usan rodillos para mover los bloques, que luego
levantan con palancas y planos inclinados.
Aún no sabemos cómo consiguieron levantar exactamente estas estructuras, ya que solo
contaban con herramientas muy básicas.
1. Las tumbas (dólmenes) Todos los tipos de tumbas solían estar cubiertos con túmulos. Podían
ser colectivos o individuales.
- Tumba de pasillo. Cámara rectangular o poligonal a la que se llega por una vía de entrada.
Se le añade a la tumba de cámara una entrada formada por dólmenes.
Las tumbas son importantes porque son una manifestación de la arquitectura megalítica que
conforman necrópolis, no están aisladas, son el único testimonio de que allí ha existido un
asentamiento humano en el Neolítico. No nos queda constancia de la ciudad de los vivos, ya que
esta se hace con materiales perecederos.
carece de uso funerario, son templos. Hay restos en Sicilia, Cerdeña, Malta y las Islas Británicas.
Son incluso más notables que las tumbas y están relacionados con alguna forma de adoración.
- Hal Tarxien. En Malta, encontramos importantes restos de templo megalítico construido con
enormes bloques de piedra, puertas adinteladas, techos en voladizo, altares… Construido
sobre poste y dintel. Ortostatos (bloques o losas verticales) cubriendo el acceso y las distintas
dependencias de los templos.
Los cromlech son característicos de las Islas Británicas. Parece que no tuvieron uso funerario,
sino que están destinados a funciones de carácter religioso. Probablemente tengan alguna
relación con el estudio astronómico, repercutiendo en la vida de agricultores, porque construían
mientras crecían las plantas.
- Avebury. Franja circulas de 396m de diámetro que encerraba varios anillos de piedra
(ortostatos clavados verticalmente). Algunos dispuestos como menhires y otros sosteniendo
un dintel
- Túmulo de Silbury. El mejor conservado de todos, pudo tener uso como templo. 152m de
diámetro y 40 de alto. También relacionado con el ciclo de la vida, culto de gran importancia
entonces.
- Stonehenge. Situado en Salisbury. Construcción en forma de anillos concéntricos. El eje
central es un altar que hay en el centro, alrededor del cual se disponen en planta de herradura,
cinco trilitos formados cada uno por dos pies derechos sosteniendo un dintel. Tras los trilitos
había un círculo de pies derechos más pequeños realizados con piedra azul, transportados
desde las montañas de Prescelly, a 225km de distancia.
El circulo exterior (32m) es la parte más monumental, formada por monolitos de piedra de
4m de altura que sostenían un dintel continuo. Tras este anillo había un círculo de pequeñas
piedras marcadoras movibles dispuestas en 56 hoyos separados por la misma distancia. Sería
el límite interrumpido por una línea de acceso marcada por menhires. El monumento quedaría
aislado del espacio circundante mediante una zanja.
Es posible que también haya alguna relación con la adoración al sol y en general a los astros,
lo que explicaría la disposición de los monolitos. Le han intentado aplicar a cada piedra un
signo astrológico, como si fuera un observatorio. El mismo sentido tendrían las piedras móviles
en relación con el movimiento de la bóveda celeste. Por tanto, podemos decir que sus
significados pueden ser, culto al sol, reloj de sol gigante, observatorio astronómico o como
lugar para ceremonias elaboradas.
ARQUITECTURA EGIPCIA
Aunque su historia sufrió declives (Períodos Intermedios), el arte rompe con esa idea
porque lo que intenta siempre es imponerse sobre la realidad (eternidad y continuidad
frente a lo impredecible de la vida real). Sin embargo, su estatismo sólo está roto por
un fenómeno: la mencionada división territorial de Egipto en Alto y Bajo. El Nilo, en su
larguísimo recorrido, alentó esta división, que perduraría en la mentalidad social,
llevando incluso los faraones doble corona: del Alto (más alargada y casi papal) y Bajo
Egipto (trasera y más picuda). Los símbolos también los diferenciaban religiosamente
(sacerdotes de Tebas…etc). Debajo de su unidad histórica se esconde un largo viaje,
una gran expansión geográfica y temporal, que también afecta al arte (las Pirámides
tienen casi mil años de diferencia con el Templo –que no tumba- de Abu Simbel.
La sociedad egipcia estaba fuertemente jerarquizada: las imágenes que reproducen a
los faraones y a las gentes de cargos superiores o nobles son más trabajadas, hechas
de materiales más sólidos, de figuras más rígidas, idealizadas y trascendentes, mientras
que al descender en la escala social las representaciones de campesinos o artesanos
son más débiles (de materiales más perecederos), pero adquiriendo por el contrario, y
cuanto más se descienda, mayor vida, expresividad, realismo, imaginación y soltura.
Casi todo lo que se conserva se fabricó para preservar la vida del faraón y la nobleza. El
Faraón (“Casa Grande”) era Dios e hijo de Dioses. Sus súbditos y la corte le
pertenecían. En sus tumbas se enterraban su cadáver y los dobles o nombres de todos
aquellos que formaban parte de su gran familia (conceptos de divinidad y endogamia).
El faraón es como un delegado de Dios en la Tierra, por lo cual su tumba debe ser
magnífica. El concepto de vida después de la muerte recoge una decisiva recuperación
en el arte funerario (el ka). Después del faraón había varias instituciones importantes:
los funcionarios imperiales, los escribas, los arquitectos, ingenieros… y finalmente la
base social (campesinos, artesanos…).
Otro aspecto clave por su repercusión artística era el concepto de la vida, de la mente
y del hombre que tenían: éste se componía de tres elementos: el material (cuerpo), el
ba (alma), y el ka (la plasmación del difunto en el Más Allá, en donde se reunía su
currículum, sus virtudes, hechos favorables y negativos…, de mayor repercusión
artística y de compleja definición). Este ka, una representación virtual perfecta, es lo
que se imprime en las tumbas, en sus retratos. Es, como decimos, la imagen virtual e
idealizada del difunto en la otra vida, ¿cómo resucitará? ¿cómo volverán a unirse alma
y cuerpo? Eso define al ka. Por ello se escoge la imagen del hombre joven y fuerte,
cuando mejor estuvo en vida, y con actitud de suma dignidad (nunca con las piernas
cruzadas…). Como el faraón tenía muy diversos menesteres, unas veces se le
representaba de pie, otras sentado, como sacerdote, como rey, etc… para que la
divinidad lo reconociese más fácil y rápidamente (Osiris).
Imperio Antiguo.
Las Mastabas.
Estaban formadas por una estructura tronco-piramidal y poco elevada, ocultándose el
lugar de enterramiento propiamente dicho. Se solían hacer con piedra o adobe (las
que se han perdido). Poseían cuatro partes fundamentales, obedeciendo su
articulación a criterios rituales: eran la Capilla (parte externa de espacio litúrgico de
oración como rogativa para el difunto), el Serdab (una segunda capilla orientada a
preservar el ka), luego el Pozo (galería vertical o rampa que penetraba en la tierra),
que buscaba, finalmente, la Capilla Funeraria propiamente dicha, donde se guardaba
el sarcófago con el cadáver, las ofrendas y los objetos e imágenes personales del
personaje. El pozo no era sólo un pasillo físico, sino que representaba el viaje hacia el
Más Allá (a veces desmesuradamente largo dadas las necesidades estructurales de la
tumba).
El recinto, configurado por un rectángulo, está amurallado (con gran belleza mediante
la impresión de hendiduras en los muros), porticado (todas falsas menos una), y
presenta otras importantes novedades: además de, como hemos dicho, utilizarse por
vez primera los sillares de piedra, destaca también la presencia de la jerarquización y la
complejidad distributiva de las secciones (patios, edificaciones, decorados...). Impacta
el esfuerzo físico y económico desplegado sólo en la elaboración de una simple
escenografía funeraria.
Después se llevó a cabo una búsqueda de la forma perfecta piramidal (III-IV Dinastías),
en lo que estribaba la obsesión de Snefru, que construyó tres pirámides, no
sintiéndose satisfecho con las dos primeras: la de Medún y la de Dashur (quebrada).
Con la llamada “Roja” (2605 a.C.), sí se contentó, la cual poseía una cámara interior de
8’35 m de ancho y 14’65 de alto. Es la primera de forma canónica triangular. Su bóveda
(de la mencionada cámara principal) está hecha a base de aproximación de hiladas
(como en la Cueva del Romeral, 800 años más temprana).
Keops (2600 a.C.), Kefrén (2560 a.C.) y Micerinos (2525 a.C.) son los tres grandes
faraones de la IV Dinastía. El arte que promulgaron estaba pensado para la eternidad,
para perpetuar su recuerdo. Y así lo consiguieron. Las tres pirámides que componen el
complejo se construyeron relativamente en poco tiempo. Son un perfecto enlace entre
la divinidad y los mortales. Presentan una estructuración jerarquizada (como en
Saqqara), consistente en un Templo llamado “del Valle”, que llegaba a la ribera del río,
una rampa que arrancaba de él (qui simbolizaba, como en el pozo de las mastabas, el
camino hacia el Más Allá), cubierta, que subía hasta el Templo Funerario propiamente
dicho (el de Kefrén, con dinteles prismáticos, se conserva casi intacto), detrás del cual
se ubicaba la pirámide (que protegía la tumba). Alrededor de la de Keops, por ejemplo,
se construýo un mar de mastabas, que muestran la idea de su sistema ecuménico
complejo (ciudadanos acogidos por la figura faraónica). Esta Pirámide de Keops, la
mayor, mide aproximadamente 145 m de alto (su base no está bien definida), es de
piedra caliza extraída de canteras cercanas (el poblado de los obreros se ha
descubierto recientemente), recubiertas de piedra marmórea (pulida), que se traía de
lejos a través del Nilo.
La pirámide es prácticamente maciza, excepto por unos pasillos interiores que
comunican sus tres cámaras: una subterránea, otra intermedia (para la reina, la cual se
trasladó al exterior posteriormente) y la que constituye el corazón de la estructura: la
tumba del faraón.
Los sillares usados en la obra pesan entre una y tres toneladas, lo que da una idea de la
dificultad de la construcción. Están constituidas en hiladas perfectas.
Construcción.
IMPERIO MEDIO
Hipogeos.
En esta época van desapareciendo las pirámides poco a poco, y surgen los Hipogeos. La
última pirámide destacable es la de Sesostris I (XII Dinastía), que presentaba unos
muros de carga en forma de costillares, en disposición vertical, siendo el resto de
ladrillo (con lo que se perdía un poco la idea de eternidad, que permanecía aunque el
coste de las antiguas construcciones ya no se puediese afrontar). Amenemmes ya se
enterró en bóvedas escarzadas con columnas ornamentales (cámaras subterráneas), y
Seremput II y Paheti. A veces estos hipogeos imitan estancias o jardines de sus palacios
interiores, y frecuentemente aparecen motivos vegetales de decoración (en las
columnas, protodóricas). El capitel es el propio ábaco superior. La estructura más
relevante es el Templo-Tumba de Mentuhotep II en Deir-el-Bahari. Presenta una gran
superposición de terrezas y pórticos puramente ornamentales, que enfatizan su
volumen, cuyo centro se corona por un Templo cuya parte superior ha sido discutida
por si presentaría una pirámide, una cúpula… . Después había un patio y otro Templo
hipóstilo que precedía la Tumba en el interior de un cerro.
IMPERIO NUEVO
Esta arquitectura se desarrolló principalmente desde el año 1530 a.C. hasta el dominio
romano de Egipto. En ella se produce la gran eclosión de la Arquitectura Templaria,
con tipologías y funciones distintas a las de las construcciones anteriores. Están
normalmente dedicados a Amón u otros Dioses Locales. También nace la gran
necrópolis faraónica llamada “El Valle de los Reyes”, situado en un ámbito
semidesértico, entonces presentando montes poco elevados y apenas manipulados. La
antigua monumentalidad exterior se transforma en la arquitectura de espacio (de aire
interno), no de volúmenes.
que los Templos presentaban una tipología muy concreta: el primer elemento
constaba de la Avenida de Esfinges o Carneros (Dromos) hacia su entrada, lo que
constituía el pasillo ceremonial (donde los fieles permanecían en las grandes fiestas), y
que terminaban en los Pilonos (las fachadas monumentales del Templo), que eran
unos troncos de pirámides muy verticales, truncados. En ellos se disponían relieves
narrativos, o podían presentar símbolos de linaje o grandeza (banderolas, estandartes,
retratos de los faraones patrocinadores y a veces los Obeliscos, y que representaban
los rayos del Sol petrificados, rematados por el Piramidón, de oro, metal de dioses,
puro e incorruptible, como el alma faraónica).
Después se pasaba al primer patio, una sala exterior, llamada Hípetra, abierta,
rodeada de columnas, y era el último lugar al que podía acceder el pueblo llano.
Detrás se encontraba la Sala Hipóstila, que generalmente presentaba columnas, y era
la más monumental, y de la que podía haber varias.
Por último, se pasaba al Sancta Sanctorum, que era la Cámara Sagrada, el lugar que
guardaba la imagen de la Divinidad (y podía tener otras dependencias para oficios
litúrgicos).
El Templo estaba cerrado por fuera con pequeños postigos de acceso restringido, las
únicas entradas la de los Pilonos y la de la Sala Hipóstila, cuyo escalonamiento permitía
la entrada de la luz (muy tamizada, con celosías muy caladas, que sólo dejaban una
semipenumbra).
El templo descendía en altura hasta la cámara sagrada, como un embudo. Otros
elementos notables son la regularidad del concepto arquitectónico, la gran
geometrización (con ejes que juegan con los cuadrados, columnas y círculos) y las
columnas palmiformes, lotiformes y papiriformes.
El Valle de los Reyes es el escenario principal de la extensión del Hipogeo como tipo de
enterramiento faraónico y nobiliario. El valle era un espacio sacro, con unos perfiles
geográficos característicos (de orografía quebrada), que estaba protegido por una
muralla con vigilantes soldados (para evitar las profanaciones y expolios). En la llanura
de la que arrancaba es donde se construían los Templos (una especia de capillas), en
los que se podía seguir rogando por los difuntos (en uno se encuentran los Gigantes de
Memnón, el de Amenofis III). Los hipogeos constituían una inmensa e intrincada red de
túneles subterráneos, complejos y luengos, con sus escaleras, rampas y dependencias,
que llegaban a la más amplia cámara funeraria, que a su vez podía presentar capillas
anexas. Éstos hipogeos solían ser alargados y rectos, aunque a veces se quebraban
para no acercarse y profanar otros cercanos. Entonces se incorporan los textos
sagrados en las paredes (aportación fundamental), representándose (además de los
libros de los muertos y de las horas), todo tipo de labores y menesteres que nos hablan
de sus vidas diarias, no siendo adornos, sino símbolos trascendentes, verdaderas guías
históricas.