Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
VISUALES EN LA EDUCACIÓN
CHILENA
DOCENCIA 57 / DICIEMBRE 2015
POLÍTICA EDUCATIVA
http://www.revistadocencia.cl/
Este artículo tiene como objetivo recorrer, desde una mirada crítica, el
advenimiento de la clase de artes en la escuela chilena. Es por esto que, en
esta pocas páginas, hemos pretendido realizar un análisis del cómo esta
asignatura escolar ha seguido un derrotero en base a métodos y modelos
foráneos, sin reflexionar de manera profunda cuáles son los significados
culturales con los que esperamos identificarnos y vincularnos.
Por consiguiente, nos aventuramos a señalar que las decisiones en cuanto a
contenidos y modelos educativos por las que se ha optado a lo largo de
todos los años de nuestra historia curricular, han dado como resultado una
desvinculación y estereotipación de la realidad que los educadores
enfrentan día a día. Incluso, en la clase de Artes Visuales, el desinterés de
los estudiantes se apodera de las aulas, ya que ni maestros ni estudiantes
se re-conocen en este espacio, el cual debería entregar un ambiente
privilegiado para abordar temas como la cultura, el sentido y la identidad.
En este aspecto, deberíamos comenzar a preguntarnos, honrada y
profundamente, ¿cuál es la educación artística y cultural que esperamos
para los niños y jóvenes de nuestro país?
De la clase de dibujo a la asignatura de
Artes Visuales: una historia empobrecida de
contenidos y carente de sentidos
En los inicios de la República, una de las primeras tareas que los
legisladores se impusieron fue consolidar un sistema educativo para la
novel nación. Los argumentos abogaron por independizar a las nuevas
generaciones de la influencia española y difundir los principios y valores de
la nueva república. Es así que en 1813 se redactó el primer Plan de Estudios
Nacional, que comprendió, entre otras materias, las cátedras de lenguas
vivas, matemáticas, lógicas y metafísicas, física, ciencias sagradas y dibujo.
Sin embargo, no logró instalarse a cabalidad, debido a la inestabilidad
política y social del momento.
La Reconquista y las tensiones internas durante los primeros años
republicanos, dieron paso a intensas discusiones en torno al tipo de
educación que el Estado debía otorgar a los ciudadanos, las que generaron
dos posiciones: la primera, representada por Ignacio Domeyko, que abogó y
defendió una versión más conservadora de la educación y que se inclinó
por un currículo humanista; mientras que la segunda fue liderada por
Antonio Varas, quien propuso una enseñanza útil a los intereses de la
nación, pensando, principalmente, en aquellos sectores que se dedicarían al
comercio, la agricultura y la industria:
Según Varas, el desarrollo del gusto en los términos clásicos, solo adquiere
un sentido para quienes ven la educación escolar como preparatoria para
los estudios superiores, debiendo reemplazarse por otras materias en el
caso de quienes no buscan en la educación científica la prolongación de la
enseñanza escolar (Cruz, 2002, p. 30).
Finalmente, la disputa se zanjó con la implementación de dos planes
educativos: el humanista y el matemático. En este contexto, la asignatura
de dibujo quedó curricularmente adscrita al plan de estudios propuesto por
Varas, estableciéndose el curso de dibujo como parte del currículo escolar
del plan matemático. Además, se creó el curso de dibujo geométrico,
dirigido principalmente a la formación de artesanos y geomensores, el que
fue impartido en escuelas de dibujo con jornadas nocturnas.
Durante esos años, el método empleado en la enseñanza del dibujo, tanto
en el plan matemático como en las escuelas de dibujo para artesanos, se
alineaba a las ideas del educador de origen suizo Johann Heinrich
Pestalozzi, quien planteaba que su enseñanza permitía a los niños observar,
distinguir, dimensionar y medir las formas de objetos y cuerpos, así como el
desarrollo de la escritura (1946, p. 129). Ese planteamiento, que otorgó a la
enseñanza del dibujo un sentido lógico, analítico y sistemático, se
diferenció del método del ensayo y error empleado en las escuelas para el
cultivo de las habilidades artísticas, centrado en el dibujo por observación
natural o la copia de ilustraciones. Pestalozzi pensaba que el dibujo “era un
instrumento esencial para la educación de las facultades de la mente”
(1946, p. 129), distanciándose del modo en que se enseñaba dibujo en las
escuela de arte e instaurando un nuevo método para la educación escolar.
Es así que los cursos de dibujo adscritos al plan matemático y las escuelas
de artesanos, se centraron en el trazado de líneas y figuras geométricas
que iban aumentando gradualmente en complejidad y representación.