Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
VIRUS Y BACTERIAS
Fecha: 26/07/2016
Su significado deriva del griego Epi (sobre) Demos (Pueblo) Logos (ciencia). Una
definición técnica es la que propone que la epidemiología es "el estudio de la
distribución y determinantes de enfermedades en poblaciones humanas" 2
Ambas definiciones, se corresponden con el significado que la disciplina ha tenido
en dos momentos históricos muy distintos.
¿Qué es un Patógeno?
Una epidemia es una enfermedad que se propaga durante un cierto periodo de tiempo
en una zona geográfica determinada y que afecta simultáneamente a muchas
personas. Se trata de una noción utilizada por la salud comunitaria para hacer
referencia al hecho de que la enfermedad llega a una cantidad de gente superior a la
esperada.
Se conoce como tal al conjunto de etapas que pueden darse en relación a las
enfermedades, la salud y la mortalidad, de acuerdo con las variaciones en el
crecimiento, la densidad, y la estructura de la población. Fue formulada por Omram,
en 1971. La transición Epidemiológica constaría de tres fases, caracterizadas por: 1.
Las pestes y la hambruna, que dominaron a la humanidad cuando no se tenían
herramientas para controlarlas. 2. Las epidemias residuales, que aún se presentan
como variedades resistentes a la vacuna, o en focos donde aún persiste la
enfermedad. 3. Las enfermedades degenerativas y generadas por el hombre, como se
está dando actualmente con el uso de psicotrópicos, el consumo de alcohol, la
contaminación ambiental y la falta de prevención ante enfermedades de transmisión
sexual, entre otros.
Las epidemias más comunes hoy en día y que están afectando a la población
Nicaragüense son el Dengue, El Zika, El chikungunya.
El Dengue en epidemiologia
Hay pruebas importantes, originalmente sugeridas por S. B. Halstead en los años setenta,
en las que el dengue hemorrágico es más probable que ocurra en pacientes que presentan
infecciones secundarias por serotipos diferentes a la infección primaria. Un modelo para
explicar este proceso ―que se conoce como anticuerpo dependiente de la mejora (ADM)
― permite el aumento de la captación y reproducción virión durante una infección
secundaria con una cepa diferente. A través de un fenómeno inmunitario, conocido como
el pecado original antigénico, el sistema inmunitario no es capaz de responder
adecuadamente a la fuerte infección, y la infección secundaria se convierte en mucho más
grave. Este proceso también se conoce como súper infección.
Infección, y la infección secundaria se convierte en mucho más grave. 17 Este proceso
también se conoce como súper infección.
El Dengue en Virología.
Tanto la fiebre dengue como el dengue hemorrágico son causados por el virus del dengue,
un virus ARN pequeño pertenecientes al grupo de los arbovirus ―llamados así por ser
virus transmitidos por artrópodos―, del cual se han descrito cuatro serotipos hasta la
actualidad, cada uno con propiedades antigénicas diferentes. Cualquiera de los cuatro
tipos del virus es capaz de producir el dengue clásico. Se plantea que una infección inicial
crea las condiciones inmunológicas para que una infección subsecuente produzca un
dengue hemorrágico; sin embargo, otros plantean que una primera infección por dengue
sea capaz de producir de una vez un dengue hemorrágico.
Los serotipos 1 y 2 fueron aislados en 1945, y en 1956 los tipos 3 y 4; siendo el virus tipo 2
el más inmunogénico de los cuatro.
El virus del dengue, al igual que otros flavivirus, contiene un genoma de ARN rodeado por
una nucleocápside de simetría icosaédrica, de 30 nm de diámetro, la cual está constituida
por la proteína C ―de 11 kd― y una envoltura lipídica de 10 nm de grosor asociadas a una
proteína de membrana (M) y otra de envoltura (E), que da lugar a las proyecciones que
sobresalen de la superficie de los viriones.
Cuando un mosquito infectado que lleva el virus del dengue, pica a una persona, el virus
entra en la piel junto con la saliva del mosquito. El virus se une y entra en los macrófagos,
donde se reproduce mientras los macrófagos viajan por todo el cuerpo. Los macrófagos
responden produciendo proteínas de señalización e inflamación para activar al sistema
inmune, como citoquinas e interferon, los cuales van a ser responsables de los síntomas,
como la fiebre, los dolores y los demás síntomas gripales. Como vemos, el virus no es
directamente el agente lesivo, sino que los síntomas son debidos a la respuesta inmune
del organismo. En las formas graves, la producción del virus en el interior del organismo es
enorme, y otros órganos pueden verse afectados, como el hígado o la médula ósea.
Normalmente, las formas graves aparecen cuando existe una segunda exposición a un
serotipo diferente del dengue del de la primera exposición. De esta manera, el sistema
inmune está sensibilizado y responde de una forma más agresiva, generando peores
síntomas. Además, en estas formas graves se suele producir una disfunción endotelial,
responsable de las hemorragias (cuadro más severo del dengue).
Dengue Grave
No está del todo claro por qué la infección secundaria con una cepa o serotipo diferente
del virus del dengue produce un mayor riesgo de padecer dengue hemorrágico o
síndrome del choque del dengue. La hipótesis más aceptada por la comunidad científica es
la de la mejora dependiente de anticuerpos. El mecanismo exacto que está detrás no está
del todo claro. Podría ser causado por la unión deficiente de anticuerpos no neutralizantes
y la entrega en el compartimento equivocado de las células blancas de la sangre que han
ingerido el virus para su destrucción. Recientemente, hay una gran sospecha de que la
mejora dependiente de anticuerpos no es el único mecanismo que subyace al dengue
grave, y sus complicaciones relacionadas. Y, varias líneas de investigación actuales, han
implicado a las células T y factores solubles tales como citocinas y sistema del
complemento en la patogenia de estas formas graves.
La enfermedad grave se caracteriza por los problemas en la permeabilidad capilar
(disfunción capilar), una parte del líquido y algunas proteínas de la sangre se extravasan
hacia el tejido extracelular debido a un aumento de la permeabilidad capilar; y además
suceden en la sangre problemas de coagulación. Estos cambios por la infección vírica,
aparecen asociados a un estado desordenado del glicocálix endotelial, que actúa como un
filtro para los componentes sanguíneos. Este desorden se cree que está causado por la
respuesta inmune frente al virus. Otros procesos de interés que ocurren en estas formas
graves del dengue incluyen a células infectadas que se vuelven necróticas, y a plaquetas y
factores de la coagulación, que también intervienen en este caos hemodinámico.
Síntomas
El cuadro clínico de la fiebre dengue y la presentación de las diversas manifestaciones y
complicaciones, varía de un paciente a otro. Típicamente, los individuos infectados por
el virus del dengue son asintomáticos (80 %). Después de un período de incubación de
entre cinco y ocho días, aparece un cuadro viral caracterizado por fiebre de más de 38
°C, dolores de cabeza, dolor retro ocular y dolor intenso en las articulaciones (artralgia)
y músculos (mialgia) ―por eso se le ha llamado «fiebre rompe huesos»―, inflamación
de los ganglios linfáticos y erupciones en la piel puntiformes de color rojo brillante,
llamada petequia, que suelen aparecer en las extremidades inferiores y el tórax de los
pacientes, desde donde se extiende para abarcar la mayor parte del cuerpo.3 29
Otras manifestaciones menos frecuentes incluyen:
Síntomas del dengue.
Trombocitopenia, disminución de la cuenta de plaquetas
Hemorragias de orificios naturales: orina con sangre, hemorragia transvaginal
Hemorragia de nariz
Gingivitis y/o hemorragia de encías
Gastritis, con una combinación de dolor abdominal
Estreñimiento
Complicaciones renales: nefritis
Complicaciones hepáticas: hepatitis reactiva, Ictericia
Inflamación del bazo
Náuseas
Vómitos
Diarrea
Percepción distorsionada del sabor de los alimentos (disgeusia)
Algunos casos desarrollan síntomas mucho más leves que pueden, cuando no se
presente la erupción, ser diagnosticados como resfriado, estas formas leves, casi
subclínicas, aparecen generalmente con la primera infección (solo ha habido contacto
con un serotipo). Así, los turistas de las zonas tropicales pueden transmitir el dengue en
sus países de origen, al no haber sido correctamente diagnosticados en el apogeo de su
enfermedad. Los pacientes con dengue pueden transmitir la infección sólo a través de
mosquitos o productos derivados de la sangre y sólo mientras se encuentren todavía
febriles; por eso, es raro que existan epidemias de dengue fuera del área geográfica del
vector.3
Los signos de alarma en un paciente con dengue que pueden significar un colapso
circulatorio inminente incluyen:
Estado de choque
Distensión y dolor abdominal
Frialdad en manos y pies con palidez exagerada
Sudoración profusa y piel pegajosa en el resto del cuerpo
Hemorragia por las mucosas, como encías o nariz
Somnolencia o irritabilidad
Taquicardia, hipotensión arterial o taquipnea
Dificultad para respirar
Convulsiones
El dengue ocasionalmente puede afectar a varios órganos diferentes. Genera un descenso
del nivel de conciencia en un 0.5-6 % de los afectados, lo cual es atribuido a una encefalitis
(infección del cerebro por parte del virus) o indirectamente como resultado de la
afectación de otros órganos, por ejemplo, del hígado, en una encefalopatía hepática.10
Otros desórdenes neurológicos han sido descritos en el contexto de una fiebre por
dengue, como un Síndrome de Guillain-Barré.
Diagnostico
Desde finales de 2008 la definición de dengue cambió, debido a que la antigua
clasificación de la OMS era muy rígida y los criterios que utilizaban para la definición de
caso de fiebre del dengue hemorrágico requerían la realización de exámenes de
laboratorio que no estaban disponibles en todos los lugares, si bien la prueba de
torniquete se usó y sigue usándose en lugares que adolecen de falta de medios más
precisos. Por esta razón hasta en el 40 % de los casos no era posible aplicar la clasificación
propuesta. Adicionalmente entre el 15 y el 22 % de los pacientes con choque por dengue
no cumplían los criterios de la guía, por lo cual no se les daba un tratamiento oportuno.
Tras varios esfuerzos de grupos de expertos en Asia y América, la realización de varios
estudios, como el DENCO (Dengue Control), la clasificación cambió a dengue y dengue
grave. Esta clasificación es más dinámica y amplia, permitiendo un abordaje más holístico
de la enfermedad.
La enfermedad ―a pesar de ser una sola―33 tiene dos formas de presentación: dengue y
dengue grave. Después de un periodo de incubación de 2 a 8 días, en el que puede
parecer un cuadro catarral sin fiebre, la forma típica se expresa con los síntomas
anteriormente mencionados. Hasta en el 80 % de los casos la enfermedad puede ser
asintomática o leve, incluso pasando desapercibida. La historia natural de la enfermedad
describe típicamente tres fases clínicas: Una fase febril, que tiene una duración de 2 a 7
días, una fase crítica, donde aparecen los signos de alarma de la enfermedad (dolor
abdominal, vómito, sangrado de mucosas, alteración del estado de conciencia),
trombocitopenia, las manifestaciones de daño de órgano (hepatopatías, miocarditis,
encefalopatía, etc.), el choque por extravasación de plasma o el sangrado severo
(normalmente asociado a hemorragias de vías digestivas). Finalmente, está la fase de
recuperación, en la cual hay una elevación del recuento plaquetario y de linfocitos,
estabilización hemodinámica, entre otros.
La definición de caso probable de dengue, tiene los siguientes criterios: Un cuadro de
fiebre de hasta 7 días, de origen no aparente, asociado a la presencia de dos o más de los
siguientes:
Tratamiento
Medias preventivas.
Específica: por el momento, no se dispone de una vacuna certificada contra el
dengue. Una vacuna efectiva debe ser tetravalente, proporcionando protección contra los
cuatro serotipos, porque un anticuerpo del dengue heterotípico preexistente es un factor
de riesgo para el dengue grave.
Inespecífica:
Utilizar repelentes adecuados, los recomendados son aquellos que contengan
DEET (dietiltoluamida) en concentraciones del 30 al 35 % y deben aplicarse
durante el día en las zonas de la piel no cubiertas por la ropa.
Evitar el uso de perfumes, evitar el uso de ropas de colores oscuros.
La ropa debe ser impregnada con un repelente que contenga permetrina
(antipolillas para ropa y telas) la cual mantiene el efecto por 2 a 3 meses a pesar de
3 a 4 lavados.
Evitar que los mosquitos piquen al enfermo y queden infectados, colocando un
mosquitero en su habitación (preferiblemente impregnado con insecticida) hasta
que ya no tenga fiebre.
Buscar en el domicilio posibles criaderos de mosquitos y destruirlos. En los
recipientes capaces de contener agua quieta, generalmente de lluvia, es donde
comúnmente se cría el mosquito: recipientes abiertos, llantas, coladeras.
Estos criaderos se deben eliminar: colocando tapaderas bien ajustadas en los
depósitos de agua para evitar que los mosquitos pongan allí sus huevos. Si las
tapaderas no ajustan bien, el mosquito podrá entrar y salir.
Se deben tapar fosas sépticas y pozos negros, obturando bien la junta a fin de que
los mosquitos del dengue no puedan establecer criaderos.
En las basuras y los desechos abandonados en torno a las viviendas se puede
acumular el agua de lluvia. Conviene pues desechar ese material o triturarlo para
enterrarlo luego o quemarlo, siempre que esté permitido.
Limpiar periódicamente los canales de desagüe.
Típicamente, las medidas preventivas deben abarcar estas áreas:
Controles Sanitarios
Notificación a la autoridad local de salud. Notificación obligatoria de las epidemias,
pero no de los casos individuales, clase 4.
Aislamiento. Precauciones pertinentes para la sangre. Evitar el acceso de los
mosquitos de actividad diurna a los pacientes, hasta que ceda la fiebre, colocando
una tela metálica o un mosquitero en las ventanas y puertas de la alcoba del
enfermo, un pabellón de gasa alrededor de la cama del enfermo o rociando los
alojamientos con algún insecticida que sea activo contra las formas adultas o que
tenga acción residual, o colocando un mosquitero alrededor de la cama, de
preferencia impregnando con insecticida.
Desinfección concurrente.
Cuarentena.
Inmunización de contactos. Si el dengue surge cerca de posibles focos selváticos de
fiebre amarilla, habrá que inmunizar a la población contra ésta última, porque el
vector urbano de las dos enfermedades es el mismo.
Investigación de los contactos y de la fuente de infección. Identificación del sitio de
residencia del paciente durante la quincena anterior al comienzo de la
enfermedad, y búsqueda de casos no notificados o no diagnosticados.
Virus del Zika.
El virus del Zika1 (ZIKV) es un virus del
género Flavivirus, de la familia
Flaviviridae, grupo IV del orden sin
clasificar2 que se transmite por la
picadura de mosquitos vectores del
género Aedes.
En los seres humanos produce la fiebre del
Zika o enfermedad de Zika, la cual se
conoce desde la década de 1950 como proveniente de la región ecuatorial que abarca de
África a Asia. Su nombre proviene del bosque Zika, cerca de Entebbe (en Uganda), donde
se aisló por primera vez este virus, en 1947.3
En 2014 el virus se propagó al este a través del océano Pacífico hacia la Polinesia Francesa,
y después hacia la Isla de Pascua para llegar en 2015 y 2016 a América Central, el Caribe y
América del Sur, donde el brote epidémico del Zika ha alcanzado niveles pandémicos.4 5
La enfermedad produce síntomas similares a formas leves de dengue,6 su tratamiento
consiste básicamente en el reposo,7 y en la actualidad no existen medicamentos o
vacunas para su prevención.7 La fiebre del Zika está relacionada con otras enfermedades
similares, como la fiebre amarilla y la fiebre del Nilo Occidental, las cuales también son
producidas por otros Flavivirus transmitidos por mosquitos.6 Existe la posibilidad de un
vínculo entre la fiebre del Zika y la microcefalia en recién nacidos de madres infectadas.
La Enfermedad.
Los síntomas más comunes de la infección con el virus incluyen dolores de cabeza leves,
eflorescencia o erupciones maculopapulares, fiebre, malestar general, conjuntivitis y
dolores articulares. El primer caso bien documentado por infección del virus del Zika se
describió en 1964; comenzó con un dolor de cabeza leve y progresó hasta convertirse en
un sarpullido maculopapular junto con fiebre y dolor de espalda. En dos días, el sarpullido
comenzó a disminuir y al tercer día la fiebre cedió para solo quedar las erupciones. La
fiebre del Zika se considera una enfermedad relativamente leve y limitada, y solo 1 de
cada 5 personas desarrollarán los síntomas sin llegar a ser fatal, aunque el verdadero
potencial como agente viral causante de enfermedad es desconocido.
No existen vacunas o medicamentos preventivos para el virus del Zika. Los síntomas
pueden ser tratados con analgésicos como el paracetamol, ya que otros AINES como la
aspirina solo deberían ser utilizados tras descartar infección por dengue u otros Flavivirus,
con el fin de reducir el riesgo de sangrado.
Durante la epidemia en la Polinesia Francesa, se confirmaron 73 casos de síndrome de
Guillain–Barré y otros padecimientos neurológicos, y se sospecha que podrían ser
complicaciones del virus, aunque no hay estudios que lo confirmen.
Algunas Vacunas
En la actualidad, existen vacunas efectivas contra muchos Flavivirus. Por ejemplo, las
vacunas contra la fiebre amarilla, la encefalitis japonesa y la encefalitis transmitida por
garrapatas se introdujeron en la década de 1930, mientras que la vacuna contra el dengue
lo ha sido recientemente.
Los trabajos hacia el desarrollo de una vacuna contra el virus del Zika ya habrían
comenzado, según el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y
Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos (NIAID). Los investigadores del NIAID ya
han tenido experiencia previa al trabajar en vacunas contra enfermedades similares como
el virus del Nilo Occidental, el virus chikunguña y el dengue.
El tiempo necesario para desarrollar una vacuna efectiva, certificarla y ponerla en
producción es largo y complejo. Los primeros pasos se llevan a cabo en el laboratorio e
incluyen pruebas en animales, ensayos clínicos y las licencias de aplicación y aprobación
requeridas.32 Se estima que podría llevar al menos unos 10 a 12 años el tener una vacuna
efectiva contra el virus del Zika disponible para su uso.
Chikungunya
Chikunguña (en makonde, chikungunya),
conocida además como artritis epidémica
chikunguña o fiebre de chikunguña, es una
enfermedad producida por el virus de tipo
alfavirus del mismo nombre, que se transmite a
las personas mediante la picadura de los
mosquitos portadores Aedes; tanto el Aedes
aegypti como el Aedes albopictus.
El virus chikunguña (abrev.: CHIK) se transmite de
manera similar al que produce la fiebre del
dengue, y causa una enfermedad con una fase febril aguda que dura de 2 a 5 días, seguida
de un período de dolores en las articulaciones de las extremidades; este dolor puede
persistir semanas, meses o incluso durante años en un porcentaje que puede rondar el 12
% de los casos.
La mejor forma de prevención es el control general del mosquito; además, evitar las
picaduras de mosquitos infectados. Hasta la fecha no hay un tratamiento específico, pero
existen medicamentos que se pueden usar para reducir los síntomas. El reposo y la ingesta
de líquidos también pueden ser útiles.
El chikunguña puede dar solo una vez. Después se desarrollan anticuerpos que se
encargarán de proteger a las personas enfermas y, de acuerdo con evidencias disponibles
hasta el momento, la inmunidad sería de por vida.
Cuadro Clínico.
Los síntomas se parecen a una crisis de paludismo o de dengue aunque la fiebre de
chikungunya no tiene nada que ver con estas enfermedades. La enfermedad empieza con
una fuerte fiebre, a veces superior a los 40 °C, que dura 3 días. A esta fiebre le sigue un
eritema y, durante 5 días, agujetas muy dolorosas en las articulaciones. Estos dolores
articulares pueden permanecer o reaparecer hasta varios meses después de la primera
crisis.
Debe sospecharse por el cuadro clínico antes mostrado, y el contexto epidemiológico de
cada paciente que presente la síntomatología anteriormente descrita así como otros
factores desencadenantes del virus, como contacto con infectados, viajes a zonas que
hayan declarado la epidemia, viajes a zonas endémicas, el contacto directo con
contagiados, hemotransfusiones, entre otros. El diagnóstico certero se debe hacer por
hemoaglutinación indirecta o con una prueba ELISA.
El período de incubación del virus de la chikunguña varía entre uno y doce días, pero más
típico entre tres y siete días. La enfermedad puede ser asintomática, pero por lo general,
entre el 72% y el 97% de los infectados, desarrollan síntomas. Los síntomas característicos
incluyen un inicio súbito de fiebre alta, dolor en articulaciones y rash. Otros síntomas
podrían presentarse, como dolor de cabeza, fatiga, problemas digestivos y conjuntivitis.
Información obtenida durante recientes epidemias sugieren que la fiebre de la chikunguña
podría resultar en una fase crónica de enfermedad aguda. Dentro de la fase aguda, dos
etapas se han identificado: una etapa viral durante los primeros cinco a siete días, durante
los cuales podría presentarse la viremia, seguido de una etapa de convalecencia de
aproximadamente diez días de duración, en los cuales los síntomas empeoran y el virus no
puede detectarse en la sangre. Usualmente, la enfermedad empieza con una fiebre alta
repentina con duración entre tres a siete días, pero podría llegar a durar diez días. La
fiebre se presenta por encima de 39 °C (102 °F) y algunas veces alcanzando 40 °C (104 °F) y
podría ser bifásico (Una enfermedad bifásica es una enfermedad que tiene dos fases
distintas) —durando un par de días, cortándose, y luego regresando. La fiebre se produce
con el inicio de la viremia, el nivel de virus en la sangre se correlaciona con la intensidad
de los síntomas en la fase aguda. Cuando la "inmunoglobina m" y los anticuerpos que,
como respuesta a la exposición inicial a un antígeno, aparecen en la sangre, la viremia
empieza a disminuir. No obstante, el dolor de cabeza, insomnio y un extremo grado de
cansancio continúan, usualmente entre cinco y siete días. Después de la fiebre, se
presenta un fuerte dolor de articulaciones o rigidez; usualmente dura semanas o meses
pero puede durar incluso años. El dolor de articulaciones puede ser debilitante, resultando
a menudo en casi una inmovilidad total de las articulaciones afectadas. El dolor en
articulaciones ha sido reportado en ocurrir entre el 87%–98% de los casos, y casi siempre
se presenta en más de una articulación, aunque la inflamación articular es poco común.
Usualmente las articulaciones afectadas están ubicadas en ambos brazos y piernas, y son
afectadas simétricamente. Las articulaciones que han sufrido alguna otra enfermedad,
como la artritis, son más propensas a ser afectadas nuevamente. El dolor se produce con
mayor frecuencia en articulaciones periféricas, o que son las más usadas, como podrían
ser las muñecas, tobillos, articulaciones en manos y pies, así otras articulaciones mayores
como hombros, codos y rodillas. El dolor también puede presentarse en músculos y
ligamentos. El Rash ocurre en el 40%-50% de los casos, generalmente como una erupción
maculopapular (Una erupción maculopapular es un tipo de erupción cutánea
caracterizada por una zona roja plana en la piel que se cubre con pequeñas
protuberancias confluentes. Sólo puede aparecer de color rojo en las personas de piel más
clara) que ocurre entre dos y cinco días después del inicio de los síntomas. Pueden
presentarse síntomas digestivos, incluyendo dolor abdominal, nauseas, vómito o diarrea.
En más de la mitad de los casos los síntomas se limitan a fatiga significativa y dolor. Con
poca frecuencia, puede producirse inflamación de los ojos como iridociclitis, o uveítis, y
pueden producirse lesiones en la retina. En raras ocasiones, trastornos neurológicos han
sido reportados en asociación con el virus de la chikunguña como síndrome de Guillain-
Barré, parálisis, meningoencefalitis, parálisis flácida y neuropatía. Al contrario del dengue,
la fiebre de la chikunguña, muy raras veces causa complicaciones hemorrágicas. Los
síntomas de sangrado deben conducir a la consideración de diagnósticos alternativos o
con infección con el dengue o la coexistencia de hepatopatía congestiva.
Evolución
La enfermedad se auto limita en la mayoría de los casos, y presenta una mortalidad del
0,4% en menores de un año. También aumenta en personas mayores con patologías
concomitantes. La incubación de la enfermedad en el humano dura de 4 a 7 días. La
transmisión directa entre humanos no está demostrada. Sin embargo, la transmisión de la
madre al feto en el interior del útero podría existir. La fiebre de chikunguña podría
provocar lesiones neurológicas graves y hasta letales en el feto.
Secuelas
Según un estudio publicado en la revista Seminars in Arthritis and Rheumatism, entre el 10
y el 12 por ciento de las personas que desarrollan la fase aguda de la enfermedad pueden
presentar secuelas articulares; entre ellas, artritis crónica.
Complicaciones
Observaciones durante las epidemias recientes han sugerido que la chikunguña puede
causar síntomas a largo plazo después de la infección aguda. Esta condición se ha
denominado artralgia crónica inducida por el virus chikunguña. Síntomas a largo plazo no
son una observación completamente nueva; se observó artritis a largo plazo después de
un brote en 1979. Predictores comunes de síntomas prolongados a edad avanzada son las
enfermedades reumatológicas posteriores. Durante el brote de La Reunión, en 2006, más
del 50% de los sujetos mayores de 45 reportó dolor musculo esquelético a largo plazo con
un máximo de 60% de las personas que informaron dolor en las articulaciones
prolongados tres años después de la infección inicial. Un estudio de casos importados de
Francia informó que el 59% de la gente todavía sufría de artralgia dos años después de la
infección aguda. A raíz de una epidemia local de chikungunya en Italia, el 66% de las
personas informó dolores musculares, dolores en las articulaciones, o astenia un año
después de la infección inicial. Actualmente, la causa de estos síntomas crónicos no es
totalmente conocida. Marcadores de enfermedad autoinmune o reumatoide no se han
encontrado en personas que reportaron síntomas crónicos. Sin embargo, hay evidencia en
pruebas en seres humanos y animales que sugieren la chikunguña puede ser capaz de
establecer infecciones crónicas en el huésped. El antígeno vírico se detectó en una biopsia
muscular de una persona que sufre un episodio recurrente de la enfermedad tres meses
después de la aparición inicial. Además, el antígeno viral y el virus ARN se encontraron en
los macrófagos en la articulación sinovial de una persona que experimentan una recaída
de la enfermedad musculo esquelética 18 meses después de la infección inicial. Muchas
pruebas animales sugieren que el virus de la chikunguña puede establecer infecciones
persistentes. En un modelo de ratón, el virus ARN se detectó específicamente en el tejido
asociada a la articulación al menos 16 semanas después de la inoculación, y se asoció con
sinovitis (inflamación de la membrana sinovial) crónica. Del mismo modo, otro estudio
informó la detección de un gen reportero viral en tejido de las articulaciones de los
ratones durante semanas después de la inoculación. En un modelo de primate no
humano, el virus chikunguña se encontró persistente en el bazo durante al menos seis
semanas.
Vacunas y Tratamientos
Según la OMS, a la fecha no hay ninguna vacuna antivírica contra el virus chikunguña, es
decir, aún no hay curación de la enfermedad. Únicamente pueden tratarse los síntomas;
entre ellos, el dolor articular y la fiebre.
Prevenciones
La principal medida de prevención es la eliminación de los criaderos de los mosquitos
vectores: Aedes aegypti y Aedes albopictus. De esta manera se previenen además las otras
enfermedades transmitidas por estas especies. Es decir, se impone eliminar todo
estancamiento de aguas, tanto natural como artificial. La responsabilidad obviamente
compete a las comunidades, pero también a particulares.
En casos de brotes, se precisa incrementar la prevención, evitándose la picadura de los
mosquitos transmisores mediante puesta en práctica de controles ambientales PEMDS.
Los repelentes son de utilidad, respetando las instrucciones de uso, sobre todo los que
contengan NNDB, DEET o permetrina. Se recomienda que en las zonas con climas
templados y/o cálidos se vistan prendas que cubran la mayor parte de las superficies
expuestas a picaduras, e instalar los toldillos u otra clase de protectores que tengan cómo
prevenir el acceso de los mosquitos desde ventanas y puertas, además del uso de
mosquiteros, tratados o no con insecticidas. En todo caso, es necesario eliminar charcos y
aguas estancadas, ya que son caldo de cultivo para la reproducción de los mosquitos.
Bacterias
Las bacterias son microorganismos procariotas que presentan un tamaño de unos
pocos micrómetros (por lo general entre 0,5 y 5 μm de longitud) y diversas formas
incluyendo filamentos, esferas (cocos), barras (bacilos), sacacorchos (vibrios) y
hélices (espirilos). Las bacterias son células procariotas, por lo que a diferencia de
las células eucariotas (de animales, plantas, hongos, etc.), no tienen el núcleo
definido ni presentan, en general, orgánulos membranosos internos.
Generalmente poseen una pared celular y ésta se compone de peptidoglicano.
Muchas bacterias disponen de flagelos o de otros sistemas de desplazamiento y
son móviles. Del estudio de las bacterias se encarga la bacteriología, una rama de
la microbiología. La presencia frecuente de pared de peptidoglicano junto con su
composición en lípidos de membrana son la principal diferencia que presentan
frente a las arqueas, el otro importante grupo de microorganismos procariotas.
Las bacterias son los organismos más abundantes del planeta. Son ubicuas, se
encuentran en todos los hábitats terrestres y acuáticos; crecen hasta en los más
extremos como en los manantiales de aguas calientes y ácidas, en desechos
radioactivos, en las profundidades tanto del mar como de la corteza terrestre.
Algunas bacterias pueden incluso sobrevivir en las condiciones extremas del
espacio exterior. Se estima que se pueden encontrar en torno a 40 millones de
células bacterianas en un gramo de tierra y un millón de células bacterianas en un
mililitro de agua dulce. En total, se calcula que hay aproximadamente 5×1030
bacterias en el mundo.
Las bacterias son imprescindibles para el reciclaje de los elementos, pues muchos
pasos importantes de los ciclos biogeoquímicos dependen de éstas. Como ejemplo
cabe citar la fijación del nitrógeno atmosférico. Sin embargo, solamente la mitad
de los filos conocidos de bacterias tienen especies que se pueden cultivar en el
laboratorio, por lo que una gran parte (se supone que cerca del 90 %) de las
especies de bacterias existentes todavía no ha sido descrita.
En el cuerpo humano hay aproximadamente diez veces más células bacterianas
que células humanas, con una gran cantidad de bacterias en la piel y en el tracto
digestivo.7 Aunque el efecto protector del sistema inmunológico hace que la gran
mayoría de estas bacterias sea inofensiva o beneficiosa, algunas bacterias
patógenas pueden causar enfermedades infecciosas, incluyendo cólera, difteria,
escarlatina, lepra, sífilis, tifus, etc. Las enfermedades bacterianas mortales más
comunes son las infecciones respiratorias, con una mortalidad solo para la
tuberculosis de cerca de dos millones de personas al año.
En todo el mundo se utilizan antibióticos para tratar las infecciones bacterianas.
Los antibióticos son efectivos contra las bacterias ya que inhiben la formación de la
pared celular o detienen otros procesos de su ciclo de vida. También se usan
extensamente en la agricultura y la ganadería en ausencia de enfermedad, lo que
ocasiona que se esté generalizando la resistencia de las bacterias a los antibióticos.
En la industria, las bacterias son importantes en procesos tales como el
tratamiento de aguas residuales, en la producción de mantequilla, queso, vinagre,
yogur, etc., y en la fabricación de medicamentos y de otros productos químicos.9
Aunque el término bacteria incluía tradicionalmente a todos los procariotas,
actualmente la taxonomía y la nomenclatura científica los divide en dos grupos.
Estos dominios evolutivos se denominan Bacteria y Archaea (arqueas). La división
se justifica en las grandes diferencias que presentan ambos grupos a nivel
bioquímico y genético.
El número de microbios que existen en tu cuerpo alcanza una cifra estimada de 100
trillones, muchas de ellas asociadas a funciones fisiológicas básicas, tales como el
buen funcionamiento del sistema inmune, la digestión o la eliminación de
patógenos.
¿Qué es la amibiasis?
¿Qué es la balantidiasis?
La balantidiasis es una enfermedad infecciosa, causada por el parásito Balantidium coli,
un protozoo ciliado (organismo unicelular con cilios) que infecta con frecuencia a los
cerdos, monos, caballos y ratones salvajes. El Balantidium coli es el protozoario más
grande que parasita al hombre transmitida por aguas infectadas con los quistes del
parásito. Es una enfermedad que muy rara vez se encuentra fuera de los criadores de
cerdos.
¿Qué es la nematodiasis?
Conclusión:
No podemos tener una conclusión muy clara del objetivo ya que nuestra
investigación no lleva más a estudiar sobre específicamente las 3 principales
enfermedades causas por virus.
Recomendaciones:
Si una familiar, Amigo o usted después de leer este informe y se da cuenta de los
diferentes síntomas de estas enfermedades y usted puede que presente algunas de
ellas tiene que seguir las diferentes prevenciones de cada una de ellas o asistir a un
centro de salud más cercano o alos hospitales que con mucho gusto atenderán su
caso.