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DIÓCESIS DEL CALLAO – SÍNTESIS DEL SEMINARIO DE LECTIO DIVINA


Qué es y cómo se hace la Lectio Divina
(Para “maestros” de la Palabra)

Lectura orante y eclesial de la Palabra de Dios (Lectio Divina)

Al finalizar el gran jubileo de 2000, Juan Pablo II, en NMI, ha llamado a la Iglesia a tomar conciencia de su tarea
evangelizadora en el nuevo milenio. La invita a poner su mirada en Cristo (C. II) y a caminar desde Él (C. III). La
primacía de la gracia debe impregnar los programas pastorales (38). En este contexto la centralidad de la palabra
de Dios es consecuencia lógica y vital:

“(…) Desde que el Concilio Vaticano II ha subrayado el papel preeminente de la palabra de Dios en la vida de la
Iglesia, ciertamente se ha avanzado mucho en la asidua escucha y en la lectura atenta de la Sagrada Escritura.
Ella ha recibido el honor que le corresponde en la oración pública de la Iglesia. Tanto las personas
individualmente como las comunidades recurren ya en gran número a la Escritura, y entre los laicos mismos son
muchos quienes se dedican a ella con la valiosa ayuda de estudios teológicos y bíblicos. Precisamente con esta
atención a la palabra de Dios se está revitalizando principalmente la tarea de la evangelización y la catequesis.”
(NMI 39)

El Papa resalta también los desafíos:

“(…) Hace falta, queridos hermanos y hermanas, consolidar y profundizar esta orientación , incluso a través de la
difusión de la Biblia en las familias. Es necesario, en particular, que la escucha de la Palabra se convierta en un
encuentro vital, en la antigua y siempre válida tradición de la lectio divina, que permite encontrar en el texto
bíblico la palabra viva que interpela, orienta y modela la existencia.” (Idem)

La consecuencia del encuentro vivo con la Palabra es el anuncio de Jesucristo. La mujer samaritana, después de
su encuentro con Jesús, corre al encuentro de los suyos llamándolos para que vengan a ver aquel le ha dicho la
verdad (Jn 4, 29). Ellos, al encontrarse con Jesús, dirán que creen en él porque al oírlo han descubierto que es el
salvador (Jn 4, 42).

Quién se ha encontrado con el Salvador ya no puede estar quieto y hace suyas la palabra de Pablo “¡ay de mí si
no predicara el Evangelio!” (1 Co 9,16).

La lectura de la Palabra es “en” y “con” la Iglesia

La Iglesia desde sus inicios ha bebido de la Palabra, y movida por el Espíritu, la ha consignado por escrito para
vida de la misma comunidad. Es el Espíritu del Señor quien le ha enseñado y conducido al encuentro con Cristo
en la Escritura, que es Palabra escrita de Dios para nosotros.

Hoy, animados por el mismo Espíritu, somos conducidos al manantial del agua viva que es esta Palabra. La
Iglesia del tercer milenio ha redescubierto gozosa la veterana tradición de la Lectio Divina “para encontrar en el
texto bíblico la palabra viva que interpela, orienta y modela la existencia”

¿Qué es la Lectio Divina?

Nos remontamos a Guigo II, monje cartujo (S XII). El nos ha legado la sistematización de la lectura de la Palabra
hecha en los monasterios de la edad media. Mientras en las aulas académicas se discutía la teología, los monjes
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hacían de la Biblia el libro de oración con un sencillo método: lectio, meditatio, oratio contemplatio. Esa es la base
que hasta hoy se mantiene para orar la Palabra.
En el tiempo este esquema ha experimentado modificaciones, pero sigue manteniéndose como base en la
mayoría de los métodos de lectura bíblica

¿Cómo se hace la Lectio Divina?

El método es muy sencillo. Se propone el siguiente esquema:

Sagrada Escritura es…

Palabra de Dios por inspiración del Espíritu Santo confiada a la Iglesia para
Escrita la salvación

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Leer Meditar Orar Actuar

¿Qué dice el texto ¿Qué nos dice ¿Qué le decimos ¿A qué conversión y
bíblico? el Señor al Señor motivados acciones nos invita
por medio de su Palabra? por su Palabra? el Señor?

Comprender Actualizar Orar Practicar


la Palabra… la Palabra… la Palabra… la Palabra…

para descubrir lo que Dios para interpelar la vida, para dialogar con Dios y para conducir la vida
nos enseña mediante el conocer su sentido, celebrar nuestra fe en (actuar), según los
autor inspirado mejorar nuestra misión y familia o comunidad criterios de Dios
fortalecer la esperanza (conversión)

En este esquema se aprecia la coherencia y la sencillez del método propuesto para que la Lectio Divina sea
hecha por cualquier persona y en comunidad.

Actitudes para la Lectio Divina

 Escucha: Cuando Moisés vio la zarza ardiendo y sin consumirse, se acercó a ella con respeto y atención
más que curiosidad (Ex 3, 1-6). Esto le valió escuchar la voz de Dios que salió de ella. La Palabra de
Dios es para nosotros un misterio fascinante al que muchas veces nos acercamos descuidadamente. Es
terreno sagrado en el que debemos entrar descalzos de todo aquello que nos impide oírla con reverencia
y respeto. La Palabra nos exige la gratuidad y la disposición de escucha.

 Compromiso: La lectura orante de la Palabra exige una opción por vivirla cotidianamente. Tal vez la
mayor dificultad para la orar la Palabra es la incoherencia de nuestras vidas. La falta de armonía entre lo
que leemos, oramos y vivimos. No podemos olvidar que el discipulado es un camino constante.
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 Perseverancia: La lectura de la Palabra supone dedicación y tiempo. El Señor tiene una pedagogía con
cada uno de nosotros y eso requiere entrar en su tiempo. Dos cosas prácticas necesarias: tiempo fijo
para la lectura y, en lo posible, la misma hora cada vez. Por ejemplo media hora diaria en la mañana o en
otro momento que acomode, pero siempre el mismo. Lo peor es dejar la lectura para cuando haya tiempo
porque nunca se le encuentra

Puede parecer un método mecánico y frío. No se trata de ir pasando de una etapa a la otra como quien cumple
una tarea. El paso de un momento al otro es tan vivo e imperceptible como el paso de la noche al día o el paso de
las estaciones. La lectio Divina es un modo de lectura de Palabra dinámico y muy rico en frutos y bendiciones.

Con qué espíritu se hace la Lectio Divina

Por último, es muy importante iniciar la lectura de la Palabra, ya sea en comunidad o personalmente, implorando
la asistencia del Espíritu Santo. La Palabra, nos enseña la Iglesia, ha de ser leída con el mismo Espíritu con que
fue escrita. (Dei Verbum 12). El Espíritu, que viene en auxilio de nuestra debilidad y nos enseña a orar como
conviene (Rom 8, 26) conduce que la Biblia sea Palabra de vida para la Iglesia y para el creyente.

Nos hacemos eco de las palabras de Juan Pablo II cuando llama ha escucha de la Palabra se convierta en un
encuentro vital con Dios mismo.

La relación interna entre los cuatro momentos de la Lectio divina

Guigo le escribe una carta a su hermano donde le indica:

La lectura La meditación La oración La contemplación

Investiga la dulzura de la La encuentra La pide La saborea


vida bienaventurada

Sirve a la boca un manjar Lo mastica y lo tritura Le saca el sabor Es la dulzura misma que
sólido alegra y conforta

Está en la corteza Está en la enjundia Es súplica del deseo En el deleite de la dulzura


alcanzada
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Las relaciones entre los cuatro pasos de la Lectio Divina

La lectura La meditación La oración La contemplación

Sin la meditación es árida Sin la lectura es errónea Sin la meditación es tibia La obtención de la
contemplación sin la
oración resulta rara o
milagrosa
Sin la oración es Con la devoción sirve
infructuosa para alcanzar la
contemplación

LECTIO DIVINA EN APARECIDA

Ejercicio de lectura orante de la Sagrada Escritura

CONDUCE A:

El encuentro con El conocimiento del la comunión con El testimonio de


Jesús-Maestro misterio de Jesús- Jesús-Hijo de Dios Jesús-Señor del
Mesías universo

CUATRO MOMENTOS

lectura meditación oración contemplación


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FAVORECE EL ENCUENTRO PERSONAL CON JESUCRISTO

Nicodemo y su ansia la Samaritana y su el ciego de nacimiento Zaqueo y sus ganas


de vida eterna (cf. Jn anhelo de culto y su deseo de luz de ser diferente (cf. Lc
3, 1-21) verdadero (cf. Jn 4, 1- interior (cf. Jn 9) 19, 1-10)
42)

TODOS ELLOS, GRACIAS A ESTE ENCUENTRO:

fueron recreados se abrieron a la abrieron su camino de


iluminados experiencia de la corazón no a algo crecimiento en “la
misericordia del Padre del Mesías, sino madurez conforme
que se ofrece por su al mismo Mesías a su plenitud” (Ef 4,
Palabra de verdad y vida 13)

PROCESO:

de discipulado de compromiso con la


sociedad
de comunión con los hermanos
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Pautas para mejor comprender, realizar y practicar la Lectio divina

Lectio: es leer y releer despacio el texto bíblico, descubriendo qué dice el texto, tratando de imprimir en el corazón
lo que el texto nos dice. Es Dios quien, con su palabra encarnada, nos habla e interpela.

1. Tomamos un fragmento 2. Leemos el texto atenta- 3. Obtenemos un conoci- 4. Nos ayudamos de los
de la Escritura: de mente, sin prisa. Como si miento sorprendente por comentarios que trae la
preferencia una de las lo leyéramos por primera la multiplicidad de misma biblia, de apoyos
lecturas de la liturgia vez. aspectos nuevos que se exegéticos, algún diccio-
domingo. pueden detectar. nario bíblico, comentarios
espirituales, etc.
Descubrimos los recursos
Descubrimos que nuestra literarios, las acciones, los Descubrimos la fuerza Descubrimos adecuada-
Lectio desemboca en la verbos, los sujetos, los iluminadora que posee la mente, en profundidad y
cumbre de la fe de la personajes, el ambiente lectura reflexiva de la en extensión, lo que el
Iglesia: la Eucaristía. descrito, su mensaje. Palabra leída lentamente. texto dice.

Meditación: dejarse seducir por la Palabra, seguir sus hondos impulsos, lo que me dice el texto. Es Dios mismo
quien nos atrae y habla al corazón. Nos quedamos con algún verso o frase.

1. Permitimos que lo leído 2. Comemos y asimilamos 3. Usamos el método de 4. Repetimos la vivencia


baje hasta el corazón y ese alimento porque es María la madre de la del profeta Ezequiel
encuentre en él un centro Palabra viva que da vida y Palabra, que “guardaba “aliméntate y sáciate de
de acogida. nutre la fe. todas estas cosas y las este rollo que yo te doy.
meditaba en su corazón” Lo comí y fue en mi boca
Lc 2,19. dulce como la miel” (3,3).
Damos a la Palabra un No la meditamos
lugar donde pueda fríamente con el cerebro,
resonar con todas sus sino que permitimos que Se trata de “rumiar”, de Descubrimos lo que el
vibraciones posibles. descienda a la hondura hacer posible que la texto nos dice a nosotros
Damos calor a la Palabra. de nuestro espíritu. Palabra vaya calando hoy “tienes que profetizar
dentro, hasta quedar del otra vez” (Ap 10,11).
todo hecha carne propia. Tenemos una misión.

Oración: que me dice Dios a partir del texto y que digo yo a Dios. Habla, Señor, que tu siervo escucha.

1. Hablamos ahora a 2. Orar es permitir que la 3. Dejamos hablar a Dios, 4. Nos quedamos en
Dios. La oración es la Palabra, acogida en el nuestro Padre. Entramos contemplación gozosa
respuesta a las sugeren- corazón, se exprese con en una relación de fe y de ante su presencia buena,
cias e inspiraciones, al los sentimientos que ella amor con el Dios de la ante el misterio del Dios
mensaje que Dios nos ha misma suscita: acción de verdad y de la vida, que Trinidad.
dirigido en su Palabra. gracias, alabanza, adora- en Cristo se nos ha
ción, súplica, arrepentí- revelado.
miento, etc. Descubrimos que el
Oramos con sinceridad, designio de su voluntad
con confianza, sin ser Nos dejamos mirar por es que todos los hombres
charlatanes espirituales. Dejamos que el corazón Dios. Miramos que él nos se salven. Lo recono-
hable directamente a Dios mira. cemos y confesamos
con palabras sencillas, o como “Padre Nuestro”
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con un silencio lleno de saboreando la ternura


amor. infinita de su amor.
Acción: a qué conversión y acciones nos invita el señor. Hágase en mí según tu palabra.

1. Todo encuentro con el 2. La Palabra posee luz 3. El fruto esencial de la 4. Nuestro compromiso
Señor de la vida, presente para iluminar nuestra vida Palabra es la caridad. apostólico se enraiza en
en su Palabra, culmina en y fuerza para ser llevada una fe alimentada por la
la misión. a la práctica. Palabra.
La caridad que nos urge y
empuja a la evangeli-
Hay que cumplir la Debemos terminar zación universal, al Nuestra respuesta de
Palabra, para no ser pronunciando las palabras cuidado solícito de vida, nuestra conversión y
condenado por ella. Ella de la entrega misionera nuestros hermanos más ardor misionero nacerán
no queda infecunda en la del profeta ante el Señor, pobres y necesitados. de la fuerza íntima de la
intimidad del hombre. que solicita nuestra Palabra y se convertirá en
colaboración: “Aquí estoy, luz poderosa, en docilidad
envíame” (Is 6,8). a la voluntad de Dios.

Recursos que ayudan a la Lectio divina:

Para alimentarnos de la Palabra mediante la Lectio divina podemos ayudarnos con varios signos:

Palabras, frases o acontecimientos que MARCO con lápiz

 Con el Signo de interrogación (?) cuando no entiendo.


Para Leer
y el subrayado (ej.: salvar) cuando considero que se trata del mensaje
central del texto.


Para Meditar Con el Signo de exclamación (!) cuando interpelan intenciones y acciones


Para Orar Con el asterisco (*) cuando me ayudan a orar.


Para Actuar Palabra al margen del texto escribo una palabra (ej. “diálogo”) que me
indique el camino a seguir.

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