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ARQUEOMETRÍA
APLICADA AL
ESTUDIO DE
CERÁMICAS
PINTADAS
Contextualización de la muestra 5
Pigmentos 9
TÉCNICAS DE ANÁLISIS 11
Métodos voltoamperométricos 56
CONCLUSIONES GENERALES 57
BIBLIOGRAFÍA 59
Éstas técnicas, en su mayoría, han sido generadas para su aplicación en campos que
nada tienen que ver con la Arqueología, como el del desarrollo de técnicas aplicadas a
procesos industriales de distinto tipo o a investigaciones militares o criminalistas; y sin
embargo han demostrado su utilidad en procesos de estudio que aportaban una
información importante para la investigación arqueológica.
Así, podemos decir que existe una tendencia en la Arqueología, quizás sería demasiado
prematuro hablar de disciplina o de especialidad (al menos en nuestro contexto), que,
como hemos mencionado, se basa en la aplicación al estudio de elementos
arqueológicos de técnicas propias del ámbito “científico”. Sin embargo, en esta
afirmación yace implícita una diferenciación entre Arqueología y Ciencia, cuando es
una realidad que la primera, a pesar de que se mueve y habita en el campo de las
Humanidades, se desarrolla y tiene su razón de ser en la aplicación de los postulados
de la segunda para lograr sus objetivos.
Quizás un pequeño resumen de la aparición y la evolución del término (y por tanto del
concepto) “Arqueometría” nos permita obtener un conocimiento más claro de cuál es
el contexto en el que debemos entender los contenidos de la asignatura.
- Datación.
- Análisis físico-químicos de materiales, incluyendo tecnología, origen y uso de
los mismos.
- Estudios paleoambientales.
- Prospección geofísica y teledetección espacial.
- Empleo de métodos matemáticos y estadísticos.
Sobre todo tras la II Guerra Mundial, aparecen nuevas técnicas de análisis que tendrán
un amplio uso en el ámbito de la Arqueología. En 1955 Alan Walsh desarrolla la
espectroscopía de absorción atómica y en 1966 Harry Bowman y su equipo publican
los primeros análisis con fluorescencia de energía de dispersión de rayos X. En el
campo de la datación los principios del arqueomagnetismo se presentan en 1936, la
datación por flúor en la década de los 40, el carbono14 (C14) a fines de esta misma
década y los principios de la termoluminiscencia en 1953, aunque su uso generalizado
en arqueología no será hasta los años 70.
La especial atención a este determinado rasgo responde a varios motivos. Por un lado,
en la mayoría de las publicaciones consultadas, los estudios arqueométricos vinculados
a materiales cerámicos se basan principalmente en la determinación y el análisis de
los componentes de la pasta dejando el estudio de los pigmentos utilizados en la
decoración (en caso de existir) en un segundo plano o directamente sin tratar. Por otro
lado, el hecho de que la decoración pictórica constituye un elemento diferenciador
sobre las demás muestras cerámicas proporcionadas en clase, por lo que nos servirá
- Su estado de conservación.
Igualmente, hemos de tener claro que, por norma general, la mejor opción será la
utilización de diferentes técnicas sobre una misma pieza, de manera que podamos
contrastar y completar los datos ofrecidos por cada una de ellas, como se aprecia en
los estudios que proponemos como ejemplos.
A pesar de esto, sí que existen una serie de colorantes y pigmentos determinados que,
gracias a las fuentes, podemos atribuir a momentos y espacios culturales
determinados, por lo que nos pueden ofrecer, sino una datación y una atribución
cultural absoluta, al menos sí unos parámetros relativos que nos sirvan para avanzar
en nuestra investigación.
Sin embargo, para el contexto que nos ocupa, el del estudio de materiales
arqueológicos, una de las fuentes más útiles y completas acerca de la elaboración de
pigmentos (aunque más centrada en decoraciones murales y arquitectónicas que en la
de objetos cerámicos) son los diez libros de Arquitectura de Vitruvio.
Vitruvio dedica los capítulos del VII al XIV de su libro VII a describir las características y
los procesos de fabricación de los diferentes pigmentos empleados en la época,
prestando especial atención al bermellón, el azul, el ocre quemado, el albayalde, el
cardenillo, la sandáraca y el púrpura. Igualmente apunta una diferenciación entre lo
que denomina “colores minerales” (los que se extraen directamente de la tierra) y los
“colores artificiales” (obtenidos a partir de procesos que mezclan varios de los otros)
(Ortiz y Sanz, 1787).
R. Vigil de la Villa Mencía y R. García Giménez proponen una clasificación que nos
parece bastante completa (Vigil de la Villa Mencía y García Giménez, 2008):
Técnicas no destructivas:
Técnicas destructivas:
-Mineralógicas:
-Microscopía petrográfica:
-Microscopía electrónica:
-Transmisión (TEM)
-Barrido (SEM)
-Químicas:
-Mixtas:
-Dilatometría (DA)
Preparación de la muestra
Además, esta luz puede ser polarizada mediante un polarizador que se instala entre el
condensador y la muestra. Este polarizador cuenta con un cristal de cuarzo y otro de
Nícol (de ahí la expresión vista con “nícoles cruzados” que podemos encontrar en
algunos estudios). De esta manera se modifica la vibración de la luz emitida de forma
que determinados compuestos inorgánicos se hacen reconocibles a través de la
extinción o la aceptación de la luz. Ello nos ayuda a reconocer con mayor facilidad
(siempre que conozcamos el aspecto de las partículas y su reacción a la luz polarizada)
determinados componentes de la pasta.
Ejemplos de aplicación
Así, los autores obtienen datos acerca de la textura y el color (y una primera
aproximación a su composición) de su masa basal, la “contextura b” (disposición y
naturaleza de cristales y granos), la existencia y los tipos de desengrasantes, de poros,
de nódulos, de revestimientos e hiporrevestimientos y de microfósiles.
Como resumen de la información más significativa arrojada por el estudio de las pastas
cerámicas mediante microscopía óptica petrográfica de lámina delgada podemos
destacar lo siguiente:
Al igual que hemos visto en el trabajo de Capel et al., la técnica de la lámina delgada se
emplea aquí para contrastar los resultados obtenidos mediante otras técnicas de
análisis, en este caso la Difracción de Rayos X, la Fluorescencia de Rayos X (técnicas
que abordaremos más adelante) y la absorción atómica. También hay que decir que
este estudio vuelve a tener como propósito principal la determinación de las zonas de
procedencia de la materia prima empleada para la producción de la cerámica, y que va
parejo a un detallado estudio geológico del asentamiento y de su área de captación.
Con estos datos en la mano, los autores del trabajo llevan a cabo un estudio geológico
del asentamiento y de la zona de captación del mismo (5 km. alrededor), analizando
las muestras desde un punto de vista petrológico y micropaleontológico para ponerlas
en relación con las muestras cerámicas. Esta comparación permite establecer con
bastante seguridad hipótesis acerca de aspectos relacionados con la procedencia de la
materia prima (y, en este caso concreto, por extensión con el lugar de fabricación) de
la cerámica, pero también acerca de aspectos relacionados con los procesos de
fabricación de la misma y el contexto tecnológico en el que se llevaron a cabo.
Por último, los autores señalan como la caracterización de las pastas cerámicas
halladas en Las Calañas y la determinación de algunas zonas de captación de materias
primas da pie a una posterior investigación acerca de la existencia de posibles
relaciones comerciales con otros asentamientos de la zona en base al análisis de
materiales hallados en los mismos.
Conclusiones
Así, y a pesar de tratarse de una técnica de observación más que de una técnica
analítica, y a pesar de su carácter destructivo, se trata de una herramienta muy útil y
muy utilizada a la hora de acometer el estudio de materiales cerámicos.
Preparación de la muestra
También hay que tener en cuenta que muchos de estos equipos funcionan en vacío
(aunque también existen equipos que funcionan en circunstancias ambientales
normales) por lo que es muy importante que la muestra no contenga agua ni otros
líquidos que pueden interferir en el buen funcionamiento del mismo.
Proceso de análisis
Por otro, la capacidad de penetración del haz de electrones es limitada, lo que puede
resultarnos especialmente útil para el análisis compositivo de pigmentos, engobes,
recubrimientos, etc.
Fig. 8. Esquema del funcionamiento de un microscopio electrónico de barrido. (1: carcasa; 2: emisor de
electrones; 3: haz de electrones; 4: cátodo; 5: ánodo; 6: inductor de enfoque; 7: muestra; 8 y 9:
detectores, en nuestro caso se trataría de un Espectómetro de Energía Dispersiva; 10: pantalla de
absorción)
Esta consideración, unida al prestigio, expresado entre otros por Estrabón, de los
textiles y la lana de la zona en el mundo turdetano y romano y al carácter de mercado
rural atestiguado en el asentamiento, lleva a los autores a pensar acerca de las
implicaciones de una posible importación de este pigmento en relación a la posible
existencia de una producción textil destinada al comercio.
En segundo lugar, el hecho de importar una sustancia tan específica y cara como la que
nos ocupa lleva a pensar que no se limitara su uso al ámbito doméstico, sino que
parece más apropiado pensar en una amortización de este elevado coste mediante la
comercialización de productos textiles tintados, producidos en un taller de cierta
envergadura (del que no se han encontrado restos), empleando como plataforma ese
mercado rural al que hemos hecho referencia anteriormente.
Fig. 9. Microfotografía SEM de fragmento de pigmento “azul egipcio” (resaltada la zona donde se realiza
el análisis compositivo). (Román Punzón y Navas Guerrero, 2006).
Hay que decir, no obstante, que en este trabajo no se lleva a cabo un estudio para
resolver una cuestión determinada en el marco de una investigación arqueológica
concreta, sino que se trata de describir las peculiaridades compositivas de algunos
tipos de vidriados. Si bien este hecho no avanza directamente en la línea de uno de los
objetivos básicos de este trabajo (ejemplificar de forma concreta posibles casos de
aplicación de las diferentes técnicas de análisis arqueométrico a la investigación
arqueológica), sí que nos sirve para adquirir conciencia de las posibilidades reales de
este tipo de análisis y de posibles aplicaciones.
En los datos aportados por los autores se pueden apreciar hechos como la presencia
en época romana de cobre en los vidriados verdes o de hierro en los vidriados
mielados, o como en época islámica se aplica una capa intermedia entre la cerámica y
el vidriado compuesta por varios elementos entre los que se encuentra el plomo. En
todo caso, vemos cómo el análisis mediante microscopio electrónico de barrido
asociado a un detector de energía dispersiva nos permite obtener información precisa
de la composición química, la estructura o la coloración del vidriado, o cómo nos
permite discriminar entre la penetración de determinados elementos (como el plomo)
del vidriado en la pasta cerámica o su adición intencionada en la preparación de la
misma.
El otro ejemplo concreto de estudio de las alteraciones que sufren los objetos
vidriados a través de la aplicación del microscopio electrónico de barrido es el que
hace referencia al deterioro de azulejos vidriados (sobre todo de estilo mudéjar) que
recubren fachadas y torres de algunos edificios. A menudo se observa en ellos se un
proceso de deterioro que provoca una pérdida de color y una alteración y pérdida del
vidriado. En un primer momento se había considerado que la causa debía estar
relacionada con la exposición a los agentes atmosféricos y contaminantes. Sin
embargo, en los trabajos de restauración de una de estas piezas se planteó la
necesidad de investigar las causas de este deterioro y determinar el color original del
azulejo. Gracias al empleo del microscopio electrónico de barrido asociado a un
espectómetro de energía dispersiva se pudo determinar que en realidad este deterioro
era producido por la interacción del yeso que consolidaba ladrillos y azulejos con el
vidriado del azulejo. Así, el plomo del vidriado daba lugar a sulfato de plomo,
provocando el empobrecimiento del mismo y a la aparición de una capa de color
blanquecino y muy insoluble. Por su parte, el cobre que daba el color verde original se
convertía en sulfato de cobre, en este caso soluble en agua, por lo que se perdía
fácilmente con el paso del tiempo y la acción de los agentes atmosféricos, lo que
generaba la consiguiente pérdida de color.
Así, los autores obtienen nítidas imágenes de las vacuolas generadas en la pasta,
consecuencia del fundido parcial de algunos de los componentes de la pasta cerámica,
e incluso de cuerpos esféricos correspondientes a algunos de estos componentes que
no llegaron a estallar durante el proceso de cocción.
Esta información resulta muy útil a la hora de establecer los rangos de temperatura de
cocción que proponen los autores del estudio en las conclusiones a las que nos hemos
referido más arriba.
Conclusiones
A esto hay que añadir que el hecho de que la toma de datos se lleve a cabo mediante
la incidencia de un haz de electrones sobre una zona concreta y muy pequeña de la
muestra, y de que, además, este haz incida sólo de una forma superficial en la materia,
hace de esta técnica un recurso muy válido (como hemos visto) para estudiar todo tipo
de recubrimientos y decoraciones aplicadas en superficie, e incluso zonas concretas
dentro de esa decoración.
Preparación de la muestra
Lo que más nos interesa, como arqueólogos, es ser conscientes de que para llevar a
cabo este análisis necesitamos obtener un pequeño fragmento de la pieza y de que, en
función de este fragmento, el análisis nos proporcionará una información u otra.
Proceso de análisis
Ejemplos de aplicación
- Comparar los resultados del análisis mediante XRD de las muestras procedentes
de cada uno de los yacimientos para establecer una clasificación.
Tras una introducción en la que se habla de los procesos de transformación que sufre
la arcilla en función de los diferentes rangos de temperatura a la que se somete
(pérdida de agua, procesos de transformación, combustión, cristalización o
recristalización o vidriado –que no se dan en cerámica ibérica porque los hornos no
alcanzaban la temperatura necesaria-) y en la que se localizan los tres yacimientos, la
autora clasifica las muestras de cada uno de los yacimientos en base al color de la
pasta cerámica.
En él, de nuevo vemos como el objetivo principal que se plantea es tratar de relacionar
los distintos centros alfareros dedicados a la producción de ánforas documentados en
la zona con sus zonas de obtención de materia prima. Los barreros de los que se
extraen las muestras se determinan en función de tres criterios principales: la
presencia cercana de una fuente de agua dulce, la existencia de una salida directa al
mar y la cercanía a los alfares.
Para poder determinar las características propias de cada una de las muestras de
material geológico los autores recurren al análisis mediante difracción de Rayos X y
mediante fluorescencia de Rayos X. En realidad, el trabajo se queda en la
caracterización de los barros mencionados, que servirá como base para poder
establecer esas relaciones de las que hablamos más arriba a través del estudio de
cerámicas de la zona (resultados que no están disponibles para los autores en el
momento de publicar su trabajo).
Se trata de una técnica versátil que reconoce un gran número de elementos químicos y
que presenta los resultados en tiempo real, permitiendo decidir la necesidad de la
aplicación de otras técnicas de análisis adicionales ante resultados analíticos no
concluyentes. Como hemos mencionado, es una técnica muy empleada para
complementar los resultados proporcionados por técnicas como la XRD.
Además, logra alcanzar unos límites de detección de hasta 0.002% (20 ppm), lo que
puede resultar útil a la hora de detectar peculiaridades compositivas que nos aporten
indicios acerca de la procedencia de las materias primas utilizadas para la fabricación
de la cerámica o los pigmentos correspondientes, los llamados “elementos traza”.
Como también hemos visto, una de los objetivos principales a la hora de realizar un
Preparación de la muestra
Proceso de análisis
Ejemplos de aplicación
neutrones (García Heras et al., 1999). Según los autores, las técnicas de activación de
neutrones han venido siendo las más utilizadas desde fechas tan tempranas como la
década de 1970 para este tipo de estudios por sus altas prestaciones, por lo que,
además, se ha logrado generar una amplia base de datos que permite establecer
comparaciones e interpretar los datos de una manera rápida y efectiva. Sin embargo,
este tipo de técnicas presentan claros inconvenientes debido al alto coste que supone
su aplicación y a las dificultades para acceder a los reactores nucleares.
En este trabajo, se somete a análisis mediante XRF una muestra de un tipo de arcilla
analizado y ampliamente contrastado mediante técnicas de activación neutrónica, que
se utiliza como referencia. Los autores demuestran que existe una buena correlación
entre los resultados arrojados por una y otra técnica y señalan varias ventajas de la
XRF, algunas magnificadas por las características de la técnica con que se compara:
- La facilidad de acceso al equipo necesario, sin duda mucho más accesible que
los reactores nucleares.
- Su bajo coste, tanto económico como de tiempo.
- La reducida cantidad de muestra requerida (que señalan como de 10 mg.), pese
a que las técnicas de activación neutrónica son técnicas no destructivas.
Como venimos diciendo, la técnica del análisis mediante XRF viene siendo
ampliamente utilizada en el estudio de materiales arqueológicos, pero también en el
campo de la conservación y restauración de bienes culturales por su carácter de
técnica no destructiva y la utilidad de la información que proporciona.
Como resumen de las conclusiones principales podemos decir que este estudio
establece relaciones entre la cronología de las cerámicas y la aparición de ciertos
componentes en los pigmentos. Así, la presencia de níquel se evidencia a partir del s.
XV, la de arsénico a partir del s. XVI, el cobre y el cinc se detectan principalmente en
ejemplos previos al s. XVI, mientras que el manganeso se detecta en ejemplos que van
del s. XIV al XIX.
En base a estas asociaciones del cobalto con otros elementos se establecen cuatro
grupos de pigmentos:
Esta característica de la XRF de permitir obtener de forma accesible una analítica fiable
de la composición química de los materiales a estudiar ha hecho que se emplee con
asiduidad para completar la información obtenida mediante la aplicación de técnicas
como las vistas hasta ahora en este trabajo. Así vemos como se aplica en este sentido
en varios de los trabajos ya comentados (Cardell et al., 1999; Domínguez-Bella et al.,
2003 o Rísquez Cuenca y Molina Cámara, 1999) .
En el caso concreto de la muestra cerámica que nos sirvió como punto de partida para
la elaboración de este trabajo, la sometimos a un análisis de fluorescencia de Rayos X
mediante el equipo portátil del laboratorio de la UAM. El resultado obtenido fue el que
se refleja en el siguiente gráfico:
Fig. 12. Resultado del análisis por fluorescencia de Rayos X de nuestra muestra cerámica.
La aplicación de esta técnica a nuestra muestra fue posible gracias a los responsables
del laboratorio el propósito era tener un contacto directo con este análisis además de
obtener algo más de información acerca de nuestra pieza, por lo que sólo se llevó a
cabo una medición, aunque hubiera sido interesante realizar una medición de la zona
sin decoración para tratar de obtener una idea de qué cantidad de hierro forma parte
de la pasta y cuál del pigmento.
Conclusiones
Preparación de la muestra
Proceso de análisis
Si la comparamos con las técnicas vistas hasta ahora, nos damos cuenta de que el
análisis basado en el estudio mediante microespectroscopía Raman resulta muy
interesante, aunque mantenemos la idea de que lo ideal es llevar a cabo varios análisis
con distintas técnicas que nos permitan contrastar y complementar los datos
obtenidos. Como hemos mencionado, se trata de una técnica no destructiva, además,
por ejemplo, la difracción de Rayos X sólo permite determinar la composición a nivel
atómico de cristales y aleaciones inorgánicas muy bien ordenadas, la fluorescencia de
Rayos X no nos habla de la estructura molecular, etc.
Ejemplos de aplicación
En él se combinan los datos aportados por la microscopía Raman con los aportados por
la difracción de Rayos X para obtener información relativa a la composición de
recubrimientos y pigmentos y es un trabajo interesante e ilustrativo de las
posibilidades de aplicación de esta técnica a la investigación arqueológica.
En cuanto a los objetivos concretos del estudio, los autores hacen referencia a una
múltiple intencionalidad. Por un lado se pretende demostrar la utilidad de la aplicación
de esta técnica en el campo de la arqueometría, así como obtener datos relativos a la
composición de los materiales que sirvan de base a futuras investigaciones acerca de la
autoctonía o aloctonía de los mismos. Estos son, básicamente, los objetivos principales
que hemos visto que se perseguían en la gran mayoría de los estudios consultados. Sin
embargo, resulta interesante que los autores mencionen junto a estos objetivos la
importancia de la información obtenida de cara a la conservación y restauración de los
materiales (algo que también se menciona en numerosos trabajos de forma
tangencial) y, sobretodo, el papel que puede jugar esta información a la hora de la
puesta en valor de los yacimientos, sin duda muy útil a la hora de explicar procesos de
producción pero también a la hora de realizar reproducciones o en el campo de la
arqueología experimental.
Así vemos como en el caso de Tutugi, el difractograma del recubrimiento blanco arroja
que el componente mayoritario es el yeso, apreciándose también dolomita y cuarzo.
Esta información resulta concluyente para los autores, aunque deciden someter una
de las muestras a un análisis mediante MRS que confirma esta información.
La aplicación del MRS resulta más útil y necesaria en el caso del pigmento negro. En
esta ocasión la XRD detecta el yeso y la dolomita que contaminan el pigmento, pero no
ofrece información acerca del componente del mismo. Sometida la muestra a un
análisis mediante microespectroscopía Raman, los resultados hablan claramente de la
presencia de carbón, del que además se puede decir que ha sido generado a partir de
la combustión de materias vegetales o aceites y no de hueso o marfil, debido a la
inexistencia de fosfatos.
Algo parecido ocurre con el pigmento rojo. El análisis mediante XRD vuelve a reflejar el
yeso y la dolomita, pero no aparecen elementos a los que se pueda atribuir la
pigmentación. El análisis mediante MRS nos habla de la presencia de hematita en las
tonalidades oscuras y de gohetita en las tonalidades más claras.
Fig. 14. Difractograma de la muestra MS2 de recubrimiento blanco del yacimiento de Convento 2
(Sánchez Vizcaíno et al., 2005).
Fig. 15. Espectro Raman de la muestra MS2 de recubrimiento blanco del yacimiento de Convento 2
(Sánchez Vizcaíno et al., 2005).
Conclusiones
Además, por el tipo de información que proporciona, por su versatilidad, por tratarse
de una técnica no destructiva y por no resultar especialmente costosa, su aplicación en
estudios arqueométricos como complemento de otras técnicas sería muy deseable.
Preparación de la muestra
El segundo método es triturar finamente una cantidad de la mezcla con una sal
especialmente purificada (usualmente bromuro de potasio) para remover posibles
efectos dispersores de los cristales grandes. Esta mezcla en polvo se comprime en una
prensa de troquel mecánica para formar una pastilla translúcida a través de la cual
puede pasar el rayo del espectrómetro.
Proceso de análisis
En cuanto a la FTIR, cabe decir que sus principios de actuación son semejantes a los de
otras espectroscopías, como la XRF o el Raman, es decir, que se basa en la detección y
el análisis de las variaciones producidas en la naturaleza de un haz de energía (en este
caso infrarroja) después de incidir en la materia. Sin embargo, esta técnica, al igual que
la microscopía Raman, nos ofrece una característica que puede resultarnos muy útil a
la hora de detectar e identificar ciertos pigmentos y aglutinantes: su carácter de
espectroscopía de emisión molecular, es decir, su capacidad para el análisis de
estructuras moleculares que, en la mayoría de los casos, son las que presenta la
materia orgánica.
Ejemplos de aplicación
Como mencionábamos más arriba, y a juzgar por los estudios consultados, parece que
el análisis por espectrometría de absorción molecular mediante infrarrojos por
transformada de Fourier es una técnica muy utilizada en el ámbito de los estudios
vinculados a la caracterización de pigmentos, y más concretamente, como demuestran
los trabajos de Domínguez Bella (Domínguez Bella, 2003) o Feliu et al. (Feliu et al.,
2003), aplicada a la identificación de aglutinantes orgánicos.
Así, por un lado se lleva a cabo una caracterización cromática, y por otro un análisis
químico. En este estudio de la composición química, que se aplica tanto a muestras de
pigmento como a muestras del substrato sobre el que se asienta, se emplean las
- Colores rojos.
- Colores ocres.
- Colores verdosos.
- Colores blancos.
- Colores negros.
En cuanto a los colores rojos, dejando de lado la colorimetría, el análisis mediante SEM
asociado a EDS revela la presencia de magnesio, aluminio, silicio, calcio y hierro, una
información elemental que se completa con la información mineralógica que nos
proporciona la XRD, que nos habla de la presencia de cuarzo, calcita, silicatos y óxidos
de hierro, mayoritariamente hematites. Por su parte el FTIR corrobora esta
información y añade la presencia de yeso. De estos datos se deduce que el pigmento
está compuesto en su mayor parte por óxidos de hierro sobre un mortero de
carbonato cálcico.
En los colores ocres se detecta la presencia de calcio, azufre, hierro y silicio, y los
análisis mediante FTIR indican que el pigmento está compuesto por óxidos de hierro
amarillos (quizás limonita, aunque su presencia no puede confirmarse ya que, al
tratarse de una sustancia amorfa no es detectable mediante esta técnica) y no
muestran indicios de la presencia de sustancias de tipo orgánico.
En cuanto a los colores verdes, el análisis mediante SEM y XRD lleva a los autores a
pensar que se trata del pigmento llamado “tierras verdes” dada la presencia de
silicatos y de clinocloro, característico de este pigmento.
Por último, en cuanto al color negro, resulta significativo que no resulta posible para
los autores determinar la naturaleza compositiva del mismo mediante la aplicación de
las técnicas mencionadas, ya que la XRD no detectaba carbón en forma cristalina y el
análisis mediante FTIR no permite detectar la probable presencia de carbón amorfo de
origen orgánico. Apuntamos lo útil que hubiera sido la aplicación en este caso de un
Tenemos que decir que los resultados del estudio no son especialmente significativos
en lo que se refiere al aporte que la composición de los pigmentos pueda hacer al
avance de la investigación arqueológica (aparte de la importancia misma de obtener
datos fehacientes de la realidad de los materiales con los que se trabaja en esta
Conclusiones
Como conclusión podemos decir que la técnica de análisis a través del uso de la
espectrometría de absorción molecular mediante infrarrojos por transformada de
Fourier, aunque también discrimina sustancias inorgánicas, resulta especialmente
interesante y útil para la detección e identificación de compuestos y sustancias de
origen orgánico.
En este sentido, y centrándonos en el tema de nuestro trabajo, habría que decir que su
aplicación más deseable sería la del estudio de las decoraciones y los pigmentos, en
pos de obtener una información que complemente la obtenida por medio de algunas
de las técnicas comentadas anteriormente, que se han mostrado más útiles para la
caracterización de la pasta cerámica (como el análisis de lámina delgada mediante
microscopio óptico petrográfico, la difracción de rayos X o la fluorescencia de rayos X).
Preparación de la muestra
Como hemos dicho, una de las grandes ventajas de este tipo de técnicas de análisis es
su carácter de técnicas no destructivas. Quizás cabría señalar en este apartado el
hecho de que, a diferencia de otros sistemas que hemos comentado, por ahora parece
lejano el día en que se disponga de equipos portátiles que ofrezcan las prestaciones de
los voluminosos aceleradores de partículas. Así, hay que contar con el traslado de las
piezas al lugar donde se encuentre el equipo.
Proceso de análisis
Fig. 17. Vista general del acelerador de partículas y las vías de análisis del Centro de Microanálisis de
Materiales de la UAM.
Conclusiones
Como conclusiones debemos mencionar una idea que viene repitiéndose a lo largo de
todo el trabajo, y es, una vez más, el hecho de la conveniencia de aplicar varias
técnicas complementarias a la hora de integrar los procesos de estudio arqueométrico
a nuestra investigación arqueológica. En el caso concreto de las técnicas basadas en el
uso de equipos de aceleración de partículas, debido las características que hemos
señalado en la introducción, se hace especialmente útil la previa utilización de otras
técnicas de análisis que permiten su aplicación mediante equipos portátiles (como la
fluorescencia de rayos X) para lograr una primera aproximación que nos permita
seleccionar que piezas o que muestras sometemos a un análisis más profundo.
Se trata de una técnica de análisis multi-elemental que utiliza una fuente de plasma de
acoplamiento inductivo para disociar los átomos o iones que constituyen la muestra,
excitándolos a un nivel donde emiten luz de una longitud de onda característica. Un
detector mide la intensidad de la luz emitida y calcula la concentración de ese
elemento, en particular, de la muestra. Al ser una técnica de análisis de emisión
atómica se hace especialmente útil para la detección e identificación de materias
inorgánicas.
Preparación de la muestra
Para poder aplicar el estudio mediante ICP es necesario que la muestra se encuentre
en estado líquido, por lo que en el caso de los materiales objeto de nuestro trabajo, se
hace necesaria una digestión ácida, así como descomposiciones por fusión. A la hora
de realizar la disolución, el técnico encargado deberá ser especialmente cuidadoso y
deberá estar al corriente de cuál es la realidad de los materiales sometidos a análisis,
así como de los objetivos de nuestra investigación para evitar que los diluyentes
empleados pueden ocultar detalles de la información que puedan resultarnos útiles.
Durante el proceso de preparación de la muestra deberá interferirse lo menos posible
en la naturaleza compositiva de la misma.
Ejemplos de aplicación
Hay que decir que este análisis arqueométrico está precedido de un análisis tipológico
de las piezas. Este análisis tipológico, unido al conocimiento de las estructuras
aparecidas y de la realidad arqueológica del yacimiento llevan a los autores a proponer
para el asentamiento un proceso de ocupación basado en dos o tres fases:
A partir del análisis mediante EEA – ICP los autores pretenden aportar una
caracterización química de las pastas que permita la comparación con otros
yacimientos.
calenas basándose en criterios formales, sin contrastar esta información con datos
referidos a la composición de las pastas cerámicas.
De los resultados obtenidos a partir del análisis de casi cien muestras procedentes del
Museo de Teruel y del Museo de Zaragoza, los autores realizan, en primer lugar, una
diferenciación entre pastas calcáreas (que presentan una concentración de óxido de
calcio superior al 10%) y no calcáreas (de menos de un 10% de CaO). Resulta curioso el
hecho de que en el trabajo mencionado más arriba de Domínguez Arranz et al.
también se establece esta diferenciación.
Por otra parte cabe decir que la utilización de la EEA – ICP en el contexto de la
Arqueometría no está excesivamente asentada, ya que los pocos ejemplos de
aplicación que hemos encontrado son de fechas relativamente recientes.
Hemos visto cómo, gracias al uso de estas técnicas, podemos determinar aspectos tan
relevantes para la investigación arqueológica como el ámbito espacial de procedencia
de un objeto, o su cronología, la tecnología empleada en su elaboración, el uso que se
le atribuyó, etc. Y también, gracias a esta información, cuestiones como la existencia o
no de contactos culturales o comerciales entre dos o más grupos, el grado de
desarrollo de una determinada cultura, o incluso cuestiones relativas a hábitos
alimenticios, etc. Por otro lado, también hemos visto la importancia y la utilidad del
uso de estas técnicas de cara a la conservación, a la restauración y a la puesta en valor
de restos arqueológicos.
Sin embargo, hemos de ser muy cuidadosos con la información que obtenemos de la
aplicación de estos estudios. Esta información, en todos los casos, nos proporciona una
serie de referencias, unas pautas basadas en datos cualitativos que nos permiten
profundizar en una investigación en la que habrá sido necesaria una labor previa de
documentación y estudio de las fuentes, del contexto de aparición de los objetos, de
contrastación con otros estudios existentes, etc.
- FELIU, M. J. et al. (2003) “Estudio espectroscópico del color del edificio del
antiguo Gobierno Militar de Cádiz”, Avances en Arqueometría, Cádiz, 2003, pp.
216-221.