Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La siguiente historia forma parte de la web serie Club Penguin Tonight, los
elementos y sucesos mencionados forman parte del canon, se recomienda alta
mente un cafesito y que disfruten de la lectura.
—Eduardo Fox
—Michael Houelleb
Parte 1
En estos momentos hay más interrogantes que las ganas de dormir, y la duda
crece cada vez más.
—¿Quién es Become?— pregunta Saun.
—Es Boss, el creador de este estudio, se supone que no debía decirte pero ya
que estamos lanzando confesiones— le responde Maxi —De hecho, no sabemos
donde está, se graba desde otro lado y se aparece en esta pantalla—
Maxi indica hacia el escritorio con la pantalla, que está roto.
—Son tres, tres robots con forma de pingüinos, esos recuerdo que fueron de sus
primeros inventos, pero por alguna razón se rebelaron en contra nuestra—
—Hmm, ¿No serán los mismo que están en el laboratorio de Gary el pingüino
artefacto? Supe que se ponen rebeldes de vez en cuando—
—No, estos son mucho peor—
—Claro, pensaba ir a una fiesta esta noche, pero esto es mucho más
interesante—
—Yo paso— dice Maicsams —Fue una noche muy agotadora y e iré a
relajarme en mi ca….—
Maxi lo toma de la aleta y lo arrastra
—Tu no te salvas, ¡Te vienes con nosotros!—
Parte 2
Hace mucho frío, lo normal para ser una isla donde viven pingüinos, se siente
bastante húmedo y profundo, una gota de agua cae sobre su pico, y eso hace que
Cecile despierte.
—Creo que fui capturada— estaba tan aturdida que inmediatamente se dio
cuenta del argumento tan obvio que acababa de decir. Con un pequeño espacio
pero suficiente para dar algunos pasos, Cecile se da cuenta que se encuentra en
una especie de prisión creada con las partes de un barco, por el sonido del goteo
y el extenso ambiente de humedad, se encontraba en las cuevas de mar.
Se escuchan los sonidos de fondo, eran sus captores, ese trío de robots con
forma de pingüino, uno gris, uno verde y uno morado.
Rtzz Rtzz es el único sonido que saben emitir, buenos para correr y capturar
pingüinos pero para hablar se quedan muy cortos, no parecen estar muy
cuerdos, pero saben lo que hacen. Ya están por darles un último ajuste al objeto
con el que están trabajando, unos cuantos ensambles más y está listo, sobre una
de las esquinas se lee el texto de Minderizer 3000 y por las condiciones que
tiene al parecer no es de ellos, sino fue robado de algún otro pingüino científico,
uno muy inteligente en efecto.
No hay que se un experto para darse cuenta de lo que estas ojalatas desean,
entrar en la mente de Cecile para encontrar lo que están buscando.
—Necesito salir de aquí— afirma Cecile una vez que vio todo a través de su
improvisada celda, pero ¿Cómo le hará? Si tan solo tuviera su teléfono de espía,
pero no, ¿Qué es lo que hará una pingüina a 500 metros debajo del océano en
una cueva donde lo único que hay con vida son crustáceos y almejas?
Pchh Pccch se escucha otro ruido, este más diminuto, no puede tratarse de otro
robot, y no viene de donde mismo, sino de arriba, se trata del ruido de un
pequeño pulpo quién la observa.
Mientras tanto, el equipo de CPT ha tenido un excelente idea y ya están en
busca de Cecile.
—Maxi esta es la peor idea que has tenido, hasta ahora— exclama Maicsams.
Sobre la ya oscura noche, además de las estrellas, se podía apreciar en el cielo
una manada de cinco globos volando arriba de todos los iglús.
—Vean eso— indica Nene mientras apunta hacia una luz que aparentaba estar
debajo del mar.
—Son las cuevas marinas— dice Maicsams —No creo que ahí sea, es imposible
que los robots puedan resistir bajo el agua—
—Pero que me dices de las cuevas que hay dentro, el lugar perfecto para un
escondite—
—Tiene razón — dice Speed —Vayamos hacia aquellas luces—
—Es un largo camino hacia las cuevas de mar, tendremos que aterrizar primero
sobre una de las entradas, con cuidado y adentrarnos en el interior— afirma
Maicsams.
—¿Aterriza?— dice Maxi —¿Por qué no lo dijiste antes de que pinchara mi
globo?—
—¡Maxi!— gritan todos.
El globo de Maxi sale disparado hacia todos lados, cayendo finalmente hacia la
luz bajo el mar.
—Bueno— dice Saun —Ahora tendremos que salvar a esa Cecile,y al tonto de
Maxi—.
Parte 3
Todo está listo, el trio enciende la máquina, ha funcionado y es hora de ir por la
cautiva para adentrarse en su memoria, el robot morado envía a los otros dos a
por ella, mientras se aproximan, un estruendoso ruido los interrumpe, como si
algo pesado hubiera caído disparadamente hacia su base, estoy distrae su
atención y los tres se voltean siguiendo la fuente de este ruido.
—Ay no— dice Cecile —De la que me salvé, necesito salir de alguna forma
antes de que vuelvan— voltea a ver al pequeño pulpo, como si este fuera a
hacerle caso, al voltear se da cuenta que no es uno sino dos —¿Tu ya estabas
aquí? — voltea hacia el otro lado, hay uno más, luego llega otro, y otro más, ya
son varios los tiernos animales, mirando alegremente los cabellos rosados y
maltratados de Cecile.
—No sé si puedan entenderme— les dice —Pero necesito salir de aquí, pueden
enviar auxilio o algo, pero tengo que desaparecerme antes de que lleguen— No
se sabe si estos entendieron, solo siguieron viendo a la pingüina, justo después
se juntaron todos en grupo y la sostuvieron, mientras la llevaban por arriba y por
abajo de las paredes, es como si fueran arañas, pero en el agua, en un abrir y
cerrar de ojos, Cecile ya estaba fuera de su celda.
—Jamás pensé que un globo así me haría darme un tremendo trompaso— dice
Maxi mientras se levanta y se recupera de la caída de unos 500 metros bajo el
agua, observa a su alrededor y en efecto la hipótesis era cierta, era un muy buen
lugar para esconder una base secreta. Inmediatamente, las puertas truenan y
aparece el trío de hojalata, claramente, Maxi estaba en problemas —Eh…¿Aquí
es la fiesta?—
Los robots se echan a correr directamente detrás de él, mientras que este otro
corre para salvar sus aletas.
¿Izquierda o derecha? lo que sea es bueno para alejarse de ellos, de aquí a que el
resto de su pandilla aterrice, ya hasta le borraron la memoria, se apresura y pasa
por todas las celdas, que la mayoría solo se encuentra conformada por piezas
viejas y chatarra, eso le da una idea.
—Tal vez pueda combatir metal con metal y destruirlos, si tan solo hubiera aquí
algún cañón láser, o un destructor ultrasónico— pero nada, era pura chatarra
que más que tecnología eran cosas obsoletas, pero ya era demasiado tarde, uno
de los robots lo encuentra, el gris, se aproxima directamente hacia él.
—No, nno, no estoy preparado para que mi corta y hermosa vida termine así—
exclama.
Una vez acorralado por el gris, Maxi no le queda de otra más que agarrar una
tuerca y estrellársela en la cara, al parecer metal y metal no hace efecto. Ya
resignado a su captura, en un último intento, observa un pequeño lanzador de
bolas de nieve, lo toma y disprada, Maxi es de esos que cuando están en peligro,
no importa si tiene enseguida una bolsa de cosméticos finos, lo agarra y lo
arroja en defensa propia, claro, la bola de nieve solo fue un masaje para el
cuerpo metálico del robot.
—¡No me lleves! tengo un programa sabes...te puedo contratar, serías un buen
asistente,digo, me puedes traer el café y eso...— sus palabras son en vano, el
grisáceo está cada vez más cerca, cuando algo lo detiene, la nieve comienza a
derretirse convirtiendose en agua, el cual, daña sus circuitos y empieza a sacar
chispas.
Rtzz Rtzzz hace el morado, mientras que los sistemas detectan las primeras
imágenes.
—Enserio no lo hagas— insiste Maxi —¡Nooooo!
¡CRASH!
Se escucha, otro choque como el primero, pero esta vez en la misma celda. Es la
pandilla; Maicsams, Nene, Saun y Speed, que han llegado a salvar a su amigo.
—Somos el equipo de Club Penguin Tonight, y venimos a hacer un reportaje
sobre como no capturar a otros— dice Maic.
—¡Maic!— exclama con felicidad
—Este lugar queda confiscado— dice Saun —Nene, ¡Ahora!—.
Nene, quién es el experto en lo técnico, se dirige hacia el cableado desestabiliza
todo el sistema, haciendo que la máquina falle y colapse.
—¡JA!— le dice Maxi al robot morado —Le quisiste leer la mente al pingüino
equivocado—
—Así es— afirma Maicsams —La mente de Maxi es puro aire—
El robot morado se lanza sobre ellos, decido a capturarlos a todos, cuando
Speed saca de su mochila una elástica cuerda sujetando a este y capturandolo de
una vez por todas.
—¿Y donde está Cecile?— pregunta Speed.
—Parece que se fue por allá— dice Saun mientras indica las direcciones de unas
huellas de pulpo, las huella conducen a la salida de esa base, siguiendo un
enorme y largo camino por las extensas cuevas de mar.
—¿Y cómo vamos a salir de aquí!?— insiste Maicsams —No alcanzaremos a
salir—
—Tengo una idea— Maxi saca de sus bolsillos un globo y comienza inflarlo
rápidamente—
—¡Eso es imposible Maxi!— lo regaña Maicsams—No podremos volar un
globo bajo el agua—
El robot morado logra liberarse de la cuerda y corre exhaustivamente hacia
Maxi y el resto del equipo.
—…¡Pero no hay otra opción!— grita Speed mientras él y el resto del grupo se
sujeta del globo—
A punto de ser nuevamente capturados, Maxi saca una aguja para pinchar el
globo y así salir disparados a una gran velocidad, el robot morado los alcanza,y
los seis, salen disparados hacia la misma dirección que Cecile.
A toda velocidad, el robot alcanza a Maxi, que está a punto de desprenderse del
globo pero Maicsams lo sujeta de una aleta.
—¡No me sueltes Maic! ¡No me sueltes!— grita desesperadamente, voltea a ver
al robot y nota algo que estuvo frente a él y no había captado, un dispositivo
sobre puesto en su aleta derecha, algo así como una garrapata puesta en un
canino. Como una medida desesperada y sin esperar nada, Maxi se lo quita, los
ojos del robot cambian de un color rojo a un color amarillo, deja de ponerse
agresivo y solo observa a Maxi, quién está totalmente confundido, para su más
grande sorpresa, este ahora sí, logra decir unas palabras…
Salva la isla
—Ya va, de veras que este programa Club Penguin Tonight tiene muchos
misterios...— toma un trago de café mientras mira sus pantallas —Esto puede
traer grandes ratings, tendré muy pero muy vigilado a este programa….—