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LA DROGA CONSUME A LOS MENORES DE EDAD

Los niños y jóvenes se inician cada vez más pronto en el consumo de sustancias psicoactivas y
tienen más facilidades para comprarlas. Esta es la radiografía del consumo para esta población.

Todos los estudios sobre consumo de drogas coinciden en algo: la población que más accede a
sustancias psicotrópicas es joven, muy joven. De acuerdo con la última encuesta global sobre
drogas (The Global Drug Survey), realizada por medios de comunicación como The Guardian y
The Huffington Post en alianza con organizaciones internacionales como Energy Control, Drug
Reporter y la Corporación ATS Acción Técnica Social en Colombia, el 58 % de las personas que
recurren a ellas tiene menos de 24 años y el 77,8 % viven todavía con sus padres. Según datos de
Unicef, el 35 % de los jóvenes de entre 13 y 15 años asegura haber tomado alcohol en el último
mes y el 17% fuma a diario.

Las cifras son preocupantes, sobre todo si el debate se centra en los hábitos de consumo de los
niños y jóvenes en edad escolar. Y es que cada vez más jóvenes incursionan en el mundo de la
droga poniendo en peligro su proyecto de vida personal.

En Colombia, el 24,3 % de los estudiantes asegura haber fumado alguna vez en la vida y el 10 %
mantiene el hábito en la actualidad. De estos, el 17,4 % tiene entre 16 y 18 años, concluyó el último
Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas en Población Escolar. Dos de cada tres
menores declaró haber consumido una bebida alcohólica en el último mes. La edad del 13 % de
ellos oscila entre los 13 y los 15 años; la del 20 %, entre los 11 y 12 y la del 58,16 % entre los 16 y
los 18. Y esto solo en relación con las drogas legales.

En cuanto a las ilegales, la investigación reveló que la marihuana es la sustancia más consumida
por este grupo poblacional, con una cifra del 7 %, sobre todo en menores de undécimo grado,
aunque el promedio de edad se establece en los 14 años. Por detrás está la cocaína con un 2,8 %
y un promedio de edad de 15,7 años. El 1,8 % de los escolares ha probado los pegantes y
solventes, y el 0,8 %, el éxtasis (con una edad promedio esta última de 15,4 años).

Catalina Ramírez, Psicóloga de la Subdirección de restablecimiento de derechos del Instituto


Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), señaló que existen comportamientos recurrentes en los
jóvenes que los llevan a tomar la decisión de consumir. Por ejemplo, “que los padres no tengan
mucho tiempo para monitorear a los hijos, o que sean padres o madres solteras que deben dejar
sus hijos al cuidado de terceros y familias disfuncionales donde existen comportamientos de
consumo de los adultos que los inducen a repetir este tipo de patrones”.
Según datos del organismo estatal de 2017, 6.735 niños están ingresados en el programa de
restitución de derechos por consumo de sustancias psicoactivas del ICBF, 2.488 mujeres, 4.246
hombres y una persona con género indeterminado. De estos, 49 tenían entre 0 y 5 años; 118, entre
6 y 11, y 5.041, entre 12 y 17.

Para Diana Vásquez de Alba, trabajadora social y orientadora escolar en colegios oficiales de
Bogotá, el inicio en el consumo de drogas en niños y jóvenes tiene relación con su grado
curiosidad y las experiencias adquiridas en su etapa de formación y desarrollo. El vínculo y las
relaciones que establecen con el resto de personas de su entorno también son un factor
determinante. En el caso particular de los adolescentes, el acceso a estas sustancias responde a
una cuestión de rebeldía “de acuerdo con las patologías o disfunciones que existan en su núcleo
familiar. Algunos son chicos aparentemente abandonados o con poca comunicación con sus
padres”, puntualizó.

Los casos de consumo en jóvenes en edad escolar no se dan únicamente en colegios públicos.
También los privados arrastran esta problemática. Según Catalina Ramírez, los jóvenes de estratos
altos que acceden a sustancias psicoactivas se aquejan de una falta de atención por su familia más
próxima: “Se les suple el afecto con regalos y comodidades, pero la calidad de tiempo que los
padres les dedican no se da de forma efectiva. Entonces se generan vacíos emocionales que ellos
reemplazan a través de las relaciones nocivas con amigos y actos de consumo de alcohol y
drogas”.

Facilidades en el acceso

Semana Educación contactó con un expendedor de drogas, conocido en el argot coloquial como
“dealer”. Según esta persona, basta con dar una muestra gratis a los menores de edad e inducir el
consumo con este gesto para así garantizar un cliente en el futuro. Para él, los menores tienen
cada vez más facilidades a la hora de acceder a las sustancias psicoactivas. Las nuevas
tecnologías también han propiciado este hecho: con tan solo una llamada telefónica, el dealer se
presenta en el lugar de la cita como si se tratara de un domicilio, y hoy en día son pocos los
menores de edad que no tienen en su haber un celular. “Las drogas con las que se inician los niños
son la marihuana y la cocaína. Los precios de lo que compran oscilan entre los 4.000 y 20.000
pesos, dependiendo de la calidad de la sustancia. Los menores de recursos más limitados utilizan
bóxer. A medida que van creciendo, los jóvenes se trasladan a los ácidos, inhalantes y popper
cuyo valor varía en promedio entre los 30.000 y 100.000 pesos”.

La última encuesta del Observatorio Nacional de Drogas confirmó que, entre los estudiantes
universitarios el consumo de LSD aumentó en el último año. Es la segunda sustancia ilícita que
más compran después de la marihuana.
Explotación sexual asociada a las drogas

Uno de los principales riesgos que se desprende del consumo de sustancias psicoactivas en niños
y adolescentes, especialmente entre los que tienen edades comprendidas entre los 13 y los 16
años, es la explotación sexual. El expendedor de drogas confirmó a esta publicación que una
práctica habitual de los menores de edad, especialmente de las mujeres, es ofrecer favores
sexuales a los vendedores para pagar la dosis que necesitan o a compañeros y amigos para
conseguir dinero para poder comprar.

Según voceros del ICBF, la entidad no cuenta con información exacta y actualizada sobre esta
relación entre explotación sexual y consumo de sustancias psicoactivas. Sin embargo, confirmaron
que esta práctica en el país es alarmante y ha aumentado con los años.

Otra de las formas de operar de las bandas delincuenciales dedicadas al microtráfico de drogas es
utilizar a una persona —que puede ser la hija o la pareja del dealer— para que contacte a los
potenciales consumidores menores de edad en sus propios contextos, ya sea en la escuela, en la
universidad o en las zonas donde salen de fiesta, explicó Diana Vásquez de Alba. De esta forma,
se ganan su confianza y los inician con más facilidad en el consumo.

ACTIVIDAD:

1. Explicar 5 causas por los cuales los jóvenes acceden a las drogas en tu comunidad.
2. Realizar una descripción acerca de lo que conoces sobre las drogas descritas en el texto.
(efectos, costo, motivo de consumo)
3. ¿Por qué crees que son los hombres los mas vulnerables a las drogas?
4. ¿Cuáles son las principales consecuencias que trae el consumo de drogas sobre los
jóvenes? Describir 5 de ellas.
5. Diseñar una campaña para prevenir el consumo de drogas dentro de la IE. Esta debe
incluir:
 Lema
 Logo
 Estrategia
 Participantes
 Forma de difusión

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