Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Enseñar A Pensar
Enseñar A Pensar
Para que durante una clase se logre enseñar a pensar a los estudiantes, el
profesor debe de contar con las herramientas necesarias para lograrlo. Y las
herramientas con que los profesores de aula cuentan, son las actividades a
realizar en clase. Si bien, no existe una lista que diga paso a paso que actividades
se deben desarrollar dentro del aula para enseñar a pensar, puesto que estas
varían de acuerdo a las condiciones de cada grupo y de cada profesor, hay ciertas
acciones que pueden crear y coordinar la clase para que esta cumpla con el fin
deseado.
Primeramente, habría que saber qué tipo de actividades se busca dar a los
alumnos para que estos la realicen. Cabe recordar que las actividades deben
desarrollar el pensamiento de los estudiantes, por ejemplo, darles la oportunidad
de formular preguntas, ser una actividad interesante y poco repetitiva. También
tener la disponibilidad de información para que los educandos sean capaces de
buscar y de comparar diferentes puntos de vista y claro, no perder de vista que la
actividad debe ser acorde con la materia que se imparte y con el nivel educativo al
que se le imparte.
Entre las acciones que pueden coordinar las actividades que deja un
profesor a la clase, se encuentra la comparación. El poder encontrar contrastes
entre dos o más elementos ayuda a los alumnos a conocer mejor los objetos
estudiados pues para poder encontrar dichas diferencias hay que estudiar ambos
a fondo o por lo menos no superficialmente. Un ejemplo de este ejercicio aplicado
en la historia es comparar dos sistemas políticos, como el centralismo y el
federalismo, o también dos hechos históricos con ciertas semejanzas, como por
ejemplo, la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
Otro ejercicio que ayuda a realizar actividades que enseñen a pensar a los
estudiantes es la clasificación. En el caso de una clase de historia, podemos
clasificar personajes, ya sea por época, nacionalidad, filiación política o intelectual.
Pera también se pueden clasificar civilizaciones, ciudades, países, imperios,
corrientes de pensamiento, alimentos, etc. La clasificación nos da un margen
amplio de maniobra y una enorme posibilidad de actividades. Y como estos dos
ejemplos, hay innumerables ejercicios que desarrollan la capacidad de
pensamiento. El resumen, la crítica, la interpretación, la investigación, la
organización de información, la búsqueda de hipótesis, la imaginación, la
observación, entre otras más.