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Titulo: En alegría y en adversidad.

Tema: Gozo en la pareja aún en medio del sufrimiento.

Objetivo: Saber que aun en medio del sufrimiento se puede experimentar gozo y
que la presencia de este no podrá apagar el amor de la pareja.

Texto base: Cantares 5. 2-8 (NVI)

Introducción:

La existencia humana bien se podría definir como un cumulo de experiencias y


emociones, la vida en pareja también. A lo largo del caminar juntos vivimos toda
clase de situaciones que van desde las más apasionantes e idílicas hasta las más
dolorosas y terribles, cada una de ellas componen la vida que todo matrimonio en
mayor oh menor proporción experimentan.

De todas estas, las experiencias de sufrimiento son las que probablemente


marcan más la vida en pareja, pero también las que menos se desea que pasen.
La razón de esta negativa al sufrimiento está enraizada en la supervivencia como
instinto del ser humano pero sobre todo en el ambiente y la cultura hedonista que
nos rodea, donde se promueven ciertos “anti-valores” egoístas donde lo que más
importa es sentirse bien sin importar a que costó incluso al grado de sacrificar a
otros en aras de no sufrir, la búsqueda de comodidad exagerada que es un mismo
síntoma de nuestra sociedad también exacerba más la negativa a sufrir.

Los matrimonios cristianos y en especial los matrimonios de nuestra amada


iglesia constantemente viven expuestos al influjo de todas estas condiciones y
amenazas para la relación de pareja, causando todo tipo de problemas ya que
ésta tendencia distorsiona el sentido de vivir en pareja y de cómo respondemos
ante las opciones que la vida presenta, dando el resultado negativo de no saber
gozar la vida de matrimonio en medio del sufrimiento que experimentamos a lo
largo de la vida misma.

El gozo del matrimonio es un don de Dios que se tiene que cultivar y sobre
todo re-encontrar en medio de las experiencias de sufrimiento para que la vida
conyugal pueda ser plena en su totalidad. Para ello vallamos a la Biblia como
máxima autoridad espiritual para ver que nos dice sobre el tema.

Desarrollo.

El relato bíblico que usamos como base para nuestra reflexión es muy intenso y
emocionante vemos claramente el dilema que vive la pareja del Cantar de los
Cantares donde, como ya hemos mencionado antes, varias emociones y
experiencias se manifiestan en su relación, emociones que van desde el dialogo
apasionante: “Hermana, amada mía; preciosa paloma mía” Cantares 5:2b;
momentos de éxtasis: “¡se estremecieron mis entrañas al sentirlo!” Cantares 5:4b;
pasando por las fricciones que surgen propias de la relación: Ya me he quitado la
ropa; “¡cómo volver a vestirme! Ya me he lavado los pies; ¡cómo ensuciarlos de
nuevo!” Cantares 5:3; así como por momentos de decepción: “Le abrí a mi amado,
pero ya no estaba allí. Se había marchado”. Cantares 5:6ª; y culminando en una
profunda experiencia de sufrimiento, dolor y violencia: “y tras su voz se fue mi
alma. Lo busqué, y no lo hallé. Lo llamé, y no me respondió. Me encontraron los
centinelas mientras rondaban la ciudad; los que vigilan las murallas me hirieron,
me golpearon; ¡me despojaron de mi manto!” Cantares 5:6b.-7; que si bien no fue
producida directamente por la pareja, si fue a consecuencia de su abandono.

Enfocándonos a éstas últimas experiencias de sufrimiento con las que el


relato cierra ésta sección y que además es el tema que nos ocupa, conviene hacer
algunas reflexiones sobre lo que las parejas viven constantemente en su
matrimonio y que muchas veces impiden una vida de gozo:

Con los pies en la tierra. La frase final de los cuentos de hada a permeado en
nuestro subconsciente colectivo haciendo que basemos nuestro matrimonio en
esa promesa infantil, creemos que nunca vamos a sufrir que siempre estaremos
felices (sin sufrimiento) cerrando los ojos a la realidad que nos rodea y contrasta
con creces ésta afirmación.

Debemos estar consientes y preparados para afrontar las situaciones de


sufrimiento que como matrimonio sin duda vamos a enfrentar debemos cambiar
algunos pensamientos principescos que hacen mucho mal en la relación de pareja
y que nos impiden estar preparados para ésta experiencia de vida.

Tenemos que redefinir el sufrimiento. Todo lo que nos produce trabajo,


esfuerzo, salir de nuestra comodidad, etc., le llamamos sufrimiento y le asociamos
inmediatamente con algo negativo para nosotros, sin embargo es importante
comprender que muchas de las cosas que nosotros le damos la categoría de no
grato oh malo, no siempre lo es, incluso muchas de las vivencias no placenteras
que pasamos son necesarias y llevan implícitas un propósito, incluso en algunos
casos son instrumentos de Dios para manifestar su voluntad en la pareja. Por lo
mismo es necesario volver a pensar sobre el sufrimiento a la luz de la bendita
palabra de Dios, necesitamos preguntarle a Dios qué sentido tiene éstas
experiencias no gratas en nuestra vida, y aprender a llenar de significado éstos
momentos de la vida de pareja y en general toda nuestra vida. Necesitamos
comprender que no todas las experiencias desagradables son motivos de
sufrimiento, y no todo el sufrimiento es malo; incluso llegar a comprender que hay
sufrimiento que nos puede traer gozo.

El amor ante todo y como respuesta a todo. Enfocándonos en el último


versículo de la sección base: “Yo les ruego, mujeres de Jerusalén, que si
encuentran a mi amado, ¡le digan que estoy enferma de amor! Cantares 5:8.
Podemos ver el elemento clave que permitirá que las experiencias de sufrimiento
que pasamos como pareja se puedan vivir con gozo, y es: el amor. La joven acaba
de sufrir toda una serie de abusos por buscar a su pareja: abusos de carácter
físico, moral, psicológico e incluso algunos analistas del texto interpretan la frase:
“¡me despojaron de mi manto!”, como una violación ya que el velo tiene una carga
altamente de género y sexual en el mundo mediterráneo de ésa época, todo esto
nos presenta una experiencia muy fuerte de sufrimiento. La respuesta de ésta
mujer nos da una enseñanza desafiante para todos los que sufren en su relación
de pareja, en lugar de responder con resentimiento, odio oh algún otro sentimiento
similar, decide responder con Amor, les dice a las doncellas de Jerusalén que si
ven a su amado le digan que ella está enferma de amor por él ósea que la
respuesta que tiene ante el sufrimiento es una decisión de amar aún más de lo
que ya lo hacía. El amor como respuesta ante el sufrimiento de la vida es el
antídoto que nos libera del resentimiento, el odio y de una vida en general
desdichada, lamentándonos la suerte tan mala que nos toco vivir. El amor nos
capacita y potencializa para ver y vivir la existencia de manera agradecida y llena
de esperanza ingredientes necesarios para el gozo. Pero también el amor como
respuesta y modelo de vida nos llena de fuerza para cambiar la realidad de otros.

Conclusión.

Sin duda como matrimonios que viven su fe, estamos llamados a ser sal y luz de
la tierra por medio de nuestro ejemplo de vida y de las formas con que
respondemos ante las diferentes experiencias cotidianas de sufrimiento, nuestra
forma de afrontarlo se puede constituir en una herramienta poderosa para dicha
tarea, una manera efectiva y una oportunidad muy contundente de manifestar a
otros nuestra singularidad como pueblo de Dios.

La Palabra de Dios nos invita a Sembrar los valores del Reino de Dios y no
los de éste mundo; a que el sufrimiento lejos de verlo como una fatalidad, más
bien lo veamos como una oportunidad; y a responder ante el sufrimiento no con
resentimiento a la vida, sino llenarla de esperanza, fe y sobre todo de mucho
amor para nuestra pareja y para el mundo que nos rodea. Sólo así podremos
experimentar gozo en medio del sufrimiento oh en palabras del salmista:
Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de
fiesta Salmo 30:11. (NVI)

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