Está en la página 1de 5

Teatro occidental

El Teatro Occidental es una cultura teatral que floreció en la Antigua Grecia entre


550 a.C y 220 a.C. Al parecer el teatro griego se originó en un espacio circular al
aire libre (orchestra), en el que se ejecutaban unas danzas, un lugar de tierra lisa y
compacta dispuesto para la representación de cantos corales, una de cuyas
variedades, el llamado ditirambo, fue de acuerdo con la tradición, el progenitor de
la tragedia ática. Todos los grandes teatros se construyeron a cielo abierto..

Orígenes del teatro occidental

La historia del teatro en occidente tiene sus raíces en Atenas, entre los siglos VI y
V A. C. Allí, en un pequeño hoyo de forma cóncava -que los protegió de los fríos
vientos del Monte Parnaso y del calor del sol matinal- los atenienses celebraban
los ritos en honor Dionisio; estas primitivas ceremonias rituales irían luego
evolucionando hacia el teatro, constituyendo uno de los grandes logros culturales
de los griegos. Lo cierto es que este nuevo arte estuvo tan estrechamente
asociado a la civilización griega que cada una de las ciudades y colonias más
importantes contó con un teatro, cuya calidad edilicia era una señal de la
importancia del poblado.
El ballet
La historia de la danza estudia la evolución de la danza a través del tiempo. En
principio, la danza tenía un componente ritual, celebrado en ceremonias de
fecundidad, caza o guerra, o de diversa índole religiosa, donde la propia
respiración y los latidos del corazón sirvieron para otorgar una primera cadencia a
la danza.

El ballet, tal y como lo conocemos hoy, surgió en la Italia del Renacimiento (1400-
1600). Fue en Francia durante el reinado de Luis XIV, apodado Rey Sol que surge
la necesidad de la profesionalización y en 1661 se crea la primera escuela de
baile: la Académie Royale de la Dance. En 1700, R. A. Feuillet publicó
Choréographie ou art de noter la danse donde por primera vez se reproduce la
totalidad de los pasos codificados y se funda un primer intento de transliteración o
notación de las figuras. En 1725, Jean-Philippe Rameau con su Traité Maître à
danser perfeccionó toda la técnica hasta entonces planteada. Balthazar de
Beaujoyeulx no solo fue el primero en utilizar la palabra ballet, sino que también se
dio a la tarea de definirlo como ‘una mezcla geométrica de personas que bailan
juntas, acompañadas por varios instrumentos musicales’.
La Danza Moderna
De acuerdo con los historiadores, la danza moderna tiene dos lugares de
nacimiento: Europa (Alemania específicamente) y los Estados Unidos de América.
Aunque evoluciona como una forma de danza escénica, no tiene raíces directas
en compañías, escuelas o artistas provenientes del mundo de la danza clásica
europea (el ballet). La danza moderna emerge como una consecuencia de su
época, por su propia cuenta y al margen de instituciones académicas.

La historia de la danza moderna considera a Delsarte como uno de sus


precursores porque él desarrolla una teoría sobre la relación entre el movimiento
de los seres humanos y sus emociones. Sus investigaciones lo llevan a concluir
que para cada emoción humana o imagen mental corresponde un movimiento, o
por lo menos una intención de éste. Este precepto impulsa uno de los
componentes ideológicos principales de la danza moderna en sus orígenes: “las
emociones y su intensidad son la causa del movimiento y de su calidad”. En otras
palabras, la fuente de la danza se encuentra al interior del/la bailarín/a, y no fuera
de él/ella, en lo que serían gestos codificados, como propondría la danza clásica
(el ballet).
El cine en República Dominicana
El cine aparece en República Dominicana en agosto de 1900 en la ciudad de
Puerto Plata. El teatro de Curiel de esta ciudad fue testigo del cinematógrafo de
los hermanos Lumiére, en esa fecha. La persona a cargo de las primeras
exposiciones de esos trabajos en toda el área, fue el industrial Francesco Grecco
que, para eso, cruzó el Caribe mostrando esta atractiva invención.

En la prehistoria fílmica del cine dominicano se destacan los trabajos del fotógrafo
y editor Francisco Palau, que en 1922 al lado del fotógrafo Tuto Báez y Juan B.
Alfonseca hace la primera película de ficción del cine dominicano: “La leyenda de
la Virgen de la Altagracia”, con la colaboración en los textos del historiador
Bernardo Pichardo. Palau la estreno en la noche del 16 de febrero de 1923, y se
convirtió en la primera película dominicana.

El entusiasmo de este equipo motivo más adelante la realización de una comedia


con tintes ingenuos con el título de “Las emboscadas de Cupido” (1924). Esta
película, contada en cinco actos, narró la historia de un par de enamorados que no
tenían el consentimiento del padre de la novia, y obliga al novio a realizar una
divertida trama para que el padre pueda aceptarlo. Fue exhibida al público el 19 de
marzo de 1924.

En 1915 el camarógrafo Puertoriqueño Rafael Colorado, hizo la primera película


hecha en la República Dominicana, por un extranjero, titulada “Excursión de José
de Diego en Santo Domingo”.

El primer uso del sonido fue una película de actualidades sobre la inauguración de
presidente Rafael Leonidas Trujillo en 1930. Este régimen dictatorial instalado por
Trujillo desde el año 1930 impone un freno total a las manifestaciones artísticas y
culturales, estimulando solamente aquello qué entiende beneficioso para sus
propósitos. El cine, que además de arte es una industria, había sido adoptado por
los medios de comunicación masivos en un instrumento ideológico. Por esa razón,
en los treinta largos años de la tiranía se realizaron solamente trabajos
documentales del país con la exaltación del tirano y sus parientes.

Solamente en 1953, el cineasta Rafael Augusto Sánchez Sanlley (Pupito), produjo


con la compañía “Cine Dominicano”, trece documentales para el régimen. Y no es
hasta 1963, que el dramaturgo Franklin Domínguez lanzó su Largo metraje “La
Silla”, donde denuncia los horrores del régimen de Trujillo. En 1967 Max Pou y
Eduardo Palmer hacen dos trabajos documentales: “El Esfuerzo de un pueblo y”
Nuestra historia”.

También podría gustarte