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PSICOLOGÍA FORENSE Y CRIMINALÍSTICA

Perfil psicológico del


violador: 12 rasgos en
común
¿Cómo es la personalidad de los violadores y cómo
podemos detectarlos?
por Oscar Castillero Mimenza

En febrero de 2015, una joven universitaria fue asesinada en


Turquía tras resistirse a una agresión sexual. Su cuerpo fue
encontrado quemado. No hace mucho hubo una oleada de
violaciones hacia menores en la India, de las cuales muchas
aparecieron muertas posteriormente. En diferentes países
africanos numerosas mujeres son violadas con la
intención de transmitir temor a la población local.

Estos y otros numerosos casos son ejemplos de situaciones en


que se ha forzado el mantenimiento de relaciones sexuales, es
decir casos en que se ha cometido una violación. Y no hace falta
irse tan lejos para encontrar casos: Un caso conocido dentro de
nuestras fronteras ocurrió durante el año pasado cuando una
joven fue violada por varios individuos durante las fiestas de San
Fermín.

No se trata de un fenómeno infrecuente: ya solo en nuestro país,


se calcula que una mujer es violada cada ocho horas. Es por ello
que desde la psicología y otras ciencias se ha intentado elaborar
un perfil psicológico del violador, encontrando rasgos comunes
que permitan trabajar sobre los elementos que pueden
desembocar en una agresión sexual. En este artículo vamos a
intentar encontrar una serie de doce rasgos en común entre los
violadores y veremos los patrones psicológicos que
constituyen el perfil del violador.

 Artículo relacionado: “Psicopatía: ¿qué ocurre en la


mente del psicópata?”

¿A qué llamamos violación?


Si bien todos sabemos de manera aproximada de qué hablamos
cuando oímos la palabra violación, entender algo es un paso
necesario para encontrar formas de hacer que no se repita, de
modo que conceptualizar el término violación es un paso útil
para entender qué hace un violador y poder identificar su perfil
psicológico.

Se entiende como violación a aquella agresión de índole


sexual a través de la cual un individuo mantiene
relaciones sexuales no consentidas con otro. Estas
relaciones se llevan a cabo en oposición directa de la persona
víctima de agresión, empleando para ello la coacción, la fuerza o
elementos que nublen el juicio de la víctima, como las drogas. Si
bien generalmente se piensa que la violación incluye
penetración, esto no es necesariamente así.

Además de ello, se considera violación el acto carnal con sujetos


que no tienen suficiente comprensión o capacidad de juicio para
valorar la situación (como personas con deficiencias o
problemas psíquicos que nublen su capacidad de juicio, menores
de edad o incluso seres de otras especies animales) o que no se
hallan en condiciones de dejar clara su posición al respecto
(personas dormidas, en coma o drogadas).

La mayor parte de violaciones son llevadas a cabo por varones,


si bien también hay casos en que las agresoras son mujeres.
Aunque hay casos en que la víctima es un varón adulto (sea el
agresor hombre o mujer), por lo general las víctimas suelen ser
mujeres, personas con dificultades físicas o psíquicas o
menores. Es además frecuente que el violador conozca a
la víctima de antemano, no siendo extraño que pertenezca a
la familia o al círculo cercano.

Las principales secuelas de la agresión


sexual
Si la violación es vivida con violencia, es frecuente que la
víctima presente evitación de situaciones y lugares que le
recuerden al suceso, además de flashbacks, síntomas
depresivos y disociativos y otros síntomas, siendo uno de los
motivos más frecuentes y estudiados de trastorno por estrés
postraumático.

En muchos casos esto provoca que la persona atacada tenga


miedo de denunciar el abuso, sea porque se resiste a aceptar lo
que ha vivido, o bien porque considera que no va a ser
comprendida o incluso que va a ser culpada de la situación.
Es por ello que es necesaria la concienciación a nivel social y el
trabajo psicológico en relación a prevenir, detectar y tratar
casos de violación u otras agresiones (afortunadamente cada
vez más casos denuncian a sus agresores).

Tipos de agresor sexual


Una vez entendido el concepto de violación, podemos pasar a
intentar definir un perfil psicológico común a todos los
violadores. 

Sin embargo, los diferentes estudios y expertos que han tratado


el tema se han encontrado con un problema: existe una muy
amplia diversidad de motivos y maneras por las que un sujeto
decide forzar a otro a mantener relaciones. Algunos tipos de
agresores sexuales son los siguientes.

1. Violador circunstancial, ocasional o


oportunista
Se trata de sujetos que se valen de una situación o
acontecimiento con el fin de realizar la violación. Es el
caso de violaciones durante fiestas y eventos. No suele tratarse
de agresiones planificadas de antemano. 

Es posible que actúen bajo el efecto de alcohol o drogas, o que


se aprovechen de que la víctima las ha consumido para actuar y
forzar la consumación del acto sexual.

2. Violador explosivo
Este tipo de violador busca someter a su víctima fruto de
un impulso violento de dominación. Tiene marcado el
objetivo de realizar una agresión sexual, siendo indiferente
quién es la víctima. Para él, la violación es claramente un acto
de poder y violencia, y no tanto uno sexual (si bien esto se da
también en el resto de tipos de violadores, si bien no de un
modo tan evidente).

3. Violador furioso
Este sujeto utiliza la violación como acto de castigo
contra alguien a quien considera representante del
género, grupo social o colectivo que le ha producido algún tipo
de perjuicio (real o imaginario). Es decir, que experimenta la
violación a través de un claro sesgo basado en estereotipos y en
ocasiones contenidos políticos.

4. Violador en búsqueda de confianza o


compensación
Se trata de un tipo de violador que tiene una percepción
distorsionada de la relación entre el agresor y el
agredido. El agresor considera que su actuación hará disfrutar
a la víctima y acercará a la persona objeto de su deseo,
pudiendo llegar a establecer una relación romántica.

4. Violador sádico
En este tipo de individuos se observa una vinculación
entre la excitación sexual y la agresividad. El inicio de una
interacción que el sujeto considera excitante puede provocar
que la agresividad del sujeto aumente y experimente impulsos
agresivos hacia su víctima, forzándola. No es infrecuente que
presenten trastorno antisocial y la parafilia conocida
como sadismo sexual, y que en el caso de la violación se
expresa de forma directa, sin filtros.

6. Violación como mecanismo de control


Algunas violaciones son llevadas a cabo con un propósito
independiente de la satisfacción sexual y de poder del agresor.
Es el caso de algunas violaciones sistemáticas llevadas a cabo
durante guerras, en las que se emplea la agresión sexual
como método de humillación y control de la población y
para disminuir la moral del país enemigo. Se trata de un uso
estratégico de este tipo de violencia, gacias a locual lograr
objetivos más allá de esta acción en sí misma.

El perfil del violador y sus


características
Si bien es cierto que debido a la elevada diversidad de variables
que influyen en la perpetración de un acto de este tipo no se
puede hablar de un único perfil de violador, es posible localizar
una serie de variables que si bien no se aplican en todos los
casos son muy comunes entre los diferentes tipos de agresores
sexuales.

Es importante remarcarlo: no hay un único prototipo de


violador, y las siguientes características si bien pueden ser
comunes no identifican a todos los violadores.

1. No tienen por qué tener una


personalidad extraña
La mayor parte de las personas no cometen violaciones. Esto
puede hacer pensar que un perfil típico de violador ha de ser la
de alguien con enormes particularidades, características que no
tienen la mayoría de las personas y que hacen que en su día a
día sean personas solitarias y sin contacto normal con la
sociedad. Si bien en algún caso concreto esto puede llegar a ser
cierto, en general esto no es verdad. 

Una gran mayoría de violaciones son llevadas a cabo por


sujetos con una personalidad dentro de lo “normal” y que
tienen amigos, familia y trabajo. De hecho muchos de ellos son
personas con pareja, con la cual generalmente mantienen
relaciones de forma convencional.

2. Poder, no sexo
Una de las características más comunes de la mayor parte de
violadores es que el objetivo real de su acción no es obtener
gratificación sexual.
En su mayoría, las personas que cometen una violación
sabiendo qué están haciendo buscan y se ven atraídos
por la idea de ejercer dominación, de hacer que otras
personas hagan algo en contra de su voluntad y obedeciendo al
interés del agresor. Dicho de otro modo, en una violación lo que
se busca no es únicamente sexo, sino que también y
especialmente lo que se busca es el ejercicio del poder.

3. Tienden a buscar víctimas que


consideran más débiles
Si bien se han dado casos en que la víctima es alguien
físicamente más fuerte que el agresor, por norma general los
individuos que cometen agresiones sexuales buscan
víctimas que consideran físicamente más débiles que ellos
o de las que conocen puntos débiles a aprovechar.

En cualquiera de los dos casos, la elección de víctima está


vinculada a la posibilidad de ejercer el poder o bien sobre
alguien a quien creen que pueden someter o bien sobre alguien
que consideran por encima y a quien quieren ver humillado/a y
por debajo de sí mismos.

4. Sentimientos de inferioridad y
frustración vital
Otro de los elementos que comparten la mayoría de violadores
es la presencia de un elevado sentimiento de frustración e
inferioridad que puede llegar a ser expresado mediante
explosiones de violencia.

Si bien no tienen por qué demostrarlo en la mayor parte de las


facetas de su vida diaria e incluso pueden llegar a actuar de
forma prepotente, estos sentimientos de inferioridad pueden
provocar una reacción en forma de deseo de dominar al otro, un
deseo que en algunas personas puede desembocar en
una agresión sexual.

5. Poca capacidad de empatía


Se produzca la agresión sexual por el motivo que sea, en
general los violadores tienen una capacidad de empatía muy
limitada o inexistente. Así, el agresor sexual no puede, no le
importa o elige no pensar en qué supone la violación
para la víctima, o bien que llega a considerar que la
satisfacción de su deseo de poder y sexo merece el sufrimiento
de la víctima. Esto es visible en muchos de los casos que indican
que la víctima en realidad sí quería mantener relaciones o que
en fondo disfrutó de la situación.

6. No anticipación a las consecuencias


Se ha observado que muchos violadores nunca pensaron
en qué podría pasar después de cometer el acto, si el caso
sería investigado o si serían encontrados y detenidos. Este
refleja un cierto déficit a la hora de anticipar las consecuencias
de sus propios actos, sean éstas para sí mismos o para otros.
Este factor no sería determinante para las personas que lo que
en realidad buscan son la consecuencia en sí del acto más que
el propio acto per se.

7. Posible historia de abusos o aprendizaje


de una sexualidad coercitiva
Al igual que ocurre con la violencia de género muchas
personas que en la actualidad cometen delitos sexuales han sido
a su vez abusados o maltratados en la infancia, o bien han sido
testigos de abusos hacia otros familiares significativos.

Esto provoca que a la larga puedan llegar a identificar la


coerción como un modo normal de proceder, y que aunque
sepan que socialmente está mal visto puedan sentir el impulso
de acometer el acto.

8. Consideran que tienen derecho a


cometer la agresión
En un gran número de casos los individuos que cometen
violaciones consideran que tenían derecho a forzar a la
víctima, en ocasiones por razones culturas. Así las agresiones
sexuales son más frecuentes en personas y regiones en las que
aún persiste una cierta consideración de superioridad del
hombre ante la mujer, o bien consideran que sus necesidades
están por encima de los demás.

9. No se trata de enfermos mentales


Si bien la imagen típica de violador es la de un psicópata o
alguien que padece un trastorno mental, considerar que los
agresores sexuales son personas con un trastorno mental sería
falso y reduccionista.

Es posible encontrar que algunos trastornos de


personalidad como el antisocial pueden facilitar una
actuación de este tipo y es cierto que se pueden hallar casos
de violaciones durante estados psicóticos, maníacos o realizados
por personas con discapacidad intelectual pero por norma
general los agresores sexuales son capaces de juzgar
correctamente la situación y saben qué están haciendo.

10. En su mayoría son plenamente


imputables
Una consecuencia del punto anterior. Dado que en su mayoría
los sujetos que cometen este tipo de actos tienen plena
consciencia de que su actuación es dañina y está penada por la
sociedad, por lo general los violadores son judicialmente
imputables. 

11. Evaden responsabilidad


Una característica común en muchos de los casos en los que no
se presenta psicopatía o psicopatología es el intento de
evadir su responsabilidad en el acto. Es frecuente justificar
la conducta por el uso de sustancias o pretender sufrir una
psicopatología para evadir el castigo. A nivel informa, más allá
de los procesos judiciales, es habitual que culpen a la víctima.

12. Culpabilizan a la víctima


Parte de los sujetos que cometen violaciones suelen
indicar que la culpa de la situación es de la propia
víctima. Frases como “iba provocando”, “en el fondo quería” y
variantes de ellas son frecuentes en agresores sexuales que han
sido detenidos, evitando hacerse cargo de la situación y
excusándose.

Referencias bibliográficas:

 Burguess, A. G.; Burguess, A.W.; Douglas, J. & Ressler, R.


(1992). Crime Classification Manual. Lexington Books.

 Cáceres, J. (2001). Parafilias y violación. Madrid: Editorial


Síntesis.

 González, E.; Martínez, V.; Leyton, C. & Bardi, A. (2004).


Características de los abusadores sexuales. Rev. Sogia; 1(1): 6-
14.

 Marshall, W. (2001). Agresores sexuales. Estudios sobre la


violencia. Ed. Ariel. p. 107.  

TÓPICOS
 

 VIOLENCIA
 

 SOCIEDAD

 PERSONALIDAD

Oscar Castillero Mimenza 

Psicólogo en Barcelona | Redactor especializado en Psicología


Clínica
Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de
Barcelona. Actualmente finalizando el Máster de Psicopedagogía por la misma, así
como preparando el examen de acceso a las oposiciones P.I.R.

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