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ACUMULACIÓN DE CAPITAL Y CRISIS ECONÓMICA

Gonzalo Flores Mondragón

El presente trabajo constituye una reflexión sobre la acumulación de capital y la crisis


económica desde un enfoque de investigación cualitativa en el que se recuperan aportes y
argumentos de la investigación cuantitativa. La hipótesis del trabajo sostiene que la
acumulación de capital está en crisis por el tipo de desarrollo pervertido de las fuerzas
productivas, poniendo en entredicho al propio proceso de reproducción social. El
documento está constituido en cuatro partes. La primera presenta el problema de fondo: la
acumulación de capital y la subsunción real del trabajo como los derroteros lógico
conceptuales a considerar. La segunda parte comenta acerca del contexto económico
conceptual: las economías emergentes que ha dificultado la posibilidad de pensar con más
amplitud y profundidad, por una gran parte de los pensadores económicos, el problema de
fondo. La tercera parte aborda el aspecto fundamental a considerar: la relación entre la
caída de la tasa de ganancia, el patrón tecnológico y la sobreacumulación de capital. La
cuarta parte presenta las condiciones complementarias: el papel del capital financiero
necesarias, pero, a la vez, en relación contradictoria con el aspecto fundamental. Al final se
ofrecen unas conclusiones.

ACUMULACIÓN DE CAPITAL Y SUBSUNCIÓN REAL DEL TRABAJO

La producción de capital mediante capital, es decir, la explotación de una nueva cantidad


de plusvalor mediante la reinversión de plusvalor explotado, es lo que entendemos como
acumulación de capital. Para que este proceso ocurra hay dos condiciones necesarias. La
primera, de carácter general es que, junto con el plusvalor explotado que se reinvierte,
también entre en juego una cantidad igualmente importante de plustrabajo explotado en la
esfera de la circulación y del consumo. Plustrabajo improductivo que, aunque no se
convierte en plusvalor, ayuda a la realización del plustrabajo productivo en plusvalor.
Recordemos que sólo el trabajo explotado en el proceso productivo es el que genera
plusvalor. Cuando esta explotación de plustrabajo productivo e improductivo se hace sin
que medie innovación tecnológica alguna o una mayor cooperación del trabajo, estamos
ante una subsunción formal del trabajo.1
La segunda condición necesaria es de carácter particular y se refiere a la relación
técnico material mediante la cual se explota el plustrabajo productivo e improductivo. A
partir de la técnica y el aprovechamiento de recursos naturales que ella posibilita, se puede
lograr incrementar de manera intensiva la tasa de plusvalor y de manera relativa la masa de
plusvalor. Incrementar la tasa y la masa de plusvalor es un resultado de la innovación
tecnológica. Esto es lo que la Marx denomina la subsunción real del proceso de trabajo2.
Pero el incremento de la productividad del trabajo significa la reducción de la cantidad de
valor socialmente necesaria para producir una mercancía y este significado es el resultado
más profundo de esta segunda condición y determina el desarrollo del modo de producción
capitalista. Cuando el incremento de la productividad del trabajo se traduce en la
producción de mejores condiciones materiales de vida para la sociedad y los individuos,
hablamos de que esa innovación tecnológica es un desarrollo de fuerzas productivas.
Aunque la subsunción formal antecede históricamente a la real, ambas formas de
sometimiento coexisten en el capitalismo desde la segunda mitad del siglo XVIII y son las
principales formas de mundialización de las relaciones capitalistas de producción. Sin
embargo, la subsunción real es la que determina el desarrollo de la acumulación de capital
tanto en el sector de los medios de producción (sector I), como en el sector de los medios d
consumo (Sector II).
En virtud de lo anterior, podemos decir que la acumulación de capital queda atravesada
por dos tensiones: Subsunción formal/ Subsunción real, Sector I/Sector II y Capital
social/Capital privado. Estas tensiones tienen un carácter oscilante. Son relaciones que

1
Marx Karl, El Capital. Libro I, capítulo VI (inédito), Siglo XXI. México, 1981. Este concepto da cuenta de
la manera como el capital somete el proceso de trabajo sólo en su forma, es decir, modificando las relaciones
sociales de producción, sin tocar el contenido de éste: la relación técnico material.
2
Ibid. Concepto formulado por Marx para dar cuenta de cómo el capital va sometiendo la vida social a partir
de su momento fundante: el proceso de trabajo inmediato (o productivo), que es donde se produce la riqueza
(las condiciones materiales de vida) social. Este proceso tiene dos resultados: uno concreto-material, que es el
valor de uso; el otro abstracto-social, el valor. En particular, al capitalista le interesa el segundo, y más
específicamente la parte impaga del valor que es el plusvalor. Bajo la subsunción real, el resultado del
proceso de sometimiento del trabajo inmediato es el plusvalor relativo, el cual se basa en un incremento de la
productividad del trabajo inmediato gracias a un desarrollo de la fuerza productiva del mismo.
tienden a desequilibrarse continuamente y en su movimiento pasan por un punto de
equilibrio, estando un lapso de tiempo en él, pero para volver a desequilibrarse. En otras
palabras, se trata de equilibrar el cómo se produce la plusvalía y en qué sector se la
reinvierte. Estas son las dos preguntas claves en torno a la acumulación de capital. Derivada
de estas dos tensiones y preguntas, la competencia entre los distintos tipos de capitalistas
propicia una tercera tensión (Capital social/Capital privado) que se expresa en una tercera y
cuarta preguntas: ¿qué capital produce la plusvalía de qué tipo? y ¿qué sector de la
burguesía se apropia la mayor parte de la plusvalía? (véase Figura 1)

Figura 1
La triple cruz que tensa a la Acumulación de Capital

Cabe aclarar que no estamos hablando de un equilibrio que implique equidad o igualdad
entre un aspecto y otro o entre un sector y otro. Se trata de un equilibrio que refiere a la
proporcionalidad que necesita y demanda el incremento de la tasa de plusvalor y el
contrarresto a la caída de la tasa de ganancia. Por lo tanto, se trata de un comportamiento
cíclico de la economía, que por su carácter de tensión oscilatorio conlleva dentro si la
propia crisis. Hablamos de una crisis de carácter cíclico. Así que ciclicidad y crisis son dos
dimensiones que, ligadas, dan lugar al desarrollo del sistema. Por eso las crisis terminan
siendo funcionales al sistema económico capitalista.3
En la actualidad, el “equilibrio” en estas relaciones de tensión se ha dislocado, pues la
subsunción real se encuentra en una gran contradicción: debiendo desarrollarse con base en
un desarrollo de las fuerzas productivas —las cuales deben propiciar un incremento de la
productividad que deriva en una disminución del valor de la fuerza de trabajo, a la par que
una mayor disposición de valores de uso—, en realidad, se venido desarrollando con base
en una tecnología altamente contaminante de la naturaleza (petrolera) y nociva para la salud
individual y colectiva de la población (transgénica, electromagnética, radioactiva, etc.), que
si bien pueden incrementar la productividad del trabajo, dicho incremento no se reflejan en
una calidad de vida de la población. Por el contrario, se ha reflejado en un deterioro y
erosión (en todos los sentidos) de las condiciones materiales de vida de toda la humanidad.
Esta situación, a su vez, le da al desarrollo del capitalismo un carácter contradictorio de
continuidad y discontinuidad,4 poniéndole a los capitales nacionales y privados,
hegemónicos y no hegemónicos, enormes obstáculos para contrarrestar la caída tendencial
de su tasa de ganancia. Hemos pasado de un “ciclo bien portado” a un “ciclo perverso” que
expresa que la forma histórica de funcionar de la economía capitalista ha llegado a un
límite, es decir, lo que Valenzuela Feijoo llama Patrón de Acumulación.5

Para hablar de Patrón de Acumulación tenemos que considerar un


conjunto
de aspectos básicos que asumen rasgos específicos y que se articulan entre sí
de un modo que también es peculiar. Como mínimo, tendríamos que
mencionar: I) la forma que asume el sistema de fuerzas productivas en el
periodo correspondiente; II) las formas y modo de articulación que asumen
los procesos de producción, distribución, utilización y realización de la
plusvalía; III) las formas que asume la heterogeneidad estructural; IV) las
formas de la dependencia estructural; V) el modo en que pasa a operar la
variable política: cuál es la fracción clasista hegemónica o dirigente, cómo se
integra el bloque de poder, cuáles son los mecanismos de dominación
primordiales, etcétera.6 [negritas nuestras]

3
Valenzuela J. “América Latina: alternativas frente a la crisis”, en Revista de la Facultad de Economía,
BUAP, año XVIII, No 47. México, ene-abr 2013, pp. 5-35
4
Barreda A. XXXX 2017
5
Valenzuela J., “Cinco dimensiones del modo neoliberal”, en Política y Cultura, UAM-Iz, No 8. México
1997, pp. 9-38
6
Ibid.
Alejandro Nadal refiere estudios de varios especialistas que revelan que la caída de la
tasa de ganancia mundial ha venido cayendo desde hace casi 70 años. Calculada a costos
históricos, la tasa de ganancia pasó de 45 por ciento, su nivel más alto en 1948, a 32 por
ciento en 2011.

Desde esta perspectiva, ni la inestabilidad financiera, ni la desigualdad o el


subconsumo son lo que explica la crisis de 2008. Y si bien la deflación y la
austeridad son factores importantes detrás de la extensión de la gran recesión,
la crisis [económica] y su profundidad se explican por las contradicciones
intrínsecas del capitalismo. Sin duda el régimen neoliberal ha intensificado
algunas de estas contradicciones, pero las raíces de la crisis son más
profundas.7

Frente a tal situación, el capital mundial tenido que exacerbar otros mecanismos de
explotación del trabajo (la sobreexplotación), así como también la sobreutilización de la
naturaleza a niveles antiecológicos e insostenibles, junto con el de la subsunción real. La
sobreexplotación significa un descenso del salario real sin que medie un incremento de la
productividad del trabajo. Simple y sencillamente a los trabajadores, por una decisión de
política económica, se les paga menos y se les constriñe su consumo. Esto significa una
clara violencia ejercida por el Estado en contra del proceso de reproducción social,
acompañado de incrementos en el nivel de desempleo. 8 Esta característica que han
caracterizado ejemplarmente la historia económica de México, son un rasgo que también se
presenta en prácticamente todo el mundo. Comenzó generalizándose hacia los países no
desarrollados como una política sistemática. Posteriormente se comenzó a aplicar de
manera excepcional en los países desarrollados y ahora se ha venido aplicando como norma
en estos últimos.

LAS ECONOMÍAS EMERGENTES

7
Nadal Alejandro, “Raíces de la crisis y la gran recesión”, en La Jornada, 4 de mayo de 2016.
8
Durante los primeros trece años de neoliberalismo en México, Valenzuela Feijoo calcula que la tasa de
plusvalía de 2,36 a 5,29. En correspondencia, el valor de la fuerza de trabajo pasó, durante el mismo periodo,
de 0.30 a 0.16. Al respecto Valenzuela J., “Cinco dimensiones del modo neoliberal”, Op Cit, p. 28. La mayor
parte de este aumento se basa en el mecanismo de la superexplotación.
Esta estrategia de acumulación basada en la elevación de la tasa de plusvalía y una alta
concentración del ingreso implementada durante el periodo neoliberal tiene su figura de
expresión en el fenómeno denominado Economías emergentes, que es una expresión de
carácter socioeconómico que se aplica para describir a países recientemente
industrializados.9 El término forma parte de la narrativa económica neoliberal, aunque sus
antecedentes no neoliberales, Economías Asiáticas de Altos Resultados, se ubican
en el crecimiento económico de algunos países del sudeste asiático a partir de la década de
1960 en adelante.

El nombre Economías Asiáticas de Altos Resultados (en inglés, High


Performance Asian Economies) surgió como respuesta opuesta al hecho de que algunos
países subdesarrollados habían creado bases industriales para una acumulación de capital
orientada hacia la sustitución de importaciones por bienes manufacturados nacionales
(Industrialización Sustitutiva de Importaciones, ISI). Dicha estrategia, no solo podía
conseguir una base de industrialización, sino también un desarrollo económico nacional
independiente, fuera del control de los Estados Unidos, como había sucedido con Japón en
la primera mitad del siglo XX10 y como amenazaba suceder en México, Brasil y China.

Sin embargo, esta narrativa en su evolución hacia las Economías emergentes, carece de
un rigor conceptual y sólido, porque está construida con base en muchas especulaciones
financieras que responden a intereses económicos de quienes las formulan, de cara al
proceso de deslocalización industrial11 que se genera en el Mercado Mundial.

9
En términos generales, dentro de este término se incluye a economías nacionales que aún no alcanzan el
nivel de las economías consideradas como desarrolladas, pero que han avanzado en el sentido
macroeconómico más que otras economías en desarrollo. Véase Chandra Jain, Subhash. Emerging Economies
and the Transformation of International Business, Edward Elgar Publishing, 2006
10
El proceso de industrialización japonés comenzó, en 1886, con el desarrollo de una incipiente industria
textil del algodón y de la seda en especial, a partir talleres domésticos en zonas rurales. En el primer cuarto
del siglo XX, el desarrollo de la tecnología y su aplicación militar, bajo un modelo occidental, ayudaron a
hacer de Japón una potencia bélica y económica. El gobierno también construyó ferrocarriles, caminos
mejorados, e inauguró un programa de reforma agraria para preparar al país para un mayor desarrollo. El
resultado fue que la industria se convirtió en el pilar de una economía creciente. De cara a la Segunda Guerra,
el gobierno controló las exportaciones e importaciones, el capital y el crédito otorgados a empresas de la
industria pesada y el control total sobre los precios y los salarios. Gracias a estas y otras medidas Japón estaba
preparado para adoptar una economía orientada a la Segunda Guerra Mundial, de la cual saldría derrotado. Al
respecto véase: Allen George, Short Economic History of Modern Japan. Ed. Routledge. London-New
York, 1972. Lockwood, W., The Economic Development of Japan, Princeton University Press. New Jersey,
1972. Takafusa N. Economía japonesa: estructura y Desarrollo, El Colegio de México. México, 1993.
La deslocalización industrial es un resultado de la globalización neoliberal, que tiende
hacia países con menores niveles de protección social, legislaciones laborales menos
estrictas o inexistentes, jornadas de trabajo más extensas y desregulación ambiental;
buscando entornos geográficos, vías de comunicación, proximidad a materias primas,
reservorios y yacimientos de recursos estratégicos que convengan a su tasa de ganancia. Por
eso toda la deslocalización industrial va de los países desarrollados a los países emergentes,
según los intereses de los capitales en cuestión.

La falta de rigor conceptual de las Economías emergentes proviene de la idea de la


superioridad de los mercados globales por sobre los mercados nacionales o locales. Tal idea
se construyó a partir de un concepto de desintegración económica y su antónimo, el
concepto de integración, ambos de cuño marginalista austriaco; es decir, preludio de un
sentido neoliberal.

Como señala Héctor Guillén Romo12, el concepto de desintegración económica se


formuló por primera vez en 193913 y fue utilizado ampliamente durante la segunda
11
La deslocalización industrial es un resultado de la mundialización del capital que tiende hacia países con
menores niveles de protección social, legislaciones laborales menos estrictas o inexistentes y desregulación
ambiental. También se mueve por razones relacionadas con el entorno geográfico, vías de comunicación,
proximidad a materias primas, reservorios y yacimientos de recursos estratégicos. Véase George S. Y Wolf
M., La globalización neoliberal, Ed. Anagrama. México, 2006; Caridad. A, Comprender el mundo del siglo
XXI, Ed. Manuscritos. Madrid, 2013.
12
Guillén Romo, “De la integración cepalina a la neoliberal en A.L.”, en revista Comercio Exterior, Banco de
Comercio Exterior. México, mayo, 2001, pp. 359-369
13
Wilhelm Röpke sociólogo y economista alemán de la primera mitad del siglo XX fue el primero en usar el
término de desintegración económica en 1939. Uno de los representantes más importantes de la economía
social de mercado alemana y opositor de derecha de Adolfo Hitler. Inicialmente acusa al imperialismo
capitalista como causa de la guerra y se inclina hacia el socialismo, pero lee "Nation, State and Economy" de
Ludwig von Mises que, según confiesa él mismo, le proporcionó las respuestas que necesitaba y le impulsa a
estudiar Sociología y Economía. En 1933, cuando los nazis llegan al poder en Alemania, se exilió en Turquía
y de ahí viajó, en 1937, a Ginebra para hacerse cargo de un puesto en el Instituto de Estudios Internacionales
de Ginebra. Ahí formuló el concepto. Después de la Segunda Guerra Mundial, participó en la fundación de la
Sociedad Mont Pelerin, siendo su presidente de 1961 a 1962. Röpke apostaba por un orden económico basado
en un "humanismo económico", algo a lo que también denominaba como “Tercera Vía”. Apoyaba una
sociedad y una política social en la cual a los derechos humanos se les concediera la máxima importancia.
Creía que el individualismo debe ser equilibrado por un principio de sociabilidad y humanidad. Sin embargo,
fue un fuerte crítico del incremento del Estado del bienestar, debido a que un “Estado-billetera” ganaría
demasiada influencia en la vida y en la propiedad de sus ciudadanos, resultando en una forma de sumisión.
Con ello se refería en particular a la política alemana anterior y vigente durante la segunda guerra mundial.
Por lo tanto, la política social nunca debería sustituir al mercado libre. Colaboró junto con Francis von Hayek,
Karl Popper y los economistas de la Escuela de Friburgo en el desarrollo del concepto de Ordoliberalismo,
aunque él se distinguía tanto de los liberales tradicionales del siglo XIX, los "paleoliberales", como de los
liberales clásicos austriacos: Ludwig von Mises y Friedrich von Hayek. Al respecto véase, Röpke W. Estado
Benefactor e Inflación Crónica, tomado de http://www.eumed.net/cursecon/textos/ropke-
posguerra cuando estaba ocurriendo la recomposición geopolítica y geoeconómica del
mundo. A partir de este concepto Gottfried von Haberler14 desarrolló el concepto de
integración económica como la creación de una estructura económica más deseable a través
de la remoción de los obstáculos artificiales de la economía internacional para alcanzar una
operación óptima que permita la introducción de todos los elementos idóneos de
coordinación y unificación.15 Posteriormente, el concepto de integración económica aludió
a relaciones económicas más estrechas entre regiones que tienen que ver con la libre
circulación de los factores de producción, así como a la coordinación de las políticas
económicas para propiciar la igualación de los precios de los productos y servicios.

Sobre esta base teórica de origen neoclásico austriaca, el Banco


Mundial amplió la caracterización de Economías Asiáticas de Altos
Resultados a los países que se desarrollaron después de Japón, dentro
de la estrategia de Industrialización Orientada a la Exportación. Estos
países alcanzaron un crecimiento económico espectacular, en algunos
casos, mayores al 10 por ciento anual.16

Lo que queda oculto, decíamos, es la explotación del trabajo y devastación ambiental,


que el capital mundial ejerce sobre la población y el modo como las economías emergentes
son instrumentos de este mecanismo. La paradoja está en que mientras estas economías
intentan mantener el funcionamiento de la economía mundial con base en la especulación
financiera y comercial, la especulación de la tierra y la innovación tecnológica, para evitar
la caída de la tasa de ganancia, el mismo mecanismo provoca que el funcionamiento de los

benefactor.pdf. Véase también, Molina Jerónimo, Wilhelm Röpke y la Tercera vía, Instituto Empresa y
Humanismo, Universidad de Navarra. Pamplona, España, 200. Zmiral J. Wilhelm Röpke. Arquitecto de la
libertad, Mises Institute, 2002
14
von Haberler Gottfried, "Integration and Growth of the World Economy", The American Economic Review,
marzo de 1965, pp. 1-22. Fue un economista austriaco-estadounidense. Es reconocido por la reformulación de
la idea ricardiana de la ventaja comparativa desde una perspectiva neoclásica y por el abandono de la teoría
del valor para construir el concepto de costo de oportunidad. Haberler fue educado en la escuela austríaca
de economía y alumno directo de Ludwig von Mises. En 1936 se trasladó a los Estados Unidos, uniéndose al
departamento de economía de la Universidad de Harvard, en donde trabajó con Joseph Schumpeter. 
15
Tinbergen Jan, lnternational Economic lntegration, Elsevier, Amsterdam, 1954, tomado de
https://repub.eur.nl/pub/7580/ei2006-09.pdf
16
Bozyk Pawel, Globalization and the Transformation of Foreign Economic Policy, Ashgate Publishing,
Reino Unido, 2006.
mercados no pueda operar bajo los lineamientos de la Ley del valor y la propia producción
mundial no opera bajo la lógica del plusvalor relativa.

LA CAÍDA DE LA TASA DE GANANCIA, PATRÓN TECNOLÓGICO Y SOBREACUMULACIÓN DE


CAPITAL

Pero ¿por qué ha venido cayendo la tasa de ganancia? Esta es la interrogante más
importante. El investigador del Colegio de México contesta con el argumento de fondo.

La polémica sobre esta nueva era de letargo económico se ha organizado


alrededor de dos polos. Por un lado, se discute si ya se agotaron las
posibilidades de una oleada de innovaciones técnicas capaz de sustentar una
nueva fase de acumulación de capital o si, por el contrario, estamos en
vísperas de una nueva revolución tecnológica. La verdad es que entre la
realidad de la telefonía celular y las promesas demagógicas de los fanáticos
de las nanotecnologías hay una gran distancia. No es evidente que viene en
camino una nueva serie de tecnologías parecidas a la máquina de vapor o el
automóvil. Estas innovaciones con justicia reciben el nombre de innovaciones
básicas, por haber transformado todo el sistema económico. No sólo
cambiaron la matriz de relaciones inter-industriales de manera radical, sino
redefinieron la construcción de obras de infraestructura y reorganizaron el
espacio público. Pero no se puede transformar el sistema económico cada
cinco años, y por ello muchos piensan que nada comparable existe en el
horizonte tecnológico actual. De acuerdo con esa visión el capitalismo estaría
condenado a sufrir un ritmo de expansión mediocre con innovaciones
derivadas de tecnologías introducidas hace décadas. 17

Alejandro Nadal llama “innovaciones” básicas a lo que serían los adelantos tecnológicos
que permiten la construcción de una tecnología que transforma el sistema económico (la
relación inter industriales, obras de infraestructura, reorganización del espacio público); es
decir, la construcción de un nuevo horizonte tecnológico que signifique una revolución
tecnológica. Habla de una imposibilidad, por agotamiento del patrón de acumulación, para
impedir que la heterogeneidad estructural en la que ha caído el sistema económico se
convierte en una “crisis cíclica estructural”.

17
Nadal Alejandro, “Minsky y Schumpeter en el debate sobre el estancamiento secular”, en La Jornada, 30
de marzo de 2016
El capitalismo actual está teniendo una dificultad estructural para construir un nuevo
horizonte tecnológico posibilitante de un desarrollo de fuerzas productivas que sustituya al
anterior; esto significa que aún no existe un avance tecnológico que permita superar el
horizonte que impone el patrón tecnológico actual basado en los hidrocarburos. Por patón
tecnológico nos referimos a toda la base material de la civilización o, lo que es lo mismo, la
base de la “civilización material”, como la llama Braudel 18 y que incluye tanto las fuentes
de energía, como los mecanismos y medios de transmisión, así como las máquinas
herramientas; es decir, todo el conjunto técnico material con el que la sociedad produce y
reproduce su cuerpo social-natural. Da cuenta de toda la materialidad productiva,
circulatoria y consuntiva. La totalidad de los medios de producción, medios de circulación
y medios de consumo. Es el tejido óseo que sostiene el cuerpo del “autómata mundial”, y
en el cual se refleja el grado de desarrollo alcanzado por la subsunción real del trabajo
inmediato bajo el capital.

Su figura decantada y actual se objetiva como el patrón tecnológico petrolero


capitalista, el cual significa que todo el conjunto técnico material con que la acumulación
de capital se ha producido a sí misma —y por ende a la propia sociedad—, desde finales de
la segunda mitad del siglo XIX, ha sido con base en el petróleo. Con petróleo no sólo se
mueve el capital y se comunica, sino que también se produce y reproduce. Y es este patrón
tecnológico específico, que es la figura histórica que asumió el desarrollo de la subsunción
real del proceso de trabajo, el que está presentando serios límites económicos, políticos,
sociales y ecológicos. Este patrón tecnológico ha puesto en juego a la reproducción social-
natural mundial de manera expresa desde 1971-1972, no sólo por un problema de finitud de
recursos (como sostiene el informe Meadows19), sino —además— por el tipo específico de
materialidad tecnológica al que está ligado el tipo específico de fuente energética.

El patrón tecnológico petrolero capitalista toma cuerpo en un tipo de industria


determinada: agroindustria, industria de alimentos, nanotecnología, tecnología nuclear,
biotecnología moderna, geoingeniería; todas ellas expresiones tecnológicas particulares con

18
Braudel F. Civilización Material, Economía y Capitalismo, Ed. Alianza. Madrid, 1984
19
Meadows D., et al., Los límites del crecimiento: informe al Club de Roma sobre el predicamento de la
humanidad, 1972
efectos peligrosos, mortificantes, impredecibles y desconocidos que los científicos e
investigadores no pueden predecir y mucho menos controlar.

La acumulación de capital ha desarrollado un cuerpo estructural que la ha llevado a una


crisis de carácter estructural también y que aparece como una crisis multifactorial: política,
ecológica, financiera, alimentaria, de salud, educativa, cultural, etcétera. Esta apariencia
multifactorial, junto con el hecho de que —además—, en cada uno de los aspectos, se trata
de crisis mundiales, hace cada vez más difícil captar y entender su naturaleza y esencia: se
trata de una crisis de sobreacumulación de capital. Este es su único factor esencial. El resto
de los aspectos que se nos vienen encima como cascada, son producidos por la
sobreacumulación de capital. Por supuesto que los otros aspectos terminan redundando y
complejizando la sobreacumulación, pero el factor de fondo es ésta.

La dimensión y complejidad de la crisis actual, que es una crisis del proceso de


acumulación de capital a escala mundial, el cual Marx denomina Mercado Mundial, 20 tiene
un conjunto de aspectos poco o nada comprendidos, como las nuevas formas de subsunción
del trabajo que se presentan bajo la figura de una subsunción de la naturaleza, de la salud,
de la emotividad21. Estas formas de dominación presentan una gigantesca
sobreacumulación de causas contrarrestantes a la caídad de la tasa de ganancia, de las
cuales surgen callejones sin salida de carácter tecnológico, sociales y ambientales; por
ejemplo: la energía nuclear, el neoliberalismo, el mercado de emisiones de carbono, los
transgénicos.

Esta perversión del desarrollo de las fuerzas productivas ocurre porque el sujeto ha
perdido su papel de agente totalizador de la vida social. Lo que se discute de fondo es la
pérdida de la dimensión genérica del hombre, que ya no logra reproducir de manera
racional y consciente sus condiciones de sociales y naturales de vida.22 De modo que a la
crisis cíclica estructural se le añade un nuevo aspecto se trata de una crisis cíclica

20
Marx K., Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política (Grundrisse), 1857-1858
21
La psicología social y la sociología han intentado dar cuenta de este fenómeno bajo la figura de “sociedad
de consumo”, (Erich Fromm La sociedad actual industrializada (1954), El corazón del hombre (1964);
Herbert Marcuse, Eros y civilización (1955), El hombre unidimensional (1964), La sociedad opresora (1972);
Vance Packerd, Los artífices del derroche, Las formas ocultas de la propaganda (1953), entre otros.
22
Marx, Karl. Manuscritos Filosófico-Económicos de 1844, Ed. FCE. México, 1984
estructural total, porque no se trata de la suma de crisis particulares, sino de una sola crisis
que pone en cuestión a cada una de las dimensiones dela vida social y a la lógica que las
articula como una unidad. Es algo más que una simple crisis global. Una crisis total
entendiendo por ella una crisis del metabolismo social natural del planeta en tanto
organismo vivo, en el cual todas las relaciones (humanas y naturales silvestres que se dan
dentro de él empiezan a suceder de manera no previsible y desarticulada.
Pero si es una totalidad significa que hablamos de una crisis producida y una crisis
producida históricamente por un tipo de configuración social específica, en donde los
hombres han cedido su lugar como agente totalizador (no totalitario) al capital, que se
convierte en el agente totalizador del proceso de deterioro acelerado de la vida social.

La forma que asume el conjunto de innovaciones tecnológicas y las fuerzas productivas


determina en buena medida las formas y modo de articulación que asumen los procesos de
producción, distribución, utilización y realización de la plusvalía.

Siendo la crisis actual mundial ésta se encuentre distribuida geográficamente de manera


diferente según los diferentes países y/o zonas geográficas del planeta y a distinto tiempo e
intensidad. Así que hay un espacio diferencial, una temporalidad diferencial y un sentido
diferencial también.

La explicación de estas diferentes dinámicas radica en que la sobreacumulación de


capital en EU ha buscado compensarse transfiriéndola hacia su espacio externo. Hacia
México, pero también hacia el resto de América Latina, Asia, África y en la propia Unión
Europea. De manera que Estados Unidos ha logrado compensar relativamente su crisis a
través de trasladarla parcialmente hacia la periferia no desarrollada, en primer lugar, pero
también hacia la periferia desarrollada, propiciando afectaciones diferenciadas en cada
región, según las fortalezas y capacidades que tengan para soportar dichas transferencias.23

Para Estados Unidos, según Valenzuela Feijoo, es necesario reducir su tasa de plusvalor

23
Este traslado de los costos de la crisis fuera de Estados Unidos ha tenido efectos no previstos para el
sistema capitalista en su conjunto. Primero en África del Norte, extendiéndose al Medio Oriente. Y en la
misma Unión Europea la crisis ha tenido secuelas de rebeldía social, no sólo en Grecia sino en España,
Francia e Italia, etcétera. En América Latina, la situación es más que evidente. Varios países en radicalizado
o, por lo menos, democratizado sus gobiernos.
y mejorar la distribución del ingreso. Nosotros agregaríamos que, además de eso, tendría
que reducir el monto y porcentaje de sus ganancias extraordinarias provenientes de fuentes
de especulación y sobreexplotación. Tendría que dinamizar su inversión privada para elevar
su rentabilidad, esto significa, sacarla de las áreas de especulación financiera en la que ha
caído, debido al diseño de productos bursátiles financieros tóxicos. Y, por último, hacer re-
transferencias de capital para invertirlo en sectores productivos.

La observación es muy atinada, pero es sumamente difícil porque el aparato tecnológico


capitalista actual, la base del patrón de acumulación de Estados Unidos, no sólo es
técnicamente nocivo de modo directo por lo que respecta a los productos que genera, sino
también es nocivo en términos indirectos, porque es estructuralmente dependiente de un
saber científico y de un parque tecnológico de reposición y mantenimiento que se encuentra
monopolizado por el capital imperialista; y es también estructuralmente dependiente de un
sistema financiero también monopolizado por el imperialismo, que produce también una
serie de productos financieros tóxicos. Sin embargo, no existe una multiplicidad de
alternativas.

EL PAPEL DEL CAPITAL FINANCIERO

Para la reconstrucción de las condiciones productivas a favor de un proceso de


acumulación nacional estable, sostenido e independiente es necesario estructuras
financieras adecuadas que permitan integrar adecuadamente el papel del dinero endógeno.
El principal problema es que en la actualidad el sistema bancario comercial privado se
encarga de la tarea de creación monetaria. La necesidad de mantener el ritmo de
crecimiento y la tasa de ganancia, aunada a una imposibilidad para desarrollar un nuevo
patrón tecnológico llevo a los capitales industriales (particularmente a los norteamericanos)
a buscar nuevos mecanismos de explotación y obtención de tasas de ganancia más altas. A
partir de 1973 los salarios reales dejaron de crecer. Los recortes a las prestaciones y
derechos labores, producto de décadas de lucha obrera y sindical fueron desmantelados. La
tasa de explotación se intensificó a través de mecanismos de superexplotación, es decir,
recortes directos al salario, al valor de la fuerza de trabajo, sin que mediara ningún
incremento en la productividad del trabajo. Además, Se recurrió entonces a eliminar las
restricciones institucionales que frenan su expansión. La desregulación en todos los
ámbitos, pero sobre todo en lo que concierne a la circulación del capital, fue una de las
primeras prioridades en los años de 1970. Esta desregulación es otra de las formas como la
subsunción del trabajo se desarrolló. También se implementó la privatización de
infraestructuras que ofrecían al capital privado nuevas áreas de explotación y obtención de
ganancias.

Si nosotros recordamos que dentro de las funciones que cumple el dinero la más
importante es permitir, no solo el intercambio de mercancías, sino la conexión productiva
de las mercancías que formaran parte del capital constante y de la mercancía fuerza de
trabajo en la proporción adecuada que convenga a la tasa de ganancia, la importancia del
dinero endógeno consiste en regular esa misma relación en un contexto de deslocalización
productiva y movimientos migratorios mundiales. Así que privatizar y desregular fueron los
dos caminos a partir de los cuales el capital, ante su dificultad para conseguir innovaciones
tecnológicas que se traduzcan en desarrollo de fuerzas productivas, enfrentó la caída
tendencial de su tasa de ganancia.

El sector financiero se desenvuelve para servir al capitalismo industrial,


haciendo frente a las necesidades de financiamiento de este capital. Aunque
la tendencia no es nueva y revela que las contradicciones entre los distintos
sectores de capital son algo propio del modo de producción capitalista,
durante el neoliberalismo la contradicción entre el capital industrial y el
capital financiero se exacerbó a tal punto que los mercados financieros se
transformaron, de simples agentes subsidiarios para el financiamiento, en
entidades que modifican el funcionamiento del capitalismo real. 24

Esta transformación de los mercados financieros, producto de su desregulación, impide


la articulación entre el sector productivo y el sector financiero. La mundialización del
capital corre esencialmente a través de la mundialización del capital industrial. Pero esta
mundialización ocurre primero a través de las transferencias de flujos de capital. Es
totalmente incorrecto pensar que las grandes empresas trasladan sus excedentes de capital a
los países de la periferia bajo su figura de valores de uso. O, viceversa, que repatrian los
excedentes explotados en las naciones periféricas bajo la forma de productos. Todos estos

24
Nadal Alejandro “Tasa de ganancia y neoliberalismo” en La Jornada, 1o de junio de 2016
movimientos se hacen bajo la figura de transacciones financieras y por ello el capital
financiero cobra un parte del plusvalor explotado. La crisis que sufre la economía mundial
el día de hoy es resultado directo de una serie de mutaciones en las formas de acumulación
de capital bajo el neoliberalismo en su afán por contrarrestar la caída en la tasa de ganancia,
en las que el capital financiero reclama tajadas de plusvalor que atentan contra la propia
acumulación de capital industrial.

Estados Unidos ha exportado esta estructura financiera y productiva, adecuándola a cada


región, pero manteniendo sus ejes principales. En nuestro país, quien ha adoptado y seguido
al pie de la letra esta estructura económica, el resultado ha sido una relación en la que
México ve impuestas un conjunto de condiciones productivo, comerciales, financieras, que
lo llevan a una situación en la que Estados Unidos se convierte en el país integrador y
México en el país integrado. Para el segundo esto representa que su economía opere en
condiciones de bajo crecimiento e —incluso— recesión, trasladando una parte importante
del excedente económico generado dentro de la nación latinoamericana hacia su vecino del
norte.25

Los elementos que producen o deben producir el crecimiento se han fundado en un


sector exportador que sirve de correa de transmisión que traslada los recursos naturales, los
excedentes financieros, la mano de obra joven y fuerte y las infraestructuras a los capitales
imperialistas extranjeros. Las empresas beneficiadas productoras de manufacturas operan
con altos contenidos de insumos importados que, en el mejor de los casos, permiten un
magro crecimiento económico, por lo demás insustentable desde cualquier punto de vista.

En México el sector exportador crece al 15%, mientras que el resto de la economía lo


hizo apenas por encima del 2% el año pasado y para este año se estima en 1.8 por ciento. 26
El sector exportador se centra en la industria aeroespacial, automotriz, electrónica
(pantallas y celulares), piezas y refacciones y productos agrícolas. Buena parte de estos
últimos de carácter orgánico. Más del 90% de la producción de productos agrícolas
orgánicos se exporta. Salvo este último renglón, todos los demás llevan un alto índice de
25
Vidal G. “México en la crisis global: El desastre de muchos y los beneficios para unos cuantos”, en Centro
Mexicano de Estudios Sociales (coord.), La crisis actual del capitalismo, Siglo XXI Editores. México, 2011,
pp.100-121
26
FMI, Perspectivas de la Economía Mundial, 2017
insumos importados, sobresaliendo el hierro y el acero, del cual México es el tercer
importador mundial. México produce 4. 3 millones de toneladas de acero, pero importa
13.7 millones de toneladas. Esto da lugar a un déficit de 9.4 millones de toneladas. Esto
permite dar una idea de que el país no está siguiendo un modelo maquilador; es decir, que
no es un centro ensamblador. Sin embargo, la mayoría de los insumos que importa son para
la producción de automóviles para el mercado norteamericano, y para la industria
aeroespacial. Como la industria automotriz, la electroinformática y la aeroespacial se están
fusionando (por eso los automóviles, cada vez, llevan más partes computarizadas) las
principales importaciones de México son partes y accesorios de automóviles, tractores y
vehículos de transporte de mercancías y personas, aceites de petróleo o de mineral
bituminoso, circuito integrados y microestructuras electrónicas, máquinas automáticas para
tratamiento o procesamiento de datos y sus unidades, aparatos eléctricos de telefonía
satelital o telefonía y telegrafía con hilos.27

Tal situación propicia que las divisas que el sector exportador pueda captar por las
ventas de sus productos fundamentalmente se gasten en la adquisición de sus insumos
importados, restando con ello, la posibilidad de llevar a cabo una reinversión de capital
productivo en el país; es decir no se posibilita una acumulación de capital. Por el contrario,
al ser el sector exportador el sector más dinámico, otras cadenas de producción, dedicadas
al sector de medios de subsistencia se descapitalizan. Esto genera una fuerte vulnerabilidad
para la economía nacional.

Al mismo tiempo, en términos de consumo, el grueso del consumo de México, sea de


sectores de alto ingreso o de bajo ingreso se orienta hacia productos importados. La
proliferación de plazas comerciales por todo el país promueve el consumo de productos de
importación (si bien, no todos de calidad). En lugares como éstos, el 80 -90 % de lo que ahí
se oferta no se produce en el país. El consumo de los sectores de menor ingreso demanda
sobre todo alimentos básicos (cereales) que son importados.

En conclusión: el mercado interno no está articulado con el sector dinámico de la


economía y, por ende, no crece. La recién privatización de PEMEX pone en serios
predicamentos a la acumulación de capital y a la economía misma en México, porque esta
27
International Trade Statistics Database 2017
empresa financiaba casi la totalidad del gasto público y los propios gastos del sector
externo. Como dijimos líneas arriba, la economía mexicana es estructuralmente
dependiente de un parque tecnológico que se encuentra monopolizado por el capital
imperialista. De suerte que cualquier forma de soberanía nacional o local se ve anulada por
este tipo de tecnología.

Pero el decantamiento de la crisis económica mundial más significativo lo representa la


consolidación durante la misma de la emergencia de los países del BRICS: Brasil, Rusia,
India, China y Sudáfrica. Países con crecimiento económico que perfilan una opción de
desarrollo económico y político alternativa a la que venían diseñado EU y detrás de él la
Unión Europea y Japón, quienes también quisieron descargar los costos de sus propias
crisis en otros países.

Los BRICS, al menos cuatro de ellos, son naciones que lograron desarrollar una
industrialización de sus economías que les permite mantener unas condiciones de
acumulación de capital independientes y de fuerza relativa respecto del orden económico
mundial que establece Estados Unidos. China, el país más importante de los BRICS,
cambió su política económica después del XVIII Congreso del Partido Comunista Chino a
favor de apoyar su mercado interno, elevando el salario, desarrollando su propia tecnología
e intentando resarcir la desregulación ambiental. Incluso Brasil, quien ha sido fuertemente
golpeado y atacado por el capital internacional, que apoyo y orquestó el golpe de Estado en
2016 y los actuales ataques a Ignacio Lula da Silva, tiene una planta industrial productiva
capaz de aprovechar para sí mismo su gran riqueza de recursos naturales. La situación de
Rusia y la India son similares. Todo esto es lo que ha provocado cambios en las
expectativas de los inversionistas extranjeros y dando lugar a la formulación de nuevos
países emergentes que, especulativamente, podían ofrecer alguna oportunidad de inversión
y contrarresto al posible dominio económico y territorial que los BRIC podían comenzar a
desplegar como BRIC o como Foro de Shanghái.

CONCLUSIONES
Aunque la crisis tenga aspectos y factores de origen interno que se traducen en un
modelo económico hacia fuera —no integrado hacia adentro—, propiciando que los
mismos elementos que producen el crecimiento son los que impulsan la crisis 28, como en el
caso de México, también va posibilitando el caso de economías como las de los BRICS o
del Foro de Shanghái que, si bien no están exentas de contradicciones, problemas y
relaciones capitalistas de producción, presentan crecimientos fuertes, sostenidos y
articulados que aspiran a mantener en desarrollo condiciones nacionales, autónomas y
soberanas de acumulación de capital.

Esta crisis mundial tiene su núcleo en la crisis de la economía de Estados Unidos, que es
una crisis de hegemonía no terminal porque tiene el ímpetu y el fuelle para producir una
sobreacumulación de valor y valores de uso alimenticios, de comunicación, de transporte,
de vestido, culturales, financieros tóxicos, etc., por su carácter especulativo, que en buena
medida es resultado del tipo de fuerzas productivas que se han desarrollado, y que
retroalimentan tal sobreacumulación.

Estamos pues ante la construcción de una industrialización destructiva, en vez de


erigir una industrialización productiva. El desafío es recuperar el proceso, generando las
condiciones para volver a construir proceso de acumulación que den lugar a
industrializaciones productivas; y para ello es muy útil saber que la industrialización
destructiva que el neoliberalismo ha impulsado no es resultado de una perversión per se de
la técnica (como sostiene el discurso ecologista actual, fundado en la Economía ecológica),
sino de elecciones históricas y concretas de política industrial y económica. Los
responsables tienen nombre y apellido

La crisis económica actual representa esto. Significa el agotamiento de un modelo


económico basado en la idea de la superioridad de los mercados globales mediante la
regionalización. La elección de Donald Trump en Estados Unidos y su decisión de sacar a
este país del proceso de integración en el Pacífico muestra que la deslocalización industrial
neoliberal llegó a un tope. La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y el
desgajamiento de esta última por los problemas de inestabilidad económica y financiera que
producen descontento en Grecia, Portugal, Irlanda, Italia España, Turquía, sobresalen en
28
Vidal G. Op. Cit., p. 101
este sentido. Aquí debemos añadir también el resurgimiento de los grupo y fuerzas políticas
neonazis en toda Europa, que no solo se manifiestan en actos violentos y terroristas en las
calles, sino también en los procesos electorales con candidatos y partidos registrados. Las
próximas elecciones en Francia son un ejemplo claro de ello.

Por el otro lado la profundización de los mecanismos de subordinación de las economías


nacionales, como la mexicana, y el ataque en Sudamérica por parte del presidente argentino
Mauricio Macri hacia la UNASUR, así como el golpe de Estado en Brasil y la crisis de
inestabilidad política y social construida en contra del presidente venezolano Nicolás
Maduro —que han dado al traste con el MERCOSUR. Y por último las revoluciones
sociales democratizadoras ocurridas durante 2010 y 2011 en Egipto, Libia, Túnez,
Marruecos, extendiéndose a países islámicos de medio oriente (Yemen, Kuwait, Irán,
Omán, etcétera). Todo ello muestra que el proceso de regionalización, tanto de derecha
como de izquierda, está en crisis. En otras palabras, la integración económica mundial del
neoliberalismo está zozobrando.

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