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"Locura y psicosis" por Diana Campolongo.

por Instituto Oscar Masotta Neuquén (Notas) el domingo, 14 de abril de 2013 a la(s) 10:52

LOCURAY PSICOANALISIS
(Doctrina,fenómeno, concepto…)
 
 
                                       “De esa manera han sido  sucesivamente considerados locos todos–
grandes o pequeños- cuantos desviáronse de las rutas señaladas  por la rutina”.
                                                                              JoséIngenieros.
 
El interés social por la locura, recorrevarios siglos, es especialmente la Edad Media la que hizo un
uso específico dela misma ubicando en esta categoría  aquellosa quienes no se sabía cómo tratar
socialmente. La relación con la brujeríapermitió la instalación de la Inquisición, y la Edad Media fue
también conocidacomo Edad de la Locura[1]
Jacques Lacan, se refiere a ella en diversosmomentos de su enseñanza, y tanto la confunde con la
psicosis como así tambiénestablece una precisa diferencia.
El interés de Lacan se hizo muy evidente en suseminario sobre el síntoma, al referirse al caso de
Joyce. La lectura que haceLacan sobre este escritor y su obra ilumina la cuestión de la locura y
permiteestablecer una mejor y más clara diferencia entre ésta y la psicosis como estructuraclínica.
El trabajo realizado por Pablo Muñoz  en su libro “Las locuras según Lacan” (LetraViva 2011)
recorre exhaustivamente los orígenes y el empleo dado por Lacanestableciendo una clínica que
alcanza un punto de formalización con la teoríade los nudos.
 
La idea de crisis que tiene la medicina cobraun valor clínico considerable ya que permite ubicar a
la locuracomo un estado, un momento (fecundo) adquiriendo un carácter episódico.
Si, como dice Lacan, no se vuelve loco quien quieresino quien puede,  existe unarelación
entre locura y estructura, pero no se confunden. La locura queda aquísupeditada a la estructura,
manteniéndose el lazo entre ambas. Aquí la locuraestá referenciada estrechamente con la psicosis.
 
Mi interés en particular, se orientó, a partirde un caso que atiendo hace unos cuantos años. En el
que los signos claros dela locura en tiempos de crisis, no se hacían evidentes en los momentos en
queel paciente salía de esos estados y no era posible hallar en él ningún indicioclínico de “psicosis”.
La preguntapor la estructura era completamente pertinente.
 
El término locura es de difícil definición yaque no tiene un significado absoluto. Habitualmente
utilizado a partir de su oposición a la razón, se lo aplicó acualquier actividad humana considerada
como insensata.
 
En el campo jurídico se presenta confundidacon el término demencia, en el artículo 34 del Código
penal, donde se declaraninimputables aquellos que no comprendan la criminalidad del acto,
cuestión másrelacionada con la oposición respecto de la razón.
 
Según refiere Rafael Huertas García[2],durante la primera mitad del siglo XIX tuvo lugar un notable
acercamiento demédicos y juristas de modo que las opiniones de aquellos comenzaron a sertenidas
en cuenta en el campo legal. Se comenzó a aceptar, como un hechopsiquiátrico totalmente
definido, que determinadas alienaciones mentales podíancursar con “crisis” violentas  o,incluso, ser
éstas la única manifestación clínica de la enfermedad, de talmanera que determinados hechos
criminales podían ser interpretados como el actoirresponsable de un loco (esto es retomado de M.
Foucault en Vigilar yCastigar).
 
Y el peso de este acercamiento contiene elprivilegio de suponer que tan sólo un acto puede dar
cuenta de la locura, asícomo la idea de crisis como única manifestación de la enfermedad. Lo
quepermite suponer en aquel que la padece un fondo de “normalidad” que luegoretomaremos,
pero que está muy presente en Lacan.
 
Se identificaba y al mismo tiempo se sustituíaasí con el término de alienación enel siglo XIX a estas
crisis o accesos con las monomanías, entidad creada por Esquirol en 1814 como aquella en laque
“el enajenado conserva el uso de la razón y no delira más que sobre unobjeto o círculo muy
limitado de ideas, sintiendo, razonando y obrando en losdemás órdenes de la vida como lo hacía
antes de sufrir la enfermedad”.
 
 
De manera ilustrativa, podemos ubicar por unlado la categoría de los social, cuestión fundamental
en Foucault; unacategoría desde el poder psiquiátricosuperponiéndola con el término psicosis,
que desde 1845 se impone en eseterreno convirtiéndola en sinónimo de enfermedad mental; y
como un estado del ser de acuerdo a lasconsideraciones de Hegel[3].
Sobre el trabajo de Hegel, Lacan va aconstruir su doctrina de la locura, enla que a partir de la “ley
del corazón” subrayará la función de“desconocimiento” como esencial; y el principio mismo de la
locura será la alienaciónprimordial del yo.
 
En relación a Michel Foucault, su Tesis,defendida el 20 de mayo de 1961, sostiene una particular y
polémica posicióncon respecto al tema de la locura y susrelaciones con el poder.
Esta Tesis fue publicada por primera vez conel título de “Historia de la locura y la insensatez en la
época clásica”.
Básicamente, denunciaba todos los ideales delos historiadores de la psiquiatría y la psicopatología
dando por tierra con elhumanismo de Philippe Pinel.
No hasido la medicina la que definió los límites de la razón y la locura, sino que,desde el siglo XIX
los médicos han sido encargados de vigilar y montar guardiaen la frontera. Allí escribieron
ENFERMEDAD MENTAL, indicación que equivale ainterdicción.[4]
 
Es Henri Ey, contemporáneo de Lacan, quien,estudioso de la Tesis de Foucault, finalmente la
calificó de “psiquiatricida”.
Henri Ey comprende perfectamente la enormedifusión que tienen las ideas de Foucault, y
finalmente organizó un coloquiosobre el tema de la locura; en Toulouse, en diciembre del 69, “La
concepciónideológica de la historia de la locura”, al que Foucault no asistió.
La defensa del saber psiquiátrico se habíavuelto tan difícil debido a que la Tesis de F. coincidía
mucho con elmovimiento antipsiquiátrico de los setenta con Laing y Cooper quienes sosteníanque
la locura no era una enfermedad mental, sino una historia. Y laesquizofrenia representaba la
respuesta delirante del malestar ante laalienación social o familiar.
 
Por otro lado, la historia del movimientopsiquiátrico a fines del siglo XVIII (con la Revolución
francesa), comienzacomo un método de observación y tratamiento, como modelo de investigación
de laenfermedad mental, nace con un mito, el mito creado por Jeanne EtienneEsquirol. Este mito
dice que Philippe Pinel es nombrado director de La Bicetrey es allí, donde, llevado por la corriente
humanista pide a las autoridades quelos enfermos sean liberados de las cadenas. Empieza a
considerarse untratamiento menos cruento para los “alienados”.
 
Entonces, está tenemos por un lado una historiade la Psiquiatría, y por otro una historia de la
Locura.
Básicamente para Foucault la locura era unhecho de cultura, basándose en la idea de exclusión de
la locura por la razón.El loco era considerado como el OTROexcluido, y no un sujeto enfermo
como lo pretendía la psiquiatría. Lo quele interesa a F. es la decisión que vincula y separa a la vez
la razón y lalocura. Insiste en que no quiere hacer una historia de la psiquiatría sino dela locura en
sí.
 
Son básicamente dos acontecimientos en los quese asienta esta Historia, de la locura y la
psiquiatría, que son en 1656, conla creación del Hospital General y El Gran Encierro de los pobres,
y en 1794 laliberación de los encadenados de Bicetre.
Es el pasaje de la experiencia medieval de lalocura a la experiencia que confina la locura en la
enfermedad mental.
La primera llamada “El Gran Encierro” estáexpresada en el capítulo “Stultifera Navis” (la nave de los
locos), que cuentaque al extinguirse la lepra a fines de la edad media y volverse inútiles
losleprosarios, se hizo lugar a una “nueva encarnación del mal”; la enfermedadmental era la
verdadera herencia de la lepra.
 
El momento que relata F. tiene que ver con lainternación donde se crean los grandes internados y
allí van a parar los pobres, locos, y desocupados.
El Hospitalno tiene relación con la medicina, con lo médico; sino que es más bien una instancia
de orden.
Esta práctica del encierro es generalizada enEuropa, animada por la condena a la ociosidad y No
por criterios de curación.
La locura es confinada al encierro; y la razóny la moral figuran como criterio de exclusión y
fundamentan la práctica delencierro.
Lalocura era percibida básicamente con relación a la pobreza y a la incapacidadpara
trabajar.
 
La razóny la moral constituyen un borde, la línea por la cual:locos, blasfemos, libertinos,
criminales, son confinados al encierro por laSINRAZON; pero en particular, dentro de este gran
conjunto de sujetosinternados/encerrados, los locos son losinsensatos.
Así es como de ellos se hace un espectáculopúblico, con visitas organizadas. Es decir, los locos son
la excepción alconjuntos de los sinrazón, y son mostrados.
 
La locura entonces, no era considerada comoverdadera enfermedad hasta la intervención de Pinel,
quien decide liberar delas cadenas a estos hombres y tratarlos como enfermos, vesánicos.
Alineando asíen el comienzo a la psiquiatría dentro del orden médico.
 
Con respecto a la historia de la Psiquiatría,si tomamos como referencia la tesis de Paul
Bercherie[5]publicada por Navarin, se suceden tres grandes períodos -antes de lo en la
hoyrepresenta más contundentemente a la psiquiatría, como ligada a las neurocienciasy a la salud
mental.
El primero, tiene que ver con un cortetransversal, sincrónico, donde se tiene la idea de la locura
como una reacciónsaludable del organismo ante la acción de una causa que perturbe el
equilibrio.Las dos escuelas, la francesa y la alemana ocupaban el primer plano en cuantoal
desarrollo y promoción de los cuadros clínicos.
Cuadros como la locura histérica y lacatatonía son planteados en este período que dura hasta 1870,
donde esKraepelin el mayor exponente de lo que se conocerá como período clásicopropiamente
dicho, y en Francia Magnan y Seglas, retomado por Lacan paraconceptualizar la problemática de las
alucinaciones llamadas verbomotrices quele permitirían localizar a la alucinación auditiva como
proveniente del propiosujeto.
La paranoia y la parafrenia son producto deeste período clásico de la Psiquiatría.
El siguiente período, que comienza en1910/1920 será el de las concepciones psicopatológicas, es
decir de pensar lasentidades clínicas y sus posibles mecanismos de producción. Es el
períodocontemporáneo al psicoanálisis. Y de donde Lacan va a localizar a partir de lasdescripciones
de Gilbert Ballet y De Clerambault cuestiones muy precisasrespecto de las psicosis.
El caso particular de la Paranoia interesa entanto abarcó en un determinado momento una
amplísima entidad de la nosografía,y en determinado momento en la llamada Escuela Alemana, con
Kraepelin fueubicada como un cuadro mucho más reducido y específico de lo que había
sidoconsiderada hasta entonces, donde se la asimilaba al término locura.
 
LOCURA LACANIANA?
 
Desde 1946 en Acerca de la Causalidad Psíquica, pasando por el seminario Las psicosis; y
llegando a losseminarios RSI y el síntoma; Lacanrecorre y analiza e incluso manipula el término
de locura, en función de losdistintos problemas que se encuentre abordando.
 
La concepción lacaniana es compleja y supone apartir de los últimos seminarios una definida
separación conceptual. La originalidad de su abordaje permite decirque puede haber locura (folie)
en la psicosis, tanto como puede no haberla.[6]
 
El término “psicosis” significa estado morboso del alma, y según loshistoriadores Álvarez, Esteban
y Sauvagnat[7]es un neologismo del psiquiatra austríaco Ernst Feuchtersleben decano de
laFacultad de Medicina de Viena, quien lo propone en su “Tratado Médico de lasManifestaciones
Anímicas”, y sustituye al de locura, en 1845, también al dealienación mental o vesanía (Proveniente
de la antigua Roma).
 
 
En su Seminario sobre las psicosis, el términolocura se superpone con el de psicosis: en la clase
inaugural señala que laspsicosis son las locuras, ambas, las hace equivaler. No se encuentra
interesadoen la distinción clínica entre ambas, se trata allí de entender y señalar losproblemas de
las psicosis en general, y la particularidad tanto de lapresentación de los fenómenos clínicos como
del mecanismo de su producción.
En este seminario, y siguiendo a Freud, setrata de sostener y consolidar la oposición neurosis-
psicosis. La construcciónde la Metáfora Paterna será fundamental en este período.
Tal vez podamos deducir, que la noción de momentofecundo en ocasión de su crítica a Kraepelin
por la definición de paranoia,pueda asimilarse a un momento particular del sujeto psicótico, así
como tambiénla idea de desencadenamiento, o la de prepsicosis. Si bien estos momentos
sontomados como lo que hace evidente en el fenómeno mismo, la estructura; entiendoque
clínicamente permite la oportunidad de distinguir locura como momento ypsicosis como estructura
clínica.
 
En Acerca de la Causalidad Psíquica, retomadesarrollos del caso de su tesis de doctorado[8]de 1932
y se hará de la referencia hegeliana de “la ley del corazón” como eldesconocimiento fundamental
en el que el sujeto no puede reconocer lo quecensura del mundo exterior.
Hegel y su concepción de la locura humana, loque llama “locura en general” es uno de los pilares
argumentativos de sudoctrina de la locura, junto con la filosofía de Husserl, de quien
Lacaninterpretará su “reducción eidética” como la alienación por excelencia de lalocura. Allí donde
el mismo filósofo ubicael punto   de mayor “autenticidad”[9].
 
Hegel destaca que el individualismo moderno,resalta la importancia del individuo frente al grupo, la
sociedad o lacolectividad oponiéndose al colectivismo,que supone que el individuo es anterior a
toda forma de agrupación, sociedade institución. Básicamente El individuo los derechos del
individuo son lo másvalioso, quedando por encima de los derechos de cualquier
organizacióncolectiva de lo social.
De allí se desprende la “ley del corazón y eldelirio de presunción” en la que el sujeto “se cree”, lo
que va a implicar queel mismo sujeto en este creerse borre el orden del mundo, constituyendo
juntocon la acumulación libidinal del narcisismo, la megalomanía en el que el propiosujeto
insensato quiere imponer la ley de su corazón en lo que a él se leaparece como el desorden del
mundo.
 
Entonces, en la locura lo que se “experimenta como la ley de su corazón no esmas que la imagen
invertida, tanto como virtual de ese mismo ser (su ser actualque se manifiesta en el desorden del
mundo y que el loco no reconoce comopropio)”.[10]
La leydel corazón supone una articulación sin mediación entre un elemento deluniversal, la ley, y
el propio corazón del sujeto, su propio “orden”.
La individualidad incorpora en su deseo laley, y esto supone un conflicto, ya que la ley que vale es
la ley del propiocorazón.
El deliriode infatuación/presunción/grandeza,  es lo que hace atribuir la locura alotro y es lo que se
articula con la teoría freudiana del narcisismo en estepunto.
En la ley del corazón está puesta en juego ladimensión de lo universal y es el corazón el que saca
de sí mismo la ley paraencarnarse como ley universal, produciendo el desconocimiento del Otro, lo
quela emparenta a la libertad: “Porque elriesgo de la locura se mide por el atractivo mismo de las
identificaciones enlas que el hombre compromete a la vez su verdad y su ser. Lejos, pues, de serla
locura el hecho contingente de las fragilidades de su organismo, es lapermanente virtualidad de
una grieta abierta en su esencia. Lejos de ser un“insulto” para la libertad, es su más fiel
compañera: sigue como una sombra sumovimiento. Y el ser del hombre no sólo no se lo puede
comprender sin lalocura, sino que ni aún sería el ser del hombre sino llevara en sí la locuracomo
límite de su libertad”.[11]
 
La articulación entre esta concepción de lalocura y la concepción paranoica del sujeto, que apunta
a la identificación, eslo que hace del yo el sitio donde el sujeto se aliena. Se trata de unaalienación
originaria del yo  en el sentidoque la estructura del yo y la estructura paranoica implican un delirio
deconocimiento y dominio absolutos. La posición respecto del saber en la clínicadel paranoico es
categórica e ilustra esta conjunción.
Así, queda asemejada esta clínica de la paranoiacon la concepción de la locura como un estado del
ser:“que el sujeto acabe por creer en el yo, es como tal, una locura”.
 
Para finalizar, podemos ubicar en los últimosseminarios a las estructuras clínicas, como modos
particulares del nudo entreRSI. Y a modo de antecedente, en el seminario 9 (junio 1962),
encontramos elsiguiente párrafo de la clase: “…por unasvías que son las de nuestra experiencia,
vías que recorremos lo máshabitualmente, las del neurótico, tenemos una estructura que de ningún
modo setrata de poner así sobre el lomo de chivos emisarios. A este nivel. Elneurótico, como el
perverso,  como elpsicótico mismo, no son sino caras de la estructura normal”.
 
La concepción de lo normal, paradójicamente,parece ser el telón de fondo de lo que las estructuras
clínicas ponen enevidencia. En articulación con esto en los últimos seminarios la locura estámás
relacionada con lo normal del no anudamiento RSI como tiempo mítico; siendoel nudo el modo de
resolución o tratamiento del desanudamiento originario.
 
De todas maneras, queda por pensar que siexiste una diferencia entre neurosis y psicosis en
relación a la forma misma deanudamiento, Lacan parece distinguir, tomando el paradigmático caso
del Joyce,al igual como lo hizo con Schreber respecto del esquema I (desprendido delesquema R
para toda neurosis); que para la neurosis habría un modo deanudamiento “general” por decirlo de
alguna manera, y que por el contrario, enla psicosis, este anudamiento, sería tan singular como lo
expone el nudo queLacan concibe para el escritor a partir del Ego, de allí su Joyce-el síntoma.Lo
que hace al sinthome mismo lo más singular del sujeto, sea neurótico opsicótico.
Pero a diferencia del neurótico, cuyodesencadenamiento en transferencia propiciará el desarrollo de
la neurosis y elrecorrido del análisis culminaría en un nudo singular -recién allí obtenido- ,
algunospsicóticos como el caso de Joyce, no necesitaron pasar por ese dispositivo,encontrando una
solución por otra vía.
La insistencia de la pregunta que Lacanreitera varias veces a Jacques Aubert en la clase del
seminario 23, establecidapor Jacques Alain Miller como ¿Joyceestaba loco?, da cuenta de la
dificultad de encontrar justamente signosclaros de locura en Joyce.
En contrapunto con esto, Lacan no planteadudas sobre la psicosis y en la última clase del seminario
establece lo quesería el nudo que resolutivo de Joyce. Cuestión que ilustra por un lado,
eldesabonamiento del inconsciente y al mismo tiempo su sinthome.
 
La Locura, como vimos, se suelta; es libre delas ataduras de la historia de la Locura como momento
en el que quedaba ligadaa la sinrazón;  de la Psiquiatría, a laque dejó de pertenecer justamente
con la llegada de la clínica de laobservación y el detalle junto a Pinel; de las estructuras clínicas,
con lasque en todo caso conserva sólo una relación paradójica junto con la noción denormalidad.
El uso que hacemos de ella deberá siemprepoder sustentarse desde una posición ética, además de
clínica.
 
 
 
 
 
                                                                     DianaCampolongo.
                                                                    Neuquén,
                                                                    17 de noviembre de 2012.

[1] SerranoHortelano, Xavier.  Análisis Post-Reichiano del sufrimiento psíquico. En La Locura:mito o


enfermedad social.
[2] HuertasGarcía-Alejo, Rafael. Prólogo en Memorias sobre la Locura y sus Variedades.Esquirol,
J.E.D. Colección: Clásicos de la Psiquiatría. DORSA.
[3] Hegel, GeorgeW. F., Fenomenología del espíritu. Fondo de Cultura Económica. 1966.
[4] Foucault,Michel. Historia de la locura en la época clásica II. Fondo de CulturaEconómica de
España.
[5] Bercherie,Paul. Los Fundamentos de la Clínica. Historia y estructura del saberpsiquiátrico.
Navarin. 1980.
[6] Muñoz, Pablo.Las Locuras según Lacan. Consecuencias clínicas, éticas y psicopatológicas.Letra
Viva 2011.
[7] Alvarez,Esteban, Sauvagnat. Fundamentos de psicopatología psicoanalítica. SINTESIS.
[8] Lacan,Jacques. De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad. SIGLOXXI.
[9] Sauval,Michel. En Lectura y comentario de “Acerca de la causalidad psíquica”.Seminario dictado
en 1994. Inédito.
[10] Lacan, J.Acerca de la causalidad psíquica. En Escritos 1.
[11] Lacan, J.Ibíd., p. 166.

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