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Producto Integrador de Aprendizaje: ¿Estamos solos en el universo?

Víctor Hugo Rivero Muñiz. 1988244

Universidad autónoma de Nuevo León

Facultad de agronomía

Biología, Biol. Jesús H. Lozano Garza

Nota del autor

Fecha de entrega: jueves 30 de mayo, 2019.


Debido a que estamos aquí, debe ser porque este universo, al menos, es amigable con
la vida. Por billones de años, la vida ha estado presente en este planeta y constantemente ha
evolucionado y por alguna extraña razón el universo ha permitido que esta continúe su viaje
por la evolución hasta encontrarse en este mismo momento. Podría ser un acto divino, un
evento de extremada suerte, un acto de gran destreza y determinación, nadie lo sabe. Existen
muchas dudas de como la vida se originó en este planeta y mientras más avanzamos más
preguntas surgen, creando un mar lleno de fascinantes misterios. Todo lo que sabemos es que
estamos aquí, y tenemos la gran curiosidad de saber quienes somos y de donde venimos.
Quien sabe si existan otros tipos de universos (de los cuales en otras clases hemos platicado
la posibilidad y es bastante probable que existan) pero no tocaré este tema, ya que todavía no
comprobamos a ciencia cierta si pueden llegar a existir otros universos (pero creo que
estamos muy cerca de ello). En este momento me enfocaré en indicar lo amigable que es el
universo en mantener la vida, que nos ha mantenido en un estado en donde podemos
replicarnos y evolucionar con el tiempo, y como podría estar también manteniendo la vida en
otros lugares, dejando atrás el pensamiento que teníamos sobre lo inexplicable y especial que
es el origen de la vida y la vida en sí.
Los humanos nos hemos hecho la misma pregunta desde que tenemos un registro de
los pensamientos: ¿De dónde venimos? Cada cultura tiene su propio mito que intenta explicar
el porqué de nuestra existencia, y muchas veces es más de uno. La cultura científica no es una
excepción; en el mundo científico existe un mito de la creación llamado cosmología. Como
este mito está respaldado por evidencia observacional y una capacidad de tener una precisión
predictiva, podemos verla con unos ojos diferentes a las otras teorías, pero aún así hay
muchas preguntas que no han sido respondidas, y no sabemos si en algún momento de
nuestra existencia lo serán.
Aún con la improbabilidad de que podamos contestar alguna de estas preguntas, a
través del tiempo nos hemos motivado cada vez más a intentar contestarla, probando la
inmensa voluntad del ser humano y la esperanza que tiene de encontrar vida más allá de la
nuestra, y por esa razón decido comentar la pequeña e improbable posibilidad de buscar y
encontrar vida alienígena.
¿Cómo podemos determinar vida en otros planetas? ¿Qué es lo primero que
tendríamos que buscar para empezar? Podemos empezar estudiando un poco sobre
astrobiología. La astrobiología es la ciencia que busca el origen, evolución, distribución y
futuro de la vida en el universo. Ha sido la encargada de juntar a científicos especialistas de
muchas diferentes disciplinas para afrontar las preguntas de la vida fuera de nuestro planeta.
La astrobiología es imprescindible para entender mejor el origen de la vida en la tierra y de
ver el potencial de otros lugares habitables más allá de ella. Para esto la astrobiología y la
biología han estudiado incansablemente las condiciones en las cuales la vida puede existir. En
los últimos años esas condiciones se han expandido más allá de las temperaturas que alcanzan
los puntos de ebullición y fusión del agua. Criaturas hipertermófilas viven a temperaturas más
arriba de los 130 grados centígrados [ CITATION Kas03 \l 3082 ]. Del otro lado, existen
criaturas que sobreviven a temperaturas de hasta -12 grados centígrados [ CITATION
Bre04 \l 3082 ]. La luz, que antes se pensaba que era la fuente de toda la vida, está
completamente ausente a kilómetros de la superficie del océano, donde viven una diversa
cantidad de microorganismo en la oscuridad, a un nivel de presión inmenso. Nosotros los
humanos, no podemos resistir a ciertas condiciones como la exposición a radiactividad o
rayos cósmicos, pero existen criaturas como los tardígrados, que pueden soportar cualquier
tipo de condición en la tierra, incluyendo exposición a rayos cósmicos y radiación intensa
[ CITATION Arc16 \l 3082 ]. Existe una diversidad inimaginable en la tierra, y como hemos
platicado en nuestra clase de biología, en este campo es prácticamente imposible poner un
absoluto a como funciona la vida. Es decir, podemos decir que la base de toda vida es el
carbono, o que la vida se tiene que alimentar de luz solar sin excepción, pero después
podemos encontrar una criatura que su elemento base es el xenón, o criaturas que viven a
base de reacciones químicas que generan energía, no directamente del sol. Por muchos años
desde el descubrimiento de los nucleótidos hemos dicho que el lenguaje de la vida se lee y
naturalmente guarda su información en solo 5 bases químicas: guanina, adenina, citosina,
timina e uracilo, a las que se les menciona por letras del alfabeto como G, A, C, T y U
respectivamente, pero hasta hace muy poco encontramos que sintéticamente se pueden crear
más de estas bases, haciendo un lenguaje genético de 8 letras en vez de cuatro, y funciona
con la misma estabilidad que un ADN natural [ CITATION Hos19 \l 3082 ]. También se
explica como este “abecedario genético” expandido en teoría podría soportar vida. Esto de
muchas maneras infiere que realmente no hay nada “mágico” o especial sobre las cuatro
bases de la vida que evolucionó aquí en la tierra.
Podemos ver a través de evidencias que la vida tiene un espectro mucho más amplio
de lo que imaginamos cuando recién empezamos a estudiarla como tal. Esto nos hace un poco
optimistas hacia la idea de encontrar vida fuera de la tierra y al mismo tiempo nos hace dejar
un poco la manera en la que veíamos la vida anteriormente. Se nos ha enseñado a ver la vida
como algo único e inigualable, algo que solo puede entrar en la definición de “un milagro”.
En parte si, la vida en la tierra puede ser única, pero por lo que estamos analizando y
descubriendo, hay una gran posibilidad de que sea igualable.
Es posible remarcar que la vida es un fenómeno planetario, ya que toda la evidencia
sugiere que la vida como la conocemos se originó y evolucionó en este planeta. Como así fue,
la vida fue profundamente afectada por el ambiente planetario, en otras palabras, afectado por
las condiciones del planeta tierra. Según la historia que hemos aprendido de la tierra, esta
misma ha tenido una serie de etapas donde las condiciones abióticas no han sido las óptimas
para crear vida y, por ende, la vida no se creó en esos periodos. De igual manera, hubo
momentos en donde los factores abióticos fueron los óptimos para crear vida, y la crearon.
Durante estos momentos “La vida” empezó como simples moléculas orgánicas. Los
nucleótidos están compuestos solamente de átomos de carbón, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno
y fósforo. La tierra fue acumulando esos elementos por millones de años y casualmente ahora
son los elementos más abundantes del planeta tierra. Se explica por varios experimentos que
estas moléculas, encargadas de crear el ARN y ADN, se sintetizaron en la atmósfera de la
tierra y luego se incorporaron a la tierra en forma de lluvia. Después, varios biólogos hicieron
la hipótesis de que estas moléculas empezaron a copiarse a ellas mismas y a la vez empezaron
a almacenar información genética y a hacer funciones metabólicas básicas. Estas hipótesis
fueron hechas en base a que todas las criaturas vivas se reproducen, copiando su material
genético y pasándolo a la siguiente generación. Aparte, la habilidad de copiar moléculas que
contienen material genético es un paso imprescindible en el origen de la vida, sin él la vida no
existiría básicamente. Después de la auto replicación, se obtuvo la selección natural, donde
las moléculas se empezaron a replicar, creando variantes unas y otras, y el ambiente fue el
que empezó a determinar cuáles sobrevivían y cuáles tenían la oportunidad de seguirse
replicando. La replicación hizo que las moléculas de la vida tuvieran oportunidad de dar
pequeños cambios que poco a poco fueran agregando nuevas características como por
ejemplo tener una membrana celular que les permitiera proteger este material genético. Las
primeras moléculas que obtuvieron una membrana tuvieron una posibilidad mucho más
grande para sobrevivir que las moléculas que no crearon una membrana para cubrirse del
ambiente. A este punto, estas moléculas (que podemos llamar ARN) eran las que hacían todo
el trabajo para sostener la vida, hasta que alguna de estas moléculas empezó a convertirse en
ADN, que es mucho más estable que el ARN y ahora el ARN pudo quedarse con el rol de
simple mensajero, ya que poco a poco se empezaron a usar proteínas para hacer las
reacciones metabólicas básicas. Finalmente, todo esto conlleva a como se formó el primer ser
vivo, y después este ser empezó a juntarse con otros seres como él para crear organismos
multicelulares, hace billones de años. Todo esto derivado de los elementos más básicos que
conforman el universo. La vida una vez formada, empezó a ser parte del ambiente,
convirtiéndolo en un aliado en vez de un factor indispensable para la creación de la vida. Al
final de cuentas, el ambiente fue el que empujó a la vida a desarrollarse y evolucionar con sus
constantes cambios. Se podría decir que la vida necesita condiciones muy específicas para
originarse, pero una vez que lo hace, la vida va adaptándose constantemente al ambiente.
Tomando en cuenta la adaptabilidad en condiciones extremas de la vida en la tierra,
debemos de empezar con buscar la posibilidad de vida en planetas cerca de nosotros, que
podemos observar y determinar su composición y condiciones, entonces podremos empezar
con nuestro sistema solar. Desde la invención del primer telescopio por Galileo Galilei en
1610, la humanidad se ha encargado de ver más allá de nuestro propio planeta [ CITATION
Plo16 \l 3082 ]. Desde entonces, empezamos a recopilar información de todos los planetas
que giran alrededor de nuestro sol mientras íbamos descubriéndolos. Actualmente, la
tecnología ha avanzado tanto y nos ha regalado campos como la astrofísica, que estudia la
composición elemental de los planetas, estrellas y los cuerpos celestes en general
simplemente con la observación de éstos. Las misiones lunares nos dieron el primer
acercamiento real de la humanidad al viaje espacial. Los robots como el Curiosity en marte
nos han permitido estudiar a detalle la posibilidad de vida en nuestro vecino más cercano:
marte. Un planeta bastante curioso y desierto. Hemos observado que contiene evidencia que
podría indicar que existió vida ahí hace mucho tiempo con la aparición de metano en su
atmósfera, una biomolécula que los seres vivos expulsamos en nuestros procesos de
obtención energética [ CITATION Mik19 \l 3082 ], además de los ríos congelados de agua
que existen entre su geografía [ CITATION Nat15 \l 3082 ] .
Poniendo a marte como ejemplo, debemos concentrarnos en planetas que tienen los
materiales necesarios o la evidencia suficiente para determinar que puede existir vida según
la evidencia que conocemos. Se está consciente de que la vida podría existir de muchas
diferentes maneras, pero actualmente no tenemos evidencia de que existe vida con una
composición diferente a la nuestra. Entonces, dentro de nuestro sistema solar podemos
considerar los satélites de Júpiter y Saturno como Europa, Ganimedes, Calisto, y Encelado
donde gracias a la observación y la documentación de la humanidad hemos podido ver los
océanos de agua que existen bajo sus capas congeladas. Hemos de esperar en el futuro donde
la NASA y las otras agencias espaciales se aventuren en misiones donde podamos explorar a
detalle los océanos de Europa o marte, con la posibilidad de encontrar microorganismos o
vida de cualquier forma, como lo imaginó Arthur Clarke en ‘Una Odisea Espacial: la saga’.
Si nos adentramos más allá de nuestro sistema solar, nuestra atención se centraría en
los exoplanetas. Un exoplaneta es simplemente un planeta que orbita otra estrella diferente a
nuestro sol. Dentro de nuestra galaxia, la vía láctea, existen trillones de estrellas, y alrededor
de ellas existen trillones de planetas girando alrededor. Cuando descubrimos por primera vez
un planeta fuera de nuestro sistema solar, fue durante el lanzamiento del telescopio Kepler de
la NASA. Estábamos maravillados con el descubrimiento, y no nos imaginábamos a donde
nos llevaría. Empezamos a encontrar planetas con un tamaño muy parecido al de la tierra.
Más raro aún, empezamos a ver que eran demasiados. Se empezaron a hacer muy comunes.
El equipo del telescopio Kepler pudo encontrar más de 3,300 exoplanetas confirmados, de los
cuales 2,400 son capaces de albergar vida, según las observaciones del equipo [ CITATION
Nat \l 3082 ]. Con el avance tecnológico hemos podido observar estos exoplanetas con otra
perspectiva, como lo es la del telescopio espacial Splitzer de la NASA, que observa los
exoplanetas transitorios en ondas infrarrojas, que nos ha ayudado a listar y caracterizar
muchos de éstos, incluyendo detalles sobre sus atmósferas planetarias. Existen varias
características que tiene que tener un exoplaneta para considerarse habitable. Según nuestras
condiciones de vida, el exoplaneta debe de contener agua, una atmósfera rica en oxígeno, una
órbita solar que esté dentro de la zona habitable (un lugar donde el planeta sea demasiado frío
o demasiado caliente) entre otros. Le dejaremos los detalles a los científicos, y nos
centraremos en el simple hecho de que se han encontrado muchos exoplanetas con una
posibilidad de encontrar vida como la conocemos dentro de ellos. Dicho esto, la pregunta es,
¿Esos exoplanetas estarán inhabitados?
Hay quienes argumentan que para que pueda existir algo de vida es necesario un
duplicado exacto del ambiente terrestre: su historia, una luna, planetas enormes de vecinos
que lo protejan de adversidades, etc. [ CITATION War00 \l 3082 ]. Sin embargo, hay muchos
otros que argumentan que la vida puede existir en muchos planetas [ CITATION Dar01 \l
3082 ]. Aún así, no hemos encontrado evidencia sustancial que existe vida en otro planeta,
incluyendo vida inteligente. Solo tenemos un solo ejemplo: nosotros y la vida en el planeta
tierra. Como dije anteriormente, no podemos decir con certeza que hay un único camino
hacia la obtención de vida si no hemos encontrado por lo menos un solo ejemplo con el que
podamos comparar. Lo más cercano que tenemos a una comparación es del meteorito Allen
Hills 8400, una pieza antigua de marte, donde se encontraron indicios de criaturas
unicelulares fosilizadas dentro de él, creando una posibilidad de un segundo génesis de la
vida independiente al ocurrido en el planeta tierra [ CITATION McK66 \l 3082 ]. Esto nos
recuerda la necesidad de visitar presencialmente los planetas que posiblemente puedan
albergar vida para determinar si realmente la tienen. Esto nos lleva directamente a marte,
donde hemos encontrado muchas pruebas (descritas anteriormente) de vida, aunque sea
previa a nuestros tiempos.
¿Estamos solos? Es una pregunta bastante fuerte. La detección de vida en otro mundo
es una posibilidad real. Con una simple evidencia irrefutable podríamos hacer nuestro
“ejemplo número dos” y poder comparar esa forma de vida con la nuestra. Sería un
descubrimiento sumamente emocionante, el saber que no estamos solos en este enorme
universo. Más allá de describir como se sentiría saber que hay vida en otros planetas,
debemos de plantearnos la verdadera posibilidad de que exista. Como hemos exhibido en este
ensayo, el universo es sumamente grande, y ya tenemos por lo menos un ejemplo de que es
posible la creación de vida en el universo (nosotros mismos). ¿Por qué no podría replicarse el
proceso? En alguna parte del universo (y nuestra propia galaxia) existen planetas con las
mismas condiciones que el planeta tierra. Demasiados como para contarlos como hemos
explicado anteriormente. Además, hemos explicado exhaustivamente lo poco especial que
puede ser la tierra para crear vida. ¿Qué podremos encontrar si vamos personalmente a
explorar otros planetas? Podríamos quedar impactados. La respuesta yace allá fuera e
irónicamente dentro de nosotros mismos. Existe la posibilidad de que haya existido vida
previamente, o de que vaya a existir en un futuro. No lo sabemos. Por desgracia, no hemos
encontrado evidencia irrefutable. Tal vez algún día lo hagamos. Pero si es que no lo hacemos,
entonces, ¿Para qué el universo tendrá tanto espacio disponible? ¿Para que nada más nosotros
lo ocupemos? “El universo es un lugar demasiado grande. Si es solo para nosotros, parece
como un horrible desperdicio de espacio”. Carl Sagan, gran astrofísico del siglo XX, nos
planteó esa lógica en su libro “Contacto”. Biológicamente es posible decir la gran cantidad de
factores que existen para originar vida, y como estos tienen que seguir una gran cantidad de
pasos para poder originarse. También podemos encontrar preguntas como ¿Por qué entonces
no hay vida en marte, o venus, o júpiter? Al parecer, la vida es un fenómeno muy complejo.
Tratar de resolver estas preguntas es complejo también. Lo que a mi parecer parece un
planteamiento lógico para tratar de resolver todas estas dudas sería el siguiente: ¿Si por
alguna razón somos la única forma de vida en este basto universo, por qué habría de ser tan
grande? Toda la vida cabe en un solo planeta, lo mejor sería hacer solamente un solo planeta.
No habría necesidad de hacer un espacio tan grande como para que nosotros, con toda la
tecnología que hemos desarrollado para observar los límites del universo, no podamos
siquiera verlo todo de lo inmenso que es. Tal vez, algún día, encontremos vida con una
diferente composición a la nuestra, y todas estas preguntas generen más preguntas, y todo
cambie.

Bibliografía

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