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https://www.guiainfantil.com/1220/educar-en-valores-la-tolerancia.html
El niño no nace tolerante. Su conducta natural es que todo sea para sí, y
que todos estén de acuerdo con él, por lo que es indispensable que el
proceso de aprendizaje acerca de la tolerancia empiece desde bien
temprano.
Por su parte, la tolerancia hacia quienes profesan de manera pública creencias o religiones
distintas a la nuestra. Es un concepto relacionado con la aceptación y con la consideración
ante las acciones u opiniones de otras personas cuando estas diferentes de las propias o
se contraponen al marco personal de creencias. La tolerancia se erige como un valor
básico para convivir armónica y pacíficamente. No solo se trata de permitir lo que los
demás digan o hagan, sino de reconocer y aceptar la individualidad y las diferencias de
cada ser humano. Se considera que la tolerancia constituye la base de la buena
convivencia entre personas de diferentes culturas, credos, razas, y modos de vida. 1
Generalidades[editar]
A nivel individual, la tolerancia es la capacidad de aceptación de una situación o de otra
persona o grupo considerados diferentes. Pero no todos los individuos están capacitados
para ser tolerantes. La tolerancia individual se manifestará en la actitud que una persona
tiene ante aquello que expresa valores diferentes a los suyos propios. También en la
aceptación de una situación injusta en contra de los intereses propios o en contra de los
intereses de terceras personas. Todo ello implica, evidentemente, capacidad para
escuchar y aceptar a los demás[cita requerida].
Tolerancia e intolerancia[editar]
Se considera generalmente que no hay tolerancia sin acción previa y ajena de incitación.
La tolerancia es, así, un valor reactivo, impensable en condiciones previas a la convivencia
e incluso a la de la convivencia problemática.2 Su antónimo, la intolerancia, puede
manifestarse sin embargo con anterioridad a una incitación objetiva, a modo de programa
defensivo preventivo. La tolerancia se expresa por lo general mediante una corta variedad
de conductas muy similares, mientras que la intolerancia permite una mayor variedad de
comportamientos, que van desde la ignorancia pasiva hacia el diferente hasta
la persecución o el exterminio.
Tolerancia civil[editar]
Puesto que las mentalidades individuales evolucionan por lo general más rápido que las
leyes, a menudo se da un desfase entre la moral social, convenida implícita y de forma
colectiva y las leyes civiles. Así, algunas disposiciones de la ley pueden, en un momento
dado, ser reconocidas como inadecuadas y por eso, no ser aplicadas más que
parcialmente o no ser aplicadas ni obedecidas en absoluto. Así Georges
Clémenceau decía en Au soir de la pensée, «Toda tolerancia se convierte a la larga en un
derecho adquirido».
Desde un punto de vista social, permite aquello que es contrario a la moral o a la ética del
grupo que ostenta el control social. Permite también desigualdades y diferencias dentro de
la sociedad. Se trata principalmente de un comportamiento frente a una situación que se
juzga mala, pero que se acepta porque no se puede hacer otra cosa. Se pueden citar
como ejemplos las situaciones de esclavitud y tolerancia de la esclavitud a lo largo de la
Historia, a pesar de las condenas a la misma por algunos grupos que se saldaron con
catastróficos enfrentamientos sociales, y ello repetidamente; la sucesión a lo largo de la
Historia entre el permiso y la prohibición de abortar para las mujeres y los que las asisten;
el procesamiento y posterior encarcelamiento de familias inmigrantes por realizar prácticas
tradicionales en sus hijas como la ablación genital mientras la circuncisión de los hijos
varones es tolerada (lo cual plantea de modo muy intenso el no resuelto problema
planteado por J. S. Mill de los límites de la tolerancia: ¿se debe ser tolerante con
costumbres intolerantes, por ejemplo hacia el placer sexual femenino?); la denominada
contemporáneamente violencia de género, el asesinato de mujeres a manos de su pareja
sentimental, que ha provocado en España por ejemplo, cambios en el código penal y
campañas institucionales denominadas tolerancia cero debido, según algunos, a la falta de
movilización social ante el problema y, según otros, precisamente al hecho de tratarse
España de uno de los países de la Unión Europea con cifras más bajas de este tipo de
violencia (según encuesta europea realizada en todos los países de la UE), lo cual plantea
la cuestión de si una legislación de este tipo puede implantarse con éxito en sociedades
cuyo sentir colectivo no sea previamente favorable a la misma.
Pero en todo caso, las modalidades y la eficacia de las leyes dependen de hecho de la
capacidad de las instituciones para hacer que se apliquen. Por ejemplo, los decretos Jean
Zay (1936) prevén la prohibición de llevar signos religiosos y políticos en las escuelas
francesas; sin embargo, la no aplicación de esos decretos ha conducido a promulgar una
nueva ley sobre el mismo tema en 2004.
Tolerancia y progreso[editar]
En el siglo XVIII, algunos de los filósofos de la Ilustración, señalaron la relación que existe
entre una actitud de tolerancia y el progreso de los pueblos. El progreso en las ciencias, en
la tecnología, en las leyes y costumbres solo podía desarrollarse en un marco adecuado
de respeto y proliferación de ideas divergentes. Es algo que numerosos ilustrados
señalaron reiteradamente, con la excepción de Rousseau, cuya visión del progreso difería.
Así, la concepción de progreso desarrollada por Turgot en sus Discursos sobre el progreso
humano6 parte de la idea de que el ser humano se encuentra en principio sobre
el mundocomo frente a un enigma. Solo mediante la experiencia y múltiples tanteos puede
llegar a hacerse una imagen clara del mundo.
Tenemos, pues, que fomentar la proliferación de ideas y aceptarlas todas como pasos
necesarios en la construcción de la verdad.8
Así, a fuerza de tantear, de multiplicar los sistemas, de agotar –por decirlo así– los errores, se llega
finalmente al conocimiento de un gran número de verdades.
Esta idea reaparece en todos los representantes de la Ilustración: la necesidad de una
tolerancia generalizada que permita el desarrollo de las ciencias y/o el progreso.
Claude Levi-Strauss
En el siglo XX, la necesidad de una amplia tolerancia para poder hablar de progreso en las
culturas la ha desarrollado Levi-Strauss en sus ensayos Raza ehistoria y Raza y cultura.9
Aunque este autor advierte que no existe un progreso en términos absolutos, sino tan solo
en relación a los criterios particulares de quien juzga acerca de su existencia.10
(...) el progreso no es más que el máximo de los progresos en el sentido predeterminado por el
gusto de cada uno.
El progreso solo es posible concebirlo si existe relación e intercambio entre culturas que,
no obstante, deben mantener sus propias peculiaridades. En este sentido, todas las
culturas participan de un progreso y acumulan descubrimientos. En el supuesto de que
una no lo hiciera, sería como consecuencia de su total aislamiento.
Afirma Levi-Strauss:
(...) la historia acumulativa es la forma de la historia característica de estos superorganismos
sociales que constituyen los grupos de sociedades, mientras que la historia estacionaria –si existe
de verdad– sería la marca de ese género de vida inferior, que es el de las sociedades solitarias.
Locke elaboró una de las más famosas y clásicas defensas de la tolerancia, en una obra
que dio mucho que hablar en su tiempo. En la citada obra, desarrolla una serie de
argumentos a favor de la tolerancia de los gobiernos; argumentos que en algunos
aspectos aun se puede considerar que tienen una enorme vigencia. Se trata de la Carta
sobre la tolerancia, escrita en 1685.15 Esta obra, como la naciente idea de tolerancia,
resulta estrechamente vinculada al surgimiento del mundo moderno; representa la
expresión y el reflejo de una concepción del estado que ha desembocado en las actuales
democracias liberales, las cuales reposan sobre la libertad de los individuos; libertad que
se ha de materializar, entre otras cosas, en la posibilidad de mantener cualquiera de los
cultos religiosos. De hecho, el propósito estricto de la Carta fue fundamentar sobre bases
firmes la libertad religiosa.
Pues bien, frente a ello, el modelo de estado democrático liberal, nacido con laModernidad,
considera necesario establecer una serie de libertades en los individuos, dentro de las
cuales está la libertad religiosa, hoy, equiparable a la libertad de conciencia. Resulta
inseparable la defensa de la tolerancia como consentimiento del surgimiento de este tipo
de estado. La lucha contra laintolerancia y, consecuentemente, la consagración de la
libertad religiosa y de conciencia como un derecho político, ha estado ligada
históricamente al proceso de constitución del Estado democrático liberal, uno de cuyos
elementos integrantes es el reconocimiento de la personalidad individual como origen, fin y
limitación de la actividad estatal.
¿Hasta dónde se extiende el deber de tolerancia y en qué medida obliga a cada uno?
Locke aborda el tema de los límites de lo tolerable en cuatro puntos:
Quien debe decidir qué Iglesia es la verdadera es solo Dios. No se puede saber cuál lo es,
y aunque se supiera, la verdadera Iglesia no tendría derecho a destruir a la otra. En esto,
Locke propugna una amplia libertad religiosa:
Nadie, (...), ni las personas individuales ni las Iglesias, ni siquiera los Estados, tienen justos títulos
para invadir los derechos civiles y las propiedades mundanas de los demás bajo el pretexto de la
religión
Pág. 22
Esto es porque
Ni la paz, ni la seguridad, ni siquiera la amistad común, pueden establecerse o preservarse entre los
hombres mientras prevalezca la opinión de que el dominio está fundado en la gracia y que la religión
ha de ser propagada por la fuerza de las armas
Pág. 23
.
Lo cual quiere decir que nunca habrá paz mientras no haya tolerancia. Este es uno de los
principales motivos esgrimidos por numerosos pensadores para pretender la
universalización de un espíritu de tolerancia que englobe diversos aspectos.
Jean-Baptiste Rousseau
La tolerancia para la defensa de un ideal de libertad, está perfectamente ilustrada por una
célebre citación atribuida de manera apócrifa a Voltaire, pero que en realidad fue utilizada
por la escritora S. G. Tallentyre –seudónimo de Evelyn Beatrice Hall– como ilustración de
las creencias de Voltaire en la biografía que escribió de él.: No estoy de acuerdo con lo
que me dices, pero lucharé hasta el final para que puedas decirlo.
Pues bien, afirma, mientras existan pueblos y gobernantes intolerantes, habrá guerras,
tumultos y, por tanto, desgracia. Por el contrario, la tolerancia proporciona paz y
prosperidad a la sociedad. En este sentido, escribe: (...), esa tolerancia jamás produjo
guerras civiles; la intolerancia ha convertido la tierra en una carnicería (pág. 33). La
tolerancia se presenta como principio para la convivencia, como único modo de vivir
en paz y libremente:
(...) y el gran principio, el principio universal de uno y otro, está en toda la tierra: 'No hagas lo que no
quieras que te hagan'. Pues bien, si se sigue este principio no se advierte cómo un hombre puede
decir a otro: 'Cree lo que yo creo y que tú no puedes creer o morirás'
Pág. 39.
La intolerancia se opone a cuanto de racional hay en el hombre y nos acerca a las fieras:
(...) el derecho de intolerancia es absurdo y bárbaro; es el derecho de los tigres; es mucho más
horrible aun, porque los tigres no se destrozan sino para comer, y nosotros nos hemos exterminado
por unas frases
Pág. 40.
Donde no hay razón, abunda la intolerancia. Queremos resaltar el énfasis pionero que
pone en ello nuestro filósofo. De la superstición, nace el fanatismo. Existe, por tanto, una
estrecha relación entre la tolerancia y el espíritu crítico y racional que nos conduce al
conocimiento del mundo y de nosotros mismos; como conclusión de su Tratado, Voltaire lo
afirma:
Solo los espíritus razonables piensan noblemente; cabezas coronadas, almas dignas de su rango,
han dado grandes ejemplos en esta ocasión. Sus nombres serán señalados en los fastos de
la filosofía, que consiste en el horror a la superstición, y en esa caridad universal
que Cicerón recomienda: Charitas humani generis. Esa caridad, cuyo nombre se ha apropiado
la teología, como si soo a ella perteneciese, pero cuya realidad ha proscrito con frecuencia. Caridad,
amor al género humano; virtud desconocida de los embaucadores, de los pedantes que argumentan
y de los fanáticos que persiguen
(pág. 171).
Otro motivo, que se suma a los ya expuestos, para fomentar una actitud tolerante es la
evidencia de que somos seres imperfectos, a quienes cuesta hallar verdades. En
el Diccionario filosófico afirma en este sentido: Todos estamos modelados de debilidades y
de errores. Perdonémonos las necedades recíprocamente, (...) (pág. 494) (...) tenemos
que tolerarnos mutuamente, porque somos débiles, inconsecuentes y sujetos a la
mutabilidad y al error (pág. 501).
Por último, es muy digno de mención, además de la justificación de la tolerancia que desde
su espíritu comprometido e ilustrado acomete, el sentido profundo de un lema que él hizo
famoso: Écrasez l´infâme! (¡No dejes de pisotear al infame!). Lo podemos parafrasear
como no toleres jamás la intolerancia. Es decir, la propia tolerancia apunta hacia unos
límites que no puede traspasar, so pena de dejar de serlo.
John Stuart Mill escribió la que podría considerarse una de las mejores defensas de la
tolerancia y la libertad de pensamiento que jamás se hayan hecho. Se trata del ya clásico
escrito Sobre la libertad, elaborado en 1859.16 Vamos a resumir brevemente las ideas que
en él se contienen, destacando como aspecto novedoso y superador de anteriores
concepciones de la “tolerancia” las relaciones existentes entre tolerancia y libertad.
En este sentido, también la mayoría puede ejercer su tiranía. Habría, por tanto, que
colocar un límite, y más sabiendo que
(...) los gustos o disgustos de la sociedad o de alguna poderosa porción de ella, son los que principal
y prácticamente han determinado las reglas impuestas a la general observancia con la sanción de
la ley o de la opinión
(P. 62).
La opinión de Mill es que el gobierno solo se halla legitimado para intervenir si hay que
evitar daños a terceros; el propio bien de la persona, físico o moral, no es justificación
suficiente. Esta es su respuesta a las acciones emprendidas por numerosos gobiernos, a
lo largo de la historia, a fin de garantizar la salvación eterna de los súbditos. Cuando Locke
afirmaba que el Estado no tiene autoridad en cuestiones religiosas, nos estaba planteando
por adelantado esta idea política que desarrollará Mill. De nuevo, la tolerancia
gubernamental nos viene asociada a la separación del poder del ámbito privado de la vida
de los ciudadanos. Este ámbito incluye las decisiones respecto a la propia felicidad, que
solo conciernen a los propios individuos. Cada uno, defiende Mill, es soberano de sí
mismo. En un marco histórico adecuado, por tanto, se ha de dar la libertad como
posibilidad de labrarse el propio camino de la felicidad, sin ser obligados a vivir a la
manera de otros, y sin que privemos a otros de seguir su camino. Resulta fundamental
esta distinción, ya vista en Locke, entre una esfera pública y otra privada en la sociedad.
Acto seguido, Mill desarrolla por extenso una excelente defensa de la libertad de
pensamiento y discusión. Esta libertad se basaría en el respeto a las opiniones ajenas y a
la expresión de las mismas. Se opone nuestro autor a todo tipo de censura, que no
conduce sino a la conversión de lo defendido en dogma, a una cristalización o congelación
delpensamiento cuya consecuencia es el alejamiento de la verdad, ya que esta requiere la
batalla con sus contrarios para ser profundizada. Esta es una de las consecuencias
negativas de la intolerancia. La censura, como manifestación de la intolerancia, no solo no
es buena para el progreso, sino que es causante de terribles errores, ya que aleja del
auténtico modo de conocer las cosas. Apoya Mill esta tesis en la historia y muestra que
para que la verdad prospere ha de darse la discusión libre (La especulación libre y audaz
sobre los problemas más elevados) y el respeto a todas las opiniones. «Solo a través de la
diversidad de opiniones puede abrirse paso la verdad» (pág. 114) Para el libre
desenvolvimiento del genio, por tanto, es preciso garantizar la libertad, de manera que la
diversidad sea tolerada e integrada en el común debate que garantiza la paz y el progreso.
En los capítulos posteriores de su obra, Mill apunta a una serie de consideraciones que
giran en torno a la problemática acerca de los límites de la tolerancia; es decir, ¿hasta
dónde se puede permitir la libertad de acción por parte de los individuos?- ¿Hasta qué
punto debemos tolerar y cuándo no? Básicamente, la respuesta de nuestro autor es que
siempre podemos actuar, mientras no perjudiquemos los intereses del otro. Es decir, en lo
que concierne exclusivamente a uno mismo, nadie debe intervenir. La intervención
del Estado solo se justifica cuando una acción tiene repercusiones en otras personas. Se
puede y debe tolerar todo, siempre y cuando lo tolerado no se muestre, a su vez,
intolerante. Es en ese punto donde ubicamos los límites de la tolerancia.
Tolerancia religiosa[editar]
Artículo principal: Tolerancia religiosa
Hay que diferenciar tres dominios de tolerancia religiosa. En primer lugar, la tolerancia
inscrita en los textos sagrados a los que la religión se refiere. Después, la
interpretación que las autoridades religiosas han hecho de ella. Y por fin, la tolerancia
del fiel, que, aunque guiado por su fe, no por ello permanece menos individual.
El politeísmo antiguo[editar]
En el politeísmo antiguo (antes de la era cristiana), con frecuencia se constatan
intercambios de divinidades de unpanteón al otro, en particular en Europa del Norte y
en Oriente Próximo. Podemos citar por ejemplo el caso de la civilización del antiguo
Egipto, para el cual la tolerancia religiosa era un pilar (salvo durante el periodo
de Akhenaton) y en cuyo país se albergó, en numerosas épocas, templos de
divinidades extranjeras (Baal, Astarté, etc.). Lo mismo paraRoma con la adopción de la
diosa Isis.
El monoteísmo[editar]
Con el desarrollo del monoteísmo (judaico, cristiano, e islámico) aparece la noción de
exclusividad de lo divino.
Se entiende pues que la tolerancia no es una virtud intrínseca de tal o cual religión
sino que depende de la elección de sus individuos y de sus jerarquías así como de
su capacidad para asociarse con un poder.
El diálogo interreligioso[editar]
Así mismo la tolerancia no siempre ha existido. Ya Platón, según un rumor del que
se hizo eco Diógenes Laercio, habría querido quemar en la plaza pública las obras
de Demócrito. La apertura de la cultura griega a las culturas exteriores y el diálogo
continuo de los filósofos entre ellos han generado un clima intelectual tenso pero
propicio a los intercambios y a la reflexión. El la filosofía de las luces la que
transforma aquello que parecía una debilidad para san Agustín de Hipona, teórico
de la persecución legítima, tal y como lo presentaba Bossuet.
En el símbolo del giro es esta frase de Voltaire: no me gustan tus ideas pero
lucharé para que puedas expresarlas. Se constituye entonces un movimiento
intelectual que lucha contra las intolerancias del cristianismo: De todas las
religiones, la cristiana es sin duda la que debe inspirar mayor tolerancia, aunque
hasta ahora los cristianos hayan sido los más intolerantes de todos los hombres.
(Diccionario filosófico, artículo Tolerancia 7).
Por el hecho de que la mayoría de las religiones tienen vocación para enseñar
solo aquello que cree verdadero, designando por todas las variantes de lo falso a
todo aquello que no han expresado ellas mismas (método de
losepiciclos copernicianos descrito por primera vez en el dominio religioso por
John Hick en God Has Many Names (1987) y popularizado desde entonces por
Régis Debray en El Fuego sagrado: Función de lo religioso, Fayard, 2003), no se
puede decir que la cultura religiosa del Europeo medio haya avanzado mucho.
La tolerancia es mi valor
Una persona tolerante es capaz de aceptar sin molestias o nerviosismo las
actitudes y características de los demás aunque sean diferentes de las
suyas, siempre y cuando no le causen un perjuicio o afecten su bienestar.
Respeta, acepta y aprecia la diversidad de las personalidades, de las
culturas del mundo y de las variantes físicas que existen entre los seres
humanos. Para llegar a ser tolerante se vale de los conocimientos que ya
tiene o adquiere conocimientos especiales para entender la diversidad, se
comunica bien y frecuentemente con quienes la rodean, tiene una actitud de
apertura con respecto a las otras expresiones y, aunque reconoce las
diferencias de los otros, siempre busca la armonía. La tolerancia es el
requisito indispensable para vivir en familia y en comunidad, el elemento
más importante para poner fin a la violencia.
En el mundo crecía poco a poco la conciencia de que las personas con
alguna desventaja física bien podían desarrollar al máximo sus otras
capacidades. Los I Juegos Paralímpicos se llevaron a cabo en Roma, 1960
con la participación de 400 deportistas procedentes de 23 países. A partir
de entonces se celebraron en los mismos años de los juegos regulares y así
ocurre hasta la fecha. En Toronto, 1976, las disciplinas se ampliaron más
allá de las sillas de ruedas. Ello permitió que tomaran parte 1,600 atletas de
40 naciones. Seúl, 1988 marcó un cambio importante: a partir de esa
edición los Juegos Paralímpicos se realizaron inmediatamente después de
los Olímpicos y en la misma ciudad anfitriona. Existe, asimismo, una edición
de invierno: los Juegos Paralímpicos de Invierno. En Beijing, 2008, hubo
casi 4,000 atletas de 146 naciones que, con su esfuerzo, nos han enseñado
a celebrar la diversidad y el esfuerzo que los caracteriza. Estos juegos
tienen su lema, “Espíritu en movimiento”, su himno, El himno del porvenir, y
su símbolo, que es una representación del cambio y la transformación. El
Comité Olímpico Internacional lo establece claramente: “La práctica del
deporte es un derecho humano. Cada individuo debe tener la oportunidad
de practicar el deporte sin ningún tipo de discriminación… La discriminación
de un país o una persona por razones de raza, religión, política o género se
opone al espíritu olímpico.”
Espíritu deportivo: Trischa Zorn (1964-)
https://fundaciontelevisa.org/valores2019/valores/tolerancia
1. ¿Qué es la tolerancia?
La tolerancia es el respeto y la aceptación que se tiene hacia
opiniones, creencias, sentimientos o ideas de otros, incluso cuando
difieren o son antagónicas a las propias.
Por ello, la tolerancia es un concepto amplio que significa aceptarse y
respetarse a uno mismo y luego a los demás, sin importar el status
social, la religión a la que adhiera o a la etnia a la que pertenece. Para
practicar la tolerancia es necesario escuchar a los que opinan y sienten de
manera diferente, apreciando su punto de vista.
2. Tolerancia en la historia
La noción de la tolerancia es algo que se discute desde los antiguos griegos,
los romanos y persiste en nuestros días. Se estima que las antiguas
civilizaciones trataban de aceptar la diversidad sin
mayores problemas.
3. Tolerancia en la actualidad
4. La tolerancia deja de ser solo un tópico relacionado a lo ético para
tener también un valor jurídico fundamental cuando a partir de la
formación de los primeros estados liberales, los principios jurídicos
que los sustentaban, tenían como principio fundamental la libertad y
el respeto.
5. La tolerancia en la actualidad es fundamental en aspectos
políticos y éticos, para poder aceptar y respetar por ejemplo a los
pueblos originarios de nuestras tierras y darles los medios de
expresión que requieren.
6. La tolerancia, según algunas posturas, requiere de una distinción
entre lo correcto y lo incorrecto, del bien y el mal. El mal, la
mentira o lo incorrecto, no pueden ser tolerados.
7. La tolerancia debe buscar un bien supremo, pero de una manera
correcta, es por ello que en esta postura no se acepta la frase “ el fin
justifica los medios”. Además, los defensores de esta posición
sostienen que la tolerancia no puede ser un mero hecho teórico sino
que debe verse reflejado en las acciones.
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Fuente: https://concepto.de/tolerancia/#ixzz6GJIHC6B6
Fuente: https://concepto.de/tolerancia/#ixzz6GJIB6fCV
Fuente: https://concepto.de/tolerancia/#ixzz6GJI7XHIT