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EL PERFIL DE UN PASTOR

Hoy en día muchas personas proyectan su vida a dedicarse al trabajo pastoral sin antes
considerar lo que este trabajo demanda en sí. Son movidos más por las emociones que en
si por meditar de una manera racional las grandes responsabilidades y demandas que
implica el trabajar en la Gran Empresa que anuncia el Reino de Dios en la Tierra.

El trabajo pastoral no es una profesión a la cual se deba asistir a una universidad o


escuela de entrenamiento para ser pastor. El trabajo pastoral va mucho más allá, se trata de
un llamado directo de Dios, una responsabilidad que El mimo coloca en la persona a quien
llama y le da el coraje para poder hacer frente al trabajo pastoral y así comienza un proceso
de entrenamiento pastoral y la evidencia del llamado lo reflejan los frutos de su arduo
trabajo.

La Biblia, uno de los manuales más vistos y traducidos en toda la historia así como
también uno de los libros que han inspirado a grandes escritores a escribir acerca de las
cualidades que debe cumplir el buen pastor. Aunque es un libro muy antiguo sus parámetros
a cerca de este trabajo pastoral como de muchos más temas siguen teniendo vigencia en
nuestros días para proporcionar las herramientas precisas y necesarias para el trabajo con
el pueblo de Dios.

La biblia en el Evangelio de Juan nos proporciona una de las figuras sobre las cuales se
basa el trabajo pastoral y nos da indicios de lo que significa ser pastor, “Yo soy el buen
pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” Juan 10:11. Realmente el trabajo pastoral
es un trabajo desgastante, el buen pastor su vida da por las ovejas; esta frase hace explicito
el arduo trabajo que se debe realizar, es prácticamente una rendición total de la persona que
ha sido llamada, en donde debe de rendir su tiempo, deseos, finanzas, metas, sus
capacidades y destrezas, todo esto rendido a los pies de la cruz para dedicarse al trabajo
pastoral.

Sin duda alguna, aunque es una tarea bastante difícil y de constante preparación, es uno
de los trabajos que las sociedades por siempre van a valorar, son los pastores los que han
mantenido a lo largo de la historia ese puente de comunión entre Dios y el hombre a flote,
son ellos con la ayuda del Espíritu Santo los que han revelado la verdad a la humanidad en
muchas generaciones. Exploremos algunas características del buen pastor.

Reflejar el carácter de Cristo.

“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón…” Mateo 11:29, reflejar el carácter de Cristo no significa que se puede ser igual a
él, sino que a cada ser humano se le ha dado una personalidad, es decir, características que
hacen única a una persona y es a través de esas características únicas por medio de las
cuales se puede mostrar el carácter de Cristo, un carácter ligado a la comunión que Jesús
tenía con el Padre y direccionado por el Espíritu Santo.

Para desempeñar el trabajo pastoral se necesita tener el carácter de Cristo, el trato con
las personas es difícil, por el simple hecho de que todas las personas son diferentes, y todos
los problemas entre el pueblo de Dios son distintos, el pastor debe de buscar un punto de
equilibrio en el trato con las personas y en la resolución de los diferentes conflictos que se
pueden dar al interior de la iglesia, en donde debe de mostrar un carácter controlado por el
Espíritu Santo

Integridad

La integridad es una de las cualidades que debe ser imprescindible en el ministerio


pastoral, sin embargo es un estilo de vida que debe vigilarse y entrenarse a diario y en todos
los contextos que el pastor se desenvuelve. Se entiende por integridad a: Calidad de integro,
entereza, probidad. Es el estado de estar completo sin doblez alguno, cuando hay
coherencia en lo que la persona piensa con lo que la persona hace.

El ministerio pastoral demanda integridad porque está inmerso en un mundo habitado


por personas corruptas, y en donde parece que estas son las personas que están siendo
favorecidas, y porque no mencionar, la propia naturaleza pecaminosa del ser humano que
a diario se le presenta un campo de batalla entre hacer buenas obras o hacer el mal.

Los medios de comunicación perpetúan las conductas deshonestas y las promocionan


más que las buenas obras que las personas pueden hacer, es por ello que la iglesia debe de
ser un lugar en donde se reflejen conductas sinceras y honestas, y que las personas puedan
encontrar en el Pastor una persona intachable, digna de confianza, que ellos mismos puedan
dar fe de la entereza moral de su pastor, que todo lo que el pastor pueda enseñar sea el
reflejo de su diario vivir.

Muchas personas han dejado de creer en Dios o se han alejado o cambiado su fe, por
falta de integridad en el ministerio pastoral. Esto debe de ser un signo de alarma para todos
los ministros a poder presentarse aprobados delante de Dios como lo menciona el Apóstol
Pablo en una de sus cartas a Timoteo: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.”
2Timoteo 2:15

La integridad Pastoral demanda tener una solvencia moral, primeramente consigo


mismo, con su familia, con la iglesia, con la comunidad y sobre todo con Dios. No es una
tarea fácil para el ministro de Dios, pero si es posible cuando el Espíritu Santo mora en la
vida del Pastor, porque es quien le guía y le alumbra el camino y las decisiones que debe
de tomar y la manera en cómo debe hacerlo. La integridad hará que el ministerio del trabajo
pastoral sea fructífero y que la palabra que enseñe quede grabada en el corazón de las
personas que oyen su voz y no solamente queda grabado en el corazón de las personas sino
que se ven movidas a practicar sus enseñanzas.

Compasión

“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y


dispersas como ovejas que no tienen pastor.” Mateo 9:36. Como se menciona en los
párrafos anteriores, el mundo en el que se vive está lleno de personas corruptas, de personas
que conspiran con los más desfavorecidos. Una de las características sobresalientes de Jesús
era observar la necesidad de las personas y suplir esas necesidades, les enseñaba de acuerdo
a lo que ellos necesitaban escuchar y aprender.

El trabajo pastoral, es trabajar con las necesidades de la gente y eso demanda a que se
deben de conocer las necesidades tanto de las personas que forman parte del cuerpo de
Cristo como de todas aquellas que aún no conocen a Jesús. Tener compasión significa que
el pastor tiene empatía, es decir, que siente el dolor de todas aquellas personas que aún no
conocen a Cristo y que puede sentir la carga y el arduo trabajo que demanda acercarla a
Jesús.
El perfil del buen pastor inicia con conocer verdaderamente a Jesús, y aunque no se
puede ser igual a Él, se puede aprender cada día a andar como el anduvo.

Hoy en día la compasión es una de las características que las personas ha de perdido, el
poco amor al prójimo es el reflejo de ello, hoy en día se vuelve difícil crear una excusa
acerca de que no se puede hacer nada por ayudar a los demás, ya que existen infinidad de
formas para hacerlo y una de las características de Jesús era esa, su corazón se inquietaba
al ver la necesidad de las personas y aun cuando estaba fuera de su jurisdicción hacerlo.

El ministerio pastoral debe de ser un reflejo del carácter de Cristo para tratar sabiamente
con las personas, debe de tener integridad para poder revelar a las personas una imagen
palpable de Cristo, una imagen sin macha, y debe de tener un corazón compasivo que le
permita conocer, percibir y ejecutar planes de trabajo para suplir las necesidades de las
personas. Necesidades que más de ser materiales son meramente espirituales y los pastores
son los encargados de dar tales enseñanzas como Jesús lo hizo en su ministerio en la tierra,
estas cualidades darán a conocer la credibilidad del llamado de Dios como lo fructífero de
su ministerio pastoral.

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