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QUE HACER EN SABDO

La Iglesia Adventista del Séptimo Día reconoce al sábado como señal distintiva
de lealtad a Dios (Éxo. 20:8-11; 31:13-17; Eze. 20:12, 20), cuya observancia es
pertinente a todos los seres humanos en todas las épocas y lugares (Isa. 56:1-7;
Mar. 2:27). Cuando Dios “descansó” en el séptimo día de la semana de la
creación, también “santificó” y “bendijo” este día (Gén. 2:2, 3), separándolo para
un uso sagrado y transformándolo en un canal de bendiciones para la
humanidad. Aceptando la invitación para dejar a un lado sus “propios intereses”
durante el sábado (Isa. 58:13), los hijos de Dios observan este día como una
importante expresión de la justificación por fe en Cristo (Heb. 4:4-11).

La observancia del sábado es enunciada en Isaías 58:13 de la siguiente manera:


“Si retraes del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamas
‘delicia’, ‘santo’, ‘glorioso de Jehová’, y lo veneras, no andando en tus propios
caminos ni buscando tu voluntad ni hablando tus propias palabras, entonces te
deleitarás en Jehová” (Isa. 58:13, 14). Basada en estos principios, la División
Sudamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día reafirma en este
documento su compromiso con la fidelidad a la observancia del sábado.

Vida de santificación
La verdadera observancia del sábado se basa en una vida santificada por la
gracia de Cristo (Eze. 20:12, 20); pues, “a fin de santificar el sábado, los
hombres mismos deben ser santos” (El Deseado de todas las gentes, p. 250).

Crecimiento espiritual
Como “es un broche de oro que une a Dios y a su pueblo” (Testimonios para la
iglesia, t. 6, p. 354), el sábado proporciona un contacto más próximo con Dios.
Como tal, no debemos permitir que otras actividades, por más nobles que sean,
debiliten nuestra comunión con Dios en este día.

Preparación para el sábado


Las actividades seculares deben ser interrumpidas (cf. Lev. 23:32; Deut. 16:6;
Neh. 13:19) antes de la puesta de sol del viernes (cf. Neh. 13:13-22); la casa
debe estar limpia y arreglada; las ropas, lavadas y planchadas; los alimentos,
debidamente preparados (cf. Éxo. 16:22-30); y los miembros de la familia, listos.
Inicio y término del sábado
El sábado es un día de comunión especial con Dios, y debe ser iniciado y
terminado con cultos de puesta de sol breves y atractivos, con la participación
de los miembros de la familia. En estas ocasiones, es oportuno cantar algunos
himnos; leer un pasaje bíblico, seguido por comentarios pertinentes; y expresar
gratitud a Dios en oración (Ver ibíd., pp. 355-360.)

Personas bajo nuestra influencia


El cuarto mandamiento del Decálogo orienta que todas las personas bajo
nuestra influencia deben ser liberadas de las actividades seculares en el
sábado (Éxo. 20:10). Esto implica, positivamente, que los demás miembros de la
familia, así como los empleados y los huéspedes, también sean estimulados a
observar el sábado.

Espíritu de comunión
Como día por excelencia de comunión con Dios (Eze. 20:12, 20), el sábado debe
caracterizarse por un compromiso alegre y placentero con las prioridades
espirituales, con momentos especiales de lectura de la Biblia, de oración y, si
es posible, de contacto con la naturaleza (cf. Hech 16:13). Ese compromiso
deberá ser mantenido en la elección de los asuntos abordados; también en
nuestros diálogos informales con familiares y amigos.

Reuniones de la iglesia
Somos amonestados a no dejar “de congregarnos, como algunos tienen por
costumbre” (Heb. 10:25). Por consiguiente, los programas y las actividades
regulares de la iglesia durante los sábados deben tener precedencia sobre otros
compromisos personales y sociales, aunque estos sean pertinentes al sábado.

Casamientos y fiestas
La invitación para dejar a un lado nuestros “propios caminos” en el sábado (Isa.
58:13) implica que los casamientos y las fiestas, incluyendo sus debidos
preparativos, deben ser realizados fuera de este período sagrado. Los
casamientos y algunas fiestas más suntuosas no deberían ser planificados para
los sábados por la noche, pues sus preparativos involucran expectativas y
actividades que no están de acuerdo con el espíritu de comunión con Dios.

Medios de comunicación secular


Los medios de comunicación secular, en todas sus formas, deberían ser dejados
a un lado durante las horas del sábado, para que este, rompiendo la rutina de la
vida, pueda ser un día de “delicia” y “santo” (Isa. 58:13).

Deportes y recreación
Muchas actividades deportivas y de recreación, aceptables durante la semana,
no están de acuerdo con la observancia del sábado, pues desvían la mente de
los asuntos espirituales (Isa. 58:13).

Horas de sueño
La Biblia define al sábado como un día de “reposo consagrado” (Éxo. 31:15), y
no como un día para recuperar el sueño atrasado de la semana. Ricas
bendiciones vendrán por levantarse temprano el sábado, dedicando este día al
servicio del Señor. (Ver Consejos sobre la obra de la Escuela Sabática, p. 140).

Viajes
La realización de viajes por asuntos de trabajo o de intereses particulares es
inapropiada para el sábado. Pero existen ocasiones excepcionales en que se
hace necesario viajar el sábado para atender algún compromiso religioso o
situaciones de emergencia. Siempre que sea posible, los debidos preparativos,
incluyendo la compra de pasajes y el abastecimiento de combustible, deben ser
efectuados con la debida anticipación. (Ver Testimonios para la iglesia, t. 6, pp.
360, 361.)

Excursiones y campamentos
La realización de excursiones y campamentos puede promover la
sociabilización cristiana (cf. Sal. 42:4). Pero sus organizadores y demás
participantes deberían llegar al debido lugar y armar su estructura, incluyendo
sus carpas, antes del inicio del sábado, para que este pueda ser observado
según el Mandamiento. Además de esto, durante las horas del sábado, las
actividades deben estar de acuerdo con el espíritu sagrado de este día.

Restaurantes y alimentación
La recomendación de que el alimento debe ser provisto con la debida
anticipación (Éxo. 16:4, 5, 22-30) significa que su compra debe ocurrir fuera de
las horas del sábado, y que la concurrencia a restaurantes comerciales debe
ser evitada en este día.

Medicamentos
La compra de medicamentos durante el sábado es aceptable en situaciones de
emergencia (cf. Luc. 14:5), e inapropiada cuando la persona ya los necesitaba, y
terminó postergando su compra para este día.

Pasantías y prácticas escolares


El cuarto mandamiento del Decálogo (Éxo. 20:8-11) desacredita la realización de
actividades seculares en el sábado, que generen lucro o beneficio material.
Involucrados en tales actividades están los programas de planificación y
preparación para la vida profesional, incluyendo la asistencia a clases y la
participación en prácticas, simposios, seminarios y ponencias de índole
profesional, concursos públicos y pruebas selectivas. En caso de confinamiento
para rendir exámenes después de que termine el sábado, las horas de este día
deben ser invertidas en actividades espirituales.

Elección y ejercicio de la profesión


La estructura de la sociedad en general no siempre favorece la observancia del
sábado, y termina por poner a disposición profesiones y actividades que,
aunque dignas, dificultan esta práctica. Los adventistas del séptimo día
deberán escoger y ejercer profesiones que estén de acuerdo con la debida
observancia del sábado. Somos orientados a que, si alguien, “por amor al lucro,
[permite] que su socio incrédulo haga funcionar la empresa comercial en la que
él participa, es igualmente culpable con el incrédulo; y es su deber disolver esta
sociedad sin tomar en cuenta lo que pueda perder” (El evangelismo, p. 182).

Instituciones de servicios básicos


La orientación de no hacer “obra alguna” durante el sábado (Éxo. 20:10) implica
que los observadores del sábado deben abstenerse de trabajar en ese día, aun
en instituciones seculares de servicios básicos. Las instituciones de nuestra
iglesia que no pueden cerrar en los sábados (cf. Juan 5:17), incluyendo los
internados adventistas, deben actuar en este día con un grupo reducido y por
turno.

Actividades médicas y de salud


Existen situaciones de emergencia en que los profesionales de la salud deben
atender, basados en el principio de que “es lícito sanar en sábado” (Luc. 14:3).
Los hospitales adventistas necesitan los favores de un equipo médico, de
enfermería y de otros servicios básicos para el funcionamiento en las horas del
sábado. Pero los turnos de rutina, tanto médicos como de enfermería, en
hospitales no adventistas, son inapropiados para las horas del sábado (Ver Ellen
G. White Estate, “Consejos de Elena G. de White sobre el trabajo en sábado en
instituciones médicas adventistas y no adventistas”, en
www.centrowhite.uapar.edu)

Proyectos asistenciales
Cristo dijo que “está permitido hacer el bien en sábado” (Mat. 12:12). Esto
significa que “todo asunto secular debía ser suspendido, pero las obras de
misericordia y benevolencia estaban en armonía con el propósito del Señor” (El
ministerio de la bondad, p. 81). Por lo tanto, es lícito que en las horas sagradas
del sábado se visite a enfermos, viudas y huérfanos, a encarcelados y que se
comparta el alimento. Las acciones sociales que pueden ser realizadas en otro
día no deben tomar las horas sagradas del sábado.

Actividades misioneras
El apóstol Pablo usaba el sábado para persuadir “a judíos y a griegos” acerca
del evangelio (Hech. 18:4, 11; cf. 17:2), demostrando la importancia de
reservarse un tiempo especial, en este día, para actividades misioneras.
Siempre que sea posible, los miembros de la familia deben participar juntos de
estas actividades, para disfrutar de la socialización cristiana y desarrollar el
gusto por el cumplimiento de la misión evangelizadora.Como adventistas del
séptimo día, somos invitados a seguir el ejemplo de Dios al descansar en el
séptimo día de la semana de la creación (Gén. 2:2, 3; Éxo. 20:8-11; 31:13-17;
Heb. 4:4-11), de manera que el sábado sea para cada uno de nosotros una señal
exterior de la gracia de Dios y un canal de sus incontables bendiciones.

Cómo hacer del sábado una delicia

Como muchas de las enseñanzas de la Biblia, la apropiada observancia del sábado se ha


convertido en un tema controversial. ¿Está el sábado gobernado por una lista estricta de “cosas
por hacer y no hacer”? Cristo dijo que el sábado fue hecho para el hombre. ¿Qué significa esto?
Ahora usted puede saber cómo guardar y disfrutar apropiadamente el sábado — ¡como Dios lo
planeó!

Dios le dio al hombre sus leyes a fin que podamos disfrutar nuestra vida al máximo.
Contrario a lo que muchos creen, estas leyes no son una carga (I Juan 5:3). Estas fueron
dadas para que nosotros podamos tener una relación apropiada con Dios y nuestro
prójimo.

La mayoría de los cristianos profesos “están de acuerdo” con nueve de los Diez
Mandamientos. Ellos vagamente entienden que es un error adorar a otros dioses y
practicar idolatría, aunque inconscientemente lo hagan. La mayoría diría que es un error
tomar el nombre de Dios en vano. Algunos sienten que es al menos buena idea mostrar
cierto grado de respeto a los padres. Algunos son de la opinión que está moralmente mal
matar, robar, mentir, cometer adulterio, y codiciar las cosas de otros.

Muy pocos intentan activamente practicar estos nueve mandamientos como un camino de


vida. Después de todo, ellos sólo saben que la ley “fue clavada a la cruz”. Pero aun así los
aceptan como “buenos principios”.
Pero cuando se trata del mandamiento de Dios de “recordar el día de reposo para
santificarlo” (Éxo. 20:8; Lev. 23:3; Deut. 5:12), prácticamente todos los feligreses
encuentran una forma de relegar el sábado a “algo que los judíos hacen”, o “algo perdido
en la antigüedad”. O dicen: “no importa qué día guarde, siempre y cuando guarde un día”.
Ellos inventan interminables argumentos de por qué el mandamiento del sábado no se
aplica en la actualidad. Pero la Palabra de Dios revela que el día de reposo fue hecho
para todas las personas, de todos los tiempos.

Establecido en la creación

Después de crear la tierra y todas sus maravillas físicas en seis días, Dios creó el sábado al
descansar el séptimo día (Gén. 2:2-3). Él no descansó porque estuviera cansado (vea
Salmos 121:3-4). Al descansar, estableció el patrón que Él espera que nosotros sigamos.
Nosotros debemos hacer todo nuestro trabajo, atender todas nuestras transacciones de
negocios, y disfrutar nuestros placeres recreativos durante los primeros seis días de la
semana. Ese es nuestro tiempo. El sábado es tiempo de Dios.

Dios no es autor de confusión (I Cor. 14:33). Él hace las cosas decentemente y en orden (vs.
40). Él no creó a Adán primero, antes de todo lo demás, y luego dijo “Bien, ahora
encontremos algo para que tú hagas”. Él creó al hombre y lo colocó en el Jardín del Edén,
con las instrucciones de “labrarlo y guardarlo” (Gén. 2:15). El versículo 19 muestra que Dios
envió a todos los animales a Adán para que pudiera ponerles un nombre.

Si el sábado hubiera sido hecho primero, antes de Adán, Cristo no podría haber dicho: “El
sábado por causa del hombre es hecho; no el hombre por causa del sábado” (Marcos 2:27
RV 1909). Note también que Él no dijo: “El sábado fue hecho sólo para los judíos”. No había
judíos en el momento en que Dios creó el sábado.

Del mismo modo, Dios no creó el día de reposo en el primer día de la semana (como
muchos parecen creer) para que pudiera descansar de los seis días de trabajo
que aún tenía que realizar. Y Él no ordenó el sábado como el séptimo día de la semana,
sólo para luego cambiar al primer día (Mal. 3:6; Heb. 13:8).

La Biblia muestra que siete es el número de Dios para terminación y perfección. Además de


los siete días de creación, Dios dice, a través del Rey David, que su Palabra es purificada
“siete veces” (Sal. 12:6). Debemos perdonar a los que pecan contra nosotros “setenta
veces siete” (Mat. 18:22). Dios nos ordena guardar siete Días Santos anuales (Lev. 23; Deut.
16), ilustrando su plan de 7.000 años de salvación. Siete sellos y siete trompetas anuncian
el Día del Señor, el tiempo del derramamiento de la ira de Dios sobre la humanidad
pecadora y rebelde (Apo. 6-9).

El sábado es tiempo santo, algo que no podemos detectar con nuestros cinco sentidos.
Nosotros no tenemos el derecho de determinar lo que es santo. Dios nos revela a
nosotros que este día es diferente.

Considere la siguiente analogía: Siete vasos idénticos se encuentran en frente de usted,


cada uno contiene agua fresca. Usted no puede ver la diferencia entre ellos.

Pero un vaso es especial. Es santo — apartado por Dios. Sus cinco sentidos — el gusto,
olfato, tacto, vista y oído — no pueden decirle cuál es santo. ¡Únicamente Dios puede!

Puesto que el camino de Dios es amor (II Cor. 13:11; I Tes. 4:9), Él no diría “acuérdate del
día de reposo, para santificarlo” y luego no le diría qué día es.

Señal entre Dios y su pueblo

Después de dos siglos y medio en Egipto, el pueblo de Dios, los antiguos israelitas, habían
perdido todo el conocimiento de su ley. Dios tuvo que enseñarles a ellos de nuevo.
Después de liberarlos de la esclavitud, la primera gran ley que les dio fue la orden de
guardar el sábado.

Esto fue antes de que fuera establecido el Antiguo Pacto. Los Diez Mandamientos no
fueron dados como parte del Antiguo Pacto. Ellos habían estado en vigor desde la creación.
(Lea nuestro libro Los Diez Mandamientos – “Clavados a la cruz” o ¿requeridos para la
salvación?)

Éxodo 16:4-30 registra el relato de Dios primero proveyendo a los israelitas con maná. En el
versículo 19, Moisés les instruyó, “…Ninguno deje nada de ello para mañana”. Algunos
ignoraron las instrucciones. Guardaron algo del maná hasta la siguiente mañana. Esto crió
gusanos y hedió (vs. 20).

En el versículo 5, Dios dijo: “…en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que
suelen recoger cada día”. Ellos tenían que usar el sexto día para prepararse para el día de
reposo: “Seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará”
(vs. 26).

Nuevamente, algunos ignoraron la orden de Dios. En lugar de juntar el doble de maná en el


sexto día, ellos salieron el sábado en la mañana, en busca de éste. Ellos no encontraron
nada (vs. 27).

En Éxodo 31:13, Dios le dijo a Moisés: “Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad
vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras
generaciones, para que sepáis que yo soy el Eterno que os santifico”. También lea Ezequiel
20:12-13.

Hablando a los judíos, Cristo dijo: “Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y
murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera”
(Juan 6:49-50).

El apóstol Pablo escribió: “Sino que es judío el que lo es en lo interior…” (Rom. 2:29).
También escribió: “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para
amonestarnos a nosotros, quienes han alcanzado los fines de los siglos” (I Cor. 10:11). El
Antiguo Testamento fue escrito para que nosotros, como cristianos (israelitas espirituales),
pudiéramos aprender de éstos.

El sábado no es una carga

El apóstol Juan escribió: “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos;
y sus mandamientos no son gravosos” (I Juan 5:3). Este versículo es una de las
descripciones de Dios de su ley, a la cual Él también llama “santa, justa y buena” (Rom.
7:12). No depende de nosotros decidir lo que Dios quiere decir con esta declaración. No
depende de nosotros determinar qué “no es gravoso” y luego decir “así es como Dios
quiere que yo viva, porque así es como se siente bien para mí”.

Las personas generalmente toman la ruta fácil. Proverbios 14:12 y 16:25 dice: “Hay camino
que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”.

Dios ha prometido no poner más sobre nosotros de lo que podemos soportar (I Cor. 10:13).
Los hombres lo hacen, con sus costumbres y tradiciones (Lucas 11:46). Cristo dijo: “porque
mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mat. 11:30). Dios no creó el sábado para ser una carga,
sino una delicia (Isa. 58:13). Este es tiempo que Él nos ha dado, al final de cada semana,
para frenar el ritmo agitado de la vida cotidiana, y para reflexionar en su Camino. El sábado
es un recordatorio semanal de que somos el pueblo de Dios, y de que Él es nuestro Dios.

Los que buscan agradar verdaderamente a Dios encontrarán que, tal como ellos trabajan
durante los primeros seis días de la semana, el sábado trabaja para ellos.

Ahora consideremos algunos principios que responden preguntas básicas referentes a la


observancia del sábado.

Comer fuera el sábado

“¿Puedo comer en restaurantes en el sábado?”

Está bien hacer esto — ¡con balance! Sólo no se exceda. La mayoría de los restaurantes
están abiertos al público en el sábado, sea que decidamos salir a comer o no. Al salir a
comer, no estamos creando para ellos trabajo que no estarían haciendo de otra forma.

Esta pregunta también ha surgido referente a comer fuera en los Días Santos anuales. El
mismo principio aplica. Dios no espera que nos saltemos comidas en sus días de fiesta.

Está bien tener una comida en un restaurante con otros hermanos para continuar el
compañerismo del sábado. Pero si fuera a durar varias horas (debido a circunstancias
extenuantes o ciertas tradiciones culturales), usted podría estar en peligro de quebrantar el
sábado.

Cristo mostró que no es incorrecto satisfacer el hambre inmediata en el sábado (Mat. 12:1-
5). Él citó el ejemplo de David al comerse el pan de la proposición del Templo (I Sam. 21:6).

Ver películas y televisión en el día de reposo

“¿Es malo ver películas o documentales con temas bíblicos en el día de reposo?”

Reservar tiempo en el día de reposo para ver una película relacionada con la Biblia podría
restar valor al propósito de Dios para el día — para que reflexionemos en sus caminos.
Como cristianos, debemos determinar si esto nos ayuda a guardar apropiadamente el
sábado, o si es algo hecho en lugar de guardar el sábado.
No es pecado ver esas películas. No obstante, las representaciones de Hollywood de los
eventos bíblicos y las circunstancias siempre son inexactas (algunas veces mucho). Los
productores de películas buscan promover sus propias ideas y conceptos equivocados
sobre la Biblia, generalmente para que las personas vean sus películas, y para hacer dinero.
Ellos saben que las personas pagarán más fácilmente por
ver ficción que hechos (especialmente cuando se trata de la Biblia).

Sus películas muestran a grandes hombres de Dios con cabello largo (que la Biblia dice que
es una vergüenza; vea I Corintios 11:14). Ellos son presentados como débiles, raros y
desequilibrados mentalmente. La representación de su atuendo está basada en la
imaginación de Hollywood, y no en la información histórica.

Como si tratara de convencer a los espectadores de la humanidad de los siervos de Dios,


Hollywood hace hincapié en sus errores. Al hacerlo, utiliza las escenas espeluznantes que
hacen titilar los sentidos. Esto opaca la pura verdad de la Biblia.

Además, en muchas de esas películas, se utiliza el inglés de la versión King James (o en las
traducciones, el español antiguo). En los tiempos antiguos, ninguno de los siervos de Dios
hablaba inglés (o español antiguo).

Estos aún no existían. Ellos generalmente hablaban hebreo, arameo o griego. Ellos no
habrían hablado en inglés de la King James o en español antiguo: no vosotros, vuestro,
podríais, seguiréis, etc.

“¿Es apropiado ver programas de noticias en el día de reposo?”

Cristo nos instruye: “Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa”
(Mar. 13:35). Nosotros debemos estar vigilantes no sólo seis días de la semana, sino
también en el sábado. Ver un programa de noticias, detallando como se desarrollan los
acontecimientos proféticos, no está mal. Pero para hacerlo un “asunto de todo el día”,
consiguiendo el ángulo de cada red, es quebrantar el sábado.

¿Encender fuego en el día de reposo?

“¿Es permisible cocinar o encender un fuego el día de reposo?”


Algunos han citado Éxodo 35:3 como prueba de que no debemos cocinar en el día de
reposo: “No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas en el día de reposo”.

Cuando todo el contexto de la escritura se examina, el significado de las palabras de Dios se


hace evidente. Los israelitas estaban mostrando un celo extremo en su deseo de construir
el tabernáculo. El pueblo más tarde trajo una abundancia excesiva de materias primas para
la construcción del tabernáculo. Mucho tuvo que ser rechazado (35:5-6).

Lo que Dios estaba prohibiendo (Éxo. 35:3) era la quema de fuegos industriales en el
sábado. En el curso de la construcción del tabernáculo, los israelitas estaban involucrados
en el trabajo de metales. Dios no quería que ellos hicieran esto en su día de reposo.

Este mandamiento en ninguna manera prohíbe cocinar en el día de reposo. Sin embargo,
los principales preparativos siempre se deben hacer en el día de preparación (viernes),
antes del sábado.

Esposos y esposas

“¿Es apropiado para un esposo y esposa tener relaciones íntimas en el día de reposo?”

Dios no les ordena a las parejas casadas que se abstengan de eso en el día de reposo. Note
Génesis 1:26-28: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza…Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y
hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla…”

Dios creó a Adán y a Eva en el sexto día de la semana de creación, justo antes del sábado
(Gén. 1:31). “Y dijo el Eterno Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda
idónea para él… Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se
avergonzaban” (Gén. 2:18, 24-25).

¿Habría creado Dios al hombre y la mujer, dándoles las instrucciones que acabamos de
leer, y luego haberles dicho: “ahora esperen hasta después del sábado para estar juntos”?
¡Por supuesto que no!
“¿Se deben hacer concesiones para cónyuges inconversos, siempre y cuando ellos
‘consientan vivir con usted’?”

Veamos un ejemplo: ¿es equivocado que una esposa prepare en sábado la comida para un
esposo no convertido?

Esto no es quebrantar el sábado, a menos que el esposo haga demandas poco razonables
(por ejemplo: esperar que la esposa vaya a la tienda en sábado o que prepare una comida
elaborada que le absorbería tiempo y la distraería). Si su pareja verdaderamente consiente
vivir con usted, él o ella no van a tratar de hacer que comprometa el sábado.

“¿Está mal asistir a una función nocturna con un cónyuge no convertido la noche del
viernes?”

Una vez más, el mismo principio aplica. Considere las influencias que estarían presentes.
¿Se beneficiaría usted al ir? ¡Probablemente no! O ¿se beneficiarían ambos si usted
respetuosamente se niega (I Cor. 7:14, 16)? ¡Casi ciertamente, sí! Recuerde: “…todo lo que
no proviene de fe, es pecado” (Rom. 14:23).

Bodas y funerales

“¿Está mal asistir a una boda o un funeral en sábado?”

Siempre y cuando no entre en conflicto con la reunión del sábado, no está mal asistir a una
ceremonia de alguien cercano a usted. Nuevamente, ciertos juicios tienen que ser hechos.
Si asistir a la ceremonia le impide asistir a servicios de sábado, sería un error. Si usted
puede asistir a ambos (con el énfasis apropiado colocado en la observancia del sábado),
entonces no estaría mal.

Hacer el bien en el sábado

“¿Es aceptable hacer ‘buenas obras’ en el sábado?”

Algunos han preguntado: ¿Está mal ayudar a alguien con un neumático desinflado, o
alguna otra dificultad mecánica, en camino a servicios de sábado? Si es alguien que usted
conoce, como un miembro de la Iglesia en su camino a servicios, no está mal.
Sin embargo, en este tiempo y era, cuando es potencialmente peligroso detenerse y ayudar
a extraños, usted debe confiar en la sabiduría de Dios para tomar la decisión correcta.

El ejemplo de Cristo fue hacer bien en el día de reposo a medida que las situaciones se
presentaran a sí mismas (Mat. 12:1-9, 12; Marcos 3:4; Lucas 6:7-9; Juan 5:7-9). Él no se
salía de su camino en busca de buenas obras para hacer en el día de reposo.

¿En qué esperaría Dios que pusiera usted más importancia: Una oportunidad de prestar
asistencia física a una persona inconversa (quien, al hacer sus propias cosas en el sábado
de Dios se encontró con dificultades menores), o la oportunidad de servir (espiritual y
físicamente) a hermanos de igual mente, con quienes generalmente tenemos
compañerismo sólo en el sábado?

Una vez más, debemos usar buen juicio. Si es alguien que usted conoce, entonces no
estaría mal detenerse y ofrecer ayuda. Recuerde, usted puede ser la única Biblia que
algunos leerán. Algunos podrán ver sus buenas obras y “…glorificar al Padre que está en el
cielo” (Mat. 5:16).

Si en su celo por llegar a tiempo a servicios, usted no muestra interés por su vecindario, ha
perdido una oportunidad de “dejar que su luz brille delante de los hombres”. Su ayuda le
habría mostrado: (1) que guarda el sábado; (2) que es correcto hacer el bien en el sábado.

Todo en la vida requiere buen juicio. Por ejemplo, no sería incorrecto detenerse en la
escena de un accidente en el que alguien está obviamente herido y necesitado de ayuda
inmediata (y hacer lo que pueda hasta que llegue el personal de emergencias). En ese caso,
sería un error pasar insensiblemente por el lugar (Gál. 6:10; Santiago 4:17).

¿Qué acerca de un “buey en el pozo”?

“¿Qué si aparece una situación de emergencia, que requiere trabajar en el sábado?”

Muchos han luchado con la cuestión de lo que califica como una situación de un “buey en
el pozo”. A través de ese ejemplo (Mat. 12:10-11; Lucas 14:1-5), Cristo lo definió como una
situación imprevista más allá de nuestro control.

Algunos han liberalizado el tema cavando una zanja el viernes, dejando la puerta abierta
intencionalmente, llevando al buey al camino, y empujándolo en la zanja. Ellos son fariseos
en su lista de “cosas por hacer y no hacer”, pero luego tratan de rodearlas empujando el
buey en el pozo. Algunos olvidan que el día de reposo fue hecho para el hombre, y no el
hombre para el día de reposo. Enfocarse exageradamente en el día, se van al extremo
opuesto, adorándolo, en lugar de adorar al DIOS que lo creó.

En teoría, si los hombres hicieran el día de reposo, podrían tener el derecho a decir cómo
guardarlo. Sin embargo, puesto que fue hecho para el hombre, no por el hombre, el
hombre no determina como debería guardarlo. ¡Dios lo hace!

Debemos ejercer buen juicio y planificación. Por ejemplo, si usted invita a hermanos a su
casa después de los servicios de sábado, vea por adelantado y anticipe lo que necesitará.

Incluso si no está esperando huéspedes, debe planificar para el sábado para que usted y su
familia puedan guardarlo como Dios manda. Por ejemplo, si sabe que no dispone de
alimentos determinados que normalmente disfruta en el día de reposo, o si hay algo
especial que a usted le gusta comer, planifique por adelantado.

Además, asegúrese de tener suficiente combustible para el auto antes del sábado. También
es buena idea revisar los neumáticos y otros fluidos vitales. Experimentar problemas
mecánicos en el sábado puede hacer que sea difícil regocijarse. Aunque no podemos
prever cada posible problema, enfocándonos en los que podamos es una parte importante
de una adecuada planificación del sábado.

Tratar todos los posibles escenarios de un “buey en el pozo” requeriría más de un artículo.
Éstos pueden venir en todos los tamaños, formas y colores posibles — de la calidad
estándar de los bueyes de arado en una zanja del camino a “Babe el buey azul”, hasta el
cuello del Gran Cañón.

Como lo dice Proverbios 22:3: “El avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y
reciben el daño”. Las diferentes circunstancias requieren diferentes grados de planificación
y preparación.

Un ejemplo de un normalmente programado (pero evitable) “buey en el pozo” es


experimentado por los productores de leche. Las vacas tienen que ser ordeñadas dos veces
al día. Esta es una tarea manual que requiere aproximadamente quince minutos por vaca.
Incluso si se hace mecánicamente, ciertos pasos intermedios deben hacerse a mano. Esto
consume tiempo.
Tenga presente, muchos de los siervos de Dios en el Antiguo Testamento eran agricultores
o granjeros — y Dios los bendecía. Ellos debieron haber planificado sus diversas tareas para
que éstas no interfirieran con la apropiada observancia del sábado. ¡Ellos lograban sacar
adelante la tarea!

En el pasado, los productores de leche exitosos en la Iglesia de Dios atendían las


necesidades de su ganado sin quebrantar el sábado. Simplemente confinaban a los
terneros lactantes con sus madres antes de la puesta del sol del viernes, y los liberaban
después de la puesta del sol del sábado. El trabajo era hecho, ¡y el sábado no era violado!

Hay muchas otras cuestiones agrícolas específicas que podrían abordarse. Pero si Abel,
Noé, Abraham, Jacob, Moisés y otros lo hicieron funcionar, también se puede hacer hoy
día.

En la sociedad de hoy, basada en la codicia, las “granjas industriales” son el estándar. Las
granjas se están convirtiendo en corporaciones que poseen “líneas de ensamblaje” que
operan “24/7”.

Pero esto jamás fue la intención de Dios. Dios había colocado a Adán en el jardín del Edén
para “…labrarlo y guardarlo” (Gén. 2:15). Dios nunca coloca a las personas en situaciones
que los obligan a comprometerse con las leyes que Él les mandó guardar (Santiago 1:13).

Sin embargo, si un agricultor se encuentra regularmente en apuros en el sábado, debido a


una inadecuada planificación, debería considerar cómo reducir su carga de trabajo o
incluso otra ocupación. Lo mismo aplica a cualquier otra profesión.

¿Cuál es su actitud hacia el día de reposo?

¿Considera el día de reposo como Dios lo planeó? ¿Lo anticipa cada semana, como tiempo
para poner a un lado sus preocupaciones diarias (ir a trabajar, pagar cuentas, compras,
etc.) y enfocarse en su relación con su Creador? O ¿lo considera como una carga, como
tiempo que le es quitado? ¿Observa el reloj el sábado, esperando la puesta del sol, a fin de
poder “regresar a sus cosas”?

El sábado es el regalo semanal de Dios para su pueblo. Deberíamos tenerlo en cuenta al


igual que su mandamiento de diezmar. Dios nos da seis séptimas de la semana para hacer
lo que nos plazca, dentro de los límites de su Ley. Todo lo que Él requiere a cambio es que
mantengamos santo el séptimo día.

Él nos ordena usar el sexto día de cada semana para prepararnos para el día de reposo.
Esto significa una planificación adecuada — previendo y asegurándonos que todo esté en
lugar mucho antes de la puesta del sol del viernes, para que estemos preparados
para recibir el sábado, en la misma manera que recibimos las bendiciones por obedecer el
mandamiento del diezmo de Dios: “os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre
vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Mal. 3:10).

A diferencia de diezmar, Dios nos da nuestras seis séptimas partes de la semana “por


adelantado”. Sólo al final de la semana nos prueba “si andamos en la [Su] ley o no” (Éxo.
16:4).

Los que tienen hijos deben planificar actividades de sábado para ellos, que les ayuden a
apreciar apropiadamente el día. Proverbios 22:6 dice: “Instruye al niño en su camino, y aun
cuando fuere viejo no se apartará de él”.

Debemos tomar el tiempo para sentarnos regularmente con nuestros niños y leerles la


Palabra de Dios. De esta forma, no sólo estarán más atentos a los mensajes dados en el
sábado, sino también podrán entender y apreciar mejor que el cristianismo es un CAMINO
DE VIDA, y no sólo un evento de un día a la semana.

Salga a caminar con sus hijos en el día de reposo y exalten la belleza de la creación de Dios.
Siempre recuerde que Dios les está ofreciendo a sus hijos la misma recompensa que le está
ofreciendo a usted. Nosotros debemos hacer todo lo que podamos para inculcar en ellos el
deseo de heredar el Reino de Dios.

Vestuario de sábado

“¿Cómo debemos vestirnos para el sábado?”

Este es otro aspecto de la observancia del sábado que ha sido liberalizado y diluido entre el
pueblo de Dios. Muchos han olvidado que ellos vienen ante de Dios. Aunque usted pueda
no tener una gran congregación con la cual reunirse, y está guardando el sábado en su casa
(o en casa de unos pocos hermanos más), aún se está reuniendo en la presencia de Dios.
Incluso si nadie más ve cómo está vestido, Dios lo hace.
Recuerde el ejemplo de Herbert W. Armstrong cuando viajaba al extranjero, para visitar a
líderes mundiales: Si tenía dos camisas — una para vestir el viernes en su reunión con un
rey, presidente, primer ministro, etc., y una para el sábado — reservaría la mejor de las dos
para el sábado. Él sabía que vendría ante Dios.

Su atuendo del sábado no debe ser extravagante, atrayendo la atención hacia usted.
Nuestro enfoque debe ser en Dios y en cómo podemos servir a otros.

Los hombres deben vestir traje y corbata. Para las mujeres, vestidos o conjuntos de falda y
blusa son apropiados. La modestia es la regla al determinar cosas tales como la longitud
apropiada de la falda, etc. Jamás debemos basar nuestras elecciones de vestuario en los
estándares actuales de Hollywood, que son impuestos por diseñadores de moda del
mundo (y en muchos casos, homosexuales).

Quejas en sábado

El sábado es un tiempo para apartar los eventos de los seis días previos y enfocarse más
centradamente en la importancia de nuestro llamamiento. Es el tiempo que Dios nos ha
dado para congregarnos y tener comunión con aquellos del mismo sentir (Fil. 2:5).
Debemos utilizarlo para exhortarnos unos a otros (Heb. 10:25).

Éste no debe ser usado simplemente “para descargar” todos nuestros problemas y
dificultades en los hermanos. Aunque debemos mencionar ciertas pruebas que estemos
soportando, a fin que otros puedan orar por nosotros, ese no debe ser el enfoque central
de nuestra conversación. Debemos enfocarnos en lo positivo.

Recuerde, el sábado es un recordatorio semanal del descanso milenial y el


rejuvenecimiento que el mundo entero disfrutará después del Regreso de Cristo (Heb. 3:11;
I Pedro 3:8).

Éxodo 3 proporciona el relato de Dios hablando a Moisés desde una zarza ardiendo. La
mayoría de los cristianos profesos están familiarizados con este pasaje. Pero hay una
lección referente al día de reposo. En el versículo 5, Dios le ordenó a Moisés: “No te
acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es”.

¿Cuál es la conexión aquí con el día de reposo? Vimos que Isaías fue inspirado a escribir:
“Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad [negocios] en mi día santo, y lo
llamares delicia, santo, glorioso del ETERNO; y lo venerares, NO andando en tus propios
caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás
en el ETERNO; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad
de Jacob tu padre; porque la boca del ETERNO lo ha hablado” (Isa. 58:13-14).

El sábado es tiempo santo que apunta a Dios; nosotros no debemos profanarlo. Es nuestra


oportunidad semanal de ensayar el milenio venidero — es el año sabático de descanso de
1.000 años para toda la humanidad, cuando todas las personas aprenderán el Camino de
Dios.

Al guardar el sábado como Dios manda, expresamos nuestro deseo de: “venga tu reino”
(Mat. 6:10).

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