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¿Cómo enseñar a los alumnos a resolver problemas

matemáticos? Estrategias para trabajar en el aula


La resolución de problemas matemáticos en un aspecto que debe trabajarse de manera
permanente en el salón de clase. Hasta hace algún tiempo, el enfoque con el que se abordaba
dicho aspecto era bajo la figura del profesor como transmisor de información y de los
alumnos como receptores y entes pasivos. Por lo que se formaban estudiantes capaces de
memorizar fórmulas y algoritmos, pero con poca o nula pericia para emplear esto para
resolver situaciones o problemas cercanos a la realidad.

¿Cómo debe trabajarse la resolución de problemas matemáticos en el salón de clase


bajo el enfoque actual?
Ante esto, la propuesta actual, ha transitado hacia la formación de alumnos autónomos,
capaces de explorar distintas vías de resolución, de formular argumentos, al tiempo que
construyen conocimientos con sentido y significado. Por ello, el papel del docente también
se ha modificado, por lo que debe asumir el rol de guía y facilitador, planteando problemas
significativos a los alumnos animándolos a resolverlos con recursos propios. Esto no quiere
decir que los abandone a su suerte, sino que debe promover que la solución al
problema se construya a partir de lo que conocen y proponen los alumnos, contando con el
acompañamiento cercano del docente quien debe orientarlos mediante cuestionamientos y
sugerencias.

A continuación podemos apreciar un listado de estrategias para trabajar la resolución


de problemas matemáticos en el aula:
1. Comprender la situación implicada en un problema
Ello representa que los alumnos comprendan a fondo el enunciado del problema, así también
que identifiquen la información esencial para poder resolverlo. Este ejercicio es fundamental
para trazar la ruta de solución. A menudo, los alumnos obtienen resultados incorrectos
solamente por una mala lectura del enunciado, por lo tanto es conveniente averiguar cómo
analizan la información que reciben de manera oral o escrita.

2. Plantear rutas de solución


Conviene insistir en que sean los alumnos quienes propongan el camino a seguir. Si es la
primera vez que se aborda un problema de esta manera habrá desconcierto al principio, pero
poco a poco se notará un ambiente distinto: los alumnos compartirán ideas, habrá acuerdos y
desacuerdos, se expresarán con libertad y se tendrá la certeza de que reflexionan en torno al
problema que tratan de resolver. Aquí el papel del docente es propiciar un diálogo productivo,
no ofrecer soluciones.

3. Trabajar en equipo
Esta estrategia ofrece a los alumnos la posibilidad de expresar sus ideas y enriquecerlas con
las opiniones de los demás, desarrollar la actitud de colaboración y la habilidad para
fundamentar sus argumentos y facilita la puesta en común de los procedimientos que
encuentran. El maestro debe insistir en que todos los integrantes asuman la responsabilidad
de resolver la tarea, no de manera individual sino colectiva.
4. Manejar adecuadamente el tiempo
Una clase en la que los alumnos resuelven problemas con sus propios medios, discuten y
analizan sus procedimientos y resultados implica más tiempo. Esta condición orilla a que
algunos maestros vuelvan al esquema en el que ellos dan la clase mientras los alumnos
escuchan, aunque no comprendan; pero es más provechoso dedicar tiempo a que los alumnos
logren conocimientos con significado, desarrollen habilidades para resolver diversos
problemas y sigan aprendiendo, en vez de llenarlos con información que pronto olvidarán. Si
ellos comprenden lo que estudian, se evita repetir las mismas explicaciones, y se alcanzarán
mejores resultados. Asimismo, es indispensable prever tiempo para analizar con los alumnos
lo que producen, aclarar ideas, aportar información o explicaciones necesarias para que
puedan avanzar en sus conclusiones y también tiempo para formalizar los conocimientos
implicados en los problemas.

5. Diversificar el tipo de problemas


Conviene pensar en situaciones o actividades que propicien la aplicación de diferentes
herramientas matemáticas o que impliquen el uso de la tecnología.

6. Incluir en la planificación actividades adicionales


Esto para aquellos alumnos que pueden enfrentar situaciones más complejas o para los que
necesiten apoyo para comprender los conceptos matemáticos.

7. Compartir experiencias con otros profesores


Es de gran ayuda compartir experiencias con otros docentes en torno al estudio de las
matemáticas, pues, sean estas exitosas o no, les permitirá mejorar permanentemente su
trabajo.

Beneficios al trabajar la resolución de problemas matemáticos de esta manera:


-Se logra que los alumnos construyan conocimientos y habilidades con sentido y significado.
-Se crea un ambiente de trabajo que brinda a los alumnos la oportunidad de aprender a
enfrentar diferentes tipos de problemas.
-Los alumnos piensan, comentan, discuten con interés y aprenden.
– Permite a los estudiantes formular argumentos, emplear distintas técnicas en función del
problema que se trata de resolver, y a aprovechar el lenguaje matemático para comunicar o
interpretar ideas.
– Se fomenta la autonomía y aumenta la confianza del alumno en sí mismo y en sus
capacidades.
Bajo este enfoque es necesario señalar que los errores de los alumnos son una oportunidad
de aprendizaje para ellos y también para el maestro, en la medida en que estos se analicen,
discutan y se tomen como base para orientar estrategias de aprendizaje.

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