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Diseño y diagramación
Elisa Cordero y Andrea Valenzuela.
Imagen de Contraportada
Elisa Cordero.
Comité Científico
Dr. Albert Cuchí Burgos, Dra. Virginia Vásquez Fierro, Mg. Elisa Cordero Jahr,
Mg. (c) Tirza Barría Catalán, Mg. Roberto Martínez Kraushar, Dr. Juan Carlos Olivares
Toledo, Dr. (c) Antonio Zumelzu Scheel, Mg. Emil Osorio Schmied.
Evaluadores Externos
Amaya Glaría, Lorenzo Berg, Joan Curós, José Guerra, Virginia Vásquez, Elisa Cordero
ISBN: 978-956-7105-80-9
Agradecimientos
Por el apoyo al Taller[Sur]2012, que hizo posible el éxito de este evento, agradecemos a
las siguientes unidades de la Universidad Austral de Chile: la Vicerrectoría Académica, Dirección de
Investigación y Desarrollo, Facultad de Ciencias de la Ingeniería, Escuela de Arquitectura e Instituto
de Arquitectura y Urbanismo. Destacamos además la colaboración de la Universidad Tecnológica
Metropolitana en la organización del evento.
Sergio Araneda
Tirza Barría
Rosa Chandía
Javier del Río
Jonás Figueroa
Alan Fox
Cristina Galvez / Augusto González
Natalia Jorquera
Roberto Martínez
José de Nordenflycht
Juan Carlos Olivares
Miguel Angel Rojas/ Joaquín Zerené
Igor Rosenmann
Antonio Sahady
Leyla Sade / Patricia Durán
Paz Sierra / Cristian Rodríguez
Claudia Torres
Simón Urbina / Leonor Adán / Doina Munita / Rodrigo Mera
Presentación
José de Nordenflycht................................................................................... 5
El futuro del patrimonio: Sostenibilidad local en contexto global.
Tirza Barría................................................................................................. 27
Las construcciones de la ciudad moderna en la décda del 30.
Una Plaza y un Hotel.
Jonás Figueroa............................................................................................ 36
Las trazas del agua y la construcción del paisaje agrícola.
Rosa Chandía.............................................................................................. 46
Estrategias de gestión sostenible del territorio: Cultura de riego alto- andino
del desierto de Atacama.
Claudia Torres............................................................................................. 58
La rehabilitación arquitectónica y su posible rol en la preservación del
patrimonio anónimo.
5
Al igual que ese lapso de tiempo -40 años- en la vida de una per-
sona, ésta probablemente recién alcanzó su mayoría de edad al cumplir la
primera mitad de ese lapso. De hecho, en 1992 la Convención recién estaba
comenzando a avizorar los complejos escenarios futuros producto del de-
sarrollo del “Sistema del Patrimonio Mundial” que ella había propiciado.
6
Paralelamente las expectativas más auspiciosas para nuestra re-
gión en esta reunión las ha dejado la inscripción de Río de Janeiro (Bra-
sil) en la categoría de Paisaje Cultural, lo que avanza sobre el proyecto de
posicionar nuevas visiones sobre la valoración patrimonial, como hacerse
cargo de la Recomendación sobre los Paisajes Históricos Urbanos.
7
2. El mall del Patrimonio.
8
Patrimonio Mundial (Unesco) haya obtenido el Premio Mundial de Turis-
mo en el año 2008”2, como advierte ácidamente Françoise Choay (Choay,
2011).
9
que cooperar con la credibilidad de la Lista. El caso de Dresde es bastante
conocido y el hecho de que sea la única ciudad que ha sido retirada de la Lis-
ta de Patrimonio Mundial de la Unesco –a instancias del mismo Estado Par-
te-, podría ser más una oportunidad que una amenaza, ya que pensar que la
principal herramienta de la Convención de Patrimonio Mundial de la Unesco
es un fin en sí mismo, es como esperar de un cuchillo que active la amenaza
de su corte por medio del tamaño de su hoja, aunque ésta sea de goma.
10
último espectáculo lo vimos hace un par de años cuando muchos go-
biernos en el mundo cayeron rendidos ante la posibilidad de entrar en
la lista de las siete nuevas maravillas del mundo, ingresando de lleno
en el juego de la farandulización del patrimonio, antes -por cierto- que
comenzáramos a inscribir sitios en la Lista de Patrimonio Mundial.
Durante varios siglos la Gran Muralla China evitó que los territorios de las
dinastías gobernantes en ese gran país asiático cayeran en manos de sus
enemigos. La amenaza siempre estaba afuera y había que contenerla. Hoy
día sabemos que la esa Muralla es mucho más extensa de lo que creímos.
Durante varios siglos, el límite del Imperio Romano fue una mem-
brana que de manera flexible permitía su expansión territorial a la vez que
cautelaba la contención frente a los que no querían ser integrados en él. La
11
amenaza eran siempre los otros, aquellos que no se convertían en ciudada-
nos, y había que contenerlos. Hoy en día sabemos que el limes originado en
el contencioso fratricidio de Romolo en contra de su hermano Remo, era
mucho más permeable de lo que creímos.
12
Decimos unilateral porque las metodologías para definir esos lí-
mites -por más legales que ellos sean- casi siempre no son apropiadas al
complejo nivel de definición conceptual que hoy en día supone, pues el
valor patrimonial no radica tanto en los objetos sino más bien en la relación
que establecen los sujetos entre ellos.
13
inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial, habría que estar “fuera del mun-
do” –literalmente ser un inmundo- , lo que probablemente no sea una
condición feliz para nadie.
Referencias.
- Choay, F., 2011. La terre qui meurt. Librairie Arthème Fayard, Paris, Pág. 86.
- Jeudy, H., 2011. “L’hystérie du patrimoine”. Entretiene avec Bernard Jeannot et Cyril
Martin, en Area, nº25, pág. 27.
- Nordenflycht, J., 1997. “La participación como defensa del patrimonio: edificio
Luis Cousiño, Valparaíso”. Revista Patrimonio Cultural, de la Dirección de Bibliotecas,
Archivos y Museos de Chile, Año II, número 7.
14
- Nordenflycht, J., 2012.“The Heritage Turn: Local communities in global con-
texts”. STULC, Joseph, Bogusław SZMYGIN, Wilfried LIPP y Simone GIOMETTI (eds.) Con-
servation Turn - Return to Conservation. Tolerance for Change, Limits of Change, Edizioni
Polistampa, Firenze.
- Settis, S., 2002. L’assalto al patrimonio culturale. Einaudi, Torino, Italia S.p.A.
15
Rupumeika blues/etnografía de la arquitectura Mapuche/Williche
de la PuelMapu
“On the first part of the journey,/I was looking at all the life./There were plants
and birds./and rocks and things,/ There was sand and hills and rings./
The first thing I met, was a fly with a buzz,/ And the sky, with no clouds./
The heat was hot, and the ground was dry/but the air was full of sound” 1.
Dewey Bunnell/A horse with no name, 1971
Carpinteros de la neblina.
16
“Nació acá en Maqueo, en Maiwe, el se crió hasta su adolescencia
en Maiwe, y después se trasladó con su familia hacia Osorno (San Juan de la
Costa), cuando él ya era un lolo. Y de ahí se casó allá, y con los años se de-
volvió a su tierra, otra vez, de nuevo a vivir acá a Maiwe. En San Juan de la
Costa se casó con María Angela Silva, ella es de allá. Los padres de mi abuelo
eran de acá de Maiwe, los dos Huenulef, Loy Huenulef y la Sra. Huenulef. Les
quedan 3 hijos, tuvieron 5, poca familia pa’ la costumbre, pa’ la tradición,
porque se casaron muy viejos, cuando tenían como 30 años. Y viven los dos
abuelos todavía, todavía están juntos, en Maiwe” (Quintul, 2010).
17
tradición a sus hijos, la tradición – irremediable - desapareció: los car-
pinteros se quedaron solos, los hijos se marcharon, desaparecieron
o murieron en los espejismos de la distancia y lejanía, en la ausencia:
“Ellos – los hijos -, no viven cerca. De hecho su hijo que vive, o que
a lo mejor vive, no está acá, él también hacía de carpintero. Se llama Víctor
Loy, él no vive acá, hace muchos años que no se sabe de él, se fue a la Argen-
tina, cruzó la frontera hace unos 30 o 40 años, 35 años más o menos deben
ser” (Quintul, 2010).
“Lo que no sé es cómo copiaban sus modelos ellos, cuál era el sen-
tido pa’ construir. Antiguamente a los abuelos les gustaba mucho construir
casas altas, porque ellos arriba guardaban todo lo que era sementera, por
eso construían las casas altas, arriba pa’ guardar, de bodega de cereales, y
abajo era el espacio donde vivían los familiares, y abajo tenían subterráneo
también, casi siempre las casas antiguas tenían, un zócalo, siempre, igual
pa’ guardar cosas, herramientas, uso de bodega yo creo. Y tenían dos puer-
tas, una pal lado donde salía el sol y otra al extremo opuesto. Las casas están
orientadas dependiendo donde salga el sol, no importaba acá el camino, no
18
importaba el paisaje, nada de eso /.../, importaba las fuerzas que se reciben,
positivas, las puertas tenían que estar orientadas a la salida del sol” (Quin-
tul, 2010).
“/…/porque yo me acuerdo que la casa donde nací era así como la casa
de él, que tenía abajo el zócalo, el piso arriba, un segundo piso, y el tercer
piso, que lo usaban para guardar todo lo que era sementera, porque antes
se cosechaban montones de arvejas, lentejas, todo ese tipo de cosas, maíces,
de todo se daba, ajo, chalote, porque eso necesita mantenerse no en calor
ni en humedad, entonces todo lo guardaban ahí, y las papas estaban en
el zócalo, porque esas necesitan cuidado y humedad, abajo el zócalo era
siempre oscuro, una parte del subterráneo. Y ahí abajo guardaban la papa,
la chicha, guardaban manzanas también, y abajo no tenía piso de made-
ra, era tierra, el piso de madera empezaba en el segundo piso” (Quintul,
2010).
19
Casas atractivas al juego de las niñas en su infancia, en su ado-
lescencia en un cerrado & clausurado universo de garúas, tormentas &
relámpagos, de esperas e incertidumbres, magia & tesoro:
“Al lado de las casas estaba la casa del fogón, al lado de la casa siempre
había una casa del fogón, para uso diario, siempre al lado, de un piso. La
gente comía alrededor del fogón, y ese era una casa que estaba siempre al
ladito, aparte. Ese fogón era toda la casa, no tenía nada más que las pare-
des, ni mesa, o algo para poner las cosas, se comía alrededor del fogón, el
mate se tomaba ahí mismo, la gente estaba rodeando el fogón conversando,
o trabajando los que estuvieran. Siempre las abuelitas estaban hilando y el
marido estaba asando papas, convidando mate, los hambres en la tarde, en
20
la noche se dedicaban a convidar mate, y las madres, las tías, todas traba-
jando, y comían papas. En la casa donde yo nací era así también, también
había fogón, una inmensa casa y un fogón afuera, en la casa de al lado.
En la casa de mi abuelo siempre fue así, la casa del fogón al lado de la ga-
rita, muy cerca, apegada a la casa. Cuando yo era niña me gustaba ir a la
casa de mis abuelos, nos calentábamos los pies en el fogón, en brazos de los
abuelos, mientras ellos conversaban nosotros nos quedábamos dormidos.
Sobretodo me gusta acordarme de los regaloneos de los abuelos” (Quintul,
2010).
21
amplitud y superficie. Así, el machihembrado incorporaba a la casa – desde
lo cultural -, una cualidad adaptativa contra las aguas y las garúas, el viento
y la tormenta, el paso del tiempo y la memoria y sus olvidos, esa voluntad –
salvaje -, de disgregación de los materiales de los objetos. Entonces,
“Las casas estaban hechas para la lluvia, para el viento, todo eso,
las casas antiguamente eran muy firmes, muy bien hechas, de madera ro-
busta, buena madera, lo mejor, y eran espigadas. Así era la casa donde yo
nací, en vez de clavos tenía tarugos, caja y espiga (Quintul, 2010).
22
“Mi papá, Juan Quintul Huala, aprendió de sus abuelitos, así se
transmitía, siempre fue así, todo lo que uno sabe de un oficio uno lo aprende
de su familia, en se tiempo en cada casa había carpinteros. Él era de San
Juan de la Costa, yo creo que en la zona sur era todo casi la misma tradi-
ción/…/ Don José (el suegro) yo creo que todavía sabe hacer ese trabajo,
el Osvaldo (su marido) es corte, clavo y martillo, pero antiguamente eran
así. Mi papá yo sé que sabía de ese trabajo, pero la gente joven no (Quintul,
2009)”.
23
“Tenemos que hacer una casa la hacemos nosotros mismos, tene-
mos que trabajar la siembra lo hacemos nosotros mismos, criar animales los
criamos los mismos, todos los trabajos de uno no busca gente. Pero pa’ hacer
trabajo de carpintería una deja otro trabajo tirado, porque nosotros vivimos
de la siembra, de lo que produce la tierra, los corderos, limpiar el piso de los
corderos, ese es el trabajo de uno. Cuando es empleado uno, cuando trabaja
en una parte se trabaja en eso no más, si yo no tuviera tierra y fuera maes-
tro estaría trabajando de maestro en todas partes. Iría de pueblo en pueblo,
así andan los maestros, yo tengo familiares, sobrinos, que andan así, viven
en Valdivia, tienen su casa en Valdivia pero no paran, están en Paillaco, en
Angol, donde va la empresa paran” (Panguilef, 2010).
“Aquí hay algunos carpinteros, lo que pasa es que ahora los carpin-
teros de ahora eligen lo más fácil, lo más rápido, pero si hubiera una pega
que tendría que hacerse así el carpintero lo hace, nada más porque es demo-
rón nomás la gente de hoy en día trabaja de otra manera, es más demorón
el trabajo ese” (Panguilef/b, 2010).
24
y clavo nomás, ya ningún maestro trabaja como antes, hasta yo mi casa la
hice así, sin espigas” (Panguilef/b, 2010).
Cordilleras de Newen.
25
lita un abismo temporal donde la arquitectura – al igual que todas las otras
cosas -, puede acontecer y perecer como una ofrenda al delicado asunto de
temporalizar la experiencia humana.
Rerefencias.
26
Las construcciones de la ciudad moderna en la década del 30.
Una plaza y un Hotel.
Tirza Barría
Arquitecta, Universidad Austral de Chile, Chile.
Académica Instituto de Arquitectura y Urbanismo
tirzabarria@gmail.com
Resumen.
27
El estudio que abarcó un análisis descriptivo, trabajo de campo y
revisión bibliográfica, permitió reconocer en el edificio, las singularidades
de su diseño, la composición programática y mecanismos de confort. Por
otra parte, el análisis de la plaza permitió establecer las relaciones formales
del edificio con el espacio público y las directrices de diseño que se verían
en las futuras construcciones de la ciudad.
Introducción.
28
20´ por las familias Buschmann, Aubel, Hott, Saez, Fuchslocher, Aleuanlli
y Kauak, entre otras (López, 2008). Esto permitió posicionar a la ciudad
y sus alrededores como un centro de servicios y transacciones principal-
mente del sector agrícola y ganadero (Peralta, Hipp, 2004) (Imagen 3 ) en
buena parte por la importación de maquinaria y otros productos a más bajo
precio, lo cual optimizó la producción y exportación hacia el resto del país.
Tres años más tarde se dio inicio a la construcción del Hotel Bur-
nier y tras él, una serie de nuevas construcciones como la Gobernación y el
edificio Sago, obras del arquitecto chileno Carlos Buschmann Z. (Imágenes
5 y 6) y el Colegio Alemán y el edificio Resinhoff&Hess, de los arquitectos
Federico y Oscar Freitag Müller 5 (Imágenes 7 y 8). En ellos se deja en evi-
dencia el abandono de los estilos históricos y la ornamentación, los cuales
fueron sustituidos por nuevos criterios proyectuales que se encontraban en
la arquitectura moderna 6 (Montaner, 2011).
El Hotel.
29
La concretización de un nuevo Hotel se debió a la alianza entre
Julio Recordón y Eduardo Burnier, quienes a principios de 1930, acorda-
ron construir un hotel moderno el cual ayudaría a suplir el alto grado de
cesantía tras la crisis del salitre en el norte e impulsaría el turismo de la
ciudad.
30
El edificio contó con una superficie total de 7.800m2 distribuidos en cinco
plantas. La planta de primer nivel, construida en la totalidad del sitio, estuvo
constituida por dos zonas: una comercial que dio hacia las calles O’Higgins
y Ramírez y otra en el interior del sitio, cuyo programa correspondió a
las dependencias del hotel como el acceso, los comedores y las cocinas
(Imagen 11).
31
La Plaza.
Hasta finales del siglo XIX, la plaza fue un sitio baldío, utilizado
generalmente para el pastoreo de los animales (Villalobos, 1958). En 1914
se aprobaron los planos y presupuestos para su primera transformación,
que consistió en trazar paseos sinuosos que incluían una serie de especies
arbóreas y arbustivas recreadas a modo de jardín francés.
32
Adicionalmente incorporó como norma el uso de las marquesinas
para todos los edificios que se ubicaran en las calles principales de manera
de constituir una vereda unitaria en respuesta a las condiciones climáticas
de la zona.
Conclusiones.
33
Freitag Müller, del austríaco Oscar Prager W., y del aporte de otros que aún
no han sido visibilizados en la investigaciones.
Referencias.
- Aguirre G., M. 2004. La arquitectura moderna en Chile: Tesis de Doctorado, Universidad
Politécnica de Madrid, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.
-Díaz S., P. 2009. Masonería en Chile, Historia, cultura y territorio en la ruta del Bicen-
tenario. Ocho libros editores. Santiago, Chile.
-López, P. 2008. Osorno entre Julio Buschmann y Rene Soriano. Serie Histórica 450 años.
Osorno, Chile.ç
34
-Peralta, V., G., Hipp, T., R. 2004. Historia
de Osorno, desde los inicios del po-
blamiento hasta la transformación urbana del siglo XX.
-Revista Oficial del Colegio de Arquitecto de Chile, A.G. 1992. C.A. 50 años del Colegio de
Arquitectos, 1942-1992. N° 68, Santiago, Chile.
-Revista Oficial del Colegio de Arquitecto de Chile, A.G. 1992. C.A. N° 125, Santiago, Chile.
-Sánchez, V. 1948. El pasado de Osorno, la gran ciudad del porvenir. Ilustre Mu-
nicipalidad de Osorno. Osorno, Chile
-Villalobos, J.; Román, J. 1958. Libro del cuarto centenario de Osorno. Osorno, Chile.
-Viveros, M.; Lanata, L.; Fuentes, I.; Vilches, E. 1997. Oscar Prager, el arte del paisaje.
Ediciones ARQ, Serie Arte- Colección- Arquitectura/volumen 8. Santiago, Chile.
1_Véase su biografía en: Miranda, C. 1979. Carlos Buschmann Zwanger. Universidad de Chile. Santiago, Chile; en
Revista Oficial del Colegio de Arquitecto de Chile, A.G. 1992. C.A. 50 años del Colegio de Arquitectos, 1942-1992. N°
68, Santiago, Chile. y en Revista Oficial del Colegio de Arquitecto de Chile, A.G. 1992. C.A. N° 125, Santiago, Chile.
2_Véase su biografía en: Viveros, M.; Lanata, L.; Fuentes, I.; Vilches, E. 1997. Oscar Prager, el arte del paisaje. Edi-
ciones ARQ, Serie Arte- Colección- Arquitectura/volumen 8. Santiago, Chile.
3_A la bonanza económica le siguieron la concretización de instituciones ligadas al agro, y que tempranamente dieron
origen a la primera Feria de animales de la provincia de Llanquihue en 1905, la Sociedad Molinera Osorno, la Sociedad
Agrícola y Ganadera de Osorno en 1917, Sociedad de Lino de La Unión en 1931, la Compañía de seguros “La Zona
Sur” 1940, el recinto ferial SAGO y las siguientes entidades bancarias: en 1905 el Banco Español de Chile, en 1908 el
Banco Osorno y La Unión, el Banco Nacional de Chile (hoy de Chile), y el Banco Trasatlántico alemán en 1915. Véase
en López, Patricio. Osorno entre Julio Buschmann y René Soriano. Osorno: Serie Histórica 450 años, 2008.pp 19-30.
4_La construcción del Banco Osorno y La Unión proyectado en 1925 por Carlos Buschmann y construido en 1927, fue
un hito en la manera de edificar en la ciudad ya que se emplea por primera vez la loza de hormigón armado, sistema cons-
tructivo introducido en Osorno por los arquitectos constructores alemanes alemanes Eugen y Fritz Freitag Muller. Vea-
se en DOCOMOMO. 2007. Desafíos del patrimonio moderno. Antofagasta, Chile. 2° seminario DOCOMOMO_Chile.
5_Sobre su biografía véase en Eugen y Fritz Freitag, modernismo periférico en la arquitectura chilena de los años trein-
ta, DOCOMOMO. Desafíos del patrimonio moderno. Antofagasta, Chile. 2° seminario DOCOMOMO_Chile, 2007.
6_La voluntad de una renovación formal de la arquitectura, signo de cambio de la sociedad, dio paso al abandono
paulatino de las normas de composición clásica, de los ornamentos historicistas y de los estilos revivals generando
distintos tipos de expresión arquitectónica. La nueva arquitectura se fundó sobre la base de una geometría formal como
expresión de la síntesis que alcanza la abstracción científica, la creciente sustitución en todo o en parte, de los modos
artesanales de producción constructiva por modos industriales de producción, el empleo de materiales y técnicas cons-
tructivas basados en materiales artificiales producidos industrialmente con dimensiones estandarizadas, el creciente
apoyo de maquinaria de construcción, la valoración de la productividad de la obra considerando el costo y el tiempo de
ejecución y su capacidad de repetición.
7_Véase la biografía de Héctor Mardones en: Revista Oficial del Colegio de Arquitecto de Chile, A.G. C.A. 50 años
del Colegio de Arquitectos, 1942-1992. N° 68, Santiago, 1992.
8_En Septiembre de 1929 la Municipalidad contrató al urbanista y paisajista Oscar Prager para que realizara el plan de
transformación urbana de Osorno , el que fue presentado en junio del año siguiente y aprobado en sesión ordinaria del
3 de abril de 1934. Acerca de su venida, estadía y trabajo realizado en Osorno, véase en las Acta del Sesión de 1929 y
1930, libros N°11 y12, Archivo Museo Histórico Municipal Osorno.
35
Las trazas del agua y la construcción del paisaje agrícola1
Jonás Figueroa
Arquitecto
Profesor titular, Escuela de Arquitectura Universidad de Santiago, Chile
fsalas@usach.cl
Resumen:
Este escrito presenta el estudio del papel de las trazas del agua
-naturales y artificiales- en la construcción del paisaje agrícola. Estas trazas
hídricas -ríos, canales y acequias-, definen categorías formales y estruc-
turan una red de instalaciones hidráulicas y usos asociados con lo agrí-
cola. Por tal condición, se constituyen en instrumentos propicios para el
desarrollo de una lectura de la espacialidad en donde se inserta el paisaje
agrícola.
36
Hipótesis
37
Para el desarrollo de este estudio sobre las formas del agua que
condicionan el paisaje y el espacio agrícola en el suelo rural, formulamos
la siguiente hipótesis que nos permita una aproximación conceptual al tema
en cuestión:
La Cruz del Sur estaba ahora sobre la puntilla más alta de la cordillera…3
Oscar Castro, 1940: 97.
38
tiene su origen en épocas anteriores a la colonización indígena y española,
como una explanada de inundación del río Mapocho, que en los tiempos
coloniales constituyó la orilla sur del núcleo urbano.
39
sus serranías; abastecidos convenientemente de riego, con suelos de gran
4
rendimiento agrícola y condiciones propicias para la producción frutícola.
40
estrecha y alargada, de 50 a 100 metros de ancho y de 500 a 700 metros de1
largo, aprovechando la pendientes naturales como factores de distribución
del agua.
41
Las acequias son las trazas hídricas de menor escala del espacio
rural, que derivan las aguas longitudinales de los canales que las alimen-
tan hacia el interior de los predios agrícolas. La derivación y articulación
de aguas entre canal longitudinal y una acequia transversal se produce a
través de la utilización de un artefacto hidráulico -azud y rueda de agua-
permitiendo salvar las diferencias de nivel y dar amplitud y profundidad a
la franja de utilidad agrícola que atiende un canal de riego.
42
rrollos lineales y dispersos observados en otros sectores y cuyas dinámicas
de crecimiento podrían evolucionar hacia formas urbanas de uso residen-
cial, tal como las localidades emplazadas en el entorno fluvial del río Ca-
chapoal (Peumo y San Vicente, vg.).
43
Las variadas expresiones morfológicas que promueve el agua so-
bre paisaje agrícola, nos permiten una lectura categorizada de las formas
presentes en las diferentes escalas del espacio rural. Ello nos lleva a consi-
derar que las trazas de agua junto a las trazas del arado, imponen un orden
a la ocupación del suelo, constituyéndose ambas en el sulcus primigenius
de las áreas rurales, mediante la cual se fundan los usos del suelo agrícola.
Es A partir de ello, podemos afirmar que las trazas de agua asignan un valor
transcendente a los usos del suelo, armonizando la permanencia vital del
ser humano con las demandas artefácticas y físicas impuestas por los usos
agrícolas.
44
Referencias.
1_Este articulo es una versión resumida de otro de mayor extensión, que presenta los resultados finales de la investiga-
ción Dicyt Usach Nº 090990JF “Las cuencas como factores de diseño urbano” y los resultados parciales de la investi-
gación en desarrollo Fondecyt Nº 1120114“Vigencia y proyecciones de un sistema de regadío de origen ancestral: las
azudas de Larmahue, en la Sexta Región de Chile”. También, se nos propone como un conocimiento de los factores
naturales y climáticos que detonan ocupaciones urbanas en el medio agrícola.
2_ Los valles considerados que guardan características geográficas similares, se extienden entre la Quinta y Séptima
Región. Es decir, entre los ríos Aconcagua, Maipo, Cachapoal, Tinguiririca y Mataquito.
3_La escasa literatura disponible sobre la ruralidad de la Sexta Región, impide aproximaciones fecundas sobre la
comprensión narrativa del territorio, sus toponimias e hidronimias, por ejemplo.
4_Históricamente, un buen número de ciudades situadas en estos cinco valles interiores han sido fundadas en el si-
glo XVIII, durante lo que podríamos entender como la segunda colonización del territorio chileno, propiciado por la
llegada de los Borbón al trono español, aprovechando estas especiales condiciones climáticas. La fundación de otras
ciudades se lleva a cabo a lo largo de las primeras décadas del período republicano.
5_Glacis: pendiente suave de menos del 10%, previa al cerro propiamente tal, producto del traslado de materiales desde
las pendientes más pronunciadas de las alturas.
6_En sentido mítico el sulcus primigenius es la traza mediante la cual se fundaban las ciudades romanas. Es el roturado
de la tierra mediante el arado tirado por un buey que utiliza Rómulo para fundar Roma, separando la urbs del ager o
espacio agrícola.
45
Estrategias de gestión sostenible del territorio: Cultura de riego
alto - andino del desierto de Atacama
Rosa Chandía Jaure
Arquitecta
Académica Escuela de Arquitectura, Universidad Tecnológica Metropolitana, Chile
rosa.chandia@utem.cl
Resumen:
46
combina con el reconocimiento de la matriz biofísica del lugar, dada por
el suelo, clima, humedad y flora y fauna. Al analizar estas estrategias tecno-
lógicas, dentro de un contexto cultural, podemos encontrar el conjunto de
técnicas que acondicionan un lugar, para dar posteriormente un soporte a
la cultura hídrica, esta permite su mantención en el tiempo, y se vincula al
desarrollo de unos sistemas agrícolas que necesariamente involucran en su
gestión, a todos los habitantes de los diversos pisos ecológicos presentes,
cuyas reglas de complementariedad ecológica y reciprocidad, convierten
esta tecnología en un modelo de gestión sostenible del territorio y en un
paisaje cultural. Es por lo tanto de gran interés el estudio de sus límites y al-
cances específicos para poder realizar la abstracción necesaria del modelo
y convertirlo en reproducible como estrategias sostenibles de intervención
en la ciudad. Su comprensión y alcances además, permiten formular es-
trategias de gestión ambiental para la intervención y su posible valoración,
dada la fragilidad del sistema.
47
Entendemos el paisaje como un sistema complejo de interaccio-
nes que se ejercen sobre el territorio, que involucran factores bióticos,
abióticos y las intervenciones del ser humano que actúa so bre éste (Imagen
1). El Convenio Europeo del Paisaje (Cortina, Queralt & Espanya, 2007),
lo define como “cualquier parte del territorio, percibida por la población
cuyo carácter resulta de la acción de los factores naturales y humanos y sus
interrelaciones”, reconociendo en ello un compromiso de acción púbica
con todos los paisajes aceptándolos como elementos del bienestar indivi-
dual y social, tanto en los paisajes sobresalientes y los cotidianos, los natu-
rales y los culturales. (Mata-Olmo & Fernández, 2010). El rol del hombre
en la modificación de un territorio para prevalecer la habitabilidad de un
lugar, permite reconocer diversos sistemas de gestión de recursos –como
es el caso del agua-, que han sido desarrollados por sociedades que com-
prenden el espacio que habitan y son capaces de mantener en el tiempo la
efectividad de un sistema territorial. Mediante constantes adaptaciones a
los cambios que se producen en el tiempo, dan la respuesta que optimiza
de la mejor forma posible, el uso del territorio desde las limitaciones espa-
ciales y de recursos, produciéndose una concordancia con la definición de
desarrollo sostenible del Informe Brundtland (Brundtland, 1987), ya que
garantiza el abastecimiento de los recursos, sin comprometer la disponibi-
lidad de éstos en el futuro. Hablamos entonces de modelos de aprendizaje
sobre gestión sostenible para el habitar. En ese sentido es necesario inter-
pretar el paisaje como el resultado de las distintas adaptaciones realizadas
por el habitante para mejorar las condiciones predefinidas en la matriz
biofísica del lugar, utilizando los recursos locales que se disponen para
producir una progresiva amplificación de interacciones positivas que per-
duran y crecen en el tiempo, asumiendo éstas como parte de la cultura. Se
determina un modelo de actuación cuya comprensión es determinante para
encontrar su aplicabilidad en las estrategias de intervención o conservación
actuales.
48
La valoración del paisaje andino dentro de una dinámica cultu-
ral relacionada estrechamente con el óptimo uso de los recursos hídricos
disponibles, nos lleva a especificar aún más la definición de paisaje como
el resultado de una gestión del agua, como elemento estructurador de una
morfología en el territorio. El paisaje y el agua generan vínculos indisolu-
bles, no sólo desde el punto de vista morfológico, sino que también desde
un aspecto funcional y simbólico, (Mata-Olmo & Fernández, 2010) al com-
prender el agua como un recurso preciado y esencial en la configuración
de los sistemas territoriales a través del riego, que se mantienen vigentes
debido a su integración dentro de las dinámicas sociales de sus habitantes
que persisten en el tiempo.
49
habitabilidad. Un claro ejemplo de ello se encuentra en el interés por la
evolución de los paisajes agrarios, que trasponen tantas intervenciones
humanas adaptadas a las condicionantes particulares del lugar, y a las ne-
cesidades específicas de una población, que terminan definiendo ciertos
códigos sociales de acción, finalmente formando una identidad cultural,
que permite la perduración en el tiempo de una productividad que deter-
mina una forma de habitar.
50
técnicas que actúan sobre las dinámicas naturales presentes en la matriz
biofísica conformada por el agua, el suelo, el sustrato, el clima, la geogra-
fía, la flora y la fauna. (Chandia-Jaure & Cuchí, 2011). En el momento en
que el hombre se convierte en habitante, genera un conjunto de interaccio-
nes que modifican de alguna manera el conjunto de dinámicas naturales de
la biósfera. En esta transformación se produce la habitabilidad, que varía
de escalas, desde el cobijo individual hasta la protección y adaptación co-
lectiva del territorio (Imagen 4) .
51
2.- Cultura de riego alto-andino.
52
En el territorio que abarcó la cultura Tiwanaku, en el área andina,
convivieron diversos grupos humanos diferenciados en etnias -comunida-
des humanas donde sus miembros se identifican entre sí como parte de un
mismo grupo, normalmente ligados a un vínculo de ascendencia común,
que comparten elementos; lengua, costumbres, tareas, visión del mundo,
además de recursos y estrategias técnicas para la subsistencia –, entre las
cuales es relevante mencionar a los Lupacas, Carangas, Collas y Chichas
(Imagen 8). Sus reglas sociales se regían por la forma de ocupación que
se impone en todo el territorio, fundamentadas en conceptos como reci-
procidad y solidaridad para el control del máximo de pisos ecológicos,
garantizando la disponibilidad de recursos para el habitar en un territorio
extenso, diverso y con una multiplicidad de limitaciones productivas, que
requiere del constante trabajo humano en las potenciales zonas donde se
puede favorecer la habitabilidad, localizadas en muchos casos a grandes
distancias entre ellas.
53
irrigar oasis fértiles, hundimientos artificiales del suelo, entre otras (Cas-
tro, 2008), consiguiendo con esto todo un dominio del territorio. El agua
adquiere valor simbólico actuando como estructurador del espacio y el
tiempo (Castro, 1992). Las celebraciones tradicionales del mundo andino
constantemente hacen referencia a espíritus que dan simbolismo y repre-
sentan el gran respeto por los recursos naturales que les provee la tierra,
De estos espíritus, Tata Putrajni, o espíritu del Agua, es el que reside en las
vertientes, aguadas, nacimientos de ríos, ojos de agua, canales de regadío
prehispánico (Grebe e Hidalgo, 1988).
Canales de Trasvase.
54
agua desde el río Chicama hasta la cuenca del río Moche, cerca de la capital
imperial de Chan Chan. Debido las dificultades geográficas presentes, el ca-
nal tenía un largo total de 84 kilómetros de longitud, pese a que la distancia
en línea recta sólo alcanzaba los 42 km. Actualmente continúa en uso 17
kilómetros del canal (Ortloff, 1985). La extensión del canal, sólo se explica
por el reconocimiento del territorio para poder mantener una pendiente
constante para trasladar el agua en forma efectiva entre una cuenca hidro-
gráfica y otra (Imagen 9).
Canales de Conducción.
55
empedrados cada vez son más escasos, ya que los planes de ayuda guber-
namental, han reemplazado los revestimientos de los canales, por sistemas
de hormigón prefabricados, que requieren la mínima mantención, lo que
trae como consecuencia el mayor desapego por parte de la comunidad
habitante, a la mantención y eficiencia en el uso del agua (Imágenes 12,
13, 14 y 15).
Canales de Distribución.
Conclusiones.
56
Referencias.
- Barceló, M., Kirchner, H., & Navarro, C., 1996. El
Agua que no duerme: funda-
mentos de la arqueología hidráulica andalusí. Maracena: Sierra Nevada 95.
- Brundtland, G., 1987. In World Commission on Environment and Develo-
pment. (Ed.), Our common future. Oxford.: Oxford University.
- Castro, M., 1992. Cultura Hídrica, un caso en Chile. Caracas, Venezuela:
Unesco. Descargado de http://unesdoc.unesco.org/images/0015/001550/155026so.pdf.
- Castro, M., 2008. La tecnología del riego en la cultura de los pueblos andi-
nos. Paper presentado en http://ceer.isa.utl.pt/cyted/2007/bolivia2007/Tema2/2.4_MCas-
tro_LaPaz_Set07.pdf., 2010(6/6/2010).
- Cortina, A., Queralt, A., & Espanya., 2007. Convenio Europeo del Paisaje :textos
y comentarios. Madrid: Ministerio de Medio Ambiente.
- Grebe, M., & Hidalgo, B., 1988. Simbolismo Atacameño: Un aporte etnológico
a la comprensión de significados culturales. Revista Chilena de Antropología, 7.
- Mata-Olmo, R., & Fernández Muñoz, S., 2010. Paisajes y patrimonios culturales
del agua. La salvaguarda del valor patrimonial de los regadíos tradi-
cionales. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea],
XIV(337) Descargada de: http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-337.html.
57
La rehabilitación arquitectónica y su posible rol en la
preservación del patrimonio anónimo.
1. Introducción
58
Por otra parte, se presentan las características de las actuaciones
de rehabilitación factibles, según el modelo de habitabilidad de la arquitec-
tura residencial existente en nuestra realidad local, con referencia a algu-
nos proyectos realizados principalmente en Valparaíso.
59
no se destaca por sí solo en el conjunto. Puede corresponder a una tipología
arquitectónica menos elaborada, compleja o distinta de los inmuebles mas
destacados y representativos del área pero constituye un elemento que apoya
o refuerza al conjunto, permite una notable articulación con el entorno y
contribuye a conformar un determinado ambiente urbano” (Torres, 2006).
60
Sin embargo, nuestra cultura occidental desde algunas pocas dé-
cadas se ha comenzado a ocupar en preservar esta “arquitectura anónima”
-que comprende obras de menor valor artístico que aquellas considera-
das monumento- logrando su permanencia, no sólo por ser parte de un
determinado paisaje patrimonial y conformadora de los tejidos urbanos
en zonas históricas, sino que también, por el significativo valor social que
los diversos modos de habitabilidad le han otorgado o bien, las funciones
que en ella se han desempeñado y que representan parte del desarrollo
histórico-cultural de las diferentes localidades.
61
de obras arquitectónicas aisladas, sino de muchos factores asociados que
muchas veces escapan al ámbito y disciplina de la arquitectura.
62
4. Características de las actuaciones de rehabilitación.
63
jetivos según las posibilidades del inmueble que se recuperará. En general
estas obras se fundamentan en:
64
Según estudios realizados 6 en el año 2010 a los proyectos de in-
tervención en edificaciones de la Zona Típica en Valparaíso, el 90% de las
habilitaciones integran usos comerciales en los edificios, generalmente en
su planta baja. Desde el año 2007 se incrementa esta modalidad propia
del plan hacia las viviendas de los cerros. Existen 2 casos de habilitaciones
totales para acoger los usos de hospedaje familiar en antiguas viviendas.
65
• En un proceso paralelo, se desarrollan los “caserones o palace
tes” que tienen un origen de desarrollo principalmente en parce
larios urbanos y en ciertas localidades rurales un origen
casi fundacional, como por ejemplo en la zona central de nuestro
país. En este tipo de viviendas cada espacio está designado para
cumplir una función específica y en general se genera una estra
tificación de zonas según su vínculo social con el entorno, ya sea
vertical por plantas (plantas bajas de recepción social y plantas
altas de servicio doméstico o de guarda), u horizontal por patios
(el primero de recepción y el último del servicio). En este tipo de
viviendas habita normalmente una familia nuclear y personal de
servicio (Imagen 5 y 6).
66
En este sentido, las viviendas que habitualmente encontramos en
nuestros centros históricos, con o sin declaratoria de “Zonas de Conserva-
ción” o “Zonas Típicas”, construidas en su mayoría entre finales de s. XIX
y principios de s.XX, corresponden a viviendas que se pueden clasificar
dentro de alguna de estas tipologías. En los grandes centros urbanos prin-
cipalmente encontraremos vivienda de tipo burguesa, de renta y algunos
caserones.
6. Inversión en rehabilitación.
67
En relación al apoyo de las instituciones públicas, hoy vemos que
existen subvenciones por parte del Estado para quien compra una vivienda
rehabilitada. En el caso de quien es propietario, sus posibilidades actual-
mente son postular a un fondo de reconstrucción 7 con co-financiamiento
(pocos privados postulan con sus viviendas ya que se debe contar con la
mitad del financiamiento del proyecto), o encontrarse (en el caso de Valpa-
raíso) con su vivienda situada en alguna calle de valor urbano para formar
parte de los programas de recuperación de fachadas financiadas por el
municipio, sin embargo, la inversión en los interiores de las viviendas en
general es nula. Consecuencia de ello es que finalmente los propietarios
terminan vendiendo su patrimonio y trasladándose a otras zonas de la ciu-
dad.
7. Conclusiones.
Referencias.
- Abella, M., 1996. “Ciutat
Vella, Rehabilitación Integral en el Centro Histórico
de Barcelona (España)”. Disponible en http://habitat.aq.upm.es/dubai/96/bp259.html.
68
- Busquet, J., y otros, 2003. “La Ciutat Vella de Barcelona: un passat amb futur”.
Ajuntament de Barcelona y UPC.España.
- Rybczynski, W., 1992. “La casa. Historia de una idea”, Madrid. Ed. Nerea, S.A.
Tercera edición. Primera edición, 1989. España.
69
Patrimonio Inmaterial y Turismo Cultural Sustentable.
Sección Patrimonio Cultural, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Cristina Gálvez G.
Licenciada en Historia, Potificia Universidad Catóica de Chile
Sección Patrimonio, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Región de La Araucanía
cristina.galvez@cultura.gob.cl
Augusto González J.
Licenciado en Sociología, Pontificia Universidad Católica de Chile
Sección Patrimonio, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Región de La Araucanía
augusto.gonzalez@cultura.gob.cl
Resumen.
70
Introducción.
71
Desde el turismo.
Por otro lado, los viajeros son más más selectivos e informados y
prefieren destinos socialmente responsables, con la comunidad, el ambien-
te y el territorio. Tanto así, que es un factor a tomar en cuenta la elección de
destinos sustentables, según Travel Trend Report (2012) ABTA (the travel
Association) 6 el 33% de los turistas (mujeres preferentemente) pagarían
más si saben que su viaje tendrá un menor impacto ambiental. Otro dato de
ABTA, es que los destinos de playa son los más buscados, pero cada vez se
persigue la autenticidad y lo identitario de cada lugar. El patrimonio cultu-
ral y natural, el paisaje, las culturas vivas y la diversidad, son los atractivos
del turismo.
72
El nicho de viajeros frecuentes ha madurado y la oferta ha girado
hacia la especialización. Los tipos de turismo más selectivos son llamados
de “intereses especiales”, en el caso cultural, se trata de ofrecer en el valor
agregado lo simbólico, es decir, los mismos servicios pero añadir otros
propios del carácter de su gente y el lugar (Soto, 2010) 7. Los productos
turísticos con apoyo de la comunidad local y la experiencia del turista en el
intercambio cultural, marca la diferencia del turismo de masas.
Desde la teoría
73
“La riqueza de la memoria única y excepcional, la comercializa-
ción de un relato, el patrimonio cultural inmaterial, que a veces se preserva
como “incubadora histórica” y se utiliza en el turismo (...) es ponerla en
situación de riesgo, porque su fragilidad radica en que se sostiene justa-
mente, en las personas que la portan. Por esto mismo, es un tipo de desafío
de investigación y desarrollo que requiere de una mirada más ética que po-
lítica y académica, antes de comercial” (Soto, 2010). El entorno cultural y
ecológico de las comunidades y ciudades, mal gestionadas, puede degradar
la convivencia y también el disfrute del visitante.
Desde el patrimonio.
74
2003, ratificada por Chile el 2009, nos ofrece la siguiente definición: “Se
entiende por “patrimonio cultural inmaterial”, los usos, representaciones,
expresiones, conocimientos y técnicas- junto con los instrumentos, objetos,
artefactos y espacios culturales que le son inherentes- que las comunida-
des, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte
integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial,
que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente
por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con
la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y
continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cul-
tural y la creatividad humana” 9. A su vez, distingue los siguientes ámbitos:
75
De este modo, se establecen tanto las definiciones para poder
entender este concepto, como las medidas de salvaguardia que debiesen
aplicar los estados parte de esta convención. Como se pude apreciar, estas
medidas se encuentran vinculadas con el ejercicio de la actividad de turis-
mo cultural realizado de buena manera o, dicho de otro modo, las buenas
prácticas en esta materia pasan, entre otras cosas, por dar cuenta de estas
directrices emanadas de la convención de la UNESCO.
Política Cultural.
76
la diversidad de expresiones, como condición esencial para el desarrollo
sustentable en beneficio de las generaciones actuales y futuras.
Hipótesis
77
• Que los agentes involucrados tengan conciencia y trabajen en
pos de medidas de resguardo, salvaguardia y protección del patri
monio cultural.
Las acciones
78
rismo cultural, elaboración de guía metodológica de productos y proyectos
de turismo cultural sustentable, elaboración de guía de buenas prácticas de
gestión turística hacia pueblos originarios, catastros de los atractivos cultu-
rales por región, capacitaciones, seminarios y talleres, de nivel nacional y
regional y fondart en turismo cultural.
Mesas regionales/alianzas.
79
ticipativas. Instalar la temática de diseño de productos turísticos asociados
al patrimonio. En la Región del Biobío, en base al convenio con la Funda-
ción Sendero de Chile. Se desarrolló la iniciativa “Lota Patrimonial, turismo
cultural sustentable” impulsada por la Fundación, apoyada por fondart y
recursos de la dirección regional. Seb usca que la población reconozca y
proteja el territorio, a través de un recorrido con historias de la gente del
lugar y el paso por 10 edificios declarados Monumento Nacional.
Conclusiones.
80
Referencias.
1_ Organización Mundial del Turismo, 2001.pub.unwto.org/WebRoot/Store/Shops/Infos-
hop/.../1128/9284402697.pdf
3_ Organización Mundial del Turismo, “Turismo: Panorama 2020, Volumen 7”, Año 2002.
7_ Soto Labbe, Paulina, “Relevamientos Culturales para el Turismo: Las “arrugas de los
lugares y sus relevamientos comerciales, en: CULTURA Y TURISMO, Factores del Desarrollo
Económico y Social. Secretaria de Cultura, Presidencia de la Nación, Argentina.2009.
Disponible en: http://issuu.com/secretariadecultura/docs/cultura_y_turismo
10_ Ibíd.
81
Las dinámicas territoriales naturales como articuladores del
espacio e imagen urbana, Coyhaique y Cochrane, XI región de Aysén.
Magdalena Sierra
Arquitecta, Universidad Finis Terrae
Directora de Escuela de Arquitectura Universidad Finis Terrae Santiago,Chile
msierra@uft.cl
Resumen.
82
Las dinámicas territoriales naturales como articuladores del espacio a ima-
gen urbana.
83
como una zona cuyo gran capital son los recursos paisajísticos con que
cuenta, donde casi el 50% de la superficie regional ha sido declarada como
“áreas silvestres protegidas” y “zonas prioritarias de interés paisajístico”
por el Plan de Ordenamiento Territorial. Estas líneas de ordenamiento se
suman a las estrategias y planes de desarrollo regional que establecen un
diagnóstico cifrado en una oferta de recursos territoriales y medioambien-
tales relevantes a nivel mundial, como parte del jardín global que es la
Patagonia (Sprechmann, Capandeguy , 2005).
84
Estructura del territorio.
85
Si vemos el territorio como un lugar dinámico, un lugar que es-
tablece flujos y genera redes, y además develamos sus diferentes capas, la
red natural ambiental y las redes artificiales humanas, tenemos un nuevo
escenario, que es cómo desde estos paisajes se puede generar una red
territorial y urbana nueva. Si nos acercamos a este territorio desde una mi-
rada de urbanistas, ésta se cargará con el prejuicio de la ciudad y las redes
de infraestructura dependientes de la misma. En este contexto, el ámbito
natural aparece como un negativo de lo urbano. Respecto a esto, la región
de Aysén aparece en el polo opuesto, como un ámbito periférico al margen
de todo desarrollo urbano. Sólo existe una ciudad intermedia 3 , la capi-
tal, Coyhaique, que tiene 45 mil habitantes; el resto son poblados de muy
baja densidad. Éstos constituyen un ámbito social reciente y de grandes
oportunidades para un laboratorio urbano que proponga un planeamiento
sostenible y un habitar privilegiado. En este sentido, debemos entender a
Aysén como una anomalía, un territorio de excepción, donde la ruralidad
y la naturaleza se extienden como los protagonistas del paisaje y donde los
escasos y pequeños centros poblados adquieren condiciones excepcionales
de importancia y de urbanidad.
86
fue realizado con capacidad mucho mayor del requerimiento de población
que tenían y tienen. Esto se refleja en manzanas muy poco pobladas, en
la existencia de espacios intersticiales en sus centros y en la existencia de
manzanas periféricas casi vacías, de un régimen de ocupación y uso prác-
ticamente rural ( Araneda, 2008). El grueso de los cuadrantes de ciudades
como Cochrane, Villa O`Higgins, Futaleufu y Chaitén tienen una proporción
del 24.5% de suelo construido en relación al total, esto en sus cuadrantes
céntricos, llegando a los extremos de un 10%, 5%, e incluso un 3% de
superficie de suelo ocupada por construcción, en áreas catalogadas como
“suelo urbano”. En las manzanas de ciudades que tienen mayor densidad,
como el caso de la ciudad de Coyhaique (40% y 50% de ocupación en el
centro), la edificación se genera en la fachada hacia la calle, teniendo los
interiores una ocupación muy menor. El tamaño y capacidad que tiene la
trama de albergar población, fue absolutamente sobredimensionada.4
87
En términos de densidad, basta con indicar que podríamos do-
blar, una, dos, tres y hasta 10 veces en algunos casos, la población, pues
la ciudad tiene morfológicamente la capacidad de recibirla y no crecer ni
expandirse en ninguna nueva área de desarrollo de viviendas. Si superpone-
mos las proyecciones de población con la cabida mediana de la misma po-
blación dentro de la actual trama de las ciudades, podemos establecer que
desde hoy y para los próximos 20 años, se podría congelar el suelo urbano
de estos asentamientos y podría seguir creciendo en número de habitantes.
88
Ahora se intentará demostrar con intervenciones experimentales
algunas de las aplicaciones de estos conceptos para un nuevo ámbito urba-
no en la región. Intentaremos mostrar con ejemplos, cómo el resultado de
la trama impuesta puede ser la oportunidad de generar nuevos conceptos
de habitabilidad recogiendo este anhelo regional, que tiene en el medio
natural, su futuro desarrollo.
89
ma urbana aparece en el territorio como una mancha en el centro de todo
el sistema ambiental. Este sistema de parques, aunque administrativamente
son cerrados e individuales, operan ecológicamente de manera total en
el territorio, conectados en términos de especies y dependientes unos de
otros en el potencial total de la unidad territorial del área protegida.
90
Su emplazamiento está determinado absolutamente por la presen-
cia de los campos de hielo y la red hidrográfica más grande del país. Esta
riqueza ha generado que se constituyan importantes áreas de reserva en sus
alrededores, muchos integrantes del sistema de áreas protegidas naciona-
les como otros de promoción privada.
91
urbano, establecen un diálogo capaz de resolver una estructura de habita-
bilidad nueva que las acoge, estableciendo a partir de ellas todo el ordena-
miento de los componentes urbanos propios de la ciudad. Parques a partir
corredores ecológicos, ciclo vías que viven los procesos naturales lineales,
espacios públicos que participan y son parte de la red territorial ambiental
de la región, donde fauna y botánica se hacen parte del dominio público
re-formulando la ciudad en una nueva relación lleno-vacío, que se apropia
del total del sistema urbano y no deja espacios residuales, indecisos e im-
precisos de función.
Referencias.
-Araneda, S., 2008. Palena y Aysén, Oportunidad de planeamiento. Revista CA,
Arquitectura y ciudad, número 136, Chile.
- Burel & Baudry, J., 2002. Ecología del paisaje, conceptos, métodos y aplicación.
Ediciones Munid, Madrid.
- Morin, E., 1980. La ecología general, en “El método, Tomo 2. Ediciones du Seuil,
París.
92
- Nuñez, A., 1999. Políticas públicas y ocupación en zonas fronterizas de la
Patagonia chileno-argentina 1900-1930. Coordinador Programa Invertir en
Patagonia Ministerio de Bienes Nacionales. Scripta Nova Revista Electrónica de Geografía y
Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona.
- Sprechmann T., Capandeguy, D., 2005. Patagonia Jardin Global, ámbitos de alta
naturalidad.
1 _Chile tiene una población total de aproximadamente 17.000.000 de hab., de los cuales 7.000.000
viven en la Región Metropolitana. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2007
2_ Plan de ordenamiento territorial (PROT) 2006
3_ La ciudad media-intermedia no puede definirse sólo por el tamaño de la población. Tan o más
importante es el papel y la función que la ciudad juega en su territorio más o menos inmediato, la
influencia y relación que ejerce y mantiene en éste y los flujos y relaciones que genera hacia el exterior.
Las ciudades medias articulan el territorio y funcionan como centros de referencia para un territorio
más o menos inmediato. Y es precisamente ese papel y esa relación, que los centros mantienen con su
territorio, lo que ayuda a definir con más claridad el mismo concepto:
4_ Datos obtenidos por el autor, en el estudio de las superficies de algunos cuadrantes “tipo” existentes.
5_ En este sentido Coyhaique comparte las características de su entorno con la totalidad de los em-
plazamientos en Aysén, el siguiente planteamiento en términos generales podría entenderse en todo el
resto de ciudades analizadas.
93
La Ciudad Posthistórica: nuevos medios y tecnologías
de (la) representación colectiva
Resumen.
El estudio del imaginario urbano develaría la necesidad, trazada
desde la base de toda política cultural que se considere coincidente con los
deseos y necesidades de grupos localizados, de un aparato crítico dedicado
al fomento de re-presentaciones colectivas de los habitantes en la ciudad.
Podemos comprender “la historia” cuando los referentes identitarios se
manifiestan como expresión viva en los relatos actualizados. Sin embargo
al indagar dichos referentes nos encontramos, particularmente en su pro
94
ducción, con una intensión representacional no participativa del común de
los ciudadanos. La reconstrucción del campo visual de la ciudad de Valdivia
surge como una tarea inconclusa, necesaria para articular políticas cultu-
rales representativas de una ciudadanía. En este tipo de investigaciones, la
memoria debe ser examinada a partir de la dimensión individual y colectiva
y de los vínculos entre imaginación y memoria, recuerdo e imagen. Situa-
ción que se verá problematizada constantemente respecto al escenario que
plantea el protagonismo que los nuevos medios tecnológicos de la informa-
ción y las comunicaciones gozan en la vida cotidiana actual. Estos nuevos
medios tensionan la noción tradicional de archivo, desplazándola de su
comprensión como un espacio de almacenamiento pasivo del conocimien-
to, para plantearse más bien como un lugar de producción activa de éste.
territoriales se proponen como base de un futuro desarrollo?
Introducción.
95
El transeúnte se transforma en un emisor de esta subjetividad y transige, en su mo-
vimiento, el valor conceptual (de acuerdo al ideal arquitectónico de planificación)
que ofrece la ciudad; el espacio público. Liminalmente esta experiencia supone
el diálogo entre lo público y lo privado y fuerza al cuerpo urbano a la gestación
de espacios intersubjetivos; el caso ejemplar: la plaza pública. Sin embargo, pro-
ducto de las transformaciones de la tecnología, el mundo material se ha vuelto un
insomne motor de fuerzas productivas, y el espacio público urbano, un sin sentido
de encuentros donde la relación comunicativa se expresa direccionalmente en lo
público pero hacia lo privado: se es públicamente privado. O por lo menos así se
vive la ilusión de lo público en la fantasía de lo privado donde la codificación técni
ca media la posibilidad informativa de los materiales históricos y coarta la voluntad
de interpretación de estos.
96
Imaginario Urbano y Nuevos Medios: tecnologías de (la) representación colectiva.
Kevin Lynch, urbanista estadounidense, en los años 50’ y 60’ realiza es-
tudios pioneros relacionados a la psicogeografía y a la cartografía cognitiva (que
también será explorada por los situacioncitas franceses) a fin de investigar la per-
cepción y el desplazamiento por las ciudades. Lynch realizo estudios en Boston,
Jersey City y Los Ángeles en los cuales aplica un método basado en el concepto de
imaginabilidad, “esa cualidad de un objeto físico que le da una gran probabilidad
de suscitar una imagen vigorosa en cualquier observador de que se trate.” (Lynch,
1998:19), identificando los principales elementos que las personas utilizan para
estructurar su <<imagen de la ciudad>> y moverse en ella. A partir de una actua-
lización de los estudios sobre los imaginarios configurados en torno a las ciudades,
presentaremos un esquema propuesto por Armando Silva, en su libro Imaginarios
urbanos (2006), donde propone tres instancias interrelacionadas para ser reco-
nocidas en el estudio del tema:
97
imagen, que la sustituye; el rol del cine en la construcción de la imagen urbana; y
la importancia actual de nuevas tecnologías como Internet y los medios locativos en
la configuración del imaginario urbano. En este contexto, la ciudad deja de enten-
derse como casco físico de lo urbano para plantearse como construcción cultural,
que debe ser entendida como la suma interactiva de los imaginarios dentro de las
colectividades sociales.
98
proceso similar, dada la adquisición de los primeros aparatos tecnológicos que
permiten retratar el “progreso” de la ciudad. Así, la cámara fotográfica se transfor-
ma en el espectador mecánico que narrará posteriormente la historia.
99
época la rivera Oeste se manifestaba en todo su apogeo con fabricas de diferen-
tes productos (cervecería y curtiembre principalmente), mientras la población a
la cual hacemos mención se ubicaba a espaldas de este sector de producción.
100
del espacio público>> y la <<publicitación de los espacios privados>>, estaría
aboliendo la dialéctica público-privado, instalando una red comunicativa don-
de el ciudadano del futuro se proyecta como un punto inmóvil (Flusser, 2012).
Para abordar el problema del espacio cívico, o más bien, del espacio
público en general, Flusser analiza las relaciones que se tejen entre las nuevas tec-
nologías y la noción de república. El filósofo comienza por explicar cómo privatizar
y publicar son conceptos acoplados que articulaban la oscilación entre la vida pú-
blica y la privada, <<entre la ciudad y la casa>>. Los diarios, las radios, los teléfo-
nos, el correo, entre otros, se presentan como medios precursores a la revolución
informática. Ésta plantea una radical reconstrucción del espacio público en tanto
habilitan la posibilidad de que las <<informaciones se distribuyan, por ramifica-
dos canales, a los receptores individuales>> desde los centros emisores (Flusser,
2012). La república se sustenta sobre un modelo donde la estructura comunica-
cional <<establece espacios privados, en los que la información es producida, y
espacios público en donde esta información es recibida>> (Flusser, 2002). Pero
en la sociedad de la información la situación se invierte. Actualmente las personas
deben <<quedarse en casa>> para alcanzar las informaciones que ahora afluyen
<<directamente del espacio privado hacia los espacios privados>>, fomentando
un habitante, o ciudadano, inmóvil. Esta es la lógica de la ciudad conectada (wired
city), de la sociedad de la información, y en ella las imágenes técnicas cumplen un
rol fundamental, en cuanto a la destrucción de los espacios públicos a través de
la disolución de las <<estructuras tradicionales de la comunicación>> (Flusser,
2012).
101
que no refiere solo a un sentido técnico, sino que sobre todo sería un
concepto de descubrimiento teórico y existencial. Así pone el ejemplo del tele-
scopio como instrumento teológico y no solo una herramienta de investigación
científica, al permitir no solo ver la luna sino reconceptualizar la visión total que
se tenía sobre la tierra. Este razonamiento, ilustrador del pensamiento del autor,
se extiende a los otros términos que comienzan con tele como el tele-grafo, el
tele-fono o la tele-patía (Flusser, 1991). Como ya habría reconocido Benjamin,
siguiendo la advertencia de Valery, en la ciudad moderna la tendencia es la de un
movimiento donde el sujeto ya no se dirige al espacio público en búsqueda de las
cosas sino que estas se precipitan, desde todas partes, hacia su lugar privado: el
agua, la electricidad, los textos, las imágenes (Benjamin, 1973).
102
Referencias.
- Benjamin, W., 2004. El autor como productor. Editorial Itaca: Ciudad de México
- Belting, H., 2007. Antropología de la imagen. Madrid: Editorial Katz: Buenos Aires.
- Flusser, V., 2012. “Como explicar el arte” en Flusserstudies N013. (En Internet: www.flus-
serstudies.net, recuperado el 1 de Octubre de 2012)
- Kracauer, S., 2010. Historia/Las últimas cosas antes de las últimas. Editorial Las
cuarenta: Buenos Aires.
103
DESARROLLO Y CARACTERIZACIÓN DE MODELOS
INCLUSIVOS EN LA GESTIÓN PATRIMONIAL
2.- DESARROLLO Y CARACTERIZACIÓN DE MODELOS INCLUSIVOS DE
GESTIÓN PATRIMONIAL
Simón Urbina.
Arqueólogo, Universidad de Chile, Chile.
Académico Instituto de Historia y Ciencias Sociales, U. Austral de Chile, Chile.
simon.urbina@uach.cl
Leonor Adán.
Arqueóloga, Universidad de Chile, Chile.
Directora, Dirección Museológica, U.Austral de Chile, Chile.
ladan@uach.cl
Rodrigo Mera.
Licenciado en Antropología mención Arqueología, U. de Chile, Chile.
Consultor independiente.
meragol@gmail.com
Resumen
109
Introducción.
Cartografía Arqueológica.
110
Área fundacional
111
Otro indicador de status y cronológico (siglo XVII) corresponde a la vajilla hispana
decorada - mayólicas tipo Panamá, variedades Liso, Azul sobre Blanco y Polícromo
A (Rovira, 2001)-, distribuida en varios sitios del área fundacional. Estas
piezas, relativas a la época en que se inicia la repoblación o refundación
de Valdivia, desde 1645-1647 en adelante, han sido identificadas en los
sitios ya mencionados del centro, así como en un radio más amplio el
cual incluye Isla Teja (Casa Prochelle 1 y Huerta-Campus Cultura) y el
sector oriente de la ciudad (Plaza Acharán Arce), éste último sitio parte
del barrio indígena conocido como la Carmenca 5. En todos ellos también
prevalecen fragmentos de cerámica indígena monocromos (Plaza Avenida
Alemania, Carlos Anwandter-1 y Casino Valdivia [sector calle Carampangue
y O’Higgins]); algunos con decoración modelada (corrugados) e incisa
(zig-zag u hojas).
112
(siglo XIX). La cronología relativa de este conjunto de sitios, evidencian
urbano, documentan la organización social y territorial de las parcialidades
y agrupaciones indígenas del período Alfarero Tardío y Colonial (Urbina y
Adán, 2012).
113
espacio -en contraste con un manejo “del” espacio-, hicieron uso de
diferentes criterios y elecciones culturales que distan mucho de aquellos
elementos que han llevado a la construcción del ordenamiento territorial
(OT) como un ejercicio (con sus fases de diagnóstico, planificación y
gestión), que en su ejecución considera disciplinas con una relación
directa o indirecta al territorio.
114
urbano territorial, en este caso refiriéndonos a la arqueología de Valdivia,
presenta inevitables consecuencias en todo el territorio y en el modo de su
consideración.
115
de planificación territorial (IPT), asumiendo de forma real y preventiva,
las diferentes figuras legales de protección (p.e. zonas típicas y recursos
patrimoniales como monumentos nacionales), dejando de lado el
desconocimiento o la falta de procedimientos existentes hoy en día, en
cuanto al tratamiento del patrimonio cultural en ciudades como Valdivia.
Comentarios finales.
116
su entorno. Una “mirada integral” de los datos y aportes disciplinarios,
en formato cartográfico, permiten de este modo construir una “imagen
histórica situada” del patrimonio de la ciudad utilizando herramientas
de ordenamiento territorial y planeamiento urbano, las cuales integran la
experiencia de habitar este lugar (Valdivia) desde tiempos prehispánicos.
Referencias.
- Adán, L., Mera, R., Bahamondes, F., Donoso, S., 2007a. Historia cultural de la cuen-
ca del río Valdivia: proposiciones a partir del estudio de sitios alfareros prehis-
pánicos e históricos. Revista Austral de Ciencias Sociales nº 12: 5-30, Valdivia.
- Adán, L., Mera, R., Munita, D., Urbina, S., 2010. Los primeros habitantes. Síntesis de
la historia prehispánica de la actual Región de Los Ríos. En Síntesis Histórica de
la Región de Los Ríos. Diagnóstico del Patrimonio Cultural de la Región de Los Ríos, Capítulo
1, pp. 3-27, Valdivia.
-Adán, L., Urbina, S., 2010. Una aproximación a la historia indígena de los ma-
puche huilliche de la jurisdicción de Valdivia. En Síntesis Histórica de la Región
de Los Ríos. Diagnóstico del Patrimonio Cultural de la Región de Los Ríos, Capítulo 2, pp.
28-53, Valdivia.
- Guarda, G., 1994. Una ciudad chilena del siglo XVI: Valdivia: 1552-1604, ur-
banística, red pública, economía, sociedad. Universidad Católica de Chile, Santiago.
- Guarda, G., 1999. Historia de la Iglesia en Valdivia. Museo de la Catedral, Valdivia.
- Guarda, G., 2001. Nueva Historia de Valdivia. Ediciones Universidad Católica, San-
tiago.
117
- Guarda, G., 2008. Cuatro Siglos de evolución Urbana. Valdivia 1552-1910.
Instituto de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Astral de Chile, Valdivia.
1_ Este trabajo es resultado del proyecto DID S-2012-41 Universidad Austral de Chile, La Plaza de Valdivia: Los
Castillos del Estuario y el Río Cruces. Primer estudio comparado de sus colecciones arqueológicas coloniales, s.
XVII y XVIII y del proyecto FNDR (2008): Valdivia.
118
2_Previo a la instalación hispana, algunos testimonios de la época señalan la presencia de un vecindario (de
ruka) descritas como “muy buenas” y “razonables casas” (Vivar, 1979[1558]: 191; Mariño, 1865[1580]: 138)
descritas sobre una loma alta “adornada de arboledas sembrada a mano”, el cual daba el perfil y organizaba
el principal sector habitacional indígena, ubicado en la actual calle Carlos Anwandter (Guarda, 1994: 30-31,
lámina 8: 32). Mariño de Lobera, también señala hacia el suroeste de estas ruka, un lugar “de junta” adyacente al
río, el que describe como una “larguísima carrera donde los indios jugaban a la chueca” (palihue), cuya longitud
alcanzaba los 400 pasos castellanos (± 560 metros) (Mariño, 1865[1580]: 138; Guarda, 1994: 23). Dicho palihue
corresponde a un espacio de congregación de alta relevancia política y comunitaria mapuche, de arquitectura
llana, extensa y despejada, lugar de condiciones inmejorables para trazar la plaza, edificios, manzanas y solares
de la nueva ciudad (Imagen 3). En los alrededores del palihue se disponían “grandes llanadas” con abundante
población y extensos campos agrícolas. Se agrega a este panorama previo a la fundación hispana, una ribera
fluvial activamente utilizada para la recalada y zarpe de canoas, las que circulaban cargadas de gentes y recursos;
la admiración surge en palabras del cronista al “… ver entrar tantas canoas por aquellos ríos hasta llegar a las
casas” (Mariño, 1865[1580]: 131).
3_Se tienen evidencias de piezas cerámicas de estilo Pitrén recuperados en Angachilla, también materiales
líticos propios de cazadores-recolectores del período Arcaico en Huachocopihue y una datación radiocarbónica
de 2.000 AC para un evento de incendio en el sitio Carlos Anwandter 1, el cual probablemente corresponde al
efecto de una acción humana.
4_Otras referencias son las osamentas y entierros de españoles excavados en 1907 bajo la actual Plaza de la
República que refieren con probabilidad al cementerio de la Iglesia Mayor (Guarda, 1999, nota 7: 12); luego,
un plano del año 1718 indica la existencia de muros originales del Convento de San Francisco, esquina calles
Yungay y Yerbas Buenas, sobre los cuales se estaba reedificando el nuevo convento, en el antiguo solar (Guarda,
1999, nota 8: 13); en tercer lugar, las ruinas y vestigios de muros de piedra laja del convento de La Merced,
conservados hasta inicios del siglo XX en la calle Carlos Anwandter nº 624, reutilizados para los cimientos de
una bodega de vinos (Guarda, 1999, nota 11: 15); y finalmente, los testigos del Convento de Santo Domingo a
la luz de “… excavaciones hechas a fines del siglo XIX y XX -1950, al construirse el hotel Pedro de Valdivia-
revelaron vestigios y osamentas, correspondientes a enterramientos; los relatos de la destrucción confirman su
relación respecto del río, junto al cabezal este del puente Pedro de Valdivia…” (Guarda, 1999: 16).
5_Parte del sector o barrio lo conforman los sitios Plaza Avenida Alemania, Carlos Anwandter-1, Carlos An-
wandter nº 624. En Valdivia, el barrio de La Carmenga o de la Merced -al igual que en Huamanga, Potosí y
Cusco-, recibió este nombre por residir allí el grueso de la población indígena (Mapuche Huilliche) en el siglo
XVI (Guarda, 1994: 24, 41, 101-102).
6_Fuente para la identificación: Colección tipología cerámica on-line. Museo de Historia Natural, Universidad
de La Florida: http://www.flmnh.ufl.edu/histarch/gallery_types/Spanish/. Consultado el 22-10-2012.
7_El caso del Cerco de Duce merece una investigación arqueológica en profundidad. Si bien sobre la base de la
cartografía histórica existente, el proyecto de Duce podría ser modelado sobre la actual planta urbana (Guarda
2008: 15-17), aún no se han efectuado estudios sistemáticos para su identificación en terreno.
8_Restos óseos correspondientes a sitios de cementerio se recuperaron en la década de 1990, en el lugar ocupado
por la Fábrica EMASIL.
9_Identificadas a partir de registro fotográfico de trabajos de Mauricio van de Maele. Archivo Dirección Muse-
ológica, Universidad Austral de Chile (visto el 30.07.2012).
10_En urbanismo, las modelaciones como herramienta de análisis -base de diagnósticos y de planificación-, re-
sponderán a variables funcionales, distribucionales, de transporte, sociológicas, ecológicas, entre otras, a partir
de la observación del presente (determinación sincrónica de los fenómenos en tiempo y espacio). Dado que el
historicismo no corresponde a un mecanismo de análisis viable en urbanismo, debido al sesgo que considera,
actualmente el componente histórico de las ciudades no se encuentra relacionado con ningún modelo urbano-
territorial paradigmático, sino que sólo forma parte del sustrato cultural, que si bien tiene relación con los pro-
cesos de formación de los espacios urbanos, no explica los procesos que allí ocurren, ni permite solucionar sus
problemas. Pero esta “desatención” obligada de la economía urbana hacia el patrimonio cultural, con expresión
en el territorio, conlleva grandes repercusiones que, sólo actualmente, se intenta abordar.
119
El programa puesta en valor del patrimonio de la Región de Los Rios.
Leyla Sade
Arquitecta, Universidad del Bío Bío, Chile.
Encargada Regional Patrimonial de la Dirección de Arquitectura,
Ministerio de Obras Públicas Región de Los Ríos.
leylasadec@gmail.com
Patricia Durán
Ingeniero Comercial
Encargada Regional Patrimonial de la Dirección de Arquitectura,
Ministerio de Obras Públicas Región de Los Ríos.
120
La Región de los Ríos, al igual que el resto del país, cuenta con
un escaso número de bienes patrimoniales reconocidos y protegidos legal-
mente. Existen sólo 25 Monumentos Nacionales 1, que claramente no reflejan
el rico patrimonio cultural regional caracterizado por la multiculturalidad
expresada principalmente por las raíces mapuches, españolas, holandesas y
alemanas, entre otras.
121
Al mismo propósito apuntan las iniciativas de inversión de la cart-
era regional del programa, dado que en ella se desarrollan los proyectos
estratégicos enmarcados en la EDR, tal como la ejecución del estudio Diag-
nóstico Patrimonio Cultural, Región de Los Ríos. Este estudio desarrolló un
enfoque sistémico e integrador que hoy permite contar con una línea base
para la futura política de patrimonio regional, dando orientaciones estraté-
gicas para la planificación del resguardo y puesta en valor del patrimonio
cultural en el mediano y largo plazo.
122
instrumento asegura la generación de ingresos para pagar los costos de op-
eración del inmueble, los gastos de mantención y conservación que se deban
realizar periódicamente al inmueble y su entorno asociado para que se man-
tenga en el tiempo, y además, ser capaz de generar el máximo de beneficios
culturales, sociales y económicos asegurando la sostenibilidad de la puesta
en valor.nar la forma en que se administrará.
123
para la planificación del resguardo y puesta en valor del patrimonio cultural
en el mediano y largo plazo para la región de los ríos”.
124
Diseño restauración Casona el LLoly Comuna de Paillaco.
125
El objetivo del proyecto de diseño es poner valor en su conjunto
la isla mancera, como museo de sitio, con la restauración del castillo San
Pedro de Alcántara, con la recuperación de la plaza colonial, el polvorín,
capilla y habilitación de los senderos. Además se diseñará una infraestruc-
tura de servicio que sirva de apoyo a la puesta en valor de la isla mancera,
centro de interpretación turística: con locales de venta de artesanía, cafete-
ría, sala de exposiciones, laboratorios, servicios higiénicos, boletería, venta
de souvenirs y centro de información turística, se confeccionarán señalé-
ticas museográficas, por tanto se realizará un estudio museográfico que
permitirá determinar recorridos informados (Imágenes 8 y 9).
126
El proyecto de restauración del fuerte potencia el uso cultural
y turístico del monumento histórico, se realizarán trabajos de limpieza,
consolidación estructural y protección de todos los muros del fortín, man-
tenciones y reposiciones de la infraestructura de seguridad (barandas y
pasarela peatonal), mantención de los cañones, colocación de un sistema
de iluminación e implementación museográfica del fuerte (Imagen 11).
127
Fue destruido y reconstruido en siete ocasiones entre la fecha de
su fundación y la de su abandono total a mediados del siglo pasado.
128
pasarelas que conectarán diversos puntos museables, generándose nuevos
accesos para el monumento.
129
Conclusiones.
Referencias.
- Guía Operativa, Programa Puesta en Valor del Patrimonio, 2008, MINISTERIO DEL IN-
TERIOR –SUBSECRETARÍA DE DESARROLLO REGIONAL Y ADMINISTRATIVO, División de
Desarrollo Regional, Departamento Gestión de Inversiones Regionales.
130
- Estudio: “Diagnóstico Del Patrimonio Cultural De La Región De Los Ríos”,
2010. Consultora UACh.
131
Ercilla, la aplicación de dos subsidios de reconstrucción patrimonial
del Ministerio de Vivienda en la Araucanía
Resumen
132
Introducción.
133
ciudades y poblados, proceso que se inicia en una primera etapa con la
refundación de Angol.
Ocupación de la Araucanía.
134
Estos se embarcaban en Bordeaux, Francia, llegando hasta Talca-
huano y desde allí hasta Traiguén, lugar de epicentro de la colonización.
Uno de los poblados que crecieron al amparo de la colonización es Ercilla,
principalmente de inmigrantes suizos.
135
Desde sus inicios, las ciudades en la Araucanía fueron un espa-
cio configurado para la guerra, las calles eran predeterminadas para un
mero transitar. La ciudad de Ercilla se estableció como un primer asenta-
miento consolidado gracias a los inmigrantes suizos desde su fundación 6
de febrero de 1882, fortaleciendo un poblado cuya principal característica
son manzanas de fachada continua formada por una secuencia constante
de viviendas en madera. Las casas configuraban un sólo bloque por todo el
perímetro de la manzana y en su interior, un espacio propio para las labores
de crianza y agrícolas.
136
Una sucesión de cañones expulsando el humo se divisaba desde
la calle, la cocina generaba su intensa actividad diaria con las comidas, la
preparación de jamones tras la muerte de cerdos que las familias tenían en
su patio, de mermeladas en el verano y la rutina diaria de vivir al calor de las
brasas que generaban las modernas y enlozadas cocinas a leña.
Así, por un lado los pueblos se llenaban de vida, pero por otro
el campo esparcía los necesarios cambios que habían soñados en los al-
bores de la Independencia; se cumplía el objetivo trazado de modernizar
137
lentamente el país, a partir del campo. “Antes de Temuco, y hasta 1889-90,
Traiguén fue la guarnición y la llave de la Frontera, ofreciendo al viajero la
imagen de un mundo en gestación que asombra y a veces inquieta”.
138
hotel, donde según se consigna habría alojado el presidente José Manuel
Balmaceda, en la inauguración del Viaducto del Malleco, a fines de octubre
de 1890. A mediados del siglo XX fue adquirido por los familiares de la
actual propietaria.
139
En el último terremoto que afectó a nuestro país (2010), la mayor
destrucción en la zona de la Araucanía fue en la ciudad de Angol. No ob-
stante, diversas comunas rurales también vieron afectado parte de su patri-
monio, como fue en la localidad de Ercilla con dos viviendas ejecutadas en
madera. Una de ellas, de la familia Seitz levantada en 1894 y la otra, la “Casa
Iturra” de la década del 20.
Referencias.
-Blancpain, J. P., 1987. Francia y los franceses en Chile (1700-1980). Editorial
Universitaria, Chile.
-Estado Mayor del Ejército, 1981. Historia del Ejército de Chile. Tomo IV. Consoli-
dación del profesionalismo militar. Fin de la Guerra de Arauco. 1840 – 1883. Ejército de
Chile, Chile.
140
La más bella historia de la laguna jamás contada
Paleontológico Laguna de Tagua Tagua
Roberto Martínez
Arquitecto, Universidad Católica de Valparaíso, Chile
Director Escuela de Arquitectura, Universidad Austral de Chile
rmartinezk@uach.cl
Introducción.
141
Sin embargo, es en este lugar, donde se debe lograr una mirada so-
bre la totalidad de la inmensa, profunda y compleja trama de la comedia hu-
mana que pareciera estar hilvanada, desde tiempos inmemoriales, mediante
un hilo secreto. En el textil de la realidad de los Tagua-Tagua, se manifiestan
todas las maneras en que el hombre, desde su ingreso a América, ha bus-
cado una adaptación al medio para lograr su reproducción socio/cultural y
perpetuarse en el tiempo.
Es un lugar distinto que ha sido tratado como cualquier otro, pero
eso no se sabe. Entonces una pregunta es ¿Cómo hacer de un lugar, que
aparenta ser como cualquier otro, un lugar complejo, bello y trascendente,
capaz de emocionar, develando los misterios de la laguna?.
El Parque Paleontológico.
142
2- El parque paleontológico debe ser peatonal, el automóvil debe
quedar fuera de este recinto, debe ser un lugar al cual no se llegue como a
la oficina o al supermercado, sino un lugar donde el auto quede fuera, que
haya un proceso de transformación de la velocidad interna para vincularnos
con el parque. Que sea la velocidad del paisaje y lo remoto del tiempo inscri-
to. El automóvil o vehículos de emergencia podrán sólo acceder a la escuela.
143
con otro mundo. Reconstrucción y resignificación de escenas prehistóri-
cas, museos de sitio, una escultura sumergida en el abismo del tiempo,
el mirar al otro lado del azul, la recuperación de los mitos y la historia.
El Centro de Interpretación.
Por otra parte nos preguntamos qué hacer con la casa patronal
¿Dónde ubicar el Centro de Interpretación? ¿Qué rol cumple la casa en esta his-
toria? y ¿cómo podemos hacer una arquitectura evocativa, capaz de hacernos
experienciar lo allí vivido, la dimensión del pasado en el abismo del tiempo y la
oscura profundidad de lo colosal, el tiempo del tiempo en donde surge el hom-
bre y la cultura, el origen, lo primigenio y la domesticación de la naturaleza?
144
Desde la torre de la casa un ascensor bajará al subsuelo bajo el pa-
tio exterior. El viaje será a través de los estratos geológicos que a la vista irán
contabilizando las edades en las cuales se estará siendo sumergido hasta
llegar a los cerca de 54.000 años antes del presente, a la profundidad real
de esta era, cuando nuestro mundo era prístino y más joven, mundo donde
habitaban otros animales y bestias magníficas y todavía no estaba el hombre
145
Referencias.
- Jackson, D., Méndez, C. & De Souza, P., 2004. “Poblamiento Paleoindioen el Norte centro
de Chile: Evidencias , problemsa y perspectivas de estudio”. Revista Complutum 15: 165176.
- Jackson, D., Méndez, Seguel, R. & Vargas, G., 2007. Inicial Occupation of the Pacific Coast
in Chile during Late Pleistoncene Time. Current Antropology Vol.46 Nº 5:725-731.
- Museo de Historio Natural de Chile.
- Pedro Meje.
- Juan Carlos Olivares.
- Eugenia Artillaga.
- Comunidad de la Laguna.
146
Restauración de la Iglesia San Francisco del Cerro Barón, Valparaíso,
Chile. “Una intervención contemporánea explicita” 1
Igor Rosenmann
Arquitecto, Universidad de Chile, Chile
igorrosenmann@gmail.com
Juana Guitiérrez
Arquitecta, Universidad de Chile, Chile
juanipazg@gmail.com
Resumen.
147
1. Introducción.
148
en la ciudad con la pertenencia de esta iglesia, junto a la identidad cultural
de los barrios con ella. De esta manera, su proyecto de restauración cobra
un sentido que trasciende la simple intervención arquitectónica. El conjunto
templo-torre-patios-convento presenta distintas materialidades y técnicas
constructivas, lo cual nos sitúa ante distintas problemáticas. La preserva-
ción y consolidación de la torre de ladrillo fue, por encima de los demás, el
punto de mayor trascendencia en esta restauración, conjuntamente con el
rescate estructural del cuerpo de fachada la cual se encontraba en riesgo de
colapso, tomando en cuenta su construcción de albañilería de ladrillo a la
vista sin refuerzo.
149
derechos y viguería muestra la sencillez y excelsitud de su pasado construc-
tivo. Se suma al conjunto la magnífica portada y el campanario de ladrillo
rojo, aportando un elemento distintivo e identitario del cerro, de sus barrios
y de la ciudad toda.
150
El estudio de la condición actual de las edificaciones de la iglesia
y su entorno inmediato llevó a la conclusión de que es necesario proyectar
una debida adecuación sísmica tanto global como parcial de la estructura.
151
La reinserción de elementos ausentes se hizo con elementos nue-
vos resaltando su incorporación. Con esta acción hecha de manera concien-
zuda y precisa se no perdió la noción de totalidad de la obra.
152
Consolidación: Se reparó y reforzó la estructura y elementos ar-
quitectónicos que habían perdido sus atributos técnicos, físicos y funcio-
nales (consolidación de la torre y Nártex, desprendimientos, grietas, fallas
mecánicas, etc).
153
mente el esfuerzo de los elementos reforzados. Con esto, se restringieron
los desplazamientos de la estructura, tanto globales como locales, producto
de la separación de las grietas ya existentes y se aumentó la resistencia a
la compresión de la albañilería aumentando la ductilidad de la estructura,
al generar confinamiento sin la incorporación de material típico de re-
fuerzo en Chile, muy invasivo y perjudicial, como es el hormigón armado.
154
6.4. Conservación y reparación de cornisas y molduras:
155
tas, las nuevas puertas que se requieran, las faltantes, las alteradas o trunca-
das, las cuales se distinguieron de las originales por su acabado natural. El
proyecto también propuso retirarar los adoquines, no originales del patio
central y logar una nueva intención en el diseño contemporáneo del pavi-
mento, recuperando el nivel original del patio. Se conservaron los elementos
de madera (pie derechos, vigas, tablados, costaneras, barandas, tapacanes,
etc.) proponiendo el retiro de capas de pintura y daño superficial así como la
restitución de partes dañadas con nuevas piezas de roble antiguo reciclado.
Se recuperó parcialmente la doble altura de la sacristía, para propiciar nue-
vos espacios afines con el espíritu de silencio y recogimiento del convento
pero adicionando usos culturales actuales, adecuados a la función de casa de
acogida: En segundo piso biblioteca y estar, en el primer piso sala de reuniones.
156
mejoramiento y rehabilitación de habitaciones, salas de reuniones, estar y
biblioteca, se logró la destinación de salas múltiples para el uso de orga-
nizaciones vecinales, el uso del patio central para conciertos de música y
eventos comunitarios, la habilitación de una cafetería y de una sala de rein-
terpretación histórica del monumento y un punto de préstamos de libros y la
conservación del Bazar existente.
157
Referencias.
- Calderón, A., 2001. Memorial de Valparaíso. Ril Editores, Santiago de Chile.
- Chanfón Olmos, C., 1996. Fundamentos teóricos de la restauración. Ed. Facultad de Arqui-
tectura, UNAM, México.
- Waisberg, M., 2003. La arquitectura religiosa de Valparaíso siglo XVI - siglo XIX. 2ª Edición,
Fondo Nacional De Desarrollo Científico y Tecnológico, Santiago de Chile.
-Guzmán, E., 1981. Curso de Edificación, Nº 7, 8, 10, 11, 25,27 y 29. Ed. Facultad de Arqui-
tectura y Urbanismo, Universidad de Chile.
-MOP-Programa Puesta en Valor del Patrimonio., 2008. Restauración iglesia y convento san
francisco del barón, Valparaíso. Informe Estado de Conservación Iglesia y convento San Fran-
cisco del Barón, Valparaíso.
1_ Este proyecto fue ganado en Licitación Pública del Ministerio de Obras Públicas (MOP) y Gobierno Regional
de Valparaíso (GORE), por el equipo de trabajo de la Oficina de arquitectura del arquitecto especialista en res-
tauración arquitectonica, Igor Rosenmann, asociado con la Arquitecta magister en restauración patrimonial en
México, Juana Paz Gutiérrez.
2_ Fuente: Sistema Sismológico Nacional de la Universidad de Chile.
158
Iluminación de la ciudad: hacia una valoración nocturna y
planificada del patrimonio urbano edificado
Alan Fox
Arquitecto, Universidad Católica de Valparaíso, Chile
Director Escuela de Diseño, Universidad Andrés Bello, Chile
alanfoxigual@gmail.com
El orgullo y la belleza.
159
Esta sub valoración del patrimonio urbano es en buena parte de-
bido al descontrolado crecimiento inmobiliario que deteriora el entorno
construido. Ahora, en Chile nuestra sociedad está aún distante de compren-
der que el valor estético del espacio urbano es tan importante como su di-
mensión meramente funcional. Es decir, ese “orgullo” también es posible
obtenerlo de la belleza que sentimos como “propia”. Y es que la belleza de
la ciudad, además de cultura también genera bienestar, aportando significa-
tivamente a la generación de identidad y al sentido de pertenencia.
160
ducto principalmente de los vaivenes del mercado inmobiliario. Esto ocurre
a pesar de la existencia de instrumentos de planificación como el Plan Regu-
lador Comunal, ordenanzas municipales, en fin, que no logran “ecualizar”
la calidad de vida con ese desarrollo del entorno construido. Instancias
como los municipios, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, Paisajismo y
Vialidad, distan de llegar a acuerdos de calidad ni menos sustentables en el
tiempo, que permitan re-configurar y poner en valor el patrimonio urbano,
en un continuum de permanente actualización, como debiese ocurrir en un
país culto y democrático.
161
En un plano más técnico, la iluminación de la calzada debiese gen-
erar menor deslumbramiento en el hemisferio inferior, así como también la
iluminación del paseo peatonal mismo, en lugar de postación, pudiese dife-
renciarse a través de luz incorporada en los troncos y copas de los mismos
árboles, destacando el paseo por el reflejo de la luz en sus propias hojas y
de esta manera, presentando escenas que hiciese del paseo nocturno una
experiencia estética diferente a la diurna.
162
Una adecuada iluminación permite, además de resaltar y poner en
valor nuestro patrimonio tanto arquitectónico como paisajístico, propiciar
la conformación de una lectura integrada de los elementos que componen
la escena urbana nocturna. En otras palabras, el contraste de los cuerpos
iluminados con la oscuridad del entorno los vuelve más presentes, esto por
medio de una mayor libertad creativa respecto de las formas y volumetrías
de las envolventes, las que son bañadas por la luz artificial generando in-
cluso volumetrías cambiantes en virtud de las escenas proyectadas por los
especialistas.
163
Imaginarios urbanos “vivos y perfectibles”, podría ser la consigna.
Esto considerando la relevancia de lo que Daniel Hiernaux (Lindon, 2011)
sostiene, en cuanto a que “las percepciones se transforman en representa-
ciones y éstas, por un proceso simbólico, se constituyen en imaginarios”,
siendo los imaginarios una suerte de “imágenes guías”, o “imágenes actu-
antes”, es decir, guías para la acción en la constitución de la imagen de la
ciudad.
Deslumbramiento
164
sabido como rasgo de inteligencia. Más, cuando esa capacidad no permite
distinguir lo malo de lo bueno, nos acostumbramos a vivir en ciudades con-
taminadas y también contaminantes de la vida nocturna, degradando con
ello nuestra experiencia de vida.
En pocas regiones del país existe algún tipo de control del flujo lu-
minoso, y uno de esos casos ejemplares lo constituyen la II, III y IV regiones,
resultado de la promulgación de la Norma de Emisión para la Regulación de
la Contaminación lumínica (NCH 686/98), del Ministerio de Economía, que
se aplica a las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo.
165
Un buen ejemplo de ello es el recuperado “ Barrio Inglés “ de
Coquimbo, en donde se puede decir que la iluminación está “contenida “ en
el mismo espesor de las fachadas de los edificios es decir, los equipos de ilu-
minación se ubican en vanos, cornisas y bajo aleros, entre otras alternativas
“hechizas”.
166
Contrario a ello, las ciudades cada día se diseñan más para el
desplazamiento vehicular y sus destinos que para el tránsito peatonal. Se
proyecta desde los destinos más que desde los recorridos y circuitos. Lo
mismo se traslada a la iluminación, ya que, junto con la densidad de edifi-
caciones producto del desmedido crecimiento del avance inmobiliario, se
deteriora alarmantemente el skyline la fisonomía de la ciudad. Esto se debe
probablemente a un aspecto de raigambre cultural ya que la vida nocturna
de los chilenos medios, aún no logra ser un hábito instaurado en el ámbito
de lo cotidiano.
167
mismo plan, tanto vías de tráfico como los espacios de esparcimiento y de
equipamiento, ya sean públicos o habitacionales.
Conclusiones.
168
lumínico” que norme las emisiones de luz artificial en la ciudad, según bar-
rios, horarios, usos y funciones, apuntando a mejorar de suyo la calidad
de la vida urbana, un deber y un derecho esenciales del ciudadano común.
Referencias.
- Lindón, A., 2001. La ciudad y la vida urbana a través de los imaginarios ur-
banos. Revista EURE.
1_“Normativa de Contaminación Lumínica en Chile”, 2006, Congreso Internacional de Iluminación, León, Es-
paña.
169
El patrimonio vernacular, fuente de saberes tencológicos
y de sostenibilidad
Resumen
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En Chile, existieron numerosos ejemplos de arquitectura vernacu-
lar que respondían a la diversidad climática, geográfica y cultural que car-
acteriza al territorio chileno. Lamentablemente, son pocos los casos que hoy
subsisten: algunos asentamientos pertenecientes a los pueblos originarios y
algunas localidades rurales aisladas.
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- que el modelamiento del hábitat, la forma y carácter de las con
strucciones, responden a largos procesos de prueba y error, en
los cuales los saberes han sido transmitidos de generación en gen
eración, a menudo a través de la experiencia práctica del construir.
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“arquitectura sin pedigrí”, relegada a un segundo plano con la difusión del
Movimiento Moderno y el Estilo Internacional.
Varias décadas después, la arquitectura vernacular empieza a ser
considerada también un ejemplo de patrimonio cultural, gracias a la ampli-
ación semántica del concepto de patrimonio: de ser una categoría exclusiva
de las grandes obras de la humanidad -representativas de poder, estatus o
riqueza- a comprender también a aquellas manifestaciones culturales cotidi-
anas, ligada a las identidades locales y a las formas de vida preservadas por
las mismas comunidades.
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ación y configuración arquitectónica, aprovecha la iluminación, el asole-
amiento y la ventilación, y por medio de la utilización de los recursos locales
como materiales de construcción, da lugar a soluciones tecnológicas que
regulan la temperatura de manera pasiva (gracias al espesor de los muros,
configuración de la techumbre, etc.), con un mínimo gasto energético y cos-
to (los materiales son gratis, no se deben transportar y casi no se elaboran),
por tanto constituye una lección de buenas prácticas (Imagen 1).
Hoy son muchas las amenazas que deben enfrentar los asenta-
mientos vernaculares: la ya mencionada homogeneización cultural, el gran
impacto ambiental provocado por el arribo de grandes industrias de diverso
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género que agotan los recursos locales (mineras, hidroeléctricas, forestales,
etc.) y la llegada del turismo de masa, entre otros
.
4. El patrimonio vernáculo chileno.
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de totora de Tulahuén -ambas en el Norte Chico-, la Vivienda del Cajón de la
Magdalena en la zona Central del país y la vivienda Pewenche del Alto Bío-Bío
(Dannemann, 2012, Gana, 2010).
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de bienes a proteger, dentro de las cuales no se considera al patrimonio
vernacular. A nivel local, el patrimonio arquitectónico y urbano puede pro-
tegerse a través de la aplicación del artículo 60 de la Ley y Ordenanza Gen-
eral de Urbanismo y Construcción (L.O.G.U.C.) en los planes reguladores
comunales, sin embargo en dicho artículo tampoco se hace ninguna alusión
a lo vernacular. La única opción de tutela entonces, es ampararse en las
categorías que protegen los conjuntos rurales o urbanos que poseen ciertos
valores: la “Zona Típica” o la “Zona de Conservación Histórica”, según la
Ley de Monumentos o la L.O.G.U.C. respectivamente. En la práctica, la “Zona
Típica” es la única categoría efectiva de protección, pues la “Zona de Con-
servación Histórica”, aún pudiendo ser un importante instrumento de tutela
local, es poco utilizada, debido a que los municipios pocas veces reconocen
el valor de su propio patrimonio. De todos modos, en cualquiera de las
dos categorías, quedan fuera importantes componentes que caracterizan el
patrimonio vernacular, como lo son, la relación arquitectura-territorio, las
formas de vida locales y el patrimonio intangible asociado a las prácticas y
saberes locales. Estos aspectos constituyen una importante deuda de la legis-
lación chilena en materia de protección del patrimonio cultural- vernacular.
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ciones arquitectónicas y tecnológicas adoptadas por una cierta comunidad,
donde el clima es un factor fundamental que condiciona los parámetros de
diseño adoptados, y la disponibilidad de los recursos que luego son utiliza-
dos como materiales de construcción. Así por ejemplo, la arquitectura en
contextos áridos, posee una volumetría más hermética, muros gruesos y está
construida con tierra o con piedra, en cambio en contextos tropicales, la
arquitectura es más abierta, en general elevada del suelo y se construye con
elementos vegetales.
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El estudio de estos casos, a la vez, pretende sensibilizar al alumno
con la importancia de realizar un proceso de diseño que responda adecuada-
mente a las exigencias ambientales y culturales locales, y pretende demostrar
como no sólo las nuevas tecnologías pueden posibilitar una arquitectura de
bajo consumo energético, sino que también a partir de la reinterpretación
y/o el mejoramiento de las tecnologías tradicionales vernaculares, se pueden
lograr buenos ejemplos de arquitectura contemporánea.
Conclusiones.
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Referencias.
Presentación general proyecto Museo de la Vivienda
- Dannemann, M., 2012.
Tradicional Rural Unifamiliar chilena. Artículo académico no publicado, Univer-
sidad de Chile, Chile.
- Mecca, S. y Dipasquale, L., 2009. Earthen Domes and Habitats. Villages of North-
ern Syria. ETS, Pisa, Italia.
- Gana, D., 2010. Patrimonios arquitectónicos menores en Chile. Viviendas tradi-
cionales rurales unifamiliares chilenas. Seminario de Investigación de la Carrera de
Arquitectura, Facultad de Arquitectura y Urbanismo Universidad de Chile, prof. guía Antonio
Sahady, Santiago. (no publicado).
1_ Como resultado de esta exposición, Rudofsky, publica su famoso libro del mismo título “Architecture without
architects: a short introduction to non-pedigreed architecture”.
2_ Consejo Internacional de Monumentos y Sitios.
3_ Las cinco categorías son: Monumento Histórico, Zona Típica o Pintoresca, Monumento Público, Monumento
Arqueológico y Santuario de la Naturaleza.
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José de Nordenflycht
Jonás Figueroa
Claudia Torres
Augusto González
Simón Urbina
Patricia Durán
Paz Serra
Roberto Martínez
Igor Rosenmann
Natalia Jorquera
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1, 4 y 5_Maqueo, Lago Maihue. Fuente: el autor.
2, 3 y 6_Rupmeika. Fuente: el autor.
Tirza Barría
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1_ Hotel Burnier, circa 1940. Fuente: Archivo fotografico del Museo Historico Municipal de Osorno.
2_Plaza de Armas de Osorno, circa 1950. Fuente: archivo fotografico del Museo Historico Municipal de
Osorno.
3_ Fig. 3. Exposición Feria SAGO (1940). Fuente: archivo fotografico del Museo Historico Municipal de
Osorno.
5_Banco Osorno y la Unión, circa. 1934. Fuente: archivo fotografico del Museo Historico Municipal de
Osorno.
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7_ Gobernación de Osorno. Fuente: archivo fotografico del Museo Historico Municipal de Osorno.
8_Edificio Sago. Fuente: archivo fotografico del Museo Historico Municipal de Osorno.
9_ Colegio Alemán, circa 1935. Fuente: archivo fotografico del Museo Historico Municipal de Osorno.
10_ Edificio Resinhoff & Hess, circa 1940. Fuente: archivo fotografico del Museo Historico Municipal de
Osorno.
11_Hotel Osorno, circa. 1920. Fuente: archivo fotografico del Museo Historico Municipal de Osorno.
12_Fachada norte construida en 1930. Fuente: el autor
13_ Fachada oriente construida en 1932. Fuente: el autor.
14_ Planta nivel 1, distribución programática. Fuente: el autor.
15_ Planta entrepiso, distribución programática. Fuente: el autor.
16_ Planta nivel 2, distribución programática. Fuente: el autor
17_Planta nivel 3 y 4, distribución programática. Fuente: el autor
Jonás Figueroa
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1_Esquema de la movilidad ecológica dentro del sistema SNASPE regional. Fuente: el autor.
2_ Conceptos de la ecología del paisaje aplicados a los casos de estudio. Fuente: el autor.
3_ Esquema de la movilidad ecológica en el contexto territorial de la ciudad de Coyhaique. Fuente el autor.
4_Nuevos espacios territoriales como oportunidades urbanas.Fuente: el autor.
5_Esquema del contexto territorial del pueblo de Cochrane.Fuente: el autor.
5_Esquema de nuevos bordes urbanos con función ecológica .Fuente: el autor.
Miguel Ángel Rojas/ Joaquín Zerené
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1_ Valdivia antes del gran incendio: 1858-1909. Fuente: Rodolfo Knittel, 1913.
2_ Incendio 1909. Fuente: http://imagentension.wordpress.com/2012/10/10/archivo-historico-patrimo-
nio-cultural-regional/#jp-carousel-76
3_ Terremoto 1960. Fuente: http://imagentension.wordpress.com/2012/10/10/archivo-historico-patri-
monio-cultural-regional/#jp-carousel-84
4_Terremoto 1960. Fuente:http://imagentension.wordpress.com/2012/10/10/archivo-historico-patrimo-
nio-cultural-regional/#jp-carousel-87
5_Valdivia 2012. Fuente: http://www.chile.travel/es/novedades/archive/October-2012/
6_Valdivia 2012. Fuente: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Feria_Fluvial_de_Valdivia.JPG
Simón Urbina
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1_Imagen del Estudio del Diagnóstico Sistema de Fortificaciones, de la Cuenca de Valdivia y Bahía de
Corral. Fuente: Dirección de Arquitectura, Ministerio de Obras Públicas.
2_ Diseño de la Casona El Llolly. Fuente: Dirección de Arquitectura, Ministerio de Obras Públicas.
3_ Diseño del Eco Museo Isla Mancera - Mirador. Fuente: Dirección de Arquitectura, Ministerio de Obras Públicas.
4_ Subida 4 vientos, Museo Castillo de Niebla. Fuente: Dirección de Arquitectura, Ministerio de Obras Públicas.
Paz Serra / Cristian Rodríguez
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Fotos 1 a7_ Centro de Interpretación Tagua Tagua. Fuente: Archivo proyecto Centro de Interpretación.
Igor Rosenmann
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1_Cap Ducal_Viña del Mar. El propio borde exterior (zócalo) del edificio ilumina la vereda pública por
reflexión indirecta. Fuente: el autor, 2012.
2_París. La iluminación edilicia permite configurar la espacialidad de las calles de la ciudad. Fuente: el
autor, 2005.
3_Castillo de Carcassone_Francia.Fuente: el autor, 2005.
4_ Biblioteca Severín, Valparaíso. Un caso prototípico de buena iluminación empobrecida por el alumbra-
do público. Fuente: el autor, 2012.
5 _ Reflejos del puente Pedro de Valdivia, Valdivia. Fuente: el autor, 2011.
6_ Plaza de Armas de Santiago. La iluminación de las principales fachadas no sólo no destaca sus volume-
trías, sino que genera deslumbramientos en el transeúnte. Fuente: el autor, 2011.
7_ Costanera de Valdivia. La contaminación lumínica del alumbrado público genera deslumbramientos y
sombras indeseadas en el paisaje costero. Fuente: el autor, 2011.
8_ Barrio Inglés de Coquimbo.La luz incorporada en el mismo espesor de las fachadas, evitando con ello
la contaminación lumínica de los cielos. Fuente: el autor, 2007.
Natalia Jorquera
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1_Iglesia de Nama, región de Tarapacá, construida con muros de adobe y techumbre de paja brava, que
dan cuenta de los recursos locales a disposición. Fuente: el autor.
2_Construcción comunitaria en el nordeste de Siria. Fuente: Earthen Domes and Habitats. Villages of
Northern Syria. Saverio Mecca, Letizia Dipasquale. ETS).
3_ Detalle de vivienda en Guacarhue, VI Región, donde se aprecian las llaves de madera que comple-
mentan el desempeño de la estructura de adobe. Fuente: el autor.
4_ Viviendas del Valle de Tilama (1), de Tulahuén (2) del Cajón de la Magdalena (3), y del Alto Bío-bío (4).
Fuente: Arquitecto Diego Gana.
5_ Investigación sobre la vivienda de Tilama. Fuente: Felipe Carrasco, Valentina Moreno, Paulina Orellana,
Victoria Rozas, Sofía Unda, alumnos de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
6_ Investigación sobre la vivienda de Malla-malla, comuna del Alto Bío-bío. Fuente: Hernán Cerda, Yanko
Díaz, Gianitza Muñoz, Yocelyn Ponce, Diego Riveros, Paula Salvo, alumnos de la Facultad de Arquitectura
y Urbanismo de la Universidad de Chile.