Está en la página 1de 27

Mujer,  No Te Impacientes,  DIOS TIENE LA SALIDA.

II-PARTE

Lluvias del cielo reciban las hijas del Altísimo que tienen vestiduras de amor, fe y justicia, y no
retroceden frente a las adversidades de la vida.
Para estas mujeres valientes que no dejan su lugar vienen tiempos fructíferos y de recompensas
para su vida y familia trayendo gozo, paz y prosperidad por la diestra de nuestro Señor Jesucristo
que intercede y defiende tu caso.

La promesa que se encuentra en la epístola de 1era de corintios 10-13 es la base de este tema.
Mujer, No te Impacientes, Dios tiene la salida.
 
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará
ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la
salida para que podáis soportar.

Que paz y bienestar nos da esta bendita promesa para los momentos más angustiantes si
contamos las palabras de este texto verás que suman 40 y este número significa: enseñanza y
confianza en que Dios cumplirá su propósito en tu vida.
Lo que estas pasando tiene una enseñanza para tu crecimiento espiritual y personal, pero lo más
importante es lo que Dios quiere hacer contigo, (que es sumamente bueno) así que las pruebas te
enseñaran a depender 100% del Espíritu Santo de Dios, cultivando la paciencia, dejando que él
haga y diga la última palabra en todo lo que estás enfrentando y entonces comprenderás sus
buenos pensamientos y caminos que son mejores que los nuestros.

Cuando recorremos las Escrituras y analizamos las veces que aparece el número 40  podemos
apreciar que hay algo importante que Dios quiere enseñar a su pueblo para  cumplir su propósito.
Dios toma en cuenta este tiempo para crezcamos y maduremos espiritualmente y se multipliquen
nuestras fuerzas.

Todos los eventos importantes que transitan en 40 días es un tiempo de preparación de reflexión
para poder cumplir su propósito con mujeres y hombres especiales para Dios.
 Entonces mujer el paso a seguir es prestar atención a la voz que viene del cielo y obedecer su
mandato para recibir sus riquezas espirituales que añadirán todo lo que estamos necesitando.

Tenemos que aprender a obedecer y a confiar en la palabra que sale de la boca de Dios en los
momentos difíciles, no estar impaciente, ni afanadas, nuestra fe en Jesús se mide en la adversidad
si somos fieles saldremos victoriosas, y nos sorprenderá el milagro que esperamos. ALELUYA.

Amiga y hermana te invito a un pequeño recorrido de 40 días con hechos trascendentales a través
de la palabra de Dios. Comprueba lo que trae la obediencia, y las consecuencias de la
desobediencia, estos hechos poderosos nos ministrarán para aprender a vivir con paciencia, gozo y
fe en la escuela del desierto.

Éxodo 16-33, 24-18


Cuarenta años camino Israel por el desierto, porque les faltaba fe para obedecer la voz de Dios.
Una travesía de 40 días duró 40 años, la escuela del desierto es a veces la única forma en que los
hijos aprenden la disciplina del reino. Y el Padre a quien ama disciplina.
La falta de fe es el primer paso a la desobediencia que te introduce, días, meses o años en el
desierto.

Mujer, ¿qué está pasando con tu fe en medio de las pruebas?,


Nuestro Padre ya puso una medida de fe,  pero las responsables de hacer crecer esa fe somos
nosotras. Por eso están las pruebas de la vida para que nuestra fe en Jesús crezca y se fortalezca.

Si confías plenamente en Dios tienes que saber que esa crisis financiera es temporal porque el
prometió en su palabra que él es tu pastor y nada te faltará, que él suplirá todo lo que te falta, que
él te hará sobreabundar en bienes, que él desea que seas prosperada en todas las cosas.

Entonces mujer, ¿Por qué TE IMPACIENTAS?, ¿Por qué CUESTIONAS TODO?, ¿Por qué te
desenfocas y deseas cambiar los planes?,

Cuando somos escogidas por Dios para impactar en la familia, la iglesia y la sociedad tenemos que
pasar por el desierto la escuela de la obediencia total aunque no entendamos nada, y  ahí se va a
revelar lo que está en el corazón si es fe o incredulidad.

La fe es un principio del reino que te hace ver lo invisible y mueve la diestra del Padre para
entregar los tesoros a las hijas que caminan en obediencia y fe en cualquier circunstancia.

La viuda de Sarepta  es un ejemplo de fe y obediencia a la voz del profeta de Dios en las peores
circunstancias.
Está mujer estaba consciente de la situación que había en el país y en sus alrededores una sequía
total declarada por el Elías el profeta del Dios Altísimo, ella era viuda y extranjera pero tenía un
corazón agradable a Dios, él Eterno la tenía en cuenta para marcar una gran historia y dejar un
legado de obediencia y fe por todas las generaciones.

Ella desconocía lo que se avecinaba, estaba por enfrentarse a una gran prueba de obediencia y fe
que determinaría una gran bendición o una maldición, solo ella podría elegir, lo mejor o lo peor, su
corazón se inclinaría a obedecer lo que más amaba.

 Mujer a veces seremos probadas en las cosas que menos esperamos para mostrar lo que más
amamos y todo lo revelará el corazón de ahí saldrá nuestra verdad oculta.
La escritura dice, ……que de la abundancia del corazón habla la boca.

Cuando el profeta Elías llegó a esa ciudad él reconoció a la viuda que Dios escogió para
sustentarlo, ella no sabía los planes tan grandes que Dios tenía para su vida, que había sido
escogida para bendecir su casa y honrar su vida delante de todos los hombres.

Por ser una mujer fiel, paciente y humilde de corazón, ese día cambió su historia, los milagros
llegaron cuando menos lo esperaba. Cuando estás haciendo lo correcto Dios te sorprende  con un
de repente.

Hoy tu puedes ser esa mujer que Dios escoge y sorprende para impactar tu familia, tu matrimonio
trayendo la reconciliación y la restauración, un milagro para tu vida, para tus hijos, para tu salud
en un abrir y cerrar de ojos tu vida puede cambiar para bien, y pasar del llanto a la alegría, de la
tristeza al gozo, de la escases a la abundancia, de la soledad a tener compañía, de la enfermedad
al milagro de sanidad.

Mujer hoy puede ser ese día que tanto desea tu corazón, sé vigilante, y haz  lo que tu Padre
celestial te ha dicho que hagas y  no has obedecido, no preguntes más ¿Por qué a mí?
Más bien agradece a Dios por tenerte en cuenta, Para Algo Grande.
No es una pregunta sabia el ¿Por qué? El que te dará la respuesta, es, ¿Para qué estoy pasando
esta prueba?

Comienza a dar pasos de obediencia acompañados de fe y no quedarás avergonzada en un


instante Dios puede cambiarlo todo a tu favor y darle una buena salida a todas las aflicciones de tu
vida.

Dios es sorpréndete,  maravilloso, recuerda que el tiene las salidas inesperadas en los peores
momentos él está presente para ayudarte como lo hizo con la viuda de Sarepta.

El profeta Elías fue el mejor regalo de Dios para ayudar a la viuda, trayendo el milagro a su casa y
la alegría a su vida.

Cuando la noche está más oscura es porque pronto está viene el amanecer.

Cuando llegó el profeta Elías la viuda recogía las últimas leñas para encender el fuego y hacer su
última comida para su hijo y ella, esos eran sus pensamientos, morir de hambre,  la sequía había
acabado con todas la cosechas y con muchas familias.

La próxima familia serían ella y su hijo ya no había ninguna esperanza humana de sobrevivir eso
sentía en su corazón.
Aquel puñado de harina era su último sustento y después esperar lo peor según sus pensamientos
la muerte.

Cuando se está agotando el último sustento no olvides reclamar las promesas,..

No he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan,…. mujer vive de las
promesas que salen de la boca de Dios de ahí viene tu sustento. Dios que es fiel a su palabra.
Y te dará el sustento espiritual para los momentos de aflicción cuando se acaben las fuerzas,
sustento físico cuando llegue la enfermedad, la sangre de su Hijo Jesús sana todas las dolencias y
enfermedades, y el sustento material cuando todas las provisiones o se acaben.

El profeta la interpeló a la viuda pidiéndole un poco de agua, humildemente fue la viuda para
servirle, pero al voltearse él demandó con ruegos un poco de comida, en ese momento la viuda
fue una mujer precisa en la visión pudo saber que ese hombre no era cualquier hombre lo confesó
con sus labios con respeto y juramento "vive el Señor tu Dios que no tengo solamente este
puñado de harina y un poco de aceite en la vasija para  comerlo y luego dejarnos morir".
 
Los pensamientos negativos son dardos de fuego del maligno armas de las tinieblas para que te
rindas y dejes tu lugar.

 Esos pensamientos pueden ser:


no luches más, ese caso no tiene solución, tu esposo no va a regresar, si tiene otra mujer olvídalo,
confórmate, búscate otro, no serás la primera ni la última.

Mujer son falsos argumentos para que te rindas y no luches arrebatándole al diablo tu matrimonio
y familia.

¿Mujer llegó el tiempo de arrebatar tu matrimonio?

Ponte toda la armadura de Dios y entra en esta batalla con autoridad que Dios tiene el control
para darte la victoria, tu parte es orar y perseverar con fe y paciencia, pide sabiduría de lo alto
como Ester.

Sométete a Dios y resiste al diablo con la palabra y él huirá de tu casa, clama más fuerte, reclama y
proclama las promesas de la familia y el matrimonio en tu vida, activa los ángeles del cielo para
que cerquen y protejan tu hogar.
Busca al mejor intercesor para defender tu caso y abogar a tu favor Jesús de Nazaret que está a la
diestra del Padre esperando que lo llames para interceder por tu matrimonio y darte Victoria
Total.

Dios no ha dicho la última palabra, espera que él actué estableciendo sus decretos de la
constitución del reino de los cielos en la tierra.
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y los dos serán una sola
carne, ……..lo que Dios unió no lo separa el hombre.
La obediencia trae un buen final con muchas bendiciones.

La viuda obedeció la demanda del profeta él dijo:  ve y haz como has dicho, pero hazme a mi
primero, no temas, porque el Eterno ha dicho que la harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite
de la vasija menguará hasta que por mi boca haga llover en la tierra. 1era de Reyes 17/8/24
 
Y por su obediencia y fe se manifestó el milagro el sustento para su casa y todo el tiempo de
sequía ella tuvo provisión del  Dios de los cielos el que prospera en abundancia, el que levanta al
caído, y hace nuevas todas las cosas.

Ese es nuestro Dios el que prometió…… que no, os dejará ser tentados más de lo que podéis
resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida para que podáis soportar.

Amiga y hermana no te dejes vencer cuando está un Elías por llegar a tu casa, y darte una buena
salida a todos tus problemas, deja que tu corazón oiga la voz de Dios para que reine en tu vida y
dirija tus pensamientos, y decida por ti, para que vengan tiempos de refrigerio, produciendo amor,
perdón, gozo y paz en la familia que pronto será restaurada.

Tú decides, si obedeces y esperas en él,  TU POSTRER ESTADO SERÁ MEJOR QUE EL PRIMERO,
CRÉELO.

Amiga avanza y no te detengas, no te desanimes, no te impacientes, el Dios Todopoderoso dijo


que:… No temas, ni desmayes porque él estará contigo donde quiera que vayas, no te dejará ni te
abandonará hasta que cumpla todo lo que te ha prometido a ti y a tu casa. ALELUYA, GLORIA A SU
NOMBRE.

Te deseo una semana más de victoria y de gloria en el Nombre Glorioso de Jesús, recuerda ¿Quién
eres? No pierdas el enfoque, ni tu identidad,  como hija eres muy importante para el Padre
celestial, tu estas llamada por Dios a cambiar la historia de tu familia, tu iglesia y nación.

Amiga y hermana valora el potencial que él puso dentro de ti, comienza a esforzarte y no te
detengas hasta que alcances todas tus metas, los imposibles son para nuestro Padre celestial  las
cosas fáciles para las hijas que le creen a él y a su palabra.

La salida a todos tus problemas está en las manos del Eterno de la forma que menos esperas, no
olvides el sorprendente y buen final que tuvo la viuda por obedecer y darle el primer lugar a Dios.

Con todo mi amor en Cristo, tú amiga y hermana.


Nancy Alfaya Hernández.

Publicado por Nancy en 12:50 p. m. 3 comentarios: Enlaces a esta entrada

Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con


FacebookCompartir en Pinterest

jueves, 9 de octubre de 2014

MUJER  NO  DEJES  TU  LUGAR.

Mujer,  No Te Impacientes,  DIOS TIENE LA SALIDA.


I-PARTE

Amiga y hermana que No Dejas Tu lugar, es mi deseo que  la paz, la gracia y las bendiciones del
Dios Altísimo estén sobre tu vida, y familia. No te impacientes ni te desanimes en medio de las
tribulaciones, y las aflicciones. El Eterno Dios está contigo.

La respuesta que estás esperando te sorprenderá de manera milagrosa; recibirás más de lo que
has pedido. La mano del  Señor te colmará de beneficios, ten fe y conocerás su gran poder.
“Aleluya”  

El Dios Viviente te librará de todas tus preocupaciones, él tiene la salida.

El Gran Yo Soy continúa siendo un Dios de amor, de misericordias, de justicia,  y de milagros.

Dice el Señor:

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos.
Isaías 55-8, por tanto amiga déjalo actuar y descansa.

Su brazo poderoso no se ha acortado está extendido a tu favor para restaurar todo lo que estaba
destruido y que humanamente no tenía solución. No pierdas la fe porque los planes y los diseños
que el creador del universo trazó para tu vida y familia todos se cumplirán en el Nombre de Jesús,
su Palabra es Verdad.

Dios no es hombre para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿Y no lo
ejecutará? Numeros.23-19

En medio de las crisis y la desesperación nuestra única esperanza es creer que Dios tiene el control
de todas las cosas.

La palabra de Dios es más que una promesa es sustento para el alma abatida, alimento sólido para
los que tienen hambre y sed de justicia, y escudo de fe contra las dudas y temores.

Jesús cuando fue tentado en el desierto por el adversario, vivió de la palabra y declaró la palabra,
él dijo:

No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. S. Mt.4-4.
Y esa palabra fue suficiente para vencer y derrotar  los ataques del maligno.

En medio de tu desierto, ¿qué palabra sale de tu boca?, la palabra que da vida a las cosas
muertas, o la palabra que da muerte a las cosas vivas.

Te exhorto hermana y amiga que este mes de octubre estés quieta, no te preocupes por los
contratiempos por las personas que te hacen la guerra y te provocan, todos conocerán ¿Quién es
tu Dios?, no quedarás confundida ni avergonzada, el Eterno Dios de justicia hará resplandecer tu
rostro como el sol del mediodía.

No te impacientes si las cosas empeoran tampoco te desanimes si aumentan las tribulaciones,


mayores serán las bendiciones.

Su palabra dice: 

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien… ¿Qué pues diremos a
esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él todas las cosas? Romanos (8)-
28, 31,32

¡Gloria a Dios! por esta tremenda promesa, amiga llegó nuestro tiempo de decretar y establecer
con fe la palabra de Dios que es viva y eficaz. Jesús desde la diestra del Padre está esperando que
sueltes la palabra para interceder  a tu favor y darte Victoria Total sobre ese problema. Él quiere
maravillarse con tu fe. Comienza a Declarar

Mujer, tienes que saber que tu legua es una saeta y una punta de lanza que puede llegar muy lejos
y derribar  falsos argumentos que se levantaron contra ti y todo lo que te pertenece.

Abre tu boca para que plantes, edifiques y restaures lo que estaba arruinado. Vive de La Palabra
que sale de la boca de Dios, establécela como decreto, reclámala y proclámala hasta que se
manifieste en tu vida.

Deja de ser esa mujer triste y vencida que camina con la mirada en el suelo como quien no tiene
autoridad, alza tus ojos al cielo que de ahí viene tu socorro, y no dará tu pie al resbaladero ni se
dormirá el que te guarda. Transfórmate en una mujer más que vencedora,  esforzada, que tiene
identidad y alta autoestima. Se una guerrera decidida a conquistar y arrebatar tus sueños de
mujer, esposa, y madre que confía y espera en Dios.

Hermana, Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de  amor, poder y domino propio para
poder estar firme en el día malo sin fluctuar sabiendo que todo tiene su tiempo y que las pruebas
no vinieron para quedarse que también tienen su tiempo de salida por el dedo de Dios.
Cuando las tormentas de la vida se levanten más altas y parezca que la embarcación va a hundirse
es el momento de tomar el ancla de las promesas de Dios con fe sin dudar nada y comenzar a
clamar sin cesar hasta que Jesús interceda y calme la tempestad.

Toma hoy la decisión de vivir de las promesas en medio de la adversidad ellas te mantendrán firme
hasta que Dios dé la salida. Todo lo que nos acontece es permitido por Dios nada escapa de su
divina voluntad todo tiene un propósito en nuestra vida, las pruebas nos ayudan a crecer a formar
nuestro carácter a valorar mejor las cosas que tenemos, pero sobre todo, las pruebas nos ayuda a
ser mejores personas a cambiar nuestro estilo de vida por uno mejor. Sin pruebas no hay cambio.

Amiga, las promesas de Dios también nos ayudan resistir hasta ganar la batalla de la fe. Nuestra
fortaleza viene del Hijo de Dios si vivimos convencidas que él es nuestra fuerza con seguridad le
diremos a esa montaña de problemas, échate al mar y desaparece porque, Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece. Filipenses.4-13.

No podemos permitir que las aflicciones nos derrumben tenemos toda autoridad delegada por
Jesús para que en su nombre que es sobre todo nombre se rompan las cadenas se abran las
puertas que tenían cerrojos de hierro y  entremos arrebatando como mujeres valientes nuestra
herencia.

Hermana y amiga Gózate, Alégrate y Alaba a Dios porque el Todopoderoso hará Grandes Cosas,
esa prueba que estás pasando traerá Mayores Bendiciones a tu vida y a tu casa restaurando todas
las cosas. 

Mujer del Reino, Dios te ha llamado para ser canal de ayuda y fortaleza a otras mujeres que están
pasando lo mismo o más que tú en otros lugares. 

Prepárate para dar testimonio de las maravillas y los milagros que pronto saldrán a la luz por la
diestra del Dios Vivo al que tú amas y sirves.

Estás llamada en este tiempo por él, no por el hombre para penetrar y  escalar niveles más altos
para que glorifiques su nombre. El Nombre Bendito y Victorioso de Jesús te dará la salida a todos
tus problemas. ALELUYA.
Nuestro Padre es fiel y no cambia cumplirá su propósito en ti y en todo lo que te ha dado, familia,
esposo, hijos, trabajo, ministerio, y en esa oración que tienes delante de su presencia y aún no has
recibido respuesta, Dios no retarda su promesa ellas llegan a tiempo. La paciencia te hará recibir
las promesas.

El próximo tema hablaremos de mujeres pacientes que recibieron grandes galardones y marcaron
la diferencia con sus decisiones no le creyeron a las tormentas caminaron por encima de ellas, no
perdieron el enfoque, escucharon la voz correcta y obedecieron, fueron mujeres visionarias,
mujeres de fe, esforzadas con identidad y autoridad. 

Amiga y hermana tu puedes ser una de ellas porque eres hija, mujer de fe conquistadora que no se
rinde, mujer que se aferra a la verdad de Dios no a las realidad ni a las circunstancias, mujer que se
alinea a la mente del Eterno con una visión positiva, mirando con ojos espirituales para ver lo
sobrenatural que son los buenos planes y pensamientos de nuestro Padre para sus hijas (o), y
espera siempre  mejores finales para su vida y familia. Esa eres tú amiga y hermana. 

Que la paz, la gracia y las bendiciones de Dios lluevan sobre tu vida y familia en cada amanecer.

Con todo mi amor, tú amiga y hermana Nancy Alfaya Amiga, No Te Impacientes,  DIOS TIENE LA
SALIDA, es mi deseo que camines cada día sobre las promesas que él te regalo cuando le rendiste
tu corazón y lo declaraste Señor de tu vida y tu casa. 

Hernández.

Publicado por Nancy en 11:53 a. m. 3 comentarios: Enla


Pero en los versículos del 5 al 7, está la parte que nos toca a nosotras. La frase clave en esta
porción es «sé diligente». Dependiendo de la traducción que estés usando, algunas de las
traducciones, como la mía, dirían, «esfuércense». Sé diligente. Esfuérzate. Te darás cuenta de que
este tema está presente en toda la segunda carta de Pedro, diligencia.

Bueno, esa es una palabra que a mí no me gusta. Significa penuria, disciplina, lucha, esfuerzo. Y si
me permiten decirlo, la vida cristiana tiene algo de todo eso, ¿no es así? Es necesario en cualquier
área de la vida en que quieras tener éxito.

El año pasado me las ingenié para engordar unas diez libras en poco tiempo. No me tomó nada de
esfuerzo. Fue bien rápido y fue bien fácil. La razón de esto fue que no fui diligente en las áreas
físicas de mi vida. Ahora estoy trabajando para rebajar esas libras y aquellas de ustedes que pasan
de los 40 saben que hay que ser diligente. Es difícil. Es mucho más difícil rebajar que engordar.
Hace falta diligencia en el área física de nuestra vida para estar en forma físicamente.

Pero para tener una vida espiritualmente en forma, hace falta también diligencia. De modo que
después de decirnos todas las cosas que Dios nos ha dado, ahora Pedro nos dice en el versículo 5:

«Por esta razón también (por todas estas cosas que Dios ha hecho por ustedes), obrando con toda
diligencia (o «esfuércense» como dicen algunas de sus traducciones) añadiendo a vuestra fe,
virtud, y a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio, al dominio propio,
perseverancia, y a la perseverancia, piedad, a la piedad, fraternidad y a la fraternidad, amor» (vv 5-
7).

Pedro no solo nos dice que tenemos esta responsabilidad, también nos da razones maravillosas
para ser intencionales respecto a nuestro crecimiento espiritual. En este pasaje nos habla sobre
algunos de los beneficios que obtendremos si somos intencionales y algunas de las consecuencias
si no lo somos.

«Pues estas virtudes, al estar en vosotros y al abundar, no os dejarán ociosos ni estériles en el


verdadero conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Porque el que carece de estas virtudes es
ciego o corto de vista, habiendo olvidado la purificación de sus pecados pasados. Así que,
hermanos, sed tanto más diligentes (ahí está esa palabra otra vez) para hacer firme vuestro
llamado y elección de parte de Dios; porque mientras hagáis estas cosas nunca tropezaréis; (qué
promesa tan increíble; la vemos de nuevo más adelante en esta serie) pues de esta manera os será
concedida ampliamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo…», dice
2 Pedro capítulo 1, los versículos 8-11.

Y Pedro continúa diciendo en los versículos del 12 al 15, que el Señor le ha mostrado que no le
quedan muchos días más en la tierra en este cuerpo. Este es un hombre que sabe que va a partir
de esta tierra. Es un hombre que caminó con el Señor, que lo conoció personalmente, que estuvo
con Él en el monte de la transfiguración, estuvo en la crucifixión, vio a Cristo resucitado, y ahora
este hombre le ha estado sirviendo al Señor fielmente por muchos años.

Está a punto de ser martirizado por su fe, y dice: tengo algunas cosas que les quiero decir antes de
morir, cosas que no quiero que olviden. Son cosas que yo sé que ustedes ya saben, pero se las voy
a recordar tantas veces como sea necesario hasta taladrarlas en sus cabezas y en sus corazones
para que nunca las olviden.

Nosotras necesitamos que nos recuerden las cosas una y otra vez. Tenemos que repasar los
cimientos porque los olvidamos demasiado rápido. Nos vamos apartando de las cosas que
conocemos. La condición espiritual en que me encontraba hace un año fue porque me había
deslizado de algunas cosas básicas, de los fundamentos, algunas cosas que yo sabía pero que me
había olvidado de ser intencional respecto a esas áreas en particular de mi vida.

Cuando comencé a meditar en este pasaje, 2 Pedro, capítulo 1, Dios empezó a abrir mis ojos a las
cosas que ya sabía. Cosas que tenía que recordar. En los últimos meses he hecho algunos cambios
en mi vida. He implementando algunos salvaguardas y disciplinas, y Dios ha estado en el proceso
de avivar mi corazón, de renovar mi espíritu, y de reedificar mi vida en algunas áreas que son
importantes.

Ese primer párrafo de 2 Pedro, capítulo 1, establece el fundamento para la vida cristiana y para el
crecimiento espiritual. Es importante darse cuenta de que esta carta fue escrita por el apóstol
Pedro. Es una carta que fue escrita a un grupo particular de personas. Ahora, cuando uno recibe
una carta, lo primero que uno debe asegurarse es de que esté dirigida a uno. De lo contrario, lo
que dice puede no tener mucho sentido o puede no aplicarse para uno.

Si en la correspondencia recibes algo que es una oferta, tienes que asegurarte de que calificas para
la oferta. Habrá algunas condiciones. Tienes que ver si reúnes esas condiciones. Si hay
instrucciones, querrás estar segura de que se aplican a ti. De modo que después de identificarse al
principio de la carta como Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, Pedro empieza la carta
aclarando a quién se la está escribiendo.
Entonces Pedro dice que él es un siervo y apóstol de Jesucristo y que está escribiendo, «a los que
han recibido una fe como la nuestra, mediante la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo»
(v. 2). Ahora, parece muy obvio, pero creo que es importante notar que esta carta, este pasaje,
está escrito para creyentes, para aquellos que han obtenido fe en Cristo, aquellos que han recibido
fe por la justicia de Jesucristo.

El mensaje que Pedro está a punto de dar no es para los incrédulos. No es para decirle a la gente
cómo obtener fe. Está escrito para aquellos que ya han recibido fe, aquellos que han creído en
Cristo. Tiene que ver, no con la pregunta de cómo vas a obtener fe, sino con qué haces ahora que
eres creyente. Ahora que tienes fe, ¿cómo vives?

En el día de hoy quiero que notemos dos cosas importantes sobre este grupo de personas y sobre
esta fe. Primero, vemos en el versículo 1 de esta carta, que esta fe es un regalo. Primero veamos lo
que dice el versículo 1, dice que esta fe es un regalo, Pedro dice que él está escribiendo para
aquellos que han recibido una fe como la nuestra.

Recibido, esa palabra si vas a su significado original en el griego, tiene que ver con recibir algo
mediante el echar suertes, casi como una lotería. Es algo que no hiciste nada para ganar o
merecer. En la providencia de Dios y en la soberana misericordia y gracia de Dios, Él te escogió
para que tuvieras esta fe.

Es una fe que nos fue asignada, pero no porque tuviéramos alguna virtud o hubiéramos hecho
algún esfuerzo para merecerla. No merecíamos esta fe. No merecíamos ser hijas de Dios. ¿Y
entonces cómo la recibimos? La recibimos por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo. No
por nuestra justicia, sino por la suya. Fuimos escogidas por Dios para creer en Cristo. Tú no tuviste
nada que ver con esto.

Las Escrituras dicen que no hay nadie que busque a Dios. Tú no estabas buscando a Dios. Cuando
fui salva, a los cuatro años de edad, yo no estaba buscando a Dios. Dios nos estaba buscando a
nosotras. Y Dios es quien dice: «Quiero que estés en mi familia». Eso significa que no podemos
tomar el mérito de nada que tenga que ver con nuestra salvación. Dios fue quien tomó la
iniciativa.

Hace algunos meses me tuvieron que tomar unas muestras de sangre para unos análisis. La
enfermera que me tomó la muestra mencionó algo sobre las cosas espirituales, así que la miré y le
pregunté si era cristiana. Ella rápidamente me dijo, «estoy tratando». Tan pronto como la escuché
decir eso, pensé en este pasaje que había estado memorizando y meditando.

Uno no trata de tener salvación. No es así que como se recibe. Las Escrituras dicen que recibes
esta fe, te es dada esta fe por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo. Somos salvasno por
tratar, no por ir a la iglesia, no por ser buenas. ¿Quién podrá ser alguna vez lo suficientemente
buena como para ganar el favor de Dios?

Eso es lo que dicen las Escrituras en Romanos capítulo 3, en los versículos 23 y 24:

«Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por
su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús».

Y en Tito capítulo 3, los versículos 3-7:

«Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de
deleites y placeres diversos… Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su
amor hacia la humanidad, Él nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho,
sino conforme a su misericordia… por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados
por su gracia fuésemos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna».

Todo, todo, todo es de Dios. Es la justicia de Cristo. Tú has recibido esta fe por la justicia que es en
Cristo Jesús.

Mientras preparaba esta serie, pensaba en cuántos de nuestros mejores himnos y canciones de la
fe cristiana tienen que ver con este tema. Lo podemos escuchar en algunos de nuestros himnos
más antiguos. Himnos como este:

¿Quién me puede dar perdón? ¿Y un nuevo corazón?,

Solo de Jesús la sangre.

Fue el rescate eficaz, trajo santidad y paz,


Solo de Jesús la sangre.1

Y este… ¿lo recuerdas?

Segura mi esperanza está en la justicia de Jesús

Y mis pecados expiará el sacrificio de Su cruz.

En Sus promesas confiaré en medio de la tentación;

Ya salvo soy en Él hallé la Roca de mi salvación

Cuando ante Dios y el juicio esté, confiado en Cristo me hallará,

Pues su justicia dándome, sin mancha me presentará.3

Cuando entre en la presencia de Dios y Él diga: ¿Por qué debo dejarte entrar? ¿Basado en qué
deberías poder pasar la eternidad en este santo cielo en mi presencia? Si empiezas a hacer una
lista de todas las cosas que has hecho, todas tus credenciales espirituales, tu lista nunca será lo
suficientemente larga.

Las Escrituras dicen que nuestra justicia es como trapo de inmundicia. Es vana. Si quieres pararte
ante Su presencia sin culpa, eso será solo porque tienes Su justicia como vestidura.

Es Dios quien nos da la fe para creer, ¿no es así? Dios nos da el regalo de la fe. Nos da el regalo del
arrepentimiento. Pedro dice que esta fe que tenemos no es una fe que obtuvimos porque
trabajamos por ella o porque hayamos hecho algo para merecerla. Es un regalo de Dios. Ha venido
a ti. Te ha sido dada por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo.

¿Has obtenido esa fe? ¿Es tuya? ¿Estás vestida en la justicia de Jesucristo? Si no es así, no puedes
reclamar las promesas y la provisión de Dios que vamos a ver en la próxima porción que leeremos
en este capítulo. Pero si has obtenido esa fe, si has colocado tu fe en la justicia de Jesucristo para
que te salve, entonces quiero que veas una cosa más sobre esa fe en este pasaje antes de que
cerremos en el día de hoy.

El apóstol Pedro dice que les está escribiendo, «a los que han recibido una fe como la nuestra
mediante la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo» (v. 1). Si eres hija de Dios, has puesto
tu fe en Cristo, ¿sabes entonces que la fe que tienes es igual que la fe que han recibido todos los
demás creyentes?

Pedro dice: soy un «siervo y apóstol de Jesucristo» (v. 1). Bueno, ninguna de nosotras somos
apóstoles de Jesucristo. Pero Pedro dice que la fe que tiene, la fe que Dios le ha dado es igual que
la nuestra. Otras traducciones dicen, «una fe igualmente preciosa que la nuestra» o «una fe del
mismo tipo que la nuestra». Una fe de igual valor.

Algunas veces pensamos que los demás son más bendecidos espiritualmente que nosotras. Esos
apóstoles estuvieron con Jesús. Caminaron con Él. Tuvieron algo que nosotras no tenemos. Pero a
ti te fue dada una fe como la de ellos. El apóstol Pedro no tenía nada en lo que respecta a la fe,
que tú no tengas. Su fe no era mayor que la tuya. Si Dios ha puesto fe en tu corazón, tu fe es de
igual valor. Es una fe del mismo tipo que la de ellos.

Yo no tengo una fe que tú no tengas. Dios ha puesto fe en mi corazón, pero no es mayor que la fe
que Dios puso en tu corazón. No hay diferentes clases de creyentes. Eso significa que tienes los
mismos privilegios que los demás creyentes en lo que respecta a tu salvación.

Pero también significa que tienes las mismas responsabilidades y obligaciones que todos los
demás creyentes. Significa que fuiste llamada a crecer y a madurar en tu fe. Fuiste llamada a
servir. Fuiste llamada a ser conformada a la imagen de Cristo igual que todos los demás creyentes.

No te es permitido sentarte en el banquillo ni ser una espectadora. No puedes decir, «bueno yo


soy cristiana y voy a la iglesia o a un estudio bíblico, pero solo voy a dejarme llevar en mi vida
cristiana». No te está permitido.

Te fue dada la misma fe y eso significa que tienes los mismos privilegios y responsabilidades que
todos los demás creyentes. La misma responsabilidad de nutrir tu fe, cultivarla, hacerla crecer,
usarla.
Y también tienes esto: Tienes disponibles los mismos recursos que tienen todos los demás
creyentes para hacerlo posible.

Puedes crecer espiritualmente

Puedes madurar espiritualmente

Puedes caminar con Dios

Puedes caminar en victoria sobre el pecado

Puedes decirle «no» a la tentación

Puedes añadirle a tu fe estas cosas de las que vamos a hablar en esta serie. Cosas que ya leímos
en 2 Pedro capítulo 1.

Dios te ha dado los mismos recursos que le dio al apóstol Pedro. Los mismos recursos que me ha
dado a mí. Los mismos recursos que le ha dado a tu pastor. Los mismos recursos. Vamos a hablar
sobre algunos de ellos mañana, están disponibles para ti igual que para todos los demás creyentes.
Así que crece en tu fe. Es una fe igual que la de todos los demás creyentes.

Annamarie: Nancy DeMoss Wolgemuth te ha estado recordando que la nueva vida en Cristo se
recibe por fe, y se vive diligentemente en fe. Ella regresará para orar con nosotras.

Dos frases que te ayudarán a recordar la enseñanza de hoy son:

Nos ha concedido

Con toda diligencia

Este recordatorio te será muy útil sea que hayas conocido a Cristo hace poco tiempo o hace
muchos años.

Si estás cansada del camino quizá te preguntas, «¿dónde obtengo el poder que necesito para
añadir a mi fe?» Bueno, mañana exploraremos esto. Ahora Nancy regresa para concluir en
oración.
Nancy: Señor, te doy gracias por la increíble maravilla de la justicia de nuestro Dios y Señor
Jesucristo, que tú nos vistas a nosotras, sucias pecadoras, condenadas, enemigas de Dios e
injustas. Que tú hayas colocado nuestra injusticia sobre Cristo y Su justicia sobre nosotras, y que
luego nos hayas dado la fe para creer que es verdad.

Señor, para aquellos que nunca han creído, que este sea un día en que tú les otorgues fe para
decir: Sí, Señor, lo veo. Yo creo y mi esperanza ya no estará en mis propias obras ni en mis propios
esfuerzos ni en mi propia justicia, sino que de este día en adelante mi fe estará en Cristo y solo en
Cristo. Oro en el nombre de Jesús, amén.

Annamarie: Añadiendo a nuestra fe juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss
Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.

Robert Lowry. «Nothing but the Blood.»

Edward Mote. «The Solid Rock.»

Norman J. Clayton. «My Hope is in the Lord.»

La sangre de Jesús, Jonathan & Sarah Jerez, Vivir Es Cristo ℗ 2013 Jonathan & Sarah Jerez
Quiero comenzar hoy una serie con lo que pienso es uno de los textos más importantes del Nuevo
Testamento, quizás uno de los textos más importantes en la Palabra de Dios en lo que respecta a
nosotras las mujeres.

Es uno de esos pasajes que habla directa y específicamente a nosotras las mujeres. Mientras he
venido estudiando estos dos versículos, he encontrado una fuente inagotable de información, y
más aun, un material que está transformando mi propio corazón, mi vida y mi forma de pensar.

De hecho, aun hasta tarde anoche, encontré que el Señor usó este pasaje para retar mi propio
corazón y para traerme convicción y mostrarme áreas que realmente necesitan cambiar en mi
propio caminar con el Señor.
Así que quiero compartir con ustedes algunas ideas frescas de lo que ha estado en mi corazón con
relación a la 1ra de Pablo a Timoteo, en el capítulo 2, los versículos 9 y 10. Quizás quieras ir ahí si
tienes tu Biblia a mano. Vamos a pasar varias sesiones revisando estos dos versículos y
desempacando lo que estos nos dicen como mujeres.

Si queremos ser mujeres contracultur


ales, este es un versículo que nos dice cómo lograrlo. Pero primero quiero darles el contexto de
este pasaje en esta primera sesión y luego mostrarles donde encaja y que veamos el panorama
general. Luego, en las siguientes sesiones, estudiaremos una frase a la vez.

El contexto aquí en esta primera carta del apóstol Pablo a Timoteo es que el apóstol Pablo le está
dando a Timoteo, quien es el pastor de la iglesia en Éfeso, él le está dando instrucciones para la
iglesia. Y particularmente en este segmento, él está hablando sobre las instrucciones para la
familia de la iglesia cuando se reúne a adorar, para las reuniones oficiales de la iglesia.

Ahora bien, lo que él va a decir aquí aplica también fuera de las reuniones oficiales de la iglesia.
Específicamente, él está hablando aquí sobre cómo los hombres y las mujeres deben comportarse
en la iglesia; sobre lo que deben de hacer. Pero también se extiende a cuando dejamos la iglesia,
porque no queremos dejar esas conductas y esas actitudes detrás.

Él está diciendo que cuando el pueblo de Dios se congrega, es realmente importante que entienda
que hay instrucciones muy particulares para los hombres y para las mujeres. Porque somos
diferentes. Tenemos roles y funciones diferentes dentro del Cuerpo de Cristo. Y si seguimos esas
instrucciones distintivas como hombres y mujeres, Dios será glorificado y nuestras iglesias
prosperarán y el Evangelio avanzará.

Pero si dejamos de ser las mujeres que debemos ser dentro de la iglesia, y si los hombres dejan
de ser los hombres que deben ser dentro de la iglesia, la causa de Cristo será afectada
negativamente. Traeremos reproche al Nombre de Cristo. Así que es muy importante que
entendamos y vivamos nuestro rol como mujeres de Dios dentro de la iglesia.

En el versículo 8 (y solo voy a tocar esto superficialmente), él se dirige a los hombres acerca de
cómo deben dirigir la oración. Él dice en el versículo 8, “Por consiguiente, quiero que en todo lugar
los hombres oren levantando manos santas, sin ira ni discusiones".

Ahora, esto no quiere decir que las mujeres no deben orar o que está bien que las mujeres sean
iracundas y se enfrasquen en discusiones. Pero él dice que cuando la iglesia se congrega para
adorar, para su reunión oficial, los hombres —la palabra aquí dice hombres, no mujeres; no está
hablando de la humanidad en general sino de los hombres como grupo— los hombres están
supuestos a ser los que provean el liderazgo espiritual. Ellos están supuestos a ser los líderes en
la iglesia cuando la congregación se reúne para su adoración corporativa.

Aquí él trata con las acciones y el comportamiento de los hombres y con sus actitudes, así como lo
hará más adelante con las mujeres. Él dice, “en cuanto a su conducta y su comportamiento, ellos
deben levantar manos santas".

Esto nos habla de su conducta. No debe estar manchada o contaminada por la maldad. Y luego
habla sobre sus actitudes hacia los demás. No debe haber ira ni discusiones.

Ahora bien, ni el hombre ni la mujer deben ser iracundos o peleones. Pero pienso que una de las
razones por la que Pablo menciona esto aquí es porque los hombres son más propensos a airarse y
a discutir. De manera que por eso él trata con esta área de debilidad potencial, como también lo
hará en un momento con las mujeres.
Luego pasa a los versículos 8 y 10 para hablar a las mujeres. En esta ocasión no habla de sus
acciones primero —primero habla de su apariencia. Habla sobre cómo deben vestirse. Les habla a
los hombres sobre cómo deben orar y le dice a las mujeres como deben vestirse.

Este es el primer punto en su agenda para las mujeres dentro de la iglesia. Él les habla a las
mujeres sobre su apariencia, su forma de vestir, y luego entonces les habla de sus actitudes y
finalmente de sus acciones.

Vamos a ver cada una de estas áreas en los próximos días. Él dice que la forma como estas
mujeres se visten es un reflejo de su corazón y de su carácter. Y dice que si ellas tienen actitudes
correctas, eso debe producir una apariencia correcta. Pero lo que creo que él está diciendo
realmente es: “No puedes separar lo interno de lo externo”.

Decimos que “Como Dios ve el corazón. Eso quiere decir que importa poco como me visto”. ¡No!
Como Dios mira el corazón, la forma como me visto sí importa. Porque la forma como nos
vestimos está supuesta a ser un reflejo de nuestros corazones.

Así que Pablo dice.. Y leamos estos dos versículos.. 1era a Timoteo capítulo 2 versículos 9 y 10:
“Asimismo, que las mujeres se vistan con ropa decorosa” [esto trata con su apariencia; pero ahora
pasa a hablar de actitud] “con pudor y modestia, no con peinado ostentoso, no con oro, o perlas,
o vestidos costosos...”

Haciendo énfasis de nuevo sobre algunas cosas específicas de la apariencia, pero sigue diciendo
“Sino con buenas obras, como corresponde a las mujeres que profesan la piedad”.

Las mujeres deben estar vestidas, no solo con ropa modesta o decente, sino también con buenas
obras. De manera que él está haciendo referencia a su apariencia, a sus actitudes y a sus acciones.
Él está llamando a las mujeres a adoptar su posición correcta y apropiada dentro de la iglesia.

Y luego él continúa con los versículos del 11 al 15 y les sigue diciendo muchas otras cosas a las
mujeres que son muy importantes y que tienen que ver con la forma como funcionamos en el
Cuerpo de Cristo. Pero en esta serie en particular, nos vamos a limitar a ver solamente los
versículos 9 y 10.

Veamos por un momento esa primera oración. “Asimismo, que las mujeres se vistan con ropa
decorosa, con pudor y modestia”. Déjenme leerles algunas traducciones diferentes que quizás
ustedes tengan.

La NVI dice que las mujeres deben vestirse "Decorosamente, con modestia y recato”. La
traducción La Palabra de Dios para Todos (PDT) dice que deben vestirse "con modestia, con
respeto hacia los demás y con decencia”.

La Nueva Traducción Viviente (NTV) dice que deben vestirse “de una manera modesta. Deberían
llevar ropa decente y apropiada". Y luego vemos una frase interesante en la traducción de la Reina
Valera Antigua (RVA). Que dice que las mujeres deben ataviarse “en hábito honesto, con
vergüenza [hablaremos un poco más sobre lo que esto significa] y con modestia”.
Antes de continuar con los detalles de cada una de estas palabras y frases, quiero que veamos algo
fundamental. Al final de este versículo está la explicación, la motivación para todo esto. Pablo dice,
“como corresponde a las mujeres que profesan la piedad.”

La NVI dice, "como corresponde a las mujeres que profesan servir a Dios”.

Y la Nueva Traducción Viviente (NTV) dice, “Pues las mujeres que pretenden ser dedicadas a Dios
deberían hacerse atractivas por las cosas buenas que hacen”.

¿Qué está tratando de decir Pablo con todas estas frases? Él está diciendo que ser ese tipo de
mujer en apariencia, en actitudes y en acciones es como tú demuestras que realmente eres una
hija de Dios.

Así es como demuestras tu profesión de fe, y es trágico para mí ver cuanta gente en nuestras
iglesias —hombres y mujeres— profesan ser cristianos pero no vemos ninguna evidencia de ello
en sus vidas. No se visten como cristianos. No tienen actitudes cristianas ni actúan como
cristianos.

Y Pablo dice, “Si deseas que las personas crean tu profesión de fe, si dices ser piadosa, si dices
adorar a Dios, si dices ser cristiana, entonces mejor será que lo demuestres manifestando estas
cosas apropiadamente. Porque esta es la evidencia de la verdadera condición de tu corazón y de
tu carácter. No puedes separar estas dos cosas".

Quien tú eres y lo que eres saltará a la vista en la forma como luces, en la manera en que te
comportas y en las actitudes que demuestres hacia los demás. ¿Tú ves? Estos dos versículos son
muy importantes para nosotras como mujeres cristianas —que aprendamos a vestirnos con
vestimenta apropiada y decente y a vestirnos con actitudes de modestia y dominio propio, y que
nuestras acciones pongan de manifiesto buenas obras.

Carmen: Nancy Leigh DeMoss regresará de inmediato con la segunda parte de la enseñanza de
hoy.

Nancy tiene muchas series que ayudan a las mujeres a vivir apropiadamente. Puedes encontrar
más series como esta visitando AvivaNuestrosCorazones.com. Y cuando entres a nuestra página,
aprovecha para suscribirte a la “Conexión Diaria” , un correo electrónico que recibirás diariamente
con el enlace al programa del día y algunos puntos importantes tratados allí. Es muy fácil
suscribirte, no te costará nada hacerlo.

Ahora volvamos con Nancy para continuar estudiando sobre la Primera Carta a Timoteo, capítulo
2, versículos 9 y 10.

Nancy: Las Escrituras dicen que “las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia,
no con peinado ostentoso, no con oro, o perlas, o vestidos costosos; sino con buenas obras, como
corresponde a las mujeres que profesan la piedad”.

Y dijimos que es muy importante que nuestra apariencia y nuestras actitudes confirmen y afirmen
nuestra profesión de fe.

Amigas, no es suficiente con decir que somos cristianas. Hay millones y millones de personas en
este país que alegan ser cristianos y cuyos nombres están inscritos en la membrecía de alguna de
nuestras iglesias. Pero de cristianos no tienen ni la “C”. No tienen una relación con Cristo y es
evidente en la manera como lucen, en sus actitudes y en sus acciones.

Escucha, tu apariencia y tus acciones y tus actitudes nunca te harán una cristiana. No pueden
hacer que ganes la salvación. No puedes decir, “Soy una cristiana porque me visto como una
buena cristiana, porque actúo como una buena cristiana y porque tengo muy buenas actitudes
cristianas.” Eso no te convierte en cristiana. Pero si eres cristiana de seguro tendrás la apariencia,
las actitudes y las acciones que confirman tu profesión de fe.

Creo que muchas, muchas mujeres que se llaman cristianas hoy en día necesitan que el Espíritu
Santo escudriñe y examine sus corazones con pasajes como estos donde Pablo dice, "Si profesas
ser piadosa, si profesas ser una mujer de Dios, esta es la evidencia. ¿Cómo luces ante este
estándar?”

Ahora quiero que revisemos la primera parte, la parte que habla de la apariencia de la mujer
cristiana. La mujer que profesa ser cristiana, según Pablo, “debe vestirse con ropa decorosa”.

Si estás usando la NVI, esta dice “decorosamente”. La traducción Palabra de Dios Para Todos (PDT)
dice, “con modestia, con respeto hacia los demás y con decencia”. La versión Dios Habla Hoy
(DHH) dice, que “se vistan decentemente, que se adornen con modestia y sencillez”. Todas son
palabras similares. Yo estoy usando la Biblia de las Américas que dice que las mujeres “se vistan
con ropa decorosa, con pudor y modestia”.

Ahora, a medida que veamos frase por frase y palabra por palabra en estos dos versículos, quiero
darles una pequeña lección de griego. Aunque yo soy de descendencia griega, les digo algo: Nunca
he estudiado griego de manera oficial. Nunca he asistido a un seminario. Pero hay algunas
herramientas disponibles hoy en día que te ayudan a ver los idiomas originales en los que fue
escrita la Biblia y nos ayudan a comprender un poco más lo que estas palabras significan.

Así que vamos a tomar cinco palabras del versículo 9, tres hoy, y las otras dos las veremos en las
próximas sesiones. Quiero aprender más sobre lo que estas palabras significan. La primera palabra
es la palabra que se traduce como “adorno”. "Las mujeres deben adornarse con modestia” Esa es
la palabra kosmeo. Ahora, también hay una palabra similar, y es la palabra “decorosa”. "Las
mujeres deben vestirse con ropa decorosa”. La palabra decorosa viene del griego kosmios;
kosmeo, que significar “adornar” y kosmios, que significa “decoroso".

Cuando digo esas palabras griegas, kosmeo y kosmios, ¿qué palabra en español te viene a la
mente? La palabra cosméticos. Maquillaje, arreglarse la cara. Esto viene de esas dos palabras
griegas, kosmeo "adornarse " y kosmios, "decorosamente”.

Veamos esas palabras. La palabra “adornar” kosmeo, es una palabra que significa “poner en un
orden apropiado”. Se usa cuando se decora una casa, cuando se arreglan los muebles, o cuando se
preparan las lámparas de gas (en la cultura del Antiguo Testamento). Significa “poner en orden,
arreglar, decorar; significa preparar, alistar”.

Y el apóstol Pablo dice aquí que cuando una mujer viene a la iglesia, cuando viene a reunirse con el
pueblo de Dios, debe arreglarse apropiadamente para reunirse con el pueblo al venir a adorar.
Y por cierto, déjenme decirles que muchas de las ideas que estoy compartiendo esta semana de la
Primera Carta a Timoteo, del capítulo 2, vienen del comentario de John MacArthur sobre este
libro. Ha sido de mucha ayuda para mí, junto con otros recursos más.

El apóstol Pablo dice aquí que cuando estamos junto al pueblo de Dios, cuando nos reunimos de
manera particular para adorar a Dios, debemos asegurarnos de arreglarnos apropiadamente en
términos de nuestra apariencia externa.

Ahora bien, la apariencia externa no es la única parte importante de nuestra preparación.


Necesitamos asegurarnos de que nuestros corazones estén preparados también. Pero una parte
importante de nuestra preparación externa es el vestirnos con lo que él llama “ropa decorosa”.

La palabra ropa es la palabra katastole. Es una palabra que hace referencia a piezas de ropa
holgadas. Y para no darle más larga al asunto, creo que va con el concepto de lo que es modesto
en el vestir; de la ropa que no es ceñida ni apretada en nosotras las mujeres. Esta es una palabra
que habla de algo que es holgado.

Pero aquí él habla de algo que no solo se trata de la ropa, sino también en cuanto a toda nuestra
apariencia y comportamiento.

Como mujeres, cuando venimos a adorar corporativamente debemos venir listas para tener un
encuentro con el Señor y listas para tener un encuentro con Su pueblo.

● No debemos lucir descuidadas.

● No debemos lucir desaliñadas.

● No debemos ser exhibicionistas.

● No debemos ser extremas al vestir.

● No debemos lucir de ninguna forma —en términos de nuestra vestimenta— que no vaya de
acuerdo a nuestra condición de cristianas.

Debemos vestirnos decorosamente y adornarnos de igual forma. Esa es la palabra kosmios. Y es


una palabra que significa “en orden y decentemente”. Nuestra vestimenta debe ser ordenada y
decente. John MacArthur dice que esa palabra es lo opuesto al caos —la forma como debemos
vestir no debe ser caótica, sino ordenada y decente. Cuando pienso en una vestimenta caótica, o
en mujeres caóticas, hay una imagen que viene a mi mente en términos de su pelo y de su ropa, y
pienso en mujeres que no lucen bien arregladas.

Pablo también dice que no debemos lucir modas extremas. Y él continúa hablando de eso, de que
no debemos obsesionarnos con nuestro vestido, pero que debemos vestirnos de una forma que
luzca bien arreglada. Debemos vestirnos de una manera que refleje cuidado, y no que
simplemente nos hemos tirado la ropa por encima. Debemos lucir arregladas. Debemos ser
ordenadas, decentes y modestas.

De nuevo, él no solo está hablando del vestido, sino también de nuestra actitud, de nuestro
comportamiento, de la forma como nos manejamos y también de nuestra vida espiritual interior.
Pero esa vida espiritual interior siempre se va a manifestar hacia fuera. Él habla sobre el tipo de
mujer que debe ser una mujer cristiana —por dentro, espiritualmente, pero también por fuera en
la forma como ella luce.

Quiero que recordemos que la modestia y la vestimenta son asuntos mayormente del corazón. Si
una mujer tiene un corazón ordenado, decente y bien arreglado, su apariencia exterior lo va a
reflejar también.

Y déjenme decirles, por cierto, que esto no solo se verá en su apariencia exterior, sino también en
su ambiente. Tuve mucha convicción de esto anoche, alrededor de la medianoche. Al ver mi
estudio pensé, “La palabra para describir como esto luce ahora mismo es ‘caótico’. Esto no luce
bien ordenado. Esto no luce decente”. Y esto me preocupó al leer este pasaje.

Dios no está diciendo aquí que debemos ser perfeccionistas; o que debemos ser obsesivas y
tenerlo todo perfectamente ordenado, sino que nuestras vidas por lo general deben ser
caracterizadas por el orden y por lucir arregladas. Dice John MacArthur,

El adorno apropiado por fuera [la forma como vestimos, la forma como mantenemos el ambiente
que nos rodea y nuestras casas] refleja un corazón debidamente adornado, un corazón que está
bien ordenado.

Así que cuando vas a encontrarte con el pueblo de Dios, cuando vas a la iglesia, ¿estás preparada?
¿Estás vestida adecuadamente? ¿Te has vestido de una forma que refleje bien, la manera
adecuada al Señor? ¿Le has puesto atención a tu apariencia física, para asegurarte de que es
apropiada para la iglesia?

En el pasado hemos hablado aquí en Aviva Nuestros Corazones sobre cómo las mujeres en la
iglesia pueden ser una verdadera fuente de seducción y de tentación para los hombres. Y he
escuchado decir esto tantas veces, expresado de tantas formas diferentes. He oído a hombres
decir, “Mira, una cosa es ir al mundo y esperar ver mujeres vestidas de manera inmodesta allí,
pero otra cosa es venir a la iglesia y tener que luchar con tus pensamientos como hombre” Oh,
amigas, el apóstol Pablo dice, “Cuando vengas a la iglesia asegúrate de venir bien arreglada,
ordenada, con ropa modesta y decoros

Así que déjame preguntarte:

• ¿Está tu vida interior bien ordenada?

• ¿Tienes un corazón bien ordenado?

• ¿Y tus emociones? ¿Eres una de esas personas que vive en un remolino de emociones?

Ahora, si eres mujer probablemente tu respuesta sea SÍ. Y yo misma me he visto ahí esta semana.
Pero he sido retada, en la medida en que he estudiado este texto, a pedirle al Señor que me de
emociones bien ordenadas.
Y Dios dice, “Si tienes un corazón ordenado, si estás adornada con ropa decorosa, con una
vestimenta bien arreglada, eso será un reflejo de un corazón que está bien ordenado”. Quiero
tener una mente que esté bien ordenada; quiero tener pensamientos que reflejen la manera de
Dios y quiero llevar todos mis pensamientos cautivos a la obediencia de Cristo.

Recientemente, una de las cosas que Dios me ha estado hablando es de la necesidad de una
mayor disciplina mental en mis hábitos de estudio y en la forma como trabajo. Me distraigo
fácilmente y los correos electrónicos no me ayudan. Así que me encuentro, justo cuando estoy en
mi hora de estudio, yendo una y otra vez a ver mis correos. Encuentro que mis pensamientos se
empiezan a confundir y a ser erráticos y distraídos.

Bueno, nadie sabría esto excepto el Señor y yo, pero esto no es señal de un corazón bien
ordenado. Así que le digo, "Señor, ordena mi corazón; organiza mi corazón”. En lo que respecta mi
horario y al uso de mi tiempo, necesito estar llena del Espíritu y enraizada en la Palabra de Dios
para que mi corazón y mis emociones y mi mente estén bien ordenados. Luego esto se va a ver
reflejado en mi apariencia externa, en los estilos de ropa que uso, en mi ambiente, en mi hogar,
en mi lugar de trabajo… Todo ello reflejará la belleza de un corazón bien ordenado.

Y el tuyo.. ¿Luce así? Pidámosle al Señor que nos conceda tener corazones ordenados que se
reflejen en una apariencia ordenada, decente y apropiada.

Carmen: La Primera Carta a Timoteo ofrece consejos útiles para las mujeres, y Nancy Leigh
DeMoss ha estado llevándonos a ver ese pasaje más de cerca. A través de esta serie serás retada a
rendir todo al Señor, incluyendo tus pensamientos, tu horario y tu guardarropa. Hemos titulado la
serie La hermosura de un corazón modesto .

También podría gustarte