U
n hecho ha llamado la atención en estaríamos mejor sin regla, porque “…
estos últimos días, que tiene que
ver con las finanzas públicas en
general y con la contabilidad en particular: la
renuncia del profesor Mac Hofstetter al
Comité Consultivo de la Regla Fiscal, por
razones que obedecen, según lo explicó en
entrevista concedida a La W Radio y a otros
medios de comunicación, a que “el
funcionamiento de la Regla en los últimos
tiempos se ha vuelto inútil”
El profesor Hofstetter, de la Universidad de
los Andes, hacía parte del Grupo Técnico del
Producto Interno Bruto Potencial, grupo
conformado por académicos, expertos y
consultores de reconocida trayectoria e
idoneidad, cuyas opiniones no obligan al
Comité ni a las instituciones que pertenecen,
según lo estipula el Decreto 1790 de 2012.
¿Qué es la Regla Fiscal? Un mecanismo para
fortalecer la disciplina fiscal del gobierno
central, que fija metas puntuales sobre el
déficit del gobierno, para que el gasto esté
acorde con sus ingresos estructurales o de
largo plazo. Según la Ley 1473 de 2011 el
propósito de establecerla es garantizar la
sostenibilidad de largo plazo de las finanzas
públicas y contribuir a la estabilidad
macroeconómica. La regla señala que el
déficit estructural del gobierno nacional
central no será mayor al 1% del PIB a partir
del año 2022.
Opina el profesor que la función del comité
es establecer un límite sobre el tamaño del
déficit fiscal que tiene el gobierno año a año,
pero que en los últimos tiempos la forma
como se han contabilizado algunos gastos
hace que el límite en realidad “no muerda”,
en la medida que siendo gastos se los
contabiliza de una forma distinta. Señala que
Las opiniones expresadas en Contrapartida comprometen exclusivamente a sus autores.
sabríamos mejor cuáles son realmente los
gastos y el tamaño del déficit porque no
había necesidad de inventar estrategias para
cumplir con ese número mágico de manera
contable”, lo cual fuerza al gobierno a ser
menos transparente con sus datos y hace
lucir más “rosas” a los números, lo que
vuelve inútil la regla.
En las entrevistas dadas por el profesor
Hosfstetter se refiere al tema de la
contabilidad en general y, por tratarse del
gobierno, pareciera y se puede interpretar
que la culpable es entonces la contabilidad
pública, a cargo del Contador General de la
Nación (CGN), situación que no es en nada
cierto y no corresponde con la realidad,
porque se trata de “otra contabilidad”, la
fiscal, la que se estructura para las
estadísticas de finanzas públicas, la que
establece el balance fiscal del gobierno y
determina el déficit fiscal, que aunque tienen
y deben tener relación, hoy presentan
resultados metodológicamente diferentes,
por el tratamiento de sus datos.
Iván Jesús Castillo Caicedo
Contrapartida
De Computationis Jure Opiniones
Número 4932, 16 de marzo de 2020

L
as dificultades contables en materia de
la regla fiscal no tratan de la
contabilidad financiera patrimonial a
cargo del CGN, la cual no permite maniobras
o estrategias contables para inducir a un
propósito deseado; esta contabilidad
muestra razonablemente la realidad de la
situación financiera y patrimonial a una
fecha determinada y el resultado económico,
tal como se presenta en el periodo, por ello,
la “representación fiel” se erige como su
postulado fundamental. Lo que ocurre en
Colombia, lo hemos señalado y reiterado en
este espacio, es que el cálculo del déficit
fiscal se realiza en el Ministerio de Hacienda
con una metodología del FMI del año 1986,
sobre una base presupuestal, de caja o de
efectivo, con pequeños ajustes (cuentas por
pagar) que se toman de la contabilidad
financiera, cuando a estas alturas ya existen
metodologías actualizadas del año 2001 y la
más reciente de 2014 que promueven el uso
de la contabilidad de devengo o
acumulación.
El Ministerio no utiliza todavía la
contabilidad financiera patrimonial a cargo
de la Contaduría General de la Nación,
contabilidad de devengo o acumulación que
atiende estándares internacionales de
contabilidad para el sector público y alineada
a las recomendaciones de organismos
multilaterales, quienes vienen
recomendando que el país avance en sus
cálculos fiscales con información tomada de
esta contabilidad patrimonial o de
acumulación o devengo, porque son datos
certeros y obtenidos producto de un proceso
contable, rigurosamente normado, en donde
el ingreso, el gasto, el activo , la deuda,
atienden a definiciones económicas
Las opiniones expresadas en Contrapartida comprometen exclusivamente a sus autores.
estructuradas y aceptadas
internacionalmente, sin posibilidad para el
preparador de la información de
“maniobrar” a su acomodo los datos.
Pero debemos señalar que el Gobierno
Colombiano, a través de la Comisión
Intersectorial de las Estadísticas de las
Finanzas Públicas – CIEFP, con apoyo de la
Secretaría de Asuntos Económicos del
Gobierno Suizo (SECO) viene trabajando para
migrar y realizar los cálculos de déficit fiscal,
con información de la base contable de
devengo, proceso que va por buen camino,
pero creo que aún queda tiempo para que
sea realidad.
Es importante y oportuno resaltar que, en
esta discusión “contable” pueden
presentarse interpretaciones distintas con el
Gobierno. El profesor señala que “El
Gobierno está haciendo pagos gruesos con
emisiones TES y eso no se cuenta como un
egreso”, y está bien que no cuente como
egreso, desde la perspectiva de que no hay
salida de fondos. La contabilidad financiera
trata esta transacción, como una
reclasificación del pasivo, es decir, una
obligación con un proveedor (cuenta por
pagar) se cancela con un título (TES), lo cual
es una inversión para el proveedor, pero
sigue siendo un pasivo del gobierno, pero
con otro significado, “deuda pública,
producto de emisión”. Aumenta la
financiación con deuda pública, disminuye
con proveedores, en ese momento
patrimonialmente no hay cambio.
Iván Jesús Castillo Caicedo
Contrapartida
De Computationis Jure Opiniones
 Número 4933, 16 de marzo de 2020
E
n los pagos con TES a los proveedores
no hubo salida de fondos, no hay
afectación patrimonial, solo una
reclasificación, de un pasivo de corto plazo, a
un pasivo de largo plazo; es un cambio de
perfil de los pasivos; se posponen los pagos,
probablemente por falta de liquidez, o por
decisión de política financiera o política
monetaria, o sencillamente producto de un
análisis financiero, de costos de capital, de
costos de oportunidad.
Cuando la contabilidad de devengo sea base
y se utilice integralmente para cálculos
macroeconómicos, se acepten los resultados
como se muestran en los estados
financieros, se tomen las decisiones que
correspondan, seguramente no se hablará de
“estrategias contables” para contabilizar
hechos de manera distintas a lo que
realmente representan, ni de “maquillajes
contables” para hacer lucir “rosas” los
números.
A propósito de este tema, el Instituto
Nacional de Contadores Públicos – INCP
presenta una reseña de un informe
publicado por la Federación Internacional de
Contadores (IFAC, por sus siglas en inglés) y
la Asociación de Contadores Públicos
Colegiados (ACCA, por sus siglas en inglés)
titulado “¿El efectivo sigue siendo el rey?
Maximizar los beneficios de la información
de acumulación en el sector público”, el cual
enfatiza en la necesidad de una transición
completa del sector público a la contabilidad
de acumulación, que sería de utilidad al
interés común. El INCP destaca del informe
algunas recomendaciones generales a los
gobiernos, tales como: evaluar pasivos
contingentes, implementar presupuestos de
Las opiniones expresadas en Contrapartida comprometen exclusivamente a sus autores.
acumulación, producir un balance general
consolidado del sector público; se espera
para el año 2023 que sean 98 los países, de
150, los que utilicen la base de devengo, es
decir un 65%, dado que actualmente son 37.
Si Colombia recorre el camino hacia la
contabilidad de devengo desde el año 1995,
si viene realizando procesos de consolidación
del sector público; si armonizó integralmente
las normas contables para el sector público a
estándares internacionales; si las entidades
vienen produciendo información sobre base
del devengado, ¿por qué no se utiliza esta
información para propósitos fiscales? ¿tiene
temor el Gobierno de las cifras que se
presenten? ¿falta mayor aprehensión de la
normatividad contable? ¿es deficiente la
información? ¿por qué no dar más apoyo a la
CGN para mejorar la información contable?
¿por qué seguir con un modelo sobre la base
de efectivo? ¿por qué no se definen fechas
perentorias para utilizar la información
contable como base de los cálculos fiscales?
¿por qué las reformas propuestas no
priorizan la contabilidad por acumulación?
¿la CIEFP y sus comités técnicos son
conscientes de la contabilidad de
acumulación como centro de las decisiones?
¿es posible tener un presupuesto de
acumulación para integrar las finanzas
públicas? ¿Hasta cuándo el tema de la
contabilidad presupuestal sea del resorte del
Gobierno y no de la Contraloría General? Son
interrogantes que en el devenir funcional y
académico se expresan, se esperan
respuestas y acciones de impacto en la
transparencia de la contabilidad fiscal del
gobierno.
Iván Jesús Castillo Caicedo
Contrapartida
 De Computationis Jure Opiniones
Número 4934, 16 de marzo de 2020

Las opiniones expresadas en Contrapartida comprometen exclusivamente a sus autores.