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ESTUDIOS DE ARQUEOLOGIA

ALAVESA

D I P U TA C I O N F O R A L D E A L AVA

C O N S E J O D E C U LT U R A

2
DIPUTACION FORAL DE ALAVA

CONSEJO DE CULTURA

ESTUDIOS DE ARQUEOLOGIA ALAVESA

TOMO I I

VITORIA 1967
Edita: Diputación Foral de Alava (Consejo de Cultura).
Imprime: Editora Montepío Diocesano, San Antonio, 10. VITORIA.
Depósito Legal VI-761-1967.
SUMARIO

EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN


SARRACHO. 1966
José Miguel de Barandiarán

CUEVAS SEPULCRALES DE ARRALDAY, LECHON, CALA-


VERAS Y GOBAEDERRA (Alava)
J. Mª Apellániz-Armando Llanos-Jaime Fariña

RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES


DE ALAVA
José María Basabe

FAUNA DE LA CUEVA SEPULCRAL DE GOBAEDERRA

Jesús Altuna

NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRA-


BIDE (Vitoria)
José Miguel Ugartechea

ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALA-


VESA
Juan Carlos Elorza

EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (Alava)

Armando Llanos

FIBULAS DEL PAIS VASCO NAVARRO


Jaime Fariña

NOTAS BREVES
Noticia sobre la excavación de la cueva de «Los Husos, I»
(Elvillar. Alava)
Restos romanos en las proximidades de Kutzemendi (Olárizu-
Alava)
Hallazgos en Urrialdo (Alava)
Descubrimiento fortuito en Guereñu (Alava)
Nuevos hallazgos de hachas
Actividades arqueológicas en Alava. 1966
EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE
CHARRATU Y EN SARRACHO

por José Miguel de Barandiarán

Durante el año 1965 dediqué unas semanas a la excavación del abrigo roqueño llama-do
«El Montico» de Charratu. Del resultado de aquella labor di cuenta en un trabajo
publicado en «Estudios de Arqueología Alavesa» (Tomo I. Vitoria, 1966).
Aunque aquella primera campana proporcionó material interesante, creí conveniente
buscar nuevos datos para los problemas allí planteados, removiendo algunos cuadros más
del yacimiento de aquel abrigo. Así lo hice durante el verano de 1966, trabajando en dos
etapas: entre el 9 y 27 de julio y entre el 12 y 23 de Septiembre.
Durante una parte de nuestra temporada de excavaciones trabajamos también en
el yacimiento de Sarracho, situado a unos 40 metros al W. del de El Montico, al pie de
dos capillas o templitos horadados en un peñón.
Los estudiantes González (José Antonio) y Rejado (Fernando) fueron mis compa-
ñeros de trabajo durante toda la campana. A ellos debo manifestar mi agradecimiento,
así como a mi amigo D. Armando Llanos que sacó las fotografías que ilustran esta me-
moria, y al Consejo de Cultura de la Diputación Foral de Alava que financió las excava-ciones.

El Montico de Charratu

Excavamos varios cuadros en este yacimiento (fig. 1), donde hallamos nuevo material
arqueológico que confirma los resultados logrados en la campaña de 1965. A continuación
presentamos un inventario de dicho material, distribuido conforme a los niveles en que
se hallaba, empezando por el superior y más reciente y terminando en el inferior que se
asienta directamente en la roca del subsuelo (figs. 2 y 3).
Nivel I (45 cm.).-Tierra vegetal oscura con algunos bloques areniscos (en el cuadro
18 B) que, a juzgar por las señales de picado que presentan,

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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO

Figura 1. Planta del yacimiento El Montico de Charratu. Zona rayada, campana de 1965. Zona con
cuadrícula, campana de 1966.

Figura 2. Montico de Charratu. Corte longitudinal del yacimiento.

parecen procedentes de la destrucción de la entrada de la vecina gruta artificial. Contiene


también. los siguientes objetos de

Industria lítica (pedernal):


1 lámina con muesca (fig. 4: 1),
1 lámina con retoques marginales (de ¿uso?) (fig. 4: 2),
1 punta de borde rebajado (fig. 4: 3),
160 lascas informes, 6 nódulos, 5 núcleos y 1 canto rodado de sílex;

Industria cerámica:
Varios cascos de teja y trozos de vidrio,

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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO

Figura 3. Corte transversal del yacimiento de El Montico


de Charratu.

16 tiestos vidriados, entre los cuales hay un fragmento de base (fig. 5: 1)


2 fragmentos de masa roja y azulada (fig. 5: 2),
48 tiestos rojos finos, de los que unos tienen superficie exterior ondulada (fig. 5: 11, 12),
otros con marcas incisas (fig. 5: 3, 4, 5, 6, 7), y con líneas en relieve (fig. 5: 8),
un borde (fig. 5: 9) y una base (fig. 5: 10),
1 fragmento de masa rojiza y con hojuelas de mica,
1 fragmento grueso de masa negra y roja,
12 trozos negros con desgrasante de mica y de granos de calcita, de los que unos con en-
gobe anaranjado y superficie exterior ondulada (fig. 5: 13). Nivel II (35 cm.).-Tie-
rra arenosa oscura con muchos cantos (450 en

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EXCAVACIONES EN E L MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO

Figura 4. Pedernales del nivel I.

Figura 5. Tiestos del nivel I.

capa de 10 cm. de espesor del cuadro 16 A), escorias y los siguientes objetos

Industria lítica:
1 lámina simple (fig. 6: 1),
1 laminilla (fig. 6: 2),
1 lámina de sección trapecial y algunos retoques marginales (fig. 6: 3),

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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO

Figura 6. Pedernales del nivel II.

Figura 7. Tiestos del nivel II.

1 lámina con escotadura (fig. 6: 4),


1 punta de borde rebajado (fig. 6: 5) y otra doble con borde curvo rebajado (fig. 6: 5 bis),
1 raspador en lasca (fig. 6: 6),
6 núcleos (fig. 6: 7),
184 lascas informes;

Industria cerámica:

46 tiestos rojos finos, entre los cuales hay algunos con surcos y relieves (fig. 7: 1,
2, 3, 4, 5) y uno con orificio de suspensión (fig. 7: 6),

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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO

2 tiestos rojos gruesos,


6 tiestos negros, de los que uno es borde con gruesos granos en su masa (fig. 7: 7).
Nivel III (25 cm.).-Capa de tierra gris compacta que sólo en unos cuadros contiene ves-
tigios arqueológicos. A continuación presentamos la lista de la pequeña serie de objetos de

Industria lítica:

1 lámina simple (fig. 8: 1),

1 laminilla de borde rebajado (fig. 8: 2),


1 punta con borde parcialmente rebajado (fig. 8: 3),
1 punta trapecial de lado cortante (fig. 8: 4),
1 punta de truncadura oblicua (fig. 8: 5),
1 lasca apuntada con doble escotadura (fig. 8: 6),
1 raspador frontal corto (fig. 8: 7),
1 moledor en canto rodado (fig. 8: 8),
1 maza de piedra arenisca (fig. 9),
1 trozo de canto arenisco alargado que parece utilizado,
87 lascas informes,
14 esquirlas,
3 nódulos.
Nivel IV (20 cm.).-Tierra arenosa clara con numerosos guijarros. En una capa de 10
cm. de espesor del cuadro 16A conté 900 cantos de 6 cm. de lado. Hallamos además, los si-
guientes objetos de

Industria lítica:

1 lámina de retoques marginales (fig. 10: 1),


1 laminilla con escotadura (fig. 10: 2),
1 laminilla de borde rebajado (fig. 10: 3),
1 punta de base y borde rebajados (fig. 10: 4), o triángulo escaleno,
1 raspador discoidal microlítico en sílex negro (fig. 10: 5),
1 raedera? (fig. 10: 6),
1 punta-cuña (fig. 10: 7),
4 esquirlas,
37 lascas.
Nivel V (15 cm.).-Tierra arenosa clara con muchos guijarros. Contiene algunas lascas
de pedernal y las siguientes piezas de

Industria lítica:

1 lámina simple (fig. 11: 1),

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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO

Figura 8. Industria lítica del nivel III.

Figura 9. Maza de piedra del nivel III.


EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO

Figura 10. Pedernales


del nivel IV.

Figura 11. Pedernales del nivel V.

Figura 12. Pedernales del nivel VI.


EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO

Figura 13. Pedernales del nivel VI.

1 laminilla de borde rebajado (fig. 11: 2),


1 punta lateral con retoques parciales (fig. 11: 3),
1 raspador dudoso,
7 lascas informes.
Nivel VI (30 cm.).-Capa de tierra arenosa clara que forma la base del relleno. Contiene
lascas de sílex oscuro y de sílex gris, más las siguientes piezas de

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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO

Industria lítica.

2 láminas apuntadas (fig. 12: 1, 2),


1 lámina de borde rebajado (fig. 12: 3),
1 punta con retoques parciales (fig. 12: 4),
1 trozo de lámina de borde rebajado (fig. 12: 6),
1 punta de base retocada (fig. 12: 5),
8 piezas cortadas en forma de cuña (fig. 13: 1, 2, 3, 4, 5),
6 núcleos,
112 lascas informes.

Sarracho
En el relleno de tierra que existe delante del portal de los dos templitos de Sarracho,
excavamos varios cuadros durante la campana de 1966 (fig. 1 4 ) . Las capas que se aprecian en
metro y medio de espesor, es decir, hasta la roca o suelo firme en el que reposa el yacimien-
to, corresponden a las dos superiores de El Montico, como nos lo prueban los objetos ar-
queológicos contenidos en el mismo y que vamos a señalar seguidamente, empezando por el
nivel superior (fig. 15).
Nivel I (40 cm.).-Tierra vegetal oscura formando capa de 40 centímetros de espesor con
muchos pedruscos areniscos. Contiene un par de clavos de hierro (fig. 16: 6) y nume-rosos
fragmentos de vasijas de barro. De éstos unos pocos son vidriados. Entre los demás hay
tiestos finos de masa anaranjada, de masa rojiza, de masa roja viva que tienen decora-ción en
forma de líneas incisas y en relieve (fig. 16: 1, 5), de borde rojo (fig. 16: 2), de color gris
(fig. 16: 3, 3 bis, 4). En los 8A y 10A existe una sepultura monolítica de piedra arenisca con
hueco de forma trapezoidal y resalte para la cabeza (lado W.): se halla vacía y destro-zada en
parte.
Nivel II (20 cm.).-Tierra oscura con carbones, que en el cuadro 5A contiene dien-
tes y huesos humanos muy fragmentados, los cuales deben proceder de la vecina gruta
sepulcral. Contiene, además, un trozo de hebilla de hierro (fig. 16: 7) y 80 fragmentos cerá-
micos, entre los cuales hay no pocos de masa gris (fig. 16: 8, 9, 10), de masa roja (fig. 16: 15),
rojos con bandas en relieve (fig. 16: 18), un borde de tiesto rojo (fig. 16: 11) y otros tiestos de
varias formas (fig. 16: 12, 13, 14, 16, 17, 19). Aparecieron también una plaquita de cobre,
una moneda de bronce con dibujo apenas visible y 6 lascas de pedernal. En la base de esta
capa tiene la suya el sepulcro monolítico arriba mencionado.
Nivel III (75 cm.).-Cascajal formado por escombros procedentes de la destrucción de
parte de los muros de las vecinas grutas artificiales. De ello son prueba los pedruscos que tienen
claras señales o huellas de escoda semejantes a las de los paramentos aún no des-truidos de
dichas grutas.

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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO

Figura 14. Sarracho. Planta del campo excavado delante de los templos horadados en la roca.

Figura 15. Sección transversal del yacimiento de Sarracho. A y B, sepulturas.

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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO

Figura 16. Industria cerámica de los niveles I (1 al 6) y II (7 al 19).

Apenas contiene restos arqueológicos: tan sólo en una bolsada de tierra oscura contenida en
medio de la escombrera del cuadro 1A había cinco pequeños fragmentos de vasija de barro de
masa anaranjada.
Nivel IV (31 cm.).-Tierra oscura con carbones y escorias de hierro. En 8B y 10B
existe una sepultura, justamente debajo de la monolítica antes mencionada y de la puerta
del templito oriental. De planta trapezoidal, se halla formada por una losa de arenisca,
labrada al estilo de la gruta contigua, acodada en el extremo W. y adosada al muro liso
del escarpe con el que forma y completa el hueco sepulcral. No contenía restos humanos.
Probablemente

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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO

Figura 17. Industria del nivel IV.

fue destapada y vaciada poco después de iniciada la brutal fue destapada y vaciada poco
después de iniciada la brutal destrucción de la gruta. Inmediatamente debajo de la sepul-
tura continúa la capa negra con escorias y raras esquirlas de hueso y tiestos de varias
clases: unos fragmentos de terrra sigillata (fig. 17: 1, 2), otros finos y lisos de masa roja
(fig. 17: 3), otros de masa gris (fig. 17: 4) y tiestos negros, de los que varios son gruesos
de hasta un centímetro y otros son finos (fig. 17: 5, 6). De material lítico hay 180 lascas de
pedernal, 3 denticulados o lascas con escotadura (fig. 17: 7, 8, 9), 1 trapecio? (fig. 17: 10),
1 perforador? (fig. 17: 11), 1 raspador frontal (fig. 17: 15 ), 1 raspador cóncavo (fig. 17:
12 ), 2 raspadores cóncavos dudosos (fig. 17: 13), 1 raspador convexo también du-doso
(fig. 17: 14).

CONCLUSIONES E INTERPRETACIONES

Las dos capas superiores del yacimiento de El Montico parecen formadas durante las
épocas de utilización de la gruta artificial contigua. La segunda contiene un material, si
bien escaso, que recuerda el de la época romana y aún anterior. El barro de algunos de sus
tiestos rojos, semejantes al de la terra sigillata del vecino yacimiento de Sarracho, y el de
los negros (delgados o gruesos con granos de calcita en su masa), nos sugieren esta inter-
pretación.

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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO

En cuanto a la tercera capa, que es de tierra gris muy compacta, creemos que puede ser
la parte superior de la escombrera formada por el cantero que excavó la mencionada gruta.
El material contenido en ella, de tradición mesolítica, puede ser del Neolítico o del Eneolí-
tico, si bien le falta el contexto típico de estas edades.
Debajo de la capa precedente existe otra (la cuarta) formada por tierra arenosa, gene-
ralmente clara. Contiene, al parecer, los primeros escombros acumulados por los artífices de
la gruta, puesto que en ella aparecen unos bloques areniscos que muestran en sus caras las
señales del pico que los soltó de la pena. Su industria, exclusivamente lítica, comprende un
material que recuerda el Asturiense de otras regiones.
Las capas inferiores contienen industria mesolítica, de la que forman parte unas cunas
toscamente talladas como lejanos ecos de los hendedores campinienses. Estas últimas piezas
aparecen casi exclusivamente en la base del relleno en contacto con el piso firme o rocoso
del subsuelo.
En el debate planteado sobre la edad en que se comenzó a labrar las grutas artificiales
de esta zona, no sería aventurado decir que durante el Neolítico se hicieron los primeros en-
sayos en la excavación de tales abrigos y oquedades. Podemos adoptar esta opinión basada
en indicios, como actitud provisional, mientras lleguen nuevos datos que contribuyan a acla-
rar mejor este problema.
En cuanto a la excavación que hemos efectuado en Sarracho, podemos decir que los
pequeños templos abiertos en aquel escarpe pueden datar de las postrimerías de la época
romana, si bien han debido ser utilizados y aun retocados en siglos más recientes, particular-
mente en los de la alta edad media. Que en tiempos visigóticos fueron utilizadas muchas de
estas grutas es cosa indudable: los trazados de algunas de ellas, las inscripciones y figuras de
Faido, de Sarracho, de Laño, de Urarte y de Marquínez son indicios que nos inclinan
irresistiblemente a tal conclusión.

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Foto 1.-El Montico de Charratu. Estado actual del yacimiento.

Foto 2. Sarracho. Templos horadados en la roca, delante de los cuales se hicieron los trabajos de excavación.
Foto 3. Sarracho. Vista del ara del templo,
delante del cual apareció la sepul-
tura de la fot. 4 en la base del yaci-
miento.

Foto 4. Sarracho. Sepultura del nivel IV. En el


ángulo superior izquierda, aparece
parcialmente, la sepultura del estra-
to II
Figura 5. Sarracho. Se aprecian las dos sepulturas, en la zanja abierta.
(Fotos archivo. A. Llanos).
CUEVAS SEPULCRALES
DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS
Y GOBAEDERRA (Alava)

por Juan María Apellániz


Armando Llanos
Jaime Fariña

El hallazgo, en los últimos años, de una serie de cuevas sepulcrales, en la zona


occidental de la provincia de Alava, nos movió a efectuar en ellas unas prospecciones y
Fig. 1
excavaciones sistemáticas.
Estas cuevas presentaban un doble interés: el de conocer un nuevo rito de ente-
rramientos -de edad incierta, por cuanto no se había encontrado material alguno que los
datase- que indudablemente tuvo una gran importancia en su época, por la cantidad de
personas inhumadas en ellas, y en segundo lugar por la necesidad de salvar estos yaci-
mientos, que, por el saqueo efectuado por gentes incontroladas, corrían grave riesgo de
perderse para siempre.
Con este fin, por indicación de D. José Miguel de Barandiarán y con el apoyo y
subvención del Consejo de Cultura de la Excma. Diputación Foral de Alava así como
con los consiguientes permisos, emprendimos unas campañas de excavaciones durante
los años 1964 y 1965.

I.-Cueva de «El Lechón»

Se halla situada en terrenos comunales del pueblo de Artaza (Alava), siendo sus
coordenadas geográficas sobre la Hoja 111-Orduña del Mapa 1:50.000 del Inst.° Geo-
gráfico y Catastral, las siguientes: Long.: 0º 43' 29". Lat.: 42º 51' 10" con altitud apro-
ximada de 880 mts. sobre el nivel del mar.
La cueva fue descubierta como yacimiento antropológico por D. Vicente Gálvez,
quien, en sus excursiones por la sierra de Arcamo y en una de sus visitas a la cueva, se
fijó en los restos que asomaban superficialmente. Su

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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

Figura I.

localización no es fácil, pudiendo únicamente indicarse a modo de orientación, que se


encuentra no lejana al camino que, a través de esta sierra, une los pueblos de Artaza y
Jócano, y a unos 1.200 mts. del primer pueblo.
La primera excavación de cuevas sepulcrales fue iniciada en esta cavidad, en
compañía del antropólogo P. Basabe, S. J. quien se encargó del estudio de los restos
humanos allí exhumados. La excavación tuvo lugar en la tercera semana del mes de
Marzo de 1964.
La entrada de la cueva, a pesar de ser de tamaño relativamente grande

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Figura II.
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

(3mts. de ancho por 2 de alto) es de difícil localización, debido a que se abre a ras de
suelo. El primer tramo de esta cueva está formado por una sala de dimensiones amplias
Foto 1. (17 mts. de largo por 3 mts. de ancho y 3 mts. de alto) y fuerte pendiente descendente
(-40º), debida ésta a un cono de derrubios procedentes del hundimiento que formó la
entrada actual. Hacia la mitad aproximadamente de la sala y en dirección N. E. existe
una estrecha e incómoda gatera que sirve de paso a una nueva sala circular de 8 mts. de
diámetro, con abundante litogénesis en techo y paredes y cuyo suelo está formado por
Fig. II
abundantes «gours».
La cueva continúa después de un pequeño estrechamiento, por una galería de te-
chos bajos (1,50 mts. de media) y fuerte degoteo, lo que produce un ambiente suma-
mente húmedo, terminando a los pocos metros, debido a una colmatación formada por
cantos angulosos, arcilla y huesos de animales. A la entrada de esta galería existe un
estrecho y corto recinto de 5 mts. de largo por 1 m. de ancho, al que llamaremos diver-
tículo «Y» (Vid. Fig. II) y en el que se encontraban parte dedos restos antropológicos
excavados. Justamente enfrente de éste y formando parte de la galería general, se
encuentra lo que denominaremos divertículo «X», segunda zona excavada en esta
cueva.
La excavación dio como resultado el hallazgo de material antropológico pertene-
ciente a tres personas, de las cuales una se exhumó en el divertículo «Y» y dos en el
divertículo «X». En el primer punto, los restos aparecían completamente revueltos sin
poderse precisar su orientación ni características. Sin embargo en el divertículo «X» se
hallaron los cadáveres depositados siguiendo: una dirección E-W, aunque no perfecta-
Foto 2. mente ordenados. Yacían bajo una capa estalagmítica, mezclados con arcillas negruzcas
de espesor de 8 cms. y bajo las cuales apareció otra capa estalagmítica de 5 cms. de
espesor, la cual descansaba a su vez sobre otra de arcillas de color ocre, estériles, de 50
cms. de profundidad.
El encontrarse estos restos envueltos en arcillas, nos obligó a una paciente y no
grata tarea de excavación, la cual no arrojó más resultados que los restos óseos sin
muestra alguna de ajuar que acompañase estas inhumaciones. No se ampliaron los
trabajos a otras zonas de la cavidad, por temer que, al estar el yacimiento entre arcillas,
pudiese perderse parte del material al sacar aquéllas. De esta manera se conserva parte
del yacimiento, para cuando puedan aplicarse mejores técnicas.

II.-Cueva de «Arralday»

El conocimiento de esta cueva se lo debemos al Dr. D. Julián Olabarría, siempre


atento a cuanto sea investigación arqueológica, quien, a su vez, lo tuvo de sus descu-
bridores D. Juan Aguirre e hijo, vecinos de los caseríos

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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

de Maracalda cercanos a Murguía, los cuales la encontraron en 1935 persiguiendo una


alimaña que se refugió en la cueva.
Su entrada, completamente cerrada hasta el día del hallazgo, se encuentra próxima
al camino, que, partiendo del Puerto de Altube, en el kilómetro 25, se dirige, a través del
monte, hacia la fábrica de luz junto al río Altube. La cueva se abre a 800 mts. Aproxi-
madamente del inicio de este camino. En sus cercanías se encuentran unas antiguas mi-
nas cuya explotación se halla hoy abandonada.
Sus coordenadas geográficas sobre la Hoja 111-Orduña, del Mapa 1:50.000 del
Inst. Geog. y Cat. son las siguientes: Long.: 0° 48' 42". Lat.: 42° 58' 38" con una altitud
de 580 mts. sobre el nivel del mar.
Como todas las cuevas sepulcrales conocidas hasta ahora en Alava, su entrada es
de difícil localización y más difícil acceso. En este caso la dificultad es a la pequeñez de
Foto 3. la boca cuyas dimensiones son 0,60 mts. de ancho por 0,35 mts. de alto.
Franqueada esta entrada, la cueva se convierte en un tubo descendente (-35°) cuya
anchura y sobre todo altura van aumentando lentamente hasta llegar a un pequeño pozo
de forma circular cubierto de pequeños bloques y que llamaremos Sala núm.1. Después
de salvar un estrechamiento existente en el fondo del pozo, nos encontramos en otra
pequeña sala (Sala núm. 2) de forma rectangular y cuyas dimensiones son 3 mts. de largo
Fig. III. por 0,80 de ancho. Ambas salas (Núm. 1 y 2) señaladas anteriormente son las que con-
tenían los restos antropológicos excavados. Después de esta segunda Sala, la cueva po-
see otras dos más, aunque de dimensiones menores, separadas entre sí por pasos estre-
chos. A partir de esta última, el techo de la cueva desciende rápidamente hasta juntarse,
a los pocos metros, con el suelo, marcando así el fin de la cueva, la cual tiene un reco-
rrido total en planta de 14 mts.
En la excavación, practicada en la segunda semana de Octubre de 1964 y en la que
nos prestaron su colaboración y ayuda nuestros compañeros Fernando Tabar e Ignacio
Gonzalo, no se halló resto alguno de ajuar. Únicamente se pudieron recoger los restos de
9 individuos. Los restos humanos de la Sala núm. 1, se hallaban colocados debajo de
varias piedras, mientras que los de la Sala núm. 2 se encontraban empotrados en la capa
estalagmítica que cubre este lugar. Calculamos entre 15 a 20 los individuos inhumados en
esta cavidad, contando los que se recogieron en esta excavación y los que desaparecie-
ron desde nuestra primera visita en 1958, siendo posible que ya anteriormente hubieran
desaparecido algunos más.

III.-Cueva de «Las Calaveras»

En una de las prospecciones efectuadas en la sierra de Arcamo por J. A. Agorreta,


A. Eraso, V. Gálvez y A. Llanos en el año 1960, fueron

26
Fig.

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Figura IV
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

informados de una cueva existente en la sierra, con «muchas calaveras». Fue descubierta
por un pastor del pueblo de Cárcamo, varios años antes, al hurgar con el cayado entre las
piedras que taponaban su entrada.
Se encuentra a 790 mts. s. n. m. en el término de Vallejota, no lejos del pozo de
agua para ganado, de la Llana, al lado del cual pasa el camino que, desde el pueblo de
Cárcamo, se dirige al de Luna. Sus coordenadas geográficas sobre la Hoja Núm. 111
-Orduña del Mapa 1:50.000 del Inst. Geogr. y Cat. son las siguientes: Longitud: 0° 39'
40". Latitud: 42º 51' 52".
Su boca, de pequeño tamaño (1,60 mts. de ancho por 1,10 mts. de alto) da acceso a
Foto 4. una sala de 32 mts. de longitud por 10 mts. de anchura. Su suelo tiene una fuerte inclina-
ción negativa hacia el W. Está formado, en su mayor parte, por bloques elásticos, algunos
Fig. IV.
de gran tamaño, si bien, en varios puntos, estos bloques desaparecen enmascarados por
una abundante litogénesis.
La cueva continúa por una pequeña galería al Sur de la sala, terminando después de
20 mts. de recorrido. El suelo de esta galería es predominantemente arcilloso y en ella se
recogió en superficie, un cráneo, si bien la mayor parte de los restos antropológicos, re-
Fotos 5-6. cogidos superficialmente, son de la zona W. de la sala, que al parecer es el lugar donde
se realizaron la mayor parte de los enterramientos. Estos se hallan fuertemente empotra-
dos en la capa estalagmítica.
No se ha efectuado excavación alguna pues únicamente se recogieron los cráneos
de superficie, que se hallaban en riesgo de desaparecer.

IV.-Cueva de «Gobaederra»

Esta cueva fue descubierta en 1961 por J. Arbosa y J. Cortázar acompañados de J.


A. Madinabeitia, J. Elejalde y M. Sz. de Jáuregui quienes le dieron el nombre de «Go-
baederra», por la belleza de sus galerías. No obstante, queremos señalar que el nombre
de esta cueva, por el que se la conoce en el pueblo de Subijana, en cuyos terrenos se
enclava, es el de «Hierbas Largas». Hemos querido respetar el nombre que le dieron sus
descubridores por estar éste aceptado oficialmente en los ficheros del Grupo Espeleoló-
gico de la Diputación de Alava, y haberse publicado con este onomástico algún estudio
sobre la cavidad.
Se halla situada en el término denominado Portillo de «Hierbas Largas» del Ayun-
tamiento de Subijana Morillas (Alava) en un escarpe rocoso de la sierra de Badaya, que
Foto 7. forma el cantil Este del desfiladero o Portillo de «Techa», abierto por el río Bayas y que
cierra por el Sur el valle de Cuartango. Se halla a 870 mts. de altitud s. n. m. y sus coor-
denadas geográficas sobre la Hoja 111-Orduña del Mapa 1:50.000 del Inst. Geog. y Cat.
son: Longitud: 0º 48' 3". Latitud: 42° 50' 17".
En la cueva, en cuya superficie se encontraban restos humanos en notable can-
tidad, se practicó una excavación fraudulenta por personas de

28
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

Zuazo de Cuartango, en años todavía recientes. Aunque de difícil acceso, era posible que
nuevas excavaciones malograran el yacimiento, por lo cual se procedió a realizar su ex-
cavación que fue llevada a cabo por nosotros con la ayuda desinteresada de Fernando
Foto 8.
Tabar, Ignacio Gonzalo y Juan Antonio Madinabeitia, en Noviembre de 1964, campaña
a la que sucedió otra en marzo de 1965.
Su entrada orientada al W. es de difícil acceso por hallarse situada en una pared
rocosa, prácticamente vertical. La entrada se inicia por una ventana estrecha que da
acceso a un pozo de 3,50 mts. de desnivel. Salvado éste, se presenta la sala de los en- Fig. V.
terramientos, de 6,50 mts. de largo por 4 mts. de ancho y 3,50 de alto en donde se ha
practicado la excavación, concretamente en los cuadros A.B.-2; A.B.C.-4; A.B.C.D.E.-6;
A.B.C.D.E.-8; A.B.D.E.-10; A.-12. Las paredes y el techo de esta sala se hallan recu-
biertos de una fuerte capa de blanco y lechoso «moon milk». Tras esta sala, la cueva
continúa con nuevas galerías, separadas entre sí por estrechas gateras, hasta alcanzar un
desarrollo total de 1.500 mts. La cueva termina en una chimenea que permite su salida
al exterior.
«Gobaederra» es la única cueva sepulcral que ha proporcionado material arqueo-
lógico entre las cuatro excavadas en Alava en estas campanas.
Ya su situación, junto a los conjuntos megalíticos del Valle de Cuartango (dólme-
nes de S. Sebastián I y II, Gúrpide Norte y Sur, túmulo de Sendadiaño) y de la misma
sierra de Badaya (ocho dólmenes), así como junto a las cuevas de habitación, de «Sola-
cueva» y «Cobairada», etc. hablan de una vida intensa que empezó en la temprana Edad
del Bronce y que no cedió hasta la época romana.
Los últimos enterramientos los hallamos a flor de tierra.
Fotos 9-10.
Estratigráficamente las capas arqueológicas se presentan así:
1) Estrato superficial, compuesto por arenas de descalcificación y piedras cali-
zas procedentes de las paredes y techos, de 23 a 25 cms. de espesor, casi
uniforme en los diferentes puntos de la cueva. A este estrato le llamaremos
«Estrato A». Se inclina hacia el S. W.
2) Estrato intermedio, integrado por una capa de carbones y cenizas de espesor
variable, entre 1 y 5 cms., según los puntos. Se aprecia que este estrato crece
en espesor en la proximidad de las paredes y se pierde en el recodo de la
pared W. Se extiende en conexión directa con el estrato A, sin solución
alguna de continuidad. Le llamaremos «Estrato B».
3) Estrato inferior, formado por arenas de descalcificación y piedras, alcanzan-
do un espesor de 13 a 17 cms. según los puntos, inclinándose ligeramente
hacia el S. W. No tiene solución de continuidad con el estrato B. Le lla-
maremos «Estrato C». Se superpone direc-

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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

tamente a otro formado por arcillas de descalcificación y piedras calizas,


arqueológicamente estéril. Este estrato C por el hecho de que el Estrato B se
pierde en varios puntos, no es totalmente reconocible en todos los lugares de
la cueva, por ejemplo en los cuadros A-10; A-12; C-8; B-4; A-2; A-4; D-8.

En dos cuadros solamente se presenta, directamente sobre el estrato fértil, una in-
cipiente capa superficial estéril, pero no se trata de una verdadera capa que afectase a
toda la cueva sino solamente un pequeño manto de descalcificación que ha corrido de
las paredes y se ha depositado en la proximidad de éstas.

Estrato «A»

Se trata de una capa en la que se han practicado inhumaciones. En el estado en


que hallamos éstas, no fue posible precisar nada en cuanto a la orientación y posición de
los cadáveres. No obstante parece ser que en el momento del descubrimiento de este
yacimiento, se apreciaba perfectamente -según versión de uno de sus descubridores (J. Ar-
Fig. V. bosa)- una disposición ordenada de algunas de las inhumaciones, viéndose dos indi-
viduos, extendidos uno junto al otro sobre el suelo, con un cráneo de vacuno o bóvido
sobre la parte inferior del tórax. Parece igualmente que los enterramientos eran hechos
en superficie, tal vez sin cubrirlos con otra cosa que con las arenas de descalcificación
de la misma cueva.
Para practicar nuevos enterramientos, a medida que se iban sucediendo éstos, los
habitantes de aquellos lugares, debieron retirar a un lado, los restos inhumados con ante-
Foto 11. rioridad. Este desplazamiento se efectuaba hacia las paredes en cuya proximidad hemos
Fig. V. hallado la mayor frecuencia de cráneos y mandíbulas humanas.
Solamente en contados casos, hemos hallado las vértebras unidas a la cabeza y a
sus costillas correspondientes pero las extremidades aparecían completamente despla-
zadas y en desorden. Los cráneos aparecen algunas veces mezclados con los huesos lar-
gos. Nos ha sido por ello imposible determinar la orientación ni la forma de los en-
terramientos. A estas inhumaciones acompañaban ofrendas de animales cuyos huesos,
en su inmensa mayoría, hemos hallado intactos. Además de esta forma de enterra-
miento (inhumación) hemos hallado frecuentemente fragmentos de huesos humanos,
preferentemente trozos de calota craneana, sometidos a fuego por lo que creemos que el
rito de incineración ya era practicado juntamente con la inhumación si bien en escala
más reducida.
Fig. VI.
A este estrato de inhumación acompaña un ajuar compuesto por los siguientes
elementos:
5 puntas de flecha de pedúnculo central y aletas, en silex negro y claro.

30
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA ALAVA)

Núms. 1, 2, 96, 100, 101 (Fot. 17 y Fíg. X).


4 Objetos en hueso: dos falanges, una probablemente con agujero de suspensión;
ambas con su extremo distal ahorquillado por efecto de talla con instrumento
cortante. Un último hueso plano en forma de alisador muy suave y ahorquillado
en el extremo de alisamiento y en bruto en el extremo contrario (Foto 15).
8 punzones de cobre; cuatro de ellos de sección cuadrada de los cuales tres in-
cluimos en el tipo llamado por los alemanes «Fontbouisse» y otro pequeño
(Núms. 17, 62, 73, 95) y dos punzones de sección doble, cuadrada en un extre-
mo y romboidal en el otro (N.° 99) así como un corto fragmento de sección
rectangular (N.º 103) (Fot. 13. Fig. VIII).
2 puñales largos triangulares de lengüeta, de los cuales uno en fragmento, con li-
geras señales de biselado de corte y fuerte oxidación (Núms. 20 y 61) Fot. 16.
Fig. IX).
1 puñal corto triangular de lengüeta con trazas de biselado de corte (Nº 58) (Fot.
16. Fig. IX).
30 cuentas de collar del tipo rodete (Diskusperlen) con perforación central circular
en esteatita (?) de grosor variable entre 1 y 5 m.m. Y una cuenta de collar del
mismo material también en esteatita (?) de tipo cilíndrico (Fot. 14).

Estrato «B»

Este estrato se caracteriza por la incineración y por la ausencia de restos arqueoló-


gicos, ya que una pieza, hallada en él, nos parece corrida del estrato A. Se trata de una
punta de flecha de pedúnculo central y aletas, en sílex.
Las cenizas, sometidas a análisis en el Laboratorio de Química industrial de la Es-
cuela de Ingenieros Técnicos de Bilbao, por el Catedrático titular D. Ricardo López
Gracia y su ayudante D. Juan José Eguía, acusan su procedencia exclusivamente de
huesos, sin mezcla de otras materias.
Nos parece, dada la variabilidad del espesor de este estrato y la falta de su
presencia en diferentes puntos de la cueva, preferentemente en proximidad a las pare-
des, que las cenizas no fueron conseguidas en la misma cueva sino traídas del exterior y
depositadas sobre los enterramientos del estrato C. Dada esta distribución irregular de
cenizas sobre la capa de inhumaciones anteriores, las cenizas se presentan mezcladas
con huesos del estrato subyacente, cuando el espesor de estas cenizas no alcanza los 4
centímetros y se presentan aisladas, en estrato claramente independientes cuando alcan-
zan ese espesor.

31
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

Estrato «C»

Figura VII. Está caracterizado por la práctica de inhumación en forma idéntica a la apreciada
en el estrato A. Sin embargo se puede observar que los rastros de incineración que se
apercibían en el estrato A, conviviendo con la práctica inhumadora, son, en este estrato
C, menos frecuentes que en el A, aunque también existen.
El estrato C presenta el siguiente ajuar:
8 puntas de flecha de pedúnculo central y aletas, en sílex, una de ellas (Nº 18)
ancha y aplanada, y otras siete, pequeñas y gruesas (Núms. 28, 11, 23, 41, 43,
45, 85) (Fot. 17 y Fig. X).
1 contera de pequeña hoja de sílex blanquecino con señales de uso y dos lascas
informes (N.° 19) (Fot. 17 y Fig. X).
2 punzones de hueso bicónicos faltando a uno de ellos su extremo superior (Fot.
15).
1 fragmento informe de cobre en forma de lámina (N.° 12) (Fot. 16 y Fig. IX).
4 punzones de cobre de dimensiones variables. Hallamos otra vez el punzón tipo
«Fontbouisse» y el tipo corto, éste poco claro por tratarse de un fragmento
(Núms. 21, 22, 27, 25). Tres de ellos (Núms. 21, 22, 27) de sección cuadrada y
uno (N.° 25) de sección romboidal (Fot. 13 y Fig. VIII).
2 puñales largos triangulares de los cuales uno es fragmentario (Núms. 14 y 26).
Tal vez el 14 sea un triangular de lengüeta (Fot. 16 y Fig. IX).
35 cuentas de collar de tipo rodete con perforación central circular en esteatita (?)
de grosor variable entre 1 y 5 mm. (Fot. 14).
Varios fragmentos de cerámica basta, negruzca, con desgrasantes muy gruesos, y
que pertenecen a un gran vaso con forma de panza grande, hallados en la misma
base del estrato (Fot. 12).

El ajuar.

Se conocen conjuntos de objetos más ricos que el de Gobaederra, en otros dól-


menes o cuevas de habitación paralelas. Lo que se desconoce hasta ahora en el País
vasco es la proporción tan grande de objetos metálicos. Esto unido al resto del ajuar, es
lo suficientemente para que intentemos analizarlo y, si es posible, ordenarlo cronológi-
camente.
En las etapas que se suceden desde el Neolítico hasta el final del Hierro, en el País
Vasco, no se conocen conjuntos que puedan permitir una articulación de etapas de cada
uno de estos períodos. En algunos casos, como en el del Neolítico, no es fácil aislar los
conjuntos de modo que respondan con

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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

entera claridad a una etapa determinada e inconfundible. En todo caso, aun conociendo
los conjuntos típicos de cada etapa prehistórica, no es fácil seguir una evolución de ella,
tanto más necesaria cuanto que el tiempo durante el que se desarrolló, fue forzosamente
bastante largo.
Sólo muy recientemente, D. José Miguel de Barandiarán y D. Domingo Fernández
Medrano, han tenido la fortuna de localizar, en el dolmen riojano de San Martín (La-
guardia) una cámara de un sepulcro de galería en el que., al derrumbamiento de una
gran losa que cubría prácticamente toda la cámara, ha permitido separar dos conjuntos y
situarlos cronológicamente uno después del otro. Nos parece que el dolmen de San
Martín, por su ajuar, refleja un aspecto del mundo megalítico que se aproxima más a los
fértiles conjuntos megalíticos del S. y del SE. español que al resto del mundo megalí-
tico de las provincias vascongadas, aun reconociendo que se trata de un mismo fenóme-
no y que existen caracteres de semejanza muy notables entre ambos. En cualquier caso,
los dos conjuntos de los estratos de San Martín nos parecen una guía aprovechable para
orientarnos en el difícil mundo de las sepulturas colectivas. Pero antes de intentar toda
comparación, hemos de pasar revista detallada al conjunto de Gobaederra.

El material de sílex.
El sílex está bien representado en Gobaederra pero su variedad es muy pobre.
Solamente tenemos como tipos Fig. VIII.

1) Las hojas. De ellas aparecen en Gobaederra dos ejemplares pequeños, pocos y


pobres en relación con las series de bellas hojas de los dólmenes próximos del
valle de Cuartango, pero muy similares a los otros tipos de hojas, sin retoque,
que por lo general aparecen en las cuevas sepulcrales.
2) Las puntas de flecha. Aunque aparecen en Gobaederra en notable proporción,
la variedad es muy pequeña. Se reduce al tipo tardío de las puntas con pedún-
culo central y aletas. En ellas apreciamos dos variedades, unas pequeñas grue-
sas, de aletas irregulares y de planta subtriangular muy comunes en los dólme-
nes montañeses y en estratos eneolíticos de cuevas, y las puntas mayores alar-
gadas y esbeltas con un aplanamiento central, talla por lo general muy fina y
que abundan en los dólmenes de la Rioja aunque también se presentan en
dólmenes de montaña como el de Ausokoi (1).

(1) B ARANDIARAN, J. M. DE, y FERNANDEZ MEDRANO, D., Excavaciones en Alava.


En «Bol. Inst. Sancho el Sabio», Vitoria. II (1958) págs. 105. Fot. 10 pág. 107, Fig. VIII, pág. 121.
Fig. XVI; pág. 142, Fig. XXIII.
A RANZADI , T., B ARANDIARAN, J. M. DE, EGUREN, E., Exploraciones en la ca-
verna de Santimamiñe. III Memoria. Bilbao. 1935. Lám. XL. Fot. 56.

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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

Lo que se echa en falta en Gobaederra es la punta de aletas con cortes trans-


versales, del tipo que se llama «bretón» que aparece en los dólmenes de la Rioja como
el de «El Sotillo» y que empiezan a crecer al compás de nuevas excavaciones en las
zonas costeras y de montaña como el conjunto magnífico del dolmen de Pozontarri (2).
El sílex es pardo o blanquecino, por lo general malo y la talla poco precisa.

El material de piedra.

Solamente se presenta en Gobaederra la piedra en forma de una serie de cuentas


menudas de collar en forma de disco pequeño del tipo «rodete» de dimensiones muy
varias o un único ejemplar en forma de cuenta cilíndrica. Ambos tipos muy conocidos
en dólmenes y en cuevas sepulcrales de todo el País Vasco desde la costa hasta las
zonas bajas, pero más intensamente en las cuevas de la costa.

El material de hueso.

Tres tipos presenta el hueso en Gobaederra:


1) El punzón corto bicónico. Este tipo de punzón, terminado en sus dos extremos
con detalle, no es por lo general abundante en dólmenes donde aparece más
bien el tipo de punzón con un extremo en bruto que en algunos casos conserva
la articulación como puno. En dólmenes los conocemos en Ausokoi (3) donde
afecta la sección de media caña. Se trata de ejemplares muy cortos que con-
trastan con los tipos largos de los dólmenes y de los estratos eneolíticos de las
cuevas (4).
2) Las falanges talladas. No podemos decir que las falanges talladas abunden en
el País Vasco, pero empiezan a ser conocidas. Ya en San-

(2) B ARANDIARAN, J. M. DE, FERNANDEZ MEDRANO, D., APELLANIZ, J. M., Excavación


del dolmen de «El Sotillo» (Laguardia, Alava). En «Bol. de la Inst. Sancho el Sabio». Vitoria VIII
(1964) n.º 1-2. Pág. 9. Figs. 4 y 5.
APELLANIZ, J. M. y ALTUNA, J., Excavaciones en dólmenes de Guipúzcoa. En «Munibe»
XVIII (1966), págs. 173 y 174. Fig. 6.
(3) APELLANIZ, J. M., y ALTUNA, J., Excavaciones en dólmenes de Guipúzcoa, Op. cit. pág.
178. Fig. 11.
(4) B ARANDIARAN, J. M. DE, y FERNANDEZ MEDRANO, D., Excavaciones en Alava. En
«Bol. Inst. Sancho el Sabio». II (1958) pág. 149.
A RANZADI , T., BARANDIARAN, J. M. DE, Exploración de ocho dólmenes en la sierra de
Aralar. San Sebastián. 1924. pág. 40 y 41. Fot. 24.
A RANZADI , T., B ARANDIARAN, J. M. DE, EGUREN, E., Exploraciones en la caverna de
Santimamiñe. Bilbao 1931. II Memoria. pág. 171. Fot. 31.

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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA ALAVA)

timamiñe se conoce, en estratos paleolíticos, una falange animal con agujero


transversal de suspensión. Posteriormente han aparecido en dólmenes como el
de Gúrpide N. y el de Los Andrinales, ambos próximos a Gobaederra (5). Es-
tas falanges están talladas en huesos de animales (suidos, bóvidos o cérvidos).
Las formas adoptadas son varias. Mientras en el ejemplar de Santimamiñe no
se halla más rastro de utilización humana que el agujero transversal de suspen-
sión, en Gobaederra, conocemos una forma ahorquillada y puntiaguda. Está
ésta conseguida por medio de instrumentos de corte muy fino. En Gúrpide N.
conocemos no sólo la talla sino un pulimento muy fino que aproxima el ejem-
plar a los ídolos del tipo Los Millares o a los llamados por Mayer, «Rundido-
len». Por el tipo de talla, las falanges de Gobaederra se aproximan más a las de
«Los Andrinales» que al de Gúrpide N. Las incisiones que presentan son finas,
pequeñas y seguras.
3) El alisador. El último tipo de instrumentos de hueso es el alisador. Al contrario
que en los punzones la pieza está solamente tratada en un extremo, sumamente
adelgazado, de un hueso plano, dejando en bruto el otro extremo. El afina-
miento del extremo tratado para alisar ha sido al parecer tan intenso que ha
desgastado el hueso, débil por otra parte, hasta dejarlo convertido en una
forma de horquilla plana que contrasta notablemente con el ahorquillamiento
de las falanges. El alisador es de sobra conocido como para que nos detenga-
mos en él.

El material de metal.

El metal presenta tres apartados:


1) La hoja. Solamente conocemos un ejemplar de hoja, doblada, que no parece
pertenecer a un puñal, sino que presenta una sección muy débil y aparece muy Fig. IX.
patinada. Nos parece que se le puede incluir en lo que llama Neuffer «Bronze-
bleche», siendo en este caso dudosa su naturaleza por no haber sido posible
analizarla.
2) Los punzones. Se conocen en Gobaederra dos tipos; Fig. X.

(5) APELLANIZ, J. M., El túmulo no megalítico de Sendadiano y el dolmen de Gúrpide, N. de


Catadiano (Alava). En «Bol. de la Institución Sancho el Sabio» (Vitoria) VI (1962) págs. 1-19. Fíg.
2. Fot. 6.
APELLANIZ, J. M., La falange labrada del dolmen de Gúrpide N., en «Anuario de Eusko-
Folklore» (1962).
APELLANIZ, J. M., Monumentos megalíticos de Vizcaya y Alava, en «Munibe» 1-2-3-4 (1965)
págs. 779-79. Fig. 4.

35
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

a) El punzón largo, llamado también de «Fontbouisse» cuyo tamaño oscila


entre los 18 cms. y los 11 cms., por lo que llegan casi a la longitud máxima
de los de Fontbouisse. De él tenemos dos ejemplares muy interesantes. Su
sección es cuadrada por lo general y más gruesa que los Fontbouisse, pero
creemos que se pueden incluir en este tipo. Otros no son tan largos como
los anteriores pero también exceden a los tipos corrientes y se aproximan a
los Fontbouisse.
b) El punzón corto. De este conocemos solamente dos ejemplares seguros.
Otros se hallan en fragmentos y por ello nos parece que pueden pertene-
cer al tipo largo. La proporción del tipo corto al largo es muy débil: dos
ejemplares sobre un total de 12 piezas.
Falta el punzón o lezna llamado de «brújula», tipo por lo general muy extraño y
raro en el País Vasco, a nuestro entender solamente representado por un caso en los
dólmenes del Aralar.
Figura IX. 3) Los puñales triangulares de lengüeta. Aparecen también en dos de sus varie-
dades. Es el tipo conocido como «Grifzungendolch».
a) El puñal corto, del que se conoce solamente un ejemplar bien conservado
con sus biseles muy claros y de sección más gruesa que los conocidos
hasta ahora. La lengüeta no presenta ningún realzado de bordes ni mar-
tillamiento.
b) El puñal largo. Bien representado por dos ejemplares completos y otros dos
fragmentos de hojas con biseles suaves y planos y más gruesos que los
conocidos. Tampoco presentan ni realzamiento de bordes ni martillamien-
to alguno.
Además tenemos un ejemplar de puñal (Dolch) en el que la lengüeta no aparece en
la forma en que se presenta en los demás, habiendo desaparecido todo rastro de distin-
ción entre hoja y lengüeta. Es también bastante más grueso no sólo que los conocidos
sino incluso que los demás tipos de Gobaederra.
En el deseo de apurar los datos que pueda proporcionar este rico material de metal,
los hemos hecho analizar en el Laboratorio del «Landesmuseum» de Stuttgart bajo la
dirección del Dr. Junghans. El análisis fue hecho por el Dr. M. Schroder. Los análisis
llevan los números del Museo: 21.203, 21.204, 21.205, 21.206, 21.207, 21.208, 21,209,
21.210, 21.211, 21.212, 21.213, 21.214, 21.215, 21.216 y 21.217.
Los números que figuran encabezando el análisis responden a los números con que
cada objeto es presentado en los dibujos o figuras adjuntas.

36
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

ANALISIS
Nº Sn Pd As Sb Ag Ni Bi Au Zn Co Fe
61 Sp <0,01 1,85 0,17 002 2,1 <0,001 0 + 0,06 Sp
26 <0,01 <0,001 1,3 0,4 0,03 1,8 0,01 00 0 0.04 Sp
9 Sp <0,01 1,6 0,3 0,06 2,0 0,005 0 0 0,04 +
58 0 <0,01 0,74 0,1 0,02 0,36 0,008 0 0 <0,001 Sp
95 Sp Sp 1,1 0,16 0,13 1,7 0,003 0 0 0,03 0
17 Sp <0,01 1,0 0,13 0,01 1,85 <0,001 0 0 0,04 Sp
70 Sp 0 1,35 0,12 ~0,003 1,4 <0,01 0 0 0,03 Sp
27 Sp <0,001 1,5 0,25 0,03 1,3 0,004 0 0 0,04 Sp
72 < 0,001 <0,001 1,7 0,12 0,02 1,8 <0,001 + 0 0,11 Sp
99 Sp Sp 1,55 0,1 ~0,002 1,25 <0.001 0 0 0,03 Sp
21 Sp Sp 1,9 0,56 0,01 1,3 0,003 0 + 0,03 Sp
22 Sp Sp 1,45 0,16 0,02 2,2 <0,001 0 Sp <0,04 0
25 Sp <0,01 0,21 0,05 0,02 0,72 <0,001 0 0 <0,01 Sp
73 Sp 0,02 1,45 0,21 ~0,001 1,85 0,014 0 Sp 0,07 +
103 Sp <0,01 1,05 0,03 ~0,001 0 0 0 0 0 +

Para tener otro conocimiento de la proporción de cobre presentamos a continuación el valor


del cobre:

N.° 61 . . . . . . . . .96 02 %
N.° 26 . . . . . . . . .9 4 , 0 6 %
N.º 9 . . . . . . . . .90,91 %
N.° 58 . . . . . . . . .9 5 , 0 1 %
N.° 17 . . . . . . . . .96,63%
N.° 27 . . . . . . . . .90, 12 %
N.° 72 . . . . . . . . .96,02%
N.° 21 . . . . . . . . .90,29
N.° 22 . . . . . . . . .91,67 %
N.° 25 . . . . . . . . .96.68%

De los análisis expuestos, se puede concluir que todos los objetos analizados de Gobaederra,
son de cobre con una cantidad de arsénico apreciable y níquel lo cual aboga ser bastante arcaico y no
desmiente el carácter antiguo de las piezas.
PARALELOS.
Los útiles de sílex, piedra y hueso ya nos son conocidos. Queremos ahora relacionar los materiales de
metal con sus paralelos dentro y fuera del País Vasco.

37
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

El punzón largo, al menos en la longitud que presentan los de Gobaederra es


rarísimo por no decir desconocido en los ajuares de dólmenes y cuevas del País Vasco.
Por lo general el metal es raro o al menos poco frecuente y éste es un carácter típico
hasta ahora, de los conjuntos del Eneolítico y el Bronce. Los punzones cortos son más
frecuentes que los anteriores y los hallamos repartidos por todo el ámbito del País
Vasco. Los encontramos en los dólmenes de Montaña como Obioneta, S. Debata de
Realengo e Igaratza (6). Los de sección circular no los conocemos, pero Alberto del
Castillo los cita como procedentes de dólmenes del País Vasco (7). Paralelos de sección
circular y cuadrada simultáneamente, no los conocemos en el País Vasco, pero los tene-
mos en los dólmenes de Cataluña como el de la Cabaña del Moro (Organa) (8) y en cue-
vas artificiales lejanas como la de Loma de los Peregrinos de Alguazas en Murcia (9).
Nos parece interesante anotar que los dos punzones de doble sección cuadrada y circular
aparecen en el estrato más reciente de la utilización de la cueva.
Los puñales también de cobre tienen paralelos en el País Vasco. El puñal corto lo
tenemos bien representado en el dolmen de Goldanburu (Gorriti-Huici) en Navarra
unido a botón con perforación en V decorado con incisiones y es el paralelo más cerca-
no a Gobaederra. Incluso el análisis, que hemos mandado hacer en el Laboratorio del
Landes museum se le asemeja de una manera casi idéntica. La única diferencia que
bóxervamos con el de Gobaederra es el martilleo de los bordes de la lengüeta que no lo
tiene éste nuestro y sí el de Goldanburu. Del puñal largo tenemos un paralelo en la cueva
de Aitzbitarte (10). No conocemos ningún otro ejemplar. Paralelos catalanes no faltan en
dólmenes y cuevas. El dolmen de «Collet de les Forques» (Española) (11) pre-senta un
ejemplar igual también en cobre. Tipos muy simi-

(6) ARANZADI, T., BARANDIARAN, J. M. DE, EGUREN, E., Exploración de ocho dólmenes del
Aralar.
BARANDIARAN, J. M. DE, El hombre prehistórico en el País vasco. Buenos Aires. 1953. Pág.
156. Fig. 90.
BARANDIARAN, J. M. DE y FERNANDEZ MEDRANO, D., Excavaciones en Alava. En «Bol.
Inst. Sancho el Sabio» II (1958) pág. 143. Fig. XXIV.
ARANZADI, T., BARANDIARAN, J. M. DE, EGUREN, E., Exploraciones en la caverna de San-
timamiñe. II Memorias. Pág. 54, 9.
(7) CASTILLO, A. DEL, El Neoeneolítico. En «Historia de España». Dirigida por R. MENEN-
DEZ PIDAL. Tomo I. Vol. I. Págs. 548.
(8) PERICOT, L., Los sepulcros megalíticos catalanes y la cultura pirenaica. Barcelona, 1950,
pág. 85.
(9) NIETO, G., La cueva artificial de la «Loma de los Peregrinos» (Alguazas, Murcia). En
«Ampurias» XXI (1959), pág. 193. Fig. 2.
(10) SANGMEISTER, E., Contribución al estudio de los primitivos objetos de metal en el País
Vasco. En «Anuario de Eusko-Folklore» XVIII (1961), pág. 55.
(11) PERICOT, L., Los sepulcros megalíticos catalanes y la cultura pirenaica. Barcelona.
1950, pág. 89.

38
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

lares, que se distinguen netamente del tipo Ciempozuelos, más corto y ancho con len-
güeta muy pronunciada y escotaduras preparadas, aparecen repartidos por los lugares
bajos de las cuencas de los ríos como los Valles del Betis, Tajo y Guadalquivir y se
presentan en toda clase de construcciones como fondos de cabaña, silos, sepulturas me-
galíticas y no megalíticas (12). En el castro de Vilanova de San Pedro, aparecen estos
puñales largos unidos a puntas de base cóncava o de mitra o triangulares de base recta,
que desconocemos en el País Vasco. Es muy típico el puñal en las cuevas artificiales de
Palmera (13) asociados a campaniforme con plaquetas votivas, puntas del tipo Palmera
y puntas de tipo triangular de base cóncava.
Emparentados con ellos, los encontramos igualmente en el S. y SE. francés, como
en las galerías cubiertas de Provenza unidos frecuentemente al vaso campaniforme (14)
así como en los conjuntos de Fontbouisse. En Francia, el mapa de los puñales largos de-
muestra cómo este tipo de puñal se detiene prácticamente en el borde de la cultura de los
«Pasteurs des Plateaux» para reaparecer luego fuera de Francia, en Cataluña. Esto es lo
que refleja el mapa presentado por Arnal. El puñal no parece unido, según Neuffer, a
ningún tipo común de objeto sino que se relaciona, en el S. Francés con tipos muy dife-
rentes según la región de que se trate. El puñal corto, aparece en zonas costeras de los
Pirineos orientales y no parece un tipo derivado del largo sino distinto, tal vez contem-
poráneo.
Para buscar ahora paralelos entre los conjuntos de Gobaederra y otros de otros
lugares, es necesario hacer previamente algunas observaciones. Sea la primera, la de
observar que vamos a comparar el conjunto de Gobaederra en su totalidad. En otras
páginas anteriores hemos descrito, estrato por estrato, el material de la cueva. Ahora po-
demos observar cómo la diferencia entre los dos estratos es muy pequeña por no decir
insignificante. Existe una capa que llamamos capa C, reciente en relación con la inferior
o capa A, separada de ella por un estrato intermedio de incineraciones, arqueológica-
mente estéril. Lo lógico sería comparar por tanto estrato por estrato pero creemos que
entre los dos media muy escaso tiempo. Lo creemos apo-

(12) BONSOR, C., Les colonies preromaines de la vallee du Betis. Revue Archeologique.
XXXV (1899).
JALHAY, E., DO PAZO, A., El Castro de Vilanova de San Pedro. Act. y Memorias de la
Sociedad Española de Antropología, Etnología y Prehistoria. T. XX. Madrid. 1945. Lam. XVII y
XVIII.
(13) BELCHIOR DA CRUZ. As grutas de Palmella. Bol. de Sociedades archeologica «Santos
Rocha». I (1906) 3.
ALBERTO DEL CASTILLO, El Neoeneolítico. En «Historia de España», dirigida por R. ME-
NENDEZ PIDAL. Tomo I. Vol. I. Pág. 626. Fig. 509.
(14) CAZALIS DE FONDOUCE, P., Les allées couvertes de la Provence. II Memoire. Montepelier-
Paris. 1878.

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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

yados en la siguiente consideración: las incineraciones forman un estrato muy débil,


repartido desigualmente por la cueva después de haberse practicado éstas en el exterior.
Por otra parte esto nos parece más bien un rito transitorio dentro de la vida de la comu-
nidad humana de Gobaederra. Por otra parte, si miramos al conjunto arqueológico de
cada estrato veremos que las diferencias entre ambos estriban solamente en la presencia
de objetos de hueso en el estrato C o reciente y los punzones de sección doble. Por otra
parte, las cuentas de collar parecen encontrarse en ambos estratos, lo cual podría abogar
por una cierta relación entre ambos, separados por el rito pasajero de la incineración
como rito exclusivo. Así pues, las diferencias entre un estrato y otro nos parecen pocas
y de tan escaso relieve que preferimos considerar el conjunto como formando unidad.
Una segunda observación es necesaria a la hora de valorar los posibles paralelos.
Se trata de la ausencia casi total en los estratos, de la cerámica. Esto dificulta extraordi-
nariamente todo intento de paralelización pero creemos que no lo invalida siquiera a
título provisional.
Dentro del País Vasco, no hallamos un conjunto totalmente comparable con el de
Gobaederra pero tenemos los estratos del dolmen de San Martín que pueden orientarnos
(15).
En San Martín, hallamos un estrato antiguo caracterizado por puntas triangulares y
trapezoidales microlíticas, hachas de sección circular y oval, huesos tallados con
representación antropomorfa y de surcos arqueados y paralelos, cerámica basta y lisa de
perfiles globulares, hojas y raspadores así como estelas funerarias circulares. Un
segundo estrato más reciente está compuesto por una industria de largas hojas y
pequeñas, hachas de sección rectangular, cerámica decorada con incisiones en retícula,
y el complejo del vaso campaniforme, caracterizado por los botones circulares de
perforación en V, puñal largo de escotaduras y rebordes realzados, anillos de hueso, etc.
Para nosotros, tal vez se trata este segundo estrato de un momento reciente por com-
paración del anterior, en el que se incrusta una sepultura campaniforme sin que sepa-
mos a ciencia cierta de qué modo influye esta sepultura en el desarrollo general del
estrato. A nuestro modo de ver habría que separar una sepultura campaniforme del resto
eneolítico del estrato en el que vemos las clásicas puntas de pedúnculo y aletas y el
resto de un ajuar eneolítico, más o menos típico.
Tomando este estrato y comparándolo con el conjunto de Gobaederra, no encon-
tramos una identidad total pero sí hay ciertos vestigios de relación. Si pudiéramos aislar
lo que creemos sepultura campaniforme, del resto del

(15) BARANDIARAN, J. M. DE, FERNANDEZ MEDRANO, D., Excavaciones del dolmen de San
Martín (Laguardia, Alava). En «Bol. de la Inst. Sancho el Sabio», Vitoria. VIII (1964) 1-2 pág.
41-66.

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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

estrato y tomarlo en su estadio puro, veríamos más claramente la relación con Go-
baederra. Nos parece que el material de Gobaederra se aproxima al eneolítico reciente
de San Martín, pero nos parece que Gobaederra debe representar un momento anterior.
Si tenemos en cuenta que lo que ha separado los dos estratos de San Martín es un hecho
fortuito, la caída de una losa, no extrañará el que pretendamos para Gobaederra un
momento un poco anterior al estrato más reciente de San Martín. En Gobaederra ni
tenemos puntas microlíticas ni tipos de hachas que pueda compararse con el estrato
antiguo, es más bien al estrato reciente al que debe referirse, pero el hecho de presentar
Gobaederra ajuar de metal bastante antiguo nos parece indicar que se trata de un mo-
mento anterior al estrato reciente.
Existen en el País vasco otros conjuntos procedentes de cuevas sepulcrales como la
de Kobeaga (Ispaster, Vizcaya) que presentando un carácter más francés, pueden ser
comparados con el de Gobaederra para al menos darnos una idea de su situación cro-
nológica relativa (16).
En Kobeaga, hemos encontrado lo que creemos poder llamar dos estratos. El más
antiguo presenta un conjunto, que en medio de una inhumación colectiva, tiene todas
las trazas de las sepulturas en fosa catalanas. Esta comparación naturalmente es muy
provisional, no viendo claramente cómo se puede comparar un conjunto de inhuma-
ciones colectivas con uno de inhumación individual. Sobre este estrato y por tanto más
reciente, aparece otro caracterizado por inhumaciones eneolíticas en las que nos parece
se incrustan objetos que acompañan por lo general al vaso campaniforme, como un
brazalete de arquero, botón con perforación en V, etc. Excepto estos elementos, el resto
está caracterizado por una extraordinaria variedad de cuentas de collar en piedra y
hueso, así como tubos en hueso, colgantes rectangulares, cerámica de punzones, de lis-
tas de decoración digital y uñadas, a veces de buen tamaño, etc.
No podemos establecer un paralelo absoluto con Kobeaga que se presenta con
caracteres muy diferentes. Tal vez esta distinción se halla en la situación geográfica de
ambas cuevas, la de Gobaederra en plena Alava, muy próxima al Ebro y Kobeaga a 1
kilómetro del mar. Kobeaga se articula más fácilmente con otros conjuntos franceses y
tal vez sea allí donde haya que buscar no sólo los paralelos sino también la cronología.
Lo extraño es también que encontramos en Gobaederra caracteres que nos aproximan al
mundo francés, como exponemos más adelante. Sirva sin embargo Kobeaga para
intentar luego una incipiente secuencia del Eneolítico.
Podríamos referirnos ahora a los estratos eneolíticos de cuevas de habi-

(16) APELLANIZ, J. M., y NOLTE, E., Excavación, estudio y datación por el C 14 de la cueva
sepulcral de Kobeaga (Ispaster, Vizcaya). En «Munibe» XVIII (1966) 1-4, págs. 37-62.

41
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

tación, pero no están hasta ahora lo suficientemente estudiados como para servirnos de
guía.
Si salimos del País Vasco, nos orientaremos en dos direcciones: una hacia Fran-
cia, pasando por Cataluña y la otra, hacia las regiones bajas y costeras del resto de la
Península. Estas dos direcciones están perfectamente documentadas como vías de trans-
humancia pastoril de los vascos aun en épocas históricas. Se puede pensar que no serían
diferentes las costumbres transhumantes en épocas prehistóricas. Por otra parte, los res-
tos antropológicos del País Vasco y de la cueva de Gobaederra en particular, hablan de
influjos o alpinos o aquitánicos como también los muestran clara mente mediterráneos.
Es lógico que también la arqueología muestra estas dos direcciones. Por otra parte en-
contramos en el S. francés y precisamente desarrollándose en el Eneolítico, civilizacio-
nes de pastores que pueden mostrar puntos de contacto con los pastores de Gobaederra.
Nos referimos concretamente a lo que se ha llamado la cultura de los Pasteurs des Plateaux
en su aspecto más directamente eneolítico, la cultura de Fontbouisse.
Aunque Fontbouisse se halle sin publicar en su totalidad, creemos que será inte-
resante aproximar sus conjuntos al de Gobaederra para sorprender algunos caracteres
comunes (17) aun teniendo en cuenta que el carácter pastoril de Fontbouisse ha sido
muy recientemente discutido (18).
Nos parece que esta relación con Fontbouisse sea posible filtrarla a través de
Cataluña con cuya cultura se encuentra en notable relación. Nosotros no queremos en-
trar en la cuestión de la existencia de la cultura pirenaica muy recientemente puesta en
duda por M. Tarradell (19), pero sí queremos asegurar que, aunque la llamada cultura
pirenaica tiene en el País Vasco notables paralelos, existe también una diferencia entre
ambos focos de lo pirenaico.
Entre el conjunto de Fontbouisse y el de Gobaederra, encontramos varios aspectos
poco afines: industria de conchas marinas, botones «Durfort», una desarrollada indus-
tria de hojas y de puntas de laurel y sauce y una extraordinaria y, al parecer, bien
definida industria cerámica. Pero encontramos en general paralelos notables: la presen-
cia del punzón «Fontbouisse», la buena proporción de puntas de pedúnculo central y
aletas junto a otras

(17) LOUIS, M., PEYROLLES, D., ARNAL, J., Les fonds de cabanes eneolthiques de Font-
bouisse. Gallia. Fouilles et Monumentes archeologiques en France Metropolitaine.V (1947) II
235-57 págs.
ARNAL, J. y PRADES, H., El neolíthico y el Calcolítico francés. En «Ampurias» XXI (1959)
145.
(18) LORBLANCHET, M., ABEE MESTRE, E., Un village prehisthorique a Montpellier sur le
Plateau de Celleneuve. En «B. S. P. F.» LXVIII (1966). Fasc. 3 págs. 522-40.
(19) TARRADEL, M., Las primeras civilizaciones con metal. En «Problemas de la Prehistoria
y de la Arqueología catalanas». II Symposium de Prehistoria peninsular. Barcelona, 1963. págs.
46 y ss.

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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

variedades arriba citadas, los tipos de puñal, las hojas de metal (Bronzebleche) la
industria de hueso abundante y bien caracterizada. Pero no es solamente la industria,
sino modos de vida parecidos los que aproximan Gobaederra a Fontbouisse. En Font-
bouisse encontramos simultáneamente la incineración y la inhumación como ocurre en
Gobaederra, así como su carácter pastoril básico. Nos damos cuenta de que la cerá-
mica es una parte capital dentro de la vida de Fontbouisse y que Gobaederra no
dispone sino de un fragmento que puede coincidir con los tipos globulares de Font-
bouisse como puede coincidir con otros tipos globulares del SE. español. Nos damos
igualmente cuenta de que no es perfectamente posible la comparación de Gobaederra
con Fontbouisse ya que la primera es una cueva sepulcral y el segundo es un poblado.
Pero no es menos cierto que una cueva sepulcral representa un aspecto de la vida de un
poblado en cuanto que se depositan junto a los muertos aquellos objetos que tienen un
valor funerario pero que probablemente han servido o formado parte de los modos de
vida del hombre. No es fácil pensar que los objetos que se enterraban con los muer-tos
fueran exclusivamente fabricados para este uso. De ahí que, aunque una selección de
objetos no pueda nunca reflejar en su totalidad la vida de un poblado como la refleja el
poblado mismo, al menos puede dar una pauta indicatoria. Por otra parte, al sugerir
una relación entre Gobaederra y Fontbouisse no pretendemos en absoluto ha-blar de
una invasión ni de otras formas de contacto que las propias de dos pueblos de pastores.
Sin salir todavía del S. francés, debemos aludir a la reciente tesis de E. M. Neuffer
que ha tratado el problema no ya de un tipo de cultura del eneolítico francés como sería
Fontbouisse sino de todo el conjunto eneolítico del S. en todas sus formas y variedades
de tipo colectivo (20). Neuffer ha tratado de resolver el problema a través de la determi-
nación de las afinidades existentes entre los tipos del ajuar conocidos, logrando aislar
tres grandes grupos de afinidades que articula en tres estadios distintos: dos de ellos ex-
tremos, es decir, uno antiguo y otro reciente, y un intermedio de transición. Siempre
dentro del S. francés, más concretamente, en las regiones comprendidas entre la costa
mediterránea y el Aude y Tarn por una parte y desde las Bocas del Ródano hasta los
Pirineos Occidentales, se ordenan los grupos de afinidades de este modo:
1) Estrato antiguo: representado por hojas de sílex con o sin retoques, puntas
romboidales, en forma de lanceta y de laurel, colgantes de concha, cuentas de
disco de concha y de forma de huso, hojas de bronce, dientes de animales con
o sin perforación, conchas, anillos

(20) NEUFFER, E. M., Das Aeneolithikum in Sudfrankreich und seine Beziehungen zu Mille-
teuropa. Freiburg. 1964, 3 vols.

43
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

de espiral, brazaletes de arquero, puñales de lengüeta, cerámica campaniforme


y cerámica con verdugones de hoyos.
2) Estrato de transición: representado por punzones de hueso, puntas de flecha de
pedúnculo central, falanges, cuentas de metal de anillo, lezna de tipo de brú-
jula, hilos de bronce o cobre, botones redondos de perforación en ámbar, ha-
chas de piedra, cuentas de hueso con acanaladuras, cuentas de calaita, cuentas
cilíndricas, bicónicas de piedra o hueso y de metal.
3) Estrato reciente: representado por imitaciones de dientes de animales, denta-
liums, cuentas en forma de gota, cuentas de disco en esteatita y caliza, cuentas
del tipo de tonelete, de aletas, puñales de sílex, puntas de sílex con muescas
laterales y cuentas tubulares de engrosamiento central.
Si miramos a todos y a cada uno de los tipos representados aquí no hallaremos
una tabla que coincida totalmente con los conjuntos del País Vasco. Y es lógico. Pero
no es menos forzoso reconocer que esta ordenación de Neuffer tiene puntos de contac-
to muy estrechos con algunas cuevas sepulcrales vascas, concretamente Kobeaga en
Vizcaya. Los contactos son menores con Gobaederra.
Tomando provisionalmente la secuencia de Neuffer como punto de referencia,
tendríamos que inclinarnos a alinear Gobaederra con el estrato de transición y una
tendencia discreta al estrato antiguo. Ahora bien, nosotros hemos comparado Gobae-
derra con Fontbouisse. Neuffer cree que Fontbouisse así como Ferrieres II se hallan
más alejados del primer estadio que del segundo de su clasificación. Para Neuffer la
masa de la cerámica de Fontbouisse es la que coincide más claramente con el segundo
estadio. Sin embargo tampoco es totalmente coincidente. Por otra parte, Gobaederra
tiene los mismos tipos antiguos que Fontbouisse (puñal de metal de lengüeta) o algunos
de los más característicos. Nos inclinaríamos a pensar que Gobaederra ocupa un lugar
intermedio entre Fontbouisse y el estadio arcaico.
La tabla de Neuffer nos puede servir de algún modo para orientarnos precisa-
mente en aquellas cuevas que tienen un aspecto más francés, como es el caso de Ko-
beaga. Si nos atenemos a la secuencia de Neuffer, no podremos negar el aspecto más
bien reciente de Kobeaga, aun cuando también en ella encontremos elementos que po-
díamos llamar aberrantes como son los tipos campaniformes (brazalete de arquero cuya
afinidad por el campaniforme en el S. francés es evidente), y transicionales. Este con-
junto estaría más próximo a la cerámica de Fontbouisse. Nos parece posible alinear
Kobeaga detrás de Gobaederra.
Ahora comparemos la secuencia de Neuffer con el estrato más reciente de San
Martín. A poco que nos fijemos, veremos que el estrato reciente de

44
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

San Martín se halla muy próximo al estadio transicional y al estrato antiguo de Neuffer.
Esto nos confirma en nuestra opinión de alinear Gobaederra en un estadio intermedio
entre el antiguo y el reciente de San Martín con tendencia a llevarlo hacia el estrato
reciente.
Entonces, tomando como tabla de referencia la secuencia de Neuffer para el S. de
Francia y habida cuenta de la relación que liga a los yacimientos del País vasco con
aquellas regiones, podríamos intentar alinear estos yacimientos sepulcrales en la
siguiente forma: En un momento antiguo del eneolítico podríamos colocar el estrato
arcaico de San Martín. A éste sucedería el conjunto de Gobaederra seguido muy de
cerca por el estrato reciente de San Martín todavía en un momento arcaico o al menos
antiguo del eneolítico y por fin vendría el conjunto representado por el estrato reciente
de Kobeaga, siendo este contemporáneo del último momento de Fontbouisse.
Existe, en el actual estado de los estudios, una dificultad a la hora de comparar
yacimientos tan distantes como San Martín y Kobeaga, máxime cuando existe un as-
pecto tan diferente entre uno y otro. Pero ésta es una nada más entre tantas oscuridades
como rodean los problemas del Eneolítico en el País Vasco.

CONSIDERACIONES FINALES

Gobaederra es una cueva sepulcral utilizada durante el Eneolítico (Bronce I his-


pánico) y la cultura que representa se desarrolla paralelamente a lo que se llama cul-tura
del vaso campaniforme.
En la cueva se han utilizado, en dos períodos, ritos simultáneos de sepultura: la
incineración y la inhumación y durante un período exclusivamente el de incineración.
El estrato en el que se utiliza la incineración como rito exclusivo, no aparece
desgraciadamente ningún ajuar por lo que no es fácil asignarle tiempo determinado sino
por relación con los otros dos. El ajuar que contienen los dos estratos de rito simul-
táneo incineratorio e inhumatorio, es muy similar, de modo que no parecen representar
estos dos estratos tiempos demasiado distantes o al menos no tan distantes que se haya
observado una variación de cultura.
El estrato de incineración es muy tenue lo que nos parece signo de escasa per-
vivencia en el tiempo.
El hecho de la yuxtaposición de los dos ritos sepulcrales está comprobado ya en
otros yacimientos del País Vasco como son las cuevas sepulcrales de Guerrandijo
(Ibarranguela, Vizcaya) y Obenkun (San Vicente Arana, Alava) así como en la de
Arratiandi (Atauri, Alava). Parece sin embargo que la mayor o menor densidad del rito
incineratorio varía según las cuevas. En Kobeaga (Isparter, Vizcaya) es solamente un
indicio ligerísimo. En Guerran dijo es más frecuente, aparece igualmente en Las
Pajucas (Lanestosa, Vizca-

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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

ya). Pero en Arratiandi (Atauri, Alava) aparece en forma masiva de modo que es mucho
más frecuente que el de la inhumación con el que convive. En Arratiandi, hemos podido
encontrar un cráneo en bastantes buenas condiciones de conservación sometido al fuego,
fuertemente. Todavía no es fácil, por faltar una secuencia bien confirmada de cronolo-
gía, conocer si este rito de incineración crece o decrece a partir de los primeros momen-
tos del Eneolítico o si se trata de una introducción tardía. A pesar de proponer nosotros
una secuencia muy elemental, nos falta en Arratiandi un conjunto claro que permita
fecharla con cierta probabilidad. En Arratiandi es donde el rito incineratorio es más
denso aún que en Gobaederra. Pero si aceptamos el hecho de que Gobaederra representa
un estadio arcaico del Eneolítico, aunque poco precisable, tendremos que el rito incine-
ratorio ya aparece en los primros tiempos del Eneolítico, y que este rito no se pierde
fácilmente. En los dólmenes, es mucho menos frecuente, por no decir muy escaso, el rito
incineratorio. Qué signifique esta variedad de ritos entre dos manifestaciones que nos
parecen simultáneas de la misma vida humana, es cosa que todavía no se puede precisar.
Gobaederra representa un modo de vida pastoril sin que por ello haya que descartar
el cultivo de la agricultura. Por el tipo de ajuares que aparece tan común a cuevas sepul-
crales y dólmenes, parece que se trata de dos manifestaciones del mismo modo de vida y
por ello parece probable que sean pastores quienes utilizan las cuevas sepulcrales. Por
otra parte, no se reconocen en el País Vasco excesivas diferencias entre las áreas de dis-
persión de los dólmenes y de las cuevas sepulcrales. Gobaederra se halla en relación de
gran proximidad con los dólmenes del grupo de Cuartango y con los de la sierra de
Badaya-Arrato así como con el más meridional y occidental del grupo de Turiso-Ebro,
concretamente del de Los Andrinales. Parece que en las zonas del interior del País
Vasco, las cuevas sepulcrales se hallan en mayor relación de proximidad con los dólme-
nes que el grupo de cuevas sepulcrales de la costa. Así el grupo que se alinea junto a la
costa cantábrica como es el formado por Gerrandijo, Kobeaga, Goikolau, Ginerradi,
Jentilletxeta, se encuentran más alejadas de las áreas dolménicas. El resto de las cuevas
sepulcrales, no puede decirse que se aleje sino más bien que coincide con las áreas
dolménicas. El hecho de que algunas de estas cuevas se vean alejadas de los dólmenes
no nos parece suficiente como para establecer que hay un área de dispersión de cuevas
sepulcrales diferente de la de los dólmenes, antes al contrario. De ahí que creamos que
representan dólmenes y cuevas dos facies del mismo modo de vida pastoril. Por otra
parte la identidad de áreas entre los dólmenes y las actuales áreas pastoriles, perfec-
tamente remontables al Eneolítico, teoría sentada ya hace tiempo por D. José Miguel de
Barandiarán y confirmada siempre, nos permite asegurar que la población dolménica es

46
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)

población pastoril, lo cual a su vez nos permite admitir que los usuarios de las cuevas
sepulcrales fueron igualmente pastores.
En la cueva se han practicado inhumaciones de las que se habla en otro apartado
de este trabajo. Con los cadáveres fueron enterrados trozos de carne, cuyos restos son
perfectamente conocidos y se estudian también en otro lugar correspondiente. Lo que
tenemos que anotar es que en todas las cuevas sepulcrales hemos encontrado restos de
animales que varían según el lugar de emplazamiento de cada cueva. En las zonas cos-
teras, predomina el animal marino siendo extraño que los colgantes y objetos de adorno,
que en estos lugares podrían haberse fabricado sobre conchas de animales marinos sean
por lo general muy escasos.
La cueva fue utilizada durante un período no de larga duración y después fue
abandonada.
Cronológicamente, la creemos poder situar en un período más bien antiguo del
Eneolítico del País Vasco, contemporáneo de la expansión de la cultura del vaso cam-
paniforme. Se relaciona con cuevas sepulcrales de Cataluña y con conjuntos de pueblos
pastoriles del S. de Francia, más concretamente con los «Pasteurs des Plateaux» de
Fontbouisse.
En un intento de ordenar cronológicamente Gobaederra y otros conjuntos sepul-
crales de dólmenes o cuevas del País vasco, nos parece que se podría proponer esta
secuencia:
A un momento antiguo del Eneolítico respondería el estrato antiguo del dolmen de
San Martín, al que sucedería Gobaederra y muy próxima a ella el estrato reciente del
mismo dolmen de San Martín. En un momento tardío, al menos más tardío que los an-
teriores, podríamos colocar el estrato reciente de la cueva de Kobeaga, paralelo al último
momento de Fontbouisse.
Reconocemos que esta cronología relativa está fundada en escasos elementos por
otra parte de tipo sepulcral lo cual no puede dar una idea completa del desarrollo del
Eneolítico. Reconocemos que sólo con una mayor cantidad de material bien observado,
procedente tanto de sepulturas como de poblados, se podría establecer una secuencia
sólida, mucho más sólida que la que aquí sugerimos como hipótesis de trabajo.
Reconocemos por último que para realizar esta sugerencia de una cronología relativa
nos hemos apoyado en la hipótesis de Neuffer realizada a base de los materiales de las
sepulturas colectivas, del S. de Francia que, aunque a nosotros nos parezca bastante
aproximada a la realidad de nuestras sepulturas colectivas, pudiera no serlo completa-
mente.

47
3. Entrada a la cueva de ARRALDAY.

4. Cueva de LAS CALAVERAS.-Entrada a la cavidad.


5. Cueva de LAS CALAVERAS.-Restos humanos encajados en la capa estalagmítica superficial que recubre
esta parte de la cueva.

6.
7. Cueva de GOBAEDERRA. Vista general de la situación de la cueva, en la parte alta del acantilado
de Techa, en el portillo de Hierbas Largas.

8. Cueva de GOBAEDERRA. Trabajo de excavación en el cuadro 6-A.


9. Cueva de GOBAEDERRA. Estado del yacimiento antes de comenzar la excavación. En la fotografía inferior se
aprecia en primer término, la remoción realizada por personas incontroladas.

10.
11. Cueva de GOBAEDERRA. Restos humanos en la pared S. del cuadro 6-C. Sobre los cráneos se
aprecia levemente el estrato negruzco de incineraciones.

12. Cueva de GOBAEDERRA. Materiales cerámicos.


14. Cueva de GOBAEDERRA.-
Collar de cuentas de es-
teatita?

15. Cueva de GOBAEDERRA. Huesos tallados.


16. Cueva de GOBAEDERRA. Materiales metálicos.
17. Cueva de GOBAEDERRA. Materiales de sílex. (Foto archivo A. Llanos).
RESTOS HUMANOS
DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES
DE ALAVA

por José María Basabe


Laboratorio de Antropología
Universidad de Barcelona

I. Material de estudio

El material objeto de estudio, pertenece a las cuevas de Gobaederra, Lechón,


Arralday y de las Calaveras, a las que hace referencia el artículo de los Sres. Apellániz,
Llanos y Fariña (1964) de esta misma Revista.
La abundancia de esqueletos viene restringida por la frecuente pérdida de sus-
tancia de los cráneos y de numerosos huesos largos, así como el estado de dispersión y
mezcla heterogénea de piezas óseas que ofrecen los enterramientos.
Las preferencias antropológicas se orientan hacia los cráneos de Gobaederra y a
los esqueletos de las cuevas del Lechón y Arralday, ya que el contexto arqueológico en
la primera y las condiciones de yacimiento en las tres mencionadas, ofrecen mayores
garantías en lo que respecta a su datación. Los caracteres de ajuar, modo de inhumación,
etc., sitúan a la primera de estas cuevas en el Bronce I Hispánico. En las restantes, las
excavaciones no proporcionan hasta ahora material arqueológico.
Siendo el intento perseguido, establecer la tipología racial de la población en que
se integraban los restos encontrados, la posible disparidad cronológica de las distintas
cuevas, queda compensada por la mayor representatividad de la muestra. Por otro lado,
los cráneos del Lechón y Arralday, presentan posibles caracteres ancestrales, que permi-
ten aceptarlos como probables coetáneos de los de Gobaederra. El modo de enterra-
miento y la proximidad de las cuevas que no excede los 15 Kms. abogan en favor de
esta agrupación en una serie única.

49
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

Según testimonio de los excavadores antes aludidos, las piezas óseas de Gobaederra
solamente, corresponden a un total de 67 individuos entre los que se encuentran también
niños. En la Cueva de Arralday un total de 15 a 20 individuos; tres personas en la del
Lechón; y «muchas calaveras» en la Cueva de Las Calaveras.
De tan disperso y deteriorado material, el número de piezas estudiado,
procedente de las distintas cuevas, es el siguiente:

Cuevas Cráneos Masculinos Femeninos Total


Gobaederra > 12 8 20
El Lechón > 2 0 2
Arralday > 1 1 2
Calaveras > 0 3 3
…………. Mandíbulas 5 3 8

Es de advertir, que los cráneos con mandíbula se reducen a uno; y que entre los res-
tantes, predominan las calvarias desprovistas de cara ósea. Los hemicráneos, o restos de
esplacno y neurocráneo proporcionan algunas medidas. Las mandíbulas corresponden
a las cuatro Cuevas.
Por lo que respecta al esqueleto postcraneal, se han elegido, entre el material
disperso y sin correspondencia exacta con los anteriores cráneos, exceptuados los del
Lechón, las siguientes piezas:

Húmeros……………….. .6
Radios……………………8
Fémures ………………..15
Tibias …………………....7

II. Estructura de la Población

La distribución por edades, de manera bastante imprecisa y habida cuenta de la obli-


teración de las suturas, emergencia y abrasión dentarias, puede establecerse así:

Infantiles (H y M)……………….25 %
Juveniles (H y M)………………..20 %
Adultos (H y M)....…………..…. 45%
Maduros (H y M) 41-60 años……10 %

La mortalidad entre los adultos alcanza entre las mujeres edades más precoces, a
juzgar por la escasa obliteración de las suturas y moderada usura

50
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

de los molares. De entre las estudiadas, apenas dos clavarias se acercan a seniles.
Los porcentajes de caries y lesiones de que luego se hablará, manifiestan excelente
estado de dentición, en consonancia con otras poblaciones prehistóricas y en abierto
desacuerdo con las pésimas dentaduras de la población actual.

III. Caracteres generales del Neurocráneo

La capacidad craneal calculada por la fórmula de Pearson, corresponde a la cate-


goría de los aristencéfalos en un 66 % en los varones y mujeres, dentro de la clasifica-
ción de Sarasin. El promedio del conjunto masculino (M=1544, 29) manifiesta valores
de clara aristencefalia, quedando el grupo de Gobaederra sin alcanzar el umbral de la
misma (M=1433). Las mujeres son aristencéfalas en su promedio general, aunque con
valores poco destacados; y lo mismo que en los varones, el grupo de Gobaederra, queda
aquí sin rebasar la euencefalia. La distribución por categorías en ambos sexos, es como
sigue:

VARONES MUJERES
Nº % Nº %
Oligoencéfalos 0 00 0 00
Euencéfalos 3 33,3 2 33,3
Aristencéfalso 6 66,6 4 66,6
9 6

La línea de las suturas, aunque sencilla por lo general, presenta en un 25 % de los


casos, sinuosidades notorias en la lamdoidea; y algo menos en la coronal. Con un 35 %
de wormianos, en general de pequeño tamaño. La robustez es mediana en la mayoría, si
se tiene en cuenta el espesor de los huesos, impresiones musculares y desarrollo de las
apófisis mastoides. Algún mayor aspecto de robustez ofrecen las mandíbulas. Son ex-
cepción a lo que precede los individuos de Arralday, El Lechón y el CC3 de las Cala-
veras por sus caracteres de mayor rudeza.

Norma verticales

El contorno de la cabeza es ovoide en más de un 50 % de los individuos, tanto


masculinos como femeninos. Los restantes son en su mayoría pentagonoides.

51
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

CONTORNOS VARONES MUJERES


Nº % Nº %
Ovoides 7 50 5 55,5
Pentagonoide 5 35,7 3 33,3
Elipsoide 2 14,3 0 00
Romboide 0 00 1 11,1
14 9

El índice frontoparietal sitúa la mayoría de los ejemplares entre los metrio y eu-
rimetopes; con escasa proporción de estenometopes, sobre todo en los varones, alcan-
zando la criptozigia la mitad de los individuos.

I FRONTO VARONES MUJERES


PARIETAL
Nº % Nº %
Estenometopes 1 10 2 28,5
Metriometopes 4 40 2 28,5
Eurimetopes 5 50 3 43,0
10 7

Los valores de la Media (M=192, 2) en los varones y (M=188, 4) en las mujeres,


así como la amplitud de variación (175-198) y (173-190), manifiestan cráneos largos
en ambos sexos. Los del Lechón y Arralday, hacen subir los valores del promedio de
Gobaederra (M=188, 8) hasta (M= 192, 2), aconteciendo lo mismo en las mujeres, en las
cuales si descontamos las de la cueva de las Calaveras, dan (M=177, 3) mientras que
todas las cuevas agrupadas llegan en los cráneos femeninos a (M=188, 4) es decir,
cráneos muy largos. La mentada dolicomorfia, coincide con la de otras series de crá-
neos españoles de similar cronología y es inferior a la de los dólmenes de Pecina.
La anchura máxima arroja valores estrechos (M=140, 5) en los varones y me-
dianos, cercanos a estrechos en las mujeres (M=137, 8); siendo menor la diferencia se-
xual absoluta que en la longitud máxima. Contados solos los de Gobaederra, rebasan el
límite de los medianos (M=143).
Los promedios del índice cefálico, muestran dolicocrania en los varones (M=73,
19) y una ligera mesocrania en las mujeres (M=76, 9) disminuyendo la dolicocrania en
los de Gobaederra, que agrupados aparte, son mesocráneos (M=76, 1) sobre todo las
mujeres (M=78, 5).
La distribución de las variantes según las categorías del I. C. muestra equilibrio entre
los dólico y los mesocráneos varones, predominando la últi-

52
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

Lámina 1.-Distribución del índice cefálico.

ma categoría en las mujeres. No parece aventurado afirmar que la dolicocefalia domi-


nante en las poblaciones prehistóricas y actuales españolas, manifiesta su atenuación en
los cráneos de Gobaederra que empiezan a expresar la presencia de tipos mesocéfalos,
sobre todo si se consideran los promedios de ambos sexos reunidos.

VARONES MUJERES
Nº % Nº %
Hiperdolicocráneos 1 8,33 0 00
Dolicocráneos 5 41,66 2 28,57
Mesocráneos 5 41,66 4 57,14
Broquicráneos 1 8,33 1 14,28
12 7

Por lo demás tanto el hiperdolicocráneo masculino, como el braquicráneo de uno y


otro sexo, pueden considerarse como valores normales dentro de la variabilidad del
grupo.
Respecto al índice transverso frontal, se agrupan las variantes de la siguiente manera:

53
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

I TRANSVERSO
FRONTAL VARONES MUJERES
Nº % Nº %
Esferometopes 1 11,11 2 40
Intermedios 8 88,89 3 60
Paralelometopes 0 00
9 5

Coincidiendo con las tendencias que muestra el índice frontoparietal.

Norma lateral
Dentro de la amplitud de variación de los ejemplares, los perfiles son en general cur-
vilíneos. En la primera mitad del arco sagital, junto a frentes regularmente arqueadas (G
91 y CHL 5) predominan contornos frontales rectos (CHL 6 y G 10) y algunas frentes
ligeramente bajas o huidas (PO 5 y CHL 1).
La proporción entre frentes orto y camemetopes es la siguiente:

INDICE
SAGITAL-FRONTAL VARONES MUJERES
Nº % Nº %
Ortometopes 10 71,42 8 100
Camemetopes 4 28,58 0 0
14 8

Es pues predominante la tendencia al ortometopismo en los varones (M=88, 87)


que acumula en las mujeres el porcentaje absoluto y un promedio más acusado (M=86,
8). Como en anteriores parámetros, los cráneos de Gobaederra están en el límite supe-
rior del ortometopismo por lo que toca a los varones.
Con ser notorio el dimorfismo en el desarrollo de la región glabelar, el promedio
del porcentaje en los varones, apenas excede el número III de la clasificación de Broca;
sucediendo lo mismo con la robustez de las apófisis mastoides que no pasan de media-
nas en el conjunto. Se exceptúan CHL 5, CHL 2 y los del Lechón y Arralday.
Son escasos los perfiles aplanados en el segmento parietal. Y predomina el occi-
pucio saliente según se advierte en el índice sagital-occipital. La antedicha escasez pa-
rece venir confirmada por la altura Basio-Bregma, cuyos valores medios sitúan a estos
cráneos en la categoría de los altos (M=143, 4). El promedio de la serie global feme-
nina (M= 128, 7) no alcanza el límite superior de los medianos.

54
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

VARONES MUJERES

Nº % Nº %
Bajos 0 00 0 00
Medianos 5 55,5 4 66,6
Altos 4 44,4 2 33,3
9 6

La distribución de las variantes por categorías manifiesta las tendencias que se vie-
nen comentando.
La aludida moderada tendencia dentro de la ortocrania, se apunta ligeramente en
el índice verticolongitudinal; y mucho más en el auriculolongitudinal, que rebasa en los
femeninos el umbral de la hipsicrania. La prevalencia relativa del sexo femenino sobre los
varones en los valores de este índice, es normal para individuos de una misma población.
La distribución correspondiente al índice verticolongitudinal es como sigue:

I VERTIGO
LONGITUDINAL VARONES MUJERES
Nº % Nº %
Camecráneos 1 10 1 20
Ortocráneos 4 50 3 60
Hipsicráneos 3 40 1 20
8 5

Lo mismo acontece en los índices de altura, en los que predomina la ortocrania,


especialmente en los femeninos. Los promedios rondan el umbral de la hipsicrania en
los varones (M=74, 15) y ocupan lugares intermedios de ortocrania en las mujeres
(M=72, 73).
Parece confirmarse la tendencia comentada anteriormente en el índice auriculo-
longitudinal, cuyo promedio es en los varones de M=62, 83 y en las mujeres M=62, 6;
así como en la distribución de porcentajes de las distintas variantes.

I AURICULO
LONGITUDINAL VARONES MUJERES
Nº % Nº %
Camecráneos 0 00 0 00
Ortocráneos 5 62,5 4 66,6
Hipsicráneos 3 37,5 2 33,4
8 6

55
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

Lámina 2.-Combinación entre los índices cefálicos y longitudinales.

Por lo que respecta al prognatismo facial superior, el perfil es francamente orto-


gnato en ambos sexos, si se consideran los promedios M=89, 77 y M=92,5. No
obstante, el CHL 10 entre los varones y el CHL 92 entre las mujeres son mesognatos
cercanos a prognatos.

I GNATICO VARONES MUJERES


Nº % Nº %
Ortognatos 5 83,3 5 83,3
Mesognatos 1 16,7 1 16,7
Prognatos 0 00 0 00
6 6

Igual confirmación aportan los valores de los ángulos del perfil total y del nasal
(M=88,4°) y (M=86,33°) en el que los varones son todos menos uno ortognatos y
también las mujeres, excepto CHL 67 y la CC que son mesognatas.

56
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

ANGULO DEL VARONES MUJERES


PERFIL TOTAL
Nº % Nº %
Ortognatos 4 80 4 57,1
Mesognatos 1 20 3 42,9
Prognatos 0 0 0 0
5 7

El ángulo del perfil nasal muestra hiperortognatismo en uno de los cráneos


masculinos y ortognatismo en los otros; en tanto que las mujeres son todas ortognatas
excepto la CHL 67 que es mesognata.

ANGULO DEL VARONES MUJERES


PERFIL NASAL
Nº % Nº %
Hiperortognatos 1 20 0 0
Ortognatos 4 80 5 71,4
Mesognatos 0 00 2 28,6
5 7

El perfil alveolar ofrece los siguientes valores:

ANGULO DEL PERFIL VARONES MUJERES


ALVEOLAR
Nº % Nº %
Ortognatos 1 30 1 14,30
Mesognatos 3 60 3 42,85
Prognatos 0 0 3 42,85
Hiperortognatos 1 30 0 0
5 7

En los varones domina el mesognatismo, excepto en el CHL 1 que es ortognato,


siendo en cambio hiperprognato en este carácter la variante de Arralday (80,5). Lo
mismo sucede en las mujeres, en las que se reparte por igual este carácter, entre mesog-
natas y prognatas, reduciéndose con ello el ortognatismo.
La nariz es en general convexo y saliente, correspondiendo a esta eminencia el de-
sarrollo de la espina nasal, con frecuencias que se sitúan por término medio entre la clase
3 y 4 de Broca (Martín I, 948).

Norma anterior
Los valores de los índices frontales, manifiestan frentes anchas. Una de

57
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

ellas con una ligera cresta frontal, correspondiente al cierre de la sutura metópíca que
divide en dos partes la fosa supraglabelar. La glabela en su arranque y crestas supercilia-
res, corresponde al tipo II de Cunnigham y Schwalbe en los varones. En las mujeres
apenas pasan uno o dos ejemplares del Tipo I.
La altura total de la cara en el único ejemplar viable, se sitúa en la leptoprosopia
por los valores de su índice; correspondiendo los del Índice facial superior, a la mesenia
en ambos sexos (M=53, 66 y M=53, 63), excepto el CHL 67 que es claramente lepteno.
En las mujeres sucede lo mismo con alguna mayor tendencia a la leptenia.

I FACIAL VARONES MUJERES


SUPERIOR
Nº % Nº %
Eurienos 0 00 0 00
Mesenos 2 66,6 3 60
Leptenos 1 33,3 2 40
3 5

Lámina 3.-Combinación entre los índices cefálico y facial superior.

58
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

Por lo demás el Indice Frontocigomático refleja por sus valores, medios en los
varones, y con tendencia a altos en las mujeres, los caracteres del contorno facial insi-
nuados anteriormente, aunque, debido especialmente a los cráneos del Lechón y Arralday
en los varones, su promedio se acerca a valores de caras anchas, respecto a la anchura
frontal mínima.

I FRONTO VARONES MUJERES


ZIGOMATICO
Nº % Nº %
Anchos 3 75 1 25
Medianos 1 25 3 75
Largos 0 0 0 0
4 4

Es significativo el estudio del Indice Orbitario. Por abundar fragmentos de espía-


nocráneo con la órbita intacta, se ha podido agrupar un total de 17 variantes, que sitúan
a los varones en el límite superior de la cameconquia (M=77, 22) correspondiendo la
distribución de porcentajes de las variantes a lo que expresan los promedios.

I ORBITARIO VARONES MUJERES


Nº % Nº %
Cameconcos 5 71,42 3 30
Mesoconcos 2 28,58 7 70
Hipsiconcos 0 0 0 0
7 10

Las medidas absolutas de altura y anchura son M=30,8 y M=41,6 en los varones;
y M=30,9 y M=39, 9 en las mujeres.
El predominio de órbitas bajas, se debe en parte a la ausencia de cara ósea en al-
gunos cráneos con caracteres de tipo pirenaico occidental, susceptibles de medida; y a la
escasa altura orbitaria de los individuos del Lechón, Arralday y Cueva de las Calaveras,
con claro predominio de formas cromagnoides. Una vez más, el grupo de Gobaederra
considerado aparte, manifiesta clara mesoconquia en ambos sexos.
El contorno de la órbita es con frecuencia cuadrangular y en la mayoría de los
casos, éstas son inclinadas.
La nariz presenta en el Índice, los siguientes valores según las categorías ordi-
narias:

59
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

I NASAL VARONES MUJERES


Nº % Nº %

Camerrinos 1 14,28 1 16,6


Mesorrinos 1 14,28 1 16.6
Leptorrinos 5 71,42 4 66,6
7 6

Es, pues, clara la leptorrinia de los cráneos alaveses, ligeramente mayor en las mujeres
(M=45,9) que en los hombres (M=46,62) y más acentuada en el grupo de Gobaederra.
Las medidas absolutas de anchura nasal son en los varones M=24,1 y en las mujeres
M=22,57.
El hombre y la mujer de nariz camerrina corresponden a las Cuevas del Lechón y
Arralday respectivamente. Existe en dos individuos una fosa prenasal y el borde de la apertura
piriforme es cortante en casi todos ellos por su parte inferior.
Tanto la región maxilar como la malar, ofrece en general un desarrollo mediano con
algunos malares robustos y arcadas del maxilar con valores notables en anchura y altura,
sobre todo los del Lechón y Arralday.

Norma posterior

Los contornos dominantes son los domiformes; algo redondeados en

60
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

las protuberancias, parietales en algunos ejemplares, e incluso con aspecto bombi-


forme en un caso y parietales algo convergentes. En alguna mujer, la cresta occipital
forma un margen destacado.

I VERTICO VARONES MUJERES


TRANSVERSAL
Nº % Nº %
Tapeinocráneos 0 0 3 60
Metriocráneos 3 37,5 2 40
Acrocráneos 5 62,5 0 0
8 5

El valor de los promedios manifiesta sujetos de elevada bóveda craneal en buena


parte del conjunto por lo que atañe a los varones, no pasando las mujeres de los valores
bajos de la metriocránía. La notable acrocrania de los varones, la decide la gran altura
basiobregmática de los cráneos del Lechón y Arralday (149; 146 respectivamente), pues
el promedio del grupo de Gobaederra (M=98,36) alcanza a duras penas el umbral de
esta categoría.
Las diferencias sexuales en este Indice resultan elevadas ya que el promedio
femenino (M=92,26) se sitúa tan sólo en el límite inferior de la metriocrania. Y el grupo
femenino de Gobaederra no llega a ingresar en ella por unas décimas (M=91,33).
Los contornos de la norma posterior según se dijo anteriormente, corresponden a
perfiles menos angulosos de los que presenta la acrocrania ordinariamente, apreciándo-
se algunas salvarías de parietales convergentes hacia la base y contornos superiores re-
bajados que confieren al conjunto aspectos de tendencia bombiforme.
De haber existido cráneos femeninos susceptibles de medida en parámetros de
altura, en las Cuevas del Lechón y Arralday, a buen seguro, que la tapeinocrania hubiera
atenuado su proporción en el conjunto.

I VERTICO VARONES MUJERES


TRANSVERSAL
Nº % Nº %
Tapeinocráneos 1 9,06 3 50
Metriocráneos 6 54,64 3 50
Acrocráneos 4 36,30 0 0
11 6

Los valores del Indice auriculotransversal, indican también tendencia a bóvedas al-
tas en los cráneos masculinos (M=86,17) y metriocrania no muy

61
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

acusada en los femeninos (M=82,18). Hay que hacer la misma salvedad en lo referente
al grupo de Gobaederra que cuenta con menores alturas en ambos sexos.
En cuanto a la presencia de huesos wormianos y su frecuencia, queda constancia
en líneas anteriores. Las líneas nucales y el inio no pasan de un regular desarrollo, ex-
cepto en tres ejemplares en los que la protuberancia occipital corresponde a la clase 5
de Broca.

Norma inferior

La anchura de la región maxilar es patente en ambos sexos: siendo en cuanto a los


promedios, braquiuranos claros los varones (M=120,1) y algo más las mujeres (M=122,2).
Lo mismo ocurre con el Índice Palatino, en que son todos braquiestafilinos (M=98,2) y
(M=96,75); y alguno de ellos CHL 2 con acusada profundidad del techo palatino. Dada
la amplitud de variación de este Índice y el escaso número de ejemplares, las deduccio-
nes ya de por sí tan condicionadas, tienen aquí menos valor. No obstante, hay que reco-
nocer la desarmonía entre la dolicocefalia y la braquiestafilinia de los paladares con
arcadas alveolares divergentes.

I MAXILO VARONES MUJERES


ALVEOLAR
Nº % Nº %
Dolicouranos 0 00 0 00
Mesouranos 0 00 1 20
Braquiuranos 6 100 4 80
6 5

Los cóndilos occipitales no pasan de medianamente robustos en los ejemplares en


que persisten; y son de escaso relieve en los cráneos femeninos. Las cavidades glenoi-
deas bien excavadas, con el suelo cavitario aplanado en algún caso.

I PALATINO VARONES MUJERES


Nº % Nº %
Leptoestafilinos 0 00 00 00
Mesoestafilinos 0 00 0 00
Braquiesrafilinos 3 100 4 100
3 4

62
RESTOS HUMANOS DEALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DEALAVA

Mandíbulas y dentición

Las principales medidas e índices mandibulares están contenidos en los cuadros


n.° 3 y 4.
De ello se infiere la existencia de mandíbulas cortas, de anchura bigoniaca más
bien mediana y de valores altos en la bicondilea, con clara divergencia de las ramas ha-
cia arriba y afuera.
La altura de las ramas no llega a mediana, siendo más bien algo reducidos en am-
bos sexos los valores de anchura. Por esto el índice de la rama mandibular presenta
tendencia a formas más bien estrechas; apreciándose claro dimorfismo sexual en el
índice de las mujeres.
Teniendo en cuenta entre otras causas, las variaciones que con la edad presenta el
ángulo mandibular, los valores del, promedio son más bien reducidos en los varones
(M=118,5) y (M=125,5) en las mujeres; característica que suele acompañar a la dolico-
cefalia.
La altura del cuerpo mandibular en la sínfisis (M=32,2) en los varones y (M=30,4)
en las mujeres es mediana, siendo bajos los valores del Índice de espesor.
En los perfiles del mentón, regularmente saliente y algo achatado por su borde
inferior en los varones, dominan las formas suaves; con algún ejemplar (GBA) de tubér-
culos mentonianos prominentes, acompañado de escotadura submentoniana. El ejem-
plar PO5 presenta claro prognatismo alveolar.
Las apófisis coronoides son altas y aguzadas en un 50 % de las mandíbulas; así
mismo la anchura y profundidad de la escotadura sigmoidea es ancha y poco profunda
en la mitad de los ejemplares, y en el resto estrecha y más excavada. El tamaño de los
cóndilos no pasa de regular. El arco dentario es paraboloide en casi todos los ejem-
plares. El gonio derecho del PO3 forma un verdadero espolón óseo. La extroversión go-
níaca junto con la rugosidad de aquella zona se da en un 50 % de las mandíbulas.
Las piezas dentarias son grandes en la mayoría de los ejemplares masculinos y
proporcionalmente en los femeninos; y su implantación excelente. El promedio de la
longitud dentaria en el maxilar es de 44,7. Hay, pues, una clara megadontia.
El grado de usura es en general poco intenso en ambas mandíbulas, lo cual, sin
olvidar los efectos del régimen alimenticio, corrobora lo prematuro de las muertes, con-
firmado entre otras cosas por la escasa obliteración de las suturas del neurocráneo.
El número de cúspides en los molares de la mandíbula es como sigue:

63
RESTOS HUMANOS DE. ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

Nº de Piezas Molares Nº de Cúspides

3 4 5
14 M1 0 28% 72%
14 M2 0 100% 0
12 M3 0 50% 50%

Hay, pues, una regular abundancia de 4 cúspides en Ml, proporción absoluta de 4


en M2 y de 50% en M3.
Es muy digno de señalarse el excelente estado general de la dentición en los
distintos ejemplares, contándose bastantes mandíbulas sin una sola caries. La diferencia
con las malas dentaduras de la actual población vasca es bien acusada.
No pudiendo contar con mandíbulas que correspondan con certeza a sus respecti-
vos cráneos, agrupamos conjuntamente para ambos maxilares, los portentajes de caries,
alvéolos reabsorbidos o lesiones dentarias.

Caries:
Piezas Observadas ............................................244
Piezas Cariadas................................................... 25 10%
Reabsorbidos:
Alvéolos Observados.........................................353
Alvéolos reabsorbidos .......................................... 9 3%
Piezas Lesionadas:
Alvéolos Observados.........................................353
Caries, Reabsorciones, Abscesos........................ 40 11.3%

Por las razones apuntadas anteriormente se excluye el comentario sobre el tipo de


oclusión dentaria más frecuente.

Análisis tipológico de los caracteres craneales

De la combinación de los índices cefáico y longitudinal, se deduce que aunque los


ejemplares son pocos, éstos se orientan hacia la dolicomesocefalia con orthohipsicrania
en los varones y a la dolicomesocrania con ortocrania en las mujeres.
La mentada correlación no permite situar sin más los cráneos alaveses en un tipo
concreto. La presencia de varias calvarias y cráneos con rasgos de tipo Pirenaico Occi-
dental, podría remitir un tanto la dolicocefalia y más aun la altura de la cabeza.
Por lo que respecta a la cara, su combinación con el I. Cefálico, nos da

64
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

tipos mesenoleptenos, con mayor proporción en las mujeres; expresando la tendencia


a caras alargadas con una relativa armonía craniofacial.
Igualmente la combinación de cara con órbitas, expresa en sus índices respecti-
vos, mesohipsiconquia, con mesoleptenia; siendo de notar que otros fragmentos cra-
neales que dan sólo valores de índice orbitario, exhumados en las mismas cuevas,
arrastran el promedio del Índice Orbitario hasta la cameconquia en los varones y me-
soconquia en las mujeres.
La combinación I. Nasal e I. Facial superior, siguen también la anterior ten-
dencia: leptorrinia con mesenoleptenia.
Las características reseñadas parecen señalar la tendencia en el conjunto de la
población, a cabezas alargadas y de algo más que mediana altura; con frentes más bien
rectas en su perfil sagital; y occipucio algo saliente. Los fragmentos de ejemplares con
morfología cromanoide, enmascaran la combinación de los Índices Facial superior y
Orbitario; siendo de advertir que los individuos con mesohipsiconquia, oscilan tam-
bién entre los valores de mesenoleptenia.
Dentro de la heterogeneidad y escasez de las variantes que componen la mues-
tra, resulta sumamente aventurado consignar con precisión los elementos

Lámina 5.-Combinación entre los índices orbitarios y facial superior.

65
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

Lámina 6.-Combinación entre los índices nasales y facial superior.

raciales integrantes de la población que se estudia; por ello la comparación con otras
series extranjeras, peninsulares y de la región vasconavarra, ayudarán a puntualizar en
lo posible las características de este grupo prehistórico del Valle de Cuartango.

Series de cráneos de las distintas cuevas comparados entre sí.

Una vez analizados los caracteres del material de las distintas cuevas, los caracte-
res comunes y los distintivos de las series formadas se pueden resumir así:
Tomando como serie base la agrupación de cráneos masculinos de Gobaederra
que son los mejor datados y los más numerosos, se comparan las series de femeninos
de la misma cueva, masculinos de Lechón y femeninos de Las Calaveras. Como se
indicó ya anteriormente estas tres cuevas apenas distan entre sí más de 7 kms.
Primeramente la capacidad craneal que traspasa el umbral de la aristencefalia en
los varones de Gobaederra, también lo hace en las mujeres y mucho

66
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

más en los varones de la Cueva del Lechón. Tanto las mujeres de Gobaederra como las
de Las Calaveras son aristencéfalas y ofrecen valores muy semejantes de capacidad cra-
neal.
La dolicocrania, que presenta todo el grupo de cuevas reunidas, se reparte así en
las distintas cuevas: mesocrania de los varones de Gobaederra, con mayor intensidad en
las mujeres de la misma cueva. Clara dolicocrania en los hombres de Cueva del Lechón
y atisbos de mesocrania en las mujeres de Las Calaveras. Los de rasgos pirenaicos occi-
dentales sobre todo femeninos, atenúan la dolicocefalia que aportan los de las cuevas
distintas de Gobaederra, en algunos de los cuales la dolicocrania occipital es manifiesta.
Por lo que respecta a los índices de altura craneal, las mujeres de Gobaederra pre-
sentan una diferenciación sexual muy acusada en lo que se refiere al índice verticotrans-
versal con clara tepeinocrania en la mitad de la serie. También los de Las Calaveras
siguen igual tendencia, mientras que los del Lechón son claros acrocráneos que influyen
en el aumento de altura del conjunto, pues los varones de Gobaederra aunque con ten-
dencia a cráneos altos, no llegan a destacar como los del Lechón y Arralday. No obstante
la tendencia a la hipsicrania corroborada por otros índices es apreciable.
La altura de la cara superior muestra tendencia a leptenia sobre todo en los varones
de Gobaederra con caracteres de Pirenaico occidentales, en cambio los de Las Calave-
ras, Arralday y El Lechón muestran una modesta mesenia.
La clara leptorrinia de los hombres de Gobaederra, menor en las mujeres. destaca
de la mesorrinia incipiente de los del Lechón y de una reducida leptorrinia de las
mujeres de las Calaveras, dándose además en los ejemplares de estas dos últimas cuevas
y en los de Arralday, algún caso de fosa prenasal y de algún pequeño surco. La
leptorrinia de Gobaederra domina claramente en los porcentajes de distribución.
Es el índice orbitario donde se aprecian con relieve las semejanzas y diferencias
entre los individuos de las distintas cuevas. La componente cromanoide parece unificar a
buena parte de ellos, aunque los varones de Gobaederra son menos afectados al igual que
las mujeres, que poseen órbitas de índice mediano. Los del Lechón son claramente ca-
meconcos y en menor grado las mujeres de las Calaveras.
Por lo que toca a los caracteres macroscópicos de los graneos en general, habida
cuenta de los perfiles del arco sagital y las diversas normas, dominan los contornos
ovoide-pentagonoide, con escasos elipsoides, frentes poco inclinadas y más bien rectas,
el perfil parietal poco aplanado y el occipucio saliente en no pocos casos, con escaso
aplanamiento obélico. Los caracteres sexuales secundarios de los varones: apófisis, gla-
bela, arcos superciliares e impresiones musculares en general con escaso relieve. Lo mismo
en lo tocante a las mandíbulas, medianas en longitud y de índices modestos, aunque de
excelente dentición y clara megadontia.

67
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

En cuanto a la estatura, calculada en fémures, tibias y húmeros sin correspondencia


mutua, circunstancia que viene a juntarse a lo fortuito de la aplicación de las fórmulas
corrientes para poblaciones de tan problemática tipología, se llega a los siguientes
resultados:
Los hombres de Gobaederra son de estatura mediana, lo mismo que los del Le-
chón. Es de notar la diferencia tan notable en las mujeres, de estatura bajísima que de ser
cierta vendría a aumentar las semejanzas de varios ejemplares del grupo con «los
pequeños dolicocráneos de Baumes-Chaudes».
Tanto el elemento femenino de Gobaederra como de Las Calaveras, parece agru-
parse en ambas cuevas en una misma línea de orientación opuesta a los varones de Go-
baederra, dentro de ciertos límites.
En general las cuevas de Gobaederra y de las Calaveras forman un conjunto; mien-
tras que la del Lechón y Arralday -cuyos dos ejemplares hemos sumado uno a la de las
Calaveras y otro a la del Lechón- manifiestan caracteres más ancestrales y de mayor ru-
deza. Por otra parte el acercamiento entre Las Calaveras y Lechón no deja de ser notorio.
En resumen, que los restos sepulcrales del Valle de Cuartango ofrecen en su con-
junto una tipología heterogénea caracterizada por una dolicomesocefalia, atenuada en
Gobaederra, destacada en longitud en las Cuevas del Lechón y Arralday especialmente;
con occipucio estirado, la bóveda alta o mediana, la cara de regular altura y las órbitas
más bien bajas y la nariz más bien leptorrina; con una robustez ósea regular, así como la
estatura.

Comparación con otras series neolíticas

A. Comparación con los cráneos del dolmen de Anda (Valle de Cuartango).


En la tesis doctoral del Dr. Eguren (1914), aparecen, junto con las fotografías, las
medidas e índices de 4 calvarias y 1 fragmento de cara, estudiados por él. Faltan las nor-
mas superior y posterior, que hubieran arrojado mucha luz para el diagnóstico de los
citados fragmentos craneales. Los parámetros comparables son los siguientes:

Anda Gobaederra Lechón Arralday Calaveras

Longitud Máxima 179 188,8 191 198 184,3


Anchura Máxima 136 143,0 144,5 138 138,6
Anchura Fontal Máxima 115 119,0 119,5 115 114,5
Anchura Fontal Minima 68 97 96,5 95 94
Curva Sagital Frontal 118,5 132 129,5 135 126
Indice Cefálico 75,33 75,99 73,54 69,60 75,30
Indice Fronto Perietal 50,58 68,63 68,69 68,84 77,75

68
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

Fragmento de cara Nº5 Anda Gobaederra Lechón Arralday Calaveras

Altura de la Nariz 55 53,25 51 53 48


Anchura de la Nariz 24 24,2 25 23,5 23
Indice Nasal 43,63 45,5 48,3 44,33 47,9
Altura de la Orbita 29 31,3 30 31 30
Anchura de la Orbita 38 41,6 42 41 40
Indice Orbitario 76,31 77,38 71,42 75,6 74,8
Longitud del Paladar 53 43 47 43 43
Anchura del Paladar 35 40,3
Indice Palatino 66,03?

De los datos reseñados en el anterior cuadro y teniendo en cuenta la disparidad de


procedimiento de algunas medidas y los caracteres descriptivos, apreciables en las co-
rrespondientes fotografías, se advierte: una mayor semejanza de los de Anda con los de
Gobaederra, de los que les separa una distancia de dos o tres kms., en la mesacefalia, en
la tendencia que muestra la fotografía al predominio relativo de las medidas de anchura,
aunque la altura auricular parece ser grande. También por la frente que es recta y bien
arqueada así como el resto del contorno sagital, con escama saliente en dos de los ejem-
plares. La anchura interorbitaria podría ser más que mediana, las órbitas parecen ser
medianamente altas y sin la escotadura supraorbitaria que poseen varios ejemplares de
Gobaederra. En el desarrollo del occipital también coinciden. El fragmento de cara tiene
infinidad de parecidos a la población cromanoide de las cuevas de Cuartango y de otros
yacimientos del país, como los exhumados en la necrópolis de San Millán de Ordónana
aunque en el ejemplar de Anda se destacan más la fosa prenasal, la anchura interorbitaria
y el ángulo de los huesos nasales, la configuración de las fosas caninas, la horizontalidad
de las órbitas, los orificios suborbitarios y la persistencia de la sutura metópica sobre las
profundidades del nasio hasta la depresión supraglabelar, cosa que también presentan otros
ejemplares del grupo de las cuevas que se estudian como el de Arralday, el más cercano
al dolmen de Anda. La leptorrinia es, pues, mayor en el cráneo dolménico.
B.-Comparación con otras series de parecida cronología.
Se hace referencia a tres grupos: vascos prehistóricos, incluidos los dolménicos de
Peciña, y vascos actuales; neolíticos mediterráneos y la llamada «raza» de Baumes-
Chaudes, por la semejanza en algunos rasgos.

69
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

Comparación de la capacidad craneal

Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 6-3 1461 1313
Lechón+Arralday 3-0 1561
Calaveras 0-2 1321
Neolíticos Vascos (Basabe) 10-4 1487,34 1283,04
Vascos Actuales (Aranzadi)
Serie Mediterránea (Fusté) 31-17 1408,06±16,03 1364,12±17,68
Peciña (Basabe) 3-4 1544,13 1370,01
Baumes Chaudes 11-4 1696 1542

La aristencefalia de los cráneos alaveses guarda proporción con la de otros yaci-


mientos prehistóricos de parecida cronología sobre todo con la serie mediterránea de
eneolíticos valencianos de Fuste.

Comparación del Indice cefálico

Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 9-4 75,99 78,55
Lechón+Arralday 3-1 73,54 75,30
Calaveras 0-3 75,30
Neolíticos Vascos 10-4 75,09 75,77
Vascos Actuales 82-83 76,61 77,5
Peciña 6-8 72,47 76,7
Serie Mediterránea 33-19 72,898±0,60 75,84±0,55
Baumes Chaudes 19-9 72,2 68,6

Excepción hecha de los vascos actuales, y las mujeres de Pecina, son los de Go-
baederra, los menos dolicocéfalos de todas las series comparadas, acercándose tanto a
los vascos prehistóricos como a los actuales.

Comparación del Indice verticolongitudinal

Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 6-4 72,2 74,17
Lechón+Arralday 2-0 74,55
Calaveras 0-2 70,3
Neolíticos Vascos 10-2 70,02 69,40
Vascos Actuales 82-83 70,3 70,02
Peciña 3-3 73,71 73,3
Serie Mediterránea 13-8 72,85±0,75 71,00±0,96
Baumes Chaudes 12-6 73,5 70,1

70
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

En este índice de altura, se acercan a los mediterráneos aunque son más moderados en
altura que los de Peciña.

Comparación del Indice Verticotransersal.

Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 6-4 98,36 91,33
Lechón+Arralday 2-0 102,3
Calaveras 0-2 92,73
Neolíticos Vascos 6-2 93,52 90,00
Vascos Actuales 82-83 92,2 90,67
Peciña 3-3 102,17 97,7
Serie Mediterránea 13-8 98,38±1,50 93,0±1,33
Baumes Chaudes 11-5 100,4 99,1

Las alturas de este índice mantienen todavía a los de Gobaederra alejado de la mesota-
peinocrania de los actuales pobladores de la región.

Comparación del Indice facial superior

Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 3-2 53,66 55,75
Lechón+Arralday 3-0 53,30
Calaveras 0-3 53,63
Neolíticos Vascos 4-3 53,1 53,79
Vascos Actuales 53-40 46,2 44,9
Peciña 1-4 54,0 54,7
Serie Mediterránea 11-6 53,55±0,91 54,33±1,31
Baumes Chaudes 3-2 59,7 57,3

La mesenia dominante en la población de Cuartango, se acerca, en los varones, a la


de los neolíticos vascos y es inferior a los de Peciña.

Comparación del Indice Nasal

Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 4-3 45,5 45,61
Lechón+Arralday 3-0 47,02
Calaveras 0-3 46,03
Neolíticos Vascos 5-3 45,7 44,00
Vascos Actuales 53-40 45,7 46,4
Peciña 2-4 46,5 45,2
Serie Mediterránea 14-9 46,64±0,71 46,11±0,98
Baumes Chaudes 6-5 44,2 45,1

71
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

Excepto Baumes Chaudes la leptorrinia de Gobaederra es superior a la de los otros


neolíticos aducidos.

Comparación del Indice orbitario

Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 5-6 77,38 78,15
Lechón+Arralday 3-0 73,51
Calaveras 0-4 77,2
Neolíticos Vascos 4-3 77,9 75,00
Vascos Actuales 80,7
Peciña 2-3 75,8 78,6
Serie Mediterránea 15-9 78,73+-1,03 81,33+-1,16
Baumes Chaudes 6-6 83,1 80,4

La tendencia a órbitas menos bajas en contraste con la cameconquia del Lechón y


mesoconquia de las otras series, señala una posible evolución de los caracteres faciales
de la población de Gobaederra hacia el leptomorfismo.

Comparación de la estatura

Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 6-5 166,5 152,6
Lechón+Arralday 2-0 165,00
Calaveras
Neolíticos Vascos 166 152,0
Vascos Actuales 170,1 157,1
Baumes Chaudes 1-0 160,0
Peciña 163,0

La estatura de los de Gobaederra es superior a los pequeños dolicocéfalos de


Baumes Chaudes, es muy inferior a la del viejo de Cromagnon pero superior a la de los
de Peciña. Por lo demás no desentona en el límite de variabilidad de las otras series
neolíticas.

Resumen

Se estudia un grupo de esqueletos procedentes de cuatro cuevas sepulcrales del


Valle de Cuartango, de la edad del Bronce, según se desprende del contexto arqueo-
lógico de una de las cuevas, y del modo de inhumación de todas ellas.
La afinidad de rasgos entre los individuos de cada cueva, hace pensar en fenóme-
nos de endogamia que restringen la representatividad de las muestras. Tal parentesco
alcanza apariencias cercanas al gemelismo, como en el

72
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

caso de los cráneos CHL 68 y CHL 68', tan semejantes entre sí, emparentados posi-
blemente a su vez con el CHL2 de la misma cueva.
Aparte de las piezas estudiadas, el conjunto de individuos que la totalidad de los
restos representan, frisa en el centenar y manifiesta una mortalidad infantil y anterior a
los 30 años que sobrepasa el 50 %. En la totalidad de los individuos exhumados pre-
dominan las mujeres.
Merece notarse la frecuencia con que aparecen hemicráneas; partidos longitudinal-
mente pero sin seguir la misma sutura sagital; asimismo tres cráneos seccionados en un
plano horizontal según la línea, protuberancias frontales-obelio, desprovisto del capa-
cete superior; y el otro descabezado a la altura del suelo de las fosas nasales hasta el
inio. No se muestra ningún síntoma de trepanación.
La dentición es muy buena en Gobaederra, deficiente en las Calaveras y peor en El
Lechón y Arralday.
Se da gran capacidad craneal, mediana robustez, wormianos y suturas complica-
das en un 40 % de los casos, coincidiendo estos caracteres con rudeza de rasgos y una
mayor robustez.
Predomina el contorno ovoide, seguido del pentagonoide, con muy escasos elip-
soides. Las frentes anchas y rectas de Gobaederra, ceden paso a las más divergentes de
Arralday y Las Calaveras, pero se mantiene en todas ellas como rasgo característico la
dolicomorfia, con la frente poco huída; así como la rectitud del contorno de la norma
superior en el segmento que va de los márgenes frontales a las protuberancias parieta-
les, como resultado del escaso hinchamiento de las sienes y de los parietales que caen
verticalmente sobre zígomas y porios.
Son mayoría el ortometopismo y los contornos redondeados del segmento parietal
con occipucio saliente y estirado en varios de ellos. Los índices de la norma lateral
muestran tendencia a la hipsícrania, especialmente en los varones.
El ortognatismo facial de Gobaederra, mengua en los cráneos de Arralday y queda
en mesognatia en los de Las Calaveras. El ángulo del perfil alveolar, registra una
fracción respetable de prognatos sobre todo en las mujeres. La falta de caras con man-
díbula, imposibilita en parte el diagnóstico sobre la configuración de la norma anterior.
No obstante parece preponderar la mesenia, con tendencia a leptenia en Gobaederra y a
caras más anchas y breves en las otras cuevas.
Rasgo característico es también el índice orbitario. Dominan las órbitas bajas, an-
chas y subrectangulares incluidas en una facies de tipología cromañoide en las cuevas
de Arralday, Lechón y Las Calaveras. Con ellas contrastan los ejemplares de tipo medi-
terráneo y pirenaico occidental existentes en Gobaederra, de mayor altura orbitaria y
contornos más redondeados.
Dominan las narices leptorrinas, medianamente salientes y con espina

73
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

nasal poco destacada. Lechón, Arralday y Calaveras, ofrecen formas mesorrinas, no


faltando alguna camerrina con surcos prenasales claros.
También la norma posterior discrimina los individuos de las distintas cuevas. Los
valores bajos de Gobaederra sobre todo en las mujeres, se destacan de la acrocrania de
las otras cuevas. El maxilar superior de fosas caninas bien excavadas en Gobaederra y
bastante menos en las otras cuevas, es corto y de ramas abiertas, lo mismo que la man-
díbula.
En una palabra: conscientes de la inexactitud inherente a todo esquematismo, po-
demos delinear en estos rasgos la tipología de cada cueva.
Gobaederra: Gran capacidad craneal, con mesocefalia, ortocrania, metriocrania,
mesenia, ortognatismo, leptorrinia, mesoconquia y estatura más que mediana.
El Lechón: Mayor aristencefalia, dolicocrania, hipsicrania, acrocrania, mesenia,
mesorrinia, cameconquía y mediana estatura.
Las Calaveras: Aristencefalia, escasa mesocrania, casi tapeinocráneos, mesenos,
leptorrinos y cameconcos.
Arralday: Aristencefalia, gran dolicocrania, ortocránea y gran acrocrania, mesenia,
leptorrinia, cameconquia y mediana estatura.

Conclusiones

La heterogeneidad de los individuos que componen la muestra, así como el escaso


número de cráneos con esqueleto facial completo y la mezcla de piezas óseas sin corres-
pondencia en el esqueleto postcraneal, no permiten aventurar un diagnóstico firme sobre
la población objeto de estudio. No obstante, dentro de la variabilidad reflejada en los
porcentajes de distribución de las distintas variantes, podemos consignar las siguientes
conclusiones.
1. °-Hay una clara dominancia del elemento mediterráneo grácil (Foto 5) en más de
un 60 % de los individuos, con mesodolicomorfia en los índices del neuro y esplac-
nocráneo; contornos ovoideos y domiformes, leptorrinía y aristencefalia.
2. °-Sin estar ausentes los rasgos de tipo euroafricano, perceptible por ejemplo en el
cráneo de Arralday 1. y en el CHL2, son menos frecuentes que en los dólmenes de Peciña
y La Huesera, del sur de la provincia; y quedan atenuados por otras componentes raciales
del grupo.
3. °-Elemento primordial en todas las cuevas, aunque menor en la de Gobaederra,
es la morfología de tipo cromanoide (Fotos 6, 7 y 8): mayor capacidad craneal, gran
dolicomorfia, mezcla de hipsi y acrocrania con casos de tapeino y camecrania, valores
bajos de mesenia, ángulo de los huesos nasales muy abierto y tendencia a la camerrinia,
prognatismo alveolar y clara cameconquia con contornos cuadrangulares de la órbita,

74
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

4. °-La morfología de mayor interés por la problemática que plantea es la del tipo
pirenaico occidental. Es innegable su presencia en Gobaederra, como lo atestiguan los
craniogramas (Lámina I) y fotografías adjuntos (Fotos 1, 2, 3 y 4) y sobre todo la co-
rrelación de rasgos que según Aranzadi corresponde a este Tipo: mesodolicocefalia,
predominio de los diámetros de anchura, con la consiguiente tendencia a tapeino y
camecrania; lepto y ortoprosopia, hipsiconquia, leptorrinia, conformación de la región
suborbitaria y de la fosa canina. Tales rasgos aparecen de relieve entre otros en las
calvarias CHL5, P, y en los cráneos CHL1 PO5 y CHL71. No es aventurado atribuir a un
15 % de ejemplares, caracteres de Tipo pirenáico occidental. Tal afirmación viene corro-
borada por los caracteres morfoscópicos que ofrece la población dolménica de Cuartan-
go y mucho más por el cráneo de Solacueva -perteneciente tal vez a un Bronce tardía-
cuyos rasgos craneofaciales de Pirenaico occidental son mucho más seguros, incluida la
introversión del Basio. Los diagramas de desviación (Láms. 7 y 8), en los que se toman
como series base, una de cráneos vascos actuales de Marquer; y otra de eneolíticos va-
lencianos de Fusté, manifiestan lo siguiente:
a) La cercanía de los neurocráneos de Gobaederra respecto a la serie vasca, es
mayor que a la de los mediterráneos, en las medidas absolutas. Dentro de la semejanza,
aventajan a los de Peciña y son superados por los neolíticos vascos.
b) En lo tocante al esplacnocráneo, se acentúa la desemejanza con la serie medi-
terránea en las medidas absolutas.
5.°-No se excluye la presencia de rasgos que hacen pensar en el tipo dolicomorfo
de Baumes Chaudes según se desprende de los valores que se cotejan en los cuadros
comparativos y por los perfiles frontales y eminencia del occipucio.
El contexto arqueológico parece reconocer relaciones en épocas inmediatas al
Bronce, con grupos transpirenaicos de Aquitania, en cuyo caso lo cultural y lo racial se
superponen.
6.°-Los cráneos del Lechón y Arralday son los más alejados del tipo medite-
rráneo grácil, por su mayor rudeza y presencia de algunos rasgos paleomorfos. Dan pie
para ello el cotejo de medidas e índices con el tipo de Combe-Capelle y el cráneo del
Palafito de Navarrés.
Los cráneos del Lechón se acercan a los aurafricanos por su dólico, hípsi y acro-
crania y algo también por su mesorrinia facial. El de Arralday, acrecienta la semejanza
craneal y la leptorrinia. Pero en ambas cuevas prepondera el esplacnocráneo de caracte-
res cromañoides.
7.°-Finalmente surge una problemática llena de interés respecto a la biodinámica
de las poblaciones neolíticas de la región alavesa, que ocupa las cabeceras de los ríos
que desembocan en el Ebro o en la costa de Vizcaya: Bayas, Altube, Nervión. La evo-
lución ín situ de las colectividades primitivas

75
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

acompañada de fenómenos de endogamia, aislamiento geográfico, deriva genética, etc.,


fue plasmando el legado genético exhumado de los dólmenes y cuevas y hoy pervive tal
vez en el biotipo de los actuales alaveses.

* * *

Descripción de los cráneos (1)

G. 91

Cráneo bien conservado, excepto agujero occipital. Faltan incisivos y caninos su-
periores. Suturas osificadas en buena parte; y en general poco complicadas. Adulto, casi
maduro, probablemente masculino. el espesor de los huesos, regular. Unos 55 anos.
Su norma vertical ofrece contorno ovoide-pentagonoide, dolicocráneo. Por su
perfil sagital es curvilíneo, sobre todo en su región frontal y primera porción parietal.
Región lambdática aplanada. Claro saliente del occipital y con bóveda regularmente alta
dentro de la ortocrania. Por su norma posterior es domiforme, con porturberancias parie-
tales regularmente altas. Apófisis mastoides tirando a pequeñas. En la base del cráneo, el
foramen mágnum se recorta en forma de hongo y la región entre el opistio y las líneas
nucales es amplia, plana y bien desarrollada. El arco dentario es parabólico; M3 superior
derecho, no emergido. Abrasión dentaria regular.
La cara de mediana anchura, con la frente algo huidiza y arcos superciliares poco
salientes, pero glabela bien destacada. Anchura interorbitaria estrecha. Bordes de la ór-
bita suaves, no cortantes. Orbitas tendiendo a altas. Frente ligeramente divergente. Nariz
leptorrina. Fosas caninas poco pronunciadas y maxilares bien desarrollados en su senti-
do de anchura. Pterion en H. Tanto los condilos occipitales como el Inion, poco salien-
tes (Lámina 11 y Foto 1).

C.H.L. 1

Falta porción derecha inferior del frontal, poción derecha lateral inferior del pa-
rietal, todo el temporal, arco zigomático, etc.; queda casi solo el hemicráneo izquierdo.
Bastante robusto, con inserciones musculares bien notorias. Las suturas están sin obli-
terar. M3 emergido. Edad unos 25 años.
En su norma superior es pentagonoide, con las suturas un tanto complicadas en su
porción coronal, proturberancias parietales notorias, así como las frontales; las prime-
ras, determinan claro abombamiento. Complicación de sutura lambdática en L.1 y L.3,
especialmente en el lado izquierdo. Ligera cresta frontoparietal en C.2 de la sutura co-
ronal. Perfil sagital algo plano. Frente algo huída y líneas musculares claras. Apófisis
mastoides tirando a

(1) Las siglas G; CHL; Gob; Px; corresponden al material de Gobaederra.

76
Lámina 11.-Gobaederra: Craneograma del cráneo G.91.
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

Lámina 9.-Cueva Lechón: Craneogramas. Cráneo L 63.

pequeñas. Cresta supramastoidea destacada, así como el saliente del occipital. Inio
poco saliente y basculado, en relación con la introversión del Basio. Nasio poco pro-
fundo y nariz algo saliente. Región lambdática plana.
En su norma posterior muy parecido al CHL 5. Domiforme con tendencia a bom-
biforme. Parietales algo convergentes hacia la base. Ligera cresta sagital. Apófisis mas-
toides poco destacadas. Líneas nucales de escaso relieve. La pared interior del parietal,
retiene restos carbonosos. El agujero occipital pequeño, con los cóndilos poco salien-
tes. Arcada dentaria parabólica con la porción palatina anterior en pendiente. Desgaste
dentario regular; agujero palatino muy excavado. Casi criptozigo.
En su norma anterior destaca la glabela, con surco limitante de las arcadas super-
ciliares que presentan claro relieve. Orbitas de contorno suave. Anchura interorbitaria
algo notoria, así como la anchura nasal. Fosa canina

78
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

profunda. Malares robustos. Orbitas con tendencia a elevarse de la mesoconquia; re-


mite el prognatismo subnasal y se atenúa la anchura maxilar; se destaca la espina nasal.
Bastantes rasgos de pirenaico occidental.

CHL. 2

Falta zigoma derecho y parte posterior de la escama temporal del mismo lado.
Huesos de la bóveda de poco espesor. Débiles relieves de las inserciones musculares,
excepto en el occipital. Sinostosis algo avanzadas en S1, S3, C3, L1 izquierda. Suturas
poco complicadas. Dentición completa, con escaso desgaste y falta de caries. Por la
edad es maduro. Elipsoide pentagnoide, con protuberancias frontales claras, y también
algo las parietales, criptozigo. El nasio poco hundido, glabela saliente, frente recta.
Perfil sagital ligeramente arqueado, región postlambdática algo plana. Escama occipital
saliente. Inio notorio y al contrario las crotafites. Mastoides medianos. Nariz mediana-
mente saliente lo mismo que espina nasal. Mesoconco.
Frente amplia y poco divergente, región de las sienes muy plana y vertical. Nariz
poco leptorrina con algo de surco prenasal y espina poco saliente. Malares tirando a
anchos y robustos. Región maxilar bien desarrollada. Fosa canina muy poco excavada.
Por la norma posterior es domiforme, con protuberancias parietales regulares e inio
bien destacado. Al arco dentario de ramas abiertas con paladar bien excavado. Agujero
occipital grande y cóndilos pequeños (Foto 3).

Gob. 92

Queda tan sólo hemicráneo derecho con más esplacno que neurocráneo. Adulto.
Ovoide eipsoide. Nasio poco hundido, nariz saliente y convexa, frente bastante recta.
Apenas destacan la glabela, arcos superciliares y líneas temporales. Suturas algo com-
plicadas en C2 y C3. Por la norma anterior la frente es de tipo pirenaico occidental así
como por las órbitas y nariz leptorrina, la fosa canina bien excavada. Dentición com-
pleta. Paladar excavado, usura dentaria más que mediana, ninguna caries.

Gob. 68 y 68"

Estos dos adolescentes son posibles gemelos que no pasarían de los 15 años.
Suturas abiertas y la sincóndrosis sin osificar. Norma superior romboide pentagonoide.
Ortocráneos con occipucio saliente. Muy parecidas al CHL 67. Prognatismo subnasal.
Orbitas alta, casi redonda. M1 y M2 emergidos y sin desgaste dentario; frente alta. El
68" tiene la fosa canina más excavada que el anterior. Orbitas más bajas e inclinadas.
Nariz desviada a la derecha. (Foto 6).

79
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

C.H.L. 4

Cráneo robusto, con pérdida de sustancia en la región frontal izquierda, así como
el nasal, malar y temporal del mismo lado. Está obliterada la sutura sagital en su poro-
ción S.3 , S.4 . Abierta la sutura coronal y de líneas algo complicadas, así como la lamb-
doidea con pequeños wormíanos. Individuo masculino adulto.
De contorno pentagonoide en su norma superior, la frente es ancha y poco diver-
gente, con proturberancias parietales rebajadas. Es plagiocéfalo, dominando la porción
posterolateral izquierda. Clara criptozigia. Escama temporal muy desarrollada. Apófisis
mastoides de mediano tamaño. Orificio auricular diminuto y zigomas de escaso tamaño,
aunque los malares son robustos. Escama occipital ligeramente notoria. Nariz de perfil
saliente y leptorrina. En su cara posterior es domiforme, de líneas redondeadas. Las
suturas complicadas. El contorno de los parietales algo convergente y la cresta supra-
mastoidea saliente. Mirado por su norma inferior, la anchura intermastoidea parece
pequeña, así como las dimensiones del agujero occipital. Arcos zigomáticos muy redu-
cidos y poco salientes. Es notoria la reducción del perfil.
La glabela de regular tamaño y destacados arcos superciliares. Nasio bastante
hundido. Orbitas bajas. Fosa canina algo excavada. Frente poco huída, mediana y lige-
ramente divergente. Probable pirenaico occidental como el anterior.

C.H.L. 5

Individuo adulto (35 años). Calvaria incompleta; falta la mitad izquierda del fron-
tal y parte del parietal del mismo lado. Suturas abiertas y algo complicadas en la región
lambdoidea y S.4 de la sagital.
Es pentagonoide en su perfil vertical, con proturberancias parietales bien desa-
rrolladas, occipital saliente con los orificios nutricios de la región obélica bien notorios.
Algo fenocigo. El diámetro transverso máximo, algo posterior en el eje sagítal. Los
huesos, robustos en cuanto a su espesor. En la norma posterior es de poca altura con
tendencia a bombiforme. De líneas nucales destacadas y con proturberancias parietales
elevadas que favorecen la convergencia de los parietales hacia la base. Las apófisis
mastoides tirando a robustas; tendencia a la camecranía y ligero aplanamiento lamb-
dático. El perfil sagital en su región media superior, algo aplanado. Sutura coronal com-
plicada. Líneas de inserción muscular en el parietal, bien notorias. Visera complicada.
Línea de inserción muscular en el parietal, bien notorias Desarrollo supraorbitario
apreciable. Perfil muy propio del tipo pirenaico- occidental. (Lámina 10 y Foto 5).

80
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

Lámina 10.-Gobaederra: Craneograma del cráneo CHL 5,


norma d.

Px (P.O.)

Fragmento de calvaria masculina con gran pérdida de substancia, excepto el


parietal izquierdo, el temporal, mitad del frontal y el occipital. Las suturas están abiertas
-edad unos 25 años-. Bastante robusto. La sutura sagital aparece algo complicada así
como la coronal izquierda. Los agujeros nutricios del obelio bien visibles. Proturbe-
rancias parietales algo redondeadas. El diámetro transverso bastante posterior; el perfil
ovoide-pentagomoide. Occipital redondeado, algo chato. La frente es divergente, algo
baja y huída; inserciones musculares patentes. La región ptérica bastante hundida o de-
primida. Escama temporal sencilla con ligera cresta en la sutura esfenotemporal. Cigo-
mas endebles y apófisis mastoides bastante robustas. Ligero saliente del occipital y emer-
gencia del inio. La norma posterior es bombiforme la más achatada de todos los ejem-
plares. Perfiles redondeados, con predominio relativo de las medidas de anchura. Líneas
nucales y pico iníaco muy claros (torus occipitalis). Bastante pirenaico-occidental; se-
mejanza con los tres anteriores. (Foto 4).

C.H.L. 6

Falta casi todo el hemicráneo derecho, excepto el frontal del mismo lado. Mascu-
lino. De edad cercana a los 40 años. Bastante robusto. Ovoide con tendencia a elipsoide,
sutura coronal algo complicada. Proturberancias frontales. Nariz muy saliente. Arcos su-
perciliares de mediano relieve: frente algo recta y perfil sagital algo plano, afectando
ligeramente al occipital. Apófisis mastoides regulares. H esfenoparietal típica. Cresta su-
pramastoidea muy saliente con su correspondiente apófisis achatada. Malar bastante ro-
busto; línea nucal bien perceptible. La región ptérica algo hinchada.
En la norma inferior, el arco dentario es estrecho; la dentición muy buena aunque
con notable usura. Fosa infraorbitaria algo profunda. Paladar muy alto y arqueado. Me-
diana fenozigia. La norma anterior es interesante

81
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

por sus rasgos de pirenaico-occidental. Glabela y visera supraorbitaria de regular relie-


ve. Nariz muy leptorrina y saliente. Los malares reducidos en anchura. Cara leptoproso-
pa. Orbitas altas. Claro ejemplo de transición a pirenaico-occidental en el esplacnocráneo.
Cara muy vasca. Ligera cresta sagital parietal.

Gob. 10

En mal estado de conservación. Falta todo el occipital, mitad de la escama tem-


poral izquierda hasta mitad posterior del parietal derecho. Suturas abiertas. Escasamen-
te adulto. Masculino algo alofiso.
Es ovoide y algo fenozigo. Ortoprosopo, con frente algo recta, nasio poco hun-
dido y nariz saliente. Orficio auricular muy pequeño. Altura de la cabeza regular, sienes
hundidas. Arcada dentaria parabólica, cono paladar excavado y alto. Escasa usura den-
taria y dientes pequeños. Los I2 muy pequeños. Nariz poco saliente con espina nasal
muy reducida y una ligera depresión en la abertura piriforme. Fosa canina poco mar-
cada. Orificios intraorbitarios muy marcados. Orbitas rectangulares e inclinadas. Anchura
maxilar destacada. Cara muy distinta de las anteriores.

GHL. 17

Trozo de calvaria. Gran pérdida de sustancia. Todas las suturas abiertas. Individuo
posiblemente masculino. Inserciones musculares patentes. Están presentes parietal de-
recho, todo el occipital y porción del parietal izquierdo en su región posterosuperior.
Medianamente robusto. Es ovoide con proturberancias parietales rebajadas. Frente poco
divergente. La altura auricular parece ser escasa, la frente recta, el perfil sagital redon-
deado y suave en sus lineas incluso la occipital. Perfil de la norma occipital algo bom-
biforme. Los agujeros nutricios obélicos bien notorios.

Gob. 93

Muy estropeado. Tan solo media calvaria incólume. Suturas abiertas Junto a L3
derecho un wormiano. Norma superior probablemente ovoidea. Frente divergente y casi
criptozigo. Aspecto general mesocéfalo. Occipital algo aplanado, altura de la bóveda
escasa, mastoides algo voluminosos. Cara de aspecto rudo, con malares bien desarro-
llados. La arcada dentaria algo divergente, con dentición robusta y sin desgaste. Adulto
cercano a juvenil. Línea nucal bastante notoria, con paladar alto y fosa canina regular.
Nariz ligeramente leptorrina, órbitas cuadrangulares y agujero occipital pequeño.

CHL. Y3

Calvaria masculina. Sin esplacnocráneo. Ovoide, de altura más bien

82
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

escasa. Suturas complicadas en la región coronal. Perfil sagital redondeado. Frente de


escasa altura y algo recta.

Arralday 1

Masculino. Maduro: unos 45 años. Falta porción occipital inferior derecha, frag-
mento de la escama temporal izquierda. Sinostosis completa en la línea sagital. En su
norma superior es muy dolícomorfo, muy pentagonoide, con occipucio saliente; frente
muy estrecha, parietales cortados a plomo, sin ningún abombamiento en las sienes.
Visible agujero nutricio derecho en región obélica. Espesor de los huesos no pasa de
regular, lo mismo que las eminencias parietales. Sinostosis poco complicadas. La frente
feminoide, alta y con protuberancias. Región obélica plana, líneas crotáfites marcadas.
Región supra temporal hundida. Muy fenozigo. Apófisis mastoides regularmente
salientes así como la nariz. Gran prognatismo subnasal. Norma posterior muy alta y
estrecha. Parietales verticales, protuberancias notorias. Línea nucal regular, mastoides
poco emergentes. Destacada anchura de arcos zigomáticos vistos por abajo. Arcada
dentaria muy saliente y prognata; gran desgaste dentario. Ramas de la arcada poco
divergentes. Cóndilos occipitales regularmente salientes. Foramen mágnum alargado.
Frente alta pero no muy ancha y poco divergente. Eminencias supraorbitarias notables.
Nasio y dacrion hundidos. Orbitas muy bajas. Regular anchura interorbitaria. Nariz no
muy leptorrina, gran prognatismo subnasal. Los malares anchos. Defectuosa implanta-
ción dentaria. Fosas caninas regularmente excavadas. (Foto 8).

Arralday 2

Falta todo el capacete óseo superior del neurocráneo a la altura de las protu-
berancias frontales. Las suturas abiertas pero la sindondrosis cerrada. Probable femeni-
no. Nariz poco saliente pero alta. Frente plana. Bastante prognatismo subnasal. Wormiano
junto a escama temporal postauricular en ambos lados de la lambdoidea. En general tres
wormianos de regular tamaño. Frente recta, órbitas rectangulares, bajas, nariz bas-tante
alta y estrecha. Maxilar de buena altura, con fosa canina poco excavada. Denti-ción
completa, muy sana y muy desgastada. Apófisis mastoides muy pequeñas. Arco
dentario abierto en sus ramas y alto, condilos occipitales muy pequeños.

Lechón M1

Cráneo masculino maduro. Pérdida de sustancia tan solo en la porción temporal


izquierda, el resto inmune. Suturas abiertas. Adulto. Está cubierto con una capa estalag-
mítica. Norma superior ovoide pentagonoide, plagiocéfalo. Suturas coronales complica-
das. Siete wornianos, en la rama lambdática derecha cuatro y tres en la izquierda. Pro-
turberancias parietales y frontales algo no-

83
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

torias. Emergencia de la arcada supraorbitaria. Perfil sagital curvilíneo. Excepto región


postlambdática. Frente algo inclinada. Cresta temporal. Apófisis mastoides regulares.
Bregma algo levantado. Prognatismo subnasal. Norma posterior tendente a tectiforme.
Parietales rectos. Línea nucal poco emergente. Suturas muy complicadas. Pestanans
parietal destero-inferior rebasa el parietal. Arcada dentaria parabólica, con ligero des-
gaste de la facies triturarte. Falta M3 derecho. Agujero occipital regular, redondo. Cón-
dilos occipitales más salientes que los mastoides. Porción subnucal amplia así como
canales digástricos. Escotadura supraorbitaria muy notoria. Frente divergente, algo
huída. Glabela y arcos superciliares normales, con clara discriminación de la región
frontal supraglabelar. Anchura interorbitaria grande. Nariz recta y algo leptorrina.
Orbitas bajas, de clara cameconquia. Ligero prognatismo subnasal. Dientes pequeños y
muy buenos. Porción masticatoria bien desarrollada. Leptorrinia. Norma occipital
domiforme y alta, ligera cresta sagital. Wornianos en L3 derecha e izquierda. Parietales
rectos casi convergentes. Línea nucal poco emergente así como el inio.

Lechón 63

Incompleto agujero occipital y esfenoides y zigoma derecho. Individuo adulto


posiblemente masculino. Norma superior ovoide, emergencia de proturberancias pa-
rietales, suturas lambdáticas complicadas. Gran dolicocefalia. Por el índice frontotem-
poral eurimetope. Nariz saliente y nasio hundido. Frente huída, sin proturberancias
frontales. Líneas temporales poco notorias. Región lambdática algo aplanada. Occipucio
poco saliente. Apófisis mastoides anchas y cortas. Agujero auricular normal pero peque-
ño. Crestas supramastoideas algo salientes. Escama temporal de poca altura.
Norma posterior alta estrecha algo tectiforme. Muy pobre en inserciones muscula-
res en esta región. Arcada dentaria saliente y de ramas divergentes. Frente huidiza, más
ancha que alta. Orbitas muy características de tipo cromañón. Dominan los diámetros de
anchura interorbitaria, maxilar, malar y algo la nasal.
Claro prognatismo subnasal. Piezas dentarias completas. Predominio de la región
masticatoria. (Lámina 9 y Foto 7).

Lechón M2

Defectuosamente compuesto. Falta región occipital, porción súpero anterior del


frontal parte izquierda. Frente algo estrecha y clara dolicocefalia por norma superior.
Nasio hundido, senos frontales prominentes, nariz recordando los llamados negroides de
Grimaldi. Algo chato. Ortognatismo subnasal. Mastoides medianamente robustos. Cabe-
za alta. Arcada dentaria amplia y poco divergente, dientes muy pequeños y ligeramente
desgastados Paladar profundo. Muy fenozigo. Nariz ancha, con aspecto facial rudo, fosa

84
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

canina poco hundida. Malares bien desarrollados. Frente algo huidiza. Visera supraor-
bitaria muy notoria. No tiene norma posterior.

Cráneos femeninos CHL. 67

Perfecto estado de conservación. Adulto. Tamaño pequeño. Suturas abiertas y


complicadas en S3 y toda la línea lambdática, con pequeños wormianos especialmente
en la rama izquierda. Por su contorno superior es ovoide, con la frente medianamente
divergente y claras protuberancias parietales. Restos de manchas carbonosas en el parie-
tal izquierdo, pequeñas placas osteofíticas en el obelio. Occipucio saliente en forma de
pepino por su norma superior. La frente recta, la nariz convexa y bien saliente, con lige-
ro prognatismo subnasal. Fosa canina poco excavada. Arco sagital redondeado con lige-
ro saliente en la región bregmática. Obelio aplanado. Escama occipital destacada. Apófisis
mastoides pequeñas.
Contorno posterior domiforme tirando a tectiforme. Sutura lambdática complicada
y con pequeños wormianos. Parietales de perfil convergente hacia la base. Orbitas altas
y cuadrangulares, cara con tendencia a leptomorfa. Dientes pequeños y cubiertos de sa-
rro, excepto superficies coronales. Ausencia de caries, pero notoria usura dentaria. Lep-
torrinia. Arco dentario parabólico. Agujero occipital pequeño y alargado, cóndilos de es-
caso tamaño. Líneas nucales ausentes.

CIIL. 71

Buen estado de conservación. Falta sólo zigoma izquierdo, ala del esfenoides y
fragmento de la región frontotemporal derecha. M3 emergido pero sin descender. Escasa
usura dentaria, suturas abiertas, la esfenoccipital cerrada. Aspecto juvenil y tendencia a
alofiso (20 años).
Norma superior ovoide pentagonoide. Frente estrecha y divergente. Gran anchura
interparietal, algo plagiocéfalo. Suturas complicadas en L2. Un pequeño wormiano en
S3. Agujeros nutricios del obelio bien visibles. Perfil redondeado en la región parietal.
Nariz saliente, convexa, frente recta. Curva sagital ligeramente aplanada. Apófisis
mastoides pequeñas, crestas suparamastoideas salientes lo mismo que el inio. Norma
posterior algo bombiforme con insinuación de las líneas nucales. Tendencia de la cara a
leptoprosopa, con órbitas altas e inclinadas. Nariz leptorrina y algo saliente. Fosas ca-
ninas muy excavadas. Ligero prognatismo subsanal. Malares recogidos. Arco dentario con
ramas abiertas, con las piezas delanteras, hasta los yugales, en línea recta. Agujero occi-
pital grande y adelantado. Basio algo introvertido. Dentición con escasa usura, libre de
caries y de buen tamaño. (Foto 2).

85
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

CHL. 8

Gran pérdida de sustancia. Persiste sólo el hemicráneo derecho en cabeza y cara,


excepto porción alveolar del maxilar. Suturas abiertas. Unos 30 años. Norma superior
ovoide con protuberancias parietales destacadas. La frente es recta algo redondeada, lo
mismo que los arcos sagital parietal y occipital. Tendencia a la ortocrania. Apófisis
mastoides medianamente robustas. Zigomas y cresta supramastoidea tipo femenino.
Apófisis estiloides medianamente largas. Perfil nasal algo saliente.
Por su porción anterior la frente es más bien baja, la distancia interorbitaria algo
ancha. Cara baja. Orbitas muy bajas, rectangulares (I. O=72,5). Fosa canina no muy
pronunciada. La nariz parece ser al menos mesorrina.

CHL. 3

Gran pérdida de sustancia. Persiste hemicráneo izquierdo. Suturas abiertas. Algo


más joven que CHL. 8. Tal vez unos 20 anos. M3 medianamente emergidoo. Sutura
metópica abierta. Norma superior elipsoide. Las protuberancias parietales no se destacan
nada. Suturas complicadas en S2, S3 y L1, con un par de pequeños wormianos.
Protuberancias frontales claras. Frente muy recta, nariz algo saliente. Líneas temporales
claras. Arco sagital algo aplanado. Occipital suavemente curvado. Apófisis mastoides
pequeñas, sienes planas y algo hundidas, ortocráneo parecido al P. O. Por su ligera ten-
dencia a escafocéfalo, la norma posterior resulta estrecha y alta. Pequeños wormianos.
Contorno posterior muy arqueado. La frente es de mediana altura. Menos mesoconco
que el anterior. Nariz de mediana altura, fosa canina poco excavada, tendencia a lepte-
nia. Arco dentario parabólico. Usura dentaria muy avanzada.

CHL. 6: (P:O)

Calvaria sin cara y sin zigomas, el resto persiste. Suturas abiertas. La esfeno pala-
tina cerrada. Ovoide algo pentagonoide. Frente algo divergente. Suturas poco complica-
das. Nutricio del obelio parte izquierda, muy notorio y ancho. Poco dolicomorfo, con
tendencia a corto y ancho máxime en la porción parietal posterior. Perfil frontal semi-
recto, con arco sagítal plano. Región obelio lambdática y occipital plana. Poca altura au-
ricular. Perfil sagital vascoide. Mastoides pequeños, occipital saliente. Posteriormente
bombiforme, con los parietales convergentes hacia abajo. Destacados los cóndilos occi-
pitales. Wormianos en L3 derecha e izquierda, y L1 izquierda. La frente estrecha y diver-
gente. Las órbitas a juzgar por el fragmento serían altas. Cóndilos occipitales muy
salientes. Agujero occipital (35x30).

86
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

Gob. 88

Gran pérdida de sustancia. Sólo existen: fragmento frontal, órbitas, nariz y maxi-
lares. Gran parecido a la del Lechón por su aspecto cromanoide. Gran anchura interor-
bitaria, nariz corta aunque saliente. Nasio hundido. Fosa canina muy típica. Claro prog-
natismo subsanal. Cameconco, notoria anchura interorbitaria, leptorrinia tendente a
mesorrinia.

Gob. Y1

Trozo de cara con frontal, órbitas y nariz. Suturas abiertas, con el M2 sup. iz-
quierdo emergiendo. Notable desgaste dentario.

Quedan por describir los cráneos de la Cueva de las Calaveras.

87
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

CUADRO Nº 1 MEDIDAS E INDICES DEL NEUROCRANEO

88
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

CUADRO N 2. MEDIDAS E INDICES DEL ESPLACNOCRANEO

89
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

CUADRO N . 2 3. SERIE MASCULINA. Medidas e Indice de la Mandíbula.

CUADRO N.° 4. SERIE FEMENINA. Medidas e Indice de la Mandíbula.

90
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA

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91
1.-Gobaederra. Cráneo G. 91, normas c, b, a, d.
2.-Gobaederra. Cráneo CHL. 71, normas c, b, a, d.
3.-Gobaederra. d; norma facial del cráneo CHL 2,
medite-rráneo.

4.-Gobaederra. Cráneo Px, normas a, b, c.


5.-Gobaederra. Cráneo CHL 5, normas d, b, a.
6.-Gobaederra. Cráneos números 68 y 68'.
7.-Cueva Lechón. Cráneo L. 63.
8.-Cueva de Arralday. Cráneo número 1.
9.-Cueva de las Calaveras. Cráneo CC 3.
FAUNA
DE LA CUEVA SEPULCRAL
DE GOBAEDERRA

por Jesús Altuna

Introducción
Los restos óseos que estudiamos en el presente trabajo han sido excavados junto
con huesos pertenecientes a un mínimo de 67 individuos humanos por nuestros colegas
J. M. Apellániz, A. Llanos y J. Fariña, quienes a la vez han realizado el estudio del ajuar
arqueológico del yacimiento asignándolo al Bronce I hispánico (1).

Parte general
Los huesos de animales hallados en este yacimiento pertenecen a seis especies
distintas siendo la inmensa mayoría de ellos de Bos taurus. La distribución de los restos
óseos por especies es la siguiente:

Especies Nºde Porcent. Porcent.


hallazgos

Bos taurus 69 88,4

Animales Domesticos Capra/Ovis 4 5,1 94,8

Sus scrofa 1 1,3

Oryctolagus 2 2,6
cunniculus
Animales Salvajes 1 1,3 5,8
Myotis myotis
1 1,3
Córvido

Total 78 100 100

(1) J. M. APELLANIZ, A. LLANOS y J. FARIÑA: «Cuevas sepulcrales de Arralday, Lechón, Ca-


laveras y Gobaederra (Alava). Estudios de Arqueología Alavesa. Tom. II.

93
FAUNA DE LA CUEVA SEPULCRAL DE GOBAEDERRA

Parte especial

BOS TAURUS
Distribución de sus restos según las diversas partes del esqueleto:

N.° de hallazgos Mensurables


Clavijas de cuerno 2 1
Neurocráneo 2 2
Esplacnocráneo 3 3
Dientes superiores aislados 3
Mandíbula inferior 7 3
Dientes inferiores sueltos 4
Vértebras cervicales 3
Vértebras dorsales 10
Vértebras lumbares 7
Sacro 1
Costillas 5
Escápula 1 1
Húmero 1 1
Radio 2 2
Ulna 2 2
Metacarpo 3 3
Fémur 1 1
Tibia 1 1
Astrágalo 1 1
Metatarso 2 2
Falange I 3 3
Falange III 6 6

Neurocráneo y clavijas.
Aparte de un fragmento de clavija rota longitudinalmente y en su extremo, las
restantes piezas permiten alguna medida y la discriminación sexual. Son las
siguientes:
Fragmento de frontal con arranque de clavija ʈ?
Perímetro de la clavija en la base 186
Diámetro mínimo 51
Diámetro máximo 64
Indice 79,7
Fragmento de clavija izquierda con parte de la base
Longitud máxima del arco envolvente 187
Fragmento de occipital
Anchura máxima de ambos cóndilos 90,1

94
FAUNA D E LA CUEVA SEPULCRAL DE GOBAEDERRA

Anchura máxima del foramen mágnum 34,1


Altura Máxima del foramen mágnum 35,2

Maxilar superior.
Fragmento derecho con M2-M3 (++) (2) Long. M3: 27,3
Fragmento Izquierdo con M2-M3 (++) Long. M3: 27,8
Fragmento Izquierdo con M2-M3 (++) Long. M3: 25,2
Además de las piezas citadas hay un M1 izquierdo, un P4 izquierdo y un molar segun-
do de leche sin comenzar a gastarse.

Mandíbula.
Hay una mandíbula completa con sus dos lados, pero con ambas ramas ascenden-
tes rotas (+ + ).

lado izquierdo lado derecho

1. Longitud P2-M3 121,8 120,5


2. Longitud P2-P 4 44 41,5
3. Longitud M1-M3 80,2 79,9
4. Longitud M3 34,3 35
5. Altura detrás de M3 63,6 65,1
6. Altura delante de M2 48,3 51,4
7. Altura mínima tras la sínfisis 23,9 24,1

Fragmento derecho con P2-P3 y M2-M3 (+ + ).


1. 129
2. 48,4
3. 81,2
6. 53,8
Fragmento izquierdo con P2-P3 y M1-M3 (+ + ).
1. 127,3
2. 48,3
3. 80,5
5. 69,7
6. 54,5
Hay otros cuatro fragmentos mandibulares, tres de los cuales son del lado derecho y
uno del izquierdo que no permiten ser medidos y el desgaste de cuyos dientes es bas-
tante acentuado también.
Existen además cuatro piezas dentarias aisladas, bastante gastadas.

(2) + = superficie oclusal poco gastada. + + = bastante gastada. + + + = = muy gastada.

95
FAUNA D E LA CUEVA SEPULCRAL DE GOBAEDERRA

Huesos de las extremidades.


Escápula derecha con las partes proximal y articular deterioradas.
Diámetro anteroposterior mínimo del cuello 48,2
Anchura máxima de la cavidad glenoidea 44
Húmero derecho con la epífisis proximal deteriorada.
Anchura máxima del extremo distal 71,3
Diámetro anteroposterior máximo 70,3
Anchura mínima de la diáfisis 33,7
Radio+Ulna derecho e izquierdo.

Radio derecho Radio izquierdo


Longitud máxima 250 240
Anch. próx. máx. 76,9 71,1
Anch. superf. art. próx. 67,6 65,2
Anch. distal máx. 68 62,4

Ulna derecha Ulna izquierda


Longitud máxima 307,1 297
Diám. anterop. mínimo del olécr. 49,7 44,1
Long. del olécranon (Desde proceso
ancóneo al apex.). 85,5 78,2
Diámetro ant.-post. sobre el proc. anc. 61,8 56,4

Hay tres metacarpianos enteros, dos de los cuales son del lado derecho uno y
del izquierdo. Los tres son de vaca. (Lám. I, fig. 1, 2 y 3).

Fig. 1 Fig. 2 Fig. 3


1. Longitud máxima 173,8 183,4 182,5
2. Anchura máxima proximal 51,2 54,9 54,8
3. Anchura máx. superf. art. distal 51,9 53,6 53,8
4. Anchura mínima diáfisis 26,6 27,3 27,4

Indice I= 4x100
1 15,2 14,8 15

Indice II= 2x100


4 192,5 201 200

Fémur. Se trata de un extremo distal del lado izquierdo


Anchura máxima 86,6
Tibia. También un extremo distal del mismo lado izquierdo
Anchura máxima 58,8
Diám. ant-post. máx. 43

96
FAUNA D E LA CUEVA SEPULCRAL DE GOBAEDERRA

Astrágalo izquierdo.
Longitud máxima lateral 61,7
Longitud máxima medial 55,9
Diám. ant.-post. lateral 32,6
Diám. ant.-post. medial 31,6
Anchura de la cabeza 39
Hay dos metatarsianos, uno del lado derecho y otro del izquierdo. Ambos pertenecen
también a vacas. (Lám. I, fig. 4 y 5).
Fig. 4 Fig. 5
1. Longitud máxima 207,8 208
2. Anchura máx. proximal 47,4 47,4
3. Anchura máx. superf. art. distal 49,9 50,1
4. Anchura mínima díáfisis 22,6 23

Indice I= 4x100 10,8 11


1
Indice II= 2x100 209,7 206
4
Falanges. Hay 3 falanges primeras y 5 terceras cuyas medidas y pertenencias a las
extremidades anteriores y posteriores son las siguientes:

Falanges primeras Post. Ant. Post.


1. Longitud máxima medial 55,4 55,8 52,7
2. Anchura máxima superior 28 27,2 27,8
3. Anchura mínima diáfisis 27,2 22,7 23,7
4. Anch. total superf. artic. 24 23,5 25,3
5. Diám. ant-post. cav. glen. int.
(sin contar faceta para sesamoideo) 22,2 22,5 21,5
Indice: 2x100
1 50,5 48,9 52,7
Indice: 5x100
4 92,5 95,7 85

Falanges terceras
1. Longitud total 64,7 63,4 65,8 66,1 66,9 61,1
2. Longitud dorsal 45,2 49,1 46,5 46,8 49 46,9
Índice: 2x100
1 69,9 77,4 70,6 70,8 79,2 76,8

CAPRA/OVIS
Es imposible distinguir entre cabra u oveja con los cuatro restos

97
FAUNA DE LA CUEVA SEPULCRAL DE GOBAEDERRA

de animal joven, cuyas epífisis no se habían soldado todavía. Los restos son una escápula
izquierda, un metatarsiano izquierdo, un extremo distal de tibia y un astrágalo izquierdo.

SUS SCROFA DOMESTICO


El cerdo ha dejado solamente un astrágalo, perteneciente también a una animal
joven.

ORYCTOLAGUS CUNNICULUS
El conejo ha dejado dos piezas óseas: un fémur derecho y un fragmento de
pelvis izquierda.
El fémur ha proporcionado las siguientes medidas:
Longitud máxima (desde el trocánter) 86,3
Longitud desde la cabeza 83,6
Anchura máxima proximal 18,6
Anchura máxima distal 15

MYOTIS MYOTIS

Húmero derecho. Longitud máxima 33


Anchura proximal 4,9
Anchura distal 4,3

CORVIDO
Entre el material óseo existe también un húmero perteneciente a un cérvido.

* * *

Resumen

En el presente trabajo se estudia la fauna de la cueva sepulcral de Gobaederra


(Alava). Esta fauna estaba asociada a restos pertenecientes a 67 individuos humanos y a
un ajuar que ha permitido incluir el material dentro del Bronce I hispánico.
La inmensa mayoría de estos restos de fauna pertenecen a la especie Bos taurus
y aquellos que han permitido la identificación sexual (cuernos y metapodios) pertene-
cen a individuos del sexo femenino, excepto un fragmento de frontal con arranque de su
clavija ósea, que parece pertenecer a un toro o a un buey.

98
FAUNA DE LA CUEVA SEPULCRAL DE GOBAEDERRA

Summary

In this article the fauna of the burial-cave of Gobaederra (Alava) is estudied. This
fauna pertained to the remains of 67 humans and to instruments which has enabled the
material to be included in the Hispanic Bronze I.
The great majority of the remains pertain to the specie Bos taurus and those which
have enabled sex identification (horns and cannon-bones) pertain to female indi-
viduals, except a fragment of frontal originating the base of horn-cores which seems to
belong to a bull or an ox.

99
Lámina I.
Fig. 1 Fig.2 Fig.3 Fig.4 Fig.5

Fig. 1. Metacarpiano derecho de vaca.

Fig. 2. Metacarpiano derecho de vaca.

Fig. 3. Metacarpiano izquierdo de vaca.

Fig. 4. Metatarsiano derecho de vaca.

Fig. 5. Metatarsiano izquierdo de vaca.


NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE
SALBATIERRABIDE (Vitoria)

por José Miguel Ugartechea

A don José Miguel de Barandiarán y a


don Domingo Fernández Medrano, pio-
neros con don Enrique de Eguren de
la moderna arqueología alavesa.

I. Descubrimiento. Excavaciones

Este importante yacimiento alavés, prácticamente ignorado incluso por nuestros


mejor documentados especialistas, fue descubierto en 1918 por nuestro maestro don
José Miguel de Barandiarán (1), excavándolo parcialmente (2) tras haberlo ya hecho
aquel mismo año los HH. Marianistas de Vitoria (3).
Destruído como consecuencia de los trabajos de extracción de arena que todavía
vienen allí realizándose (foto 1), se extendía el yacimiento de Salbatierrabide al norte
de la colina Mendizabala, a la orilla del camino que une a Vitoria con Lasarte (fig. 1,
foto 2), en una zona donde han sido localizados en años anteriores otros similares al que
nos ocupa.
Considerando que una más amplia divulgación de los hallazgos de Salbatierrabide
constituiría una aportación útil para el mejor conocimiento de unas etapas culturales
todavía mal conocidas en esta provincia, emprendí el estudio de los materiales
custodiados en el Museo Provincial de Alava (Sección de Arqueología) al mismo
tiempo que reunía, contando siempre

(1) J. M. DE BARANDIARAN, «El hombre prehistórico en el País Vasco», Buenos Aires,


1953.
(2) La revista bilbaína Hermes (n.° 19) dio en 1919 noticia de las excavaciones que llevaban
a cabo Salbatierrabide los señores Aranzadi, Barandiarán y Eguren, ilustrándola con dos fotogra-
fías, una del P. Barandiarán y otra muy borrosa en que difícilmente se distingue un corte estrato-
gráfico del yacimiento.
(3) «En los umbrales de la historia de Alava», en Vida Colegial (revista del colegio
Santa María, de Vitoria), núms. 3 (1923) y 4 (1924).

101
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

Figura 1.-Situación del yacimiento (rayado vertical) en las afueras de Vitoria.

con la valiosísima colaboración de mis compañeros alaveses, cuantas noticias referentes


al yacimiento se habían dado a conocer, sin haber alcanzado la mayoría de ellas la di-
fusión que requería su especial interés.

102
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

Fue muy distinta la suerte que corrieron ambas colecciones. Echando de menos la
reunida por el P. Barandiarán, me informó de haber sido depositada en aquel Museo sin
que produjeran resultado cuantos intentos realizaron tanto él como el señor Fernández
Medrano para dar con su actual paradero. Al mismo tiempo me comunicaba el extravío
del diario de excavaciones durante el transcurso de la guerra civil, temiendo «que de lo
excavado por mí no queden más noticias que las ya publicadas». Estas son por fortuna
muy completas en cuanto se refiere sobre todo a las sepulturas de incineración, de cuyos
ajuares conservaba algunos dibujos que puso amablemente a mi disposición. La co-
lección de los HH. Marianistas se conserva casi íntegra en el Museo, de suerte que la
desaparición de algunos objetos se ve en parte compensada por el hecho de disponerse
de numerosas fotografías y noticias muy detalladas, siendo entre éstas de gran utilidad el
«Inventario del Museo Arqueológico Provincial de Alava», manuscrito inédito
redactado por el señor Fernández Medrano y donde se catalogan los objetos procedentes
de la excavación de los HH. Marianistas con los números 75 a 157 (depositados
directamente en el Museo en 1945) y 413 a 730 (procedentes de la Sociedad de Estudios
Vascos).

II. Estratigrafía

Los HH. Marianistas señalaron las siguientes formaciones sedimentarias:


A. Capa de tierra vegetal, de color oscuro rojizo, con espesor medio de 0,20 m.,
llegando a 0,50 m. en algunas bolsadas.
B. Capa aluvial de grava gruesa mezclada con arena. En algunos sitios «piedras
planas de caliza, de pequeñas dimensiones, protegían una capa de tierra mezclada con
trozos de madera carbonizada y objetos de metal (hierro, cobre) y de huesos. En otros
lugares aparecía el suelo más firme, formado con piedras colocadas de canto y cemen-
tadas con una masa de cal y trocitos de ladrillo» y que descansaba «en la base firme del
cascajo», distinguiéndose en sus cercanías «asomos de cimientos de pared y abundante
cerámica» (3).
El yacimiento estaba formado, según su descubridor, «por un estrato con restos
humanos que cubría otro más grueso con objetos de las edades del hierro y del bronce...
a. tierra vegetal y gravera
b. tierra negruzca con objetos de la época romana
c. objetos de la edad del hierro
d. sepulturas de incineración y restos de la edad del bronce» (1).
De lo dicho se desprende la existencia de tres horizontes culturales a los que de-
nominaremos, de abajo arriba, niveles III (bronce), II (hierro) y I (romanización).

103
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

III. Contenido arqueológico

A. Nivel III

Los excavadores de Salbatierrabide mencionan varias sepulturas de incineración


que atribuyen a la edad del bronce. El P. Barandiarán descubrió un número inde-
terminado de estos «hoyos hemiesféricos de 1 m. de diámetro y 0,65 de profundidad
abiertos en la terraza pleistocénica reciente», de los que sólo pudo excavar uno por
haber sido destruidos los restantes por los obreros que vaciaron el yacimiento (1). Los
HH. Marianistas dieron a conocer, por su parte, tres de los ocho que habían excavado,
todos ellos «practicados en el cascajo. Unos -dicen- eran pequeños de las dimensiones
de una olla grande y otros mayores. Todos rellenos de tierra roja y con menos piedras y
con ella mezclados trozos de vasija tosca, carbón, cenizas y huesos calcinados». Añaden
que esta tierra que llenaba los hoyos no era de aluvión «sino otra acarreada, sin duda
alguna de otro sitio. Precisamente ese contraste sirve para reconocer su emplazamiento
en las excavaciones» (3), como también sucede con los de Gardélegui.
Los fragmentos cerámicos correspondían a «vasijas de tamaño diverso pero de
forma casi invariable de olla... Son de color rojo oscuro como teja muy calcinada, están
hechas a mano con barro muy basto donde se engastan piedras de cuarcita, sin duda
para darles consistencia. Su cocción defectuosa debió hacerse al aire libre en la llama,
como lo indica la fractura que ofrece color rojo llama al exterior y negro interior». De
gruesa base redondeada o aplanada con marcada señal de soldadura con el cuerpo,
esférico, sus paredes se van adelgazando hacia el borde e inclinando al interior. «Las de
pequeñas dimensiones llevan cerca del borde orificios practicados con un palito en el
barro tierno, presentándose más veces de fuera adentro, dejando en el interior los
rebordes de la pasta quitada. Otras veces se ha perforado por las dos superficies dando a
la cavidad el aspecto de dos troncos de cono unidos por la base». Las grandes carecían
de orificios, llevando en cambio protuberancias cónicas en la parte superior (3),
De los hoyos que se citan a continuación los tres primeros son los excavados por
los HH. Marianistas y el cuarto el descrito por don José Miguel de Barandiarán.
Hoyo 1. Era «de forma de olla de unos 50 cm., de profundidad y de poca más an-
chura, lleno de tierra roja». Contenía «fragmentos de vasija pequeña con orificios, y
esos fragmentos separados de tal modo que puede afirmarse que el vaso fue enterrado
ya roto. Acompañaba carbón abundante de roble viejo, huesos y astas de ciervo
calcinadas».
Hoyo 2. Este hoyo, «de forma cónica, de un metro de profundidad y 0,80 de boca,
estaba completamente lleno de ceniza, la cual aprisionaba trozos de vasija de mayores
dimensiones». Aparecieron en la superficie «el

104
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

omoplato, húmero, cúbito y radio con resto de maxilar inferior de cabra colocados en su
posición normal y sin señal de cremación. Estaba separado de la tierra de labor por unas
cuantas piedras pequeñas de caliza, puestas de plano y sin ningún orden».
Hoyo 3. Medía «un metro de alto y de ancho por una longitud mayor de dos (foto
3). La cavidad estaba practicada en el cascajo sin ningún revestimiento anterior ni
construcción superficial aparente que indicara un túmulo». Su relleno era «de tierra
oscura rojiza (foto 3-a) que se destacaba de la amarilla circundante. El fondo contenía
cenizas (foto 3-b) abundantes de aspecto de cernada cuya parte superior conservaba más
carbones sin consumir, indicio de que se llenó con tierra cuando la pira no se había
consumido o apagado». Añaden que la tierra «contenía diseminados cascos de grandes
ollas, entre ellos los de protuberancias» y que «a una distancia de unos 0,40 m. del fon-
do se encontró el trozo de hacha de piedra pulimentada», pizarrosa, rota por ambos
extremos, reproducida en la figura 2 junto con otras piezas líticas de la misma co-
lección y que según el señor Fernández Medrano proceden de Salbatierrabide y sus
alrededores: «1 hacha o percutor (?) de ofita, 1 fragmento de hacha de filita pizarrosa, 5
útiles de sílex de factura paleolítica, así como 1 raspador y 1 punta del mismo material y
1 cuchillo neolítico» (4). En otro lugar cita el mismo autor:
1 hacha de pizarra silícea.
6 útiles de sílex poco caracterizados, long. 0,060, 0.045, 0,050, 0,040, 0,030 y
0,025 m.
1 hacha de diorita, long. 0,076 m.
2 raspadores de sílex, tipo musteriense?, long. 0,029 y 0,035 m. (5).
Hoyo 4. Contenía «tres capas de tierra negruzca separadas por otras de tierra ama-
rillenta, de arena y cascajo. Las primeras contenían, además de tierra, cenizas, carbón,
trozos de huesos calcinados, cascos de vasos cerámicos toscos (ollas con orificios de
suspensión y pezones), cuchillos de pedernal, puntas de flecha de pedernal y de ofita y
hachitas de piedra pulimentada. Las capas interpuestas eran arqueológicamente esté-
riles». En la parte inferior de la figura 3 se ven una hachita cuadrangular (n.º 1) y dos
puntas foliáceas (n.° 2 en sílex, n.º 3 de ofita), y en la superior el corte estratigráfico de
este hoyo 4, que el P. Barandiarán describe como sigue:
T. «Cascajal o gravera de tierra vegetal.
A. »Tierra arcillosa negruzca con piedras, carbón, trozos de huesos quemados,
cascos de vasijas de barro, pedernales, punta de lanza, flecha puli-

(4) D. FERNANDEZ MEDRANO, «Guía sumaria y provisional del Museo Arqueológico de


Alava», en Ikuska, vol. 11 (1948) y III (1949), Sare.
(5) D. FERNANDEZ MEDRANO, «Inventario del Museo Arqueológico Provincial de Alava»
(inédito).

105
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

Figura 2.-Diversas piezas líticas. (De fotografía HH. Marianistas).

mentada, colmillo de cerdo. 16 cm. de espesor. En el fondo, una losa de cayuela que
mide 40 cm. de largo, otro tanto de ancho y 6 de grueso.
B. »Tierra arenosa amarillenta, sin restos arqueológicos. 9 cm. de espesor.
C. »Tierra negruzca floja con cascos de vasija de barro, pedernales informes, dos
cuchillos de sílex, una punta de flecha, dos hachas de piedra pulimentada, carbón, ceni-
za y trozos de huesos calcinados. 20 cm. de espesor.
D. »Capa de gravas, sin restos arqueológicos. 10 cm. de espesor.

106
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

Figura 3.-Corte estratigráfico, y objetos del hoyo 4. (De dibujos de D. J. M. de Barandiarán).

E. »Tierra negruzca compacta con cascos de vasija de barro (masa negra y tosca
como en la cerámica de las capas superiores), carbón, escasos pedernales y un raspador
de sílex. Espesor 10 cm.» (1).

107
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

La fauna estaba representada en este nivel III por restos de bóvidos, cerdo, jabalí,
ciervo y rebeco (3).

B. Nivel II

En la segunda capa sitúa el P. Barandiarán restos de habitaciones de planta rec-


tangular con paredes hechas a canto seco, y «un foso circular de metro y medio de pro-
fundidad y uno de diámetro, semejante a los que han sido reconocidos en otros pobla-
dos de esta edad» (hierro) (6). Posteriormente a la publicación de estas noticias me
decía recordar «que había grandes hoyos hechos en la terraza aluvial que habían
servido quizá de graneros durante la época del hierro».
Los HH. Marianistas escribieron que «la distinta coloración de la tierra parece
señalar en varios puntos el perímetro de algunas habitaciones de forma rectangular,
cuyo piso se excavó para darle más altura bajo una construcción de poca alzada y de
poca extensión, pues miden 7 a 8 m. de largo por 3 a 4 de ancho». En ellas, «fuera de
las piedras dichas no se advierte -añaden- otro material de las paredes que abundante
tierra roja y no escasos trozos de adobe, algunos de un enlucido toscamente blan-
queado. Tanto entre estos materiales como entre los romanos que se superponen, la
carencia casi absoluta de trozos de teja induce a creer que la techumbre estaría forma-
da por ramaje unido con tierra». En lugares separados «se hallan hoyos para recoger
los residuos consistentes en carbón, cenizas, huesos, y cacharros», o, como dicen en otro
párrafo los mismos autores, «mucho carbón de roble y huesos grandes de mamíferos,
sobre todo de jabalí» (3).
Abundaba la cerámica, «negra, confeccionada a torno con tierra negra salpicada
de pequeñas piedras de cuarcita y algunas veces mica. Las formas más frecuentes son
de escudillas con un reborde hacia dentro y ollas con la boca ancha, de paredes gruesas
reforzadas por un reborde plano y horizontal hacia fuera en el que van señaladas
circunferencias concéntricas. La parte superior tiene poco cuello y suele llevar trazos
paralelos grabados con peine en dirección oblicua» (3). Se contradicen aquí con el P.
Barandiarán, quien cita entre los hallazgos de este nivel «escudillas y ollas de tipo
hallstáttico» junto con «alfileres y agujas de hueso y de bronce, anilla, fíbula, cierre de
cinturón, etc.» (1), teniendo por nuestra parte la seguridad de que no pudo pasársele
desapercibida ni hubiera omitido referirse a la presencia de cerámicas torneadas, que
encajarían perfectamente en el ambiente de este segundo horizonte de Salbatierrabide.
No cabe, por supuesto, pensar en la existencia

(6) J. M. DE BARANDIARAN, ob. cit. Pueden verse numerosos ejemplos en M. ALMAGRO,


«La invasión céltica en España», en Historia de España dirigida por R. MENENDEZ PIDAL, tomo
I, vol. II, Madrid, 1952.

108
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

de un nivel hallstáttico al que corresponderían las cerámicas halladas por el P. Baran-


diarán y otro posthallstáttico con vasos trabajados a torno.
Los vestigios de la «cultura celtibérica» se encontraban -dicen los HH. Marianis-
tas- «confundidos en algunos sitios del arenal con restos de origen romano y separados
en otros por piedras calizas colocadas de plano que cubrían tierra mezclada con resi-
duos de viviendas o en cavidades practicadas en el suelo» (3). Y quizá se deba a su in-
tención de ordenar aquellos materiales «confundidos» el hecho bien sorprendente de
que en su publicación se incluyan, por ejemplo, entre los hallazgos del segundo nivel,
las ollas con labio horizontal, de cerámica común romana según puede deducirse de su
descripción y pude comprobar en el Museo, mientras que toda la «sigillata» la enca-
sillan sin excepción en el superpuesto. Parte de ella corresponde con toda seguridad al
nivel que nos ocupa si bien no hay ahora posibilidad de diferenciar con garantías am-
bos conjuntos.
De hierro no había sino «unas escorias y clavos», pero sí (fig. 4, foto 4) «objetos
más interesantes de cobre o bronce pobre, como anillos, fíbulas, agujas y alfileres» (3).
Una de las fíbulas (fig. 4, n.° 1) es anular hispánica, tipo que se encuentra también
en otros yacimientos alaveses tales como el de Santa Engracia (Laguardia) (fig. 4-a),
Iruña (fig. 4-b), ambas poco conocidas, Gardélegui y la todavía inédita de Oro. El arco
de la de Salbatierrabide, de sección circular más gruesa en el centro, mide 22 mm. de
diámetro, siendo ambos pies, aplanados, de forma ovalada con una muesquecita en su
extremo. La segunda fíbula (fig. 4, n.° 2), de tipo romano provincial, recubierta de
pátina verde malaquita, mide unos 55 mm. de longitud. Su arco es cintiforme,
presentando en ambos extremos un ensanchamiento rectangular con sendos botones
moldurados en dos de los vértices del situado al lado del muelle y en los cuatro del
opuesto. El pie aparece algo desviado y lleva asimismo un botoncito en su extremo.
El cierre, de bronce forjado (fig. 4, n.º 3), es «de forma de rombo curvilíneo y de
sección cuadrangular, desigualmente desgastado a la lima lo que le da una sección muy
irregular. Las diagonales tienen 65 mm. y 40 mm. y la superficie es arqueada» (3).
El único alfiler metálico completo, de bronce, de 9 cm. de longitud, tiene la cabeza
circular aplastada y lleva en la parte media del cuerpo un ensanchamiento con entalla-
duras paralelas (fig. 4 n.º 4). Al mismo nivel se asimilan varios alfileres y agujas de
hueso (fig. 5, foto 4). Tienen éstas el extremo romo redondeado, con uno o varios ojos
(fig. 5, núms. 1-6). Los alfileres son de cabeza esférica y cuerpo ligeramente abultado
junto a este extremo (fig. 5 núms. 7-15).
Pequeñas barritas, una de ellas, de 3 cm., con el extremo enrollado (fig.4 núms. 5-8),
parecen corresponder a agujas o alfileres. Hay, por último,

109
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

Figura 4.-Objetos metálicos del nivel 11. (De fotografía HH. Marianistas).

dos anillas circulares de cobre de 23 y 17 mm. de diámetro máximo (fig. 4 núms. 9 y


10), un clavo en U (fig. 4 n.° 11) y una chapita de cobre de 17 por 15 mm. (fig. 4 n.° 12).
Se cita, además, una barrita de coral rojo de 4 cm. de longitud (3).

C. Nivel I

Se preguntan los HH. Marianistas si los restos de construcción señalados al des-


cribir la capa B del yacimiento serían «de una casa y hostería colocada a la orilla de la
vía romana, o de un conjunto de casas construidas por los romanos», refiriéndose, claro
está, a la vía Astúrica-Burdigalam (3), ha-

110
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

Figura 5.-Agujas y alfileres de hueso. (De fotografía HH. Marianistas).

111
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA

biendo autor que ha localizado aquí la mansión de Suessatio (7). A tales edificaciones
corresponderían dos trozos de basa de columna de 0,25 m. de radio, construida de
caliza muy blanca (foto 5 n.° 6) (3) y cuyo paradero ignoro. Según el señor Fernández
Medrano una de ellas medía 0,160 m. de radio (5).
Clasifican la «sigillata» en tres conjuntos diferentes. En primer lugar la «auténtica
aretina... hecha de barro fino de coloración lustrosa, lisa o con esmeradas ornamen-
taciones. Hay ejemplares que a pesar de llevar 19 siglos enterrados se nos muestran
como un vaso roto apenas salido de la mano del alfarero». Otro grupo «procedería de
las Galias con figuras de animales, pájaros y a veces figuras humanas de guerreros y
matronas, flores y festones ornamentales». La cerámica del tercer conjunto «sería de
fabricación peninsular aunque hecha por romanos. Su coloración es muy amarilla sin el
barniz característico y va decayendo su belleza. Se repiten los círculos concéntricos y
entrecortados formando coronas circulares rellenas con ángulos de lados paralelos en
forma de comillas. Los círculos, coronas o estrellas en realce están colocados sin orden
ni simetría. Menos abundante se encuentra la de color blanco amarillento, pintada al
exterior de sepia y otra negra sin adornos» (3).
Las dimensiones y formas de las cerámicas del nivel superior «eran muy variadas,
desde la tinaja con bordes salientes y paredes gruesas de 3 cm., pasando por las ánforas
(foto 5 n.° 10), hasta los platos o escudillas o pequeñas tazas». En una cavidad practi-
cada en el cascajo, cerca de un cráneo destrozado al parecer de persona adulta, trozos
de huesos largos de las extremidades torácicas y unos clavos de hierro se encontraron
dos platitos enteros de barro de 16,5 y 11,5 cm., «colocados de intento» (3). En el
inventario del señor Fernández Medrano se incluyen los siguientes vasos restaurados:

1 taza de «sigillata», diám. boca 0,130 m., d. base 0,055 m., alt. 0,039 m.
1 platito de «sigillata» lisa, diám. boca 0,194 m., d. base 0,094 m., alt. 0,058 m.
1 taza de «sigillata» lisa, diám. boca 0,110 m., d. base 0,045 m., alt. 0,059m.
1 jarra de «sigillata» lisa, diám. boca 0,077 m., alt. 0,082 m.
1 taza de «sigillata» decorada con círculos, diám. boca 0,190 m., d. base 0,061 m.,
alt. 0,091 m.
1 plato de «sigillata» lisa diám. boca 0,122 m., d. base 0,057 m., alt. 0,030 m.
1 tacita de «sigillata» lisa, diám. boca 0,078 m., d. base 0,045 m., alt. 0,036 m.

(7) Tomo esta noticia de G. NIETO GALLO, «El oppidum de Iruña (Alava)», Vitoria, 1958.

112
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

1 tacita de «sigillata» lisa, diám. boca 0,130 m., d. base 0,050 m., alt. 0,038 m.
1 tacita de «sigillata» lisa, diám. boca 0,114 m., d. base 0,050 m., alt. 0,032 m.
Entre otros vasos más o menos fragmentados había un plato de «sigillata» lisa roto
en seis pedazos y cuyas medidas eran: diámetro de boca 0,170 m., diámetro de la base
0,060 m. y alto 0,027 m. (5).
Gran parte de los fragmentos decorados que se conservan en el Museo Provincial
son de forma hispánica 37 tardía, correspondiendo otros a vasos Dragendorff 29, 30 y
37. Un fragmento con rasgos característicos de la forma Dragendorff 44 conserva
restos de ornamentación con motivo circular encerrando una roseta y a un lado un ele-
mento vertical. Formas lisas las hay, entre otras, Ritterling 8, Dragendorff 33 e hispá-
nicas 4-5 y 6, además de algunas botellas incompletas (foto 6).
Uno de los vasos de la colección de los HH. Marianistas «lleva en su interior, en
el fondo, la parte izquierda de un rectángulo que lleva el sello o marca del alfarero y
donde se han conservado los litos IV» (3). Hay en el Museo un vasito con paredes
curvas, labio abierto y alto pie con posible grafito, en cuyo fondo aparece impresa en
relieve, en el interior de una cartela, una marca apenas legible en que parecen adivi-
narse las letras IR... (fig. 6).
De los catorce grafitos reunidos por dichos autores se publicaron FILIOS...
VTINII... JVBII... FILODII... PRIMITIaNV(S) y otros anepígrafos en forma de «una
circunferencia más o menos cubierta de radios interiores» o «de árboles estilizados o
plumas» (3). En el inventario de don Domingo Fernández Medrano se incluyen PAN,
Y, N, M y AR (5). Por nuestra parte hemos encontrado los siguientes: ... VTINII,
FILODII..., PRIMITIaNI, ...VICII..., AP..., VP (con letras enlazadas), NA (como el
anterior), ...TIL PANC (en fragmento al parecer de forma Dragendorff 37), AR, N...,
M..., AF? (en forma Dragendorff 33), A?N, IL?, ...VRII (en el labio horizontal de un
vaso de cerámica basta), y entre los anepígrafos palmetas y una circunferencia con
cruz inscrita (fig. 6).
No faltan las típicas «fichas» en forma de discos «redondeados toscamente» o
bien «lisos y bien cortados, fabricados de primera intención. Uno de ellos sacado de un
vaso lleva todavía en realce redondeados indicios de signo, las letras G. E. N. como
restos de algún nombre» (3). Algunos ejemplares conservan parte de la decoración del
vaso de que fueron fabricadas, con motivos circulares.
Escasean en este nivel los útiles metálicos, al parecer todos ellos de hierro. De las
llaves romanas que se exhiben en el Museo dos son articuladas con un extremo
acodado provisto de pequeños dientes paralelos al vástago y el opuesto aplanado (foto
4 a y b), presentando otras dos cuatro dientes para-

113
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA

Figura 6.-Marca de alfarero y grafitos. (Sobre dibujos de D. A. Llanos).

lelos al eje y el mango en forma de espátula (foto 4 c) o con el extremo anular.


Un metro al este de las escudillas que acompañaban a los restos humanos apareció
una punta de lanza de hierro de unos 16,5 cm. de largo por 3 de ancho. Más modernas
parecen ser dos puntas de dardo de sección triangular, de 11,5 y 7 cm. de longitud (foto
4 n.º 11). En la misma fotografía se reproducen dos anillas de 2,6 y 2,4 cm. de
diámetro máximo, varios clavos, un gancho con la punta acodada y el extremo opuesto
anular, un punzón y otras piececitas del mismo material.
Dudan los HH. Marianistas si servirían de solera en el hogar o de pesas unos
trozos de ladrillo grueso, de los cuales uno (foto 5, n.° 7) «tiene forma

114
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

de tronco de pirámide cuadrangular de 0,30 y 0,20 m. de lado de base y 0,09 de altura, y


aunque es menos que la mitad pesa poco más de 5 kg. Otros dos son cuartas partes de
otro ladrillo y pertenecían a un cilindro de 0,13 m. de radio y 0,08 de espesor; su peso es
casi de 3 kg.». De barro cocido c a también un «pondus» (foto 5, n.° 14) con «forma de
tronco de pirámide cuadrangular de 6 y 3 cm. de lado y 10 cm. de altura y en la parte
superior un orificio para suspenderla de un hilo» (3). El señor Fernández Medrano cita en
su inventario, además de numerosos fragmentos:
1 pondus de barro cocido amarillo, con orificio de suspensión, diám. base 0,055
m., alt. 0,040 m.
1 tronco de pirámide cuadrangular, alt. 0,100 m.
1 ladrillo de 0,190x0,190 m., grosor 0,0167 m.
1 ladrillo en forma de pirámide truncada cuadrangular, rojo, bases 0,300 y 0,200
m., alt. 0,080 m. (5).
De los molinos, «uno está representado por la piedra inferior que llamaban «meta»
(foto 5 núms. 1 y 3). Es de asperón de forma cónica y tiene un radio de 0,20 m. con un
orificio en el vértice. De la parte superior o «catillus» (foto núms. 2, 4 y 5)... solamente
suelen encontrarse fragmentos tenemos representantes de cinco molinos» (3). En el ya
tantas veces citado inventario figuran:
1 molino de arenisca gris-amarilla, radio 0,145 m., gros. 0,100 m., diám. del ori-
ficio 0,050 m.
1 molino de conglomerado aglutinante rosa, radio 0,200 m., gros. borde 0,080 m.,
perforación completa 0,145 m.
1 molino de arenisca gris verdosa, radio 0,205 m., gros. máx. 0,100 m., perfo-
ración incompleta 0,035 m.
4 fragmentos de molino (meta y catilo), long. 0,170, 0,195 y 0,235 m. (5).
De forma de salero era una piedra o godet de ofita redondeada y aplanada con una
pequeña cavidad en la parte superior (foto 5 n.º 12) (3). Este nivel proporcionó además
(foto 5 n.° 13) diez fósiles de «micraster». El hecho de aparecer acompañados de «pie-
dras de silex basto, vagamente redondeadas y de tamaño manejable y de presentar algu-
nas señales de golpe, nos hizo pensar -escriben los HH. Marianistas- si servirían como
mano o majadero de semillas» (3).
En la capa negra cerca del cascajo encontraron los primeros excavadores de Salba-
tierrabide quince monedas de las que publicaron las siguientes de época romana:
1.º Bronce de Augusto (43 a. de J. C.-d. C.).
Anverso: busto a la derecha, laureado.
Leyenda: muy borrosa (AVGVSTVS DIVI F.) P. ONT. M. (AX. PATER. PATRIAE).

115
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

Reverso: caballo galopando a derecha con jinete y lanza en la diestra


Leyenda: V.V. OSCA.COMPOSTO. (ET MARVLLO) II VIR.
Diámetro: 28 mm.
2. º Bronce de Tiberio (10 a. de J. C.-35 d. C.).
Anverso: Busto a derecha. Leyenda ilegible.
Reverso: Genio a izquierda, a los lados S.C.
Diámetro: 27 mm. En el ano 15 de su reinado murió J. C.
3. º Bronce imperial.
Anverso: Busto mirando a derecha. Corona radiada, caracteres poco legibles.
Reverso: Genio de pie mirando a derecha, con la mano izquierda extendida hacia
atrás con un arco.
Leyenda: Borrosa. Diámetro: 18 mm.
4. º Bronce Faustina II (175 de C.) mujer de Marco Aurelio.
Anverso: Busto de mujer mirando a derecha.
Leyenda: FAVSTINA... (AVGUSTA).
Reverso: Juno con corona de laurel a la izquierda, a los lados S. C.
Diámetro: 24 mm.
Leyenda: IVNONI.
5. º Pequeño bronce de Constantino laureado, a la derecha.
Leyenda: CONSLANTINVS IVNIIOBC.
Reverso: Dos lábamos entre dos soldados.
Leyenda: GLORIA EXERCITVS.
Exergo: SMTSB.
Diámetro 18 mm.
6. º Bronce de Constantino.
Anverso: Busto a la derecha.
Leyenda: CONSTANT.
Desaparecida a la izquierda; INOPOLIS a la derecha.
Reverso: un guerrero de pie a la derecha matando a otro.
Leyenda: poco legible.
7. ° Bronce de Constantino.
Anverso: Busto laureado a la derecha.
Leyenda: Borrosa.
Reverso: Dos guerreros; uno de pie y otro de rodillas sosteniendo en medio un
estandarte circular de contorno punteado. Dentro caracteres poco legibles (XXX).
8. º De Constantino. Busto a derecha y en el relieve dos personajes de pie.
Leyenda: Borrosa. Diámetro 9 mm.
9. ° Bronce de Constantino.
Anverso: Busto mirando a la izquierda, con casco y cetro a la izquierda.

116
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

Leyenda: CONSTANTI NOPOLIS.


Reverso: Genio con alas, arrodillado con escudo oval en la izquierda y asta en la
derecha.
Exergo: D M G. Módulo: 18 mm.
10. ° Denario de Vespasiano (69-79).
Anverso: Busto mirando a la izquierda laureado.
Leyenda: VESPASIANVS AVG CAESAR.
Reverso: Diosa sentada mirando a la izquierda.
Leyenda: Solamente se leen algunas letras V N O N. Es de cobre con un baño de
plata.
Módulo: 18 mm.
Otras monedas están completamente borrosas.

IV. Consideraciones

En un trabajo anterior tuve ya ocasión de referirme a las sepulturas de incineración


de Salbatierrabide, que comparaba con los hoyos próximos al «tell» de El Soto de
Medinilla (Valladolid), supuestos basureros fechados por el doctor Palol en la fase
Cogotas I por la presencia de un fragmento cerámico con decoración excisa boquique
(8). Conocí después los hallazgos de las graveras de Batán y de Gardélegui, situadas a
menos de un kilómetro de Salbatierrabide. Del primero de estos yacimientos se conserva
en el Museo Provincial un conjunto inédito de. cerámicas bastas, posibles pesas de telar
discoideas y un molino amigdaloide recuperados por don Domingo Fernández Medrano,
quien me informó de haber existido en las proximidades algunas sepulturas semejantes a
las descritas. Los hallazgos de Gardélegui fueron dados a conocer por nuestro buen
amigo don Jaime Fariña en nota publicada en el primer tomo de estos Estudios de
Arqueología Alavesa, donde recoge noticia de haberse encontrado en la gravera
numerosos hoyos de incineración, uno de los cuales me, mostraron mis compañeros
alaveses apreciándose con claridad su silueta oscura en un corte del terreno. Se ha
pensado que esta necrópolis pudo pertenecer al cercano poblado de Kutzemendi u
Olárizu y que la hachita plana de cobre o bronce es la única pieza «que tipológicamente
desentona del resto del conjunto si bien es cierto que pudiera tratarse de una perduración
ritual como se ha señalado en algunos otros casos en la cuenca del Ebro» (9).
Las puntas de sílex foliáceas de Salbatierrabide (fig. 3 núms. 2 y 3) son semejantes
a otras que forman parte del ajuar de dólmenes catalogados por

(8) J. M. UGARTECHEA, «Notas sobre el bronce final en el País Vasco», en Estudios de


Arqueología Alavesa, tomo I, Vitoria, 1966.
(9) J. FARIÑA, «Una necrópolis de incineración en los arenales de Gardélegui», en Estudios de
Arqueología Alavesa, tomo I, Vitoria, 1966.

117
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)

el P. Barandiarán en la segunda capa del eneolítico vasco (1), caracterizada en Santi-


mamiñe por la presencia de cerámicas acanaladas que, según apunté en otro lugar,
parecen corresponder a un bronce final (8). Los pobres y poco elocuentes ajuares de
Salbatierrabide no nos permiten más que vislumbrar el ambiente material en que se
desenvolvía esta población incineradora, ritual que en otro yacimiento de la provincia,
en la caverna de Gobaederra, aparece documentado en un nivel comprendido entre dos
horizontes con inhumaciones fechadas por sus excavadores en el bronce hispánico I
(puñales occidentales, puntas de sílex con pedúnculo y aletas, etc.) (10). Aunque des-
conocemos la ordenación estratigráfica de los materiales recogidos en Gardélegui, cabe
pensar que correspondan al mismo horizonte que las sepulturas la mencionada hachita
y el puñal de cobre o bronce, no analizado, de finales del bronce hispánico I o
comienzo del II, mientras que pertenecerían a un horizonte más moderno, paralelo al
nivel II de Salbatierrabide, las fíbulas de botones y anular y el pasador en T, piezas
estas dos últimas depositadas en el Museo en fecha posterior a la publicación de los
hallazgos del arenal.
Veríamos en estos yacimientos cómo determinados núcleos indígenas del bronce
I-II asimilan el ritual de la incineración por influencia seguramente de los
«urnenfelder» representados en los niveles profundos de Arguedas, Cortes, Oro y otros
peor conocidos. Mediados del siglo IX a. C. sería, si aceptamos la cronología propuesta
por el doctor Maluquer para los niveles P III del «tell» de Cortes (11), la fecha post
quem para la difusión del nuevo ritual funerario, pareciéndome oportuno recordar aquí
que el análisis por el método del C 14 de restos recogidos en cierto yacimiento
vizcaíno, inédito cuando redacto estas notas, ha dado una fecha en torno al ano 1.000 a.
C. para el comienzo del bronce arcaico (12).
Para dicho autor la fíbula anular se aclimataría en esta parte de la cuenca del Ebro
a consecuencia de la acción romana del siglo II a. C. (13), fecha en que teóricamente
podemos suponer se inició el desarrollo de los asentamientos superpuestos. Hechos ya
apuntados desvalorizan cualquier intento de fijar su momento final, quedándome tan
sólo por añadir que la cronología del conjunto de hallazgos romanos abarca en
Salbatierrabide desde principios del siglo I hasta el reinado de Constantino.

(10) J. M. APELLANIZ, A. LLANOS y J. FARIÑA, «Sobre algunas cuevas sepulcrales de Ala-


va», separata de Estudios del Grupo Espeleológico Alavés, Vitoria, 1963-1964.
(11) J. MALUQUER DE MOTES, «El yacimiento hallstáttico de Cortes de Navarra. Estudio
crítico II», en Excavaciones en Navarra, vol. VI, Pamplona 1958.
(12) E. NOLTE y ARAMBURU, «Hallazgos romanos y de la época del bronce», en el diario
bilbaíno El Correo Español-El Pueblo Vasco, del 28 septiembre 1966.
(13) J. MALUQUER DE MOTES y L. VAZQUEZ DE PARGA, «Avance del estudio de la necró-
polis de «La Atalaya», Cortes de Navarra», en Excavaciones en Navarra, vol. V, Pamplona,
1957.

118
Foto t.-Explotación del
arenal. (Foto archivo
A. Llanos).

Foto 2.-Vista aérea del are-


nal de Salbatierrabide.
En el ángulo inferior
derecho, la colina de
Mendizabala.
Foto 3.-Corte estratigráfico del hoyo 3.
(Foto HH. Marianistas).

Foto 4.-Diversos objetos de la colección HH.


Marianistas. (Foto HH. Marianistas).
Foto 5.-Diversos materiales correspondientes al nivel I. (Foto HH. Marianistas).
Foto 6.-Fragmentos de cerámica «sigillata» del nivel I. (Foto archivo A. Llanos).
ENSAYO TOPOGRAFICO
DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

por Juan Carlos Elorza y Guinea

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo trata de hacer una recopilación topográfica de la epigrafía


romana de la Provincia de Alava. En él están reunidos 119 epígrafes, muchos de ellos de
indudable interés, y que en todo caso abarcan aspectos muy variados de la vida y
organización romanas. Para ello me he servido de los trabajos anteriormente publicados,
y que van desde el «Camino Romano» de D. Lorenzo de Prestamero, hasta el «Oppidum
de Iruña» de D. Gratiniano Nieto. Incluyo numerosos epígrafes recientemente descu-
biertos y aún inéditos, y otros, que aunque ya eran conocidos aún no habían sido
publicados. Para este último grupo me he servido de una recopilación en manuscrito rea-
lizada por D. Federico Baraibar, y contenida en una carpeta que lleva el siguiente título:
«Lápidas, inscripciones y otros asuntos principalmente de Alava. Esta carpeta cuyas
notas son casi todas de la mano de D. Federico Baraibar, fue Cedida por sus herederos a
D. Jaime de Verástegui, y por éste amistosamente en 4 de Abril de 1942, y ante su
hermano D. Prudencio, a Angel de Apráiz.» Las citas tomadas de esta Carpeta aparecerán
en el texto bajo la forma: Baraibar Ms...
Al tratarse de un estudio topográfico la relación de los epígrafes se ha hecho por
orden alfabético de localidades, prescindiendo de que las lápidas existan actualmente o
por el contrario hayan desaparecido, siempre que haya suficientes fuentes literarias que
atestigüen su autenticidad. Entre los índices, sin embargo, se dedica uno a las lápidas
existentes y su actual localización.
Al presentar los distintos epígrafes he procurado ser fiel a la colocación de las letras
y los espacios vacíos, tal como aparecen sobre la piedra, y en los

119
casos en que éstas hayan desaparecido, pero quedan dibujos de las mismas, me he
guiado por estos últimos.
Incluyo las lápidas aparecidas en el Condado de Treviño, por considerar que no se
pueden separar de la geografía alavesa, pero excluyo las encontradas en Marañón (Na-
varra) aún pensando que forman una misma unidad con las alavesas del vecino lugar de
Angostina.
Desgraciadamente de algunas lápidas conocidas por Prestamero o Baraibar, como
las de San Pelayo, Asteguieta, Leciñana del Camino etc., no ha quedado más que el re-
cuerdo de su pasada existencia, por lo cual me limito a indicarlas en el mapa (Lámina I).
En las lápidas desaparecidas la noticia que presento es breve, pues me he limitado
generalmente a la primera noticia que se dio de esa lápida; añadiendo en algunos casos
pequeñas modificaciones que aparecieron en publicaciones contemporáneas al descu-
brimiento, o en autores que conocieron directamente el epígrafe.
Terminadas estas advertencias, no me queda sino agradecer la Colaboración tan
eficaz y desinteresada que en muchas ocasiones me ha sido prestada, especialmente por
algunos miembros del Consejo de Cultura de la Diputación Foral de Alava, del Grupo
Arqueológico que trabaja bajo el patrocinio de esta misma Corporación, y de la So-
ciedad Excursionista «Manuel Iradier» de Vitoria.

Vitoria, enero de 1967.

120
OBRAS CONSULTADAS Y CITADAS

BARAIBAR, F., «Discurso leído en 9 de Noviembre de 1882, en el Ateneo. .». Vitoria, 1883.
BARAIBAR, F., «Inscripciones romanas cerca del Ebro, en las Provincias de Alava y Burgos». Bo-
letín de la Real Academia de la Historia, XIV, 1889.
BARAIBAR, F., «Lápidas de San Martín de Galvarín y Luzcando». Boletín de la Real Academia
de la Historia, XXVI, 1895.
BARAIBAR, F., «Epigrafía Armentiense». Boletín de la Real Academia de la Historia, XLIX.
BARAIBAR, F., «Museo Incipiente». Suplemento a la memoria del Curso 1911 a 1912, en el Ins-
tituto General y Técnico de Vitoria. Madrid, 1912.
BARAIBAR, F., «Lápidas de La Puebla de Arganzón y de Laguardia». Boletín de la Real Acade-
mia de la Historia, LXIV, 1914.
BARAIBAR, F., «Lápidas, inscripciones y otros asuntos principalmente de Alava». Carpeta de ma-
nuscritos.
BARANDIARAN, J. M., Euzko-Folklore, publicación de Euzko-Ikascuntza. Sociedad de estudios
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CARO BAROJA, J., «España primitiva y romana». Barcelona 1957.
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CASTRO, C. DE, «Catálogo Monumental de España». Alava. Madrid 1915.
CEAN BERMUDEZ, J., «Sumario de las Antigüedades romanas que hay en España». Madrid, 1832.
COELLO DE QUESADA, F., «Noticias por Provincias sobre vías... de la época romana». Provincia
de Alava. Madrid, 1874.
CORTA, J. M., «Vías romanas en Alava». Euzkalerriaren Alde, 1928.
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Madrid 1802.
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FZ. NAVARRETE, Manuscrito 1854 de la R. A. de la Historia.
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FLOREZ, E., «España Sagrada», Madrid 1804.
GARCIA y BELLIDO, A., «La Cantabria romana», Santander, 1952.
GZ. DE ECHAVARRI, «San Prudencio de Armentia». Vitoria.
HENAO, G., «Averiguaciones de las antigüedades de Cantabria», 1689. Nueva edición corregida
por el P. M. Villalta. Tolosa 1894.

121
HÜBNER, E., «Corpus Inscriptionum Latinarum» vol. II, Inscriptiones Hispaniae Latinae. Berlín,
1869.
HÜBNER, E., «Inscriptiones Hispaniae Latinarum Supplementum» vol. II, Berlín 1892.
LLANOS, A., «Una necrópolis romana en la Rioja alavesa». Estudios de Arqueología Alavesa,
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MENENDEZ PELAYO, M., «Historia de los Heterodoxos Españoles», BAC.
NIETO GALLO, G., «El Oppidum de Iruña» Alava. Vitoria, 1958.
PRESTAMERO, L., «Camino militar romano que pasaba por la Provincia de Alava». Ms. Vitoria
1792. Lo tomo de Gz. de Echávarri, «Alaveses Ilustres», t. I, Vitoria, 1900.
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ABREVIATURAS USADAS EN EL TEXTO

BRAH : Boletín de la Real Academia de la Historia.


C. 1. L. : HÜBNER, E, Corpus Inscriptionum Latinarum.
C. 1. L. S. : HÜBNER, E., Corpus Inscriptionum Latinarum. Supplementum.
C. M. : CASTRO, C., «Catálogo Monumental de España».
C. R. : PRESTAMERO, L., «Camino Militar Romano...».
D. G. H. A. : Diccionario Geográfico Histórico de la Academia
G. P. V. N. A. : Geografía General del País Vasco Navarro.
G. S. : FZ. MEDRANO, D., «Guía Sumaria del Museo Arqueológico».
M. I. : BARAIBAR, F., «Museo Incipiente...».
S. A. R. : CEAN BERMUDEZ, J., «Sumario de las Antigüedades...».
V. R. A. : CORTA, J. M., Vías Romanas en Alava.

122
ALBENIZ

1.

SEMPRONI Prestamero: C. R.; D. G. H. A., 1, 55;


VS.SILO Baraibar: Ms. 1; Hübner: C. I. L., 2947;
ANL.HSE J. M. Corta: V. R. A., 355.

SEMPRONIUS SILO AN(norum) L, H(ic) S(itus) E(st)


Prestamero, que da por vez primera noticia de esta lápida, dice: «En la ermita de
Andra María, jurisdicción de Albéniz, a la vista de San Román, en la mesa de altar se
halla ésta...».
En el Diccionario de la Academia se inserta un dibujo, en el que se puede apreciar
que los puntos entre las palabras han sido sustituidos por pequeñas hojas de hiedra.
Baraibar, en su manuscrito, dice que al haber sido transformada la ermita en casa
de labor, desapareció la lápida.

ALEGRIA

2.

S.SEVER Prestamero: C. R. (nota puesta al manuscrito siete


T V LL O N I O años después de escrito); Hübner: C. I. L.,
V.S.L.M 2939; Baraibar: Ms. 1; Fz. Guerra: BRAH,
III, 1883, 26; J. M. Corta: V. R. A., 351.

S(empronius) SEVER (us), TULLONIO, V (otum) S(olvit) L(ibens) M(erito).


La inscripción fue encontrada en el castillo de Henayo, cerca de Alegría, y fue
reconocida por Prestamero que dice: «Es una inscripción votiva, sin que se pueda saber
a qué divinidad se hizo el voto, en caso que se expresase, ni tampoco el motivo ni el
pronombre ni el nombre del votante, pues sólo se ve de éste la última letra S, en que
terminaba con el punto. El sobrenombre parece Severo, y su patria Tullonio, puesto en
ablativo como caso más elegante que el genitivo, para expresar la patria, a no ser que se
pueda entender que el voto se cumplió en Tullonio, en cuyo caso fijaríamos esta man-
sión en el mismo paraje en que se halló la piedra, como muy a propósito para un pueblo
romano, según su costumbre...».
Hübner es de la opinión que Tullonio es nombre de divinidad, y que

123
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

es posible que la mansión citada en el Itinerario, no estuviera lejos del lugar del ha-
llazgo.
Fz. Guerra dice: «Respecto de la del último (Tullonio), convengamos en que era
nombre de una deidad ibérica, de un semidiós, de un monte, de una fuente salutífera, y
que tuvo quizás su principal santuario en la sierra de Toloño, entre el Condado de
Treviño y el Ebro. Y digamos que le rindió preferentemente culto la ciudad de Alava,
que al oriente de Vitoria se nos sale al encuentro en la via romana. Si quiso mostrarse
devotísima de aquel numen, y de él tomar su nombre, entonces la voz Tullonius deus,
vino ideológicamente como a adjetivarse, y concertar con la de oppidum, alcázar, ciu-
dadela, fortaleza, y el ópido se denominó Tullonium. Que hubo deidad llamada Tu-
llonio, consta de una lápida descubierta en Alegría, el año 1799, y publicada por nuestro
Diccionario...».
J. M. Blázquez, situando a Tullonio entre los dioses cuyo nombre es un topo-
nímico, en su obra «Religiones primitivas de Hispania», dice: «El nombre del Dios
alude simplemente a la situación geográfica del centro de su culto. El Itinerario de
Antonino cita un Tullonium».

ANGOSTINA

3.

A E M I L I V S . MA Baraibar: Ms. Angostina 1; Idem: M. I.,


13; C. Castro: C. M., 39; J. M. Corta: V. R. A.,
TERNVS.FLORI 358; Fz. Medrano: G. S., 2.
F 1 L I V 5 . AN N O
XX.H.S.E

AEMILIUS MATERNUS, FLORI FILIUS, ANNO (rum) XX, H(ic) S(itus) E(st).
Es una piedra caliza de 0,50x0,36 mts., procedente de la ermita de San Bartolomé,
donación del Obispado al Museo Incipiente, y actualmente en el Museo Arqueológico.
Dice Baraibar en su Museo Incipiente: «En la raya de Navarra, sobre una coli-
na rocosa, está la ermita de San Bartolomé, frente a una abrupta pena llamada Cividad, en
la que se encuentran enormes restos de un encintado romano. En la edificación de la
ermita se emplearon numerosas lápidas. Esta era la mesa de altar, y gracias al párroco de
Angostina Dn. Francisco Belaunzaraín, previa licencia del Obispado fue trasladada al
Instituto».
El epígrafe cae debajo de una decoración a base de arcos de medio punto. En
la primera línea, las dos últimas letras M, A, están unidas en un único nexo. Lo
mismo ocurre en la tercera línea con las letras A, N. La altura de las letras es de unos
0,045 mts. (Foto 2).

124
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

4.
A M
BATO Baraibar: Ms. Angostina 2.
AN X X V INEDITA
NDIONI
ANXXXV
C

AMBATO AN(norum) XXXV, (A)NDIONI AN(norum) XXXV, C...


La lápida se encuentra empotrada junto al contrafuerte de la pared del mediodía
de la ermita de San Bartolomé. La piedra mide 10,50 mts., y la inscripción ocupa
sólo la parte superior en una extensión de 0,36x0,38 mts. Las letras tienen una altura
de 0,05 mts.
Completarían el epígrafe en la parte superior, las siglas D M, y en la inferior el
nombre del dedicante de la lápida.

5.

M .V I B I O. Q. Baraibar: Ms. Angostina 3.


F L AVI N O AN XXII INEDITA
VIBIA
MARCELINA
FRATRIP
L M

M(arco) VIBIO Q(uirina) FLAVINO AN(norum) XXIII, VIBIA MARCELINA,


FRATRI P(osuit) L(ibens) M(erito).
Se encuentra esta lápida en la pared norte de la citada ermita. Es una piedra
de granito, colocada al revés, que mide 1x0,56 mts. La inscripción está enmarcada den-tro
de una cartela, y ocupa una extensión de 0,58x0,32 metros.
Baraibar en su manuscrito no indica la tribu, que en la lápida es perfecta-
mente visible.
La distribución de las letras es bastante irregular, pues en la segunda línea las
letras A, V, I, están casi unidas. En esa misma línea las letras A, N, de annorum,
forman un único nexo. En la tercera línea, por el contrario, las letras del nombre
de la dedicante están excesivamente separadas.
La inscripción está escrita en letra capital actuaría. (Foto 3).

125
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

6.

P R O . S A L V T E E T Baraibar: Ms. Angostina 5.


REDIT V A R OR V M C INEDITA
C ELT . S E V E R I
C AL PV RNI V S
FL A CC VS PR O C V L
F S V TEST AM E NT O
V S L M

PRO SALUTE ET REDITU AR(m)ORUM C(ustodis) CELT(i) SEVERI, CAL-


PURNIUS FLACCUS, PROCUL(i) F(ilius) S(oluto) V(oto) TESTAMENTO V(otum)
S(olvit) L(ibens) M(erito).
La lápida se encuentra en la pared norte de la citada ermita, muy deteriorada por
el roce de las aguas. Es de granito?, y mide 1,20x0,85 mts. La parte escrita ocupa una
extensión de 0,60x0,55 mts.
La interpretación dada es la indicada por Baraibar en su manuscrito.
Las letras son capitales rústicas, y ofrecen varias particularidades. En la primera
línea, el punto está encerrado dentro de la O precedente. La L, de esa misma línea, es
mucho más pequeña que las otras letras, y se encuentra inclinada. En la segunda línea,
falta la primera M de Armorum. En la tercera línea, en un único nexo, están las letras L,
T, de Celti. En la sexta línea, en la palabra TESTAMENTO, existen tres nexos: TE,
AM, NT. (Foto 1).

7.

F L AV O S . Baraibar: Ms. Angostina 4.


N I S. F I INEDITA
B A E L I S T O. VSLM

FLAVOS (Andio)NIS FI(lius), BAELISTO, V(otum) S(olvit) L(íbens) M(erito).


En la pared sur de la misma ermita. Es una piedra arenisca de 1x0,60x0,45
mts. La parte ocupada por la inscripción es de 0,45x0,26 mts. La lápida está muy
estropeada.
Se trata de un ara, dedicada a una divinidad, Baelisto, que es la única vez que
aparece entre las divinidades hispánicas.
En la grafía de la inscripción es de notar que los puntos de final de
palabra están encerrados dentro de las O precedentes.

126
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

ARAYA

8.

C A P I T O.A R Baraibar: Ms. Araya 4; Idem: M. I., 13;


NYM/ /IS J. M. Corta: V. R. A., 357; Fz. Medrano:
/ /SVIT G. S., 2.
IBENSMER
ITO

CAPITO, AR(am) NYN(ph)IS (po)SUIT (1)IBENS MERITO.


Arula de piedra arenisca que mide 0,68x0,56x0,27 mts. La inscripción está en el
fuste pero casi totalmente desvanecida por la acción de las aguas.
Dice Baraibar: «Se halló con otras tres en el «Nacedero», de donde fluye el río
Ciraunza, a 120 mts. sobre la fábrica metalúrgica de Araya. Las letras se hallan casi des-
vanecidas por la acción del agua en que estuvo sumergida la piedra.
El lugar donde se hallaban las piedras es por demás escabroso y esquivo, al pie de
una roca que se alza en vertical y desnuda sobre la límpida, fresca y copiosa
fontana...».
Blázquez en su tratado sobre las religiones primitivas, hablando de las Ninfas como
de deidades acuáticas, dice que las aras dedicadas a ellas aparecen muy frecuen-
temente en las proximidades de las fuentes termales.
Según testimonio de Baraibar en su manuscrito, el ara le fue regalada por D.
Carlos Ajuria, y después pasó al Museo Incipiente.
De las otras tres árulas encontradas, sigue diciendo Baraibar, una de 0,39x0,21x
0,15 mts., quedó en la orilla de la fuente. Otra más pequeña la guarda el Sr. Ajuria en
su palacio. Ambas tienen restos de inscripción completamente ilegibles. (Foto 4) (Ar-
chivo Municipal. Vitoria).

9.
SE Baraibar: Ms. Araya 1.
V I INEDITA
AN
H.

SE(verus) VI(talis) AN(norum) (...) H(ic) (situs) (est).


Es una piedra caliza de 0,61x0,33 mts., situada en la pared norte de la iglesia
parroquial.
La inscripción se halla enmarcada en una cartela, y junto a ella corre una
decoración a base de ramos y racimos de uva, saliendo de un jarrón.

127
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

Baraibar en su manuscrito hace la siguiente recomposición:


C.SER
VILI
A AN LV
H.S.H
Caía Servilia, annorum LV, hic sita est.
Esta interpretación no puede ser posible por las siguientes razones: La C, del pre-
nombre Caía, que Baraibar supone en la primera línea, ni existe (no se ven restos), ni
puede existir en la lápida (no hay espacio para una letra).
La segunda A que Baraibar ve en la tercera línea, no existe, y la N sucesiva se
encuentra inmediatamente junto a la primera A. Sin embargo era posible cometer este
error, pues la dicha N, tiene una marca natural de la piedra, que inclina a creer sea el
trazo de la A, en el conocido nexo AN.
Los suplementos que he dado son muy arbitrarios, dado el pequeno número de le-
tras que quedan en los renglones.
La escritura es en capitales actuarias. (Foto 5).

10.

POR . C Baraibar: Ms. Araya 2.


FI/ A C INEDITA

POR(cia), C(ai) FI(li)A, C(aia)...


Es una piedra caliza empotrada en la pared oriental de la iglesia parroquial, cuyas
medidas son 0,33x0,41 mts.
Los suplementos son los dados por Baraibar en su manuscrito, que la considera
como una inscripción «a se». Me inclino a creer que este fragmento forma, con el nú-
mero 11, una misma inscripción a la que faltan varias líneas que hacen imposible su
recomposición. Me apoyo para ello en la forma de las letras, que es idéntica en ambos
casos, en la repetición del nombre Caius, en los dos fragmentos, y en que la decoración
que rodea la cartela, es la misma.
En el caso presente, sobre la inscripción hay un disco radiado, y a la izquierda de
la cartela restos de una hoja y un tallo.

11.

ANXX Baraibar: Ms. Araya 3.


FILIVS INEDITA
CA
E AN L X
H

Es una piedra caliza empotrada en la pared oriental de la iglesia parro-

128
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

quial, cuyas medidas son 0,33x0,32 mts. Su recomposición, dados los pocos elementos que
permanecen, es muy difícil.
La decoración de este fragmento de inscripción fúnebre, consiste en un jarrón del
que arranca un tallo, situado a la parte izquierda de la cartela, como en el caso anterior.
Prestamero conoció estas lápidas, pues en su Camino Romano dice: «En la iglesia
de Araya, que también está no muy lejos de Albéniz, hay otras cuatro piedras con otros
tantos fragmentos de inscripciones romanas tan maltratadas que no se puede de ningún
modo comprender su sentido».
En realidad se trata de los fragmentos 9, 10 y 11, pues el cuarto fragmento que
persiste en la iglesia, es anepigráfico.

ARCENIEGA

12.

S A N D A O V I MV D. G. . A., II, 94; Ceán, S. A. R., 165;


Hübner: C. I. L., 2920; G. P. V. N. A.,
M B V R O. S A ND S
358; Baraibar: Ms. Arceniega 1; J. M.
A R . P . S. R . Corta: V. R. A., 358.

SANDAO VIMUMBURO SAND(u)S AR(am) P(osuit) S(ua) R(e).


Se trata de un ara que medía 1,51x0,59 mts.
Dice el Diccionario de la Academia: «A un cuarto y medio de legua de la Villa de
Arceniega, en los pasos que llaman de Gordéliz, se descubrieron en el año 1787 varios
sepulcros de piedra con osamentas, entre ellos una lápida que se tiene por ara, de seis
cuartas y media de alto por tres de ancho con la inscripción siguiente...».
Por el facsímil que se incluye en el manuscrito Baraibar, y que coincide con el
dibujo publicado por el Diccionario, se puede apreciar que en la primera línea, junto a
la última letra, aparece un signo que muy bien pudiera ser el de un astro. En la misma
primera línea, la M y la V finales, están unidas en un único nexo. Lo mismo ocurre en
la segunda línea con la N y la D.
Baraibar es de la opinión que el ara estaba dedicada a una divinidad acuática de
alguna fuente termal.

129
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

ARMENTIA

13.

M Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 104; Ceán:


T I.O S. A. R., 166; Hübner: C. I. L., 2938; Fita:
.T I O Epigrafía Romana, 62; Baraibar: Epigrafía ar-
LXXXV mentiense, BRAH, XLIX, 244; Idem: Ms.
E I .A . Armentia 1; G. P. V. N. A., 336; J. M. Corta,
M A.R I.T O V. R. A., 349.
S .S I M O
C

+ (diis) M(anibus), (Domi)TIO (At)TIO (annorum) LXXXV, (Pomp)EIA (uxor)


MARITO (pienti)SSIMO (faciendum) C(uravit).
+ (diis) M(anibus), (Tito) (Domi)TIO (Luta)TIO (arinorum) LXXXV (Apul)EIA
(uxor) MARITO (pienti)SSIMO, (faciendum) C(uravit).
Los suplementos +, son los puestos por Hübner y aceptados por Fita y la mayor
parte de los autores.
Los suplementos + +, son los puestos por Prestamero, y aceptados por Ceán.
En la nota y copia de Prestamero, que se lee en el manuscrito Baraibar, vemos:
«Fragmento de inscripción romana en las ruinas de la iglesia de Armentia, en la huerta,
alta tres y medio palmos, ancha, uno y medio. Es sepulcro de persona gentil; pero antes
de ésta debió haber otra piedra en que estuviera la mitad de la inscripción. En el ángulo
superior otra estrella en correspondencia de la presente. Bajo de ella una D, que co-
rrespondería a la M de ésta, que es la fórmula Diis Manibus».
Baraibar dice que la existencia de este epígrafe juntamente con los restos de la cal-
zada romana que a finales del siglo XVIII podían todavía apreciarse en las inme-
diaciones de Armentia, prueban que por el citado pueblo o muy cerca de él, pasaba la
calzada romana de Burdeos a Astorga, y que sea tal vez en Armentia o en sus inme-
diaciones donde haya que buscar la mansión de «Suissatium» que Ptolomeo (I. 2, c. 6,
64), coloca en la tierra de los caristos.
En el dibujo se aprecia una estrella en la parte superior, como observa Prestamero,
y una excesiva interpunción triangular entre las letras e incluso entre las sílabas de una
misma palabra.
De la C de la última línea, se conserva sólo la mitad.

130
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

ASA (Laguardia)

14.

V R E L I AE.B O V T I Baraibar: BRAH, XIV, 69; Idem: M. I., 15;


Castro: C. M. 41; G. P. V. N. A., 668; J. M.
F L A C C I.A T E S V
Corta: V. R. A., 360; Fz. Medrano: G. S., 3.
C L O .F.A N X X X
S.P.A

(A)URELIAE BOUTI(ae), FLACCI ATESUCLO F(ilia), AN(norum) XXX (hic


sita est). (Flaccu)S PA(ter) (hoc monumentum faciendum curavit).
«Piedra caliza de 0,75x0,56 mts. En su cabecera en una extensión de 0,45 mts., se
observan vestigios de dos sencillas grecas, entre las cuales, rebajada a cincel, acaso se
gravaron las siglas D. M». Es la opinión que nos da Baraibar, que fue quien puso los
suplementos.
La lápida fue hallada en la llamada Casa del Monte, construída a expensas de la
ermita desaparecida de Nuestra Señora, en el despoblado de Asa, próximo a Laguardia.
El cuarto renglón fue recompuesto por Baraibar a base de los restos de letras sal-
tadas que aún quedaban, y teniendo presente fórmulas usuales en esta clase de
monumentos.
Según Fita (Museo Espanol de Antigüedades), y J. Costa (Introducción a un tra-
tado de política), el cognomem Boutia, es un vocablo céltico cuya traducción latina
podría ser Victoria.
Baraibar opina que el cognomen de Flacco es nuevo en nuestra epigrafía, y
compone una complicada teoría para explicar su formación. Fita, en nota al artículo de
Baraibar, dice que Atesuclo es un determinativo de patria, tribu o gente, de donde se
puede derivar la forma Atesuclonensis que es la normal.
Hübner, en carta escrita a Baraibar y fechada en Berlín en 5 de diciembre 1888,
supone que Atesuclo es la forma peregrina del nombre étnico Attesuclon.
Del examen de la fotografía se puede concluir la existencia de una decoración a
base de pequeños discos radiados, y de ramos entrecruzados. La escritura, en capital
cuadrada, presenta algunos nexos, y una puntuación triangular. La lápida ha desa-
parecido. (Foto 7) (Archivo Municipal de Vitoria).

131
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

15.

T.S E M P R O N I O T I T V L L O Risco: España Sagrada, XXXIII,


ANLAEMILIAE TITVLLAE 54; D. G. H. A., I, 123; Hübner: C.
AN XXX CSEMPRONIV. I. L., 2923; J. M. Corta: V. R. A.,
A E M I L I A N V S ET P O M P E I 360.
MATERNA NVRVSET
SEMPRONIVS TITVLLV
NEPOS.D.F.C.

T(ito) SEMPRONIO TITULLO,AN(norum) L,AEMILIAE TITULLAE AN (no-


rum)XXX,C(aius) SEMPRONIU(s) AEMILIANUS,ET POMPEI(a) MATERNA
NURUS ET SEMPRONIUS TITULLU(s) NEPOS D(e) (sua) F(aciendi) C(uraverunt).
Esta inscripción se encontraba en la ermita de Nuestra Señora de Asa, en el arco
de piedra ante el altar. Al construir la Casa del Monte fue sepultada en sus cimientos.
Dice el Diccionario de la Academia: «A excepción que la primera letra no es P, -
como
se dice en la España Sagrada-, porque se conocería su caxa como en la P de Sempronio,
más probable parece que fuese T, cuya línea transversal cortaron al hacer un chaflán en
la esquina de piedra del arco, porque sus renglones se hallan inversos, y es necesario
leerlos de alto abaxo, no habiendo cuidado los artífices sino de aprovechar su largura.
Tampoco puede ser G, la que en el tercer renglón antecede a Sempronius, sino C, como
en otras muchas inscripciones de la misma clase...».

BAÑOS DE EBRO

16.

D M A. Llanos: Una Necrópolis romana en la Rioja.


CARISIMOFILIOVR Estudios de A. Alavesa 1, 161.
SICENVSASEYVCLO
INANNISXXMEMO
RIA POST

D(iis) M(anibus), CARISIMO FILIO URSICENUS ASEYUCLO IN ANNIS XX


MEMORIA POS(ui)T.
Piedra arenisca de 0,68x0,57 mts., empotrada en la bodega de D. Roberto Blanco,
en el citado pueblo. Apareció, al horadar el suelo, juntamente con otras dos lápidas
ahora perdidas.

132
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

La parte dedicada está dividida en dos rectángulos; en el superior están represen-


tadas dos figuras humanas en forma estilizada, una de las cuales lleva cogido de la
mano un animal cuadrúpedo. Debajo de las figuras va la invocación D M.
En el segundo recuadro se halla la dedicatoria. La grafía es muy vulgar, a base de
capitales rústica de bajo período. Aún cuando la dedicatoria está en dativo, el nombre
de la persona a la que está dedicada la lápida va en nominativo, pues caso de que Ursi-
cenus fuera el padre de Aseyuclo, tendría que ir acompanado del calificativo «pater», y
colocado después del nombre del dedicado.
La existencia de una sola S en la palabra «carissimo», de una Y en el nombre del
dedícante, y la construcción gramatical, corroboran la tarda época, señalada ya por la
grafía.
La parte superior de la lápida está rematada por un frontis con líneas en ángulos
paralelos, y semicírculos concéntricos en sus costados, grabados sobre el remate. (Foto
6) (Archivo A. Llanos).

CABRIANA

17.

D. M. Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 189; Hübner:


PEDEROS C. I. L., 2925; Fita: Estudios Históricos, 91;
S I T.T I B I.T.L. Baraibar: Ms. Cabriana I; J. M. Corta: V. R.
R E C E P T V S.FIL A., 330.
H.M.F.C

D(iis) M(anibus), PEDEROS SIT TIBI T(erra) L(evis), RECEPTUS


FIL(ius), H(oc) M(onumentum) F(aciendum) C(uravit).
La lápida se encontraba empotrada en la pared de una ermita ya arruinada a finales
del siglo XVIII. Prestamero es quien da la noticia y la interpretación de la misma.
Hübner lee en la quinta línea: H(eres) M(onumentum)...». Sin embargo Fita acepta
la lectura dada por Prestamero, por ser fórmula más frecuente en esta clase de mo-
numentos.
Por el dibujo se aprecia que la puntuación de esta lápida era a base de hojas de
hiedra.

133
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

18.
Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 189;
IMP.CAES
Hübner: C. I. L., 4902; Baraibar: Ms. Ca-
F L . V A L.C O N briana 2; J. M. Corta: V. R. A., 330.
STANTINO
P.F.INVIC
TO.AVG

IMP(eratori) CAES(ari) FL(avio) VAL(erio) CONSTANTINO P(io) F(elici) IN-


VICTO AUG(usto).
Dice Prestamero: «Es una columna de piedra que tal vez sirvió a alguna estatua que
se dedicó al Emperador Constantino Magno».
Hübner y Coello colocan esta inscripción entre los miliarios de nuestra provincia.
De los títulos que en la lápida acompanan al Emperador Constantino el Grande
(306-337), se puede decir que la inscripción fue realizada alrededor del año 307, fecha
en que recibió el título de Augusto.

19.
Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 189;
V VARNAE Hübner: C. I. L., 2924; Baraibar: Ms. Ca-
PRO SALVTE briana 3; J. M. Corta: V. R. A., 330.
ESTITERI F
ARS TIGNO
VM ANTO
VS ILA VOS
NE VIENSI
V

UVARNAE PRO SALUTE ESTITERI FABRI TIGNO(r)UM, ANTO(ni)US


FLAVOS NEVIENSI(s) V(otum) (solvit) (libens) (merito).
Dice Prestamero: «Es una Ara cuya figura conserva la piedra con un voto a cierta
divinidad que no se expresa de Vidia, Criada (V VARNAE) por la salud de Nestiterio o
Nestiteria. El V VARNAE está a la parte superior del ara bien conservada, pero tan mal
tratadas las demás letras, a pedradas por los muchachos, que apenas se pueden leer».
La lápida se hallaba empotrada en la pared de una huerta propiedad de D. Sancho
Encío, vecino de Miranda, pero según noticia de D. Ignacio Encío, a D. Federico Ba-
raibar, la piedra desapareció en tiempos de la guerra de la Independencia.
Hübner copia la lápida de Prestamero, y dice: «Uvarnae parece que es nombre de
diosa».
Baraibar, de quien son los suplementos citados, dice en su manuscrito,

134
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

que Urvarna designaría a alguna diosa acuática, moradora de alguna fuente vecina, o del
Ebro, muy próximo a Cabriana, y hace derivar este mismo nombre de Cabriana, de la
raíz Ca-bar (puente). Dice además que Uvarna en vascuence significa profundidad del
río, compuesto a base de Ur, agua, y barna, interior.
Ars tignorum no lo interpreta Hübner. Tignam, dice Baraibar, es viga, y faber tig-
narius es carpintero. Lo muy maltratado de las letras autoriza a aventurar que ARS era
FABRI, para lo cual basta suponer enlazadas la R, y la I, y saltado el trazo vertical de
este nexo, resultando a modo de una S defectuosamente trazada.
Prestamero interpreta Vienensis por Vibiensis, creyendo que este adjetivo se re-
fiere a una deidad no nombrada, y objeto de veneración en Vibia. Pero hay que tener en
cuenta, sigue diciendo Baraibar, que los Vibienses mencionados por Plinio, pertenecen
al Conventus Caesaraugustanus.

20.

NYNPH J. M. de Barandiarán: Euzko-Folklore, dic.


BONIS 1925; J. M. Corta: V. R. A., 331.
ET LOCOS

NYNPH(is) BONIS ET LOCOS.


Dice Barandiarán: «Al abrir los cimientos de una presa junto al río Ebro, en tér-
mino de Cabriana, cerca de Miranda de Ebro, fue hallada un árula de piedra arenisca de
forma rectangular, de 0,64 mts. de altura, dedicada a las Ninfas y Lugares, según nos lo
da a conocer la inscripción que tiene en una de sus caras».
Es de advertir que las lápidas votivas van generalmente puestas en dativo, y caso
menos frecuente en genitivo con el epíteto Sacrum. Sin embargo, la segunda divinidad a
la que está dedicada esta árula, a los Lugares, no observa esta regla, caso extrañísimo,
sino que va en acusativo, sin concordar con el sustantivo anterior.
La lápida fue trasladada al palacio de D. Serafín Ajuria, en Vitoria, y hoy se en-
cuentra en la casa de los Sres. de Ajuria, en Araya.

CONTRASTA

21.

MINICIVS FLORVS D. G. H. A., I, 214; Hübner: C. I. L., 2955;


AN L X X H E S M D Baraibar: Ms. Contrasta 1.
A N I C A F L O RI ANCILLA
XV HES M.D

MINICIUS FLORUS AN(norum) LXX H(ic) E(st) S(itus), M(anibus)

135
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

D(iis), ANICA FLORI ANCILLA, (annorum) XV, H(ic) E(st) S(ita), M(anibus) D(iis).
Es una lápida de 0,680,42 mts., empotrada en el ábside de la ermita de Ntra. Sra. de
Elizmendi.
Está decorada con un gran disco radiado, de unos 25 cmts. de diámetro, colocado
sobre una pequena cartela, y rodeado de otros dos discos más pequeños y profundos, a
modo de pateras. En torno a la inscripción existía una decoración floreal, a base de sar-
mientos y racimos de uva, de la que ya no quedan sino ligeros restos.
Baraibar corrige el nombre de Minicius en Anicius. Hübner, lee las dos últimas le-tras
de la segunda línea, unidas a las cinco primeras de la tercera línea, en la forma ME-
DANICA, suponiendo que es este el nombre de la esclava de Minicius. La M, y la D, de la
cuarta línea, las interpreta como las iniciales de «mensium», y «dierum». (Foto 8).

22.

AMBATA D. G. H. A., I, 214; Hübner: C. I. L.,


A PPAE F 2950; Baraibar: Ms. Contrasta 2.
A N L HSE

AMBATA, APPAE F(ilia), AN(norum) L, H(ic) S(ita) E(st).


Piedra de granito de 0,92x0,56 mts., situada en la pared oeste de la ermita de Ntra.
Sra. de Elizmendi.
La inscripción ocupa el tercio inferior, y se halla separada del resto de la lápida por
una sencilla raya. La decoración que ocupa los otros dos tercios, consiste en cinco discos
puestos en sotuer. El central, que es mucho mayor que los otros, está radiado, lo mismo
que los dos que ocupan la parte superior, mientras que los otros dos que corresponden a la
parte inferior, están simplemente vaciados.

23.

ARAICA AR D. G. H. A., I, 215; Hübner: C. I. L.,


A I FAN XLV H 2952; Baraibar: Ms. Contrasta 3.
S E

ARAICA ARAI F(ilia) AN(norum) XLV H(ic) S(ita) E(st).


Se trata de una piedra caliza de 0,47x0,52 mts., situada en la pared oeste de la misma
ermita. La altura de las letras es de 0,06 mts., y la inscripción ocupa solamente la parte
superior de la lápida.
Baraibar hace notar que los nombres de este epígrafe parecen genuinamente eúskaros

136
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

y son abundantes en la toponimia vasconavarra: Araya, Araico (Condado de Treviño)...


(Foto 9).

24.

AMBAIVS D. G. H. A., I, 214; Hübner: C. I. L.,


SIIRMIIF 2951: Baraibar: Ms. Contrasta 4.
A N LXXX H S

AMBAIUS SERME F(ilius) AN(norum) LXXX H(ic) S(itus) (est).


Es una piedra caliza cuyas medidas son 0,97x0,32 mts. La inscripción ocupa la
parte superior de la lápida, comenzando muy cerca del margen izquierdo. Junto al mar-
gen derecho la piedra está totalmente golpeada, pero dada la posición de las letras supon-
go que las dos primeras líneas eran mucho más largas de lo que ahora se presentan.
La interpretación indicada es la dada por Hübner, pues Baraibar es de otra opi-nión.
Opina que esta lectura ofrece dificultades, sobre todo en la palabra SERME, y que él con
una atenta lectura de la lápida pudo concluir que el nombre del padre de Ambato, es
SIIRIINI, en el que la eta II, griega, sustituye a la normal E, caso éste muy frecuente en
epigrafía, y que encontramos repetidas veces en lápidas alavesas. Según él, la lectura
correcta sería: AMBAIUS, SERENI filius...
La existencia en Iruña de un epígrafe dedicado a Licinio SERENO, apoya la tesis
de Baraibar, al indicar que este nombre se repite en nuestra epigrafía.
Dado el pésimo estado en que se encuentra la inscripción, a la que faltan varias le-
tras, es imposible dar un juicio de estas opiniones. (Foto 10).

25.
D. G. H. A., I, 215; Hübner: C. I. L.,
VRAESAMV 2957; Baraibar: Ms. Contrasta 5.
C ANT A B I F.
AN L H S E

URAESAMU(s), CANTABRI F(ilius) AN(norum) L H(ic)S(itus)E(st). Piedra ca-


liza situada en la pared oeste de la ermita. Mide 0,58x0,45 mts., y la altura de las letras es
de 0,06 mts.
La inscripción ocupa solamente la mitad de la lápida, y las líneas están separadas
por ligeras incisiones.
Uraesamus tal vez sea Turaesamus, como se puede leer en una lápida de Iruña. En

137
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

otra inscripción de la misma localidad aparece el nombre Cantabro, que en Contrasta


se repite en otra lápida.
Las letras ANT, de la segunda línea, forman un único nexo. (Foto 11).

26.

CANTABRI D. G. H. A., I, 215; Hübner: C. I. L.,


/T R I T A I F I X 2953; Baraibar: Ms. Contrasta 6.
M HSE

CANTABRI, TRITAI F(ilio) IX M(ensium) H(ic) S(itus) E(st).


Piedra de granito de 0,46x0,40 mts., situada en la pared oeste de la misma ermita. La
altura de las letras es de 0,08 mts. Bajo la inscripción, muy deteriorada, se halla un cre-
ciente lunar.
El Diccionario de la Academia y Hübner, traen la inscripción con la siguiente inter-
pretación: «Cantabri, Tritai filius, mortuus, hic situs est», y dicen que la cifra IX está du-
dosa en la lápida.
Baraibar, que es quien hace la interpretación propuesta, dice que esa misma cifra está
clara en la piedra, como en verdad es, y que indica la tierna edad en que murió el niño
Cantabro. El ir su nombre en genitivo no obsta para interpretar que él es el sepultado.
(Foto 14).

27.

CARICVS CARI D. G. H. A., I, 215; Hübner: C. I. L.,


F.M.AN.X L.H.S.E.S.T.T.L. 2954; Baraibar: Ms. Contrasta 7.

CARICUS CARI F(ilíus) M(ortuus) AN(norum) XL, H(ic) S(itus) E(st), T(ibi) T(erra)
L(evis).
Piedra arenisca de 0,45x0,42 mts., situada en la pared oeste de la misma ermita. La
inscripción ocupa la parte superior de la lápida, y toda ella se halla muy maltratada por el
humo y el fuego.
Todos los que han hablado de esta inscripción, silencian la segunda letra, M, de la
segunda línea, que está suficientemente clara y que creo indica «mortuus», aunque no sea
un caso muy frecuente. La última letra de esta misma línea, actualmente ha desaparecido.
(Foto 13).

138
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

28.

SEGONTIVS D. G. H. A., I, 215; Hübner: C. I. L.,


AMBATIVE 2956; Baraibar: Ms. Contrasta 8.
C T I F AN X X X
H I C ES

SEGONTIUS, AMBATI VECTI F(ilius), AN(norum) XXX, HIC E(st)S(itus).


Sillar de 1,03x0,55 mts., situado en la pared oeste de la misma ermita. Sobre el
epígrafe hay un disco radiado, como en la lápida dedicada a Minicio Floro, sobre un
creciente lunar y flanqueado por cuatro pequeñas concavidades circulares.
La lápida se halla casi completamente borrada.

29.

M CANDIDI Baraibar: Ms. Contrasta 9.


ANVSDSLI INEDITA
V F S O / AN
LX

M(arcus) CANDIDIANUS, D(e) S(ua) LI(benter) V(ivus) S(ibi) F(ecit), O(biit)


AN(norum) LX...
Es un sillar de 0,78x0,47 mts., situado en el mismo lugar que las anteriores. La
inscripción está encerrada en un recuadro, en torno al cual corre una greca compuesta de
hojas y racimos de uva. Sobre el epígrafe hay dos figuras humanas toscamente la-bradas,
y debajo de él, un gran espacio libre del que han desaparecido las letras que hubiera.
Esto unido a las fórmulas empleadas, indica que la lápida estaba dedicada a dos
personas.
En esta clase de inscripciones, si alguno de los personajes a quienes se dedica era
viviente, acompana generalmente su nombre la abreviación V S F, y los nombres del
difunto están señalados con la sigla O, que ha de interpretarse «obítus» u «obiit». En el
caso presente, entre la O, y la A de la tercera línea, existe un signo que no logro inter-
pretar, pero que creo es simplemente decorativo.
Baraibar da la siguiente interpretación: «Marcus Candidianus de suo libenter
faciendum curavit». Sin embargo, todavía hoy son visibles otras muchas letras que él no
señala.
La lápida se halla muy maltratada, y las letras muy borrosas. (Foto 12).

139
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

30.

IA Baraibar: Ms. Contrasta 10.


A INEDITA
V HS
M

Piedra sillar colocada sobre la puerta de entrada de la ermita de Elizmendi. Forma


la mitad de una lápida partida verticalmente. Sus medidas son 1,50x0,40 mts.
Conserva en su parte derecha una greca de follaje, que rodea la cartela que con-
tiene la inscripción. En la parte superior de la lápida hay restos de un disco radiado,
como en la de Minitius Florus.
En la tercera línea se conserva parte de la edad del difunto, y las siglas H, S, (hic
situs).

31.

FANLXX Baraibar: Ms. Contrasta 11.


HSE T INEDITA

...F(ilius), AN(norum) LXX H(ic) S(itus) E(st) (sit) T(ibi) (terra) (levis). Piedra de
granito que mide 0,52x0,32 mts., situada en la pared norte de la ermita, junto al suelo.
Se trata del final de un epitafio fúnebre, que ocupa la parte superior de la lápida.

32.

N Baraibar: Ms. Contrasta 12.


ANE INEDITA

Fragmento de epígrafe situado en la pared sur de la ermita. Por la forma de las


letras, de la distancia entre las mismas, y del rayado de las líneas, forma parte del mis-
mo epígrafe que el número 33.

33.

VS A Baraibar: Ms. Contrasta 13.


H INEDITA

Fragmento de 0,20x0,35 mts., situado en el mismo lugar que el anterior. Es el fi-


nal de un nombre, el comienzo de la edad, y la H de la fórmula «situs est hic».

140
ENSAYO TOPOGRAFICO DEEPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

EGUILAZ

34.

AMBA Fz. de Navarrete: Ms. 1854, R. A. H.;


VS PLEN Hübner: C. I. L., 2948; Baraibar: Ms.
DI FFANN Eguílaz I.
XXX
H S E

AMBA(t)US PLENDI FF(ilius) ANN(orum) XXX,H(ic) S(itus) E(st).


Esta lápida la recibió D. Martín Fernández de Navarrete de su sobrino D. Diego
Arriola, y dio cuenta de ella a la Academia de la Historia. De su manuscrito 1854 la to-
mó Hübner.
Ambatus, nombre que con tanta frecuencia se da en las lápidas alavesas, es el
correspondiente celtibérico del latín Noble.
Hübner dice que Plendo se puede comparar al designativo de los Pelendones
(Ptolomeo 2, 6, 54).
La lápida ha desaparecido.

35.

CIRAS Fz. de Navarrete: Ms. 1854, R. A. H.;


EGO Hübner: C. I. L., 2949; Baraibar: Ms.
ITIFA Eguílaz 2.
XXX
SE

CIRAS EGOITI F(ilius) A(nnorum) XXX (hic) S(itus) E(st).


Dice Baraibar a propósito de este epígrafe: «Giras y Egoiti no se hallan en otras
lápidas. La interpretación de este epígrafe ofrece muchas dudas, imposibles de aclarar
por nuevo estudio de la lápida original, que ha desaparecido».
«Si la forma en que el Ms. de Navarrete transcribe se ajusta al original, acaso pu-
diera suplirse en esta forma más acomodada a la lengua latina:
CIRAS
(a)E G O(n)
(t)I TIF A
XXX
(h) S E
Liras Aegon, Titi filius, annorum XXX, hic situs est.

141
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

FORONDA

36.

EXVPERIVS MATERNE J. M. de Barandiarán: Euzko-Folklore, dic.


C O I V G I C A R I S S I ME 1925; J. M. Corta: V. R. A., 347.
PM ETSIBI ET FI MA
TERNIANO ANXXX ET
F I L I E CARISSIME

EXUPERIUS MATERNE CO(n)IUGI CARISSIME P(osuit) M(onumentum) ET


SIBI ET FI(lio) MATERNIANO ET FILIE CARISSIME.
Dice Barandiarán a propósito de esta lápida: «La descubrieron los vecinos de
Foronda al abrir una zanja junto a la iglesia parroquial. Informado por un amigo acerca
del hallazgo de la lápida fuí a verla y conseguí trasladarla a Vitoria. Hoy se halla en el
Museo que la Sociedad de Estudios Vascos posee en esta ciudad. En una de las caras
tiene la siguiente inscripción...».
De esta lápida, actualmente desaparecida, no he podido recoger ninguna otra
noticia, y dado que los dos autores que la citan no dan ninguna descripción de la
misma, y se limitan a dar el contenido de ella sólo en modo linear, la distribución de
líneas, y de palabras por línea tal como va indicada, es totalmente arbitraria.

GOMECHA

37.

AN LV Baraibar: Ms. Gomecha 1.


HSE INEDITA

AN(norum) LV,H(ic) S(itus) E(st).


Dice Baraibar: «En el pueblo de Gomecha, casa número 6, antes ermita de San-
tiago, formando parte de las dovelas del arco inutilizado sobre la puerta de entrada,
abierta al mediodía, piedra de 0,50x0,33 mts., en la cual se conservan estas letras...».
No he podido recoger ninguna otra noticia relativa a este fragmento de inscrip-
ción fúnebre, que en todo caso parece haber desaparecido.

142
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

IBARGUREN

38.

AN N I C I V S Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 366;


BVRRVS Hübner: C. I. L., 2941; Baraibar: Ms.
VRRINI Ibarguren 1; J. M. Corta: V. R. A., 355.
ANLXXV
S E

ANNICIUS (Re)BURRUS,(Re)BURRINI (filius) AN(norum) LXXV, (hic)


S(itus) E(est).
Piedra sillar de granito de 0,86x0,35 mts., que servía de esquinal en el pórtico de
la iglesia parroquial de Ibarguren.
La decoración que adorna el epígrafe es muy parecida a la de las lápidas de Con-
trasta. Sobre la cartela hay restos de un disco radiado. Haciendo de bordura a la
inscripción, en su parte derecha, un jarrón del que arranca un ramo de hojas y racimos
de vid.
En la primera y en la cuarta líneala A, y la N, están unidas en un único nexo.
La lápida se encuentra actualmente en el Museo Arqueológico.
(Foto 15).

ILARDUYA
39.

IMPER AV
Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 313;
L O.V A L E R I O Hübner: C. I. L., 4903; Baraibar: Ms.
CONSTANTI Ilárduya 1; J. M. Corta: V. R. A., 356.
O.P I O.F E L I C
I.I N V I C T O
AVGVS
TO

IMPER(atori) AULO VALERIO CONSTANTIO PIO FELICI INVICTO AU-


GUSTO.
Piedra de granito de 1,05x0,27 mts., situada en la pared este de la ermita de Ntra.
Sra. de Arzanegui, y no en la pared oeste como pretende Prestamero.
El mismo Prestamero observa que Aulo es un apelativo nuevo del Emperador
Constancio Cloro.

143
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

Teniendo en cuenta que Constancio Cloro reinó desde el 292 hasta el 25 de Julio
del 306, este epígrafe fue colocado entre principios de Mayo del 305, en que asume el
título de Augusto, y julio del 306.
Hübner opina que la lápida se ha de leer:
IMP. (Caes) (Fl)AV
IO VALERIO
....................
Prestamero hace notar el detalle de que la principal calzada romana de Alava tenga
a su entrada una inscripción dedicada a Constancio Cloro, y a su salida, en Cabriana,
otra dedicada a su Hijo Constantino Magno. (Foto 16).

40.

ABLON Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 373; Hübner:


IVS L I C I C. I. L., 2940; Baraibar: Ms. Ilárduya 2; J. M.
RAII SIIRV
SAN LXX
H S E

ABLONIUS LICIRAE SERVUS AN(norum) LXX H(ic)S(it:us)E(st).


Prestamero dice que esta inscripción se encontraba en una ventana de la ermita de
Ntra. Sra. de Arzanegui, sin añadir más detalles.
En el dibujo se observa que en la tercera línea, la letra E, ha sido sustituída por la
eta (H) griega, caso frecuente en las lápidas hispano latinas.
Hübner piensa que en la segunda y tercera línea deba leerse «Liciniae», en vez de
«Licirae».
Baraibar dice en nota puesta a su manuscrito en 13 de Agosto de 1901, que la
lápida ha desaparecido al reformarse la ventana.

41.

AVNIA ARA Baraibar: Ms. Ilárduya 3.


A N XII HSE INEDITA

AUNIA ARA AN(norum) XII,H(ic) S(ita) E(st).


Piedra caliza blanca situada en la pared norte, junto al suelo, de la citada ermita.
Sus medidas son 0,93x0,46 mts. La faja ocupada por las letras mide 0,14 mts. de ancho.
Fue descubierta por Baraibar en 13 de Agosto de 1901. Dice de ella: «Las únicas
letras dudosas son las intermedias entre la V y la A final de AUNIA. Por los restos que
de ellas persisten, y por el trecho que ocupan conjeturo que puede suplirse NI».

144
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

«La lectura conjetural se autoriza por el Aunia de las inscripciones 146, 820, 833...
del Corpus».

IRCIO

42.

P CA VI Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 220;


CASSI PM Hübner: C. I. L., 4919; Baraibar: Ms.
FINI PIII Ircio 1; J. M. Corta: V. R. A., 352.
MO III

(Im)P(eratori) CA(esari) (Marco) CASSI(ano) (Lat)INIO (Postu)MO (Pio) (Felici)


(In)VI(cto) (Augusto) (Ge)RM(anico) (Maximo) (Pontifici) (Maximo) (Tribunitia)
P(otestate) III,(Consule)III...
La piedra estuvo situada en la jamba de la puerta de entrada de la casa de la fa-
milia Sabando en Ircio. Medía 0,80x0,30 mts.
La presento en la forma en que lo hacen generalmente otros autores, y que tiene su
explicación en lo que dice Prestamero en su Camino Romano: «En 1871, José de
Urbina, vecino de Ircio, sacó de un vado del Ebro, cerca de Arce una piedra en forma de
columna de dos varas de alta y media de ancha, y la puso en la puerta de una casa
nueva, cortándola por medio. La inscripción maltratada por los canteros que asentaron la
piedra dice así... Parece una columna miliaria en la que tal vez se señala la parte del
camino que reparó o hizo de nuevo Plinio Cassio, hijo de Cassio».
Hübner, discrepando en algunos puntos de la transcripción de Prestamero, y te-
niendo en cuenta la n.º 4943, dedicada en Guadix al emperador Póstumo, la recompone
del modo siguiente:

Hübner: P. CA Prestamero: P CA
CASSI CASSI
TINI FINI
MO MO
VI VI
M RM
I PIII
III III

Corrige por tanto a Prestamero y al Diccionario en la tercera línea, en la que dice


no aparece FINI, sino TINI, y en la sexta línea en la que no se trata de PM, sino de RM.
Hübner partiendo del supuesto de que esta miliaria se halló en Quintanilla,
dice que ha de atribuirse al Camino de Virovesca a Caesaraugusta, pero Baraibar
dice que

145
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

habiendo sido descubierta en Arce, como en realidad lo fue, ha de referirse, con bas-
tante probabilidad, a la mansión de Deóbriga, que tal vez haya que identificar con Arce.
La inscripción se hizo con toda probabilidad el año 260.

IRUÑA

43.

EGNATIVS TER Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 384;


F VITALIS Hübner: C. I. L., 2932; Baraibar: Ms.
AN LXV Iruña 1; G. P. V. N. A., 448; J. M. Cor-
ta: V. R. A., 338.

EGNATIUS TER(entii) F(ilius) VITALIS AN(norum)LXV.


Prestamero dice que estaba en una ventana de la Casa del Priorato (1), y que en la
parte superior de la inscripción había una serie de arquitos esculpidos.
Dice también que se lee sólo la mitad superior de la tercera línea, y él mismo suple
la cuarta línea con las siglas H S E, (hic situs est), propia de esta clase de inscrip-ciones
fúnebres.

44.

ET SIBI Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 384;


ET CO Hübner: C. I. L., 2937; Baraibar: Ms. Iruña
SVAE 2; Idem: Discurso, 20; J. M. Corta: V.
R. A., 339.

ET SIBI ET CO(niugi) SUAE.


Fragmento de una inscripción fúnebre, empotrado en la pared de la Casa del Prio-
rato, debajo de la ventana donde estaba la anterior.
Dice Baraibar: «En el manuscrito copia del de Prestamero, del cual me he servido
para estos datos, las letras transcriptas están encerradas en una cartela formada por una
moldura a modo de bocel, y llevan a la izquierda, toscamente representada, una cabeza
de mujer».

(1) En las ruinas de Iruña se estableció en la Edad Media un Priorato de la Orden


Soverana y Militar de San Juan de Malta. El edificio estaba defendido por las antiguas
murallas romanas restauradas. El Priorato era conocido con el nombre de «Irunya». A esto
se refieren los autores cuando hablan de la «Casa del Priorato».

146
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

45.
Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 384;
MVNATIV
Húbner: C. I. L., 2935; G. P. V. N. A., 448;
S.FVSCVS Baraibar: Ms. Iruña 3; Idem: Discurso, 20; J.
AMBAICI M. Corta: V. R. A., 339.
F.AN.LXXV
HIC.S.EST

MUNATIUS FUSCUS, AMBAICI F(ilius) AN(norum) LXXV, HIC S(itus) EST.


Según Prestamero la inscripción se encontraba en una esquina de la ermita de
Donela, a diez pasos de la iglesia del Priorato.
Dice Baraibar: «La inscripción estaba encerrada en una cartela formada por dos
boceles. En la parte superior tenía un círculo con una estrella, formada llevando seis
veces el diámetro de la circunferencia al centro. Las dos XX de la edad del difunto,
enlazadas en una, sirviendo un solo brazo para las dos. Los puntos son triangulares».
Los nombres y el cognomen que aparecen en esta lápida, se repiten con mucha
frecuencia en los epígrafes alaveses.

46.

IVS.VET Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 384;


IVS.VE Hübner: C. I. L., 2927; Baraibar: Ms. Iruña 4;
VS Idem: Discurso, 20; J. M. Corta: V. R. A., 339.
C.F
H.S.E

(Ca)IUS VET(i1)IUS VE(tti)US,C(aii) F(ilius) H(ic) S(itus) E(st).


Situada en la misma ermita y debajo de la anterior.
En el Diccionario de la Academia, aparece una X en la quinta línea de este epí-
grafe, antes de las siglas H S E, que sin embargo no aparece en el Ms. Prestamero.
La interpretación transcrita es la dada por Baraibar en su Discurso, y la colo-
cación de las letras es tal como él dice que se encontraban. En este caso considero un
poco fantástica la interpretación y los suplementos dados, pues en la tercera y cuarta
línea, los espacios que quedarían vacíos son demasiado grandes. Me inclino a creer que
la C. F., de la cuarta línea formaría parte de las siglas M. F. C., «memoriae causa fecit»,
que vendrían después de la edad del difunto.

147
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

47.

VRELIVS Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 384;


VGVSTINVS Hübner: C. I. L., 2931; Baraibar: Ms. Iruña 5;
Idem: Discurso, 20; J. M. Corta: V. R. A., 339.
HSE

(A)URELIS (A) UGUSTINUS H(ic) S (itus) E (st).


«Aparecida en la Villa de Mendoza, cerca de Iruña, en el hogar de Francisco Ortiz
de Urbina, quien la llevó de aquel despoblado y le quitó algunas letras para acomodarla
al sitio», es la noticia que da Prestamero.
La inscripción estaba encerrada dentro de una cartela formada por dos o más boce-
les, con una serie de arquitos de medio punto en la parte superior de la lápida.

48.

INI LICIN Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 384;


Hübner: C. I. L., 2926; Baraibar: Ms.
ANT CANT
Iruña 6; Idem: Discurso, 21; J. M. Cor-
R. E Q B E R ta: V. R. A., 345.
ALA EBA
V N D A N.X
H.S

Esta lápida estuvo colocada en la ermita de Donela, de donde fue trasladada al


Depósito de la Real Sociedad Vascongada.
Prestamero puso los siguientes suplementos
(Lic)INI LICIN(ius)
(C)ANT CANT(a)
(ari )REQ BER
ALA EBA
(iuc)UND AN X
H S
Parece que los Licinios Cantabros, comenta, el uno tal vez caballero de alguna ala
de Caballería estaban enterrados aquí.
Hübner la interpreta así: Licini Liciniani (filius) Cant(abe)r eques... alae Ba...
und... annorum X.... hic situs.
Baraibar en su Discurso pone los siguientes suplementos:

148
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

(Lic)INI(us) LICIN(ius)
(C)ANT(abe) CANT(a)
R.EQ(ues) BER
ALA(e) (aph)EBA(tus)?
VN(onas)D(ef.) AN(norum) (XV)
H S
Las siglas VND, dice, de la primera columna, pudieran interpretarse Quinto Nonas
Decembris, si en este mes no fuesen las nonas en este día, o suponiendo que el escultor
se equivocó al grabar la fecha. En la lápida falta la indicación del mes en que ocurrió la
muerte, y la de los años del difunto.
En la segunda columna, en la quinta línea, se ha añadido una cifra a la X existente,
pues la ephebeia -pubertad-, no empezaba hasta los catorce años.

49.

RCVS SEM Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 384;


I V S.L.F.Q.FL Hübner: C. I. L., 2930; Baraibar: Ms.
AN LXX Iruña 7; Idem: Discurso, 21.
R
RCVS SEMP
NIVS F

(Ma)RCUS SEM(pron)IUS L(ucii) F(ilius) Q(uirina) FL(avius) AN(norum) LXX


R(equiescit) (hic),(Ma)RCUS SEM(pro)NIUS F(aciendum) (curavit).
La lápida apareció en el mismo lugar que las anteriores, de donde fue trasladada
al Depósito de la Real Sociedad Vascongada.
Los suplementos citados son los dados por Baraibar, quien advierte que tal vez en
la cuarta línea haya de leerse la fórmula T.R.P.D.S.T.T.L.: «Te rogo praeteriens dicas
sit tibi terra levis».
Hübner la publicó con los siguientes suplementos, que a juicio de Baraibar, que
conoció la lápida, se ajustan mal con los lugares borrados o rotos de la piedra:
(Ma)RCUS SEM(pron)IUS L(ucii) F(ilius) Q(uirina) FL(avus) AN(norum) LXX
(pate)R (Ma)RCUS SEMP(ro)NIUS F(lavinus) (filius).
En este caso la lápida indicaría el lugar donde descansan los dos Marcos Sem-
pronios, padre e hijo.

149
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

50.

D M Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 384:


G.F A B R I C I Hübner: C. I. L., 2933; Baraibar: Ms.
FVSCO Iruña 8; Idem: Discurso, 22; J. M. Cor-
A N.X C I I I ta: V. R. A., 346.
F. CVN
DI S
PATRV

D(iis) M(anibus) G(aio) FABRICI(o) FUSCO,AN(norum)XCIII F(ecit) (Se) CUN


(dus) DI(lectis)S(imo) PATRU(eli).
Encontrada en la ermita de Donela, de donde fue transladada al Depósito de la
Real Sociedad Vascongada.
Baraibar lee las tres últimas líneas del modo siguiente: «Fuscus Sesun dinus
Patronisuo».
Hübner dio los siguientes suplementos de esas líneas: «Filus Secundinus patri».

51.

LICINIVS Hübner: C. I. L., 2934; Baraibar: Ms.


SERENVS Iruña 9; Idem: Discurso, 6; J. M. Corta:
HISPANIF V. R. A., 344; G. Nieto: Oppidum, 215.
ANXLV

LICINIUS SERENUS, HISPANI F(ilius) AN(norum) XLV.


Es una piedra arenisca de 0,65x0,45 mts., con la inscripción en capitales cuadra-
das de buena época, y decorada en la parte superior con una serie de arquitos de medio
punto.
Fue descubierta en 1882 en casa de D. Benito Zárate, vecino de Mendoza, en
donde formaba parte del enlosado de la cocina. En 1950, siendo su propietario D. Eme-
terio Ibánez, fue trasladada al Museo Provincial, y de aquí ha pasado al Museo Ar-
queológico.
Zobel, que la descubrió, la transmitió a Hübner, que la publicó al número 2934 del
Corpus. Baraibar la da sin embargo por inédita en su Discurso.
En la lápida hay que suplir una quinta línea con la fórmula H S E, hic situs est,
propia de estos monumentos funerarios.
(Foto 17) (Archivo A. Llanos).

150
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

52.

RHODANVS Hübner: C. I. L., 2936. C. I. L. Sup. 5815.


ATILI.F.S E R V O S Fita: BRAIH, III, 385; Idem: Epig. Rom.,
ANL 76; Baraibar: Ms. Iruña 10; J. M. Corta: V.
R. A., 343.
TYCHIAVXOR
ILLVNA SOCRA
IE

RHODANUS, ATILI F(ilius) SERVOS AN(norum) L,TYCHIA UXOR ILLUNA


SOCRA I(c) E(st) (situs).
Piedra arenisca de 0,64x0,49 mts., hallada en Trespuentes en el quicio de la puerta
de la casa de D. Juan López.
La lápida fue descubierta por Zobel, quien la transmitió a Hübner, que puso los
siguientes suplementos: (R)HODANUS CILI F(ilius) SERVOS AN(norum) L,TYCHIA
UXOR ILLUNA SOCRA I(c) E(st). Baraibar dice que observando detenidamente la
lápida, se lee distintamente en la segunda línea, una A, antes del signo primero formado
por una T y una I en monograma, resultando así ATILI, y no Cili como pretende
Hübner.
Fita da el siguiente comentario: «Padre de Ródano fue probablemente Vini Atilio,
cuya lápida sepulcral se nos ha descubierto. Fácil es de suponer que la raíz de TYCHIA
sea tuxé (fortuna). Desgraciadamente están cortadas por la mitad las tres primeras letras
del nombre que encabeza la última línea, pudiéndose leer IIL, o ILL, y resultando el
nombre Eluna o mejor Illuna, cuya radical aparece con frecuencia en inscripciones de la
región pirenaica...».
Baraibar es de la opinión de que TYCHIA no venga de tuxé, sino de Tictis (La
Muga), nombre del río que corría junto a Rhoda, población de donde parece estar
derivado el nombre del esposo, Rhodanus.

53.

T V T EL A E Baraibar: Ms. Iruña, 11; Idem: Discurso, 6;


SAC Idem: BRAH, X, 405; Fita: BRAH, III,
ERED 348; Idem: BRAH, X, 425; Hübner: C. I. L.,
TF L A M I N I N 5816; J. M. Corta, V. R. A., 344.
P

TUTELAE SAC(rum) (Ha)ERED(es) T(iti) FLAMIN(i) P(osuerunt).


Placa de mármol rojo y blanco, rota por la mitad, que forma como el dado de una
columna o ara. Mide 0,44x0,25 mts. Hallada en Mayo de 1882, mientras se araba una
heredad junto a Trespuentes.
Después de publicada por Baraibar, Fita dio otra lectura en esta forma:

151
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

«Tutelae Sacrum, Valerius edilis flamen, Divo Augusto posuit», e insistía en la impor-
tancia del «edilis». Cuando el mismo Fita trata por segunda vez de esta lápida la lee del
modo siguiente: «Tutelae Sacrum, haeredes Titi Flamini Nepotis posuerunt».
Hübner dice que Fz. Guerra dio esta nueva interpretación: «Tutelae Sacrum, in felici
redditu Titi Flaminii nostri, posuerunt.» Y el mismo Fz. Guerra, en Septiembre de 1886,
según aparece en el manuscrito Baraibar, le comunicó a éste la siguiente posible lectu-
ra: «Tutelae Sacrum, in felici redditu Titi Flaminii Nonius posuit».
Tutela, como nombre de divinidad, aparece en los números 2538, 3031, 3226,
4082... del Corpus.
Flamino, como nombre aparece en el número 2891 del Corpus. Por tanto la inter-
pretación que permanece sigue siendo la dada por Baraibar.
Es de notar que en la lápida la E, y la L de la primera línea forman un solo nexo
en el que la E está invertida. También la T y la F de la cuarta línea forman un único
nexo. (Foto 18). (Archivo Municipal. Vitoria).

54.

A F Baraibar: Ms. Iruña, 13; Idem: Discurso,22;


Hoc Hübner: C. I. L., 5824; J. M. Corta: V. R. A.,
344.
MIN
+

Fragmento de lápida encontrado en 1866, durante las excavaciones realizadas por


la comisión de Monumentos de Alava.
Ninguno de los autores que citan este epígrafe, desaparecido como casi todos los
anteriores, dan suplementos o interpretaciones del mismo.
Del dibujo que acompaña, sin embargo, a todos ellos se puede deducir la exis-
tencia de dos clases de letras, tratándose siempre de capitales cuadradas, y de un signo
en forma de cruz en la cuarta línea.

55.

ELANVS TV Fita: BRAH, III, 1883, 383; Idem: BRAH,


RAESAMI X, 402; Baraibar: Ms. Iruña 14; Hübner
C I O.AM B A C. I. L. 5819; J. M. Corta: V. R. A., 341.
TIFANXV

ELANUS TURAESAMU(s)...CIO,AMBA(i)TI F(ilius) AN(norum) XV (hic


situs est).
Piedra arenisca de 0,46x0,50 mts., con parte de las letras casi desvanecidas, apareci-

152
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

da según testimonio de D. Juan Ochoa de Alayza, párroco de Trespuentes, al arar un


campo junto a la muralla norte de Iruña, cerca de la puerta.
La publicó por vez primera Fita, dando una transcripción inexacta de la misma. Lo
hizo una segunda vez con las aclaraciones enviadas por Baraibar, y de esta segunda
publicación la toma Hübner.
Sin embargo Baraibar en su manuscrito da una interpretación diferente de la apa-
recida en el Corpus. Dice así: Elanus Turaesamus Claudii Marti? filius...
En el dibujo se puede observar que la primera A de la segunda línea, distinta de las
demás, tiene un doble trazo.

56.

S I NI V S Fita: BRAH, III, 1883, 383; Idem: BRAH,


A V S I VO S X, 402; Baraibar: Ms. Iruña 15; Hübner:
RVTILI F C. I. L., 5817; J. M. Corta: V. R. A., 342.
L XXX

(A)SINIUS AUSIVOS RUTILI F(ilius) (annorum)LXX (híc situs est). Piedra are-
nisca de 0,52x0,60 mts., aparecida en el mismo lugar y circunstancias que la anterior.
Como en la número 55, 57 y 59, también en este caso, y basándose en calcos erró-
neos, Fita dio una primera interpretación falsa, desmentida más tarde por Baraibar y por
él mismo.
Fita la transcribe por vez primera en este modo:
SILAN
FVSCVS
EVILI F
diciendo que Evili es una forma incorrecta de Eveli, genitivo de Avilius.
La N y la segunda I de la primera línea, están unidas en un solo nexo. La O de la
segunda línea está contenida dentro de la V que la precede.
La lápida, según Baraibar estaba decorada en la parte superior por tres arcos en
forma de herradura.

57.

AN LXVII Fita: BRAH, III, 1883, 384; Baraibar Ms. Iru-


H.S.E ña 17; Hübner: C. I. L. 5826; J. M. Corta:
V. R. A., 342.

AN(norum) LXVII H(ic) S(itus) E(st).


Fragmento de piedra arenisca de 0,49x0,60 mts., encontrada en el mismo lugar y
circunstancias que las anteriores.

153
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

Fita supone que este fragmento completa el sentido del anterior epígrafe, lo cual es
imposible porque el anterior tiene ya indicada la edad del difunto.
Los puntos han sido sustituídos por hojas de hiedra.

58.

MPFBAI Fita: BRAH; X, 403; Baraibar: Ms. Iruña


OVAITIOR 18; Hübner: C. I. L. 5823; J. M. Corta: V. R.
NA O A., 346.

Piedra encontrada en casa de D.ª Petra Gorostiza, en el pueblo de Trespuentes, for-


mando parte de las piedras del hogar. Muy maltratada por la acción del fuego.
Hübner dice que Baraibar al comunicársela le indicaba que había algunas la letras
«nuevas».
En el dibujo se aprecia que la primera O de la segunda línea tiene un punto en su
centro.

59.

VE Fita: BRAH, III, 1883, 384; Idem: BRAH,


X, 405; Baraibar: Ms. Iruña 16; Hübner:
NTIVS
C. I. L., 5821; J. M. Corta: V. R. A.
T I.F I L I V S
ANNXXXV
HSHEST

VE(ttius) (Sego)NTIUS (Segon)TI FILIUS ANN(orum) XXXV H(ic) S (itus)


HEST.
Piedra arenisca de 0,41x0,64 mts. Encerrada la leyenda en una cartela formada por
un bocel. Fita en su primera edición dice que es importante ya que está escrita de abajo
arriba, y que la H de Est, indica una pronunciación aspirada.
En la parte inferior había sencillos adornos.

60.
Baraibar: Ms. Iruña 19; Hübner: C. I. L., 5820.
EVERIN
ERIF
XLV
E

(S)EVERIN(us) (Sev)ERI F(ilius) (annorum) XLV (hic) (situs) E(st).

154
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

Piedra arenisca que formaba el transfuego en la cocina de la casa de D.ª Petra Go-
rostiza, en el pueblo de Trespuentes.
En el dibujo se pueden observar dos adornos indefinidos, situados encima del
nombre. En la primera línea la V, y la segunda E, aparecen unidas en un solo nexo.

61.

ETLVCID Baraibar: Ms. Iruña 20.


P R O. F R A INEDITA

ET LUCID(ius) PRO FRA(tribus).


Dice Baraibar: «Fragmento de inscripción en piedra arenisca de 0,75x0,85 mts.
Procede de Iruña. Se halla actualmente en poder de D. Jesús Velasco, de Vitoria, quien
la recibió de D. Miguel Rodríguez Ferrer. Sus caracteres son de 0,08 mts., de longitud
en la primera línea, y de 0,04 en la segunda. Son según el Sr. Fernández Guerra de los
anos 70 a 100 de Jesucristo».

62.

O Baraibar: Ms. Iruña 21; Idem: M. I.,7; C.


NTENTV Castro: C. M., 35; J. M. Corta: V.R. A., 340.
PENSAM

(Hon)O(re) (co)NTENTU(s) (im)PENSAM (remisit).


Fragmento de marmol sonrosado con vetas blancas, que mide 0,24x0,14 mts.,
encontrado en Octubre de 1891.
Baraibar, que puso los suplentes dice: «Fin de una inscripción en que se expresaría
una memoria acordada por algún orden, municipio o corporación. El interesado aceptó
con satisfacción el honor, y la hizo a su costa».
Fórmulas como esta encontramos en los números 34, 1973, 2011, 1186, 1188... del
Corpus. (Foto 19) (Archivo Municipal. Vitoria).

63.

OT Baraibar: Ms. Iruña 22; Idem: M. 1. 8; C.


Castro: C. M. 36; J. M. Corta: V. R. A., 340.
III

Fragmento de mármol sonrosado, de forma triangular. Sus lados mayores miden


0,15x0,19 mts. Las letras son de 0,045 mts. en el primer renglón, y de 0,040 mts. en
el segundo. (Foto 20) (Archivo Municipal. Vitoria).

155
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

64.

MII Baraibar: Ms. Iruña, 23; Idem: M. I., 8;


C.
A.CAE Castro: C. M., 36; J. M. Corta: V. R. A., 345.

Fragmento de mármol rosa veteado de blanco. El trozo recogido, en 16 de Sep-


tiembre de 1894, tiene forma circular, y mide en su diámetro mayor 0,085 mts. Se
usaba en el pueblo de Trespuentes para colocar sobre él el llamado «cantón» del juego
de bolos.
Además de las dos líneas citadas, se aprecian restos de una tercera totalmente
indescifrable. (Foto 22) (Archivo Municipal. Vitoria).

65.

MP N Baraibar: Discurso, 22; Hübner: C. I. L.,


IMO 5822; Baraibar: M. I., 7; J. M. Corta: V. R.
QVI.BV A., 340.
O.D
ONIS
TONI

Fragmento de mármol rojo y blanco, cuyas medidas son de 0,28x0,11 mts., en-
contrada en 1866 durante las excavaciones realizadas por la comisión de Monumentos
de Alava.
Baraibar dice en su Museo Incipiente, que el P. Fita la considera romana y del
siglo primero.
En ningún caso se dan suplementos ni interpretación.
(Foto 21) (Archivo Municipal Vitoria).

66.

VI Baraibar: Ms. Iruña 26; Ideen: M. I., 8; J. M.


NI Corta: V. R. A., 341.

Dice Baraibar: «En el edificio descubierto por las excavaciones practicadas en


Iruña bajo la dirección y a expensas del presbítero D. Jaime de Verástegui, docto y
entusiasta averiguador de las antigüedades alavesas, aparecieron cuatro fragmentos de
piedra arenisca, que reunidos forman dos trozos de un epígrafe en grandes caracteres
altos 0,21 mts.».
Primer fragmento: 0,30x0,40 mts.
VI
Segundo fragmento: 0,34x0,43 mts.
NI

156
ENSAYO TOPOGRAFICO DEEPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

Según el dibujo de Baraibar, ambos fragmentos tienen los puntos sustituídos por
hojas.

67.

MLVCRECIO G. Nieto: Oppidum, 215.


FRATERNO PLINTH
AS.PATER

MARCO LUCRECIO FRATERNO, PLINTHAS PATER.


«Empotrado en la cara interior de la muralla, junto a la puerta, -dice G. Nieto-, se
encontró un epígrafe grabado en piedra arenisca de 1x0,23 mts. Las líneas son desi-
guales, y también es diferente el tamaño de la letra, pues mientras las de la primera
línea miden 7 cm., las de la segunda miden 5, y sólo 3 las de la tercera... sus caracteres
permiten fecharle en los siglos II-III.
... El nombre Plinthas lo encontramos ahora por primera vez. Su forma resulta
nueva en la región, ya que parece se trata de un onomástico griego, cuya presencia aquí
puede explicarse pensando que procede de un esclavo griego cuyo hijo llegó a ciuda-
dano romano».
Si el origen de este nombre se explica como pretende G. Nieto, se trataría de un
esclavo griego, empleado en una fábrica de tejas (plintes, en griego), que tomó el nom-
bre del de su oficio, cosa bastante frecuente entre los libertos. (Foto 24) (Archivo A.
Llanos).

68.

SEMPRO G. Nieto: Oppidum, 213.


V S.M A T E
R N E.F.Q V I
M A T ERN V S
AN XXXX
H.S.E.

SEMPRO(ni)US MATERNE F(ilius) QUI(rina) MATERNUS, AN(norum) XXXX,


H(ic) S(itus) E(st).
Dice G. Nieto: «Utilizada como sillar en la jamba izquierda de la poterna se en-
contró otra estela de piedra caliza blanca, de 0,90x0,54x0,25 mts. Está decorada con
una arquería de cinco arcos ultrasemicirculares, los cuales prolongan su curva un tercio
de radio, y lo mismo que los soportes sobre que descansan, están hechos mediante una
ligera incisión. Debajo de esta arquería, enmarcada por un rectángulo, señalado con do-
bles líneas paralelas grabadas, hay una inscripción de letra de buena época...».

157
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

69.

D M G. Nieto: Oppidum, 208.


AV NNIA
SECVNDIANA

D(iis) M(anibus), AUNNIA S ECUNDIANA.


«Otra estela interesante por su arte elemental, pero expresivo, -dice Nieto-, es una
que está labrada en un sillar de piedra caliza de 0,60x0,40x0,20 mts. En ella bajo arcos
peraltados, y mediante la técnica de fondo rehundido, se representaron de una manera
infantil y primitiva, y con ausencia absoluta de sentido artístico, dos bustos totalmente
planos, en los que las cabezas están indicadas por un disco plano también, que se
prolonga en una estrangulación bien acusada que marca el cuello, el cual es más largo
en la figura de la derecha. Dos líneas grabadas en el centro de las cabezas sirven para
indicar la nariz; un agujero poco profundo a los lados de las cabezas, las orejas, de
forma elemental. Debajo aparece grabada de manera muy desmanada... La epigrafía de
esta estela es tan tosca y desmanada como las figuras que la decoran».

70.

LVCIL G. Nieto: Oppidum, 216.


CRISP
IONI
ANXX

LUCIL(ius) CRISP(us) IONI(filius) AN(norum) XX... (hic) (situs) (est).


«Fragmento encontrado junto a la muralla. Es de piedra caliza de 0,53 x 0,35 mts.
En campo ligeramente rehundido. La inscripción está enmarcada en una cartela».
La edad del difunto, dada la posición de la cuarta línea con respecto a las an-
teriores, sería de más de XX años. Falta sin duda una quinta línea con la fórmula H S E,
que completaría la inscripción de esta estela funeraria.

71.

H.S.E. G. Nieto: Oppidum, 216.

H(ic) S(itus) E(ts).


Dice G. Nieto: «Aparecida entre los escombros de la muralla. En la parte
inferior de un rectángulo enmarcado por dobles líneas paralelas incisas, y dentro del
campo las siglas H S E. Fuera del rectángulo, en la parte

158
ENSAYO TOPOGRIFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

inferior de la estela, aparece dibujado también con una fina incisión, el creciente lunar.

72.

VPICI G. Nieto: Oppidum, 216.


VIR
NVS
IIII

«Entre los sillares de la puerta se encontró el fragmento de una inscripción, que


por el tamaño del sillar en que está 0,63 x 0,54 cabe pensar que fue importante. Se
conserva sólo el final de las líneas, y en ellas en letra de la mejor época se lee...»
(Oppidum). (Foto 23) (Archivo A. Llanos).

73.

S.D.D. G. Nieto: Oppidum, 216.

Fragmento del final de una lápida votiva o funeraria, a la que falta la primera D,
de la fórmula: De Suo Donum Dedit, o de su equivalente: De Suo Dedicavit.

74.

LX G. Nieto: Oppidum, 216.


S.H

Fragmento de inscripción fúnebre, que mide 0,28 x 0,24 mts. Constituye el final, o
parte de la edad del difunto, y las dos últimas letras de la fórmula Hic Situs Est.

75.

Grupo de pequeños fragmentos G. Nieto: Oppidum, 216.

+:ME +:SL VTIA + : D. O


AT
+:TIS +: O +:ELL
IELIAI FV RATR
A

NOTA.-Este grupo de fragmentos, como algunos otros que vienen indicados en el «Oppidum de
Iruña», entre los cuales los que van indicados con los números 71, 73, 74, no me ha sido posible
estudiarlos, por lo que me limito a repetir lo que G. Nieto dice en su obra, y en algunos casos, los
menos, a hacer pequeñas observaciones que se deducen de las fotografías publicadas.

159
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

LAGUARDIA

76.

MATRIBVS Baraibar: BRAH, LXIV, 1914, 179; J.


VSEISPOM M. Corta: V. R. A., 360.
RIMITIVA

MATRIBUS USEIS POM(peia) (P)RIMITIVA.


Arula de piedra caliza, de 0,26x0,19 mts., adornada con sencillas molduras. La
dedicatoria en letras de 0,025 mts., de altura ocupa una faja de 0,17x0,13 mts.
La dedicatoria supone un nombre nuevo en la mitología alavesa. Según Menén-
dez Pelayo, en su Historia de los Heterodoxos Españoles, «...entre las divinidades de
nombre colectivo, merecen especial atención las Madres o Matronas, númenes benéfi-
cos de carácter regional y protectoras de los campos.»
J. Vendryes, en «La religion des celtes», dice que los nombres que sirven de epí-
teto a la Matres, son generalmente nombres locales, y que estas diosas se vinculan a la
idea de la fecundidad y de la abundancia, y aparecen sobre todo en el área celta.
La presente árula estuvo empotrada en la pared de una huerta extramuros de La-
guardia, de donde la retiró su propietario D. Alvaro Gortázar. Actualmente se encuentra
en el Museo de la Sociedad «Amigos de Laguardia».

77.

SEGILUS.ET INEDITA
RVSTICVS.F
LARIBVS.QV
PRO SALVTE
S.L.M.

SEGILUS ET RUSTICUS F(ilius) LARIBUS Q(uadri)V(iis), PRO SALUTE (Vo-


tum) S(olverunt) (L(ibens) M(erito).
Arula de piedra arenisca de 0,60x0,30 mts., adornada por una doble greca tanto en
la parte superior como en la inferior.
Las letras, en capital cursiva, tienen en la primera línea una altura de 0,040 mts.,
que va decreciendo en los siguientes renglones hasta llegar a 0,030 mts., en la última
línea.
En la tercera línea, después del nombre de la divinidad, aparece distintamente es-
crito las letras QV. Abreviatura usual en Germanía para los Lares Viales.
En la última línea falta la primera letra de la fórmula V S M. El árula se encuentra
actualmente en el Museo de la Sociedad «Amigos de Laguardia».

160
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

LA PUEBLA DE ARGANZON

78.

ISE Baraibar: BRAH, LXIV, 1914, 176;


VI J. M. Corta: V. R. A., 344.
LVC IA
FE SE
TIN A
ANN X
ANVTISEMA OC
TAVIAFILIAPIEN
TISSIME MEMOR

I(c) S(ita) E(st) (sit) (tibi) (terra) (le)VI(s), LUCIA FESETINA ANN(orum) X,
ANUTISEMA OCTAVIA FILIA(e) PIENTISSIME MEMER(iae).
Piedra caliza de 0,55x0,17 mts. La inscripción ocupa un espacio rehundido de
0,27x0,14 mts. La parte derecha del sillar estaba cortada, y en el centro del mismo un
vano en forma de ojo de cerradura, ocupaba los dos tercios de la parte superior.
Baraibar, que da la primera noticia de esta lápida, dice que apareció en una he-
redad en la colina de San Esteban, a unos mil metros al sur de La Puebla de Arganzón.
Fue descubierta por Dn. Pedro López de Aréchaga, quien la cedió al Museo instalado en
el Instituto de Vitoria.
El nombre de Fesetina, prosigue Baraibar, es nuevo en la epigrafía hispano-
romana. Fita (BRAH, LXIV, 1914, 178, nota 1.ª), dice que este nombre puede expli-
carse por «epéntesis» de Festina.

LUZCANDO

79.

D. M. Baraibar: Ms. Luzcando 1; Idem: BRAH,


M.SEMP. XXVI, 1895, 52; Idem: M. I.; Hübner: C. I.
FVS.CO L., Suppo., vol. XVII, fasc. 3; C. Castro: C.
OCV.LA M., 37; J. M. Corta: V. R. A., 352; Fz.
T I .F.AN LV Medrano: G. S., 2.
FVSCINVS
F.R. M. S. F.
H. S. E.

D(iis) M(anibus) M(arco) SEMP(ronio) FUSCO OCULATI F(ilio) AN(norum)


LV, FUSCINUS FR(ater) M(arco) S(uo) F(ecit), H(ic) S(itus) E(st).

161
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

Cipo sepulcral de piedra caliza de 1,04x0,69 mts. Parece ser del siglo primero, y la ins-
cripción se encuentra adornada por sarmientos pámpanos y racimos. La mitad superior
de la lápida la ocupan dos discos. Sobre el de más arriba, que mide 0,28 mts. de diá-
metro, se posan dos palomas. El disco inferior, de 0,08 mts. de diámetro, está entre dos
páteras.
La lápida fue encontrada por Baraibar en 1893, en el antepecho de la casa cural
del pueblo de Lúzcando, en la jurisdicción de Acilu, a 2,4 Kms. de Vitoria. Donada al
Museo Provincial por D. Sandalio Oquinena, actualmente está en el Museo Arqueo-
lógico.
En un primer momento Baraibar leyó la séptima línea en el modo siguiente: «Filis
Patri Monumentum Sibique Fecit». La razón de esta lectura era que entre la F y la R de
esa línea, existe un punto, que el mismo Baraibar más tarde, y Hübner, finalmente,
pensaron que estaba puesto solamente en razón de simetría.
Se puede observar en la sexta línea, que la S final, está incluída en la anterior V,
con objeto de conservar la alineación. (Foto 25) (Archivo A. Llanos).

80.

LERIASENTONI CON Baraibar: Ms. Luzcando 2; Idem: BRAH,


SVOARISSIMO XXVI, 1895, 52; J. M. Corta: `J. R. A., 352.
ORVM XXXV ET
F C

(Va)LERIA SENTONI CON(iugi) SUO CARISSIMO,(ann)ORUM XXXV ET


(sibi) F(aciendum) C(uravit).
«En la pared norte de la misma casa cural, hay otra piedra arenisca de metros
0,38x0,19, con la siguiente leyenda bastante estropeada...». Es la única noticia que da
Baraibar en el Boletín de la Academia, de esta lápida descubierta por él en 1893, y actual-
mente desaparecida.

81.

AN XXXH E Baraibar: Ms. Luzcando 4; Idem: BRAH,


SIT T XXVI, 1895, 54; J. M. Corta: V. R. A., 353.

AN(norum) XXX,H(ic) E(st) (situs) SIT T(ibi) (terra) (levis).


Piedra caliza de 0,47x0,17 mts., restos de un epígrafe sepulcral, situado en la
pa-red del mediodía de la iglesia parroquial.
Dice Baraibar: «Igual suerte ha tenido (que ha desaparecido), otro abierto en una pie-
dra también caliza acomodada en la pared exterior del mediodía de la misma iglesia...».

162
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

82.

LOA C Baraibar: Ms. Luzcando 6.


A I A TI F INEDITA

Piedra caliza, situada en el muro occidental de la iglesia parroquial, descubierta


por Baraibar el 26 de Septiembre de 1912. Ha desaparecido.

83.

ADM Baraibar: Ms. Luzcando 7.


SDI INEDITA

«En la pared occidental de la iglesia, descubierta después del arreglo de la misma,


-dice Baraibar-, al desembarazarla de varias construcciones postizas, en piedra ca-
liza...».
Del dibujo que acompaña la descripción, se puede concluir que es un pequeño
fragmento del comienzo de una lápida sepulcral. Encima de la primera línea, hay una
decoración geométrica a base de dientes de sierra. Las tres letras de la primera línea,
pudieran formar parte de la fórmula A D M H M, «absit dolus malus huic monumento»,
que no es raro encontrar en cipos sepulcrales.

84.

III AN Baraibar: Ms. Luzcando 5.


VV INEDITA

«En la pared de la iglesia, hacia poniente, piedra caliza con el siguiente resto de ins-
cripción...». Descubierta por Baraibar en 26 de Septiembre de 1912.

85

D. Baraibar: Ms. Luzcando 3; Idem: BRAH,


XXVI, 1895, 54; J. M. Corta: V. R. A., 352.

Dice Baraibar en el Boletín de la Academia: «En el exterior de la pared poniente


de la iglesia, se conserva una piedra de metros 0,41x0,18, con restos de una figura, al
parecer humana, encerrada en un recuadro. Debajo subsiste una sigla D, probablemente
de DIIS. El resto del epígrafe ha desaparecido.
+ + Según el manuscrito Baraibar en Luzcando descubrió otros tres fragmentos
anepigráficos, dos en la iglesia y uno en la casa cural, y en los tres casos los fragmentos
tenían restos de una decoración geométrica.

163
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

MARGARITA

86.

M.OCTAVIVS Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 385; Fita:


SABIN.F.QV Epig. Rom., 61; Hübner: C. I. L., 2928; Barai-
bar: Ms. Margarita 1; I. M. Corta: V. R. A.,
I R . G A L L I C VS 348.

M(arcus) OCTAVIUS SABIN(i) F(ilius) QUIR(ina) GALLICUS.


Dice Prestamero: «Marco Octavio Gallico, o francés de nación, hijo de Sabino y
de la tribu Quirina, se puede suplir de tantos años de edad, está enterrado aquí. Este
Marco Octavio francés, pudiera ser algún soldado de la cohorte francesa, que en tiempo
del Emperador Constantino estaba de guarnición en Veleia, en donde residía el tribuno
de la primera Cohorte gállica...».
Corta añade a la inscripción una cuarta línea, con las siglas AN.
Según todos los autores esta inscripción se encuentra empotrada en la pared
exterior de la iglesia parroquial de Margarita, en la capilla correspondiente a la pila
Bautismal. Es de suponer que continúa en su sitio, pero actualmente imposible de ver
pues tupidas hiedras cubren totalmente la citada pared.
Por el dibujo que da Baraibar, se observa que la inscripción está encerrada en una
cartela, y que los puntos entre las palabras han sido sustituídos por hojas de hiedra.
Encima de la inscripción hay una decoración a base de H invertidas.

NARVAJA

87.

MARITVS ANTI Baraibar: Ms. Narbaja 1; Ideen: M. I.,


C V S S QV M A R C E 12; C. Castro: C. M., 38; J. M. Corta:
L I N V S ANN X X V. R. A., 354; Fz. Medrano: G. S., 1.
S H M. R O M V L V S
MAR FILIO
O P O SV E T
M R M O NV V

MARITUS ANTI(o)CUS (E)SQU(ilina) MARCELINUS ANN(orum) XX S(itus)


H(ic) (est). M(arcus) ROMULUS MAR(ito) FILIO (piissim)O POSUET M(oe)R(ens)
MONU(mentum). V(ale).
Dice Baraibar: «Es una piedra caliza de 0,52 mts. por 0,46. Apareció a la salida
de Narvaja, al hacer la carretera vecinal entre ese pueblo, del Ayuntamiento de San
Millán, y Mendíjur. Por encargo del diligente y celoso jefe de los Miñones de Alava, D.
José Fernández de Matauco, fue trasladada a Araya, donde se guardó en el palacio del

164
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

Senador D. Carlos Ajuria. Al tratar de colocarla bien la rompieron los canteros, con lo
cual se perdió la mayor parte de la inscripción. Por fortuna había obtenido de ella, antes
del desastre, una impronta, que me permite transcribirla íntegra».
La decoración al decir del mismo Baraibar, es del modo siguiente: un borde supe-
rior con una greca de pequeñas aspas. Entre las siglas D M, una luna creciente. Debajo
de las mismas, y antes de comenzar la inscripción, dos figuras humanas con sendos
bastones, llevando entre ambos un objeto cuadrangular sítula). A uno y otro lado, hasta
el pie del epígrafe, ramas de laurel.
El fragmento que cita Medrano, es de 0,33 mts. de altura por 0,46 de anchura, y
supone la parte decorada de la lápida. Actualmente en el Museo Arqueológico.
(Foto 26) (Archivo Municipal. Vitoria). (Foto 27) (Archivo A. Llanos).

OCARIZ

88.

M S E M P.F L A V I Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 55; Hübner:


A N XXV H S E S T C. I. L., 2943; Baraibar: Ms. Ocáriz 1; J. M.
Corta: V. R. A., 353.

M(arcius) SEMP(ronius) FLA(vius),AN(norum) XXV H(ic) S(itus) EST.


Piedra arenisca de 0,50x0,55 mts. situada al lado de la puerta sur de la antigua er-
mita de San Miguel, cerca del pueblo de Ocáriz, convertida actualmente en casa del
pastor.
La inscripción, muy maltratada, ocupa una faja de 0,11 mts. de anchura. Debajo,
llenando el resto de la lápida, hay un tosco bajorrelieve representando un ciervo y otro
animal, de forma indefinida, que muy bien pudiera ser un cervatillo. Ambos animales
están flanqueados por dos sarmientos con hojas y racimos. En la parte alta hay otro ob-
jeto desconocido.
Baraibar es de la opinión que la primera letra del cognomen Flavi, es una E y no
una F, lo que es verdad, y que por tanto el citado cognomen pudiera muy bien ser Ela-
ni, como en alguna lápida de Iruña, o Elavi.
(Foto (28) (Archivo A. Llanos).

89.

N.TIVS Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 55; Barai-bar:


ONI.F Ms. Ocáriz 2; Hübner: C. I. L., 2946; J. M.
XXXXII Corta: V. R. A., 353.
S.E

(Sego)NTIUS (Seg)ONI F(ilius) (annorum) XXXXII (hic) S(itus) E(st).

165
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

Piedra caliza situada en el mismo lugar que la anterior. Prestamero y todos los que
de él la toman, la citan como si se conservaran los suplementos. Hübner duda si Segoni
sería Segonti, enlazadas la T y la I últimas.
Los puntos entre las palabras, menos en la última línea, han sido substituídos por
hojas de hiedra. (Foto 29) (Archivo A. Llanos).

90.

LXXHICS Baraibar: Ms. Ocáriz 3.


INEDITA

Piedra arenisca de 0,32x0,34 mts., situada en la pared este de la misma ermita.


El fragmento inédito corresponde a un epígrafe fúnebre del que sólo persisten la
edad del difunto y parte de la fórmula Hic Situs Est.

91.

V M Baraibar: Ms. Ocáriz 4.


R XXX INÉDITA

Piedra arenisca de 0,50x0,30 mts., situada en la misma pared que la anterior.


Bajo la figura de un toro y de un instrumento de labranza toscamente labrados, se
conservan estas letras encerradas en un recuadro. (Foto 30) (Archivo A. Llanos).

OLLAVARRE

92.

A T II A - V X O R Prestamero: C. R.; Baraibar: Ms. Ollávarre 1;


H.S.E. Idem: Discurso, 36; Hübner: C. I. L. Sup., 5818;
J. M. Corta: V. R. A., 355.

ATEA UXOR,H(ic) S(ita) E(st).


Dice Prestamero: «En la ermita de San Pedro de Salaices de Ollábarre, cerca de
dicha venta de Melchora, hay el retazo siguiente de una inscripción... ».
Todos los autores que han tratado esta inscripción, menos Hübner, lo hacen invir-
tiendo el orden de las líneas, y dando los siguientes suplementos: Hic Situs Est, Atea
uxor, hoc monumentum faciendum curavit.
Es de notar que como en otros muchos casos, la Eta griega sustituye a la E.

166
ENSAYO TOPOGRAFICODE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

93.
Prestamero: C. R.; Baraibar: Ms. Ollávarre
CA
2; Idem: Discurso 36; Hübner: C. I. L. Sup.,
PA 5825; J. M. Corta: V. R. A., 355.
SF
A

CA(ius) PA(ternus) S(ibi) F(ecit) A(nnorum)...


Dice Prestamero: «Cerca de esta misma ermita (de San Pedro de Salaices) en la
orilla de la fuente que baja a Ollávarre, hay un trozo de lápida que contiene hermosos
caracteres del tiempo de Augusto.
Los suplementos los dio Baraibar en su Discurso, y como él mismo dice la lectura
que hace es muy aventurada.

OSMA

94.

MARITO INEDITA
MERENTIP

MARITO MERENTI P(osuit).


Piedra de granito de 0,47x0,26 mts., con letras de 0,05 mts.
Este fragmento estuvo empotrado en la pared de una huerta situada detrás del
coro de la iglesia parroquial. Transladada al Museo Provincial en 1964, se encuentra
actualmente en el Arqueológico.
Es un fragmento de epígrafe fúnebre, que contiene tan sólo la dedicatoria. Las le-
tras, capitales cuadradas, pueden ser de finales del siglo primero.
(Foto 31).

95.

T.R.P.D.S.T.T.L. Ceán Bermúdez: S. A. R., 179.


ILARIONI
FL.MENICAR.PETI
VXAMA.IBARCENSIS
SERVO

Dice Ceán: «En Osma, lugar de la hermandad de Valdegovía, queda una intere-
sante memoria de la antigua población, llamada por los Tolomeos Uxama Barca».
Esta lápida no ha existido nunca en nuestra provincia, sino que es una copia equi-
vocada de la 2854 del Corpus, correspondiente a una lápida encontrada en Quintanilla
de las Viñas, cerca de Lara de los Infantes, Burgos.

167
ENSAYO TOPOGRAFICO DEEPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

PAYUETA

96.

OPPIVS Baraibar: Ms. Payueta 1.


M V N DV S INÉDITA
V.S.L.M

OPPIUS MUNDUS V(otum) S(olvit) L(ibens) M(erito).


Dice; el manuscrito Baraibar: «La siguiente aparece también tomada de D. Loren-
zo del Prestamero en las notas de Zubeldia... En la ermita de San Román, en la pared
del norte, en cuyas cercanías se encontraron sepulcros de piedra bien labrados, con osa-
mentas humanas todas cubiertas por la tierra».
La ermita ha sido derruída y desaparecida la lápida, pero en el dibujo se observan
unos imprecisos adornos encima del epígrafe, y pequeñas hojas de hierra sustituyendo a
los puntos en la última línea.

SALVATIERRA

97.

SEGONTI Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 55;


VSIAMMA Hübner: C. I. L., 2942; Baraibar: Ms. Salva-
A R I F AN LXX tierra 1; G. P. V. N. A., 514; J. M. Corta: V.
R. A., 353.

SEGONTIUS IAMMARI F(ilius) AN(norum) LXX H(ic) S(itus) E(st).


Dice Prestamero: «En Salvatierra hay una inscripción en una piedra del paseo,
fuera de los muros, cerca del Portal que llaman del Rey, que dice así....».
La leyenda está entre un disco y un creciente. La M y la A últimas de la segunda
línea, están en un solo nexo.
Baraibar es de la impresión que el cognomem lammarius es único en la epigrafía
ibérica, y se inclina a creer que se deba leer lannuarius, que es un caso, por el contrario,
bastante frecuente.

168
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

SAN ESTEBAN (Treviño)

98.

M.P O R C I V S Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 385;


A V S C I. F I Hübner: C. I. L., 2929; Idem: C. I. L. Sup.,
Q V I R. T O N I 5813; Fita: Épig. Rom., 74; Baraibar: Ms.
San Esteban 1; Iden: BRAH, XIV, 1889, 71;
V S. A N LXXV
J. M. Corta: V. R. A., 335.
H.S.E.
H.F.E.P.L

M(arcus) PORCIUS,AUSCI FI(lius),QUIR(ina), TONIUS, AN(norum) LXXV,H (ic)


S(itus) S(st),H(aeres) F(ecit) E(x) P(ecunia) L(egata).
Lápida de 0,45x0,37 mts., con buenas letras del siglo II, que tienen una altura de
0,04 mts.
Prestamero, y los que de él dependen, dan cuenta únicamente de las cinco pri-
meras líneas. Baraibar añade la sexta línea, que es aceptada con un interrogante por
Hübner, en el Suplemento al volumen II, a pesar de que aún hoy es perfectamente visi-
ble esta línea.
Esta lápida procede según Prestamero, de la desaparecida ermita de San Ginés.
Desde 1745 se halla empotrada en una pared de la cabaña de D. Ignacio Pérez, vecino
del citado pueblo, a pesar de que el Diccionario de la Academia y Hübner dijeron que
había sido trasladada al Museo de la Real Sociedad Vascongada, y que de allí había
desaparecido.

99.

TAPO INEDITA
MEM
RVM

Fragmento de granito de 0,40x0,25 mts., situado en la pared del cementerio de


San Esteban, junto a la puerta de entrada.
Los restos de inscripción ocupan solamente la mitad superior de la piedra, pues la
otra mitad ha sido completamente mutilada, para poderla acomodar a la citada pared.

169
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

SAN MARTIN DE GALVARIN

100.

D. M. Baraibar: Ms. S. Martín de G. 1; Idem: BRAH,


M. ANT O XXVI, 1895, 51; Hübner: C. I. L. Supl. ex eph.
VS . F V S VII, fasc. III, P. 78
AN LX E
AV R E L
P AN

D(iis) M(anibus) M(arcus) ANTO(ni)US FUS(cus) AN(norum) LX E(t) AUREL(ius)


P(ater) AN(norum)... (hic siti sunt).
Piedra arenisca de 0,80x0,35x0,30 mts., situada en una esquina que mira a ponien-
te, de la que fue casa cural del pueblo. Se supone que la presente lápida funeraria fue
traída a finales del siglo XVIII de una ermita que existió al oeste del pueblo, en el tér-
mino llamado Sierrita. La inscripción ha sufrido mutilaciones al ser acomodada al lugar
donde ahora se encuentra. Las faltas, sin embargo, son fáciles de suplir, y los suple-
mentos dados por Baraibar, son correctos. Hübner, por el Contrario, dice que las líneas
quinta y sexta son inciertas.
En la primera línea las letras ANT, están en un único nexo. Lo mismo ocurre con la
AN de la tercera y de la quinta, y la AV de la cuarta.
En la mitad superior de la lápida, entre la invocación D M y el comienzo del epí-
grafe, están representados de un modo esquemático y rudimentario los bustos de dos
personajes, sin duda separados por una rama de árbol, representada también de un modo
esquemático. (Foto 32).

SAN ROMAN DE SAN MILLAN

101.

POMPONIV Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 55; Hübner:


XXVI C. I. L., 2944; Baraibar: Ms. San Román 1; J.
M. Corta: V.R.A., 355.

POMPONIU(s) ...(annorum) XXVI.


El epígrafe está constituído por dos fragmentos, el uno de 0,63x0,44 mts., situado
en el estribo norte de la iglesia parroquial, y el otro de 0,71x0,44, situado en la pared
occidental de la misma iglesia.
Prestamero califica de magnífica esta inscripción, y supone que se hizo para per-

170
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

petuar alguna memoria notable en algún edificio público. Sospecha que el Pomponio de
la lápida compuso o hizo de nuevo todo el camino romano desde Alba hasta Veleya,
fundándose en que la distancia entre ambas mansiones era precisamente de 26 millas,
número señalado en la lápida. Sin duda basándose en esta noticia, Coello de Quesada
afirma que en San Román se encuentra una de las piedras milíarias alavesas.
Baraibar es de la opinión que este fragmento pertenece a un epígrafe fúnebre del
cual sólo persiste el nombre del dedicante o acaso del difunto. Dice además, que en vi-
sita efectuada el 1 de julio de 1900, no encontró estas lápidas que sin duda habían
desaparecido.
Que sea parte de un epígrafe fúnebre es imposible, pues solamente un nombre, y
no entero: POMPONIU, ocuparía una superficie de 1,34x0,44 mts., lo cual hace supo-
ner que si en la misma línea como es lógico estaba escrito también el cognomen, dado
que ya al principio de la segunda aparece la edad, esta primera línea ocuparía una
superficie de unos tres metros, lo cual es totalmente insólito en esta clase de epígrafes.
Unido esto a que la altura de las letras, capitales cuadradas elegantísimas de los tiempos
de Augusto, es de 0,16 mts., la hipótesis de Baraibar queda totalmente descartada.
Que sea una columna miliaria tampoco es aceptable, por la misma razón de la di-
mensión del epígrafe y de la altura de las letras.
Las lápidas no han desaparecido, como pretende Baraibar, sino que por el con-
trario, después de una minuciosa visita que efectué el agosto pasado, el número de
fragmentos que pude contar de este mismo epígrafe era de cinco. Aparte de los dos cita-
dos hay: 1.º: S. L V, fragmento de- 0,50x0,44 mts., situado en la pared este de la iglesia.
Pudiera muy bien tratarse de la terminación del nombre, la S de PomponiuS, y el
comienzo del cognomem. 2.º: V S, fragmento situado en un estribo de la iglesia, y que
está cortado en chaflán para acomodarlo a su actual situación. 3.º: T. P A T, fragmento
de 0,75x0,44 mts., situado en la pared norte a bastante altura. Pudiera ser muy bien
parte de la fórmula « Et Pater».
Los fragmentos que nos han llegado suponen por tanto:
POMP ONIV S.LV VS T.PAT
XXVI
Sin duda se trata de una inscripción monumental, la única en la Provincia,
colocada en la pared de un edificio, dado el espesor de las lápidas, pero imposible de
recomponer dado el pequeño número de fragmentos de que disponemos. Es por tanto la
teoría de Prestamero la única posible y la única que se puede aceptar dada la realidad de
los hechos. (Fotos 33; 34; 35).

171
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

102.

D. M. Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 55; Hübner:


QVINTAE C. I. L., 2945; Baraibar: Ms. San Román 2; J. M.
F A B I A E. Corta: V. R. A., 355.

D(iis) M(anibus) QUINTAE FABIAE...


Piedra caliza situada sobre una pequena puerta cerrada del muro occidental de la
iglesia parroquial. Mide 0,54x0,38 mts.
Encima de la inscripción hay tres objetos esculpidos, a los que Baraibar llama «la-
crimatoria». Todo ello está encerrado en una cartela, en torno a la cual gira una deco-
ración compuesta de hojas y racimos de vid. (Foto 36).

103.

ANXXXV Baraibar: Ms. San Román 3.


H.E.S INÉDITA

...AN(norum) XXXV H(ic) S(itus) E(st).


Sillar de 0,35x0,35 mts., con restos de un epígrafe fúnebre situado en el estribo
norte de la iglesia parroquial. La piedra está invertida, con letras poco profundas que su-
ponen las dos últimas líneas y restos imprecisos de la anterior.

104.

O OTIEA Baraibar: Ms. San Román 4.


ANX INÉDITA

Piedra arenisca de 0,22x0,39 mts., situada en una esquina de la iglesia parroquial.


Sobre ella se hallaba un relieve de 0,37x0,53 mts. compuesto por unas palomas en torno a
un racimo de uva, y rodeado por ramos y racimos de vid. Esta es la noticia que da
Baraibar tomada de los papeles de Zubeldia.
Actualmente del fragmento epigráfico, incrustado en la pared de la sacristía, per-
siste sólo la primera línea, en una piedra de 0,21x0,14 mts. El fragmento decorado se
halla en una de las esquinas de la iglesia. (Foto 37).

105.

S AX Baraibar: Ms. San Román 7.


O INEDITA

Sillar de piedra caliza de 0,50x0,20 mts., situado en la pared este de la iglesia


parroquial.

172
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

106.

CVS INÉDITA
AMBAIF
HSE

(Ambai)CUS AMBAI F(ilius) (annorum...) H(ic) S(itus) E(st).


Sillar de granito de 0,44 x 0,27 mts., situado en el ábside de la iglesia junto al
suelo.
Las tres letras de la primera línea están entre sí más distanciadas que las de las
otras líneas, lo cual me hace suponer que a la lápida no le falta más que una primera
línea que contendría las letras AMBAI, en la misma disposición que en la segunda línea
actual del epígrafe. (Foto 38).

107.

C AN LX INEDITA
E AN XXXX
HSE

Fragmento de granito de 0,34 x 0,30 mts., situado en la pared derecha de la


iglesia.
Es parte de una lápida fúnebre en la que tal vez estuvieron indicados los nombres
y edades de varios difuntos. Entre la primera y la segunda línea hay un gran espacio del
que han desaparecido las letras.

108.

BBM INEDITA
XXX H S

Fragmento de granito con restos de un epígrafe fúnebre, situado en la pared de la


sacristía, junto al número 104. Mide 0,25 x 0,16 mts. Bene Merenti. (Foto 37).

109.

Grupo de pequenos fragmentos


+ : I INVI : Fragmento de 0,22x0,20 mts.
+ + : H. C.: Fragmento de 0,42x0,21 mts.
+ + + : H . H.
M : Fragmento situado en la fachada de la iglesia.

173
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

Existen además varios fragmentos anepigráficos, con vistosas decoraciones, como


en la foto 38.

SANTA CRUZ DE CAMPEZO

110.

D . M. Fz. Medrano: G. S., 1; G. Nieto: «Oppi-


dum» 211.

Dice G. Nieto: «Entre rica ornamentación de tipo geométrico se ven tres figuras
hechas con la misma tosquedad y falta de sentido artísticos que en Iruña. La estela de
Santa Cruz de Campezo tiene una faja en la parte superior, en la que entre rosetas
enmarcadas por círculos destaca un creciente lunar y las siglas D M. (Foto 40) (Archivo
A. Llanos).

SARASO

111.

LAVOS.IOV INÉDITA
OPTVMO

(F)LAVOS IOV(i) OPTVMO (Maximo).


Piedra caliza de 1x0,40 mts., situado en la fachada de la iglesia parroquial, a la de-
recha de la puerta.
Fragmento de una lápida votiva, dedicada a Júpiter, único ejemplar en la Provincia
dedicado a esta divinidad. El nombre más común de esta divinidad es Iovi Optimo Ma-
ximo, pero en lápidas tardías, sobre todo de la Península Ibérica, suele aparecer la forma
Optumo.

112.

ICVSV INEDITA
NVSLEO
PIETATI

Fragmento de caliza con restos de un epígrafe fúnebre, situado, en posición inver-


tida, inmediatamente junto al anterior. Mide 0,49x0,28 mts., con letras de 0,08 mts. de
altura.
La recomposición de este epígrafe resulta difícil, dado el escaso número de letras
que persisten.

174
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

113.

RMES INEDITA

Fragmento de piedra caliza de 0,82x0,30 mts., situado en la fachada de la iglesia


parroquial, junto a los anteriores.
Las letras, elegantísimas capitales cuadradas de la mejor época, tienen una altura
de 0,10 mts.

114.

INV INEDITA

Restos de inscripción situados en el ángulo superior derecho de una gran losa que
está en el pavimento del pórtico. La losa mide 0,65x0,65 mts., y la altura de las letras es
de 0,09 mts.
En esta misma iglesia se encuentran otros pequenos fragmentos de escaso interés.

URABAÍN

115.

MBAT.VS Baraibar: Ms. Urabain 1; J. M. Corta: V. R. A.,


AVI.F 357.
ANL
H

(A)MBATUS (El)AVI F(ilius) AN(norum) L... H(ic) (situs) (est). Piedra de


granito situada en la pared que mira al mediodía de la iglesia parroquial de Urabain.
Mide 0,34x0,35 mts.
Baraibar que da los suplementos lee Elavi y no Flavi, en la segunda línea, teniendo
en cuenta el epitafio de Marco Sempronio en el vecino pueblo de Ocáriz.
Encima de la inscripción, en la parte derecha, hay una pequeña roseta, y en todo el
borde superior de la lápida, pequeñas incisiones verticales en grupos de tres en tres.

175
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

URBINA DE BASABE

116.

D. M. Henao: Cantabria 1, 214; Flórez: Cantabria, 122;


AE M I L I V S P ATE R N D. G. H. A., II, 409; Ceán: S. A. R., 190; Baraibar:
D O M I T I AE P R I M I T Ms. Urbina 1; Hübner: C. I. L., 2921; J. M. Corta:
V-X O R I P I E N T I SS IM V. R. A., 348.
ET S I B I V I V V S P O S V

D(íis) M(anibus), AEMILIUS PATERN(us) DOMITIAE PRIMIT(ivae) UXORI


PIENTISSIM(ae) ET SIBI VIVUS POSU(it).
Estela fúnebre de lx0,27x0,18 mts., situada en el interior de la iglesia parroquial,
en una puerta antigua actualmente tapiada.
Según noticia tradicional, procede de la desaparecida ermita de San Miguel,
situada a poca distancia de la actual parroquia.
Henao, cuando habla de esta lápida asegura que había sido traída de país extraño
al vasco por algún aficionado a antigüedades, pues era el único resto romano que había
en nuestras provincias.
En la segunda línea el Diccionario lee PATERNI. Hübner lee en la tercera PRIMAE,
y en la quinta POSUIT.
En la segunda línea la A y la E están unidas en un único nexo, y lo mismo ocurre
en la tercera línea. También unidas en un único nexo están la A T E de la segunda línea,
la N, T, de la cuarta, y la E, T de la quinta.
La decoración de la lápida consiste en un gran disco radiado, colocado en el tercio
superior de la misma, flanqueado por cuatro más pequeños, con la forma de los lla-
mados clavos romanos. (Foto 41) (Archivo A. Llanos).

VILLANAÑE

117.

D. M. Hübner: C. I. L., 2922; Baraibar: Ms. Villama-


ANTESTIA derne 1.
EVTERPE
S P
A N .L X X V

Es una piedra arenisca de 2x0,50 mts., aparecida junto al río Otnecillo, cerca de
Villanañe, en término de Barcabao, jurisdicción de Villamaderne.
D. Rodrigo Ignacio de Varona la envió a D. Aureliano Fz. Guerra, quien se la re-
mitió a Hübner para que la incluyera en el Corpus. D. Julián Salazar la trasladó a Espe-
jo, y la puso como banco delante de su casa.

176
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

La lápida está dividida en cuatro partes iguales de 0,50x0,50 mts. cada una. En la
primera hay un disco radiado como en la lápida de Urbina de Basabe. En la segunda
está la leyenda, en la tercera dos figuras toscamente labradas, y la cuarta parte, que es la
inferior, se halla totalmente lisa.

VITORIA

118.

SEX.NVMIO.SEX.F.AVSENATOR.DECVR DUDOSA
A PRIMA IVVENTA IN SAC.MINEVAE ADSCRIP
ET.OMN.RER.SACR.
SCRIBAE VIXIT AN LXXIII
M.VII. D.IX
ENTISS

SEX(to) NUMIO SE*(ti) F(ilio) AUSENATOR(um) DECUR(ioni) A PRIMA


IUVENTA IN SAC(ra) MINERVAE ADSCRIP(to) ET OMN(ium) RER(um) SACR
(a-rum) SCRIBAE VIXIT AN(nos) LXXIII M(enses) VII D(ies) IX SEX(tus) ET P
(ublius) FILII PATRI PIENTISS(imo).
Noticia de esta lápida la da el P. Juan Bautista Cattaneo, que por mandato de la Or-
den de San Francisco recorrió España recogiendo con suma diligencia medallas e ins-
cripciones utilizadas después por el Conde Mezzobarba y por Muratori, asegurando que
se hallaba en Vitoria. Flórez en España Sagrada, XXVIII, 14-15, acepta la noticia, y a él
le copian Masdeu (VI, 153) y Madoz (Dicc. Geog.: Ausetani). Hübner no lo acepta y la
coloca en el número 423 de las inscripciones «Falsae vel Alienae», apoyándose en el
testimonio de Orrelli, y en la colección de Henzenn.
Aparte de las razones dadas por Hübner, el estilo inusitado de la composición, y el
poco preciso lugar del hallazgo, la hacen totalmente sospechosa.

119.

VPER Lápida de origen desconocido.


VINEA INEDITA
XAVCO
I V GI A
SSI
ETSI
SE
M

(Ex)UPERIE (La)VINE A(nnorum) X*V CO(n)IUGI (C)A(ri)SSI(me) ET SI(bi)


SE... M(emoria).

177
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

Es una piedra arenisca de 0,40x0,23 mts., actualmente depositada en el Museo


Arqueológico, aunque de procedencia desconocida.
La lápida está muy maltratada, y en su parte izquierda ha sido rebajada, tal vez
para acomodarla a alguna edificación, en un espacio capaz de contener dos letras. Las
letras son muy irregulares en cuanto a la forma, y presentan todos los caracteres del bajo
período.
La transcripción que he hecho es bastante arbitraria, sobre todo en lo que se refiere
al cognomen de la difunta. A la fórmula de la dedicatoria, en dativo, le he dado esa
forma abreviada, por ajustarse mejor a los espacios libres, y corresponder mejor con la
época decadente de la escritura.
La lápida tiene en su parte baja una decoración a base de cuatro acanaladuras, que
forman una especie de almohadillado.

CONCLUSIONES

LA ONOMASTICA

Los nombres que aparecen en las lápidas alavesas, se ajustan en la mayor parte de
los casos a las reglas generales de la onomástica romana.
Sin embargo, hay algunas particularidades que conviene señalar, tanto en lo que se
refiere a lápidas votivas como a cipos sepulcrales.
Entre los nombres de las divinidades hay cuatro: Uvarna, Tullonio, Sandao y Bae-
listo, que no aparecen en ninguna otra ocasión como nombres propios de divinidades
hispánicas, y que a juicio de J. Blázquez, pudieran hacer en algunos casos referencias de
carácter toponímico.
Este mismo fenómeno de referencias a lugares aparece en varias de las lápidas
fúnebres, como en los casos de Cantaber, Híspanus, Gallicus, Rhodanus...
La enorme variación de nomina, 46, y de cognomina, 82, que se presenta en un
número de lápidas relativamente reducido como es el caso de Alava, no permite ni un
estudio de penetración de nombres ni de organización de familias. Solamente, y a modo
de ejemplo, senalamos que el nombre que más se repite es Sempronio, y el cognomem
Ambato.
En muchos de los casos se trata de nombres indígenas o derivados de ellos, sin que
falte tampoco, como en una lápida de Iruña, el nombre de un liberto de origen griego.
En cuanto a la distribución de los diversos elementos del nombre romano, también
se observan en general las reglas de la epigrafía clásica, aún cuando vemos utilizado
como nombre el prenombre Quinta, y corno prenombre el cognomem Maritus.

178
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

LAS CALZADAS

Teniendo en cuenta la localización topográfica de los epígrafes alaveses, y utili-


zando como trabajo de base el estudio de Coello de Quesada sobre las calzadas roma-
nas de esta Provincia, podemos, sin pretender darle un valor definitivo, confirmar o
ampliar alguno de los supuestos del citado estudio.
La mayor parte de las lápidas alavesas aparecen en localidades a lo largo de la
calzada romana de Burdeos a Astorga, citada por Antonino. Dentro de esta calzada las
mayores aglomeraciones se dan en torno a tres centros: San Román de San Millán
(Alba?), Iruña (Vennia?), y Cabriana (Deóbriga?).
En el camino romano dado por seguro por Coello, y que desde Puentelarrá se
dirigía a Villasante pasando por Osma de Valdegovía (Uxama Barca?), sólo encon-
tramos dos lápidas: una en Villanañe y otra en Osma.
Hay dos caminos sin embargo, dados tan sólo por probables por Coello, en torno a
los cuales aparece un número no pequeno de lápidas. Uno es el camino número 13 del
estudio citado, que iba de Salvatierra a Mendaza, atravesando Ocáriz, Contrasta y Gas-
tiaín en Navarra. Este camino, a mi modo de ver, no tomaba la dirección de Mendaza,
sino que proseguía hacia Santa Cruz de Campezo, Maranón (Navarra), Angostina, y
entraría en la Rioja por Asa o Laguardia. Hay que tener en cuenta que a lo largo de este
camino, que en gran parte coincide con actuales carreteras, se agrupan 28 de las 118
lápidas alavesas, sin tener en cuenta los numerosos epígrafes navarros de Gastiaín y
Marañón.
El otro camino pudiera ser muy bien una vía de unión entre los otros dos caminos
antes citados, es decir entre la calzada principal y el camino hacia la Rioja. Este nuevo
camino uniría probablemente a los otros partiendo de algún lugar próximo a Vitoria, y
atravesando el Condado de Treviño por Saraso y San Martín de Galvarín, pasaría por
Payueta y tal vez por Baños de Ebro, coincidiendo también en gran parte con actuales
carreteras.
De la ubicación de las otras lápidas no podemos sacar conclusiones en este sentido,
sino que por el contrario extraña su situación, como en el caso de Arceniega, fuera de
todo otro resto romano conocido.

LA DECORACION (1)

Al estudiar cada una de las lápidas hemos señalado la decoración que


acompañaba al epígrafe, tanto en los casos de epígrafes actualmente existentes, como
en los casos de lápidas desaparecidas pero de las que quedan noticias aten-dibles. Sin
embargo, considerando conjuntamente todos los motivos ornamentales que se

(1) Tengo en preparación un amplio estudio sobre ella.

179
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

presentan en nuestra Provincia, podemos sacar algunas conclusiones de gran interés to-
pográfico.
Podemos dividir los elementos decorativos en varios grupos: Figuras humanas,
Animales, Vegetales, Astros, Edificios, Varios.
1. Figuras humanas. Aparecen representadas en nueve lápidas, repartidas indis-
tintamente por toda la geografía alavesa. En todos los casos se trata de toscas y eleven-
tales representaciones, e incluso en dos de ellos, San Martín de Galvarín y Narvaja, los
grabados son simplemente esquemáticos.
2. Animales. Están representdos en siete ocasiones, de las que seis de ellas, en un
ámbito muy reducido en torno a San Román de San Millán. En este círculo aparecen
palomas, ciervos, y un toro. Fuera de este ambiente sólo hay una representación de un
animal, cuadrúpedo indefinido, en la lápida de Baños de Ebro.
3. Vegetales. Por diez veces aparecen las lápidas adornadas de pámpanos y raci-
mos de uva. Estas representaciones se agrupan en nueve ocasiones en torno a dos cen-
tros, San Román y Contrasta. En la lápida de San Martín de Galvarín aparece la repre-
sentación de un árbol indefinido.
4. Astros. Conviene entre ellos distinguir el sol, la luna y las estrellas. Discos
solares aparecen cinco veces en torno a San Román, dos veces en torno a Contrasta, y
otras dos veces en otros lugares. El creciente lunar y las estrellas se representan en
zonas muy variadas. En la mayor parte de las lápidas estos elementos se dan com-
binados.
5. Edificaciones. La única representación de este tipo que encontramos es el
puente. Aparece en seis ocasiones. Cinco de ellas en lápidas de Iruña, haciendo sin duda
alusión a los puentes romanos de la zona. En una sola ocasión aparece represen-tado un
puente en una lápida de Angostina.
6. Varios. En este apartado reunimos otros elementos decorativos que aparecen
más raramente, como son los dibujos geométricos de los más variados tipos, y objetos
diversos. Entre estos conviene destacar el arado de la lápida de Ocáriz, los «lacrima-
toria» de San Román, y la «sítula» de Narbaja.
Si tenemos en cuenta el número de las lápidas, y la riqueza ornamental de las
mismas, podemos observar que en nuestra Provincia se dan tres centros de influencia.
Dos de ellos a lo largo de la calzada romana de Burdeos a Astorga, junto a las man-
siones de Alba(?) e Iruña. El tercer foco de influencia es Contrasta, situado en el centro
de esa vía desconocida, pero que muy bien pudiera haber existido, que desde Salva-
tierra, y siguiendo más o menos la actual carretera, llega hasta Laguardia.

180
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

INDICES

INDICE GEOGRAFICO

Albéniz ………………………….…...….. 1 Lapuebla de Arganzón …….…..…....... 78


Alegría …………………………...…....... 2 Luzcando ……… 79, 80, 81, 82, 83, 84, 85
Angostina ……………................ 3, 4, 5, 6, 7 Margarita ……………………………. 86
Araya ………………………...... 8, 9, 10, 11 Narbaja …………….….…….……...... 87
Arceniega ………………………..…….... 12 Ocáriz ………….…….….... 88, 89, 90, 91
Armentia ………………………….....…. 13 Ollávarre ……….……….….…….. 92, 93
Asa ………………………..……...… 14, 15 Osma ……………………..…….... 94, 95
Baños de Ebro …………………….....… 16 Payueta ……..………………….….…. 96
Cabriaza …………………....... 17, 18,19, 20 Salvatierra ..……...….………………... 97
Contrasta …........................ 21, 22, 23, 24, 25 San Esteban …………………..….. 98, 99
26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, ……………. 33 San Martín de Galvarín …..……….… 100
Eguílaz …………………..………..... 34, 35 San Román de San Millán ………... 101,
Foronda ………………………..........…. 36 102, 103, 104, 105, 106, 107,
Gomecha …………………………......... 37 108,……………………………… 109
Ibárguren …………………...……..….... 38 Santa Cruz de Campezo ...……….….. 110
IIlárduya ………………...………. 39, 40, 41 Saraso ……………....... 111, 112, 113, 114
Ircio …………………….……….....…... 42 Urabain …………..….…………….... 115
Iruña ……………..… 43, 44, 45, 46, 47, 48, Urbina de Basabe …………….…..… 116
49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, Villanañe ……...………..……...……. 117
58, 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65, 66, Vitoria ….……………..……………. 118
67, 68, 69, 70, 71, 72, 73, 74, 75, «Origen desconocido» ……..………... 119
76, ……………………….. 77

INDICE DE DIVINIDADES

Baelisto ..................................... Angostina 7 Ninphae et Loci …................. Cabrian 20


Iupiter Optumus .…………….. Saraso 111 Sandao Vimumburus .......... Arceniega 12
Lares Quadruiis …………….... Guardia 77 Tullonius …………………..… Alegria 2
Matres Useae …………….… Laguardia 76 Tutela ……………….….…...... Iruña 53
Ninphae ……………………...….. Araya 8 Uvarna ……………..……... Cabriaza 19

INDICE DE EMPERADORES

M. CASSIANUS POSTUMUS (258-268) Imperator Aulas Valerius Constantius


……………………..........…..… Ircio 42 Pius Felix Invictus Augustus.
Imperator Caesar Marcus Cassianus CONSTANTINUS MAGNUS (306-337)
Latinius Postumus Pius Felix Invic- ……………………………… Cabriana 18
tus Augustus Germanicus Maximus Imperator Caesar Flavius Valerius Cons-
Pontifex Maximus T. P. III Cos. III. tantinus Pius Felix Invictus Augustus.
CONSTANTIUS CLORUS (292-306)
..……………......…….…… Ilárduya 39

181
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

INDICE DE GRADOS MILITARES

Armorum Custos ………….. Angostina 6 Eques ……………………...…… Iruña 48

INDICE DE «PRAENOMINA»

Caius …………………...…. Angostina 10 Narbaja 87


Asa 15 Ocáiriz 88
Iruña, 46 50 S. Esteban 98
Marcus ………………….….. Angostina 5 S. Martín 100
Contrasta 29 Maritus ……………….……… Narbaja 87
Luzcando 79 Titus ………………………………..Asa 15
Iruña, 49 67 Iruña 53
Margarita 86

INDICE DE «NOMINA»

Aemilia ………………………….….….. 15 Lucilius ………………………………… 70


Aemilius ………………...………...... 3, 116 Lucretius ……………………………… 67
Anica ……………………..……….…… 21 Minicius ……………………………… .. 21
Anicius ……………….…………….….. 38 Munatius ……………………………….. 45
Antestia ………………………….…… 117 Octavia ………………………………… 78
Antiocus ………………………….….… 87 Octavius ……………………………….. 86
Antonius ……………………....….. 19, 100 Oppius ………………………………… 96
Aseyuclus ………………...……………. 16 Plinthas ………………..……………….. 67
Asinus ………………………………..… 56 Pompeia ……………...………… 13, 15, 76
Atea ……………………………………. 92 Pomponius …………………………… 101
Aunia ………………………….….... 41, 69 Porcia ………………………………..… 10
Aurelia ………………………………… 14 Porcius ………………………………… 98
Aurelius ………………………...… 47, 100 Quinta …………………….………….. 102
Calpurnius …………………………….… 6 Romulus ……………………………….. 87
Domitia ………………………...…….. 116 Secundus ………………………………. 50
Domitius ………………………………. 13 Sempronius ……………..… 1, 2, 15, 49, 68,
Egnatius ……………………………….. 43 79, ………………………………… 88
Estiterius Fabricius …………………….. 50 Terentius ………………………….…… 43
Flaccus ……………………….……….... 14 Ursicenus ……………………………… 16
Flaminus ……………………………..… 53 Valeria …………………………………. 80
Licinius …………………………....... 48, 51 Vetilius ………………………………..... 46
Licia ………………………………...…. 78 Vibia …………………………………..... 5
Lucius ………………………………….. 49 Vibius ………………………………… 5

INDICE DE «COGNOMINA»

Ablonius ………………………………. 40 Anutisema ………………………..…….. 78


Aemilianus …………………………….. 15 Appa …………………………...………. 22
Ambaicus ……………………...…. 45, 106 Ara …………………………………….... 41
Ambata ………………………….…….. 22 Araica ………………………………….. 23
Ambatus ……………. 4, 24, 28, 34, 55, 115 Arais …………………………………… 23
Andion …………………………..…... 4, 7 Atessuclus ……………………………...... 14

182
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

Atilius ……………………...…..…….. 52 Marcellinus …………………………… 87


Attius ……………………….……….... 13 Materna ………………………...…. 15, 36
Augustinus …………………………..... 46 Maternus ………………………….... 3, 68
Ausios ……………………..…...…...… 98 Mundus ………………………….…… 96
Ausivos ………………………...…...… 56 Oculatus ……………………………… 79
Candidianus ……………………...….... 39 Panderos ……………………...….…… 17
Cantaber …………………...….. 25, 26, 48 Paternus …………………………. 92, 116
Capito …………………………….....… 8 Plendus …………………………....….. 34
Caricus ………………………….…..…. 27 Primitiva ………………………… 76, 116
Carus …………………………………. 27 Reburrinus ……………………....……. 38
Celtus ……………………………....….. 6 Reburrus …………………………....… 38
Ciras ………………………..……...….. 35 Receptus …………...……………….… 17
Crispus …………………...………....… 70 Rhodanus …………………………..… 52
Egoitus …………………………....…... 35 Rusticus …………………………...….. 77
Elanus …………………………..…… 55 Rutilus ………………………………... 56
Elavus ……………………………….. 115 Sabinus ……………………………….. 86
Euterpe ……………………...…….... 117 Sandus ………………….…………….. 12
Exuperius …………………………....... 36 Secundiana …………...……………….. 69
Fabia ……………………….……...… 102 Segilus ……………………...……….… 77
Fesetina ……………………...….…..… 78 Segontius ………..………… 28, 57, 89, 97
Flaccus ……………………………..…. 6 Sentonia ………………………....……. 80
Flavinus …………………....……..…… 5 Serenus ……………………………….. 60
Flavos …………………..……... 7, 19, 111 Sermus ……………………………....... 24
Flavus ……………………….....…….. 88 Severinus ……………………………... 60
Florus ………………………….….. 3, 21 Severus ………..……………….… 2, 6, 57
Fraternus …………………..……….… 67 Silo …………………………………….. 1
Fuscus ……………..……... 43, 50, 79, 100 Titulla …………………………..…….. 15
Gallicus ………………..………….…... 86 Titullus ……………………………….. 15
Hispanus ………………………..….…. 51 Tonius ………………………………... 98
Iammarius ………………….……..…... 97 Tritaius ……………………………….. 26
Illuna ………………………..……..… 52 Tychia ……………………………….... 52
Lonus ……………………….….…...… 70 Uraesamus ……………………………. 25
Licirius ……………………...…............ 40 Vettius ……………………….….… 46, 57
Lucidius ……………………….........…. 61 Vitalis …………………………...…….. 43
Marcellina …………………………....… 5

INDICE DE PARENTESCOS

Coniux ………………..….…… 36, 44, 80 Maritus ……………………...….…. 13, 94


Frater …………………..……..... . 5, 61, 79 Nepos ……………...…………………. 15
Filius ………... 3, 7, 10, 11, 14, 16, 17, Nurus ………………………………… 15
22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 31, 34, Pater ……………………….…….. 67, 100
35, 36, 38, 43, 45, 46, 49, 51, 52, Patruelus ………………...………….… 50
55, 56, 57, 60, 68, 70, 77, 78, 79, Uxor ……………………..…….…. 92,116
86, 87, 89, 97, 98, 106, ………..115

INDICE DE TRIBUS

Esquilina ………………………..…… 87 Quirina …………..…… 49, 65, 68, 86, 98

183
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

CLASIFICACION DE LOS EPIGRAFES

Estelas funerarias …..... 1, 3, 4, 5, 9, 94, 97, 98, 100, 102, 103, 104,
10, 11, 13, 14, 15, 16, 17, 21, 22, 106, 107, 108, 109, 110, 115, 116,
23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 117, ………………………………. 119
32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 40, 41, Aras ………..………. 2, 7, 8, 12, 19, 20, 53
43, 44, 45, 46, 47, 48, 49, 50, 51, 76, 77, …………………………... 111
52, 55, 56, 57, 59, 60, 67, 68, 69, Votivas …………….……….. 6, 62, 96, 101
70, 71, 72, 73, 74, 78, 79, 80, 81, Columnas Miliarias ………...…… 18, 39, 42
82, 86, 87, 88, 89, 90, 91, 92, 93,

LAPIDAS ACTUALMENTE EXISTENTES

Museo Arqueológico de VITORIA: 3, 38, Parroquia de Margarita: 86.


51, 69, 70, 71, 72, 73, 74, 75, 79, 87, San Miguel de Ocáriz: 88, 89, 90, 91.
94, 110, 119. Elizmendi de Contrasta: 21, 22, 23, 24,
Museo «Amigos de Laguardia»: 76, 77. 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33.
San Bartolomé de Angostina: 4, 5, 6, 7. Arzanegui de Ilárduya: 39.
Parroquia de Araya: 9, 10, 11. Casa Cural de San Martín de G.: 100.
Parroquia de San Román de S. M.: 101, Casa en San Esteban: 98.
102, 103, 104, 105, 106, 107, 108, 109. Cementerio de San Esteban: 99.
Parroquia de Saraso: 11, 112, 113, 114. Bodega de Baños de Ebro: 16.
Parroquia de Urabain: 115. Sres. de Ajuria de Araya: 20.
Parroquia de Urbina de B.: 116. Oppidum de Iruña: 67, 68.

CORRESPONDENCIA DE LA NUMERACION
DE HUBNER CON NUESTRA NUMERACION

C. I. L. vol. II Nuestra C. I. L, vol. II Nuestra

2920 12 2940 40
2921 116 2941 38
2922 117 2942 97
2923 15 2943 88
2924 19 2944 101
2925 17 2945 102
2926 48 2946 89
2927 46 2947 1
2928 86 2948 34
2929 98 2949 35
2930 49 2950 22
2931 47 2951 24
2932 43 2952 23
2933 50 2953 26
2934 51 2954 27
2935 45 2955 11
2936 52 2956 28
2937 44 4902 18
2938 13 4903 39
2939 2 4919 42

184
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA

C. I. L. vol. II Nuestra C. I. L, vol. II Nuestra

5813 98 5820 60
5814 14 5821 59
5815 52 5822 65
5816 53 5823 58
5817 56 5824 54
5818 92 5825 93
5819 55 5826 57

185
Angostina.-2
Angostina.-1

Angostina.-3
Arcaya.-4 Arcaya.-5
Baños de Ebro.-6 Assa.-7
Contrasta.-9

Contrasta.-8

Contrasta.-11 Contrasta.-10
Contrasta.-12

Contrasta.-14

Contrasta.-13
Ibarguren.-15

Ilárduya.-16
Iruña.-17
Iruña.-18

Iruña.-19

Iruña.-20
Iruña.-21 Iruña.-22

Iruña.-24 Iruña.-23
Luzcando.-25
Ocáriz.-28

Ocáriz.-29
Ocáriz.-30

Osma.-31
S. Martín
de Galvarín.-32

San Román
de San Millán.-33

San Román
de San Millán.-34
San Román de
San Millán.-35

San Román
de San Millán.-36

San Román
de San Millán.-37
San Román de San Millán.-38

San Román de San Millán.-39


Sta. Cruz
de Campezo.-40

Urbina
de Basabe.-41
EN TORNO
AL BAJORRELIEVE
DE MARQUINEZ (Alava)

por Armando Llanos

Son varias las cuevas artificiales existentes en la provincia de Alava, que ostentan
en sus paredes, grabados, grafitos e incluso pinturas. Algunos de estos han sido publi-
cados en diversos estudios, esperando otros -los descubiertos más recientemente- el
momento de su publicación.
En el extremo más oriental de esta alineación (fig. I) de cuevas artificiales que se
desarrolla de Este a Oeste, se halla el pueblo de Marquínez. Interesante lugar en las
estribaciones de la sierra de Izkiz, rodeado de numerosas cuevas artificiales. En una de
éstas, se halla labrado en la roca un interesante bajorrelieve. Esta cueva en la que se
encuentra (fig. II y foto 1) está situada en el lugar denominado Peña Askana y más
concretamente en el punto de Santa Leocadia, a espaldas de la iglesia parroquial,
formando parte de un conjunto de cuevas, reutilizadas por los naturales para diversos
menesteres. Por ello cierra su entrada una pared de piedra, así como la de otra cueva
que se encuentra a su lado.
Son numerosas las versiones que se han dado sobre el significado de este bajo-
rrelieve y sobre su cronología. Ya Cabré en 1918 (1), lo suponía de época Neolítica,
basado únicamente en la existencia de algunos trazos de pintura roja, dados sobre las
figuras en él representadas.
Nuevamente es considerado por D. José Miguel de Barandiarán (2) quien repite la
descripción de Cabré.
También el Abate Breuil publicó un trabajo (3) sobre este bajorrelieve,

(1) CABRE, Avance al estudio de la escultura prehistórica de la Península Ibérica. Coimbra,


1918.
(2) J. M. DE BARANDIARAN, El arte rupestre en Alava. Bol. Soc. Ibérica de Ciencias Natu-
rales. Zaragoza 1920.
(3) H. BREUIL, Les bas-reliefs de Markinez (Alava). Rev. Archeol. Tomo VIII. 1921.

187
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)

Figura I.-Situación del pueblo de Marquínez donde se halla el bajorrelieve en estudio.

en el que lo consideraba como de época romana, aunque no hemos logrado saber en


qué se basaba, por no haber podido conseguir este trabajo.
Posteriormente son Aranzadi, Barandiarán y Eguren, los que se hacen eco -en un
estudio general sobre estas cuevas artificiales (4)-, de la

(4) A RANZADI, B ARANDIARAN, EGUREN, Grutas artificiales de Alava. Soc. de Estudios


Vascos. San Sebastián 1923.

188
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)

descripción de Cabré, aunque no admitan la cronología que éste le atribuía, por


considerar de poco peso el hecho sobre el que la basa.
Adán de Yarza, en su descripción físico-geológica del País Vasco-Navarro (5) ha-

Figura II.-Planta de las cuevas artificiales, donde se ubica el bajorrelieve (punto indicado con una
estrella).

ce alusión también a esta escultura, transcribiendo la opinión de D. Aureliano Fz. Guerra,


que la supone fenicia o cretense.
Por todo ello y al ver la diversidad de opiniones que suscitó a través de los años,
nos hizo fijarnos más en esta representación escultórica e intentar fijar su verdadera sim-
bología y edad.

(5) ADAN DE YARZA, R., Descripción física y geológica de la provincia de Alava. Memo-
ria, Com. Mapa Geolog. de España. Madrid, 1885.

189
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)

El bajorrelieve

Durante muchos años, el cierre de pared que fue levantado al objeto de utilizar la
cueva como establo, cubrió en parte (foto 3) este bajorrelieve, por lo que pasó desa-
percibido para la mayor parte de los investigadores. Considerando interesante el dejarlo
exento, propusimos a la sección de arquitectura de la Excma. Diputación Foral de
Alava, -de acuerdo con el actual propietario de la cueva- el liberar el bajorrelieve
desviando la pared. Esta propuesta fue inmediatamente aceptada por el arquitecto pro-
vincial, D. Jesús Guinea, a quien agradecemos el interés demostrado en este caso, ha-
ciendo posible su realización.
La construcción de la pared que cierra la cueva, y el acomodamiento de la cavidad
como establo, destruyeron parte del grupo escultórico (fotos 3 y 4). Únicamente queda
una fotografía antigua (fig. III y foto 2) donde se pueden ver casi completas las figuras
que lo componen, y en la que juntamente con la realizada actualmente (foto 4), nos
basaremos para hacer la descripción y estudio.
Se trata de dos figuras principales, una a pie y la otra ecuestre. La que está de pie,
mide 1,35 m. de alta, representando a un varón, desnudo, en postura frontal, rígida, con
los brazos doblados y las manos cogidas a la altura del pecho. La otra figura, de 0,95 m.
de alta corresponde a una mujer, montada sobre un équido y cabalgando a izquierdas,
viéndose toda la figura, es decir, sobre un caballo encaminado hacia la izquierda y sin
silla. En la mano porta un objeto de aspecto maciforme. Desgraciadamente no conoce-
mos -ya no existía a principios de siglo- la parte de la grupa del animal, por estar des-
trozada esta parte de la roca.
Sobre su realización podemos decir que está concebida a base de masas planas,
rehundiendo el plano del fondo, y conservando lisa la superficie, preparada para es-
culpir este grupo. El relieve obtenido de esta forma, varía entre 2 y 5 cm. Únicamente
en la figura en pie se ha tratado de obtener algo de modelado, redondeando las extre-
midades y el tronco. En cambio en la cabeza se ha evitado este intento de modelado,
aunque sí, se ha tratado de bosquejar las facciones. En la figura ecuestre solamente se
modela el objeto maciforme y la cabeza del équido, conservando el resto, la superficie
plana, obteniendo de este modo solamente una silueta en relieve.
Ambas figuras estaban pintadas en rojo -hoy solamente conserva restos de esta
coloración, la cabeza de la figura en pie y la del caballo- informándonos Cabré, que lo
estaban, la mitad superior del varón; el rostro, el cuello y el pecho de la mujer; la
cabeza del caballo y el objeto en forma de maza que sostiene la figura femenina.
Esta técnica de bajorrelieves con masas planas, es muy normal en representa-
ciones lapidarias, en diversas épocas, pero especialmente en lo romano.

190
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)

En nuestra provincia podemos citar, las lápidas con representaciones humanas de


Santa Cruz de Campezo, Iruña, Narvaja, Contrasta, etc. en las que se utilizó esta
técnica.

Su significado

En primer lugar vamos a diferenciar y a estudiar por separado -en este


intento de buscar su simbolismo- una figura de la otra, por considerar que aunque
juntas, no forman una unidad temática.
La figura en pie representa, casi con seguridad, a un varón -dadas las
diferencias anatómicas con la figura ecuestre- con las manos juntas en actitud

191
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)

implorante y probablemente con intento al realizarlo -por. el hecho de figurar los rasgos
faciales- de representar a una persona determinada.
En cuanto a la figura ecuestre, podemos fijarnos que no se ha pretendido «re-
tratar», ya que la cara es simplemente una masa plana sin más detalles, posiblemente
por dar por sabido, que ciertos atributos -ir montada a caballo, portar el objeto en forma
de maza, etc.- definían de manera sobrada a esta imagen. El hecho de tener a una figura
implorante ante ella, nos hizo pensar en que indudablemente se trataba de una re-
presentación con un valor mítico superior a esta primera. Basándonos en este hecho
comenzamos a tener en cuenta aquellos atributos que podían definir a una imagen
concreta viendo así las muchas analogías que tiene con las representaciones ecuestres
de la diosa Epona. Analicemos estos paralelismos.
De esta diosa Epona (Epo=caballo, y la terminación céltica ona) se conocen tres
tipos principales de representaciones; el estante, el sedente y el ecuestre. Prescin-
diremos de las dos primeras por no considerarlas de interés para este estudio y nos
concentraremos en esta última, analizando las similitudes y diferencias de esta repre-
sentación de Marquínez, con las ya conocidas de Epona, en el resto de Europa.
Siempre se representó a esta diosa en compañía de un caballo con el que forma un
grupo inseparable. Sus atributos son un cuerno de la abundancia, una pátera o unos
frutos, con lo que se muestra como la diosa de la abundancia agrícola. Su culto fue muy
popular en la Galia, pasando luego a la península Itálica, llegando hasta la propia
Roma, llevado su culto por los soldados romanos en época imperial, de los países
Celtas. Olvidándose su significación primitiva, Epona se convirtió en la diosa de los
caballos, viéndose por eso su imagen colocada en las cuadras. Representada cabalgando
sola, sentada a la derecha, rara vez aparece figurada montada a izquierdas. S. Reinach
(6) observó lo siguiente a las que estudió: Indumentaria; casi siempre severamente
casta -en el bronce de Loisia (fig. IV, n.º 2) es el único caso en que se da con el torno
desnudo-. Atributos; pátera, cornucopia, etc. Montura; fuerte cuello, nariz prominente,
cola abundante en ángulo recto. Andadura; al trote, en reposo, al paso o al galope.
Arnés; casi siempre inexistente. En cuanto a la calidad artística, apunta este autor, un
gran porcentaje de piezas mediocres y mal conservadas, estando realizadas la mayor
parte sobre arenisca o terracotas, lo que prueba el carácter popular de este culto.
Colocadas principalmente en puertas o paredes interiores de caballerizas.
Su imagen y nombre es conservado en más de 120 monumentos, distribuídos por
Galia, Germania y Valle del Danubio, Britania, etc.
En la Península Ibérica son conocidos con seguridad cuatro ejemplares

(6) S. REINACH: Cultes Mythes et Religions. Paris 1908-23. I. Pág. 63.

192
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)

Figura IV.-Varias representaciones de Epona. 1.-Fountain-Les-Chalón. 2.-Loisia. 3.-Jabreilles. 4.-Braga.


5.- Bregeuz.

incluyendo este de Marquínez; el de Braga en Portugal (fig. IV, nº 4), el del Llano de la
Consolación (Murcia) y el epigráfico de Montealegre, también en Murcia.
Así podemos ver que nuestro bajorrelieve de Marquínez, se asemeja a estas repre-
sentaciones de Epona con fuertes paralelismos como son: figura femenina ecuestre, con la
cornucopia como atributo. Bien es cierto que presenta algunas variantes, con las ya cono-
cidas, que aun lo hacen más interesante, como son: figurar cabalgando a izquierdas, y
representada sin vestido alguno, caso este último, único entre las que conocemos. En la
lámina IV presentamos algunas de las representaciones ecuestres de diversos lugares y
una estante, en un relieve de Jabreilles, -la número 3- en la que se puede ver la forma de
figurar la cornucopia, tan parecida a la de nuestro bajorrelieve.

Conclusiones

De todo ello podemos deducir que en este bajorrelieve de Marquínez se ha querido


plasmar a esta divinidad, acompañada de la representación de un devoto, en actitud de
implorar, probablemente su protección. Es factible

193
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)

que esta cavidad fuese destinada a cuadras y que su cronología se remonte a época
romana, hecho este que no nos extraña, teniendo en cuenta los resultados de las últimas
excavaciones llevadas a cabo por D. José Miguel de Barandiarán, en unas cuevas
artificiales (7) no lejanas a éstas de Marquínez. De todas las maneras la cronología de
este bajorrelieve debe adjudicarse, a una romanización muy avanzada, quizás a las
últimas épocas del Imperio.

(7) JOSE MIGUEL DE BARANDIARAN, Excavaciones en el Montico de Charratu y en Sarracho


1966. Est. de Arqueol. Alavesa. Tomo II. Consejo de Cultura. Dip. Foral de Alava, Vitoria. 1967.

194
Foto 1 . - V i s t a de la Peña Askana con las cuevas de Sta. Leocadia. En el centro la que contiene el bajorrelieve
Foto 2.-Antigua fotografía donde se ve el estado en que se hallaba este bajorrelieve a finales del siglo pasado.
FIBULAS
EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

por Jaime Fariña

La necesidad cada vez mayor de tener a mano, para una consulta rápida estudios
de síntesis de los diversos materiales que componen el amplio mundo de la arqueolo-
gía, ha sido la causa principal del presente trabajo, en el cual pretendo reunir, dando
una serie de detalles, cuantas fíbulas existen hasta este momento en el País Vasco-
Navarro.
Al no existir por el momento, que yo conozca, fíbulas en las provincias de
Vizcaya y Guipúzcoa, hago una primera división entre las de las provincias de Alava y
Navarra, describiéndolas por orden alfabético de yacimientos. Sólo he tenido la posi-
bilidad de estudiar directamente las existentes en el Museo Arqueológico de Alava, si
bien incluyo varias que aunque desaparecidas, su existencia está comprobada lite-
ralmente. En cuanto a las fíbulas de la provincia de Navarra, me atengo a lo publicado
por la Institución Príncipe de Viana en sus diferentes números sin que me haya sido
posible verlas directamente. Por ello al describirlas aludo a lo que el autor comenta en
cada caso.

FIBULAS EN LA PROVINCIA DE ALAVA

Hasta este momento son seis los yacimientos que han dado fíbulas en Alava. No
dudo que este número se verá incrementado grandemente en un futuro próximo, pues la
existencia de varios poblados y necrópolis con posibilidades de excavación estratigrá-
fica así lo hacen esperar.

Necrópolis de Gardélegui (Lámina I )

A unos 4 Km. al Sur de Vitoria y en los arenales existentes en el pueblo de


Gardélegui, se encontraba esta necrópolis. Pocos son los datos que conocemos de ella,
pues la explotación de las gravas y arenas en las que estaba asentada, la ha destruído
por completo. Solamente sabemos que los objetos aparecían en el interior de unos
hoyos mezclados con tierras oscuras.

195
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

Lámina I.

De las cinco fíbulas que se conocen, solamente reseño tres, ya que las otras dos,
únicamente sabemos que son del tipo llamado «Hebilla anular».
1.ª Fíbula de bronce del tipo llamado de botones. Tiene una longitud máxima de
6,5 por 4,5 cm. de ancho. Posee nueve botones, uno rematando el pie y los restantes,
uno en cada vértice de los dos rectángulos que decoran la fíbula, junto al pie y cerca
del pasador de la aguja. Su conservación es perfecta.
2.ª Hebilla anular finamente trabajada. Su anillo es de sección rom-

196
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

boidal, terminando en dos bolas decoradas con incisiones paralelas. Esta misma decora-
ción sirve de motivo ornamental a cada una de las cuatro caras del anillo.
3.ª Esta fíbula, anular hispánica del tipo denominado «Hoja de Laurel» está fun-
dida toda en una pieza a excepción de la aguja que le falta. Tiene una longitud máxima
de 4 cm. y el puente laminar es bastante ancho. No posee modo de sujeción de la aguja
por lo que me inclino a pensar que ésta partiera de un muelle arrollado al anillo, hoy
asimismo desaparecido.

Oppidum de Iruña (Lámina II)

En el meandro que forma el río Zadorra, entre los pueblos de Trespuentes y Ví-
llodas a unos 11 Km. al Oeste de Vitoria, se halla emplazado este Oppidum de Iruña.
Sobre todo el espolón y posiblemente también bajo los niveles romanos aparece un
castro indígena de la Edad del Hierro, el cual no ha sido aún excavado.
1.ª Fragmento de una fíbula de resorte bilateral cuyo tipo desconocemos pues la
falta del puente impide su clasificación; fue encontrada en el nivel I del sector «B».
2.ª Fíbula zoomorfa en bronce, con forma de berraco. Posee una decoración de
líneas paralelas rematadas en círculos concéntricos. Le falta el muelle y la aguja. Fue
encontrada así mismo en el nivel I del sector «B».
3.ª En una visita realizada a este yacimiento por el Sr. Gálvez, halló en superficie
una fíbula del tipo llamado de botones. Es de bronce y posee siete botones, siendo su
longitud de 5 cm.
4.ª Corresponde a una hebilla anular con el anillo de sección romboidal rematado
en sencillas bolas. Actualmente no existe entre los fondos del Museo Provincial de
Arqueología.

Poblado de Kutzemendi (Lámina III).

Es éste un poblado de la Edad del Hierro, situado en la parte alta del cerro
denominado Kutzemendi, a unos 5 Km. al Sur de Vitoria. Hace ya varios años fueron
hechas algunas catas, en una de las cuales fue hallada entre otros materiales una fíbula.
El Dr. Maluquer en un corto estudio realizado de la misma, la señala como «fíbula
de doble resorte» asignándole provisionalmente una cronología entre los siglos VI-V.
1.ª La fíbula parece ser corresponde al tipo denominado de bucle, con gran
desarrollo del pie, el cual termina enrollándose sobre sí mismo. No obstante el ser un
fragmento, dificulta su clasificación exacta, ya que sólo conserva el pie y parte del
puente, hasta el primer resorte.

197
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

Lámina II.

Poblado de La Hoya (Lámina III)

Cercano al pueblo de Laguardia, en la Rioja Alavesa, se encuentra este interesante


yacimiento, en parte todavía cercado por la muralla primitiva. Por los objetos metálicos y
cerámicas procedentes de su excavación y actualmente expuestos en el Museo, se deduce la
existencia de varias etapas de la

198
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

Edad del Hierro y Celtibérico. La aparición de semillas y rejas de arado, así como la
situción del poblado hacen pensar en un asentamiento de tipo primordialmente
agrícola.
1.ª Solamente existe una fíbula completa de este yacimiento pues el fragmento
señalado con el número 2 si bien pudiera ser de otra fíbula similar, nada se puede
afirmar. Aquella fabricada en bronce es de una ejecución muy fina. Tiene el pie levan-

Lámina III.

tado hasta la altura del puente, en cuyo punto se unen. La aguja es recta y forma una
sola pieza con el muelle, el cual es independiente del arco.
Es la única fíbula de este tipo conocida en el país, si bien las agujas con muelle
que señalamos en el Oppidum de Iruña y en el Castro de Oro también pudieran per-
tenecer a fíbulas de este mismo modelo.

199
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

3.ª Hebilla anular en bronce a la que le falta la aguja. El anillo es de sección


romboidal y termina en dos pequeños abultamientos decorados con incisiones. Esta
misma decoración pero en sentido longitudinal decora cada una de las cuatro caras del
anillo.
4.ª Similar a la anterior, esta hebilla anular es también de bronce y aunque com-
pleta está algo deformada. No posee decoración y su anillo de sección romboidal termi-
na en pequeñas bolas.
5.ª Corresponde también a una hebilla anular de bronce a la que le falta la aguja.
El anillo es de sección romboidal, con líneas incisas como decoración terminando en
abultamientos decorados. Fue hallado en el término de Santa Engracia (Laguardia) y
actualmente se desconoce su paradero.

Castro de Oro (Lámina IV)

Situado en la mitad meridional del Valle de Zuya, próximo a Murguía, ocupa


prácticamente toda la parte alta de las Peñas de Oro. El yacimiento excavado y publi-
cado últimamente tiene una estratigrafía que va desde un bronce final hasta una última
fase claramente romana, posiblemente del Bajo Imperio.
La situación de este poblado así como los datos obtenidos de su excavación hacen
pensar en un pueblo de cazadores y ganaderos y posiblemente también con una explo-
tación de tipo metalúrgico.
1.ª Aunque incompleta, ya que sólo posee el arco y parte del pie, por la similitud
con la número 2 podemos clasificarla también como del tipo «Golfo de León» de arco
semicircular de varilla.
2.ª) Fíbula de hierro completa aunque muy deteriorada, es del tipo «Golfo de
León», con arco semicircular de varilla y pie largo acodado en ángulo recto, rematado
en pequeño botón turriforme. El muelle está formado por tres vueltas de la aguja, la
cual es recta. Ambas fíbulas fueron halladas en el nivel IIb de Escotilla II, al que le
hemos dado una fecha aproximada entre el 450 y el 350.
3.ª Esta fíbula en bronce tiene como característica principal la curvatura que posee
en el arco y que la asemeja a una fíbula del tipo «Siciliota» de Cassibile III. La citada
curvatura del arco parece natural y no una deformación, lo que hace suponer que la
aguja, la cual falta, partiría directamente del resorte que posee, a la cama del pie.
4.ª Similar a la anterior, esta fíbula también posee el codo del arco. Así mismo le
falta la aguja. Tiene una decoración en zig-zag, a lo largo de toda la parte exterior del
pie y superior del puente. Juntamente con la anterior, ambas fueron halladas en el nivel
IIb de Escotilla II.
5.ª Fíbula incompleta de bronce. Posee el pie y parte del puente, éste es laminar en
forma de triángulo con una anchura máxima de 17 mm. y una decoración en líneas pun-
teadas. Aunque de menor tamaño es semejante a la

200
Lámina I
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

aparecida en el estrato III del sector B de Pompaelo y datado en el siglo IV. Apareció
en el nivel I de Escotilla II.
6.ª Fragmento de fíbula en bronce, posiblemente del tipo denominado de «Bu-
cle». Posee un pie muy desarrollado, todo él con pestaña para encajar la aguja. Aparece
en el nivel IIa de Escotilla II, fechado a mediados del siglo VI a. C.
7.ª Fragmento en bronce de una fíbula de resorte bilateral a la cual la falta del pie
y puente, impide su clasificación mas exacta. Se encontró en el estrato C de Escotilla I.
8.ª Hebilla anular en bronce. Su anillo de sección circular posee en su termina-
ción dos pares de tres abultamientos cada uno, que le sirven de decoración. Procede del
estrato A de Escotilla I.

Lámina V.

Aparte de las fíbulas descritas existen en este castro varias agujas y fragmentos
pertenecientes a otras cuyo tipo desconocemos, pero que sin embargo he incluido en
los dibujos por creer interesante su conocimiento.
Los fragmentos de fíbulas incluidos en la Lámina V, corresponden a los hallaz-
gos realizados en la última campaña (Agosto 1967) y todavía en fase de estudio para su
pronta publicación.

Necrópolis de Salbatierrabide (Lámina II)

Situada al Sur del casco urbano de Vitoria en los arenales próximos al

201
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

camino llamado Salbatierrabide, esta necrópolis contenía varias sepulturas hemies-


féricas de incineración. En estas sepulturas aparecían juntamente con la tierra: cenizas y
huesos calcinados, fragmentos de cerámica, cuchillos y puntas de flecha de pedernal y
hachitas de piedra pulimentada.
1.ª Fíbula del tipo denominado de botones. Es de bronce y posee ocho botones,
uno de ellos en la parte superior del puente junto al arranque de la aguja.
2.ª Hebilla anular de bronce. El anillo es de sección circular y termina en botones
aplastados.

FIBULAS EN LA PROVINCIA DE NAVARRA

En Navarra y ateniéndome únicamente a lo publicado en el Boletín de la Institu-


ción Príncipe de Viana, son seis los yacimientos que han dado fíbulas. No sé si en el
Museo Arqueológico de Pamplona existen más de las aquí señaladas, pero la imposi-
bilidad de visitarlo últimamente para este trabajo me obliga a reseñar únicamente las
publicadas, ateniéndome así mismo para su estudio a lo que cada autor comenta en su
caso.

Cortes de Navarra (Lámina VI) (Lámina VII) (Lámina VIII)

Este importante yacimiento se encuentra situado en el «Alto de la Cruz» entre la


carretera Tudela-Zaragoza y el ferrocarril Irún-Zaragoza, en el término municipal de
Cortes de Navarra.
Forma un tell de unos 6 m. de altura con una superficie aproximada de 9.500 m2, y
ha sido formado por la superposición de varias aldeas a lo largo de la Edad del Hierro.
La abundancia y calidad de las cerámicas contrastan con la escasez de objetos me-
tálicos y en especial fíbulas, teniendo en cuenta la importancia del yacimiento. El Dr.
Maluquer da la siguiente cronología para los diferentes niveles:

nivel PIb PIa PIb PIIa

años a. C. 340-470 440-550 550-650 650-700

(Lámina VI).
1.ª Fíbula de bucle con arco laminar formado por dos rombos separados por el bu-
cle. El pie es bastante alargado. Apareció en el nivel PIa.
2.ª Fíbula de hierro con resorte bilateral, arco elevado y pie en arco de círculo.
Fue hallada también en el nivel PIa.
3.ª Arco de hierro de una fíbula similar a la anterior. Se encontró así mismo en el
nivel PIa.
4.ª Corresponde a una fíbula de bronce del tipo llamado de «Bucle», con el arco for-
fmado por dos rombos unidos por el bucle. El pie es laminar

202
Lámina VI.
Lámina VII.
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

de forma rectangular bastante desarrollado y su extremo se arrolla sobre sí mismo


formando un arco de círculo. Apareció en el nivel PIb.
5.ª Fíbula de bronce con resorte bilateral, arco elevado y pie en arco de círculo.
Es similar a la señalada con el número 2. Corresponde al nivel PIb.
(Lámina VII).
1.ª Al nivel PIIa corresponde el pie y parte del puente de esta fíbula de bronce
cuyo tipo desconocemos.
2.ª Es una fíbula de bronce de doble resorte a la que le falta la aguja. El pie es
corto y simple. Se halló en el nivel PIIb.

Lámina VIII.

4.ª Fragmento de fíbula de bronce con arco laminar. En uno de los extremos
posee parte del muelle. Corresponde al nivel PIIb.
5.ª Fíbula de bronce de doble resorte. El pie es largo y ancho, arrollado en su
final sobre sí mismo. Pertenece también al nivel PIIb.
6.ª También es una fíbula en bronce del tipo de doble resorte, con el pie peque-
ño y sencillo. Es así mismo del nivel PIIb.
7. ª Fragmento de fíbula de bronce con resorte bilateral. Sólo posee parte del
arco, faltándole el pie y la aguja por lo que no se puede clasificar. Se encontró igual-
mente en el nivel PIIb.
(Lámina VIII).
1.ª Fíbula de bronce del tipo de doble resorte. Le falta el pie y el

205
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

Lámina IX.

primer muelle, los cuales se han ideado en el dibujo. Fue hallada en el sondeo de 13 M y
corresponde al nivel PIIa.
2.1 Fragmento de fíbula de hierro de arco en codo y pie largo al que está adherido
parte de la aguja. La longitud del pie es de 40 mm.

Necrópolis de La Torraza en Valtierra (Lámina IX)

Corresponde la presente a una necrópolis de la Edad del Hierro, situada en el tér-


mino de la Torraza, ladera orientada a poniente y que comienza en el mismo pueblo de Val-
tierra a unos 2 Km. de la orilla izquierda del Ebro.
Solamente se excavó una pequeña parte de la necrópolis, la cual consti-

206
Lámina X.
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

tuye por la composición de los enterramientos un auténtico campo de urnas. Todas las
fíbulas existentes están incompletas y en muy mal estado de conservación debido a una
fuerte cremación.
1.ª La más completa de todas corresponde a una fíbula de resorte bilateral y el pie
en forma de pato vuelto hacia el arco.
2.ª y 3.ª) Son fragmentos de fíbulas de resorte bilateral cuyo tipo desconocemos
pues solamente tienen parte del arco y de la aguja.
4.ª y 6.ª) Posiblemente corresponden a dos fíbulas de bucle con el pie ancho y
plano, arrollándose sobre sí mismo en su terminación.
5.ª Fíbula de hierro a la que le falta el muelle. El pie es ancho y plano y termina en
un arco de círculo.

Necrópolis de «La Atalaya» (Lámina X)

La Atalaya es una loma alargada (terraza inferior del Ebro) paralela a la carretera
general de Zaragoza a Pamplona, a la altura del kilómetro 115. Se divide en dos partes,
una más al norte denominada en el lugar la Atalaya Alta y otra más meridional o
Atalaya Baja. La superficie de ambas se puede calcular en un área con un eje mayor de
unos 400 m. por una anchura superior al centenar de metros. De toda esta extensión
solamente se ha excavado una pequeña parte, a la cual corresponden las fíbulas que a
continuación comento.
Como es normal en las necrópolis de incineración, aparecen las fíbulas muy
deterioradas. Además muchas de ellas han sido halladas sueltas en la tierra lo que les
quita valor absoluto para la determinación cronológica. Al igual que en el estudio del
cual me he servido, solamente menciono aquellas piezas que están mejor conservadas.
1.ª Fíbula de pie corto levantado y con botón, es del tipo denominado «Golfo de
León». Tiene una longitud total de 9 cm. y le falta el muelle y la aguja.
2.ª Corresponde a una fíbula de pie acodado en ángulo recto y terminado en un
botón. Tiene unos 3 cm. de longitud total.
3.ª Fíbula de pie corto y acodado en ángulo recto similar a la anterior pero de ma-
yor tamaño, unos 12 cm. Esta vez la terminación del pie es en forma de torre.
4.ª También corresponde a una fíbula de pie acodado en ángulo recto, si bien en
este caso el botón terminal es de menor tamaño que las anteriores.
5.ª Fíbula anular hispánica, confeccionada con una cinta delgada de bronce, que
forma al mismo tiempo el puente y la aguja. Existe también otro ejemplar no dibujado,
con un puente ancho de hierro y el anillo formado por una espiral de bronce.
6.ª y 7.ª) Pies de fíbula terminados en botón que tal vez pudieran pertenecer a
fíbulas del tipo «Golfo de León».

208
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

Lámina XI.

8.ª Es una fíbula de las denominadas Navarro-Aquitanas. Está constituída por un


grueso puente con pie breve rematado con un grueso botón en forma de bulbo. El
muelle ha sido sustituido por una larguísima varilla de sección cilíndrica decorada en
sus extremos con tres discos biconvexos.
9.ª Fíbula de pie acodado en ángulo recto y terminado en un botón grande. Le falta
el muelle y la aguja. Tiene una longitud total de 5 cm.
10.ª Similar a la anterior es también una fíbula de pie acodado en

209
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

ángulo recto y con botón muy desarrollado. No tiene muelle ni aguja y su longitud to-
tal es de 5 cm.
11.ª Fíbula Navarro-Aquitana en la cual la varilla está decorada en sus extremos
con cinco discos biconvexos unos de hierro y otros de bronce.

Yacimiento romano de Andión (Lámina XI)

Este yacimiento al parecer corresponde a la ciudad romana de Andeles, citada por


Ptolomeo y se halla situada en un cerro bastante elevado próximo a Mendigorría, ro-
deado de una parte por el río y de otra por una vaguada.
1.ª Fíbula del tipo denominado de botones, a la que le falta la aguja. Corresponde
según la excavación a la época imperial.

La villa romana de Liédena (Lámina XI)

Esta villa romana excavada totalmente, está situada en la Foz de Lumbier en el


término municipal de Liédena (Navarra). Las fechas de vida de esta villa se pueden
situar durante los siglos II al IV de nuestra era.
1.ª Fíbula del tipo denominado de botones. Posee 7 botones distribuídos de la si-
guiente forma: cuatro en la parte final del arco junto al arranque de la aguja, dos en el
extremo opuesto junto al pie y otro rematando éste.
2.ª Fíbula de tipo común a la que le falta la aguja. El pie forma ángulo recto con el
arco y está rematado en un botón.
3.ª Similar a la anterior pero completa, es decir con aguja.
4.ª Corresponde a una fíbula de botones pero en este caso con sólo 5 botones. Está
algo deformada y le falta la aguja.

Pompaelo (Lámina XII)

Corresponde este yacimiento a la fundación romana de la actual ciudad de Pam-


plona. Solamente ha podido ser excavado un pequeño solar en el Arcedianato de la
Catedral. No obstante la poca extensión excavada, los materiales encontrados han sido
abundantes y la estratigrafía obtenida, aunque muy parcialmente, ha permitido recons-
truir la historia de la antigua Pamplona
1.ª Fíbula fragmentaria de bronce. El pie forma ángulo recto con el arco y termina
en un botón. Le falta la aguja. Está datada estratigráficamente en el siglo I.
2.ª Fíbula zoomorfa en bronce que representa una figura de pájaro. Presenta en la
parte superior plana, unos compartimientos o alvéolos enmascarados por unas líneas en
relieve, de manera que posiblemente irían rellenos de esmalte. Tiene una datación
estratigráfica que va de fines del siglo I al III.
3.ª Fíbula fragmentada de bronce, bastante toscamente ejecutada. Fue

210
Lámina XII.
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

hallada juntamente con la número 7 y fechada como ésta desde fines del siglo I al III.
4.ª Fíbula del tipo denominado de botones. Es de bronce y posee cinco botones.
Está datada estratigráficamente en el siglo III.
5.ª Fragmento que tal vez pudiera pertenecer a una fíbula de tipo zoomorfo.
6.ª Fíbula de bronce, de resorte, muy deteriorada. Datable en el siglo III.
7.ª Fíbula de charnela en bronce, incompleta, lleva sobre el arco una raya incisa y
el pie es triangular, decorado con líneas de puntos. Su datación va desde fines del siglo
I hasta el III.
8.ª Fíbula de gran tamaño en bronce de la que se conserva el pie y parte del arco.
El pie que termina en un botón, es de forma cuadrangular. El arco aunque muy dete-
riorado conserva una fina decoración incisa. Tiene una clara datación en el siglo IV.

CONCLUSIONES

La colección de fíbulas expuestas, y que corresponden a lo que hasta este mo-


mento se conoce en el País Vasco-Navarro, da una visión aunque sea muy somera, de
los diferentes tipos de fíbulas que han sido utilizadas en estas tierras a través de los
siglos, así como de la abundancia o escasez de las mismas.
Aparte de esto, lo más importante es poder dar una cronología para cada tipo de
fíbulas en los distintos yacimientos en que éstas se repiten. No obstante esta labor queda
en gran parte frustrada por el hecho de que son muchos los yacimientos que no han sido
excavados estratigráficamente, y que por lo tanto sus materiales están sin cronología.
Sin embargo reseñaré a continuación los tipos de fíbulas que se repiten en varios
yacimientos, así como la cronología de los mismos, cuando se sabe.

Fíbulas de doble resorte (Mapa I )

Este tipo de fíbulas de las que existen cuatro ejemplares, han sido encontradas en
el poblado de Cortes de Navarra. Su último excavador el doctor Maluquer sitúa como
hallada en el nivel PIIa a la señalada con el n.° 1 (Lámina VIII) y las restantes, es decir
las n.º 2, 5 y 6 (Lámina VII) pertenecientes al nivel PIIb. Dichos niveles, según su
excavador tienen una cronología que va desde el 700 al 650 a. C. para el PIIa y 650 al
550 para el PIIb. Teniendo en cuenta que en el nivel PIIa solamente existe una fíbula
incompleta y que es en el PIIb donde realmente tiene su máximo desarrollo, podemos
señalar para esta fíbula unas fechas tope que van desde el 650 al 550 a. C.

212
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

Fíbulas de Bucle (Mapa III)

Se conocen seis ejemplares de este tipo de fíbulas procedentes de Kutzemendi,


Oro, Cortes y La Torraza. El ejemplar de Kutzemendi (n.° 1, lámina III) ha sido
estudiado por el Dr. Maluquer, quien le asigna una cronología entre los siglos VI-V a.
C. Hay que tener en cuenta que este yacimiento no ha sido excavado y que por lo tanto
no existen estratigrafías que afirmen este supuesto.
En Oro fue hallado, otro ejemplar muy similar al anterior, en el nivel IIa de
Escotilla II al cual se le señala una cronología de mediados del siglo VI a. C.
De los dos ejemplares de Cortes el n.° 1 (Lámina VI), corresponde al nivel PIa y el
n.° 4 (Lámina VI) al PIb, cuya cronología va desde el 550 al 340 a. C.
En La Torraza de las dos fíbulas que señalamos con los núms. 4 y 6 (Lámina IX),
sólo se conserva en ambas el pie y en una parte del puente, no obstante parece ser lo
más probable que correspondan a ejemplares de bucle. Su cronología es igual a la de
los niveles PIa y PIb de Cortes por lo que pueden ser fechadas así mismo entre el 550 y
el 350 a. C.
De todo lo dicho y teniendo además en cuenta que de los cuatro yacimientos tres
han sido excavados podemos señalar como fechas límite para este tipo de fíbulas en
esta zona, la de 550 a 350 a. C.

Fíbulas tipo Golfo de León (Mapa II)

La Atalaya y Oro han sido los dos yacimientos que han dado fíbulas de este tipo
hasta un total de 8 ejemplares bastante completos. De ellos, cuatro son de tamaño
grande y otros cuatro de tamaño pequeño. Solamente tenemos un ejemplar hallado en
Oro (n.º 2 lámina IV) que está completo y en este caso el muelle está formado por una
espiral de tres vueltas.
Para los dos ejemplares de Oro tenemos una cronología que va desde el 450 al 350
mientras que para La Atalaya, el Dr. Maluquer da unas fechas globales para la zona
excavada, que van desde el 450 al 250 a. C.

Fíbulas tipo Anular Hispánica (Mapa IV)

Solamente tres son los ejemplares existentes de este tipo de fíbulas. De la


encontrada en la necrópolis de Gardélegui se desconocen todos los datos por lo que
nada se puede decir en cuanto a su cronología. Para los dos ejemplares de la necrópolis
de La Atalaya solamente puedo decir que las fechas entre las cuales se sitúa la parte
excavada de esta necrópolis, van desde el 450 al 250 a. C.

213
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO

Fíbulas de botones (Mapa I )

Este tipo de fíbula es el que más dispersión tiene dentro de nuestros límites, ya que
son seis los yacimientos en que han aparecido, hasta un total de siete fíbulas. De entre
todas ellas, la encontrada en la necrópolis de Gardélegui es la única que está completa y
además sus dimensiones y ejecución la diferencian por completo del resto. Estas, aparte
de pequeñas diferencias en cuanto al número de botones que las decoran y a la
distribución de los mismos, están todas dentro de la misma línea.
En cuanto a la cronología solamente tenemos una fecha concreta para la fíbula de
Pompaelo correspondiente al siglo III, ya que las de Andión y Liédena solamente
podemos decir que sus yacimientos van del siglo I y II al IV respectivamente.

Bibliografía

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CUADRADO, E., Precedentes y prototipos de la fíbula anular hispánica. Trabajos de Prehistoria. Tomo
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FARIÑA, J., Una necrópolis de incineración en los arenales de Gardélegui. Estud. de Arqueol. Alavesa.
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Homenaje a D. Joaquín Mendizabal, pág. 297. Museo de S. Telmo. San Sebastián, 1956.
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MEZQUIRIZ, M. A., La excavación estratigráfica de Pompaelo. Campaña 1956. Institución Príncipe de
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NIETO, G., El Oppidum de Iruña. Diputación Foral de Alava. Vitoria, 1958.
TARACENA, B., GIL FARRES, O., BATALLER, R., Cortes de Navarra.-Excavaciones en Navarra.
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Sancho el Sabio. Año IX. Tomo IX. Números 1-2, 1965.

214
NOTAS BREVES

NOTICIA SOBRE LA EXCAVACION


DE LA CUEVA DE «LOS HUSOS, I»
(Elvillar. Alava)

La cueva llamada de «Los Husos, I» es en realidad un gran abrigo bajo roca, si-
tuado al pie de la Sierra de Cantabria en terrenos, jurisdicción de Elvillar, provincia de
Alava.
Geológicamente el abrigo se ha formado por desprendimientos de una capa de
conglomerados oligocénícos subyacente a una gran capa de calizas que forma el estrato
superficial de la Sierra de Cantabria.
Una campaña arqueológica de reconocimiento del abrigo como yacimiento, se
realizó en Agosto del pasado año 1965 y tuvo por finalidad reconocer el lugar como
habitación humana.
Este yacimiento fue descubierto en 1964 juntamente con otro pequeño abrigo
situado en las proximidades, emplazados ambos en el paraje llamado «Los Husos» de
donde tomaron nombre las dos cuevas conociéndose la mayor con el nombre de «Los
Husos, I» acerca de la cual versa esta memoria.
La campaña del año 1966 ha tenido por finalidad realizar una trinchera explo-
ratoria en la que se pudieran descubrir los tipos de estratificación y la secuencia
arqueológica. En esta campaña participaron además del que suscribe, D. Jesús Altuna,
paleontólogo del Laboratorio de la Sociedad «Aranzadi» de Ciencias Naturales de San
Sebastián, quien se encargó del estudio paleontológico de los estratos, dos Profesores
del Seminario de Saturrarán (Guipúzcoa) y 15 estudiantes del Seminario de San Se-
bastián.
La trinchera exploratoria fue dispuesta en forma de cruz, en la zona central del
yacimiento, a fin de conocer la estratificación en los dos sentidos, transversal y
longitudinal del yacimiento. Ocupaba esta trinchera en total, 12 ms. cuadrados y alcanzó
una profundidad de 2,50 ms.
Esta excavación, puso de relieve tres estratos arqueológicos diferentes y bien
caracterizados, como son:
I. Estrato romano. Se trata de una capa de espesor variable entre 0,50

215
NOTAS BREVES

y 0,60 mts. de espesor. En realidad debió tener originalmente mayor espesor ya que
los naturales del contorno han utilizado sucesivas veces el guano de la cueva,
convertida largo tiempo en refugio de ganados, para el abono de las tierras de labrantío
circundantes. Este estrato está caracterizado por cerámica y ajuar romano definido y
tardío mezclado con claras supervivencias de un Bronce tardío de la región o Bronce de
tradición indígena.
II. Estrato del Bronce. Sucede sin solución de continuidad un fuerte estrato
atribuible claramente al período del Bronce, con ajuares de cerámica, de formas varia-
bles, ajuar de metal y botones a los que acompañan otros objetos atípicos en hueso y
piedra. Tiene un espesor de 1,50 mts. En su base se ha podido comprobar la existencia
de un gran hogar que de alguna manera ha determinado la inclinación de los potentes
estratos de cenizas. Es un momento de gran densidad de población y vida económica
muy activa.
III. Estrato sepulcral. Bajo el estrato del Bronce, aparece igualmente sin
solución de continuidad un estrato sepulcral. El hogar central, descrito en el estrato
anterior, se incrusta directamente en una gran zona de enterramientos humanos, que
han sido apartados y revueltos para colocar sobre ellos los primeros elementos de la
vida económica de una población que utilizó la cueva como lugar de habitación. El
estrato de sepulturas se extiende a todo lo largo y ancho de la trinchera exploratoria por
lo que parece que la cueva debió servir en época del Bronce Antiguo, para enterra-
mientos humanos y no para habitación, destino que fue cambiado posteriormente. La
densidad de inhumaciones es notable y en ella se aprecian rasgos ya conocidos en otras
cuevas sepulcrales alavesas como la de Gobaederra, esto es las inhumaciones se
confunden a veces con las incineraciones. El ajuar que acompaña a los enterramientos
es escaso tal vez debido a que la campaña solamente pudo alcanzar la base de este
estrato en no toda la extensión de la trinchera exploratoria. El ajuar es igualmente poco
típico y consiste en materiales de sílex y cerámicas conocidos en otras cuevas sepul-
crales de Alava. El interés de esta capa de inhumaciones es notable en tanto cuanto que
permite datarla por referencias a las anteriores y a las subsiguientes.

Juan María Apellániz.

RESTOS ROMANOS
EN LAS PROXIMIDADES DE KUTZEMENDI
(Olárizu. Alava)

Fruto de una de las muchas prospecciones que en compañía de Vicente


Gálvez y Jaime Fariña, periódicamente realizamos por tierras alavesas, fue el ha-
llazgo de restos romanos en las proximidades del interesante yacimiento de la edad
del Hierro, de Kutzemendi (Olárizu). El punto exacto de la locali-

216
NOTAS BREVES

zación de este nuevo yacimiento, es al sur de Kutzemendi, al comienzo del camino


que desde este monte se dirige al pueblo de Castillo, y en las fincas situadas a ambos
lados. El nombre de estos términos es el de, Los Balcones y Cantera de Calacho. Los
hallazgos se reducen a fragmentos de cerámica sigillata, con decoración de baquetones,
motivos circulares, etc. También se recogió una pequeña vasija, en pasta clara, y un
objeto de hierro de forma curva.
Es interesante este nuevo hallazgo, por cuanto puede darnos alguna luz sobre la
romanización -tal vez se trate de un campamento- de este antiguo poblado de Kutze-
mendi, siendo un jalón más, en la romanización de la provincia.

Armando Llanos.

Figura 1.

HALLAZGOS EN URRIALDO (Alava)

Vicente Gálvez puso a nuestra disposición, unos materiales localizados por él en


las fincas donde se asentó el antiguo pueblo de Urrialdo. Se trata de unos pocos mate-
riales, que por sí solos no solucionan ni aclaran ningún problema, pero que merecen
tenerse en cuenta a la hora de conjuntar hallazgos, en la elaboración de la Carta Arque-
ológica de Alava. Es un pequeño lote con las siguientes piezas:
-Fragmento de hacha pulimentada de piedra, de pequeño tamaño, (figura 1)
con restos del corte semicircular. Su anchura máxima es de 40 milímetros.

217
NOTAS BREVES

-Fragmento de colgante prismático de piedra con perforación doble y cabeza


redondeada (fig. 1).
-Dos afiladeras de piedra.
-Una lasca de sílex con algún retoque.
Todo este conjunto nos indica la posibilidad de un antiguo asentamiento, de la
Edad del Bronce, en este lugar. Futuros reconocimientos, permitirán conocer el valor
real de este nuevo yacimiento.

Armando Llanos.

DESCUBRIMIENTO FORTUITO EN GUEREÑU (Alava)

La prensa local -La Gaceta del Norte- del día 8 de Marzo de 1967 dio la noticia
«del hallazgo de restos humanos y unas puntas de lanza» en las proximidades del pue-
blo de Guereñu.
En compañía de Domingo Fz. de Medrano y Jaime Fariña, nos personamos en el
lugar de los descubrimientos, con el fin de aclarar todo lo relativo a estos hallazgos.
Puestos en contacto con su descubridor Jesús Iñiguez de Heredia, fuimos informados de
que se trataba de un hallazgo casual al realizar unos trabajos de acondicionamiento en
unas fincas situadas al noreste del pueblo. Visitado el lugar, confirmamos que verda-
deramente se trataba de un hallazgo sin relación alguna, al parecer, con necrópolis,
poblado, etc.
Los materiales descubiertos -que por amabilidad de su descubridor fueron cedidos
al Museo Provincial de Arqueología- son:
-Una punta de lanza de 345 mm. de longitud, correspondiendo al tubo de en-
mangue 135 mm.
-Una punta de lanza de 376 mm. de longitud, siendo 90 mm. el tamaño del
tubo de enmangue.
En ambas la hoja es romboidal y el engarce al asta de tipo tubular conservando
restos de la madera.
-Un cuchillo, largo, de 540 mm. de longitud con hoja de un solo corte. El
enmangue se realizaba por medio de remaches en una espiga corta y ancha,
de tipo triangular.
-Un fragmento de herradura.
-Un fragmento de hebilla de cinturón (Figura 2). Es ésta la pieza más in-
teresante para poder fechar este conjunto. Aunque muy destrozada por la oxi-
dación, todavía nos permite ver que se trata de una hebilla de perfil liriforme,
posiblemente del grupo de las decoradas. Su posterior limpieza y restauración
nos permitirá ver si estamos en lo cierto.
-Fragmentos de restos óseos -posiblemente humanos- muy destrozados e incla-
sificables.

218
NOTAS BREVES

Existen paralelos en Alava, en el hallazgo de la cueva de los Goros (1).


Todos estos materiales, y principalmente el fragmento de hebilla, nos orientan a cla-
sificar todo este conjunto como de época visigótica, y teniendo en cuenta los paralelos con
el hallazgo de los Goros, con una cronología que podría encajarse en el siglo VII. Cier-
tamente el aislamiento de estos materiales de todo tipo de construcción, necrópolis, etc., no
viene a aclarar gran cosa, el estudio de este momento en nuestra provincia, aunque sí con-
temos con un nuevo punto en el mapa de lo visigodo en Alava.

Armando Llanos.

Figura 2.

NUEVOS HALLAZGOS DE HACHAS

Existen en el Museo de Arqueología, dos hachas de piedra, procedentes de las últi-


mas prospecciones realizadas en la provincia, que consideramos interesante publicar, para
así, evitar que se acumulen materiales en el Museo, de los cuales no se conocen datos,
excepto su procedencia alavesa.
El análisis de estas piezas ha sido efectuado por D. Mariano Aguilar.

Hacha de Urarte

En las cercanías del pueblo de Urarte -a unos 300 m. aproximadamente- y en el


camino que partiendo de la parte Sur del mismo, va a las cuevas artificiales, se encontró un
hacha de piedra pulimentada, la cual se halla in-

(1) PEDRO DE PALOL, Objetos visigodos de la cueva de los Goros - Hueto Arriba (Alava). «Bol.
Sancho el Sabio». Año I. Núms. 1 y 2. Tomo I. 1957.

219
NOTAS BREVES

completa, conservándose únicamente la parte correspondiente al talón. Al encontrarse en


el empedrado del camino nada podemos decir sobre su procedencia, aunque nos incli-
namos a pensar que no se desplazasen muy lejos, para traer estos materiales de relleno.
ANALISIS: Roca plutónica básica de las llamadas ofitas, compuesta de:
1) Grandes cristales (los oscuros verdosos) de piroxeno de la serie Broncita-
Hiperstena de composición próxima a esta última (Mg1 Fe) Si O3 (rica en
hierro).
2) Pequeños cristales tabulares y alargados de Plagioclasa [6 Si O4 Al2 O3 (Na1
Ca) O] incrustados en la masa de los piroxenos dispersamente, pero con ten-

Figura 3.

dencia a la acumulación entre los cristales consecutivos de piroxeno (zonas claras del
hacha).
3) Cristales pequeños diseminados de Ilmenita - Leucoxeno (hierro titanado).
Esta roca filoniana subvolcánica parece estar relacionada con antiguas chimeneas
volcánicas, siendo muy abundante como enclaves o islotes en las arcillas yesíferas del
Keuper (Triásico) que en nuestra cuenca Cantábrica afloran formando diapiros en Maes-
tu, Estella, Salinas de Añana, etc.

Hacha del Castro de las Peñas de Oro

En una visita realizada a este Castro, apareció en uno de los cortes de

220
NOTAS BREVES

Escotilla II, un hacha de piedra pulimentada similar a la anterior pero de menor


tamaño, la cual conserva completo el talón, faltándole la mayor parte del corte. Es la
única pieza de este tipo encontrada en este yacimiento. El lugar donde fue hallada la
mencionada pieza, corresponde al nivel IIb de Escotilla II, por lo que podemos darle
una cronología que va desde el 450 al 350 a. C.
En este caso el material de que se compone es una roca silícea, de grano muy fino
(4 a 6 micras) procedentes de la compactación y litificación de un limo silíceo rico en
partículas micáceas (Clorita y Biotita). Esta roca parece ser del Paleozoico, que tiene
sus afloramientos más próximos en la Sierra de la Demanda (Logroño) en el Macizo
Astur-Leonés y en el Macizo de las Cinco Villas (Navarra).

Mari Paz Rato.

ACTIVIDADES ARQUEOLOGICAS EN ALAVA. 1966

Este año se ha caracterizado por un gran desarrollo de la actividad arqueológica


en nuestra provincia, tanto en trabajos de campo, como en actividades diversas: divul-
gación, publicaciones, cursillos, etc. Ello se debe a una extraordinaria labor de equipo
entre las personas que ya veían dedicándose a estas actividades, y nuevos elementos
que se han integrado a este campo de la arqueología. La relación de trabajos que a
continuación reseñamos, es el mejor exponente de este hecho.

Prospecciones y hallazgos

1) Localización de un pequeño poblado en las proximidades de la torre de La-


puebla de Arganzón. Parece pertenecer a la Edad del Hierro. («Nuevos hallazgos del
Manuel Iradier». La Gaceta del Norte. Edic. local 1-II-66).
2) Descubrimiento de un nuevo poblado en el término de Fuentespida, cercano
al pueblo de Pobes. Edad del Hierro. («Nuevo descubrimiento de los del Manuel Ira-
dier». La Gaceta del Norte. Edic. de Alava 18-III-66).
3) Localización de un posible poblado en las proximidades de Pobes a orillas
del río Bayas. («Nuevos hallazgos del Manuel Iradier». La Gaceta del Norte. Edic. de
Alava 1-II-66).
4) Hallazgos de un hacha pulimentada de sílex en las cercanías de Salinas de
Añana. («Un hacha prehistórica de sílex por los del Manuel Iradier». La Gaceta del
Norte. Edic. de Alava. 21-IV-66).
5) Posible necrópolis romana en Baños de Ebro. Informados por un natural de
este pueblo, sobre la existencia de una lápida romana, se giró una visita a este lugar
donde además de confirmar la existencia de esta lápida, se recogieron datos sobre la
destrucción de otras tres más. Se nos informó

221
NOTAS BREVES

también del hallazgo de restos humanos en las proximidades donde aparecieron estas
lápidas. (Armando Llanos «Posible necrópolis romana en Baños de Ebro». Estud. de
Arqueol. Alavesa, Tomo I. 1966.-También noticia del hallazgo en la Gaceta del Norte.
Edic. de Alava. 4-XII-66).
6) Necrópolis de incineración. En condiciones no muy concretas -las piezas
fueron adquiridas a un anticuario- aparecieron diversos objetos de metal, en un arenal
del pueblo de Gardelegui. Visitado el sitio del hallazgo se recogieron algunos datos
sobre el modo en que se habían efectuado estos. También se observó restos de uno de
los hoyos de incineración. Los materiales se hallan expuestos en el Museo Provincial de
Arqueología (Jaime Fariña «Una necrópolis de incineración en los arenales de Gardé-
legui». Estud. de Arqueología Alavesa. Tomo I. 1966. Noticias en «La Gaceta del Norte».
Edic. de Alava. 6-XII-66).
7) Taller de sílex al aire libre. Localizado por el P. D. José María, del convento
de los Hermanos de la Instrucción Cristiana en Nanclares de la Oca. Situado en la
ladera S. de la Sierra de Badaya y próximo al citado convento. Los pocos materiales
recogidos se hallan depositados en el Museo Provincial de Arqueología.
8) Prospecciones en la zona Melledes, Igay y Rivabellosa, con un resultado de
varios descubrimientos en diversos lugares, no definidos, donde se encuentra cerámica
de tipo preromano. (Exc. Manuel Iradier. «Investigaciones prehistóricas». «La Gaceta
del Norte». Edic. de Alava. 11-V-66).

Excavaciones

1) Solacueva de Jócano: Tercera campaña de excavaciones dirigida por D.


José Miguel de Barandiarán. Trabajos en la entrada de la cueva, profundizando hasta el
suelo rocoso. Niveles definidos en esta campaña: Hierro I y Bronce. Excavaciones sub-
vencionadas por el Consejo de Cultura de la Excma. Diputación Foral de Alava. Mate-
riales en el Museo Provincial de Arqueología.
2) Montico de Charratu: Segunda campaña. Dirigida también por D. José
Miguel de Barandiarán y subvencionada por el Consejo de Cultura de la Excma.
Diputación Foral de Alava. Ampliación de la cantera iniciada el año pasado. Niveles:
Medieval, Romano en la zona W., con hallazgos de sepulcros en el nivel romano. Con-
firmación de un nivel Mesolítico en la excavación E. El dato más interesante es el de
poder fijar con cierta exactitud, el momento de excavación de las cuevas artificiales, a
cuyo pie se encuentra el yacimiento. Materiales en el Museo Provincial de Arqueología.
3) Cueva de los Husos: Dirigida por D. Juan María Apellániz. Subvención del
Consejo de Cultura de la Excma. Diputación Foral de Alava.

222
NOTAS BREVES

Hallazgo de un yacimiento con una estratigrafía que va desde lo Romana al Bronce, con
un fondo de cueva sepulcral.
4) Cueva de Arratiandi: En término del pueblo de Atauri. Prospeccionada por
D. Juan María Apellániz. Aunque conocido este yacimiento desde hace bastantes años,
solamente se tenía idea de que se trataba de una cueva sepulcral de la que existía una
cuenta globular. En esta prospección ha podido observarse un rito mixto de inhumación
e incineración. Se recogieron nuevas cuentas, globulares y de disco, así como algunos
fragmentos de cerámica. Materiales depositados en el Museo Provincial de Arqueo-
logía.
5) Castro de Oro. Valle de Zuya: Teicera campaña de excavaciones, subven-
cionada por la Obra Cultural de la Caja de Ahorros de la Ciudad de Vitoria, y dirigida
por J. M. Ugartechea, A. Llanos, J. Fariña y J. A. Agorreta. Continuación de las excava-
ciones en la zona de Escotilla a unos 200 m. del punto de anteriores campañas. Confir-
mación de los niveles establecidos con anterioridad y hallazgo de restos de dos hornos
de fundición. Materiales en el Museo Provincial de Arqueología.

Otras actividades

1) Carta Arqueológica de Alava: Se inicia la confección de la carta arqueo-


lógica de esta provincia, donde de momento se llevan clasificados cerca de 200 lugares
con yacimiento arqueológico.
2) Se acompaña a D. Carlos Alonso del Real -becado por la Fundación March-
en la visita a las diversas cuevas con pinturas rupestres esquemáticas que existen en esta
provincia. Esta visita tiene por objeto el estudio de las pinturas en su relación con el
sentido religioso de las mismas.
3) A finales del mes de Octubre tiene lugar en nuestra ciudad, la celebración de
la I Reunión de Arqueología Paleocristiana, organizada por el Seminario de Arte y
Arqueología de la Universidad de Valladolid y patrocinada por la Obra Cultural de la
Caja de Ahorros de la Ciudad.
4) Museo Provincial de Arqueología y Armería: El nuevo plan de excavaciones
sistemáticas que desde hace unos años viene desarrollándose en Alava, trajo como
consecuencia la acumulación de nuevos fondos -algunos de gran interés- en los almace-
nes del Museo Provincial. Estos nuevos materiales sumados a los que ya existían de
colecciones antiguas, hizo pensar en su conveniente exposición con la instalación de
nuevas salas dedicadas principalmente a la Arqueología Alavesa. La falta de espacio en
el Museo Provincial, para poder realizar un montaje digno de estas colecciones, motivó
el tener que instalar este nuevo Museo Arqueológico en el edificio -recientemente
resturado por la Caja de Ahorros Municipal- de la Casa Armera de los Gobeo-Guevara-
San Juan.
Se han dedicado dos plantas a la instalación de los fondos arqueoló-

223
NOTAS BREVES

gicos. La planta baja alberga las piezas más pesadas -lápidas, estatuas, fustes, etc.-,
mientras que en la segunda planta se expone el resto de los materiales. La forma que ha
regido el montaje de esta planta, es una ordenación cronológica, por conjuntos de
yacimientos, convenientemente colocados en vitrinas. Se ha procurado -al proyectar la
instalación- respetar el ambiente conseguido en la restauración del edificio, combinando
la línea de construcción medieval, con un diseño y distribución de vitrinas y piezas,
dentro de una línea actual en los nuevos conceptos museísticos. Aparte de estas salas
dedicadas a la arqueología existe una planta en la que está instalado un museo de
armería, donde se recogen una colección de piezas -formada por D. Félix Alfaro
Fournier- ordenadas cronológicamente, siendo un exponente didáctico de la evolución
del arma a través de los tiempos.
5) Como complemento a la instalación del Museo Provincial de Arqueología,
se procedió a la edición de una breve guía general sumaria, cuya distribución se efec-
tuará gratuítamente a los visitantes.
Aparte de esta pequeña guía, se está ultimando la confección de la guía general,
en la misma línea y formato de la serie Guías de los Museos de España. Esta edición la
realiza el Consejo de Cultura de la Excma. Diputación Foral de Alava.
6) Durante este verano y debido al P. Juan Carlos Elorza se ha realizado un es-
tudio exhaustivo de epigrafía romana en Alava. Aparte del interés que supone la reco-
pilación de todo lo publicado hasta el presente, se han descubierto nuevas lápidas e
inscripciones desconocidas hasta ahora.
7) Cursillo de Arqueología: Durante los meses de Febrero y Marzo, tuvo lugar
en nuestra ciudad un cursillo de prehistoria general y alavesa, dado por D. Enrique
Vallespí, en los locales de la Institución Sancho el Sabio. Su duración fue de ocho días,
inscribiéndose alrededor de 30 cursillistas.
8) Aparte de todas estas actividades -siempre que se ha podido- se han evitado
y dado conocimiento de diversos hechos que hacían peligrar la conservación de ciertos
yacimientos arqueológicos, pudiendo citar entre otros:
-Se evita la instalación de una línea de construcción eléctrica, por el centro de las
ruinas del Oppidum de Iruña, cuyos postes ya se habían comenzado a asentar sobre la
muralla de estas ruinas.
-Denuncia de un robo de fustes de columnas -empotradas en las construcciones de
la muralla de las ruinas del Oppidum de Iruña- por personas incontroladas.

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1.-Cueva de los Husos.-Situación del yacimiento.

2.-Cueva de los Husos-Comienzo de las excavaciones.


Campaña de 1966.

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