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Magistrado Ponente:
Dr. JORGE IGNACIO PRETELT
CHALJUB
SENTENCIA
1. ANTECEDENTES
1.1. SOLICITUD
1.1.1. Hechos
1.1.1.1. El señor Alberto de Jesús Posada Velásquez fue retirado del servicio
de la Secretaría de educación de Medellín (Res. No. 2563 del 09 -03-
09), por haber cumplido, estando al servicio de la entidad, la edad de
retiro forzoso, esto es, porque ya habían transcurrido más de dos años
después de cumplir los 65 año, edad prevista por la ley y argüida por la
Secretaría, como la del retiro obligado.
1.1.2. Derecho
1.3.1. Es cierto que retiró del servicio al tutelante por haber llegado a la edad
de retiro forzoso y que en el mismo acto administrativo se le solicitó
iniciar los trámites para su pensión de jubilación.
1.3.3. Que el artículo 14 de la Ley 490 de 1998 alegado por la apoderada para
sustentar la permanencia del accionante en su puesto de trabajo hasta
los 70 años, en cuanto modificaba en este aspecto al artículo 31 del
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En el expediente obran:
1.4.2. Resolución No. 02653 de 2009 por medio de la cual se retira del
servicio activo al accionante por haber cumplido la edad de retiro
forzoso.
2. DECISIONES JUDICIALES
2.2.3. En esta segunda instancia el Juez Dieciocho Penal resalta los motivos
de impugnación del fallo de primera, en cuanto el fallo desconoció que
al actor se le causó un perjuicio irremediable; y que, precisamente, en
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3. CONSIDERACIONES DE LA CORTE
natural de las cosas, que tienden hacia un resultado cierto, a no ser que oportunamente se contenga el proceso
iniciado. Hay inminencias que son incontenibles: cuando es imposible detener el proceso iniciado. Pero hay
otras que, con el adecuado empleo de medios en el momento oportuno, pueden evitar el desenlace efectivo.
En los casos en que, por ejemplo, se puede hacer cesar la causa inmediata del efecto continuado, es cuando
vemos que desapareciendo una causa perturbadora se desvanece el efecto. Luego siempre hay que mirar la
causa que está produciendo la inminencia.
B). Las medidas que se requieren para conjurar el perjuicio irremediable han de ser urgentes, es decir, como
calidad de urgir, en el sentido de que hay que instar o precisar una cosa a su pronta ejecución o remedio tal
como lo define el Diccionario de la Real Academia. Es apenas una adecuación entre la inminencia y la
respectiva actuación: si la primera hace relación a la prontitud del evento que está por realizarse, la segunda
alude a su respuesta proporcionada en la prontitud. Pero además la urgencia se refiere a la precisión con que
se ejecuta la medida, de ahí la necesidad de ajustarse a las circunstancias particulares. Con lo expuesto se
verifica cómo la precisión y la prontitud señalan la oportunidad de la urgencia.
C). No basta cualquier perjuicio, se requiere que éste sea grave, lo que equivale a la gran intensidad del
daño o menoscabo material o moral en el haber jurídico de la persona. La gravedad obliga a basarse en la
importancia que el orden jurídico concede a determinados bienes bajo su protección, de manera que la
amenaza a uno de ellos es motivo de actuación oportuna y diligente por parte de las autoridades públicas.
Luego no se trata de cualquier tipo de irreparabilidad, sino sólo de aquella que recae sobre un bien de gran
significación para la persona, objetivamente. Y se anota la objetividad, por cuanto la gravedad debe ser
determinada o determinable, so pena de caer en la indefinición jurídica, a todas luces inconveniente.
D).La urgencia y la gravedad determinan que la acción de tutela sea impostergable, ya que tiene que ser
adecuada para restablecer el orden social justo en toda su integridad. Si hay postergabilidad de la acción, ésta
corre el riesgo de ser ineficaz por inoportuna. Se requiere una acción en el momento de la inminencia, no
cuando ya haya desenlace con efectos antijurídicos. Se trata del sentido de precisión y exactitud de la medida,
fundamento próximo de la eficacia de la actuación de las autoridades públicas en la conservación y
restablecimiento de los derechos y garantías básicos para el equilibrio social.
De acuerdo con lo que se ha esbozado sobre el perjuicio irremediable, se deduce que hay ocasiones en que de
continuar las circunstancias de hecho en que se encuentra una persona, es inminente e inevitable la
destrucción grave de un bien jurídicamente protegido, de manera que urge la protección inmediata e
impostergable por parte del Estado ya en forma directa o como mecanismo transitorio.”
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6 Ibídem
7 M. P.. Rodrigo Escobar Gil
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11 Cfr. las Sentencias T-111 de 1994, T-292 de 1995, T-489 de 1999 y T- 076 de 2003, M.
P. Rodrigo Escobar Gil, entre otras.
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12 M. P Idem.
13 T-347/94, M.P. Antonio Barrera Carbonell.
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2) El artículo 31 del Decreto Ley 2400, fijó la condición de que una vez
retirado el empleado por haber cumplido los 65 años, “no podrá ser
reintegrado”. Condición que, como la del retiro mismo responde a la
filosofía de que quienes ejercen un cargo público no se pueden
perpetuar en el mismo, sino que su retiro debe entenderse como un
mecanismo racional para garantizar la renovación del personal,
extendiendo el abanico de posibilidades para que otros aspirantes más
jóvenes puedan acceder a los mismos, e incluso provoquen un proceso
de mayores niveles de eficiencia , en cuanto pueden aportar nuevos
conocimientos, y entrar a relevar con mayores energías a quienes por el
desgaste natural producto de la edad tienen necesidad de ser relevados
para entrar a disfrutar de un justo descanso remunerado: el
proporcionado por la pensión de vejez.
Por esta razón, para esta Sala, retirar a una persona de su puesto de
trabajo, sin haberle garantizado que el salario que deja de devengar,
como resultado del retiro, tendrá un sustituto adecuado y eficaz en la
pensión de vejez, es atentar contra sus derechos fundamentales al
mínimo vital, tal como lo ha entendido la Corte (infra 3.2.4.), a la
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Es por ello que la Corte debe precisar, tal y como se señaló, que
si bien la fijación de una edad de retiro como causal de
desvinculación del servicio es constitucionalmente admisible, su
aplicación debe ser razonable de tal manera que, en cada caso
concreto, responda a una valoración de las especiales
circunstancias de los trabajadores, toda vez que ella no puede
producir una vulneración de sus derechos fundamentales,
máxime teniendo en cuenta que se trata de personas de la
tercera edad, y que por esa causa merecen una especial
protección constitucional. De otra forma, una aplicación
objetiva de la medida, sin atender a las particularidades de
cada situación, tendría un efecto perverso para sus
destinatarios, por que podría desconocer sus garantías
fundamentales de los trabajadores, en razón a que se les
privaría de continuar trabajando y percibiendo un ingreso, sin
que su solicitud de pensión hubiese sido decidida de fondo,
RESUELVE