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ALAVESA
D I P U TA C I O N F O R A L D E A L AVA
C O N S E J O D E C U LT U R A
2
DIPUTACION FORAL DE ALAVA
CONSEJO DE CULTURA
TOMO I I
VITORIA 1967
Edita: Diputación Foral de Alava (Consejo de Cultura).
Imprime: Editora Montepío Diocesano, San Antonio, 10. VITORIA.
Depósito Legal VI-761-1967.
SUMARIO
Jesús Altuna
Armando Llanos
NOTAS BREVES
Noticia sobre la excavación de la cueva de «Los Husos, I»
(Elvillar. Alava)
Restos romanos en las proximidades de Kutzemendi (Olárizu-
Alava)
Hallazgos en Urrialdo (Alava)
Descubrimiento fortuito en Guereñu (Alava)
Nuevos hallazgos de hachas
Actividades arqueológicas en Alava. 1966
EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE
CHARRATU Y EN SARRACHO
Durante el año 1965 dediqué unas semanas a la excavación del abrigo roqueño llama-do
«El Montico» de Charratu. Del resultado de aquella labor di cuenta en un trabajo
publicado en «Estudios de Arqueología Alavesa» (Tomo I. Vitoria, 1966).
Aunque aquella primera campana proporcionó material interesante, creí conveniente
buscar nuevos datos para los problemas allí planteados, removiendo algunos cuadros más
del yacimiento de aquel abrigo. Así lo hice durante el verano de 1966, trabajando en dos
etapas: entre el 9 y 27 de julio y entre el 12 y 23 de Septiembre.
Durante una parte de nuestra temporada de excavaciones trabajamos también en
el yacimiento de Sarracho, situado a unos 40 metros al W. del de El Montico, al pie de
dos capillas o templitos horadados en un peñón.
Los estudiantes González (José Antonio) y Rejado (Fernando) fueron mis compa-
ñeros de trabajo durante toda la campana. A ellos debo manifestar mi agradecimiento,
así como a mi amigo D. Armando Llanos que sacó las fotografías que ilustran esta me-
moria, y al Consejo de Cultura de la Diputación Foral de Alava que financió las excava-ciones.
El Montico de Charratu
Excavamos varios cuadros en este yacimiento (fig. 1), donde hallamos nuevo material
arqueológico que confirma los resultados logrados en la campaña de 1965. A continuación
presentamos un inventario de dicho material, distribuido conforme a los niveles en que
se hallaba, empezando por el superior y más reciente y terminando en el inferior que se
asienta directamente en la roca del subsuelo (figs. 2 y 3).
Nivel I (45 cm.).-Tierra vegetal oscura con algunos bloques areniscos (en el cuadro
18 B) que, a juzgar por las señales de picado que presentan,
7
EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO
Figura 1. Planta del yacimiento El Montico de Charratu. Zona rayada, campana de 1965. Zona con
cuadrícula, campana de 1966.
Industria cerámica:
Varios cascos de teja y trozos de vidrio,
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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO
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EXCAVACIONES EN E L MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO
capa de 10 cm. de espesor del cuadro 16 A), escorias y los siguientes objetos
Industria lítica:
1 lámina simple (fig. 6: 1),
1 laminilla (fig. 6: 2),
1 lámina de sección trapecial y algunos retoques marginales (fig. 6: 3),
10
EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO
Industria cerámica:
46 tiestos rojos finos, entre los cuales hay algunos con surcos y relieves (fig. 7: 1,
2, 3, 4, 5) y uno con orificio de suspensión (fig. 7: 6),
11
EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO
Industria lítica:
Industria lítica:
Industria lítica:
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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO
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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO
Industria lítica.
Sarracho
En el relleno de tierra que existe delante del portal de los dos templitos de Sarracho,
excavamos varios cuadros durante la campana de 1966 (fig. 1 4 ) . Las capas que se aprecian en
metro y medio de espesor, es decir, hasta la roca o suelo firme en el que reposa el yacimien-
to, corresponden a las dos superiores de El Montico, como nos lo prueban los objetos ar-
queológicos contenidos en el mismo y que vamos a señalar seguidamente, empezando por el
nivel superior (fig. 15).
Nivel I (40 cm.).-Tierra vegetal oscura formando capa de 40 centímetros de espesor con
muchos pedruscos areniscos. Contiene un par de clavos de hierro (fig. 16: 6) y nume-rosos
fragmentos de vasijas de barro. De éstos unos pocos son vidriados. Entre los demás hay
tiestos finos de masa anaranjada, de masa rojiza, de masa roja viva que tienen decora-ción en
forma de líneas incisas y en relieve (fig. 16: 1, 5), de borde rojo (fig. 16: 2), de color gris
(fig. 16: 3, 3 bis, 4). En los 8A y 10A existe una sepultura monolítica de piedra arenisca con
hueco de forma trapezoidal y resalte para la cabeza (lado W.): se halla vacía y destro-zada en
parte.
Nivel II (20 cm.).-Tierra oscura con carbones, que en el cuadro 5A contiene dien-
tes y huesos humanos muy fragmentados, los cuales deben proceder de la vecina gruta
sepulcral. Contiene, además, un trozo de hebilla de hierro (fig. 16: 7) y 80 fragmentos cerá-
micos, entre los cuales hay no pocos de masa gris (fig. 16: 8, 9, 10), de masa roja (fig. 16: 15),
rojos con bandas en relieve (fig. 16: 18), un borde de tiesto rojo (fig. 16: 11) y otros tiestos de
varias formas (fig. 16: 12, 13, 14, 16, 17, 19). Aparecieron también una plaquita de cobre,
una moneda de bronce con dibujo apenas visible y 6 lascas de pedernal. En la base de esta
capa tiene la suya el sepulcro monolítico arriba mencionado.
Nivel III (75 cm.).-Cascajal formado por escombros procedentes de la destrucción de
parte de los muros de las vecinas grutas artificiales. De ello son prueba los pedruscos que tienen
claras señales o huellas de escoda semejantes a las de los paramentos aún no des-truidos de
dichas grutas.
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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO
Figura 14. Sarracho. Planta del campo excavado delante de los templos horadados en la roca.
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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO
Apenas contiene restos arqueológicos: tan sólo en una bolsada de tierra oscura contenida en
medio de la escombrera del cuadro 1A había cinco pequeños fragmentos de vasija de barro de
masa anaranjada.
Nivel IV (31 cm.).-Tierra oscura con carbones y escorias de hierro. En 8B y 10B
existe una sepultura, justamente debajo de la monolítica antes mencionada y de la puerta
del templito oriental. De planta trapezoidal, se halla formada por una losa de arenisca,
labrada al estilo de la gruta contigua, acodada en el extremo W. y adosada al muro liso
del escarpe con el que forma y completa el hueco sepulcral. No contenía restos humanos.
Probablemente
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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO
fue destapada y vaciada poco después de iniciada la brutal fue destapada y vaciada poco
después de iniciada la brutal destrucción de la gruta. Inmediatamente debajo de la sepul-
tura continúa la capa negra con escorias y raras esquirlas de hueso y tiestos de varias
clases: unos fragmentos de terrra sigillata (fig. 17: 1, 2), otros finos y lisos de masa roja
(fig. 17: 3), otros de masa gris (fig. 17: 4) y tiestos negros, de los que varios son gruesos
de hasta un centímetro y otros son finos (fig. 17: 5, 6). De material lítico hay 180 lascas de
pedernal, 3 denticulados o lascas con escotadura (fig. 17: 7, 8, 9), 1 trapecio? (fig. 17: 10),
1 perforador? (fig. 17: 11), 1 raspador frontal (fig. 17: 15 ), 1 raspador cóncavo (fig. 17:
12 ), 2 raspadores cóncavos dudosos (fig. 17: 13), 1 raspador convexo también du-doso
(fig. 17: 14).
CONCLUSIONES E INTERPRETACIONES
Las dos capas superiores del yacimiento de El Montico parecen formadas durante las
épocas de utilización de la gruta artificial contigua. La segunda contiene un material, si
bien escaso, que recuerda el de la época romana y aún anterior. El barro de algunos de sus
tiestos rojos, semejantes al de la terra sigillata del vecino yacimiento de Sarracho, y el de
los negros (delgados o gruesos con granos de calcita en su masa), nos sugieren esta inter-
pretación.
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EXCAVACIONES EN EL MONTICO DE CHARRATU Y EN SARRACHO
En cuanto a la tercera capa, que es de tierra gris muy compacta, creemos que puede ser
la parte superior de la escombrera formada por el cantero que excavó la mencionada gruta.
El material contenido en ella, de tradición mesolítica, puede ser del Neolítico o del Eneolí-
tico, si bien le falta el contexto típico de estas edades.
Debajo de la capa precedente existe otra (la cuarta) formada por tierra arenosa, gene-
ralmente clara. Contiene, al parecer, los primeros escombros acumulados por los artífices de
la gruta, puesto que en ella aparecen unos bloques areniscos que muestran en sus caras las
señales del pico que los soltó de la pena. Su industria, exclusivamente lítica, comprende un
material que recuerda el Asturiense de otras regiones.
Las capas inferiores contienen industria mesolítica, de la que forman parte unas cunas
toscamente talladas como lejanos ecos de los hendedores campinienses. Estas últimas piezas
aparecen casi exclusivamente en la base del relleno en contacto con el piso firme o rocoso
del subsuelo.
En el debate planteado sobre la edad en que se comenzó a labrar las grutas artificiales
de esta zona, no sería aventurado decir que durante el Neolítico se hicieron los primeros en-
sayos en la excavación de tales abrigos y oquedades. Podemos adoptar esta opinión basada
en indicios, como actitud provisional, mientras lleguen nuevos datos que contribuyan a acla-
rar mejor este problema.
En cuanto a la excavación que hemos efectuado en Sarracho, podemos decir que los
pequeños templos abiertos en aquel escarpe pueden datar de las postrimerías de la época
romana, si bien han debido ser utilizados y aun retocados en siglos más recientes, particular-
mente en los de la alta edad media. Que en tiempos visigóticos fueron utilizadas muchas de
estas grutas es cosa indudable: los trazados de algunas de ellas, las inscripciones y figuras de
Faido, de Sarracho, de Laño, de Urarte y de Marquínez son indicios que nos inclinan
irresistiblemente a tal conclusión.
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Foto 1.-El Montico de Charratu. Estado actual del yacimiento.
Foto 2. Sarracho. Templos horadados en la roca, delante de los cuales se hicieron los trabajos de excavación.
Foto 3. Sarracho. Vista del ara del templo,
delante del cual apareció la sepul-
tura de la fot. 4 en la base del yaci-
miento.
Se halla situada en terrenos comunales del pueblo de Artaza (Alava), siendo sus
coordenadas geográficas sobre la Hoja 111-Orduña del Mapa 1:50.000 del Inst.° Geo-
gráfico y Catastral, las siguientes: Long.: 0º 43' 29". Lat.: 42º 51' 10" con altitud apro-
ximada de 880 mts. sobre el nivel del mar.
La cueva fue descubierta como yacimiento antropológico por D. Vicente Gálvez,
quien, en sus excursiones por la sierra de Arcamo y en una de sus visitas a la cueva, se
fijó en los restos que asomaban superficialmente. Su
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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
Figura I.
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Figura II.
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
(3mts. de ancho por 2 de alto) es de difícil localización, debido a que se abre a ras de
suelo. El primer tramo de esta cueva está formado por una sala de dimensiones amplias
Foto 1. (17 mts. de largo por 3 mts. de ancho y 3 mts. de alto) y fuerte pendiente descendente
(-40º), debida ésta a un cono de derrubios procedentes del hundimiento que formó la
entrada actual. Hacia la mitad aproximadamente de la sala y en dirección N. E. existe
una estrecha e incómoda gatera que sirve de paso a una nueva sala circular de 8 mts. de
diámetro, con abundante litogénesis en techo y paredes y cuyo suelo está formado por
Fig. II
abundantes «gours».
La cueva continúa después de un pequeño estrechamiento, por una galería de te-
chos bajos (1,50 mts. de media) y fuerte degoteo, lo que produce un ambiente suma-
mente húmedo, terminando a los pocos metros, debido a una colmatación formada por
cantos angulosos, arcilla y huesos de animales. A la entrada de esta galería existe un
estrecho y corto recinto de 5 mts. de largo por 1 m. de ancho, al que llamaremos diver-
tículo «Y» (Vid. Fig. II) y en el que se encontraban parte dedos restos antropológicos
excavados. Justamente enfrente de éste y formando parte de la galería general, se
encuentra lo que denominaremos divertículo «X», segunda zona excavada en esta
cueva.
La excavación dio como resultado el hallazgo de material antropológico pertene-
ciente a tres personas, de las cuales una se exhumó en el divertículo «Y» y dos en el
divertículo «X». En el primer punto, los restos aparecían completamente revueltos sin
poderse precisar su orientación ni características. Sin embargo en el divertículo «X» se
hallaron los cadáveres depositados siguiendo: una dirección E-W, aunque no perfecta-
Foto 2. mente ordenados. Yacían bajo una capa estalagmítica, mezclados con arcillas negruzcas
de espesor de 8 cms. y bajo las cuales apareció otra capa estalagmítica de 5 cms. de
espesor, la cual descansaba a su vez sobre otra de arcillas de color ocre, estériles, de 50
cms. de profundidad.
El encontrarse estos restos envueltos en arcillas, nos obligó a una paciente y no
grata tarea de excavación, la cual no arrojó más resultados que los restos óseos sin
muestra alguna de ajuar que acompañase estas inhumaciones. No se ampliaron los
trabajos a otras zonas de la cavidad, por temer que, al estar el yacimiento entre arcillas,
pudiese perderse parte del material al sacar aquéllas. De esta manera se conserva parte
del yacimiento, para cuando puedan aplicarse mejores técnicas.
II.-Cueva de «Arralday»
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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
26
Fig.
21
Figura IV
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
informados de una cueva existente en la sierra, con «muchas calaveras». Fue descubierta
por un pastor del pueblo de Cárcamo, varios años antes, al hurgar con el cayado entre las
piedras que taponaban su entrada.
Se encuentra a 790 mts. s. n. m. en el término de Vallejota, no lejos del pozo de
agua para ganado, de la Llana, al lado del cual pasa el camino que, desde el pueblo de
Cárcamo, se dirige al de Luna. Sus coordenadas geográficas sobre la Hoja Núm. 111
-Orduña del Mapa 1:50.000 del Inst. Geogr. y Cat. son las siguientes: Longitud: 0° 39'
40". Latitud: 42º 51' 52".
Su boca, de pequeño tamaño (1,60 mts. de ancho por 1,10 mts. de alto) da acceso a
Foto 4. una sala de 32 mts. de longitud por 10 mts. de anchura. Su suelo tiene una fuerte inclina-
ción negativa hacia el W. Está formado, en su mayor parte, por bloques elásticos, algunos
Fig. IV.
de gran tamaño, si bien, en varios puntos, estos bloques desaparecen enmascarados por
una abundante litogénesis.
La cueva continúa por una pequeña galería al Sur de la sala, terminando después de
20 mts. de recorrido. El suelo de esta galería es predominantemente arcilloso y en ella se
recogió en superficie, un cráneo, si bien la mayor parte de los restos antropológicos, re-
Fotos 5-6. cogidos superficialmente, son de la zona W. de la sala, que al parecer es el lugar donde
se realizaron la mayor parte de los enterramientos. Estos se hallan fuertemente empotra-
dos en la capa estalagmítica.
No se ha efectuado excavación alguna pues únicamente se recogieron los cráneos
de superficie, que se hallaban en riesgo de desaparecer.
IV.-Cueva de «Gobaederra»
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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
Zuazo de Cuartango, en años todavía recientes. Aunque de difícil acceso, era posible que
nuevas excavaciones malograran el yacimiento, por lo cual se procedió a realizar su ex-
cavación que fue llevada a cabo por nosotros con la ayuda desinteresada de Fernando
Foto 8.
Tabar, Ignacio Gonzalo y Juan Antonio Madinabeitia, en Noviembre de 1964, campaña
a la que sucedió otra en marzo de 1965.
Su entrada orientada al W. es de difícil acceso por hallarse situada en una pared
rocosa, prácticamente vertical. La entrada se inicia por una ventana estrecha que da
acceso a un pozo de 3,50 mts. de desnivel. Salvado éste, se presenta la sala de los en- Fig. V.
terramientos, de 6,50 mts. de largo por 4 mts. de ancho y 3,50 de alto en donde se ha
practicado la excavación, concretamente en los cuadros A.B.-2; A.B.C.-4; A.B.C.D.E.-6;
A.B.C.D.E.-8; A.B.D.E.-10; A.-12. Las paredes y el techo de esta sala se hallan recu-
biertos de una fuerte capa de blanco y lechoso «moon milk». Tras esta sala, la cueva
continúa con nuevas galerías, separadas entre sí por estrechas gateras, hasta alcanzar un
desarrollo total de 1.500 mts. La cueva termina en una chimenea que permite su salida
al exterior.
«Gobaederra» es la única cueva sepulcral que ha proporcionado material arqueo-
lógico entre las cuatro excavadas en Alava en estas campanas.
Ya su situación, junto a los conjuntos megalíticos del Valle de Cuartango (dólme-
nes de S. Sebastián I y II, Gúrpide Norte y Sur, túmulo de Sendadiaño) y de la misma
sierra de Badaya (ocho dólmenes), así como junto a las cuevas de habitación, de «Sola-
cueva» y «Cobairada», etc. hablan de una vida intensa que empezó en la temprana Edad
del Bronce y que no cedió hasta la época romana.
Los últimos enterramientos los hallamos a flor de tierra.
Fotos 9-10.
Estratigráficamente las capas arqueológicas se presentan así:
1) Estrato superficial, compuesto por arenas de descalcificación y piedras cali-
zas procedentes de las paredes y techos, de 23 a 25 cms. de espesor, casi
uniforme en los diferentes puntos de la cueva. A este estrato le llamaremos
«Estrato A». Se inclina hacia el S. W.
2) Estrato intermedio, integrado por una capa de carbones y cenizas de espesor
variable, entre 1 y 5 cms., según los puntos. Se aprecia que este estrato crece
en espesor en la proximidad de las paredes y se pierde en el recodo de la
pared W. Se extiende en conexión directa con el estrato A, sin solución
alguna de continuidad. Le llamaremos «Estrato B».
3) Estrato inferior, formado por arenas de descalcificación y piedras, alcanzan-
do un espesor de 13 a 17 cms. según los puntos, inclinándose ligeramente
hacia el S. W. No tiene solución de continuidad con el estrato B. Le lla-
maremos «Estrato C». Se superpone direc-
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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
En dos cuadros solamente se presenta, directamente sobre el estrato fértil, una in-
cipiente capa superficial estéril, pero no se trata de una verdadera capa que afectase a
toda la cueva sino solamente un pequeño manto de descalcificación que ha corrido de
las paredes y se ha depositado en la proximidad de éstas.
Estrato «A»
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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA ALAVA)
Estrato «B»
31
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
Estrato «C»
Figura VII. Está caracterizado por la práctica de inhumación en forma idéntica a la apreciada
en el estrato A. Sin embargo se puede observar que los rastros de incineración que se
apercibían en el estrato A, conviviendo con la práctica inhumadora, son, en este estrato
C, menos frecuentes que en el A, aunque también existen.
El estrato C presenta el siguiente ajuar:
8 puntas de flecha de pedúnculo central y aletas, en sílex, una de ellas (Nº 18)
ancha y aplanada, y otras siete, pequeñas y gruesas (Núms. 28, 11, 23, 41, 43,
45, 85) (Fot. 17 y Fig. X).
1 contera de pequeña hoja de sílex blanquecino con señales de uso y dos lascas
informes (N.° 19) (Fot. 17 y Fig. X).
2 punzones de hueso bicónicos faltando a uno de ellos su extremo superior (Fot.
15).
1 fragmento informe de cobre en forma de lámina (N.° 12) (Fot. 16 y Fig. IX).
4 punzones de cobre de dimensiones variables. Hallamos otra vez el punzón tipo
«Fontbouisse» y el tipo corto, éste poco claro por tratarse de un fragmento
(Núms. 21, 22, 27, 25). Tres de ellos (Núms. 21, 22, 27) de sección cuadrada y
uno (N.° 25) de sección romboidal (Fot. 13 y Fig. VIII).
2 puñales largos triangulares de los cuales uno es fragmentario (Núms. 14 y 26).
Tal vez el 14 sea un triangular de lengüeta (Fot. 16 y Fig. IX).
35 cuentas de collar de tipo rodete con perforación central circular en esteatita (?)
de grosor variable entre 1 y 5 mm. (Fot. 14).
Varios fragmentos de cerámica basta, negruzca, con desgrasantes muy gruesos, y
que pertenecen a un gran vaso con forma de panza grande, hallados en la misma
base del estrato (Fot. 12).
El ajuar.
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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
entera claridad a una etapa determinada e inconfundible. En todo caso, aun conociendo
los conjuntos típicos de cada etapa prehistórica, no es fácil seguir una evolución de ella,
tanto más necesaria cuanto que el tiempo durante el que se desarrolló, fue forzosamente
bastante largo.
Sólo muy recientemente, D. José Miguel de Barandiarán y D. Domingo Fernández
Medrano, han tenido la fortuna de localizar, en el dolmen riojano de San Martín (La-
guardia) una cámara de un sepulcro de galería en el que., al derrumbamiento de una
gran losa que cubría prácticamente toda la cámara, ha permitido separar dos conjuntos y
situarlos cronológicamente uno después del otro. Nos parece que el dolmen de San
Martín, por su ajuar, refleja un aspecto del mundo megalítico que se aproxima más a los
fértiles conjuntos megalíticos del S. y del SE. español que al resto del mundo megalí-
tico de las provincias vascongadas, aun reconociendo que se trata de un mismo fenóme-
no y que existen caracteres de semejanza muy notables entre ambos. En cualquier caso,
los dos conjuntos de los estratos de San Martín nos parecen una guía aprovechable para
orientarnos en el difícil mundo de las sepulturas colectivas. Pero antes de intentar toda
comparación, hemos de pasar revista detallada al conjunto de Gobaederra.
El material de sílex.
El sílex está bien representado en Gobaederra pero su variedad es muy pobre.
Solamente tenemos como tipos Fig. VIII.
33
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
El material de piedra.
El material de hueso.
34
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA ALAVA)
El material de metal.
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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
36
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
ANALISIS
Nº Sn Pd As Sb Ag Ni Bi Au Zn Co Fe
61 Sp <0,01 1,85 0,17 002 2,1 <0,001 0 + 0,06 Sp
26 <0,01 <0,001 1,3 0,4 0,03 1,8 0,01 00 0 0.04 Sp
9 Sp <0,01 1,6 0,3 0,06 2,0 0,005 0 0 0,04 +
58 0 <0,01 0,74 0,1 0,02 0,36 0,008 0 0 <0,001 Sp
95 Sp Sp 1,1 0,16 0,13 1,7 0,003 0 0 0,03 0
17 Sp <0,01 1,0 0,13 0,01 1,85 <0,001 0 0 0,04 Sp
70 Sp 0 1,35 0,12 ~0,003 1,4 <0,01 0 0 0,03 Sp
27 Sp <0,001 1,5 0,25 0,03 1,3 0,004 0 0 0,04 Sp
72 < 0,001 <0,001 1,7 0,12 0,02 1,8 <0,001 + 0 0,11 Sp
99 Sp Sp 1,55 0,1 ~0,002 1,25 <0.001 0 0 0,03 Sp
21 Sp Sp 1,9 0,56 0,01 1,3 0,003 0 + 0,03 Sp
22 Sp Sp 1,45 0,16 0,02 2,2 <0,001 0 Sp <0,04 0
25 Sp <0,01 0,21 0,05 0,02 0,72 <0,001 0 0 <0,01 Sp
73 Sp 0,02 1,45 0,21 ~0,001 1,85 0,014 0 Sp 0,07 +
103 Sp <0,01 1,05 0,03 ~0,001 0 0 0 0 0 +
N.° 61 . . . . . . . . .96 02 %
N.° 26 . . . . . . . . .9 4 , 0 6 %
N.º 9 . . . . . . . . .90,91 %
N.° 58 . . . . . . . . .9 5 , 0 1 %
N.° 17 . . . . . . . . .96,63%
N.° 27 . . . . . . . . .90, 12 %
N.° 72 . . . . . . . . .96,02%
N.° 21 . . . . . . . . .90,29
N.° 22 . . . . . . . . .91,67 %
N.° 25 . . . . . . . . .96.68%
De los análisis expuestos, se puede concluir que todos los objetos analizados de Gobaederra,
son de cobre con una cantidad de arsénico apreciable y níquel lo cual aboga ser bastante arcaico y no
desmiente el carácter antiguo de las piezas.
PARALELOS.
Los útiles de sílex, piedra y hueso ya nos son conocidos. Queremos ahora relacionar los materiales de
metal con sus paralelos dentro y fuera del País Vasco.
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CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
(6) ARANZADI, T., BARANDIARAN, J. M. DE, EGUREN, E., Exploración de ocho dólmenes del
Aralar.
BARANDIARAN, J. M. DE, El hombre prehistórico en el País vasco. Buenos Aires. 1953. Pág.
156. Fig. 90.
BARANDIARAN, J. M. DE y FERNANDEZ MEDRANO, D., Excavaciones en Alava. En «Bol.
Inst. Sancho el Sabio» II (1958) pág. 143. Fig. XXIV.
ARANZADI, T., BARANDIARAN, J. M. DE, EGUREN, E., Exploraciones en la caverna de San-
timamiñe. II Memorias. Pág. 54, 9.
(7) CASTILLO, A. DEL, El Neoeneolítico. En «Historia de España». Dirigida por R. MENEN-
DEZ PIDAL. Tomo I. Vol. I. Págs. 548.
(8) PERICOT, L., Los sepulcros megalíticos catalanes y la cultura pirenaica. Barcelona, 1950,
pág. 85.
(9) NIETO, G., La cueva artificial de la «Loma de los Peregrinos» (Alguazas, Murcia). En
«Ampurias» XXI (1959), pág. 193. Fig. 2.
(10) SANGMEISTER, E., Contribución al estudio de los primitivos objetos de metal en el País
Vasco. En «Anuario de Eusko-Folklore» XVIII (1961), pág. 55.
(11) PERICOT, L., Los sepulcros megalíticos catalanes y la cultura pirenaica. Barcelona.
1950, pág. 89.
38
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
lares, que se distinguen netamente del tipo Ciempozuelos, más corto y ancho con len-
güeta muy pronunciada y escotaduras preparadas, aparecen repartidos por los lugares
bajos de las cuencas de los ríos como los Valles del Betis, Tajo y Guadalquivir y se
presentan en toda clase de construcciones como fondos de cabaña, silos, sepulturas me-
galíticas y no megalíticas (12). En el castro de Vilanova de San Pedro, aparecen estos
puñales largos unidos a puntas de base cóncava o de mitra o triangulares de base recta,
que desconocemos en el País Vasco. Es muy típico el puñal en las cuevas artificiales de
Palmera (13) asociados a campaniforme con plaquetas votivas, puntas del tipo Palmera
y puntas de tipo triangular de base cóncava.
Emparentados con ellos, los encontramos igualmente en el S. y SE. francés, como
en las galerías cubiertas de Provenza unidos frecuentemente al vaso campaniforme (14)
así como en los conjuntos de Fontbouisse. En Francia, el mapa de los puñales largos de-
muestra cómo este tipo de puñal se detiene prácticamente en el borde de la cultura de los
«Pasteurs des Plateaux» para reaparecer luego fuera de Francia, en Cataluña. Esto es lo
que refleja el mapa presentado por Arnal. El puñal no parece unido, según Neuffer, a
ningún tipo común de objeto sino que se relaciona, en el S. Francés con tipos muy dife-
rentes según la región de que se trate. El puñal corto, aparece en zonas costeras de los
Pirineos orientales y no parece un tipo derivado del largo sino distinto, tal vez contem-
poráneo.
Para buscar ahora paralelos entre los conjuntos de Gobaederra y otros de otros
lugares, es necesario hacer previamente algunas observaciones. Sea la primera, la de
observar que vamos a comparar el conjunto de Gobaederra en su totalidad. En otras
páginas anteriores hemos descrito, estrato por estrato, el material de la cueva. Ahora po-
demos observar cómo la diferencia entre los dos estratos es muy pequeña por no decir
insignificante. Existe una capa que llamamos capa C, reciente en relación con la inferior
o capa A, separada de ella por un estrato intermedio de incineraciones, arqueológica-
mente estéril. Lo lógico sería comparar por tanto estrato por estrato pero creemos que
entre los dos media muy escaso tiempo. Lo creemos apo-
(12) BONSOR, C., Les colonies preromaines de la vallee du Betis. Revue Archeologique.
XXXV (1899).
JALHAY, E., DO PAZO, A., El Castro de Vilanova de San Pedro. Act. y Memorias de la
Sociedad Española de Antropología, Etnología y Prehistoria. T. XX. Madrid. 1945. Lam. XVII y
XVIII.
(13) BELCHIOR DA CRUZ. As grutas de Palmella. Bol. de Sociedades archeologica «Santos
Rocha». I (1906) 3.
ALBERTO DEL CASTILLO, El Neoeneolítico. En «Historia de España», dirigida por R. ME-
NENDEZ PIDAL. Tomo I. Vol. I. Pág. 626. Fig. 509.
(14) CAZALIS DE FONDOUCE, P., Les allées couvertes de la Provence. II Memoire. Montepelier-
Paris. 1878.
39
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
(15) BARANDIARAN, J. M. DE, FERNANDEZ MEDRANO, D., Excavaciones del dolmen de San
Martín (Laguardia, Alava). En «Bol. de la Inst. Sancho el Sabio», Vitoria. VIII (1964) 1-2 pág.
41-66.
40
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
estrato y tomarlo en su estadio puro, veríamos más claramente la relación con Go-
baederra. Nos parece que el material de Gobaederra se aproxima al eneolítico reciente
de San Martín, pero nos parece que Gobaederra debe representar un momento anterior.
Si tenemos en cuenta que lo que ha separado los dos estratos de San Martín es un hecho
fortuito, la caída de una losa, no extrañará el que pretendamos para Gobaederra un
momento un poco anterior al estrato más reciente de San Martín. En Gobaederra ni
tenemos puntas microlíticas ni tipos de hachas que pueda compararse con el estrato
antiguo, es más bien al estrato reciente al que debe referirse, pero el hecho de presentar
Gobaederra ajuar de metal bastante antiguo nos parece indicar que se trata de un mo-
mento anterior al estrato reciente.
Existen en el País vasco otros conjuntos procedentes de cuevas sepulcrales como la
de Kobeaga (Ispaster, Vizcaya) que presentando un carácter más francés, pueden ser
comparados con el de Gobaederra para al menos darnos una idea de su situación cro-
nológica relativa (16).
En Kobeaga, hemos encontrado lo que creemos poder llamar dos estratos. El más
antiguo presenta un conjunto, que en medio de una inhumación colectiva, tiene todas
las trazas de las sepulturas en fosa catalanas. Esta comparación naturalmente es muy
provisional, no viendo claramente cómo se puede comparar un conjunto de inhuma-
ciones colectivas con uno de inhumación individual. Sobre este estrato y por tanto más
reciente, aparece otro caracterizado por inhumaciones eneolíticas en las que nos parece
se incrustan objetos que acompañan por lo general al vaso campaniforme, como un
brazalete de arquero, botón con perforación en V, etc. Excepto estos elementos, el resto
está caracterizado por una extraordinaria variedad de cuentas de collar en piedra y
hueso, así como tubos en hueso, colgantes rectangulares, cerámica de punzones, de lis-
tas de decoración digital y uñadas, a veces de buen tamaño, etc.
No podemos establecer un paralelo absoluto con Kobeaga que se presenta con
caracteres muy diferentes. Tal vez esta distinción se halla en la situación geográfica de
ambas cuevas, la de Gobaederra en plena Alava, muy próxima al Ebro y Kobeaga a 1
kilómetro del mar. Kobeaga se articula más fácilmente con otros conjuntos franceses y
tal vez sea allí donde haya que buscar no sólo los paralelos sino también la cronología.
Lo extraño es también que encontramos en Gobaederra caracteres que nos aproximan al
mundo francés, como exponemos más adelante. Sirva sin embargo Kobeaga para
intentar luego una incipiente secuencia del Eneolítico.
Podríamos referirnos ahora a los estratos eneolíticos de cuevas de habi-
(16) APELLANIZ, J. M., y NOLTE, E., Excavación, estudio y datación por el C 14 de la cueva
sepulcral de Kobeaga (Ispaster, Vizcaya). En «Munibe» XVIII (1966) 1-4, págs. 37-62.
41
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
tación, pero no están hasta ahora lo suficientemente estudiados como para servirnos de
guía.
Si salimos del País Vasco, nos orientaremos en dos direcciones: una hacia Fran-
cia, pasando por Cataluña y la otra, hacia las regiones bajas y costeras del resto de la
Península. Estas dos direcciones están perfectamente documentadas como vías de trans-
humancia pastoril de los vascos aun en épocas históricas. Se puede pensar que no serían
diferentes las costumbres transhumantes en épocas prehistóricas. Por otra parte, los res-
tos antropológicos del País Vasco y de la cueva de Gobaederra en particular, hablan de
influjos o alpinos o aquitánicos como también los muestran clara mente mediterráneos.
Es lógico que también la arqueología muestra estas dos direcciones. Por otra parte en-
contramos en el S. francés y precisamente desarrollándose en el Eneolítico, civilizacio-
nes de pastores que pueden mostrar puntos de contacto con los pastores de Gobaederra.
Nos referimos concretamente a lo que se ha llamado la cultura de los Pasteurs des Plateaux
en su aspecto más directamente eneolítico, la cultura de Fontbouisse.
Aunque Fontbouisse se halle sin publicar en su totalidad, creemos que será inte-
resante aproximar sus conjuntos al de Gobaederra para sorprender algunos caracteres
comunes (17) aun teniendo en cuenta que el carácter pastoril de Fontbouisse ha sido
muy recientemente discutido (18).
Nos parece que esta relación con Fontbouisse sea posible filtrarla a través de
Cataluña con cuya cultura se encuentra en notable relación. Nosotros no queremos en-
trar en la cuestión de la existencia de la cultura pirenaica muy recientemente puesta en
duda por M. Tarradell (19), pero sí queremos asegurar que, aunque la llamada cultura
pirenaica tiene en el País Vasco notables paralelos, existe también una diferencia entre
ambos focos de lo pirenaico.
Entre el conjunto de Fontbouisse y el de Gobaederra, encontramos varios aspectos
poco afines: industria de conchas marinas, botones «Durfort», una desarrollada indus-
tria de hojas y de puntas de laurel y sauce y una extraordinaria y, al parecer, bien
definida industria cerámica. Pero encontramos en general paralelos notables: la presen-
cia del punzón «Fontbouisse», la buena proporción de puntas de pedúnculo central y
aletas junto a otras
(17) LOUIS, M., PEYROLLES, D., ARNAL, J., Les fonds de cabanes eneolthiques de Font-
bouisse. Gallia. Fouilles et Monumentes archeologiques en France Metropolitaine.V (1947) II
235-57 págs.
ARNAL, J. y PRADES, H., El neolíthico y el Calcolítico francés. En «Ampurias» XXI (1959)
145.
(18) LORBLANCHET, M., ABEE MESTRE, E., Un village prehisthorique a Montpellier sur le
Plateau de Celleneuve. En «B. S. P. F.» LXVIII (1966). Fasc. 3 págs. 522-40.
(19) TARRADEL, M., Las primeras civilizaciones con metal. En «Problemas de la Prehistoria
y de la Arqueología catalanas». II Symposium de Prehistoria peninsular. Barcelona, 1963. págs.
46 y ss.
42
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
variedades arriba citadas, los tipos de puñal, las hojas de metal (Bronzebleche) la
industria de hueso abundante y bien caracterizada. Pero no es solamente la industria,
sino modos de vida parecidos los que aproximan Gobaederra a Fontbouisse. En Font-
bouisse encontramos simultáneamente la incineración y la inhumación como ocurre en
Gobaederra, así como su carácter pastoril básico. Nos damos cuenta de que la cerá-
mica es una parte capital dentro de la vida de Fontbouisse y que Gobaederra no
dispone sino de un fragmento que puede coincidir con los tipos globulares de Font-
bouisse como puede coincidir con otros tipos globulares del SE. español. Nos damos
igualmente cuenta de que no es perfectamente posible la comparación de Gobaederra
con Fontbouisse ya que la primera es una cueva sepulcral y el segundo es un poblado.
Pero no es menos cierto que una cueva sepulcral representa un aspecto de la vida de un
poblado en cuanto que se depositan junto a los muertos aquellos objetos que tienen un
valor funerario pero que probablemente han servido o formado parte de los modos de
vida del hombre. No es fácil pensar que los objetos que se enterraban con los muer-tos
fueran exclusivamente fabricados para este uso. De ahí que, aunque una selección de
objetos no pueda nunca reflejar en su totalidad la vida de un poblado como la refleja el
poblado mismo, al menos puede dar una pauta indicatoria. Por otra parte, al sugerir
una relación entre Gobaederra y Fontbouisse no pretendemos en absoluto ha-blar de
una invasión ni de otras formas de contacto que las propias de dos pueblos de pastores.
Sin salir todavía del S. francés, debemos aludir a la reciente tesis de E. M. Neuffer
que ha tratado el problema no ya de un tipo de cultura del eneolítico francés como sería
Fontbouisse sino de todo el conjunto eneolítico del S. en todas sus formas y variedades
de tipo colectivo (20). Neuffer ha tratado de resolver el problema a través de la determi-
nación de las afinidades existentes entre los tipos del ajuar conocidos, logrando aislar
tres grandes grupos de afinidades que articula en tres estadios distintos: dos de ellos ex-
tremos, es decir, uno antiguo y otro reciente, y un intermedio de transición. Siempre
dentro del S. francés, más concretamente, en las regiones comprendidas entre la costa
mediterránea y el Aude y Tarn por una parte y desde las Bocas del Ródano hasta los
Pirineos Occidentales, se ordenan los grupos de afinidades de este modo:
1) Estrato antiguo: representado por hojas de sílex con o sin retoques, puntas
romboidales, en forma de lanceta y de laurel, colgantes de concha, cuentas de
disco de concha y de forma de huso, hojas de bronce, dientes de animales con
o sin perforación, conchas, anillos
(20) NEUFFER, E. M., Das Aeneolithikum in Sudfrankreich und seine Beziehungen zu Mille-
teuropa. Freiburg. 1964, 3 vols.
43
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
44
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
San Martín se halla muy próximo al estadio transicional y al estrato antiguo de Neuffer.
Esto nos confirma en nuestra opinión de alinear Gobaederra en un estadio intermedio
entre el antiguo y el reciente de San Martín con tendencia a llevarlo hacia el estrato
reciente.
Entonces, tomando como tabla de referencia la secuencia de Neuffer para el S. de
Francia y habida cuenta de la relación que liga a los yacimientos del País vasco con
aquellas regiones, podríamos intentar alinear estos yacimientos sepulcrales en la
siguiente forma: En un momento antiguo del eneolítico podríamos colocar el estrato
arcaico de San Martín. A éste sucedería el conjunto de Gobaederra seguido muy de
cerca por el estrato reciente de San Martín todavía en un momento arcaico o al menos
antiguo del eneolítico y por fin vendría el conjunto representado por el estrato reciente
de Kobeaga, siendo este contemporáneo del último momento de Fontbouisse.
Existe, en el actual estado de los estudios, una dificultad a la hora de comparar
yacimientos tan distantes como San Martín y Kobeaga, máxime cuando existe un as-
pecto tan diferente entre uno y otro. Pero ésta es una nada más entre tantas oscuridades
como rodean los problemas del Eneolítico en el País Vasco.
CONSIDERACIONES FINALES
45
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
ya). Pero en Arratiandi (Atauri, Alava) aparece en forma masiva de modo que es mucho
más frecuente que el de la inhumación con el que convive. En Arratiandi, hemos podido
encontrar un cráneo en bastantes buenas condiciones de conservación sometido al fuego,
fuertemente. Todavía no es fácil, por faltar una secuencia bien confirmada de cronolo-
gía, conocer si este rito de incineración crece o decrece a partir de los primeros momen-
tos del Eneolítico o si se trata de una introducción tardía. A pesar de proponer nosotros
una secuencia muy elemental, nos falta en Arratiandi un conjunto claro que permita
fecharla con cierta probabilidad. En Arratiandi es donde el rito incineratorio es más
denso aún que en Gobaederra. Pero si aceptamos el hecho de que Gobaederra representa
un estadio arcaico del Eneolítico, aunque poco precisable, tendremos que el rito incine-
ratorio ya aparece en los primros tiempos del Eneolítico, y que este rito no se pierde
fácilmente. En los dólmenes, es mucho menos frecuente, por no decir muy escaso, el rito
incineratorio. Qué signifique esta variedad de ritos entre dos manifestaciones que nos
parecen simultáneas de la misma vida humana, es cosa que todavía no se puede precisar.
Gobaederra representa un modo de vida pastoril sin que por ello haya que descartar
el cultivo de la agricultura. Por el tipo de ajuares que aparece tan común a cuevas sepul-
crales y dólmenes, parece que se trata de dos manifestaciones del mismo modo de vida y
por ello parece probable que sean pastores quienes utilizan las cuevas sepulcrales. Por
otra parte, no se reconocen en el País Vasco excesivas diferencias entre las áreas de dis-
persión de los dólmenes y de las cuevas sepulcrales. Gobaederra se halla en relación de
gran proximidad con los dólmenes del grupo de Cuartango y con los de la sierra de
Badaya-Arrato así como con el más meridional y occidental del grupo de Turiso-Ebro,
concretamente del de Los Andrinales. Parece que en las zonas del interior del País
Vasco, las cuevas sepulcrales se hallan en mayor relación de proximidad con los dólme-
nes que el grupo de cuevas sepulcrales de la costa. Así el grupo que se alinea junto a la
costa cantábrica como es el formado por Gerrandijo, Kobeaga, Goikolau, Ginerradi,
Jentilletxeta, se encuentran más alejadas de las áreas dolménicas. El resto de las cuevas
sepulcrales, no puede decirse que se aleje sino más bien que coincide con las áreas
dolménicas. El hecho de que algunas de estas cuevas se vean alejadas de los dólmenes
no nos parece suficiente como para establecer que hay un área de dispersión de cuevas
sepulcrales diferente de la de los dólmenes, antes al contrario. De ahí que creamos que
representan dólmenes y cuevas dos facies del mismo modo de vida pastoril. Por otra
parte la identidad de áreas entre los dólmenes y las actuales áreas pastoriles, perfec-
tamente remontables al Eneolítico, teoría sentada ya hace tiempo por D. José Miguel de
Barandiarán y confirmada siempre, nos permite asegurar que la población dolménica es
46
CUEVAS SEPULCRALES DE LECHON, ARRALDAY, CALAVERAS Y GOBAEDERRA (ALAVA)
población pastoril, lo cual a su vez nos permite admitir que los usuarios de las cuevas
sepulcrales fueron igualmente pastores.
En la cueva se han practicado inhumaciones de las que se habla en otro apartado
de este trabajo. Con los cadáveres fueron enterrados trozos de carne, cuyos restos son
perfectamente conocidos y se estudian también en otro lugar correspondiente. Lo que
tenemos que anotar es que en todas las cuevas sepulcrales hemos encontrado restos de
animales que varían según el lugar de emplazamiento de cada cueva. En las zonas cos-
teras, predomina el animal marino siendo extraño que los colgantes y objetos de adorno,
que en estos lugares podrían haberse fabricado sobre conchas de animales marinos sean
por lo general muy escasos.
La cueva fue utilizada durante un período no de larga duración y después fue
abandonada.
Cronológicamente, la creemos poder situar en un período más bien antiguo del
Eneolítico del País Vasco, contemporáneo de la expansión de la cultura del vaso cam-
paniforme. Se relaciona con cuevas sepulcrales de Cataluña y con conjuntos de pueblos
pastoriles del S. de Francia, más concretamente con los «Pasteurs des Plateaux» de
Fontbouisse.
En un intento de ordenar cronológicamente Gobaederra y otros conjuntos sepul-
crales de dólmenes o cuevas del País vasco, nos parece que se podría proponer esta
secuencia:
A un momento antiguo del Eneolítico respondería el estrato antiguo del dolmen de
San Martín, al que sucedería Gobaederra y muy próxima a ella el estrato reciente del
mismo dolmen de San Martín. En un momento tardío, al menos más tardío que los an-
teriores, podríamos colocar el estrato reciente de la cueva de Kobeaga, paralelo al último
momento de Fontbouisse.
Reconocemos que esta cronología relativa está fundada en escasos elementos por
otra parte de tipo sepulcral lo cual no puede dar una idea completa del desarrollo del
Eneolítico. Reconocemos que sólo con una mayor cantidad de material bien observado,
procedente tanto de sepulturas como de poblados, se podría establecer una secuencia
sólida, mucho más sólida que la que aquí sugerimos como hipótesis de trabajo.
Reconocemos por último que para realizar esta sugerencia de una cronología relativa
nos hemos apoyado en la hipótesis de Neuffer realizada a base de los materiales de las
sepulturas colectivas, del S. de Francia que, aunque a nosotros nos parezca bastante
aproximada a la realidad de nuestras sepulturas colectivas, pudiera no serlo completa-
mente.
47
3. Entrada a la cueva de ARRALDAY.
6.
7. Cueva de GOBAEDERRA. Vista general de la situación de la cueva, en la parte alta del acantilado
de Techa, en el portillo de Hierbas Largas.
10.
11. Cueva de GOBAEDERRA. Restos humanos en la pared S. del cuadro 6-C. Sobre los cráneos se
aprecia levemente el estrato negruzco de incineraciones.
I. Material de estudio
49
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Según testimonio de los excavadores antes aludidos, las piezas óseas de Gobaederra
solamente, corresponden a un total de 67 individuos entre los que se encuentran también
niños. En la Cueva de Arralday un total de 15 a 20 individuos; tres personas en la del
Lechón; y «muchas calaveras» en la Cueva de Las Calaveras.
De tan disperso y deteriorado material, el número de piezas estudiado,
procedente de las distintas cuevas, es el siguiente:
Es de advertir, que los cráneos con mandíbula se reducen a uno; y que entre los res-
tantes, predominan las calvarias desprovistas de cara ósea. Los hemicráneos, o restos de
esplacno y neurocráneo proporcionan algunas medidas. Las mandíbulas corresponden
a las cuatro Cuevas.
Por lo que respecta al esqueleto postcraneal, se han elegido, entre el material
disperso y sin correspondencia exacta con los anteriores cráneos, exceptuados los del
Lechón, las siguientes piezas:
Húmeros……………….. .6
Radios……………………8
Fémures ………………..15
Tibias …………………....7
Infantiles (H y M)……………….25 %
Juveniles (H y M)………………..20 %
Adultos (H y M)....…………..…. 45%
Maduros (H y M) 41-60 años……10 %
La mortalidad entre los adultos alcanza entre las mujeres edades más precoces, a
juzgar por la escasa obliteración de las suturas y moderada usura
50
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
de los molares. De entre las estudiadas, apenas dos clavarias se acercan a seniles.
Los porcentajes de caries y lesiones de que luego se hablará, manifiestan excelente
estado de dentición, en consonancia con otras poblaciones prehistóricas y en abierto
desacuerdo con las pésimas dentaduras de la población actual.
VARONES MUJERES
Nº % Nº %
Oligoencéfalos 0 00 0 00
Euencéfalos 3 33,3 2 33,3
Aristencéfalso 6 66,6 4 66,6
9 6
Norma verticales
51
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
El índice frontoparietal sitúa la mayoría de los ejemplares entre los metrio y eu-
rimetopes; con escasa proporción de estenometopes, sobre todo en los varones, alcan-
zando la criptozigia la mitad de los individuos.
52
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
VARONES MUJERES
Nº % Nº %
Hiperdolicocráneos 1 8,33 0 00
Dolicocráneos 5 41,66 2 28,57
Mesocráneos 5 41,66 4 57,14
Broquicráneos 1 8,33 1 14,28
12 7
53
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
I TRANSVERSO
FRONTAL VARONES MUJERES
Nº % Nº %
Esferometopes 1 11,11 2 40
Intermedios 8 88,89 3 60
Paralelometopes 0 00
9 5
Norma lateral
Dentro de la amplitud de variación de los ejemplares, los perfiles son en general cur-
vilíneos. En la primera mitad del arco sagital, junto a frentes regularmente arqueadas (G
91 y CHL 5) predominan contornos frontales rectos (CHL 6 y G 10) y algunas frentes
ligeramente bajas o huidas (PO 5 y CHL 1).
La proporción entre frentes orto y camemetopes es la siguiente:
INDICE
SAGITAL-FRONTAL VARONES MUJERES
Nº % Nº %
Ortometopes 10 71,42 8 100
Camemetopes 4 28,58 0 0
14 8
54
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
VARONES MUJERES
Nº % Nº %
Bajos 0 00 0 00
Medianos 5 55,5 4 66,6
Altos 4 44,4 2 33,3
9 6
La distribución de las variantes por categorías manifiesta las tendencias que se vie-
nen comentando.
La aludida moderada tendencia dentro de la ortocrania, se apunta ligeramente en
el índice verticolongitudinal; y mucho más en el auriculolongitudinal, que rebasa en los
femeninos el umbral de la hipsicrania. La prevalencia relativa del sexo femenino sobre los
varones en los valores de este índice, es normal para individuos de una misma población.
La distribución correspondiente al índice verticolongitudinal es como sigue:
I VERTIGO
LONGITUDINAL VARONES MUJERES
Nº % Nº %
Camecráneos 1 10 1 20
Ortocráneos 4 50 3 60
Hipsicráneos 3 40 1 20
8 5
I AURICULO
LONGITUDINAL VARONES MUJERES
Nº % Nº %
Camecráneos 0 00 0 00
Ortocráneos 5 62,5 4 66,6
Hipsicráneos 3 37,5 2 33,4
8 6
55
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Igual confirmación aportan los valores de los ángulos del perfil total y del nasal
(M=88,4°) y (M=86,33°) en el que los varones son todos menos uno ortognatos y
también las mujeres, excepto CHL 67 y la CC que son mesognatas.
56
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Norma anterior
Los valores de los índices frontales, manifiestan frentes anchas. Una de
57
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
ellas con una ligera cresta frontal, correspondiente al cierre de la sutura metópíca que
divide en dos partes la fosa supraglabelar. La glabela en su arranque y crestas supercilia-
res, corresponde al tipo II de Cunnigham y Schwalbe en los varones. En las mujeres
apenas pasan uno o dos ejemplares del Tipo I.
La altura total de la cara en el único ejemplar viable, se sitúa en la leptoprosopia
por los valores de su índice; correspondiendo los del Índice facial superior, a la mesenia
en ambos sexos (M=53, 66 y M=53, 63), excepto el CHL 67 que es claramente lepteno.
En las mujeres sucede lo mismo con alguna mayor tendencia a la leptenia.
58
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Por lo demás el Indice Frontocigomático refleja por sus valores, medios en los
varones, y con tendencia a altos en las mujeres, los caracteres del contorno facial insi-
nuados anteriormente, aunque, debido especialmente a los cráneos del Lechón y Arralday
en los varones, su promedio se acerca a valores de caras anchas, respecto a la anchura
frontal mínima.
Las medidas absolutas de altura y anchura son M=30,8 y M=41,6 en los varones;
y M=30,9 y M=39, 9 en las mujeres.
El predominio de órbitas bajas, se debe en parte a la ausencia de cara ósea en al-
gunos cráneos con caracteres de tipo pirenaico occidental, susceptibles de medida; y a la
escasa altura orbitaria de los individuos del Lechón, Arralday y Cueva de las Calaveras,
con claro predominio de formas cromagnoides. Una vez más, el grupo de Gobaederra
considerado aparte, manifiesta clara mesoconquia en ambos sexos.
El contorno de la órbita es con frecuencia cuadrangular y en la mayoría de los
casos, éstas son inclinadas.
La nariz presenta en el Índice, los siguientes valores según las categorías ordi-
narias:
59
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Es, pues, clara la leptorrinia de los cráneos alaveses, ligeramente mayor en las mujeres
(M=45,9) que en los hombres (M=46,62) y más acentuada en el grupo de Gobaederra.
Las medidas absolutas de anchura nasal son en los varones M=24,1 y en las mujeres
M=22,57.
El hombre y la mujer de nariz camerrina corresponden a las Cuevas del Lechón y
Arralday respectivamente. Existe en dos individuos una fosa prenasal y el borde de la apertura
piriforme es cortante en casi todos ellos por su parte inferior.
Tanto la región maxilar como la malar, ofrece en general un desarrollo mediano con
algunos malares robustos y arcadas del maxilar con valores notables en anchura y altura,
sobre todo los del Lechón y Arralday.
Norma posterior
60
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Los valores del Indice auriculotransversal, indican también tendencia a bóvedas al-
tas en los cráneos masculinos (M=86,17) y metriocrania no muy
61
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
acusada en los femeninos (M=82,18). Hay que hacer la misma salvedad en lo referente
al grupo de Gobaederra que cuenta con menores alturas en ambos sexos.
En cuanto a la presencia de huesos wormianos y su frecuencia, queda constancia
en líneas anteriores. Las líneas nucales y el inio no pasan de un regular desarrollo, ex-
cepto en tres ejemplares en los que la protuberancia occipital corresponde a la clase 5
de Broca.
Norma inferior
62
RESTOS HUMANOS DEALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DEALAVA
Mandíbulas y dentición
63
RESTOS HUMANOS DE. ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
3 4 5
14 M1 0 28% 72%
14 M2 0 100% 0
12 M3 0 50% 50%
Caries:
Piezas Observadas ............................................244
Piezas Cariadas................................................... 25 10%
Reabsorbidos:
Alvéolos Observados.........................................353
Alvéolos reabsorbidos .......................................... 9 3%
Piezas Lesionadas:
Alvéolos Observados.........................................353
Caries, Reabsorciones, Abscesos........................ 40 11.3%
64
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
65
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
raciales integrantes de la población que se estudia; por ello la comparación con otras
series extranjeras, peninsulares y de la región vasconavarra, ayudarán a puntualizar en
lo posible las características de este grupo prehistórico del Valle de Cuartango.
Una vez analizados los caracteres del material de las distintas cuevas, los caracte-
res comunes y los distintivos de las series formadas se pueden resumir así:
Tomando como serie base la agrupación de cráneos masculinos de Gobaederra
que son los mejor datados y los más numerosos, se comparan las series de femeninos
de la misma cueva, masculinos de Lechón y femeninos de Las Calaveras. Como se
indicó ya anteriormente estas tres cuevas apenas distan entre sí más de 7 kms.
Primeramente la capacidad craneal que traspasa el umbral de la aristencefalia en
los varones de Gobaederra, también lo hace en las mujeres y mucho
66
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
más en los varones de la Cueva del Lechón. Tanto las mujeres de Gobaederra como las
de Las Calaveras son aristencéfalas y ofrecen valores muy semejantes de capacidad cra-
neal.
La dolicocrania, que presenta todo el grupo de cuevas reunidas, se reparte así en
las distintas cuevas: mesocrania de los varones de Gobaederra, con mayor intensidad en
las mujeres de la misma cueva. Clara dolicocrania en los hombres de Cueva del Lechón
y atisbos de mesocrania en las mujeres de Las Calaveras. Los de rasgos pirenaicos occi-
dentales sobre todo femeninos, atenúan la dolicocefalia que aportan los de las cuevas
distintas de Gobaederra, en algunos de los cuales la dolicocrania occipital es manifiesta.
Por lo que respecta a los índices de altura craneal, las mujeres de Gobaederra pre-
sentan una diferenciación sexual muy acusada en lo que se refiere al índice verticotrans-
versal con clara tepeinocrania en la mitad de la serie. También los de Las Calaveras
siguen igual tendencia, mientras que los del Lechón son claros acrocráneos que influyen
en el aumento de altura del conjunto, pues los varones de Gobaederra aunque con ten-
dencia a cráneos altos, no llegan a destacar como los del Lechón y Arralday. No obstante
la tendencia a la hipsicrania corroborada por otros índices es apreciable.
La altura de la cara superior muestra tendencia a leptenia sobre todo en los varones
de Gobaederra con caracteres de Pirenaico occidentales, en cambio los de Las Calave-
ras, Arralday y El Lechón muestran una modesta mesenia.
La clara leptorrinia de los hombres de Gobaederra, menor en las mujeres. destaca
de la mesorrinia incipiente de los del Lechón y de una reducida leptorrinia de las
mujeres de las Calaveras, dándose además en los ejemplares de estas dos últimas cuevas
y en los de Arralday, algún caso de fosa prenasal y de algún pequeño surco. La
leptorrinia de Gobaederra domina claramente en los porcentajes de distribución.
Es el índice orbitario donde se aprecian con relieve las semejanzas y diferencias
entre los individuos de las distintas cuevas. La componente cromanoide parece unificar a
buena parte de ellos, aunque los varones de Gobaederra son menos afectados al igual que
las mujeres, que poseen órbitas de índice mediano. Los del Lechón son claramente ca-
meconcos y en menor grado las mujeres de las Calaveras.
Por lo que toca a los caracteres macroscópicos de los graneos en general, habida
cuenta de los perfiles del arco sagital y las diversas normas, dominan los contornos
ovoide-pentagonoide, con escasos elipsoides, frentes poco inclinadas y más bien rectas,
el perfil parietal poco aplanado y el occipucio saliente en no pocos casos, con escaso
aplanamiento obélico. Los caracteres sexuales secundarios de los varones: apófisis, gla-
bela, arcos superciliares e impresiones musculares en general con escaso relieve. Lo mismo
en lo tocante a las mandíbulas, medianas en longitud y de índices modestos, aunque de
excelente dentición y clara megadontia.
67
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
68
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
69
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 6-3 1461 1313
Lechón+Arralday 3-0 1561
Calaveras 0-2 1321
Neolíticos Vascos (Basabe) 10-4 1487,34 1283,04
Vascos Actuales (Aranzadi)
Serie Mediterránea (Fusté) 31-17 1408,06±16,03 1364,12±17,68
Peciña (Basabe) 3-4 1544,13 1370,01
Baumes Chaudes 11-4 1696 1542
Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 9-4 75,99 78,55
Lechón+Arralday 3-1 73,54 75,30
Calaveras 0-3 75,30
Neolíticos Vascos 10-4 75,09 75,77
Vascos Actuales 82-83 76,61 77,5
Peciña 6-8 72,47 76,7
Serie Mediterránea 33-19 72,898±0,60 75,84±0,55
Baumes Chaudes 19-9 72,2 68,6
Excepción hecha de los vascos actuales, y las mujeres de Pecina, son los de Go-
baederra, los menos dolicocéfalos de todas las series comparadas, acercándose tanto a
los vascos prehistóricos como a los actuales.
Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 6-4 72,2 74,17
Lechón+Arralday 2-0 74,55
Calaveras 0-2 70,3
Neolíticos Vascos 10-2 70,02 69,40
Vascos Actuales 82-83 70,3 70,02
Peciña 3-3 73,71 73,3
Serie Mediterránea 13-8 72,85±0,75 71,00±0,96
Baumes Chaudes 12-6 73,5 70,1
70
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
En este índice de altura, se acercan a los mediterráneos aunque son más moderados en
altura que los de Peciña.
Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 6-4 98,36 91,33
Lechón+Arralday 2-0 102,3
Calaveras 0-2 92,73
Neolíticos Vascos 6-2 93,52 90,00
Vascos Actuales 82-83 92,2 90,67
Peciña 3-3 102,17 97,7
Serie Mediterránea 13-8 98,38±1,50 93,0±1,33
Baumes Chaudes 11-5 100,4 99,1
Las alturas de este índice mantienen todavía a los de Gobaederra alejado de la mesota-
peinocrania de los actuales pobladores de la región.
Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 3-2 53,66 55,75
Lechón+Arralday 3-0 53,30
Calaveras 0-3 53,63
Neolíticos Vascos 4-3 53,1 53,79
Vascos Actuales 53-40 46,2 44,9
Peciña 1-4 54,0 54,7
Serie Mediterránea 11-6 53,55±0,91 54,33±1,31
Baumes Chaudes 3-2 59,7 57,3
Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 4-3 45,5 45,61
Lechón+Arralday 3-0 47,02
Calaveras 0-3 46,03
Neolíticos Vascos 5-3 45,7 44,00
Vascos Actuales 53-40 45,7 46,4
Peciña 2-4 46,5 45,2
Serie Mediterránea 14-9 46,64±0,71 46,11±0,98
Baumes Chaudes 6-5 44,2 45,1
71
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 5-6 77,38 78,15
Lechón+Arralday 3-0 73,51
Calaveras 0-4 77,2
Neolíticos Vascos 4-3 77,9 75,00
Vascos Actuales 80,7
Peciña 2-3 75,8 78,6
Serie Mediterránea 15-9 78,73+-1,03 81,33+-1,16
Baumes Chaudes 6-6 83,1 80,4
Comparación de la estatura
Nº Hombres Mujeres
Gobaederra 6-5 166,5 152,6
Lechón+Arralday 2-0 165,00
Calaveras
Neolíticos Vascos 166 152,0
Vascos Actuales 170,1 157,1
Baumes Chaudes 1-0 160,0
Peciña 163,0
Resumen
72
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
caso de los cráneos CHL 68 y CHL 68', tan semejantes entre sí, emparentados posi-
blemente a su vez con el CHL2 de la misma cueva.
Aparte de las piezas estudiadas, el conjunto de individuos que la totalidad de los
restos representan, frisa en el centenar y manifiesta una mortalidad infantil y anterior a
los 30 años que sobrepasa el 50 %. En la totalidad de los individuos exhumados pre-
dominan las mujeres.
Merece notarse la frecuencia con que aparecen hemicráneas; partidos longitudinal-
mente pero sin seguir la misma sutura sagital; asimismo tres cráneos seccionados en un
plano horizontal según la línea, protuberancias frontales-obelio, desprovisto del capa-
cete superior; y el otro descabezado a la altura del suelo de las fosas nasales hasta el
inio. No se muestra ningún síntoma de trepanación.
La dentición es muy buena en Gobaederra, deficiente en las Calaveras y peor en El
Lechón y Arralday.
Se da gran capacidad craneal, mediana robustez, wormianos y suturas complica-
das en un 40 % de los casos, coincidiendo estos caracteres con rudeza de rasgos y una
mayor robustez.
Predomina el contorno ovoide, seguido del pentagonoide, con muy escasos elip-
soides. Las frentes anchas y rectas de Gobaederra, ceden paso a las más divergentes de
Arralday y Las Calaveras, pero se mantiene en todas ellas como rasgo característico la
dolicomorfia, con la frente poco huída; así como la rectitud del contorno de la norma
superior en el segmento que va de los márgenes frontales a las protuberancias parieta-
les, como resultado del escaso hinchamiento de las sienes y de los parietales que caen
verticalmente sobre zígomas y porios.
Son mayoría el ortometopismo y los contornos redondeados del segmento parietal
con occipucio saliente y estirado en varios de ellos. Los índices de la norma lateral
muestran tendencia a la hipsícrania, especialmente en los varones.
El ortognatismo facial de Gobaederra, mengua en los cráneos de Arralday y queda
en mesognatia en los de Las Calaveras. El ángulo del perfil alveolar, registra una
fracción respetable de prognatos sobre todo en las mujeres. La falta de caras con man-
díbula, imposibilita en parte el diagnóstico sobre la configuración de la norma anterior.
No obstante parece preponderar la mesenia, con tendencia a leptenia en Gobaederra y a
caras más anchas y breves en las otras cuevas.
Rasgo característico es también el índice orbitario. Dominan las órbitas bajas, an-
chas y subrectangulares incluidas en una facies de tipología cromañoide en las cuevas
de Arralday, Lechón y Las Calaveras. Con ellas contrastan los ejemplares de tipo medi-
terráneo y pirenaico occidental existentes en Gobaederra, de mayor altura orbitaria y
contornos más redondeados.
Dominan las narices leptorrinas, medianamente salientes y con espina
73
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Conclusiones
74
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
4. °-La morfología de mayor interés por la problemática que plantea es la del tipo
pirenaico occidental. Es innegable su presencia en Gobaederra, como lo atestiguan los
craniogramas (Lámina I) y fotografías adjuntos (Fotos 1, 2, 3 y 4) y sobre todo la co-
rrelación de rasgos que según Aranzadi corresponde a este Tipo: mesodolicocefalia,
predominio de los diámetros de anchura, con la consiguiente tendencia a tapeino y
camecrania; lepto y ortoprosopia, hipsiconquia, leptorrinia, conformación de la región
suborbitaria y de la fosa canina. Tales rasgos aparecen de relieve entre otros en las
calvarias CHL5, P, y en los cráneos CHL1 PO5 y CHL71. No es aventurado atribuir a un
15 % de ejemplares, caracteres de Tipo pirenáico occidental. Tal afirmación viene corro-
borada por los caracteres morfoscópicos que ofrece la población dolménica de Cuartan-
go y mucho más por el cráneo de Solacueva -perteneciente tal vez a un Bronce tardía-
cuyos rasgos craneofaciales de Pirenaico occidental son mucho más seguros, incluida la
introversión del Basio. Los diagramas de desviación (Láms. 7 y 8), en los que se toman
como series base, una de cráneos vascos actuales de Marquer; y otra de eneolíticos va-
lencianos de Fusté, manifiestan lo siguiente:
a) La cercanía de los neurocráneos de Gobaederra respecto a la serie vasca, es
mayor que a la de los mediterráneos, en las medidas absolutas. Dentro de la semejanza,
aventajan a los de Peciña y son superados por los neolíticos vascos.
b) En lo tocante al esplacnocráneo, se acentúa la desemejanza con la serie medi-
terránea en las medidas absolutas.
5.°-No se excluye la presencia de rasgos que hacen pensar en el tipo dolicomorfo
de Baumes Chaudes según se desprende de los valores que se cotejan en los cuadros
comparativos y por los perfiles frontales y eminencia del occipucio.
El contexto arqueológico parece reconocer relaciones en épocas inmediatas al
Bronce, con grupos transpirenaicos de Aquitania, en cuyo caso lo cultural y lo racial se
superponen.
6.°-Los cráneos del Lechón y Arralday son los más alejados del tipo medite-
rráneo grácil, por su mayor rudeza y presencia de algunos rasgos paleomorfos. Dan pie
para ello el cotejo de medidas e índices con el tipo de Combe-Capelle y el cráneo del
Palafito de Navarrés.
Los cráneos del Lechón se acercan a los aurafricanos por su dólico, hípsi y acro-
crania y algo también por su mesorrinia facial. El de Arralday, acrecienta la semejanza
craneal y la leptorrinia. Pero en ambas cuevas prepondera el esplacnocráneo de caracte-
res cromañoides.
7.°-Finalmente surge una problemática llena de interés respecto a la biodinámica
de las poblaciones neolíticas de la región alavesa, que ocupa las cabeceras de los ríos
que desembocan en el Ebro o en la costa de Vizcaya: Bayas, Altube, Nervión. La evo-
lución ín situ de las colectividades primitivas
75
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
* * *
G. 91
Cráneo bien conservado, excepto agujero occipital. Faltan incisivos y caninos su-
periores. Suturas osificadas en buena parte; y en general poco complicadas. Adulto, casi
maduro, probablemente masculino. el espesor de los huesos, regular. Unos 55 anos.
Su norma vertical ofrece contorno ovoide-pentagonoide, dolicocráneo. Por su
perfil sagital es curvilíneo, sobre todo en su región frontal y primera porción parietal.
Región lambdática aplanada. Claro saliente del occipital y con bóveda regularmente alta
dentro de la ortocrania. Por su norma posterior es domiforme, con porturberancias parie-
tales regularmente altas. Apófisis mastoides tirando a pequeñas. En la base del cráneo, el
foramen mágnum se recorta en forma de hongo y la región entre el opistio y las líneas
nucales es amplia, plana y bien desarrollada. El arco dentario es parabólico; M3 superior
derecho, no emergido. Abrasión dentaria regular.
La cara de mediana anchura, con la frente algo huidiza y arcos superciliares poco
salientes, pero glabela bien destacada. Anchura interorbitaria estrecha. Bordes de la ór-
bita suaves, no cortantes. Orbitas tendiendo a altas. Frente ligeramente divergente. Nariz
leptorrina. Fosas caninas poco pronunciadas y maxilares bien desarrollados en su senti-
do de anchura. Pterion en H. Tanto los condilos occipitales como el Inion, poco salien-
tes (Lámina 11 y Foto 1).
C.H.L. 1
Falta porción derecha inferior del frontal, poción derecha lateral inferior del pa-
rietal, todo el temporal, arco zigomático, etc.; queda casi solo el hemicráneo izquierdo.
Bastante robusto, con inserciones musculares bien notorias. Las suturas están sin obli-
terar. M3 emergido. Edad unos 25 años.
En su norma superior es pentagonoide, con las suturas un tanto complicadas en su
porción coronal, proturberancias parietales notorias, así como las frontales; las prime-
ras, determinan claro abombamiento. Complicación de sutura lambdática en L.1 y L.3,
especialmente en el lado izquierdo. Ligera cresta frontoparietal en C.2 de la sutura co-
ronal. Perfil sagital algo plano. Frente algo huída y líneas musculares claras. Apófisis
mastoides tirando a
76
Lámina 11.-Gobaederra: Craneograma del cráneo G.91.
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
pequeñas. Cresta supramastoidea destacada, así como el saliente del occipital. Inio
poco saliente y basculado, en relación con la introversión del Basio. Nasio poco pro-
fundo y nariz algo saliente. Región lambdática plana.
En su norma posterior muy parecido al CHL 5. Domiforme con tendencia a bom-
biforme. Parietales algo convergentes hacia la base. Ligera cresta sagital. Apófisis mas-
toides poco destacadas. Líneas nucales de escaso relieve. La pared interior del parietal,
retiene restos carbonosos. El agujero occipital pequeño, con los cóndilos poco salien-
tes. Arcada dentaria parabólica con la porción palatina anterior en pendiente. Desgaste
dentario regular; agujero palatino muy excavado. Casi criptozigo.
En su norma anterior destaca la glabela, con surco limitante de las arcadas super-
ciliares que presentan claro relieve. Orbitas de contorno suave. Anchura interorbitaria
algo notoria, así como la anchura nasal. Fosa canina
78
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
CHL. 2
Falta zigoma derecho y parte posterior de la escama temporal del mismo lado.
Huesos de la bóveda de poco espesor. Débiles relieves de las inserciones musculares,
excepto en el occipital. Sinostosis algo avanzadas en S1, S3, C3, L1 izquierda. Suturas
poco complicadas. Dentición completa, con escaso desgaste y falta de caries. Por la
edad es maduro. Elipsoide pentagnoide, con protuberancias frontales claras, y también
algo las parietales, criptozigo. El nasio poco hundido, glabela saliente, frente recta.
Perfil sagital ligeramente arqueado, región postlambdática algo plana. Escama occipital
saliente. Inio notorio y al contrario las crotafites. Mastoides medianos. Nariz mediana-
mente saliente lo mismo que espina nasal. Mesoconco.
Frente amplia y poco divergente, región de las sienes muy plana y vertical. Nariz
poco leptorrina con algo de surco prenasal y espina poco saliente. Malares tirando a
anchos y robustos. Región maxilar bien desarrollada. Fosa canina muy poco excavada.
Por la norma posterior es domiforme, con protuberancias parietales regulares e inio
bien destacado. Al arco dentario de ramas abiertas con paladar bien excavado. Agujero
occipital grande y cóndilos pequeños (Foto 3).
Gob. 92
Queda tan sólo hemicráneo derecho con más esplacno que neurocráneo. Adulto.
Ovoide eipsoide. Nasio poco hundido, nariz saliente y convexa, frente bastante recta.
Apenas destacan la glabela, arcos superciliares y líneas temporales. Suturas algo com-
plicadas en C2 y C3. Por la norma anterior la frente es de tipo pirenaico occidental así
como por las órbitas y nariz leptorrina, la fosa canina bien excavada. Dentición com-
pleta. Paladar excavado, usura dentaria más que mediana, ninguna caries.
Gob. 68 y 68"
Estos dos adolescentes son posibles gemelos que no pasarían de los 15 años.
Suturas abiertas y la sincóndrosis sin osificar. Norma superior romboide pentagonoide.
Ortocráneos con occipucio saliente. Muy parecidas al CHL 67. Prognatismo subnasal.
Orbitas alta, casi redonda. M1 y M2 emergidos y sin desgaste dentario; frente alta. El
68" tiene la fosa canina más excavada que el anterior. Orbitas más bajas e inclinadas.
Nariz desviada a la derecha. (Foto 6).
79
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
C.H.L. 4
Cráneo robusto, con pérdida de sustancia en la región frontal izquierda, así como
el nasal, malar y temporal del mismo lado. Está obliterada la sutura sagital en su poro-
ción S.3 , S.4 . Abierta la sutura coronal y de líneas algo complicadas, así como la lamb-
doidea con pequeños wormíanos. Individuo masculino adulto.
De contorno pentagonoide en su norma superior, la frente es ancha y poco diver-
gente, con proturberancias parietales rebajadas. Es plagiocéfalo, dominando la porción
posterolateral izquierda. Clara criptozigia. Escama temporal muy desarrollada. Apófisis
mastoides de mediano tamaño. Orificio auricular diminuto y zigomas de escaso tamaño,
aunque los malares son robustos. Escama occipital ligeramente notoria. Nariz de perfil
saliente y leptorrina. En su cara posterior es domiforme, de líneas redondeadas. Las
suturas complicadas. El contorno de los parietales algo convergente y la cresta supra-
mastoidea saliente. Mirado por su norma inferior, la anchura intermastoidea parece
pequeña, así como las dimensiones del agujero occipital. Arcos zigomáticos muy redu-
cidos y poco salientes. Es notoria la reducción del perfil.
La glabela de regular tamaño y destacados arcos superciliares. Nasio bastante
hundido. Orbitas bajas. Fosa canina algo excavada. Frente poco huída, mediana y lige-
ramente divergente. Probable pirenaico occidental como el anterior.
C.H.L. 5
Individuo adulto (35 años). Calvaria incompleta; falta la mitad izquierda del fron-
tal y parte del parietal del mismo lado. Suturas abiertas y algo complicadas en la región
lambdoidea y S.4 de la sagital.
Es pentagonoide en su perfil vertical, con proturberancias parietales bien desa-
rrolladas, occipital saliente con los orificios nutricios de la región obélica bien notorios.
Algo fenocigo. El diámetro transverso máximo, algo posterior en el eje sagítal. Los
huesos, robustos en cuanto a su espesor. En la norma posterior es de poca altura con
tendencia a bombiforme. De líneas nucales destacadas y con proturberancias parietales
elevadas que favorecen la convergencia de los parietales hacia la base. Las apófisis
mastoides tirando a robustas; tendencia a la camecranía y ligero aplanamiento lamb-
dático. El perfil sagital en su región media superior, algo aplanado. Sutura coronal com-
plicada. Líneas de inserción muscular en el parietal, bien notorias. Visera complicada.
Línea de inserción muscular en el parietal, bien notorias Desarrollo supraorbitario
apreciable. Perfil muy propio del tipo pirenaico- occidental. (Lámina 10 y Foto 5).
80
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Px (P.O.)
C.H.L. 6
Falta casi todo el hemicráneo derecho, excepto el frontal del mismo lado. Mascu-
lino. De edad cercana a los 40 años. Bastante robusto. Ovoide con tendencia a elipsoide,
sutura coronal algo complicada. Proturberancias frontales. Nariz muy saliente. Arcos su-
perciliares de mediano relieve: frente algo recta y perfil sagital algo plano, afectando
ligeramente al occipital. Apófisis mastoides regulares. H esfenoparietal típica. Cresta su-
pramastoidea muy saliente con su correspondiente apófisis achatada. Malar bastante ro-
busto; línea nucal bien perceptible. La región ptérica algo hinchada.
En la norma inferior, el arco dentario es estrecho; la dentición muy buena aunque
con notable usura. Fosa infraorbitaria algo profunda. Paladar muy alto y arqueado. Me-
diana fenozigia. La norma anterior es interesante
81
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Gob. 10
GHL. 17
Trozo de calvaria. Gran pérdida de sustancia. Todas las suturas abiertas. Individuo
posiblemente masculino. Inserciones musculares patentes. Están presentes parietal de-
recho, todo el occipital y porción del parietal izquierdo en su región posterosuperior.
Medianamente robusto. Es ovoide con proturberancias parietales rebajadas. Frente poco
divergente. La altura auricular parece ser escasa, la frente recta, el perfil sagital redon-
deado y suave en sus lineas incluso la occipital. Perfil de la norma occipital algo bom-
biforme. Los agujeros nutricios obélicos bien notorios.
Gob. 93
Muy estropeado. Tan solo media calvaria incólume. Suturas abiertas Junto a L3
derecho un wormiano. Norma superior probablemente ovoidea. Frente divergente y casi
criptozigo. Aspecto general mesocéfalo. Occipital algo aplanado, altura de la bóveda
escasa, mastoides algo voluminosos. Cara de aspecto rudo, con malares bien desarro-
llados. La arcada dentaria algo divergente, con dentición robusta y sin desgaste. Adulto
cercano a juvenil. Línea nucal bastante notoria, con paladar alto y fosa canina regular.
Nariz ligeramente leptorrina, órbitas cuadrangulares y agujero occipital pequeño.
CHL. Y3
82
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Arralday 1
Masculino. Maduro: unos 45 años. Falta porción occipital inferior derecha, frag-
mento de la escama temporal izquierda. Sinostosis completa en la línea sagital. En su
norma superior es muy dolícomorfo, muy pentagonoide, con occipucio saliente; frente
muy estrecha, parietales cortados a plomo, sin ningún abombamiento en las sienes.
Visible agujero nutricio derecho en región obélica. Espesor de los huesos no pasa de
regular, lo mismo que las eminencias parietales. Sinostosis poco complicadas. La frente
feminoide, alta y con protuberancias. Región obélica plana, líneas crotáfites marcadas.
Región supra temporal hundida. Muy fenozigo. Apófisis mastoides regularmente
salientes así como la nariz. Gran prognatismo subnasal. Norma posterior muy alta y
estrecha. Parietales verticales, protuberancias notorias. Línea nucal regular, mastoides
poco emergentes. Destacada anchura de arcos zigomáticos vistos por abajo. Arcada
dentaria muy saliente y prognata; gran desgaste dentario. Ramas de la arcada poco
divergentes. Cóndilos occipitales regularmente salientes. Foramen mágnum alargado.
Frente alta pero no muy ancha y poco divergente. Eminencias supraorbitarias notables.
Nasio y dacrion hundidos. Orbitas muy bajas. Regular anchura interorbitaria. Nariz no
muy leptorrina, gran prognatismo subnasal. Los malares anchos. Defectuosa implanta-
ción dentaria. Fosas caninas regularmente excavadas. (Foto 8).
Arralday 2
Falta todo el capacete óseo superior del neurocráneo a la altura de las protu-
berancias frontales. Las suturas abiertas pero la sindondrosis cerrada. Probable femeni-
no. Nariz poco saliente pero alta. Frente plana. Bastante prognatismo subnasal. Wormiano
junto a escama temporal postauricular en ambos lados de la lambdoidea. En general tres
wormianos de regular tamaño. Frente recta, órbitas rectangulares, bajas, nariz bas-tante
alta y estrecha. Maxilar de buena altura, con fosa canina poco excavada. Denti-ción
completa, muy sana y muy desgastada. Apófisis mastoides muy pequeñas. Arco
dentario abierto en sus ramas y alto, condilos occipitales muy pequeños.
Lechón M1
83
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Lechón 63
Lechón M2
84
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
canina poco hundida. Malares bien desarrollados. Frente algo huidiza. Visera supraor-
bitaria muy notoria. No tiene norma posterior.
CIIL. 71
Buen estado de conservación. Falta sólo zigoma izquierdo, ala del esfenoides y
fragmento de la región frontotemporal derecha. M3 emergido pero sin descender. Escasa
usura dentaria, suturas abiertas, la esfenoccipital cerrada. Aspecto juvenil y tendencia a
alofiso (20 años).
Norma superior ovoide pentagonoide. Frente estrecha y divergente. Gran anchura
interparietal, algo plagiocéfalo. Suturas complicadas en L2. Un pequeño wormiano en
S3. Agujeros nutricios del obelio bien visibles. Perfil redondeado en la región parietal.
Nariz saliente, convexa, frente recta. Curva sagital ligeramente aplanada. Apófisis
mastoides pequeñas, crestas suparamastoideas salientes lo mismo que el inio. Norma
posterior algo bombiforme con insinuación de las líneas nucales. Tendencia de la cara a
leptoprosopa, con órbitas altas e inclinadas. Nariz leptorrina y algo saliente. Fosas ca-
ninas muy excavadas. Ligero prognatismo subsanal. Malares recogidos. Arco dentario con
ramas abiertas, con las piezas delanteras, hasta los yugales, en línea recta. Agujero occi-
pital grande y adelantado. Basio algo introvertido. Dentición con escasa usura, libre de
caries y de buen tamaño. (Foto 2).
85
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
CHL. 8
CHL. 3
CHL. 6: (P:O)
Calvaria sin cara y sin zigomas, el resto persiste. Suturas abiertas. La esfeno pala-
tina cerrada. Ovoide algo pentagonoide. Frente algo divergente. Suturas poco complica-
das. Nutricio del obelio parte izquierda, muy notorio y ancho. Poco dolicomorfo, con
tendencia a corto y ancho máxime en la porción parietal posterior. Perfil frontal semi-
recto, con arco sagítal plano. Región obelio lambdática y occipital plana. Poca altura au-
ricular. Perfil sagital vascoide. Mastoides pequeños, occipital saliente. Posteriormente
bombiforme, con los parietales convergentes hacia abajo. Destacados los cóndilos occi-
pitales. Wormianos en L3 derecha e izquierda, y L1 izquierda. La frente estrecha y diver-
gente. Las órbitas a juzgar por el fragmento serían altas. Cóndilos occipitales muy
salientes. Agujero occipital (35x30).
86
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
Gob. 88
Gran pérdida de sustancia. Sólo existen: fragmento frontal, órbitas, nariz y maxi-
lares. Gran parecido a la del Lechón por su aspecto cromanoide. Gran anchura interor-
bitaria, nariz corta aunque saliente. Nasio hundido. Fosa canina muy típica. Claro prog-
natismo subsanal. Cameconco, notoria anchura interorbitaria, leptorrinia tendente a
mesorrinia.
Gob. Y1
Trozo de cara con frontal, órbitas y nariz. Suturas abiertas, con el M2 sup. iz-
quierdo emergiendo. Notable desgaste dentario.
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RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
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RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
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RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
90
RESTOS HUMANOS DE ALGUNAS CUEVAS SEPULCRALES DE ALAVA
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91
1.-Gobaederra. Cráneo G. 91, normas c, b, a, d.
2.-Gobaederra. Cráneo CHL. 71, normas c, b, a, d.
3.-Gobaederra. d; norma facial del cráneo CHL 2,
medite-rráneo.
Introducción
Los restos óseos que estudiamos en el presente trabajo han sido excavados junto
con huesos pertenecientes a un mínimo de 67 individuos humanos por nuestros colegas
J. M. Apellániz, A. Llanos y J. Fariña, quienes a la vez han realizado el estudio del ajuar
arqueológico del yacimiento asignándolo al Bronce I hispánico (1).
Parte general
Los huesos de animales hallados en este yacimiento pertenecen a seis especies
distintas siendo la inmensa mayoría de ellos de Bos taurus. La distribución de los restos
óseos por especies es la siguiente:
Oryctolagus 2 2,6
cunniculus
Animales Salvajes 1 1,3 5,8
Myotis myotis
1 1,3
Córvido
93
FAUNA DE LA CUEVA SEPULCRAL DE GOBAEDERRA
Parte especial
BOS TAURUS
Distribución de sus restos según las diversas partes del esqueleto:
Neurocráneo y clavijas.
Aparte de un fragmento de clavija rota longitudinalmente y en su extremo, las
restantes piezas permiten alguna medida y la discriminación sexual. Son las
siguientes:
Fragmento de frontal con arranque de clavija ʈ?
Perímetro de la clavija en la base 186
Diámetro mínimo 51
Diámetro máximo 64
Indice 79,7
Fragmento de clavija izquierda con parte de la base
Longitud máxima del arco envolvente 187
Fragmento de occipital
Anchura máxima de ambos cóndilos 90,1
94
FAUNA D E LA CUEVA SEPULCRAL DE GOBAEDERRA
Maxilar superior.
Fragmento derecho con M2-M3 (++) (2) Long. M3: 27,3
Fragmento Izquierdo con M2-M3 (++) Long. M3: 27,8
Fragmento Izquierdo con M2-M3 (++) Long. M3: 25,2
Además de las piezas citadas hay un M1 izquierdo, un P4 izquierdo y un molar segun-
do de leche sin comenzar a gastarse.
Mandíbula.
Hay una mandíbula completa con sus dos lados, pero con ambas ramas ascenden-
tes rotas (+ + ).
95
FAUNA D E LA CUEVA SEPULCRAL DE GOBAEDERRA
Hay tres metacarpianos enteros, dos de los cuales son del lado derecho uno y
del izquierdo. Los tres son de vaca. (Lám. I, fig. 1, 2 y 3).
Indice I= 4x100
1 15,2 14,8 15
96
FAUNA D E LA CUEVA SEPULCRAL DE GOBAEDERRA
Astrágalo izquierdo.
Longitud máxima lateral 61,7
Longitud máxima medial 55,9
Diám. ant.-post. lateral 32,6
Diám. ant.-post. medial 31,6
Anchura de la cabeza 39
Hay dos metatarsianos, uno del lado derecho y otro del izquierdo. Ambos pertenecen
también a vacas. (Lám. I, fig. 4 y 5).
Fig. 4 Fig. 5
1. Longitud máxima 207,8 208
2. Anchura máx. proximal 47,4 47,4
3. Anchura máx. superf. art. distal 49,9 50,1
4. Anchura mínima díáfisis 22,6 23
Falanges terceras
1. Longitud total 64,7 63,4 65,8 66,1 66,9 61,1
2. Longitud dorsal 45,2 49,1 46,5 46,8 49 46,9
Índice: 2x100
1 69,9 77,4 70,6 70,8 79,2 76,8
CAPRA/OVIS
Es imposible distinguir entre cabra u oveja con los cuatro restos
97
FAUNA DE LA CUEVA SEPULCRAL DE GOBAEDERRA
de animal joven, cuyas epífisis no se habían soldado todavía. Los restos son una escápula
izquierda, un metatarsiano izquierdo, un extremo distal de tibia y un astrágalo izquierdo.
ORYCTOLAGUS CUNNICULUS
El conejo ha dejado dos piezas óseas: un fémur derecho y un fragmento de
pelvis izquierda.
El fémur ha proporcionado las siguientes medidas:
Longitud máxima (desde el trocánter) 86,3
Longitud desde la cabeza 83,6
Anchura máxima proximal 18,6
Anchura máxima distal 15
MYOTIS MYOTIS
CORVIDO
Entre el material óseo existe también un húmero perteneciente a un cérvido.
* * *
Resumen
98
FAUNA DE LA CUEVA SEPULCRAL DE GOBAEDERRA
Summary
In this article the fauna of the burial-cave of Gobaederra (Alava) is estudied. This
fauna pertained to the remains of 67 humans and to instruments which has enabled the
material to be included in the Hispanic Bronze I.
The great majority of the remains pertain to the specie Bos taurus and those which
have enabled sex identification (horns and cannon-bones) pertain to female indi-
viduals, except a fragment of frontal originating the base of horn-cores which seems to
belong to a bull or an ox.
99
Lámina I.
Fig. 1 Fig.2 Fig.3 Fig.4 Fig.5
I. Descubrimiento. Excavaciones
101
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)
102
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)
Fue muy distinta la suerte que corrieron ambas colecciones. Echando de menos la
reunida por el P. Barandiarán, me informó de haber sido depositada en aquel Museo sin
que produjeran resultado cuantos intentos realizaron tanto él como el señor Fernández
Medrano para dar con su actual paradero. Al mismo tiempo me comunicaba el extravío
del diario de excavaciones durante el transcurso de la guerra civil, temiendo «que de lo
excavado por mí no queden más noticias que las ya publicadas». Estas son por fortuna
muy completas en cuanto se refiere sobre todo a las sepulturas de incineración, de cuyos
ajuares conservaba algunos dibujos que puso amablemente a mi disposición. La co-
lección de los HH. Marianistas se conserva casi íntegra en el Museo, de suerte que la
desaparición de algunos objetos se ve en parte compensada por el hecho de disponerse
de numerosas fotografías y noticias muy detalladas, siendo entre éstas de gran utilidad el
«Inventario del Museo Arqueológico Provincial de Alava», manuscrito inédito
redactado por el señor Fernández Medrano y donde se catalogan los objetos procedentes
de la excavación de los HH. Marianistas con los números 75 a 157 (depositados
directamente en el Museo en 1945) y 413 a 730 (procedentes de la Sociedad de Estudios
Vascos).
II. Estratigrafía
103
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)
A. Nivel III
104
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)
omoplato, húmero, cúbito y radio con resto de maxilar inferior de cabra colocados en su
posición normal y sin señal de cremación. Estaba separado de la tierra de labor por unas
cuantas piedras pequeñas de caliza, puestas de plano y sin ningún orden».
Hoyo 3. Medía «un metro de alto y de ancho por una longitud mayor de dos (foto
3). La cavidad estaba practicada en el cascajo sin ningún revestimiento anterior ni
construcción superficial aparente que indicara un túmulo». Su relleno era «de tierra
oscura rojiza (foto 3-a) que se destacaba de la amarilla circundante. El fondo contenía
cenizas (foto 3-b) abundantes de aspecto de cernada cuya parte superior conservaba más
carbones sin consumir, indicio de que se llenó con tierra cuando la pira no se había
consumido o apagado». Añaden que la tierra «contenía diseminados cascos de grandes
ollas, entre ellos los de protuberancias» y que «a una distancia de unos 0,40 m. del fon-
do se encontró el trozo de hacha de piedra pulimentada», pizarrosa, rota por ambos
extremos, reproducida en la figura 2 junto con otras piezas líticas de la misma co-
lección y que según el señor Fernández Medrano proceden de Salbatierrabide y sus
alrededores: «1 hacha o percutor (?) de ofita, 1 fragmento de hacha de filita pizarrosa, 5
útiles de sílex de factura paleolítica, así como 1 raspador y 1 punta del mismo material y
1 cuchillo neolítico» (4). En otro lugar cita el mismo autor:
1 hacha de pizarra silícea.
6 útiles de sílex poco caracterizados, long. 0,060, 0.045, 0,050, 0,040, 0,030 y
0,025 m.
1 hacha de diorita, long. 0,076 m.
2 raspadores de sílex, tipo musteriense?, long. 0,029 y 0,035 m. (5).
Hoyo 4. Contenía «tres capas de tierra negruzca separadas por otras de tierra ama-
rillenta, de arena y cascajo. Las primeras contenían, además de tierra, cenizas, carbón,
trozos de huesos calcinados, cascos de vasos cerámicos toscos (ollas con orificios de
suspensión y pezones), cuchillos de pedernal, puntas de flecha de pedernal y de ofita y
hachitas de piedra pulimentada. Las capas interpuestas eran arqueológicamente esté-
riles». En la parte inferior de la figura 3 se ven una hachita cuadrangular (n.º 1) y dos
puntas foliáceas (n.° 2 en sílex, n.º 3 de ofita), y en la superior el corte estratigráfico de
este hoyo 4, que el P. Barandiarán describe como sigue:
T. «Cascajal o gravera de tierra vegetal.
A. »Tierra arcillosa negruzca con piedras, carbón, trozos de huesos quemados,
cascos de vasijas de barro, pedernales, punta de lanza, flecha puli-
105
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)
mentada, colmillo de cerdo. 16 cm. de espesor. En el fondo, una losa de cayuela que
mide 40 cm. de largo, otro tanto de ancho y 6 de grueso.
B. »Tierra arenosa amarillenta, sin restos arqueológicos. 9 cm. de espesor.
C. »Tierra negruzca floja con cascos de vasija de barro, pedernales informes, dos
cuchillos de sílex, una punta de flecha, dos hachas de piedra pulimentada, carbón, ceni-
za y trozos de huesos calcinados. 20 cm. de espesor.
D. »Capa de gravas, sin restos arqueológicos. 10 cm. de espesor.
106
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)
E. »Tierra negruzca compacta con cascos de vasija de barro (masa negra y tosca
como en la cerámica de las capas superiores), carbón, escasos pedernales y un raspador
de sílex. Espesor 10 cm.» (1).
107
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)
La fauna estaba representada en este nivel III por restos de bóvidos, cerdo, jabalí,
ciervo y rebeco (3).
B. Nivel II
108
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)
109
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)
Figura 4.-Objetos metálicos del nivel 11. (De fotografía HH. Marianistas).
C. Nivel I
110
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)
111
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA
biendo autor que ha localizado aquí la mansión de Suessatio (7). A tales edificaciones
corresponderían dos trozos de basa de columna de 0,25 m. de radio, construida de
caliza muy blanca (foto 5 n.° 6) (3) y cuyo paradero ignoro. Según el señor Fernández
Medrano una de ellas medía 0,160 m. de radio (5).
Clasifican la «sigillata» en tres conjuntos diferentes. En primer lugar la «auténtica
aretina... hecha de barro fino de coloración lustrosa, lisa o con esmeradas ornamen-
taciones. Hay ejemplares que a pesar de llevar 19 siglos enterrados se nos muestran
como un vaso roto apenas salido de la mano del alfarero». Otro grupo «procedería de
las Galias con figuras de animales, pájaros y a veces figuras humanas de guerreros y
matronas, flores y festones ornamentales». La cerámica del tercer conjunto «sería de
fabricación peninsular aunque hecha por romanos. Su coloración es muy amarilla sin el
barniz característico y va decayendo su belleza. Se repiten los círculos concéntricos y
entrecortados formando coronas circulares rellenas con ángulos de lados paralelos en
forma de comillas. Los círculos, coronas o estrellas en realce están colocados sin orden
ni simetría. Menos abundante se encuentra la de color blanco amarillento, pintada al
exterior de sepia y otra negra sin adornos» (3).
Las dimensiones y formas de las cerámicas del nivel superior «eran muy variadas,
desde la tinaja con bordes salientes y paredes gruesas de 3 cm., pasando por las ánforas
(foto 5 n.° 10), hasta los platos o escudillas o pequeñas tazas». En una cavidad practi-
cada en el cascajo, cerca de un cráneo destrozado al parecer de persona adulta, trozos
de huesos largos de las extremidades torácicas y unos clavos de hierro se encontraron
dos platitos enteros de barro de 16,5 y 11,5 cm., «colocados de intento» (3). En el
inventario del señor Fernández Medrano se incluyen los siguientes vasos restaurados:
1 taza de «sigillata», diám. boca 0,130 m., d. base 0,055 m., alt. 0,039 m.
1 platito de «sigillata» lisa, diám. boca 0,194 m., d. base 0,094 m., alt. 0,058 m.
1 taza de «sigillata» lisa, diám. boca 0,110 m., d. base 0,045 m., alt. 0,059m.
1 jarra de «sigillata» lisa, diám. boca 0,077 m., alt. 0,082 m.
1 taza de «sigillata» decorada con círculos, diám. boca 0,190 m., d. base 0,061 m.,
alt. 0,091 m.
1 plato de «sigillata» lisa diám. boca 0,122 m., d. base 0,057 m., alt. 0,030 m.
1 tacita de «sigillata» lisa, diám. boca 0,078 m., d. base 0,045 m., alt. 0,036 m.
(7) Tomo esta noticia de G. NIETO GALLO, «El oppidum de Iruña (Alava)», Vitoria, 1958.
112
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)
1 tacita de «sigillata» lisa, diám. boca 0,130 m., d. base 0,050 m., alt. 0,038 m.
1 tacita de «sigillata» lisa, diám. boca 0,114 m., d. base 0,050 m., alt. 0,032 m.
Entre otros vasos más o menos fragmentados había un plato de «sigillata» lisa roto
en seis pedazos y cuyas medidas eran: diámetro de boca 0,170 m., diámetro de la base
0,060 m. y alto 0,027 m. (5).
Gran parte de los fragmentos decorados que se conservan en el Museo Provincial
son de forma hispánica 37 tardía, correspondiendo otros a vasos Dragendorff 29, 30 y
37. Un fragmento con rasgos característicos de la forma Dragendorff 44 conserva
restos de ornamentación con motivo circular encerrando una roseta y a un lado un ele-
mento vertical. Formas lisas las hay, entre otras, Ritterling 8, Dragendorff 33 e hispá-
nicas 4-5 y 6, además de algunas botellas incompletas (foto 6).
Uno de los vasos de la colección de los HH. Marianistas «lleva en su interior, en
el fondo, la parte izquierda de un rectángulo que lleva el sello o marca del alfarero y
donde se han conservado los litos IV» (3). Hay en el Museo un vasito con paredes
curvas, labio abierto y alto pie con posible grafito, en cuyo fondo aparece impresa en
relieve, en el interior de una cartela, una marca apenas legible en que parecen adivi-
narse las letras IR... (fig. 6).
De los catorce grafitos reunidos por dichos autores se publicaron FILIOS...
VTINII... JVBII... FILODII... PRIMITIaNV(S) y otros anepígrafos en forma de «una
circunferencia más o menos cubierta de radios interiores» o «de árboles estilizados o
plumas» (3). En el inventario de don Domingo Fernández Medrano se incluyen PAN,
Y, N, M y AR (5). Por nuestra parte hemos encontrado los siguientes: ... VTINII,
FILODII..., PRIMITIaNI, ...VICII..., AP..., VP (con letras enlazadas), NA (como el
anterior), ...TIL PANC (en fragmento al parecer de forma Dragendorff 37), AR, N...,
M..., AF? (en forma Dragendorff 33), A?N, IL?, ...VRII (en el labio horizontal de un
vaso de cerámica basta), y entre los anepígrafos palmetas y una circunferencia con
cruz inscrita (fig. 6).
No faltan las típicas «fichas» en forma de discos «redondeados toscamente» o
bien «lisos y bien cortados, fabricados de primera intención. Uno de ellos sacado de un
vaso lleva todavía en realce redondeados indicios de signo, las letras G. E. N. como
restos de algún nombre» (3). Algunos ejemplares conservan parte de la decoración del
vaso de que fueron fabricadas, con motivos circulares.
Escasean en este nivel los útiles metálicos, al parecer todos ellos de hierro. De las
llaves romanas que se exhiben en el Museo dos son articuladas con un extremo
acodado provisto de pequeños dientes paralelos al vástago y el opuesto aplanado (foto
4 a y b), presentando otras dos cuatro dientes para-
113
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA
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NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)
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IV. Consideraciones
117
NOTAS SOBRE EL YACIMIENTO DE SALBATIERRABIDE (VITORIA)
118
Foto t.-Explotación del
arenal. (Foto archivo
A. Llanos).
INTRODUCCIÓN
119
casos en que éstas hayan desaparecido, pero quedan dibujos de las mismas, me he
guiado por estos últimos.
Incluyo las lápidas aparecidas en el Condado de Treviño, por considerar que no se
pueden separar de la geografía alavesa, pero excluyo las encontradas en Marañón (Na-
varra) aún pensando que forman una misma unidad con las alavesas del vecino lugar de
Angostina.
Desgraciadamente de algunas lápidas conocidas por Prestamero o Baraibar, como
las de San Pelayo, Asteguieta, Leciñana del Camino etc., no ha quedado más que el re-
cuerdo de su pasada existencia, por lo cual me limito a indicarlas en el mapa (Lámina I).
En las lápidas desaparecidas la noticia que presento es breve, pues me he limitado
generalmente a la primera noticia que se dio de esa lápida; añadiendo en algunos casos
pequeñas modificaciones que aparecieron en publicaciones contemporáneas al descu-
brimiento, o en autores que conocieron directamente el epígrafe.
Terminadas estas advertencias, no me queda sino agradecer la Colaboración tan
eficaz y desinteresada que en muchas ocasiones me ha sido prestada, especialmente por
algunos miembros del Consejo de Cultura de la Diputación Foral de Alava, del Grupo
Arqueológico que trabaja bajo el patrocinio de esta misma Corporación, y de la So-
ciedad Excursionista «Manuel Iradier» de Vitoria.
120
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VENDRYE, J., «La religión des celtes».
122
ALBENIZ
1.
ALEGRIA
2.
123
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
es posible que la mansión citada en el Itinerario, no estuviera lejos del lugar del ha-
llazgo.
Fz. Guerra dice: «Respecto de la del último (Tullonio), convengamos en que era
nombre de una deidad ibérica, de un semidiós, de un monte, de una fuente salutífera, y
que tuvo quizás su principal santuario en la sierra de Toloño, entre el Condado de
Treviño y el Ebro. Y digamos que le rindió preferentemente culto la ciudad de Alava,
que al oriente de Vitoria se nos sale al encuentro en la via romana. Si quiso mostrarse
devotísima de aquel numen, y de él tomar su nombre, entonces la voz Tullonius deus,
vino ideológicamente como a adjetivarse, y concertar con la de oppidum, alcázar, ciu-
dadela, fortaleza, y el ópido se denominó Tullonium. Que hubo deidad llamada Tu-
llonio, consta de una lápida descubierta en Alegría, el año 1799, y publicada por nuestro
Diccionario...».
J. M. Blázquez, situando a Tullonio entre los dioses cuyo nombre es un topo-
nímico, en su obra «Religiones primitivas de Hispania», dice: «El nombre del Dios
alude simplemente a la situación geográfica del centro de su culto. El Itinerario de
Antonino cita un Tullonium».
ANGOSTINA
3.
AEMILIUS MATERNUS, FLORI FILIUS, ANNO (rum) XX, H(ic) S(itus) E(st).
Es una piedra caliza de 0,50x0,36 mts., procedente de la ermita de San Bartolomé,
donación del Obispado al Museo Incipiente, y actualmente en el Museo Arqueológico.
Dice Baraibar en su Museo Incipiente: «En la raya de Navarra, sobre una coli-
na rocosa, está la ermita de San Bartolomé, frente a una abrupta pena llamada Cividad, en
la que se encuentran enormes restos de un encintado romano. En la edificación de la
ermita se emplearon numerosas lápidas. Esta era la mesa de altar, y gracias al párroco de
Angostina Dn. Francisco Belaunzaraín, previa licencia del Obispado fue trasladada al
Instituto».
El epígrafe cae debajo de una decoración a base de arcos de medio punto. En
la primera línea, las dos últimas letras M, A, están unidas en un único nexo. Lo
mismo ocurre en la tercera línea con las letras A, N. La altura de las letras es de unos
0,045 mts. (Foto 2).
124
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
4.
A M
BATO Baraibar: Ms. Angostina 2.
AN X X V INEDITA
NDIONI
ANXXXV
C
5.
125
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
6.
7.
126
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
ARAYA
8.
9.
SE Baraibar: Ms. Araya 1.
V I INEDITA
AN
H.
127
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
10.
11.
128
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
quial, cuyas medidas son 0,33x0,32 mts. Su recomposición, dados los pocos elementos que
permanecen, es muy difícil.
La decoración de este fragmento de inscripción fúnebre, consiste en un jarrón del
que arranca un tallo, situado a la parte izquierda de la cartela, como en el caso anterior.
Prestamero conoció estas lápidas, pues en su Camino Romano dice: «En la iglesia
de Araya, que también está no muy lejos de Albéniz, hay otras cuatro piedras con otros
tantos fragmentos de inscripciones romanas tan maltratadas que no se puede de ningún
modo comprender su sentido».
En realidad se trata de los fragmentos 9, 10 y 11, pues el cuarto fragmento que
persiste en la iglesia, es anepigráfico.
ARCENIEGA
12.
129
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
ARMENTIA
13.
130
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
ASA (Laguardia)
14.
131
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
15.
BAÑOS DE EBRO
16.
132
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
CABRIANA
17.
133
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
18.
Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 189;
IMP.CAES
Hübner: C. I. L., 4902; Baraibar: Ms. Ca-
F L . V A L.C O N briana 2; J. M. Corta: V. R. A., 330.
STANTINO
P.F.INVIC
TO.AVG
19.
Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 189;
V VARNAE Hübner: C. I. L., 2924; Baraibar: Ms. Ca-
PRO SALVTE briana 3; J. M. Corta: V. R. A., 330.
ESTITERI F
ARS TIGNO
VM ANTO
VS ILA VOS
NE VIENSI
V
134
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
que Urvarna designaría a alguna diosa acuática, moradora de alguna fuente vecina, o del
Ebro, muy próximo a Cabriana, y hace derivar este mismo nombre de Cabriana, de la
raíz Ca-bar (puente). Dice además que Uvarna en vascuence significa profundidad del
río, compuesto a base de Ur, agua, y barna, interior.
Ars tignorum no lo interpreta Hübner. Tignam, dice Baraibar, es viga, y faber tig-
narius es carpintero. Lo muy maltratado de las letras autoriza a aventurar que ARS era
FABRI, para lo cual basta suponer enlazadas la R, y la I, y saltado el trazo vertical de
este nexo, resultando a modo de una S defectuosamente trazada.
Prestamero interpreta Vienensis por Vibiensis, creyendo que este adjetivo se re-
fiere a una deidad no nombrada, y objeto de veneración en Vibia. Pero hay que tener en
cuenta, sigue diciendo Baraibar, que los Vibienses mencionados por Plinio, pertenecen
al Conventus Caesaraugustanus.
20.
CONTRASTA
21.
135
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
D(iis), ANICA FLORI ANCILLA, (annorum) XV, H(ic) E(st) S(ita), M(anibus) D(iis).
Es una lápida de 0,680,42 mts., empotrada en el ábside de la ermita de Ntra. Sra. de
Elizmendi.
Está decorada con un gran disco radiado, de unos 25 cmts. de diámetro, colocado
sobre una pequena cartela, y rodeado de otros dos discos más pequeños y profundos, a
modo de pateras. En torno a la inscripción existía una decoración floreal, a base de sar-
mientos y racimos de uva, de la que ya no quedan sino ligeros restos.
Baraibar corrige el nombre de Minicius en Anicius. Hübner, lee las dos últimas le-tras
de la segunda línea, unidas a las cinco primeras de la tercera línea, en la forma ME-
DANICA, suponiendo que es este el nombre de la esclava de Minicius. La M, y la D, de la
cuarta línea, las interpreta como las iniciales de «mensium», y «dierum». (Foto 8).
22.
23.
136
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
24.
25.
D. G. H. A., I, 215; Hübner: C. I. L.,
VRAESAMV 2957; Baraibar: Ms. Contrasta 5.
C ANT A B I F.
AN L H S E
137
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
26.
27.
CARICUS CARI F(ilíus) M(ortuus) AN(norum) XL, H(ic) S(itus) E(st), T(ibi) T(erra)
L(evis).
Piedra arenisca de 0,45x0,42 mts., situada en la pared oeste de la misma ermita. La
inscripción ocupa la parte superior de la lápida, y toda ella se halla muy maltratada por el
humo y el fuego.
Todos los que han hablado de esta inscripción, silencian la segunda letra, M, de la
segunda línea, que está suficientemente clara y que creo indica «mortuus», aunque no sea
un caso muy frecuente. La última letra de esta misma línea, actualmente ha desaparecido.
(Foto 13).
138
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
28.
29.
139
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
30.
31.
...F(ilius), AN(norum) LXX H(ic) S(itus) E(st) (sit) T(ibi) (terra) (levis). Piedra de
granito que mide 0,52x0,32 mts., situada en la pared norte de la ermita, junto al suelo.
Se trata del final de un epitafio fúnebre, que ocupa la parte superior de la lápida.
32.
33.
140
ENSAYO TOPOGRAFICO DEEPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
EGUILAZ
34.
35.
141
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
FORONDA
36.
GOMECHA
37.
142
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
IBARGUREN
38.
ILARDUYA
39.
IMPER AV
Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 313;
L O.V A L E R I O Hübner: C. I. L., 4903; Baraibar: Ms.
CONSTANTI Ilárduya 1; J. M. Corta: V. R. A., 356.
O.P I O.F E L I C
I.I N V I C T O
AVGVS
TO
143
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
Teniendo en cuenta que Constancio Cloro reinó desde el 292 hasta el 25 de Julio
del 306, este epígrafe fue colocado entre principios de Mayo del 305, en que asume el
título de Augusto, y julio del 306.
Hübner opina que la lápida se ha de leer:
IMP. (Caes) (Fl)AV
IO VALERIO
....................
Prestamero hace notar el detalle de que la principal calzada romana de Alava tenga
a su entrada una inscripción dedicada a Constancio Cloro, y a su salida, en Cabriana,
otra dedicada a su Hijo Constantino Magno. (Foto 16).
40.
41.
144
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
«La lectura conjetural se autoriza por el Aunia de las inscripciones 146, 820, 833...
del Corpus».
IRCIO
42.
Hübner: P. CA Prestamero: P CA
CASSI CASSI
TINI FINI
MO MO
VI VI
M RM
I PIII
III III
145
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
habiendo sido descubierta en Arce, como en realidad lo fue, ha de referirse, con bas-
tante probabilidad, a la mansión de Deóbriga, que tal vez haya que identificar con Arce.
La inscripción se hizo con toda probabilidad el año 260.
IRUÑA
43.
44.
146
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
45.
Prestamero: C. R.; D. G. H. A., I, 384;
MVNATIV
Húbner: C. I. L., 2935; G. P. V. N. A., 448;
S.FVSCVS Baraibar: Ms. Iruña 3; Idem: Discurso, 20; J.
AMBAICI M. Corta: V. R. A., 339.
F.AN.LXXV
HIC.S.EST
46.
147
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
47.
48.
148
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
(Lic)INI(us) LICIN(ius)
(C)ANT(abe) CANT(a)
R.EQ(ues) BER
ALA(e) (aph)EBA(tus)?
VN(onas)D(ef.) AN(norum) (XV)
H S
Las siglas VND, dice, de la primera columna, pudieran interpretarse Quinto Nonas
Decembris, si en este mes no fuesen las nonas en este día, o suponiendo que el escultor
se equivocó al grabar la fecha. En la lápida falta la indicación del mes en que ocurrió la
muerte, y la de los años del difunto.
En la segunda columna, en la quinta línea, se ha añadido una cifra a la X existente,
pues la ephebeia -pubertad-, no empezaba hasta los catorce años.
49.
149
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
50.
51.
150
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
52.
53.
151
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
«Tutelae Sacrum, Valerius edilis flamen, Divo Augusto posuit», e insistía en la impor-
tancia del «edilis». Cuando el mismo Fita trata por segunda vez de esta lápida la lee del
modo siguiente: «Tutelae Sacrum, haeredes Titi Flamini Nepotis posuerunt».
Hübner dice que Fz. Guerra dio esta nueva interpretación: «Tutelae Sacrum, in felici
redditu Titi Flaminii nostri, posuerunt.» Y el mismo Fz. Guerra, en Septiembre de 1886,
según aparece en el manuscrito Baraibar, le comunicó a éste la siguiente posible lectu-
ra: «Tutelae Sacrum, in felici redditu Titi Flaminii Nonius posuit».
Tutela, como nombre de divinidad, aparece en los números 2538, 3031, 3226,
4082... del Corpus.
Flamino, como nombre aparece en el número 2891 del Corpus. Por tanto la inter-
pretación que permanece sigue siendo la dada por Baraibar.
Es de notar que en la lápida la E, y la L de la primera línea forman un solo nexo
en el que la E está invertida. También la T y la F de la cuarta línea forman un único
nexo. (Foto 18). (Archivo Municipal. Vitoria).
54.
55.
152
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
56.
(A)SINIUS AUSIVOS RUTILI F(ilius) (annorum)LXX (híc situs est). Piedra are-
nisca de 0,52x0,60 mts., aparecida en el mismo lugar y circunstancias que la anterior.
Como en la número 55, 57 y 59, también en este caso, y basándose en calcos erró-
neos, Fita dio una primera interpretación falsa, desmentida más tarde por Baraibar y por
él mismo.
Fita la transcribe por vez primera en este modo:
SILAN
FVSCVS
EVILI F
diciendo que Evili es una forma incorrecta de Eveli, genitivo de Avilius.
La N y la segunda I de la primera línea, están unidas en un solo nexo. La O de la
segunda línea está contenida dentro de la V que la precede.
La lápida, según Baraibar estaba decorada en la parte superior por tres arcos en
forma de herradura.
57.
153
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
Fita supone que este fragmento completa el sentido del anterior epígrafe, lo cual es
imposible porque el anterior tiene ya indicada la edad del difunto.
Los puntos han sido sustituídos por hojas de hiedra.
58.
59.
60.
Baraibar: Ms. Iruña 19; Hübner: C. I. L., 5820.
EVERIN
ERIF
XLV
E
154
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
Piedra arenisca que formaba el transfuego en la cocina de la casa de D.ª Petra Go-
rostiza, en el pueblo de Trespuentes.
En el dibujo se pueden observar dos adornos indefinidos, situados encima del
nombre. En la primera línea la V, y la segunda E, aparecen unidas en un solo nexo.
61.
62.
63.
155
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
64.
65.
Fragmento de mármol rojo y blanco, cuyas medidas son de 0,28x0,11 mts., en-
contrada en 1866 durante las excavaciones realizadas por la comisión de Monumentos
de Alava.
Baraibar dice en su Museo Incipiente, que el P. Fita la considera romana y del
siglo primero.
En ningún caso se dan suplementos ni interpretación.
(Foto 21) (Archivo Municipal Vitoria).
66.
156
ENSAYO TOPOGRAFICO DEEPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
Según el dibujo de Baraibar, ambos fragmentos tienen los puntos sustituídos por
hojas.
67.
68.
157
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
69.
70.
71.
158
ENSAYO TOPOGRIFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
inferior de la estela, aparece dibujado también con una fina incisión, el creciente lunar.
72.
73.
Fragmento del final de una lápida votiva o funeraria, a la que falta la primera D,
de la fórmula: De Suo Donum Dedit, o de su equivalente: De Suo Dedicavit.
74.
Fragmento de inscripción fúnebre, que mide 0,28 x 0,24 mts. Constituye el final, o
parte de la edad del difunto, y las dos últimas letras de la fórmula Hic Situs Est.
75.
NOTA.-Este grupo de fragmentos, como algunos otros que vienen indicados en el «Oppidum de
Iruña», entre los cuales los que van indicados con los números 71, 73, 74, no me ha sido posible
estudiarlos, por lo que me limito a repetir lo que G. Nieto dice en su obra, y en algunos casos, los
menos, a hacer pequeñas observaciones que se deducen de las fotografías publicadas.
159
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
LAGUARDIA
76.
77.
SEGILUS.ET INEDITA
RVSTICVS.F
LARIBVS.QV
PRO SALVTE
S.L.M.
160
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
LA PUEBLA DE ARGANZON
78.
I(c) S(ita) E(st) (sit) (tibi) (terra) (le)VI(s), LUCIA FESETINA ANN(orum) X,
ANUTISEMA OCTAVIA FILIA(e) PIENTISSIME MEMER(iae).
Piedra caliza de 0,55x0,17 mts. La inscripción ocupa un espacio rehundido de
0,27x0,14 mts. La parte derecha del sillar estaba cortada, y en el centro del mismo un
vano en forma de ojo de cerradura, ocupaba los dos tercios de la parte superior.
Baraibar, que da la primera noticia de esta lápida, dice que apareció en una he-
redad en la colina de San Esteban, a unos mil metros al sur de La Puebla de Arganzón.
Fue descubierta por Dn. Pedro López de Aréchaga, quien la cedió al Museo instalado en
el Instituto de Vitoria.
El nombre de Fesetina, prosigue Baraibar, es nuevo en la epigrafía hispano-
romana. Fita (BRAH, LXIV, 1914, 178, nota 1.ª), dice que este nombre puede expli-
carse por «epéntesis» de Festina.
LUZCANDO
79.
161
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
Cipo sepulcral de piedra caliza de 1,04x0,69 mts. Parece ser del siglo primero, y la ins-
cripción se encuentra adornada por sarmientos pámpanos y racimos. La mitad superior
de la lápida la ocupan dos discos. Sobre el de más arriba, que mide 0,28 mts. de diá-
metro, se posan dos palomas. El disco inferior, de 0,08 mts. de diámetro, está entre dos
páteras.
La lápida fue encontrada por Baraibar en 1893, en el antepecho de la casa cural
del pueblo de Lúzcando, en la jurisdicción de Acilu, a 2,4 Kms. de Vitoria. Donada al
Museo Provincial por D. Sandalio Oquinena, actualmente está en el Museo Arqueo-
lógico.
En un primer momento Baraibar leyó la séptima línea en el modo siguiente: «Filis
Patri Monumentum Sibique Fecit». La razón de esta lectura era que entre la F y la R de
esa línea, existe un punto, que el mismo Baraibar más tarde, y Hübner, finalmente,
pensaron que estaba puesto solamente en razón de simetría.
Se puede observar en la sexta línea, que la S final, está incluída en la anterior V,
con objeto de conservar la alineación. (Foto 25) (Archivo A. Llanos).
80.
81.
162
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
82.
83.
84.
«En la pared de la iglesia, hacia poniente, piedra caliza con el siguiente resto de ins-
cripción...». Descubierta por Baraibar en 26 de Septiembre de 1912.
85
163
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
MARGARITA
86.
NARVAJA
87.
164
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
Senador D. Carlos Ajuria. Al tratar de colocarla bien la rompieron los canteros, con lo
cual se perdió la mayor parte de la inscripción. Por fortuna había obtenido de ella, antes
del desastre, una impronta, que me permite transcribirla íntegra».
La decoración al decir del mismo Baraibar, es del modo siguiente: un borde supe-
rior con una greca de pequeñas aspas. Entre las siglas D M, una luna creciente. Debajo
de las mismas, y antes de comenzar la inscripción, dos figuras humanas con sendos
bastones, llevando entre ambos un objeto cuadrangular sítula). A uno y otro lado, hasta
el pie del epígrafe, ramas de laurel.
El fragmento que cita Medrano, es de 0,33 mts. de altura por 0,46 de anchura, y
supone la parte decorada de la lápida. Actualmente en el Museo Arqueológico.
(Foto 26) (Archivo Municipal. Vitoria). (Foto 27) (Archivo A. Llanos).
OCARIZ
88.
89.
165
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
Piedra caliza situada en el mismo lugar que la anterior. Prestamero y todos los que
de él la toman, la citan como si se conservaran los suplementos. Hübner duda si Segoni
sería Segonti, enlazadas la T y la I últimas.
Los puntos entre las palabras, menos en la última línea, han sido substituídos por
hojas de hiedra. (Foto 29) (Archivo A. Llanos).
90.
91.
OLLAVARRE
92.
166
ENSAYO TOPOGRAFICODE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
93.
Prestamero: C. R.; Baraibar: Ms. Ollávarre
CA
2; Idem: Discurso 36; Hübner: C. I. L. Sup.,
PA 5825; J. M. Corta: V. R. A., 355.
SF
A
OSMA
94.
MARITO INEDITA
MERENTIP
95.
Dice Ceán: «En Osma, lugar de la hermandad de Valdegovía, queda una intere-
sante memoria de la antigua población, llamada por los Tolomeos Uxama Barca».
Esta lápida no ha existido nunca en nuestra provincia, sino que es una copia equi-
vocada de la 2854 del Corpus, correspondiente a una lápida encontrada en Quintanilla
de las Viñas, cerca de Lara de los Infantes, Burgos.
167
ENSAYO TOPOGRAFICO DEEPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
PAYUETA
96.
SALVATIERRA
97.
168
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
98.
99.
TAPO INEDITA
MEM
RVM
169
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
100.
101.
170
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
petuar alguna memoria notable en algún edificio público. Sospecha que el Pomponio de
la lápida compuso o hizo de nuevo todo el camino romano desde Alba hasta Veleya,
fundándose en que la distancia entre ambas mansiones era precisamente de 26 millas,
número señalado en la lápida. Sin duda basándose en esta noticia, Coello de Quesada
afirma que en San Román se encuentra una de las piedras milíarias alavesas.
Baraibar es de la opinión que este fragmento pertenece a un epígrafe fúnebre del
cual sólo persiste el nombre del dedicante o acaso del difunto. Dice además, que en vi-
sita efectuada el 1 de julio de 1900, no encontró estas lápidas que sin duda habían
desaparecido.
Que sea parte de un epígrafe fúnebre es imposible, pues solamente un nombre, y
no entero: POMPONIU, ocuparía una superficie de 1,34x0,44 mts., lo cual hace supo-
ner que si en la misma línea como es lógico estaba escrito también el cognomen, dado
que ya al principio de la segunda aparece la edad, esta primera línea ocuparía una
superficie de unos tres metros, lo cual es totalmente insólito en esta clase de epígrafes.
Unido esto a que la altura de las letras, capitales cuadradas elegantísimas de los tiempos
de Augusto, es de 0,16 mts., la hipótesis de Baraibar queda totalmente descartada.
Que sea una columna miliaria tampoco es aceptable, por la misma razón de la di-
mensión del epígrafe y de la altura de las letras.
Las lápidas no han desaparecido, como pretende Baraibar, sino que por el con-
trario, después de una minuciosa visita que efectué el agosto pasado, el número de
fragmentos que pude contar de este mismo epígrafe era de cinco. Aparte de los dos cita-
dos hay: 1.º: S. L V, fragmento de- 0,50x0,44 mts., situado en la pared este de la iglesia.
Pudiera muy bien tratarse de la terminación del nombre, la S de PomponiuS, y el
comienzo del cognomem. 2.º: V S, fragmento situado en un estribo de la iglesia, y que
está cortado en chaflán para acomodarlo a su actual situación. 3.º: T. P A T, fragmento
de 0,75x0,44 mts., situado en la pared norte a bastante altura. Pudiera ser muy bien
parte de la fórmula « Et Pater».
Los fragmentos que nos han llegado suponen por tanto:
POMP ONIV S.LV VS T.PAT
XXVI
Sin duda se trata de una inscripción monumental, la única en la Provincia,
colocada en la pared de un edificio, dado el espesor de las lápidas, pero imposible de
recomponer dado el pequeño número de fragmentos de que disponemos. Es por tanto la
teoría de Prestamero la única posible y la única que se puede aceptar dada la realidad de
los hechos. (Fotos 33; 34; 35).
171
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
102.
103.
104.
105.
172
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
106.
CVS INÉDITA
AMBAIF
HSE
107.
C AN LX INEDITA
E AN XXXX
HSE
108.
BBM INEDITA
XXX H S
109.
173
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
110.
Dice G. Nieto: «Entre rica ornamentación de tipo geométrico se ven tres figuras
hechas con la misma tosquedad y falta de sentido artísticos que en Iruña. La estela de
Santa Cruz de Campezo tiene una faja en la parte superior, en la que entre rosetas
enmarcadas por círculos destaca un creciente lunar y las siglas D M. (Foto 40) (Archivo
A. Llanos).
SARASO
111.
LAVOS.IOV INÉDITA
OPTVMO
112.
ICVSV INEDITA
NVSLEO
PIETATI
174
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
113.
RMES INEDITA
114.
INV INEDITA
Restos de inscripción situados en el ángulo superior derecho de una gran losa que
está en el pavimento del pórtico. La losa mide 0,65x0,65 mts., y la altura de las letras es
de 0,09 mts.
En esta misma iglesia se encuentran otros pequenos fragmentos de escaso interés.
URABAÍN
115.
175
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
URBINA DE BASABE
116.
VILLANAÑE
117.
Es una piedra arenisca de 2x0,50 mts., aparecida junto al río Otnecillo, cerca de
Villanañe, en término de Barcabao, jurisdicción de Villamaderne.
D. Rodrigo Ignacio de Varona la envió a D. Aureliano Fz. Guerra, quien se la re-
mitió a Hübner para que la incluyera en el Corpus. D. Julián Salazar la trasladó a Espe-
jo, y la puso como banco delante de su casa.
176
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
La lápida está dividida en cuatro partes iguales de 0,50x0,50 mts. cada una. En la
primera hay un disco radiado como en la lápida de Urbina de Basabe. En la segunda
está la leyenda, en la tercera dos figuras toscamente labradas, y la cuarta parte, que es la
inferior, se halla totalmente lisa.
VITORIA
118.
SEX.NVMIO.SEX.F.AVSENATOR.DECVR DUDOSA
A PRIMA IVVENTA IN SAC.MINEVAE ADSCRIP
ET.OMN.RER.SACR.
SCRIBAE VIXIT AN LXXIII
M.VII. D.IX
ENTISS
119.
177
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
CONCLUSIONES
LA ONOMASTICA
Los nombres que aparecen en las lápidas alavesas, se ajustan en la mayor parte de
los casos a las reglas generales de la onomástica romana.
Sin embargo, hay algunas particularidades que conviene señalar, tanto en lo que se
refiere a lápidas votivas como a cipos sepulcrales.
Entre los nombres de las divinidades hay cuatro: Uvarna, Tullonio, Sandao y Bae-
listo, que no aparecen en ninguna otra ocasión como nombres propios de divinidades
hispánicas, y que a juicio de J. Blázquez, pudieran hacer en algunos casos referencias de
carácter toponímico.
Este mismo fenómeno de referencias a lugares aparece en varias de las lápidas
fúnebres, como en los casos de Cantaber, Híspanus, Gallicus, Rhodanus...
La enorme variación de nomina, 46, y de cognomina, 82, que se presenta en un
número de lápidas relativamente reducido como es el caso de Alava, no permite ni un
estudio de penetración de nombres ni de organización de familias. Solamente, y a modo
de ejemplo, senalamos que el nombre que más se repite es Sempronio, y el cognomem
Ambato.
En muchos de los casos se trata de nombres indígenas o derivados de ellos, sin que
falte tampoco, como en una lápida de Iruña, el nombre de un liberto de origen griego.
En cuanto a la distribución de los diversos elementos del nombre romano, también
se observan en general las reglas de la epigrafía clásica, aún cuando vemos utilizado
como nombre el prenombre Quinta, y corno prenombre el cognomem Maritus.
178
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
LAS CALZADAS
LA DECORACION (1)
179
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
presentan en nuestra Provincia, podemos sacar algunas conclusiones de gran interés to-
pográfico.
Podemos dividir los elementos decorativos en varios grupos: Figuras humanas,
Animales, Vegetales, Astros, Edificios, Varios.
1. Figuras humanas. Aparecen representadas en nueve lápidas, repartidas indis-
tintamente por toda la geografía alavesa. En todos los casos se trata de toscas y eleven-
tales representaciones, e incluso en dos de ellos, San Martín de Galvarín y Narvaja, los
grabados son simplemente esquemáticos.
2. Animales. Están representdos en siete ocasiones, de las que seis de ellas, en un
ámbito muy reducido en torno a San Román de San Millán. En este círculo aparecen
palomas, ciervos, y un toro. Fuera de este ambiente sólo hay una representación de un
animal, cuadrúpedo indefinido, en la lápida de Baños de Ebro.
3. Vegetales. Por diez veces aparecen las lápidas adornadas de pámpanos y raci-
mos de uva. Estas representaciones se agrupan en nueve ocasiones en torno a dos cen-
tros, San Román y Contrasta. En la lápida de San Martín de Galvarín aparece la repre-
sentación de un árbol indefinido.
4. Astros. Conviene entre ellos distinguir el sol, la luna y las estrellas. Discos
solares aparecen cinco veces en torno a San Román, dos veces en torno a Contrasta, y
otras dos veces en otros lugares. El creciente lunar y las estrellas se representan en
zonas muy variadas. En la mayor parte de las lápidas estos elementos se dan com-
binados.
5. Edificaciones. La única representación de este tipo que encontramos es el
puente. Aparece en seis ocasiones. Cinco de ellas en lápidas de Iruña, haciendo sin duda
alusión a los puentes romanos de la zona. En una sola ocasión aparece represen-tado un
puente en una lápida de Angostina.
6. Varios. En este apartado reunimos otros elementos decorativos que aparecen
más raramente, como son los dibujos geométricos de los más variados tipos, y objetos
diversos. Entre estos conviene destacar el arado de la lápida de Ocáriz, los «lacrima-
toria» de San Román, y la «sítula» de Narbaja.
Si tenemos en cuenta el número de las lápidas, y la riqueza ornamental de las
mismas, podemos observar que en nuestra Provincia se dan tres centros de influencia.
Dos de ellos a lo largo de la calzada romana de Burdeos a Astorga, junto a las man-
siones de Alba(?) e Iruña. El tercer foco de influencia es Contrasta, situado en el centro
de esa vía desconocida, pero que muy bien pudiera haber existido, que desde Salva-
tierra, y siguiendo más o menos la actual carretera, llega hasta Laguardia.
180
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
INDICES
INDICE GEOGRAFICO
INDICE DE DIVINIDADES
INDICE DE EMPERADORES
181
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
INDICE DE «PRAENOMINA»
INDICE DE «NOMINA»
INDICE DE «COGNOMINA»
182
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
INDICE DE PARENTESCOS
INDICE DE TRIBUS
183
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
Estelas funerarias …..... 1, 3, 4, 5, 9, 94, 97, 98, 100, 102, 103, 104,
10, 11, 13, 14, 15, 16, 17, 21, 22, 106, 107, 108, 109, 110, 115, 116,
23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 117, ………………………………. 119
32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 40, 41, Aras ………..………. 2, 7, 8, 12, 19, 20, 53
43, 44, 45, 46, 47, 48, 49, 50, 51, 76, 77, …………………………... 111
52, 55, 56, 57, 59, 60, 67, 68, 69, Votivas …………….……….. 6, 62, 96, 101
70, 71, 72, 73, 74, 78, 79, 80, 81, Columnas Miliarias ………...…… 18, 39, 42
82, 86, 87, 88, 89, 90, 91, 92, 93,
CORRESPONDENCIA DE LA NUMERACION
DE HUBNER CON NUESTRA NUMERACION
2920 12 2940 40
2921 116 2941 38
2922 117 2942 97
2923 15 2943 88
2924 19 2944 101
2925 17 2945 102
2926 48 2946 89
2927 46 2947 1
2928 86 2948 34
2929 98 2949 35
2930 49 2950 22
2931 47 2951 24
2932 43 2952 23
2933 50 2953 26
2934 51 2954 27
2935 45 2955 11
2936 52 2956 28
2937 44 4902 18
2938 13 4903 39
2939 2 4919 42
184
ENSAYO TOPOGRAFICO DE EPIGRAFIA ROMANA ALAVESA
5813 98 5820 60
5814 14 5821 59
5815 52 5822 65
5816 53 5823 58
5817 56 5824 54
5818 92 5825 93
5819 55 5826 57
185
Angostina.-2
Angostina.-1
Angostina.-3
Arcaya.-4 Arcaya.-5
Baños de Ebro.-6 Assa.-7
Contrasta.-9
Contrasta.-8
Contrasta.-11 Contrasta.-10
Contrasta.-12
Contrasta.-14
Contrasta.-13
Ibarguren.-15
Ilárduya.-16
Iruña.-17
Iruña.-18
Iruña.-19
Iruña.-20
Iruña.-21 Iruña.-22
Iruña.-24 Iruña.-23
Luzcando.-25
Ocáriz.-28
Ocáriz.-29
Ocáriz.-30
Osma.-31
S. Martín
de Galvarín.-32
San Román
de San Millán.-33
San Román
de San Millán.-34
San Román de
San Millán.-35
San Román
de San Millán.-36
San Román
de San Millán.-37
San Román de San Millán.-38
Urbina
de Basabe.-41
EN TORNO
AL BAJORRELIEVE
DE MARQUINEZ (Alava)
Son varias las cuevas artificiales existentes en la provincia de Alava, que ostentan
en sus paredes, grabados, grafitos e incluso pinturas. Algunos de estos han sido publi-
cados en diversos estudios, esperando otros -los descubiertos más recientemente- el
momento de su publicación.
En el extremo más oriental de esta alineación (fig. I) de cuevas artificiales que se
desarrolla de Este a Oeste, se halla el pueblo de Marquínez. Interesante lugar en las
estribaciones de la sierra de Izkiz, rodeado de numerosas cuevas artificiales. En una de
éstas, se halla labrado en la roca un interesante bajorrelieve. Esta cueva en la que se
encuentra (fig. II y foto 1) está situada en el lugar denominado Peña Askana y más
concretamente en el punto de Santa Leocadia, a espaldas de la iglesia parroquial,
formando parte de un conjunto de cuevas, reutilizadas por los naturales para diversos
menesteres. Por ello cierra su entrada una pared de piedra, así como la de otra cueva
que se encuentra a su lado.
Son numerosas las versiones que se han dado sobre el significado de este bajo-
rrelieve y sobre su cronología. Ya Cabré en 1918 (1), lo suponía de época Neolítica,
basado únicamente en la existencia de algunos trazos de pintura roja, dados sobre las
figuras en él representadas.
Nuevamente es considerado por D. José Miguel de Barandiarán (2) quien repite la
descripción de Cabré.
También el Abate Breuil publicó un trabajo (3) sobre este bajorrelieve,
187
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)
188
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)
Figura II.-Planta de las cuevas artificiales, donde se ubica el bajorrelieve (punto indicado con una
estrella).
(5) ADAN DE YARZA, R., Descripción física y geológica de la provincia de Alava. Memo-
ria, Com. Mapa Geolog. de España. Madrid, 1885.
189
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)
El bajorrelieve
Durante muchos años, el cierre de pared que fue levantado al objeto de utilizar la
cueva como establo, cubrió en parte (foto 3) este bajorrelieve, por lo que pasó desa-
percibido para la mayor parte de los investigadores. Considerando interesante el dejarlo
exento, propusimos a la sección de arquitectura de la Excma. Diputación Foral de
Alava, -de acuerdo con el actual propietario de la cueva- el liberar el bajorrelieve
desviando la pared. Esta propuesta fue inmediatamente aceptada por el arquitecto pro-
vincial, D. Jesús Guinea, a quien agradecemos el interés demostrado en este caso, ha-
ciendo posible su realización.
La construcción de la pared que cierra la cueva, y el acomodamiento de la cavidad
como establo, destruyeron parte del grupo escultórico (fotos 3 y 4). Únicamente queda
una fotografía antigua (fig. III y foto 2) donde se pueden ver casi completas las figuras
que lo componen, y en la que juntamente con la realizada actualmente (foto 4), nos
basaremos para hacer la descripción y estudio.
Se trata de dos figuras principales, una a pie y la otra ecuestre. La que está de pie,
mide 1,35 m. de alta, representando a un varón, desnudo, en postura frontal, rígida, con
los brazos doblados y las manos cogidas a la altura del pecho. La otra figura, de 0,95 m.
de alta corresponde a una mujer, montada sobre un équido y cabalgando a izquierdas,
viéndose toda la figura, es decir, sobre un caballo encaminado hacia la izquierda y sin
silla. En la mano porta un objeto de aspecto maciforme. Desgraciadamente no conoce-
mos -ya no existía a principios de siglo- la parte de la grupa del animal, por estar des-
trozada esta parte de la roca.
Sobre su realización podemos decir que está concebida a base de masas planas,
rehundiendo el plano del fondo, y conservando lisa la superficie, preparada para es-
culpir este grupo. El relieve obtenido de esta forma, varía entre 2 y 5 cm. Únicamente
en la figura en pie se ha tratado de obtener algo de modelado, redondeando las extre-
midades y el tronco. En cambio en la cabeza se ha evitado este intento de modelado,
aunque sí, se ha tratado de bosquejar las facciones. En la figura ecuestre solamente se
modela el objeto maciforme y la cabeza del équido, conservando el resto, la superficie
plana, obteniendo de este modo solamente una silueta en relieve.
Ambas figuras estaban pintadas en rojo -hoy solamente conserva restos de esta
coloración, la cabeza de la figura en pie y la del caballo- informándonos Cabré, que lo
estaban, la mitad superior del varón; el rostro, el cuello y el pecho de la mujer; la
cabeza del caballo y el objeto en forma de maza que sostiene la figura femenina.
Esta técnica de bajorrelieves con masas planas, es muy normal en representa-
ciones lapidarias, en diversas épocas, pero especialmente en lo romano.
190
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)
Su significado
191
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)
implorante y probablemente con intento al realizarlo -por. el hecho de figurar los rasgos
faciales- de representar a una persona determinada.
En cuanto a la figura ecuestre, podemos fijarnos que no se ha pretendido «re-
tratar», ya que la cara es simplemente una masa plana sin más detalles, posiblemente
por dar por sabido, que ciertos atributos -ir montada a caballo, portar el objeto en forma
de maza, etc.- definían de manera sobrada a esta imagen. El hecho de tener a una figura
implorante ante ella, nos hizo pensar en que indudablemente se trataba de una re-
presentación con un valor mítico superior a esta primera. Basándonos en este hecho
comenzamos a tener en cuenta aquellos atributos que podían definir a una imagen
concreta viendo así las muchas analogías que tiene con las representaciones ecuestres
de la diosa Epona. Analicemos estos paralelismos.
De esta diosa Epona (Epo=caballo, y la terminación céltica ona) se conocen tres
tipos principales de representaciones; el estante, el sedente y el ecuestre. Prescin-
diremos de las dos primeras por no considerarlas de interés para este estudio y nos
concentraremos en esta última, analizando las similitudes y diferencias de esta repre-
sentación de Marquínez, con las ya conocidas de Epona, en el resto de Europa.
Siempre se representó a esta diosa en compañía de un caballo con el que forma un
grupo inseparable. Sus atributos son un cuerno de la abundancia, una pátera o unos
frutos, con lo que se muestra como la diosa de la abundancia agrícola. Su culto fue muy
popular en la Galia, pasando luego a la península Itálica, llegando hasta la propia
Roma, llevado su culto por los soldados romanos en época imperial, de los países
Celtas. Olvidándose su significación primitiva, Epona se convirtió en la diosa de los
caballos, viéndose por eso su imagen colocada en las cuadras. Representada cabalgando
sola, sentada a la derecha, rara vez aparece figurada montada a izquierdas. S. Reinach
(6) observó lo siguiente a las que estudió: Indumentaria; casi siempre severamente
casta -en el bronce de Loisia (fig. IV, n.º 2) es el único caso en que se da con el torno
desnudo-. Atributos; pátera, cornucopia, etc. Montura; fuerte cuello, nariz prominente,
cola abundante en ángulo recto. Andadura; al trote, en reposo, al paso o al galope.
Arnés; casi siempre inexistente. En cuanto a la calidad artística, apunta este autor, un
gran porcentaje de piezas mediocres y mal conservadas, estando realizadas la mayor
parte sobre arenisca o terracotas, lo que prueba el carácter popular de este culto.
Colocadas principalmente en puertas o paredes interiores de caballerizas.
Su imagen y nombre es conservado en más de 120 monumentos, distribuídos por
Galia, Germania y Valle del Danubio, Britania, etc.
En la Península Ibérica son conocidos con seguridad cuatro ejemplares
192
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)
incluyendo este de Marquínez; el de Braga en Portugal (fig. IV, nº 4), el del Llano de la
Consolación (Murcia) y el epigráfico de Montealegre, también en Murcia.
Así podemos ver que nuestro bajorrelieve de Marquínez, se asemeja a estas repre-
sentaciones de Epona con fuertes paralelismos como son: figura femenina ecuestre, con la
cornucopia como atributo. Bien es cierto que presenta algunas variantes, con las ya cono-
cidas, que aun lo hacen más interesante, como son: figurar cabalgando a izquierdas, y
representada sin vestido alguno, caso este último, único entre las que conocemos. En la
lámina IV presentamos algunas de las representaciones ecuestres de diversos lugares y
una estante, en un relieve de Jabreilles, -la número 3- en la que se puede ver la forma de
figurar la cornucopia, tan parecida a la de nuestro bajorrelieve.
Conclusiones
193
EN TORNO AL BAJORRELIEVE DE MARQUINEZ (ALAVA)
que esta cavidad fuese destinada a cuadras y que su cronología se remonte a época
romana, hecho este que no nos extraña, teniendo en cuenta los resultados de las últimas
excavaciones llevadas a cabo por D. José Miguel de Barandiarán, en unas cuevas
artificiales (7) no lejanas a éstas de Marquínez. De todas las maneras la cronología de
este bajorrelieve debe adjudicarse, a una romanización muy avanzada, quizás a las
últimas épocas del Imperio.
194
Foto 1 . - V i s t a de la Peña Askana con las cuevas de Sta. Leocadia. En el centro la que contiene el bajorrelieve
Foto 2.-Antigua fotografía donde se ve el estado en que se hallaba este bajorrelieve a finales del siglo pasado.
FIBULAS
EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
La necesidad cada vez mayor de tener a mano, para una consulta rápida estudios
de síntesis de los diversos materiales que componen el amplio mundo de la arqueolo-
gía, ha sido la causa principal del presente trabajo, en el cual pretendo reunir, dando
una serie de detalles, cuantas fíbulas existen hasta este momento en el País Vasco-
Navarro.
Al no existir por el momento, que yo conozca, fíbulas en las provincias de
Vizcaya y Guipúzcoa, hago una primera división entre las de las provincias de Alava y
Navarra, describiéndolas por orden alfabético de yacimientos. Sólo he tenido la posi-
bilidad de estudiar directamente las existentes en el Museo Arqueológico de Alava, si
bien incluyo varias que aunque desaparecidas, su existencia está comprobada lite-
ralmente. En cuanto a las fíbulas de la provincia de Navarra, me atengo a lo publicado
por la Institución Príncipe de Viana en sus diferentes números sin que me haya sido
posible verlas directamente. Por ello al describirlas aludo a lo que el autor comenta en
cada caso.
Hasta este momento son seis los yacimientos que han dado fíbulas en Alava. No
dudo que este número se verá incrementado grandemente en un futuro próximo, pues la
existencia de varios poblados y necrópolis con posibilidades de excavación estratigrá-
fica así lo hacen esperar.
195
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
Lámina I.
De las cinco fíbulas que se conocen, solamente reseño tres, ya que las otras dos,
únicamente sabemos que son del tipo llamado «Hebilla anular».
1.ª Fíbula de bronce del tipo llamado de botones. Tiene una longitud máxima de
6,5 por 4,5 cm. de ancho. Posee nueve botones, uno rematando el pie y los restantes,
uno en cada vértice de los dos rectángulos que decoran la fíbula, junto al pie y cerca
del pasador de la aguja. Su conservación es perfecta.
2.ª Hebilla anular finamente trabajada. Su anillo es de sección rom-
196
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
boidal, terminando en dos bolas decoradas con incisiones paralelas. Esta misma decora-
ción sirve de motivo ornamental a cada una de las cuatro caras del anillo.
3.ª Esta fíbula, anular hispánica del tipo denominado «Hoja de Laurel» está fun-
dida toda en una pieza a excepción de la aguja que le falta. Tiene una longitud máxima
de 4 cm. y el puente laminar es bastante ancho. No posee modo de sujeción de la aguja
por lo que me inclino a pensar que ésta partiera de un muelle arrollado al anillo, hoy
asimismo desaparecido.
En el meandro que forma el río Zadorra, entre los pueblos de Trespuentes y Ví-
llodas a unos 11 Km. al Oeste de Vitoria, se halla emplazado este Oppidum de Iruña.
Sobre todo el espolón y posiblemente también bajo los niveles romanos aparece un
castro indígena de la Edad del Hierro, el cual no ha sido aún excavado.
1.ª Fragmento de una fíbula de resorte bilateral cuyo tipo desconocemos pues la
falta del puente impide su clasificación; fue encontrada en el nivel I del sector «B».
2.ª Fíbula zoomorfa en bronce, con forma de berraco. Posee una decoración de
líneas paralelas rematadas en círculos concéntricos. Le falta el muelle y la aguja. Fue
encontrada así mismo en el nivel I del sector «B».
3.ª En una visita realizada a este yacimiento por el Sr. Gálvez, halló en superficie
una fíbula del tipo llamado de botones. Es de bronce y posee siete botones, siendo su
longitud de 5 cm.
4.ª Corresponde a una hebilla anular con el anillo de sección romboidal rematado
en sencillas bolas. Actualmente no existe entre los fondos del Museo Provincial de
Arqueología.
Es éste un poblado de la Edad del Hierro, situado en la parte alta del cerro
denominado Kutzemendi, a unos 5 Km. al Sur de Vitoria. Hace ya varios años fueron
hechas algunas catas, en una de las cuales fue hallada entre otros materiales una fíbula.
El Dr. Maluquer en un corto estudio realizado de la misma, la señala como «fíbula
de doble resorte» asignándole provisionalmente una cronología entre los siglos VI-V.
1.ª La fíbula parece ser corresponde al tipo denominado de bucle, con gran
desarrollo del pie, el cual termina enrollándose sobre sí mismo. No obstante el ser un
fragmento, dificulta su clasificación exacta, ya que sólo conserva el pie y parte del
puente, hasta el primer resorte.
197
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
Lámina II.
198
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
Edad del Hierro y Celtibérico. La aparición de semillas y rejas de arado, así como la
situción del poblado hacen pensar en un asentamiento de tipo primordialmente
agrícola.
1.ª Solamente existe una fíbula completa de este yacimiento pues el fragmento
señalado con el número 2 si bien pudiera ser de otra fíbula similar, nada se puede
afirmar. Aquella fabricada en bronce es de una ejecución muy fina. Tiene el pie levan-
Lámina III.
tado hasta la altura del puente, en cuyo punto se unen. La aguja es recta y forma una
sola pieza con el muelle, el cual es independiente del arco.
Es la única fíbula de este tipo conocida en el país, si bien las agujas con muelle
que señalamos en el Oppidum de Iruña y en el Castro de Oro también pudieran per-
tenecer a fíbulas de este mismo modelo.
199
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
200
Lámina I
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
aparecida en el estrato III del sector B de Pompaelo y datado en el siglo IV. Apareció
en el nivel I de Escotilla II.
6.ª Fragmento de fíbula en bronce, posiblemente del tipo denominado de «Bu-
cle». Posee un pie muy desarrollado, todo él con pestaña para encajar la aguja. Aparece
en el nivel IIa de Escotilla II, fechado a mediados del siglo VI a. C.
7.ª Fragmento en bronce de una fíbula de resorte bilateral a la cual la falta del pie
y puente, impide su clasificación mas exacta. Se encontró en el estrato C de Escotilla I.
8.ª Hebilla anular en bronce. Su anillo de sección circular posee en su termina-
ción dos pares de tres abultamientos cada uno, que le sirven de decoración. Procede del
estrato A de Escotilla I.
Lámina V.
Aparte de las fíbulas descritas existen en este castro varias agujas y fragmentos
pertenecientes a otras cuyo tipo desconocemos, pero que sin embargo he incluido en
los dibujos por creer interesante su conocimiento.
Los fragmentos de fíbulas incluidos en la Lámina V, corresponden a los hallaz-
gos realizados en la última campaña (Agosto 1967) y todavía en fase de estudio para su
pronta publicación.
201
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
(Lámina VI).
1.ª Fíbula de bucle con arco laminar formado por dos rombos separados por el bu-
cle. El pie es bastante alargado. Apareció en el nivel PIa.
2.ª Fíbula de hierro con resorte bilateral, arco elevado y pie en arco de círculo.
Fue hallada también en el nivel PIa.
3.ª Arco de hierro de una fíbula similar a la anterior. Se encontró así mismo en el
nivel PIa.
4.ª Corresponde a una fíbula de bronce del tipo llamado de «Bucle», con el arco for-
fmado por dos rombos unidos por el bucle. El pie es laminar
202
Lámina VI.
Lámina VII.
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
Lámina VIII.
4.ª Fragmento de fíbula de bronce con arco laminar. En uno de los extremos
posee parte del muelle. Corresponde al nivel PIIb.
5.ª Fíbula de bronce de doble resorte. El pie es largo y ancho, arrollado en su
final sobre sí mismo. Pertenece también al nivel PIIb.
6.ª También es una fíbula en bronce del tipo de doble resorte, con el pie peque-
ño y sencillo. Es así mismo del nivel PIIb.
7. ª Fragmento de fíbula de bronce con resorte bilateral. Sólo posee parte del
arco, faltándole el pie y la aguja por lo que no se puede clasificar. Se encontró igual-
mente en el nivel PIIb.
(Lámina VIII).
1.ª Fíbula de bronce del tipo de doble resorte. Le falta el pie y el
205
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
Lámina IX.
primer muelle, los cuales se han ideado en el dibujo. Fue hallada en el sondeo de 13 M y
corresponde al nivel PIIa.
2.1 Fragmento de fíbula de hierro de arco en codo y pie largo al que está adherido
parte de la aguja. La longitud del pie es de 40 mm.
206
Lámina X.
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
tuye por la composición de los enterramientos un auténtico campo de urnas. Todas las
fíbulas existentes están incompletas y en muy mal estado de conservación debido a una
fuerte cremación.
1.ª La más completa de todas corresponde a una fíbula de resorte bilateral y el pie
en forma de pato vuelto hacia el arco.
2.ª y 3.ª) Son fragmentos de fíbulas de resorte bilateral cuyo tipo desconocemos
pues solamente tienen parte del arco y de la aguja.
4.ª y 6.ª) Posiblemente corresponden a dos fíbulas de bucle con el pie ancho y
plano, arrollándose sobre sí mismo en su terminación.
5.ª Fíbula de hierro a la que le falta el muelle. El pie es ancho y plano y termina en
un arco de círculo.
La Atalaya es una loma alargada (terraza inferior del Ebro) paralela a la carretera
general de Zaragoza a Pamplona, a la altura del kilómetro 115. Se divide en dos partes,
una más al norte denominada en el lugar la Atalaya Alta y otra más meridional o
Atalaya Baja. La superficie de ambas se puede calcular en un área con un eje mayor de
unos 400 m. por una anchura superior al centenar de metros. De toda esta extensión
solamente se ha excavado una pequeña parte, a la cual corresponden las fíbulas que a
continuación comento.
Como es normal en las necrópolis de incineración, aparecen las fíbulas muy
deterioradas. Además muchas de ellas han sido halladas sueltas en la tierra lo que les
quita valor absoluto para la determinación cronológica. Al igual que en el estudio del
cual me he servido, solamente menciono aquellas piezas que están mejor conservadas.
1.ª Fíbula de pie corto levantado y con botón, es del tipo denominado «Golfo de
León». Tiene una longitud total de 9 cm. y le falta el muelle y la aguja.
2.ª Corresponde a una fíbula de pie acodado en ángulo recto y terminado en un
botón. Tiene unos 3 cm. de longitud total.
3.ª Fíbula de pie corto y acodado en ángulo recto similar a la anterior pero de ma-
yor tamaño, unos 12 cm. Esta vez la terminación del pie es en forma de torre.
4.ª También corresponde a una fíbula de pie acodado en ángulo recto, si bien en
este caso el botón terminal es de menor tamaño que las anteriores.
5.ª Fíbula anular hispánica, confeccionada con una cinta delgada de bronce, que
forma al mismo tiempo el puente y la aguja. Existe también otro ejemplar no dibujado,
con un puente ancho de hierro y el anillo formado por una espiral de bronce.
6.ª y 7.ª) Pies de fíbula terminados en botón que tal vez pudieran pertenecer a
fíbulas del tipo «Golfo de León».
208
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
Lámina XI.
209
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
ángulo recto y con botón muy desarrollado. No tiene muelle ni aguja y su longitud to-
tal es de 5 cm.
11.ª Fíbula Navarro-Aquitana en la cual la varilla está decorada en sus extremos
con cinco discos biconvexos unos de hierro y otros de bronce.
210
Lámina XII.
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
hallada juntamente con la número 7 y fechada como ésta desde fines del siglo I al III.
4.ª Fíbula del tipo denominado de botones. Es de bronce y posee cinco botones.
Está datada estratigráficamente en el siglo III.
5.ª Fragmento que tal vez pudiera pertenecer a una fíbula de tipo zoomorfo.
6.ª Fíbula de bronce, de resorte, muy deteriorada. Datable en el siglo III.
7.ª Fíbula de charnela en bronce, incompleta, lleva sobre el arco una raya incisa y
el pie es triangular, decorado con líneas de puntos. Su datación va desde fines del siglo
I hasta el III.
8.ª Fíbula de gran tamaño en bronce de la que se conserva el pie y parte del arco.
El pie que termina en un botón, es de forma cuadrangular. El arco aunque muy dete-
riorado conserva una fina decoración incisa. Tiene una clara datación en el siglo IV.
CONCLUSIONES
Este tipo de fíbulas de las que existen cuatro ejemplares, han sido encontradas en
el poblado de Cortes de Navarra. Su último excavador el doctor Maluquer sitúa como
hallada en el nivel PIIa a la señalada con el n.° 1 (Lámina VIII) y las restantes, es decir
las n.º 2, 5 y 6 (Lámina VII) pertenecientes al nivel PIIb. Dichos niveles, según su
excavador tienen una cronología que va desde el 700 al 650 a. C. para el PIIa y 650 al
550 para el PIIb. Teniendo en cuenta que en el nivel PIIa solamente existe una fíbula
incompleta y que es en el PIIb donde realmente tiene su máximo desarrollo, podemos
señalar para esta fíbula unas fechas tope que van desde el 650 al 550 a. C.
212
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
La Atalaya y Oro han sido los dos yacimientos que han dado fíbulas de este tipo
hasta un total de 8 ejemplares bastante completos. De ellos, cuatro son de tamaño
grande y otros cuatro de tamaño pequeño. Solamente tenemos un ejemplar hallado en
Oro (n.º 2 lámina IV) que está completo y en este caso el muelle está formado por una
espiral de tres vueltas.
Para los dos ejemplares de Oro tenemos una cronología que va desde el 450 al 350
mientras que para La Atalaya, el Dr. Maluquer da unas fechas globales para la zona
excavada, que van desde el 450 al 250 a. C.
213
FIBULAS EN EL PAIS VASCO-NAVARRO
Este tipo de fíbula es el que más dispersión tiene dentro de nuestros límites, ya que
son seis los yacimientos en que han aparecido, hasta un total de siete fíbulas. De entre
todas ellas, la encontrada en la necrópolis de Gardélegui es la única que está completa y
además sus dimensiones y ejecución la diferencian por completo del resto. Estas, aparte
de pequeñas diferencias en cuanto al número de botones que las decoran y a la
distribución de los mismos, están todas dentro de la misma línea.
En cuanto a la cronología solamente tenemos una fecha concreta para la fíbula de
Pompaelo correspondiente al siglo III, ya que las de Andión y Liédena solamente
podemos decir que sus yacimientos van del siglo I y II al IV respectivamente.
Bibliografía
214
NOTAS BREVES
La cueva llamada de «Los Husos, I» es en realidad un gran abrigo bajo roca, si-
tuado al pie de la Sierra de Cantabria en terrenos, jurisdicción de Elvillar, provincia de
Alava.
Geológicamente el abrigo se ha formado por desprendimientos de una capa de
conglomerados oligocénícos subyacente a una gran capa de calizas que forma el estrato
superficial de la Sierra de Cantabria.
Una campaña arqueológica de reconocimiento del abrigo como yacimiento, se
realizó en Agosto del pasado año 1965 y tuvo por finalidad reconocer el lugar como
habitación humana.
Este yacimiento fue descubierto en 1964 juntamente con otro pequeño abrigo
situado en las proximidades, emplazados ambos en el paraje llamado «Los Husos» de
donde tomaron nombre las dos cuevas conociéndose la mayor con el nombre de «Los
Husos, I» acerca de la cual versa esta memoria.
La campaña del año 1966 ha tenido por finalidad realizar una trinchera explo-
ratoria en la que se pudieran descubrir los tipos de estratificación y la secuencia
arqueológica. En esta campaña participaron además del que suscribe, D. Jesús Altuna,
paleontólogo del Laboratorio de la Sociedad «Aranzadi» de Ciencias Naturales de San
Sebastián, quien se encargó del estudio paleontológico de los estratos, dos Profesores
del Seminario de Saturrarán (Guipúzcoa) y 15 estudiantes del Seminario de San Se-
bastián.
La trinchera exploratoria fue dispuesta en forma de cruz, en la zona central del
yacimiento, a fin de conocer la estratificación en los dos sentidos, transversal y
longitudinal del yacimiento. Ocupaba esta trinchera en total, 12 ms. cuadrados y alcanzó
una profundidad de 2,50 ms.
Esta excavación, puso de relieve tres estratos arqueológicos diferentes y bien
caracterizados, como son:
I. Estrato romano. Se trata de una capa de espesor variable entre 0,50
215
NOTAS BREVES
y 0,60 mts. de espesor. En realidad debió tener originalmente mayor espesor ya que
los naturales del contorno han utilizado sucesivas veces el guano de la cueva,
convertida largo tiempo en refugio de ganados, para el abono de las tierras de labrantío
circundantes. Este estrato está caracterizado por cerámica y ajuar romano definido y
tardío mezclado con claras supervivencias de un Bronce tardío de la región o Bronce de
tradición indígena.
II. Estrato del Bronce. Sucede sin solución de continuidad un fuerte estrato
atribuible claramente al período del Bronce, con ajuares de cerámica, de formas varia-
bles, ajuar de metal y botones a los que acompañan otros objetos atípicos en hueso y
piedra. Tiene un espesor de 1,50 mts. En su base se ha podido comprobar la existencia
de un gran hogar que de alguna manera ha determinado la inclinación de los potentes
estratos de cenizas. Es un momento de gran densidad de población y vida económica
muy activa.
III. Estrato sepulcral. Bajo el estrato del Bronce, aparece igualmente sin
solución de continuidad un estrato sepulcral. El hogar central, descrito en el estrato
anterior, se incrusta directamente en una gran zona de enterramientos humanos, que
han sido apartados y revueltos para colocar sobre ellos los primeros elementos de la
vida económica de una población que utilizó la cueva como lugar de habitación. El
estrato de sepulturas se extiende a todo lo largo y ancho de la trinchera exploratoria por
lo que parece que la cueva debió servir en época del Bronce Antiguo, para enterra-
mientos humanos y no para habitación, destino que fue cambiado posteriormente. La
densidad de inhumaciones es notable y en ella se aprecian rasgos ya conocidos en otras
cuevas sepulcrales alavesas como la de Gobaederra, esto es las inhumaciones se
confunden a veces con las incineraciones. El ajuar que acompaña a los enterramientos
es escaso tal vez debido a que la campaña solamente pudo alcanzar la base de este
estrato en no toda la extensión de la trinchera exploratoria. El ajuar es igualmente poco
típico y consiste en materiales de sílex y cerámicas conocidos en otras cuevas sepul-
crales de Alava. El interés de esta capa de inhumaciones es notable en tanto cuanto que
permite datarla por referencias a las anteriores y a las subsiguientes.
RESTOS ROMANOS
EN LAS PROXIMIDADES DE KUTZEMENDI
(Olárizu. Alava)
216
NOTAS BREVES
Armando Llanos.
Figura 1.
217
NOTAS BREVES
Armando Llanos.
La prensa local -La Gaceta del Norte- del día 8 de Marzo de 1967 dio la noticia
«del hallazgo de restos humanos y unas puntas de lanza» en las proximidades del pue-
blo de Guereñu.
En compañía de Domingo Fz. de Medrano y Jaime Fariña, nos personamos en el
lugar de los descubrimientos, con el fin de aclarar todo lo relativo a estos hallazgos.
Puestos en contacto con su descubridor Jesús Iñiguez de Heredia, fuimos informados de
que se trataba de un hallazgo casual al realizar unos trabajos de acondicionamiento en
unas fincas situadas al noreste del pueblo. Visitado el lugar, confirmamos que verda-
deramente se trataba de un hallazgo sin relación alguna, al parecer, con necrópolis,
poblado, etc.
Los materiales descubiertos -que por amabilidad de su descubridor fueron cedidos
al Museo Provincial de Arqueología- son:
-Una punta de lanza de 345 mm. de longitud, correspondiendo al tubo de en-
mangue 135 mm.
-Una punta de lanza de 376 mm. de longitud, siendo 90 mm. el tamaño del
tubo de enmangue.
En ambas la hoja es romboidal y el engarce al asta de tipo tubular conservando
restos de la madera.
-Un cuchillo, largo, de 540 mm. de longitud con hoja de un solo corte. El
enmangue se realizaba por medio de remaches en una espiga corta y ancha,
de tipo triangular.
-Un fragmento de herradura.
-Un fragmento de hebilla de cinturón (Figura 2). Es ésta la pieza más in-
teresante para poder fechar este conjunto. Aunque muy destrozada por la oxi-
dación, todavía nos permite ver que se trata de una hebilla de perfil liriforme,
posiblemente del grupo de las decoradas. Su posterior limpieza y restauración
nos permitirá ver si estamos en lo cierto.
-Fragmentos de restos óseos -posiblemente humanos- muy destrozados e incla-
sificables.
218
NOTAS BREVES
Armando Llanos.
Figura 2.
Hacha de Urarte
(1) PEDRO DE PALOL, Objetos visigodos de la cueva de los Goros - Hueto Arriba (Alava). «Bol.
Sancho el Sabio». Año I. Núms. 1 y 2. Tomo I. 1957.
219
NOTAS BREVES
Figura 3.
dencia a la acumulación entre los cristales consecutivos de piroxeno (zonas claras del
hacha).
3) Cristales pequeños diseminados de Ilmenita - Leucoxeno (hierro titanado).
Esta roca filoniana subvolcánica parece estar relacionada con antiguas chimeneas
volcánicas, siendo muy abundante como enclaves o islotes en las arcillas yesíferas del
Keuper (Triásico) que en nuestra cuenca Cantábrica afloran formando diapiros en Maes-
tu, Estella, Salinas de Añana, etc.
220
NOTAS BREVES
Prospecciones y hallazgos
221
NOTAS BREVES
también del hallazgo de restos humanos en las proximidades donde aparecieron estas
lápidas. (Armando Llanos «Posible necrópolis romana en Baños de Ebro». Estud. de
Arqueol. Alavesa, Tomo I. 1966.-También noticia del hallazgo en la Gaceta del Norte.
Edic. de Alava. 4-XII-66).
6) Necrópolis de incineración. En condiciones no muy concretas -las piezas
fueron adquiridas a un anticuario- aparecieron diversos objetos de metal, en un arenal
del pueblo de Gardelegui. Visitado el sitio del hallazgo se recogieron algunos datos
sobre el modo en que se habían efectuado estos. También se observó restos de uno de
los hoyos de incineración. Los materiales se hallan expuestos en el Museo Provincial de
Arqueología (Jaime Fariña «Una necrópolis de incineración en los arenales de Gardé-
legui». Estud. de Arqueología Alavesa. Tomo I. 1966. Noticias en «La Gaceta del Norte».
Edic. de Alava. 6-XII-66).
7) Taller de sílex al aire libre. Localizado por el P. D. José María, del convento
de los Hermanos de la Instrucción Cristiana en Nanclares de la Oca. Situado en la
ladera S. de la Sierra de Badaya y próximo al citado convento. Los pocos materiales
recogidos se hallan depositados en el Museo Provincial de Arqueología.
8) Prospecciones en la zona Melledes, Igay y Rivabellosa, con un resultado de
varios descubrimientos en diversos lugares, no definidos, donde se encuentra cerámica
de tipo preromano. (Exc. Manuel Iradier. «Investigaciones prehistóricas». «La Gaceta
del Norte». Edic. de Alava. 11-V-66).
Excavaciones
222
NOTAS BREVES
Hallazgo de un yacimiento con una estratigrafía que va desde lo Romana al Bronce, con
un fondo de cueva sepulcral.
4) Cueva de Arratiandi: En término del pueblo de Atauri. Prospeccionada por
D. Juan María Apellániz. Aunque conocido este yacimiento desde hace bastantes años,
solamente se tenía idea de que se trataba de una cueva sepulcral de la que existía una
cuenta globular. En esta prospección ha podido observarse un rito mixto de inhumación
e incineración. Se recogieron nuevas cuentas, globulares y de disco, así como algunos
fragmentos de cerámica. Materiales depositados en el Museo Provincial de Arqueo-
logía.
5) Castro de Oro. Valle de Zuya: Teicera campaña de excavaciones, subven-
cionada por la Obra Cultural de la Caja de Ahorros de la Ciudad de Vitoria, y dirigida
por J. M. Ugartechea, A. Llanos, J. Fariña y J. A. Agorreta. Continuación de las excava-
ciones en la zona de Escotilla a unos 200 m. del punto de anteriores campañas. Confir-
mación de los niveles establecidos con anterioridad y hallazgo de restos de dos hornos
de fundición. Materiales en el Museo Provincial de Arqueología.
Otras actividades
223
NOTAS BREVES
gicos. La planta baja alberga las piezas más pesadas -lápidas, estatuas, fustes, etc.-,
mientras que en la segunda planta se expone el resto de los materiales. La forma que ha
regido el montaje de esta planta, es una ordenación cronológica, por conjuntos de
yacimientos, convenientemente colocados en vitrinas. Se ha procurado -al proyectar la
instalación- respetar el ambiente conseguido en la restauración del edificio, combinando
la línea de construcción medieval, con un diseño y distribución de vitrinas y piezas,
dentro de una línea actual en los nuevos conceptos museísticos. Aparte de estas salas
dedicadas a la arqueología existe una planta en la que está instalado un museo de
armería, donde se recogen una colección de piezas -formada por D. Félix Alfaro
Fournier- ordenadas cronológicamente, siendo un exponente didáctico de la evolución
del arma a través de los tiempos.
5) Como complemento a la instalación del Museo Provincial de Arqueología,
se procedió a la edición de una breve guía general sumaria, cuya distribución se efec-
tuará gratuítamente a los visitantes.
Aparte de esta pequeña guía, se está ultimando la confección de la guía general,
en la misma línea y formato de la serie Guías de los Museos de España. Esta edición la
realiza el Consejo de Cultura de la Excma. Diputación Foral de Alava.
6) Durante este verano y debido al P. Juan Carlos Elorza se ha realizado un es-
tudio exhaustivo de epigrafía romana en Alava. Aparte del interés que supone la reco-
pilación de todo lo publicado hasta el presente, se han descubierto nuevas lápidas e
inscripciones desconocidas hasta ahora.
7) Cursillo de Arqueología: Durante los meses de Febrero y Marzo, tuvo lugar
en nuestra ciudad un cursillo de prehistoria general y alavesa, dado por D. Enrique
Vallespí, en los locales de la Institución Sancho el Sabio. Su duración fue de ocho días,
inscribiéndose alrededor de 30 cursillistas.
8) Aparte de todas estas actividades -siempre que se ha podido- se han evitado
y dado conocimiento de diversos hechos que hacían peligrar la conservación de ciertos
yacimientos arqueológicos, pudiendo citar entre otros:
-Se evita la instalación de una línea de construcción eléctrica, por el centro de las
ruinas del Oppidum de Iruña, cuyos postes ya se habían comenzado a asentar sobre la
muralla de estas ruinas.
-Denuncia de un robo de fustes de columnas -empotradas en las construcciones de
la muralla de las ruinas del Oppidum de Iruña- por personas incontroladas.
224
1.-Cueva de los Husos.-Situación del yacimiento.