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SINDROMES DEL LOBULO FRONTAL

Juliana Perez Pava


Leidy Tatiana Castañeda Lombo
Laura Daniela Montoya Quiroga
Yesli Paola lara

Universidad Antonio Nariño

Facultad de Ciencias Humanas

Programa de Psicología

III Semestre

Ibagué- Tolima

2019
CUANDO SE HUMANIZA EL MONSTRO

Cada vez que vemos un estreno de una película de terror, la emoción y la motivación se nos

activa, al encontrar algo que nos llene de momento de verlo, sentir esas sensaciones de euforia y

suspenso. Nos gusta pasar miedo, que nos asusten y nos enfrenten a la experiencia de la muerte,

pero no en la vida real, sino sentados cómodamente en nuestro sillón de nuestro hogar, o sala de

cine. Zambullirnos en historias donde nos amenazan monstruos, alienígenas, fantasmas o incluso

al propio demonio que se introduce en nuestra casa, hasta en nuestra.

Sin embargo, ¿qué ocurre cuando el monstruo se humaniza? Pero no como un ser ajeno y

lejano que se acerque a la tipología del monstruo sino como una persona de apariencia normal.

Desde un punto de vista psicológico y contextualizando la película el silencio de los inocentes

con el capítulo de funciones ejecutivas se puede evidenciar como se encuentran comprometidas

las funciones ejecutivas en cuanto se habla de asesinos.

El personaje de Hannibal Lecter. Un asesino de extremada inteligencia, aparente normalidad

y una rotunda elegancia en contraposición a un psicópata más clásico, personaje más al momento

de realizar un análisis psicológico clínico podemos encontrar:

SINTOMATOLOGÍA:

El personaje de Hannibal Lecter presenta los siguientes síntomas:

a) Encanto superficial e inteligencia: El personaje se muestra constantemente educado y

amable, reflejando un nivel cultural elevado, lo cual complementa con una gran inteligencia

compuesta tanto por sabiduría como por agilidad mental. Ejemplo: Tan sólo leyendo los
expedientes de un caso, tiene la capacidad de deducir tantos detalles como para resolverlo (El

silencio de los corderos, 1991).

b) Tendencia a la seducción: Hannibal se muestra seductor en numerosos momentos con

Clarice Starling, de forma fría y manipulativa. Ejemplo: Le entrega el expediente de un caso

importante para Clarice, tras haberla hecho creer que no la iba a ayudar, y mientras se lo da,

realiza un gesto sutilmente seductor al rozar sus dedos (El silencio de los corderos, 1991). En

otra ocasión, se despide de Clarice para huir de la policía con un beso en un momento totalmente

frio (Hannibal, 2001).

c) Indigno de confianza: Nadie puede fiarse de este personaje en la película, ya que aunque

realice alguna buena conducta, posteriormente pedirá algo a cambio. Solamente Clarice puede

fiarse de Hannibal debido al vínculo establecido, que de todas formas no es un vínculo estable.

Ejemplo: Juego de Hannibal del “Quid pro quo”, en el que él acepta ayudar a Clarice a cambio

de poder psicoanalizarla y poder entrar en sus miedos más íntimos (El silencio de los corderos,

1991).

d) Mentira y manipulación: A Hannibal le resulta muy fácil guiar a las personas por el

camino que él desea, proporcionando continuamente refuerzos positivos intermitentes, mientras

los alterna con actos de crueldad y degradación de forma manipulativa. Ejemplo: Expresiones

como “muy bien Clarice, continúa”, cuando Hannibal ayuda a Clarice a resolver el caso (El

silencio de los corderos, 1991).


e) Falta de sentimientos de culpa: Hannibal realiza delitos graves y jamás se siente culpable

por haberle quitado la vida a alguien, incluso disfruta mientras lo hace o incluso imaginándoselo.

Ejemplo: Escena en la que Hannibal consigue escaparse de prisión matando a los guardias

mediante el canibalismo, mientras disfruta tranquilamente de la música clásica que ha

conseguido que le pongan en prisión (El silencio de los corderos, 1991).

f) Conductas antisociales: canibalismo y asesinato.

g) Egocentrismo, prepotencia y grandioso sentido de autovalía: considera más importante

que él cene bien una noche a la vida entera de una persona (Hannibal, 2001).

h) Incapacidad para amar y pobreza en las emociones: A Hannibal no le interesan los

sentimientos de las demás personas, no le produce ningún dolor ver a alguien sufrir, de hecho

todo lo contrario. Si llega a mostrar interés por los sentimientos de alguien, esto se debe a que

pretende utilizar esa información para una futura manipulación.

i) Crueldad y falta de empatía: Constantemente se demuestra en la vida de este personaje

con su relación con otras personas.

j) Agresividad: Conducta agresiva cuando no está de acuerdo con algo.

k) Incumplimiento de las normas sociales respecto a los comportamientos legales: Donde

más se refleja este rasgo es en los asesinatos que ha cometido.

l) Exposición a situación traumática(infancia): Hannibal con ocho años de edad, vive en

Lituania en plena Segunda Guerra Mundial, y se traslada con su hermana pequeña Mischa y sus

padres a una cabaña en los bosques para escapar de las tropas alemanas. Tras un tiempo,
destruyen un tanque soviético que se había detenido en la cabaña de la familia de Lecter, y con la

explosión mueren sus padres. Los niños sobreviven como pueden, hasta que seis soldados

lituanos, excolaboradores de los Nazis les saquean. Como no encontraron comida en la cabaña,

matan a su hermana y se la comen, y a él le golpean. Este hecho resulta tremendamente

traumático para Hannibal, ya que estaba muy unido a su hermana y la protegía. Posteriormente

fue rescatado (Hannibal: El origen del mal, 2007).

UNA POSIBLE IMPRESIÓN DIAGNÓSTICA:

En cuanto al diagnóstico de Hannibal Lecter, se trata de una persona con Trastorno Antisocial

de la personalidad, 301.7 (F60.2), cuya conducta antisocial más recurrente es el canibalismo.

Tiene una estructura y mecanismos de defensa narcisistas, 301.7 (F60.2).

El diagnóstico multiaxial según el DSM – 5 sería el siguiente:

• Eje I: 309.9 (F43.9) Trastorno relacionado con traumas y factores de estrés no especificado.

• Eje II: 301.7 (F60.2) Trastorno de la personalidad antisocial.

• Eje III: No especificado.

• Eje IV: Muerte traumática de su hermana en su infancia y canibalismo en la actualidad.

• Eje V: 1.

 Trastorno relacionado con traumas y factores de estrés no especificado porque al identificar

el trauma infantil de Hannibal, se puede observar que sus conductas antisociales en la edad

adulta están relacionadas con aquel suceso de su infancia, ya que repite el patrón que vivió, es
decir: matan a su hermana y se la comen delante de él, y él cuando crece también mata y se come

a otras personas según su conveniencia. El hecho de que Hannibal utilice el canibalismo al igual

que los agresores en su infancia lleva a pensar que posiblemente el trauma no está superado y

que cada vez que Hannibal ejecuta el canibalismo y se come a una persona es como si volviera a

aquel momento y los roles cambiaran siendo él el fuerte, y los agresores los débiles. De alguna

forma, las personas a las que mata Hannibal representan a aquellos soldados que tanto malestar

le causaron. Hannibal no pudo defenderse en ese momento porque era un niño pero ahora siendo

adulto, se siente fuerte y lo tiene que demostrar. Este deseo de dominancia se puede relacionar

también con sus defensas narcisistas.

Según el DSM – 5, el Trastorno relacionado con traumas y factores de estrés no especificado,

se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas característicos de un trastorno

relacionado con traumas y factores de estrés que causan malestar clínicamente significativos o

deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento pero que no cumplen

todos los criterios de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos

relacionado con traumas y factores de estrés. La categoría del trastorno relacionado con traumas

y factores de estrés no especificado se utiliza también en situaciones en las que el clínico opta

por no especificar el motivo de incumplimiento de los criterios de un trastorno relacionado con

traumas y factores de estrés específico, e incluye además, presentaciones en las que no existe

suficiente información para hacer un diagnóstico más específico.

Por otra parte, el hecho de desarrollar un comportamiento antisocial podría comprenderse

como una forma de autoprotección tras el suceso traumático o como un medio para ser

independiente de los demás y evitar las relaciones íntimas. Además, esta actitud permitió a
Hannibal, antes de que le arrestaran, a adaptarse e incluso alcanzar el éxito (ya que es un

psiquiatra muy prestigioso), moviéndose en un sector social en el que un estilo de relación

interpersonal caracterizado por la búsqueda de poder, la irresponsabilidad y la supremacía de sí

mismos le facilita el acceso al éxito (Rodríguez, 2015).

Según el DSM – 5, para diagnosticar a una persona de Trastorno de la personalidad antisocial,

301.7 (F60.2), se deben cumplir los siguientes criterios:

A. Patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás, que se

produce desde los 15 años de edad, y que se manifiesta por tres (o más) de los hechos

siguientes:

1. Incumplimiento de las normas sociales respecto a los comportamientos legales, que se

manifiesta por actuaciones repetidas que son motivo de detención.

En el caso de Hannibal, para afirmar que cumple este criterio, se puede recurrir directamente a

los numerosos casos de canibalismo que ha cometido y que le han llevado a prisión.

2. Engaño, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización de alias o estafa para

provecho o placer personal.

Hannibal consigue estar en una prisión “de lujo”, con música clásica, material suficiente para

realizar sus dibujos, con comida de alta calidad e incluso consigue que los guardias le traten con

respeto y sumisión. Todo esto, gracias a sus dotes de manipulación a la hora de ayudar al FBI a

resolver casos.
3. Impulsividad o fracaso para planear con antelación.

Este criterio no se cumple con el personaje de Hannibal, de hecho, todo lo contrario ya que es

una persona con una capacidad muy buena de planificación.

4. Irritabilidad y agresividad, que se manifiesta por peleas o agresiones físicas repetidas.

Este criterio es muy característico en nuestro personaje, ya que actúa de esta manera con la

mayoría de las personas menos cuando necesita algo a cambio o simplemente no llamar la

atención y adaptarse al medio.

5. Desatención imprudente de la seguridad propia o de los demás.

Este criterio no se identifica en nuestro personaje porque parece tenerlo todo controlado y

cuidarse bastante bien, lo cual tendría más que ver con una característica narcisista teniendo en

cuenta los factores de la personalidad de Hannibal.

6. Irresponsabilidad constante, que se manifiesta por la incapacidad repetida de mantener

un comportamiento laborar coherente o cumplir con las obligaciones económicas.

No tenemos datos suficientes para ahondar en este tipo de ámbitos, pero si se sabe que

Hannibal trabajaba por cuenta propia y que con alguno pacientes no tenía la relación formal que

debería tener si no que iba más allá con alguno de ellos, lo cual es una actitud que se puede

considerar irresponsable en nuestro personaje.

7. Ausencia de remordimiento, que se manifiesta con indiferencia o racionalización del

hecho de haber herido, maltratado o robado a alguien.


Este criterio se puede observar muy fácilmente en Hannibal, ya que en numerosas escenas el

personaje disfruta matando, y no se muestra culpable. En ocasiones mata por simple gusto y

otras veces mata por alguna razón que para él es justificable dentro de un razonamiento

narcisista.

En conclusión, basándonos en el apartado A de los criterios de diagnóstico del DSM – 5 para

el Trastorno de la personalidad antisocial, 301.7 (F60.2), Hannibal cumple con cinco de los

hechos descritos en las líneas anteriores, por lo que al ser más de tres hechos, consideramos que

el apartado A lo cumple.

B. El individuo tiene como mínimo 18 años.

Efectivamente, Hannibal ya es un hombre adulto.

C. Existen evidencias de la presencia de un trastorno de la conducta con inicio antes de

los 15 años.

En la película de “Hannibal: el origen del mal” se muestra que empieza muy joven con este

tipo de actos.

D. El comportamiento antisocial no se produce exclusivamente en el curso de la

esquizofrenia o de un trastorno bipolar.

Hannibal no muestra tener ningún síntoma para considerar que tenga alguno de esos dos

trastornos.
Encuanto a los daños a nivel cerebral se han realizado varios estudios en donde se han

encontrado:

1. Daño cerebral. Todos los psicópatas estudiados tenían daños en la corteza orbitofrontal

(encima de los ojos) y en la parte interior de la corteza temporal.

2. Sexo masculino. La clave está en el gen MAOA, también llamado 'gen de la violencia'. La

presencia de este gen es común en los asesinos psicopáticos. Este gen está ligado al sexo, porque

se encuentra en el cromosoma X. El cromosoma X en niños procede solo de la madre, mientras

que en niñas procede de la madre y el padre. Fallon cree que es el motivo por el que la mayoría

de los psicópatas asesinos son hombres.

3. Serotonina. La serotonina es una sustancia neurotransmisora cuya tarea es 'calmar' al

cerebro, es decir, controlar la ira. Según Fallon, los individuos que tienen el gen MAOA durante

la gestación son sobrexpuestos a la serotonina y ello provoca que en la vida posterior sean

inmunes a ella, por lo que no pueden controlar la ira.

4. Testigo de la violencia. Para Fallon, el factor fundamental en los asesinos en serie es la

exposición a la violencia desde una edad temprana. Un individuo puede tener los tres primeros

factores y no ser asesino en serie, pero presenciar un hecho violento o estar relacionado con él

puede ser el hecho que los active y convierta al individuo en un homicida en serie. El

investigador cree que en esos casos, la exposición a la violencia ha tenido lugar antes de la

pubertad. Por eso, Fallon pone el acento en las zonas de guerra, donde los niños han sido testigos

de la muerte y la violencia desde edades tempranas, además de que las personas violentas tienden

a sobrevivir más en estos ambientes, por lo que sus genes acaban prevaleciendo.
ANATOMIA

La corteza prefrontal es una región del cerebro que constituye, aproximadamente, el 30% de

la corteza cerebral. Esta estructura se localiza en la región frontal del cerebro, es decir, en la zona

que se ubica en la frente, y constituye la parte anterior de los lóbulos frontales del cerebro.

De forma más concreta, la corteza prefrontal se halla justo por delante de otras dos áreas

importantes del lóbulo frontal: la corteza motora y la corteza pre-motora. En la actualidad existen

tres formas principales de definir la corteza prefrontal. son:

1. Como la corteza frontal granular.

2. Como la zona de proyección del núcleo medio-dorsal del tálamo.

3. Como la parte de la corteza frontal cuya estimulación eléctrica no provoca movimientos.

La corteza prefrontal se puede distinguir de otras áreas del lóbulo frontal a través de su

composición celular, su inervación dopaminérgica y sus aferencia talámicas. De este modo,

constituye hoy en día una región bien establecida y delimitada.

Lóbulo frontal

Según la mayoría de autores, como por ejemplo Miller y Cohen, la corteza prefrontal es la

región que está más elaborada en primates, animales conocidos por su repertorio comportamental

diverso y flexible.

Así pues, la corteza prefrontal constituye un conjunto de áreas neocorticales que envía y

recibe proyecciones desde prácticamente todos los sistemas corticales sensoriales, motores y
muchas estructuras sub-corticales, y resulta una región básica para el desarrollo del

comportamiento y la personalidad.

En este sentido, Miller y Cohen determinaron que la corteza prefrontal no resulta una

estructura crítica para la realización de comportamientos simples o automáticos, los cuales no se

generalizan a nuevas situaciones.

Por lo contrario, la corteza prefrontal resulta importante en esas actividades que requieren un

procesamiento de arriba-abajo, es decir, cuando el comportamiento debe ser guiado por estados

internos o cuando es necesario utilizar elementos sociales y ambientales que determinen la

conducta.

Anatomía

La corteza prefrontal ha sido definida a través de su citoarquitectura por la presencia de una

capa granular que corresponde a la cuarta capa de la corteza cerebral.

En la actualidad, no está del todo claro quién fue el primero en utilizar este criterio de

distinción de la corteza prefrontal. Muchos de los investigadores pioneros en la citoarquitectura

cerebral restringieron el termino prefrontal a una región mucho más pequeña.

No obstante, en 1935, Carlyle Jacobsen empleó el término de corteza prefrontal para

diferenciar las áreas prefrontales granulares de las áreas no granulares motora y pre-motora del

lóbulo frontal.
En la terminología de las áreas de Brodmann, la corteza prefrontal incluye las áreas 8, 9, 10,

11, 44, 45, 46 y 47, por lo que resulta una región muy amplia con una gran cantidad de

estructuras en su interior.

Áreas de Brodmann

Por otro lado, la corteza prefrontal destaca por ser una zona de proyección de los núcleos del

tálamo, según apunta el trabajo de Rose y Woolsey. Esto autores demostraron que en animales

no primates (que no tienen corteza prefrontal), estas estructuras se proyectan hacia regiones

diferentes. Concretamente, hacia las zonas anterior y ventral.

Así mismo, en la actualidad existen estudios que han mostrado que las proyecciones del

núcleo mediodorsal del tálamo no están restringidas a la corteza prefrontal en los primates, sino

que podrían viajar también hacia otras estructuras cerebrales.

Finalmente, hoy en día la corteza prefrontal también se conoce como aquella área de la

corteza frontal cuya estimulación eléctrica no provoca movimientos observables. No obstante,

esta definición causa una cierta controversia ya que la ausencia de movimientos observables tras

estimulación eléctrica también se puede observar en regiones no granulares de la corteza.

Funciones

La corteza prefrontal es una estructura que se encuentra fuertemente interconectada con gran

parte del cerebro. En su interior se pueden visualizar abundantes conexiones con otras regiones

tanto corticales como sub-corticales.


La corteza prefrontal dorsal está especialmente interconectada con regiones cerebrales

implicadas en procesos como la atención, la cognición y la acción. En cambio, la corteza

prefrontal ventral se interconecta con estructuras cerebrales relacionadas e implicadas con los

procesos de emoción.

Finalmente, cabe tener en cuenta que la corteza prefrontal recibe información de los sistemas

de arousal del tronco del encéfalo, y su función es particularmente dependiente de su ambiente

neuroquímico.

Tronco del encéfalo

De forma más general, en la actualidad existe un elevado consenso científico en establecer

que la corteza prefrontal es una región del cerebro que está principalmente involucrada en la

planificación de comportamientos cognitivamente complejos.

Este tipo de funciones implica la realización de actividades como la expresión de la

personalidad, el desarrollo de procesos de toma de decisiones o la adecuación del

comportamiento a las situaciones sociales que se dan en cada momento.

Así pues, la corteza prefrontal resulta una región fundamental para coordinar los

pensamientos y las acciones de acuerdo con las metas internas y los conocimientos adquiridas.

Para determinar la funcionalidad de la corteza prefrontal se ha desarrollado el término médico

de función ejecutiva. Este tipo de función hace referencia a la capacidad de establecer

distinciones entre pensamientos conflictivos, realizar juicios morales, predecir consecuencias,

etc.
Actividad de la corteza prefrontal

En la actualidad, existen muchas teorías que tratan de definir cómo se produce el

funcionamiento de la corteza prefrontal mediante las funciones ejecutivas.

En este sentido, la corteza prefrontal resulta una región funcionalmente muy difícil de analizar

y estudiar, ya que presenta múltiples conexiones con prácticamente todas las estructuras del

cerebro.

No obstante, más allá del mecanismo que puede presentar, en la actualidad sí que está bien

descrito el tipo de actividades que lleva a cabo. La actividad de la corteza prefrontal recae en lo

que se conoce como funciones ejecutivas y se caracteriza por realizar las siguientes acciones:

1. Desarrollo de capacidades para formular metas y diseño de planes.

2. Desarrollo de facultades implicadas en la planificación de los procesos y las estrategias

destinadas a lograr objetivos.

3. Ejecución de habilidades implicadas en la ejecución de los planes.

4. Reconocimiento del logro adquirido a través de la conducta y de la necesidad de alterar la

actividad, detenerla y generar nuevos planes de acción.

5. Inhibición de respuestas inadecuadas.

6. Proceso de selección de conductas y su organización en el espacio y en el tiempo.

7. Desarrollo de flexibilidad cognitiva en la monitorización de estrategias.

8. Supervisión de las conductas en función de estados motivacionales y afectivos.


9. Supervisión de las conductas en función de las particularidades del contexto en cada

momento.

10. Toma de decisiones.

Corteza prefrontal y funciones ejecutivas

A través de los estudios iniciales de Fuster y Goldman-Rakic, se elaboró el término de

funciones ejecutivas para dar nombre a la capacidad y a la actividad que desarrolla la corteza

prefrontal.

La función ejecutiva hace referencia pues a la capacidad para representar la información que

no se encuentra presente en el medio ambiente en un momento dado, así como a la creación de

un «bloc de notas mental».

Así pues, bajo el concepto de función ejecutiva de la corteza prefrontal se engloba la

elaboración de respuestas cognitivas frente a problemas complejos o difíciles de solucionar.

Los estudios actuales apuntan a que en la corteza prefrontal se representan experiencias

pasadas para aplicarlas al presente y, de esta forma, guiar la toma de decisiones.

De forma general, a través de esta función, el córtex prefrontal sería la estructura cerebral que

daría a las personas la capacidad de razonamiento y la habilidad para utilizar el conocimiento y

la experiencia pasada para modular el comportamiento.

De forma más concreta, los trabajos de Goldman-Rakin describen este tipo de funciones como

el modo en que el conocimiento representacional puede ser utilizado para guiar de forma

inteligente los pensamientos, las acciones y las emociones.


Las funciones ejecutivas sería un proceso que daría lugar a la capacidad de inhibir

pensamientos, conductas y sensaciones que se considera inapropiadas.

Teorías de las funciones ejecutivas

En la actualidad, existen muchas teorías diversas que tratan de explicar el funcionamiento

concreto de esta actividad desempañada por la corteza prefrontal. Una de ellas postula que

la memoria de trabajo resultaría una parte fundamental del proceso de atención e inhibición

comportamental.

Concretamente, la memoria de trabajo permite retener la información nueva captada y

mantenerla durante unos pocos segundos en la mente de la persona. La adaptación de dicha

información con el conocimiento previo podría ser el proceso que diera lugar a las funciones

ejecutivas y determinara la actividad de la corteza prefrontal.

Por otro lado, Shimamura propuso la teoría del filtrado dinámico para describir el papel de la

corteza prefrontal en las funciones ejecutivas.

En esta teoría se postula que la corteza prefrontal actuaría como un mecanismo de filtrado de

alto nivel que favorecería las activaciones orientadas a metas e inhibiría las activaciones que

pueden resultar irrelevantes.

Finalmente, Miller y Cohen propusieron una teoría integrativa del funcionamiento del córtex

prefrontal. En esta teoría se teoriza que el control cognitivo surge del manteamiento activo de

patones de actividad den la corteza prefrontal, los cuales van dirigidos a crear representaciones

de las metas a alcanzar y los medios necesarios para lograrlo.


Lesiones en la corteza prefrontal

Phineas Gage

El primer hallazgo acerca de las lesiones en la corteza prefrontal se realizó a través de la

documentación del famoso caso de Phineas Gage, un obrero de ferrocarriles que, tras un

accidente, experimentó una grave lesión en el lóbulo frontal del cerebro.

A través del daño cerebral padecido que involucró críticamente la corteza prefrontal, Phineas

conservó sus capacidades memorísticas, el habla y las habilidades motoras. No obstante,

sus rasgos de personalidad cambiaron radicalmente tras el accidente.

De hecho, el daño experimentado en la corteza prefrontal le convirtió en una persona irritable,

impaciente y con elevados déficits de relación social e interpersonal.

Posteriormente, otros estudios realizados con pacientes afectados de daños prefrontales han

mostrado que las personas son capaces de verbalizar correctamente cuales serían las conductas

sociales más apropiadas bajo determinadas circunstancias.

A pesar de poder razonar correctamente el comportamiento a seguir, a la práctica presentan

dificultades para ejecutar dichas conductas. De hecho, en la vida cotidiana tienden a llevar a cabo

actos que conlleven una gratificación inmediata a pesar de saber las consecuencias negativas que

pueden comportar a largo plazo.


Trastornos asociados

Los datos recogidos acerca de los efectos que producen los daños directos en la corteza

prefrontal indican que esta región del cerebro no sólo se encuentra relacionada con las

habilidades de comprender las consecuencias a largo plazo, sino que involucra también la

capacidad mental de demorar la gratificación inmediata.

Hoy en día existe una abundante literatura encaminada a mejorar la comprensión del papel del

córtex prefrontal en distintos trastornos neurológicos, tales como la esquizofrenia, el trastorno

bipolar o el trastorno de déficit de atención con hiperactividad.

Estas tres psicopatologías se han relacionado con una cierta disfunción de la corteza cerebral,

hecho que motivaría la aparición de alteraciones conductuales en las personas.

Así mismo, en la actualidad se han iniciado ensayos clínicos con farmacoterapia que han

objetivado que ciertos medicamentos, como por ejemplo la guanfacina, mejoran la función de la

corteza prefrontal.

Finalmente, se postula que otras condiciones patológicas como la depresión, las elevadas

respuestas de estrés, las conductas y los intentos de suicidio, las sociopatías o las drogadicciones

también podrían estar relacionadas con el funcionamiento de la corteza prefrontal.

No obstante, la evidencia científica acerca de estas hipótesis es limitada y se requiere una

mayor investigación para determinar el papel de la corteza prefrontal en este tipo de alteraciones

psicopatológicas.
Referencias

Jódar, M (Ed) y cols (2014). Neuropsicologia. Barcelona, Editorial UOC.

Javier Tirapu Ustárroz y cols. (2012). Neuropsicología de la corteza prefrontal y las funciones

ejecutivas. Editorial Viguer.

Lapuente,R. (2010). Neuropsicología. Madrid, Plaza edición.

Junqué, C. I Barroso, J (2009). Neuropsicologia. Madrid, Ed. Síntesis.

Bryan Kolb, Ian Q. Whishaw (2006): Neuropsicología humana. Editorial Médica Panamericana,

Barcelona.

Jódar, M (ed). (2005). Trastornos del lenguaje y la memoria. Editorial UOC.

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