JORNADAS LOW TECH
EL LOW TECH EN LA ARQUITECTURA TRADICIONAL
MÓNICA ALCINDOR HUELVA
Arquitecta por la ETSA de Sevilla en 1999
y doctora por la UPC en 2011.
En 2006 abre su propio despacho cen-
trado principalmente en rehabilitaciones y
obras de nueva planta que inciden en el
uso de criterios bioclimáticos y técnicas
tradicionales.
Ha trabajado también como profesora en
la UEC, como profesora asociada de la
EPSEB-UPC y actualmente trabaja como
profesora a tiempo integral en la Ecola Su-
perior Gallaecia, en Portugal.
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CULTURA LOCAL, LOW TECH, ARQUITECTURA TRADICIONAL, CONSTRUCCIÓN HOLÍSTICA
La principal diferencia que existe entre el uso, en el pa-
sado, de estos sistemas y materiales de baja tecnología
y su uso actual, es que actualmente los elegimos entre
una oferta mucho mayor. Es un acto de decisión volun-
taria donde subyacen unos principios. Y a diferencia del
pasado, ya no es la accesibilidad a los recursos la que
conducen a esta toma de decisiones.
En un tiempo pasado, no había otra opción para la gran
mayoría, ya que el transporte horizontal de las materias
primas no era viable a gran escala. Las limitaciones y
oportunidades materiales con las que contaba la comuni-
dad que vivía en un determinado entorno, tenía un reflejo
tecnológico que es, lo que ha constituido y nos ha legado,
la arquitectura tradicional.
Esto es la cultura de un lugar, que no puede por defini-
ción ser global ni aportar la misma solución para el mismo
problema, pues el lugar lo condiciona. No hay que olvidar
que los asentamientos rurales tradicionales surgieron de
la interrelación activa y dialéctica entre factores ecológicos
y culturales.
Se trataba de un conocimiento tácito que servía para vivir
en el mundo. En conclusión, significaba una perspectiva
holística sobre la construcción en un determinado medio
con sus peculiaridades y límites materiales.
Ninguna práctica tradicional proporciona un medio para
resolver un problema particular, sino siempre un método
elaborado, a menudo polifuncional y que forma parte de
un enfoque integrado y estrictamente ligado a una con-
cepción del mundo, fundada en la cuidadosa gestión de
los recursos locales y los modelos sociales que se en-
cuentran detrás de cada construcción.
Evidentemente no se puede intentar copiar miméticamen-
te modos de hacer pasados, pues como muy bien dice un
autor llamado Nicola Sinopoli: ‘‘es indisoluble el modo de
gestionar los recursos materiales y humanos de la socie-
dad y los productos que se crean’’.
Quizás, sería precisa una adaptación de estos sistemas de
visiones más globales al lenguaje científico, lengua vehicu-
lar de la sociedad industrial actual para que se los valore
en su justa medida, gracias a una comparación equita-
tiva, que permita resaltar las bondades y la amplitud de
variables que en su momento cubrían, olvidados por una
mirada parcial de sus éxitos. 15
El hecho de que la globalización del Mercado haya desen-
cadenado muy parecidos problemas en todas partes, no
significa que para dichos problemas sólo existan solucio-
nes únicas, necesarias de adoptar por todos. El “pensar
y actuar glocalmente”, rechazando el paradigma eurocén-
trico que prioriza lo global sobre lo local, lo general y abs-
tracto sobre lo concreto y específico.
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1. Fabricando cerámica en Tamil Nadu, India.

2. Levantado pared de cob en La Garrotxa, Cataluña.
3. Artesano fabricando pavimento hidráulico en Kerala, India.
4. Aparejando un muro de piedra en Cataluña.
3 4 (Fuente: O. Roselló)