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1) Introducción

Proverbios 11:31 forma parte de la lista de textos a los cuales se hace

referencia en la Primera Carta de Pedro, particularmente en 1 Pedro 4:18.

La referencia se deja categorizar indudablemente como cita implícita ya

que a diferencia de otras citas, por ejemplo, 1 Pedro 1:16 (aludiendo

posiblemente a Levítico 11:45-46 y otros afines) que introduce su cita con

una fórmula introductoria, en este caso la expresión “ διότι γέγραπται”, 1

Pedro 4:18 no utiliza expresión alguna para indicar la cita. Así pues, la

cita es implícita por cuanto carece de fórmula introductoria, y es cita por


cuanto la correspondencia textual entre Proverbios 11:31 en la LXX y su

cita en 1 Pedro 4:18 es casi perfecta, más que suficiente para cumplir con

los requisitos propuestos por los diferentes autores para categorizar una

referencia como cita.

La pregunta inicial de esta monografía versa en torno al uso del contexto

literario y teológico de Proverbios 11:31 por parte del autor de 1 de Pedro

al citar el proverbio en 4:18. En este capítulo se presenta primero un

análisis de Proverbios 11:31 entre la LXX y el T.M. para posteriormente

efectuá la comparación del proverbio en la LXX con la cita en 1 Pedro

4:18. Posteriormente el lector encontrará un análisis de la idea de

contexto literario y teológico en los proverbios, llegando luego a un

replanteamiento del interrogante inicial de la monografía que refleje la

naturaleza de los proverbios y su intertextualidad, específicamente en el

caso de 1 Pedro 4:18 con Proverbio 11:31.

2) Análisis lógico-textual de Proverbios 11:31 entre la LXX y el T.M.


Una traducción literal de Proverbios 11:31 en la LXX podría ser: si el
1
justo difícilmente se salva, ¿a dónde terminarán el injusto y el pecador?;

una traducción literal de Proverbios 11:31 en el T.M. podría ser: He aquí

el justo en la tierra recibirá lo que merece ¡cuanto más! El impío y


2
pecador. A primera vista podría concluirse que la LXX efectúa una

traducción demasiado libre que difiere prácticamente en todo con el T.M.,

y aunque en principio la comparación textual pareciera indicar esto, un

análisis más detallado revelará matices considerables.

El T.M. en Proverbios 11:31 emplea la expresión “ ‫כי־‬ ‫” א‬, expresión que


‫אף כ‬

aparece 25 veces en el A.T. de las cuales 21 veces es usada claramente

como la fórmula del argumento a fortiori, 3 de de los 25 usos parecen

una evolución del a fortiori hacia una conjunción correlativa cuyo


3
equivalente español podría ser “más aún” enfatizando la idea aumentativa,

y sólo en una ocación su uso es de difícil comprensión, posiblemente usado

de manera interrogativa. El argumento a fortiori se vale no del contraste


4

sino de la comparación, la comparación de desigualdades más

específicamente, es decir, mientras usualmente el argumento por analogía

se esfuerza por mostrar ambas partes tan iguales como sea posible, el

argumento a fortiori se esfuerza por mostrar el segundo elemento como

más o menos abundante en ciertas características que el primero, no

opuesto, sino mayor.


5

1 Traducción del autor, el texto original es: εἰ ὁ μὲν δίκαιος μόλις σῴζεται ὁ ἀσεβὴς καὶ ἁμαρτωλὸς ποῦ φανεῖται
2 Traducción del autor, el texto original es:‫טא׃‬‫כי־שרשששע ווחו ו ט‬
‫לם אאף כ‬
‫אררץ י ושש כ ש‬
‫ב ש‬
‫דיק שכ‬
‫הן אצ כ כ‬
‫ט‬
3 Con aumentativo se da a entender que aquello que viene posterior a “ ‫כי־‬
‫אף כ‬‫ ” א‬resulta ser de mayor grado que aquello
que le precede, una idea claramente devenida del uso de la expresión en el argumento a fortiori.
4 Usos de “‫כי־‬‫ ”אאף כ‬como argumento a fortiori: Dt 31:27; 1 Sm 14:30; 21:6; 23:3; 2 Sm 4:11; 16:11; 1 Ry 8:27; 2 Ry 5:13;
2 Cr 6:18; 32:15; Job 9:14; 15:16; 25:6; 35:14; Proverbios 15:11; 17:7; 19:7, 10; 21:27 Ez 14:21; 15:5.
Usos de “‫כי־‬ ‫ ”אאף כ‬como además: Nh 9:18; Ez 23:40; Hb 2:5.
Uso de “‫כי־‬‫ ”אאף כ‬como posible interrogativo: Gn 3:1
5 Hubert Marraud, argumentos a fortiori. 2012 pg. 106
Así las cosas, Proverbios 11:31 en el T.M. tiene su foco en la realidad del

juicio, de cierta forma responde al problema de la injusticia aparente, y

por lo tanto presupone la justicia divina. Es decir, Proverbios 11:31

argumenta que si aquí en la tierra los justos reciben lo que merecen, los

injustos y pecadores también, y no sólo también sino que con más razón.

Es así como el uso del a fortiori parece indicar desde el T.M. que el

lector siente que el injusto y el pecador merecen una recompensa por sus

actos más de lo que la merecería el justo. De manera que la tesis de

Proverbios 11:31 en el T.M. es que los injustos y pecadores sí serán

recompensados por sus acciones en la tierra, y como prueba de dicha tesis

está el hecho de que los justos en la tierra reciben lo que merecen.

Proverbios 11:31 en la LXX parece tomar un camino distinto al del

proverbio en el T.M., el foco del proverbio en la LXX no está en la

veracidad de la recompensa sino en la dificultad que supone alcanzar la

salvación, el tema de recompensa desaparece de tajo, la presuposición del

proverbio en la LXX no es en sí la justicia de Dios sino la dificultad de

salvarse. En Proverbios 11:31 en el T.M. la acción es divina, la justicia de

Dios tiene importancia porque es Dios quien recompensa según lo que se

merezca el justo y el injusto, por otro lado, en Proverbios 11:31 en la

LXX la acción es humana, la justicia humana tiene importancia porque es

la justicia o injusticia lo que determina salvarse con dificultad o no

salvarse. Pese a haber avanzado en el análisis parece nuevamente que la

LXX efectúa una traducción no sólo libre, sino tan distinta que cambia el

sentido original del texto.

Si la conclusión fuera que la LXX efectúa una traducción que

corrompe el sentido del texto, caeríamos en graves problemas desde varios


ángulos. Por un lado, a la luz de los descubrimientos de Rollos de

Qumrán y nuestra comprensión actual de las tradiciones textuales,

sabemos que, por el hecho de que haya una diferencia entre el T.M. y la

LXX, no se puede decir ni que el T.M. representa una versión más

antigua, ni tampoco que el cambio se haya efectuado en la traducción de

la LXX; el segundo angulo desde donde surgen los problemas es el propio

T.M., de hecho, las diferencias de sentido entre el T.M. y la LXX se dejan

explicar satisfactoriamente como confunciones en el mismo idioma hebreo y

no como cambios durante la traducción al griego. A pesar de que entre

los Rollos de Qumrán no hay algún fragmento del libro de Proverbios, por

otros testigos como los de Isaías sabemos que muchos de los cambios que

antes se le atribuían a la traducción de la LXX, eran cambios ya

efectuados en las tradiciones textuales hebreas previa-traducción, lo que

implica una revaloración de la fidelidad que puede tener la LXX en su

traducción.

Hay similitudes claras entre el T.M. y la LXX, esta son: el argumento a

fortiori y los justos e injustos y pecadores. El término griego “ δίκαιος” es


el equivalente exacto en la LXX al término hebreo “‫דיק‬ ‫” א‬, y los términos
‫צ ככ‬

“ἀσεβὴς” y “ἁμαρτωλός” son equivalentes satisfactorios para “‫ ”שרשששע‬y “

‫טא‬ ‫ ” ש‬respectivamente, ahora, aún cuando el T.M. presenta " ‫כי‬


‫ח ש‬ ‫ " א‬que es
‫אף כ‬

una formula en el hebreo bíblico para el argumento a fortiori y no hay

tal término técnico en la LXX, la idea del cuanto más sí se mantiene, la

pregunta “ποῦ φανεῖται”, es retórica y señala el cuanto más en tanto si

el justo apenas se salva por lógica de cuanto más, el injusto no va a

poder hacerlo, pero también hay diferencias entre la LXX y el T.M.


La primera diferencia entre el T.M. y la LXX es la conjunción “ μὲν”

empero, esta se tratará posteriormente, pues se propone que esta

conjunción sí es un cambio añadido en la traducción al griego, y de todas

formas, es poco relevante. Por otra parte, el adverbio “ μόλις” (difícilmente)

aparece en la LXX donde en el T.M. aparece “‫אררץ‬


‫( "בש כ ש‬en la tierra), una

posibilidad bastante plausible y que es presentada ya en el aparato crítico

de la BHS es que el “‫אררץ‬


‫ ”בש כ ש‬se pudiera haber confundido con el verbo “

‫( ”בצר‬fortificado, inaccesible, difícil) o viceversa, si este fuere el caso, se

explica perfectamente “μόλις” en la LXX como una traducción textual de “

‫”בצר‬. El segundo cambio para analizar es el verbo “σώζω” (salvar),

palabra que sería la traducción correspondiente al verbo “‫לם‬


‫( ”שש א‬pagar,

recompensar, librarse), este verbo en pual (conjugación usada en la BHS)

significa en efecto “ser recompensado”, una acción pasiva, pero si su

conjugación se entiende como qal podría significar “salvarse” o “salir sano

y salvo” como en Job 9:4, considerando pues que la puntuación masorética

no había sido añadida al texto en la época de la traducción de la LXX,

bien puede representar la comprensión del verbo como qal una tradición

interpretativa evidenciada en la LXX, y que es una tradición variable a la

masorética. Hay un tercer cambio, que si bien no es de sentido, sí lo es

de forma y será relevante más adelante, en el T.M. el a fortiori es

explícito, expresado a manera de exclamación por medio de la fórmula “ ַ‫אאף‬

ִּ‫¡( ”ככי‬cuanto más!), pero en la LXX el a fortiori es implícito expresado a

manera de pregunta retórica por medio de la interrogación “π οῦ φανεῖται”

(¿a dónde terminará?), como se dijo, este cambio no altera el sentido del

proverbio o la fuerza del argumento, pero sí será relevante a la hora de

hablar del uso en 1 Pedro.


Los conjuntos de palabras “ ֶ‫אָּבאָּארָרץ‬-μόλις” “ָּ‫שאָּלם‬
ְ‫ייִּ ש‬-σῴζεται” son los que

determinan las diferencias de sentido entre Proverbios 11:31 en la LXX y

en el T.M., sin embargo, parece muy probable que los cambios

evidenciados en la LXX se hubieran efectuado en el hebreo y no en el

griego, por lo que hay dos opciones muy posibles. Una opción puede ser

que antes de la traducción de la LXX ya hubieran al menos dos versiones

de Proverbios 11:31, una versión nos ha llegado traducida en la LXX y la

otra en el T.M., la segunda opción es que la LXX represente una versión

más antigua del proverbio, y que el T.M. refleje una corrupción del texto

efectuada entre la traducción de la LXX (incluso luego del siglo I) y la

redacción del Codex Leningrado, probablemente es por esta razón que el

aparato crítico de la BHS califica la primera parte del proverbio como

dubium. Sin embargo, en contra de la afirmación anterior, al aplicar el


principio de lectio difficilior la lectura del T.M. resulta más probable como

texto original, en todo caso, la discusión sobre cual versión del proverbio

tiene más probabilidades de ser más cercana al original no compete a este

estudio.

Concluyendo, en efecto como se señaló al iniciar este punto, sí ha y

diferencias claras y considerables en Proverbios 11:31 entre la LXX y el

T.M., no se puede desconocer que ambas versiones del proverbio indican

sentidos algo diferentes, sin embargo, esto tiene matices. En primer lugar

la lógica del argumento a fortiori se mantiene central en ambas versiones,

en segundo lugar, ambas mantienen las dos partes del argumento, los

justos por un lado y los injustos y pecadores por el otro. Finalmente, las

diferencias entre la LXX y el T.M. se dejan explicar desde el hebreo

mismo, y por lo tanto no es prudente afirmar que las diferencias hayan

sido hechas por el traductor de la LXX, mucho menos, afirmar que esta
traducción se hace de forma laxa, pues al mantenerse las presuposiciones

del proverbio y el funcionamiento del argumento a fortiori, bajo el criterio

de la lógica interna del versículo, y lo analizado en el texto hebreo, la

traducción es en efecto rigurosa.

3) Análisis lógico-textual de la cita de Proverbios 11:31 en 1 Pedro 4:18

La cita de Proverbios 11:31 en 1 Pedro 4:18 es casi igual a Proverbios

11:31 en la LXX, la única diferencia es la omisión en 1 Pedro de la

conjunción “μὲν”, no parece haber un razón clara por la cual el traductor

de la LXX incluyo la conjunción. Esta conjunción suele usarse en

agrupación con “δὲ” para indicar una relación de contraste, esto podría

tener lugar en el proverbio pero a costa del sacrificio del argumento a

fortiori ,pues el texto ya no diría “si el justo difícilmente se salva cuanto


menos el pecador e injusto” sino que diría “el justo logra salvarse

difícilmente pero por otro lado, el injusto ni logra salvarse”, no es este el

caso, sino que el proverbio en la LXX mantiene el argumento a fortiori lo

que hace que la conjunción “μὲν” sea extraña y que posiblemente, en aras

del buen griego el autor de 1 Pedro hubiere decidido suprimir la

conjunción. Por lo demás, la cita en 1 Pedro es exactamente igual a

Proverbios 11:31 en la LXX.

4) Replanteamiento de las ideas de contexto literario y teológico en

Proverbios 11:31

Por la naturaleza misma de los proverbios no es sencillo hablar de

contexto literario en la mayoría, de hecho en casi todos es prácticamente

imposible; algo similar ocurre con el contexto teológico, no debe

confundirse por ejemplo en el libro de Proverbios lo que pueden ser

temáticas de agrupación con contextos teológicos, ahora, por supuesto que

los proverbios tienen teología, pero esta teología no nace del contexto del
proverbio (no tiene contexto), sino que es propia y exclusiva del proverbio

como unidad, y aún cuando varios proverbios puedan compartir teología,

no conforman un contexto en conjunto sino que representan una serie de

ideas teológicas compartidas por la comunidad originaria de ellos, por lo

tanto, deben tratarse como unidades. De manera que la idea de contexto

literario y teológico desarrollada en otro tipo de literatura como la poética

o narrativa no se aplica a la literatura sapiencial de Proverbios, sí a otra

literatura sapiencial como la de Eclesiastés pero no a los proverbios. El

problema de esta falta de contexto teológico y literario se evidencia en los

debates sobre el uso del A.T. en el N.T., usualmente se ha entendido que

si un autor al aludir a un texto considera y evidencia en su texto y

argumento el sentido original del texto en su contexto original, entonces

hace un uso “responsable” del texto, pero si por otro lado, no considera el

contexto y por lo tanto el sentido original del texto, entonces hace un uso

irresponsable, gran parte de la idea que se esconde detrás es simple: el

contexto de un texto permite determinar su sentido.

Los proverbios en general no tienen contexto, sin embargo, esto no

significa que no tengan sentido, la pregunta que surge entonces es la

siguiente: en otro tipo de literatura el contexto de un texto determina en

gran medida su sentido, los proverbios no tienen contexto pero sí sentido,

entonces ¿qué es lo que determina el sentido de un proverbio?. La utilidad

de la pregunta es simple: el determinante del sentido de un texto se erige

como criterio para evaluar si un uso de dicho texto en otro texto es

responsable o no, en el caso de literatura narrativa, poética, o profética

gran parte de este determinante de sentido es el contexto, de manera que,

el determinante de sentido de un proverbio será justamente ese criterio

que permita evaluar si un uso del proverbio es responsable o no. Dado lo


anterior, se propone a continuación un posible determinante de sentido que

pueda aplicarse como criterio de evaluación del uso de los proverbios,

haciendo una aclaración antes; si bien el principio planteado aquí puede

funcionar para otros proverbios, es la intención, por lo menos en este

trabajo es un principio ad hoc, nace únicamente de Proverbios 11:31 para

evaluar específicamente el uso de Proverbios 11:31, no se ha desarrollado

este principio estudiando específicamente otros proverbios adicionales.

A falta de contexto literario, se sugiere recurrir a la lógica interna del

proverbio en “reemplazo” del contexto literario, y a las presuposiciones del

proverbio en “reemplazo” del contexto teológico, se plantea que el sentido

del proverbio depende por un lado de la lógica del proverbio, la cual

establece las relaciones entre sus elementos, y por otro lado, de las

presuposiciones que connoten de significado a dichos elementos, y dén peso

al proverbio, siendo los elementos el puente que permite relacionar la

lógica interna con las presuposiciones.

En el caso de Proverbios 11:31 la lógica interna es el argumento a

fortiori, este argumento establece la relación entre los elementos


integrantes del texto, a saber, los justos por un lado, y los injustos y

pecadores por el otro. La presuposición que connota de significado a los 2

elementos antes mencionados es: una diferencia categórica entre los justos

y los injustos/pecadores, esta diferencia es, por supuesto, la justicia; sin

embargo, esta presuposición no basta para que la lógica interna del

proverbio tenga peso, pues de nada sirve la diferencia categórica entre los

elementos si no hay una situación indiscriminadamente sobre ambos en la

cual la justicia de los actores determine el resultado de dicha situación,

en el caso de Proverbios 11:31 esta situación es: la dificultad para


salvarse. En conclusión, a falta de contexto literario se propone la lógica

del argumento a fortiori como criterio; a falta de contexto teológico se

proponen las presuposiciones, estas son, que hay una diferencia categórica

(la justicia) entre los justos y los injustos, y además que hay una

situación sobre justos e injustos donde la justicia es determinante; y en

medio del argumento y las presuposiciones, los elementos de los justos,

injustos y pecadores como mediadores en los cuales los determinantes de

sentido se unen para componer el proverbio y así darle un sentido

intrínseco a la construcción y constitución particular de Proverbios 11:31.

5) Evaluación del uso de Proverbios 11:31 en 1 Pedro 4:18

Bajo el criterio de lógica interna llama la atención 1 Pedro 4:17, el

versículo inmediatamente anterior a la cita en 4:18 hace uso del

argumento a fortiori en la misma forma que Proverbios 11:31 en la LXX,

de hecho, una mirada más detallada revelará el gran paralelismo que

existe entre 1 Pedro 4:17 y 1 Pedro 4:18 (es decir, la cita de Proverbios

11:31). Por lo tanto, se ha de comenzar por resaltar detalladamente el

paralelismo entre 1 Pedro 4:17 y 1 Pedro 4:18, de este ejercicio saldrán

los elementos centrales que parece entender Pedro de Proverbios 11:31,

posteriormente se evaluará el desarrollo que hace Pedro de estos

elementos para finalmente concluir con una síntesis del uso que 1 Pedro

4:18 efectúa de Proverbios 11:31

Como se mencionó supra, el T.M. presenta el a fortiori explícitamente por

medio de la exclamación “ִּ‫ ”אאףַ ככי‬mientras que la LXX presenta el a

fortiori implícitamente por medio de la pregunta retórica “ποῦ φανεῖται”,

este mismo uso del a fortiori por medio de una pregunta retórica se presenta

en 4:17, ahora, hay diferencia textual pues mientras que Proverbios 11:31
en la LXX usa “ποῦ φανεῖται” (¿a dónde terminará?), 1 Pedro 1:17 usa

“τί τὸ τέλος” (¿cuál será el fin?). Pese a la diferencia textual, el sentido

de ambas preguntas es el mismo, a afectos prácticos de la comunicación,

la pregunta es exactamente la misma, a saber: ¿a dónde terminará?,

en otras palabras, pese a la diferencia de términos en ambos versículos

se usa el argumento a fortiori, en ambos se usa por medio de una

pregunta retórica, y además, en ambos la pregunta retórica comunica

exactamente la misma idea.

Otro paralelo entre 1 Pedro 4:17 y Proverbios 11:31 es la presencia de

dos poblaciones mediadas por el a fortiori, sin embargo, aquí sí hay

cambio, aquel que en Proverbios 11:31 es el “δίκαιος” (el justo) en 1

Pedro 4:17 es “ἡμῶν” (nosotros); aquellos que en el proverbio son

“ἀσεβὴς” (malvado) y “ἁμαρτωλὸς” (pecador) en 1 Pedro 4:17 son los

“τῶν ἀπειθούντων τῷ τοῦ θεοῦ εὐαγγελίῳ” (los rebeldes al evangelio

de Dios). Sin embargo, pese a las diferencias, hay más paralelo que

disyuntiva en las poblaciones, en Proverbios 11:31 la diferencia entre el

“δίκαιος” y los “ἀσεβὴς” y “ἁμαρτωλὸς”, se fundamenta en la

presuposición de que ser “δίκαιος” es algo piadoso, correcto y bueno

mientras que ser “ἀσεβὴς” y “ἁμαρτωλὸς” es algo pecador, incorrecto y

malo, de la misma manera, en 1 Pedro 4:17 la diferencia entre “ ἡμῶν” y

“τῶν ἀπειθούντων τῷ τοῦ θεοῦ εὐαγγελίῳ” se fundamenta en la

presuposición de que ser “ἡμῶν” es algo piadoso, correcto y bueno

mientras que ser “τῶν ἀπειθούντων τῷ τοῦ θεοῦ εὐαγγελίῳ” es algo

pecador, incorrecto y malo.

Otro paralelo entre Proverbios 11:31 en la LXX y 1 Pedro 4:17 es la

presuposición de una situación crítica que afecta indiscriminadamente a


ambas poblaciones, y en la cual la justicia es el elemento decisorio. En el

caso de Proverbios 11:31 esta situación común es esta especie de problema

para salvarse, que le dificultad al justo salvarse y que se lo imposibilita

al injusto y pecador, en el caso de 1 Pedro 4:17 esta situación común es

el juicio que en el contexto de 1 Pedro es el sufrimiento, que afecta a los

unos y a los otros. Alguien podría pensar que el elemento decisorio sí

cambia entre Proverbios 11:31 y 1 Pedro 4:17, podría argüir que en el

proverbio la idea es que el injusto por ser injusto no se logrará salvar

considerando que el justo pese a ser justo apenas si lo logra, mientras

que en 1 Pedro 4:17 el problema no es de salvación sino de sufrimiento,

es decir, los rebeldes al evangelio sufrirán aún más que los de la casa de

Dios. Lo anterior podría ser posible si 1 Pedro 4:17 fuera un proverbio

independiente, pero dado que tiene un contexto, el contexto de 1 Pedro no

permite argumentar tal cosa. Lo que 1 Pedro 4:17 intenta argumentar es

que si el sufrimiento que sirve como crisol que prueba la fe en el

evangelio comienza por la casa de Dios quienes sí cree y aún con todo, la

prueba es tan fuerte, entonces ¿qué le espera a aquellos que no creen?

máxime cuando parece sugerirse que el sufrimiento se irá incrementando.

En síntesis, los paralelos entre Proverbios 11:31 y 1 Pedro 4:17 son: 1) El

uso del argumento a fotiori; 2) el uso del argumento por medio de una

pregunta retórica; 3) ambas preguntas comunican la misma idea; 4) en

ambos textos hay dos poblaciones mediadas por el a fortiori; 5) en ambos

textos la diferencia entre ambas poblaciones radica en la misma

presuposición, a saber: ser justo/nosotros es bueno y ser injusto/rebelde al

evangelio es malo; 6) en ambos textos hay una situación que cobija a

ambas poblaciones indiscriminadamente; 7) en ambas poblaciones la

situación en lugar de facilitar la salvación, la dificulta; 8) en ambos textos


el factor decisorio en dicha situación es la rectitud de las poblaciones en

cuestión; 9) en ambos textos se insinúa que los pecadores/los que no creen

en el evangelio no lograrán salvarse.

No es que se niegue la presencia de diferencias entre 1 Pedro 4:17 y

Proverbios 11:31, sino que se argumenta que estas diferencias son

cualitativamente menores a las similitudes. La primera y más relevante

diferencia entre 1 Pedro 4:17 y Proverbios 11:31 es el comentario inicial 1

Pedro 4:17: “ὅτι [ὁ] καιρὸς τοῦ ἄρξασθαι τὸ κρίμα ἀπὸ τοῦ οἴκου τοῦ

θεοῦ” (porque es el tiempo del inicio del juicio sobre la casa de Dios);

otra diferencia es que el primer grupo en Proverbios 11:31 es un tercero,

pero en 1 Pedro el primer grupo es en primera persona dentro del cual el

autor se identifica junto con su audiencia; también, en Proverbios 11:31 la

dificultad para salvarse es indeterminada, pero en 1 Pedro se precisa como

el sufrimiento que comienza antes en la casa de Dios que en los que son

reacios al evangelio; finalmente, el grupo que en Proverbios se determina

como injustos y pecadores, en 1 Pedro son los que no obedecen al

evangelio.

El reconocimiento de estas diferencias no contradice en modo alguno la

afirmación que supra se expreso, que las diferencias son cualitativamente

inferiores a las similitudes, de hecho el lector perspicaz habrá notado que

las similitudes son paralelos que aseguran con sorprenderte precisión que

el sentido del proverbio en la LXX se mantenga inalterable en en 1 Pedro

1:17, en otras palabras, 1 Pedro 4:17 es el mismo Proverbios 11:31

expresado con otros términos. ¿Qué con las diferencias?, pues mientras que

las similitudes aseguran la continuidad de sentido, las diferencias no

lo rompen, como podría esperarse, una lectura con algo de perspicacia


resaltará que las similitudes pretenden que el proverbio sea más claro, y

es importante precisar esto, 1 Pedro 4:17 no es una explicación, ni una

interpretación del proverbio, 1 Pedro 4:17 es el mismo Proverbios 11:31

expresado en otras palabras con el propósito de hacer más claro el

proverbio.

En este punto es menester recoger conclusiones, la primera es que 1

Pedro 4:17 es una paráfrasis-aclaratoria de Proverbios 11:31 al contexto de

1 Pedro, esto tiene un paralelo claro aunque no exacto con el uso del A.T.

que se encuentra en los Targumím. Al iniciar el punto 5 se señaló que de

este este estudio del paralelo entre 1 Pedro 4:17 y 1 Pedro 4:18 se

mostrarían elementos que Pedro reconoce en su lectura de Proverbios

11:31, lo que se intentó mostrar desde la propuesta metodológica de lógica

interna en vez de contexto literario y presuposiciones en vez de contexto

teológico, es que Pedro tiene una plena comprensión de las características

internas del proverbio, su lógica, presuposiciones y elementos, siendo

perfectamente consciente del sentido original del proverbio, esto se

evidencia en que su paráfrasis de Proverbios 11:31 la cual mantiene todos

los elementos y detalles del Proverbio que le dan el sentido, señalando

que el hizo de 1 Pedro no es “irresponsable” sino concienzudo y respetuoso

con el sentido original del proverbio.

En aras del orden, se pueden clasificar los elementos anunciados en dos

categorías: elementos conceptuales y elementos procedimentales. Los

elementos conceptuales son: el justo, el injusto y el pecador, la salvación y

su dificultad, la diferencia entre justo e injusto y pecador, un fin futuro

del pecador que difiere del del justo, aclárese que el fin del justo ha

comenzado a perfilarse ya mientras que el del injusto aún no se le ha


manifestado. Los elementos procedimentales son: el argumento a fortiori, la

clasificación en dos categorías, el uso de la insinuación, en este caso por

medio de una pregunta retórica.

En la paráfrasis de 4:17 Pedro se identifica a sí mismo a su audiencia

con los justos, esta identificación es fundamental a lo largo de toda la

carta, tanto así que ya en los saludos se presenta la idea, Pedro se

refiere a su audiencia como “ἐκλεκτοῖς παρεπιδήμοις διασπορᾶς Πόντου,

Γαλατίας, Καππαδοκίας, Ἀσίας καὶ Βιθυνίας, κατὰ πρόγνωσιν θεοῦ

πατρὸς ἐν ἁγιασμῷ πνεύματος εἰς ὑπακοὴν καὶ ῥαντισμὸν αἵματος

Ἰησοῦ Χριστοῦ, χάρις ὑμῖν καὶ εἰρήνη πληθυνθείη” (elegidos, extranjeros

de la diáspora del Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos

según el conocimiento previo de Dios el padre por medio de la

santificación del Espíritu para obediencia a Jesús y purificación por su

sangre”. A lo largo de la 1 Carta de Pedro la elección de su audiencia

por parte de Dios que los integra al pueblo de Dios es fundamental para

el argumento de su carta, por ejemplo, en 1:3 está la idea de Dios

haberles hecho nacer de nuevo para heredar una herencia incorruptible, la

idea vuelve a retomarse en 1:14-19, allí la lógica es que de los padres

originales (gentiles) la audiencia de Pedro había heredado una forma de

vida particular, pero ahora por haber sido nacidos de nuevo por medio de

la sangre de Cristo tienen un nuevo Padre, y por lo tanto su forma de

vida debe ser una herencia de la santidad de Dios, su nuevo padre,

nuevamente en 1:23 la idea de nacer de nuevo de una cimiente eterna se

resalta. Probablemente la expresión más clara de esta idea se encuentra

en 2:9-10 y nuevamente en 2:25; 3:5-7; 4:3; 5:9.

La identificación de los incrédulos con los impíos y pecadores nace desde

2:6-8 y el desarrollo del concepto de la piedra angular, en esa linea, desde


la identificación de los creyentes con el pueblo, Pedro mantiene la

distinción entre el pueblo y los gentiles, pero ahora el elemento

determinante es la fe en Cristo y no el linaje sanginéo de Abraham. La

lógica es que si aquellos que son pueblo son quienes están unidos a

Cristo, ha sido purificados con su sangre y han creído a su evangelio, los

gentiles son los que no han cumplido con esto.

La idea de la salvación y su dificultad está directamente ligada con la

idea de imparcialidad, es decir, que esta situación cobija a justos e

injustos, nuevamente, esta idea ya se desarrolla en 4:4-6, así mismo, la

idea de una conducta irreprochable para alcanzar salvación se desarrolla

en 1:17-19 y 4:1-5. Todas las características anteriores son sólo ejemplos

de que algunos de los elementos teóricos de Proverbios 11:31 y que Pedro

reconoce, no aparecen apenas en 1 Pedro 4:17, sino que ya han venido

siendo desarrollados a lo largo del libro, especialmente la identificación de

la audiencia de Pedro con el pueblo de Dios, es decir los justos, y de los

incrédulos con los injustos y por lo tanto pecadores. En cuanto a los

elementos instrumentales, estos sí parecen no desarrollarse a lo largo del

libro.

Aquí cabe hacer una descripción, la cita de Proverbios 11:31 se enmarca

en la perícopa de 4:12-18, esta perícopa a su vez se enmarca en los

argumentos finales (cap. 4) de la carta. A lo largo de los 3 primeros

capítulos de 1 Pedro hay una dimensión escatológica latente pero no

desarrollada, en efecto se habla de una herencia incorruptible heredada en

el día de la revelación de Jesús, pero no es sino hasta el capítulo 4

donde esta idea de herencia se asocia con el juicio escatológico. Así las

cosas, 1 Pedro 4:12-19 recibe de la perícopa inmediatamente anterior una

prominencia del juicio escatológico, sin afirmar que sea el tema central del

capítulo. Respecto la presencia explícita del juicio escatológico es menester


hacer una aclaración, a pesar del uso del contexto escatológico que bien

podría propiciar una interpretación escatológica al estilo del Pesher de

Qumrán, el autor de la carta no da ni las mínima idea de cumplimiento

en su uso de Proverbios 11:31.

Es pertinente precisar que una lectura de 1 Pedro evidenciará

innegablemente la gran preocupación ética del autor, así pues, la carta

está llena de instrucciones morales para casos particulares y también

situaciones más generales, noo debe asumirse que esta preocupación ética

de la carta acerque el uso del A.T. en la carta a un uso halakiko, es

decir, no parece ser que Pedro se refiera a porciones del A.T. para luego

derivar de dichas porciones principios éticos, arriesgando al error, se

sugiere que para Pedro la integración al pueblo en Cristo se convierte en

crux interpretum del A.T., esto se evidencia en que la clave que le


permite a Pedro entender Proverbios 11:31 en su contexto nace de las

implicaciones de creer en el evangelio para su audiencia, a saber, haber

sido hecho pueblo, herederos de Dios el Padre, este es el elemento

fundamental que le permite entender el proverbio como pertinente para su

audiencia y él mismo. Esto implica que Pedro no deriva en sí principios

éticos de textos del A.T. sino que de estos textos se deriva una teología

que permite entender y explicar la nueva situación de la audiencia siendo

ahora de la casa de Dios, y en ese sentido los principios éticos que

presenta Pedro no son derivaciones de porciones del A.T. sino

implicaciones del evangelio de Jesús en sus vidas.

6) Conclusiones finales del uso de Proverbios 11:31 en 1 Pedro 4:18

No es prudente hablar de contexto literario o teológico en Proverbios

11:31, es problemático porque a la hora de trabajar el A.T. en el N.T. el

foco ha estado en otros géneros en donde sí existen estos contextos.

Reconocer lo anterior nos significa resignarse a que es imposible evaluar


el uso que 1 Pedro 4:18 está efectuando de Proverbios 11:31, se sugirió

entonces desarrollar la lógica interna del proverbio en reemplazo del

contexto literario y las presuposiciones del proverbio en reemplazo del

contexto teológico.

Analizando la cita desde los criterios propuestos se evidenció que Pedro

reconoce meticulosamente la lógica interna y las presuposiciones de

Proverbios 11:31, en principio se evidencian en la paráfrasis hecha en 1

Pedro 4:17, empero esta ilación teológica no es superficial estando

solamente en 4:17, sino que las presuposiciones que son elementos

teológicos se desarrollan a lo largo de toda la carta. No es que Pedro

haya escrito su carta pensando en Proverbios 11:31, sino que más bien, el

reconocimiento magistral que Pedro tiene de Proverbios 11:31 le permite

utilizarlo con precisión dentro de sus temas centrales así como dentro del

contexto teológico particular del capítulo 4. De manera que es correcto

afirmar categóricamente que el uso que Pedro está haciendo de Proverbios

11:31 es responsable, concienzudo y respetuoso con el sentido original del

texto.

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