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1.

ESTILOS COMUNICATIVOS

Los estilos de comunicación son patrones de comunicación que resultan al fusionar los
elementos verbales de la comunicación, los elementos no verbales y los elementos
paraverbales.
Los estilos de comunicación determinan la forma en la que intercambiamos la
información e interactuamos con los demás. En función de la situación, utilizamos un estilo
de comunicación u otro. No obstante, en cada persona siempre predomina un estilo de
comunicación.
Existen tres tipos de estilos de comunicación: agresivo, pasivo o inhibido y asertivo. En
función del estilo de comunicación utilizado, provocará en alguna otra persona una serie
de reacciones y expectativas con respecto a la conversación.
Algunos estilos de comunicación van a facilitar las interacciones sociales o, por el
contrario, van a dificultar los intercambios comunicativos. Por ello, es importante
reconocer cada estilo de comunicación y entrenar aquel que nos aporta mayores
habilidades sociales y comunicativas.

a) Estilo comunicativo agresivo

Este estilo de comunicación se caracteriza por interacciones e intercambios


verbales llenos de reproches, agresiones verbales, críticas, reproches, acusaciones
e incluso insultos. Las personas que utilizan este tipo de comunicación no se
esfuerzan por conocer y entender el punto de vista de la persona con la que
interactúan. Su objetivo en la comunicación es imponer el punto de vista por
encima del de la propia persona, sin tener en cuenta la opinión de los demás.

 Elementos no verbales
Mirada directa y fija, reducida expresividad, postura intimidatoria (por
mirada, distancia y orientación), orientación enfrentada, no respeta las
distancias, gestos abundantes y amenazadores.

 Elementos para verbales


Volumen de voz elevado, tono tendente a monótono por lo alto, velocidad
rápida, claridad escasa, excesivo tiempo de habla, no hace pausas ni
silencios.

b) Estilo comunicativo pasivo/inhibido

Este estilo de comunicación se caracteriza por la inhibición o no expresión de las


emociones, pensamientos y/u opiniones ante una interacción o intercambio social.
El objetivo del emisor es limitar la interacción, por lo que emite respuestas muy
cortas, y no correr riesgos. A veces, incluso se pueden superponer las opiniones y
preferencias de los demás a las propias, con el objetivo de no realizar ningún tipo
de interacción.
Habitualmente, las personas que utilizan este estilo de comunicación lo hacen ante
el temor de no agradar a los demás con sus opiniones o pensamientos, o porque
mantienen una actitud de desinterés o indiferencia ante el tema en cuestión.
 Elementos no verbales
Expresión facial seria, mirada huidiza, sonrisa mínima y tensa, postura
distante y contraída, distancia amplia y nulo contacto físico, gestos
escasos, movimientos inseguros con manos y piernas abundantes.

 Elementos para verbales


Volumen de voz bajo, tono tendiendo a la monotonía, fluidez verbal
escasa y muy entrecortada, velocidad rápida, claridad escasa, tiempo de
habla reducido, pausas largas y silencios abundantes.

c) Estilo comunicativo asertivo

Consiste en un tipo de interacción e intercambio de información en la que se


expresa una opinión o pensamiento de forma honesta, pero teniendo en cuenta la
perspectiva de la otra persona para no ofenderla. Se trata de comunicar lo que se
piensa y siente, con sinceridad y sin incomodar a la otra persona.
Las personas que utilizan este tipo de comunicación tienen en cuenta la opinión y
los puntos de vista de la persona o personas con las que interactúan. Es decir,
tiene en cuenta tanto los propios intereses como los de la otra persona.

 Elementos no verbales
Expresión facial amistosa, contacto ocular directo, sonrisa frecuente,
postura erguida, distancia adecuada con posibilidad de contacto físico,
gestos firmes pero no bruscos, acompañando el discurso.

 Elementos para verbales


Volumen conversacional ajustado a la interacción, entonación variada que
resulta agradable, fluidez verbal adecuada, velocidad ajustada más bien
pausada, claridad adecuada, tiempo de habla proporcional a los
participantes, pausas y silencios adecuados.

Cada una de las anteriores mencionadas nos permite utilizarlas en la


interacción con las demás personas, de manera que podremos identificar errores y
aciertos dentro de ella.
Dentro de las relaciones humanas, existen ciertas capacidades que nos
permiten modular tantos nuestros estilos comunicativos como nuestros pensamientos
y reacciones emocionales implicadas, por lo cual se hace necesario estudiar lo referido
a las llamadas habilidades sociales.

2. HABILIDADES SOCIALES

Las habilidades sociales son un conjunto de conductas y capacidades aprendidas, que


se manifiestan en situaciones interpersonales, es decir, son estrategias o nociones
sociales adquiridas, que nos ayudan a resolver situaciones de manera efectiva y
estructurada con las demás personas. Estas conductas, correctamente desarrolladas,
implican tener en cuenta normas sociales y normas legales del contexto sociocultural
en el que se actúa, así como criterios morales.
- Beneficios

 Interactuar y relacionarnos correctamente con los demás, de forma efectiva y


mutuamente satisfactoria.
 Expresar nuestros sentimientos, nuestros deseos, opiniones o derechos de
modo adecuado y asertivo.
 Tener en cuenta las necesidades e intereses de todos.
 Encontrar la solución más satisfactoria para todos ante un problema.

- Tipos de habilidades sociales

Las habilidades sociales se dividen en dos grupos, los cuales son:

 Habilidades sociales básicas: las cuales son


- Saber escuchar. Oír no es lo mismo que escuchar, solo cuando somos
capaces de atender de forma activa, cercana y empática a quien
tenemos en frente, damos forma a ese primer escalón de nuestras
interacciones sociales. Esta dimensión por muy básica que nos parezca,
es algo en lo que solemos fallar en muchos casos.
- Iniciar y mantener conversaciones. Requiere soltura, requiere dotes de
cortesía y cercanía, requiere positividad y esas dotes comunicativas
donde no parecer amenazante o inseguro, sino todo lo contrario.
- Hacer preguntas. Saber preguntar es saber reclamar y hacer uso
también de una adecuada asertividad.
- Dar las gracias. Saber reconocer al otro es una dinámica básica en
cualquier relación personal o profesional.
- Presentarte y presentar a otras personas. Saber introducirnos o
introducir a otros es una habilidad básica muy importante.

 Habilidades sociales avanzadas: que son


- Empatía. Nutre de forma excepcional nuestras relaciones y que sin
duda, debemos saber práctica con efectividad.
- Asertividad. Saber defendernos con respeto, hablar de nuestras
necesidades, comunicar y escuchar, reclamar derechos y cuidar
también los ajenos es una habilidad de gran valía.
- Afrontar críticas, negociar y evaluar soluciones. Podremos llegar a
acuerdos con mayor facilidad, negociar y establecer metas donde
ambas partes ganen.
- Pedir ayuda. Tomar consciencia de que no lo sabemos todo, de que
necesitamos consejo, apoyo u otras dimensiones es un acto de
madurez, lo cual implica saber pedirla con efectividad.
- Convencer a los demás. Es saber argumentar, conectar y llegar a un
entendimiento donde hacer ver al otro que determinada conducta o
acto le puede ser más beneficioso.

Dentro de estas últimas habilidades sociales se incluye las siguientes


- Habilidades afectivas, como conocer nuestros propios sentimientos y
de los demás, enfrentarnos con el enfado de otros, animar a otra
persona, etc.
- Habilidades alternativas a la agresión, como compartir alguna cosa,
negociar, autocontrol emocional, defender nuestros derechos, evitar
peleas, etc.
- Habilidades para hacer frente al estrés, como saber responder y
formular una queja, enfrentarse a opiniones contradictorias, hacer
frente a las presiones del grupo, etc.

Ante las diversas situaciones de la vida, surge la necesidad de aprender a


utilizar las habilidades anteriormente expuestas como estrategias de
afrontamiento a las reacciones naturales de una condición tan adversa como
es ser paciente oncológica, done las emociones alternan entre ansiedad y
depresión e infinidad de estados anímicos que varía en la medida de los
factores circundantes.

Por tanto, revisaremos los aspectos más importantes de regular estas


emociones vividas en esta circunstancia y manejar el estrés que afecta
innegablemente esta situación adversa.

3. AUTORREGULACIÓN EMOCIONAL

3.1. Estrés

El estrés es una reacción normal y sana de nuestro cuerpo para afrontar los
pequeños retos cotidianos y las situaciones excepcionales o difíciles de la vida.
Nuestro cuerpo “se acelera” para tener, instantáneamente si es preciso, la energía
y la fuerza necesarias.
Todas las personas poseemos esta reacción y es necesaria para vivir, pero en su
justa medida. Un poco de estrés es positivo, demasiado es perjudicial, y
demasiado poco también. Se trata de encontrar cada cual el nivel adecuado para
vivir y afrontar su propia vida.
El estrés se convierte en un problema cuando surge sin haber retos ni situaciones
excepcionales, cuando dura mucho tiempo después de que la situación estresante
ha pasado, si aparece ante situaciones que aún no han ocurrido o si no es
suficiente para afrontar los retos de la vida. Este estrés ya no nos ayuda a vivir
mejor sino que nos perjudica.
Un nivel de estrés no adecuado mantenido durante cierto tiempo produce
malestar físico y emocional. Puede influir mucho en cómo nos sentimos y en
nuestra calidad de vida. Además, puede tener relación con algunas enfermedades
como problemas musculares, de la piel, digestivos, dolores de cabeza, insomnio

El estrés presenta respuestas en tres niveles principales de nuestra vida:


- Cognitivo: ideas, creencias, pensamientos
- Emocional: desgano, preocupación, frustración, ira, enojo, temor,
inseguridad
- Fisiológico: cefalea, dolores gástricos, sudoración, tensión muscular,
taquicardia, agitación psicomotriz
Por lo general, solemos, en ocasiones, sentirnos “demasiado sensibles” o tener la
sensación de perder el control de las situaciones y emociones que implican ciertos
conflictos.

3.2. Identificar al estrés

Una reacción emocional integrada, tal como la ansiedad social, tiene cuatro


aspectos:

- La situación ambiental
- Tus reacciones físicas
- Tu comportamiento exterior
- Tu comportamiento intimo

En algún momento de nuestra vida todos debemos afrontar el estrés o la tensión


emocional. Una persona con capacidad de actuar asertivamente cuando se lo
proponga, tiene que saber afrontar triunfalmente los conflictos interpersonales.

Una buena forma de evitar que las emociones se lleven lo mejor de nosotros, y de
aliviar estrés y las tensiones emergentes de un estilo de vida lleno de presiones,
consiste en participar de un proceso conocido como la “Relajación Progresiva”.

La tensión muscular se halla siempre presente en las personas ansiosas. La


preocupación, la ansiedad, la irritabilidad, la impaciencia generan tensión en los
músculos. Hay una variedad de ejercicios de técnicas de relajación que ensañan
aprender en reducir las tensiones con una simple técnica de relajar
progresivamente los músculos afectados. La relajación muscular contribuía en alto
grado a controlar las emociones y desensibilizase ante la ansiedad y situaciones
estresantes.
Con estas técnicas de relajación y cierta práctica la mayoría de las personas
incrementaran su capacidad para manejar situaciones tensionales.

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