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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMAN

Cancionero P o p u l a r
de La Rioja

RECOGIDO Y ANOTADO

POR

JUAN ALFONSO CARRIZO


Miembro correspondiente ¿e la Academia Argentina de Letras

TOMO II

B U E N O S AIftES
A. BAIOCCO y Cf*. • Editóte*
MCMXLII
PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DE TUCUMAN

La Universidad de Tucumán edita las siguientes publicaciones:


1. Boletín de la Universidad.
2. Publicaciones del Museo de Historia Natural.
3. Publicaciones del Laboratorio de Física.
4. Revista del Instituto de Etnología.
5. Informes del Departamento de Investigaciones Industriales.
6. Boletín de Extensión Agrícola.
Además han aparecido los siguientes libros:
1914. El Tucumán Colonial, por K. Jaimes FTeyre, 135 pgs., 4 láminas. ( A g o t a d o ) .
1914. El Tucumán del Siglo XVI, por K. J a i m e s Freyre, 239 págs. ( A g o t a d o ) .
1914. Las Provincias del Norte en 1825, por el capitán Andrews, 93 págs. ( A g o t a d o ) .
1915. L'Argentine Moderne, por Pierre Denis, 124 págs. ( A g o t a d o ) .
1915. Descripción de Tucumán, por Germán Burmeister, 113 paga. ( A g o t a d o ) .
1915. CUricultura, por E. F . Schultz, 124 págs. ( A g o t a d o ) .
1915. Carta de Mr. James Tweedie 1835, vol. I , 235 págs. ( A g o l a d o ) .
1916. Historia del Descubrimiento de Tucumán, por E. Jaimes Freyre, 319 págs. ( A g o t a d o ) .
191(5. Viaje por el Río de la Plata, por Pablo Mantegazza, 260 pá«s. ( A g o t a d o ) .
191(5. Elora de la provincia de Tucumán (Gramíneas), por Miguel Lillo, 64 págs.
1910. Una nueva Universidad, por J u a n B. Terán, 216 págs. (A'gotado).
101(3. Tucumán a través de la historia, por M. Lizondo Borda, 2 vols., 580 págs.
1917. Ollnntay. versión castellana, por Miguel A. Mosai, 258 págs. ( A g o t a d o ) .
1917. Psicopatología forense, por Amador L. Lucero, 107 págs. ;
1018. Apunten de cálculo infinitesimal, por J . G. Sortheix, 658 págs.
1920. Córdoba. Tucumán, Salta y Jtijuy en 1S?6, por Edmundo "temple, 232 págB.
1925. Geografía de Tucumán. por Antonio M. Correa, 166 págs.
1927. Tesoro de catamanpieñismos, por S. A. Lafone Quevedo, 378 págs.
1927. Voces tucumanas derivadas del quichua, por M. Lizondo Borda, 400 paga.
1928. Historia de la Gobernación del Tucumán, por M. Lizondo Borda, 292 págs.
1929. Manual para el tratado de ferrocarriles, por E. F . Maury, 312 págs. XLTT láminas.
1931. Petrografías y Pictografías de Calchaquí, por Adán Quiroga, con 1 mapa y 219 figuras.
1933. Cancionero Popular de Salla, por J u a n Alfonso Carrizo, 77G págs., V I I láminas.
(Agotado).
1934. Física experimental, por el doctor José Würschmidt, 1." parte, 276 págs., 7 láminas.
1935. Cancionero Popular de Jnjuy, por J u a n Alfonso Carrizo, 544 págs., V I láminas.
1935. Resultados y Problemas Modernos de la Física, por el doctor José Würschmidt.
1935. Etica y Cultura Forense, por el doctor Francisco Padilla.
1930. Gobierno del Hogar, por Clotilde Cortés de González.
1937. Apuntes de física teórica. 2.° f a s e , por el doctor José Würschmidt.
1937. Cancionero Popular de Tucumán, por J u a n Alfonso Carrizo!, tomo I de 558 págs., 4
mapas y 1 lámina; tomo I I de 600 págs.
1938. Lecciones Preliminares de Filosofía, por Manuel García Morente. (Public. N.» 227).
1938. La Hipótesis de Plante, de Broglie y los teoremas fundamentales de la propagación
de la luz, por José Würschmidt. (Public. N.° 236).
1938. Tucumán Indígena, por el doctor Manuel Lizondo Borda. (Public. N.° 238).
1939. Cantares Tradicionales del Tucumán. por J u a n Alfonso Carrizo (Antología), 210 págs.,
prólogo del doctor Alberto Rouges y 14 dibujos a pluma de don Guillermo Buitrago.
1939. Análisis Dimensional, por P . W. Bridpman. (Public. N.° 272).
1939. Documentos Tucumanos. Actas de la Sala de Representantes, dirigida por don Alfredo
Coviello, vols. I y TI, 1938 y 1939. (Public. N * 230 y 247).
1939. Documentos Argentinos. Gobierno de Alejandro Heredia, introducción y notas del doctor
Manuel Lizonrlo Borda. (Public. N.° 200).
1939. Arte de la Lengua Quichua General de Indios del Perü, por J u a n de Aguilar.
(Public. N." 252). ¡
1939. La Gramática Yunga, por F . de la Carrera. (Public. N.° 2 5 Í ) .
1939. Corografía del Gran Chaco Gualamba, por Pedro l o z a n o . (Public. N.° 270).
1940. Física Experimental, p a r t e 2. a , por José Würschmidt. (Publjc. N.° 272).
1940. Documentos Tucumanos. Actas del Cabildo, introducción y notas del doctor Manuel
Lizondo "Borda, vol. I y I I , 1939 y 1940. (Public. N.« 261 y ^ 7 6 ) .
1940. Mataco Grammar. ]>or R. TIunt. (Public. N.° 271).
1941. Historia del Tucumán (Siglos X V I I y X V I I I ) , por Manuel Lirondo Borda. (Public.
N.° 295).
1941. ¿Qué es la lingüística?, por Benvenuto Terraeini. (Public. N.° 301).
1941. Un ejemplo de instalación humana en el Valle Calchaquí, por Romualdo Ardizone.
(Public. N.« 302).
F s t a s publicaciones pueden adquirirse por compra o canje, debiendo dirigirse a la Bi-
blioteca de la Universidad de TUCUMAN (Rep. A r g e n t i n a ) , que enviará a solicitud la lista
de las publicaciones existentes en cada serie. Las publicaciones que se remitan en carácter
de canje deberán ser dirigidas igualmente a la Biblioteca.
UNIVERSIDAD NACIONAL
DE

TUCUMAN

Cancionero P o p u l a r
de La Rioja
RECOGIDO Y ANOTADO
POR

JUAN ALFONSO CARRIZO


Miembro correspondiente de la A endemia Aríentina d« Letras

TOMO II

B U £ N O S AIRES
A. BAIOCCO y Cía. - Eáitoie*
MCMXLII
índice de Tomo II

pág.
Romances 3
Romancillos y Rimas Infantiles , 17
Canciones Históricas 49
Canciones Religiosas j 95
Declaraciones, Finezas y Juramentos ....,< 109
Penas, Dolor, Tristezas y Amarguras 145
Celos, Quejas y Desavenencias , 162
Desdén, Desprecio y Olvido \ 183
Despedidas [ 187
Ausencias, Recuerdos y Cartas 199
Conceptuosas y Morales 213
Descriptivas y Costumbres Locales, Saludos 227
•* Jocosas, Festivas y Picarescas 245
Canciones Payadorescas , 293
Adivinanzas 301
Canciones Matonescas 311
Cariño y Penas Filiales 319
Oraciones Piadosas 323
Saetas 325
Oraciones a Nuestro Señor • , .' 325
Oraciones a la Santísima Virgen .v 326
Camino del Calvario > 331
La Crucifixión 337
Oraciones a la S a n t a Cruz 340
Rogativas ft Nuestra Señora 345
Oraciones al Arcángel San Miguel 3-iG
•^raciones a San Bartolomé 347
Oraciones a San Antonio y a San F r a n o s c o 349
Oraciones Preparatorias p a r a la Confesión 3¿"'
Oraciones del Albaí 353
Oraciones d e la Noche • 354
Devoción del Rosario , 365
Oración del Peregrino - 367
L a s Doce P a l a b r a s Tornadas 369
Ensalmos y Conjuros 374
"Villancicos de Navidad 379
Pág.
Año Nuevo Pacarí (N.° 781-a-b-c-ch-d y e ) 399
Noticias del doctor Joaquín V. González 405
Traducciones del profesor Farfán, de Lima 410
Traducción del padre Jorge A. Lira, del Cuzco 418
Noticias históricas sobre el culto a la Bagrada imagen de Nuestra Señora de Copa-
cabana en el Perú y en nuestro país 421
Tías Cofradías de Naturales 423
Fiestas de las cofradías de naturales 425
Prohibición de estas fiestas en 1692 426
Data del cantar 427
Idioma del cantar 427
La música del cantar 428
Patria del cantar 429
El arte en el cantar 430
Letras de Bailes (Zambas) 433
Otros Bailes 445
Cantares de Cuentos 449
Destrabalenguas - 457
ROMANCES
1 1-a
CATALINA, CATALINA ESTABA LA MARGARITA

—Catalina, Catalina, Estaba la Margarita


Fino nombre aragonés, Sentada bajo u n laurel,
Repartido p a r a España, Con los pies en la frescura,
Aquí estoy, mándeme usted. Viendo las aguas correr.
—¡ Cómo he de mandar, señor, De pronto pasó un soldado,
Si en n a d a yo le he servido 1 Y lo hizo d e t e n e r :
Memorias me la d a r á —Deténgase usted, soldado,
Si lo viera a mi marido. Que una p r e g u n t a le h a r é :
—Déme las señas, Señora, ¿No lo ha visto a mi marido
P a poderlo conocer. Que a la guerra se me fué?
—Mi marido es muy bizarro —No lo visto a su marido
Y al hablar es muy cortés. Ni lo conozco quién es.
—Por la seña que usted da —Mi marido es alto, rubio
Su marido muerto e s : Y un fanzón (infanzón) aragoniel,
E n la guerra, los pimeños Que en el pañuelo del cuello
Lo ha matado u n genovés Lleva una che (ch) y una ge ( g ) .
Y a mí me recomendó Siete años lo he esperado
Que me case con usted. Y otros siete esperaré,
—Diez años lo he esperado, Si a los catorce no viene,
Otros diez esperaré. Yo de monja me entraré,
Si no viene a los veinte años A mis tres hijos varones
Yo de monja me e n t r a r é . A la patria entregaré,
Dos hijos varones tengo Y a mis tres hijas mujeres
A los dos los mando al rey, 'n' u n convento las pondré.
Que le sirvan de vasallos —¡Lindo nombre, Margarita,
Y que mueran por la ley. Buena esposa, mi mujer,
No sabe que con su esposo
De noche golpean la p u e r t a Es con quién conversa u s t e d !
—¡Válgame Santo y San Gil!
¿Quién es ese caballero
Que mis puertas manda abrir? 1-b
—Yo soy ese Berna Francia,
El que la sabe servir. ¿PARA DONDE, CABALLERO?
Se levantó de la cama
Lo llevó para el j a r d í n ¿ P a r a dónde, caballero?
Lo lavó de pies y manos ¿ P a r a dónde, aragonés?
Con agua de toronjil. — P a r a Francia, mi señora,
¿Qué encargue me hace Ud.?
Aquí se acaba este verso, —Si lo viera a mi marido
E l de la buena mujer Mil memorias me le dé.
Que hablando con su marido —Déme las señas, señora,
No lo pudo conocer. P a poderlo eonocer.

(1) Esta versión del romance <La esposa fiel*, me fué dictada en Banda Florida
(Dto. Gral. Lavalle), por doña Filomena Pérez, de 58 años, en 1939; doña Filomena sabe el
romance por haberlo oído desde niña en la región.
(1-a) Versión dictada por el niño Dardo Andrade, de 15 años, en la escuela de Sáli-
cas (Dto. Pelagio B. Luna), en 1940. Lo había aprendido en la localidad.
(1-b) Dictado en la Capital por la señorita Elsa Orona Asís.
Este romance conocido, según dijimos, con el nombre de La esposa fiel o Viuda fiel y
también Las señas del esposo, es español y al parscer vino a América en. el siglo XVI, si he-
mos de atenernos a una versión publicada por Ciro Bayo.
La bibliografía más conocida de este romance es:
En España
Don Marcelino Menéndez y Pelayo, en su Antología de Poetas Líricos Castellanos, en la
sección de Romances Tradicionales de Asturias, T. X, pág. 85, da la siguiente noticia:
« E s lugar común en la poesía popular el reconocimiento del marido que vuelve de 1&
6 J U A N A L F O N S O CAE E l Z O

—El es alto y es bizarro En la guerra de los moros


Y en el hablar muy cortés. Lo mató Melquitadez;
En la copa del sombrero Y me dijo si la viera
Lleva las armas del Rey. Me casara con usted,
—Por las señas que me ha dado Y le cuide sus hijitos
Su marido muerto es: Conforme los cuidaba él.

guerra y rara vez se omite la enumeración de las señas que sirven para reconocerle. Se en-
cuentra este tema en los cantos de la Grecia Moderna, en baladas alemanas e inglesas, en las
canciones francesas Germaine o Germine y Le retour du tnarí, de las cuales se conocen mu-
chas versiones; en La esposa del Crueado, canción bretona, y en una canción italiana; La
Prova, que se halla, más o menos íntegra, en el Piamonte, en Genova, en Lombardía, en Ve-
necia, en la Marca de Ancona, en Ferrara y en otras partes». A los citados agregaríamos
nosotros la canción que tiene el estribillo, « Sí ganada es Antequera », del siglo XV (i.92 - X I I -
pág. 184. « En rigor, el asunto es humano y su expresión má4 poética y más antigua está
ya en la Odisea; pero es tal la semejanza que tienen estas canciones en algunos pormenores,
especialmente en lo que toca a las señas del marido, que hacen pensar en la transmisión di-
recta de un tema original, nacido no se sabe dónde ».
« Sin resolver tan ardua cuestión, nos ceñiremos a enumerar! los romances españoles sobre
este argumento. Corresponden a él, desde luego, los dos castellanos que comienzan « Caballero,
si a Francia ides •», muy tardíos uno y otro y con visibles reminiscencias de los viejos roman-
ces carolingios de Gaiferos y Valdovinos, y muy especialmente del que empieza: « Ñuño Vero,
Ñuño Yero *.
A continuación de la noticia transcripta, el eminente erudito español cita los romances
que tratan fiel tema del nuestro.
Transcribiremos nosotros la parte del romance viejo de don Gayferos, que sería uno de
los antecedentes mas antiguos del romance español de la Viuda Fiel.
Aunque el citado romance fué publicado en el Cancionero de Eomances, dicho sin año,
y que, según R. Menéndez Pidal, es de 1551, nosotros tomaremos la versión que transribe don
Agustín Duran en sn Romancero, N.° 377, que es de un códice del siglo XVI, seguramente
de data más antigua que la de la versión del Cancionero de Eomances, 1551:
decidle que la su esposa
—Por Dios os niego, caballero, se le envía a encomendare,
queráseis a mi llegare: que ya me parece tiempo
•i sois cristiano o moro que la debía sacare
no me lo queráis negare, si no me deja por miedo
daros he unas encomiendas, de con los mores peleare,
bien pagadas os serane: debe tener otros amores,
Caballero si a Francia ides de mi no lo dejan aeordare.
por Gayferos preguntado

En la Primavera y Flor de Eomances, de don Fernando José Wolf y don Conrado


Hofman, bajo el N'-° 155, y en el Eomancero, de Duran, N.° 319, figura otro romance más
parecido al nuestro, tomado también de un códice del siglo XVI, que dice:
Caballero, si a Francia ides temo de su lealtad.
por mi señor preguntad, Hablaréisle con crianza,
y por que lo conozcáis porque en él suele morar
con poca dificultad, decidle que su señora
daros he las señas del se le envía a encomendar,
sin ninguna falsedad; que ya me parece tiempo
El es dispuesto de cuerpo, de venirme a libertar
y de mucha gravedad, D' esta prisión en que vivo,
blanco, rubio, colorado, muriendo de soledad;
mancebo y de poca edad, y se acuerde que me deja
el cual por ser tan hermoso sin ninguna libertad,

Más parecida a las redacciones riojanas es una otra versión, también del siglo XVI,
publicada en 1605 por Juan de Rivera, en un pliego suelto, titulado Nueve Eomances, trans-
cripto por Duran en su Eomancero, bajo el N.° 318, y reproducido por nosotros en la nota
del romance 7 del Cancionero Popular de Tucumán, T. I, pág. 358.
En España como en nuestro país se conserva este romance en forma dialogada y así
puede verse, entre otros, a don Alberto Sevilla, Cancionero Popular Murciano, N.° 91.
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 7

—Diez años lo he esperado, Que le sirvan de vasallos


Diez años lo esperaré. Y que mueran por la ley.
Si a los diez años no viene, Aquí se acaba este verso
De monja yo me entraré. De esta honrada mujer
Tres hijos varones tengo, Que hablaba con su marido
A mi rey se los daré, Sin poderlo conocer.

Don Manuel Milá y Fontanals en La Poesía Popular, Nos. 11 y 12, trae dos versio-
nes catalanas.
Don Aurelio de Llano Roza de Ampudia, en su Esfoyasa de Cantares Asturianos, trae
otra versión bajo el N.° 1152.
Los señores José María de Cossio y Tomás Maza Solano, en su Bomancero Popular
de la Montaña, traen seis versiones de este romance, en los grupos XXIII y XXIV.
Don Sergio Hernández de Soto, en su estudio Juegos Infantiles de Extremadura, pu-
blicado en la Biblioteca de las Tradiciones Populares Españolas, T. I I I , pág. 89, trae una
versión recogida en Zafra.
Don Ramón Menéndez Pidal, en su Bomancero, trae una versión recogida en Tánger,
bajo el N.*> 59.
En América
Don Aurelio M. Espinosa, en Romances Tradicionales en California, trae cinco versiones
de este romance, Nos. 1, 2, 3, 4 y 5.
Los señorea Pedro Enríquez Urefia y Bertram de Wolfe, en Bomances Tradicionales en
Méjico, traen cuatro versiones de este romance, bajo el N.° 5.
Don José María Chacón y Calvo, en su Literatura Cubana, publica en la página 111 una
versión de este romance, que viene acompañada con parte del romance de Mambrú.
La señora María Cadilla de Martínez, en su libro La Poesía Popular en Puerto Bico,
trae dos versiones de este romance, recogidas a paisanos, págs. 190 y 191.
Don Ramón Menéndez Pidal, trae también en su Bomancero, pág. 191, otra versión re-
cogida en Lima.
Don Julio Vicuña Cifuentes trae nueve versiones de este romance, en sus Bomances Po-
pulares y Vulgares, Nos. 15 al 23.
Don Ramón A. Laval, en su Folklore de Carahué, pág. 147, trae otra versión de este
romance.
Ciro Bayo, en su BomanceriUo del Plata, pág. 25, trae otara versión, con adaptación ame-
ricana, pues dice:
Mi marido fué a la guerra
Con don Cañete el Virrey

Quizás se refiera al Marqués de Cañete, don Hurtado de Mendoza, que nació en Cuenca
(España) el 21 de julio de 1535 y murió en Madrid el 15 de octubre de 1609. Fué virrey del
Perú entre 1590 y 1598.
Don Vicente T. Mendoza, en Bomance y Corrido, pág. 362, trae una versión cubana,
N.° 144, y dos mejicanas, Nos. 145 y 146.
En el Brasil, don Silvio Romero inicia su preciosa colección de Cantos Populares do Brasil
con una versión brasileña recogida en Río de nuestro romance. El lo titula Dona Infanta.
Véanse también versiones de este romance en el Cancionero Popular de Catamarca. Ro-
mance N.° 4, 4-a y 4-b.
Cancionero Popular de Salta. Romance N.° 4 y 4-a.
Cancionero Popular de Jujuy. Romance N.° 3.
Cancionero Popular de Tucumán. Romance N.° 7, 7-a, 7-b, 7-c y 7-d.
Habráse notado que la versión primera incluye una parte del romance de la Mala Mujer
o Esposa Infiel, o Doña Elena o Bemol Francés, cuando no Berna Francia.
Como este romance fué estudiado en el Cancionero Popular de Tucumán, N.° 8, agrega-
mos aquí solamente la noticia de que en América lo han recogido también don Vicente T. Men-
doza en Bomance y Corrido, pág. 335, ofreciendo las interesantes versiones que llevan los
Nos. 103, 104, 105 y 106.
Silvio Romero, en Cantos Populares do Brasil, pág. 6, y don Arturo L. Campa, de Méjico,
en su estudio Bemol Francés y La Esposa Infiel, publicado en el N.° 4 de Folklore (Boletín
del Dto. de Folklore del Instituto de Cooperación Universitaria), ofrecen otras versiones de
BUS respectivos países.
8 J U A N A L F O N S O C A B E I Z O

—No me la enrejó mi padre


Que mi padre se acabó:
ESTABA L A N I Ñ A L I N D A Enrejóla el señor Carlos,
ElTiijo del labrador.
Estaba la niña linda,
Estaba la blanca flor
Sentada en su vcntanita,
Bordando en su bastidor.
Entonces pasó Garlitos, U N REY T E N I A T R E S HIJAS
Hijo del emperador,
Tocando su guitarrita, Un rey tenía tres hijas,
Cantando versos de amor. Y las tres eran doradas,
—¿Para dónde vas, Carlitos? Y la mejorcita de ellas
¡Para dónde va, señor? Delgadina se llamaba.
—A tomar café con leche, —Ay, hija mía, Delgadina,
Bailar con el acordeón. Servime de enamorada :
—No tomes ese camino, Serás reina de Castilla,
Que hallarás al cazador; Madrasta de tus hermanas.
—No permita el Rey del cielo
Si sale un tiro y te mata Ni la Virgen Soberana
Para mí será el dolor. Que estando mi madre viva
Te sirva de enamorada.
—Hagan alfo, caballeros,
Encierren a Delgadina
Siete meses en la cárcel
U N J U E V E S ERA, POR CIERTO Sin darle agua ni comida.
Cumplidos los siete meses,
Un jueves era por cierto De allí salió Delgadina
Víspera de la Asunción Muy triste y desconsolada.
Hallé mi cama enrejada Se allegaba a la ventana
Con rejas de admiración Donde su hermana se hallaba.
(2) Este romance me fué dictado en Anillaco en 1938 por la niñita J u a n a Mercado,
de 9 anos de edad. Lo había aprendido en la localidad.
Tal como ocurre en Salta, en Catamarea, J u j u y y Tucumán, os la gente mayor la que sabe
este romance de la Esposa Infiel. Cuando los niños lo cantan solamente entonan el comienzo,
l a p a r t e descriptiva hasta el verso donde interviene Carlitos. Así ocurre aquí, con la diferen-
cia de que en esta versión continúa el romance con n n dialoguito infantil y candoroso.
(3) Este comienzo del clásico romanee de la Esposa Infiel me fué dictado por la niñita
Petrona Cavanay en la ciudad de L a Rioja en 1938. Como en el caso anterior, en boca de los
niños el romance no corre entero sino mutilado. La educación cristiana del pueblo no permito
que el nmo conozca este romance de infidelidad y adulterio.
Lo he encontrado en Catamarca, Salta, J u j u y y Tucumán y por consiguiente puede con-
sultárselo en los respectivos cancioneros.
(4) E s t a versión del romance conocido con el nombre de Delgadina me fué dictado por
una umita de Villa Castelli en 1939. L a niñita me dijo que lo dictó don J u a n de la Cruz Gai-
t á n , y a fallecido, y que don Juandela (como se les dice a los J u a n de la Cruz) era de Vinchina.
E n el Cancionero Popular de Catamarca, figura (N.» 5 ) , otra preciosa versión de este ro-
mance, que me fué dictada en 1920 por la distinguida educacionista señora Dolores de la Veca
6
de Calderón.
En España
Don Marcelino Menéndez y Pelayo t r a e en Romances Tradicionales de Asturias, tres ver-
siones, pág. 126; en Romances Tradicionales de Andalucía y Extremadura, seis versiones,
pág. 167; en Romances Tradicionales de Varías Provincias, una"versión, pág. 218, y en Roman-
ces Tradicionales entre los Judíos de Levante, una versión, pág. 364. Antología de Poetas Lí-
ricos Castellanos, T. X.
El mismo autor trae una historia somera de este romance en el Tratado de Romancea
Viejos, T. X I I , de la Antología de Poetas Líricos Castellanos, pág. 513.
Don Manuel M ü a y Fontanas, en Observaciones sobre la Poesía Popular, pág. 122 t r a e
una versión catalana de este romance. '
José María de Cossio y Tomás Maza Solano insertan doce versiones asturianas de este
romance en las págs. 203 a 309 de la obra Romancero Popular de la Montaña.
CANCIONERO POPULAS DE LA RIO JA 9

—Hermanita de mi vida, —Hermanita de mi vida


Alcánzame 1111 jarro de agua, Un j a r r o de agua alcanzara,
Que el corazón traigo seco Pero si mi padre sabe
Y la vida se me acaba. Yo he de ser la castigada.

Don Ramón Menéndez Pidal t r a e una versión de Tánger en su Romancero, pág. 166,
N.° 990.
Fernán Caballero, en Cosa Cumplida, trae esta versión, que seguramente es, dentro de las
españolas, la más parecida a las versiones riojanas:

Tenía una vez u n rey P o r Dics, por Dios, dadme agua,


Tres hijas como una p l a t a ; Que el corazón tengo seco
L a más chica de las tres Y á Dios entrego mi alma!
Delgadina se llamaba. —Quítate de ahí, Delgadina,
Un día estando comiendo, Que eres una descastada;
Dijo al rey, que la m i r a b a : Si mi padre el rey te viera,
—Delgada estoy, padre mío, La cabeza te cortara.—
Porque estoy enamorada. Delgadina se quitó
Venid, corred, mis criados, Muy triste y desconsolada.
A Deigadina eneerradla: Al otro día apenas pudo
Si os pidiese de comer, Llegar hasta la ventana,
Dadle la carne salada; Por la que ha visto á su madre
Y si os pide de bdber, Bebiendo en vaso de plata.
Dadle la hiél de retama. — ¡ M a d r e : si es que sois mi m a d r e . . .
Y la encerraron al punto Dadme un poquito de agua,
En una torre muy alta. Que el corazón tengo seco
Delgadina se asomó Y á Dios entrego mi a u n a !
Por una estrecha ventana —Pronto, pronto, mis criados,
Y á sus hermanas ha visto A Delgadina dad agua,
Cosiendo ricas toallas. Unos en jarros de oro,
— ¡ H e r m a n a s : si sois las m í a s . , Otros en jarros de plata.—
Dadme un vasito de agua, Por muy pronto que acudieron,
Que tengo el corazón seco, Ya la hallaron muy postrada.
Y a Dios entrego mi a l m a ! A la cabecera tiene
—Yo te la diera, mi vida, Una fuente de agua clara,
Yo te la diera, mi a l m a ; Los ángeles la rodean
Mas si padre rey lo sabe, Encomendándole el alma,
Nos ha de m a t a r á entrambas.— L a Magdalena á los pies
Delgadina se quitó Cosiéndole la m o r t a j a :
Muy triste y desconsolada. El delantal era de oro,
A la mañana siguiente Y la aguja era de plata.
Asomóse á la ventana, Las campanas de la gloria
P o r la que vio á sus hermanos Ya por ella repicaban:
J u g a n d o un juego de cañas. Los cencerros del infierno
— ¡ H e r m a n o s : si sois los m í o s . , Por el mal padre doblaban.
(113 - 10 - pág. 261)
En América
Don Aurelio M, Espinosa, en los Romances Tradicionales en California, trae t r e s versio-
nes de este romance, bajo los números 14, 15 y 16.
El mismo autor, en su estudio Romances Españolea Tradicionales (que cantan y reeitan
los indios de loa pueblos de Nueva Méjico), trae una versión de este romance en la página
13. Delgadina.
. Don Pedro Enríquez Ureña y don Bertram D. Wolfe, en Romances Tradicionales en Mé-
jico, traen seis versiones de este romance en las páginas 376 a 378.
Chacón y Calvo, en Ensayos de Literatura Cubana, pág. 130, trae dos versiones de este
romance.
La señora M a r í a Cadilla de Martínez, en su obra La Poesía Popular en Puerto Rico,
pág. 173, trae cuatro versiones.
El señor J u l i o Vicuña Cifuentes, en Romances Populares y Vulgares, publica siete ver-
siones de este romance, bajo los números 8, 9, 10, 11, 12, 13 y 14.
Ciro Bayo, en su Romancerillo del Plata, trae una versión de este romance en la pá-
gina 28, recogida, al parecer, en la campaña de la provincia de Buenos Aires.
Don Vicente T. Mendoza, en Romance y Corrido, estudió este romance en variadísimas
versiones, ver Nos. 108 a 124.
También figura este romance en mi colección y así véase: Cancionero Popular de Cata-
marca, Nos, 6, 6-a y 6-b; Cancionero de Salta, N.° 7, y Cancionero Popular de Tucumán,
Nos. 10, 10-a y 10-b.
10 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

De allá sale Delgadina Cuando me miran tus ojos


Muy triste y desconsolada Sólita me doy la muerte.
Y se allega a la ventana Responde el pastor y diee:
Donde su madre se hallaba. —Moriré de cualquier suerte.
—Madrecita de mi vida,
Alcánzame un jarro de agua, Mira, querido pastor,
Que el corazón traigo seco Corazón de piedra poma,
Y la vida se me acaba. Te pusiste a despreciar
—¡ Ay, hija mía, Delgadina, Esta gallarda paloma.
Muy ingrata me has salido: Responde el pastor y dice:
Siete meses me has tenido —Bien está San Pedro en Roma.
Ausente de mi marido! Mira, malvado pastor,
De allá sale Delgadina Que mi maldición te alcance,
Muy triste y desconsolada Y al dar agua a tu ganado,
Y se allega a la ventana Todo se te desparrame.
Donde su padre se hallaba, Responde el pastor y dice:
—Padrecito de mi vida, —El buey solo bien se lame.
Alcánzame un jarro de agua,
Que el corazón tengo seco
Y la vida se me acaba, ESTABA U N PASTOR UN DÍA
—Hagan alto, caballeros,
Que Delgadina pide agua. Estaba un pastor un día
Antes que el agua llegase Deleitado en su ganado.
Ya Delgadina acababa. Sale una dama y le dice:
Va dereehito a los cielos —De tí yo m' hi enamorado.
Y su padre a padecer Contesta el pastor y dice:
En los profundos infiernos. —Esto es lo que no he pensado.
—Mira estas piernas, pastor,
Que muchos las miran fuerte;
ESTABA UN PASTOR UN DÍA Cuando las miran tus ojos,
Sólitas se dan la muerte.
Estaba un pastor un día Contesta el pastor y dice:
Deleitado en su ganado. —Morite de cualquier suerte.
Sale una dama y le dice:
•—Yo de tí me he enamorado. —Mira este jardín, pastor,
Responde el pastor y dice: Y en él esta rica flor;
—Es cosa que no he pensado. Si hermosas fueron mis rosas,
Córtatela a la mejor.
—i Ves este jardín, pastor, Contesta el pastor y dice:
De flores que da primorea? —Dale a otro perro ese güeso
Éntrate, pastor, en él Que a mí no me dentra eso.
Y corta de las mejores.
Responde el pastor y dice: —Pastorcito de mi vida,
—No me rinden tus amores. El favor que yo te pido:
—Mira, precioso pastor, Que no le cuentes a nadie
Tengo ducados cien mil: El desprecio que he tenido.
Todo será para ti Contesta el pastor y dice:
Si te quedas a dormir. —Se hará lo que habéis querido.
Responde el pastor y diee:
—Ahora es cuando m' hi d'ir. —Adiós, pastorcito ingrato,
Corazón de piedra poma,
—Mira estas piernas, pastor, Te pusiste a despreciar
Corazón de roca fuerte; Esta gallarda paloma.
(5) Esta versión del romance La gentil dama y el rustico pastor, me fué dictada en
1939, en Vinchina (Pueblo), por don Valentín Bordón, de 40 años, que la sabía por haberla
aprendido en el lugar.
(5-a) Dictada por don Ramón FalcÓn, de 56 años, en MaUigasta, en 1939.
PANCIONEEO POPULAS DE LA BIO J A 11

Contesta el pastor y d i c e : —Tengo u n j a r d í n de Cupido


—Bien está San P e d r o en Roma. Con flores que dan primores.
—Adiós pastorcito i n g r a t o , E n t r a a pasearte, pastor,
No t ' hi podido vencer. Y corta de aquellas flores.
Contesta el pastor y d i c e : Responde el pastor y d i c e :
—Esto es lo que no has de ver. —Ni ésas ni otras mejores.
5-b
ESTABA U N PASTOR U N DÍA Tengo una silla de plata
E s t a b a el pastor u n día Vestida de carmesí.
Deleitado en su ganado. — P a que te sientes, pastor,
Salió u n a dama y le d i c e : Con tal que me des el sí
—Yo de ti me he enamorado. Y te quedes a dormir.
Responde el p a s t o r y d i e e : Responde el pastor y diee :
—No me da ningún cuidado. —Ahora es cuando m' hi d' ir.

(5-b) Dictada por el joven Juan Vega, de 16 años, en Los Molinos, en 1938. El joven
Vega conocía el romance con el nombre de Canción del Buen Pastor.
En España
Don Marcelino Menéndez y Pelayo, en su Tratado de Romances Viejos, trae esta noticia:
esta noticia:
« A la cortedad del caballero burlado en este romance acompaña dignamente la fiera-
esquivez del rústico pastor, sordo a los requerimientos de amor de la gentil dama, en un pri-
moroso romance, que puede ser muy bien de Rodrigo de Beynosa puesto que anda en wn. plie-
go suelto con otras cosas suyas, y él fué fecundo autor de versos de este jaez, aunque nunca
tan refinados de tono, ni tan elegantes y aristocráticos como en esta composición, limpia de
todos los resabios villanescos, rufianescos y tabernarios que rara ves le abandonan-,
Estáse la gentil dama — paseando en su vergel
Los pies tenía descalzos — que era maravilla ver;
Desde le.ios me llamara, — no le quise responder:
Respondíle con gran eaña: «iQué mandáis, gentil mujer f >
Con una voz amorosa — comenzó de responder:
—Ven acá el pastorcico, — si quieres tomar placer;
Siesta es de mediodía, — que ya es hora de comer;
Sí querrás tomar posada — todo es á tu placer...
—Que no era tiempo, señora, — que me haya de detener;
Que tengo mujer y hijos — y casa de mantener,
Y mi ganado en la sierra — que se me iba á perder,
Y aquellos que me lo guardan — no tenían qué comer.
—Vete con Dios, pastorcillo, — no te sabes entender,
Hermosuras de mi cuerpo — yo te las hiciera ver:
Delgadica en la cintura, — blanca soy como el papel,
La color tengo mezclada — como rosa en el rosel,
El cuello tengo de garza — los ojos de un esparver,
Las teticas agudicas — que el brial quieren romper...
—Ni aunque más tengáiB, señora — no me puedo detener.
Este romance tuvo varias imitaciones, aunque no exactamente en el mismo metro. Tal es
aquel villancico que glosaron Alonso de Alcaudete, Alonso de Amienta y otros:
Llamábale la doncella
Y dijo el vil:
Al ganado tengo de ir.
De este villancico y sus glosas, más bien que del romance primitivo, parece derivarse un
diálogo a manera de «temó >, del cual se han recogido en la tradición oral de Andalucía varias
versiones, habiéndole popularizado Fernán Caballero entre todo género de lectores.
—Pastor, que estás en el campo — de amores tan retirado,
Yo te vengo a proponer — si quisieres ser casado.
—Yo no quiero ser casado -— responde el villano vil:
Tengo el ganado en la sierra: — a Dios, que me quiero ir.

Entre los judíos españoles de Oriente es tan popular el villancico < Llamábalo la don-
cella*, que á su música se amoldó el tono de un canto religioso de la Sinagoga de Andrina-
12 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

Mira, pastor de mi vida, Como una loca perdida,


Oye el favor que te pido: Y fué la halló en un palmar
No me vas a descubrir Que en las palmas se mecía,
El desprecio que he tenido. Y a un niño de quince años
Kesponde el pastor y dice: Estas palabras decía:
—Se hará lo que habéis querido. —Nos casaremos los dos,
Nos casemos, vida mía,
Unos se mueren de goma, Aunque perdamos los padres,
Otros mueren de carcoma. Aunque perdamos la vida.
Bien está San Pedro en Roma, La vida no te la ofrezco,
Y yo soy ángel del cielo: Porque esa prenda no es mía,
No me hagas perder la gloria. Y puede ser que mañana
Venga el Dueño y me la pida.

6-a
EN MI CASA HAY UN PERAL
MI PADRE TUVO UN PERAL
En mi casa hay un peral
Cubierto de perlas finas; Mi padre tuvo un peral
En el gajo más cargado Cargado de peras finas,
Se sienta una golondrina. Y en la ramita más alta
Por el pico echaba sangre, Se asentó una golondrina;
Con las alas se batía. Por las alas echa sangre
Se perdió la mejor niña Y con el pico decía:
Al punto de mediodía. —Maldita sea la mujer
Salió la madre a buscarla Que de los hombres se fía.

•polis. Finalmente, el diálogo andaluz se encuentra también en América. Don Ramón Menénde»
Pidal ha recogido una variante de él en Santiago de Chile» (191 - 12 - pág. 524).
En la Primavera y Flor de Romances, N.° 145, Antología de los Poetas Líricos Castellanos,
T. VIII, pág. 260, hay otra versión.
Menéndez y Pelayo agrega también otras versiones de nuestro romance y así entre Los
Romances Tradicionales de Andalucía y Extremadura, transcribe una versión en el número 25
pág. 193.
En el apéndice del tomo X de su Antología de Poetas Líricos Castellanos, pág. 361, pu-
blica otra versión española, hallada en pliego gótico suelto de la Biblioteca Nacional.
El señor Constantino Cabal, en su libro Las Costumbres Asturianas, su significación y
sus orígenes, trae otTa versión en la página 286.
Don Rodolfo Gil, en su Romancero Judeo-Español, trae otra versión de este romance ea
la página 93.
En América
Don Aurelio M. Espinosa, en Los Romances Tradicionales en California, Nos. 10, 11, 12
y 13, trae otras tantas versiones y es digno de hacer notar, que tanto el señor Espinosa
como yo no encontramos este romance sino en personas de edad avanzada y no entre los ni-
ños. Lo mismo ocurre con los romances de La Adúltera y con el Ber*nal Francés.
Don Julio Vicuña Cifüentes, en su obra Romances Populares y Vulgares, trae cuatro ver-
siones de este romance, bajos los números 51, 52, 53 y 54.
Don Vicente T. Mendoza en Romance y Corrido, Nos. 37 y 38, trae dos versiones de
Méjico.
Este mismo romance está en Cancionero Popular de Salta, romance números 14, 14-a,
14-b y 14-c. Cancionero Popular de Jujuy, romance número 4. Cancionero Popular de Tucu-
man, N.» 12.
(6) Me fué dictado por el ciego don Manuel Pilar Herrera, de 65 años, en la ciudad
de La Rioja. Lo había aprendido en Sanagasta.
(6-a) Dictado por doña María, viuda de Asiar, en Villa Unión, en 1939.
En España
Este precioso romance nos recuerda un pasaje del romance juglaresco del siglo XVT so-
bre El Nacimiento de Montesinos, publicado por don Agustín Duran en su Romancero General,
N." 382.
CANCIONERO POPULAS BE LA MIOJA 13

Que vengo muerto de sed.


—No tengo j a r r o ni j a r r a
SIETE L E G U A S H E CORRIDO Ni en que d a r t e de beber,
Pero tengo u n a boquita
Siete leguas he corrido, Que es más dulce que la miel.
Niña, por venirte a ver, —No vengo por t u boquita
Con mi caballo rendido Ni tampoco por t u miel,
Y mi persona también.
también. Sino vengo por saber
Dame u n j a r r o de agua, niña, De lo que hablamos ayer,

E l pasaje dice:

Siete halcones t r a s ella


Mal aquejándola van,
Y ella por guardarse d' ello»
Retrújose a mi ciudad
Encima de una alta torre
Allí se fuera a asentar;
Por el pico echaba fuego,
Por las alas alquitrán]

Termina nuestra versión con una copla, cuyo tema es antiquísimo en la literatura espa-
ñola, puesto que ya Calderón lo trae en su Alcalde de Zalamea, J o r n a d a 1.*, Eso. X V I I I ,
cuando dice:
Al rey, la hacienda y la vida
Se ha de dar, pero el honor
E s patrimonio del alma
Y el alma sólo es de Dios.
Don Emilio Lafuente y Alcántara, en su Cancionero Popular, t r a e una copla del mis-
mo sentido en la página 135 del tomo I I , y don Gabriel Vergara Martín, en la p á g i n a 57 de
Mil Cantares, trae otra.
E n el Cancionero Popular de Salta, la copla número 37 y la número 1033 del Cancionero
Popular de Tucumán, como la que lleva el número 1387 de este Cancionero, t r a t a n del mis-
mo t e m a .
Don A. Acevedo Hernández, en sus Canciones Populares Chilenas, P**g- H3> t l a e e n l ft
tercera estrofa de < Plores del Alma » nuestra copla así:
Ahí tienes mi corazón.
El que sostiene la vida,
El alma no te la doy
Porque esa prenda no es mía.
Volviendo al romance, don Prancísco Rodríguez Marín, en Cantos Populare* Españole»,
N.« 187, lo t r a e a s í :
Madre, ¿quier' usté que vaya Diciéndole: —Vida mía,
Un ratito á 1' alameda Contigo m' he de casar,
Con las niñas de Merino, Aunque me cueste la vida.
Que tienen buena merienda? Mi padre tiene un peral
Al tiempo de merendar Cargado de peras finas.
Se perdió la más bonita; E n la r a m i t a más alta
Su padre 1' anda buscando Cantaba una t o r t o l i t a ;
Calle abajo, calle arriba. Por la cola echaba sangre . .
Dónde la vino á encontrar, Y por el pico decía:
E n una palma metida —¡ Qué tontas son las mujeres
Con un niño e quince años, Que de los hombres se fían!
Don Eugenio de Olavarría y Huarte, en su estudio El Folklore de Madrid, Biblioteca de
las Tradiciones Españolas, T. I I , pág. 69, y don Aurelio de Llano Roza de Ampudia, en su
Esfoyaza de Cantares Asturianos, N.° 1134, lo traen también.

En América
Don Ramón A. Laval, en Folklore de Carahue, pág. 63.
Don Julio Vicuña Cifuentes, en Pomances Populares y Vulgares, N.° 80.
Cancionero Popular de Salta, N.° 20.
(7) Dictado por el ciego Manuel Pilar Herrera.
14 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

7-a —No tengo jarro ni jarra


Ni en qué darte de beber,
CUATRO LEGUAS HE CORRIDO Pero tengo una boquita
Que es más dulce que la miel.
Cuatro leguas he corrido, —Yo no lo hago por el agua
Niña, por venirte a ver. Ni tampoco por la miel,
Dame un jarrito con agua Lo hago por el juramento
Que vengo muerto de sed. Que me hiciste antes de ayer.
(7-a) Me fué dictada esta versión en Sanagasta por doña Eulogia Avayay en 1938.
En España
Don Eodolfo Gil, en BU Romancero Judeo-Español, pág. C X V I I I , t r a e nuestro romance
con la noticia de que se lo canta en las bodas a s í :
P o r esta calle que vo la calle de las agudas.
me dicen que no hay salida. Ocho y ocho diez y seis,
Yo la tengo que pasar, veinte y cuatro son cuarenta;
aunque me cueste la vida. la moza que me quere bien
La vida me alargáis, déjeme la puerta abierta.
lo olor me retornáis. La vida me alargáis
la olor me retornáis.
Aparóse a la ventana Yo a vos mucho quería
cara de lindo papel. y no a otra amarilla;
—Dadme un poco de agua,
que yo me muero de sed.
—No tengo t a z a ni j a r r o de veros día por día.
ni con qué daros a beber, La vida me alargáis
—Dadme con vuestra boquita la olor me retornáis.
que es más dulce que la miel.
4 H a s t a cuándo me dais penaf
La vida me alargáis
la olor me retornáis. Vos sois blanca y no morena:

Por esta calle que vo Me metéis en preso y cadena.


echan agua, crece ruda. La vida me alargáis
E s t a la pueden llamar la olor me retornáis.
Don Eduardo M. Torner, en la sección Canciones y Romances de su libro El Folklore
en la Escuela, trae en la página 85 nuestro romance a s í :
A las puertas del palacio —Decid a todas que salgan
de una señora de bien, que las quiero conocer.
llega un lindo caballero — L a mayor y la mediana
corriendo a todo correr. al punto aquí las tendréis;
Como el oro es su cabello, —Rosalinda, caballero,
como la nieve su tez; ruega os la perdonéis
sus ojos como dos soles por vergüenza y cobardía,
y su voz como la miel. no quiere dejarse ver,
—Dios os guarde, mi señora. —Lindas son las dos que veo,
—Caballero, a vos también. lindas son como un clavel,
—Ofreeedme un vaso de agua, pero más linda será
que vengo muerto de sed. la que no se deja ver.
— T a n fresca como la nieve, A las puertas del palacio
caballero, os la daré, de la señora de bien
que la cogieron mis hijas llegan siete caballeros
al punto de amanecer. siete semanas después
—¡Son hermosas vuestras hijas? — P r e c i n t a d m e , caballeros,
—Como un sol de Dios las tres. yo os sabré responder.
—Decidme cómo se llaman —Tres hijas como tres rosan
si en ello gusto tenéis. nos han dicho que tenéis.
— L a mayor se llama Elena L a más pequeña de todas
y la segunda Isabel, sin temor nos la entreguéis,
y la más pequeña de ellas que en los palacios reales
Rosalinda la nombré. va a casarse con el rey.
En América
F r a y Alfonso M. Escudero, en su Romancero Español, t r a e esto romance como recogido
en Chile, bajo el numero 129. La versión chilena no difiere g r a n cosa de la española, publica-
da por T o r n e r .
CANCIONERO POPULAR DE LA MIOJA 15

8
LA VIRGEN Y SAN JOSÉ ¿ QUIEN ERES, PASTORCILLO

La Virgen y San José —¿Quién eres, pastorcillo,


Iban a una romería. De dónde por acá?
La Virgen v&, t a n cansada —Vengo en busca del ganado
Que caminar no podía. Que un gallito me espantó.
Cuando llegan a Belén Daba fuertes aletazos
Toda la gente dormía. Gritando : ¡ Cristo nació !
—Abra las puertas, portero, Esto oyeron las ovejas
A San José y a María. Y se echaron a correr:
—Estas puertas no se abren E n tropilla se vinieron
Hasta que amanezca el día. A Belén, a Belén.
Se fueron a guarecer A las orillas de u n bosque,
A u n portalito que había. Cansado ya de buscar,
E n t r e la muía y el buey Sentadito en un peñasco
Nació el hijo de María. Triste me puse a p e n s a r :
La mulita no coceaba « Quién me ha dado, me ha quitado,
Y el manso buey lo lamía. Alegre debo cantar ».
Malhaya sea t a l res Y cantando alegremente
Que no sufre compañía, Voy a dejar la ciudad,
Ni con el hijo de Dios Que afuera hay u n sol luciente
Ni con la hermosa María.
Más que el sol de libertad.
Tan pobre estaba la Virgen
Que ni pañales t e n í a : —Yo soy el ángel, pastor,
Se quitó la toca blanca H a s dicho una gran v e r d a d :
Que sus cabellos cubría, H a nacido el Rey del Cielo
La hizo cuatro pedazos Lo debemos adorar.
Y al Niñito lo envolvía. Esto oyeron los pastores
Bajó un ángel del cielo, Y se fueron a adorar.
Unos pañales t r a í a :
Los unos eran de lino, Sé sumiso y obediente
Los otros de holanda fina. Y rechaza la m a l d a d :
Volvió el ángel p a r a el cielo ¡ Jesús te d a r á la gloria
Cantando el Ave María. Con E l en la e t e r n i d a d !

Don Vicente T. Mendoza, en Romance y Corrido, transcribe la versión de Torner, Nos. 125
y 126, y luego cita versiones de nuestro Hilo de Oro, hilo i plata (Cancionero Popular de Tu-
cumán, N.» 68), que nada tienen que ver con nuestro romance del Jarro de Agua, tan univer-
salmente conocido en el norte argentino como el Hilo de Oro.
Don Aurelio M. Espinosa, en su Folklore de California, trae nuestro romance bajo el
N.» 5, así:
Mañanitas, mañanitas, mañanitas de placer;
así estaban las mañanas cuando te empecé a querer;
así eran las mañanitas, las que contigo pasé.
Socórreme un vaso de agua, que vengo mueTto de sed.
—No tengo vaso ni copa ni en qué darte de beber:
te la daré en mi boquita que es más dulce que la miel.
—i Qué síf | Qué no? i Qué cuándo? El capitán lo mandó.
Soldados somos del rey, Chatita, y ya amaneció.
Ya amanece, ya amanece, ya amanece, pero no,
Yo me estuviera otro rato, pero si ya amaneció.
Se levantan de mañana y preguntan quién pasó;
la Chatita les responde: Ya el pajarillo voló.
(8) Este romance me fué dictado por doña Ricarda Nieto en Anillaco en 1938, Tiene
mucha semejanza con el cantar número 696.
(9) Este romance de Navidad como el anterior, me fué dictado por la señora Marque-
sa L., viuda de Oliva, en la ciudad de La Eioja.
ROMANCILLOS Y RIMAS
INFANTILES
10 Que está muy bonito,
P a r a mi cebada
A B C Que ya está granada,
ABC, P a r a mi melón
La cartilla se pie fué Que ya tiene flor,
P o r la calle Santa F e . P a r a mi sandía
No me pegue don José_ Que ya está florida,
Que mañana lA t r a e r é P a r a mi aceituna
Con u n pan francés Que ya tiene una.
Y una taza de café.

12
11
AGUA, MI DIOS
A G U A , S A N MARCOS
Agua, mi Dios,
Agua, San Marcos, Agua, mi Dios,
Rey de los charcos, Que moje a los campos
P a r a mi triguito Y a nosotros no.

(10) Dictada por Minina Villafañe, hija del señor inspector nacional de escuelas don
Miguel N . Villafañe, en la ciudad de L a Bioja, en 1938. L a niña aprendió la rima a otras ni-
ñitas del barrio.
Rodríguez Marín trae esta rima infantil, bajo el número 88, a s í ;
A. B. C.
L a eartiya me se fué,
no m' peg' usté, maestro,
que m a ñ a n a la trairé.
y agrega esta noticia interesante: E n Cataluña (Maspons, 5 5 ) :
A. B. C. A. '1 mestre 'm vol pega.
L a pastera j a la se, E. jo no vaig fer ré.
si ha pa niel menjaré, I . perqué no vaig vení'I
si bi ha coca la deixaré, O, jo no estava bó
si la mare m' hi atrapa, U. no ho diguis a ningú.
fugiré com una r a t a ,
si lo meu pare ra' hi veu,
fugiré como una guineu.
En I t a l i a (Imbriani, X X V I ) :
A! O!
Te voglie vení a truvál N u ' mme ricere no!
E! U!
Quanno márameta nu' nc' é l ' N a vota sola e po' niente cchiú!
I!
Voglie saglí'!
(11) Dictada por la niñita B e r t a de la Vega, de 10 años, en Anillaco, en 1938.
Eodríguez Marín t r a e esta rima a s í :
Agua, señor San Marcos, Que tiene f i ó ;
Bey de los áreos, P a mi sandia,
PS. mi triguito, Qu' está floria;
Qu' está b o n i t o ; P á mi aceituna,
P á mi ceba, Que tiene una.
Qu' está grana (N.» 110)
P a mi melón,
(12) Esta rima es muy conocida en toda L a costa.
Eodríguez Marín la trae a s í :
(Agua, Dios!
¡Agua, Dios!
Que se mojen los gitanos
Y nosotros nó.
(N.-> 102)
20 J U A N AL F p N 8 O C A B B I Z O
;

13 14
A L A A, A L A A A LA RUEDA, RUEDA

A la A, a la A, A la rueda, rueda
Mariquita no sabe hablar, De pan y canela.
A la E, a la B, Toma mucho vino
Mariquita no sabe leer. Para ir a la escuela.
A la I, a la I, Marupé, marupé,
Mariquita no sabe escribir. Sentadita me quedé
A la O, a la O, En un. tarro de eafé.
Mariquita no sabe el reloj.
A la U, a la U,
Mariquita eres tú. 15
A LAS ORILLAS D E U N RIO
13-a
A las orillas de un río (bis),
A L A LATA, L A T E R O Una doncella (bis)
Bordaba pañitos de oro
A la lata, latero, Para la reina (bis),
A la hija del chocolatero. En lo mejor del bordado,
A la a, a la a, Le faltó seda (bis).
Mariquita no sabe hablar. Pasó un vendedor de seda:
A la e, a la e, —¿Quién compra seda? (bis)
Mariquita no sabe leer. —¿De qué color es la seda?
A la i, a la i, —-Azul y blanca (bis).
Mariquita no sabe escribir. De tres hermanas que somos (bis),
A la o, a la o, Una es casada,
Mariquita no sabe el reloj. La otra soltera,
A la u, a la u, Y yo, por mayor desgracia,
Mariquita eres tú. Soy jardinera.

(13) Dictada por la señorita Amadora Donata Martínez, en Chilecito, en 1939, L a niña
lo había aprendido en el l u g a r .
(13-a) Dictada por la niña Minina Villafañe.
(14) Dictada por la niñita J u a n a Mercado, en Anillaeo, en 1938.
(15) Dictada por Minina Villafañe en la ciudad de La Rioja.
E s una variante de la rima infantil número 16 del Cancionero Popular de Salía.
Don Manuel Milá y Fontanals t r a e u n a versión catalana con el título El Marinero, a s í :
A la bora de la m a r — n'hi ha tina doncella
que broda d'un mocador — la flor mes bella.
Quant no fon á mitx brodat — li falta seda
veu vení' un bergantí y diu — « ¡oh de la vela!
j Mariner bon mariner — qu'en portau sedaí •»
—« De quin color la voleu — blanca o vermellaf »
—4 Vermelleta la vuy yo — qu'es mes fineta,
vermelleta la vuy yo — qu'es per la reyna ».
—« Bntrau dintre de la ñau — triareu d'ella 7>.
Quant fou dintre de la ñau — ñau feu vela.
Mariné 's posa á cantar — cansó novella;
ab lo cant del mariner — s'ha adormideta,
ab lo soroll de la m a r — ella 's desperta,
quant se desperté 's t r o b á — lluny de sa térra.
« Mariner bon mariner — portaume en térra
qu'els ayres de la mar — me donan p e n a » .
—« Aixó si que no ho faré — qu'heu de ser meba ».
« De tres germanas que son so la mes bella ».
L a una es casada a b u n duc — l'atre es comtesa,
y yo pobreta de mi — so m a r i n e r a ;
CANC10XEBO POPULAS DE LA BlOJ A 21

16 Yo le pedí una,
No me quiso dar.
A L A VIERA D E L CAÑÓN Agarré el pañuelo,
Me puse a llorar.
A la vera del <eañón,
Pin, pon,
Tirabuzón. 18
ANDA, NIÑO, ANDA
17
ALLÁ ESTA LA L U N A Anda, niño, anda,
Que Dios te lo manda,
Allá está la lupa Crúzatelo al río,
Comiendo aceituna. Llégate a la banda.

la une en té vestit d'or — l'atre de seda


y el metí pobreta de mi — n'es d'estameña ».
—« No n'es destameña, no — que n'es de eeda,
no sou marinera, no — qu'en serexi reyna.
Que yo so lo fill del rey — de I n g l a t e r r a
y set anys que vatx mon — per vos doncella.
(196 - 101)
Don Eduardo M. Torner, en La Canción Tradicional Española, t r a e el mismo cantar re-
cogido por Milá con ligeras variantes y esta versión castellana:
A las orillas del mar -— hay tres doncellas
bordando vestidos de oro — p a r a la reina,
y a lo mejor de bordar — les faltó seda.
Pasó por allí un sedín. — ¿Quién compra s e d a l
¿De qué color la quería. — La quiero negra.
De tres hermanas que somos — yo la más bella.
La una ya casadita, — la otra soltera.
j,De qué regimiento eresf — De Talavera.
—Yo, pobrecita de mí, — soy cantinera.
(117 - I I - pág. 73)
L a señora Sara Llorens de Serra, en el Canconer de Pineda, t r a e también otra versión
catalana, bajo el número 23.
(16) Dictada por Minina Villafañe. Se usa en loa sorteos p a r a los juegos infantiles.
(17) Dictada en Santa E i t a de Catuna, esto es, en Los Llanos de L a Eioja, por la niñita
Nicolasa Campos, de 9 años, en 1940.
(18) L a oí a unos niños en la escuela de la villa de Mazan Nuevo en 1940. B. Marín
tiene esta r i m a con igual comienzo:
Anda niño, anda,
Que Dios te lo manda
Si no andas hoy
Andarás mañana.
(N.« 57)
y lo estudió con toda erudición en su libro Varios Juegos Infantiles del siglo XVI. Véase BU
interesante t r a b a j o :
XXXIV
«Anda, niño, anda,
Que Dios te lo manda ».
E n cambio, esta otra fórmula es aún generalmente conocida como cancioncilla, que se
canta a los niños cuando comienzan a querer andar.
E n mis Cantos Populares Españoles inserté dos versiones andaluzas que dicen a s í :
Anda, niño, anda, €Anda, niño, anda,
que Dios te lo manda; que Dios te lo manda;
y la Virgen María- y si no andas hoy
que andes todo el día ». a n d a r á s mañana.
22 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

19 20
ARAÑA, PESTAÑA ARBOLITO CHIQUITITO

Araña, pestaña Arbolito chiquitito,


Se fué para España, Échame nueces,
Montando se va Échamelas prontito,
Caballo de caña. Cuatro en dos veces.

Y añadí otra variante en los apéndices:


Anda, niño, anda,
que Dios te lo manda;
y la Virgen pura.
Anda, criatura ».
E n Madrid suelen decirlo de esta manera:
«Anda, niño, anda,
Que Dios te lo manda;
L a Virgen María,
Que te sueltes en un d í a ;
E l bendito San José,
Que te sueltes en un mes ».
Y a como tal cancioncilla era popularísima en los siglos X V I y X V I I y Tirso de Molina
la amplió a su talante en el acto I de La Santa Juana en esta f o r m a :
« Anda, niño, anda,
que Dios te lo manda;
y Santa María,
que andes en un d í a ;
Señor San Andrés,
que andes en un m e s ;
Señor San Bernardo,
que andes en un año
sin hacerte daño
en esta demanda,
anda, niño, anda ».
Parodió la rímilla popular Quiñones de Benavente en el Entremés del Talego, donde sa-
can a a n d a r un talego la autora y otras dos mujeres, y dicen:
« Todas. Anda, niño, anda,
que amor te lo manda.
Autora. Tu dueño t a c a ñ o . . .
Todas. Que andes en un año.
Autora. El vil interés. . .
Todas. Que andes en un mes.
Autora. L a mucha p o r f í a . . .
Todas. Que andes en un d í a ;
Que mientras más y más presto anduvieres,
más se holgarán las señoras mujeres ».
Sabidísimo es, por otra parte, que cuando en 1621 comenzó a reinar Felipe I V , entre
los muchos papeles satíricos y anónimos en que se le exhortaba a hacer ejemplares justicias, no
faltó alguno de los atribuidos al conde de Villamediana, cuyo bordoncillo era el vulgarísimo
« Anda, niño, anda ».
Y todavía, treinta y cinco años después, volvió a andar el niño y paseó por las calles de
Madrid. Referíalo don Jerónimo de Barriouuevo en carta de 1.° de noviembre de 1656: « Dícese
que pasando por en casa del balido una noche destas una t r o p a de jente, iban c a n t a n d o : anda,
niño, anda, entre Góngora y P e ñ a r a n d a ; anda, niño, anda, que lo manda Peñaranda. E s cierto
que ay grandes picaros ».
En Sicilia dicen: Anna, ca Díu te manna, pero úsanlo como refrán.
(19) También como la rima anterior, recogida en la Escuela Nacional de S a n t a Rita de
Catuna en 1940.
(20) La oí en la Escuela Nacional de Los Molinos (Dto. Castro Barros) en 1938.
CANGIONEEO POPULAS DE LA MIOJA 23

21 23
ASI SE E N G A Ñ A A V O S T E DIGO

Así se engaña, A vos te digo,


Piquito i caña, Nariz de ombligo,
P a t a s de araña, Talón maceta,
Como t u ñaña, Canillas d ' hilo.
L a vieja buena
El día que truena.
Trota que t r o t a
La J u a n a porota, 23-a
Tisa que tisa
La vieja petiza. A VOS T E DIGO
Chicharrón de chinche
P a r a que se te hinche, A vos te digo,
Chicharrón de cabra. A vos te digo,
P a r a que se te abra, Boca de sapo,
Chicharrón de chancho Canillas d ' hilo.
P a que se te haga ancho.

24
22
BARRE, BARRE, BARTOLILLO
AVE MARÍA
¡ Ave María, Barre, barre, Bartolillo,
Flor de jarilla, —Madre, no puedo b a r r e r :
Pico de pollo, Tengo los calzones rotos
P a n de gallina! Y el culito me han de ver.

(21) Dietado en la ciudad de L a Rioja por la señorita Josefina Carmona en 1938.


Ñaña ea p a l a b r a quichua, muy conocida en el noroeste argentino, y significa hermana,
respecto a la hermana.
El hermano le dice a la hermana, pañi.
La hermana a la hermana, ñaña.
E l hermano al hermano, huauqui.
L a hermana al hermano, turi o churi (de ahí ckurito y churo).
(22) L a oí en Los Molinos, a los niños de la escuela local.
(23 y 23-a) Estas rimas infantiles son eomunes en L a Costa (Dto. Castro Barros y
Araueo).
Maceta, aparte del significado corriente de vaso de barro p a r a poner plantas o de marti-
llo grueso y pesado tiene el de indicar el abultamiento que por enfermedad se produce con
alguna frecuencia en la rodilla de los caballos. Como adjetivo se usa para indicar que el ob-
jeto está abultado, agrandado. Talón maceta es, pues, talón grande. Segovia consigna este
adjetivo en su Diccionario. Garzón da al adjetivo maceta el sentido apuntado y agrega tam-
bién el derivado macetudo, áa; con esta explicación:
« Aplícase a las personas y animales que tienen, respectivamente, las piernas o las p a t a s
cortas, gruesas, gordas y fornidas. U. t. e. s. ^.
(24) L a oí en la Escuela Nacional de C'huquis (Dto. Castro B a r r o s ) .
Bodríguez Marín trae esta rima así:

—Mariquita, barre, b a r r e
y no dejes de barrer.
—Tengo los calzones rotos
y el e . . . me se be.
(N-.0 149)
24 J V A N A L F O N S O C A R B I Z O

25 26
B U E N A S TARDES, MIS A M I G U I T A S CATAPLIN, CATAPLIN, CATAPLERO

—Buenas tardes, mis amiguítas, Cataplín, eataplín, cataplero


Que me voy a retirar. Se me ha perdido una hija
—Espérate u n poquito E n el fondo del jardín.
Que vamos a jugar. Cataplín, etc.
— P o r hoy me es imposible —Yo se la tengo, señora,
Pues que tengo que hacer E n el fondo del j a r d í n .
Lo que es mi buena madre —Haga el favor de entregarla.
Al punto debe ser. Cataplín, etc.
Me gusta bailar la danza H a g a el favor de entregarla
Con un chico marinero E n el fondo del j a r d í n .
Que baila con la princesa —No se la puedo entregar.
Y estrellas en el cielo. Cataplín, etc.
La espada de tres cadetes No se la puedo entregar
Dicen que las tengo y o : E n el fondo del jardín.
Las tiene la hermana mía •—¿Qué vestidito llevaba?
Clavada en el corazón, Cataplín, etc.
A ver los ojos azules, ¿ Qué vestidito llevaba
Azules como los míos, E n el fondo del j a r d í n ?
No pierdas las esperanzas, —Lleva vestidito blanco.
Que yo no las he perdido. Cataplín, etc.

(25) Dictada por la niñita María Luisa Allende, en Chuquisi. E s t a niñíta de 11 años la
aprendió en el lugar.
Incluímos eeta rima en este cancionero, no obstante haberlo hecho en el de Tuoumán,
N.° 39, porque ofrece algunas variantes interesantes.
Es española, la t r a e don Alberto ¡Sevilla en su Cancionero Popular Murciano, b a j o el nú-
mero 78, y don Aurelio de Llano Boza de Ampudia, en su Esfoyaza de Cantares Asturianos,
N.° 1120.
Esta última es a s í :

Amigas, buenas tardes, —Razón tienes de sobra,


me voy a r e t i r a r : niña, sin vacilar
—Espérate un poquito nosotros te aplaudimos
que vamos a jugar. tu modo de pensar.
—Por hoy no me es posible. —Un beso quiero daros.
—¿Pues, qué tiene que hacer? —Nosotras a ti, dos.
•—Lo que mi buena madre —Adiós, amigas mías,
se digne disponer, Adiós, adiós, adiós.

(26) Dictada por la niñita Rosario Ríos, en Vinchina ( H o r n o ) , de 12 años de edad.


E s t a versión riojana ofrece variantes respecto a la que recogiera en Tucumán y que figu-
ra en el cancionero de aquella provincia, bajo los números 111 y 111-a.
E s española, la trae don Aurelio de Llano en su Esfoyaza, bajo el número 1144, a s í :

Ambo, acto, —Pues irá María (2)


matarílerileri, — i Qué le regala usté?
ambo acto, — E l manto de la Virgen.
matarilerileró ( 1 ) , —Eila dice que sí.
— | Q u é quiere usté? —Tráigalo usté.
— j , Dónde están las llaves f —Ahí va la niña.
— E n el fondo del mar, —Muchas graeias.
•—¿Quién irá por allá? —No hay de qué.

(1) Se repiten los versos y los incisos en toda la canción.


(2) Aquí el nombre de la niña.
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJ A 25

Lleva vestidito blanco 27


E n el fondo del jardín.
—¿Qué sombreríto llevaba? CATATUMBA, CATATUMBA
Cataplín, etc.
¿Qué sombreríto llevaba Catatumba, catatumba.
E n el fondo del j a r d í n ? 4 Qué es aquello que relumbra
—Lleva sombreríto blanco Debajo la mesa?
Cataplín, etc. Si no es ña Marquesa,
Lleva sombreríto blanco Me p a r t o la cabeza.
E n el fondo del jardín.
-—¿Qué zapatitos llevaba?
Cataplín, etc. 28
¿Qué zapatitos llevaba
E n el fondo del j a r d í n ? CORDERITO, CORDERON
—Lleva zapatitos blancos,
Cataplín, etc. Corderito, corderón,
Lleva zapatitos blancos Tan chiquito y t a n l a d r ó n :
E n el fondo del j a r d í n . Roba plata del cajón
—¿Qué mediecitas llevaba? Sin permiso del patrón.
Cataplín, etc.
¿ Qué mediecitas llevaba Ora por sí,
E n el fondo del j a r d í n ? Ora por no,
—Lleva mediecitas blancas. Manda el rey de P o r t u g a l
Cataplín, etc. Que nos vamos a sentar.
Lleva mediecitas blancas
E n el fondo del j a r d í n . Corderito, corderón,
—Aquí se la traigo colgando. Tan chiquito y tan ladrón:
Cataplín, etc. Roba plata del eajón
Aquí se la traigo colgando Sin permiso del patrón.
E n el fondo del jardín.
—Muchas gracias, mi señora, Ora por sí,
Cataplín, etc. Ora por no,
Muchas gracias mi señora, Manda el rey de P o r t u g a l
E n el fondo del jardín. Que nos vamos a p a r a r .

(27) L a oí a un corro de niños en Chüeeito en 1939.


Ño ña, es apócope de señor y señora, pero no su equivalente, pues tiene cierto sentido des-
pectivo. Se usa entre gente del pueblo y es común en Tueumán, Salta, Catamarca, L a Rioja
y Córdoba.
Con este sentido despectivo trae la voz Garzón, en su Diccionario Argentino.
Don Zarobabel Rodríguez, en su Diccionario de Chilenismos, t r a e la forma ñor como igual
a Ño, pero con la noticia de que en Chile se u s a :
« Anteponer —también la forma ña para el femenino— por lo común al nombre de aque-
llas personas que, siendo pobres o plebeyas, merezcan por sus años o estado algo más que el
insolente tú de quien les dirige la palabTa>.
J u a n de Arona, en su Diccionario de Peruanismos, t r a e también las formas Ño, Ña v como
forma arequipeña, Ñor, como tratamiento amolador dado a todo « infeliz a quien por su color,
pobreza o apocamiento de espíritu no se considera digno de figurar entre los señores».

(28) Dictada por la niñita de 12 años Marina Brizuela, en Santa Rita de Catuna,
en 1940.
Matero-a., adjetivo, que se aplica a la persona que acostumbra beber la infusión que se
hace de yerba mate. Por lo común se aplica a la persona que bebe el mate con bombilla y no
a la que usa ingerir mate cocido.
26 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

i Qué está haciendo, corderito? El zapatébido


—Afilando un cuchillito. Que la queríbida
—¿Para qué? Le dio un besíbido
•—Para carniar una ovejita. En la paneíbida.
—¿Qué te ha hecho?
—Me ha robado una azuquita y yerbita
—Muy bien hecho por matera. 32

29 EL BURRITO DE JUAN GÓMEZ


DEBAJO LA CAMA
El burrito de Juan Gómez
Debajo la cama Se comió sesenta coles
Del tío Simón Con otros tantos melones.
Hay un perrito Lo llevaron a la eárcel
Que toca el tambor. Lo pusieron en prisiones,
Dale que dale Y los burritos salieron
Con el tambor Con votos y maldiciones.
Hasta que llegue
La comisión.
La comisión llegará 33
Y el perrito morirá.
EN FIN, EN FIN
30
DIN , DON En fin, en fin,
Dijo el ehuscbín,
Din t don, Conforme la media
Din, don. Es el escarpín.
Una vaca chupina
y un buey panzón.
31 34
DOÑA PANCHIBIDA ERRE MOSCATEL
Doña Panehíbida
Se cortó el debido Erre moscatel,
Con el cucbíbido Porque me ves chica
Del zapatébido. Me quieres j . . .

(29) Dictado por Minina Villafañe en la ciudad de La Kioja.


(30) Esta rima usan las niñas de La Costa (Dto. Castro Barros y Arauco) para sortearse
en sus juegos,
Chupino-a, adjetivo, q»& significa rabón. Se usa en todas las provincias del Tucumán.
El señor Tobías Garzón, en su Diccionario da esta notieia: « Díeese de los animales que
han perdido la cola o que la tienen muy corta». Caballo chupino, paloma chupina».
Esta palabra es bilingüe.
De chupa, que quiere decir cola de animal en quichua (Torres Rubio) y de la termina-
ción calificativa española ino-a.
(31) Dictada por Minina Villafañe. Es rima muy común en las provincias del Tucumán;
ya figura en el Cancionero Popular de Tucumán, bajo el número 52, pero esta versión es más
completa.
(32) Dictada por el niño Ramón Lenin Ángulo en la escuela número 8 de Villa Castelli
(Dto. Sarmiento) .
Seguramente se trata de un eantarcillo ajeno al lugar, quizás español, porque las coles
son, sino desconocidas por el pueblo, por lo menos sumamente escasas y la expresión echar votos
y maldiciones es desconocida por la gente sencilla.
(33) Se usa a manera de copla refranesca, como perífrasis, para decir en fin.
Chv&chín es el chingólo (zonotriehia eapensis).
(34) Como la rima anterior es un refrán usado para decir ¡erre!, exclamación.
CAUCIONERO POPULAR BE LA BIOJA 27

35 Dame una mano,


Dame la otra,
ESTABA U N A BLANCA PALOMA Dame un besito
Sobre tu boca.
Estaba una blanca paloma Daremos la media vuelta,
A la sombra de vm verde limón, Daremos la vuelta entera,
Con las alas cortaba las ramas, Haciendo u n pasito atrás,
Con el pico cortaba la flor. Haciendo la reverencia.
Ay, ay, ay, Pero no, pero no, pero no,
¿Cuando veré a mi Dios? Porque me da vergüenza,
Me arrodillo delante mis padres, Pero sí, pero sí, pero sí,
Me levanto constante, constante. Porque te quiero a ti.

(35) Dictada por la señora A l e k a D. de Villafañe en la ciudad de L a Rioja en 1938.


En España
E s t a b a la p á j a r a pinta Dé usté la media vuelta.
sentadita en el verde limón; Dé usté la vuelta entera.
con el pico recoge la hoja, Pero nó, pero nó, pero nó,
con la hoja recoge la flor. Pero nó, que me dá vergüenza.
j Ay, mi amor t Pero sí, pero sí, pero sí,
M' arrodillo a los pies do María, amiguita te quiero yo a ti.
M' arrodillo porque os madre mía.
M' arrodillo a los pies de mi hermana, (E. M. 210)
M' arrodillo porque me da gana.
Don Aurelio de Llano Roza de Ampudia lo registra en su libro Folklore Asturiano así:
Estando la p á j a r a pinta otra por los marineros
a la sombra del verde limón, que son como cielos,
con la pico recoge la rama, que os pondréis en mi lugar
con la rama recoge la flor. de la giraldilla, giraldé
¡ A y ! , ¡ay! cuándo veré a mi amor giraldilla, que no
¡ a y ! , ¡ a y ! cuándo le veré yo. hay más giralda
Salga usté a bailar, que la de Sevilla.
media vuelta daréis vos
si la sabéis dar, (SO - 2 4 1 ) .
En América
En el Cancionero Popular del Niño Venezolano (1.° y 2." g r a d o s ) , publicado por el Mi-
nisterio de Educación Nacional en Caracas, 1940, figura con su música esta versión:
E s t a b a la pájara pinta Dame una mano,
Sentadita en el verde limón Dame la otra,
Con el pico cortaba la hoja Dame un besito
Con el pico cortaba la flor Mi corazón
[Ay, dolor! ¡jAy, dolor!
Me arrodillo a los pies de mi amante ( P á g . 19)
Fiel y constante
La señora María Cadilla de Martínez, en su libro La Poesía Popular en Puerto Mico,
trae estas dos versiones:
Estando la p á j a r a pinta con la rama recoge la flor,
sentadita en el verde limón, ¡Ah, Dios!
con el pico recoge la hoja, i Cuándo veré mi amorf
con la hoja recoge la flor, ¡Ay, Dios!
¡Ay, mi amor, ay mi amor! Me arrodillo a los pies de mi amante,
Me arrodillo a los pies de mi amante, me levanto muy fiel y constante,
firme y constante. dame esa mano, dame esa otra,
—Dame un abrazo. dame un besito que sea de tu boca,-
—Dame tú otro. esta es la media vuelta,
— L a que quiero será la mejor. esta es la vuelta e n t e r a ;
darás un pasito alante,
darás un pasito a t r á s ;
« E s t a b a la pájara pinta
pero sí, pero sí,
a la sombra de un verde limón;
que me da vergüenza ».
con el pico recoge la rama,
(Sá-2Gly262)
28 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

36 La mosca a la araña,
La araña a la mosca.
ESTANDO LA ARAÑA

Estando la araña Estando el perro


En su bienestar, En su bienestar,
Viene la mosca Viene el palo
Y la va a incomodar. Y lo va a incomodar.

L a misma distinguida investigadora t r a e en su reciente libro Juegos y Canciones Infan-


tiles de Tuerto Rico esta otra versión, que acaso es la más conocida de esta eancioncilla:
Corro: « — E s t a b a la P á j a r a P i n t a
sentadita en el verde limón:
Con el pico recoge la hoja,
con la hoja recoge la flor.
¡Ay, mi amor! ¡Ay, mi amor!
Pájara Pinta: —Me arrodillo a los pies de mi amanto
(se arrodilla delante de una niña)
firme y constante,
dame ulna mano, dame la otra,
demos la vuelta; dame un abrazo;
dame tú otro, dame un besito
de tu linda boca.
La que elijo será la mejor.
Corro: € — E s t a b a la P á j a r a P i n t a
sentadita en su verde limón
Con el pico recoge la hoja
con la hoja recoge la flor,
¡Ay, mi amor! ¡Ay, mi amor!
(86 - 133)
(36) Me fué dictado este curioso cantarcillo por doña Carmen Camaya en el lugarejo
dicho L a P a t r i a , situado a pocas leguas al sur de Santa Bita de Catuna.

En España
E n el Cancionero de Tucumán ya dimos cuenta de otra versión de este cantar. Su es-
tudio puede verse en el número 91 de aquel cancionero y una versión bajo el número 5645 de
éste. E s t a otra forma del cantar también es española; en efecto, Fernán Caballero la t r a e a s í :

La mosca y el moral
« E s t a n d o la mora en su lugar, vino la mosca a hacerle mal.
La mosca a la mora y la mora en su moralito y sola.
Estando la mosca en su lugar, vino la araña a hacerle mal.
La araña a la mosca, la mosca a la mora y la mora en su moralito y sola.
Estando la araña en su lugar, vino la rata a hacerle mal.
La rata a la araña, la araña a la mosca, la mosca a la mora y la mora en su moralito y sola.
Estando la rata en su lugar, vino el gato a hacerle mal.
El gato a la rata, la rata a la araña, la araña a ía mosca, la mosca a la mora y la mo-
ra en su moralito y sola.
Estando el gato en su lugar, vino el perro a hacerle mal.
El perro al gato, el gato a la rata, la rata a la araña, la araña a la mosca, la mosca a la
mora y la mora en su moralito y sola.
Estando el perro en su lugar, vino el palo a hacerle mal.
El palo al perro, el perro al gato, el gato a la rata, la rata a la araña, la araña a
la mosca, la mosca a la mora y la mora en su moralito y sola.
Estando el palo en su lugar, vino el fuego a hacerle mal.
El fuego al palo, el palo al perro, el perro al gato, el gato a la rata, la rata a la araña,
la araña a la mosca, la mosca a la mora y la mora en su moralito y sola.
Estando el fuego en su lugar, vino el agua a hacerle mal.
El agua al fuego, el fuego al palo, el palo al perro, el perro al gato, el gato a la rata, la
rata a la araña, la araña a la mosca, la mosca a la mora y la mora en su moralito y sola.
Estando el agua en su lugar, vino el buey a hacerle mal.
El buey al agua, el agua al fuego, el fuego al palo, el palo al perro, el perro al gato,
el gato a la rata, la rata a la araña, la araña a la mosca, la mosca a la mora y la mora en su
moralito y sola.
CANCIONERO POPULAR BE LA RIOJA 29

La mosca a la araña, 37
La araña a la mosca
El palo al perro. E S T A ES L A L L A V E D E R O M A
Y el perro al palo.
Estando el buey Esta es la llave de Roma.
En su bienestar, •—Toma.
Viene el cuchillito •—En Roma hay una calle,
Y lo va incomodar, etc. En la calle una casa,

Estando el buey en su lugar, vino el hombre a hacerle mal.


El hombre al buey, el buey al agua, el agua al fuego, el fuego al Dalo, el palo al perro,
el perro al gato, el gato a la rata, la rata a la araña, la araña a la mosca, la mosca a la mora
y la mora en su moralito y sola.
Estando el hombre en su lugar, vino la muerte a hacerle mal.
La muerte al hombre, el hombre al buey, el buey al agua, el agua al fuego, el fuego
al palo, el palo al perro, el perro al gato, el gato a la rata, la rata a la araña, la
araña a la mosca, la mosca a la mora y la mora en su moralito y sola (113 - T. X V - pági-
n a 471)
Don Marcial Valladares recogió en Santiago de Compostela esta misma composición y
la transcribe en gallego, como la copió en la p á g i n a 123, del tomo IV, de la Biblioteca de las
Tradiciones Españolas, de A. Machado y Alvarez.
El tema parece muy antiguo y difundido en la madre patria, pues que hay una coplita
gallega que responde a é l ; la recogió el citado señor Valladares en Galicia y es é s t a :

Eu pedin o leite a vaca


a vaca pidem 'a herba;
herbiña lie pido o prado
e o prado pídeme réga.
(Biblioteca IV, 41)

En América

Acaso la versión más completa de las recogidas en América sea la que anotó don Higi-
nio Vázquez Santa Ana en Fiestas y Costumbres Mexicanas, pág. 310. Digo así porque la
cadena de personajes, que son agente e instrumento a su vez;, es é s t a :

El Creador a San P e d r o ; el palo al p e r r o ;


San Pedro al Diablo; el perro al g a t o ;
el Diablo a la m u e r t e ; el gato al r a t ó n ;
la muerte al h e r r e r o ; el ratón a la a r a ñ a ;
el herrero al cuchillo; la araña al mosquito;
el cuchillo al buey; el mosquito al sapo;
el buey al a g u a ; el sapo a la r a n a ;
el agua a la lumbre; la rana va al agua
la lumbre al p a l o ; y se echa a nadar.

Don Vicente T. Mendoza, en. Romance y Corrido, pág. 734, t r a e otra versión y don Ri-
cardo Palma, en sus Tradiciones Peruanas, una otra versión peruana, véase tomo V t>aei-
na 176. ' y s
Silvio Homero, en Cantos Populares do Brasil, trae un cantar en 12 estrofas titulado
A Moura y que no es sino una versión brasileña del nuestro (341 - pág. 5 1 ) .
(37) Recogí esta rima de nunca acabar, a las niñas de la escuela de Anillaco, en 1938.
Es española. Don Sergio Hernández de Soto, en sus Juegos Infantiles de Extremadura,
publicados en el tomo I I de la Biblioteca de las Tradiciones Españolas, trae el juego y la
rima, bajo el número 44, así:
La llave de Roma

« Este juego se hace también con una llave. E l director la coge y dirigiéndose a el que
se sienta a su lado, dándole la llave:

— E s t a es la llave de S o m a
y toma.
30 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

En la casa una mesa Come en Mazan sandía


En la mesa una silla Todito el día.
En la silla una jaula
En la jaula un pájaro
Y el pájaro dice: 39
Esta es la llave de Roma.
—Toma. LA GALLINA PAPANATA
38
La gallina papanata
1 HEREJÍA, HEREJÍA!
Puso un huevo en la canasta.
¡Herejía, herejía! Pin, pin,
Don Pedro Díaz Si ella es bruja se ha de ir.
Todos van repitiendo lo dicho por el director y éste a cada vuelta que da la llave le va
agregando un renglón de la fórmula del juego hasta concluir. He aquí toda la relación:
— E s t a es la llave de Roma en la cama una dama,
y toma. con la dama una mesa,
E n Roma hay una calle, en la mesa una silla,
en la calle hay una casa, en la silla una jaula,
en la casa un zaguán, en la jaula un pajarito
en el zaguán una cocina, que dice:
en la cocina una sala, Esta es la llave de Roma
en la sala una alcoba, y toma,
en l a alcoba una cama, Zafra.

Rodríguez Marín trae la rima bajo el número 202, a s í :


E s t a es la llave de Roma, y toma, Saltó el loro.
En Roma hay una calle. Saltó la jaula.
E n la calle hay una casa. Saltó la mesa.
En la casa hay un patio. Saltó la dama.
En el patio hay una sala. Saltó la cama.
E n la sala hay una alcoba. Saltó la alcoba.
E n la alcoba hay una cama. Saltó la sala.
E n la cama hay una dama. Saltó el patio.
J u n t o a la dama una mesa. Saltó la casa.
En la mesa hay una jaula. Saltó la calle.
Dentro de la j a u l a un loro. Y aquí tienes a Roma,
con todas BUS siete llaves.

(38) E s t a rima me fué dictada en Aimogasta.


(39) En el Cancionero Popular de Catamarca, bajo el número 1464, hay una versión com-
pleta de esta rima infantil española. E s t a que recogí en La Costa donde es popular ha sido
modificada, al parecer recientemente, porque la expresión / Se ha de ir si es brujo! es rela-
tivamente moderna.
Rodríguez Marín registra la versión a s í :
« Siéntanse los niños y el que dirige el juego va tocando uno por uno los pies de los de
más mientras recita los versillos de esta rima o la precedente. Al terminar se esconde el pie
últimamente tocado ».
Los poyitos pone cuatro,
Semana' pone cinco,
Ponen giievo pone seis,
'n er corra pone siete,
pone uno, pone ocho,
pone dos, t a p a er biscocho.
pone tres,
Luego agrega esta versión de Maspons:
L a gallina p u r i t a n a
pon un. ou cada semmana
ponhi un, ponhi dos, ponhi tres,
ponhi quatre, ponhi cinch,
ponhi sis, ponhi set, ponhi vuyt,
ponhi nou, ponhi deu,
la gallina de la Seu
diu qu' amagui aquest bon peu.
(N.o 74)
CANCIÓN BEO POPDLAB DE LA RIOJA 31

40 42
LA. N A R A N J A SE PASEA LECHERITO CHIQUITITO

La naranja se pasea Lecherito chiquitito,


De la sala al comedor. Vende leche a veinticinco.
No me tires con cuchillo, Uno, dos, tres, cuatro, cinco.
Tírame con tenedor.
Si no tienes tenedor,
Tirame con cucharón.
Si no tienes cucharón, 43
Tírame con tu amor.
LE PRESENTO E S T E RAMO

41 —Le presento este ramo.


>—¿Qué trae ese ramo!
LA N I Ñ A BUENA —Rosa y clavel,
Azahar y jazmín.
La niña buena —¿Qué dice la rosa?
Al cielo irá, —Que es muy hermosa.
La niña mala —¿Qué dice el clavel?
Se perderá. —Que es muy cruel.

(40) Esta versión riojana ofrece variante con respecto a la consignada en el Cancio-
nero Popular de Tucumán, Ñ.° 73.
(41) Dictada por Minina Villafafie en la ciudad de La Eioja.
(42) Esta rima infantil, que se usa p a r a sortearse en los juegos, fué recogida en La
Costa. E s española. Don Sergio Hernández de Soto en Juegos Infantiles de Extremadura
publica este juego recogido en Mérida, bajo el número 28, así:

Lagarto Pinto

< Se ponen loe niños en fila, sentados o de pie. En este último caso dan vueflta, agarran-
do siempre de la mano, y van diciendo en coro:

— L a g a r t o Pinto
"Vendió la vaca
E n veinticinco,
I En qué l u g a r t
En Portugal,
j E n qué calleja?
L a moraleja,
A g á r r a t e niña
De mis orejas.

« Al decir esto, se sueltan de las manos y se cogen de las orejas de los compañeros que
están al lado. Después sigue el juego en igual forma *. Biblioteca de las Tradiciones Españolas,
T. I I , pág. 171.

(43) Este ovillejo, de indudable origen culto, me fué dictado en P u n t a de los Llanos
(Dto. Gral. Gordillo) por don Manuel Antonio Díaz, de 70 años, natural del lugar, en 1940.
Allí aprendió estos versos y muchos otros, entre ellos el que lleva el número 276 del Cancio-
nero Popular de Tucumán. No obstante su evidente origen culto, lo incluyo porque Díaz me
aseveró que en su niñez lo sabían los jóvenes. Como le hiciera notar que el común de la gente
no sabe lo que quería decir compite del antepenúltimo verso, me dijo que los de su tiempo
sí lo sabían.
Don Apolinar Barber, mi Biblia, en lo que toca a la tradición poético-popular de Tu-
cumán, me dictó otro ovillejo, el que figura bajo el número 279, y me aseveró lo mismo que
Díaz, que en su tiempo, a mediados del siglo pasado, eran populares tales ovillejos.
32 J U A N A L F O N S O C A B B I Z Q

—¿Qué dice el azahar? 46


—Que quita pesar.
—¿ Qué dice el jazmín ? MAMA, PAPA
—Que es hermosísimo serafín,
A quien rendido me postro. Mamá, papá,
No compite con su rostro Pepito se va
Rosa y clavel, P a r a Tucumán,
Azahar y jazmín. Comiendo p a n
Con azafrán.
Voy aquí, voy allá,
44 Chirunflín, chirunflán.
LOLITA CORTA PANALES

Lolita, corta pañales, 47


De rico lienzo, de lo mejor,
P a r a envolver a Rosita MAÑANA DOMINGO
Que está enferma del corazón.
Los médicos al curarla —Mañana domingo
La hacen llorar. Se casa Benito
Los toreros le dicen: Con u n pajarito.
—Calla, Rosita, —i Quién es la m a d r i n a ?
No llores más. —Doña Catalina
Rebozo de harina.
45 —i Quién es el padrino?
MADRE E H I J A V A N A MISA —Don J u a n Botijón
Cabeza i terrón,
Madre e hija van a misa. Que salta la acequia
Madre e hija h a n de volver. Y le cae u n montón.
Cuando vuelvan madre e hija, —íQuién golpia la caja?
H a n de ser las diez y seis. —131 negro jetón.

(44) Dictado por los niños de la Escuela Nacional de Pagancillos (Dto. Gral. Lavalle)
en 1939.
, (45) Parece ser una adivinanza, pero los chicos de la escuela, de Chuquis (Dto. CastTO
Barros) la recitan p a r a sortearse en sus juegos a s í :
1 2 3 4 9 10 11 12
Madre e hija van a misa Cuando vuelvan madre e hija
5 6 7 8 13 14 15 16
M a d r e e hija han de volver H a n de ser las diez y seis.
(46) E s una variante de la rima que ya figura on los cancioneros de Jujuy, N. 8 3705,
y de Tucumán, Nos. 83 y 83-a. Los niños la recitan dándole el ritmo que tiene el galope del
caballo.
Don Constantino Cabal, en su libro El Individuo {Costumbres de Asturias), pág. 360,
trae esta rima con el nombre de Fapá, mamá y refiere que se zarandea al niño y se
le dice:
— P a p á , mamá P o r un pimiento,
Pepito me quiere pegar. por un tomate,
—¿Por qué! por una toma
— P o r ná. de chocolate.
P o r una cosita que no vale ná,
(47) Dictada por la niñita Leoncia Romero, de 7 años, en Vinchina ( H o r n o ) .
Esta versión ofrece variantes con respecto a las consignadas en el Cancionero Popular
de Caiamarca, N.° 1462, y Cancionero Popular de Tucumán, N." 85.
Rodríguez Marín la consigna a s í :
Mañana es domingo Doña Catalina.
y es día de respingo. 4Quién es el padrino?
Se casa Benito Don J u a n de Rivera.
con un pajarito, Mal haya su c j . .
í Quién es la madrina f que tanto lo menea.
O A N G l O N E SO FO FU L A B VE LA B I OJ A 33

—¿Con qué lo golpea? 49


—Con su varejón.
—¿Por dónde es el golpe' MI GATITO
P o r el callejón. ¡Mi gatito
Conejito!
—/Qué comiste?
—La sopita de la olla.
48
—Zapi, zape
que te pillo de la cola.
ME CANSO

Me canso, 50
Dijo el ganso. NEGRO FALUCHO
Me aburro,
Dijo el burro. Negro Falucho,
Me pongo el gorro, Revienta cartucho,
Dijo el zorro. Va al almacén;

L a señora María Cadílla cíe Martínez, en su libro La Poesía Popular en Puerto Mico,
pág. 250, trae nuestra rima infantil a s í :
—Mañana es domingo, — S a n t a Catalina.
Be casa Chiringo —4 Quién es él padrino 1
con una mujer —Vicente Pilón.
que sabe coser. Dale con la escoba
—iQuién e& í a m a d r i n a ! por ser barrigón.
Don Aurelio M. Espinosa, en so estudio Folklore de California, pág. 11, N.° 16, la
trae así:
—Mañana, domingo, —(Quién es el padrino t
se casa Benito —Don J u a n Botijón,
con un borreguito. — P u e s dale que dale
—tQuién es la madrina? con el varejón.
—Doña Catalina.
(48) E s t a rima es p a r t e de la composición infantil que figura en u n a versión más ex-
tensa en el Cancionero Popular de Salta, bajo el N.° 42.
(49) E s t a rima infantil, que recogiera en Vinchina (Horno) en 1939, es española.
Rodríguez Marín la trae así:
Mizo gatito,
pan conejito.
i Qué comistef
Sopitas de la olla.
¿Con qué las tapaste?
Con el rabo del gato.
¡Zape, eape, zape!
(N.° 4 4 ) .
(50) Fué recogida en Aimogasta en 1938.
El « N e g r o Falucho » o simplemente <: Falucho > es el apodo con que se conoce al sol-
dado de color Antonio Ruiz, guerrero de la independencia, y muerto heroicamente al lado
de su bandera. No es la primera vez que el pueblo lo recuerda en sus cantares. E n el Cancio-
nero Popular de Catamarca puede verse el que lleva el número 23, consagrado a conmemorar
su muerte heroica. El historiador doctor Enrique Udaondo, en su Diccionario Biográfico
Argentino, resume la historia de este noble negro a s í :
« Ruiz, Antonio (« Falucho ») :
«Militar. Hombre de color, natural de Buenos Aires, apodado «Falucho •». Fué liberto
del vecino de esta ciudad don Antonio Euie, de quien tomó el nombre y apellido. El apodo
le fué dado por sus cantaradas a causa del especial cuidado que le consagraba a su gorro de
cuartel, denominado «falucho ». Ingresó al ejército en 1813 como soldado del batallón fijo
de la Libertad y se halló en las batallas de Vilcapugio, Ayohuma, Chaeábuco, Maipú y cam-
paña del Perú. Como el ejército de los Andes hacia ocho años que había partido de la Re-
pública y hada meses que estaba impago, un jefe español insinuó artificiosamente a la tropa
y prisioneros del Callao que la sublevación era el único medio de regresar a Buenos Aires y
a Chile. Llegado el día del motín, que fué el 5 de febrero de 18S4, la bandera española fué
enarbolada en el torreón «Independencia » con una salva general de los castillos. El negro
€ Falucho», soldado del regimiento del Río de la Plata, se resistió a tributarle honores y al

3-II
34 J U A N A L F O N S O C A B M I Z t?

Pide la yapa, 51
No le dan; NARIZ DE J O t E
Va a la cocina,
Rompe los platos, Nariz de jote,
Y le echan la culpa Talón rajao,
A todos los gatos. Choclos hervidos,

intimársele que lo hiciera, rompió su fusil contra el asta de la bandera española, a cuyo pie
fué fusilado, gritando: ¡Viva Buenos Aires! Tan heroico ejemplo de fidelidad fué premiado
así y el valiente soldado murió por sus principios después de once años de meritorios servicios a
su patria, a Chile y al Perú. En vísperas de una guerra nacional en 1897, que se consideraba
inminente, se resolvió erigirle un monumento al heroico mártir del Callao, simbolizando en él
al mismo tiempo, a su valiente raga, grande en la guerra de la independencia y en todas las
luchas por la libertad y el honor nacional. La estatua del negro «Falucho » —como popular-
mente se le conoce— se levantó en un triángulo de la plaga San Martín, formado por las
calles Florida, Charcas y Santa Fe; actualmente se halla emplazada frente a los cuarteles
de Palermo en la intersección de las calles Santa Fe y Luis María Campos ».
Yapa (i), a más del significado que le da el Diccionario, tiene el de cuelga u obsequio
que se hace en los almacenes o cagas de comercio al por menor de earamelos o galletitas dul-
ces a los clientes, en especial a los niños. En los negocios de provincias y en especial de la
campaña se a t r a e a la clientela dándole yapas.
(51) Dictada por don Anaearsis Páez Dumaux en la ciudad de L a Rioja en 1938. L a
aprendió en El Condado, lugar situado al norte y río por medio de Villa Castelli.
Jote, al pajarraco carnívoro de alas negras que comunmente llamamos cuervo en Salta,
Tueumán, Santiago, Catamarca y gran parte de Jujuy, le llaman jote en La Bioja y en loa
departamentos del sud de Jujuy. Con el título El jote, el profesor riojano don Eugenio Gia-
comelli, en sus Bocetos Hiojanos, nos ofrece una interesante monografía, en la que describe
este animal. Lenz, que ha estudiado con profundidad la voz desde el punto de vista lengüís-
tico, nos da esta noticia:
« J ó t e , m. i. n. vulg. de un gallinazo negro, común en la mayor p a r t e de Sudamérica,
cathartes aura. Gay, Zoo!. I , 202. Cp. Molina, 451. PhiJippi Mz. 792/2. F a m . burl. o desprecio-
fraile, clérigo (alusión al t r a j e negro). Rodríguez, 270, Zerolp.
3. Palo del jote, n. vulg. de la planta gypothamnium pinifolium. Philippi, Atacama, 60.
Se usa en el Perú y, probablemente, en otros países más.
El sabio profesor doctor Emiliano J. Mac Donagh da Cata interesante noticia del jote:
« E l nombre de «cuervo » se aplica en la Argentina a diversas aves. Ninguna de ellas
corresponde a las especies que en Europa y Norteamérica reciben el nombre de « cuervo » y <¡fiie
son los cuervos verdaderos.
El nombre de « j o t e » puede considerarse como el nombre americano de una de las es-
pecies de « cuervo ». Pero, infortunadamente, el nombre de jote se aplica a dos o más espe-
cies. La solución para este asunto es la de definir el jote que consideramos verdadero y para
ello seguimos el criterio establecido en la exposición del Museo de la Plata. Por lo pronto,
el primero que recogió científicamente el nombre, aunque escribiéndolo en latín y como feme-
nino, fué el padre Molina en su famosa obra sobre la Historia Natural en Chile.
El jote es un rapas del grupo llamado impropiamente «buitres americanos s>, que no
son buitres sino catártidos, caracterizados, entre otras cosas, porque el dedo medio y ante-
rior es grande, como para desgarrar, mientras que el posterior es muy reducido; por ello los
catártidos, a diferencia de las águilas verdaderas, no pueden levantar grandes presas y volar
con ellas. (Esto va contra ciertos novelistas, Julio Verne, por ejemplo).
El jote tiene la cabeza desnuda, es decir, sin plumas y, desde luego, que carece de la ca-
ráncula erguida que ostentan en la cabeza los cóndores; la cola es de extremo redondeado. El
color del plumaje es negro, con un lustre azul renegrido purpúreo. En cambio, la cabeza y el
cuello, que son desnudos, son de un color rojo carnoso brillante.
Vive en la región andina, desde Ecuador al Cabo de Hornos, y en nuestro país, en el cen-
tro y norte, y por la región andina hasta Tierra del Fuego. También en la mesopotamia. No
es un ave abundante sino más bien solitaria. Vuela muy alto y con un admirable planeo. Sue-
le anidar bajo las rocas y los huevos son de un color blanco cremoso y están menudamente
moteados en pardos-rojiso.
Este ' jote ' es también llamado comúnmente ' conga' en nuestro país, y también
(pero ya en los libros) «cuervo de cabeza colorada*. Su nombre científico es-, cathartes aura
jota (Molina, 1782).
Al otro « cuervo» no se le suele llamar tan comunmente «jote », pero sí «gallinazo »,
nombre más bien castizo, peruano si se quiere; y en Mendoza, « paisana > y serranamente, « pa-
lapala »; mientras en el norte de la mesopotamia, zona de influencia guaraní, « iribú ».
También esta especie carece de caráncula y la cabeza desnuda, mientras que el cuello es
desnudo por delante, pero es plumoso por atrás. El color es enteramente negro, tanto el plu-
CANCIONERO P O r u LAR DE LA 'RIO J A 35

Zapallo asao,
Sandías verdes, NANITA, ÑAÑA
Melón cálao Nanita, ñaña,
„ ., . . Nana, nanita;
eja i 3 0 . . . j j o y . j j a c o m i e n < j 0 choclos,
José Mercao. Mañana humitas.
maje como la piel, y tiene algo de asulaüo en, el pico, cuyo extremo es apenas más claro. La
especie se reconoce porque la cola es de aspecto aproximadamente cuadrado.
Su comida son los animales muertos, es decir, carroñas, aunque sean putrefactas; es fa-
mosa porque penetra hasta los sitios poblados en su afán de devorar carroñas o desperdicios.
Su nido es muy rústico y se puede encontrar pobre los árboles o entre las rocas, y aún en
las torres de los edificios. Se lo encuentra desde el Mío Negro hasta el norte, pero no falta en
el litoral. Su nombre científico es Coragyps urubú foetens (Wíed, 1830).
Queda otro cuervo o jote, el de cabeza amarilla, que se Uama «iribupirái 3, en el Chaco
y Corrientes; llamado «.gallinazo blanco» en la Colonia, viviendo hasta el norte de Santa Fe,
mientras se lo ha señalado en Catamaraa, y por el norte llega hasta Venezuela y las Guáyanos.
Es negro renegrido, con brillos verdosos en el dorso, con la nuca azulada, la cabeza amarilla
y el cuello anaranjado. Come pescados en mal estado y otras carroñas. A veces anida en los
árboles huecos. Científicamente se llama cathartes urubitinga (Pelzen, 1861).
Por último queda el « cuervo real» o « rey de los cuervos » o « rey de los jotes », llamado
también « cóndor real •».
Es un ave muy diferente, de plumaje rosado y negro; mientras la piel desnuda del cue-
llo y la cabeza ostenta colores detonantes, anaranjados, purpúreos, rosados, amarillos. ¡Es de
tamaño mayor que los « cuervos», pero menor que el cóndor verdadero, del cual, además de
los colores del plumaje, se distingue por un carácter orgánico aparente, a saber, que el dedo
extreno es más largo gue el interno. Se le llama « rey », porque cuando los jotes están comien-
do una carroña llega éste y los expulsa furiosamente, quedándose él a sus anchas; al revés
si primero está el « cuervo real », los otros «cuervos » esperan en la vecindad hasta que se
harte y se vaya para arrimarse a disputar los restos. Vive desde el norte de la Argentina a
partir de Tutumán y Salta Oriental, Chaco y norte de Santa Fe, hasta Méjico. Su nombre
científico es sarcoramphus papa» (Liné, 1785) {116 - 4 - p á g . 4 0 ) .
Choclos hervidos. Zapallo asao: Son dos platos de la cocina familiar campesina en todo
El Tucumán. Los choclos hervidos han pasado a ser plato de las mesas de todo el país y hasta
los extranjeros lo usan con sumo agrado. Su preparación es muy sencilla; se echan las ma-
zorcas de maíz tierno, que es el choclo, previamente deschalado, en el puchero o bien, y este
era el sistema común en Catamarca, Tucumán y Jujuy, se hacía hervir en u n a olla grande
las espigas de maíz sin quitar la chala, pero con poca agua, p a r a que el cocimiento se h a g a
más con el vapor que con el agua propiamente dicha. L a sal se echaba a la olla cuando ya
estaban hervidos los choclos y a punto de sacarlos.
El sapallo asao exige más preparación; yo he asado, según la costumbre del valle de
Catamarca, que entiendo es la misma de todo El Tucumán, a s í :
Se toman los zapallos (cascara dura, leñqsa) de los especiales p a r a asar y con u n se-
rrucho o un cuchillo se divide el zapallo por l a línea ecuatorial, se le quitan las semillas y la
p a r t e blanda donde ella se encuentra, dejando la pulpa del zapallo intacta. Se le polvorea
sal a voluntad y se lleva las mitades al rescoldo. Se abre el descoldo, retirando las brasas y
no acomoda las mitades con la boca hacia arriba y luego aquella ceniza caliente y las brasas
se echan adentro; después -se le arrima bien la ceniza caliente y las brasas a las paredes del
zapallo y se deja cocer. ¡
La duración del cocimiento puede ser de j u n a hora si ha habido mucho rescoldo y un
poco más en caso contrario; cuando se calcula que se ha cocido, se retira del fuego, se vuel-
can boca abajo las mi 1 ¡ules para quitarles la cieniza suelta que se le ha adherido a la pulpa.
Echa esta última operación, que llamaríamos de limpieza, queda al descubierto una pasta más
bien seca, anaranjada y que despide un vaho de agradable olor. Cuando uno le hinca el diente le
dice: hocete a un lao, al huevo, porque en verdad aquello es exquisito. Suelen ser parientes
muy cercanos el zapallo asao con los choclos asados, no hervidos, porque p a r a hervirlos se
precisa olla y p a r a asarlos solamente se quiere que haya leñitas.
Los choclos y los zapallos asados son comidas indias, comunes, al parecer, en toda Amé-
rica, porque hasta los pieles rojas también los comían, y así don Julio Harris Salomón en su
libro Arte y Costumbres de los Pieles Bojas da noticias de estas prácticas en el capítulo X I ,
Modo de encender el fuego y guisar, pero hay una diferencia, ellos los comían con semilla:
« Las calabazas se cocían enteras en las cenizas y se comían el fruto, incluyendo la cas-
cara y las simientes», pág. 221. E n t r e nosotros no sucede a s í ; las cascaras suelen andar mos-
trando las hueyas de la cuchara y del fuego sobre los cercos o en loa canmios cercanos a
las casas.
(52) Ñaña. Véase su sentido en la nota de la rima número 21. Aunque el sentido de la
voz huminta, humita o umita está explicado en el diccionario y eruditamente comentado en
36 J U A N A L F O N S O C A R B I Z O

53 54
PADRE MUERTO
Padre muerto PALA-PALA PULPERO
Que estás en los cerros
Criando los perros Pala-pala pulpero
Tocando cencerros,
La vieja en la cama Tapate con un cuero
Y el viejo en el suelo. Que no te pique el guanquero.

Voces Tucumanas, del doctor Lizondo Borda, no está demás transcribir las noticias de los
cocineros que en esto son perfectos maestros:
« H u m i t a (común): Choclos, &4; azúcar, 10 cucharadas; harina, 4 cucharadas; leche, 1
tasa, y huevos, 6. Grasa, levadura, cebolla, tomate y pimientos.
Si los choclos son chicos se preparan 24 y si son grandes bastan con 12. Deben ser muy
tiernos.
Se fríen en grasa abundante, 4 cebollas. 4 tomates y 4 pimientos, después se agrega el
choclo rallado, sal, pimienta, nuez moscada, 4 cucharadas de azúcar y la leche; se deja cocer
bien el choclo y si queda algo seco se agrega un poco más de leche; se pone en una fuente del
horno, dejando que se enfríe ».
« Humita en chala: Choclos, 18; grasa, 1 % cucharada; azúcar, 1 tasa, y leche, 1 tasa.
Se corta los choclos, más o menos, unos tres centímetros de la parte superior que sigue
al tronco, se separan las chalas con cuidado, se limpian bien los choclos y se pasan suave-
mente por el rallador para que la ralladura salga finita.
Se fríe 1 cucharada de cebolla en la grasa caliente, después se agrega el choclo rallado,
el azúcar, se sazona con sal y se mésela hasta que se haya dorado bien, luego se agrega la
leche, mezclando de rato en rato para que no se queme, hasta que el choclo se cueza y quede
un poco espeso.
Se deja enfriar y tomando dos hojas de choclo se coloca en sentido opuesto, echándole
luego en el centro dos cucharadas de posto, atando después las humitas con bis chalas que
han quedado, las que se habrán cortado en tiritas de dos centímetros de ancho y anudado
como si fueran una cinta para unirlas. Esta operación de envolver y atar se hará prolija-
mente para que el agua no entre al cocinarlas; después se echan en una cacerola con agua
hirviendo, dejando q«e se cuezan por espacio de 30 minutos, más o menos, y una vez que al
tocarlas se siente que el choclo se ha endurecido, se sirven en la misma chala » (11 - 276).
(53) A esta rima infantil, cuyoa dos primeros versos son una parodia del Pater Noster,
la oí en F a m a t i n a en 1939.
Don Aurelio de Llano, en su Esfoyaza, t r a e estas dos p a r o d i a s :
P a d r e nuestro, P a d r e nuestro
que estás en un cesto; que viene el maestro
santificado santificado
I estás enfadado 1 que viene enfadado.
(N.° 1065) (N.° 1066)
(54) L a rima infantil tiene por primer verso el primero de la letra del baile conocido
con el nombre de pala-pala.
L a letra de este baile y su música se registran en el Tercer Álbum Musical de don An-
drés Chazarreta. Como en el Cancionero Popular de Santiago del Estero, del doctor Orestes
Di Lullo, se registra esta letra en l a forma más correcta, l a tomamos de allí:
1 — Pala-pala pulpero, 5 — Acatanca ligero,
2 — Chuña soltero 6 — Bala aguatero
3 — Ampatu cajonero 7 — Caranchi guitarrero
4 — Hualu bombero, 8 — C'araipuca riendero.
Cuya traducción sería-.
El Pala-pala es pulpero El Escarabajo ligero
La Chuña está soltera, La Bala (avispero) aguatero
El Sapo es cajonero El Caranchi guitarrero
La Tortuga bombero, La Higuana riendero.
(100 - N.° 3009)
1. Papa-pala significa catharites urubú (Vieill) : Buitre de estas regiones, muy común,
más conocido entre nosotros con él nombre de cuervo. El gallinazo o aura, que t r a e el Diccio-
nario de la Academia.
2. Baile regional, poco vulgar, que suelen bailar alguno* santiagueños —no sabemos «i
tucumanos. Según referencia del músico Manuel Gomes Carrillo, parece que en él se ha que-
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 37

55 Mama-de-sol-té
Bulevard-cachó.
PANCHO ÑATO

Pancho ñato se t r a g ó 57
Un carozo y reventó.
¿ Q U E ES E S T E RUIDO?
56
PI - T í - PI - S E M B R A I Qué es este ruido
Que a n d a por aquí
Pi-ti-pi-sembrá De noche y de día
Cuti-ba-de-ré No deja dormir?

rido imitar los saltos y picotazos del pala-pala mientra» devora la carroña de alguna osa-
menta. ..
3 . Música en dicho baile.
4. Lugar del departamento de Leales (Tucumán, primer distrito).
5 . Estación, en el mismo lugar, del Ferrocarril Central Argentino.
Origen: Es muy probable que esta voz se derive de ppajlla: «Calvo o cabeza calva»,
como es el pala-pala, por lo cual pudo dársele el nombre, duplicando esa vos, cosa tan fre-
cuente en el quichua.
Referencia: Voz santiagueña con nuestro significado 1; y además natural del lugar
( S . Chrístensen) (170 - P a l a - p a l a ) .
Guanquero. Masculino. Definición: Vos coinún en la provincia.
Significado: Xylopa augusti (Lep) (T). Eimenóptero del género bombus. Es un abejón
negro (la hembra) que suele hacer su nido en el interior de las cañas huecas (Arando Donax),
que forman parte de los techos de los hogares campesinos. Hace, al volar, un zumbido carac-
terístico. Dicen que produce miel, como otras especies que anidan en la tierra. En el Litoral
llámase mangangá.
2. Parecer uno guanquero, al h a b l a r ; hacer la voz rezadora, monótona, como el zumbi-
do del guanquero.
Origen. De Huanquyru. Abeja o abejón (1) : Debe tratarse del abejón especialmente des-
cripto por nosotros o de una especie parecida, según lo deja entender el padre Cobo. Cuanto
a la vos, Mossi agrega que, por corrupción, se dice también huayrunqu. Sin embargo, ésta,
en la forma huaironco (moscardón), figura hoy como aymará (en «Catálogo de las voces
usuales de aymará», etc.) ; lo que significa que, si no es de este idioma, ha pasado a formar
parte de él.
G. Holguín trae la forma huanccoyru y Torres Bubio, huancoyru.
Begionalismo. Formas catamarquenas, guanquero y huanquero: « Unos abejones negros que
destruyen las paredes para hacer en ellas sus casas» (C. L a f o n e ) . Se refiere, sin duda, a
nuestro himenóptero citado.
2. Voz argentina, guanquero. Significa o corresponde « al abejorro español ( S . G a r z ó n ) ;
pero ello no nos consta» (170 - Guanquero).
(55) Oida en la ciudad de La Kioja.
(56) Dictada por la señorita Josefina Carmona en la ciudad de La Rioja.
La niña pronunciaba el último verso en castellano y sabía la rima por tradición oral de
BU ciudad n a t a l .
(57) Dictada en Chuquis (Dto. Castro Barros) por María Luisa Allende, de 12 años
de edad. María Luisa aprendió esta rima por tradición oral. E s t a versión ofrece variantes con
respecto a la que figura bajo el número 119 del Cancionero Popular de Tucumán.

En España
Don Alberto Sevilla, en su Cancionero Popular Murciano, N.° 85, trae esta versión:

— i Qué será ese ruido a doña Ana, doña A n a . . .


que pasa por aquí, —Doña Ana no está aquí,
que de día ni de noche que está en el jardín,
nos deja dormir? cogiendo las flores
-—Somos las hijas del Bey de Mayo y de Abril.
que venimos a buscar
38 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

—Somos los estudiantes Urí, urí, Tira, urí.


Que venimos a estudiar Que salga esta niña
E n la capilla ardiente Conmigo a pasear.
De la Virgen del Pilar.

Don Sergio Hernández de Soto, en Juegos Infantiles de Extremadura, pág. 101, de la


Biblioteca de las Tradiciones Españolas, T. I I I , tiene esta rima así:

—¿Quién es esta gente que vienen por Doña Ana.


que pasa por aquí, —Doña Ana no está en casa
ni de día ni de noche que está en el j a r d í n
me deja dormir? abriendo la rosa
—Son las hijas del rey moro cenando el jazmín.

En América
L a señorita María Oadilla do Martínez, en su libro La Poesía Popular en Puerto Bico,
pág, 259, t r a e esta versión:

—Doña Ana no está aquí •—Mariquita, la de atrás,


que está en su vergel: que pregunte cómo está.
abriendo la rosa, ¿Cómo está Doña A n a ?
cerrando el clavel •—Doña A n a está mejor.
—Vamos a ver el junco —Vamos a ver el toro
y el toro, toronjil, el toro, toronjil,
p a r a ver a Doña Ana p a r a ver a Doña Ana
regando el jardín. regando el jardín.
—I Quiénes son esos estudiantes —Mariquita, la de atrás,
que pasan por ahí, que pregunte cómo está.
que de día ni de noche — | Cómo está Doña Ana,
me dejan dormir? E n el tercer accidente.
—Somos los estudiantes Vamos a ver el toro,
que venimos a estudiar el toro, toronjil,
a la capillita p a r a ver a Doña Ana,
de la Virgen del Pilar. que no liega el jardín.
—Vamos a ver el junco Mariquita la de a t r á s
y el toro, toronjil, que pregunte cómo está
p a r a ver a Doña Ana Cómo está Doña Ana.
cuidando el jardín, Doña A n a se murió.

L a misma distinguida investigadora agrega en la p á g i n a 163 de su reciente libro Juegos


y Canciones Infantiles de Puerto Bico la descripción del juego y otra versión portorrique-
ña a s í :
Doña Ana: « E s t e juego es un corro. U n a niña se designa de antemano p a r a hacer el
papel de Doña Ana. Y otra p a r a hacer el papel de Mariposa. Se juega de dos m a n e r a s : La
primera de ellas girando la rueda alrededor de Doña Ana y alternando ésta sus solos con. los
del coro o rueda, así:
Coro: —Doña Ana no está aquí
que está en su vergel
cogiendo la rosa
cerrando el clavel.
Doña A n a : —Quiénes forman ese ruido que siento por ahí,
que de día ni de noche no me deja! dormir?
Coro: —Somos los estudiantes que venimos a estudiar
a la capillita de la Virgen del Pilar.
Niña: —4Cómo está Doña A n a ? ;
Otra: —Doña Ana tiene dolor de cabeza.
Coro: —Daña Ana no está aquí, etc.
Niña: —jCómo está Doña A n a ?
Otra: — E n el primer accidente.

Así siguen preguntando por la salud de Doña Ana, en los intervalos del cantar del corro
las niñas, hasta que sucesivamente contestan que Doña Ana pas& del segundo al tercer ac-
cidente y luego que se murió. Cuando esto último contesta una íniña cualquiera de las del
corro, Doña Ana hace como que está muerta, tendida en el suelo. L a s demás niñas se suel-
tan y se agrupan a su alrededor p a r a verla y ella de pronto se lpvanta y las persigue hasta
coger a una que en la repetición del juego será Doña A n a ».
CANCIONERO POPULAS BE LA MIOJA 39

58 59
¿QUE QUIERES TOMAR, RAMÓN? ¿ Q U I E N DIRÁ QUE LA CARBONERITAP
¿Qué quieres tomar, Ramón? ¿Quién dirá que la carbonerita
•—Chicha con limón ¿Quién dirá que da carbón?
—Yo quiero tomar aquí ¿Quién dirá que soy casada?
Chicha con ají. ¿Quién dirá que tengo amor?
Agrega después la melodía con la que Be canta en Puerto Eico y una otra forma de
desarrollar el juego. En el Cancionero del Niño Venezolano figura con la música tradicional
la siguiente versión; i
h
Vamos a la huerta —iQuién es esa gente
Del tontoronjil, Que pasa por ahí,
A ver a Doñana Que de día ni de noche
Cortar el perejil. Me dejan dormirf
—Doñana no está aquí Somos estudiantes
Ella está en su vergel, Qua venimos a estudiar
Abriendo la rosa ¡ A la Capillita
Y cerrado el clavel i De la Virgen del Pilar.
i ( P á g . 7)
Agrega después la melodía con la que se c a n t a en P u e r t o Eico y una otra forma de des-
arrollar el juego. '
(58) A esta rima la recogí en Guandacol en 1940.
La Chicha que suelen hacer algunos riojanos es la de uva y no la de maíz, propia de J u j u y
y Salta, en especial en las regiones de estas provincias donde no ee cultiva la vid.
Las bebidas nacionales de los riojanos son: el vino, que los tienen muy buenos, y l a alo-
j a de algarroba, cuyo uso les viene de la prehistoria.
(59) La cantaban en corro las niñas de la escuela nacional de Los Palacios (Dto. Ge-
neral Lavalle)
Este cantar conocido con el nombre de El Conde de Cabra, tiene su punto de parentes-
co con el de La Viudita, ya consignado en los cancioneros de Catamarca, N." 1475, y Salta,
N.« 4 5 .
En España
Don Sergio Hernández de Soto, en su estudio Juegos Infantiles de Extremadura, t r a e el
juego y dos versiones de nuestro cantarcillo así:
« Se j u e g a en la misma forma y con número igual como el anterior. ( L a s jugadoras, en
número impar, forman corro cogidas de la mano, quedando dentro de la rueda una niña, que
es l&viuda).
A medida que a n d a la rueda, van cantando:
L a r u e d a : La viudita, la viudita La viuda: Yo no quiero al conde de Cabra
la viudita se quiere casar, conde dp Cabra ¡triste de m í !
con el conde, conde de Cabra, Yo no quiero al conde de Cabra
Conde de Cabra se le dará. conde de Cabra, si no es a ti.
Abraza a una niña de las del corro, que Se suelta, volviendo a cerrarse la rueda, y si-
guen cantando mientras l a s dos que están dentro valsan a l compás del c a n t o :
Corro: — L a hora callada
mi prenda querida,
gustosa a íni lado
por toda la vida.
Contigo sí, es contigo
con quien no casaré yo.
Se sueltan todas y se abrazan a la que está a su lado, la que queda sola entra en el
corro.
Variante
—Quien dirá de la carbonerita con el conde, conde de Cabra
quien dirá de la del carbón conde de Cabra de esta ciudad.
quien dirá que yo soy casada Yo no quiero al conde de Cabra
quien dirá que yo tengo amor. conde de Cabra, triste de mí
La viudita, viudita Yo no quiero al conde de Cabra
se quiere casar, conde de Cabra, sino es a ti.
E s t a variante se juega en la misma forma que el anterior (Zafral, Biblioteca de Tradi-
ciones Populares, T. I I I , pág. 93.
Don Valerio Serra Boldú, en su estudio Folklore Infantil, publicado en el tomo I I de
Folklore y Costumbres de España, pág. 555, t r a e también la descripción de este juego y rima
con el título consagrado de El Conde de Cabra. Es exactamente igual a la primera versión de
Hernández de Soto.
40 J U A N A L F O N S O C A Jt E I Z O

La viudita, la viudita, Yo quisiera solamente


La viudita, se quiere casar Solamente a ti.
Con el conde, conde,
Conde de Cabra. 60
¡Triste de m í ! !
QUIRQUINCHO ASAO

Yo no quiero Conde de Cabra, Quirquincho asao,


Conde de Cabra. Has comió locro:
¡ Triste de m í ! No me has convidao.
En América
La señora María C. de Martínez, en su libro Juegos y Canciones Infantiles de Puerto Rico,
trae nuestro cantar bajo el título A la buena, a la buena viña, así:
« La siguiente canción se canta en la rueda figurando en el centro de ella una niña. A
manera de diálogo entre ésta y las demás jugadoras, se dice como sigue-,
Niña del centro ¡ —4 Dónde vas carbonerito, Coro: —Si eres una niña pobre,
dónde vas a hacer carbón1? ai juegas con el carbón,
Coro: —A la buena, a la buena viña, vamoe juntos a la viña,
a la viña del amor. a la viña del amor.
¿Me dirás si eres casada, Todas: —A la buena, a la buena viña,
me dirás si tienes amor? a la viña del a m o r » . {85 - 181)
Niña: — N o , señor, no soy casada,
ni tampoco tengo amor,
que soy una niña pobre
que juega con el carbón.
(60) Quirquincho asao: El quirquincho o Jcirkinchu. Voz quichua, significa nuestro
armadillo o mulita. Su nombre técnico es saedius minutus (Desm.). El doctor Manuel Lizondo
Borda estudia esta voz con erudición.
Los paisanos del Tucumán, tanto riojanos, catamarqueños o tucumanos, como los del
sur de la provincia de Buenos Airea, gustan mucho del quirquincho asado. En esta última
Tegión se le llama peludo y es más grande que nuestro quirquincho común, aunque no t a n t o
como el balacate o halágate o como el tatú-carreta, ambos dos habitantes de los grandes bos-
ques de Salta y del Chaco.
Nuestros campesinos del norte suelen asar los quirquinchos a s í : Después de muertos y
sangrados, los abren por la panza para sacarles las entrañas, los lavan ligeramente y los
salan. Abren luego un ligero hueco en medio del rescoldo —las cocinas campesinas son muy
sencillas, el fuego se hace en el suelo y allí arden los tizones y hierven las ollas. En ese hoyito
que se hace en medio del rescoldo se echa panza arriba el quirquincho y se le deja cocer. Al rato,
según el calor, el quirquincho está asado y se come; la misma caparazón sirve de plato. E s
un exquisito bocado el quirquincho así preparado, con zapallo asado.
Locro: Del quichua rokro. E r a el plato naeional de Salta, Catamarca, Tucumán, L a
Eioja y Santiago del E s t e r o ; hoy ya no goza de tal privanza; esta es la era del fideo, cuya
preparación no exige ningún trabajo, en tanto que al maíz p a r a el locro hay que pelarlo a
mano en las tacanas (morteros en quichua). Veamos cómo se lo hace:
P a r a preparar un locro p a r a cinco personas, por ejemplo, se toman cuatrocientos gra-
mos de maíz blanco pelado. E n Los Sauces a esta porción se le llama una yanuna de maía
(del quichua yanuni-guisar). Se lava ligeramente esta yanuna en agua fría p a r a quitarle los
restos de afrecho y se echa a la olla, en compañía de doscientos gramos de porotos y u n buen
hueso gordo, p a r a substancia, o en su defecto una buena cucharada de grasa de vaca o cerdo,
tres litros do agua y una cucharada de sal gruesa. Todo esto en frío se pone a hervir a fuego
lento. Esto se llama parar la olla, porque antea las ollas eran de tres patas. No tener con qué
parar la olla es signo de extrema pobreza. Una cocinadura es la porción de maíz que ha de
echarse a la olla para el locro dei d í a ; en quichua riojano como He ha visto, se llama yanuna
a la cocinadura.
Cuando la olla del locro ha empezado a hervir se la desespuma. A la hora de hervir con-
tinuado se le agrega una cebolla entera y carne picada a cuchillo; (no a máquina porque ésta
muele y es carne picada en trochos la necesaria). Algunos le echan un trozo grande de carne
de unos doscientos gramos, más o menos, p a r a desmenuzarla después de cocido y volverlo a la
olla, pero el primer modo es el ordinario.
Como la olla está hirviendo de^de las ocho de la m a ñ a n a , a, eso de las once se está es-
pesando el locro, hay que removerlo un poco y si le falta a g u a se le añade la necesaria, cui-
dado de que sea agua caliente, se lo prueba la sal y si todo va bien se sigue cocinando. Un
poco antes de mediodía se prepara la grasa fréida. esto es, « grasa frita » (freído es partici-
pio pasivo regular del verbo freir). E s t a grasa fréida es una salsa hecha a s í : Se
pone a derretir en la ollita de la grasa fréida, que está destinada p a r a eso, o en su defecto
en una sartén, dos cucharadas de grasa de v a c a ; la de cerdo es d-e usanza nueva. Cuando está
bien caliente se fríe en ella un buen puñado de cebolla picada, de hoja o de cabeza, junta-
CANCIONEEO POPULAR DE LA BIOJ A 41

61 63
QUÍTATE, QUÍTATE SEÑORITA, BAILE E L TUTE
Quítate, quítate,
Quítate pa' allá, —Señorita, baile el Tute.
Tu madre no quiere, —Caballero, no lo sé.
Tu padre querrá. —Entonces ¿para qué viene?
Si te a;usta el tinto, ¿ P a r a que viene al matine?
Ponele nomás. —Yo me vine al matine
P o r verlo bailar a usté.
62 —Señorita, demé un besito,
SALÍ, SAPITO, D E L A R E N A L Que estamos los dos solitos;
Le pregunto adonde vive
Salí sapito del arenal. P a r a hacerle una visita.
¿Quién te gobierna? —Yo vivo allá a la vuelta
— E l cañaveral. E l número no lo sé.
62-a No preciso las visitas
SALÍ, SAPITO Mocositos como usté.
Salí sapito -—El árbol que se seca
De la quinchita, Ya no vuelve a florecer.
¿Quién t e gobierna? Y a mí me gustan las chicas
—La quirquinchita. De quince y de diez y seis.

mente con una buena porción de ají pieante. Cuando está frita la cebolla está lista la salsa,
que resulta de un lindo color y de un sabor estimulante.
A mediodía el locro está listo para ser comido; se sirve y cada comensal toma la por-
ción que le viene bien de la grasa freída, que se endurece poco a poco en la ollita donde se la
guardn p a r a el día siguiente.
El maíz que se ha usado siempre p a r a haier el locro fué el blanco y sólo a falta de éste,
cosa poco frecuente, se ha usado el amarillo.
También ba sido de usanza pelar el mate en las casas, como he dicho, en los morteros
de piedra, llamados tacanas, por los naturales o en los morteros de madera, que los había
horizontales y verticales, esto es, p a r a moler de sentado o parado, respectivamente.
L a persona que sabe de locro distingue a í comerlo si el maíz ha sido pelado en morteros
caseros o en los molinos, porque pelado en la primera forma el maíz conserva su aceite na-
tural, en tanto que el calor del molino parece que le quitara este aceite; igual cosa ocurre
con el arroz, el que se pela en las casas es m á s sabroso qué el que expende el comercio, indus-
trializado y a . |
Suelen echarle al locro a poco de empezar! a hervir n a pedazo de zapallo o de anco que,
con el poroto, hace naás blando y más sabroso al maíz.
Cuando se quiere se le agrega CUBTO de cerdo y chorizos al locro, pero esto no es de
rúbrica.
Las personas que no comen picante, echan pimentón a la fritura de la salsa en lugar del
ají picante o los dos ingredientes, para dar mejor sabor y color,
(61) Recogí esta rima en Aimogasta en 1938.
El tinto: Es el vino tinto, más común que el vino blanco. E s voz conocida en casi t o d a la
Bepública. También se le dice tintillo, seguramente desde mucho tiempo atrás, porque la
terminación diminutiva ülo era común en la época colonial; hoy usamos tía.
(62-a) Quinchita: Diminutivo de quincha, ya explicada por el Diccionario. Loa paisa-
nos de las zonas llanas y secas del norte, y aún de Córdoba y Buenos Aires, en especial aque-
llos que no son propietarios de las tierras que ocupan o su tenencia en precaria, no hacen casa
de adobe, t a n seguras como las hechas de ladrillos, sino que hacen su vivienda provisional-
mente y así la construyen de quincha, que es el sistema más económico. ',...
Puede verse el arte de hacer una quincha en el libro del profesor Francisco de Aparíeífcií
La vivienda natural en la región serrana de Córdoba, pág. 91, y en especial en las láminas
X L I X , L y L I de esa importante obra.
(63) Dictada por la niña Minina Villafañe, en la ciudad de La Eioja. No he podido
saber qué baile sea el llamado tute. Seguramente debe tratarse de un baile de origen fran-
cés, Don Aurelio Capmany, en su estudio El Baile y la Dama, que t r a t a de las antiguas y
modernas danzas de España, no menta el tute. L a denominación matinée d a d a a la fiesta de
la tarde, es un galicismo usado únicamente entre l a gente de las ciudades.
42 J U A N A L F O N S O C A E M I Z Q

64 La saqué a paseo,
Se me la enfermó.
SI P O R Q U E SI
La puse en la cama,
Sí porque sí, Se me la agravó.
Sí porque no, Cuando vino el médico,
Préndale fuego Me la recetó
Al polisón. Unas pildoritas
P a r a el corazón,
65 A los pocos días
Se me la murió.
S O Y U N A N E G R A CHICOBA Vino la madrina,
Le trajo el cajón.
Soy una negra chicoba
Que vengo de famingar: Y trajo el padrino
Aquí traigo esta fritura Un negro crespón.
Que nadie quiere comprar. Vino el carro fúnebre
Y me la llevó.
Los jóvenes me disparan Dos y dos son cuatro,
Y paso sin asustar. Cuatro y dos son seis,
Será porque soy t a n negra Seis y dos son ocho
Que paso de regular. Y ocho diez y seis,
¡Anima bendita,
66 Me arrodillo en vos!,
¡Pobre mi muñeca
SUBITE ARRIBA
Que se me m u r i ó !
Subite, arriba,
Bájate abajo,
Hacete a un lado, 67-a
No des trabajo.
TENGO U N A MUÑECA
67
TENGO U N A MUÑECA Tengo u n a muñeca
Vestidito azul,
Tengo una muñeca Zapatitos blancos,
Vestidito azul, Bordadito en tul.
Zapatitos blancos, La saqué a paseo,
Medias de algodón. Se me la enfermó.

(64) Me fué dictada en la ciudad de L a Rioja.


(65) E s un cantarcillo de los llamados de pregón o de pregonero porque los decían los
mercaderes ambulantes para ofrecer sus vendajes. Son muy antiguos en la literatura española.
Subirá, en La Tonadilla Escénica, trae en la página 48 una en la que un francés y una maja
pregonan en verso sus mercancías. Es u n a tonadilla de 1774. Don Ildefonso Pereda Valdés,
en su libro El Negro Bioplatense, pág. 44, t r a e alguna noticia a este respecto también.
Nuestra pregonera es una negra que vende frituras. En el Cancionero Popular de Tu-
cumán, N.° 139, hay otro cantar de pregón; el vendedor es un negro. E n el nuestro no sé
qué querrán decir las palabras chicoba y famingar.
(66) E s sumamente popular en toda la provincia.
(67) Dictada por la señora Alcira D. de Villafañe en la ciudad de La Rioja en 1938.
(67-a) Recogida en Anillaco a las niñitas de la escuela local, que la cantaban en corro.
En España
Don Alberto Sevilla, en su Cancionero Popular Murciano, N." 72, trae esta r i m a así:
Todas las muñecas en el cuello lleva
bajan a j u g a r ; una santa cruz,
l a mía no baja, me la ha regalada
que está resfria. mi abuelo Jesús
Mire usté,. la tengo, La saqué a paseq
vestida de azul, me se refrió,
cuerpo descotado le dio un accidente
con su canesú; j me se murió.
CANCIONERO POPULAB DE LA SIO J A 43

La acosté en la cama 6 8
Con mucho dolor, TINTÍN, M E D I A C A Ñ A
Vino el doctor,
Me la recetó Tintín, media caña,
Cinco pildoritas Tintín, caña entera,
P a r a el corazón. ¡Tintín, lo que guste,
A los cuatro días, ¡Tintín, lo que quiera.
Se me la murió.
Vino la madrina, 69
Le trajo una flor. TISTI F U E
Vino el padrino, Tisti fué
Le trajo el cajón. Me conchabé
Vino el coche fúnebre Con Don Kamón
Y me la llevó. P o r chicharrón.

Don Aurelio de Llano Roza de Ampudia, en su E&foyaza de Cantares Asturianos, N.° 1148,
t r a e esta rima así:

Tengo una muñeca y me la enterró,


vestida de azul, llevóme los cuartos
con zapato blanco y me fastidió.
y un velo de tul. Dos y dos son cuatro
L a saqué a paseo cuatro y dos son seis,
y se constipó, seis y dos son ocho
la tengo en la cama y ocho diez y seis
con mucho dolor. Y ocho veinticuatro,
Todas las muñecas y ocho treinta y dos,
salen a pasear, y ocho son cuarenta,
la mía se queda y dos, cuarenta y dos.
muy malita está. Animas benditas
Llamé al señor Cura me arrodillo yo.

El señor Rodríguez Marín, en Cantos Populares Españoles, N.° 136, trae otra versión.
María Rodríguez y Elena Fortún, en Cancionero Infantil, traen otra versión en la pá-
g i n a 57) .
En América

Es sumamente conocida esta rima, tanto, que p a r a pedir cantares populares siempre
d i g o : dicte usted uno de esos cantar cilios como el que dice « Tengo una m u ñ e c a . . . >
L a señora María Cadilla de Martínez, en Poesía. Popular en Puerto Pico, pág. 283, t r a e
esta versión parecida a las nuestras:

Yo tenía una muñeca ,A la media noche


vestida de azul, eila se murió.
con camisa blanca ¡Virgen de los cielos!
y su canesú. la he perdido yo.
L a llevé a paseo, Dos y dos son cuatro,
se me costipó cuatro y dos son seis,
¡Virgen de los cielos! seis y dos son ocho
¿Qué me hago yo? y oeho diez y seis,
L a metí en la cama, y ocho veinticuatro,
me puse a llorar y ocho treinta y dos,
y mi madre vino, ¡ ánimas benditas,
me hizo callar. me arrodillo y o !

Don Ramón A. Laval, en su Folklore de Carahue, pág. 66, N.° 9, t r a e otra versión; también
puede verse otras versiones argentinas en Cancionero Popular de Catamarca, N.° 1460; Cancio-
nero Popular de Salta, N.° 3 8 ; Cancionero Popular de Tucumán, Nos. 115 y 115-a.
(68) Se usa p a r a sortearse en los juegos.
(69) E s t a rima recitan los niños con el ritmo del canto del benteveo (piatangus sulphu-
ratus bolivianus), el cual pajarito tiene muchos otros nombres; a más de Tisti fué, de la rima,
se lo llama Chiste fué, Cristo fué, Quitupí, Quechupay, etc.
44 J U A N A L F O N S O C A M S I Z O

70 71
TRAIGO COSITAS TRELE QUE TRELE QUETON

Trele que trele quetón,


Traigo cositas Chupa el bombón
i Ay, lumbé! De bosta i ratón,
Para las bonitas Muchacho meón,
¡ Ay, lumbé! Perro cagón.
Para las fieras
No traigo Dada 72
i Ay, lumbé! UNA, DOLÍ, TRELI, CATOLI
Porque me muestran Una, doli, treli, eatoli,
Su mala cara Quili, quiletí,
¡Ay, lumbé! Cinta de oro,
Traigo porotos Pan de curu cu-cú,
i Ay, lumbé! Dice la reina
Pai a los rotos. Que salgas tú.

(70) Dictado por Minina Villafañe. Es como el que lleva el número 65, un cantar de
pregón. Don Vicente Galván publicó en 1774 su tonadilla Naranjera •petrimetre y extranjero,
a la que hicimos alusión en la nota 65. En esa tonadilla la -maja naranjera dice:

Limitas y naranjas Que es para dos señores


llevo en la cesta, menos estos que llaman
para los petrimetres osías pobres.
y petrimetras,
Otro pregón
¡ Ay, que cosa tan rica!
¡Ay, que cosa tan buena! I Quién me compra n a r a n j a s
Todos me compren, como melones,
menos estos que llaman para las señoritas
osías pobres. y señorones?
I Quién me compra mi hacienda? (Subirá - I I I - 48)

El estribillo Ay, lumbé, ay lurribé hace recordar a este otro: Gnrrumé, gurrumé — que fase
nubrado y quiere yové, que según Cejador es del Guineo y otros bailes y que se lo cantaba en
la Mojiganga de la gitana hacia 1670, N > 446, Es parecido también a este otro estribi-
llo: Turumbé con la turumbela — vamos bailando la tantarantela de 1702, N." 504.
(71) E s t a rima se usa para sortearse en los juegos infantiles.
(72) También p a r a sortearse en los juegos. Me fué dictada en Anillaco por las niñas de
la escuela local en 1938.
Don Aurelio de Llano, en su Esfoyasa, N.° 1064, trae esta r i m a :

Una, con su m a r a g a t o ;
dolé, vino Gil,
tele, rompió un cadril ( 1 ) ,
católe, cadrilín, eadilón,
quile, cuéntalas bien
quilato, que las veinte san ( 2 ) .
estando la reina

(1) Cadril igual a cuadril.


(2) « Los niños dicen la rima muy de prisa y al mismo tiempo, sobre un papel, hacen
rayas correspondientes a una o dos p a l a b r a s ; luego las c a n t a n » .
Rotos; Como lo define el Diccionario de la Academia en su acepción 6. a , esta voz ae usa
en nuestro país como sinónimo de chileno. E s fama que los chilenos son afectos sobremanera a
los porotos.
El curu-cu-cü, entiendo que h a de ser u n a de esas palabras eofónicaa de uso frecuente en
los cantares infantiles como: quilo, quileti, etc.
CANCIONERO POPULAR DE LA SIOJA 45

73 En la flor una planta,


En la planta un limón,
U N A , DOS, TRES
Más vale una morena
Una, dos, tres, Que los rayos del sol.
A ti te toca
Servir el té.
Una, dos, tres, cuatro, 75
A ti te toca
Lavar los platos. U N A SIA, D O S SIA

Una sía, dos sía,


74 Tres sía, cuartana,
UNA PALOMA BLANCA Olor de manzana,
Verruga en la tez.
Una paloma blanca, Contigo, sandía.
Que del cielo bajó, ¿Qué manda el marquést
Con sus alas doradas —Que tienda la mesa,
Y en el pico una flor. Que ya son las diez.

(73) E s también una rima que usan los niños para sortearse en los juegos. Me la dic-
t a r o n en la ciudad de L a Kioja.
(74) Dictada por la niñita Gumersinda Carrizo en la escuela de Alpasinehe (Dto. Pela-
gio B . L u n a ) .
(75) L a oí a los niños de la escuela de Anillaco. En este como en los otroB casos que re-
cogí algún cantar a los niños de las escuelas, tuve en cuenta que el cantar fuera tradicional.
Casi todos lo son porque en las escuelas de la campaña no se les enseña cantos a los niños;
los que éstos entonan son aprendidos en sus casas a sus padres o hermanos mayores.

En España
Rodríguez Marín la t r a e a s í :

Unina, dosina,
tresina, cuartana,
color de manzana,
churripa la pe
una, dos 7 tres.
(N.o 78)

Don Aurelio de Llano, en su Esfoyasa, la trae a s í :

Unilla, Curuca la pera,


dosilla, dale, dule,
tresilla, zis, zas,
cuartana, la molinera,
color que fuera estás.
de manzana. (N.« 1072)

En América

Don Eamón A. Laval, en su Folklore de Caráhue, pág. 74, la t r a e a s í :

TJnilla, - — dosilla,
tresilla, — g u a t a n a (1)
color — de manzana,
verruga — la tez,
contigo — son diez.

( 1 ) L a guatana es la soga o tiento que sirve para atar. E s voz quichua, viene de
guatay, que es atar, y na, que es partícula instrumental equivalente a lo que sirve para; así
guatana es lo que sirve para atar.
E n el Cancionero Popular de Cata-marca, bajo el N.° 1455, hay dos versiones de esta rima.
46 J U A N A L F O N S O C A E B I Z O

76 78
U N . DON, DIN UNO, DOS, TREs
Uno, dos, tres,
Un, don, din, Tras el rengo un conocido,
De la poli-poli-tana. Tras el conocido un dragón,
Un cañón Eras del dragón
Que pasaba por España, El dueño de mi corazón.
Niño, ven aquí.
—No quiero venir,
Un, don, din. 79
VENDO CEBOLLA
77 Vendo cebolla,
Papa araucana,
Uno, Una bolsa de trigo,
Dos, Mi prima Juliana,
Tres, Y muchos saludos
Cojo es. De taita y de mama.

(76) E s rima p a r a contar y sortearse en los juegos. Me fué dictada en Sanagasta (Villa
Bustos).
(77) E s t a rima dicen los niños a compás de los movimientos defectuosos que hacen cier-
tos rengos. Rodríguez Marín la t r a e así:
Una
dos
tres
capo es.
(N.° 154)
(78) E s rima p a r a sortearse.
(79) Este cantarcillo me fué dictado por u n joven en Villa Castelli (Dto. L a Madrid)
en 1939. El cantar es indudablemente chileno; quizás de Copiapó, que mantenía un activo
comercio con el oeste riojano. P a r a los del norte de Chile la papa araucana debe ser como
lo es la papa Mar del Plata p a r a los del norte argentino, una p a p a buena, sana y de buen
gusto.
Taita: Padre, como lo da el Diccionario. E n t r e nosotros en el norte del país decimos
tata; taita solamente usamos p a r a significar matón, j e f e o caudillo. Con este último sentido
ha ido del sud, de Buenos Aires.
La gente vieja del Norte usa siempre tata, que en aimara significa padre y así dicen
tata Dios y tata cura p a r a aludir con cariñoso respeto a Dios y al cura. Supongo como Lenz
que esta palabra como mama y como papa son connaturales del hombre, vienen con él. El niño
dice tata, mama y papa de cualquier país que «ea.
Mama: E s como dice el Diccionario; madre. E s t a costumbre de decir mama a la madre
se va olvidando ya en el norte argentino. Antes aún los mayores decían mama, como decían
tata al p a d r e ; ahora los niños dicen mamá y papá y los más niños, los de la última genera-
ción ya dicen papi y mami.
Respecto a cómo debe usarse la voz si mama, como decíamos los mayores de tierra aden-
tro, o si mamá, como se usa ahora, veamos esta noticia de don Rufino J . Cuervo en sus
Apuntaciones Críticas Sobre el Lenguaje Bogotano:
« M a m a , por madre, es la voz castellana antigua y castiza; la corte francesa puso de
moda a principos del siglo X V I I I el decir mamá, lo que no fué aceptado por la Academia
hasta Ja 5." edición del Diccionario ( 1 8 0 3 ) ; por manera que yerran los editores modernos que
ponen lo último en las obras de Quevedo y otros de su tiempo. E n la edición dicha omitió
injustamente la Academia la forma nacional, que reapareció cómo andalucismo en la 11. a y
1 2 ; en la 13-a está resuelto el punto como debe estarlo.
jQué dirá mi señor padre, Pero comoj amor es niño,
y la mi señora mama, y los niños nunca callan,
en viendo hijo tan bravo, : sacamos por los georgeos
manco y con pierna lisiada*? quien es a quien dice mama.
{La estafeta de Madrid, pág. 35. Impresa al fin de L'oracle
de la poesie italienne, et espagnole, P a r í s 1653)
{Tirso, Amar por señas, acto I I , esc. X )
CANCIONERO POPULAS, DE LA B10JA 47

80 Vamos tirando-lará
YA VIENE LA BALA
Hacia la plaza-lará
Y allá en la plaza-lará
Ya viene la bala H a y un clarín.
P o r bajo del puente,
Matando las viejas,
Dejando la gente. El clarín canta-lará
Mi pecho llora-lará
81 Adiós señora-lará
No vuelvo más.
Y O SOY BOTIJÓN

Yo soy Botijón E n las montañas-lará


Cabeza i terrón, Mi hermana es monja-lará
Mato hombres de pelo en pecho Y es religiosa-lará
Y gigantes de un guantón. 'n la fe de Dios.
82
Y O SOY S A N T A ISABEL
83-a
Yo soy Santa Isabel,
Soy la del cabello fino, Y O T E N I A U N COCHE, RE R E
Yo soy la que p a r t o el pan
Y soy la que doy el vino.
Aquí les presento yo Yo tenía un coche, re ré
El cuerpo santo y divino. Con cuatro ruedas r a r á
Y u n a tirina, ra, rá
83 Para tirar.
YO TENGO U N COCHE

Yo tengo un eoche-lará Vamos tirando, ro r ó


Con cuatro ruedas-lará H a s t a la plaza, r a r á
Y una tirilla-lará Porque en la plaza, r a rá
P a r a tirar. H a y un clarín.

(80) Muy común entre los niños y mozos de L a Rioja.


(81) El sonido i que reemplaza a la de prepositiva, es de tiso común en el noroeste ar-
gentino. Su área de dispersión sería todo el Tucumán. Al sud de Córdoba, y en especial en la
provincia de Buenos Aires, se nsa el sonido e, y así mientras jsn el norte decimos lacro i trigo
por locro de trigo, los de aud dicen bota c potro por bota dt potro, bota de cuero de potro.
Usamos la i en lugar de la i; paTa no confundir l a función prepositiva con la conjuntiva.
(82) Dictada en Anillaco por la señorita Ruperta Mercado en 1938.
(83)- Dictada por Minina Villafañe en la ciudad de L a Rioja.
(83-a) Dictada poT doña Leocadia V. de Eeinoso en Aminga en 1940.
Repárese que a la palabra tirilla del tercer verso de la versión número 83 se ha substituido
en la versión número 83-a con la palabra tirina. La palabra ha sido quichuizada porque a la
radical tiri le han agregado la partícula quichua na que, como vimos al t r a t a r de guatana
en la nota a la rima número 75, na es partícula instrumental y quiere decir lo que sirve para.
Luego tirina es voz bilingüe que quiere decir para tirar. E l cuarto verso de la versión nú-
mero 83-a, al repetir la idea hace redundancia. Damos esta etimología porque no creo que
provenga de la voz quichua ttirana, que significa tenazas para arrancar algo (Torres Rubio
y G. Holguín).
Este fenómeno lingüístico es frecuente y así he oído las siguientes voces castellanas qni-
chizadas:
Atauna igual a ataúd y na igual lo que sirve p a r a el ataúd, p a r a llevarlo a pulso.
Saltana igual saltar y na igual lo que sirve para saltar, las piedras que se ponen p a r a va-
dear los arroyos y acequias anchas y de poco cauce.
Mudana, voz visada en L a Rioja y que sirve p a r a designar la p a r t i j a o boea de las ace-
quias de riego. Como su nombre lo indica, sirvo p a r a mudar el rumbo del agua. Si se ha re-
gado el surco A y se quiere regar el surco B , se cierra la mudana del surco A y se abre la
mudaría del surco B.
48 J U A N A L F O N S O C A B B 1 Z O

Que canta y llora en mi pecho. 84


Adiós, señora, que ya me voy.
ZAPATERO REMENDERO

En las montañas, ra rá Zapatero remendero,


En las montañas, ra r á ; Me cosistea el aujero,
Son religiosos, ro ró Que tenía en el talón,
Y aman a Dios. Pin pon, pollo cagón.

(84) Rodríguez Marín trae esta rima así:


Zapatero
remendero
come tripas
de carnero
cómelas tú,
que yo no las quiero.
(N.o 151)
El investigador de las canciones populares gallegas don José Pérez Ballesteros, en su es-
tudio Juegos de Niños, apunta nuestra rima casi sin variantes con respecto a la versión de Ro-
dríguez Marín. La encontró en La Coruña y la publicó en el tomo IV de la Biblioteca de la»
Tradiciones Españolas, pág. 157, N.° 15.
CANCIONES HISTÓRICAS
85 No tienes sistema, — V.
Vándalo infernal,
RELIGIÓN O MUERTE No eres unitario — V.
Ni eres federal.
« Religión o Muerte •» — Vidalita De padres e hijos, — V.
Dice tu pendón; Esposos y hermanos
Tú .Bobas y A/atas: — Vidalita Has formado presa, — V.
Es tu religión. .«Tigre de Los Llanos».

(85) Esta versión de la célebre canción conocida en las crónicas riojanas con el nombre
de Vidalita, de del Moral, me fué dada por la profesora señorita Rosario Vera Peñaloza
en 1930. I
Respecto a sn posible origen, veamos lo que dice el teniente coronel don Marcelino Reyes
en su Bosquejo Histórico de la Provincia de La Moja. Golocamos su opinión en primer término
por tratarse de un historiador de La Rioja:
€ En septiembre de 1827 era nombrado gobernador y capitán general de la provincia de
La 'Rioja el señor José Patricio del Moral, el mismo que años después, disgustado con Quiroga,
le compuso una vidalita (1) que fué muy popularizada en aquella época y cuya letra y música
aun se recuerda entre las masas •».
«Respecto de la actitud que asumió del Moral para con Quiroga, después de haber sido
uno de los hombres de confianza del caudillo, el señor Sarmiento (don Domingo Faustino), en
el tomo VII, pág. 117 de sus obras, la explica de la siguiente manera: «El Gobernador Moral
fué quien sugirió a Quiroga la idea de pasar una cuenta al gobernador Borrego de $ 18.000.
para que le abonase los costos de la expedición a Tucumán-, Dorrego se apresuró a satisfacer
tan justa demanda. Esta suma se la repartieron entre él y Moral. Años después en Sar\ Juan
te daba 700 azotes a este mismo Moral en castigo de su ingratitud ».

(1) Óigase: Dice Reyes en su nota al nuevo Tirteo de la época:


« Marchemos, marchemos Saqueas y matas
no seamos tan viles; y es tu religión ».
vamos a matar
al tigre de Atiles ». De padres e hijos,
esposos y hermanos,
« ¡Religión o muerte! has formado presa
dice tu pendón. Tigre de los Llanos! *

Y agrega: «Estas estrofas, que irritaron tanto a Quiroga, decidiéndole a tomar contra
su autor la atroz venganza, fueron compuestos en la época que el caudillo se encontraba expa-
triado en Buenos Aires, a consecuencia de la derrota que sufrió en <t Laguna Larga» «
«Oncativo» (230-67).
Como se ve, dice Reyes que del Moral recibió 700 azotes por haber hecho las vidalitas y
que el castigo le fué dado algún tiempo después de Oncativo, cuando Quiroga volvió de su ale-
jamiento en Buenos Aires, y por último que el escarmiento fué recibido por la víctima en San
Juan.
Don Guillermo Dávila, en su estudio histórico sobre el Mineral de Famatina, escrito en
1868, dice respecto al tema que nos ocupa:
« Quiroga, derrotado en la Tablada de Córdoba, volvió a La Eioja como el tigre persegui-
do, destrozando a su paso cuanto encontraba a la mano. Su sed de sangre crecía a la vista de
la hecatombe que dejaba a sus espaldas, y en su despecfto y sw odio por la humanidad, juró
vengarse de su contraste en los ciudadanos indefensos de la infeliz Eioja ».
« A pretexto de que algunos vecinos habían celebrado su derrota, a su entrada a La Eioja
hizo fusilar en la plaza pública al pacifico ciudadano don José M. del Moral con sus dos hijos,
uno de 18 años y el otro de Sí, al señor don Tomás Gordillo, al señor Ascoeta y varios otros
ciudadanos, entre ellos don Pedro Gordillo » (888 - 23 - 79).
52 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

¿Dónde están ¡ Oh Rio j a ! — Es© cruel Qnirnga, — V.


Tus hijos amados? Ese fratricida,
Muertos, fugitivos. .. — V. Pagará su crimen — V.
Presos, expatriados... Sólo con la vida.

Don Carmelo B. Yaldés hace una novela en torno del asunto; no cita persona, ni fecha, ni
lugar. Quiroga en persona y envuelto en su poncho sorprende a jóvenes de la sociedad cantan-
do esta vidalita:
« Religión o muerte — vidalita
Dice tu pendón;
Tu robas y matas — vidalita
Y ea tu religión ».
No conocen al forastero, pero como éste lea pide que continúen, aquéllos cantan:
<í Tigre de los llanos — vidalita
vándalo feroz;
tu robas y matas — vidalita
y es tu religión ».
Quiroga se da a conocer y mate a todos... » (Trad. Riojemas, pág. 109)
Don Salvador do la Colina, en sus Crónicas Riojanas, aumenta el desconcierto y.confunde
más el hecho.
« Otro señor del Moral, don José, compuso contra Quiroga una vidalita célebre, cuya «i4-
sica se conserva aun (1913), más no su letra, que en fragmentos he oído a algunos viejos de La
Rioja. Uno de ellos dice:
« Eeligión o muerte
Dice tu pendón;
Tú robas y matas
Y es tu religión ».

Era valeroso, sin duda, el señor del Moral; pero pagó más tarde su osadía, pues fué fusila-
do por orden de Quiroga o de uno de sus tenientes, el Zarco Br\zuela, juntamente con don Pe-
dro Razan y don Jacinto Rincón, esposos de tres hermanas, doña Rosario, doña María y doña
Angela Herrera.
Durante la recordada campaña de Córdoba, don José del Moral cantaba públicamente su
vidalita, acompañándolo con guitarra don José Nicolás Gomales» (71 - 65),
Termina el relato el señor de la Colina con la noticia de que del Moral huyó de La Rioja
y que Quiroga interrogó a González, que ya veía su última hora por segundos, pero cuando todo
hacía prever su fusilamiento, Quiroga lo invitó a comer un melón.
Por las noticias apuntadas de los escritores riojanos no podemos inferir con certidumbre
ni el autor, ni el lugar, ni el año en que fuera compuesto el cantar.
El general José María Paz, en sus Memorias, refiere que:
« El mismo día en que el general Quiroga hacía fusilar una considerable porción de los
más selectos vecinos de La Rioja por su probidad, riquezas y respetabilidad, con el frivolo pre-
texto de que se habían alegrado de su derrota, y cuando sus humeantes cadáveres yacían aun
tendidos en la plaza, publicó un bando imponiendo pena capital a cualquier persona sin distin-
ción de edad, condición, ni sexo, que no abandone la ciudad en el término de tres días, inu-
tilizando o destruyendo las propiedades muebles que no pudieran ser transportadas (S07 - I I -
110).
Vistas las noticias apuntadas, nos toca averiguar quién hizo el cantar, en qué año y a dón-
de. Como se ve, los únicos que afirman que nuestro cantar fuera compuesto por don José Pa-
tricio del Moral son el teniente coronel don Marcelino Reyes y don Salvador de la Colina.
Don Guillermo Dávila dice que Quiroga hizo fusilar a don José M. del Moral por haber
celebrado su derrota. No dice cuál sea ella, si i La Tablada» (23 de junio de 1829) u Oncativo
(25 de febrero de 1830).
Don Carmelo V. Valdés dice que Quiroga castigó severamente a los que cantaron la
vidalita, pero no dice quién fuera su autor.
El general Paz no menta ni cantor ni cantar alguno.
Frente a esta anarquía evidente, la tradición riojana parece confirmar las noticias del
teniente Coronel Reyes y de don Salvador de la Colina, porque es fama en la ciudad de La
Rioja que la vidalita que nos ocupa fué hecha y cantada por don José del Moral y que él en
persona purgó su osadía, puesto que recibió 500 azote».
CANC10NEBO POPULAS DE LA BIOJA 53

Las arenas mismas — V. ¡Marchemos, marchemos!


De su patrio suelo, No seamos tan viles.
Bañadas en sangre — V. Vamos a matar — V.
Claman hasta el cielo. «Al Tigre de Atiles ».

Conviene hacer notar que, según lo acabamos de ver, p a r a la tradición riojana el señor
del Moral celebraba la derrota de Quiroga; en cambio, el cantar no es en ningún modo de
triunfo como correspondería, sino por el contrario una incitación a la pelea, a marchar.
En Tucumán oí decir que el obispo doctdr José Agustín Molina (n. 1773, m. 183S) fué
el autor de nuestra canción.
El obispo Molina fué poeta y escribió machas composiciones que el pueblo conoce, entre
otras, algunos villancicos de navidad, que citaremos en su lugar. Cuando los amigos del ge-
neral don Gregorio Aráoz de La Madrid condujeron a éste gravemente herido a la ciudad
de Tucumán, el 20 de noviembre de 182G, desjpués de la sangrienta batida dada por Quiroga
en el Tala, el 27 de octubre de este año de 18Í6, el obispo Molina lo recibió, al abrirle la por-
tezuela del coche en que venía La Madrid, ejon una décima que se ha hecho famosa y que
empieza:
L a Madiid, has de j hacer gala
en lugar de entristecerte
pues nunca fuiste más fuerte
que en el campo do la Tala.

(7 - I - pág. 315)

Conviene tener en cuenta que el contexto en general del cantar da la impresión de que
la persona que hizo los versos habla con autoridad, pues dice:

No tienes sistema
Vándalo infernal,
No eres unitario
N i eres federal.

También da l a impresión de que su autor es ajeno a L a Rioja poique dice:

i Dónde están [oh Rioja! P a g a r á su crimen


Tus hijos amados? Sólo con la v i d a . . .
—Muertos... fugitivos...
Presos... expatriados... Las arenas mismas
De su patrio suelo
Ese cruel Quiroga
Ese fratricida,

Habla de La Rioja en segunda y tercera persona, propio del que no es ríojano. Un hijo
de L a Rioja no dice las arenas de su patrio suelo, sino las arenas de mi patrio suelo o de
nuestro patrio suelo.
Que el autor pareciera ser tucumano nos lo dice la última vidalita, que también la oí
cantar en Tucumán así:
¡Vamos, vamos, vamos,
Bravos tucumanos,
A vengar la sangre,
De nuestros hermanos!

El sentido del cantar es el de una arenga a una tropa en marcha contra Quiroga y la
tropa que salió de Tucumán p a r a pelear contra Quiroga fué la de 600 milicianos, que al
mando del general poeta (S86 - I I I - pág. 281), don Francisco Javier López, partió de Tu-
cumán en la segunda mitad del mes de mayo (Actas de la Sala, I - pág. 433) y (386 - I I I -
pág. 279) y llega a Córdoba en los primeros días de junio (207 - I I - pág. 6 6 ) .
Luego del triunfo del general P a z contra Quiroga en la acción de La Tablada (23 de
junio de 1829), en que milicianos tucumanos se batieron heroicamente, el general P a z dio
orden a López de ir con su « división y la salteña a tomar posesión de La Rioja y dar el úl-
timo golpe al poder expirante de aquel célebre caudillo. López no marchó directamente a su
destino sino que pasó primero a Tucumán, con el fin de preparar mejor la expedición. Este
imprudente retardo dio lugar a que Quiroga pudiese ejercer su venganza, mandando practicar
ejecuciones sangrientas sobre una considerable porción de los más distinguidos vecinos de L a
Rioja, por su probidad, riqueza y respetabilidad, con el frivolo pretexto de que se habían
54 JUAN A L F O N S O C A X B I Z O

¡ Marchemos, marchemos!
Bravos tucumanos. ¡ Madre mía del Rosario!
Vamos a matar ¡Madre mía de Lujan!
« Al Tigre 'Los Llanos ». Voy a contar la desgracia
Que ha tenido « el General

86 Cuando salió « el General »,


Ausente de su familia,
MADRE MÍA DEL ROSARIO Ya le anunciaba el destino
De que iba a perder la vida.

¡ Madre mía del Rosario ! Ya marcha para Santiago.


j Madre mía, mi Señora! Como lo cuenta el autor,
Voy a contar la desgracia Iba « el General » ansioso
De Juan Facundo Quiroga. De paz y de religión.
alegrado de su derrota* (286 - I I I - pág. 280). Tal dice Zinny transcribiendo a Paz (207 -
II - pág. 210). <Y cuando después de las perniciosas dilaciones, primero de Gorriti y luego
de López, avanzaran ambos y ocuparan La Rioja, hallaron la ciudad sin un habitante y no
pudieron dar un paso más» (S07 - I I - pág. 110).
Desames de este ligero vistazo de historia tucumana de los meses de mayo y junio de
1829, vemos que es muy probable que nuestro cantar hubiese sido hecho por el obispo doc-
tor José Agustín Molina, como dice la tradición tucumana, o bien por el mismo gobernador
general F. Javier López, el general poeta.
La vidalita habría sido hecha en los prolegómenos de la campaña cuando se iniciaba el
reclutamiento de loa ciudadanos soldados en abril o mayo de 1829 y nada extraño sería que
la canción se popularizara en los fogones de los contingentes tucumanos y andaría en boca de
los milicianos por Córdoba primero y después llevada siempre por ellos por Catamarca y La
Eioja. En esta última ciudad el cantar debió causar sensación y nada extraño sería que más
de un enemigo de Quiroga lo aprendiese y lo entonara.
Don José P. del Moral habría tenido la imprudencia de cantar las vidalitas celebrando
la derrota del déspota que gobernaba la provincia y pagó su atrevimiento con un severo
castigo.
Respecto al lema « Religión o Muerte » citado en el primer verso, diremos que el tal esta-
ba escrito en el pendón de Quiroga, pero en iniciales solamente, B. M. Así se explica el comen-
tario del tercer verso, Tú .Sobas y Matas.
(86) Este cantar a la muerte del general Juan Facundo Quiroga me fué dictado en
Guandacol por don Javier Ahumada en 1940. Don Javier es hombre de 76 años, sabe leer y
escribir. Siempre vivió en Guandacol y allí oyó estos versos en su mocedad.
Le pregunté si el cantar era más largo y me dijo que no y agregó -. « Una o dos cuartetas
me habré olvidado, pero más no ».
Como se ve, trata nuestro cantar de la muerte trágica del general Juan Facundo Qui-
roga, ocurrida en la posta de Barranca Yaco, situada sobre el camino que unía a Buenos Ai-
res con Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta y el Alto Perú el 16 de febrero de 1835,
Este cantar ea, indudablemente, una refundición del viejo y largo cantar sobre la
Catástrofe de Facundo Quiroga y la suerte que cupo a Santos Pérez, de que nos habla Sar-
miento en el capítulo I I de su libro Facundo y que yo encontré en Salta y publiqué en
el cancionero de esa provincia bajo el número 52.
Para mayor inteligencia de nuestro cantar riojano, es necesario que estudiemos el en-
contrado en Salta con las noticias y sugestiones recogidas en La Eioja ea 1938.
He aquí el cantar:
DON JUAN FACUNDO QUIROGA
1.» Parte

Don Juan Facundo Quiroga, Tenía por apodo « El Tigre »


general de mucho bando, por su alma tan alevosa,
que tuvo tropas de línea, por su presencia terrible
muchos pueblos a su mando. y su crueldad espantosa.

Hombre funesto y terrible Salta, Tucumán, Santiago,


que fué el terror de Loe Llanos se hallaban desavenidos,
era feroz, sanguinario, marchó Quiroga a arreglarlos
bárbaro, cruel e inhumano. para dejarlos unidos.
CANCIONERO TOPVLAB BE LA BIOJA 55

5 6
A la vuelta de su viaje, Ya hicieron rodar el coche
Le armaron revolución: Por la senda del camino.
Uno de los íteynafé, En frente del Totoral
Para matarlo a traición. Un vaso de agua ha pedido.

5 15
AI partir le dice al pueblo Al entrar en Santa Fe,
como que ya algo presienta: se le aumenta su inquietud
« Si salgo bien, volveré, ,' y en desesperada angustia,
si no ¡ adiós para siempre! » se, pone con prontitud.

6 16
Al ausentarse Quiroga Le avisan que no hay caballos
ya le anunciaba el destino, en la «Posta de Pavo-: >
que había de perder la vid», y que el maistro ee";!>a ausente
en ese largo camino. para mayor confusión,
7 17
Llevaba por compañero Sufre una horrible agonía
a su secretario Ortiz al prever una parada,
y apuraba la galera y grita |traigan caballos!
en aquel viaje infeliz. con voz angustiada.

8 18
A pocas horas de andar Causaba asombro de ver
en un arroyo fangoso, en este hombre tan terrible,
se le agarró la galera, ese extraño sobresalto
y allí se puso penoso. donde el miedo era visible.
9 19
Acude el maestro de posta, Después que logran marchaT
mas no pudiendo salir, dice, viendo para atrás:
al maistro mismo, Quiroga, —€ Si salgo de Santa Fe
a las varas lo hizo uñir. no temo por lo demás ».
10 20
Al fin pudieron zafar, Al pasar el Rio Tercero
y como una exhalación todos los gauchos acuden,
cruzaba el coche la pampa, a ver a ese hombre famoso,
sin hallar interrupción. tal vez que en alg • le ayuden.
11 21
A cada posta que llega, De allí lo hicieron pasar
pregunta muy afligido; casi alzando la galera,
la hora que ha pasado un chasqui por último, llega a Córdoba,
de Buenos Aires venido. donde Eeinafé lo espera.

12 22
Le contestan que hará una hora, Estando en la posta ya,
entonces, con duro acento, pidiendo a gritos, caballos,
¡ caballos, les pega el grito, ha llegado Eeinafé,
sin pérdida de momento! solícito a saludarlo.
13 23
Y su marcha continúa, Quiroga a las nueve y media
mas quiso también el cielo, había a este punto llegado,
molestar a ese bandido no encontró caballos pronto
que habia ensangrentado el suelo. por su arribo inesperado.

14 24
Durante tres días seguidos Muy amable Eeinafé
le hace llover permanente; lo invitaba atentamente:
se pone el camino horrible —«Pase en la ciudad la noche
convertido en un torrente. lo atenderé dignamente».
56 J U A N - A L F O N S O C A B M I Z O

7 8
Roque Junco y Pablo Junco: En ese « Guase » « Los Márquez »
Ellos fueron los bomberos. Les demoran el auxilio,
Como eran tan advertidos, Dándole tiempo a los gauchos
Ahí iban junto con ellos. Que se hallen bien prevenidos.

25 28
Pero el salvaje Quiroga, Al fin Quiroga llegó,
sin ninguna educación, a Tucumán y Santiago,
dice: « ¡Caballos preciso! Arregló todas las cosas
para mejor atención ». y emprende su viaje aciago.

26 29
Viéndose así Eeinafé ¡A Córdoba! pega el grito,
por este hombre, despreciado, y los postillones tiran,
se regresó a la ciudad resuenan los latigazos
enteramente humillado. y los caballos se estiran.

27 30
Le llevaron los caballos Quiroga lo sabe todo,
a las doce de la noche, hasta el peligro salvado,
hora en que siguió su viaje sabe el gTande que le eBpera
con Ortiz dentro del coche. del enemigo burlado.

2.» Parte
31
Mientras tanto Eeinafé a trabajar este plan,
le prepara los puñales, sin que puedan $er sentidos.
que habían des acabar con él
en desiertas o ^ ¿ a ( j e s 37
Y le dice Santos Pérez
32 al acabar de firmar:
Proponen los Eeinafé, —« Preciso en este momento
como hombres muy advertidos, un chasqui paral mandar ».
llamar a un tal Santos Pérez
y a otros gauchos pervertidos.
38
33 Y manda al Totora] Grande
que vuelvan por El Chiquito,
Santos Pérez se presenta, que le llamen a su gente,
como mozo de obediencia Yaques, Juncos y Benito.
y santas noches, le dice;
—¿Cómo se halla Vuecelencia! » 39
34 Yaques, Juncos y Benito,
esto eran los bomberos,
Alli mismo le proponen que marchaban adelante
el matar a don Facundo, señalando el derrotero.
haciéndole ver el bien
que hará a la patria y al mundo. 40
35 Hacia el sur de « El Ojo de Agua »
el correo habían topado
Y le dice Santos Pérez: le preguntaron dtjl coche
—« Yo he de rendir obediencia a dónde lo había dejado.
pero si lleva la firma
de manos de Vuecelencia ». 41
36 Y les responde el correo,
hablando por sus cabales:
Al escritorio se entraron, —«En la posta «El Ojo de Agua»
estos hombres ya entendidos, quedan mudando animales ».
CANCIONERO POPULAR DE LA MIOJA 57

10
En este Barranca Yaco En ese Barranco Yaco,
Dice que lo han de matar Donde se pierden los hombrea,
La gente de Santos Pérez Dicen que van a matar
Y de Benito Guzmán. Una partida de lierones.

3.' Parte
42 52
Quiroga seguía su viaje Facundo agradece al joven,
ein mayor inconveniente, y de nuevo lo interroga,
fía en el terror de su nombre mas le dice: —« ¡No ha nacido
y su orgullo de valiente. quien lo m a t a r á a Quiroga! j>
43 53
Un poco antes de llegar, « A u n grito mío de partida,
a la posta « El Ojo de Agua » a mi orden se ha de püner,
un joven salió del monte, y hasta Córdoba hemos de ir
pidiendo que se pararan. mañana usted lo ha cíe v e r » .
44 54
Quiroga asomó primero Llegaron al « O j o de A g u a »
p r e g u n t a n d o : i Qué se ofrece? y allí saben igual cosa,
—« Señor, quiero hablar a Ortiz, pasando el pobre Ortiz,
BÍ inconveniente no hubiese •». la noche más angustiosa.
45 55
Baja Ortiz de adentro el coche Esa noche sin dormir
para saber lo siguiente: pasó en amarga congoja,
« D e b e n matarlos a ustedes todas las horas pensando,
« Santos P é r t z con BU gente. en sus hijos y en su esposa.
46 56
, c Se hallan e- Barranca Taco Le manifiesta a Quiroga
< aguardando la galera, Su intención de no seguir,
< del camino a los dos lados a lo que éste le contesta:
« s e han colocado de espera. —« E s peor, amigo, no ir >.
47 57
« Tienen orden de m a t a r Tuvo Ortiz que someterse
< de postillones arriba, sufriendo el mayor suplicio,
< ninguno debe salvar y como humilde cordero,
« n i los caballos con vida. marchar a su sacrificio.
¡

48 58
€ Aquí tiene este caballo Quiroga llamó a su 4 e £ r o »
« que le traigo para usted, que le servía de asistiente
« con el deseo de salvarlo en él ponía su eonfiajnea
« a casa lo llevaré •». porque era hombre muy valiente.
49 59
Era un joven Sandivaras Le ordenó limpiar las armas
con un caballo ensillado y tenerlas bien cargadas,
que quiere salvar a Ortiz, por si llega la ocasión,
por un servicio prestado. de ser bien aprovechadas.
SO 60
Con semejante noticia Y alzando nubes de t i e r r a
Ortiz se puso a temblar se alejaron de estos puntos,
y manifestó a Quiroga: el polvo íbalos cubriendo
No debían de continuar. porque iban a ser difuntos.
SI 61
Entonces dijo Quiroga: En la « Posta de Intiguasi »
—« No tenga ningún cuidado, no fueron pronto auxiliados,
mañana mismo esos hombres dándoles tiempo a los gauchos
estarán a mi mandado ». que estuvieran preparados.
58 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

11 U
—¡ A la carga, dijo Pérez, Roque Junco les decía:
Militares advertidos! —Un error he cometido:
¡Aquí muere, hoy fenece A Quiroga lo hemos muerto,
Un general asesino! Siendo un padre tan querido.

4.» Parte
62 72
Al pie de « Barranca Yaco » También mataron a Ortiz
treinta hombres había apostados, a pesar de sus clamores.
para asaltar la galera Allí sí que la pagaron
en cuanto hubiera llegado. los justos por pecadores.
63 73
Ya sienten loa latigazos Diez muertes son las que hicieron
de loa pobres postillones, con unos dos postillones
y al andar de la galera que al ver morir uno de ellos
que viene a los sacudones. se partían los corazones.
64 74
Ya miran venir el coche, « ¡ No me mate, Beñor Santos!
rodando por el camino. «le decía el postillón.
—« [A la carga! —dice Pérez—, « Señor, j líbreme la vida
jmatemos a ese asesino! s> «téngame usted compasión! »
65 75
¡Bendito Dios poderoso! Le respondió el gaucho Pérez;
en aquel terrible asalto, —€ Yo no te puedo salvar
un loro que allí venía, porque si te dejo vida
les gritaba que hagan alto. tú mismo me has de juzgar •».
66 76
« haga alto, mi general Entonces dice uno de ellos:
«con su lengiiita parlera, « —De favor le pediré,
« haga alto, mí general señor, líbrele la vida,
< que le asaltan la galera ». yo con él me ausentaré ».
67 77
Y se asomó el general Por respuesta Santos Pérez
con sus armas apuntando le voló todos los gesos,
7 para el grito: A esa gente: en seguida al postillón
I Quién la viene gobernando f le cortó libre el pescuezo.
68 78
Le responde Santos Pérez Pegó un grito el postillón
y de este modo lo trata: cuando el cuchillo le entró;
< L' hora te llegó, Quiroga, ese grito, decía Pérez,
« pierdes la vida y la plata ». que siempre lo atormentó.
69 79
—« No me mates Santos Pérez Se le grabó en el oído
le gritaba el general.. . aquel grito lastimero,
dame tregua de minutos y en todas partes oía
siquiera para rezar ». del niño, aquel ¡ay! postrero.
70 80
Le responde Santos Pérez: Después de hacer estas muertes
—« Yo, tregua no te he de dar a ese gaucho la pesó,
yo no te daré más tregua y desfilando de a cuatro,
que al golpe de un pedernal. a Sinsacate marchó.
71 81
Y le dio un tiro en el ojo Tomó por refugio el monte
sin dejarlo respirar a causa de su delito,
y le dice: « ¡oiga el Quiroga 1 y allá oyó continuamente
Se acabó ese general». de aquel postillón el grito.
CANCIONERO POPULAR DE LA MIOJA 59

13 14
Santos Pérez i c s decía: Entre toda la partida
— P a r a 1Í1Í n o litty vuLLiymsióii. Be h a l l a b a n e n c o n f u s i o n e s .
En el punto que yo me hallo De ver a Quiroga muerto
No conozco que haiga Dios. Temblaban los corazones.

82 92
Al fin lo empuja el destino, Y le responde la d a m a :
o de sus muertos las almas, —< jCómo no lo h' i conocer
a volver a la ciudad, si ahora noches pasadas
a la casa de su dama. yo supe dormir con él!

83 93
Hacía unas cuantas noches Entonces le dice el j e f e ;
a que Pérez disgustado, —Cuatro onzas te voy a dar
dio una paliza a su dama y te voy a premiar pien
y luego se habín ausentado. si lo haces asegurar.'
84 94
¡Buenas noches, l e dice ella! Y le responde la d a m a :
i Cómo has podido venir? —Sin nada de eso, señor,
Está la cama tendida mande la escolta conmigo
ven, acostate a dormir. y y a vendrá el malhechor.

85 95
El gaucho estaba borracho El jefe le dio los hombres
y ella con gran aflicción, y a sus órdenes los puso.
lo invitaba a que se acueste —Vivo o muerto lo han de traer
con su traidora intención. enseguida, les repuso.
86 96
Este gaucho era temido, Cuando ya estuvieron cerca,
por su valor temerario, un poco antes de llegar,
por muchos hechos de sangre les dice: —« Esperen aquí
en « La Sierra > y < El Rosario >. que lo voy a desarmar ».
87 97
L a policía lo buscaba Allí quedaron los hombres
temerosa de encontrarlo, esperando que volviera,
porque temblaba de miedo y prepararon las armas
al sólo pensar hallarlo. por lo que tal vez pudiera.

88 98
Ella se acostó coa él Ya asomó por la ventana
y al sentir que se ha dormido, haciendo señas por cierto,
se levantó de la cama de arrimarse sin cuidado,
procurando no hacer ruido. que el gaucho parecía muerto.

89 99
Cuando ya se hubo vestido, Sin embargo no llegaban
a la calle se salió, creyendo en esa ocasión,
y en marcha a la policía que aquella mujer pudiera
corriendo se presentó. hacerles una traición.

90 100
;Albricias! » —le dice al jefe—, I Qué diablos de cordobeses,
y él dice: « L a s puede d a r » . les dice aquella mujer,
— < A Santos lo tengo en casa si ustedes no habían servido
si lo quiere a s e g u r a r » . ni p a r a sapos prender!

91 101
.\ es*o contestó el j e f e ; Al fin llegan a la puerta
—« ¡De dónde vas ha saber y empiezan a tiritar
si Santos no ha de venir, ni aún oyendo los ronquidos
ni aún lo has de conocer! no se quieren arrimar.
60 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

102 con esos llantos fingidos


Al fin pudieron entrar a mí no me han de e n g a ñ a r ! »
y le rodiaron el lecho,
poniendo todas las a n a a * 106
apuntadas a su pecho. Ya lo llevan a la cárcel
a que sufra allí su pena,
103 para más seguridad
(Bien haiga el valor de Santos le ponen una cadena.
y la leche que mamó!
Después de estar apretado 107
a sus armas manotió. De3pués pasó a Buenos Aires
a donde l u é procesado
104 y ante un gentío numeroso
Y a se levanta la dama en la plaza fusilado.
haciéndose que llorar.
¡Lo llevan a mi querido 108
no me podré consolar!
¡Amigos, aquí presentes!
105 que les sirva de ejemplar
Y le dice Santos P é r e z : la vida de Santos Pérez
—« | Qué te hacía la que llorar y como vino a acabar.

Don Conrado Peña, vecino caracterizado de Pinchas, villita del departamento Castros Ba-
rros, me dijo en 1938 que este cantar fué muy conocido en La Rioja; y no podía ser de otro
modo, pues que debi" necesariamente apasionar a los riojanos, puesto que su protagonista,
general J u a n Facundo Quiroga, nació en San Antonio, de la Costa Alta (actual Dto. Biva-
d a v i a ) , en 1793 (Fdaondo, Diccionario), y vivió y actuó en su provincia natal durante muchos
años. E n Atiles, lugar situado en el corazón de Los Llanos, tenía su cuartel, do donde sacaba
hombres, caballos, armas y dinero para pelear.
El señor Peña, que debe tener ahora más de 80 años, me decía que siendo joven oyó el
cantar en diversas oportunidades a los guitarreros de su tiempo. El cantar que sabía era el
transcripto, peTo no lo entonaban en su integridad sino fragmentariamente. Se concretaban
—decía— a referir la muerte de Quiroga y la del postillón. La única estrofa que recordaba el
señor Peña era la que lleva el número 64, cea una variante en los dos últimos versos:
Ya miran venir el coche
rodando por el camino.
¡ A las armas, grita Pérez
militares advertidos!

Sepárese que el verso en la versión ealteña dice maternos a ese asesino. La versión riojana
atempera tan terrible denuesto.
En. Chuquis, que es la población que sigue de Pinchas sobre el camino al norte, tuve la
suerte de conocer al señor Aurelio Ortiz, poeta y escritor riojano, que me honró con su amis-
tad. Gran admirador de Sarmiento, quedó sorprendido con la similitud de la relación de éste
sobre la muerte de Quiroga en su Facundo con la de los versos en la composición transcripta
de Salta y me repitió la misma noticia del señor Peña, de que los cantores viejos de La Eio-
j a entonaban esta historia en verso de la muerte del general Quiroga.
Con la valiosa colaboración de don Aurelio comparé de nuevo los versos con la descrip-
ción que hace Sarmiento de la muerte de Quiroga en el capítulo X I I I de Facundo, titulado
« B a r r a n c a Yaco », y comprobé que don Domingo Faustino Sarmiento se habla valido del can-
tar p a r a informarse y escribir algunas de las mejores páginas de su libro.
El primer dato que tenemos para sospechar de que Sarmiento se valió del cantar p a r a es-
cribir p a r t e de su Barranca Taco, es el de que él conoeía la existencia de un cantar popular
sobre el suceso que comenta y, en efecto, dice: ¡
El cantor anda de papo en pago, «.de tapera en galpóni>, cantando sus héroes de la
Pampa, perseguidos por la justicia, los llantos de la viuda, a qitien los indios robaron sus hi-
jos en un malón reciente, la derrota i la muerte del valiente Rauch, LA CATÁSTROFE DE
FACUNDO QUIROGA I LA SUESTE QUE CUTO A SANTOS PEEEZ (Facundo, El
cantor).
El cantar nuestro t r a t a precisamente de ese t e m a ; las ochenta estrofas primeras versan
sobre la catástrofe de Facundo Quiroga y las veintiocho siguientes de la suerte que cupo a
Santos Pérez.
Sarmiento únicamente saca provecho de las estrofas que se, refieren al protagonista de su
obra, a Facundo, y por eso prosifica verso por verso el cantar hasta la estrofa número 4 8 ;
lo demás, los pormenores de la prisión y muerte de Santos Pérez, no le interesa y, en conse-
cuencia, deja de lado al cantar en este punto.
Pareciera que Sarmiento hubiese tenido el propósito de hacer su historia documentada
de Quiroga y seguramente lo hubiera hecho a tener e a sus manos los documentos, pero lejos
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 61

de su patria, en época tan abitada y euando en eu mente se iban esfumando los recuerdos de
los mil pormenores de la vida de Facundo, ,se vio obligado, a pesar suyo, quizás, a valerse
del cantar que andaba de boca en boca entre los guitarreros de su tierra.
A la izquierda ponemos el cantar y a la derecha las palabras de Sarmiento:

EL CANTAR
«FACUNDO*

Al partir le dice al pueblo El 18 de Diciembre de 1854 sale de Buenos Ai-


como algo que ya presiente*. res, y al subir a la galera dirige en presen-
—« Si salgo bien, volveré, cia de varios amigos sus aSioses a la ciudad.
si no, ¡adiós, para siempre! » * Si salgo bien —dice, agitando la mano—,
te volveré a ver; sino, ¡adiós, para siempre!

La cuarteta siguiente del cantat dice, a manera de comentario:

Al ausentarse Quiroga
ya le anunciaba el ¡destino,
que había de perdejr la vida,
en ese largo camino.

Y Sarmiento glosando las mismas palabjras de Quiroga, pero coa mayor erudición que
el anónimo cantor, agrega:
¿Qué siniestros presentimientos vienen a asomar, en aquel momento, su faz lívida en el
ánimo de este hombre impávido? ¿No recuerda el lector que algo parecido manifestaba Na-
poleón al partir de las Tullerías para la campaña que debía terminar en Waterloot

8
A pocas horas de andar, Apenas ha andado media jornada
en un arroyo fangoso, encuentra un arroyo fangoso
se le agarró la galera que detiene la galera. . .
y allí se puso penoso.

Aquí Sarmiento prosifica el cantar sin hacer comentarios, pero no puede sustraerse de
ello frente a la cuarteta siguiente, que pinta una modalidad del carácter del protagonista:

Acude el maestro de posta, El vecino maestro de posta acude solícito a pa-


mas no pudiendo salir, sarla, se ponen nuevos caballos, se apuran to-
al maistro mismo Quiroga dos los esfuerzos, y la galera no avanza. Qui-
a las varas lo hizo uñir. roga se enfurece y hace uncir a las varas al
mismo maestro de posta.

Suministrado el dato por el cantar de la ¡ inaudita torpeza de Quiroga, Sarmiento agrega


por su cuenta:
La brutalidad y el terror vuelven a aparecer desde que se halla en el campo, en medio de
aquella naturaleza y de aquella sociedad semi bárbara...

10
Al fin pudieron zafar, Vencido aquel primer obstáculo la galera sigue
y como una exhalación cruzando la pampa como una exhalación...
cruzaba el coche la pampa
sin hallar interrupción

El anónimo autor del eantar puso al principio, en la séptima cuarteta, la noticia de que
acompañaba a Quiroga en calidad de secretario el doctor José Santos Ortiz; Sarmiento pone
esa noticia después que Quiroga ha andado mucho.

Llevaba por compañero Acompáñale el doctor Ortiz, su secretario.


a su secretario Ortiz
y apuraba la galera
en aquel viaje infeliz.
62 JUAN A L F O N S O C A £ B I Z O

La pTosificacióa de Sarmiento signe fielmente.


n
En cada posta (|j e llega En cada posta a que llega hace preguntar inme-
pregunta muy afligido diatamente:
la hora que ha pasado un chasqui —-¿A qué hora ha pasado un chasque de Buenos
de Buenos Airea venido. Aires?...
12
Le contestan que hará una hora, —Hace una hora, —¡Caballos
entonces, con duro acento: sin pérdida de momento!
—¡Caballos! —les pega el grito— grita Quiroga, y...
¡sin pérdida de momento!
13
Y BU marcha continúa, .. la marcha continúa. Para hacer más penosa
mas quiso también el cielo la situación, parecía que las cataratas del cie-
molestar a ese bandido lo se habían abierto...
que había ensangrentado el suelo.
14
Durante tres días seguidos .. durante tres días, la lluvia no cesa un mo-
le hace llover permanente; mento y el camino se ha convertido en un
se pone el camino horrible torrente.
convertido en un torrente.
15
Al entrar en Santa Fe Al entrar en la jurisdicción de Santa Fe, la in-
se le aumenta su inquietud, quietud de Quiroga se aumenta y...
y en desesperada angustia
se pone con prontitud.
16
Le avisan que no hay caballos . .se torna en visible angustia cuando en la
en la < Posta de Pavón j> posta de Pavón sabe que no hay caballos y
y que el maestro estaba ausente que el maestro de posta está ausente...
paar mayoT confusión.
17
Sufre una horrible agonía . .El tiempo que pasa antes de procurarse nue-
al prever una parada, vos tiros es una agonía mortal para Facun-
y grita: —/ Traigan caballos! do, que grita a cada momento: —¡Caballos!
con una voz angustiada. ¡Caballos!

18
Causaba asombro de ver Sus compañeros de viaje nada comprenden de
on este hombre tan terrible, este extraño sobresalto, asombrados de ver a
ese extraño sobresalto este hombre, el terror de los pueblos, asus-
en que el miedo era visible. tadiso ahora y lleno de temores, al parecer
quiméricos...
19
Después que logran marchar, . .. cuando la galera logra ponerse en marcha,
dice, viendo para atrás: murmura en vos baja, como si hablara con-
—Si salgo de Santa Fe, sigo mismo: —Si salgo del territorio de San-
no temo por lo demás. ta Fe no hay cuidado por lo demás...
20
Al pasar el Río Tercero En el paso del Hío III acuden los gauchos de la
todos los gauchos acuden vecindad a ver el famoso Quiroga...
a ver ese hombre famoso:
tal vez que en algo lo ayuden.
21
De allí lo hicieron pasar . . .y pasan la galera punto menos que a hom-
casi alzando la galera; bros.
por último, Uega a Córdoba, Últimamente llega a la ciudad de Córdoba...
donde Beiaafé lo espera.
CANCIONERO POPULAS DE LA EIOJA 63

23
Quiíoga a las nueve y media . . . a las nueve y media de la noche.
había a este punto llegado
no encontró caballo pronto
por su arribo inesperado.
Sarmiento agrega después una noticia que no está en el cantar: Una hora después del
arribo del chasque de Buenos Airea, a quien ha venido pisando desde su salida. Luego de aña-
dir este dato continúa, prosificando siempre.
22
Estando en la posta ya, Uno de los Eeinafé acude a la posta, donde
pidiendo a gritos caballos, Facundo está en la galera pidiendo caballos,
ha llegado Eeinafé que no hay en aquel momento; salúdalo con
solícito a saludarlo. respeto y efusión... ;
24
Muy amable Eeinafé . .suplicóle que pase la noche en la ciudad don-
lo invitaba atentamente; de el gobierno se prepara a hospedarle digna-
—Pase en la ciudad la noche. mente.
Lo atenderé dignamente.
25
Pero el salvaje Quiroga -/ Caballos necesito!, es la breve respuesta de
sin ninguna educación Quiroga! ¡Caballos!, replica a cada nueva ma-
diee: —¡Caballos preciso nifestación de interés o de solicitud de parte
para mayor atención! de Eeinafé...
26
Viéndose asi Eeinafé .que se retira al fin humillado.
por este hombre despreciado,
se regresó a la ciudad
enteramente humillado.
27
Le llevaron los cabal! OB .. y Facundo parte para su destino a las doce
a las doce de la noche, de la noche.
hora en que siguió su viaje
con Ortiz dentro del coche.

A continuación Sarmiento agrega un largo párrafo para pintar el ambiente caldeado


por las pasiones que había en esos días en la ciudad de Córdoba: a Quiroga debían asesinar
y la premura de su arribo lo ha salvado. Dicho esto, Sarmiento sigue fiel al cantar.
28
Al fin Quiroga llegó Quiroga, en tanto, llega a su destino, arregla las
a Tucumán y Santiago, diferencias entre los gobernantes hostiles y re-
arregló todas las cosas gresa por Córdoba. ..
y emprendió el viaje aciago.

Agrega Sarmiento otra glosa al heroísmo de Quiroga, que lo lleva a desafiar el peligro
que se le ofrece en Córdoba y sigue fiel al cantar.
30
Quiroga lo sabe todo, Quiroga lo sabe todo; sabe el peligro de que
hasta el peligro salvado, su diligencia lo ha salvado; sabe el nuevo y
sabe el grande que le espera más inminente que le aguarda...
del enemigo burlado.
29
—¡A Córdoba!, pega el grito -¡A Córdoba!, grita a los postillones al poner-
y los postillones tiran, se en camino como sí Córdoba fuese el térmi-
resuenan los latigazos no de «i viaje.
y los caballos se estiran!

Al llegar a esta parte del relato, el cantar hace una digresión para referir los pormeno-
res del plan siniestro preparado por los Eeinafé de asesinar a Quiroga armando la mano de
Santos Pérez; después el cantar y Sarmiento continúan identificándose.
64 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

43
Un poco antes de llegar Antes de llegar a la posta del Ojo de Agua,
a la posta < El Ojo de Agua » un joven sale del bosque y se dirige hacia la
un joven salió del monte galera, requiriendo al postillón que se detenga.
pidiendo que se pararan.
44
Quiroga asomó primero Quiroga asoma la cabeea por la portezuela y le
p r e g u n t a n d o : —¿Qué se ofrecef pregunta lo qué se le ofrece: —Quiero hablar
—Señor, quiero hablar a Ortiz al doctor Ortiz...
si inconveniente no hubiese.
45
B a j a Ortiz de adentro el coche .Desciende éste y sabe lo siguiente:
p a r a saber lo siguiente:
—Deben matarlos a ustedes
Santos Peres con su gente.

46
Se hallan en Barranca Taco . .En las inmediaciones del lugar llamado Ba-
aguardando a la gatera, rranca Yaco está apostado Santos Peres con
del camino a los dos lados ana partida;...
se han colocado de espera.
47
Tienen orden de matar .al arribo de la galera deben hacerle fuego de
de postillones arriba, ambos lados y matar en seguida de postillón
ninguno debe salvar arriba; nadie debe escapar; esta es la orden.
ni los caballos con vida.

Parece ser que Sarmiento prosificaba sin cuidarse de corregir l a fraseología del cantar
y por eso es que dice como aquel: de postillón arriba, en lugar de usar el giro natural, que
sería: de general abajo, como es de uso. Y a veremos enseguida otro caso de transcripción li-
teral de otro error.
48
Aquí tiene este caballo El joven, que ha sido en otro tiempo favoreci-
que le traigo para usted, do por el doctor Ortiz ha venido a salvarlo;
con el deseo de salvarlo tiénele caballo \allí mismo para que monte y
a casa lo llevaré. se escape con él; su hacienda está inmedia-
49 ta. . .
E r a un joven Sandivaras
con un caballo ensillado
que quiere salvar a Ortiz
por un servicio prestado.

Repárese que el cantar dice al presentar al nuevo personaje, no aaí Sarmiento, que el tal se
llama Sandivaras. El apellido no ea Sandivaras sino Usandivaras, pero el pueblo de cuyo
seno ha salido el cantar no lo llama en la forma correcta sino con el aféresis; así dice tam-
bién Chagaray por Echegaray, Madrid por Lamadrid, Ladislao por Uladislao, Folinar por
Apolinar, Ugenio por Eugenio, Ustaquio por Eustaquio, etc.

50
Con semejante noticia . .El secretario, asustado, pone en conocimiento
Ortiz se puso a temblar de Facundo lo que acaba de saber y le insta
y manifestó a Quiroga para que se ponga en seguridad...
no debían de continuar.

52
Facundo agradece al joven . .Facundo interroga de nuevo al joven Sar-
y de nuevo lo interroga, dharas, le da las gracias por su buena acción,
mas le dice: — ¡ N o ha nacido pero lo tranquiliza sobre los temores que abri-
quién lo matará a Quiroga! ga : —No ha nacido todavía —le dice con
voz enérgica— el hombre que ha de matar
a Facundo Quiroga,

Sarmiento, que no nos había dicho cómo se llamaba el joven generoso, da su nombre
como si ya el lector lo conociera y lo transcribe tal como lo dice el c a n t a r : Sandivaras. El
primer hecho BS explica, porque identificado Sarmiento con el cantar, lo da por presentado
CANCIONERO POPULAR DE LA JtIO J A 65

Ht joven en escena, después que el cantar ya dijo quién era él y que se apellidaba Sandivaras.
Kn cuanto al uso de este patronímico en la forma Sandivaras y no Usandivaras, uno se ex-
plica que se cite este apellido con el aféresis en el cantar, pero en Sarmiento no, porque él es
culto, ha estado en la ciudad, en la civilización, y allí se pronuncia correctamente y por tanto
se dice Usandivaras, La forma Sandivaras es del hombre que vive en la campaña, en la bar-
barie, según el sentir del mismo Sarmiento.
P a r a comprender estas identidades, conviene remontarnos al sitio y momento en que
Sarmiento escribió; estaba en Chile, lejos de los documentos, como dijimos y, seguramente,
lejos también de los amigos que le podían dar detalles del drama de Barranca Yaeo. Con
pocos o sin ningún documento para pintarnos <ú drama horrendo que dio fin al protagonista
de su historia, Sarmiento fué fiel al único que tenía presente, al cantar, y por eso transcribe
Sandivaras como antes transcribió: de postillón arriba.

53
A un grito mío la p a r t i d a A un grito mío esa partida mañana se pon-
a mi orden se ha de poner drá a mis órdenes y me servirá de escolta has-
y hasta Córdoba hemos de ir ta Córdoba.
mañana usted lo ha de ver.

Sarmiento dice a continuación que estas palabras de Quiroga, que subrayamos, le fue-
ron dictadas a tiempo que escribía el relato.

54
Llegaron al « O j o de Agua » La noche que pasaron los viajeros de la posta
y allí saben igual cosa del Ojo de Agua es de tal manera angustiosa
pasando el pobre de Ortiz para el infeliz secretario.
la noche más angustiosa.
55
Esa noche sin dormir El doctor Ortiz gana también la cama, no para
pasó en amarga congoja dormir, sino para acordarse de su esposa, de
todas las horas pensando svs hijos. ..
en sus hijos y en su esposa.
56
Le manifiesta a Quiroga El doctor Ortiz hace un último esfuerzo para
su intención de no seguir salvar su vida y la del compañero; despierta
a lo que éste le responde: a Quiroga y le instruye de los pavorosos de-
Es peor, amigo, no ir. talles que acaba de adquirir, significándole
que él no le acompaña si se obstina en hacer-
se matar inútilmente. Facundo con gesto ai-
rado y palabras groseramente enérgicas, le
hace entender que hay mayor peligro en con-
trariarlo allí. ..
58
Quiroga llamó a su negro Quiroga manda a su asistente que es un valien-
que le servía de asistente, te negro, a que limpie algunas armas de fue-
en él ponía su confianza go que vienen en la galera y las cargue...
porque era hombre muy valiente.
E l cantor, doliéndose de lo que va a suceder, dice:
60
Y alzando nubes de tierra
se alejaron de aquel punto
el polvo íbalos cubriendo
porque iban a ser difuntos.
La escena sangrienta se aproxima, el auditorio que escucha al cantor, al juglar, está in-
móvil, no se le mueve un pelo, esperando que broten de los labios del cantor, poeta e histo-
riador a la vez, la tragedia horrible, la carnicería.
P a r a que el auditorio se tranquilice, echa a volar los versitos del loro; los más emotivos Be
ríen, los demás tosen y todos dan señales de descanso. E s el a r t e juglaresco.

de arte de ciego j u g l a r
que canta viejas fazañas
que con un solo cantar
cala todas las Españas.
(88 - pág. 277)
5-II
66 J U A N A L F O N S O C A E B 1 Z O

H a s t a aquí, hasta que la galera llega a B a r r a n c a Yaco, Sarmiento La prosificado el can-


tar. A partir do la llegada y sobre todo al describir la escena sangrienta, el poeta popular es
más patético y más realista que el autor de Facundo.
La segunda parte del cantar que, según la cita de Sarmiento, t r a t a de la suerte que
cupo a Santos Pérez, está descripta hasta eon pormenores en el cantar, en t a n t o que Sarmien-
to la calla, pues no tenía objeto esa historia, que se a p a r t a del tema de su obra.
La noticia de Sarmiento de que el cantar oído por él también t r a t a b a de la suerte que cupo
a Santos Peres, es otro argumento para probar de que el cantar transcripto (N.° 52 del
Cancionero Popular de Salta) es el mismo que conociera Sarmiento sobre la muerte del general
don J u a n Facundo Quiróga. Puesto que este cantar consagra una c u a r t a parte de su exten-
sión a describir precisamente eso, la suerte que le cupo a Santos Pérez.
E s posible que en algún tiempo el viejo cantar haya estado impreso porque en la copia
que poseía don Kodolfo Matorras Navarro, de Salta (ver Cancionero Popular de Salta, N.° 5 2 ) ,
el cantar tenía las siguientes indicaciones:
1.» P A R T E , arriba de la estrofa 1.*; 2.» P A R T E , arriba de la estrofa 31.«; 3." P A R T E ,
arriba de la estrofa 42. a , y 4.» P A R T E , arriba de la estrofa 62.*.
El cantar riojano recordado por don Javier Ahumada parece ser un recuerdo muy lejano
del transcripto conocido por Sarmiento.
Como las dos primeras estroías de la versión ríojana sou de usanza casi obligada en los
cantares históricos y matonescos largos, podemos decir que nuestro cantar comienza en la ter-
cera estrofa; a partir de ella se ven las similitudes con el cantar antiguo del tiempo de
Sarmiento. , *»]
CANTAR ANTIGUO CANTAR RIOJANO

Al ausentarse Quiroga Cuando salió « el General »


ya le anunciaba el destino ausente de su familia
que había de perder la vida ya le anunciaba el destino
en ese largo camino. de que iba a perder la vida.
4
Salta, Tueumán, Santiago Y a mareha p a r a Santiago
so hallaban desavenidos, como lo cuenta el autor
marchó C¿uiroga a arreglarlos iba « el General » ansioso
p a r a dejarlos unidos. de paz y de religión.

No sabemos decir quién fuera el autor, quizás sería el de alguna reseña histórica sobre
B a r r a n c a Yaco, hecha por algún federal. Solamente un partidario de Quiroga podría decir
que éste iba ansioso de paz y de religión.

64
Ya miran venir el coche Ya hicieron rodar el coche
rodando por el camino por la senda del camino

39
Yaques, Juncos y Benito Roque Junco y Pablo Junco
estos fueron los bomberos ellos fueron los bomberos,
que marchaban adelante como eran tan advertidos
señalando el derrotero. ahí iban juntos con ellos.
61 8
En la posta de Intiguasi E n ese « Guase » «Los Marques >
no fueron pronto auxiliados les demoran el auxilio
dándoles tiempo a los gauchos dándoles tiempo a los gauchos
que estuvieran preparados. que se hallen bien prevenidos.

H a s t a aquí las concomitancias. El 4.° verso de la primera estrofa da el apellido del Benito
que figura en la estrofa 39. a del cantar primitivo; dice que e3 Benito Guzmán y, efectiva-
mente, así se llamaba uno de los soldados de la partida encabezada por el capitán Santos Pérez.
Benito Guzmán es aquel soldado compasivo que intentó salvar al postillón, que viendo cercana
su muerte clama por su « m a m i t a » ; Guzmán intercede ante Pérez en favor del niño y cuan-
do es desairado por primera vez, insiste y entonces por toda respuesta recibe dos balazos que lo
postran por tierra y le produce la muerte a los seis días (Cercano, Facundo, 2 6 4 ) .
Guase, acaso por guasi o huasi, que quiere decir casa en\ quichua.
Herones, dice el cuarto verso de la estrofa 10.» y debe haber querido decir héroes por r
héroes.
CANCIONERO POPULAS DE LA RIOJA 67

87 El General diz que ha muerto.


Yo les d i g o : Así será.
¡ V I V A DIOS, V I V A LA V I R G E N ! ¡ Tengan cuidado, magogos,
No vaya a r e s u c i t a r !
¡ Viva Dios, viva la Virgen !
¡ Viva la cinta p u n z ó !
¡ Viva la celeste y blanca! 88
¡ Viva la F e d e r a c i ó n ! MAÑANITA, MAÑANITA

El General J u a n F a c u n d o Mañanita, mañanita,


Ha sido hombre de su casa. Mañanita del placer.
No le faltó contratiempo, Así fueron las mañanas
Le sucedió u n a desgracia. Que la p a t r i a iba a nacer.
El capitán Santos Pérez Ya tocaron la diana,
Se ha portado de hombre malo. Urquiza se lo mandó.
Le lia cortado la cabeza Abrí los ojitos, diosa,
Y la ha colgado de u n palo. Que la p a t r i a revivió.

(87) Este cantar me fué dictado en agosto de 1940 por don Luis Agapito Roldan, de
80 años, en Atiles (Dto. Rivadavia).
Roldan lo había aprendido en Atiles mismo, de donde era natural, oyéndolo cantar con gui-
t a r r a cuando era niño. E r a más largo, pero no recordaba otras estrofas.
Recuérdese que a Quiroga se le llamaba también Tigre de Atites, aunque era más común
decirle Tigre de Los Llanos. Con ambos calificativos alude a Quiroga el cantar número 85.
El calificativo de Tigre de Atiles le venía porque, como dice el general La Madrid en sus
Memorias, Atiles es el lugar en que está la casa de Quiroga, en Los Llanos, T. I , pág. 476. L a
caaa paterna estaba en San Antonio, algunas leguas más al sud de Atiles.
A más de la casa, Quiroga tenía en , Atiles su cuartel general, acaso por ser un lugar es-
tratégico, pues al naciente al frente está Malanzán, en la puerta de entrada al camino que con-
duce a la Costa Baja, p a r a la Costa Alta, como p a r a La Rioja, tenía abierto el camino desde
Atiles al sud y al norte.
L a circunstancia de que Atiles fuera de los primeros lugares de la campaña de La Rioja,
recordado por las Cartas Anuas como asiento de una misión Jesuítica, la del padre Jaime de Ba-
rrios e» 1635 y la de que allí estuviera el cuartel general del temible caudillo, me indinó a
visitar con algún detenimiento el paraje, pero Roldan fué el único vecino que me dictó cantares.
El cantar parece haber sido compuesto por algún partidario de Quiroga, algún federal,
p a r a lamentar la muerte del General, quizás a los pocos días de haber sucedido el asesinato
(16 de febrero de 1835) porque, según se infiere del primer verso de la última cuarteta, aun
no hay noticia segura, sólo hay díceres.
El general DIZ que ha muerto. Que son los díceres, lo confirma la cuarteta 3.*, que dice
haber sido colgado en un palo la cabeza de Quiroga, cuando el hecho no fué así. A la primera
cuarteta la reeogí en Catamarea, pero de una versión conservada por algún unitario, y después
de sancionada' la actual Constitución (1853), pues diee:

¡Viva Dios, viva la Virgen!


[Muera la cinta punzó!
¡Viva la celeste y blancal
¡Viva la Constitución 1

Magogos por demagogos. Don Salvador de la Colina refiere que con el nombre de magogos,
designaban esos bárbaros (Santos Guayama y su gente que ocupó la ciudad de L a Rioja en
agosto de 1868 (B86 - I V - pág. 298) a la gente decente, queriendo decir, sin duda, dema-
gogos. Los magogos eran también collarejos {71 - 4 0 ) .
Respecto a la amenaza de los dos últimos versos del cantar, veamos esta noticia de don
Carmelo B. Valdés:
Vn hombre, al parecer de sana razón, aunque ya anciano a esa fecha, aseguraba en 1878
al que esto escribe, que Juan Facundo no había inverto, porque no debía •morir nunca, que
su desaparición era momentánea y calculada para sorprender a sus enemigos y castigarlos
{Tradiciones Mojonas, pág. 117).
(88) Me fué dictada esta cancioncilla en Vinchina (Horno) en 1939 por don Modesto
Páez, quien la aprendió a don Ramón Páez, su padre. Según noticia de don Modesto, su pa-
dre la oiría por 1883 ó 1884 en Vinchina.
Parece ser que nuestra cancioncilla es u n a adaptación y acomodo hecho a otra más an-
68 JUAN A L F O N S O C A £ E I Z O

Mañanita, m a ñ a n i t a , Allí como al mes y medio,


Mañanita del placer. Luego que se presentó,
Estas fueron las mañanas A p u n t ó a ver su familia
E n que te empecé a querer. Como un cumplido señor.

A eso de la media noche,


89 L a casa se la r o d e a r o n :
Lo encontraron en la viña,
EN NOMBRE DE DIOS COMIENZO Donde preso lo tomaron.

E n nombre de Dios comienzo, Al otro día de m a ñ a n a


P o r ser poderoso Dios, Lo marcharon a Upinango;
Voy a referir la muerte Le leyeron la sentencia
De don Anselmo Falón. De morir afusilado.

E r a un neto Federal, Don Ángel Vicente V e r a


De este país como yo. F u é el rival que lo encontró,
De verse t a n abatido, P a r a quitarle la vida
P a r a otras p a t r i a s tomó. A don Anselmo F a l ó n .

tigua para cantar al general Justo José de Urquiza, vencedor de don Juan Manuel de Eosas
en la batalla de Caseros (3 de febrero de 1852).
Digo que es una adaptación porque don Aurelio M. Espinosa, en su Folklore de California,
trae, bajo el número 5, una otra adaptación que reputo más antigua porque la encontró entre
los indios de Nuevo Méjico.
La canción recogida por el investigador mejicano dice:

Mañanitas de placer
—Mañanitas, mañanitas, mañanitas de placer;
Así estaban las mañanas cuando te empecé a querer;
Así eran las mañanitas, las que contigo pasé.
Socórreme un vaso de agua, que vengo muerto de se.
—No tengo vaso ni copa ni en qué darte de beber;
te la daré en mi boquita que es más dulce que la miel.
•—¿Qué si? |Qué nof ¿Qué cuándo? el capitán lo mandó:
Soldados somos del rey, Chatita, y ya amaneció.

{110 - 5)
Este cantar de la mañanita parece que fué también popular en Chile y, en efecto, don
Eugenio Pereira Salas, en su libro Los Orígenes del Arte Musical en Chile (pág. 301), cita
la letra de la serenata escrita por un gran folklorista, don Justo Abel Kosales, y publicada
por éste en su novela histórica La negra Rosalía y el Club de los Picarones (Santiago 1896).
La serenata es así:
Linda y fresca mañanita,
llena de encanto y amor,
así estaba tan bonita
cuando te formó el Señor.
Mañana pura y rosada,
mañanita del placer,
así estaba la alborada
cuando te empecé a querer.

POT el veTSo que dice que la patria revivió, infiero que el cantar fué hecho después de Ca-
seros, porque el (3 de febrero de 1852) día del triunfo de Urquizax fué celebrado por los uni-
tarios como el de la liberación.
(89) Este cantar me fué dictado por doña Eulogia Avayay en Sanagasta en 1938.
CANCIONERO POPULAS DE LA MIOJA 69

Don Anselmo le decía: —¡Adiós, mujer, adiós, hijos,


—¡ Compadre del corazón, Adiós, todo lo mundano,
Si no hace por el ahijado, Ahí les dejo a mis hijitos
Por la Virgen hágalo! Pa' que se limpien las manos!
El capitán Sánchez dijo:
—¡Compadre del corazón, 89-a
El mandado no es culpable,
E N N O M B R E D E DIOS C O M I E N Z O
La culpa no tengo yo 1
Don Anselmo le decía: En nombre de Dios comienzo,
—¡ Bendito sea mis Dios, Por ser todo Criador.
Que me han de quitar la vida Voy a referir la muerte
Sin motivo ni razón! De don Anselmo Falón.
Ya lo sacaron marchando, Mucho que lo perseguían,
Y lo ponen en capilla Para otras partes tomó,
Para que se confesara: Arrojando su familia,
Ya iba a perder la vida. Que a la calle los dejó.
En la pared de la iglesia, Al mes cumplido volvió;
Donde a llorar comenzó, Dieron parte a la justicia;
En eso de estar llorando Lo mandaron que lo prienda
El primer descargue oyó. A un capitán de milicia.

(89-a) Dietado por don Boque Quevedo en Suriyaco o Suriaco (Dto. Pelagio B . L u n a )
en 1940. El señor Quevedo es hombre de 63 años y aprendió el cantar oyéndolo a viejos can-
tores de Suriyaco, donde vivió la mayor parte de su vida. E s un hombre culto y de muy bue-
na memoria.
No obstante haber vivido en un ambiente de viejos nativos del lugar, entre los cuales u n
hecho criminoso cualquiera es recordado por muchísimos años, pues sucede raras veces en un
siglo, don Roque no recuerda haber oído cuándo había sido fusilado don Anselmo F a l ó n ;
doña Eulogia Avavay tampoco lo sabía por ser más joven que don Boque, ni siquiera oyó
las mentas.
H e preguntado por algunos antecedentes o circunstancias del hecho a gente vieja de
L a Costa y aún a unos viejos Falón de Aimogasta, pero nadie me supo decir nada.
Doña Eulogia Avavay me dio el dato de que el capitán Sánchez diz que era compadre
de obligación (así ge dice cuando el compadrazgo es por el bautismo de algún niño) de don
Anselmo Falón, su víctima.
Don Roque me agregó que el señor Falón fué vecino de Agua Blanca, lugarejo situado
al sud de Pinchas (Castro Barros) y que allí en una viña de una propiedad vecina a su casa
fué detenido y llevado a Udpinango, donde fué fusilado.
En Udpinango pregunté a una señora de 80 años, doña Visitación Allende, viuda de
Díaz, que vive hacia el sud, distancia de cien metros de la iglesia, sobre qué noticias tenía
del fusilamiento y tampo«o me supo decir ¿ r a n cosa en concreto, porque tal muerte no fué
en sus tiempos. Lo único que oy6 decir, y J muchas personas desde su niñez, era que Falón
fué traído de Agua Blanca y fusilado en la parte trasera del campanario que aun se con-
serva. La iglesia tiene en el umbral el número 1788 grabado con escoplo; debe ser el año de
su edificación. (Véase las figuras 2 y 3 de la Lámina X I . El fusilamiento tuvo lugar en el
sitio señalado en la figura número 3 ) ,
En el archivo parroquial de Aimogasta, donde está el libro de Defunciones con los muer-
tos, en el actual departamento de Arauco, desde mediados del siglo pasado no figura la de
Falón. Tales son los datos que he podido tomar de la tradición lugareña sobre el protagonista
y el hecho comentado por el cantar.
Queda p a r a los cronistas e historiadores de L a Rioja la t a r e a de rastrear los anteceden-
t e s ; lo único que podré agregar es que en el tomo I I I del Registro Oficial de La Rioja,
pág. 23, figuran los tenientes primeros José Santos Luna y Manuel Sánchez como pertene-
cientes al Cuerpo de Guardias Nacionales, que el gobernador provisional don Ramón Ángel
ponía a las órdenes de don Carlos Ángel con el grado de teniente Coronel. Este decreto es
del 13 de marzo de 1860. Quizás fuesen estos tenientes primeros los que en ese año o en el
siguiente, y con el grado de capitán, fusilarían a don Anselmo Falón.
La última cuarteta de la primera versión figura también en otros cantares de fusilados.
La víetima se despide de la madre, p a r a hacer más patética la escena. Véase a este respecto
las estrofas 11.» y 12. a de los cantares número 127 y 128 del Cancionero Popular de Cata-
70 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

Allí, t a r d e de la noche, El capitán L u n a d i j o :


Ya la easa le rodearon. —Hermanos del corazón,
Van y lo hallan en la huerta, No hagan esa crueldad
Donde preso lo tomaron. Se los pido de favor.
—¿Es posible, les decía, —Compadrito de mi vida,
Siendo que somos paisanos? téngalo por devoción
¿ E n qué los habré ofendido de regarle u n a oración
P a r a que me h a y a n tomado ? A Don Anselmo Palón.
Al capitán Sánchez dice: Dio vuelta t r a s de la iglesia,
—Compadre del corazón, Luego a llorar comenzó;
Hágalo por vuestro ahijado, E n lo que estuvo llorando,
Suélteme de esta prisión. El primer descargue oyó.
—¡Compadrito, le decía,
Compadre del corazón, Ya le quitaron la vida
E l mandado no es culpado A Don Anselmo Falón.
L a culpa no tengo y o !
Lo marcharon pa Udpinango, 90
A ese lugar desgraciado,
Con una b a r r a de grillos, ¡OH, ILUSTRE PRESIDENTE!
Como u n a mujer sentado.
Lo hacen llegar a la plaza,
A la iglesia lo allegaron, ¡ Oh, ilustre Presidente
Le leyeron la sentencia De la Nación Argentina!
De morir afusilado. Mira propicia a esta gente
Que a su gloria se encamina,
Lo sientan en el banquillo, Y como hombre eminente,
Y sin dejarlo rezar Que estáis en tan alto puesto,
Ya le vendaron los ojos Ye y escucha nuestros ruegos,
Y le fueron a tirar. Puesto que eres « Padre Nuestro ».

marca, 5." y 7.* del cantar número 929 del Cancionero Popular de Tuoumán y los últimos
versos del cantar número 99 de J u j u y .
E n distintas oportunidades encontré en La Costa algunas estrofas desperdigadas per-
tenecientes al cantar de la muerte de Falón. Son é s t a s :

Don José Ángel de la Vega Don Anselmo les decía:


F u é el rival que lo encontró, [Bendito sea mi Dios
P a r a quitarle la vida Que me han de quitar, la vida
A don Anselmo Falón. Sin motivo ni razón!

Como poco caso hacía Ya lo sacaron tirando


Se ganó dentro la viña Como a animal cimarrón
A donde el capitán Sánchez A la plaza de Udpinango
Su prisionero lo hacía. A donde se lo mató.

P a r t e de la media noche Un capitán de milicias


Ya la casa le rodearon Discurrió, ¿1 caso, mejor
Lo encontraron en la viña Recemos un padrenuestro
Donde preso lo tomaron. A don Anselmo Falón.

(90) Este cantar, popular en Santiago del Estero (ver 100, N.° 110) y en Catamar-
ca (Cancionero, N.° 16), lo ea también en La Rioja donde, como en las provincias citadas,
fué conocido con el nombre de Padrenuestro Santiagueño. En la ciudad de La Rioja lo sa-
bían, aunque fragmentariamente, kasta comienzo de este siglo numerosas personas. Hoy son
contadas las que lo recuerdan. ¡
L a versión que publico fué conservada por don Ramón González, caracterizado vecino
de la ciudad de L a Rioja. Poco difiere de la versión que se publicó en la revista mensual
C AN CIONEBO POPULAS DE LA BIOJA 71

Si Urquiza es el centinela Tan perverso es Antonino,


Y el celoso militar, Como Manuel y Gaspar,
Que con amor singular Que se puede asegurar
Por la patria se desvela, Que el infierno es su destino.
Vos, en la gran presidencia, Si allá los queréis llevar,
Juzgamos que no sois menos, Nosotros te ayudaremos,
Y así, por vuestra eminencia, Y gustosos te diremos:
Creemos « que estáis en los cielos ». « Hágase tu voluntad ».

Desde la altura en que te hallas, De los males que han causado


Mirando hacia estos desiertos, Ya no se puede contar;
Líbranos de los Taboadas, Sólo so debe llorar
Que son hombres tan funestos, Por la Iglesia y el Estado.
Y cuando libres estemos, Más vos, Presidente honrado,
Aun cuando el mundo se asombre, Mándanos algún consuelo,
Fervorosos te diremos Y así os veréis alabado
« Alabado sea tu nombre ». « En la tierra y en el cielo ».

Esa logia tan maligna, P a r a ellos ya no hay leyes,


E n este patriota pueblo, Ni menos Constitución;
Está sirviendo al mandinga: Pues en todos se hacen reyes,
Vuélvelo todo un enredo. Sin virtud ni religión.
Su sistema es del infierno, Tenednos pues, compasión
Y es tanto el mal que sufrimos, Y alcánzanos un sustento,
Que por eso te pedimos Porque lágrimas amargas
Que « vénganos el tu reino ». Son la vida y « el pan nuestro

Ensayos y Rumbos, de Buenos Aires (año X I X , N.° 2, de febrero de 1920), dirigida por loa
dominicos del Colegio « L a c o r d a i r e » . También ofrece pocas variantes con respecto a la pu-
blicada por el doctor Orestes Di Lullo en su Cancionero Popular de Santiago del Estero,
N.° 110.
E s t a glosa, del Padrenuestro, va destinada, como se ve, a satirizar a loa hermanos An-
tonino, Manuel y Gaspar Taboada, los tres políticos santiagueños de mucho renombre en
el segundo tercio del siglo pasado.
La glosa fué hecha, según lo asevera el doctor Di Lullo y lo acreditan los santiagueños
y riojanos viejos, por el dominico Mauricio Pérez, mendociuo de origen, que vivió en el con-
vento de la orden en Santiago del Estero.
Según refiere don Baltasar Olachea y Alcorta en su Crónica y Geografía de Santiago
del Estero (págs. 276 y 286), el padre Pérez era amigo del gobernador de Santiago, don
Pedro E. Alcorta, y cuando el aludido gobernador dejó de ser persona g r a t a a los señores
Taboada, fué sacado del gobierno el 24 de setiembre de 1860, como consecuencia de la aso-
nada de Maco, planeada y organizada por ellos en Peruchillo el 17 de ese mismo mes.
L a asonada o revolución de Maco t r a j o como consecuencia la huida de Alcorta con to-
dos sus amigos y familiares y la entronización en el gobierno de don Pedro Gallo. E n t r e los
huidos figuraba fray Mauricio Pérez.
F u e r a ya del gobierno, Alcorta solicitó la intervención federal al presidente de la Con-
federación, doctor Santiago Derqui:
En noviembre inmediato (de 1860), el presidente Derqui m-anda de interventor nacional
al doctor Salustiano Zavalía, que a la sazón era gobernador de Tucumán, con la misión ex-
presa de reponer en el gobierno al señor Alcorta (Crónica, pág. 277). Alcorta, que sabe que
el interventor es impotente para reponerlo en el gobierno porque no tiene fuerzas que am-
paren su autoridad, no se allega a Zavalía.
Mientras el gobernador impuesto por los Taboada, don Pedro Gallo, manda y ordena
desmanes y persecuciones, tanto que llegó a destituir al cura de Matará, don José Víctor Al-
corta y encarcelar, en Atamisqui, al cura Leodegario M. Neirot por ser afectos al gobernador
Alcorta (Crónica, pág. 279). Don Antonino no pierde tiempo; el día 20 de junio de 1861,
72 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

8 10
Antes hacían los males, Antonino, en Convención
Pero allá de tiempo en tiempo. Y Gaspar, en Peruchillo,
Más hoy que son « liberales », Con Manuel, primer caudillo,
Los hacen cada momento. Hicieron revolución.
Sus maldades son sin cuento, Luego, tocando las cuerdas
Pues con bárbara osadía Con que suelen divertir,
Nos roban ciento por ciento, Os enviaron a decir:
Y nos matan « cada día ». « Perdónanos nuestras deudas ».
II
El tiempo de su gobierno, Más esto no puede ser,
Todo fué de tiranía. Por la ley fundamental;
Pero hoy día es un infierno Sino nos manda Gaspar,
Que ni el diablo sufriría. Manda Antonino o Manuel.
Y por esto te clamamos, Jamás habéis de encontrar
Con humilde petición, Quien sufra tan duros potros;
Nos libres de estos tiranos, Ni Job en el muladar
El socorro « dánosle hoy ». Sufrió « así como nosotros ».

sabedor de que el presidente Derqui está en Córdoba (había llegado el 14 de ese mes de ju-
n i o ) , lo visita para ofrecerle sus respetos (Sinny - I I I - 180).
Los Taboada no conforme con la visita al presidente que lo saben tambaleante en el po-
der, le envían una embajada especial formada por los señores J u a n Francisco Borges, doctor
Pedro A. Pardo, Pablo Lascano y doctor AguBtín Matienzo (Crónica, p á g . 281), para que
persuadan al presidente de que no conviene la reposición de Alcorta en el gobierno de San-
tiago .
Simultáneamente con estas gestiones de los Taboada y taboadistas o tabuadistas, Aldor-
t a bacía las suyaB con los medios a su alcance p a r a conseguir una intervención en forma, esto
es, armada. Así nació nuestro padrenuestro escrito por F r a y Mauricio, seguramente en el
exiío. Infiero que el canto nació en el lapso que va entre la visita a Derqui de parte de
Taboada y sus amigos y l a sanción de la intervención armada de parte de Derqui, que fué
el 6 de julio de 18(31, porque los dos últimos versoB de la décima estrofa aluden al ardid de
los taboadistas cuando dice:

Luego tocando las cuerdas


conque suelen divertir,
os enviaron a decir:
Perdónanos nuestras deudas.

No fué mucho tiempo después de esa embajada a Derqui la aparición del cantar, por-
que el autor clama por la acción presidencial, por la intervención federal y ésta solamente
se produce, como dijimos, el 6 de julio de ese año de 1S61. L a intervención fué, el comisio-
nado era el catamarqueño general Octavian© Navarro, que tampoco pudo hacer nada por-
que cuando tuvo la oportunidad de sentar en el gobierno a Alcorta sobrevino la batalla ñe
Pavón el 17 de setiembre do 1861 y los Taboada consolidaban su posiiióji política porque
contaban eon ©1 apoyo de Mitre, el vencedor de Urquiza en esa memorable acción, que cam-
bió la fisonomía a la política del país entero.
El sistema de glosar el Padrenuestro o el Ave María es de vieja usanza en la literatura
española. F r a y Hernando de Talavera ( 1 4 2 8 - 1 5 0 7 ) , glosa la Salutación Anrjélica (191 - I V -
S25) ; Fernán Pérez de Guzmán ( 1 3 7 6 - 1 4 0 0 ) , glosa la Salutación Angélica y el Pater Nos-
ter (118 - 276 y 277), y Tapia, glosa la Salve Regina (118 - 832).
Muchos otros poetas de los siglos XV y X V I han glosado en'sentido religioso estas ora-
ciones piadosas: don Francisco de Quevedo y Villegas ( 1 5 8 0 - 1 6 4 5 ) , en el Padre Nuestro
(91 - 144), glosa esta oración en 26 décimas, suplicando mercedes a Felipe I V .
Como la acción de los señores Taboada ocupa gran parte de la historia de la organización
de las provincias de Santiago del Estero, Tueumán, Oatamarca, La Rioja y aún Córdoba, el
pueblo les ha consagrado innumerables cantares, a veces laudatorios y otras satíricos como
el que nos ocupa. Véase a este respecto en el Cancionero Popular de Tueumán los números
160, 169 y 174.
CANCIONERO POPULAR DE LA BIOJA 73

12 16
Ya nos falta la paciencia Y pues que sus miras son,
Para tolerar los males Desde aquel año cuarenta,
Que en cambio a nuestra obediencia Vivir siempre de revuelta,
Nos hacen los « liberales ». Sin ley ni Constitución;
Por no conservar rencor Más vos, por el juramento
En lo que hoy atravesamos, A la ley fundamental,
Y por no hacer otra peor, Sácanos de este tormento,
« Líbranos de todo mal ».
Sufrimos y « perdonamos ».
17
13

Aunque son atentadores Así salvareis la Patria


De nuestros bienes y fama, Y nuestro pueblo también,
Y veréis acatamiento
La caridad nos reclama Con eficacia a la ley.
Indultar a los traidores. Si no miráis con desdén
Más sepan esos señores La causa de nuestro honor,
Que consumen nuestras rentas, Seréis un padre de amor
Que debemos pedir cuentas Y todos dirán: «Amén».
También < a nuestros deudores ».
18
14
Oración Dominical
Cuando Alcorta gobernó, Que nos dejó el Redentor,
Ya este pueblo parecía Jesús nuestro Salvador,
Levantarse del abismo Para enseñarnos a orar,
En que infeliz sucumbía. Más todo el que es «liberal»
Pero desde que él cayó, No la ha de poder decir,
Caímos nosotros también, Porque lo ha de confundir
Dadnos la mano, Señor, El recuerdo de su mal.
Y « no nos dejes caer ».

15
91
Si quitáis estos caudillos, E N E L P A N T E Ó N D E LA RIOJA
Salváis la Constitución;
También romperéis los grillos En el panteón de La Rio ja
Estaba un gran viborón:
Y las leyes del malón. Don Vicente Bustos
Pero si vos no lo hacéis, Dentro de un cajón.
Buscaremos la ocasión
De hacer otro San Quintín: Abre los ojitos, Dios,
Ya estamos « en tentación ». Que la patria revivió.

(91) Esta cuarteta me fué dictada en Sañogasta (Dto. Chilecito), por la señorita Vi-
centa Millicay en 1939. Me decía la Eeñorita Millicay que el cantar t r a t a b a de un asunto
político y que era más largo.
Los versos 5." y 6.°, que debieron ser el estribillo del eantar, vinculan nuestra cuarteta
al cantar número 88 sobre Urquiza, que lleva el mismo estribillo, J'or el hecho de que uno y
otro lleven precisamente el mismo estribillo supongo que nuestra cuarteta debió formar p a r t e
de algún cantar irónico, quizás, al ilustre político riojano don Manuel Vicente Bustos
( 1 8 0 5 - 1 8 7 8 ) y que se lo cantaría en los mismos años en que se cantaba la letrilla a su
amigo el general Urquiza.
Dice el doctor E. Udaondo: A raíz de la batalla de Caseros el general Urquiza convocó
a los gobernadores de las provincias a un acuerdo para tratar las bases de la organización
del país y en tal carácter el señor Bustos subscribió el texto del convenio; por eso su re-
trato se exhibe en el Museo de San Nicolás de los Arroyos, que conmemora ese hecho his-
tórico (269)»
74 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

92 ¡ Epe, viuda! canta el gallo.


Peñaloza me dijo
ALTO, ¿QUIEN VIVE? Si ando a caballo.
—Alto, jquién vive? « Ya soy tuya ¿qué he de hacerf
—La Patria. ¿Morir o permanecer? »
—¿Qué gente?
—Paisana. Epe yo y cuarenta horas,
¡ Viva Chacho con su gente! ¿Quién será mi dueño ahora?
¡ Viva Pueblas el valiente! Peñaloza me ha dicho
Si soy cantora.
« Ya soy tuya ¿qué he de hacer?
93 ¿Morir o permanecer? »
T E N G O U N B A R Q U I T O D E LOZA En el panteón de La Rioja
Ha salido un viborón,
Tengo un barquito de loza Y Peñaloza me dijo:
Pa' embarcar a Peñaloza. —Ha salido de un cajón.
« Ya soy tuya ¿qué he de hacert € Ya soy tuya ¿qué he de hacer?
¿Morir o permanecer? » ¿Morir o permanecer? »

(92) Lo sabe don Javier Ahumada en Guandacol.


El «Chacho > eomo se sabe es el heroico caudillo riojano don Ángel Vicente Peñaloza.
Pueblas es don J u a n Gregorio Pueblas. Seguramente este diálogo es de los centinelas de las
fuerzas sitiadoras del nombrado Pueblas que atacaron la ciudad de La Rioja en los días que
van del 28 de marzo al C de junio de 1862. El joven historiador riojano, profesor Dardo de
la Vega, estudió con vasta erudición eBte tema (73 - 33 y 74 - 127).
(93) Dictada en Vinchina (Horno) por la señorita Adelina Pazos Martínez, quien lo
sabía por haberla oído a su padre fallecido hace años. No dijo de qué época era el cantar-
cilio ni yo he podido averiguarlo.
Seguramente debe datar de los últimos años de la vida del Chacho, muerto alevosamen-
te en 1863.
Cuarenta horas o cuarenthoras a mas del sentido correcto dado por el Diccionario de
Festividad que se celebra estando patente el Santísimo Sacramento en memoria de las que
estuvo Cristo Nuestro Bien en el sepulcro, tenía en el pueblo el de carnaval. Así dice don
Perfecto P . Bustamante en (24 - 8 4 ) . E l «Pusllay > es la personificación del carnaval, tam-
bién se le llama < cuarenthoras ».
L a copla 4477 es bien explícita sobre este nombre dado al carnaval, pues dice:

Unos dicen: cuarenta horas


Yo les digo Carnaval
4 Cuál será el nombre perfecto
P a r a poderlo llamar 1

E n el Cancionero Popular de Jufuy la copla número 3487 alqde también a cuarenthoras


como sinónimo de carnaval a s í : j

Yo me llamo Cuarenthoras
mi apellido es Carnaval:
mi padre se llama Pascuas
y mi madre Navidad.

L a devoción a las cuarenta horas en tierras del Tucumán viene de muy antiguo, y a en
la Carta Anua de 1609 el padre Diego de Torres habla de esta festividad así: En los cuales
3 puestos (Santiago de Chile, Córdoba y Santiago del Estero) se ha hecho la oración de las
quarentas horas este año con la desencia y devoción que lleva la pobreza de la tierra y falta
de gente (38 - I - pág. 14).
Si he podido averiguar la antigua d a t a de la devoción religiosa de las cuarenta horas,
no me ha sido posible la de la devoción báquica.
CANCIONERO POPULAS DE LA B10JA 75

94 E l día menos pensado


Ya salimos derrotados.
EL PAGO « LAS LOMAS BLANCAS » * . ,. . ,
»- L w « JJ -g n Yemticmco de mayo,
Cuando las balas lloraban,
E l pago « Las Lomas Blancas »: Várela nos repetía
A
I Qué pago t a n desgraciado ! Que no se rindan por nada.
(94) Me fué dictada por don Pablo Juárez en Guandacol en 1940. Este cantar parece
que fué compuesto por algún partidario del Chacho p a r a recordar el contraste de Las Lomas
Blancas.
En Lomas Blancas, lugarejo que queda en el departamento Vélez Sársfield, entre las al-
dehuelas denominadas Carrizal y Joanín, se midieron 500 soldados de línea al mando del co-
ronel don Ambrosio Sandes con 1.000 hombres mal armados entre ellos indios, al mando del
Chacho, el 20 de mayo de 1863 como a las 12 del día.
El cantar dice que fué el 25, pero es un e r r o r ; ' quizá la tradición alteró la fecha y la
asoció a la festividad p a t r i a que se celebra el 25 de mayo de todos los años en conmemora-
ción del grito de libertad dado el 25 de Mayo de 1810 en Buenos Aires.
El triunfo de Sandes como la ferocidad y crueldad de que hizo gala son bien conocidos.
El historiador riojano Dardo de la Vega da detalles de esta acción en su Mitre y el Cha-
cho: Preparado Peñaloza, -por su parte, con buena tropa, emprendió desde Patquía su mar-
cha sobre San Juan. Pero apenas había llegado a las « L o m a s Blancas», entre Carrizal y
Joanín, cuando se da con la división que comandaba Sandes y se ve forzado a aceptar bata-
lla el SO de mayo a las ÍS del día.
El choque fué terrible —dice un escritor*—; las fuerzas de Peñaloza cedieron ante el em-
puje y arrojo de la terrible caballería de Sandes, que llevó el espanto y el terror con el toque
« a degüello » ordenado por el implacable militar en el fragor del combate.
Contaba Peñaloza en esta acción como con mil hombres bien montados, que se batieron
denodadamente contra 500 de Sandes, que lo vencieron por completo
La primera noticia que Sarmiento tuvo de este combate la comunica así al gobernador
de San Luis:
El infrascripto tiene el placer de comunicar a V. E. que acaba de llegar el Sargento de
Guías, Nicasio Molina, que venía con el capitán Várela, del Regimiento N." 1 de caballería
de línea y un asistente más, conductor del parte de la batalla de Lomas Blancas, entre Ca-
rrizal y Joanín de los Llanos de La Rioja; en la que nuestra valiente división al mando del
coronel Sandes, ha obtenido el más completo triunfo sobre las hordas de Peñaloza encabezadas
por este caudillo que contra su costumbre ha aceptado el combale al frente de más de mil
hombres, debiendo ser gentes escogidas por el denuedo con que cargaron sobre la línea. No
habiendo llegado el parte oficial, por haber sido tomado el oficial conductor por una monto-
nera situada en la Sierra del Valle Fértil, me circunscribiré a los datos que me suministra
el sargento Molina que pudo escapar y enseña su sable ensangrentado como testimonio de la
parte que le cupo en el combate. El encuentro ha tenido lugar a las 12 del día SO del corrien-
te, en que se aproxñmó Peñaloza y mandó una carga general. Los guías de San Juan ocupa-
ban las alas, habiendo tratado la montonera de flanquear la línea, y apoderándose de muías
y caballos de repuesto que estaban a corta distancia custodiados por infantes. Esos guías
cargaron al centro, llevándose por delante lo\que se les oponía, con terrible mortandad, pues
hicieron frente hasta cruzar armas. De los guías han muerto dos soldados y había varios he-
ridos. El regimiento N.' 1 hizo por su parte destrozos aún mayores habiendo el coronel Sandes
recibido una lanzada leve en la pierna, en -uVt combate personal, con uno que quería medirse
con él. Del regimiento N.° 1, ha muerto el mayor Flores, de un balazo en la frente, y se cree
un sargento y otro oficial más. Las pérdida^ de los montoneros deben ser crueles, porque el
sargento Molina pudo contar a su paso 56 cadáveres no siendo por allí lo redo del combate,
y admirando el esfuerzo del regimiento N." 1 que por otro lado hacía destrozos. De infante-
ría no cita sino un oficial de rifleros que se dice se distinguía por su valor. Teme que el pi-
quete de infantes que cuidaba las muías, haya sufrido algo por que hacia ese lado huyó un
grupo de chusma, llevándose por delante los animales. A una infantería de indios, dice, to-
maron y destruyeron. La derrota seguía hacia Tama y gruesas partidas iban en su seguimien-
to. El coronel Sandes, según dice el sargento, pedirá con insistencia caballos y muías las que se
le remitirán sin pérdida de tiempo con una fuerza tanto para custodiarlas como para acabar
de limpiar los campos de partidas de ladrones, una de las cuales, cerca de 100 hombres, nos
priva de recibir el parte oficial de tan espléndido triunfo. De esta fuerza formará el núcleo
de la división mendocina. Es posible que el infrascripto se traslade a La Rioja a desempeñar
la misión política que le ha confiado el Gobierno Nacional, a fin de dar les disposiciones con-
venientes para mantener la ocupación de aquella provincia hasta que entre en el sistema re-
gular de administración. El infrascripto concluye felicitando a V. E. por el espléndido triun-
fo que garante a la República un porvenir de paz y progreso, apenas perturbado por la ten-
tativa de Peñaloza, Clavero y demás cabecillas.
Dios guarde a V. E. — D. F. SARMIENTO
RUPERTO GODOY. — VALENTÍN VIDELA.
76 JUAN A L F O N S O C A B R I Z O

95 Ahí se juntaba Don Luca^


Con el mentado Várela.
DESDE CHEPES PARA ABAJO „.. , , „ ,
Dijo el general Várela
En un instante preciso:
Desde Chepes para abajo, —A la guerra la perdí
En esa aguada « Las Piedras », Causa ese « Berna » Carrizo.
El parte de Sandes a Sarmiento dice: « Al llegar a poca distancia hice ocupar la extre-
ma derecha de nuestra línea por Jos cincuenta hombres que tenia a la vanguardia al mando
del sargento mayor Pablo Irrasábal, marchando entonces la línea contraria a nuestro encuen-
tro. Inmediatamente hice tocar « a degüello», arrojándose nuestros bravos soldados de ca-
ballería a pesar de la espesura del bosque a encontrarse con la turva vandálica de Peñaloza,
resultando de este choque violento, uno de los pocos casos que se ven entre fuerzas de caba-
llería; después de cruzar lanzas ha sido necesario todo el valor de nuestros soldados para ha-
cer volver caras a los enemigos, los que una ves en derrota huyeron despavoridos en todas
direcciones dejando un número considerable de muertos >.
En esta ocasión, el coronel Sandes que, como ya dijimos, inició el reguero de sangre de
soldados y jefes prisioneros en el entrevero de las Aguaditos, por no torcer la norma adopta-
da, después del combate, y en la persecución de los dispersos, hizo gala de crueldad inusi-
tada. La carnicería de las Lomas Blancas no le fué en saga a la de Vences, célebre en nues-
tras luchas fratricidas.
Sarmiento explica el por qué de la ferocidad de Sandes con estas palabras: . ..«Alguna
ves en la prensa he defendido a Sondes de su desgracia de crueldad. Sandes tenía una jus-
tificación que oponer a todos los que le echasen en cara su carácter guerrero, su carácter de
fiera, que era abrirse el pecho y mostrar cincuenta heridas que había recibido. Es una des-
gracia en la guerra la crueldad de algunos jefes, pero no es un delito sino cuando viola las
leyes de la guerra ».
En Francia, durante las guerras del Imperio había mariscales que hacían temblar cuando
había guerra, porque eran crueles o poco económicos de sangre (Sarm.. Obras, T. 19).
Pero no fué Sarmiento el único que tratara de vindicar a Sandes. <s.La Nación Argentina »,
redactada por los Gutierres, decía en Buenos Aires, a este propósito:
Las últimas guerras han hecho resonar en la República el nombre de un Jefe a quien el
gobernador de San Juan ha llamado el Cid Argentina. Peñaloza mismo, la ardilla de tos
Llanos, que creyó burlarse, se ha visto obligado a presentar batalla a Sandes, abandonando
después las guaridas en que se creía invencible.
Son- innumerables los hechos de armas del coronel Sandes. De ellos ha sacado ocho o
diez heridas para completar las cincuenta y cuatro cicatrices que hoy tiene su cuerpo.
Se le acusa de cruel: nó, el coronel Sandes no es cruel. El coronel Sandes no puede preo-
cuparse de lo que hará el contrario porque está en su organización el desprecio supremo de la
muerte (N. F. Sánchez).
El mismo día de la derrota, Peñaloea desaparece de la vista de xas enemigos. Por los
partes de los comandantes de campaña sabíase solamente que el Sf de mayo estuvo en el
«Poso Cercado» y que salió en dirección a la Jarilla con designio de incorporarse a las fuer-
zas de Lucas Llanos y Puebla. De ahí no se supo más. Pero Sandes lo busca encamisado, a
pesar del mal estado de sus caballerías. Lo busca de poblado en poblado, de aguada en aguada.
El S de junio, Sandes, siguiendo a Peñalosa. acampa en Tasquín, con una parte de su di-
visión, mientras la otra perseguía a los vencidos del SO de mayo qve arribaron al Portezuelo
de los Arces, aquí, en Tasquín, se le presentaron a Sandes, Juan Bernardo Carrizo y otros
oficiales y soldados de Peñalosa solicitándoles indulto.
El 5 de junio, desde Chepes, le comunica a Sarmiento que el comandaiite Segovia con
400 hombres perseguía de cerca a €00 montoneros; que Eehegaray se hallaba a It leguas
de ellos; que Iseas tenia orden de aproximarse, y que él, con la fuerza a su mando^ los espe-
raba por ese lado, por si daban lu vuelta. Dos días después, el if, estaba ya en Río Seco
(San Luis) y el 11 en la misma ciudad de San Lws, siempre en buspa del Chacho.
A todo esto, Peñaloza. con alguna fuerza de los dispersos de las «Lomas Blancas» par-
tía a escape sobre Córdoba, donde Luengo, Oyarzábal y Achával lo reclamaban para entre-
garle la dirección de la revuelta cordobesa (74 - 259 - 264). ¡
Agregaremos solamente los nombres de algunos de los oficiales ¿e ambos bandos en lucha.
El teniente coronel Reyes en su Bosquejo.., hace ascender la gente del Chacho a 1.500 hom-
bres y al mencionar los oficiales dice: ;
Allí se midieron con Sandes (Ambrosio), Segovia (Ignacio ]$.), Julio Campos, Ayála
Pablo, Irrasábal, Guiffra. Flores, Maldonado, Losada, Vera (Ricardo), Giménez y demás
bravos, los Ontiveros, Puebla, « Berna» Carriso, Várela (Felipe), Elisondo, Carlos Ángel,
Francisco Alvarez, Severo Chumbiia, Lucas Llanos, Carlos Alvares, Tránsito y Apolinario
Tello, Agüero, Corvalán, Tristán Díaz, Portillo, Calancha, Andradé, Ajenar Pacheco y otros
subalternos más del siempre vencido Peñaloza ($30 - 197).
(95) Parece que este cantar forma parte del anterior y que sje refiere a la huida hacia
el sur de Jos derrotados en Lomas Blancas. !
CANCIÓN ESO POPULAS DE LA SIOJA 1J

96
E L A Ñ O SESENTA Y CUATRO
Dicen que en el lugar de Olta
El año sesenta y cuatro, Le han cortado la cabeza,
Del ochocientos, se cuenta Pillándolo de sorpresa
Murió nuestro general Una partida de flota;
Con las mayores afrentas. Así ha corrido 3a nota,
No sé si será verdad,
GLOSA Y como el hombre es mortal
Casi estoj r a consentir
E l general Peñaloza,
Confiando en su bienestar,
No se quiso retirar Murió nuestro general.
De una casa peligrosa.

Refiere el historiador, profesor De la Vega, que El mismo día de la derrota, Peñaloza


desaparece de la vista de sus enemigos; por los partes de los comandantes de campaña sa-
bíase solamente que el %i de Mayo estuvo en el « Poso Cercado » y que salió en dirección a
La Jarilla con designio de incorporarse a las fuerzas de Lucas Llanos (el don Lucas del can-
tar) y Pueblas. De ahí no se supo más. Pero Sandes lo busca encamisado, a pesar del mal
estado de sus caballerías. Lo busca de poblado en poblado, de aguada en aguada. El 8 de
Junio, Sandes, siguiendo a Peñaloza, acampa ¡en Tasquín, con una parte de su división, mien-
tras la otra perseguía a los vencidos del 20 de Mayo que arribaron al Portezuelo de los Ar-
ces. Aquí en Tasquín, se la presentaron a Sandes, Juan Bernardo Carrizo (« BEJÍN A > CA-
ÉMIZO del cantar) (230 - 194) y otros oficiales y soldados de Peñaloea solicitándole indul-
to (74 - 263).
(96) Este cantar me fué dictado por la esposa de don Policarpo Dínz, vecino de San
Pedro (Dto. Castro Barros) en 1938. L a señora lo había copiado al anciana de 78 años, don
Ramón Oviedo, el mismo año en que éste murió en 1929. Oviedo sahín Ircr y escribir. Como
detalle interesante, me dijo la señora de Díaz, Oviedo leía la Sagrada Biblia, como los viejos
campesinos de Ttieumán y Catamarca; a la sazón tenía un viejo ejemplar de la Vulgatá.
Como se ve, es una glosa trunca dedicada a conmemorar la trágica muerte del Chacho,
general Ángel Vicente Peñaloza, ocurrida, como se sabe, el 12 de noviembre de 1863.
Transcribo a continuación el relato que hace el testigo más autorizado del hecho, coman-
dante don Ricardo Vera, transcripto por el teniente coronel Reyes. Reyes, a su vez, lo trans-
cribe de la Revista de la Biblioteca, dirigida por don Pedro Delheye, pág. 154.
El año de 186S, después del combate de Caucete entre las fueteas de Peñaloza y \a di-
visión nacional que mandaba el sargento mayor Don Pablo Irrasábal. en el cual las primeras
fueron derrotadas —el entonces coronel y hoy general don José M. Arredondo, jefe superior
de las fuerzas nacionales contra las montoneras— desprendió en persecución de Peñaloza una
división al mismo mayor Irrasábal, en la cual yo servía Gomo jefe de vanguardia.
Esta división, á marchas forzadas, se dirigió a Los Llanos, en esta provincia, y en uno
de los días del mes de Noviembre, cuya fecfia no recuerdo con precisión, se dio alcance á
los fugitivos en Olta, donde Peñaloza acababa de hacer campamento general para reunir y
organizar nuevamente sus fuerzas, deshechas en el combate de Caucete.
La sorpresa fué completa, pues nuestras fuerzas, favorecidas por una lluvia fina que caía
en aquel día, pudieron descender desde la montaña & la población de Olta sin ser sentidas por
el enemigo.
A mí, como jefe de vanguardia, cúpome el primer puesto en el ataque, que fué llevado
por la vanguardia & mis órdenes con la rapidez y energía que él caso lo requería.
Llegar á gran galope, rodear la casa en que estaba acampado el general Peñaloza (la de don
Pablo Oros) y la fuerza que lo acompañaba, fué obra de un instante, quedando todos detenidos
por un cerco de soldados en la casa aquélla.
Yo mismo, que llegué de los primeros, fui quien personalmente intimé rendición al gene-
ral Peñaloza, que á la sazón se encontraba sentado en un caire y con un mate en la mano.
El general ni los suyos hicieron resistencia alguna, entregándose presos en el acto, con
excepción de los pocos que pudieron huir por las huertas y en dirección al monte.
Becuerdo, como si hoy mismo hubiera sucedido, que, a mi intimación de rendirse, el ge-
neral contestó más o menos en estos términos: — « E s t o y rendido»— y me pasó su puñal,
que era la única arma que tenía en ese momento.
«Después de tranquilizarlo con las palabras más comedidas, púsele centinela de vista.
enviando el parte de lo ocurrido a mi jefe superior el sargento mayor Don Pablo Irrazábal,
que aún no había llegado porque con el grueso de la división venía media legua más atrás.
Una hora después el mayor Irrazábal, llegaba de galope a la casa donde yo mantenía pre-
so al legendario caudillo de las montoneras riojanaa.
78

Plano, en tres secciones, del aetual canal de riego que pasa por la plaza de Olta y por el sitio
de Loma Blanca, donde según la tradición, estuvo la casa de don Pablo Oros, y en cuya
galería fuera muerto el Chacho, el 12 de noviembre de 1863. Este sitio fué donado por su
actual propietario para escuela. El plano es de la Dirección General de Irrigación y tiene
en la c a r á t u l a : (4-C-896 - Zona del Centro).
79

Reconstrucción gráfica del lugar, en la villa de Olta, donde en 1863 los asesinos del Chacho
colocaron su cabeza a la espectación pública. El dibujo fué hecho de acuerdo con los datos
recogidos a ancianos de Olta y Loma Blanca, por el vecino de la villa, profesor de la
Escuela Normal local, don Miguel A. Eiveros Alvarez.

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Croquis de la edificación y demás detalles de la reconstrucción anterior dentro del marco de
la plaza actual de Olta: 1.°, Plaza a c t u a l ; 2.°, Capilla de Olta en 1863; 3.°, Cruz de ma-
dera, a diez pasos al frente de la capilla; 4.°, Poste en el cual se sostenía el bastidor que
cerraba la puerta del cementerio; 5.", Torzal o lazo tendido entre el poste y la cruz p a r a
sostener la pica donde fué clavada la cabeza del Chaeho; 6.°, Pica mostrando en lo alto
la cabeza del Chacho, general Ángel Vicente Peñaloza.
80 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

97 Lo llevan a Tinogasta,
Por Magarzo bien atado,
Y A SE M A R C H A A TINOGASTA Y lo sientan al banquillo
Con dos guardias al costado.
Ya se marcha a Tinogasta Ya lo sacaron tirando
Con toda la religión.
Por ser martirio que espanta,
El lunes de Carnaval
Y cuatro balas de acero
Lo matan a Melitón.
Le tiran a la garganta.
Se marcha para La Aguada Aquí se acaba esta letra
Sin hacer a nada caso; De dos jefes desgraciados.
Y en el camino lo toma No tuvieron más consuelo
Mi don Hcrsilio Magarzo. Que estar juntos sepultados.

Llegar, preguntar por el preso y pasarlo de un lanzaso, fué obra de un segundo, dando
orden a los soldados que lo custodiaban que concluyeran cun el herido, como en efecto lo ve-
rificaron con una descarga de carabina que le hicieron.
En aquel momento supremo yo procuré evitar la muerte de Peñalosa interponiéndome
entre él y la lanza de Irrazábal; pero todo fué inútil, porque ni tuve tiempo para parar el gol-
pe, ni podía hacerlo tampoco en mí condición de subalterno del que ejecutaba aquel atentado.
Hago la historia estricta y fiel de lo ocurrido, como lo acreditan las cuatro cartas que le
acompaño, de testigos presenciales cu aquel suceso, uno de ellos, don Sicolás Peñalosa, primo
hermano de la víctima de Olia, y como pueden atestiguar el general don José M. Arredondo
y los que han actuado en aquella ¿poca.
Pero hice más-, no sólo no tuve participación en la muerte de Peñaloza, sino que por re-
probarla en la forma con que fué ejecutada, pedí inmediatamente mi separación del puesto
de jefe de vanguardia y mi pasaporte para buscar la incorporación del coronel Arredondo, como
en efecto sucedió, siendo yo mismo quien llevó el parte de lo ocurrido (230 - 210).
El profesor Do la Vega, al comentar esta carta de Vera, hace reflexiones interesantes
p a r a aclarar algunos pormenores del trágico suceso y sobre todo p a r a repartir las responsa-
bilidades de los a d o r e s del mismo. (Véase 74 - 324).
Respecto a cantares sobre el Chacho, véase: Cancionero Popular de Catamarca, N.° 11, y
Cancionero Popular de Tucumán, N.° 174.
(97) Este cantar me fué dictado por don José A. Martínez en la ciudad de L a Kioja
en 1938. Martínez tenía en 1938, 87 años y sabía leer y escribir. No se acordaba bien del can-
tar. E r a más largo.
El hecho de armas que comenta el cantar está explicado por el historiador teniente coro-
nel Reyes en su Bosquejo Histórico a s í :
En los Sauces (San Blas de los Sauees) se incorporaron a Medina (el « c h i l e n o » ) Esta-
nislao Medina (capitanejo de Felipe Várela), los Bivas y Magarza (don Ersilio), de Belén
(Catamarca), con fuerzas de Catamarca, ascendiendo el total de todas ellas a ochocientos hom-
bres, mal armados en su mayor parte y con poca o ninguna disciplina. En la mañana del 4
de Marzo (de 18C7) se avistaron las fuerzas de Medina con las del Teniente Coronel don Me-
ntón Córdoba ( E l Melitón del c a n t a r ) , en la Villa de Tinogasta que hacía tiempo ocupaba
este jefe nacional con un batallón de infantería y otras fuerzas de Catamarca.
El combate fué breve y favorable a Medina porque Córdoba que era impetuoso y valien-
te se cruzaba a pecho descubierto por frente del enemigo, y en una de las veces que pasaba
recibió un balazo en la cabeza que lo dejó muerto en el acto.
Desde ese instante se desvandaron las fuerzas del comandante Córdoba en todas direc-
ciones, iniciándose una persecución activísima que no dio cuartel a los vencidos.
El Comandante don Luis Quiroga, segundo jefe de Córdoba, el mayor Barcala, jefe del
batallón de infantería, valiente y reputado hombre de « color •» de educación esmerada, y otros
jefes y oficiales fueron tomados prisioneros y más tarde cruelmente fusilados por orden del
chileno Medina, por disposición de quien fué entregada al saqueo la Villa de Tinogasta.
El cadáver del comandante Córdoba se encontró castrado al siguiente día del combate,
y junto con el del comandante Quiroga fueron arrastrados a la cincha de dos caballos y se-
pultado en un médano (830 - 249). l'or eso termina el cantar diciendo:

No tuvieron más consuelo


Que estar juntos sepultados.

Don Manuel Soria, en Fechas Calamar quenas (efemérides del 4 y 9 de m a r z o ) , da la


noticia de la muerte de estos dos jefes y señala el día 9 como el del fusilamiento de Luis
Quiroga, agregando esta n o t a :
CANCIÓN ESO POPULAR DE LA BIO J A 81

98 Antea de t i r a r las línias,


Un cañonazo largamos
Y Y A MARCHAMOS DE FRENTE

Y ya marchamos de frente, —¡ Soy el coronel Medina,


Con gran gusto y alegría. Jefe de la i n f a n t e r í a . . . !
Llegamos al Pozo i Vargas La bala barrió su tropa
Antes de tirar las línias. Y toda la infantería.

El autor de esta obra oyó al respetable anciano don Tomas Cuello, vecino de Tinog&sta,
n a r r a r los últimos momentos de Luis Quiroga ^e esta m a n e r a : En la madrugada del día 9 de
Marao. departían amistosamente entre mate y, mate Medina y Quiroga, de improviso el chi-
leno dice a su prisionero: — t Compañero, acabe ligero ese mate, porque lo voy a hacer afu-
silar ahurita •». El infortunado dejó caer el mate al suelo y fué tal su terror que hubo nece-
sidad de llevarlo en peso al íitio del suplicio; unas viejas taperas de la plaza (Z56 - I -
pág. 90) .
Después de estos hechos del 4 y 9 de marzo, el 26 arranca Várela de Chilecito con toda
la montonera en dirección a San Blas de los Sauces, el 9 de abril llega a las Mesillas y el
10 a la ciudad de La Kioja, a Vargas a medirse con Taboada en las inmediaciones del poso,
que servía p a r a extraer agua.
(98) Me fué dictado este cantar por don Roberto ele la Vega, joven maestro de l a es-
cuela nacional número 71 de Banda Florida (Dto. Gral. Lavalle), en 19?>!).
Trata, como se ve, de rememorar la batalla del Poso de Vargas, ganada por el ejército
nacional, al mando del general Antonino Taboada, contra el jefe montonero Felipe Várela,
en las inmediaciones del referido pozo del barrio de Vargas, el 10 de abril de 1867.
P a r a el mayor conocimiento de este hecho de armas, que felizmente terminó con las mon-
toneras, tomaremos las noticias que sobre el particular da el teniente coronel Reyes,
El S6 (marzo de 1867) el ejército rebelde emprendió su marcha desde Chilecito en direc-
ción a San Blas de Los Sauces (actual Dto. Pelagio B. L u n a ) , llevando de jefe de vanguar-
dia al « chileno •» Estanislao Medina {el Coronel Medina del cantar) que había sido ascen-
dido por Várela a coronel en premio de su fácil triunfo en Tinogasta. Después de cuatro días
de permanencia en los Sauces, continuó su marcha hacia la capital de la provincia, por la vía
de Mazan...
El 9 de Abril, Várela y su ejército arribaba a Las Mesillas (20 kilómetros de l a ciudad)
sin ser todavía hostilizado por las fuerzas nacionales, y en la tarde del día mencionado el
terrible jefe de la rebelión de esta parte del territorio de la Eepública mandó' ejecutar a cu-
chillo a los presos que conducía consigo, comandantes don Fermín Basan y don Vicente Ba-
rros, mayor Barcala, teniente don Balbino Arias y el respetable anciano setuagenario don
Fernando de la Vega, importante vecino de la villa de E amotina...
Al parecer el mirmo día de la batalla, el 10 de abril de 1867, dispuso Várela su marcha
(desde las Mesillas) hacia la capital, llevando a pie la infantería bajo un sol canicular y ab-
soluta falta de agua, hasta el Poso de Bargas, dos kilómetros al norte de la ciudad de La
Eioja, en cuyo paraje el comandante en jefei del ejército nacional, general don Antoniím
'Taboada, lo esperaba con el ejército de su mando formado en línea para jugar la partida al
albur de un combate.
La batalla del Poso de Bargas se inició al las S p. m. del día 10 de Abril de 1867, después
de un tiro de cañón a bala lanzado del ejército rebelde.

Antes de tirar las líneas


un cañonazo largamos.

Que no hizo ningún efecto en las filas legales, y que tampoco fué repetido en adelante
mientras duró la batalla.
La infantería del ejercito del Norte, en número de seis batallones, era casi en su tota-
lidad compuesta de cívicos de Tucumán, entre los que figuraba en primera línea el bata-
llón Mo Colorado, cuerpo aguerrido y bien disciplinado al mando de jefes y oficiales enten-
didos y dos batallones de Santiago del Estero.
El total de las fuerzas nacionales que combatieron en el fezo de Bargas, al mando del
general Taboada, ascendió a poco más de 3.000 hombrea, siendo de infantería las dos terce-
ras partes de su totalidad..,
El ejército rebelde se componía como ya queda dicho, de cuatro mil ochocientos hombres;
mil y tantos de infantería y el resto de caballería con dos piezas de artillería de campaña
(S30 - 254 - 5 - 6 ) . El distinguido escritor y profesor César Carrizo en su artículo La Zamba
de Vargas ( «La P r e n s a » del viernes 1." de enero de 1937), da los pormenores del encuentro, en
esta preciosa p á g i n a :
6- II
82 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

—¡ A la carga, dijo Arguello, Le llegaron con el parte


Militares advertidos... ! Con orden que el jefe daba:
Cuando los quiso buscar, Si encuentran el enemigo
Ya todos habían huido. No se rindiesen por nada.

Y cuando se ha consumado la herbara inmolación envía a Taboada un oficio inaudito,


donde, entre otras cosas, le dice;
—«El día de mañana, a las tres de la tarde, paso con mi ejército a ocupar esa plaga
en defensa de la Constitución de mi patria, la República Argentina, pisoteada por el poder
tirano que la oprime'».
Después agrega: *Lo llamo al campo que V. S. designe para que decidan nuestras armas
de nuestras suertes, en lucha leal y honrosa, Y si a pesar de esta advertencia iiisiste V. S. en
no desalojar esa ciudad para evitar los horrores de la guerra, debo manifestarle, como es mi
objeto al dirigirle ésta, que hago a V. S. responsable ante Dios y la patria de las consecuen-
cias del combate •».
Por toda contestación el general Antonino Taboada le espera -al día siguiente con sus
3.000 soldados junto al Pozo de Vargas. Son las doce del día. Los adversarios están frente
a frente. La montonera empieza a sentir el tormento de la sed, y ansia cuanto antes jugar la
partida para apoderarse de la represa que ahí, rodeada de cardones, retamas y tuscas, es-
pejea su agua profunda y clara. Pero Felipe Várela quiere evitar el combate y envía dos par-
lamentarios con proposiciones que Taboada rechaza. Y cuando las palabras huelgan, la mon-
tonera dispara un tiro de cañón y lanza su caballería al mando de Sebastián Elizondo y
Severo Chumbita en una carga sonora y fulgurante que arrolla a los jinetes santiagueños, lan-
ceando al jefe mismo, comandante Albornos, que muere como un paladín de las gestas anti-
guas. Es que aquella carga ha sido una tromba de gritos, de relinchos, de galopes, de sed,
de ponchos en revuelo, de lanzas y guardamontes, empujada por un viento de rabia y de co-
raje. Y tan impetuosa y bárbara, que los centauros han ido a acortar la rienda más allá de
su eampo.
Y por la ancha picada que abre la caballería, Várela, en un ataque a la bayoneta avanza
sus infantes que van a estrellarse en las milicias de Taboada, sobre todo en ese « Batallón
Río Colorado > que los fusila a quemarropa.
Los detalles terribles, los episodios romancescos se suceden en los dos bandos. Hace dos,
tres horas que aquel drama fraticida, aquella masacre espantosa no termina. Los jefes adver-
sarios mismos, están desconcertados. ¿Hacia dónde se inclina la victoria? En eso, Várela que
ha quedado de a pie por haberle matado el caballo, se salva gracias ai arrojo y abnegación
de su asistente que le cede el suyo. Y he aquí lo romántico: este asistente que durante la ba-
talla pelea al lado de su jefe y le alcanza los chifles con agua, es una mujer: la Dolores Díaz,
de sobrenombre La Tigra. Amante fiel, y tan guapa como la Delfina de Pancho Ramírez,
acompañaría después a su hombre en la retirada hasta las estribaciones del Velazco, para des-
pués, cambiando la indumentaria de gaucho, volver a la ciudad por los callejones de Cochan-
gasta y encerrarse en su casa.
Taboada a su vez, que desde un collado otea y dirige la batalla con u.no impasibilidad
de bronce, resuelve al fin bajar a la palestra, al advertir que el triunfo se le escapa por mo-
mentos. Ha empezado el desconcierto en sus filas; y al desconcierto va a seguir el pánico. Sin
caballería, sin artillería, los pocos infantes que le quedan hacen esfuerzos sobrehumanos fren-
te a la montonera que renueva sus ataques con rabia, como el mar b-ate el acantilado. Los mo-
mentos son angustiosos. Si en esos minutos del trance, la caballería de Elizondo y de Chum-
bita vuelve grupas, todo habrá concluido. Pero estos bárbaros, en su arremetida sin freno,
se encuentran con el parque del adversario, y prefieren el fácil botín a los laureles del campo
de batalla. Taboada, que lo ha advertido, corre entonces a ponerse al frente de sus soldados.
Pero las municiones se acaban y un vasta silencio empieza a extenderse sobre el escenario
de la lucha; un silencio trágico, turbado sólo por el lamento de los heridos que se arrastran,
sedientos, por entre las pencas y jarales buscando el agua del Pozo de Vargas.
¿Qué piensa Taboada frente a la inminente derrota? Manda formar cuadro. Se quita la
casaca de general. Se arremanga los brazos. Toma una lanza; y antes de ordenar el último
ataque a la bayoneta, tiene una inspiración sublime: un relámpago ha pasado por su cerebro.
Quiere tocar el corazón de sus soldados donde hay santiagueños, tuoumanos, eatamarqueños y
hasta una falange de riojanos mandados por el doctor San Román. Les va a hablar del te-
rruño nativo, de la viña, de la higuera doméstica, de los naranjos y quebrachos; les va a ha-
blar de la madre y de la novia, de la esposa y de los hijos; y a través de estas imágenes bien-
amadas les va a hablar de la patria. Y ordena a la banda lisa del batallón de eatamarque-
ños que manda el comandante Brisuela, que ejecute una zamba. Y suena el aire gemebun-
do, la danza cadenciosa, la tonada fiera y triste, brava y lánguida, con todos los recuerdos
de la querencia, con todos los dejos de la tierra y de la raza. Al oiría, los soldados, como a
impulsos de una fuerza mágica o al conjuro de una voz de lo alto, se reaniman, se emocionan,
se embravecen. Los yacientes se incorporan. Los moribundos piden unos minutos más de vida
para oír las dianas victoriosas. Algunos jinetes dispersos vuelven grupas. Estallan los ¡vivas!
CANCIÓN ESO POPULAS DE LA EIOJA 83

99 Estando ya en El Condado,
Al punto de medio día,
EL DÍA DOCE DE MAYO Llegó al campo la noticia
Que el señor Charra venía.
El día doce de mayo Luego de llegar el parte
Yo me ausenté de mi tierra, Que la comisión mandaba,
Juntamente mi familia, Supimos que el enemigo
Por andar en la earrera. En las Bateas se hallaba.
Salimos de Guandacol Y luego llegó un bombero,
Con gran gusto y alegría. Muy elarito nos decía:
Fuimos a tirar las riendas —Ya se están atrincherando
Al punto de la Resina. Todas las infanterías.
Salimos de la Resina Ya salió la descubierta
Con mayor gusto y esmero. Con orden que el jefe daba:
Tiramos de nuevo riendas Si lo encontraban a Charra
Al llegar a Cerro Negro. No se rindiesen por nada.

a la patria, y los desafíos e improperios que hieren como cuchilladas. Y- todos, con Táboada
al frente, y al ritmo de la samba milagrosa, atacan y la victoria se decide por sus huestes.
Derrotado Várela en Poso de Vargas, el genera] Taboada permaneció algún tiempo m á s
en La Rio j a p a r a que la provincia retomara el ritmo legal de vida y se retiró recién en los
primeros días de mayo con rumbo a Santiago del E s t e r o . . . No duró mucho l a ausencia por-
que como no había disuelto toda la montonera, ésta se volvió a organizar y cometió las tro-
pelías que veremos en el cantar siguiente.
Taboada avanzó desde Catamarea el 2 de julio y entró en L a Bioja al cumplirse dos
meses del triunfo de Vargas. Várela huyó a Chilecito por la escabrosa cuesta de Sigú, pero
el teniente coronel José del Carmen Maldonado alcanzó en « P u n t a '1 A g u a » a la retaguar-
dia montonera y la derrotó y dispersó pero no la ultimó.
Luego de sacar por segunda vez al montonero Várela, el general Taboada dejó L a Bioja
y refiere el teniente coronel Reyes, a quien seguimos en esta reseña, que:
La fuerza que combatió en la « P u n t a del Agua », al mando del comandante Maldonado,
tomó al enemigo una bandera con la siguiente inscripción: « / Viva él batallón rioj-ano! ¡ Cons-
titución o muerte! ¡Viva el ñustre general don Justo José de Urquiza!... ¡Abajo los negre-
ros traidores a la patria!*
Esa bandera se la llevó el general don Antonino Táboada a Santiago del Estero junto
con los dos cañones tomados en la batalla del « P o s o de Bargas», como trofeos del ejército
de su mando.
Y no solamente banderas y cañones se llevó de La Bioja el ejército « Santiagueño >, que
obedecía a las órdenes del mencionado general, sino que arreó (esta es la verdadera p a l a b r a )
con todo aquello que fué de fácil transporte hasta su provincia, como animales vacunos, ca-
ballares, mulares y yeguarizos; asnal, ovino, éabrío y porcino; trebejos y utensilios e/n gene-
ral, como ollas de fierro, planchas, azadones, pavas, teteras, parrillas, trébedes, frazadas, co-
bijas, lana de colchones y almohadas; y hasta hombres, mujeres y niños, que fueron condu-
cidos con esposas y grilletes al presidio del « Bracho •», sobre el Bío Salado, en el territorio del
Chaco Santiagueño.
Y agrega en una n o t a :
Entre las numerosas personas de las diferentes clases sociales que el general don Anto-
nino Taboada dispuso fuesen trasladadas al presidio del «Bracho », porque habían simpatiza-
do con la causa de la montonera, se encontraban las siguientes: don Jacinto Minean, don Eme-
terio González, don Bamón Gil Iturbe, don Bamón Navarro, don Francisco ligarte, fray Bu-
fino Barrera, lego del convento de la Merced, don Baltasar Torres, Dolores Díaz, Fulgencio de
Contreras, Dolores Andrade, Dolores de Vargas, Micaela Ábrego, Basilio Silva, estos dos úl-
timos fueron azotados por haberse fugado del fortín Libertad (230 - 269).
Después de leer estas noticias del historiador riojano se comprende fácilmente el porqué
pudo vivir en la tradición de la ciudad de L a Bioja el cantar N.° 90.
(99) Este cantar me fué dictado en Guandacol por don Javier Ahumada, en 1940.
Se refiere a los combates de El'Durito y Ciénega Bedonda (entre Villa Unión y Villa
Castelli), librados entre las tropas del jefe del ejército nacional, comandante Martiniano
Charras contra la montonera encabezada por Felipe Várela el 5 de junio de 1867.
Ya dijimos al t r a t a r del cantar anterior que el general don Antonino Taboada se había
retirado de La Eioja sin haber anulado el poderío de Felipe Várela, como pudo hacerlo eomo
consecuencia de su victoria en el Pozo de Bargas o Vargas (el 10 de abril de 1867). Este
84 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

Ese coronel Medina, Con el resto de la gente


Dueño de la artillería, Para que alce los infantes.
Daba valor -a su gente
Y a toda la infantería. —¡ A la carga, a la carga!
Manda Medina.
Ya salió la descubierta Yo no temo a las balas
Con orden que el jefe daba.- Ni al « Seis de Línea ».
Si lo encontraran a Charra
Que no se rindan por nada. Ese Coronel Medina
Manda con toda porfía
Ya salimos de « El Condado: Que prendan fuego a los cercos
Y pasamos a la playa A ver si así no salían.
Allá se tiran las líneas
Con orden que el jefe daba. Al cuento de la pelea
Más valiera no contarle:
El Jefe entonces envió En la Ciénega Redonda
A Yáñez, a su ayudante, Se vieron caras mortales.

grave e i t o i en un general de la Nación tuvo sus tristísimos resultados p a r a L a Kioja que


pagó con la sangre de ilustres hijos y robles padres de familia cuando no de militares pun-
donorosos la ligereza del jefe santiagueño.
Como en los casos anteriores tomaremos los datos para ubicar este cantar en el tiempo
y en el lugar, del Bosquejo Histórico, del teniente coronel Reyes.
Al poco tiempo que tuvo lugar la batalla de San Ignacio (en San J u a n el 1.° de abril
de 1867), el mencionado comandante Charras fué desprendido desde la ciudad de San Juan
en operaciones sobre La Rioja, trayendo bajo sus órdenes cien guardias nacionales de caba-
llería 'pertenecientes al regimiento Norte de la frontera de Buenos Aires, que comandaba el
coronel don Plácido Lopes; y el bizarro batallón San Juan, en número de S00 piusas escasos,
cuyo cuerpo al mando del teniente coronel don Rómulo Giuffra y posteriormente al de igual
clase don Belisario Liendo, había combatido con gloria en la cruenta campaña del Paraguay
y brillante batalla de San Ignacio.
El comandante Charras avanzó con la fuerza de que disponía hasta la población de «El
Durito », en el departamento de Vinchina, en donde encontró al enemigo el 5 de junio, ini-
ciándose un combate que obligó a retirarse á las fuerzas de Charras con pérdida de algunos
hombres, molestado de cerca por aquel en un trayecto de quince kilómetros de distancia, hasta
la «Ciénega Redonda», en cuyo paraje continuó nuevamente el combate, que hoce alto
honor á las tropas que pelearon en él á las órdenes de tan valiente jefe, con éxito dudoso,
porque Charras, agoladas todas sus municiones, se retiró á Guandacol, llevándose los muertos
y heridos de su fuerea. contándose entre los primeros al distinguido capitán don Marcos
Gómez, del bizarro batallón San Juan, y Várela se retiró deshecho y en dispersión al «Altillo-»
y de ahí á Vinchina á organizar nuevamente sus tropas.
El combate de « El Durito » o « Ciénega Redonda », como indistintamente es conocido, es
una gloriosa acción de guerra para él entonces teniente coronel don Martiniano Charras, cuya
reputación de bravo y denodado jefe en él arma de caballería dejó bien acreditadas en las
fronteras de la República, en su lucha contra el salvaje como jefe en la frontera Sud
de Santa Fe y Norte de Buenos Aires o en los combates de la guerra civil, á la que había
concurrido formando parte del ejército de esta última provincia en sus luchas por la orga-
nización nacional.
Las tropas que á sus órdenes combatieron en el « D u r i t o » y « Ciénega Redonda », tuvie-
ron que batirse al arma blanca con un enemigo muy superior en número, porque sus municio-
nes, que no eran muy abundantes desde que se inició la campaña, se habían agotado en una
lucha tan porfiada, con un adversario que contaba con un batallón en que formaban más
de ZOO extranjeros, bien disciplinados y mejor armados y municionados.
El jefe expedicionario á los departamentos de Guandacol y Vinchina se dirigió, sin ser
molestado en adelante por el enemigo, por la estancia de « Mas », en donde pernoctó á pocas
leguas de la * Ciénega Redonda», y de aquí á la Villa de Guandacol, para continuar después
su marcha hasta ¡a Villa de Jachal, y reunirse en este punto con los comandantes Irrasábál
y Vera.
Mientras tanto Várela, que ya tenía conocimiento del arribo de los jefes Linares y Ba-
rros con sus fuerzas respectivas al pasaje de «Miranda*, apresuró su reorganización y em-
prendió de nuevo su marcha una ves impuesto de la retirada de esos departamentos del co-
mandante Charras; y á los diez días después del combate del «i Durito» se batía con las
fuerzas de los mencionados jefes en el paraje indicado, obteniendo aquél un fácil triunfo y
éstos una sangrienta derrota {€30 - 264 y 265).
Repárese que la última estrofa del cantar anterior se repite en éste (7." e s t r o f a ) .
CANCIONERO POPULAS DE LA MIOJA 85

¿De qué le serviría a Charra 101


Que traiga gente de línea,
Si en la Ciénega Redonda POBRE ARGENTINA, ¿QUE HAREMOS?
Me lo derrotó Medina?
Pobre Argentina, ¿qué haremos?
Nos mandan en comisión Con un desafío cruel,
De entrar al Paso de Lamas, Que grita el bravo chileno:
Y encontramos la noticia Allá nos vamos a ver.
Que se fueron por Alaya.
GLOSA
100
ESE C H O L O M A N D A R Í N

Ese cholo mandarín


Es cobarde en su defensa;
En urdir tanta mentira
No conoce la vergüenza. O'Higgins, bravo chileno,
Y el general San Martín
Ese canalla indecente Les dieron la patria al fin,
En la trinchera se entró. Se hicieron reconocer.
Levantaron la bandera Y ahora ¿ con qué nos pagan ?:
Y un ¡ Viva Chile! se oyó. Con un desafío cruel.

(100) Así como en J u j u y encontré cantares de tema boliviano, así me ocurrió de en-
contrar cantaros de tema chileno en mi búsqueda por las zonas occidentales de Salta, Catamar-
ca y L a Kioja, tal es el caso presente.
Este cantar me fué dictado en Villa Unión por don Agapito Páez, hombre de 70 años.
Me refirió que el cantar era más largo y que lo decía un peruano cuando él era muchacho,
por eso infiero que el cantar fué introducido allá por 1883, cuando estaban en conflicto
Chile y Perú. También, agregaba Páez, había una hoja impresa con estos versos.
(101) Me fué dictada esta glosa en la ciudad de L a Ríoja por don Anacarsis P á e z
Dumeaux, en 1938, Dumo, como le dicen los riojanos, es un hombre ilustrado natural de El
Condado, donde aprendió el cantar cuando joven.
El tema de esta glosa es el mismo de las canciones Nos. 64 y 65 del Cancionero Popular
de Salta, Nos. 21 y 22 del de Catamarca, y 209 del Cancionero Popular de Tucumán, esto
es, el de la guerra con Chile, que felizmente no pasó del grito de alarma.
El historiador de nuestro país, doctor Ricardo Levene, ha t r a t a d o el tema con precisión
y claridad en las distintas fases del litigio que resumimos aquí:
El tema en litigio fué el trazado del límite de ambos países ya tratado por nuestra canci-
llería en el Gobierno de Rosas y se suscitó de nuevo el conflicto años después. En 1881
se negoció el tratado —con la mediación de los Estados Unidos— por virtud del cual ambos
países se comprometían a resolver amistosa y dignamente la controversia, acordando que la
Cordillera de los Andes era el límite de norte a sur hasta el grado 52. y terminaba por lo tanto
la discusión sobre los indiscutibles títulos argentinos relativos a la Patagonia. A su ves,
como compensación, la Argentina reconocía a Chile la mitad de la Tierra del Fuego, islas
adyacentes y costas del estrecho. Seden en 1888 se firmó la convención adicional, para llevar
a cabo la demarcación en el terreno. En c\tanto los peritas dieron comienzo a su labor,
surgieron nuevas y gr<tvcs disidencias que plantearon por segunda ves la posibilidad de
un conflicto armado. Pero en 1893, se firmó -wn protocolo en el que se resolvían las cuestiones
de demarcación en Tierra del Fuego, las facultades de las comisiones, la relativa al punto de
partida de la demarcación en la Cordillera de los Andes, y la posibilidad de que existie-
ran tierras argentinas en las costas del Pacífico.
Habíase resuelto, sobre todo, la divergencia de opiniones entre la teoría del perito
chileno de «divortium aquarum», o de «investigar en el terreno la línea divisoria de las
rayas hidrográficas tributarias del Atlántico y del Pacífico, para fijar en ella los hitos
divisorios », y la del perito argentino que afirmaba que dicha interpretación no era la co-
rrecta, del tratado de 1881. sosteniendo que la frontera de demarcación era la cresta de los
Andes, de donde la línea divisoria no podía apartarse. En efecto, el protocolo de 189S, esta-
blece el cruzamiento de ríos, por la línea que continúa las cumbres de la Cordillera y por lo
tanto, descartaba la teoría del divorcio continental. En 1898 se celebraron nuevas conven-
ciones, y en lugar de resolverse, el pleito con Chile se compiicó, pues la opinión argentina
asocióse con la del Perú, estado que tenía ya grave cuestión pendiente de Tacna y Arica,
perdidas en las guerra del Pacífico.
La decisión personal del presidente-soldado, que lo era el general Julio A. Poca, salvaron
los inconvenientes o hicieron la paz. Esta paz « es la victoria final de un carácter y de una
86 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

Si por el Perú y Bolivia Y vean sus desengaños,


Vive soberbio el chileno, Que todo abasto desean:
Así hacen a la Argentina, Y a los pobres argentinos
Que nos consideran ciegos. Ni el moño se nos menea.
Mejor será que trancemos;
Amigos ¿qué les parece?
Que más tarde no les pese 102
Cuando andemos e igualemos,
Y oigamos el ¿para qué? SANTO, LE DICE GONZÁLEZ
Que grite él travo chileno.
Santo, le dice González,
¡ Oh, Chile no te equivoques! Si por haberte tenido
No por que tengas dinero Conmigo en casa y vestido
De pasar a la Argentina Para tu grande función,
Si tienes que mudar cuero. Para tus íiestas anuales,
¿O te piensas el tomarla Sin esquivar sacrificio,
Como un trago de cerveza? Merezco algún beneficio,
Te ha de doler la cabeza Hazme ganar la elección.
Del susto que has de tener,
A ver si el tigre es overo, Yo te ofrezco ingenuamente,
Allá nos vamos a ver. Si me mandas al Congreso,
DESPEDIDA Darle cuerda a la sin güeso
Pobre argentinos ¿qué haremosf
La guerra se viene encima,
Porque Chile se nos entra
Con el labio en la Argentina. Para que vaya con tiempo
Yo los veré cuando opriman A terminarte tu templo
Y esto dure unos cuatro años, Hazme ganar la elección.

alta inspiración patriótica, cuando colocado aquel presidente en la ruda alternativa de


optar entre la guerra y la paz, no vaciló mucho tiempo y más que la sangrienta gloria de
la matanza y la miseria de dos grandes naciones, lo decidió la gloria más duradera y posi-
tiva de la paz.. .
Por las negociaciones y los pactos de mayo de 190S, en los que convenimos con Chile la
limitación de armamentos navales, la equivalencia de las escuadras y un tratado de arbi-
traje general, nos retiramos de la cuestión del Pacífico, entre el último país y el Perú, en
la que no éramos parte.
Restablecida la calma, o los pocos meses, en noviembre del mismo año de 190$, el rey
Eduardo Vil fallaba el litigio de límites argentino-chileno. Desde entonces quedó enteramente
reanudada la tradicional amistad de la Argentina con Chile, que jamás había sido afectada en
su esencia (158 - I I - págs. 557 y 559).
(102) Dictada por doña Eulogia Avavay en Sanagasta en 1938.
Es una sátira al sabio jurisconsulto y acaso el más eminente escritor argentino, doctor
Joaquín V. González, compuesta quizás con motivo de la campaña electoral que lo consagró
senador nacional en 1907.
Don Agenor Quinteros, en sus Rimas de Calaucha, compuso innumerables cuartetas sati-
rizando el gobierno del doctor González, allá por 1890 (SS9 - 57), pero no podemos decir
si él fué el autor de estas octavas. Calaucha satiriza al doctor González en el gobierno de
la provincia (1888-1891), en tanto que el autor de nuestro cantar trata al hombre público
como candidato a una banca en el Congreso.
El templo, como dice el cantar, hoy Catedral, dedicada a San Nicolás de Barí, fué
comenzado a construir en 1899; la piedra fundamental fué colocada el 2 de abril de ese
año de 1S99. Su inauguración tuvo lugar el 29 de junio de 1912 {IOS - Til - N.° 1 - pág. 13).
Por los últimos versos del cantar,
Para que vaya con tiempo
A terminarte tu templo,
Hazme ganar la elección,
Inferimos que debe provenir, quizás, de la campaña electoral que lo llevó al Senado de la
Nación, por el término de 1907-1916 (184 - I - pág. 33).
CANCIONERO POPULAR DE LA BJOJA 87

103 104
EN EL AÑO DE OCHOCIENTOS CAYO U N PERUANO A VINCHINA

En el año de ochocientos, Cayó un peruano a Vinchina,


Sucedió el noventa y cuatro, Hombre pillo y educado.
Un temblor fuerte y fierazo Para hacer su capital
Que daba temor y espanto. Se puso a pedir fiado.

Era todo un mar de llanto Cuando el CUÍCO hizo tropita


Que daba temor de ver; De muías y de caballos,
Hombres, niños y mujeres A nadie le daba medio
Ya no sabían qué hacer. Sino dulzuras v engaños.
Unos decían: ¡El Juicio!
Otros, que un volcán se abrió. 105
Y la Iglesia del Rodeo
A siete hombres apretó. LA NOCHE DEL VEINTITRÉS

Desde Mendoza a San Juan La noche del veintitrés


Tal fué el castigo de Dios, Del glorioso mes de mayo,
Que no se pudo hacer cuenta Como una especie de rayo
De las almas que llevó. Se produjo un gran tropel.

(103) Me fué dictada en Chilecito, por doña Carmen Páez de Miranda, en 1939. Se
refiere, como dice la primera estrofa, al temblor de tierra ocurrido en 1894, y que hizo
estragos en La Rioja, San Juan y Mendoza.
El presbítero doctor Juan Carlos Vera Vallejo da alguna noticia de los destrozos pro-
ducidos por el temblor del 94, en la ciudad de La Rioja; en efecto, al hablar de la reedifi-
cación del templo donde se veneraba a San Nicolás de Barí, dice:
Es el templo grandioso que próximo a su terminación y habilitado en una de sus naves
donde San Nicolás tenía ya su sede en 1887, por inescrutables designios de Dios recibió
el horrible sacudón de aquel terremoto de 1894 que lo inutilizó para siempre, reduciéndolo
en parte a escombros y agrietado el resto de su fábrica en la forma que hoy día nos es
dado apreciar en las ruinas todavía intactas y que nadie se ha atrevido a demoler {105 -
I I I - N.° 1 - pág. 12). Véanse estas ruinas en la Lámina V I I I - 2.
(104) A este cantar lo recogí en Vinchina, lo sabía el distinguido vecino de esa villa,
don Antonio Varas, fallecido no ha mucho. Me refería el señor Varas que esto? versos son de
los años 1880 a 1885. Cuíco, es el apodo que se daba en el norte de nuestro país al peruano;
por lo común al hijo del pueblo. Es voz quichua y su verdadero sentido es el de significar ana
avispa negruzca. Quizas porque los peruanos son de baja estatura, por lo regular, les cupo
bien este mote y se generalizó tanto que fué usada en todo el Tucumán durante las guerras
de la Independencia,
(105) Dictado por doña Eulogia Avayay en Sanagasta, en 1938.
Estas tres décimas se relacionan con la revolución del 23 de mayo de 1898, encabezada
por el doctor Marcial Catalán, que derrocó de su tercer gobierno a don Francisco Vicente
Bustos.
Dice a este respecto don Carmelo B. Valdés:
Bustos (don Francisco Vicente), volvió por tercera ves al poder (la primera vez coincidió
con la elevación del general Julio Argentino Moca a la presidencia de la República), hasta que
la revolución, el 24 de mayo de 1898 lo desalojó, precisamente en vísperas del nombramiento
de su sucesor.
El doctor Marcial Catalán, jefe del movimiento, asumió el mando, para luego, y me-
diante las providencias de la intervención federal, trasmitirlo a manos del señor Pedro A.
Capdevila, que era a quien le correspondía, como presidente de la Legislatura.
De estas circunstancias surgió el gobierno del doctor Leónidas Carreño, y precisamente
en vísperas de ser nombrado el señor Antonio P. García por el colegio electoral ya reunido al
efecto en la capital. (La Nación del Centenario de 1910, pág. 373, eolum. 3).
El doctor Marcial Catalán, en su libro Vida institucional de La Rioja, y don Benjamín
Alanis Plaza, en sus Apuntaciones Históricas de la Revolución de La Rioja, 23 de mayo de
1898, especialmente el áltimo, dan preciosos pormenores de este acontecimiento.
88 JUAN A L F O N S O C A R H I Z O

E r a n veinte hombres de pie E n cuanto oyó estas razones


Equivalentes a mil; A Bustos le fué a avisar.
Empuñaban el fusil.
Combatiendo con razón P a r a que salgan de dudas
La crítica situación También les voy a contar:
Sostenida por u n vil. La mujer que llevó el chisme
F u é la « Lagaña Pilar ».
E n ese momento mismo
Todo el público decía:
¡ Abajo la tiranía! 107
¡ Abajo todo el bustismo!
Y con mayor patriotismo ATIENDAN, SEÑORES MÍOS
Voluntarios concurrían:
Jóvenes que armas pedían
P a r a luchar como hermanos Atiendan, señores míos,
Contra los crueles tiranos Cogollitos de cedrón,
Que unos reyes se creían. Digan si han pasado sustos
Cuando aquí llegó el temblor.
Cinco minutos bastaron El día doce de abril
Para voltiar el poder, No hallábamos qué pensar:
Y con inmenso placer Unos decían ¡ el Juicio!
Al caudillo lo tomaron. Los vinchinistas, Volcán.
Varios cantones formaron
Dentro de la población. El día 12 de abril
E l pueblo tuvo razón De mil novecientos nueve,
Para gritar sin cesar: Tapias y casas cayeron
¡Viva Roca, el general! P o r la tierra que se mueve
¡ Viva la revolución!
La sierra siguió temblando
Y un gran ruido por el aire.
106 Los Carreños y Colinas
Avisan a Buenos Aires.
U N VIERNES POR LA MAÑANA
También se pidieron carpas,
Diez mil pesos en dinero
Un viernes por la mañana, P a r a los damnificados:
Víspera de Navidad, Regalo que hizo el gobierno.
Le armaron revolución
Los vargueños a Brandan.
Las carpas fueron venidas
P a r a cubrirse del hielo,
E n casa de J u a n Molina Porque en Jagüel y Vinchina
Se j u n t a n como a chupar. No había más techo que el cielo.
Resfaló Carlos y dijo:
•—« A Bustos voy a matar ». Ya pasó para Jagüel
La limosna con. su fin,
Va pasando una mujer Y toda ella fué- a p a r a r
Y entró como a pasear. A los hermanos Martín.

(106) Este cantar me fué dictado por don Domingo Castro, en Vargas, en 1938.
Castro tenía entonces 52 años y aprendió el cantar oyéndolo a don Miguel Gordillo, viejo
cantor de Vargas.
Trata, como se ve, de los prolegómenos de la revolución que derrocó al gobernador don
Francisco Vicente Bustos, el 24 de mayo de 1898.
(107) Me fué dictada en Villa Unión, en 1939, por don Juan Zenón Castro. Castro ea
hombre de 49 años, sabe leer y escribir.
CANCIO NEBO POPULAR DE LA MIOJA 89

107-a Entonces la autoridad


Llamó a los desavenidos,
DISTINGUIDA SEÑORITA Y así, en amistad de amigos,
E l asunto terminar.
Distinguida señorita,
Verde cogollo i cedrón,
Digamé si tuvo susto
Cuando aquí llegó el temblor. Todo el pueblo de Pituil
Esta demanda p l a n t ó :
E l día doce de abril Que una toma se le abrió
De mil novecientos dos, Y la querían impedir
Un temblor tan grande que hubo Porque no supo existir
A La Rioja no llegó. Esa desdichada toma.
Tal negativa ocasiona
De las cuatro pa' la cinco A Pituil tanto perjuicio,
No hallábamos qué pensar: Que por eso se dio aviso
Unos decían: el juicio, P a r a poderlo prohibir.
Otros decían: Volcán.

108 E n eso la autoridad


Quiso saber los arreglos,
SEÑORES, DEBEN OÍR Y Pituil y el pueblo entero
No le negó la verdad,
Que pretendían quitar
Señores, deben oír, A Pituil todo derecho,
Voy a cantar el misterio. Que Chañar Muyu a despecho
Querían hacer arreglo Roba el agua que es ajena,
Chañar Muyu con Pituil, Y así, sin ninguna pena,
Pituil quería seguir Dueña del agua se ha hecho.
El arreglo que tenía.
Chañar Muyu no quería
Aceptar nuestra propuesta.
Y quería por su cuenta La autoridad ordenó
Nuestra mejora impedir. Que se borrase la toma,
Y para evitar más bromas
Su comisario mandó.
Nosotros no le quisimos El, entonces presenció
Atender esos caprichos. Hasta que quedó borrada.
Buscamos los requisitos Chañar Muyu así ordenaba
Legales para arreglarnos; Que no tocaran el río,
Y a la autoridá apelamos Y así le quedó prohibido
A ver si podía arreglar. A Pituil el beber agua

(107-a) Me fué dictada esta versión del cantar anterior en Santa E i t a de Catuna
(Dto. General Oeampo), en 1940, por don Isaac Quintero, quien, a su vez, lo había aprendido
a un tío suyo.
El reíerido señor Castro me dijo también que los hermanos a que alude el cantar eran
don Emilio y don Lázaro.
En esos añoa gobernaba L a Rioja don Leónidas Carreño. Oigamos lo que dice don Car-
melo B. Valdés:
También en el segundo año de su período hubo un terremoto que destruyó las poblaciones
del Valle de VincMna y {el gobierno) como el doctor San Román (Guillermo), consiguieron
que los poderes públicos de la nación concurrieran con importantes subsidios al socorro de los
damnificados (La Nación del Centenario de 1910, pág. 373).
(108) Esta versión del famoso Cantar de la pelea de Chañar Muyo con Pituil, la he
tomado del cuaderno de don Melitón S. Páez Porra, en Safiogasta, en 1939. Páez P o r r a la
había aprendido y copiado en la ciudad de L a Bioja, en 1919.
Como lo dice la décima 12-a, el hecho de sangre se produjo en Chañar Muyu, el 21 de
enero de 1919. El cantar fué muy conocido. Me dijo que anduvo impreso en u n pliego suelto.
90 J U A N A L F O N S O C A £ B I Z <o

6 11
También les puedo decir Antes de salir el sol
Que esto no es para p r i v a r : Comenzamos el trabajo,
La toma se hizo borrar, Cuando de arriba y de abajo
Llovían balas con rigor;
Ellos la vuelven a abrir.
Entonces vamos a ir Y nosotros con valor
A denunciarlos allá, No perdimos el sentido,
'N la Municipalidad, Y así mesmo dirigimos
Donde fueron denunciados, P a r a hacer nuestra defensa.
Y fueron notificados Nunca se ha visto como ésa
Que el teniente haga firmar. En la Puerta 'el Potrerillo.
12
7
F u é el veintiuno de enero
E l teniente de improviso De mil, nueve, diecinueve,
Toma esta resolución. Que esta desgracia sucede
Lee la notificación E n t r e nosotros primero.
A Patrocinio Carrizo. E n los años venideros
Al oírla, éste le dijo ¿Quién sabe lo qué suceda?
Con calma y serenidad: Por las victorias se espera
—« Aquí no hay autoridad, Qué será una otra batalla.
Ni menos en Famatina, Con capricho trabajaba
Y la que este pueblo estima En una toma privada.
E s la de la capital ».
13
8 L a v e r d a d la dirá el juez.
Ahora voy a contar L a defensa es permitida
Lo que dijo Patrocinio: Siempre que fué la partida (Sic)
Que él estaba en su dominio La ocasión hace al peligro (Sic)
Y se haría respetar, Que sin pensar cometimos
Que si alguien lo iba a buscar P o r lo que esto fué u n a falla
A hacer reclamo del agua, Aun cuando muy bien nos v a y a
A él no le importaba nada Todo el mundo ha de saber
No yéndolo a provocar, Causa de ello vino a ser
Y si agua iban a buscar Que ocasionaron batalla.
Correrá sangre rosada.
14
9 P o r eausa de Chañar M u y u
Estamos en el suplicio,
Como Pituil perecía, Y hasta ahora no hay aviso
Esta población salió Que nos desaten el yugo.
A ver si se podía o no Esperando que a los suyos
Conseguir lo que quería. Les llegue el mismo sentido,
Pues tanta falta le hacía
Porque nosotros lo hicimos
Lo que nos querían quitar,
Sin tener preparación,
Nos fuimos a trabajar
E n esa toma prohibida. Que les llegó la ocasión
Casi nos costó la vida Y se cortaron los hilos.
Y aquí lo voy a probar. DESPEDIDA

10 Al fin les podré decir


Lo que jamás ha pasado,
En la Puerta 'el Potrerillo, Que siendo t a n hermanado
En una toma prwada, Chañar Muyu con Pituil,
Ocasionaron batalla Vino este golpe por fin
Y se cortaron los hilos, Que ninguno lo creía.
Sepárese que este cantar termina en glosa con finida. Acaso sea ésta la última glosa
hecha por los poetas del pueblo en La J
CANCIONERO POPULAR BE LA MIOJA 91

Champurrear esto quería; E n seguida vino « El Quince »


Disculpen, pues, los oyentes, A cumplir con su deber,
Y así, todos los presentes A llevarse este muñeco
Perdonen esta porfía. Con vestido de mujer.
Al ir a la policía
109 Cuando ya todo cesó,
El abuso de Paredes
LA NOCHE DEL SEIS DE MARZO Un fuego vivo inició.
La noche del seis de marzo Murió Torres, murió Gómez,
G r i t a r o n : ¡Revolución! Que nunca hemos de olvidar,
Y al estallar u n a bomba Y murieron por la patria
El ataque principió. Defendiendo su ideal.
Y luego en la Guardia Cárcel Todo ha quedado en silencio,
Un tiroteo se sintió, Todo en silencio quedó,
Y los agentes rendidos Y José López González
Rindieron el pabellón. Quedó de Gobernador.
E n t r ó Silva con coraje i Qué viva López González,
Y Alem y Oyóla con él, Con el fusil en las manos,
Hicieron rendir la guardia Como u n soldado valiente,
Y al centinela también. Como u n Facundo en Los Llanos!
Luego fueron al gobierno ¡ Adelante los que q u e d a n !
Buscando al « Hombre ideal >, Es la consigna a seguir
P a r a darle una azotada j Adelante nuestro jefe
Y enseñarle a gobernar. Don Francisco B a i g o r r í !
E l hombre fué muy ligero, Somos « principistas »,
Y así se pudo escapar No hemos de n e g a r :
E n u n terreno baldío A sangre y a fuego
Dentro de u n cañaveral. Debemos triunfar.

HISTORIAS FABULOSAS Y CABALLERESCAS


110 Y u n ejército de moros;
A UNA CIUDAD ME DENTRE También formaron u n coro
En" que la vieron distante :
A una ciudad me dentré Brillaba como u n diamante
Porque supe claramente Adentro una jaula de oro.
Que se embarcaba la gente,
Y al punto que yo llegué Catorce años la siguieron
Ya vi la gente formada, P o r gozar de su h e r m o s u r a ;
A una iglesia colocada Se vieron en t a n t a altura
Rodeada de artillería; Que por perdidos se dieron.
P o r dentro resplandecía
U n a princesa enjaulada. Perdidos entre raudales,
La sacaron de los mares,
Y de allí se la h a n sacado L a entraron en una iglesia.
Sin que.nadie lo sintiera; Se vido tanta grandeza
Formaron u n a bandera Con sus ojos de cristales.
(109) Este cantar popularísimo en la ciudad de La Eioja, me fué dictado en 1938
por don Ramón Lorenzo Duarte, caballero riojano, que participó en la revuelta del 6 de marzo
de 1924
(110) Estas décimas me fueron dictada» por don Pablo Juárez, en Guandacol, en 1940,
Juárez las aprendió a guitarreros de Hornillos, hoy Villa Unión. Parece que se tratara de una
glosa cuya cabeza tendría estos dos versos:
Una princesa enjaulada
Dentro de una jaula de oro.
92 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

El p a d r e cae a la cama El pagano ¿ quién sería,


De pena y melancolía; Que t a n t o lo amenazaba?
Gotas de sangre lloraba, El dijo que se llamaba
Y agora por su hija l l o r a : F i e r a b r á s de Alejandría.
Al cabo la vino a ver
Dentro de u n a jaula de oro. Cuando el pagano llegó,
Salió al campo de batalla
111 Haciendo grandes hazañas
Y al punto los desafió.
CARLOMAGNO, TAN VALIENTE
Decía: — J u r o por Dios
Carlomagno, tan valiente, Que al más valiente lo espero.
Con veinticuatro guerreros, Es un solo caballero
Con don Roldan y Oliveros, Quien los viene a desafiar,
De todos sobresalientes, Y así, me pueden m a n d a r
F u é y puso su pecho al frente A don Roldan o a Oliveros.
Estando Olivero herido.
Viendo al pagano tendido, Cuando la reina Floripes
Le dijo que se levante Visitó a los caballeros
Antes de que se lo mande Le dijo el Buen Oliveros:
El enemigo rendido. —Ninguna pena me asiste.
Dijo: —No pasaré triste
Aquellos bellos cristianos A t u presencia, señora.
Después que ya los tomaron Ella les dijo en persona
Y fueron encarcelados Yo los he venido a ver,
E n la torre de Turquía, Porque quiero conocer
El Emperador decía Al señor Güy de Borgoña.
Viendo t a n t a idolatría:
—Pena me da la Turquía. Carlomagno fué a buscar
Cuando la reina Floripes Al ejército de reyes
Visitó a los caballeros, P a r a destruir las leyes
Les dijo el gran Oliveros: Del almirante Baalán.
—Ninguna pena me asiste. Y le dijo F i e r a b r á s :
Contestó la señorita: —El pasar es imposible,
-—Aquí yo los vengo a ver Pero mi espada temible
Porque quiero conocer- Yo la mostraré a Galafre,
Al señor Güy de Borgoña. Que nos ha de dar pasaje
E n la puente de Mantible.
112
112-a
CUANDO VINO FIERABRÁS

Cuando vino Fierabrás CUANDO VINO FIERABRÁS


E n busca de Carlomagno,
A la tierra de cristianos Cuando vino F i e r a b r á s
Ahí los vino a desafiar: E n busca de Carlomagno,
-—Contesten si aquí estará A la tierra de cristianos
Ricartes de Normandía. Ahí los vino a desafiar.

(111) Este cantar, escrito seguramente en décimas, lo sabía como está don Roque Que-
vedo, vecino caracterizado de Suriyaco, distrito situado allá al fondo del departamento
Pelagio B. Luna, en 1940.
Repárese que la palabra par, que es el título nobiliario dado a los compañeros de
Carlomagno, ha sido tomada como adjetivo numeral y por eso dice, en el segundo verso:
con veinticuatro guerreros, justamente doce pares de guerreros.
(112) Del cuaderno de la señora Aurora Vda, de Tejada, conservado en Ángulos,
Famatina.
(112-a) Dictada por don Vicente Reinoso, en Malligasta, en 1939. Reinoso es hombre
de 70 años y sabe leer y escribir.
CANCIÓN EBO POPULAR DE LA RIO JA 93

Les hubo de p r e g u n t a r 114


A Ricartes de Normandía
E l pagano quién sería UNA MORA ME ENAMORA
Que tanto le amenazaba,
Y le dijo se llamaba Tina mora me enamora,
F i e r a b r á s de Alejandría. Vna turca me da pena,
Y una cristiana me tiene
Entre grillos y cadenas.
113
GLOSA
EN LA CARRERA DE AMOR
Carlomagno, siendo rey
En la carrera de amor E m p e r a d o r de la Francia,
El que es pobre atrás se queda. Con u n ejército avanza
¿Cómo es posible que alcance P a r a defender su ley
Si a las ancas no lo lleva t Y para ensalzar la fe
Del supremo Dios que adora,
De esa su imperial corona
GLOSA Que su padre le ha dejado
Dijo Borgonia afamado:
Cuando la pelea en Roma Vna mora me enamora.
E l rey moro la formó,
Floripes se enamoró
Del señor Güy de Borgoña.
Dijo la r e i n a : P o r salvar a F i e r a b r á s ,
—Soy mora Cinco llevan prisioneros.
Y quiero la salvación Tapan la vista a Oliveros
Porque a él le temían más.
Dijo B r u l a n t e :
¡ P a d r e , quiero deleitarme — E n verdad,
En la carrera de amor! Señores, gente aquí viene;
Quiten la vida si quieren
Pues que ya estoy sentenciado:
Cuando Oliveros pelió
Con el señor Fierabrás, E n la torre encarcelado
Pidiendo la libertad, Vna cristiana me tiene.
Y el pagano se rindió,
Ricartes de Normandía
E l padre le aconsejó
Que aunque cristiano no sea, L o mandan por suscripción
Si en caso lo despresea
Puede quitarle la vida, Y dile al E m p e r a d o r :
Allí clamaba y decía: —¿Por qué se nos ha alejadof
El que es pobre atrás se queda. Y aquí hemos derramado
Sangre de las propias venas

Y estamos aprisionados
Entre grillos y cadenas.

(113) A esta glosa mal conservada la tomé en Sálicas de una libreta de don Miguel
Fuentes en 1940. Véase otra glosa a esta misma cuarteta en 1 - pág. 151.
(114) Entresaqué estos restos de glosa de entre varias décimas que don Roque Queve-
do, de Suriyaco, me dictó en 1940. Las otras décimas son las consignadas bajo el N.» 111.
La cuarteta glosada es española, don Gabriel María Vergara, en MU cantares amorosos,
la tiene así:
Una mora me enamora,
una blanca me da pena,
una morena con sal
preso me tiene en cadenas, (pág. 168-a)
CANCIONES RELIGIOSAS
115 Del j a r d í n de Damasceno
Eres la blanca azucena,
ÁGUILA DE TRES COLORES Eres de la m a r sirena,
P r a d o delicioso, ameno.
Tú eres la estrella de Venus,
Águila de tres colores. De un parecer semejante.
Preciosa estrella brillante. Las potestades triunfantes
Perla fina entre diamantes. Te cantan muy plenas glorias,
Asombro de los primores. Haciendo de ti memorias,
Perla fina entre diamantes,
GLOSA

Sois el más fino topacio, Sois la estrella del Oriente


Del Oriente perla hermosa, De belleza singular;
La reina más poderosa Nadie te puede igualar
De los más bellos palacios. Desde el naciente al poniente:
A ti te rinden aplauso Ni el poder más eminente,
Los más ilustres señores: Ni las más fragantes flores.
Príncipes y emperadores Tronos y dominaciones
De jerarquía real, Alaban t u nombre excelso,
Porque t ú eres la imperial Porque eres del universo
Águila de tres colores, Asombro de los primores.

Esmeralda esclarecida
De incomparable hermosura, 116
Torre elevada y segura,
Ciudad la más guarnecida, EL GALLO EN SU GALLINERO
Hermosa aurora del día,
Rosa sois la más fragante,
Sois zafiro deslumbrante El gallo en su gallinero
Y del sol eres columna; Abre las alas y canta.
Te pareces a la luna, El que duerme en cama ajena
Preciosa estrella brillante, A las cuatro se levanta.

(115) Del cuaderno de la señoTa Aurora Vda. de Tejada, en Ángulos, Famatina. Se


parece a la glosa número 400 del Cancionero Popular del Tucumán, con la diferencia de que
aquélla en una glosa amatoria y ésta una glosa dirigida a la Sma. Virgen.
(116) Este cantar y algunos otros mas, está tomado de unas libretas pertenecientes a
don Julio Soria. Soria, que tiene en la actualidad 70 años, anotó BUS cantares en Tilimuqui,
villita del departamento de Chilecito, hace 40 años.
La copla inicial de esta glosa debe ser española pues ha sido registrada bajo el N.° 134
del Cancionero de Caiamarca, y está también registrada en: (138 - 51), (84 - 227), (ÉSO • 531)
y {Í - so).
Cuando una copla goza de tanta popularidad en países americanos distantes entre
sí, es casi seguro que tiene origen español, y que su perseverancia en América eB de antigua
data seguramente de la era colonial. Esta glosa es un cantar a lo divino porque, como lo ex-
plicamos en el Discurso Preliminar, siendo la cuarteta profana, pues es descriptiva, do cos-
tumbres, la glosa es religiosa.
Con el título de Versos a lo divino, consigna nuestra glosa don A. Acevedo Hernández, en
Los Cantores Populares Chilenos, asi:
EL GALLO EN SU GALLINERO
El gallo en su gallinero
abre las alas y canta,
el que duerme en casa ajena
a las cuatro se levanta.
7 . II
98 J U A N A L ir o S S O C A R R I Z O

GLOSA Les astros del firmamento


Adoran al Verdadero.
La noche del nacimiento Mas este aviso primero
Del Mesías prometido, En alta voz lo anunció,
El buey al recién nacido Diciendo: Cristo nació,
Se allegó a echarle el aliento. El gallo en su gallinero.

GLOSA

La noche del nacimiento Herodes les dio hospedaje


del Mesías prometido en su palacio excelente
el buey al recién nacido y la estrella reluciente
se allegó a echarle el aliento; con BU luz clara y serena
la t i e r i a y el íirmamento los libra de aquella escena
adoran al Verdadero; que el cruel tirano dispone:
más Éste avisó primero he aquí a lo que se expone
y en alta voz lo anunció . el que duerme en cama ajena.
diciendo: ¡Cristo nació 1
el sallo en su gallinero.

A un igual con los pastores


trinan las aves p a r l e r a s ; DESPEDIDA
En los campos y praderas
se reverdecen las flores; Por fin estos indolentes
y al niño con mil amores cumplieron con la orden dada
lo besa la Virgen s a n t a ; mueren a íilo de espada
su complacencia era t a n t a catorce mil inocentes.
que, al mirar a su precioso hijo, La sangre corre a torrentes
el gallo de regocijo en el pueblo de Belén.
abre las alas y canta. Lo propio en Jerusalén
y p a r t e de Galilea
Los tres reyes del Oriente sólo salvó la alta idea
a adorarlo hacen su viaje; a J e s i s , el Sumo Bien, (pág, 89)
Repárese que la versión ehilpna está trunca pero conserva la estrofa que con el nombre
de Finida figura en Iss canciones del siglo XV y en especial en el Cancionero de Baena.
Entre nosotros esa estrofa se llama despedida.
La señora María Cadilla de Martínez en La Poesía Popular en Puerto Eico. consigna
también otra glosa a la misma cuarteta, sobre el mismo tema del nacimiento del Niño Dios.
H e aquí la glosa mal conservada que trae la distinguida investigadora:

E L GALLO E N SU G A L L I N E R O
El gallo en su gallinero
aletea y luego canta,
el que duerme en cama ajena
pasitito se levanta.
GLOSA

El Arcángel San Gabriel y fué su sorpresa t a n t a


A María le anunciaba que el gallo al momento canta.
que se hallaba embarazada
por un grandioso poder. Saludando tal milagro
Ella no quiso creer San José que está acostado
al Arcángel verdadero; pasitito S3 levanta.
pero viéndolo sereno Cuando María parió
le contestó muy b u r l a d a : cantó el gallo en el pesebre
—Cantó por la madrugada y decían las mujeres:
el gallo en su gallinero. •—Parece que oigo una voz.
San José les contestó:
Al sentirre embarazada •—Señores, esto hay que ver;
a San JosS lo llamó. que vino a Jerusalén
una estrella reluciente
Le dijo, desconsolada:
y se ha parado en la frente
—Cantó por la madrugada de María, mi mujer.
el gallo en su gallinero. San José se puso a hacer
Aquí mi dolor empieza, U n a cunita cuadrada
dijo anegada de llanto. y d i j o : —María del alma,
Fué t a s t o su sobresalto esta cuna es para él. (pág. 2 2 " ) .
CANCIONERO FOPÜLAB DE LA MIOJA 99

A un igual con los pastores £*an José, al venir el día,


Trinan las aves parleras, Huye con su tierno infante.
Y en los campos y praderas Breve su marcha adelanta
Se reverdecen las flores. Dirigido para Egipto.
Al Niño con mil amores Temiendo tan duro edicto,
Lo besa la Virgen Santa. A las cuatro se levanta.
Su complacencia fué tanta
Al mirar su precioso Hijo,
Que el gallo de regocijo 117
Abre las alas y canta.
EL PRIMER HOMBRE FUE ADÁN
Los tres reyes del Oriente
A adorarlo hacen su viaje; El primer hombre fué Adán,
Herodes les dio hospedaje Eva, primera mujer,
En su palacio excelente; Caín, primer desgraciado,
Y la estrella reluciente, Y el primer muerto fué Abel.
Con su luz clara y serena,
Los libra de aquella escena
Que el cruel tirano dispone. GLOSA
He aquí a lo que se expone
El que duerme en cama ajena. Por San Pablo empezaré,
Que fué el primer ermitaño.
Este impío pretendió San Isidro en otros años
Degollar al Niño Dios. El primer labrador fué.
Hizo aquel hereje atroz El primer tahúr, diré,
La más cruel carnicería. Advierto que fué Virján.

(117) A esta glosa l a tomé del cuaderno conservado por la señora Aurora Vda. de Te-
j a d a ; en Ángulos ( F a m a t i n a ) .
En el Cancionero Popular de Tucumán. figura otra glosa a esta misma cuarteta, bajo el
número 233. Allí apunté también otra versión. En Chilecito hallé otra que sería una tercera,
en las libretas de don Julio Soria. Como ofrece algunas variantes, la transcribo a continuación:

E L P R I M E R HOMBRE F U E A D Á N
El primer hombre fué Adán
Eva primera mujer
Caín primer desgraciado 1
El primer muerto fui Abel. j
GLOSA

Nació un sabio titulado .Nació el sol en las tinieblas


Plumario San Agustín A alumbrar en tanta altura
David con el rey Daniel En la sagrada Escritura
En las delicias de Arpiano Fueron mil sus luces bellas
Nació un práctico plumario En esta gloria se encierra
En el paraíso terrenal Dichosos, no condenados
Nacieron p a r a enseñar Bajó nuestro P a d r e amado
los ministros de la tierra A darnos conocimiento
Antes que nadies hubiera Fué con leve pensamiento
El primer hombre fué Adán. Caín primer desgraciado.

Nació porque nadie ignore Nacieron todos errados


A quién sentido le ha dado Los autores y profetas
Nacieron tres condenados Porque en los doce planetas
Caifas, Pilatos y Herodes Lo dijo el texto sagrado.
Nacieron mujer y hombre Desde hoy por cierto ha mandado
Y Cristo en Jerusalén Un embajador a ver,
E n el Portal de Belén P a r a ver el fin y el ser
A donde Cristo nació Que tenía este infeliz
Y de la tierra formó Que por manos de Caín
Eva primera mujer. Él primer muerto fué Abel.
100 J U A N A L F O N S O C A R E I Z O

Y para medicinal", 118


Esculapio, buen sujeto.
Antea de toditos éstos, E L SEÑOR, DE B U E N A G A N A
El primer hombre fué Adán.
El Señor, de buena gana,
Quién fabricó el primer templo Cinco sentidos nos dio;
Fué el gran sabio Salomón, Por nosotros padeció
Y Moisés, legislador, Desde que salió del templo.
Como lo explico y lo cuento. Por darnos el buen ejemplo,
Desde el primer santo, advierto, Nos dice que hoy día somos,
Diré que fué San Daniel. Pero que mañana no
Magdalena fué también
Mala y mundana en su vida. Siempre vivan los presentes.
Fué primera arrepentida Yo en el alma me alegrara
Eva, primera mujer. Que la Reina de los cielos
San Ignacio y San Francisco,
Digo de que ambos dos fueron Ella del cielo bajara,
Los fundadores primeros A los cielos los llevara,
De los santos ejercicios. A la gloria celestial.
Y Saúl, por lo que hizo, í Dónde habrá mayor deidad t
A muerte fué sentenciado.
Otro infeliz desgraciado
Se halla entre cristianos buenos: 119
En los campos de Amaceno,
Caín, primer desgraciado. E N ESTA VIDA EMPRESTADA
San Cristóbal fué gentil
Y después se convirtió, En esta inda emprestada,
Y fué el que se arrepintió Que es de la ciencia la llave,
Antes que San Agustín. Quien sabe salvarse sabe,
Y el que no, no sabe nada.

118) Las señoritas Navarro Luna, en Sálicas, me dictaron estos versos en 1940 y me
dijeron que íueron muchos, pero que no recordaban más.
(119) Del cuaderno de la señora Aurora Vda. de Tejada, en Ángulos ( F a m a t i n a ) .
Don Ricardo Palma atribuye esta glosa a fray Mateo Chuecas y Espinosa, que nació en
Lima el 20 de setiembre de 1788.
La versión que trae Palma {SO 6 - I I I - pág. 407), casi no difiere de la nuestra, por ello
no la insertamos.
Como a esta misma glora la encontró en Puerto Rico, y publicó J . Aldea Masón (5 - 71),
creo oportuno insertarla, porque ofrece algunas variantes:

E N ESTA VIDA PRESTADA

En esta vida prestada


que es de la creencia la llave
quien tabe salvarse, sube,
y el que no, no sabe nada.

GLOSA

i Qué se hicieron de Sarsón De Aristóteles la ¿reeneía


las fuerzas que en sí mantuvo, del gran Platón e¡l saber,
0 la belleza que tuvo i qué es lo que han venido a ser?
aquel soberbio Absalón? j u n a aparienciaf Apariencia.
i L a creencia de Salomón Sólo Dios es eficiencia.
no es de todos alabada? Sólo Dios todo lo Babe;
j, Dónde está depositada í nadie en el mundo se alabe
1 Qué íe hizo! Ya no parece, ignorante de EU fin,
luego nada permanece que así lo dice Agustín
en esta vida prestada. que es de la creencia la llave.
CANCIÓN ESO POPULAS DE LA RIO J A 101

G"LOSA De Aristóteles la ciencia,


4 Qué se hicieron de Simeón Del gran Platón el saber,
Las fuerzas que en sí mantuvo, ¿Qué es lo que han venido a ser?
Y la belleza que tuvo Pura apariencia, apariencia.
Aquel soberbio Absalón? Sólo en Dios hay suficiencia,
La ciencia de Salomón Sólo Dios todo lo sabe.
jNo es de todos alabada?
I Dónde está depositada? Nadie en el mundo se alabe,
I Qué se hizo? Ya no parece. Ignorante de su fin:
Luego nada permanece Así lo hace Agustín,
En esta vida emprestada. Que es de la ciencia la llave.

Todos los hombres quisieron El que piense poseer


ser iirmes en el saber, alguna cosa en la vida
que lo fueron, no hay que hacer que a otro no se lo digaj,
según ellos se creyeron; que no puede permanecer]
quizás muchos se perdieron Silo el que sspa obtener '
por no ir en segura nave, por una vida arreglada
camino en seguro o grave, Un asiento en la morada
si en Dios no fundan su ciencia; de la celestial mansión
pues me dice la esperíencia: sabe más que Salomón,
quien sabe salvarse, sabe. y el que no, no sabe nada.

La copla glosada es española, de la Edad Media, fué hecha por el poeta madrileño Juan
Alvarez Gato, nacido por 1440 y muerto, según conjeturas en 1509. Gato la compuso así:
En esta vida prestada,
do bien obrar FS la llave
aquel que se salva sabe;
el otro no sabe nada. (118 124)

En el Cancionero Popular de Tucutnán, publico otra glosa religiosa a esta misma cuar-
teta, bajo el número 239. Hela aquí:

EN ESTA VIDA EMPKESTADA


En esta vida emprestada
El buen vivir es la llave
Aquel que se salva sabe
Y el que no, no sabe nada.
GLOSA

4 Qué le sirvió a Salomón I Mira, hombre, con atención


El ser sabio sin igual Para qué fuiste criado I
Si en todo lo vino a errar ¡Mira, css cuerpo te han dado I
Por una ciega pasión I ¡Alma, vida y corazón,
Sin duda su salvación Entendimiento y razón I
Y BU opinión aprobada j Haces una culpa grave I
Sin duda no sabría nada Es un Dios tan sabio y grande
Cuando no supo salvarse A quien la cuenta has de dar
Aún para aprovecharse Y si quieres acertar
En esta vida emprestada. Aquél que se salva sabe.

Por el camino del gusto Sabes que te has de morir


Del deleite y pasatiempo Que tienes gloria o infierno
El pecado y mal ejemplo Bueno o malo todo eterno
Nunca tienen cabal gusto. Y que a juicio has de venir,
Se vive con mucho susto Así debes discurrir
Porque el cristiano lo sabe Si tu vida es acertada,
Que la ley de Dios es grava Allí la disculpa enfada,
Guárdala fiel en el suelo Porque >e hace en un momento,
Porque para abrir el cielo El de buen entendimiento
El buen vivir M la llave. Y el que no, no sabe nada.
102 JUAN A L F\ O N S O C A R R I Z O

Todos los sabios quisieron Si no se apoya el saber


Ser grandes en el saber. E n la t r a n q u i l a conciencia,
Que lo fueron, no h a y qué hacer, De nada sirve la ciencia,
Según ellos se creyeron. Condenada a perecer.
Quizás muchos se perdieron Sólo el que sabe obtener
Por no ir en segura nave ; P o r u n a vida a r r e g l a d a
Camino inseguro y grave LTn asiento en la morada
Si en Dios no fundan su ciencia, De la celestial Sión
Pues me dice la experiencia: Sabe más que Salomón,
Quien sabe salvarse sabe. Y el que no, no sabe nada.

Don Julio Cenador y Franca, en La Verdadera Poesía Castellana, trae bajo el número
708, una cuarteta que don Luis Milán tiene en su Cortesano (Valencia, en 1561), parecida
a la nuestra:
Esta vida tan penada
si queréis que en bien acabe:
aquel que se salva sabe,
quo el otro no sabe nada.
Un joven profesor del Seminario San José de La Plata, me dictó esta otra coplita sobre
el tema, leída en vrn libio español.
La ciencia más elevada
Es la de que el alma salve;
porque al fin de esta jornada
aquel que se. salva sabe
y el que no no sabe nada.
Fray Paulino de la Estrella (1600-1675), poeta, místico español, escribió una glosa a esta
sentencia: Quien se sabe salvar, sabe. Figura en rl Eomancero y Cancionero Sagrados, bajo
el número 824, así:
Del mundo todo el saber viva bien y bien acabe,
para con Dios es locura, templando bien el clarín
y sólo es suma cordura de la vida, porque al fin,
amar, servir y temer quien se safre salvar, sabe.
a quien tiene tal poder,
que todo en su mano cabe;
y así, ninguno se alabe,
desde el uno al otro polo, ¿De qué te aprovecha ¡oh hombre!
de otro saber, pues que sólo ser sabio, rico y temido,
Quien se sabe salvar, sabe. y ser tan esclarecido
tu salar, que al mundo asombre 1
I De qué me debe servir Si no tienes más que nombre
el ser noble y ser letrado, de cristiano que te cabe,
y el andar amortajado, y las obras son de árabe,
si no supiere vivir f con la fe sola aparente,
Mas si supiere morir, sabiendo que solamente
aun tendré de qué me alabe quien se sabe salvar, sabe.
cuando bien la vida acabe,
siendo más sabio que Apolo; El sumo saber consiste
pues en esta vida sólo en gozar del sumo bien;
quien se sabe salvar, sabe. lo demás todo es vaivén,
que de engaño» se reviste;
Nada sabe el que emplearse del mundo caduco y triste
en Dios todo no procura, cosa no hallo que se alabe;
ni se baila ciencia más pura que se consuma y acabe,
que amar a Dios y salvarse; eso sí; que es bkjo polo,
y quien de él quiere gozarse, y así afirmo bián que sólo
para que siempre le alabe, quien se sabe salvar, sabe.
Las citas de personajes bíblicos y de la mitología griega ¡de nuestro cantar riojano nos
recuerda aquella estrofa de Juan de Mena (1411-1456), que dice:
La gran fuerza de Sansón, no Ifs dieron perfección
ni la música de Oríeo, c& ésta sólo consiste
la fermosura que leo, en virtud, si la seguiste,
tenida por Absalón, procurando salvación. (118 - I pág. 138)
C4NCT0NEK0 POPULAS DE LA EIOJA 103

120 GLOSA

EN LA PROFUNDA QUEBRADA Se vido en la antigüedad


One un hermano a otro hermano
En la profunda quebrada Mató con su propia mano
Que hay en un profundo mar, De envidia o rivalidad.
Ayúdenme a llorar: Siendo de sanguinidad
Peñas, mares, montes, ríos. Igual, tuvo la osadía
De hacer t a n grave avería,
GLOSA Y por esto que fué a hacer
Puede escarmiento tener
Hombre que de hombre se fía.

Ds un nr'smo vientre nacieron,


Y sucedió que el mayor
Le dio la muerte al menor
Y en él la desgracia vieron.
Sus padres ol duelo hicieron
E n el valle de Josafá De ver su hijo desgraciado,
Muerto ya el desventurado
Estaremos reunidos, Que el mismo hecho lo d ; rá.
Oyendo mil alaridos Quien usa de tal crueldad
De animales y serpientes, Por cierto vive engañado.
Temblando todas las gentes,
Peñas, mares, monte?, ríos. Cuando el pesar recibió
P o r uno y otro la madre,
Llorando preguntó al p a d r e :
121 —A mi hijo ¿quién lo mató?
Y el hermano di i o : —Yo,
HAY VARIOS SABIOS QUE DICEN Yo he sido el fatalizado;
E n tales campos mentados
H a y varios sabios que dicen: De Amaceno y el infierno,
No h a y Dios, ni gloria, ni infierno, P e r d í por mi mal gobierno,
Ni que se h a n de condenar Yo por haberme confiado.
Sino que los santos padres
Predican por engañar.
Lo engañó y lo convidó
P a r a ir a sacrificar
122 Los dioses de su adorar,
Y fué donde le quitó
HOMBRE QUE DE HOMBRE SE FIA La vida y lo ajustició,
Porque veía y conocía
Hombre que de hombre se fía Que iba a ser su alma perdida,
Por cierto vive engañado. Porque él no era virtuoso.
Yo, por haberme confiado, —Sólo por ser envidioso,
Perdí lo que pretendía. Perdí lo que pretendía.

(120) Me fué dictado este resto de una glosa, en Chilecito, en 1939.


_ (121) Estos versos, al parecer de una décima, me fueron dictados en la ciudad de La
Rioja, por don Manuel I. Plores, de Los Algarrobos, en 1938. Flores tenía 70 años y loa había
aprendido en la Ciudad.

(122) Del cuaderno de la señora Aurora V. de Tejada, en. Ángulos (Famatina).


104 JUAN A L F O N S O C A B E I Z ?

123 Quiso morir en la iglesia


Con todos los filisteos
JUEVES SANTO MURIÓ CRISTO Después que se vido ciego:
—I Para que quiero la vidat
Jueves Santo murió Cristo, Antes de morir decía:
Viernes le hacen el entierro, -—líe quedé con el deseo.
Sábado le cantan gloria,
Domingo subió a los cielos. San Cipriano fué hechicero
Y después fué hombre traidor:
GLOSA Cielos y glorias ganó
Por favor del Padre Eterno.
Lo maltratan los judíos Tenía un devoto bueno,
Y lo tienen por escrito, Lo podía librar de su arte.
Esto lo hemos de mirar:
Jueves Santo, murió Cristo.

125
LLORANDO TE LO PEDÍ
124
LUCIFER SE CONDENO Llorando te lo pedí,
No me lo quisiste dar.
Lucifer se condenó Es imposible gozar
Por un falso pensamiento, La grandeza que perdí.
Pues tuvo el atrevimiento
De decir: —No hay como yo. GLOSA
San Miguel le contestó:
No hay como Dios de los cielos. Tres veces, con juramento,
Salió triste sin consuelo, San Pedro a Cristo negó.
A los infiernos cayó. Arrepentido lloró,
Y fué tal su sentimiento,
Que en aquel mismo momento
Dijo: —íSeñor, te ofendíl <
Sansón fué de mucha fuerza, Misericordia de mí,
Pero se burlaron de él; Rey de poder infinito.
Le hizo traición la mujer, El perdón de mi delito
Siendo de tanta dureza. Llorando te lo pedí.

(123) Estos restos de una glosa me fueron diotados en Papancilloa (Dto. Gral. Laya-
He), por la Beñora Amalia Ormeflo de Ormeño, en 1939. Tiene 56 años y sabe leer y escribir;
la había aprendido en el mismo Pagancillos. Es hija del poeta lugareño don Juan Antonio
Ormeño, fallecido hará 30 años.
La cuarteta es española:
Jueves Santo murió Cristo;
El Viernes se hizo el entierro;
Sábado resucitó;
Domingo subió a los cielos. (R. M. 6538)
(124) Este cantar me fué dictado por don Juan Cruz Humeres, en Los Palacios (Dto.
Gral. Lavalle), en 1939.
(125) De las libretas de don Julio Soria (Chilecito).
Es como la glosa inserta bajo el N.° 115, un cantar a lo divino, porque la cuarteta es
profana y la glosa de sentido religioso.
Está la composición completa, pues lleva también la despedida, conocida en loa cánta-
r o del Siglo XV, con el nombre de Finida.
CANCIONERO POPULAR BE LA EIOJ A 105

J u d a s no se arrepintió 126
Aunque se vio apesarado:
F u é como desesperado MAL HAYA LO DESPAREJO
A u n árbol y allí se ahorcó.
Las monedas que ganó Mal haya lo desparejo
No las supo aprovechar. Del camino que lie andado.
Maldiciendo sin cesar, Me ha dado tanto trabajo
Contra Jesús dice t r i s t e : Por no haberlo emparejado.
—El reino que a P e d r o diste
No me lo quisiste dar. GLOSA

Si hubiese hecho penitencia Tiene el peregrino errante


Aquel, infame traidor Que andar por toda nación
Con verdadero dolor, Ilasta la consumación,
Hubiera hallado clemencia. Sin descansar un instante,
Desconfió en la Providencia, E n el lugar más distante
Tan digna de perdonar O en el desierto más lejos,
A quien la sabe implorar, Sin temer a ningún riesgo
Según la sagrada historia, Ni cansancio ni fatiga.
Y ahora dice: —La gloria No le servirá que d i g a :
Es imposible gozar. Mal haya lo desparejo.
Feliz Pedro, que al Señor
Dijo: —Yo a tus pies me postro, Pasará por serranías,
Y hasta acanalar su rostro Por montes y cordilleras,
Lloró su terrible error. Sin que lo ofendan las fieras
E n J u d a s no hubo temor, Más horribles y temidas.
Como en P e d r o y en David. Así acabará sus días
Es justo que diga así, , Este infeliz desgraciado.
E n t r e sus padecimientos: Y a veces desesperado,
—Me sirve de más tormento Como el nérfido Caín,
La grandeza que perdí. Dirá « j. Cuándo t e n d r á fin
El camino que he andado?»
DESPEDIDA
El sol, las aguas, los vientos
Al fin, amigo adorado,
Muy bien lo t e n d r á s sabido No le impedirán su marcha,
Que Pedro fué convertido Ni el frío y la d u r a escarcha,
Y J u d a s fué condenado. Las plagas ni los tormentos,
Uno lloró su pecado Los furiosos elementos,
Y puso en Dios todo anhelo, Menos le pondrán atajo.
Pero el otro, sin consuelo, Correrá de arriba abajo
Padecerá eternamente. El globo de polo a polo,
Goza el que fué penitente Y dirá « Un castigo sólo
La eterna gloria del cielo. Me ha dado tanto trabajo ».

(126) Del cuaderno de la señora Aurora V. de Tejada, en Ángulos (Famatina).


El tema de esta glosa es el de la leyenda del Judío Errante, que andaba en el pueblo
treinta años atrás.
Pierre Vrignault, en su Anthologie de la Chanson Franqaise, pág. 237, trae una larga
canción sobre el tema. Parece que hubiese sido compuesta en 1812, porque dice:
La rieillese me gene:
J'ai bien dix-huit cents ans
Chose sure e certaine
Je pase encor doute ans;
J' avais douze ans passés,
Quand Jésus-Christ eit mí.
106 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

Andará como iracundo Por ser soberbio y altivo


Por toda montaña y sierra, Con Cristo, Nuestro Señor.
Los ángulos de la tierra Dirá con rabia y furor:
Hasta que fenezca el mundo. « Mi perdición me labré.
El piélago más profundo Todo el mundo lo andaré
Y el camino mas pesado, Sin descanso ni reposo.
Si para él fangoso está, Por mezquino y orgulloso,
Al Señor se quejará Eso y más padeceré ».
Por no haberlo emparejado.
Por los bosques andará
Causando terror horrible,
127 Y las fieras más temibles
De verlo se humillarán.
MAV HAYA LO DESPAREJO Los tigres depararán
Al verle desfigurado.
Maldito y desesperado
Mal haya lo desparejo Siempre andará de continuo,
Del camino que he andado. Siguiendo su mal camino
Eso y más padeceré Por no haberlo emparejado.
Por no haberlo emparejado.

GLOSA
128
Del Judío Errante cuento.
Por un castigo tan solo, NADA EN ESTA VIDA DURA
Hoy se anda de polo a polo
Sin descansar un momento. Nada en esta vida dura:
Su pesar es tan violento, Fenecen bienes y males,
Que medita muy perplejo. Y una triste sepultura
Dice: « Por mi mal consejo Nos cubre a todos iguales.
Nada puedo conseguir ».
Sólo le queda el decir:
May haya lo despareja. GLOSA

Su marcha es tan violenta,


Que no le puede impedir Todcs vivan con cuidado,
Ni el huracán con rugir No apresuren sus afanes,
Ni granizos ni tormentas. Que el día menos pensado
Nada de esto le amedrenta Fenecen bienes y males.
En su paso apresurado.
Cuando se ve fatigado,
Desespera como un loco
Diciendo: « j Si será ñoco
El camino que he andado? » ¡Tanto afán por conseguir
Renombre, honor y caudales,
Tarde conoció su error, Cuando la tierra al morir
Ya sin remedio ni alivio, Nos cubre a todos iguales!

(127) Del cuaderno de la señora Aurora V. de Tejada, en Ángulos, Fainatina.


En el Cancionero Popular de Tucvmán, N.° 380, hay una ¡versión incompleta de esta
glosa que como la anterior trata de la historia popular del Judi^t Errante.
(128) En España hay una glosa en décimas a esta misma cuarteta; a ella y a las
versiones tucumanas puede verse en el Cancionero Popular de Tucumfin. N,° 255.
Las dos estrofas de esta glosa andan en la tradición oral como coplas; véase las que
llevan los números 3373 y 3368, respectivamente.
GANCIÓNEBÓ PÓPÜLAE DE LA BIOJA 107

129 ¡ Alma dichosa, si aciertas


Seguir tan feliz sendero,
NI LOS CLAVOS NI EL MADERO Llega donde el juez severo
Que te dirá sin discordia:
Ni los clavos ni el madero —Mira mi misericordia
Me tienen crucificado. Y lo mucho que te quiero.
Sólo ha sido tu pecado
Y lo mucho que te quiero. DESPEDIDA

GLOSA Al fin, si quieres gozar


De la celestial mansión,
Mira hasta donde llegó Recurre con devoción
El amor de un Dios amante A la mesa del altar.
Para con un inconstante Toma su cuerpo en manjar,
Que de la nada formó. Tu alma será meritoria
En vientre humano encarnó De tan loable victoria,
Por misterio verdadero; Y tened por entendido
Como inocente cordero Que para el arrepentido
Hizo lo sacrificasen, Es el reino de la gloria.
Sin que lo atemorizasen
JV» los clavos ni el madero.
130
Este hacedor de hacedores,
El supremo rey de arcángeles, ¿NO HAN VISTO U N AGONIZANTEP
Lo que no hizo por los ángeles
Hizo por los pecadores: ¿No han visto un agonizante
Con penetrantes dolores Con la aflicción que se queja
Fué de espinas coronado, De un dolor que no lo deja
Y en la cruz enarbolado Tener alivio un instante?
Dijo el Salvador divino:
—Las culpas del hombre indigno GLOSA
Me tienen crucificado.
En tres horas de agonía Cuando empezó a padecer
Siete palabras habló: El divino Redentor,
Al padre Eterno clamó Dejó su santa pasión
Diciendo que todavía Escrita en Jerusalén.
Sed de padecer tenía Todo fiel debe tener
Porque fuese perdonado Su palabra resonante.
El pecador obstinado. Dijo a su Dios como amante,
El no dijo en su delirio: Cuando iba a finalizar,
—La causa de mi martirio En la cruz, al expirar:
Sólo ha sido tu pecado. ¿No han visto un agonizante f

Con su muerte cruel, las puertas


Del infierno se cerraron
Y las del cielo quedaron
Desde aquel instante abiertas.
(129) De las libretas de don Julio Soria, Chilecito.
La cuarteta inicial es una copla religiosa, una saeta española.
Don Agustín Apuilar, en su libro Saetas Populares, inicia el capítulo titulado: Jesús habla
al pecador, con nuestra cuarteta:
Ni los clavos ni el madero
me tienen aquí clavado,
sino sólo tu pecado
y lo mucho que te quiero. (N. 0 660)
(130)Dictada en Chilecito por una señora a quien le ¡laman: doña Petronila, en 1939.
Es, como se ve, una copla glosada a lo divino o cantar a lo divino.
108 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

131 Tan sólo en las pulperías,


Con su interesable intento,
OBRAS DE MISERICORDIA Dan de beber al sediento
Usando de tiranías.
Vendiendo con picardía,
Obras de misericordia Con decoros muy agudos,
Siete son espirituales; Siendo así yo no lo dudo,
Y las siete corporales, Pues así habrá convenido:
De ellas ya no hay ni memoria. Quieren vestir al vestido,
Es una cosa notoria Y no visten al desnudo.
Que el mundo está muy trocado.
Los preceptos se han borrado
Que todo se ve al revés, 132
Y ninguna cosa es
I QUE DOLOR PARA U N AMANTE!
Como Dios dejó ordenado.
¡Qué dolor para un amante
Visitar a los enfermos Que lo quieren separar,
Fué generosa obra pía, Como si la ausencia fuera
Lo que la otra gente hacía Remedio para olvidar!
Con dolorosos extremos.
Con el prójimo no hacemos GLOSA
Beneficio al fundamento;
Obras de agradecimiento San Pedro lloró siete años,
Entre la gente no se usa, Solo en la falda de un cerro,
Así, el que tiene se excusa Suplicando al Padre Eterno
Dar de comer al hambriento. Hasta que se vido salvo.
De allí bajó ayunando
Dar posada al peregrino Con penitencia bastante,
Por ¿mtisia se ha quitado Prometiendo en adelante
Y la piedad se ha negado No cometer otro yerro.
Por un grande desatino Estuvo a perder el cielo,
Están fuera de camino ¡Qué dolor para un amante!
Por lo que hoy día se ve,
Que no hay quién crea en la fe;
Por eso de esto me privo,
Que más quieren cautivar
Que redimir al cautivo.

(131) Del cuaderno de la señora Aurora V. de Tejada, en Ángulos (Famatina).


(132) Este cantar a lo divino fué dictada en Antinaco, en 1939, por la niñita Teodora
Andrada.
DECLARACIONES, FINEZAS
Y JURAMENTOS
133 GLOSA

ÁGUILA QUE VAS VOLANDO Yo pregunto qué se habrá hecho


La fortuna para mí.
¡Águila que vas volando Me contesta con derecho
Y en el pico llevas hilo, Que vaya preso por ti
Dámelo para coser A la cárcel de tu pecho.
Este corazón herido I
Qué alegrías son prisiones,
GLOSA
Qué gloria es el padecer.
Un cazador, al cazar, Yo no le encuentro razón:
De ver las aves suspira, Sólo porque sé querer
Les hace el punto y les tira Preso va mi corazón.
Con pólvora y munición.
Voltea una y luego d o s . . . Si este dolor no mitigas,
i Se conforma? ¡ Nunca í Y cuando Pienso la vida acabar.
Va levantando y guardando, Sólo espero que me digas
Dice: i Quién volteará más?
¡ Quién te pudiera tirar, Qué tiempo tengo de estar
Águila que vas volando! Todo lleno de fatigas.

Si no igualo a tu indolencia,
Amada prenda querida,
Partirás mi corazón:
Encontrarás las heridas
Causadas por vuestro amor.

134 135

A LA CÁRCEL DE TU PECHO AL DEMONIO DEL INFIERNO

A la cárcel de tu pecho Al demonio del infierno


Preso va mi corazón, Hasta el alma le daría
Todo lleno de fatigas, Por hablar contigo a solas
Causada por vuestro amor. Siquiera una vez &l día.

(133) Dictado en Santa Cruz (Dto. Famatina), por don Domingo Correa, en 1939.
La cuarteta glosada es española:

¡Pájaro que vas volando


Y en el pico llevas hilo,
Dámelo para coser
Mi corazón que está herido. (R. M. 5086)

Sobre este mismo tema véase (5 - N.« 23), (4? - Nos. S21 y 941).
(134) Esta glosa me fué dictada en Chilecito por don Salvador Salazar, en 1939. El
señor Salazar, que es un hombre de setenta y tantos años, aprendió este cantar allá por
1880, a un minero chileno residente en Chilecito.
(135) A estas dos estrofas de una glosa trunca las recogí como coplas sueltas en la
tradición riojana y en distintos lugares una de otra; llevan los números 963 y 1658, res-
pectivamente .
112 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

GLOSA GLOSA

¡ Que sea firme su amor I


Ay, no me vaya a engañar,
Que no olvide que padezco
Qué de quejas, qué de llantos, A causa de su amistad.
Qué de lamentos te diera,
Qué cosas no te contara
Si hablar a solas pudiera.

136

AL FIN VOY A DECLARARTE 138


Al fin voy a declararte, AMO A MI PATRIA Y A TI
Bello encanto de mi vida:
Si tú no sois homicida,
Jamás dejaré de amarte. Amo a mi patria y a ti
Conforme supe adorarte Te rindo toda afición.
Desde la vista primera, Por la patria doy la vida
Seré fino hasta que muera, Y por ti mi corazón.
Y me atrevo asegurarte
Que seré tu fino amante
Aun cuando amando muriera. GLOSA

Vida mía, ten paciencia,


137 No desmayes en tu amor,
Que en ambos está el dolor
Que puede causar mi ausencia.
A MI NINGUNA ME QUIERE Yo por nuestra independencia,
De la tierra en que nací,
A mí ninguna me quiere He de pelear porque así
A causa de su amistad. Previene la ley sagrada.
Yo he de porfiar en quererla Pero primero que nada
Si es firme su voluntad. Amo a mi patria y a ti.

La copla glosada es española:


Ar demonio del infierno
Yo mi arma le daría
Por habla contigo a solas
Siquiera una horita al día. (R. M. 1842)
(136) Esta décima me fué dictada en Malligasta (Dto. Chilecito), por la señora
Beatriz Herrera Vda. de Gordillo, en 1939.
(137) Me fueron dictadas estos dos cuartetas de una glosa, en Guandaeol, por doña
Visitación Tejada, de 50 años, en 1940. Doña Visitación había aprendido el cantar completo
en Guandaeol, pero al presente no recordaba más.
(138) Dictada por doña Rosa Moreta Gómez, de 64 año», en la ciudad. Dice doña
Rosa que la aprendió a su madre, a quien le oyó más de una ve* referir que la solía cantar
CANdIONEBO POPULAR DE LA MIOJA 113

Yo adoro con fe c o n t a n t e 139


Mi nación y mi derecho,
Pero a ti rindo mi pecho ANTENOCHE SOÑÉ ESTAR
P o r ser la ley de tin amante.
Yo venero el estandarte Antenoche soñé estar
Que tremola en mi nación, En brazos de tu deidad.
Y con ardiente pasión Hagámoslo cierto, mi alma,
P o r la patria doy la v i d a ; Que salga el sueño verdad.
Pero a ti, prenda querida,
Te rindo toda afición. GLOSA

No tengas penas por cada,


Que el cielo te ha de amparar,
Mientras yo vaya a pelear Gozando de tus amores
Por la libertad deseada. Antenoche soñé estar.
Dejadme empuñar la espada,
Amada p r e n d a querida, Yo espero de t u bondad
Porque es ley esclarecida Que al fin podré merecerte.
Que pene y muera u n a m a n t e ; Lleno de felicidad,
Pienso que será mi suerte
Y en prueba qus soy constante, En brazos de tu deidad.
Por la patria doy la vida.
Convidándome a t u c a . . . ,
Mi pecho siente en verdad Haceme, mi bien, dichoso.
El rato que no te veo, No dilates con t u calma,
Pero es mi ardiente deseo Y aunque hablen los envidiosos,
Ver la patria en libertad. Hagámoslo cierto, mi alma.
La patria clamando está
P o r sus hijos, y es razón, Por fin, con h a r t a ansiedad,
E n la presente ocasión Ya no veo la hora, pues
E n que ella se ve oprimida, Si ya no h a y dificultad,
D a r por la patria la vida Gocémonos de una vez,
Y por ti mi corazón. Que salga el sueño verdad.

el coronel Arredondo (José Miguel, 1834-1904), vencedor en la batalla de San Ignacio


contra la montonera en San Juan, el 1." de abril de 1867.
En el Cancionero Popular de Tucumán, figura bajo el N.» 285, una versión trunca
de esta misma glosa.
En el cuaderno N.° 2 de Armonías peruanas, página 73, hay otra glosa a esta misma cuar-
teta, que dice así:
Amo a mi patria y a ti
Con frenética pasión,
Por mi patria doy la vida
Y por ti mi corazón.

GLOSA

Desde mi más tierna infancia Sin reparar en familia,


Con ardiente frenesí En fortuna, ni en querida
Y con la más fiel constancia Cuando mi patria lo exija
Amo a mi patria y a ti. Por mi patria doy la vida.
Mi patria y tú, prenda mía, Y no habrá quien no me apruebe
El alma de mi alma son, La noble resolución
Por eso a las dos las quiero De dar la vida por ella
Con frenética pasión Y por ti mi corazón.
(139) Del cuaderno de la Befiora Aurora V. de Tejada, en Ángulos (Eamatina),
8-II
114 J U A N A L F O N S O C A B E I Z O

140 142

ANTENOCHE TE SOÑÉ ATIENDE LO QUE TE DIGO

Antenoche te soñé Atiende lo que te digo,


Que en mis brazos te tenía. Regalada prenda mía,
Despierto, me hallo sólito. Si tú me dieras el sí,
¡Bien haiga la suerte mía! ¡Qué dicha sería la mía!

GLOSA
GLOSA
Despierto yo tan contento
Pensando te había de v e r . . . Para saber los tormentos
Para mi mayor tormento, De este corazón herido,
Antenoche te soñé. Despierta, precioso azahar,
Atiende lo que te digo.
De cuando en cuando me salen
Suspiros del alma mía, Eres mi luna brillante,
Pensando, al verte, mi cielo, Eres mi estrella de guía,
Que en mis brazos te tenía. Mi sol, mi vida, mi encanto,
Regalada prenda mía.
Pensando que yo gozaba
Lo que siempre solicito,
Entre medio mis placeres,
Despierto y me hallo sólito.

143

A TODAS HORAS DEL DÍA


141
A todas horas del día,
AQUÍ M E PONGO A C A N T A R Mi bien, te tengo presente.
Olvidarte es imposible,
Aquí me pongo a cantar Aunque de ti viva ausente.
A los claros de la luna,
A ver si puedo sacar
De las tres hermanas una. Glosa

La menor no tiene tiempo, Estrella del alto cielo,


La mayor pasa de edad; Perla de melancolía,
La del medio es la que quiero, ¡Quién pudiera estarte viendo
Si su padre me la da. A todas horas d^el día!

(140) De la libreta de don Julio Soria, Chilecito.


(141) Dictada por doña Ana María Vda, de Asiar, en Vilja Unión, en 1939.
(142) Este cantar me fué dictado en Viebigasta, en 1939, por la madre de don Fran-
cisco Ortiz; ella lo sabía por haberlo aprendido allá por 1880, en Sañogasta.
i

(143) Me fué dictada esta glosa, en Vinchina (Horno), ¡por doña Etelvina Carrizo,
quien la había aprendido a don Audencio González, de Vinchina (Pueblo), hace 45 años, cuando
ella era aún joven de 25 a 30 años.
CANCIÓN ESO POPULAS DE LA BIOJA 115

Hoy, en continua amargura, GLOSA


Con gran deseos de verte,
En tan dilatada ausencia, Aun cuando el mundo se oponga
Mi bien, te tengo presente. Con todo su gran poder,
Yo con la vida y el alma
Querida prenda del alma, Constante te he de querer.
En mi pecho estás visible.
Aunque mil tormentos pase, Privarme de que te vea
Olvidarte es imposible. Bien lo pueden conseguir;
Privarme de que te quiera,
Te prometo ser constante Nadie me lo ha de impedir.
Plasta que venga la muerte,
Y tenerte en la memoria
Aunque de ti viva ausente.
Aunque vivo de esperanzas
Porque no te puedo ver,
Komperé mil imposibles
144 Y siempre tuyo he de ser.
A TUS PUERTAS, VIDA MÍA

A tus puertas, vida mía 146


Se ha llegado un corazón, CUANDO YO ESTE EN AGONÍA
Con la aspiración de verte,
Guiado por la pasión.
Cuando yo esté en agonía,
GLOSA
Siéntate en mi cabecera,
Fija tu vista en la mía,
Muy bien sabes que por ti Y puede ser que no muera.
Mi amor pena noche y día,
Y con gran dolor se viene
A tus puertas, vida mía. GLOSA

Cada vez te quiero más


En mi cariño creciente.
Tu recuerdo de mi mente
No se apartará jamás,
Darme al olvido podrás,
Perjura tal vez o impía.
Pero al llegar ese día,
145 Ten piedad de mi dolor:
Ven a mentirme tu amor
CONSTANTE TE HE DE QUERER Cuando yo esté en agonía.

Constante te he de querer, Ni desdenes, ni rigores


Nadie me lo ha de impedir, Esquivo me han de volver;
Por tu amor he de morir Por eso siempre has de ser
Y siempre tuyo he de ser. La ilusión de mis amores.

(144) Estas dos cuartetas es lo único que se recordaba de una serenata, don José
Chumbita, que vivía en Pinchas en 1938. Chumbita era hombre de 62 años.
(145) Dictada por doña Etelvina Carrizo, en Vinchina (Horno), en 1939; había apren-
dido esta glosa en el lugar.
(146) Esta preciosa glosa me fué dictada por don Pastor Zelava, eu Los Molinos
(Dto. Castro Barros), en 1938.
La copla glosada es española:
Cuando yo esté en la agonía
siéntate a rni cabecera
fija tu vista en la mía
fácil será que no muera. (27 - pág. 13)
116 J V A N A L F O N S O C A R R I Z O

Cuando entre fieros rigores 148


Deje la m u n d a n a esfera,
Tu imagen t a n hechicera DE LO AUSENTE QUE HE VIVIDO
Me d a r á dulce consuelo.
Déjame entrever el cielo, De lo ausente que he vivido,
Siéntate en mi cabecera. He venido aquí recién
Tan sólo p a r a decirte:
No me niegues t u bondad, Ya estoy de vuelta, mi bien.
Da consuelo a mi dolor;
Si no me tienes amor, Ya estoy de vuelta, mi bien,
Tenme siquiera piedad. A visitarte he venido.
¡Qué importa la eternidad Quisiera que me avisaras
Bajo la gloria de un día. . . I De los gustos que has tenido.
No hay suerte, no hay alegría
Que pudiera competir De los gustos que has tenido
Con el placer de morir Tengo de hacer una lista.
Fija tu vista en la mía. ¿Cómo quieres que yo viva
Careciendo de t u vista?
Porque, mirándome así,
Contemplaré realizada
Careciendo de t u vista
L a ardiente dicha soñada
Ya no tengo resistencia,
Tras la que loeo c o r r í . . .
Quisiera que me avisaras:
¡Ven, no te apartes de mí
¿Cómo te va con mi ausencia?
Y mírame placentera,
Que al verte en mi cabecera
Darás alivio a mi s e r . . .
¡Que me sienta renacer, » 148-a
Y puede ser que no mueral
DE LO AUSENTE QUE HE VIVIDO
147
De lo ausente que he vivido,
DÁNDOTE MI CORAZÓN Ahora vengo recién.
A encadenarme en tus brazos
Dándote mi corazón Ya estoy de vuelta, mi bien.
Yo quisiera retratarte,
Porque es tanta mi afición —¿Ya estás de vuelta, mi bien?
Que te adoro sin hablarte. A recibirte he venido.
Quisiera que me avisaras
GliOSA De los gustos que has tenido.
Desde el día en que te vi
Desprecio la mejor flor, —De los gustos que he tenido
Poniendo en ti mis sentidos, Tendré que hacer una lista
Dándote mi corazón. Todo el tiempo que he andado
Careciendo de t u vista.

Careciendo de t u vista
Ya no tengo resistencia,
Y a p r e g u n t a r t e he venido
Cómo te va con mi ausencia.

(147) Esta glosa trunca me fué dictada por dofia Ana María Vda. de Asiar, en
Villa Unión, en 1939.
(143) Estas estrofas encadenadas me fueron dictadas por doña Eulogia Avayay, en
Sanagasta, en 1938, y también en la misma forma por don Eamóa Villafañe, de 30 años, en
Malügasta (Dto. Chilecito).
(148-a) Dictada por doña Rosalía Fuente, en Sanagasta, en 1938.
CANCIONEEO FO PULAS DE LA EIOJA 117

¿Cómo te va con mi ausencia Si en presencia te he querido,


Cuando de mí te retiras? E n ausencia te amo más.
¿.Haces de mí una memoria, J u r a m e n t o te he de hacer
Te acuerdas de mí o te olvidas? De no olvidarte jamás.

Advierto que te he querido


149 De noche como de día.
¡Ay del otro que se llegue
DENTRO DE MI CORAZÓN A tus puertas, vida mía!

Dentro de mi corazón Aunque nos persiga el mundo


¡Quién te pudiese tener! Con su tirana maldad,
Para que veas el amor Consérvate siempre p u r a
Con que te llegué a querer. Y déjalo al mundo andar.

GLOSA
151
Es t a n grande mi pasión
Y con extremo te quiero, DESDE QUE LOGRE MIRARTE
E n ti está la dilación,
Tú ocupas lugar primero Desde que logré mirarte
Dentro de mi corazón. Me determiné a quererte.
Dime, mi bien, si es tu gusto:
Te he prometido ser fiel, Te serviré hasta la muerte.
Nunca pienses que te falte,
Muy constante me has de ver. GLOSA
Al lado p a r a a d o r a r t e
Quién te pudiera tener. Es mi gusto el adorarte.
Hablo por ley y razón,
Dime, mi preciosa flor, Porque el alma me robaste,
¿Que el mirarme te han privado? La voluntad y atención,
4 Por qué acabó tu valor ? Desde que logré mirarte.
Por ti todo he despreciado
P a r o que veas el amor. Me fué tanto gusto el v e r t e
Con mi pasión tan crecida,
P o r vos no siento perder Te di mi amor de tal suerte,
Mil caricias en el mundo. Desde que con alma y vida
Voy dispuesto a padecer Me determiné a quererte.
Pensando en ti en lo profundo
Con que te llegué a querer. Yo seré constante y justo
E n adorar tu belleza;
Sin darte, amada, un disgusto
150 Te seré fiel en firmeza.
Dime, mi bien, si es tu gusto.
DESDE AQUELLA VEZ PRIMERA
P o r fin, quiero únicamente
Desde aquella vez primera Saber con seguridad
Que a t u presencia me vi, Si no podré merecerte.
El corazón, vida y alma Teniéndote voluntad,
A t u obediencia rendí. Te serviré hasta la muerte.

(149) Dictada por doña EteMna Carrizo, en Vinchina, en _1939. Doña Etelvina me do-
cía que estos versos eran muy populares en Vinehina, allá por 1870. . -^^
(150) Dictada en Sanagasta, por la señora Eamona Herrera de Pociolli, quien apren-
dió éste 7 otros cantares a un vecino.
(151) Del cuaderno de la señora viuda de Tejada, en Anguloa (Famatina).
118 J U A N A L F O N S O C A B B 1 Z O

152 Mirad del modo que existe


Un amante verdadero.
DESDE QUE TE VI TE AME
Yo dar la vida profiero,
Y aunque premio no merezca,
Y aún cuando por ti fallezca,
Desde que te vi te amé, Dichoso me considero.
Desde que te amé me muero;
Y muñéndome por ti
Dichoso me considero. DESPEDIDA

GLOSA
Al fin quiero suplicarte
Que me digas la verdad:
Si me has de tener piedad
Ojalá nunca, mi vida, Para más no molestarte.
Hubiera logrado verte, Yo me afano en adorarte,
Por no sufrir una suerte Y quiero que tu también,
Tan triste y tan abatida. Siendo para mí un Edén
Deseo que la partida De primorosas delicias,
El recio golpe me de, Mis amorosas caricias
Y será la causa que No pagues con un desdén.
Sigas de su amor la huella.
Sabes que yo, ingrata, bella,
Desde que te vi, te amé.
153
En mi amarga desventura
Sólo me queda el decir DESPIERTA, REINA DE AMOR
Que voy gustoso a morir
Por una rara hermosura.
De mi situación tan dura Despierta, reina de amor,
Hay veces que desespero. Que me abras tus puertas quiero,
Tener consuelo no espero, Que te viene a visitar
Estoy como prevalido, Un amante pasajero.
Y de una pasión herido,
Desde que te amé me muero.
GLOSA
Ta no tengo resistencia
Para tan doble rigor; Despierta, mi cielo hermoso,
De este funesto dolor Que ya me falta valor.
Es la causa tu indolencia. Si sabes pagar fineza,
Tú pronuncias la senteneia Despierta, reina de amor.
De mi último frenesí.
Y si te fijas en mí Despierta, hermosa sin par,
Sólo podrás observar A los rayos de la luna,
Que estoy siempre al expirar No desprecies tal fortuna
Y muñéndome por ti. Que te viene a visitar.

En vuestras manos consiste Despierta con gran esmero


Mi desgracia o mi fortuna. Placeres que el mundo ofrece,
Tú eres la fuerte columna Saludar a Dios parece
Que me ata y me tiene triste. Un amante pasajero.

(152) De la libreta de don Julio Soria, Chilecito.


(153) Esta glosa, con las dos últimas cuartetas, me fué dictada en Banda Florida
(Dto. Gral. Lavalle), por don Hermenegildo Rodríguez, en 193$. Rodríguez es hombre de
64 años, A la primera estrofa de la glosa la recogí como copla suelta.
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 119

154
DIME, QUERIDA DE MI ALMA Con el puñal en la mano,
Traspásame el corazón,
Dime, querida de mi alma, P a r a no sentir t u ausencia
Si correspondes mi amor. En esta tan cruel prisión.
Mi corazón, de dolor,
No goza un momento en calma.

GLOSA

Si decidida me salvas, 156


No prolongues mi dolor,
Y con tu lindo candor
EL QUE INTENTARA QUITARME
Dime, querida de mi alma.
Recorre tu corazón, El que intentara quitarme
Que te dirá la verdad, La luz del entendimiento
Y dime con claridad Ha de escribir en el agua
Si correspondes mi amor. Y ha de firmar en el viento.
Si respondes con terror,
Dudo si encontraré GLOSA
Otro paciente cual fué
Mi corazón, de dolor.
Pesando en igual balanza
Te declaré en palma (sic) La libra con el adarme,
Que mi corazón no siente, H a de igualar ese fiel
Porque él constantemente El que intentara quitarmie.
No goza un momento en calma.

155
¿DONDE ESTAS O QUE TE HAS H E C H O ? .

¿Dónde estás o qué te has hecho,


Dulce encanto de mi vida?
En esta tan cruel prisión 157
Me dejas y te retiras.
EL RATO QUE NO TE VEO
GLOSA

Muy bien sabes que te tengo El rato que no te veo


E n el centro de mi pecho. Ten por cierto que no vivo.
Cuando mis ansias no atiendes, ¡Cómo podrá quien te adora
¿Dónde estás o qué te has hecho f Vivir sin estar contigol

(154) Dictada en Malligasta (Clrilccito), por don "Vicente Reinoso. Reinoso es un hom-
bre de alguna ilustración y-tenía, en 1939, alrededor de 70 años.
(155) Dictada por doña Tránsito Fuentes de Peñaloza, de 70 años, en Anillaco. Doña
Tránsito sabe leer y escribir y tenía, en 1938, alrededor de 70 años.
(156) En la estación del ferrocarril de la Villa Nueva de Mazan, un niño casi de 12
años, se acercó a dictar coplas, entre ellas me dictó estas dos que son parte de una glosa.
(157) Dictada por doña Aurora Rodríguez en Anillaco. Doña Aurora tenía en 1938
alrededor de 70 años. Sabe leer y escribir.
120 J U A N A L F O N S O C A B B 1 Z O

GLOSA Pues de justicia me toca


Antes la vida rendir
Si duermo, es con sobresalto, Que llegar a preferir
Pues me falta tu recreo. Otra porque esté presente.
No encuentro en mí los sentidos No habrá en el mundo quien cuente
El rato que no te veo. Que me es forzoso el vivir.
Tú que me distes el sí
De amante sin atractivo,
Pues, si me has de aborrecer, Puedes segura contar
Ten por cierto que no vivo. Con un amor que es eterno,
Pues aunque me esté muriendo
Me dicen que te abandone, De ti no me he de olvidar,
Que lo cumpla sin demora. Primero se ha de acabar
No habiendo,causa por qué, El mar en su inundación
¿Cómo podrá quien te adoraf Que yo mudar de pasión
Aunque a la muerte me viera,
Es tanto lo que te quiero, Así, muriendo dijera
Que con verdad te lo digo: Que hice de ti estimación.
Es imposible que pueda
Vivir sin estar contigo.
158-a
158 EN ESTA DESOLACIÓN

EN ESTA DESOLACIÓN En esta desolación


En que forzoso es vivir,
En esta desolación Nunca me he de arrepentir,
En que es forzoso vivir, Que hice de ti estimación.
Yo no me he de arrepentir,
Que hice de ti estimación GLOSA

GLOSA

Siempre has de tener presente,


Ingrata, vuestros favores, Aún más firme que una roca
Y el rasgo de mis amores Tu decoro he de guardar,
No ha de borrarlos la muerte. Y en tierra me he de trocar
Bien puede la fatal suerte Sin que se queje mi boca,
Privarme de vuestra unión, Pues de justicia me toca
Bien puede la sucesión Antes la vida rendir
De los tiempos trastornarse, Que llegar a preferir
Que tu amigo el olvidarse Otra porque esté presente.
Én esta desolación. Ni en La Ríoja habrá quien cuente
En que forzoso es vivir.

Aún más firme que una roca No entiendes que es arrogancia


Vuestro amor he de guardar, De una falsa simpatía,
Y en polvo me he de formar Efecto es, amiga mía,
Sin que pronuncie mi boca, De mi notoria constancia,

(158) Dictada como la anterior, por doña Aurora Bodríguez, en Anillaco.


. (158-a) Dictado en Punta de los Llanos (Dto. de la Capital), por don Manuel An-
tonio Díaz, de 70 años, en 1940.
CANCIÓN BEO POPULAS PE LA RIOJA 121

Que hacia ninguna distancia Digo de qué sanaré


He de variar mi sentir, De este dolor que me mata,
Aunque sé que he de morir, Si me cura quien yo se.
Y aunque mi cuerpo esté muerto,
Que te distinguió mi afecto
Nunca me he de arrepentir. 160
Puede segura contar EN LOS JARDINES DE AMOR
Con mi amor, que es caso eterno,
Porque aunque me esté muriendo En los jardines de amor
De ti no me he de olvidar, Tengo una flor separada,
Y primero ha de llegar Más bella que la azucena,
El mar y su inundación Y no me atrevo tocarla.
Que yo mudar de opinión
Aunque la muerte viniera,
Pues que muriendo dijera GLOSA
Que hice de ti estimación.
Yo buscaba con primor
En los prados de alehelí
Aquella preciosa flor
159 Que a mi corazón le di
ENFERMO ESTOY, NO SE COMO En los jardines de amor.

Enfermo estoy, no se cómo, Mi suerte, en una alborada,


Nacido de un no se qué. A un jardín me precipita
Yo sanaré bien se cuando De una belleza soñada.
Si me cura quien yo se. Adonde Cupido habita
Tengo una flor separada.
GLOSA
Mi alma de dulzura llena
Tengo pena y me conformo, Por la flor que vivo amando.
Lloro y gimo tristemente, Mi corazón se enajena
De mi propia sangre tomo. Tus hechizos contemplando
Yo no se de qué accidente Más bella que la azucena.
Enfermo estoy, no se cómo.
Soy feliz en adorarla
No se a mi pecho por qué A la flor de mis ensueños.
Le asiste lina pasión muda; Más venturoso es amarla
Claramente bien se ve Aspirando ser su dueño,
Que es mi corazón sin duda Y no me atrevo tocarla.
Nacido de un no se qué.
Siempre, siempre estoy deseando 161
De tu gusto un refrigerio;
Mas, como vivo penando, EN TODAS PARTES TE ENCUENTRO
Será imposible el remedio.. .
Yo sanaré bien se cuando. En todas partes te encuentro,
En todas partes te miro.
En mi pecho mantendré Tú no estás en todas partes,
La pena que me maltrata. Pero te llevo conmigo.

(159) Del cuaderno de la señora Aurora Vda. de Tejada, en Ángulos (Famatina).


(160) Dictada en Guandacol, por don Javier Ahumada, en 1940.
(161) Dictada en Chaquis (Dto. Castro Barros), en 1938, por don Gabriel Brizuela,
de 60 años. Sabe leer y escribiz.
122 J V A N A L F O N S O C A K B I Z O

GLOSA Las cuatro dadas, te advierto,


Y en cinco te hago un pedido:
En mi cuarto y en la calle, Que a las seis, vidita mía,
En la orgía y en el templo,
En las nubes y en los astros. No olvides a tu querido.
En el mundo y en el cielo, Eres en siete mi encanto,
En ocho preciosa flor,
En todas partes te encuentro. En nueve no me desprecies,
Te lo pido por favor.
Cuando yo duermo, tú velas:
Te veo en sueños conmigo. En diez declaro mi amor,
Tú lamentas mis tristezas En once reloj pulido,
Y ríes si alegre río. A las doce, vida mía,
¿Por qué es que me sigues siempre?, Que no me eches en olvido.
En todas partes te miro, En trece paso a decirte,
¿Eres algo inmaterial, En catorce vengo a ver,
Eres un demonio o ángel?, Y a las quince, vida mía,
Eres mujer y no puedes Dime si me has de querer.
Tanto así multiplicarte.
Mas no puedes afirmar 163
Tú no estás en todas partes. ESOS TUS PRECIOSOS OJOS
Así dudaba yo un día Esos tus preciosos ojos
Como lego en estos ritos. Son tan hermosos y bellos,
Consulté ingenuamente Que el corazón queda herido
A un sabio mago, y me dijo Cuando me miras con ellos.
Que no estás en todas partes,
Pero te llevo conmigo. GLOSA
No me miren con desdén,
162 Ni me miren con enojos,
Mírenme como que quieren
EN UNA TE ESTOY QUERIENDO Esos tus hermosos ojos.
En una te estoy queriendo, Tus pestañas son el bosque
A las dos, todo mi encanto, Adonde se esconden ellos.
A las tres, vidita mía, Descúbrelos, que me miren,
Me hallo padeciendo tanto. ¡Son tan hermosos y o ellos.../

La cuarteta inicial figura como hecha por la poetisa arequipefia Adriana Buendia, cola-
boradora hacia 1890, del semanario La Alborada, que sucedió a la escritora (argentina) Jua-
na Manuela Gorriti.
En todas partes te encuentro Mi pecho es un cementerio,
y en todas partes te miro; mi corazón es un nicho;
tú no estás en todas partes ¡y si tú mueres, ingTato,
pero te llevo conmigo. ya sabes cuál es tu sitio t
Las campanas de tu barrio Me quisiste y yo te quise,
doblando están por un muerto: y nos quisimos los dos;
tienen razón, ya no existo tú, al fin, llegaste a olvidarme
porque no vivo en tu pecho, pero no te olvido yo.
(Lira arequipeña").
Biblioteca de Cultura Peruana, T. 8, pág, 231.
(162) Me fué dictada en Aminga (De Arriba), por don Beyes Ceballos, en 1938.
Ea analfabeto y tenía 70 años.
En el Cancionero Popular de Salta, TU* 245, hay una versión de tres estrofas de este
cantarcillo sumamente popular. En el Cancionero Popular de Tucumán, N.° 339, hay otra
versión incompleta.
(163) Dictada por doña Etelvina Carrizo, en Vinchina.
CANC10NEM0 POPULAS DE LA RIO JA 123

No me mires de repente, GLOSA


Mírame como que he sido,
Que el pecho sentirá siempre Un punto no te desunes
Que el corazón queda herido. De mi constante memoria,
Esperando la victoria
No me miren irritados De ver tu belleza el lunes.
Que son fatales recuerdos, Siguen las horas comunes;
Porque creo que me matas El martes mi dicha allana.
Cuando me miras con ellos. Mas no se si hoy o mañana
Puedo lograr esa suerte,
Con el deseo de verte
164 Hallo larga la semana.
ESTOY CUIDANDO U N CLAVEL

Estoy cuidando un clavel; Cómo te estoy adorando,


Con mis caricias lo riego. Dulce amada, dueña mía,
En él pongo mis sentidos; El miércoles todo el día
De que me lo roben temo. Paso por ti suspirando.
Y de este modo penando
De día y noche me empleo.
GLOSA El jueves es mi trofeo,
De guardia pongo mis ojos, Bella perla idolatrada,
Porque estarás retratada
Que velan con interés, En la vida del deseo.
Y yo como centinela
Estoy cuidando un clavel.
La planta es el alma mía, Si oigo cantar un jilguero,
Su fragancia es mi sosiego. Tu imagen se me presenta,
Para que no se marchite Y más mi pena se aumenta
Con mis caricias lo riego. Por todo el viernes entero.
El sábado peno y muero,
El día y la noche son
De su perfume testigos; El alma en llanto se anega,
No como, bebo ni duermo, Un instante no sosiega
En él pongo mis sentidos. Hasta ver tu sol dorado;
Y este día tan deseado
Es tan sublime su aroma, ¡Oh, qué gusto cuando Ilegal
Que lo cuido con esmero.
En él pongo mis sentidos:
De que me lo roben temo. Al fin, el lunes y el martes
No hallo en el mundo consuelo.
El miércoles, de tal duelo,
165 Alma y corazón me parte.
El jueves, mi bien, reparte
HALLO LARGA LA SEMANA
De tú hermosura el recreo.
Hallo larga la semana Viernes y sábado creo,
En la vida del deseo. Pero jamás lo distingo.
¡Oh, qué gusto cuando llega Y tan sólo es el domingo
El feliz día en que te veo! El feliz día en que te veo.

(164) Dictada en Anillaco (Dto. Castro Barros) por don Silvano Romero, de 60 años,
en 1938.
(165) De las libretas de don Julio Soria, en Chilecito.
124 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

166 Anda diciendo la gente


Que desgraciados seremos,
JÚRAME QUE YO TE JURO Que nos quieren perseguir
Porque ven que nos queremos.
Júrame que yo te juro,
Amarnos eternamente, La envidia vil y mezquina
Y aunque estemos en la tumba, Me quiere de ti privar.
Nuestro amor esté patente. Para que cumpla su antojo,
Lágrimas ha de costar.
GLOSA
Porque no nos ven hablar,
En mi concepto, no dudo Dicen que no nos queremos:
Que ambos igual nos queremos, Lágrimas ha de costar
Y para mayor seguro, Para que nos separemos.
De las promesas que hacemos,
Júrame, que yo te juro.
168
No pienso que por ausente
Puedas echarme en olvido. LA ESPADA DE TU RETIRO
Mira, cuando así lo intentes,
Que ambos hemos prometido La espada de tu retiro
Amemos eternamente. Me ha conducido a la muerte.
¿Cómo podré consolarme
Si estoy privado de verte?
Aunque me oigan suspirar,
No hay quien se duela de m i
En vano será quejarme,
167 Estando ausente de ti.
LA ENVIDIA SE HA PUESTO Mi triste imaginación
EN CONTRA No cesa de atormentarme:
Que tú, mi querida, puedes
La envidia se ha puesto en contra En algún tiempo olvidarme.
Porque ven que nos queremos.
Lágrimas ha de costar Hasta el fin te he de querer,
Para que nos separemos. Hasta el fin te he de adorar.
Como no falte de ti,
GLOSA Que por mí no ha de faltar.
Ya no habrá ley ni corazón Si en presencia te he querido,
Si te desprecio por otra, En ausencia mucho más,
Siendo que por nuestro amor Porque he dado mi palabra
La envidia se ka puesto en contra. De no olvidarte jamás.
(166) Dictada por doña Aurora Rodríguez, de 60 años, en Anillaeo, en 1938. A esta
misma cuarteta hay una glosa de sentido obsceno, en décimas, qije algún día figurará en el
Cancionero Popular Tabernario, que formo con los cantares obscenos y picarescos de las
provincias exploradas.
(167) Dictada por doña Ramona Herrera de Poeiolli, en Sanagasta.
La última estrofa de esta glosa, que está, a su vez glosada, en el Cancionero Popular de
Tucumán, N.° 322, es española:
Dicen que no nos queremos,
Porque no nos ven hablar;
A tu corazón y al mío
Se lo pueden preguntar. (R. M. 2161)
(168) Dictada por don Pastor Zelaya, en Los Molinos (Dto. Ostra Barros).
La última cuarteta de este cantar es una copla registrada en el Cancionero Popular de Ca-
tamarca, así:
Si presente te he querido,
Ausente te quiero más,
Por eso te di palabra
De no olvidarte jamás. ( K ° 636)
CANCIONERO POPULAE BE LA SIOJA 125

169 Que por ti me hallo llorando,


Lejos de ti, vida mía.
LA PALOMA MAS AMANTE
Varias veces no está en mí
La paloma más amante Sufrir las infracadones.
Que mi corazón tenía Hago llorar corazones
Ve mí se quiere apartar, Al acordarme de ti.
¡Ay, qué desgracia la mía! Creedlo, mi bien, que es así,
Pues te adoro con tal fe,
GLOSA Con paciencia sufriré
El rigor de este cruel mundo,
Yo pensé que fiel me fuera Porque con dolor profundo
Y me adorara constante. ínter viva lloraré.
Pero mal me corresponde
La paloma más amante. Ya que la suerte me indujo
A t a n desgraciada vida,
E r a imagen de mis ojos Penando todos los días
Y entre mis brazos dormía,
E r a el único consuelo
Que mi corazón tenía.

Aunque piense noche y día, Recuerdo de cuando en cuando


No lo podré remediar, Lo que me paso llorando
Porque el gusto y la alegría Hasta la última agonía.
De mí se quiere apartar.
Me causa grande dolor
Ya no ha de tener remedio Cuando recuerdo de t i :
Esta mi cruel agonía. Eres el bello j a r d í n
Me consolaré diciendo: Que deleitas a mi amor.
¡Ay, qué desgracia la mía! Dolor de mi corazón,
Todo te toleraré,
Y si llega el caso en que
170 Esté el corazón herido,
E n lugar de d a r gemidos
LEJOS DE TI, VIDA MÍA Tu nombre pronunciaré.

Lejos de ti, vida mía,


ínter viva lloraré; 171
Hasta la última agonía
Tu nombre pronunciaré. LEJOS DE TI, VIDA MÍA

GLOSA Lejos de ti, vida mía,


Mientras viva te amaré,
Es t a n crecido el contento Y hasta mi última agonía
Que recibo con t u halago, Tu nombre pronunciaré.
Que aunque t ú me des mal pago
Me valgo del sufrimiento. GLOSA
P o r no a p a r t a r m e un momento
De ti, prenda apetecida, Cuanto mejor me sería
Sufriré con alegría A n d a r por el mundo e r r a n t e
Las penas que estoy pasando, Padeciendo noche y día,

(169) Dictada por don Manuel S. Flores, de Los Algarrobos (Dto. Bivadavia).
(170) Esta glosa me fué dictada en Vinchina (Calle), en 1939, por don Audeneío Gon-
zález, de 55 años. Ha sido parafraseada en sentido obsceno.
(171) Dictada por doña Florinda Vda. de Salazar, en la ciudad de La Eioja. Esta
misma cuarteta tiene también una glosa de sentido obaeeno. Me fué dictada en Salta.
126 J U A N A L F O N S O C U Jl _ff T 7, O

Que no estar u n solo instante Finalmente, amada dueña,


Lejos de ti, vida mía. Escúchale a un afligido,
Con mil ayes y suspiros,
Que en adorarte se empeña.
Dale de alivio una seña
O de mayor afición,
Que esta mi ciega pasión
Me tiene así como digo,
Enteramente cautivo,
172 Tu pulida perfección
LOS EXCESIVOS AFECTOS

Los excesivos afectos 173


Que nacen del corazón LLORO AL ALBA POR MIRARTE
Me obligan a pretender
Tu pulida perfección. Lloro al alba por mirarte,
Sale el sol y me entristece,
GLOSA
Porque quisiera adorarte
¿Cómo es posible que cierres Desde que el día amanece.
Las puertas a un fino amante
Que pretende ser constante? Desde que el día amanece
Aunque sus finezas niegues, Yo sueño que te estoy viendo.
Ahora y mientras vivieres, Y estoy de noche y de día
Vengo a t u s puertas sujeto, A todas horas muriendo.
Con u n humilde respeto,
Sólo por darte a saber A todas horas muriendo
Que no puedo contener Sin tener ningún consuelo;
Los excesivos afectos. Y la flor que ando queriendo
Se marchitó con el hielo.
No puedo u n solo momento
Dejar de pensar en ti.
Desde que te conocí, 174
E n ti está mi pensamiento. MÁNDAME A QUITAR LA VIDA
Y estoy a g u a r d a n d o el tiempo
De la dichosa ocasión Mándame a quitar la vida
E n que pueda mi afición Si es delito el adorarte.
Gozar u n dulce recreo El amor que yo te tengo
De los ardientes deseos No he de mudar a otra parte.
Que nacen del corazón.
GLOSA
Ese talle tan bonito
E s el que a mi amor encanta,
Esa tu bonita planta
Y t u mirar t a n airoso; Yo he nacido para ti,
Tu modo t a n generoso Y seré firme y constante;
Y el suave modo de ver, Te pagaré con la yida
¿Quién no se atreve a querer, Si es delito el adorarte.
Siendo un pulido diamante
Que las ansias de gozarte*
Me obligan a pretenderf

(172) De las libretas de don Julio Soria, Chüecito.


En el Cancionero Popular de Tucumán, hay bajo el N.° 357, uria versión incompleta da
esta misma glosa.
(173) Me fué dictado este cantar, en Rivadavia, lugarejo píóximo a Villa Castelli,
en el departamento General Lamadrid, en 1939.
(174) Las estrofas de esta glosa trunca, me fueron dictadas en Vinchina, por don
Amadeo Varas, en 1939, como coplas sueltas.
CANCIONERO POPULAS DE LA EIOJA 127

175 GLOSA

MARINERO QUE NAVEGAS El amor que yo te tengo


Es muy justo y sin prejuicio,
Y sin ser correspondido
Marinero que navegas, Me has hecho perder el juicio.
Levanta, que salta el sol,
A dirigir la barquilla
Donde navega mi amor.
Domina tu corazón,
Amada prenda querida,
Marinero sube al tope Y verás que por t u amor
Y dile a t u capitán Estoy a perder la vida.
Que una vela se divisa
E n las alturas del mar. La cadena de t u amor
Prisionero me ha tenido,
Rema, rema, marinero, Y con ella moriré
Que me gusta t u remar, Si no soy correspondido.
Porque yéndome fen tus brazos
No le temo al temporal.
177
Vamos al puerto, vidita, MI CORAZÓN PENA Y MUERE
Que allí nos embarcaremos:
Tu cuerpo será la lancha, Mi corazón pena y muere
Mis brazos serán los remos. Diciendo que ya te vas.
Para que no pene tanto,
Hasta el muelle fui con ella, Dime cuándo volverás.
E n conversación los dos.
Allí fueron los lamentos GLOSA
Cuando ella me dijo adiós.
Aunque tu pecho de mármol,
De acero o de bronce fuere,
Sabrías que aquí en mi pecho
176 Mi corazón pena y muere.
Sabrías que no es posible
ME HAS HECHO PERDER EL JUICIO Q u e un corazón llore m á s ;
Calla, no quieras matarlo
Me has hecho perder el juicio, Diciendo que tú te vas.
La memoria y el sentido.
Estoy a perder la vida
Si no soy correspondido.

(175) Dictado en Chuquis, por don Amancio Quevedo. Quevedo sabe leer y escribir
y tiene 65 años.
Este cantarcillo debe ser español. La última estrofa es una copla española conocida:
Jasta er muelle fuimos juntos
y platicando los dos
y ayi fueron los lamentos
cuando ella me dijo ¡adiós! (R. M. 3411)
(176) Dictada en Malligasta (Chilecito), por don Vicente Eeinoso, en 1939. Tiene 70
años y sabe leer y escribir.
(177) Dictada por don Brígido Avayay, en Sanagasta, en 1938.
128 J U A N A L F O N S O C A M E I Z O

178 Aunque vengan contra mí


El agua, el fuego y el viento,
MI CORAZÓN SE HA PERDIDO
Y pase mil de tormentos,
Mi corazón se ha perdido, Siempre seré lo que fui.
Y lo trato de buscar, Penas pasaré por ti
Porque pienso lo he de hallar Aun cuando el fuego me abrase
En vuestro pecho escondido. Y la tierra me tapase
Y el mar me quite el poder.
GLOSA Aunque más tormentos pase,
Más firme te he de querer.
No hay duda de que tú has sido
La ladrona en buena fe.
El proyecto es conocido,
Y desde que te miré 180
Mi corazón se ha perdido.
MIRA, NEGRITA DEL ALMA
No le siento palpitar
Ni aun dentro del pecho mío. Mira, negrita del alma,
Esto me hace maliciar, Sólo tu razón espero.
Y con razón desconfío Si por pobre me desprecias,
Y lo trato de buscar. Quiéreme de marinero.
Tú no me puedes negar
Que tengo ley y derecho —No lo desprecio por pobre;
Para poder registrar Antes, más pobre soy yo.
El interior de tu pecho, En la confusión que me hallo,
Porque pienso lo he de hallar. ¿Cómo me avengo con dos?
Si no haces lo que te digo
Y tu corazón se calla, —El remedio que yo le hallo:
Me presentaré a Cupido, Que me quiera a mi nomás;
Y probaré cómo se halla El querido suyo he sido,
En vuestro pecho escondido. No me quiera abandonar.

—Oiga, joven, lo que dice,


179 Después no diga: ¡ malhaya!
Se encuentre con otras lindas
MI DESEO ES PADECER
Y a mí me eche enhoramala.
Mi deseo es padecer
Por tu amor, prenda querida. —Con lindas yo me he encontrado:
Aunque me cueste la vida, Ninguna de ellas me agrada.
Más firme te he de querer. Usted es muy linda y preciosa
Por su cuerpo y por su cara.
GLOSA
—¡ Qué linda puedo ser yo
Cuando no me sobra nada 1
Mujer con necesidad
No tiene honra ni palabra.

(178) Don Ladislao Sotomayor, vecino de Villa "Unión, de 77 años, conservaba en una
libreta algunas composiciones de su juventud. Esta y otras que iremos viendo pertenecen a
esos apuntes.
(179) Dictada en Anillaco, por don Moisés Romero, en 1938.
(180) Dictada por don Hermenegildo Rodrigue*, en Banda Florida (Dto. Gral. La-
valle). Nótese el parentesco de la última estrofa con esta sentencia de Guemán Alfatache: nunca
pudieron ser amigos el hambre con la vergüenza. (Parte primera - Libro II - Cap. II - 10).
CANCIONERO POPULAR BE LA RIO JA 129

180-a Sacaba sangre de los pechos


Y la daba en un pañuelo.
Y O D E T E R M I N O EL Q U E R E R T E

Yo determino el quererte
Con el corazón primero. PRIVARME DE QUE TE VEA
Todavía voy dudando
Si serás mujer de empeño. Privarme de que te vea,
Privarme, podrán privar;
—Mujer de empeño lo he sido, Privarme de que te quiera
Con el tiempo lo irás viendo; No han podido ni podrán.
Nunca he usado traición
Con hombre que ando queriendo
GLOSA
—Mira, mozo enamorado,
De sus ciertas ahmalhayas,
Búsquese con otra b u e n a :
Ninguna le ha de ser mala.
—De buenas, yo he encontrado,
Y ninguna a mí me agrada. Mira que es cosa imposible
Usted será reina en todo, P r i v a r al sol su carrera.
Hermosísima y bizarra. Más imposible será,
Privarme de que te quiera.
—¡ Qué bizarra puedo ser
Donde no me sobra n a d a !
Mujer con necesidad
No tiene honra ni palabra.
182
E l hombre, p a r a hacer ver
La constancia de su pecho, N O QUISIERA RECORDAR
Se hizo picar la vena
Del lao del brazo derecho. No quisiera recordar
Del sueño que estoy soñando,
La mujer, por no ser menos, Porque despierto lo pierdo
También supo hacer su d u e l o : Y en dormido estoy gozando.
(180-a) Dictada por don Pablo J u á r e z , en Guandacol, en 1940.
(181) E s t a s coplas, que son cabeza y pie de una glosa, me fueron dictadas en Loa
Molinos (Dto. Castro B a r r o s ) .
Don Julio Cejador en su Floresta, transcribe este cantar del siglo X V I I (ms. 3168 de
la Bibl. Nacional de M a d r i d ) , parecido al nuestro:
Bien podéis no me querer,
yo desterrarme de veros,
pero dejar de quereros,
señora, no puede ser,
¡Bien podéis vos no quererme,
lo que por mi mal no sea!
y mandarme que no os vea,
que es a la muerte t r a e r m e :
esto y más podéis hacer,
pues tengo que obedeceros;
pero dejar de quereros,
señora, no puede ser. (N.* 1613)
Anterior a este cantar transcripto, es este otro del siglo X V :
Quitarme podéis la vida
de modo que luego muera;
mas quitarme que vos quiera
no podéis. (Floresta, N.° 1517)
(182) Dictada por don Rubén Molina, en Villa Unión, en 1939.
9-II
130 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

Si a la hora en que despierto


Ella a mi lado no está,
Yo me quisiera dormir Todos los cineo sentidos
P a r a volverla a soñar. Los pierdo por tus amores.
Siempre muero y moriré,
Si rae volviera a dormir, Oid mis tristes clamores.
Me saliera cierto el sueño :
A mi lado la tuviera
Si no fuera de otro dueño.

185
183
OLVIDARTE ES IMPOSIBLE
NO SE QUE GUSTO ME DA

No sé que gusto me dá
La vez que merezco el v e r t e ; Olvidarte es imposible
No sé de dónde me nace Aunque de ti viva ausente.
Tanto amor para quererte.
GLOSA
Tanto amor p a r a quererte
Di de donde me sacaste, A todas horas del día,
Si del día en que te vi Mi bien, te tengo presente.
El corazón me robastes. Olvidarte es imposible
Aunque de ti viva ausente.
El corazón me robastes,
Y" estoy a perder la vida. Te prometo ser constante
Si correspondes mi amor, Hasta que venga la muerte.
Tuyo seré mientras viva. Olvidarte es imposible
Aunque de ti viva ausente.
Tuyo seré mientras viva,
No dejaré de quererte Querida p r e n d a del alma,
Hasta que el mundo se acabe Todo mi fin es quererte.
O Dios me mande la muerte. Olvidarte es imposible
Aunque de ti viva ausente.
184 Con la continua a m a r g u r a
OID, PERLA ESCLARECIDA Y el gran deseo de verte,
Olvidarte es imposible
Oid, perla esclarecida, Aunque de ti viva ausente.
Rosa del árbol fragante,
Oid mis tristes clamores,
Si me admites por tu amante. 186

GLOSA
PALOMITA ENCANTADORA

Supuesto que en ti consiste Palomita encantadora,


E l consuelo de mi vida, De mis sentidos recreo,
Tened compasión de mí, Estoy sin vida y sin gusto
Oid, perla esclarecida. El rato que no te veo.

(183) Este cantar con estrofas encadenadas, me fué dictado en 1939, por don Benedicto
Ormeño, en Pagancillo. Ormeño tenía en aquel tiempo 46 años.
(184) Dictada por don Javier Ahumada, en Guandacol, en 1940.
(185) Esta glosa me fué dictada en Anillaco, en 1938, por la señorita Cruz Bomero
Barros.
(186) Estas dos cuartetas, que son la cabeza y el primer pie de una glosa, me fueron
dictadas juntamente con otras coplas en Sanagasta, en 1933.
CANCIÓN K SO POPULAS Z> K LA RIO J A 131

GLOSA Perdiendo la vida estoy,


Yes verdad muy evidente
Si mi corazón pudiera Que te miro bien patente
H a b l a r contigo a toda hora, Por donde quiera que voy.
Me contara por dichoso,
Palomita encantadora.

Hasta en mi imaginación
Estás, mi vida, presente,
Tanto que yo, deliciente,
Te tributo adoración.
Con amorosa intención
187 E n ti está mi recreo.
Pensando en ti me desvelo,
POR D O N D E Q U I S I E R A Q U E V O Y Pues me llego a imaginar
Que contigo voy a hablar,
Por donde quiera que voy Y es la sombra del deseo.
Me parece que te veo:
Y es la sombra del deseo Te miro a solas y lloro,
En que cavilando estoy. De mil requebrantos digo.
GLOSA
Pienso que me hallo contigo
Y que de dichas mejoro.
Te digo, mi bien querido, Y como tanto te adoro,
Ahora al pié de tus plantas, Sólo a la pena me doy,
Que son inuúmeras, t a n t a s Y te advierto desde hoy
Lágrimas que yo he vertido. Que me ha de costar la vida
Hasta la salud he perdido, Esta pena t a n crecida
No me conozco quien soy. En que cavilando estoy.

(187) Dictado por don Melitón Segundo Páez P o r r a , en Safiogaata, en 1939. Lo h a b í a


aprendido en la ciudad de L a Rioja, cuando hizo la conscripción, treinta años atrás.
El poeta santafesino don Bernardo de Vera y P i n t a d o (1780-1827), hizo esta otra glosa
al mismo p i e :
Por donde quiera que voy
Me parece que te veo.
Y es la sombra del deseo
En que delirante estoy.
GLOSA

Desde que mi corazón Me distraigo de repente


Te adora, bien de mi vida, P a r a conversar contigo,
Tengo en el alma reunida Y mil caricias te digo
Tu imagen y mi pasión; Con la expresión más ardiente.
A esta agradable ilusión, A veces t a n vivamente
Todos los momentos doy; A vuestro lado me creo,
Y como viéndote estoy Que los sentidos empleo
Siempre en el alma presente, En escuchar tu favor;
Te llevo aunque estés ausente, Pienso en todo mi amor,
Donde quiera que voy. Y es la sombra del deseo.

Toda la naturaleza Llamó un sabio a la esperanza


A mis ojos Be figura Sueño del hombre despierto,
Mendigando su hermosura Mas yo ni durmiendo advierto
De tu sin igual belleza; Ningún rasgo de confianza;
Y este primor que interesa Mi espíritu no descansa,
A mi amor, o mi recreo, Sólo sé que amante soy,
Es un retrato, un trofeo Y mientras más vuelo doy
De las gracias que r e p a r t e s ; A esta locura de amor,
Y por eso en todas partes Más terrible es el ardor
Me parece que te veo. En que delirante estoy.
( P u i g , Antología, T. I V , p á g . 325)
132 * ó7 A4 # ¿ £- f S> Jf £ O C A R R I Z O

DESPEDIDA GLOSA

Cada vez que voy a tu casa, Ya no hay hora ni momento


Me alegro cuando te miro, Que de ti no haga memoria.
Y una vez que me retiro Sólo pensando en ti vivo
Un gran dolor me traspasa. Por instantes y por horas.
Siento un amor que me abrasa
Desde el día en que te vi, Por donde quiera que yo ande
Y apenas te conocí Sólito yo me recreo
He jurado siempre amarte, Y a donde quiera que miro
Y como hombre he de adorarte Me parece que te veo.
Si es que me quieres a mí.
Si duermo, sueño contigo,
Si despierto, ¡ qué dolor!
188 i Tú hermosura es la que miro,
O son ansias del amor t
POR ESTAR EN TI PENSANDO

Por estar en ti pensando, Si yo despierto gozara


Todo el día suspiro y lloro. Lo que en el sueño poseo,
Por tu olvido voy vertiendo Entonces, mi bien, no fueran
Lágrimas tan sin socorro. Apariencias del deseo.

Cada instante convencido


Del extremo en que te adoro, 190
Como en ti vivo pensando
Todo el día suspiro y lloro. POR FIN, DUEÑA DE MIS OJOS

Acallar mi triste llanto Por fin, dueña de mis ojos,


No puedo de ningún modo. Encanto de mi alegría,
Como en ti vivo pensando Yo moriré, vida mía,
Todo el día suspiro y lloro. Si no cumplo mis antojos.
También dirán mis sonrojos
}Ay, pudiera, vida mía, Que el corazón se me parte.
En tu pecho descansar, Yo pretendo ser tu amante
Pues bien sabes que sin verte Pues me robas los sentidos,
Ni un rato no puedo estar! Que hasta el valor he perdido
Por llegar a merecerte.

189 DESPEDIDA

POR INSTANTES Y POR HORAS Esta letra quise hacer


Por granjear su voluntad.
Por instantes y por horas Dígame usted la verdad,
Me parece que te veo. Con ella no me entretenga,
¿O son ansias del amor Que también yo le diré
O apariencias del deseo t Lo que pronuncia mi lengua.

(188) Dietada por la señora Rosa Cativa de Avila, en San Antonio, barrio de Ai-
mogasta (Dto. Arauco).
(189) Dictada por doña Escolástica Páez, de 65 años, en Villa Unión, en 1939. A la
segunda estrofa de la glosa, no me la dictó doña Escolástica, me la dictaron después con
copla suelta, en Los Llanos.
(190) Esta décima y los versos que parecen seT de una otra décima, me fueron dic-
tados por Anacarsis Páez Dumaux o Domo, en la ciudad de La Eioja, en 1938.
CANCIONERO POPULAS DE LA B10J A 133

191 Imposible es por ahora


Que no muestre su dolencia.
POR MAS QUE AL CORAZÓN MANDO
A ponerle en prisión voy
Por más que al corazón mando E n el lugar más estrecho,
Que no muestre su dolencia, Porque imaginando estoy
Cada suspiro que doy Que se h a de salir del pecho
Huye y se va a tu presencia. Cada suspiro que doy.

GLOSA P o r u n a g r a n contingencia
Se llegó a encontrar en mí,
Siempre lo estoy castigando, Y por tener complacencia
Que no te vaya a ofender. Y estar j u n t o de ti,
Mas como él está adorando, Huye y se va a tu presencia.
No me quiere obedecer
Por más que al corazón mando.
192
Tratádmele con paciencia,
Miradle cómo te adora, POR NOTICIAS YO TE DOY
Que si no hay correspondencia,
Imposible por ahora, P o r noticias yo te doy
Que no muestre su dolencia. Que me encuentro muy enfermo.
P o r ti padeciendo estoy,
A ponerle en prisión voy Que te llevo placentero
E n el lugar más estrecho, A donde quiera que voy.
P o r q u e imaginando estoy
Que se ha de salir del pecho ¡Cómo poderte explicar
Cada suspiro que doy. Lo mucho que yo te quiero!
¿Por qué t r a t a s de acabar
P o r una gran contingencia Mi cariño verdadero?
Se llegó a encontrar en mí, jQuién te lo puede p r i v a r ?
Y por tener complacencia Contéstame si a t u cielo
Y por estar j u n t o a ti, Lo olvidaste con la ausencia:
Huye y se va a tu presencia. Eterno será mi duelo.
H o y me privas tu presencia;
E n mí no cabe consuelo.
191-a
Dame en consuelo un besito,
POR MAS QUE AL CORAZÓN MANDO
Si t u cariño es el m í o :
Por más que al corazón mando Que te adore no es delito,
Que no muestre su dolencia, Quedaré un poco tranquilo
Cada suspiro que doy Y esperaré lo infinito.
Huye y se va a tu presencia.
193
GLOSA
PORQUE EN EL SUEÑO ERES MÍA

Porque en el sueño eres mía,


Trátamele con paciencia, Y ajena cuando recuerdo,
Mírale cómo te adora, No quisiera despertar,
Que si no hay correspondencia, Vida, cuando estoy durmiendo.

(191) De los papeles de don Uladislao Sotomayor, en Villa Unión.


(191-a) Dictada por la señora Amalia Ormeño de Ormeño, en Pagancillos.
(192) Estas quintillas, me fueron dictadas por doña Etelvina Carrizo, en Vinenina
(Horno). ;
(193) Dictada por don Segundo Paez Porra, en Sañogasta, en 1939.
134 J n A N A L F O N S O C A E E 1 Z O

• GLOSA GLOSA

Si por amarte despierto ¿No has visto que el segador


Mi fino amor lo desea, Toma el acero en la mano
No es propio de que me vea P a r a que aparezca el grano
E n el mismo instante muerto. E n poder de su señor?
Lo que despierto padezeo, Viento, frío ni calor
Gozo en el sueño alegría. No le causa horror ni espanto.
Duermo de noche y de día Así, mi adorado encanto,
P a r a poderme alegrar. Si ves lo que hago por ti,
No quisiera despertar De t u bella boca el sí
Porque en el sueño eres mía. ¿Por qué me demoras tanto?
Si yo duermo a cada instante, P o r ambos costados sella
Gozo placer h a l a g ü e ñ o : Señalando lo que m i d e ;
Se me revela en el sueño El objeto que le impide
Que estoy mirando un diamante. Sólo es pensar en su bella.
Despierto, no estás d e l a n t e : Y sin olvidarme de ella,
Suspiro, no hallo consuelo. Desea verla a su lado.
Sólo por ti me desvelo Así, mi cielo adorado,
Hasta perder el sentido. Dulce imán de mi querer,
Mientras dormida eres mía, Cuando no me vas a ver
Y ajena cuando recuerdo. Me tienes con gran cuidado.
Más bien quisiera llevarme
Luego que el día amanece,
E n un sueño poderoso,
Llega al trigo y se despoja.
P a r a contarme dichoso,
Tan sólo de t i acordarme. Y entre su pena o congoja
Despierto, sí, a lamentarme, Ver su dueña le parece,
Porque sin poder hablar De modo que la obscurece
Me pongo a considerar Dándole corte a la caña.
Que otro goce mis deseos. Así el corazón me daña
Como en el sueño te veo, Tina cruel i n g r a t i t u d ;
No quisiera despertar. No t e n d r é paz ni quietud
Si me niegas tu compaña.
A cada vez que despierto,
Me dirijo en ti pensando. El segador empeñoso
Solo, despierto soñando, Siega en la noche oportuna,
Suspiro y lloro por verte. Y entrándose la luna
Busca el lecho del reposo.
Porque viva de tal suerte
Madruga más anheloso
Sólo por ti padeciendo
Que hoy me lamento diciendo Y engavilla lo segado.
Al aplacar mis dolencias, Así aquel apasionado
Dice lleno de sospecha:
Pues te tengo en mi presencia
—Si no logro mi cosecha,
Vida, cuando estoy durmiendo.
Seré el más desventurado.

194 DESPEDIDA

¿POR QUE ME DEMORAS P o r último, encierra y trilla,


Avienta el trigo y lo g u a r d a ;
¿Por qué me demoras tanto f Y al venidero no t a r d a
Me tienes con gran cuidado. E n brotar nueva semilla.
Si me niegas tu compaña, El trabajo no le humilla
Seré el más desventurado. Ni el rigor insoportante.

(194) De las libretas de don Julio Soria, Chilecito.


CANCIONERO FO F D LA E DE LA BJOJA 135

Así el segador amante Mas, si de esta pena muero,


Qiiiere a su dueña a d v e r t i r : Bien puede irme aliviando.
-—Si me ves por ti morir Si mi mal tiene remedio.
Nunca seas inconstante.
P o r estarte idolatrando,
Muy justo es que te prevenga
195 Que, con t a n duro penar,
POR QUERERTE, VIDA MÍA
De la muerte que yo tenga
Mira que te han de cobrar.
P o r quererte, vida mía,
Casi me he visto perdido.
P o r más que lo he ocultado
Todo el mundo lo ha sabido.

Todo el mundo lo ha sabido: 197


Esta ha sido mi desgracia,
Que hasta me tienen prohibido PRETENDO DE HACER U N RAMO
Que yo me llegue a t u casa.
Pretendo de hacer un ramo
Que yo me llegue a tu casa Con tres flores de pasión:
Bien me lo pueden privar. Violetas, no me olvides,
Pero que deje de amarte Suspiros del corazón.
Eso sí que no p o d r á n .

Eso sí que no podrán GLOSA


Porque mi pecho se abrasa,
Aunque me amarga al saber
Los trabajos que t ú pasas.

Los trabajos que t ú pasas Azucena del J a p ó n


Por fuerza he de sentir. Con preciosos « pensamientos »,
Como soy hombre de bien Y le rodearé su centro
No quiero dar qué decir. Con tres flores de pasión.

Un alicanto morado
196
¿POR QUE NO ME DAS A U V I O ?
El ramo ya está formado,
¿Por qué no me das alivio, Y le falta en conclusión:
Si mi mal tiene remedio f Violetas, no me olvides,
Mira que te han de cobrar Suspiros del corazón.
Mi vida si yo me muero.
FINIDA
GLOSA

Distinguida señorita,
Hermosa dalia café,
E n t r e prisiones me veo He preparado este ramo
P o r estarte idolatrando. Dedicado p a r a usted.

(195) Este cantar encadenado lo Tecogí en Campanas, en 1939, lo cantaba Tin viejito
que lo había aprendido por don Pedro P. Cabezas, vecino de Santa María, en Catamarca. El
señor Cabezas realizó 25 viajes a Chile, conduciendo ganado en pie. El guitarrero de Campa-
nas trabajaba al lado del señor Cabezas.
(196) Dictada por doña Manuela. Ortiz, en Chilecito, en 1939.
(197) Dictada por doña Etelvina Carrizo, en Vinchina (Horno), en 1939.
136 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

198 200
¿QUE ESTARAS HACIENDO, CIELO? RECIÉN VENGO DE LA AUSENCIA

¿Qué estarás haciendo, cielof Recién vengo de la ausencia


¿Si te acordarás de mí, Con un crecido desvelo.
Como yo a cada instante Como no hallaba consuelo,
Siempre me acuerdo de tit Se aumentaba mi tristeza!
Lloraba por su belleza,
GLOSA Muy triste y desconsolado,
De ver que la había dejado
Cuando más dormido estoy, Causa de mi poca suerte.
Luego al p u n t o me desvelo Mil veces deseé la muerte
De sólo considerar Cuando salí de su lado.
¿Qué estarás haciendo, cielot

201
Estoy en la mayor pena,
Que me m a l t r a t a s constante, SE PONDRÁN CONTRA MI SUERTE
i Si te acordarás de mí,
Como yo a cada instante? Se pondrán contra mi suerte,
Enfurecidos, los mares,
Y aunque vengan a millares,
No me h a n de privar el verte.
No dejaré de quererte
199 Aunque con leones me hallase.
Mi cuerpo se despedace,
QUISIERA SABER DE CIERTO Mi pecho se vuelva bronce,
Mas te he de querer entonces
Quisiera saber de cierto Aunque mil trabajos pase.
Si has nacido para mí.
Yo me muero por quererte,
Jamás me olvido de ti. Ni la cárcel más obscura
Me ha de servir de escarmiento,
Ni los males ni tormentos
GLOSA
Ni la más cruel a m a r g u r a
Desconfío de t u amor, Me h a n de privar tu hermosura,
L a s penas me tienen muerto. Ni el amor entre los dos.
Si yo he de ser el dichoso, Venga la muerte veloz,
Quisiera saber de cierto. Que yo la he de recibir,
Diciendo: —Yo he de morir,
Alguna señas de amor Mi muerte ha de ser por vos.
Yo quisiera ver en ti,
P a r a no vivir dudando Aunque con cruel inclemencia
Si has nacido para mí. Veneno me quieran dar,
P a r a dejarte de a m a r
Yo he de hacer más diligencia.
Conozco t a complacencia,
Sé que mi embeleso sos,

(198) De íatj libretas do don Julio Soria, Cnilecito.


(199) Dictada en Chuquis, por don Juan Bautist» Romero, en 193S. Somero sabe leer
j escribir.
(200) Esta décima me fué dictada por don Ramón Paí, en el puesto de San Ramón,
al naciente de Santa Rita de Gatuna (Gral. Ocampo).
(201) Dictada por don Laureano de la Fuente, en Pincha» (Dto. Castro Barros), en
1938. De la Puente tenía 53 años, sabía leer y escribir y aprendió lfw décimas en el lugar.
C A \ r I O Ar fí HO POPULAR DE LA X I OJ A 137

Y tan sólo podrá Dios Sacaste lo que has querido


Privarme de tu querer Siendo con llave mi pecho.
Dime qué industria formaste
Para llevarte lo ajeno,
Que sin echar nada en menos
El corazón me robaste.

202
SIENDO CON LLAVE MI PECHO

Siendo con llave mi pecho, 204


El corazón me robaste
Sin dejar ningún vestigio. SIENTO EN MI PECHO UNA LLAMA
Dime, ¿cómo lo sacaste?
Siento en mi pecho una llama
GLOSA En que arde mi corazón,
Y no se quema porque es
Dime, ¿cómo te dentraste? Fuego de mi inmenso amor.
i Quién te ha dado ese derecho f
El corazón me robaste GLOSA
Siendo con llave mi pecho.
Cuando llegues a sentir
Dime bien cómo lo has hecho, El duro pesar de mi alma,
Dime dónde lo dejaste, Conocerás el por qué
Si para echarlo en olvido Siento en el pecho una llama.
El corazón me robaste.
Si penetras a mi pecho
Y miras con atención,
Verás en él las hogueras
En que arde mi corazón.

203
SIENDO CON LLAVE MI PECHO

Siendo con llave mi pecho,


El corazón me robaste 205
Sin dejar ningún resquicio.
Dime cómo lo sacaste. SI HAY TRAS DE LA MUERTE AMOR

GLOSA Si hay tras de la muerte amor,


Después de muerto he de amarte,
Dime tú cómo lo has hecho Y aunque esté en polvo disuelto,
O de qué arte te has valido: Seré polvo y fino amante.

(202) Dictada por don Ramón Sotomayor, en Chaquis (Dto. Castro Barros), en 1938.
(203) Dictada por don Benedicto Ormefio, en Pagancillos (Dto. Gral Lavalle).
(204) Dictada en Chuquis (Dto. Castro Barros), por don Ramón de la Puente, en 1938.
(205) Me fué dictada por don Amadeo de la Fuente, en Chuquis (Castro Barros),
en 1938.
En el cuaderno N.° 2 de Armonías Peruanas, figura esta glosa con las décimas distribui-
das así: la cuarteta y las dos primeras décimas forman un cantar titulado: Fantasía (triste),
138 J l A N A L F O N S O C A E Jt I Z O

GLOSA

Cuando la segur horrible Cuando todos los amores


De mi vida haya dispuesto Del mundo hayan acabado,
Y en la mansión de los muertos Y t a n sólo hayan quedado,
Esté mi cuerpo insensible, Sombras de los amadores,
Allí, si fuera factible, Revivirán los ardores
Te elevaría mi clamor, Del triste amante yerto,
Perdonaría tu rigor, Que estando en la nada envuelto,
Y en esa apacible calma, Si por suerte oye nombrarte,
Te entregaría mi alma Se levantará a buscarte
Si hay tras de la muerte amor. Aunque esté en polvo disuelto.

Cuando en pedazos deshecho Cuando repose, ay de mí,


No le quede a mi existencia En la lúgubre mansión,
Más que una vana apariencia, Sólo será mi oración
Tú estarás viva en mi p e c h o ; Dirigida siempre a ti,
Y desde el obscuro lecho Mas si un loco frenesí
Donde sólo se ve el arte, Me hace oír t u voz amante,
La destrucción y el desastre Me levantaré al instante
De los seres que h a n vivido, Desde mi fría morada,
Allí, con ellos unido, Y te haré ver que, aunque nada,
Después de muerto he de amarte. Seré polvo y fino amante.

pág. 6 4 ; las décimas tercera y cuarta, están en las paga. 62 y 63, respectivamente, integrando
el c a n t a r : Amor delirante.
Ordenando las décimas, la versión peruana e s :

Sí hay tras de la muevig amor.

Si hay tras de la muerte amor


después de muerto he de amarte,
y aunque esté en polvo disuelto
polvo seré y polvo amante.

GLOSA

Cuando todos los amores


Cuando es el túmulo horrible del mundo hayan acabado,
esté mí cadáver puesto y cuando no hayan quedado
y cuando el canto funesto sombras de los amadores,
entones con voz terrible recibirás los ardores
allí tú estarás tú visible del triste amante disuelto
y olvidaré tu r i g o r ; que estando en la nada envuelto
nada me d a r á temor; si por suerte oye nombrarte
y sólo a ti, vida mía, se levantará a buscarte
si hay tras de la muerte amor. y aunque esté en polvo disuelto.

Cuando en pedazos deshecho Cuando repose, j a y de m í !


no le quede a mi existencia a la lúgubre mansión
más que una corta apariencia, sólo será mi oración
tú estarás viva en mi pecho dirigida siempre a t i ,
y desde el oscuro lecho mas si un loco frenesí
donde sólo so ve el arte me hace oír tu voz amante
de destrucción y desastre me levantaré al instante
de los seres que han vivido desde n i fría morada
allí con ellos unido y te haré ver que aunque nada
después de muerto he de amarte. polvo seré y polvo amante.

En el Cancionero Popular de Tucumán, hay a más de una otra versión de esta misma,
otras dos glosas distintas a esta misma c u a r t e t a : véanse los Nos ( 396 y 397.
CANCIONERO POPULAR DE LA El O J A 139

206 Considera mi dolor:


Ya no hay pecho que resista.
SI ME SUPIERAS QUERER

Si me supieras querer
Con un amor verdadero, DESPEDIDA
Para que yo te olvidara
La muerte fuera primero. Padezco mil a m a r g u r a s
Cuan triste es mi situación
GLOSA Contristada tengo el alma
Y angustiado el corazón.

207-a
Saliera el sol de su esfera, POR TU AUSENCIA, VIDA MÍA
La luna nunca alumbrara,
Saliera el mar de su centro, P o r t u ausencia, vida mía,
Para que yo te olvidara. Maldigo mi mala suerte
Hoy me han privado de ti
Sin más culpa que el quererte.

Padezco mil amarguras,


207 Cuan triste es mi situación.
Abatida tengo el alma,
SIN MAS CULPA QUE EL QUERERTE Angustiado el corazón.

Sin más culpa que el quererte Si quieres certificarte,


Padezco sin descansar. E n t r a en mi pecho y r e g i s t r a ;
Ya- no hay pecho que resista Considera mi dolor:
Ni lágrimas que llorar. Si habrá pecho que resista.

GLOSA Toma el puñal en tus manos


P o r última despedida:
P o r t u ausencia, vida mía, P a r a no sufrir tu ausencia,
Maldigo mi mala suerte Mas bien quitarme la vida.
Hoy me han privado de ti,
Sin más culpa que el quererte.
208
Estas lágrimas que lloro
P a r a ti se han de guardar, SI TU TE OLVIDAS DE MI
P a r a que sepas que yo
Padezco sin descansar. Te adoré con t a l pasión
Desde el día en que te vi
Si quieres certificarte, Morirá mi corazón
E n t r a , mi bien y r e g i s t r a ; Si tú te olvidas de mí.

(206) Esta glosa trunca nos fué dictada en Vinchina (Homo), en 1939.
(207) Las estrofas de esta glosa me fueron dictadas como coplas sueltas en Villa Cas-
telli (Dto. Lamadrid), en 1939. Decíanme que las cantaba don Desiderio Guerrero, que falle-
ció liace poco, de 60 años de edad.
(207-a) Estas estrofas de la glosa anterior me fueron dictadas por don Javier
Ahumada, en Guandacol, en 1940.
(208) Esta glosa me fué dictada en Pagancillos (Dto. Gral, Lavalle), por don Be-
nedicto Ormeño, en 1939.
140 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

Yo nací con grande amor GLOSA


A quererte sólo a ti.
Me moriré de dolor Te he soñado, ¡ qué tormento!,
Si tú te olvidas de mí. A otras caricias rendido;
Disfrutando otros halagos
El verte es todo mi encanto Te he soñado, cielo mío.
Y estar muy cerca de ti.
| Cuáles serán mis quebrantos Aunque el corazón me duele,
Si tú te olvidas de mí! No le doy crédito al sueño:
Al peso de mis cadenas Varias veces te he soñado
Yo pienso tan sólo en ti. En brazos de ajeno dueño.
Y daré fin a mis penas
Si tú te olvidas de mí.

209
SI YO EN TUS BRAZOS ME VIERA 210-a
Si yo en tus brazos me viera, TE HE SOÑADO, ¡AY QUE DOLOR I
No sintiera el padecer.
Daría el alma y la vida Te he soñado, ¡ay qué dolor!,
Si me supieras querer. En brazos de ajeno dueño,
GLOSA Y pienso que con la vida
He de pagar ese sueño.
¡Cuándo llegará ese día
En que yo tenga consuelo,
Y se acabe así el desvelo GLOSA
Que padece el alma mía!
Atraídas de la armonía,
Han de brillar las estrellas,
Y se vestirá la tierra Aunque la razón me dice:
Del color el más hermoso. No tomes verdad al sueño,
¡Cómo estaría de gustoso No es poeo dolor soñarte
Si yo en tus brazos me viera! En brazos de ajeno dueño.

210 211

TE H E SONADO, CIELO MIÓ TE SUPLICO POR FAVOR

Te he soñado, cielo mío, Te suplico por favor


En brazos de ajeno dueño, Que no me eches en olvido.
Y pienso que con la vida Si quieres que sea tu amante,
Voy a pagar ese sueño. Dame lo que yo te pido.

(209) Dictada en Sanagasta por don Brígifio A^ayay, en 1938. Avayay es hombre de
64 años, más o menos.
(210) Dictada en Malanzán (Dto. Kivadavia), por don Rosalino Avila, en 1940.
(210-a) Dictada por don Pastor Zelaya, en Los Molinos (Castro Barros).
(211) Dictada por don Joaquín Neyra, de 60 años, en Banda Florida (Dto. Gral Lava-
Lie) en 1939. ¡
CANCIONEEO POPULAS DE LA BIO J A 141

GLOSA Le prometo darle aquello


Si quieres, niña de mi alma,
Amarme como yo te amo, Que aquello es mucho mejor.
Con lágrimas te reclamo
Que me des la dicha y calma
De cobijarme en t u a l m a ; 212
Y si sabes qué es amor
Dame tú esa hermosa flor TODAS LAS NOCHES ME MARCHO
Que t ú tienes tan bonita.
No me la niegues, hijita, Todas las noches me marcho,
Te suplico por favor. Y nunca puedo llegar.
Como el camino es tan largo,
No hallo qué cosa ofrecerte Todo se me va en llorar.
E n las palabras que vacio.
Un primoroso palacio Todo se me va en llorar
De perlas quisiera hacerte. P o r mi desdichada suerte.
Cuando amejore de suerte, Si te digo, no te engaño:
Te daré un rico vestido, Que te quiero hasta la muerte.
Un anillo guarnecido
Con brillantes y u n a estrella. Que te querré hasta la muerte
Te lo encargo, hermosa bella, Si la vida me es posible
Que no me eches en olvido. Te olvidaré con la muerte,
con la vida es imposible.
Un bonito peine de oro
Te brindo, paloma mía,
Un tulipán de Turquía Con la vida es imposible
Hecho por mano de un moro. Que te desprecie por otra.
Como ven que nos queremos,
Y si me admite, u n tesoro.
La envidia se ha puesto en contra.
Contigo seré constante.
Hoy me siento delirante,
A ti no se te dé nada, 213
No me mires enojada
Si quieres que sea tu amante. TRIGUEÑITA TE HIZO EL CIELO
Un riquísimo botín Trigueñita te hizo el cielo
Mandaré a hacerte en la China; P a r a mi recreación;
Si no fuera en seda fina, Con este t u colorcito
Sería de fino satín, Me robas el corazón.
Porque quiero ver t u fin
Mucho antes de ser perdido. Mira cómo corre el agua
Es tanto mi amor herido. Batallando con la a r e n a :
Que mi mente desespera. Así batalla mi amor
Si no permites que muera Por amor de una trigueña.
Dame lo que yo te pido.
P a r a cautivar u n hombre,
DESPEDIDA
Amor forma su cadena.
P o r fin, mi niña hechicera, Así me cautivé yo
No me quiera dar tristeza. Por amor de una trigueña.
P a r a que vea mi firmeza
Le ofrezco mi vida entera. Desde la primera cuna
Quiero llevarla a la espera Lloré-gotas muy pequeñas.
A costa de mi valor, Hoy lloro con abundancia
Y si me cede su amor Por amor de una trigueña.

(212) Este cantar encadenado me dictado por doña Manuela Rodríguez, de 55


años, en Anillaco, en 1938.
(213) Esta glosa me fué dictada don "Vicente Heinoso, en Malligasta (Dto. Ohi-
lecito), en 1939.
142 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

214 GLOSA

TUYO SERÉ M I E N T R A S VIVA Es tanto el fuego que aorasa,


Que ya me quita la vida.
Tuyo seré mientras viva, Si correspondes mi amor,
Jamás dejaré de amarte, Tuyo seré mientras viva.
Y pongo por imposible
Mudar mi amor a otra parte. Aunque me pongan murallas
A los cielos penetrantes,
GLOSA Romperé mil imposibles,
Jamás dejaré de amarte.
E s tanto lo que la quiero,
Que estoy a perder la vida. Hoy el verdugo más cruel
Si correspondes mi amor, Se muestra conmigo horrible.
Tuyo seré mientras viva. Que yo deje de quererte
Aunque me opongas murallas Lo pongo por imposible.
A los cielos penetrantes,
Romperé mil imposibles,
Jamás dejaré de amarte.
Aunque el verdugo más cruel 215
Se muestre conmigo horrible
Que yo dejaré de amarte U N C L A V E L Q U E SE D E S H O J A
Lo pongo por imposible.

Tengo que ir a Buenos Aires


214-a A presentar una rosa,
P a r a ver u n desengaño
TUYO SERÉ MIENTRAS VIVA De un clavel que se deshoja

Tuyo seré mientras viva, Yo vide una niña santa


Jamás dejaré de amarte. Bañarse en agua de rosa,
Lo pongo por imposible Y en u n vaso cristalino,
Mudar mi amor a otra parte. Un clavel que se deshoja.

(214) Dictada poi don Zenón Castro, en Villa Unión (Dto. Gral. Lavalle), en 1939.
(214-a) De una libreta de don Uladislao Sotomayor, en Villa Unión.
(215) Estas doa estrofas de un cantar un tantico más largo, me fueron dictadas co-
mo coplas sueltas separadas una de otra. Como digo, forman parte de un cantar más largo
y es el que lleva el N.° 419 en el Cancionero Popular de Tvcumán. El cantar es a s í :

Del tronco nace la rama,


De la rama nace la hoja
¥ del centro de ella nace
Un clavel que se deshoja.

GLOSA

Yo vide un pájaro rey Y dentro en lo másj espeso


Bañarse eu agua de rosa, De un clavel gue se ¡deshoja.
Y en su pico cristalino
Un clavel que se deshoja. j De qué le sirve a la niña
Que sea bonita y airosa,
Yo vide una niña linda 8 i no ha de tener fragancia
Que se huyó por no ser monja, Ve un clavel que sel deshoja !

Como se ve, la primera es nueva en el cantar y la otra es vina variante de la estrofa


segunda.
CAUCIONERO TOPULAB DE LA £10 J A 143

216 Vienen malas, vienen buenas,


Como dicen los amantes.
U N PELICANO AMOROSO ¡Fuerza y amor es bastante
Para resistir las penas!
Un pelícano amoroso,
Que de amores vive ciego, No hay que demostrar tristeza
Que en la ausencia lo olvidaron Ni rendirse a la prisión.
Recuerda del dulce sueño. Poner duro el corazón
Y avanzar con ligereza,
Recuerda dol dulce sueño La baquía y la destreza,
Que y a murió su esperanza. Que también suelen ser buenas.
Aun cuando llore y suspire, Alienta el ruido al que sueña,
Ya los clamores no alcanzan. Despertarse y no dormirse,
Que la misma prisión dice :
Ya los clamores no alcanzan ¡Qué duras son las cadenas!
Ponga atención a las cuerdas,
Que claramente le dicen:
Esté despierta y no duerma.
218
217 ¡VERLA QUISIERA, ¡AY DE MU
I VALOR, MI VIDA, VALOR! Verla quisiera, ¡ ay de mí!,
Que también me viese ella:
¡Valor, mi vida, valor! E n este mísero estado,
Para resistir las penas. Algún alivio tuviera.
¡Qué duras son las cadenas
Que nos prepara el amor! Tuviera un día dichoso
Si la viera en mi presencia
GLOSA Y pudiera con respeto
Besarle su mano tierna.
No acorbardes, vida mía,
La fuerza de mi partida. Tierna dulzura sería
Mira que nos interesa Lograr niña t a n honesta.
Vender por amor la vida. Busco virtud cuya gracia
Pensemos esta partida, Le encantará a quien la vea.
Y no tengamos temor,
Que así mismo es el amor Vea, yo, antes la muerte,
Que nosotros nos tenemos; Que en brazos de otro la vea.
Así mismo guerrearemos, Sería un dolor tirano
¡Valor, mi vida, valor! Tirano sobre manera.
No acobardes, vida mía, Sobre manera la amo,
Que en siendo iguales pinciones Y es esta pasión tan ciega,
Aunque vengan mil prisiones.. . Yo no sé cómo no muero
Con todo valor bien mío, Al pesar de tantas penas.
No nos mostremos rendidos
Habiendo sangre en las venas.

(216) Este cantaroillo me fué dictado en Malligasta (Chilecito), en 1939, por la se-
ñora Brígida Herrera de Gordillo.
(217) Fsta glosa me fué dictada par don Domingo Correa, en Santa Cruz (Dto. Fa-
matina), en 1939.
(218) Este cantar de estrofas encadenadas, me fué dictado por don José Brizuela, en
Los Molinos (Dto. Castro Barros), en 1938. Don José aprendió este cantar a BU señora madre,
Doña Elmira Brizuela, natural del lugar.
144 J U A N A L F O N S O C A B E I Z O

Lanzara mi corazón GLOSA


E n esta inhumana fecha,
Y que yo no hallo consuelo Atienda, mi niña hermosa,
E n mi insufrible tristeza. Cantando p a r a usté estoy.
Como me hallo t a n rendido,
Yo mi corazón le doy.
Tristeza, pesar, congoja,
Ansia, lamento y miseria,
De las penas que padezco,
Desesperación y angustia
Dadme siquiera un alivio,
Que me acompaña y rodea.
Que mis penas serán glorias
Si usted es constante conmigo.
219
YO ME QUEDO BIEN PAGADO
FINIDA
Yo me quedo bien pagado
Al mirarla desde aquí. Al despedirme de usté
Y si otro le da más gloria, Voy a pedirle un favor:
Déme pesares a mí. Aunque de mí no se acuerde,
No se olvide de mi amor.
GLOSA

221
YO TE QUIERO TAN DE VERAS

Yo te quiero t a n de veras,
Que jamás podré olvidarte.
Si algún motivo me dieras,
Al fin, mi lirio morado, Más firme seré en amarte.
Mi estimada señorita,
Quisiera que esta letrita Más firme seré en amarte
Llegara a ser de su agrado, Porque te amo con delirio.
Que yo quedo bien pagado ¿Por qué t r a t a s de a u s e n t a r t e !
Mirándola desde aquí. P a r a mí será un martirio.
Si algún yerro cometí,
Bórreme de su memoria; P a r a mí será u n martirio
A otros dele la gloria, L a vida lejos de ti.
Déme pesares a mí. Más bien, quítame la vida,
Si t ú dispones así.
Si t ú dispones así,
220 Yo te veré por momentos.
Si t ú te olvidas de mí,
YO MI CORAZÓN LE DOY
P a r a mí será u n tormento.
Yo mi corazón le doy P a r a mí será un tormento
Si usted es constante conmigo. Porque mi amor no es fingido.
Quien cautive más mi pecho Te advierto que soy constante,
En él mundo no ha nacido. Que lo que quiero no olvido.

(219) Dictada por don Francisco Flores, en la ciudad de La Rioja, en 1938.


(220) Dictada por don Gerardo "Vargas, en Bivadavia, al señor Visitador de Escuelas,
don Miguel N. Villafañe, quien me la hizo llegar en 1938.
(221) Este cantar de estrofas encadenadas, me fué dictado en ViHa Unión (Gral. La-
valle), en 1939, por don Baltazar del Carril. Del Carril tenía 58 años.
PENAS, DOLOR, TRISTEZAS
Y AMARGURAS
222 Daré el último suspiro
Antes que el mundo me deje.
A LA ESCUELA ME HAN ECHADO
Lloraré toda mi vida
A la escuela me han echado, En un silencio profundo.
Y no he dado una lección, Si lo que amo tiene dueño,
Por llevármelo pensando Voy a quejarme del mundo.
De donde nace esa flor.
Al fin salí de la escuela,
Porque no iba a comprender,
Porque si me pongo en ello 224
Esa flor se iba a perder.
A MI ME NOTIFICARON
Voy a dentrar al jardín,
Haciendo todo valor, A mi me notificaron,
A ver si me certifico Primera y segunda vez,
De donde nace esa flor. Que a casa de la que amaba
No pusiera más los pies.
De hortelano al fin entré Después de notificado
A este jardín sin temor. Volví a la casa otra vez,
Y ahora salgo diciendo: A ver si firme la hallaba
¡Qué cosa es tener amor! Conforme yo la dejé.
A deshora de la noche
223 Muy vacilante la hallé,
Le pregunté qué tenía
AL MUNDO QUIERO DEJAR Contesto de ella no hallé.
Al mundo quiero dejar Al rato me contestó:
Antes que el mundo me deje, —¿Para qué querís saber
Voy a quejarme del mundo Si no me has de remediar 1
Antes que de mí se queje. Déjame a mí padecer.

GLOSA
225
Si la persona a quién amo
Me ha de querer olvidar, A UN PEÑASCO DI MIS QUEJAS
Más no teniendo reclamo;
Al mundo quiero dejar. A un peñasco di mis quejas
Por ver si me consolaba.
Voy a formar mi retiro Aquel que queriendo vive
Como del mar a los pejes. Hasta con las piedras habla.

(222) Este cantarcillo que parece ser resto de algún otro, me fué dictado en la ciudad
de La Rioja por don Rosendo Albino Reinoso, en 1938.
(223) Dictada por doña Etelvina Carrizo, en Vinehina (Horno).
A la última cuarteta la he oído también así:
Lloraré toda mi vida,
en un silencio profundo,
si la que amo tiene dueño
(para qué andar en el mundo? (Juy. 2008)
(224) Este cantarcillo figura con dos estrofas en el Cancionero Popular de Tucumán
(N.° 284). Me fué dictado en Chilecito, en 1939.
(225) Dictada en Los Palacios, por don Juan Cruz Humeres, en 1939. En el Cancionero
Popular de Tucumán, hay notieia de esta glosa y digo así porque solamente he encontrado
la cuarteta y la primera estrofa, (N.° 439).
148 J U A N A L F O N S O C A B E I Z O

GLOSA Mi carrera seguiré,


Y siempre la buscaré
¡ Ay mi mal t a n sin remedio! Aunque la lloro perdida.
I Ay mis esperanzas lejas!
P o r ver si me consolaba,
A un peñasco di mis quejas. 227
Una noche en que mis males AYER TRISTE SUSPIRABA
Serenidad me brindaban,
Salí a distraer mi vista
Ayer triste suspiraba
Por ver si me consolaba.
P o r el dulce encanto mío.
i Qué penas t a n insensibles De mis párpados un río
Para aquel que da y recibe! Este dolor me arrancaba.
¡ Qué suspiros da t a n triste Y mientras tanto lloraba,
Aquel que queriendo vive! Me puse a considerar
Si es justo al hombre llorar
O rendirse a su dolor,
Y vi que el que tiene amor
A todo se ha de entregar.
226
E l g r a n Salomón lloró
AVE, QUE EN VUESTRO VOLIDO La ausencia de su querida.
Marco Antonio dio la vida
Ave, que en vuestro volido A los pies de la que amó.
Llevas sombra de fortuna, ¡ Qué extraño que llore yo
i No tienes noticia alguna Esta cruel separación!
De u n a flor que yo he perdido? ¿Acaso a mi corazón
i Dónde la h a b r á n escondido? No le es dado lamentarse?
¿Por qué le privan quejarse
A quién le sobra razón?
¿Adonde la encontraré?
Porque desde que se fué Un tirano cazador,
Siempre la lloro perdida. Que dos tortolillas mira,
A u n canario primoroso Cuál envidioso les tira,
Por ella le p r e g u n t é ; Y una muere a su rigor.
Me d i j o : Su flor se fué, La otra llena de dolor
Salió de un j a r d í n hermoso. A un bosque se va a ocultar.
Lleva u n destino penoso, Allí se le oye llorar
E l fin de ella yo no sé. Su compañera perdida.
Noticias no le daré, Y yo, que pierdo la mía,
Creo que será perdida. j Cómo no me he de q u e j a r !
¡ Pobre mi flor tan querida
E n dónde la encontraré!
228
Cuando la ceniza fría
De mi cuerpo haya quedado, AY, FORTUNA, ¿QUE TE HICISTE?
Entonces la h a b r é olvidado
Hasta de mi idolatría ( ? ) . Ay, fortuna, ¿qué te hiciste f
Y con mi tierna porfía Consuelo de mis tormentos,
¿Dónde estás que no te encuentro,
Que no consuelas a un triste?

(226) Estas trea décimas me fueron dictadas por don Hermenegildo Eodríguez, en
Banda Florida (Dto. Gral. Lavalle), en 1939.
(227) A estas tres décimas las tomé de las libretas de don Julio Soria, en Cbilecito.
C228) Del cuaderno de doña Aurora Vda. de Tejada, en Ángulos (Famatina) .
CAN CION EEO POPULAE DE LA BIOJA 149

GLOSA GLOSA

Suerte j por qué me has dejado T Mis ojos, como inocentes,


Ay dicha ¿ dónde te fuiste No alcanzan a conocer.
Dejándome a padecer? U n agravio t a n terrible,
Ay, fortuna, ¿qué te hiciste? ¡Ay, ojos vengan a ver!

Padezco, t r i s t e ; ¡ ay de mí!,
Martirios crueles y lentos,
Y sin poder encontrar Mis ojos, como eran niños,
Consuelo de mis tormentos. Se habían quedado dormidos.
Despierten la vista al mundo,
E n vano busco el descanso No se queden divertidos.
De mi infortunio violento.
Dicha, que de mí te excusas,
¿Dónde estás que no te encuentrot

Tormentos t a n repetidos 230


Ya mi pecho no resiste.
Fortuna, ¿por qué te esquivas,
TUS OJOS T I E N E N LA CULPA
Que no consuelas a un triste t
Tus ojos tienen la culpa
229 De que los míos se pierdan.
P e r o me la han de pagar,
¡AY, OJOS, V E N G A N A VER Tus ojos lindos de perlas.

¡Ay, ojos, vengan a ver No me consuela el vivir


Lo que han deseado mirar! Si contigo no estuviera.
No se queden divertidos P a r a vivir a mi gusto,
Con lo que no han de gozar. Tus ojos lindos quisiera.

E n el Cancionero Popular de Salta, N.° 163, y en el Cancionero Popular de Tucumán,


en N.° 442, hay una glosa en décimas a esta misma cuarteta. También es conocida en
L a Rioja, don Florentín Herrera, de Pinchas (Dto. Castro B a r r o s ) , me la dictó, pero como ya
figura en los otros cancioneros, no la he incluido en éste.
El interrogante que formula el cantar a Fortuna y la personificación de ésta nos hace
recordar al Diálogo de Bías contra Fortuna, del Marqués de Santillana (1398-1458), que
empieza a s í :
B í a s : — i Qué es Jo qué piensas, F o r t u n a f
¿Tú me piensas molestar
O me piensas espantar
Bien como & niño de c u n a t
J u a n de Timoneda (m. 1583), en su Sarao de Amor {Valencia, 1561), tiene este villancico:

¿Dónde está mi corazón


mi gloria, bien y deseo?
4Dónde esta, que no lo veo?
(Cejador Franca, N.° 2532)

Diego de San Pedro (de mediados del siglo X V ) , tiene ea su Desprecio de la Fortuna,
conceptos parecidos a los de nuestro cantar.
(229) Dictada por doña J u a n a Fuentes Quevedo, en Pinchas (Dto. Castro B a r r o s ) , en
1938.
(230) Dictada por doña Escolástica Páez, en Villa Unión (Dto. Gral. Lavalle), en
1939. Nótese que las dos últimas estrofas son variantes de la cuarteta y del primer pie,
respectivamente, de la glosa anterior.
150 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

Ahí van mis ojos a ver 231-a


Lo que deseaban mirar,
Lo que les causa alegría ¡COMO NO ME HE DE QUEJAR!
P o r lo que no h a n de gozar.
¡Cómo no me he de quejar
Mirándome despreciada!
Como mis ojos son niños,
Siendo tan firme y constante,
No alcanzan a comprender Seré más que desgraciada.
Los desprecios t a n patentes
Que les has venido a hacer.
GLOSA

Bien conozco que t u amor


231 Otra dueña lo llevó,
P a r a que quedase yo
¡COMO ES DABLE QUE RESISTA! Oprimida de dolor.
Anda falso, sin razón,
Que el plazo te ha de llegar
j Cómo es dable que resista E n que tendrás que llorar
Cuando es t a n crecido el daño ! Cuando te acuerdes de mí,
Los días se me hacen años Y quedándome sin ti ,
Al carecer de t u vista. ¡Cómo no me he de quejar!
Una historia me contrista,
Que a la muerte he de buscar,
Que me acabe de matar.
Esto es mucho p a d e c e r :
No poderte a solas ver
Ni poder contigo hablar. Ya que no soy t u querida,
Como fui en otra ocasión,
Nace el sol, y me entristece Traspasado el corazón
Ver el sol y no mirarte. Vivo con mortal herida.
Más bien quisiera adorarte
Desde la hora en que amanece. No quiero glorias pasadas,
Así como mi amor crece, Me contaré sepultada
Parece que te estoy viendo, Y todo r e t r a t a r é ,
Y de aquí estoy conociendo Y jamás glorias t e n d r é :
Que es engaño o fantasía, Seré más que desgraciada.
Y ando de noche y día
A todas horas sintiendo.
232
Ya no tengo corazón,
Todo para mí es tormento, CON RAZÓN SUSPIRO Y LLORO
Todos los divertimientos
Me sirven de confusión. Con razón suspiro y lloro,
P a r a mí no h a y diversión, Quejándome de tu amor.
Siempre estoy en decadencia. No finjas si no me quieres,
Todo esto lo hace mi ciencia; No hagas veces de traidor.
Puedo con verdad decir:
De nada sirve el vivir. Lloraré, que a tus encantos
Sin estar en tu presencia. No tengo que d a r disculpas.

(231) Dictada por doña Fabiana Fuente, en Chuquis (Dto. Castro Barros), en 1938.
Doña Fabiana es una señora de 70 años y sabe leer y escribir.
(232) Dictado por doña Narcisa Ortiz, en Chuquis (Dto. Castro Barros), en 1938.
Doña Narcisa es señora de 65 años y sabe leer y escribir.
CANCIONEEO POPULAS DE LA MIOJA 151

Yo por mi gusto te quise, 235


No tuviste tú la culpa.
CUANDO MUERA LA ESPERANZA
Tú no tuviste la culpa,
Sino yo que me entregué. Cuando muera la esperanza,
A los brazos de un engaño, He de dejar de esperar.
Amé sin saber a quién. Mientras la esperanza viva,
Con ella siempre he de andar.
233
GLOSA
CUANDO DOS SE QUIEREN BIEN
Padezco, pero mantengo
Cuando dos se quieren bien E n mi pecho la confianza.
Y no se pueden hablar, Sólo desfalleceré
Los ojos sirven de lengua Cuando muera la esperanza.
Para más disimular.
Invariable es mi esperanza,
GLOSA Firme mi fidelidad,
Alguaciles pensamiento, Cuando mi vida se acabe,
¿Por qué me quieren prender, He de dejar de esperar.
Sabiendo que no hay justicia
Cuando dos se quieren bienf No me h a r á n retroceder
Ni las penas más altivas,
Que alegre padeceré
Mientras la esperanza tnva.
Aunque las adversidades
234 Me pretendan acabar,
Mientras viva la esperanza,
CUANDO ESTOY A SOLAS LLORO Con ella siempre he de andar.
Cuando estoy a solas lloro,
Y en conversación me río 236
Porque no diga la gente
Que ando y a disgusto mío. DE AGUA QUE VIERTEN MIS OJOS
GLOSA De agua que vierten mis ojos
De la noche a la mañana Ya voy fabricando un mar;
Perdí todo mi tesoro, Lo que lloro noche y día
Sin dar a saber a nadie, Cuando no te puedo hablar.
Cuando estoy a solas lloro.
GLOSA

Qué llantos tan lamentables,


Qué destino t a n penoso,

(233) Tanto la cabeza como el pie de esta glosa me fueron dictadas como coplas
sueltas. La cabeza es una copla española.
Cuando dos se quieren bien
Y no se pueden hablar,
Los ojos sirven de lengua,
Para más disimular. (K. M. 5844)
(234) También como las estrofas anteriores, éstas fueron dictadas como coplas.
(235) Dictada por don Reyes Ceballos, en Amingo (Dto. Castro Barros, en 1938. Ce-
ballos tiene 70 años y es analfabeto.
(236) Dictada por Fernando Tapia, en Guandacol (Dto. Gral, Lavalle), en 1938. Tapia
tiene 50 años y es analfabeto.
152 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

Que todo u n mundo se anega 238


De agua que vierten mis ojos.
¿DONDE HABRÁ PENA MAYOR?
Cuando no la puedo hablar
Ya no sé cómo he de estar,
¿Dónde habrá pena mayor
Y con mis copiosos llantos
Ya voy fabricando un mar. Ni tormento más terrible
Como el que yo estoy pasando
Siquiera p a r a u n consuelo Por un amor imposible?
Conversáramos, mi vida.
Entonces diré las causas GLOSA
Lo que lloro noche y día.

Otro que cual yo padezca


Lo tengo por imposible,
237 Que pase tantos trabajos
Ni tormento más terrible.
DEJA DE CANTAR, JILGUERO
No h a y duda que pueda haber
Deja de cantar, jilguero, Quién por ti se halle penando,
Que me estás atormentando, Pero no de un mal t a n grande
Que es doble pena en un triste Como el que yo estoy pasando.
Oír cantar y estar penando.

GLOSA

Tus gorjeos tristes memorias 239


Me recuerdan placentero;
No me martirices más, EL DOMINGO DE MAÑANA
Deja de cantar, jilguero.
El domingo de mañana,
Siempre que alegre cantáis
Al lado de u n verde lirio,
Me recuerdas glorias c u a n d o ;
Oí que se lamentaba
Deja tus trinos, más vale,
Una paloma en su nido.
Que me estás atormentando.

Dichoso el que canta alegre, Lloré de verla llorar


Ninguna pena le asiste; Desmayada sobre el nido.
Infeliz del que padece, No la pude consolar:
Que es doble pena en un triste. Su amante dueño ha perdido.

lAy, triste de u n infeliz Y salió esta palomita


Que la dicha está buscando! Como a atajar el camino;
Dónde no hay pena mayor Abre las alas y ?1 pico
Que oír cantar y estar penando. Como si hablase; conmigo.

(237) Del cuaderno de doña Aurora Vda. de Tejada, en Ángulos (Famatina).


La cuarteta glosada es española:

Do j a de cantar, gilgtiero,
Que me estás atormentando;
Que es mucha pena en un triste
OÍT cantar y estar llorando. (R. M. 5082)

(238) F o r m a d a con coplas recogidas en Sanagasta (Dto. La C a p i t a l ) , en 1938.


(239) Dictada por don Genaro Fuentes, en Pinchas (Dto. Castro B a r r o s ) , en 1938.
CANCIONERO POPULAS DE LA El OJ A 153

—¿Para dónde, palomita, Si me quejo es con razón,


Con t a n sumergido vuelo? Porque me aflige el tormento,
¿Me dejarás una pluma Y lleno de sentimiento
Siquiera para consuelo? Lo pasa mi corazón.
Yo no encuentro dulce son
—No te dejaré una pluma, Aunque el recreo reclamo.
Te dejaré u n a expresión: Así es que infeliz me llamo
Que me voy a las alturas Llorando en este destierro,
Agraviado el corazón. Igualmente como el perro
Llora cuando pierde el amo.

240 Si yo encontrase algún día


P o r fortuna mi consuelo.
EL DOMINGO DE MAÑANA Cesaría mi desvelo
De mi gran melancolía.
Pero sé que la alegría
De que yo la halle es en vano.
E l domingo de mañana P o r lo tanto no hay humano
De pena no me podía: De igual pesar al decir
A todos les preguntaba No diera a otro mi sentir
De mi bien que no venía. Mas, como yo_ soy cristiano. ..
El lunes imaginaba No hallo con la amargura
El día que la iba a ver. De mi amargo padecer
Por más mucho que sentía, Cómo poder merecer
A nadie daba a saber.
Algún poco de dulzura.
Así de otra criatura
Nadie se puede admirar.
241 Un ave suele penar
Ausente de su consorte.
EL PERRO, SIENDO ANIMAL Y yo, que soy de otro importe,
¡Cómo no me he de quejar J
El perro, siendo animal,
Llora criando pierde el amo.
Mas, como yo soy cristiano,
¡Cómo no me he de quejar! 242

GLOSA EL QUE HA PERDIDO SU AMOR

Se admiran de mi inclemencia, El que ha perdido su amor


P o r la falta de mi abrigo. Bien puede considerar
Así ni al más enemigo Cómo no me he de quejar
Yo le diera mis dolencias. Si llora mi corazón.
¿Por qué, Señor, mi existencia Es t a n grande mi dolor
Es desgraciada y fatal? Y la amargura crecida,
Así yo siento mi mal, Que diera el alma y la vida,
Que padezco eternamente, Todo cuanto me pidieran,
Cómo llora, gime y siente Sólo porque me trajeran
El perro siendo animal. La prenda que ayer fué mía.

(240) Estas dos estrofas de un cantar me fueron dictadas por don Brigido Avayay, en
Sanagasta, en 1938. Don Brigido me decía que el cantar era más largo.
(241) Del cuaderno de doña Aurora Vda. de Tejada, en Ángulos, Famatina.
(242) Esta décima me fué dictada por don Javier Ahumada, en GuandacoL Don Javier
me decía que formaba parte de un cantar más largo.
154 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

243 Mi alma mucho está sufriendo


Y ya se quiere morir,
ESPERANDO UNA ESPERANZA Y t ú muy bien lo estás viendo:
No hay valor para sufrir.
Esperando una esperanza,
Estoy como delirando. Pregunto al cielo porqué
Más vale morir sintiendo La suerte tan mal me trata,
Y no vivir esperando. Que sin tener yo la culpa
Un sentimiento me mata.
GLOSA Le digo a mi corazón
Que deseche su sentir,
Pasan tardes y mañanas, Y me contesta l l o r a n d o :
Mi mal no tiene b o n a n z a ; Ya no puedo más vivir.
P a s a n también las semanas
Esperando una esperanza.
245
El día entero me paso HASTA EL ALMA TENGO TRISTE
Afligido y suspirando,
Y cuando no duermo acaso
Estoy como delirando. Hasta el alma tengo triste
Y enlutado el corazón,
Porque tengo una pasión
Si el tiempo se ha de pasar Que a todas horas me asiste.
Y yo he de estar padeciendo,
Pues, para tanto esperar, GLOSA
Más vale morir sintiendo.

Me es imposible vivir
La vida que estoy pasando.
Más bien quisiera morir
Y no vivir esperando. Que procure divertirme
Le digo a mi corazón,
Y me contesta: —No puedo,
Porque tengo una pasión.
244
Duélete, pues, vida mía,
ESTOY QUE YA DESESPERO Si algún amor me tuviste,
E n t r e penas y tormentos
Estoy que ya desespero, Que a todas horas me asiste.
No hay valor para sufrir.
Un sentimiento me mata,
Ya no puedo más vivir. 246
GLOSA LA CALANDRIA QUE CRIE

E n vano lloro y suspiro, L a calandria que crié


E n vano morirme quiero. P a r a mi dulce c o n t e n t o :
Y sin encontrar alivio, Ella ha sido la traidora,
Estoy que ya desespero. La cansa de mi tormento.

(243) Del cuaderno de don Guillermo Páez, Pie* fué vecino del Condado, villita del
departamento General Lamadrid.
(244) Dictada por don Vicente Reinoso, de Malligasta en 1939. Beinoso tiene 70 años
y sabe leer y escribir.
(245) Dictada por doña María I. Doria, en Chilerito, en 1939.
(246) Me decía don J. Manuel Ortiz Nieto, al dictarme estas dos estrofas, que el
cantar era largo, pero que no recordaba más. El señor Ortiz Nieto es de Chaquis y me dictó
varios cantares, en agosto de 1938.
CANCIONERO POP-ULAE DE L A JRIO J A 155

Si la hubiera desalado E s t á n viniendo a porfía


Cuando a volar empezó, A amargar el pensamiento.
E n otros brazos extraños
No la hubiera visto vo. Déjame echar en olvido,
F o r t u n a , el bien que me diste,
Porque p a r a el abatido
247 No h a b r á memoria más triste
Que acordarse el haber sido.
LAS P A S A D A S GLORIAS VIENEN

248
Las pasadas glorias vienen
A amargar el pensamiento, LLORA, TRISTE PALOMITA
Que acordarse el haber sido
Sirve de mayor tormento.
Lloró, triste palomita,
En la jaula prisionera;
GLOSA
Ya se acabaron tus gustos
De tu amable primavera.
E n mi memoria residen
Los ya pasados contentos, GLOSA
Y mis sentidos perciben
Que sólo para tormentos
Las pasadas glorias sirven.
Veris el sol y los astros
E l júbilo y el contento Todos vestidos de luto.
De mi pasada alegría, Ellos no te a l u m b r a r á n :
Sin descansar u n momento, Ya se acabaron tus gustos.

(247) Dictada por don Modesto Páez, que la aprendió a su padre, don Ramón Rosa Páez,
allá por 1884. Villa Castelli (Dto. Gral. L a m a d r i d ) , 1939. E s t a glosa nos recuerda al Dante
en el canto V, cuando dice:

Nessum maggior dolore


Che ricordarsi del tempo felice
nella miseria.

Cuya traducción sería:

No hay mayor dolor


Que recordarse del tiempo feliz
En la miseria.

Don Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santulona (1398-1458), trae el pensamiento


del Dante a s í :
La mayor cuyta d i auer
puede ningún amador
es memorarse del placer
en el tiempo del ddlor. (118 - Nos. 224 • 62)

(248) Tanto la cabeza como el pie de la glosa me fueron dictados como coplas, en L a
Costa, de Castro Barros, en 1938. E n el Cancionero Popular de Tucvmán, N.° 480, hay una
glosa en décimas a la misma cuarteta que encabeza ésta. Ofrece alguna ligera variante, pues
dice:
Llora, triste palomita
E n tu j a u l a prisionera,
Se acabaron los encantos
De tu amable primavera.
156 JUAN ALFONSO CARRIZO

249 250
MI BIEN, PARA DECLARARME NO HOY CORAZÓN COMO EL MIÓ
Mi bien, para declararme No hay corazón como el mío
Y aliviar mi corazón, Para sufrir una pena.
Quisiera que me señales Corazón que sufre y calla
Tiempo, lugar y ocasión. No se encuentra dondequiera.

GLOSA GLOSA

Bien pueden ser como yo,


Que el ser mejor no porfío,
Pero p a r a más sufrir
No Jiay corazón como el mío.

Dichoso de aquel que goza


Amor sin sufrir pinción,
Y no espera como yo
Tiempo, lugar y ocasión.

(249) Como en el caso anterior, he formado esta glosa con coplas recogidas a paisa-
nos de La Costa, en Castro Barros, en 1938.
Tinción: esta vez tiene el sentido d e : pesaroso, apesadumbrado. Persona t o r t u r a d a poT
alguna pena. En el Cancionero Popular de Tucumán, N.° 715, se comenta esta voz, pues ella
es conocida en Tucumán.
E s t a voz es también popular en Méjico, así se ve en este trozo de la novela ¿ o s de
Abajo, de don Mariano Azuela:
—¡Pobreoita de ti, platícame cómo estuvo eso!
Camila tenía los ojos hinchados de llorar.
—¡Me mintió, me mintió!... Fué al rancho y me dijo: «Camila, vengo no más por ti.
¿Te sales conmigo? ». ¡TTum, dígame si yo no tendría ganas de ealirme con él. De quererlo,
lo QUERO y lo REQUERO... ¡Míreme tan encanijada sólo por estar pensando en él! Ama-
nece y ni ganas del metate... Me llama mi mama al almuereo, y la gorda (tortilla de maíz),
se me hace trapo en la boca... ! ¡T aquella PINCION... T aquélla PINCION!...
Y comenzó a llorar otra vez, y para que no se oyeran sus sollozos se tapaba la boca y la
nariz con un extremo del rebozo.
—Mira, yo te voy a sacar de esta apuración. No seas tonta, ya no llores. Ya no pienses
en el curro... ¡Sabes lo que es ese curro?... ¡Palabra!... ¡Te lo digo que no más para
eso lo trac el general!... ¡Qué tonta!-.. Bueno, ¿quieres volver a tu casa? (14 - 178).
Como se ve, la voz pinción tiene en Méjico el mismo sentido que se le da en Tucumán
y L a Rioja, como quero por quiero, forma sumamente usada en L a Rioja.
Como ocurre con las piezas poéticas si una copla, una décima, o un romance es popular
en Catamarca, Salta u otra provincia nuestra y lo es también en las repúblicas centroameri-
canas o en Méjico, esa copla es casi siempre española, esto es tiene un origen común. Así
debe ocurrir con pinción y aunque no figure en los diccionarios es sin duda española.
En el Picaro Ouzmán de Alfarache, p a r t e I I , libro I I , I V , tomo I V , 30, hay el pa-
s a j e : Con esta gabela éramos así amparados de cualquier peligro. Ninguno piense mascar a
dos carrillos, que no hay dignidad sin pinsión en esta vida. El sentido de la voz pinsión es,
pues, el mismo que tiene en la glosa tucumana y en esta de La Rioja y el mismo que se le da
en Méjico. El señor Samuel Gili y Gaya repara en la vox y dice: Aú en el original y edicio-
nes antiguas. Las modernas corrigen « pensión >. Sobre el significado de esta palabra, ver tomo
III, 101. Vi, pero no hay ninguna nota sobre el tema ni en esa ni en las otras páginas del
referido tomo.
En el tomo V, página 24 (libro I I I , capítulo I V ) , remite el señor Gili y Gaya a la nota
transcripta del tomo IV, a propósito de repetirse el empleo de esta volz, a s í : Que aun haya que
pagarte pinsión de mi gusto. Aquí parece tener el sentido de pensión.
(250) También como las glosas 249 y 250 ésta está formada ¡con estrofas populareja-
das como coplas, pero a diferencia de las citadas, éstas fueron recogidas en Villa Unión (Ge-
neral Lavalle). L a cuarteta glosada es española:
No hay corazón como el mío
Que calle y sienta su p e n a :
Corazón que siente y calla
No se encuentra doude quiera. (R. M. 5406)
CANCIÓN ESO POPULAR DE LA X IO J A 157

251 253
NO SE VEA COMO YO PARA MI YA NO HAY CONSUELO
No se vea como yo; Para mí ya no hay consuelo,
Ni quiera poner empeño. Ya todo se me acabó,
Malhaya quién quiere bien Sólo me restan tormentos,
P r e n d a que tiene otro dueño. Que para ellos nací yo.
P r e n d a que tiene otro dueño,
Mas llegándolo a pensar, GLOSA
Que muchas veces la vía
Y no la podía hablar. Vacila mi pensamiento,
Triste el alma por el duelo,
Y no la podía hablar Con lágrimas triste d i g o :
Como a muchos acontece. Para mí ya no hay consuelo.
Un amante verdadero
Pena, suspira y padece-
Pena, suspira y padece,
Como así ya lo voy viendo.
Quiero olvidarla y no p u e d o :
Así me voy consumiendo.

252 254

¿PARA DONDE .PAJARILLO P ¿QUE DELITO HE COMETIDOP

¿ P a r a dónde, pajarillo, ¿Qué delito he comentido


Remontas t a n alto el vuelo T Tan criminal y tan feo?
Llevádmele este suspiro Sin cometer tina falta,
A quien de mi pecho es dueño. Hoy desgraciado me veo.
Decídmele de palabras
GLOSA
Que aquí vivo padeciendo,
E n desdichas y en trabajos,
De su vista careciendo. E n u n martirio sumido,
Mi corazón desespera.
Al otro día de m a ñ a n a Esto me tiene afligido;
Triste cantó el pajarillo. Quisiera que me d i j e r a s :
Parecía que era el correo ¿Qué delito he cometido?
Con quien mandé mi suspiro.
Ya me arrimo y le pregunto
P o r qué cantaba t a n triste.
—Porque no traigo respuesta
Del suspiro que me diste.

(251) Paroce ser que este cantar encadenado tuvo comienzo en alguna estrofa que falta.
Me fué dictado en Chuquis (CaBtro Barros).
Via por veía, es de uso frecuente este arcaísmo, no solamente en La Eioja, sino en Cata-
marca y en Tuetunán. Don B. Menéndez Pidal estudia esta voz en su Manual de Gramática
Histórica Española, pág. 49, párrafo 11.
(252) Dictado por doña Filomena Pérez en Banda Florida (Gral. Lavalle).
(253) Dictada en Pinchas (Dto. Castro Barros) en 1938 por don Amadeo de la Fuente,
de 70 años de edad.
(254) Dictada por doña Eosa Moreta Gómez, de 64 añoB, en la ciudad de La Rioj a en
1938. Sabe leer y escribir.
158 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

255 257
¿QUE DELITO HE COMETIDO? SI CON VIVIR LOS OFENDO

¿Qué delito he cometido Si con vivir los ofendo,


Tan criminal y tan feo? Ya no los ofenderé.
Sin cometer una falta, Adonde no haya memorias
Hoy desgraciado me veo. Mi retiro formaré.
GLOSA GLOSA
Decime vos, tiempo ingrato, A los desiertos me iré
No soy quien antes he sido, Aunque me vaya muriendo.
Y por eso te pregunto: Mándame a quitar la vida
¿Qué delito he cometido? Si con vivir los ofendo.
Adonde no haya memorias
Mi retiro formaré.
Al sepultarme en la tumba
Ya no los ofenderé.
Ya me voy y me retiro;
256 Se acabarán estas glorias;
Formaré mi residencia
¿QUIEN ME MANDARÍA AMAR? Adonde no haya memorias.
¿Quién me mandaría amar Me despido enternecido
Una voluntad con dueño, De un amante que antes fué.
Que no me deja dormir Donde no sufra tormentos
Aunque me caiga de sueño t Mi retiro formaré.
GLOSA
Siento un profundo dolor 258
Noche y día sin cesar . SOBRE CIMIENTO DE VIDRIO
Por eso lamento y digo:
¿Quién me mandaría amar? Sobre cimiento de vidrió
Formé una torre de amor.
Pero veo que es en vano Como el cimiento fué falso,
Persistir con tanto empeño, Pronta fué su destrucción.
Porque a gusto no se goza
Una voluntad con dueño. GLOSA
Poco a poco esta pasión No llevé más esperanza
Me va quitando el vivir: Cuando me entregué al peligro
Todo es que llegue la noche, Que el haberlo fabricado
Que no me deja dormir. Sobre cimiento de vidrio.
Tan sólo en estar pensando
En esos ojos risueños,
Porque no duerman los míos
Aunque me caiga de sueño.

(255) La cuarteta como la estrofa que figura en esta glosa trunca me fueron dictadas
como coplas en La Costa de CaBtro Barros en 1938.
(256) Dictada por doña Aurora Rodríguez, de 60 años, en Anillaco (Dto. Castro Ba-
rros) en 1938. Sabe leer y escribir.
(258) Dictada por doña Eulogia Avayay en San»gasta en 1938.
CANCIONEBO FOPÜLAB BE LA E10J A 159

259 P l a n t a r o n celos y amores


TTn rosal de mil desvelos:
SOY U N A A V E Q U E PADEZCO El amor hizo las flores
Y las espinas los celos.
Soy una ave que padezco
En la jaula, prisionera, Pero desde que ambas cosas
Sin poder gozar las flores Llegaron a ser vecinas,
Que me dio la primavera. No hay quien recoja las flores
Sin clavarse las espinas.
GLOSA
Rosa, que en la primavera
Preso en la cárcel estoy; Das principio a florecer,
Sólo el morir apetezco, Daría el alma y la vida
O volar a las montañas. ( ? ) . Si me supieras querer.
Foy una ave que padezco.
Rosita, que te criaste
¿Cuándo llegará mi muerte E n los jardines de Diana,
O mi agonía postrera? Toda flor tiene su tiempo:
Mas bien morir, que vivir Cortarla por la mañana.
En la jaula prisionera.

Cuando brotaron los prados


Que me dieron sus olores, 261
Triste me puse a llorar
Sin poder gozar las flores. TRISTE ME T O M A LA TARDE

P a r a mí no hay sol ni luna. Triste me toma la tarde,


No hay más luz que una candela: La noche con gran dolor,
Que me privaron mis gustos Suspirando me anochece,
Que me dio la primavera. Llorando me nace el sol.

Llorando me nace el sol,


260 P a r a que lo sepas vos
Que cuando mucho se quiere
T R A S D E L C A M P O D E L OLVIDO ¡ Qué caro cuesta el a m o r !

Tras del campo del olvido ¡ Qué caro cuesta el a m o r !


Corrí en busca del amor, Pudiendo ser estimado,
Y encontré p a r a mi alivio Siendo un amor tan sincero,
Las espinas de u n a flor. Con engaño me has pagado.

De la planta de esa flor Con engaño me has pagado


Sólo u n a espina elegí, Pudiendo ser de otro modo.
P a r a clavarla en mi pecho Traicionastes a mi a m o r :
Desde que mi bien perdí. Con esto se acaba todo.

(259) Dictada por la señora Ramona H e r r e r a de Pociolíi en Sanagasta.


La última estrofa esta, acaso, mejor conservada en su forma de copla, registrada bajo el
número 2178, y que dice:
P a r a mí no hay sol ni luna
Tan sólo hay una cadena
Que me han quitado mi gusto
En medio 'la primavera.

(260) Este cantar me fué dietado en la ciudad de La Rioja por don Manuel I . Flores
en 1938.
(261) Dictado por don J u a n A. Tanquía en Agua Blanca (Dto. Castro Barros) en 1938.
Sabe leer y escribir.
160 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

262 Aunque mucho la he buscado,


Mucho más la buscaré,
UNA TARDE FUI DICHOSO Porque me asiste el cuidado
Que llorando la dejé.
Una tarde fui dichoso
—Dice un pajarilla triste—. Como me tiene hechizado
« Ahora soy desgraciado » Con su voz dulce y sonora,
Porque el tiempo lo permite. E s que yo desesperado
Buscándola luengo ahora.
GLOSA
En los bosques la he buscado,
Si t ú hubieras conocido En las selvas la busqué,
Cuál habrá sido mi gozo, La buscaré en las p r a d e r a s :
Verías si es la v e r d a d : No sé si la encontraré.
Una tarde fui dichoso.

Como el jazmín en su tiempo 264


De blancas flores se viste,
Yo sólo de penas visto UN SENTIMIENTO ME MATA
•—Dice un pajarillo triste—.
Un sentimiento me mata
Andaba de rama en rama Los momentos que recuerdo.
Con mi vuelo remontado. ¡Qué locura es confundirse!
P o r eso digo a mi s u e r t e : Pero, ¿para qué me acuerdo?
« Ahora soy desgraciado ».
GLOSA
Encontrándome en prisión,
Tengo que encontrarme triste. Pregunto al cielo por qué
Sin faltar, yo soy la causa, L a suerte t a n mal me t r a t a ,
Porque el tiempo lo permite. Que sin encontrar alivio
Un sentimiento me mata.

263
UNA TRISTE PALOMITA

Una triste palomita.


Que llorando la dejé,
Buscándola vengo ahora;
No sé si la encontraré. 265

GLOSA VOY A BUSCAR UN DICHOSO

Mi corazón, de pesar, Voy a buscar un dichoso,


Llora, suspira y palpita Para andar acompañado,
Cuando me ayuda a buscar Porque a sombra de un feliz
Una triste palomita. Tiene suerte un desgraciado.

(262)Dictada por doña Etelvina Carrizo, de 60 años, en Vinchina (Horno) en 1939.


(263) Dictada por don Jaan Cruz Humares en Los Palacios (Dto. Gral. Lavalle)
(264) La cuarteta como el pie de esta glosa me fueron dictadas como coplas en Solea
(Dto. Rivadavia) en 1940.
(265) Esta glosa está tomada del cuaderno de la señora Aurora, viuda de Tejada,
Ángulos, Famatina. La copla glosada es muy conocida, Cancionero Popular de Catamarca,
N.« 274.
CAN CIONEBO POPÜLAB DE LA EIOJA 161

GLOSA 266-a
No puedo tener reposo VOY A LAMENTAR UN RATO
Con mis martirios violentos.
E l descanso busco ansioso. Voy a lamentar u n r a t o
P a r a aliviar mis tormentos, De esta mi fortuna cruel,
Voy a buscar un dichoso. Porque me veo abatido
Dicha, que tanto he deseado, P o r haber querido bien.
Varias veces te busqué.
¿Por qué me has abandonado? P o r haber querido bien
Ven, oh suerte, ayúdame, Amor que yo no busqué,
Para andar acompañado. El virio sin que lo busque,
P o r darme en qué padecer.
H a y u n a esperanza en mí,
Que u n dichoso me asegura P o r darme en qué padecer,
No seré más infeliz, Ese es su entretenimiento,
Que el tormento poco dura Porque no puedo olvidarte,
A la sombra de un feliz. Ni m u d a r el pensamiento.

De pesares agobiado, Mi pensamiento del alma,


Sufro penas sin quebranto, Eso no lo dudo yo.
Pero digo conformado: Ciego del amor herido,
Después de martirios tantos, Ciego de amor se entregó.
Tiene suerte un desgraciado.
267
266
YA SE ME OSCURECE EL DÍA
VOY A LAMENTARME UN RATO
Ya se me oscurece el día
Voy a lamentarme u n r a t o Y el astro que me guiaba.
De esta mi fortuna cruel. Cuando amoroso pensaba,
Me veo t a n abatido Se acabaron mis contentos.
P o r haber querido bien. Se acabó el amable tiempo
Que yo gozando vivía.
P o r haber querido bien Se acabó lo que quería
A amor que yo no busqué. El j a r d í n que me recreaba,
El vino sin que lo busque, Aquella prenda preciosa
P o r hacerme padecer. Espejo en que me miraba.
P o r hacerme padecer,
Ese es su entretenimiento. 268
¡No poder estar un rato
Sin m u d a r el pensamiento! YO HE SIDO LIBRE PALOMA

Pensamiento hay en el alma, Yo he sido libre paloma


Eso no lo dudo yo. Que tendía muy alto el vuelo,
Un pecho de amor herido Y ahora me veo cautiva
Ciego de amor se entregó. Afligida y sin consuelo.

(266) Este cantar de estrofas encadenadas me fué dictado en Sañogasta (Dto, Chile-
cito) en 1939 por don Lázaro Alavarado, de 74 años. Ala varado es chileno y sabe leer y
escribir.
(266-a) Dictada en Vinchina (Horno) por don Manuel Bordón en 1939.
(267) Esta décima, así suelta, me fué dictada por don Metilón 8. Páez Porra en Sa-
ñogasta (Dto. Chileeito) en 1939.
(268) Dictada por don Amadeo de la Fuente en Chuquis (Castro Barros), de 70 años.
Don Amadeo la aprendió a sn madre. La sabe también don José Manuel Nieto Ortiz, del
mismo lugar, Chuquís.
11-II
162 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

Quiero volar y no puedo: Siempre el mal se llora tarde;


Veo cortadas mis alas, Yo no lloro; siento, sí,
Y lloro ¡cuan afligida! Porque en mil felicidades
Porque no puedo afijarlas. Yo pesares elegí.

Veo que las otras aves


Alegres vuelan los campos. 270
Yo, infeliz y desgraciada,
Vacilando en mis trabajos. YO VIVO DE U N IMPOSIBLE

Yo vivo de un imposible,
Vean las que se hallen libres, Mantenido de un quizás,
De mí tengan ejemplar:
No se entren en cautiverio Esperando si ha de ser
Ni menos sepan amar. Quién sabe lo que será.
GLOSA
La que desgraciada nace
En mil desgracias recae.
En ellas padezco yo
Sin dar mis quejas a nadie. Ambicionando tu amor
Por poseer tus encantos.
Pero mis ruegos y llantos
269 Consumiendo mi alma están,
Y como cortando van
YO NO ME QUEJO DEL TIEMPO El hilo de mi existir,
Pienso por ti he de morir
Mantenido de un quizás.
Yo no me quejo %el tiempo,
Quéjese el tiempo de mí.
El tiempo dichas me dio,
Yo pesares elegí. Bien de mi vida, ya sabes
Tú eres el ser que yo adoro,
GLOSA Que para mí no hay tesoro
Ni joya de más valer
Yo por infeliz perdí Que ambicionar tu querer,
Lo seguro por lo incierto. Ver tu semblante risueño,
Con razón debo decir: Y por eso siempre sueño
Yo no me quejo del tiempo. Esperando si ha de ser.
Es mi pasión tan intensa
Perdí lo que más amaba, Y mi amor tan invariable,
Porque mi suerte es así. Que a veces creo probable
Puesto que soy desgraciado, Ablandar tu corazón;
Quéjese el tiempo de mí. Y mi halagüeña ilusión
No tiene esta habilidad,
Amor y dichas que tuve, Y si decretado está
Mi corazón los perdió: Que has de aliviar mi tormento,
Esa fué mi poca suerte. No alargues mi sufrimiento,
El tiempo dichas me dio. Decime cuándo será.

(269) Dictada por doña Catalina del Rosario Urquiza en la Villa de Famatina en 1939.
En los cancioneros de Salta, número 185, y Tucuinán, número 529, se insertan dos estro-
fas de otra glosa a esta misma cuarteta.
(270) Esta glosa me fué dictada en la ciudad de La Hioja por el ciego cantor don
Eoberto Paz, conocido más como « El ciego Paz J>. Tiene 52 años, es catamarqueño y la apren-
dió en su provincia.
CELOS, QUEJAS
Y DESAVENENCIAS
271 El corazón me ha robado,
En dos mitades partido,
A DOS QUIERES, A DOS AMAS Mi apreciable de Fulana,
Cariño no he merecido.
A dos quieres, a dos amas,
A dos estás adorando.
O tienes dos voluntades 273
O estás a dos engañando.
AL PRINCIPIO DE TU AMOR
GLOSA
Al principio de tu amor
De mi fino amante pecho Diez mil caricias me hiciste;
Se enciende mi amor en llamas. Y tan luego me olvidaste
Para mi mayor sentir, Para dejarme más triste.
A dos quieres, a dos amas.
GLOSA
Dime cómo podré estar Con cadenas de tu amor
Si, loco, en ti estoy pensando; Prisionero me tuviste.
Si en premio de mis amores Pues ¿cómo no me dijiste
A dos estás adorando. Al principio de tu amorf
Dime la verdad, ingrata, Trataste de herirme el pecho,
Déjate de falsedades, Y el corazón me partiste.
Dímclo si eres constante, Pues dime con qué derecho
O tienes dos voluntades. Diez mil caricias me hiciste.
Dime la verdad, ingrata,
Si estás de veras amando:
O tienes dos voluntades
O estás a dos engañando.
273-a
272 AL PRINCIPIO DE TU AMOR
AL MENGUANTE DE LA LUNA Al principio de tu amor
Diez mil caricias me hiciste;
Al menguante de la luna Y tan luego me olvidaste
Sus ojos son dos luceros. Para dejarme más triste.
Mi apreciable de Fulana,
Haga un favor que me muero. GlvQSA
Haga un favor que me muero, Prisionero me tuviste
Mi vida, no seas ingrata, Con cadenas de rigor.
Apreciable de Fulana, Pues i cómo no lo dijiste
Que su hermosura me mata. Al principio de tu amorf

Que su hermosura me mata,


]Vie mata sin compasión.
Mi apreciable de Fulana
Me ha robado el corazón.

(271) Esta glosa está tomada de las libretas de don Julio Soria en Chilecito.
(272) Dictada por don Lázaro Alavarado en Saflogaata (Chileeito) en 1939.
(273) Dictado por la señorita Adelina Pazos Martínez en Vinchina (Pueblo).
(273-a) Dictada por don Facundo Zelaya, en Los Molíaos (Castro Barros).
i6e J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

274 276
AMOR QUE VENGA TROCADO A TU CASA DE PASEO

Amor que venga trocado, A tu casa de paseo


No lo quiero ni un instante, Llegaba yo a cada instante.
Porque mi pecho no admite Mas no me fuiste constante:
Sino amor firme y constante. Será por nuevos recreos.
Hoy, según lo que yo veo,
Se acabó tu voluntad.
GLOSA Pero día llegará
Que has de estar arrepentida,
Mas bien quisiera vivir Y esta planta ya caída
De todos abandonado, Nueva sombra te ha de dar.
Y no admitir en mi pecho
Amor que venga trocado.
Yo era un jardín de alegría
No puedo darle posada Que en la paz de dulce calma
Dentro de mi pecho amante: A la sombra de una rama
Amor que no iguale al mío Gustoso te recibía.
No lo quiero ni un instante. Allí caricias me hacías,
Yo aplacaba tus ardores.
Tú recogiste las flores
De ese jardín tan florido;
Y si ahora lo has perdido,
Será por otros amores.
275
Voy a terminar mi canto,
ARRÁNCAME EL CORAZÓN Aquí me voy a callar,
Pero te quiero dejar
Arráncame el corazón Una gota de mi llanto.
Si es delito él adorarte, Sabiendo que te amo tanto,
Porque tengo la existencia No creerás que es de veneno.
Sólo para idolatrarte. Por eso me voy sereno,
Confiado, amada mujer,
GLOSA Que tú la has de recoger
Para guardarla en tu seno.
Si yo en mi ardiente pasión
No he de ser correspondido,
Si en usándome traición 277
No he de ser de ti querido,
Arráncame el corazón. A UNA SELVA SOLITARIA

A una selva solitaria


Me retiraré a vivir,
A llorar mi desventura
Que tu amor me hizo sentir.

(274) Dictada por don Pastor Zelaya en Los Molinos (Castro Barcos).
(275) Dictada por don Javier Ahumada cu Guandacol.
(276) Dictado por don Luis Fuentes de Aminga (Castro Barros). Es posible que este
cantar sea del Litoral porque los poetas y poetastros que escriben para las casas editoras de
cantares para el pueblo, casi siempre hacían composiciones de cuatro décimas octosilábicas.
(277) Dictada por don José Ghumbita en Pinchas (Dto. Castro Barros).
CANCIONERO TOPULAB DE LA KI OJ A 167

GLOSA Y así poder consolarme


En mi terrible despojo.
Retirado de la gente, Dueño mío de mis ojos,
Haré vida imaginaria, No dejes de contestarme.
Pues me mandan tus crueldades
A una selva solitaria. Bien veo tus imposibles,
Conozco mucho y lo siento,
Mi mal pagada pasión Pero en mi conocimiento
Ya me priva el existir. He de sufrir a morir.
Al mundo de la verdad Si no llego a conseguir,
Me retiraré a vivir. Amada prenda querida,
En esta faz de delicias,
Ausente de tu hermosura,
Me resolveré gustoso
A llorar mi desventura.
Y en la celestial morada 279
Donde es eterno el vivir,
He de llorar el quebranto COMO ACABO DE LLEGAR
Que tu amor me hizo sentir.
Como acabo de llegar,
Yo me quiero declarar
A una que me ha hecho sentir,
278 Criolla de este lugar.
BIEN CONOZCO DE QUE VOS Criolla de este lugar
Es la que me ha hecho sentir:
Bien conozco de que vos En lo que yo estuve ausente,
Nunca has de morir por mí, No ha hecho memorias de mí.
Como yo muero por ti
Abrasado de tu amor. No ha hecho memorias de mí
Bien conozco de que yo Porque ha elegido otro dueño.
Nunca he sido de tu agrado. Por mi vista no ha pasado,
Por eso no has contestado Pero las noticias tengo.
La carta que te escribí.
jAy, triste infeliz de mí, Pero las noticias tengo
Si llego a ser despreciado ! Que me pagó con ofensas,
Y que precisa remedio
Dime, brillante lucero, Para que tenga firmeza.
No has contestado: ¿por qué?
Siendo de que vos tenéis Para que tenga firmeza
Pluma, papel y tintero, Y cumpla con su deber,
Buenas manos, cinco dedos, La sacaré para fuera
Para poder contestarme, Y le enseñaré a querer.

(278) Este cantar me fué dictado por don Domingo Barros en Aminga (Castro Barros).
La alusión a la falta de pape], tinta, etc., hace recordar a la cancioncilla española que
trae don Constantino Cabal en su libro El Individuo (Las costumbres asturianas, su signifi-
cación, sus orígenes), pág. 268. Las dos primeras cuartetas dicen:
Al cabo de tanto tiempo Si por ffllta de papel
y de una aufencia tan larga O de tinta que no se halla
no has tenido atrevimiento Yo te mandaré una resma
para escribirme una carta. Y de tinta, una muralla.
(279) Este cantar me fué dictado por don Francisco Porras, de 60 años, en "Vinchina.
También me fué dictado por Eufemio Díaz en Mazan en. 1940.
168 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

280 Que un amor de tanto tiempo


¡En lo que viene a parart
COMO LA PALOMA TRISTE
I En lo que viene a parar
Como la paloma triste, Ese tu amor lisonjero!
Voy a llorar sin consuelo. Que yo, estando tan firme,
Si tú te olvidas de mí, Vos has faltado primero.
Suba mi clamor al cielo.

GLOSA 281-a

INGRATA COMO LA PALMA

¡Ay, tu pecho que juraba


No darme ningún desvelo! Ingrata como la palma,
Mi dueño dulce y querido, Atiende lo que te digo :
Me hace llorar sin consuelo. Mira, no le pagues mal
A quien tanto te ha querido.
Lloraré de noche y día
Porque me dejas así. A quien tanto te ha querido
¿A quién volveré los ojos Le has pagado de esta suerte.
Si tú te olvidas de mí? Mi corazón afligido
Casi se ha visto a la muerte.
Casi se ha visto a la muerte
Tan sólo en considerar:
Un amor de tanto tiempo,
281 ¡ En lo que vino a parar
CON TUS MENTIRAS Y HALAGOS En lo que vino a parar
Un amor tan lisonjero...
Con tus mentiras y halagos Siendo el mío un amor firme,
Engañaste mi fiel pecho; El tuyo faltó primero.
Has borrado con el codo
Lo que con la mano has hecho.
282

Eso no me causa espanto, ¿CUANDO ME DARÁS EL SI?


Porque bien he conocido
Que le has de pagar así /. Cuando me darás el sí
A quien tanto te ha querido. Para vivir consolado?
Tanto que me has engañado,
¡A quien tanto te ha querido Y tan firme para ti.
Le has pagado de tal suerte! Por ti yo voy a morir,
Mi corazón afligido Tú eres el juez de mi cansa,
Casi se ha visto a la muerte. Y yo estoy como en balanza
Hasta que tú me despenes.
Casi se ha visto a la muerte Dime, mi bien, si me quieres,
Tan sólo en considerar O dame alguna esperanza.

(230) Dictada por dofla Paulina Godo, de 60 años, en Vinchina (Pueblo) en 1939.
(281) Este cantar de prtrofas encadenadas me fué dictado en Arauco por la señora
Justa Ocampo de Núñez en 1938.
(281-a) Dictado por doña Tránsito Fuentes de Peñaloza, en Anillaco en 1938.
(282) Eata décima me fué dictada por don Isauío Gutiérrez en Sanagasta.
CANCIONERO POPULAR DE LA MIOJA 169

283 Sin remedio lo perdí.


Puesto que eres inconstante,
CUANDO YO NO DOY MOTIVO Dame el alma que te di.

Cuando yo no doy motivo, Nombré para mi defensa


Mucho siento una ruindad. De fuerza tu corazón,
Así no se corresponde Y es mi voluntad tan densa:
Vna fina voluntad. Devuélveme mi pasión,
Que pedirla no es ofensa.
GLOSA

¡ Qué gozo de mi fortuna ! Yo constante te adoré:


Vivo, y no sé cómo vivo Pongo al cielo por testigo.
De ver que me das la muerte El inocente, dígote,
Cuando yo no doy motivo. Devuélveme mi cariño,
Porque no quiero que esté.
El haberte idolatrado
Fué la causa principal. Si otra tiene preferencia
Por eso me quejo y digo: Y posee mi lugar,
Mucho siento una ruindad. Me retiraré a una ausencia,
Puesto que no debo amar
¿Dónde estás, que no te veo, Donde no hay correspondencia.
Que te hablo y no me respondes,
Que quiero decirte a voces:
Así no se corresponde t
285
Con esto digo, y no más
En mi pecho quedarán DE ANDE SALES, PALOMITA
Los males que corresponden
A una fina voluntad.
De ande sales, palomita,
Tan ausente de mi lado
284 /Has hallado a quién querer,
Que de mí te has olvidado?
DAME EL ALMA QUE TE DI
—No he hallado a quien querer,
Dame el alma que te di, Nunca de ti me he olvidado.
Que pedirla no es ofensa, Causa de las malas lenguas
Porque no quiero que esté Me retiré de tu lado.
Donde no hay correspondencia.
GLOSA Me retiré de tu lado,
Mas ahora has de decir
De tus labios merecí Quién ha sido el despreciado.
El dulce nombre de amante. Ya estoy delante de ti.

(283) Dictada por don Juan Cruz Humeres, de 70 años, en Los Palacios (Dto. Gene-
ral La valle).
(284) Dictada por doña Eosa Moreta Gómez en la ciudad de La Eioja.
La copla glosada es también popular en Chile:
Dame el alma qun te di
si en pedirla no hay ofenaa:
porque no quiero que eeté
donde no hay correspondencia.
(155 - pág. 103 - N.o 3)
(285) Dictado por don Manuel Pilar Herrera, en la ciudad de La Kioja eu 1&38.
170 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

286 288

DE MI TE VAS RETIRANDO DICES QUE YO NO TE QUIERO

De mí te vas retirando, Dices que yo no te quiero


Ingrata, sin ocasión. Por no quererte como eres.
Bien te puedes retirar Así, todas las mujeres
Sin herirme el corazón. Ante el amor verdadero.
Porque mejor te prefiero
A cambiarte a mi manera,
GLOSA En ser siempre sincera
Mudas tu amor en rencor,
Con tus fingidos halagos Sin ver que es grande mi amor
Agravio me vas mostrando, Porque mejor te quisiera.
Y con mucho disimulo
De mí te vas retirando. Me escuchas, y no me entiendes,
No me ves, aunque me miras,
Eeconocida te tengo Por mi desamor suspiras
Tu maliciosa intención: Sin ver que en amor me enciendes.
Procuras darme la muerte, Que no te quiero, pretendes,
Ingrata, sin ocasión. Porque mejor te he querido.
Desgraciados hemos sido
Queriéndonos a cuál más.
Moriré, y me llorarás,
Sin haberme comprendido.
Si por otra me desprecias,
Gozad la nueva pasión; Causa de esa incomprensión,
Anda, goza de tus gustos, Estoy de ti diferente,
Sin herirme el corazón. Y que no es tuya mi mente,
Y es tuyo mi corazón.
Tu amor sin tu admiración
287 Es todo mi sufrimiento.
Y por eso el morir siento
DICES, NO SIENDO CONMIGO Más que de ti separarme,
Que tu amor sabrá llorarme
Pero no tu entendimiento.
Dices, no siendo conmigo,
Ningún placer te divierte,
¿Lo dices por lisonjearme 289
Cuando me tienes presente?
DIME, MI QUERIDO DUEÑO
Cuando me tienes presente Dime, mi querido dueño,
Me aparentas mucho amor. Por qué me has abandonado,
Y cuando yo estoy ausente í Sí en las finezas de amor
Me hieres el corazón. En algo te habré faltado?

(286) Dictada por la señora Leorina Carrizo de Sánchez en Villa Castelli.


(287) Dictada por don Jacinto Boque Martínez en San Nicolás (Dto. San Martín).
Martínez tiene 58 años y es analfabeto. Sabe también la glosa que en el Cancionero Popular
de Tucumán lleva el número 279 y que empieza:
No trae buena consecuencia
Un amor que es mal pagado.

(288) Dictada por la señora Bamona Herrera de Pociolli en Sanagasta.


(289) Dictada en. Sálicas (Pelagio B. Luna).
CANCIONERO POPÜLAB DE LA BIOJA 171

El mundo te dará el pago Cuando yo traté contigo,


De lo que has hecho conmigo. No puse plazo ni tiempo.
Pagaste amor con vileza Y así, puedes disponer,
A quien t a n t o te ha querido. Libre está tu apartamiento.

290
DIVERTIDA EN OTRAS COSAS

Divertida en otras cosas,


I Qué alegre estarás viviendo 292
Sin hacer mención de mí,
Cuando yo te estoy queriendo! EL MARTES, AMARGO DÍA

GLOSA E l martes, amargo día,


Principio de mis trabajos.
No me quisiera acordar
Cuando salí de tus brazos.
Yo, en amarga soledad,
Triste vivo padeciendo. Cuando salí de tus brazos,
Y tú, triunfando de gusto, Salí, vida, mal pagado.
¡Qué alegre estarás viviendo! Lo que firme yo dejé
Hoy lo vengo a hallar trocado.
I Qué importa que yo h a y a sido
Dueño absoluto de ti, Hallo trocado los modos
Si hoy vives entretenida De u n ángel que bien quería.
Sin hacer mención de mí! Los modos están trocados,
Ya no están como solían.
No me tienes compasión
Sabiendo que estoy muriendo. Ya no están como solían
¿Quieres concluir mi vida, Ni como mi amor desea.
Cuando yo te estoy queriendo! Ya los modos se han trocado,
No sé por qué causa sea.

291 No sé por qué causa sea


El hallarte tan marchita.
DONDE NO SE HIZO ESCRITURA Un nuevo amor te desvela,
Lo quiere así mi desdicha.
Donde no se hizo escritura,
Libre está tu apartamiento.
Desdichas h a y en el mundo
Después de lo bien ganado,
Que suelen ser llevaderas.
Llévese la carta el viento. Pero con tanto rigor
Me has olvidado en deveras.
GLOSA

Si porque tienes querida Deveras me has olvidado


Quieres pisar en altura, Al no hallarte en mi presencia.
El amor no tiene fuerza TJn nuevo amor te desvela:
Donde no se hizo escritura. Será causa de mi ausencia.

(290) De las libreta» de don Julio Soria (Chilecito).


(291) Esta glosa eBtá formada con coplas recogidas en Villa Unión (Dto. Grai. La-
valle) en 1S39.
(292) Esta canción con estrofas encadenadas me fué dictada por doña Eulogia Cam-
pillay en Guandacol, 1940.
172 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

293 Yo contento te adoré


Pensando de que eras firme.
ESE DOBLE DE CAMPANA Me has olvidado por otro :
Dios quiera que ése te estime.
Ese doble de campana
No es por el que murió,
Sino por que sepa yo
Que puedo morir mañana.
295
GLOSA
HARÉ POR TI UNA FINEZA
Aunque sepas que yo he muerto,
De cierto no creas nada, Haré por ti una fineza,
Ni preguntes por quién es Lo que tú por mí no harás:
Ese doble de campana. Quererte sin que me auieras.
¿Qué más quieres? ¿Quieres más?
Si a muerte oyeres tocar
Con lúgubre y triste son, GLOSA
El sonido que retumbe
No es por el que murió. Supuesto que eres mi encanto
Y que a ti sola te aprecio,
Bien se que no te condueles Con fanático desprecio
Ni por quien tanto te amó. / P o r qué me abandonas t a n t o ?
Si lloras no es porque sientas, N» he podido con mi llanto
Sino por que sepa yo. Ablandar vuestra dureza.
I n g r a t a , si te interesa
Dispuesto estoy a m o r i r : Que sufra un martirio grave,
Venga esa muerte tirana, Antes que mi vida acabe,
Porque claramente sé Haré por ti una fineza.
Que puedo morir mañana.
Seré fiel hasta la muerte,
Y sólo no sabré amarte
294 Cuando esté por a d o r a r t e
GOZA TUS AMORES NUEVOS Reducido a polvo inerte.
De mi desgraciada suerte
Goza tus amores nuevos, C^mo cruel te burlarás.
Que el mío ya se acabó. Sólo te convencerás,
Dios quiera que ése te estime E n u n trance tan estrecho,
Conforme te estimé yo. Que yo por tu amor he hecho
Lo que tú por mí no harás.
GLOSA
Otro fácilmente ha sido
No h a y duda que t ú me amaste De tu hermosura premiado,
P a r a despreciarme luego. Y yo como desgraciado
De mis brazos te apartaste, Te amo, y soy t u aborrecido.
Goza tus amores nuevos. jGste pago he merecido
De una y de todas m a n e r a s ;
Goza tus amores nuevos Y aunque t ú me vituperas,
De ese t u querido amor, Yo te prometo constante
Que yo ya quedo seguro, Hasta mi postrer instante
Que el mío ya se acabó. Quererte sin que me quieras.

(293) Del cuaderno de la señora Aurora, viuda de Tejada, en Ángulos, (Famatina).


(294) Dictada por don Brígido Avayay en Sanagasta en 1938. Don Brígido es de máa
de 60 años.
(295) Dictada por don Ramón González en la ciudad de La RioJ3. Don Ramón es un
hombre de mucha cultura y hermano del eminente jurisconsulto y es?TÍtor doctor Joaquín
V. González. Me dijo que la plosa ésta fué popular en su juventud. También está en las li-
bretas de don Julio Soria (Chilecito).
CANCIÓN EBO POPULAR DE LA RIO JA 173

¿Qué es lo que intentas hacer, Como tormentos me cuesta


Qué piensas o qué previenes, De t u gusto la demora,
O que gloria es la que tienes Te suplico por a h o r a :
Con hacerme padecer? No me niegues la respuesta.
¿Quieres verme fenecer? Y si acaso te molesta
Al momento lo verás. Que yo te venga a rogar,
Tu deseo lograrás, Bien me puedes dispensar,
Pero ya con un rendido. Porque tan sólo procuro
Si has hecho lo que has querido, Saber si tengo seguro
¿Qué más quieres? ¿Quieres más? El premio de mi penar.

DESPEDIDA
297
Al fin, no soy el primero
Que muere por una ingrata, HE DE HACER UNA FINEZA
Y que sin duda me m a t a
Un halago lisonjero. He de hacer una fineza,
Yo te adoro y te venero Lo que tú por mí no harás:
Con el corazón leal. Quererte sin que me quieras.
Tú con desden sin igual ¿Qué más quieres? ¿Quieres más?
Correspondes a quien te ama,
GLOSA
Esto sin duda se llama
P a g a r u n bien con un mal. Me veo en la obligación
De adorar a su hermosura.
No me diga que es locura
296 Ni una vana pretensión,
Que con fina discreción
¿HASTA CUANDO HE DE ESPERAR? Mi amor de usted se interesa;
Por lo que con ligereza
¿Hasta cuándo he de esperar Vivo postrado y rendido.
El alivio, dulce encanto? Y con todos mis sentidos
¿Por qué me dilatas tanto He de hacer una fineza.
El gusto de mi penarf
¡Ay, mirándome aplaudido,
GLOSA He llegado a p e n e t r a r
Que si pudiera alcanzar
De usted ser c o r r e s p o n d i d o . . . !
Mas temo no ser oído
E n lo que quiero explicar.
Y la volveré a enterar
Si es que tienes el intento Con voluntad más crecida,
De algún día despreciarme, Que por ti daré mi vida,
Más vale desengañarme, Lo que tú por mí no harás.
Que será menos t o r m e n t o ;
Pues cada día en aumento Que usted es mi dueña querida,
Voy derramando mi llanto. Quisiera que lo supiera.
P o r eso es que me adelanto Conste que por donde quiera
A decirte, cielo hermoso:
Si has de hacerme dichoso,
¿Por qué me dilatas tanto f

(296) Dictada por don Brígido Avayay en Sanagasta. Con harta frecuencia se reem-
plaza, como en este caso, la d con la r, haciendo de la segunda persona del imperativo desen-
gañarme en lugar de desengañadme.
(297) Dictada por don Eamón González en la ciudad de La Eioja en 1938. La cuar-
teta de esta glosa es la misma de la que lleva el número 293.
(298) Diotada por don M. Segundo Páez (Sañogarta).
174 JUAN A L F O N S O C A 2¡ S l Z O

Que a usted le parezca justo, Hoy se acaban mis finezas,


Pues ya sabe que es mi gusto Ya no tendré que sufrir.
Quererte sin que me quieras. Haz de cuenta que yo he muerto,
Ya no te acuerdes de mí.
Adora a gusto a quien amas.
Si yo de estorbo te sirvo,
298 Ya no hagas mención de mí,
Haz de cuenta que no vivo.
HE SEMBRADO UNA PASIÓN
A muerte estoy sentenciada,
He sembrado una pasión Tu amor me lleva a morir;
Y he cosechado un olvido. Ya están diciendo mis ansias
Como he sembrado en mal tiempo, Que he dejado de existir.
Mal pago me ha producido.
GLOSA 299-a
HOY SE ACABAN MIS FINEZAS
Como cruel y muy tirano,
Has herido el corazón. Hoy se acaban mis finezas,
Y yo, con mis propias manos, Ya no tendré qué sentir,
He sembrado una pasión. Haz de cuenta que no vivo,
Ya no te acuerdes de mí.
Crece la planta abundante,
Sus raíces me han herido. GLOSA
Entre verano y otoño
He cosechado un olvido. Ya he visto mi desengaño,
Haberte amado me pesa,
No seré la que antes fui:
Hoy se acaban mis finezas.
Voy a dejar de existir.
La culpa yo la he tenido:
Como he sembrado en mal tiempo,
Mal pago me ha producido. Adora a gusto a quien amas
Si algún estorbo te he sido,
Ama, ingrato, y no te pese,
299 Haz de cuenta que no vivo.

HOY SE ACABAN MIS FINEZAS Rogaré que seas dichoso,


Y no te paguen así
Hoy se acaban mis finezas, Conforme a mí me has pagado
Ya no te acuerdes de mí; Ya no te acuerdes de mí.
Haz de cuenta que no vivo,
Que he dejado de existir. 300
GLOSA INGRATA COMO LA PALMA

Ya he visto mi desengaño, Ingrata como la palma


De haberte amado me pesa. Atiende lo que te digo
No seré yo la que fui: Mira, no le pagues mal
Hoy se acaban mis finezas. A quien tanto te ha querido.

(299) Dictada por doña Benita Nicolaza de la Fuente en Pinchas en 1938.


(299-a) Dictada por la distinguida vecina de Aminga, la señora Armentaria Luna de
Navarro.
(300) Dictada por don Antonio Varas en Vinchina en 1939. La cuarteta es española.
CANCIONERO POPULAE DE LA EIOJA 175

GLOSA Hoy no quiero amor contigo,


Porque muy mal me has pagado.
Estrella de mi esperanza Tal vez con otra has gozado
Único bien de mi alma Lo que conmigo has perdido.
No dejes, no, que te diga
Ingrata como la palma. Advierto que estoy quejosa
Dime, mi bien, el porque De este tu amor inconstante.
Me tratas como enemigo Has elegido otro amante:
Si acaso te pagué mal Será por ser más dichosa.
Atiende lo que te digo. Mira que soy alevosa
Y que el pago te he de dar.
Si del que te ama constante No te vayas a dejar
Tu eres su vida, beldad, Oprimido de malicia..
No se la arrebates, no Lo que haces tanta injusticia,
Mira, no le pagues mal. Con el tiempo has de pagar.

302
301 ME DICEN QUE TU TE CASAS
ME QUISISTE, YO TE QUISE
Me dicen que tú te casas,
Me quisiste, yo te quise, Como así lo dice « el tiempo ».
Me olvidaste, te olvidé. Y serán dos bodas juntas:
No sé la causa por qué Mi muerte y tu casamiento.
De mi amor te dividiste.
Di ¿qué traición advertiste, Busca la pluma y tintero
O has visto que te iba mal, Y otro para que te dicte
O te quité algún caudal, A donde no haya memoria
O deshonré tu persona, De una Díaz que tuviste.
O te quité la corona
Que a otra le ibas a dar? iHas de borrar esa letra
Como yo la he de borrar!
No siento, mi bien, no siento Olvídate de ña Díaz,
Verme de ti separada. i Para qué te has de acordar?
Siento sí verme arrojada
Sin razón ni fundamento. De prenda que no has querido,
Pero si lo haces de intento, ¿Para qué te has de acordar?
Me alegro de buena gana. Como has buscado otra dueña,
Deja tu palabra vana, i Qué amor te puede quedar?
Mira mi placer de luto.
Hoy ¿ para qué quiero gusto,
Si lo he de llorar mañana? 303
Pero, en fin, queda con Dios, MEJOR ME SERA VIVIR
Ingrato, falso, enemigo.
Esto que hoy haces conmigo Mejor me será vivir
Mañana lo harán con vos. En un penoso desierto,
Pero queda entre los dos Porque mis cortos cariños
Aunque estemos divididos. Han tenido mal acierto.
(301) Dictada en AníIIaco (Castro Barros) por Catalina Contreras, de 20 anos, quien
lo aprendió a su abuelita, nacida y crecida en el lugar.
(302) Este cantarcillo me fué dictado por doña Andrónica Díaz en Mazan en 1940
La primera estrofa es española y la traen entre otros, R. Marín, número 5581; Alberto
Sevilla, Cancionero Popular Murciano, número 1360; Remigio Vilariño, 8. J., De Broma y
de Veras, cuaderno 29, número 425.
(303) Dictado por don Francisco Plores ea la ciudad de La Rio ja en 1938.
176 JUAN A L F O N S O V A ií M I ¿ V

Mal acierto habrán tenido Es por que también se acaba


Las finezas de mi amor. La pasión de dos amantes.
¿Será porque lie puesto esmero
En darte mi corazón?
El corazón te entregué
Por adorarte mejor.
¡Y tan luego me olvidaste,
Recuerdo de mi dolor! 306
NO SE PUEDE PONDERAR
304
ME VOY COMO DESTERRADO No se puede ponderar
Tu rigor y felonía.
Me voy como desterrado, Haz hecho infeliz tu suerte
Huyendo de tu rigor, Y al mismo tiempo la mía.
Donde no me verás nunca,
Si te fastidia mi amor. GLOSA

Si te fastidia mi amor, Creí en tu delicadeza


Ya pronto descansarás. Cuando te entregué mi amor.
Ya no te seré molesto, ¡ Ay, qué funesto dolor
Ya no me verás jamás. De ver tu poca firmeza!
Y como advierto tu ofensa,
Ya no me verás jamás No tengo qué imaginar.
A vuestras plantas rendido, Otro lo podría vengar
Que por otro nuevo amante Con el rigor más severo.
Tú me has echado en olvido. Desde ya iin lisonjero
No se puede ponderar.
Tú me has echado en olvido
Por darme más que sentir. Digo con justo motivo
No me hagas padecer tanto, Me quejo y publicaré,
Tened compasión de mí. Mi cariño anularé,
Que por ti lloro y suspiro.
Cuando forme mi retiro
305 Será tu melancolía,
El mundo será mi guía
MIENTE QUIEN DICE QUE DURA Y el sol en su amenación
Será más ponderación
Miente quien dice que dura Tu rigor y felonía.
La pasión de dos amantes,
Que si la pasión durara, Y con mucha confusión
No estaría de ti distante. Hoy me separo de vos,
Y tu llanto será atroz
GLOSA
Viendo tan mayor tormento.
No tendrás divertimiento
Hasta que llegue tu muerte.
Si hoy me veo separado Pero tarde se lo advierte
Y no a tu lado como antes, Del estado en que te dejo.

(304) Este cantar de estrofas encadenadas lo saqué de las libretas de don Julio Soria
(Chilecito).
(305) Dictado por don Alberto Paz en Los Palacios (Dto. Gral. Lavalle) en 1939.
(306) Este cantar me fué dictado por la esposa de don Policarpo Díaz, distinguido ve-
cino de San Pedro (Dto. Castro Barros).
La señora de Díaz lo aprendió al viejo cantor Ramón Oviedo, muerto de 78 añoB en
1929. Oviedo era asiduo lector de la Sagrada Biblia. El cantar no tiene sentido.
Amenación: No sé qué querrá decir.
CANCIONERO POPULAS DE LA ElOJA 177

Hoy por t u triste manejo Con el corazón herido,


Has hecho infeliz tu suerte. Porque no hay correspondencia.
Al fin, adiós, prenda amada, Hasta en el sueño te doy
No niego que te he querido, El l u g a r de preferencia,
Que si en algo te he ofendido Y me despierto llorando
Ya de mí te has separado. Porque no hay correspondencia.
Ya me miras a otro lado,
Ya lloré de noche y día. El amor que yo te tengo
Yo tendré melancolía, Me quita la resistencia.
P r e n d a del alma querida. Estoy a perder la vida
Tu suerte ha i ser maldecida Porque no hay correspondencia.
Y al mismo tiempo la mía.
Le digo a mi corazón
307 Que ha de tener experiencia,
Y que nunca tenga amor
¿PARA QUE, FALSA, JURASTE Porque no hay correspondencia.
¿ P a r a qué, falsa j u r a s t e
Que no me ibas a olvidar? 309
Echo menos tus cariños,
Triste me pongo a llorar. PUSE MI AMOR CON EMPEÑO
Ya no haces mención de mí Puse mi amor con empeño
Porque te has visto querida. Y lloraré mi dolor,
Tus glorias se h a n de acabar, Por haber puesto mi amor
Te has de ver aborrecida. E n prenda que tiene dueño.
E n persona como t ú Te mostrastes halagüeño
No esperaba esa partida, P a r a poderme engañar.
Que me trates de esa suerte ¡ Y quién había de pensar
Porque te has visto querida. Que t a n mal pago me dieses!
Por eso no es bueno hacerse
Porque te has visto querida Con lo que no ha de durar.
Te has mostrado t a n ufana.
Todas las glorias de hoy día
Las has de llorar mañana. 310
<¡QUE ES DE LOS PROMETIMIENTOS?
308
PORQUE NO HAY CORRESPONDENCIA i Qué es de los
. prometimientos
Que en un principio me hacías f
GLOSA ¿Qué del amor verdadero
Estoy queriendo una flor Que dijiste me tenías?
Que a mí me niega su esencia. GLOSA
El corazón se me parte
Porque no hay correspondencia. Ingrata eres, y, eres falsa,
Que con t u t i r a n a fe
El rato que no te veo Me prometiste de que
Estoy llorando t u ausencia E n ti no habría mudanza.

(307) Dictado por don Abelardo Acosta en Mazan en 1940. Aeosta tenía entonces
45 años.
(308) Dictada por don Pastor Zelaya en Los Molinos (Castro Barros).
(309) Dictada por don Rosalindo Avila en Malanzán (Dto. Rivadavia) en 1940.
(310) Dictado por don Ramón Oviedo a la señora esposa de don Policarpo Díaz, San
Pedro (Castro Barros).
12-II
178 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

Y, fiado en la confianza, 312


Me he mostrado muy contento,
No conociendo t u intento. jQUE POCA PENA TE DA1
Sólo te pregunto agora,
I n g r a t a , vil y traidora, ¡Qué poca pena te da
¿Qué es de los prometimientost Verme penar por tu suerte!
Con mucho sosiego vives,
Con u n cauteloso engaño, Siendo causa de mi muerte.
Me muestras fingiendo amor,
Incurriendo en el error GLOSA
De la ejecución al daño. Caminando, poco a poco,
Con u n amor muy extraño, Ya la vida se me v a ;
Placentera te fingías; Y al ver los trances t a n fuertes,
Muy humilde prometías
¡Qué poca pena te da!
De j a m á s darme mal pago.
¿Adonde están los halagos
Que en un principio me hacías f

313
311
¿QUE SACO YO CON QUERERP
¡QUE GRAN LOCURA ES QUERER!
¡Qué gran locura es querer ¿Que saco yo con querer
Al que no me tiene amor! Donde yo no soy querido f
Querer a, quien no me quiere:
GLOSA
Olvidar es lo mejor.
Es t a n grande mi sentir
GLOSA
Y te amo con t a n t a fe,
Si la fineza no basta, Que enteramente no sé
Si ella no ha de poder Lo que es a gusto vivir.
Vencer una voluntad, Los desvelos, p a r a mí,
¡Qué gran locura es querer! Desecharlos no he podido.
Por u n amor que he tenido
-Todo pudiera vencer Todo es pena y padecer.
A costa de mi valor, ¿Que saco yo con querer
Pero no puedo querer Donde yo no soy querido?
Al que no me tiene amor.
No hago juicio de la vida
La mala correspondencia Ni tampoco de la muerte.
A todo corazón hiere, Tan sólo tengo presente
Y más al mío que sabe Aquella prenda querida.
Querer a quien no me quiere. Si me has echado en olvido,
Yo nomás te seguiré,
Amada prenda querida, Infeliz me llamaré.
Si hay en tu alma el dolor Con estas palabras digo:
De amor no correspondido, ¿Que saco yo con querer
Olvidar es lo mejor. Donde yo no soy querido?

(311) Dictada por doña Leovina Carrizo de Sánchez en Villa Castelli (Dto. Gral. La-
valle) en 1939.
(312) Dictada por don José Narváez, de 70 años, en Pagancillo (Gral, Lavalle).
(313) Dictada por don Hermenegildo Rodríguez en Banda Florida (Gral. Lavalle)
en 1939.
CANCIONERO POPULAR DE LA £10 JA 179

Tengo yo de verte el fin, ¿Por qué es tu separación


Así como has prometido. Que me echastes al olvido?
Desde que te he conocido Ni u n a palabra has tenido
P a r a alejarte de mí,
Y has abandonado así
A quien t a n t o te ha querido.

¿Que saco yo con querer 316


Donde yo no soy querido t SI ME OYERAS SUSPIRAR

Si me oyeras suspirar
314 Por ti, mi bien, en deveras
QUFEN TE AMABA YA SE VA
Lástima te habría de dar
Aunque amor no me tuvieras.
Quien te amaba ya se va, GLOSA
Supuesto que otro ha venido.
Se acabarán tus disgustos: Ese t u pecho de amante
Ya se va tu aborrecido. A u n bronce hiciera llorar.
T u corazón se ablandara
GLOSA Si me oyeras suspirar.
Ya luego descansarás Al verme t a n desvalida,
Del que te daba disgusto. No me he querido arriesgar.
P a r a que vivas a gusto, Al decirte mi sentir,
Quien te amaba ya se va. Lástima te habría de dar.
Ya se v a de t u presencia
Mi corazón resentido.
A verte, más no vendrá,
Supuesto que otro ha venido. 317
SI TE FASTIDIA MI AMOR

Si te fastidia mi amor,
Ya luego descansarás,
Ya no te seré molesto,
315 Ya no me verás jamás.
QUIERO, PRENDA DE MI AMOR GLOSA

Quiero, p r e n d a de mi amor, Me voy como u n desterrado,


E n esta carta pedirte, Huyendo de t u rigor,
Y al mismo tiempo decirte Donde no me verás nunca,
Que me expliques la r a z ó n : Si te fastidia mi amor.

(314) Dictada por don Salvador Salazar en Chilecito en 1939.


(315) Dictada por don Jesús Gordillo en Malligasta (Chilecito).
(316) Dictada y cantada por don Moisés González en Vinchina (Pueblo) en 1939.
J. Aden Masón, en su Porto-Siean Folklore, N.° 57, consigna una glosa en décimas a una
variante de nuestra cuarteta.
Dice así la cuarteta:
Si supieras mi dolor,
mi sentimiento y mi pena,
lástima te habría de dar
aunque amor no me tuvieras.
(317) Dictada por la señorita Adelina Pazos Martínez en Vinchina. La señorita Pazos
Martínez aprendió y anotó este cantar a su padre, natural del lugar citado.
180 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

Cuando sepas que no existo, 320 j


¡ Qué contenta quedarás t
De mis continuas molestias SOY POBRE PORQUE DIOS QUISQ
i
Ya luego descansarás.
Soy pobre por que Dios quiso
Destinarme a la pobreza.
Cuando yo más te quería,
Me has pagado con vileza.

318 Me has pagado con vileza


Viendo que tanto te amaba.
SI TE FASTIDIA MI AMOR Por darme más que sentir,
Con desprecios me ultimabas.
Si te fastidia mi amor,
Ya luego descansarás, Ese es el buen pagamiento
Ya no te seré molesto, Que recibí de t u amor.
Ya no te veres jamás. Yo dejé de ser querido
Sólo por quererte a vos.
GLOSA
Dios quiera que bien te quieran,
Escucha que te está hablando
Un rendido corazón, Como te he querido yo,
Que p r e g u n t a enternecido Y lo que has hecho conmigo
Si te fastidia mi amor. Así lo h a n de hacer con vos.

T o fui t u primer amor


Y quien te enseñó a q u e r e r ;
Y me lo pagas ahora
Haciéndome padecer.

321
319
TANTA PENA
SOLO SERÉ EL DESGRACIADO

Sólo seré el desgraciado, Tanta pena,


Otro será el preferido. Si la verbena
Otro será el estimado, La yerba buena
Yo seré el aborrecido. Y el perejil,
De tanto que te he querido,
GLOSA Nunca has tenido
Piedad de mí.

322
Sólo yo no he merecido
De ti u n amor semejante. TODO PUDIERA VENCER
Si yo te adoro constante,
Otro será el preferido.
Todo pudiera vencer,
Pues no me falta valor,
Pero no puedo querer
A quien no me tiene amor.
(318) El primer pie de esta gloea me fué dictado como copla suelta en. el departa-
mento Castro Barros en 1938.
(319) Dictado por don Rosario Chumbita en Aminga (Castro Barros).
(320) Dictado por don José I. Herrera en Machigasta (Dto. Araueo) en 1939.
(321) A este cantareito lo oí en « El Puquial» (barrio sud de Chilecito) en 1939.
(322) Dictado por don M. Segundo Páez Porra en Sañogaata (Dto, Chilecito) en 1939.
CANCIONERO FO PU LAB VE LA BIOJ A 181

Al fin, quédate don Dios; 325


Mi destino es padecer.
Me has olvidado por otro VIVO ME QUIERO ENTERRAR
Que te ha pagado más bien.
Mira, no le des mal pago, GLOSA
Como lo has hecho conmigo:
P a g a r con amores crueles ¿Para qué me haces sufrir
A quien tanto te ha querido. Siendo que yo te amo t a n t o ?
Cuando te veo me encanto
Sin poderme resistir.
323 No t r a t e s de confundir,
Conforme es t u voluntad.
UN DOMINGO DE MAÑANA I Porque {, adonde iré a p a r a r
Con esta firme pasión?
Un domingo de mañana, Al mirarme en confusión,
Cuando más contenta estaba, Vivo me quiero enterrar.
Me trajeron la noticia
Que mi dueño se casaba.
Por Dios, oh, Fulana mía,
Después de haberse casado, No me hagas más padecer,
Vino haciéndose el doliente: Que yo puedo fenecer
—Dejemos cosas pasadas ' Al verme tan confundido.
Y sigamos lo de siempre. Parece hubieras nacido
P a r a mi vida quitar.
Le dije se retirase, Muy bien puedes calcular
De mi vista se alejase, El amor que yo te tengo.
Que la cuide a su mujer, Y por tanto te p r e v e n g o :
Que. su gusto fué el casarse. yivo me quiero enterrar.

—No me casé por mi gusto, ¡Y qué injusticia será


No me casé por querer. Si yo la vida me quito!
Los consejos fueron muchos, No creas que tu delito
Me llegaron a vencer.

—Tiráte de los cabellos, A mí me va a consolar.


A ver si no te ha i doler. Me la t r a t o de quitar
Así me ha dolido a mí Al m i r a r mi mala suerte,
De verte en otro poder. Y en los brazos de la muerte
Vivo me quiero enterrar.
324
Hasta hoy día te doy plazo
VIDITA MÍA P a r a que salves mi vida,
O tú serás mi homicida
Vidita mía, Cuando yo caiga en tus brazos,
¿ Por qué a mi pecho O ahorcarme con un lazo
Lo haces penar? P a r a dejar de penar.
Cuando me muera, ¡ Qué tristeza te va a dar
Cuando me ausente, Cuando me veas m o r i r !
De noche y día Y así, te voy a decir:
Te ha de pesar. Vivo me quiero enterrar.

(323) Dictado por don Hermolado Cabrera en Pinchas (Castro Barros) en 1938.
(324) Recogí este cantar en Pagancillo (Dto. Gral. Lavalle) en 1939.
(325) Dictado por don Lázaro Alvarado en Sañoga6ta (Dto. Chilecito). Repárese en
la mutación de la d por r de la palabra ahorcarme. Es el mismo caso de la palabra desenga-
ñarme en la canción N.° 296 y de algunas otras que iremos viendo.
182 J U A N A L F O N S O C A B K I Z O

326 GLOSA

YO DEJE UNA FLOR PLANTADA ¿ Por qué tratas con rigor


A quien con esmero te ama ?
T o dejé una flor p l a n t a d a ; Has tenido t ú el valor
F u é por tomar experiencia, De verme encendido en llama,
í n t e r fué mi diligencia; Y partir mi corazón.
Volví y la encontré regada.
Yo no la dejé encargada, El quererte es mi locura,
Yo la dejé en su tenor, J a m á s pienso en olvidarte.
No pa que otro labrador Mi cariño te a s e g u r a :
Quiera ser dueño 'su fama. Sólo yo seré constante
Si mía h a sido esta r a m a , Para amarte con ternura.
Mía h a de ser esta flor.
Suspiros constantes son;
Mi pensamiento te m i r a ;
No me quitan mi pasión;
327 Es mucha t u tiranía,
Y de mí no hay compasión.
YO PARTÍ M I C O R A Z Ó N
P a r a mí sois linda y p u r a ,
Yo partí mi corazón Estrella resplandeciente,
Para amarte con ternura, Y mi alma te a s e g u r a :
Y de mí no hay compasión, Sois la guía del Oriente
Siendo mi única hermosura. Siendo mi única hermosura.

(326) Dictado por don Paulo Juárez en Guandacol (Dto. Gral. Lavalle).
(327) Dictada por doña Paulina Godoy en Vinchina. (Pueblo) en 1939.
DESDEN, DESPRECIO
Y OLVIDO
328 Para no volverte a ver.
Ni tener trato con vos.
DE U N A MANO DIERA U N DEDO
De una mano diera un dedo—
De dos me quedaron uno—
De una mano diera un ded Para no volverte amar
De cinco me quedan cuatro— Ni tener trato ninguno.
Para no volverte amar
Ni tener contigo trato.
329
De una mano diera un dedo-
De cuatro me quedan tres— ¿ E S POSIBLE, V I D A MÍA?
Para no volverte a ver.
Ni tener trato otra vez.
—¿Es posible, vida mía,
Siendo todo mi querer,
De una mano diera un dedo- Que tú me cierres las puertas
De tres me quedaron dos— Y me eches a padecer?

(328) Dictado por don Brígido Avayay en Sañogasta en 1938.


Don Alberto Sevilla, en el Cancionero P. Murciano, trae nuestro cantar, bajo el número
1357, a s í :
De cinco dedos que tengo
diera uno, y quedan cuatro,
por no haberte conocido
ni tener contigo trato.

De cuatro dedos que quedan De dos dedos que me quedan


uno diera, y quedan tres, diera uno y queda el otro,
por rio haberte conocido por no haberte- conocido
ni esperarte conocer. ni darte el nombre de novio.

De tres dedos que resultan El dedo que me reservo


uno diera y quedan dos, lo diera de buena gana
por no haberte conocido por no recordar tu nombre
ni tener contigo amor. jfruto de t a n mala r a m a !

Rodríguez Marín lo trae así:

De cinco dedos que tengo,


diera uno, y quedan cuatro,
por no haberte conocido
ni haberte querido tanto.

De los cuatro que me quedan, De los dos que me quedaban


diera uno, quedan tres diera uno y queda otro
por no haberte conocido por no haberte conocido
ni haberte querido bien. ni haberte visto ese rostro.

De los tres que me quedaban ¡Ay, el uno que me queda


diera uno y quedan dos, lo diera de buena gana,
por no haberte conocido por no haberte conocido
ni haberte tenido amor. lucero de la m a ñ a n a ! (K. M., N.° 4398)

(329) Dictado por don Vicente Reinoso en Malligasta (Dto. de Chilecito) en 1939.
186 J U A N A L F q N 8 O C A R R I Z O
-j
330
—No le he cerrado las puertas
Ni lo dejé a padecer. PERMITA EL CIELO, TIRANA
Como es hijo de familia, Permita el cielo, tirana,
Yo no lo puedo querer. Cuando me vuelvas a ver,
En la puerta de mi casa
Tres veces te desmayes.
—A Jos hijos de familia
Si del desmayo sanaras
También se suelen querer. Y agua te quisieran dar,
En habiendo voluntad Permita el cielo, tirana,
Todos han de merecer. Que te vuelva a segundiar.

(330) Dictado por María del Pilar Asía Dávila en la ciudad de La Bioja en 1938.
DESPEDIDAS
331 Cuéntala por muerta ya
A quién te supo q u e r e r ;
ADIÓS, CORAZÓN, ADIÓS Como triste sin consuelo,
Que me voy a padecer.

Adiós, corazón, adiós, Me voy t a n agradecida


Que ya te vas y me dejas. De tus inmensos c a r i ñ o s . . .
Estando lejos de ti, P a g u e n mis ojos llorando,
¿A quién yo daré mis que jas t Peregrinando caminos.

GLOSA

No te despidas de m í :
Es aumentar mi dolor. 333
Luego yo saldré diciendo:
Adiós, corazón, adiós. ADIÓS, ENCANTO DEL CIELO

Más bien, quisiera la muerte Adiós, encanto del cielo,


P a r a no ver que te alejas. Adiós, precioso alhelí.
¿ P a r a qué quiero la vida Te pido con todo anhelo
Si ya te vas y me dejas? Que no se olvide de mí.

Que no se olvide de mí
Aunque me oigan suspirar, Ni pierda su proceder.
No hay quien se duela de mí. Si Dios me presta la vida,
E n vano será quejarme Sólo por ti he de volver.
Estando lejos de ti.

334 .

ADIÓS, ESMERALDA FINA


332
Adiós, esmeralda fina,
ADIÓS, ENCANTO DEL ALMA Adiós, clavel encendido,
Adiós, vida de mi vida,
Adiós, encanto del alma, Adiós, topacio querido.
Que me voy a padecer.
Peregrinando caminos, Al decirte adiós, mi vida,
¡Qué gusto puedo tener! Se me acrecientan las penas,
Repitiendo entre suspiros:
GLOSA Adiós, fragante azucena.
Se llega el día, y no pienso Adiós, fragante azucena,
De mi fatiga la calma. Adiós, lucero brillante.
Con tristes lamentos digo: Yo jamás te borraré
¡Adiós, encanto de mi alma! De mi memoria u n instante.

(331) Dictada por don Manuel Allende en Chaupi-Huasi (Dto. Pelagio B. Luna) en 1940.
(332) Dictada por don Pastor Zelaya en Los Molinos (Castro Barros).
(333) Estas dos estrofas encadenadas me fueron dictadas en Aminga (Castro Barros-*
en 1938.
(334) Dictado por don Vicente Eeinoso en Malligaata (Dto. Chilecito).
190 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

335 Dulce alivio de mis penas,


¡ Qué d u r a separación!
ADIÓS, ESTRELLADO CIELO
¡ Qué d u r a separación!
Mil tormentos causará.
Adiós, estrellado cielo. Dime i con qué corazón
F o r t u n a , ¿dónde te vas? Lloraré si t ú te vas?
Ven aquí y me verás
Separado sin consuelo.
Llanto, pesar y desvelo
Sufrirá mi pobre calma 337
Hasta que de amor la palma
Me t r a i g a a gozar de tí. ADIÓS, INTIMA DEL ALMA
Hoy me voy a despedir:
¡Adiós, encanto del alma!
Adiós, íntima del alma,
Bello encanto de mi amor.
Bien verás que la p a r t i d a Yo me separo de ti
Me causará dos mil males, Con un crecido dolor.
Y mis penas serán tales
Que h a r á n perecer mi vida. GLOSA
Hoy me voy, prenda querida,
No olvides mi amor t a n fino. Mis ojos, con triste calma,
Y al alejarme el destino, Buscan t u imagen preciosa;
De la crueldá a la sentencia, Enmudecen mis palabras
Ruega por mi l a r g a ausencia: E n u n ansia t a n p e n o s a . . .
Voy a seguir mi camino. Adiós, íntima del alma.

Ese t u bello candor,


336 A quien dejo t a n distante,
Aumenta más mi pasión.
ADIÓS, FRAGANTE AZUCENA Y siempre seré t u amante,
Bello encanto de mi amor.

Adiós fragante azucena,


Ya no te veré jamás. Aunque soy t a n infeliz,
Se doblarán mis cadenas Con instancia te he querido.
Ay de mí, si t ú te vas. Ay, desgraciado de mi,
Con el corazón partido,
Yo me separo de ti.
Me dejas, hermosa flor,
E n un mar de padecer.
Morirme sería mejor Mi bien, te pido u n f a v o r :
Porque se v a mi placer. Que me aguardes con constancia
Al separarme de vos
Porque se va mi placer, P a r a una larga distancia
E l consuelo de mi a m o r ; Con un crecido dolor.

(335) La primera de estaa décimas me fué dictada por la señora Ramona Pizarro de
Gordillo en Aminga (Castro Barros) .
A la misma décima dictada por la señora de Gordillo y acompañada esta vez de la se-
gunda, me la dictó don Julio José Díaz en-fíuandacol en 1940. Díaz tiene 50 años.
(336) Dictado por la señorita Adelina Pazos Martines en Vinchina en 1939.
(337) De una libreta vieja en las que dan Uladielao Sotomayor anotó sus cantares de
juventud. Tiene el señor Sotomayor 77 años y vivió siempre en Villa Unión (Gral. Lavalle).
CANCIONERO POPULAR DE LA MIOJA 191

337-a Yo voy sufriendo u n a herida


Que me llevará a morir.
ADIÓS, INTIMA D E L A L M A Dame t u mano, bien mío,
Que me quiero despedir.
Adiós, intima del alma,
Bello encanto de mi amor.
Hoy me separo de ti
Con un crecido dolor. 339
GLOSA ADIÓS, MI BIEN, QUE ME VOY
Mis ojos, con triste calma,
Miran t u imagen preciosa; 'Adiós, mi bien, que me voy
Mis palabras se enmudecen Por los campos suspirando.
E n esta ausencia apremiosa. En compañía de las aves
Adiós, íntima del alma. Me consolaré llorando.

GLOSA

De ver lo infeliz que soy,


Hoy te pido de favor Mi pecho se halla afligido.
Que me aguardes con confianza E l último adiós te doy,
Al separarme de vos Y llorando me despido:
E n esta larga distancia. ¡Adiós, mi bien, que me voyl
Con un crecido dolor.
Moriré, al fin pero amando
Ese tu pecho indolente.
338 Y si aquí vivo penando,
ADIÓS, MI ADORADO E S P E J O Me marcharé tristemente
Por los campos suspirando.
Adiós, mi adorado espejo,
E n que me miraba ufano. Sólo el justo cielo sabe
Hoy, por un rigor tirano, Quién es causa de mi muerte.
De tu presencia me alejo. Y si mi mal es tan grave,
P e r o te advierto que dejo Lloraré mi triste suerte
Una persona elegida. En compañía de las aves.

(337-a) Dictada por don P a s t o r Zelaya en Los Molinos.


(378) E s t a décima fué dictada por don Jerónimo Vargas en Bivadavia,
(339) De unos papeles de don M. Segundo Páez P o r r a de Sañogasta.
El cantar estaba escrito a s í :
Adiós, mi bien, que me voy
por loa campos suspirando
en compañía de las aves,
me consolaré llorando.

De ver lo infeliz que soy Moriré al fin pero amando


mi pecho se halla afligido ese tu pecho indolente
el último adiós te doy y si aquí vivo penando
y llorando me despido. me marcharé tristemente.

Sólo el justo cielo sabe Mientras yo voy caminando


quien es causa de mi muerte, perseguido por la muerte
y si mi mal es tan grave el valor me va faltando
lloraré mi triste suerte y si j a m á s he de verte
me consolaré Morando.
Así, en forma inconclusa, como en este caso, copié la glosa que lleva eí número 159 y
recuerdo haber recogido otra glosa en Trancas ( T u c u m á n ) . Véase tomo I , p á g . 158.
192 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

Mientras yo voy caminando GLOSA


Perseguido por la muerte
El valor me va faltando,
Y si jamás he de verte Voy a morir o vencer.
Me consolaré llorando. I Ay mi desgraciada s u e r t e !
Si Dios me m a n d a la muerte,
Menos padecer tendré.
340 Nunca dejaré de ver
El rigor con que me t r a t a s .
ADIÓS, MI QUERIDO ENCANTO Un sentimiento me mata,
Porque sin hacerles mal
Adiós, mi querido encanto, Todos me han hecho llorar.
Algún día volveré. ¡Adiós, vecindad ingrata!
No pienses que yo te olvide
Mientras en el mundo esté.
¡Adiós, mi pueblo estimado,
GLOSA Querencia de mi pasión!
Ya ha llegado la ocasión
Ya me vengo a despedir; Que he de salir expatriado.
No me da lugar el llanto. ¡Adiós, pueblo desgraciado,
Al darte mi corazón, Gente ingrata para m í !
Adiós, mi querido encanto. Ya quedará muy feliz
El que a disgusto ha vivido.
El dejarte, vida mía, Ya se va el aborrecido:
E s lo que yo sentiré. Hoy me retiro de aquí.
Pero, rompiendo cadenas,
Algún día volveré.

Esta mi mala fortuna


Es causa que me retire. Adiós, mi bien y mi todo,
P o r más lejos que yo vaya, Adiós, ya voy a marcharme,
No pienses que yo te olvide. Porque p a r a desterrarme
Buscaron de varios modos.
A ese tu corazoncito, Adiós, que yo me acomodo
Dámelo, lo llevaré, A todo ver y sufrir.
Que me sirva de consuelo Lo siento y lo he de sentir,
Mientras en el mundo esté. Aunque en vano es el llorar.
Cuando otro te pague mal,
¡Sí, te acordarás de mí!
341

ADIÓS, VECINDAD INGRATA DESPEDIDA

Adiós, vecindad ingrata, Atienda, noble auditorio,


Hoy me retiro de aquí. Que t a n bien me está escuchando:
Cuando vuelva las espaldas, Sólo Dios sabe hasta cuando
¡Si se acordarán de mí! Volveré a estos territorios.

(340) Dictado por don M, S. Páez Porra en Safiogasta en 1939.


(341) Dictada por don Amancio Quevedo en Chuquis (Castro Barros) en 1938. Qae-
vedo tiene 65 años y sabe leer y escribir.
También he oído esta cuarteta con el primer verso así;
¡Adiós, Nacimiento amado I
0ANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 193

341- a 342

ADIÓS, VECINDAD INGRATA AL ALEJARME DE TI

Adiós, vecindad ingrata, Al alejarme de ti,


Adiós, mi pueblo natal. Yo no necesito hablarte.
Hoy me retiro de aguí Por más lejos que me vaya,
Porque en mí todo es maldad. Yo nunca pienso dejarte.

GLOSA
GLOSA

Voy a morir o vencer. Me voy por obligación.


¡ Ay mi desgraciada s u e r t e ! Suspiro y digo ¡ ay de m í !
Te llevo en mi corazón
Si Dios me manda la muerte, Al alejarme de ti.
Menos padecer tendré.
Nunca dejaré de ver
El rigor con que me t r a t a s .
Un sentimiento me mata, Algún día he de volver.
Porque sin hacerles mal ¡Adiós, estrella del a l m a !
Todos me h a n hecho llorar. Yo nunca la olvidaré
jAdiós, vecindad ingrata! Por más lejos que me vaya.

P a r t o como desterrado, 343


1 Querencia de mi pasión!
Ya ha llegado la ocasión MAS BIEN NO ME VEAS, NO
Que he de salir expatriado.
¡ Adiós, pueblo desgraciado!,
Mas bien no me veas, no,
Gente i n g r a t a p a r a mí, Al despedirte de mí,
Ya quedarás muy feliz, Que si te veo p a r t i r
Y a se va el centro del vicio. Al sepulcro me iré yo.
Se a c a b a r á n malos juicios: Ya veo que concluyó
Hoy me retiro de aquí. P a r a mí todo placer.
H a s t a que te vuelva a ver
Aquellos que me querían, No tendré ningún consuelo.
Hoy quedarán descontentos, ¡Adiós, mi adorado cielo,
Y dirán que ya me he muerto, Adiós, todo mi q u e r e r !
Que jamás me conocías.
Los que a disgusto vivían L a ausencia suele causar,
Porque me veían andar, Si no la muerte, el olvido.
Hoy se pueden a l e g r a r : A quien t a n t o te ha querido
H o y se cumple mi sentencia. Tal vez vayas a olvidar.
Sepan que va a ser mi ausencia Que y o te he sabido amar
Porque en mí todo es maldad. Y te adoro, acuérdate,

(341-a) Dictada por la señora María Vera de Delgado en Sanagasta en 1938.


(342) Dictada por la señorita Ruperta Mercado en Anillaco en 1938.
(343) Dictada por don Moiséa González en Vinchina (Pueblo) en 1939.
13-II
194 * JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

Que yo nunca olvidaré Me separo, no hay remedio,


Que te he querido constante. De tus brazos amorosos.
Adiós, hermoso diamante, Será hasta volverte a ver,
Adiós, a quien tanto amé. Adiós, prenda de mis ojos.

Dulce encanto de mi vida, Adiós, prenda de mis ojos,


¿Cuándo te volveré a ver? Llegó el tiempo de dejarte.
j Cuándo tendré ese placer Con la vida y con la muerte,
De verte, p r e n d a querida? Será imposible olvidarte.

346
EL DOMINGO CUANDO SUPE
Desde que te conocí,
Te adoré como a mi Dios. El domingo, cuando supe
Y pues te alejas de mi, Que a llevarte a vos venían,
No podré vivir sin vos. No supe lo que era gusto,
El tormento más atroz, Padeciendo noche y día.
Que es la ausencia, sufriré.
El lunes, cuando saliste,
Si es que verte no consigo. No hallaba a quien adorar.
Adiós, prenda que persigo, Ayudo a mis tristes ojos
Adiós, a quien tanto amé. Que se quedan a llorar.
El martes, amargo día,
344 Principio de mis t r a b a j o s :
No me quisiera acordar
CON LAGRIMAS DE MIS OJOS Cuando salí de t u s brazos.

Con lágrimas de mis ojos


Voy a formar u n retiro. 347
Bueno fuera que se cumpla
Ya que el destino ha querido. ESTA FATAL DESPEDIDA

Ya que el destino h a querido E s t a fatal despedida


Que me separe de vos, Será por fuerza o razón.
Kecibe mi alma en tus brazos, No me es posible dejarte,
Dame los tuyos y adiós. Dueña de mi corazón.

Dueña de mi corazón,
345 Habéis de tener paciencia:
No te dejo por mi gusto,
DAME TU MANO, MI VIDA Me marcho por exigencia.

Dame t u mano, mi vida, Me marcho por exigencia,


Que te la pido llorando. Con el corazón h e r i d o :
Hoy me separo de ti, E l corazón me has robado,
Sólo Dios sabe hasta cuando. Me marcho como perdido.

(344) Me fué dietado en Villa Unión, 1939, por un paisano cuyo nombre no recuerdo.
Supongo que se trata de una glosa de la cual la 2-.* cuarteta sería la glosada y la 1." la
primera estrofa de dicha glosa.
(345) Dictada por doña Dionieia Porras en Nonogasta (Dto. de Chilecito) en 1939.
(346) Dictado en Vinchina por don Juan de la Cruz Gaetán en 1939.
(347) Dictado por don Jesús Gordillo en Malligasta (Dto. Chilecito).
CANCIONEBO POPVLAB DE LA E10JA 195

348 GLOSA

HOY ME VENGO A DESPEDIR Adiós a quien tanto amaba,


A costa de un sacrificio.
Tu ausencia será un suplicio
Hoy me vengo a despedir, Adonde mi vida acaba.
Amada prenda querida. Mí marcha precipitada
Ya se acerca mi partida, Ya me obliga a preferir
Voy a alejarme de ti. La muerte, ¡ oh, muerte venid
Sí, desgraciado nací Para no vivir penando!
Para amar vuestra belleza, Que estar ausente y amando
Pero yo te llevo impresa Me es muy sensible vivir.
Y jamás te he de olvidar.
Aunque me voy a ausentar,
Te he de amar con más firmeza.

Adiós, mi prenda querida,


Adiós, hermoso lucero,
Dame tu abrazo postrero
Para seguir mi partida.
Serás feliz en tu vida, 350
Y nunca busques empresa,
Pues no tendrás más firmeza
Que la que te tengo yo. ME HAN LEÍDO LA SENTENCIA
Adiós, adiós, que me voy,
Adiós ¡singular belleza! Me han leído la sentencia:
Mañana se cumple el plazo.
Te vengo a decir adiós
Adiós, mi preciosa flor, Y a darte el último abrazo.
Adiós, hermosa azucena.
Yo marcho con grandes penas, A darte el último abrazo
Y tú te quedas aquí. Tan solamente he venido,
Otro gozará de ti Y a avisarte que me voy,
Mientras yo vaya a rodar. Porque mucho te he querido.
El mundo me ha de amparar
Al volver de mi partida
En busca de mi querida, Dame, mi vida, los brazos:
Que yo siempre la he de amar. Yo te los pido llorando,
Porque me voy y te dejo
Sólo Dios sabe hasta cuando.

349 Sólo siento el no llevarte,


Porque es lejos mi destino;
ME ES MUY SENSIBLE VIVIR Si tú quieres padecer,
Nos pongamos en camino.
Me es muy sensible vivir Lloro mis tristes lamentos
Separado de guien amo, Porque desgraciado soy;
Si te digo adiós, me muero, Y en seña de que te quiero
Pero te voy a decir. Te dejo el alma y me voy.

(348) Dictado por don Amaneio Quevedo en Oniquia (Castro Barros).


(349) Dictada por doña María Vera de Delgado en Pinchas.
(350) Dictado por doña María Vera de Delgado en Sanagasta.
196 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

De tus brazos me despido. DESPEDIDA


Dios sabrá si nos veremos, I Qué trance tan duro y fuerte
Pero siempre seré tuyo El separarme de vos!
En donde quiera que estemos. Mas bien quisiera la muerte
Antes de decirte adiós.
¡Adiós, que me voy llorando
Por tu amor tan lisonjero, 352
Adiós, hasta que yo vuelva,
Adiós, brillante lucero! ¿POR QUE TE VAS, DUElSlA MÍA?

¿Por qué te vas, dueña mía,


Y solo y triste me dejas,
351 Agobiado de tristeza,
Sin tener una alegría?
PERDÍ LO QUE MAS AMABA Creedme, me cuesta la vida
Esta cruel separación.
Perdí lo que más amaba, Se me parte el corazón,
Perdí mi tranquilidad, Y ya no pienso vivir.
Perderé hasta mi existencia Voy a dejar de existir
Y me entregaré a llorar. Por esta ciega pasión.
Las potencias y sentidos,
GLOSA Todos se van a acabar,
Y se van a sepultar
Cuando más contento estaba En el centro del olvido.
Gozando la posesión, Las aves eon su gemido
Cuando más me lisonjeaba, Me vienen a consolar,
Y era eterna mi pasión, Imposible es alegrar
Perdí lo que más amaba. Un corazón afligido
Que se encuentra dividido
Amor y fidelidad De una que lo supo amar.
Endulzaban mi memoria.
Por una horrible crueldad 353
Hoy me privan de tus glorias: QUISIERA TENER UN ARTE
Perdí mi tranquilidad.
Quisiera tener un arte
Para por medio partirme:
La mitad para dejarte,
La otra mitad para irme.

(351) Dictado también por doña María Vera de Delgado en Sanagasta.


(352) Dictadas por don Alberto Páez en Los Palacios (Dto. Gral. Lavalle) en 1939.
(353) De las libretas de don Julio Soria en Chilecito.
El diario «La Mañana», de Montevideo, en su número del 29 de febrero de 1940, pu-
blicó esta otra versión de nuestra glosa sin decir de dónde la tomó, aunque advierte que es
anónima:
QUISIERA TENER UN" ARTE
Quisiera tener un arte
para por medio partirme,
la mitad para dejarte
y can la otra despedirme.
GLOSA
Luego que salga de aquí, para poder adorarte
cuando se parta mi pecho, pero al no poder llevarte
iré en lágrimas deshecho es que me imagino y digo:
acordándome de ti. —Para siempre estar contigo
Quisiera tenerte en mí quisiera tener un arte.
CANCIÓN EEO POPULAS DE LA MIOJA 197

GLOSA Cuando voy a v i s i t a r t e :


No tengo valor de hablarte,
Y ese día con razón
Luego que salga de aquí
E n u n lance t a n estrecho, P a r t i r é mi corazón
I r é en lágrimas deshecho La mitad para dejarte.
Acordándome de ti.
Cruel congoja p a r a mí P e r m i t a el divino cielo
Es el no poder llevarte. Mi vuelta no demorar,
Peor será abandonarte, P a r a más no soportar
Cuando lo imagino digo. T a n funesto desconsuelo.
P a r a irme y estar contigo, Si til me amas con anhelo,
Quisiera tener un arte. Gustosa has de recibirme.
Yo, como constante y firme,
No es posible separarme Mi pecho dividiré:
De t u bella perfección, Una mitad te daré,
Porque tal separación La otra mitad, para irme.
La vida puede quitarme.
Triste será el ausentarme DESPEDIDA
O tener que dividirme.
Hoy que vengo a despedirme
Al fin, estoy obligado
Mi corazón desespera,
A salir de tu presencia,
Y no sé, mi bien, qué hiciera
P e r o sé que la existencia
Para por medio partirme. P e r d e r é por descontado.
E l día menos pensado
Casi los sentidos pierdo Falleceré, no lo ignoro.
La vez que salgo al camino, Vuestra salida demoro;
Y marcho como sin tino E l caso es algo t e r r i b l e ;
Con t a n amargo recuerdo. Y me parece imposible
Me verás cobarde y lerdo Dejar lo que t a n t o adoro.

Ya no es posible apartarme cuando vengo a visitarte,


de tu bella perfección, no tengo valor de hablarte,
pero puedes con rasión, y ese día con razón
la vida misma quitarme partiré mi corazón
ya que debo separarme la mitad para dejarte.
y el tiempo ha llegado de irme,
al venir a despedirme Al fin ya estoy obligado
mi corazón desespera, a salir de tu presencia,
no se, mi bien, lo que hiciera pero sé que la existencia
para por medio partirme. perderé al verme alejado
y el día menos pensado
Mis cinco sentidos pierdo, en el momento de irme
la vez que salgo al camino, falleceré al despedirme;
marcharé por ahí sin tino, por eso quisiera un arte
con tan amargos recuerdos. p a r a una mitad dejarte
Me verás cobarde y lerdo y con la otra despedirme.

E n el Cancionero P. de Catamarca, bajo el número 56, hay otra glosa a esta misma
cuarteta que nos hace recordar la canción de Diego de San P e d r o , poeta español de la se-
gunda mitad del siglo X V , que dice:

Afirmo que estoy i digo


en dos partes hecho d o s :
por el cuerpo acá eonmigo,
por el alma allá con vos;
{114 - N.» 100)
198 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

354 GLOSA

SOLO A AVISARTE HE VENIDO Me voy de ti a separar,


Y al mirar que he de dejarte
El corazón se me p a r t e
Sólo a avisarte he venido
De tristeza y de pesar.
Que mañana es mi partida.
¿Cuándo volveré a gozar
Dame la mano, y adiós, E l placer que he gozado h o y !
Por última despedida. La vez que a tu lado estoy,
Dichoso me considero,
GLOSA Y en prueba de que te quiero,
Te dejo el alma y me voy.
Y a mañana me retiro
De la sombra de t u lado. E n mi penosa partida,
P a r a que veas que te amo, No te puedes figurar
Sólo a avisarte he venido. Lo que t e n d r é que llorar,
Amada prenda querida.
Acabará con mi vida
El detrimento más fuerte.
Nunca te podré olvidar Mi desventurada suerte
Y te encomendaré a Dios. Me va a separar de ti.
T a n siquiera en recompensa, Y esto será para mí
Dame la mano, y adiós. Cual si llegara la muerte.

Voy sin remedio a partir,


Aunque siento de manera,
Pues todo mi gusto fuera
355 A vuestro lado morir.
Y p a r a que este sentir
TE DEJO EL ALMA Y ME VOY

Te dejo el alma y me voy,


Cuál si llegara la muerte.
Te dejo mi corazón,
Por si ya no 'vuelva a verte.

(354) Dictado por don José Pedraza en Los Molinos (Castro Barros) e n 1938. En el
Cancionero Popular de Tucumán, bajo el numero 668, hay una glosa en déci a a a a ^ t a mis-
ma cuarteta.

(355) Iietada por doña Btelvina Carrizo en Vinchina.


AUSENCIAS, RECUERDOS
Y CARTAS
356 De estar ausente me quejo,
Pero te tengo en mi m e n t e :
ÁNDATE, PAPEL, VOLANDO P o r lo mismo que estás lejos,
Mi bien, te tengo presente.
Ándate, papel, volando
A los brazos de mi amor.
Anuncíale que yo muero
De sentimiento y dolor.

De sentimiento y dolor
Que me hacen desesperar. 358
Al acordarme de ti
Triste me pongo a llorar. AUNQUE DE TI VIVA AUSENTE

Triste me pongo a llorar Aunque de ti viva ausente,


P a r a mitigar mis penas. Amada prenda querida,
Yo lo sabré remediar Te prometo con la vida
Con la sangre de mis venas. Siempre tenerte presente.
Porque te veo patente
Con la sangre de mis venas P o r donde quiera que miro,
Curaré este cruel dolor. Quisiera con un suspiro
Aquí te puedo hacer ver Verte por tanto que te a m o ;
Que yo muero por t u amor. Pero veo que es engaño
E n semejante retiro."

357
359
A TODAS HORAS DEL DÍA
jAY, AMADA PRENDA MIAt
A todas horas del día,
Mi bien, te tengo presente. ¡Ay, amada prenda mía!
Suspiro cuando no vienes, Tu ausencia me da la muerte.
Lloro cuando estás ausente. ¿Cómo quieres que yo viva
Sin el consuelo de verte?
GLOSA
GLOSA

Si lejos he de vivir; Los tormentos, sin cesar,


Mi corazón con porfía Me acompañan noche y día
Tu nombre ha de repetir Al no saber de t u cielo,
A todas horas del día. ¡Ay, amada prenda mía!

(356) Este cantareillo de estrofas encadenadas me fué dictado por don Dionisio Po-
rras en Nonogasta (Dto. Chilecito) en 1939.
(357) De las libretas de don Julio Soria en Chilecito. ;
(358) Esta décima me fué dictada por doña María Torres, en Anguinán (Dto. Chile-
cito) en 1939.
(359) Dictada por la señora Armentaria Luna de Navarro en Aminga. A esta distingui-
da señora debo otras composiciones, casi todas glosas, que recogió a principios del siglo a vie-
jos guitarreros que frecuentaban su casa. La familia Navarro Luna vive en Aminga de Arri-
ba, en una antigua casona de tipo colonial: amplio patio, laTgas galerías, bodega y quinta de
frutales.
E02 JUAN A L F O N S O C A B R I Z O

\ GLOSA
Será justo que padezca,
Lloraré mi corta suerte. No puedo echar en olvido
Porque te quise de veras, A mi dueño un solo instante,
Tu ausencia me da la muerte. Porque suspirando d i g o :
Cielos ¿dónde está mi amante?
P o r adorar t u belleza,
Ofrecí el perder la v i d a :
Si tú no me lo remedias,
¿Cómo quieres que yo vivaf
A mis ojos les pregunto
Tu ausencia precipitada Si no saben dónde habita.
Me está quitando el vivir. Y me contestan l l o r a n d o :
¿Qué consuelo he de tener Ausente está de mi vista.
Viviendo lejos de ti?
Sólo el corazón me dice
Dónde está, lleno de gloria:
360 Ausente está de mi vista,
AY DE MI, CUANDO ME ACUERDO Pero no de mi memoria.

Ay, de mí, cuando me acuerdo


De tan cruel separación.
Por momentos y por horas, 362
Llora triste el corazón.
CON LA SANGRE DE MIS VENAS
GLOSA

Cuando duermo imaginando Con la sangre de mis venas


Escribí para mandarte,
Tristes, penosos recuerdos,
P a r a que veas constante
Considerando mi suerte,
Mi fino amor verdadero.
Ay, de mi, cuando me acuerdo.
Y si yo alcanzar puedo
Mercedes de vuestro cielo,
El portador va ligero,
A u n cuando sepa, inclemente, Lleva la carta cerrada.
Que de mí no haces memoria, Si las letras van borradas,
Yo siempre pensaré en ti Son lágrimas que cayeron.
Por momentos y por horas.
Abrid luego este papel
Y considera el dolor,
Y verás si será amor
Lo que va fingido en él.
361 Y tú le has de entender
Al pronto que te escribí.
CIELOS ¿DONDE ESTA MI AMANTE? Mira, precioso jardín,
Desde que yo estoy sin verte,
Cielos ¿dónde está mi amante? He estado casi a la muerte
Cielos ¿dónde está mi gloriaf Al acordarme de ti.
Ausente está de mi vista
Pero no de mi memoria.

(360) Dictado por don Eduardo Delio Ecarte en Vinchina en 1939. Rearte tiene 50 años
y sabe leer y escribir.
(361) Dictado por doña Filomena Pérez en Banda Florida (Dto. Gral. Lavalle).
(362) Estas dos décimas me fueron dictadas por don Ramón Villafañe en Malli-
gasta en 1939.
CANCIONERO FOPÜLAB DE LA ÜIOJA 203

363 Hasta el alma tengo triste


De sólo considerar
DE QUIEN TE AMO DEMASIADO Que en ti tengo el amor puesto:
De mí no te has de acordar.
De quien te amó demasiado,
Regalada prenda mía,
No hallarás sino cenizas
Cuando vuelvas algún día. 365

DIME, MI BIEN, SI ES DOLOR


GLOSA
Dime, mi bien, si es dolor
P o r ahí en algún destino O pena la más amarga,
•Donde estés posesionado, Que de esta letra me valga
Te suplico que te acuerdes P a r a decirte mi amor.
De quien te amó demasiado. Al paso de este rigor,
Si me desprecias me muero.
P o r eso, mi vida, espero
Tenerte sobre mi pecho,
Tú sabes que cuando se ama P a r a que hablen con derecho
Una ausencia martiriza. Y sepan de que te quiero.
Así, de mí, por amarte,
No hallarás sino cenizas.
De cortedad no he podido
Decirte de que te adoro.
E n mi sepulcro hallarás, Cuando no te veo, lloro
Esculpida todavía, Con u n llanto desmedido.
Una letra de constancia Si t ú me echas en olvido,
Cuando vuelvas algún día. Lloraré mi soledad.
Es decirte la verdad,
Que no hallo comparación
Cómo decirte mi amor
364 Con toda mi voluntad.
DICHOSOS SON LOS CAMINOS
Al fin, mi vida, responde
Dichosos son los caminos Y dime sin resistencia:
P o r donde mi amor se fué. P a r a verme en t u presencia,
Más dichoso fuera yo El cómo, el cuándo y adonde.
Si me viera en t u poder. Y si t u amor no se esconde,
Pienso los dos hablaremos,
í n t e r los dos callaremos
¡ Si me viera en t u poder, Nuestro secreto intentado,
Oh, qué dichoso que fuera!
Y te pido con cuidado
Pero estoy con la esperanza
De que a solas nos hablemos.
De verte antes que me muera.

De verte antes que me muera, Al fin, dulce corazón,


Si el cielo me lo permite. Si yo t u amor mereciera,
De sólo considerar, La niña que bien me quiera
Hasta el alma tengo triste. No le falta proporción.

(363) A las Cuatro estrofas de esta glosa las encontré como coplas sueltas en Villa
Castelli, en 1939.
(364) Dictada por doña Nareiea Ortiz en Chuquis en 1939.
(365) De las libretas de don Julio Soria (Chilecito).
204 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

Le pido, mi corazón, Todo el camino pasé


No sea t a n cruel t u rigor, Suspirando yo por ti.
Que correspondas mi amor Me dolía el alma, mi c i e l o . . .
Si sabes corresponder. ¡Día fatal para mí!
Todo lo puedes hacer
Sin que padezca t u amor. Tal vez a ti te mudaron
Lo que nuestro amor mantiene,
Pues el corazón me roban
366 El año sesenta y nueve.
EL DÍA QUE NO TE VEO H e j u r a d o ser constante
Desde el día en que te vi.
El día que no te veo He sido, y soy, desde que
Para mí no sale el sol. De Punta Negra partí.
Ni tienen mis ojos luces,
Ni vida, mi corazón.
368
GLOSA
EL ONCE ME SEPARE
Con estarte viendo, cielo,
No se sacian mis deseos. E l once me separé
Considera cómo estoy De mi dulce y tierno amor,
El día que no te veo. Y en u n hermoso vapor
Las aguas del m a r surqué.
Al puerto donde llegué
Te encomendé a Dios del cielo,
Y en un continuo desvelo
Lamenté mi desventura,
Que ausente de mi hermosura
No puedo encontrar consuelo.
367
369
EL JUEVES SIETE DE OCTUBRE
EN ESTA SEPARACIÓN
El jueves siete de octubre
Día fatal para mí. E n esta separación,
El año sesenta y nueve, ¡Ay, si volar yo p u d i e r a !
De Punta Negra partí. Aunque oprimido, te diera
L a s alas del corazón.
GLOSA P a r a mí no hay diversión:
Cualquier pesar me divierte.
Sentía yo u n no sé qué, Mi corazón fuera a verte,
Como cosa indisoluble, Pero se halla prisionero.
Mi corazón intranquilo, Oye, mi alma, te quiero,
El jueves siete de octubre. Tu ausencia me da la muerte.

(366) A la cabeea y al pie loa recogí como coplas sueltas, en Malanzán (Dto. Riva-
davia), en 1940. La cabeza es copla española; Rodríguez Marín la trae bajo el N.° 2545
de sus Cantos Populares Españoles.
(367) Me decía doña Etelvina Carrizo (Vinchina), al dictarme esta glosa, que la
aprendió a doña Isidora Varas, vecina también de Vinchina (Hornos), hace por lo menos
unos cuarenta años.
(368) Dictada por don Lorenzo Sanduay, en Villa Castelli.
Sanduay es natural de Tinogasta (Catamarca), y aprendió el cantar en Chile. No re-
cordaba más que esta décima pero el cantar, según él, era largo.
(369) Dictado por don Vicente Díaz en Aimogasta en 1938.
CANCIONEBO POPULAS DE LA BIOJA 205

Todos viven murmurando, Desde que yo pienso en ti,


Murmuran de mis tristezas, Nunca podré pasar bien,
Y mi corazón no cesa Y no pensando otra cosa,
De llevarse suspirando. ¡Qué vida podré tener!
De día y noche llorando,
Lo que no te tengo aquí,
Ay, triste, infeliz de mí 371
¿Qué es esto que me sucedef
Temo que muerto me quede ENFERMA ESTA MI ESPERANZA
Estando ausente de ti.
Enferma está mi esperanza
Ya que la fortuna quiso De solo considerar
Tener letra de tu mano, Que lo que mucho se quiere
El hablarte ha sido en vano: Muy poco llega a durar.
Enmudecer es preciso.
Se me hace que te diviso,
Mi vida, cerca de mí; GLOSA
Y cuando esto no sea así,
Que todito es un encanto, Al no verte, prenda mía,
En el lenguaje de un llanto Me tienes como privado ^
Hable esta carta por mí. De un gran dolor de e s t a d o
Y una grande pulmonía.
Creo, y du^o, salvaría
370 Si J ^ v .ora sin tardanza.
(Jomo el alma no descansa
EN TUS BRAZOS, VIDA MÍA í-íPsñ sólo con el deseo,
Desde que yo no te veo
En tus brazos, vida mía Enferma está mi esperanza.
Sólo me quisiera ver.
Viviendo tan retirado,
¡Qué vida podré tener)

GLOSA

Desde que me separé,


Años se me hacen los días, 372
Al no poderme encontrar
En tus brazos, vida mía. INGRATA, DESCONOCIDA

Me encuentro en este destierro, Ingrata, desconocida,


Niña, sin saber qué hacer, I Por qué no me escribes carta:
Porque a tu lado, mi vida, Si es por falta de papel
Sólo me quisiera ver. O la voluntad te falta?
Considerando me paso Si es por falta de papel,
Si acaso me has olvidado. Me lo mandas a decir;
Cada día más te quiero, Te mandaré tinta y pluma
Viviendo tan retirado. Y el papel para escribir.

(370) Dictada por doña Etelvina Carrizo, quien me dijo que era popular «n 1870.
También figuraba esta glosa en unos papeles de doña Isidora Varas.
(371) Dictado por la señora Ramona R. de Nieto, en Sanagasta, en 1938. Lo había
aprendido a su padre, que era nativo del lugar.
(372) Dictado por don Juan Claudio Carrizo, en Vichigasta (Dto. Chilecito). Lo había
aprendido en Patquía.
La segunda estrofa nos recuerda al cantar español publicado por don Constantino Cabal,
en BU Individuo, p£g. 268, y que vimos en la nota a nuestro cantar N.° 278.
206 JUAN A L F O N S O C A R B I Z O

La tinta será mi sangre, 373-a


Pluma serán mis cabellos
Y el papel será mi piel, LAGRIMAS SON LAS QUE ALMUERZO
i Adiós, reina de mi cielo!
Lágrimas son las que almuerzo,
Mi comida es un dolor,
373 Meriendo un triste suspiro,
En ausencia de tu amor.
LAGRIMAS SON LAS QUE ALMUERZO
.GLOSA
Lágrimas son las que almuerzo,
A mediodía, un dolor, Desde que el día amanece,
Meriendo un triste suspiro, Con nadie hablo ni converso.
Ceno una ausencia de amor. Al acordarme de ti,
Lágrimas son las que almuerzo.
GLOSA Cuando me siento a la mesa,
Se me presenta tu amor;
Desde q'je el día amanece, Miro al lado y no te veo;
Con nadie h<*L,Io ni converso; Mi comida es un dolor.
Y al acordarme de ti.
Lágrimas son las que altui.^zo. Cuando se llega la tarde,
Desesperado deliro;
El resto de la mañana v„L considerarte lejos,
Paso con cruel sinsabor, Meriendo un triste suspiro.
Mirando de que me espera
A mediodía un dolor.

Cuando se llega la tarde,


Desesperado deliro, 374
Y al considerarte lejos
Meriendo un triste suspiro. MIS OJOS LLORAN POR VERTE

Más la noche me entristece Mis ojos lloran por verte,


Con su lúgubre color; Mi corazón por amarte,
Y por razón natural Mis labios por darte un beso,
Ceno una ausencia de amor. Mis brazos por abrazarte.

(373) Dictada por doña Manuela Ortiz en Chilecito en 1939.


Don Silvio Romero, en su libro Cantares Populares do Brasil, pág. 209, trae la cabeza
de nuestra glosa asi:
Lágrimas sao qu'eu almó^o,
Janto suspiros e door;
A' tarde merendó ais,
De noite ausencias de amor.
En el Cancionero p0py,iar ¿e Tucumán hay una glosa a lo divino, de esta misma copla,
bajo el N.° 248. * '
(373-a) Dictada por doña Felisa Herrera, en Malligasta, en 1939.
(374) A eBtas dos estrofas me las dictaron seguidas como van, pero como coplas, no
con la noticia de que se trataba de una canción.
La copla glosada es española:
Mis ojos lloran por verte,
mi corazón por hablarte,
mi boca por darte un beso,
mis brazos por abrazarte. (R. M. 2821)
CANCIONEBO POPULAS DE LA MIOJA 207

GLOSA Decía desconsolado


A mi pobre corazón
Estoy a perder la vida Que lloraba con razón
En angustias de la muerte, Por lo que había dejado.
De ver que todos los días
Mis ojos lloran por verte. Por fin, mi bien, ya llegué
Adonde fui destinado,
Y allí encontré retratado
Todo mi cruel padecer.
Y lloraba sin saber
Mi suerte aleve y fatal.
Mas no pudiendo encontrar
Un alivio a mi desvíelo,
375 Sin hallar otro consuelo,
NO ME QUISIERA ACORDAR Triste me siento a llorar.

No me quisiera acordar
Cuando salí de tu lado. 376
Por lo que había dejado,
Triste me siento a llorar. PARECE QUE OIGO UN SUSPIRO

GLOSA Parece que oigo un suspiro.


Ay de mí, ¿dónde será?
Te dije adiós y me fui: 4 Si será del alma mía
Considera cómo iría. Que de mí se acordará f
De mi vida no sabía
Por acordarme de tí. GLOSA
Pero decía entre mí:
Nunea te sabré olvidar Alzo la vista y no miro
Y el día habrá de llegar Aquella prenda que adoro,
En que te volveré a ver. Y cuando por ella lloro,
Mas de ese día tan cruel Parece que oigo un suspiro.
No me quisiera acordar.
Cuando pienso que estará
Anegada en un tormento,
Cuando salí de tu lado Al escuchar un lamento;
Todo Deno de tristeza, Ay, de mí ¿dónde será?
Lloraba por tu belleza
Muy triste y desconsolado
Viendo que te había dejado
Por mi triste y fatal suerte.
Mil veces llamé a la muerte,
Cuando salí de tu lado. 377
POR TU AMOR APASIONADO

Me consolaban los montes Por tu amor apasionado


Me alimentaban los aires. Vivo triste y afligido.
Sin dar mis quejas a nadie, Muriendo estoy porque vivo
Por mi dolor dilatado, De tu lado separado.

(375) Dictada por la señora Carolina Fuentes de León en Aminga (Dto. Castro BarroB)
en 1938. ¡
(376) Dictada por una señora de apellido Balmaceda, en Santa Clara (Dto. Gral. Lava-
lie), en 1940. ¡
(377) Esta décima me fué dictada por don Hermenegildo Rodríguez en Banda Flo-
rida en 1939.
208 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

Como amante, desgraciado, En mi corazón se encierra


Maldigo mi triste suerte, El dolor el más profundo,
Y tan sólo con la muerte Porque es mi amor sin segundo
Veré mi felicidad. No te olvidaré un instante,
Dueña de mi voluntad, Y siempre fiel y constante
Qué ganas tengo de verte. Te he de amar en este mundo.

378 379
¡QUE AUSENCIA TAN CRUEL SERA! QUIEN PUDIERA, DULCE DUEÑA

¡ Qué ausencia tan cruel será Quién pudiera, dulce dueña,


La que tendré que sufrir, Ser águila de un volar,
Al verme lejos de ti, Para yo poderla ver,
Cuando no te pueda hablar! Y volver a mi lugar.
Triste me pongo a pensar
En lo que habré de sentir, Con los deseos pudiera
Porque tengo que partir Muchas veces caminar. ..
Por obligación forzosa. Como la distancia es larga,
Mi corazón se destroza Todo se me va en llorar.
Pensando en el porvenir.
Sé que tendré que ausentarme 380
Y que dejaré de verte.
QUIEN TE LO ESCRIBE SOY YO
Así lo quiere mi suerte,
Mas no puedo consolarme,
Porque es triste separarme Quien te lo escribe, soy yo,
De quien adoro constante, Quien me lo dicta, es el alma,
Porque no tendré un instante Quien por tu causa padece,
De placer ni de alegría. Bien sabes cómo se llama.
Amargos serán los días
Al verme de ti distante. GLOSA

En esta separación
Nunca me veré contento,
Porque es mucho el sufrimiento
De este pobre corazón.
No sé si este mi dolor
Podrá tener resistencia, Lo que este papel te ofrece,
Para sufrir la inclemencia Digo, si a tus manos fuese,
De mi amargo padecer Ábrelo si va cerrado,
Cuando no te pueda ver, Y verás en él firmado
Dueña mía en mi presencia. Quien por tu causa padece.
En fin, con amarga pena, Por fin, no despreciarás
Llegó el momento fatal. Esta carta, para creer
Que me tengo que ausentar Que en llegando a tu poder
Para muy lejanas tierras. Breve la contestarás.

(378) Dictada por don Domingo Barros en Aminga (Dto. Castro Barros).
(379) Recogido en Chuquis en 1939. Me la dictó un joven como de 25 años.
(380) Dictada por don Manuel J. Flores, de El Algarrobal.
Rodríguez Marín trae esta copla parecida:
Te la escribí con. la pluma
te la noté con el alma;
no preguntes de quién es;
ya sabes cómo se llama. (N.1 3560)
CANCIONERO POPULAS DE LA SIOJA 209

¡Qué consuelo le darás Sois la amiga más q u e r i d a :


A un amante que derrama Te tenemos t a n presente,
Tiernas lágrimas y clama De allí fué nuestra partida.
Que no le eches en olvido!
Quien t u fino amante ha sido, Caminando con desvelo,
Bien sabes cómo se llama. E n el viaje suspirando,
Te dejé, adorado cielo;
Y p a r t í imaginando
381 En mí no ha habido consuelo.
RECIBE FINAS MEMORIAS
383
Recibe finas memorias SEÑORES ¿QUIEN MÉ DARÁ?
De aquel que tanto te quiere;
Que tú no te olvides de él, Señores, ¿quién me d a r á
Que él olvidarte no puede. Razón de mi bien perdido?
La quiero y la he de buscar
GLOSA Aunque me tenga ofendido.
Siglos se me hacen las horas Si la busco entre mis ansias,
De estas mis pasadas glorias. E n mi pecho no la encuentro,
Como no puedo ir a verte, Porque me dicen que vive
Recibe finas memorias. Sin alma mi triste cuerpo.
Si la busco entre las flores,
P o r ser el jazmín más bello,
Me dicen que su fragancia
Se disipó con el hielo.
Si la busco entre los astros,
Como estrella refulgente,
382 Me dicen que su esplendor
SALIMOS ONCE DE ENERO No aparece ya en Oriente.

Salimos once de enero, Si la busco entre los bosques,


De allí fué nuestra partida. Las avecillas cantando
En mí no ha habido consuelo Me dicen que entre los riscos
Ya se sepultó llorando.
Al dejarte, prenda mía.
GLOSA 384
Victoriana, eres mi esmero. TOMA, JILGUERO CONSTANTE
Las p a r r a n d a s te contamos.
A Copiapó verdadero Toma, jilguero constante,
E n doce días llegamos: E n el pico este papel,
Salimos once de enero. Y no dejes de correr
Hasta no darlo a mi amante,
Lágrimas con despedida, Y dile en el mismo instante
Recuerdos muy permanentes. Que por su ausencia me muero.

(381) Dictada en Chuquis (Castro Barros).


(382) Dictada por doña Etelvina Carrizo en 1939 (Vinehina).
Es glosa de tradición chilena, Begún se infiere por las noticias geográficas.
(383) Dictado por don Conrado Peña en Pinchas en 1938.
Don Conrado es un viejo y distinguido vecino de Pinchas que me dictó numerosos can-
tares. A éste lo oyó a guitarreros del lugar, en su juventud.
(3S4) Dictado por don Hermenegildo Rodríguez en Banda Florida.
Damase Arbaud, en CMnts populaires et historiques, de la Provenoe, trae un cantal
del tema del nuestro, titulado Lou rou&sinoou messagies, T. IT, pág. 135.
14-11
210 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

El jueves, me parecía
Dile al cielo soberano Que lo miraba a mi lado.
Que me escriba con su mano Ahí es donde yo lloraba
Siquiera p a r a consuelo. De ver mi dolor doblado.

Dirás a la dueña mía E l viernes, tuve u n disgusto


L a vida que estoy pasando, Que me causó gran enojo.
Que me anochezco llorando Triste me salgo a los campos,
Hasta que amanece el día. Dos mares se hacen mis ojos.
Así, no ignores, mi vida
Lo que tus ojitos vieron. El sábado, imaginaba
Tus lindos labios leyeron Cuándo debía de volver.
La carta que te escribí Triste me salgo a los campos
Y si u n borrón hay allí, Dispuesto a no querer bien.
Son lágrimas que cayeron.
El domingo por la tarde
Se cumplen los siete días.
385 Ahí es donde yo lloraba
De ver que no parecía.
UNA TRISTE SEPULTURA

Una triste sepultura


387
P o r ti yo pienso ocupar,
Al no poder contemplar
YA QUE LA FORTUNA QUIERE
Tu singular hermosura.
Te hago saber por la pluma
De esta mi pena notoria. Ya que la fortuna quiere
Ya no puedo tener gloria Que separados estemos,
Hasta no verme contigo. Con igual correspondencia
Esta carta que te escribo Junto los dos Moraremos.
Guárdala p a r a memoria.
GLOSA

386 Yo adoraré t u hermosura


E n la distancia en que fuere.
U N LUNES ME AMANECIÓ Pero es justo que yo llore
Ya que la fortuna quiere.
LTn lunes me amaneció Dos voluntades unidas
P a r a mí t a n desgraciado, Alegan que nos amemoB,
Que mi dueño sé ausentó Pero la desgracia quiere
P o r un tiempo dilatado. Que separados estemos.
E l martes, también diré Cuando nos divida el tiempo
Que vi correr una' nube. Con inhumana sentencia,
¡ Qué dolor fué p a r a mí, Ambos los dos lloraremos
Que consuelo no lo t u v e ! Con igual correspondencia.
E l miércoles, le sentía El tiempo lo ha de decir:
Y le lloraba su ausencia. Con amor nos juntaremos,
¡Qué gusto puedo tener Llenos de melancolía,
Sin vista de su presencia! Juntos los dos lloraremos.

(385) Esta décima me fué dictada por la señora Rfina Contreras de la Fuente, de cerca
de cien años, en Pinchas.
(386) Dictado por doña Mercedes Reyes de Avayay en Sanagasta en 1938. En el
Cancionero Popular de Catamarca, hay otra versión bajo el N.° 81.
(387) Dictado por don Brígido Avayay, en Sanagasta en 1938.
CANCIONERO POFVLAE BE LA MIOJA 211

388 Te t a n de decir la verdad.


P o r saber cómo te va,
YO TE ESCRIBO, VIDA MÍA Yo te escribo, vida mía.

Yo te escribo, vida mía,


Ya que no te puedo ver:
Esperando tu respuesta
Y de tu salud saber.
Verás en el sobre escrito
GLOSA Vuestro nombre permanente.
Buscarás u n escribiente,
A ti te escribo esta carta $i a ti te falta el instinto.
E n señas de que te quise, t?omo ya lo t e n d r á s visto,
Y verás que en ella dice Mi bien, lo que habéis de hacer,
Que en mí no hay ninguna falta Que de este infeliz papel
Y estos rendida a t u s plantas. Yo deseo la respuesta:
Mis letras, porque son finas, De tus manos cuatro letras
Alegres y pensativas, Y de tu salud saber.

(388) Dictada por don Bamón González, en la ciudad de La Rioja en 1938.


CONCEPTUOSAS Y MORALES
389 Tira pues a desechar
Todo negro pensamiento,
AQUEL QUE VIVE RODANDO No sea que al abatimiento
En tu pecho des cabida,
Y se convierta tu vida
Aquel que vive rodando
Siempre sirve y se eselaviza. En un continuo tormento.
Por más derecho que pisa,
Siempre le andan desconfiando,
A todo el mundo brindando 391
A costa de un sacrificio.
Y no le falta resquicio
Para que le venga un mal. ¡DONDE HABRÁ PENA MAYOR1
Aunque sea servicial,
Nunca agrada su servicio.
i Dónde habrá pena mayor
Que tener un mal vecino!
Nace en estos precipicios Eso es tener de continuo
Para aprender a rodar. Odio, crítica y rencor,
Tiene que ver y callar, Cuando sería lo mejor
Tiene que decir que sí. Alimentar el anhelo
Esto ha pasado por mí, Que uno viva sin recelo.
Para aprender a rodar. Para tranquilo pasear,
Y no salgan a rodar
Chismes, cuentos o recelos.

Yo ya no salgo a pasear
Fugitivo de mis padres, Ni tampoco a divertirme,
Salí por no ser leal. Porque si llego a reírme
Hoy reconozco mi mal; Ya les causa novedad;
Busco la enmienda, y es tarde. Se ponen a murmurar,
Voy probando voluntades Desacreditan la fama,
Unas malas y otras buenas, A una faltita la alargan,
Que dicen que se encadenan Y se quedan satisfechos
En la pasión de un engaño, A conversar en secreto:
Quien anda en pueblos extraños Fulano va con Fulana.
Ve muchas caras ajenas.

Fulanitos, Fulanitos,
Hermosísimos diamantes,
390 De sus casas para abajo
Los cuentos van adelante.
DÉJATE DE CAVILAR Ya parece ser bastante
De lo que de mí han hablado.
Déjate de cavilar, Crédito no me han dejado,
¿Qué sacas con estar triste? Me han agarrado pa bueno.
¿Qué sacas con afligirte No ven la paja en sus ojos
Sin poderlo remediar? Por mirarla en ojo ajeno.

(389) Dictada por don Antonio S. Mercado en Cbuquis en 1938.


(390) Egta décima me fué dictada por do» José Pedraza en Los Molinos.
(391) Estas décimas roe fueron dictadas por la señora Brígida Herrera de Gordillo, en
Maliigasta (Dto. Ghilecito).
216 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

392 GLOSA

DOS PARECERES TE PONGO Si de los aduladores


El rico no oye la queja,
Dos pareceres te pongo. Se les pegan a la oreja
¿De cuál quieres escoger: A los administradores,
De ver t u p r e n d a querida Cada uno de esos traidores
Muerta o en otro poder? Tiene entrañas de Nerón.
Los más inhumanos son
—Muerta la quisiera ver P o r su costumbre maldita.
P a r a tener más consuelo, Sólo a Satanás imita
Y no vivir agraviado El que lo adula a un patrón.
Viéndola en poder ajeno.
El adulón no respeta
Viéndola en poder ajeno Ni a los hijos de su madre j
Tendré mucho qué pensar, Al más querido compadre
Que varias veces la h'i ver Lo t r a t a como un trompeta,
Y no la h ' i poder hablar. P a r a él no hay cosa secreta
Ni t r a b a j a d o r h o n r a d o ;
Y no la h ' i poder hablar, Al joven más moderado,
Que es lo que mi pecho siente, Con su patrón lo malquista.
Pasando dos mil martirios No hay cosa que no le incita
P o r lo que dirá la gente. Por estar acreditado.

P o r lo que dirá la gente, Se empeñan esos indignos,


Así pienso el a p a r t a r m e . Malalenguas, adulones,
Quiero olvidar y no puedo, E n que boten los patrones
Sus mejores inquilinos.
Y así pienso el acabarme.
Semejantes desatinos
No tienen buen resultado.
A ellos los hacendados,
393 Los echan al fin y al cabo
Con u n espigón al rabo
EL QUE LE ADULA A U N PATRÓN El día menos pensado.
El que lo adula a un patrón E n los cafeces y hoteles,
Por estar acreditado, P a n a d e r í a s y tiendas,
El día menos pensado H a de haber y en las haciendas
Viene a salir de ladrón. Uno de esos hombres crueles,

(392) Dictado por don Ramón Páez, en El Puesto, cerca de Catuna (Dto. Gral Ocampo),
en 1940.
Don Antonio José Restrepo, en su Cancionero de Antioquía, N.° GCCLXXXIII, trae la
primera estrofa así:
Deeime, mi bien, decime,
Cómo me quisieras ver:
4 Verme muerto y enterrado,
o ajeno en otro poder?
Don Agustín Moreto y Cabana (1618-1669), en su comedia Industrias contra finesas,
trae nuestra estrofa primera como un cantarcillo así:
i Cuál dolor debe escoger
La más hidalga fineza:
Ver la querida belleza
Muerta o en otro poder?
Esta copla tradicional en Colombia y en nuestro país confirma lo que dijimos en la pá-
gina 267 del tomo primero, un cantar debe reputarse de antigua data española cuando es tra-
dicional en dos puntos distantes entre sí, de América.
(393) De las libretas de don Julio Soria (Chilecito).
CANCIONERO POPULAR DE LA RIO J A 217

Que a los patrones más fieles Siempre lleno de impaciencia


Hacen perder la razón. P o r u n a vida inaudita,
El que es así tan bribón Carece de inteligencia
Charlatán y sinvergüenza, Porque el propio amor le quita.
La ocasión que menos piensa
Viene a salir de ladrón. Al fin pierde todo bien
P a r a su mayor tormento,
Pierde fortuna y también
DESPEDIDA La luz del conocimiento.
Señores, mucho cuidado
Tengan con el a d u l ó n ;
Con los de esa condición 395
Ninguno viva confiado.
H a b r á n visto y observado EL SECRETO DE TU PECHO
Lo que pasa en u n a hacienda
Si de un adulón se prenda El secreto de tu pecho
El mayordomo o el r i c o : No lo cuentes a tu amigo,
Allí vive, grande y chico, Porque en el primer disgusto
Como madeja sin cuenta. Será contra ti un testigo.

GLOSA
394 Si tienes algún amigo,
Míralo con mucho aprecio,
EL QUE QUIERE NO ESTA EN SI Pero no le comuniques
El secreto de tu pecho.
El que quiere no está en sí
Y en nada tiene concierto,
Porque el propio amor le quita
La luz del conocimiento.

GLOSA

Dice un a m a n t e : Si amando
H a s t a el juicio lo perdí, 396
L a razón me va enseñando
Que el que quiere no está en sí. EN EL RIO DEL DESDEN

E n t r e confuso y turbado, E n el río del Desdén


A todo amante lo advierto, U n puente tendió Cupido
Porque anda desatinado Con barandillas de celo
Y en nada tiene concierto. Y atravesaños de olvido.

(394) Dictada en Chilecito por don Salvador Salazar.


(395) Dictada poy don Rosario Chunibita, en Aminga.
La copla glosada es española:
El secreto de tu pecho
No lo digas a tu amigo;
Que si la amistad le falta
Será contra ti en testigo. (R. M. N.« 6574)

(396) Me la dictaron en Villa Castelli, diciendo que la sabía don Desiderio Guerrero,
vecino que fue del lugar. En el Cancionero Popular de Tucumán, N.« 726, hay una glosa
218 J U A N A L F O N S O . C A B S J Z O

Con mucha solicitud Si de su casa o cabana


El puente fué construido Algún cachorro ha perdido.
Con clavos de i n g r a t i t u d Rompe el aire su alarido
Y atravesaños de olvido. Con espíritu h a b i t u a l ;
De sus ojos de cristal
P a r a querer con anhelo Muy tiernas lágrimas vierte.
H a y que ser muy diligente, Se lamenta de esta suerte
H a y que cruzar más allá En m idioma un animal.
Y no quedar en el puente.
Felicito a los casados, Todo animal, toda ave,
Agua clara de la fuente, Siente de cualquier desgracia,
P o r la dicha que tuvieron Siente con t a l eficacia,
P o r haber cruzado el puente. Que u n leve mal se hace g r a v e ;
Y con su canto t a n suave
Los solteros que me escuchan Llegó a servir de instrumento.
Tengan esto bien p r e s e n t e : Deja p a r a su tormento
H a y que cruzar más allá Hasta quitarle la vida,
Y no quedar sobre el puente. Porque el ave que está herida
Da muestras de ¡sentimiento.

397 Si a una tortolilla amante


El consorte se le ausenta,
EN SALIENDO A CAMINAR
Sale del nido violenta
A buscarlo vigilante.
E n saliendo a caminar Y si lo encuentra al instante,
P o r los caminos de Amor, Ya gorgea del contento
Llegué a la casa que dicen Pero si el sapir violento,
De la Consideración. Los polluelos le ha robado,
Llora con llanto estimado
Memorias me abrió la puerta, Sin tener entendimiento.
Y Alegre me convidó,
A sentarme en u n asiento
Que llaman de Confusión. Cuando no halla la razón
Un alma con tres potencias,
Ahí hubo todo p o t a j e ; E n la misma consecuencia,
Tan sólo de uno faltó: ¿Qué hará u n noble corazón?
De aquel que le llaman Gusto, Todo lleno de dolor
Que ni buscando se halló. Sin poderse consolar
Porque hasta en trance fatal
Se puede sentir de veras.
398 Lo sienten hasta las fieras:
¿Qué hará un alma racional?
EN SU IDIOMA U N ANIMAL

En su idioma, un animal 399


Da muestras de sentimiento.
Sin tener entendimiento, ENTRE LAS DIFICULTADES
¿Qué hará un alma racionalt
Entre las dificultades,
GrLOSA
Una dificultad quiero.
Con lamentables gemidos La dificultad me mata,
Clama el león en la montaña Por la dificultad muero.
(397) Dictado por don Roque S. Quevedo en Suriyaco (Dto. Pelagio B. Luna) en 1940.
(398) Del cuaderno de doña Aurora viuda de Tejada, en Ángulos (Famatina).
Sapir: Acaso quiera decir aspir por áspid.
(399) Dictada por don Uladislao SotomdyOr en Villa Unión.
CANCIONERO POPULAR DE LA RIO JA 219

GLOSA 402
¡Oh, dificultad deseada, MUERTE, SI OTRA MUERTE HUBIERA
Sólo tú consolar puedes
A los que andan padeciendo Muerte, si otra muerte hubiera,
Entre las dificultades! A otra muerte le pagara,
Que de ti me libertara
Y que a ti muerte te diera*
GLOSA
Muerte, tú eres la temida
400 En este engañoso mundo,
Que a todos de uno en uno
LA AUSENCIA NO CAUSA OLVIDO Le vas quitando la vida.
La ausencia no causa olvido Y tú eres la engrandecida,
Cuando dos se quieren bien; Triunfando con tu bandera.
Se aumenta más el amor Si acaso se apareciera
Cuando no se pueden ver. Otra muerte de opinión,
Te temblara el corazón,
GLOSA Muerte, si otra muerte hubiera.
Tú no tienes quien te quiera,
Nadie tienes de tu parte,
Todo8 quisieran matarte,
Si no se pueden hablar Muerte, si posible fuera;
Con mucha satisfacción, O yo mismo te saliera
Si hay imposibles en medio, A un campo y te desafiara,
Se aumenta más el amor. Y de mí no te escaparas
Si los dos se corresponden Si me ayudara la suerte.
Iguales en un querer, Pero si hubiera otra muerte,
¡Qué sentimientos tendrán A otra muerte le pagara.
Cuando no se pueden ver! Ni el justo ni el pecador,
Ni el más pobre ni el más rico,
401 Ni el más grande ni el más chico
LA NIÑA PARA SER GENTE Se escapa de tu rigor.
Donde a Nuestro Redentor
La niña, para ser gente, Le saliste cara a cara,
No ha de ser tan presumida. Yo no sé dónde encontrara
Por sus muchas presunciones Un lugar donde esconderme,
Muchas se han visto perdidas. Donde tú no puedas verme,
GLOSA Que de ti mé libertara.
Cuando un joven la visita, Si el rey Carlos Quinto, infiero,
Lo desaira con un dicho, Con su poder sin segundo
Y el joven con su capricho Nació inmortal a este mundo,
Al fin la pilla mansita. Libre de tu golpe fiero,
Y con su brillante acero
A un campo se apareciera,
Pórtese como decente, Su real imperio viniera,
Para que viva mejor. Le diese que me sacara
Así conserva el honor Los dos ojos de la cara
La niña para ser gente. Y que a ti muerte te diera.
(400) Dictada en Malanzán por don Genaro Gómez, de 76 años. Gómez es analfabeto
y aprendió el cantar allí mismo, en Malanzán.
(401) Dictada por doña Andrónica Díaz ea Mazan (Viejo). Tiene doña Andrónica 74
años y la aprendió en el lugar.
(402) Del cuaderno de la sefiora Aurora Vda. de Tejada.
220 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

403 Si a quien t a n constante amé


Corresponde con bajeza,
NO HAY AMANTE POR DICHOSO No es dable que yo le pague
Un mal pago por firmeza.
No h a y amante, por dichoso,
Que no tenga su pesar.
Y para que en raí se vea, 405
Sangre tengo de llorar.
NO HAY PLUMA CON QUE ESCRIBIR
Sangre tengo de llorar
P o r mí desgraciada suerte, No hay pluma con que escribir
De ver que un mal violento La vida del ¡jugador.
Quiere que de ti me ausente. El más agudo escritor
No la sabrá referir.
Quiere que de ti me ausente,
Aumenta más mi pesar, GLOSA
Y para que en mí se vea,
Sangre tengo de llorar. P o r Verján principiaré,
Que fué de los más insignes;
Sangre tengo de llorar, Y cuáles fueron sus fines
Como a muchos acontece, A todos preguntaré.
Que u n amante verdadero Unos me dicen que fué
Pena, suspira y padece. Ahorcado, y es de advertir
Que no es dable percibir
Pena, suspira y padece, Un juicio tan temerario.
Como así yo lo voy viendo. Sin hablar a lo contrario,
Sin pronunciar más palabra, No hay pluma con que escribir.
Así me voy confundiendo.
Después, cuántos opulentos
Millonarios principales
404 H a n perdido sus caudales
NO HAY MAYOR PENA QUE AMAR
E n instantes o momentos.
Tales acontecimientos
No hay mayor pena que amar Suceden en el mejor,
Sin esperar recompensa, Hasta quedar sin honor
Y tener que agradecer Como el mendigo más triste.
Un mal pago con firmeza. He aquí en que consiste
La vida del jugador.
GLOSA
Hoy el lujo y la opulencia
Triste, penoso y confuso, Los eleva a gran altura,
Me conformo con llorar, Y mañana les a p u r a
Repitiendo entre mis ayes: La miseria y decadencia.
No hay mayor pena que amar. E l que tuvo más influencia
Se ve como u n inferior,
Aquel que fiel idolatra Sin entrar ni por favor
Y se rinde a u n a belleza, E n ninguna sociedad.
Vive siempre atribulado Digamé si no es v e r d a d
Sin esperar recompensa. El más agudo escritor.
Grande trabajo es por cierto Vamos a los desacatos
No ser querido y querer, Que los perdidos cometen:
Vivir mal correspondido Varios que se comprometen
Y tener que agradecer. E n robos y asesinatos.
(403) Este cantar de estrofas encadenadas me fué dictado por don Juan B. Gomes
en Villa Unión.
(404) Del cuaderno de la señoTa de Tejada (Ángulos).
(405) De las libretas de don Julio Soria.
CANCIÓNEBO POPULAS DE LA EIOJA 221

Los gobiernos literatos GLOSA


Bien han hecho de prohibir
El juego, y quiero decir Tienen de opinión mis labios:
Que un paso de esta tragedia Siempre en lo dicho se muere,
El cómico en la comedia Y yo, como fino amante,
No lo sabrá referir. Sé querer a quien me quiere.

DESPEDIDA Yo nunca lloro ni siento


Al fin, hago ver, señores, P o r u n a pasión fingida,
Las pésimas consecuencias Pero tengo por v e n g a n z a :
Y las torpes ocurrencias Sé olvidar a quien me olvida.
Que h a y entre los jugadores.
Tome el juego y sus ardores. Y más cuando sin razón
En vista de este ejemplar, Su amor quiere a b a n d o n a r m e :
Toda tertulia de azar Lo borro de mi memoria
Es que la prohibe el código, Y jamás vuelvo a acordarme.
P o r que como el hijo pródigo
Algunos suelen quedar. Siendo cosa incomparable
El querer un homicida,
No quiero seguir los pasos
406 De quien de mí se retira.

RICO, NUNCA HAGAS ALARDE

Kico, nunca hagas alarde 407-a


Ante el pobre de riquezas;
N i tu, pobre, no maldigas SE QUERER A QUIEN ME QUIERE
Verte en extrema pobreza.
Sé querer a quien me quiere
Que el rico con sus tesoros Sé olvidar a quien me olvida,
Y el pobre con sus miserias, Y no me vuelvo a acordar
Desnudos como h a n nacido, De quien de mí se retira.
H a n de volver a la tierra.

Huye de murmuraciones GLOSA


Porque el veneno más malo
No es el que vierten las víboras Tienen de afición mis labios
Sino el que sueltan los labios. Que siempre en la dicha mueren,
Y yo, como fino amante,
Nadie murmure de nadie, Sé querer a quién me quiere.
Que somos de barro humano,
Y no hay nadie que esté limpio Yo nunca lloro ni siento
Siendo formado de barro. P o r u n a pasión fingida,
Porque tengo por venganza
Olvidar a quien me olvida.
407
SE QUERER A QUIEN ME QUIERE Pero cuando es sin razón
Que me t r a t a n de olvidar,
Sé querer a quien me quiere, Lo borro de la memoria
Sé olvidar a quien me olvida, YTOOme vuelvo a acordar.
Y jamás vuelvo a acordarme
De quien de mí se retira.

(406) Dictada por la señora Ramona Herrera de Pociolli, en Sanagasta.


(407) Dictado por don Uladislao Sotomayor en Villa Unión.
(407-a) Dictado por don Ramón Fajardo en Guandacol (Dto. Gral. Lavalle).
222 J U A N A L F O N S O C A E E I Z O

408 La vez que algún atrevido


SER C O N E L N E C I O P R U D E N T E
Te diga alguna insolencia,
Contéstale con prudencia
Ser con el necio prudente Y quedará convencido.
Es el remedio mejor, Al que te tenga ofendido,
Sordo con el hablador Habla cariñosamente.
Y afable con el valiente. No seas impertinente
Ni hagas de valor a l a r d e :
GLOSA Humilde con el cobarde,
Hacer juicio de los necios Afable con el valiente.
Sólo es p a r a enloquecerse, DESPEDIDA
Y mucho más vale hacerse
Insensible a sus desprecios. Al fin, es muy necesario
Aún en los casos más recios Que el hombre sepa vivir,
E v i t a r es conveniente. Amistades adquirir
Con t a n ordinaria gente, Y de nadie ser contrario.
No pases a cuestionar, No creas extraordinario
Que es lo mejor del pensar Mi consejo verdadero.
Ser con el necio prudente. De que lo aproveches quiero,
Y tened por entendido
Al insolente, dispensa, Que de los hombres querido
Sus dichos no contradigas, Serás en el mundo entero.
Mira que solo t e obligas
A sufrir u n a vergüenza.
409
Si te hacen alguna ofensa,
Trátalos t ú con amor, SI O Y E S S O N A R L A S CAMPANAS
Disimula todo error,
No tengas con nadie agravio. Si oyes sonar las campanas,
Esto, p a r a hacerte sabio, No preguntes quién murió:
Es el remedio mejor. Estando ausente de ti,
¿Quién ha de ser sino yot
Si hablan mal de algún amigo,
Vuelve de aquéllos t u rostro, GLOSA
Porque defender por otro Si u n día oyeras decir
Es comprar un enemigo. Que me voy a lejas tierras,
F í j a t e en lo que te digo No has de creer que yo muera
Y deja al m u r m u r a d o r Hasta no saber de mí,
Que descargue su furor Y si me llego a morir,
O sus intenciones vagas, Y de la muerte tirana,
Y te suplico que te hagas Luego verás la mañana
Sordo con el hablador. Muy triste y descolorida.

(408) De las libretas de don Julio Soria (Chilecito).


(409) De u n a libreta vieja de don Pedro Páez, Vinchina ( H o r n o ) .
Indudablemente, la segunda décima está mal recordada; los versos 6.° y 7." deben rimar
con el pie forzado que en este caso es el segundo verso de la glosa y aquí no ocurre así.
L a copla glosada es española:
Si oyes que tocan a muerto,
No preguntes quién murió;
* Porque ausente de tu vista,
I Quién puede ser sino yo? (B. M. 3382)
Don Ricardo Palma, en el tomo segundo de sus Tradiciones Peruanas, al hablar de cierta
serenata dice: De seguro que el de la serenata no cantaría coplas como la que oímos a un
galancete de villorrio:
Cuando doblen las campanas
no preguntes quién murió
porque ausente de t u vista
i Quién ha de ser sino Pepe González?
( T . I I - p á g . 96)
CANCIONEBO POPULAS DE LA BIOJA 223

Hazte la desentendida, Instrumento delicioso,


Si oyes sonar la campana. Que t a n excelente suena,
Consuélate con el eco
De una preciosa sirena.
Si te vienen a avisar
Que yo estoy agonizando,
Respóndelo, bien, cantando,
No te pongas a llorar.
Así puedes desechar
La malicia, y de este modo,
Se vienen contando todo Sirena soy, y en el m a r
De la muerte de u n amante, Despide una fuerte llama.
Si no me hallas por delante, Con ellas se encantan muchos
No preguntes quién murió. E n figura de una dama.

Si sabes p a r a ese entonces


Que a mí me van a enterrar,
Ponte, mi bien, a cantar,
Como que no me conoces.
O sepúltate en u n bosque,
P a r a hacer duelo de mí.
Así para este infeliz
Se le acabó el padecer,
¡Qué muerte puede tener D a m a pulida y graciosa,
Estando ausente de ti. Que no divulgas la suerte,
Si el desengaño quisiera
Tener figura de muerte»,
Aunque vayan por la calle
Pidiendo para ese p o b r e :
No te asustes ni te asombres,
Ni salgas a averiguar.

410
SOY EL C O R A Z Ó N MAS TRISTE
Soy el corazón más triste, Muerte que a nadie perdona,
Que siempre vive con p e n a ; Todo ella es un esqueleto;
Y p a r a aliviar mis males A nadie g u a r d a respeto
Toco una hermosa vihuela. Ni a la más alta corona.

&

(410) Dictada por don Javier Ahumada en Guaadacol.


Este cantar es sumamente conocido en Tueumáa y Catamarca. En. Tucumán lo vi escrito
a mano imitando la letra de imprenta en un pliego suelto. Cada estrofa tenía abajo, una
f i g u r a : la primera una g u i t a r r a ; la vihuela del c a n t a r ; la segunda u n a sirena; la otra una
dama elegantemente vestida, después la clásica figura de la muerte y por último un esqueleto.
El sistema de agregar una figura arriba o abajo p a r a aumentar el sentido del cantar ya
era conocido en el siglo XV. E n el Cancionero General, de Hernando del Castillo, hay un largo
cantar de F e r á n Pérez de Guzmán. dirigido al Marqués de Santillana sobre las cuatro virtu-
des cardinales y allí se leen sendas recomendaciones al comentar cada virtud:
1.° Aquí ha de estar pintada una dueña: en figura de la justicia.
2." Aquí ha de estar pintada una dueña: en figura de prudencia.
3.° Aquí ha de estar pintada una dueña: en figura de la fortaleza.
4." Aquí ha de estar pintada una dueña-, va figura de la temperanza.
224 JUAN A L F O N S O C A H R I Z O

411 No puede permanecer


Ni es amante verdadero
TODO GUSTO ES MOMENTÁNEO Todo violento en querer.

Todo gusto es momentáneo, j Qué importa que sea amable


Todo pesar es eterno. Al principio si no d u r a !
No hay mal que no llegue al alma La firmeza no es estable,
Ni amor que no tenga dueño. Y así, el que más reasegura
No deja de ser variable.
GLOSA
Y si alguno consiguió
J a m á s se goza en la vida, Méritos por su privanza,
Sólo se ven desengaños, Y después desvaneció,
Y en caso de ser querido, No se admire si no alcanza
Todo gusto es momentáneo. Lo que con fuerza empezó.

A m a r y no ser amado No deja de ser variable


E s vivir en u n infierno; Lo que vuela con el v i e n t o ;
Se vive desesperado, Es de todos despreciable.
Todo pesar es eterno. Edificio sin simiento
Suele ser poco durable.
Ofender al corazón
Puede el contento y la calma, 413
Porque en materia de amor
No hay mal que no llegue al alma. U N CAZADOR QUE CAZANDO

Un cazador que, cazando,


Se halla en un bosque escondido,
No cace un ave volando,
Que mejor es en el nido.
412
GLOSA
TODO VIOLENTO EN QUERER
E l corazón de u n a m a n t e
Todo violento en querer Es de un león enfurecido.
No deja de ser variable: Guárdate del que, fingido,
Lo que con fuerza empezó A ti te p r e t e n d a amarte.
Suele ser poco durable. Pruebas fueron bastante
Que solicita buscando
GLOSA Aquel si se finge amando ( ?)
Aquella infeliz paloma,
Firmeza no puede haber Que llora cruel cuando asoma
E n el que anda de ligero. Un cazador que cazando.
(411) Dictada por doña Escolástica Páez en Villa Unión.
131 poeta uruguayo don Francisco Acuña de Figueroa (1790-1862), glosa en décimas esta
misma cuarteta con algunas variantes:
Todo gusto ea de vea instante,
Todo pesar es eterno:
No hay mal que no liiera el alma
Ni gusto que no sea sueño.
(Obras - T. V - pág. 85)
(412) De unos papeles viejos de doña Isidora Yaras, en Vinchina. Don Agustín Moreto
y Cabanas, en La fuerza de la ley, trae una glosa en décimas a una coplita semejante:
Un mal que violento viene
Muy poco puede durar,
Porque al fin se ha de acabar,
0 acabará a quien la tiene. (193 - 84)
(413) Dictada por doña María E, vouda de Carrizo en Famatina en 1939.
CA$C10NSB0 POPULAS DE LA B10JA 225

La calandria divertida 414


Te recrea con su canto.
No se te convierta en llanto U N JARDINERO DE AMOR
Los placeres de esta vida. Un jardinero de Amor
Tú pagarás, homicida, Pone una planta y se va.
En manos de un atrevido. Otro la riega y la goza.
El que leal te ha conocido ¿De cuál de los dos seráf
Responde con modo extraño:
—El que te ha de hacer el daño GLOSA
Se halla en un bosque escondido.

Mira aquel árbol por gusto


Donde está el ave dormida,
Que sin riesgo de la vida Uno viene a querellar,
Otro pidiendo justicia,
Le tira a cazar sin susto. Y los jueces con malicia
Por horas y por minutos Se la quieren anular.
¡Cómo te están difamando! Dice uno: Me he de quejar
Que yo aquí estoy pensando Que a esta planta luminosa,
Y soy práctico entendido: En vez de hallarla frondosa,
Mejor que cace en el nido, Tal como yo la dejé,
No cace un ave volando. La han marchitado por qué
Otro la riega y la goza.
El que se aplique a cazar
Y no quiera errar el tiro
Ha de pisar sin ruido
Para poder acertar.
Porque fácil es errar,
Se perturba con el ruido,
Y si no asegura el tiro Cupido también dirá,
Desacredita su fama. En su saber absoluto,
No haga punto en falsa rama, Que después de dado el fruto
Que mejor es en el nido. ¿De cuál de los dos seráf

(414) Dictada por don José Martínez en la ciudad de La Kioja en 1938, Sobre el
mismo tema de esta glosa trunca hay otra glosa y también en décimas bajo el N.° 722 del
Cancionero Popular de Tueumán.
15-II
DESCRIPTIVAS Y COSTUMBRES
LOCALES, SALUDOS
415 Adiós, madre de mi vida
Ya me voy p a r a los cielos.
DE MI CASA ME HE VENIDO Usted se queda en el mundo
A padecer sin consuelo.
De mi casa me he venido
Con una luz a mi lado
La madre de este angelito
A celebrar este ángel
Debe de tener consuelo,
Que el Señor se lo ha llevado- Porque ha sido la dichosa
Angelito que te vas Que ha echado un ángel al cielo.
Con una gota de sangre,
E n el cielo y en la gloria La m a d r e de este angelito
Rogarís por padre y madre. Debe dejar de llorar:
No le moje las alitas
Angelito que te vas P a r a que pueda volar.
Con una cruz en las manos,
E n el cielo y en la gloria
Señores dueños de casa,
Rogarís por tus hermanos.
No lloren a su angelito
Angelito que te vffs Que el Señor se lo ha llevado
Con una gota d? vino, A la gloria derechito.
E n el cielo y en la gloria
Rogarís por tus padrinos.
Angelito que te vas 415-a
Con una cruz eii la frente,
E n el cielo y en la gloria DE MI CASA ME HE VENIDO
Rogarís por tus parientes.
Adiós, madre de mi vida, De mi casa me he venido
Tronco de todas mis ramas, Con una flor en la mano
P a r a celebrar este ángel
Ya se va su hijo querido
Que el Señor se lo ha llevado.
Nacido de sus entrañas.
Dios se lo pague, mi madre, Angelito que te vas
P o r la leche que me ha dado, Con una gota de vino,
Y los tremendos dolores E n el cielo y en la gloria
Que por mí los ha pasado. Rogarís por tu padrino.

(415) Este cantar del velorio de loa angelitos me fué dictado por la señora Vitalia B.
de Llanos, en la ciudad de La Eioja, en 1938.
(415-a) Dictafla por una señora euyo nombre no recuerdo, en el barrio dicho Puquial
de Arriba, Chílecito, en 1939. María Cadilla de Martínez, en su libro La Poesía Popular en
Puerto PACO, trae la cuarteta subrayada parecida a la nuestra.
Reventó un petardo
a las diez del día
y mató a una niña
de cuarenta días.
Aro la llores, madre,
no la llores más;
mira que fe Henea
las alas mojas.
No la llores más,
que sería su sino
el morir quema.
La señora Isabel Aretz Thiele, en su estudio titulado El Velorio del Angelito, publicado
en el N,° 3 de Folklore, trata con suma erudición este tema.
230 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

Angelito que te vas }Para qué pariste, madre,


Con. una gota de sangre Este hijo tan desgraciado,
En el cielo y en la gloria Que en los primeros pañales
Rogarís por padre y madre. Se viste de amortajado!

Angelito que te vas Madrecita de mi vida,


Con xina cruz en las manos, Ya basta para llorar,
En el cielo y en la gloria No me mojes las alitas
Rogarís por tus hermanos . Para que pueda volar.

En los Cancioneros de Salía, Nos. 364 y 495, y de Tucumán, Nos. 794, 794-a, 794-b y
794-c, hay otras versiones de este mismo cantar al angelito.
Llámase angelito al nifio que muere antes de haber cumplido los 7 afios, esto es, antes
de que se la considere en condiciones de faltar a la Ley de Dios, de pecar.
Sobre esta costumbre véase la noticia que nos da don Aurelio Capmany en, su estudio:
Folklore y Costumbre de España:
En varias localidades, según refiere Francisco Figueras Pacheco (Geografía del Reino de
Valencia), existe la singular costumbre, cuando muere una criatura de corta edad, un ALBAET,
de reunirse la familia y amigos en la casa mortuoria con el fin de pasar alegremente la
noche entregados al baile, entonando coplas al compás de la clásica guitarra, ocupación que
sólo se interrumpe para apurar un vaso de rico vino añejo. La lógica inflexible de estas
sencillas gentes les obliga a acallar la voz del natural sentimiento ante la consideración de
que en el hogar ha ocurrido un fausto suceso, que bien merece celebrarse con una noche
de fiesta.
Recogió esta singular costumbre el barón Ch. de Davillier en su libro « L'Espagne», de
mediados del siglo pasado, y de él traducimos lo que sigue: « En Jijona fuimos testigos de
una ceremonia fúnebre que nos sorprendió. Pasábamos por una calle cuando oímos los rasgueos
de una guitarra, acompañados del son agudo de la bandurria y del repique de las castañuelas.
Fimos entreabierta la puerta de una casa de labradores, y creímos que estaban festejando una
boda; mas no era así; el obsequio iba dedicado a un difunto.
En el fondo de la estancia estaba tendida en una mesa, cubierta con una cubrecama,
una niña de cinco a seis años, en traje de fiesta; la cabeza, con una corona de flores, repo-
saba en una almohada. De momento creímos que dormía; pero \al ver junto a ella un gran
Vaso de agua bendita, y sendos grandes cirios encendidos en s\i$ respectivos candeleras, en
los cuatro ángulos de la mesa, nos dimos cuenta de que la potrecita era cadáver. El resto
del cuadro contrastaba singularmente con aquella escena fúnebre; w« hombre joven y una
muchacha, vistiendo el traje de fiesta de los labradores valencianos, doñeaban una JOTA,
acompañándose con las castañuelas, mientras los músicos e invitados, formando corro alrede-
dor de los danzantes, les excitaban cantando y palmoteando.
No sabíamos cómo armonizar estas alegrías con el dolor. «Está con los ángeles •», nos
dijo uno de la familia. En efecto, tan arraigada tienen aquellos naturales la creencia de que
los seres que mueren en la infancia van derechamente al Paraíso, « angelitos al cielo »•, que
se alegran, en lugar de afligirse, al verlos gozar eternamente en la mansión divina ».
El tiempo no ha logrado hacer desaparecer esa práctica, pues López Chávarri, habla
de ella como viviente todavía, con motivo de una excursión por el distrito de Denia.
El bailar a los muertos, que vemos conservado en las localidades mencionadas, no es
documento único, sino que lo hallamos reproducido en otras partes. Algunos pueblecillos
de la provincia de Murcia conservan todavía la DANZA DE ANIMAS O DE INOCENTES,
restos indudablemente, de antiguas costumbres.
También en el pueblo de Perelló, próximo a Tortosa, al regresar del cementerio la co-
mitiva después de haber dado sepultura en él a un infante, se traslada a la plaza, en la
que tiene lugar un baile en que toman parte los individuos de la familia del difunto, a los
que a menudo las lágrimas humedecen las mejillas mientras están bailando (117 - I I - págs.
320, 21 y 22).
Don A. Acevedo Hernández, en los Cantores Populares Chilenos, pág. 121, trae una
glosa en décimas sobre el tema. La cuarteta dice:
Adiós, madre, ya me voy
a los reinos de los cielos,
suplico quede contenta
y por mi alma no haga duelo.
Don Francisco J. Cavada, en Chiloé y los Chilotes, pág. 140, trae noticias de los Velorios
de Ángel, y transcribe 17 cuartetas de un cantar popular sobre el tema. Puede verse también
algunas noticias en los Canc. Pop. de Salta, pág. XXXIV, XLII, Noa. 364 y 495; C. P. de
Tucumán, N.« 394.
C^ K c TONW. un POPULAR DE LA MIOJA 231

416 Señor San Miguel,


Arcángel mayor,
DICHOSO ES EL ANGELITO Que pesas las almas
Delante de Dios.
Dichoso es el angelito
Que p a r a el Cielo nació, Señor San Vicente,
Confórmense con decir: Alférez Mayor,
E l Señor se los lleyó. Dale la bandera,
Que pasa el Señor.
El Señor se lo llevó
Con cruz y flo> en las manos. Adiós, padre mío,
Que se c o n f o r n l c n los padres Adiós, que me v o y ;
Y lloren por l c s hermanos. E l tiempo, h a s t a cuando
Lo dispondrá Dios.
Los hermanos le r o g a r o n
Que a la gloria s e llegara,
Y que le rogara^ a Dios 418
Que a todos los a y u d a r a .
ADIÓS, HtJOS MÍOS

417 Adiós, hijos míos, -


Adiós, que me voy.
¡QUE LINDA ES LA PALMA! La t i e r r a me pide,
Porque de ella soy.
¡ Qué linda es la palma Adiós, hijos míos,
Que está en el p a l m a r ! Adiós, que me voy.
Más linda es el alma E n p r e n d a les dejo
Que se va a salvar. Alma y corazón.

Mi señor San Ped.ro, Adiós, mis parientes,


Portero mayor, Vecinos, a d i ó s ;
Abrime la p u e r t a Porque hoy me despido:
P o r amor de Dios. Del mundo me voy.

(416) Dictado por don Estergidio de la Puente en Famatina en 1940.


(417) Este cantar a la muerte de persona mayor, de un adulto, me fué dictado en
Sálicas (Dto. Pelagio B. Luna), en 1940, por doña Saturnina Nieto. Me decía doña Satur-
nina que a esta oración la rezan los circunstantes al Eacar el cuerpo de la casa mortuoria y
comenzar a andar, camino del cementerio.
En Vichigasta, no solamente le rezan, sino que le cantan oraciones para los muertos:
al momento de levantar el cuerpo, cuando van llevándolo al cementerio y cuando lo están
sepultando.
Los cánticos que le entonan en estos tiempos son todos aprendidos en la iglesia. Los
clérigos o misioneros les enseñan. Si es un niño mayor de 7 años el muerto, le cantan:
Si al cielo quieres ir
a recoger tu palma
a Dios con cuerpo y alma;
has de amar y servir.
Si el muerto es un adulto, le cantan el Trisagio j el Perdón oh Dios mío. A este respecto
me decía un señor en VichigaBta que años atrás y con motivo del entierro de los restos de
un hermano, el doctor Joaquín González, observaba mi amigo, se había emocionado tanto
que lloró al oír cantar a hombres y mujeres del pueblo el Perdón oh Dio$ mío, que dice:
PeTdón, [oh Dios mío!
Perdón y clemencia,
Perdón e indulgencia
Perdón y piedad.
(418) Dictada en Sálicas por doña María Oeampos en 3940. Este cantar se entona —•
me decía doña María— cuando la persona muerta es una madre.
232 J U A N A L F O N S O C A M S I Z Ó

419 —¡ Ay —dicen las almas-


Si se acordarán...
LLORA ESTE POBRE DIFUNTO El Señor me saque
Para descansar.
Llora este pobre difunto Ven, hijo lloroso,
En este fuego fatal, Ven, abrázame,
Pasando este purgatorio Que padre amoroso
Lleno de necesidad. Te soy y seré.

(419) Dictado por doña Eulogia Avayay en Sanagasta en 1938.


Este es un cantar para las Benditas Almas del Purgatorio y se reza con la Novena de
las Almas.
Don Aurelio De Llano, en su libro Del Folklore Asturiano, pág. 191, trae también unos
versos sobre este tema por demás conocido en España.
E n San Antonio, aldehuela de la Coeta Alta (Dto. Rivadavia), donde nació y pasó
su niñez el general J u a n Facundo Quiroga, la señora Secundina Especlie viuda de Garay,
me dictó, en agosto de 1940, este cantar que se acostumbra entonar cuando se reza "la
Novena de las Almas, el día de los Muertos (2 de noviembre):
Bomped romped mis cadenas ¿Fué por ventura fingida
Alcanzadme libertad. nuestra primera amistad?
¡Cuan terribles son mis penas.'
¡Piedad, cristianos, piedad! Bomped, romped mis cadenas.
Una chispa que saliera
Soy tu padre, hijo querido,
de este fuego tenebroso
quien tu compasión reclama
montes y mares furiosos penando en horribles llamas.
en un punto consumieran. No me dejes en olvido,
Ya que podéis, nuestras llamas no la terneza me pagues
compasivos, apagad. con desamor y crueldad.
Romped, romped mis cadenas.
Bomped, romped mis cadenas.
Con más acerbo dolor
al reprobo en el infierno Ni hagas tú de bronce el pecho
no atormenta el fuego eterno hijo infiel de madre tierna,
la justicia del Señor. al descanso y luz eterna
Vuestra deuda con la mía acelérame el derecho.
con tiempo causto pagad. Te di el ser y no me honres
con la horrenda oscuridad.
Romped, romped mis cadenas.
Bomped, romped las cadenas.
Tendrán término mis males,
Oh, dulcísimo consuelo
mas cuando alzasen el vuelo Sacrificios, oraciones,
¡ay, son siglos eternales piadosos ofrecimientos,
los instantes que trancurren limosnas y sacramentos
sin ver al Dios de verdades! ayunos y humillaciones.

Bomped, romped mis cadenas.


Bomped, romped mis cadenas.
Mil veces nació de mí
por un momentáneo gusto
de tus manos |oh Bey justo Tus huesos y t u memoria
en esta prisión caí. pronto también losa fría
¡ Oh, siquiera con mi suerte cubrirá mas que alegría
amigos escarmentad. cuando en loa reinos de gloria
ya felices alcancemos
Bomped, romped mis cadenas. la celeste claridad.

Mira que no son extraños Bomped, romped mis cadenas


los que sufragios imploran, Alcanzadme libertad
lleguen, amigos, que lloran ¡Cuan terribles son mis penas!
sin alivio largos años. ¡Piedad, cristianos, piedad!
CANCIÓN ESO POPULAS DE LA SIOJA 233

420 Todos juntos te d a r á n

A LAS NUEVE DE LA NOCHE


Santo Tomás dice: —Estoy
A las nueve de la noche Aquí aguardando rendido
Yo la vengo a visitar, Un casamiento lucido
Y con un esquinacito Un día tal como el de hoy.
La deseo saludar.

Muy mala tengo la voz,


Y solamente su amor 421-a
Me obliga a cantarle así, MERECE UN TRONO ESPECIAL
Querida y preciosa flor.
Merece un trono especial
Sus amigos y parientes, Vuestro feliz nacimiento.
E n el día de su santo, Los doce apóstoles juntos
H a n venido ha visitarla, Harán su divertimiento.
Y yo con gusto le canto.
GLOSA

Señorita de Fulana,
No dpseche el canto mío.
P o r Dios, ábrame la puerta, E l g r a n patriarca San J u a n ,
Que ya me muero de frío. Los doce apóstoles j u n t o s ,
Los mártires y los justos,
Todos te celebrarán.
Todos juntos te d a r á n
421 Tu feliz divertimiento,
Porque tu merecimiento
HOY TE DOY FELICES DÍAS Merece un trono especial.

17 oy te doy felices días


Con todo aplauso y contento.
Un día tal como el de Jtoy
Fué tu feliz nacimiento.

GLOSA
422
CUANDO ERA TORITO CHICO

El gran p a t r i a r c a San J u a n , Cuando era torito chico,


Los doce apóstoles juntos, Andaba al pie de la vaca,
Los mártires y los justos, Cuando era ya de tres años,
Todos te celebrarán. Formaba u n rodeo de plata.

(420) Este esquinazo, me fué dictado en Villa Castelli, donde es fama lo cantaba do*
Desiderio Guerrero, viejo cantor del lugar.
Esquinazo es voz chilena: significa serenata. En Bolivia le dicen gallo: dar gallo es dar
una serenata.
(421) Dictada en Los Molinos por doña Eoaario de la Fuente de Eobledo, natural de
Cbuquis, donde había aprendido el cantar.
(421-a) Dictada también por la señora de Eobledo.
(422) Dictado por doña Tránsito Pérez, en Banda Florida (Dto. Gral. Lavalle) en 1939.
234 J U A N A L F N S O C A E £ I Z O

2 11
Yo soy el torito buey El lunes por la mañana
Que se anda de tambo en t a m b o ; Entramos a t r a b a j a r :
Cuando hallo vacas, me junto, —Eetirensé, caballeros,
De no, me paso balando. Yo sólito voy a arar.

3 12
Yo soy el torito buey Yo nomás tuve la culpa
Y balo en la p r i m a v e r a ; Que me di a reconocer.
Con un balido que p^go, Empecé a t i r a r la oreja
Se j u n t a cuanta tambera. Sabiendo que me ha i doler.
4 13
Yo soy torito c u m b r a n o ; E s tanta mi mansedumbre,
Me llaman el asta i plomo; Puede a r a r una m u j e r ;
Tiro tierra con las manos, Si me t i r a n de la oreja,
La recibo con el lomo. Sobre la raya h' i volver.

S 14
Yo soy el torito b u e y ; Y a se acabarán las siembras,
Me llaman el orejano; Se acabarán las a r a d a s ;
E n las astas traigo invierno Entonces al toro buey
Y en el balido verano. Lo echarán a la invernada.
6 15
Yo soy el torito b u e y ; Un día estando en los pastos
Me llaman el tola, tola; Y comiendo de lo bueno,
Y mosca que se me arrima Oí sonidos de llaves
Me la espanto con la cola. E n las trancas del potrero.
7 16
P a r a el tiempo 'las aradas, Levanto la vista y miro
Me bajo como el sereno, P a r a ver u n desengaño:
Y comienzan a decir: Que estaban cuatro jinetes
—Aquí viene u n toro ajeno. Con los lazos en las manos.

8 17
—A este toro forastero Agaché la vista al pasto,
Yo en mi vida no lo he visto, Me pongo a considerar
Si no lo reclama el dueño, Que de t a n t a s gordas que h a y
P a r a mi corral lo alisto. A cuál v e n d r á n a llevar.

9 18

Yo soy toro en mi rodeo E s t a b a considerando


Y toruno en rodeo ajeno. De verme estar t a n bonito,
Donde brama el toro buey Cuando yo menos pensé
No brama ningún ternero. Me hicieron u n corralito.

10 19
Yo nomás tuve la culpa Ya me tiraron el lazo
Que me diera a conocer: Y comencé a disparar,
Me tiraron las coyundas Nunca me corran de atrás
Y las comencé a lamer. Porque no me han de pillar.
CANCIOXEKO POPULAR DE LA SIOJA 235

20 5
Unos de ellos me conoce, Me andaba de tambo en tambo
M E conoce por fortuna. Y de rodeo en rodeo.
—No lo pillen con el lazo, Y decía el vecindario:
Sino con una coyunda. Aquí ha caído u n toro ajeno.

21 6
Las palomitas lloraban, Todos me decían t o r o :
Las avecillas decían: No sabían que era buey.
—Muriendo el torito buey, Pero yo tuve la culpa
No comeremos semillas. Que me diera a conocer.

22 7
Siempre viva don fulano, M"* arrimaba a las coyundas,
Que porfía contra la ley: Las comenzaba a lamer
Me ha pedido que le cante
El verso del toro buey.

8
422-a Al otro día de m a ñ a n a
Madrugó mi amo p r i m e r o ;
ATIENDAN, SEÑORES MÍOS P a que hiciera mi fatiga,
Me llevó y me echó al potrero.
1
9
Atiendan, señores míos.
Si me atienden u n poquito, Los gritos me atormentaban
Les vu'a cantar mis trabajos Y también la pican illa
Desde que fui ternerito.

2
10
Y a era ternero de un año,
Estaba en mi cerro i p l a t a ; ¡Oigan el toro!, me dijo,
Cuando pecaba u n balido, Te has venido a este l u e a r .
J u n t a b a todas las vacas. Yo te vu'a echar un peón
Que te pueda gobernar.
3
11
Ya ternero de dos años,
Retíralo, amo, le dije,
Me bajé pa las laderas.
Sólito también sé a r a r .
Ya me gustaba balar
Al otro día de mañana
E n medio de las tamberas.
Oí las t r a n q u e r a s sonar.
4 12
Ya ternero de tres años, Alcé la mira pa arriba,
Me bajé pa las cañadas. Como a ver u n desengaño:
Ya me gustaba b r a m a r Divisé unos cuatro gauchos
E n medio de la torada. Con los lazos en las manos.

(422 a) Dictado por don Boque L. Quevedo, en Surjyaco (Dto. Pelagio B. Luna),
en 1940.
236 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

13 El cuero para coyunda,


Para amansar otros nuevos.
Bajé la mira pa abajo,
Y me puse a cavilar: 20
De tantos gordos que habimos
¿A cuál vendrán a llevar? Aquí se acaba este verso
A fuerza de sacrificio.
14 ¡ En lo que viene a parar
Toro de tanto servicio!
Ahí estuve cavilando;
Me demoré un poquitito.
Ya los vide que se abrieron
Y me hicieron corralito. 422-b
15 CUANDO ERA TORITO DE AÑO
Uno de los que anduvieron
Me conoció, por fortuna, Cuando era torito de año,
Y les dijo: No lo enlacen, Me andaba al pie de la vaca.
Pillelón con la coyunda.
Cuando era toro i dos años,
16 Me andaba de tambo en tambo.
Cuando hallo vacas, me junto;
Ya me sacaron tirando, Si no, la paso balando.
Gritaban las avecillas:
Lo llevan al toro buey;
¿Quién redamará semilla? Cuando era toro i tres años,

17 Mi amo me separó encierro.


En el encierro La Plata,
Me hacen llegar a la casa,
Me ataron de pies y manos, Yo era toro de la Cumbre.
Luee:o me echaron al suelo; Me llamaban asta i plomo
De allá corrió el vecindario. Me echo tierra con las manos,
La recibo con el lomo.
18
Yo soy toro en mi rodeo
Y toruno en rodeo ajeno;
Donde bala el toro buey
Por un pedazo i vaquero No bala ningún ternero.

19
Cuando era toro i cuatro años,
Me bajo por mi silencio,
Las aspas pa buenos chifles, A dar producto a la tierra
Que sirven al viajero, Antes de que pierda el tiempo.

(422-b) Dictado como en la versión primera, en Banda Florida, por don Hermenegildo
Rodríguez en 1940.
Este es en tres versiones el verso del toro buey, sumamente conocido en loa cuatro de-
partamentos del oeste de La Eioja.
El adjetivo cuanta, usado en el cuarto verso de la tercera estrofa, es la primera vez que
lo oí en esa forma en los cantares populares.
La cuarteta novena parece haber sido tomada del Martin Fierro:
Ida 61 Yo soy toro en mi rodeo
> 62 7 toraso en rodeo ajeno
» 1299 pero ande bala este toro
» 1300 no bala ningún ternero.
CA&CIONEBO POPULAS DE LA MIOJA 237

Yo era toro del llano; Lloraban las avecillas,


Me llamaban soberano; Lamentaban y decían:
En las astas traigo invierno Ya matan al toro buey;
Y en el balido verano. l Quién derramará semilla f
Mi amo ya me h& vendido
Y la plata ha recibido. 423

Me echaron en la invernada EL ESPINO NOMBRARE


Siempre comiendo en lo bueno. El « Espino » nombraré,
Y cuando yo eché de ver,
Ya no cabía en el cuero. Por ser la más elevada,
Y por la razón nombrada,
Oí sonar la tranquera, La más helada que hallé.
Las tranqueras del potrero. El oro de « Piedras Grandes »,
La plata de « La Caldera », .
Levantando la cabeza, El cobre « La Mejicana »,
Diviso cuatro jinetes Del « Ampallao » la galena.
Con los lazo en las manos
Señores, les contaré
De cuatro minas que quedan:
En medio de tantos gordos, « San Nicolás », « La Panzona »,
¿ A cuál vendrán a llevar t « Bello Plan » y « Forastera ».

424
Ya le hicieron corralito EL HOMBRE DE DIOS COMIENZO
Corralito al toro buey.
En nombre de Dios comienzo
Kesponde el toro, y les dice: Y de la Virgen María.
No me tiren con los lazos,. Licencia pido a los poetas,
Que con ellos no me doy, Quiero cantar por poesía.
¡Que de mí se hayan valido
Tiremén con las coyundas, Que les enmiende una letra!
Con ellas me han de enyugar: Tal vez se hayan presumido
Tan grande es mi mansedumbre, Que yo he de ser algún poeta.
Que una mujer puede arar.
No soy poeta cantor,
Tirándome de la oreja, Como han experimentado;
Sobre la raya h' i volver. Apenas rumbio las letras,
Porque soy aficionado.
Ya llevan a las matanzas,
Ya llevan al toro buey. Yo he trabajado en las minas
Y también en las labranzas;
Y ya corren los vecinos La mala suerte me arruina,
Por vaqueros y menudos. Por nada encuentro esperanza.

La primera estrofa de la primera columna es sumamente conocida como copla en Salta


y Jujuy.
(423) Dictado por don Salvador Salazar en Chileeito. Es un cantar de mineros. Los
nombres propios son de minas en explotación.
(424) Dictado por don Boque L. Quevedo, en Suriyaeo, en 1940.
Bumbio-, por rumbeo; busco el rumbo. Saqué un dedo: Debe aludir a alguna faena mi-
nera o a alguna labor que se mide así, pues éste como el cantar anterior debe ser de origen
chileno y minero.
238 JUAN A L F O N S O C A E E 1 Z 0

Yo he trabajado en las minas, Dios se lo pague, mis hijos,


También en cerros de puna; Agradezco la bondad
La mala suerte me arruina, Del obsequio que me han hecho
Por nada encuentro fortuna. Con tan buena voluntad.
Trabajé en la Maritata,
También en el Cerro Blanco;
En mes diez días, a gatas 427
Saqué un dedo y medio manco.
DICHOSO EL DUEÑO DE CASA

425 Dichoso el dueño de casa


SEÑORITA DE FULANA
Que tal ventura ha tenido:
Nuestro padre, el Niño Dios,
Señorita de Fulana A sus puertas ha venido.
Cogollito de Romero,
No hay plata más bien ganada La limosna que le dieren,
Que la que gana el minero. Deselán de corazón,
Que en el cielo dará el premio
Si pega una resfalada, Y en la tierra un gran favor.
No le queda gueso bueno;
Los apires a 1' orilla,
Los barreteros al medio. 428
¡Échele vino a ese vaso, SAN SEBASTIAN DE LOS INDIOS
Aunque caiga por el suelo,
Y beba, niña bonita, San Sebastián de los indios
Que es de plata del minero! Hoy los viene a visitar.
Misericordia, Señof.
426 i

La tierra y planta os esperan,


A SUS PUERTAS, HIJOS MÍOS Verde será tu favor.
Misericordia, Señor. ¡
A sus puertas, hijos míos,
Hoy los vengo a visitar, Dios se los pague mis hijos,
En el cielo les prometo Me voy muy agradecido.
Recompensa a la piedad. Misericordia, Señor.

(425) Dictado por don Salvador Salazar en Chileeito. También como los anteriores,
es un cantar de minero.
Estos cantares en que se nombra a la niña o al caballero y que lleva la palabra cogollo
como adjetivo aplicado a la persona nombrada se llama en el oeste riojano Cogollo. En el
Cancionero Popular de Tucumán, tomo I, pág. 241, hoy un cogollo también.
(426) Me fué dictado por la señorita Quitería Rosa Caliva, en Vichigasta (Dto. Chi-
leeito), en 1939.
Estos doB verdtos Eon los que dice la persona que todos los años pide limosna a los ve-
cinos para costear los gastos de la fiesta del santo patrono del lugar, en este caso de Vichigasta.
(427) Esta oración, como lo dice la primera estrofa, sirve para pedir limosna, para
celebrar con pompa y solemnidad al Niño Dios. Me la dictó don Francisco Flores en la
ciudad de La Rioja.
(428) Este cantarcillo del mismo tema del anterior, me fué dictado por la señorita Vi-
centa Miñicay en Sañogasta (Dto, Chileeito), en 1939. La visita domiciliaria y por consi-
guiente los pedidos de ayuda a los vecinos, comienzan en Sañogasta el 15 de enero de todos
los años y terminan el 20, día de San Sebastián.
Como en el caso anterior, está el pedido en la primera o primeras coplas y el agrade-
cimiento del santo en la última.
El cantar dice San Sebastián de los indios; seguramente esta devoción a San Sebastián
debió ser muy acentuada entre los naturales, quienes le favorecían al santo dándole limosnas
en especies todos los años.
CANCIONERO POPDLAB DE LA RIO JA 239

429 Todo con verdad les digo,


Porque todo eso he andado. •
ATIÉNDANME, PUES, SEÑORES
La Fragüita no he mentado
Atiéndanme, pues, señores, Y ni he citado La Arena.
Lo que yo explico en mi canto:
Haciendas que he conocido Pinta en Angostura Estrecha,
En ese río de Guascualto. Yo por Portillo he pasado.
Saliendo de Valle Henares, Por Pampa y por El Parral,
El Jilguero muy nombrado, He visto al río La Plata.
Chañar Blanco muy mentado
Y Vao de Francisco Díaz. Y en la puerta de su casa,
Tenía mando y gobierno.
Pasando más para arriba,
La hacienda de Camarones, Rodeado de policía
El ramo de las Tres Cruces, Yo pasaba en ese día
En sus mismas direcciones. Era guardia en ese pueblo.
Voy a nombrarle Las Juntas
Donde se parten los ríos:
Pasando más para arriba, 430
Tránsito, Río de los Indios. ATIENDAN, SABIOS NOTORIOS
Ramadilla y El Molino, Atiendan, sabios notorios,
Menta, el Vado de los Perros; Atiéndanme, las mujeres,
Entre medio de El Solar Que en breve tiempo sabrán
El Tabaco cerca de ellos. Toditos sus procederes.
Todavía falta que andar Cuando van para un fandango,
Para la hacienda i Maitén. No todas van a bailar,
Algodón, hacienda El Toro: Porque unas van para el baile,
Hay muchas cosas que ver. Otras van a reparar.
Voy a nombrar El Durazno, Ya salen de este fandango
Para mentar a La Higuera, Y van por la calle hablando:
Que en Las Lajas Coloradas, De aquella que causa envidia,
¡ Qué inmensas son sus laderas! De esa se van acordando.

(429) Dictado por don Hermenegildo Rodríguez en Villa Unión en 1939. El cantar,
aunque popular en Villa Unión, es de tema chileno. Se explica su permanencia en el lugar
porque los paisanos del Valle de Vinchina ¡y los del Vallé de Famatina, que queda más
al oriente, todos frecuentaban más con Chile que con La Bioja. En cuatro días de viaje a muía
se pone uno de Vinchina a la ciudad de La Rioja y en el mismo tiempo se pone uno de
Vinchina a Copiapó, puerto más importante social y comerciante que la capital de la provincia.
Esta preferencia por Copiapó (Chñe), se cambió en este siglo como consecuencia de haberse
instalado el ramal ferroviario do Patquía a Chilecito.
(430) Dictado por doña Filomena Pérez en Banda Florida en 1939.
Fandango: Entre nosotros, dicho de la gente del noroeste argentino, esta voz tiene el
sentido de farra o de reunión de gente de clase baja, donde se baila, bebe y se cometen ex-
cesos de toda clase.
Si a una la vieron mudada; quiere decir andar con traje nuevo. Andar mudado,
por andar estrenando.
Cuma: por comadre, compañera, amiga inseparable. Cumita es diminutivo cariñoso
de cuma.
Entre varones se dice cumpa, apócope de compadre.
Querido: El querido o la querida, esto es, usado como sustantivo, son voces groseras,
significan: el concubino o la concubina y nunca el novio o la novia.
Mormurones por murmuradores, defeeto repetido con alguna frecuencia entre la gente
del pueblo.
240 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

Si a una la vieron mudada, 432


Mil cosas se les previene.
No les dará por decir: VIVA USTED CON MUCHO HONOR
—Le cuesta, por eso tiene.
Si a una la vieron hablar Viva usted con mucho honor
Con pariente o conocido, Y pase felices años;
Luego salen a decir: Ni ellos vengan a contarle
—Cumita, ¿ése es su querido? De la vida el desengaño.
Aquí se acaba este verso, GLOSA
El verso los mormurones.
Hombres, mujeres y viejos, Deseo que sea feliz
Toditos son criticones. Y viva continuamente;
Entre risas y sonriente,
Bien le traiga el porvenir.
431 Viva siempre sin sufrir
Ni un ligero sinsabor,
SI SE MUESTRA COMEDIDO
Ni que le venga un dolor
Que daño le pueda hacer,
Si se muestra comedido Y en un continuo placer
Con el agua y con la escoba, Viva usted con mucho honor.
Lo tratan como en recoba
Y lo mandan como niño.
Mal semblante, mal cariño,
Todo es confusión y pena.
No hay cosa que intente buena
O que produzca alegría.
Así pasa todo el día
El que vive en casa ajena.
Aunque sea de alta esfera,
Condescendiente con él, 433
Sólo se llega a ofrecer
Que se valga del mas bajo. YA SE VIENE CARNAVAL
Porque es el mayor trabajo
Tener amor y deber.
Ya se viene Carnaval
Por las lomitas peladas,
Trayendo en las alforjitas
Mucha alojita colada.

(431) Dictado en Banda Florida, por don Hermenegildo (Meregildo, le dice la gente)
Rodríguez en 1930.
(432) Dictado por don Camilo Pedraza en Los Molinos (Dto. Castro Barros) en 1938.
(433) El señor Víetor S. Cabrera, maestro de la Escuela Nacional de Chuquis, me dictó
este cantar con la noticia de que lo había oído en Sanagasta, de donde es natural, en el
Carnaval de 1922, a un viejito, también del lugar, apellidado Páfez. Me agregó el señor Ca-
brera que el viejito Páez era uno de los hayllis, esto es, de los que vestidos de indios acuden
a la fiesta de San Nicolás los primeros de enero de todos los años.
A la primera estrofa la he oído mil veces así:
Ya se viene el Carnaval
por las lomitas peladaB,
aquí lo están aguardando
con alojita colada.
El Pvsyay o Pusllay, es el Carnaval hecho hombre, humanizado. Lo personifican para
reírse de él y cuando los divertidos lo han celebrado le dan sepultura el domingo siguiente
CANCIONERO POPULAS DE LA EIOJA 241

Se le da al recién llegado E n las lomas peladas


De la colada ; Vive el Pusyay,
Y a los que son colados, Con las cajas templadas
Chanca mascada. pa'l Carnaval.
de aquel en que empieza carnestolendas, por eso se lo llama día del entierro de carnaval.
En mi niñez he visto también hacer un muñeco de trapo con cohetes y petardos adentro,
representando a J u d a s , con el objeto de ahorcarlo y quemarlo después, para gozarse con el
estruendo de los cohetes y petardos. La muerte de J u d a s ocurre el Sábado de Resurrección,
en el momento mismo en que las campanas tocan a gloria.
Don Perfecto P . Bustamante, en su Girón de Historia, da sobre el temía de nuestro can-
tar la siguiente noticia: El tpusllay» es la personificación del Carnaval; también se llama
«cuarenthoras ». El día del entierro, suele resultar de más entusiasmos quizás que los ante-
riores, porque allí sacan la personificación del «pusllay » a despedirse de la vida y después
de lo cual se lo sepulta. En esto se ven escenas de las más características de la tradición.
Es un muñeco del tamaño de un hombre, vestido de andrajos, tan intencionalmente
ridículo por el desastre de las ropas, que no se puede mirarle sin reír. Se reúnen muchos a
caballo, hombres y mujeres, llevándolo en ancas o colocándolo en la montura, y el jinete
en ancas sosteniéndolo y hablando en su reemplazo, todo cubierto de almidón y agarrando
manojos de albahaca de la cual toda la comparsa va munida, sintiéndose la fragancia por
donde pasa, simulando que obliga y paga los obligas el «.pusllay» y que se despide llorando
hasta que por fin se « emborracha» y no hay más que enterrarlo y llevarlo entre todos al
campo entre lamentaciones y despedidas tristes (84 - 8 4 ) .
Lenz t r a e esta noticia de procedencia chilena: Enterrar el pulláivulg. Una fiesta que se
celebra en los campos y pueblos vecinos de Copiapó (Tierra Amarilla, San Fernando, Cha-
ñarcillo, etc.) después de la «challa» (carnaval). Es el simulacro jocoso de un entierro.
El PULLAI, un muñeco (chil. mono) grande de trapos, parecido a hombre, se coloca mon-
tado en un- burro « chucaro». Un hombre vestido de mujer de luto i con la cara pintada
(la madre del pullái) sujeta las riendas, llorando todo el tiempo amargamente la muerte de
su hijo. Los acompañantes, a cobalto i en carretas, cantando i bebiendo, en camino se di-
vierten arrojando cohetes entre las patas del burro. Mientras más corcovea éste, mejor es la
fiesta. En la falda de un cerro se entierro el mono i la fiesta con sus cantos que parecen en
gran parte improvisados termina en borrachera hasta que se concluya tocio líquido. (Comuni-
cación del señor A. Contador).
Evidentemente es una antigua fiesta india tal vez caricaturada por influencia del clero.
Conviene estudiar los detalles y antecedentes antiguos (157 - 831).
La costumbre del Pusyay parece ser de origen peruano, tal se ve en esta interesante
descripción que nos hace don Toribio Mejía Xesspe, publicada en la revista Inca-,
Puhllay. Tal es el nombre que se da a los días correspondientes al carnaval, durante los
cuales se exteriorizan los sentimientos infantiles e idolátricos, pues son días de alegría su-
prema y de expansión del culto pagano.
El pukllay quiere decir « el juego », y es por eso que todos los habitantes se entregan
al regocijo elevado, sin excepción de sexo ni edad. Son días en que por ves primera han
de probar el fruto de sus esfuerzos por medio de la ceremonia llamada SABA-IMPAT, por-
que en esta época los maizales se presentan con sus mazorcas llenas, augurando la calidad
de la cosecha.
Para celebrar el PUKLLAY con la debida pompa, es necesario saborear abundante-
mente todas las frutas de la estación, por lo que, anticipadamente, se dirigen los padres de
familia o algún otro miembro de ella hacia los valles o quebradas vecinas (Chauk'alla, Marpa,
Tachan, K'eshualla, Yelinga, Chattpu, etc.) con el propósito de proveerse de toda clase de
frutas y cierta cantidad de vino nuevo, elaborado especialmente para estos días. Unos llegan
en la víspera y otros en el mismo día del PUKLLAY —primer día de carnestolendas—
arreando sus acémilas cargadas de artículos predilectos, con la sonrisa satisfactoria y el co-
razón henchido de alegría, hendiendo los aires con las notas SUI-GENEEIS de sus quenas.
La fruta y el vino se distribuyen entre todos los miembros del AYLLU o K'AILLA-MASl,
vecinos, por más insignificantes que sean. Durante estos días no se escuchan más que motivos
de Wayñu, ya sea en las notas de la quena o en los rítmicos tintineos de la TINYA (tambo-
ril). El Wayñu es una dama eufórica en la que toman parte hombres y mujeres, diferenciados
según las edades y los estados civiles. Para llevar el compás del baile cantan entre todos
mía canción de motwos alegres. Generalmente ¡os solteros y solteras y los niños se dirigen
a un montículo situado al frente de la población llamado CHONKUBPAY o a LLILLK'
AKANTU, situado a la entrada de ella donde témanse de las manos, primero los hombres
y en seguida las mujeres, y con un quenista a la cabeza o situado al centro del grupo, co-
mienzan a danzar dando vueltas en torno o sig-zag. Después se organizan verdaderos torneos
de Wayñu, procurando cada cual sobresalir ya en la danza, ya en el canto, hasta que poco
a poco aproximándose unos a otros llevan a cabo un choque corporal que se denomina
TROMPIEZO, en el que los hombres se suceden cual un engranaje de ruedas demostrando
su potencia física y resistencia moral, mientras que las mujeres estimulan con sus canciones
picarescas. Este desafío es general, siendo más persistente en los jóvenes. Una vee cansados
16-11
242 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

El Carnaval ya ha salido El Pusyay ya se muere,


Con su cajita templada. Su hora ha llegado:
Para alegrar ha traído Una muerte con cohetes
Mucha alojita colada. Se ha decretado.
los vencidos y victoriosos se desgranan por las calles y plazas donde se disuelven o se dirigen
a las casas de los parientes o vecinos, para terminar así uno de ¡os días del PUKLLAY.
Entre tanto que los jóvenes se han divertido toda una tarde, los viejos o casados han pa-
sado también el día reunidos entre los suyos y vecinos en medio de una libación constante y
entre los palmaeos ardientes que se han dado en las piernas o nalgas desnudas al son de:
(Texto) (Traducción)
Hinachu manachu, Así es o no es así.
¡Ay carnavales! ¡Ay carnavales!
Corcobado machu. Viejo corcobado.
¡Ay carnavales I ¡Ay carnavales!
El año pasado -, )
¡Ay carnavales!
Con tanta warawa, (adornos)
¡Ay carnavales!
Y este año que viene.
¡Ay carnavales!
Con tamaña waiva, ( c r i a t u r a )
¡Ay carnavales!
El culto pagano que en estos días se practica en honor de la SARAMAMA (madre maíz)
se llama, como decimos más adelante, SARA-IMPAY. La ceremonia consiste en lo siguien-
te: todos los que tienen sembrados de maíz, lo cual es general en el pueblo, se dirigen unos en
grupo hacia el terreno, llevándose lo indispensable para tal acto: chicha, flores, sahumerios,
coca y algunas otras cosas; utensilios de cocina, para preparar el güito del maíz tierno mes-
dado con algunas yerbas silvestres, y otros sólo envían comisiones especiales para que lleven
los CHOK'LLOS (choclos) saltantes a la vista para el mismo fin. Aquéllos, una ves instalados
en el terreno, recorren al contorno de él y aspergiendo la chicha o el licor MUSITAN algu-
nas oraciones intercesoras hacia la divinidad de la PACHAMAMA (madre tierra). En segui-
da, colocando en uno de los ángulos del sembrado un tiesto lleno de granos de maíz. coca, in-
cienso y otras cosas propiciatorias, encienden el fuego con el fin de sahumar, no sólo a la
tierra sino al maisal. Extraído desde sus raíces cotí sumo cuidado las masorcas sobresalientes
en número proporcional, se comienzan a deshojar, procurando no desperdiciar ni un solo grano
ni un solo cabello, ni malograr las hojas envoltorias. a fin de aprovechar religiosamente. Bes-
granadas las masorcas se devuelve el marlo a su estado primitiva, coronado de flores, para
rehacerlas y rendir el tributo idolátrico que merecen. Las masorcas así preparadas sirven
para formar una especie de pabellones para tenerlas enhiestas, como si quisiesen demostrar
con ello que jamás se han de abatir por más miserias que se presenten. Los granos se mue-
len en los morteritos o piedras aparentes mezcladas con ROK'OTE (pimiento), WATAKAY
PAIK'Ü, etc., para ser saboreados por los concurrentes con una yerba llamada p'irlca. Estos
actos son los que constituyen las ceremonias del SARA-IMPAY.
Cuando se ha realizado esta práctica pagana, los asistentes vuelven al lugar cargados de
las mazorcas, formando el WAYÑÜ y exclamando a grandes voces la palabra WUIP! ALA
y sus derivados. Instalados nuevamente en la casa, se colocan las mazorcas sobre una mesa
junto con las SARA-ILLA (amuleto del maie), las tdke-sara (maíz concentrado: choclos de-
formes o extraordinarios) y las Wayunka (mazorcas grandes y escogidas), para terminar el
homenaje del culto a la saramanxa. (madre maíz). De estas ceremonias emanan los diferentes
Wayñus, que concluyen, como hemos dicho, en los terrenos públicos y en las diversiones ho-
gareñas.
Durante los Wayñus se pintan los vestidos con agua diluida de airampu (opuntia dacty-
lifera), y con la fruta del granado se golpean en la cabeza, con el fin de producir un apel-
mazamiento de los cabellos.
Después de los días del pukllay, algunos dueños de las mazorcas restituyen éstas a sus
sitios, sahumándolas ordinariamente, y otros las incluyen en sus casas entre las de años an-
teriores, para formar el trofeo de sus homenajes.
Así terminan los regocijos que la estación del Eamay incaico producen en el espíritu
aborigen por medio de los días del PUKLLAY.
En cuanto a la fiesta popular del YARK' A-ASP! IY, no hay otros detalles dignos de
mayor expresión, sino los por mí descriptos en la página $19 del número S, volumen IV de la
REVISTA DE PSIQUIATRÍA Y DISCIPLINAS CONEXAS, pues ella es celebrada en ho-
nor de las divinidades de los PUKYOS (fuentes) y sus conductores, que son las acequias. Lo
único que podremos referir es que. en todos los terrenos donde tienen fuentes y acequias dis-
tintas, se llevan a cabo la susodicha fiesta, con la asistencia de los VILLANOS (danzantes),
profesionales o asimilados, según la categoría de los sectores (SS8 - 885),
CAUCIONERO POPULAR DE LA MIOJA 243

434 434-a
U N LORO DE VERACRUZ
UN LORO DE VERACRUZ
Un loro de Veracruz
Un día se enamoró
Un loro de Veracruz De una linda cotorrita,
Un día se enamoró Y al punto se declaró.
De una bella cotorrita:
La pobre se desmayó. Cotorrita del alma—
Decía el lorito—,
Quereme como a tuyo,
Sus plumitas eran verdes, Que soy sólito.
El pico de otro color,
Y los ojitos, brillantes Delgadito me pongo
Como los rayos del sol. Si tu amor no me das;
Si te casas con otro,
Ya verás, ya verás.
Cotorrita del alma—
Dijo el lorito—, Vamos para Italia,
Quereme como a tuyo, País del amor;
Que soy sólito. Ahí viviremos juntos,
Sin pena ni dolor.
Delgadito me pongo, Sus alas tenía verdes,
Tu amor me mata; Su cuello de otro color,
Si te casas con otro, Y sus ojitos, brillantes
¿ Qué me haré, ingrata ? Como los rayos del sol.

(434) Dictado por don Francisco Flores, en la ciudad de La Rioja.


En el Cancionero Popular de Jujuy, bajo el número 3909, hay una versión de dos cuar-
tetas de este cantar.
Este cantarcillo debe haber venido de Méjico u otro país centro-americano porque habla
de Veracruz, ciudad de México, y dice cotorrita al conurus murinus, aquella avecita verde
a la cual, BÍ bien conocemos con el nombre de cotorra, más comunmente llamamos cata o
catita en nuestro país.
(434-a) Dictada en Villa Castelli, donde la solía cantar don Desiderio Guerrero.
JOCOSAS, FESTIVAS
Y PICARESCAS
435 —Si le pidiera a mi madre,
Claro es que se ha de enojar;
A B R I M E L A PUERTA, CIELO Y si le pido a mi padre,
Ni palabra ha de chistar.
—Abrime la puerta, cielo,
Que hoy día te vengo a ver. —Si le pides a tu padre,
Si le pregunto como hombre, Tu madre ha de p r e g u n t a r :
Conteste como mujer. ¿ P a r a qué querís, muchacho?
Ya has de estar por regalar.
—¿No ven qué pobre muchacho?
Alzado de la basura. —Los enojos de mi madre
E n lo chinita que soy, Lueguito suelen pasar.
Nunca quise criaturas. Como mi p a d r e es prudente,
La boca se ha de callar.
—Criatura soy, mi nina,
Pero de corazón grande. —{No ven qué pobre muchacho?
Si en algo me necesita, Me hace el corazón pedazos.
Aquí estoy pa lo que mande. Ya estará de mi destino
Que he de morir en tus brazos.
•—?.No ven qué pobre muchacho? —Veo que gané el asunto
Por los quereres se pierde. Y que se abrirán tus puertas.
No tiene p a r a calzones, Ya no veía las horas
Y quiere tener mujeres. De verlas p a r a mí abiertas.
—Esto de querer mujeres
Es para mí una c a r r e r a : 436
No tengo para calzones
P o r darles p a r a polleras. A L A M U J E R N U N C A ES B U E N O

—i No ven qué pobre muchacho? A la mujer nunca es bueno


¿De dónde vas a sacar? Muy regalona tenerla,
Si a t u padre le pidieras, Porque es muy factible verla
Tu padre se ha de enojar. Enojada, hecha u n veneno.

(435) Dictado por don Ramón Villafañe, de 30 años de edad, en Malligasta en 1939.
El tema de este diálogo no es nuevo en nuestro país, donde hay otros parecidos, Cancio-
nero Popular de Tucumán, Nos. 828, 849, 891, y Cancionero Popular de Salta, N.« 430. VA
tema es español; en efecto, don Julio Cejador, en su Floresta, JSos. 2145 y 2146, trae dos
diálogos como el nuestro; el segundo es del siglo X V .
(436) Dictado por don Ramón Villafañe en Malligasta. Parece ser una glosa porque los
últimos versos de las tres primeras décimas tienen relación evidente.
Don Agustín Moreto (1618-1669), en su comedia El Poder de la Amistad, tiene esta glo-
sa parecida:
A FOBFIA HEMOS DE ANBAB.
A porfía hemos de andar
Por ver cuál ha de vencer:
Yo olvidar para querer
Vos querer para olvidar.

GLOSA

A la dama endurecida El modo de negociar


Darla muchaB bofetadas, E s el cascarlas muy bien,
Porque no hay cosa en la vida Porque todas á la par,
Que la deje más manida Como amigas de tomar,
Que muy lindas manotadas. Quieren siempre que las den.
Si ella se quiere vengar, Darlas, pues, basta que á ver
Volver al punto á molella, Un vecino la porfía
y si torna á porfiar, Se asome, que sin comer
Porque en cascarnos yo y ella Se estará acechando un día
A porfía hemos de andar. Por ver cuál ha de vencer.
248 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

Déle al día por lo menos Y nunca le vas a hacer


Un puntapié y u n trompón, Cariño, halago ni a b r a z o :
Muéstrese como u n Nerón, A patadas y a guascasos
Y verá qué amor le tiene. Se mantiene u n a mujer.
A la mujer se mantiene
Con libra y media de amor. E n caso que te demande
Por lo que le hayas pegado,
Si te acusa por sospecha Cuando salgas del juzgado
Que ande templado, o de lacho, Dale otra soba más grande,
Plántale tu raspa i cacho P a r a que por ti no ande
Y tu buen tirón de mechas. Olvidada en tus quehaceres.
Así no la tengas hecha Y si siempre ella prefiere
Que ella lo gobierne a usted, I n j u r i a r t e de tal modo,
De sobra es de que le dé Pégale delante i t o d o s :
Tres mitas en quince días: Así se arregla mujeres.
Pasará muy buena vida
Con tres cuartillos al mes.
437
Si se te la regodea, A L Q U E ESTE E N F E R M O DE AMOR
No te hagas tonto ni t o r p e ;
Contra el suelo dale u n golpe, Al que esté enfermo de amor,
A ver si chorriando queda. Zámpale un baño en el río.
La verás como u n a seda Si tiene encontrado el mal,
Que te pide de comer. Tómele el pulso Cupido.

Quien esto hace tenga atento Tener veinte ó treinta dellas:


De mujeres un e n j a m b r e ; Que lo que nos mueve á hacello,
Que el que con una haee asiento, Aunque les cause querellas,
Si riñe, falta el sustento, Es ver que esto lo hacen ellas,
Y está cogido por hambre. Y nos arrastran con ello.
Con una y otra mujer Aroa, Irene, no sin par,
Tanto el gusto se varía, Pues sin dos no os llego á ver,
Qne no sé cuál escoger, Muy bien lo podéis juzgar,
Y he menester cada día, Pues siempre habéis menester
Yo olvidar para querer. Vos querer para olvidar. (198 - 24)

Templado -. E s t a r templado es estar enamorado. Se usa mucho en L a Rioja y en general


en las regiones próximas a Chile. Debe ser voz del norte de Chile.
Lacho: Lenz da esta noticia:
Lacho-, m. vulg. galán, amante del pueblo bajo, sobre todo cuando está «.chatre». Rodri-
gues, 271; Zerolo.
Los lachos manifestaban su galantería hincando una rodilla en tierra y presentando a las
sirenas (es decir, a las cantoras) grandes bandejas llenas de vasos de licor. Barros Gres, Huerf.
63, Cp. ib. Cañas, Ultramaule 60.
Derivados; 1. lacha, f. vulg. raro, querida, manceba de pueblo bajo. Rodrigues 371. Zerolo.
S. lachar, vulg. enamorar, hacer el amor.
Etimología: Probablemente mapuche, Febrés, LACHU, LAZU el laso, látigo. Es la pa-
labra castellana, LAZO mapuchisada. Por el cambio de idea cp. en COSTA RICA, Perras
SS: JALAR, igual enamorar, hacer el amor; el autor compara náhuatl MECATE, igual cuer-
da,, soga; amante, querida. Este significado metafórico no está en Molina.
A'oía: Echeverría, 191, menciona LACHO, GACHO, ladeado; no he oído la palabra, ni
sé de dónde se deriva.
RASPAR EL CACHO equivale a reñir el superior al inferior, reprender, echar raspa, ra-
pear, retar. Z. Rodríguez, DICCIONARIO DE CHILENISMOS, vos CACHO.
Mitas: Plural de mita, voz quichua equivalente a turno, cosa periódica en la época
colonial.
Los mitayos eran indios sometidos que t r a b a j a b a n u n tiempo en las haciendas del en-
comendero y luego regresaban a sus casas. Los yanaconas, en cambio, t r a b a j a b a n siempre al
lado del encomendero,
(437) Dictada por don Uladislao (Ladislao le dice el pueblo) Sotomayor en Villa Unión
en 1939
No obstante estar esta glosa en los cancioneros de Catamarca, N.° 138; de Salta, N.° 414,
y Tucumán, N. D 826, incluyo esta nueva versión porque ofrece variantes notables y porque
lleva la finida que falta en las versiones de los otros cancioneros.
CANCIONERO POPÜLAM DE LA BIOJ A 249

GLOSA Denle con seguridad


Una infusión de estas yerbas,
Tome el enfermo un p u r g a n t e Y verán cómo conserva
De jarabe de mosqueta: E l pecho en tranquilidad.
Cupido dio esta receta
P a r a aquel que fuese amante.
Se le m u d a r á el semblante, 438
Mitigándole el calor;
Póngale, que es un primor, A MI ME PASO U N A MANO
La nieve ¿acia los ríñones,
También hasta los talones, A mí me pasó una mano,
Al que esté enfermo de amor. Y se la voy a c o n t a r :
He hallado un animal
Si esta ayuda no le opera, E n t r e medio de un pantano.
Es por falta de alimento: Yo no me animé a agarrarlo,
Denle por agua del tiempo Porque prevención no h a b í a ;
Las raíces de escorzonera, Este animal, no sabía
Y también parches de cera Si se ha criado en montaña,
A ambos lados del sentido; O se ha criado en campaña,
Si está el calor recogido, Porque marca no tenía.
Unas hojitas de malva,
Y por la m a ñ a n a al alba Este no es vaca ni buey,
Zámpele un baño en el río. Y ni es muía, ni caballo;
Le d a r á n por alimento Casi, al decirte, no hallo
El caldo de pollo negro, Qué pelo podrá tener;
Y también parche al cerebro, Guanaco parece ser,
P a r a que el mal no le acuda. Más, parece ser león:
Machaquen un ave cruda, Como le vide rabón,
Con tres motas de quillay, E s lo que yo he r e p a r a d o ;
Y tres puñados de sal, No sé si lo han rabonado,
Y una b a r r a de jabón, O habrá sido de nación.
Y búsquenle u n confesor
Si tiene encontrado el mal. Este animal de recreo
Dicen se ha fatalizado,
O se ha criado enramado,
Que no ha salido al rodeo.
DESPEDIDA
El que ha estado en el empleo
Esta receta que he dado Nunca ha visto este animal.
L a dio el médico ««Chupino»»,
Tan sólo con el destino
De curar" enamorados.
Y éste que tengo a mi lado Lo maté de un derrepente
Padece esta enfermedad. Sin perilla y sin señal.
(438) Dictado por don Isauro Gutiérrez, de 41 años, en Sañogasta en 1939.
El último verso, Sin perilla y sin señal, nos recuerda la copla 3346 del Cancionero Po-
pular de Salta, que dice:
Inocente, sin saber,
me metí en un chaguaral,
por a t r á s de un hosco yuto,-
orejano de señal.
Esta copla, como nuestro último verso del cantar riojano, parece que proviene de la cuar-
teta primera de un romance sobre El Vaquero, publicado en tres versiones por don Julio Vi-
cuña Cifuentes en sus Romances Populares y Vulgares, Nnos. 65, 66 y 6 7 :
Da gusto ver un vaquero
por 1' oriya 'e un espii al
'etráa de una vaca negra
sin periya ni señal.
Sobre la voz perilla tiene esta n o t a ;
LA PERILLA es un pedazo de cuero que se corta de la nariz, soore las fosas nasales, del
animal vacuno, dejándole colgante por el extremo superior para que sirva de señal.
250 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

439 —Hermosa rana, te digo


Te vengo a solicitar,
AQUÍ E S T A E L V I E J O S E N T A D O Si soy yo merecedor
De su persona gozar.
Aquí está el viejo sentado
A la sombra de la liga, —Mire qué demonio i sapo,
P a r a cantar los amores Me vienes a enamorar;
Del zancudo y de la hormiga. Ni te quise ni te quiero,
Bien t e puedes retirar.

Yo soy hombre bebedor —Hermosa rana, te digo


Y nunca he bebido en v a n o ; No me t r a t e s con rigor.
Bebo sangre de animales /.No reparas que te quiero
Y también de los cristianos. E n mis finezas de amor?

H —Mire qué demonio i sapo,


De venir a enamorarte.
Si tienes t a n mala traza,
Bueno sois p a r a quemarte.

Mientras la hormiga trabaja, —Hermosa rana, te digo


Porque el sol mucho la apura, Sólo a mí me echas la carga,
Gozaré, dice el zancudo, Sin pensar que he de decirte:
Vidita, de tu hermosura. Canillas de sobrecarga.

H —Hermosa rana, te digo


Aunque yo lo quiera mucho Te vengo a solicitar;
Y procure mi hermosura, Si yo soy merecedor,
No podremos vivir juntos Contigo me he de casar.
Porque tengo la piel dura.

—Y si esto no fuera así,


Pesaroso y convencido, El tiempo se lo dirá.
E l zancudo se voló. Si cumple lo prometido,
E n busca de amores nuevos, Puede desde ya gozar.
P a r a otras tierras rumbió.
—Hermosa rana, te digo
Que yo soy nacido en Roma.
440 Si falto a lo prometido,
ATENCIÓN, SEÑORES MÍOS Se abra la tierra y me coma.

Atención, señores míos, Cuando se hizo la oración,


Tengo el gusto de contar A la acequia se citaron,
E l argumento que tuvo Y la r a n a con el sapo
El sapo con su deidad. Ambos los dos se gozaron.

(439) Dictado por don Agustín Narváez en Pagíinciüos (Dto. Gral. Lavalle).
(440) Dictado por don José Brizuela, de 37 años, en Los Molinos. Brizuela lo aprendió
en el lugar a vecinos viejos.
El tema de los diálogos entre la rana y el sapo es español. Don Aurelio M. Espinosa, en
la página 467 de sus Cuentos Populares Españoles, publica un cantarcillo dialogado también
entre la rana y el sapo, pero de otro asunto.
Sobrecarga; E s el lazo que usan los arrieros p a r a sujetar las cargas sobre los lomos de
las bestias. Por lo común se hace la sobrecarga con cuero crudo retorcido en húmedo, así no-
más sin pelar. De este modo resulta un lazo duro y delgado.
CANCIONERO POPULAB DE LA BIOJA 251

Después que le pasó el gusto, Le dice la r a n a al s a p o :


Se echó la rana a llorar, —Quítate, sapo, de aquí,
Y le suplicaba al sapo ¿Quién te va a querer a m a r f
Que no la vaya a olvidar. Nada has de sacar de mí.

—Diga la r a n a jullera Le dice el sapo a la r a n a :


La que andaba julleriando —Sólo a mí me echas la carga,
Ya gocé de t u persona Sin pensar que he de d e c i r t e :
Bien puedes quedar llorando. ««Canilluda, patas largas»».

—M.ren qué demonio i sapo Le diee la r a n a al s a p o :


La justicia hemos de ver —Bueno sois p a r a quemarte.
Si conmigo has hecho así Dejante no ser cristiano,
Con otra no lo has de hacer. Sois muy picaro y t u n a n t e .

—Hermosa rana, te digo Le dice el sapo a la r a n a :


Que no te admires de mi —Mira que yo nací en Roma.
Esto de engañar mujeres Si falto a lo prometido,
Siempre lo sé hacer así. Se abra la tierra y me coma.

Le dice la r a n a al sapo:
440-a —El tiempo me lo dirá.
Si cumples lo prometido,
ATIENDAN, SEÑORES MÍOS Puede desde ya gozar.

Atiendan, señores míos, Cuando se hizo la oración


Un argumento gracioso A la acequia se citaron,
De una r a n a muy ufana Y la r a n a con el sapo
Y de un muy humilde mozo. Ambos los dos se gozaron.

Le dice el sapo a la r a n a : Después que les pasó el gusto,


—Mi amor te viene a b u s c a r ; Se echó la r a n a a llorar,
Si me haces merecedor, Encargándole al sapito
Contigo me he de casar. Que no la vaya a olvidar.

—Quítate sapo de aquí, Le dice el sapo a la r a n a :


No me vengas a faltar. —¿No eras una niña u f a n a t
Estoy regalada en casa, Esto de engañar mujeres
Y a mi amo debo esperar. Yo lo tengo por j a r a n a .

Le diee el sapo a la r a n a : —Ve qué picaro de sapo


—Te prometo mi camisa ¡ Cómo se viene a b u r l a r !
E n el fuego de tu amor, Si yo he sido la primera,
Aunque me vuelva ceniza. De u n a otra no te has de armar.

(440-a) Dictado por don Manuel A. Díaz en Famatina en 1939.


Dejante: En la ciudad de La Rio ja y en loa pueblos del oeste de la provincia es fre-
cuente oir usar la voz en expresiones como ésta: Me dijo que vendría a casa DEJANTE que
ahora vive tan lejos. También he oído la forma: Dejante de, así: Dejante de ser vecino no
me viene a visitar.
Don Zorobabel Rodríguez trae en su Diccionario esta noticia:
Dejante que: En boca del vulgo se oye sonar con frecuencia esta estrafalaria locución, a
la cual se atribuye el sentido además de que, con que no. con ser que.
Sabe ña Juana que si continúa usted atrasándose con la ropa busco otra lavandera el día
menos pensado. DEJANTE QUE el carbón se ha puesto tan caro, i que dan dos palitos de
leña por medio, i que está el tiempo tan continjente que casi no se merece el sol!
—¿I no te pedia que buscaras niditos de DIUCAS o CRINCOLES?
—¡Dejante que se enojaba conmigo porque dejaba que mis niños sacasen los huevos a
los pajaritos del nido.' Decía que le daba mucha pena Bajo el número 2773 hay otra copla
eon dejante.
252 J U A N A L F O N S O C A R B I Z 0

Le dice el sapo a la r a n a : Le dice el sapo a la r a n a :


— ¿ E n qué te vas a fundar, — ¿ P o r qué te hiciste r o g a r ?
¿üi otras mejores que vos Eso de engañar mujeres
A mí me suelen rogar? Yo lo tengo por refrán.

Aquí se acaba el versito Y le contesta la r a n a :


Del mocito enamorado, —¡Cómo te quieres b u r l a r !
Que después de hacer su gusto Si yo he sido la primera,
A casa se fué callado. De u n a otra no te has de armar.

Entonces le dice el s a p o :
440-b -—No te quieras enredar,
Que otras mejores que vos
VOY A CONTARLES, SEÑORES A mí me suelen rogar.

Voy a contarles, señores, Aquí se acaba este verso


Un argumento gracioso, Del sapito e n a m o r a d o :
De una niña muy ufana Luego que gozó a la rana,
Y de u n muy humilde mozo. Se retiró muy callado.

Le dice el sapo a la r a n a : Y aquí me dirán, señores,


—Mi amor te viene a buscar; Si ésto suele suceder.
Si me haces merecedor, P o r eso no hay que decir:
Contigo me he de casar. « De esta agua no he de beber ».

—Quítate, sapo, de aquí,


No me vengas a faltar. 441
Muy regalada en mi casa,
A mi amo lo he de esperar. ATIENDAN, SEÑORES MAESTROS

Responde el sapo y le dice: Atiendan, señores maestros,


—Te j u r o por mi camisa Los que tuvieren oficio,
Que en el fuego de t u amor, ¿Por qué a robar no más tiran
Aunque me vuelva cenizas. Y del alma no hacen juicio?

Y le contesta la r a n a : GLOSA
—Sapo t a n mal parecido,
Dejante no ser cristiano, Uno de cien carpinteros
Sos picaro y atrevido. E s en su t r a t o formal,
El sastre es otro que tal,
Quítate, sapo, de aquí, Igual a los zapateros.
¿Quién ha de querer amarte? Pasemos a los herreros
Siendo u n animal t a n fiero, Y a los albañiles diestros:
Bueno sos p a r a quemarte. No trabajando por metros,
Se ayudan en lo que pueden.
Y estando en esta cuestión, P a r a ver cómo proceden,
A una acequia se citaron, Atiendan, señores maestros,
Y la r a n a con el sapo
Ambos los dos se gozaron. Ganan los talabarteros
La plata con dibujar
Después que gustos pasaron, La obra que v a n a entregar,
L a r a n a se echó a llorar, Lo mismo los tapiceros.
Encargándole al sapito No hay en la clase de obreros
Que no la vaya a olvidar. Quien no mienta con perjuicio.

(440 b) Dictada por don Telésforo Lazarte, en la ciudad de La Bioja, en 1938.


(441) De las libretas de don Julio Soria (Chileeito).
CANCIONERO POPULAS DE LA El OJ A 253

Les parece beneficio Todos bailan este son,


E n g a ñ a r con nulidad. Y del alma no hacen juicio.
Díganme si no es v e r d a d
Los que tuvieren oficio. DESPEDIDA

Al fin, es j u s t o que pida


También de los dependientes P e r d ó n de t a n t a insolencia,
Y los mercachifles hablo, Al ver que la inteligencia
Que pueden al mismo diablo E s de todos permitida.
Sacarles muelas y dientes. Muy bien que pasan la vida
Conocen los inocentes Receptores y abogados,
Si desde lejos los miran. Haciendo a unos desgraciados
Otros que en licores giran, Y quitándoles lo propio.
Más es agua que licor, Si ven este telescopio,
Y para ellos no h a y pudor Quedarán desengañados.
Porque a robar no más tiran.

La cigarrería al flaco 442


Lo engorda y viste de capa;
Con el vastago de p a p a ATIENDAN SEÑORES MÍOS
Hace cundir el tabaco.
E l cargador en su saco Atiendan, señores míos,
Tiene todo su artificio. Lo que sucedió en San Pedro,
El sirviente en su servicio De u n casamiento que se hizo
No cumple su obligación. Todo cubierto de negro.

(442) Dictada por don Hermenegildo (Meregildo) Rodríguez en B a n d a Florida en 1939.


Este cantar, como el que lleva el número 867 de Tucumán, parece recuerdo lejano del
titulado Bodas de Negros, de don Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645). L a versión
tucumana tiene versos iguales a los del gran poeta español; esta riojana no los tiene, pero
no obstante ello el sentido de uno y otro cantar es el de La Boda.
He aquí la Boda de Negros, de don Francisco Quevedo:
BODA D E N E G R O S

Vi, debe de haber treB días, I b a afeitada la novia


en las gradaB de San Pedro todo el tapetado gesto,
una tenebrosa boda, con hollín y con carbón
porque era toda de negros. y con tinta de sombreros.

Parecía matrimonio Tan pobres son, que u n a blanca


concertado en el infierno: no se halla entre todos ellos,
negro esposo y negra esposa y por tener un cornado,
y negro acompañamiento. casaron a este moreno.

Sospecho yo que, acostados, E l se llamaba Tomé


parecerán sus dos cuerpos y ella, Francisca del P u e r t o ;
j u n t o el uno con el otro, ella esclava y él esclavo
algodones y tintero. que quiere hincársele en medio.

Hundíase de estornudos Llegaron al negro patio


la calle por do volvieron; donde está, el negro aposento
que una boda semejante en donde la negra boda
hace dar más que un pimiento. ha de tener negro efecto.

I b a n los dos de las manos, E r a una caballeriza,


como pudieran dos cuervos; y estaban todos inquietos;
otros dicen como grajos, que los abrasaban pulgas
porque a grajos van oliendo. por perrengues o por perros.

Con humos van de vengarse A la mesa se sentaron,


que siempre van de humos lleno 'donde también les pusieron
de los que, por afrentarlos, negros manteles y platos,
hacen los labios traseros. negra sopa y m a n j a r negro.
254 J U A N A L F O N S O C A M E I Z Q

Negro el cura que J o s casa, Un domingo de mañana


Negros cuñados y suegros. Sé calentaron los n e g r o s :
Cuando se van a casar, Salieron por u n camino,
V a n en caballos overos. Negros trompones se dieron.
Se cansan por el camino Atiendan, señores míos,
M u d a n en caballos negros Atiendan u n poquito,
Les ha venido a cantar
Un negro de los chiquitos.

Y a ponen el tacho al fuego,


Un negro tacho pusieron; 443
Negro cebador de mate,
Negros los que lo bebieron. A T I E N D A N , SEÑORES MÍOS

Ponen una n e g r a mesa, Atiendan, señores míos,


Negros manteles pusieron; Atiendan les contaré
Negros fueron los potajes Los mil productos que obtuve
Y negros los que comieron. De una chacra que sembré.

Echóles la bendición Mas cuando llegó el tocino


un negro veintidoseno, hubo grandes sentimientos,
con un rostro de azabache y pringados con pringadas
v manos de terciopelo. un rato se enternecieron.
Diéronles el vino, t i n t o ; Acabaron de comer,
pan, entre mulato y prieto; y entró un ministro guineo
carbonada hubo, por ser p a r a darles aguamanos
tizones los que comieron. con un coco y un caldero.
Hubo jetas en la mesa Por toalla trujo al hombro
y en la boca de los dueños las bayetas de un entierro;
y hongos, por ser la boda laváronse, y quedó el agua
de hongos, según sospecho. p a r a ensuciar todo un reino.
Trujeron muchas morcillas, Negros dellos se sentaron
y hubo algunos que, de miedo, sobre unos negros asientos,
no las comieron, pensando y en voces negras cantaron
se comían a sí mesmos. también denegridos versos.
Cual, por morder del mondongo N e g r a es la ventura
se atarazaba algün dedo, de aquel casado
pues sólo diferenciaban cuya novia es negra,
en la uña de lo negro. y el dote en blanco. (91 - pág. 336)

Don Luis de Góngora y Argote trató también en un romance los amoríos de negros
(Por una negra señora).
(443) Dictado por don Nolasco Godoy en Chilecito.
Cnchoca, también chuchuca, es el choclo o maíz tierno, cocido en el horno y quitada la
cascara. Suele usarse comúnmente hecho un frangollo fino. P a r a prepararlo se procede así: Se
elige aquellos choelos de maíz blanco que estén bien granados pero no duros ni muy tiernos,
porque aquéllos no se cuecen fácilmente y éstos, al evaporarse el agua por efecto del calor,
quedan reducidos a cascaras no más.
A estos choclos no so les quita las hojas, esto es la chala, y así, sin abrirlos, Ee los echa
en el horno caliente como si se t r a t a r a de cocer pan o empanadas.
Al cabo de un rato, de 20 ó 30 minutos, cuando la chala se ha secado, el maíz ya se ha
cocido. Entonces se retiran los choclos del horno y se los extiende al sol p a r a que se sequen
al aire, siempre sin abrir la chala. E s t a precaución de no quitar la chala se toma para que
el grano conserve el gusto de choclo.
Al día siguiente se quita la chala y se desgrana las mazorcas. El maíz así desprendido
se pisa en los morteros de mano, de piedra o de madera. Se avienta p a r a quitar las cascaras
desprendidas y queda hecha la chuchoca.
Con la chuchoca se hace el locro p a r a los recién desposados. Al novio se lo había agasa-
CANCIONERO POPULAR DE LA E10J A 255

Primero les contaré También se perdió mi vaca,


Que, estando el maíz granado, Que me regaló un r o t o ;
Dos timones y u n arado Cuando la creí perdida,
De una caña le saqué. La hallé en la vaina u n poroto.
A p a r t é p a r a mi casa Cuando aserramos la vaina
D P los choclos u n a espiga, Que a la vaca la apretaba,
Y de chuchoca sacaron Seis bateones le sacamos
Quince fanegas medidas. Y cuatro bateas labradas.
E n lo peor del terreno Y aunque no me han de creer,
Se dio una planta i sandía, Porque es cosa que admiraba,
Que entre catorce cristianos De la planta del poroto
Le compusimos las guías. Hice cocina y ramada.
Cuando la pude partir, E n aquel mismo terreno
Comimos dieciocho días, T a n fiero se dio un melón
Y hoy todos vivimos bien Que adentro parió una b u r r a
Debajo de la sandía. Y toavía quedó u n rincón.
También se me dio u n zapallo,
Y nadie me quiere creer 444
Que sólo el tronco tenía
El grosor del cuerpo u n buey. NINGUNO ENTRE LABRADORES

Con quince y u n t a s de bueyes Ninguno entre labradores


Pensé que lo iba a t r a e r : Me ha de enseñar a labrar.
Tres cuartas se me cortaron, E n el terreno más bueno
No lo pudimos mover. Tengo plantado u n nogal.
j a d o con candeales y caldos de gallina. Lenz da la noticia muy erudita del origen quichua de
la voz chuchuca y agrega esta otra sobre la forma cómo se p r e p a r a :
CUCHOCA: f., lit., 1, una preparación de CHOCLOS (mais medio maduro) para poder
guardar los granos durante el invierno. La preparación primitiva conservada en Talca, Maule
i otras provincias del Centro meridional la describió bien Pedro N. Vázquez Ciudad en un ar-
tículo del « Diario Popular t, octubre !.• de 1903.
Se hace en terreno firme un hoyo redondo {LA HORNILLA) de dos metros de profun-
didad, dos metros de diámetro en el fondo por uno en la boca. Se calienta lo más que se pue-
da quemando leña adentro i se llena bien apretado con choclos en la hoja hasta dejar un mon-
tón encima; éste se cubre con caña verde i en seguida con tierra de modo que no pueda esca-
par el vaho. Terminada esta tarea al anochecer, se descubre el montón, se sacan i deshojan
las mazorcas a la mañana siguiente. El deshoje se hace en MINGACO con una CALLA. Cada
trabajador que ayuda tiene derecho a un UTRUM de unos quince choclos. Después se secan
los choclos al sol t se desgranan. Cp. descripción poética en Cañas, ULTRAMAULE, 101 i SS.
A la voz CHUCHOCA suele ufársela a veces como adjetivo en frases como é s t a : Fulana
es una vieja CHUCHOCA. P a r a hacerla más vieja se le dice chuchumeca. El adjetivo Chu-
choca debe venir del hecho de parecerse las arrugas de la tez al grano de maíz secado al hor-
no, pues resulta sum amenté arrugado.
Guía: Muy de acuerdo a la acepción 10.' que da el Diccionario de la Academia, llama-
mos guía a los vastagos tiernos de las cepas que se acomodan p a r a guiar o dirigir la planta,
pero más comúnmente usamos la voz guía para aludir a los brotes y tallos tiernos de las plan-
tas trepadoras en general y en particular a la de sandía o de melón y a la de zapallo.
A este propósito recuerdo un cuento de contrabandista;
Diz que iba por las sierras de Catamarca un paisano conduciendo un buen contrabando
de aguardiente de u v a ; en eso se le apareció la autoridad. Cuando el inspector le exigió la
guía, que es el certificado de haber cumplido con los requisitos legales, el paisano le contes-
t ó : ¡ N a . . . éste había sío tonto, guía tienen las sandías y los zapallos. . . !
El inspector corrido por la contestación lo creyó tonto y lo dejó marchar, pensando que
luego no más toparía con el dueño del arreo. El inspector anduvo todo el día en procura del
dueño, en tanto que el paisano de la guía siguió tranquilo su camino.
(444) Don Santiago Ormeflo, que me dictó estas dos estrofas en Villa Unión, me dijo
que el cantar era más largo.
Sandilla por sandía. Con alguna frecuencia se oye esta forma viciosa en el oeste riojano.
En Cobres y Susquis, poblaciones del Territorio Nacional de los Andes, oí decir jalegrilla
por alegría en 1929.
256 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

E n u n duro pedernal, Cinco mil millones traigo.


Es cosa que maravilla: ¡Quién e§ düénáf §ólo usted.
Cuando dejaba de dar,
Daba melón y sandilla. —Por esa razón que dice,
El corazón se me parte.
Si quieres, vidita mía,
445 Haced t u deber y ándate.

ATIENDAN SEÑORES MÍOS Después de haberla gozado


Y tener tratos con ella:
Atiendan, señores míos, —Niña, ayer fuiste del cielo,
Atiendan, voy a contar Ahora sois de la tierra.
De u n a niña presumida, —Dime si no me quisiste
Mezquina de voluntad. O porque algo te provoca.
Un estudiante que anduvo Una niña de alto cielo
E n los libros del amor Se condena por la boca.
Dijo que él había de ser —No digo porque pecaste
De aquella dama la flor. Ni porque a mí me quisiste,
Sino porque renegaste
Un día arrojó sus libros Del j u r a m e n t o que hiciste.
Después de d a r su lección:
¿ P a r a cuándo son los hombres DESPEDIDA
Si no p a r a esta ocasión? T a n sólo Dios p a g a bien
—Recuerda, mi bien, recuerda, Aquí en esta triste vida.
Te contaré mis estudios. Sólo la muerte es verdad,
Que por ti vivo penando Y lo demás es mentira.
Como alma del otro mundo.
446
—Caballero, ¿cómo dice?
No le entiendo su castilla. SEÑORITA, LE DECÍA
Condes, duques y marqueses
No h a n podido en esta vida. —Señorita, le decía
Pobre me hallo en la ocasión.
—Le haré t r a b a j a r u n trono Cinco millones que tengo,
De dos mil varas de a l t u r a Pongo a su disposición.
Y u n a muralla de acero
P a r a g u a r d a r su hermosura. — T u r b a d i t a me has pillado,
Casi no hallo qué decirte.
—Yo tengo hecho juramento, Rendida a t u s plantas me hallo,
Mi mocito pretendiente, Buena estoy p a r a servirte.
No querer en este mundo
A n i n g ú n hombre viviente. —Tengo de m a n d a r t e hacer
Una joya muy preciosa,
—No desprecie mi servicio, Cosa que nadie la tenga,
Porque la vengo a servir, Sólo tú, deidad hermosa.
Y si recibo desprecios
Aquí me verá morir. —¿Qué se dijera de mí
Siendo u n a blanca paloma,
Pobre me hallo en la ocasión, Que u n general de la guerra
No traigo más que ofrecer: Diera fe de mi persona?
(445) Este cantar, que nos hace recordar en cierto modo a Antón Vaquerizo de Morana
del siglo XV, me fué dictado por la esposa de don Policarpo Díaz en San Pedro (Dto. Castro
Barros) en 1938.
Como dije anteriormente, la señora de Díaz lo sabía por haberlo aprendido al viejo can-
tor don Ramón Oviedo en San Pedro.
La despedida es una copla conocida; en el Cancionero Popular de Jujuy, IC.° 322, está
en igual forma.
(446) Dictado por don Rosendo Albino Reinoso en la ciudad de La Rioja. Parece ser
una variante del cantar anterior.
CANCIÓN EEO POPÜLAE DE LA EIOJA 257

Cocina campesina de la región montañosa, de Catamarca, La Eioja, Tucumán y Salta.


1) Coricharia: Círculo de piedras que limita el hogar.
2) Callana: Tiesto u olla de tostar maíz y hacer amca, aunca o ancua.
3) Auncana: Haz de varillas para remover los granos de dentro de la callana.
4) Quincha: /Ver nota número 62-a).

447 Ya no me andaba gustando


De que se mantenga así.
ATIENDAN, SEÑORES MÍOS P o r ver si algo le duraba,
Le compré u n kilo i maíz.
Atiendan, señores míos;
Si me atienden un poquito, A los diez días volví
Les vua contar una historia A buscar qué cocinar,
Cuando yo era jovencito. Pero ¡ qué le iba a rendir,
Si se lo acabó en tostar!
Me arrimé con una rubia,
Le di dos libras de harina,
No he visto otra más bonita.
Que hieiera pan pa vender,
P a r a tenerla contenta,
Y con aquellas ganancias
Le principié a dar ropita.
Se pudiera sostener.
Le di vara y cuarto i lienzo, Le di una libra de afrecho
De ese de a veinte centavos, P a r a que saque almidón,
Y en valor de cinco en hilo; Pero ¡ qué le iba a rendir
No era pequeño el regalo. Si en polladas lo acabó!
Me salió muy regalona, Al fin de tanto gastar,
Tan sólo carne comía: P u d e descubrirle el juego.
E n algo menos de un mes Ya le empecé a desconfiar
Ya se acabó u n a gallina. Con u n maistro zapatero.
(447) Dictado por don Boque Quevedo en Suriyaco (Dto. Pelagio B. Luna).
17-II
258 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

Eligió un día domingo, 447-a


Le llené la cara i dedos,
La agarré de las orejas, YO TUVE U N A CHIQUILLITA
Porque no tenía cabellos.
Le pegué una cachetada Yo tuve una chiquillita
Con toda mi tiranía, Muy chiquita y muy bonita,
Le pegué en la carretilla, Y por tenerla contenta
Que dientes no conocía. Le principié a dar ropita.
Ya tendrán un ejemplar Le di tres varas de lienzo,
Con lo que a mí me ha pasado. De aquel de quince centavos,
No aconsejo a ningún hombre Y también un cinco de hilo:
Agarrar mujer a cargo. ¿No es un pequeño regalo?

(447-a') Dictado por don Anacaris Páez Dumaux o Duwo en la ciudad de L a Bioja.
Vua o también voa por voy a, es contracción de uso frecuente en el pueblo de todo el
noroeste argentin 0 j como que es española y muy vieja; el maestro Gonzalo Correas, en su
Vocabulario de , o m i e n z o a d e i s i g ] 0 X V I I , trae esta copla:
Reza un paternóster
Por J u a n Fernández
—¿Jesús y muerto ié?
— N o , sino que voa matarlo.
(Correas, 53 • 436)
Le di vara y cuarto i lienzo: El uso de la i como medio prepositivo es también como el
de la contracción vo a, de uso frecuente cu el noroeste argentino; de Córdoba al sud usan la
e en lugar de la i norteña. Si se lo acabó en tostar: E s t e verso alude al tostao, esto es, al
maíz tostado o amca o aunca o ancua, que es comida heredada de los indios. En el Cancionero
Popular de Tucumán, N.° 815, hay una glosa que describe toda la operación culinaria del
tostado.
Citaremos noticias de cronistas de distintas partes del Nuevo Mundo del siglo X V I :
Don Francisco López de Gomara, en su Historia de las Indias, publicada en Zaragoza
;en 1552, hablando del camino de Cierne a Quivira (Méjico), dice: Comen eso mesmo el grano
seco, crudo y TOSTADO; man de cualquier manera es duro de tnascar y atormenta las en-
cías y dientes (176 • pág. 289). I
Hablando de los indios del Perú, don Agustín de Zarate, en su Historia del descubrimien-
to y conquista de la provincia del Perú, publicada en Amberes en 1555, dice: Las viandas que
en aquella tierra comen los indios son maíz cocido y TOSTADO, en lugar de pan, y carne-
de venados cecinada de manera de moxama y pescado seco, y unas raices de diversos géne-
ros, que ellos llaman YUCA, y ajís y samotes (CAMOTES o BATATAS decimos ahora) y
papas, y otras de otras maneras y altramuces, y otras legumbres. Beben un brebaje en lugar
de vino, que nacen echando maíz con agua en unas tinajas que guardan debajo de tierra, y
aüí hierve y demás del mais crudo le echan en cada tinaja cierta cantidad de mate mascado,
para lo cual hay hombres y mujeres que se alquilan, y sirven como levadura. Tiénese por me-
jor y más recio lo que se hace con agua embalsada que con la que corre.
Este brebaje se llama comúnmente CHICHA en lenguaje de las islas, por que en lengua
del Perú (quichua), se llama AZUA; es blanco o tinto como la color del maíz que le echan,
y emborracha más fácilmente que vino de Castilla, aunque si los indios lo pudiesen haber,
según son aficionados a ello, dejarían lo de su tierra.
También hacen otra bebida de una frutilla que nasce en unos árboles, que llaman mollea,
aunque no es tan preciada como la chicha (95 - pág. 469).
Volviendo al maíz tostado o amca, diremos que el poeta, licenciado don Pedro de Oña,
en el canto X I I I de su poema Arauco-Domado, publicado en Lima en 1596, t r a e esta escena
pastoril de los indios de Chile:
Sacáronles piñones, avellanas,
F r u t i l l a seca, mádi enharinado
Maíz por las pastoras confitado
Al fuego con arena en las callanas
Y en copas de madera no medianas
Les dan licor de molle regalado,
Mudai, Perper y el Ulpo su bebida
Que sirve juntamente de comida. (#9-421)
Guevara cuenta: Eran sobrios; sólo se proveía cada cual de una pequeña bolsa de hari-
na tostada o de piñones i i«t calabacillo para hacer el ULFÜD. Cuando se agotaba esta ro-
CANCIONEBO POPULAS DE LA BIOJA 259

Un pañuelo colorado A ver si con las ganancias


Le di también de regalo, Se podía sostener.
El era de cuerpo e n t e r o :
Me costó veinte centavos. Y volví al cabo de días
Siempre en la misma porfía;
Ya no me andaba gustando Me salió con la embajada:
El gasto que m a n t e n í a : « L' hice una sola tortilla ».
En menos de mes y medio
Ya me comió una gallina. Yo le andaba desconfiando
Con el hijo el zapatero,
E l amor iba en aumento, Y u n lunes por la mañana
Y enseguida resolví Le llené la-cara i dedos.
Comprarle cada semana
TTn kilo de buen maíz. La tomé de las orejas,
Pues cabellos no tenía
Cuando a los días volví Y le tiré u n a trompada,
E n busca de la ración, Ya lo hice con tiranía.
Me salió con la embajada:
« De tostarlo se acabó ». Voy y le pego en las encías
Porque dientes no tenía.
Le compré u n kilo de harina
Pa que haga pan pa vender,

ción, recurrían a las frutas i raices del campo, venero inagotable de víveres naturales (131 - I -
pág. 290).
Sobre el uso del tostado o aunca entre los indios de nuestro país también tenemos noti-
cias y así refiere la Carta Anua del padre Pedro de Oñate, escrita en Córdoba el 17 de febre-
ro de 1620, con datos de 1618 y 1619, que a la llegada a Samalamao (San Carlos, en loa Valles
Calchaquíes) de los misioneros jesuítas, los indios de los pueblos más cercanos, como son Tu-
cumanao, Ambirigasta, Bombóla, etc., venían casi todos los indios y indias cada pueblo con
sus curacas en días diferentes. Venían como en procesión los indios delante con los mejores
aderezos que tenían y su arco y flechas, detrás las indias cargadas todas unas con anca
(hanca, que es maíz tostado), otras con harina de maíz, otras con porotos (que es una buena
legumbre de esta tierra) y otras con gallinas y huevos y otras con tinajuelas de chichas di-
ferentes en la cabeza (38 - I I - pág. 180). *
Si bien el uso del maíz tostado, o mejor dicho, del maíz tostado en tal forma que ofrece
el aspecto de flores blancas, se ha generalizado tanto, que hasta los extranjeros lo comen con
el nombre de pochoclo o pororó; no ocurre lo mismo con la manera de prepararlo al uso in-
dio, porque se va olvidando aun en las provincias del noroeste, donde hasta fines del siglo era
común en todos los hogares. El maíz tostado, que servía p a r a los niños que lo comían solo;
para la gente vieja, que lo usaba en el mate de leche, y p a r a los que viajaban, que lo comían
molido, en el ulpo o chucán. E n La Rioja se llama cocho al maíz tostado y molido.
Aunque se puede tostar toda clase de maíz, las variedades preferidas son las llamadas
morocho o morochillo, capia, y en especial el- maíz chulpi.
Tal como se hace p a r a tostar café, se procede con el maíz. Se pone al fuego u n a vasija
do barro, si hemos de hacer al modo indio; pero en mis tiempos se usaba la olla común de
fierro fundido. L a vasija india usada p a r a tostar se llamaba cállanM, voz quichua que pro-
viene del verbo qallani, callay, que quiere d¿cir abrirse, quebrarse, y de la partícula instru-
mental na, igual lo que sirve para. Callana es, pues, lo que sirve para tostar.
A la callana puesta al fuego se le echa ceniza. Según el poeta Oña en lugar de ceniza
aquellos indios echaban a r e n a .
Cuando la ceniza está bien caliente, se le echa un puñado de maíz y se lo remueve tal
como se hace con el café, con un haz de varillas. Este haz o manojillo de varillas se llama
auncana, palabra también quichua como callana y que como ella se forma de la voz aunoa, que
significa precisamente maíz tostado, y la partícula instrumental na, lo que hace de la auncana
el instrumento que sirve para tostar maíz, p a r a hacer aunca. Como estas varillas son delga-
das, es que la auncana sirve de término de comparación y así decimos p a r a ridiculizar una
persona de piernas delgadas canillas de auncana.
Con la auncana se remueve el maíz mezclado con ceniza y a poco de batir comienzan los
granos a saltar y a abrirse en bonitas flores blancas como si fueran de nieve. Algunos gra-
nos no se abren, pero como están igualmente tostados ae los retira do la callana y se sigue
tostando hasta terminar el maíz.
200 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

448 Porque vio la mala fe


De quien iba a ser amada.
JAY, AY, AY! DIJO UNA FEA Lloraba la desgraciada
Sin tener sosiego o paz.
¡Ay, ay, ay! dijo una fea Otras veces muy sagaz
¿Por qué a mí no me querrán $ Decía: «Yo en mi fiereza
¡Cómo si yo no tuviera Tengo por naturaleza
Lo que tienen las demás! Lo que tienen las demás ».

GLOSA DESPEDIDA

No dejaba de afeitarse y Al fin, no hubo desposorio.


Y muy compuesta salía, Ni fué de nadie querida,
P o r si alguno le decía: Y la fea, de aburrida,
« Hijita, ¿quiere casarse?» Echó llave a su escritorio.
Un joven p a r a burlarse Llegó al tiempo vejestorio,
Prosiguió en esta tarea : P a r a su mayor p e s a r ;
Se le acercó por idea Se ponía a conversar,
Al malvado basilisco; Y decía en su vejez:
Y lo que le dio un pellizco, «Yo en mí tiempo de niñez
¡Ay, ay, ay, dijo una fea! Nunca me quise casar ».

Volvió para donde estaba 449


Y contó llena de gozo
Que un galán lo más lujoso COMENZARE POR EL BUEY
Su mano solicitaba:
«Encontré lo que deseaba Conmenzaré por el buey
A fuerza de grande a f á n ; A nombrar todo a n i m a l :
Y a mañana me verán El quirquincho es general,
Con mi amable compañía, E l gualapo es coronel;
Después que tanto decía: E l caballo dice: Pues,
¿Por qué a mí no me querrán? ». Yo soy soldao de b a n d e r a ;
De almirante marcha el tigre,
Al otro día salió De capitán el león;
E n busca de su adorado, Y al frente de ese escuadrón
Y con u n a dama al lado El mono va de tambor.
Dentro de u n hotel lo vio. Y por ahí sale el chiñi,
T a n t a impaciencia le dio Que va tocando el jugóte,
Que dijo de esta m a n e r a : Y de allí marcha la chinche
—«Vete con esa r a m e r a Llamándolo al pericote.
Puesto que me despreciáis, L a oveja y la comadreja
Y por ella me dejáis Son soldados de b a n d e r a ;
Como si yo no tuviera». Se v a n p a r a la frontera,
Con su cureña volante,
Muy triste y desconsolada A presentar esta guerra
P a r a su casa se fué, Al gringo y al elefante.

(448) De las libretas de don Julio Soria, Chilecito.


(449) Este cantar de sentido disparatado me fué dictado por doña Narcisa Ortiz en
Chuquis (Dto. Castro Barros).
No obstante figurar este cantar en el Cancionero Popular de Catamarca, bajo el numero
153, y en el Cancionero Popular de Tucumán, bajo el número 872, inserto esta versión rio-
jana porque ofrece algunas variantes y sobre todo tiene nombres indígenas de animales sil-
vestres no registrados hasta ahora en otros cantares.
Los nombres gualapo y jugóte no son de nuestro país; quizás sean de Centro América.
Chiñi-, He oído en La Rioja llamar así al zorrino.
Alguna vez la he sentido usar en femenino, la chine, pero por lo común la emplean en
masculino, el chine.
CAN CION EBO POPULAS DE LA MIOJA 261

450 Tenía una pañueleta


De u n pedazo de frazada.
C O N SU L I C E N C I A SEÑORES

Con su licencia, señores, 451


Vu' a contar u n a m e n t i r a :
—Yo vide volar u n buey CORRIÓ UNA CARRERA EL SAPO
Con u n a carreta encima. Corrió u n a carrera el sapo
Vide u n molino moler Con una tortuga vieja
Diez mil fanegas de trigo, Y salieron saque y ponga
Y vi casarse a dos tigres Ganó el sapo por la oreja.
Y a un zorrino ser testigo. La volvieron a correr
Vide una pequeña hormiga Redoblando la p a r a d a
Con más cogote que un gallo, Vino el sapo y la perdió
Corriendo más que caballo Causa de u n a resfalada.
Con toda la harina encima. La volvieron a correr
Vide u n a niña muy linda P o r la costa un cañadón
Que era más blanca que el jote, Pegó una rodada el sapo
Y la cimba le caía De entonces quedó rabón.
De la corona al cogote.
452
E n cuanto yo la miré,
Ya me quedé enamorado, C U A N D O SALÍ D E M I C A S A
Porque los ojos tenía Cuando salí de mi casa,
Más zarcos que cabro ahorcado.
Dos cosas nomás sentía:
Sobre de ser t a n hermosa, La callana en que tostaba
E r a también e m p r e n d a d a ; Y la piedra en que molía.
(450) Dictado por don Roque Quevedo en Suriyaco (Dto. Pelagio B . L u n a ) .
(451) Dictado por don Domingo Castro, en Vargas. Decía Castro que solían cantarlo
al son de la chacarera.
Salir saque y ponga, quiere decir: salir de prisa. Acaso provenga de alguna voz de
mando militar.
(452) Dictada por don J u s t o P . Ouzmán en Malligasta.
Esta glosa debe ser de origen chileno por la relativa abundancia de datos que hay de
ella en Chile.
Don Acevedo Hernández en Cantores Populares Chilenos, pág. 91, trae esta glosa casi ero
variantes con respecto a nuestra versión riojana. E n la página 194 del mismo libro t r a e
otra glosa a la misma c u a r t e t a .
Don Julio Vicuña Cifuentes en su libro Somances Populares y Vulgares, pág. 550, regis-
t r a la cuarteta de la glosa en la misma form$ apuntada.
L a descripción minuciosa de los escasos bienes de fortuna que nos hace esta glosa, nos
recuerda a la canción titulada Un combiie que Jtieo a su madrastra, de don Jorge Manrique
(1440-1478) :
La cama estará al sereno, Yo entraré con el manjar,
hecha á manera de lío, vestido d' aqueste son:
y un colchón de pulgas lleno, sin camisa, en un jubón
y de lana muy vazio. sin mangas, y sin collar:
Una eáuana no m á s ; Una ropa corta y parda,
tíos mantas de lana euzia, aforrada con garduñas,
una almohada tan luzia y por pestañas las uñas
que no se lauó jamás. y en ell hombro un espingarda.
Assentaros en un poyo, Y unas caigas que de rotas
mucho alto y muy estrecho; ya no pueden a t a c a r l e ;
la mesa estará en un hoyo, y unas viejas medias botas
porque esté más á prouccho. que reuíau por a b a s a r s e ;
Unos manteles d' estopa; tan Ein suelas, que las quijas
por paños, paños menores; me tienen quitado el cuero;
seruirán los seruidores y en la cabega un sombrero
en eueros biuos, sin ropa. que un tiempo fué de vedijas.
{191 - t. V - 106)
E n el Cancionero Popular de Tucumán, bajo el numero 895, hay otra glosa de este mil-
rao t e m a .
262 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

GLOSA P a r a deslinde dejé


Una planta de membrillo,
Cuando mi padre testó, Y otra que era de ciruelo
Se hallaba en grande abundancia: Con u n ventajoso anzuelo
Ricas prendas de importancia Muy útil p a r a pescar;
Que de herencia me dejó. Y también me fué a quedar
Lo mejor que me tocó Las ushutas de mi abuelo.
F u é una cuchara, una taza,
Un cacho, u n a calabaza,
Una horqueta y u n rebenque.
Todo esto queda al palenque
Cuando salí de mi casa.

Me d i j o : «Hijito, te dejo
« Una manta y u n cotón, Mortero de piedra prehistórico con su mano.
« Una cincha y u n pellón,
« Y u n a tira de aparejo, 453
« Un macho y u n burro viejo
« Y una yegua que tenía ». CUATRO MOZOS ANDABAN
Esa fué ]a herencia mía,
Cuatro mozos a n d a b a n
Que en muy breve p e r d í ; P o r una dama.
Pero de cuanto fundí Ninguno de los cuatro
Dos cosas nomás sentía. Sacaba nada.
Yo fui el único heredero Vamos a ver el p r i m e r o :
Que habían amejorado, Ese no tiene sombrero,
Porque a mí ya me habían dado Pero dice que ha i gozar
Un eslabón y un yesquero. A fuerza de su dinero.
Mi madre murió postrero,
Y cuando al morir estaba Vamos a ver el segundo:
Decía ella en lo que h a b l a b a : Ese no tiene camisa,
« H i j o , si me lleva Dios, Pero dice que ha i gozar
« Ahí te queda p a r a vos A fuerza de sus caricias.
La callana en que tostaba ». Vamos a ver el t e r c e r o :
Ese no tiene calzones
A mis hermanos menores Pero dice que ha i gozar
Tocaron casa y cocina, A fuerza de sus razones.
Un gato y u n a gallina
Un j a r d í n de lindas flores, Vamos a ver el que q u e d a :
Y u n zorzal de esos cantores A ese se lo lleva el viento,
Que mucho me divertía. Pero dice que ha i gozar
Mi madre en el mismo día Tratándole casamiento.
Me dio la herencia m a t e r n a :
Una planeha, u n a linterna
Y la piedra en que molía. 454
EL DÍA QUE YO ME CASE
DESPEDIDA
NIÑA
También diré que heredé, — E l día que yo me case
De los árboles frutales, Será ése u n día feliz:
Una hilera de perales, Estrenaré traje nuevo
Que bien pronto la corté. Y habrá cerveza y anís.

(453) Dictada por Borja de Galleguillo en La Cuadra (Famatina).


(454) Dictada por la señorita Elsa Orona Asís, quien la aprendió a su madre, doña
María del Pilar Asís Dávila, de 60 años, en la ciudad de La Ríoja.
CANCIONERO POPULAS BE LA MIOJA 263

MADRE Si le sale malo,


No lo vuelva a hacer.
•—Dicen que todos los hombres
Son de la casta de Lucifer, 455
Y que en sus dulces palabras
Ninguna puede creer. DE TODITAS LAS MUJERES

NIÑA
De toditas las mujeres,
—No es cierto, mamita mía, Ninguna como mi J u a n a ,
Porque si fuera verdad, Que se sale a la oración
Tú no te hubieras casado, Y vuelve por la mañana.
Mamita, con mi papá. 2
Siempre verán a mi J u a n a
PADRE
Con vestido de oropel,
—Deja que t u hija Porque así es la pobrecita:
Se case t a m b i é n ; Nunca falta del cuartel.

(455) Este cantar me fué dietado ett Villa Caatelli en 1939.


L a primera estrofa de este cantar es sumamente conocida, la oí en J u j u y , Salta y Tucu-
mán. Véase Cancianero Popular de Salta, N.° 427, y Cancionera Popular de Jujuy, N.° 83.
Don Aurelio M. Espinosa, en su Folklore de California, pág. 4„ romance número 2, pu-
blica esta versión de nuestro c a n t a r :

L A M U E K T B D E L MARIDO
Mi marido está en la cama, yo estoy en la cabecera,
con un rosario en la mano rogando a Dios que se muera.
—Muchacho, corre a la iglesia, dile al sacristán mayor
que repique las campanas, que mi marido murió.
Ya se murió mi marido, ya se murió el majadero,
ya ora no hay quien d i g a : « ¿En qué gastas el d i n e r o ? »
Que le cerquen el camino, no se los vaya a arrendar.
—Muchacho, corre al panteón, dile al maestro albañil
que le aprieten bien la tierra, no se les vaya a salir.
Del tema de este cantar vecino al de las mujeres bebedoras hay muchos en la poesía po-
pular del siglo X V I . Antón de Montero (1404-1480) tiene cantares por el estilo y el Cancio-
nero Musical de los Siglos XV y XVI, de Asenjo Barbieri, trae un cantar anónimo, una de
cuyas estrofas dice:

Una mujer muy ufana De su casa a l a t a b e r n a


Que otros tiempos fué galana, Tiene fecha una tal senda
Ni deja lino ni lana Que ni deja nacer yerba,
Que no empeñe por beber. y ella quiere nacer.
(X8 - N.° 426)
L a estrofa número 8 es una copla española:
Mi marido está e n la c a m a ;
yo estoy a su cabecera,
con el rosario en la mano,
pidiendo a Dios que se mueTa. ( B . M. 7316)
L a estrofa número 9 pareciera ser también española, pues Rodríguez Marín tiene esta
copla p a r e c i d a :
Ya se murió mi marío;
Ya se murió mi consuelo,
Y a no tengo quien me d i g a :
« Ojillos e terciopelo ». (K. M. 5705)
L a alusión picaresca al apero del difunto es frecuente en los cantares del pueblo; hasta
hay una glosa en décimas (que conoceremos en el Cancionero Tabernario), cuya cuarteta dice:
Treinta onzas por un apero
E s preeio muy demasiado,
Porque bastante lo ha usado
E l que lo compró primero.
264 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

3 Ya no tengo quién me diga:


A n d a presto y volvé luego.
Ya la llevan, y a la traen
P o r la calle La Lamerá,
10
Con una escoba en la mano,
Recorriendo las veredas.
Ya lo llevan al entierro
Con mucho acompañamiento.
4 La viudita va detrás
T r a t a n d o de casamiento.
Sale u n a dama y le dice:
•—Juanita, ¿por qué estás presa?
Y les responde mi J u a n a : 11
—Señora, por fandanguera.
P o r fin, ya lo sepultaron
A diez varas más abajo;
5 Al cabo se va a acabar
Quien me supo dar trabajo.
•—Juanita, yo te sacara,
Pero no lo he de intentar,
Porque tengo u n hijo mozo 12
Y me lo has de fandanguiar.
De allí le mandan decir,
6 Antes de ponerse luto,
Si no quería vender
—No me saque usté, señora; El apero del dijunto.
Había sido muy celosa,
Pero si lo pillo a mano, 13
No le h a i pasar otra cosa.
—Anda deeile a ese joven
7 Que su amor está aceptado.
Se acabó el que me estorbaba,
Mi marido está muy mal, Que se venga sin cuidado.
Lo llevan al hospital,
A ver si con peras verdes
Lo pueden alimentar. 14

Al golpe de la oración
8
Llegó a darle su querella.
U n minuto se tardó
Mi marido está en la cama, P a gozar esa doncella.
Yo estoy en la cabecera,
Con el rosario en las manos,
Rogando a Dios que se muera. 1S

9 ¿Has visto que Dios no f a l t a t


Después de lo sucedido,
Ya se murió mi marido, No ha llegado a los dos días
Ya se murió el majadero, Que ha vuelto a encontrar marido.

Parte de esta glosa tabernaria está en el Cancionero Popular de Salta bajo el núme-
ro 411.
La lamerá, dice en la estrofa tercera, y quiere decir la alameda, plantío de álamos;
lamerá dice también la gente del pueblo, en Catamarca, al paseo General Navarro donde hay
una alameda.
CANCIONERO POPULAR DE LA BIO J A 265

16 —No me saque, mi señora,


Que había sido t a n celosa,
—Me ha salido t o m a d o r : Pero si los pillo a mano
P a r a mí no es un t o r m e n t o ; No les pasará otra cosa.
Siempre se viene borracho
P a r a gozar de su intento. A mi J u a n a no le falta
Los chifles con aguardiente,
17 Porque es muy condescendiente
Con toda clase de gente.
Ya ven todos los presentes
Que han visto lo sucedido, Venga el rico, venga el pobre,
¿Adonde han visto mujeres Mi J u a n i t a no perdona,
Que mantengan seis maridos? Y a todos se les entrega
P a r a que de ella dispongan.

455-a
456
D E T O D I T A S LAS MUJERES
DISPARA U N Z O R R O S A R N O S O

De toditas las mujeres,


Ninguna como mi J u a n a : Dispara un zorro sarnoso
Sale por las oraciones, De otro sarnoso como él,
Vuelve cuando le da gana. Pensando que fuera un tigre
Que se lo venía a comer.
A mi J u a n a no le falta
E l vestido de oropel, Oyeron los tero t e r o s :
Porque a todita su vida j Ya viene la gente! —dicen—;
Se la pasa en el cuartel. Y como son tan auteros,
Dispararon las perdices.
Ya la llevan a b a r r e r
Al grito de las lechuzas,
A la calle La Lamerá. Dispararon los baguales,
Y t r a s los suris corría
Toda clase de animales.
Sale una dama, y le dice: El mundo se puso oscuro
— J u a n i t a , ¿por qué estás presa? Y empezó a temblar la tierra.
Y le contesta mi J u a n a : Los zorrinos y peludos
—Señora, por fandanguera. Dispararon veinte leguas.

— J u a n a , yo te sacaría, Al cabo de tanto andar,


Pero no te he de sacar, El zorro perdió la r u t a ;
Porque a los hijos que tengo Y el tigre me lo cazó
Me los has de fandanguear. Y se lo llevó san pu...

(455-a) Dictado en Mazan por don Abelardo Aeoata en 1940. Acosta ea hombre de 45
años y lo aprendió en el lugar.
(456) Este cantar me fué dictado en Sálicas por un joven que lo había aprendido en
Tucumán. E n el Cancionero Popular de Salta hay dos estrofas, la primera y última, pero el
doctor David Zambrano, eminente hombre público salten o, me dictó con posterioridad a la
aparición del Cancionero de Salta una versión más extensa, recogida por él en los bosques
de A n t a de aquella provincia. La versión del doctor Zambrano poco difiere de la que oyó
el joven rioj ano en Tucumán.
En Salta, Santiago y Tucumán es conocida la voz autcro y su correspondiente femenino
outera como sinónima de agorero y agorera, casi siempre en el sentido de mal agüero.
CANCIONERO POPULAS DE LA B10J A 265

16 —No me saque, mi señora,


Que había sido t a n celosa,
—Me ha salido t o m a d o r : Pero si los pillo a mano
P a r a mí no es un t o r m e n t o ; No les pasará otra cosa.
Siempre se viene borracho
P a r a gozar de su intento. A mi J u a n a no le falta
Los chifles con aguardiente,
17 Porque es muy condescendiente
Con toda clase de gente.
Ya ven todos los presentes
Que han visto lo sucedido, Venga el rico, venga el pobre,
l, Adonde han visto mujeres Mi J u a n i t a no perdona,
Que m a n t e n g a n seis maridos í Y a todos se les entrega
¡Para que de ella dispongan.

455-a
456
DE TODITAS LAS MUJERES
DISPARA UN ZORRO SARNOSO
De toditas las mujeres,
Ninguna como mi J u a n a : Dispara un zorro sarnoso
Sale por las oraciones, De otro sarnoso como él,
Vuelve cuando le da gana. Pensando que fuera un tigre
Que se lo venía a comer.
A mi J u a n a no le falta
E l vestido de oropel, Oyeron los tero t e r o s :
Porque a todita su vida 1 Ya viene la gente ! —dicen—;
Se la pasa en el cuartel. Y como son tan auteros,
Dispararon las perdices.
Ya la llevan a b a r r e r
Al grito de las lechuzas,
A la calle La Lamerá.
Dispararon los baguales,
Y t r a s los suris corría
Toda clase de animales.
Sale una dama, y le dice: El mundo se puso oscuro
— J u a n i t a , ¿por qué estás presa? Y empezó a temblar la tierra.
Y le contesta mi J u a n a : Los zorrinos y peludos
—Señora, por fandanguera. Dispararon veinte leguas.

— J u a n a , yo te sacaría, Al cabo de t a n t o andar,


Pero no te he de sacar, El zorro perdió la r u t a ;
Porque a los hijos que tengo Y el tigre me lo cazó
Me los has de fandanguear. Y se lo llevó san pu...

(455-a) Dictado en Mazan por don Abelardo Acoata en 1040. Acosta es hombre de 45
años y lo aprendió en el lugar.
(456) Este cantar me fué dictado en Sajicas por un joven que lo había aprendido en
Tucumán. En el Cancionero Popular de Salta hay dos estrofas, la primera y última, pero el
doctor David Zambrano, eminente hombre público salten o, me dictó con posterioridad a la
aparición del Cancionero de Salta una versión más extensa, recogida por él en los bosques
de Anta de aquella provincia. La versión del doctor Zambrano poco difiere de la que oyó
el joven rioj ano en Tucumán.
En Salta, Santiago y Tucumán es conocida la voz autero y su correspondiente femenino
antera como sinónima de agorero y agorera, casi siempre en el sentido de mal agüero.
266 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

457 GLOSA

EL DIABLO MURIÓ ATORAO Un diablo con una espuela,


Adentro de una chingana,
TJn diablo murió atorao Bailaba la sinjuriana
Con un hueso ^ e\ hocico-. Con una diabla chicuela.
Quedaron los dallos chicos Y al toque de una vihuela
Con los demás condenaos. Saltaba como un pescaoj

(457) Dictado por don Agustín Beinoso en Guandacol en 1940.


Don Bamón A. Laval, en la página 155 de su Folklore de Carahue, trae nuestra glosa a s í :
E L DIABLO
El diablo murió atorado
con un hueso en el hocico:
quedaron los diablos chicos
hechos unos condenados.
GLOSA
£ 1 diablo con una espuela,
adentro de una chingana,
bailaba la s a j u r i a n a . . . .
con u n a diantre chicuela

Decía un diablo cojuelo El diablo con cuatro cuernos


que cuidaba la despensa: y u n a guitarra en el brazo,
« Por goloso y sin vergüenza se fué a darle un esquinazo
se murió mí t a i t a a g ü e l o » . al eapataz del infierno.
Los demás diablos chicuelos Los demás diablos modernos
decían: « M i viejo es r i c o » . le seguían muy finchados;
Se hallaron en el bolsico todos aquellos malvados,
la cédula de un masón. con sus figuras de gato,
Ya se murió este bribón balaban como chivatos,
con un hueso en el hocico. hechos unos condenados.
Unos dos diablos chicuelos E n fin, l a diabla, dé luto
en lo mejor del banquete compró chaqueta y vestido.
se agarraron a puñetes, D i j o : « Porque mi marido
se tiraron por los suelos. se a flojear a Casuto,
Satanás d i j o : < Los muelo siendo él el dueño absoluto
si siguen así, borricos; de aquí este infernal gobierno,
se llevan como los CUÍCOS dejó a sus hijos más tiernos
sin tener paz ni reposo ». en este grande envoltorio,
Calladitos, como un pozo, hoy se encuentran de velorio
quedaron los diablos chicos. los diablos en el infierno.
l i e aquí las notas del señor L a val:
CHINGANA: Taberna- de baja especie en que se canta y se baila.
SAJURIANA: Baile popular introducido por los argentinos en 1818, ahora olvidado. En
Chitoé, según Cavada, se baila aun un baile de este nombre.
A más del significado que da el señor Laval a la voz chingana, que por otra p a r t e es el
del Diccionario, el señor Lenz le da, siguiendo a otros tratadistas, el sentido de escondrijo, que
estaría más conforme con su etimología quichua.
Eespecto a nuestra voz sinjuriana, el señor Cavada (don Francisco J . ) , en su libro Chiloé
y los Chüotes, p á g . 163, t r a e esta noticia:
LA SIRUJINA, SAJURIA o SAJURIANA se baila entre dos, zapateando y escobillando
(el suelo con los pies). Se usa pañuelo.
L a letra e s :
ESTRIBILLO
Mariquita Sajuriana, Allá va esa bala
H i j a del gobernador, - Como piedra lisa;
Mi padre murió venciendo Los hombres tunantes
P o r los campos del honor. No tienen camisa.
CUÍCOS: Llamábase cuícos a los soldados peruanos y altoperuanos que llegaban a Salta y
J u j u y en las filas del ejército realista durante las guerras de la independencia. E s un mote
porque la voz CUÍCO es el nombre de una de las t a n t a s especies de avispas americanas.
Dar esquinado: Es dar serenata. E s voz usada entre chilenos o gente vinculada a Chile.
Pasar las de Canuto: No sé qué querrá decir este modismo, acaso querrá decir lo que
pasar las de Caín, esto es, sufrir tormentos amargos.
CANCIONERO POPULAE DE LA BIOJA 267

Se arrebató u n pollo asao Saltaban como chivatos


Que estaba sobre una mesa, Con los demás condenados.
Y por tragarse u n a presa
Un diablo murió atorao.
DESPEDIDA

P o r fin, la diabla de luto


Dos demonios por debajo iCompró chaqueta y vestido;
E n lo mejor del banquete, ÍDijo: « mi pobre marido
Se a g a r r a r o n a puñetes Le posó las de Canuto ».
Pegándose sin barajo. Siendo él el dueño absoluto
Satanás d i j o : ¡Carajo, Infernal de aquel gobierno,
Estos son como los CUÍCOS! Dejó a sus hijos modernos
Se trepó sobre u n borrico E n el mayor envoltorio,
Más enojao y soez, Y hoy se encuentran en velorio
Y todos pisados de él Los diablos en el infierno.
Quedaron los diablos chicos.

U n diablo con cuatro cuernos 458


Y la g u i t a r r a en el brazo
Se fué a dar un esquinazo EL PIOJO Y LA PULGA
Al capataz del infierno.
Todos los diablos modernos E l piojo y la pulga
Le siguen en su fundado. Se querían casar,
Todos aquellos nombrados Y no había boda
Con sus figuras de gato P o r falta de pan.

(458) Este cantarcillo, sumamente conocido por la gente vieja de los departamentos
norteños de L a Rioja, me fué dictado en Chusquis por la niñita María Luisa Allende, de 12
años, en 1938.
Parece que este cantarcillo proviene de este otro antiguo del siglo X V I I , transcripto de
un manuscrito por Julio Cejador y publicado en su Floresta bajo el número 2360.
Dice a s í :
Comadre la de Buendía. barbero y cura llevemos
—¿Qué queréis vecina mía? —Eso será el a c e r t a r :
—Que nos demos un buen día. podremos muy bien j u g a r
—¿Vos que tenéia que llevar! con ellos dos a porfía,
—Yo, dos pollos y un capón. y darémonos un buen día.
—Yo, una polla y un lechón. —Pues si falta el sacristán
—Pues para poder brindar no podremos hacer nada.
al barbero se ha de llamar, Y, si los tres puntos van,
que nos tenga compañía haremos una ensalada.
y darémonos un buen día. — ¡ E n s a l a d a y qué salada!
—Si f a l t a el cura ¿qué liaremos? yo muy bien la comería
—No falte, que es necedad: y darme nía un buen día.

Don Francisco Rodríguez Marín, en Cantos Populares Españoles, lo trae bajo el numero
179. a s í :

L a p u r g a y er piojo Y respondió un zorro


Se quieren casa; Desde lo arto 'un cerro:
P o r f a r t a de trigo —Hágase la b o d a ;
No lo han hecho ya. Yo daré un becerro.
Arrunrun, —Contentos estamos:
Que del arma runrún. Y a carne tenemos.
Salió una jormiga Pobres de nosotros,
De su j o r m i g á : Que vino queremos—.
— H á g a s e la boda; Respondió un mosquito
Yo daré un costa. desd'una t i n a j a :
—Contentos estamos .- — H á g a s e la b o d a ;
Y a trigo tenemos. Yo daré una carga.
Pobres de nosotros, —Contentos estamos:
Que carne queremos— Y a vino tenemos.
268 J ü A N A L F O N S O C A R B I Z O

Y dijo la hormiga: —Si no es por el pan,


—Se pueden casar, Que ya lo tenemos.
Celebren la boda, La falta es del vino:
Que yo pongo el pan. ¿Dónde lo hallaremos?

Pobres de nosotros Que cama queremos—.


Madrina queremos—. Responde '1 herizo,
Salió una cigüeña, Tendiendo sus l a n a s :
Peseueso e gayina: —Hágase la b o d a ;
— H á g a s e la boda, Yo pongo la cama—.
Yo soy la madrina. Estando la boda
—Contentos estamos: Con gran regocijo,
Madrina tenemos. Vino un gato negro,
Pobres de nosotros, Se yebo er padrino,
Padvino queremos—. Viendo la cigüeña
Besponde un ratón, 'li pleito mar parao,
Corteza e tocino: Pegó un boletío
— H á g a s e la b o d a ; Y 3e fué ar tejao.
Yo seré 'r padrino. Viéndose 'r piojo
—Contentos estamos: E n tal soledá,
Padrino tenemos; Agarró su p u r g a
Pobres de nosotros, Y se fué a 'costa.
Don Aurelio de Llano Rosa de Ampudia, en Cuentos Asturianos, t r a e bajo el número
182 esta versión:
L a pulga y el piojo se quieren casar,
fáltales el vino, la carne y el pan.
Sale el mosquito detrás del p i n o :
—Háganse las bodas, yo daré el vino.
Sale el sapo de su sapero:
— H á g a n s e las bodas, yo daré el carnero
Sale la hormiga del hormigal:
— H á g a n s e las bodas, yo daré el pan.
Sale la culebra detrás de la esquina
—Háganse las bodas, yo seré madrina.
Sale el ratón detrás del molino:
— H á g a n s e las bodas, yo seré padrino.
F e r n á n Caballero, en Vulgaridad y Nobleza, trae nuestro cantar así;
L a pulga y el coco Albricias, albricias,
se quieren casar, ya berza tenemos;
y no se han casado pero ahora el vino,
por falta de pan. | dónde le hallaremos f

Salió una hormiga Salió un mosquito


de su hormigal: de un calabacino:
—Hágase la boda, -—Hágase la boda,
que yo pongo el pan—. que yo pongo el vino—.
Albricias, albricias, Albricias, albricias,
que ya pan tenemos; que vino tenemos;
ahora la carne, ahora la cama,
I dónde la hallaremos? I dónde la hallaremos!
Asomóse un lobo Acudió un erizo
por aquellos cerros: tendiendo sus l a n a s :
-—H ágsi se la boda, —Hágase la boda,
yo pongo ol carnero—. yo pongo la cama—.
Albricias, albricias, Albricias, albricias,
ya carne tenemos; que cama tenemos;
ahora la berza, por falta de cura
i dónde la hallaremos í no nos casaremos.

Saltó un cigarrón Se asomó un lagarto


de entre aquellas huertas: por una hendidura:
—Hágase la boda, —Hágase la boda,
yo pongo la berza—, que yo seré el cuia—.
CANCIONERO POPULAR DE LA RIOJA 269

Y dijo u n mosquito 459


Volando sin t i n o :
—Celebren la boda, EL SEÑOR CURA Y VICARIO
Que yo pongo el vino.
E l señor cura y vicario
—Si no es por el vino, Ha mandado en su mandato
Que vino tenemos. Que salga de este curato
Ahora la carne, Destinado por diez años.
¿Dónde la hallaremos? Me voy en el mes de mayo
Riéndome de mi fortuna,
Y dijo la zorra De ver quedar en la luna
De su m a d r i g u e r a : Esas que me andan siguiendo.
—Celebren la boda, :De ésas yo me voy riendo,
Carne h a y de ternera. No me caso con ninguna.

Albricias, albricias, ahora la madrina,


que cura tenemos; ¿dónde la hallaremos!
ahora el padrino,
jdónde lo hallaremos! Salió una g a t i t a
de aquella cocina:
Salió un ratoncito — H á g a s e la boda
de un montón de t r i g o : yo soy la madrina—.
—Hágase la boda,
yo seré el padrino—. E n mitad la boda
se armó un desaliño;
A lbrieias, albricias, saltó la madrina,
padrino tenemos; y se comió al padrino. {US - V I I I - pág. 241)
En América
Don Ricardo Palma, en Tradiciones Peruanas, tomo I I I , pág. 435, recuerda también
nuestro cantarcillo al publicar esta estrofa:
La pulga y el piojo
se quieren casar:
por falta de trigo
no lo han hecho ya.
Don Ramón A. Laval, en su Folklore de Carahue, pág. 69, N.° 15, trae nuestro cantar-
cillo a s i :
-—La pulga y el piojo, pichique, que se hagan las bodas, pichique,
ee quieren casar, que yo iré a cantar.
y ya no se casan, pichique, — Y a no es por quién cante, pichique,
por falta de pan. porque lo tenemos;
—Contestó la hormiga, pichique, ahora quién baile, pichique,
desde el hormigal: I de 'onde sacaremos f
que se hagan las bodas, pichique, —Contesta la a r a ñ a , pichique,
que yo dará el pan. de medio 'el telar.
— Y a no es por el pan, pichique, Que se hagan las bodas, pichique,
porque lo tenemos; que yo iré a bailar.
ahora es el vino, pichique, — Y a no es por quién baile, pichique,
l d e 'onde sacaremos! porque lo tenemos;
— E l gato contesta, pichique, ahora, padrino, pichique,
del medio 'el camino, j d e 'onde sacaremos f
que se hagan las bodas, pichique, '•:•>—Contestó el ratón, pichique,
que yo daré el vino. ;d'e 'onde está escondido,
— Y a no es por el vino, pichique, que amarren el gato, pichique,
porque lo tenemos; jyo seré el padrino.
ahora quien cante, pichique, —-Se acaban las bodas, pichique,
| d e 'onde sacaremos? se toman el vino,
—Contesta la r a n a , pichique, desatan el gato, pichique,
del medio 'el b a r r i a l : se come al padrino.
Don Vicente T. Mendoza, en su libro Romance y Corrido, t r a e 5 versiones mejicanas
de este cantar en las páginas 744, 745, 746, 747 y 748.
(459) Esta décima suelta me fué dictada en Villa Castelli, en 1939; parece formar
parte de alguna glosa, porque la terminación es un verso conocido.
El tema del amante o del vecino echado del curato no es nuevo, en el Cancionero de Ca~
tamarca hay una glosa al respecto. Véase N.» 104.
270 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

460 Estuve en Austria y en Asia


Y en la ciudad de mi flor,
EN ÁFRICA Y EN ITALIA
Y no encontré en Barceló
E n África y en Italia Poeta de más astucia.
Y en la provincia de Roma, Becorrí toda la Prusia,
No encontré en Barcelona Y a Italia llegué a p a r a r .
Ni en toda la gran Tartalia. Estando en ese lugar,
Pasé a Méjico y Adalia Me dijo uno del J a p ó n :
Y a los Estados Unidos; « El que extrañe mi nación
Mandó el rey enfurecido Bien se puede r e t i r a r ».
A las provincias del Norte
Que diesen p a r t e a la corte Estuve yo en Antioquía
Si hubiese algún atrevido. Y también en Alemania;

(460) E e t a décima, que al parecer forma parte de u n a glosa me fué dictada en Gruan-
dacol, pertenece a u n a pequeña colección de don J u a n Castillo, rocino del lugar.
Los cantares de sentido disparatados, como éstos, no son nuevos en la literatura es-
pañola.
Don Agustín de Rojas Villandrando (1572-1G18), en su Loa: En alabanza a la letra A,
tiene versos parecidos.

De la antigua Babilonia, Sena, Numancia, Sicilia,


ciudad insigne y soberbia, Tiro, Cartago, Veneeia.
h a r á que salí tres años, A Tebas, Corinto, Troya,
plugiera a Dios no saliera. A B o m a : la santa y bella;
Surqué el mar de Alejandría, vi sus alcázares sacros,
E n Ancona pisé tierra, murallas, torres, almenas.
vi a Ñapóles y a Milán,
P a d u a , Genova, Florencia,
{Entremeses - 54 - pág. 374)
J . Alden Masón, en su Porto Rican Folklore, trae esta glosa bajo el N.° 40, del
mismo t e m a :
En Lima vivía tu abuelo
y tu padre en Guayaquil,
tu madre en el Guaneó
y en la corte de Madrid.

GLOSA

Si me prestas atención A tu sobrina en Guinea


claro te doy a entender esta mañana la oí
que he llegado a conocer hablar en carabalí
toda tu generación. con u n a negra muy f e a ;
De mulato y cuarterón su color es como brea,
tenía tu padre el pelo, estirpe de Jericó,
y p a r a mayor consuelo montada en un g r a n borrico
te diré sin que t e espante, sin ninguna dilación,
esclavo de un comerciante iba vendiendo a pregón
en Lima vivía tu abuelo. tu madre en el Guaricó.

A tu hermano en Caboverde Bien té puedes alabar


lo vi eortando leña, de tu tío el carnicero,
y p a r a cierta seña primo hermano del pailero,
era soco de una m a n o ; dote que el cielo le h a d a d o ;
me quiso hablar en castellano estás muy emparentada,
pero yo no le entendí; lo debo decir así,
mucho se parece a t i que a t u madre yo la v i ;
en ser una criatura r a r a ; vendiendo entró en la tienda
no le qniso ver la cara porque no pudo entrar
a tu padre en Guayaquil. a la corte de Madrid.

Sobre este mismo tema véase algunas otras composiciones en el Cancionero Popular de
Salta, N.° 443, y en el Cancionero Popular de Tucumón, N°. 820.
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 271

Me pasé por la Germanía 461


A la gran Constantinopla.
E N ESTE M U N D O VELOZ
Recorrí toda la Europa,
Y pasé p a r a Valencia, E n este mundo veloz
Y al estar en Providencia, Nadie de morir se escapa:
El rey de España me vio. Muere el pobre, muere el rico,
E n F r a n c i a les dije y o : Muere el obispo y el papa,
« Del César traigo licencia ». Muere una vieja de guapa
Y el soldado de valiente,
Y sonar hace la muerte.
Estuve en Alejandría Al de poncho y al de capa.
E n Salamanca y en L o n d r e s ;
Ahí encontré muchos hombres
Muy diestros en la poesía. 462
Me djfigí a la Turquía EN LA ILUSTRISIMA CORTE
Y pasé por Portugal,
E n la América Central En la ilustrísima corte
E n Asia y en Nuevo Mundo. Un juicio.voy a entablar,
Porque soy hombre profundo, Para quitar una hacienda
E n u n punto he de cantar. Que tengo en El Culenar.

(461) E s t a octava me fué dictada en Chuquis, por don Manuel de la Puente en 1938.
En la tradición oral del Tueumán existe una o t r a octava que parece ser u n a paráfrasis de
ésta.
Aquélla figuraré en el Cancionero Tabernario. L a octava que supongo parafraseada lleva
el verbo cag... en lugar de morir. Supongo que en esta octava; sucede lo que en la glosa nú-
mero 170, ella está remedada obscenamente y también t r a t a de la cag...
(462) E s t a glosa me fué dictada en Guandacol, por don Agustín Eeinoso, de 42 años,
en 1940. Eeinoso vivió algún tiempo en Iglesias (San J u a n ) y allí aprendió el cantar.
E s t a glosa del mismo tema de la que lleva el número 452, debe ser también como ella
seguramente chilena. Ya vimos al hablar de la primera glosa cómo en Chile la registran casi
en la misma forma. Igualmente pasa aquí. El señor Kamón A. Laval, en su Folklore de
Caranue, pág. 157, la trae a s í :
En la Ilustrísima Corte
un juicio voy a entablar
para salvar una hacienda,
que tengo en El Culenar.
GLOSA

En primer lugar un cacho Nombraré un apoderado


donde cantaba mi m a d r e ; que registre en el momento
la música de mi padre las fojas del testamento
de la costilla de un macho d e los bienes del finado.
loa dientes de un encaracho, Me dicen que me h a dejado
que tenía de resorte; muchas ditas en la tienda,
la cuna que mandó el n o r t e ; debiéndole al que le arrienda
de todo estoy al corriente, valor de otra tienda igual.
para yo hacerlo presente Me presento judicial
en la Ilustrísima Corte. para cobrar una hacienda.

Once cueros de hormigones, Vendo una yegua mulata,


en los que asoleaban p l a t a sin ponderar el tesoro,
fuentes, cucharas de lata, que tiene la cola de oro
tres catres viejos de horcones; y el espinazo de plata.
recuerdos de tres violones N a d a digo de la guata.
que había sin encordar; Cuando la llego a ensillar
una estaca sin t e l a r ; me contoneo al andar
treB carretones sin ruedas. p a r a que nadie me mande,
En contra del albacea por esa riqueza grande
un juicio voy a entablar. que tengo en el Culenar.

El Culenar: Sitio en que abunda el culén, arbusto indígena muy apreciado por sus cua-
lidades curativas¿ Psoralea glanduloaa.
Guata: Barriga. E s p a l a b r a araucana de mueho uso, según el señor Laval.
272 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

GLOSA DESPEDIDA

Me dejaron en u n cacho P o r fin quedé mejorado


Que le tocaba a mi madre, De u n lindo libro de historia,
La flauta que hizo mi p a d r e Donde él hizo su memoria
De la canilla de u n macho, Con clavos bien remachados.
Los dientes de u n cuearacho También me dejó encargado
Que servían de resorte, De una preciosa doncella,
La cuna que mandó al norte. Que dejó su fama bella
De todo estoy al corriente, E n casa de tolerancia,
P a r a hacérselo presente Y ha de hacer grandes ganancias
En la ilustrísima corte El que se case con ella.

Once cueros de hormigones


E n los que asoliban plata, 463
Fuentes, cucharas de lata,
Y un catre viejo de horcones; ENTRE TODAS LAS MUJERES
Enseguida, tres violones
Que estaban sin encordar, Entre todas las mujeres
Una tela sin telar, No hay mujer como mi Juana:
Una carreta sin ruedas. Ella sale a la oración
E n contra del albacea Y vuelve por la mañana.
Un juicio voy a entablar.
GLOSA
Buscaré u n apoderado Es mi J u a n a una mujer
Que registre bien atento T a n amable y t a n jovial,
La copia del testamento Que todos en general
De los bienes del finado. Me la a y u d a n a querer.
Me dice que me ha dejado Por ponerse a remoler,
Muchas t r a m p a s en la tienda, Suele dejar sus quehaceres;
Debiéndole al que le arrienda Se recrea en los placeres,
Deudas de otro fundo igual. Y cada vez que se peina,
Me presiento judicial Parece ser una reina
Para quitar una hacienda. Entre todas las mujeres.
Toqué una yegua mulata Una noche me pidió
Más preciosa que un tesoro, Permiso para ir a u n baile,
P o r q u e tiene el rabo de oro Y enamorada de un fraile
Y el espinazo de plata. Como un mes se me perdió.
Nada digo de la guata Cuando a la casa volvió,
Cuando la llego a ensillar: Venía lo más g a l a n a ;
Me conformo con andar Parecía u n a campana
P a r a que nadie me mande, Muy puesta de crinolina.
P o r esa riqueza grande E n lo astuta y lo ladina
Que tengo en El Culenar. No hay mujer como mi Juana.

(463) De las libretas de don Julio Soria (Chilecito).


La cuarteta de esta gloBa es sumamente conocida; como copla y formando paite
de la canción titulada Mi Juana; que vimos en el número 455 y que figura también en
los números 427 y 83, respectivamente, en los cancioneros de Salta y Jujuy,
Remoler: Es el verbo del sustantivo remolienda; voz chilena. El doetor Segovia la de-
fine así: REMOLIENDA, f. Se llama en Chile a la fiesta popular rayana en la orgía: El
CHICOLEO, es ttno jarana o 'parranda menos desenfrenada que la remolienda. Ignoro si
esta última vos es usada en nuestras provincias andinas. En el oeste de Catamarca y La Rioja
es de poco uso. En otras partes de las provincias citadas y en Salta, Tueumán y Jujuy, no
la oí. Allá decimos farra y cuando la farra es desenfrenada le decimos fandango.
Rocha, i Acaso rozaf de rozar.
CANCIONERO FOPULAB VE LA RIOJA 273

Algunas noches trasnocha Vide enclavar al Señor,


Ganando sus corteeitos. Todo cubierto de azotes;
Sean futres o rctositos, También vide u n sacerdote
Con cualesquiera se abrocha. Tomando la comunión.
Y si algún poco la rocha, Yo vide la cruz mayor,
Aquél toca su ración. Al diablo vide arrancar,
Koba a todos la atención También lo vide llorar,
Al estar en la j a r a n a ; Que lloraba sin consuelo;
Y a correr la caravana Yo vide al manso cordero
Ella sale a la oración. Y a la hostia la vide alzar.

Si a una tertulia se llega,


Con sentarse a la carpeta, 465
Sus codeos de a peseta
Le dan y nadie le niega. ES EL MATRIMONIO
Últimamente no juega,
Y con seguridad gana. Es el matrimonio
E n sus negocios se afana, El mejor estado
De balde jamás está: Si tiene el casado
A puesta de sol se va Con qué manducar.
Y vuelve por la mañana. Pero si no tiene,
Lo pasa en j a r a n a :
DESPEDIDA E n pocas semanas
Señores, la pobrecita Tirulín, tirulán.
De mi J u a n a es t a n melosa:
Yo temo no sé qué cosa Si yo me casara
Cuando la dejo sólita. Con mujer muy fría,
De uno en uno la visita: Temo que algún día
El galán y el artesano, Me abandonará.
E l militar y el paisano, Pero si es coqueta,
Y hasta u n guaso de Viluco: P a r a eso no hay cura,
Corriéndola con el cuco, Y siempre procura
Se la lleva para el llano. Tirulín, tirulán.

464 466
Y A LA HOSTIA LA VIDE ALZAR HABLE DE AMOR A LUCIA

E n u n templo majestuoso, Hablé de amor a Lucía,


Yo vide las corporales, Y me dijo que mañana.
Vide las espirituales Me dirigí a la Romana,
Y vide un quinto glorioso: Y tampoco me quería.
Yo vide u n triunfante hermoso Luego requebré a María,
Con un sacerdote hablar, Y me llamó compadrón.
Y lo vide predicar, A Consuelo pedí amor,
Escuché lo qué decía; Y me llamó botarate.
Vide a la Virgen María Julia me llamó atorrante,
Y a la hostia la vide alzar. Y zonzo luego Ascención.
(464) Esta glosa a un solo verso, ine fué dictada por don Eoque L. Quevedo, en Su-
riyaco (Dto. Pelagio B. Luna).
Ks también como la glosa que lleva el N.° 460, un cantar de sentido disparatado.
(465) Este cantarcillo me fué dictado por la señora Primitiva Iturbe de de la Vega,
en los Molinos (Castro Barros) en 1938.
(466) Estas décimas me fueron dictadas por don Pastor Zelaya en Los Molinos en 193S.
Pertenecen al género de cantares antiguos que tratan de los nombres de las mujeres
y de sus defectos.
18-11
274 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

Hermenegilda me dijo Pues, señor, ya no me queda


Que no pasaba de un pavo. Ni una joven conocida.
One era feo y desgraciado, No me casaré en la vida,
Claudia presente me hizo. Soltero es fácil que muera.
Después tampoco me quiso ¿Hay por aquí una soltera
T e d a ; y jamás me admitieron Que me quiera consolar?
Ni Lucila, ni Remedios; ¿Adonde la iré a buscar?
Y me despreció J u s t i n a ; Sólo la viuda Ruperta,
Y lo que es de Serafina, Que de los cien anda cerca:
Nunca tendré lo que quiero. Con ella me he de casar.

Acudí muy afligido 467


A rogarle a Timorata,
Y tampoco esta muchacha HIJUAY PUT.
Quiso relación conmigo.
Amalia me ha sorprendido —Hijuay p u t . . . ,
Al decirme con desprecio Dijo la yuta
Que marche nomás derecho —¿ Si te acordarís de mí,
A llorar amor a Rita, Dijo la perdiz?
Pero esta clara estrellita —Tan sumamente lejos,
Casi me soló los perros. Dijo el conejo.

J u a n de T a p i a (1416-1458), tiene Ün dezir loando e nombrando todas las damas de


Tur-pía.

La virtuosa Volearía
con la bellísima Bruna,
la torre con la fortuna,
la Cocentina galana,
la Facarla muy lozana
e la Liparota bella,
con la Toralda doncella
la honesta cathalana.
{118 - N.° 868)

Don Agustín Duran, en BU Romancero General, trae en la sección de Romances Vulgares,


Jocosos, Satíricos y Burlescos, uno que lleva el N." 1355 y que t r a t a de un tema análogo,
algunos de sus versos dicen:

Las Gertrudis son soberbias


Y las Teresas t a i m a d a s ;
Las Catalinas son flojas,
Revoltosas son las Anas.

En 1612 se publieó en Barcelona la Loa titulada Las cualidades de las mujeres, que
tiene versos como éstos:

Las Anas son melindrosas,


Son las Marías ariscas, escrupulosas, cansadas.
tristes, zahareñas, vanas, L a s Magdalenas santeras
tímidas, flojas, cobardes, y muy pocas dellas santas.
Olvidadizas y avaras. (54 , N > 141)

(467) Este cantarcillo me fué dictado por don Antonio Ruiz Luna, en la ciudad de L a
Eioja en 1938. Analfabeto, de 70 años.
Yuta: Perdiz, en quichua, y agrega el doctor Manuel Lizondo B o r d a : Especialmente
la nuestra común y mediana (Nothuna maculosa-Temmt)
Y u t a como voz sinónima de rabón usan nuestros escolares en frases como é s t a s : Hiciste
la yuta por Hiciste la rabona, esto es, faltar a clase engañando a los padres.
CANCIONERO PO Pü LAB DE LA RIO JA 275

—Por la misma razón, Pero en esto San Martín


Dijo el ratón, Dijo: « Fiera está la cosa » ;
—¡ Dios me libre ! Llamó a Santa Sinforosa,
Dijo el tigre. Y empezaron el bochinche:
—De las malas comidas, Echando por tierra el trinche,
Dijo la hormiga, Quebraron todas las lozas.
—Y de hombre secóte,
Dijo el pericote, San Pedro llegó guapazo
—Trín, trín, Y en el boche se metió;
Dijo el chuschín. A San Crispín le quitó
La ponchera de un chopazo.
468 Luego, sin esperar vaso,
Tomarse el ponche quería.
HUBO UN BOCHINCHE EN EL CIELO Entonces Santa Lucía
Dijo : « La fiesta está brava »,
Hubo un bochinche en el cielo Viendo que se abofeteaban
A horas de la comida: San Ciríaco y San Matías.
Quebraron todas las losas
San Ciríaco y San Matías. DESPEDIDA

GLOSA E n eso Dios despertó


Un día en que Jehová Al ruido del boche aquel
Durmiendo a la siesta estaba, Y al arcángel San Gabriel
Toda su corte almorzaba A investigar lo mandó.
Porque era la hora ya, A San Crispín lo encontró
Lucifer subió de acá Con u n ojo empavonado,
A t e n t a r a San Maréelo, San Agustín disgustado,
Y a la Virgen del Carmelo Con San Pedro disputaban,
La hizo tocar la guitarra. Y vio el arcángel que estaban
Y por causa de esta farra Los santos todos curados.
Hubo un bochinche en el cielo.
Al primer son de vihuela, 469
Tocando una sinjuriana,
Me la vieron a Santa Ana LA MUJER ES COMO EL PAN
Bailando que se las pela.
Entonces Santa Fidela La mujer es como el pan,
P r e p a r ó el ponche en seguida, Que se ha de comer caliente;
Y luego San Jeremías A la vez de hallarla fría,
Convidó a Santa Rebeca Ni el diablo le mete diente.
P a r a bailar u n a cueca
A horas de la comida. GLOSA

Llegó en esto San Crispín, La mujer es lo más bueno,


E l santo más calavera; Verdadera y fiel amiga,
Se arrebató la ponchera ¡ Y no faltará quien diga
Y huyó con San Agustín. Que es p a r a el hombre veneno 1

(468) Dictada por don Agustín Reinoso en Guandacol: Es indudablemente un cantal


chileno.
Chopágo: Golpe dado con el chope y chope: instrumento, palo puntiagudo, barreta de
madera que sirve para cavaT la tierra para sacar papas y otros bulbos o raíces.
Chope y su derivado chapazo, no se usan en nuestro país.
Boche, va. fam pendencia (término de colegiales) 2, fiesta bulliciosa bochinche (Lenz).
Tampoco es voz usada en nuestro paía.
Estar curado: Es expresión usada en Catamarca, La Rioja y hasta en Tucumánf como
equivalente a estar ebrio, borracho. Curarse es embriagarse.
(469) De las libretas de don Julio Soria (Chilecito). También parece ser un cantar
276 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

P o r justo derecho pleno Se ha de amar, porque después


E s que desde Eva y Adán Se acaba y se desfigura.
Hombre y mujer se a m a r á n El amor en la t e r n u r a
Mientras les dure la vida, Es sin duda más ardiente,
Que de muy apetecida Y como prueba evidente
La mujer es como el pan. Un sabio asegura y cuenta
Que a la que pasa de ochenta
P a r a nuestra compañera Ni el diablo le mete el diente.
E l Señor la mujer hizo;
Acariciarla es preciso
DESPEDIDA
Con voluntad verdadera
Hasta que uno o otro muera.
Su amor será permanente. Al fin, saber es consuelo
La dama más eminente, Cómo la mujer se come;
Tenga o no tenga pasión, Y el que no lo sepa, tome
E s muy común opinión Una lección de su abuelo.
Que se ha de comer caliente.
L a que por desgracia es fría, 470
Aunque sea muy hermosa,
E n no siendo cariñosa, LE DICE EL SURI A LA SURA
P o r sí misma se a b a n d o n a ;
Y no hallará u n a persona Le dice el suri a la s u r a :
Que la ame por simpatía, -—¡Pobrecitos mis hijitos,
Si en ella no hay alegría Cómo serán sus lamentos
Y siempre pasa taimada. Cuando se a b r a n sus ojitos I
Más bien no decirle nada,
A la vez de hallarla fría. Y le contesta la s u r a :
—Dame paciencia y v a l o r ;
Desde que está una hermosura P a r a el año, suri mío,
E n la flor de su niñez, Te haré u n nidito mejor.

de origen chileno, la cuarteta por lo menos es popular allá. Don Ramón. A. Laval, en BU
Folklore de Carahué, la trae como estrofa de una composición larga así:
El amor de la soltera
es igual al pan caliente,
porque en cuanto llega a enfriarse
ni el diablo lo mete el diente.
Esta glosa nos recuerda a la Loa en enigma de la mujer, de Agustín de Rojas Villan-
drando (1572-1618).
Es cobarde y animosa
es muy pesada, es ligera,
es muy flaca y es muy fuerte,
Es muy necia y es discreta.
Es mísera, es dadivosa,
es un bronce, es una cera,
es cruel, es amorosa,
es un tigre, es una oveja.
(5í N." 99)
La glosa parece ser del mismo autor de las que llevan los números 733 y 734 de Tu-
cumán y cuya cuarteta dice:
La mujer es lo más bueno,
la mujer es lo más malo.
Para el hombre es un regalo
y es para el hombre un veneno.
(470) Estas dos cuartetas me fueron dictadas por don Pedro Alcucero en el barrio
de Vargas, en la ciudad de La Rioja.
CANCIONERO POPULAR BE LA MIOJA 277

471
LE DIJO LA LORA A L LORO

Le dijo la lora al loro:


—Lorito dame la pata.
El lorito le decía -. Que cuando te vea sin plata,
—No te la doy lora ingrata. T r a t a r á de d i s u a d i r t e ;
Te e n g a ñ a r é con d e c i r t e :
GLOSA « Lorito, dame la pata ».

—Loro viejo desplumado, —Quítate de mi presencia,


¿Por qué no vas a tu casa? Contestó con voz gangosa;
Y a verás lo que te pasa Deja lora fastidiosa
E l día menos pensado. De atormentar la paciencia.
Te remueles sin cuidado Ya ves que la subsistencia
Mientras yo piedad imploro, Te la doy día por día.
Y con tus hijitos lloro Aunque esté en las serranías,
Pidiendo auxilio del cielo. Desde allí te vengo a v e r :
Mira que es justo mi celo, Es prueba que sé querer,
Le dijo la lora al loro. El lorito le decía.

(471) Dictada por don Pascual Lindor Páez, de 47 años, en Banda Florida.
E s t a glosa es también de indudable origen chileno. Don A. Aeevedo Hernández, en BU
libro Los Cantores Populares Chilenos, la trae completa en la pág. 76 a s í :

Le dijo la lora al loro,


—Lorito dame la pata;
el lorito le decía:
—No te la doy, lora ingrata.

GLOSA

—Loro viejo desplumado, —Quítate de mi presencia


por no asistir a tu casa contestó el loro, con prosa,
verás, pues, lo que te pasa deja, lora fastidiosa
el día menos pensado. de fregarme la paciencia.
Tü remueles sin cuidados Ya ves que la subsistencia
y yo con tus hijos lloro te la doy día por día,
de necesidad, e imploro aunque en una serranía
sólo el auxilio del cielo. esté, de ella vengo a v e r t e ;
Mira si es justo mi celo la prueba que sé, quererte,
le dijo la lora al loro. el lorito le decía.

Y a no t e acuerdas que tieneB —Ojalá nunca t e viera


hijos a quien mantener en mi casa, loro indino,
donde tu pobre mujer deseo que en el camino
una vez al año vienes. un cazador te saliera
| H a s t a cuándo te entretienes y mil pedazos te hiciera
con esa ramera ñ a t a ? a vos con esa mulata.
Lo que te vea sin p l a t a Vete con ella, pirata
t r a t a r á de despedirte, y dame a mí una mesada.
y hoy te engaña con decirte: — P o r justicia ni por n a d a
Lorito, dame la pata. no te la doy, lora ingrata.

Aeevedo Hernández atribuye esta glosa al poeta del pueblo Bernardino Guajardo ( a )
ño Bernardino.
Don Zorobabel Rodríguez también atribuye al mismo poeta la p a t e r n i d a d de l a glosa
y le da el título Celos de la lora al loro (SS9 - pág. 7 8 ) .
Remueles: De remoler y éste de remolienda. Ver nota a la canción N.° 463.
Raspar el cacho: Reprender; véase la nota al cantar N.° 436.
Lacho: Véase igualmente la n o t a al cantar N.° 436.
278 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

—Ojalá nunca te viera Y haremos esta amistad


E n mi casa, loro i n d i g n o ; Le dijo la zorra al perro.
Deseo que en tu camino
Un cazador te saliera La zorra al perro le d i j o :
Y mil pedazos te hiciera —Vos has de ser mi compadre,
A vos con esa mulata. Que sea temprano o tarde,
Vete con ella, pirata, Cuando tengamos un hijo.
Y dame a mi una mesada. Voy a contarte u n prodigio
•—Por justicia ni por n a d a Si te sientas aquí un rato.
No te lo doy, lora ingrata. Me das, u n par de zapatos,
Y después nos casaremos.
FINIDA P a r a que más bien andemos,
¿Querís que hagamos un trato?
Al fin, se hubo de ausentar.
Entonces la lora fué La zorra, dijo al r a t ó n :
A demandarlo por qué —Al perro lo hice compadre,
Dejara de t u n a n t i a r . Porque es u n hombre cobarde,
El juez lo mandó llamar De poca disposición.
Y le raspó bien el cacho. Ahora sí con razón
Esto te pasa por lacho, Hablaré con más dulzura.
Sale diciendo la lora; Si querís que te haga u n cura
A ver si vuelves ahora P a r a que en el mundo enaltvs,
A odiarme, loro borracho. Y p a r a que ninguno falte,
Hagamos una escritura.
472 E l ratón le contestó
—Con vos no quiero t r a t a r ,
LE DIJO LA ZORRA AL PERRO Porque me habéis de m a t a r
Sin d a r t e motivo yo.
Le dijo la zorra al perro: La zorra se le enojó
—¿Querís que hagamos un trato? Y le d i j o : —Aquí te mato.
Hagamos una escritura, i Por qué no aceptas mi t r a t o í
Firmaremos un contrato. Al fin te saldrá p e o r ;
Y p a r a hacerlo mejor
GLOSA Firmaremos un contrato.
Iba una zorra cantando
Al resto del medio día. 473
Salió el perro en travesía, LE DICE UN DESPILFARRADO
Le dijo : ¿Qué andas buscando?
Le contestó t i r i t a n d o : Le dice un despilfarrado
—Me voy a la falda 'el cerro, A una señora de manto:
P o r q u e allí tengo u n entierro, —Mi vida, mi luz, mi encanto,
Y a vos te daré lo más, ¿Quiere llevar un criadof

(472) Dictada por don Agustín Reinoso en Guandacol en 1940..


(473) En el Cancionero Popular de Salta, N.« 432, y en el Cancionero Popular de
Tucumán, N.° 859, se publica una otra glosa a esta misma cuarteta.
He tomado esta glosa de las libretas de don Julio Soria en Chilecito.
Obsérvese comparativamente esta glosa con la siguiente que lleva el N.° 474, y nótese
en aquélla que las décimas comienzan con los versos de la cuarteta y terminan con los versos
que están al comienzo de las décimas en esta glosa.
El 7.° verso de la 4.* décima dice: Como un vergel de andrajoso, y se me ocurre que
quiere decir que los andrajos son de diferentes colores y tamaños eomo son distintos lo»
matices de verdes y de otros colores en un vergel, ó en un jardín: ya la copla española dice:
La capa del estudiante
Parece un jardín de flores
Toda llena de remiendos
2>e diferentes colores. (R. M. - 7504)
CANCIONERO FOPÜLAE DE LA EIOJA 279

GLOSA En esta segunda vez


El pilluelo dejó f a m a :
Vio el roto a aquella princesa E n discurso o en programa,
Más preciosa que una estrella, Dijo : « Ninguno se asombre
Y como un galán t r a s ella Que yo me atreva como hombre
Marchaba con ligereza, A la más hermosa dama ».
Mirando t a n t a belleza
Que aquel p i l l u d o elevado 474
Habiéndosele acercado,
Con voz dulee y halagüeña: LE DIJO UN DESPILFARRADO
—¿Quieres hacerte mi dueña?
Le dice un despilfarrado. Le dijo un despilfarrado:
—Mira, querida, yo vivo
La hermosa dama al momento De t u hermosura cautivo,
Lo manda a la policía, Y el corazón me has robado.
Y un cruel castigo pedía Si de ti soy despreciado,
P o r su gran atrevimiento. Me entregaré a la aspereza,
Probó que era un desatento, Y gemiré de tristeza
Insolente por lo t a n t o Como el Griego por Helena.
El juez con furor y espanto, Más linda que una azucena
Le preguntó de esta suerte: Vio el roto a aquella princesa.
—Hombre, ¿qué te hizo atreverte A una señora de manto
A una señora de manto? Dijo el roto: Yo estoy hecho
A decirle pecho a pecho
El pobre roto, afligido, Adiós por quién peno tanto.
Contestó con verdad p u r a : Y si fuera un varón santo,
-—Señor, la mucha hermosura El de más entendimiento,
Me hizo perder el sentido. Me perdería de intento
Y así como prevalido P o r jerarquía t a n alta.
Incurrí en aquel quebranto, Y le respondió esta falta
Castigúeme todo cuanto La hermosa dama al momento.
Hizo mi torpe capricho.
Yo, por bonita, le he dicho: •—Mi vida, mi luz, mi encanto,
Mi vida, mi luz, mi encanto. Mi perla, o rico tesoro,
Cuando no te veo lloro
Con un incesante llanto.
El roto fué al calabozo, Yo te amo, pero entretanto
Y el juez dijo a la señora; He de ser correspondido.
—Retírese, que yo ahora Acuérdate que Cupido,
Castigo al facineroso, El dios de Amor, fué premiado.
Pasó un día delicioso Y así se vio en el juzgado
Allí entre tanto malvado. El pobre roto afligido.
Salió muy aconsejado,
Que buen cuidado tuviera, —¿Quiere llevar un criado?
Y que a otra no le d i j e r a : No me privan de decirle
¿Quiere llevar un criado? Ni de ofrecerle a servirle
A la de más alto grado.
DESPEDIDA E r a este despedazado
Intrépido y facultoso,
Al fin, al día después Como un vergel de andrajoso
Volvió el roto a caer preso, Pero u n grande literato,
Y por el mismo suceso Y al fin de tanto alegato
Lo presentaron al juez. E l roto fué al calabozo.

(474) En las libretas de don Julio Soria figura esta glosa a continuación de la an-
terior, con el nombre de Contrarresto, esto es, réplica, retruque.
280 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

FINIDA Salí y a p a r t e del día


Pisando en altos y bajos,
A la más hermosa dama Me robaron mis andrajos
Me le arriesgo y no soy lerdo, Y me dejaron herido.
Y en mi vida no me acuerdo De un borracho perdido
E l haber dormido en cama. Les contaré los trabajos.
A declaración se llama, P o r tomar u n vaso ajeno
Y dio prueba de honradez. Un puñete me pegaron
Más de ver su ladinez, E n la boca y me dejaron
Talento y capacidad, Con los dientes en el seno.
Se le puso en libertad P a r a mí todo era bueno,
Al fin al día después. No sentía padecer.

Carreta de rueda maciza, de uso común en Tucumán, Catamarca y La Rioja.


Este dibujo es de una carreta de Los Robles (Dto. Pelagio B . L u n a ) .
Conduce adobes p a r a edificar una casa.

475 Vergonzoso es el hacer


Esta relación, señores,
LES C O N T A R E LOS T R A B A J O S De las plagas y rigores
Que pasé por remoler.
Les contaré los trabajos
Que pasé por remoler, Volví a cargar la carreta
Pues yo me hube de perder Al otro día siguiente;
Y agarré camino abajo. Entonces me fui de frente
Y me rompí hasta la j e t a :
GLOSA Encima de u n a silleta
P o r desgracia iba a caer.
E n una aguardientería Caminé a más no poder,
Llegué, y primeramente Y con el aturdimiento
Una copa de aguardiente De mi casa y mi aposento,
Me tomé por fantasía. Pues yo me hube de perder.
(475) También como las anteriores, de las libretas de don Julio Soria (Chilecito). El
tema del tunante o borracho que sale estropeado de la cita o reunión parece que fué muy
común y así véase en el Cancionero Vapular de Tucumán, las glosas números 883 y 899, y en
este mismo Cancionero de L a Rio j a , las composiciones que llevan los números 480 y 481.
J . Alden Masón recogió otra glosa sobre el t e m a ; la registrada bajo el N.° 169 de su
Porto Eican Folklore. L a cuarteta es esta copla que hallé también en J u j u y , N.° 3 0 6 1 :
Anoche me mordió un perro,
una muía me p a t i o ;
mi mujer se fué con otro,
soa por el amor de Dios.
L a versión j u j e ñ a t e r m i n a : Y un gaucho me garrotió.
Aguardientería, por aguardentería.
La expresión cargar la carreta de la 3.» décima está usada en sentido figurado y quiero
decir embriagarse.
CANCIONERO POPDLAE DE LA BI0JA 281

A media noche me hallaba Si me diesen un cigarro,


De cabeza en un zanjón, Con gusto lo fumaría,
Y como en u n pabellón Y si acaso u n trago i vino,
Sin tener frío r o n c a b a ; Mucho más me alegraría.
Y destapándome estaba
Un roto eomo estropajo,
Causa de aquel pellizgajo. 477
P o r seguirlo me perdí,
Mi casa no conocí, PRIMERO: AMAR A L DINERO
Y agarré camino abajo.
P r i m e r o : A m a r al dinero,
DESPEDIDA S e g u n d o : A m a r al mundo.
T e r c e r o : M a t a r eomo a cordero,
P o r último, llegué a un cerro, C u a r t o : Disparar como lagarto,
Y amanecí dentro el agua, Quinto: Beber del blanco y del tinto,
Mojado como una tagua S e x t o : Obedecer todo esto.
Y aullando como perro.
Mi cuerpo era un duro fierro, Estos seis mandamientos
Yo no sentía dolencia. Se encierran en dos :
Tanto rigor sin decencia Todo para mí,
Me hizo el vicio detestar, Nada para vos.
Y de mí pueden tomar
Los borrachos experiencia.
477-a

476 PRIMERO: AMAR AL DINERO

N O D I G A N , SEÑORES MÍOS P r i m e r o : A m a r al dinero,


S e g u n d o : Triunfar del mundo,
No digan, señores míos, Tercero: Comer un gordo cordero,
Que yo había sido un confiado, C u a r t o : Comer hasta quedar harto,
Porque he venido a dentrar Q u i n t o : Tomar vino tinto,
Sin que me hayan convidado. S e x t o : A las niñas bonitas haberles
[un gesto.
Y después de estar adentro, Estos seis mandamientos
No encuentro cómo m i r a r ; Se encierran en dos:
Se me hace que h a n de decir: Todo p a r a mí,
« Este ha venido a garriar ». Nada para vos.

(476) L a oí a un paisano en un almacén y despacho de bebidas, en Tamas, en 1940.


(477) Dictado en Los Molinos (Dto. Castro Barros) en 193S.
(477-a) Dictado por la señorita María Hortencia Pizarro, en Aminga, en 1938.
F e r n á n Caballero, en Lucas García, lo registra a s í :
Los mandamientos del rico de hoy en día son cinco, a saber:
El primero, tener
Tener mucho dinero.
El segundo,
Hacer burla de todo el mundo.
El tercero,
Comer vaca y buen carnero.
El cuarto,
Comer carne en Viernes Santo.
El quinto,
Beber vino blanco y vino tinto.

Estos mandamientos se encierran en dos: todo para mi, y nada para vos.
282 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

478 Pero yo no he de quejarme


Q U E SI, Q U E COMO Y Q U E C U A N D O
Por estarte a ti queriendo.
Que sí, que cómo y que cuándo, Mañana saldrás diciendo:
Que esto, que el otro, que aquello, Que esto, que el otro, que aquello.
Que fui, que tornó, y que vino,
Que te amo y que no te quiero. De balde finjes enojos.
Sin haberte yo a g r a v i a d o ;
E s por tenerme privado
GLOSA
De tus amantes antojos.
A tanto llega el rigor Tú lo t r a t a s con despojo
De t u t i r a n a inclemencia, A mi amor t a n real y fino,
Porque vuestra indiferencia Y cada vez que me inclino
H a sepultado el amor. A hablarte como a sagrado,
Me niegas todo favor Me respondes con enfado:
Cuando más te estoy amando, Que fui, que tornó, y que vino.
Y por estarte escuchando
Vuestras amantes propuestas, 479
Sólo me das la respuesta:
Que si, que cómo, y que cuándo. SE H A F O R M A D O U N CASAMIENTO

P a r a más atormentarme Se ha formado u n casamiento


Y Henar mi desconfianza, De una muy rica de bienes:
Me sueles d a r esperanza, Tiene vacas, tiene bueyes,
Sin d u d a por lisonjearme. Tiene bastante arboleda,

Los mandamientos del pobre, son:


El primero,
No tener nunca dinero.
El segundo,
De él hace burla todo el mundo.
El terceTO,
No comer ni vaca ni carnero.
El cuarto,
Ayunar, mas que no sea Viernes Santo.
El quinto,
No probar ni el blanco ni el tinto.

Estos mandamientos se encierran en dos: rascarse y llevarlo todo por amor de Dios.
{113 - T. 11 - p á g . 147).
Don Aurelio de Llano Roza de Ampudia, en su Esfoyasa de Cantares Asturianos, regis-
t r a este cantar parecido, bajo el N.° 1056, a s í :

El primero: El probé anda pidiendo.


El segundo: El probé anda desnudo.
El tercero: Ni come carne de vaca ni de carnero.
El c u a r t o : Nunca se ve harto.
El quinto: Ni bebe vino blanco ni tinto.
El sexto: Cuando pide con un fuelle, cuando no con un cesto.

Estos seis mandamientos


se encierran en dos:
en m a t a r piojos y pulguea
y pedir por Dios.

(478) Dictada por doña Narcisa Ortiz en Chuquis (Dto. Castro B a r r o s ) en 1938.
Esta glosa trunca es del mismo tema de las que llevan los números 5S8 y 23tt de los
Cancioneros de Tucumán y Salta, respectivamente.
(479) E s t a décima me fué dictada por doña Rosario de Pazos, en Villa Castelli.
CANCIONERO POPULAR DE LA RIO J A 283

Tiene una planta de higuera Porque tanto la q u e r í a :


Y un naranjo bien plantado, Entonces la saqué peor.
Un alfalfar bien sembrado, Caro me cuesta el amor,
Diez años ha lo sembró. No me quisiera a c o r d a r :
¡ Qué bien estaría yo Sólo me faltó llorar
Si es que me hubiera c a s a d o ! De los palos que me dieron.
Casi vivo me comieron
Por causa de ir a gatiar.
480 Al fin, u n carnero guacho
Se paró a cortarme el p a s o ;
SEÑORES, LES CONTARE Me dio u n fuerte cabezazo,
Como p e d r a d a de colla,
Señores, les contaré Que me tiró sobre u n a olla
La mano que me pasó: Y un tacho que había al rincón.
Por causa de ir a gatiar, Di un cabezazo a un horeón
Un viejo me corretió. Y a u n canal caí después.
Salí curado esa vez
GLOSA Que el viejo me garrotió.

Un domingo fui a u n a trilla


Muy bien montado a lo guaso; 481
Cuando me pasó este caso
SEÑORES, LES CONTARE
P o r querer a una chiquilla.
Con una pasión sencilla,
De ella yo me enamoré, Señores, les contaré
Lo que u n a noche pasé.
Y a u n potrero la cité F u é al llegar a una casa:
Sólita en la noche obscura. ¡ Ay, pucha, que la p a g u é !
E l final de esta aventura,
Señores, les contaré. Lo que me estaba acostando,
E l viejo estuvo sintiendo.
La muy diabla tenía lacho, Respondo : Yo soy, señor;
Y fué con él donde yo, Y me pegó un bofetón.
Y el roto ya me pegó Me hizo ver diuca pelada,
E n el ojo un buen coscacho. Ver zarcillos amarillos,
Peor que p a t a d a i macho Y se arrebató una t r a n c a
F u é el coscacho que me dio. Y me pegó sobre el anca.
Aturdido me dejó, Quedó el patio amarillando:
E n un zanjón tiritando. Calzones y calzoncillos.
Atiendan, que estoy contando
La mano que me pasó. Dejala y no le roguís
Mientras la planta esté verde,
Con más fuerza que valor Que algún día se ha de ver
F u i a su casa al otro día, Ella triste y vos alegre.

(480) Me fué dictada esta glosa por don José María Vergara, en Los Palacios, en
1939. Vergara, que sabe leer y escribir, aprendió el cantar en el lugar, a cantores viejos.
Pertenece al tema del tunante desgraciado del cual ya se hizo mención en la nota
a la canción N." 4 7 5 .
Como pedrada de colla, dice el cuarto verso de la última décima. Quiere decir: golpe
certero y fuerte porque los hijos del Altiplano Perú-Boliviano, manejan con suma maestría
la honda de guato, que es la honda bíblica con la cual arrojan a más de 100 metros una
piedra de otros tantos gramos.
(481) Este cantar recogido en Sañogasta (Chilecito), en 1939, parece ser también
de origen chileno. Pertenece ni tema del cantar anterior, esto es, del t u n a n t e infortunado,
que vimos en el cantar N.* 475.
284 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

482 Si usted me pretende,


Me tiene que dar
SI Q U I E R E S Q U E Y O T E Q U I E R A
Para el desposorio
Un lujoso ajuar.
Si quieres que yo te quiera, Un collar de perlas,
Me has de admitir un consejo -. Un gran peinetera,
Mata ese choco atrevido Once o doce anillos
Para que se duerma el viejo. De mucho valor.

Un coche lujoso
GLOSA Con su galería,
Y un par de zapatos
Para cada día.

Este es mi pensar,
Este es mi sentir,
Si no lo matas, te dejo, Que a un galán que quiere
Y juntamente te olvido. Muy poeo es pedir.
Para que vivas a gusto,
Mata ese choco atrevido.
484

SOY D E L A S I E N T O D E A R G U A N
483
Soy del asiento de Arguán
SOY D A M A M U Y J O V E N
Y trabajo en El Guanaco.
Soy de Copiapó y del Guaco,
Soy dama muy joven, Asisto en El Mosta2al.
Y así, no es engaño Mi cama está en El Parral,
Que este año que viene Me echo a dormir en Guajardo,
Cumplo dieciocho años. Y amanezco en El Volcán.

(482) E s t a glosa trunca me fué dictada en 1940, por don Kosalino Avila, en Malanzán.

(483) E s t a letrilla me fué dictada en la ciudad de La Eioja, por la señora Severiua


Carrión en 1938.

(484) Estos versos que seguramente son de una décima, me fueron dictados en. Pa-
gancillos en 1939 por don Benedicto Ornaeño.
E n los Cancioneros de Salta y Tucuman, hay sendas composiciones de este mismo tema.
Véanse los números 443 y 830. Seguramente es un cantar chileno, porque los lugares que
cita son del norte del país hermano. El tema es antiguo en la literatura española.
El poeta medioeval Alfonso Alvarez de Villasandino (1350-1424), tiene este cantar
parecido:

Seyendo grant mareante,


p a r t í de Jerusalem,
y llegué a Santarem,
por los mares de Leuante.
Quien lo oyere, no se espante,
que passando en Tremeeem,
tome tierra en Guadante
en una fusta boyante
mostrando ledo semblante,
(118 N.o 761)
CANCIÓN ESO POPULAS DE LA RIO 3 A 285

485 Sabrá que soy niña h o n r a d a :


De vicio son sus desvelos.
T A R D E LA N O C H E H E V E N I D O
EL
Tarde la noche he venido
Por ti arriesgando mi vida. Ya se que usted «s niña h o n r a d a :
Si sabes pagar finezas, Porque es honrada la quiero,
Despierta si estás dormida. Así ninguno dirá
Que gozó su amor primero.
De noche te vengo a ver
Por no esperar a mañana, ELLA
Si me quieres ver adentro,
Abrid tus puertas, tirana. Retírate allá, muchacho,
El amor te va a perder.
No tienes p a r a camisa,
Abrid tus puertas, tirana,
Y andas buscando mujer.
Te diré mis sentimientos,
Que no te los puedo dar
Yo de afuera, vos de adentro. EL

ELLA Señorita de mi vida,


A usted nomás le d i j e r a :
Retírese de mis puertas, No tengo p a r a camisa,
No me venga con requiebros. Pero sí para pollera.

Antón de Montoro ( E l Ropero de Córdoba), poeta también del siglo X V (1404-1480),


tiene un cantar sobre nuestro tema, hecho Porque le mandaban ir a la guerra de Granada.
He aquí sus versos:

¡Oh qué pompa, oh qué a r r e o ! los alacranes en Ronda,


¡oh qué a p a r a t o de g u e r r a ! cordones en Lombardía,
tres blancas tengo de tierra el frontal en Trapisonda;
pagadas por jubileo: arreos de mi persona,
no tengo de comprar nada, como guarnido galán,
que no me falta hevilla tas corazas en Carmona,
si la guerra es pregonada, la bebedera en Pamplona,
caballo tengo en Granada, el capacete en Milán.
y en Egipto está la silla. L a s grevas tengo en Merida
L a s cinchas tengo en Victoria, los goeetes en Madrid,
los látigos en I'lacencia, los quixotes en Lérida,
las aciones tengo en Soria, la falda en Valladolid;
estriberas en Florencia, el gorjal tengo en Ocaña,
el caparzón en Guinea, los musequis en Requena,
(ved si la guerra se enciende) los cañones en Saldaña,
el pretal en Zalamea, las guardas en Alemana,
el freno en Basilea, las manoplas en Ximena.
las cabezadas allende.
L a s riendas en Almería,
(88 - N.» CXV)

Lope de Vega (1562-1635) pone en boca del moro Abindarráez, en su comedia Remedio
de la desdicha, este cantarcillo:
En Cartagena me he criado, E n Coin tengo mi fé
Nací en Granada primero, Con la libertad que di.
¥ de Alora son frontero, Allí vivo adonde muero,
T en Coin enamorado. Y estoy do está mi cuidado,
Aunque en Granada nací Y de Alora soy frontero
Y en Cartagena me crié, Y en Coin enamorado. (177 - I I I - pág. 146)

Véase también en los cancioneros de Salta, N . 443, y de Tucumán, N.° 830, y en el


N." 78 de Porto Riean Folklore, de J . Alden Masón.
.85) Dictado por don Brígido Avayay en Sanagasta en 1938.
Estén y nos vean, dice el 2.° verso de la 8.* estrofa y quiere decir, puede ser que de
un estar, de un derretente, nos vean. E s giro muy usado en el Tucumán.
286 J ü A N A L F N 8 O C A R R I Z O

ELLA 486
R e t í r a t e allá, muchacho:
Estén y nos vean algunos. TE LO DENTRO, VIDA MÍA
Le han de contar a tu p a d r e
Que estoy enseñando al mundo. Te lo dentro, vida mía,
Aunque vaya medio muerto,
EL Que si ha de morir afuera,
¡Qué le han de contar, mi niña, Más vale que muera adentro
A ese hombre grande y anciano!
También cuando ha sido mozo, GLOSA
Debe haber sido mundano.
Un amante hizo u n anillo,
ELLA Oro fino se gastó,
Retírate allá, muchacho, Preciosas piedras labró,
Déjame de amolestar. Sin dar golpe de martillo;
Si pides plata a tu padre, Y con su dulce delirio
El plata no te ha de dar. A su dama le decía:
— ¡ P r e n d a del alma querida,
EL Si en caso me da lugar,
Si plata pido a mi padre, E n este dedo pulgar
Plata me tiene que dar. Te lo dentro, vida mía!
Si p r e g u n t a p a r a qué,
D i r é : P a r a regalar. Otro amante hizo m a t a r
Un pollo p a r a comer,
ELLA Y su prudente mujer
Lo comenzó a desplumar.
Retírate allá muchacho,
Empieza el pollo a saltar,
Que pongo mi amor en duda.
Y esto observó de por cierto,
Ni cuando he sido más chica,
Y dice: —Mujer, te advierto,
He querido a criatura.
Antes de que llegue g e n t e :
EL Échalo al agua caliente
Aunque vaya medio muerto^
Es cierto que soy muy chico,
Mas tengo el corazón grande. Una mujer en cuidado
Si en algo me hallara útil,
Y de un corazón piadoso,
Estoy para que usted mande.
E n un tiempo riguroso
ELLA Cuidaba un pollo pelado.
Pero el marido, enojado,
Retírate allá, muchacho, Le dijo de esta m a n e r a :
Déjame de amolestar. —¡ Mujer, aun cuando se m u e r a !
Espérate unos cuatro a ñ o s : Yo te lo voy a dentrar
P a r a vos me he guardar. Adentro lo has a dejar,
EL Que si ha de morir afuera!
Señorita de mi vida, —A San J u a n de Dios llevaron
Como soy u n hombre honrado, Un enfermo muy h e r i d o ;
Por gusto voy a tener El padre muy afligido
De morirme yo a su lado. Decía a voces l l o r a n d o :
—i Vamos, vamos caminando.
ELLA
Que mi hijo va sin aliento;
Pase para dentro, mozo, No sea que en el momento
Que ya mi amor se ha cansado. Muera y sea condenado,
Si p a r a algo me hallara útil, Y p a r a que sea salvado
Aquí estoy a su mandado. Más vale que muera adentro.

(486) Dictada por don Cecilio Mercado en Malligasta (Chilecito) en 1939.


CAN CIO N ERO POPULAR DE LA S10JA 287

487 488
TENGO UN DOLOR EN EL PIE TU PADRE SERIA U N BRUJO

Tengo un dolor en el pie Tu padre sería un brujo:


Que me corresponde a un brazo, Como chonchón se volvía,
Una fatiga en las piernas Y le hacía: tué, tué, tué,
Y un ansia en el espinazo. De noche cuando salía.

GLOSA GLOSA

Cuando el mismo Dios E t e r n o T u abuelo fué u n hechicero


Mandó a llevar a Luzbel, Que se volvía serpiente,
P a r a hacerlo padecer Y otras veces de un repente
Por falso testimoniero, Se volvía un monstruo fiero,
Entonces salió San Pedro Una vez, vuelto carnero,
Adonde Luzbel se fué, A una cueva te condujo,
Le dice: —Previénete, Y te dio varios influjos
Que ahora vas a morir. P o r a r t e de hechicería.
Le responde: —No puedo i r : P o r eso te digo hoy d í a :
Tengo un dolor en el pie. Tu padre sería un brujo.
Y le contesta San P e d r o : Una vez que habiendo andado
—Hombre, t ú debes de ver Con tu madre y con t u hermana,
Si no quieres ir por bien. A las dos las volvió r a n a s
Yo por mal, Luzbel, te llevo; Y a vos te volvió un guairabo.
Vamos caminando luego. Desde entonces han sacado
Y le replica el Malazo: Hacer t a n t a fechoría.
—Hombre, estoy muy enfermazo, Tu padre, con fantasía,
Y así, dímele al Señor E n vez de volverse gente,
Que me h a caído u n dolor A veces continuamente
Que me corresponde a un brazo. Como chonchón se volvía.
San Pedro sacó el cordón Una vez. vuelto caballo,
P a r a llevarlo amarrado, Se fué a robar una y e g u a :
Pero Luzbel enojado Se la robó, y a la legua
Le dijo : —Pedro, no voy, Se les volvió un perro bayo.
Ya ves lo enfermo que estoy; Se volvió a robar un gallo,
No hay médico que me atienda, Y hecho pájaro se fué
Esto que me desgobierna Haciéndole: cié cié, cié,
Y otro que también me d a : Porque era voladorazo;
Cuando voy llegando allá, Daba un tremendo aletazo,
Una fatiga en las piernas. Y le hacía: tué, tué tué.
San Pedro sacó el cordón Si t u madre algún dinero
Y le tiró un cordonazo; P o r casualidad enterraba,
El Peo, como malazo, El iba y se lo sacaba
Pepro un salto y 3e capeó. Y le dejaba el aujero.
Allí se le disparó, Lo trasponía ligero
Pedro lo tomó del brazo, Con bastante picardía,
Y Luzbel enojadazo Y después, cuando volvía,
Le d i j o : —Solíame, Pedro, P a r a no andar con asuntos,
Porque ahora también tengo Sacaba todos los untos
Un ansia en el espinazo. De noche cuando salía.
(487) Dictado por don Hermenegildo Rodríguez en Banda Florida en 1939. Segura-
mente es de origen chileno, porque nuestros paisanos no dicen sino por excepción: ni enfer-
mazo, ni enojadazo, para hacer el aumentativo de: enfermo y enojado, etc.
(488) Dictado por don Agustín Reinoso en Guandacol.
288 J U A N A L F O N S O C A E E I Z O

489 Responde el carnero y dice


Con su linda y larga voz:
U N A HISTORIA C O N T A R E —Si no va muy apurada,
Vamonos juntos los dos.
Una historia contaré
Que se finarán de r i s a : ¡Maldita sea esta oveja
E s caso que me pasó Que la vine a encontrar sola,
Con u n a buena mestiza. Con una r a m a en las patas
Que me lastima las b o . . . !
Como la moza era linda,
Y yo mucho la quería,
Le ofrecí por darle gusto 491
Comprarle cuanto pedía.
U N COCODRILO T E CANTE
Primero pidió u n vestido
De una zaraza cualquiera; Un cocodrilo te cante
Por mostrarme generoso, A las riberas de un río,
Le di vestido de seda. Vn toro te haga pedazos
Sin tener sombra ni abrigo.
Luego me pidió peinetas
Aun cuando fueran de l a t a ; GLOSA
Como tonto generoso,
Te despedace u n león
Traje peinetas de plata.
Con su ira m u y furiosa,
Y con sus uñas una osa
También me pidió u n anillo,
Te devore el corazón.
Aunque sea de aspa i t o r o ;
Sin la menor dilación
Como mozo generoso,
Le traje u n anillo de oro. Te despeñe u n elefante,
Y te reviente u n gigante,
Por fin, mi buena mestiza, Y sobre ti caiga el cielo,
Amiga del interés, Y p a r a más desconsuelo,
Un macho ajeno que tuve Un cocodrilo te cante.
También me lo hizo vender.
Un alacrán horroroso
De t u cuerpo determine,
Y a tus entrañas se incline
490
Un viborón ponzoñoso.
U N A OVEJA SEPARADA Dentro de un profundo pozo
De ti no se oiga u n gemido.
Una oveja, separada Los que por t u causa han ido
Muy lejos de la majada. A caer en u n barranco,
Sale un carnero y le dice: Todos te tiren al blanco
—Permítame una palabra. A las riberas de un río.

—¿Qué se le.ofrece, s e ñ o r ! Un lobo lleno de saña


—¿Qué se le ofrece, señora? Te acometa con fiereza,
—Aquí está su negra linda, Y te corte la cabeza
La que el corazón le roba. Un lagarto con su maña.
(489) Dictado por don Francisco Flores, en la ciudad de L a Rioja.
Éste cantarcillo de La Mestiza, debe ser el mismo que figura en el Cancionero Popular
de Salta, N.° 449, y en el de Tucamán, N.° 887, porque t r a t a n del mismo tema y hasta
tienen versos iguales.
(490) Dictado por don Fernando Tapia en Guandacol en 1940.
(491) E s t a glosa está tomada del cuaderno de la señora Aurora, viuda de Tejada,
Ángulos ( F a m a t i n a ) .
No obstante haber publicado esta glosa en los cancioneros de Catamarca, N." 119, Salta,
N.° 294, y Tucumán, N.° 626, la incluyo en este cancionero porque acaso sea la mejor re-
dacción de las conocidas.
CANC10NEB0 POPULAS DE LA MIOJA

E l corazón una a r a ñ a Y te acometa con brío


Te saque sin darte plazo, Un basilisco perverso,
T te tiren de balazos Y te cante u n sapo escuerzo
Con balas de artillería, A las riberas de un río.
Y en aquel infausto día
Un toro te haga pedazos. Con u n tigre muy rabioso,
Te acometa u n camaleón,
P a r a que t ú finalices, Y te pique el corazón
A voces le pido al cielo Un escorpión ponzoñoso.
Un rayo que cubra el suelo Un lagarto venenoso
Y a ti que te martirice. Que te acuda en igual caso,
Cúmplase el plazo que dice, Y te muerda paso a paso
P o r esto no me desdigo. Un rinoceronte atroz.
Tu merecido castigo P a r a tormento mayor,
Lo tendrás aunque desmayes. Un toro te haga pedazos.
Permita el cielo que te halles
Sin tener sombra ni abrigo. Que la muerte desatenta
Te arrebate sin remedio,
Y te corte medio a medio
492 Una centella violenta.
U N COCODRILO TE CANTE U n rayo o algún cometa
Te deshaga por castigo,
Un cocodrilo te cante Y tengas siempre contigo
A las riberas de un río, Un fuego con llama suma,
Un toro te haga pedazos Y el sol, que a ti te consuma
Sin tener sombra ni abrigo. Sin tener sombra ni abrigo.
.GLOSA
Una serpiente monstruosa 493
Y u n unicornio violento, U N JOVEN SE FUE A PASEAR
Que te deshaga al momento
Una araña ponzoñosa. Un joven fué a pasear,
Y con su rabia furiosa Vísperas de Chalilón,
Que te embista u n elefante. A visitar a una joven '
Una p a n t e r a rabiante Que le tenía afición.
Te muerda sin compasión.
P a r a mayor confusión, El se dirigió a su casa,
Un cocodrilo te cante. Y ya la fué a s a l u d a r ;
Y así llegando, le dice :
Hoy con su cólera infiel —Señorita ¿cómo está?
Te descuartice u n gigante,
Y te devore al instante Y la dama le responde :
U n oso terrible y cruel, —Joven, pa servir a usted.
Un caimán con cascabel Pase nomás adelante,
Con u n jabalí atrevido, Tome silla, siéntese.
(492) También como la anterior, fué tomada del cuaderno de la viuda de Tejada. Es,
como se ve, otra glosa a la misma cuarteta de la glosa anterior, distinta de las conocidas,
(493) Este cantar me fué dictado por don Florencio Alcaraz, de 62 años, en Los Palacio!
(Dto. Lavalle).
Chirapiento: Dícese así al andrajoso. Solamente oí esta voz en La Rioja. En quichua
CMrajña quiere decir: lluvia con sol. \
Quero: La gente del pueblo, en la ciudad dá La Rioja muy especialmente, no dice quiero,
presente del indicativo de verbo querer, sino gui/ero, suprime la i. En cambio, no dice mujer
sino mujier, ni dice queso sino quieso. También' oí decir riegente por regente, a los chicos
de la Escuela Normal. En lo que se refiere ai la forma quero por quiero, véase la nota
a la canción N.° 249 y la página 266 del tomo í.
El tercer verso de la antepenúltima estrofa dice: que no le vas a contar, en lugar de:
que no le vayas. Es universal este defecto en el Tucumán, aun en la gente mita.
Chalilón: Acaso viene de chalilo, equivalente a carnaval. Véase eu la nota al cantar 851
la noticia de la voz chalilo dada por el señor Cavada.
19-II
290 JUAN A L F O N S O C A B B 1 Z O

A poco de estar allí 494


Le pasó un cigarro armado,
Y le contestó la dama.- U N LECHERO IBA PASANDO
—Yo cigarros no he usado.
Un lechero iba pasando,
Lueguito de estar allí Y una niña lo llamó,
Le dice en conversación: Y en una chocolatera
•—Ha de saber, señorita, Leche el lechero le echó.
Que solicito su amor.
GLOSA
Lo miró de arriba abajo
Una muchacha servía
Y medio se sonrió,
A otra en la calle Duarte.
Y el pobrecito le d i j o :
La p a t r o n a era del a r t e
—Déme usted contestación. Y su buen tambo tenía.
•—Otros mejores que vos Y se antojó el otro día
No h a n tenido atrevimiento Tomar u n poncho bailando.
De venirme con resfríos, De lo que está zalariando,
Conforme vos, chirapiento. Luciendo su lindo talle,
Ocurrió que por la calle,
—Yo soy pobre, señorita, Un lechero iba pasando.
Porque la fortuna t a r d a ;
Pero como yo la quero,
Desprecios no me acobardan.

—Reconozco t u nobleza Esa misma noche, un paco,


Y que t ú ya me has querido, A causa de haber odiado
Y que tal vez por mi insulto Lo toman preso, a m a r r a d o ,
Conmigo te habrás sentido. Como mazo de tabaco.
Gritaba como barraco,
>—Yo no siento, señorita, Y el sargento lo soltó,
De su hermosura u n insulto. Y al otro día pasó
Lo más que yo sentiré A ver su amada casera,
Sería no hallar lo que busco. Y en una chocolatera
Leche el lechero le echó.
•—Yo a t u gusto te lo haría,
Pero ha i ser con condición: 495
De que no vas a contar,
Porque se me irá mi honor. VÉALO, MAMA, A ESTE NEGRO

— P o r esa parte, señora, Vcaló, mama, a este n e g r o :


N a d a me puede decir. Me ha tomado del pañuelo,
Aunque soy u n pobrecito, Y dice que no me suelta
Su crédito he de cubrir. Mientras no le dé u n consuelo.

Aquí se acaba este verso —I Qué negro t a n atrevido,


De este pobre enamorado. Que no mira su color,
Aunque mil vueltas ha dado, Que no respeta a los blancos
A la dama la ha gozado. P a r a hacerles el a m o r !

(494) Dictada por don Genaro Gómez, en Malanzán.


Don A. Aeevedo Hernández, en Los Cantores Populares Chilenos, publica completa la
misma glosa, atribuyéndola al poeta del pueblo don Bernardino Guaiardo (a) So Bernardino.
O • Pág. 78).
(495) Dictada por la señora Delicia Díaz de González, en la ciudad de La Eioja en 1938.
CANCIONERO POPULAR DE LA RIO JA 291

—¿Qué dice el ama, ja ja, GLOSA


Qué dice usted?
Aquí está el negro Anda, muchacha, a la sala,
De su merced. Traeme el espejo mayor,
Para ver si me arma el luto:
Ya mi marido murió.
496

VIDE YO A UN BUEN PINTADOR

Vide yo a un buen pintador


Pintando el mundo al revés: 498
El zorro por tras del perro
Y el ladrón por tras del juez. YO ENAMORABA UNA VIEJA

Ya enamoraba una vieja,


Las cabras fueron a misa, De aquellas que piden papa.
Las mujeres al corral, Ve que diabla de solapa:
Los perros a poner huevos, No me quiso dar la oreja.
Las gallinas a toriar. Hasta que le di mis quejas,
La vieja me dijo así:
L'agua nadando en el pato, —Zapatos no te ponís
Los muros sobre las bardas, Por andar templado y lacho.
Las muías se han vuelto arrieras, Retírate para allá,
Los arrieros en las cargas. Antes que te de un coscaclio.

Allí han de ver, señores,


Lo mucho que miente un poeta: 499
Los bueyes en la carreta YO LLEVE UN TRAIDOR AMIGO
Y el carretero tirando.
Yo llevé un traidor amigo
A casa de la que amaba:
497 Primero lo llevé yo,
Y después él me llevaba.
YA MI MARIDO MURIÓ
GLOSA
Ya mi marido murió, Con una vez fué bastante
El diablo se lo llevó. Para que el sitio aprendiera,
Allá arriba pagará T sin avisarme fuera
Las patadas que me dio. Varias veces adelante.

(496) Dictada por don Pablo Juárez en Gnandaeol en 1940.


Este cantar parece ser una refundición de] que figura en 4 décimas bajo el N.° 154
del Cancionero Popular de Catamarca.
(497) Estas dos cuartetas de una glosa me fueron dictadas como coplas sueltas
en Vinchina en 1939.
(498) Dictada por don Koque L. Quevedp en Suriyaco (Dto. Pelagio B. Luna).
(499) Del cuaderno de la viuda de Tejada, en Ángulos (Eamatina).
La cuarteta glosada es una copla española. í>. J. J. Jiménez de Aragón, en BU Cancionero
Aragonés, pág. 12, la trae así: '

A un amigo llevé yo
a la casa donde amaba,
y tan pronto la aprendió
que despuéB él me llevaba.
292 / V J J? A í J o N s o C A R R I Z O

Y después fué él más triunfante Y no t a n sólo u n a vez


Cuando encontró buen abrigo ; Se me marchaba escondido,
Ya no quiso ir más conmigo, Pues t a n mal agradecido
Y se marchaba ligero. Que conmigo se mostró,
A mi propio paradero Muy luego se aprovechó
Yo llevé un traidor amigo. De lo que era p a r a mí.
No se acordaba que allí
Después me quedé pensando Primero lo llevé yo.
El haberlo acariciado,
Y el haberlo convidado P o r fin, ya queda bien hecho,
Adonde yo estaba amando. Esto muy bien lo d i s c u r r o :
La culpa la tuve cuando No tiene la culpa el b u r r o
Sus intentos ignoraba. Sino quien le da el afrecho.
¡ No haberle puesto u n a t r a b a
Se apeltrechó del peltrecho
De las dos p a t a s de atrás,
P a r a que no pise más Donde yo me peltrechaba,
A casa de la que amaba. Y de mí no se acordaba,
Que le hice el primer invite.
F u i t a n mal correspondido, Yo fui quien le hice el convite,
Que de mí se huyó después, Y después él me llevaba.

En sus Estudios sobre Literatura Popular, de don Antonio Machado y Alvarez, publi-
cado en el tomo V de la Biblioteca de Tradiciones Populares Españolas, trao on la pág. 61
estas dos coplas que tienen el sentido del refrán De fuera vendrá quien de casa nos echará.
A mi amigo lo llevé
A casa de la que amaba,
Y luego a los pocos días
Mi amigo a mi me llevaba.
A casa de mi dama
Llevé a mi amigo;
El se quedó por amo,
yo despedido.
Esto sucede
Por llevar los amigos
Donde hay mujeres.
En el Cancionero Popular de Tucumán, N.° 924, y en el de Salta, N. 355, hay una otra
glosa del mismo tema, cuya cuarteta dice:
A mi me llevó un amigo
A casa de la que amaba,
Yo, como amigo traidor
Me le quedé con su dama.
CANCIONES PAYADORESCAS
500 E L MUCHACHO

A USTED QUE ES TAN BUEN CANTOR —Ya que la p r e g u n t a me hace,


La respuesta le d a r é :
si no ha
A usted que es t a n buen cantor caído ninguno,
Todos los ha de tener.
Y t a n t o entiende de letras
Yo le quiero p r e g u n t a r
E L VIEJO
Si la pava tiene tetas.
Venga p a r a acá, mocito,
—Ya que la p r e g u n t a me hace
Otra p r e g u n t a le haré :
L a respuesta va lueguito
¿Cuántas piedras tiene un río
Si acaso tuviera tetas
Cuando deja de crecer?
Le mamarían los pavitos.
E L MUCHACHO

Ya que la pregunta me hace,


501 La respuesta le d a r é :
UNA TARDE CALUROSA
Póngamelas a la hilera:
Contando se las diré.
Una tarde calurosa,
E n una chacra segando, E L VIEJO
Me llegaron las noticias Venga para acá, mocito,
Que un viejo estaba eantando. Otra pregunta le haré :
¿Qué cosa echó Dios al mundo
Ensillé mi redomón Sin acabarla de hacer?
( E r a regular el flete).
Enderecé pa una fonda
E L MUCHACHO
Adonde estaba el vejete.
Es difícil la pregunta
Al subir u n cuesta arriba P a r a mi ciencia t a n poca,
Y al bajar su desparejo, Y le diré que es el mate,
Ya vide blanquiar los pastos, Pues Dios no le abrió la boca.
Se me hacía que era el viejo.
E L VIEJO
Vean qué diablo de viejo,
Sin duda me conoció, Atrevido de muchacho,
Porque no faltó u n intruso Que me venís a faltar.
Que al verme se lo informó. Muy bien puedo ser t u p a d r e ,
Y me debes respetar.
E L VIEJO
E L MUCHACHO
—Venga para acá, mocito, No soy atrevido, padre,
Una p r e g u n t a le haré : Yo no le vengo a faltar.
¿Cuántos pelos tiene u n gato Me ha de mostrar la corona
Cuando acaba de nacer? Y se h a i dar a respetar.

(500) La oí en Los Molinos (Dto. Castro Barros). Es sumamente popular. También


la oí en Catamarca siendo niño. Véase la nota del cantar N.° 502.
(501) Dictado por don Ceferino Vega, de 48 años, en Guandacol.
En el Cancionero Popular de Tucumán, bajo el número 912, hay una otra payada con
pocas variantes con respecto de ésta. Quizás esta payada correría impresa en algún tiempo
ya lejano por el hecho de que en el fondo, la arquitectura es la misma en la versión tucumana
que en la riojana, cosa difícil de conservar tratándose de diálogos que fácilmente se olvidan.
296 JUAN A L F O N S O C A B E I Z O

502 R
Aquí en este Curicó
MI DON JAVIER DE LA ROSA Debajo de una ramada,
Se ha atrevido a desafiarme
El mulatillo Taguada.

Mi don Javier de la Rosa, Mi don Javier de la Rosa,


Mucho lo anduve buscando Cogollito de cipré,
Por mares y cordilleras. Yo traigo doscientos pesos
Si quiere, vamos cantando. Para cantar con usted.

(502) Esta payada me fué dictada por don Agustín Narváez, en Paganeillo, en julio
de 1939.
Don A. Acevedo Hernández, en su libro Los Cantores Populares Chilenos (pág. 48), y el
eximio investigador de la música popular chilena, don Eugenio Pereira Salas, en su libro
Orígenes del Arte Musical en Chile (pág. 222), como así mismo don Antonio Eoco del
Campo en sus Notas del Folklore Chileno (pág. 11), el señor LetiK y algunos otros escritores
chilenos dicen que don Javier de la Eosa y el Mulatillo Taguada, que figuran en esta pa-
yada, fueron chilenos.
El señor Koco del Campo da 10 cuartetas en su noticia, como improvisadas en la palla;
el señor Pereira Salas, siguiendo a del Campo, da solamente 7 cuartetas que no son las
mismas de las citadas por Hoco del Campo y don A. Acevedo Hernández cita 27 cuartetas
de las cuales solamente algunas fueron dadas por los anteriores.
Transcribiré la versión del señor A. Acevedo Hernández, por ser la más extensa:
DON JAVIER

iQuién es ese payador


que paya tan a lo oscuro?
Tráiganmelo para acá
lo pondré en lugar seguro.
El mulato contestó punzante:
TAGUADA

¿Y ese payador, quién es,


que paya tan a lo lejos?
Si se acerca para acá
le plantaré el aparejo.
El auditorio, que estaba sorprendido por la actitud de don Javier, prorrumpió en rui-
dosos aplausos. Comprendió que estaban frente a frente dos fuerzas inmensas representantes
de dos distintas tradiciones. Taguada inició el duelo:
TAGUADA DON JAVIEE

Señor Poeta abajino Habrás de saber, Taguada


ya podemos principiar; que en fuerzas no hay que confiar,
afírmese en los estribos porque en la puerta del horno
que el pingo lo va a voltiar. se suele quemar el pan.
DON JAVIER TAGUADA

En nombre de Dios comienzo, Mi don Javier de la Eosa


de mi padre San Benito; se lo digo sin recato:
hágate la eme, Taguada, usté a venío a encontrarse, *
por si fueras el maldito. con la horma de su zapato.
TAGUADA DON JAVIEE

Mi don Javier de la Eosa, Tú lo dices sin recatoj


no sea tan propasao, y yo te lo digo en forma:
usté es viejo y yo soy joven que tú has venido a encontrarte
y en fuerzas lo habré sobao. con el zapato de tu horma.
CANCIONERO P PULAS DE LA MIOJA 297

R T
Habías de saber, Taguada, Dando una fácil respuesta
Clavelito colorado, Una pregunta le haré:
Si tienes doscientos pesos, ¿Cuántas piedras deja el río
Porque sos habilitado. Cuando acaba de crecer?
T R

Mi don Javier de la Rosa, A la pregunta que me hace,


Una pregunta le haré: Yo la voy a contestar:
Un durazno, estando seco, Sáquelas todas pa fuera,
¿Cómo puede florecer* Jjas iremos a contar.
R T
A esa pregunta que me haces, Mi don Javier de la Rosa,
Va la respuesta precisa: Usted que entiende de fragua,
Échelo al durazno al fuego: Ahora me va a decir
Florecerá la ceniza. Con qué intención corre el agua.

TAGUADA DON JAVIER

Sépalo desde el principio, A este tordo maulino


pues le conviene saber: si me anda con muchas maulas
de todos los payadores to desplumaré de suerte
en mi tierra soy el rey. que le vean la callana

DON JAVIER TAGUADA

Que eres el rey en tu tierra, A usté qu' es tan agalludo,


lo creo de buena fe; aquí me lo quiero ver;
que en la ciudad de los ciegos Una vara estando seca
el tuerto suele ser rey... ¿cómo podrá florecer?

TAGUADA DON JAVIER

To soy Taguada el maulino, De este inocente Taguada


famoso en el mar y en tierra, la respuesta me da risa,
en el Huasco y en Coquimbo, quebróla y échala al fuego,
en el Fuerte y Cindadela. florecerá la ceniza.

DON JAVIER TAGUADA


To soy Javier de la Bosa Señor poeta abajino
el que llevó la opinión, con su santa teología,
en Italia, en Inglaterra dígame ¿cuál ave vuela
en Francia y en Aragón. y les da leche a sus crías?

TAGUADA DON JAVIER


¡Válgame Dios, don Javier, Si fueras a Copequén,
que me ha dejado asustado! allá en mi casa, verías
sin salir de la ceniza cómo tienen los murciélagos
¿tantos lugares ha andao? un puesto de lechería.,..
DON JAVIER TAQUADA
Te lo vuelvo a repetir; Mi don Javier de la Éosa
¡yo soy payador, y bueno! por lo reondo de un cerro,
tú serás más cenicero agora me ha de decir
desde que has andado menos. cuántos pelo tiene un perro.
TAGUADA DON JAVIER
A este viejo abajino, Habís de saber Taguada
a este gallo desplumado por lo dereeho de un uso,
yo le salaré el cogote si no se le ha QUE IDO ni uno
y ají le pondré en el rabo. tendrá los que Dios le puso.
298 J U A N A L F O N S O € A B B I Z O

A esa pregunta, Taguada, Mi don Javier de la Rosa,


Contestaré sin tardanza: Mucho ya le pregunté.
Entra en la intención del agua Ahora le toca su turno,
Correr hasta donde alcanza. Aquí estoy a su merced.
R

Mi don Javier de la Rosa, Como yo le contesté,


Contestación me ha de dar.- Contésteme de igual modo:
¿Cuántas libras, cuántas onzas ¿En qué año se descubrió
Pesa el agua de la mar? La plata, el cobre y el oro?
R

A la pregunta del agua, Mi don Javier de la Rosa,


Yo le voy a contestar: Cogollito de alelí,
Que no es azúcar ni yerba Adonde quiera que cante
Para poderla pesar. Se ha de recordar de mí.

TAGUADA DON JAVIER

Mi don Javier de la Sosa, Te doy, mulato Taguada,


vinietido del Bío-Bío, la respuesta en un bendito,
dígame si acaso sabe si la pava las tuviere
¿cuántas piedras tiene el río? le mamaran los pavitos,
y como no tiene tetas
los mantiene con triguitos.
DON JAVIEE
TAGUADA
A vos mulato Taguada,
la respuesta te daré, Mi don Javier [de la Rosa,
pénemelas en Miera usté que sabe de asuntos,
diga qué remedio habrá
y entonces las contaré.
para levantar difuntos.
TAGUADA DON JAVIER

Mi don Javier de la Basa, Oye, mulato Taguada,


usté que sabe de letras, la respuesta va ligera,
agora me ha de decir métele el dedo en... la boca
si la pava tiene tetas. sale el difunto a carreras.

Eay que darse cuenta de la magnitud de este duelo que duró tantas horas y que de-
mostró tan grandes ingenios. La tradición oral, desgraciadamente, no ha conservado las
estrofas que constituyeron las preguntas de don Javier de la Bosa, muchas de las cuales
fueron contestadas por el maulino. Se conserva, sí, una de las protestas con que don Javier
abatió a Taguada, que exasperado por no poder contestar el cuestionario teológico que le
impuso su rival, llegó al insulto.
Don Javier contestó con cuatro versos muy criollos y contundentes. Ya Taguada estaba
rendido por el cansancio y desconcertado por lo mucho que su contendor SABIA DE LÍBEOS
y por que de su conocimiento —según Taguada— había abusado sin tomar en cuenta que
¿l .^pobre roto— no conocía la escuela. Se aquí la estrofa:
DON JAVIEE

Ya te pasaste Taguada
hiciste una herejía,
hiciste CABE en tu madre
y carambola en tu tía (1 - 49)

Como se ve, tampoco concuerdan. los versos de la payada en la versión del señor A re-
vedo Hernández con los de la riojana. E s lógico que así Bea porque el pueblo atribuye gra-
tuitamente la paternidad de un verso a tal o cual versificador o poeta sin cuidarse de ave-
riguar la veracidad del aserto. Las payadas son, por lo común, legendarias, fruto de la fan-
tasía popular, puesto que en la j u n t a no hubo taquígrafos que registraran el contrapunto
o bien fruto de un versificador hábil que inventa una p a y a d a y la echa a volar por esos
CANCIONERO POPULAS DE LA EI0JA 299

R E n este punto divino,


H a b r á s de saber, Taguada, Pido me h a n de contestar
Cogollito de alelí: E n este particular
Una soga p a r a ahorcarte P o r puntos de teología:
De mí debes recibir. Los pasos que dio María
Cuando a Cristo fué a buscar.

503
RESPUESTA
NO SE ASUSTE, COMPAÑERO
—Memoria y entendimiento
No se asuste, compañero, iPido a Dios en la ocasión
No se me asuste, aparcero. P a r a dar contestación
¿De ande se come un churrasco A este poeta al momento.
Antes de sacarle el cuero? Refiriendo muy atento
Primera y segunda vez,
CONTESTACIÓN A él le contestaré
No me mires t a n en bajo P o r puntos de teología:
Ni me hagas ninguna mengua. Los pasos que dio María
Antes de romper el cuero, Le advierto que fueron tres.
Se principia por la lengua.
PREGUNTA
504 I
i—-Gracias a Dios que he hallado
PREGUNTO A SU SUFICIENCIA i J n poeta que conteste
Y que a mí me manifieste
P r e g u n t o a su suficiencia Lo que le he solicitado.
Cuál es el mayor dolor: Traía por separado
í O tener celos de amor La respuesta muy precisa.
O amor sin correspondencia f L a campanilla lo avisa,
CONTESTACIÓN D e n t r o de u n templo es así.
Ahora pregunto aquí
El tener celos de amor Lo que contiene la misa.
E s cosa de g r a n dolencia,
Pero es de mayor dolor í
Amor sin correspondencia. RESPUESTA

—Aquí voy a contestar


505 Dando u n afácil respuesta
Qué es lo que se representa
VENGAN SABIOS Y LADINOS E n la mesa del altar.
Cuando el ministro de paz
PREGUNTA
Pone la hostia en su sitio,
—Vengan sabios y ladinos, E n la misa por lo visto
Bachilleres, estudiantes, Hace representación
Payadores, vigilantes, De la sagrada pasión
Maestros, doctos y adivinos. Del Redentor Jesucristo.

mundos de Dios impresa en cuadernillo» de a diez centavos. En el caso de la payada que nos
ocupa la tradición ha desfigurado tanto el -contrapunto que difícilmente se podría averiguar
cuáles eran los versos auténticos de de la Sosa y de Taguada.
En el Cancionero Popular de Tucumán h&y, bajo el número 907, otra payada por el es-
tilo de ésta, de origen eíñleno, que fué dictada por un riojano.
(503 y 504) Estas dos preguntas con sus respectivas respuestas, me fueron dictadas
en Los Molinos en 1938
(505) Del cuaderno de la viuda de Tejada^ en Ángulos (Pamatina).
ADIVINANZAS
506 Ponga aquí lo que le cuelga,
B U E N O S DÍAS, M A M A VIEJA
Coma manjares del c . . .
Y zumo de la entrepierna.
—Buenos días, mama vieja.
—Buenos días, bigotudo. 507
Usté con la que se cuelga
CUATRO TIENE EL ANDA VALLA
Bájese de su peludo,
Beba zumo de entrepiernas, Cuatro tiene el anda valla.
Coma manjares del c . . . ¿Por qué tres?
La pe que no pegaba
506-a £ Por qué pega con pe con pe ?
Bájese, señor galán Lo que antes eran doce,
Si no tiene mucho apuro. ¿Por qué diez?
Adivinanzas: En este capítulo se incluyen las adivinanzas que constan de más de cuatro
versoB, dejando p a r a la sección de las coplas la inclusión de las otras adivinanzas de cuatro
y de menos de cuatro versos.
SOLUCIÓN: U n a viejita invita a apearse a un gendarme que anda con su sable y le
convida con leche y huevos.
(506 y 506-a) Don Aurelio de Llano, en Cuentos Asturianos, t r a e bajo el número 149,
nuestra adivinanza a s í :
BUENOS D Í A S . . .
—Buenos días tenga la vieja
y picolentrella.
—Buenos días tenga el caballero
y lo que le cuelga.
— j No podría llevar mi barajoso
a su deseoso?
—Rapadito lo tengo
dol ante día,
si estuviera aquí la criada
se lo llevaría.
Este era un señor que llegó a caballo donde estaba una vieja hilando. Y le colgaban
la cadena del reloj, los estribos y otros objetos. El caballo que montaba se llamaba Deseoso,
y Barajoso era el nombre de un prado rapadito o segado el día anterior.
Don Rafael Ramírez de Arellano, en su Folklore Portorriqueño, t¡rae la adivinanza bajo
los números 48-a y 48-b, así:
Apéese, señor caballero, meta usted su peludo
se sentará en duro y blando, dentro de mi rascado,
comerá manjar de culo, que hace días que lo
beborá sumo de entre pierna; tengo pelado.
Solución: I b a una vez an hombre por un camino muy largo, y después de mucho andar
llegó a una casa y pidió posada. El dueño de la casa le contestó con la adivinanza que quiere
decir que se bajara del caballo y se sentara en, el sofá; que comería huevos y bebería leche;
y que pusiera el caballo dentro del cercado que habían talado hacía quince días.
48fb
Apéese, gran caballero,
siéntese en un blandiduro,
coma m a n j a r de culo,
y beba sumo de entre piernas.
Meta usted su peludo
dentro de mi bien raspadq
que hace días lo tengo afeitado.
Véase también Cuentos Populares Españoles, de A. M. Espinosa, N.° 47.
(507) Diz que un patrón tenía un arrendero con el cual arregló que pagaría su arriendo
en especies. Siempre cumplía religiosamente <ton su compromiso pero este año le llevó un
cordero carneado con un cuarto de menos; por eso dice:
Cuatro tiene el anda valla
l P o r qué tres?
Debía llevarle u n barril de vino y claro está cuando lleno el barril de vino no golpea las
paredes y esta vez golpeaba porque estaba falto y de ahí la extrañeza del p a t r ó n :
L a pe que no pegaba
j P o r qué pega con pe con p e í
304 JUAN A L F O N S O C A E B I Z O

507-a 509
¿CUAL SERA LA M U Y MENTADA?
Doce meses tiene el año.
¿Por qué seis? ¿Cuál será la muy mentada
La pe que no pegaba Que se halla al fin de la vida?
¿Por qué pega pe con pe? No halla en el mundo cabida
Ni en el cielo tiene entrada.

508 Que no se encuentra en los meses,


Y en la semana, dos veces.
CINCO COMPAÑEROS JUNTOS

¡Cinco compañeros juntos


Por lo regular vivimos, 510
T cuando nos dividimos CUCO EN PINO
Servimos en mil asuntos.
Sirvo al vivo y al dijunto, Cuco en pino,
Y aunque en toda casa estoy, Pez en puente,
De una parte a otra voy Serpiente en bujero,
Por mandato de los hombres. Horma en saco,
A quien serví no te asombre, Y al entrar a palacio,
Antes de ser lo que soy. Chirrín, chirraeo.
También debía llevarle $ 12 y en su lugar solamente le llevaba 10 y de ahí la pregunta:
Lo que antes eran doce
¿Por qué diezt
También suelen dar otras soluciones cambiando los personajes y así he oído que el diá-
logo se entabla entre el cura y el paisano que pagaba los diezmos.
(508) Solución: El cuadernillo de papel.
Fernán Caballero trae nuestra adivinanza así: i
Cinco compañeros juntos'
por lo regular vivimos,
y cuando nos dividimos
es para vanos asuntos;
sirvo al vivo y al difunto,
siempre en movimiento estoy,
de una parte a otra voy
Por mandato de los hombres,
a quien serví no no te asombre,
aún antes de ser quien soy. {US - t. 17 pág. 486)
(509) Solución: La letra A.
Fernán Caballero la trae así:
I Cuál será la muy mentada
que se halla al fin de la vida,
no halla en el mundo cabida
ni en el cielo tiene entrada
que no ae encuentra en los meses
y en la semana dos veces? (US - t. 17 - pág. 490)
Don Rafael Ramírez de Arellano, en su Folklore Portorriqueño, pág. 220, ,N> 16, trae
la adivinanza casi sin variantes respecto a la versión transcripta de Fernán Caballero.
(510) Solución: Diz que era un rey que casaba su hija con el que le echara una
adivinanza tan difícil que no la pudiera resolver. Un pobrecito del campo fuese al rey a pro-
bar fortuna y en el camino lo asustaron desde la copa espesa de un pino. Como no pudo
saber qué sería le atribuyó el contratiempo a obra del cuco; al pasar por un puente vio en
la barandilla un pez; más allá, en una cueva, estaba una serpiente. Después topó con un
muchacho que llevaba hormas de zapatero en un saco o bolsa y al llegar al palacio sintió
CANCIÓN ESO POPULAS DE LA EIOJ A 305

511 512
DE REMIENDOS VOY VESTIDA DIGO QUE CUATRO SON SEIS

De remiendo voy vestida, Digo que cuatro son seis,


Siendo mujer de importancia. Y que seis son cuatro advierto
Con hombres gano la vida, Y que h a y u n a en tres t a n cierto.
Con ellos tengo ganancia. Como dos y dos son seis.
Anduve en España y Francia, Si por fin no lo entendéis,
Y al jabón nunca lo vi. Discurrid de varios modos,
Si me llaman lavandera, Y veréis ser cinco todos,
E s por burlarse de mí. Como dos y dos son seis.

el ruido que hacían las empanadas al ser fritas en un sartén. Una mujer cocinaba en
el camino.
Como no llevaba adivinanza alguna cuando 'palió de su casa y le pareció muy bien p r o b a r
suerte diciendo lo que le había llamado la atención en el viaje y le salió la adivinanza trans-
cripta. '•
Don Aurelio M. Espinosa, en la página 46 : de su libro Cuentón Populares Españoles, da
una noticia parecida y la Biguiente versión de la adivinanza:

Cuco en pino,
Pez en fuerte.
Serpiente en bujero.
Horma en saco.
y al entra por palacio
chuchurrutaco, clmchurrutaco.

E. Ramírez de Arcllano, da esta otra versión recogida en Puerto Rico:

Debajo Cucamé
setpicnte en Curacó,
y p¡ir:i llegar a Madrid
Chin'í-chacó.

E n su solución dice que el hombre en cuestión Pasó por « « puente y oyó un becerra
que dijo MEE, rió un barril con una serpiente, y al llegar a la ciudad vio un puesto de mer-
cado donde freían y le dio olor a chicharrones. ($17 - pág. 63 - N.° 5 8 ) .
(511) Solución: La bandera.
Rodríguez Marín en Cantos Populares Españoles, trae esta adivinanza bajo el N.° 726, así:

De remiendos voy vestida IJe estado en España y F r a n c i a ;


y soy mujer de importancia j Nunca el jabón conocí
Llevo distintos colores y| me llaman labandera
y en ello va mi g a n a n c i a ; piara burlarse de mi.
F e r n á n Caballero la recogió a s í :

De remiendos voy vestida, hie andado medio mundo,


aunque mujer de importancia; siunca favor conocí
con hombree papo mi vida; y¡ me llaman labandera
con. altivez y arrogancia pjara burlarse de mi (118 - 17 - pág. 492)

Don Rafael Ramírez de Arcllano, en su libero Folklore Portorriqueño, pág. 221, N.° 29,
t r a e mueve versiones de nuestra adivinanza.
(512) Solución;
Oigo que cuatro son seis
Efectivamente, la palabra c-u-a-t-r-o tiene deis letras.
i7 que seis son cuatro advierto,
L a palabra s-c-i-s tiene cuatro letras,
que hay una, en tres tan cierto
L a palabra tres tiene una sola sílaba.
como dos y dos son seis.
Como la p a l a b r a dos tiene t r e s letras, resulta que dos y dos, hacen seis.
y veréis ser cinco todos
20-11
306 J U A N A L F O N S O C A B £ I Z O

513 514
D I M E SI L O SABES
E L CIELO SE OSCURECIÓ
Dime si lo sabes:
¿Qué cosa es aquella El cielo se oscureció
Que te da en la cara Por un hombre que murió.
Y no puedes verla, La madre no fué nacida,
Que empuja sin manos, El padre nunca nació,
Que anda sin ruedas, La abuela quedó doncella
Que muge sin boca Hasta que el nieto murió.
Y marcha sin piernas?

L a p a l a b r a t-o-d-o-s tiene cinco letras.


F e r n á n Caballero trae esta adivinanza casi sin variantes, con respecto a nuestra ver-
sión, a s í :

Digo que cuatro son seis, y si bien no lo entendéis


y que seis son cuatro advierto, miradlo por varios modos,
esto lo veréis tan cierto y veréis son cinco todos
como dos y dos son seis; como dos y dos son seis (11$ - 17 pág. 491)

Rodríguez Marín, en Cantos Populares Españoles, N.° 935, t r a e nuestra adivinanza a s í :


Dos son tres si bien se advierte;
Tres son cuatro si se m i r a ;
Cuatro seis y de esta suerte
Seis son cuatro sin mentira.
El número de letras d e ; dos, tres, cuatro y seis.
(513) Solución: El viento.
Rodríguez Marín bailó esta adivinanza dividida a s í :

i Que es, que es


Que te da en la cara y no lo vest El viento (N.° 277).

Vuela sin alas


Chifla sin boca,
P e g a sin manos
y tú no lo ves ni lo tocas. El viento.
(514) Solución: Abel.
F e r n á n Caballero, t r a e nuestra adivinanza a s í :
E l eielo y tierra temblaron
por un hombre que m u r i ó ;
murió antes que su madre
y su madre no nació;
en el vientre de su abuela
dicen que se sepultó.
Y su abuela estuvo virgen.
h a s t a que el nieto murió. Abel (113 - 16 - p á g . 146 - N.° 14)

Rodríguez Marín recogió tres versiones de esta adivinanza en los números 881, 882 y
883, de sus Cantos Populares Españoles. L a versión del N.° 881, dice:
Un hombre murió sin culpa
Cuya madre no nació;
L a abuela quedó doncella
hasta que el nieto murió. Abel.

Ramírez de Arellano, en su Folklore Portorriqueño, pág. 256, N.° 355, t r a e tres ver-
siones de nuestra adivinanza, aunque él da por solución a Adán. L a tercera versión dice:
Un hombre murió sin culpa,
cuya madre no nació,
l a abuela quedó doncella
hasta que el nieto murió.
CANCIÓN ERO POPVLAB DE LA BÍOJA 307

515 A casa del comerciante.


Soy del noble, del tunante,
E L REY Y LA REINA Del que me quiera comprar;
Y si me quieren nombrar,
El rey y la reina Siempre les callo mi nombre.
Se van a la cama. Como no quiero renombre,
El rey le tocaba Me llaman por la mitad.
El cómo se llama.
La reina gritaba
Porque le dolía. 518
Y el rey le tocaba GRAN FUNCIÓN HUBO EN E L CIELO
Porque le gustaba.
Gran función hubo en el cielo
Por un joven que murió.
516 Nació antes que la madre,
ENTRE TODOS LOS MANCHOSOS
Pues la madre no nació,
Y en el vientre de la a b a e l a
Entre todos los manchosos, Sepultura se le dio.
Mi padre es quien mancha más.
Yo, por inversa, curioso, 519
Limpio lo sucio, y a más HERMOSA RED Y BIEN TEJIDA
Me hago el menesteroso.
Hermosa red y bien tejida
Con nudos que no se ven
517
EN UN PUNTO EN UN INSTANTE
g ia por mal o por bien
ura ella toda la vida;
Y es una cosa sabida
En un punto en un instante Que en esta red fabricada
El hombre me hizo nacer; Unos claman por entrada
Luego me llevó a vender Y otros claman por salida.
(515) Solución: La guitarra.
(516) Solución: El jabón.
B. Ramírez de Arellano, en BU Folklore Portorriqueño, pág. 27Í, N.° 481, trae la adi-
vinanza así:
Entre todos loe manchosos
mi padre es quien mancha mas.
Y yo por 3a inversa carioso
limpio lo sucio y lo más
y me hago el menesteroso. El jabón.
(517) Solución: La media.
B. Bamírez de Arellano, en sn Folklore Portorriqueño, pág. 2Í5, N.» 99, tiene varias
versiones de esta adivinanza; la versión a dice:
En un punto y un instante ¡sirvo al rey, sirvo al tunante
en un punto fué mi ser ¡y al que me quiera comprar,
y un punto vendré a ser ¡y para mentar mi nombre
porque mi vida es andante; ime parten por la mitad. La media.
(518) Solución: Adán.
Rodríguez Marín, en números 881, 882 y 883, y Fernán Caballero en sus Oirás Com-
pletas, T. 17, pág. 490, dan como solución a Al>el.
(519) Solución: El matrimonio.
Rodríguez Marín trae esta adivinanza bajo el N.° 896, así:
Es una red bien tendida
Que sus nudos no se ven
y duran toda la vida;
y en esta red de pescar
Unos claman por salir
y otros claman por entrar. El matrimonio.
Fernán Caballero, en Obras Completas, T. 17, pág. 471, trae toda la adivinanza ein va-
riante alguna con respecto a la publicada por B. Marín.
308 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

520 También los langaristates,


LEVANTA TU CRUZ DE CRISTO Que ahí va el sanfuriñate
Llenito de la
Levanta tu cruz de Cristo alumbraneia.
Y también la mayestate, Si no corre la abundancia
Pónete las charlasmerlas, Se le quema la habitancia.

(520) Solución: Diz que un cura enseñó a su sacristán, que también desempeñaba de
mucamo, que la vela de su mesa de luz se llamaba mayestate; JaB pantuflas, charlasmerlas; loa
pantalones, langaristates; que el gato se llamaba sanfuriñate, y así por el estilo, siempre
hablando en difícil, a las llamas les decía alumbraneia, al a g u a abundancia y a la casa
habitancia.
Una noche en que el gato quedó encerrado en la habitación del cura, trepó jugando a la
mesa de luz y volteó el crucifijo y la vela encendida. Al caer la vela encendió la cama y el
gato corría envuelto en llamas porque tenía enredada en la, cabeza p a r t e de la sábana. El
humo que salía despertó al sacristán, que asustado gritaba al cura que dormía con las pa-
labras de la adivinanza.
Don Aurelio de Llano, en sus Cuentos Asturianos, t r a e éste bajo el número 152, que e»
bastante parecido al nuestro: '
LA HABITACULAN
El cura de una aldea tenía necesidad de un criado; y un día, al oscurecer, llegó allí un
rapaz y le pidió limosna. Y le dijo el cura: ¿No te da vergüenza andar pidiendo? ¿Por qué
no trabajas? ¿Quieres ser criado mío?
—Sí, señor.
—Pues entra para acá.
El rapaz evlró y dijo;
—Muchas gracias, señor cura.
— Y o no me llamo señor cura, me llamo CURATIS.
—Eso no sabía yo; yero ya me iré acostumbrado o la, manera de hablar de la gente
de este pueblo.
Y dijo el cura:
—Aquí la gente no se llama gente, se llama ABUNDANCIA.
—Bueno, señor curatis, bueno.
En esto pasó por allí el gato y dijo el rapaz:
—¡Qué gato más grande tiene usted!
Y le replicó el cura:
—Eso no se llama gato; se llama PAPALOSBATIS.
—Bueno, bueno, ya me iré enterando de todo. Ahora quisiera calentarme un poco a
la lumbre, porque vengo muerto de frió.
Y dijo el cura:
—¡Qué tonto eres, rapaz! Eso no se llama lumbre; llámase CLAEENCIA.
—¡Ay, qué bien calienta- la clarencia, señor curatis! Para poder calentarme voy a
colgar el zurrón de esta columna.
—Eso no se llama columna; se llama SOSTENENCIA.
Y dijo el rapas:
•—¡Qué sostenenda más fuerte tiene esta casa!
—Esto no se llama casa; se llama HABITACÜLAM.
—Bueno, bueno; todos estos nombres me van quedando en la memoria. Y los que
no sepa, ya me los irá aprendiendo el ama de usted.
Y le dijo el cura:
—No se llama así, hombre; se llama SUSTANCIA.
— ¡ A y , que sustancia más guapa tiene usted, señor curatis!
Se acostaron todos, y hacia la media noche el gato se puso a jugar con una madeja
de lino y se le enredó en el rabo. Y por tanto rabear, para desprenderse de ella, tropezó en
el rescoldo que había en el LLAR y se encendió la madeja.
El gato subió por la columna con la madeja ardiendo y pegó fuego a la casa.
El rapas se despertó y, al ver la casa arder, salió corriendo y se puso a gritar en
medio del pueblo:
— / A b u n d a n c i a ! Papalo&ratis
metióse en la clarencia
y enclarenció la habitáculam
cuando subió por la sostenenda.
¡Abundancia! ¡Abundancia!
que se quema la sustancia.

Los vecinos no entendieron lo que decía el rapas. Y la casa del cura ardió toda.
CANCION EBO POPULAR DE LA £10 J A 309

521 524
ME LLAMAN SANTA Y N O SOY SOLO DIOS E T E R N O SABE

Me llaman santa y no soy, Sólo Dios eterno sabe


Ni siquiera bautizada; El origen de mi ser.
Yo traigo conmigo el día, Yo no nací de mujer,
Soy bien grande y encarnada Tampoco conozco padre,
Y tengo la sangre iría. Soy de un gran jardín la llave,
Y hago que por todo el orbe
El mundo entero se asombre
522 Y estremezca de terror.
Sepa el adivinador:
PICO SIN T E N E R ENOJO Seis letras tiene mi nombre.
Pico sin tener enojo
Y sin nacer soy de corte,
Pero muchos por antojo, 525
Sus dedos viendo mi porte,
Me los meten por los ojos. SOY S A L O M Ó N I G N O R A N T E

Soy Salomón ignorante,


523 Que olvido y tengo memoria,
Tengo infierno, tengo gloria,
SOBRE DE U N A COLUMNITA Soy pobre y tengo un diamante;
No camino y soy marchante,
Sobre de una columnita Me voy y siempre me quedo;
Vi nacer una florcita. Con prisiones no soy reo.
Su hermosura recreaba, Con penas tengo alegría;
Y aunqiie ella no semillaba, Estoy muerto y tengo vida,
Siempre se muere marchita. Ciego soy y todo veo.

(521) Solución: La sandía.


F e r n á n Caballero trae esta adivinanza aaj:
E s santa y no es bautizada,
y trae consigo el djía;
gorda es y colorada!
y tiene la sangre frjia. (Obras - 113 - 17 - pág. 495)

(522) Solución: Las tijeras.


Don Kicardo Palma, en sus Tradiciones Peruanas, T, V I , pág. 119, consagra una precio-
sa noticia sobre el poeta espa&ol don Esteban de Terralla y Lauda, que vivió en Lima por
lor años del 1787.
Terralla ora hombre da mucho ingenio y compuso bonitas adivinanzas, t a n buenas eran
que le valieron el título de poeta de las adivinanzas.
A Terralla, dice el señor P a l m a , le eonotíó una colección manuscrita de cuarenta adivi-
nanzas, la primera de las cuales ea la nuestra, dice a s í :

Pico sin tener enojo»,


y sin nacer Boy de corte;
pero muchos con arrojos,
los dedos, viendo mi porte,
me los meten por l<ps ojos.

(523) Solución • La vela.


(524) Solución : La muerte.
(525) Solución: El diccionario. •
310 JUAN A L F O N S O C A E B I Z O

526 528
TIENE LA CARA MUY BLANCA YO NO ME CHANZO CON NADIE

Tiene la cara muy blanca Yo no me chanzo con nadie,


Y las manos siempre negras, Nadie se chance conmigo,
H a b l a sin tener boca, Porque a ú n al más amigo
A n d a sin tener piernas, También lo suelo a g a r r a r ;
Y nunca está prisionero Curas, obispos y alcaldes
Con tener cuerda y cadena. También los se revolcar.

527 529

YO NO SOY DE HOMBRE NACIDO YO SOY UN GIGANTE

Yo no soy de hombre nacido, Yo soy u n gigante


Como que no tuve madre, De mucho v a l o r ;
P e r o la tuvo mi p a d r e , Tengo doce hijos
Abuelo no conocimos, De mi corazón.
Hermanos somos los dos, De estos doce hijos
Y elegidos de la gente, Tengo treinta n i e t o s :
De mañana a primera hora, La mitad son blancos,
Tomamos el aguardiente. La mitad son prietos.

(526) Solución; El reloj de bolsillo.


(527) No se querrá decir.
(528) Solución: El vino.
(529) Solución: El año, los meses y los dias con sus noches.
Rodríguez Marín, en Cantos Populares Españoles, trae esta adivinanza, bajo el núme-
ro 263, y dice:
Yo soy un gigante de grande valor;
Tengo doce hijos de mi corazón;
De estos doce hijos tengo treinta nietos;
La mitad son blancos, la mitad son prietos.
El año, los meses, los días y las noches.
Fernán Caballero la trae así:
Soy rey que impero en toda nación,
tengo doce hijos de mi corazón,
de cada uno treinta nietos
que son mitad blancos y son mitad prietos. El año.
(US - 17 - N> 67)
R. Ramírez de Arellano, en su Folklore Portorriqueño, .pag. 260, N.» 383, trae la adi-
vinanza así:
Un padre tiene doce hijos
y sesenta nietos
la mitad blaneos
y la mitad prietos.
(Año, meses y semanas).
CANCIONES MATONESCAS
530 2
—Yo ¿a lo que me confeséí
A MI ME HICIERON PRENDER Antes de haberme casado.
Pero agora, por mi oficio,
A mí me hicieron prender, El cielo tengo ganado.
Hoy me remachan los grillos.
Esc que me hizo prender
Ese es mí mejor amigo.
—¿Qué oficio tienes, hermano,
Que me interesa saber?
Ese es mi amigo querido: A que estamos obligados
Había sido vengativo. Todos después de nacer.
Yo también entiendo de armas,
Hoy no lo lloro perdido.
—Mi oficio es a n d a r de noche
Las armas son muy variables.
E n venturas procurando
Afrentando al enemigo:
Y volver con las agencias
Disponiéndose a peliar,
Cuando el día va aclarando.
Se le pega al más amigo.

Eso es decir que robáis


531
Y que es un mal arraigado.
Te acercas a este lugar
CUANTOS AÑOS H A R Á H E R M A N O P o r ocultar tus pecados.

—¿Cuántos años hará, hermano, —Yo, padre, fui liberal,


A lo que no te confiesas? M;is agora resertor.
Y sigan infiero yo A pesar de ser novicio,
Vos no sos muy buena pieza. Me desempeño, señor.

(530) "Dictado por don Santiago Ormeño en Villa Unión.


(531) Don José García en Aimogasta, don Silvano Romero en Anillaco (Dto. Castro
Barros) y don Roque Qnevedo en Suriyaco (IKo. Pelagio B . L u n a ) , me dictaron este cantar
casi sin variantes.
En el Cancionero Popular de Salta se redistra bajo el N," 479, una versión de sólo seis
cuartetas, recogidas en la Frontera ( A n t a ) . ]Este eantar debe haber sido muy popular en
el último tercio del siglo pasado, poique fienáo nifio oí algunas estrofas pertenecientes a él
que las recitaban loa paisanos de mi pueblo natal en Catamarca. Recuerdo estas tres estrofas:

Atención pido al silencio


y a! silencio la atención
p a r a referir la historia
de un chileno en confesión

—Acuso mi p i d r c santo
que yo era muy ladrón
robaba las vinajeras
y cuando podía el copón.

•—Acuso mi padre santo


que yo era muy ratero
al ministro de la iglesia
lo dejaba sin sombrero.

E s t a s dos últimas parecen ser las que llevan los números 10 y 8, respectivamente, del
cantar.
Las estrofas 14.* y 18.* se repiten quizá por habérselas olvidado don Silvano Homero,
que es de quien tomé la versión.
Sigón: por según. Es de uso frecuente en el Tucuman esta anomalía fonética.
314 J V A N A L F O N 8 O C A B B I Z O

7 16
—Seguí diciendo t u s culpas —Si más antes no vinieres,
Con la mayor brevedad, Te abstuvieras, pecador,
Pero vas bien alvertido Si has de hacer lo que t ú quieras
Que es u n pecado mortal. Y no lo que el confesor.
8 17
—Acuso, mi padre santo, —Acuso, mi padre santo,
(Esto va por lo primero) Que en u n a cierta ocasión,
Al ministro del altar Al descuido de u n a niña,
Lo dejé ayer sin sombrero. Le arrebaté el peinetón.
9 18
—Explícate, no te entiendo, Mal hiciste de echar mano
Que me interesa saber, De esa alhaja que no es tuya,
P a r a acomodar el mío Y es muy preciso que al dueño
Donde no lo puedas ver. Esa alhaja restituyas.
10 19
—Los domingos sé ir a misa, —Eso es pedirme imposibles,
Y tengo por devoción Que yo no lo podré h a c e r :
De robar las vinajeras Así como la vendí,
Y si puedo hasta el copón. ¡ Cómo lo puedo volver!
II 20

Acuso, mi p a d r e santo, —La plata en que lo vendiste


Que yo a la iglesia d e n t r é ; O que te dieron por él,
Eché mano al incensario Preciso es que restituyas
Porque a mano lo encontré. Ni anque más no pueda ser.
12 21

—Decime, hijo, ¿lo llevaste —Esta es otra, padre mío,


Con intención de volver, Parecida a la primera,
O era con resolución Como que me urge que tenga
De quedarte vos con él? Cuartillo en la faltriquera.
13 22

—Las espaldas volví luego, —Hasta en esto te conozco


Que en eso anduve muy listo. Que sos sismático en todo,
Al dueño del incensario Que no aflojas lo que a g a r r a s
Hasta agora no lo hi visto. Ni anque te den en el codo.
14 23

—Mal hiciste de echar mano —Siga, padre, con paciencia,


De esa alhaja que no es t u y a ; No se quiera propasar,
Y es muy preciso que al dueño Porque si ahurita me enojo
Esa alhaja restituyas. Murió su paternidad.
15 24

—A hacer la restitución —Respeta, hijo, este lugar,


No me puedo resignar, Escúchame con paciencia
Pues tengo por suficiente E n el alto tribunal
De venirme a confesar. De la santa penitencia.
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 315

25 33

—Acuso, mi padre santo, —Con eso n a d a remedio,


Que a u n ministro igual a vos, Y por fuerza me va a dar
Le pegué una puñalada Doscientos pesos lo menos
P o r interés de u n reloj. Sin moverse de ande está.
26 34

—Decime, hijo, si murió :—Ay, me has puesto en u n apuro,


O fué postrado en su herida, Pero por servirte a vos
O si de la puñalada Te daré para que empeñes
E l fué arriesgando la vida. Si querís este reloj.
27 35

—Yo supongo que murió —Por ser de oro lo recibo,


Pues eso no he presenciado, Pero h a i ser con condición
Porque no ha sido el primero Que al reloj j u n t o conmigo
De los que yo he despachado. Le ha i echar la absolución.
28 36
—Seguí diciendo tus culpas, —Absuelto de culpa i pena,
No hablemos más del asunto, Vayanse juntos los dos,
Porque el tiempo se nos p a s a : Que con librarme de vos
Yo vu'a atender al difunto. Daré gracias a mi Dios.
29
—Yo no me muevo de aquí 532
E n toda esta conclusión
Si no me despacha agora DOÑA CONCHA GVIÑAZU
Con toda satisfacción.
Doña Concha Guiñazú
30 Mandó decir a Rosales
—Ya que estás a eso resuelto, Que se lo m a t a r a a Bustos
Puedes hacer intención, P a r a que los dos se casen.
Que estoy pronto a terminar
Y echarte la absolución. Rosales no se animó

31 Pero a Valencho lo vio


Ahora, padre, estoy contento,
Pero me falta llevar Salieron pa t r a s la casa
Unos reales que preciso Con todos los alcahuetes,
Y a esos usted me los da. P o r saber cómo iba a hacer
P a r a consumar la muerte.
32

—Apenas un par de pesos Tarde la noche a deshora,


Te puedo facilitar, X a malvada estaba a l e r t a :
Y dándotelos a vos —Levanta, Bustos querido,
Quedo sin un medio real. L e v a n t a y abre la puerta.

(532) Dictada por don. Isaac Quinteros, en Santa Bita de Catuna, en 1940.
Quinteros la aprendió a su tía, en el mismo lugar.
Concha: Es el nombre cariñoso que se da a las mujeres llamadas Concepción; como Vichi
se les dice a los Vicentes o a las Vicentas j Picbu a las Petronas,
316 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

—Pasen para adentro, amigos, 53*


¿Qué t r a e n alguna nueva? EN ENERO TE SOÑÉ
—No traigo otra novedad:
Prevéngase pa que muera. E« Enero te soñé
Un día de mucho frío.
—Como nací pa ser hombre, En Febrero te formé
Antes de que yo me muera, En la mente a mi albedrío.
Les daré lo que desean
Y me iré para otras tierras. E n Marzo empecé a buscarte,
Y pude hablarte en Abril.
—Favoréceme, hija mía, Por fin en Mayo escuchaste
Como yo lo hice con vos. Mi declaración febril.
E n Junio ya nos hablamos,
Tu mnno en Julio pedí.
Dieron tus padres el sí,
Lo sacaron p a r a fuera, Y en Aijosto nos casamos.
Hasta una cuadra se fueron,
Y le quitaron la vida Pasé Setiembre dichoso,
Como quitarla a un cordero. Como buen enamorado;
Mas en Octubre cansado
Doña Concha Gruiñazú Estaba de ser t u esposo.
Se quedó muy placentera :
Metió la mano al bolsillo, Aburrido, la badana
Les pasó la tabaquera. Te zurré al llegar Noviembre,
Y por no verte en Diciembre,
Con otra me fui a la Habana.

533
535
E L G A L L O Q U E ES F I N O C A N T A
M E Q U E J O PORQUE M E D U E L E

E l gallo que es fino canta Me quejo porque me duele,


Que venga a cantar aquí. Que de no, no me quejara.
Cantará después de mí, ¿Cuál es aquel que se queja
De lo contrario no canta, Sin que no le duela nada?
Porque tengo una g a r g a n t a
i¿ue la envidia el mundo entero. GLOSA
Yo soy un gallo g u e r r e r o :
Peleo y no me desmayo, Siento que me estoy quemando.
Y no quiero que otro gallo Venite, me andoy asando,
Cante aquí en mi gallinero. ¡ P u t a que me hace calor!

(533) No recuerdo LÍPTI, pero creo que me dictó esta décima don Rosario Mercado en
L a Cuadra ( F a m a t i n a ) en 1939. > i
(534) Dictada por doña Felisa Herrera en Malligasta (Dto. Chilecito). Doña Felisa
Herrera fué la persona que más coplas me dictó en L a Bioja.
(535) E s t a glosa me fué diotada por don Domingo Correa en S a n t a Cruz (Dto. Fama-
t i n a ) . Correa tenía 6» años en 1039. Kra analfabeto y aprendió el cantar en Copacabana
(Dto. Tinogasta, en C a t a m a r c a ) .
L a cuarteta es conocida: don José Restrepo, en su Cancionero de Antioquía, N.° CLX, la
trae así:
Me quejo porque me duele,
Y si no, no me q u e j a r a ;
¿Quién será aquel que se queja
Sin que no le duela nada?

J . Alden Masón, en sii Porto-Eican Folk-Lore, trae una otra glosa a esta misma cuar-
teta, bajo el número 87.
CANCIONEEO P OP ü L A 8 DE LA B 1OJ A 317

Ave María zanjón Pareéis municipal


La soberbia que rae tiene. De los Cerrillos de Teño,
Un solo calor me hiere Y sete un poco más bueno,
E n verano o en invierno. Jío me estés haciendo mal.
Dice el diablo en los infiernos:
Me quejo porque me duele. -i—Vos has de ser un gran flojo,
Vagamundo, mata perros.
Un diablo se fué a d e n t r a r Voy a colgarte u n cencerro
Adonde estaban r e z a n d o ; De la j e t a sin enojo.
Creyó que estaban jugando ¡Errando te saco u n ojo,
Y por a r r a n c a r cayó. Toro bajado del cerro
A que no la meto yo ¿Y quién es este corajudo
Con este toro que n a d a ; Que me forma tal bolina?
Cuando lo pican se para Pasará para la tina
Dijo el judío a t u r d i d o : Si acaso le doy el bajo.
Vengo t a n adolorido
Que de no, no me quejara.
537
Un diablo vistió de luto
Y se dentro en un convento,
OIGA, SEÑOR B O L I C H E R O
Y después de estar adentro
8e llegó a asustar el bruto.
Le pasó lo de Canuto Oiga, señor bolichero,
E n este telar quien teje, Vengo a que me haga u n favor:
Antes que adentro me dejen Que me fíe por primero
¡ L u g a r ! que pa. fuera voy. Una damajuana i vino
Sin tener ningún dolor, Y un t a r r i t o de salmón.
¿Cuál es aquel que se queje? Esto es porque pobre me hallo.
No me saquen del caballo,
Con esto, le dije al diablo: Porque andoy en reunión.
Conmigo no tiene alianza,
Los hago cobrar venganza -—Hombre, te doy a saber
Más enojado que un cabro, Que venís muy mal fundado,
Que a las puertas yo las abro Porque a causa del fiado
Y las dejo en bufonadas. Yo me quedo sin comer,
Y mis hijos y mujer
Y digan pu allá chorriando ¡Me dan guerra con razón.
De leso me ando quejando
Sin que no me duela nada. —Hombre, déjese de asunto,
Piense usted con buena g a n a :
Trabajando mi semana
536 Le pagaré todo junto,
Y hágalo por el difunto,
MIRA PACO POROTERO Que ha sido muy calavera.
Domé el castigo que quiera,
—Mira, Paco porotero, No me niegue la gotera.
¿Por qué t ú me llevas preso?
Por torpe, canalla y leso, —Retírate, pues, amigo,
Por flojo, vago y ratero. No vengas a molestar;
—Yo soy noble caballero, Voy a llamar la justicia,
Fíjate bien, policial. Y te voy a hacer sacar.

(536) Dictado por don Hermenegildo Ro^ríguííz en Banda Florida.


Leso-a: Respecto a esta voz muy poco usada en nuestro país dice don Zorobabel Rodrí-
guez en su Diccionario de Chilenismo*: Es un adjetivo que usamos en Chile para designar a
aquella numerosísima familia de los necios, eta. '
Seguramente es un cantar chileno.
(537) Dictada por don Gabino Córdoba, 4 e 60 años, en Salinas (Dto. Pelagio B . L u n a ) .
318 JUAN A L F O N S O C A B B 1 Z O

Así es todo bolichero: 540


Cuando le pareee mal, SOY UN HALCÓN DE VIRTUD
Porque me ve sin dinero,
Hasta me ha de rempujar. Soy un halcón de virtud,
Que cazo cuando tengo hambre;
Y nunca se echa de ver
538 El daño que hago en las aves.
POR ESTOS LADOS DE ARRIBA
GLOSA
Por estos lados de arriba Soy ligero en el cazar
Yo hice muchos extremos. Con lindas aves r o b u s t a s ;
Nada me falta pa diablo A las que a mí no me gustan,
En los Cerrillos de Teño. A esas las dejo pasar,
Porque suelo levantar
GLOSA El vuelo con prontitud.
Como tengo esta actitud
De cazar las avecillas,
E n las ciudades y villas
P a r a mí n a d a es ajeno, Soy un halcón de virtud.
Lo que miro dueño soy,
Dice el Cojuelo mayor. Si encuentro algún ave ajena
E n las regiones más altas Que h a y a tenido otro dueño,
Los diablos me dicen taita: E n silencio y con empeño
Yo hice muchos extremos. Las cazo yo por docenas.
A las que me salen buenas
Yo soy u n diablo en mí, t a n t o T r a t o de hacer un fiambre,
Que en mí mesmo desconfío; P o r si alguna vez con hambre
Tengo el alma de u n judío, Encuentro algún conocido:
Nacido de u n a onza soy. Con las aves lo convido
Que cazo cuando tengo hambre.

Suelo a los campos salir


Sólo a divertir la vista,
539 Y el ave que a mí me dicta
L a comienzo a perseguir.
SOY CAZADOR DE VIRTUD De mí no se puede huir,
Muy poco me dan qué hacer,
Soy cazador de virtud, Porque yo suelo tener
Y cazo cuando tengo hambre; Una victoriosa suerte.
Y nunca se echa de ver Así, silenciosamente,
El daño que hago en las aves. Poco se me echa de ver.
GLOSA Salgo con toda alegría
Tarde la noche a deshora,
Y a las aves voladoras
Las cazo al venir el día.
Esa virtud Dios me dio Si veo que está dormida,
Con su divino poder. Me le voy con vuelo suave,
Yo cazo el ave que quiera, Al que ignora esto y no sabe
Y nunca se echa de ver. Le digo con g r a n v e r d a d :
E s gracia y habilidad
El daño que hago en las aves.
(538) Dictada en Santa Cruz (Dto. Famatina) por don Domingo Correa, analfabeto,
de 65 afioa.
(539) Dictada por don José Narváez en Pagancillo en 1939. En los cancioneros de
Salta, N.° 459, y de Tucumán, N.° 941, hay una glosa en décimas a esta misma cuarteta.
(540) Dictada por don Melitón Segundo Páez Porra en SañogaBta en 1939. También
figura en el cuaderno de la viuda de Tejada.
CARIÑO Y PENAS FILIALES
541 La madre sabe coser,
La madre sabe lavar.
DIJO E L SABIO SALOMÓN Hijo es de mala cabeza
Aquel que sale a rodar.
Dijo el sabio Salomón:
—Esto ha de ser memorable:
¡Amar al padre y la madre, 542
Y tanto que lo ignoramos!
La madre es la que padece, ¡QUE DOLOR PARA UNA MADRE!
IY tan mal que le pagamos!
Tiré rienda a mi caballo ¡ Qué dolor para una madre
Para salir caminando, Cuando el hijo se le va
Sólo sintiendo a mi madre, Aborrecido de todos!
Que se quedaba llorando. ¡Quién sabe si volverá!

Y yo le dije a mí madre: Al poner pie en el estribo,


—No llore ni tenga pena, ¡Ay qué pena que me dio,
Que por mi gusto me voy Al ver mis tristes amigos
A rodar tierras ajenas. Echarme el último adiós!
Y me contesta mi madre: Tiré rienda a mi caballo
—Hijo de mi corazón, Para seguir caminando.
Irás bien encomendado —No te vayas, hijo mío—,
A Dios con una oración. Dijo mi madre llorando.
La bendición dio mi madre —No te vayas hijo mío,
Al tiempo de la partida. No salgas sin conocer:
Sólo a mi madre le dije: Unos te han de mirar bien
—¡ Adiós, mi madre querida! Y otros te han de aborrecer.
Yo no aconsejaré a nadie —No llore, madre querida,
Que salga del lao sus padres: No llore ni tenga pena,
Los trabajos que uno pasa Que por mi gusto me voy
Son lágrimas de una madre. A rodar tierras ajenas.

(541) Dictado por doña Felisa Herrera en Malligasta (Dto. Caüecito).


(542) Dictado por don Benedicto Ormefio en Pagancillo.
21 - I
ORACIONES PIADOSAS
SAETAS
543 546
Acuérdate, pecador, La santa justicia
Que tu vicia es una luz, Llamándome está.
Y que te puedes morir El error y el miedo
Antes de decir Jesús. No me dan lugar.
544 547
De arriba me tiran bombas Levanta, feliz dormido,
Y de abajo cañonazos. Si acaso durmiendo estás,
Levántate, pecador, Que te ha venido a cantar
Apaga ese fogonazo. Una sirena del mar.
545 548
La sangre que mi Dios vierte Suena la campana:
Hoy nos convida al perdón. Llamándome está;
Si no cambiara de vida, Pero los cuidados
Será mi condenación. No me dan lugar.

ORACIONES A NUESTRO SEÑOR


549 550
A ti encomiendo el alma !Ay, Jesús de Nazaret,
Y el espíritu, Señor; Hijo de Santa María,
Para no perder el fruto Sálvame de las prisiones,
De tu sagrada pasión. Cúrame de las heridas,
Saetas: Anoto estas seis cuartetas con el título de Saetas, no porque sean laa únicas que
se incluyen en este capítulo sino porque las mujeres del pueblo llaman saeta propiamente di-
cha a las cuartetas que encierran alguna reflexión o mejor una amonestación que nos obliga
a enderezar la vida al ideal cristiano. En realidad las saetas no se ciñen a esa concepción
únicamente porque más bien tienden a reflexionar sobre el sufrimiento de Nuestro Sefior en
el Camino al Calvario.
(545) El padre Grenón S. J., en su libro Saetas, trae l a nuestra en la página 29, b a j o
el N.° 3, a s í :
L a sangre do Dios vertida
que hoy te convida pi perdón,
si no mudares de vida,
será tu condenación.
Dice el padre Grenón que esta saeta, juntamente con numerosas otras que transcribe, fué
tomada del Saetario del padre jesuíta Pedro Calatayud, publicado en Murcia ( E s p a ñ a )
en 1734.
También figura nuestra saeta en el Directorio y Prontuario para Ejercicios Espirituales
dispuestos por el doctor don Domingo Caviedek, director espiritual que fué de la Santa Casa
de Ejercicios de Buenos Aires, año de 18S3 (lleva el número 8 0 ) .
P o r último, el padre Grenón publica nuejstra saeta en la página 79 de su libro como
formando p a r t e de la colección publicada en el cuadernillo titulado Septenario de los Dolores
de María Santísima y bellísimos recuerdos para conseguir una santa y buena muerte, Córdoba.
Imprenta del Eco, de Córdoba 1869. Dice el padre Grenón que el cuadernillo había sido reim-
preso en Buenos Aires en 1781 y que el prólogo lleva la firma del obispo de Córdoba, F r a y José
Antonio de San Alberto, que lo fué entre 1781 \ y 1784.
(550) Dictado en San Miguel (barrio dé Chilecito) en 1939 por don Ramón Villafañe,
de 50 años. Rodríguez Marín t r a e nuestra oración bajo el número 1052 a s í :
- Señor mío Jesucristo, Ni mi alma corrompida.
Hijo de Santa María, Quien esta oración dijere"
Guardarme por esta noche Tres veces todos los días
Y mañana todo el día. A la hora de su muerte
Que mi cuerpo no sea preso "Verá a la Virgen María.
Repárese en la forma viciosa de la palabra guardarme en vez de guardadme de la oración
española. En igual vicio incurre nuestro pueblo, como podrá notarse en la nota a la can-
ción N.° 296.
~
326 J U A N A L F O SO C A B B I Z O

No vea sangre en mi cuerpo, Mi cuerpo no quede preso


Ni mi alma sea p e r d i d a ! Ni mi sangre corrompida.
551 555
Al ladito del sagrario Misericordia, Señor,
He dejado este clavel: Misericordia de mí.
Como es Jesús con su Madre, A t a n t a misericordia
Yo quiero ser p a r a El. 1 Qué mal te correspondí!

552 556
Después de haberte ofendido, Sangre de Cristo,
¡Oh Dios!, como ingrato y v i l ; Cordero en la cruz,
No tengo más que decir: Hijo de María,
¡Misericordia de m í ! Líbranos Jesús.
557
553
Señor, dame una buena vida
¡ Dulce Jesús de mi vida, Y una buena suerte,
P o r vuestro santo dolor P o r t u santísima muerte.
Salva mi ánima p e r d i d a !
¡Por vuestras llagas, Señor! 558
Señor, que por nuestras culpas
554 Fuiste en la cruz a morir,
Jesús, hijo de María, A la hora de la muerte
Guárdame todito el d í a : Acuérdate de mí.

ORACIONES A LA SANTÍSIMA VIRGEN


559 Siendo u n alma pecadora,
Adiós, clavellina hermosa, Que de Dios tenga perdón?
Madre del Verbo Divino, E n el cielo está una silla
Échame t u bendición, Cubierta de conchas f i n a s :
Llévame por buen camino. La tiene Nuestro Señor
P a r a la Virgen María,
560
Aquí acaba esta alabanza,
CANTEMOS LAS ALABANZAS
Se acaba la vida m í a :
Cantemos las alabanzas, Mañana la cantaremos
Que es muy buena devoción. Si Dios nos presta la vida.
Con tu santo escapulario Alabado sea el Santísimo
Échanos t u bendición. Sacramento del Altar
E l demonio está contento Y la Virgen concebida
P o r u n alma que ha llevado. Sin pecado original.
E l ángel queda llorando
De ver la cuenta que h a dado. 561
De allá sale Nuestra M a d r e : DIOS TE SALVE, MADRE
No llorís, ángel v a r ó n :
Yo le pediré a mi hijo Dios te salve, Madre,
Que esta alma tenga perdón. F l o r de J e rico.
Otra no se vio
Y de allá sale el m a l d i t o : Alegrar al mundo
i Es posible, g r a n Señor, Cuando floreció.
(560) Dictado por don José Gaetán en Chileeito en 1939.
(561) Dictado en la ciudad do La I ioja por la señora Marquesa Lamadrid, viuda de
Oliva, en 1938.
CANCIONERO POPULAR DE LA BIOJA 327

Dios te salve, Flor Eres luna hermosa,


De fragancia fina, Cándida María,
Que sólo se encuentra Sin menguante alguno,
'N el j a r d í n de Lima. Clara más que el día.
Dios te salve, Arca, ¡ Oh, estrella del mar,
Donde deposita Que nos pronosticas
Todo su tesoro Un seguro puerto
La Trinidad misma. P a r a nuestra dicha!
Dios te salve, Espejo,
Flor de Jericó,
E n quien Dios se mira, Que otra no se vio
Como luna hermosa Alegrar al mundo
Y sol de justicia. Cuando floreció.
Dios te salve, Fuente
P u r a y cristalina, Pues eres mi madre,
Cuyas vivas aguas Mi reina y señora,
Son mi medicina. Mi bien y mi todo
Y mi intercesora.

562 Ya que he concluido,


Mi aliento y mi voz
LOS VESTIDOS DE JESÚS Recibe, Señora,
E n prenda de amor.
Los vestidos de Jesús
A los pies de Magdalena. CORO
Las reliquias de María
A r r a s t r a d a s por la arena. A vuestros devotos,
Quien rezara esta oración Cándida María,
Tres horas antes del día, A la gloria eterna
De Dios será perdonada Servidles de guía.
Y de la Virgen María.
Madre mía de Dolores,
Haz que cuando expire yo
563 A mi alma se la entregue
E n las manos del Señor.
MADRE DEL ROSARIO

Madre del Rosario, 564


Hermosa mía,
Consuelo de pobres, MÍSTICA ROSA
Los caminos guía.
Mística rosa,
Sacra embajadora Madre gloriosa
De aquella suprema Del Salvador,
Majestad que ocupa Sin mancha naciste
Los cielos y tierra. Y elegida fuiste
E n t r e mil y mil.
A los que navegan Hermosa y con gracia,
E n aquesta vida Sois la protegida,
Como una abogada Sois la bendecida
Bien los patrocina. Por el Criador.

(562) Dictada por don Ramón Villafaüe, de 50 afios, en San Miguel (Chilecito) en 1939.
(563) Dictada por doña Saturnina Nieto en Sálicas (Dto. Pelagío B. Luna). Me decía
doña Saturnina que estos versos son de Chuquis (Castro Barros), donde los cantaban a la
Virgen de la Mulita, preciosa imagen enajenada por el mayordomo de la iglesia local.
(564) Dictada por la Srta. Zoila Córdoba on Machigasta en 1938.
328 JUAN A L F O N S O O A Ji 2¡ i B O

565 Pues madre de mejor hijo


Es quimera manifiesta,
jOh, Virgen S a n t a María, Recibime por t u hijo
Madre del Verbo Divino, Y dame esa p r e n d a cierta.
E n vuestra presencia me hallo:
P a r a mi muerte os convido! Que tus amantes consigan
De la salvación eterna,
Pues nadie se ha de salvar
566 Sin que tu amor intervenga.

I Oh, Virgen santísima, A t u corazón lo cito


P o r mí has de r o g a r ! P a r a mi hora postrimera.
No viva ni muera Entonces será mi dicha
E n culpa mortal. De t u merced consecuencia.

568
567
SEÑORA VIRGEN MARÍA
SACAD PUES A TUS DEVOTOS
Señora Virgen María,
Sacad pues a tus devotos Virgen Madre, ya pariste,
Del purgatorio, Señora, Si al pecador recogiste,
Ya que p a r a todos eres Recógeme a mí, Señora,
Madre de misericordia. Que soy una pecadora.

Imponderables finezas Escalas del alto cielo,


De vuestras manos dependen. Arcos de la Trinidad,
El que sigue vuestras huellas Con la hostia se levanta
Rayos, ni ríos ofenden. E l Cáliz en el Altar.

Madre de misericordia, Aquí está el Niño Jesús,


E l ser madre desempeña, Tendido en la S a n t a Cruz,
E n los conflictos prestando P a r a dar al mundo entero
Mercedes a manos llenas. Rayos de su eterna luz.

Quien rezare esta oración


Madre mejor que Raquel, Todos los viernes del año,
Mejor que Sara y Rebeca, Sacará una alma de pena
Y de todas cuantas madres Y la suya de pecado.
Se h a n visto y ver se espera.

Pues madre de mejor hijo 568-a


E s quimera manifiesta,
P u e s al toque de los ruegos SEÑORA VIRGEN MARÍA
Son tus mercedes respuestas.
Señora Virgen María,
Échanos tu bendición Bien sabimos que paristes.
Como madre verdadera. Todo el mundo recogistes,
E l favor que te suplico Recógeme a mí, Señora,
No será la vez primera. Que soy u n a pecadora.

(567) Este cantar a la Virgen de las Mercedes me fué dictado en la ciudad de La


Eioja por doña Marquesa Lamadrid, viuda de Oliva, en 1938.
(568) Dictada por la señora Sofía Zarate Pérez de Díaz en la ciudad de La Eioja.
(568-a) Dictada por doña Marcelina Creta de la Cruz Roldan Avila, viudad de Herrera,
en la ciudad de La Eioja. Esta señora aprendió el cantar en Tama, BU villa natal.
CANCIONERO TOPULAB DE LA EIOJA 329

Las escaleras del cielo, Cáliz queda en el A l t a r :


Barcos de la Trinidad, Tuda la gente cristiana
Cuando se levanta la hostia Se levanta a adorar.
Se te rinden a adorar. Yo soy el niño Jesús,
Aquí está el Niño Jesús E s t a es mi cuna y mi cruz,
Con su cama y con su Cruz; Estas son mis disciplinas
Estas son sus disciplinas Que benditas carnes rompen.
Que sus tiernas carnes rompen.
Quien rezare esta oración El que rece esta oración
Tres veces al acostarse, Todos los Viernes del año
Tres veces al levantarse, Saca una ánima de pena
Gozará de u n g r a n perdón. Y la suya de pecado.
Quien la sepa y no la reza,
Quien la oye y no la aprende,
568-b El día del juicio sabrá
Lo que en ella se conviene.
SEÑOR MIÓ JESUCRISTO

Señor mío Jesucristo, 569


Sabemos que padeciste.
V I R G E N MÍA D E L PILAR
Todo el mundo recogiste,
Recógeme a mí, Señor, Virgen mía del Pilar,
Que soy pobre pecador. Que andas de villa en villa
Escaleras p a r a el cielo, Y de lugar en lugar.
Arcos de la Trinidad,
Cuando la hostia se levanta,

(568-b) Dictada por la señorita María Marta Valverdi en la ciudad de La Rioja en 1938.
L a última p a r t e de esta composición ea una estrofa conocida que usa el pueblo en nu-
merosas oraciones piadosas a manera de estribillo p a r a obligar a otra persona a propagar
la oración.
Don Constantino Cabal, en su libro El Individuo, pág. 53, t r a e esta terminación a s í :
La generalidad de estas plegarias, que abundan también muchísimo, llevan esta invaria-
ble coletilla, oportuna en gran número de caso» ¡porque dice lo que son;
—Quien esta oración dijese
todos los viernes del año,
saca cien almas de pena
y la suya de pecado.
Quien la sabe y no la dice,
Jesucristo lo maldice.
Y quien la oye y no lo aprende,
ya verá el día del Juicio
lo que en ella se contiene...
Don Vicente T. Mendoza, en su libro Romance y Corrido, t r a e esta versión de su tierra
mejicana:
Quiero agregar que numerosos romances 96 hallan dispersos en oraciones impresas o se
trasmiten oralmente de padres a hijos; así encuentro el siguiente fragmento <jue oí recitar en
Puebla por el año 1904:
Quien rezare esta oración
todos los viernes del)año,
sacará un alma de ppna
y la suya de pecado. \
Quien la sabe y no \a resa
el que la oye y no la\ aprende
el Día del Juicio sabrá
lo qué esta oración contiene.
Silvio Homero, en Cantos Populares do Brasil, pág. V I I I , tTae esta colilla a s í :
Quem ouvir e nao aprender,
Quem souber e nao ensinar,
No dia de Juizo
A sua alma penará.
(569) Dictada por doña Doraliza Alvarez en Vinchina en 1939.
330 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

Fueron para Roma, —Ay, hijo mío, adorado,


Y la hallaron transfigurada, En el sueño te he soñado
Puesta una mano en el cáliz De pies y manos clavados,
La otra en la hostia consagrada. Y que con hiél y vinagre
Tu dulce boca han tocado.
Quien rezare esta oración
Cuatro almas saca de penas: Quien rezare esta oración
La primera de mi madre, Tres veces al acostarse,
La segunda de mi padre, Tres veces al levantarse,
La tercera con la mía Sacará un alma de pena
Y cuarta la que el Señor Y la suya de pecado.
Quiera a su gracia llamarle. Quien la sabe y no la reza
Quien la oye y no la aprende,
El día del juicio sabrá
570 Lo que en ella se contiene.
SUEÑO DE LA VIRGEN
570-a
En el monte de Belén
Está la Virgen María E N EL MONTE DE BELÉN
Con un librito en la mano
Donde rezaba y leía. En el monte de Belén
Vino su hijo precioso, Donde rezaba y leía:
De este modo le decía: —¿Qué haces aquí, Madre mía,
—¿Qué hace aquí madre mía? Veláis y rezáis?

(570) Dictada en Aimogasta (Dto. Arauco) por la señora Rosario Aria» de Chuiñbita,
de 76 años. Había aprendido la oración en su niñez en el lugar.
(570-a) Dictada por la señorita Carmen Lujan en la ciudad de L a Eioja en 1938.
Don Damase Arbaud, en su libro Chants Populaires de la Provence, T. I , pág. 13, tiene
nuestra oración así:
LOU PANTAI DE LA BOUENO MERO
Au bouesc doou mount des Oouliviers —Mero, boueno Mero, nen siatz tristo,
Ounte Jesús a fach soun liech, Que marri pantai n'avetz-vous fachf
Jesús un t a n t grand cris a gitat, —Ai fach un pantai que les estellos
Que Gabriel s'est reveillat. tí'en ananavoun en souspirant,
—Gabriel, veilletz ou dourmetz? Que lou soureu doou ciel saunavo
—Iou ni n'en douerme ni n'en veille. E t n'en degoutavo de sang.
—Anetz au bouesc de Jerusio — A h Mero, boueno Mero,
Li trouvaretz ma Mero Mario, N'es pas un p a n t a i qu'avetz fach
Li diretz: Diou vous douno lou bouen jour. E s la puro realita.

Qu aquest ouresoun saura


Tous les divendres lou dirá
J a m a i soun amo perira
Diou de l'Infer la tirara.

Don J u l i o Vicuña Cifuentes, en su libro Romances Populares y Vulgares, Nos. 90, 91 y 92,
transcribe tres versiones chilenas de esta oración, recogidas por el señor Eamón A. Laval y pu-
blicadas por éste en Oraciones, ensalmos y conjuros. He aquí la versión A:

En el monte de Belén dulce Jesús de mi vida—.


está la Virgen María
con su librito en las manos, El que rece esta oración
que ella rezaba y leía. tres veces continuamente,
Llega su hijo precioso: verá a la Madre de Dios
—jAsí rezáis, madre mía? tres horas ante 'e sa muerte.
—No rezo, sino que velo Quien la sabe y no la reza,
tus pies y manos benditas, el que 1' oye y no la aprende,
la llaga de tu costado, cuando llegue el día 'el juicio
y tu boca humedecida verá lo qu' ella contiene.
con vinagre y hiél amarga,
CANCIONERO POPULAS DE LA MIOJA 331

—No velo, ni rezo; Abierto el cielo hallará


Un sueño he t e n i d o : Con sus puertas muy floridas,
Que tus pies y manos Ir a las puertas del infierno
Clavados han sido Nunca jamás las verá.
Con clavos de fierro;
Con hiél y vinagre
Tu boca enjugaba. 571
CAMINO DEL CALVARIO

Quien rezare esta oración Aqueste es el gallo


Tres veces al acostarse, Que cantó a San P e d r o :
Tres veces al levantarse, P o r haber cantado,
Hallará su salvación: Los ojos le abrieron

Don Aurelio M. Espinosa, en su estudio Bomances Españoles Tradicionales en Nuevo Mé-


jico, trae dos versiones de esta oración. La oración I I dice (recitado por Néstor N a r a n j o , edad
60 años, indio del pueblo de Santa C l a r a ) ;
E n el Monte Calvario — estaba la Virgen María,
con un libro de oro — que en sus manos t e n í a ;
la mitad rezaba, — la mitad leía.
—I Rezas o lees — Madre María?
—Ni rezo ni leo, — que anoche soñó u n sueño.
En el Monte Calvario — estaban tres cruces
y en la m á s te vide — clavado, pies y manos.
—Verdad sea, — Madre María.

R. Marín, bajo el número 1063, trae la oración clásica a Santa Apolonia, parecida a la
nuestra. Cervantes la recuerda en el Quijote, 2.* p a r t e , cap. V I I .
(571) Numerosas de estas cuartetas figuran en las Viacrueis, impresas al pie de la re-
presentación gráfica de las estaciones.
Gómez Manrique (1412-1490), en su Cancionero, tiene un cantar parecido:

LOS M A R T I R I O S Q U E P R E S E N T A N A L N I Ñ O
E L CÁLIZ
¡O santo niño nacido
p a r a nuestra redención!
Este cáliz dolorido
de la tu cruda pasión
es necesario que beua
tu sagrada magestad,
por saluar la vmanidad
que fué perdido por E u a .
E L ASTELO E LA. SOGA L A epuz
E Bera en este astelo En aquesta santa cruz
t u cuerpo glorificado, el tu cuerpo se p o r n a ;
poderoso rey del cielo, ala ora no avra luz
con estas sogas atado. y el tenplo caerá.

LOS ACOTES LOS CLAUOS

Con estos agotes crudos Con estos clauos, señor,


romperán los tus costados te clauaran pies e m a n o s :
los sayones muy sañudos grande p a s a r a s dolor :
por lauar nuestros pecados. por los miseros vmanos-

L A COEONA L A LANGA

E después de tu persona Con esta langa t a n cruda


ferida con deceplinas, foradaran t u costado,
te pornan esta corona e sera claro sin duda
de dolorosas espinas. lo que fue profetizado.
{18i - I - pág. 204)
{ . ,
332 JUAN A L F 'O N 8 O C A R R I Z O

572 579
Aquí a Cristo desclavaron Corona de espinas
En los brazos de la Madre: Le quieren poner,
La viva imagen del Padre Su pobre cabeza
A la Virgen la entregaron. Le quieren romper.

573 580
Aquí es el punto 'la tierra Con un excesivo llanto
De mayor precio y valor: La Verónica enjugó
Aquí es la puerta del cielo, A Cristo, de quien sacó
Aquí es la casa de Dios. En premio su rostro santo.

574 581
Arrímate a la ventana: Esa cruz pesada
Verás en la procesión, Que lleva el Señor:
Todo bañado de sangre, Esas son mis culpas
El cuerpo del Bedentor. Que le puse yo.

575 581-a
Caminando el Redentor, Esa cruz pesada
Encontró triste a María, Que llevas, Señor,
Y viéndola le decía: Son mis muchas culpas
—Verte es mi mayor dolor. Que te cargué yo.

576 582
Cinco mil azotes Esa cruz pesada
Le quieren pegar; La llevas, Señor,
Sus pobres espaldas Por misericordia;
No han de soportar. Por divino amor.

577 583
Este es el cordel
Con la cruz a cuestas Con que lo llevaron,
Recorres, Señor, Las manos atadas.
Las calles sedientas Llorad, llorad,
De sangre y sudor. Que hasta las piedras
Se suelen quebrar.
578 584
Considera, alma cristiana, La gravedad de la ofensa,
Que aquí en este paso fuerte Segunda vez con exceso,
Al Redentor de la vida Rindió en tierra con el peso
Le dan sentencia de muerte. A la Majestad Inmensa.

(578) Don Agustín Aguilar, en Saetas Populares, N." 185, trae nuestra saeta así:

Considera, alma perdida,


que en aquel paso tan fuerte
dieron sentencia de muerte
al Eedentor de la vida.
CANCIÓN ESO POPULAS DE LA BIOJA 333

585 590
¡Las sienes atravesadas Postrado en la tierra dura,
Del cordero tan sufrido! Sangre ha sudado mi Dios.
Ni se enjuga, ni maldice, ¡ Cuántas veces yo he pisado
Por más que se vea herido. La sangre que derramó!
586 591
Nazareno hermoso, dame Todo cubierto se ve
Esa Cruz, que no es razón De llagas el Redentor:
Que Vos cargues ese peso, ¡Oh, qué caro le ha costado
Siendo el del peeado yo. El querer al pecador!
587 592
—¿Para dónde, buen Jesús? Viernes santo, por la tarde,
—Para el monte del Calvario: Cristo empieza a padecer,
A padecer por los hombres Con la corona de espinas
Y a morir en una cruz. Y atado de mano y pie.
588 593
Pecador, anda advertido, Ya lo llevan al Señor
Pues tu crimen reiterado Por la calle La Amargura.
De tal modo me ha abrumado Mil bofetadas le dan
Que tres veces he caído. Al verlo con tal blandura.
589 594
Por cumplir su mal deseo, Ya lo llevan, ya lo traen
Aquella perversa gente Por la calle La Amargura,
Le da al Cordero inocente Atado de pies y manos,
Por alivio al Cirineo. Atado en una columna.

(588) Don Agustín Aguilar, en Saetas Populares, t r a e la nuestra bajo el número


25á así:
Pecador, anda advertido,
pues llevando tu pecado
mira cómo lo han cargado
que tres veces h a caído.
(589) E n el número 260 de Saetas Populares, de Aguilar, esta saeta figura así:
P o r cumplir sa mal ideseo
aquella perversa genie,
dan al Cordero inocente
por ayuda un cirineo.
(590) E s t a saeta t r a e el p a d r e Grenón como inserta en u n cuaderno inédito, cuya por-
tada dice: Saetas que se cantan los días que se dan los Ejercicios en esta Casa Santa de Bs. Ays.
Los hijos Fray C. J. B. D. Año de 1814. E l padre Grenón atribuye estas iniciales a F r a y Ca-
yetano Rodríguez, diputado.
L a saeta dice:
Postrado en la tierra d u r a
sudó sangre el Dios de amor
I cuántas veces has pisado
l a sangre que derramó! (pág. 46 - N / ° 41)
También t r a e esta saeta el Diccionario y Prontuario del p a d r e doctor D. Domingo Ca-
viedes, impreso en 1889, en Saetas, pág. 62, N.» 78.
(594) Don Agustín Aguilar, en Saetasl Populares, t r a e l a nuestra bajo el número
197 a s í :
Y a lo llevan, ya lo traen,
por la calle de Amargura,
atnarrao de pies y manos,
sin tener piedad niguna.
334 J U A N A L F O N S O C A M M l Z O

594-a Hija del Eterno P a d r e .


—¿No h a pasado p o r acá
Ya lo llevan y lo traen Un hijo de mis entrañas?
P o r la calle L a A m a r g u r a , —Sí, Señora, sí pasó
Atado de pies y manos, Antes que el gallo cantara.
Su cara hecha u n a figura. También señas le daré :
Lleva corona do espinas,
595 Y a la cintura u n cordel,
Y estaban tocando al alba
DULCE JESÚS QUE POSTRADO Las campanas de Belén.
Dulce Jesús que postrado
Sangre sudas por mi amor, 596-a
Concédeme que a tus pies
Rinda mi alma y corazón. ¿DONDE HAN VISTO?
Considera alma cristiana,
La cruz de t u Redentor, —¿Dónde h a n visto, dónde h a n visto
Donde murió atormentado Un hijo de mis entrañas?
Sufriendo por nuestro amor. —Por aquí pasó, Señora,
Cuando los gallos cantaban,
Considera alma cristiana, Los pajarillos del prado
Como azotan a t u Dios. Cantando glorias estaban,
Al toparse con su Madre, Las campanas de Belén
Se le renueva el dolor. Muy al alba repicaban.

Unas mujeres que vieron


596-b
Sufrieron t a n cruel dolor,
Que al punto se estremecieron JESUCRISTO SE HA PERDIDO
Con llantos del corazón.
Jesucristo se ha p e r d i d o :
596 La Virgen lo anda buscando.
— ¿ P o r dónde h a n visto pasar
EN LA CALLE LA AMARGURA Una estrella relumbrando?
—Por acá pasó, Señora,
E n la calle L a A m a r g u r a Cuando los gallos c a n t a r o n ;
Está u n a niña sentada, Las campanas de Belén
—Buenos días tengas Madre, Al alba estaban tocando.

Don Aurelio M. Espinosa, en su Folklore de California, trae nuestra saeta, integrando


una oración, que presenta en forma de romance, así:
Ya lo llevan, ya lo traen, por la calle de amargura;
cinco mil azotes lleva, atado a una columnaí (N." 3)
(595) Dictada por la señora Marquesa Lamadrid, viuda de Oliva.
(596) Dictada por la señora Rosa Caliva de Avila en la ciudad de La Rioja en 1938.
(596-a) Dictada por doña Seferina Carrión en la ciudad 4e La Rioja.
(596-b) Dictada por doña Rosario Arias de Ghumbita en Áimogasta.
Giovanni Giannini, en Canti Popolari Toscani, trae nuestra oración en pág. 408, N.° 14 así:
LA PASSIONE
—Dove vai, madre María, Sulla spalla la eroce avea;
Sola sola per questa vía? La portava, e non la potea:
—Vo cercando '1 mi' figliolo: Sangue TOBSO lo versava,
B tre gionii ch' un lo trovo. La Madonna 1' asciugava.
—Lo tro vai da pie di al monte L' asciugava con gran dolore. ..
Colle man légate e giunte: Oggi c morto il Redentore!
CANCIONERO POPULAR DE LA RIO JA 335

596-c Una soga lleva al cuello,


E n ella va tropezando,
¿NO HA PASADO POR AQUIP Y una corona de espinas
Todo el rostro ensangrentado.
—¿No ha pasado por aquí Una cruz lleva a los hombros,
E l hijo de mis entrañas? De u n madero muy pesado;
—Por aquí pasó, Señora, Como el camino era nuevo,
Cuando los gallos c a n t a b a n ; Caminaba arrodillado.

F e r n á n Caballero, en el tomo X V I I de sujs Obras Completas, pág. 3J9, t r a e nuestro can-


tar así: I - ;

Viernes Santo muy de día San J u a n y la Magdalena


salió Jesús al Calvario al punto la levantaron:
vestido de N a z a r e n o ; Vamos, vamos, mi Señora,
de espinas va coronado caminemos al Calvario,
y lleva la cruz a cuestas que por pronto que lleguemos,
p a r a ser crucificado. lo estarán crucificando.
Por el rastro de la sangre Suenan trompetas y cajas
que el Señor ha derramado y relinchos de caballos.
iba la Virgen María Y a le ponen la corona,
buscando á su hijo amado. ya le remachan los clavos,
San J u a n y la Magdalena y y a le levantan la cruz
la iban acompañando. donde lo lian crucificado.
Por el camino que iban Dijo que tenía sed;
una mujer Be ha encontrado. hiél y vinagre le han dado.
Qué haces aquí, mujer, Señora, mirad, mirad,
qué haces aquí llorando? Y a murió vuestro Hijo amado,
Me habrías visto pasar ya le hincan la lanzada
a mi hijo muy amado 1 en su divino costado.
Sí, Señora, que lo he visto, Ya vienen las tres Marías
ratito ha que ha pasado con tres cálices dorados
con una cruz en sus hombros p a r a recoger la sangre
y una cadena arrastrando, que Jesús ha derramado.
una corona de espinas Ya vienen los pajaritos
y su cuerpo ensangrentado. a.quitarle los elavitos,
Me ha pedido que le diera ya vienen las golondrinas
un paño de mi tocado quitándole las espinas,
p a r a limpiarse su rostro y a llegan los gorriones
que le lleva muy sudado; a quitarle los cordones
tres dobleses tenía el paño, y y a la Virgen María
tres figuras me han quedado, va a recibir en sus brazos
l i a Virgen cuando oyó esto, muerto al Hijo de su vidla.
de pena se ha desmayado,

Don Ramón A. Laval, en su FolMore de Carahue, pág. 27, N.° 7, t r a e nuestra oración a s í :

Campanillas de Belén,
toquen a prisa, que baja,
b a j a la Virgen M a r í a
preguntando en casal en casa
así le han visto pasar
un hijo de sus entrañas.
— S í ; Señora yo lo vide
Antes que el gallo cantara,
con u n a cruz en los hombros
y una cadena a r r a s t r a n d o ;
San J u a n y la Magdalena
que lo iban acompañando.
336 J U A N A L F O N S O C A B E I Z O

597 Por el dolor que tuviste.


Asómate a la v e n t a n a :
VIERNES SANTO: EN AQUEL DÍA Verás una procesión
Toda bañada de sangre.
Viernes Santo: en aquel día
Está la Virgen María
Haciendo oración en su sueldo (sic).
Viene San Juan y le dice: —Hijas de Jerusalén,
—Nuevas te traigo, Señora, Ayúdenmelo a buscar.

Don Aurelio M. Espinosa, en su estudio de loa Eomanoes Españoles Tradicionales, en


Nuevo Méjico, t r a e cinco versiones de este romance. L a primera dice:

CAMINO A L CALVABIO
P o r el rastro de la cruz — que Jesucristo llevaba,
camina la Virgen P u r a — en una fresca mañana.
De tan mañana que era — a la hora que caminaba,
las campanas de Belén — solas se tocan al alba.
Encontró a San J u a n Bautista — y de esta manera le habla:
—No ha pasado por aquí — el hijo de mis entrañas?
— P o r aquí pasó, Señora, — antes que el gallo cantara,
con más de cinco mil azotes — en sus sagradas espaldas.
Una cruz lleva en sus hombros — de maderas muy pesadas,
y una soga en su garganta, — con la que ha de ser atado.
Tres clavos lleva en sus manos — con los que ha de ser clavado,
y una corona de espinas — con que ha de ser coronado.
Cuando la Virgen oyó esto — cayó en tierra desmayada.
San J u a n como buen sobrino, — procuraba levantarla.
—Levántese, tía mía, — ya no es tiempo de tardanza,
que en aquel Monte Calvario — roncas trompetas sonaban.

El que esta pasión rezare El que la sabe, y no la reza


todos los viernes del año el que la oye y no la aprendo
saca un ánima de pena el día del juicio sabrá
y la Buya de pecado. lo que esta pasión contiene (111 - pág. 10)

Don Vicente T. Mendoza, en su libro Romance y Corrido, t r a e nuestra oración así:

Alabadas sean las horas con una ronca trompeta


las que Cristo padeeió, y un clarín destemplado.
por librarnos de pecado. Una corona de espinas
¡Bendita sea su pasión! que BUB sienes traspasaba.
Jueves Santo a medianoche Lloraban las tres Marías
madrugó la Virgen Santa de ver el paso que daban.
en busca de Jesucristo, Una era la Magdalena,
porque ya el dolor no aguanta. y Santa Marta su hermana,
El viernes en la mañana la otra, la Virgen p u r a ,
sacaron a mi Jesús la que más dolor llevaba.
a padecer por las calles U n a los pies enjugaba,
con una pesada cruz. otra el rostro le limpiaba,
Y caminando al calvario otra recogía la sangre
con gran dolor preguntaba la que Cristo derramaba.
quién había visto pasar Alabemos y ensalcemos
al Hijo de sus entrañas. al Santo Árbol de la Cruz,
— P o r aquí pasó, Señora, donde fué crucificado
antes que el gallo c a n t a r a ; nuestro cordero Jesús.
cinco mil azotes lleva Sí, mi culpa fué la causa
en sus sagradas espaldas. de que mi Dios y Señor
Y una soga en la g a r g a n t a pasara tantos martirios
la que dos judíos tiraban, hasta que en la Cruz murió.
a cada tirón que daban P o r los méritos sagrados
mi Jesús se arrodillaba. de tu bendita pasión
P a r a su mayor afrenta que me cubran y me tapen
lo llevan p a r a el Calvario las cortinas de tu amor. ( P á g . 417 - N.° 207)

(597) Dictado por doña Bosario Arias de Chumbita en Aimogasta (Dto. A r a u c o ) .


I'iii el mis y> niavo de .Kilo, esto es dos meses untes de morir. hallándolo. •San Francisco
Solano en la ciudad de UIU¡I r^-iiljlú ilon ,.nt;iH u su hermana Inés Gómez Solano, radicada
< n la ralle ¿Ir Han Aifiist'm, cu Mantilla (Kspnñu) ; ™ ollas estampó la firma que reproducimos
en esto libro gracias a la generosa colaboración del doctor Knrique Pdaondo.
Fu una síntesis biográfica de San Francisco Solano, dice el dof-tov Cdaondo: « Hijo de una
noble familia de la diócesis de Córdoba ( E s p a ñ a ) , desde joven dio muestras de una prot'uu-
da inclinación a la virtud que Se acentuó durante su permanencia en un colegio de la Compañía
de .lesos.
A les veinte años vistió el hábito de los Franciscanos de la Observancia y después de Sli
elevación al sacerdocio se entregó con ardoroso celo a la salvación de las almas, primero en su
patria, donde sentó» fama de taumaturgo, y luego en tierras americanas, en las que renovó el
apostolado prodigioso «pie San Francisco Javier había ejercido medio siglo antes en las Indias
< Miéntalos.
Durante el viaje al Nuevo Mundo, que realizara en. Jo¡S!-. obró prodigios. No es el menor
el que se reí iere a cómo, mediante el divino auxilio, sobrevivió a un tremendo naufragio que
se [«codujo no lejos de ias costas del Perú y (pie partió en dos al navio en que venía embar-
cado, y a cómo iluminó con la luz de la fe y regeneró con el agua del bautismo a ochenta ne
gn.s de Guinea, con los que compartió los peligros de tan azarosa travesía.
Arribado a Lima y repuesto de las fatigas del viaje, púsose en camino hacia las regiones
del Tucuniiii!. situadas setecientas leguas más abajo de la capital del Perú.
Aunque ya algunos intrépidos misioneros habían arrojado la .semilla evangélica en esos
apartados lugares, fuciza es decir que los aborígenes que lo habitaban estaban sumidos en la
más completa idolatría. De ahí que -San Francisco Solano intensificara la labor apostólica, de
sei s i de hacer conocer a .lesuerifrto a tantaí y tantas tribus ignorantes el grande y sublime
misterio de la Kedcnoión.
Fruto de esa labor fueron las conversiones súbitas y en 1 masa tal cual se produjo en los
primeros tiempos de la Iglesia y la regeneración espiritual de pueblos enteros. Así, por ejemplo,
en La líioja, donde, al conjuro de su palabra seráfica y en la diestra el ciuoifijo, contuvo a los
fieros ealehaquíes e hízolos abjurar de sus errores y adorar al Dios verdadero.
Fn sus correrías apostólicas ¡legó hasta. ¡ tíllenos Aires —el convento franciscano de esta
ciudad tuvo la dicha de albergarlo en su sstn)— y luego a los tupidos bosques del Paraguay y
del Chaco, y a las sierras y mesetas del Perú : ¡ país éste que le proclamó patrono y protector.
Con justicia, pues, (demente X pudo en el decreto de beatificación estampar esta afirma
ción: Kl Pudrí Francisco hu j-roihtcido ni lasllndias una nutro floración <li la f< católica.
Tuvo el don de lenguas; predijo aoontecipiiontos que se cumplieron al pie de la letra; hizo
brotar el agua do la p e ñ a ; aplacó las plagaíf; las bestias le obedecieron y los salvajes, domi
nados por las armonías que arrancaba a su \1iolín, se prosternaron a sus plantas.
La vida de este siervo de Dios es un tejido de milagros, de oraciones y de penitencias. Kl
14 de julio de 1(310. habíalo predicho —su alma voló a las alturas, Quien no deja sin reeom
pensar un vaso do agua dado en su nombre, premióle con la eterna bienaventuranza. Su mor
po descansa en la Iglesia de les Franciscanos* de Lima.
Al ¡L'iial de su padre San Francisco de Asís. San Francisco Solano cultivó la poesía, poro
una poosí:>, por cierto, do alto vuelo místico. A modo do ejemplo s.> inserta la que sigue, cu
yos delicados pensamientos nos traen a la memoria los sonetos <le los grandes poetas cris
tianos del siglo de oro de la liteíatura española. Ksta poesía se encuentra en el Convento
Franciscano de Santiago del listero.

.Mi buen Jesús, mi líedentor y amigo,


¿Qué tengo yo que tú no me hayaB dado.'
¿Qué sé que tú no me hayas enseñado?
¿Qué valgo yo si yo no estoy contigo?
¿Qué [modo yo si tú no estás conmigo.'
¡Señor, mi Dios, sin vanidad me hiciste!
Sin que, te lo rogara me criaste,
Kn criarme y redimirme mucho hiciste
Y menos obrarás de lo que obraste
Ka perdonar la obra que tú hiciste.

La dulce oración poética termina I-OM los siguientes versículos de un salmo:

/'o/i tus ojntt, ¿ÍCH(H\ va m¡, ¡i h n i>ii,--rrírorfli(t ilr t»;


¡ion/ni i/o .'•OÍ/ j-fj/f. 1/ pnhrr ».
CANCIONERO POPULAR DE LA RÍOJA 337

La hallada les pagaré. La Magdalena le dice:


Cuando fueron, y a lo hallaron Nuevas te traigo, Señora.
A Jesucristo clavado ¡ Y qué nuevas tan amargas!
En los brazos de la cruz. A tu hijo lo llevan preso
Tembló la cruz y les dijo: Por la calle de Amargura,
—No muerte sin temor: Envuelto en una columna.
Muerte sin contemplación. La corona le quitaron
Quien lo sabe y no lo reza, Y espinas le pusieron.
Quien la oye y no la aprende, Si no me crees, Señora,
A la hora de su muerte Asómate a la ventana:
Sabrá lo que ella contiene. Veréis una procesión
Toda bañada de sangre.
597-a
VIERNES SANTO: EN AQUEL DÍA
Quien rezara esta oraeión,
Quien la sabe y no la reza,
Viernes santo-, en aquel día Quien la oye y no la aprende,
Está la Virgen María El día del juicio final
Rezando sus oraciones. Sabrá lo que ella contiene.

LA CRUCIFIXIÓN
598 598-a
ÁGUILA DE ROSA FIEL ÁGUILA DE NOCHE A VER
Águila de rosa fiel,
Cuando Dios quiso nacer, Águila de noche a ver,
Vino el ángel San Gabriel Cuando Dios quiso nacer,
Y le dijo a sus pastores: Vino el ángel San Gabriel;
—Pastores de romerías, Preguntó de sus pastores
Un hijo parió María Pastores y romerías,
Con gozo y con alegría. Un hijo parió María
Con tal gozo y alegría...
Los perros de los judíos Vienen los perros judíos,
Lo sacaron con la cruz; Se allegaron a la cruz,
Y una corona a Jesús Le quitaron la corona,
De espinas se la pusieron. La coronaron de espinas.
San Martín con gran dolor
Eehó la mano a la espada: i
Cortó un paño de color, San Martín con gran dolor
Lo mejor para el Señor, Echó la mano al bolsillo:
Lo peor para el Pastor. Sacó paños de color
Pase uno, pasen dos, El mejor para el Señor,
Tres con la madre de Dios. El peor para el pastor.

(597-a) Dictado por don Belídor Ontiveros en Víchigasta (Dto. CÍiileeito).


(598) Dictada por la señorita Dolores Carrizo en la ciudad de La Eioja.
(598-a) Dictada por la señora Victoria Yillafañe viuda de Luna en Vichigasta (Dto
Chilecito).

22-H
338 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

598-b 599
AGUINALDO RECHABE CRISTO M U R I Ó C O N S U M U E R T E

Aguinaldo reckabé Cristo murió con su muerte,


Cuando Dios quiso nacer. Y el día se oscureció.
Vino el ángel San Gabriel, Y las piedras se partieron
P r e g u n t ó de sus pastores, De ver que Cristo murió.
Pastores de romerías.
Enternézcanse los cielos
Un hijo parió María Vístase de luto el sol,
Con g r a n gozo y alegría. P o r la muerte lastimosa
Loa judíos lo llevaron De Cristo, Nuestro Señor.
Y en la cruz lo clavaron,
E n la eruz de San Martín. Los judíos se levantan
San Martín con gran dolor Con u n soberbio cuidado
Sacó paños de color: Al mirar a Jesucristo
Uno fué p a r a el pastor. E n la gloria estar parado.
Acostate, Magdalena,
Que me curas cinco llagas. E n el sepulcro de piedra,
Que tengo yo que pasar Señor, fuiste sepultado,
P o r los chicos y los grandes Y vino la Magdalena
T toda la cristiandad. Y te halló resucitado.

(598 b ) Dictada por la señora M a r í a Carmona de Funes en la ciudad de L a Eioja en


1938. Bechabé: no se qué querrá decir.
Don Constantino Cabal, en BU libro El Individuo, pág. 52, t r a e en p a r t e nuestra ora-
ción así:

— S a n t a María Magdalena, Jesucristo está en l.altar,


yo vos cuento mi querella, todo cubierto de llagas,
mi querella es confesión: y basta sus brazos igual.
mis pecados muchos son. V a pa allá la Magdalena
No los puedo confesar, con un paño dé cristal.
ni con clérigo de misa, —Quita, Magdalena, quita,
ni con fraile cardenal. no me vengas a limpiar,
Besaré la santa tierra, que estas son las siete llagas
porque mi alma no se p i e r d a : que tenemos que pasar
besaré la santa cruz por los vivos y los muertos
porque mi alma vea luz. por toda la c r i s t i a n d a d . . . !

Rodríguez Marín, tiene esta segunda p a r t e de l a versión b , bajo el N.° 98, a s í :

L a oración der pelegrino. A los chicos dale t e t a


Cuando Jesucristo vino Y a loa grandes dale p a n ;
lo pusiero' 'n el arta, A las mojas coecojetas, ( í )
Con los pies yenos de sangre P á que no pidan pesetas,
Y ]as manos de crista. Y á loa viejos coscorrones,
Limpia, limpia, Mardalena, P á que no pidan miajones.
Y no dejes de limpia.

E n este Cancionero la oración del peregrino figura bajo el número 664.

(599) Dictada en Machigasta (Dto. Arauco) por la señorita Zoila Córdoba en 1938.
Don Agustín Aguilar, en Saetas Populares, trae una saeta parecida a la primera estrofa,
bajo el número 462, a s í :

E l sol se vistió de luto


y la luna se eelipsó;
las piedras se levantaron
cuando el Señor expiró.
CANCIONERO POPULAR D JE LA RIO JA 339

600 por librarnos del pecado


El cuerpo santo de Dios, en el ara de la cruz.
Por los azotes rasgado,
De rosas está hermoseado 603
En cuanto en la cruz murió.
HOY, VIERNES DE LA LUZ

601 Hoy, Viernes de la luz,


Lo clavan a Jesús.
E N E L M O N T E MURIÓ CRISTO Tiemblan los clavos.
Tiembla la Cruz;
En el monte murió Cristo, A Poncio Pilatos
Dios y hombre verdadero. i Qué miedo le da!
No murió por sus pecados No miedo ni temor
Sino por pecados nuestros, Ni muerte contemplación.
En una cruz enclavado
Con fuertes clavos de hierro. Todos los Viernes del año,
Padre mío, no merezco Quien rezara esta oración
Vuestro cuerpo consagrado. Sacará un alma de pena
Y la suya de pecado.
Quien la sabe y no la reza,
602 Quien la oye y no la aprende,
Escucha con atención Verá en el juicio final
Lo que padeció Jesús, Lo aue en ella se contiene.

E n el Cancionero General, de Hernando del Castillo, edición de 1520, folio X I V - v.,


hay un romance anónimo sobre el mismo tema. Dice:
Tierra y cielo se quejaba, ¡Oh mancilla inestimable!
El sol triste se escondía, Oh dolor sin eompañía
La mar sañosa bramando Que el Criador no criado
Sus ondas turbias volvía Criatura se hacía
Cuando el Redentor del mundo P o r salvar aquellos mismos
E n la cruz puesto moría. De quién muerte recibía!
P a l a b r a s dignas de lloro | O h Madre excelente suya,
Son aquestas que decía: Sagrada Virgen M a r í a !
•c Yo, Señor, en laB tus manos Vos sola desconsolada,
Encomiendo el alma m í a » . Estabais sin alegría.
Lope de Vega (1562-1635), tiene u n romanee a la muerte de Cristo Cuyo comienzo dice:
L a tarde se oscurecía
E n t r e la u n a y las dos,
Que viendo que el Sol se muere
Se vistió de luto el sol.
Tinieblas cubren los aires,
Las piedras de dos en dos
Se rompen unas con otras,
Y el pecho del hombre no. ^
(98 - N.» 263)
(601) Me fué dictada por doña F e r n a n d a Segura, de 70 años, n a t u r a l de Catamarca.
Rodríguez Marín t r a e nuestra oración bajo el número 990, a s í :
Señor mío Jesucristo, la hostia consagrada
Dios y hombre verdadero, le se venera en su templo (sie)
No murió por sus pecados, vos, Virgen soberana,
Que murió por los ajenos, pste rosario os entrego,
Enclavado en una cnrz Que se lo entreguéis a Cristo
Con gruesos clavos de hierro Con grande encarecimiento
Y tal día lo visita Y ofreciéndolo, señora,
Santísimo Sacramento Tendremos cierto el reino del cielo.
(602) Dictada por doña J u a n a Rodríguez, quien lo oyó en Catamarca.
(603) Dictada por la señora Marcelina Creta de la Cruz Roldan Avila, viuda de He-
rrera, n a t u r a l de T a m a . L a había aprendido a su madre, allá por 1880, más o menos.
340 JUAN A L F O N S O C A B M I Z O

603-a Bajó el ángel San Gabriel


Todo lleno de alegría
UN VIERNES ERA De verlo resucitar
Un viernes era, Glorioso al tercero día.
Viernes de la luz,
Cuando lo clavaron a Jesús. De la cruz fuistes bajado
Tiemblan los clavos, P o r darnos vida y dulzura.
Tiembla la cruz. Hoy nos has de redimir
Dice Pilatos que miedo le da. P o r t u m u e r t e y sepultura.
No hay miedo ni temor
Ni muerte en contemplación. P o r t u m u e r t e y sepultura,
Señor, en la cual fué envuelto
Quién rezara esta oración E n una sábana santa
Todos los Viernes del año, Ese t u bendito cuerpo.
Sacará u n alma de pena
Y la suya de pecado. Ese t u bendito cuerpo,
Quien la sabe y no la reza, Angustiado de dolor,
Quien la oye y no la aprende, Pasando dos mil tormentos,
E l día del juicio sabrá Sufriendo con t a n t o amor.
Lo que a Dios esa alma ofende.
Sufriendo con tanto amor,
604 Cual tierno cordero manso,
OH, SEÑOR DE LA SAUJ
Vertió sangre del costado
P o r redimir al cristiano.
¡ Oh, Señor de la Salud,
Sales a la procesión P o r redimir al cristiano,
Como p a d r e a vuestros hijos Te vistes aprisionado
A darnos t u bendición! E n el árbol de la cruz,
De pies y manos clavado.
Oh, Señor de la Salud,
P o r el hombre padeciste;
Siendo u n poderoso Dios,
Pasión y muerte tuviste. 605
Pasión y muerte tuviste Ya le sacan los tres clavos,
E n un madero enclavado. Ya lo llevan a la Madre.
P o r José y Nicodemos L a Virgen de los Dolores
De la cruz fuistes bajado. Llora lágrimas de sangre.

ORACIONES A LA SANTA CRUZ


606
Baje la cruz de los cielos
Y se ponga sobre mí.
Quiero que ella me acompañe
Hable y responda por mí.
(604) Dictada por la señora Pía A. de Fuentes en Sanagasta en 1938.
(606) Esta y las demás oraciones de este capitulo ae recitan en las más diversas opor-
tunidades; para las fiestas de La Cruz, que se inician el 3 de mayo, día de La Invención de
la Santa Crus; o cuando hay algún apuro, especialmente en caso de muerte o bien al acos-
tarse o en caso de tormenta brava, ote.
Nuestro pueblo tiene una devoción especial a la Cruz.
En Tucumán he visto y todo el mundo lo puede ver aún, los días lunes se encienden
velas a las cruces de los caminos, puestas ahí por manos piadosas para perpetuar el nombre
de una persona muerta en el lugar donde está plantada o en esa enderecera.
En Yavi (Jujuy), toda la noche del Viernes Santo la gente del pueblo venida hasta de
diez leguas a la redonda, andaba en procesión en torno de la iglesia, llevando cruces de dis-
CANCIONEBO POPULAS DE LA BIOJA 341

607 608
Con tres clavos me persigno, Cruz venció,
Me abrazo a la Santa Cruz. Cruz vencerá.
Que por siempre me acompañe Aquel que murió en ella
Tu, dulce nombre, Jesús. Me salvará.

(607) Rodríguez Marín, en Cantos Populares Españoles, t r a e nuestra oración incluida


en estas otras que registra bajo los números 97{> y 1013.
Con tres clavos me persino Y en la otra salvación.
Y m 'abrazo con la Cruz Jesucristo m ' acompañe,
P a que siempre m ' acompañe ' L a madre que lo parió
E r durce n o m b r e ' Jesús. Y la hostia consagrada
Bajen las Cruces der cielo Y la Cruz donde murió.
Y se pongan sobre mí, Yo m ' abarco de los clavos
P a que siempre m ' acompañen, ¡Yo m ' a b a r c o de l a Cruz,
Respondan y hablen por mí. (N.° 975^Pa que siempre m'acompañe
El dulce nombre ' Jesús,
Señor mío Jesucristo, Y baje la Cruz del cielo
Dueño de mi eorazón, Y se ponga sobre mí,
Perdonarme mis pecados, P a que siempre m ' acompañe,
Pues vos sabéis cuántos son. Responda y hable por mí. (N.° 1013)
D a r m e paz en esta vida

tinto tamaño y de diversa factura. Cantaban y lloraban a la cruz con santa devoción y el
sábado, después de la Misa de Gloria, se despedían de la cruz grande que está en el atrio,
abrazándose al madero, al cual le decían: ¡Sálvanos, crncecíta, sálvanos! ¡Crucecita, sál-
vanos I L a abrazaban y la besaban llorando. Luego emprendían el viaje de regreso a su
casa por l a p u n a desierta.
L a fiesta de la Cruz comienza el 3 de mayo y d u r a 9 días, es un novena/rio. Como el
velorio de los Angelitos, esta fiesta suele s e r pretexto p a r a divertirse bebiendo y j u g a n d o
juegos de prendas.
E n la casa donde se festeja la cruz se adorna u n a mesa con u n paño blanco, con flores
y gallardetes. E n medio se coloca un crucifijo o simplemente una cruz.
Cuando es la cruz sola la visten, esto es, le ponen una pollerita de tela de color y en-
cima una corona.
F r e n t e a este altareito se congregan los dueños de casa y los vecinos, a rezar y cantar.
Terminados los rezos y los cantos, el dueño de casa convida con beberaje, por lo común vino
o aguardiente. Después los jóvenes j u e g a n a juegos de prenda o bailan.
La señora María Cadilla de Martínez, en su libro La Poesía Popular en Puerto Rico.
pág. 336, da esta noticia:
El velorio de Cruz o de Mayo es una reminiscencia de algunas fiestas españolas de ín-
dole parecida, o sea, de Cruz de Mayo. Para celebrar esta fiesta se adorna una cruz de ma-
dera con cintas, velos, flores y joyas. Luego s^ la coloca sobre un pedestal en forma de es-
calera. A veces se pone en el altar un cuadro 'de alguna imagen sagrada. Las fiestas duran
nueve días consecutivos del mes de mayo. A pilas concurren parejas de enamorados y los
vecinos, más que por devoción, por disfrutar fie un entretenimiento agradable. El altar es
profusamente iluminado y ante él tiene lugar] la repartición de obsequios que consisten en
horchatas, sangrías y dulces. El primer día*- pagan dichos obsequios los iniciadores del
velorio; pero en los sucesivos los pagan los capeados. En cada día que pasa ha de añadirse
un nuevo escalón al pedestal de la crus de modo que esta tiene, el último día, ocho escalones.
E s t a s son las canciones generalmente cantadas en los velorios.
(Coro)
Adoróte, Santa Cruz,
puesta en el Monte Calvario; Adoróte, Santa Cruz,
en tí murió mi Jesús eres nuestra madre tierna,
por librarnos del contrario. nuestra eterna redención.

Adoróte, Santa Cruz, Oh Jesús Crucificado


puesta en el Monte Sagrado muerto por la redención!
que nos diera el buen Jesús Concedednos, por tu Cruz
de pies y manos clavado. nuestra eterna redención.
(Coro)
Concedednos, por tu Cruz,
concedednos nuestra eterna redención.
342 J U A N A L F O N S O C A £ B I Z O

609 610
E L E S T A N D A R T E 'LA C R U Z
En el cielo se oyen voces
A su Excelsa Majestad.
La cruz del cielo nos libre
El estandarte 'la cruz Y la Santa Trinidad.
Salga delante de vos.
El Señor que murió en ella 611
Hable por tu alma,
Responda por vos. ¡Oh, bendita cruz del cielo
Jesús te valga, De la corte celestial,
Jesús te guie, Líbranos, oh cruz, del mal
Jesús te favorezca. Por la Santa Trinidad!

(609) Dictado por doña Marquesa L. viuda de Oliva en la ciudad d e L a Kioja. E s


cantar u oración de agonizante que dice el que ayuda a bien morir.

Deseando tener conocimiento personal de cómo el pueblo celebraba las otras clases de
velorios, o sea, los de promesa, asistimos a uno de ellos celebrado en la casa de la señorita
Justina Robles, de Arecibo, El orden seguido en él fué como sigue:
1) So cantaron diversas canciones.
2) Rezaron un rosario y luego cantaron, varias canciones.
3) Volviéronse a cantar canciones.
4) Rezaron otro rosario.
5) Hicieron cuentos y juegos.
6) Repartieron obsequios P.
Don Eugenio Pereira Salas, en su precioso libro Los orígenes del arte musical en Chile,
página 177, nos dice que en las casas de las familias piadosas se ejecutaban los bailes chinos
o danzas ceremoniales ante la cruz.
Don Ramón A. Laval, en su Folklore de Carahue, nos da esta noticia:
Los versos que siguen no son propiamente una oración. líe fueron dictados por un pres-
tigioso vecino de Carahue, natural de la provincia de Biobío, en la cual, en su tiempo, los can-
taban con el fin de pedir limosna para la Crus de Mayo. Aunque nada tienen que ver con
Carahue, se me permitirá dejarlos estampados en estas páginas; quisas sin ésto pasarían
a dormir el sueño del olvido.
Las cosas, hace veinticinco años, pasaban de esta manera: Llevaba un hombre una eme
de madera revestida con ramas de mayo (Edwardasia chilcnsis), y otro un farol con una vela
encendida. Al llegar a la puerta de una casa, cantaban:

Aquí anda la Santa Crus A convidarte venimos


con su cabito de vela, par'ir al río Jordán
visitando a sus devotos, a ver bautizar a Cristo
que Dios nos manda con ella. por la mano de San Juan.

Si abrían la puerta y les daban limosna de dinero, velas, comestibles o licor, que de
todo recibían con agrado, cantaban:

Est' es la cas' 'e las flores, Buenas noches les dé Dios


que da tan buenos olores; A los dueños d' esta casa,
est' es la cas' 'e las rosas, Dios les dé felices noches
donde viven las hermosas. y les aumente la gracia.

Si no les abrían la puerta, o nada les daban, los versos anteriores se cambiaban por
estos otros:
Est' es la cas' 'e los cachos (cuernos)
donde viven los borrachos;
est' es la cas' 'el espino
donde viven los mezquinos.

Lo que lograban recoger se destinaba para armar una remolienda (jarana) en toda regla,
en presencia de la Cruz.
Para celebrar la Crus hacían también luminarias (grandes fogatas) en los campos, que
encendían en las cumbres de los cerros y colinas y demás sitios elevados.
Desde una altura cercana al pueblo de Santa Bárbara, en el Palle del Biobío, se divisa-
ban más de mil de estas fogatas a la entrada de la noche del s de mayo (155 - págs. 29 a 3 1 ) .
CAUCIONERO POPULAR DE LA RIO JA 343

612 Al contemplarte en la cruz


Por la vera cruz llegamos.
Oh, divina cruz
De mi Salvador,
Donde resplandece 614
El más lindo sol.
PUES NOS DISTE ESTA SEÑAL

613 Pues nos diste esta señal


De paz, defensa y honor,
Oh, Eedentor de las almas, Por la Santa Cruz, Señor,
En vuestro nombre confiamos. Líbranos de todo mal.

(614) Dictada en la ciudad de L a Eioja por la señorita Alicia Ponce, en 1938. Estos
versos se cantan en la Novena de la Cruz.
En varias oportunidades he oído fragmentos y he visto en libros manuscritos de devo-
ciones el viejo cantar hecho por el padre dominico Zambrana y publicado en El Telégrafo
Mercantil (Rural, Político, Económico e Histariográíico del Eío de l a P l a t a ) , Buenos Airea,
en el número del domingo 14 de mayo de 1820.
E l referido cantar dice a s í :

Pues nos diste esta señal La leña ardió presurosa


de páe, defensa, y honor; y quanto mas la aumentaban
por la Santa Cruz Señor a la Santa Cruz miraban
líbranos de todo mal. mas reluciente y hermosa:
pero el Indio irracional
Quando los Conquistadores ni así aplacó su rencor:
Se vieron atribulados, Por la Sta. Cruz, &c.
de Exercito infiel cercados,
los sacastes vencedores: P o r ocho veces volvieron
dándoles un celestial á practicar nuevas pruebas
esfuerzo, y marcial ardor; haciendo fogatas nuevas
Por la Santa Cruz &c. y el mismo milagro vieron:
al cabo un lance fatal
Veinte y ocho solos fueron llenó a todos de p a b o r :
en número los soldados, Por la Sta. Cruz, &c.
y aunque de seis mil sitiados
ocho dias resistieron: Porque á los tres que atipaban
sin hambre, sed, ni señal el fuego, un rayo mató,
de cansancio, ni dolor: y a los demás los dexó
Por la Sta. Cruz, &c. tales que á huir no a t i n a r o n :
y en una angustia mortal
cercados de resplandor:
E s t a resistencia hizo Por la Sta. Cruz, &c.
creer á los combatientes,
que nuestros Padres valientes
tenían algún hechizo: Las armas en tal conflicto
que este hecho sin igual de las manos arrojaron
y por su Dios confesaron
no era efecto del valor:
al Dios del cristiano invicto:
Por la Sta. Cruz, Scc. trocando en reverencial
respeto, el pasado horror:
Pensaron que ese madero Por la Sta. Cruz, &c.
que afuera estaba arbola-do,
era del noble soldado El bautismo á grandes voces
nigromántico hechicero: con aneias, y con gemidos
creyeron aunque muy mal pidieron arrepentidos
que erais vos encantador: de haber sido t a n feroces:
P o r la Sta. Cruz, &c. cobrando un amor filial]
á su insigne bien hechor:
Luego se determinaron Por la Sta. Cruz, &c.
á quemar al hechicero,
y p a r a hacerlo, primero Desde entonces se quedó
mucha leña amontonaron: la tierra pacificada,
quiso su encono brutal, la nueva Ciudad fundada,
dar muestras de un g r a n furor: y todo á vos se debió:
Por la Sta. Cruz, &c. sois Ó Cruz!, su principal
344 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

La Madre del Redentor 615


A tus plantas se sentó,
Y de allí manifestó SANTÍSIMA CRUZ BENDITA
A su hijo todo su amor.
Santísima Cruz bendita,
I n t e n t a n los atrevidos La noche te vengo a dar.
Quemar nuestra santa c r u z : Con todos mis compañeros,
E l fuego sólo fué luz Yo te vengo a saludar.
Que les turbó los sentidos.
Arrodíllense, hermanitos,
La leña ardió presurosa, Todos eon buena intención
Y cuando más la aumentaban, P a r a que la Santa Cruz
A la Santa Cruz m i r a b a n Nos eche su bendición.
Más reluciente y hermosa.
Santísima cruz bendita,
Pero el indio irracional Trono cubierto de estrellas,
Ni así aplacó su furor. Será hasta la vuelta de año
Al cabo, un lance fatal Si no estoy bajo de tierra.
Llenó a todos de pavor.

P o r ocho veces volvieron 616


A practicar nuevas pruebas
Haciendo fogatas nuevas, E l madero de la c r u z ;
Y el mismo milagro vieron. Vaya delante de mí
Y el Señor que murió en ella
De maravillas que asombra Hable y responda por mí.
Obra Dios en copia tanta,
Que con razón la Cruz Santa
De los Milagros te nombran. 617

Y a t u impulso celestial, Sobre mi caiga u n a cruz,


Cede el mal, cede el temor. M a d r e de San Agustín,
P o r la Santa Cruz, Señor, P a r a que si algo se ofreee
Líbranos de todo mal. Hable y responda por mí.

Caudillo, y Conquistador: De maravillas que asombran


Por la Sta. Cruz, &o. obra en vos Dios copia t a n t a ,
que eon razón la Cruz S a n t a
Sois de esta noble Ciudad de los Milagros te nombran:
protectora, honor y gloria, si á tu impulso celestial
paz, salud, luz y victoria, cede el mal, cesa el dolor:
defensa y felieidad: Por la Santa Cruz, Señor,
su escudo, su antemural, líbranos de todo mal.
su esfuerzo, brío, y valor;
Por la Sta. Cruz, &e. {359 I I - pág. 170).

(615) Dictada por la señora P e t r o n a Cavanas en la ciudad do L a Eioja e a 1938.

(616) L a señora María Cadilla de Martínez, en su libro La Poesía Popular en Puerto


Rico, página 333, t r a e nuestra cuarteta a s í :

Los tres clavos y la Cruz


vayan delante de m í ;
Jesucristo murió en ella,
habla y responda por mi
y aplaque los corazones
que van en contra de m í ;
eres el ángel mayor
que lleva las tres coronas;
p a r a mi defensa tengo
las tres divinas personas, Amén.
C AtfCIONEBO POPULAS DE LA BIOJ A 345

ROGATIVAS A NTRO- SEÑOR


618 De ti, Señor, la inocencia,
De ti el cordero m e j o r ;
AGUA, SEÑOR P o r aquella blanca hostia,
I m p l o r a vuestro favor.
Agua, Señor. L a t i e r r a y plantas te esperan:
La pide el pecador. Verde será t u favor.
Del azote de la seca, Abrid, Señor, t u s e n t r a ñ a s
¡Misericordia, Señor! Y perdona al pecador.

E l mejor hijo se ofrece D e vos, Soberana Reina,


P o r el hombre pecador. Esperamos el consuelo.
¡Válganos, Señor, t u sangre, Las lágrimas de t u s ojos
Misericordia S e ñ o r ! Se vuelvan agua del cielo.

L a inocencia que te clama Agua, Señor.


Al lado del pecador La pide el pecador.
Padece y llora sus c u l p a s : Del azote de la seca,
H a m b r e , tristeza y dolor. ¡Misericordia, Señor!

(618) Dictada en Chuquis (Dto. Castro Barros), por doña Dolores de Puente, de
63 años, sabe leer y escribir y es natural del lugar; allí aprendió el cantar.
A la primer» estrofa, que se repite como estribillo, también la oí así:
¡Agua Señor
la pide el pecador
la tierra lo demanda!
¡Misericordia Señorí
En el Romancero y Cancionero Sagrados, se lee bajo el número 506, un romance de Al-
fonso de Ledesma (1562-1623), del mismo tema, y cuyo estribillo ofrece similitud con el
de nuestro cantar; quizá haya sido el mismo y el poeta conceptista glosó en forma con-
ceptuosa solamente parte de la estrofa:
Es nuestro cuerpo mortal
tierra que pide sembrarla
y es menester cultivarla
Para que de fruto tal.
Y pues es tan natural
Querer la tierra rocío,
y vuestro llanto, Dios mío,
Es agua que pide el alma,
Agua, Dios, agua.
La tierra lo demanda.

Fernán Caballero, eu Cosa Cumplida, trae esta súplica parecida:


¡Agua, Dios mío
que se seca el río!
El trigo barato
y el pan a dos cuartos. {Obras. Tomo 10 - pág. 353)
También oí en Chuquis (Dto. Castro Barro»), algo parecido a esta última forma española:
¡Agua, Señor,
La pide el pecador!
el almud i trigo a dos reales
¡Misericordia Señor 1
346 JUAN A L F O N S O C A E £ I Z O

619 620-a
DE VOS, CELESTIAL SEÑORA Det én, d e t 6 n t u j u s t í c i a )

De vos, celestial Señora, Deten, deten tu rigor,


Madre de la Providencia, Jesús, que tiembla la tierra,
Esperamos el consuelo; Misericordia Señor.
Que lágrimas de t u s ojos
Se vuelvan agua del cielo.
620-b
620
Señor, aplaca t u ira, Aplaca, Jesús, t u ira,
Tu justicia y tu rigor. Tu justicia y t u rigor.
Dulce Jesús de mi vida, Jesús, que tiembla la tierra,
Misericordia, Señor. Ave María, por Dios.

A L ARCÁNGEL SAN MIGUEL


621 Hasta el día no has cesado
De mirarla con clemencia.
Celebremos hoy la gloria Así cumples con tu esencia
Del Arcángel San Miguel, De t u angelical misión.
Que capitán y caudillo
De los ángeles solo es. CORO
Celebremos hoy la gloria De la celestial Sión.
La derrota de Luzbel.
Es capitán de caudillos La sinagoga encargada
El Arcángel San Miguel. Estuvo a tu protección
Y con tu hábil dirección
Nación fué privilegiada.
622
Su gloria vio asegurada
DE LA CELESTE SION Con t u angelical misión.
De la celeste Sión, CORO
Donde mandas como rey,
De Jesucristo la grey De la celestial Sión.
Obtenga tu bendición.
P o r su insigne capitán.
También con la nueva iglesia El orgullo de Satán
Repartiste t u cuidado: Profundamente abatiste.
(619) A esta quintilla del tema anterior la oí cantar en la novena que se rezaba a
la Virgen de las Mercedes en la Catedral de La Rioja, en enero de 1938. La ciudad de La
Ríoja es de clima cálido en verano, pero aquel del 38 lo fué en extremo y la gente clamaba
por agua.
(620) Esta súplica y las doB variapates subsiguientes se dicen cuando hay algún tem-
blor de tierra.
Ricardo Palma en Tradiciones Peruanas refiere la historia de un tal Juan de Anduesa,
que en el maremoto que destruyó el Callao y asoló Lima en 1746 dio con tiempo la noticia
-a los limeños y pudieron salvarse huyendo a los cerros algunos miles de vecinos.
El suceso ocurrió a las diez y media de la noche. Acompañando a la noticia del hecho,
que titula Conversión de un libertino, da Palma la cuarteta que termina como la nuestra:
Un faldellín he de hacerme
de balleta de temblor,
con un letrero que diga:
/ Misericordia, Señor !
(621) Me decía la señora Marquesa Lamadrid viuda de Oliva, al dictarme estos
versos, que en su juventud, en tiempo de en abuela, en Castro Barros, se celebraba con
bailes el día de San Miguel (el 29 de setiembre).
(622) Como la oración anterior ésta me fué dictada por doña Marquesa y está en-
derezada a cantar el triunfo del Arcángel San Miguel.
C áNCIO N EEO POPULAS DE LA EIOJA 347

Miguel, lo que entonh hiciste (*) 623


E s de t u brazo expresión.
¿QUIEN COMO DIOS?
CORO
¿Quién como Dios?
De la celestial Sión.
Nadie como vos.
San Miguel Arcángel,
Quien como Dios significa
E l nombre que has recibido Gran batallador,
P a r a dar su merecido Que llevas las almas
Al Dios que lo glorifica. Delante de Dios,
Incumbencia tan magnífica Presenta a la mía
E s t u principal blasón. A la Madre el Señor.

A SAN BARTOLOMÉ

624 624-a
dA DONDE BARTOLOMÉ? SAN BARTOLOMÉ

—¿A dónde Bartolomé? San Bartolomé


—A los cielos y la tierra. Se levantó
—Volvete, Bartolomé. Cuando el gallo cantó
Yo te daré la virtud Adonde picó el sol.
Que a la casa donde llegues Con su bordón de oro,
Ño caiga piedra ni rayo Caminó, caminó.
Ni muera mujer de p a r t o —Volvete, Bartolomé;
Ni criatura de espanto. Tres dones te daré
Quien rezare esta oración Porque eres varón s a n t o :
Tres veces al acostarse, Donde seas nombrado,
Tres veces al levantarse, No caiga piedra ni rayo
Allí en su muerte hallará No muera mujer d^ p a r t o
Las puertas del cielo abiertas, Ni criatura de espanto,
E l infierno no verá. P o r el Espíritu Santo.

(*) Entonh, por entonces; es frecuente esta forma viciosa en el Tucumán.


(623) Dictada por doña Amalia Ceballds en Aminga (Castro B a r r o s ) , en 1938.
(624) Dictada en la ciudad de L a Eioja por la señorita Dolores Carrizo en 1938.
F e r n á n Caballero la trae a s í :
Mercedes, Bartolomé, que no se lo di a varón,
mercedes de caridad; que yo te daré un dado
la gente va de viaje que no se lo di a vasallo.
y me deben de aguardar. É n la casa que te nombren
Allá en mitad del camino no caerá piedra ni rayo,
volvió los ojos a t r á s , n i entrará el demonio en ella,
y vido a Bartolomé: ni mujer muera de parto,
Bartolomé: ¿dónde vas? ni criatura de espanto,
Señor, con vos he de ir ni el gañán pierda sus bueyes,
a los cielos a subir. ni el pastor a su ganado,
Bartolomé, no vendrás y todos los que te recen
ni a los cielos subirás, tendrán en la gloria el pago.
que yo to daré un don (Obras Completas. T. 17 pág. 2 8 ) .
(624-a) Dictada por la señora María ijíato de Martínez, en la ciudad de L a E i o j a .
348 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

624-b E n la cruz serán clavados


Y con la hiél y el vinagre,
Hijo, serán enjuagados.
SAN BARTOLOMÉ

— S a n Bartolomé, 624-d
— i P a r a dónde vas?
POR AQUELLA CALLE OSCURA
—Voy p a r a los cielos.
—Volvete, Bartolomé.
Por aquella calle oscura
Yo te daré un d o n :
Está u n a humilde criatura
Que en casa donde entrares Con el pie en la sepultura
E n t r e el Espíritu Santo Y u n a mortaja de lino
No muera mujer de p a r t o Que todo el cuerpo le arruina.
Ni criatura de espanto.
—¿De ande vienes, buen Jesús?
—Vengo de Jerusalén.
Muchos pasos me ha costado,
624-c Muchos tormentos de azotes,
De la ciudad al Calvario
GERÓNIMO SALIÓ UN DÍA Y del Calvario a la cruz.
Si no me quieres creer,
Gerónimo salió u n día San J u a n será mi testigo.
E n cuanto el gallo cantó,
Cuando los gallos cantaban,
A su bordón l e v a n t ó ;
—Vení para acá Gerónimo, E n la mitad del camino.
Que te quiero dar u n d o n : A Jesucristo encontró.
E n la casa que llegares — ¿ P a dónde, Bartolomé?
No caiga rayo ni piedra —Voy al cielo y a la tierra
Ni mujer muera de p a r t o A redimir los cristianos.
Ni criatura de espanto. —Volvete, Bartolomé,
Que yo te daré tal d o n :
Que a la casa que llegares,
E n el monte de Belén Tres veces fueres nombrado,
E s t á la Virgen María. No caerá piedra ni rayo
-—¿Qué hact allí, Madre m í a : Ni h a b r á muerte de caballo
Es que velas o es que rezas? Ni mujer de p a r t o
—No rezo, no, hijo mío, Ni criatura de espanto
Que esos t u s benditos pies Contra el Espíritu Santo.

(624-b) Dictado por la señorita Delina Martínez Matos.


(624-c) Dictado por doña Marcelina Creta de la Cruz B. Avila viuda de Herrera.
(624-d) Dictada por la señorita Severina Carrión, en. la ciudad de La Bioja en 1938.
Don Aurelio de Llano Roza de Ampudia, en su libro Del Folklore Asturiano; Mitos y
Supersticiones, Costumbres, página 14, trae esta noticia:
'y rezan a San Bartolomé para que no caigan rayos:
San Bartolomé se levantó
y con Jesucristo encontró:
—|A donde vas, Bartolomé?
—Yo, Señor, con Vos iré.
—Pues te voy a dar un don
que nunca di a varón:
Dónde fueres nombrado,
no caigan rayos ni centellas,
ni mujer muera de parto,
ni criatura de espanto.
CANClONEMO POPULAS DE LA MIOJA 349

A SAN ANTONIO Y A SAN FRANCISCO


625 Lo pedido otorgado
Y lo alejado acercado.
SAN A N T O N I O DE P A D U A

San Antonio de Padua,


Muy amado del Señor, 625-a
Yendo para tus estudios
MI SAN A N T O N I O DE PADUA
Tu santo libro perdistes;
Y volviéndote a buscarlo,
Con el Salvador te distes. Mi San Antonio de Padua.
—Antonio, ¿pa donde vas? Hijo amado del Señor,
Buscando el libro perdido, Por el camino que lleva
—Antonio, vente conmigo, Su santo libro perdió
Que ya luego lo hallarás. Y en eso que está buscando,
Estas palabras oyó:
Tres dones Dios le mandó: —Antonio, Antonio, a tu libro
Que lo perdido sea hallado, Un Ángel te lo encontró.

(625) Dictada por don Pedro Alcucero, en el barrio de V a r g a s , en 1938.


(625-a) Dictada por doña Marcelina Creta viuda de Herrera en la ciudad de L a Rio ja.
Don Francisco Rodríguez Marín tiene esta oración bajo el número 1057 a s í :
San Antonio de P a d u a , L a Virgen te se presentó,
Que en P a d u a nasistes, Tres dones te dio.
E n P o r t u g a l te enastes, —Antonio, Antonio, Antonio,
E n el púrpito donde Dios predicó predicastes, Vuélvete atrás,
Estando predicando el sermón Q u ' el Brebiario t ú lo hallarás.
Lo olvidao será recordao,
Te vino un ángel con la embajá Lo perd o hallao,
Que a t u padre lo iban á 'justicia. Lo ausente presente.
P o r él fistes, Santo mió,
E l brebiario perdistes, Que parezca lo perdió.
Nuestro pueblo tenía una devoción muy especial a San Antonio de P a d u a . L a gente que
pasa de 50 años aun conserva en las provincias del Norte, el recuerdo de los versos que en
alabanza se eantaba en la novena del santo pp,duano.
La más antigua de estas canciones es acaso ésta, dictada por doña Eulogia Avayay en
Sanagasta:
Y PUES A Q U E L L O S F A V O R E S
¥ pues aquellos favores Sanas, mudos y tullidos
Dan, de quien sois testimonio Paralíticos, leprosos
Humilde y glorioso Antonio A endemoniados furiosos
Rogad por los pecadores. Restituyes los sentidos
Vuelves los bienes perdidos
Vuestra palabra divina Curas todos los dolores
Forzó a los peces del mar TIuMilde y glorioso Antonio
que saliesen a escuchar Bogad por los pecadores.
Vuestro sermón y doctrina
Y que fué tan peregrina Sanas de gota coral
Que extirpó cien mil errores Ciegos, contrahechos, llagados
Humilde y glorioso Antonio Consuelas desconsolados
Mogad por los pecadores Y curas de cualquier m a l
Cuál médico celestial
Vos sois de la tempestad A quién hace Dios favores
El amparo milagroso Humilde y glorioso Antonio
Del incendio riguroso Bogad por los pecadores.
Agua de la caridad
Puerto de seguridad Y de tres días ahogados
E n el m a r de sus rigores Resucitastes diez niños
Humilde y glorioso Antonio Y cual dos bellos armiños
Bogad por los pecadores. De sucesos desastrosos
350 J U A N A L F O N S O C A B M I Z O

Y Antonio, humilde y postrado, 626


A sus pies se arrodilló,
Y el ángel de Dios al verlo OH, SERÁFICO FRANCISCO
Estos tres dones le dio :
Que lo perdido sea hallado,
Lo olvidado recordado ¡Oh seráfico Francisco
Y lo alejado acercado. Santo querido de Dios,
Santo diño, Santo diño, Da, por la Madre de Cristo,
Otorga lo que te pido. Un consuelo a mi dolor 1

Porque BUS padres amados A la que con tanto celo


Lloraban por t u s favores Y fervorosa oración
.Humilde y glorioso Antonio El fruto de bendición
Rogad por los pecadores. Sirve p a r a su consuelo
De lo que consiga el cielo
De una que no creía Aún otras cosas mayores
Que la perdonase Dios Humilde y glorioso Antonio
Vos tomaste sobre vos Bogad por los pecadores.
La pena que merecía
Al tomarla al mismo día Sois de J e s ú s t a n amado
Le hizo Dios mil de favores Que a solas con El j u g a b a s
Humilde y glorioso Antonio Haciendo porque lo amabas
Bogad por los pecadores. Su profeta regalado
Su celador estimado
Vos libras a cualquier reo Y luz de los confesores.
De grillos y de cadenas Humilde y glorioso Antonio
Y al alma que se enajena Bogad por los pecadores.
Del pecado sucio y feo
Y pues sois divino Alfeo Y pues aquellos, favores
De Jesús flor de las flores De quién sois tan testimonio
Humilde y glorioso Antonio Humilde y glorioso Antonio
Bogad por los pecadores. Bogad por los pecadores.

Menos popular que el anterior es este otro dictado en l a ciudad de L a Rioja por doña
Marquesa Lamadrid viuda de Oliva:

S I BUSCAS MILAGROS, M I R A

Si buscas milagros, mira El infiel más obstinado


Muerto y error desterrados Por ti vive arrepentido
Miseria, y demonios huidos Dadme, Antonio, esclarecido
Leprosos, enfermos sanos. Adversión contra el pecado.

El mar sosiega su ira Si tu heroica virtud


Bedimes encarcelados Huye corrido el demonio
Miembros y bienes perdidos Líbranos glorioso Antonio
Becobran mosos y ándanos. Da su fiera esclavitud.

Ruega a Cristo por nc so tros Si libras encarcelados


Antonio glorioso y santo De grillos y de cadenas
P a r a que dignos así De las infernales penas
De t u s promesas seamos. Líbranos, Antonio amado.

El peligro se retira Si eres poeta sagrado


Los pobres van remediados Concédele a mi memoria
Cuéntenlo los socorridos Recuerde el infierno y gloria
y díganlo los paduanos. P a r a que deje el pecado.

P u e s que das al muerto vida Pues goza de eterna suerte,


Del pecado y su falsía Gloriosísimo paduano
Haced que mí alma a la gloría Dadme ausilio sobrehumano
Resucite arrepentida. .En la hora de mi muerte.

(626) Este cantar, como el siguiente, me fué dictado por la señora Victoria Villafafie
viuda de Luna en Víchígasta en 1938.
CAUCIONERO POPULAR BE LA RIO JA 351

627 Flor de los ermitaños


Vamos a la Gasa Santa
SAN FRANCISCO Donde está el Cáliz bendito
San Francisco Y la hostia consagrada
Flor de las flores, De mi Señor Jesucristo.

ORACIONES PREPARATORIAS
D E LA CONFESIÓN

628 A vos confieso mis culpas,


Que bien sabes cuantas son.
DULCE JESÚS DE MI VIDA Aquí estoy en penitencia:
Échame tu absolución.
Dulce Jesús de mí vida, En vida dame castigos,
Dueño de mi corazón, En mi muerte, salvación.

(627) Don Francisco Rodríguez Marín, en BUS Cantos Populares Españole», t r a e esta
oración bajo el número 1033, así:

San Francisco, flor de flores, Quien dijere esta oración


P a d r e de los predicadores, Todo3 los viernes de] año,
Ermitaño de la luz Sacará un alma de pena
Toma esta bandera y cruz Y la suya de pecado.
Anda ve a la Casa Santa Quien la sabe y no la dice
Donde 'stá '1 cáliz bendito Quien la oye y no la aprende
Y la hostia consagrada. En el día del juicio
Y e r á su alma lo que pierde.

(628) Dictado por la señorita Carmen Lujan, en la ciudad de L a Rioja en 1938.


Rodríguez Marín tieDe esta oración bajo el número 1010 de sus Cantos Populares Es-
pañoles, a s i :

Durce Jesús de mi vida, Perdonarme los pecados,


P a d r e de mi corazón, Que vos sabéis los que son.
Oirme de penitencia, Darme paz en esta vida
Y echarme 1'arsolución. Y en la otra sarvacíón.

F e r n á n Caballero trae nuestra oración en su Oirás Completas, tomo 13, p á g i n a 201, con
l a siguiente noticia:
Había una mujer muy buena y muy devota gue ienía vn hijo buenísimo, pero tan simple
y falto de memoria, que nunca había podido aprender sino esta oración:
Señor mío Jesncristd
dueño de mi corazón,
perdóname mis pecados,
que vos sabéis los qne son.
Todos a voa km confieso
con dolor y contricción;
oídme en penitencia,
leed en mi corazón,
y pues lo veis traspasado,
echadme la absolución.

Siendo ya casi hombre, su madre le llevó a confesar; pero examinado que fué por el
confesor, éste le dijo a la pobre que no podía confesarlo por ignorante y simple.
Madre e hijo se echaron a llorar amargamente, al ver al segundo excluido del Sanio
Sacramento de la Eucaristía.
Mientras el sacerdote se había revestido para decir misa vio sobre el altar un letrero
que desapareció tan luego que lo hubo leído, y que decía:
« Absuelve a ese penitente, cuyo confesor he sido yo cada noche ».
352 JUAN A L F O N S O C A S B I Z O

629 Tu cuerpo, Santo y humilde ;


Ei mío, falso, engañoso,
DULCE JESÚS DE MI VIDA Está del pecado preso.
Perdona, Padre amoroso.
Dulce Jesús de mi vida,
Dueño de mi corazón, Perdóname, Padre mío,
Aquí estoy a tu presencia En la confesión que te hice,
Con profunda humillación, Los pecados .declarados
Esperando en tu clemencia Y aquellos que no te dije.
Que me otorgues el perdón.
Me pesa el haber pecado Dalos tú por confesados,
Sólo por ser -vos quien sois. Que bien sabes los que son.
Pésame haberte ofendido, Por tu Santísima Cruz
Pésame de corazón, Me darás la absolución.
Que el dolor que ahora tengo
Sirva de satisfacción. Pequé, mí Señor, pequé,
Deseo los sacramentos, Pequé delante de t i ;
Y a todos pido perdón. Y así espero de vos, Padre,
Dame paz en esta vida Misericordia de mí.
Y en Ja otra salvación.
Líbrame del cruel infierno,
Por tu muerte y tu pasión. 632
VENGO HINCADO DE RODILLAS
630
La santa justicia Vengo hincado de rodillas
Llamándome está. Delante del Sacramento,
El error y el miedo Como el sediento a la fuente,
No me dan lugar. Como al médico el enfermo.
Quisiera tener, Señor,
631 Un Altar dentro 'mi pecho,
Relicario dentro 'mi alma,
SEÑOR MIÓ JESUCRISTO Para aposentarte adentro.
Señor mío Jesucristo, Dulce ángel de mi guarda,
Mi alma enferma se siente: Pídele a Nuestro Señor
Confesarse con vos quiere, Que allá en la gloria se acuerde
Que ha pecado mortalmente. Y me tenga compasión.
Perdonaste al buen ladrón Un alma triste, afligida,
En la cruz crucificado ,- Pide que de ella se acuerde.
Perdóname a mí también, No le digas que es la mía,
Señor, que me he confesado. Que una y mil veces te ofende.
Creo en Dios, Padre, Señor, Aguarda, que está delante
Y en lo que la Iglesia dice. La Virgen que tanto puede,
Perdóname los pecados Como la madre de Dios,
En la confesión que te hice. Para que de mí se acuerde.
(629) Dictada en Sanagasta por doña Eulogia Avayay en 1938. Es una oración de
agonizantes.
(631) Dictada por don Manuel Pilar Herrera en la ciudad de La Bioja en 1938.
Eodríguez Marín trae una oración bajo el número 1008 que resume la nuestra así;
Señor mío Jesucristo, Perdonármelos, Señor,
Mi alma mala se siente, Como perdonasteis a María Madalena
La tengo enferma y doliente Y al buen ladrón.
Por los pecados que hice.
(632) Dictado en el barrio de Vargas en 1938 por doña Silberia Toledo de Díaz,
de 80 años.
CANCIONERO POPULAS DE LA EIOJA 353

632-a Dulce ángel de mi guarda,


Dulce compañero mío,
HINCADA ESTOY DE RODILLAS Pídele a Nuestro Señor
Como la gloria nos diera.
Hincada estoy de rodilla Ahora que estoy delante,
Delante del Sacramento, Oh Virgen que tanto puedes,
Como a la fuente el sediento, Oh Madre de Dios te pido
Como al médico el enfermo. Para que de mí te acuerdes.
Quisiera tener, Señor Jesús en esta hora,
El altar dentro 'mi pecho, Jesús en mi reposo,
Relicario de mi alma, Hasta la hora de mi muerte.
Para aposentarte adentro. f Amén.

ORACIONES DEL ALBA


633 La Virgen llora,
Y A T O C A N LA HORA El ángel la adora.
Dichosa el alma j
Ya tocan la hora. Que recuerda a esta hora.
Los ángeles tocan,
Jesucristo reza,
La Virgen adora.
Dichosa es el alma
Que despierta a esta hora. 633-b

633-a
Ya los gallos cantan:
YA CANTA EL GALLO
A Dios adoran.
Ya canta el gallo, Dichosas las almas
Dieron la hora. Que al alba imploran.
(632-a) Dictada en la ciudad de L a Eioja por doña Segunda H e r r e r a de Díaz, de 90
años. H a b í a aprendido este cantar en Nonogasta en su niñez.
Indudablemente, esta oración esta basada en l a clásica de Santo Tomás de Aquino,
cuyo comienzo dice:
¡Oh Dios todopoderoso y eterno, llegóme al Sacramento de tu unigénito Hijo m i Señor
Jesucristo, como enfermo al médico de la vida, .como sucio a la fuente de misericordia, como
ciego a la lus de la claridad eterna, etc.
Rodríguez Marín t r a e estas dos versiones en sus Cantos Populares Españoles, bajo los
números 1016 y 1017:
Hincada estoy de rodillas Aquí me vengo a humillar
E n busca de ese cordero, Delante del Sacramento,
Como el sediento a Ja iuente Como el sediento a la fuente,
Como al médico el enfermo. Oomo al médico el enfermo.
¡Ay, mi Dios, y quien tuviera [íAy, mi Dios, y quién tuviera
Un relicario en el pecho Un altar dentro del pocho
Y un altar dentro del alma, Y un relicario en mi alma,
P a r a que quedarais dentro p a r a que quedarais dentro,
Y borrar con vuestra sangre P a r a poder recibir
El delito que yo he hecho! Este Santo Sacramento.
(633) Esta oración, que se reza al alba, al despertar, me fué dictada en la ciudad
de L a Rioja en 1938 por doña Dolores Carrizo:,
F e r n á n Caballero, en Obras Completas, tomo 13, página 194, trae nuestra copla con la
noticia de que se reza Al pasar el ciático, a s í ;
Jesucristo va a salir Los ángeles cantan,
yo por Dios quiero morir, la Virgen lo adora,
porque Dios murió por mí. bendito el Señor
que sale a estas horas.
23-11
354 J U A N A L F O N S O C A B M I Z O

ORACIONES DE LA NOCHE
634 A vos, Santa Magdalena,
Te pongo mi querella y confesión,
AHORA ME ACUESTO
Mis pecados muchos son,
Ahora me acuesto No los puedo confesar,
Con el ánima en el cuerpo, Ni los pies de Dios besar.
Y os encomiendo, Señor: Besaré esta santa tierra,
Si me durmiera, veíame, Por que mi alma no se pierda.
Si me muriera, alúmbrame. Besaré esta Santa Cruz,
Con las once mil candelas P o r que mi alma tenga luz.
De la S a n t a Trinidad,
Cruz, cruz, cruz, cruz,
Tú me salves
635 Tú me libres,
AHORA NOS ACOSTAMOS
Tú me guíes
Cosa mala,
Ahora nos acostamos No me llegue
Y a Dios nos encomendamos, Ni ahora,
Porque no hay otro mejor, Ni en la hora
Ni lo hubo ni lo habrá, De mi muerte
Ni nació ni nacerá. f Amén.
Seguramente años atrás nuestro pueblo rezaría también esta oración al paso del viátieo
como en España.
Don Giovani Giannini, en Canti Popolari Toscani t r a e nuestra oración en la pág. 52, a s í :
Suona 1' nn' ora Beata quell' anima
San Pietro la suona Che apira a quest' ora!
Gli angioli la cantano, Spirasse anche la mía
L a Madonna 1' adora Andereble con Gesú e con María. {Siena).
(634) Dictada en Anillaco por doña Manuela Romero en 1938.
Don Constantino Cabal, en su Individuo, trae en la página 5 una oración parecida
que dice:
Santa Mónica bendita, me echan en la sepultura:
madre de San Agustín, cual me tapo con la ropa,
allá os entrego mi alma, me t a p a r á n con la t i e r r a :
que yo me voy a dormir. se irán y me dejarán.
Si me duermo, despertadme: No me desampares,
si me muero, perdonadme: Virgen de la Verdá. . . !
cuando me acuesto en la cama
(635) Dictada en la ciudad de L a Rioja en 1938 por doña María Cleta de la Cruz.
Don Constantino Cabal, en su Individuo, página 52, tiene esta oración a s í :
— S a n t a María Magdalena, Jesucristo está en 1' altar,
yo vos cuento mi querella, todo cubierto de llagas,
mi querella en confesión: y hasta sus brazos igual.
mis pecados muchos son. Va p a allá la Magdalena
No los puedo confesar, Con un paño de cristal.
ni con clérigo de misa, —Quita, Magdalena, quita,
ni con fraile cardenal. no me vengas a limpiar,
Besaré la santa tierra, que estas son las siete llagas
porque mi alma no se p i e r d a : que tenemos que pasar
besaré la santa cruz por los vivos y los muertos
porque mi alma vea luz. por toda la cristiandad.
A la última parte de esta oración Rodríguez Marín la t r a e bajo el número 1037, a s í :
Cruz Santa, Que murió en ti,
Cruz bendita, Que cosa mala
Tú me salvas, Ñ o llegue a mí,
Tú me guías. N i a mi cama,
P o r el Señor N i a los que están en mi compañía.
L a s personas que rezan nuestra oración hacen u n a cruz con la mano hacia los cuatro
puntos cardinales.
CJNCIONEBO POPDLAB DE LA MIOJA 355

635-a No le dirás que la mía,


Porque mil veces la ofende.
A VOS, S A N T A CATALINA

A vos, Santa Catalina, 637


Te contaré mi querella, Ángel de la Guardia
Querella de confesión: Dulce compañía,
Mis pecados muchos son, No me desampares,
No los puedo confesar, De noche y de día.
Ni los pies de Dios besar.
Besaré la santa cruz. 638
Cruz, cruz, cosa mala
Nunca se llegue a mi cama Á N G E L MIÓ D E LA G U A R D A
Con toda mi campaña,
Ángel mío de la Guarda,
636 Mensajero del Señor,
Para mí fuiste creado
ÁNGEL MIÓ DE LA GUARDA Mi amparo y mi guardador.
Ángel mío de la Guarda, Yo te ruego, ángel bendito,
¿A quién guardas y defiendes? Por la sagrada pasión,
Aquí una ánima afligida Que si me muero esta noehe
Pide que de ella se acuerde. Me sirva de confesión.

(635-a) Dictada por doña Ramona Carrizo en "Vinehina (Dto. Chileeito).


(636) Dictada por doña Florencia Sánchez en Viehigasta.
(637) E s t a es la oración m á s conocida p a r a la hora de recogerse a descansar. E s de
uso en todas las provincias del antiguo Tucumán.
Don Eugenio de OlavaTría y H u a r t e , en su estudio El Folk-Lore de Madrid, publicado
en la Biblioteca de las Trocí. Populares Españolas, p á g i n a 75, tomo II, tiene nuestra oración
intercalada en otra a s í :
Cuatro esquinítas Sed mi buena guía,
tiene mi cama, sed mi defensor
cuatro angelitos a todas las horas del día,
guardan mi alma. No me dejéis sola,
Ángel de mi guarda, que me perdería.
dulce compañía Jesús, José y María,
no me desampares vuestro esclaro soy,
ni de noche ni de día. con vuestro permiso
Sed mi protector, a dormir me voy.
Rodríguez Marín la trae a s í :
Ángel de la Guarda, Ángel de la Guarda,
Dame compañía; Dulce compañía
No me dejes solo, De noche ni día
Que me perdería. Si me desamparas
Y t e rezaré un padrenuestro ¿Qué será de m í !
Y un avemaria. (N.° 991) Ángel de mi Guarda,
Pide a Dios por mí. (N.° 992)
María Cadilla de Martínez, en La Poesía Popular en Puerto Rico, página 331, t r a e
nuestra oración a s í :
Ángel de mi Guarda,
Dulce compañía,
no me desampares
de noche ni de día.
(638) Dictada por la señorita Carmen L u j a n en la ciudad de L a Eioja en 1938.
Rodríguez Marín la t r a e a s í :
Santo Ángel de mi Guarda, Defiéndeme, ángel bendito,
Semejanza del Señor, Con t u gracia y t u saber
P a r a mi fuiste criado De los lazos del maldito,
P a r a mí amparo y favor. De noche y de día
P a r a siempre. Ave María. (N.o 993)
356 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

639 La Virgen María


Y el ángel santo.
A Q U Í ME A C U E S T O A DORMIR Anda, vete, enemigo,
Yo no contigo:
Aquí me acuesto a dormir, Yo con El,
Muy cierto que lie de morir. Dios delante,
Si el Señor a mí me busca, Yo t r a s de El.
E l no tiene a qué venir, f Amén Jesús, María y José.
Porque si es deuda que debo,
La debo y la he de cumplir.
640-a
640 C O N DIOS ME ACUESTO

C O N DIOS M E ACUESTO Con Dios me acuesto,


Con Dios me levanto,
Con Dios me acuesto, La Virgen Santa me cubra
Con Dios me levanto, Con su velo y con su manto.

(639) Dictada por la señora Sofía Zarate Pérez de Díaz en la ciudad de La Rioja
en 1938.
Rodríguez Marín trae esta oración bajo el número 1048, así:
Aquí m ' acuesto a morir, os la tengo de cumplir.
Q u ' es mas cierto que vivir; Y a m ' echo en la sepultura,
Cuando quiérais, Dios mío, Con la tierra me cobijo;
No tenéis mas que venir, Dios me deje amanecer
Que una promesa que os debo P a r a su santo servicio.

(640) Me la dictó el niñito Alejandro Luna en Vichigasta; la había aprendido a la


anciana de 80 años doña Camila Fuensalida, que falleció en 1938.
(640-a) Dictada por doña Manuela Romero en Anillaco en 1938.
Don Eugenio de Olavarría y Huarte, en su estudio El Follc-Lore de Madrid, publicado
en el tomo segundo de la Biblioteca de Tradiciones Populares Españolas t r a e en la p á g i n a 76
nuestra oración a s í :
Con Dios me acuesto,
con Dios me levanto,
con la Virgen M a r í a
y el Espíritu Santo.
Si me muero perdonadme
si me duermo despertadme.
E n la misma forma la t r a e don Valerio Serra Boldú, en BU estudio Folklore Infantil,
publicado en Folklore y Costumbres de España, tomo I I , página 547.
La segunda parte de nuestra oración parece ser antiquísima, pues y a el maestro Gonzalo
Correas, en su Vocabulario, de principios del siglo X V I I , la trae a s í :
Dios conmigo,
yo con El.
El delante,
yo t r a s El.

O bien:
Dios delante,
yo t r a s El,
El conmigo,
yo eon El.
Don Constantino Cabal, en El Individuo, página 51, la trae con esta noticia:
L a oración m á s vulgar es la siguiente:
—Con Dios me acuesto, me la acompañan.
con Dios me levanto, Yo me echo
la Virgen María en mi c a m a ;
y el Espíritu Santo. mi cama
Cuatro esquinas es una sepultura;
tiene mi cama, a la hora de mi muerte
cuatro Vírgenes ayudadme, Virgen p u r a .
CANCIONEBQ POPULAS DE LA K I OJ A 357

Dios delante, Que he podido anochecer.


Yo tras El. Por tu caridad y amor,
Alabo su gran poder, Permitime amanecer.

L a señora María Cadilla de Martínez, en su libro La Poesia Popular en Puerto Meo,


página 326, t r a e nuestra oración a s í :

Con Dioa me acuesto,


con Dios me levanto,
Con la Virgen María
Y el Espíritu Santo.

Y también:

Con Dios me acuesto,


Con Dios me levanto;
L a Virgen del Carmen
Nos cubra con su manto.

Y en la página 332 trae la continuación así:

Dios conmigo,
yo con E l ;
Dioa delante;
yo t r a s El.

Gracias te doy, Gran Señor,


y alabo t u Santísimo P o d e r ;
con el alma dentro el cuerpo
me dejaste amanecer.
Así te ruego y suplico
me dejes anochecer
alabando tres personas,
Jesús, M a r í a y José.

Don Eamón A. Laval, en su Folklore de Caráhue, página 25, t r a e nuestra oración a s í :

Con Dios me acuesto,


con Dios me levanto;
la Virgen del Carmen
me t a p e con su manto,
p a que no tenga frío
ni miedo, ni espanto.

Los cuatro primeros versos de esta oración, que constituyen la oración propiamente
dicha, se repiten en la que se registra bajo el número 658.
L a segunda p a r t e de la versión 640-a, eptá contenida en esta oración que Rodríguez
.Marín trae en sus Cantos Populares Españoles, ü." 1024, a s í :

Graeias te doy, gran Señor,


Y alabo tu gran poder,
Que me has dejado anochecer.
También te pido, Señor
Que me dejes amanecer,
Alabando el dulce nombre
De Jesús, María y José.

También la t r a e bajo el número 973, así:

Graeias t e doy, g r a n Señor,


Y alabo tu gran poder;
Que por tu misericordia
Me has dejado amanecer.
358 J U A N A L F O N S O C A Jí H I Z O

641 642

CUATRO ESQUINITAS TIENE DULCE ÁNGEL DE MI GUARDA


Dulce Ángel de mi Guarda,
Cuatro esquinitas tiene mi cama Dulce compañero mío,
Y cuatro ángeles me acompañan: Pídele a Nuestro Señor
Lucas y Marcos, J u a n y Matías Como la gloria nos diera.
Jesucristo está en el medio. Ahora que estoy delante,
Oh Madre de Dios, te pido
San Silvestre, monte mayor, P a r a que de mí te acuerdes.
Líbrame de brujerías, Jesús en esta hora,
Líbrame de hechicerías, Jesús en mi reposo,
De hombre de mala intención. Hasta la hora de mi muerte.

(641) Dictado por la señorita Josefina Carmona en l a ciudad de L a Ttioja en 1938.


Damase Arbaud, en Chants populaires de la Provenee, trae esta oración parecida en tomo
I , página 11, a s í :
P R I E R O DOOTJ S O I E
Au liech de Diou
Me couehe iou, ,
Sept angis n ' en trove iou San J e a n , San Luc, B.in Mare, San Mathiou,
Tres es peds Les quatre Evangelistas de Diou.
Quatre au capet,
L a Boueno Mero es au mitán
Giovani Oiannini, en Canti Popolari Toscani, trae nuestra oración en la pág. 50, N.° 4, a s í :
Questo letto na quattro eanti.
To ci aspetto quattro s a n t i :
Due da capo e due da pié.
La Madonna é qui da me.
Rodríguez Marín., en Cantos Populares Españoles, registra esta oración bajo el núme-
ro 1929, a s í : |
Cnatro esquinitas
Tiene mi cama;
Cuatro angelitos
Que me la guardan.
Dos a los pies,
Dos a la cabecera
' L a Virgen María,
Q u ' es mí compañera.
O bien:
Cuatro píes tiene mi cama,
Cuatro ángeles 1' acompañan :
J u a n , Pedro, Lúeas, Mateo
Y nuestro Señor Jesucristo en medio. (N.° 1030)
Don Valerio Serra Boldú, en su estudio Folklore Infantil, publicado en el segundo tomo
de Folklore y Costumbres de España, trae en la página 547, esta versión:
Cuatro esquinitas sed mi buena guía,
tiene mi eama sed mi defensor
cuatro engelitos a todas las ñoras del d í a :
Guardan mi alma. no me dejéis sola
Ángel de mi Guarda, que me perdería
dulce compañía, Jesús, José y María,
no me desampares vuestro esclavo soy;
ni de noche ni de día. con vuestro permiso
Sed mi protector a dormir me voy.
Don Eugenio de Olavarría y Huarte, en su estudio El Folklore de Madrid, publicado
en el tomo I I de la Biblioteca de las Tradiciones Populares Españolas, página 75, trae esta
misma oración sin variante respecto a la de Serra Boldú. También sin variante registra don
José Pérez Ballesteros, esta oración hallada por él en la Coruña y publicada en la Biblioteca
de las Tradiciones Populares Españolas, tomo 4.°, página 117.
L a primera estrofa se repite en la oración número 658 y l a segunda en l a número 657.
(642) Dictada por doña Segunda H e r r e r a de Díaz, de 90 años, en ]a ciudad de L a
Kioja en 1938.
CANCIÓN EBO POPULAS DE LA BIOJA 359

642-a Soy el Niño Dios,


El Niño Jesús,
SANTO ÁNGEL DE MI GUARDA Que duerme en la cama,
Encima la cruz.
Santo Ángel de mi Guarda, Cruz, cruz, cruz,
Para mí fuístes criado, Cruz, cruz, cruz,
Para amparo y guarda mía Tú me guardas, tú me libres,
Por mandato del Señor. Cosa mala no me encuentre
Bendita la luz del día Ni de noche ni de día
Y el Señor que nos la envía Ni en la hora de mi muerte.
Y nos da tal compañía
Como la Virgen María
De la casa de Belén 643-a
Hasta allá a Jerusalén.
ESCALERAS DEL CIELO

643 Escaleras del cielo,


Arcas de la Trinidad,
Cuando la hostia se levanta,
ESCALERAS DEL CIELO Cáliz queda en el altar.
Todas las gentes cristianas
Escaleras del cielo, Se levantan a adorar.
Arco de la Trinidad,
Cuando la hostia se levanta Quien rezare esta oración
Cáliz queda en el Altar. Todos los viernes del año
Si quieren saber, señores, Sacará una alma de pena.
Quién soy yo: Y la suya del pecado.

(642-a) Dictada en Los Robles (Dep. Pelagio B. Luna), por el niño de la escuela
N.° 62, Nieoláa Reinoso. El niño la aprendió a su madre, natural del lugar, y ésta, a su vez,
a la suya.
Rodríguez Marín, en Cantos Populares Españoles, trae cuatro versiones de esta oración,
bajo los números 968, 969, 970 y 971, así:

Bendita sea la luz del día


Y el Señor de los cieíos que la envía.
Bendito su gran poder,
Que nos trajo el amanecer. (N.° 968)
Bendita sea la luz del día
Y el Señor que me la envía
Desde el portal de Belén.
Bendito, amén. (N.° 969)
Bendita sea la luz del día
Y el Señor que nos la envía.
Tenga usté muy buenos días. (N.* 970)
Bendito sea el día
Y quién lo envía
Y la Virgen María.
Viuda te hallaste
Al pie de la Cruz
En gran soledad.
Ampara, Señora,
Mi necesidad. (N.° 971)
(643) Dictada por doña Marquesa Lamadr^d viuda de Oliva en la localidad de La Rioja.
(643-a) Dictada por doña Manuela C. de Rodríguez en Anillaco en 1938,
360 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

644 Que el hijo de Dios


F.ERO, P.BRO VEN.S, COMO LEÓN l ^ T ^ T e n U
Fiero, fiero venís, como león, Perjuramente, f Amén.
Manso, manso llega a mi corazón,
Como Cristo llegó a su pasión. 645
Jesucristo me acompañe, p u i pQR UN CAM1NITO
La rosa en que nació
Y la cruz en que murió. F u i por u n c a m b u t o :
Jesucristo me libre Encontré a Jesucristo.
Del enemigo malo, Jesucristo es mi padre,
P a r a que nadie tenga Santa María es mi madre,
Venganza conmigo. San Vicente es mi p a r i e n t e :
Creo en Dios Me puso u n a cruz en la frente
No en bultos negros como vos. P a r a que el malo no me encuentre
Anda, fiero animal, Ni de día ni de noche
Seguí tu camino, Ñi a la hora de mi muerte, f Amén.

(644) Dietada en Chima, barrio situado al sur de Vichigasta, por la señora Rosa de
Luna en 1939. Como se ve, no solamente no Be entiende el sentido sino que también los
últimos versos son ininteligibles.
Es una oración p a r a conjurar un espanto. Conviene advertir que los vecinos de Vichi-
gasta están constituidos en una comunidad desde tiempo inveterado. Las gentes de los
pueblos vecinos: Chileclto, Nonogasta y Sañogasta, les llaman los indios de Vichigasta a loa
pobladores de la villa de este nombre y de Chima situada media legua al sur, sobre el
mismo camino real.
H a s t a no hace muchos años todos los vecinos vivían de la cosecha de algarroba que
hacían en los algarrobales de la comunidad situados a algunas leguas al naciente de la
población. En los meses de la cosecha dejaban el pueblo desierto y se trasladaban a los
bosques hombres y mujeres, chicos y jóvenes, animales de servicio y todo lo que podían aca-
rrear. Sentaban sus reales en la p a r t e del bosque que por detrecho les pertenecía a cada
familia y allí se instalaban. Cada familia tenía su rancho para vivienda y su ramada p a r a
secar la algarroba, cuando no el mortero y la cimbra p a r a moler la fruta que les d a r á el sus-
t e n t o : el p a t a y y la bebida, la aloja.
E n las noches oscuras aquellas gentes sencillas sentirían al diablo y quizás lo verían,
porque la noche es la madre de las leyendas, en Vichigasta como en todo el mundo. Ya lo
dice el refrán español:
Entre las doce y la una
Anda la mala fortuna.
Precisamente en Vichigasta he recogido este otro conjuro al malo:
¡Ave María Purísima! p a t a de gallo
—Sin pecado concebida mano de fierro,
¡Viva la Virgen Ahí viene el cola rosca
muera el demonio E l cola r o s e a . . .
E n los algarrobales del Pantano, al norte de Aimogasta, y en los del Salado, cuando
no en los de Andaluca, al norte de Alpasinche, la gente que, como en Vichigasta, vive de
la cosecha de algarroba, canta este conjuro a s í :
Mano i fierro
p a t a i gallo
cola rosca
cola rosca
cola rosca
Bendito y alabado
sea el Santísimo Sacramento.
(645) Me fué dictada por doña Manuela Creta de la Cruz R. A. viuda de Herrera, en
la ciudad de La Rioja, en 1938; la había aprendido en Tama, a su madre.
Giovanni Giannini, en Canti Popolari Toscani, t r a e nuestra oración a s í :
l o vado & letto Gesú Cristo salvatore.
Con una eroee in petto, Gesú Cristo é lo mió padre,
Un angiolino bianco; La madonna é la mia madre,
C' é lo Spirito Santo, San Gíuseppe é mió párente.
Un' anima maggiore, Dormo ben sicuramente. (pág. SO - N.° 3)
CANCIONERO POPULAR DE LA BÍOJA 361

646 649
GRACIAS A DIOS Me persigno con la cruz
Y me abrazo con los clavos.
Gracias a Dios, E n la cabecera tongo
Ha llegado la hora. Al Señor crucificado.
E l ángel la toea,
La Virgen la reza, 650
El Señor la a d o r a ;
Dichosa es el alma MAMITA, VIRGEN
Que recuerda esta hora. Mamita Virgen,
Bendito es el cáliz, Tu hijito soy.
Bendito el altar, Con t u licencia,
Bendita mi cama, A dormir voy.
Me voy a acostar.
Cuatro ángeles acompañen: Y si me duermo,
Lucas y Marcos, Despiértame ;
J u a n y Mateo, Y si me muero,
Cristo en el medio. Perdóname.
j Ave María, cruz, cruz!,
Que no se me arrime 651
Cosa mala a mi cama,
Ni gente de mala intención Mi señor San P e d r o ,
Ni brujas ni hechiceras. Que adoraste el cáliz,
También el altar,
Cuidame la c a m a :
Me quiero acostar.
647
JESÚS AMARRADO 652
MI SERÁFICO FRANCISCO
Jesús amarrado,
Jesús coronado, Mi seráfico Francisco,
P o r mis muchas culpas Hijo querido de Dios,
Y mis mil pecados. P a r a la Madre de Cristo
Una limosna por Dios.
Bendices el cáliz Así p a r a el alma como p a r a el
E n el Altar, [cuerpo],
Bendice mi cama, La cama tiene cuatro cantos,
Me voy a acostar. La guardia tiene cuatro ángeles:
Lucas y Marcos,
J u a n y Mateo,
648 Cristo en el medio.
Cuando me acuesto,
Jesús sea mi luz, Cuando me levanto,
María sea mi guía, L a Virgen Santa
José mi compañía. Me cubra con su manto.

(646) Dictada por la señora Rosa Caliva de Avila en San Antonio (Dto de Arauco).
(647) Dietada por la señorita Vicenta Millieay.
(650) Fernán Caballero en Obras Completas, tomo 13, pág. 192, trae nuestra oración
con la siguiente noticia así: Al irse a jugar ante una imagen de-la Señora:
Madre mja querida Con vuestra mano bendita
vuestra esclava soy, Madre de mi corazón,
con vuestra licencia aunque soy pecadorcita
a jugar me voy. echadme la bendición.
(652) Dictado por la señora Victoria Villafañe viuda áe Luna en Yichigasta.
362 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

653 654
OH, SAN JOSÉ OH, SANTO CRISTO DEL VALLE

Oh, San José, Oh, Santo Cristo del Valle!


Guardián del Redentor, j Oh Santo Cristo de Roma!
P a t r i a r c a que en el cielo Libra mi puerta y persona
Eres digno de ser La fuerza de Dios me valga,
Mi dulce protector, Y la santa cruz me libre
Mi p a d r e y mi modelo, A mi ánima de pecado
Joaquín y Ana os dieron Y a mi cuerpo de peligro.
A su hija por esposa:
La más santa y hermosa
Del mundo terrenal.
¡ Oh, cuan dichosos fueron 655
Tener u n yerno t a l !
Santa Mónica bendita,
José en el mundo fuiste Madre de San Agustín,
La más p u r a criatura. Te entrego mi alma y mi cuerpo
P o r eso en vuestra mano Porque me voy a dormir.
Floreció la seca vara.
P o r que nadie d u d a r a
Hizo el cielo esta señal.
655-a
Oh, San José,
Guardián del Redentor, Santa Mónica bendita,
Guárdame de noche y de d í a ; Madre de San Agustín,
Y en la hora de mi muerte, Acompáñame a mi cama,
Sed mi guía. Que ya me voy a dormir.

(653) Dictada por doña Marquesa L. viuda de Ojiva.


Damase Arbaud, en Ghants Populaires de la Provence, página 13, trae esta oracioncita
a San José parecida a la n u e s t r a :
San J a u s e , nourricier de Diou,
De mouert súbito gardetz me ion
E t de 1' Infer et de ses flammos. (8 - I - pág. 13)

(654) Dictada en Soleas por la señorita J u s t a Heredia en 1940.

(655) Rodríguez Marín, en Cantos Populares Españoles, la t r a e bajo el N.° 1045, a s í :


S a n t a Mónica viuda,
Madre de San Agustín,
Tener cuenta con mi alma,
Porque me voy a dormir.
Don Valerio Serra Boldú, en su estudio Folklore Infantil, publicado en el tomo segundo
de Folklore y Costumbres de España, página 548, t r a e esta oración así:
Gloriosa Santa Mónica,
Mare de San Agustí,
la meva ánima encomano
a r a que vaig a dormir.
Don Constantino Cabal, en su libro El Individuo, página 51, trae nuestra oración a s í :
— S a n t a Mónica bendita, me echan en la sepultura:
madre de San Agustín, cual me tapo con la ropa,
allá os entrego mi a l m a ; me t a p a r á n con la t i e r r a :
que yo me voy a dormir. se irán y me dejarán.
Si me duermo despertadme: N o me desampares,
si me muero, perdonadme; Virgen de la V e r d á . . . I
cuando me acuesto en la cama
CANCIONERO POPULAS DE LA RIOJA 363

656 657-a
SEÑOR MIÓ, JESUCRISTO
' PADRE MIÓ, SAN SILVESTRE
Sefior mío Jesucristo,
Arrodillado a t u s pies, _, , „ „., ,
Te pido la bendición: £ad™ T ° M Sllvestre
>
P o r si m a ñ a n a me muera, De Monte Mayor,
Me sirva de absolución. ^ i b r a mi alma y nn cuerpo
De brujas y hechiceras,
s-cv De hombres de mala intención.
SAN SILVESTRE, DE MONTE MAYOR
San Silvestre, de Monte Mayor, 657-b
Defiende mi cama,
Mi casa en d e r r e d o r SEÑOR SAN VICENTE
De animales ponzoñosos,
De brujas y de hechiceras, Señor San Vicente,
De hombre de mala intención. Del Monte Mayor,

(656) Dictada por la señorita Doraliza Alvarez en Vinchina.


Don Constantino Cabal, en su Individuo, la trae así:
—Señor mío Jesucristo, que bien sabes cuántos son:
dueño de mi corazón, dame paz en este mundo
dame la penitencia, y en '1 otro la salvación.
y échame la absolución. Y si me muero esta noche
Perdóname mia pecados, me sirva de salvación. (85 - 50)
(657) Dictada por la señora María Matos de Martínez en la ciudad de La Rioja en 1938.
(657-a) Dictada por la señora Rosa Caliva de Avila en San Antonio (Dto. Arauco).
(657-b) Dictada por la señora Sofía Zarate P. de Díaz en la ciudad de La Rioja.
Don Ramón A. Laval trae una interesante nota sobre la intervención de San Silvestre
en los conjuros contra la brujería e incluye también algunas versiones de nuestra oración.
Dice la nota:
San Cipriano y San Silvestre son los santos más invocados, contra los brujos y por los
brujos mismos. San Cipriano, sirio de nacimiento, fué famoso mago nigromante; convertido
al catolicismo, alcanzó la dignidad de obispo de Antioquía, diócesis que gobernaba cuando
le sobrevino la muerte. De San Silvestre, que asimismo debe de haber ejercido las artes
mágicas, sólo sé que también se le invocaba antiguamente en España por los brujos. Así
se colige del conjuro que sigue, encontrado por Rodrigues Marín en un expediente de la
Inquisición de Tolelo, de 1645, que cita MenénQez y Pelayo en el tomo III de los ORÍGENES
BE LA NOVELA, Madrid, 1910, página CCXLVIII.
Con dos te miro,
con una te hablo,
con las pares de tu madre
la hoca te tapo.
Señor San Silvestre, encántalo.
Sólo por excepción los conjuros se dirigen a Dios, a Jesucristo, a la Virgen o a otro
Santo que los nombrados, y en más de una ves, en este último caso, se ve claramente que
a los nombres de San Cipriano o San Silvestre se ha sustituido el de otro, tal ves el del santo
del nombre o de la devoción del primero que hiso el cambio:
Señor San Vicente
de fieles mayor,
Víbrame de brujos
de mala intención.
Este otro conjuro es una excepción:
Adelante va la Virgen
y de atrás Nuestro Señor;
en un lado va San Pablo
y en el otro San Ramón
y al loo 'e la cordillera
'ta la cruz de Salomón.
364 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

Cuídame la cama Y del malhechor,


Y a su alrededor. Del hombre hechicero
Líbrame de brujas Y de mala intención.

He aquí algunos no publicados hasta ahora, dirigidos a San Cipriano o San Silvestre:

Padre mío San Cipriano,


dueño del Monte Mayor,
líbrame de brujos
y de todo rigor,
de hombres y mujeres
de mala intención. (Recogido en Tomé)

Adelante va San Cipriano,


con el sombrero en la mano. (Eeeogido en Santiago)

Padre mía San Silvestre


del Monte Mayor,
líbrame mi cuarto
y todo el rededor
de brujo hechicero
y de hombre traidor.
(Recogido en Santiago - 155 • 31)

Don Antonio Roco del Campo trae también noticias interesantes sobre la brujería, y la
oración que a manera de conjuro invoca a San Silvestre.
E l lugar donde loa brujos celebran sus sesiones solemnes Se llama Cueva de Salamanca,
en alusión a la célebre Universidad de España, que fué considerada en todos los tiempos
como centro universal de la cultura. En Chile existen varias « Salamancas », pero predomina
la creencia de que la famosa Cueva es una sola y que abarca subterráneamente todo el
territorio nacional, lo que probaría que cada Salamanca no es sino un túnel misterioso con
puertas de acceso hacia el gran recinto de la hechicería.
E n aquellas grutas y cavernas encuentran su morada las almas de los brujos muertos, en
espera del día bíblico del Juicio F i n a l y allí ciertos días pueden reunirse con los brujos
vivos que necesariamente deben concurrir enbadurnados de untos y en conjuntos celebran
banquetes y orgías, que iniciadas en las primeras horas de 14 noche se prolongan hasta
la madrugada. '
L a forma que para no ser descubiertos en sus correrías nocturnas adoptan los brujos
—según la mitología— es la del chonchón, pájaro de color ceniciento obscuro con cabeza
humana y orejas tan extremadamente largas que les sirven de alas. Cuando vuela sobre los
campos y los rancheríos, anuncia su proterva presencia con un graznido característico que
el pueblo transcribe onomatopéyicamente en un Tué-tué-tué-tué-tué..., que amedreuta a
niños y ancianos.
| C ó m o ahuyentarlo? Varios son los expedientes que los crédulos emplean; arrojar un
puñado de sal al fuego o decir jaculatorias o conminaciones como é s t a :

¡Adelante va Jesús,
sigúelo vos detrás!
O los versos si(r U i e n t e a a manera ¿e conjuro:

Señor San Silvestre


del Monte Mayor,
cuídame mi casa
y su alrededor,
del brujo enemigo
y del hombre traidor. {2Sñ - 37)

Respecto al pájaro dicho Chonchón y a su g r i t o : fué, tve, tve, véase l a canción N.° 488
y esta noticia de don Tomás Guevara:
El CHONCHÓN, que tiene la figura de una cabeza humana, cuyas orejas le sirven de
alas para volar en la oscuridad a manera de ave nocturna. Eevolotea alrededor de la habi-
tación de los enfermos, lucha con el espíritu de éstos, i si los vence chupa la sangre del
paciente.
Los indios se libran de su presencia, cuando sienten en la noche el grito de ciertas
aves acuáticas, echando ají al fuego. (131 - I - pág. 231).
CANCIONERO POPULAS DE LA Ü IO J A 365

658 Y la Virgen p u r a
Me cubra con su manto.
SEÑOR SAN PEDRO
Señor San Pedro,
Dormirme quiero. 658-a
Si me durmiera,
Tú velarás SEÑOR SAN PEDRO
Con las candelas
De la Trinidad. Señor San Pedro,
Cuatro esquinitas Dormirme quiero.
Tiene mi cama, Si me durmiera,
Y cuatro ángeles me acompañan Tú me cuidaras;
Lucas y Marcos, J u a n y Mateo. Si me muriera
Tú me velaras
Con Dios me acuesto, Con las once mil candelas
Con Dios me levanto, De la Santa Trinidad.

DEVOCIÓN DEL ROSARIO

659 Jesucristo es mi padre,


Santa María mi m a d r e ;
Con mucho amor cada día Los ángeles, mis hermanos,
Y con tierno corazón, Me a g a r r a r o n de la mano,
Becemos con devoción Me llevaron a Belén,
El Rosario de María. Y de Belén al Calvario,
Donde encontré a Nuestra Madre
Que iba rezando el rosario,
660 Y me d i j o : —A mi hijo amado
No lo ha visto si ha pasado.
YO TENGO UN ESCAPULARIO —Sí, Señora, sí lo he visto,
Antes que el gallo ha cantado,
Yo tengo un escapulario Con una cruz en los hombros
De la Virgen del Rosario. Y u n a cadena a r r a s t r a n d o .
Cada vez que me lo quito, A lo mucho que camine
Me acuerdo de Jsucristo. Ya lo h a b r á n crucificado.

(658) Dictada por la señora Elsa Orona Asís en la ciudad de La Rioja en 1938.
(658-a) Dictada por la señorita Dolores 'Cañizo, también en la ciudad de La Rioja,
en 1938.
(659) Don Valerio Serra Boldú, en au iestudio Costumbres Religiosas, publicado en
Folklore y Costumbres de España, trae en la página 578, nuestra copla así:
Con dulce amor cada; día
y con tierna devoción
recemos con devoción
el Rosario de María. ;
(660) Dictada por la señora Paula Molina de Luna en Vichigasta en 1939.
Don Alberto Sevilla, en su Cancionero. Murciano, trae nuestra oración bajo el número
81 así:
Yo tengo un escapulario los ángeles mis hermanos
de la Virgen del Rosario; me agarraron de la mano,
cada vez que me lo pongo me llevaron a Belén,
me acuerdo de San Antonio; desde Belén al Calvario
cada vez que me lo quito y del Calvario a la fuente,
me acuerdo de Jesucristo; donde el diablo no me encuentre
Jesucristo era mi padre; ni de día ni de noche,
Santa María mi madre; ni a la hora de mi muerte.
366 J U A N A L F O N S O C A B E I Z O

Le tiraron la lanzada Yo seguro tengo el cielo.


En el divino costado, No tengo nada que darte,
La sangre que derramó Señora, que todo es vuestro.
Cayó en el cáliz sagrado. Mi alma, que tengo prestada,
Desde ahora te la ofrezco,
Quien rezare esta oración Que me la llevéis, Señora,
Tres veces al acostarse, A vuestro divino reino.
La puerta el cielo verá,
La del infierno jamás.
662
661 BUENAS NOCHES TENGAS, MADRE
A T I SE E L E V E M I RUEGO
Buenas noches tengas, Madre,
A ti se eleve mi ruego, Hija del Eterno Padre,
A vos, Virgen del Rosario. Y mucho me regocijo
Este rosario os ofrezco Que tengas a Dios por hijo.
Con grande encarecimiento. Cubrinos con vuestro manto,
Si vos lo ragáis, Señora, Esposa del Espíritu Santo.

(661) Dictada por doña Fernanda Segura en Catamarca en 1938.

(662) Dictada por la señorita Dolores Carrizo en la ciudad de L a Rioja en 1938.


Rodríguez Marín, en Cantos Populares Españoles, trao nuestra oración bajo <i núme-
ro 1025, a s í :
Buenas noches nos deis, Madre,
Hija del Eterno P a d r e .
Yo mucho me regoeijo
Que tengáis mi Dios por hijo.
Cubrirnos con vuestro manto,
Esposa del Espíritu Santo,
P a r a que en llegando
Aquel dichoso día,
Que logre una eternidá,
Templo y Sagrario de la Santísima Trini dá.
Los últimos cuatro versos de nuestra oración son en sí una oración muy conocida. Silvio
Romero, en sus Cantos Populares do Brasil, l a t r a e en l a página 2-87, a s í :
As contas do meu rosario
Sao balas de artillería,
Que combaten nos infernos
Gritando—¡Ave María!
E s curioso constatar que los versos 11.° y 12.° de esta oración figuran también en otras
composiciones religiosas. Don J u s t o de Sancha, en su Romancero y Cancionero Sagrados,
publica una cancioneilla del maestro José de Valdivieso (1560-1638), que empieza a s í :
Pastora del alma,
Escucha mi vos;
Que a tu puerta en cuerpo
Me tiene el amor.
Hermosa como la luna
Y escogida como el sol
Escucha mi vos

(N.° 464)
E n la glosa que se registra bajo el número 215 del Cancionero Popular de Tucumán, y
que glosa a la décima clásica Bendita sea tu pureza, y que como las anteriores es con toda
seguridad de origen español, están estos dos versos al comienzo de la 8.» décima, así:
Hermosa como la luna
Escogida como el sol,
Eubia como el arrebol
Bendecida cual ninguna.
CANCIÓN EBO POPULAE DE LA MIOJA 367

Yo de ello mucho me alegro 663


Y a todos doy parabienes,
P a r a mayor gozo vuestro EL DEMONIO AL OÍDO
Y rabia de Lucifer.
Hermosa como la luna, El demonio al oído
Te está diciendo:
Elegida como el sol, « No reces el rosario
Yo te ofrezco t u rosario, Sigue durmiendo ».
Tu rosario cada día,
Que las cuentas del rosario ¡ Viva María,
Son balas de artillería Viva el rosario,
Pues todo el infierno tiembla Viva Santo Domingo,
E n diciendo Ave María. Que lo ha f u n d a d o !

ORACIÓN DEL PEREGRINO


664 664-a
SAN FRANCISCO ESTA EN SU PUERTA SAN MARTIN ESTA EN SU PUERTA

San Francisco está en su puerta, San Martín está en su puerta,


Con su capilla cubierta, Con su capilla cubierta,
Va la Virgen del Bordón, Adorando y suplicando
Y le dijo la oración, De la mujer el perdón,
La oración del p e r e g r i n o : Que le recen la oración
Cuando Jesucristo vino, La oración del p e r e g r i n o :
Corrió sangre por sus pies. Cuando Jesucristo vino,
—Quita, quita, Magdalena, Puso u n pie en el altar.
No procures de limpiar, P o r los pies le corrió sangre,
Porque son las cinco llagas P o r las manos mucho más.
Que yo tengo de pasar, —Catitate, Magdalena,
Por los chicos, por los grandes, No te canses de limpiar:
P o r toda la cristiandad. Esas son las cinco llagas,

(663) También son popularísimas estas dos eoplitas que se suelen entonar en las igle-
sias, luego de rezar el rosario. ¡
Don Valerio Serra Boldú, en su estudio Costumbres Religiosas, publicado en el tomo I I I
de Folklore y Costumbres de España, trae nuestras eoplitas en la pagina 576, así:
El demonio a la orpja
te está diciendo:
—No reces el Rosairio,
sigue durmiendo.
¡Viva María 1
viva el Rosario,
viva Santo Domingo,
que lo ha fundado.
(664) Dictada por dofia Marcelina Creta, en 1938.
(664-a) Dictada por doña Rosario Arias de Chumbita en Aimogasta; tiene 76 años.
Parece ser muy antigua esta oraeión porque don Pedro Calderón de la Barca (1600-1681),
en su comedia Céfalo y Pocris, ya la trae aunque trunca así:
San Cristóbal estaba a la puerta,
Con su capillita cubierta
Y rogando y suplicando
A las monjas del Perdón,
Que le digan la oración. (33 - 12.- pág. 490)
368 J U A N A L F O N S O C A £ E I Z O

P o r ellas has de pasar, Ya lo llevan a Cáliz Pilato


P o r los chicos, por los grandes, Dándole azotes
P o r toda la cristiandad. P a r a el árbol santo.
Camina la Magdalena,
Y con María se da. 665
•—¿Con qué lo criaste, Madre, SANTO DIOS
Al salvador de J u d á ? ¡Santo Dios,
—Con sangre y sagrado, Santo fuerte,
Con leche del cielo, Santo inmortal,
Hojas de malvayo, Líbranos, Señor,
Que t a n poco vale. De todo mal
F e r n á n Caballero, en Cosa Cumplida, trae nuestra oración así:
El sermón del peregrino Que vengan a mí los niños,
Cuando Jesucristo vino Que los quiero bendecir.
Y se puso en el altar Limpia, limpia, Magdalena,
Con los piea llenos de sangre Y no dejes de limpiar;
Y las manos enclavas. A los ehicos darles teta,
E n Jeruaalén estaba, Y a los grandes darles p a n .
Y así se puso a decir: (US - X - pág. 343)
Don Alberto Sevilla, también la t r a e así:
L a canción del peregrino: a los viejos sopa en vino,
Cuando Jesucristo vino porque no pueden mascar;
Pusiéronlo en el altar, a los frailes motilones
con los pies llenos de sangre, dales fuertes coscorrones,
las manos como ol c r i s t a l . . . pa que vayan a p a r a r
•—No me llores Magdalena, a las puertas del infierno:
ni me tengas que llorar, saldrá J u d a s con un cuerno
que estas son las cinco llagas a darles de merendar
que me quedan que pasar. I cerolita y pan t . . ,
A los niños dales teta ¡ cerolita y p a n ! . . . (25i - N.« 73)
y a los mozos dales p a n ;
Rodríguez Marín, en Cantos Populares Españoles, la t r a e bajo el número 98 así:
L a oración der pelegrino A los chicos ¿ale teta
Cuando Jesucristo vino Y a los grandes dale p a n ;
Lo pusiero' n' el arta, A:las monjas coscojetas, ( f )
Con los pies yenos de sangre P ñ que no pidan pesetas,
Y las manos de crista. Y a los viejos coscorrones,
Limpia, limpia, Mardalena, P á que no pidan miajones.
Yo no dejes de limpia.
Don Julio Vicuña Cifuentes, en Romances Populares y Vulgares, N.° 94, transcribe nuestro
romance de Oraciones, Ensalmos y Conjuros (pág. 69), de don Ramón A. L a v a l :
Cuando Jesucristo vino, qu' estas son las cinco llagas,
puso uu pies (sic.) en el altar, por ellas he de pasar,
por los pies le corre sangre, por los chicos y los grandes
por las manos mucha más. y toda la cristiandad,
—Quítate de a'i, Maudalena
no te canses de llorar,
Malvayo: No sé qué querrá decir, acaso sea una voz compuesta de la palabra española
malva y la partícula quichua yoc, que significa: que tiene o donde abunda; así hay dos to-
pónimos j u j e ñ o s : colpayoc: donde abunda la colpa; yaretayoc, donde abunda la yareta. En
nuestro supuesto nialvayoc sería donde abunda la malva o bien el malvar.
(665) Dictada por la señora Marquesa Lamadrid viuda de Oliva. Me refería doña Mar-
quesa que unas niñas hijas d e don Amancio Quevedo, cantaban con g u i t a r r a este trisagio
frente a la iglesia de Chuquis (Castro Barros) el alba del Domingo de Pascua de 1899 ó 1900.
E s t a es la oración que tiene el pueblo p a r a conjurar u n peligro de tormenta eléctrica:
rayo, centella o inundación. Ninguna otra, ni el Padrenuestro, con ser de origen divino, tiene
tanto prestigio como ella.
E n las tormentas eléctricas la familia afligida clama en tanto que hace sonar una
campanilla.
(Santo Dios,
Santo fuerte
Santo inmortal
Líbranos Beñor
De todo m a l !
CANCIONERO POPULAS DE LA RIO JA 369

LAS DOCE PALABRAS TORNADAS


666 Dos, las dos tablas de Moisés,
Una, la una, la Virgen María,
AMIGO D Í G A M E L A UNA Que parió en Belén y quedó pura.
—Amigo, digamé las tres.
—Amigo digamé la una. i—No soy su amigo, pero le d i r é :
—No soy su. amigo, pero le d i r é : Tres, las tres Marías,
Una, la una, la Virgen María, Dos, las dos tablas de Moisés,
Que parió en Belén y quedó pura. Una, la una, la Virgen María
—Amigo, digamé las dos. Que parió en Belén y quedó pura.
—No soy su amigo, pero le d i r é : —Amigo, digamé las cuatro.
Cuando la tormenta con sus siniestros resplandores arrecia más aún, la familia, de rodi-
llas, con la cara al peligro, reza ya todo el trisagio.
He aquí dos versiones recogidas en La Rioja, la primera me fué dictada por doña
Marquesa L. viuda de Oliva, y la segunda por ia señorita Dolores Carriio.
Santísima Trinidad
Indivisa tres personas
Clamamos pues nos perdona
Nuestra miseria y maldad
Por esa benignidad
A vuestros misterios canto.
Angeles y Serafines Angeles y serafines
Dicen: ¡Santo, santo, santo! Dicen: ¿Santo, santo, santo!
El trisagio que Isaías Por este trisagio santo
Escribió con grande celo Que escribieras con gran celo
Oyó cantar en el cielo En la tierra y en el fuego
Angélicas gerarquías El demonio a los infiernos
Y oyó con sus melodías Huye de terror y espanto.
A vuestros misterios canto.
Angeles y serafines
Angeles y serafines Dicen: ¡Santo, santo, santo!
Dicen: ¡Banto, santo, santo!
Santísima Trinidad
E s t a n t a vuestra bondad Alabo tu gran piedad
En la tierra y en el fuego Y pido con humildad
En el aire ostentas luego Que nos libres del quebranto.
Que nos quieres libertar
Por esa benignidad Angeles y serafines
A vuestros misterios canto. Dicen: ¡Santo, santo, santo!
E L T R I S A G I O QUE I S A Í A S
El trisagio que Isaías
Escribió con grande celo
Oyó cantar en los cielos
A angéHeas gerarquías.
En el cíelo y en la mar
Suma esencia soberana
Clamamos Dios nos perdone
Santísima Trinidad.
Pues su divina piedad
Puso fin a nuestro llanto
Angeles y serafines
Dicen: ¡ Santo, santo, santo!
Volviendo a nuestra oración diremos que es española; Bodríguez Marín la t r a e bajo
el número 977 de sus Cantos Populares Españoles, en la misma forma. También sin variante
la trae la señora M a r í a Cadilla de Martínez en su libro La poesía popular en Puerto Rico,
página 330.
(666) E s t a versión de las Doce palabras tornadas, o retornadas, me fué dictada en
San Antonio (Dto. A r a u c o ) , por la señora Eosa Cativa de Avila en 1S38.
24-11
370 J U A N A L F O N S O C A R E I Z O

—No soy su amigo, pero le d i r é : 666-a


Cuatro, los cuatro evangelistas
(y así en adelante y resumiendo); U N A Q U E ES U N O
Cinco, las cinco llagas,
Seis, las seis candelas, - Una que es u n o :
Siete, los siete coros, El niño que nació en Belén
Ocho, los ocho gozos, Y quedó puro.
Nueve, los nueve meses, Dos que d o s : '.
Diez, los diez mandamientos, El atáud y la fe.
Once, las once mil "Vírgenes, Tres que es t r e s :
Doce, los doce apóstoles. Las tres Marías.

(666-a) Dictada por doña Marcelina Creta. Vda. de Herrera. E s t a oración me decía
doña Marcelina y como ella las personas viejas que la saben, se reza cuando sobreviene al-
guna tentación del diablo o cuando so produce en el vecindario alguna muerte repentina
o hay espantos, ruidoB raros por los aires, terremotos, etc. Se reza volviendo siempre a re-
citar todos los versos anteriores en la seguridad de que al decir el último número el diablo
revienta, se va corrido p a r a no volver a causar daño o espanto.
Suele agregarse a manera de comentario a la oración esta c u a r t e t a :
Quien dice doce
Y llega a trece,
Reviente ese
Que en el infierno padece.
Don Aurelio de Llano dice que ea una oración piadosa.
LAS DOCE PALABRAS RETORNADAS
Existe la creencia de que es necesario saber las doce palabras retornadas, porque cuando
Be muere una persona su alma tiene que pasar un pumte sobre el cual está el diablo espe-
rando el paso de las almas. Y cuando llega una la detiene y le dice;
—Alma mía, de las doce palabras retornadas, dime la una.
Y si el alma las sabe, contesta: ¡
—Alma tuya, no1; de Dios, si, To te diré la una, que bien tu sé: la una la Virgen Pura.
—Alma mía, de las doce palabras retornadas, dime las dos.
—Alma tuya, no; de Dios sí. Yo te diré las dos, que bien lías se las dos, las dos tablas
de Moisés; la una, la Virgen pura. ¡
—Alma mía, de las doce palabras retornadas, ditne las tres,
—Alma tuya, no; de Dios, sí. Yo te diré las tres, que bien las sé: las tres, las tres
Marías; las dos, las tablas de Moisés; la una, la Virgen pura.
Y así van diciendo y retornando hasta llegar a doce. Para abreviar, las diré empezando
por la última:
La doce, los doce Apóstoles. La seis, los seis sirios ardiendo.
La once, las once mil vírgenes. La cinco, las cinco llagas.
La diez, los dies mandamientos. La cuatro, los cuatro Evangelistas.
La nueve, los nueve cielos. La tres, las tres Marías.
La ocho, los ocho coros. La dos, las tablas de Moisés
La siete, los siete gozos. La una, la Virgen pura.
Las doce ya te las dije,
trece no las aprendí.
Vete al infierno, demonio,
que esta alma no es para ti.
El diablo desaparece y el alma sigue su camino hacia el cielo.
Don Sergio Hernández de Soto, en su estudio JUEGOS INFANTILES DE EXTREMA-
DURA, trae nuestra oración como divertimiento de chicuelos, así:
LAS DOCE PALABRAS RETORNE ADAS
Se ponen en la misma forma que en el fuego anterior {en círculo), y el que dirige pregunta
al que está a su derecha, y éste le contesta -.
—De las doce palabras torneadas
dime la una.
—La una, el niño que nació en Belén,
La casa santa de Jerusalén,
Donde reinan el Padre, el Hijo
Y el Espíritu Santo, amén.
CANCIONERO POPVLAB DE LA EIOJA 371

Cuatro que cuatro : Seis que seis:


Los cuatro evangelistas. Las seis candelas.
Cinco que cinco : Siete que siete:
Las cinco llagas. Los siete gozos.

Da la vuelta al coro, y después dicen:


-—De las doce palabras torneadas
dime las tres.
—Las dos tablas de Moisés,
El niño que nació en Belén,
La Casa Santa de Jerusalén,
Donde reinan el Padre, el Hijo
Y el Espíritu-Santo, amén.
A cada palabra que agregan, da vuelta el coro.
—De los doce palabras torneadas
dice las tres,
—Las tres Marías,
Las dos tablas de Moisés,
El niño que nació en Belén, etc.
—De las doce palabras torneadas —De las doce palabras torneadas
dime las cuatro. dime las seis.
—Los cuatro Evangelios, —Las scin candelas que arden y queman
Las tres Marías, etc. en Galilea
Las cinco llagas, etc.
—De las doce palabras torneadas
dime las cinco. —De las doce palabras torneadas
—Las cinco llagas dime las siete.
Los cuatro Evangelios, etc. —Los siete dolores
Las seis candelas, etc.
Y así van aumentando una palabra o cada vuelta hasta que llegan a la última, y terminan
de este modo-,
—De las doce palabras torneadas
dime las doce.
—Los doce apóstoles.
Las once mil vírgenes. Los cuatro Evangelios.
Los dies mandamientos. Las tres Marías.
Los nueve meses. Las dos tablas de Moisés.
Los ocho coros. El niño que nació en Belén.
Los siete dolores. La casa santa de Jerusalém.
Las seis candelas que arden y quemar, Donde reinan el Padre, el Hijo
en Galilea. y el Espíritu-Santo, amén.
Las cinco llagas.
Cuantas veces se equivoquen los jugadores, otras tantas prendas tienen que dar (ÚO - I I -
págs. 180 y 182).
Don Aurelio M. Espinosa, en Cuentos Populares Españoles, trae nuestras palabras
tornadas, así:
LAS DOCE PALABRAS BETOBNEADAS
Este era un pobre viejo que iba por un camino y se le apareció el malo y le dijo:
—Dime las doce palabras retorneadas. Y el pobre viejo le contestó: —No las se. El malo
entonces le dijo: —Tienes que decirme las doce palabras retorneadas. Y otra vez contestó el
viejo: No las se. Y a eso le contestó el malo: Bueno; si pa las doce no las sabes te llevo.
Y se desapareció el malo y se fué el pobre viejo muy triste y se encontró con un viejecito
que era San José. Y San José le dijo: —Ven conmigo a hacer la cena juntos y después dor-
mir en un pajar. Y el viejo no quería y San José le preguntó: —¿Qué te pasa? ¿Porqué estás
tan triste? Pero el viejo sólo suspiraba y no decía nada. Y ya dijo: —Estoy triste porque se
me ha aparecido un señor que me ha dicho que tengo que decir las doce palabras retorneadas
y yo no las se. Y me ha dicho que si pa las doce no las sé me lleva. Y San José le dijo entonces:
—Pues no hay euidao. A comer y a dormir y no se aflija usted por nada.
Con que ya hicieron la cena y comieron y ya se fueron a acostar. Y el viejo se durmió,
y llegó a las doce el diablo y le dijo: —¿Las sabes ya? Y San Jasé que estaba acostao ai lao
del viejo, le contestó: —Sí. Y el diablo dijo entonces: —-¡Pues, ala! ¡Dilas! Y San José le
contestó y le dijo las doce palabras retorneadas y el pobre viejo se salvó.
—De las doce palabras retorneadas dime la una.
—La una el sol y la luna.
—De las doce palabras retorneadas dime las dos.
372 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

Ocho que ocho: Once que once:


Los ocho coros. Las once mil Vírgenes.
Nueve que nueve: Doce que doce:
Los nueve meses. Los doce apóstoles.
Diez que diez: Amén, Jesús, María y José.
Los diez mandamientos.

—Las dos, las dos tablillas de Moisés, donde Jesucristo puso los pies pa subir a la casa
Santa de Jerusalén. La una, el sol y la luna.
—De las doce palabras retorneadas dime las tres.
—Las tres, las tres Marías. Las dos, las dos tablillas de Moisés, donde Jesucristo puso
los pies pa subir a la casa santa de Jerusalén. La una, el sol y la luna.
El señor Espinosa continúa retornando las palabras pero poi abreviar pondremos las
soluciones solamente, así:
Laa cuatro, Jos cuatro evangelistas
Las cinco, las cinco llagas.
Laa seis, los seis eandeleros.
Las siete, los siete coros.
Las ocho, los ocho gozos.
Las nueve, los nueve meses.
Laa diez, los diez mandamientos.
Las once, las once mil vírgenes.
Las doce, los doco apóstoles.

y termina con estos versos:


Doce he dicho y trece aguarda.
Revienta ladrón, que San José te lo guarda.
(109 - N.' 14)

L a señora Sara Llorens de Serra, en su libro El Canconer de Pineda, t r a e bajo el número


199, u n a versión catalana sin decirnos ai es oración piadosa, si juego infantil o si cuento po-
pular, como lo han hecho notar los tres investigadores anteriormente citados.
Damasse Arbaud, en Chants Populaires de la Provence, t r a e nuestra oración así:

Un fai lou pichot fiou de la viergi Mario, Noou, es les noou offros de sant Jause,
Que benid' sie la ben lausado! Huech les huech armétos...

Dous, es les lauros de Mose; Dea, es les des coumandaments de Diou,


Un fai lou pichot fiou de la vierge Mario, Noou les noou offros^..
Que benid' sic la ben lausado!
Ounze, es lea oume rayouns de la luna,
Tres, es la patrio, Des les des coumandaments...
Dous les tauros...
Douse, es les douse rayouns doou soureou,
Quatre, es les quatre evangelistas de Dio» Ounze les ounze rayowis. ..
Que soun Jacqucs, Mathiou, Jean et Maro
[d'abriou, Trese, es les treze millo viergis,
Tres la patrio. . . Douse, les douse rayouns doou soureou,
Ounse, les ounse rayouns de la luno,
Cinq, es les cinq plagos de Jesus-Christ, Dez, les des coumandaments de Diou,
Quatre les quatre evangelistas.., Noou, les noou offros de sant Jauso,
Jluech, les huech armeto descendudos doou
Siei, es le siei lampis que velhoun dins \_ciel en térro,
[Jerusalem, Sept, les sept joyos de la mero de Diou,
Cinq les cinq plagos.,. Siei, les siei lampis que velhoun dins Jerusalem,
Cinq, les cinq plagos de Jesus-Christ,
Sept, es les sept joyos de la mero de Diou, Quatre, les quatre evangelistas de Diou,
Siei les siei lampis. .. Tres, es la patrio,
Dous, les tauros de Mose,
Buech, es les huech ármelos Un fail lou pichot fiou de la viergi Mario
Que descendoun doou del en térro, Que benid' sie la ben lausado!
Sept les sept joyos.., (8 - I I - pag. 42)

Don Julio Vicuña Cifnentes en su libro Prosas de Otros Días, presenta nuestra oración
con estas p a l a b r a s :
En la colonia se conjuraba todo. Se conjuraba el demonio diciendo las doce' PALABEAS
BEDOBLADAS, una de cuyas versiones es ésta (pág. 202) :
Cita la versión y como no difiere mayormente de las apuntadas, no l a transcribo.
CANCIONERO PO PULAS DE LA RIO JA 373

667 Seis serán las seis candelas,


Como claro y bien se ve.
DIGO LA U N A QUE ES U N A Siete son los siete gozos
De mi p a d r e San José
A la misa dentraré,
Digo la una que es u n a :
P o r ser primer evangelio;
Nombre de Jerusalén, El sacerdote primero
La Virgen parió en Belén Se reviste con decoro.
Y siempre ha quedado pura. Ocho son los ocho coros
Todo el mundo lo asegura Que se cantan en el cielo.
Que Dios quiso padecer.
E n su infinito poder, Nueve, los nueve dolores
F u é cierto que padeció. Que la Virgen ha p a s a d o ;
Digo las dos y son d o s : E l Señor está enclavado
Las dos tablas de Moisés. P o r nosotros, pecadores
Estos fueron los ardores
Tres serán las Tres Marías, Que por mí ha pasado Job
Cuatro los evangelistas, Y diez son los mandamientos
Con sus palabras benditas, Que nos dejó el Ecdentor.
Llenas de sabiduría.
Ya viene la luz del día Quién dice doce,
Infinitas gracias daba Y llega a trece,
E n el cuerpo del Señor, Reviente ese
Cinco son las cinco llagas. Que en el infierno padece.

Don Ramón A. Laval, en BU Folklore de Carahue, página 33, transcribe una versión que
poco difiere de las nuestras, con una erudita nota. E n las páginas 39 y 40 transcribe doa ver-
siones más que han sido populares también en nuestro país. Helas a q u í :

« L A S DOCE P A L A B E A S D E L D I A B L O

—Amigo, dígame una. —Amigo, dígame siete.


- L O B patitos' 'e la laguna. —Seis cuchillos y un machete.
—Amigo, dígame dos. —Amigo, dígame ocho.
- L a s cadenas del reló. ' —Siete puntudos y un mocho.
—Amigo, dígame t r e s —Amigo, dígame nueve.
- L a carreta 'e San Andrés. — T r e s carretadas de nieve .(sic)
—Amigo, dígame cuatro. —Amigo, dígame diez.
- T r e s cueharitas y un plato. — . . . ( N o se acordaba).
—Amigo, dígame cinco. —Amigo, dígame once.
- L a s cabras andan a brinco. —Tres carretadas de bronce.
—Amigo, dígame seis. —Amigo, dígame doce.
- L a s seis earretaB del Bey. —Los barbechos y los roses.
( J . de la C. P.)

Existen versiones de las doce palabras redobladas en casi todos los países europeos. Pero
es curiosa, entre todas, una que se encuentra én los JUEGOS INFANTILES BE EXTREMA-
DURA, RECOGIDAS Y ANOTADAS POR SERGIO HERNÁNDEZ DE SOTO » que ya hemos
visto al principio de esta nota.
L a señora María Cadilla de Martínez, en su libro La Poesía Popular en Puerto Rico,
página 311, trae nuestra oración también como una disputa entre el diablo y el pecador.
Don Rafael Ramírez de Arellano, trae otra versión de Las doce palabras torneadas, pare-
cida a l a de l a distinguida y e m d i t a investigadora portorriqueña (pág. 212).

(667) E s t a s décimas del mismo tema de la oración anterior me fueron dictadas por don
Javier Ahumada, en Guandacol, en 1940.
374 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

ENSALMOS Y CONJUROS
668 668-a
Ave María Purísima, Mano i fierro,
Sin pecado concebida. Pata i gallo,
I Viva la Virgen, Cola rosca, cola rosca.
Muera el demonio, Bendito y alabado
Pata de gallo, Sea el Santísimo Sacramento.
Mano de fierro,
Cola rosca, cola rosca!
(668) Este conjuro me fué dictado por doña Ascención Vargas, en Vichigasta.
(668-a) Dictada por doña J u s t a Díaz de Valverdi, en Sálicas (Pelagio B . L u n a ) .
L a tonada con la cual doña J u s t a Díaz decía su conjuro, es la que transcribimos a con-
tinuación. L a señora Isabel Aretz-Thiele, la tomó a mi esposa, quien imita la voz de doña
J u s t a con exactitud.

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tosca, cola., rtf calcóla ra
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Ya dijimos en la nota al cantar 644 que catas dos versiones pertenecían a un conjuro
que los paisanos algarroberos de Vichigasta y Sálicas conservan hasta hoy día p a r a ahuyentar
al malo que los espanta con ruidos en las noches de la selva.
E n estas dos regiones, Vichigasta y Sálicas, que son linderas a los Baldes o sea a los
lugares poblados de algarrobos, donde hacen sus cosechas anuales (febrero y m a r z o ) , se con-
servan todavía algunas supervivencias indígenas a más del uso y elaboración de las dulces
vainas del taco o algarrobo que hemos heredado de la prehistoria.
Los indios, hasta muy avanzado el siglo X V I I , se disputaban los algarrobos porque de
ellos vivían y hoy no pocas son las familias de Vichigasta y Sálicas, que viven p u r a y ex-
clusivamente de la algarroba.
Me decía u n amigo de Aimogasta que una hectárea de algarrobos rendía por año más
de trescientos pesos en patay, amén de la añapa, la aloja y el concho o desperdicio que deja
p a r a engordar burros, cerdos, gallinas y pavos.
E n estos pueblos citados se han conservado, como dije, supervivencias indígenas. E n
Vichigasta oí esta leyenda que justifica el conjuro expresado en los versos anotados, efectiva-
mente, en 1939. Nos contaba una señora de unos 50 ó 60 años, madre de Nicolasito, un enano
muy conocido en el pueblo, que en Los Baldes de Macho, La Esquina, Suribrasita y otros del
departamento Independencia, donde solían ir a j u n t a r algarroba, años atrás (no me precisaba
d a t a ) , a todas las familias que ocupaban u n bosque y que constituían u n a población de 100 a
120 personas entre chicos y grandes, se les apareció una oración cerrada una mujer grande,
inmensa, con cimbas (trenzas) que le caían al suelo y con unos chuchos (de chuchu, seno en
quiehua G r i m m ) , desmesurados. E s t a mujer se dirigió a los que estaban juntando algarroba
y alcanzó a pillar algunos. Los tomaba de cualquier parte del cuerpo y se los echaba a los
chuchos que se estiraban delante de la mujer como inmensos sacos. Corrió por el algarrobal
I
CANCIÓN ESO POPULAS DE LA BIOJA 375

LA SAPANSUCANA: Corrió por el algarrobal y prendió a todos loa hombres y mujeres


que había en el BALDE. Una mujer que tenía un hijo varón en los brazos se salvó por-
que diz que los varoncitos tienen una cruz en la cabeza.

y prendió a todos los hombrea y mujeres que había en el balde. Los únicos que se salvaron
fueron los que se guarecieron en la copa de los árboles y los que se habían ido horas antes
campo afuera en procura de unos burros.
Añadía la mujercita que esta señora, al echar los hombres y mujeres a sus chuchos, decía:
¡capasucana, capasucana, capasucana!
L a mujercita de Vichigasta no me sabía decir qué quería decir con estas p a l a b r a s ; p a r a
ella capasucana era el nombre de la giganta.
A otras gentes de Vichigasta he oído decir al monstruo, Capansucana o simplemente Car
pansuca y también Sapanauca.
Don Jesús M. Carrizo Valdés (116 - I - pág. 4) hace una interesante reseña de esta
superstición que estudia luego comparativamente en u n libro que aparecerá en breve.
Segurmente la palabra es capasucana, que proviene de capac: grande, y suhana: ladrona,
esto es, gran ladrona, en quichua.
N a d a extraño es que en un pueblo donde viven tales leyendas populares, haya conjuros
como el que me dictó doña Ascención Vargas, que habla de los atributos o males del diablo.
Conocidos en la E d a d Media española. E n efecto, Rodríguez Marín, en la nota 32 de la pá-
gina 455 del tomo I de sus Cantos Populares Españoles, da esta noticia: La mala cosa: uno de
los nombres que se dan al diablo. También se le llama Pero (o Pedro) Botero, el mengue
(caló), Patas de pulla, etc. Nuestro conjuro no lo llama Patas de pulla, sino simplemente
patas de gallo.
Sálicas, que como Vichigasta es otro pueblo algarrobero, tiene también sus supervivencias.
La misma mujercita que me dictó la versión 668-a, me decía, en julio de 1940, lo que la
sucedió en Lorohuasi, en oportunidad en que fué a j u n t a r algarroba allá por 1900 más o menos.
I b a con una viejita vecina muy cuzquera (qué habla el idioma del Cuzco, el quichua) y y a
en el Balde y en lugar seguro se armó una tempestad con truenos y rayos que horrorizaba. Ella,
doña J u s t a Díaz, rezaba sus oraciones en castellano que había aprendido en su casa pero
la éusquera rezó otra oración que a sus oídos sonaba a s í :
Sutiquita tu caranein
Chaina p u n a
Sairarensin ayayay
Moseatin socaguay
jTuay, tuay, t u a y l
376 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

669 673
Creo en Dios, p o r la señal de la cruz,
Creo en Dios, Q u e m e V oy a santiguar:
No en bultos negros Acaso seas el Diablo
Como vos. Q u e m e vienes a tentar.
670
674
Detente, animal feroz, ~ ^ , . ,
Que Cristo nació San Bartolomé,
Primero que vos. Lárgame del pie,
^ Te lo bailare.
671 675
Madre mía de piedad, San Blas, San Blas,
Sácame esta suciedad. No se ahogue más.
672 676
No me vengas a tentar: Santo Pilato,
Yo soy siervo de Jesús; La cola te ato:
Yo no dependo de vos. Si no concedís...
I Cruz, cruz, cruz, cruz! No te desato.
Tuay, tuay, gritaba p a r a ahuyentar al malo que venía a causar daño en medio de la tem-
pestad, añadía doña J u s t a Díaz.
El padre Jorge A. Lira, que tradujo el cantar número 781, no ha podido traducir la ora-
ción de la euzquera.
(669) Es también un conjuro muy conocido p a r a ahuyentar al espíritu de las tinieblas
que espanta con fantasmas de noche.
(671) Conjuro para librarse de un cuerpo extraño penetrado en el ojo.
(673) E s t a copla era de cajón entre los viejos guitarreros y poetas que cantaban en
contrapunto. La oí en Tucumán como dicha por el gran cantor don José Domingo Díaz. Tam-
bién se la puede ver efttre los primeros versos de la payada de T a g u a d a con de la Bosa on la
nota al cantar número 502.
(674) Conjuro p a r a sanar de u n ataque de calambre en las piernas.
(675) Dice el que asiste a una persona que se ahoga con la tos.
(676) A este conjuro lo oí a unas n i ñ a s ; una d¡e ellas esperaba ver pasar a su novio
a caballo por la calle; como la hora convenida llegaba y el joven no aparecía, ella, haciendo
un nudo con el delantal decía el conjuro con toda entereza.
Parece ser que prefieren hacer el nudo con el cinto del delantal o de la capa o un
otro cinto de género para que Pilatos, en castigo, se quede atado a voluntad de la tirana
pedigüeña.
Este conjuro es muy antiguo en la literatura española; en la Tragedia Policiano,, publi-
cada en 1547, se lee en el acto X V I :
Claudina: Ora, hijo Siluano, es menester que me traygas para haser un conjuro una
gallina prieta de color de cuervo, e un pedazo de la pierna de un puerco blanco, e tres cabellos
suyos (de la doncella), cortados martes de mañana antes que el sol salga, e la primera ves que
cabe ella te veas, después que los cabellos la hayas quitado, pondrás tu pie derecho sobre su pie
izquierdo, e con tu mano derecha la toca la parte del corazón, e mirándola en hito sin
menear las pestañas la dirás muy passo estas palabras:
Con dos que te miro
con cinco te escanto,
la sangre te bebo
y el corazón te parto.
B hecho esto, pierde cuydado que luego verás maravillas (198 - I I I - pág. 3 3 ) .
Al comentar el conjuro Menéndez y Pelayo transcribe p a r t e de una noticia erudita de Ro-
dríguez M a r í n : Como ella aclara la forma de hacer el sortilegio y d a la medida y la extensión
de esta usanza en España, la transcribo también.
Dice Rodríguez M a r í n : La fórmula de conjuro:
Con dos que te miro. . ,
que Sebastián Fernández insertó en el acto XVI de la TRAGEDIA FOLICIANA, parece to-
mada, más bien que de la tradición oral inmediatamente, de una de las EPÍSTOLAS FAMI-
LIARES de Fr. Antonio de Guevara de la IV de la segunda parte de SM colección, único lugar
segundo. Este conjuro era comunísimo entre las hechiceras, y así, aparece citado con fre-
CANCIONERO POPULAR DE LA RIOJA 377

677 678
Santa Bárbara Doncella, Vete, enemigo,
Líbranos del rayo y de la centella, No voy con vos:
Como libraste a Juan Ángel Yo voy con Dios,
Del vientre de la ballena. Dios va conmigo.

(677) L a invocación a Santa B á r b a r a p a r a librarse de los terribles golpes del rayo


parece ser antigua. Don liVancisco de Quevedo y Villegas (1580-1645), según lo hace advertir
Eodríguez Marín en Cantos Populares Españoles (tomo I, pág. 450), en la nota N.° 18, y a
cita esta invocación, aunque no precisamente la oración. E n efecto, en el Entremés de la
Venta, de 1622, pone en boca de un mozo de muías esta galantería a la moza de la v e n t a :
|Qué lindo torbellino de mozona! Voto al cielo, que son armas vedada»
Tempestad de hermosura es esa cara, Tus ojos, y que miras
No hay aguardar los rayos que acredita, Buido y p e n e t r a n t e ;
Sin decir: Santa Bárbara bendita. Y en esta pobre vida que despachas,
Me has clavado la vista hasta laB cachas.
(91 - pág. 355)
Seguramente la oración debía ser como la t r a e la señora María Cadilla de Martínez en
la Poesía Popular en Puerto Rico, página 335, a s í :
i
Santa B á r b a r a bendita, líbrame de rayos y centellas,
que en el cielo estás eserita, como libraste a J o n á s
con papel y agua bendita: del vientre de la ballena.
Como se ve, nuestra oración h a sido mal conservada; la persona que me la dictó debió
haber oído J u a n Ángel en lugar de J o n á s , o quizás la aprendió así. Casos de esta natu-
raleza hay muchos, recuerdo que en u n a casa Be rezaba la novena a San. Antonio y una
mujercita de la vecindad en lugar de decir:
E l mar sosiega su i r a
Decía;
En marzo siega su ira.
Don Francisco Bodríguez Marín la t r a e así:
Santa Bárbara bendita
Que en el cielo estáis escrita
Con papel y agua bendita,
Sentada al pie de la Cruz,
P a t e r Noste, amén Jesús. ( N * 999)
Givanni Giannini, en Canti Popolari Toscani, trae en la p á g i n a 52, número 9, nuestro en-
salmo a s í :
Gesú Nazareno, Liberateei dal tuono e dalla saetta!
Liberateci dal balenoí Gesú in campo
S a n t a B a r b a r a benedetta. Liberateci dal tuono e dal lampo!

en donde encuentro tal fórmula con el QUE del verso primero y con el verbo ESCANTAR del
euencia en los procesos inquisitoriales, unas veces como fórmula completa y otras como
fragmentos de otras de mayor extensión.
En la causa seguida en 1600 contra Alonad Berlanga (Archivo S. Nacional, Inquisición de
Valencia, legajo 28, núm. 1), figura entre los papeles que se hallaron en la casa de su manee-"
ba, uno en que los versillos en cuestión se ctirigen, a la valeriana, como remate de un con-
juro hecho a esta hierva:
Valeriana hermana, Valeriana,
Yo te conjuro con Dios y con S a n t a M a r í a ; Yo te conjuro con la claridad del d í a ;
Valeriana, Con el libro misal
Yo te conjuro con la luz del albfi; Y con el sirio p a s c u a l . . .
Y termina de esta manera;
Con tres te miro (sic.)
Con cinco te ato,
Con sangre de león tu vertut t e pido,
Que seas en mi favor de contino.
Esta última parte de la fórmula se empleaba no sólo para hacerse querer, sino también,
y cerca andaba lo uno de lo otro, para hacer mansos y sufridos a los hombres. Así entre
378 J U A N A L F O N S O C A JB £ I Z O

los cargos que se enumeran en la sentencia contra Isabel Bautista, año de 16S8 (Inquisición de
Toledo, legajo 89, núm. 38), figura el siguiente: Y enseñó esta oración a dichas personas, que
quando viniese su marido o galán, dixesen:

Con dos te miro,


Con tres te tiro,
Con cinco te arrebato,
Calla, bobo, que te ato.

Y dándose una puñada en la rodilla, dixesen:

Tan humilde vengas a mí


Como la suela de mi eapato.

y que con esto quedarían desenojados y como un "borrego. « Y en otra causa, seguida en 1645
contra Fransisca Rodrigues, por el mismo tribunal toledano del Santo Oficio (legajo 94, núm.
S30), dice acusando el fiscal: <c.En otra ocasión dixo a cierta muger que si quería que un con-
juro suyo callase aunque la viese hacer cualquier cosa, que lo haría; y quiriendo la dicha muger
ir a consultar a otras hechiceras esta rea (sic) la advirtió dello y la enseñó el conjuro siguiente:

Con doa te miro,


Con nna te hablo,
Con las pares de t u madre
L a boca te tapo.
Señor San Silvestre, encántalo.

con que el conjunto se amansaba ». A idéntico fin, Bautista Hernández, procesado en 17SS por
la Inquisición de Valencia (legajo £5, núm. 14), hacia tres nudos en una cinta, diciendo:

Con dos te miro,


Coa tres te sigo,
Con cuatro te ato,
De t u sangre bebo,
E l corazón te p a r t o ,
Con las parias (sic) de t u madre
La boca te tapo.

Más interesante que todas las lecciones transcritas es otra para LIGAS a las personas,
conservada asimismo en un proceso seguido en la Inquisición de Valencia por los años lfíS9
(legajo 88, núm. S). Entre los papeles que se recogieron en la casa de la procesada Juana Ana
Peres y que están unidos a los autos, hay uno que dice así:

Con dos t e miro, N i en el campo verde estar,


Con cinco te ato, N i el campo seco pasear,
Tu sangre bebo, Ni en casa de ninguna mujer entrar,
Tu corazón te arrebato, N i con ella holgar,
Con las pares de tu madre y mía N i en viuda ni en casada
L a boca te tapo. N i en doncella ni en soltera a efeto llegar,
L a garfia del fiero león De aquí delante de mis ojos vengas atado,
Que t e ligue y te ate el corazón. Hechizado, conjurado,
Asno, mira que te ligo A quererme, ( a ) a m a n n e ;
Y te ato y te reato y te vuelvo a reatar, Todos tus dineros vengas a darme.
Que no puedas comer ni beber, Que vengas, que vengas, que vengas;
Ni armar ni desarmar, Que hombre ni mujer te me detenga
(XSg - I I I - C C X L V I I )
VILLANCICOS DE NAVIDAD
679 San José y San Joaquín
A cada rato vengo Y mi Señora Santa Ana.
A verte, Niño,
Porque tú me has robado 685
Todo el cariño.
AL NIÑO BONITO
680
¡ Adiós, mi Niñito!, Al Niño bonito
Muy triste me voy, ¿Qué le daré?
Postrado en el suelo Un conejito
Por decirte adiós. Que ayer pillé.
681 Es muy mansito,
¡ Adiós, mi Niñito!, No sabe morder;
P'al año h'i volver, Sólo pastitos
Traendo un capullo Sabe comer.
Y un lindo clavel.
Mañana mismo
682 Se lo traeré
¡ Adiós, mi Niñito!, Para que juegue
Porque ya me voy. Con Su Merced.
No llores mi ausencia
Porque tuya soy. 686
Anduve buscando
683 Qué traer al Niño,
Ahí viene el Niñito Y sólo he encontrado
Por el callejón: Este pollo fino.
Zapatitos verdes.
Medias de algodón. 687
Apenas naces,
684 Que ya padeces.
Alabado sea Jesús ¿A quién te ofreces
Y su Madre Soberana, Con pena tal?

En la página 136 del tomo primero hablamos de los pesebres de la ciudad de La Rioja
y dijimos que niños y jóvenes de ambos sexos cantan villancicos al Niño Dios al son de mú-
sica que ellos mismos ejecutan con flauta (armónica) o con guitarra.
La tonada casi universal en La Rioja para cantar los villancicos de Navidad es acaso la
que insertamos a continuación.
La melodía que se reproduce fué cantada por el joven etnógrafo y arqueólogo riojano, don
Julián Cáceres, que ha vivido en La Kioja y que tiene especial afición a las tradiciones de su
tierra. La música fué escrita por don Bruno Jacovella, el mismo distinguido profesor de fol-
klore que tomó las melodías insertas en el Cancionero Popular de Tucumán (tomo I - apéndice).
La letra es la del villancico número 733-a. i
He aquí la melodía: ¡

AuemfTr» ( J » J M Í ) _, MASTAMaVlL*
|wriw>mc.nrt
rt¡n /3| r J¿rJi-7^j^^i^>j?i^JJ|jT^i^jJijT^p i joifrri^
o i» /'H.:<V»m-íi-» 5»

f y ' j i j j j i i ^ j i i i j i > j j f T T 7 j i r ¡ rfcfe


J f f - U T(V.|IÍ:
iiji<- -iiji- *>, ai - ís-a* íwyt tie-u
}EJ|Í-'*V"'"4 t * - t T - í í ÍWÍ*. t í t - u
ut-íi
Uí-ít

(681) Con alguna frecuencia se oye decir a la gente del pueblo traendo y lendo por
trayendo y leyendo.
(685) Dictado por la señorita Elsa Orona Asís en la ciudad de La Rioja; lo había
aprendido a su madre.
El último verso que dice Con Su Merced, revela la antigüedad del villancico, porque so-
lamente entre ancianas de más de 80 años he oído usar esa expresión: Su Merced; ahora di-
rían con usted.
382 J U A N A L F O N S O C A B B 1 Z 0

688 Vengo de muy lejos,


AQUÍ ES LA PUERTA DEL CIELO Ya no puedo e s t a r :
Con vuestro permiso,
Aquí es la p u e r t a del cielo, Me voy a sentar.
Aquí es la casa de Dios,
Aquí ha nacido el Mesías, Ciento de pastores
E l Mesías salvador. Llegan a Belén:
Como serafines
Pastores todos, corramos,
Bajan en tropel.
Pastores, vamos allá;
J u n t o a tu cainita
De rodillas al Mesías
Te acompañaré.
Vamos todos a adorar.

689 690
AZUCENA BLANCA Bajad, serafines,
De la alta región,
Azucena blanca Entonad la gloria,
Pura y virginal: Con dulce canción.
Una mejor madre
No se vio jamás.
691
Niñito con alas,
A ella volad. Bajas del pesebre,
Niño de B e l é n :
Oh, Niño divino, Hoy flores y rosas,
¿Qué te puedo dar? Después será hiél.
(688) Dictado por la señorita Zoila Córdoba en Machigasta (Dto. Castro B a r r o s ) .
(689) Dictado por doña Marquesa L. viuda de Oliva.
(691) Como en el caso de la oración N.° 677, en que el pueblo confundió por igno-
rancia los nombres y dijo J u a n Ángel en lugar de J o n á s , aquí el pueblo ha modificado
también en p a r t e el sentido del villancico, porque seguramente la forma original ha sido la
de la primera cuarteta de este villancico de Lope de Vega (1561-1635).
TEBANDEA
L a s p a j a s del pesebre, Mas no quiero deciros,
niño de Belén, aunque vos lo sabéis,
hoy son flores y rosas, palabras de pesar
mañana serán hiél. en días de placer.
Lloráis entre las p a j a s Que aunque tan grandes deudas
de frío que tenéis, en pajas las cobréis,
hermoso niño mío, hoy son flores y rosas,
y de color también. mañana serán hiél.
Dormid, cordero santo, Dejad el tierno llanto,
mi vida, no lloréis, divino Emanuel,
que si os escucha el lobo, que perlas entre pajas
vendrá por vos, mi bien, se pierden sin por qué.
Dormid entre las pajas, No piense vuestra madre,
que aunque fría las veis, que y a en Jerusalén
hoy son flores y rosas, previene sus dolores,
mañana serán hiél. y llore con Joseph.
Las que para abrigaros Que aunque pajas no sean
tan blandas hoy se ven, corona p a r a Rey,
serán mañana espinas hoy son flores y rosas,
en corona cruel. mañana serán hiél. {178 - pág. 250)
Lope de Vega tomó los dos últimos versos de la primera cuarteta de la tradición po-
pular, porque en los años del poeta del Siglo de Oro, andaban estos versos en el pueblo. E l
maestro Gonzalo Correas, de principios del siglo X V I I trae una coplita cuyos dos últimos
versos se parecen en algo a los dos últimos de nuestro villancico
L a flor del romero
niña Isabel,
hoy es flor azul
y mañana será miel. (5S - p á g . 217)
CANCIONERO POPULAR DE LA EJOJA 383

291a Venid a mi pecho,


Las pajas que abrigan Mi dulce pastor.
Al Ñiño en Belén Un Dios por los suelos
Son hoy flores r o s a s : P a r t e el corazón.
Después serán hiél.
693
692
BUENAS NOCHES, DOÑA MARÍA
BIEN VENIDO SEAS
Bien venido seas, Buenos noches, doña María,
¡ Oh, mi potente Dios!, ¿Cómo se halla Su Merced?
A este triste valle, ¿Cómo está el Viracocha,
Tierra de dolor. El Niño que parió usted?
Y por primer cuna Que sí que tres,
Que escogió el Señor, Que lo encontraréis.
Un establo humilde, ¡ Válgame Dios, me vuelvo loca!
Que es de admiración. Loea de tanto placer.
E s María bella I De t a n t o gusto que t e n g o !
Hermoso vergel, Voy a bailar, a bailar,
De quien sólo puede Al ver que mi Niño santo
Tal flor florecer. H a nacido en el p o r t a l !
Corred presurosas,
Almas, a a d o r a r 694
Al Infante tierno
B U E N A S N O C H E S , MI S E Ñ O R A
Dios de majestad.
Los ángeles cantan Buenos noches, mi Señora,
La felicidad; Dos veces con esta vengo,
Los hombres alaban A adorarlo a tu Niñito,
A un Dios inmortal. Porque es Dios y Rey E t e r n o .
Como hace notar el erudito profesor don Pedro Henríquez Ureña (La Versificación Es-
pañola, pág. 216) ; don Luis de Góngora (1561-1627), trae la copla en un romance de 1608, así:
L a s flores del romero
niña Isabel,
hoy son flores azules
mañana serán miel. (68 - N.° 58)
En la misma forma de Góngora la trae también don Pedro Calderón de la Barca
(1600-1681), en el Alcalde de Zalamea, en la j o r n a d a segunda, escena "VIII.
(692) A eate villancico lo tomé de una novena manuscrita que a su vez es copia de
otra manuscrita que solía andar de mano en mano en los pesebres del último tercio del siglo
pasado. El manuscrito se conserva en poder de la señorita J u l i a Agüero y fué de su tía
doña Vicenta, que vivió en la ciudad de La Rio j a .
(693) Este villancico me fué dictado por la señorita Zoila Córdoba en Machigasta
(Dto. Castro B a r r o s ) , en 1938.
La gente de Machigasta ha conservada hasta fines del siglo pasado algunas supervi-
vencias indígenas. Así doña Adelaida Contreras, que en la actualidad vive a dos o tres
cuadras de la iglesia de Machigasta, me mostró los restos quemados y caBi borrados del
tronco del algarrobo (árbol, como dieen mis paisanos de Gatamarca y de la zona algarro-
bera de La Rioja, para quienes el algarrobo es el árbol por excelencia), donde su padre y
demás antepasados j u g a b a n al chiqui. El chiqui fué un juego y una ceremonia p a g a n a usada
por los indios de Machigasta y El Pantano, según se ve en la nota N.° 5697.
N a d a extraño es, pues, que entre esta gente sencilla conservaran el tratamiento de "Vi-
racocha que el indio de idioma quichua daba a BU Beñor, a su encomendero o patrón porque
Suiracucha o huiracocha, de donde viene Viracocha, quiere decir: hombre blanco (Grimm).
A los paisanos de Las Punas de J u j u y y Salta y con mayor razón a los del Altiplano
Perú-Boliviano, es frecuente oírles decir Uiracocha o Viracocha en lugar de señor. A mí me
t r a t a b a n de viracocha cuando anduve por allá y si me tenían que pedir algún favor me
decían Uiracochita.
(694) Dictado por la señorita Elsa Orona Asís, en la ciudad de La Rioja. Lo había
aprendido a su señora madre. E l cantareillo es conocido con el nombre de loa y lo recitan
los niños al Niño Dios en los pesebres que se forman en las casas.
384 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

Ahora vengo trayendo Que antes de las doce


Esta linda y blanca flor, Desean llegar.
P u r a , candida y fragante,
Que te ofrezco con amor. Siguen caminando,
Separada la he traído San José a la par.
Y no en la canastilla. —Camina María,
Así como vos, Señora, Si puedes a n d a r ;
Ella es pura sin mancilla. Ya los gallos cantan:
Cerca está el lugar.
695
¡Buenas noches tengas, Niño, Siguen caminando
Hijo del Eterno P a d r e , Y se han encontrado
P e r d o n a a tus pecadores Unos viajeros,
P o r tu Santísima M a d r e ! Y le h a n preguntado
Si p a r a Belén
696 H a y mucho que andar.
CAMINA, CAMINA Ellos le responden:
Ya los gallos cantan:
Camina, camina Cerca está el lugar.
L a Virgen María. -
A San José lleva
E n su compañía. Siguen caminando,
Compañía más dulce Y ya se encontraron
No podrá encontrar. Una posadita,
Donde se acercaron.
Y dice M a r í a :
—Llégate, José,
A Belén caminan; A pedir posada
No pueden parar, P a r a una mujer.
(696) Este cantar, conocido con el nombre de La Peregrinación, me fué dictado en
TJdpinango (Dto. Araueo), por doña Lorenza Díaz en 1940.
También lo sabía doña Marquesa L. viuda de Oliva, quien lo había aprendido en
Chaquis (Dto. Castro B a r r o s ) .
Don Francisco de Salinas, en su libro De Música, de 1577. tiene eBte cantar de camino:
Caminad, señora,
si queréis caminar:
pues los gallos cantan,
cerca está el lugar. {48 - N.° 932)
Don Franeisco de Ocaña, en su Cancionero para cantar la noche de Navidad, Alcalá, 1603,
quizás inspirado en el canto de camino, de origen popular, anotado por Salinas, compuso
este romance que transcribe don J u s t o de Sancha en su Bomancero y Cancionero Sagrados,
N.° 440, así:
Caminad, Esposa,
Virgen singular;
Que los gallos cantan,
Cerca está el lugar.
Caminad, Señora, Señora, en Belén
Bien de todo bien, Y a presto Beremos;
Que antes de una hora Que allí habrá bien
Somos en Belén; Do nos alberguemos;
Allá muy bien Parientes tenemos
Podréis reposar. Con quien descansar.
Que los gallos cantan, Que los gallos cantan,
Cerca está el lugar. Cerca está el lugar.
Yo, Señora, siento I Ay, Señora, m í a ! ,
Que vais fatigada, Si parida os viese,
Y paso tormento De albricias daría
P o r veros cansada; Cuanto yo tuviese;
Presto habrá posada Este asno que fuese,
Do podréis holgar. Holgaría dar.
Que los gallos cantan, Que los gallos cantan,
Cerca está el lugar. Cerca está el lugar.
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 385

Se allega José Le dice M a r í a :


A pedir posada —Acuesta, José,
P a r a u n hombre anciano Que siendo la hora
Y u n a embarazada. Yo te llamaré.
Asoma el ventero
Por una ventana:
—¿Quién el majadero Dieron los tres cuartos,
Que a mis puertas llama? Y ella conoció
Quita de mis puertas, Que el Verbo Divino
Yo no doy posada, Hizo movición.
A más a deshora,
Si la trae hurtada. Le dice M a r í a :
—No la traigo h u r t a d a ,
—Despierta, José,
No ha de imaginar:
Me la h a dado el cielo, Que el Rey de los Cielos
E l la pudo dar. Ya quiere nacer.

Siguen caminando, Despierta, José,


Y y a se encontraron Muy afligidito
Con u n pesebrito De ver que no tiene
Muy mal arreglado. Ni u n pañalito.

Don Aurelio de Llano, en su libro Del Folklore Asturiano, página 213, t r a e esta versión
de nuestro villancico, recogida en la tradición oral a s t u r i a n a :
—A dónde camina Y fueron andando
quisiera saber, y luego encontraron
un hombro, de noche, un portal muy viejo
con una mujer. y muy derrotado.
—No la llevo h u r t a d a Quedaron conformes
ni majen ni amar, de allí se albergar,
antes de las doce antes de las doce
a Belén llegar. a Belén llegar.

Y fueron andando —Niña más bonita,


en conversación dama más florida,
diciendo palabras respondió uno de ellos,
de mucha atención. no la vi en mi vida.
Son palabras santas Nació el niño Dios
dignas de alabar, en aquel pesebre
antes de las doce entre paja y hierba
a Belén llegar. y sin otro albergue.
Como rey del cielo,
Responde la niña, De inmenso poder
como es tan discreta: no faltaron reyes
—Dios nos ha juntado que le fueran a ver.
y estoy muy contenta; Fincan la rodilla
por otro ninguno para le adorar,
te he da cambiar, antes de las doce
antes de las doce a Belén llegar.
a Belén llegar.
Don Constantino Cabal, en su libro E l Individuo, página 93, trae esta o t r a versión as-
turiana :
•—Para Belén camina y si no, no hay posada.
una niña ocupada, —Dinero sí traemos,
hermosa cuanto bella, sólo un realín de plata.
San José en su compaña. —Eso es poca moneda,
Al llegar a Belén valíanse a la otra c a s a . . .
ella pidió posada; San José se afligía,
respondieron de adentro* María le consolaba:
—¿Quién a estas horas llama? —No te aflijas, José,
—Son San José y María, no te aflijas por n a d a . . .
que si les dan posada. I Qué más alegrías quieres
—Si tren dinero, entren, que el que nace en mis e n t r a ñ a s . . . *
25-II
38« J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

Le dice María: 698


—No aflijas, José :
En mi triste toca Canta, gallito, canta
Yo lo envolveré. Con grande gozo,
Canta tu dulce canto
Nace el Verbo Eterno Al Niño hermoso.
Dando resplandores,
Y fué celebrado
Entre los pastores. 699
Ellos lo celebran Clava la vista a los cielos:
Con admiración, Verás al Niño Jesús,
Porque conocieron, Vestido de verde y blanco,
Que era el Niño Dios. Para subir a la cruz.

697 700

Camina María, Como soy tan chiquitito


Camina José, Y tengo tan poca voz,
Que los gallos cantan Tan sólo vengo a decir:
Al amanecer. « j Viva la Madre de Dios! »

F e r n á n Caballero, en La Noche de Navidad, trae nuestro romance a s í :


Hacia Belén caminando El mesonero responde:
Tba u n a niña preñada, •—« Vaya San José con Dios,
Montada en un jumentillo, Que yo no quiero esta noche
De un anciano acompañada. Más ruido en mi mesón ».
< Vamos, vamos de prisa, « [Ay! Danos albergue,
Porque ya la noche viene Hazlo en caridad^
Y quizás no encontraremos ¡Qne el vernos t a n pobres
Casa donde nos alberguen. Te mueva a piedad! »
Abre, abre, mesonero, « No doy posada ninguna
La puerta de t u mesón, Si no me aprontan la p a g a ;
Que está María de parto, Que con recoger a pobres
La traigo en el corazón ». Mi bolsa no g a n a nada ».
Salió al punto el mesonero El mesonero era tuerto,
Diciendo: «¿Quién es quién llama Y al cerrar el aldabón
Con t a n t a prisa a mi puerta Se le saltó el otro ojo,
En una hora tan m a l a ? » Que fué castigo de Dios.
« Yo soy —le respondió el santo—, Y bien merecido,
Que vengo a pedir posada Por t a n temerario:
I'ara un pobrecito anciano Ya puede vender
Y una doncella preñada ». Coplas y rosarios. (113 - 11 pág. 394)
Doña Sara Llorens de Serra, en su libro El Cangoner de Pineda, trae una versión catala-
na en la página 224, N." 172, así:
Sant Josep i la mare de Déu
feien companyia b o n a ;
partiren de Nazaret,
matinet, a la bona hora.
Dámaso Ledesma, en el Cancionero Salmantino, publica otra versión de nuestro villan-
cico. L a vi en la transcripción hecha por don Vicente T. Mendoza en El Romance Español,
N.° 78.
E n América parece ser que hay noticia de nuestro villancico, así se ve en la Revista
Bíblica, N.° 13, año I I I , de setiembre de 1941. L a noticia (página 201), eB ésta:
En un Uorito titulado NAVIDADES CUADROS DRAMÁTICOS, editado por la PREN-
SA CATÓLICA (Biblioteca Destellos, números 11 y 12) de QUITO, apartado 266, ECUA-
DOR, se hallan escenas sugestivas y llenas de emoción religiosa: las llamadas JORNADAS o
BÚSQUEDA DE POSADA, representación antes muy común en todos los países hispano-
americanos, que evocan las dificultades que se, presentaron a María y José cuando iban en
busca de albergue para la noche de Navidad.
CANCIONERO POPULAR BE LA RIO JA 387

701 Si no ha merendado,
Pueda hacer merienda.
CORRED, CORRED
Una carretica:
Corred, corred En que anda la prenda.
Con ánimo y fe Pasos que yo imito
Para adorar A cantarle venga.
Al Niño Manuel,
Que allí, que allí —¡ Oh, si por ser rico
Está nuestro bien. Otros bienes quieres... !
—Almas llevas, Gil:
SOLO Es el don que aprecio.
Tierno Infante, que naces al mundo Ante Gil el tamborero,
Con la cruz, estación del amor. Divino Niño de Flores,
Corred, corred, etc. Pastorcitos de Belén,
Cortesanos de la gloria,
Salvador de Nazaret.
702
Chacrita nacida 704
En Jerusalén,
Dale tus frutitas Desde las humildes
Al Niño Manuel. Pajas donde está,
Nos hace presente
Su amor y amistad.
703
DICEN QUE A DIOS NIÑO 705

Dicen que a Dios Niño Divino lucero,


Parió una doncella: Corred a anunciar
El es de mil oros, Que el Rey de los Cielos
Ella de mil perlas. Ha nacido ya.

Dicen que le cantan,


Para hacerle fiesta, 706
Niñas que traen alas
Y vuelan con ellas. ¿Dónde vas paloma.
Paloma sin j/ei?
Llevémosle, amigo, —A la casa Santa
De cualquier ofrenda: De Jerusalén.

(703) Dictado por la señora Dolores Eomero de Lujan en San Antonio (Dto. Arauco).
La señora de Lujan me dijo que en su niñez ella y las chicas de Aimogasta, y de La
Rioja, cantaban este villancico, llegado a ellas por tradición oral. Solamente por esta no-
ticia anoto este eantar entre los populares, pues evidentemente es un cantar de origen lite-
rario. La alusión a Gil, como la alusión a Antón que veremos en villancicos posteriores, nos
trae a la memoria los Pascuales, los Giles y loé Antones de los villancicos de Navidad de Lope
y del teatro sacro del siglo XVII. Don Francisca de Quevedü ridiculizaba a IOB poetas que
escribían tales villancicos cuando en SUB pragmáticas manda: Y a los sacristanes que no ha-
gan los villancicos con GIL ni PASCUAL (91-a - pág. 102).
(706) Quizás este cantarcillo sea antiguo, porque la expresión paloma sin hiél, ya! figu-
ra en la Comedia de Eufro$ina, de 1631; así, al promediar la escena segunda se lee: Si] eseri-
bieredes en ausencia a moza de cántaro, habladla de tú y de vos entreverado, que llaman
honra y media; y para ser apacible, porque no son capaces de los elevamientos de Garci
Sanchea (¿BE BABAJOZ?) habéis de llamar mona, gata de tripera, PALOMA 8IN &IEL,
rapacilla de mi alma, pidiéndola celos de algún zurrador, porque piense que la queréis bien
(192 • XIV - pág. 109.
388 J U A N A L F O N S O C A E B I Z O

707 709
E L N I Ñ O DIOS H A NACIDO
DUERME Y NO LLORES
E l Niño Dios ha nacido
Duerme y no llores, Vestido de carne humana,
Jesús a m a n t e ; E n esta noche a las doce,
Duerme y no llores, De u n a estrella soberana.
Mi Redentor.
Esos ojitos, Bailad, pastorcitas,
Olí Dios infante, Bailad en Belén,
Ciérralos presto Bailad,que ha nacido
E n este horror. El más santo Rey.

Duerme y no llores, Son de Egipto los placeres:


Jesús a m a n t e ; P a r a ti, sólo ilusión
Duerme y no llores, E l Señor de los señores,
Mi Redentor. Saciará mi corazón.
Bailad, pastorcitas,
708 Bailad en Belén,
E L N I Ñ O DIOS H A NACIDO Bailad,que ha nacido
El Niño Dios h a nacido, El más santo Rey.
Vestido de mil colores, Si el camino fuese largo
Esta noche a media noche Sostendrás t u g r a n virtud,
Como estrella entre las flores. Como el águila renueva
Bailad, pastoreillos, Fuerzas de la juventud.
Bailad en Belén,
Bailad, que ha nacido Bailad, pastorcitas,
El más santo Rey. Bailad en Belén,
Bailad,que ha nacido
Santo, santo es. El más santo Rey.
Santa María
Virgen es. 710
¡Adiós, mi Niñito, El p a d r e y la madre,
Qué triste me voy, De lo alto movidos,
Postrado en el suelo, A su Dios le prestan
Al decirte adiós! Humilde servicio.
(707) Dictada por la señora Alcira D. de Villafafie en la ciudad de L a Bioja.
Estos versitos p a r a hacer callar a l Niño Dios, nos recuerdan este cantareillo de Gómez
Manrique (1412-1490):
CALLAD, F I J O M I Ó C H I Q U I T O
Callad vos, señor De aquel pueblo amaro
Nuestro redentor Cautivo en Egipto.
Que vuestro dolor
D u r a r á poquito. Este santo diño
Niño tan benino
Angeles del cielo, Por redimir vino
Venid dar consuelo El linaje aflicto.
A este mozuelo
Jhesus tan bonito. Cantemos gozozas
Hermanas graciosas,
Este fué reparo, Pues somos esposas
Aunqu' el costo caro Del Jesú bendito. (184 - I - pág. 206)
(708) Me fué dictado en la ciudad de L a Rioja por la señora Colina Rodríguez de
Z alazar en 1938.
(709) A este villancico lo copié de un cuaderno viejo que tenían muís niñas Castro en
Aimogasta (Dto. Arauco) en 1939. Estas niñas componían pesebres y hacían representacio-
nes teatrales sobre el tema del Nacimiento de N . S. Jesucristo. Como en Pastores de Belén,
de Lope de Vega, estas escenas se desarrollan en prosa y de vez en cuando hay villancicos
como éstos que deben recitar los niños actores.
CANCIONERO POPULAS DE LA SIOJA 389

711 A Belén v a n los pastores


EN AQUELLA POBRE CUEVA
Con g r a n gozo y alegría
A ver al precioso infante
E n aquella pobre cueva Jesús, hijo de María.
Se divisa un resplandor.
¿Será posible, pastores, —Buenas noches, tengáis Madre,
Que allí viva el Redentor? Hija del E t e r n o P a d r e .
Yo mucho me regocijo
Corran, pastorcillos,
Que tengáis a Dios por hijo.
Vamos a adorar
Al Niño, al Mesías,
Que ha nacido ya. —Señores ¿qué bulla es ésa,
Que veo t a n t a alegría?
712 —Sabrá que soy de la carda,
Doy graeias: Ave María.
E n el cielo h a y una silla
Cubierta de perlería: Échanos t u bendición
La tiene Nuestro Señor Con t u mano poderosa,
P a r a la Virgen María. Y llévanos a gozar
A la gloria venturosa.
712-a
En el cielo hay u n pilar Señora Santa María,
Cubierto de perlería, Esto es porque ya nos vamos.
Que Nuestro Señor lo cuida Nos volveremos a ver
P a r a la Virgen María. Si Dios quiere y vivo estamos.
713
E N EL PORTAL DE BELÉN 714

E n el P o r t a l de Belén E n el P o r t a l de Belén
H a bajado un cielo entero, Ha nacido Manuelito.
Porque dicen que h a nacido Me dicen que es más bonito
El hijo del P a d r e Eterno. Que J u a n i t o , el de Isabel.

(711) Dictado por la señora Felisa A. d¿ Moreno en la ciudad de La Rioja.


(713) Dictado por doña Manuela I . Doria de Ortiz en Chilecito en 1939.
Este cantar es seguramente español, porque el tercer verso de la cuarta estrofa habla
de la carda y la carda d a en E s p a ñ a oportunidad a cantar coplas con referencias a esta
práctica. L a última cuarteta no es del cantar^ es la despedida del grupo de niños cantores
que espontáneamente llegan a l pesebre y se retiran cuando ha terminado la canción.
(714) Fernán Caballero, en su libro Cnentos y Poesiaé Populares Andaluceí, página
371, da nuestro villancico a s í :
E n el portal de Belén
H a nacido un Manolito,
Que dicen que es más bonito
Que J u a n i t o el de Isabel.
Don Justo de Sancha, en el Romancero y Cancionero Sagrados, trae bajo el número 565,
este coloquio pastoril del Cancionero de Ubeáfi (m. 1596), entre Bras y Gil, cuya primera
cuarteta es parecida ¡t nuestra eoplita:
¿Qué suena Gil en el hato?
—Que nacido es un ¡doncel,
Que Juanito, el de Isabel
Aun no le llega al Zapato.
Don Julio Cejador' publica bajo el númerjo 2148 de su Floresta un villancico del siglo
X V I I , cuya terminación tiene cierta semejanza con nuestro cantar, pues dice:
Míranse entrambos a dos
los niños santificados
y quedan enamorados
Dios de J u a n y J u a n de Dios:
de Jesús el de Isabel
de J u a n i t o el de María
390 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

715 Con celestes voces


He oído e n t o n a r :
E n nicho de paja Gloria en las alturas
Dormidito está Y a los hombres paz.
Quien ve las estrellas
A sus pies brillar. Oh, mi Niño hermoso,
Oh Dios inmortal,
Has nacido humilde
716 En este portal.

EN UN POCITO LAVANDO Aunque yo os vea


En este lugar,
Sé que es grande el reino
E n un poeito lavando
Que habéis de ocupar.
Vía luces que alumbraban,
Y los pastores corrían
Con mucha porfía. E n t r e aquestas pajas
Ay curumbé, curumbé, Y noble portal,
Ay curumbé, curumbé. Quedan mis amores,
Oh, Dios inmortal.

Celebran los hombres


717 Con grande primor
Las muchas finezas
ENVUELTO EN PAÑALES De su Salvador.

Envuelto en pañales E n nombre de todos,


Y en pobre lugar, Oh Dios de Israel,
Según dijo el ángel, Gracias Infinitas
Lo hemos de encontrar. Os pedimos fiel.

Esta feliz nueva Adiós, mi Niñito,


Debemos honrar, Querido Emanuel,
Y lleno de gozo Bendice al que canta
A Dios alabar. Postrado a tus pies.

(716) Dictado por la señorita Zoila Córdoba en Machigasta (Dto. Arauco).


El ay, curumbé, curumbé, nos hace recordar al turumbé con la turumbela de que nos habla
don Emilio Cotarelo y Mori, en su Colección de Entremeses, al tratar del baile llamado Ta-
rantela. Dice que al final del entremés Los cuatro toreadores (1702), de don Francisco de
Castro, se baila la tarantela con el estribillo:
Turumbé con la turumbela
vamos bailando la tantarantela.
(54.1- pág. C'CLXII)

(717) Dictado por la señorita Zoila Córdoba en Aimogasta (Dto. Arauco) en 1938.
El Obispo de Tucumán, doctor José Agustín Molina (1773-1838), en sus Oraciones Pia-
dosas al Niño Dios, trae una coplita que repite en la primera canción a manera de coro.
Dice así:
Gloria en lag alturaa,
Angeles cantad
A Dios, y a los hombres
En la tierra, paz. (Pág. 9)

Los versos subrayados en la tercera estrofa están tomados indudablemente de esa coplita.
La última cuarteta no es del cantar, así lo dice su sencillez y humildad y lo diee también
la señorita Córdoba; es la despedida que dice el grupo de niñas y niños que acaban de cantar.
CÁNCIONEMO POPULAR DE LA BIOJA 391

718 724
Esta noche es Noche Buena HE VISTO UN BONITO NIÑO
Y mañana Navidad.
Apronten, apronten todo He visto un bonito niño
Y salgamos a cantar. Que ha nacido en un portal
Echadito entre gramillas
719 Y lleno de majestad.
Fulana me llamo. Hoy goza la tierra
Por Jesús, mi bien, Profunda quietud,
Dejaré yo el mundo De oriente al poniente,
Para irme con El. Del Ártico al sud.

720 Hoy Dios se hace hombre


Para el bien común.
Gloria a Dios en las alturas, Purgando en el símelo,
Parabién a los mortales; Triunfa la virtud. \
Albricia a los pecadores,
Buenas nuevas: ya no hay males.
725
721
Hombres sinceros,
¡ Granito de arena, Corred sin temer:
Florcita de azahar, El Hijo del Verbo
Quereme, Niñito, Ya nació en Belén.
No me hagas Horar!

722 726

Hermoso lucero HOMBRES Y MUJERES


Lo viene a anunciar.
Los Magos de Oriente Hombres y mujeres,
Buscando lo van. Corran a Belén,
Porque allí ha nacido
723 El Niño Emanuel.
Hermoso Niñito. El Dios, el Mesías,
Nacido en Portal, Nuestro amado bien:
Tendido en gramilla Corred, pastorcillai,
Con gran majestad. Ya nació en Belén.

(718) Seguramente esta copla es un arreglo de una copla vieja española y de una
improvisación del momento. Aunque puede haber varias coplas que comiencen igualmente,
una hay que eB clásica:
Esta noche es Noche-Buena
y mañana Navidad
que está la Virgen de parto
y a las doce parirá.
Los doe últimos versos de nuestra copla han sido cambiados por los muchachos o por
las niñas que forman el grupo de cantores. Ellos van de pesebre en pesebre loando al
Niño-Dios con mucha gracia, fe y corrección.
A la copla española citada la trae, entre otros, don Eugenio de Olavarría y Huarte en
su estudio El Folk-Lore de Madrid, publicado en el tomo segundo de la Biblioteca de las
Tradiciones Españolas.
(724) Dictado por la señora Gabriela M. de Zarate, de 70 años, en Los Molinos (Dto.
Castro Barros).
(726) Dictado por doña Marquesa L. viuda de Oliva.
392 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

127 730

Hombres y mujeres, La planta regada


Vengan al portal, Con sangre de amor
A ver las delicias Lloró sangre y agua
Del Key celestial. Cuando floreció.

731
728
La Virgen, como es tan pobre,
Amasaba en el Portal;
La estrella, corriendo, El cedazo era de oro
Paró en un portal: Y la pala de cristal.
Los reyes, confusos,
Dicen: Aquí está.
732

La Virgen hizo una gacha


729 En un peral muy bonito,
Y San José, de goloso,
LA HORA SE HA DADO Se quemó en el hociquito.

733
La hora se ha dado,
Y el Niño no viene. La Virgen María
¿Cuál será la dichosa Su pelo tendió,
Que lo detiene? Y se hizo una trenza
Que al cielo llegó.
Bajá y decile
Con sinceridad 733-a
Que ese Niño hermoso
Aquí está ya. La Virgen María
Su pelo tendió:
La noche fué fría, Se hizo una cadena
Y el ángel bajó Que al cielo llegó.
Nadando entre luces,
Y así les habló: 734

—¡ Oh, mi Niño tierno, Los ángeles cantan


De mi corazón, La felicidad;
Oh que desnudito Los hombres alaban
Está por mi amor! A un Dios inmortal.

(729) Dictado por doña María Ocampo en Sálicas (Dto. Pelagio B. Luna) en 1940.
(731) Esta coplita de Navidad es de origen español. Fernán Caballero, en Cuentos y
Poesías Populares Andaluces, página 376, la trae así:
La Virgen como era pobre,
amasaba en el portal;
el cedazo era de plata
y la pala de cristal.
(733) Fernán Caballero la trae en la forma que está en la variante así:
La Virgen María
su pelo tendió,
hizo una cadena
que al cielo llegó. (Obras, T. 13, pág. 214)
CANCIONERO POFULAB BE Z, A B10\J A 393

735 Coplas y más coplas


Canten con amor,
LOS PASTORES Y LOS REYES Que más coplas quiere
Jesús Salvador.
Los pastores y los reyes, 736
Toditos eran iguales
J u n t o al Niño celestial MAMITA MARÍA
Que no tenía pañales.
Mamita María,
Coplas y más coplas Tatita José,
Canten con primor, Préstamelo al Niño,
Que quiere más coplas Yo lo besaré.
El Niño de Dios.
No soy t a n cargoso
P a hacerlo l l o r a r ;
Baltasar le trujo oro, Préstamelo al Niño
Gaspar le trujo la miel, Lo quiero besar.
Melchor, riquísimo incienso,
Y una pastora, u n clavel. 730-3
¡Elige, Niñito, Mamita María,
Elige, mi amor, Tatita José,
Que para eso eres Préstame el Niñito,
El Niño de Dios! Te lo adoraré.
Mañana o pasado
Jesús no miraba el oro, Lo devolveré.
Pero miraba el clavel.
La Virgen con u n dedito 737
Le puso en los labios miel. Mundo, ha dicho el ángel
—Oí, atendé,
—¡Relamente, encanto, Que en Belén acaba
Relamente, sol, Jesús de nacer.
Y pide más mieles,
Mi Niño de Dios l 738
Los pastores y los reyes Muy cansado vengo,
Se j u n t a n p a r a adorarlo. Ya no puedo estar:
Los reyes se fueron luego, Gon vuestra licencia,
Los pastores se quedaron. Me voy a sentar.

(735) A este precioso cantareillo, muy p o p u l a r ' e a Chuquis (Castro B a r r o s ) , lo tomé


de unos apuntes en que tenía anotados varios otros villancicos tradicionales la niña Ernestina
Fuentes.
(736) Dictado por doña Marquesa L. viuda de Oliva.
(736-a) Dictado por la niñita P a u l a Maldonado en la escuela nacional de Catuna
(Dto. Gral. Ocampo).
(737) E l Obispo de Tucumán, doctor José Agustín Molina (1773-1838), t r a e nuestra
eoplita formando p a r t e de un villancico compuesto por él en 1837 y publicado en la página 85
de Canciones Piadosas al Niño-Dios. Dice así el villancico en su primera p a r t e :
CORO
En Belén acaba I¿a nueva ha venido
Jesús de nacer Del cielo a traer.
Vamos pastorcillon
Vamos a Belén. ¡Mundo, ha dicho ti Angal,
Oíante, atended:
Gabriel a María, En Belén acaba
Ya enviado otra vez Jesús de nacer.
394 J U A N A L F O N S O C A B E I Z O

739 E n el medio está María


Sin pecado original.
M U Y PRESUROSA, SEÑORA
E n el cielo está u n pilar
Muy presurosa, señora, Cubierto de perlerías
Le vengo a avisar Que los ángeles lo cuidan
Que reyes de Oriente P a r a la Virgen María.
A nuestra comarca
Acaban de entrar. Resuene el pandero
Ya vienen, señora, Con gran devoción;
Luego han de llegar; Cantemos alegres,
Yo sólo he venido Que ha nacido Dios.
La nueva a anunciar.
741
Eeyes poderosos Niño bonito,
De otras regiones Boquita i coral,
Trayendo sus dones El Rey de los cielos
Llegan de Belén. H a venido ya.
Buscan portentosos 742
Al Mesía anunciado,
Al Niño esperado Niño Jesús de mi vida,
E n Jerusalén. Dueño de mi corazón,
Cuídamelo las ovejas,
740 Te voy a hacer un jergón.
NIÑITO BONITO 743
Niñito bonito, No batan palmas,
Del Cielo alegría, Angeles santos,
Al mundo te ha dado Que duerma el Niño,
La Virgen María. Que lloró t a n t o .

Pobrecito el Niño, 744


¡ Qué frío t e n d r á !
Le tejo esta colcha, No llore, Niño Divino.
Que pronto estará. No llore mi Redentor,
Porque al oír tanto llanto.
Un gorro le traigo Se me parte el corazón.
A mi S a l v a d o r :
Lo hizo María, 745
Se lo mandó Dios. ¡ Oh día dichoso,
Que todos corremos
E n el cielo h a y u n naranjo Y ansiosos queremos
Todo cubierto de azahar. Al Niño a d o r a r !

(739) Dictado por doña Manuela C. de Rodríguez en Anillaeo (Dto. Castro Barros) en
1938. E n las representaciones que solía hacer la gente de "La Costa, esto eg, de los departa-
mentos de Castro Barros y Arauco, en las noches de Navidad hacía el papel de noticieras.
H e conocido en L a Costa a varias de las niñitas que hoy son señoras ancianas, que
hicieron de noticieras. U n a de ellas es la persona que dictó nuestro villancico.
(740) Dictado por doña María Ocampo en Saiicag (Dto. Pelagio B. L u n a ) .
Debe ser un villancico español popularizado quizás en estos últimos años, por la alusión
al pandero. Nuestro pueblo no dice pandero sino caja,
(742) Este cantar al Niño-Dios debe ser riojano por la sencillez de la idea, por el
eariño a las ovejitas y sobre todo por la alusión al regalo del jergón. No hay paisano, por
pobre que sea, que no use en sn caballo un jergón que le sirve de mandil y de cama ai el
caso llega de dormir en el campo.
H a y jergones primorosamente tejido» que las teleras riojanas venden a tan bajo preeio
que en realidad no compensa ni el valor del hilo de lana usado.
CANC10NEB0 POPULAS DE LA BIOJA 395

746 750
OH, ETERNO VERBO ¡ Oh, planta regada
Con sangre de amor!
Oh, eterno Verbo, Yo también te quiero,
Eterna beldad, Oh, mi Redentor.
Guirnaldas de flores
Doncellas tejieron, 751
Y del Niño hermoso
A sus pies pusieron. ¡Oh, rey de los reyes,
Supremo Señor,
747 Hoy Melchor te ofrece
En oro su amor.
Oh flor de Diciembre,
Mi fresco Jazmín, 762
Sangriento y marchito
Serás en Abril. Ovejita blanca
Se echa a balar,
María con cariños
748 La hace callar.
OH, MI DULCE R E D E N T O R
753
Oh mi dulce Redentor, PASTORES QUE PASTOREAN
Yo te dedico esta flor
Y por ella mi alma espera
Una eterna salvación. Pastores que pastorean
En las orillas del río,
Postrado aquí en este suelo, Venid pronto, venid pronto,
Yo te entrego el corazón, Que el Niño Dios ha nacido.
Y me vuelvo a mi rebaño Bailaremos, cantaremos
Con tu dulce bendición. A la gloria del Dios de Israel.
Préstame, Virgen María, ¡Viva, viva la Virgen y el Niño
Préstamelo a tu Niñito; Y el glorioso San José también!
Para que juegue con él } Nosotras que hemos sabido
Le traigo este corderito. Que el Niño quería fiesta:
Adiós, mi Niño querido, Hubo pastor que rompió
En el cielo te veré: Cien pares de castañetas.
La dulce esperanza tengo
De que yo me salvaré. Bailaremos, cantaremos
A la gloria del Dios de Israel.
¡ Viva, viva la Virgen y él Niño
749 Y el glorioso San José también!
—Oh, Niño hermoso, Nosotros traímos arpas:
¿Qué te daré? Las cuerdas son de oro fino,
—Un amor ardiente Que traímos los pastores
Y una viva fe. Para celebrar al Niño.

(753) Como el villancico N.° 709, este me fué dictado por las niñas Castró en Aimo-
gasta. Seguramente es un cantar español porque la estrofa del coro está en decasílabos y tal
medida de verso no es popular entre nosotros. A m&s la estrofa segunda os netamente espa-
ñola. Rodríguez Marín la trae así:
Los pastores que supieron
que el niño quería fiesta,
hubo pastor que rompió
tres pares de castañuelas. (N.* 6485)
39S J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

Bailaremos, cantaremos 758


A la gloria del Dios de Israel.
¡ Viva, viva la Virgen y el Niño ¿Por qué lloras Niño,
Y el glorioso San José también! Mi dulce bien?
¿Acaso anuncias penas?
La fiesta de Navidad —Belén, Belén.
Viene u n a vez en el año,
Y nos la ha mandado Dios 759
P a r a que nos divertamos.
P U E S Q U E N O P I E N S O DORMIR
Bailaremos, cantaremos
A la gloria del Dios de Israel. —Pues que no pienso dormir
¡Viva, viva la Virgen y el Niño Ni estar en cama acostada,
Y el glorioso San José también! Sufriendo molesto insomnio,
Prefiero estar de velada.
754 —Tú puedes velar si quieres
Pastores y más pastores E n el patio de t u casa,
Se van a recoger leña, E n t a n hermoso p a r r a l
P a r a calentar al Niño, Y fragantes madreselvas.
Que ha nacido en Noche Buena. —Esto es lo que yo he de hacer
Esta noche en la velada.
755
760
Pepita de oro brillante,
Niñito, es t u corazón ¡ Qué linda es la p e r a
Mírame con t u s ojitos, Que está en el p e r a l !
Que debo decirte ¡ adiós! Más lindo es el Niño
Que está en el portal.
756
761
Pobreeito el Niño Q U E L I N D A LA NOCHE
¡Qué frío le h a r á !
Una f razadita ¡Qué linda, la noche,
Muy pronto tendrá. Qué claridad!
Vamos pastores
757 Todos al portal.
P o r primera cuna Este es el pesebre,
Escoge el Señor Este es el portal,
Un establo humilde Del Niño, del Verbo,
Que da admiración. Del Dios inmortal.

(754) Esta copla es española:


Los pastores de Belén
Todos juntos van por leña
Para i-alentar al niño
Que nació la Noche-Buena. (H, M. - N.° 6487)
(759) Dictado por Elsa Orona Asís en la ciudad de L a Kioja.
También debe ser u n pasaje de los cuadros dramáticos de las representaciones de Na-
vidad de antaño.
(760) Suelen variar los dos primeros versos a s í :
¡Qué linda es la palma
que está en el palmar!
¡Qué linda es la uva
que está en el p a r r a l !
(761) Dictado por Anita del Valle Heredia, de 8 años, a quien se la dietó la señora
Teresa Valentini de Carmona en la ciudad de L a Eioja.
CANCIONERO POPULAR DE LA B IO J A 397

E n humildes pajas 766


Reclinado está
E l Rey de los Cielos, Te ofrezco mi gorrito,
Que h a bajado ya. Mi humilde Salvador:
Temblando estás de frío,
¡ E n t a n t a pobreza Llorando por mi amor.
Nace el S a l v a d o r !
Démosle por cuna 767
Nuestro corazón.
Toma, Niño bonito,
E s t a florcita:
Es regalo que te hace
762 La pastorcita.
RETAMA, RETAMA
768
Retama, retama, Tus lindos ojitos
Tendele la cama Dos luceros son
Al Niño Jesús, P u r o s y brillantes,
Que viene cansado Llenos de primor.
De cargar la cruz.
768-a
763
Tus lindos cabellos
Reyes y pastores, Hebras de oro son,
Venid al Portal, Que dan a t u rostro
A cantar las glorias Un. g r a n resplandor.
Al Rey Celestial.
769
764
Un blanco cordero
Santa Ana tuvo a la Virgen, Principia a b a l a r :
Santa Isabel a San J u a n , Con alma y con vida
La Virgen lo tuvo al Niño Volemos allá.
La noche de Navidad. 770
765 UN P O R T A t CAÍDO

Su madre en los brazos Un portal caído


Meciéndolo está De u n pesebre fué
Y quiere dormirlo La cuna y albergue
Con dulce cantar. De Dios en Belén.

(762) Dictada en Anillaco (Dio. Castro Barros) por la niñita Berta de la Vega, do
10 años.
(764) Rodríguez Marín, en Cantos Pcftrulares Españoles, trae esta coplita bajo el
número 6467, así: j
Santa Ana parió a la Virgen,
Santa Isabel a Sari J u a n
Y la Virgen parió a Cristo
La noche de Navidad.
(767) Este cantarcito no es nuestro. Nuestro pueblo no llama pastora a la muchacha
que cuida cabras u ovejas, sino cabrera u ovejera. Sabe, no obstante, lo que es pastor y pas-
tora. Me fué dictado en Vinchina.
(770) Dictado por la señora María Carmona de Funes. Me dijo que lo cantaba con
otras chicas de su tiempo, en la ciudad de L a Eioja.
Este cantar es, indudablemente, de origen español, 7 no obstante haberlo recogido en la
tradición oral, debe de haber salido no ha mucho de algún impreso español. Nuestra gente
nunca dice pienso a la ración de pasto del animal, a mas, no tiene la sencillez de nuestros
villancicos tradicionales.
398 J U J N A L F O N S O C A R R I Z O

El padre y la madre, Alma mía, Dios te llama.


Viendo tal portento, ¡ Oh, no dejes de acudir!
Le cantan y alaban Con su poderosa mano
Con piadoso acento. E l nos ha de bendecir.
Los reyes vinieron Luz divina me rodea,
Tributando al N i ñ o : Y mis pasos g u i a r á :
Oro, incienso y mirra Esta noche en el pesebre
Le d a n con cariño. Habrá paz que d u r a r á .
Los brutos se admiran,
Y dejan el pienso: 773
Lo abrigan al Niño
Con sólo su aliento. Vamos todos los cristianos,
Vamos todos a Belén,
Los simples pastores A ver al recién nacido
Vinieron corriendo Y al patriarca San José.
Creyendo el anuncio
Del Santo Evangelio.
774
Cantará mi lengua
El alto misterio ¡Vamos pastorcillos,
Del hijo enviado Vamos a Belén!
P o r el P a d r e Eterno. A ver esa A u r o r a
Del amanecer.
Con la cruz a cuestas
Dios pasó el Cedrón,
Y llegó al Calvario, 775
Donde al fin murió.
VENID, PASTORCILLOS
771
Venid, pastorcillos,
Vamos con los magos, Venid a adorar :
Vamos a adorar Al Rey de los cíelos,
A Jesús Dios y hombre, Que ha nacido ya.
Que ha nacido ya.
E n rústico techo
772 Abrigo le d a n :
P o r cuna, un pesebre,
VAMOS, PASTORCITAS P o r templo, u n portal.

Vamos, pastoreitas E n lecho de pajas


Que Dios con su a ¡mr Desnudito está
Al cielo nos llama Quien ve las estrellas
Que es patria mejor. A sus pies brillar.

Dejemos, pastoras. Hermoso lucero


A p a r t e el dolor, Lo vino a anunciar,
Y vamos cantando Y magos de Oriente
A adorar a Dios. Buscándole van.

(772) Becogido a las niñas Castro en Aimogasta.


(774) Silvio Eomero, en Cantos Populares do Brasil, página XIV, trae esta eoplita
parecida:
Vinde, pastorinhas,
Vinde a Belém,
a ver ee e nacido
Jesús Noso ben.
(775) Dictado por doña Carmen Herrera en Anillaco en 1938.
CANC10NEE0 POPULAS DE LA BIOJA 399

Delante se postran P a l año la cantaremos,


Dol Bey de J u d á ; Si Dios nos presta la vida.
Oro, incienso y mirra,
Tributo le dan. 777
Sin ricas ofrendas Ya se va mi buen Señor,
No temas llegar, Ya se va mi buen Jesús :
Que el Niño agradece Sólo su nombre nos deja
L;i fe y voluntad. E n el árbol de la cruz.
Del campo las florea 778
Gr-atas le serán Ya suena la caja,
AL que con su risa Ya suena el clarín:
L.is hace brotar. Ya viene la Virgen
Y San Agustín.
Su madre en sus brazos
Moviéndole está, 779
Y quiere adormirse Ya viene la niña,
Con dulce cantar. Ramito i cedrón,
E l ángel responde Trayendo la rosa
Al mismo compás: P a r a el Niño Dios.
Gtoria en las alturas
Y en la tierra paz. 780
Ya viene María
776 P o r el corredor,
Ya se acabó la alabanza, Trayendo la aloja
Ya se acaba, vida mía. P a r a los cantor ( s i c ) .

AÑO N U E V O PACARI
781 12—Belén, Belén llastampi
13—Yscay sua chaupimpi
1—Año nuevo pacari 14—Dios y anchi pacari
2—Niño Jesús eanchari 15—Caucha suma suyanca
3—Yntitapa llallerpi 16—Mamay, Virgen santísima
4—Collor llallir llallerchi
5—Beloy quita quitchari
6—Canchar pallor sinki 17—Pincharca nitinco
7—Coriante sucampi 18—Santo y a y a nipunco
8—Corona quilli pipia 19—Ostralla y ostralla
9—Mamay Virgen santísima 20—Collor y Hallar chorcanki
21—Caina y chimpa Niño Jesús
10—Beleneio Belencio 22—Caina y chimpa rosa sisa
11—Belén rosa sachampi 23—-Mamay Virgen santísima

(781) Esta versión del cantar al Niño Alcalde, me fué dictada en Aminga por doña
Ménica de la Vega, señora de más o menos 60 años, en 1938. Doña Mónica sabía de memoria
eete cantar y a más lo tenía escrito en un cuaderno viejo de donde los vecinos sacaban copia.
Allá por 1890 ó 1898 —dice doña Mónica— lo copié de un cuaderno en donde el cura de
Castro Barros, presbítero Lorenzo Luis de Cabrera, lo tenía asentado de su puño y letra.
A estar a los recuerdos de doña Mónica, el referido cura párroco trajo a Aminga desde
La Eüoja la devoeión, la imagen y el cantar del Niño Alcalde.
Doña Francisca de Ocampo, anciana de 83 años, y doña Jacoba, otra señora de avan-
zada edad, y la distinguida vecina doña Eamona Pizarro de G-ordillo, dicen que el cantar y
la devoción son de data inmemorial.
400 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

24—Cáliz piti y arqui 74—Chacay suma cielo altarpi


25—Vino ninqui chuman 75—Jesús yaya y u y a r c a r p i
26—Jesucristo yayanchi 76—Tucoy mundi churimpa
27—Chay suma y yayanchi 77—Bendición t a n quichua puspa
28—Caina y china pa Niño Jesús 78—Mamay Virgen Concepción
29—Mamay Virgen santisima
30—Caina y chimpa rosa sisa 79—Coris con p u t a y
31—Mamay Virgen santisima 80—Quichari y musai
32—Nampachi p; cari 81—Ignon chireay
33—Virgen mama maitarinki 82—Chinehin guasón
34-—Jerusalen y a y a r k i 83—Chaquin quimpi Jesucristo
35—Crusta llaspa facillasta 84—Chaquin quimpi clava costa
36—Caina y chimpa Niño Jesús 85—Caina chimpa Niño Jesús
37—Caina y chimpa rosa sisa 86—-Caina chimpa rosa sisa
38—Mamay Virgen santisima 87—Mamay Virgen santísima

39—Atarilla y mamalli 88—Ana ñ a n t a cancharispa


40—Jesús yaya tamasca 89—Niqui llanta picha puspa
41—Caina y chimpa Niño Jesús 90—Mamay Virgen Concepción
42—Mamay Virgen santisima
91—Nombre Jesús Jesús María
43—Perú manta pantan 92—Caneanpuna su mariqui
44—Coscoro ñ a n t a n p a n t a n 93—Ana pacha santísima
45—Callis caymi;an 94—Mamay Virgen Concepción
46—Igno santo yayanchi 95—María chimiri pusa cuna
47—Caina y chimpa Niño Jesús 96—María trompeta pusa su punki
48—Caina chimpa rosa sisa 97—Mamay Virgen Concepción
49—Mamay Virgc n santisima 98—Mamay Virgen Jesús m a m a y
99—Caimi canqui Jesús mamay
50—Ataririncha "iricurunay 100—Sapallasta Diosta guacha
51—Ataririncha i incoscurinayna 101—Faileo faijeona
52—Nan Cristo yay llauserison 102—Santullai, fcantullai, santullai
53—Achalay mi santo chai mi 103—Yacui-chita tincuri
[canqui 104—Santullai, santullai, santullai
54—Achalay mi Virgen chai mi 105—Mamay Virgen Concepción
[canqui
55—Timpullaspa timpollaspa 106—Aivarisun, aivarisun, aivarisun
56—Nequillanta p 4 cha puspa 107—Amorin carina cusuna
57—Mamay Virgen Concepción 108—Aivarisun, aivarisun
109—Mamay Virgen Concepción
58—Acuriso, acur son
59—Alférez t a n guasillan 110—Nuestra señoray Copacabana
60—Iglesia maipusa musa 111—Chay suma milagro quitay
61—Procesión pulían siñampa 112—Tagua sumari
62—Mamay Virgot Concepción. 113—Achalay mi santo chay mi canki
114—Achalay mi Virgen chay mi
63—Señor San Pe 1ro yayalli [canki
64—Puncullai qui'a quichari 115—Ay chiquitita Mariquitay
65—Mamay Virgo a tancagua [ señoray
66—Mamay Virgen Concepción 116—Yayalli santisima sacramentoy
[señoray
67—Jesucristo yayanchi 117—Chayor mayor patai Jesucristo
68—Chay cruspi huañoranqui [yayorcan
69—Callen callen yuchachi 118—Achalay mi santo chay mi
70—Hucho sopa en araico [canqui
71—Caina y chimpa Niño Jesús 119—Achalay mi Virgen chay mi
72—Caina y chimr a rosa sisa [canqui
73—Mamay Virgea santísima 120—Mamay Virgen Concepción
LAMINA XXIV

Imagen de San Nicolás de Harl (San Nicolás negro),


venerada en La Bioja :tl parecer desde el siglo X V I I . Fué coronada
solemnemente el 2!* de junio de 1920.

El Pbro. Dr. J u a n Cario* Veía Val lej o al dedicarle su precioso libro Fiestas de San Nicolás,
lo hace con estas palabras llenas de filial t e r n u r a : A nuestro padre y patrono el glorioso
San Nicolás; acaso con estas mismas palabras lo llama todo el pueblo riojano agradecido.
L a imagen tiene 144 enis. de altura y está talladaf en cedro, al parecer en el Perú.
El obispo Monseñor Abel Bazán n a r r a en esta preciosa página uno de los muchos milagros
operados en L a Kioja por intercesión de San Nicolás: Hermosa entre todas es la siguien-
te narración hecha el dos de enero de 1906, dos días después de su llegada a La Bioja,
por doña María Mercado de Andrada, de cuarenta y tres años da edad, domiciliada en Vi-
chigasta, quieni en compañía de su hijo José Santos, de seis años, viniera a las fiestas en
cumplimiento de una promesa.
Su esposo no le había permitido que viniera a pie, según era su promesa, por encontrarse un
tanto enferma, pero ella a corta distancia efe Vichigasta, bajóse de la muía en que venía
por no creer j>oder cumplir de otra. mancra\lo prometido, dejándolo al niño en la cabal-
gadura.
Como a las seis leguas díjole el niño que tenía hambre y en Consecuencia se detuvieron un
momento a descansar, bajaron las alforjas del avío y desenfrenando la mnla, pusiéronle
una lonja o cabestro pora que cómodamrnt. pudiera pastar.
F.n esto, cantinela í(ji interesada, el animal si ispauto. yo no sé de quv y --ale disparando. ) <•
sin saber tfiié hacer, desesperada y tomándome: la cabe-a, exclamé: dundo aritos: ¡Pudre
mío. San Xicolás! ¿Será posible que uq-uí pereyeamos con mi hijilo.' ¡ Ayúdame, Pirare
mío; nada me- importo morir yo. pero por qué lia. de perecer tste pobre inocenli . este
anycHlo! Y diciendo eslo < tirria detrás de la muta por rer si podía ala jarla. Andaría co-mo
dos cuadran y a Ion //idos- del niño que tenía miedo de (/lindarse nido en medie/ del cuín
po. ture </•«(• rolrer a lomarlo. y junio.* sci/uimos Iras dt la mida, que idealizamos por f'u
romo a his diez cuadras. El animal estaba parado, pero bastante avispado, llodcando por el
lado opuesto mi hijo pudo tomar la lonja. Al volver yo. lirondo la nuda por el catastro
Inicia el luipiy donde habíamos dejado las alforjas, le pregunté M estaba ca unido j / él -me
contestó que sí. ¡ I'obu cHo. es tan '•Itiquito, cómo ,<o había de cansarse.' ¡AHIJO le dije: y
el MOCITO, hijilo. ¡•dónde está' Isi SÍ llamaba un perrito que nos acompañaba y </»'-'
nos seiría mucho ¡loripn teníamos que pernoctar < n el campo. ¡Al nanos TOHKAlil A si
tilt/uitii si nos aei realiii ' y ti niño me contenió; Ahí quedó parado al lado del hombre
t/tit -nos alajií la mida. Qué ¡tambre. Id jilo, le replico, /•'se, mamila, que nos atajó la muía.
¡ Ai/. Señor.' ¡('mutilo pensar que nuestro Padre lian Xicolás, que es tan bueno y poderosa,
podrió ser! Vea. s> ñor, leitqo qu<> conftsarle; creí en mi ii/itorancia, como SAPI'.N
decir que ¡tai/ ilueudes, que fuese el duende, Y llena de miedo, le dije: ¡Cállale, hijilo,
que no ha de ser nada.' Y este pobre aut/i)ilo coma es tan obediente y ton inocente ~ ¡no-
que así es. señor Vicario. biunilo, obediente y nunca SAHP porfiar— se calló y no no-
dijo más.
Después siyitimos nuestro camino, haciéndolo yo siem¡iri a ¡>¡i por ser asi mi promesa, su
friendo muchísimo y durmiendo solitos en la tierra, ¡tanto que llcyamos el sábado. Inme-
diatamente m<: riñe a la iylesia a cisilur a nuestro Padre San Vi colón. V puesta de •rodi-
llas cerca de la baranéiilla del eomidqatorio. 1<: dije al niño ipie estaba a mi lado, JIIOS
erándole il Corazón de Jesús del altar mayor — p o r q u e el niño es COFBADTTO del Cora-
zón de Jesús—, í'.s- Tata ¡>ios, el Corazón de Jt sus que tú conoces, rerale un BENDITO,
lil chico púsose a rezar, pero yéndosele los ojitos a la iiqui* nía. donde i ataba nuestro
Padre San Nicolás, y sin poderse ya con lene r. ra a creer, seítoi-, que ahí no man me
dice: Pea, mamita, ése. indicando a nuestro Padre, ése. es el hombre que nos atajó la
mulo. /Qué dices, criatura?, le interrumpo yo, medio ¡alada por lo que acababa de oír.
V él un ri pite olra ce.:: Ese. ése es, manota, el hombre que no.^ atajó la muta; asi era
con I'Kjl'ITO. Pea. señor l'oario, es en anijelilo isla criatura , y se refería a la mitra
que lian puesta tute si, o J'adn y que él no conoa lodariti y no swibi' cómo llamarla.
Y m i e n t r a s esto c o n t a b a l;i m a d r e , i'j niño u n t e s s c r i e r i t o y r e t r a í d o se s o n r e í a d e l a n t e de los
q u e e s c u c h á b a m o s ];i n a r r a c i ó n . Y al i n t e r r o g a r l e y o .-i r e a l m e n t e h a b í a v i s t o a esei hombre
con piquHo (jue le h a b í a a t a j a d o la m n l a . ( o n t e s t ó q u e sí. ím'e- ron la c a b e z a (pía con JOS
labios.
T e r m i n a d a la n a r r a c i ó n , t o d a v í a la i n a d i e . ¡mes lo h a c í a t a m b i é n d u i n u t e . ella, a c a r i c i a b a
t i e r n a m e n t e al n i ñ o , s e c á n d o s e las l á g r i m a s y d i c i é i i d o l o : ; ¡'¡•lho*oi m> hijilo. que ¡ni visto a
nuestro Padre '. ¡Si es un aneplito inocente, él sólo ¡o ha jmdido rer. /uro yo. ¡qué lo habió,
de ver, señor, si soy tan carqada de culpas! 1'uUduus, q u e c a l d e a d a s , b r o t a b a n de i-us la
liios con. u n a e s p o n t a n e i d a d a s o m b r o s a y que. el chico s e m i s o n r i e i i r e e s c u c h a b a con ese
c a n d o r i< inocencia p r o p i o s tic ios n i ñ o s {¡'ida dt San Xicolás di ¡tari. | á^-. 2"!»).
CANClQN1 EO rOPULAE DE LA RIO JA 401

781-a 45 Cáliz piti y arki


Vino ninki chumanki
AÑO NUEVO PACARI Jesucristo y a y a n k i
Caina chimpa Niño Jesús
Año nuevo pacari Caina chimpa rosa sisa
Niño Jesús eanchari 50 Mamay Virgen santísima
Intitapa llallerpi
Collor lallir llallerchi Nampaehi pacari
5 Beloy quita quichp-ci Virgen mama maitarenki
Canchar pullor sinqui Jerusalen yayanchi
Coriante sucampi Crusta llaspa facillasta
Corona quilli pipía 55 Caina chimpa Niño Jesús
Mamay Virgen santísima Caina chimpa rosa sisa
Mamay Virgen santísima
T) Beleneio Beicneio Atarilla, atarilla iniamalli
Belén rosa sachampi Jesús yaya tamasca
Belén, Belén lJastamiñ 60 Caina Chimpa Niño Jesús
Inca sua ychampimpi Caina chimpa rosal sisa
Dios y anchi p a c a r i Mamay Virgen santísima
1:> Caucha sumaj suyanqui
Mamay Virgen santísima Perumanta pantan
Coscoromanta p a n t a n
65 Caimi callir caimiean
Jesucristo yayanchi
Imán santo yayanchi
Chay sumaj y a y a n k i
Caina chimpa Niño Jesús
Caina chimpa Niño Jesús
Caina chimpa rosa sisa
21 Caina chimp& rosa ¿isa Mamay Virgen santísima
Mamay Virgen Concepción
70 Atari rinehi rinca r u n a i
Sumaj caspi bendizca Atari rinehi coscoronai
Pinchar Hollar charcanki Noi cristo y a y Uauserison
Tucui mundi churimpi Taris paseua y recibicuson
25 Bendición tan kieharpuspa ¡ Achalay mi santo chai mi c a n k i !
Caina chimpa Niño Jesús 75 Achalay mi Virgen chay mi canki!
Caina chimpa rosa sisa
Mamay Virgen santísima Timpu llaspa timpullaspa
Nequillanta pinchar puspa
Jesucristo yayanchi Mamay Virgen santísima
30 Chay cruspi huañoranki Acuriso acuriso
Mucho saparos en Arauco 80 Alférez tan guasillan
Callen, callen yuchachi Ierlesia maipusa musa
Caina chimpa Niño Jesús Procesión pulían sinampa
Caina chimpa rosa sisa Mamay Virgen santísima
35 Mamay Virgen santísima Señor San Pedro yayalli
85 Puncullan quita quichari
Pincharca nitinco Virgen mamay tancagua
Santo yaya nipunco Mamay Virgen Concepción
Pincharca nitinco Ana ñ a n t a cancharispa
Castilla paloma nipunco Nequillanta pincharpuspa
40 Ostralla y ostralla 90 Mamay Virgen santísima
Collor llallor chorcanki Nombre Jesús, Jesús María
Caina chimpa Niño Jesús Chaca puna sumarinki
Caina chimpa rosa sisa Anapacha santucuna
Mamay Virgen santísima Mamay Virgen Concepción

(781-a) E s t a versión me fué proporcionada por la niña María Olga Nieto, de 15 años,
en \ m i n g a . La conservaba en una copia hecha por SUB bisabuelos en el mismo lugar.
Conviene observar que María Olga, como las otras niñas que recitan este cantar, dicen
Conoepición y no Concepción, como si mecánicamente reprodujeran una vieja pronunciación.
26-11
402 JUAN A L F O N S O C A B B l Z O

95 María eiiniri pususucuna Belencio, Belencio


María trompet i pususu p u n k i Belén rosa sachampi
Mamay Virger Concepción Belén Belén llastampi
Iscay soga chaupimpi
Mamay Virgen Jesús mamay
Caimi canqui Jesús mamay 20 Oyayanchis eausaris
100 ¡Achalay nto chay mi canki! Cainan chimpa Niño Jesús
¡Achalay mi Virgen chay mi canki! Cainan chimpa rosa sisa
Mamay Virgen Santísima
Ay varisun, a;T varisun, ay varisun Mamay Virgen Jesús mamay
Amorin casTina cusuna
¡ Ay varisun, a y varisun, ay varisun 25 May fai león
105 Mamay Virge L Concepción! Caimi canqui Virgen mamaichi
Sapayistay ostas gusehancanquis
Nuestra señora Copaeabana Faileo faileoran
Chay sumaj n ilagro quitay A y varisun ay varisun
Tagua sumaria 30 Nan Cristo yayanchi
Achalay mi s; nto chay mi c a n k i ! Yosirisun tarispascuas
110 ¡ Achalay mi Virgen chay mi canki! Muehari puson
Nuestra señoray Copaeabana
Chay arco ma yor patay
Llaman Cristo y a y a r c a n Chay suma milagro quitay
Achalay mi sunta, chay mi c a n k i ! 35 Rinea samuni
¡ Achalay mi Virgen chay mi canki* Achalay mi Virgen cai mi canqui
Achalay mi santo cai mi chucanqui
115 Santa María sonto y sacramento
Señor ay ay más chiquitita Ataririscay mi eoscoronay
Mariquita y s-eñoriay, señoriay Ataririscay ririncaronay
40 Nan Cristo; yayanchis
Iosirisun taris pascua
Muehari ptison
781-b Achalay mi Virgen caimicanqui
Achalay mí santo eay michucanqui
Año nuevo pacari
Niño Jesús cunchari 45 Anas pachay angelcuna
I n t i llalli llallincho H u a h u a y quita sipusag
Coillo, coillo sapallasta Tincullaspa tincullaspa
5 Chaqui quimpi Jesucristo Procesiontarion sinampa
Chaqui manqui elavacorquis Cainan chimpa Niño Jesús
Mamay Virgen Santísima 50 Cainan chimpa rosa sisa
Mamay Virgen Jesús Mamay Mamay Virgen santísima

Beloy quita «juicharis Sumac easpi labras caspi


10 Coronanquis llipi llipis Pinchu Uamai llocercanqui
Santísimo lia lanchi Tueui mundo churimta
Jerusalen maitarenca 55 Bendicosta huichacuspa
Huequen llanta pichapuspa Mamay Virgen Santísima
Chay sumay¡ huanerquita Achiquita Mariquitay señoriay
15 Mamay Virg< n Santísima Ay santoy sacramentoy señoriay

(781-b) Esta versión me fué dictada en Suriyaco (Dto. Pelagio B. Luna) en 1940
j or don Roque L. Q levedo, hombre de cierta cultura, de 65 a 70 años. La había aprendido en
na juventud a los cisqueros de cuanta, en las fiestas del departamento, llamado antes Valle
^'icioso, después Sai Blas de los Sauces y ahora Pelagio B. Luna.
Lo cantaban ICÍ haiyes: en Navidad para el Niño Dios; el primero de año para cele-
1 rar a San Nicolás, vicepatrono de La Eioja y el 3 de febrero, para San Blas, patrono del
(¡epartamento, que como digo, se llamaba San Blas de los Sauces.
CANCIONERO FO PU LAE BE LA RIOJA 403

781-c Tucoy mundi churimpa


Bendición t a n quechua puspa
Año nuevo pacari Mamay Virgen Copacá
Niño Jesús c a n c h a n Ay Chiquititay Señoría yayalli
Inti tapa llallerchi 40 Santísimo Sacramento y Señoriay.
Collar llalli llallerchi
f> Beloy quita quichari
Canchar pallor sinki 781-ch
Coriante su campi
Corona quilli pipia Año nuevo pacari
Mamay Virgen Santísima Niño Jesús canchari
1(' Beíencio, Belencio Turtillalli Uallincho
Belén rosa Sachampí Corollalli llallineho
Belén Belén yastampi 5 Vel quita quichares
Iscay sua ehaupimpi Cancha fallo cinche
Dios yanchi pacari Coronta y cucunqui
Corona y quellillipia
15 Achalay mi Santu Mamay Virgen Copacá.
Chaimin canqui
Achalay mi Virgen
Chaimin canqui 10 Jesucristo yayanchi
Cimpullaspa cimpullaspa Cha supi guamurosca
Mucha sapa p r u n a r a u c o
Calli, ealli guaso chipa
20 Mamay Virgen Copacá Calli piti y asea mino
Mamay Virgen Copacá 15 Mamay Virgen Copacá.

Acuriso, acuriso Chhuschancay, chuschancay


Alférez t a n guasillon Corallalli y chuschanca
Iglesia may pusa musa Sintura y sintura
25 Procesión pulían ciñampa Belencio Belencio
Mamay Virgen Copacá 20 Beley rosa sachaga
Beley, Beley santísimo
Achalay mi Santu Caimincanqui Santísimo y sacramento
Achalay mi Virgen Caimincanqui M a m a y Virgen Copacá.
Jesús Crista yayanchi
30 Chay cruspi guañoranco Yaehallay mi Virgen
Callen, callen yuehaschi 25 Yaehallay mi santo
Ichay mi canqui
Caimay chimpa Niño Jesús Iglesia t a n musa musa
Caimay chimpa Rosa sisa Y alférez t a n guasillampe
Mamay Virgen Santísima Cualquier cruza recibiste
35 Chaeaysuma eielo altarpi SO Guacha, guacha, guacha

(781-c) A esta versión la tomé del librito titulado Las Fiestas de San Nicolás, en la
ciudad de La Rioja, del presbítero doctor Juan Carlos Vera Vallejo, que, a BU vez, la tomó
de a tradicin oral de un Inca o encargado dé perpetuar la tradición del cantar y de las
ceremonias del caso, en 1930 (pag. 53).

(781-eb) Esta versión me fué dada ya escrita por la señorita Manuela Espinada,
ma< stra de la escuela Nacional N.° 9, de Vinchina (Distrito Pueblo) en 1940.
La señorita Espíndola conservaba esta copia desde 1900, año en que su abuelita, doña
María Páez, la dictó. Es la versión que cantaban en Malligasta a fines del siglo, porque en
Malligasta como en el Valle Vicioso o San Blas de los Sauces (Dto. Pelagio B. Luna), en
Arninga y en la capital la cantaban en ocasión de las fiestas religiosas de año nuevo.
404 J U A N A L F O N S O C A B R I Z O

Con frailero frailero orau 35 Con frailero, frailero oran


Más chiquita y calderona Más chiquitita y calderona
Y señoriay mama Y señoria hay mama
Y t a t a guaso. Y t a t a guaso.

781-d 781-e

AÑO NUEVO PACARI AÑO NUEVO PACARI

Año nuevo pacari Año nuevo pacari,


Niño Jesús canchari Jesús niño canchari = .
Turtillalli llal lincho Tintillalli, llallincho,
Corollalli llal'incho Corollalli llallincho;
5 Bel quita quic hares 5 Belo quita quichares,
Concha fallo inche Concha fallo cinche;
Coronata y ei cunqui Coronata y sucunqui,
Corona y que üillipia Coronay que llipipía.
Mama y virgt n copacá
10 Mama y virge i copacá. Mama virgen copacá
Jesucristo ya; anchi 10 Mama virgen copacá.
Cha supi gu a miróse a
Mucha sapa p r u n a r a n e o
Jesucristo yayanehí,
Calli, calli guaso chipa
Chay supis guañurosca
15 Calli piti y a^t*a mino
Calli, calli guaso c h i p a ;
Mama y virg< n copacá
Calli, piti yasca mino.
Mama y virg< n copacá
15 Misqui mino chumarasca
Chuschancay chuschancay
Santísimo y sacramento
Corollalli y chuschanca
Chuschancá y chuschanca;
20 Sintura y sin ura Corollalli y chuschanca;
Tintillalli y sintura Mucha sapa r h u m a r a u c a ;
Belencio, belencio 20 Calle, calle guaso chipa.
Beley rosa sachanga Mucha sapa r h u m a r a u c a ;
Beley, Beley : antísimo
25 Santísimo y sacramento
Mama y virge n copacá Mama virgen copacá
Mama y virgí n copacá. Mamá virgen copacá.
Yachallay mi virgen
Yachallay mi santo Belencio, belencio;
30 Ichay mi eanqui 25 Beley rosa sachansa;
Iglesia t a n m isa musa Beley, beley, santísimo;
Alferes t a n guasillanipe Sintura y s i n t u r a ;
Cualquier e n z a recibiste Tintillalli y sintura
Guacha, guacha, guacha Mama virgen.

(781-d) A esta sexta versión la publica don Perfecto P. Bustamante en su Girón do


Historia, página 71.
No dice Bustamante de dónde la tomó, pero es de suponer que lo hizo de la tradición
oral del pueblo de Famatina, de donde era asiduo visitante y casi vecino.
(781-e) Esta Bíptima versión es la publicada por don Carmelo B. Valdés en Tradiciones
Biojanas, página 39. Al parecer fué reeogida a recitadores de la ciudad.
Tuve oportunidad de oír este largo cantar algunas de las noches comprendidas entre
el 21 de diciembre de 1937 y el primero de enero de 1938. Lo entonaban tres hombrea re-
lativamente jóvenes : 1 compás de una melodía tristona y monótona que se pega en seguida
al oído.-
CANCIONERO POPULAR DE LA MIOJA 403

J2n el interior del templo y a pocos pasos de la puerta lateral derecha cantan el Inca
y sus dos acompañantes el largo cantar: Año Nuevo pabari<
406 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

Como el eminente escritor riojano, doctor Joaquín V. González (1863-1923), es quien ha


estudiado con más profusión de detalles las circunstanciáis en que se canta el Año Nuevo Pacari
y a más él ha tenido la suerte de consultar a viejos Incas, transcribiremos sus noticias por
más fehacientes que las otras conocidas hasta ahora. Así tendremos una viBión histórica y
folklórica de la fiesta que le sirve de marco al cantar.
La reseña del doctor González a que nos referimos es la que figura en el capitule VII
de su obra inmortal Mis Montañas, titulado: El Niño Alcalde. Dice así: Las fiestas del
patrono. La dinastía Nina. El niño alcalde. La procesión.
Durante aquella permanencia (de adolescente en la ciudad de La Mioja) pude observar
y grabar en mi memoria las costumbres populares transmitidas por la religiosa educación
colonial, mantenido aún con sello primitivo, sin que los progresos recientes de la enseñanza
hayan podido todavía borrarlas del todo. No ha habido tiempo para la evolución transfor-
mista, porque el orden de las instituciones puede decirse cimentado sólo desde 1870, aunque
hubiere cortos períodos de gobiernos cultos antes de esta fecha.
Las fuerzas de las leyes sociológicas, las influencias de la historia y de la naturaleza,
obran con vigor intenso todavía en aquella pequeña sociedad, que crece lentamente en medio
de un aislamiento relativo. El elemento criollo apenas ha recibido una mínima porción de
mezcla desde su nacimiento; manticnense vivas las huellas de la antigua cultura, con sus
ideas, sus hábitos y sus tradiciones, que se traducen en sus fiestas y en los diversos aspectos
exteriores de su vida. Esta refleja el pasado, en cuya fisionomía se ve la influencia profunda
que ejerció en ese pedazo de nuestro territorio la conquista religiosa.
Resto curiosísimo, reliquia viviente de aquellos tiempos nebulosos se conserva una fiesta
popular semibárbara, pero conmovedora a la ves, que con, singular entusiasmo celébrase el
primer día del año. Es la rememoración tradicional del suceso que más interesó el espíritu
infantil de los nativos, la conversión de las tribus que disputaban a las armas españolas
el dominio del valle, donde habían levantado la primera muralla de la futura ciudad de
Todos los Santos de La Nueva Moja. Siempre tras del general venía el sacerdote, tras de
la espada la cruz, tras del estruendo de los combates el rumor suave de la palabra del mi-
sionero, que trueca en dócil esclavo al guerrero de piel desnuda y de instintos indomables.
Las expediciones militares de los generales Ramiro de Velasco y Luis de Cabrera, fun-
daron los muros de una ciudad; pero sólo el auxilio de la predicación despejó los peligros que
mantuvieron en perpetua agitación a sus moradores, reduciendo a la obediencia a los bravos
diaguitas que los combatían desde la llanura, y a los feroces calchaquíes que los aterraban
desde las montañas.
¡Quién y cómo obró el prodigio de la conversión en masca de esas puebladas nómades,
cuyas artes guerreras tenían tantos recursos de destrucción? Allí\ están todavía palpitantes tos
recuerdos en li memoria de los ancianos que colora con relatas pintorescos y con fiestas
llenas de anidación, las descarnadas páginas de las historias' doctas de los Lozano y los
Guevara.
Existe en la ciudad una institución que recuerda y explica aquellos sucesos lejanos:
es la dinastía político-religiosa de los Nina, quienes conservan el derecho de celebrar la gran
solemnidad de la conversión realizada por San Nicolás de Bari, auxiliado milagrosamente
por el Niño Jesús en un momento supremo. Los padres jesuítas dieron forma litúrgica y so-
cial al hecho histórico, organizando una cofradía de indígenas devotos al milagroso apóstol
y a su divino protector. Eligieron el más respetable de los indios convertidos, y lo cubrieron
con la investidura, regia de los Incas; diércmle el gobierno inmediato de todas las tribus so-
metidas y el caráctí r de gran sacerdote de la institución, como un trasunto del que revestía
el emperador del Cusco. Los caciques obtuvieron el nombre y oficio de ALFÉRECES o ca-
balleros de la improvisada orden, especie de guardia montada que obedece idealmente al
Tatñarca conquistador.
Doce ancianos llamados COFRADES, forman el Consejo de aquella majestad extraña,
como el colegio de los Sacerdotes, que asistía a los reyes del Perú. Viene en seguida la clase
popular de los ALLIS, u hombres buenos, que son los que reconociendo la dignidad real
del Inca, y adictos a la festividad del Santo, dedícame al culto y a la devoción del Niño Dios,
erigido, según la tradición, en <s Alcalde del mundo ». Se le llama el NIÑO ALCALDE, y
San Nicolás es sa lugarteniente en la tierra.
Cuentan los archivos orales de aquella curiosa monarquía, que los caciques fueron con-
vertidos por San Nicolás en sus peregrinaciones por los cerros del Oeste, y que, sublevadas
las masas de indios por no consentir en aquel sometimiento de los jefes, hubo de producirse
tremenda catástrofe, cuando empuñando una vara de alcalde, vestido con el traje e insignias
de este título en aquella época, destellando luces celestiales, irradiando sus ojillos azules y
brillando stt cabellera rubia, se apareció en medio el Niño Jesús, como la historia lo repre-
senta cuando predicaba entre los doctores incrédulos. La fascinación fué repentina, el en-
canto deslumbrador, y como fieras magnetizadas cayeron de rodillas los rebeldes ante aquella
varita, levantada en alto por un alcalde de doce años.
El hermoso Niño bendijo aquel concurso que le adora con terror y emoción; el atribu-
lado apóstol le besó los pies, porque la aparición sublime e inesperada le dejó atónito y
transportado de divino fervor. El maravilloso Alcalde le tocó con su mano cubriéndolo de
gracia; y después de pedir para sí los caciques y de cederle la chusma innumerable, como un
CANCIONERO POPULAR DE LA RIOJA 407

•premio por su heroísmo y una confirmación :de $u valimiento, desapareció en el espacio, de-
jando en el ambiente un suavísimo perfume como de vaso sagrado, y una estela luminosa
como la de una estrella que rueda en la noche. La belicosa asamblea cambió el aspecto tosoo
y gruñidor por el de la más sumisa devoción, y fué a deponer sus furores y sus armas a
los pies del Patriarca, ante cuyo poder de hacer prodigios hubieron de convencerse de qu6
lo lucha era inútil y que sus propios dioses le protegían de manera tan visible.
Los jesuítas, he dicho, recogieron aquel suceso para darle forma tangible y práctica
en el gobierno y en la religión; para combinar los elementos salvajes con los cultos de
at/uella leyenda, y para hacer entrar en la obscura conciencia de los indios la idea de las
dos potestades que gobiernan las sociedades humanas. La idea del Niño Jesús convertido
en Alcalde del Mundo, es algo que sale de los límites de una invención vulgar y sencilla;
despierta trascendentales raciocinios, proyectando desarrollos vastísimos en el orden de las
reflexiones filosóficas. '.
El municipio fué la primera forma de gobierno civilizado que conocieron las poblaciones
aborígenes; fué la que encontraron sus descendientes mestizos y en la que se educaron los
hijos de los conquistadores nacidos en la tierra conquistada. Unir el pensamiento religioso
con el pensamiento político, en aquella fórmula material del Redentor de los hombre^ tima
úv.ica de la Iglesia, era plantear ya el secular problema del gobierno católico, transplan-
tado a la América en medio de la efervescencia de la lucha del viejo mundo; y era sentar
las bases, los puntos de partida de los futuros gobiernos hispanoamericanos.
Pero vamos a la. fiesta, a contemplar la obra de la fe y de la tradición que la trans-
mite y la vigoriza a través del tiempo. Mucho antes del primer día de enero, las señoras se
ocupan de los adornos de la imagen de San Nicolás, el santo de ten morena que atestigua
sus largas peregrinaciones por los desiertos. Colocado bajo un dosel de flores doradas y
' blancas de reluciente esmalte, ostenta sus vestiduras de raso, la túnica y la capa bordadas
primorosamente y rodeadas de flecos de oro; la corona de plata y la vara que termina
en una flor como un lirio, y los encajes finísimos que muestran sus orillas sobre los pies
de madera pintados de negro. La ciudad comienza a animarse porque van llegando los vi-
sitadores, devotos y promesantes de todas partes de la provincia y fuera de ella, a asistir
a la festividad legendaria, en la que todos eáperan conseguir los dones suspirados para sus
hogares y haciendas, y para alivio de las dolencias que no pudieron curar con la medicina
de ellos conocida, ni con el auxilio de brebajes consagrados con rezos y con signos de una
cabalística extraña. En otra casa se prepara y se viste al Niño Alcalde sobre su pedestal
sin dosel, porque tiene el inmenso, el inconmensurable del cielo, donde domina como dueño
absoluto.
Allá en un rancho miserable, el Inca descuelga el tambor tradicional, y comienza a
dar fuertes golpes llamando a su corte, que congrega sólo una vez en el año; y llegan a
acompañarle los cofrades vestidos con ío mejor, adornados con diademas o huinchas de las
cuales suspenden cintas de colores, y llevando pendiente del cuello, sobre el pecho, un col-
gajo en donde han colocado espejitos de vario$ tamaños, como queriendo significar que por
allí se ve el corazón. j
La imagen del santo se halla expuesta en una sala, donde el Inca, seguido de su corte
pintarrajeada, como esos coros de óperas representadas por artistas famélicos en un tuga-
rejo de provincia, penetra por primera ves a presentar el anual homenaje. Los cofrades, los
allis y los promesantes, son los que hacen séquito, todos vestidos con trapos de colores, con
papeles de esmalte y con piezas dé vidrio qiie, según he deducido, llevan como reliquia*
imaginarias. Los alféreces han ido a formar ta guardia de honor al pequeño Alcalde, que
pasa sus vísperas en la Iglesia Matrie. El dia siguiente, el primero del año, es el de las
grandes emociones; el gentío comiente a agolparse en el atrio del templo donde está el Niño,
donde se celebra la misa solemne con asistencia de todas las personas reales, con cantos
escritos en lengua quichua, cuya letra es conservada y transmitida por el Inca a sus suce-
sores legítimos. Allí tienen un sitio preferente y una parte designada en el ceremonial.
Cuando ha sonado la hora meridiana, se ve asomar a la plaza mayor dos grandes grupos
de gente: uno sale de la iglesia tras de la imagen del Niño Alcalde, y otro detrás del Santo
Patrono, y ambos se dirigen a «n mismo punto, a encontrarse enfrente de la casa del go-
bierno de la Provincia.
El sol abrasa la tierra, y del fondo de aquella masa de gente surgen llamas de fuego
impregnadas de ese olor peculiar a loe grandes, agrupaciones. ¡ Qué hermoso, qué risueño,
qué majestuoso viene el Niño, haciendo vibrar los flecos de oro de su casaca de terciopelo
negro! ¡Qué bien lleva y con cuánta gracia la gorra con plumas de color del azabache, encima
de su cabecita dorada como un manojo de espigas! ¡Con qué donaire cuelga la capita sobre
sus espaldas, y con cuánta majestad e imperio empuña aquella vara con que a los hombres
señala el derrotero de la vida, a los reyes obliga a inclinar la cabeza, a los mares se-
rena y a los truenos impone silencio!
Las mujeres del pueblo se apresuran, se \ aprietan, se apiñan y estiran el cuello para
verlo mejor; alean en brazos a sus hijos para\ que reciban un destello de esos ojos celestes,
de donde creen, en su inocencia primitiva, que van a obtener la divina unción y la salud
del alma y del cuerpo. Y aquellos ojitos pintados en la madera pulida, rodeados de negras pes-
tañas, están inmóviles y nada dicen en verdad; pero ese pueblo fascinado por la belleza de
408 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

ti graciosa imagen, e figura verlos movedizos, repartiendo miradas que son bendiciones, y
>ree ver sonreír sus labios encarnados, como si se sintiera satisfecho de la piedad de los
levotos. Una música de violín y tamboriles rústicos, ejecutada por artistas criollos, marca
11 pausado compás d • la marcha con sonidos apagados e intermitentes, que más bien parecen
< I acompañamiento t!e un ajusticiado; pero en medio del singular conjunto no serian reem-
plazados por mejor fecto.
€ Grave, solemm, pausado » —como dice él poeta— sobre sus andas sostenidas por cua-
tro indios morrudos se encamina San Nicolás al encuentro de su protector. La masa del
pueblo le sigue emb tesada; el Inca va detrás en medio de dos cofrades que sostienen sobre
:« cabeea, a modo le dosel, un arco forrado de tules de color abullonados y entrecruzados
¡ior cintas de las c hales penden las reliquias, como solían hacerlo en los tiempos antiguos
'•l Inca verdadero j¡ sus mujeres. Impone una vaga tristeza aquel aire de majestad que se
toma el pobre Inca cuando ejerce su grave ministerio y sacerdocio; envuelto en una atmós-
fera de sueño y b atitud, con los ojos cerrados, como contemplando un mundo ideal que
•no quisiera ver disi tarse con la lúe del sol de enero, entonando con vos ahuecada y fatigosa
por la edad y los '.chaqués, la canción consagrada, al son monótono de su tamboril heredi-
tario, sigue paso a paso las andas tardías del Santo Patrono, De rato en rato, los diáconos
(¡ue le acompañan inclinan delante de él por tres veces consecutivas el arco de las reli-
quias, mientras re;ñte las palabras de la adoración quichua a que hacen coro los demás:
Santullay Santullay,
Yayhuariscu yayhuariseu
Achallay mi santu,
Chaimi» canqui,
Achallay mi Virgen, etc.
El momento f, ¡lemne llega: las dos procesiones se encuentran delante del Cabildo de la
• iudad, y se detie ten para que el divino Alcalde reciba la triple salutación de su general,
ilel que acaudilló <n los tiempos de pruebas las huestes indígenas sometidas por el poder de
.-us milagros. Las indas del Santo Patriarca se inclinan tres veces delante del Niño, que ha
quedado inmóvil, •imponiendo silencio a la multitud, con la fas risueña y los ojos serenos
]ijos en actitud de bendición sobre su pueblo, el cual le adora de rodillas en aquel instante;
nientras el Inca, <.ue conduce la ceremonia, entona con un coro de voces graves las estrofas
c?¡ himno de alabanza, alusivas a aquel punto del ritual. Concluidas las salutaciones, los dos
g-upos dan vuelta con la misma lentitud, desandando el camifio hasta-volver a sus sitiales.
La fiesta relú iona ha terminado, pero empieza la fiesta i popular, el regocijo callejero
qie se manifiesta in, formas desbordadas y silenciosas. El Inca entonces se toma unas horas
d..' recreo, yendo a presentar sus saludos oficiales al gobernador de la provincia, quien le
recibe con respeto, / le habla de su dinastía, y del buen derecho que le asiste contra los que
le disputan la legi imidad de la corona. La visita se anuncia por unos leves sonidos del
tamboril, y en seguida canta con la misma gravedad religiosa «la canción de los allis», como
se llama popularme te, que lo mismo se emplea en aras de las imágenes que en las visitas a
la; personas principiles de la ciudad. Haciendo demostración de acatamiento a la autoridad,
pi< e permiso para i ue su gente corra a caballo por las calles que se determinan, en caballos
compuestos y adort ados al estilo que lo está ella misma. La concurrencia se dispersa en
gr pos, luciendo coi inocente vanidad sus colgajos de colores; y cuando por vez primera pre-
sei cié la fiesta, sal an los gigantes mezclados con la multitud, haciendo chillar de miedo a
los niños y huir desj avoridos hasta soterrarse en el último rincón de sus casas.
Aquellos gigantes eran hombres añadidos con enormes máscaras de proporciones colo-
sal' s, de colores hirt imtes y de gestos expresivos de viveza o de estupidez, pero formando un
cor junto desagradable, como sucedería si al través de una lente de grandes dimensiones vie-
sen os el rostro hummo aumentado en todos sus detalles; la cabeza como una peña cubierta
de troncos, la frenti como una ladera de greda, las cejas como colinas erizadas de espinas,
los ojos como quebr idas donde hay dos grutas sin fondo, la boca como una hendidura bor-
dat ',a de rocas calcar -.as, vistas detrás del bosque que la circunda.
Vestidos de hotibre y mujer, recorrían esos figurones las calles, bailando y mostran-
do a uno y otro luio sus caretas estereotípicas, que parecen a la imaginación como te-
nte ido vida y movi niento; haciendo contorsiones y dando saltos a la carrera con cierto
conpás, como si sigí ieran una música que nadie oye; pero todo con tal desabrimiento, que
no puede evitarse wt ri conmoción de disgusto mezclado con cierto supersticioso temor de que
vayan a aproximarse Y esos gigantes, cuyo simbolismo no he podido penetrar, asisitían a
la nisa y seguían c n toda reverencia a la procesión. Creo, después de haber oído las in-
gerí uas interpretado ;es populares, que aquella exhibición tan curiosa no significaba sino
un medio inventado para llamar la atención de los indígenas, amigos entusiastas de todos
eso; aparatos y moy gangas; pero se sabe que sólo los que habían hecho una promesa al
san o, podían vestirst con aquellos extraños disfraces. Hoy ese detalle ya no existe, prohibido
por las autoridades civil y eclesiásticas, por razón del abuso a que llegaron las máscaras y
los movimientos de su grosera danza por las calles, al amparo del disfraz conductor de la
Keeicia.
Yo he contemplado hace muy poco, con la más profunda tristeza, esa fiesta indígena
LAMINA XXV

1 MACHÍN DKL -V/.VO ATA) AL DE

Recibe culto de los fieles de La ítioja desde tiempo inmemorial. Ahora se venera en la iglesia
de San Francisco. E s tallada en madera, mide 37 ems. de altura y viste como los antiguos
•aballeros de capa y espada, calzón, jubón ajustado, medias y zapatos. E s t á tocado con un
'alucho (de 15 por 33 cms.) con plumas y u n a capa de 37 ems., todo a excepción de l a s
medias negras de hilo de rico terciopelo azabache. La mano derecha la tiene en aetitud
de bendecir, con los dedos índice y del medio rectos y los otros recogidos; a la izquierda
empuña una vara de plata, de una sola pieza, alta de 90 ems., terminada en cruz de cara-
'•aca. t'na rubia y sedosa cabellera formando bellísimo contraste flota soberana sobre BUS
aterciopelados hombros (del libro Vida de Xan Nicolás, de Mons. Abel Bazáu (pág. 139).
Nuestro grabado es reproducción de una fotografía directa tomada, de la sagrada imagen por
encargo especial del limo. Señor Vicario (¡enera] de La "Rio,ja, Dr. Mauricio Gt. NavaTro r
vinculado a nuestra obra desde el principio i]e su investigación.
Nuestra .Señora de Su ruin i

Tia» reducidas proporciones del Niño Alcalde, ijue lo hacen contrastar singularmente con las
demás imágenes antiguas conservadas en La Rioja, nos lleva a pensar que acaso haya
formado parte de una imagen de bulto de Nuestra Señora de Surumi (Surumi es cantón
de la provincia de Chayanta, situado al norte del Dto. de Potosí, Bolivia).

Lia tela de Nuestra Señora de Surumi, cuya fotografía reproducimos, muestra a la Virgen sos
teniendo con el brazo izquierdo un Xiiio Alcalde aparente al nuestro. Fué vendida en Bue-
nos Aires, en octubre de 1030. Al ofrecerla, el rematador daba esta noticia: Lote 162.
Virgen con el Niño Alcalde, llamada Nuestra Señora de 'Surumi, primera época de la es
cuela eusquéña {de 1650 a .1700), El Niño Dios está vestido con la indumentaria de un ca
ballcro español de la época que fué pintada. Procede del norte de Juju/i. Figuró en la ex
posición de arte religioso realizada en Bueno* Aires, en octubre de 1934.

])e la invitación a la exposición hecha en Esmeralda 771 por los rematadores, señores Adolfo
Calvete e Hijos, Buenos Aires, octubre de 1936.
CANCIOi EEO POPULAS DE LA BIOJA 40»

a irada por gentes que en los días ordinarios trata jan y se conducen como seres raeona-
bl %; pero aquel día parecen desenterrar de su sepulcro de tres siglos toda una época de
it barie, para presentarla como en un teatro de raras exhibiciones.
Hay en ella como una vaga reminiscencia de esas procesiones báquicas que precedieron
a i formación de la tragedia helénica; una mésela informe de ritos idólatras y católicos, en
la cual apenas puede percibirse la línea divisoria, el pensamiento civilizador que presidió
a :u invención, y el sentido del simbolismo encerrado en cada uno de sus detalles. Pero es
w udable que en su origen fué claro y visible el significado, y que la transmisión consue-
ta inaria de sus ritos, entre gentes sin la menor cultura intelectual, fué mutilando las forma*
y uprimiendo muchas de las ceremonias, hasta quedar sin unidad de acción, como esos ma-
lí -.critos en los cuales el tiempo ha borrado palabras y conceptos, haciendo imposible la
rt tauración del periodo.
Asi tengo en mi poder, recogida de los labios del Inca actual, Eustoquio Nina, la letra
di la célebre canción quichua que, comenzada la víspera, sigue en las salutaciones al Niño
J üs, al año nuevo y a la Virgen Madre; continúa en la gran procesión y termina como un
J11 mo de gracias por las cosechas de la tierra, y una especie de brindis a la salud de los con-
<» rentes; pero toda ella escrita seguramente, en el quichua docto de los jesuítas, fué adul-
ti ida por la tradición oral, pasándola maquinalmente de unos a otros sin comprender ya su
Si tido, como si se quisiera reproducir en palabras los mil ruidos nocturnos de una selva, y
ce servar en la memoria el conjunto de monosílabos muertos e incoherentes que resultarían de
st tejante operación mental. Restituir hoy esa canción a su primitiva forma y lenguaje,
ei trabajo de paciencia y prolijo estudio; pues habría que remontar por el análisis hasta la
fi moción del idioma mismo.
Debj notarse que el clero no les presta su auxilio; la procesión es puramente popular,
y tí sacerdote único el Inca, seguido de sus cofrades y alféreces; pero está de tal manera
a aiffada en la costumbre, que han sido vanas e impotentes las tentativas para suprimirla.
G bernador hubo que queriendo prohibirlas, provocó un motín que puso su vida en peligro;
y ruando uno de los vicarios de aquella iglesia impidió la entrada al templo a la procesión
d Niño Alcalde, suscitó en tal grado las iras de la muchedumbre, y tal lluvia de impro-
p ios y obcenos insultos se atrajo de los hombres y de las mujeres —siempre, eso sí, salvo
le corona y el hábito—, que llegaron algunas de esas profetisas a augurarle una muerte
d -esperante y horrible.
La fatalidad se encarga muchas veces de confirmar las supersticiones y las vagas pro-
f ías del vulgo, nacidas sin origen visible, a no ser en ese pequeño tinte de venganza que
Ci ora las almas más inofensivas. El Vicario cayó enfermo de una parálisis que le dejó
n do y tullido hasta la muerte. «¡Ahí sí —rugía la plebe, iluminada por aquella prueba
d la ira celeste—, no en vano se prohibe a nuestras queridas imágenes entrar al templo
q i pertenece a todos los creyentes! Dios le ha castigado; ¡ loado sea Dios! ». Hace poco fa-
II Ha «n benemérito y austero sacerdote de aquella provincia, fray Laurencio Torres, y el
p tblo dijo también que había allí un castigo de Dios, porque intentó suprimir la festividad
d enero,
¡Pobres creyentes! dejémoslos pasar con sus ilusiones y su fe, que al fin ellos no sienten
It oleada que va sepultando sus costumbres primitivas, no dándoles tiempo para preocuparse
d ellas con exceso. Dejemos al pobre Nina adornarse puerilmente cada año, soñando quizá que
e. un rey desterrado dentro de su tierra, destronado encima de su trono, apenas vislum-
b ido por su ignorancia unas cuantas horas. Allí está para perdonarlos aquella hermosa
c ación del Niño Alcalde, que no puede mirarse sin sentir conmovido el corazón por reminis-
c idas tristes de un pasado sombrío, y llenos a la ves de martirios y abnegaciones sin límite.
( U - XVII - pág. 437).
AUTENTICIDAD DE LAS VERSIONES
De las versiones transcriptas, la que a nuestro parecer ofrece más visos de autenticidad
e la primera porque fué escrita en un tiempo en que seguramente JOB recitadores sabían
q icb.ua, esto es, cuando entendían lo que cantaban. Confirmaría nuestra creencia el hecho
& que los quichuistas: Profesores Farfán (de Lima) 7 el padre Lira (del Cuzco), pudieron
ti ducir los versos con alguna facilidad.
Si no obstante la diligencia de los traductores, el texto del cantar es poco claro; ello
d >e atribuirse en parte al autor del cantar y al olvido de algunos versos por parte del reci-
t lor que dictara al padre Luis de Cabrera.
No sabríamos decir si el padre Luis ¿e Cabrera tomó el cantar de la tradición de
l ñinga o de la tradición de la ciudad. Nos inclinamos a pensar que su versión es de Aminga
1 rque en su redacción dice el estribillo: iíamay Virgen santísima, como en la 781-a, que
i tnbién es do Aminga. En cambio la versión de la ciudad de La Bioja ha dicho siempre:
2r %may Virgen Copacá, según se ve en las transcripciones viejas que llevan los números
i 1-c, 781-ch y 781-d y según se oye todavía.
Salvo la diferencia del estribillo, es indudable que todas las versiones provienen de un
s lo y mismo cantar. El cambio fie estribillo se explicaría porque los recitadores lo acomo-
c ban a la Virgen en sus advocaciones de Virgen de Copacabana, de Inmaculada Concep-
c >n o sin advocación alguna, a la Mamay Virgen santísima.
410 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

El estribillo en la forma primitiva del cantar debió decir: Hamay Virgen Copacá, puesto
que según se ve en las versiones 1.» y 2.» y en la que aun se recita, se alude a la Virgen
de Copacabana. E n el deseo de ofrecer una traducción del cantar en su forma más gene-
ralizada, optamos por cambiar el estribillo Mamay Virgen Concepción del original conocido
solamente en Arainga, por el de Mamay Virgen Copacá, conocido por todo el mundo en
L a fiioja.
TRADUCCIÓN
E n el siglo pasado don Samuel Lafone Quevedo, aficionado a los estudios del quichua y
el padre Mossi, g r a n quiehista de Santiago del Estero, intentaron traducir el cantar valién-
dose de u n a copia de la versión oral; pero sea que la versión recogida hubiera sido incorrecta
o cualquier otra razón el hecho es que no nos dieron la traducción que se propusieron. Nosotros
en posesión de la versión 1.» que creíamos buena remitimos copias a dos autoridades en l a
materia: al profesor de la Universidad de San Marcos, de Lima, don J . M. B. F a r f á n y a l
padre J o r g e A. L i r a del Cuzco. Al primero de los nombrado» remitimos las versiones 781,
781-b, 781-c, y 781-eh. Al segundo solamente la 781.
El profesor F a r f á n contestó a la consulta remitiendo dos traducciones de la ver»ión 781
y u n a de cada una de las otras que le remitiéramos.
Primer estudio del profesor Farfán, de la versión 7 8 1 :

(Transcripción ortográfica) (Traducción)


AÑO NUEVO PAQARI(Y) AL AMANECER DEL AÑO NUEVO
Año nuevo p a q a r i ( y ) , Al amanecer el Año Nuevo,
Niño Jesús k k a n c h a r i ( n ) Resplandece el Niño J e s ú s
Intitapas llallirpa(n), Ganando aun al sol,
Qoyllur llallir llallircha(n) ; Ganando aun las estrellas;
5 Belaykita kicharíy, 5 Abrid t u vela,
Kkancharpalursinki. P a r a que ayudes a alumbrar.
Qori (i)utisu q a m p i ( ? ) Cual dorado sol
Coronayki lliphiphipiyan, Tu corona reluce,
Mamay Virgen C o p a c á . . . Virgen de Copacabana, madre mía.
10 Belenshu Belenshn, 10 Es en Belén, es en Belén,
Belén rosa sacehampi, E n el rosal de Belén,
Belén, Belén l l a ( q ) t a m p i , En su pueblo de Belén,
Iskay suwaq chaupimpi, E n medio de dos ladrones ( 1 ) ,
Diosi ancha p a q a r i n ; Poderosamente nace Dios;
15 Q a ( n ) c h a sumaq suyanki 15 Tú hermosa lo esperarás,
Mamay Virgen C o p a c á . . . Virgen de Copacabana, madre m í a . . .

Pin charqa neqtinku, Cuando alguien diga, c (Quién e s t » ,


Santo yaya, nipunku. c Es el P a d r e Santo », le dicen.
Estrellay, estrella, Estrella, estrella mía.
20 Qollur llall(i)rchurqanki, 20 La estrella te ganó,
Kaynay, chimpa, Niño Jesús, (2) Niño J e s ú s de la banda do soy,
K a y n a y chimpa, rosa sisa, Flor de rosa de la banda do soy,
Mamay Virgen C o p a c á . . . Virgen de Copacabana, madre mía.

Calizpi tiyarki « H a y en el cáliz


25 Vino, ninkichuman, 25 Vino», diríais,
Jesucristo Yayanchis, Nuestro Padre Jesucristo,
Chay sumaq Yayanchis, Ese buen P a d r e nuestro,
K a y n a y chimpa, Niño Jesús, Niño J e s ú s de la banda do soy,
Mamay Virgen C o p a c á . . . Virgen de Copacabana, madre m í a .

30 K a y n a y chimpa, rosa sisa, 30 Flor de rosa de la banda do soy,


Mamay Virgen Copacá, Virgen de Copacabana, madre mía,
Ñan p a c h ( a ) p a q a r i ( n ) , El día amanece ya,
Virgen mama, m a y t a ( n ) r i n k i ! Madre Virgen i dónde vasf
Jerusalén Yayarki Tu Padre de Jerusalén,
CANCIÓN 1B0 POPULAR DE LA MÍOS A 411

3f Crustallaspa facillasta, í¡-3 H a r á fácil t u cruz


Kaynay chimpa, Niño Jes », Niño Jesús de la banda do soy,
Kaynay chimpa, rosa sisa, Flor de rosa de- la b a n d a do soy,
Mamay Virgen C o p a c á . . , Virgen de Copacabana, madre mía.

Atarillay m a m a l l ( a y ) , Levántate, madre mía,


4i Jesús Y a y a t a m a s k a ( y ) , 40 Busca al P a d r e , Jesús,
K a y n a y chimpa, Niño Jesús, Niño Jesús de la banda do soy,
Mamay Virgen Copacá. . . Virgen de Copacabana, madre mía,
Perú ( ñ ) a n t a pantan, Extravía Ja vía dol Perú,
Qosqoru ñ a n t a n p a u t a n . Extravía la vía del Cusco.

4 Cáliz kaymi kan, 45 He aquí el cáliz,


(D)igno 1 } santo Yayanehi(s) Nuestro Padre, digno Santo,
Kaynay ehimpa, Niño Jesús, Niño Jesús de la banda do soy,
Kaynay chimpa, roaa sisa, Flor de rosa de la banda do soy,
Mamay Virgen C o p a c á . . . Virgen de Copacabana, madre mía.

5 Ataririnchari rikurunay, 50 Levantarás^ lo que tengo que ver,


Ataririnchari Qosqo rinay fia(n) Y la vía del Cusco do tengo que ir.
íían Cristo Y a y ( a ) llo(q)BÍrisun. Padre Cristo partiremos ya.
Achalaymi, santoehaymi k a n k i ; Hermoso santito mío eres;
Achalaymi, Virgenchaymi kanki, Hermosa Virgencita mía eres, '
5. Ttimpullaspa, ttimpullaspa, 55 E n ebullición, en ebullición,
(W)iqellanta pichapuspa. Limpiando sus lágrimas,
Mamay Virgen C o p a c á . . . Virgen de Copacabana, madre mía.

Aku r i s u ( n ) , aku risun, Vamos, vamos


Alfcreztan wasillan; A la easa del alférez;
60 Igleisama p u s a m u s ( u n ) , 60 Traigámosle a la iglesia,
Procesión p u ( s ) a n s i ñ a m p a ( q ) , P a r a que acompañe la procesión,
Mamay Virgen C o p a c á . . . Virgen de Copacabana, madre mía.

Señor San Pedro yayalli, Mi padre, señor San Pedro,


Punkullaykita kichari(y) ; Abrid tu p u e r t a ;
65 Mamay Virgen T a n q a w a ( y ) , 65 Empujadme, Virgen, madre mía,
Mamay Virgen C o p a c á . . . Virgen de Copacabana, madre mía.

Jesucristo Y a y a n c h i ( s ) , Nuestro P a d r e Jesucristo,


Chay cruzpi wañuranki. Kn esa cruz moriste.
Callen callen y ( a ) c h a c h i ( q ) Y en las calles enseñaste
70 H u e h ( a ) s ( a ) p a n rayku. 70 P o r causa del pecador.
K a y ( n ) a y chimpa, Niño Jesús, Niño Jesús de la banda do soy,
K a y ( n ) a y chimpa, rosa sisa, Flor de rosa de la banda do soy,
Mamay Virgen C o p a c á . . . Virgen de Copacabana, madre mía.

Chaqay s ú m a ( q ) cielo altarpi En aquel hermoso altar del cielo


7; Jesús Yaya yuyarqarpi 75 El Padre Jesús pensaba
Tukuy m u n d ( o ) c h u r i m p a ( q ) , A todo el mundo por su hijo,
Bendiciontan kichapuspa, Abriendo su bendición,
Mamay Virgen C o p a c á . . . Virgen de Copacabana, madre mía.

Qoris qompitay(?) Al tejido dorado


80 Kiehariymusay, 80 Vaya abriendo,
Wañuchirqay( I ) , Que fué muerto,
ti* J U A N A L F O N S O C A B E 1 Z O

Cchinchinwaaun Y si nos va a silenciar


Ch.akiuk.impi J e s irieto, Que el pie de Jesucristo,
Chakinkimpi cía akusta. Que su pie se halla clavado
85 K a y n a y chimpa, 'ifio Jesús, 85 Niño Jesús de la banda do soy,
Kaynay, chimpa. rosa sisa, Flor de rosa de la banda do soy,
Mamay Virgen ( ipacá, Virgen de Copaeabana, madre mía,
( H ) a n a ( q ) ñant kkancharispa, L a vía de arriba iluminando,
CW)iqellanta pi< apuspa, Y sus lágrimas limpiando,
90 Mamay Virgen C p a c a . . . 90 Virgen de Copaeabana, madre mía.
Nombre Jesús, Je ús, María, Nombres Jesús, Jesús, María,
Qan qampuna su a ( q ) riki, Tú misma eres excelente,
( H ) ana (q) paella antisima, Santísima de los cielos.
Mamay Virgen C paca, Virgen de Copaeabana, madre mía.
95 María chimiri (3 pusakuna, 95 L a « chimiri» de M a r í a es de guiar,
María trompeta j sasupunki, María, la trompeta os guiará.
Mamay Virgen C paca, Virgen madre, Jesús madre,
Kaymi kanki Jes i mamay, Tú eres mi madre Jesús,
300 Sapallasta Diosta svaeha(n), 100 Que sola pariste a Dios.
Faileo, faileona.
Faileo, faileona.
Santullay, santull; ', santullay,
Mi santa, mi santa, mi santa,
Yakuychita tinkui
(y), Visite nuestra agua,
Santullay, santull
7, santullay, Mi santa, mi santa, mi santa,
Mamay Virgen C
105 laca... 105 Virgen de Copaeabana, madre mía.
( H ) aywarisun, (1
) aywarisun, Alcancémosla, alcancémosla, alcancémosla,
(h) aywarisun, (4)
:
( H ) amorinqa; rii ikusuna, Nos v i s i t a r á ; vayamos,
( H ) aywarisun, (h aywarisun, Alcancémosla, ¡alcancémosla,
Mamay Virgen C< > a c á . . . Virgen de Copaeabana, madre mía.
I
10 Nuestra señoray { ipaeabaiiH, 110 Nuestra Señora^ de Copaeabana,
Chay s u m a ( q ) mi gro(y)kita Ese t u hermoso milagro
Hahuasumari (y) ;
Alcánzanos.
Achalaymi, santoc aymi kanki, Hermosa y santita mía eres,
Aehalaymi, Virg-e- :haymi kanki. Hermosa y Virgencita mía eres.
Ay, chiquitita nía quitay, señoray, lio Ay, mi Mariquita chiquitita, mi señora,
Yay alli santisir n a *acramentoy señoTay, P a d r e santísimo sacíametito, mi sefioTa,
Chayor Mayor p a ^ y Jesucristo A los altos de Chayor Mayor (5)
[yayorqan,
Jesucristo avanzaba ( í )
Achalaymi, santoc aymi kanki, Hermosa santita mía eres,
Achalaymi Virgen íaymi kanki, Hermosa Virgencita, mía eres,
20 Mamay Virgen C< l a c a . . . 120 Virgen de Copaeabana, madre mía.

(1) H a y un erroi de información en este verso: confunde la situación de Jesús con


i del Calvario.
( 2 ) Kaynay es di íeil de acertar por su m a l a transcripción fonética; puede SCT una to-
onimia lo que daría N 'o Jesús de esta banda, o Niño Jesús, de la banda do soy. Aceptamos
i última por su relaciói con los contextos.
(3) Chimiri tiene >or contexto a trompeta. ¿Será un instrumento musical de Copacaba-
i o Argentina? ( * ) .
(4) Hayway sign; ica alcanzar con la mano. La « h * inicial entre paréntesis significa
íe hay que dar una ] onunciaeión aspirada como en inglés.
(5) No podemos determinar estas dos palabras, i Serán toponimias?
J . M. B . F A R F A N ,

(*) Efeetivament es un instrumento musical; la chirimía, de la cual se habla en la


p »ina 429.
CANC 'ONEBO TOFULAB DE LA MIOJA 415

Mamay Virgen Copaeá; Virgen madre, de Copaeabana;


Kaymi kanki Jesús (pa) mamay, Aquí estás madre de Jesús,
)0 Sapallasta Diosta w a c h a ( n ) , 100 Que sola pariste a Dios.
Faileo, faileona(f) Faileo, f ai leona.
Sant(a)llay, sant(a)llay, sant(a)llay, Mi santa, mi santa, mi santa,
Yayanehi(s)ta tinkuri(y), Eneuentre a nuestro Padre,
Sant(a)llay, sant(a)llay, sant(a)llay, Mi santa, mi santa, mi saíita,
05 Mamay Virgen C o p a e á . . . 105 Virgen de Copaeabana, m a d r e mía.

(H)aywarisun, (h)aywarisun, Alcancémosla, alcancémosla, alcancémosla,


[ ( h ) a y w a r i s u n , (1)
( H ) a m u r i n q a ; rinakusuna, Nos visitará; vayamos,
(H)ay'warisun, (h)aywarígun, Alcancémosla, alcancémosla,
Mamay Virgen C o p a e á . , , Virgen de Copaeabana, madre mía.

10 Nuestra aefioray Copaeabana, 110 Nuestra Señora de Copaeabana,


Chay s u m a ( q ) milagro (y ) k i t a Ese tu hermoso milagro
Havrasumari(y) ; Alcánzanos;
Achalaymi, santochaymi kanki, Hermosa y santita mía ere»,
Achalaymi, Virgenchaymi kanki. Hermosa y Virgencita mía eres.
5 Ay, chiquitita Mariquitay, señoray, 115 Ay, mi Mariquita chiquitita, mi señora,
Y a y a l l ( a y ) santisim(o) saeramentoy P a d r e santísimo sacramento, mi señora,
[señoray,
Chayor Mayor p a t a y Jesueriato A los altos de Chayor Mayor (2)
[yayorqan,(9)
Jesucristo avanzaba ( t )
Achalaymi, s a n t ( a ) c h a y m i kanki, Hermosa santita mía eres,
Aehalaymi Virgenchaymi kanki, Hermosa Virgencita mía eres.
1 0 Mamay Virgen C o p a e á . . . 120 Virgen de Copaeabana, madre mía.

(1) Hayivay significa alcanzar con la mano. La « h » inicial entre paréntesis significa
c ¡e hay que dar una pronunciación aspirada como en inglés.

(2) No podemos determinar estas dos palabras, j S e r á n toponimiasí

Estudio del profesor F a r f á n , de la versión 781-b:

(Transcripción ortográfica) (Traducción)

AÑO NUEVO PAQARI(Y) NACIMIENTO DEL NUEVO ANO


Año Nuevo p a q a r i ( y ) , Al nacer el Año Nuevo,
Niño Jesús k k a n e h a r i ( n ) , Resplandece el Niño Jesús,
I n t i llalli Uallinchu Aun gana al sol
Qoyllu(r) qoyllu(r) Bapallasta. Y aun al lucero singular
Cbakikimpi Kesueristo 5 En loa pies Jesucristo ( e s t á ) ,
Chaki, maki elararqosqa, Pies y manos clavados,
Mamay Virgen Santísima, Virgen santísima, madre mía,
Mamay Virgen Jesús ( p a ) M a m a ( n ) . Madre de Jesús, madre Virgen.

Veloykita k i c h a r i ( y ) , Abrid t u velo,


Corona (y) kis Uiphilliphi(n), 10 Tu corona resplandece,
Santísimo ( Y ) a ( y ) a n c h i ( s ) . Nuestro P a d j e santísimo.
Jerusalen mayta rinqa ¿Dónde irá Jerusalen
Wiqellanta pichapuspa, Sin limpiar sus lágrimas,
Chay svuna(q) yawarniykit», Esa tu sangre hermosa,
Mamay Virgen Santísima t 15 Virgen santísima, madre m í a t
416 J U A N A L F O N S O C A B E I Z O

Belenshio, Belenshio, Es en Belén, es en Belén,


Belén r o s a ( q ) saccbampi, En el rosal de Belén,
Belén Belén U a ( q ) t a m p i En su pueblo de Belén
( W ) i ( s ) q q ( a ) s q a ( q ) chaupimpi E n medio del pesebre
20 O, YayanchiB k a u s a r i ( n ) . 20 Oh nuestro P a d r e revive.
K a n a a n chirapa Niño Jesús, Niño Jesús de la banda de Canaán,
K a n a a n chimpa rosa sisa, Rosal de la banda de Canaán,
Mamay Virgen Santísima, Virgen santísima, madre mía,
Mamay Virgen J e s ú s ( p a ) mamay. Virgen madre de Jesús, madre mía.

25 May faileon (1) 25 May faileon


Q a ( n ) m i kanki, Virgen m a m a y ( k u ) , Tú eres nuestra madre virgen,
S a p a ( l l a ) s t a (Di)osta ( w a ) e h a ( s ) - Qne pariste al solo Dios,
[qanki,
Failio f a i l i o r a n ( f ) Paileo failioran,
(H)ay(w)arísun (h)ay(w)arisun Alcancemos, alcancemos,
30 ( Ñ ) a n Cristo Yayanchi(s) 30 Ya ( a ) Cristo nuestro P a d r e
(Ll)o(q)sirisun ta(r)ispas(n)as(f) Salgamos a encontrarle
Muccharipusun. Y a adorarle.

Nuestra Señoray Copacabana, Nuestra Señora de Copaeabana,


Cliay s u m a ( q ) milagro (y) kita Tu hermoso milagro
35 (Tfa)y(tr)as(u)m(ariy); 35 Alcánzanos;
Aehalayrai Yirgenchaymi kanki, Herniosa Virgeneita mía eres,
Achalaymi s a n t ( a ) c b a y m i kanki. Hermosa santita mía eres.

( H ) a t a r i r i ( n ) c h a r i Qosqo rinay, Levántase mi viaje al Cuzco, ( t )


(II)atari(n)c(H)ari rik(u)runay, Levántase lo que tengo que ver ( t )
40 ( í í ) a n Cristo Yayanchis 40 Y a nuestro P a d r e Cristo
Lloqsirisun, t;¡rispas(n)a, Vamos a salir á hallarlo,
Muccharipusun; A adorarlo;
Achalaymi, V i r g e n c ( h ) a y m i kanki, Hermosa Virgencita mía eres,
Achalaymi, s a n t ( a ) c ( h ) a y m i kanki. Hermosa santita mía eres.

45 Hanaq-pachay angelkuna 45 Los ángeles del cielo


wawaykitaai p u s a ( q ) , Guían tu niño,
Tinkullaspa, tinkullaspa, Encontrándolo, encontrándolo,
Procesionta T Í ( n a ) n s i n a m p a ( q ) ; P a r a acompañarlo en la procesión;
C a n a á n ( ? ) c h i m p a Niño Jesús, Niño Jesús de la b a n d a de Canaán,
50 Canaán chimpa rosa sisa, 50 Rosal de la b a n d a de Canaán,
Mamay Virgen Santísima. Virgen santísima, madre mía.

Sumaq kkaspi, labras kkaspi, Madera hermosa, madera labrada,


Pincha I l a m i ( y ) u s ( u ) r q a n k i ¿Quién te atocaríaf
Tukuy mundo churinta A todos los hijos del mundo
55 B e n d e c ( i ) o ( n ) t a hicchakuspa; 55 Derrama tu bendición ;
Mamay Virgen Santísima, Virgen santísima, madre mía,
A ( y ) , chiquita Mariquitay, señoray, Ay, mi Mariquita chiquita, señora mía,
Ay, santoy saeramentoy, señoray. Ay, mi santo sacramento, señora mía.

(1) Intraducibie. No es frase quichua.


CANCIONERO POPÜLAB DE LA RIÓ JA 417

Traducción del profesor F a r f á n , de la versión 781-e:

(Transcripción ortográfica) (Traducción)


AÑO NUEVO PAQARI(Y) NACIMIENTO DEL NUEVO AÑO
Afio Nuevo P a q a r i ( y ) , El nacimiento del Año Nuevo
Niño Jesús k k a n c h a r i ( y ) , Alumbra el niño Jesús,
I n t í t a p a ( s ) llalli ( n ) c h ( u ) ; Aun al sol vences,
Qollur(tapas) llalli llalli (n) c h ( u ) ; Aun al lucero ganas,
V e l ( o y ) k ( i ) t a kichari(y) Abrid t u velo
Kkancha (y) payu (y) sinki P a r a que alumbres,
Qori intisu q a m p i ( ? ) ; Que el dorado sol está en ti ( f ) ;
Coronaykí Uiphipipin, Tu corona reluce,
Mamay Virgen Santísima, Virgen santísima, madre mía.
10 Belenshu, Belenshu. 10 Es en Belén, es en Belén,
Belén rosa sacchampi, E n el rosal de Belén,
Belén Belén (ll)aqtampi, En su pueblo de Belén,
WisccaniBna ehaupimpi En medio del corral,
Dios(ll)anchis paqarin. Nace nuestro Dios.

15 Achalayini, S a n t ( a ) e h a y m i k a n k i ; H e r m o s ( a ) , S a n t i t ( a ) m í a eres;
Achalaymi Virgenchaymi kanki, Hermosa Virgeucita mía eres.
( T ) i n ( k ) u l l a s p a , (t)in(k)ullaiipa. Al encontrarse, al e n c o n t r a r s e . .

20 Mamay Virgen C o p a c a ( b a n a ) , 20 Virgen de Copacabana, macare mía,


Mamay Virgen C o p a e a ( b a n a ) . Virgen de Copacabana, maidre mía.

(H)aku rísu(n), (h)aku risu(n) Vayamos, vayamos,


Alférez(p) a vpasill (arana) n A la casa del alférez;
Iglesiama(n) pusanms(nn) Traigamos a la iglesia
25 Procesión p u ( s ) a n s m a m p a ( q ) , 25 P a r a que acompañe l a procesión,
Mamay Virgen C o p a c a ( b a n a ) . Virgen de Copacabana, madre mía.
Achalaymi, S a n t ( a ) c ( h ) a y m i kanki. Hermosa S a n t i t a mía eres,
Achalaymi Vírgenc(h)aymi k a n k i ; Hermosa, virgencita mía eres,
Jesu Cristo Y a y a n c h i ( s ) , Nuestro P a d r e Jesucristo,
:ÍO Ohay cruzpi w a ñ u r a n q ( a ) , 30 Murió en esa cruz,
Qíiali, qlial iwasunchispa(q). P a r a sanarnos bien.

Canaán chimpa Niño Jesús. Niño Jesús de la banda de Canaán,


Canaán chimpa rosa sisa, Rosal de la banda de Canaán,
Mamay Virgen santísima, Virgen Santísima, madre mía,
35 Chhaqay sumaq cielo altarpí En aquel hermoso altar del cielo,
Tukuy m u n d o ( q ) churimpa(q) P a r a todos los hijos del mundo
Bendecionta ( h i ) c c b a ( k ) u s p a . . . Derramando b e n d i c i o n e s . . .
Mamay Virgen C o p a c a ( b a n a ) , Virgen de Copacabana, madre mía,
Ay Chiquititay Señorallallay, Ay, mi señora chiquitita,
40 Santísimo Sacramentoy Señoray. Mi señora, santísimo sacramento.

Traducción del profesor Farfán, de la versión 781-cb:


(Transcripción ortográfica) (Traducción)
AÑO NUEVO PAQARI(Y) NACIMIENTO DEL NUEVO AÑO
Año Nuevo P a q a r i ( y ) Al nacer el Año Nuevo
Niño Jesús k k a n c h a r i ( n ) , Resplandece el Niño Jesús,
Jnti llalli llallinchu; Gana ann al sol;
Q<i(ylhi)r llalli llallinchu. Gana aun al lucero.

27-II
418 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

5 Vel(oy)kita kichari(y) 5 Abrid t u velo


Kkaueha(y)pa(y)u(y)s(i)nki, P a r a que alambres,
Qori intisu qampi(T). Que el sol dorado está en ti ( ? ) .
CoronayM llilliphya(ri), Tu corona reluce,
Mamay Virgen C o p a c a ( b a n a ) . Virgen de Copacabana, madre mía.

10 Jesucristo Yayanchi(s) 10 Nuestro P a d r e Jesucristo,


Cha (y) cruzpi wa{fi)u(m)usqa H a b í a muerto en esa cruz,
Huchasapa runarayku P o r causa del pecador
Qhali qhaliwasu(n) chispa ( q ) , P a r a sanarnos,
Qhalipi tiyasqami(f) Y vivir en sanidad, ( f )
15 Mamay Virgen. C o p a c a ( b a n a ) . 15 Virgen de Copacabana, madre mía.
Chuschankay, Chuschankay(-f) (2) Chuschankay, Chuschankay ( 2 ) ,
C u r a ( t a ) Ualüy Chuschankay (1) Gana al cura, chuschankay ( f ) .
Cinturay, cinturay, Mi cintura, mi cintura,
Belenshu, Belenshu, Es en Belén, es en Belén.
20 Belén rosa sacehaqa, 20 En el rosal de Belén,
Belén Belén santísimo, El Santísimo de Belén,
Santisimoy sacramento, Mi santísimo sacramento,
Mamay Virgen C o p a c a ( b a n a ) . Virgen de Copacabana, madre mía.
Achalaymi Virgen, Hermosa es la Virgen,
25 Achalaymi, S a n t ( a ) c h a y m i k a n k i ; 25 Es hermosa, mi s a n t i t ( a ) m i a eres;
Igleeia(n>)an pusamusa(q) Voy a t r a e r a la iglesia
Alferezta masillan ( m a n t a ) De su casa al alférez,
Cualquier cosa'(1) recibiste, Cualquier cosa recibiste,
30 Wach(a), wacna(n), wacha(n), 30 Da a luz, da a luz, da a luz
Con frailero, frailero orar Con frailero, frailero orar ( 1 ) .
Mas chiquitay calderona, (1)
Iy, Señoray, mama, (1)
Iy, t a t a -wasu(f)

(1) No hace ningún sentido en castellano.


(2) Intraducibie. ¿Dirá Este es
J. M. B. F A R F A N ,
Lima 1941.

Traducción del padre J o r g e A. Lira, de la versión 781.

(Transcripción ortográfica)
MOSSOKK W A T A PAKKARIY! ALBORADA DEL NUEVO AÑO
1 Mossokk wata pakkariy 1 Nacer del Nuevo Año
2 Niño Jesúas k'anehariy! 2 E l iluminar de Jesús Niño!
3 I n t i t a p a s llallirpan. 3 Al mismo sol aventaja
4 Kkoyllur llalikk llallircban! 4 El que de las estrellas aveníaj ador es

5 Belaykita hich'ariy 5 Vuelve y apaga tu cirio


6 K'anchar par i sunki! 6 Pues que él iluminarte h á !
7 Kkori intis kkanpi 7 Y, más de Ti, en la corona
8 Philluykipi lliphiphipin 8 Áureo sol reverberando está,
í) Mamay Virgen Kkopakka! 9 Virgen Madre mía, Kkopakka!
¡0 Bolenehu, Belenchu! 10 Oh Belén, Oh Belén!
11 Belén tussa sach'anpi 11 De Belén en el árbol apuntalado
12 Belén Belén llakktanpi 12 De Belén en su poblado
13 Iskay suwa ehaupinpi 13 Y en medio de dos ladrones
CAUCIONERO POP LAB BE LA MIOJA 419

14 Diosninchis pakkarift! 14 Nuestro Dios h a nacido!


15 Kkanchá, Sumakk, guyanki 15 M a s , t ú , Oh Bella, esperarlo has,
10 Mamay Virgen Kkopakka! 16 Virgen Madre mía. Kkopakka!

17 T 'u rpurkkar ekktinku 17 Y al haberlo aguijoneado


18 Santo Yaya nipunku! 18 Todos declaran ser el Señor S a n t o !
19 Kkoyllurllay kkoyllurlla 19 Lucero mío de mis luceros, asi,
20 Kkoyllurillarkkanki! 20 Únicamente, mostrate coruscante!
21 Khaynayaehiakka, Niño Jesús, 21 Oh, así trastrocado, Jesús Niño,
22 Khaynayaehiakka, phanchi sissa, 22 Oh, así convertido, eflorecencia de rosa!
23 Mamay Virgen Kkopakka! 23 Velo, oh Virgen Madre mía, K k o p a k k a !

24 Calizpi p'itiyarkkan, 24 Agonizó al mostrársele el Cáliz,


25 Vino ninkupunin! 25 Pues, dicen ser siempre el Vino!
26 Hessnkristo Yayanchis 26 Y a que Jesucristo nuestro P a d r e ,
27 Chay sumay Yayanchis 27 E s ese mismo bondadosísimo Padre,
28 Khaynayaehiakka, Niño J e s ú s ! 28 Así convertido, de ese Niño J e s ú s !
29 ' Mamay Virgen Kkopakka! 29 Oh, Virgen Madre mía de Kkopakka!

30 Khaynayaehiakka, phanchi sissa, 30 Eflorecencia de rosas, así trastrocado!


31 Mamay Virgen Kkopakka! 31 Ve, oh Virgen m í a y Madre Kkopakka!
32 S a n pacha pakkariy 32 Y a el amanecer es
33 Virgen Mama, m a y t a r i n k i l 33 Oh Madre Virgen, y ¿dónde vais?
34 Iíerusalenny ayarki 34 Trasunto cadavérico de Jerusalén,
3¡> Krustayaspa, hahyayaspa, 35 Simula y a la cruz y la fatiga,
3C Khaynayaehinkka, Niño Jesús, 36 Y así, a Jesús Niño trastrocara,
37 Khaynayaehinkka, phanehi sissa! 37 Y así, al que es eflorescencia de rosas,
38 Mamay Virgen Kkopakka! 38 Así, oh Virgen Madre mía Kkopakka!

39 l l a t a r i l l a y mamallay 39 Oh, levántate Madre de amor


40 J e s ú s yayata maskhay 40 Y busca a Jesús, el P a d r e !
41 Khaynayachiskka, Niño Jesús 41 Y d e esta suerte, Jesús Niño,
42 Mamay Virgen Kkopakka, 42 Oh, Virgen Madre mía de Kkopakka,
43 Perumanta pautan 43 Del Perú camina desviado
44 Kkoskkoru ñ a n t a pantan. 4¡4 A l desviar rutas de Cuzco.
í
43 Kaynii Kalizkka kan 40 Este es, sin duda el Cáliz,
46 Lignum Sanctun Yayanchis!
4(5 De Nuestro Señor el Lignum Sanctum!
47 Khaynayaehiakka, Niño Jesús, 47 Así convertido, Jesús Niño,
48 Khaynayaehiakka, phanchi sissa,
48 Flor de rosa, así trastrocado,
49 Mamay Virgen K k o p a k k a . . . !
49 Madre Virgen m í a de K k o p a k k a . . . !

50 A! taririnehári, riktiranay! 50 Oh, habrá hallado, al que vei quieTo!


íít A! taririnchári, Kkoskko rinayña! 51 Oh, a l estar p o r partir a Cuzco hallado
[lo ha
52 R a n Kristoyay llokksirisun! 5£ Pues, Cristo mío, salgamos y a !
53 Achalaymi, Santochaymi kanki! 5& Mi dije y mi Santo eres!
54 Achalaymi, Virgenchaymi kanki! 54 Mi primor y m i Vírgencita eres t ú !
5-5 Tinkullaspa, tinkullaspa 55 Y al encontrarnos, y al encontrarnos
5(i Wekkellanta piahapusun 56 8 u s lágrimas sólo enjugaremos
57 Mamay Virge Kkopakka...! 57 Oh Virgen mía y Madre de K k o p a k k a . . .
420 J U A N A L F O SO C A E B I Z O

58 Háku risun, háku risun, 58 E& marchemos, ea vamos,


59 Alferezpa wassülanta; 59 Sólo á casa del alférez;
60 Iglesiaman pussamusun 60 Para traérsele á la iglesia
61 Procesión pussaysinanpakk 61 Y acompañe la procesión,
62 Mamay Virgen Kkopakka... ! 62 Oh Virgen Madre mía Kkopakka. . . !

63 Señor San Pedro Yayalli, 63 Oh Padre Señor San Pedro,


64 Punkullaykita kichariy 64 Dignaos abrir vuestras puertas,
65 Mamay "Virgen tankkaway 65 Y tú Virgen Madre mía empujadme,
66 ,Mamay Virgen Kkopakka...! 66 Tú Virgen Madre mía de Kkopakka...!

67 Hessukrieto Yayanehis 67 Jesucristo adalid nuestro


68 Chay kurzpi wañuranki 68 En esa cruz tú moriste.
69 Kallen kallen yachaehi 69 Predicador de todas las vías
70 Huchassapan kayku. 70 En bien del que pecador es.
71 Khaynayachiskka, Niño Jesús, 71 Trastrocado eres, Jesús Niño,
72 Khaynayachiskka, phanchi sisaa, 72 Trastrocado tú, floración de rosas.
73 Mamay Virgen Kkopakka,..! 73 Así, oh Virgen Madre mía Kkopakka...!

74 Hhakkay eunia cielo altarpí 74 En aquel hermoso altar q' es eivlo,


75 Jesús Yaya yuyarkkanki 75 Jesús Padre recordaste
76 Tukuy pacha churinpakk 76 Para los lujos del mundo todo,
77 Añaychayta kiehapuspa, 77 Abriéndoles como bendición
78 Mamay Virgen Kkopakka...! 78 A la Virgen Madre mía de Kopakka...!

79 Kkoris 'konpituy (f) 79 Oh mi bolillo, de oro,


80 Kichariymusay
81 Wañuehirkkay ?... j
82 Ch'in ch'inwasun 82 Haremos silencio profundo
83 Chakikipin Hessukrísto 83 Cabe vuestros pies, Jesucristo,
84 Chakikipin clavakukka 84 Al que a vuestras plantas está
85 KhaynayaehLskka, Niño Jesús, 85 De tal suerte, Jesús Niño, trastrocado,
86 Khaynayachiskka, phanchi sissa, 86 Cual eflorecencia de rosa.
87 Mamay Virgen Kkopakka 87 Oh Virgen Madre mía de Kkopakka
88 Hana ñanta k'ancharispa 88 Iluminando tú los caminos del empíreo
89 Wakkellanta pichapuspa, 89 I sus lágrimas enjugando,
90 Mamay Virgen Kkopakka... 90 Oh Virgen y MadTe mía, Kkopakka...

91 Jesús, Jesús tmtinpi, A María, 91 En nombre del de Jesús, Oh María,


92 Khan, kkanpuni, sumakk riki, 92 Tú, sola Tú, hermosa eres,
93 Hanan pacha santísima, 93 La más santa de los altos,
94 Mamay Virgen Kkopakka 94 Madre mía, Virgen de Kkopakka,
95 María chirimiri pussakuna, 95 María reina de los tañedores de
[ehirumbelaa
96 Maria trompeta pussakuna, 96 María reina de los q'trompetas tañen,
97 Mamay Virgen Kkopakka, 97 Madre mía Virgen de Kkopakka,
98 Mamay Virgen, Jesús Mamay, 98 Virgen y Madre mía, Oh Madre de Jesú»,
99 Kaymi kanki, Jesús Mamay, 99 Todo esto eres, Madre mía y de Jesús,
100 Sapallanmi Diosta waehan, 100 Pues que, sola ella dio á luz á Dios,
101 Faileo, faileona. ( í ) ...t
102 Santullay, santullay, santullay 102 Santo, santo, santo (que es Dios) mí»,
103 Yakunchista tinkuríy 103 Nuestras aguas entremezcla
CANCIONERO POPVLAE BE LA BIOJA 421

104 Santullay, santullay, santullay 104 Tu nuestro santo, santo, santo,


105 Mamay Virgen K k o p a k k a . . . 105 Virgen mía y Madre de K k o p a k k a , . ,

106 Haywarisun, haywarisun, haywarisun, 106 Brindémosle, ofrezcámosle, presentémosle


107 Hamurinkka, rinakusun 107 Y ya que viene, vamos mutuamente,
IOS Haywarisun, haywarisun, 108 P a r a ofrendarle y ofrecerle,
109 Mamay Virgen K k o p a k k a . . , 109 Oh, Madre mía Virgen de K k o p a k k a . . .

110 Nuestra Señoray Kkopakkhapana 110 Señora Nuestra del Santuario de turquesa,
111 Chay sumakk milagroykiya 111 Ese tu bello milagro
112 Tawa sumakkri 112 Cuatro veces bello
113 Aehalaymi, santoeliaymi kanki 113 Mi primor y mi santo eres
114 Aehalaymi, Virgenchaymi kanki. 114 Mi dije y mi Virgencita eres
115 W a y luch'uycha Marikilay, señoray, 115 Oh señora mía, mi pequeña Mariquita
110 Yayalli santísima sacramentoy señoray, 116 Señora mía santísima del Santísimo
[Sacramento.
117 Chay urmayuy patay Hessukristo 117 Después de esa caída murió Jesucristo,
[wañurkkan,
118 Aehalaymi, santocliaymi kanki, 118 Eres mi alhaja y mi santa,
119 Aehalaymi, Virgenchaymi kanki, 119 Y también Virgencita mía, mi primor,
120 Mamay Virgen K k o p a k k a . . . 120 Oh Madre mía Virgen de Khopakka. . .

NÓTESE: Que el autor tiene una información confusa de los sucesos; por otra parte
—es de suponer— los copistas o transcriptores, han violentado la ortografía, y así en algunos
versos, a posar de ser traducibles los términos, no alumbran para el concepto. Además, es pre-
ciso tener en cuenta que, el compositor fué alguno que sólo escribió esto en fuerza de alguna
marcada devoción a la Virgen de Copacabana, y mezcló sin orden cuanto tenía concebido
sobre este culto. i , ¡ '-".1
Kkopa, significa: Turquesa, piedra azul verdosa. Kkhapana (derivado de Kkhapa o
Kkbapakk), significa sagrario o santuario. Por consiguiente: Kkopakkhawana o Kko-
pakkhapana, es el significado, traducido en Mirador de Turquesa, o Santuario de Turquesa.
JORGE A. LIRA,
Pbro.

NOTICIAS HISTÓRICAS SOBRE EL CULTO A LA SAGRADA IMAGEN


DE NUESTRA SEÑORA DE COPACABANA, EN EL PERÚ Y EN NUESTRO PAÍS

En la Descripción y relación de la Ciudad de La Taz, hecha en 1586, se lee: Veinte y


cuatro leguas de esta ciudad (de La Paz, Bolivia) está un pueblo de indios llamado COFA-
CAVAN A, que es a un lado de la provincia de CHUCUITO, ¡ en una punta que hace la tie-
rra y entra en una gran lagvna que allí hay (al lago Titicaca). En la iglesia de dicho pueblo
está una imagen de Nuestra Señora, la cual de año y medio a esta parte (1584!) ha hecho
muchos milagros, los cuales están tomados por testimonio auténtico; y el primero fué... (la
curación de un niño tonto y paralítico) (219 - I I - pág. 80).
A esta primera noticia eobre el origen del culto a la Virgen de Copacavana agregaremos
la de la imagen actual. Según el cronista fray Antonio de la Calancha (1584-1654) fué ta-
llada por el indio don Francisco Tito Yupanki, quien Comenzó el último bulto, que es el mi-
lagroso, a 4 de junio de 1582 ; hízolo de maguey. Es imagen de la Virgen de la Candelaria,
que se veneraba en Potosí; en esta ciudad fué hecha y desde allí llevada en andas sobre hom-
bros indígenas hasta el santuario. Entró por las plazas en la iglesia a hora de misa mayor,
a dos de febrero, del año de mil quinientos ochenta y tres (1588) (19 - 4 - 129).
En Quito: La veneración a esta imagen de la Santísima Virgen de la Candelaria en 8u
advocación de Virgen de Copacavana creció prclnto y así la ciudad de Quito tuvo su imagen
en el segundo tercio del siglo X V I I ; en efecto, diee la «Descripción del estado eclesiástico
de San Francisco de Quito» de 1650 que: En.el discurso del gobierno de dicho Obispo (de
fray Pedro de Oviedo, muerto en 1646), trajo yn hombre del PE£U la imagen de bulto de
Nzie'ttra Señora de COPACABANA, copiada del original milagroso que está en aquel pue-
422 J Ü A N A L F O N S O C A Ji J¡ I 2 O

blo, la cual llevaba á POPAYAN, muy hermosa, con su niño en brazos, y con la devoción del
Obispo y de la ciudad se dieron dos mil pesos de á ocho reales al diieño de la imagen, por-
que la dejase, ni et-ta Iglesia Catedral, á donde se colocó en Capilla particular, c<n adorno
muy decente y Capellán, que lo fué D. Miguel Sánchez Solmiron, siendo Canónigo hasta la
dignidad que obtuvo de Deán, sin faltar de su devoción muchos años; el cual, habiendo expe-
rimentado el favor y milagros de esta Santa imagen, la celebró cada año de los qu.! vino en
día de la Expectación, fiesta muy solemne, con lucido adorno, música y sermón; escribió un
libro de los milagros que obró por la intercesión de la Virgen Nuestra Señora, er esta su
imagen, y lo envió á imprimir á España con dinero bastante, á cargo del Contado, Melchor
de Castro, á cuyo libro me remito á donde se hallarán expresados los grandes milag os conse-
guidos por esta Santa imagen en partos de mujeres, enfermedades, conversiones de pecadores
y otros. Murió este su devoto en dignidad de Deán, santamente como vivió en gran devoción
de Nuestra Señora. Quedó esta fiesta y cuidado á cargo del Deán Dr. D. Alvaro de Ceballos
Bohorques, el cual acude con la reverencia, adorno y cuidado á imitación de su antecesor
(219 - I I I - apéndice I - pág. X I X ) .
L a misma Descripción nos da esta otra noticia: La Santa Sede Apostólica concedió
Otro jubileo a la capilla de Nuestra Señora de Copacabana, para el día de la Eo pectación
(18 de Diciembre), que es cuando se celebra su fiesta, concedido por la Santidad d? Urbano
VIII, la cual fiesta se hace comenzando el novenario de las misas de aguinaldo has'a la vis-
pera de Navidad (819 - I I I - apéndice I - pág. X I X ) .
En Lima: E l doctor José M. Valega en su libro Virreinato del Perú, pág. 3: 0, repro-
duce un trozo de MONOGRAFÍAS HISTÓRICAS sobre la ciudad de Lima de 19 5 con la
nómina de las cofradías existentes en Lima a principios del siglo pasado. Trae el r imbre de
las cofradías puestos en orden de antigüedad, dignidad y lugar que llevan en las p ocesiones
de Corpus Christi. D a 25 cofradías de españoles y 13 de indios; entre catas últimas está la
de Nuestra Señora de Copacabana.
En Santiago de Chile: Don Benjamín Vicuña Mackena en su estudio La3 Hijas leí Corre-
gidor, habla de las « c o f r a d í a s » existentes en las iglesias de Santiago y entre ella i da esta
noticia del última tercio del siglo X V I I de 1679:
El convento de San Francisco, entre otras muchas cofradiaÁ, tuvo la célebre ce COPA-
CABANA, en honor de la virgen americana de este nombre, y\que era SOSTENIDA POS
LOS INDIOS. • j
Fué TAN POBRE desde su origen que para la procesión de'¡sangre del jueves t-anto, que
celebraban sus cofrades, daba el protector de indios veinte pesos [de los réditos de s is censos.
Invertíase esa mima (según un documento auténtico de la época, que tenemos a la nshi), en
dos quintales de sebo, una arroba de pavilo y una carretada de leña, que valía sólo los pesos
para la fabricación de las velas del alwnbrado. Comprábanse también dos arrobas de vino a
tres pesos cada una, y según Un protector de indios, el capitán Bartolomé Jorqucra, algunos
mayordomos solían gastar hasta diez pesos dé SU bolsillo en obsequiar biscochuelos, algunas
manos de papel y el tabaco suficiente para los lavatorios de los qne se desangraban a azotes
por las calles (222 - 23 - 470).
A nuestro país llegó la devoción traída por los viajeros que iban y venían de Lin a. A este
respeeto es interesante la noticia qne el doctor Bernardo F r í a s nos d a en BUS T adiciones
Históricas.
Habla de los viajeros a Lima y dice: De paso, entre La Paz y Puno, se daban &>n el san-
tuario de la Virgen de Copacabana, una imagen tan milagrosa, según referían, como lo
fuera la de Nieva o la del Pilar en plena España.
No estaba en el camino de los viajeros, mas sí a un costado, el derecho si es qic se iba
subienda a Lima, asentado en una üla de aquellas que se alzan sobre las azuladas 'guas del
Titicaca, las mismas que presenciaron allá en la tierna niñez del imperio, el enge ulro por-
tentoso del sol con aquellas ondas, surgiendo a la vida y al poder Maneo Capac.
DE NÚES TEA SESOS A DE COPACABANA, como la decían los troperos que por allí,
por sus contornos, en Puno, se encontraban metidos, propagaron' su historia por lo¡ pueblos
argentinos del norte, y con su historia, su devoción, haciendo, desde la distancia a que se ha-
llaba Salta del Titicaca, la novena de la Virgen de Copacabana; circunstancia que i,o era, en
verdad digna de echarse de ver, supuesto que de distancia mayor les venía la devoción de la
Virgen de Mercedes ejue andaba con San Pedro Nolasco sacando cautivos de las r> asmorras
de los moros, como de la del Rosario, preferida de Santo Domingo, y aquellas otras dos que,
por ejemplo, también más antes las mentamos, y que eran la Virgen de Nieva y la del Filar,
todas oriundas de España, que quedaba de Salta tan distante como diez Perúes juntos y
reunidos.
• - - i

Pues la de Copacabana había merecido se consignara la historia de-sus prodigios en una


interminable cadena de versos, versos que los hemos conocido como a la novena en que *esta-
C AN CIO A' Eli O FO PULAS DE LA RIO JA 423

han incrustados, ¡¡ que copiados pacientemente a fuerza de mano, formaban un Kbrejo bas-
tante gordo. ¿Qué fué de él? Lo qve fm de tantas otras de su t i r a p o . . .
Lástima ahora de que se halle perdido.
Esta era una novedad con que daban al pasar, y con ella también consolaban a las llo-
rosas ausentes (119 - I I - pág. 7 3 ) .
L a devoción creciente de los viajero** y de/las esposas, hijos o novios de ellos, hizo cons-
truir cuando no iglesias por lo menos capillas u altares a la Santísima Virgen de Copacsibana
en todas nuestras provincias que comerciaban con ganado en pie al Alto y Bajo Perú, des-
de muy temprano, desde el siglo X V I .
Jujwy: En la carta de la visita episcopal q\ie hiciera al Tucumán en 1690, el obispo don
J u a n Bravo Dávila se lee: que su señoría ilustrísima empezó ¡su visita por Humahuaca, que
predicó en la lengua de los indios y que al pedir al cura, licenciado Antonio de G-Odoy, los
libros de las parroquias, éste le exhibió seis: Los tres de cofradías, la una de San Antonio de
Padua. la otra de las Benditas Almas del Purgatorio y la tercera de NUESTRA SEÑORA
DE COPACABANA y que se hallaban corrientes (150 - 1 - pág. 347).
Santiago del Estero: En la información presentada por el cura de Soconcho (Santiago
del Estero), licenciado J u a n Alfonso Díaz Caballero, el 31 de marzo de 1692, dice que en la
iglesia del pueblo de Soconcho (que consta de 43 indios tributarios) hay una iglesia de pa-
redes, con sus dos puertas de tabla, y en el altar un dosel con ÍBU cielo de damasquillo d' hilo
y lana de color pardo, y un crucifijo de bulto de dos varas del alto en el doi-el y una iiiagcn
de Nuestra Seriara en su tabernáculo pintado, seis cuadros ñonie están pintados seis apóstoles
de tres cuartos de largo, una imagen de Nuestra Señora de Cppacabana de bulto de vara y
media de alto (150 - I - pág. 380).
Salta, tiene a seis leguas al snd de la villa de Guaebipas (lugar de arrieros al Perú)
un lugarejo dicho Copncabana, en recuerdo de la virgen milagrosa,
Catamarca. tiene la villa de Copacabana en el departamento de Tinojrasta, que también
como el Copacabana de Guachipas está situado sobre el camino 1 de los troperos al Perú.
La Moja, rinde culto a la Virgen de Copacabana en la preciosa iglesia de Malanzán, lu-
gar situado en el corazón de los llanos, que ha sido y sigue siendo la zona ganadera de La
Bioja.
Córdoba tiene también su Copacabana en el departamento Ischilin.
Santa Fe recuerda a la sagrada imagen en la villa llamada. Copacabana del departamen-
to General López.

LAS COFRADÍAS DE NATURALES

A medida que se iban pacificando las distinta» parcialidades indígenas y las ciudades
levantadas por los españoles disfrutaban de los beneficios del comercio y del sosiego, se ha-
cía también más intensa la penetración hispana jen el amia de los naturales.
Con una plausible idea de enseñanza y dej adoctrinamiento, las autoridades peninsulares
establecieron al lado del cura de españoles quei atendía la población blanca de encomenderos,
el cura de naturales que dedicaba su ministerio a la evangelización del indio y de los negros
y mulatos. Estaba obligado en el Tucumán a skber quichua, el idioma general del Perú.
En las ciudades y villas importantes donóle el vecindario es-pañol organizaba cofradías
con la debida autorización del Obispo, los naturales organizaban a su vez las suyas, las co-
fradías de los naturales. j
Naturalmente, las cofradías de los españoles eran rieas porqve sus individuos eran veci-
nos encomenderos, pero ya se ha visto, al hablar del culto de Nuestra Señora en Santiago
de Chile, cómo una cofradía de naturales establecida en la iglesia de San Franciseo hacía de-
rroche de lujo en sus funciones de 1679. Al t r a ; a r del culto a Nuestra Señora de Copacabana
en Jujuy, vimos que en Humahuaca había una cofradía de naturales al parecer a la San
tísima Virgen; igualmente sucedía en Lima; según vimos, también había allá u n a cofradía
de naturales a la virgen de Copacabana. En La Kioja segurameme la hubo, pues desde muy
temprano corría su devoción como corría la de San Nicolás. En L(H4 doña Petrona Ñúñez ins-
tituyó una capellanía a favor del convento de los padrea dominicos, para que se le celebren
misas en sufragio de su alma en día que ella fije.
E n t r e éstos, manda que una misa recomendada se ha de decir el día de Nuestra Señora
de Copacabana o en su octava. Be-vista Histórica, pág. 31. Don Pedro Kamírez de Velaseo
mandaba en 1(523 decir una misa rozada el día de San Nicolás, Obispo. Revista Histórica,
"pág. 20.
Estas cofradías sufrieron las contingencias propias de las organizaciones nacidas al ca-
lor del momento; ido el cura o vecino animador, la cofradía, sea de españoles 0 de naturales,
tendría que morir.
Así las cosas, estas cofradías conforme nacían unas al calor cíe una nueva devoción, moría
otra por falta de fervor cuando no de medio* pecuniarios para sustentarla, porque cofradía
que no haga fiesta y rumbosa para su santo,ino es cofradía.
424 J V'i\A N A L F O N S O C A B E I Z O

En la carta del obispo del Tucumán, don Manuel Abad IIlana, remitida a su Majestad
desde Córdoba el 23 de agosto de 1768, dice:
26. — También me manda Vuestra Majestad que informe de las Cofradías y quisiera te-
ner materia para decir mucho bien. En la visita se me han presentado muchos libros deltas,
pero todos cuerpos sin alma. Salíanse en ellos mucho número de individuos de uno y otro
sexo, pero ni hay oficiales nombrados, ni se hacen con formalidad juntas para nombrarlos,
ni se observan sus estatutos, y muchas están reducidas a im solo individuo que es Mayordomo
perpetuo, y por su devoción hace la fiesta.
£7. — He reparado leyendo los libros, que algunas cofradías tuvieron grandes principios,
y fueron servidas en otro tiempo con ostentación y magnificencia, estando hoy casi aniqui-
ladas. Comenzaron con tanto ardor que a sí mismas se hicieron polvo y ceniza. Los primeros
cofrades se portaban con mucho lucimiento en sus funciones, o por devoción o por vanidad.
38. — Los hijos y herederos de éstos, unos por no ser tan devotos, y otros por menos
acaudalados, decayeron tanto del fervor o pundonor de ios antiguos que casi no han dejado
una chispa del antiguo fuego. Generalmente la provincia es pobre, y yo he llegado a pensar
(no se si acierto) que nuestros españoles no pudiendo dar como ricos, porque no lo son, y no
queriendo dar como pobres, porque se avergüenzan, han dejado perder las cofradías.
89. — Sólo he hallado una cofradía de ánimos muy floreciente, que llaman de ios doce.
Estos son doce vecinos acaudalados que han tomado voluntariamente el empeño de hacer
bien por los difuntos. Pártanse en sus funciones con magnificencia, y como son volun-
tarios durará cuanto dure su devoción. Si de hoy a mañana llegan a caer los fondos de la
cofradía en dos o tres tramposos, se los comen, y acabaron con la cofradía.
50. — En Jujui hubo una cofradía, y sus cofrades eran tan profusos que un antecesor
mío puso coto en los gastos, y si entonces necesitaron de freno, no hay hoy acicate tan agudo
que pueda hacerles dar un paso, porque aunque se juntan todos los años a nombrar mayordo-
mos, es nombrado el que voluntariamente se ofrece, y a ninguno se compele a serlo. Dios lo
remedie, porque yo no hallo remedio.
51. — Las cofradías de indios, negros y mulatos, como son pobres y sus individuos no te
avergüenzan de dar poco, se mantienen con SIÍ pobreza. Si los mayordomos o Alcaldes de las
Cofradías estuviesen exentos de ir a la guerra, cada santo del calendario tendría la suya, por-
que habría quien las fomentase por gozar la exención.
32. — Ciudad hay en donde no hay Español alguno que quieta ser mayordomo de iglesia.
Por eso el cura de Jujui se tenía consigo los libros de la fábrica, y administraba sus bienes.
"Lo mismo sucedía en Santiago en donde ya se puso «ir mayordomo Reglar (150 - I I - pág. 315).
Sin ir muy lejos, en Santa María de Cataxaarca, villa situada sobre el camino al Perú
por los valles Caleliaquíes, el eura dqn Bartolomé José de Castro firma en el registro titula-
do: Asiento de «Mayordomos y Cofrades» él siguiente:
En Santa María, en 10 de febrero de 17S9 años. — Sabiéndose hecho la festividad de
Nuestra Señora de la Candelaria, Fatrona de esta Iglesia, se juntaron los devotos Españoles
y naturales a hacer sus elecciones como tienen de costumbre; y hallándose todos junios en la
Iglesia los Españoles hicieron las siguientes:
Mayordomo mayor: El capitán D. Francisco de Villagra.
Mayordomo menor: Julián NúMee,
Procurador mayor: Pedro Fvensalida.
Procurador menor: Martín Alvares.
Sacristán: El capitán D. DiegoCandno.
Mayordoma mayor: Dña. Elena López.
Mayor doma menor: Dña. Petronila Monroy.
Procuradora mayor: Juana Arias.
Procuradora menor; Dña. María Josefa de Villagra.
Sacristana: Dña. Juana de Villagra.
Los naturales hicieron sus elecciones en la forma siguiente:
Alférez mayor: Antonio Díae.
Alfares menor: Alejo Olmos.
Procurador mayor: Pascual Valdés.
Procurador menor: Alejo Candno.
Mayordoma mayor: Mamona de Villagra.
Mayordoma menor: Constanza de Villagra.
Procuradora mayor: Bartolina de Silva.
Procuradora menor: Claudia Eamírez.
Vistas estas elecciones por mí el Maestre;• Bartolomé Joseph de Castro Cura y Vicario
de este Santa María, las aprobé y confirmé. T porque conste, las firmé en dicho día, mes y
año arriba dichos. MAESTEO BARTOLOMÉ JO SEPE DE C ASTEO (154 - 32).
CANCIONERO POPULAS DE LA BIOJA 425

Agrega después el sabio y erudito historiador, padre Antonio Larrouy: Pero en el año
siguiente (1740), solo los naturales hicieron sus fiestas, no los españoles «por ausencia del
capitán don Francisco de Villagra, Mayordomo mayor, que fué a la entrada contra el bárbaro
enemigo (154 - 32).
En la ciudad de La Rio ja hubo también lus dos cofradías de la Santísima Virgen, una
de españoles que la veneraban y festejaban en su advocación de Virgen del Rosario, tenía
«a imagen muy primorosamente ataviada, y la de naturales tenía la de la Candelaria, que
no le iba en zaga en su atavío. Amba9 cofradías tenían su asiento en Santo Domingo, sin
que podamos precisar la fecha de las instituciones. Las imágenes de bulto pertenecientes a
la cofradía de españoles y de naturales están todavía en poder de la orden dominicana. En
la Revista Histórica del convento de Hermanos Predicadores, de La ftioja, se publica las fo-
tografías de las dos imágenes. La de los españoles dice: IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA
DEL ROSARIO, llamada, según los documentos, Nuestra Señora de los españoles. Nuestra
Señora del Trono y Nuestra Señora del Nicho. La tienen actualmente en el coro nuestras her-
manas dominicas del asilo del Carmen (SSS - 78).
La imagen de los naturales que, como dijimos, es la de la Santísima Virgen do la Can-
delaria, lleva escrito al pie de la fotografía esta leyenda: Nuestra Señora de naturales.
(Sm - 171).

FIESTAS DE LAS COFRADÍAS DE NATURALES

Perú,: Leamos este párrafo transcripto por el doctor José M. Valega en SU libro El Vi-
rreinato del Perú:
Manuel Atanasio Fuentes, que describió el espectáculo interesante de las cofradías de
ébano, presenciado por él durante el primer cuarto de siglo republicano, nos dice, en su obra
« Lima > : • ' . . . '
La fiesta en que se esmeraban, para saUr con lucimiento, era el domingo de la infra-
oetava de corpus. Todas las tribus se juntan para la procesión, que aquel día sale del conven-
to grande de Santo Domingo. Cada uno lleva su bandera y su quila sol, bajo del cual va el
Rei o la Reina, con cetro en la derecha, y bastón, o algún instrumento, en la izquierda.
Los acompañan todos los demás de la nación, con unos instrumentos estrepitosos, lo más
de un ruido muy desagradable. Los subditos de la comitiva, que precede a los reyes, van a
porfía, revestidos de trajes horribles. Algunos; de disfraces de diablo o de emplumados; otros
imitan a los osos, con pieles sobrepuestas, otros representan unos monstruos con cuernos, plu-
mas de gavilanes, garras de leones, colas de serpientes. Todos van armados con arcos, flechas,
garrotes y escudos; se Uñen la cara de colorado o azul, según el uso de sus países, y acom-
pañan a la procesión con unos alaridos y ademanes tan atroces, como si efectivamente ataca-
ran al enemigo. (371 - 341).
Solivia: Veamos la noticia qne nos da dqn Julio L. Jaimes (a) Brocha Gorda de su in-
teresantísimo libro La Villa Imperial de Potfisí:
La fiesta del Rosario era canosísima. Desde la víspera recorrían la ciudad ío« BAILES
E INVENCIONES más grotescos y origínale1», al son de su música especial y de sus estan-
dartes abigarrados con grifos y dragones.
Formaban en fila delante de la procesión los grupos de turcos con lujosos turbantes,
los moros, los caballeros de punta en blanco, los heraldos con dalmáticas y trompetas, los
reyes de armas con blasones,, el Inca y su séquito de curacas, caciques, ñustas y Sacerdotisas
del Sol, don Juan de Austria y el Manco de Lepanto, los CHUNCHOS, salvajes con plumas,
los CCALAS, indios con lujosas túnicas y penacho de vistosas plumas, los MORENOS, negros
vestidos con colorines bailando al son del bombo y las carracas, los AYARACHIS con enor-
mes plumeros, cajas y sampoñas y la mar de comparsas con caramillos, con harpas, con
tamboras, con orquestas, danzando, realizando excentricidades y hasta indecencias, en medio
de un gentío inmenso que sembraba de huesos/^ cascaras y residuos de lo que devoraba andan-
do, bailando y dirigiendo profundas zalemas i á la Virgen.
Otra no menos original costumbre, era la de CRUQUISAQUILLA, celebrada en la pas-
cua de Pentecostés (14$ - 137). ;
Respecto a la indispensable intervención: del alférez, véase esta noticia que nos da el
sabio historiador don José Torre Revello en Su libro Los Santos Patronos de Sueños Aires:
Esa tarde celebrábase una función religiosa ocupando el ALFÉREZ una silla de brazos
con tapete y cojín de terciopelo rojo, haciendo cabeza en el banco que correspondía a los
ediles, quienes se ubicaban en la parte de la Epístola. Cuando en el desarrollo de la función
necesitaba el ALFÉREZ la enseña regia pata cumplir con el ceremonial, los antes citados
ediles, eran los encargados de ir a buscarlo y volverlo al sitio en que se depositaba. Termi-
426 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

ñaña la función el rearcso efectuábase, en la misma forma ya descripta, yendo primero la


comitiva del ALFÉREZ, donde se colocaba el pendón regio en la sala principal de la misma
sobre cojines de damasco rojo juntamente con las masas del Cabildo, rindiéndoles allí un
piquete de la guarnición durante toda la noche y en las horas en que era exhibido al pueblo
para su veneración y respeto.
Don Francisco J . Cavada, en Chiloé y los Chilates, página 151, d a noticias de celebra-
ción con exhibiciones parecidas.

P B O H I B I C I O N D E E S T A S F I E S T A S E N 1692

Las fiestas hechas por las cofradías de españoles no tardaron en desaparecer, como
hemos visto, y las de los naturales en degenerar y bien pronto, porque los indios y los ne-
gros disfrazados de Incas y de Alféreces u Alcaldes, cometían excesos y no fueron, bien mi-
rados por los señores obispos y vicarios y así vemos que y a en 1692 el Vicario Capitular de
la diócesis del Tucumán, maestro Bartolomé Dávalos, a cargo del obispado por la muerte del
titular, doctor J u a n Bravo Dávila, con fecha de febrero de 1692, prohibe talos fiestas de
las cofradías de indios, negros y mulatos:
Considerando ave loca a la obligación de nuestro oficio gverrear y desarraigar tan per-
niciosa cizaña, ordenamos y •mandamos á nuestros Vicarios, Guras de las ciudades y de los
partidos de doctrinas no concedan á españoles, indios, nearos v mulatos ó mestizos, ni á
cualquiera persona. MAYORDOMIAS, PENDONEROS. ALFÉREZ BEY O REINA. CA-
PITANES Y OTROS TÍTULOS, EN COFRADÍAS QVE NO ESTÉN APROBADAS POR
EL ORDINARIO, y sus constituciones, y aun en éstas las juntas, acompañamientos de dichos
pendoneros y convites que con el pretexto de celebrar el santo se hacen así en estancias, doc-
trinas y casas particulares, como en las ciudades, haciendo sólo celebrar sus devociones con
la decencia que piden tan santos ministerios, no consintiendo pasen dichas fiestas de lo
ordenado y decencia con gtie se hicieran en las capillas 6 iglesias aprobadas, de la misa y
vUperas que se celebraren, á acompañamientos, juntas ni convite alguno, pero que de esta
suerte se cuiden tan grave* insultos, sobre lo cual encargamos la conciencia á los señores
nuestros Vicarios, Curas y demás beneficiados ($68 . 153).
Ocurría dice el padre Toscano que:
Los alféreces, á cuyo cargo corría la solemnidad de alguna, fiesta religiosa, paseaban
también su, estandarte, en honor del santo, montados en brioso^ caballos, mayormente in-
quietos con el estruendo de bombas y los acordes de una música ruidosa que leí precedía;
pero cuyo término final, iba derechamente á acabar en casa del alférez mayor con actos de
completa relajación (£68 - 149).
El auto del Vicario Dávalos fué, a su vez, corroborado por el gobernador don Martín de
Juaregui, que en auto fechado en Córdoba el 16 del mismo mes y año en que se expidió el
Vicario, ordena o los vicegobernadores:
Habiendo visto el exhortatorio a S. S. fecho por parte del Señor Maestro D. Bartolomé
Dávalos Arcediano de la Santa Iglesia Catedral de la ciudad de Santiago del Estero, cabeza de
esta Provincia, Provisor y Vicario General de este obispado, en razón de pedir ser auxiliado
por la Real Justicia lo prohibido en dicho exorto por lo que importa al servicio de ambas
majestades, por Ja.t caucas y motivos que tan justificadamente por él se representan por
dicho Provisor etc... mandaba y mandó a todas las justicias mayor y ordinarias de esta
provincia den y hagan dar por su parte tas asistencias d-e que se necesitaron, etc... teniendo
las dichas justicias particular cuidado en excusarse y no permitir por su parte alferazgos de
pie ni a caballo dentro ni fuera de la ciudad (368 - 157).

T R A D I C I Ó N D E L CANTAR

P a r a el estudio de nuestro cantar tomaremos como pieza matriz la versión primera, en-
contrada en Aminga y <mo como dijimos al principio fué tomada de unos apuntes dejados por
el padre Luis de Cabrera, cura párroco de Castro Barros.
No nos supieron decir los vecinos viejos de Aminga si la copia del padre Luis de Ca-
brera fué un traslado de alguna anterior o si fué tomada de la tradición oral, pero ya haya
eido una cosa u otra, es evidente que su versión no puede sor considerada como la forma
original del cantar y sí como la versión más completa y la mejor conservada.
Nadie sabía decir en L a Eioja, t a n t o en la ciudad como en Aminga, Sálicas., F a m a t i n a
y Malligasta, donde aún conservan el cantar de donde proviene él o por lo menos, a donde
»e lo cantó primeramente.
Doña Mónica de la Vega me decía que el cura trajo con la devoción al Niño Alcalde
el cantar, más otras vecinas ancianas contradijeron este aserto y aseguraban que desde
tiempo inmemorial se conocía el cantar én Aminga.
CANCIÓN ESO POPULAR DE LA R t OJ A 427

Si se analiza una por una las versiones y se las eoteja, se nota un evidente parentesco
entre ellas, revelando con ese vínculo un común origen. Si como suponemos, todas estas ver-
siones parten de una sola, es evidente que esa versión única debió haberse conservado mucho
tiempo en tradición escrita, porque es inadmisible que un cantar en quichua se conserve
más o menos en estado inteligible entre gente no quichuista eomo es la que lo sabe ahora.
Si las oraciones piadosas españolas que están, hechas como p a r a niños, con suma simplicidad
han llegado a nosotros tan alteradas que apenas las reconocemos, con mayor razón vm cantar
en quichua se hubiera perdido y a hace; muchofe años si se lo hubiera dejado librado a la tra-
dición oral. Si el pueblo modifica lo que entiende con mayor razón modificará hasta cambiar
la fisonomía a lo que no entiende.
El cantar está en quichua y el Olisco, como llaman nuestros paisanos al idioma de los
Incas, llegó eon loa españoles a L a Ríoja eomo llegó a Tueumán, Catnmarca y Santiago del
Estero y se ha ido olvidando primeramente en la ciudad, después en las villas más frecuen-
tadas por el comercio con Chile y Buenos Aires; como ser Viíjchina, Los Llanos y La Costa de
Araueo y Castro Barros, hasta quedar reducido su dominio a algunas parcialidades de indios
algarroberos como fueron los de Viebigasta y San Blas de los Sauces (88 - 227, 240, 257 y
271), para desaparecer casi por completo en el último tercio del siglo pasado o quizas antes.
Este hecho evidente nos lleva a pensar que nuestro cantar debió haberse conservado
en alguna novena manuscrita a la Santísima Virgen de C'apacabana, que no ha llegado a
nosotros sino a través de copias defectuosas, puesto que las hacía la gente que ignoraba poT
completo el quichua. ¡
E s t a hipótesis explica el hecho de que los peseedores de las tales copias, entre los cuales
estaría el padre Luis de Cabrera, no supieran el sentido, esto es, la traducción del cantal
que ahora la gente repite como loro, sin saberj lo qué dice.

DATA DÍ¡L CANTAR

Respecto a la época en que se hiciera el cantar, n a d a sabemos, porque n a d a hay en él


que marque una fecha precisa. Pero es evidente, aun dentro del sentido caótico del cantar,
que debió haber nacido en la era colonial. Quizás sea anterior a 1692, ario de la prohibición
por p a r t e de la autoridad religiosa y civil de las fiestas de las cofradías de indios. Los
versos 58, 59, CO y 61 están en tiempo presente indicando así que son los mismos miembros
de la cofradía de naturales los que dicen en Coro:

¡ Vamos, vamos!
a casa del alférez
traigámosle a la iglesia
p a r a que acompaña la procesión.

La costumbre de sacar al alférez: de su j casa, p a r a hacerlo presidir la ceremonia en las


procesiones de naturales o de españoles, estaba en a u g e en el siglo X V I I , p a r a decaer y ol-
vidarse en el siguiente, tal se ha vistió en 1* carta del obispo del Tueumán, doctor Manuel
Abad l u a n a , de 1767, y tal se ha visto tamjbién con las fiestas de la Candelaria en Santa
María ( C a t a m a r c a ) .

I D I O M A E¡EL CANTAR

El cantar está compuesto en quichua, estb es, en el idioina del Cuzco. Nuestros paisanos
así do los Valles CalehaquíeB / ( S a l t a ) , como de P o m á n en Catamarca y de Los Sauces en
La Eioja, no dicen quichua sino cusco, como ¡si supieran por tradición que esta lengua india
oo fué originaria de la región sino extranjera, procedente del Cusco. No soy CUZQUERO.
Yo no sé CUZCO. S& ha» muerto las CUÁQUERAS. E s t a s y Otras frases por el estilo oí mil
veces a viejas y viejos a quienes pregunté p >r versos en quichua en los valles Calchaquíes
en el Oeste cataroarqueño y en L a Eioja.
Don Roque L. Qievedo, viejo vecino de Sufiyaeo, y hombre de posibles y de conocimientos,
rne hacía esta reflexión sobre el quichua: Vea¡ hasta hace cuarenta años Jiubía CUZQUEEOS
en San Blas de las Sauces; yo conocí a iftuchosj tarito varones como mujeres. A ellos les aprendí
los restos del canta* que le adietó (versión b ) . Al viorir ellos se acabó el CUZCO. Como yo le
había preguntado de cantares en quichua, lluego de estas reflexiones anotadas, continuó:
Al. quichua lo hablan los saniiagüeñas pero eso no se entiende; en cambio el CUZCO era
fácil, lindo, vea: SUBIFACO, donde yo vivoy quiere decir: AGUA O AGUADA DEL SURT;
C&AUPI EUAS1, donde viven los señores Gón&olo, quiere decir: CASA DEL MEDIO, ALPA-
&INCHE, donde está la estación del ferrocarril, quiere decir: TIERRA l'UKKTE, poro al
quichua de los santiagueños, ¿quién l> enl-:nde' En xez de ALPA-SIiXCUE d:r<:n AXIÍPA-
SINCHO.
428 J U A N A L F O N S O C A S E I Z O

Don Samuel Lafone Quevedo, hablando de los distingos entre el quichua de loa paisanos
eatamarqueños, que es el mismo quichua de los riojanos de Arauco y San Blas, con el quichua
hablado en Santiago del Estero, dice:
Del quichua catamarqueño y santiagueño no es necesario deoir mayor cosa; baste esto, se
diferencia del peruano menos que. él castellano del portugués (146 - 22). Y más adelante,
haciéndose cargo de 3a denominación cusco dada por ]os riojanos y catamarquefios al quichua
peruano, a g r e g a : Este TESOEO se haee cargo de demostrar lo íntimamente lejano que esta-
ba nuestro Cuzco (quichua de L a Eioja 7 Catamarea) con el clásico de la capital de los
Incas (146 - 23).
Los distingos de Lafone Quevedo han sido expuestos en u n a categórica clasificación
por Imbelloni, que hablando de las variantes del quichua, dice: Estas son al menos diez; siete
en el Perú, una en el Ecuador, una en Bolivia y una en la Argentina.
En el dialecto argentino se distinguen dos formas locales, la primera en Santiago del
Estero y la segunda en Catamarea y La Bioja (139 - 188).
El hecho de haberse conservado el cantar solamente en L a Rioja, donde se hablaba el
cusco, según la sugestiva denominación tradicional, es ya un indicio de que su idioma sea
el de alguna de las formas dialectales alto o bajo-peruanas. Descartamos la posibilidad de que
venga de Santiago del Estero, porque La Eioja como el oeste de Catamarea estaba más vincu-
lada a Chile y al P e r ú que a Santiago del EBtero, porque Copiapó como Potosí y L i m a fueron
los mercados de sus productos; pavilo y telas, y, sobre todo, ganado en pie.
Los riojanos que iban casi, todos los años a los dos perúes, estaban familiarizados con
el quichua d© las villas donde tocaban en sus andanzas: Potosí, Oruro, Cuzco, etc., on tanto
que al quichua santiagueño no lo entendían. E l traductor del cantar, don J . M. B . F a r f á n ,
profesor de Quichua en la Universidad Mayor de San Marcos, de Lima, que ha hecho estudios
profundos sobre las formas dialectales del quiehua, en una carta suya me dice respecto al
idioma del c a n t a r : El quichua es el mismo de la región de Chichas de Bolivia, donde viví
M» año estudiando el quichua de ese país.

LA MÚSICA D E L C A N T A E

L a melodía con que se entona el cantar es muy conocida porque a fuerza de repetirse efl
el canto de los 120 versos, se queda en el oído por mucho tiempo. Debemos al joven don J u l i á n
Cáceres TTreyre, distinguido universitario y aventajado cultor de nuestra etnografía y ar-
queología riojanas, la entonación del cantar y al profesor de Folklore don Bruno Jacovella, la
transcripción musical.

Moífcflirro (J»l«)

El erudito musicólogo, profesor Carlos Vega, en Danzas y Canciones Argentinas, al re-


ferirse a la penetración en territorio argentino de la música incaica, dice: Una penetración
franca de las danzas, instrumentos y músicas de forma y características precolombinas, no se
registra en el territorio argentino hasta los últimos lustros del siglo pasado y principios del
actual. Se realiza desde Bolivia y los elementos llegan hasta la mitad de la provincia de Jujuy
en mano de sus portadores los emigrantes bolivianos; pero no tienen gran acogida entre los
jujeños serranos, criollos y «argentinos modernos* (€73 - 5 1 ) .
L a s conclusiones del profesor Vega nos llevarían a admitir que el c a n t a r y su melodía
vinieron del Alto Perú (Bolivia) y no precisamente del Cuzco, en la época colonial y que han
quedado uno y otro, y acaso la ceremonia también que complementa el tríptico del arte po-
p u l a r : letra, música y danza como supervivencia colonial como ha quedado el canto del Pusyay
de inequívoco origen peruano, según vimos en la nota al cantar número 433,
CANCIONERO POPULAS DE LA RIQJA 429

FOLKLORE DEL CANTAR

Unido al tema de la música dol cantar, tenemos el del nombre ailli, dado al grupo de
cantores y por extensión a todos los que representan a los indios en la ceremonia religiosa,
según vimos en al relato del doctor J . V. González.
Así como la tradición h a alterado los versos del cantar, así lia alterado el sentido de
la voz haylli. Refiere el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1610), en el libro quinto de los
Comentarios Reales (1609), capítulo segundo: Dentro de la ciudad del Cusco, a las faldas del
cerro, donde está la fortaleza, había un andén grande de muchas fanegas de tierra, y hoy
estará vivo si no la han cubierto de casas; llámase Collampata (COLLCAMPATA, que quiere
decir ANDENES DE PLATA).
El barrio donde ésta tomó el nombre propio del andén, el cual era particular y principal
joya del sol, porque fué la primera que en todo el imperio de los Incas le dedicaron, este andén;
labraban y beneficiaban los de la sangre real, y no podían trabajar otros en él sino los
Incas y Pallas. Hacíase con grandísima fiesta principalmente el barbechar: iban los Incas
con todas sus mayores galas y arreos. Los cantares que decían en loor del sol y de sus reyes,
todos eran compuestos sobre la significación de esta palabra HAYLLI, que en la lengua
general del Perú quiere decir triunfo, como que triunfaban de la tierra barbechándola y
desentrañándola para que diese fruto. En estos cantares entremetían dichos graciosos de ena-
morados discretos y de soldados valientes, todo a propósito de triunfar de la tierra que
labraban, y asi el retruécano de todas sus coplas era la p a l a b r a HAYLLI, repetidas muchas
•veces, cuantas era menester para cumplir el compás que los indios traen en un cierto con-
trapaso que hacen barbechando la tierra, con entradas y salidas que hacen para tomar vuelo
y romperla mejor (19 - 3 - 187).
El sabio filólogo peruano don Pedro P a z Soldán y Unánue, conocido también por su
seudónimo de J u a n de Arona, refiriéndose a la voz Jualijía (deformación de Haylli), dice:
Danzas de Navidad que las negras de las haciendas de Cañete bailaban delante de los naci-
mientos, golpeando el suelo y marcando la cadencia con una especie de árbol artificial ador-
nado de oropeles y papelitos de colores, que cada una llevaba en la mano y que llamaban
la AZUCENA.
El estribillo constante de las coplas 6 villancicos que cantaban mientras bailaban iba
siendo:
Jualía, jiá.
Jualijiá.

En este nombre y estribillo debemos ver una castéllanización del HAYLLI incaico, con
que se acompañan ciertas danzas y cantos antiguos peruanos, y que hemos registrado en su
sitio. Significaba el TB1UMPHE! de los cantos ARVALES de los romanos. La HUAYLLI-
JIA de los tarmeños recuerda más directamente el HAYLLI. (Dice, de Peruanismos, p é g , 300).
Al t r a t a r de la voz Haylli, dice el mismo filólogo p e r u a n o : Ni la palabra ni la fiesta
subsisten, hasta donde alcanzan mis noticias.
Como se ve en los pasajes transcriptos del Inca Garcilaso y de P a z Soldán, la palabra
Haylli es el nombre del tono o de la música con que se entonaba el cantar, la tradición ha
desfigurado Bu sentido y hoy los riojanos llaman Haylli a los que t-e disfrazan de indios en
ía ceremonia en que se entona el cantar, sin que ni remotamente se entienda la voz en su
«cutido primitivo.
Respecto a los instrumentos musicales citados en el cantar Chirimía (verso 95) y Trom-
peta (verso 9 6 ) , transcribiremos las noticias- que da el padre G-renón en su libro Nuestra
primera música instrumental:
LA CHIRIMÍA: Instrumento tubular dé música de unos 70 centímetros con unos diez
agujeros para tonos musicales. Es música de\ viento y se usa boquilla con lengüeta. Su so-
nido es alto.

Jim." W't'V «"-W •W"t"t'-^'J<*l^vf;

(lg7 - pág. 41)

Las primeras chirimiks (t* masía» en documentos coloniales) referidos a los años qut
se citan a continuación: ^618 r 1647, i e » 2 , 17(& 1727, 1741, 1758, 1772, 1789 y 1791.
J U A N A L F O N S O C A S B I Z O

LA TBOMPETA: Diminutivo de TROMPA. Instrumento de viento en forma de tubo


largo ensanchado desde la boquilla al pabellón y se impele al aire en la boquilla. Véase:
1610, 1637, 16.36, de plata y otro de asofar 1692, 1768, 1793. (127 - Vocea: Chirimía y Trom-
peta) .

{127 - pág. 41)

P A T E 1 A D E L CANTAR

La referencia al camino del Cuzco de los versos 43, 44 y 51, y muy especial la del último:
Y la vía del Cuzco do tengo que ir, hacen suponer que el autor del cantar fuera de una
región de habla quichua situada al sur del Cuzco. L a circunstancia apuntada y el dato del
profesor F a r í á n , de que el quichua del cantar es propio del Sub Chichas, nos bnee presumir
que fuera Potosí la patria del cantar.
Potosí, desde mediados del siglo X V I hasta mediados del siglo X V I I I , fué el mercado
más grande que tuvo esta parto meridional del continente.
Su riqueza fabulosa favoreció el comercio por todas las vías: la del Perú llevaba km
barras de p l a t a que abarrotaron a España y traía de Europa para, ];i Villa Imperial sus
lujos, sus suntuosas comodidades y hasta sus vicios.
Potosí, rica y poblada, tenía preciosas iglesias y entre ellas'las consagradas a Nuestra
Señora de Capaeabana y a la Purísima Concepción ( U S - 129). Mencionaremos estos dos tem-
plos porque llevan los nombres de las dos advocaciones de la Santísima Virgen mentadas en
las versiones del cantar Mamay Virgen Copacá, en la ciudad de L a Rioja, y Mama y Virgen
Concepción, en Aminga.

EL ARTE E N E L CANTAB

El estado caótico en que ha llegado el cantar hasta nosotras, hace difícil saber ai el
autor hizo su composición en estrofas regulares, cuartetas, quintillas, etc. Lo que parece
evidente es que el cantar, en su origen, debió haber sido hecho en versos octasilabieos, por-
que así lo demuestra la gran mayoría de los versos y el estribillo que no debió haber cam-
biado, dada su simplicidad y porque se repite en cada estrofa melódica.

Kaynay chirapa, Niño Jesús


Kaynay chimpa. rosa sisa
Mamay Virgen Copacá.

El sentido del cantar es igualmente impenetrable. El presbítero .Jorge A. Lira, distingui-


do quichuista del Cuzco y a quien debemos una de las dos traducciones del cantar, hace al
respecto esta reflexión: Él compositor fué alguno que sólo escribía en fuerza de alguna mar-
cada devoción a la Virgen de Copacabana y méselo sin orden cuanto tenía concebido sobre.
este culto. Tenía una información confusa de ios sucesos.
El c a n t a r debió haber perdido su sentido primitivo quizás a principios del siglo XVTII,
cuando los indios de servicio en la ciudad de La Kioja y los naturales de la campaña co-
menzaron a sustituir el cusco con el español y por eso con el tiempo sólo quedó la costumbre
de cantarlo en las fiestas patronales a San Blas, a San Nicolás o a la Virgen en su advoca-
ción de la Concepción, como una devoción antigua siu cuidarse de que en su origen el cantar
fué dirigido a la protectora de los viajeras del Cuzco, la. Santísima Virgen de Copacabana.
LETRAS DE BAILES
ZAMBAS
782 Cuando te fuistes, sí
Es evidente
A la cancha te paras Que hasta la imagen tuya
Por darme pena Tengo presente.
Mayor pena tuviera
Si no te viera. 784
Si no te viera, sí Al pasar por el puente
Tan parecida De cal y canto
A la dueña de mi alma Me acordé de mi negra
Que anda perdida. Le largué el llanto.
Que anda perdida, sí Le largué el llanto, sí
Pero algún día Pero no le hace
Se han de volver placeres No olvidándome luego
Las penas mías. Aunque se case.
Aunque se case, sí
783 Así te digo
Si castigarme quieres
A la mar por ser honda Con el olvido.
Se van los ríos
Y detrás de tus ojos
Se van los míos. 785
Se van los míos, sí Al pasar por el puente
Memorias tristes De Santa Clara
Llorando me dejaste Se me cayó el pañuelo
Cuando te fuiste. Dentro del agua.

(782) Hemos incluido en este capítulo de letras para bailes, sesenta letras de sambas.
Estas letras están compuestas de una copla ¡y dos estrofas que se Lacen cuartetas por el
agregado al principio del último verso de la estrofa antecedente.
Muchas de laB coplas de estas Zambas ya han sido registradas en los cancioneros de
Catan!área, Salta, Jujuy y Tucumán, pero con el deseo de que no se altere la unidad de la
letra donde figuran las he dejado en su lugar, porque la letra de una Zamba es una pieza
literaria más intensa que la sola copla, pues que al ser glosada o comentada se le aumenta
la gracia.
Una Zamba, desde el punto de vista literario, es un poeraita gracioso y siempre alegre
al cual se le suele componer en formas variadas. En esta colección sólo hay zambas de dos
formas; la común es de una seguidilla con un estrambote de tres versos hecho copla de cuatro
con el agregado al principio del último verso de la seguidilla. La segunda, forma menos común,
es el de una cuarteta y una seguidilla.
La música de la zamba es «alegre y movida.
Don Carlos Vega, en su libro Bausas y Canciones Argentinas, página 109, al hablar
de la Zamacueca, que es nuestra Zamba o nuestra cueca, dice que ella es la danza nacional
chilena. Confirma este aserto el hecho de que á todas las sambas de este cancionero las recogí
a una sola población del oeste riojano. "Villa Unión, y en Villa Unión no hay hombre o mu-
jer de 40 años que no haya hecho un viaje por lo menos a Copiapó (Chile).
A más del erudito estudio de don Carlos Vega en el libro citado, puedo verse el precioso
trabajo sobre el tema, que trae el sabio investigador de Los Orígenes del Arte Musical en
Chile, de don Eugenio Pereira Salas, página 264.
(783) La copla está registrada en el Cancionero Popular de Catamarca, bajo el número
391, y es española:
A la mar, por ser honda.
Se van los ríos
Y detrás de tu* ojos
Se van los míos. (E. M. 2487)
(785) La copla primera es española. Véase la nota N.° 4275.
28- II
434 JUAN A L F O N S O C A R R I Z O

Dentro del agua sí Con el sueño de anoche


Voy preguntando Mucho gozaba
Quien ha hallado el pañuelo Soñé que me decías
Que ando buscando. Que ya me amabas.

Que ando buscando sí Que ya me amabas, sí


Volía el pañuelo Sueño perdido
Que esa niña que baila ¡Oh, quien viera en despierto
No tiene dueño. Lo que en dormido!

786 789
Amarillo es el oro Ante noche y anoche
Blanca la plata Y esta m a ñ a n a
Morena es la negrita Me corrieron los perros
Que a mí me mata. De doña J u a n a .

Que a mí me mata, sí De doña J u a n a , sí


Digo en deveras Digo en deveras
Que si no fuera cierto Que la mujer que tengo
No lo dijera. Es muy gorrera.

No lo dijera, sí Es muy gorrera, sí


Tener quisiera Así te digo
Un retrato que a ella Los perros que me ladran
Se pareciera. Nunca h a n mordido.

787 790
Amarillo es el oro Antes de apasionarte
Blanca la plata Mira primero
Morenita la niña Después de apasionada
Que a mi me mata. Ya no hay remedio.

Que a mi me mata, sí Ya no h a y remedio, sí


Lloro y me muero Pero más t a r d e
M u ñ é n d o m e en t u s brazos La fortuna bien puede
La muerte espero. Desengañarme.

La muerte espero, sí Desengañarme sí


J u n t o a t u cama Si no me quieres
Que me sirvan de luces Que por u n desengaño
Tus ojos, mi alma. Nadie se muere.

788 791
Anteanoche soñé un sueño Antes de conocerte
Que en tus brazos me tenías Yo ya te amaba
Malhaya sueño embustero Porque la estrella mía
Que tanto me engañaría. Me lo anunciaba.
(786) En el Cancionero Popular de Catamarca, figura la copla en igual forma, bajo el
N.» 399. Ea española:
Amarillo es el oro
Blanca la plata
y azules son los ojos
que a mí me matan. (R. M. 1139)
CANCIONERO POPULAS DE LA RÍOJA 435

Me lo anunciaba sí 794
Agua de lluvia
Me gustan las morochas Arrímate, cobarde
También las rubias. J u n t o a la niña
Y pedile una cabra
También las rubias, sí De la rodilla.
Pero algún día
Me han de mirar tus ojos De la rodilla, sí
Con alegría. Pégale u n grito
Que allá por los tobillos
792 Van los cabritos.
Antes de que me muera Van los cabritos, sí
Dejarte quiero Eso no es n a d a
Un corazón amante Porque en las pantorrillas
P o r heredero. Va la majada.
Por heredero, sí,
Con advertencia
Que si te vas con otro 795
Pierdes la herencia.
Camino de Santiago
Pierdes la herencia sí Van cuatro frailes
Yo te voy viendo Todos llevan alforjas
A lo disimulado Chicas y grandes.
Te estoy queriendo.
Chicas y grandes, sí
Van cuatro monjas
793 E n busca de los frailes
De las alforjas.
Arboledas y bosques
J u n t o al camino De las alforjas, sí
Son los depositarios Miren que chiste
De mi destino. Porque no te han querido
De mi destino, sí Te has puesto triste.
Ni J u a n ni J u a n a
Lo mismo nomás tiene
Hoy que mañana. 796

Hoy que mañana, sí Cuantas y cuantas veces


Miren que chiste Mi pensamiento
Llorando me dejaste Sale en busca de alivio
Cuando te fuiste. Y halla tormentos.

(795) Figura en el Cancionero Popular de Catamarca, N.° 1247.


Camino de Sevilla
Van doce frailea;
Todos llevan alforjas
Chicas o grandes.
Van doce monjas
En busca.de los frailes
De las alforjas. (B. M. 7280)
(79G) Cancionero Popular de Catamarca, N.° 259.
I Cuantas y cuantas veces
mi pensamiento
Sale a buscar alivio
y halla tormentos I (B, M. 5242)
436 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

Y halla tormentos sí Son tres hermanas, sí


Cintas colgando Y el Paraguay
i Dónde estará mi negra Son naciones más chicas
Por ahí pasiando? Con Uruguay
Si, ay, ay, ay.
Por ahí pasiando, sí,
Anda y deeile Todas son ilusiones
A la hija de mi suegra Cinco naciones
Que no me olvide. Sí, ay, ay, ay.

797
799
Cuatro letras con R.
Tiene mi dama De Buenos Aires vengo
Rosalía, Rosenda Traigo cortinas
Rosa y Rosaura. Para enlutar mi pecho
Si tú me olvidas.
Rosa y Rosaura, sí
Amor haciendo Si tú me olvidas, sí
Clavel abotonado Vení a contarme
Recién abriendo. Como queda la plaza
De Buenos Aires.
Recién abriendo sí
Rosa con dalia De Buenos Aires, sí
i Adonde irá mi negra Traigo remedios
Que yo no vaya ? Una bolsita llena
Con real y medio.

798
Chile con la Argentina 800
Por la mañana
Si ay, ay, ay De los cien imposibles
Junto con el Brasil Que el amor tiene
Son tres hermanas Ya le llevo vencido
Si ay, ay, ay. Noventa y nueve.

(797) También en Catamarca, N.* 424.


Cuatro nombres con B.
Tiene mi dama
Sosales, Bosalía,
Bosa y Bosaura. (K. M. 2132)
(799) También en Catamarca, N.° 2656.
De terciopelo negro
Tengo cortinas
Para enlatar mi cuarto
Si tú me olvidas. (R. M. 2656)
(800) En Catamarca figura bajo el numero 440.
De cien dificultades
Que el amor tiene
Yo llevo ya vencidas
Noventa y nueve.
TTna me falta,
Y esa espero vencerla
Con la constancia. (R. M. 1987)
CANCIÓN ESO POPULAS BE LA MIOJA 437

Noventa y nueve, sí Si t ú me olvidas, sí


Y uno que queda Verte quisiera
Ese lo venceremos P a r a soñar contigo
Cuando se pueda. La noche e n t e r a !

Cuando se pueda, sí La noche entera, sí,


Niña bonita Vamos a donde
E n mi pecho la tengo Ese t u amor y el mío
Retratadita. Se corresponden.

801 804
Desengáñame, niña, De todos los colores
Si no me quieres Me gusta el lacre
Que por un desengaño Donde a mi amor lo pongo
Nadie se muere. No h a y quien lo saque.

Nadie se muere, sí No hay quien lo saque, sí


Claro me llamo Digo y me fundo
Así clarito quiero Como soy inocente
Mi desengaño. No sé que es mundo.

Mi desengaño, sí No sé que es mundo, sí


Cierto y por eso Así decía
Por que soy morenito Un enfermo en la cama
Quiero el desprecio. Que se moría.

802 805

De terciopelo negro De todos los colores


Traigo cortinas Me gusta el verde
P a r a enlutar mi pecho Porque las esperanzas
Si tú me olvidas. Nunca se pierden.

Sí t ú me olvidas sí Nunca se pierden, sí


¡Ay, quién pudiera Me gusta el lacre
Besar esa boquita Adonde mi amor pongo
La noche entera! No hay quien lo saque.

Lia noche entera sí No hay quien lo saque sí


Ay que me fundo Me gusta el rojo
Como soy inocente Yo sé que andas con otro
No sé que es mundo. Y no me enojo.

803 806

De terciopelo negro De todos los colores


Traigo cortinas Me gusta el verde
P a r a enlutar mi pecho Porque las esperanzas
Si tú me olvidas. Nunca se pierden.

(802) La cuarteta está en la forma correcta española, como ss ha visto en la nota a


la copla número 709.
(803) Como en la samba anterior, la copla es la misma.
438 J U A N A L F O N S O C A R B I Z í-y

Nunca se pierden, sí 809


Por una duda
Colorada es mi sangre Dispuesta estoy a sufrir
Como la tuya. El imposible mayor
Aunque peligre mi vida
Como la tuya, sí En defensa de tu amor.
Pero algún día
Te acordarás de mí En defensa de tu amor, sí
Con tiranía. Así te digo
Es querer a una ingrata
807 Tiempo perdido.
De ventana en ventana
Por darte un beso Tiempo perdido, sí
Vino la policía Con alma y vida.
Me llevó presó. Parece que te hicieras
Desentendida.
Me llevó preso, sí
I Qué caro el beso!
Ciento cincuenta palos 810
Y un año preso.
El que en deveras ama
Y un año preso, sí Y ausente vive
Sin declararme No tiene más consuelo
¡Por qué me llevan preso Que cuando escribe.
Sin avisarme?
Que cuando escribe, sí
808 Llueve y no llueve
¿Dónde andará mi negra
Dicen que las heladas Quiere y no quiere?
Secan los yuyos
A mí me van secando Quiere y no quiere, sí
Amores tuyos. ¿Qué te parece?
El árbol que se seca
Amores tuyos, sí Ya no florece.
¡Ay, que me muero!
Muriéndome en tus brazos
Morirme quiero. 811
Morrirme quiero, sí En el sueño de anoche
Te quiero tanto Mucho gozaba
Que tan sólo por ti Soñé que me decías
Le largo el llanto. Que ya me amabas.

(808) Así en Catamarca, N.° 277:

Dicen que las heladas


Secan los yuyos
Así me voy secando
De amores tuyos. (19S - pág. 99)

(810)
El que firme idolatra
Y ausente vivo,
No tiene más consuelo
Que cuando escribe:
Porque l a pluma
Hace más tolerable
L a ausencia dura. (147 - 1 - pág. 63)
C ANCION EBO POPULAS DE LA BIOJA 439

Que ya me amabas, sí 813


Sueño perdido
Quisiera estar despierto Es la vida de amantes
JO que dormido.
Lo Vida penosa
Algo trabajosita
p
Lo que dormido, sí e r o dichosa.
Que lindo fuera _. ,. .
Que todo sueño lindo Pero dichosa, sx
decia
Cierto saliera. £El? \bravo de Arredondo
Del « 6 de Línea ».
812 Del « 6 de Línea », sí
_ , , Firmes murallas
E n la cancha te paras T u c o r a z ó n y el mío
A darme penas F o r m a n batalla.
Mayor penas tuviera
Si no te viera. g!4
Si no te viera, sí Esa niña que baila
¿Qué quieres que haga? Pañuelo i seda
Tanto como te quiero No lo quiero al pañuelo
Tal mal me pagas. Sino a la dueña.
Tan mal me pagas, sí Sino a la dueña, sí
Voliá el pañuelo Vuelta i muralla
Haceme una señita Si t ú te vas con otro
Cuál es t u dueño. Muerta te caigas.
(812) Tiene la miama cuarteta de la zamba número 782.
(813) Arredondo. El Arredondo de la zamba es el militar don José Miguel Arredondo
(1834-1904), que tuvo una destacada actuación contra la montonera.
El doctor Enrique Udaondo nos da esta noticia:
Militar. Nació en el pueblo de Canelones^ en el Uruguay, en el año 1834, pero la Argen-
tina fué su patria adoptiva. Su actuación •militar empieza a las órdenes del coronel César
Días, con cuya división figuró en la batalla de Monte Caseros. Se halló en 1853, en el sitio
de Buenos Aires y en él demostró su valor teinerario y astucia. En la batalla de Cepeda man-
dó el 2 de línea, y destinado a la campaña de Pavón, en 1861, organizó el 6 de línea. Durante
la guerra del Paraguay tuvo una actuación muy importante, y lo mismo ocurrió en la cam-
paña contra los montoneros, donde dirigió como jefe la batalla de San Ignacio, en 1867. Esta
victoria le permitió alcanzar el grado de coronel mayor. Cuando se produjo la sublevación
de Entre Míos, encabezada por Lópee Jordán, quedó a cargo de las fuerzas nacionales después
del retiro del general Gelly y Obe», y con ellas derrotó a su adversario en Ñaembé. Revolu-
cionario, a su ves, en 1874, venció al comandante Catalán, en Santa liosa, para ser derrotado
en otra batalla del mismo nombre tpor el entonce» coronel Julio A. Jioca. En 1886 invadió el
Uruguay como jefe del ejército revolucionario contra el gobierno tiránico de Santos, pero
sufrió la derrota del Quebracho. Se reincorporó al ejército en 1888, con el grado de general
de división, y desde 189S a 1896 fué miembro de la junta superior de guerra. El general
Arredondo murió en Buenos Aires el SO de setiembre de 1904, y al ser sepultados sus restos
le rindieron los Tumores de ordenanza varios: batallones. Aunque surgido de las filas, tenía
rasgos característico» de un jefe que concibe, medita y fija detalles antes de entrar en
acción. LA NACIÓN del día siguiente a su deceso le consagró una extensa nota necrológica,
en la que entre otros juicios decía: < Sereno en el peligro, de rápida concepción, combinaba
en momentos difíciles su plan sobre el campo de batalla, y, al ejecutarlo, tenía la firmeza del
valor y de la frialdad. Temperamento recogido, reservado, nada revelaba mientras trazaba
y corregía su plan; pero una ves aceptado éste, desplegaba una actividad nerviosa, cual si
tratara siempre de sorprender al enemigo. Sabía infiltrar la disciplina en su tropa: era
inexorablemente severo ante la falta, y vigilante desvelado, nada se le pasaba por alto, ni
buenos ni malos hechos, y sabia castigar lo mismo que premiar. Tenía, en campaña, días de
inacción aparente, de inmovilidad en períodos más o menos largos, y de pronto desconcer-
taba con sus marchas forzadas y sus cambios de rumbo; era que ejecutaba él plan conce-
bido en la tregua. Habiéndole tocado actuar pn una época de agitación revolucionaria, había
recorrido toda la Bepública, desde el litoral hasta las provincias andinas, desde los
esteros del norte a las pampas del sur. Tenía, al ser dado de baja con arreglo de la ley
de retiro, 46 años de servidos prestados al pats (869 - Arredondo).
440 JUAN A L F O N S O C A S B I Z O

Muerta te caigas, sí 818


Da vuelta y veme
Que esa seña qeu te hago La yerba del olvido
Algo contiene. Yo no la encuentro
No sé como los hombrea
La hallan t a n presto.
815

Esa niña que baila La hallan t a n presto, sí


Vestido overo Yo la he buscado
Ella ha de ser mi novia En todos los jardines
Si no me muero. No la he hallado.

Si no me muero, sí
Así te digo No la he hallado,-sí
Que no pongas a nadie L a ando buscando
E n lugar mío. Y como no la encuentro
Paso llorando.
E n lugar mío, sí
Dale doblones
Tal vez así se ablanden 819
Los corazones.
Me casé joveneito
816 Me metí a celos
Mi mujer h a r a g a n a
Guitarra sin dos cuerdas Yo pasiandero.
Suena quejosa
Así me quejo yo Yo pasiandero, sí
Por varias cosas. Miren que riza
Mi mujer sin enagua
Por varias cosas, sí Yo sin camisa.
Tener paciencia
E l amor también se cansa
Cuando no hay correspondencia. Yo sin camisa sí
Así te digo
Correspondencia, sí Si es que te vas con otro
Que querís que haga Pierdes conmigo.
Tanto que yo te quiero
Tan mal me pagas.
820
817
No cuente con buena vida
L a que se casa con viejo La que arriesgue sus amores
Merece en dote Se expone a perder su honor
Que le den por lo menos Dar gusto a los habladores.
Cincuenta azotes.
¿ P a r a que quieres vida
Cincuenta azotes, sí Con t a n t a pena?
Y no está lejos P a r a los habladores
Que me le pongan cuernos No hay niña buena.
Al pobre viejo.

Al pobre viejo, sí No hay niña buena, sí


Quien lo diría Es sin medida
Que me lo hagan almohada P a r a los habladores
Todos los días. No hay buena niña.
CANCIONESO POPULAE DE LA B10J4 441

821 823
No puedo cantar fuerte Para cuando me case
No tengo aliento Tengo un barril
Pasen un trago i vino Lo que me falta ahora
Para alimento. Es en que dormir.

Para alimento, sí En que dormir, ay, sí


Tomo vinito Ya tengo cama
Así dicen los changos Lo que me falta ahora
De Chilecito. Son las almohadas.
De Chilecito, sí
Vengo rendido Son las almohadas, sí
Al llegar a tu cama Ta tengo almohada
Me hago el dormido. Lo que me falta ahora
Son las frazadas.

822 Así, así, es mi modo


Ya tengo todo.
No te enamores, niña
De ese mocito
Porque pica y se vuela 824
Como el mosquito.

Como el mosquito, sí Para pasiar de noche


Digo en deveras No quiero luna
Que si cierto no fuera Quiero un cielo estrellado
No lo dijera. La noche oscura.

No lo dijera, sí La noche oscura, sí


Así te digo Preciosa amada
El que no tiene hermanas No me niegues los aires
No tiene amigos. De tu mirada.

(821) Changos, plural de Chango. Voz de uso corriente en nuestro país, para indicar
muchacho, en general, aunque hablando con propiedad, es el hijo del pueblo un tanto desali-
sado en el vestido y si se quiere un poco pesado y haragán. Sólo por excepción y entre
gente de ciudad se dice changa, aludiendo a, la muchacha, más bien se aplica en sentido
cariñoso.
Lenz, dice que es de uso corriente en Santiago de Chile y agrega*, individuo de un pue-
blo de pescadores que hasta hace pocos decenios existía en la costa de Chile, principalmente
en el norte hasta Coquimbo, pero según algunas indicaciones, se extendían hasta la provincia
de Maule y quizás hasta la boca del Biobío.
Seguramente los indios changos harían sus iacursiones en territorio de la actual pro-
vincia de Catamarca, rumbo quizás a Tucumán porque ha quedado un topónimo bilingüe
que en Belén perpetúa el nombre de esa parcialidad indígena, es el de la sierra denominada
Changorreal (líeal u asiento de los Changos). Está situado en el camino que va del campo
de Los Pozuelos o del Arenal a Laguna Blanca sobre el viejo camino de Cbafiñan.
Parece ser que el idioma de estos changos fué el de los primitivos habitantes de Chile,
el araucano.
Posnansky, en su Antropología y Sotiologia de las Basas Interandinas, consagra un in-
teresante capítulo a la etnografía dé* estos indios.
(823) En que: léase Tinque, poique asi dios el pueblo en Catamarca y La Rioja. Ee po-
pularíshna eBta reflexión ^talitñosa: Cuando tenia conatie «o tenía énque; ahora que tengo
etique no tengo conque,
442 JUAN A L F O. N 8 O C A R B I Z O

825 Calaveriando, sí
Disimulando
Para querer muchachas Si es que tú llevas miedo
Soy de fortuna
A toditas las quiero Yo voy temblando.
Y a mí ninguna.
828
Y a mí ninguna, sí
Pero más tarde Por esta calle abajo
Te has de dar cuenta tú Va una gallina
De lo mal que haces. Disparando del gallo
La muy cochina.
De lo mal que haces, sí
¡Ay mis ojitos La muy cochina, sí
Andan de puerta, en puerta Y el gallo sube
Los pobrecitos. La agarra del copete
Y la sacude.
826 Y la sacude, sí
Para querer mujeres Quién pensaría
No tengo suerte Que el gallo estando arriba
Toditas me desean... Se bajaría.
Pero la muerte.
829
Pero la muerte, sí
Me martiriza Salgo al campo y pregunto
Las ganas de quererte A la violeta
No se me quitan. Si para el mal de amores
Habrá receta.
No se me quitan, sí
Valiente empeño Habrá receta, sí
Hago mal en quererte Aurora bella
Si tienes dueño. Mátame con tus ojos
Que son centellas.

827 Que son centellas, sí


Toma y ándate
Pásate al otro lado Ya no cabe en mi pecho
Pónete al frente Tanto combate.
Aunque no sea tu dueño.
Me gusta el verte. 830
Me gusta el verte sí Salta la perdiz madre
Vamos andando Salta pa arriba
De tu casa a la mía Que se la caza el gato
Calaveriando. De la barriga.

(828) Cochino-a: A más del significado que le da el Diccionario, tiene esta voz, el de
significar: flojo, cobarde para pelear, pusilánime.
(929)
Fui al campo a preguntarle
A la violeta,
Si para el mal de amores
Habla receta.
Me ha respondido
Que para el mal de amores
Nunca la ha habido. (B. M. 5055 y 5954)
CANCIONERO POPULAS DE LA EI0JA 443

De la barriga, sí La dueña mía, sí


Chinche poroto Lloro y me muero
Agujerito negro Por no encontrar la prenda
J u n t o del otro. Que tanto quiero.
J u n t o del otro, sí 834
Chinche bonete
No hay mujer que no tenga Todos viven amando
Su adversa suerte. Yo solo muero
De ver que todos aman
831 Lo que yo quiero.
Si las ingratitudes Lo que yo quiero, sí
F u e r a n de aceite ¡Ay, juna, ay, j u n a !
Me vería manchado Cada uno con la suya
Completamente. Yo sin ninguna.
Completamente, sí Yo 6in ninguna, sí
Si castigaran Dijo Cupido
Yo sería el primerito Más vale a n d a r ausente
Que me alegrara. Que aborrecido.
Que me alegrara, sí 835
Ramo de flores
Sólo p a r a matarme Toma este puííalito
Son tus amores. Abrime el pecho
Y verás t u r e t r a t o
832 Si está bien hecho.
Si la vidita mía Si está bien hecho, sí
Fuera guitarra Dile al herrero
La tuviera en mis brazos Que te haga u n puñalíto
Atravesada. De fino acero.
Atravesada, sí De fino acero, sí
Eso no le hace Porque no quiero
Siendo que no me olvide Que creas que en mi pecho
Aunque se case. Xo :e .uv:
Aunque se case, sí 836
Firmes murallas
Su corazón y el mío Una blanca paloma
Forman batalla. Como la nieve
Me ha picado en el alma
833 ¡Ay, que me duele!
Todas las buenas mozas ¡ Ay que me duele, sí
Son perseguidas Valiente empeño
Como arbolitos tiernos Qué saco con quererte
Por las hormigas. Teniendo d u e ñ o !
P o r las hormigas, sí Teniendo dueño, sí
¡ Quién pensaría ¡ Barranca a b a j o !
Que había de estar tan lejos Hasta para quererte
La dueña mía! Me das trabajo.

(835) Tan:bióu en Catamarca, número 557:


Toma este puñalito
y ábreme el pecho
y verás tu retrato
Si está bien hecho. (R. M. 2244)
444 J U A N A L F O N S O C A B B I Z O

837 840
Uno, dos, tres y cuatro Ya viene el sol saliendo
Cinco y u n cero Dicen las flores
Son las cuentas que sacan Ya viene quien nos quita
Los forasteros. Nuestros colores.
Los forasteros, sí Nuestros colores, sí
Eso es muy cierto Miente quien dice
Que j u r a r no me atrevo Que los enamorados
P e r o no miento. Son infelices.
Pero no miento, sí Son infelices, sí
Sigan bailando No ha de ser cierto
Yo les he de echar coplas Porque dentro mi pecho
Como chanceando. Yo no lo siento.

838 841

Un picaflor volando Yo quise a una casada


Picó en t u boca Porque era linda
Creyendo que tus labios Y había tenido cuatro
E r a n dos rosas. La muy indigna.

E r a n dos rosas, sí La muy indigna, sí


Dolor me ha dado Cinco conmigo
Con las ganas de verte Seis con el abreboca
Se me ha quitado. De su marido.

Se me ha quitado, sí De su marido, sí
Quién pensaría Siete con otro
Que un picaflor volando Y el que ronda la¡ casa
La picaría. Se enteran ocho.

839 842
Veinticinco de Mayo Yo quisiera de flores
Nueve de Julio Mandarte u n ramo
Ahmalhaya un pañuelo P a r a decirte de él
Con nombre tuyo. Cuanto te amo.
Con nombre tuyo, sí Cuanto te amo, sí
Tírale al vuelo Si tú quisieras
A ese p a r de pichones Alumbrar con tus ojos
Que anda en el sucio. La Banda entera.
Que anda en el suelo, sí La Banda entera, sí
Tírale al prado No falta n a d a
Cuando venga su dueño Una vista que has dado
Yo me haré a un lado. Ya está alumbrada.

(838) Un paj arillo alegre


Pie6 en t u boca
Pensando que tua labios
E r a n dos tosas. (R. M. 1262)

(839) El veinticinco de mayo y el nueve de julio son las fechas patrias más celebradas
en nuestro país. La primera es la del grito de libertad de 1810 y la segunda la de la de-
claración de nuestra independencia en 1816.
CANCIONERO POPULAE DE LA MIOJA 445

OTROS BAILES
843 846
ESA ES MI MUERTE
TE HI DE QUERER
Esa es mi muerte
Te hi de querer Ese es mi amor
Te hi de adorar Quién tiene un veinte
Y en mi pecho te hi de tener Que me ha,, i prestar
Ay sí Año tan pobre de andi h' i sacar.
Si no me echas en olvido
Ay no
Tuya hi de ser mientras viva yo. 847
SALGA EL SOL, SALGA LA LUNA
Salga el sol, salga la luna
844 La flor del mollar
Tan lejos que me hallo
RESCATA TU PRENDA Sin poder llegar.
Rescata tu prenda Déjame llorar un rato
Que al alba, que al alba me voy. Donde hay engaño no hay trato
¡Pobres rio jan os! ¿Si volverá? La flor del mollar.
Tal vez llorando lo puedan hablar Aquí en este patiecito
¿Si volverá? Me hallo largo y angostito
Tal vez llorando lo puedan hablar. La flor del mollar.

848
845
CUANDO TE VAYAS CON OTRO
VISCACHITA VIDA CAIMA
Cuando te vayas con otro
Viscachita vida caima Me has de avisar la verdad
Morite pueblo que hay revolución Para llorarte la ausencia
Viva, Gordillo, que es libertador Que por un desprecio
Viscachita vida caima. Me has pagado mal.

(843, 44, 45 y 46) Estas cuatro vidalas me fueron dictada* cu Catuna (Dto. General
Ocampo).
(845) El primer verso parece ser el comienzo de algún cantar en quichua; véase en el
Cancionero Popular de Jujuy, las coplas números 3972 y 4016, y en el Cancionero de Salta,
las que llevan los números 4324, 4325 y 4326.
Caima, dice el verso, y seguramente es taiman, pasado del modo condicional del verbo ser
en quiehua. Si como suponemos la voz caima eflti en quichua el sentido del verso sería:
Vida, si yo fuera viscachita
Los versos siguientes aluden a un hecho político: Gordillo debe ser el Gobernador Gtor-
dillo que da el nombre a la Villa llamada antes Chemical. El tal fué el coronel don Pedro
Gordillo.
(S46) Tener un veinte, un diez o un cinco, es tener una moneda ;de ese valor, corriente
en nuestro país como la expresión.
(848) Esta vidala me fué dietada poj doña Mauricia Díaz, de 54 jtiños, en Mazan, 1940.
446 J U A N A L F O N S O C A R R I Z O

Me retiro poco a poco Quítate, quítate


Aunque tengas que llorar Quítate pa allá
Sollozando has de decir; Tu madre no quiere
—Se va ese ingrato Tu padre querrá
Me has pagado mal. Si te gusta el tinto
Pónete norrias ¡chaya!
E n esta rueda cantando
849 Cada uno copla h a de echar
El que no echara su copla
E N VARIAS PARTES La multa me ha de pagar.

E n varias partes Quítate, quítate


Hablaron de mí Quítate pa allá
E n varias partes Tu madre no quiere
Y también aquí. Tu padre querrá
Si te gusta el tinto
A mi me aborrecen Ponele nomás ¡chaya!
L a causa no sé
Si la mujer se calara
Será porque quiero
Como se cala el melón
Mas mucho hi querer.
Ya yo le hubiera calado
A mi ñ a t a el corazón.
No importa se enojen
Mi gusto hi de hacer.
851
DICEN QUE NO CABEN
850 Dicen que no caben
Pues hombre
V I E N E L L E G A N D O LA C H A Y A Ay vidalita
Dos en u n colchón
Viene llegando la chaya Hagamos la prueba
P o r la lomita pelada Pues hombre
Ya lo estamos esperando Ay vidalita
Con alojita colada. Con u n barrigón.

(849) Me fué dictada en Los Molinos en 1938.


(850) Me fué dictada esta letra de vidalita chayera en B a n d a Florida en 1939 por
el señor Roberto de la Vega.
(851) Me fué dictada esta vidalita chayera, sumamente popular en L a Rioja, por la
señorita Manuela Espíndola, quien la recogió en Famatina.
La Challa y también chaya: es la fiesta del carnaval en L a Rioja y oeste de Catamaiea.
E n el resto del Tucumán oí carnaval.
De chaya se deriva chayera: caja chayera, tonada chayera es l a caja y la tonada ear-
navalera; que se usa en carnaval.
Lenz dico que es voz de uso corriente en Santiago de Chile en el sentido de juego de
carnaval, en la ehaya que se lanzan papelitos, harina, perfumes, etc., y agua.
Viene del quichua challay. rociar con agua,
Don Zorobabel Rodríguez transcribe en su Diccionario u n a p á g i n a de su obra Loco Eusta-
quio, y en ella da esta noticia; principiaron arrojándose unos a otros algunas hojitae de rosa,
con la mesura y cortedad que en el comienzo de todas las cosas se acostumbra. Al tirarlas
los mozos como con timidez, decían ¡CHAYA SEÑORITA! a lo que la favorecida, entre
risueña y sonrosada, contestaba ¡ Gracias caballero.'. Hacían lo mismo las niñas i contesta
banle en sentido análogo los jóvenes... (B39 - 154).
A carnaval se lo personificaba en Pusyay, véase la nota a la canción 433,
Don Francisco J . Cavada, en su libro Chiloé y los Chilates, trae la voz chalilo, como sinó-
nimo de chaya. Como expresión de una costumbre antigua, son interesantes sus noticias;
véase El Chalilo, p á g i n a 138.
El doctor Joaquín V. González consagra el eapítulo X V I I de su inmortal libro Mis mon-
tañas, a describir la chaya en la campaña de su provincia natal, La Rioja.
CAUCIONERO POPULAS DE LA B10JA 447

Vamos a la plaza De que yo llegue a su casa


Pues hombre Ningún cuidado me daba
Ay vidalita Lo que siento y sentiré
Que hay mucho que ver Los trabajos que pasaba
Un indio borracho Ay sí, si, ay no, no.
Pues hombre
Ay vidalita Los trabajos que pasaba
Pega a su mujer. P o r fuerza yo he de sentir
Porque soy hombre de bien
Carnaval del cura No debo d a r que decir
Pues hombre Ay sí, sí, ay no, no.
Ay vidalita
De San Sebastian 853
Conforme es el cura
Pues hombre CARAMBA ME PIDEN
Ay indalitá
Es el sacristán. Caramba me piden
Caramba les doy
¡ Hipi, hip, h i p u ! Caramba les digo
Ay vidalita Porque ya me voy.
P o r el carnaval
Caramba que tengo frío
Que se va a eabar
Caramba que tengo rabia
Ay vidalita
Caramba que si te cojo
Y al año cabal. Caramba no sé qué haga.
¡ Hipi, hip, h i p u ! E n u n borbollón, caramba.
I Chaya, chaya, chayáa! H a y mil mosquitos, caramba,
Una pena quita pena Los unos pican muy fuerte, caramba,
Y un dolor quita dolor Y los otros despacito, caramba.
Un clavo saca otro clavo Decías que me querías, caramba,
Si no me quedan los dos. Y ahora y a lo estoy, viendo, caramba,
Que es bien colorado el gorro,
852 [caramba,
Que me estabas poniendo, caramba.
POR AMAR U N A DEIDAD

P o r amar una deidad 854


Casi me he visto perdido CIMBRA LA CAÑITA
P o r más que lo he ocultado
Todo el mundo lo ha sabido Cimbra la cañita
Ay sí, sí, ay no, no. Cimbra la mujer
El hombre casado
Todo el mundo lo ha sabido Tiene que atender
Habrá sido mi desgracia Tanto a sus hijitos
Porque me lo h a n impedido Como a su mujer
De que yo llegue a su casa Como a los gorritos
Ay sí, sí, ay no, no. Que le h a n de poner.

(852) Dictada en Vfnckina (Distrito 1 Calle), por e * n i n o ^ e ^ años Eugenio Bordón


:
en 1939.
(853) Esta letra del baile antiguo El caramba, me fué dictada en Oniquia en 1938
por doña Nareisa Ortiz. ferias estas letras comienzan con la palabra caramba. Otraa coplas
de este baile figuran b a j q loe números 37G3, 3764, 3765, 3766 y 3767.
P a r a el estudio de este baile véase Coreografía Gauchesca, de don José M. F u r t , pág. 47.
(854) Esta letra del baile llamado la cañita ¿mediacaña?, me fué dictada- en Villa
tT: ion por doña Nareisa viuda de Álamo en 1939.
P a r a su estudio véase Coreografía Ga-ueJiegca de don Jorge M. F u r t , pág. 21.
JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

855 No soy de la pera


Soy de la flor
U N ZAPATERO FUE A MISA Soy de la diosa
Que adoro yo.
Amarla quiero
Un zapatero fué a misa Perderla no
Que no sabía rezar Pa que otro goce
Y andaba por los altares No hallara yo
¿Zapatos quieren comprar? Tarálara taralara.
Tras, tras, Salí sol alumbrador,
Por las tras, traseras Salí cura el mal de amor
También por las delanteras El que no muere agoniza
También por un costado En los brazos del rigor
También por el otro lado
Se tomarán de la mano Tarálara taralara.
Se harán una reverencia
Después lo que más convenga. 857

SALÍ REMEDIO SALÍ


856
¡ Salí, remedio, salí!
SALÍ REMEDIO SALÍ A curar el mal de amor
Que el que no muere agoniza
Salí remedio salí En los brazos del rigor
Salí cura el mal de amor Molino viejo no muele maíz
El que no muere agoniza Ni agua que corre no vuelve atrás
En los brazos del rigor La penca seca ya no da grana
Ta rolara tavalara. Y la mujer vieja ya no da nada.

(855) Dictado por doña Nareisa Ortiz en Oniquia.


Es letra del baile antiguo La Firmeza, estudiado por don Jorge M. Furt, en su Coreo-
grafía, página 58.
La eopla ea española:
Un calderero fué a misa
y no sabía rezar
y andaba por los altares
—¿Hay calderas que adobar! (E. M. 7213)
Un zapatero fué a misa
y no aabía rezar,
y andaba por los altares
—I Zapatos que gobernar í (B. M. Nota a la copla 7213)
Fernán Caballero, en Cuentos y Poesías Andaluces, la trae así:
Un remendero fué a misa
y no sabía rezar
y andaba por los altares
—¿Zapatos que remendar? (pág. 165)
(856) Esta letra de El Bemedio, otro baile antiguo, me fué dictada en Chuquis
por don Reyes Vera, de 63 años.
Don Jorge M. Furt estudia El Bemedio, en la página 48 de su Coreografía.
(857) Dictada por doña Nareisa Ortiz. Es, como la anterior, una letra de El Bemedio.
Otras letras del Caramba se incluyen bajo los números 3763 al 3767. Bajo los números 3773
y 3774, figuran dos letras de El Cielito, otro baile antiguo estudiado como el anterior por
don Jorge M. Furt en su Coreografía, página 18.
CANTARES DE CUENTOS
858
Antes cuando era vivo
Comía los mejores higos
Ahora que ya estoy muerto
Lo como a este viejo tuerto.

(858) En esta coleeción se incluyen los versos tomadas de cuentos. El de esta cuarteta
se resume así:
Diz que era un viejo avaro que tenía higueras.
Aquel año las higueras del vecindario dieron pocos Higos y las del viejo muchos, tanto
que daba envidia ver sus plantas negreriando de higos tamaños. Como el viejo era avaro
y no regalaba ni por antojo un higo, un vecino que andaba deseoso se dio maña de robarle
algunos en las horas de la noche. Y así apenas se obscureció se fué con un cesto a la huerta,
trepó a una higuera y comenzó a cosechar; en esto ladró el cusquito que sintió el ruido y
el viejo advertido por el animal se fué a las higueras. El vecino que había llenado él cesto
vio que iba a ser descubierto y advirtió fingirse alma de la otra vida. Pensar y hacer fué todo
uno y así cuando sintió los pasitos del viejo dijo afinando la voe cual si fuera un alma en pena:
Antes cuando era vivo
Comía los mejores higos...
ahora que ya estoy muerto
Lo como a este viejo tuerto...
El viejo que oyó la amenaza del ánima dio las espaldas a la higuera y salió horrori-
sado, pensando en la tragedia próxima y que llegando el día regalaría los higos a los po-
bres y en hacer decir una misa a las benditas almas del purgatorio y hasta en hacer bendecir
el higueral para que desaparezcan los espíritus. El vecino en tanto comió hasta hartarse, llenó
un cesto y se fué gozoso a casa a comer los higos con s« mujercita y sus hijos.
El cuento y la cuarteta son españoles. Fernán Caballero, en Cuentos y Poesías Andaluces,
lo trae en la página 174, así:
Babia un viejo que tenía un peral, y todos los años le quitaban las peras, sin que
pudiese averiguar quienes eran los ladrones.
Desesperado, determinó quedarse una noche de luna en acecho, asomado a la ventana
de una buhardilla.
A eso de medianoche, vinieron unos estudiantes disfraeados de fantasmas, con velas
en las manos y sárgenas en los hombros, y te encaminaron en procesión hacia el peral, can-
tando en tono de prefacio: '
Andar, andar,
hasta llegar al peral.
Cuando éramos vivos
andábamos por estos caminos,
y ahora, que estamos muertos,
andamos por estos desiertos.
¿Hasta cuándo durarán nuestras penas?
Hasta que las sárgenas estén llenas.
—¡Ayí —dijo el viejo— estas son las almas de los que me han robado las peras
que están penando su delito. B. I. P. Amén.
Y se fué a acostar.
Don Aurelio de Llano Roza de Ampudia, en Cuentos Asturianos, lo trae en la página
149, así:
PELOS r CRESPOS
Una ves era tro hombre que le pusieron él mote de Pelos-Crespos.
Y en una huerta tenía una higuera mvy buena. Y los mozos del pueblo se juntaban
por las noches para ir a comerle los higos.
Y una noche Pelos-Crespos se fué a dormir a la higuera, y los mozos se enteraron. Y
se vistieron de blanco y con velas encendidas, fueron derecho a la huerta diciendo Con vos
muy triste:
Cuando nos éramos vivos,
entrábamos en esta huerta
a comer de estos figos;
¡y ahora que somos muertos,
venimos por Pelos-Crespos!
452 J U A N A L F O N S O C Á B B í 2 O

859 861
_, ,, „, . , , , . . _ Cazador que al monte vas
Calla, Tristan de mis entrañas _ Ningún jabalí verás
Que tu madre anda por las montanas. P o r q u e u n o m u r i 6 d e h e r i d a
Y de envidia los demás.
860
862
Carta te escribo Días largos
Para avisarte que vivo Noches tristes
Si no venís Barbita
Es por que no quería. ¿Pa qué saliste?
En cuanto Pelos-Crespos oyó esto, bajó de la higuera y echó a correr para su casa.
Y los monos se comieron los higos,
Don Constantino Cabal, en su estudio Mitología Ibérica, publicada en Folklore y Cos-
tumbres de España, t r a e nuestro cuento y nuestro coplita a s í :
Pues bien, esta procesión, además de los trenos en latín, canta coplas pintorescas en el
propio lenguaje del lugar. Sin salir de los límites de Asturias, allí existen viejeoitos que
la oyeron cantar estos versetes:
—Antes, cuando éramos vivos,
comíamos de estos figos,
y ahora que somos muertos,
andamos por estos huertos.
T en Portugal oyeron esta copla:
—O'alma dianteira,
toca la'nessa caldeira!
Quando éramos -vivos,
Andavamos por aquí aos figos;
agora que somos mortos,
andamos por estos barrocos.

Por cierto que los ladrones no perdieron el detalle, y unos que se toparon en un huerto
con € unas passas de figo» que eran una sobrosa tentación, se disfrazaron con sábanas, y
entraron en el huerto canticando: \
—Quando nos éramos vivos,
comíamos d'estes figos; ¡
agora que somos finados,
comeremos d'estes passados.
¥ se los comieron, efectivamente, porque el amo fué a ocultarse en lo más escondido
de la casa.
¡Sí que cantan los difuntos cuando van por la calle en procesión! En Asturias también
cantan así:
—Andar de día,
que la 7ioche es mía... (117 - I - pág. 190)
También lo trae don Aurelio de Llano en su Folklore de Asturias, pág. 66, La güesita.
(859) Al dictarme este dístico me dijeron en Los Molinos, que él pertenece a un cuento
muy viejo. Recuerdo haberlo oído referir en mi casa, en Catamarea, allá por 1902, pero
no recuerdo su t r a m a .
(860) Este era un tonto que le escribía a su hermano dándole noticias suyas y pidién-
dole que vaya a visitarlo. También conozco esta otra redacción:
Carta te escribo, papel te mando, para decirte que el ajíal que sembraste vainas te echó
y para no afligirte no te aviso que tu mama ha muerto.
(861) Este es el piropo que un joven le dirigió a una niña que a l andar cazando por
el bosque en compañía de otros caballeros y de niñas aeertó a herir de u n tiro de rifle un
jabalí. Seguramente el cuento y el piropo son extraños a nuestro medio, porque nosotros
no llamamos jabalí, sino chancho 'el monte.
(862) E s t e era un tonto criado muy regalón y vago por su madre. Como buen tonto
era enamorado. Un día le preguntó a la madre cuándo lo iba a casar. L a madre, que era
anciana y quería dejar a su hijo a buen recaudo cuando falleciera, quería también casar
a su hijo y le consolaba diciendo que cuando le saliera b a r b a se caBaría. Pasaron loa años
y cuando le salieron l a s barbas se casó y se fué a vivir a otro pueblo. Al día siguiente de
la boda ae encontró con que no tenía dinero p a r a sustentarse ni sustentar a la mujer y por
eso al llegar la noche después del día que Tesultaba interminable, echó a volar el verso citado.
CANCIONERO ro P ULAS DÉLA B I OJ A 453

862-a 867
Noches alegres
Mañanas tristes Tú que ganas
Barbita jpa qué salistes? La muía vaya
Atájame a ese fraile
863 Que no se vaya.
El diablo lo lleve a Mires
Y Mires me lleve a mi 868
Si lo hubiera visto, a Mires
O Mires me viese a mí. ¿Vino»
—No vino
—¿Por qué, no vino?
864 —Porque ya vino.
En el barrio de Las Flores
Ha habido una diferencia 869
Al pobreeito i Per&lta
Le quitaron la querencia. VIÑA SOY
Viña soy
865 Viña seré
Me abandonaron
Mi gatito coludito No sé por qué.
No te pases por aquí
Porque si te ve mi perro Yo fui dueño de esa viña
Te ha i sacar vendiendo ají. Yo primero la podé
Vide rastros de ladrones
866 Por eso la abandoné.
i Quién toca la puerta? Yo he sido aquel ladrón
—Señora, yo soy. Yo a esa viña dentré
—Vengo por las cartas Ricas uvas vide en ella
Mañana me voy. Pero nunca las probé.

(863) Esta cuarteta dieen que es de un cuento pero yo no lo conozco.


(864) En un lugar de La Costa de Castro Barros, le ocurrió a un joven Peralta lo
que siempre ocurre a los descuidados, lo deshancaron de su amor. El desaprensivo se enojo"
con todo el mundo y los muchachos le hicieron el cantar.
(865) Creo que este verso encierra una amonestación a un pretendiente atrevido. El
perro era el marido.
(866) No recuerdo bien el sentido de esta cuarteta pero entiendo que es de un cuento
de espantos, de aparecidos.
(867) Esta cuarteta dijo un señor a un sospechoso visitante de su casa. Había de
poT medio unos amores non santos.
(868) Este diálogo se entabló entre una criada que a ocultas de su amo daba vino a
un amigo. Cierta vez llegó el amo cuando el visitante estaba esperando el vino de siempre.
Extrañado porque no le trajera el consabido vasito preguntó con doble intención: ¿Vinoí,
dando a entender que le diera el vino.
Ella, lista, le repuso : # o vino. Como el otro insistiera ella le dio la razón: Porque ya
vino, el amo.
(869) Estos diálogos de versos son muy conocidos en la campaña riojana; me los dic-
taron en los valles del norte como en Los Llanos. El cuento a que pertenecen es también
conocido. No lo he encontrado referido en España, de donde debe ser originario, pero sí lo
leí en la preciosa compilación del doctor Jáo Da Silva Campos, publicada bajo el epígrafe:
Contos e fábulas populares da Baía, como parte integrante de O Folclore No Brasil, de don
Basilio de Magalháes.
El cuento brasileño se resume así: Un príncipe tenía un amigo íntimo. Un día el amigo
se casó con una mujer preciosa, pero calló el hecho al príncipe, más éste lo supo y deseoso
454 JUAN A L F O N S O C A B B I Z O

869-a Conozco también la yifia


Pues en esa viña entré
VIÑA HE SIDO Pero reviente mi yel
Si una fruta yo probé.
Viña he sido
Viña seré 869-b
A mí me han dejado YO HE SIDO UNA RICA VIÑA
No sé por qué.
ELLA
Yo fui dueño de esa Viña Yo lie sido una rica viña
Yo he sido quien la podé Que buenas uvas tenía
Vide rastros de ladrones Mi dueño me abandonó
Y por eso la dejé. Yo no sé porque sería.

de tratar con la esposa del amigo, mandó a aquél coa un recado que debía ausentarlo por
tres días de la casa. Este era celoso y echó harina en todas partes menos en el comedor,
el dormitorio y la cocina y previno a su mujer que no saliese de los referidos aposentos.
Cuando el amigo partió, el príncipe fué a la casa donde quedaba la esposa sola, trató
de ver a la señora, pero por más diligencias que bizo no vio nada. Una vieja que acertó
a pasar pidió limosna al príncipe, pero éste, molesto por la contrariedad de no ver a la Be-
ñora la echó. La vieja insistió y eomo el príncipe le dijera que si lo hacía entrar a la casa
le daría mucho dinero, la vieja se ingenió para ello sacando el molde de la llave de la
casa y se lo dio al príncipe. El curioso príncipe mandó hacer la llave y la noche siguiente
entró. Con sumo sigilo anduvo por los aposentos y allá en el último, que era el dormitorio,
encontró a la niña, dormida. Era preciosa, más de lo que él pensaba.
La vio bien y diciendo entre sí: con razón mi amigo la guarda tanto, salió del apo-
sento y de la casa eon sumo cuidado.
Al día siguiente regresó el amigo, dio el recado al príncipe y fué a ver a su mujer:
al entrar nomás vio señas de que alguien anduvo y conoció que esa alguien era su amigo el
príncipe pero se calló la boca. Al otro día organizó un banquete e invitó al príncipe y otros
nobles de la corte. A los postres dijo:
—Quando de casa sai
Pos braneos espolheí.
Rastro de ladráo achei.
Si roubou, si nao roubou,
Só Deus sabe. Bu nao sei.
Dicho esto puso el puñal sobre la mesa, ante el asombro de los comensales y oí rspanto
de la moza. El príncipe que estaba sentado frente a su amigo levantóse y respondió:
—Quando de casa saiste,
Pos braneos espalhaete.
Kastro de ladrao achaste.
Que lindaB uvas eu vi!
Te juro, por Deus do céu,
Como nelaB ntio boli.
Entraron en explicaciones y continuaron siendo muy buenos amigos (8a - 254).
De Magalháes da la noticia del cuento recogido por Teófilo Braga con el título de
O camareiro do rei, que procede de un episodio al parecer conocido entre Federico I I I y
Pedro de Vignes.
El investigador brasileño publica solamente el verso de la versión italiana de Brantome
citada en la noticia:
A la vigna che voi dieete
lo fui, e qui réstete;
algai il pámpano guardai la vite
Ma non toccai. Si Dios m'aite! (83 - 128)
Como se ve en nuestro caso el episodio aparece más novelado porque aquí ella toma
parte en el diálogo. El cuento debo ser el mismo tanto en Brasil como en Portugal y en
Italia.
CANCIÓN EBO POPULAS DE LA EIOJA 455

UNO 870
CUENTO DE NUNCA ACABAR
Yo fui quién plantó esa viña
Que ricas uvas tenía Este era un gato
Rastros de ladrón hallé Que tenía piernas de trapo
Por eso me ausenté un día. Y las patas al revés.
(Quieres que te lo cuente otra vez!
OTRO
870-a
Yo fui quien regó esa viña Yo tengo un sapito
Que ricas uvas tenía Chaleco al revés
Mi alma se caiga en pedazos Calzoncito i trapo
Si a las uvas tocaría. Como cordobés.

(870) Eflte cuento de nunca acabar es español:


Este era un gato,
que tenía los pies de trapo
y la barriguita al Tevés.
iQuieres que te lo cuente otia vez! (Xt. M. 63)
Este era un gatico,
que tenía las patas de trapico,
y el rábico de mamé:
—i Quieres que te lo cuente otra vexf
—SL
Este era un gatazo
eon los pies de estropajo
y el rábico de mamazo
I Quieres que te de con un mazof (354 - 30)
Una vez era un gatu,
Que tenia los pies de trapu
y les madreSes de nuez,
contarételu otra vezt (81 - 11)
Este era un gato,
que tenía los pies de trapo,
y el culito al revés,
i Quieres que te lo cuente otra vezf (90 IV - pag. 15»)
En América
—Pues señor este era un gato,
que tenia las patas de trapo
y la cabeza al revés...
i Quieres que te lo cuente otra vezf (84 - 236)
Este era un gato,
que tenía los pies de trapo
y la eabecita al revés.
t Quieres que te lo cuente otra vez? (217 - 13)
Trae ocho versiones mas.
DESTRABALENGUAS
871 874-a
Bien haiga quien plantas planta Con Silva no silva nadie
Quien plantas planta bien haiga Porque Silva es muy mi amigo
No hay planta que de mas fruto La que con Silva silbase
Que la planta la visnaga. Silba con Silva y conmigo.

875
872
Hay Silvas que silban bien
Compadre cómpreme usted Y Silvas que silban mal
Estas pocas capas pardas Pero donde entra tu Silva
Y si pocas capas pardas compra Se para el macho a mear.
Pocas capas pardas paga.
876
873 El perro de Roque
No tiene rabo,
Confuso en mil confusiones Porque Ramón Ramíres
Se confunde mi deseo Se lo ha robado.
Sin confundir lo confuso
De la confusión que tengo.
877
En las partes de partes
874 Que tú repartes,
Veo que partes pronto
Con Pinto no pinta nadie Para otra parte.
Porque Pinto es muy mi amigo Más si partes
La que con Pinto pintase Me partes '
Pinta con Pinto y conmigo. De parte a parte

(872)
Compadre, comp' usté poca capa parda j
Que '1 que poca capa parda compra,
Poca capa parda paga.
Yo que poca capa parda compré,
Poca capa parda pagué. (B. M. 192)
(876)
El perro de San Boque
no tiene rabo,
Porque Ramón Ramírez
Se lo ha robado. (R. M. 150)
Ricardo Palma, al tratar de les nacimientos, esto es de nuestros pesebres que él viera en
su niñez en Lima refiere:
Allí se veía a los reyes magos, el blanco, el indio y el negro, lujosamente ataviados, des-
cendiendo de un cerro sobre el portal de Belén y seguidos de un perro que movía la cola, y
ai que le cantaba: $0 PANCÓN-QUESO:
£1 perro de San Boque
no tiene rabo,
porque unos escribanos
se lo ban robado.
¡Mira perrito!
Cuídate de escribanos,
que están malditos. <J!06 - IV - pág. í)0)
... — ——,.
460 J U A N A L F O SO C A M B I Z O

878 GG1
No me lo tapien a Tapia
En un juncal de junquera Porque Tapia es muy mi amigo
Juntaba juncos Julián, Quién quiera tapiar con Tapia
Juntóse Juan a juntarlos Tendrá que tapiar conmigo.
Juntos juncos juntarán.
882
Si es acaso como dices
879 Y si vos dices como es,
Así como vos lo dices
Estoy de un fin a un sinfín Como vos dices así es.
Por ese fin me lamento
A ver si este fin final
Finaliza mi tormento. 883
Si te vas para Chinguango
Me has de traer un chinguanguito
No me traigas chinguan grande
880 Tampoco chinguan chiquito.
ME HAN DICHO QUE HAS DICHO
UN DICHO 884
TENGO UNA PALOMITA
Me han dicho que has dicho un dicho
Que han dicho que he dicho yo Tengo una palomita
El que lo ha dicho mintió Pinta, pilicia, piliorda
Y en caso que hubiese dicho Piliminisorda y sorda
Ese dicho que tú has dicho Si la palomita no fuera
Que han dicho que he dicho yo Pinta, pilicia, piliorda
Dicho y redicho quedó Piliminisorda y sorda
Y estaría muy bien dicho Los pichoncitos no serían
Basta que te hubiesen dicho Pintos, pilicios, piliordos
Que han dicho que he dicho yo. Piliminisordos y sordos.
índice de Tomo II

pág.
Romances 3
Romancillos y Rimas Infantiles , 17
Canciones Históricas 49
Canciones Religiosas j 95
Declaraciones, Finezas y Juramentos ....,< 109
Penas, Dolor, Tristezas y Amarguras 145
Celos, Quejas y Desavenencias , 162
Desdén, Desprecio y Olvido \ 183
Despedidas [ 187
Ausencias, Recuerdos y Cartas 199
Conceptuosas y Morales 213
Descriptivas y Costumbres Locales, Saludos 227
•* Jocosas, Festivas y Picarescas 245
Canciones Payadorescas , 293
Adivinanzas 301
Canciones Matonescas 311
Cariño y Penas Filiales 319
Oraciones Piadosas 323
Saetas 325
Oraciones a Nuestro Señor • , .' 325
Oraciones a la Santísima Virgen .v 326
Camino del Calvario > 331
La Crucifixión 337
Oraciones a la S a n t a Cruz 340
Rogativas ft Nuestra Señora 345
Oraciones al Arcángel San Miguel 3-iG
•^raciones a San Bartolomé 347
Oraciones a San Antonio y a San F r a n o s c o 349
Oraciones Preparatorias p a r a la Confesión 3¿"'
Oraciones del Albaí 353
Oraciones d e la Noche • 354
Devoción del Rosario , 365
Oración del Peregrino - 367
L a s Doce P a l a b r a s Tornadas 369
Ensalmos y Conjuros 374
"Villancicos de Navidad 379
Pág.
Año Nuevo Pacarí (N.° 781-a-b-c-ch-d y e ) 399
Noticias del doctor Joaquín V. González 405
Traducciones del profesor Farfán, de Lima 410
Traducción del padre Jorge A. Lira, del Cuzco 418
Noticias históricas sobre el culto a la Bagrada imagen de Nuestra Señora de Copa-
cabana en el Perú y en nuestro país 421
Tías Cofradías de Naturales 423
Fiestas de las cofradías de naturales 425
Prohibición de estas fiestas en 1692 426
Data del cantar 427
Idioma del cantar 427
La música del cantar 428
Patria del cantar 429
El arte en el cantar 430
Letras de Bailes (Zambas) 433
Otros Bailes 445
Cantares de Cuentos 449
Destrabalenguas - 457

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