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Cancionero P o p u l a r
de La Rioja
RECOGIDO Y ANOTADO
POR
TOMO II
B U E N O S AIftES
A. BAIOCCO y Cf*. • Editóte*
MCMXLII
PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DE TUCUMAN
TUCUMAN
Cancionero P o p u l a r
de La Rioja
RECOGIDO Y ANOTADO
POR
TOMO II
B U £ N O S AIRES
A. BAIOCCO y Cía. - Eáitoie*
MCMXLII
índice de Tomo II
pág.
Romances 3
Romancillos y Rimas Infantiles , 17
Canciones Históricas 49
Canciones Religiosas j 95
Declaraciones, Finezas y Juramentos ....,< 109
Penas, Dolor, Tristezas y Amarguras 145
Celos, Quejas y Desavenencias , 162
Desdén, Desprecio y Olvido \ 183
Despedidas [ 187
Ausencias, Recuerdos y Cartas 199
Conceptuosas y Morales 213
Descriptivas y Costumbres Locales, Saludos 227
•* Jocosas, Festivas y Picarescas 245
Canciones Payadorescas , 293
Adivinanzas 301
Canciones Matonescas 311
Cariño y Penas Filiales 319
Oraciones Piadosas 323
Saetas 325
Oraciones a Nuestro Señor • , .' 325
Oraciones a la Santísima Virgen .v 326
Camino del Calvario > 331
La Crucifixión 337
Oraciones a la S a n t a Cruz 340
Rogativas ft Nuestra Señora 345
Oraciones al Arcángel San Miguel 3-iG
•^raciones a San Bartolomé 347
Oraciones a San Antonio y a San F r a n o s c o 349
Oraciones Preparatorias p a r a la Confesión 3¿"'
Oraciones del Albaí 353
Oraciones d e la Noche • 354
Devoción del Rosario , 365
Oración del Peregrino - 367
L a s Doce P a l a b r a s Tornadas 369
Ensalmos y Conjuros 374
"Villancicos de Navidad 379
Pág.
Año Nuevo Pacarí (N.° 781-a-b-c-ch-d y e ) 399
Noticias del doctor Joaquín V. González 405
Traducciones del profesor Farfán, de Lima 410
Traducción del padre Jorge A. Lira, del Cuzco 418
Noticias históricas sobre el culto a la Bagrada imagen de Nuestra Señora de Copa-
cabana en el Perú y en nuestro país 421
Tías Cofradías de Naturales 423
Fiestas de las cofradías de naturales 425
Prohibición de estas fiestas en 1692 426
Data del cantar 427
Idioma del cantar 427
La música del cantar 428
Patria del cantar 429
El arte en el cantar 430
Letras de Bailes (Zambas) 433
Otros Bailes 445
Cantares de Cuentos 449
Destrabalenguas - 457
ROMANCES
1 1-a
CATALINA, CATALINA ESTABA LA MARGARITA
(1) Esta versión del romance <La esposa fiel*, me fué dictada en Banda Florida
(Dto. Gral. Lavalle), por doña Filomena Pérez, de 58 años, en 1939; doña Filomena sabe el
romance por haberlo oído desde niña en la región.
(1-a) Versión dictada por el niño Dardo Andrade, de 15 años, en la escuela de Sáli-
cas (Dto. Pelagio B. Luna), en 1940. Lo había aprendido en la localidad.
(1-b) Dictado en la Capital por la señorita Elsa Orona Asís.
Este romance conocido, según dijimos, con el nombre de La esposa fiel o Viuda fiel y
también Las señas del esposo, es español y al parscer vino a América en. el siglo XVI, si he-
mos de atenernos a una versión publicada por Ciro Bayo.
La bibliografía más conocida de este romance es:
En España
Don Marcelino Menéndez y Pelayo, en su Antología de Poetas Líricos Castellanos, en la
sección de Romances Tradicionales de Asturias, T. X, pág. 85, da la siguiente noticia:
« E s lugar común en la poesía popular el reconocimiento del marido que vuelve de 1&
6 J U A N A L F O N S O CAE E l Z O
guerra y rara vez se omite la enumeración de las señas que sirven para reconocerle. Se en-
cuentra este tema en los cantos de la Grecia Moderna, en baladas alemanas e inglesas, en las
canciones francesas Germaine o Germine y Le retour du tnarí, de las cuales se conocen mu-
chas versiones; en La esposa del Crueado, canción bretona, y en una canción italiana; La
Prova, que se halla, más o menos íntegra, en el Piamonte, en Genova, en Lombardía, en Ve-
necia, en la Marca de Ancona, en Ferrara y en otras partes». A los citados agregaríamos
nosotros la canción que tiene el estribillo, « Sí ganada es Antequera », del siglo XV (i.92 - X I I -
pág. 184. « En rigor, el asunto es humano y su expresión má4 poética y más antigua está
ya en la Odisea; pero es tal la semejanza que tienen estas canciones en algunos pormenores,
especialmente en lo que toca a las señas del marido, que hacen pensar en la transmisión di-
recta de un tema original, nacido no se sabe dónde ».
« Sin resolver tan ardua cuestión, nos ceñiremos a enumerar! los romances españoles sobre
este argumento. Corresponden a él, desde luego, los dos castellanos que comienzan « Caballero,
si a Francia ides •», muy tardíos uno y otro y con visibles reminiscencias de los viejos roman-
ces carolingios de Gaiferos y Valdovinos, y muy especialmente del que empieza: « Ñuño Vero,
Ñuño Yero *.
A continuación de la noticia transcripta, el eminente erudito español cita los romances
que tratan fiel tema del nuestro.
Transcribiremos nosotros la parte del romance viejo de don Gayferos, que sería uno de
los antecedentes mas antiguos del romance español de la Viuda Fiel.
Aunque el citado romance fué publicado en el Cancionero de Eomances, dicho sin año,
y que, según R. Menéndez Pidal, es de 1551, nosotros tomaremos la versión que transribe don
Agustín Duran en sn Romancero, N.° 377, que es de un códice del siglo XVI, seguramente
de data más antigua que la de la versión del Cancionero de Eomances, 1551:
decidle que la su esposa
—Por Dios os niego, caballero, se le envía a encomendare,
queráseis a mi llegare: que ya me parece tiempo
•i sois cristiano o moro que la debía sacare
no me lo queráis negare, si no me deja por miedo
daros he unas encomiendas, de con los mores peleare,
bien pagadas os serane: debe tener otros amores,
Caballero si a Francia ides de mi no lo dejan aeordare.
por Gayferos preguntado
Más parecida a las redacciones riojanas es una otra versión, también del siglo XVI,
publicada en 1605 por Juan de Rivera, en un pliego suelto, titulado Nueve Eomances, trans-
cripto por Duran en su Eomancero, bajo el N.° 318, y reproducido por nosotros en la nota
del romance 7 del Cancionero Popular de Tucumán, T. I, pág. 358.
En España como en nuestro país se conserva este romance en forma dialogada y así
puede verse, entre otros, a don Alberto Sevilla, Cancionero Popular Murciano, N.° 91.
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 7
Don Manuel Milá y Fontanals en La Poesía Popular, Nos. 11 y 12, trae dos versio-
nes catalanas.
Don Aurelio de Llano Roza de Ampudia, en su Esfoyasa de Cantares Asturianos, trae
otra versión bajo el N.° 1152.
Los señores José María de Cossio y Tomás Maza Solano, en su Bomancero Popular
de la Montaña, traen seis versiones de este romance, en los grupos XXIII y XXIV.
Don Sergio Hernández de Soto, en su estudio Juegos Infantiles de Extremadura, pu-
blicado en la Biblioteca de las Tradiciones Populares Españolas, T. I I I , pág. 89, trae una
versión recogida en Zafra.
Don Ramón Menéndez Pidal, en su Bomancero, trae una versión recogida en Tánger,
bajo el N.*> 59.
En América
Don Aurelio M. Espinosa, en Romances Tradicionales en California, trae cinco versiones
de este romance, Nos. 1, 2, 3, 4 y 5.
Los señorea Pedro Enríquez Urefia y Bertram de Wolfe, en Bomances Tradicionales en
Méjico, traen cuatro versiones de este romance, bajo el N.° 5.
Don José María Chacón y Calvo, en su Literatura Cubana, publica en la página 111 una
versión de este romance, que viene acompañada con parte del romance de Mambrú.
La señora María Cadilla de Martínez, en su libro La Poesía Popular en Puerto Bico,
trae dos versiones de este romance, recogidas a paisanos, págs. 190 y 191.
Don Ramón Menéndez Pidal, trae también en su Bomancero, pág. 191, otra versión re-
cogida en Lima.
Don Julio Vicuña Cifuentes trae nueve versiones de este romance, en sus Bomances Po-
pulares y Vulgares, Nos. 15 al 23.
Don Ramón A. Laval, en su Folklore de Carahué, pág. 147, trae otra versión de este
romance.
Ciro Bayo, en su BomanceriUo del Plata, pág. 25, trae otara versión, con adaptación ame-
ricana, pues dice:
Mi marido fué a la guerra
Con don Cañete el Virrey
Quizás se refiera al Marqués de Cañete, don Hurtado de Mendoza, que nació en Cuenca
(España) el 21 de julio de 1535 y murió en Madrid el 15 de octubre de 1609. Fué virrey del
Perú entre 1590 y 1598.
Don Vicente T. Mendoza, en Bomance y Corrido, pág. 362, trae una versión cubana,
N.° 144, y dos mejicanas, Nos. 145 y 146.
En el Brasil, don Silvio Romero inicia su preciosa colección de Cantos Populares do Brasil
con una versión brasileña recogida en Río de nuestro romance. El lo titula Dona Infanta.
Véanse también versiones de este romance en el Cancionero Popular de Catamarca. Ro-
mance N.° 4, 4-a y 4-b.
Cancionero Popular de Salta. Romance N.° 4 y 4-a.
Cancionero Popular de Jujuy. Romance N.° 3.
Cancionero Popular de Tucumán. Romance N.° 7, 7-a, 7-b, 7-c y 7-d.
Habráse notado que la versión primera incluye una parte del romance de la Mala Mujer
o Esposa Infiel, o Doña Elena o Bemol Francés, cuando no Berna Francia.
Como este romance fué estudiado en el Cancionero Popular de Tucumán, N.° 8, agrega-
mos aquí solamente la noticia de que en América lo han recogido también don Vicente T. Men-
doza en Bomance y Corrido, pág. 335, ofreciendo las interesantes versiones que llevan los
Nos. 103, 104, 105 y 106.
Silvio Romero, en Cantos Populares do Brasil, pág. 6, y don Arturo L. Campa, de Méjico,
en su estudio Bemol Francés y La Esposa Infiel, publicado en el N.° 4 de Folklore (Boletín
del Dto. de Folklore del Instituto de Cooperación Universitaria), ofrecen otras versiones de
BUS respectivos países.
8 J U A N A L F O N S O C A B E I Z O
Don Ramón Menéndez Pidal t r a e una versión de Tánger en su Romancero, pág. 166,
N.° 990.
Fernán Caballero, en Cosa Cumplida, trae esta versión, que seguramente es, dentro de las
españolas, la más parecida a las versiones riojanas:
(5-b) Dictada por el joven Juan Vega, de 16 años, en Los Molinos, en 1938. El joven
Vega conocía el romance con el nombre de Canción del Buen Pastor.
En España
Don Marcelino Menéndez y Pelayo, en su Tratado de Romances Viejos, trae esta noticia:
esta noticia:
« A la cortedad del caballero burlado en este romance acompaña dignamente la fiera-
esquivez del rústico pastor, sordo a los requerimientos de amor de la gentil dama, en un pri-
moroso romance, que puede ser muy bien de Rodrigo de Beynosa puesto que anda en wn. plie-
go suelto con otras cosas suyas, y él fué fecundo autor de versos de este jaez, aunque nunca
tan refinados de tono, ni tan elegantes y aristocráticos como en esta composición, limpia de
todos los resabios villanescos, rufianescos y tabernarios que rara ves le abandonan-,
Estáse la gentil dama — paseando en su vergel
Los pies tenía descalzos — que era maravilla ver;
Desde le.ios me llamara, — no le quise responder:
Respondíle con gran eaña: «iQué mandáis, gentil mujer f >
Con una voz amorosa — comenzó de responder:
—Ven acá el pastorcico, — si quieres tomar placer;
Siesta es de mediodía, — que ya es hora de comer;
Sí querrás tomar posada — todo es á tu placer...
—Que no era tiempo, señora, — que me haya de detener;
Que tengo mujer y hijos — y casa de mantener,
Y mi ganado en la sierra — que se me iba á perder,
Y aquellos que me lo guardan — no tenían qué comer.
—Vete con Dios, pastorcillo, — no te sabes entender,
Hermosuras de mi cuerpo — yo te las hiciera ver:
Delgadica en la cintura, — blanca soy como el papel,
La color tengo mezclada — como rosa en el rosel,
El cuello tengo de garza — los ojos de un esparver,
Las teticas agudicas — que el brial quieren romper...
—Ni aunque más tengáiB, señora — no me puedo detener.
Este romance tuvo varias imitaciones, aunque no exactamente en el mismo metro. Tal es
aquel villancico que glosaron Alonso de Alcaudete, Alonso de Amienta y otros:
Llamábale la doncella
Y dijo el vil:
Al ganado tengo de ir.
De este villancico y sus glosas, más bien que del romance primitivo, parece derivarse un
diálogo a manera de «temó >, del cual se han recogido en la tradición oral de Andalucía varias
versiones, habiéndole popularizado Fernán Caballero entre todo género de lectores.
—Pastor, que estás en el campo — de amores tan retirado,
Yo te vengo a proponer — si quisieres ser casado.
—Yo no quiero ser casado -— responde el villano vil:
Tengo el ganado en la sierra: — a Dios, que me quiero ir.
Entre los judíos españoles de Oriente es tan popular el villancico < Llamábalo la don-
cella*, que á su música se amoldó el tono de un canto religioso de la Sinagoga de Andrina-
12 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
6-a
EN MI CASA HAY UN PERAL
MI PADRE TUVO UN PERAL
En mi casa hay un peral
Cubierto de perlas finas; Mi padre tuvo un peral
En el gajo más cargado Cargado de peras finas,
Se sienta una golondrina. Y en la ramita más alta
Por el pico echaba sangre, Se asentó una golondrina;
Con las alas se batía. Por las alas echa sangre
Se perdió la mejor niña Y con el pico decía:
Al punto de mediodía. —Maldita sea la mujer
Salió la madre a buscarla Que de los hombres se fía.
•polis. Finalmente, el diálogo andaluz se encuentra también en América. Don Ramón Menénde»
Pidal ha recogido una variante de él en Santiago de Chile» (191 - 12 - pág. 524).
En la Primavera y Flor de Romances, N.° 145, Antología de los Poetas Líricos Castellanos,
T. VIII, pág. 260, hay otra versión.
Menéndez y Pelayo agrega también otras versiones de nuestro romance y así entre Los
Romances Tradicionales de Andalucía y Extremadura, transcribe una versión en el número 25
pág. 193.
En el apéndice del tomo X de su Antología de Poetas Líricos Castellanos, pág. 361, pu-
blica otra versión española, hallada en pliego gótico suelto de la Biblioteca Nacional.
El señor Constantino Cabal, en su libro Las Costumbres Asturianas, su significación y
sus orígenes, trae otTa versión en la página 286.
Don Rodolfo Gil, en su Romancero Judeo-Español, trae otra versión de este romance ea
la página 93.
En América
Don Aurelio M. Espinosa, en Los Romances Tradicionales en California, Nos. 10, 11, 12
y 13, trae otras tantas versiones y es digno de hacer notar, que tanto el señor Espinosa
como yo no encontramos este romance sino en personas de edad avanzada y no entre los ni-
ños. Lo mismo ocurre con los romances de La Adúltera y con el Ber*nal Francés.
Don Julio Vicuña Cifüentes, en su obra Romances Populares y Vulgares, trae cuatro ver-
siones de este romance, bajos los números 51, 52, 53 y 54.
Don Vicente T. Mendoza en Romance y Corrido, Nos. 37 y 38, trae dos versiones de
Méjico.
Este mismo romance está en Cancionero Popular de Salta, romance números 14, 14-a,
14-b y 14-c. Cancionero Popular de Jujuy, romance número 4. Cancionero Popular de Tucu-
man, N.» 12.
(6) Me fué dictado por el ciego don Manuel Pilar Herrera, de 65 años, en la ciudad
de La Rioja. Lo había aprendido en Sanagasta.
(6-a) Dictado por doña María, viuda de Asiar, en Villa Unión, en 1939.
En España
Este precioso romance nos recuerda un pasaje del romance juglaresco del siglo XVT so-
bre El Nacimiento de Montesinos, publicado por don Agustín Duran en su Romancero General,
N." 382.
CANCIONERO POPULAS BE LA MIOJA 13
E l pasaje dice:
Termina nuestra versión con una copla, cuyo tema es antiquísimo en la literatura espa-
ñola, puesto que ya Calderón lo trae en su Alcalde de Zalamea, J o r n a d a 1.*, Eso. X V I I I ,
cuando dice:
Al rey, la hacienda y la vida
Se ha de dar, pero el honor
E s patrimonio del alma
Y el alma sólo es de Dios.
Don Emilio Lafuente y Alcántara, en su Cancionero Popular, t r a e una copla del mis-
mo sentido en la página 135 del tomo I I , y don Gabriel Vergara Martín, en la p á g i n a 57 de
Mil Cantares, trae otra.
E n el Cancionero Popular de Salta, la copla número 37 y la número 1033 del Cancionero
Popular de Tucumán, como la que lleva el número 1387 de este Cancionero, t r a t a n del mis-
mo t e m a .
Don A. Acevedo Hernández, en sus Canciones Populares Chilenas, P**g- H3> t l a e e n l ft
tercera estrofa de < Plores del Alma » nuestra copla así:
Ahí tienes mi corazón.
El que sostiene la vida,
El alma no te la doy
Porque esa prenda no es mía.
Volviendo al romance, don Prancísco Rodríguez Marín, en Cantos Populare* Españole»,
N.« 187, lo t r a e a s í :
Madre, ¿quier' usté que vaya Diciéndole: —Vida mía,
Un ratito á 1' alameda Contigo m' he de casar,
Con las niñas de Merino, Aunque me cueste la vida.
Que tienen buena merienda? Mi padre tiene un peral
Al tiempo de merendar Cargado de peras finas.
Se perdió la más bonita; E n la r a m i t a más alta
Su padre 1' anda buscando Cantaba una t o r t o l i t a ;
Calle abajo, calle arriba. Por la cola echaba sangre . .
Dónde la vino á encontrar, Y por el pico decía:
E n una palma metida —¡ Qué tontas son las mujeres
Con un niño e quince años, Que de los hombres se fían!
Don Eugenio de Olavarría y Huarte, en su estudio El Folklore de Madrid, Biblioteca de
las Tradiciones Españolas, T. I I , pág. 69, y don Aurelio de Llano Roza de Ampudia, en su
Esfoyaza de Cantares Asturianos, N.° 1134, lo traen también.
En América
Don Ramón A. Laval, en Folklore de Carahue, pág. 63.
Don Julio Vicuña Cifuentes, en Pomances Populares y Vulgares, N.° 80.
Cancionero Popular de Salta, N.° 20.
(7) Dictado por el ciego Manuel Pilar Herrera.
14 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
8
LA VIRGEN Y SAN JOSÉ ¿ QUIEN ERES, PASTORCILLO
Don Vicente T. Mendoza, en Romance y Corrido, transcribe la versión de Torner, Nos. 125
y 126, y luego cita versiones de nuestro Hilo de Oro, hilo i plata (Cancionero Popular de Tu-
cumán, N.» 68), que nada tienen que ver con nuestro romance del Jarro de Agua, tan univer-
salmente conocido en el norte argentino como el Hilo de Oro.
Don Aurelio M. Espinosa, en su Folklore de California, trae nuestro romance bajo el
N.» 5, así:
Mañanitas, mañanitas, mañanitas de placer;
así estaban las mañanas cuando te empecé a querer;
así eran las mañanitas, las que contigo pasé.
Socórreme un vaso de agua, que vengo mueTto de sed.
—No tengo vaso ni copa ni en qué darte de beber:
te la daré en mi boquita que es más dulce que la miel.
—i Qué síf | Qué no? i Qué cuándo? El capitán lo mandó.
Soldados somos del rey, Chatita, y ya amaneció.
Ya amanece, ya amanece, ya amanece, pero no,
Yo me estuviera otro rato, pero si ya amaneció.
Se levantan de mañana y preguntan quién pasó;
la Chatita les responde: Ya el pajarillo voló.
(8) Este romance me fué dictado por doña Ricarda Nieto en Anillaco en 1938, Tiene
mucha semejanza con el cantar número 696.
(9) Este romance de Navidad como el anterior, me fué dictado por la señora Marque-
sa L., viuda de Oliva, en la ciudad de La Eioja.
ROMANCILLOS Y RIMAS
INFANTILES
10 Que está muy bonito,
P a r a mi cebada
A B C Que ya está granada,
ABC, P a r a mi melón
La cartilla se pie fué Que ya tiene flor,
P o r la calle Santa F e . P a r a mi sandía
No me pegue don José_ Que ya está florida,
Que mañana lA t r a e r é P a r a mi aceituna
Con u n pan francés Que ya tiene una.
Y una taza de café.
12
11
AGUA, MI DIOS
A G U A , S A N MARCOS
Agua, mi Dios,
Agua, San Marcos, Agua, mi Dios,
Rey de los charcos, Que moje a los campos
P a r a mi triguito Y a nosotros no.
(10) Dictada por Minina Villafañe, hija del señor inspector nacional de escuelas don
Miguel N . Villafañe, en la ciudad de L a Bioja, en 1938. L a niña aprendió la rima a otras ni-
ñitas del barrio.
Rodríguez Marín trae esta rima infantil, bajo el número 88, a s í ;
A. B. C.
L a eartiya me se fué,
no m' peg' usté, maestro,
que m a ñ a n a la trairé.
y agrega esta noticia interesante: E n Cataluña (Maspons, 5 5 ) :
A. B. C. A. '1 mestre 'm vol pega.
L a pastera j a la se, E. jo no vaig fer ré.
si ha pa niel menjaré, I . perqué no vaig vení'I
si bi ha coca la deixaré, O, jo no estava bó
si la mare m' hi atrapa, U. no ho diguis a ningú.
fugiré com una r a t a ,
si lo meu pare ra' hi veu,
fugiré como una guineu.
En I t a l i a (Imbriani, X X V I ) :
A! O!
Te voglie vení a truvál N u ' mme ricere no!
E! U!
Quanno márameta nu' nc' é l ' N a vota sola e po' niente cchiú!
I!
Voglie saglí'!
(11) Dictada por la niñita B e r t a de la Vega, de 10 años, en Anillaco, en 1938.
Eodríguez Marín t r a e esta rima a s í :
Agua, señor San Marcos, Que tiene f i ó ;
Bey de los áreos, P a mi sandia,
PS. mi triguito, Qu' está floria;
Qu' está b o n i t o ; P á mi aceituna,
P á mi ceba, Que tiene una.
Qu' está grana (N.» 110)
P a mi melón,
(12) Esta rima es muy conocida en toda L a costa.
Eodríguez Marín la trae a s í :
(Agua, Dios!
¡Agua, Dios!
Que se mojen los gitanos
Y nosotros nó.
(N.-> 102)
20 J U A N AL F p N 8 O C A B B I Z O
;
13 14
A L A A, A L A A A LA RUEDA, RUEDA
A la A, a la A, A la rueda, rueda
Mariquita no sabe hablar, De pan y canela.
A la E, a la B, Toma mucho vino
Mariquita no sabe leer. Para ir a la escuela.
A la I, a la I, Marupé, marupé,
Mariquita no sabe escribir. Sentadita me quedé
A la O, a la O, En un. tarro de eafé.
Mariquita no sabe el reloj.
A la U, a la U,
Mariquita eres tú. 15
A LAS ORILLAS D E U N RIO
13-a
A las orillas de un río (bis),
A L A LATA, L A T E R O Una doncella (bis)
Bordaba pañitos de oro
A la lata, latero, Para la reina (bis),
A la hija del chocolatero. En lo mejor del bordado,
A la a, a la a, Le faltó seda (bis).
Mariquita no sabe hablar. Pasó un vendedor de seda:
A la e, a la e, —¿Quién compra seda? (bis)
Mariquita no sabe leer. —¿De qué color es la seda?
A la i, a la i, —-Azul y blanca (bis).
Mariquita no sabe escribir. De tres hermanas que somos (bis),
A la o, a la o, Una es casada,
Mariquita no sabe el reloj. La otra soltera,
A la u, a la u, Y yo, por mayor desgracia,
Mariquita eres tú. Soy jardinera.
(13) Dictada por la señorita Amadora Donata Martínez, en Chilecito, en 1939, L a niña
lo había aprendido en el l u g a r .
(13-a) Dictada por la niña Minina Villafañe.
(14) Dictada por la niñita J u a n a Mercado, en Anillaeo, en 1938.
(15) Dictada por Minina Villafañe en la ciudad de La Rioja.
E s una variante de la rima infantil número 16 del Cancionero Popular de Salía.
Don Manuel Milá y Fontanals t r a e u n a versión catalana con el título El Marinero, a s í :
A la bora de la m a r — n'hi ha tina doncella
que broda d'un mocador — la flor mes bella.
Quant no fon á mitx brodat — li falta seda
veu vení' un bergantí y diu — « ¡oh de la vela!
j Mariner bon mariner — qu'en portau sedaí •»
—« De quin color la voleu — blanca o vermellaf »
—4 Vermelleta la vuy yo — qu'es mes fineta,
vermelleta la vuy yo — qu'es per la reyna ».
—« Bntrau dintre de la ñau — triareu d'ella 7>.
Quant fou dintre de la ñau — ñau feu vela.
Mariné 's posa á cantar — cansó novella;
ab lo cant del mariner — s'ha adormideta,
ab lo soroll de la m a r — ella 's desperta,
quant se desperté 's t r o b á — lluny de sa térra.
« Mariner bon mariner — portaume en térra
qu'els ayres de la mar — me donan p e n a » .
—« Aixó si que no ho faré — qu'heu de ser meba ».
« De tres germanas que son so la mes bella ».
L a una es casada a b u n duc — l'atre es comtesa,
y yo pobreta de mi — so m a r i n e r a ;
CANC10XEBO POPULAS DE LA BlOJ A 21
16 Yo le pedí una,
No me quiso dar.
A L A VIERA D E L CAÑÓN Agarré el pañuelo,
Me puse a llorar.
A la vera del <eañón,
Pin, pon,
Tirabuzón. 18
ANDA, NIÑO, ANDA
17
ALLÁ ESTA LA L U N A Anda, niño, anda,
Que Dios te lo manda,
Allá está la lupa Crúzatelo al río,
Comiendo aceituna. Llégate a la banda.
19 20
ARAÑA, PESTAÑA ARBOLITO CHIQUITITO
21 23
ASI SE E N G A Ñ A A V O S T E DIGO
24
22
BARRE, BARRE, BARTOLILLO
AVE MARÍA
¡ Ave María, Barre, barre, Bartolillo,
Flor de jarilla, —Madre, no puedo b a r r e r :
Pico de pollo, Tengo los calzones rotos
P a n de gallina! Y el culito me han de ver.
—Mariquita, barre, b a r r e
y no dejes de barrer.
—Tengo los calzones rotos
y el e . . . me se be.
(N-.0 149)
24 J V A N A L F O N S O C A R B I Z O
25 26
B U E N A S TARDES, MIS A M I G U I T A S CATAPLIN, CATAPLIN, CATAPLERO
(25) Dictada por la niñita María Luisa Allende, en Chuquisi. E s t a niñíta de 11 años la
aprendió en el lugar.
Incluímos eeta rima en este cancionero, no obstante haberlo hecho en el de Tuoumán,
N.° 39, porque ofrece algunas variantes interesantes.
Es española, la t r a e don Alberto ¡Sevilla en su Cancionero Popular Murciano, b a j o el nú-
mero 78, y don Aurelio de Llano Boza de Ampudia, en su Esfoyaza de Cantares Asturianos,
N.° 1120.
Esta última es a s í :
(28) Dictada por la niñita de 12 años Marina Brizuela, en Santa Rita de Catuna,
en 1940.
Matero-a., adjetivo, que se aplica a la persona que acostumbra beber la infusión que se
hace de yerba mate. Por lo común se aplica a la persona que bebe el mate con bombilla y no
a la que usa ingerir mate cocido.
26 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O
36 La mosca a la araña,
La araña a la mosca.
ESTANDO LA ARAÑA
En España
E n el Cancionero de Tucumán ya dimos cuenta de otra versión de este cantar. Su es-
tudio puede verse en el número 91 de aquel cancionero y una versión bajo el número 5645 de
éste. E s t a otra forma del cantar también es española; en efecto, Fernán Caballero la t r a e a s í :
La mosca y el moral
« E s t a n d o la mora en su lugar, vino la mosca a hacerle mal.
La mosca a la mora y la mora en su moralito y sola.
Estando la mosca en su lugar, vino la araña a hacerle mal.
La araña a la mosca, la mosca a la mora y la mora en su moralito y sola.
Estando la araña en su lugar, vino la rata a hacerle mal.
La rata a la araña, la araña a la mosca, la mosca a la mora y la mora en su moralito y sola.
Estando la rata en su lugar, vino el gato a hacerle mal.
El gato a la rata, la rata a la araña, la araña a ía mosca, la mosca a la mora y la mo-
ra en su moralito y sola.
Estando el gato en su lugar, vino el perro a hacerle mal.
El perro al gato, el gato a la rata, la rata a la araña, la araña a la mosca, la mosca a la
mora y la mora en su moralito y sola.
Estando el perro en su lugar, vino el palo a hacerle mal.
El palo al perro, el perro al gato, el gato a la rata, la rata a la araña, la araña a
la mosca, la mosca a la mora y la mora en su moralito y sola.
Estando el palo en su lugar, vino el fuego a hacerle mal.
El fuego al palo, el palo al perro, el perro al gato, el gato a la rata, la rata a la araña,
la araña a la mosca, la mosca a la mora y la mora en su moralito y sola.
Estando el fuego en su lugar, vino el agua a hacerle mal.
El agua al fuego, el fuego al palo, el palo al perro, el perro al gato, el gato a la rata, la
rata a la araña, la araña a la mosca, la mosca a la mora y la mora en su moralito y sola.
Estando el agua en su lugar, vino el buey a hacerle mal.
El buey al agua, el agua al fuego, el fuego al palo, el palo al perro, el perro al gato,
el gato a la rata, la rata a la araña, la araña a la mosca, la mosca a la mora y la mora en su
moralito y sola.
CANCIONERO POPULAR BE LA RIOJA 29
La mosca a la araña, 37
La araña a la mosca
El palo al perro. E S T A ES L A L L A V E D E R O M A
Y el perro al palo.
Estando el buey Esta es la llave de Roma.
En su bienestar, •—Toma.
Viene el cuchillito •—En Roma hay una calle,
Y lo va incomodar, etc. En la calle una casa,
En América
Acaso la versión más completa de las recogidas en América sea la que anotó don Higi-
nio Vázquez Santa Ana en Fiestas y Costumbres Mexicanas, pág. 310. Digo así porque la
cadena de personajes, que son agente e instrumento a su vez;, es é s t a :
Don Vicente T. Mendoza, en. Romance y Corrido, pág. 734, t r a e otra versión y don Ri-
cardo Palma, en sus Tradiciones Peruanas, una otra versión peruana, véase tomo V t>aei-
na 176. ' y s
Silvio Homero, en Cantos Populares do Brasil, trae un cantar en 12 estrofas titulado
A Moura y que no es sino una versión brasileña del nuestro (341 - pág. 5 1 ) .
(37) Recogí esta rima de nunca acabar, a las niñas de la escuela de Anillaco, en 1938.
Es española. Don Sergio Hernández de Soto, en sus Juegos Infantiles de Extremadura,
publicados en el tomo I I de la Biblioteca de las Tradiciones Españolas, trae el juego y la
rima, bajo el número 44, así:
La llave de Roma
« Este juego se hace también con una llave. E l director la coge y dirigiéndose a el que
se sienta a su lado, dándole la llave:
— E s t a es la llave de S o m a
y toma.
30 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O
40 42
LA. N A R A N J A SE PASEA LECHERITO CHIQUITITO
(40) Esta versión riojana ofrece variante con respecto a la consignada en el Cancio-
nero Popular de Tucumán, Ñ.° 73.
(41) Dictada por Minina Villafafie en la ciudad de La Eioja.
(42) Esta rima infantil, que se usa p a r a sortearse en los juegos, fué recogida en La
Costa. E s española. Don Sergio Hernández de Soto en Juegos Infantiles de Extremadura
publica este juego recogido en Mérida, bajo el número 28, así:
Lagarto Pinto
< Se ponen loe niños en fila, sentados o de pie. En este último caso dan vueflta, agarran-
do siempre de la mano, y van diciendo en coro:
— L a g a r t o Pinto
"Vendió la vaca
E n veinticinco,
I En qué l u g a r t
En Portugal,
j E n qué calleja?
L a moraleja,
A g á r r a t e niña
De mis orejas.
« Al decir esto, se sueltan de las manos y se cogen de las orejas de los compañeros que
están al lado. Después sigue el juego en igual forma *. Biblioteca de las Tradiciones Españolas,
T. I I , pág. 171.
(43) Este ovillejo, de indudable origen culto, me fué dictado en P u n t a de los Llanos
(Dto. Gral. Gordillo) por don Manuel Antonio Díaz, de 70 años, natural del lugar, en 1940.
Allí aprendió estos versos y muchos otros, entre ellos el que lleva el número 276 del Cancio-
nero Popular de Tucumán. No obstante su evidente origen culto, lo incluyo porque Díaz me
aseveró que en su niñez lo sabían los jóvenes. Como le hiciera notar que el común de la gente
no sabe lo que quería decir compite del antepenúltimo verso, me dijo que los de su tiempo
sí lo sabían.
Don Apolinar Barber, mi Biblia, en lo que toca a la tradición poético-popular de Tu-
cumán, me dictó otro ovillejo, el que figura bajo el número 279, y me aseveró lo mismo que
Díaz, que en su tiempo, a mediados del siglo pasado, eran populares tales ovillejos.
32 J U A N A L F O N S O C A B B I Z Q
(44) Dictado por los niños de la Escuela Nacional de Pagancillos (Dto. Gral. Lavalle)
en 1939.
, (45) Parece ser una adivinanza, pero los chicos de la escuela, de Chuquis (Dto. CastTO
Barros) la recitan p a r a sortearse en sus juegos a s í :
1 2 3 4 9 10 11 12
Madre e hija van a misa Cuando vuelvan madre e hija
5 6 7 8 13 14 15 16
M a d r e e hija han de volver H a n de ser las diez y seis.
(46) E s una variante de la rima que ya figura on los cancioneros de Jujuy, N. 8 3705,
y de Tucumán, Nos. 83 y 83-a. Los niños la recitan dándole el ritmo que tiene el galope del
caballo.
Don Constantino Cabal, en su libro El Individuo {Costumbres de Asturias), pág. 360,
trae esta rima con el nombre de Fapá, mamá y refiere que se zarandea al niño y se
le dice:
— P a p á , mamá P o r un pimiento,
Pepito me quiere pegar. por un tomate,
—¿Por qué! por una toma
— P o r ná. de chocolate.
P o r una cosita que no vale ná,
(47) Dictada por la niñita Leoncia Romero, de 7 años, en Vinchina ( H o r n o ) .
Esta versión ofrece variantes con respecto a las consignadas en el Cancionero Popular
de Caiamarca, N.° 1462, y Cancionero Popular de Tucumán, N." 85.
Rodríguez Marín la consigna a s í :
Mañana es domingo Doña Catalina.
y es día de respingo. 4Quién es el padrino?
Se casa Benito Don J u a n de Rivera.
con un pajarito, Mal haya su c j . .
í Quién es la madrina f que tanto lo menea.
O A N G l O N E SO FO FU L A B VE LA B I OJ A 33
Me canso, 50
Dijo el ganso. NEGRO FALUCHO
Me aburro,
Dijo el burro. Negro Falucho,
Me pongo el gorro, Revienta cartucho,
Dijo el zorro. Va al almacén;
L a señora María Cadílla cíe Martínez, en su libro La Poesía Popular en Puerto Mico,
pág. 250, trae nuestra rima infantil a s í :
—Mañana es domingo, — S a n t a Catalina.
Be casa Chiringo —4 Quién es él padrino 1
con una mujer —Vicente Pilón.
que sabe coser. Dale con la escoba
—iQuién e& í a m a d r i n a ! por ser barrigón.
Don Aurelio M. Espinosa, en so estudio Folklore de California, pág. 11, N.° 16, la
trae así:
—Mañana, domingo, —(Quién es el padrino t
se casa Benito —Don J u a n Botijón,
con un borreguito. — P u e s dale que dale
—tQuién es la madrina? con el varejón.
—Doña Catalina.
(48) E s t a rima es p a r t e de la composición infantil que figura en u n a versión más ex-
tensa en el Cancionero Popular de Salta, bajo el N.° 42.
(49) E s t a rima infantil, que recogiera en Vinchina (Horno) en 1939, es española.
Rodríguez Marín la trae así:
Mizo gatito,
pan conejito.
i Qué comistef
Sopitas de la olla.
¿Con qué las tapaste?
Con el rabo del gato.
¡Zape, eape, zape!
(N.° 4 4 ) .
(50) Fué recogida en Aimogasta en 1938.
El « N e g r o Falucho » o simplemente <: Falucho > es el apodo con que se conoce al sol-
dado de color Antonio Ruiz, guerrero de la independencia, y muerto heroicamente al lado
de su bandera. No es la primera vez que el pueblo lo recuerda en sus cantares. E n el Cancio-
nero Popular de Catamarca puede verse el que lleva el número 23, consagrado a conmemorar
su muerte heroica. El historiador doctor Enrique Udaondo, en su Diccionario Biográfico
Argentino, resume la historia de este noble negro a s í :
« Ruiz, Antonio (« Falucho ») :
«Militar. Hombre de color, natural de Buenos Aires, apodado «Falucho •». Fué liberto
del vecino de esta ciudad don Antonio Euie, de quien tomó el nombre y apellido. El apodo
le fué dado por sus cantaradas a causa del especial cuidado que le consagraba a su gorro de
cuartel, denominado «falucho ». Ingresó al ejército en 1813 como soldado del batallón fijo
de la Libertad y se halló en las batallas de Vilcapugio, Ayohuma, Chaeábuco, Maipú y cam-
paña del Perú. Como el ejército de los Andes hacia ocho años que había partido de la Re-
pública y hada meses que estaba impago, un jefe español insinuó artificiosamente a la tropa
y prisioneros del Callao que la sublevación era el único medio de regresar a Buenos Aires y
a Chile. Llegado el día del motín, que fué el 5 de febrero de 18S4, la bandera española fué
enarbolada en el torreón «Independencia » con una salva general de los castillos. El negro
€ Falucho», soldado del regimiento del Río de la Plata, se resistió a tributarle honores y al
3-II
34 J U A N A L F O N S O C A B M I Z t?
Pide la yapa, 51
No le dan; NARIZ DE J O t E
Va a la cocina,
Rompe los platos, Nariz de jote,
Y le echan la culpa Talón rajao,
A todos los gatos. Choclos hervidos,
intimársele que lo hiciera, rompió su fusil contra el asta de la bandera española, a cuyo pie
fué fusilado, gritando: ¡Viva Buenos Aires! Tan heroico ejemplo de fidelidad fué premiado
así y el valiente soldado murió por sus principios después de once años de meritorios servicios a
su patria, a Chile y al Perú. En vísperas de una guerra nacional en 1897, que se consideraba
inminente, se resolvió erigirle un monumento al heroico mártir del Callao, simbolizando en él
al mismo tiempo, a su valiente raga, grande en la guerra de la independencia y en todas las
luchas por la libertad y el honor nacional. La estatua del negro «Falucho » —como popular-
mente se le conoce— se levantó en un triángulo de la plaga San Martín, formado por las
calles Florida, Charcas y Santa Fe; actualmente se halla emplazada frente a los cuarteles
de Palermo en la intersección de las calles Santa Fe y Luis María Campos ».
Yapa (i), a más del significado que le da el Diccionario, tiene el de cuelga u obsequio
que se hace en los almacenes o cagas de comercio al por menor de earamelos o galletitas dul-
ces a los clientes, en especial a los niños. En los negocios de provincias y en especial de la
campaña se a t r a e a la clientela dándole yapas.
(51) Dictada por don Anaearsis Páez Dumaux en la ciudad de L a Rioja en 1938. L a
aprendió en El Condado, lugar situado al norte y río por medio de Villa Castelli.
Jote, al pajarraco carnívoro de alas negras que comunmente llamamos cuervo en Salta,
Tueumán, Santiago, Catamarca y gran parte de Jujuy, le llaman jote en La Bioja y en loa
departamentos del sud de Jujuy. Con el título El jote, el profesor riojano don Eugenio Gia-
comelli, en sus Bocetos Hiojanos, nos ofrece una interesante monografía, en la que describe
este animal. Lenz, que ha estudiado con profundidad la voz desde el punto de vista lengüís-
tico, nos da esta noticia:
« J ó t e , m. i. n. vulg. de un gallinazo negro, común en la mayor p a r t e de Sudamérica,
cathartes aura. Gay, Zoo!. I , 202. Cp. Molina, 451. PhiJippi Mz. 792/2. F a m . burl. o desprecio-
fraile, clérigo (alusión al t r a j e negro). Rodríguez, 270, Zerolp.
3. Palo del jote, n. vulg. de la planta gypothamnium pinifolium. Philippi, Atacama, 60.
Se usa en el Perú y, probablemente, en otros países más.
El sabio profesor doctor Emiliano J. Mac Donagh da Cata interesante noticia del jote:
« E l nombre de «cuervo » se aplica en la Argentina a diversas aves. Ninguna de ellas
corresponde a las especies que en Europa y Norteamérica reciben el nombre de « cuervo » y <¡fiie
son los cuervos verdaderos.
El nombre de « j o t e » puede considerarse como el nombre americano de una de las es-
pecies de « cuervo ». Pero, infortunadamente, el nombre de jote se aplica a dos o más espe-
cies. La solución para este asunto es la de definir el jote que consideramos verdadero y para
ello seguimos el criterio establecido en la exposición del Museo de la Plata. Por lo pronto,
el primero que recogió científicamente el nombre, aunque escribiéndolo en latín y como feme-
nino, fué el padre Molina en su famosa obra sobre la Historia Natural en Chile.
El jote es un rapas del grupo llamado impropiamente «buitres americanos s>, que no
son buitres sino catártidos, caracterizados, entre otras cosas, porque el dedo medio y ante-
rior es grande, como para desgarrar, mientras que el posterior es muy reducido; por ello los
catártidos, a diferencia de las águilas verdaderas, no pueden levantar grandes presas y volar
con ellas. (Esto va contra ciertos novelistas, Julio Verne, por ejemplo).
El jote tiene la cabeza desnuda, es decir, sin plumas y, desde luego, que carece de la ca-
ráncula erguida que ostentan en la cabeza los cóndores; la cola es de extremo redondeado. El
color del plumaje es negro, con un lustre azul renegrido purpúreo. En cambio, la cabeza y el
cuello, que son desnudos, son de un color rojo carnoso brillante.
Vive en la región andina, desde Ecuador al Cabo de Hornos, y en nuestro país, en el cen-
tro y norte, y por la región andina hasta Tierra del Fuego. También en la mesopotamia. No
es un ave abundante sino más bien solitaria. Vuela muy alto y con un admirable planeo. Sue-
le anidar bajo las rocas y los huevos son de un color blanco cremoso y están menudamente
moteados en pardos-rojiso.
Este ' jote ' es también llamado comúnmente ' conga' en nuestro país, y también
(pero ya en los libros) «cuervo de cabeza colorada*. Su nombre científico es-, cathartes aura
jota (Molina, 1782).
Al otro « cuervo» no se le suele llamar tan comunmente «jote », pero sí «gallinazo »,
nombre más bien castizo, peruano si se quiere; y en Mendoza, « paisana > y serranamente, « pa-
lapala »; mientras en el norte de la mesopotamia, zona de influencia guaraní, « iribú ».
También esta especie carece de caráncula y la cabeza desnuda, mientras que el cuello es
desnudo por delante, pero es plumoso por atrás. El color es enteramente negro, tanto el plu-
CANCIONERO P O r u LAR DE LA 'RIO J A 35
Zapallo asao,
Sandías verdes, NANITA, ÑAÑA
Melón cálao Nanita, ñaña,
„ ., . . Nana, nanita;
eja i 3 0 . . . j j o y . j j a c o m i e n < j 0 choclos,
José Mercao. Mañana humitas.
maje como la piel, y tiene algo de asulaüo en, el pico, cuyo extremo es apenas más claro. La
especie se reconoce porque la cola es de aspecto aproximadamente cuadrado.
Su comida son los animales muertos, es decir, carroñas, aunque sean putrefactas; es fa-
mosa porque penetra hasta los sitios poblados en su afán de devorar carroñas o desperdicios.
Su nido es muy rústico y se puede encontrar pobre los árboles o entre las rocas, y aún en
las torres de los edificios. Se lo encuentra desde el Mío Negro hasta el norte, pero no falta en
el litoral. Su nombre científico es Coragyps urubú foetens (Wíed, 1830).
Queda otro cuervo o jote, el de cabeza amarilla, que se Uama «iribupirái 3, en el Chaco
y Corrientes; llamado «.gallinazo blanco» en la Colonia, viviendo hasta el norte de Santa Fe,
mientras se lo ha señalado en Catamaraa, y por el norte llega hasta Venezuela y las Guáyanos.
Es negro renegrido, con brillos verdosos en el dorso, con la nuca azulada, la cabeza amarilla
y el cuello anaranjado. Come pescados en mal estado y otras carroñas. A veces anida en los
árboles huecos. Científicamente se llama cathartes urubitinga (Pelzen, 1861).
Por último queda el « cuervo real» o « rey de los cuervos » o « rey de los jotes », llamado
también « cóndor real •».
Es un ave muy diferente, de plumaje rosado y negro; mientras la piel desnuda del cue-
llo y la cabeza ostenta colores detonantes, anaranjados, purpúreos, rosados, amarillos. ¡Es de
tamaño mayor que los « cuervos», pero menor que el cóndor verdadero, del cual, además de
los colores del plumaje, se distingue por un carácter orgánico aparente, a saber, que el dedo
extreno es más largo gue el interno. Se le llama « rey », porque cuando los jotes están comien-
do una carroña llega éste y los expulsa furiosamente, quedándose él a sus anchas; al revés
si primero está el « cuervo real », los otros «cuervos » esperan en la vecindad hasta que se
harte y se vaya para arrimarse a disputar los restos. Vive desde el norte de la Argentina a
partir de Tutumán y Salta Oriental, Chaco y norte de Santa Fe, hasta Méjico. Su nombre
científico es sarcoramphus papa» (Liné, 1785) {116 - 4 - p á g . 4 0 ) .
Choclos hervidos. Zapallo asao: Son dos platos de la cocina familiar campesina en todo
El Tucumán. Los choclos hervidos han pasado a ser plato de las mesas de todo el país y hasta
los extranjeros lo usan con sumo agrado. Su preparación es muy sencilla; se echan las ma-
zorcas de maíz tierno, que es el choclo, previamente deschalado, en el puchero o bien, y este
era el sistema común en Catamarca, Tucumán y Jujuy, se hacía hervir en u n a olla grande
las espigas de maíz sin quitar la chala, pero con poca agua, p a r a que el cocimiento se h a g a
más con el vapor que con el agua propiamente dicha. L a sal se echaba a la olla cuando ya
estaban hervidos los choclos y a punto de sacarlos.
El sapallo asao exige más preparación; yo he asado, según la costumbre del valle de
Catamarca, que entiendo es la misma de todo El Tucumán, a s í :
Se toman los zapallos (cascara dura, leñqsa) de los especiales p a r a asar y con u n se-
rrucho o un cuchillo se divide el zapallo por l a línea ecuatorial, se le quitan las semillas y la
p a r t e blanda donde ella se encuentra, dejando la pulpa del zapallo intacta. Se le polvorea
sal a voluntad y se lleva las mitades al rescoldo. Se abre el descoldo, retirando las brasas y
no acomoda las mitades con la boca hacia arriba y luego aquella ceniza caliente y las brasas
se echan adentro; después -se le arrima bien la ceniza caliente y las brasas a las paredes del
zapallo y se deja cocer. ¡
La duración del cocimiento puede ser de j u n a hora si ha habido mucho rescoldo y un
poco más en caso contrario; cuando se calcula que se ha cocido, se retira del fuego, se vuel-
can boca abajo las mi 1 ¡ules para quitarles la cieniza suelta que se le ha adherido a la pulpa.
Echa esta última operación, que llamaríamos de limpieza, queda al descubierto una pasta más
bien seca, anaranjada y que despide un vaho de agradable olor. Cuando uno le hinca el diente le
dice: hocete a un lao, al huevo, porque en verdad aquello es exquisito. Suelen ser parientes
muy cercanos el zapallo asao con los choclos asados, no hervidos, porque p a r a hervirlos se
precisa olla y p a r a asarlos solamente se quiere que haya leñitas.
Los choclos y los zapallos asados son comidas indias, comunes, al parecer, en toda Amé-
rica, porque hasta los pieles rojas también los comían, y así don Julio Harris Salomón en su
libro Arte y Costumbres de los Pieles Bojas da noticias de estas prácticas en el capítulo X I ,
Modo de encender el fuego y guisar, pero hay una diferencia, ellos los comían con semilla:
« Las calabazas se cocían enteras en las cenizas y se comían el fruto, incluyendo la cas-
cara y las simientes», pág. 221. E n t r e nosotros no sucede a s í ; las cascaras suelen andar mos-
trando las hueyas de la cuchara y del fuego sobre los cercos o en loa canmios cercanos a
las casas.
(52) Ñaña. Véase su sentido en la nota de la rima número 21. Aunque el sentido de la
voz huminta, humita o umita está explicado en el diccionario y eruditamente comentado en
36 J U A N A L F O N S O C A R B I Z O
53 54
PADRE MUERTO
Padre muerto PALA-PALA PULPERO
Que estás en los cerros
Criando los perros Pala-pala pulpero
Tocando cencerros,
La vieja en la cama Tapate con un cuero
Y el viejo en el suelo. Que no te pique el guanquero.
Voces Tucumanas, del doctor Lizondo Borda, no está demás transcribir las noticias de los
cocineros que en esto son perfectos maestros:
« H u m i t a (común): Choclos, &4; azúcar, 10 cucharadas; harina, 4 cucharadas; leche, 1
tasa, y huevos, 6. Grasa, levadura, cebolla, tomate y pimientos.
Si los choclos son chicos se preparan 24 y si son grandes bastan con 12. Deben ser muy
tiernos.
Se fríen en grasa abundante, 4 cebollas. 4 tomates y 4 pimientos, después se agrega el
choclo rallado, sal, pimienta, nuez moscada, 4 cucharadas de azúcar y la leche; se deja cocer
bien el choclo y si queda algo seco se agrega un poco más de leche; se pone en una fuente del
horno, dejando que se enfríe ».
« Humita en chala: Choclos, 18; grasa, 1 % cucharada; azúcar, 1 tasa, y leche, 1 tasa.
Se corta los choclos, más o menos, unos tres centímetros de la parte superior que sigue
al tronco, se separan las chalas con cuidado, se limpian bien los choclos y se pasan suave-
mente por el rallador para que la ralladura salga finita.
Se fríe 1 cucharada de cebolla en la grasa caliente, después se agrega el choclo rallado,
el azúcar, se sazona con sal y se mésela hasta que se haya dorado bien, luego se agrega la
leche, mezclando de rato en rato para que no se queme, hasta que el choclo se cueza y quede
un poco espeso.
Se deja enfriar y tomando dos hojas de choclo se coloca en sentido opuesto, echándole
luego en el centro dos cucharadas de posto, atando después las humitas con bis chalas que
han quedado, las que se habrán cortado en tiritas de dos centímetros de ancho y anudado
como si fueran una cinta para unirlas. Esta operación de envolver y atar se hará prolija-
mente para que el agua no entre al cocinarlas; después se echan en una cacerola con agua
hirviendo, dejando q«e se cuezan por espacio de 30 minutos, más o menos, y una vez que al
tocarlas se siente que el choclo se ha endurecido, se sirven en la misma chala » (11 - 276).
(53) A esta rima infantil, cuyoa dos primeros versos son una parodia del Pater Noster,
la oí en F a m a t i n a en 1939.
Don Aurelio de Llano, en su Esfoyaza, t r a e estas dos p a r o d i a s :
P a d r e nuestro, P a d r e nuestro
que estás en un cesto; que viene el maestro
santificado santificado
I estás enfadado 1 que viene enfadado.
(N.° 1065) (N.° 1066)
(54) L a rima infantil tiene por primer verso el primero de la letra del baile conocido
con el nombre de pala-pala.
L a letra de este baile y su música se registran en el Tercer Álbum Musical de don An-
drés Chazarreta. Como en el Cancionero Popular de Santiago del Estero, del doctor Orestes
Di Lullo, se registra esta letra en l a forma más correcta, l a tomamos de allí:
1 — Pala-pala pulpero, 5 — Acatanca ligero,
2 — Chuña soltero 6 — Bala aguatero
3 — Ampatu cajonero 7 — Caranchi guitarrero
4 — Hualu bombero, 8 — C'araipuca riendero.
Cuya traducción sería-.
El Pala-pala es pulpero El Escarabajo ligero
La Chuña está soltera, La Bala (avispero) aguatero
El Sapo es cajonero El Caranchi guitarrero
La Tortuga bombero, La Higuana riendero.
(100 - N.° 3009)
1. Papa-pala significa catharites urubú (Vieill) : Buitre de estas regiones, muy común,
más conocido entre nosotros con él nombre de cuervo. El gallinazo o aura, que t r a e el Diccio-
nario de la Academia.
2. Baile regional, poco vulgar, que suelen bailar alguno* santiagueños —no sabemos «i
tucumanos. Según referencia del músico Manuel Gomes Carrillo, parece que en él se ha que-
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 37
55 Mama-de-sol-té
Bulevard-cachó.
PANCHO ÑATO
Pancho ñato se t r a g ó 57
Un carozo y reventó.
¿ Q U E ES E S T E RUIDO?
56
PI - T í - PI - S E M B R A I Qué es este ruido
Que a n d a por aquí
Pi-ti-pi-sembrá De noche y de día
Cuti-ba-de-ré No deja dormir?
rido imitar los saltos y picotazos del pala-pala mientra» devora la carroña de alguna osa-
menta. ..
3 . Música en dicho baile.
4. Lugar del departamento de Leales (Tucumán, primer distrito).
5 . Estación, en el mismo lugar, del Ferrocarril Central Argentino.
Origen: Es muy probable que esta voz se derive de ppajlla: «Calvo o cabeza calva»,
como es el pala-pala, por lo cual pudo dársele el nombre, duplicando esa vos, cosa tan fre-
cuente en el quichua.
Referencia: Voz santiagueña con nuestro significado 1; y además natural del lugar
( S . Chrístensen) (170 - P a l a - p a l a ) .
Guanquero. Masculino. Definición: Vos coinún en la provincia.
Significado: Xylopa augusti (Lep) (T). Eimenóptero del género bombus. Es un abejón
negro (la hembra) que suele hacer su nido en el interior de las cañas huecas (Arando Donax),
que forman parte de los techos de los hogares campesinos. Hace, al volar, un zumbido carac-
terístico. Dicen que produce miel, como otras especies que anidan en la tierra. En el Litoral
llámase mangangá.
2. Parecer uno guanquero, al h a b l a r ; hacer la voz rezadora, monótona, como el zumbi-
do del guanquero.
Origen. De Huanquyru. Abeja o abejón (1) : Debe tratarse del abejón especialmente des-
cripto por nosotros o de una especie parecida, según lo deja entender el padre Cobo. Cuanto
a la vos, Mossi agrega que, por corrupción, se dice también huayrunqu. Sin embargo, ésta,
en la forma huaironco (moscardón), figura hoy como aymará (en «Catálogo de las voces
usuales de aymará», etc.) ; lo que significa que, si no es de este idioma, ha pasado a formar
parte de él.
G. Holguín trae la forma huanccoyru y Torres Bubio, huancoyru.
Begionalismo. Formas catamarquenas, guanquero y huanquero: « Unos abejones negros que
destruyen las paredes para hacer en ellas sus casas» (C. L a f o n e ) . Se refiere, sin duda, a
nuestro himenóptero citado.
2. Voz argentina, guanquero. Significa o corresponde « al abejorro español ( S . G a r z ó n ) ;
pero ello no nos consta» (170 - Guanquero).
(55) Oida en la ciudad de La Kioja.
(56) Dictada por la señorita Josefina Carmona en la ciudad de La Rioja.
La niña pronunciaba el último verso en castellano y sabía la rima por tradición oral de
BU ciudad n a t a l .
(57) Dictada en Chuquis (Dto. Castro Barros) por María Luisa Allende, de 12 años
de edad. María Luisa aprendió esta rima por tradición oral. E s t a versión ofrece variantes con
respecto a la que figura bajo el número 119 del Cancionero Popular de Tucumán.
En España
Don Alberto Sevilla, en su Cancionero Popular Murciano, N.° 85, trae esta versión:
En América
L a señorita María Oadilla do Martínez, en su libro La Poesía Popular en Puerto Bico,
pág, 259, t r a e esta versión:
Así siguen preguntando por la salud de Doña Ana, en los intervalos del cantar del corro
las niñas, hasta que sucesivamente contestan que Doña Ana pas& del segundo al tercer ac-
cidente y luego que se murió. Cuando esto último contesta una íniña cualquiera de las del
corro, Doña Ana hace como que está muerta, tendida en el suelo. L a s demás niñas se suel-
tan y se agrupan a su alrededor p a r a verla y ella de pronto se lpvanta y las persigue hasta
coger a una que en la repetición del juego será Doña A n a ».
CANCIONERO POPULAS BE LA MIOJA 39
58 59
¿QUE QUIERES TOMAR, RAMÓN? ¿ Q U I E N DIRÁ QUE LA CARBONERITAP
¿Qué quieres tomar, Ramón? ¿Quién dirá que la carbonerita
•—Chicha con limón ¿Quién dirá que da carbón?
—Yo quiero tomar aquí ¿Quién dirá que soy casada?
Chicha con ají. ¿Quién dirá que tengo amor?
Agrega después la melodía con la que Be canta en Puerto Eico y una otra forma de
desarrollar el juego. En el Cancionero del Niño Venezolano figura con la música tradicional
la siguiente versión; i
h
Vamos a la huerta —iQuién es esa gente
Del tontoronjil, Que pasa por ahí,
A ver a Doñana Que de día ni de noche
Cortar el perejil. Me dejan dormirf
—Doñana no está aquí Somos estudiantes
Ella está en su vergel, Qua venimos a estudiar
Abriendo la rosa ¡ A la Capillita
Y cerrado el clavel i De la Virgen del Pilar.
i ( P á g . 7)
Agrega después la melodía con la que se c a n t a en P u e r t o Eico y una otra forma de des-
arrollar el juego. '
(58) A esta rima la recogí en Guandacol en 1940.
La Chicha que suelen hacer algunos riojanos es la de uva y no la de maíz, propia de J u j u y
y Salta, en especial en las regiones de estas provincias donde no ee cultiva la vid.
Las bebidas nacionales de los riojanos son: el vino, que los tienen muy buenos, y l a alo-
j a de algarroba, cuyo uso les viene de la prehistoria.
(59) La cantaban en corro las niñas de la escuela nacional de Los Palacios (Dto. Ge-
neral Lavalle)
Este cantar conocido con el nombre de El Conde de Cabra, tiene su punto de parentes-
co con el de La Viudita, ya consignado en los cancioneros de Catamarca, N." 1475, y Salta,
N.« 4 5 .
En España
Don Sergio Hernández de Soto, en su estudio Juegos Infantiles de Extremadura, t r a e el
juego y dos versiones de nuestro cantarcillo así:
« Se j u e g a en la misma forma y con número igual como el anterior. ( L a s jugadoras, en
número impar, forman corro cogidas de la mano, quedando dentro de la rueda una niña, que
es l&viuda).
A medida que a n d a la rueda, van cantando:
L a r u e d a : La viudita, la viudita La viuda: Yo no quiero al conde de Cabra
la viudita se quiere casar, conde dp Cabra ¡triste de m í !
con el conde, conde de Cabra, Yo no quiero al conde de Cabra
Conde de Cabra se le dará. conde de Cabra, si no es a ti.
Abraza a una niña de las del corro, que Se suelta, volviendo a cerrarse la rueda, y si-
guen cantando mientras l a s dos que están dentro valsan a l compás del c a n t o :
Corro: — L a hora callada
mi prenda querida,
gustosa a íni lado
por toda la vida.
Contigo sí, es contigo
con quien no casaré yo.
Se sueltan todas y se abrazan a la que está a su lado, la que queda sola entra en el
corro.
Variante
—Quien dirá de la carbonerita con el conde, conde de Cabra
quien dirá de la del carbón conde de Cabra de esta ciudad.
quien dirá que yo soy casada Yo no quiero al conde de Cabra
quien dirá que yo tengo amor. conde de Cabra, triste de mí
La viudita, viudita Yo no quiero al conde de Cabra
se quiere casar, conde de Cabra, sino es a ti.
E s t a variante se juega en la misma forma que el anterior (Zafral, Biblioteca de Tradi-
ciones Populares, T. I I I , pág. 93.
Don Valerio Serra Boldú, en su estudio Folklore Infantil, publicado en el tomo I I de
Folklore y Costumbres de España, pág. 555, t r a e también la descripción de este juego y rima
con el título consagrado de El Conde de Cabra. Es exactamente igual a la primera versión de
Hernández de Soto.
40 J U A N A L F O N S O C A Jt E I Z O
61 63
QUÍTATE, QUÍTATE SEÑORITA, BAILE E L TUTE
Quítate, quítate,
Quítate pa' allá, —Señorita, baile el Tute.
Tu madre no quiere, —Caballero, no lo sé.
Tu padre querrá. —Entonces ¿para qué viene?
Si te a;usta el tinto, ¿ P a r a que viene al matine?
Ponele nomás. —Yo me vine al matine
P o r verlo bailar a usté.
62 —Señorita, demé un besito,
SALÍ, SAPITO, D E L A R E N A L Que estamos los dos solitos;
Le pregunto adonde vive
Salí sapito del arenal. P a r a hacerle una visita.
¿Quién te gobierna? —Yo vivo allá a la vuelta
— E l cañaveral. E l número no lo sé.
62-a No preciso las visitas
SALÍ, SAPITO Mocositos como usté.
Salí sapito -—El árbol que se seca
De la quinchita, Ya no vuelve a florecer.
¿Quién t e gobierna? Y a mí me gustan las chicas
—La quirquinchita. De quince y de diez y seis.
mente con una buena porción de ají pieante. Cuando está frita la cebolla está lista la salsa,
que resulta de un lindo color y de un sabor estimulante.
A mediodía el locro está listo para ser comido; se sirve y cada comensal toma la por-
ción que le viene bien de la grasa freída, que se endurece poco a poco en la ollita donde se la
guardn p a r a el día siguiente.
El maíz que se ha usado siempre p a r a haier el locro fué el blanco y sólo a falta de éste,
cosa poco frecuente, se ha usado el amarillo.
También ba sido de usanza pelar el mate en las casas, como he dicho, en los morteros
de piedra, llamados tacanas, por los naturales o en los morteros de madera, que los había
horizontales y verticales, esto es, p a r a moler de sentado o parado, respectivamente.
L a persona que sabe de locro distingue a í comerlo si el maíz ha sido pelado en morteros
caseros o en los molinos, porque pelado en la primera forma el maíz conserva su aceite na-
tural, en tanto que el calor del molino parece que le quitara este aceite; igual cosa ocurre
con el arroz, el que se pela en las casas es m á s sabroso qué el que expende el comercio, indus-
trializado y a . |
Suelen echarle al locro a poco de empezar! a hervir n a pedazo de zapallo o de anco que,
con el poroto, hace naás blando y más sabroso al maíz.
Cuando se quiere se le agrega CUBTO de cerdo y chorizos al locro, pero esto no es de
rúbrica.
Las personas que no comen picante, echan pimentón a la fritura de la salsa en lugar del
ají picante o los dos ingredientes, para dar mejor sabor y color,
(61) Recogí esta rima en Aimogasta en 1938.
El tinto: Es el vino tinto, más común que el vino blanco. E s voz conocida en casi t o d a la
Bepública. También se le dice tintillo, seguramente desde mucho tiempo atrás, porque la
terminación diminutiva ülo era común en la época colonial; hoy usamos tía.
(62-a) Quinchita: Diminutivo de quincha, ya explicada por el Diccionario. Loa paisa-
nos de las zonas llanas y secas del norte, y aún de Córdoba y Buenos Aires, en especial aque-
llos que no son propietarios de las tierras que ocupan o su tenencia en precaria, no hacen casa
de adobe, t a n seguras como las hechas de ladrillos, sino que hacen su vivienda provisional-
mente y así la construyen de quincha, que es el sistema más económico. ',...
Puede verse el arte de hacer una quincha en el libro del profesor Francisco de Aparíeífcií
La vivienda natural en la región serrana de Córdoba, pág. 91, y en especial en las láminas
X L I X , L y L I de esa importante obra.
(63) Dictada por la niña Minina Villafañe, en la ciudad de La Eioja. No he podido
saber qué baile sea el llamado tute. Seguramente debe tratarse de un baile de origen fran-
cés, Don Aurelio Capmany, en su estudio El Baile y la Dama, que t r a t a de las antiguas y
modernas danzas de España, no menta el tute. L a denominación matinée d a d a a la fiesta de
la tarde, es un galicismo usado únicamente entre l a gente de las ciudades.
42 J U A N A L F O N S O C A E M I Z Q
64 La saqué a paseo,
Se me la enfermó.
SI P O R Q U E SI
La puse en la cama,
Sí porque sí, Se me la agravó.
Sí porque no, Cuando vino el médico,
Préndale fuego Me la recetó
Al polisón. Unas pildoritas
P a r a el corazón,
65 A los pocos días
Se me la murió.
S O Y U N A N E G R A CHICOBA Vino la madrina,
Le trajo el cajón.
Soy una negra chicoba
Que vengo de famingar: Y trajo el padrino
Aquí traigo esta fritura Un negro crespón.
Que nadie quiere comprar. Vino el carro fúnebre
Y me la llevó.
Los jóvenes me disparan Dos y dos son cuatro,
Y paso sin asustar. Cuatro y dos son seis,
Será porque soy t a n negra Seis y dos son ocho
Que paso de regular. Y ocho diez y seis,
¡Anima bendita,
66 Me arrodillo en vos!,
¡Pobre mi muñeca
SUBITE ARRIBA
Que se me m u r i ó !
Subite, arriba,
Bájate abajo,
Hacete a un lado, 67-a
No des trabajo.
TENGO U N A MUÑECA
67
TENGO U N A MUÑECA Tengo u n a muñeca
Vestidito azul,
Tengo una muñeca Zapatitos blancos,
Vestidito azul, Bordadito en tul.
Zapatitos blancos, La saqué a paseo,
Medias de algodón. Se me la enfermó.
La acosté en la cama 6 8
Con mucho dolor, TINTÍN, M E D I A C A Ñ A
Vino el doctor,
Me la recetó Tintín, media caña,
Cinco pildoritas Tintín, caña entera,
P a r a el corazón. ¡Tintín, lo que guste,
A los cuatro días, ¡Tintín, lo que quiera.
Se me la murió.
Vino la madrina, 69
Le trajo una flor. TISTI F U E
Vino el padrino, Tisti fué
Le trajo el cajón. Me conchabé
Vino el coche fúnebre Con Don Kamón
Y me la llevó. P o r chicharrón.
Don Aurelio de Llano Roza de Ampudia, en su E&foyaza de Cantares Asturianos, N.° 1148,
t r a e esta rima así:
El señor Rodríguez Marín, en Cantos Populares Españoles, N.° 136, trae otra versión.
María Rodríguez y Elena Fortún, en Cancionero Infantil, traen otra versión en la pá-
g i n a 57) .
En América
Es sumamente conocida esta rima, tanto, que p a r a pedir cantares populares siempre
d i g o : dicte usted uno de esos cantar cilios como el que dice « Tengo una m u ñ e c a . . . >
L a señora María Cadilla de Martínez, en Poesía. Popular en Puerto Pico, pág. 283, t r a e
esta versión parecida a las nuestras:
Don Ramón A. Laval, en su Folklore de Carahue, pág. 66, N.° 9, t r a e otra versión; también
puede verse otras versiones argentinas en Cancionero Popular de Catamarca, N.° 1460; Cancio-
nero Popular de Salta, N.° 3 8 ; Cancionero Popular de Tucumán, Nos. 115 y 115-a.
(68) Se usa p a r a sortearse en los juegos.
(69) E s t a rima recitan los niños con el ritmo del canto del benteveo (piatangus sulphu-
ratus bolivianus), el cual pajarito tiene muchos otros nombres; a más de Tisti fué, de la rima,
se lo llama Chiste fué, Cristo fué, Quitupí, Quechupay, etc.
44 J U A N A L F O N S O C A M S I Z O
70 71
TRAIGO COSITAS TRELE QUE TRELE QUETON
(70) Dictado por Minina Villafañe. Es como el que lleva el número 65, un cantar de
pregón. Don Vicente Galván publicó en 1774 su tonadilla Naranjera •petrimetre y extranjero,
a la que hicimos alusión en la nota 65. En esa tonadilla la -maja naranjera dice:
El estribillo Ay, lumbé, ay lurribé hace recordar a este otro: Gnrrumé, gurrumé — que fase
nubrado y quiere yové, que según Cejador es del Guineo y otros bailes y que se lo cantaba en
la Mojiganga de la gitana hacia 1670, N > 446, Es parecido también a este otro estribi-
llo: Turumbé con la turumbela — vamos bailando la tantarantela de 1702, N." 504.
(71) E s t a rima se usa para sortearse en los juegos infantiles.
(72) También p a r a sortearse en los juegos. Me fué dictada en Anillaco por las niñas de
la escuela local en 1938.
Don Aurelio de Llano, en su Esfoyasa, N.° 1064, trae esta r i m a :
Una, con su m a r a g a t o ;
dolé, vino Gil,
tele, rompió un cadril ( 1 ) ,
católe, cadrilín, eadilón,
quile, cuéntalas bien
quilato, que las veinte san ( 2 ) .
estando la reina
(73) E s también una rima que usan los niños para sortearse en los juegos. Me la dic-
t a r o n en la ciudad de L a Kioja.
(74) Dictada por la niñita Gumersinda Carrizo en la escuela de Alpasinehe (Dto. Pela-
gio B . L u n a ) .
(75) L a oí a los niños de la escuela de Anillaco. En este como en los otroB casos que re-
cogí algún cantar a los niños de las escuelas, tuve en cuenta que el cantar fuera tradicional.
Casi todos lo son porque en las escuelas de la campaña no se les enseña cantos a los niños;
los que éstos entonan son aprendidos en sus casas a sus padres o hermanos mayores.
En España
Rodríguez Marín la t r a e a s í :
Unina, dosina,
tresina, cuartana,
color de manzana,
churripa la pe
una, dos 7 tres.
(N.o 78)
En América
TJnilla, - — dosilla,
tresilla, — g u a t a n a (1)
color — de manzana,
verruga — la tez,
contigo — son diez.
( 1 ) L a guatana es la soga o tiento que sirve para atar. E s voz quichua, viene de
guatay, que es atar, y na, que es partícula instrumental equivalente a lo que sirve para; así
guatana es lo que sirve para atar.
E n el Cancionero Popular de Cata-marca, bajo el N.° 1455, hay dos versiones de esta rima.
46 J U A N A L F O N S O C A E B I Z O
76 78
U N . DON, DIN UNO, DOS, TREs
Uno, dos, tres,
Un, don, din, Tras el rengo un conocido,
De la poli-poli-tana. Tras el conocido un dragón,
Un cañón Eras del dragón
Que pasaba por España, El dueño de mi corazón.
Niño, ven aquí.
—No quiero venir,
Un, don, din. 79
VENDO CEBOLLA
77 Vendo cebolla,
Papa araucana,
Uno, Una bolsa de trigo,
Dos, Mi prima Juliana,
Tres, Y muchos saludos
Cojo es. De taita y de mama.
(76) E s rima p a r a contar y sortearse en los juegos. Me fué dictada en Sanagasta (Villa
Bustos).
(77) E s t a rima dicen los niños a compás de los movimientos defectuosos que hacen cier-
tos rengos. Rodríguez Marín la t r a e así:
Una
dos
tres
capo es.
(N.° 154)
(78) E s rima p a r a sortearse.
(79) Este cantarcillo me fué dictado por u n joven en Villa Castelli (Dto. L a Madrid)
en 1939. El cantar es indudablemente chileno; quizás de Copiapó, que mantenía un activo
comercio con el oeste riojano. P a r a los del norte de Chile la papa araucana debe ser como
lo es la papa Mar del Plata p a r a los del norte argentino, una p a p a buena, sana y de buen
gusto.
Taita: Padre, como lo da el Diccionario. E n t r e nosotros en el norte del país decimos
tata; taita solamente usamos p a r a significar matón, j e f e o caudillo. Con este último sentido
ha ido del sud, de Buenos Aires.
La gente vieja del Norte usa siempre tata, que en aimara significa padre y así dicen
tata Dios y tata cura p a r a aludir con cariñoso respeto a Dios y al cura. Supongo como Lenz
que esta palabra como mama y como papa son connaturales del hombre, vienen con él. El niño
dice tata, mama y papa de cualquier país que «ea.
Mama: E s como dice el Diccionario; madre. E s t a costumbre de decir mama a la madre
se va olvidando ya en el norte argentino. Antes aún los mayores decían mama, como decían
tata al p a d r e ; ahora los niños dicen mamá y papá y los más niños, los de la última genera-
ción ya dicen papi y mami.
Respecto a cómo debe usarse la voz si mama, como decíamos los mayores de tierra aden-
tro, o si mamá, como se usa ahora, veamos esta noticia de don Rufino J . Cuervo en sus
Apuntaciones Críticas Sobre el Lenguaje Bogotano:
« M a m a , por madre, es la voz castellana antigua y castiza; la corte francesa puso de
moda a principos del siglo X V I I I el decir mamá, lo que no fué aceptado por la Academia
hasta Ja 5." edición del Diccionario ( 1 8 0 3 ) ; por manera que yerran los editores modernos que
ponen lo último en las obras de Quevedo y otros de su tiempo. E n la edición dicha omitió
injustamente la Academia la forma nacional, que reapareció cómo andalucismo en la 11. a y
1 2 ; en la 13-a está resuelto el punto como debe estarlo.
jQué dirá mi señor padre, Pero comoj amor es niño,
y la mi señora mama, y los niños nunca callan,
en viendo hijo tan bravo, : sacamos por los georgeos
manco y con pierna lisiada*? quien es a quien dice mama.
{La estafeta de Madrid, pág. 35. Impresa al fin de L'oracle
de la poesie italienne, et espagnole, P a r í s 1653)
{Tirso, Amar por señas, acto I I , esc. X )
CANCIONERO POPULAS, DE LA B10JA 47
80 Vamos tirando-lará
YA VIENE LA BALA
Hacia la plaza-lará
Y allá en la plaza-lará
Ya viene la bala H a y un clarín.
P o r bajo del puente,
Matando las viejas,
Dejando la gente. El clarín canta-lará
Mi pecho llora-lará
81 Adiós señora-lará
No vuelvo más.
Y O SOY BOTIJÓN
(85) Esta versión de la célebre canción conocida en las crónicas riojanas con el nombre
de Vidalita, de del Moral, me fué dada por la profesora señorita Rosario Vera Peñaloza
en 1930. I
Respecto a sn posible origen, veamos lo que dice el teniente coronel don Marcelino Reyes
en su Bosquejo Histórico de la Provincia de La Moja. Golocamos su opinión en primer término
por tratarse de un historiador de La Rioja:
€ En septiembre de 1827 era nombrado gobernador y capitán general de la provincia de
La 'Rioja el señor José Patricio del Moral, el mismo que años después, disgustado con Quiroga,
le compuso una vidalita (1) que fué muy popularizada en aquella época y cuya letra y música
aun se recuerda entre las masas •».
«Respecto de la actitud que asumió del Moral para con Quiroga, después de haber sido
uno de los hombres de confianza del caudillo, el señor Sarmiento (don Domingo Faustino), en
el tomo VII, pág. 117 de sus obras, la explica de la siguiente manera: «El Gobernador Moral
fué quien sugirió a Quiroga la idea de pasar una cuenta al gobernador Borrego de $ 18.000.
para que le abonase los costos de la expedición a Tucumán-, Dorrego se apresuró a satisfacer
tan justa demanda. Esta suma se la repartieron entre él y Moral. Años después en Sar\ Juan
te daba 700 azotes a este mismo Moral en castigo de su ingratitud ».
Y agrega: «Estas estrofas, que irritaron tanto a Quiroga, decidiéndole a tomar contra
su autor la atroz venganza, fueron compuestos en la época que el caudillo se encontraba expa-
triado en Buenos Aires, a consecuencia de la derrota que sufrió en <t Laguna Larga» «
«Oncativo» (230-67).
Como se ve, dice Reyes que del Moral recibió 700 azotes por haber hecho las vidalitas y
que el castigo le fué dado algún tiempo después de Oncativo, cuando Quiroga volvió de su ale-
jamiento en Buenos Aires, y por último que el escarmiento fué recibido por la víctima en San
Juan.
Don Guillermo Dávila, en su estudio histórico sobre el Mineral de Famatina, escrito en
1868, dice respecto al tema que nos ocupa:
« Quiroga, derrotado en la Tablada de Córdoba, volvió a La Eioja como el tigre persegui-
do, destrozando a su paso cuanto encontraba a la mano. Su sed de sangre crecía a la vista de
la hecatombe que dejaba a sus espaldas, y en su despecfto y sw odio por la humanidad, juró
vengarse de su contraste en los ciudadanos indefensos de la infeliz Eioja ».
« A pretexto de que algunos vecinos habían celebrado su derrota, a su entrada a La Eioja
hizo fusilar en la plaza pública al pacifico ciudadano don José M. del Moral con sus dos hijos,
uno de 18 años y el otro de Sí, al señor don Tomás Gordillo, al señor Ascoeta y varios otros
ciudadanos, entre ellos don Pedro Gordillo » (888 - 23 - 79).
52 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
Don Carmelo B. Yaldés hace una novela en torno del asunto; no cita persona, ni fecha, ni
lugar. Quiroga en persona y envuelto en su poncho sorprende a jóvenes de la sociedad cantan-
do esta vidalita:
« Religión o muerte — vidalita
Dice tu pendón;
Tu robas y matas — vidalita
Y ea tu religión ».
No conocen al forastero, pero como éste lea pide que continúen, aquéllos cantan:
<í Tigre de los llanos — vidalita
vándalo feroz;
tu robas y matas — vidalita
y es tu religión ».
Quiroga se da a conocer y mate a todos... » (Trad. Riojemas, pág. 109)
Don Salvador do la Colina, en sus Crónicas Riojanas, aumenta el desconcierto y.confunde
más el hecho.
« Otro señor del Moral, don José, compuso contra Quiroga una vidalita célebre, cuya «i4-
sica se conserva aun (1913), más no su letra, que en fragmentos he oído a algunos viejos de La
Rioja. Uno de ellos dice:
« Eeligión o muerte
Dice tu pendón;
Tú robas y matas
Y es tu religión ».
Era valeroso, sin duda, el señor del Moral; pero pagó más tarde su osadía, pues fué fusila-
do por orden de Quiroga o de uno de sus tenientes, el Zarco Br\zuela, juntamente con don Pe-
dro Razan y don Jacinto Rincón, esposos de tres hermanas, doña Rosario, doña María y doña
Angela Herrera.
Durante la recordada campaña de Córdoba, don José del Moral cantaba públicamente su
vidalita, acompañándolo con guitarra don José Nicolás Gomales» (71 - 65),
Termina el relato el señor de la Colina con la noticia de que del Moral huyó de La Rioja
y que Quiroga interrogó a González, que ya veía su última hora por segundos, pero cuando todo
hacía prever su fusilamiento, Quiroga lo invitó a comer un melón.
Por las noticias apuntadas de los escritores riojanos no podemos inferir con certidumbre
ni el autor, ni el lugar, ni el año en que fuera compuesto el cantar.
El general José María Paz, en sus Memorias, refiere que:
« El mismo día en que el general Quiroga hacía fusilar una considerable porción de los
más selectos vecinos de La Rioja por su probidad, riquezas y respetabilidad, con el frivolo pre-
texto de que se habían alegrado de su derrota, y cuando sus humeantes cadáveres yacían aun
tendidos en la plaza, publicó un bando imponiendo pena capital a cualquier persona sin distin-
ción de edad, condición, ni sexo, que no abandone la ciudad en el término de tres días, inu-
tilizando o destruyendo las propiedades muebles que no pudieran ser transportadas (S07 - I I -
110).
Vistas las noticias apuntadas, nos toca averiguar quién hizo el cantar, en qué año y a dón-
de. Como se ve, los únicos que afirman que nuestro cantar fuera compuesto por don José Pa-
tricio del Moral son el teniente coronel don Marcelino Reyes y don Salvador de la Colina.
Don Guillermo Dávila dice que Quiroga hizo fusilar a don José M. del Moral por haber
celebrado su derrota. No dice cuál sea ella, si i La Tablada» (23 de junio de 1829) u Oncativo
(25 de febrero de 1830).
Don Carmelo V. Valdés dice que Quiroga castigó severamente a los que cantaron la
vidalita, pero no dice quién fuera su autor.
El general Paz no menta ni cantor ni cantar alguno.
Frente a esta anarquía evidente, la tradición riojana parece confirmar las noticias del
teniente Coronel Reyes y de don Salvador de la Colina, porque es fama en la ciudad de La
Rioja que la vidalita que nos ocupa fué hecha y cantada por don José del Moral y que él en
persona purgó su osadía, puesto que recibió 500 azote».
CANC10NEBO POPULAS DE LA BIOJA 53
Conviene hacer notar que, según lo acabamos de ver, p a r a la tradición riojana el señor
del Moral celebraba la derrota de Quiroga; en cambio, el cantar no es en ningún modo de
triunfo como correspondería, sino por el contrario una incitación a la pelea, a marchar.
En Tucumán oí decir que el obispo doctdr José Agustín Molina (n. 1773, m. 183S) fué
el autor de nuestra canción.
El obispo Molina fué poeta y escribió machas composiciones que el pueblo conoce, entre
otras, algunos villancicos de navidad, que citaremos en su lugar. Cuando los amigos del ge-
neral don Gregorio Aráoz de La Madrid condujeron a éste gravemente herido a la ciudad
de Tucumán, el 20 de noviembre de 182G, desjpués de la sangrienta batida dada por Quiroga
en el Tala, el 27 de octubre de este año de 18Í6, el obispo Molina lo recibió, al abrirle la por-
tezuela del coche en que venía La Madrid, ejon una décima que se ha hecho famosa y que
empieza:
L a Madiid, has de j hacer gala
en lugar de entristecerte
pues nunca fuiste más fuerte
que en el campo do la Tala.
(7 - I - pág. 315)
Conviene tener en cuenta que el contexto en general del cantar da la impresión de que
la persona que hizo los versos habla con autoridad, pues dice:
No tienes sistema
Vándalo infernal,
No eres unitario
N i eres federal.
Habla de La Rioja en segunda y tercera persona, propio del que no es ríojano. Un hijo
de L a Rioja no dice las arenas de su patrio suelo, sino las arenas de mi patrio suelo o de
nuestro patrio suelo.
Que el autor pareciera ser tucumano nos lo dice la última vidalita, que también la oí
cantar en Tucumán así:
¡Vamos, vamos, vamos,
Bravos tucumanos,
A vengar la sangre,
De nuestros hermanos!
El sentido del cantar es el de una arenga a una tropa en marcha contra Quiroga y la
tropa que salió de Tucumán p a r a pelear contra Quiroga fué la de 600 milicianos, que al
mando del general poeta (S86 - I I I - pág. 281), don Francisco Javier López, partió de Tu-
cumán en la segunda mitad del mes de mayo (Actas de la Sala, I - pág. 433) y (386 - I I I -
pág. 279) y llega a Córdoba en los primeros días de junio (207 - I I - pág. 6 6 ) .
Luego del triunfo del general P a z contra Quiroga en la acción de La Tablada (23 de
junio de 1829), en que milicianos tucumanos se batieron heroicamente, el general P a z dio
orden a López de ir con su « división y la salteña a tomar posesión de La Rioja y dar el úl-
timo golpe al poder expirante de aquel célebre caudillo. López no marchó directamente a su
destino sino que pasó primero a Tucumán, con el fin de preparar mejor la expedición. Este
imprudente retardo dio lugar a que Quiroga pudiese ejercer su venganza, mandando practicar
ejecuciones sangrientas sobre una considerable porción de los más distinguidos vecinos de L a
Rioja, por su probidad, riqueza y respetabilidad, con el frivolo pretexto de que se habían
54 JUAN A L F O N S O C A X B I Z O
¡ Marchemos, marchemos!
Bravos tucumanos. ¡ Madre mía del Rosario!
Vamos a matar ¡Madre mía de Lujan!
« Al Tigre 'Los Llanos ». Voy a contar la desgracia
Que ha tenido « el General
5 6
A la vuelta de su viaje, Ya hicieron rodar el coche
Le armaron revolución: Por la senda del camino.
Uno de los íteynafé, En frente del Totoral
Para matarlo a traición. Un vaso de agua ha pedido.
5 15
AI partir le dice al pueblo Al entrar en Santa Fe,
como que ya algo presienta: se le aumenta su inquietud
« Si salgo bien, volveré, ,' y en desesperada angustia,
si no ¡ adiós para siempre! » se, pone con prontitud.
6 16
Al ausentarse Quiroga Le avisan que no hay caballos
ya le anunciaba el destino, en la «Posta de Pavo-: >
que había de perder la vid», y que el maistro ee";!>a ausente
en ese largo camino. para mayor confusión,
7 17
Llevaba por compañero Sufre una horrible agonía
a su secretario Ortiz al prever una parada,
y apuraba la galera y grita |traigan caballos!
en aquel viaje infeliz. con voz angustiada.
8 18
A pocas horas de andar Causaba asombro de ver
en un arroyo fangoso, en este hombre tan terrible,
se le agarró la galera, ese extraño sobresalto
y allí se puso penoso. donde el miedo era visible.
9 19
Acude el maestro de posta, Después que logran marchaT
mas no pudiendo salir, dice, viendo para atrás:
al maistro mismo, Quiroga, —€ Si salgo de Santa Fe
a las varas lo hizo uñir. no temo por lo demás ».
10 20
Al fin pudieron zafar, Al pasar el Rio Tercero
y como una exhalación todos los gauchos acuden,
cruzaba el coche la pampa, a ver a ese hombre famoso,
sin hallar interrupción. tal vez que en alg • le ayuden.
11 21
A cada posta que llega, De allí lo hicieron pasar
pregunta muy afligido; casi alzando la galera,
la hora que ha pasado un chasqui por último, llega a Córdoba,
de Buenos Aires venido. donde Eeinafé lo espera.
12 22
Le contestan que hará una hora, Estando en la posta ya,
entonces, con duro acento, pidiendo a gritos, caballos,
¡ caballos, les pega el grito, ha llegado Eeinafé,
sin pérdida de momento! solícito a saludarlo.
13 23
Y su marcha continúa, Quiroga a las nueve y media
mas quiso también el cielo, había a este punto llegado,
molestar a ese bandido no encontró caballos pronto
que habia ensangrentado el suelo. por su arribo inesperado.
14 24
Durante tres días seguidos Muy amable Eeinafé
le hace llover permanente; lo invitaba atentamente:
se pone el camino horrible —«Pase en la ciudad la noche
convertido en un torrente. lo atenderé dignamente».
56 J U A N - A L F O N S O C A B M I Z O
7 8
Roque Junco y Pablo Junco: En ese « Guase » « Los Márquez »
Ellos fueron los bomberos. Les demoran el auxilio,
Como eran tan advertidos, Dándole tiempo a los gauchos
Ahí iban junto con ellos. Que se hallen bien prevenidos.
25 28
Pero el salvaje Quiroga, Al fin Quiroga llegó,
sin ninguna educación, a Tucumán y Santiago,
dice: « ¡Caballos preciso! Arregló todas las cosas
para mejor atención ». y emprende su viaje aciago.
26 29
Viéndose así Eeinafé ¡A Córdoba! pega el grito,
por este hombre, despreciado, y los postillones tiran,
se regresó a la ciudad resuenan los latigazos
enteramente humillado. y los caballos se estiran.
27 30
Le llevaron los caballos Quiroga lo sabe todo,
a las doce de la noche, hasta el peligro salvado,
hora en que siguió su viaje sabe el gTande que le eBpera
con Ortiz dentro del coche. del enemigo burlado.
2.» Parte
31
Mientras tanto Eeinafé a trabajar este plan,
le prepara los puñales, sin que puedan $er sentidos.
que habían des acabar con él
en desiertas o ^ ¿ a ( j e s 37
Y le dice Santos Pérez
32 al acabar de firmar:
Proponen los Eeinafé, —« Preciso en este momento
como hombres muy advertidos, un chasqui paral mandar ».
llamar a un tal Santos Pérez
y a otros gauchos pervertidos.
38
33 Y manda al Totora] Grande
que vuelvan por El Chiquito,
Santos Pérez se presenta, que le llamen a su gente,
como mozo de obediencia Yaques, Juncos y Benito.
y santas noches, le dice;
—¿Cómo se halla Vuecelencia! » 39
34 Yaques, Juncos y Benito,
esto eran los bomberos,
Alli mismo le proponen que marchaban adelante
el matar a don Facundo, señalando el derrotero.
haciéndole ver el bien
que hará a la patria y al mundo. 40
35 Hacia el sur de « El Ojo de Agua »
el correo habían topado
Y le dice Santos Pérez: le preguntaron dtjl coche
—« Yo he de rendir obediencia a dónde lo había dejado.
pero si lleva la firma
de manos de Vuecelencia ». 41
36 Y les responde el correo,
hablando por sus cabales:
Al escritorio se entraron, —«En la posta «El Ojo de Agua»
estos hombres ya entendidos, quedan mudando animales ».
CANCIONERO POPULAR DE LA MIOJA 57
10
En este Barranca Yaco En ese Barranco Yaco,
Dice que lo han de matar Donde se pierden los hombrea,
La gente de Santos Pérez Dicen que van a matar
Y de Benito Guzmán. Una partida de lierones.
3.' Parte
42 52
Quiroga seguía su viaje Facundo agradece al joven,
ein mayor inconveniente, y de nuevo lo interroga,
fía en el terror de su nombre mas le dice: —« ¡No ha nacido
y su orgullo de valiente. quien lo m a t a r á a Quiroga! j>
43 53
Un poco antes de llegar, « A u n grito mío de partida,
a la posta « El Ojo de Agua » a mi orden se ha de püner,
un joven salió del monte, y hasta Córdoba hemos de ir
pidiendo que se pararan. mañana usted lo ha cíe v e r » .
44 54
Quiroga asomó primero Llegaron al « O j o de A g u a »
p r e g u n t a n d o : i Qué se ofrece? y allí saben igual cosa,
—« Señor, quiero hablar a Ortiz, pasando el pobre Ortiz,
BÍ inconveniente no hubiese •». la noche más angustiosa.
45 55
Baja Ortiz de adentro el coche Esa noche sin dormir
para saber lo siguiente: pasó en amarga congoja,
« D e b e n matarlos a ustedes todas las horas pensando,
« Santos P é r t z con BU gente. en sus hijos y en su esposa.
46 56
, c Se hallan e- Barranca Taco Le manifiesta a Quiroga
< aguardando la galera, Su intención de no seguir,
< del camino a los dos lados a lo que éste le contesta:
« s e han colocado de espera. —« E s peor, amigo, no ir >.
47 57
« Tienen orden de m a t a r Tuvo Ortiz que someterse
< de postillones arriba, sufriendo el mayor suplicio,
< ninguno debe salvar y como humilde cordero,
« n i los caballos con vida. marchar a su sacrificio.
¡
48 58
€ Aquí tiene este caballo Quiroga llamó a su 4 e £ r o »
« que le traigo para usted, que le servía de asistiente
« con el deseo de salvarlo en él ponía su eonfiajnea
« a casa lo llevaré •». porque era hombre muy valiente.
49 59
Era un joven Sandivaras Le ordenó limpiar las armas
con un caballo ensillado y tenerlas bien cargadas,
que quiere salvar a Ortiz, por si llega la ocasión,
por un servicio prestado. de ser bien aprovechadas.
SO 60
Con semejante noticia Y alzando nubes de t i e r r a
Ortiz se puso a temblar se alejaron de estos puntos,
y manifestó a Quiroga: el polvo íbalos cubriendo
No debían de continuar. porque iban a ser difuntos.
SI 61
Entonces dijo Quiroga: En la « Posta de Intiguasi »
—« No tenga ningún cuidado, no fueron pronto auxiliados,
mañana mismo esos hombres dándoles tiempo a los gauchos
estarán a mi mandado ». que estuvieran preparados.
58 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O
11 U
—¡ A la carga, dijo Pérez, Roque Junco les decía:
Militares advertidos! —Un error he cometido:
¡Aquí muere, hoy fenece A Quiroga lo hemos muerto,
Un general asesino! Siendo un padre tan querido.
4.» Parte
62 72
Al pie de « Barranca Yaco » También mataron a Ortiz
treinta hombres había apostados, a pesar de sus clamores.
para asaltar la galera Allí sí que la pagaron
en cuanto hubiera llegado. los justos por pecadores.
63 73
Ya sienten loa latigazos Diez muertes son las que hicieron
de loa pobres postillones, con unos dos postillones
y al andar de la galera que al ver morir uno de ellos
que viene a los sacudones. se partían los corazones.
64 74
Ya miran venir el coche, « ¡ No me mate, Beñor Santos!
rodando por el camino. «le decía el postillón.
—« [A la carga! —dice Pérez—, « Señor, j líbreme la vida
jmatemos a ese asesino! s> «téngame usted compasión! »
65 75
¡Bendito Dios poderoso! Le respondió el gaucho Pérez;
en aquel terrible asalto, —€ Yo no te puedo salvar
un loro que allí venía, porque si te dejo vida
les gritaba que hagan alto. tú mismo me has de juzgar •».
66 76
« haga alto, mi general Entonces dice uno de ellos:
«con su lengiiita parlera, « —De favor le pediré,
« haga alto, mí general señor, líbrele la vida,
< que le asaltan la galera ». yo con él me ausentaré ».
67 77
Y se asomó el general Por respuesta Santos Pérez
con sus armas apuntando le voló todos los gesos,
7 para el grito: A esa gente: en seguida al postillón
I Quién la viene gobernando f le cortó libre el pescuezo.
68 78
Le responde Santos Pérez Pegó un grito el postillón
y de este modo lo trata: cuando el cuchillo le entró;
< L' hora te llegó, Quiroga, ese grito, decía Pérez,
« pierdes la vida y la plata ». que siempre lo atormentó.
69 79
—« No me mates Santos Pérez Se le grabó en el oído
le gritaba el general.. . aquel grito lastimero,
dame tregua de minutos y en todas partes oía
siquiera para rezar ». del niño, aquel ¡ay! postrero.
70 80
Le responde Santos Pérez: Después de hacer estas muertes
—« Yo, tregua no te he de dar a ese gaucho la pesó,
yo no te daré más tregua y desfilando de a cuatro,
que al golpe de un pedernal. a Sinsacate marchó.
71 81
Y le dio un tiro en el ojo Tomó por refugio el monte
sin dejarlo respirar a causa de su delito,
y le dice: « ¡oiga el Quiroga 1 y allá oyó continuamente
Se acabó ese general». de aquel postillón el grito.
CANCIONERO POPULAR DE LA MIOJA 59
13 14
Santos Pérez i c s decía: Entre toda la partida
— P a r a 1Í1Í n o litty vuLLiymsióii. Be h a l l a b a n e n c o n f u s i o n e s .
En el punto que yo me hallo De ver a Quiroga muerto
No conozco que haiga Dios. Temblaban los corazones.
82 92
Al fin lo empuja el destino, Y le responde la d a m a :
o de sus muertos las almas, —< jCómo no lo h' i conocer
a volver a la ciudad, si ahora noches pasadas
a la casa de su dama. yo supe dormir con él!
83 93
Hacía unas cuantas noches Entonces le dice el j e f e ;
a que Pérez disgustado, —Cuatro onzas te voy a dar
dio una paliza a su dama y te voy a premiar pien
y luego se habín ausentado. si lo haces asegurar.'
84 94
¡Buenas noches, l e dice ella! Y le responde la d a m a :
i Cómo has podido venir? —Sin nada de eso, señor,
Está la cama tendida mande la escolta conmigo
ven, acostate a dormir. y y a vendrá el malhechor.
85 95
El gaucho estaba borracho El jefe le dio los hombres
y ella con gran aflicción, y a sus órdenes los puso.
lo invitaba a que se acueste —Vivo o muerto lo han de traer
con su traidora intención. enseguida, les repuso.
86 96
Este gaucho era temido, Cuando ya estuvieron cerca,
por su valor temerario, un poco antes de llegar,
por muchos hechos de sangre les dice: —« Esperen aquí
en « La Sierra > y < El Rosario >. que lo voy a desarmar ».
87 97
L a policía lo buscaba Allí quedaron los hombres
temerosa de encontrarlo, esperando que volviera,
porque temblaba de miedo y prepararon las armas
al sólo pensar hallarlo. por lo que tal vez pudiera.
88 98
Ella se acostó coa él Ya asomó por la ventana
y al sentir que se ha dormido, haciendo señas por cierto,
se levantó de la cama de arrimarse sin cuidado,
procurando no hacer ruido. que el gaucho parecía muerto.
89 99
Cuando ya se hubo vestido, Sin embargo no llegaban
a la calle se salió, creyendo en esa ocasión,
y en marcha a la policía que aquella mujer pudiera
corriendo se presentó. hacerles una traición.
90 100
;Albricias! » —le dice al jefe—, I Qué diablos de cordobeses,
y él dice: « L a s puede d a r » . les dice aquella mujer,
— < A Santos lo tengo en casa si ustedes no habían servido
si lo quiere a s e g u r a r » . ni p a r a sapos prender!
91 101
.\ es*o contestó el j e f e ; Al fin llegan a la puerta
—« ¡De dónde vas ha saber y empiezan a tiritar
si Santos no ha de venir, ni aún oyendo los ronquidos
ni aún lo has de conocer! no se quieren arrimar.
60 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O
Don Conrado Peña, vecino caracterizado de Pinchas, villita del departamento Castros Ba-
rros, me dijo en 1938 que este cantar fué muy conocido en La Rioja; y no podía ser de otro
modo, pues que debi" necesariamente apasionar a los riojanos, puesto que su protagonista,
general J u a n Facundo Quiroga, nació en San Antonio, de la Costa Alta (actual Dto. Biva-
d a v i a ) , en 1793 (Fdaondo, Diccionario), y vivió y actuó en su provincia natal durante muchos
años. E n Atiles, lugar situado en el corazón de Los Llanos, tenía su cuartel, do donde sacaba
hombres, caballos, armas y dinero para pelear.
El señor Peña, que debe tener ahora más de 80 años, me decía que siendo joven oyó el
cantar en diversas oportunidades a los guitarreros de su tiempo. El cantar que sabía era el
transcripto, peTo no lo entonaban en su integridad sino fragmentariamente. Se concretaban
—decía— a referir la muerte de Quiroga y la del postillón. La única estrofa que recordaba el
señor Peña era la que lleva el número 64, cea una variante en los dos últimos versos:
Ya miran venir el coche
rodando por el camino.
¡ A las armas, grita Pérez
militares advertidos!
Sepárese que el verso en la versión ealteña dice maternos a ese asesino. La versión riojana
atempera tan terrible denuesto.
En. Chuquis, que es la población que sigue de Pinchas sobre el camino al norte, tuve la
suerte de conocer al señor Aurelio Ortiz, poeta y escritor riojano, que me honró con su amis-
tad. Gran admirador de Sarmiento, quedó sorprendido con la similitud de la relación de éste
sobre la muerte de Quiroga en su Facundo con la de los versos en la composición transcripta
de Salta y me repitió la misma noticia del señor Peña, de que los cantores viejos de La Eio-
j a entonaban esta historia en verso de la muerte del general Quiroga.
Con la valiosa colaboración de don Aurelio comparé de nuevo los versos con la descrip-
ción que hace Sarmiento de la muerte de Quiroga en el capítulo X I I I de Facundo, titulado
« B a r r a n c a Yaco », y comprobé que don Domingo Faustino Sarmiento se habla valido del can-
tar p a r a informarse y escribir algunas de las mejores páginas de su libro.
El primer dato que tenemos para sospechar de que Sarmiento se valió del cantar p a r a es-
cribir p a r t e de su Barranca Taco, es el de que él conoeía la existencia de un cantar popular
sobre el suceso que comenta y, en efecto, dice: ¡
El cantor anda de papo en pago, «.de tapera en galpóni>, cantando sus héroes de la
Pampa, perseguidos por la justicia, los llantos de la viuda, a qitien los indios robaron sus hi-
jos en un malón reciente, la derrota i la muerte del valiente Rauch, LA CATÁSTROFE DE
FACUNDO QUIROGA I LA SUESTE QUE CUTO A SANTOS PEEEZ (Facundo, El
cantor).
El cantar nuestro t r a t a precisamente de ese t e m a ; las ochenta estrofas primeras versan
sobre la catástrofe de Facundo Quiroga y las veintiocho siguientes de la suerte que cupo a
Santos Pérez.
Sarmiento únicamente saca provecho de las estrofas que se, refieren al protagonista de su
obra, a Facundo, y por eso prosifica verso por verso el cantar hasta la estrofa número 4 8 ;
lo demás, los pormenores de la prisión y muerte de Santos Pérez, no le interesa y, en conse-
cuencia, deja de lado al cantar en este punto.
Pareciera que Sarmiento hubiese tenido el propósito de hacer su historia documentada
de Quiroga y seguramente lo hubiera hecho a tener e a sus manos los documentos, pero lejos
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 61
de su patria, en época tan abitada y euando en eu mente se iban esfumando los recuerdos de
los mil pormenores de la vida de Facundo, ,se vio obligado, a pesar suyo, quizás, a valerse
del cantar que andaba de boca en boca entre los guitarreros de su tierra.
A la izquierda ponemos el cantar y a la derecha las palabras de Sarmiento:
EL CANTAR
«FACUNDO*
Al ausentarse Quiroga
ya le anunciaba el ¡destino,
que había de perdejr la vida,
en ese largo camino.
Y Sarmiento glosando las mismas palabjras de Quiroga, pero coa mayor erudición que
el anónimo cantor, agrega:
¿Qué siniestros presentimientos vienen a asomar, en aquel momento, su faz lívida en el
ánimo de este hombre impávido? ¿No recuerda el lector que algo parecido manifestaba Na-
poleón al partir de las Tullerías para la campaña que debía terminar en Waterloot
8
A pocas horas de andar, Apenas ha andado media jornada
en un arroyo fangoso, encuentra un arroyo fangoso
se le agarró la galera que detiene la galera. . .
y allí se puso penoso.
Aquí Sarmiento prosifica el cantar sin hacer comentarios, pero no puede sustraerse de
ello frente a la cuarteta siguiente, que pinta una modalidad del carácter del protagonista:
10
Al fin pudieron zafar, Vencido aquel primer obstáculo la galera sigue
y como una exhalación cruzando la pampa como una exhalación...
cruzaba el coche la pampa
sin hallar interrupción
El anónimo autor del eantar puso al principio, en la séptima cuarteta, la noticia de que
acompañaba a Quiroga en calidad de secretario el doctor José Santos Ortiz; Sarmiento pone
esa noticia después que Quiroga ha andado mucho.
18
Causaba asombro de ver Sus compañeros de viaje nada comprenden de
on este hombre tan terrible, este extraño sobresalto, asombrados de ver a
ese extraño sobresalto este hombre, el terror de los pueblos, asus-
en que el miedo era visible. tadiso ahora y lleno de temores, al parecer
quiméricos...
19
Después que logran marchar, . .. cuando la galera logra ponerse en marcha,
dice, viendo para atrás: murmura en vos baja, como si hablara con-
—Si salgo de Santa Fe, sigo mismo: —Si salgo del territorio de San-
no temo por lo demás. ta Fe no hay cuidado por lo demás...
20
Al pasar el Río Tercero En el paso del Hío III acuden los gauchos de la
todos los gauchos acuden vecindad a ver el famoso Quiroga...
a ver ese hombre famoso:
tal vez que en algo lo ayuden.
21
De allí lo hicieron pasar . . .y pasan la galera punto menos que a hom-
casi alzando la galera; bros.
por último, Uega a Córdoba, Últimamente llega a la ciudad de Córdoba...
donde Beiaafé lo espera.
CANCIONERO POPULAS DE LA EIOJA 63
23
Quiíoga a las nueve y media . . . a las nueve y media de la noche.
había a este punto llegado
no encontró caballo pronto
por su arribo inesperado.
Sarmiento agrega después una noticia que no está en el cantar: Una hora después del
arribo del chasque de Buenos Airea, a quien ha venido pisando desde su salida. Luego de aña-
dir este dato continúa, prosificando siempre.
22
Estando en la posta ya, Uno de los Eeinafé acude a la posta, donde
pidiendo a gritos caballos, Facundo está en la galera pidiendo caballos,
ha llegado Eeinafé que no hay en aquel momento; salúdalo con
solícito a saludarlo. respeto y efusión... ;
24
Muy amable Eeinafé . .suplicóle que pase la noche en la ciudad don-
lo invitaba atentamente; de el gobierno se prepara a hospedarle digna-
—Pase en la ciudad la noche. mente.
Lo atenderé dignamente.
25
Pero el salvaje Quiroga -/ Caballos necesito!, es la breve respuesta de
sin ninguna educación Quiroga! ¡Caballos!, replica a cada nueva ma-
diee: —¡Caballos preciso nifestación de interés o de solicitud de parte
para mayor atención! de Eeinafé...
26
Viéndose asi Eeinafé .que se retira al fin humillado.
por este hombre despreciado,
se regresó a la ciudad
enteramente humillado.
27
Le llevaron los cabal! OB .. y Facundo parte para su destino a las doce
a las doce de la noche, de la noche.
hora en que siguió su viaje
con Ortiz dentro del coche.
Agrega Sarmiento otra glosa al heroísmo de Quiroga, que lo lleva a desafiar el peligro
que se le ofrece en Córdoba y sigue fiel al cantar.
30
Quiroga lo sabe todo, Quiroga lo sabe todo; sabe el peligro de que
hasta el peligro salvado, su diligencia lo ha salvado; sabe el nuevo y
sabe el grande que le espera más inminente que le aguarda...
del enemigo burlado.
29
—¡A Córdoba!, pega el grito -¡A Córdoba!, grita a los postillones al poner-
y los postillones tiran, se en camino como sí Córdoba fuese el térmi-
resuenan los latigazos no de «i viaje.
y los caballos se estiran!
Al llegar a esta parte del relato, el cantar hace una digresión para referir los pormeno-
res del plan siniestro preparado por los Eeinafé de asesinar a Quiroga armando la mano de
Santos Pérez; después el cantar y Sarmiento continúan identificándose.
64 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
43
Un poco antes de llegar Antes de llegar a la posta del Ojo de Agua,
a la posta < El Ojo de Agua » un joven sale del bosque y se dirige hacia la
un joven salió del monte galera, requiriendo al postillón que se detenga.
pidiendo que se pararan.
44
Quiroga asomó primero Quiroga asoma la cabeea por la portezuela y le
p r e g u n t a n d o : —¿Qué se ofrecef pregunta lo qué se le ofrece: —Quiero hablar
—Señor, quiero hablar a Ortiz al doctor Ortiz...
si inconveniente no hubiese.
45
B a j a Ortiz de adentro el coche .Desciende éste y sabe lo siguiente:
p a r a saber lo siguiente:
—Deben matarlos a ustedes
Santos Peres con su gente.
46
Se hallan en Barranca Taco . .En las inmediaciones del lugar llamado Ba-
aguardando a la gatera, rranca Yaco está apostado Santos Peres con
del camino a los dos lados ana partida;...
se han colocado de espera.
47
Tienen orden de matar .al arribo de la galera deben hacerle fuego de
de postillones arriba, ambos lados y matar en seguida de postillón
ninguno debe salvar arriba; nadie debe escapar; esta es la orden.
ni los caballos con vida.
Parece ser que Sarmiento prosificaba sin cuidarse de corregir l a fraseología del cantar
y por eso es que dice como aquel: de postillón arriba, en lugar de usar el giro natural, que
sería: de general abajo, como es de uso. Y a veremos enseguida otro caso de transcripción li-
teral de otro error.
48
Aquí tiene este caballo El joven, que ha sido en otro tiempo favoreci-
que le traigo para usted, do por el doctor Ortiz ha venido a salvarlo;
con el deseo de salvarlo tiénele caballo \allí mismo para que monte y
a casa lo llevaré. se escape con él; su hacienda está inmedia-
49 ta. . .
E r a un joven Sandivaras
con un caballo ensillado
que quiere salvar a Ortiz
por un servicio prestado.
Repárese que el cantar dice al presentar al nuevo personaje, no aaí Sarmiento, que el tal se
llama Sandivaras. El apellido no ea Sandivaras sino Usandivaras, pero el pueblo de cuyo
seno ha salido el cantar no lo llama en la forma correcta sino con el aféresis; así dice tam-
bién Chagaray por Echegaray, Madrid por Lamadrid, Ladislao por Uladislao, Folinar por
Apolinar, Ugenio por Eugenio, Ustaquio por Eustaquio, etc.
50
Con semejante noticia . .El secretario, asustado, pone en conocimiento
Ortiz se puso a temblar de Facundo lo que acaba de saber y le insta
y manifestó a Quiroga para que se ponga en seguridad...
no debían de continuar.
52
Facundo agradece al joven . .Facundo interroga de nuevo al joven Sar-
y de nuevo lo interroga, dharas, le da las gracias por su buena acción,
mas le dice: — ¡ N o ha nacido pero lo tranquiliza sobre los temores que abri-
quién lo matará a Quiroga! ga : —No ha nacido todavía —le dice con
voz enérgica— el hombre que ha de matar
a Facundo Quiroga,
Sarmiento, que no nos había dicho cómo se llamaba el joven generoso, da su nombre
como si ya el lector lo conociera y lo transcribe tal como lo dice el c a n t a r : Sandivaras. El
primer hecho BS explica, porque identificado Sarmiento con el cantar, lo da por presentado
CANCIONERO POPULAR DE LA JtIO J A 65
Ht joven en escena, después que el cantar ya dijo quién era él y que se apellidaba Sandivaras.
Kn cuanto al uso de este patronímico en la forma Sandivaras y no Usandivaras, uno se ex-
plica que se cite este apellido con el aféresis en el cantar, pero en Sarmiento no, porque él es
culto, ha estado en la ciudad, en la civilización, y allí se pronuncia correctamente y por tanto
se dice Usandivaras, La forma Sandivaras es del hombre que vive en la campaña, en la bar-
barie, según el sentir del mismo Sarmiento.
P a r a comprender estas identidades, conviene remontarnos al sitio y momento en que
Sarmiento escribió; estaba en Chile, lejos de los documentos, como dijimos y, seguramente,
lejos también de los amigos que le podían dar detalles del drama de Barranca Yaeo. Con
pocos o sin ningún documento para pintarnos <ú drama horrendo que dio fin al protagonista
de su historia, Sarmiento fué fiel al único que tenía presente, al cantar, y por eso transcribe
Sandivaras como antes transcribió: de postillón arriba.
53
A un grito mío la p a r t i d a A un grito mío esa partida mañana se pon-
a mi orden se ha de poner drá a mis órdenes y me servirá de escolta has-
y hasta Córdoba hemos de ir ta Córdoba.
mañana usted lo ha de ver.
Sarmiento dice a continuación que estas palabras de Quiroga, que subrayamos, le fue-
ron dictadas a tiempo que escribía el relato.
54
Llegaron al « O j o de Agua » La noche que pasaron los viajeros de la posta
y allí saben igual cosa del Ojo de Agua es de tal manera angustiosa
pasando el pobre de Ortiz para el infeliz secretario.
la noche más angustiosa.
55
Esa noche sin dormir El doctor Ortiz gana también la cama, no para
pasó en amarga congoja dormir, sino para acordarse de su esposa, de
todas las horas pensando svs hijos. ..
en sus hijos y en su esposa.
56
Le manifiesta a Quiroga El doctor Ortiz hace un último esfuerzo para
su intención de no seguir salvar su vida y la del compañero; despierta
a lo que éste le responde: a Quiroga y le instruye de los pavorosos de-
Es peor, amigo, no ir. talles que acaba de adquirir, significándole
que él no le acompaña si se obstina en hacer-
se matar inútilmente. Facundo con gesto ai-
rado y palabras groseramente enérgicas, le
hace entender que hay mayor peligro en con-
trariarlo allí. ..
58
Quiroga llamó a su negro Quiroga manda a su asistente que es un valien-
que le servía de asistente, te negro, a que limpie algunas armas de fue-
en él ponía su confianza go que vienen en la galera y las cargue...
porque era hombre muy valiente.
E l cantor, doliéndose de lo que va a suceder, dice:
60
Y alzando nubes de tierra
se alejaron de aquel punto
el polvo íbalos cubriendo
porque iban a ser difuntos.
La escena sangrienta se aproxima, el auditorio que escucha al cantor, al juglar, está in-
móvil, no se le mueve un pelo, esperando que broten de los labios del cantor, poeta e histo-
riador a la vez, la tragedia horrible, la carnicería.
P a r a que el auditorio se tranquilice, echa a volar los versitos del loro; los más emotivos Be
ríen, los demás tosen y todos dan señales de descanso. E s el a r t e juglaresco.
de arte de ciego j u g l a r
que canta viejas fazañas
que con un solo cantar
cala todas las Españas.
(88 - pág. 277)
5-II
66 J U A N A L F O N S O C A E B 1 Z O
No sabemos decir quién fuera el autor, quizás sería el de alguna reseña histórica sobre
B a r r a n c a Yaco, hecha por algún federal. Solamente un partidario de Quiroga podría decir
que éste iba ansioso de paz y de religión.
64
Ya miran venir el coche Ya hicieron rodar el coche
rodando por el camino por la senda del camino
39
Yaques, Juncos y Benito Roque Junco y Pablo Junco
estos fueron los bomberos ellos fueron los bomberos,
que marchaban adelante como eran tan advertidos
señalando el derrotero. ahí iban juntos con ellos.
61 8
En la posta de Intiguasi E n ese « Guase » «Los Marques >
no fueron pronto auxiliados les demoran el auxilio
dándoles tiempo a los gauchos dándoles tiempo a los gauchos
que estuvieran preparados. que se hallen bien prevenidos.
H a s t a aquí las concomitancias. El 4.° verso de la primera estrofa da el apellido del Benito
que figura en la estrofa 39. a del cantar primitivo; dice que e3 Benito Guzmán y, efectiva-
mente, así se llamaba uno de los soldados de la partida encabezada por el capitán Santos Pérez.
Benito Guzmán es aquel soldado compasivo que intentó salvar al postillón, que viendo cercana
su muerte clama por su « m a m i t a » ; Guzmán intercede ante Pérez en favor del niño y cuan-
do es desairado por primera vez, insiste y entonces por toda respuesta recibe dos balazos que lo
postran por tierra y le produce la muerte a los seis días (Cercano, Facundo, 2 6 4 ) .
Guase, acaso por guasi o huasi, que quiere decir casa en\ quichua.
Herones, dice el cuarto verso de la estrofa 10.» y debe haber querido decir héroes por r
héroes.
CANCIONERO POPULAS DE LA RIOJA 67
(87) Este cantar me fué dictado en agosto de 1940 por don Luis Agapito Roldan, de
80 años, en Atiles (Dto. Rivadavia).
Roldan lo había aprendido en Atiles mismo, de donde era natural, oyéndolo cantar con gui-
t a r r a cuando era niño. E r a más largo, pero no recordaba otras estrofas.
Recuérdese que a Quiroga se le llamaba también Tigre de Atites, aunque era más común
decirle Tigre de Los Llanos. Con ambos calificativos alude a Quiroga el cantar número 85.
El calificativo de Tigre de Atiles le venía porque, como dice el general La Madrid en sus
Memorias, Atiles es el lugar en que está la casa de Quiroga, en Los Llanos, T. I , pág. 476. L a
caaa paterna estaba en San Antonio, algunas leguas más al sud de Atiles.
A más de la casa, Quiroga tenía en , Atiles su cuartel general, acaso por ser un lugar es-
tratégico, pues al naciente al frente está Malanzán, en la puerta de entrada al camino que con-
duce a la Costa Baja, p a r a la Costa Alta, como p a r a La Rioja, tenía abierto el camino desde
Atiles al sud y al norte.
L a circunstancia de que Atiles fuera de los primeros lugares de la campaña de La Rioja,
recordado por las Cartas Anuas como asiento de una misión Jesuítica, la del padre Jaime de Ba-
rrios e» 1635 y la de que allí estuviera el cuartel general del temible caudillo, me indinó a
visitar con algún detenimiento el paraje, pero Roldan fué el único vecino que me dictó cantares.
El cantar parece haber sido compuesto por algún partidario de Quiroga, algún federal,
p a r a lamentar la muerte del General, quizás a los pocos días de haber sucedido el asesinato
(16 de febrero de 1835) porque, según se infiere del primer verso de la última cuarteta, aun
no hay noticia segura, sólo hay díceres.
El general DIZ que ha muerto. Que son los díceres, lo confirma la cuarteta 3.*, que dice
haber sido colgado en un palo la cabeza de Quiroga, cuando el hecho no fué así. A la primera
cuarteta la reeogí en Catamarea, pero de una versión conservada por algún unitario, y después
de sancionada' la actual Constitución (1853), pues diee:
Magogos por demagogos. Don Salvador de la Colina refiere que con el nombre de magogos,
designaban esos bárbaros (Santos Guayama y su gente que ocupó la ciudad de L a Rioja en
agosto de 1868 (B86 - I V - pág. 298) a la gente decente, queriendo decir, sin duda, dema-
gogos. Los magogos eran también collarejos {71 - 4 0 ) .
Respecto a la amenaza de los dos últimos versos del cantar, veamos esta noticia de don
Carmelo B. Valdés:
Vn hombre, al parecer de sana razón, aunque ya anciano a esa fecha, aseguraba en 1878
al que esto escribe, que Juan Facundo no había inverto, porque no debía •morir nunca, que
su desaparición era momentánea y calculada para sorprender a sus enemigos y castigarlos
{Tradiciones Mojonas, pág. 117).
(88) Me fué dictada esta cancioncilla en Vinchina (Horno) en 1939 por don Modesto
Páez, quien la aprendió a don Ramón Páez, su padre. Según noticia de don Modesto, su pa-
dre la oiría por 1883 ó 1884 en Vinchina.
Parece ser que nuestra cancioncilla es u n a adaptación y acomodo hecho a otra más an-
68 JUAN A L F O N S O C A £ E I Z O
tigua para cantar al general Justo José de Urquiza, vencedor de don Juan Manuel de Eosas
en la batalla de Caseros (3 de febrero de 1852).
Digo que es una adaptación porque don Aurelio M. Espinosa, en su Folklore de California,
trae, bajo el número 5, una otra adaptación que reputo más antigua porque la encontró entre
los indios de Nuevo Méjico.
La canción recogida por el investigador mejicano dice:
Mañanitas de placer
—Mañanitas, mañanitas, mañanitas de placer;
Así estaban las mañanas cuando te empecé a querer;
Así eran las mañanitas, las que contigo pasé.
Socórreme un vaso de agua, que vengo muerto de se.
—No tengo vaso ni copa ni en qué darte de beber;
te la daré en mi boquita que es más dulce que la miel.
•—¿Qué si? |Qué nof ¿Qué cuándo? el capitán lo mandó:
Soldados somos del rey, Chatita, y ya amaneció.
{110 - 5)
Este cantar de la mañanita parece que fué también popular en Chile y, en efecto, don
Eugenio Pereira Salas, en su libro Los Orígenes del Arte Musical en Chile (pág. 301), cita
la letra de la serenata escrita por un gran folklorista, don Justo Abel Kosales, y publicada
por éste en su novela histórica La negra Rosalía y el Club de los Picarones (Santiago 1896).
La serenata es así:
Linda y fresca mañanita,
llena de encanto y amor,
así estaba tan bonita
cuando te formó el Señor.
Mañana pura y rosada,
mañanita del placer,
así estaba la alborada
cuando te empecé a querer.
POT el veTSo que dice que la patria revivió, infiero que el cantar fué hecho después de Ca-
seros, porque el (3 de febrero de 1852) día del triunfo de Urquizax fué celebrado por los uni-
tarios como el de la liberación.
(89) Este cantar me fué dictado por doña Eulogia Avayay en Sanagasta en 1938.
CANCIONERO POPULAS DE LA MIOJA 69
(89-a) Dietado por don Boque Quevedo en Suriyaco o Suriaco (Dto. Pelagio B . L u n a )
en 1940. El señor Quevedo es hombre de 63 años y aprendió el cantar oyéndolo a viejos can-
tores de Suriyaco, donde vivió la mayor parte de su vida. E s un hombre culto y de muy bue-
na memoria.
No obstante haber vivido en un ambiente de viejos nativos del lugar, entre los cuales u n
hecho criminoso cualquiera es recordado por muchísimos años, pues sucede raras veces en un
siglo, don Roque no recuerda haber oído cuándo había sido fusilado don Anselmo F a l ó n ;
doña Eulogia Avavay tampoco lo sabía por ser más joven que don Boque, ni siquiera oyó
las mentas.
H e preguntado por algunos antecedentes o circunstancias del hecho a gente vieja de
L a Costa y aún a unos viejos Falón de Aimogasta, pero nadie me supo decir nada.
Doña Eulogia Avavay me dio el dato de que el capitán Sánchez diz que era compadre
de obligación (así ge dice cuando el compadrazgo es por el bautismo de algún niño) de don
Anselmo Falón, su víctima.
Don Roque me agregó que el señor Falón fué vecino de Agua Blanca, lugarejo situado
al sud de Pinchas (Castro Barros) y que allí en una viña de una propiedad vecina a su casa
fué detenido y llevado a Udpinango, donde fué fusilado.
En Udpinango pregunté a una señora de 80 años, doña Visitación Allende, viuda de
Díaz, que vive hacia el sud, distancia de cien metros de la iglesia, sobre qué noticias tenía
del fusilamiento y tampo«o me supo decir ¿ r a n cosa en concreto, porque tal muerte no fué
en sus tiempos. Lo único que oy6 decir, y J muchas personas desde su niñez, era que Falón
fué traído de Agua Blanca y fusilado en la parte trasera del campanario que aun se con-
serva. La iglesia tiene en el umbral el número 1788 grabado con escoplo; debe ser el año de
su edificación. (Véase las figuras 2 y 3 de la Lámina X I . El fusilamiento tuvo lugar en el
sitio señalado en la figura número 3 ) ,
En el archivo parroquial de Aimogasta, donde está el libro de Defunciones con los muer-
tos, en el actual departamento de Arauco, desde mediados del siglo pasado no figura la de
Falón. Tales son los datos que he podido tomar de la tradición lugareña sobre el protagonista
y el hecho comentado por el cantar.
Queda p a r a los cronistas e historiadores de L a Rioja la t a r e a de rastrear los anteceden-
t e s ; lo único que podré agregar es que en el tomo I I I del Registro Oficial de La Rioja,
pág. 23, figuran los tenientes primeros José Santos Luna y Manuel Sánchez como pertene-
cientes al Cuerpo de Guardias Nacionales, que el gobernador provisional don Ramón Ángel
ponía a las órdenes de don Carlos Ángel con el grado de teniente Coronel. Este decreto es
del 13 de marzo de 1860. Quizás fuesen estos tenientes primeros los que en ese año o en el
siguiente, y con el grado de capitán, fusilarían a don Anselmo Falón.
La última cuarteta de la primera versión figura también en otros cantares de fusilados.
La víetima se despide de la madre, p a r a hacer más patética la escena. Véase a este respecto
las estrofas 11.» y 12. a de los cantares número 127 y 128 del Cancionero Popular de Cata-
70 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
marca, 5." y 7.* del cantar número 929 del Cancionero Popular de Tuoumán y los últimos
versos del cantar número 99 de J u j u y .
E n distintas oportunidades encontré en La Costa algunas estrofas desperdigadas per-
tenecientes al cantar de la muerte de Falón. Son é s t a s :
(90) Este cantar, popular en Santiago del Estero (ver 100, N.° 110) y en Catamar-
ca (Cancionero, N.° 16), lo ea también en La Rioja donde, como en las provincias citadas,
fué conocido con el nombre de Padrenuestro Santiagueño. En la ciudad de La Rioja lo sa-
bían, aunque fragmentariamente, kasta comienzo de este siglo numerosas personas. Hoy son
contadas las que lo recuerdan. ¡
L a versión que publico fué conservada por don Ramón González, caracterizado vecino
de la ciudad de L a Rioja. Poco difiere de la versión que se publicó en la revista mensual
C AN CIONEBO POPULAS DE LA BIOJA 71
Ensayos y Rumbos, de Buenos Aires (año X I X , N.° 2, de febrero de 1920), dirigida por loa
dominicos del Colegio « L a c o r d a i r e » . También ofrece pocas variantes con respecto a la pu-
blicada por el doctor Orestes Di Lullo en su Cancionero Popular de Santiago del Estero,
N.° 110.
E s t a glosa, del Padrenuestro, va destinada, como se ve, a satirizar a loa hermanos An-
tonino, Manuel y Gaspar Taboada, los tres políticos santiagueños de mucho renombre en
el segundo tercio del siglo pasado.
La glosa fué hecha, según lo asevera el doctor Di Lullo y lo acreditan los santiagueños
y riojanos viejos, por el dominico Mauricio Pérez, mendociuo de origen, que vivió en el con-
vento de la orden en Santiago del Estero.
Según refiere don Baltasar Olachea y Alcorta en su Crónica y Geografía de Santiago
del Estero (págs. 276 y 286), el padre Pérez era amigo del gobernador de Santiago, don
Pedro E. Alcorta, y cuando el aludido gobernador dejó de ser persona g r a t a a los señores
Taboada, fué sacado del gobierno el 24 de setiembre de 1860, como consecuencia de la aso-
nada de Maco, planeada y organizada por ellos en Peruchillo el 17 de ese mismo mes.
L a asonada o revolución de Maco t r a j o como consecuencia la huida de Alcorta con to-
dos sus amigos y familiares y la entronización en el gobierno de don Pedro Gallo. E n t r e los
huidos figuraba fray Mauricio Pérez.
F u e r a ya del gobierno, Alcorta solicitó la intervención federal al presidente de la Con-
federación, doctor Santiago Derqui:
En noviembre inmediato (de 1860), el presidente Derqui m-anda de interventor nacional
al doctor Salustiano Zavalía, que a la sazón era gobernador de Tucumán, con la misión ex-
presa de reponer en el gobierno al señor Alcorta (Crónica, pág. 277). Alcorta, que sabe que
el interventor es impotente para reponerlo en el gobierno porque no tiene fuerzas que am-
paren su autoridad, no se allega a Zavalía.
Mientras el gobernador impuesto por los Taboada, don Pedro Gallo, manda y ordena
desmanes y persecuciones, tanto que llegó a destituir al cura de Matará, don José Víctor Al-
corta y encarcelar, en Atamisqui, al cura Leodegario M. Neirot por ser afectos al gobernador
Alcorta (Crónica, pág. 279). Don Antonino no pierde tiempo; el día 20 de junio de 1861,
72 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
8 10
Antes hacían los males, Antonino, en Convención
Pero allá de tiempo en tiempo. Y Gaspar, en Peruchillo,
Más hoy que son « liberales », Con Manuel, primer caudillo,
Los hacen cada momento. Hicieron revolución.
Sus maldades son sin cuento, Luego, tocando las cuerdas
Pues con bárbara osadía Con que suelen divertir,
Nos roban ciento por ciento, Os enviaron a decir:
Y nos matan « cada día ». « Perdónanos nuestras deudas ».
II
El tiempo de su gobierno, Más esto no puede ser,
Todo fué de tiranía. Por la ley fundamental;
Pero hoy día es un infierno Sino nos manda Gaspar,
Que ni el diablo sufriría. Manda Antonino o Manuel.
Y por esto te clamamos, Jamás habéis de encontrar
Con humilde petición, Quien sufra tan duros potros;
Nos libres de estos tiranos, Ni Job en el muladar
El socorro « dánosle hoy ». Sufrió « así como nosotros ».
sabedor de que el presidente Derqui está en Córdoba (había llegado el 14 de ese mes de ju-
n i o ) , lo visita para ofrecerle sus respetos (Sinny - I I I - 180).
Los Taboada no conforme con la visita al presidente que lo saben tambaleante en el po-
der, le envían una embajada especial formada por los señores J u a n Francisco Borges, doctor
Pedro A. Pardo, Pablo Lascano y doctor AguBtín Matienzo (Crónica, p á g . 281), para que
persuadan al presidente de que no conviene la reposición de Alcorta en el gobierno de San-
tiago .
Simultáneamente con estas gestiones de los Taboada y taboadistas o tabuadistas, Aldor-
t a bacía las suyaB con los medios a su alcance p a r a conseguir una intervención en forma, esto
es, armada. Así nació nuestro padrenuestro escrito por F r a y Mauricio, seguramente en el
exiío. Infiero que el canto nació en el lapso que va entre la visita a Derqui de parte de
Taboada y sus amigos y l a sanción de la intervención armada de parte de Derqui, que fué
el 6 de julio de 18(31, porque los dos últimos versoB de la décima estrofa aluden al ardid de
los taboadistas cuando dice:
No fué mucho tiempo después de esa embajada a Derqui la aparición del cantar, por-
que el autor clama por la acción presidencial, por la intervención federal y ésta solamente
se produce, como dijimos, el 6 de julio de ese año de 1S61. L a intervención fué, el comisio-
nado era el catamarqueño general Octavian© Navarro, que tampoco pudo hacer nada por-
que cuando tuvo la oportunidad de sentar en el gobierno a Alcorta sobrevino la batalla ñe
Pavón el 17 de setiembre do 1861 y los Taboada consolidaban su posiiióji política porque
contaban eon ©1 apoyo de Mitre, el vencedor de Urquiza en esa memorable acción, que cam-
bió la fisonomía a la política del país entero.
El sistema de glosar el Padrenuestro o el Ave María es de vieja usanza en la literatura
española. F r a y Hernando de Talavera ( 1 4 2 8 - 1 5 0 7 ) , glosa la Salutación Anrjélica (191 - I V -
S25) ; Fernán Pérez de Guzmán ( 1 3 7 6 - 1 4 0 0 ) , glosa la Salutación Angélica y el Pater Nos-
ter (118 - 276 y 277), y Tapia, glosa la Salve Regina (118 - 832).
Muchos otros poetas de los siglos XV y X V I han glosado en'sentido religioso estas ora-
ciones piadosas: don Francisco de Quevedo y Villegas ( 1 5 8 0 - 1 6 4 5 ) , en el Padre Nuestro
(91 - 144), glosa esta oración en 26 décimas, suplicando mercedes a Felipe I V .
Como la acción de los señores Taboada ocupa gran parte de la historia de la organización
de las provincias de Santiago del Estero, Tueumán, Oatamarca, La Rioja y aún Córdoba, el
pueblo les ha consagrado innumerables cantares, a veces laudatorios y otras satíricos como
el que nos ocupa. Véase a este respecto en el Cancionero Popular de Tueumán los números
160, 169 y 174.
CANCIONERO POPULAR DE LA BIOJA 73
12 16
Ya nos falta la paciencia Y pues que sus miras son,
Para tolerar los males Desde aquel año cuarenta,
Que en cambio a nuestra obediencia Vivir siempre de revuelta,
Nos hacen los « liberales ». Sin ley ni Constitución;
Por no conservar rencor Más vos, por el juramento
En lo que hoy atravesamos, A la ley fundamental,
Y por no hacer otra peor, Sácanos de este tormento,
« Líbranos de todo mal ».
Sufrimos y « perdonamos ».
17
13
15
91
Si quitáis estos caudillos, E N E L P A N T E Ó N D E LA RIOJA
Salváis la Constitución;
También romperéis los grillos En el panteón de La Rio ja
Estaba un gran viborón:
Y las leyes del malón. Don Vicente Bustos
Pero si vos no lo hacéis, Dentro de un cajón.
Buscaremos la ocasión
De hacer otro San Quintín: Abre los ojitos, Dios,
Ya estamos « en tentación ». Que la patria revivió.
(91) Esta cuarteta me fué dictada en Sañogasta (Dto. Chilecito), por la señorita Vi-
centa Millicay en 1939. Me decía la Eeñorita Millicay que el cantar t r a t a b a de un asunto
político y que era más largo.
Los versos 5." y 6.°, que debieron ser el estribillo del eantar, vinculan nuestra cuarteta
al cantar número 88 sobre Urquiza, que lleva el mismo estribillo, J'or el hecho de que uno y
otro lleven precisamente el mismo estribillo supongo que nuestra cuarteta debió formar p a r t e
de algún cantar irónico, quizás, al ilustre político riojano don Manuel Vicente Bustos
( 1 8 0 5 - 1 8 7 8 ) y que se lo cantaría en los mismos años en que se cantaba la letrilla a su
amigo el general Urquiza.
Dice el doctor E. Udaondo: A raíz de la batalla de Caseros el general Urquiza convocó
a los gobernadores de las provincias a un acuerdo para tratar las bases de la organización
del país y en tal carácter el señor Bustos subscribió el texto del convenio; por eso su re-
trato se exhibe en el Museo de San Nicolás de los Arroyos, que conmemora ese hecho his-
tórico (269)»
74 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
Yo me llamo Cuarenthoras
mi apellido es Carnaval:
mi padre se llama Pascuas
y mi madre Navidad.
L a devoción a las cuarenta horas en tierras del Tucumán viene de muy antiguo, y a en
la Carta Anua de 1609 el padre Diego de Torres habla de esta festividad así: En los cuales
3 puestos (Santiago de Chile, Córdoba y Santiago del Estero) se ha hecho la oración de las
quarentas horas este año con la desencia y devoción que lleva la pobreza de la tierra y falta
de gente (38 - I - pág. 14).
Si he podido averiguar la antigua d a t a de la devoción religiosa de las cuarenta horas,
no me ha sido posible la de la devoción báquica.
CANCIONERO POPULAS DE LA B10JA 75
96
E L A Ñ O SESENTA Y CUATRO
Dicen que en el lugar de Olta
El año sesenta y cuatro, Le han cortado la cabeza,
Del ochocientos, se cuenta Pillándolo de sorpresa
Murió nuestro general Una partida de flota;
Con las mayores afrentas. Así ha corrido 3a nota,
No sé si será verdad,
GLOSA Y como el hombre es mortal
Casi estoj r a consentir
E l general Peñaloza,
Confiando en su bienestar,
No se quiso retirar Murió nuestro general.
De una casa peligrosa.
Plano, en tres secciones, del aetual canal de riego que pasa por la plaza de Olta y por el sitio
de Loma Blanca, donde según la tradición, estuvo la casa de don Pablo Oros, y en cuya
galería fuera muerto el Chacho, el 12 de noviembre de 1863. Este sitio fué donado por su
actual propietario para escuela. El plano es de la Dirección General de Irrigación y tiene
en la c a r á t u l a : (4-C-896 - Zona del Centro).
79
Reconstrucción gráfica del lugar, en la villa de Olta, donde en 1863 los asesinos del Chacho
colocaron su cabeza a la espectación pública. El dibujo fué hecho de acuerdo con los datos
recogidos a ancianos de Olta y Loma Blanca, por el vecino de la villa, profesor de la
Escuela Normal local, don Miguel A. Eiveros Alvarez.
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Croquis de la edificación y demás detalles de la reconstrucción anterior dentro del marco de
la plaza actual de Olta: 1.°, Plaza a c t u a l ; 2.°, Capilla de Olta en 1863; 3.°, Cruz de ma-
dera, a diez pasos al frente de la capilla; 4.°, Poste en el cual se sostenía el bastidor que
cerraba la puerta del cementerio; 5.", Torzal o lazo tendido entre el poste y la cruz p a r a
sostener la pica donde fué clavada la cabeza del Chaeho; 6.°, Pica mostrando en lo alto
la cabeza del Chacho, general Ángel Vicente Peñaloza.
80 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O
97 Lo llevan a Tinogasta,
Por Magarzo bien atado,
Y A SE M A R C H A A TINOGASTA Y lo sientan al banquillo
Con dos guardias al costado.
Ya se marcha a Tinogasta Ya lo sacaron tirando
Con toda la religión.
Por ser martirio que espanta,
El lunes de Carnaval
Y cuatro balas de acero
Lo matan a Melitón.
Le tiran a la garganta.
Se marcha para La Aguada Aquí se acaba esta letra
Sin hacer a nada caso; De dos jefes desgraciados.
Y en el camino lo toma No tuvieron más consuelo
Mi don Hcrsilio Magarzo. Que estar juntos sepultados.
Llegar, preguntar por el preso y pasarlo de un lanzaso, fué obra de un segundo, dando
orden a los soldados que lo custodiaban que concluyeran cun el herido, como en efecto lo ve-
rificaron con una descarga de carabina que le hicieron.
En aquel momento supremo yo procuré evitar la muerte de Peñalosa interponiéndome
entre él y la lanza de Irrazábal; pero todo fué inútil, porque ni tuve tiempo para parar el gol-
pe, ni podía hacerlo tampoco en mí condición de subalterno del que ejecutaba aquel atentado.
Hago la historia estricta y fiel de lo ocurrido, como lo acreditan las cuatro cartas que le
acompaño, de testigos presenciales cu aquel suceso, uno de ellos, don Sicolás Peñalosa, primo
hermano de la víctima de Olia, y como pueden atestiguar el general don José M. Arredondo
y los que han actuado en aquella ¿poca.
Pero hice más-, no sólo no tuve participación en la muerte de Peñaloza, sino que por re-
probarla en la forma con que fué ejecutada, pedí inmediatamente mi separación del puesto
de jefe de vanguardia y mi pasaporte para buscar la incorporación del coronel Arredondo, como
en efecto sucedió, siendo yo mismo quien llevó el parte de lo ocurrido (230 - 210).
El profesor Do la Vega, al comentar esta carta de Vera, hace reflexiones interesantes
p a r a aclarar algunos pormenores del trágico suceso y sobre todo p a r a repartir las responsa-
bilidades de los a d o r e s del mismo. (Véase 74 - 324).
Respecto a cantares sobre el Chacho, véase: Cancionero Popular de Catamarca, N.° 11, y
Cancionero Popular de Tucumán, N.° 174.
(97) Este cantar me fué dictado por don José A. Martínez en la ciudad de L a Kioja
en 1938. Martínez tenía en 1938, 87 años y sabía leer y escribir. No se acordaba bien del can-
tar. E r a más largo.
El hecho de armas que comenta el cantar está explicado por el historiador teniente coro-
nel Reyes en su Bosquejo Histórico a s í :
En los Sauces (San Blas de los Sauees) se incorporaron a Medina (el « c h i l e n o » ) Esta-
nislao Medina (capitanejo de Felipe Várela), los Bivas y Magarza (don Ersilio), de Belén
(Catamarca), con fuerzas de Catamarca, ascendiendo el total de todas ellas a ochocientos hom-
bres, mal armados en su mayor parte y con poca o ninguna disciplina. En la mañana del 4
de Marzo (de 18C7) se avistaron las fuerzas de Medina con las del Teniente Coronel don Me-
ntón Córdoba ( E l Melitón del c a n t a r ) , en la Villa de Tinogasta que hacía tiempo ocupaba
este jefe nacional con un batallón de infantería y otras fuerzas de Catamarca.
El combate fué breve y favorable a Medina porque Córdoba que era impetuoso y valien-
te se cruzaba a pecho descubierto por frente del enemigo, y en una de las veces que pasaba
recibió un balazo en la cabeza que lo dejó muerto en el acto.
Desde ese instante se desvandaron las fuerzas del comandante Córdoba en todas direc-
ciones, iniciándose una persecución activísima que no dio cuartel a los vencidos.
El Comandante don Luis Quiroga, segundo jefe de Córdoba, el mayor Barcala, jefe del
batallón de infantería, valiente y reputado hombre de « color •» de educación esmerada, y otros
jefes y oficiales fueron tomados prisioneros y más tarde cruelmente fusilados por orden del
chileno Medina, por disposición de quien fué entregada al saqueo la Villa de Tinogasta.
El cadáver del comandante Córdoba se encontró castrado al siguiente día del combate,
y junto con el del comandante Quiroga fueron arrastrados a la cincha de dos caballos y se-
pultado en un médano (830 - 249). l'or eso termina el cantar diciendo:
El autor de esta obra oyó al respetable anciano don Tomas Cuello, vecino de Tinog&sta,
n a r r a r los últimos momentos de Luis Quiroga ^e esta m a n e r a : En la madrugada del día 9 de
Marao. departían amistosamente entre mate y, mate Medina y Quiroga, de improviso el chi-
leno dice a su prisionero: — t Compañero, acabe ligero ese mate, porque lo voy a hacer afu-
silar ahurita •». El infortunado dejó caer el mate al suelo y fué tal su terror que hubo nece-
sidad de llevarlo en peso al íitio del suplicio; unas viejas taperas de la plaza (Z56 - I -
pág. 90) .
Después de estos hechos del 4 y 9 de marzo, el 26 arranca Várela de Chilecito con toda
la montonera en dirección a San Blas de los Sauces, el 9 de abril llega a las Mesillas y el
10 a la ciudad de La Kioja, a Vargas a medirse con Taboada en las inmediaciones del poso,
que servía p a r a extraer agua.
(98) Me fué dictado este cantar por don Roberto ele la Vega, joven maestro de l a es-
cuela nacional número 71 de Banda Florida (Dto. Gral. Lavalle), en 19?>!).
Trata, como se ve, de rememorar la batalla del Poso de Vargas, ganada por el ejército
nacional, al mando del general Antonino Taboada, contra el jefe montonero Felipe Várela,
en las inmediaciones del referido pozo del barrio de Vargas, el 10 de abril de 1867.
P a r a el mayor conocimiento de este hecho de armas, que felizmente terminó con las mon-
toneras, tomaremos las noticias que sobre el particular da el teniente coronel Reyes,
El S6 (marzo de 1867) el ejército rebelde emprendió su marcha desde Chilecito en direc-
ción a San Blas de Los Sauces (actual Dto. Pelagio B. L u n a ) , llevando de jefe de vanguar-
dia al « chileno •» Estanislao Medina {el Coronel Medina del cantar) que había sido ascen-
dido por Várela a coronel en premio de su fácil triunfo en Tinogasta. Después de cuatro días
de permanencia en los Sauces, continuó su marcha hacia la capital de la provincia, por la vía
de Mazan...
El 9 de Abril, Várela y su ejército arribaba a Las Mesillas (20 kilómetros de l a ciudad)
sin ser todavía hostilizado por las fuerzas nacionales, y en la tarde del día mencionado el
terrible jefe de la rebelión de esta parte del territorio de la Eepública mandó' ejecutar a cu-
chillo a los presos que conducía consigo, comandantes don Fermín Basan y don Vicente Ba-
rros, mayor Barcala, teniente don Balbino Arias y el respetable anciano setuagenario don
Fernando de la Vega, importante vecino de la villa de E amotina...
Al parecer el mirmo día de la batalla, el 10 de abril de 1867, dispuso Várela su marcha
(desde las Mesillas) hacia la capital, llevando a pie la infantería bajo un sol canicular y ab-
soluta falta de agua, hasta el Poso de Bargas, dos kilómetros al norte de la ciudad de La
Eioja, en cuyo paraje el comandante en jefei del ejército nacional, general don Antoniím
'Taboada, lo esperaba con el ejército de su mando formado en línea para jugar la partida al
albur de un combate.
La batalla del Poso de Bargas se inició al las S p. m. del día 10 de Abril de 1867, después
de un tiro de cañón a bala lanzado del ejército rebelde.
Que no hizo ningún efecto en las filas legales, y que tampoco fué repetido en adelante
mientras duró la batalla.
La infantería del ejercito del Norte, en número de seis batallones, era casi en su tota-
lidad compuesta de cívicos de Tucumán, entre los que figuraba en primera línea el bata-
llón Mo Colorado, cuerpo aguerrido y bien disciplinado al mando de jefes y oficiales enten-
didos y dos batallones de Santiago del Estero.
El total de las fuerzas nacionales que combatieron en el fezo de Bargas, al mando del
general Taboada, ascendió a poco más de 3.000 hombrea, siendo de infantería las dos terce-
ras partes de su totalidad..,
El ejército rebelde se componía como ya queda dicho, de cuatro mil ochocientos hombres;
mil y tantos de infantería y el resto de caballería con dos piezas de artillería de campaña
(S30 - 254 - 5 - 6 ) . El distinguido escritor y profesor César Carrizo en su artículo La Zamba
de Vargas ( «La P r e n s a » del viernes 1." de enero de 1937), da los pormenores del encuentro, en
esta preciosa p á g i n a :
6- II
82 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
99 Estando ya en El Condado,
Al punto de medio día,
EL DÍA DOCE DE MAYO Llegó al campo la noticia
Que el señor Charra venía.
El día doce de mayo Luego de llegar el parte
Yo me ausenté de mi tierra, Que la comisión mandaba,
Juntamente mi familia, Supimos que el enemigo
Por andar en la earrera. En las Bateas se hallaba.
Salimos de Guandacol Y luego llegó un bombero,
Con gran gusto y alegría. Muy elarito nos decía:
Fuimos a tirar las riendas —Ya se están atrincherando
Al punto de la Resina. Todas las infanterías.
Salimos de la Resina Ya salió la descubierta
Con mayor gusto y esmero. Con orden que el jefe daba:
Tiramos de nuevo riendas Si lo encontraban a Charra
Al llegar a Cerro Negro. No se rindiesen por nada.
a la patria, y los desafíos e improperios que hieren como cuchilladas. Y- todos, con Táboada
al frente, y al ritmo de la samba milagrosa, atacan y la victoria se decide por sus huestes.
Derrotado Várela en Poso de Vargas, el genera] Taboada permaneció algún tiempo m á s
en La Rio j a p a r a que la provincia retomara el ritmo legal de vida y se retiró recién en los
primeros días de mayo con rumbo a Santiago del E s t e r o . . . No duró mucho l a ausencia por-
que como no había disuelto toda la montonera, ésta se volvió a organizar y cometió las tro-
pelías que veremos en el cantar siguiente.
Taboada avanzó desde Catamarea el 2 de julio y entró en L a Bioja al cumplirse dos
meses del triunfo de Vargas. Várela huyó a Chilecito por la escabrosa cuesta de Sigú, pero
el teniente coronel José del Carmen Maldonado alcanzó en « P u n t a '1 A g u a » a la retaguar-
dia montonera y la derrotó y dispersó pero no la ultimó.
Luego de sacar por segunda vez al montonero Várela, el general Taboada dejó L a Bioja
y refiere el teniente coronel Reyes, a quien seguimos en esta reseña, que:
La fuerza que combatió en la « P u n t a del Agua », al mando del comandante Maldonado,
tomó al enemigo una bandera con la siguiente inscripción: « / Viva él batallón rioj-ano! ¡ Cons-
titución o muerte! ¡Viva el ñustre general don Justo José de Urquiza!... ¡Abajo los negre-
ros traidores a la patria!*
Esa bandera se la llevó el general don Antonino Táboada a Santiago del Estero junto
con los dos cañones tomados en la batalla del « P o s o de Bargas», como trofeos del ejército
de su mando.
Y no solamente banderas y cañones se llevó de La Bioja el ejército « Santiagueño >, que
obedecía a las órdenes del mencionado general, sino que arreó (esta es la verdadera p a l a b r a )
con todo aquello que fué de fácil transporte hasta su provincia, como animales vacunos, ca-
ballares, mulares y yeguarizos; asnal, ovino, éabrío y porcino; trebejos y utensilios e/n gene-
ral, como ollas de fierro, planchas, azadones, pavas, teteras, parrillas, trébedes, frazadas, co-
bijas, lana de colchones y almohadas; y hasta hombres, mujeres y niños, que fueron condu-
cidos con esposas y grilletes al presidio del « Bracho •», sobre el Bío Salado, en el territorio del
Chaco Santiagueño.
Y agrega en una n o t a :
Entre las numerosas personas de las diferentes clases sociales que el general don Anto-
nino Taboada dispuso fuesen trasladadas al presidio del «Bracho », porque habían simpatiza-
do con la causa de la montonera, se encontraban las siguientes: don Jacinto Minean, don Eme-
terio González, don Bamón Gil Iturbe, don Bamón Navarro, don Francisco ligarte, fray Bu-
fino Barrera, lego del convento de la Merced, don Baltasar Torres, Dolores Díaz, Fulgencio de
Contreras, Dolores Andrade, Dolores de Vargas, Micaela Ábrego, Basilio Silva, estos dos úl-
timos fueron azotados por haberse fugado del fortín Libertad (230 - 269).
Después de leer estas noticias del historiador riojano se comprende fácilmente el porqué
pudo vivir en la tradición de la ciudad de L a Bioja el cantar N.° 90.
(99) Este cantar me fué dictado en Guandacol por don Javier Ahumada, en 1940.
Se refiere a los combates de El'Durito y Ciénega Bedonda (entre Villa Unión y Villa
Castelli), librados entre las tropas del jefe del ejército nacional, comandante Martiniano
Charras contra la montonera encabezada por Felipe Várela el 5 de junio de 1867.
Ya dijimos al t r a t a r del cantar anterior que el general don Antonino Taboada se había
retirado de La Eioja sin haber anulado el poderío de Felipe Várela, como pudo hacerlo eomo
consecuencia de su victoria en el Pozo de Bargas o Vargas (el 10 de abril de 1867). Este
84 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
(100) Así como en J u j u y encontré cantares de tema boliviano, así me ocurrió de en-
contrar cantaros de tema chileno en mi búsqueda por las zonas occidentales de Salta, Catamar-
ca y L a Kioja, tal es el caso presente.
Este cantar me fué dictado en Villa Unión por don Agapito Páez, hombre de 70 años.
Me refirió que el cantar era más largo y que lo decía un peruano cuando él era muchacho,
por eso infiero que el cantar fué introducido allá por 1883, cuando estaban en conflicto
Chile y Perú. También, agregaba Páez, había una hoja impresa con estos versos.
(101) Me fué dictada esta glosa en la ciudad de L a Ríoja por don Anacarsis P á e z
Dumeaux, en 1938, Dumo, como le dicen los riojanos, es un hombre ilustrado natural de El
Condado, donde aprendió el cantar cuando joven.
El tema de esta glosa es el mismo de las canciones Nos. 64 y 65 del Cancionero Popular
de Salta, Nos. 21 y 22 del de Catamarca, y 209 del Cancionero Popular de Tucumán, esto
es, el de la guerra con Chile, que felizmente no pasó del grito de alarma.
El historiador de nuestro país, doctor Ricardo Levene, ha t r a t a d o el tema con precisión
y claridad en las distintas fases del litigio que resumimos aquí:
El tema en litigio fué el trazado del límite de ambos países ya tratado por nuestra canci-
llería en el Gobierno de Rosas y se suscitó de nuevo el conflicto años después. En 1881
se negoció el tratado —con la mediación de los Estados Unidos— por virtud del cual ambos
países se comprometían a resolver amistosa y dignamente la controversia, acordando que la
Cordillera de los Andes era el límite de norte a sur hasta el grado 52. y terminaba por lo tanto
la discusión sobre los indiscutibles títulos argentinos relativos a la Patagonia. A su ves,
como compensación, la Argentina reconocía a Chile la mitad de la Tierra del Fuego, islas
adyacentes y costas del estrecho. Seden en 1888 se firmó la convención adicional, para llevar
a cabo la demarcación en el terreno. En c\tanto los peritas dieron comienzo a su labor,
surgieron nuevas y gr<tvcs disidencias que plantearon por segunda ves la posibilidad de
un conflicto armado. Pero en 1893, se firmó -wn protocolo en el que se resolvían las cuestiones
de demarcación en Tierra del Fuego, las facultades de las comisiones, la relativa al punto de
partida de la demarcación en la Cordillera de los Andes, y la posibilidad de que existie-
ran tierras argentinas en las costas del Pacífico.
Habíase resuelto, sobre todo, la divergencia de opiniones entre la teoría del perito
chileno de «divortium aquarum», o de «investigar en el terreno la línea divisoria de las
rayas hidrográficas tributarias del Atlántico y del Pacífico, para fijar en ella los hitos
divisorios », y la del perito argentino que afirmaba que dicha interpretación no era la co-
rrecta, del tratado de 1881. sosteniendo que la frontera de demarcación era la cresta de los
Andes, de donde la línea divisoria no podía apartarse. En efecto, el protocolo de 189S, esta-
blece el cruzamiento de ríos, por la línea que continúa las cumbres de la Cordillera y por lo
tanto, descartaba la teoría del divorcio continental. En 1898 se celebraron nuevas conven-
ciones, y en lugar de resolverse, el pleito con Chile se compiicó, pues la opinión argentina
asocióse con la del Perú, estado que tenía ya grave cuestión pendiente de Tacna y Arica,
perdidas en las guerra del Pacífico.
La decisión personal del presidente-soldado, que lo era el general Julio A. Poca, salvaron
los inconvenientes o hicieron la paz. Esta paz « es la victoria final de un carácter y de una
86 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
103 104
EN EL AÑO DE OCHOCIENTOS CAYO U N PERUANO A VINCHINA
(103) Me fué dictada en Chilecito, por doña Carmen Páez de Miranda, en 1939. Se
refiere, como dice la primera estrofa, al temblor de tierra ocurrido en 1894, y que hizo
estragos en La Rioja, San Juan y Mendoza.
El presbítero doctor Juan Carlos Vera Vallejo da alguna noticia de los destrozos pro-
ducidos por el temblor del 94, en la ciudad de La Rioja; en efecto, al hablar de la reedifi-
cación del templo donde se veneraba a San Nicolás de Barí, dice:
Es el templo grandioso que próximo a su terminación y habilitado en una de sus naves
donde San Nicolás tenía ya su sede en 1887, por inescrutables designios de Dios recibió
el horrible sacudón de aquel terremoto de 1894 que lo inutilizó para siempre, reduciéndolo
en parte a escombros y agrietado el resto de su fábrica en la forma que hoy día nos es
dado apreciar en las ruinas todavía intactas y que nadie se ha atrevido a demoler {105 -
I I I - N.° 1 - pág. 12). Véanse estas ruinas en la Lámina V I I I - 2.
(104) A este cantar lo recogí en Vinchina, lo sabía el distinguido vecino de esa villa,
don Antonio Varas, fallecido no ha mucho. Me refería el señor Varas que esto? versos son de
los años 1880 a 1885. Cuíco, es el apodo que se daba en el norte de nuestro país al peruano;
por lo común al hijo del pueblo. Es voz quichua y su verdadero sentido es el de significar ana
avispa negruzca. Quizas porque los peruanos son de baja estatura, por lo regular, les cupo
bien este mote y se generalizó tanto que fué usada en todo el Tucumán durante las guerras
de la Independencia,
(105) Dictado por doña Eulogia Avayay en Sanagasta, en 1938.
Estas tres décimas se relacionan con la revolución del 23 de mayo de 1898, encabezada
por el doctor Marcial Catalán, que derrocó de su tercer gobierno a don Francisco Vicente
Bustos.
Dice a este respecto don Carmelo B. Valdés:
Bustos (don Francisco Vicente), volvió por tercera ves al poder (la primera vez coincidió
con la elevación del general Julio Argentino Moca a la presidencia de la República), hasta que
la revolución, el 24 de mayo de 1898 lo desalojó, precisamente en vísperas del nombramiento
de su sucesor.
El doctor Marcial Catalán, jefe del movimiento, asumió el mando, para luego, y me-
diante las providencias de la intervención federal, trasmitirlo a manos del señor Pedro A.
Capdevila, que era a quien le correspondía, como presidente de la Legislatura.
De estas circunstancias surgió el gobierno del doctor Leónidas Carreño, y precisamente
en vísperas de ser nombrado el señor Antonio P. García por el colegio electoral ya reunido al
efecto en la capital. (La Nación del Centenario de 1910, pág. 373, eolum. 3).
El doctor Marcial Catalán, en su libro Vida institucional de La Rioja, y don Benjamín
Alanis Plaza, en sus Apuntaciones Históricas de la Revolución de La Rioja, 23 de mayo de
1898, especialmente el áltimo, dan preciosos pormenores de este acontecimiento.
88 JUAN A L F O N S O C A R H I Z O
(106) Este cantar me fué dictado por don Domingo Castro, en Vargas, en 1938.
Castro tenía entonces 52 años y aprendió el cantar oyéndolo a don Miguel Gordillo, viejo
cantor de Vargas.
Trata, como se ve, de los prolegómenos de la revolución que derrocó al gobernador don
Francisco Vicente Bustos, el 24 de mayo de 1898.
(107) Me fué dictada en Villa Unión, en 1939, por don Juan Zenón Castro. Castro ea
hombre de 49 años, sabe leer y escribir.
CANCIO NEBO POPULAR DE LA MIOJA 89
(107-a) Me fué dictada esta versión del cantar anterior en Santa E i t a de Catuna
(Dto. General Oeampo), en 1940, por don Isaac Quintero, quien, a su vez, lo había aprendido
a un tío suyo.
El reíerido señor Castro me dijo también que los hermanos a que alude el cantar eran
don Emilio y don Lázaro.
En esos añoa gobernaba L a Rioja don Leónidas Carreño. Oigamos lo que dice don Car-
melo B. Valdés:
También en el segundo año de su período hubo un terremoto que destruyó las poblaciones
del Valle de VincMna y {el gobierno) como el doctor San Román (Guillermo), consiguieron
que los poderes públicos de la nación concurrieran con importantes subsidios al socorro de los
damnificados (La Nación del Centenario de 1910, pág. 373).
(108) Esta versión del famoso Cantar de la pelea de Chañar Muyo con Pituil, la he
tomado del cuaderno de don Melitón S. Páez Porra, en Safiogasta, en 1939. Páez P o r r a la
había aprendido y copiado en la ciudad de L a Bioja, en 1919.
Como lo dice la décima 12-a, el hecho de sangre se produjo en Chañar Muyu, el 21 de
enero de 1919. El cantar fué muy conocido. Me dijo que anduvo impreso en u n pliego suelto.
90 J U A N A L F O N S O C A £ B I Z <o
6 11
También les puedo decir Antes de salir el sol
Que esto no es para p r i v a r : Comenzamos el trabajo,
La toma se hizo borrar, Cuando de arriba y de abajo
Llovían balas con rigor;
Ellos la vuelven a abrir.
Entonces vamos a ir Y nosotros con valor
A denunciarlos allá, No perdimos el sentido,
'N la Municipalidad, Y así mesmo dirigimos
Donde fueron denunciados, P a r a hacer nuestra defensa.
Y fueron notificados Nunca se ha visto como ésa
Que el teniente haga firmar. En la Puerta 'el Potrerillo.
12
7
F u é el veintiuno de enero
E l teniente de improviso De mil, nueve, diecinueve,
Toma esta resolución. Que esta desgracia sucede
Lee la notificación E n t r e nosotros primero.
A Patrocinio Carrizo. E n los años venideros
Al oírla, éste le dijo ¿Quién sabe lo qué suceda?
Con calma y serenidad: Por las victorias se espera
—« Aquí no hay autoridad, Qué será una otra batalla.
Ni menos en Famatina, Con capricho trabajaba
Y la que este pueblo estima En una toma privada.
E s la de la capital ».
13
8 L a v e r d a d la dirá el juez.
Ahora voy a contar L a defensa es permitida
Lo que dijo Patrocinio: Siempre que fué la partida (Sic)
Que él estaba en su dominio La ocasión hace al peligro (Sic)
Y se haría respetar, Que sin pensar cometimos
Que si alguien lo iba a buscar P o r lo que esto fué u n a falla
A hacer reclamo del agua, Aun cuando muy bien nos v a y a
A él no le importaba nada Todo el mundo ha de saber
No yéndolo a provocar, Causa de ello vino a ser
Y si agua iban a buscar Que ocasionaron batalla.
Correrá sangre rosada.
14
9 P o r eausa de Chañar M u y u
Estamos en el suplicio,
Como Pituil perecía, Y hasta ahora no hay aviso
Esta población salió Que nos desaten el yugo.
A ver si se podía o no Esperando que a los suyos
Conseguir lo que quería. Les llegue el mismo sentido,
Pues tanta falta le hacía
Porque nosotros lo hicimos
Lo que nos querían quitar,
Sin tener preparación,
Nos fuimos a trabajar
E n esa toma prohibida. Que les llegó la ocasión
Casi nos costó la vida Y se cortaron los hilos.
Y aquí lo voy a probar. DESPEDIDA
(111) Este cantar, escrito seguramente en décimas, lo sabía como está don Roque Que-
vedo, vecino caracterizado de Suriyaco, distrito situado allá al fondo del departamento
Pelagio B. Luna, en 1940.
Repárese que la palabra par, que es el título nobiliario dado a los compañeros de
Carlomagno, ha sido tomada como adjetivo numeral y por eso dice, en el segundo verso:
con veinticuatro guerreros, justamente doce pares de guerreros.
(112) Del cuaderno de la señora Aurora Vda, de Tejada, conservado en Ángulos,
Famatina.
(112-a) Dictada por don Vicente Reinoso, en Malligasta, en 1939. Reinoso es hombre
de 70 años y sabe leer y escribir.
CANCIÓN EBO POPULAR DE LA RIO JA 93
Y estamos aprisionados
Entre grillos y cadenas.
(113) A esta glosa mal conservada la tomé en Sálicas de una libreta de don Miguel
Fuentes en 1940. Véase otra glosa a esta misma cuarteta en 1 - pág. 151.
(114) Entresaqué estos restos de glosa de entre varias décimas que don Roque Queve-
do, de Suriyaco, me dictó en 1940. Las otras décimas son las consignadas bajo el N.» 111.
La cuarteta glosada es española, don Gabriel María Vergara, en MU cantares amorosos,
la tiene así:
Una mora me enamora,
una blanca me da pena,
una morena con sal
preso me tiene en cadenas, (pág. 168-a)
CANCIONES RELIGIOSAS
115 Del j a r d í n de Damasceno
Eres la blanca azucena,
ÁGUILA DE TRES COLORES Eres de la m a r sirena,
P r a d o delicioso, ameno.
Tú eres la estrella de Venus,
Águila de tres colores. De un parecer semejante.
Preciosa estrella brillante. Las potestades triunfantes
Perla fina entre diamantes. Te cantan muy plenas glorias,
Asombro de los primores. Haciendo de ti memorias,
Perla fina entre diamantes,
GLOSA
Esmeralda esclarecida
De incomparable hermosura, 116
Torre elevada y segura,
Ciudad la más guarnecida, EL GALLO EN SU GALLINERO
Hermosa aurora del día,
Rosa sois la más fragante,
Sois zafiro deslumbrante El gallo en su gallinero
Y del sol eres columna; Abre las alas y canta.
Te pareces a la luna, El que duerme en cama ajena
Preciosa estrella brillante, A las cuatro se levanta.
GLOSA
E L GALLO E N SU G A L L I N E R O
El gallo en su gallinero
aletea y luego canta,
el que duerme en cama ajena
pasitito se levanta.
GLOSA
(117) A esta glosa l a tomé del cuaderno conservado por la señora Aurora Vda. de Te-
j a d a ; en Ángulos ( F a m a t i n a ) .
En el Cancionero Popular de Tucumán. figura otra glosa a esta misma cuarteta, bajo el
número 233. Allí apunté también otra versión. En Chilecito hallé otra que sería una tercera,
en las libretas de don Julio Soria. Como ofrece algunas variantes, la transcribo a continuación:
E L P R I M E R HOMBRE F U E A D Á N
El primer hombre fué Adán
Eva primera mujer
Caín primer desgraciado 1
El primer muerto fui Abel. j
GLOSA
118) Las señoritas Navarro Luna, en Sálicas, me dictaron estos versos en 1940 y me
dijeron que íueron muchos, pero que no recordaban más.
(119) Del cuaderno de la señora Aurora Vda. de Tejada, en Ángulos ( F a m a t i n a ) .
Don Ricardo Palma atribuye esta glosa a fray Mateo Chuecas y Espinosa, que nació en
Lima el 20 de setiembre de 1788.
La versión que trae Palma {SO 6 - I I I - pág. 407), casi no difiere de la nuestra, por ello
no la insertamos.
Como a esta misma glora la encontró en Puerto Rico, y publicó J . Aldea Masón (5 - 71),
creo oportuno insertarla, porque ofrece algunas variantes:
GLOSA
La copla glosada es española, de la Edad Media, fué hecha por el poeta madrileño Juan
Alvarez Gato, nacido por 1440 y muerto, según conjeturas en 1509. Gato la compuso así:
En esta vida prestada,
do bien obrar FS la llave
aquel que se salva sabe;
el otro no sabe nada. (118 124)
En el Cancionero Popular de Tucutnán, publico otra glosa religiosa a esta misma cuar-
teta, bajo el número 239. Hela aquí:
Don Julio Cenador y Franca, en La Verdadera Poesía Castellana, trae bajo el número
708, una cuarteta que don Luis Milán tiene en su Cortesano (Valencia, en 1561), parecida
a la nuestra:
Esta vida tan penada
si queréis que en bien acabe:
aquel que se salva sabe,
quo el otro no sabe nada.
Un joven profesor del Seminario San José de La Plata, me dictó esta otra coplita sobre
el tema, leída en vrn libio español.
La ciencia más elevada
Es la de que el alma salve;
porque al fin de esta jornada
aquel que se. salva sabe
y el que no no sabe nada.
Fray Paulino de la Estrella (1600-1675), poeta, místico español, escribió una glosa a esta
sentencia: Quien se sabe salvar, sabe. Figura en rl Eomancero y Cancionero Sagrados, bajo
el número 824, así:
Del mundo todo el saber viva bien y bien acabe,
para con Dios es locura, templando bien el clarín
y sólo es suma cordura de la vida, porque al fin,
amar, servir y temer quien se safre salvar, sabe.
a quien tiene tal poder,
que todo en su mano cabe;
y así, ninguno se alabe,
desde el uno al otro polo, ¿De qué te aprovecha ¡oh hombre!
de otro saber, pues que sólo ser sabio, rico y temido,
Quien se sabe salvar, sabe. y ser tan esclarecido
tu salar, que al mundo asombre 1
I De qué me debe servir Si no tienes más que nombre
el ser noble y ser letrado, de cristiano que te cabe,
y el andar amortajado, y las obras son de árabe,
si no supiere vivir f con la fe sola aparente,
Mas si supiere morir, sabiendo que solamente
aun tendré de qué me alabe quien se sabe salvar, sabe.
cuando bien la vida acabe,
siendo más sabio que Apolo; El sumo saber consiste
pues en esta vida sólo en gozar del sumo bien;
quien se sabe salvar, sabe. lo demás todo es vaivén,
que de engaño» se reviste;
Nada sabe el que emplearse del mundo caduco y triste
en Dios todo no procura, cosa no hallo que se alabe;
ni se baila ciencia más pura que se consuma y acabe,
que amar a Dios y salvarse; eso sí; que es bkjo polo,
y quien de él quiere gozarse, y así afirmo bián que sólo
para que siempre le alabe, quien se sabe salvar, sabe.
Las citas de personajes bíblicos y de la mitología griega ¡de nuestro cantar riojano nos
recuerda aquella estrofa de Juan de Mena (1411-1456), que dice:
La gran fuerza de Sansón, no Ifs dieron perfección
ni la música de Oríeo, c& ésta sólo consiste
la fermosura que leo, en virtud, si la seguiste,
tenida por Absalón, procurando salvación. (118 - I pág. 138)
C4NCT0NEK0 POPULAS DE LA EIOJA 103
120 GLOSA
125
LLORANDO TE LO PEDÍ
124
LUCIFER SE CONDENO Llorando te lo pedí,
No me lo quisiste dar.
Lucifer se condenó Es imposible gozar
Por un falso pensamiento, La grandeza que perdí.
Pues tuvo el atrevimiento
De decir: —No hay como yo. GLOSA
San Miguel le contestó:
No hay como Dios de los cielos. Tres veces, con juramento,
Salió triste sin consuelo, San Pedro a Cristo negó.
A los infiernos cayó. Arrepentido lloró,
Y fué tal su sentimiento,
Que en aquel mismo momento
Dijo: —íSeñor, te ofendíl <
Sansón fué de mucha fuerza, Misericordia de mí,
Pero se burlaron de él; Rey de poder infinito.
Le hizo traición la mujer, El perdón de mi delito
Siendo de tanta dureza. Llorando te lo pedí.
(123) Estos restos de una glosa me fueron diotados en Papancilloa (Dto. Gral. Laya-
He), por la Beñora Amalia Ormeflo de Ormeño, en 1939. Tiene 56 años y sabe leer y escribir;
la había aprendido en el mismo Pagancillos. Es hija del poeta lugareño don Juan Antonio
Ormeño, fallecido hará 30 años.
La cuarteta es española:
Jueves Santo murió Cristo;
El Viernes se hizo el entierro;
Sábado resucitó;
Domingo subió a los cielos. (R. M. 6538)
(124) Este cantar me fué dictado por don Juan Cruz Humeres, en Los Palacios (Dto.
Gral. Lavalle), en 1939.
(125) De las libretas de don Julio Soria (Chilecito).
Es como la glosa inserta bajo el N.° 115, un cantar a lo divino, porque la cuarteta es
profana y la glosa de sentido religioso.
Está la composición completa, pues lleva también la despedida, conocida en loa cánta-
r o del Siglo XV, con el nombre de Finida.
CANCIONERO POPULAR BE LA EIOJ A 105
J u d a s no se arrepintió 126
Aunque se vio apesarado:
F u é como desesperado MAL HAYA LO DESPAREJO
A u n árbol y allí se ahorcó.
Las monedas que ganó Mal haya lo desparejo
No las supo aprovechar. Del camino que lie andado.
Maldiciendo sin cesar, Me ha dado tanto trabajo
Contra Jesús dice t r i s t e : Por no haberlo emparejado.
—El reino que a P e d r o diste
No me lo quisiste dar. GLOSA
GLOSA
128
Del Judío Errante cuento.
Por un castigo tan solo, NADA EN ESTA VIDA DURA
Hoy se anda de polo a polo
Sin descansar un momento. Nada en esta vida dura:
Su pesar es tan violento, Fenecen bienes y males,
Que medita muy perplejo. Y una triste sepultura
Dice: « Por mi mal consejo Nos cubre a todos iguales.
Nada puedo conseguir ».
Sólo le queda el decir:
May haya lo despareja. GLOSA
Si no igualo a tu indolencia,
Amada prenda querida,
Partirás mi corazón:
Encontrarás las heridas
Causadas por vuestro amor.
134 135
(133) Dictado en Santa Cruz (Dto. Famatina), por don Domingo Correa, en 1939.
La cuarteta glosada es española:
Sobre este mismo tema véase (5 - N.« 23), (4? - Nos. S21 y 941).
(134) Esta glosa me fué dictada en Chilecito por don Salvador Salazar, en 1939. El
señor Salazar, que es un hombre de setenta y tantos años, aprendió este cantar allá por
1880, a un minero chileno residente en Chilecito.
(135) A estas dos estrofas de una glosa trunca las recogí como coplas sueltas en la
tradición riojana y en distintos lugares una de otra; llevan los números 963 y 1658, res-
pectivamente .
112 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
GLOSA GLOSA
136
GLOSA
140 142
GLOSA
GLOSA
Despierto yo tan contento
Pensando te había de v e r . . . Para saber los tormentos
Para mi mayor tormento, De este corazón herido,
Antenoche te soñé. Despierta, precioso azahar,
Atiende lo que te digo.
De cuando en cuando me salen
Suspiros del alma mía, Eres mi luna brillante,
Pensando, al verte, mi cielo, Eres mi estrella de guía,
Que en mis brazos te tenía. Mi sol, mi vida, mi encanto,
Regalada prenda mía.
Pensando que yo gozaba
Lo que siempre solicito,
Entre medio mis placeres,
Despierto y me hallo sólito.
143
(143) Me fué dictada esta glosa, en Vinchina (Horno), ¡por doña Etelvina Carrizo,
quien la había aprendido a don Audencio González, de Vinchina (Pueblo), hace 45 años, cuando
ella era aún joven de 25 a 30 años.
CANCIÓN ESO POPULAS DE LA BIOJA 115
(144) Estas dos cuartetas es lo único que se recordaba de una serenata, don José
Chumbita, que vivía en Pinchas en 1938. Chumbita era hombre de 62 años.
(145) Dictada por doña Etelvina Carrizo, en Vinchina (Horno), en 1939; había apren-
dido esta glosa en el lugar.
(146) Esta preciosa glosa me fué dictada por don Pastor Zelava, eu Los Molinos
(Dto. Castro Barros), en 1938.
La copla glosada es española:
Cuando yo esté en la agonía
siéntate a rni cabecera
fija tu vista en la mía
fácil será que no muera. (27 - pág. 13)
116 J V A N A L F O N S O C A R R I Z O
Careciendo de t u vista
Ya no tengo resistencia,
Y a p r e g u n t a r t e he venido
Cómo te va con mi ausencia.
(147) Esta glosa trunca me fué dictada por dofia Ana María Vda. de Asiar, en
Villa Unión, en 1939.
(143) Estas estrofas encadenadas me fueron dictadas por doña Eulogia Avayay, en
Sanagasta, en 1938, y también en la misma forma por don Eamóa Villafañe, de 30 años, en
Malügasta (Dto. Chilecito).
(148-a) Dictada por doña Rosalía Fuente, en Sanagasta, en 1938.
CANCIONEEO FO PULAS DE LA EIOJA 117
GLOSA
151
Es t a n grande mi pasión
Y con extremo te quiero, DESDE QUE LOGRE MIRARTE
E n ti está la dilación,
Tú ocupas lugar primero Desde que logré mirarte
Dentro de mi corazón. Me determiné a quererte.
Dime, mi bien, si es tu gusto:
Te he prometido ser fiel, Te serviré hasta la muerte.
Nunca pienses que te falte,
Muy constante me has de ver. GLOSA
Al lado p a r a a d o r a r t e
Quién te pudiera tener. Es mi gusto el adorarte.
Hablo por ley y razón,
Dime, mi preciosa flor, Porque el alma me robaste,
¿Que el mirarme te han privado? La voluntad y atención,
4 Por qué acabó tu valor ? Desde que logré mirarte.
Por ti todo he despreciado
P a r o que veas el amor. Me fué tanto gusto el v e r t e
Con mi pasión tan crecida,
P o r vos no siento perder Te di mi amor de tal suerte,
Mil caricias en el mundo. Desde que con alma y vida
Voy dispuesto a padecer Me determiné a quererte.
Pensando en ti en lo profundo
Con que te llegué a querer. Yo seré constante y justo
E n adorar tu belleza;
Sin darte, amada, un disgusto
150 Te seré fiel en firmeza.
Dime, mi bien, si es tu gusto.
DESDE AQUELLA VEZ PRIMERA
P o r fin, quiero únicamente
Desde aquella vez primera Saber con seguridad
Que a t u presencia me vi, Si no podré merecerte.
El corazón, vida y alma Teniéndote voluntad,
A t u obediencia rendí. Te serviré hasta la muerte.
(149) Dictada por doña EteMna Carrizo, en Vinchina, en _1939. Doña Etelvina me do-
cía que estos versos eran muy populares en Vinehina, allá por 1870. . -^^
(150) Dictada en Sanagasta, por la señora Eamona Herrera de Pociolli, quien apren-
dió éste 7 otros cantares a un vecino.
(151) Del cuaderno de la señora viuda de Tejada, en Anguloa (Famatina).
118 J U A N A L F O N S O C A B B 1 Z O
GLOSA
Al fin quiero suplicarte
Que me digas la verdad:
Si me has de tener piedad
Ojalá nunca, mi vida, Para más no molestarte.
Hubiera logrado verte, Yo me afano en adorarte,
Por no sufrir una suerte Y quiero que tu también,
Tan triste y tan abatida. Siendo para mí un Edén
Deseo que la partida De primorosas delicias,
El recio golpe me de, Mis amorosas caricias
Y será la causa que No pagues con un desdén.
Sigas de su amor la huella.
Sabes que yo, ingrata, bella,
Desde que te vi, te amé.
153
En mi amarga desventura
Sólo me queda el decir DESPIERTA, REINA DE AMOR
Que voy gustoso a morir
Por una rara hermosura.
De mi situación tan dura Despierta, reina de amor,
Hay veces que desespero. Que me abras tus puertas quiero,
Tener consuelo no espero, Que te viene a visitar
Estoy como prevalido, Un amante pasajero.
Y de una pasión herido,
Desde que te amé me muero.
GLOSA
Ta no tengo resistencia
Para tan doble rigor; Despierta, mi cielo hermoso,
De este funesto dolor Que ya me falta valor.
Es la causa tu indolencia. Si sabes pagar fineza,
Tú pronuncias la senteneia Despierta, reina de amor.
De mi último frenesí.
Y si te fijas en mí Despierta, hermosa sin par,
Sólo podrás observar A los rayos de la luna,
Que estoy siempre al expirar No desprecies tal fortuna
Y muñéndome por ti. Que te viene a visitar.
154
DIME, QUERIDA DE MI ALMA Con el puñal en la mano,
Traspásame el corazón,
Dime, querida de mi alma, P a r a no sentir t u ausencia
Si correspondes mi amor. En esta tan cruel prisión.
Mi corazón, de dolor,
No goza un momento en calma.
GLOSA
155
¿DONDE ESTAS O QUE TE HAS H E C H O ? .
(154) Dictada en Malligasta (Clrilccito), por don "Vicente Reinoso. Reinoso es un hom-
bre de alguna ilustración y-tenía, en 1939, alrededor de 70 años.
(155) Dictada por doña Tránsito Fuentes de Peñaloza, de 70 años, en Anillaco. Doña
Tránsito sabe leer y escribir y tenía, en 1938, alrededor de 70 años.
(156) En la estación del ferrocarril de la Villa Nueva de Mazan, un niño casi de 12
años, se acercó a dictar coplas, entre ellas me dictó estas dos que son parte de una glosa.
(157) Dictada por doña Aurora Rodríguez en Anillaco. Doña Aurora tenía en 1938
alrededor de 70 años. Sabe leer y escribir.
120 J U A N A L F O N S O C A B B 1 Z O
GLOSA
La cuarteta inicial figura como hecha por la poetisa arequipefia Adriana Buendia, cola-
boradora hacia 1890, del semanario La Alborada, que sucedió a la escritora (argentina) Jua-
na Manuela Gorriti.
En todas partes te encuentro Mi pecho es un cementerio,
y en todas partes te miro; mi corazón es un nicho;
tú no estás en todas partes ¡y si tú mueres, ingTato,
pero te llevo conmigo. ya sabes cuál es tu sitio t
Las campanas de tu barrio Me quisiste y yo te quise,
doblando están por un muerto: y nos quisimos los dos;
tienen razón, ya no existo tú, al fin, llegaste a olvidarme
porque no vivo en tu pecho, pero no te olvido yo.
(Lira arequipeña").
Biblioteca de Cultura Peruana, T. 8, pág, 231.
(162) Me fué dictada en Aminga (De Arriba), por don Beyes Ceballos, en 1938.
Ea analfabeto y tenía 70 años.
En el Cancionero Popular de Salta, TU* 245, hay una versión de tres estrofas de este
cantarcillo sumamente popular. En el Cancionero Popular de Tucumán, N.° 339, hay otra
versión incompleta.
(163) Dictada por doña Etelvina Carrizo, en Vinchina.
CANC10NEM0 POPULAS DE LA RIO JA 123
(164) Dictada en Anillaco (Dto. Castro Barros) por don Silvano Romero, de 60 años,
en 1938.
(165) De las libretas de don Julio Soria, en Chilecito.
124 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
(169) Dictada por don Manuel S. Flores, de Los Algarrobos (Dto. Bivadavia).
(170) Esta glosa me fué dictada en Vinchina (Calle), en 1939, por don Audeneío Gon-
zález, de 55 años. Ha sido parafraseada en sentido obsceno.
(171) Dictada por doña Florinda Vda. de Salazar, en la ciudad de La Eioja. Esta
misma cuarteta tiene también una glosa de sentido obaeeno. Me fué dictada en Salta.
126 J U A N A L F O N S O C U Jl _ff T 7, O
175 GLOSA
(175) Dictado en Chuquis, por don Amancio Quevedo. Quevedo sabe leer y escribir
y tiene 65 años.
Este cantarcillo debe ser español. La última estrofa es una copla española conocida:
Jasta er muelle fuimos juntos
y platicando los dos
y ayi fueron los lamentos
cuando ella me dijo ¡adiós! (R. M. 3411)
(176) Dictada en Malligasta (Chilecito), por don Vicente Eeinoso, en 1939. Tiene 70
años y sabe leer y escribir.
(177) Dictada por don Brígido Avayay, en Sanagasta, en 1938.
128 J U A N A L F O N S O C A M E I Z O
(178) Don Ladislao Sotomayor, vecino de Villa "Unión, de 77 años, conservaba en una
libreta algunas composiciones de su juventud. Esta y otras que iremos viendo pertenecen a
esos apuntes.
(179) Dictada en Anillaco, por don Moisés Romero, en 1938.
(180) Dictada por don Hermenegildo Rodrigue*, en Banda Florida (Dto. Gral. La-
valle). Nótese el parentesco de la última estrofa con esta sentencia de Guemán Alfatache: nunca
pudieron ser amigos el hambre con la vergüenza. (Parte primera - Libro II - Cap. II - 10).
CANCIONERO POPULAR BE LA RIO JA 129
Yo determino el quererte
Con el corazón primero. PRIVARME DE QUE TE VEA
Todavía voy dudando
Si serás mujer de empeño. Privarme de que te vea,
Privarme, podrán privar;
—Mujer de empeño lo he sido, Privarme de que te quiera
Con el tiempo lo irás viendo; No han podido ni podrán.
Nunca he usado traición
Con hombre que ando queriendo
GLOSA
—Mira, mozo enamorado,
De sus ciertas ahmalhayas,
Búsquese con otra b u e n a :
Ninguna le ha de ser mala.
—De buenas, yo he encontrado,
Y ninguna a mí me agrada. Mira que es cosa imposible
Usted será reina en todo, P r i v a r al sol su carrera.
Hermosísima y bizarra. Más imposible será,
Privarme de que te quiera.
—¡ Qué bizarra puedo ser
Donde no me sobra n a d a !
Mujer con necesidad
No tiene honra ni palabra.
182
E l hombre, p a r a hacer ver
La constancia de su pecho, N O QUISIERA RECORDAR
Se hizo picar la vena
Del lao del brazo derecho. No quisiera recordar
Del sueño que estoy soñando,
La mujer, por no ser menos, Porque despierto lo pierdo
También supo hacer su d u e l o : Y en dormido estoy gozando.
(180-a) Dictada por don Pablo J u á r e z , en Guandacol, en 1940.
(181) E s t a s coplas, que son cabeza y pie de una glosa, me fueron dictadas en Loa
Molinos (Dto. Castro B a r r o s ) .
Don Julio Cejador en su Floresta, transcribe este cantar del siglo X V I I (ms. 3168 de
la Bibl. Nacional de M a d r i d ) , parecido al nuestro:
Bien podéis no me querer,
yo desterrarme de veros,
pero dejar de quereros,
señora, no puede ser,
¡Bien podéis vos no quererme,
lo que por mi mal no sea!
y mandarme que no os vea,
que es a la muerte t r a e r m e :
esto y más podéis hacer,
pues tengo que obedeceros;
pero dejar de quereros,
señora, no puede ser. (N.* 1613)
Anterior a este cantar transcripto, es este otro del siglo X V :
Quitarme podéis la vida
de modo que luego muera;
mas quitarme que vos quiera
no podéis. (Floresta, N.° 1517)
(182) Dictada por don Rubén Molina, en Villa Unión, en 1939.
9-II
130 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
185
183
OLVIDARTE ES IMPOSIBLE
NO SE QUE GUSTO ME DA
No sé que gusto me dá
La vez que merezco el v e r t e ; Olvidarte es imposible
No sé de dónde me nace Aunque de ti viva ausente.
Tanto amor para quererte.
GLOSA
Tanto amor p a r a quererte
Di de donde me sacaste, A todas horas del día,
Si del día en que te vi Mi bien, te tengo presente.
El corazón me robastes. Olvidarte es imposible
Aunque de ti viva ausente.
El corazón me robastes,
Y" estoy a perder la vida. Te prometo ser constante
Si correspondes mi amor, Hasta que venga la muerte.
Tuyo seré mientras viva. Olvidarte es imposible
Aunque de ti viva ausente.
Tuyo seré mientras viva,
No dejaré de quererte Querida p r e n d a del alma,
Hasta que el mundo se acabe Todo mi fin es quererte.
O Dios me mande la muerte. Olvidarte es imposible
Aunque de ti viva ausente.
184 Con la continua a m a r g u r a
OID, PERLA ESCLARECIDA Y el gran deseo de verte,
Olvidarte es imposible
Oid, perla esclarecida, Aunque de ti viva ausente.
Rosa del árbol fragante,
Oid mis tristes clamores,
Si me admites por tu amante. 186
GLOSA
PALOMITA ENCANTADORA
(183) Este cantar con estrofas encadenadas, me fué dictado en 1939, por don Benedicto
Ormeño, en Pagancillo. Ormeño tenía en aquel tiempo 46 años.
(184) Dictada por don Javier Ahumada, en Guandacol, en 1940.
(185) Esta glosa me fué dictada en Anillaco, en 1938, por la señorita Cruz Bomero
Barros.
(186) Estas dos cuartetas, que son la cabeza y el primer pie de una glosa, me fueron
dictadas juntamente con otras coplas en Sanagasta, en 1933.
CANCIÓN K SO POPULAS Z> K LA RIO J A 131
Hasta en mi imaginación
Estás, mi vida, presente,
Tanto que yo, deliciente,
Te tributo adoración.
Con amorosa intención
187 E n ti está mi recreo.
Pensando en ti me desvelo,
POR D O N D E Q U I S I E R A Q U E V O Y Pues me llego a imaginar
Que contigo voy a hablar,
Por donde quiera que voy Y es la sombra del deseo.
Me parece que te veo:
Y es la sombra del deseo Te miro a solas y lloro,
En que cavilando estoy. De mil requebrantos digo.
GLOSA
Pienso que me hallo contigo
Y que de dichas mejoro.
Te digo, mi bien querido, Y como tanto te adoro,
Ahora al pié de tus plantas, Sólo a la pena me doy,
Que son inuúmeras, t a n t a s Y te advierto desde hoy
Lágrimas que yo he vertido. Que me ha de costar la vida
Hasta la salud he perdido, Esta pena t a n crecida
No me conozco quien soy. En que cavilando estoy.
DESPEDIDA GLOSA
189 DESPEDIDA
(188) Dietada por la señora Rosa Cativa de Avila, en San Antonio, barrio de Ai-
mogasta (Dto. Arauco).
(189) Dictada por doña Escolástica Páez, de 65 años, en Villa Unión, en 1939. A la
segunda estrofa de la glosa, no me la dictó doña Escolástica, me la dictaron después con
copla suelta, en Los Llanos.
(190) Esta décima y los versos que parecen seT de una otra décima, me fueron dic-
tados por Anacarsis Páez Dumaux o Domo, en la ciudad de La Eioja, en 1938.
CANCIONERO POPULAS DE LA B10J A 133
GLOSA P o r u n a g r a n contingencia
Se llegó a encontrar en mí,
Siempre lo estoy castigando, Y por tener complacencia
Que no te vaya a ofender. Y estar j u n t o de ti,
Mas como él está adorando, Huye y se va a tu presencia.
No me quiere obedecer
Por más que al corazón mando.
192
Tratádmele con paciencia,
Miradle cómo te adora, POR NOTICIAS YO TE DOY
Que si no hay correspondencia,
Imposible por ahora, P o r noticias yo te doy
Que no muestre su dolencia. Que me encuentro muy enfermo.
P o r ti padeciendo estoy,
A ponerle en prisión voy Que te llevo placentero
E n el lugar más estrecho, A donde quiera que voy.
P o r q u e imaginando estoy
Que se ha de salir del pecho ¡Cómo poderte explicar
Cada suspiro que doy. Lo mucho que yo te quiero!
¿Por qué t r a t a s de acabar
P o r una gran contingencia Mi cariño verdadero?
Se llegó a encontrar en mí, jQuién te lo puede p r i v a r ?
Y por tener complacencia Contéstame si a t u cielo
Y por estar j u n t o a ti, Lo olvidaste con la ausencia:
Huye y se va a tu presencia. Eterno será mi duelo.
H o y me privas tu presencia;
E n mí no cabe consuelo.
191-a
Dame en consuelo un besito,
POR MAS QUE AL CORAZÓN MANDO
Si t u cariño es el m í o :
Por más que al corazón mando Que te adore no es delito,
Que no muestre su dolencia, Quedaré un poco tranquilo
Cada suspiro que doy Y esperaré lo infinito.
Huye y se va a tu presencia.
193
GLOSA
PORQUE EN EL SUEÑO ERES MÍA
• GLOSA GLOSA
194 DESPEDIDA
Un alicanto morado
196
¿POR QUE NO ME DAS A U V I O ?
El ramo ya está formado,
¿Por qué no me das alivio, Y le falta en conclusión:
Si mi mal tiene remedio f Violetas, no me olvides,
Mira que te han de cobrar Suspiros del corazón.
Mi vida si yo me muero.
FINIDA
GLOSA
Distinguida señorita,
Hermosa dalia café,
E n t r e prisiones me veo He preparado este ramo
P o r estarte idolatrando. Dedicado p a r a usted.
(195) Este cantar encadenado lo Tecogí en Campanas, en 1939, lo cantaba Tin viejito
que lo había aprendido por don Pedro P. Cabezas, vecino de Santa María, en Catamarca. El
señor Cabezas realizó 25 viajes a Chile, conduciendo ganado en pie. El guitarrero de Campa-
nas trabajaba al lado del señor Cabezas.
(196) Dictada por doña Manuela. Ortiz, en Chilecito, en 1939.
(197) Dictada por doña Etelvina Carrizo, en Vinchina (Horno), en 1939.
136 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
198 200
¿QUE ESTARAS HACIENDO, CIELO? RECIÉN VENGO DE LA AUSENCIA
201
Estoy en la mayor pena,
Que me m a l t r a t a s constante, SE PONDRÁN CONTRA MI SUERTE
i Si te acordarás de mí,
Como yo a cada instante? Se pondrán contra mi suerte,
Enfurecidos, los mares,
Y aunque vengan a millares,
No me h a n de privar el verte.
No dejaré de quererte
199 Aunque con leones me hallase.
Mi cuerpo se despedace,
QUISIERA SABER DE CIERTO Mi pecho se vuelva bronce,
Mas te he de querer entonces
Quisiera saber de cierto Aunque mil trabajos pase.
Si has nacido para mí.
Yo me muero por quererte,
Jamás me olvido de ti. Ni la cárcel más obscura
Me ha de servir de escarmiento,
Ni los males ni tormentos
GLOSA
Ni la más cruel a m a r g u r a
Desconfío de t u amor, Me h a n de privar tu hermosura,
L a s penas me tienen muerto. Ni el amor entre los dos.
Si yo he de ser el dichoso, Venga la muerte veloz,
Quisiera saber de cierto. Que yo la he de recibir,
Diciendo: —Yo he de morir,
Alguna señas de amor Mi muerte ha de ser por vos.
Yo quisiera ver en ti,
P a r a no vivir dudando Aunque con cruel inclemencia
Si has nacido para mí. Veneno me quieran dar,
P a r a dejarte de a m a r
Yo he de hacer más diligencia.
Conozco t a complacencia,
Sé que mi embeleso sos,
202
SIENDO CON LLAVE MI PECHO
203
SIENDO CON LLAVE MI PECHO
(202) Dictada por don Ramón Sotomayor, en Chaquis (Dto. Castro Barros), en 1938.
(203) Dictada por don Benedicto Ormefio, en Pagancillos (Dto. Gral Lavalle).
(204) Dictada en Chuquis (Dto. Castro Barros), por don Ramón de la Puente, en 1938.
(205) Me fué dictada por don Amadeo de la Fuente, en Chuquis (Castro Barros),
en 1938.
En el cuaderno N.° 2 de Armonías Peruanas, figura esta glosa con las décimas distribui-
das así: la cuarteta y las dos primeras décimas forman un cantar titulado: Fantasía (triste),
138 J l A N A L F O N S O C A E Jt I Z O
GLOSA
pág. 6 4 ; las décimas tercera y cuarta, están en las paga. 62 y 63, respectivamente, integrando
el c a n t a r : Amor delirante.
Ordenando las décimas, la versión peruana e s :
GLOSA
En el Cancionero Popular de Tucumán, hay a más de una otra versión de esta misma,
otras dos glosas distintas a esta misma c u a r t e t a : véanse los Nos ( 396 y 397.
CANCIONERO POPULAR DE LA El O J A 139
Si me supieras querer
Con un amor verdadero, DESPEDIDA
Para que yo te olvidara
La muerte fuera primero. Padezco mil a m a r g u r a s
Cuan triste es mi situación
GLOSA Contristada tengo el alma
Y angustiado el corazón.
207-a
Saliera el sol de su esfera, POR TU AUSENCIA, VIDA MÍA
La luna nunca alumbrara,
Saliera el mar de su centro, P o r t u ausencia, vida mía,
Para que yo te olvidara. Maldigo mi mala suerte
Hoy me han privado de ti
Sin más culpa que el quererte.
(206) Esta glosa trunca nos fué dictada en Vinchina (Homo), en 1939.
(207) Las estrofas de esta glosa me fueron dictadas como coplas sueltas en Villa Cas-
telli (Dto. Lamadrid), en 1939. Decíanme que las cantaba don Desiderio Guerrero, que falle-
ció liace poco, de 60 años de edad.
(207-a) Estas estrofas de la glosa anterior me fueron dictadas por don Javier
Ahumada, en Guandacol, en 1940.
(208) Esta glosa me fué dictada en Pagancillos (Dto. Gral, Lavalle), por don Be-
nedicto Ormeño, en 1939.
140 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O
209
SI YO EN TUS BRAZOS ME VIERA 210-a
Si yo en tus brazos me viera, TE HE SOÑADO, ¡AY QUE DOLOR I
No sintiera el padecer.
Daría el alma y la vida Te he soñado, ¡ay qué dolor!,
Si me supieras querer. En brazos de ajeno dueño,
GLOSA Y pienso que con la vida
He de pagar ese sueño.
¡Cuándo llegará ese día
En que yo tenga consuelo,
Y se acabe así el desvelo GLOSA
Que padece el alma mía!
Atraídas de la armonía,
Han de brillar las estrellas,
Y se vestirá la tierra Aunque la razón me dice:
Del color el más hermoso. No tomes verdad al sueño,
¡Cómo estaría de gustoso No es poeo dolor soñarte
Si yo en tus brazos me viera! En brazos de ajeno dueño.
210 211
(209) Dictada en Sanagasta por don Brígifio A^ayay, en 1938. Avayay es hombre de
64 años, más o menos.
(210) Dictada en Malanzán (Dto. Kivadavia), por don Rosalino Avila, en 1940.
(210-a) Dictada por don Pastor Zelaya, en Los Molinos (Castro Barros).
(211) Dictada por don Joaquín Neyra, de 60 años, en Banda Florida (Dto. Gral Lava-
Lie) en 1939. ¡
CANCIONEEO POPULAS DE LA BIO J A 141
214 GLOSA
(214) Dictada poi don Zenón Castro, en Villa Unión (Dto. Gral. Lavalle), en 1939.
(214-a) De una libreta de don Uladislao Sotomayor, en Villa Unión.
(215) Estas doa estrofas de un cantar un tantico más largo, me fueron dictadas co-
mo coplas sueltas separadas una de otra. Como digo, forman parte de un cantar más largo
y es el que lleva el N.° 419 en el Cancionero Popular de Tvcumán. El cantar es a s í :
GLOSA
(216) Este cantaroillo me fué dictado en Malligasta (Chilecito), en 1939, por la se-
ñora Brígida Herrera de Gordillo.
(217) Fsta glosa me fué dictada par don Domingo Correa, en Santa Cruz (Dto. Fa-
matina), en 1939.
(218) Este cantar de estrofas encadenadas, me fué dictado por don José Brizuela, en
Los Molinos (Dto. Castro Barros), en 1938. Don José aprendió este cantar a BU señora madre,
Doña Elmira Brizuela, natural del lugar.
144 J U A N A L F O N S O C A B E I Z O
221
YO TE QUIERO TAN DE VERAS
Yo te quiero t a n de veras,
Que jamás podré olvidarte.
Si algún motivo me dieras,
Al fin, mi lirio morado, Más firme seré en amarte.
Mi estimada señorita,
Quisiera que esta letrita Más firme seré en amarte
Llegara a ser de su agrado, Porque te amo con delirio.
Que yo quedo bien pagado ¿Por qué t r a t a s de a u s e n t a r t e !
Mirándola desde aquí. P a r a mí será un martirio.
Si algún yerro cometí,
Bórreme de su memoria; P a r a mí será u n martirio
A otros dele la gloria, L a vida lejos de ti.
Déme pesares a mí. Más bien, quítame la vida,
Si t ú dispones así.
Si t ú dispones así,
220 Yo te veré por momentos.
Si t ú te olvidas de mí,
YO MI CORAZÓN LE DOY
P a r a mí será u n tormento.
Yo mi corazón le doy P a r a mí será un tormento
Si usted es constante conmigo. Porque mi amor no es fingido.
Quien cautive más mi pecho Te advierto que soy constante,
En él mundo no ha nacido. Que lo que quiero no olvido.
GLOSA
225
Si la persona a quién amo
Me ha de querer olvidar, A UN PEÑASCO DI MIS QUEJAS
Más no teniendo reclamo;
Al mundo quiero dejar. A un peñasco di mis quejas
Por ver si me consolaba.
Voy a formar mi retiro Aquel que queriendo vive
Como del mar a los pejes. Hasta con las piedras habla.
(222) Este cantarcillo que parece ser resto de algún otro, me fué dictado en la ciudad
de La Rioja por don Rosendo Albino Reinoso, en 1938.
(223) Dictada por doña Etelvina Carrizo, en Vinehina (Horno).
A la última cuarteta la he oído también así:
Lloraré toda mi vida,
en un silencio profundo,
si la que amo tiene dueño
(para qué andar en el mundo? (Juy. 2008)
(224) Este cantarcillo figura con dos estrofas en el Cancionero Popular de Tucumán
(N.° 284). Me fué dictado en Chilecito, en 1939.
(225) Dictada en Los Palacios, por don Juan Cruz Humeres, en 1939. En el Cancionero
Popular de Tucumán, hay notieia de esta glosa y digo así porque solamente he encontrado
la cuarteta y la primera estrofa, (N.° 439).
148 J U A N A L F O N S O C A B E I Z O
(226) Estas trea décimas me fueron dictadas por don Hermenegildo Eodríguez, en
Banda Florida (Dto. Gral. Lavalle), en 1939.
(227) A estas tres décimas las tomé de las libretas de don Julio Soria, en Cbilecito.
C228) Del cuaderno de doña Aurora Vda. de Tejada, en Ángulos (Famatina) .
CAN CION EEO POPULAE DE LA BIOJA 149
GLOSA GLOSA
Padezco, t r i s t e ; ¡ ay de mí!,
Martirios crueles y lentos,
Y sin poder encontrar Mis ojos, como eran niños,
Consuelo de mis tormentos. Se habían quedado dormidos.
Despierten la vista al mundo,
E n vano busco el descanso No se queden divertidos.
De mi infortunio violento.
Dicha, que de mí te excusas,
¿Dónde estás que no te encuentrot
Diego de San Pedro (de mediados del siglo X V ) , tiene ea su Desprecio de la Fortuna,
conceptos parecidos a los de nuestro cantar.
(229) Dictada por doña J u a n a Fuentes Quevedo, en Pinchas (Dto. Castro B a r r o s ) , en
1938.
(230) Dictada por doña Escolástica Páez, en Villa Unión (Dto. Gral. Lavalle), en
1939. Nótese que las dos últimas estrofas son variantes de la cuarteta y del primer pie,
respectivamente, de la glosa anterior.
150 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
(231) Dictada por doña Fabiana Fuente, en Chuquis (Dto. Castro Barros), en 1938.
Doña Fabiana es una señora de 70 años y sabe leer y escribir.
(232) Dictado por doña Narcisa Ortiz, en Chuquis (Dto. Castro Barros), en 1938.
Doña Narcisa es señora de 65 años y sabe leer y escribir.
CANCIONEEO POPULAS DE LA MIOJA 151
(233) Tanto la cabeza como el pie de esta glosa me fueron dictadas como coplas
sueltas. La cabeza es una copla española.
Cuando dos se quieren bien
Y no se pueden hablar,
Los ojos sirven de lengua,
Para más disimular. (K. M. 5844)
(234) También como las estrofas anteriores, éstas fueron dictadas como coplas.
(235) Dictada por don Reyes Ceballos, en Amingo (Dto. Castro Barros, en 1938. Ce-
ballos tiene 70 años y es analfabeto.
(236) Dictada por Fernando Tapia, en Guandacol (Dto. Gral, Lavalle), en 1938. Tapia
tiene 50 años y es analfabeto.
152 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
GLOSA
Do j a de cantar, gilgtiero,
Que me estás atormentando;
Que es mucha pena en un triste
OÍT cantar y estar llorando. (R. M. 5082)
(240) Estas dos estrofas de un cantar me fueron dictadas por don Brigido Avayay, en
Sanagasta, en 1938. Don Brigido me decía que el cantar era más largo.
(241) Del cuaderno de doña Aurora Vda. de Tejada, en Ángulos, Famatina.
(242) Esta décima me fué dictada por don Javier Ahumada, en GuandacoL Don Javier
me decía que formaba parte de un cantar más largo.
154 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
Me es imposible vivir
La vida que estoy pasando.
Más bien quisiera morir
Y no vivir esperando. Que procure divertirme
Le digo a mi corazón,
Y me contesta: —No puedo,
Porque tengo una pasión.
244
Duélete, pues, vida mía,
ESTOY QUE YA DESESPERO Si algún amor me tuviste,
E n t r e penas y tormentos
Estoy que ya desespero, Que a todas horas me asiste.
No hay valor para sufrir.
Un sentimiento me mata,
Ya no puedo más vivir. 246
GLOSA LA CALANDRIA QUE CRIE
(243) Del cuaderno de don Guillermo Páez, Pie* fué vecino del Condado, villita del
departamento General Lamadrid.
(244) Dictada por don Vicente Reinoso, de Malligasta en 1939. Beinoso tiene 70 años
y sabe leer y escribir.
(245) Dictada por doña María I. Doria, en Chilerito, en 1939.
(246) Me decía don J. Manuel Ortiz Nieto, al dictarme estas dos estrofas, que el
cantar era largo, pero que no recordaba más. El señor Ortiz Nieto es de Chaquis y me dictó
varios cantares, en agosto de 1938.
CANCIONERO POP-ULAE DE L A JRIO J A 155
248
Las pasadas glorias vienen
A amargar el pensamiento, LLORA, TRISTE PALOMITA
Que acordarse el haber sido
Sirve de mayor tormento.
Lloró, triste palomita,
En la jaula prisionera;
GLOSA
Ya se acabaron tus gustos
De tu amable primavera.
E n mi memoria residen
Los ya pasados contentos, GLOSA
Y mis sentidos perciben
Que sólo para tormentos
Las pasadas glorias sirven.
Veris el sol y los astros
E l júbilo y el contento Todos vestidos de luto.
De mi pasada alegría, Ellos no te a l u m b r a r á n :
Sin descansar u n momento, Ya se acabaron tus gustos.
(247) Dictada por don Modesto Páez, que la aprendió a su padre, don Ramón Rosa Páez,
allá por 1884. Villa Castelli (Dto. Gral. L a m a d r i d ) , 1939. E s t a glosa nos recuerda al Dante
en el canto V, cuando dice:
(248) Tanto la cabeza como el pie de la glosa me fueron dictados como coplas, en L a
Costa, de Castro Barros, en 1938. E n el Cancionero Popular de Tucvmán, N.° 480, hay una
glosa en décimas a la misma cuarteta que encabeza ésta. Ofrece alguna ligera variante, pues
dice:
Llora, triste palomita
E n tu j a u l a prisionera,
Se acabaron los encantos
De tu amable primavera.
156 JUAN ALFONSO CARRIZO
249 250
MI BIEN, PARA DECLARARME NO HOY CORAZÓN COMO EL MIÓ
Mi bien, para declararme No hay corazón como el mío
Y aliviar mi corazón, Para sufrir una pena.
Quisiera que me señales Corazón que sufre y calla
Tiempo, lugar y ocasión. No se encuentra dondequiera.
GLOSA GLOSA
(249) Como en el caso anterior, he formado esta glosa con coplas recogidas a paisa-
nos de La Costa, en Castro Barros, en 1938.
Tinción: esta vez tiene el sentido d e : pesaroso, apesadumbrado. Persona t o r t u r a d a poT
alguna pena. En el Cancionero Popular de Tucumán, N.° 715, se comenta esta voz, pues ella
es conocida en Tucumán.
E s t a voz es también popular en Méjico, así se ve en este trozo de la novela ¿ o s de
Abajo, de don Mariano Azuela:
—¡Pobreoita de ti, platícame cómo estuvo eso!
Camila tenía los ojos hinchados de llorar.
—¡Me mintió, me mintió!... Fué al rancho y me dijo: «Camila, vengo no más por ti.
¿Te sales conmigo? ». ¡TTum, dígame si yo no tendría ganas de ealirme con él. De quererlo,
lo QUERO y lo REQUERO... ¡Míreme tan encanijada sólo por estar pensando en él! Ama-
nece y ni ganas del metate... Me llama mi mama al almuereo, y la gorda (tortilla de maíz),
se me hace trapo en la boca... ! ¡T aquella PINCION... T aquélla PINCION!...
Y comenzó a llorar otra vez, y para que no se oyeran sus sollozos se tapaba la boca y la
nariz con un extremo del rebozo.
—Mira, yo te voy a sacar de esta apuración. No seas tonta, ya no llores. Ya no pienses
en el curro... ¡Sabes lo que es ese curro?... ¡Palabra!... ¡Te lo digo que no más para
eso lo trac el general!... ¡Qué tonta!-.. Bueno, ¿quieres volver a tu casa? (14 - 178).
Como se ve, la voz pinción tiene en Méjico el mismo sentido que se le da en Tucumán
y L a Rioja, como quero por quiero, forma sumamente usada en L a Rioja.
Como ocurre con las piezas poéticas si una copla, una décima, o un romance es popular
en Catamarca, Salta u otra provincia nuestra y lo es también en las repúblicas centroameri-
canas o en Méjico, esa copla es casi siempre española, esto es tiene un origen común. Así
debe ocurrir con pinción y aunque no figure en los diccionarios es sin duda española.
En el Picaro Ouzmán de Alfarache, p a r t e I I , libro I I , I V , tomo I V , 30, hay el pa-
s a j e : Con esta gabela éramos así amparados de cualquier peligro. Ninguno piense mascar a
dos carrillos, que no hay dignidad sin pinsión en esta vida. El sentido de la voz pinsión es,
pues, el mismo que tiene en la glosa tucumana y en esta de La Rioja y el mismo que se le da
en Méjico. El señor Samuel Gili y Gaya repara en la vox y dice: Aú en el original y edicio-
nes antiguas. Las modernas corrigen « pensión >. Sobre el significado de esta palabra, ver tomo
III, 101. Vi, pero no hay ninguna nota sobre el tema ni en esa ni en las otras páginas del
referido tomo.
En el tomo V, página 24 (libro I I I , capítulo I V ) , remite el señor Gili y Gaya a la nota
transcripta del tomo IV, a propósito de repetirse el empleo de esta volz, a s í : Que aun haya que
pagarte pinsión de mi gusto. Aquí parece tener el sentido de pensión.
(250) También como las glosas 249 y 250 ésta está formada ¡con estrofas populareja-
das como coplas, pero a diferencia de las citadas, éstas fueron recogidas en Villa Unión (Ge-
neral Lavalle). L a cuarteta glosada es española:
No hay corazón como el mío
Que calle y sienta su p e n a :
Corazón que siente y calla
No se encuentra doude quiera. (R. M. 5406)
CANCIÓN ESO POPULAR DE LA X IO J A 157
251 253
NO SE VEA COMO YO PARA MI YA NO HAY CONSUELO
No se vea como yo; Para mí ya no hay consuelo,
Ni quiera poner empeño. Ya todo se me acabó,
Malhaya quién quiere bien Sólo me restan tormentos,
P r e n d a que tiene otro dueño. Que para ellos nací yo.
P r e n d a que tiene otro dueño,
Mas llegándolo a pensar, GLOSA
Que muchas veces la vía
Y no la podía hablar. Vacila mi pensamiento,
Triste el alma por el duelo,
Y no la podía hablar Con lágrimas triste d i g o :
Como a muchos acontece. Para mí ya no hay consuelo.
Un amante verdadero
Pena, suspira y padece-
Pena, suspira y padece,
Como así ya lo voy viendo.
Quiero olvidarla y no p u e d o :
Así me voy consumiendo.
252 254
(251) Paroce ser que este cantar encadenado tuvo comienzo en alguna estrofa que falta.
Me fué dictado en Chuquis (CaBtro Barros).
Via por veía, es de uso frecuente este arcaísmo, no solamente en La Eioja, sino en Cata-
marca y en Tuetunán. Don B. Menéndez Pidal estudia esta voz en su Manual de Gramática
Histórica Española, pág. 49, párrafo 11.
(252) Dictado por doña Filomena Pérez en Banda Florida (Gral. Lavalle).
(253) Dictada en Pinchas (Dto. Castro Barros) en 1938 por don Amadeo de la Fuente,
de 70 años de edad.
(254) Dictada por doña Eosa Moreta Gómez, de 64 añoB, en la ciudad de La Rioj a en
1938. Sabe leer y escribir.
158 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
255 257
¿QUE DELITO HE COMETIDO? SI CON VIVIR LOS OFENDO
(255) La cuarteta como la estrofa que figura en esta glosa trunca me fueron dictadas
como coplas en La Costa de CaBtro Barros en 1938.
(256) Dictada por doña Aurora Rodríguez, de 60 años, en Anillaco (Dto. Castro Ba-
rros) en 1938. Sabe leer y escribir.
(258) Dictada por doña Eulogia Avayay en San»gasta en 1938.
CANCIONEBO FOPÜLAB BE LA E10J A 159
(260) Este cantar me fué dietado en la ciudad de La Rioja por don Manuel I . Flores
en 1938.
(261) Dictado por don J u a n A. Tanquía en Agua Blanca (Dto. Castro Barros) en 1938.
Sabe leer y escribir.
160 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O
263
UNA TRISTE PALOMITA
GLOSA 266-a
No puedo tener reposo VOY A LAMENTAR UN RATO
Con mis martirios violentos.
E l descanso busco ansioso. Voy a lamentar u n r a t o
P a r a aliviar mis tormentos, De esta mi fortuna cruel,
Voy a buscar un dichoso. Porque me veo abatido
Dicha, que tanto he deseado, P o r haber querido bien.
Varias veces te busqué.
¿Por qué me has abandonado? P o r haber querido bien
Ven, oh suerte, ayúdame, Amor que yo no busqué,
Para andar acompañado. El virio sin que lo busque,
P o r darme en qué padecer.
H a y u n a esperanza en mí,
Que u n dichoso me asegura P o r darme en qué padecer,
No seré más infeliz, Ese es su entretenimiento,
Que el tormento poco dura Porque no puedo olvidarte,
A la sombra de un feliz. Ni m u d a r el pensamiento.
(266) Este cantar de estrofas encadenadas me fué dictado en Sañogasta (Dto, Chile-
cito) en 1939 por don Lázaro Alavarado, de 74 años. Ala varado es chileno y sabe leer y
escribir.
(266-a) Dictada en Vinchina (Horno) por don Manuel Bordón en 1939.
(267) Esta décima, así suelta, me fué dictada por don Metilón 8. Páez Porra en Sa-
ñogasta (Dto. Chileeito) en 1939.
(268) Dictada por don Amadeo de la Fuente en Chuquis (Castro Barros), de 70 años.
Don Amadeo la aprendió a sn madre. La sabe también don José Manuel Nieto Ortiz, del
mismo lugar, Chuquís.
11-II
162 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
Yo vivo de un imposible,
Vean las que se hallen libres, Mantenido de un quizás,
De mí tengan ejemplar:
No se entren en cautiverio Esperando si ha de ser
Ni menos sepan amar. Quién sabe lo que será.
GLOSA
La que desgraciada nace
En mil desgracias recae.
En ellas padezco yo
Sin dar mis quejas a nadie. Ambicionando tu amor
Por poseer tus encantos.
Pero mis ruegos y llantos
269 Consumiendo mi alma están,
Y como cortando van
YO NO ME QUEJO DEL TIEMPO El hilo de mi existir,
Pienso por ti he de morir
Mantenido de un quizás.
Yo no me quejo %el tiempo,
Quéjese el tiempo de mí.
El tiempo dichas me dio,
Yo pesares elegí. Bien de mi vida, ya sabes
Tú eres el ser que yo adoro,
GLOSA Que para mí no hay tesoro
Ni joya de más valer
Yo por infeliz perdí Que ambicionar tu querer,
Lo seguro por lo incierto. Ver tu semblante risueño,
Con razón debo decir: Y por eso siempre sueño
Yo no me quejo del tiempo. Esperando si ha de ser.
Es mi pasión tan intensa
Perdí lo que más amaba, Y mi amor tan invariable,
Porque mi suerte es así. Que a veces creo probable
Puesto que soy desgraciado, Ablandar tu corazón;
Quéjese el tiempo de mí. Y mi halagüeña ilusión
No tiene esta habilidad,
Amor y dichas que tuve, Y si decretado está
Mi corazón los perdió: Que has de aliviar mi tormento,
Esa fué mi poca suerte. No alargues mi sufrimiento,
El tiempo dichas me dio. Decime cuándo será.
(269) Dictada por doña Catalina del Rosario Urquiza en la Villa de Famatina en 1939.
En los cancioneros de Salta, número 185, y Tucuinán, número 529, se insertan dos estro-
fas de otra glosa a esta misma cuarteta.
(270) Esta glosa me fué dictada en la ciudad de La Hioja por el ciego cantor don
Eoberto Paz, conocido más como « El ciego Paz J>. Tiene 52 años, es catamarqueño y la apren-
dió en su provincia.
CELOS, QUEJAS
Y DESAVENENCIAS
271 El corazón me ha robado,
En dos mitades partido,
A DOS QUIERES, A DOS AMAS Mi apreciable de Fulana,
Cariño no he merecido.
A dos quieres, a dos amas,
A dos estás adorando.
O tienes dos voluntades 273
O estás a dos engañando.
AL PRINCIPIO DE TU AMOR
GLOSA
Al principio de tu amor
De mi fino amante pecho Diez mil caricias me hiciste;
Se enciende mi amor en llamas. Y tan luego me olvidaste
Para mi mayor sentir, Para dejarme más triste.
A dos quieres, a dos amas.
GLOSA
Dime cómo podré estar Con cadenas de tu amor
Si, loco, en ti estoy pensando; Prisionero me tuviste.
Si en premio de mis amores Pues ¿cómo no me dijiste
A dos estás adorando. Al principio de tu amorf
Dime la verdad, ingrata, Trataste de herirme el pecho,
Déjate de falsedades, Y el corazón me partiste.
Dímclo si eres constante, Pues dime con qué derecho
O tienes dos voluntades. Diez mil caricias me hiciste.
Dime la verdad, ingrata,
Si estás de veras amando:
O tienes dos voluntades
O estás a dos engañando.
273-a
272 AL PRINCIPIO DE TU AMOR
AL MENGUANTE DE LA LUNA Al principio de tu amor
Diez mil caricias me hiciste;
Al menguante de la luna Y tan luego me olvidaste
Sus ojos son dos luceros. Para dejarme más triste.
Mi apreciable de Fulana,
Haga un favor que me muero. GlvQSA
Haga un favor que me muero, Prisionero me tuviste
Mi vida, no seas ingrata, Con cadenas de rigor.
Apreciable de Fulana, Pues i cómo no lo dijiste
Que su hermosura me mata. Al principio de tu amorf
(271) Esta glosa está tomada de las libretas de don Julio Soria en Chilecito.
(272) Dictada por don Lázaro Alavarado en Saflogaata (Chileeito) en 1939.
(273) Dictado por la señorita Adelina Pazos Martínez en Vinchina (Pueblo).
(273-a) Dictada por don Facundo Zelaya, en Los Molíaos (Castro Barros).
i6e J U A N A L F O N S O C A B B I Z O
274 276
AMOR QUE VENGA TROCADO A TU CASA DE PASEO
(274) Dictada por don Pastor Zelaya en Los Molinos (Castro Barcos).
(275) Dictada por don Javier Ahumada cu Guandacol.
(276) Dictado por don Luis Fuentes de Aminga (Castro Barros). Es posible que este
cantar sea del Litoral porque los poetas y poetastros que escriben para las casas editoras de
cantares para el pueblo, casi siempre hacían composiciones de cuatro décimas octosilábicas.
(277) Dictada por don José Ghumbita en Pinchas (Dto. Castro Barros).
CANCIONERO TOPULAB DE LA KI OJ A 167
(278) Este cantar me fué dictado por don Domingo Barros en Aminga (Castro Barros).
La alusión a la falta de pape], tinta, etc., hace recordar a la cancioncilla española que
trae don Constantino Cabal en su libro El Individuo (Las costumbres asturianas, su signifi-
cación, sus orígenes), pág. 268. Las dos primeras cuartetas dicen:
Al cabo de tanto tiempo Si por ffllta de papel
y de una aufencia tan larga O de tinta que no se halla
no has tenido atrevimiento Yo te mandaré una resma
para escribirme una carta. Y de tinta, una muralla.
(279) Este cantar me fué dictado por don Francisco Porras, de 60 años, en "Vinchina.
También me fué dictado por Eufemio Díaz en Mazan en. 1940.
168 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
GLOSA 281-a
(230) Dictada por dofla Paulina Godo, de 60 años, en Vinchina (Pueblo) en 1939.
(281) Este cantar de prtrofas encadenadas me fué dictado en Arauco por la señora
Justa Ocampo de Núñez en 1938.
(281-a) Dictado por doña Tránsito Fuentes de Peñaloza, en Anillaco en 1938.
(282) Eata décima me fué dictada por don Isauío Gutiérrez en Sanagasta.
CANCIONERO POPULAR DE LA MIOJA 169
(283) Dictada por don Juan Cruz Humeres, de 70 años, en Los Palacios (Dto. Gene-
ral La valle).
(284) Dictada por doña Eosa Moreta Gómez en la ciudad de La Eioja.
La copla glosada es también popular en Chile:
Dame el alma qun te di
si en pedirla no hay ofenaa:
porque no quiero que eeté
donde no hay correspondencia.
(155 - pág. 103 - N.o 3)
(285) Dictado por don Manuel Pilar Herrera, en la ciudad de La Kioja eu 1&38.
170 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O
286 288
290
DIVERTIDA EN OTRAS COSAS
DESPEDIDA
297
Al fin, no soy el primero
Que muere por una ingrata, HE DE HACER UNA FINEZA
Y que sin duda me m a t a
Un halago lisonjero. He de hacer una fineza,
Yo te adoro y te venero Lo que tú por mí no harás:
Con el corazón leal. Quererte sin que me quieras.
Tú con desden sin igual ¿Qué más quieres? ¿Quieres más?
Correspondes a quien te ama,
GLOSA
Esto sin duda se llama
P a g a r u n bien con un mal. Me veo en la obligación
De adorar a su hermosura.
No me diga que es locura
296 Ni una vana pretensión,
Que con fina discreción
¿HASTA CUANDO HE DE ESPERAR? Mi amor de usted se interesa;
Por lo que con ligereza
¿Hasta cuándo he de esperar Vivo postrado y rendido.
El alivio, dulce encanto? Y con todos mis sentidos
¿Por qué me dilatas tanto He de hacer una fineza.
El gusto de mi penarf
¡Ay, mirándome aplaudido,
GLOSA He llegado a p e n e t r a r
Que si pudiera alcanzar
De usted ser c o r r e s p o n d i d o . . . !
Mas temo no ser oído
E n lo que quiero explicar.
Y la volveré a enterar
Si es que tienes el intento Con voluntad más crecida,
De algún día despreciarme, Que por ti daré mi vida,
Más vale desengañarme, Lo que tú por mí no harás.
Que será menos t o r m e n t o ;
Pues cada día en aumento Que usted es mi dueña querida,
Voy derramando mi llanto. Quisiera que lo supiera.
P o r eso es que me adelanto Conste que por donde quiera
A decirte, cielo hermoso:
Si has de hacerme dichoso,
¿Por qué me dilatas tanto f
(296) Dictada por don Brígido Avayay en Sanagasta. Con harta frecuencia se reem-
plaza, como en este caso, la d con la r, haciendo de la segunda persona del imperativo desen-
gañarme en lugar de desengañadme.
(297) Dictada por don Eamón González en la ciudad de La Eioja en 1938. La cuar-
teta de esta glosa es la misma de la que lleva el número 293.
(298) Diotada por don M. Segundo Páez (Sañogarta).
174 JUAN A L F O N S O C A 2¡ S l Z O
302
301 ME DICEN QUE TU TE CASAS
ME QUISISTE, YO TE QUISE
Me dicen que tú te casas,
Me quisiste, yo te quise, Como así lo dice « el tiempo ».
Me olvidaste, te olvidé. Y serán dos bodas juntas:
No sé la causa por qué Mi muerte y tu casamiento.
De mi amor te dividiste.
Di ¿qué traición advertiste, Busca la pluma y tintero
O has visto que te iba mal, Y otro para que te dicte
O te quité algún caudal, A donde no haya memoria
O deshonré tu persona, De una Díaz que tuviste.
O te quité la corona
Que a otra le ibas a dar? iHas de borrar esa letra
Como yo la he de borrar!
No siento, mi bien, no siento Olvídate de ña Díaz,
Verme de ti separada. i Para qué te has de acordar?
Siento sí verme arrojada
Sin razón ni fundamento. De prenda que no has querido,
Pero si lo haces de intento, ¿Para qué te has de acordar?
Me alegro de buena gana. Como has buscado otra dueña,
Deja tu palabra vana, i Qué amor te puede quedar?
Mira mi placer de luto.
Hoy ¿ para qué quiero gusto,
Si lo he de llorar mañana? 303
Pero, en fin, queda con Dios, MEJOR ME SERA VIVIR
Ingrato, falso, enemigo.
Esto que hoy haces conmigo Mejor me será vivir
Mañana lo harán con vos. En un penoso desierto,
Pero queda entre los dos Porque mis cortos cariños
Aunque estemos divididos. Han tenido mal acierto.
(301) Dictada en AníIIaco (Castro Barros) por Catalina Contreras, de 20 anos, quien
lo aprendió a su abuelita, nacida y crecida en el lugar.
(302) Este cantarcillo me fué dictado por doña Andrónica Díaz en Mazan en 1940
La primera estrofa es española y la traen entre otros, R. Marín, número 5581; Alberto
Sevilla, Cancionero Popular Murciano, número 1360; Remigio Vilariño, 8. J., De Broma y
de Veras, cuaderno 29, número 425.
(303) Dictado por don Francisco Plores ea la ciudad de La Rio ja en 1938.
176 JUAN A L F O N S O V A ií M I ¿ V
(304) Este cantar de estrofas encadenadas lo saqué de las libretas de don Julio Soria
(Chilecito).
(305) Dictado por don Alberto Paz en Los Palacios (Dto. Gral. Lavalle) en 1939.
(306) Este cantar me fué dictado por la esposa de don Policarpo Díaz, distinguido ve-
cino de San Pedro (Dto. Castro Barros).
La señora de Díaz lo aprendió al viejo cantor Ramón Oviedo, muerto de 78 añoB en
1929. Oviedo era asiduo lector de la Sagrada Biblia. El cantar no tiene sentido.
Amenación: No sé qué querrá decir.
CANCIONERO POPULAS DE LA ElOJA 177
(307) Dictado por don Abelardo Acosta en Mazan en 1940. Aeosta tenía entonces
45 años.
(308) Dictada por don Pastor Zelaya en Los Molinos (Castro Barros).
(309) Dictada por don Rosalindo Avila en Malanzán (Dto. Rivadavia) en 1940.
(310) Dictado por don Ramón Oviedo a la señora esposa de don Policarpo Díaz, San
Pedro (Castro Barros).
12-II
178 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
313
311
¿QUE SACO YO CON QUERERP
¡QUE GRAN LOCURA ES QUERER!
¡Qué gran locura es querer ¿Que saco yo con querer
Al que no me tiene amor! Donde yo no soy querido f
Querer a, quien no me quiere:
GLOSA
Olvidar es lo mejor.
Es t a n grande mi sentir
GLOSA
Y te amo con t a n t a fe,
Si la fineza no basta, Que enteramente no sé
Si ella no ha de poder Lo que es a gusto vivir.
Vencer una voluntad, Los desvelos, p a r a mí,
¡Qué gran locura es querer! Desecharlos no he podido.
Por u n amor que he tenido
-Todo pudiera vencer Todo es pena y padecer.
A costa de mi valor, ¿Que saco yo con querer
Pero no puedo querer Donde yo no soy querido?
Al que no me tiene amor.
No hago juicio de la vida
La mala correspondencia Ni tampoco de la muerte.
A todo corazón hiere, Tan sólo tengo presente
Y más al mío que sabe Aquella prenda querida.
Querer a quien no me quiere. Si me has echado en olvido,
Yo nomás te seguiré,
Amada prenda querida, Infeliz me llamaré.
Si hay en tu alma el dolor Con estas palabras digo:
De amor no correspondido, ¿Que saco yo con querer
Olvidar es lo mejor. Donde yo no soy querido?
(311) Dictada por doña Leovina Carrizo de Sánchez en Villa Castelli (Dto. Gral. La-
valle) en 1939.
(312) Dictada por don José Narváez, de 70 años, en Pagancillo (Gral, Lavalle).
(313) Dictada por don Hermenegildo Rodríguez en Banda Florida (Gral. Lavalle)
en 1939.
CANCIONERO POPULAR DE LA £10 JA 179
Si me oyeras suspirar
314 Por ti, mi bien, en deveras
QUFEN TE AMABA YA SE VA
Lástima te habría de dar
Aunque amor no me tuvieras.
Quien te amaba ya se va, GLOSA
Supuesto que otro ha venido.
Se acabarán tus disgustos: Ese t u pecho de amante
Ya se va tu aborrecido. A u n bronce hiciera llorar.
T u corazón se ablandara
GLOSA Si me oyeras suspirar.
Ya luego descansarás Al verme t a n desvalida,
Del que te daba disgusto. No me he querido arriesgar.
P a r a que vivas a gusto, Al decirte mi sentir,
Quien te amaba ya se va. Lástima te habría de dar.
Ya se v a de t u presencia
Mi corazón resentido.
A verte, más no vendrá,
Supuesto que otro ha venido. 317
SI TE FASTIDIA MI AMOR
Si te fastidia mi amor,
Ya luego descansarás,
Ya no te seré molesto,
315 Ya no me verás jamás.
QUIERO, PRENDA DE MI AMOR GLOSA
321
319
TANTA PENA
SOLO SERÉ EL DESGRACIADO
322
Sólo yo no he merecido
De ti u n amor semejante. TODO PUDIERA VENCER
Si yo te adoro constante,
Otro será el preferido.
Todo pudiera vencer,
Pues no me falta valor,
Pero no puedo querer
A quien no me tiene amor.
(318) El primer pie de esta gloea me fué dictado como copla suelta en. el departa-
mento Castro Barros en 1938.
(319) Dictado por don Rosario Chumbita en Aminga (Castro Barros).
(320) Dictado por don José I. Herrera en Machigasta (Dto. Araueo) en 1939.
(321) A este cantareito lo oí en « El Puquial» (barrio sud de Chilecito) en 1939.
(322) Dictado por don M. Segundo Páez Porra en Sañogaata (Dto, Chilecito) en 1939.
CANCIONERO FO PU LAB VE LA BIOJ A 181
(323) Dictado por don Hermolado Cabrera en Pinchas (Castro Barros) en 1938.
(324) Recogí este cantar en Pagancillo (Dto. Gral. Lavalle) en 1939.
(325) Dictado por don Lázaro Alvarado en Sañoga6ta (Dto. Chilecito). Repárese en
la mutación de la d por r de la palabra ahorcarme. Es el mismo caso de la palabra desenga-
ñarme en la canción N.° 296 y de algunas otras que iremos viendo.
182 J U A N A L F O N S O C A B K I Z O
326 GLOSA
(326) Dictado por don Paulo Juárez en Guandacol (Dto. Gral. Lavalle).
(327) Dictada por doña Paulina Godoy en Vinchina. (Pueblo) en 1939.
DESDEN, DESPRECIO
Y OLVIDO
328 Para no volverte a ver.
Ni tener trato con vos.
DE U N A MANO DIERA U N DEDO
De una mano diera un dedo—
De dos me quedaron uno—
De una mano diera un ded Para no volverte amar
De cinco me quedan cuatro— Ni tener trato ninguno.
Para no volverte amar
Ni tener contigo trato.
329
De una mano diera un dedo-
De cuatro me quedan tres— ¿ E S POSIBLE, V I D A MÍA?
Para no volverte a ver.
Ni tener trato otra vez.
—¿Es posible, vida mía,
Siendo todo mi querer,
De una mano diera un dedo- Que tú me cierres las puertas
De tres me quedaron dos— Y me eches a padecer?
(329) Dictado por don Vicente Reinoso en Malligasta (Dto. de Chilecito) en 1939.
186 J U A N A L F q N 8 O C A R R I Z O
-j
330
—No le he cerrado las puertas
Ni lo dejé a padecer. PERMITA EL CIELO, TIRANA
Como es hijo de familia, Permita el cielo, tirana,
Yo no lo puedo querer. Cuando me vuelvas a ver,
En la puerta de mi casa
Tres veces te desmayes.
—A Jos hijos de familia
Si del desmayo sanaras
También se suelen querer. Y agua te quisieran dar,
En habiendo voluntad Permita el cielo, tirana,
Todos han de merecer. Que te vuelva a segundiar.
(330) Dictado por María del Pilar Asía Dávila en la ciudad de La Bioja en 1938.
DESPEDIDAS
331 Cuéntala por muerta ya
A quién te supo q u e r e r ;
ADIÓS, CORAZÓN, ADIÓS Como triste sin consuelo,
Que me voy a padecer.
GLOSA
No te despidas de m í :
Es aumentar mi dolor. 333
Luego yo saldré diciendo:
Adiós, corazón, adiós. ADIÓS, ENCANTO DEL CIELO
Que no se olvide de mí
Aunque me oigan suspirar, Ni pierda su proceder.
No hay quien se duela de mí. Si Dios me presta la vida,
E n vano será quejarme Sólo por ti he de volver.
Estando lejos de ti.
334 .
(331) Dictada por don Manuel Allende en Chaupi-Huasi (Dto. Pelagio B. Luna) en 1940.
(332) Dictada por don Pastor Zelaya en Los Molinos (Castro Barros).
(333) Estas dos estrofas encadenadas me fueron dictadas en Aminga (Castro Barros-*
en 1938.
(334) Dictado por don Vicente Eeinoso en Malligaata (Dto. Chilecito).
190 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O
(335) La primera de estaa décimas me fué dictada por la señora Ramona Pizarro de
Gordillo en Aminga (Castro Barros) .
A la misma décima dictada por la señora de Gordillo y acompañada esta vez de la se-
gunda, me la dictó don Julio José Díaz en-fíuandacol en 1940. Díaz tiene 50 años.
(336) Dictado por la señorita Adelina Pazos Martines en Vinchina en 1939.
(337) De una libreta vieja en las que dan Uladielao Sotomayor anotó sus cantares de
juventud. Tiene el señor Sotomayor 77 años y vivió siempre en Villa Unión (Gral. Lavalle).
CANCIONERO POPULAR DE LA MIOJA 191
GLOSA
341- a 342
GLOSA
GLOSA
346
EL DOMINGO CUANDO SUPE
Desde que te conocí,
Te adoré como a mi Dios. El domingo, cuando supe
Y pues te alejas de mi, Que a llevarte a vos venían,
No podré vivir sin vos. No supe lo que era gusto,
El tormento más atroz, Padeciendo noche y día.
Que es la ausencia, sufriré.
El lunes, cuando saliste,
Si es que verte no consigo. No hallaba a quien adorar.
Adiós, prenda que persigo, Ayudo a mis tristes ojos
Adiós, a quien tanto amé. Que se quedan a llorar.
El martes, amargo día,
344 Principio de mis t r a b a j o s :
No me quisiera acordar
CON LAGRIMAS DE MIS OJOS Cuando salí de t u s brazos.
Dueña de mi corazón,
345 Habéis de tener paciencia:
No te dejo por mi gusto,
DAME TU MANO, MI VIDA Me marcho por exigencia.
(344) Me fué dietado en Villa Unión, 1939, por un paisano cuyo nombre no recuerdo.
Supongo que se trata de una glosa de la cual la 2-.* cuarteta sería la glosada y la 1." la
primera estrofa de dicha glosa.
(345) Dictada por doña Dionieia Porras en Nonogasta (Dto. de Chilecito) en 1939.
(346) Dictado en Vinchina por don Juan de la Cruz Gaetán en 1939.
(347) Dictado por don Jesús Gordillo en Malligasta (Dto. Chilecito).
CANCIONEBO POPVLAB DE LA E10JA 195
348 GLOSA
E n el Cancionero P. de Catamarca, bajo el número 56, hay otra glosa a esta misma
cuarteta que nos hace recordar la canción de Diego de San P e d r o , poeta español de la se-
gunda mitad del siglo X V , que dice:
354 GLOSA
(354) Dictado por don José Pedraza en Los Molinos (Castro Barros) e n 1938. En el
Cancionero Popular de Tucumán, bajo el numero 668, hay una glosa en déci a a a a ^ t a mis-
ma cuarteta.
De sentimiento y dolor
Que me hacen desesperar. 358
Al acordarme de ti
Triste me pongo a llorar. AUNQUE DE TI VIVA AUSENTE
357
359
A TODAS HORAS DEL DÍA
jAY, AMADA PRENDA MIAt
A todas horas del día,
Mi bien, te tengo presente. ¡Ay, amada prenda mía!
Suspiro cuando no vienes, Tu ausencia me da la muerte.
Lloro cuando estás ausente. ¿Cómo quieres que yo viva
Sin el consuelo de verte?
GLOSA
GLOSA
(356) Este cantareillo de estrofas encadenadas me fué dictado por don Dionisio Po-
rras en Nonogasta (Dto. Chilecito) en 1939.
(357) De las libretas de don Julio Soria en Chilecito. ;
(358) Esta décima me fué dictada por doña María Torres, en Anguinán (Dto. Chile-
cito) en 1939.
(359) Dictada por la señora Armentaria Luna de Navarro en Aminga. A esta distingui-
da señora debo otras composiciones, casi todas glosas, que recogió a principios del siglo a vie-
jos guitarreros que frecuentaban su casa. La familia Navarro Luna vive en Aminga de Arri-
ba, en una antigua casona de tipo colonial: amplio patio, laTgas galerías, bodega y quinta de
frutales.
E02 JUAN A L F O N S O C A B R I Z O
\ GLOSA
Será justo que padezca,
Lloraré mi corta suerte. No puedo echar en olvido
Porque te quise de veras, A mi dueño un solo instante,
Tu ausencia me da la muerte. Porque suspirando d i g o :
Cielos ¿dónde está mi amante?
P o r adorar t u belleza,
Ofrecí el perder la v i d a :
Si tú no me lo remedias,
¿Cómo quieres que yo vivaf
A mis ojos les pregunto
Tu ausencia precipitada Si no saben dónde habita.
Me está quitando el vivir. Y me contestan l l o r a n d o :
¿Qué consuelo he de tener Ausente está de mi vista.
Viviendo lejos de ti?
Sólo el corazón me dice
Dónde está, lleno de gloria:
360 Ausente está de mi vista,
AY DE MI, CUANDO ME ACUERDO Pero no de mi memoria.
(360) Dictado por don Eduardo Delio Ecarte en Vinchina en 1939. Rearte tiene 50 años
y sabe leer y escribir.
(361) Dictado por doña Filomena Pérez en Banda Florida (Dto. Gral. Lavalle).
(362) Estas dos décimas me fueron dictadas por don Ramón Villafañe en Malli-
gasta en 1939.
CANCIONERO FOPÜLAB DE LA ÜIOJA 203
(363) A las Cuatro estrofas de esta glosa las encontré como coplas sueltas en Villa
Castelli, en 1939.
(364) Dictada por doña Nareiea Ortiz en Chuquis en 1939.
(365) De las libretas de don Julio Soria (Chilecito).
204 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
(366) A la cabeea y al pie loa recogí como coplas sueltas, en Malanzán (Dto. Riva-
davia), en 1940. La cabeza es copla española; Rodríguez Marín la trae bajo el N.° 2545
de sus Cantos Populares Españoles.
(367) Me decía doña Etelvina Carrizo (Vinchina), al dictarme esta glosa, que la
aprendió a doña Isidora Varas, vecina también de Vinchina (Hornos), hace por lo menos
unos cuarenta años.
(368) Dictada por don Lorenzo Sanduay, en Villa Castelli.
Sanduay es natural de Tinogasta (Catamarca), y aprendió el cantar en Chile. No re-
cordaba más que esta décima pero el cantar, según él, era largo.
(369) Dictado por don Vicente Díaz en Aimogasta en 1938.
CANCIONEBO POPULAS DE LA BIOJA 205
GLOSA
(370) Dictada por doña Etelvina Carrizo, quien me dijo que era popular «n 1870.
También figuraba esta glosa en unos papeles de doña Isidora Varas.
(371) Dictado por la señora Ramona R. de Nieto, en Sanagasta, en 1938. Lo había
aprendido a su padre, que era nativo del lugar.
(372) Dictado por don Juan Claudio Carrizo, en Vichigasta (Dto. Chilecito). Lo había
aprendido en Patquía.
La segunda estrofa nos recuerda al cantar español publicado por don Constantino Cabal,
en BU Individuo, p£g. 268, y que vimos en la nota a nuestro cantar N.° 278.
206 JUAN A L F O N S O C A R B I Z O
No me quisiera acordar
Cuando salí de tu lado. 376
Por lo que había dejado,
Triste me siento a llorar. PARECE QUE OIGO UN SUSPIRO
(375) Dictada por la señora Carolina Fuentes de León en Aminga (Dto. Castro BarroB)
en 1938. ¡
(376) Dictada por una señora de apellido Balmaceda, en Santa Clara (Dto. Gral. Lava-
lie), en 1940. ¡
(377) Esta décima me fué dictada por don Hermenegildo Rodríguez en Banda Flo-
rida en 1939.
208 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O
378 379
¡QUE AUSENCIA TAN CRUEL SERA! QUIEN PUDIERA, DULCE DUEÑA
En esta separación
Nunca me veré contento,
Porque es mucho el sufrimiento
De este pobre corazón.
No sé si este mi dolor
Podrá tener resistencia, Lo que este papel te ofrece,
Para sufrir la inclemencia Digo, si a tus manos fuese,
De mi amargo padecer Ábrelo si va cerrado,
Cuando no te pueda ver, Y verás en él firmado
Dueña mía en mi presencia. Quien por tu causa padece.
En fin, con amarga pena, Por fin, no despreciarás
Llegó el momento fatal. Esta carta, para creer
Que me tengo que ausentar Que en llegando a tu poder
Para muy lejanas tierras. Breve la contestarás.
(378) Dictada por don Domingo Barros en Aminga (Dto. Castro Barros).
(379) Recogido en Chuquis en 1939. Me la dictó un joven como de 25 años.
(380) Dictada por don Manuel J. Flores, de El Algarrobal.
Rodríguez Marín trae esta copla parecida:
Te la escribí con. la pluma
te la noté con el alma;
no preguntes de quién es;
ya sabes cómo se llama. (N.1 3560)
CANCIONERO POPULAS DE LA SIOJA 209
El jueves, me parecía
Dile al cielo soberano Que lo miraba a mi lado.
Que me escriba con su mano Ahí es donde yo lloraba
Siquiera p a r a consuelo. De ver mi dolor doblado.
(385) Esta décima me fué dictada por la señora Rfina Contreras de la Fuente, de cerca
de cien años, en Pinchas.
(386) Dictado por doña Mercedes Reyes de Avayay en Sanagasta en 1938. En el
Cancionero Popular de Catamarca, hay otra versión bajo el N.° 81.
(387) Dictado por don Brígido Avayay, en Sanagasta en 1938.
CANCIONERO POFVLAE BE LA MIOJA 211
Yo ya no salgo a pasear
Fugitivo de mis padres, Ni tampoco a divertirme,
Salí por no ser leal. Porque si llego a reírme
Hoy reconozco mi mal; Ya les causa novedad;
Busco la enmienda, y es tarde. Se ponen a murmurar,
Voy probando voluntades Desacreditan la fama,
Unas malas y otras buenas, A una faltita la alargan,
Que dicen que se encadenan Y se quedan satisfechos
En la pasión de un engaño, A conversar en secreto:
Quien anda en pueblos extraños Fulano va con Fulana.
Ve muchas caras ajenas.
Fulanitos, Fulanitos,
Hermosísimos diamantes,
390 De sus casas para abajo
Los cuentos van adelante.
DÉJATE DE CAVILAR Ya parece ser bastante
De lo que de mí han hablado.
Déjate de cavilar, Crédito no me han dejado,
¿Qué sacas con estar triste? Me han agarrado pa bueno.
¿Qué sacas con afligirte No ven la paja en sus ojos
Sin poderlo remediar? Por mirarla en ojo ajeno.
392 GLOSA
(392) Dictado por don Ramón Páez, en El Puesto, cerca de Catuna (Dto. Gral Ocampo),
en 1940.
Don Antonio José Restrepo, en su Cancionero de Antioquía, N.° GCCLXXXIII, trae la
primera estrofa así:
Deeime, mi bien, decime,
Cómo me quisieras ver:
4 Verme muerto y enterrado,
o ajeno en otro poder?
Don Agustín Moreto y Cabana (1618-1669), en su comedia Industrias contra finesas,
trae nuestra estrofa primera como un cantarcillo así:
i Cuál dolor debe escoger
La más hidalga fineza:
Ver la querida belleza
Muerta o en otro poder?
Esta copla tradicional en Colombia y en nuestro país confirma lo que dijimos en la pá-
gina 267 del tomo primero, un cantar debe reputarse de antigua data española cuando es tra-
dicional en dos puntos distantes entre sí, de América.
(393) De las libretas de don Julio Soria (Chilecito).
CANCIONERO POPULAR DE LA RIO J A 217
GLOSA
394 Si tienes algún amigo,
Míralo con mucho aprecio,
EL QUE QUIERE NO ESTA EN SI Pero no le comuniques
El secreto de tu pecho.
El que quiere no está en sí
Y en nada tiene concierto,
Porque el propio amor le quita
La luz del conocimiento.
GLOSA
Dice un a m a n t e : Si amando
H a s t a el juicio lo perdí, 396
L a razón me va enseñando
Que el que quiere no está en sí. EN EL RIO DEL DESDEN
(396) Me la dictaron en Villa Castelli, diciendo que la sabía don Desiderio Guerrero,
vecino que fue del lugar. En el Cancionero Popular de Tucumán, N.« 726, hay una glosa
218 J U A N A L F O N S O . C A B S J Z O
GLOSA 402
¡Oh, dificultad deseada, MUERTE, SI OTRA MUERTE HUBIERA
Sólo tú consolar puedes
A los que andan padeciendo Muerte, si otra muerte hubiera,
Entre las dificultades! A otra muerte le pagara,
Que de ti me libertara
Y que a ti muerte te diera*
GLOSA
Muerte, tú eres la temida
400 En este engañoso mundo,
Que a todos de uno en uno
LA AUSENCIA NO CAUSA OLVIDO Le vas quitando la vida.
La ausencia no causa olvido Y tú eres la engrandecida,
Cuando dos se quieren bien; Triunfando con tu bandera.
Se aumenta más el amor Si acaso se apareciera
Cuando no se pueden ver. Otra muerte de opinión,
Te temblara el corazón,
GLOSA Muerte, si otra muerte hubiera.
Tú no tienes quien te quiera,
Nadie tienes de tu parte,
Todo8 quisieran matarte,
Si no se pueden hablar Muerte, si posible fuera;
Con mucha satisfacción, O yo mismo te saliera
Si hay imposibles en medio, A un campo y te desafiara,
Se aumenta más el amor. Y de mí no te escaparas
Si los dos se corresponden Si me ayudara la suerte.
Iguales en un querer, Pero si hubiera otra muerte,
¡Qué sentimientos tendrán A otra muerte le pagara.
Cuando no se pueden ver! Ni el justo ni el pecador,
Ni el más pobre ni el más rico,
401 Ni el más grande ni el más chico
LA NIÑA PARA SER GENTE Se escapa de tu rigor.
Donde a Nuestro Redentor
La niña, para ser gente, Le saliste cara a cara,
No ha de ser tan presumida. Yo no sé dónde encontrara
Por sus muchas presunciones Un lugar donde esconderme,
Muchas se han visto perdidas. Donde tú no puedas verme,
GLOSA Que de ti mé libertara.
Cuando un joven la visita, Si el rey Carlos Quinto, infiero,
Lo desaira con un dicho, Con su poder sin segundo
Y el joven con su capricho Nació inmortal a este mundo,
Al fin la pilla mansita. Libre de tu golpe fiero,
Y con su brillante acero
A un campo se apareciera,
Pórtese como decente, Su real imperio viniera,
Para que viva mejor. Le diese que me sacara
Así conserva el honor Los dos ojos de la cara
La niña para ser gente. Y que a ti muerte te diera.
(400) Dictada en Malanzán por don Genaro Gómez, de 76 años. Gómez es analfabeto
y aprendió el cantar allí mismo, en Malanzán.
(401) Dictada por doña Andrónica Díaz ea Mazan (Viejo). Tiene doña Andrónica 74
años y la aprendió en el lugar.
(402) Del cuaderno de la sefiora Aurora Vda. de Tejada.
220 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
410
SOY EL C O R A Z Ó N MAS TRISTE
Soy el corazón más triste, Muerte que a nadie perdona,
Que siempre vive con p e n a ; Todo ella es un esqueleto;
Y p a r a aliviar mis males A nadie g u a r d a respeto
Toco una hermosa vihuela. Ni a la más alta corona.
&
(414) Dictada por don José Martínez en la ciudad de La Kioja en 1938, Sobre el
mismo tema de esta glosa trunca hay otra glosa y también en décimas bajo el N.° 722 del
Cancionero Popular de Tueumán.
15-II
DESCRIPTIVAS Y COSTUMBRES
LOCALES, SALUDOS
415 Adiós, madre de mi vida
Ya me voy p a r a los cielos.
DE MI CASA ME HE VENIDO Usted se queda en el mundo
A padecer sin consuelo.
De mi casa me he venido
Con una luz a mi lado
La madre de este angelito
A celebrar este ángel
Debe de tener consuelo,
Que el Señor se lo ha llevado- Porque ha sido la dichosa
Angelito que te vas Que ha echado un ángel al cielo.
Con una gota de sangre,
E n el cielo y en la gloria La m a d r e de este angelito
Rogarís por padre y madre. Debe dejar de llorar:
No le moje las alitas
Angelito que te vas P a r a que pueda volar.
Con una cruz en las manos,
E n el cielo y en la gloria
Señores dueños de casa,
Rogarís por tus hermanos.
No lloren a su angelito
Angelito que te vffs Que el Señor se lo ha llevado
Con una gota d? vino, A la gloria derechito.
E n el cielo y en la gloria
Rogarís por tus padrinos.
Angelito que te vas 415-a
Con una cruz eii la frente,
E n el cielo y en la gloria DE MI CASA ME HE VENIDO
Rogarís por tus parientes.
Adiós, madre de mi vida, De mi casa me he venido
Tronco de todas mis ramas, Con una flor en la mano
P a r a celebrar este ángel
Ya se va su hijo querido
Que el Señor se lo ha llevado.
Nacido de sus entrañas.
Dios se lo pague, mi madre, Angelito que te vas
P o r la leche que me ha dado, Con una gota de vino,
Y los tremendos dolores E n el cielo y en la gloria
Que por mí los ha pasado. Rogarís por tu padrino.
(415) Este cantar del velorio de loa angelitos me fué dictado por la señora Vitalia B.
de Llanos, en la ciudad de La Eioja, en 1938.
(415-a) Dictafla por una señora euyo nombre no recuerdo, en el barrio dicho Puquial
de Arriba, Chílecito, en 1939. María Cadilla de Martínez, en su libro La Poesía Popular en
Puerto PACO, trae la cuarteta subrayada parecida a la nuestra.
Reventó un petardo
a las diez del día
y mató a una niña
de cuarenta días.
Aro la llores, madre,
no la llores más;
mira que fe Henea
las alas mojas.
No la llores más,
que sería su sino
el morir quema.
La señora Isabel Aretz Thiele, en su estudio titulado El Velorio del Angelito, publicado
en el N,° 3 de Folklore, trata con suma erudición este tema.
230 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
En los Cancioneros de Salía, Nos. 364 y 495, y de Tucumán, Nos. 794, 794-a, 794-b y
794-c, hay otras versiones de este mismo cantar al angelito.
Llámase angelito al nifio que muere antes de haber cumplido los 7 afios, esto es, antes
de que se la considere en condiciones de faltar a la Ley de Dios, de pecar.
Sobre esta costumbre véase la noticia que nos da don Aurelio Capmany en, su estudio:
Folklore y Costumbre de España:
En varias localidades, según refiere Francisco Figueras Pacheco (Geografía del Reino de
Valencia), existe la singular costumbre, cuando muere una criatura de corta edad, un ALBAET,
de reunirse la familia y amigos en la casa mortuoria con el fin de pasar alegremente la
noche entregados al baile, entonando coplas al compás de la clásica guitarra, ocupación que
sólo se interrumpe para apurar un vaso de rico vino añejo. La lógica inflexible de estas
sencillas gentes les obliga a acallar la voz del natural sentimiento ante la consideración de
que en el hogar ha ocurrido un fausto suceso, que bien merece celebrarse con una noche
de fiesta.
Recogió esta singular costumbre el barón Ch. de Davillier en su libro « L'Espagne», de
mediados del siglo pasado, y de él traducimos lo que sigue: « En Jijona fuimos testigos de
una ceremonia fúnebre que nos sorprendió. Pasábamos por una calle cuando oímos los rasgueos
de una guitarra, acompañados del son agudo de la bandurria y del repique de las castañuelas.
Fimos entreabierta la puerta de una casa de labradores, y creímos que estaban festejando una
boda; mas no era así; el obsequio iba dedicado a un difunto.
En el fondo de la estancia estaba tendida en una mesa, cubierta con una cubrecama,
una niña de cinco a seis años, en traje de fiesta; la cabeza, con una corona de flores, repo-
saba en una almohada. De momento creímos que dormía; pero \al ver junto a ella un gran
Vaso de agua bendita, y sendos grandes cirios encendidos en s\i$ respectivos candeleras, en
los cuatro ángulos de la mesa, nos dimos cuenta de que la potrecita era cadáver. El resto
del cuadro contrastaba singularmente con aquella escena fúnebre; w« hombre joven y una
muchacha, vistiendo el traje de fiesta de los labradores valencianos, doñeaban una JOTA,
acompañándose con las castañuelas, mientras los músicos e invitados, formando corro alrede-
dor de los danzantes, les excitaban cantando y palmoteando.
No sabíamos cómo armonizar estas alegrías con el dolor. «Está con los ángeles •», nos
dijo uno de la familia. En efecto, tan arraigada tienen aquellos naturales la creencia de que
los seres que mueren en la infancia van derechamente al Paraíso, « angelitos al cielo »•, que
se alegran, en lugar de afligirse, al verlos gozar eternamente en la mansión divina ».
El tiempo no ha logrado hacer desaparecer esa práctica, pues López Chávarri, habla
de ella como viviente todavía, con motivo de una excursión por el distrito de Denia.
El bailar a los muertos, que vemos conservado en las localidades mencionadas, no es
documento único, sino que lo hallamos reproducido en otras partes. Algunos pueblecillos
de la provincia de Murcia conservan todavía la DANZA DE ANIMAS O DE INOCENTES,
restos indudablemente, de antiguas costumbres.
También en el pueblo de Perelló, próximo a Tortosa, al regresar del cementerio la co-
mitiva después de haber dado sepultura en él a un infante, se traslada a la plaza, en la
que tiene lugar un baile en que toman parte los individuos de la familia del difunto, a los
que a menudo las lágrimas humedecen las mejillas mientras están bailando (117 - I I - págs.
320, 21 y 22).
Don A. Acevedo Hernández, en los Cantores Populares Chilenos, pág. 121, trae una
glosa en décimas sobre el tema. La cuarteta dice:
Adiós, madre, ya me voy
a los reinos de los cielos,
suplico quede contenta
y por mi alma no haga duelo.
Don Francisco J. Cavada, en Chiloé y los Chilotes, pág. 140, trae noticias de los Velorios
de Ángel, y transcribe 17 cuartetas de un cantar popular sobre el tema. Puede verse también
algunas noticias en los Canc. Pop. de Salta, pág. XXXIV, XLII, Noa. 364 y 495; C. P. de
Tucumán, N.« 394.
C^ K c TONW. un POPULAR DE LA MIOJA 231
Señorita de Fulana,
No dpseche el canto mío.
P o r Dios, ábrame la puerta, E l g r a n patriarca San J u a n ,
Que ya me muero de frío. Los doce apóstoles j u n t o s ,
Los mártires y los justos,
Todos te celebrarán.
Todos juntos te d a r á n
421 Tu feliz divertimiento,
Porque tu merecimiento
HOY TE DOY FELICES DÍAS Merece un trono especial.
GLOSA
422
CUANDO ERA TORITO CHICO
(420) Este esquinazo, me fué dictado en Villa Castelli, donde es fama lo cantaba do*
Desiderio Guerrero, viejo cantor del lugar.
Esquinazo es voz chilena: significa serenata. En Bolivia le dicen gallo: dar gallo es dar
una serenata.
(421) Dictada en Los Molinos por doña Eoaario de la Fuente de Eobledo, natural de
Cbuquis, donde había aprendido el cantar.
(421-a) Dictada también por la señora de Eobledo.
(422) Dictado por doña Tránsito Pérez, en Banda Florida (Dto. Gral. Lavalle) en 1939.
234 J U A N A L F N S O C A E £ I Z O
2 11
Yo soy el torito buey El lunes por la mañana
Que se anda de tambo en t a m b o ; Entramos a t r a b a j a r :
Cuando hallo vacas, me junto, —Eetirensé, caballeros,
De no, me paso balando. Yo sólito voy a arar.
3 12
Yo soy el torito buey Yo nomás tuve la culpa
Y balo en la p r i m a v e r a ; Que me di a reconocer.
Con un balido que p^go, Empecé a t i r a r la oreja
Se j u n t a cuanta tambera. Sabiendo que me ha i doler.
4 13
Yo soy torito c u m b r a n o ; E s tanta mi mansedumbre,
Me llaman el asta i plomo; Puede a r a r una m u j e r ;
Tiro tierra con las manos, Si me t i r a n de la oreja,
La recibo con el lomo. Sobre la raya h' i volver.
S 14
Yo soy el torito b u e y ; Y a se acabarán las siembras,
Me llaman el orejano; Se acabarán las a r a d a s ;
E n las astas traigo invierno Entonces al toro buey
Y en el balido verano. Lo echarán a la invernada.
6 15
Yo soy el torito b u e y ; Un día estando en los pastos
Me llaman el tola, tola; Y comiendo de lo bueno,
Y mosca que se me arrima Oí sonidos de llaves
Me la espanto con la cola. E n las trancas del potrero.
7 16
P a r a el tiempo 'las aradas, Levanto la vista y miro
Me bajo como el sereno, P a r a ver u n desengaño:
Y comienzan a decir: Que estaban cuatro jinetes
—Aquí viene u n toro ajeno. Con los lazos en las manos.
8 17
—A este toro forastero Agaché la vista al pasto,
Yo en mi vida no lo he visto, Me pongo a considerar
Si no lo reclama el dueño, Que de t a n t a s gordas que h a y
P a r a mi corral lo alisto. A cuál v e n d r á n a llevar.
9 18
10 19
Yo nomás tuve la culpa Ya me tiraron el lazo
Que me diera a conocer: Y comencé a disparar,
Me tiraron las coyundas Nunca me corran de atrás
Y las comencé a lamer. Porque no me han de pillar.
CANCIOXEKO POPULAR DE LA SIOJA 235
20 5
Unos de ellos me conoce, Me andaba de tambo en tambo
M E conoce por fortuna. Y de rodeo en rodeo.
—No lo pillen con el lazo, Y decía el vecindario:
Sino con una coyunda. Aquí ha caído u n toro ajeno.
21 6
Las palomitas lloraban, Todos me decían t o r o :
Las avecillas decían: No sabían que era buey.
—Muriendo el torito buey, Pero yo tuve la culpa
No comeremos semillas. Que me diera a conocer.
22 7
Siempre viva don fulano, M"* arrimaba a las coyundas,
Que porfía contra la ley: Las comenzaba a lamer
Me ha pedido que le cante
El verso del toro buey.
8
422-a Al otro día de m a ñ a n a
Madrugó mi amo p r i m e r o ;
ATIENDAN, SEÑORES MÍOS P a que hiciera mi fatiga,
Me llevó y me echó al potrero.
1
9
Atiendan, señores míos.
Si me atienden u n poquito, Los gritos me atormentaban
Les vu'a cantar mis trabajos Y también la pican illa
Desde que fui ternerito.
2
10
Y a era ternero de un año,
Estaba en mi cerro i p l a t a ; ¡Oigan el toro!, me dijo,
Cuando pecaba u n balido, Te has venido a este l u e a r .
J u n t a b a todas las vacas. Yo te vu'a echar un peón
Que te pueda gobernar.
3
11
Ya ternero de dos años,
Retíralo, amo, le dije,
Me bajé pa las laderas.
Sólito también sé a r a r .
Ya me gustaba balar
Al otro día de mañana
E n medio de las tamberas.
Oí las t r a n q u e r a s sonar.
4 12
Ya ternero de tres años, Alcé la mira pa arriba,
Me bajé pa las cañadas. Como a ver u n desengaño:
Ya me gustaba b r a m a r Divisé unos cuatro gauchos
E n medio de la torada. Con los lazos en las manos.
(422 a) Dictado por don Boque L. Quevedo, en Surjyaco (Dto. Pelagio B. Luna),
en 1940.
236 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
19
Cuando era toro i cuatro años,
Me bajo por mi silencio,
Las aspas pa buenos chifles, A dar producto a la tierra
Que sirven al viajero, Antes de que pierda el tiempo.
(422-b) Dictado como en la versión primera, en Banda Florida, por don Hermenegildo
Rodríguez en 1940.
Este es en tres versiones el verso del toro buey, sumamente conocido en loa cuatro de-
partamentos del oeste de La Eioja.
El adjetivo cuanta, usado en el cuarto verso de la tercera estrofa, es la primera vez que
lo oí en esa forma en los cantares populares.
La cuarteta novena parece haber sido tomada del Martin Fierro:
Ida 61 Yo soy toro en mi rodeo
> 62 7 toraso en rodeo ajeno
» 1299 pero ande bala este toro
» 1300 no bala ningún ternero.
CA&CIONEBO POPULAS DE LA MIOJA 237
424
Ya le hicieron corralito EL HOMBRE DE DIOS COMIENZO
Corralito al toro buey.
En nombre de Dios comienzo
Kesponde el toro, y les dice: Y de la Virgen María.
No me tiren con los lazos,. Licencia pido a los poetas,
Que con ellos no me doy, Quiero cantar por poesía.
¡Que de mí se hayan valido
Tiremén con las coyundas, Que les enmiende una letra!
Con ellas me han de enyugar: Tal vez se hayan presumido
Tan grande es mi mansedumbre, Que yo he de ser algún poeta.
Que una mujer puede arar.
No soy poeta cantor,
Tirándome de la oreja, Como han experimentado;
Sobre la raya h' i volver. Apenas rumbio las letras,
Porque soy aficionado.
Ya llevan a las matanzas,
Ya llevan al toro buey. Yo he trabajado en las minas
Y también en las labranzas;
Y ya corren los vecinos La mala suerte me arruina,
Por vaqueros y menudos. Por nada encuentro esperanza.
(425) Dictado por don Salvador Salazar en Chileeito. También como los anteriores,
es un cantar de minero.
Estos cantares en que se nombra a la niña o al caballero y que lleva la palabra cogollo
como adjetivo aplicado a la persona nombrada se llama en el oeste riojano Cogollo. En el
Cancionero Popular de Tucumán, tomo I, pág. 241, hoy un cogollo también.
(426) Me fué dictado por la señorita Quitería Rosa Caliva, en Vichigasta (Dto. Chi-
leeito), en 1939.
Estos doB verdtos Eon los que dice la persona que todos los años pide limosna a los ve-
cinos para costear los gastos de la fiesta del santo patrono del lugar, en este caso de Vichigasta.
(427) Esta oración, como lo dice la primera estrofa, sirve para pedir limosna, para
celebrar con pompa y solemnidad al Niño Dios. Me la dictó don Francisco Flores en la
ciudad de La Rioja.
(428) Este cantarcillo del mismo tema del anterior, me fué dictado por la señorita Vi-
centa Miñicay en Sañogasta (Dto, Chileeito), en 1939. La visita domiciliaria y por consi-
guiente los pedidos de ayuda a los vecinos, comienzan en Sañogasta el 15 de enero de todos
los años y terminan el 20, día de San Sebastián.
Como en el caso anterior, está el pedido en la primera o primeras coplas y el agrade-
cimiento del santo en la última.
El cantar dice San Sebastián de los indios; seguramente esta devoción a San Sebastián
debió ser muy acentuada entre los naturales, quienes le favorecían al santo dándole limosnas
en especies todos los años.
CANCIONERO POPDLAB DE LA RIO JA 239
(429) Dictado por don Hermenegildo Rodríguez en Villa Unión en 1939. El cantar,
aunque popular en Villa Unión, es de tema chileno. Se explica su permanencia en el lugar
porque los paisanos del Valle de Vinchina ¡y los del Vallé de Famatina, que queda más
al oriente, todos frecuentaban más con Chile que con La Bioja. En cuatro días de viaje a muía
se pone uno de Vinchina a la ciudad de La Rioja y en el mismo tiempo se pone uno de
Vinchina a Copiapó, puerto más importante social y comerciante que la capital de la provincia.
Esta preferencia por Copiapó (Chñe), se cambió en este siglo como consecuencia de haberse
instalado el ramal ferroviario do Patquía a Chilecito.
(430) Dictado por doña Filomena Pérez en Banda Florida en 1939.
Fandango: Entre nosotros, dicho de la gente del noroeste argentino, esta voz tiene el
sentido de farra o de reunión de gente de clase baja, donde se baila, bebe y se cometen ex-
cesos de toda clase.
Si a una la vieron mudada; quiere decir andar con traje nuevo. Andar mudado,
por andar estrenando.
Cuma: por comadre, compañera, amiga inseparable. Cumita es diminutivo cariñoso
de cuma.
Entre varones se dice cumpa, apócope de compadre.
Querido: El querido o la querida, esto es, usado como sustantivo, son voces groseras,
significan: el concubino o la concubina y nunca el novio o la novia.
Mormurones por murmuradores, defeeto repetido con alguna frecuencia entre la gente
del pueblo.
240 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
(431) Dictado en Banda Florida, por don Hermenegildo (Meregildo, le dice la gente)
Rodríguez en 1930.
(432) Dictado por don Camilo Pedraza en Los Molinos (Dto. Castro Barros) en 1938.
(433) El señor Víetor S. Cabrera, maestro de la Escuela Nacional de Chuquis, me dictó
este cantar con la noticia de que lo había oído en Sanagasta, de donde es natural, en el
Carnaval de 1922, a un viejito, también del lugar, apellidado Páfez. Me agregó el señor Ca-
brera que el viejito Páez era uno de los hayllis, esto es, de los que vestidos de indios acuden
a la fiesta de San Nicolás los primeros de enero de todos los años.
A la primera estrofa la he oído mil veces así:
Ya se viene el Carnaval
por las lomitas peladaB,
aquí lo están aguardando
con alojita colada.
El Pvsyay o Pusllay, es el Carnaval hecho hombre, humanizado. Lo personifican para
reírse de él y cuando los divertidos lo han celebrado le dan sepultura el domingo siguiente
CANCIONERO POPULAS DE LA EIOJA 241
434 434-a
U N LORO DE VERACRUZ
UN LORO DE VERACRUZ
Un loro de Veracruz
Un día se enamoró
Un loro de Veracruz De una linda cotorrita,
Un día se enamoró Y al punto se declaró.
De una bella cotorrita:
La pobre se desmayó. Cotorrita del alma—
Decía el lorito—,
Quereme como a tuyo,
Sus plumitas eran verdes, Que soy sólito.
El pico de otro color,
Y los ojitos, brillantes Delgadito me pongo
Como los rayos del sol. Si tu amor no me das;
Si te casas con otro,
Ya verás, ya verás.
Cotorrita del alma—
Dijo el lorito—, Vamos para Italia,
Quereme como a tuyo, País del amor;
Que soy sólito. Ahí viviremos juntos,
Sin pena ni dolor.
Delgadito me pongo, Sus alas tenía verdes,
Tu amor me mata; Su cuello de otro color,
Si te casas con otro, Y sus ojitos, brillantes
¿ Qué me haré, ingrata ? Como los rayos del sol.
(435) Dictado por don Ramón Villafañe, de 30 años de edad, en Malligasta en 1939.
El tema de este diálogo no es nuevo en nuestro país, donde hay otros parecidos, Cancio-
nero Popular de Tucumán, Nos. 828, 849, 891, y Cancionero Popular de Salta, N.« 430. VA
tema es español; en efecto, don Julio Cejador, en su Floresta, JSos. 2145 y 2146, trae dos
diálogos como el nuestro; el segundo es del siglo X V .
(436) Dictado por don Ramón Villafañe en Malligasta. Parece ser una glosa porque los
últimos versos de las tres primeras décimas tienen relación evidente.
Don Agustín Moreto (1618-1669), en su comedia El Poder de la Amistad, tiene esta glo-
sa parecida:
A FOBFIA HEMOS DE ANBAB.
A porfía hemos de andar
Por ver cuál ha de vencer:
Yo olvidar para querer
Vos querer para olvidar.
GLOSA
(439) Dictado por don Agustín Narváez en Pagíinciüos (Dto. Gral. Lavalle).
(440) Dictado por don José Brizuela, de 37 años, en Los Molinos. Brizuela lo aprendió
en el lugar a vecinos viejos.
El tema de los diálogos entre la rana y el sapo es español. Don Aurelio M. Espinosa, en
la página 467 de sus Cuentos Populares Españoles, publica un cantarcillo dialogado también
entre la rana y el sapo, pero de otro asunto.
Sobrecarga; E s el lazo que usan los arrieros p a r a sujetar las cargas sobre los lomos de
las bestias. Por lo común se hace la sobrecarga con cuero crudo retorcido en húmedo, así no-
más sin pelar. De este modo resulta un lazo duro y delgado.
CANCIONERO POPULAB DE LA BIOJA 251
Le dice la r a n a al sapo:
440-a —El tiempo me lo dirá.
Si cumples lo prometido,
ATIENDAN, SEÑORES MÍOS Puede desde ya gozar.
Entonces le dice el s a p o :
440-b -—No te quieras enredar,
Que otras mejores que vos
VOY A CONTARLES, SEÑORES A mí me suelen rogar.
Y le contesta la r a n a : GLOSA
—Sapo t a n mal parecido,
Dejante no ser cristiano, Uno de cien carpinteros
Sos picaro y atrevido. E s en su t r a t o formal,
El sastre es otro que tal,
Quítate, sapo, de aquí, Igual a los zapateros.
¿Quién ha de querer amarte? Pasemos a los herreros
Siendo u n animal t a n fiero, Y a los albañiles diestros:
Bueno sos p a r a quemarte. No trabajando por metros,
Se ayudan en lo que pueden.
Y estando en esta cuestión, P a r a ver cómo proceden,
A una acequia se citaron, Atiendan, señores maestros,
Y la r a n a con el sapo
Ambos los dos se gozaron. Ganan los talabarteros
La plata con dibujar
Después que gustos pasaron, La obra que v a n a entregar,
L a r a n a se echó a llorar, Lo mismo los tapiceros.
Encargándole al sapito No hay en la clase de obreros
Que no la vaya a olvidar. Quien no mienta con perjuicio.
Don Luis de Góngora y Argote trató también en un romance los amoríos de negros
(Por una negra señora).
(443) Dictado por don Nolasco Godoy en Chilecito.
Cnchoca, también chuchuca, es el choclo o maíz tierno, cocido en el horno y quitada la
cascara. Suele usarse comúnmente hecho un frangollo fino. P a r a prepararlo se procede así: Se
elige aquellos choelos de maíz blanco que estén bien granados pero no duros ni muy tiernos,
porque aquéllos no se cuecen fácilmente y éstos, al evaporarse el agua por efecto del calor,
quedan reducidos a cascaras no más.
A estos choclos no so les quita las hojas, esto es la chala, y así, sin abrirlos, Ee los echa
en el horno caliente como si se t r a t a r a de cocer pan o empanadas.
Al cabo de un rato, de 20 ó 30 minutos, cuando la chala se ha secado, el maíz ya se ha
cocido. Entonces se retiran los choclos del horno y se los extiende al sol p a r a que se sequen
al aire, siempre sin abrir la chala. E s t a precaución de no quitar la chala se toma para que
el grano conserve el gusto de choclo.
Al día siguiente se quita la chala y se desgrana las mazorcas. El maíz así desprendido
se pisa en los morteros de mano, de piedra o de madera. Se avienta p a r a quitar las cascaras
desprendidas y queda hecha la chuchoca.
Con la chuchoca se hace el locro p a r a los recién desposados. Al novio se lo había agasa-
CANCIONERO POPULAR DE LA E10J A 255
(447-a') Dictado por don Anacaris Páez Dumaux o Duwo en la ciudad de L a Bioja.
Vua o también voa por voy a, es contracción de uso frecuente en el pueblo de todo el
noroeste argentin 0 j como que es española y muy vieja; el maestro Gonzalo Correas, en su
Vocabulario de , o m i e n z o a d e i s i g ] 0 X V I I , trae esta copla:
Reza un paternóster
Por J u a n Fernández
—¿Jesús y muerto ié?
— N o , sino que voa matarlo.
(Correas, 53 • 436)
Le di vara y cuarto i lienzo: El uso de la i como medio prepositivo es también como el
de la contracción vo a, de uso frecuente cu el noroeste argentino; de Córdoba al sud usan la
e en lugar de la i norteña. Si se lo acabó en tostar: E s t e verso alude al tostao, esto es, al
maíz tostado o amca o aunca o ancua, que es comida heredada de los indios. En el Cancionero
Popular de Tucumán, N.° 815, hay una glosa que describe toda la operación culinaria del
tostado.
Citaremos noticias de cronistas de distintas partes del Nuevo Mundo del siglo X V I :
Don Francisco López de Gomara, en su Historia de las Indias, publicada en Zaragoza
;en 1552, hablando del camino de Cierne a Quivira (Méjico), dice: Comen eso mesmo el grano
seco, crudo y TOSTADO; man de cualquier manera es duro de tnascar y atormenta las en-
cías y dientes (176 • pág. 289). I
Hablando de los indios del Perú, don Agustín de Zarate, en su Historia del descubrimien-
to y conquista de la provincia del Perú, publicada en Amberes en 1555, dice: Las viandas que
en aquella tierra comen los indios son maíz cocido y TOSTADO, en lugar de pan, y carne-
de venados cecinada de manera de moxama y pescado seco, y unas raices de diversos géne-
ros, que ellos llaman YUCA, y ajís y samotes (CAMOTES o BATATAS decimos ahora) y
papas, y otras de otras maneras y altramuces, y otras legumbres. Beben un brebaje en lugar
de vino, que nacen echando maíz con agua en unas tinajas que guardan debajo de tierra, y
aüí hierve y demás del mais crudo le echan en cada tinaja cierta cantidad de mate mascado,
para lo cual hay hombres y mujeres que se alquilan, y sirven como levadura. Tiénese por me-
jor y más recio lo que se hace con agua embalsada que con la que corre.
Este brebaje se llama comúnmente CHICHA en lenguaje de las islas, por que en lengua
del Perú (quichua), se llama AZUA; es blanco o tinto como la color del maíz que le echan,
y emborracha más fácilmente que vino de Castilla, aunque si los indios lo pudiesen haber,
según son aficionados a ello, dejarían lo de su tierra.
También hacen otra bebida de una frutilla que nasce en unos árboles, que llaman mollea,
aunque no es tan preciada como la chicha (95 - pág. 469).
Volviendo al maíz tostado o amca, diremos que el poeta, licenciado don Pedro de Oña,
en el canto X I I I de su poema Arauco-Domado, publicado en Lima en 1596, t r a e esta escena
pastoril de los indios de Chile:
Sacáronles piñones, avellanas,
F r u t i l l a seca, mádi enharinado
Maíz por las pastoras confitado
Al fuego con arena en las callanas
Y en copas de madera no medianas
Les dan licor de molle regalado,
Mudai, Perper y el Ulpo su bebida
Que sirve juntamente de comida. (#9-421)
Guevara cuenta: Eran sobrios; sólo se proveía cada cual de una pequeña bolsa de hari-
na tostada o de piñones i i«t calabacillo para hacer el ULFÜD. Cuando se agotaba esta ro-
CANCIONEBO POPULAS DE LA BIOJA 259
ción, recurrían a las frutas i raices del campo, venero inagotable de víveres naturales (131 - I -
pág. 290).
Sobre el uso del tostado o aunca entre los indios de nuestro país también tenemos noti-
cias y así refiere la Carta Anua del padre Pedro de Oñate, escrita en Córdoba el 17 de febre-
ro de 1620, con datos de 1618 y 1619, que a la llegada a Samalamao (San Carlos, en loa Valles
Calchaquíes) de los misioneros jesuítas, los indios de los pueblos más cercanos, como son Tu-
cumanao, Ambirigasta, Bombóla, etc., venían casi todos los indios y indias cada pueblo con
sus curacas en días diferentes. Venían como en procesión los indios delante con los mejores
aderezos que tenían y su arco y flechas, detrás las indias cargadas todas unas con anca
(hanca, que es maíz tostado), otras con harina de maíz, otras con porotos (que es una buena
legumbre de esta tierra) y otras con gallinas y huevos y otras con tinajuelas de chichas di-
ferentes en la cabeza (38 - I I - pág. 180). *
Si bien el uso del maíz tostado, o mejor dicho, del maíz tostado en tal forma que ofrece
el aspecto de flores blancas, se ha generalizado tanto, que hasta los extranjeros lo comen con
el nombre de pochoclo o pororó; no ocurre lo mismo con la manera de prepararlo al uso in-
dio, porque se va olvidando aun en las provincias del noroeste, donde hasta fines del siglo era
común en todos los hogares. El maíz tostado, que servía p a r a los niños que lo comían solo;
para la gente vieja, que lo usaba en el mate de leche, y p a r a los que viajaban, que lo comían
molido, en el ulpo o chucán. E n La Rioja se llama cocho al maíz tostado y molido.
Aunque se puede tostar toda clase de maíz, las variedades preferidas son las llamadas
morocho o morochillo, capia, y en especial el- maíz chulpi.
Tal como se hace p a r a tostar café, se procede con el maíz. Se pone al fuego u n a vasija
do barro, si hemos de hacer al modo indio; pero en mis tiempos se usaba la olla común de
fierro fundido. L a vasija india usada p a r a tostar se llamaba cállanM, voz quichua que pro-
viene del verbo qallani, callay, que quiere d¿cir abrirse, quebrarse, y de la partícula instru-
mental na, igual lo que sirve para. Callana es, pues, lo que sirve para tostar.
A la callana puesta al fuego se le echa ceniza. Según el poeta Oña en lugar de ceniza
aquellos indios echaban a r e n a .
Cuando la ceniza está bien caliente, se le echa un puñado de maíz y se lo remueve tal
como se hace con el café, con un haz de varillas. Este haz o manojillo de varillas se llama
auncana, palabra también quichua como callana y que como ella se forma de la voz aunoa, que
significa precisamente maíz tostado, y la partícula instrumental na, lo que hace de la auncana
el instrumento que sirve para tostar maíz, p a r a hacer aunca. Como estas varillas son delga-
das, es que la auncana sirve de término de comparación y así decimos p a r a ridiculizar una
persona de piernas delgadas canillas de auncana.
Con la auncana se remueve el maíz mezclado con ceniza y a poco de batir comienzan los
granos a saltar y a abrirse en bonitas flores blancas como si fueran de nieve. Algunos gra-
nos no se abren, pero como están igualmente tostados ae los retira do la callana y se sigue
tostando hasta terminar el maíz.
200 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
GLOSA DESPEDIDA
Me d i j o : «Hijito, te dejo
« Una manta y u n cotón, Mortero de piedra prehistórico con su mano.
« Una cincha y u n pellón,
« Y u n a tira de aparejo, 453
« Un macho y u n burro viejo
« Y una yegua que tenía ». CUATRO MOZOS ANDABAN
Esa fué ]a herencia mía,
Cuatro mozos a n d a b a n
Que en muy breve p e r d í ; P o r una dama.
Pero de cuanto fundí Ninguno de los cuatro
Dos cosas nomás sentía. Sacaba nada.
Yo fui el único heredero Vamos a ver el p r i m e r o :
Que habían amejorado, Ese no tiene sombrero,
Porque a mí ya me habían dado Pero dice que ha i gozar
Un eslabón y un yesquero. A fuerza de su dinero.
Mi madre murió postrero,
Y cuando al morir estaba Vamos a ver el segundo:
Decía ella en lo que h a b l a b a : Ese no tiene camisa,
« H i j o , si me lleva Dios, Pero dice que ha i gozar
« Ahí te queda p a r a vos A fuerza de sus caricias.
La callana en que tostaba ». Vamos a ver el t e r c e r o :
Ese no tiene calzones
A mis hermanos menores Pero dice que ha i gozar
Tocaron casa y cocina, A fuerza de sus razones.
Un gato y u n a gallina
Un j a r d í n de lindas flores, Vamos a ver el que q u e d a :
Y u n zorzal de esos cantores A ese se lo lleva el viento,
Que mucho me divertía. Pero dice que ha i gozar
Mi madre en el mismo día Tratándole casamiento.
Me dio la herencia m a t e r n a :
Una planeha, u n a linterna
Y la piedra en que molía. 454
EL DÍA QUE YO ME CASE
DESPEDIDA
NIÑA
También diré que heredé, — E l día que yo me case
De los árboles frutales, Será ése u n día feliz:
Una hilera de perales, Estrenaré traje nuevo
Que bien pronto la corté. Y habrá cerveza y anís.
NIÑA
De toditas las mujeres,
—No es cierto, mamita mía, Ninguna como mi J u a n a ,
Porque si fuera verdad, Que se sale a la oración
Tú no te hubieras casado, Y vuelve por la mañana.
Mamita, con mi papá. 2
Siempre verán a mi J u a n a
PADRE
Con vestido de oropel,
—Deja que t u hija Porque así es la pobrecita:
Se case t a m b i é n ; Nunca falta del cuartel.
L A M U E K T B D E L MARIDO
Mi marido está en la cama, yo estoy en la cabecera,
con un rosario en la mano rogando a Dios que se muera.
—Muchacho, corre a la iglesia, dile al sacristán mayor
que repique las campanas, que mi marido murió.
Ya se murió mi marido, ya se murió el majadero,
ya ora no hay quien d i g a : « ¿En qué gastas el d i n e r o ? »
Que le cerquen el camino, no se los vaya a arrendar.
—Muchacho, corre al panteón, dile al maestro albañil
que le aprieten bien la tierra, no se les vaya a salir.
Del tema de este cantar vecino al de las mujeres bebedoras hay muchos en la poesía po-
pular del siglo X V I . Antón de Montero (1404-1480) tiene cantares por el estilo y el Cancio-
nero Musical de los Siglos XV y XVI, de Asenjo Barbieri, trae un cantar anónimo, una de
cuyas estrofas dice:
Al golpe de la oración
8
Llegó a darle su querella.
U n minuto se tardó
Mi marido está en la cama, P a gozar esa doncella.
Yo estoy en la cabecera,
Con el rosario en las manos,
Rogando a Dios que se muera. 1S
Parte de esta glosa tabernaria está en el Cancionero Popular de Salta bajo el núme-
ro 411.
La lamerá, dice en la estrofa tercera, y quiere decir la alameda, plantío de álamos;
lamerá dice también la gente del pueblo, en Catamarca, al paseo General Navarro donde hay
una alameda.
CANCIONERO POPULAR DE LA BIO J A 265
455-a
456
D E T O D I T A S LAS MUJERES
DISPARA U N Z O R R O S A R N O S O
(455-a) Dictado en Mazan por don Abelardo Aeoata en 1940. Acosta ea hombre de 45
años y lo aprendió en el lugar.
(456) Este cantar me fué dictado en Sálicas por un joven que lo había aprendido en
Tucumán. E n el Cancionero Popular de Salta hay dos estrofas, la primera y última, pero el
doctor David Zambrano, eminente hombre público salten o, me dictó con posterioridad a la
aparición del Cancionero de Salta una versión más extensa, recogida por él en los bosques
de A n t a de aquella provincia. La versión del doctor Zambrano poco difiere de la que oyó
el joven rioj ano en Tucumán.
En Salta, Santiago y Tucumán es conocida la voz autcro y su correspondiente femenino
outera como sinónima de agorero y agorera, casi siempre en el sentido de mal agüero.
CANCIONERO POPULAS DE LA B10J A 265
455-a
456
DE TODITAS LAS MUJERES
DISPARA UN ZORRO SARNOSO
De toditas las mujeres,
Ninguna como mi J u a n a : Dispara un zorro sarnoso
Sale por las oraciones, De otro sarnoso como él,
Vuelve cuando le da gana. Pensando que fuera un tigre
Que se lo venía a comer.
A mi J u a n a no le falta
E l vestido de oropel, Oyeron los tero t e r o s :
Porque a todita su vida 1 Ya viene la gente ! —dicen—;
Se la pasa en el cuartel. Y como son tan auteros,
Dispararon las perdices.
Ya la llevan a b a r r e r
Al grito de las lechuzas,
A la calle La Lamerá.
Dispararon los baguales,
Y t r a s los suris corría
Toda clase de animales.
Sale una dama, y le dice: El mundo se puso oscuro
— J u a n i t a , ¿por qué estás presa? Y empezó a temblar la tierra.
Y le contesta mi J u a n a : Los zorrinos y peludos
—Señora, por fandanguera. Dispararon veinte leguas.
(455-a) Dictado en Mazan por don Abelardo Acoata en 1040. Acosta es hombre de 45
años y lo aprendió en el lugar.
(456) Este cantar me fué dictado en Sajicas por un joven que lo había aprendido en
Tucumán. En el Cancionero Popular de Salta hay dos estrofas, la primera y última, pero el
doctor David Zambrano, eminente hombre público salten o, me dictó con posterioridad a la
aparición del Cancionero de Salta una versión más extensa, recogida por él en los bosques
de Anta de aquella provincia. La versión del doctor Zambrano poco difiere de la que oyó
el joven rioj ano en Tucumán.
En Salta, Santiago y Tucumán es conocida la voz autero y su correspondiente femenino
antera como sinónima de agorero y agorera, casi siempre en el sentido de mal agüero.
266 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
457 GLOSA
(458) Este cantarcillo, sumamente conocido por la gente vieja de los departamentos
norteños de L a Rioja, me fué dictado en Chusquis por la niñita María Luisa Allende, de 12
años, en 1938.
Parece que este cantarcillo proviene de este otro antiguo del siglo X V I I , transcripto de
un manuscrito por Julio Cejador y publicado en su Floresta bajo el número 2360.
Dice a s í :
Comadre la de Buendía. barbero y cura llevemos
—¿Qué queréis vecina mía? —Eso será el a c e r t a r :
—Que nos demos un buen día. podremos muy bien j u g a r
—¿Vos que tenéia que llevar! con ellos dos a porfía,
—Yo, dos pollos y un capón. y darémonos un buen día.
—Yo, una polla y un lechón. —Pues si falta el sacristán
—Pues para poder brindar no podremos hacer nada.
al barbero se ha de llamar, Y, si los tres puntos van,
que nos tenga compañía haremos una ensalada.
y darémonos un buen día. — ¡ E n s a l a d a y qué salada!
—Si f a l t a el cura ¿qué liaremos? yo muy bien la comería
—No falte, que es necedad: y darme nía un buen día.
Don Francisco Rodríguez Marín, en Cantos Populares Españoles, lo trae bajo el numero
179. a s í :
(460) E e t a décima, que al parecer forma parte de u n a glosa me fué dictada en Gruan-
dacol, pertenece a u n a pequeña colección de don J u a n Castillo, rocino del lugar.
Los cantares de sentido disparatados, como éstos, no son nuevos en la literatura es-
pañola.
Don Agustín de Rojas Villandrando (1572-1G18), en su Loa: En alabanza a la letra A,
tiene versos parecidos.
GLOSA
Sobre este mismo tema véase algunas otras composiciones en el Cancionero Popular de
Salta, N.° 443, y en el Cancionero Popular de Tucumón, N°. 820.
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 271
(461) E s t a octava me fué dictada en Chuquis, por don Manuel de la Puente en 1938.
En la tradición oral del Tueumán existe una o t r a octava que parece ser u n a paráfrasis de
ésta.
Aquélla figuraré en el Cancionero Tabernario. L a octava que supongo parafraseada lleva
el verbo cag... en lugar de morir. Supongo que en esta octava; sucede lo que en la glosa nú-
mero 170, ella está remedada obscenamente y también t r a t a de la cag...
(462) E s t a glosa me fué dictada en Guandacol, por don Agustín Eeinoso, de 42 años,
en 1940. Eeinoso vivió algún tiempo en Iglesias (San J u a n ) y allí aprendió el cantar.
E s t a glosa del mismo tema de la que lleva el número 452, debe ser también como ella
seguramente chilena. Ya vimos al hablar de la primera glosa cómo en Chile la registran casi
en la misma forma. Igualmente pasa aquí. El señor Kamón A. Laval, en su Folklore de
Caranue, pág. 157, la trae a s í :
En la Ilustrísima Corte
un juicio voy a entablar
para salvar una hacienda,
que tengo en El Culenar.
GLOSA
El Culenar: Sitio en que abunda el culén, arbusto indígena muy apreciado por sus cua-
lidades curativas¿ Psoralea glanduloaa.
Guata: Barriga. E s p a l a b r a araucana de mueho uso, según el señor Laval.
272 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
GLOSA DESPEDIDA
464 466
Y A LA HOSTIA LA VIDE ALZAR HABLE DE AMOR A LUCIA
La virtuosa Volearía
con la bellísima Bruna,
la torre con la fortuna,
la Cocentina galana,
la Facarla muy lozana
e la Liparota bella,
con la Toralda doncella
la honesta cathalana.
{118 - N.° 868)
En 1612 se publieó en Barcelona la Loa titulada Las cualidades de las mujeres, que
tiene versos como éstos:
(467) Este cantarcillo me fué dictado por don Antonio Ruiz Luna, en la ciudad de L a
Eioja en 1938. Analfabeto, de 70 años.
Yuta: Perdiz, en quichua, y agrega el doctor Manuel Lizondo B o r d a : Especialmente
la nuestra común y mediana (Nothuna maculosa-Temmt)
Y u t a como voz sinónima de rabón usan nuestros escolares en frases como é s t a s : Hiciste
la yuta por Hiciste la rabona, esto es, faltar a clase engañando a los padres.
CANCIONERO PO Pü LAB DE LA RIO JA 275
de origen chileno, la cuarteta por lo menos es popular allá. Don Ramón. A. Laval, en BU
Folklore de Carahué, la trae como estrofa de una composición larga así:
El amor de la soltera
es igual al pan caliente,
porque en cuanto llega a enfriarse
ni el diablo lo mete el diente.
Esta glosa nos recuerda a la Loa en enigma de la mujer, de Agustín de Rojas Villan-
drando (1572-1618).
Es cobarde y animosa
es muy pesada, es ligera,
es muy flaca y es muy fuerte,
Es muy necia y es discreta.
Es mísera, es dadivosa,
es un bronce, es una cera,
es cruel, es amorosa,
es un tigre, es una oveja.
(5í N." 99)
La glosa parece ser del mismo autor de las que llevan los números 733 y 734 de Tu-
cumán y cuya cuarteta dice:
La mujer es lo más bueno,
la mujer es lo más malo.
Para el hombre es un regalo
y es para el hombre un veneno.
(470) Estas dos cuartetas me fueron dictadas por don Pedro Alcucero en el barrio
de Vargas, en la ciudad de La Rioja.
CANCIONERO POPULAR BE LA MIOJA 277
471
LE DIJO LA LORA A L LORO
(471) Dictada por don Pascual Lindor Páez, de 47 años, en Banda Florida.
E s t a glosa es también de indudable origen chileno. Don A. Aeevedo Hernández, en BU
libro Los Cantores Populares Chilenos, la trae completa en la pág. 76 a s í :
GLOSA
Aeevedo Hernández atribuye esta glosa al poeta del pueblo Bernardino Guajardo ( a )
ño Bernardino.
Don Zorobabel Rodríguez también atribuye al mismo poeta la p a t e r n i d a d de l a glosa
y le da el título Celos de la lora al loro (SS9 - pág. 7 8 ) .
Remueles: De remoler y éste de remolienda. Ver nota a la canción N.° 463.
Raspar el cacho: Reprender; véase la nota al cantar N.° 436.
Lacho: Véase igualmente la n o t a al cantar N.° 436.
278 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
(474) En las libretas de don Julio Soria figura esta glosa a continuación de la an-
terior, con el nombre de Contrarresto, esto es, réplica, retruque.
280 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
Estos mandamientos se encierran en dos: todo para mi, y nada para vos.
282 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
Estos mandamientos se encierran en dos: rascarse y llevarlo todo por amor de Dios.
{113 - T. 11 - p á g . 147).
Don Aurelio de Llano Roza de Ampudia, en su Esfoyasa de Cantares Asturianos, regis-
t r a este cantar parecido, bajo el N.° 1056, a s í :
(478) Dictada por doña Narcisa Ortiz en Chuquis (Dto. Castro B a r r o s ) en 1938.
Esta glosa trunca es del mismo tema de las que llevan los números 5S8 y 23tt de los
Cancioneros de Tucumán y Salta, respectivamente.
(479) E s t a décima me fué dictada por doña Rosario de Pazos, en Villa Castelli.
CANCIONERO POPULAR DE LA RIO J A 283
(480) Me fué dictada esta glosa por don José María Vergara, en Los Palacios, en
1939. Vergara, que sabe leer y escribir, aprendió el cantar en el lugar, a cantores viejos.
Pertenece al tema del tunante desgraciado del cual ya se hizo mención en la nota
a la canción N." 4 7 5 .
Como pedrada de colla, dice el cuarto verso de la última décima. Quiere decir: golpe
certero y fuerte porque los hijos del Altiplano Perú-Boliviano, manejan con suma maestría
la honda de guato, que es la honda bíblica con la cual arrojan a más de 100 metros una
piedra de otros tantos gramos.
(481) Este cantar recogido en Sañogasta (Chilecito), en 1939, parece ser también
de origen chileno. Pertenece ni tema del cantar anterior, esto es, del t u n a n t e infortunado,
que vimos en el cantar N.* 475.
284 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
Un coche lujoso
GLOSA Con su galería,
Y un par de zapatos
Para cada día.
Este es mi pensar,
Este es mi sentir,
Si no lo matas, te dejo, Que a un galán que quiere
Y juntamente te olvido. Muy poeo es pedir.
Para que vivas a gusto,
Mata ese choco atrevido.
484
SOY D E L A S I E N T O D E A R G U A N
483
Soy del asiento de Arguán
SOY D A M A M U Y J O V E N
Y trabajo en El Guanaco.
Soy de Copiapó y del Guaco,
Soy dama muy joven, Asisto en El Mosta2al.
Y así, no es engaño Mi cama está en El Parral,
Que este año que viene Me echo a dormir en Guajardo,
Cumplo dieciocho años. Y amanezco en El Volcán.
(482) E s t a glosa trunca me fué dictada en 1940, por don Kosalino Avila, en Malanzán.
(484) Estos versos que seguramente son de una décima, me fueron dictados en. Pa-
gancillos en 1939 por don Benedicto Ornaeño.
E n los Cancioneros de Salta y Tucuman, hay sendas composiciones de este mismo tema.
Véanse los números 443 y 830. Seguramente es un cantar chileno, porque los lugares que
cita son del norte del país hermano. El tema es antiguo en la literatura española.
El poeta medioeval Alfonso Alvarez de Villasandino (1350-1424), tiene este cantar
parecido:
Lope de Vega (1562-1635) pone en boca del moro Abindarráez, en su comedia Remedio
de la desdicha, este cantarcillo:
En Cartagena me he criado, E n Coin tengo mi fé
Nací en Granada primero, Con la libertad que di.
¥ de Alora son frontero, Allí vivo adonde muero,
T en Coin enamorado. Y estoy do está mi cuidado,
Aunque en Granada nací Y de Alora soy frontero
Y en Cartagena me crié, Y en Coin enamorado. (177 - I I I - pág. 146)
ELLA 486
R e t í r a t e allá, muchacho:
Estén y nos vean algunos. TE LO DENTRO, VIDA MÍA
Le han de contar a tu p a d r e
Que estoy enseñando al mundo. Te lo dentro, vida mía,
Aunque vaya medio muerto,
EL Que si ha de morir afuera,
¡Qué le han de contar, mi niña, Más vale que muera adentro
A ese hombre grande y anciano!
También cuando ha sido mozo, GLOSA
Debe haber sido mundano.
Un amante hizo u n anillo,
ELLA Oro fino se gastó,
Retírate allá, muchacho, Preciosas piedras labró,
Déjame de amolestar. Sin dar golpe de martillo;
Si pides plata a tu padre, Y con su dulce delirio
El plata no te ha de dar. A su dama le decía:
— ¡ P r e n d a del alma querida,
EL Si en caso me da lugar,
Si plata pido a mi padre, E n este dedo pulgar
Plata me tiene que dar. Te lo dentro, vida mía!
Si p r e g u n t a p a r a qué,
D i r é : P a r a regalar. Otro amante hizo m a t a r
Un pollo p a r a comer,
ELLA Y su prudente mujer
Lo comenzó a desplumar.
Retírate allá muchacho,
Empieza el pollo a saltar,
Que pongo mi amor en duda.
Y esto observó de por cierto,
Ni cuando he sido más chica,
Y dice: —Mujer, te advierto,
He querido a criatura.
Antes de que llegue g e n t e :
EL Échalo al agua caliente
Aunque vaya medio muerto^
Es cierto que soy muy chico,
Mas tengo el corazón grande. Una mujer en cuidado
Si en algo me hallara útil,
Y de un corazón piadoso,
Estoy para que usted mande.
E n un tiempo riguroso
ELLA Cuidaba un pollo pelado.
Pero el marido, enojado,
Retírate allá, muchacho, Le dijo de esta m a n e r a :
Déjame de amolestar. —¡ Mujer, aun cuando se m u e r a !
Espérate unos cuatro a ñ o s : Yo te lo voy a dentrar
P a r a vos me he guardar. Adentro lo has a dejar,
EL Que si ha de morir afuera!
Señorita de mi vida, —A San J u a n de Dios llevaron
Como soy u n hombre honrado, Un enfermo muy h e r i d o ;
Por gusto voy a tener El padre muy afligido
De morirme yo a su lado. Decía a voces l l o r a n d o :
—i Vamos, vamos caminando.
ELLA
Que mi hijo va sin aliento;
Pase para dentro, mozo, No sea que en el momento
Que ya mi amor se ha cansado. Muera y sea condenado,
Si p a r a algo me hallara útil, Y p a r a que sea salvado
Aquí estoy a su mandado. Más vale que muera adentro.
487 488
TENGO UN DOLOR EN EL PIE TU PADRE SERIA U N BRUJO
GLOSA GLOSA
A un amigo llevé yo
a la casa donde amaba,
y tan pronto la aprendió
que despuéB él me llevaba.
292 / V J J? A í J o N s o C A R R I Z O
En sus Estudios sobre Literatura Popular, de don Antonio Machado y Alvarez, publi-
cado en el tomo V de la Biblioteca de Tradiciones Populares Españolas, trao on la pág. 61
estas dos coplas que tienen el sentido del refrán De fuera vendrá quien de casa nos echará.
A mi amigo lo llevé
A casa de la que amaba,
Y luego a los pocos días
Mi amigo a mi me llevaba.
A casa de mi dama
Llevé a mi amigo;
El se quedó por amo,
yo despedido.
Esto sucede
Por llevar los amigos
Donde hay mujeres.
En el Cancionero Popular de Tucumán, N.° 924, y en el de Salta, N. 355, hay una otra
glosa del mismo tema, cuya cuarteta dice:
A mi me llevó un amigo
A casa de la que amaba,
Yo, como amigo traidor
Me le quedé con su dama.
CANCIONES PAYADORESCAS
500 E L MUCHACHO
502 R
Aquí en este Curicó
MI DON JAVIER DE LA ROSA Debajo de una ramada,
Se ha atrevido a desafiarme
El mulatillo Taguada.
(502) Esta payada me fué dictada por don Agustín Narváez, en Paganeillo, en julio
de 1939.
Don A. Acevedo Hernández, en su libro Los Cantores Populares Chilenos (pág. 48), y el
eximio investigador de la música popular chilena, don Eugenio Pereira Salas, en su libro
Orígenes del Arte Musical en Chile (pág. 222), como así mismo don Antonio Eoco del
Campo en sus Notas del Folklore Chileno (pág. 11), el señor LetiK y algunos otros escritores
chilenos dicen que don Javier de la Eosa y el Mulatillo Taguada, que figuran en esta pa-
yada, fueron chilenos.
El señor Koco del Campo da 10 cuartetas en su noticia, como improvisadas en la palla;
el señor Pereira Salas, siguiendo a del Campo, da solamente 7 cuartetas que no son las
mismas de las citadas por Hoco del Campo y don A. Acevedo Hernández cita 27 cuartetas
de las cuales solamente algunas fueron dadas por los anteriores.
Transcribiré la versión del señor A. Acevedo Hernández, por ser la más extensa:
DON JAVIER
R T
Habías de saber, Taguada, Dando una fácil respuesta
Clavelito colorado, Una pregunta le haré:
Si tienes doscientos pesos, ¿Cuántas piedras deja el río
Porque sos habilitado. Cuando acaba de crecer?
T R
Eay que darse cuenta de la magnitud de este duelo que duró tantas horas y que de-
mostró tan grandes ingenios. La tradición oral, desgraciadamente, no ha conservado las
estrofas que constituyeron las preguntas de don Javier de la Bosa, muchas de las cuales
fueron contestadas por el maulino. Se conserva, sí, una de las protestas con que don Javier
abatió a Taguada, que exasperado por no poder contestar el cuestionario teológico que le
impuso su rival, llegó al insulto.
Don Javier contestó con cuatro versos muy criollos y contundentes. Ya Taguada estaba
rendido por el cansancio y desconcertado por lo mucho que su contendor SABIA DE LÍBEOS
y por que de su conocimiento —según Taguada— había abusado sin tomar en cuenta que
¿l .^pobre roto— no conocía la escuela. Se aquí la estrofa:
DON JAVIEE
Ya te pasaste Taguada
hiciste una herejía,
hiciste CABE en tu madre
y carambola en tu tía (1 - 49)
Como se ve, tampoco concuerdan. los versos de la payada en la versión del señor A re-
vedo Hernández con los de la riojana. E s lógico que así Bea porque el pueblo atribuye gra-
tuitamente la paternidad de un verso a tal o cual versificador o poeta sin cuidarse de ave-
riguar la veracidad del aserto. Las payadas son, por lo común, legendarias, fruto de la fan-
tasía popular, puesto que en la j u n t a no hubo taquígrafos que registraran el contrapunto
o bien fruto de un versificador hábil que inventa una p a y a d a y la echa a volar por esos
CANCIONERO POPULAS DE LA EI0JA 299
503
RESPUESTA
NO SE ASUSTE, COMPAÑERO
—Memoria y entendimiento
No se asuste, compañero, iPido a Dios en la ocasión
No se me asuste, aparcero. P a r a dar contestación
¿De ande se come un churrasco A este poeta al momento.
Antes de sacarle el cuero? Refiriendo muy atento
Primera y segunda vez,
CONTESTACIÓN A él le contestaré
No me mires t a n en bajo P o r puntos de teología:
Ni me hagas ninguna mengua. Los pasos que dio María
Antes de romper el cuero, Le advierto que fueron tres.
Se principia por la lengua.
PREGUNTA
504 I
i—-Gracias a Dios que he hallado
PREGUNTO A SU SUFICIENCIA i J n poeta que conteste
Y que a mí me manifieste
P r e g u n t o a su suficiencia Lo que le he solicitado.
Cuál es el mayor dolor: Traía por separado
í O tener celos de amor La respuesta muy precisa.
O amor sin correspondencia f L a campanilla lo avisa,
CONTESTACIÓN D e n t r o de u n templo es así.
Ahora pregunto aquí
El tener celos de amor Lo que contiene la misa.
E s cosa de g r a n dolencia,
Pero es de mayor dolor í
Amor sin correspondencia. RESPUESTA
mundos de Dios impresa en cuadernillo» de a diez centavos. En el caso de la payada que nos
ocupa la tradición ha desfigurado tanto el -contrapunto que difícilmente se podría averiguar
cuáles eran los versos auténticos de de la Sosa y de Taguada.
En el Cancionero Popular de Tucumán h&y, bajo el número 907, otra payada por el es-
tilo de ésta, de origen eíñleno, que fué dictada por un riojano.
(503 y 504) Estas dos preguntas con sus respectivas respuestas, me fueron dictadas
en Los Molinos en 1938
(505) Del cuaderno de la viuda de Tejada^ en Ángulos (Pamatina).
ADIVINANZAS
506 Ponga aquí lo que le cuelga,
B U E N O S DÍAS, M A M A VIEJA
Coma manjares del c . . .
Y zumo de la entrepierna.
—Buenos días, mama vieja.
—Buenos días, bigotudo. 507
Usté con la que se cuelga
CUATRO TIENE EL ANDA VALLA
Bájese de su peludo,
Beba zumo de entrepiernas, Cuatro tiene el anda valla.
Coma manjares del c . . . ¿Por qué tres?
La pe que no pegaba
506-a £ Por qué pega con pe con pe ?
Bájese, señor galán Lo que antes eran doce,
Si no tiene mucho apuro. ¿Por qué diez?
Adivinanzas: En este capítulo se incluyen las adivinanzas que constan de más de cuatro
versoB, dejando p a r a la sección de las coplas la inclusión de las otras adivinanzas de cuatro
y de menos de cuatro versos.
SOLUCIÓN: U n a viejita invita a apearse a un gendarme que anda con su sable y le
convida con leche y huevos.
(506 y 506-a) Don Aurelio de Llano, en Cuentos Asturianos, t r a e bajo el número 149,
nuestra adivinanza a s í :
BUENOS D Í A S . . .
—Buenos días tenga la vieja
y picolentrella.
—Buenos días tenga el caballero
y lo que le cuelga.
— j No podría llevar mi barajoso
a su deseoso?
—Rapadito lo tengo
dol ante día,
si estuviera aquí la criada
se lo llevaría.
Este era un señor que llegó a caballo donde estaba una vieja hilando. Y le colgaban
la cadena del reloj, los estribos y otros objetos. El caballo que montaba se llamaba Deseoso,
y Barajoso era el nombre de un prado rapadito o segado el día anterior.
Don Rafael Ramírez de Arellano, en su Folklore Portorriqueño, t¡rae la adivinanza bajo
los números 48-a y 48-b, así:
Apéese, señor caballero, meta usted su peludo
se sentará en duro y blando, dentro de mi rascado,
comerá manjar de culo, que hace días que lo
beborá sumo de entre pierna; tengo pelado.
Solución: I b a una vez an hombre por un camino muy largo, y después de mucho andar
llegó a una casa y pidió posada. El dueño de la casa le contestó con la adivinanza que quiere
decir que se bajara del caballo y se sentara en, el sofá; que comería huevos y bebería leche;
y que pusiera el caballo dentro del cercado que habían talado hacía quince días.
48fb
Apéese, gran caballero,
siéntese en un blandiduro,
coma m a n j a r de culo,
y beba sumo de entre piernas.
Meta usted su peludo
dentro de mi bien raspadq
que hace días lo tengo afeitado.
Véase también Cuentos Populares Españoles, de A. M. Espinosa, N.° 47.
(507) Diz que un patrón tenía un arrendero con el cual arregló que pagaría su arriendo
en especies. Siempre cumplía religiosamente <ton su compromiso pero este año le llevó un
cordero carneado con un cuarto de menos; por eso dice:
Cuatro tiene el anda valla
l P o r qué tres?
Debía llevarle u n barril de vino y claro está cuando lleno el barril de vino no golpea las
paredes y esta vez golpeaba porque estaba falto y de ahí la extrañeza del p a t r ó n :
L a pe que no pegaba
j P o r qué pega con pe con p e í
304 JUAN A L F O N S O C A E B I Z O
507-a 509
¿CUAL SERA LA M U Y MENTADA?
Doce meses tiene el año.
¿Por qué seis? ¿Cuál será la muy mentada
La pe que no pegaba Que se halla al fin de la vida?
¿Por qué pega pe con pe? No halla en el mundo cabida
Ni en el cielo tiene entrada.
511 512
DE REMIENDOS VOY VESTIDA DIGO QUE CUATRO SON SEIS
el ruido que hacían las empanadas al ser fritas en un sartén. Una mujer cocinaba en
el camino.
Como no llevaba adivinanza alguna cuando 'palió de su casa y le pareció muy bien p r o b a r
suerte diciendo lo que le había llamado la atención en el viaje y le salió la adivinanza trans-
cripta. '•
Don Aurelio M. Espinosa, en la página 46 : de su libro Cuentón Populares Españoles, da
una noticia parecida y la Biguiente versión de la adivinanza:
Cuco en pino,
Pez en fuerte.
Serpiente en bujero.
Horma en saco.
y al entra por palacio
chuchurrutaco, clmchurrutaco.
Debajo Cucamé
setpicnte en Curacó,
y p¡ir:i llegar a Madrid
Chin'í-chacó.
E n su solución dice que el hombre en cuestión Pasó por « « puente y oyó un becerra
que dijo MEE, rió un barril con una serpiente, y al llegar a la ciudad vio un puesto de mer-
cado donde freían y le dio olor a chicharrones. ($17 - pág. 63 - N.° 5 8 ) .
(511) Solución: La bandera.
Rodríguez Marín en Cantos Populares Españoles, trae esta adivinanza bajo el N.° 726, así:
Don Rafael Ramírez de Arcllano, en su libero Folklore Portorriqueño, pág. 221, N.° 29,
t r a e mueve versiones de nuestra adivinanza.
(512) Solución;
Oigo que cuatro son seis
Efectivamente, la palabra c-u-a-t-r-o tiene deis letras.
i7 que seis son cuatro advierto,
L a palabra s-c-i-s tiene cuatro letras,
que hay una, en tres tan cierto
L a palabra tres tiene una sola sílaba.
como dos y dos son seis.
Como la p a l a b r a dos tiene t r e s letras, resulta que dos y dos, hacen seis.
y veréis ser cinco todos
20-11
306 J U A N A L F O N S O C A B £ I Z O
513 514
D I M E SI L O SABES
E L CIELO SE OSCURECIÓ
Dime si lo sabes:
¿Qué cosa es aquella El cielo se oscureció
Que te da en la cara Por un hombre que murió.
Y no puedes verla, La madre no fué nacida,
Que empuja sin manos, El padre nunca nació,
Que anda sin ruedas, La abuela quedó doncella
Que muge sin boca Hasta que el nieto murió.
Y marcha sin piernas?
Rodríguez Marín recogió tres versiones de esta adivinanza en los números 881, 882 y
883, de sus Cantos Populares Españoles. L a versión del N.° 881, dice:
Un hombre murió sin culpa
Cuya madre no nació;
L a abuela quedó doncella
hasta que el nieto murió. Abel.
Ramírez de Arellano, en su Folklore Portorriqueño, pág. 256, N.° 355, t r a e tres ver-
siones de nuestra adivinanza, aunque él da por solución a Adán. L a tercera versión dice:
Un hombre murió sin culpa,
cuya madre no nació,
l a abuela quedó doncella
hasta que el nieto murió.
CANCIÓN ERO POPVLAB DE LA BÍOJA 307
(520) Solución: Diz que un cura enseñó a su sacristán, que también desempeñaba de
mucamo, que la vela de su mesa de luz se llamaba mayestate; JaB pantuflas, charlasmerlas; loa
pantalones, langaristates; que el gato se llamaba sanfuriñate, y así por el estilo, siempre
hablando en difícil, a las llamas les decía alumbraneia, al a g u a abundancia y a la casa
habitancia.
Una noche en que el gato quedó encerrado en la habitación del cura, trepó jugando a la
mesa de luz y volteó el crucifijo y la vela encendida. Al caer la vela encendió la cama y el
gato corría envuelto en llamas porque tenía enredada en la, cabeza p a r t e de la sábana. El
humo que salía despertó al sacristán, que asustado gritaba al cura que dormía con las pa-
labras de la adivinanza.
Don Aurelio de Llano, en sus Cuentos Asturianos, t r a e éste bajo el número 152, que e»
bastante parecido al nuestro: '
LA HABITACULAN
El cura de una aldea tenía necesidad de un criado; y un día, al oscurecer, llegó allí un
rapaz y le pidió limosna. Y le dijo el cura: ¿No te da vergüenza andar pidiendo? ¿Por qué
no trabajas? ¿Quieres ser criado mío?
—Sí, señor.
—Pues entra para acá.
El rapaz evlró y dijo;
—Muchas gracias, señor cura.
— Y o no me llamo señor cura, me llamo CURATIS.
—Eso no sabía yo; yero ya me iré acostumbrado o la, manera de hablar de la gente
de este pueblo.
Y dijo el cura:
—Aquí la gente no se llama gente, se llama ABUNDANCIA.
—Bueno, señor curatis, bueno.
En esto pasó por allí el gato y dijo el rapaz:
—¡Qué gato más grande tiene usted!
Y le replicó el cura:
—Eso no se llama gato; se llama PAPALOSBATIS.
—Bueno, bueno, ya me iré enterando de todo. Ahora quisiera calentarme un poco a
la lumbre, porque vengo muerto de frió.
Y dijo el cura:
—¡Qué tonto eres, rapaz! Eso no se llama lumbre; llámase CLAEENCIA.
—¡Ay, qué bien calienta- la clarencia, señor curatis! Para poder calentarme voy a
colgar el zurrón de esta columna.
—Eso no se llama columna; se llama SOSTENENCIA.
Y dijo el rapas:
•—¡Qué sostenenda más fuerte tiene esta casa!
—Esto no se llama casa; se llama HABITACÜLAM.
—Bueno, bueno; todos estos nombres me van quedando en la memoria. Y los que
no sepa, ya me los irá aprendiendo el ama de usted.
Y le dijo el cura:
—No se llama así, hombre; se llama SUSTANCIA.
— ¡ A y , que sustancia más guapa tiene usted, señor curatis!
Se acostaron todos, y hacia la media noche el gato se puso a jugar con una madeja
de lino y se le enredó en el rabo. Y por tanto rabear, para desprenderse de ella, tropezó en
el rescoldo que había en el LLAR y se encendió la madeja.
El gato subió por la columna con la madeja ardiendo y pegó fuego a la casa.
El rapas se despertó y, al ver la casa arder, salió corriendo y se puso a gritar en
medio del pueblo:
— / A b u n d a n c i a ! Papalo&ratis
metióse en la clarencia
y enclarenció la habitáculam
cuando subió por la sostenenda.
¡Abundancia! ¡Abundancia!
que se quema la sustancia.
Los vecinos no entendieron lo que decía el rapas. Y la casa del cura ardió toda.
CANCION EBO POPULAR DE LA £10 J A 309
521 524
ME LLAMAN SANTA Y N O SOY SOLO DIOS E T E R N O SABE
526 528
TIENE LA CARA MUY BLANCA YO NO ME CHANZO CON NADIE
527 529
—Acuso mi p i d r c santo
que yo era muy ladrón
robaba las vinajeras
y cuando podía el copón.
E s t a s dos últimas parecen ser las que llevan los números 10 y 8, respectivamente, del
cantar.
Las estrofas 14.* y 18.* se repiten quizá por habérselas olvidado don Silvano Homero,
que es de quien tomé la versión.
Sigón: por según. Es de uso frecuente en el Tucuman esta anomalía fonética.
314 J V A N A L F O N 8 O C A B B I Z O
7 16
—Seguí diciendo t u s culpas —Si más antes no vinieres,
Con la mayor brevedad, Te abstuvieras, pecador,
Pero vas bien alvertido Si has de hacer lo que t ú quieras
Que es u n pecado mortal. Y no lo que el confesor.
8 17
—Acuso, mi padre santo, —Acuso, mi padre santo,
(Esto va por lo primero) Que en u n a cierta ocasión,
Al ministro del altar Al descuido de u n a niña,
Lo dejé ayer sin sombrero. Le arrebaté el peinetón.
9 18
—Explícate, no te entiendo, Mal hiciste de echar mano
Que me interesa saber, De esa alhaja que no es tuya,
P a r a acomodar el mío Y es muy preciso que al dueño
Donde no lo puedas ver. Esa alhaja restituyas.
10 19
—Los domingos sé ir a misa, —Eso es pedirme imposibles,
Y tengo por devoción Que yo no lo podré h a c e r :
De robar las vinajeras Así como la vendí,
Y si puedo hasta el copón. ¡ Cómo lo puedo volver!
II 20
25 33
(532) Dictada por don. Isaac Quinteros, en Santa Bita de Catuna, en 1940.
Quinteros la aprendió a su tía, en el mismo lugar.
Concha: Es el nombre cariñoso que se da a las mujeres llamadas Concepción; como Vichi
se les dice a los Vicentes o a las Vicentas j Picbu a las Petronas,
316 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
533
535
E L G A L L O Q U E ES F I N O C A N T A
M E Q U E J O PORQUE M E D U E L E
(533) No recuerdo LÍPTI, pero creo que me dictó esta décima don Rosario Mercado en
L a Cuadra ( F a m a t i n a ) en 1939. > i
(534) Dictada por doña Felisa Herrera en Malligasta (Dto. Chilecito). Doña Felisa
Herrera fué la persona que más coplas me dictó en L a Bioja.
(535) E s t a glosa me fué diotada por don Domingo Correa en S a n t a Cruz (Dto. Fama-
t i n a ) . Correa tenía 6» años en 1039. Kra analfabeto y aprendió el cantar en Copacabana
(Dto. Tinogasta, en C a t a m a r c a ) .
L a cuarteta es conocida: don José Restrepo, en su Cancionero de Antioquía, N.° CLX, la
trae así:
Me quejo porque me duele,
Y si no, no me q u e j a r a ;
¿Quién será aquel que se queja
Sin que no le duela nada?
J . Alden Masón, en sii Porto-Eican Folk-Lore, trae una otra glosa a esta misma cuar-
teta, bajo el número 87.
CANCIONEEO P OP ü L A 8 DE LA B 1OJ A 317
552 556
Después de haberte ofendido, Sangre de Cristo,
¡Oh Dios!, como ingrato y v i l ; Cordero en la cruz,
No tengo más que decir: Hijo de María,
¡Misericordia de m í ! Líbranos Jesús.
557
553
Señor, dame una buena vida
¡ Dulce Jesús de mi vida, Y una buena suerte,
P o r vuestro santo dolor P o r t u santísima muerte.
Salva mi ánima p e r d i d a !
¡Por vuestras llagas, Señor! 558
Señor, que por nuestras culpas
554 Fuiste en la cruz a morir,
Jesús, hijo de María, A la hora de la muerte
Guárdame todito el d í a : Acuérdate de mí.
(562) Dictada por don Ramón Villafaüe, de 50 afios, en San Miguel (Chilecito) en 1939.
(563) Dictada por doña Saturnina Nieto en Sálicas (Dto. Pelagío B. Luna). Me decía
doña Saturnina que estos versos son de Chuquis (Castro Barros), donde los cantaban a la
Virgen de la Mulita, preciosa imagen enajenada por el mayordomo de la iglesia local.
(564) Dictada por la Srta. Zoila Córdoba on Machigasta en 1938.
328 JUAN A L F O N S O O A Ji 2¡ i B O
568
567
SEÑORA VIRGEN MARÍA
SACAD PUES A TUS DEVOTOS
Señora Virgen María,
Sacad pues a tus devotos Virgen Madre, ya pariste,
Del purgatorio, Señora, Si al pecador recogiste,
Ya que p a r a todos eres Recógeme a mí, Señora,
Madre de misericordia. Que soy una pecadora.
(568-b) Dictada por la señorita María Marta Valverdi en la ciudad de La Rioja en 1938.
L a última p a r t e de esta composición ea una estrofa conocida que usa el pueblo en nu-
merosas oraciones piadosas a manera de estribillo p a r a obligar a otra persona a propagar
la oración.
Don Constantino Cabal, en su libro El Individuo, pág. 53, t r a e esta terminación a s í :
La generalidad de estas plegarias, que abundan también muchísimo, llevan esta invaria-
ble coletilla, oportuna en gran número de caso» ¡porque dice lo que son;
—Quien esta oración dijese
todos los viernes del año,
saca cien almas de pena
y la suya de pecado.
Quien la sabe y no la dice,
Jesucristo lo maldice.
Y quien la oye y no lo aprende,
ya verá el día del Juicio
lo que en ella se contiene...
Don Vicente T. Mendoza, en su libro Romance y Corrido, t r a e esta versión de su tierra
mejicana:
Quiero agregar que numerosos romances 96 hallan dispersos en oraciones impresas o se
trasmiten oralmente de padres a hijos; así encuentro el siguiente fragmento <jue oí recitar en
Puebla por el año 1904:
Quien rezare esta oración
todos los viernes del)año,
sacará un alma de ppna
y la suya de pecado. \
Quien la sabe y no \a resa
el que la oye y no la\ aprende
el Día del Juicio sabrá
lo qué esta oración contiene.
Silvio Homero, en Cantos Populares do Brasil, pág. V I I I , tTae esta colilla a s í :
Quem ouvir e nao aprender,
Quem souber e nao ensinar,
No dia de Juizo
A sua alma penará.
(569) Dictada por doña Doraliza Alvarez en Vinchina en 1939.
330 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
(570) Dictada en Aimogasta (Dto. Arauco) por la señora Rosario Aria» de Chuiñbita,
de 76 años. Había aprendido la oración en su niñez en el lugar.
(570-a) Dictada por la señorita Carmen Lujan en la ciudad de L a Eioja en 1938.
Don Damase Arbaud, en su libro Chants Populaires de la Provence, T. I , pág. 13, tiene
nuestra oración así:
LOU PANTAI DE LA BOUENO MERO
Au bouesc doou mount des Oouliviers —Mero, boueno Mero, nen siatz tristo,
Ounte Jesús a fach soun liech, Que marri pantai n'avetz-vous fachf
Jesús un t a n t grand cris a gitat, —Ai fach un pantai que les estellos
Que Gabriel s'est reveillat. tí'en ananavoun en souspirant,
—Gabriel, veilletz ou dourmetz? Que lou soureu doou ciel saunavo
—Iou ni n'en douerme ni n'en veille. E t n'en degoutavo de sang.
—Anetz au bouesc de Jerusio — A h Mero, boueno Mero,
Li trouvaretz ma Mero Mario, N'es pas un p a n t a i qu'avetz fach
Li diretz: Diou vous douno lou bouen jour. E s la puro realita.
Don J u l i o Vicuña Cifuentes, en su libro Romances Populares y Vulgares, Nos. 90, 91 y 92,
transcribe tres versiones chilenas de esta oración, recogidas por el señor Eamón A. Laval y pu-
blicadas por éste en Oraciones, ensalmos y conjuros. He aquí la versión A:
R. Marín, bajo el número 1063, trae la oración clásica a Santa Apolonia, parecida a la
nuestra. Cervantes la recuerda en el Quijote, 2.* p a r t e , cap. V I I .
(571) Numerosas de estas cuartetas figuran en las Viacrueis, impresas al pie de la re-
presentación gráfica de las estaciones.
Gómez Manrique (1412-1490), en su Cancionero, tiene un cantar parecido:
LOS M A R T I R I O S Q U E P R E S E N T A N A L N I Ñ O
E L CÁLIZ
¡O santo niño nacido
p a r a nuestra redención!
Este cáliz dolorido
de la tu cruda pasión
es necesario que beua
tu sagrada magestad,
por saluar la vmanidad
que fué perdido por E u a .
E L ASTELO E LA. SOGA L A epuz
E Bera en este astelo En aquesta santa cruz
t u cuerpo glorificado, el tu cuerpo se p o r n a ;
poderoso rey del cielo, ala ora no avra luz
con estas sogas atado. y el tenplo caerá.
L A COEONA L A LANGA
572 579
Aquí a Cristo desclavaron Corona de espinas
En los brazos de la Madre: Le quieren poner,
La viva imagen del Padre Su pobre cabeza
A la Virgen la entregaron. Le quieren romper.
573 580
Aquí es el punto 'la tierra Con un excesivo llanto
De mayor precio y valor: La Verónica enjugó
Aquí es la puerta del cielo, A Cristo, de quien sacó
Aquí es la casa de Dios. En premio su rostro santo.
574 581
Arrímate a la ventana: Esa cruz pesada
Verás en la procesión, Que lleva el Señor:
Todo bañado de sangre, Esas son mis culpas
El cuerpo del Bedentor. Que le puse yo.
575 581-a
Caminando el Redentor, Esa cruz pesada
Encontró triste a María, Que llevas, Señor,
Y viéndola le decía: Son mis muchas culpas
—Verte es mi mayor dolor. Que te cargué yo.
576 582
Cinco mil azotes Esa cruz pesada
Le quieren pegar; La llevas, Señor,
Sus pobres espaldas Por misericordia;
No han de soportar. Por divino amor.
577 583
Este es el cordel
Con la cruz a cuestas Con que lo llevaron,
Recorres, Señor, Las manos atadas.
Las calles sedientas Llorad, llorad,
De sangre y sudor. Que hasta las piedras
Se suelen quebrar.
578 584
Considera, alma cristiana, La gravedad de la ofensa,
Que aquí en este paso fuerte Segunda vez con exceso,
Al Redentor de la vida Rindió en tierra con el peso
Le dan sentencia de muerte. A la Majestad Inmensa.
(578) Don Agustín Aguilar, en Saetas Populares, N." 185, trae nuestra saeta así:
585 590
¡Las sienes atravesadas Postrado en la tierra dura,
Del cordero tan sufrido! Sangre ha sudado mi Dios.
Ni se enjuga, ni maldice, ¡ Cuántas veces yo he pisado
Por más que se vea herido. La sangre que derramó!
586 591
Nazareno hermoso, dame Todo cubierto se ve
Esa Cruz, que no es razón De llagas el Redentor:
Que Vos cargues ese peso, ¡Oh, qué caro le ha costado
Siendo el del peeado yo. El querer al pecador!
587 592
—¿Para dónde, buen Jesús? Viernes santo, por la tarde,
—Para el monte del Calvario: Cristo empieza a padecer,
A padecer por los hombres Con la corona de espinas
Y a morir en una cruz. Y atado de mano y pie.
588 593
Pecador, anda advertido, Ya lo llevan al Señor
Pues tu crimen reiterado Por la calle La Amargura.
De tal modo me ha abrumado Mil bofetadas le dan
Que tres veces he caído. Al verlo con tal blandura.
589 594
Por cumplir su mal deseo, Ya lo llevan, ya lo traen
Aquella perversa gente Por la calle La Amargura,
Le da al Cordero inocente Atado de pies y manos,
Por alivio al Cirineo. Atado en una columna.
Don Ramón A. Laval, en su FolMore de Carahue, pág. 27, N.° 7, t r a e nuestra oración a s í :
Campanillas de Belén,
toquen a prisa, que baja,
b a j a la Virgen M a r í a
preguntando en casal en casa
así le han visto pasar
un hijo de sus entrañas.
— S í ; Señora yo lo vide
Antes que el gallo cantara,
con u n a cruz en los hombros
y una cadena a r r a s t r a n d o ;
San J u a n y la Magdalena
que lo iban acompañando.
336 J U A N A L F O N S O C A B E I Z O
CAMINO A L CALVABIO
P o r el rastro de la cruz — que Jesucristo llevaba,
camina la Virgen P u r a — en una fresca mañana.
De tan mañana que era — a la hora que caminaba,
las campanas de Belén — solas se tocan al alba.
Encontró a San J u a n Bautista — y de esta manera le habla:
—No ha pasado por aquí — el hijo de mis entrañas?
— P o r aquí pasó, Señora, — antes que el gallo cantara,
con más de cinco mil azotes — en sus sagradas espaldas.
Una cruz lleva en sus hombros — de maderas muy pesadas,
y una soga en su garganta, — con la que ha de ser atado.
Tres clavos lleva en sus manos — con los que ha de ser clavado,
y una corona de espinas — con que ha de ser coronado.
Cuando la Virgen oyó esto — cayó en tierra desmayada.
San J u a n como buen sobrino, — procuraba levantarla.
—Levántese, tía mía, — ya no es tiempo de tardanza,
que en aquel Monte Calvario — roncas trompetas sonaban.
LA CRUCIFIXIÓN
598 598-a
ÁGUILA DE ROSA FIEL ÁGUILA DE NOCHE A VER
Águila de rosa fiel,
Cuando Dios quiso nacer, Águila de noche a ver,
Vino el ángel San Gabriel Cuando Dios quiso nacer,
Y le dijo a sus pastores: Vino el ángel San Gabriel;
—Pastores de romerías, Preguntó de sus pastores
Un hijo parió María Pastores y romerías,
Con gozo y con alegría. Un hijo parió María
Con tal gozo y alegría...
Los perros de los judíos Vienen los perros judíos,
Lo sacaron con la cruz; Se allegaron a la cruz,
Y una corona a Jesús Le quitaron la corona,
De espinas se la pusieron. La coronaron de espinas.
San Martín con gran dolor
Eehó la mano a la espada: i
Cortó un paño de color, San Martín con gran dolor
Lo mejor para el Señor, Echó la mano al bolsillo:
Lo peor para el Pastor. Sacó paños de color
Pase uno, pasen dos, El mejor para el Señor,
Tres con la madre de Dios. El peor para el pastor.
22-H
338 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
598-b 599
AGUINALDO RECHABE CRISTO M U R I Ó C O N S U M U E R T E
(599) Dictada en Machigasta (Dto. Arauco) por la señorita Zoila Córdoba en 1938.
Don Agustín Aguilar, en Saetas Populares, trae una saeta parecida a la primera estrofa,
bajo el número 462, a s í :
607 608
Con tres clavos me persigno, Cruz venció,
Me abrazo a la Santa Cruz. Cruz vencerá.
Que por siempre me acompañe Aquel que murió en ella
Tu, dulce nombre, Jesús. Me salvará.
tinto tamaño y de diversa factura. Cantaban y lloraban a la cruz con santa devoción y el
sábado, después de la Misa de Gloria, se despedían de la cruz grande que está en el atrio,
abrazándose al madero, al cual le decían: ¡Sálvanos, crncecíta, sálvanos! ¡Crucecita, sál-
vanos I L a abrazaban y la besaban llorando. Luego emprendían el viaje de regreso a su
casa por l a p u n a desierta.
L a fiesta de la Cruz comienza el 3 de mayo y d u r a 9 días, es un novena/rio. Como el
velorio de los Angelitos, esta fiesta suele s e r pretexto p a r a divertirse bebiendo y j u g a n d o
juegos de prendas.
E n la casa donde se festeja la cruz se adorna u n a mesa con u n paño blanco, con flores
y gallardetes. E n medio se coloca un crucifijo o simplemente una cruz.
Cuando es la cruz sola la visten, esto es, le ponen una pollerita de tela de color y en-
cima una corona.
F r e n t e a este altareito se congregan los dueños de casa y los vecinos, a rezar y cantar.
Terminados los rezos y los cantos, el dueño de casa convida con beberaje, por lo común vino
o aguardiente. Después los jóvenes j u e g a n a juegos de prenda o bailan.
La señora María Cadilla de Martínez, en su libro La Poesía Popular en Puerto Rico.
pág. 336, da esta noticia:
El velorio de Cruz o de Mayo es una reminiscencia de algunas fiestas españolas de ín-
dole parecida, o sea, de Cruz de Mayo. Para celebrar esta fiesta se adorna una cruz de ma-
dera con cintas, velos, flores y joyas. Luego s^ la coloca sobre un pedestal en forma de es-
calera. A veces se pone en el altar un cuadro 'de alguna imagen sagrada. Las fiestas duran
nueve días consecutivos del mes de mayo. A pilas concurren parejas de enamorados y los
vecinos, más que por devoción, por disfrutar fie un entretenimiento agradable. El altar es
profusamente iluminado y ante él tiene lugar] la repartición de obsequios que consisten en
horchatas, sangrías y dulces. El primer día*- pagan dichos obsequios los iniciadores del
velorio; pero en los sucesivos los pagan los capeados. En cada día que pasa ha de añadirse
un nuevo escalón al pedestal de la crus de modo que esta tiene, el último día, ocho escalones.
E s t a s son las canciones generalmente cantadas en los velorios.
(Coro)
Adoróte, Santa Cruz,
puesta en el Monte Calvario; Adoróte, Santa Cruz,
en tí murió mi Jesús eres nuestra madre tierna,
por librarnos del contrario. nuestra eterna redención.
609 610
E L E S T A N D A R T E 'LA C R U Z
En el cielo se oyen voces
A su Excelsa Majestad.
La cruz del cielo nos libre
El estandarte 'la cruz Y la Santa Trinidad.
Salga delante de vos.
El Señor que murió en ella 611
Hable por tu alma,
Responda por vos. ¡Oh, bendita cruz del cielo
Jesús te valga, De la corte celestial,
Jesús te guie, Líbranos, oh cruz, del mal
Jesús te favorezca. Por la Santa Trinidad!
Deseando tener conocimiento personal de cómo el pueblo celebraba las otras clases de
velorios, o sea, los de promesa, asistimos a uno de ellos celebrado en la casa de la señorita
Justina Robles, de Arecibo, El orden seguido en él fué como sigue:
1) So cantaron diversas canciones.
2) Rezaron un rosario y luego cantaron, varias canciones.
3) Volviéronse a cantar canciones.
4) Rezaron otro rosario.
5) Hicieron cuentos y juegos.
6) Repartieron obsequios P.
Don Eugenio Pereira Salas, en su precioso libro Los orígenes del arte musical en Chile,
página 177, nos dice que en las casas de las familias piadosas se ejecutaban los bailes chinos
o danzas ceremoniales ante la cruz.
Don Ramón A. Laval, en su Folklore de Carahue, nos da esta noticia:
Los versos que siguen no son propiamente una oración. líe fueron dictados por un pres-
tigioso vecino de Carahue, natural de la provincia de Biobío, en la cual, en su tiempo, los can-
taban con el fin de pedir limosna para la Crus de Mayo. Aunque nada tienen que ver con
Carahue, se me permitirá dejarlos estampados en estas páginas; quisas sin ésto pasarían
a dormir el sueño del olvido.
Las cosas, hace veinticinco años, pasaban de esta manera: Llevaba un hombre una eme
de madera revestida con ramas de mayo (Edwardasia chilcnsis), y otro un farol con una vela
encendida. Al llegar a la puerta de una casa, cantaban:
Si abrían la puerta y les daban limosna de dinero, velas, comestibles o licor, que de
todo recibían con agrado, cantaban:
Si no les abrían la puerta, o nada les daban, los versos anteriores se cambiaban por
estos otros:
Est' es la cas' 'e los cachos (cuernos)
donde viven los borrachos;
est' es la cas' 'el espino
donde viven los mezquinos.
Lo que lograban recoger se destinaba para armar una remolienda (jarana) en toda regla,
en presencia de la Cruz.
Para celebrar la Crus hacían también luminarias (grandes fogatas) en los campos, que
encendían en las cumbres de los cerros y colinas y demás sitios elevados.
Desde una altura cercana al pueblo de Santa Bárbara, en el Palle del Biobío, se divisa-
ban más de mil de estas fogatas a la entrada de la noche del s de mayo (155 - págs. 29 a 3 1 ) .
CAUCIONERO POPULAR DE LA RIO JA 343
(614) Dictada en la ciudad de L a Eioja por la señorita Alicia Ponce, en 1938. Estos
versos se cantan en la Novena de la Cruz.
En varias oportunidades he oído fragmentos y he visto en libros manuscritos de devo-
ciones el viejo cantar hecho por el padre dominico Zambrana y publicado en El Telégrafo
Mercantil (Rural, Político, Económico e Histariográíico del Eío de l a P l a t a ) , Buenos Airea,
en el número del domingo 14 de mayo de 1820.
E l referido cantar dice a s í :
(618) Dictada en Chuquis (Dto. Castro Barros), por doña Dolores de Puente, de
63 años, sabe leer y escribir y es natural del lugar; allí aprendió el cantar.
A la primer» estrofa, que se repite como estribillo, también la oí así:
¡Agua Señor
la pide el pecador
la tierra lo demanda!
¡Misericordia Señorí
En el Romancero y Cancionero Sagrados, se lee bajo el número 506, un romance de Al-
fonso de Ledesma (1562-1623), del mismo tema, y cuyo estribillo ofrece similitud con el
de nuestro cantar; quizá haya sido el mismo y el poeta conceptista glosó en forma con-
ceptuosa solamente parte de la estrofa:
Es nuestro cuerpo mortal
tierra que pide sembrarla
y es menester cultivarla
Para que de fruto tal.
Y pues es tan natural
Querer la tierra rocío,
y vuestro llanto, Dios mío,
Es agua que pide el alma,
Agua, Dios, agua.
La tierra lo demanda.
619 620-a
DE VOS, CELESTIAL SEÑORA Det én, d e t 6 n t u j u s t í c i a )
A SAN BARTOLOMÉ
624 624-a
dA DONDE BARTOLOMÉ? SAN BARTOLOMÉ
— S a n Bartolomé, 624-d
— i P a r a dónde vas?
POR AQUELLA CALLE OSCURA
—Voy p a r a los cielos.
—Volvete, Bartolomé.
Por aquella calle oscura
Yo te daré un d o n :
Está u n a humilde criatura
Que en casa donde entrares Con el pie en la sepultura
E n t r e el Espíritu Santo Y u n a mortaja de lino
No muera mujer de p a r t o Que todo el cuerpo le arruina.
Ni criatura de espanto.
—¿De ande vienes, buen Jesús?
—Vengo de Jerusalén.
Muchos pasos me ha costado,
624-c Muchos tormentos de azotes,
De la ciudad al Calvario
GERÓNIMO SALIÓ UN DÍA Y del Calvario a la cruz.
Si no me quieres creer,
Gerónimo salió u n día San J u a n será mi testigo.
E n cuanto el gallo cantó,
Cuando los gallos cantaban,
A su bordón l e v a n t ó ;
—Vení para acá Gerónimo, E n la mitad del camino.
Que te quiero dar u n d o n : A Jesucristo encontró.
E n la casa que llegares — ¿ P a dónde, Bartolomé?
No caiga rayo ni piedra —Voy al cielo y a la tierra
Ni mujer muera de p a r t o A redimir los cristianos.
Ni criatura de espanto. —Volvete, Bartolomé,
Que yo te daré tal d o n :
Que a la casa que llegares,
E n el monte de Belén Tres veces fueres nombrado,
E s t á la Virgen María. No caerá piedra ni rayo
-—¿Qué hact allí, Madre m í a : Ni h a b r á muerte de caballo
Es que velas o es que rezas? Ni mujer de p a r t o
—No rezo, no, hijo mío, Ni criatura de espanto
Que esos t u s benditos pies Contra el Espíritu Santo.
Menos popular que el anterior es este otro dictado en l a ciudad de L a Rioja por doña
Marquesa Lamadrid viuda de Oliva:
S I BUSCAS MILAGROS, M I R A
(626) Este cantar, como el siguiente, me fué dictado por la señora Victoria Villafafie
viuda de Luna en Víchígasta en 1938.
CAUCIONERO POPULAR BE LA RIO JA 351
ORACIONES PREPARATORIAS
D E LA CONFESIÓN
(627) Don Francisco Rodríguez Marín, en BUS Cantos Populares Españole», t r a e esta
oración bajo el número 1033, así:
F e r n á n Caballero trae nuestra oración en su Oirás Completas, tomo 13, p á g i n a 201, con
l a siguiente noticia:
Había una mujer muy buena y muy devota gue ienía vn hijo buenísimo, pero tan simple
y falto de memoria, que nunca había podido aprender sino esta oración:
Señor mío Jesncristd
dueño de mi corazón,
perdóname mis pecados,
que vos sabéis los qne son.
Todos a voa km confieso
con dolor y contricción;
oídme en penitencia,
leed en mi corazón,
y pues lo veis traspasado,
echadme la absolución.
Siendo ya casi hombre, su madre le llevó a confesar; pero examinado que fué por el
confesor, éste le dijo a la pobre que no podía confesarlo por ignorante y simple.
Madre e hijo se echaron a llorar amargamente, al ver al segundo excluido del Sanio
Sacramento de la Eucaristía.
Mientras el sacerdote se había revestido para decir misa vio sobre el altar un letrero
que desapareció tan luego que lo hubo leído, y que decía:
« Absuelve a ese penitente, cuyo confesor he sido yo cada noche ».
352 JUAN A L F O N S O C A S B I Z O
633-a
Ya los gallos cantan:
YA CANTA EL GALLO
A Dios adoran.
Ya canta el gallo, Dichosas las almas
Dieron la hora. Que al alba imploran.
(632-a) Dictada en la ciudad de L a Eioja por doña Segunda H e r r e r a de Díaz, de 90
años. H a b í a aprendido este cantar en Nonogasta en su niñez.
Indudablemente, esta oración esta basada en l a clásica de Santo Tomás de Aquino,
cuyo comienzo dice:
¡Oh Dios todopoderoso y eterno, llegóme al Sacramento de tu unigénito Hijo m i Señor
Jesucristo, como enfermo al médico de la vida, .como sucio a la fuente de misericordia, como
ciego a la lus de la claridad eterna, etc.
Rodríguez Marín t r a e estas dos versiones en sus Cantos Populares Españoles, bajo los
números 1016 y 1017:
Hincada estoy de rodillas Aquí me vengo a humillar
E n busca de ese cordero, Delante del Sacramento,
Como el sediento a Ja iuente Como el sediento a la fuente,
Como al médico el enfermo. Oomo al médico el enfermo.
¡Ay, mi Dios, y quien tuviera [íAy, mi Dios, y quién tuviera
Un relicario en el pecho Un altar dentro del pocho
Y un altar dentro del alma, Y un relicario en mi alma,
P a r a que quedarais dentro p a r a que quedarais dentro,
Y borrar con vuestra sangre P a r a poder recibir
El delito que yo he hecho! Este Santo Sacramento.
(633) Esta oración, que se reza al alba, al despertar, me fué dictada en la ciudad
de L a Rioja en 1938 por doña Dolores Carrizo:,
F e r n á n Caballero, en Obras Completas, tomo 13, página 194, trae nuestra copla con la
noticia de que se reza Al pasar el ciático, a s í ;
Jesucristo va a salir Los ángeles cantan,
yo por Dios quiero morir, la Virgen lo adora,
porque Dios murió por mí. bendito el Señor
que sale a estas horas.
23-11
354 J U A N A L F O N S O C A B M I Z O
ORACIONES DE LA NOCHE
634 A vos, Santa Magdalena,
Te pongo mi querella y confesión,
AHORA ME ACUESTO
Mis pecados muchos son,
Ahora me acuesto No los puedo confesar,
Con el ánima en el cuerpo, Ni los pies de Dios besar.
Y os encomiendo, Señor: Besaré esta santa tierra,
Si me durmiera, veíame, Por que mi alma no se pierda.
Si me muriera, alúmbrame. Besaré esta Santa Cruz,
Con las once mil candelas P o r que mi alma tenga luz.
De la S a n t a Trinidad,
Cruz, cruz, cruz, cruz,
Tú me salves
635 Tú me libres,
AHORA NOS ACOSTAMOS
Tú me guíes
Cosa mala,
Ahora nos acostamos No me llegue
Y a Dios nos encomendamos, Ni ahora,
Porque no hay otro mejor, Ni en la hora
Ni lo hubo ni lo habrá, De mi muerte
Ni nació ni nacerá. f Amén.
Seguramente años atrás nuestro pueblo rezaría también esta oración al paso del viátieo
como en España.
Don Giovani Giannini, en Canti Popolari Toscani t r a e nuestra oración en la pág. 52, a s í :
Suona 1' nn' ora Beata quell' anima
San Pietro la suona Che apira a quest' ora!
Gli angioli la cantano, Spirasse anche la mía
L a Madonna 1' adora Andereble con Gesú e con María. {Siena).
(634) Dictada en Anillaco por doña Manuela Romero en 1938.
Don Constantino Cabal, en su Individuo, trae en la página 5 una oración parecida
que dice:
Santa Mónica bendita, me echan en la sepultura:
madre de San Agustín, cual me tapo con la ropa,
allá os entrego mi alma, me t a p a r á n con la t i e r r a :
que yo me voy a dormir. se irán y me dejarán.
Si me duermo, despertadme: No me desampares,
si me muero, perdonadme: Virgen de la Verdá. . . !
cuando me acuesto en la cama
(635) Dictada en la ciudad de L a Rioja en 1938 por doña María Cleta de la Cruz.
Don Constantino Cabal, en su Individuo, página 52, tiene esta oración a s í :
— S a n t a María Magdalena, Jesucristo está en 1' altar,
yo vos cuento mi querella, todo cubierto de llagas,
mi querella en confesión: y hasta sus brazos igual.
mis pecados muchos son. Va p a allá la Magdalena
No los puedo confesar, Con un paño de cristal.
ni con clérigo de misa, —Quita, Magdalena, quita,
ni con fraile cardenal. no me vengas a limpiar,
Besaré la santa tierra, que estas son las siete llagas
porque mi alma no se p i e r d a : que tenemos que pasar
besaré la santa cruz por los vivos y los muertos
porque mi alma vea luz. por toda la cristiandad.
A la última parte de esta oración Rodríguez Marín la t r a e bajo el número 1037, a s í :
Cruz Santa, Que murió en ti,
Cruz bendita, Que cosa mala
Tú me salvas, Ñ o llegue a mí,
Tú me guías. N i a mi cama,
P o r el Señor N i a los que están en mi compañía.
L a s personas que rezan nuestra oración hacen u n a cruz con la mano hacia los cuatro
puntos cardinales.
CJNCIONEBO POPDLAB DE LA MIOJA 355
(639) Dictada por la señora Sofía Zarate Pérez de Díaz en la ciudad de La Rioja
en 1938.
Rodríguez Marín trae esta oración bajo el número 1048, así:
Aquí m ' acuesto a morir, os la tengo de cumplir.
Q u ' es mas cierto que vivir; Y a m ' echo en la sepultura,
Cuando quiérais, Dios mío, Con la tierra me cobijo;
No tenéis mas que venir, Dios me deje amanecer
Que una promesa que os debo P a r a su santo servicio.
O bien:
Dios delante,
yo t r a s El,
El conmigo,
yo eon El.
Don Constantino Cabal, en El Individuo, página 51, la trae con esta noticia:
L a oración m á s vulgar es la siguiente:
—Con Dios me acuesto, me la acompañan.
con Dios me levanto, Yo me echo
la Virgen María en mi c a m a ;
y el Espíritu Santo. mi cama
Cuatro esquinas es una sepultura;
tiene mi cama, a la hora de mi muerte
cuatro Vírgenes ayudadme, Virgen p u r a .
CANCIONEBQ POPULAS DE LA K I OJ A 357
Y también:
Dios conmigo,
yo con E l ;
Dioa delante;
yo t r a s El.
Los cuatro primeros versos de esta oración, que constituyen la oración propiamente
dicha, se repiten en la que se registra bajo el número 658.
L a segunda p a r t e de la versión 640-a, eptá contenida en esta oración que Rodríguez
.Marín trae en sus Cantos Populares Españoles, ü." 1024, a s í :
641 642
(642-a) Dictada en Los Robles (Dep. Pelagio B. Luna), por el niño de la escuela
N.° 62, Nieoláa Reinoso. El niño la aprendió a su madre, natural del lugar, y ésta, a su vez,
a la suya.
Rodríguez Marín, en Cantos Populares Españoles, trae cuatro versiones de esta oración,
bajo los números 968, 969, 970 y 971, así:
(644) Dietada en Chima, barrio situado al sur de Vichigasta, por la señora Rosa de
Luna en 1939. Como se ve, no solamente no Be entiende el sentido sino que también los
últimos versos son ininteligibles.
Es una oración p a r a conjurar un espanto. Conviene advertir que los vecinos de Vichi-
gasta están constituidos en una comunidad desde tiempo inveterado. Las gentes de los
pueblos vecinos: Chileclto, Nonogasta y Sañogasta, les llaman los indios de Vichigasta a loa
pobladores de la villa de este nombre y de Chima situada media legua al sur, sobre el
mismo camino real.
H a s t a no hace muchos años todos los vecinos vivían de la cosecha de algarroba que
hacían en los algarrobales de la comunidad situados a algunas leguas al naciente de la
población. En los meses de la cosecha dejaban el pueblo desierto y se trasladaban a los
bosques hombres y mujeres, chicos y jóvenes, animales de servicio y todo lo que podían aca-
rrear. Sentaban sus reales en la p a r t e del bosque que por detrecho les pertenecía a cada
familia y allí se instalaban. Cada familia tenía su rancho para vivienda y su ramada p a r a
secar la algarroba, cuando no el mortero y la cimbra p a r a moler la fruta que les d a r á el sus-
t e n t o : el p a t a y y la bebida, la aloja.
E n las noches oscuras aquellas gentes sencillas sentirían al diablo y quizás lo verían,
porque la noche es la madre de las leyendas, en Vichigasta como en todo el mundo. Ya lo
dice el refrán español:
Entre las doce y la una
Anda la mala fortuna.
Precisamente en Vichigasta he recogido este otro conjuro al malo:
¡Ave María Purísima! p a t a de gallo
—Sin pecado concebida mano de fierro,
¡Viva la Virgen Ahí viene el cola rosca
muera el demonio E l cola r o s e a . . .
E n los algarrobales del Pantano, al norte de Aimogasta, y en los del Salado, cuando
no en los de Andaluca, al norte de Alpasinche, la gente que, como en Vichigasta, vive de
la cosecha de algarroba, canta este conjuro a s í :
Mano i fierro
p a t a i gallo
cola rosca
cola rosca
cola rosca
Bendito y alabado
sea el Santísimo Sacramento.
(645) Me fué dictada por doña Manuela Creta de la Cruz R. A. viuda de Herrera, en
la ciudad de La Rioja, en 1938; la había aprendido en Tama, a su madre.
Giovanni Giannini, en Canti Popolari Toscani, t r a e nuestra oración a s í :
l o vado & letto Gesú Cristo salvatore.
Con una eroee in petto, Gesú Cristo é lo mió padre,
Un angiolino bianco; La madonna é la mia madre,
C' é lo Spirito Santo, San Gíuseppe é mió párente.
Un' anima maggiore, Dormo ben sicuramente. (pág. SO - N.° 3)
CANCIONERO POPULAR DE LA BÍOJA 361
646 649
GRACIAS A DIOS Me persigno con la cruz
Y me abrazo con los clavos.
Gracias a Dios, E n la cabecera tongo
Ha llegado la hora. Al Señor crucificado.
E l ángel la toea,
La Virgen la reza, 650
El Señor la a d o r a ;
Dichosa es el alma MAMITA, VIRGEN
Que recuerda esta hora. Mamita Virgen,
Bendito es el cáliz, Tu hijito soy.
Bendito el altar, Con t u licencia,
Bendita mi cama, A dormir voy.
Me voy a acostar.
Cuatro ángeles acompañen: Y si me duermo,
Lucas y Marcos, Despiértame ;
J u a n y Mateo, Y si me muero,
Cristo en el medio. Perdóname.
j Ave María, cruz, cruz!,
Que no se me arrime 651
Cosa mala a mi cama,
Ni gente de mala intención Mi señor San P e d r o ,
Ni brujas ni hechiceras. Que adoraste el cáliz,
También el altar,
Cuidame la c a m a :
Me quiero acostar.
647
JESÚS AMARRADO 652
MI SERÁFICO FRANCISCO
Jesús amarrado,
Jesús coronado, Mi seráfico Francisco,
P o r mis muchas culpas Hijo querido de Dios,
Y mis mil pecados. P a r a la Madre de Cristo
Una limosna por Dios.
Bendices el cáliz Así p a r a el alma como p a r a el
E n el Altar, [cuerpo],
Bendice mi cama, La cama tiene cuatro cantos,
Me voy a acostar. La guardia tiene cuatro ángeles:
Lucas y Marcos,
J u a n y Mateo,
648 Cristo en el medio.
Cuando me acuesto,
Jesús sea mi luz, Cuando me levanto,
María sea mi guía, L a Virgen Santa
José mi compañía. Me cubra con su manto.
(646) Dictada por la señora Rosa Caliva de Avila en San Antonio (Dto de Arauco).
(647) Dietada por la señorita Vicenta Millieay.
(650) Fernán Caballero en Obras Completas, tomo 13, pág. 192, trae nuestra oración
con la siguiente noticia así: Al irse a jugar ante una imagen de-la Señora:
Madre mja querida Con vuestra mano bendita
vuestra esclava soy, Madre de mi corazón,
con vuestra licencia aunque soy pecadorcita
a jugar me voy. echadme la bendición.
(652) Dictado por la señora Victoria Villafañe viuda áe Luna en Yichigasta.
362 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O
653 654
OH, SAN JOSÉ OH, SANTO CRISTO DEL VALLE
656 657-a
SEÑOR MIÓ, JESUCRISTO
' PADRE MIÓ, SAN SILVESTRE
Sefior mío Jesucristo,
Arrodillado a t u s pies, _, , „ „., ,
Te pido la bendición: £ad™ T ° M Sllvestre
>
P o r si m a ñ a n a me muera, De Monte Mayor,
Me sirva de absolución. ^ i b r a mi alma y nn cuerpo
De brujas y hechiceras,
s-cv De hombres de mala intención.
SAN SILVESTRE, DE MONTE MAYOR
San Silvestre, de Monte Mayor, 657-b
Defiende mi cama,
Mi casa en d e r r e d o r SEÑOR SAN VICENTE
De animales ponzoñosos,
De brujas y de hechiceras, Señor San Vicente,
De hombre de mala intención. Del Monte Mayor,
He aquí algunos no publicados hasta ahora, dirigidos a San Cipriano o San Silvestre:
Don Antonio Roco del Campo trae también noticias interesantes sobre la brujería, y la
oración que a manera de conjuro invoca a San Silvestre.
E l lugar donde loa brujos celebran sus sesiones solemnes Se llama Cueva de Salamanca,
en alusión a la célebre Universidad de España, que fué considerada en todos los tiempos
como centro universal de la cultura. En Chile existen varias « Salamancas », pero predomina
la creencia de que la famosa Cueva es una sola y que abarca subterráneamente todo el
territorio nacional, lo que probaría que cada Salamanca no es sino un túnel misterioso con
puertas de acceso hacia el gran recinto de la hechicería.
E n aquellas grutas y cavernas encuentran su morada las almas de los brujos muertos, en
espera del día bíblico del Juicio F i n a l y allí ciertos días pueden reunirse con los brujos
vivos que necesariamente deben concurrir enbadurnados de untos y en conjuntos celebran
banquetes y orgías, que iniciadas en las primeras horas de 14 noche se prolongan hasta
la madrugada. '
L a forma que para no ser descubiertos en sus correrías nocturnas adoptan los brujos
—según la mitología— es la del chonchón, pájaro de color ceniciento obscuro con cabeza
humana y orejas tan extremadamente largas que les sirven de alas. Cuando vuela sobre los
campos y los rancheríos, anuncia su proterva presencia con un graznido característico que
el pueblo transcribe onomatopéyicamente en un Tué-tué-tué-tué-tué..., que amedreuta a
niños y ancianos.
| C ó m o ahuyentarlo? Varios son los expedientes que los crédulos emplean; arrojar un
puñado de sal al fuego o decir jaculatorias o conminaciones como é s t a :
¡Adelante va Jesús,
sigúelo vos detrás!
O los versos si(r U i e n t e a a manera ¿e conjuro:
Respecto al pájaro dicho Chonchón y a su g r i t o : fué, tve, tve, véase l a canción N.° 488
y esta noticia de don Tomás Guevara:
El CHONCHÓN, que tiene la figura de una cabeza humana, cuyas orejas le sirven de
alas para volar en la oscuridad a manera de ave nocturna. Eevolotea alrededor de la habi-
tación de los enfermos, lucha con el espíritu de éstos, i si los vence chupa la sangre del
paciente.
Los indios se libran de su presencia, cuando sienten en la noche el grito de ciertas
aves acuáticas, echando ají al fuego. (131 - I - pág. 231).
CANCIONERO POPULAS DE LA Ü IO J A 365
658 Y la Virgen p u r a
Me cubra con su manto.
SEÑOR SAN PEDRO
Señor San Pedro,
Dormirme quiero. 658-a
Si me durmiera,
Tú velarás SEÑOR SAN PEDRO
Con las candelas
De la Trinidad. Señor San Pedro,
Cuatro esquinitas Dormirme quiero.
Tiene mi cama, Si me durmiera,
Y cuatro ángeles me acompañan Tú me cuidaras;
Lucas y Marcos, J u a n y Mateo. Si me muriera
Tú me velaras
Con Dios me acuesto, Con las once mil candelas
Con Dios me levanto, De la Santa Trinidad.
(658) Dictada por la señora Elsa Orona Asís en la ciudad de La Rioja en 1938.
(658-a) Dictada por la señorita Dolores 'Cañizo, también en la ciudad de La Rioja,
en 1938.
(659) Don Valerio Serra Boldú, en au iestudio Costumbres Religiosas, publicado en
Folklore y Costumbres de España, trae en la página 578, nuestra copla así:
Con dulce amor cada; día
y con tierna devoción
recemos con devoción
el Rosario de María. ;
(660) Dictada por la señora Paula Molina de Luna en Vichigasta en 1939.
Don Alberto Sevilla, en su Cancionero. Murciano, trae nuestra oración bajo el número
81 así:
Yo tengo un escapulario los ángeles mis hermanos
de la Virgen del Rosario; me agarraron de la mano,
cada vez que me lo pongo me llevaron a Belén,
me acuerdo de San Antonio; desde Belén al Calvario
cada vez que me lo quito y del Calvario a la fuente,
me acuerdo de Jesucristo; donde el diablo no me encuentre
Jesucristo era mi padre; ni de día ni de noche,
Santa María mi madre; ni a la hora de mi muerte.
366 J U A N A L F O N S O C A B E I Z O
(N.° 464)
E n la glosa que se registra bajo el número 215 del Cancionero Popular de Tucumán, y
que glosa a la décima clásica Bendita sea tu pureza, y que como las anteriores es con toda
seguridad de origen español, están estos dos versos al comienzo de la 8.» décima, así:
Hermosa como la luna
Escogida como el sol,
Eubia como el arrebol
Bendecida cual ninguna.
CANCIÓN EBO POPULAE DE LA MIOJA 367
(663) También son popularísimas estas dos eoplitas que se suelen entonar en las igle-
sias, luego de rezar el rosario. ¡
Don Valerio Serra Boldú, en su estudio Costumbres Religiosas, publicado en el tomo I I I
de Folklore y Costumbres de España, trae nuestras eoplitas en la pagina 576, así:
El demonio a la orpja
te está diciendo:
—No reces el Rosairio,
sigue durmiendo.
¡Viva María 1
viva el Rosario,
viva Santo Domingo,
que lo ha fundado.
(664) Dictada por dofia Marcelina Creta, en 1938.
(664-a) Dictada por doña Rosario Arias de Chumbita en Aimogasta; tiene 76 años.
Parece ser muy antigua esta oraeión porque don Pedro Calderón de la Barca (1600-1681),
en su comedia Céfalo y Pocris, ya la trae aunque trunca así:
San Cristóbal estaba a la puerta,
Con su capillita cubierta
Y rogando y suplicando
A las monjas del Perdón,
Que le digan la oración. (33 - 12.- pág. 490)
368 J U A N A L F O N S O C A £ E I Z O
(666-a) Dictada por doña Marcelina Creta. Vda. de Herrera. E s t a oración me decía
doña Marcelina y como ella las personas viejas que la saben, se reza cuando sobreviene al-
guna tentación del diablo o cuando so produce en el vecindario alguna muerte repentina
o hay espantos, ruidoB raros por los aires, terremotos, etc. Se reza volviendo siempre a re-
citar todos los versos anteriores en la seguridad de que al decir el último número el diablo
revienta, se va corrido p a r a no volver a causar daño o espanto.
Suele agregarse a manera de comentario a la oración esta c u a r t e t a :
Quien dice doce
Y llega a trece,
Reviente ese
Que en el infierno padece.
Don Aurelio de Llano dice que ea una oración piadosa.
LAS DOCE PALABRAS RETORNADAS
Existe la creencia de que es necesario saber las doce palabras retornadas, porque cuando
Be muere una persona su alma tiene que pasar un pumte sobre el cual está el diablo espe-
rando el paso de las almas. Y cuando llega una la detiene y le dice;
—Alma mía, de las doce palabras retornadas, dime la una.
Y si el alma las sabe, contesta: ¡
—Alma tuya, no1; de Dios, si, To te diré la una, que bien tu sé: la una la Virgen Pura.
—Alma mía, de las doce palabras retornadas, dime las dos.
—Alma tuya, no; de Dios sí. Yo te diré las dos, que bien lías se las dos, las dos tablas
de Moisés; la una, la Virgen pura. ¡
—Alma mía, de las doce palabras retornadas, ditne las tres,
—Alma tuya, no; de Dios, sí. Yo te diré las tres, que bien las sé: las tres, las tres
Marías; las dos, las tablas de Moisés; la una, la Virgen pura.
Y así van diciendo y retornando hasta llegar a doce. Para abreviar, las diré empezando
por la última:
La doce, los doce Apóstoles. La seis, los seis sirios ardiendo.
La once, las once mil vírgenes. La cinco, las cinco llagas.
La diez, los dies mandamientos. La cuatro, los cuatro Evangelistas.
La nueve, los nueve cielos. La tres, las tres Marías.
La ocho, los ocho coros. La dos, las tablas de Moisés
La siete, los siete gozos. La una, la Virgen pura.
Las doce ya te las dije,
trece no las aprendí.
Vete al infierno, demonio,
que esta alma no es para ti.
El diablo desaparece y el alma sigue su camino hacia el cielo.
Don Sergio Hernández de Soto, en su estudio JUEGOS INFANTILES DE EXTREMA-
DURA, trae nuestra oración como divertimiento de chicuelos, así:
LAS DOCE PALABRAS RETORNE ADAS
Se ponen en la misma forma que en el fuego anterior {en círculo), y el que dirige pregunta
al que está a su derecha, y éste le contesta -.
—De las doce palabras torneadas
dime la una.
—La una, el niño que nació en Belén,
La casa santa de Jerusalén,
Donde reinan el Padre, el Hijo
Y el Espíritu Santo, amén.
CANCIONERO POPVLAB DE LA EIOJA 371
—Las dos, las dos tablillas de Moisés, donde Jesucristo puso los pies pa subir a la casa
Santa de Jerusalén. La una, el sol y la luna.
—De las doce palabras retorneadas dime las tres.
—Las tres, las tres Marías. Las dos, las dos tablillas de Moisés, donde Jesucristo puso
los pies pa subir a la casa santa de Jerusalén. La una, el sol y la luna.
El señor Espinosa continúa retornando las palabras pero poi abreviar pondremos las
soluciones solamente, así:
Laa cuatro, Jos cuatro evangelistas
Las cinco, las cinco llagas.
Laa seis, los seis eandeleros.
Las siete, los siete coros.
Las ocho, los ocho gozos.
Las nueve, los nueve meses.
Laa diez, los diez mandamientos.
Las once, las once mil vírgenes.
Las doce, los doco apóstoles.
Un fai lou pichot fiou de la viergi Mario, Noou, es les noou offros de sant Jause,
Que benid' sie la ben lausado! Huech les huech armétos...
Don Julio Vicuña Cifnentes en su libro Prosas de Otros Días, presenta nuestra oración
con estas p a l a b r a s :
En la colonia se conjuraba todo. Se conjuraba el demonio diciendo las doce' PALABEAS
BEDOBLADAS, una de cuyas versiones es ésta (pág. 202) :
Cita la versión y como no difiere mayormente de las apuntadas, no l a transcribo.
CANCIONERO PO PULAS DE LA RIO JA 373
Don Ramón A. Laval, en BU Folklore de Carahue, página 33, transcribe una versión que
poco difiere de las nuestras, con una erudita nota. E n las páginas 39 y 40 transcribe doa ver-
siones más que han sido populares también en nuestro país. Helas a q u í :
« L A S DOCE P A L A B E A S D E L D I A B L O
Existen versiones de las doce palabras redobladas en casi todos los países europeos. Pero
es curiosa, entre todas, una que se encuentra én los JUEGOS INFANTILES BE EXTREMA-
DURA, RECOGIDAS Y ANOTADAS POR SERGIO HERNÁNDEZ DE SOTO » que ya hemos
visto al principio de esta nota.
L a señora María Cadilla de Martínez, en su libro La Poesía Popular en Puerto Rico,
página 311, trae nuestra oración también como una disputa entre el diablo y el pecador.
Don Rafael Ramírez de Arellano, trae otra versión de Las doce palabras torneadas, pare-
cida a l a de l a distinguida y e m d i t a investigadora portorriqueña (pág. 212).
(667) E s t a s décimas del mismo tema de la oración anterior me fueron dictadas por don
Javier Ahumada, en Guandacol, en 1940.
374 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O
ENSALMOS Y CONJUROS
668 668-a
Ave María Purísima, Mano i fierro,
Sin pecado concebida. Pata i gallo,
I Viva la Virgen, Cola rosca, cola rosca.
Muera el demonio, Bendito y alabado
Pata de gallo, Sea el Santísimo Sacramento.
Mano de fierro,
Cola rosca, cola rosca!
(668) Este conjuro me fué dictado por doña Ascención Vargas, en Vichigasta.
(668-a) Dictada por doña J u s t a Díaz de Valverdi, en Sálicas (Pelagio B . L u n a ) .
L a tonada con la cual doña J u s t a Díaz decía su conjuro, es la que transcribimos a con-
tinuación. L a señora Isabel Aretz-Thiele, la tomó a mi esposa, quien imita la voz de doña
J u s t a con exactitud.
"~^T
SE gg5=S
m
Pía. r*e rro,
— f
&
un mi i r
tosca, cola., rtf calcóla ra
* -
J
ta
^
Prn^»-
Ya dijimos en la nota al cantar 644 que catas dos versiones pertenecían a un conjuro
que los paisanos algarroberos de Vichigasta y Sálicas conservan hasta hoy día p a r a ahuyentar
al malo que los espanta con ruidos en las noches de la selva.
E n estas dos regiones, Vichigasta y Sálicas, que son linderas a los Baldes o sea a los
lugares poblados de algarrobos, donde hacen sus cosechas anuales (febrero y m a r z o ) , se con-
servan todavía algunas supervivencias indígenas a más del uso y elaboración de las dulces
vainas del taco o algarrobo que hemos heredado de la prehistoria.
Los indios, hasta muy avanzado el siglo X V I I , se disputaban los algarrobos porque de
ellos vivían y hoy no pocas son las familias de Vichigasta y Sálicas, que viven p u r a y ex-
clusivamente de la algarroba.
Me decía u n amigo de Aimogasta que una hectárea de algarrobos rendía por año más
de trescientos pesos en patay, amén de la añapa, la aloja y el concho o desperdicio que deja
p a r a engordar burros, cerdos, gallinas y pavos.
E n estos pueblos citados se han conservado, como dije, supervivencias indígenas. E n
Vichigasta oí esta leyenda que justifica el conjuro expresado en los versos anotados, efectiva-
mente, en 1939. Nos contaba una señora de unos 50 ó 60 años, madre de Nicolasito, un enano
muy conocido en el pueblo, que en Los Baldes de Macho, La Esquina, Suribrasita y otros del
departamento Independencia, donde solían ir a j u n t a r algarroba, años atrás (no me precisaba
d a t a ) , a todas las familias que ocupaban u n bosque y que constituían u n a población de 100 a
120 personas entre chicos y grandes, se les apareció una oración cerrada una mujer grande,
inmensa, con cimbas (trenzas) que le caían al suelo y con unos chuchos (de chuchu, seno en
quiehua G r i m m ) , desmesurados. E s t a mujer se dirigió a los que estaban juntando algarroba
y alcanzó a pillar algunos. Los tomaba de cualquier parte del cuerpo y se los echaba a los
chuchos que se estiraban delante de la mujer como inmensos sacos. Corrió por el algarrobal
I
CANCIÓN ESO POPULAS DE LA BIOJA 375
y prendió a todos los hombrea y mujeres que había en el balde. Los únicos que se salvaron
fueron los que se guarecieron en la copa de los árboles y los que se habían ido horas antes
campo afuera en procura de unos burros.
Añadía la mujercita que esta señora, al echar los hombres y mujeres a sus chuchos, decía:
¡capasucana, capasucana, capasucana!
L a mujercita de Vichigasta no me sabía decir qué quería decir con estas p a l a b r a s ; p a r a
ella capasucana era el nombre de la giganta.
A otras gentes de Vichigasta he oído decir al monstruo, Capansucana o simplemente Car
pansuca y también Sapanauca.
Don Jesús M. Carrizo Valdés (116 - I - pág. 4) hace una interesante reseña de esta
superstición que estudia luego comparativamente en u n libro que aparecerá en breve.
Segurmente la palabra es capasucana, que proviene de capac: grande, y suhana: ladrona,
esto es, gran ladrona, en quichua.
N a d a extraño es que en un pueblo donde viven tales leyendas populares, haya conjuros
como el que me dictó doña Ascención Vargas, que habla de los atributos o males del diablo.
Conocidos en la E d a d Media española. E n efecto, Rodríguez Marín, en la nota 32 de la pá-
gina 455 del tomo I de sus Cantos Populares Españoles, da esta noticia: La mala cosa: uno de
los nombres que se dan al diablo. También se le llama Pero (o Pedro) Botero, el mengue
(caló), Patas de pulla, etc. Nuestro conjuro no lo llama Patas de pulla, sino simplemente
patas de gallo.
Sálicas, que como Vichigasta es otro pueblo algarrobero, tiene también sus supervivencias.
La misma mujercita que me dictó la versión 668-a, me decía, en julio de 1940, lo que la
sucedió en Lorohuasi, en oportunidad en que fué a j u n t a r algarroba allá por 1900 más o menos.
I b a con una viejita vecina muy cuzquera (qué habla el idioma del Cuzco, el quichua) y y a
en el Balde y en lugar seguro se armó una tempestad con truenos y rayos que horrorizaba. Ella,
doña J u s t a Díaz, rezaba sus oraciones en castellano que había aprendido en su casa pero
la éusquera rezó otra oración que a sus oídos sonaba a s í :
Sutiquita tu caranein
Chaina p u n a
Sairarensin ayayay
Moseatin socaguay
jTuay, tuay, t u a y l
376 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O
669 673
Creo en Dios, p o r la señal de la cruz,
Creo en Dios, Q u e m e V oy a santiguar:
No en bultos negros Acaso seas el Diablo
Como vos. Q u e m e vienes a tentar.
670
674
Detente, animal feroz, ~ ^ , . ,
Que Cristo nació San Bartolomé,
Primero que vos. Lárgame del pie,
^ Te lo bailare.
671 675
Madre mía de piedad, San Blas, San Blas,
Sácame esta suciedad. No se ahogue más.
672 676
No me vengas a tentar: Santo Pilato,
Yo soy siervo de Jesús; La cola te ato:
Yo no dependo de vos. Si no concedís...
I Cruz, cruz, cruz, cruz! No te desato.
Tuay, tuay, gritaba p a r a ahuyentar al malo que venía a causar daño en medio de la tem-
pestad, añadía doña J u s t a Díaz.
El padre Jorge A. Lira, que tradujo el cantar número 781, no ha podido traducir la ora-
ción de la euzquera.
(669) Es también un conjuro muy conocido p a r a ahuyentar al espíritu de las tinieblas
que espanta con fantasmas de noche.
(671) Conjuro para librarse de un cuerpo extraño penetrado en el ojo.
(673) E s t a copla era de cajón entre los viejos guitarreros y poetas que cantaban en
contrapunto. La oí en Tucumán como dicha por el gran cantor don José Domingo Díaz. Tam-
bién se la puede ver efttre los primeros versos de la payada de T a g u a d a con de la Bosa on la
nota al cantar número 502.
(674) Conjuro p a r a sanar de u n ataque de calambre en las piernas.
(675) Dice el que asiste a una persona que se ahoga con la tos.
(676) A este conjuro lo oí a unas n i ñ a s ; una d¡e ellas esperaba ver pasar a su novio
a caballo por la calle; como la hora convenida llegaba y el joven no aparecía, ella, haciendo
un nudo con el delantal decía el conjuro con toda entereza.
Parece ser que prefieren hacer el nudo con el cinto del delantal o de la capa o un
otro cinto de género para que Pilatos, en castigo, se quede atado a voluntad de la tirana
pedigüeña.
Este conjuro es muy antiguo en la literatura española; en la Tragedia Policiano,, publi-
cada en 1547, se lee en el acto X V I :
Claudina: Ora, hijo Siluano, es menester que me traygas para haser un conjuro una
gallina prieta de color de cuervo, e un pedazo de la pierna de un puerco blanco, e tres cabellos
suyos (de la doncella), cortados martes de mañana antes que el sol salga, e la primera ves que
cabe ella te veas, después que los cabellos la hayas quitado, pondrás tu pie derecho sobre su pie
izquierdo, e con tu mano derecha la toca la parte del corazón, e mirándola en hito sin
menear las pestañas la dirás muy passo estas palabras:
Con dos que te miro
con cinco te escanto,
la sangre te bebo
y el corazón te parto.
B hecho esto, pierde cuydado que luego verás maravillas (198 - I I I - pág. 3 3 ) .
Al comentar el conjuro Menéndez y Pelayo transcribe p a r t e de una noticia erudita de Ro-
dríguez M a r í n : Como ella aclara la forma de hacer el sortilegio y d a la medida y la extensión
de esta usanza en España, la transcribo también.
Dice Rodríguez M a r í n : La fórmula de conjuro:
Con dos que te miro. . ,
que Sebastián Fernández insertó en el acto XVI de la TRAGEDIA FOLICIANA, parece to-
mada, más bien que de la tradición oral inmediatamente, de una de las EPÍSTOLAS FAMI-
LIARES de Fr. Antonio de Guevara de la IV de la segunda parte de SM colección, único lugar
segundo. Este conjuro era comunísimo entre las hechiceras, y así, aparece citado con fre-
CANCIONERO POPULAR DE LA RIOJA 377
677 678
Santa Bárbara Doncella, Vete, enemigo,
Líbranos del rayo y de la centella, No voy con vos:
Como libraste a Juan Ángel Yo voy con Dios,
Del vientre de la ballena. Dios va conmigo.
en donde encuentro tal fórmula con el QUE del verso primero y con el verbo ESCANTAR del
euencia en los procesos inquisitoriales, unas veces como fórmula completa y otras como
fragmentos de otras de mayor extensión.
En la causa seguida en 1600 contra Alonad Berlanga (Archivo S. Nacional, Inquisición de
Valencia, legajo 28, núm. 1), figura entre los papeles que se hallaron en la casa de su manee-"
ba, uno en que los versillos en cuestión se ctirigen, a la valeriana, como remate de un con-
juro hecho a esta hierva:
Valeriana hermana, Valeriana,
Yo te conjuro con Dios y con S a n t a M a r í a ; Yo te conjuro con la claridad del d í a ;
Valeriana, Con el libro misal
Yo te conjuro con la luz del albfi; Y con el sirio p a s c u a l . . .
Y termina de esta manera;
Con tres te miro (sic.)
Con cinco te ato,
Con sangre de león tu vertut t e pido,
Que seas en mi favor de contino.
Esta última parte de la fórmula se empleaba no sólo para hacerse querer, sino también,
y cerca andaba lo uno de lo otro, para hacer mansos y sufridos a los hombres. Así entre
378 J U A N A L F O N S O C A JB £ I Z O
los cargos que se enumeran en la sentencia contra Isabel Bautista, año de 16S8 (Inquisición de
Toledo, legajo 89, núm. 38), figura el siguiente: Y enseñó esta oración a dichas personas, que
quando viniese su marido o galán, dixesen:
y que con esto quedarían desenojados y como un "borrego. « Y en otra causa, seguida en 1645
contra Fransisca Rodrigues, por el mismo tribunal toledano del Santo Oficio (legajo 94, núm.
S30), dice acusando el fiscal: <c.En otra ocasión dixo a cierta muger que si quería que un con-
juro suyo callase aunque la viese hacer cualquier cosa, que lo haría; y quiriendo la dicha muger
ir a consultar a otras hechiceras esta rea (sic) la advirtió dello y la enseñó el conjuro siguiente:
con que el conjunto se amansaba ». A idéntico fin, Bautista Hernández, procesado en 17SS por
la Inquisición de Valencia (legajo £5, núm. 14), hacia tres nudos en una cinta, diciendo:
Más interesante que todas las lecciones transcritas es otra para LIGAS a las personas,
conservada asimismo en un proceso seguido en la Inquisición de Valencia por los años lfíS9
(legajo 88, núm. S). Entre los papeles que se recogieron en la casa de la procesada Juana Ana
Peres y que están unidos a los autos, hay uno que dice así:
En la página 136 del tomo primero hablamos de los pesebres de la ciudad de La Rioja
y dijimos que niños y jóvenes de ambos sexos cantan villancicos al Niño Dios al son de mú-
sica que ellos mismos ejecutan con flauta (armónica) o con guitarra.
La tonada casi universal en La Rioja para cantar los villancicos de Navidad es acaso la
que insertamos a continuación.
La melodía que se reproduce fué cantada por el joven etnógrafo y arqueólogo riojano, don
Julián Cáceres, que ha vivido en La Kioja y que tiene especial afición a las tradiciones de su
tierra. La música fué escrita por don Bruno Jacovella, el mismo distinguido profesor de fol-
klore que tomó las melodías insertas en el Cancionero Popular de Tucumán (tomo I - apéndice).
La letra es la del villancico número 733-a. i
He aquí la melodía: ¡
AuemfTr» ( J » J M Í ) _, MASTAMaVlL*
|wriw>mc.nrt
rt¡n /3| r J¿rJi-7^j^^i^>j?i^JJ|jT^i^jJijT^p i joifrri^
o i» /'H.:<V»m-íi-» 5»
(681) Con alguna frecuencia se oye decir a la gente del pueblo traendo y lendo por
trayendo y leyendo.
(685) Dictado por la señorita Elsa Orona Asís en la ciudad de La Rioja; lo había
aprendido a su madre.
El último verso que dice Con Su Merced, revela la antigüedad del villancico, porque so-
lamente entre ancianas de más de 80 años he oído usar esa expresión: Su Merced; ahora di-
rían con usted.
382 J U A N A L F O N S O C A B B 1 Z 0
689 690
AZUCENA BLANCA Bajad, serafines,
De la alta región,
Azucena blanca Entonad la gloria,
Pura y virginal: Con dulce canción.
Una mejor madre
No se vio jamás.
691
Niñito con alas,
A ella volad. Bajas del pesebre,
Niño de B e l é n :
Oh, Niño divino, Hoy flores y rosas,
¿Qué te puedo dar? Después será hiél.
(688) Dictado por la señorita Zoila Córdoba en Machigasta (Dto. Castro B a r r o s ) .
(689) Dictado por doña Marquesa L. viuda de Oliva.
(691) Como en el caso de la oración N.° 677, en que el pueblo confundió por igno-
rancia los nombres y dijo J u a n Ángel en lugar de J o n á s , aquí el pueblo ha modificado
también en p a r t e el sentido del villancico, porque seguramente la forma original ha sido la
de la primera cuarteta de este villancico de Lope de Vega (1561-1635).
TEBANDEA
L a s p a j a s del pesebre, Mas no quiero deciros,
niño de Belén, aunque vos lo sabéis,
hoy son flores y rosas, palabras de pesar
mañana serán hiél. en días de placer.
Lloráis entre las p a j a s Que aunque tan grandes deudas
de frío que tenéis, en pajas las cobréis,
hermoso niño mío, hoy son flores y rosas,
y de color también. mañana serán hiél.
Dormid, cordero santo, Dejad el tierno llanto,
mi vida, no lloréis, divino Emanuel,
que si os escucha el lobo, que perlas entre pajas
vendrá por vos, mi bien, se pierden sin por qué.
Dormid entre las pajas, No piense vuestra madre,
que aunque fría las veis, que y a en Jerusalén
hoy son flores y rosas, previene sus dolores,
mañana serán hiél. y llore con Joseph.
Las que para abrigaros Que aunque pajas no sean
tan blandas hoy se ven, corona p a r a Rey,
serán mañana espinas hoy son flores y rosas,
en corona cruel. mañana serán hiél. {178 - pág. 250)
Lope de Vega tomó los dos últimos versos de la primera cuarteta de la tradición po-
pular, porque en los años del poeta del Siglo de Oro, andaban estos versos en el pueblo. E l
maestro Gonzalo Correas, de principios del siglo X V I I trae una coplita cuyos dos últimos
versos se parecen en algo a los dos últimos de nuestro villancico
L a flor del romero
niña Isabel,
hoy es flor azul
y mañana será miel. (5S - p á g . 217)
CANCIONERO POPULAR DE LA EJOJA 383
Don Aurelio de Llano, en su libro Del Folklore Asturiano, página 213, t r a e esta versión
de nuestro villancico, recogida en la tradición oral a s t u r i a n a :
—A dónde camina Y fueron andando
quisiera saber, y luego encontraron
un hombro, de noche, un portal muy viejo
con una mujer. y muy derrotado.
—No la llevo h u r t a d a Quedaron conformes
ni majen ni amar, de allí se albergar,
antes de las doce antes de las doce
a Belén llegar. a Belén llegar.
697 700
701 Si no ha merendado,
Pueda hacer merienda.
CORRED, CORRED
Una carretica:
Corred, corred En que anda la prenda.
Con ánimo y fe Pasos que yo imito
Para adorar A cantarle venga.
Al Niño Manuel,
Que allí, que allí —¡ Oh, si por ser rico
Está nuestro bien. Otros bienes quieres... !
—Almas llevas, Gil:
SOLO Es el don que aprecio.
Tierno Infante, que naces al mundo Ante Gil el tamborero,
Con la cruz, estación del amor. Divino Niño de Flores,
Corred, corred, etc. Pastorcitos de Belén,
Cortesanos de la gloria,
Salvador de Nazaret.
702
Chacrita nacida 704
En Jerusalén,
Dale tus frutitas Desde las humildes
Al Niño Manuel. Pajas donde está,
Nos hace presente
Su amor y amistad.
703
DICEN QUE A DIOS NIÑO 705
(703) Dictado por la señora Dolores Eomero de Lujan en San Antonio (Dto. Arauco).
La señora de Lujan me dijo que en su niñez ella y las chicas de Aimogasta, y de La
Rioja, cantaban este villancico, llegado a ellas por tradición oral. Solamente por esta no-
ticia anoto este eantar entre los populares, pues evidentemente es un cantar de origen lite-
rario. La alusión a Gil, como la alusión a Antón que veremos en villancicos posteriores, nos
trae a la memoria los Pascuales, los Giles y loé Antones de los villancicos de Navidad de Lope
y del teatro sacro del siglo XVII. Don Francisca de Quevedü ridiculizaba a IOB poetas que
escribían tales villancicos cuando en SUB pragmáticas manda: Y a los sacristanes que no ha-
gan los villancicos con GIL ni PASCUAL (91-a - pág. 102).
(706) Quizás este cantarcillo sea antiguo, porque la expresión paloma sin hiél, ya! figu-
ra en la Comedia de Eufro$ina, de 1631; así, al promediar la escena segunda se lee: Si] eseri-
bieredes en ausencia a moza de cántaro, habladla de tú y de vos entreverado, que llaman
honra y media; y para ser apacible, porque no son capaces de los elevamientos de Garci
Sanchea (¿BE BABAJOZ?) habéis de llamar mona, gata de tripera, PALOMA 8IN &IEL,
rapacilla de mi alma, pidiéndola celos de algún zurrador, porque piense que la queréis bien
(192 • XIV - pág. 109.
388 J U A N A L F O N S O C A E B I Z O
707 709
E L N I Ñ O DIOS H A NACIDO
DUERME Y NO LLORES
E l Niño Dios ha nacido
Duerme y no llores, Vestido de carne humana,
Jesús a m a n t e ; E n esta noche a las doce,
Duerme y no llores, De u n a estrella soberana.
Mi Redentor.
Esos ojitos, Bailad, pastorcitas,
Olí Dios infante, Bailad en Belén,
Ciérralos presto Bailad,que ha nacido
E n este horror. El más santo Rey.
E n el P o r t a l de Belén E n el P o r t a l de Belén
H a bajado un cielo entero, Ha nacido Manuelito.
Porque dicen que h a nacido Me dicen que es más bonito
El hijo del P a d r e Eterno. Que J u a n i t o , el de Isabel.
(717) Dictado por la señorita Zoila Córdoba en Aimogasta (Dto. Arauco) en 1938.
El Obispo de Tucumán, doctor José Agustín Molina (1773-1838), en sus Oraciones Pia-
dosas al Niño Dios, trae una coplita que repite en la primera canción a manera de coro.
Dice así:
Gloria en lag alturaa,
Angeles cantad
A Dios, y a los hombres
En la tierra, paz. (Pág. 9)
Los versos subrayados en la tercera estrofa están tomados indudablemente de esa coplita.
La última cuarteta no es del cantar, así lo dice su sencillez y humildad y lo diee también
la señorita Córdoba; es la despedida que dice el grupo de niñas y niños que acaban de cantar.
CÁNCIONEMO POPULAR DE LA BIOJA 391
718 724
Esta noche es Noche Buena HE VISTO UN BONITO NIÑO
Y mañana Navidad.
Apronten, apronten todo He visto un bonito niño
Y salgamos a cantar. Que ha nacido en un portal
Echadito entre gramillas
719 Y lleno de majestad.
Fulana me llamo. Hoy goza la tierra
Por Jesús, mi bien, Profunda quietud,
Dejaré yo el mundo De oriente al poniente,
Para irme con El. Del Ártico al sud.
722 726
(718) Seguramente esta copla es un arreglo de una copla vieja española y de una
improvisación del momento. Aunque puede haber varias coplas que comiencen igualmente,
una hay que eB clásica:
Esta noche es Noche-Buena
y mañana Navidad
que está la Virgen de parto
y a las doce parirá.
Los doe últimos versos de nuestra copla han sido cambiados por los muchachos o por
las niñas que forman el grupo de cantores. Ellos van de pesebre en pesebre loando al
Niño-Dios con mucha gracia, fe y corrección.
A la copla española citada la trae, entre otros, don Eugenio de Olavarría y Huarte en
su estudio El Folk-Lore de Madrid, publicado en el tomo segundo de la Biblioteca de las
Tradiciones Españolas.
(724) Dictado por la señora Gabriela M. de Zarate, de 70 años, en Los Molinos (Dto.
Castro Barros).
(726) Dictado por doña Marquesa L. viuda de Oliva.
392 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O
127 730
731
728
La Virgen, como es tan pobre,
Amasaba en el Portal;
La estrella, corriendo, El cedazo era de oro
Paró en un portal: Y la pala de cristal.
Los reyes, confusos,
Dicen: Aquí está.
732
733
La hora se ha dado,
Y el Niño no viene. La Virgen María
¿Cuál será la dichosa Su pelo tendió,
Que lo detiene? Y se hizo una trenza
Que al cielo llegó.
Bajá y decile
Con sinceridad 733-a
Que ese Niño hermoso
Aquí está ya. La Virgen María
Su pelo tendió:
La noche fué fría, Se hizo una cadena
Y el ángel bajó Que al cielo llegó.
Nadando entre luces,
Y así les habló: 734
(729) Dictado por doña María Ocampo en Sálicas (Dto. Pelagio B. Luna) en 1940.
(731) Esta coplita de Navidad es de origen español. Fernán Caballero, en Cuentos y
Poesías Populares Andaluces, página 376, la trae así:
La Virgen como era pobre,
amasaba en el portal;
el cedazo era de plata
y la pala de cristal.
(733) Fernán Caballero la trae en la forma que está en la variante así:
La Virgen María
su pelo tendió,
hizo una cadena
que al cielo llegó. (Obras, T. 13, pág. 214)
CANCIONERO POFULAB BE Z, A B10\J A 393
(739) Dictado por doña Manuela C. de Rodríguez en Anillaeo (Dto. Castro Barros) en
1938. E n las representaciones que solía hacer la gente de "La Costa, esto eg, de los departa-
mentos de Castro Barros y Arauco, en las noches de Navidad hacía el papel de noticieras.
H e conocido en L a Costa a varias de las niñitas que hoy son señoras ancianas, que
hicieron de noticieras. U n a de ellas es la persona que dictó nuestro villancico.
(740) Dictado por doña María Ocampo en Saiicag (Dto. Pelagio B. L u n a ) .
Debe ser un villancico español popularizado quizás en estos últimos años, por la alusión
al pandero. Nuestro pueblo no dice pandero sino caja,
(742) Este cantar al Niño-Dios debe ser riojano por la sencillez de la idea, por el
eariño a las ovejitas y sobre todo por la alusión al regalo del jergón. No hay paisano, por
pobre que sea, que no use en sn caballo un jergón que le sirve de mandil y de cama ai el
caso llega de dormir en el campo.
H a y jergones primorosamente tejido» que las teleras riojanas venden a tan bajo preeio
que en realidad no compensa ni el valor del hilo de lana usado.
CANC10NEB0 POPULAS DE LA BIOJA 395
746 750
OH, ETERNO VERBO ¡ Oh, planta regada
Con sangre de amor!
Oh, eterno Verbo, Yo también te quiero,
Eterna beldad, Oh, mi Redentor.
Guirnaldas de flores
Doncellas tejieron, 751
Y del Niño hermoso
A sus pies pusieron. ¡Oh, rey de los reyes,
Supremo Señor,
747 Hoy Melchor te ofrece
En oro su amor.
Oh flor de Diciembre,
Mi fresco Jazmín, 762
Sangriento y marchito
Serás en Abril. Ovejita blanca
Se echa a balar,
María con cariños
748 La hace callar.
OH, MI DULCE R E D E N T O R
753
Oh mi dulce Redentor, PASTORES QUE PASTOREAN
Yo te dedico esta flor
Y por ella mi alma espera
Una eterna salvación. Pastores que pastorean
En las orillas del río,
Postrado aquí en este suelo, Venid pronto, venid pronto,
Yo te entrego el corazón, Que el Niño Dios ha nacido.
Y me vuelvo a mi rebaño Bailaremos, cantaremos
Con tu dulce bendición. A la gloria del Dios de Israel.
Préstame, Virgen María, ¡Viva, viva la Virgen y el Niño
Préstamelo a tu Niñito; Y el glorioso San José también!
Para que juegue con él } Nosotras que hemos sabido
Le traigo este corderito. Que el Niño quería fiesta:
Adiós, mi Niño querido, Hubo pastor que rompió
En el cielo te veré: Cien pares de castañetas.
La dulce esperanza tengo
De que yo me salvaré. Bailaremos, cantaremos
A la gloria del Dios de Israel.
¡ Viva, viva la Virgen y él Niño
749 Y el glorioso San José también!
—Oh, Niño hermoso, Nosotros traímos arpas:
¿Qué te daré? Las cuerdas son de oro fino,
—Un amor ardiente Que traímos los pastores
Y una viva fe. Para celebrar al Niño.
(753) Como el villancico N.° 709, este me fué dictado por las niñas Castró en Aimo-
gasta. Seguramente es un cantar español porque la estrofa del coro está en decasílabos y tal
medida de verso no es popular entre nosotros. A m&s la estrofa segunda os netamente espa-
ñola. Rodríguez Marín la trae así:
Los pastores que supieron
que el niño quería fiesta,
hubo pastor que rompió
tres pares de castañuelas. (N.* 6485)
39S J U A N A L F O N S O C A B B I Z O
(762) Dictada en Anillaco (Dio. Castro Barros) por la niñita Berta de la Vega, do
10 años.
(764) Rodríguez Marín, en Cantos Pcftrulares Españoles, trae esta coplita bajo el
número 6467, así: j
Santa Ana parió a la Virgen,
Santa Isabel a Sari J u a n
Y la Virgen parió a Cristo
La noche de Navidad.
(767) Este cantarcito no es nuestro. Nuestro pueblo no llama pastora a la muchacha
que cuida cabras u ovejas, sino cabrera u ovejera. Sabe, no obstante, lo que es pastor y pas-
tora. Me fué dictado en Vinchina.
(770) Dictado por la señora María Carmona de Funes. Me dijo que lo cantaba con
otras chicas de su tiempo, en la ciudad de L a Eioja.
Este cantar es, indudablemente, de origen español, 7 no obstante haberlo recogido en la
tradición oral, debe de haber salido no ha mucho de algún impreso español. Nuestra gente
nunca dice pienso a la ración de pasto del animal, a mas, no tiene la sencillez de nuestros
villancicos tradicionales.
398 J U J N A L F O N S O C A R R I Z O
AÑO N U E V O PACARI
781 12—Belén, Belén llastampi
13—Yscay sua chaupimpi
1—Año nuevo pacari 14—Dios y anchi pacari
2—Niño Jesús eanchari 15—Caucha suma suyanca
3—Yntitapa llallerpi 16—Mamay, Virgen santísima
4—Collor llallir llallerchi
5—Beloy quita quitchari
6—Canchar pallor sinki 17—Pincharca nitinco
7—Coriante sucampi 18—Santo y a y a nipunco
8—Corona quilli pipia 19—Ostralla y ostralla
9—Mamay Virgen santísima 20—Collor y Hallar chorcanki
21—Caina y chimpa Niño Jesús
10—Beleneio Belencio 22—Caina y chimpa rosa sisa
11—Belén rosa sachampi 23—-Mamay Virgen santísima
(781) Esta versión del cantar al Niño Alcalde, me fué dictada en Aminga por doña
Ménica de la Vega, señora de más o menos 60 años, en 1938. Doña Mónica sabía de memoria
eete cantar y a más lo tenía escrito en un cuaderno viejo de donde los vecinos sacaban copia.
Allá por 1890 ó 1898 —dice doña Mónica— lo copié de un cuaderno en donde el cura de
Castro Barros, presbítero Lorenzo Luis de Cabrera, lo tenía asentado de su puño y letra.
A estar a los recuerdos de doña Mónica, el referido cura párroco trajo a Aminga desde
La Eüoja la devoeión, la imagen y el cantar del Niño Alcalde.
Doña Francisca de Ocampo, anciana de 83 años, y doña Jacoba, otra señora de avan-
zada edad, y la distinguida vecina doña Eamona Pizarro de G-ordillo, dicen que el cantar y
la devoción son de data inmemorial.
400 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O
El Pbro. Dr. J u a n Cario* Veía Val lej o al dedicarle su precioso libro Fiestas de San Nicolás,
lo hace con estas palabras llenas de filial t e r n u r a : A nuestro padre y patrono el glorioso
San Nicolás; acaso con estas mismas palabras lo llama todo el pueblo riojano agradecido.
L a imagen tiene 144 enis. de altura y está talladaf en cedro, al parecer en el Perú.
El obispo Monseñor Abel Bazán n a r r a en esta preciosa página uno de los muchos milagros
operados en L a Kioja por intercesión de San Nicolás: Hermosa entre todas es la siguien-
te narración hecha el dos de enero de 1906, dos días después de su llegada a La Bioja,
por doña María Mercado de Andrada, de cuarenta y tres años da edad, domiciliada en Vi-
chigasta, quieni en compañía de su hijo José Santos, de seis años, viniera a las fiestas en
cumplimiento de una promesa.
Su esposo no le había permitido que viniera a pie, según era su promesa, por encontrarse un
tanto enferma, pero ella a corta distancia efe Vichigasta, bajóse de la muía en que venía
por no creer j>oder cumplir de otra. mancra\lo prometido, dejándolo al niño en la cabal-
gadura.
Como a las seis leguas díjole el niño que tenía hambre y en Consecuencia se detuvieron un
momento a descansar, bajaron las alforjas del avío y desenfrenando la mnla, pusiéronle
una lonja o cabestro pora que cómodamrnt. pudiera pastar.
F.n esto, cantinela í(ji interesada, el animal si ispauto. yo no sé de quv y --ale disparando. ) <•
sin saber tfiié hacer, desesperada y tomándome: la cabe-a, exclamé: dundo aritos: ¡Pudre
mío. San Xicolás! ¿Será posible que uq-uí pereyeamos con mi hijilo.' ¡ Ayúdame, Pirare
mío; nada me- importo morir yo. pero por qué lia. de perecer tste pobre inocenli . este
anycHlo! Y diciendo eslo < tirria detrás de la muta por rer si podía ala jarla. Andaría co-mo
dos cuadran y a Ion //idos- del niño que tenía miedo de (/lindarse nido en medie/ del cuín
po. ture </•«(• rolrer a lomarlo. y junio.* sci/uimos Iras dt la mida, que idealizamos por f'u
romo a his diez cuadras. El animal estaba parado, pero bastante avispado, llodcando por el
lado opuesto mi hijo pudo tomar la lonja. Al volver yo. lirondo la nuda por el catastro
Inicia el luipiy donde habíamos dejado las alforjas, le pregunté M estaba ca unido j / él -me
contestó que sí. ¡ I'obu cHo. es tan '•Itiquito, cómo ,<o había de cansarse.' ¡AHIJO le dije: y
el MOCITO, hijilo. ¡•dónde está' Isi SÍ llamaba un perrito que nos acompañaba y </»'-'
nos seiría mucho ¡loripn teníamos que pernoctar < n el campo. ¡Al nanos TOHKAlil A si
tilt/uitii si nos aei realiii ' y ti niño me contenió; Ahí quedó parado al lado del hombre
t/tit -nos alajií la mida. Qué ¡tambre. Id jilo, le replico, /•'se, mamila, que nos atajó la muía.
¡ Ai/. Señor.' ¡('mutilo pensar que nuestro Padre lian Xicolás, que es tan bueno y poderosa,
podrió ser! Vea. s> ñor, leitqo qu<> conftsarle; creí en mi ii/itorancia, como SAPI'.N
decir que ¡tai/ ilueudes, que fuese el duende, Y llena de miedo, le dije: ¡Cállale, hijilo,
que no ha de ser nada.' Y este pobre aut/i)ilo coma es tan obediente y ton inocente ~ ¡no-
que así es. señor Vicario. biunilo, obediente y nunca SAHP porfiar— se calló y no no-
dijo más.
Después siyitimos nuestro camino, haciéndolo yo siem¡iri a ¡>¡i por ser asi mi promesa, su
friendo muchísimo y durmiendo solitos en la tierra, ¡tanto que llcyamos el sábado. Inme-
diatamente m<: riñe a la iylesia a cisilur a nuestro Padre San Vi colón. V puesta de •rodi-
llas cerca de la baranéiilla del eomidqatorio. 1<: dije al niño ipie estaba a mi lado, JIIOS
erándole il Corazón de Jesús del altar mayor — p o r q u e el niño es COFBADTTO del Cora-
zón de Jesús—, í'.s- Tata ¡>ios, el Corazón de Jt sus que tú conoces, rerale un BENDITO,
lil chico púsose a rezar, pero yéndosele los ojitos a la iiqui* nía. donde i ataba nuestro
Padre San Nicolás, y sin poderse ya con lene r. ra a creer, seítoi-, que ahí no man me
dice: Pea, mamita, ése. indicando a nuestro Padre, ése. es el hombre que nos atajó la
mulo. /Qué dices, criatura?, le interrumpo yo, medio ¡alada por lo que acababa de oír.
V él un ri pite olra ce.:: Ese. ése es, manota, el hombre que no.^ atajó la muta; asi era
con I'Kjl'ITO. Pea. señor l'oario, es en anijelilo isla criatura , y se refería a la mitra
que lian puesta tute si, o J'adn y que él no conoa lodariti y no swibi' cómo llamarla.
Y m i e n t r a s esto c o n t a b a l;i m a d r e , i'j niño u n t e s s c r i e r i t o y r e t r a í d o se s o n r e í a d e l a n t e de los
q u e e s c u c h á b a m o s ];i n a r r a c i ó n . Y al i n t e r r o g a r l e y o .-i r e a l m e n t e h a b í a v i s t o a esei hombre
con piquHo (jue le h a b í a a t a j a d o la m n l a . ( o n t e s t ó q u e sí. ím'e- ron la c a b e z a (pía con JOS
labios.
T e r m i n a d a la n a r r a c i ó n , t o d a v í a la i n a d i e . ¡mes lo h a c í a t a m b i é n d u i n u t e . ella, a c a r i c i a b a
t i e r n a m e n t e al n i ñ o , s e c á n d o s e las l á g r i m a s y d i c i é i i d o l o : ; ¡'¡•lho*oi m> hijilo. que ¡ni visto a
nuestro Padre '. ¡Si es un aneplito inocente, él sólo ¡o ha jmdido rer. /uro yo. ¡qué lo habió,
de ver, señor, si soy tan carqada de culpas! 1'uUduus, q u e c a l d e a d a s , b r o t a b a n de i-us la
liios con. u n a e s p o n t a n e i d a d a s o m b r o s a y que. el chico s e m i s o n r i e i i r e e s c u c h a b a con ese
c a n d o r i< inocencia p r o p i o s tic ios n i ñ o s {¡'ida dt San Xicolás di ¡tari. | á^-. 2"!»).
CANClQN1 EO rOPULAE DE LA RIO JA 401
(781-a) E s t a versión me fué proporcionada por la niña María Olga Nieto, de 15 años,
en \ m i n g a . La conservaba en una copia hecha por SUB bisabuelos en el mismo lugar.
Conviene observar que María Olga, como las otras niñas que recitan este cantar, dicen
Conoepición y no Concepción, como si mecánicamente reprodujeran una vieja pronunciación.
26-11
402 JUAN A L F O N S O C A B B l Z O
(781-b) Esta versión me fué dictada en Suriyaco (Dto. Pelagio B. Luna) en 1940
j or don Roque L. Q levedo, hombre de cierta cultura, de 65 a 70 años. La había aprendido en
na juventud a los cisqueros de cuanta, en las fiestas del departamento, llamado antes Valle
^'icioso, después Sai Blas de los Sauces y ahora Pelagio B. Luna.
Lo cantaban ICÍ haiyes: en Navidad para el Niño Dios; el primero de año para cele-
1 rar a San Nicolás, vicepatrono de La Eioja y el 3 de febrero, para San Blas, patrono del
(¡epartamento, que como digo, se llamaba San Blas de los Sauces.
CANCIONERO FO PU LAE BE LA RIOJA 403
(781-c) A esta versión la tomé del librito titulado Las Fiestas de San Nicolás, en la
ciudad de La Rioja, del presbítero doctor Juan Carlos Vera Vallejo, que, a BU vez, la tomó
de a tradicin oral de un Inca o encargado dé perpetuar la tradición del cantar y de las
ceremonias del caso, en 1930 (pag. 53).
(781-eb) Esta versión me fué dada ya escrita por la señorita Manuela Espinada,
ma< stra de la escuela Nacional N.° 9, de Vinchina (Distrito Pueblo) en 1940.
La señorita Espíndola conservaba esta copia desde 1900, año en que su abuelita, doña
María Páez, la dictó. Es la versión que cantaban en Malligasta a fines del siglo, porque en
Malligasta como en el Valle Vicioso o San Blas de los Sauces (Dto. Pelagio B. Luna), en
Arninga y en la capital la cantaban en ocasión de las fiestas religiosas de año nuevo.
404 J U A N A L F O N S O C A B R I Z O
781-d 781-e
J2n el interior del templo y a pocos pasos de la puerta lateral derecha cantan el Inca
y sus dos acompañantes el largo cantar: Año Nuevo pabari<
406 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
•premio por su heroísmo y una confirmación :de $u valimiento, desapareció en el espacio, de-
jando en el ambiente un suavísimo perfume como de vaso sagrado, y una estela luminosa
como la de una estrella que rueda en la noche. La belicosa asamblea cambió el aspecto tosoo
y gruñidor por el de la más sumisa devoción, y fué a deponer sus furores y sus armas a
los pies del Patriarca, ante cuyo poder de hacer prodigios hubieron de convencerse de qu6
lo lucha era inútil y que sus propios dioses le protegían de manera tan visible.
Los jesuítas, he dicho, recogieron aquel suceso para darle forma tangible y práctica
en el gobierno y en la religión; para combinar los elementos salvajes con los cultos de
at/uella leyenda, y para hacer entrar en la obscura conciencia de los indios la idea de las
dos potestades que gobiernan las sociedades humanas. La idea del Niño Jesús convertido
en Alcalde del Mundo, es algo que sale de los límites de una invención vulgar y sencilla;
despierta trascendentales raciocinios, proyectando desarrollos vastísimos en el orden de las
reflexiones filosóficas. '.
El municipio fué la primera forma de gobierno civilizado que conocieron las poblaciones
aborígenes; fué la que encontraron sus descendientes mestizos y en la que se educaron los
hijos de los conquistadores nacidos en la tierra conquistada. Unir el pensamiento religioso
con el pensamiento político, en aquella fórmula material del Redentor de los hombre^ tima
úv.ica de la Iglesia, era plantear ya el secular problema del gobierno católico, transplan-
tado a la América en medio de la efervescencia de la lucha del viejo mundo; y era sentar
las bases, los puntos de partida de los futuros gobiernos hispanoamericanos.
Pero vamos a la. fiesta, a contemplar la obra de la fe y de la tradición que la trans-
mite y la vigoriza a través del tiempo. Mucho antes del primer día de enero, las señoras se
ocupan de los adornos de la imagen de San Nicolás, el santo de ten morena que atestigua
sus largas peregrinaciones por los desiertos. Colocado bajo un dosel de flores doradas y
' blancas de reluciente esmalte, ostenta sus vestiduras de raso, la túnica y la capa bordadas
primorosamente y rodeadas de flecos de oro; la corona de plata y la vara que termina
en una flor como un lirio, y los encajes finísimos que muestran sus orillas sobre los pies
de madera pintados de negro. La ciudad comienza a animarse porque van llegando los vi-
sitadores, devotos y promesantes de todas partes de la provincia y fuera de ella, a asistir
a la festividad legendaria, en la que todos eáperan conseguir los dones suspirados para sus
hogares y haciendas, y para alivio de las dolencias que no pudieron curar con la medicina
de ellos conocida, ni con el auxilio de brebajes consagrados con rezos y con signos de una
cabalística extraña. En otra casa se prepara y se viste al Niño Alcalde sobre su pedestal
sin dosel, porque tiene el inmenso, el inconmensurable del cielo, donde domina como dueño
absoluto.
Allá en un rancho miserable, el Inca descuelga el tambor tradicional, y comienza a
dar fuertes golpes llamando a su corte, que congrega sólo una vez en el año; y llegan a
acompañarle los cofrades vestidos con ío mejor, adornados con diademas o huinchas de las
cuales suspenden cintas de colores, y llevando pendiente del cuello, sobre el pecho, un col-
gajo en donde han colocado espejitos de vario$ tamaños, como queriendo significar que por
allí se ve el corazón. j
La imagen del santo se halla expuesta en una sala, donde el Inca, seguido de su corte
pintarrajeada, como esos coros de óperas representadas por artistas famélicos en un tuga-
rejo de provincia, penetra por primera ves a presentar el anual homenaje. Los cofrades, los
allis y los promesantes, son los que hacen séquito, todos vestidos con trapos de colores, con
papeles de esmalte y con piezas dé vidrio qiie, según he deducido, llevan como reliquia*
imaginarias. Los alféreces han ido a formar ta guardia de honor al pequeño Alcalde, que
pasa sus vísperas en la Iglesia Matrie. El dia siguiente, el primero del año, es el de las
grandes emociones; el gentío comiente a agolparse en el atrio del templo donde está el Niño,
donde se celebra la misa solemne con asistencia de todas las personas reales, con cantos
escritos en lengua quichua, cuya letra es conservada y transmitida por el Inca a sus suce-
sores legítimos. Allí tienen un sitio preferente y una parte designada en el ceremonial.
Cuando ha sonado la hora meridiana, se ve asomar a la plaza mayor dos grandes grupos
de gente: uno sale de la iglesia tras de la imagen del Niño Alcalde, y otro detrás del Santo
Patrono, y ambos se dirigen a «n mismo punto, a encontrarse enfrente de la casa del go-
bierno de la Provincia.
El sol abrasa la tierra, y del fondo de aquella masa de gente surgen llamas de fuego
impregnadas de ese olor peculiar a loe grandes, agrupaciones. ¡ Qué hermoso, qué risueño,
qué majestuoso viene el Niño, haciendo vibrar los flecos de oro de su casaca de terciopelo
negro! ¡Qué bien lleva y con cuánta gracia la gorra con plumas de color del azabache, encima
de su cabecita dorada como un manojo de espigas! ¡Con qué donaire cuelga la capita sobre
sus espaldas, y con cuánta majestad e imperio empuña aquella vara con que a los hombres
señala el derrotero de la vida, a los reyes obliga a inclinar la cabeza, a los mares se-
rena y a los truenos impone silencio!
Las mujeres del pueblo se apresuran, se \ aprietan, se apiñan y estiran el cuello para
verlo mejor; alean en brazos a sus hijos para\ que reciban un destello de esos ojos celestes,
de donde creen, en su inocencia primitiva, que van a obtener la divina unción y la salud
del alma y del cuerpo. Y aquellos ojitos pintados en la madera pulida, rodeados de negras pes-
tañas, están inmóviles y nada dicen en verdad; pero ese pueblo fascinado por la belleza de
408 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
ti graciosa imagen, e figura verlos movedizos, repartiendo miradas que son bendiciones, y
>ree ver sonreír sus labios encarnados, como si se sintiera satisfecho de la piedad de los
levotos. Una música de violín y tamboriles rústicos, ejecutada por artistas criollos, marca
11 pausado compás d • la marcha con sonidos apagados e intermitentes, que más bien parecen
< I acompañamiento t!e un ajusticiado; pero en medio del singular conjunto no serian reem-
plazados por mejor fecto.
€ Grave, solemm, pausado » —como dice él poeta— sobre sus andas sostenidas por cua-
tro indios morrudos se encamina San Nicolás al encuentro de su protector. La masa del
pueblo le sigue emb tesada; el Inca va detrás en medio de dos cofrades que sostienen sobre
:« cabeea, a modo le dosel, un arco forrado de tules de color abullonados y entrecruzados
¡ior cintas de las c hales penden las reliquias, como solían hacerlo en los tiempos antiguos
'•l Inca verdadero j¡ sus mujeres. Impone una vaga tristeza aquel aire de majestad que se
toma el pobre Inca cuando ejerce su grave ministerio y sacerdocio; envuelto en una atmós-
fera de sueño y b atitud, con los ojos cerrados, como contemplando un mundo ideal que
•no quisiera ver disi tarse con la lúe del sol de enero, entonando con vos ahuecada y fatigosa
por la edad y los '.chaqués, la canción consagrada, al son monótono de su tamboril heredi-
tario, sigue paso a paso las andas tardías del Santo Patrono, De rato en rato, los diáconos
(¡ue le acompañan inclinan delante de él por tres veces consecutivas el arco de las reli-
quias, mientras re;ñte las palabras de la adoración quichua a que hacen coro los demás:
Santullay Santullay,
Yayhuariscu yayhuariseu
Achallay mi santu,
Chaimi» canqui,
Achallay mi Virgen, etc.
El momento f, ¡lemne llega: las dos procesiones se encuentran delante del Cabildo de la
• iudad, y se detie ten para que el divino Alcalde reciba la triple salutación de su general,
ilel que acaudilló <n los tiempos de pruebas las huestes indígenas sometidas por el poder de
.-us milagros. Las indas del Santo Patriarca se inclinan tres veces delante del Niño, que ha
quedado inmóvil, •imponiendo silencio a la multitud, con la fas risueña y los ojos serenos
]ijos en actitud de bendición sobre su pueblo, el cual le adora de rodillas en aquel instante;
nientras el Inca, <.ue conduce la ceremonia, entona con un coro de voces graves las estrofas
c?¡ himno de alabanza, alusivas a aquel punto del ritual. Concluidas las salutaciones, los dos
g-upos dan vuelta con la misma lentitud, desandando el camifio hasta-volver a sus sitiales.
La fiesta relú iona ha terminado, pero empieza la fiesta i popular, el regocijo callejero
qie se manifiesta in, formas desbordadas y silenciosas. El Inca entonces se toma unas horas
d..' recreo, yendo a presentar sus saludos oficiales al gobernador de la provincia, quien le
recibe con respeto, / le habla de su dinastía, y del buen derecho que le asiste contra los que
le disputan la legi imidad de la corona. La visita se anuncia por unos leves sonidos del
tamboril, y en seguida canta con la misma gravedad religiosa «la canción de los allis», como
se llama popularme te, que lo mismo se emplea en aras de las imágenes que en las visitas a
la; personas principiles de la ciudad. Haciendo demostración de acatamiento a la autoridad,
pi< e permiso para i ue su gente corra a caballo por las calles que se determinan, en caballos
compuestos y adort ados al estilo que lo está ella misma. La concurrencia se dispersa en
gr pos, luciendo coi inocente vanidad sus colgajos de colores; y cuando por vez primera pre-
sei cié la fiesta, sal an los gigantes mezclados con la multitud, haciendo chillar de miedo a
los niños y huir desj avoridos hasta soterrarse en el último rincón de sus casas.
Aquellos gigantes eran hombres añadidos con enormes máscaras de proporciones colo-
sal' s, de colores hirt imtes y de gestos expresivos de viveza o de estupidez, pero formando un
cor junto desagradable, como sucedería si al través de una lente de grandes dimensiones vie-
sen os el rostro hummo aumentado en todos sus detalles; la cabeza como una peña cubierta
de troncos, la frenti como una ladera de greda, las cejas como colinas erizadas de espinas,
los ojos como quebr idas donde hay dos grutas sin fondo, la boca como una hendidura bor-
dat ',a de rocas calcar -.as, vistas detrás del bosque que la circunda.
Vestidos de hotibre y mujer, recorrían esos figurones las calles, bailando y mostran-
do a uno y otro luio sus caretas estereotípicas, que parecen a la imaginación como te-
nte ido vida y movi niento; haciendo contorsiones y dando saltos a la carrera con cierto
conpás, como si sigí ieran una música que nadie oye; pero todo con tal desabrimiento, que
no puede evitarse wt ri conmoción de disgusto mezclado con cierto supersticioso temor de que
vayan a aproximarse Y esos gigantes, cuyo simbolismo no he podido penetrar, asisitían a
la nisa y seguían c n toda reverencia a la procesión. Creo, después de haber oído las in-
gerí uas interpretado ;es populares, que aquella exhibición tan curiosa no significaba sino
un medio inventado para llamar la atención de los indígenas, amigos entusiastas de todos
eso; aparatos y moy gangas; pero se sabe que sólo los que habían hecho una promesa al
san o, podían vestirst con aquellos extraños disfraces. Hoy ese detalle ya no existe, prohibido
por las autoridades civil y eclesiásticas, por razón del abuso a que llegaron las máscaras y
los movimientos de su grosera danza por las calles, al amparo del disfraz conductor de la
Keeicia.
Yo he contemplado hace muy poco, con la más profunda tristeza, esa fiesta indígena
LAMINA XXV
Recibe culto de los fieles de La ítioja desde tiempo inmemorial. Ahora se venera en la iglesia
de San Francisco. E s tallada en madera, mide 37 ems. de altura y viste como los antiguos
•aballeros de capa y espada, calzón, jubón ajustado, medias y zapatos. E s t á tocado con un
'alucho (de 15 por 33 cms.) con plumas y u n a capa de 37 ems., todo a excepción de l a s
medias negras de hilo de rico terciopelo azabache. La mano derecha la tiene en aetitud
de bendecir, con los dedos índice y del medio rectos y los otros recogidos; a la izquierda
empuña una vara de plata, de una sola pieza, alta de 90 ems., terminada en cruz de cara-
'•aca. t'na rubia y sedosa cabellera formando bellísimo contraste flota soberana sobre BUS
aterciopelados hombros (del libro Vida de Xan Nicolás, de Mons. Abel Bazáu (pág. 139).
Nuestro grabado es reproducción de una fotografía directa tomada, de la sagrada imagen por
encargo especial del limo. Señor Vicario (¡enera] de La "Rio,ja, Dr. Mauricio Gt. NavaTro r
vinculado a nuestra obra desde el principio i]e su investigación.
Nuestra .Señora de Su ruin i
Tia» reducidas proporciones del Niño Alcalde, ijue lo hacen contrastar singularmente con las
demás imágenes antiguas conservadas en La Rioja, nos lleva a pensar que acaso haya
formado parte de una imagen de bulto de Nuestra Señora de Surumi (Surumi es cantón
de la provincia de Chayanta, situado al norte del Dto. de Potosí, Bolivia).
Lia tela de Nuestra Señora de Surumi, cuya fotografía reproducimos, muestra a la Virgen sos
teniendo con el brazo izquierdo un Xiiio Alcalde aparente al nuestro. Fué vendida en Bue-
nos Aires, en octubre de 1030. Al ofrecerla, el rematador daba esta noticia: Lote 162.
Virgen con el Niño Alcalde, llamada Nuestra Señora de 'Surumi, primera época de la es
cuela eusquéña {de 1650 a .1700), El Niño Dios está vestido con la indumentaria de un ca
ballcro español de la época que fué pintada. Procede del norte de Juju/i. Figuró en la ex
posición de arte religioso realizada en Bueno* Aires, en octubre de 1934.
])e la invitación a la exposición hecha en Esmeralda 771 por los rematadores, señores Adolfo
Calvete e Hijos, Buenos Aires, octubre de 1936.
CANCIOi EEO POPULAS DE LA BIOJA 40»
a irada por gentes que en los días ordinarios trata jan y se conducen como seres raeona-
bl %; pero aquel día parecen desenterrar de su sepulcro de tres siglos toda una época de
it barie, para presentarla como en un teatro de raras exhibiciones.
Hay en ella como una vaga reminiscencia de esas procesiones báquicas que precedieron
a i formación de la tragedia helénica; una mésela informe de ritos idólatras y católicos, en
la cual apenas puede percibirse la línea divisoria, el pensamiento civilizador que presidió
a :u invención, y el sentido del simbolismo encerrado en cada uno de sus detalles. Pero es
w udable que en su origen fué claro y visible el significado, y que la transmisión consue-
ta inaria de sus ritos, entre gentes sin la menor cultura intelectual, fué mutilando las forma*
y uprimiendo muchas de las ceremonias, hasta quedar sin unidad de acción, como esos ma-
lí -.critos en los cuales el tiempo ha borrado palabras y conceptos, haciendo imposible la
rt tauración del periodo.
Asi tengo en mi poder, recogida de los labios del Inca actual, Eustoquio Nina, la letra
di la célebre canción quichua que, comenzada la víspera, sigue en las salutaciones al Niño
J üs, al año nuevo y a la Virgen Madre; continúa en la gran procesión y termina como un
J11 mo de gracias por las cosechas de la tierra, y una especie de brindis a la salud de los con-
<» rentes; pero toda ella escrita seguramente, en el quichua docto de los jesuítas, fué adul-
ti ida por la tradición oral, pasándola maquinalmente de unos a otros sin comprender ya su
Si tido, como si se quisiera reproducir en palabras los mil ruidos nocturnos de una selva, y
ce servar en la memoria el conjunto de monosílabos muertos e incoherentes que resultarían de
st tejante operación mental. Restituir hoy esa canción a su primitiva forma y lenguaje,
ei trabajo de paciencia y prolijo estudio; pues habría que remontar por el análisis hasta la
fi moción del idioma mismo.
Debj notarse que el clero no les presta su auxilio; la procesión es puramente popular,
y tí sacerdote único el Inca, seguido de sus cofrades y alféreces; pero está de tal manera
a aiffada en la costumbre, que han sido vanas e impotentes las tentativas para suprimirla.
G bernador hubo que queriendo prohibirlas, provocó un motín que puso su vida en peligro;
y ruando uno de los vicarios de aquella iglesia impidió la entrada al templo a la procesión
d Niño Alcalde, suscitó en tal grado las iras de la muchedumbre, y tal lluvia de impro-
p ios y obcenos insultos se atrajo de los hombres y de las mujeres —siempre, eso sí, salvo
le corona y el hábito—, que llegaron algunas de esas profetisas a augurarle una muerte
d -esperante y horrible.
La fatalidad se encarga muchas veces de confirmar las supersticiones y las vagas pro-
f ías del vulgo, nacidas sin origen visible, a no ser en ese pequeño tinte de venganza que
Ci ora las almas más inofensivas. El Vicario cayó enfermo de una parálisis que le dejó
n do y tullido hasta la muerte. «¡Ahí sí —rugía la plebe, iluminada por aquella prueba
d la ira celeste—, no en vano se prohibe a nuestras queridas imágenes entrar al templo
q i pertenece a todos los creyentes! Dios le ha castigado; ¡ loado sea Dios! ». Hace poco fa-
II Ha «n benemérito y austero sacerdote de aquella provincia, fray Laurencio Torres, y el
p tblo dijo también que había allí un castigo de Dios, porque intentó suprimir la festividad
d enero,
¡Pobres creyentes! dejémoslos pasar con sus ilusiones y su fe, que al fin ellos no sienten
It oleada que va sepultando sus costumbres primitivas, no dándoles tiempo para preocuparse
d ellas con exceso. Dejemos al pobre Nina adornarse puerilmente cada año, soñando quizá que
e. un rey desterrado dentro de su tierra, destronado encima de su trono, apenas vislum-
b ido por su ignorancia unas cuantas horas. Allí está para perdonarlos aquella hermosa
c ación del Niño Alcalde, que no puede mirarse sin sentir conmovido el corazón por reminis-
c idas tristes de un pasado sombrío, y llenos a la ves de martirios y abnegaciones sin límite.
( U - XVII - pág. 437).
AUTENTICIDAD DE LAS VERSIONES
De las versiones transcriptas, la que a nuestro parecer ofrece más visos de autenticidad
e la primera porque fué escrita en un tiempo en que seguramente JOB recitadores sabían
q icb.ua, esto es, cuando entendían lo que cantaban. Confirmaría nuestra creencia el hecho
& que los quichuistas: Profesores Farfán (de Lima) 7 el padre Lira (del Cuzco), pudieron
ti ducir los versos con alguna facilidad.
Si no obstante la diligencia de los traductores, el texto del cantar es poco claro; ello
d >e atribuirse en parte al autor del cantar y al olvido de algunos versos por parte del reci-
t lor que dictara al padre Luis de Cabrera.
No sabríamos decir si el padre Luis ¿e Cabrera tomó el cantar de la tradición de
l ñinga o de la tradición de la ciudad. Nos inclinamos a pensar que su versión es de Aminga
1 rque en su redacción dice el estribillo: iíamay Virgen santísima, como en la 781-a, que
i tnbién es do Aminga. En cambio la versión de la ciudad de La Bioja ha dicho siempre:
2r %may Virgen Copacá, según se ve en las transcripciones viejas que llevan los números
i 1-c, 781-ch y 781-d y según se oye todavía.
Salvo la diferencia del estribillo, es indudable que todas las versiones provienen de un
s lo y mismo cantar. El cambio fie estribillo se explicaría porque los recitadores lo acomo-
c ban a la Virgen en sus advocaciones de Virgen de Copacabana, de Inmaculada Concep-
c >n o sin advocación alguna, a la Mamay Virgen santísima.
410 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
El estribillo en la forma primitiva del cantar debió decir: Hamay Virgen Copacá, puesto
que según se ve en las versiones 1.» y 2.» y en la que aun se recita, se alude a la Virgen
de Copacabana. E n el deseo de ofrecer una traducción del cantar en su forma más gene-
ralizada, optamos por cambiar el estribillo Mamay Virgen Concepción del original conocido
solamente en Arainga, por el de Mamay Virgen Copacá, conocido por todo el mundo en
L a fiioja.
TRADUCCIÓN
E n el siglo pasado don Samuel Lafone Quevedo, aficionado a los estudios del quichua y
el padre Mossi, g r a n quiehista de Santiago del Estero, intentaron traducir el cantar valién-
dose de u n a copia de la versión oral; pero sea que la versión recogida hubiera sido incorrecta
o cualquier otra razón el hecho es que no nos dieron la traducción que se propusieron. Nosotros
en posesión de la versión 1.» que creíamos buena remitimos copias a dos autoridades en l a
materia: al profesor de la Universidad de San Marcos, de Lima, don J . M. B. F a r f á n y a l
padre J o r g e A. L i r a del Cuzco. Al primero de los nombrado» remitimos las versiones 781,
781-b, 781-c, y 781-eh. Al segundo solamente la 781.
El profesor F a r f á n contestó a la consulta remitiendo dos traducciones de la ver»ión 781
y u n a de cada una de las otras que le remitiéramos.
Primer estudio del profesor Farfán, de la versión 7 8 1 :
(1) Hayivay significa alcanzar con la mano. La « h » inicial entre paréntesis significa
c ¡e hay que dar una pronunciación aspirada como en inglés.
15 Achalayini, S a n t ( a ) e h a y m i k a n k i ; H e r m o s ( a ) , S a n t i t ( a ) m í a eres;
Achalaymi Virgenchaymi kanki, Hermosa Virgeucita mía eres.
( T ) i n ( k ) u l l a s p a , (t)in(k)ullaiipa. Al encontrarse, al e n c o n t r a r s e . .
27-II
418 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
(Transcripción ortográfica)
MOSSOKK W A T A PAKKARIY! ALBORADA DEL NUEVO AÑO
1 Mossokk wata pakkariy 1 Nacer del Nuevo Año
2 Niño Jesúas k'anehariy! 2 E l iluminar de Jesús Niño!
3 I n t i t a p a s llallirpan. 3 Al mismo sol aventaja
4 Kkoyllur llalikk llallircban! 4 El que de las estrellas aveníaj ador es
110 Nuestra Señoray Kkopakkhapana 110 Señora Nuestra del Santuario de turquesa,
111 Chay sumakk milagroykiya 111 Ese tu bello milagro
112 Tawa sumakkri 112 Cuatro veces bello
113 Aehalaymi, santoeliaymi kanki 113 Mi primor y mi santo eres
114 Aehalaymi, Virgenchaymi kanki. 114 Mi dije y mi Virgencita eres
115 W a y luch'uycha Marikilay, señoray, 115 Oh señora mía, mi pequeña Mariquita
110 Yayalli santísima sacramentoy señoray, 116 Señora mía santísima del Santísimo
[Sacramento.
117 Chay urmayuy patay Hessukristo 117 Después de esa caída murió Jesucristo,
[wañurkkan,
118 Aehalaymi, santocliaymi kanki, 118 Eres mi alhaja y mi santa,
119 Aehalaymi, Virgenchaymi kanki, 119 Y también Virgencita mía, mi primor,
120 Mamay Virgen K k o p a k k a . . . 120 Oh Madre mía Virgen de Khopakka. . .
NÓTESE: Que el autor tiene una información confusa de los sucesos; por otra parte
—es de suponer— los copistas o transcriptores, han violentado la ortografía, y así en algunos
versos, a posar de ser traducibles los términos, no alumbran para el concepto. Además, es pre-
ciso tener en cuenta que, el compositor fué alguno que sólo escribió esto en fuerza de alguna
marcada devoción a la Virgen de Copacabana, y mezcló sin orden cuanto tenía concebido
sobre este culto. i , ¡ '-".1
Kkopa, significa: Turquesa, piedra azul verdosa. Kkhapana (derivado de Kkhapa o
Kkbapakk), significa sagrario o santuario. Por consiguiente: Kkopakkhawana o Kko-
pakkhapana, es el significado, traducido en Mirador de Turquesa, o Santuario de Turquesa.
JORGE A. LIRA,
Pbro.
blo, la cual llevaba á POPAYAN, muy hermosa, con su niño en brazos, y con la devoción del
Obispo y de la ciudad se dieron dos mil pesos de á ocho reales al diieño de la imagen, por-
que la dejase, ni et-ta Iglesia Catedral, á donde se colocó en Capilla particular, c<n adorno
muy decente y Capellán, que lo fué D. Miguel Sánchez Solmiron, siendo Canónigo hasta la
dignidad que obtuvo de Deán, sin faltar de su devoción muchos años; el cual, habiendo expe-
rimentado el favor y milagros de esta Santa imagen, la celebró cada año de los qu.! vino en
día de la Expectación, fiesta muy solemne, con lucido adorno, música y sermón; escribió un
libro de los milagros que obró por la intercesión de la Virgen Nuestra Señora, er esta su
imagen, y lo envió á imprimir á España con dinero bastante, á cargo del Contado, Melchor
de Castro, á cuyo libro me remito á donde se hallarán expresados los grandes milag os conse-
guidos por esta Santa imagen en partos de mujeres, enfermedades, conversiones de pecadores
y otros. Murió este su devoto en dignidad de Deán, santamente como vivió en gran devoción
de Nuestra Señora. Quedó esta fiesta y cuidado á cargo del Deán Dr. D. Alvaro de Ceballos
Bohorques, el cual acude con la reverencia, adorno y cuidado á imitación de su antecesor
(219 - I I I - apéndice I - pág. X I X ) .
L a misma Descripción nos da esta otra noticia: La Santa Sede Apostólica concedió
Otro jubileo a la capilla de Nuestra Señora de Copacabana, para el día de la Eo pectación
(18 de Diciembre), que es cuando se celebra su fiesta, concedido por la Santidad d? Urbano
VIII, la cual fiesta se hace comenzando el novenario de las misas de aguinaldo has'a la vis-
pera de Navidad (819 - I I I - apéndice I - pág. X I X ) .
En Lima: E l doctor José M. Valega en su libro Virreinato del Perú, pág. 3: 0, repro-
duce un trozo de MONOGRAFÍAS HISTÓRICAS sobre la ciudad de Lima de 19 5 con la
nómina de las cofradías existentes en Lima a principios del siglo pasado. Trae el r imbre de
las cofradías puestos en orden de antigüedad, dignidad y lugar que llevan en las p ocesiones
de Corpus Christi. D a 25 cofradías de españoles y 13 de indios; entre catas últimas está la
de Nuestra Señora de Copacabana.
En Santiago de Chile: Don Benjamín Vicuña Mackena en su estudio La3 Hijas leí Corre-
gidor, habla de las « c o f r a d í a s » existentes en las iglesias de Santiago y entre ella i da esta
noticia del última tercio del siglo X V I I de 1679:
El convento de San Francisco, entre otras muchas cofradiaÁ, tuvo la célebre ce COPA-
CABANA, en honor de la virgen americana de este nombre, y\que era SOSTENIDA POS
LOS INDIOS. • j
Fué TAN POBRE desde su origen que para la procesión de'¡sangre del jueves t-anto, que
celebraban sus cofrades, daba el protector de indios veinte pesos [de los réditos de s is censos.
Invertíase esa mima (según un documento auténtico de la época, que tenemos a la nshi), en
dos quintales de sebo, una arroba de pavilo y una carretada de leña, que valía sólo los pesos
para la fabricación de las velas del alwnbrado. Comprábanse también dos arrobas de vino a
tres pesos cada una, y según Un protector de indios, el capitán Bartolomé Jorqucra, algunos
mayordomos solían gastar hasta diez pesos dé SU bolsillo en obsequiar biscochuelos, algunas
manos de papel y el tabaco suficiente para los lavatorios de los qne se desangraban a azotes
por las calles (222 - 23 - 470).
A nuestro país llegó la devoción traída por los viajeros que iban y venían de Lin a. A este
respeeto es interesante la noticia qne el doctor Bernardo F r í a s nos d a en BUS T adiciones
Históricas.
Habla de los viajeros a Lima y dice: De paso, entre La Paz y Puno, se daban &>n el san-
tuario de la Virgen de Copacabana, una imagen tan milagrosa, según referían, como lo
fuera la de Nieva o la del Pilar en plena España.
No estaba en el camino de los viajeros, mas sí a un costado, el derecho si es qic se iba
subienda a Lima, asentado en una üla de aquellas que se alzan sobre las azuladas 'guas del
Titicaca, las mismas que presenciaron allá en la tierna niñez del imperio, el enge ulro por-
tentoso del sol con aquellas ondas, surgiendo a la vida y al poder Maneo Capac.
DE NÚES TEA SESOS A DE COPACABANA, como la decían los troperos que por allí,
por sus contornos, en Puno, se encontraban metidos, propagaron' su historia por lo¡ pueblos
argentinos del norte, y con su historia, su devoción, haciendo, desde la distancia a que se ha-
llaba Salta del Titicaca, la novena de la Virgen de Copacabana; circunstancia que i,o era, en
verdad digna de echarse de ver, supuesto que de distancia mayor les venía la devoción de la
Virgen de Mercedes ejue andaba con San Pedro Nolasco sacando cautivos de las r> asmorras
de los moros, como de la del Rosario, preferida de Santo Domingo, y aquellas otras dos que,
por ejemplo, también más antes las mentamos, y que eran la Virgen de Nieva y la del Filar,
todas oriundas de España, que quedaba de Salta tan distante como diez Perúes juntos y
reunidos.
• - - i
han incrustados, ¡¡ que copiados pacientemente a fuerza de mano, formaban un Kbrejo bas-
tante gordo. ¿Qué fué de él? Lo qve fm de tantas otras de su t i r a p o . . .
Lástima ahora de que se halle perdido.
Esta era una novedad con que daban al pasar, y con ella también consolaban a las llo-
rosas ausentes (119 - I I - pág. 7 3 ) .
L a devoción creciente de los viajero** y de/las esposas, hijos o novios de ellos, hizo cons-
truir cuando no iglesias por lo menos capillas u altares a la Santísima Virgen de Copacsibana
en todas nuestras provincias que comerciaban con ganado en pie al Alto y Bajo Perú, des-
de muy temprano, desde el siglo X V I .
Jujwy: En la carta de la visita episcopal q\ie hiciera al Tucumán en 1690, el obispo don
J u a n Bravo Dávila se lee: que su señoría ilustrísima empezó ¡su visita por Humahuaca, que
predicó en la lengua de los indios y que al pedir al cura, licenciado Antonio de G-Odoy, los
libros de las parroquias, éste le exhibió seis: Los tres de cofradías, la una de San Antonio de
Padua. la otra de las Benditas Almas del Purgatorio y la tercera de NUESTRA SEÑORA
DE COPACABANA y que se hallaban corrientes (150 - 1 - pág. 347).
Santiago del Estero: En la información presentada por el cura de Soconcho (Santiago
del Estero), licenciado J u a n Alfonso Díaz Caballero, el 31 de marzo de 1692, dice que en la
iglesia del pueblo de Soconcho (que consta de 43 indios tributarios) hay una iglesia de pa-
redes, con sus dos puertas de tabla, y en el altar un dosel con ÍBU cielo de damasquillo d' hilo
y lana de color pardo, y un crucifijo de bulto de dos varas del alto en el doi-el y una iiiagcn
de Nuestra Seriara en su tabernáculo pintado, seis cuadros ñonie están pintados seis apóstoles
de tres cuartos de largo, una imagen de Nuestra Señora de Cppacabana de bulto de vara y
media de alto (150 - I - pág. 380).
Salta, tiene a seis leguas al snd de la villa de Guaebipas (lugar de arrieros al Perú)
un lugarejo dicho Copncabana, en recuerdo de la virgen milagrosa,
Catamarca. tiene la villa de Copacabana en el departamento de Tinojrasta, que también
como el Copacabana de Guachipas está situado sobre el camino 1 de los troperos al Perú.
La Moja, rinde culto a la Virgen de Copacabana en la preciosa iglesia de Malanzán, lu-
gar situado en el corazón de los llanos, que ha sido y sigue siendo la zona ganadera de La
Bioja.
Córdoba tiene también su Copacabana en el departamento Ischilin.
Santa Fe recuerda a la sagrada imagen en la villa llamada. Copacabana del departamen-
to General López.
A medida que se iban pacificando las distinta» parcialidades indígenas y las ciudades
levantadas por los españoles disfrutaban de los beneficios del comercio y del sosiego, se ha-
cía también más intensa la penetración hispana jen el amia de los naturales.
Con una plausible idea de enseñanza y dej adoctrinamiento, las autoridades peninsulares
establecieron al lado del cura de españoles quei atendía la población blanca de encomenderos,
el cura de naturales que dedicaba su ministerio a la evangelización del indio y de los negros
y mulatos. Estaba obligado en el Tucumán a skber quichua, el idioma general del Perú.
En las ciudades y villas importantes donóle el vecindario es-pañol organizaba cofradías
con la debida autorización del Obispo, los naturales organizaban a su vez las suyas, las co-
fradías de los naturales. j
Naturalmente, las cofradías de los españoles eran rieas porqve sus individuos eran veci-
nos encomenderos, pero ya se ha visto, al hablar del culto de Nuestra Señora en Santiago
de Chile, cómo una cofradía de naturales establecida en la iglesia de San Franciseo hacía de-
rroche de lujo en sus funciones de 1679. Al t r a ; a r del culto a Nuestra Señora de Copacabana
en Jujuy, vimos que en Humahuaca había una cofradía de naturales al parecer a la San
tísima Virgen; igualmente sucedía en Lima; según vimos, también había allá u n a cofradía
de naturales a la virgen de Copacabana. En La Kioja segurameme la hubo, pues desde muy
temprano corría su devoción como corría la de San Nicolás. En L(H4 doña Petrona Ñúñez ins-
tituyó una capellanía a favor del convento de los padrea dominicos, para que se le celebren
misas en sufragio de su alma en día que ella fije.
E n t r e éstos, manda que una misa recomendada se ha de decir el día de Nuestra Señora
de Copacabana o en su octava. Be-vista Histórica, pág. 31. Don Pedro Kamírez de Velaseo
mandaba en 1(523 decir una misa rozada el día de San Nicolás, Obispo. Revista Histórica,
"pág. 20.
Estas cofradías sufrieron las contingencias propias de las organizaciones nacidas al ca-
lor del momento; ido el cura o vecino animador, la cofradía, sea de españoles 0 de naturales,
tendría que morir.
Así las cosas, estas cofradías conforme nacían unas al calor cíe una nueva devoción, moría
otra por falta de fervor cuando no de medio* pecuniarios para sustentarla, porque cofradía
que no haga fiesta y rumbosa para su santo,ino es cofradía.
424 J V'i\A N A L F O N S O C A B E I Z O
En la carta del obispo del Tucumán, don Manuel Abad IIlana, remitida a su Majestad
desde Córdoba el 23 de agosto de 1768, dice:
26. — También me manda Vuestra Majestad que informe de las Cofradías y quisiera te-
ner materia para decir mucho bien. En la visita se me han presentado muchos libros deltas,
pero todos cuerpos sin alma. Salíanse en ellos mucho número de individuos de uno y otro
sexo, pero ni hay oficiales nombrados, ni se hacen con formalidad juntas para nombrarlos,
ni se observan sus estatutos, y muchas están reducidas a im solo individuo que es Mayordomo
perpetuo, y por su devoción hace la fiesta.
£7. — He reparado leyendo los libros, que algunas cofradías tuvieron grandes principios,
y fueron servidas en otro tiempo con ostentación y magnificencia, estando hoy casi aniqui-
ladas. Comenzaron con tanto ardor que a sí mismas se hicieron polvo y ceniza. Los primeros
cofrades se portaban con mucho lucimiento en sus funciones, o por devoción o por vanidad.
38. — Los hijos y herederos de éstos, unos por no ser tan devotos, y otros por menos
acaudalados, decayeron tanto del fervor o pundonor de ios antiguos que casi no han dejado
una chispa del antiguo fuego. Generalmente la provincia es pobre, y yo he llegado a pensar
(no se si acierto) que nuestros españoles no pudiendo dar como ricos, porque no lo son, y no
queriendo dar como pobres, porque se avergüenzan, han dejado perder las cofradías.
89. — Sólo he hallado una cofradía de ánimos muy floreciente, que llaman de ios doce.
Estos son doce vecinos acaudalados que han tomado voluntariamente el empeño de hacer
bien por los difuntos. Pártanse en sus funciones con magnificencia, y como son volun-
tarios durará cuanto dure su devoción. Si de hoy a mañana llegan a caer los fondos de la
cofradía en dos o tres tramposos, se los comen, y acabaron con la cofradía.
50. — En Jujui hubo una cofradía, y sus cofrades eran tan profusos que un antecesor
mío puso coto en los gastos, y si entonces necesitaron de freno, no hay hoy acicate tan agudo
que pueda hacerles dar un paso, porque aunque se juntan todos los años a nombrar mayordo-
mos, es nombrado el que voluntariamente se ofrece, y a ninguno se compele a serlo. Dios lo
remedie, porque yo no hallo remedio.
51. — Las cofradías de indios, negros y mulatos, como son pobres y sus individuos no te
avergüenzan de dar poco, se mantienen con SIÍ pobreza. Si los mayordomos o Alcaldes de las
Cofradías estuviesen exentos de ir a la guerra, cada santo del calendario tendría la suya, por-
que habría quien las fomentase por gozar la exención.
32. — Ciudad hay en donde no hay Español alguno que quieta ser mayordomo de iglesia.
Por eso el cura de Jujui se tenía consigo los libros de la fábrica, y administraba sus bienes.
"Lo mismo sucedía en Santiago en donde ya se puso «ir mayordomo Reglar (150 - I I - pág. 315).
Sin ir muy lejos, en Santa María de Cataxaarca, villa situada sobre el camino al Perú
por los valles Caleliaquíes, el eura dqn Bartolomé José de Castro firma en el registro titula-
do: Asiento de «Mayordomos y Cofrades» él siguiente:
En Santa María, en 10 de febrero de 17S9 años. — Sabiéndose hecho la festividad de
Nuestra Señora de la Candelaria, Fatrona de esta Iglesia, se juntaron los devotos Españoles
y naturales a hacer sus elecciones como tienen de costumbre; y hallándose todos junios en la
Iglesia los Españoles hicieron las siguientes:
Mayordomo mayor: El capitán D. Francisco de Villagra.
Mayordomo menor: Julián NúMee,
Procurador mayor: Pedro Fvensalida.
Procurador menor: Martín Alvares.
Sacristán: El capitán D. DiegoCandno.
Mayordoma mayor: Dña. Elena López.
Mayor doma menor: Dña. Petronila Monroy.
Procuradora mayor: Juana Arias.
Procuradora menor; Dña. María Josefa de Villagra.
Sacristana: Dña. Juana de Villagra.
Los naturales hicieron sus elecciones en la forma siguiente:
Alférez mayor: Antonio Díae.
Alfares menor: Alejo Olmos.
Procurador mayor: Pascual Valdés.
Procurador menor: Alejo Candno.
Mayordoma mayor: Mamona de Villagra.
Mayordoma menor: Constanza de Villagra.
Procuradora mayor: Bartolina de Silva.
Procuradora menor: Claudia Eamírez.
Vistas estas elecciones por mí el Maestre;• Bartolomé Joseph de Castro Cura y Vicario
de este Santa María, las aprobé y confirmé. T porque conste, las firmé en dicho día, mes y
año arriba dichos. MAESTEO BARTOLOMÉ JO SEPE DE C ASTEO (154 - 32).
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 425
Agrega después el sabio y erudito historiador, padre Antonio Larrouy: Pero en el año
siguiente (1740), solo los naturales hicieron sus fiestas, no los españoles «por ausencia del
capitán don Francisco de Villagra, Mayordomo mayor, que fué a la entrada contra el bárbaro
enemigo (154 - 32).
En la ciudad de La Rio ja hubo también lus dos cofradías de la Santísima Virgen, una
de españoles que la veneraban y festejaban en su advocación de Virgen del Rosario, tenía
«a imagen muy primorosamente ataviada, y la de naturales tenía la de la Candelaria, que
no le iba en zaga en su atavío. Amba9 cofradías tenían su asiento en Santo Domingo, sin
que podamos precisar la fecha de las instituciones. Las imágenes de bulto pertenecientes a
la cofradía de españoles y de naturales están todavía en poder de la orden dominicana. En
la Revista Histórica del convento de Hermanos Predicadores, de La ftioja, se publica las fo-
tografías de las dos imágenes. La de los españoles dice: IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA
DEL ROSARIO, llamada, según los documentos, Nuestra Señora de los españoles. Nuestra
Señora del Trono y Nuestra Señora del Nicho. La tienen actualmente en el coro nuestras her-
manas dominicas del asilo del Carmen (SSS - 78).
La imagen de los naturales que, como dijimos, es la de la Santísima Virgen do la Can-
delaria, lleva escrito al pie de la fotografía esta leyenda: Nuestra Señora de naturales.
(Sm - 171).
Perú,: Leamos este párrafo transcripto por el doctor José M. Valega en SU libro El Vi-
rreinato del Perú:
Manuel Atanasio Fuentes, que describió el espectáculo interesante de las cofradías de
ébano, presenciado por él durante el primer cuarto de siglo republicano, nos dice, en su obra
« Lima > : • ' . . . '
La fiesta en que se esmeraban, para saUr con lucimiento, era el domingo de la infra-
oetava de corpus. Todas las tribus se juntan para la procesión, que aquel día sale del conven-
to grande de Santo Domingo. Cada uno lleva su bandera y su quila sol, bajo del cual va el
Rei o la Reina, con cetro en la derecha, y bastón, o algún instrumento, en la izquierda.
Los acompañan todos los demás de la nación, con unos instrumentos estrepitosos, lo más
de un ruido muy desagradable. Los subditos de la comitiva, que precede a los reyes, van a
porfía, revestidos de trajes horribles. Algunos; de disfraces de diablo o de emplumados; otros
imitan a los osos, con pieles sobrepuestas, otros representan unos monstruos con cuernos, plu-
mas de gavilanes, garras de leones, colas de serpientes. Todos van armados con arcos, flechas,
garrotes y escudos; se Uñen la cara de colorado o azul, según el uso de sus países, y acom-
pañan a la procesión con unos alaridos y ademanes tan atroces, como si efectivamente ataca-
ran al enemigo. (371 - 341).
Solivia: Veamos la noticia qne nos da dqn Julio L. Jaimes (a) Brocha Gorda de su in-
teresantísimo libro La Villa Imperial de Potfisí:
La fiesta del Rosario era canosísima. Desde la víspera recorrían la ciudad ío« BAILES
E INVENCIONES más grotescos y origínale1», al son de su música especial y de sus estan-
dartes abigarrados con grifos y dragones.
Formaban en fila delante de la procesión los grupos de turcos con lujosos turbantes,
los moros, los caballeros de punta en blanco, los heraldos con dalmáticas y trompetas, los
reyes de armas con blasones,, el Inca y su séquito de curacas, caciques, ñustas y Sacerdotisas
del Sol, don Juan de Austria y el Manco de Lepanto, los CHUNCHOS, salvajes con plumas,
los CCALAS, indios con lujosas túnicas y penacho de vistosas plumas, los MORENOS, negros
vestidos con colorines bailando al son del bombo y las carracas, los AYARACHIS con enor-
mes plumeros, cajas y sampoñas y la mar de comparsas con caramillos, con harpas, con
tamboras, con orquestas, danzando, realizando excentricidades y hasta indecencias, en medio
de un gentío inmenso que sembraba de huesos/^ cascaras y residuos de lo que devoraba andan-
do, bailando y dirigiendo profundas zalemas i á la Virgen.
Otra no menos original costumbre, era la de CRUQUISAQUILLA, celebrada en la pas-
cua de Pentecostés (14$ - 137). ;
Respecto a la indispensable intervención: del alférez, véase esta noticia que nos da el
sabio historiador don José Torre Revello en Su libro Los Santos Patronos de Sueños Aires:
Esa tarde celebrábase una función religiosa ocupando el ALFÉREZ una silla de brazos
con tapete y cojín de terciopelo rojo, haciendo cabeza en el banco que correspondía a los
ediles, quienes se ubicaban en la parte de la Epístola. Cuando en el desarrollo de la función
necesitaba el ALFÉREZ la enseña regia pata cumplir con el ceremonial, los antes citados
ediles, eran los encargados de ir a buscarlo y volverlo al sitio en que se depositaba. Termi-
426 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
P B O H I B I C I O N D E E S T A S F I E S T A S E N 1692
Las fiestas hechas por las cofradías de españoles no tardaron en desaparecer, como
hemos visto, y las de los naturales en degenerar y bien pronto, porque los indios y los ne-
gros disfrazados de Incas y de Alféreces u Alcaldes, cometían excesos y no fueron, bien mi-
rados por los señores obispos y vicarios y así vemos que y a en 1692 el Vicario Capitular de
la diócesis del Tucumán, maestro Bartolomé Dávalos, a cargo del obispado por la muerte del
titular, doctor J u a n Bravo Dávila, con fecha de febrero de 1692, prohibe talos fiestas de
las cofradías de indios, negros y mulatos:
Considerando ave loca a la obligación de nuestro oficio gverrear y desarraigar tan per-
niciosa cizaña, ordenamos y •mandamos á nuestros Vicarios, Guras de las ciudades y de los
partidos de doctrinas no concedan á españoles, indios, nearos v mulatos ó mestizos, ni á
cualquiera persona. MAYORDOMIAS, PENDONEROS. ALFÉREZ BEY O REINA. CA-
PITANES Y OTROS TÍTULOS, EN COFRADÍAS QVE NO ESTÉN APROBADAS POR
EL ORDINARIO, y sus constituciones, y aun en éstas las juntas, acompañamientos de dichos
pendoneros y convites que con el pretexto de celebrar el santo se hacen así en estancias, doc-
trinas y casas particulares, como en las ciudades, haciendo sólo celebrar sus devociones con
la decencia que piden tan santos ministerios, no consintiendo pasen dichas fiestas de lo
ordenado y decencia con gtie se hicieran en las capillas 6 iglesias aprobadas, de la misa y
vUperas que se celebraren, á acompañamientos, juntas ni convite alguno, pero que de esta
suerte se cuiden tan grave* insultos, sobre lo cual encargamos la conciencia á los señores
nuestros Vicarios, Curas y demás beneficiados ($68 . 153).
Ocurría dice el padre Toscano que:
Los alféreces, á cuyo cargo corría la solemnidad de alguna, fiesta religiosa, paseaban
también su, estandarte, en honor del santo, montados en brioso^ caballos, mayormente in-
quietos con el estruendo de bombas y los acordes de una música ruidosa que leí precedía;
pero cuyo término final, iba derechamente á acabar en casa del alférez mayor con actos de
completa relajación (£68 - 149).
El auto del Vicario Dávalos fué, a su vez, corroborado por el gobernador don Martín de
Juaregui, que en auto fechado en Córdoba el 16 del mismo mes y año en que se expidió el
Vicario, ordena o los vicegobernadores:
Habiendo visto el exhortatorio a S. S. fecho por parte del Señor Maestro D. Bartolomé
Dávalos Arcediano de la Santa Iglesia Catedral de la ciudad de Santiago del Estero, cabeza de
esta Provincia, Provisor y Vicario General de este obispado, en razón de pedir ser auxiliado
por la Real Justicia lo prohibido en dicho exorto por lo que importa al servicio de ambas
majestades, por Ja.t caucas y motivos que tan justificadamente por él se representan por
dicho Provisor etc... mandaba y mandó a todas las justicias mayor y ordinarias de esta
provincia den y hagan dar por su parte tas asistencias d-e que se necesitaron, etc... teniendo
las dichas justicias particular cuidado en excusarse y no permitir por su parte alferazgos de
pie ni a caballo dentro ni fuera de la ciudad (368 - 157).
T R A D I C I Ó N D E L CANTAR
P a r a el estudio de nuestro cantar tomaremos como pieza matriz la versión primera, en-
contrada en Aminga y <mo como dijimos al principio fué tomada de unos apuntes dejados por
el padre Luis de Cabrera, cura párroco de Castro Barros.
No nos supieron decir los vecinos viejos de Aminga si la copia del padre Luis de Ca-
brera fué un traslado de alguna anterior o si fué tomada de la tradición oral, pero ya haya
eido una cosa u otra, es evidente que su versión no puede sor considerada como la forma
original del cantar y sí como la versión más completa y la mejor conservada.
Nadie sabía decir en L a Eioja, t a n t o en la ciudad como en Aminga, Sálicas., F a m a t i n a
y Malligasta, donde aún conservan el cantar de donde proviene él o por lo menos, a donde
»e lo cantó primeramente.
Doña Mónica de la Vega me decía que el cura trajo con la devoción al Niño Alcalde
el cantar, más otras vecinas ancianas contradijeron este aserto y aseguraban que desde
tiempo inmemorial se conocía el cantar én Aminga.
CANCIÓN ESO POPULAR DE LA R t OJ A 427
Si se analiza una por una las versiones y se las eoteja, se nota un evidente parentesco
entre ellas, revelando con ese vínculo un común origen. Si como suponemos, todas estas ver-
siones parten de una sola, es evidente que esa versión única debió haberse conservado mucho
tiempo en tradición escrita, porque es inadmisible que un cantar en quichua se conserve
más o menos en estado inteligible entre gente no quichuista eomo es la que lo sabe ahora.
Si las oraciones piadosas españolas que están, hechas como p a r a niños, con suma simplicidad
han llegado a nosotros tan alteradas que apenas las reconocemos, con mayor razón vm cantar
en quichua se hubiera perdido y a hace; muchofe años si se lo hubiera dejado librado a la tra-
dición oral. Si el pueblo modifica lo que entiende con mayor razón modificará hasta cambiar
la fisonomía a lo que no entiende.
El cantar está en quichua y el Olisco, como llaman nuestros paisanos al idioma de los
Incas, llegó eon loa españoles a L a Ríoja eomo llegó a Tueumán, Catnmarca y Santiago del
Estero y se ha ido olvidando primeramente en la ciudad, después en las villas más frecuen-
tadas por el comercio con Chile y Buenos Aires; como ser Viíjchina, Los Llanos y La Costa de
Araueo y Castro Barros, hasta quedar reducido su dominio a algunas parcialidades de indios
algarroberos como fueron los de Viebigasta y San Blas de los Sauces (88 - 227, 240, 257 y
271), para desaparecer casi por completo en el último tercio del siglo pasado o quizas antes.
Este hecho evidente nos lleva a pensar que nuestro cantar debió haberse conservado
en alguna novena manuscrita a la Santísima Virgen de C'apacabana, que no ha llegado a
nosotros sino a través de copias defectuosas, puesto que las hacía la gente que ignoraba poT
completo el quichua. ¡
E s t a hipótesis explica el hecho de que los peseedores de las tales copias, entre los cuales
estaría el padre Luis de Cabrera, no supieran el sentido, esto es, la traducción del cantal
que ahora la gente repite como loro, sin saberj lo qué dice.
¡ Vamos, vamos!
a casa del alférez
traigámosle a la iglesia
p a r a que acompaña la procesión.
I D I O M A E¡EL CANTAR
El cantar está compuesto en quichua, estb es, en el idioina del Cuzco. Nuestros paisanos
así do los Valles CalehaquíeB / ( S a l t a ) , como de P o m á n en Catamarca y de Los Sauces en
La Eioja, no dicen quichua sino cusco, como ¡si supieran por tradición que esta lengua india
oo fué originaria de la región sino extranjera, procedente del Cusco. No soy CUZQUERO.
Yo no sé CUZCO. S& ha» muerto las CUÁQUERAS. E s t a s y Otras frases por el estilo oí mil
veces a viejas y viejos a quienes pregunté p >r versos en quichua en los valles Calchaquíes
en el Oeste cataroarqueño y en L a Eioja.
Don Roque L. Qievedo, viejo vecino de Sufiyaeo, y hombre de posibles y de conocimientos,
rne hacía esta reflexión sobre el quichua: Vea¡ hasta hace cuarenta años Jiubía CUZQUEEOS
en San Blas de las Sauces; yo conocí a iftuchosj tarito varones como mujeres. A ellos les aprendí
los restos del canta* que le adietó (versión b ) . Al viorir ellos se acabó el CUZCO. Como yo le
había preguntado de cantares en quichua, lluego de estas reflexiones anotadas, continuó:
Al. quichua lo hablan los saniiagüeñas pero eso no se entiende; en cambio el CUZCO era
fácil, lindo, vea: SUBIFACO, donde yo vivoy quiere decir: AGUA O AGUADA DEL SURT;
C&AUPI EUAS1, donde viven los señores Gón&olo, quiere decir: CASA DEL MEDIO, ALPA-
&INCHE, donde está la estación del ferrocarril, quiere decir: TIERRA l'UKKTE, poro al
quichua de los santiagueños, ¿quién l> enl-:nde' En xez de ALPA-SIiXCUE d:r<:n AXIÍPA-
SINCHO.
428 J U A N A L F O N S O C A S E I Z O
Don Samuel Lafone Quevedo, hablando de los distingos entre el quichua de loa paisanos
eatamarqueños, que es el mismo quichua de los riojanos de Arauco y San Blas, con el quichua
hablado en Santiago del Estero, dice:
Del quichua catamarqueño y santiagueño no es necesario deoir mayor cosa; baste esto, se
diferencia del peruano menos que. él castellano del portugués (146 - 22). Y más adelante,
haciéndose cargo de 3a denominación cusco dada por ]os riojanos y catamarquefios al quichua
peruano, a g r e g a : Este TESOEO se haee cargo de demostrar lo íntimamente lejano que esta-
ba nuestro Cuzco (quichua de L a Eioja 7 Catamarea) con el clásico de la capital de los
Incas (146 - 23).
Los distingos de Lafone Quevedo han sido expuestos en u n a categórica clasificación
por Imbelloni, que hablando de las variantes del quichua, dice: Estas son al menos diez; siete
en el Perú, una en el Ecuador, una en Bolivia y una en la Argentina.
En el dialecto argentino se distinguen dos formas locales, la primera en Santiago del
Estero y la segunda en Catamarea y La Bioja (139 - 188).
El hecho de haberse conservado el cantar solamente en L a Rioja, donde se hablaba el
cusco, según la sugestiva denominación tradicional, es ya un indicio de que su idioma sea
el de alguna de las formas dialectales alto o bajo-peruanas. Descartamos la posibilidad de que
venga de Santiago del Estero, porque La Eioja como el oeste de Catamarea estaba más vincu-
lada a Chile y al P e r ú que a Santiago del EBtero, porque Copiapó como Potosí y L i m a fueron
los mercados de sus productos; pavilo y telas, y, sobre todo, ganado en pie.
Los riojanos que iban casi, todos los años a los dos perúes, estaban familiarizados con
el quichua d© las villas donde tocaban en sus andanzas: Potosí, Oruro, Cuzco, etc., on tanto
que al quichua santiagueño no lo entendían. E l traductor del cantar, don J . M. B . F a r f á n ,
profesor de Quichua en la Universidad Mayor de San Marcos, de Lima, que ha hecho estudios
profundos sobre las formas dialectales del quiehua, en una carta suya me dice respecto al
idioma del c a n t a r : El quichua es el mismo de la región de Chichas de Bolivia, donde viví
M» año estudiando el quichua de ese país.
LA MÚSICA D E L C A N T A E
L a melodía con que se entona el cantar es muy conocida porque a fuerza de repetirse efl
el canto de los 120 versos, se queda en el oído por mucho tiempo. Debemos al joven don J u l i á n
Cáceres TTreyre, distinguido universitario y aventajado cultor de nuestra etnografía y ar-
queología riojanas, la entonación del cantar y al profesor de Folklore don Bruno Jacovella, la
transcripción musical.
Moífcflirro (J»l«)
Unido al tema de la música dol cantar, tenemos el del nombre ailli, dado al grupo de
cantores y por extensión a todos los que representan a los indios en la ceremonia religiosa,
según vimos en al relato del doctor J . V. González.
Así como la tradición h a alterado los versos del cantar, así lia alterado el sentido de
la voz haylli. Refiere el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1610), en el libro quinto de los
Comentarios Reales (1609), capítulo segundo: Dentro de la ciudad del Cusco, a las faldas del
cerro, donde está la fortaleza, había un andén grande de muchas fanegas de tierra, y hoy
estará vivo si no la han cubierto de casas; llámase Collampata (COLLCAMPATA, que quiere
decir ANDENES DE PLATA).
El barrio donde ésta tomó el nombre propio del andén, el cual era particular y principal
joya del sol, porque fué la primera que en todo el imperio de los Incas le dedicaron, este andén;
labraban y beneficiaban los de la sangre real, y no podían trabajar otros en él sino los
Incas y Pallas. Hacíase con grandísima fiesta principalmente el barbechar: iban los Incas
con todas sus mayores galas y arreos. Los cantares que decían en loor del sol y de sus reyes,
todos eran compuestos sobre la significación de esta palabra HAYLLI, que en la lengua
general del Perú quiere decir triunfo, como que triunfaban de la tierra barbechándola y
desentrañándola para que diese fruto. En estos cantares entremetían dichos graciosos de ena-
morados discretos y de soldados valientes, todo a propósito de triunfar de la tierra que
labraban, y asi el retruécano de todas sus coplas era la p a l a b r a HAYLLI, repetidas muchas
•veces, cuantas era menester para cumplir el compás que los indios traen en un cierto con-
trapaso que hacen barbechando la tierra, con entradas y salidas que hacen para tomar vuelo
y romperla mejor (19 - 3 - 187).
El sabio filólogo peruano don Pedro P a z Soldán y Unánue, conocido también por su
seudónimo de J u a n de Arona, refiriéndose a la voz Jualijía (deformación de Haylli), dice:
Danzas de Navidad que las negras de las haciendas de Cañete bailaban delante de los naci-
mientos, golpeando el suelo y marcando la cadencia con una especie de árbol artificial ador-
nado de oropeles y papelitos de colores, que cada una llevaba en la mano y que llamaban
la AZUCENA.
El estribillo constante de las coplas 6 villancicos que cantaban mientras bailaban iba
siendo:
Jualía, jiá.
Jualijiá.
En este nombre y estribillo debemos ver una castéllanización del HAYLLI incaico, con
que se acompañan ciertas danzas y cantos antiguos peruanos, y que hemos registrado en su
sitio. Significaba el TB1UMPHE! de los cantos ARVALES de los romanos. La HUAYLLI-
JIA de los tarmeños recuerda más directamente el HAYLLI. (Dice, de Peruanismos, p é g , 300).
Al t r a t a r de la voz Haylli, dice el mismo filólogo p e r u a n o : Ni la palabra ni la fiesta
subsisten, hasta donde alcanzan mis noticias.
Como se ve en los pasajes transcriptos del Inca Garcilaso y de P a z Soldán, la palabra
Haylli es el nombre del tono o de la música con que se entonaba el cantar, la tradición ha
desfigurado Bu sentido y hoy los riojanos llaman Haylli a los que t-e disfrazan de indios en
ía ceremonia en que se entona el cantar, sin que ni remotamente se entienda la voz en su
«cutido primitivo.
Respecto a los instrumentos musicales citados en el cantar Chirimía (verso 95) y Trom-
peta (verso 9 6 ) , transcribiremos las noticias- que da el padre G-renón en su libro Nuestra
primera música instrumental:
LA CHIRIMÍA: Instrumento tubular dé música de unos 70 centímetros con unos diez
agujeros para tonos musicales. Es música de\ viento y se usa boquilla con lengüeta. Su so-
nido es alto.
Las primeras chirimiks (t* masía» en documentos coloniales) referidos a los años qut
se citan a continuación: ^618 r 1647, i e » 2 , 17(& 1727, 1741, 1758, 1772, 1789 y 1791.
J U A N A L F O N S O C A S B I Z O
P A T E 1 A D E L CANTAR
La referencia al camino del Cuzco de los versos 43, 44 y 51, y muy especial la del último:
Y la vía del Cuzco do tengo que ir, hacen suponer que el autor del cantar fuera de una
región de habla quichua situada al sur del Cuzco. L a circunstancia apuntada y el dato del
profesor F a r í á n , de que el quichua del cantar es propio del Sub Chichas, nos bnee presumir
que fuera Potosí la patria del cantar.
Potosí, desde mediados del siglo X V I hasta mediados del siglo X V I I I , fué el mercado
más grande que tuvo esta parto meridional del continente.
Su riqueza fabulosa favoreció el comercio por todas las vías: la del Perú llevaba km
barras de p l a t a que abarrotaron a España y traía de Europa para, ];i Villa Imperial sus
lujos, sus suntuosas comodidades y hasta sus vicios.
Potosí, rica y poblada, tenía preciosas iglesias y entre ellas'las consagradas a Nuestra
Señora de Capaeabana y a la Purísima Concepción ( U S - 129). Mencionaremos estos dos tem-
plos porque llevan los nombres de las dos advocaciones de la Santísima Virgen mentadas en
las versiones del cantar Mamay Virgen Copacá, en la ciudad de L a Rioja, y Mama y Virgen
Concepción, en Aminga.
EL ARTE E N E L CANTAB
El estado caótico en que ha llegado el cantar hasta nosotras, hace difícil saber ai el
autor hizo su composición en estrofas regulares, cuartetas, quintillas, etc. Lo que parece
evidente es que el cantar, en su origen, debió haber sido hecho en versos octasilabieos, por-
que así lo demuestra la gran mayoría de los versos y el estribillo que no debió haber cam-
biado, dada su simplicidad y porque se repite en cada estrofa melódica.
(782) Hemos incluido en este capítulo de letras para bailes, sesenta letras de sambas.
Estas letras están compuestas de una copla ¡y dos estrofas que se Lacen cuartetas por el
agregado al principio del último verso de la estrofa antecedente.
Muchas de laB coplas de estas Zambas ya han sido registradas en los cancioneros de
Catan!área, Salta, Jujuy y Tucumán, pero con el deseo de que no se altere la unidad de la
letra donde figuran las he dejado en su lugar, porque la letra de una Zamba es una pieza
literaria más intensa que la sola copla, pues que al ser glosada o comentada se le aumenta
la gracia.
Una Zamba, desde el punto de vista literario, es un poeraita gracioso y siempre alegre
al cual se le suele componer en formas variadas. En esta colección sólo hay zambas de dos
formas; la común es de una seguidilla con un estrambote de tres versos hecho copla de cuatro
con el agregado al principio del último verso de la seguidilla. La segunda, forma menos común,
es el de una cuarteta y una seguidilla.
La música de la zamba es «alegre y movida.
Don Carlos Vega, en su libro Bausas y Canciones Argentinas, página 109, al hablar
de la Zamacueca, que es nuestra Zamba o nuestra cueca, dice que ella es la danza nacional
chilena. Confirma este aserto el hecho de que á todas las sambas de este cancionero las recogí
a una sola población del oeste riojano. "Villa Unión, y en Villa Unión no hay hombre o mu-
jer de 40 años que no haya hecho un viaje por lo menos a Copiapó (Chile).
A más del erudito estudio de don Carlos Vega en el libro citado, puedo verse el precioso
trabajo sobre el tema, que trae el sabio investigador de Los Orígenes del Arte Musical en
Chile, de don Eugenio Pereira Salas, página 264.
(783) La copla está registrada en el Cancionero Popular de Catamarca, bajo el número
391, y es española:
A la mar, por ser honda.
Se van los ríos
Y detrás de tu* ojos
Se van los míos. (E. M. 2487)
(785) La copla primera es española. Véase la nota N.° 4275.
28- II
434 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O
786 789
Amarillo es el oro Ante noche y anoche
Blanca la plata Y esta m a ñ a n a
Morena es la negrita Me corrieron los perros
Que a mí me mata. De doña J u a n a .
787 790
Amarillo es el oro Antes de apasionarte
Blanca la plata Mira primero
Morenita la niña Después de apasionada
Que a mi me mata. Ya no hay remedio.
788 791
Anteanoche soñé un sueño Antes de conocerte
Que en tus brazos me tenías Yo ya te amaba
Malhaya sueño embustero Porque la estrella mía
Que tanto me engañaría. Me lo anunciaba.
(786) En el Cancionero Popular de Catamarca, figura la copla en igual forma, bajo el
N.» 399. Ea española:
Amarillo es el oro
Blanca la plata
y azules son los ojos
que a mí me matan. (R. M. 1139)
CANCIONERO POPULAS DE LA RÍOJA 435
Me lo anunciaba sí 794
Agua de lluvia
Me gustan las morochas Arrímate, cobarde
También las rubias. J u n t o a la niña
Y pedile una cabra
También las rubias, sí De la rodilla.
Pero algún día
Me han de mirar tus ojos De la rodilla, sí
Con alegría. Pégale u n grito
Que allá por los tobillos
792 Van los cabritos.
Antes de que me muera Van los cabritos, sí
Dejarte quiero Eso no es n a d a
Un corazón amante Porque en las pantorrillas
P o r heredero. Va la majada.
Por heredero, sí,
Con advertencia
Que si te vas con otro 795
Pierdes la herencia.
Camino de Santiago
Pierdes la herencia sí Van cuatro frailes
Yo te voy viendo Todos llevan alforjas
A lo disimulado Chicas y grandes.
Te estoy queriendo.
Chicas y grandes, sí
Van cuatro monjas
793 E n busca de los frailes
De las alforjas.
Arboledas y bosques
J u n t o al camino De las alforjas, sí
Son los depositarios Miren que chiste
De mi destino. Porque no te han querido
De mi destino, sí Te has puesto triste.
Ni J u a n ni J u a n a
Lo mismo nomás tiene
Hoy que mañana. 796
797
799
Cuatro letras con R.
Tiene mi dama De Buenos Aires vengo
Rosalía, Rosenda Traigo cortinas
Rosa y Rosaura. Para enlutar mi pecho
Si tú me olvidas.
Rosa y Rosaura, sí
Amor haciendo Si tú me olvidas, sí
Clavel abotonado Vení a contarme
Recién abriendo. Como queda la plaza
De Buenos Aires.
Recién abriendo sí
Rosa con dalia De Buenos Aires, sí
i Adonde irá mi negra Traigo remedios
Que yo no vaya ? Una bolsita llena
Con real y medio.
798
Chile con la Argentina 800
Por la mañana
Si ay, ay, ay De los cien imposibles
Junto con el Brasil Que el amor tiene
Son tres hermanas Ya le llevo vencido
Si ay, ay, ay. Noventa y nueve.
801 804
Desengáñame, niña, De todos los colores
Si no me quieres Me gusta el lacre
Que por un desengaño Donde a mi amor lo pongo
Nadie se muere. No h a y quien lo saque.
802 805
803 806
(810)
El que firme idolatra
Y ausente vivo,
No tiene más consuelo
Que cuando escribe:
Porque l a pluma
Hace más tolerable
L a ausencia dura. (147 - 1 - pág. 63)
C ANCION EBO POPULAS DE LA BIOJA 439
Si no me muero, sí
Así te digo No la he hallado,-sí
Que no pongas a nadie L a ando buscando
E n lugar mío. Y como no la encuentro
Paso llorando.
E n lugar mío, sí
Dale doblones
Tal vez así se ablanden 819
Los corazones.
Me casé joveneito
816 Me metí a celos
Mi mujer h a r a g a n a
Guitarra sin dos cuerdas Yo pasiandero.
Suena quejosa
Así me quejo yo Yo pasiandero, sí
Por varias cosas. Miren que riza
Mi mujer sin enagua
Por varias cosas, sí Yo sin camisa.
Tener paciencia
E l amor también se cansa
Cuando no hay correspondencia. Yo sin camisa sí
Así te digo
Correspondencia, sí Si es que te vas con otro
Que querís que haga Pierdes conmigo.
Tanto que yo te quiero
Tan mal me pagas.
820
817
No cuente con buena vida
L a que se casa con viejo La que arriesgue sus amores
Merece en dote Se expone a perder su honor
Que le den por lo menos Dar gusto a los habladores.
Cincuenta azotes.
¿ P a r a que quieres vida
Cincuenta azotes, sí Con t a n t a pena?
Y no está lejos P a r a los habladores
Que me le pongan cuernos No hay niña buena.
Al pobre viejo.
821 823
No puedo cantar fuerte Para cuando me case
No tengo aliento Tengo un barril
Pasen un trago i vino Lo que me falta ahora
Para alimento. Es en que dormir.
(821) Changos, plural de Chango. Voz de uso corriente en nuestro país, para indicar
muchacho, en general, aunque hablando con propiedad, es el hijo del pueblo un tanto desali-
sado en el vestido y si se quiere un poco pesado y haragán. Sólo por excepción y entre
gente de ciudad se dice changa, aludiendo a, la muchacha, más bien se aplica en sentido
cariñoso.
Lenz, dice que es de uso corriente en Santiago de Chile y agrega*, individuo de un pue-
blo de pescadores que hasta hace pocos decenios existía en la costa de Chile, principalmente
en el norte hasta Coquimbo, pero según algunas indicaciones, se extendían hasta la provincia
de Maule y quizás hasta la boca del Biobío.
Seguramente los indios changos harían sus iacursiones en territorio de la actual pro-
vincia de Catamarca, rumbo quizás a Tucumán porque ha quedado un topónimo bilingüe
que en Belén perpetúa el nombre de esa parcialidad indígena, es el de la sierra denominada
Changorreal (líeal u asiento de los Changos). Está situado en el camino que va del campo
de Los Pozuelos o del Arenal a Laguna Blanca sobre el viejo camino de Cbafiñan.
Parece ser que el idioma de estos changos fué el de los primitivos habitantes de Chile,
el araucano.
Posnansky, en su Antropología y Sotiologia de las Basas Interandinas, consagra un in-
teresante capítulo a la etnografía dé* estos indios.
(823) En que: léase Tinque, poique asi dios el pueblo en Catamarca y La Rioja. Ee po-
pularíshna eBta reflexión ^talitñosa: Cuando tenia conatie «o tenía énque; ahora que tengo
etique no tengo conque,
442 JUAN A L F O. N 8 O C A R B I Z O
825 Calaveriando, sí
Disimulando
Para querer muchachas Si es que tú llevas miedo
Soy de fortuna
A toditas las quiero Yo voy temblando.
Y a mí ninguna.
828
Y a mí ninguna, sí
Pero más tarde Por esta calle abajo
Te has de dar cuenta tú Va una gallina
De lo mal que haces. Disparando del gallo
La muy cochina.
De lo mal que haces, sí
¡Ay mis ojitos La muy cochina, sí
Andan de puerta, en puerta Y el gallo sube
Los pobrecitos. La agarra del copete
Y la sacude.
826 Y la sacude, sí
Para querer mujeres Quién pensaría
No tengo suerte Que el gallo estando arriba
Toditas me desean... Se bajaría.
Pero la muerte.
829
Pero la muerte, sí
Me martiriza Salgo al campo y pregunto
Las ganas de quererte A la violeta
No se me quitan. Si para el mal de amores
Habrá receta.
No se me quitan, sí
Valiente empeño Habrá receta, sí
Hago mal en quererte Aurora bella
Si tienes dueño. Mátame con tus ojos
Que son centellas.
(828) Cochino-a: A más del significado que le da el Diccionario, tiene esta voz, el de
significar: flojo, cobarde para pelear, pusilánime.
(929)
Fui al campo a preguntarle
A la violeta,
Si para el mal de amores
Habla receta.
Me ha respondido
Que para el mal de amores
Nunca la ha habido. (B. M. 5055 y 5954)
CANCIONERO POPULAS DE LA EI0JA 443
837 840
Uno, dos, tres y cuatro Ya viene el sol saliendo
Cinco y u n cero Dicen las flores
Son las cuentas que sacan Ya viene quien nos quita
Los forasteros. Nuestros colores.
Los forasteros, sí Nuestros colores, sí
Eso es muy cierto Miente quien dice
Que j u r a r no me atrevo Que los enamorados
P e r o no miento. Son infelices.
Pero no miento, sí Son infelices, sí
Sigan bailando No ha de ser cierto
Yo les he de echar coplas Porque dentro mi pecho
Como chanceando. Yo no lo siento.
838 841
Se me ha quitado, sí De su marido, sí
Quién pensaría Siete con otro
Que un picaflor volando Y el que ronda la¡ casa
La picaría. Se enteran ocho.
839 842
Veinticinco de Mayo Yo quisiera de flores
Nueve de Julio Mandarte u n ramo
Ahmalhaya un pañuelo P a r a decirte de él
Con nombre tuyo. Cuanto te amo.
Con nombre tuyo, sí Cuanto te amo, sí
Tírale al vuelo Si tú quisieras
A ese p a r de pichones Alumbrar con tus ojos
Que anda en el sucio. La Banda entera.
Que anda en el suelo, sí La Banda entera, sí
Tírale al prado No falta n a d a
Cuando venga su dueño Una vista que has dado
Yo me haré a un lado. Ya está alumbrada.
(839) El veinticinco de mayo y el nueve de julio son las fechas patrias más celebradas
en nuestro país. La primera es la del grito de libertad de 1810 y la segunda la de la de-
claración de nuestra independencia en 1816.
CANCIONERO POPULAE DE LA MIOJA 445
OTROS BAILES
843 846
ESA ES MI MUERTE
TE HI DE QUERER
Esa es mi muerte
Te hi de querer Ese es mi amor
Te hi de adorar Quién tiene un veinte
Y en mi pecho te hi de tener Que me ha,, i prestar
Ay sí Año tan pobre de andi h' i sacar.
Si no me echas en olvido
Ay no
Tuya hi de ser mientras viva yo. 847
SALGA EL SOL, SALGA LA LUNA
Salga el sol, salga la luna
844 La flor del mollar
Tan lejos que me hallo
RESCATA TU PRENDA Sin poder llegar.
Rescata tu prenda Déjame llorar un rato
Que al alba, que al alba me voy. Donde hay engaño no hay trato
¡Pobres rio jan os! ¿Si volverá? La flor del mollar.
Tal vez llorando lo puedan hablar Aquí en este patiecito
¿Si volverá? Me hallo largo y angostito
Tal vez llorando lo puedan hablar. La flor del mollar.
848
845
CUANDO TE VAYAS CON OTRO
VISCACHITA VIDA CAIMA
Cuando te vayas con otro
Viscachita vida caima Me has de avisar la verdad
Morite pueblo que hay revolución Para llorarte la ausencia
Viva, Gordillo, que es libertador Que por un desprecio
Viscachita vida caima. Me has pagado mal.
(843, 44, 45 y 46) Estas cuatro vidalas me fueron dictada* cu Catuna (Dto. General
Ocampo).
(845) El primer verso parece ser el comienzo de algún cantar en quichua; véase en el
Cancionero Popular de Jujuy, las coplas números 3972 y 4016, y en el Cancionero de Salta,
las que llevan los números 4324, 4325 y 4326.
Caima, dice el verso, y seguramente es taiman, pasado del modo condicional del verbo ser
en quiehua. Si como suponemos la voz caima eflti en quichua el sentido del verso sería:
Vida, si yo fuera viscachita
Los versos siguientes aluden a un hecho político: Gordillo debe ser el Gobernador Gtor-
dillo que da el nombre a la Villa llamada antes Chemical. El tal fué el coronel don Pedro
Gordillo.
(S46) Tener un veinte, un diez o un cinco, es tener una moneda ;de ese valor, corriente
en nuestro país como la expresión.
(848) Esta vidala me fué dietada poj doña Mauricia Díaz, de 54 jtiños, en Mazan, 1940.
446 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O
(858) En esta coleeción se incluyen los versos tomadas de cuentos. El de esta cuarteta
se resume así:
Diz que era un viejo avaro que tenía higueras.
Aquel año las higueras del vecindario dieron pocos Higos y las del viejo muchos, tanto
que daba envidia ver sus plantas negreriando de higos tamaños. Como el viejo era avaro
y no regalaba ni por antojo un higo, un vecino que andaba deseoso se dio maña de robarle
algunos en las horas de la noche. Y así apenas se obscureció se fué con un cesto a la huerta,
trepó a una higuera y comenzó a cosechar; en esto ladró el cusquito que sintió el ruido y
el viejo advertido por el animal se fué a las higueras. El vecino que había llenado él cesto
vio que iba a ser descubierto y advirtió fingirse alma de la otra vida. Pensar y hacer fué todo
uno y así cuando sintió los pasitos del viejo dijo afinando la voe cual si fuera un alma en pena:
Antes cuando era vivo
Comía los mejores higos...
ahora que ya estoy muerto
Lo como a este viejo tuerto...
El viejo que oyó la amenaza del ánima dio las espaldas a la higuera y salió horrori-
sado, pensando en la tragedia próxima y que llegando el día regalaría los higos a los po-
bres y en hacer decir una misa a las benditas almas del purgatorio y hasta en hacer bendecir
el higueral para que desaparezcan los espíritus. El vecino en tanto comió hasta hartarse, llenó
un cesto y se fué gozoso a casa a comer los higos con s« mujercita y sus hijos.
El cuento y la cuarteta son españoles. Fernán Caballero, en Cuentos y Poesías Andaluces,
lo trae en la página 174, así:
Babia un viejo que tenía un peral, y todos los años le quitaban las peras, sin que
pudiese averiguar quienes eran los ladrones.
Desesperado, determinó quedarse una noche de luna en acecho, asomado a la ventana
de una buhardilla.
A eso de medianoche, vinieron unos estudiantes disfraeados de fantasmas, con velas
en las manos y sárgenas en los hombros, y te encaminaron en procesión hacia el peral, can-
tando en tono de prefacio: '
Andar, andar,
hasta llegar al peral.
Cuando éramos vivos
andábamos por estos caminos,
y ahora, que estamos muertos,
andamos por estos desiertos.
¿Hasta cuándo durarán nuestras penas?
Hasta que las sárgenas estén llenas.
—¡Ayí —dijo el viejo— estas son las almas de los que me han robado las peras
que están penando su delito. B. I. P. Amén.
Y se fué a acostar.
Don Aurelio de Llano Roza de Ampudia, en Cuentos Asturianos, lo trae en la página
149, así:
PELOS r CRESPOS
Una ves era tro hombre que le pusieron él mote de Pelos-Crespos.
Y en una huerta tenía una higuera mvy buena. Y los mozos del pueblo se juntaban
por las noches para ir a comerle los higos.
Y una noche Pelos-Crespos se fué a dormir a la higuera, y los mozos se enteraron. Y
se vistieron de blanco y con velas encendidas, fueron derecho a la huerta diciendo Con vos
muy triste:
Cuando nos éramos vivos,
entrábamos en esta huerta
a comer de estos figos;
¡y ahora que somos muertos,
venimos por Pelos-Crespos!
452 J U A N A L F O N S O C Á B B í 2 O
859 861
_, ,, „, . , , , . . _ Cazador que al monte vas
Calla, Tristan de mis entrañas _ Ningún jabalí verás
Que tu madre anda por las montanas. P o r q u e u n o m u r i 6 d e h e r i d a
Y de envidia los demás.
860
862
Carta te escribo Días largos
Para avisarte que vivo Noches tristes
Si no venís Barbita
Es por que no quería. ¿Pa qué saliste?
En cuanto Pelos-Crespos oyó esto, bajó de la higuera y echó a correr para su casa.
Y los monos se comieron los higos,
Don Constantino Cabal, en su estudio Mitología Ibérica, publicada en Folklore y Cos-
tumbres de España, t r a e nuestro cuento y nuestro coplita a s í :
Pues bien, esta procesión, además de los trenos en latín, canta coplas pintorescas en el
propio lenguaje del lugar. Sin salir de los límites de Asturias, allí existen viejeoitos que
la oyeron cantar estos versetes:
—Antes, cuando éramos vivos,
comíamos de estos figos,
y ahora que somos muertos,
andamos por estos huertos.
T en Portugal oyeron esta copla:
—O'alma dianteira,
toca la'nessa caldeira!
Quando éramos -vivos,
Andavamos por aquí aos figos;
agora que somos mortos,
andamos por estos barrocos.
Por cierto que los ladrones no perdieron el detalle, y unos que se toparon en un huerto
con € unas passas de figo» que eran una sobrosa tentación, se disfrazaron con sábanas, y
entraron en el huerto canticando: \
—Quando nos éramos vivos,
comíamos d'estes figos; ¡
agora que somos finados,
comeremos d'estes passados.
¥ se los comieron, efectivamente, porque el amo fué a ocultarse en lo más escondido
de la casa.
¡Sí que cantan los difuntos cuando van por la calle en procesión! En Asturias también
cantan así:
—Andar de día,
que la 7ioche es mía... (117 - I - pág. 190)
También lo trae don Aurelio de Llano en su Folklore de Asturias, pág. 66, La güesita.
(859) Al dictarme este dístico me dijeron en Los Molinos, que él pertenece a un cuento
muy viejo. Recuerdo haberlo oído referir en mi casa, en Catamarea, allá por 1902, pero
no recuerdo su t r a m a .
(860) Este era un tonto que le escribía a su hermano dándole noticias suyas y pidién-
dole que vaya a visitarlo. También conozco esta otra redacción:
Carta te escribo, papel te mando, para decirte que el ajíal que sembraste vainas te echó
y para no afligirte no te aviso que tu mama ha muerto.
(861) Este es el piropo que un joven le dirigió a una niña que a l andar cazando por
el bosque en compañía de otros caballeros y de niñas aeertó a herir de u n tiro de rifle un
jabalí. Seguramente el cuento y el piropo son extraños a nuestro medio, porque nosotros
no llamamos jabalí, sino chancho 'el monte.
(862) E s t e era un tonto criado muy regalón y vago por su madre. Como buen tonto
era enamorado. Un día le preguntó a la madre cuándo lo iba a casar. L a madre, que era
anciana y quería dejar a su hijo a buen recaudo cuando falleciera, quería también casar
a su hijo y le consolaba diciendo que cuando le saliera b a r b a se caBaría. Pasaron loa años
y cuando le salieron l a s barbas se casó y se fué a vivir a otro pueblo. Al día siguiente de
la boda ae encontró con que no tenía dinero p a r a sustentarse ni sustentar a la mujer y por
eso al llegar la noche después del día que Tesultaba interminable, echó a volar el verso citado.
CANCIONERO ro P ULAS DÉLA B I OJ A 453
862-a 867
Noches alegres
Mañanas tristes Tú que ganas
Barbita jpa qué salistes? La muía vaya
Atájame a ese fraile
863 Que no se vaya.
El diablo lo lleve a Mires
Y Mires me lleve a mi 868
Si lo hubiera visto, a Mires
O Mires me viese a mí. ¿Vino»
—No vino
—¿Por qué, no vino?
864 —Porque ya vino.
En el barrio de Las Flores
Ha habido una diferencia 869
Al pobreeito i Per<a
Le quitaron la querencia. VIÑA SOY
Viña soy
865 Viña seré
Me abandonaron
Mi gatito coludito No sé por qué.
No te pases por aquí
Porque si te ve mi perro Yo fui dueño de esa viña
Te ha i sacar vendiendo ají. Yo primero la podé
Vide rastros de ladrones
866 Por eso la abandoné.
i Quién toca la puerta? Yo he sido aquel ladrón
—Señora, yo soy. Yo a esa viña dentré
—Vengo por las cartas Ricas uvas vide en ella
Mañana me voy. Pero nunca las probé.
de tratar con la esposa del amigo, mandó a aquél coa un recado que debía ausentarlo por
tres días de la casa. Este era celoso y echó harina en todas partes menos en el comedor,
el dormitorio y la cocina y previno a su mujer que no saliese de los referidos aposentos.
Cuando el amigo partió, el príncipe fué a la casa donde quedaba la esposa sola, trató
de ver a la señora, pero por más diligencias que bizo no vio nada. Una vieja que acertó
a pasar pidió limosna al príncipe, pero éste, molesto por la contrariedad de no ver a la Be-
ñora la echó. La vieja insistió y eomo el príncipe le dijera que si lo hacía entrar a la casa
le daría mucho dinero, la vieja se ingenió para ello sacando el molde de la llave de la
casa y se lo dio al príncipe. El curioso príncipe mandó hacer la llave y la noche siguiente
entró. Con sumo sigilo anduvo por los aposentos y allá en el último, que era el dormitorio,
encontró a la niña, dormida. Era preciosa, más de lo que él pensaba.
La vio bien y diciendo entre sí: con razón mi amigo la guarda tanto, salió del apo-
sento y de la casa eon sumo cuidado.
Al día siguiente regresó el amigo, dio el recado al príncipe y fué a ver a su mujer:
al entrar nomás vio señas de que alguien anduvo y conoció que esa alguien era su amigo el
príncipe pero se calló la boca. Al otro día organizó un banquete e invitó al príncipe y otros
nobles de la corte. A los postres dijo:
—Quando de casa sai
Pos braneos espolheí.
Rastro de ladráo achei.
Si roubou, si nao roubou,
Só Deus sabe. Bu nao sei.
Dicho esto puso el puñal sobre la mesa, ante el asombro de los comensales y oí rspanto
de la moza. El príncipe que estaba sentado frente a su amigo levantóse y respondió:
—Quando de casa saiste,
Pos braneos espalhaete.
Kastro de ladrao achaste.
Que lindaB uvas eu vi!
Te juro, por Deus do céu,
Como nelaB ntio boli.
Entraron en explicaciones y continuaron siendo muy buenos amigos (8a - 254).
De Magalháes da la noticia del cuento recogido por Teófilo Braga con el título de
O camareiro do rei, que procede de un episodio al parecer conocido entre Federico I I I y
Pedro de Vignes.
El investigador brasileño publica solamente el verso de la versión italiana de Brantome
citada en la noticia:
A la vigna che voi dieete
lo fui, e qui réstete;
algai il pámpano guardai la vite
Ma non toccai. Si Dios m'aite! (83 - 128)
Como se ve en nuestro caso el episodio aparece más novelado porque aquí ella toma
parte en el diálogo. El cuento debo ser el mismo tanto en Brasil como en Portugal y en
Italia.
CANCIÓN EBO POPULAS DE LA EIOJA 455
UNO 870
CUENTO DE NUNCA ACABAR
Yo fui quién plantó esa viña
Que ricas uvas tenía Este era un gato
Rastros de ladrón hallé Que tenía piernas de trapo
Por eso me ausenté un día. Y las patas al revés.
(Quieres que te lo cuente otra vez!
OTRO
870-a
Yo fui quien regó esa viña Yo tengo un sapito
Que ricas uvas tenía Chaleco al revés
Mi alma se caiga en pedazos Calzoncito i trapo
Si a las uvas tocaría. Como cordobés.
875
872
Hay Silvas que silban bien
Compadre cómpreme usted Y Silvas que silban mal
Estas pocas capas pardas Pero donde entra tu Silva
Y si pocas capas pardas compra Se para el macho a mear.
Pocas capas pardas paga.
876
873 El perro de Roque
No tiene rabo,
Confuso en mil confusiones Porque Ramón Ramíres
Se confunde mi deseo Se lo ha robado.
Sin confundir lo confuso
De la confusión que tengo.
877
En las partes de partes
874 Que tú repartes,
Veo que partes pronto
Con Pinto no pinta nadie Para otra parte.
Porque Pinto es muy mi amigo Más si partes
La que con Pinto pintase Me partes '
Pinta con Pinto y conmigo. De parte a parte
(872)
Compadre, comp' usté poca capa parda j
Que '1 que poca capa parda compra,
Poca capa parda paga.
Yo que poca capa parda compré,
Poca capa parda pagué. (B. M. 192)
(876)
El perro de San Boque
no tiene rabo,
Porque Ramón Ramírez
Se lo ha robado. (R. M. 150)
Ricardo Palma, al tratar de les nacimientos, esto es de nuestros pesebres que él viera en
su niñez en Lima refiere:
Allí se veía a los reyes magos, el blanco, el indio y el negro, lujosamente ataviados, des-
cendiendo de un cerro sobre el portal de Belén y seguidos de un perro que movía la cola, y
ai que le cantaba: $0 PANCÓN-QUESO:
£1 perro de San Boque
no tiene rabo,
porque unos escribanos
se lo ban robado.
¡Mira perrito!
Cuídate de escribanos,
que están malditos. <J!06 - IV - pág. í)0)
... — ——,.
460 J U A N A L F O SO C A M B I Z O
878 GG1
No me lo tapien a Tapia
En un juncal de junquera Porque Tapia es muy mi amigo
Juntaba juncos Julián, Quién quiera tapiar con Tapia
Juntóse Juan a juntarlos Tendrá que tapiar conmigo.
Juntos juncos juntarán.
882
Si es acaso como dices
879 Y si vos dices como es,
Así como vos lo dices
Estoy de un fin a un sinfín Como vos dices así es.
Por ese fin me lamento
A ver si este fin final
Finaliza mi tormento. 883
Si te vas para Chinguango
Me has de traer un chinguanguito
No me traigas chinguan grande
880 Tampoco chinguan chiquito.
ME HAN DICHO QUE HAS DICHO
UN DICHO 884
TENGO UNA PALOMITA
Me han dicho que has dicho un dicho
Que han dicho que he dicho yo Tengo una palomita
El que lo ha dicho mintió Pinta, pilicia, piliorda
Y en caso que hubiese dicho Piliminisorda y sorda
Ese dicho que tú has dicho Si la palomita no fuera
Que han dicho que he dicho yo Pinta, pilicia, piliorda
Dicho y redicho quedó Piliminisorda y sorda
Y estaría muy bien dicho Los pichoncitos no serían
Basta que te hubiesen dicho Pintos, pilicios, piliordos
Que han dicho que he dicho yo. Piliminisordos y sordos.
índice de Tomo II
pág.
Romances 3
Romancillos y Rimas Infantiles , 17
Canciones Históricas 49
Canciones Religiosas j 95
Declaraciones, Finezas y Juramentos ....,< 109
Penas, Dolor, Tristezas y Amarguras 145
Celos, Quejas y Desavenencias , 162
Desdén, Desprecio y Olvido \ 183
Despedidas [ 187
Ausencias, Recuerdos y Cartas 199
Conceptuosas y Morales 213
Descriptivas y Costumbres Locales, Saludos 227
•* Jocosas, Festivas y Picarescas 245
Canciones Payadorescas , 293
Adivinanzas 301
Canciones Matonescas 311
Cariño y Penas Filiales 319
Oraciones Piadosas 323
Saetas 325
Oraciones a Nuestro Señor • , .' 325
Oraciones a la Santísima Virgen .v 326
Camino del Calvario > 331
La Crucifixión 337
Oraciones a la S a n t a Cruz 340
Rogativas ft Nuestra Señora 345
Oraciones al Arcángel San Miguel 3-iG
•^raciones a San Bartolomé 347
Oraciones a San Antonio y a San F r a n o s c o 349
Oraciones Preparatorias p a r a la Confesión 3¿"'
Oraciones del Albaí 353
Oraciones d e la Noche • 354
Devoción del Rosario , 365
Oración del Peregrino - 367
L a s Doce P a l a b r a s Tornadas 369
Ensalmos y Conjuros 374
"Villancicos de Navidad 379
Pág.
Año Nuevo Pacarí (N.° 781-a-b-c-ch-d y e ) 399
Noticias del doctor Joaquín V. González 405
Traducciones del profesor Farfán, de Lima 410
Traducción del padre Jorge A. Lira, del Cuzco 418
Noticias históricas sobre el culto a la Bagrada imagen de Nuestra Señora de Copa-
cabana en el Perú y en nuestro país 421
Tías Cofradías de Naturales 423
Fiestas de las cofradías de naturales 425
Prohibición de estas fiestas en 1692 426
Data del cantar 427
Idioma del cantar 427
La música del cantar 428
Patria del cantar 429
El arte en el cantar 430
Letras de Bailes (Zambas) 433
Otros Bailes 445
Cantares de Cuentos 449
Destrabalenguas - 457