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Josep CAPDEFERRO
Universitat Pompeu Fabra
Resumen: Durante la secesión de la Monarquía Hispánica (1640-1652), las principales instituciones representativas cata-
lanas (Junta General de Braços, Diputació del General y Consell de Cent de Barcelona) utilizaron un instrumento valioso para cas-
tigar a los traidores de la patria: la privación de derechos electorales. Resultaba un instrumento paralelo, aunque de eficacia mucho más
limitada, a los que ostentaban las monarquías hispánica o francesa mediante la represión de crímenes de lesa majestad. Ocasionalmente,
cuando los intereses de las instituciones y la patria no coincidieron con los del rey vigente, se demostró la fragilidad de la lesa patria
ante la arrolladora lesa majestad.
Palabras clave: Patria. Traición. Derechos políticos. Cataluña. Diputació del General. Consell de Cent. Represión.
Résumé: Pendant leur sécession de la Monarchie Hispanique (1640-1652), les principales institutions représentatives catala-
nes ont utilisé un instrument précieux pour punir les traîtres de la patrie: la privation de droits électoraux. C’était un instrument para-
llèle, bien que d'efficacité beaucoup plus limitée, à ceux que les monarchies hispanique ou française possédaient moyennant la répression de
crimes de lèse majesté. Occasionnellement, quand les intérêts des institutions et la patrie n'ont pas coïncidé avec ceux du roi en vigueur, s'est
démontré la fragilité de la lèse patrie devant la foudroyante lèse majesté.
Mot clés: Patrie. Trahison. Droits polítiques. Catalogne. Diputació del General. Consell de Cent. Représsion.
Abstract: During their secession from the Hispanic monarchy (1640-1652), the main Catalan representative institutions used a
valuable instrument to punish the traitors of the homeland: the deprivation of electoral rights. Although its limited effectiveness, it was a parallel
instrument to those exhibited by the Hispanic or French monarchies through the repression of crimes of lèse majesty. Occasionally, when the inte-
rests of the representative institutions and the homeland did not coincide with those of the current king, the fragility of the lèse fatherland crime
in front of the overwhelming lèse majesty one was proved.
Key words: Fatherland. Treason. Political rights. Catalonia. Diputació del General. Consell de Cent. Repression.
1
Este trabajo se inscribe en el proyecto De la iurisdictio a la soberanía: formas de organización política y jurí-
dica de las monarquías hispánicas (siglos XIII-XX) (MINECO: DER2016-75830-P) dirigido por Tomàs de
Montagut.
Laburpena: Monarkia Hispanikoaren sezesioan (1640-1652) Kataluniako erakunde nagusiek (Braçoseko Batzar
Orokorrak, Diputació del General eta Bartzelonako Consell de Centek) tresna indartsu bat erabili zuten aberriaren traidoreak zigort-
zeko: hauteskunde-zuzenbidea kentzea. Espainiako eta Frantziako monarkiek erregearen kontrako krimenekin garatzen zuten errepresioa-
ren paraleloa zen zigor hau, baina askoz ere eraginkortasun murritzagoa zuen. Instituzioen eta aberriaren interesek erregearenarekin bat
ez zetozenean, argi geratzen zen aberriaren kontrako krimenen kontrako jardunak ahulagoak zirela erregearen kontrako krimenen aurka-
ko jarduerak baino.
Giltza-hitzak: Aberria. Traizioa. Eskubide politikoak. Katalunia. Diputació del General. Consell de Cent. Errepresioa.
ste texto parte de un presupuesto fundamental, el alto valor que tiene la par-
E ticipación política en Cataluña, como en otros territorios de la Corona de
Aragón, durante las edades media y moderna. Desde los siglos XIII y XIV, en un
contexto profundamente iuscentrista, se configuran instituciones representativas
vigorosas, a nivel tanto provincial como local. Pensemos, por ejemplo, en las Corts,
la Diputació del General o municipios dotados de competencias crecientes, con el
Consell de Cent barcelonés a la cabeza. La monarquía no consigue colonizar ni suje-
tar completamente estas instituciones, de modo que coyunturalmente pueden actuar
como auténticos contrapesos a su poder.
Mediante una rotación frecuente en las dignidades y los oficios –la mayoría de
mandatos en las instituciones locales son anuales, trienales en la Diputació– se difun-
de una cultura pararepublicana de participación y representación, de amplio abasto
social –no meramente aristocrática u oligárquica–, aunque para nada parangonable
a la liberal contemporánea.
En los siglos XV y siguientes la monarquía, para superar efectos nocivos de la
cooptación tradicional, interviene en distintos regímenes electorales e implanta pro-
gresivamente el sistema insaculatorio –vulgarmente llamado del sac i sort– en las ins-
tituciones provinciales y locales2. Con el paso del tiempo, estas instituciones y la
sociedad que las dinamiza no sólo se adaptan al nuevo sistema, sino que lo adoptan
como elemento identitario y lo convierten en bagaje colectivo. Así, adquieren gran
relieve en el calendario social e institucional las fechas vinculadas con las elecciones:
para la insaculación de nuevas personas a las bolsas, para habilitación de los insacu-
lados que cumplan unos requisitos y, claro está, para extracción a suerte de quienes
acceden a dignidades y cargos. Pueden ser ocasiones concurridas (varían los meca-
nismos para tutelar su desarrollo), llevar aparejadas merendolas y celebraciones e
incluso ser motivo de apuestas. Los llamados pactos de joia, llistes de sants o simplemen-
te llistes, perseguidos tan tenaz como inútilmente desde mediados del siglo XVI, son
juegos de azar donde los apostantes especulan sobre los nombres de las personas
–sobre todo del brazo militar– que serán designadas por la suerte para dirigir la
Diputació3.
El regimen insaculatorio también se implementa en corporaciones profesionales,
colegios y cofradías, donde los maestros agremiados tienen en gran estimación el
ejercicio de derechos de carácter mixto político-cívico.
2
Para la Diputació del General, SERRA, Eva, «Introducció: La insaculació i els llibres de l’ànima de la
Generalitat», SERRA, Eva (coord.), Els llibres de l’ànima de la Diputació del General de Catalunya (1493-
1714), vol. I, IEC, Barcelona, 2015, pp. 7-55. Para los municipios catalanes, con Barcelona en la cabeza,
sigue vigente TORRAS RIBÉ, Josep M., Els municipis catalans de l’antic règim (1453-1808), Curial,
Barcelona, 1983.
3
FLUVIÀ, Armand de, «El 'pacte de joia', un curiós precedent de les apostes d'avui en la Barcelona del
segle XVI», Cuadernos de Historia Económica de Cataluña, nº XII (1974), pp. 49-76. Vid. unas notas sobre
la normativa y la jurisprudencia represiva de estas listas en CAPDEFERRO, Josep, Joan Pere Fontanella
(1575-1649), un advocat de luxe per a la ciutat de Girona, tesis doctoral (UPF, 2010), pp. 1175-1177.
Veamos un par de muestras del alto valor que muchas personas dan a sus dere-
chos políticos y cívicos pasivos, es decir a su elegibilidad. Primeramente, las fechas
previas a una extracción a suerte hay personas que renuncian a un litigio con una
institución o saldan su deuda con ella, para evitar ser descartados en caso de que la
suerte les sea favorable con una dignidad o un oficio. En segundo lugar, los tales des-
cartados –llamados ofegats, literalmente ahogados– instan a menudo litigios, a veces
complejos y costosos, para ver reconocidos su derecho y su honor público, de impo-
sible cuantificación económica. Estos procesos judiciales pueden efectuarse ante la
propia institución o ante la Real Audiencia de Cataluña, que dispone de un proce-
dimiento verbal sumarísimo por compareant partes de extrema agilidad dada la irre-
parabilidad de lo que está en juego, es decir, para que una indebida dilación de la
causa no lesione más al afectado. Algunos ejemplos de ofegaments conflictivos en el
ámbito municipal son los del mercader Salvador Jutglar, que litiga a partir de 1628
contra el gobierno local de Girona porque le impide ser jurado tercero de la ciudad,
o el de don Guillem de Montagut, que litiga contra el gobierno de Lleida a partir
de 1629 porque le aparta indebidamente del cargo de paer en cap –primer edil– al
que ha sido extraído a suerte. El jurista Joan Pere Fontanella participa en ambos
casos, como defensor del gobierno de Girona y de Guillem de Montagut respecti-
vamente4. En el ámbito gremial de Barcelona se da un triste caso con el maestro car-
pintero Simó Oliveras, a quien en el último cuarto del siglo XVI Andreu Carbonell,
un colega, pretende negar un cargo directivo en la confradía o gremio común,
supuestamente por descender de judeoconversos. Oliveras, lejos de amilanarse,
defiende su honor y su cargo –en este orden– en un proceso criminal ante la Real
Audiencia cuya sentencia tiene fuerte repercusión pública5.
4
CAPDEFERRO, Josep, Joan Pere Fontanella (1575-1649)..., pp. 914 y ss. Otros ejemplos entre muchos,
para la ciudad de Barcelona: a) AHCB, Consellers, XX-182, n. 18, proceso entre 1694 y 1696 del mer-
cader Gaspar Gatillepa contra el síndico de Barcelona; Gatillepa es rechazado en la extracción de con-
seller quart efectuada el 30 de noviembre de 1693; b) ibídem, XX-197, n. 61 y 73, proceso en 1709 del
noble Francesc de Calderó Resplans contra el síndico de la ciudad. En ambos casos, el síndico de la ciu-
dad pretende que los reclamantes no residen efectivamente en Barcelona cuando han sido extraídos a
suerte. Nota: Las citas de archivo son fruto de consultas directas del investigador.
5
CAPDEFERRO, Josep, «La infàmia de tenir sang jueva a la Catalunya moderna: ecos del Reial Consell
i de la literatura jurídica», PORQUERES, Enric (coord.), Francesc Riera, des de l’abundància del cor,
Lleonard Muntaner Editor, Palma de Mallorca, 2012, pp. 163-174.
6
Resúmenes del contexto visto desde la Diputació del General: MOLAS, Pere y PALOS, Joan Lluís,
«Pròleg: De la defensa de les lleis al canvi de sobirania», Dietaris de la Generalitat de Catalunya, vol. V
(1623-1644), Generalitat de Catalunya, Barcelona, 1999, pp. IX-XXXII; ALCOBERRO, Agustí,
«Pròleg: 1644-1656, els anys centrals de la Guerra dels Segadors», Dietaris de la Generalitat de Catalunya,
vol.VI (1644-1656), Generalitat de Catalunya, Barcelona, 2000, pp. IX-XXXIII.
7
RUBÍ, Basili de (ed.), Les Corts Generals de Pau Claris. Dietari o procés de Corts de la Junta General de
Braços celebrada al Palau de la Generalitat de Catalunya del 16 de setembre del 1640 a mitjan març del 1641,
Fundació Salvador Vives Casajoana, Barcelona, 1976.
8
VIDAL, Jordi, Guerra dels Segadors i crisi social: els exiliats felipistes (1640-1652), Ed. 62, Barcelona, 1984.
9
JANÉ, Òscar, «Literatura política i ‘opinió pública’ a la Catalunya en guerra del segle XVII», Caplletra,
nº 57 (2014), pp. 135-150.
10
SIMON TARRÉS, Antoni (cur.), Cròniques de la Guerra dels Segadors, Fundació Pere Corominas,
Barcelona, 2003, p. 91: «Entenem que en els encadenaments que poden establir-se entre la revolta social i la revo-
lució política de 1640, un dels més importants és l’intent d’instrumentalització i reconducció de les formes de resis-
tència pagesa i popular contra els allotjaments, el fisc reial i l’opressió senyorial i de les oligarquies urbanes, cap a una
lluita de la comunitat política catalana de tipus nacional».
11
ESTANYOL,Vicenç, El pactisme en guerra: L’organització militar catalana als inicis de la guerra de separació,
1640-1642, FSVC, Barcelona, 1999. SERRA, Eva, «La Diputació del General del segle XVI al XVIII.
Balanç historiogràfic i línia interpretativa», FERRER MALLOL, M. Teresa (ed.), La Generalitat de
Catalunya a través dels segles. Commemoració dels 650 anys de la Generalitat, IEC, Barcelona, 2011, pp. 69-85.
Una conclusión aflora de todo lo dicho: la Cataluña secesionista del siglo XVII
es un laboratorio privilegiado para el estudio de crímenes de lesa majestad, amplia-
mente conocidos y teorizados, y también de crímenes de lesa patria, singularísimos,
que en algunos aspectos prefiguran los crímenes de lesa nación de contexto liberal.
Nuestro objetivo es identificar el contenido y la represión de estos crímenes de
lesa patria, de los que predicamos cinco rasgos interrelacionados: no nos consta que
estén conceptualizados por la doctrina jurídica13; pueden recibir distintos nombres,
fruto de la combinación de sustantivos como enemics, malafectes o traïdors y de la pàtria
o de la província14; sólo pueden concebirse en territorios con unas instituciones dota-
das de un auténtico autogobierno –una amplia jurisdicción privativa–; en cierto
modo, se sitúan a medio camino entre el crimen de lesa majestad –en la Cataluña
del siglo XVII podríamos hablar de crímenes de lesas majestades en plural, porque hay
dos reyes susceptibles de ser traicionados– y fenómenos de represión popular des-
controlada de traidores –el pueblo les trata de facto como criminales de lesa patria–;
las propias instituciones de la época, cronistas de su tiempo15 y estudiosos actuales a
menudo confunden o acumulan estas categorías –raramente las deslindan–.
12
SIMON TARRÉS, Antoni, Del 1640 al 1705. L’autogovern de Catalunya i la classe dirigent catalana en el
joc de la política internacional europea, PUV y IEC,Valencia, 2011, pp. 36 y ss.
13
Por lo que respecta a la historiografía, usa la expresión SERRA, Eva, «La Diputació del General del
segle XVI al XVIII…», p. 81: «Mentre que per a la monarquia hispànica els dirigents [de la Diputació], espe-
cialment els diputats, havien caigut en crim de lesa majestat, les institucions catalanes confiscaven les rendes dels male-
fectes en termes, diríem, de crim de lesa pàtria».
14
Sobre la frecuencia de uso en documentación de la Cataluña moderna de las nociones nació, terra, pàtria,
província –las dos últimas muy en boga a partir de 1640–, TORRES, Xavier, Naciones sin nacionalismo.
Cataluña en la monarquía hispánica (siglos XVI-XVII), PUV,Valencia, 2008, pp. 69 y ss., esp. pp. 104 y ss.
15
El ‘Diari anònim barcelonès de la Guerra de Separació (1641-1644)’, según lo titula SIMON
TARRÉS, Antoni (cur.), Cròniques de la Guerra dels Segadors..., pp. 313-348, es particularmente prolijo
en referir los castigos sufridos por reos de lesa patria y/o lesa majestad, con tono ejemplarizante. El die-
tarista debió de ser jurista, quizás doctor de la Real Audiencia de obediencia francesa. Sobre la acumu-
lación de cargos penales, vid. p. ej. p. 333: «A 31 de octubre 1642 foren cridats per traïdors a la pàtria […] y
al rey nostre senyor y haver comès crimen lesa magestatis in primo capite don Guillem Ramon de Moncada,
marquès de Aytona, y don Daniel de Marimon, y los confiscaren llurs béns».
16
SIMON TARRÉS, Antoni (cur.), Cròniques de la Guerra dels Segadors..., p. 336, permite comparar dos
condenas de crímenes de lesa majestad de enero de 1643: una en Barcelona al caballero Josep Arlès
−cuyos bienes son confiscados−, torturado para confesar el nombre de sus cómplices y matado al garro-
te; la otra en Vic a Josep Pujalt, montado en lo alto de una escalera con un bozal durante tres horas, a
los que seguirían tres años de condena en galeras, por haber hablado mal del rey de Francia. Es digno de
mención que ambas penas se ejecutan en una plaza rebautizada como plassa dels Traïdors.
17
Son particularmente desgraciados los finales de los doctores de la Real Audiencia Gabriel Berart y
Jeroni Guerau en los meses cálidos de 1640, narrados por PALOS, Joan Lluís, Els juristes i la defensa de
les Constitucions: Joan Pere Fontanella (1575-1649), Eumo,Vic, 1997.
plo los ciudadanos que en 1651 no acuden a la defensa de una Barcelona asediada y
azotada por una epidemia–. No son propiamente traidores –a la ciudad, en este
caso–, si acaso se asemejan a desertores. Naturalmente sufren la desinsaculación
como una afrenta a su honor y litigan para evitarla18.
Lo ilustramos con tres casos, de la Junta General de Brazos, la Diputació del
General y el Consell de Cent respectivamente. En su sesión matinal de 3 de noviem-
bre de 1640 la Junta General de Brazos de Cataluña, con una dinámica de Corts sin
rey –presididas por el diputado eclesiástico Pau Claris–, ante el rechazo de la ciudad
de Tortosa a enviar un síndico y a dar la asistencia requerida a la Diputació y el
Consell de Cent, declara a los naturales de Tortosa «enemichs de la pàtria», decreta la
confiscación de sus patrimonios y de sus aliados y su desinsaculación presente y
futura de las bolsas de la Diputació, medida que se extiende también a los descen-
dientes para siempre. Quedan exceptuadas de estas duras medidas las personas que
constará «ésser estades affectas y lleials a las cosas de la província». Por la tarde del mismo
día, la Diputació publica estas duras sanciones a los tortosinos «desanemichs de la
pàtria»19. Así, Tortosa es segregada del Principado de Cataluña, la ciudad, sus habitan-
tes y sus haciendas son reputados extraños y privados de los privilegios y constitu-
ciones de la comunidad política20.
La Diputació del General constituída a modo de tribunal, con los diputados, los
oidores de cuentas y sus asesores jurídicos, dicta por lo menos dos resoluciones judi-
ciales de desinsaculación de sus bolsas para personas publicadas como enemigas de
la patria, una el 10 de mayo de 1642 que afecta a Gabriel de Llupià y Ramon de
Calders Ferran; otra el 12 de mayo de 1643, sobre las personas de Felip Vinyes, Jaume
Mir, Francesc Joan Magarola y Jacint Sala21.
18
AHCB, Consellers,VIII-1, Ànima de la ciudad de Barcelona de 1626 a 1651, post fol. 32. El 8 de mayo
de 1651, en ejecución de una deliberación del Consell de Cent del mismo día, son desinsaculados los
doctores en medicina Joan Argila, Dimas Vileta y Miquel Vilanera. Dos de ellos son restituídos en su
derecho electoral pasivo el 8 de noviembre, a raíz de una deliberación del día previo, puesto que habí-
an reconocido haber dejado la ciudad pero han regresado a ella, son profesionales necesarios en un con-
texto de epidemia y prometen no volver a dejar Barcelona desamparada. Vid. procesos al respecto en
AHCB, Consellers, XX-122, ítem 68, sobre el mercader Josep Rocafort, o XX-124, ítems 5, 13, 19 y 27,
sobre el jurista Miquel Cellers y otros.
19
RUBÍ, Basili de (ed.), Les Corts Generals de Pau Claris…, p. 210-211. Dietaris de la Generalitat de
Catalunya, vol.V..., p. 1112. SIMON TARRÉS, Antoni (cur.), Cròniques de la Guerra dels Segadors…, p. 216,
correspondiente a una crónica ‘Exemplària’ de la Catedral de Barcelona. Las personas residentes en
Tortosa que son efectivamente objeto de esta desinsaculación son Pere Cavaller, Francesc Jacinto
Cerverino Thomàs, Francesc Ramon Sans, Martí de Avaria, Pere Joan Miravall, Josep Andreu, Pau de
Rossès, Francesc Forcadell, Agustí Josep Mur, Jacint Miravall y Bernadí Vicents Llop. SERRA, Eva
(coord.), Els llibres de l’ànima de la Diputació del General de Catalunya (1493-1714)..., pp. 370, 419, 440
y 441. Personas de otros distritos también desinsaculadas de la Diputació en 1641 «en virtut de crides públi-
ques» son Onofre Pons (Cervera), Miquel Joan Magarola y Josep Vinyals (Barcelona) y Agustí Oriola
(Perpiñán), ibídem, pp. 396, 406, 427 y 435.
20
Sobre la contienda bélica y cuestiones institucionales y sociales en Tortosa y su entorno, MUÑOZ,
Joan Hilari y QUEROL, Enric, La Guerra dels Segadors a Tortosa (1640-1651), Cossetània Edicions,Valls,
2004.
21
ACA, Generalitat, G-50/5, fol. 157v y 182v. En los libros de matrícula se anotan estas desinsaculacio-
nes sin explicitar la traición a la patria; el 15 de mayo de 1642 se indica simplemente «per provisió feta
per los magnífichs assessors de la present casa a deu del corrent» y el 15 de mayo de 1643 «en virtut de
crides públiques y per provisió feta per los assessors del General a dotse del mateix». SERRA, Eva (coord.), Els
llibres de l’ànima de la Diputació del General de Catalunya (1493-1714)..., pp. 360, 362, 407, 408 y 425.
22
AHCB, Consellers,VIII-1 cit., passim.
23
Manual de Novells Ardits vulgarment apellat Dietari del Antich Consell Barceloní, vol. XIV, Barcelona, 1913,
p. 179-180.
24
Dos ejemplos: a) SIMON TARRÉS, Antoni (cur.), Cròniques de la Guerra dels Segadors..., p. 331, refie-
re como Jacint Sala es públicamente llamado «traïdor, infel y enemich de Sa Magestat y de la pàtria» –subra-
yamos la doble dimensión del crimen– el 9 de junio de 1642 y sus bienes son confiscados por orden de
la monarquía; como hemos señalado, no es desinsaculado de las bolsas municipales de Barcelona hasta el
18 de noviembre de 1642; b) AHCB, Consell de Cent, VI-91, fol. 108 y 124, en relación con los cons-
piradores descubiertos en 1646 y sus cómplices.
25
CAPDEFERRO, Josep, «Francesc Martí i Viladamor (1616-1689): un catalan (trop?) fidèle au roi de
France», BERCÉ,Yves M. (ed.), Les procès politiques (XIVe-XVIIe siècle), École française de Rome, Roma,
2007, pp. 425-448.
26
Sobre la literatura política de Martí, con tono regalista in crescendo, ARRIETA, Jon, «La Lex regia en
la obra de Francisco Martí Viladamor: recepción y evolución del concepto», Pedralbes, nº 28-I (2008),
pp. 103-140.
En definitiva, ambos son cuestionados por defender los intereses del rey por enci-
ma –y en contra– de los de la patria que tenían que servir. En Barcelona, las institu-
ciones de legitimidad ascendente no tardan en darse cuenta de que tienen medios
muy limitados para actuar contra los enviados que se han extralimitado, a pesar de su
voluntad dura y ejemplarizante «per a què [els inculpats] sian punits com merexen y ser-
vesquen les dites penes y punitió de exemple als qui obtindran semblants officis y commissions».
Martí se muestra desafiante y arrogante ante las autoridades provinciales. Por un
lado, pretende haber actuado bajo el signo de la razón de Estado; achaca las críticas
de las que es objeto a una información incompleta –«la falta de notícias diversifica molt
los judicis», dice en una carta de 20 de julio de 1646–; la alta política justifica su silen-
cio –«són las matèrias de Estat de tal naturaleza que, durant sa direcció, no són communica-
bles en públich, perque moltes vegades se impediria lo bon exit de aquelles»–. Mientras tanto,
va dando muestras –cacareando, si se permite– de la protección directa que le dis-
pensan el rey, Mazarino y otros ministros principales de la corte de Francia, median-
te cartas y otros apoyos.
Por su parte, en la Diputació y Consell de Cent se promueven, principalmente
contra Martí y también contra Ardena, de modo visiblemente coordinado, numero-
sas acciones políticas y judiciales de muy distinta índole. Ambas instituciones, con sus
tribunales –tienen jurisdicción sobre sus ámbitos competenciales y sus oficiales y
delegados respectivos– y con sus visitas o mecanismos de fiscalización, activan varios
grados de persecución y represión, y ello tiene efectos colaterales sobre institucio-
nes vinculadas –por ejemplo, Martí es privado del oficio de procurador fiscal de la
Batllia General, institución real que la ciudad Barcelona tiene en prenda por aque-
llos años, bajo pretexto de la incompatibilidad de tener simultáneamente un oficio
en la red de poder real y en las redes provincial o local–. Martí también es objeto de
una acusación oportunista –y extemporánea– por fraude en una parcela de gestión
del patrimonio regio en Mataró en el año 1643. Estas actuaciones son objeto de gran
publicidad, parcialmente por motivos garantistas –cada parte prepara alegaciones
jurídicas para legitimarse–, pero también ejemplarizantes –incluso difamatorios–.
Los ediles de Barcelona proclaman sin tapujos que pueden nombrar cargos en ejer-
cicio de la potestad graciosa, y revocarlos como acto de justicia «per irrogar nota y pena
en lo revocat».
El conjunto de actuaciones configura, a nuestro parecer, un proceso de Estado sui
generis. Las instituciones representativas quieren demostrar que la traición a la patria
se paga. A su pesar descubren, si no lo sabían ya, que sus medios para incidir en los
ámbitos de justicia y de gracia son muy limitados. Cuando Martí corre un riesgo
serio de ser detenido, huye a París. Ahí toma cuerpo, más todavía, la protección de
la corona, que le nombra cronista y consejero del rey en sus Consejos Privado y de
Estado; más tarde, traslada su «exilio» en Perpiñán, donde acaba presidiendo el fla-
mante Conseil Souverain du Roussillon –como es bien conocido, este condado y
parte de la Cerdaña permanecen de iure bajo soberanía del rey de Francia desde
1659, a diferencia de otras partes de Cataluña, que en otoño de 1652 regresan bajo
obediencia de Felipe IV–.
27
SERRA, Eva, «Catalunya després del 1652: recompenses, censura i repressió», Pedralbes, nº 17 (1997), pp.
191-215; SERRA, Eva, «El pas de rosca en el camí de l'austriacisme», ALBAREDA, Joaquim (ed.), Del
patriotisme al catalanisme, Eumo, Vic, 2001, pp. 71-103; SERRA, Eva, «Insaculacions de notaris a les bosses
dels càrrecs de govern de la ciutat de Barcelona (1626-1713)», EHDAP, nº XXIV (2006), pp. 25-88.
28
CAPDEFERRO, Josep, «La literatura jurídica, un mirall entelat de les guerres, les revoltes i les paus a
la Catalunya dels anys 1640-1700», JANÉ, Òscar (ed.), Del Tractat dels Pirineus [1659] a l’Europa del segle
XXI: un model en construcció?, Museu d’Història de Catalunya, Barcelona, 2010, pp. 291-304, esp. p. 298.
29
El decreto relativo a la Diputació está transcrito en SERRA, Eva (coord.), Els llibres de l’ànima de la
Diputació del General de Catalunya (1493-1714)..., pp. 90-99. La misma autora en su introducción con-
textualiza y detalla los efectos de esta intervención monárquica radical en las bolsas de la Diputació.
30
Sobre la amplitud de estas políticas y su eficacia represora, después del ya clásico TORRAS RIBÉ,
Josep M., «El control polític de les insaculacions del Consell de Cent de Barcelona (1652-1700)»,
Pedralbes nº 13-I (1993), pp. 457-468, han aparecido muchos otros estudios como los tres de Eva Serra
mencionados tres notas atrás y SIMON TARRÉS, Antoni, Del 1640 al 1705..., cap. III.
Durante la segunda mitad del siglo XVII y a principios del XVIII Diputació del
General y Consell de Cent intentan tenazmente que la monarquía renuncie a la
reserva en las insaculaciones y a la facultad desinsaculatoria. En las Corts de 1701-
1702 no consiguen el objetivo. Sí lo hacen, una vez cerradas las de 1705-1706,
mediante decretos del archiduque Carlos de Austria, entonces Carlos III en la Corona
de Aragón –aunque éste no restituye completamente la situación previa a 1640 pues-
to que se reserva ciertos derechos sobre las bolsas de ambas instituciones31–.
Mientras tanto, cabe señalar el peso político y la notoriedad en la defensa de las
constituciones catalanas que adquiere a partir de la segunda mitad del siglo XVII el
Braç Militar extraparlamentario, una institución que rebasa ampliamente el contor-
no, las dinámicas y las funciones de una reunión nobiliaria32. Al no sufrir interven-
ción alguna de la monarquía, capitaliza la acción política de Cataluña e impulsa, bajo
la estructura consorciada de la Conferència dels Tres Comuns, la Diputació y el
Consell de Cent33.
Durante la década de 1700 varios episodios de vulneración de derechos políticos
pasivos son llevados ante el Tribunal de Contrafaccions de Cataluña, cuya actividad
está certificada entre 1702 y 171334. Ello avala la importancia que los catalanes dan
a la participación en sus instituciones.
Tras la derrota en la Guerra de Sucesión, con el Decreto de Nueva Planta publi-
cado en 1716, fundamentado en la rebelión de los súbditos, el derecho de conquis-
ta y la potestad absoluta del rey, Felipe V desmantela el edificio secular de derecho
público catalán y arranca de raíz los derechos políticos de sus naturales –unos súb-
ditos que paulatinamente se habían ido acercando a un estatus de protociudada-
nos35–. Así, la comunidad fidefraga sufre colectivamente una pena muy dolorosa que
las instituciones representativas habían administrado singularmente a los que había
considerado traidores a la patria.
31
SIMON TARRÉS, Antoni,..., pp. 294-295.
32
MARTÍ, Eduard, El Braç Militar de Catalunya (1602-1714), PUV,Valencia, 2016.
33
MARTÍ, Eduard, La Conferència dels Tres Comuns (1687-1714): una institució decisiva en la política catala-
na, Fundació Ernest Lluch i Pagès Editors, Barcelona, 2008.
34
CAPDEFERRO, Josep y SERRA, Eva, Casos davant del Tribunal de Contrafaccions de Catalunya
(1702-1713), Departament de Justícia i Parlament de Catalunya, Barcelona, 2015, casos 13 –por lo
menos indirectamente– y 14 y casi-casos 11, 13 y quizás también 16.
35
SERRA, Eva, «Naixement de la concepció de la ciutadania: el marc històric», AA. VV., Dret, conflictes,
justícia. Barcelona 1700, Ajuntament de Barcelona, Barcelona, 2016, pp. 53-93.