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Anclajes y Empalmes PDF
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HORMIGÓN I
Unidad 8:
ANCLAJES Y EMPALMES.
Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.
2
Contenido.
8.1. INTRODUCCIÓN.
8.12. BIBLIOGRAFÍA.
8.1. INTRODUCCIÓN.
Tal cual se expresó capítulos anteriores, el hormigón armado es un material
compuesto. La eficiente interacción de los dos componentes constituyentes requiere de
una adherencia e interacción confiable entre el acero y el hormigón.
Básicamente, las recomendaciones y exigencias de los códigos apuntan a
asegurar que las barras de acero estén adecuadamente embebidas en un hormigón
bien compactado de modo que las mismas puedan desarrollar su resistencia (al menos
de fluencia) sin que se produzcan deformaciones excesivas. Es decir se deben
observar requerimientos de rigidez, resistencia y de compatibilidad de deformaciones.
Fig. 8.1(a). Falla de Anclaje de las Armaduras, en el Viaducto Cypres, durante el terremoto de Loma
Prieta, 1989, San Francisco. California.
armado se deben evitar o demorar al máximo posible dos tipos de fallas por ser
frágiles: las de corte por un lado, y las de adherencia y anclaje por otro.
Para las situaciones normales, y las extremas cuando actúa por ejemplo el
sismo severo, se debe admitir como inevitable en el hormigón armado convencional (no
precomprimido), la formación de fisuras debidas a tracción. Si bien εc no es igual a εs, la
hipótesis de igualdad de deformaciones, a los efectos del diseño de las secciones,
puede admitirse como válida pues está ampliamente demostrado que da buenos
resultados. Sin embargo, se debe cuidar el diseño y detalle de modo que las fisuras
puedan considerarse como capilares (del orden de la décima de mm). Para esto, en las
condiciones de trabajo del material compuesto hormigón armado la adherencia cumple
un rol fundamental, y por ello la ref. [1] indica que el aspecto más importante en el
detalle de las estructuras de hormigón armado apunta a que las condiciones de
adherencia sean las más efectivas. Lamentablemente esto no es muy comprendido en
la práctica real, y en general se han prior izado los cálculos numéricos de las secciones
de hormigón armado antes que el diseño y detalle de las mismas, de los elementos
estructurales completos y de sus conexiones. Muchos terremotos pasados han dado
cuenta de falta de adecuados detalles de anclaje, como los que se muestran en la Fig.
8.1(a) y (b), durante los terremotos de Loma Prieta (1989) y San Fernando (1971),
ambos en California, EEUU.
Fig. 8.1(b).
Falla de arrancamiento de las barras
durante el terremoto de San
Fernando, 1971. California. EEUU.
Algunos autores,
Ref.[2], hacen una distinción
entre dos estados para el
comportamiento del hormigón
armado: (i) Estado I: la zona
traccionada no se encuentra
fisurada, y el hormigón
contribuye a resistir la tracción;
y (ii) Estado II: cuando
superado el valor máximo de deformación por tracción aparecen numerosas fisuras, y
entonces es la armadura la que debe resistir la tracción.
Fig. 8.2.
Generación de fuerzas de
anclaje y de adherencia por
flexión.
6
fs
ld = db (8.2b)
4u
u = ∆T / π db ∆x (8.3)
7
Algunos códigos, Ref. [3] sección 18.4, tabla 24, especifican valores permisibles
para las tensiones u, lo cual permite calcular, en función de otras variables que luego
se mencionarán, la longitud de desarrollo ld. Más adelante se hará referencia a los
requisitos que estipula el código ACI-318, Ref.[4], y la norma de Nueva Zelanda, Ref.
[5]. Estas son las bases de las actuales normas en nuestro país, CIRSOC 201-2005 e
INPRES-CIRSOC 103-parte2-2005.
(a)
(b)
(c)
(d)
Fig. 8.3. (a) Vista longitudinal y Sección transversal; (b) Distribución de tensiones fs en estado I; (c)
Tensiones de tracción en el hormigón; (d) Tensiones de adherencia.
8
efecto de adherencia hace que el acero intente nuevamente transferir parte de los
esfuerzos a ambos lados de las fisuras hacia el hormigón. Se van generando
longitudes de desarrollo ld a medida que la carga aumenta, con aparición de nuevas
fisuras, cuya configuración y separación depende del grado de adherencia. Las Fig.
8.4(b), (c) y (d) muestran cómo han variado para este estado II las distribuciones de
tensiones en el acero y en el hormigón, como así también las zonas del interior de la
barra donde se generan tensiones de adherencia, con el signo distinto (cambio de
sentido) a cada lado de la fisura.
Entre fisuras principales, que son aquellas que abarcan todo el ancho por lo que
la sección de hormigón es completamente interrumpida, se generan fisuras menores o
secundarias, que no se propagan hasta la superficie externa. En este último caso la
sección de hormigón puede tomar cierta proporción de tracción.
Fig. 8.5. Deformación del hormigón entre fisuras y sentido de las tensiones de adherencia.
10
(a)
(b)
(c)
(d)
(e)
(f)
∆T = u ∑o ∆x (8.4a)
y se puede admitir que la fuerza interna de tracción T debe variar en la misma forma
que lo hace el momento externo M, por lo que entonces, siendo jd el brazo elástico es:
∆M V
∆T = = ∆x (8.4b)
jd jd
de donde resulta:
V
u= (8.5)
jd ∑ o
Esta ecuación indica que cuando el grado de variación del momento flector (esto
es el esfuerzo de corte) es alto, las tensiones de adherencia resultarán elevadas. Debe
aclararse, sin embargo, que la ecuación 8.5 es muy simplificada y sobre estima el valor
real de las tensiones de adherencia. Esto es porque, tal cual muestra la Fig. 8.7, la
presencia de fisuras en el hormigón a intervalos discretos a lo largo del elemento hace
que aparezcan tensiones adicionales de adherencia debido a la tracción que es posible
que el hormigón aún pueda desarrollar entre las grietas. Es decir, hay cierta
redistribución de las tensiones, por lo que la ecuación anterior es muy conservadora.
Es de hacer notar que, aún cuando la fuerza de corte sea nula (por ser zona de
momento constante), se van a producir tensiones de adherencia debidas a la variación
de la fuerza de tracción en el acero. A tal respecto es interesante analizar la Fig. 8.8,
tomada de Ref.[2]. En esta figura, note además que para el estado I no deberían
aparecer tensiones de adherencia en el tramo central, entre las fuerza P, pues como no
deberían aparecer fisuras, no hay razón para que las fuerzas en el acero varíen en ese
tramo. Sí aparecerán, tal cual se indican, en el estado II.
12
adherencia sobre el tramo empotrado. A los efectos prácticos se adopta como tensión
de arrancamiento la que corresponde al valor medio, es decir:
P
u= (8.6)
∑ o.lv
donde en la figura, debe tomarse a u = τ1m. Lo correcto sería tomar una tensión media
tal que no modifique la fuerza efectiva de adherencia (resultante de los diagramas de
tensión).
Fig. 8.12.
Mecanismos de resistencia que aparecen
entre dos nervaduras de una barra
conformada.
(ii) Tensiones de normales de apoyo fb, que actúan contra la cara de los
nervios.
(iii) Tensiones de corte vc, que actúan sobre la superficie cilíndrica de
hormigón entre las nervaduras adyacentes.
a
vc ≈ fb (8.7)
c
Fig. 8.13.
Mecanismos de
fallas en las
nervaduras de
barras conformadas.
(a)cuando a/c >
0.15, (b) a/c < 0.10.
Las nervaduras son normalmente, tal cual se muestra en la Fig. 8.14, del tipo
medialuna, paralelas entre sí e inclinadas con respecto al eje de la barra, pues se ha
demostrado que frente a las del tipo anulares y nervios perpendiculares al eje de la
barra, tienen un mejor comportamiento frente a la fatiga y cargas cíclicas.
Uno de los aspectos más influyentes de una buena adherencia está asociado al
desarrollo de fisuras. Esto depende fuertemente de la relación resistencia de
adherencia vs. deslizamiento, la que es función como se vio de las distintas
configuraciones de barras y, como se verá, de las diferentes situaciones tanto en
relación a los esfuerzos como a la posición de la barra dentro del hormigón.
(a)
(b)
(c)
La Fig. 8.16(c) muestra tres casos diferentes de efectos de capas con poros en
el hormigón y los efectos en la respuesta en términos de deslizamiento. Los
comportamientos son diferentes aunque se tienda a alcanzar la misma relación de
carga última. Se nota claramente la ventaja que tiene la barra en posición vertical. Ver
también la Fig. 8.17.
La Fig. 8.18 muestra en forma esquemática cuándo una barra debe considerarse
en posición favorable, I, o desfavorable, II, tomada de ref.[7], aunque en este caso el
umbral lo define un espesor de 250 mm en vez de 300 mm como estipula el ACI-318. Si
la barra está inclinada entre 45 a 90 grados, se puede considerar como ubicada en
zona I.
Fig. 8.17.
Relación carga vs. deslizamiento
para una barra diámetro 16 mm de
acero lisa en distintas posiciones y
con distinto grado de oxidación
superficial.
La Fig. 8.20, ref. [2], muestra la influencia del diámetro de la barra sobre la
tensión media de adherencia.
Fig. 8.18. Ejemplos para determinar si las barras de la armadura quedan ubicadas en zonas de
adherencia favorable (zona I) o desfavorable (zona II).
21
Fig. 8.19. Influencia de la superficie nervurada relativa, fr, sobre el valor de cálculo de la
resistencia de adherencia relativa, τ1r, para la longitud de anclaje lv = 10 db = 10 de constante.
Fig. 8.20. Influencia del diámetro de la barra de = db sobre la tensión media de adherencia
relativa, para ∆= 5x10-3, fr = 0.065, lv= 14cm, βw=f´c = 22.5 MPa.
(i) La situación en que se encuentra el extremo de la barra que debe transferir los
esfuerzos al hormigón y viceversa, para distinguir por ejemplo si se trata de un
problema de “empalme” o de “anclaje”, y
(ii) La forma que adoptan los extremos de las barras para transferir los esfuerzos
hacia el hormigón y viceversa, que básicamente se clasifican en extremos
rectos, extremos con ganchos normales, dispositivos mecánicos o una
combinación de ellos.
Fig. 8.22.
Caso típico de arreglo de armaduras en vigas de
hormigón armado
fy
l d = 0.50 αβλ db (8.8a)
f ´c
fy
l d = 0.625 αβλ db (8.8b)
f ´c
0.50 f y d b f s db
ld = = y si fy = fs
fc
' 4u
fc
4u = ∴ u = 0.5 f c
'
para acero conformado
´ 0.5
Las normas duplican los valores de ld para barras lisas, o sea, es como tomar
u = 0.25 f c
'
f y αβγλ
l d = 0.9 db (8.9)
f ´c c + K tr
d
b
c + K tr
y donde el factor no debe tomarse mayor que 2.5. En estas expresiones se
db
debe tomar siempre a las tensiones en MPa, y las unidades ld serán las que se tomen
para db.
Es importante hacer notar que en ref.[6] se marca la inconsistencia que por años
ha tenido el ACI haciendo depender la longitud de desarrollo de el diámetro de la barra.
Los autores manifiestan que los análisis y los experimentos demuestran que la ld no
debe depender de db, y así lo toma además el NZS-3101, ref.[5], en su sección 7.3.7.2,
donde para todos los diámetros de barras, adopta una ecuación idéntica a (8.8a).
Ambos códigos están de acuerdo que f´c no debe tomarse mayor a 70 MPa, por lo que
el factor f ´c termina limitado en 8.3 MPa, tal cual se dijo antes. En definitiva, para
nuestro medio, donde generalmente la barras están comprendidas entre diámetros de 6
mm a 25 mm, se aconseja utilizar siempre la expresión (8.8a).
β = factor por revestimiento. Este factor expresa la situación desfavorable que pueden
presentar las barras revestidas con materiales epóxidos, por disminuir la adherencia y
fricción entre barra y hormigón. El factor toma los siguientes valores:
λ = factor por densidad de hormigón. Vale 1.0 (uno) para hormigón normal, y 1.30 para
hormigón con agregado liviano.
γ = factor por tamaño de la armadura, que adopta el valor 0.80 para barras de diámetro
menor de 18 mm, y 1.0 para diámetros mayores de 22 mm. Este factor ya fue tenido en
cuenta en las expresiones simplificadas 6.8. En nuestro medio se aconseja usar
siempre el valor de 0.80 para que la ecuación (6.8.b) se transforme en la expresión
(6.8a).
ld = (273 / f ´c ) db
ld = (210 / f ´c ) db
para barras en situación favorable. Así por ejemplo, cuando se utiliza un hormigón de
f´c = 21 MPa, las longitudes de desarrollo resultan 60 db y 46 db para los casos
desfavorables y favorable respectivamente.
La Fig. 8.23 es tomada de la ref. [5], y sirve para mostrar el significado físico de
c y la razón de su presencia en la ecuación. En este caso, según el ACI, y obviando
que el NZS no toma distancias a eje sino a caras libres, c debería ser la menor
distancia entre los valores de cb, cs y cp/2. Claro está que lo que se reconoce con este
factor es que si la barra tiene más recubrimiento o más separación a la adyacente, las
condiciones para transferir esfuerzos al hormigón mejoran.
26
Fig. 8.23.
Definición del
significado de
las distancias cb,
cs y cp.
El factor Ktr,
llamado de
factor de armadura transversal, representa la contribución de la armadura de
confinamiento que atraviesa los planos potenciales de falla de hendimiento o de
separación (splitting planes). El factor está dado por:
Atr f yt
K tr = (8.10)
260 sn
donde:
Atr = área total de la armadura transversal dentro de un espaciamiento s que cruza el
plano potencial de falla a través de la armadura en desarrollo.
fyt = tensión de fluencia de la armadura transversal, MPa.
s = separación máxima de la armadura transversal dentro de la longitud ld.
n = número de barras que están siendo desarrolladas a lo largo del plano de falla.
ld = (157 / f ´c ) db
ld = (120 / f ´c ) db
para barras en situación favorable. Es decir, valores de sólo 0.57 veces los obtenidos
de las fórmulas simplificadas. Así por ejemplo, cuando se utiliza un hormigón de f´c= 21
MPa, las longitudes de desarrollo resultan 35db y 27db para los casos desfavorables y
favorable respectivamente.
Por los fundamentos antes dados, las barras lisas en tracción sólo pueden
desarrollar en forma confiable su resistencia a través de ganchos. La longitud de
desarrollo en ese caso, según el NZS:3101, sección 7.3.8, debe ser el doble del valor
ldh que se obtiene en su sección 7.3.14.2 y que corresponde al desarrollo de barras en
tracción para barras conformadas y con gancho normal. Ver más adelante ecuación
(8.12).
Fig. 8.25. Efecto de presión de punta S en barras comprimidas; el peligro de fractura se reduce
disponiendo de armadura transversal como se indica.
28
Fig. 8.26.
Precaución a tomar cuando se interrumpen barras
cercanas a las superficies libres de hormigón. Ver
Fig. 8.37.
desarrollo resultan menores que las de tracción. Así por ejemplo, la norma ACI-318,
sección 12.3.2 especifica que para barras conformadas en compresión la longitud de
desarrollo no debe ser menor de 200 mm, ni de la que resulte de:
fy
l d = 0.24 db (8.11a)
f ´c
ni de:
l d = 0.04 f y d b (8.11b)
aunque esta longitud puede ser reducida por los siguientes factores:
(i) (Asr/AsP) cuando hay armadura proporcionada en exceso, AsP, por encima de
la requerida Asr, pero que no esté sometida a fuerzas sísmicas, y
(ii) 0.75 cuando hay armadura de confinamiento de diámetro 6mm con
separación no mayor de 100mm, o se cumple con lo que especifica la
sección 7.10.5 de la misma norma.
fy
ld = x α β λ db
'
fc
note que, comparando con la ecuación (8.8a) de ld para tracción, el factor x es igual a
0.5, mientras que para compresión el factor es 0.25 (el cual a su vez si se confina con φ
6 @ 10 cm se reduce a x = 0.25 x 0.75 = 0.1875).
Fig. 8.29.
Ejemplos de grupos de barras.
Otro caso que se muestra en Fig. 8.30, corresponde a grupo de barras formando
diagonales de tracción y compresión en vigas de acople de tabiques de hormigón
armado, donde las barras están muy cerca unas de otras, soportando casi la misma
fuerza.
Fig. 8.30.
Detalles de armado de
una típica viga de
acople de tabiques de
hormigón armado.
Fig. 8.31.
Anclaje requerido cuando se trabaja con varias barras o grupos de
barras en tracción.
Las normas además estipulan que a los efectos de aplicar los factores de
modificación de la longitud de desarrollo de un grupo de barras, éste debe ser tratado
como una unidad de diámetro equivalente al área del total de grupo o manojo de
barras.
Para el caso de la Fig. 8.30, se puede generar una situación como la que se
esquematiza en la Fig. 8.31. En este caso, la ref. [8] sugiere que las longitudes de
desarrollo individuales (generalmente son de diámetros iguales) sea incrementada en
un 50 %.
31
8.7.7.1 Introducción
Fig. 8.33.
Ganc
hos
norma
les
según
el
NZS:3
101.
Fig. 8.32.
Ganchos normales según el ACI-318.
Fig. 8.34.
Forma típica de ejecutar ensayos de
32
Es de destacar que el mayor beneficio del gancho está en las tensiones que se
puedan desarrollar en el lado interno del mismo, del lado cargado. Por lo tanto las
condiciones del hormigón que rodea esa zona son las que controlan el comportamiento
del anclaje. Si existiera porosidad o espacios sin llenar, se pueden producir
deslizamientos de la barra que degradan el anclaje. La Fig. 8.35 muestra la respuesta
para ganchos a 180o y diferentes
posiciones del mismo respecto a
la dirección de colado del
hormigón. Se muestra la relación
fs/f´cu vs. el deslizamiento, donde fs
es la tensión de tracción del acero
aplicada a la barra frente al
gancho, y f´cu es la resistencia
cúbica del hormigón que rodea al
gancho. Se deja al lector las
conclusiones.
Fig. 8.35.
Relación Carga vs. Deslizamiento
para anclaje de barras nervuradas
con ganchos.
dirección contraria al sentido de llenado, las diferencias son menores. Esto es porque
los ganchos se apoyan sobre hormigón que no está afectado por falta de llenado, por
ganancia de agua o por sedimentación. A menor ángulo de doblado, menor
concentración de tensiones, y por ende menor deslizamiento. Por lo tanto, con mayor
diámetro de doblado se transmitirá mayor carga para el mismo valor de deslizamiento
admitido.
Fig. 8.36. Comportamiento de anclajes de barras de acero conformadas con varios grados de
doblado. (a) barras superiores y (b) barras inferiores.
fy
l dh = 0.24α 1α 2α 3 βλ db (8.12a)
f 'c
donde:
34
Note que ldh se mide desde la sección crítica hasta el extremo exterior o borde del
gancho. Además, se ve que no se hace diferencia entre barras horizontales que
puedan estar en la parte superior o inferior del encofrado. El ACI en sus comentarios
aclara que para el caso de ganchos esta distinción (que castigaba con el factor 1.30
para barras superiores) es difícil de visualizar o justificar para el caso de barras con
ganchos.
Fig. 8.37.
Incorrecto detalle de
anclaje con ganchos a
180o. Comparar con
esquema de falla de Fig.
8.26. Importancia del
confinamiento del núcleo.
Inconveniencia del tipo de
gancho.
35
Note que para los casos comunes de fy= 420 MPa, y α1= α2 = α3= β= λ =1.0, la
expresión se reduce a:
fy
l dh = 0.24 db (8.12b)
f 'c
es decir, muy parecida a la de una barra nervurada en compresión con extremo recto.
Según muestra la Fig. 8.39, ACI-318, sección 12.8, la longitud de desarrollo para
el caso de malla con barras lisas que poseen 2 alambres transversales, y con el más
próximo a la sección crítica a más de 50 mm, no debe ser menor de 150 mm, ni de:
Aw f y
l d = 3 .3 ( λ (8.13)
sw f 'c
Fig. 8.39.
Las longitudes de las barras de acero tienen dimensiones limitadas. Las barras
en nuestro medio tienen una longitud máxima de 12 metros. Barras de diámetro menor
o igual a 12 mm se pueden conseguir en rollos. De todas maneras, por razones
también de orden constructivo, las barras se colocan en obra con dimensiones
limitadas. En consecuencia, es necesario empalmar las barras de acero para que
tengan continuidad en el hormigón. En general, los empalmes pueden clasificarse en
directos e indirectos. Los directos son aquellos en los que la transferencia de esfuerzos
se hace de barra a barra directamente sin la intervención del hormigón. Este es el caso
de empalmes por soldadura y por elementos mecánicos, como manguitos roscados o a
presión.
Los empalmes por soldadura deben ser sometidos a un control de calidad muy
exigente, el que debería incluir muestras preparadas en el mismo sitio de la obra, para
asegurar las características de resistencia y deformación.
La norma DIN 4099 establece que los empalmes pueden hacerse a tope (butt
weld) o por superposición con otra barra o con cubrejuntas. La Fig. 8.40, ref.[7],
muestra los diferentes casos. Para las limitaciones en cada caso consultar la norma
respectiva.
La ref. [6] indica que los empalmes no deben ejecutarse en zonas de rótulas
plásticas, ni dentro de una distancia a partir de las mismas igual a la profundidad o
diámetro de la columna, para permitir el cambio de tracción por efecto de corte. Esta
restricción, dice la referencia citada, debería aplicarse a cualquier tipo de empalme, sea
directo o indirecto. En Japón el tipo de unión por soldadura a tope adquirió gran auge.
Sin embargo, durante el terremoto de Kobe (Kyogo-Ken-Nambú, del 17 Enero de
1995), fueron muchas las fallas por soldadura que se produjeron. La Fig. 8.41 muestra
la falla de flexión de una de las columnas del Hanshin Expressway durante dicho
evento. La falla se inició en las soldaduras a tope, que estaban ejecutadas en la misma
sección de hormigón y en la zona de máximo momento, cercana a la base de la
columna. Al menos 50 de esas columnas de ese viaducto fallaron provocando el
colapso total que se observa en la Fig. 8.42. Ver también la Fig. 8.88.
Fig. 8.41.
Fallas de Soldadura a tope en
las barras longitudinales de
las columnas de hormigón
armado de una de las
columnas de la Hanshin
Express Way, Kobe, Japón,
durante el terremoto del 17 de
Enero de 1995.
Fig. 8.42.
Falla de Flexión por encima
de las bases de las columnas
durante el terremoto de Kobe,
1995.
En Japón aún es
común para barras de
diámetro mayor de 22 mm
el uso de las uniones con
soldadura a tope del tipo
mostrada en la Fig. 8.40
(indicada como Fig. 5.1),
pero se requiere de licencia
especial para ejecutar este
tipo de unión. En este caso, se utiliza un procedimiento en el que los extremos de las
barras son calentados (a gas) a una temperatura adecuada, se presionan uno contra
otro y se logra la fusión mientras que se forma un bulbo en la sección de contacto. Para
barras de diámetro mayor de 32 mm es común el uso de conectores mecánicos, debido
39
Fig. 8.44(b).
Empalme de manguito roscado a presión para barras nervuradas.
Fig. 8.45.
Distintos tipos de fallas por
empalmes por solape en
columnas.
La Fig. 8.45
muestra distintas
situaciones de
empalmes de barras en
columnas.
La Fig. 8.46 muestra fallas de empalmes por traslape en columnas, donde las
barras longitudinales de las columnas son de diámetro grande.
43
Fig. 8.47.
Tensiones de tracción inducidas por las fuerzas de
transferencia que se desarrollan en los empalmes
por solape.
Tb = Ab f s = f t pl s (8.14)
En la ref. [6], de donde se extraen estos conceptos, se dan mayores detalles del
mecanismo de resistencia, pero para resumir, y adoptando un valor límite superior del
perímetro dado por:
p = 2 2 (c + d b ) (8.15)
fs
l s = 0.50 db (8.16)
f 'c
donde para valores de las tensiones en MPa, las unidades de ls son las de db. La
misma referencia aconseja que el empalme esté suficientemente confinado por
armadura transversal para que no se desintegre el mecanismo de transferencia de
corte por fricción en el caso que se supere la resistencia a tracción del hormigón.
Fig. 8.48(b).
Fisuras entre las barras que muestran claramente las diagonales
comprimidas.
En consecuencia, es beneficioso
alternar los empalmes de forma tal que
los extremos libres de las barras no
sean coincidentes, a menos que las
barras estén separadas por una
distancia mayor de 12db. Lo que se
recomienda es que se alternen los
extremos libres a través de media
longitud de empalme, o por más de
1.30 veces dicha longitud, tal cual se
muestra en la Fig. 8.51. Las ventajas y
desventajas de cada caso se deducen
por inspección de las figuras.
Más adelante se verá las
prescripciones de las normas, que
tienen que ver con la ubicación de los
empalmes, las longitudes de empalme
y el número de barras a empalmar.
Dentro del rol que le cabe a la armadura transversal, en la resistencia al corte, en evitar
pandeo de barras y proveer confinamiento de hormigón armado, está también la que
corresponde a suministrar resistencia de adherencia. La falla de un empalme en
tracción es muy violenta y completa si no se ha suministrado armadura transversal en
la zona de unión de las barras. Con un mínimo de contenido de armadura de estribos,
por ejemplo, 0.15%, se incrementa notablemente la resistencia del empalme, se
restringe el crecimiento de la fisuración y se puede asegurar el comportamiento dúctil
de la pieza.
Fig. 8.53.
Empalmes por
traslape de barras en
compresión. La
armadura transversal
debe extenderse más
allá de los extremos
de las barras.
El código ACI-318, sección 12.14 aclara que los lugares de empalmes deben
quedar bien definidos en los planos. En sus comentarios recomienda que se ubiquen
lejos de los puntos de máximo esfuerzo de tracción. El uso de factores 1.3ld y 1.0ld que
se verá más adelante tiende a motivar al diseñador en este aspecto.
Para los paquetes de barras aclara que se debe tomar la longitud de desarrollo
para barra individual aumentada por los coeficientes que antes se mencionaron de 1.20
y 1.33 para paquetes de 3 y 4 barras respectivamente. Los traslapes de las barras
individuales de un paquete no deben sobreponerse y no se deben empalmar paquetes
enteros por solape.
analizados, sin aplicar el que corresponde a exceso de armadura (ACI, sección 12.2.5).
La barra lisa no puede traslaparse con extremo recto.
De todas maneras, el ACI castiga con un factor de 1.3, y designa como traslape
clase B cuando el área de acero en toda la longitud del empalme suministrada no es
mayor que el doble de la requerida por análisis, o bien cuando se empalma más de la
mitad del esfuerzo a transferir dentro de la longitud de empalme. Tal cual se expresó
antes, se trata de motivar (o forzar) a que el diseñador ubique los empalmes fuera de
las regiones de máximo esfuerzo, ya que allí el área de acero colocada fácilmente
puede exceder el doble de los requerimientos, y además para que realice los traslapes
en forma escalonada. Para los otros casos el traslape lo designa como tipo A, y en ese
caso la longitud de desarrollo es igual a la de empalme, es decir el coeficiente es 1.0.
Fig. 8.55.
Separación de las barras
empalmadas (NZS).
Fig. 8.56.
Criterio del ACI para el espaciamiento libre
de barras traslapadas.
fy
l dh = 0.185 db (8.17a)
f ´c
1
l dh = 78 db (8.17b)
f ´c
El ACI aclara que el gancho a 90o debe estar situado dentro del núcleo
confinado de una columna o elemento de borde.
(a) 2.5 veces mayor que el que resulta de aplicar la ecuación (8.17a) si el espesor de
hormigón colocado de una sola colada debajo de la barra no excede de 300 mm, y
(b) 3.5 veces mayor que el que resulta de aplicar la ecuación (8.17a) si el espesor de
hormigón colocado de una sola colada debajo de la barra excede de 300 mm.
Es decir que para extremos rectos vuelve a considerar la diferencia entre barra
en posición favorable o desfavorable.
fy
l d = 0.46 db (8.18a)
f ´c
1
l d = 195 db (8.18b)
f ´c
52
1
l d = 273 db (8.19b)
f ´c
1
l d = 210 α db
f ´c
Fig. 8.57(a).
Esquema 3-D de nudo y representación de la porción de
espécimen del ensayo que se muestra en Fig. 8.57(c).
Fig. 8.57(b.) Configuración de fisuras bajos cargas monotónica y bajo carga cíclica.
54
para extremos con gancho a 90o. Según se ve en la Fig. 8.57(c), en los ensayos se ha
utilizado ldh ≅ 569 mm (22.4”), lo cual para una barra # 10 que equivale a diámetro 32
mm, resulta ldh ≅ 18db. Para la barra recta, ld ≅ 610 mm ≅ 19 db.
Se concluye entonces que los resultados de los análisis sobre los ensayos sobre
las barras a cargas cíclicas demostró que la presencia de los ganchos causaron un
marcado deterioro de las condiciones de anclaje. Tal vez esa fue la razón por la que se
incrementó la longitud de desarrollo en un 40 % para carga cíclica con respecto a carga
estática, si la barra tiene extremos con gancho.
Uno de los problemas prácticos que se presentan a menudo en las obras, y que
no formó parte de esta investigación, es que muchas veces los ganchos son causales
57
de congestión de armaduras. Esto provoca que el hormigón que debe rodear a dichos
ganchos no tenga la suficiente densidad, presencia de poros y habrá falta de
uniformidad de la mezcla de hormigón, etc. por lo que dicho material dista mucho de las
condiciones que debe cumplir para la correcta transferencia de los esfuerzos. Si, por
ejemplo, los empalmes en las columnas no se alternan, y encima se usan ganchos, la
situación se agrava, dejando a la columna en una cierta longitud con una debilidad que
seguramente el diseñador ni se imaginó. Esto muchas veces es subestimado, tanto por
quienes ejecutan la construcción como por quienes deben servir como órganos de
contralor. En nuestro medio, por ejemplo, se fija la atención en si la barra tiene gancho
terminal, y no en el detalle completo de armado, por ejemplo, en la correcta longitud de
empalme o anclaje, que no haya congestión de armaduras, etc. Un ejemplo de esta
situación se muestra en la Fig. 8.60.
Fig. 8.59(c).
Comparación de
respuesta de
barras con
extremo recto y
barras con
gancho a 90o.
58
Fig. 8.60.
Ejemplo de innecesario uso de ganchos a 180o en un
obra en el centro de Mendoza Ciudad, y potencial
problema de congestión de armaduras longitudinales.
En la sección 21.5.4.3 el ACI expresa que las barras rectas que terminan en un
nudo deben atravesar el núcleo confinado de una columna o de los elementos de
borde. Cuando la longitud recta embebida requerida para una barra se debe extender
más allá del volumen de hormigón confinado, la longitud de desarrollo, ldm, se obtiene
mediante esta expresión:
l dm = 1.6(l d − l dc ) + l dc (8.20a)
o
l dm = 1.6l d − 0.6l dc (8.20b)
donde:
ldm= longitud total de desarrollo cuando la barra recta no está totalmente confinada.
ld = longitud de desarrollo requerida para barras rectas embebidas en hormigón
ldc = longitud de barra embebida en hormigón confinado.
Salvo casos muy contados en los que se utilizan elementos de sección variable,
las vigas son de sección prismática con dimensiones constantes de su sección
transversal, que facilita la construcción (encofrados, estribos y apuntalamiento) y
reduce costos. En consecuencia, al variar el momento a lo largo de la viga, para
optimizar los materiales, se puede variar el contenido de acero a lo largo de la misma.
Es práctica común interrumpir algunas armaduras a partir de puntos específicos que
están asociados a disminución de los momentos flectores. En épocas anteriores incluso
era típico el doblado de barras, para pasarlas de zonas de momentos positivos a zonas
de momentos negativos e incluso, por el efecto de barra inclinada, para absorber
esfuerzos de corte. Por varias razones, esta práctica no es muy efectiva y en general,
es más conveniente interrumpir las barras donde no sean necesarias y utilizar estribos
para absorber los esfuerzos de corte.
Fig. 8.61.
Prescripciones de la
norma NZS para el
desarrollo de
armadura de flexión
en una típica viga
continua de hormigón
armado.
Tanto el ACI-
318 como el
NZS:3101 tienen
formato y contenidos
similares para definir
los requisitos a
cumplir para el
desarrollo de barras
en flexión. Sin
embargo, se
adoptará las
prescripciones que
establece el
reglamento de
Nueva Zelanda ya
que el ACI no
instrumenta, en
opinión del autor de
este trabajo, en
forma explícita lo que denota en sus comentarios. Esto quedará aclarado más adelante.
60
La Fig. 8.61 muestra una porción de tramo y apoyo continuo de una viga de un
pórtico de hormigón armado con su correspondiente envolvente de diagrama de
momentos. Es claro que la demanda de momentos es una curva continua, pero el
suministro de resistencia, para sección de hormigón constante, no lo puede ser.
Existirán zonas que tendrán más barras que otras y por ende habrá diferencias en las
capacidades a flexión. De eso justamente se trata para optimizar el uso de las barras
de acero. Por ejemplo, en la figura citada se ha supuesto que el momento negativo es
tomado en el apoyo por dos grupos de barras, “a” y “b”, mientras que otros dos grupos
distintos pero designados de igual manera toman el momento positivo. En algunas
secciones se producen las interrupciones o corte de barras (cut-off points). Si se
supone que cada grupo de barras resiste una porción o fracción definida del momento,
se pude hablar de dos puntos característicos de la curva de momentos que se
corresponden con dos secciones de la viga: un punto que corresponde a la sección
donde la barra o el grupo de barras debe desarrollar la resistencia a fluencia (máxima),
y otro punto a partir del cual teóricamente la barra no es necesaria. En el caso de la
figura anterior, en el apoyo (cara de la columna) el punto Y representa la sección donde
las barras adicionales “a” deben desarrollar la máxima o resistencia total (full strength).
A partir de X y hacia el centro del tramo, en ese diagrama de momentos negativos,
esas barras no serían necesarias. Es decir de X hacia Y (hacia donde crece el
momento) comienzan las barras “a” a ser necesarias (con tensión progresivamente
creciendo) y en Y se las necesita a full. Para el grupo de barras “b”, siguiendo en la
zona de momentos negativos, en X deben desarrollar la máxima resistencia y a partir
de la sección donde el momento se hace nulo hacia la derecha ya no serían
necesarias. Un razonamiento similar se puede llevar a cabo con el grupo de barras “a”
y “b” que deben absorber los momentos positivos.
(b) Que si el corte excede 2/3 pero es menor de 3/4 de la capacidad, que la
armadura de flexión en el punto de corte sea más del doble de la requerida.
El NZS aclara además que si las barras son dobladas hacia el alma de la viga
con un ángulo que no exceda 45o y terminadas a una distancia que no sea menor a d/2
de la cara traccionada, estos requisitos pueden ser obviados ya que se puede
62
Fig. 8.62(b). Representación física del problema de anclajes mediante la analogía de la biela-
tensor (compresión - tracción), para distintas situaciones de nudos. Note la necesidad de
anclaje de la armadura de tracción en zonas donde en teoría pareciera no existir esfuerzo. Si la
armadura de tracción no es correctamente anclada, no es posible desarrollar el esquema de
comportamiento similar al de reticulado.
64
Fig. 8.62(c). Armado de Ménsula según recomendaciones del NZS, C9.10, y del ACI, Fig.
11.9.2. Note el detalle del extremo recto de la barra en tracción y de la barra transversal
soldada.
debe extenderse a lo largo de la misma cara del elemento hasta el apoyo. En las vigas,
dicha armadura se debe extender por lo menos 150 mm dentro del apoyo.
Además, cuando un elemento sujeto a flexión forme parte del sistema que
resiste cargas horizontales, la armadura que se requiere según la sección anterior que
se prolongue hasta los apoyos, se debe anclar de tal forma que sea capaz de
desarrollar la tensión de fluencia fy en la cara de apoyo. Es decir que debe cumplir con
el requisito de ldh. Esto es debido a que el elemento en cuestión puede verse sometido
a reversión de momentos en el apoyo ante acciones de signo alternativo. Por ello, la
armadura en apoyo para momento positivo debe estar también apropiadamente
anclada. De lo contrario la ductilidad ante reversión de cargas se puede ver seriamente
afectada. La norma ACI en su comentario aclara que no se debe aducir que los
requerimientos de anclaje se relajan por el hecho de usar armadura en exceso. Se
debe recordar que es probable que durante un fuerte terremoto toda la armadura
colocada sea llamada a trabajar a tensión nominal o aún más. Por ello, los anclajes
deben responder a pleno. Por esta razón, pareciera que el comentario de la norma
NZS, C7.3.23.3, último párrafo, no pareciera muy adecuado.
Fig. 8.63. Criterio que establece el NZS (similar al ACI) para limitar los diámetros de las barras
en apoyos simples.
Mn
ld ≤ + la (8.21)
Vu
donde:
Mn es el momento resistente nominal (es decir con fy y sin aplicar el factor φ) calculado
con la armadura suministrada en la sección de cara del apoyo.
Vu es el esfuerzo de corte último en la sección.
la representa la longitud de embebido efectiva, y que:
(i) En el apoyo, ver Fig. 8.64.a, debe ser la longitud embebida que está más allá
del centro del apoyo.
(ii) En el punto de inflexión, Fig. 8.64(b), debe limitarse a la distancia que sea
mayor entre estos valores: la altura útil del elemento, d, o 12 db.
67
El NZS aclara que durante el diseño puede ocurrir en forma frecuente que Mn/VU
resulte mayor que ld por lo que no es necesaria ninguna verificación posterior. Si los
requerimientos anteriores no son satisfechos, entonces se debe proceder a reducir db a
los efectos de que ld decrezca, o aumentar el área de acero para momento positivo en
el apoyo, para aumentar Mn.
En la sección 12.12 del ACI y 7.3.24 del NZS se establecen las siguientes
disposiciones:
(ii) Las longitudes de desarrollo deben responder a ecuaciones (8.8) y (8.9) para
barras con extremo recto, y a (8.12) para extremos con ganchos normales.
(iii) Debido a la posibilidad de cambio en la configuración de los momentos, por
las mismas razones que antes se enunciaron, al menos 1/3 de la armadura a
tracción total asignada para el momento en el apoyo debe tener una longitud
de embebido más allá del punto de inflexión no menor simultáneamente que
la altura útil del elemento, d, doce veces el diámetro de la barra, o sea 12db,
o 1/16 de la luz libre. La Fig. 8.66(b) ilustra esta exigencia del ACI, mientras
que la Fig. 8.67 hace lo propio con la exigencia del NZS:3101. El lector
apreciará la diferencia.
Fig. 8.68.
Modelo de armaduras para vigas con
refuerzo en el alma (a) viga
uniformemente cargada; (b) modelo de
armadura simple y (c) modelo más
realista.
dichas zonas críticas alcancen la sobre resistencia en flexión. A tal efecto en sus
comentarios expresa que la envolvente de momentos a ser utilizada es la que
corresponde a la formación de 2 rótulas plásticas en cada vano bajo la combinación de
fuerzas sísmicas y cargas gravitatorias. Los momentos en dichas zonas deben estar
basados en las sobre resistencias de las secciones tal cual fueron detalladas. Para
asegurar que la interrupción de las armaduras sea la adecuada en función de la
demanda entre rótulas, la envolvente debería considerar también la posibilidad de que
la sobre resistencia se alcance en una rótula plástica mientras que en la otra sólo se
desarrolla su resistencia nominal.
Si se demuestra que la
rótula no se va a formar a
partir de la cara de la columna
sino a una distancia mayor de
hb o 500 mm, la longitud de
desarrollo se puede considerar que comienza en la cara de la columna. Estas
disposiciones se ilustran en las Figs. 8.71 y 8.72. La razón a estas exigencias es
porque debido a la penetración de fluencia desde la cara de la columna hacia su
núcleo, la longitud disponible para el desarrollo de la resistencia de las barras de la viga
se reduce gradualmente durante la respuesta cíclica debida a las acciones inducidas
por los terremotos.
A los efectos de
asegurar que la
capacidad de la viga se
mantiene sin
degradación apreciable
después de varias excursiones dentro del rango no lineal, se desplaza la sección de
inicio efectivo de anclaje según se muestra. Los ensayos han demostrado que si las
barras superiores se anclan en forma separada de las inferiores tal como se muestra
en Figs. 8.71 y 8.72, el comportamiento es superior a los casos en que se arma un
73
buckle o lazo común. Esto no se cumple sin embargo, si se cuenta con una
prolongación de viga (beam stub) como se muestra en la Fig. 8.74.
Fig. 8.73.
Terminación de las barras de la viga en un nudo
interior.
Fig. 8.74.
Anclaje de las barras de la viga en una
prolongación de la misma.
74
Fig. 8.75.
Anclaje en nudo exterior superior. Note el desarrollo de
la biela de compresión.
La Fig. 8.77 muestra las condiciones de anclaje de las barras superiores de una
viga dentro del nudo. Se ven distintas distribuciones de tensiones según el grado de
deformación impuesto.
db f ´c
≤ 3.3α f (8.22)
hc αo f y
75
cuando las barras de las vigas pasan en nudos que acoplan en dos direcciones,
pórticos bi-direccionales (two way frames), αf = 0.85, mientras que si el pórtico es
unidireccional, el factor se toma unitario. Además, cuando las rótulas plásticas en la
vigas se forman en la caras de las columna, αo= 1.25. Si en cambio, tal cual se explicitó
antes (sección 7.5.2.2 de la norma) la articulación plástica se puede ubicar lejos de la
cara de la columna, se puede suponer que las secciones de la viga en la cara de la
columna permanece elástica, con lo cual es posible adoptar αo =1.0. El valor límite que
se puede adoptar para f´c en la expresión anterior es de 70 MPa.
Fig. 8.77.
Condiciones de
anclaje de las
barras
superiores de
las vigas en un
nudo interior de
un pórtico.
columnas puede ser de un signo solamente (por ejemplo tracción) a través de toda la
profundidad de la columna.
Fig. 8.79.
Configuració
n de fisuras
en un modelo
físico de
columna-
viga-nudo
con
formación
clara de
rótulas
plásticas en
vigas.
77
Tal cual se mostró en la Fig. 3.22. del capítulo 3, ciertas barras de las losas
pueden considerarse como efectivas en resistir la tracción participando con el nervio de
la viga. Sin embargo, para evitar el pandeo de esas barras, y además como la
transmisión de esfuerzos hacia el núcleo de las columnas puede resultar difícil a través
de barras de gran diámetro, por un lado se limita el mismo a 1/5 del espesor de la losa,
y por otro se debe contemplar suficiente cantidad de armadura transversal en la losa
para garantizar la transferencia de esfuerzos.
Fig. 8.80.
Deterioro de las condiciones de adherencia en un nudo
exterior.
de 90o. Si hay disponible barras transversales, tal como se muestra en la Fig. 8.81,
dentro del gancho, se puede optar por una reducción del 20 % en la longitud ldh. La
norma dispone que se debe contar con al menos dos barras transversales en contacto
con el lado interno del gancho, y con diámetro al menos igual al de la barra doblada.
Fig. 8.81.
Arreglo de armadura transversal adicional para reducir las
tensiones de apoyo en el hormigón por el gancho.
Fig. 8.82. Forma en que se deben doblar las barras de las columnas en sus extremos.
como sea posible de la cara más alejada de la cara de la viga, y no más cerca de 3/4
de la altura de la viga medida de la cara de entrada. A menos que la columna sea solo
diseñada para resistir cargas axiales, las direcciones de los extremos horizontales de
las barras se deben doblar hacia la cara opuesta. La razón es que se desea que las
tensiones de apoyo inducida por los ganchos sean dirigidas hacia el centro del núcleo,
para asegurar que se desarrolle un mecanismo de diagonal de compresión y tensor
adecuado dentro del nudo. Ver, por ejemplo, la Fig. 8.75.
En la sección 7.5.3.3, el NZS establece que cuando las columnas son diseñadas
para desarrollar rótulas plásticas en los extremos, la relación entre el diámetro de las
barras de las columnas que pasan a través de las vigas de altura hb debe ser tal que:
db f
≤ 3 .2 ´ c (8.23)
hb fy
Debido a que las condiciones de adherencia son mejores para el caso de barras
verticales que para horizontales, la norma NZS aclara que los valores máximos
permitidos por la ecuación 8.23 intentan dar un incremento del orden del 10 % con
respecto a los que se obtienen de aplicar 8.22.
Uno de los países que está a la vanguardia de las investigaciones, tanto analíticas
como experimentales, es Japón. Es en este país donde, por ejemplo, comenzó el uso
de la soldadura de barras de acero a tope por fusión, (sin material de aporte) de sus
extremos. Esta técnica, tal cual se expresó antes, sufrió un revés durante la ocurrencia
del terremoto de Kyogo-Ken-Nambú (Kobe-1995), debido a las numerosas fallas de
soldadura que se produjeron. Toda soldadura efectuada en el lugar de construcción (y
no en el taller) conlleva ciertos riesgos. Sin embargo, cuando la misma ha sido
cuidadosamente efectuada ha demostrado dar buenos resultados. Es así que, bajo
81
estrictas normas de control, Japón continúa con el uso de este tipo de unión para
empalme de barras, para el caso de diámetros mayores de 22 mm (se utilizan
comúnmente barras de 25, 29, 32 o 35 mm). En todos los casos se debe contar con
una licencia especial para ejecutar los trabajos.
Fig. 8.85.
Investigador con una barra cuyo
extremo se encuentra aplanado.
En la corporación
Shimizu se ha estado
investigando el uso de extremos
de barras modificados por
aplastamiento ante la acción de
calor, que simulan en cierta
forma el efecto de placa antes
vista. La Fig. 8.85 muestra uno
de los investigadores a cargo
del proyecto con una barra con
su extremo aplanado, mientras
que la Fig. 8.86 muestra los
distintos tipos de arreglo de
extremo de barras utilizados
para la comparación de los
resultados experimentales.
También en este caso se
ensayaron nudos viga-columna
y se demostró el buen
comportamiento del sistema
propuesto. Por último, en la Fig.
8.87 se muestra otra aplicación
83
del uso de barra con extremo aplanado, esta vez para sustituir a los estribos
suplementarios, sean éstos de una pieza o empalmados, que para el caso de
diámetros importantes son costosos, sus ganchos normales insumen bastante material,
son difíciles de doblar en esa corta longitud y además interfieren o dificultan la
colocación del hormigón. Se ve que la pieza de acero con extremo aplanado es
bastante limpia como solución y muy simple de colocar. Por la información recibida (a
Junio del 2000), los resultados fueron también muy satisfactorios.
Fig. 8.88. Secuencia de Mecanismo de falla de los puentes de la Autopista en Fukae, Ruta 3
de la Línea de Kobe en la Hanshin Expressway, el 17-1-1995. Note la falla de las soldaduras
en las barras longitudinales.
85
8.12. BIBLIOGRAFÍA.
6. “Seismic Design and Retrofit of Bridges”. M.N.J. Priestley, F. Seible y G.M. Calvi.
Wiley & Sons, Inc. 1996.
9. “Diseño de Estructuras de Concreto”. A. Nilson & G. Winter. Mc. Graw Hill. 1997.
11. “Anchorage of Reinforcing Bars for Seismic Forces”. M. Faysal Hassan & Neil M.
Hawkings. SP-53. ACI. Detroit. 1977.