Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cerca del agujero pasaba un hombre, el cual se acercó hasta el agujero para ver
lo que sucedía; ya informado de lo que había ocurrido, le dijo al anciano:
"Te ayudaré a salir de ahí, pero ten mucho cuidado la próxima vez que salgas por
un lugar que desconoces, tienes que estar muy atento por donde caminas ya que
te puedes encontrar con cualquier cosa en el suelo."
Moraleja: Antes de lanzarse a la aventura, hay que conocer el lugar por el que se
transita.
Cuentos clásicos
Autor:
Hermanos Grimm
Edades:
Todas las edades
Valores:
humildad
Había una vez un gato que llegó a un bosque por primera vez. No conocía a nadie
y al ver a la señora zorra pensó: "Quizá pueda hacerme amigo suyo. Intentaré ser
amable con ella"
- Buenos días querida señora zorra. ¿Cómo se encuentra usted? Hace un día
maravilloso, ¿no cree?
La zorra lo miró con desprecio y tras unos instantes pensando si merecía la pena
contestarle o no, finalmente lo hizo.
- ¿Pero ¿quién eres tú minino para dirigirte a mi como si me conocieras de algo?
Que yo sepa no te conozco de nada... ¿O es que te crees muy listo, ¿eh? Dime,
¿qué sabes hacer que no sea decir miau?
- Bueno… la verdad es que no sé hacer muchas cosas - contestó el pobre gatito
avergonzado.
- ¡Ja! Lo sabía.
El gatito se sintió muy mal ante la humillación de la zorra, y estaba dándose la
vuelta para volver por donde había venido cuando tuvo una idea.
- Aunque hay algo que sé hacer muy bien
- ¿Ah sí? ¿Y qué es?
- Sé subirme de un salto a los árboles cuando los perros me persiguen. Ya me he
salvado dos veces.
La zorra se echó a reír escandalosamente.
- ¡Ja, ja, ja, ja! ¿De verdad es eso todo lo que sabes hacer? Yo conozco cientos
de trucos para librarme de ellos. Pero tú eres un simple minino, seguro que no
podrías aprender ni la mitad.
En ese momento apareció un cazador con cuatro perros ladrando como locos.
- ¡Corra señora zorra, corra!
El gato saltó rápido a la copa del árbol más cercano, mientras que a la pobre
zorra de nada le sirvieron sus cientos de trucos para escapar, porque los perros
fueron más rápidos que ella y lograron atraparla.
La ratita presumida
Cuentos clásicos
Autor:
Anónimo
Edades:
A partir de 3 años
Valores:
humildad, amor, soberbia
Había una vez una ratita que era muy presumida. Estaba un
día barriendo la puerta de su casa cuando se encontró con
una moneda de oro. En cuanto la vio empezó a pensar lo que
haría con ella:
- Podría comprarme unos caramelos… pero mejor no, porque
me dolerá la barriga. Podría comprarme unos alfileres… no
tampoco, porque me podría pincharme… ¡Ya sé! Me compraré
una cinta de seda y haré con ella unos lacitos.
Y así lo hizo la ratita. Con su lazo en la cabeza y su lazo en la colita la ratita salió
al balcón para que todos la vieran. Entonces apareció por ahí un burro:
- Buenos días ratita, qué guapa estás.
- Muchas gracias señor burro - dijo la ratita con voz presumida
- ¿Te quieres casar conmigo?
- Depende. ¿Cómo harás por las noches?
- ¡Hiooo, hiooo!
- Uy no no, que me asustarás
El burro se fue triste y cabizbajo y en ese momento llegó un gallo.
- Buenos días ratita. Hoy estás especialmente guapa, tanto que te tengo que pedir
que te cases conmigo. ¿Aceptarás?
- Tal vez. ¿Y qué harás por las noches?
- ¡Kikirikíiii, kikirikíiiii! - dijo el gallo esforzándose por sonar bien
- ¡Ah no! Que me despertarás
Entonces llegó su vecino, un ratoncito que estaba enamorado de ella.
- ¡Buenos días vecina!
- Ah! ¡Hola vecino! - dijo sin tan siquiera mirarle
- Estás hoy muy bonita.
- Ya. gracias, pero no puedo entretenerme a hablar contigo, estoy muy ocupada.
El ratoncito se marchó de ahí abatido y entonces llegó el señor gato.
- ¡Hola ratita!
- ¡Hola señor gato!
- Estás hoy deslumbrante. Dime, ¿querrías casarte conmigo?
- No sé… ¿y cómo harás por las noches?
- ¡Miauu, miauu!, dijo el gato con un maullido muy dulce
- ¡Claro que sí, contigo me quiero casar!
El día de antes de la boda el señor gato le dijo a la ratita que quería llevarla de
picnic al bosque. Mientras el gato preparaba el fuego la ratita cogió la cesta para
poner la mesa y…
- ¡Pero si la cesta está vacía! Y sólo hay un tenedor y un cuchillo… ¿Dónde estará
la comida?
- ¡Aquíií! ¡Tú eres la comida! - dijo el gato abalanzándose sobre ella.
Pero afortunadamente el ratoncito, que había sospechado del gato desde el
primer momento, los había seguido hasta el bosque. Así que al oír esto cogió un
palo, le pegó fuego metiéndolo en la hoguera y se lo acercó a la cola del gato. El
gato salió despavorido gritando y así logró salvar a la ratita.
- Gracias ratoncito
- De nada ratita. ¿Te querrás casar ahora conmigo?
- ¿Y qué harás por las noches?
- ¿Yo? Dormir y callar ratita, dormir y callar
Y la ratita y el ratoncito se casaron y fueron muy felices.
Él, por necesidad a no perder su oveja, decidió tomarles la palabra, y a los pocos
minutos de irse ellos, la oveja apareció tras una leve búsqueda.
Con el pasar de los días, un Jinete regresó hacia aquel tipo para ofrecerle
riquezas a cambio de convertirse en un Hombre Lobo y que debería causar terror
a los pobladores.
LAS13CALAVERAS
Cuenta la leyenda que hace mucho,
existió 12 calaveras de cristal talladas fuera
de este mundo. Antes de que estos mundos
perecieran, fueron dadas a los Mayas ya que
cada una de ellas tienen una sabiduría
absoluta que el mundo debe escuchar. La
última calavera (13) fue hecha en la Tierra.