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¿Existieron en verdad los Caciques en el pueblo wayuu?

octubre 28, 2011

Francisco Pichón plantea que durante la administración del Virrey


José Solis (1716-1762) surgió el cacique Cecilio López Sierra,
mestizo, hijo de una india noble. En efecto, Cecilio López nació en
1698 y su madre fue una nativa nombrada Magdalena Martínez
Galluzo, del sitio de San Nicolás de los Menores e hija de Luisa
de Amuscótegui Victores de Velasco y Juan de Amuscótegui,
primeros caciques reconocidos por las autoridades hispanas en
1698, año en que fueron bautizados, y del Regidor de Riohacha
Jacinto Sierra, español y que fue vecino reconocido de esa
ciudad. De esta manera, Cecilio López era nieto por vía
materna de la primera cacica. En un oficio enviado por él al Rey
en 1765 hace una relación de los servicios que había prestado a
la Corona, en cuya introducción dice que “[…] POR REALES
CÉDULAS DE 10 DE AGOSTO DEL AÑO DE 1720, DE
CONFERIRME LA GRACIA DE CAPITÁN DE INFANTERÍA DE
LOS INDIOS GUAJIROS Y DE SARGENTO MAYOR DE LA
MISMA NACIÓN y por el Excelentísimo señor Don Joseph Solis
la Merced de Maestre de Campo” . Pero también sabemos que
desempeñó el cargo de Juez de Comisos, cargo que le fue
encomendado por el Teniente PedroJoseph Mozo de la Torre
Igualmente era hermano de dos líderes poderosos e influyentes
de la Alta Guajira, Antonio Paredes y Pablo Majusares,
quienes controlaban la Serranía de la Macuira y la Sierra de
Chimare respectivamente. Por los alrededores de Bahía Honda
mantenía vínculos parentales con Bernardino Moscote, líder
nativo que controlaba el puerto del mismo nombre, el cual era
sobrino suyo” En 1762 acompañó a Fray Antonio de Alcoy,
Prefecto de las misiones capuchinas de Santa Marta y Riohacha,
en un viaje de reconocimiento con dirección sur-norte, desde
Boronata hasta Bahía Honda, recorrido que abarcó lugares como
Carrizal y MANAURE, donde habitaban los indios perleros; así
mismo Ipapá y Bahía Hondita. Igualmente el Cacique estuvo
colaborando alrededor de dos años con Bernardo Ruiz de
Noriega, asentista de negocios y víveres que contrató con la
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Corona el control del trato ilícito, la pacificación de la población
nativa y el poblamiento de la península de la Guajira.

LA PESCA DE PERLAS FUE UNA DE LAS ACTIVIDADES QUE


RECIBIRÍA LA ATENCIÓN DEL CACIQUE toda vez que los
llamados indios perleros, ubicados en el punto de la costa
occidental llamado Carrizal, ACTUABAN CON TOTAL
AUTONOMÍA DE LAS AUTORIDADES HISPANO - CRIOLLAS y
contrabandeaban libremente las perlas con tratantes ingleses,
holandeses y algunos vecinos riohacheros que llegaban hasta allí
a comprarles las perlas a los nativos.

EL PAPEL DEL CACIQUE EN ESTE CASO CONSISTIÓ EN


TRATAR DIRECTAMENTE CON EL LÍDER NATIVO QUE
DIRIGÍA ESA PARCIALIDAD PARA TRATAR DE
CONVENCERLO EN SUJETARSE Y A QUE PAGARA DEL
QUINTO REAL POR CONCEPTO DE TRANSACCIÓN EN LA
VENTA DE LAS PERLAS.

Tanto era así que el Teniente de Gobernador Joseph Pestaña


reconocía que era "[...] acertado que Vuestra Excelencia [el
Virrey] se dignase escribir a Don Cecilio López de Sierra, cacique
de los indios guajiros, para que antes que se emprenda el buceo
de perlas, amenace a los indios magnates [...]"Impedir que los
magnates nativos de la Alta Guajira hicieran el trato ilícito con
extranjeros fue otra tarea que se le encomendó al Cacique
Cecilio.

Desde este punto de vista su vigilancia con una pequeña escolta


fue una constante en el desempeño de sus funciones. La idea era
que el Cacique cortara EL SUMINISTRO DE ARMAS DE FUEGO
QUE LOS TRAFICANTES INGLESES Y HOLANDESES
PROVENIENTES DE CURAZAO Y JAMAICA DABAN A
CAMBIO A ESTOS LÍDERES NATIVOS. Manuel Martínez de
Escobar, Juez de Comisos en 1754, sostenía que "[...] con cuya
diligencia [la del Cacique] se logrará extinguir el continuo trato

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que ejercen los extranjeros en la costa, y periferia que uno y otro
tienen en sus tierras [...]"

Pero entre la normatividad y la práctica del papel que debía


cumplir el Cacique Cecilio no necesariamente había una
correspondencia. En efecto, Cecilio López supo aprovechar su
cargo, su parentesco nativo y grado de influencia en
beneficio de sus propios negocios y actividades, uno de ellos
el contrabando de negros esclavos y de hoja de coca, llamada
hayo “ Ver.-Adolf Ernst, “El hayo de los guajiros”, El Zulia
Ilustrado, 8, Maracaibo, 1889,.

- si amigos lectores leyeron bien, trafico de hoja coca, hayo en


1754, de esto trataremos mas adelante, sigamos leyendo sobre el
mercenario Cecilio López sierra

“Reiteradamente se encuentran quejas en los documentos


coloniales de las autoridades hispanas porque el cacique poseía
un “alto” número de piezas de esclavos negros que no legalizaba,
más aún, utilizaba su investidura para ocultar tal hecho. Así, por
ejemplo, en 1753 las autoridades de Riohacha emitieron un
decreto “[...] a que se debe atender tuvo a bien el que se le
entreguen los tres esclavos [al cacique] y la negra, haciendo
comparezca el fiador a otorgar la escritura correspondiente a
dicho cacique”. El testamento del Cacique deja entrever que
negociaba y contrabandeaba con hayo, cuando existían las
plantaciones de hoja de coca en la Serranía de la Macuira.

En diferentes ocasiones los intereses económicos del Cacique


chocaban de manera frontal con lo “estipulado” por las
autoridades hispanas, lo que ocasionaba una especie de
competencia jurisdiccional entre Cecilio López y los militares
encargados del “orden” en la Provincia de Riohacha. En una
ocasión la fricción se dio entre el cacique y el comandante de la
provincia, Antonio Lazcano y Naizca, cuando el primero se quejó
ante el Virrey de la siguiente manera:

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“Tengo experimentado Excelentísimo señor en el actual
comandante, Don Antonio Lazcano, que siempre y cuando se le
proporciona ocasión procura ajarme, tratándome
impersonalmente y con vilipendio de mi persona, llevando
solamente de aquel natural propenso a querer dominar sobre
todos, introduciéndose en el gobierno de los indios que a costa de
mi sudor y trabajo tengo agregados a pueblos, nombrándoles
jueces, sin pertenecer todavía al ordinario.

En ocasiones la competencia jurisdiccional era el pretexto que


ocultaba profundas discrepancias entre autoridades civiles,
militares y magnates mestizos - indios por el control del
contrabando, sus rutas, puertos y clientela. En una
oportunidad el teniente de gobernador de Riohacha, Joseph de
Pestaña, el mismo que había recomendado al Virrey entenderse
con Cecilio López años antes, fue expulsado del pueblo de
Boronata por el mismo Cacique, y asesinado junto a un Cabo de
Escuadra y un soldado de la tropa del pie del batallón Fijo de
Riohacha. En la investigación y proceso que las autoridades
hispanas abrieron contra Cecilio López con motivo de este
suceso, se deja ver que el asesinado Joseph Pestaña utilizaba su
cargo para introducir ilegalmente mercaderías de contrabando a
la península y desplazar a los vecinos hispano - criollos que antes
lo hacían, "[...] con lo que mantiene tienda pública y pulpería en
sus propias casas, logrando sus lucros máximos, y por eso se ha
esforzado en lo que pareciese embarazar en esta inmediación
el trato de los holandeses e ingleses, que a trueque de palo
de brasil, cueros de reses y sus sebos dan sus géneros para
vestirse los pobres que solían llevar esos efectos a la playa
[...]". La competencia entre Cecilio López y Joseph de Pestaña y
el posterior asesinato de éste culminó con el refugio del Cacique
hacia el oriente de la Guajira, a Sabana del Valle, en
inmediaciones de Cojoro, donde tenía parentela y aliados nativos
poderosos. En esa oportunidad el Cacique contó además con la
ayuda de su hermano clérigo Joseph López Sierra, quien lo
acompañó hasta Maracaibo para luego embarcarlo en una nave
de la Compañía Guipuzcoana que salía para España. Cecilio

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López, hábilmente había aprovechado el suceso con Pestaña
para desplazarse a España y proponerle personalmente a la
Corte del Rey, en asocio con un comerciante andaluz, Don
Bernardo Ruiz de Noriega, un proyecto para someter a los
indios guajiros.

En esa oportunidad la Corte envió al Cacique y su proyecto para


el visto bueno del Virrey Solís, y que él tomara la decisión final.
Efectivamente Cecilio López se desplazó a Santa Fe para
proponerle el proyecto a Solís, a quien había ignorado como
conducto regular y máxima autoridad en el virreinato. El
mencionado proyecto consistía en que Cecilio López y su
socio pacificarían la península de la Guajira y ayudarían a
extinguir el trato ilícito a cambio de que la Corona les
concediera un permiso para colocar un asiento de negros en
Riohacha y traer de las colonias vecinas de las Antillas harina
para el consumo de toda la provincia. Finalmente el virrey Solís
negó la aprobación del proyecto probablemente porque el
Cacique Cecilio no tenía ya un buen ambiente en Santa Fe y
porque no confiaban en su sinceridad. Sin embargo algunos
años después, en 1760, la Corona capitulaba con Bernardo Ruiz
de Noriega las cláusulas mencionadas. Su aliado sería Cecilio
López Sierra, quien posteriormente se convirtió en su
compadre.

Pero el Cacique Cecilio también actuó en defensa de la cultura


nativa Cecilio López fue acusado en reiteradas ocasiones de
haber influido negativamente en la expedición militar que debió
comandar el Coronel Joseph Benito Encio con el objeto de
castigar y someter a los nativos responsables del movimiento
armado Wayuu de 1769, en la que participaron también muchos
parientes suyos. No menos conflictiva resultó la relación del
Cacique con los Padres capuchinos ;
los misioneros opinaron lo siguiente:

“En el pueblo de Boronata en donde tiene su residencia dicho


cacique, es pública voz y fama, que algunas veces les hacia

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concurrir [ a los indios] a la doctrina, pero en los demás pueblos
apenas ha aparecido por ellos. A lo quinto, si ha consentido
dicho cacique vivan, como lo están en su ley Y
SUPERSTICIÓN COMPRANDO LAS MUJERES POR VACAS Y
OTROS EFECTOS, decimos que así lo ha consentido; aque el
Cacique, aparte de hacerse llamar Don, tuviese dos esclavos de
librea vestidos con trajes militares y pelucas que hacían antesala
a quien quisiese verlo y tratar con él”

Cecilio López servía de puente entre dos mundos aparentemente


diferentes pero que se necesitaban. Es precisamente desde ese
lugar “ambiguo” que adquirió su ascenso social y poder.”

-hablando de los misioneros capuchinos del cual hemos partido


como referencia, sobre la población mestiza de Guarero, por que
hemos quedado claro que la zona era de exclusivo dominio de los
hermanos Kucinas sigamos extrayendo del escrito de Jose polo
acuña (etnicidad poder y negociación en la frontera guajira-1750-
1820).

“A finales del siglo XVI, concretamente hacia 1694, los


capuchinos fundaron su primera misión en San Nicolás de los
Menores y La Cruz, dos poblados indígenas cercanos a
Riohacha. Sin embargo, un movimiento armado de los indios
Cocinas en 1701 obligó a sus misioneros a retirarse a su sede en
Maracaibo. Este acto fue respaldado mediante una Real Cédula
de abril 4 de 1702 en la cual el Rey ordenó a los dos frailes que
estaban en Menores y La Cruz pasar a Maracaibo. Durante los
siguientes 13 años, los indios guajiros no tuvieron en su territorio
ningún misionero. Solamente a partir de 1715 el obispo de Santa
Marta, Antonio Monroy y Meneses, nombró dos de ellos en
calidad de interinos para los pueblos de La Cruz y Menores. Esto
fue posible por el traslado de once religiosos con el propósito de
llevar a la “[…] conversión de los indios guajiros, entre Maracaibo,
y la del Río del Hacha, por ser de condición más tratable y poder
resultar de su logro, muchas utilidades a la Real Hacienda y
conveniencia a los vecinos de aquella Jurisdicción […]” El traslado

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de estos religiosos se realizó porque los indios de Mérida y la
Grita, Provincia de Maracaibo, “se rebelaron y quemaron la
iglesia, imágenes y ornamentos e hicieron otras atrocidades [...]”

El traslado de los capuchinos a la provincia del Hacha fue


autorizado por una Real Cédula de noviembre de 1717, por la
cual se confería la misión de evangelizar y pacificar los
indios guajiros a los padres capuchinos. Un año después se
efectuó una ratificación, la cual iba más allá, AL PLANTEAR LA
POSIBILIDAD DE NOMBRAR COMO PREFECTO DE LAS
MISIONES SOLAMENTE A RELIGIOSOS DE LA ORDEN
CAPUCHINA, pues la experiencia había demostrado que en los
trece años en que el territorio estuvo sin misioneros capuchinos,
quienes les sucedieron, es decir, los presbíteros clérigos
nombrados por el obispo de Santa Marta, no habían hecho ningún
avance significativo.

En lo sucesivo, los religiosos capuchinos trabajaron en


concordancia con el Gobernador de Santa Marta, don Juan
Beltrán de Caicedo, en quien recayó igualmente la tarea de la
pacificación. De ésta forma se combinó la reducción por
medios pacíficos propugnada por los religiosos y la
pacificación por la fuerza impulsada por el Gobernador,
facultad que le fue reconocida en una Real Cédula fechada en
10 de marzo de 1718, en la cual se especificaba lo siguiente:
Visto en mi Consejo de las Indias con lo que dijo mi fiscal de él, y
consultándoseme sobre ello, he resuelto que la referida
conquista y reducción corra a cargo de Juan Beltrán de
Caycedo...Y respecto de que por lo que mira a puntos de
declarar por conquistadores de los que ayudasen a esta
reducción, REPARTIÉNDOLES TIERRAS E INDIOS PARA QUE
LOS SIRVAN... y así mismo le encargo SOLICITE EL
DESCUBRIMIENTO Y RESTABLECIMIENTO DE LA
PESQUERÍA DE PERLAS QUE SE HALLA EN AQUELLOS
PARAJES.

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En este contexto surge la figura del Padre Josehp López Sierra,
hermano de parte de madre del Cacique Cecilio López Sierra y en
quien recayó durante algún tiempo la evangelización del pueblo
de Boronata, lugar de residencia del Cacique y donde se dio un
fenómeno particular de mestizaje con predominio de lo wayuu.

También en este pueblo se mantenía un capitán y un sargento


mayor de los guajiros. En efecto, este pueblo figuró en principio
como pueblo de indios, pero posteriormente en algunos censos
aparece claramente como un sitio de mestizos. En Boronata
coexistieron bajo la práctica cultural indígena mestizos, blancos e
indios. En un informe sobre el estado de las misiones
capuchinas en 1755, se describió el mencionado pueblo y se
levantó un conteo de sus habitantes por familia, el cual
muestra uniones de mestizos con indias: de cuarenta familias
mestizas, diez tenían madre india; SE CONTABILIZARON, en
total, 214 mestizos incluyendo las diez madres indias en mención
y cinco indios huérfanos que convivían con la familia del Sargento
zambo Joseph Ojeda, Y 175 INDIOS. El total de la población
entre mestizos e indios sumaba 389 personas. Llama la atención
el hecho de que mestizos huérfanos estuvieran viviendo en el
seno de familias mestizas con madre indígena, lo que mostraría
precisamente la importancia del papel de la madre en el proceso
de formación de sus hijos(as) en los preceptos de la cultura
wayuu. Es decir, su papel en la reproducción de la base de la
etnicidad y por tanto de la identidad étnica fue fundamental en la
preponderancia de lo étnico en estos mestizos.
Igualmente, es significativo el número de esclavos de propiedad
tanto de mestizos como de indios, 36 en total, el 14 % de la
población.
El Padre Joseph López Sierra oficiaba entonces desde su
condición de mestizo indio y conocía perfectamente la
Guajira, y al igual que su hermano Cecilio, estaba
emparentado con la mayoría de los líderes poderosos de la Alta
Guajira. El desempeño de su oficio como cura le permitió,
dado su acercamiento con la cultura nativa, elaborar un
diccionario de la lengua Guajira. Las autoridades también lo

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buscaban a él para hacerse acompañar en las salidas de
reconocimiento por el territorio étnico, tal como la que se realizó
en 1763 en compañía de su hermano Cecilio y Don Luis
Guerrero, un miembro del Cabildo de Riohacha. En esa
oportunidad los tres hicieron un conteo de indios que estaban en
capacidad de tomar las armas, cuyo objeto era hacer un
diagnóstico de la situación fronteriza con el fin de llevar a cabo la
“empresa” de “pacificación” y poblamiento. En contraprestación
recibirían la concesión del asiento de víveres y negros que les fue
otorgaría la Corona, y que como sabemos presidía el cacique
Cecilio con su socio Bernardo Ruiz de Noriega. Era el asocio
perfecto en la empresa: por un lado el Cacique Cecilio López
Sierra, quien era reconocido en tal cargo por las autoridades
hispanas en la Guajira, por otro Ruiz de Noriega, con respaldo
directo del virrey y quien colocaba los recursos personales
necesarios para el desarrollo de la empresa. Y junto a ellos la
importante figura del cura Joseph López Sierra, quien por su
condición de prelado propiciaba un entendimiento amigable con
los indios, pero también desde su intermediaria posición de
mestizo indio se le facilitaba un entendimiento directo con sus
parientes. Lo que el cacique Cecilio intentaba desde su cargo civil
lo hacía también el Padre López Sierra desde su desempeño
religioso. Los dos hermanos actuaron en asocio para sacar
provecho de sus cargos y posiciones dadas sus movilidades entre
las tradiciones nativas y arijunas.” (..)
-detengámonos a entender un poco lo relatado y documentado
muchas o todas las veces, oculta a la lectura del publico, quizás
para tratar de ocultar las peores intenciones de ambos
bandos los afectados los mas débiles, mujeres niños y ancianos
vendidos como esclavos, sometidos a la servidumbre por sus
propios hermanos mestizos, los capuchinos haciendo su trabajo
de “reducción” en nombre de la cruz, en unidad con los “caciques
fabricados “ por los extranjeros invasores, como pueden leer, los
poderosos caciques, enriquecidos con la pobredundre de sus
hermanos de sangre fingían ser cristianos para su propio
beneficio personal, tenían esclavos negros, además de wayuus
sometidos o vencidos en las guerras entre clanes divididos por los

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invasores extranjeros para debilitarlos y así lograr su cometido,
sino lo hacían a la buena, (misioneros) la hacían a la mala
(caciques fabricados) señalo aquí, lo que esta transcrito, esta
documentado y fue escrito por los mismos protagonistas de
acuerdo a la visión criolla y blanco, y ¿si hubiesen escrito los
wayuu? es inimaginable los sufrimientos del pueblo wayuu
durante estos siglos solamente estamos indagando lo acontecido
durante los años 1700-1800. Pero sigamos leyendo sobre otros
personajes durante esa centuria que tenían su centro de
operaciones entre Kijout (cojoro) y Karrouyaa (sinamaica).

En el oriente de la península de la Guajira, entre Riohacha y


Maracaibo, particularmente en las cercanías de Cojoro, habitaba
una parcialidad de nativos al mando de Yaurepara, poderoso líder
Wayuu que dominaba económica y políticamente la zona.
Este dirigente aborigen tenía su base de apoyo en Cojoro y
Parauje, y junto a su hermano Panieme podían quizás reunir unos
"dos mil hombres de armas y flechas [...]" La posición que
ocupaba Yaurepara era estratégica por cuanto se encontraba en
el camino que comunicaba a Riohacha con Maracaibo, además
de contar con apoyo de las facciones indígenas que hacían
presencia en los alrededores del río Limón o Sucuy; el único
poblado hispano en la zona era Sinamaica. El "capitán del camino
de Maracaibo", como se le conocía a este líder, fue protagonista
de la lucha que se libró entre las autoridades hispanas, los
colonos hispano - criollos y las facciones indias por el control de
esta zona. En este contexto de luchas armadas se encontraba el
zambo Martín Rodríguez, quien era compañero y pariente de
Yaurepara y Panieme. Rodríguez era hijo de un zambo
riohachero con una nativa de Cojoro y fue el encargado de
funcionalizar las redes de cooperación armada entre las distintas
parcialidades nativas. En ello fue importante su carácter de
lenguaraz y por tanto como eslabón entre las tradiciones wayuu y
arijuna, por lo que fue considerado por las autoridades hispanas
en un principio como "[... ] perjudicial [...] en influir a los Guajiros
contra los españoles, como en solicitar contra nosotros el auxilio
de los ingleses, por medio de las más activas negociaciones que

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personalmente pasa a practicar en Jamaica [...]". Rodríguez
mantenía relaciones con mujeres nativas en las diferentes
parcialidades guajiras, lo que le aseguraba efectivamente un
parentesco en varios niveles con los diferentes clanes wayuu y le
permitió también acumular riqueza en cabezas de ganado que
tenía repartidas en varias rancherías. Poseía contactos y
parientes en Riohacha, a donde llevaba a vender ganado en pie y
regresaba a Cojoro con aguardiente y telas. Pero también tenía la
ruta de intercambios con los ingleses que arribaban a las costas
del Golfo de Venezuela, con quienes contrabandeaba ganado,
armas y tabaco. Rodríguez era cercano a las rancherías que
controlaban el río Limón, el caño de la Paijana que comunicaba a
la isla de San Carlos, y ésta con el Golfo de Venezuela. Los
pobladores de estas rancherías le prestaban ayuda en hombres y
canoas para llevar sus géneros. El parentesco con Yaurepara y
Panieme pronto le aseguraron una posición social de jerarquía en
la sociedad wayuu, hasta el punto de que estuvo con los dos
líderes en EL TRATADO DE PAZ que en 1799 firmaron con el
gobernador de Maracaibo, EL DE RIOHACHA Y EL
COMANDANTE DE SINAMAICA. En esas negociaciones se llegó
a los siguientes acuerdos: Que serían obligados [los indios] al
pago de las muertes hechas en los vecinos de Sinamaica durante
la guerra, y que lo mismo se ejecutaría con los de su nación,
muertos en dicha villa por los españoles. Que no podían entrar
[los indios] en la nominada villa con armas de ninguna clase,
antes al contrario debía manifestar entrando sin ellas, la Paz y
amistad que tenían con los Españoles y la confianza que debían
hacer de la palabra de honor de los Gobernadores de Maracaibo
Y RÍO HACHA, ANTE QUIENES SE TRATABA Y
CONSOLIDABA LA PAZ. Que los Españoles de las Provincias
tendrían seguridad en el tránsito y defensa por parte de ellos
contra cualesquiera que los quisiese ofender en sus personas y
vienes. Que de esta manera y verificadas las condiciones puestas
por su parte las que se reducían á pedir varios efectos que
necesitaban, olvidarían todos los agravios y muertes ejecutadas
en sus parientes y nacionales. Por otra parte la compensación
entregada a Yaurepara, Panieme y Martín incluía abalorios;

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un papel de agujas; cuatro pañuelos; dos cargas talegas;
cuatro corazas; cuatro cojines; cuatro pares de estribos;
cinco botijuelas vacías; una gargantilla de oro con su
relicario; cinco madejas de hilo de color morado; diez
paquetes de panela; cinco botijuelas de aguardiente; ocho
pesos en dinero efectivo; diez cuchillos; DOS CARGAS DE
MAÍZ; UNA TALEGA DE JAYO; dos fustes; cuatro hachas;
nueve frascos más de aguardiente; un bastón nuevo con su
casco de oro, de peso una onza i ochava; una botijuela más
de aguardiente; una cadena de oro de nueve
castellanos. Yaurepara, Martín y Panieme pasaron a Maracaibo
donde fueron agasajados por el gobernador de la provincia
durante cuatro días, tiempo en que este último también se
comprometió a entregarles dos águilas de oro. Como puede
apreciarse, Rodríguez estaba reconocido tanto en la sociedad
wayuu como en la arijuna, y políticamente jugaba un papel
importante de eslabón entre las dos culturas. Años más tarde ya
lo encontramos como intermediario reconocido de las autoridades
hispanas, a quien confiaban el suministro de informaciones
acerca de barcos extranjeros que contrabandeaban por las costas
de Bahía Honda, además de servir de puente para el diálogo
entre los nativos de la costa oriental de la Guajira y las
autoridades hispanas de la Villa de Sinamaica, tan asediada por
mucho tiempo por las entradas armadas de los wayuu. Rodríguez,
al igual que Cecilio López Sierra, supo aprovechar las
condiciones parentales en el seno de la sociedad wayuu y su
papel de intermediario para sacar provecho personal y ascenso
social de ello.(..)

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CIUDADANOS WAYUU INFLUYENTES EN URIBIA COLOMBIA
1920 APROXIMADAMENTE

EL MESTIZAJE EN LA GRAN NACION WAYUU (a finales del


siglo IX y a comienzos del siglo XX).
julio 08, 2012

EL MESTIZAJE EN LA GRAN NACION WAYUU (a


finales del siglo IX y a comienzos del siglo XX).

Para labrar una visión hacia el futuro más cuando se trata de un


pueblo debe estudiar y entender su historia, su génesis histórico
su proceso social, en el caso de la nación wayuu el proceso de
mestizaje, tuvo su apogeo a finales del siglo IX y a comienzos del
XX, claro en épocas anteriores ya venía sucediendo pero en
menor escala; para darle credibilidad a lo planteado tuvimos a
bien transcribir un estrato del libro “Apuntaciones historiográficos,
acerca de algunos segundos colonos de la Guajira” “Crónicas
Guajiras” del eximio autor Doctor Manuel Matos Romero, de su

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Edición del año 1972. Estudioso y amplio conocedor de la historia
inmediata de la gran nación wayuu, todo ello debido a una
estrecha amistad que tenia con los ciudadanos de la gran nación
wayuu José de los Santos Montiel “El Cuya” y su primo José de la
Rosa Fernández “El Torito Fernández”, wayuu ambos del clan
Wülïiana, (tíos, por modestia aparte de mi progenitor Antonio
Fernández Wülíïana) ambos ciudadanos muy versados sobre las
crónicas y las costumbres wayuu, José de la Rosa fue amigo
personal de varios mandatarios nacionales como José Vicente
Gómez, Eleazar López Contreras, Rafael Caldera entre otros,
amigo personal del escritor Rómulo Gallegos, tanto así que fue
su guía en su periplo por la Guajira cuando escribió su novela
“Sobre la misma tierra” en 1941, cuando el doctor Matos Romero
trae hasta la Guajira al celebrado escritor Don Rómulo Gallegos, y
estos ciudadanos lo nutrieron de sus conocimientos sobre las
crónicas wayuu al plantearle al autor Matos Romero de
inmortalizar en un escrito los nombres y vicisitudes de la Guajira a
finales del siglo IX y a comienzos del siglo XX, y hoy con orgullo
personal transcribo para conocimiento de los lectores estas
crónicas contadas por estos wayuu, ya fallecidos, a los Ait’
junairrü (occidentales) para mantener la historia viva las ideas y la
filosofía de estos baluartes, primero desde la visión del escritor
pero manteniendo el carácter histórico en respeto a la oralidad del
pueblo wayuu, (los párrafos en cursiva y en negrita, son
comentarios de este servidor) disfruten de las crónicas wayuu.
ESPACIO ABIERTO, PARA LLENAR UN VACIO..

LOS SEGUNDOS COLONOS DE LA GUAJIRA.

Durante la segunda mitad del siglo pasado y los primeros 40 años


de la presente centuria, más o menos de 1850-1940, la península
de la Guajira desde el cabo de la vela hasta Sinamaica es
visitada y en ella se asientan unos definitivamente y otros
temporalmente, varios hombres audaces y dinámicos en busca de
fortuna y aventura que llamaremos, segundos colonos de la
Guajira, procedentes unos de Curazao, Aruba, Bonaire, Colombia

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Venezuela, Francia, Holanda España, Estados Unidos del norte,
entre otros.
Para tratar de comprender el porqué algunos de estos segundos
colonos se asentaron y se quedaron de por vida en la península
de la Guajira y tuvieron hijos en muchas mujeres wayuu, es
preciso aceptar el hecho de que ellos entendieron y vivieron
intensamente la Guajira, es decir se adaptaron a sus costumbres,
usos lenguas, leyes, música, juegos, leyendas, mitos, tradiciones,
mejor dicho, aceptaron sus culturas y asimilaron además
algunos rasgos característicos de ellos, como la rudeza,
violencia, hospitalidad, sinceridad. Y porque además el factor
atrayente e imantado para el extranjero fue la mujer wayuu la
majaayuut, que tiene hechizos insospechados, especialmente su
nobleza, su abnegación, sacrificio, atención y cariño por su
compañero y por sus hijos, su capacidad de trabajo y de
resistencia, ya que la mujer wayuu trabaja muy duro a tiempo
completo, sufre hambres, trae al mundo varios hijos y sus labores
son múltiples, pues prepara la comida, recoge la leña, trae el
agua de la casimba, cuida a los niños y a los animales . hila, teje,
cose los vestidos de la familia, lava la ropa , ayuda al hombre en
los trabajos del campo durante los periodos de mayor actividad,
compra los alimentos y vende lo que produce, como chinchorros,
capoteras, bolsos , mantas, tapices, etc. Y es el eje y centro de la
familia, y su dignidad la fundamenta en una solidaridad con su
compañero, pues muchas veces sigue a este en sus viajes o
cuando va a recibir algún dinero y hasta en sus parrandas
domingueras ya que por naturaleza el wayuu es tímido, es
reservado, introvertido, cauteloso y no es expresivo sino cuando
ha habido alcohol, pues la mayoría de las veces no hay amor ni
sexo sin alcohol lo cual provoca regularmente la violencia y la
riña, ( las drogas y el alcohol desde la perspectiva del
occidental, Ait>junairrü, tiene sus objetivos de sometimiento,
esto en el caso del marido borracho, lo aprovecha el
Ait>junanairrü endulzándola prometiéndole y pagándole
favores a ella y al marido con ron y alcohol, aquí en el estrato
citado de Manuel Matos Romero, lo describe desde su punto
de vista occidental.)

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Algunos de los segundos colonos se dedicaron a la pesca de
perlas, muchos al contrabando, a la cría de ovejas, ganado
vacuno, caballar y caprino otros a exportación de frutos y
productos de la región y a otros menesteres, y echaron raíces allí,
formando familias, uniéndose a mujeres wayuu con las cuales
procrearon múltiple descendencia y otros que temporalmente la
recorrieron en busca de petróleo, etc.,

Tanto los segundos colonos de la guajira, como luego del


mestizaje de aquellos con guarichas sus retoños ya
“indigenizados” o “guajirizados”, tomaron las riendas de la región
ya dominada por sus padres y se dieron a conocer por la
fundación de empresas comerciales como la pesca de las perlas,
la cría de ganados y caballos, POR LA FUNDACIÓN DE
ALGUNAS RANCHERÍAS, por las guerras que se hacían entre
algunas “castas” o “clanes” a las cuales ya esos mestizos
pertenecían por la línea materna a la raza indígena y a la
“casta” a que pertenecían sus madres porque según la ley
guajira el hijo sigue y forma parte de la casta de sus progenitora
y lleva su apellido, pues predomina el matriarcado.

Cuando los ingleses eran dominadores de los mares para esa


época burlaban la vigilancia de las costas desguardadas de la
Guajira y hacían desembarco de mercancías que negociaban con
los wayuu.
Por sus actos de violencia, coraje valentía y decisión tanto los
segundos colonos como a sus hijos mestizos, hicieron conocer a
la Guajira fuera de las fronteras de la península, como por las
exportaciones de dividivi, algodón, semillas de tártago, aceite de
cocos, concha de mangle, maderas cueros de res, ovejas y
chivos, cecinas de caprinos y ovinos, chinchorros, capoteras y
pellones para sillas de montar bestias etc. De la rica artesanía
Guajira y por el comercio clandestino de mercaderías que se
hacía por varios puertos de la costa Guajira como Bahía Honda,
Portete, puerto libre, Puerto Arturo, Puerto Estrella, Puerto
Bolívar, Puerto Lugonia, llamado después Puerto López en

16
honor al presidente de Colombia que le dio puerto libre a la
Guajira, Castilletes etc.

En esa época de mediados del siglo IX y a comienzos del siglo


XX, en la Guajira y Rio de Hacha, fue la floreciente exportación
llamada la “época del dividivi” y por tanto “la época del oro”, como
en el Zulia llamamos la “época del chorro” o del “oro negro”, a
partir de 1922 cuando reventó en la Rosa de Cabimas, el famoso
pozo de petróleo “Barroso 2” que vomito en día 100.000 barriles
de aceite negro y que inicio en Venezuela una nueva era de la
explotación del crudo en la cuenca del lago de Maracaibo.

El dividivi fue el fruto exportado de la Guajira que mas rentas


producía en ese entonces al fisco nacional de Colombia.

Por tanto en los puertos de cabo de la vela, san José de Bahía


honda, Portete, santa Cruz, san Nicolás de los menores,
Castilletes de la costa Guajira, los Españoles habían levantado en
la época de la conquista y la colonia, fortificaciones y ciudadelas
para defenderse del ataque permanente de la tribu Guajira,
formada por los diferentes clanes o castas matriarcales y evitar
así la piratería de los barcos ingleses holandeses etc.

En las praderas cercanas a las lagunas de “el pájaro” y en la


sierra Makuirra, Vivian indígenas y ganados poromana, casuto,
surimana, causiajirumana, lugares que después fueron asientos
de extranjeros como Toño Iguaran, Rodolfo Morales, Miguel
Freile, Luis Palacios, Prospero arregoces y otros tantos más que
allí se establecieron y echaron raíces profundas en dichas tierras.
El Colombiano Ramón Pana tenia cultivos de algodón en el sitio
llamado Carrizal y allí se estableció Juan María González era un
veterano navegante colombiano que hacia continuos viajes de Rio
de hacha a las costas Guajiras llevando mercancías de
contrabando.
Cuando el general Francisco D, Pichón pacifico a los belicosos
indios “Cocinas” que comandaba el cacique Prieta reconocido en
esa época como uno de los más valientes caciques de la Guajira

17
crecían en abundancia en esas tierras y pastaban en sus estepas
miles de animales de todas clases: caprinos , ovinos, vacunos, y
caballar, se comía mucho la sobrasa Higuarayas que son los
datos y lefarias especie de cactus, que se dan silvestre en Zulia y
Falcón y abundaba así mismo el árbol del Calabazo, así sucedía
cerca de él “Pájaro” donde estaba la laguna “Guayacasira”.

Se establecieron también en la zona de la Guajira, Joaquín de


Armas, Colombiano, quien poseía cierta cultura y se hizo rico,
Joaquín Rivera, el cacique Máximo hijo de la mestiza María
Concepción Bruzon y Francisco Rivera.

Otros como José Vicente Pimienta Riohachero fue uno de los


segundos colonos de la Guajira que se estableció en bahía
Honda “el Choclire” Juan G. Barros, Rafael Pimienta, se
enraizaron también en la Guajira y allí vivieron, criaron animales y
procrearon muchos hijos, domaron potros cerreros, herraron
animales maestrencos e hicieron la guerra a algunas castas
apoyados por otras a la vez, principalmente los clanes a que
pertenecían sus mujeres Guajiras.
Luis Cotes Gómez y José Eduardo Illidge ejecutaron con recursos
de su patrimonio personal, caminos de tierra o de recuas,
por supuesto, y abrieron la vía de comunicación rustica por medio
de la cual se podía atravesar parte de la península.

UN MESTIZO WAYUU “AS” DE LA AVIACIÓN FRANCESA.

Juan Bautista Brets, hijo de conde y de la india Josefina


Bonivento, fue llevado desde niño a Francia por su padre que era
Francés y allá se hizo aviador, combatiendo en las filas del
ejército francés donde se alisto en la primera guerra mundial de
1914-1918.
Se cuenta de el que cuando los Alemanes bombardearon a Paris
con el cañón Berha 70, sin que los “ases” de la aviación francesa
pudieran determinar el sitio escondido en que se hallaba
emplazado el referido cañón, Juan Bautista Brets, el hijo de la
pampa Guajira lo descubrió, valido quizás de la formación del

18
sentido de orientación y sus instintivo olfato de indio montaraz,
como quizás no lo aventajaba un tigre cuando persigue una pieza,
y por ese hecho histórico fue condecorado por Francia.

POLIGLOTA MESTIZO WAYUU

Entre los hijos prominentes de la Guajira en esa época se destaco


Alejandro Vancovenoven, hijo de holandés y wayuu, a quien los
wayuu llamaban “Yayá”, porque a él lo consideraban wayuu
muchos de ellos antes de irse a estudiar al extranjero.

Era mestizo, hijo de padre holandés y madre wayuu, hablaba


varios idiomas; el ingles, el francés. El holandés, aprendidos en
Europa y en sus viajes al exterior, el idioma castellano y la lengua
Guajira aprendidos en la península de la Guajira.
Se decía de él que tenia costumbres diferentes a las del guajiro,
pero Alejandro Vancovenoven aun siendo civilizado se sentía
también atraído hacia su raza caía bajo las leyes de la
hospitalidad Guajira, que considera sagrada la persona del amigo
(walée) y del hermano (tawaláa) visitante ante el insulto y el
ataque, mientras este en la casa de un wayuu. Es una especie de
derecho de asilo en miniatura, que constituye otra institución
Guajira.
Las majaayuts defendían a “Yayá”, decían ellas por qué no los
ofuscaba el egoísmo ni la rivalidad como a los hombres. Las
wayuu adultas comentaban, esta tierra no quiere, no sabemos si
por envidia o que a Juan Bautista Brets ni a Alejandro
Vancovenoven, siendo el primero un “as” de la aviación
francesa que dio a conocer en el mundo a la Guajira, y al
segundo, por es un poliglota, y ya quisieran muchos civilizados
saber tanto como ellos dos. Pero así como los wayuu replicaron
las majaayuut a los hombres en plena conversación.
Vancovenoven les decía a algunos de los hombres ricos de la
Guajira, que viajaban al extranjero, porque ellos no sospechaban
el fervor que despertaron entre los parisinos las señoritas
Manases, las tres hijas del francés Alberto Manases cuando iban
a Notre Dame, a los campos Elíseos, al museo del Louvre, a los

19
inválidos, a las tullerias, trajeados con sus lindas y floreadas
mantas guajiras, sus sandalias de suela con sus grandes motas
de algodón de variadas colores, con sus aretes , collares y
azorcas.

UN ESPAÑOL PESCADOR DE PERLAS EN LA GUAJIRA

Otro de los segundos colonos de Guajira, fue el Españoles José


Pascual y Pons que se quedo en la península, después de haber
obtenido del gobierno Colombiano para pescar en los mares de
las costas Guajiras, en Cabo de la vela, Taroa, Portete, etc.
Luego fundo la población de “Cardón de los Remedios” y trajo
buzos y escafandras de las islas de Margarita y trinidad, pero
dicha población no prospero porque fue sitiada por la sed, no
había agua.
Para ese trabajo de la pesca de perlas, el Arubeño Ángel
Henríquez le aconsejaba a Pascual y Pons, que nombrara un
intérprete para los indios y otro para los Riohacheros, por lo difícil
y confuso que era entenderse con ambos por la diferente
psicología y a veces lenguaje de sendos caracteres.
Pascual y Pons llevo a cabo varias temporadas de pesca, pero
llego el momento de alzar vuelo y regresar a Colombia pero a la
vez estaba enamorado apasionadamente de una hermosa wayuu
llamada Maruma.
Debía de ser esta según las conversaciones de los presentes, el
polo imantado que transmuto a Pascual y Pons de la noche a la
mañana, en la viva estatua de Rodin, pues al amanecer, reunió a
Pascual y Pons a los empleados de su empresa y les dijo: yo no
me voy de aquí, los que quieran acompañarme pueden quedarse,
continuara la pesca. Y allí se quedo con su hermosa wayuu
pescando perlas y pescando amor.

EL PRIMER PERIODICO QUE SE PUBLICO EN LA GUAJIRA.


Francisco de Luque fue el fundador del primer periódico que se
publico en la Guajira y que se denomino el “El Clarín” con
imprenta propia y se imprimía en el sitio llamado Laguna de
Tucacas, se publicaba en español y se repartía en varias

20
ciudades Colombianas y algunos números llegaban a Maracaibo
también.
Así se expresaban y pensaban algunos de estos segundos
colonos de la Guajira a mediados del siglo IX y a comienzos del
siglo XX, hombres valientes y audaces algunos de ellos con
cierto grado de instrucción y cultura que se asentaron en las
sabanas Guajiras, inhóspitas y resecas y domeñaron y
sojuzgaron el medio ambiente sometiéndolo a su manera de
actuar y pensar, aun cuando recurriendo en veces a la violencia
cuando las circunstancia lo precisaban, pero que a su vez
comunicaron cierta instrucción a algunos de sus hijos y parientes,
porque casi todos procrearon numerosa prole en mujeres wayuu.

En la Guajira se publicaban dos periodicos en español el primero


nombrado “Frente Guajiro” fundado en 1958 en Paraguaipoa y
cuyo director era el Licenciado en periodismo Claudio Semprun.
Otro periódico mensual fundado en Paraguaipoa en 1972 se
llamaba “Nunuikii Wayuu” (la voz del guajiro) y su editor fundador
era Ricardo Luis Semprum y Andrés Hernández, (educadores)
hoy día no circulan estos periódicos, (hay un periódico editado en
Maracaibo, que se llama Wayunaiki, con temas por lo demás que
pecan de frívolas y alejadas de la realidad wayuu, muy ido a la
mentalidad del Ait>junairrü, y no termina de calar en la gran
nación wayuu).

EL MESTIZAJE EN LA GUAJIRA

Con la invasión de extranjeros a la Guajira en el periodo ya


mencionado, más o menos de 1850 a 1940 de holandeses,
franceses, curazoleños, Arubeños españoles. Etc.
Uno de los rasgos mas característicos e importantes de nuestro
mundo americano es, sin duda, al decir del Dr. Arturo Uslar Pietri,
en su libro “Valores Humanos” tomo II, 1964, del mestizaje.
Cuando se habla del mestizaje americano se piensa
generalmente, continua diciendo Uslar Pietri, este proceso se ha
reducido a la mescla de sangre que durante más de cuatro siglos

21
en tierra americana se ha venido verificando entre blancos, indios
y negros.
“había una cultura de los Mayas, una de los aztecas, una de los
Incas, una de los Chibchas y así muchísimas más a estas
culturas, absorbiéndolas, dominándolas y deformándolas, el tipo
de cultura occidental que representaba España, pero no ocurre
simplemente una sustitución, no desaparecen las culturas
indígenas, (ocurre una aculturación) la cultura española se
inunda de nuevos productos, tanto de especies y animales minera
y medicinal, esto también es mestizaje, pero a lo contrario.

Así mismo paso con los aventureros extranjeros que llegaron a la


Guajira, aceptan nuevas costumbres, alimentos, conociendo y
practicando nuevas costumbres, contrabandeando, pescando
perlas guerreando como verdaderos wayuu, hablando el idioma
wayuu, pensando y actuando como verdaderos wayuu así
también sus hijos mestizos, en una hibridez de sangre y culturas
diferentes pero en los cuales predomino casi siempre la herencia
del indígena.

(Estos a mi parecer constituyen un nuevo grupo humano


entre los wayuu que son wayuu y los que no son wayuu, todo
manejados a conveniencia con actitudes y pensamientos
filosóficos propiamente mestizo, que denigra y se aprovecha
de sus propios hermanos, véase en las poblaciones de
Uribía, Riohacha por citar nada mas estas dos poblaciones
llaman a sus cotorréanos wayuu despectivamente “indios”
“Guarichas” “brutos” entre otros epítetos denigrantes y
racistas, hay un odio ancestral entre negro y wayuu. Aun así
que muchos seudo-entendidos indigenistas wayuu, se hagan
los locos y desatiendan este hecho, es una realidad como lo
fue o lo es la esclavitud entre los wayuu, y los wayuu
esclavizados, esto álgidos temas lo trataremos en capítulos
apartes).

Anota el escritor Antonio Joaquín López (Briscol) en su


libro “Los dolores de una raza” 1951.” el mestizo es hijo

22
sublevado de la llanura y el producto de la lujuriante sensualidad
de la india, contagio impuro de una horrible mezcla”.

El escritor venezolano Francisco Herrara Luque, en su libro “los


viajeros de Indias”1970.”Si la india no hubiese recibido con
beneplácito a los conquistadores y no hubiese ayudado a
destruir a sus hermanos de raza, probablemente la conquista de
América no se hubiese realizado, o sea se hubiesen indigenizado
los españoles” (:¡:)

Igual argumento sostenemos (prosigue Matos Romero) que si


las indias guajiras de mediados del siglo IX y a comienzos del
siglo XX no hubiesen convivido con los extranjeros y criollos
segundos colonos que penetraron a la guajira, no hubiera tenido
lugar el mestizaje de sangre cultural que ha venido desde
entonces echando raíces en la península.

Continua diciendo Herrera y Luque que “en semejante


condiciones es natural que el hombre de América se fuese
consumiendo de tristeza y de rencor, hasta hacer prácticamente
imposible la continuidad de su raza, por esta causa dos
generaciones más tarde casi no quedaban mas indios en los
pueblos españoles”

“con la llegada de las negras esclavas, nuevas vías de proyección


demográfica se sumaron al español. Los españoles prefirieron
desde el primer momento a las negras esclavas que a las indias
por su mayor zalamería y emotividad...originándose una gran
cantidad de mulatos desde los primeros días de la conquista” el
atractivo sexual y la lascivia de las negras era irresistible para los
blancos, escribe Gage.-. El atavié de esa clase baja es tan ligero
y su modo de andar tan encantador, que muchos españoles, aun
los de mejor clase, desdeñan a sus mujeres por ellas”
Dice Herrera y Luque que “eso se ve claramente en el censo de
1650 para 400.000 negras que había en América para la fecha
(incluyendo viejas y niñas) los desvaneos de sus propietarios les
habían fecundado el vientre 269.000 veces.

23
“el conquistador, al igual que su descendiente, fue el macho
omnímodo, como un padrote de cría, emprende la tarea de poblar
un nuevo mundo con la negra a su derecha y la india a la
izquierda, Andrés Eloy Blanco plasmo la escena en bellas
estrofas de su canto a España. ...” y el mundo, estupefacto.
Vera la maravilla de una nueva raza que tiene por pedestal
tres quillas...”
Los que participamos de la ideas y conceptos del profesor Dr.
Miguel Acota Saignes dice “ no puede haber otra política
indigenista que aquella que se formule para considerar a los
indígenas simplemente como compatriotas ciertamente
portadores de rasgos culturales diferentes signos de respeto,
estudio a veces fomento, con todos los derechos de los
venezolanos para incorporarse a lo que se puede considerar
como más avanzado y provechoso” consideramos que también
los mestizos wayuu llevan gran parte sangre wayuu y de cultura
indígena y debe haber motivos rechazarlos por provenir del
mestizaje.

UN CARAQUEÑO PADRE DE UN “CACIQUE” WAYUU.

Uno de los segundos colonos de la guajira procedente de


Caracas y que llego a Castilletes, fue Rudesindo García, quien se
estableció allí y se caso con una tía del Cacique “Torito
Fernández” llamada Ana Josefa, con la cual tuvo una hijo también
llamado Rudesindo García quien lo llamaban los wayuu
“Cachirroulëe” (el tetón) quien a su vez tuvo a las hijas, Dolores
Fernández y Zoila García, este Rudesindo García (el mestizo ) fue
uno de los más importantes Caciques de la Guajira (según Matos
Romero) de fines del siglo IX y comienzos del siglo XX , fue mas
jefe que el “Chiop” Luis Fernández, con mas clase tribal por la
línea materna , más valiente y más rico, y por la influencia que
llego a tener hijos entre varias “casta” Guajiras.

El viejo Rudesindo García padre del “Cachirroule” regreso a


Caracas después de muchos años de haber vivido en la Guajira
en la localidad de Porshoure y la montañita.

24
ALGUNOS DE LOS POBLADORES DE CASTILLETES.

Muchos venezolanos, colombianos, mestizos hijos de franceses,


holandeses y antillanos nacidos de mujeres guajiras y
algunos otros llegados de Maracaibo, Coro, Sinamaica y otros
lugares ayudaron a fundar a Castilletes.

Pueden citarse entre otros fundadores de Castilletes a Abrahán


Cambar, quien llevo a la guajira un barco desde Maracaibo
para hacer viajes entre los dos puertos, Abrahán Manases,
quien era un hábil talabartero, hijo del francés Alberto manases,
Arsenio Cruz, Ramiro Ramírez, Rodolfo Medina, Asdrúbal Echeto.
Osvaldo Montiel, Medardo Osorio, de Maracaibo, Sócrates Pérez
de Coro, Francisco Machado y Venancio Machado de Sinamaica
Rodolfo Iguaran, Isidro Valbuena y Eleazar Montiel Paz de
víveres y mercancía en Castilletes y gozaban de buena situación
económica.
Eleazar Montiel Paz fue en dos ocasiones Gobernador del distrito
Páez (La Guajira) y presidente del concejo municipal en
Sinamaica. Era comerciante y criador de animales vacunos y
ovinos. Dueño del hato “El Dividivi” situado cerca de Sinamaica,
que el poeta zuliano Elías Sánchez Rubio acostumbraba visitar ,
pues allí vivía Basilicia Paz su amada “Irama”, y donde pasaba las
horas de la canícula acostado en una hamaca debajo de dos
“matapalos” que habían en dicho hato, Montiel Paz era hombre
serio, respetable y padre de numerosa familia entre
cuyos hijos están José de los Santos Montiel (El Cuya)
Robert,Lucinda; Luzmila, Rosalbina, Hermagoras, María de los
Ángeles, Nemesio, Paulino, José Elías, Rufino, Edilia, Josefina,
Noé, Meleandro, Hugo, José Rafael, Y Ana Dolores Montiel, Y
Héctor Larreal.
Estaba casado con Asunción Polanco, sobrina del famoso
Cacique Juliep Chapara, que los wayuu llamaban Uyechipalää.
Wayunisando el nombre.
Otros de los pobladores de Castilletes fueron Hermenegildo
Palmar, Antonio Silva, Montero dueño de una gran bodega
llamada “La Lucha” Jesús Cruz, quien estableció un gran negocio

25
de mercancías Antonio Alberto Palmar, José del Carmen
Villalobos, dueño este de una bodega, Víctor Macías procedente
de Coro, el Holandés John Boom a quien apodaban el maestro
dueño de una bodega, Bruno Gómez de profesión marino y
capitán de un barco.
Ignacio Polanco, Abelardo Crespo y Joaquín Crespo estos dos
últimos eran indígenas, que fueron llevados a Caracas por orden
del general Joaquín Crespo siendo presidente de Venezuela en
1894 y tomaron su apellido y allá recibieron cierto grado de
instrucción, y luego regresaron a la Guajira , usando de nuevo el
Shein wayuu (traje del hombre wayuu) y siguieron sus
costumbres.
Otro venezolanos fueron Graciliano Añez, padre de los González,
procedente de Maracaibo, Juan Fernández procedente de Coro,
quien era el abuelo del Cacique Luis Fernández “El Chiop” y
Bisabuelo del “Torito Fernández”, de Felipe, Jesús, Y Samuel
Fernández de la localidad de Wincua.
El venezolano Telésforo Montiel tenía un negocio en Castilletes
que tenía fama en esa época, pues allí concurrían y se divertían
los vecinos del lugar, llamado “El sol del Zulia”, ya que allí se
cantaban gaitas Zulianas y otras melodías populares.
Allí también se veía al Venezolano serio y respetable como
Agustín Palmar, así como el militar de la pasada revolución como
el general Florentino Vargas, Colombiano. Todos concurrían a
divertirse y para complementar a las mozas de varias
nacionalidades, entre ellas Colombianas, venezolanas, y
Guajiras, etc. todas eran la sal y pimienta de la farra.
Otro de los segundos colonos de la Guajira fueron Rodolfo
Medina, José María Ramírez y Orangel Arenas procedentes de
Maracaibo.
Cuando enterraron los mojones de cemento en Castilletes como
demarcación de la línea fronteriza entre Colombia y Venezuela,
se dio un caso raro ya que algunos ocasiones fue objeto de
disputas y aclaraciones , pues algunas casas quedaron con la
cocina y el patio del lado Colombiano mientras otras piezas como
la sala y los cuartos del lado Venezolano.

26
Estas circunstancias dio motivo para que ciertas ocasiones,
delincuentes de uno y otro país. Se introdujeran en casa por el
frente o por el fondo según las conveniencias del momento, para
quedar así en territorio de una u otra nación, y alegar luego este
hecho como argumento para no ser detenido por las autoridades.
Visitaban también a Castilletes, Guajiros vecinos de Comunidades
cercanas y lejanas y cacique que Vivian en Wincua como Luis
Fernández (Chiop) y su hermano el cacique José Fernández,
este ultimo a quien Juan Bautista Reyes (El terror de la Guajira),
siendo jefe de fronteras de Venezuela en Paraguaipoa, ordeno
asesinar alevosamente apoyado en la fuerza, en el
sitio nombrado “Warraira”, cerca de Pararu en 1921, en donde
años después Benito Roncajolo. Siendo presidente del Estado
Zulia en 1944, hizo clavar una cruz de madera de curarire de
gran tamaño, para señalar el lugar donde cayeron acribillados a
tiros de máuseres el cacique José Fernández y su amigo el
ganadero Elías Hernández.

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Jose de los Santos Montiel (El Cuya

28
Jose de la Rosa Fernandez(El Torito Fernandez

Algunos Segundos Colonos en Sinamaica la Guajira


Llegaron también de Maracaibo y se residenciaron en
Sinamaica a fines del siglo pasado como segundos colones, los
hermanos Guillermino paz y pepe paz quienes fundaron
haciendas de ganado vacuno y fueron dueños de tierras.
Pepe paz fue víctima del general Rudesindo González alias
“cachimbo” cuando este era jefe de frontera de Venezuela la
Guajira estacionado en Sinamaica y mato personalmente a pepe
paz, con un resolver pepe paz era persona de mucha
consideración en dicha población Guillermino Paz, hermano de
pepe paz al saber la noticia se armo con un wínchester y mato
“cachimbo” en el acto con varios disparos posteriormente,
Guillermino Paz se fue de Sinamaica y fundó una hacienda y fue

29
dueño de una considerable extensión de magnificas tierras en el
sitio la barua, en la costa este del lago, cerca de Ceuta.

Uno de los segundos colonos que se estableció en


Sinamaica en 1907 fue Miguel Ángel Nava, procedente de
Maracaibo y de la isla de toas, donde tenía una fábrica de ladrillos
y de cal viva fundo en la laguna de Sinamaica varias haciendas
de cocos pastos artificiales ganado vacuno y efectuó siembras de
arroz en los fundos “el Japón” “la fortuna” “Puerto Rico” “Cuba” y
la “Argentina”
Sembró buenos pastos para el ganado vacuno que criaba en
las haciendas por las aguas del rio limón eran dulces en ese
entonces inclusive la ciénaga “el corozal” entrada del caño el pato
que era una zona rica en fauna y flora, en el cual Vivian muchos
“paraujanos” de la pesca y de la venta que hacían del corte de la
juncia llamada “enea” y de las varas de mangle

Especialmente el cultivo de arroz y la siembra de cocales


merecieron la atención particular del hacendado y el agricultor
Miguel Ángel Nava pues llego a levantar extensos cocales y a
cosechar grandes cantidades de dicha gramínea (arroz) el cual
logro vender durante los años de la primera gran guerra mundial
de 1914-1918 a cien bolívares el quintal de arroz
Desde 1914 empezó nava el cultivo de arroz y del coco
especialmente del arroz en el fundo “el Japón” y se servía de las
entonces dulces del rio limón cuando estas estaban estabilizadas
como hoy en día y llego el record de cosechar al año de dicho
grano
Tenía sus maquinas para descargar en arroz en su citado
fundo “el Japón” el cual enviaba para Maracaibo en sus
embarcaciones para la venta asimismo extraía aceite de cocos de
las plantaciones que tenía el cual vendía en el mercado de
Maracaibo y que traía en pipotes de hierro
Nava era hombre serio trabajador infatigable restable y un
gran luchador del campo porque habla que ver lo que era en ese
entonces meterse en aquellas fértiles tierras pero inundadas y
difíciles de cultivar y trabajar debido a que tenían muchos

30
“pretiles” para contener las crecientes del rio limón y donde
existían toda clase de animales dañinos culebras y alimañas que
diezmaban la peonada habiendo en 20 años matado más de 5000
culebras del tipo llamado “Guayacán” que venían en los árboles
arrancados y el pedazo de madera y troncos que arrastraba la
corriente del rio
En 1932 conocí a Miguel Ángel Nava nuestro viejo amigo y en
1937 tuvimos que ocurrir a él siendo gobernador del distrito de
Páez tanto ya como el juez de primera instancia en lo civil que lo
era el DR José domingo Montero para que nos diera protección
policial para poder ejecutar un interdicto de despojo que
inventado por los sucesores de Emigdio Rodríguez de quienes
éramos apoderados judiciales el Dr. J.A. soto vicuña y yo contra
los Méndez, en tierras del rio limón arriba pues estos nos
amenazaron de muerte íbamos a ejecutar dicho interdicto con 9
hombres armados de máuseres y algunos peones guajiros de la
hacienda “Zanzíbar” nos trasladamos en un vaporcito a motor
navegando por el rio limón hasta el sitio del pleito tomamos
posesión de dichas tierras en nombre de nuestros clientes pero
nada paso al fin del pleito se arrecio luego amistosamente y de
manera favorable a ambas partes

Luego en 1938 Miguel Ángel Nava fue nombrado gobernador


del distrito de Maracaibo (hoy lo llaman prefecto) siendo
presidente del Zulia entonces nuestro recortado amigo don Luis
Roncajolo gobernador civilista prudente y progresista quien no
portaba resolver por eso fue llamado “el presidente sin resolver

Colaboraron con Miguel Ángel Nava en la siembra de arroz


varios expertos agricultores de este grano nativo del pueblo
Quisiro entre otros Teodosio Romero Matos, Amasis Padrón,
Francisco Casanova, Julio Yoria, Armando Ortiz y otras, más.
En sus dichas haciendas llego a tener nava hasta 200 hombres
trabajando en el ganado vacuno, siembra de arroz y de cocos.

31
No hay duda alguna de que la salinidad acabara con las aguas
dulces del rio limón y con sus riberas y causara más daños que
los ya ocasionados a la agricultura y la cria de esa región.

Otro de los segundos colonos que se estableció en el distrito de


Páez (la Guajira) a fines del siglo pasado y comienzos del
presente, fue el señor Emigdio Rodríguez un infatigable
trabajador y hombre de campo procedente de Maracaibo y
respetado en la región quien era ganadero y agricultor habiendo
fundado a orillas del rio limón dos haciendas de ganados vacuno
pastos artificiales y cocos llamados “Zanzíbar” y “el limoncitos”
llego a obtener una gran fortuna mediante el esfuerzo constante
Del coco extraía el aceite que traía embarcado en sus
piraguas para venderlo en Maracaibo en unos pipotes de hierro
así los productos como queso, mantequilla pastos artificiales para
bestias y burros que se expendía en el “puerto del piojo” cocos y
ganado en pie
Fue uno de los criadores pioneros que se estableció a orillas del
rio limón y que trabajo en la selección de las vacas y la
conveniente alimentación de las novillas
En la selección del ganado “limonero” trabajaron mucho los
criaderos marenses y de Páez como José Manuel Ríos de
Vicente uno de los más preocupados Senen Castillo y otros.
Los hijos de Emigdio Rodríguez, Emilio y juvenil Rodríguez Añez
continuaron la labor del padre de dichos fundos y mantuvieron su
producción y desarrollo
Nuestro viejo amigo don Juan Emmanuel era venezolano hijo
de corso cuando joven hizo estudios en el extranjero y hablaba el
ingles y el italiano y me refiero cuando trabajamos para la creole
petroleum en 1946 en el departamento de tierras de esa empresa
que él había tomado parte en la batalla de palo negro, a la Guajira
fue con Orosimbo Barroso músico y cantante popular de gaitas
zulianas y canciones Románticas que se acompañaba con su
guitarra y que fue muy conocido y popular en la región de la
Guajira.
Juan Emmanuel estuvo viviendo en puerto ingles situado un poco
mas allá de puerto López y después vivió en Sinamaica y fue

32
gobernador del distrito de Mara en el Mojan, Emmanuel fue un
hombre serio, inteligente ,respetable y poseedor de alguna
cultura, agradable conversación y buen amigo sirvió también en
relaciones públicas de la creole petroleum y visitaba a la
Guajira en diligencias de su cargo se casó en la guajira con la
distinguida dama Guajira Clenta González cuñada del cacique
Eleuterio Paz (“yajaira”) de de esa unión matrimonial procrearon
varios hijos conoció muy bien la península.(Flor Emmanuel
González, fue una de sus hijas, primera reina de belleza en
Venezuela, en 1943; mas adelante nuestro entrañable
compañero de viaje intelectual, Marcelo Moran tratara sobre
el particular en sus crónicas wayuu.)
Uno de nuestros poetas zulianos más distinguidos e ilustres que
visitaba de cuando en vez a los distritos Mara y Páez (la
Guajira) entre 1914 y 1921 en funciones de su cargo de
intendente de tierras Baldías y bosques en el estado Zulia fue
don Jorge Schmidke cordial y sincero amigo nuestro desde hace
muchos años y también del difunto cacique José de la rosa
Fernández alias “El Torito Fernández” quien le dispenso al citado
poeta finas atenciones y hospitalidad cuando lo visitaba en su
casa en la laguna del pájaro (“Ureli”)
Jorge Schmidke está considerado por la crítica nacional como
“el ultimo parnasiano de Venezuela” y vive desde muchos en
caracas Schmidke cumplió así con los deberes en su cargo y
todavía conserva gratos recuerdos de la Guajira Y de su difunto
amigo “El Torito Fernández”.

Aun faltando mucho por anotar , sin el ánimo de fastidiarlos


con la lectura, los invito a la crónica del coronel y la reina, ya
se cito en la página anterior, pero esta vez contada con la
acuciosa narrativa que ya nos tiene acostumbrados el
cronista wayuu Marcelo Moran Atpushana.
El coronel y la Reina
Marcelo Morán

En agosto de 1973, fui a pasar mis vacaciones en la isla Maraca:


ubicada en plena desembocadura del río Limón, al norte de El

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Moján, y cuyo territorio pertenece hoy al municipio insular
Almirante Padilla del estado Zulia.
Cursaba para ese entonces el tercer año de bachillerato en el
liceo Hugo Montiel Moreno de esa misma población, y las clases
no se reanudarían hasta a mediados de septiembre; teniendo
suficiente tiempo para darle rienda a la diversión.
Allí me esperaba por tercera temporada consecutiva mi tío Ángel
Eduardo Morán, “Anguito” junto a su cordial esposa Hilda, que se
esmeraba siempre en darme las mejores atenciones.
Él se había instalado en ese islote desde 1950, para dedicarse al
oficio de pescador como la mayoría de los habitantes de esa
pequeña lengüeta de tierra, que tiene como extensión, 50 metros
de ancho por 150 cincuenta de largo.
Un día, decidí acompañarlo al istmo de San Carlos, que se
encuentra a media hora en bote rápido, pero en su lancha
“Panchita” que se movía con los recursos de una planta a gasoil
de las llamadas “pacapaca” nos demoramos casi un siglo.
Aunado a esto estaban los estragos de un sol canicular, que hizo
que el viaje se tornara muy tedioso, pero quién lo iba a imaginar,
más adelante, con todo y esos azares me aguardaba la historia
que siempre quise contar para una publicación como ésta.
Habíamos pasado por un caño que parecía a la vez un túnel
entre los tupidos manglares que nos conduciría sin mucho
trauma hasta la punta occidental del istmo. Mi tío, hizo amarras, y
subimos por un suelo arenoso de donde divisamos a varios
pescadores que pelaban con cuchillos varas de mangle, sin
descuidar sus miradas a otro lugareño, que empuñaba una botella
de ron y repartía tragos a intervalos de un minuto. Todos
aparentaban tener un poco más de treinta años, con excepción de
otro, que no participaba en la tertulia, por permanecer ocupado en
la talla de un canalete, y quien parecía acumular una centena de
años.
Mi tío, los saludó y con la misma actitud se perdió de vista
rápidamente en un recodo de ese maravilloso lugar para hacer su
diligencia. Mientras tanto, yo me quedaba solo; aburrido, por
espacio de un buen rato hasta que se me ocurrió la idea de
acercarme al más viejo y el que parecía ser más amigable de

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todos, pues quería preguntarle cuán distante se encontraba el
castillo de San Carlos: la heroica fortaleza edificada en el siglo
XVII por los españoles para contener el asedio de piratas y otros
enemigos de la corona.
–No queda muy lejos, está por allá –dijo, señalando con el
instrumento de labrar, pero sin mirarme.
–Es verdad que fue atacado por el pirata Morgan –insistí.
–Sí, por el pirata Morgan, y otros muchos, como “El Panther”.
–¿Ese era otro pirata? –pregunté.
–No, era un barco de guerra alemán. Ya el viejo Mingo te va a
contar como fue la historia, me dijo de manera espontánea.
Se levantó con dificultad para sacudir las virutas de madera que
se hallaban esparcidos por su torso desnudo y sudado: Llevaba
un pantalón caqui, arremangado hasta las rodillas que ajustó a la
cintura por medio de un mecate; al estilo de los sacerdotes
franciscanos. Luego sacó una botella de anís, que tenía oculta
bajo un trozo de tabla y tomó un sorbo fuerte que lo trasformó de
pronto en un incomparable narrador.
El coronel
Era veinticuatro de diciembre de 1902. Tenía siete años cuando
llegó la alarma de que venían barcos de guerra a tomar el castillo
de San Carlos. El bloqueo ya se había consumado a lo largo de
las otras costas de Venezuela por buques de la armada Inglesa,
alemana e Italiana, para exigir el pago de viejas deudas y
vejámenes causados a sus representantes en las revoluciones
internas del país, que obligó al general Cipriano Castro,
Presidente de la República a pronunciar la célebre frase de: “La
Planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de
la patria”.
“Mi padre que era pescador, fue reclutado con otros hombres a la
orden del coronel Juan Enmanuel Arismendi para reforzar el
castillo”, me dijo “Mingo”.
Su madre huyó junto a otros pequeños en cayuco a Sabaneta de
Montiel, al oeste de Maraca, luego de avistarse en la distancia las
columnas de humo que despedía el vapor de guerra que
amenazaba con bombardear la pequeña población.

35
Allí permanecieron ocultos con otros pobladores hasta comienzo
de febrero, cuando llegó la noticia de que el bloqueo había
terminado. “Supimos que nuestro padre no había muerto en el
enfrentamiento hasta marzo de 1903, cuando se le permitió
visitarnos por escasas horas. En 1908, al fin se le dio de baja y lo
tuvimos otra vez en casa. El mismo año en que el general
Gómez mandaba de paseo sin retorno a su compadre Cipriano, y
asumía la presidencia de Venezuela”, recordaba Mingo.
El Panther que era un buque de guerra enorme, pretendió entrar
por la fuerza con el propósito de llegar a Maracaibo, pero encalló
en la barra, siendo alcanzado por fuego de artillería lanzado
desde castillo, que le produjo una avería por la línea de agua, que
obligó su retirada hacia mar adentro.
El bombardeo era desigual. Pues el buque germano poseía
artillería moderna que destrozaba en poco tiempo las murallas del
castillo junto a sus valientes defensores. En cambio los cañones
nacionales, que repelían el ataque, eran piezas que no roncaban
desde los tiempos de la Guerra Federal.

El terror
“Al cabo de dos años, en 1910, –refiere Mingo– volvió el terror a
San Carlos”. Ya no era por la llegada de nuevos barcos de
guerra, sino por la aparición en el cielo de un gran cometa.
El pueblo insular así como casi todo el planeta tenían la
convicción de que ese día se acabaría el mundo. “Los viejos
decían que el que mirara aquel fenómeno se moriría en el acto.
Yo lo vi durante varias noches –ante los descuidos de mi madre–
hasta que desapareció. Era como una palma gigantesca que
ardía en el cielo y no podía apagarse. Y como ve, no me morí. Al
contrario, espero verlo otra vez en 1986, si Dios me da vida hasta
allá, para volverme inmortal. Porque dicen que el que lo vea dos
veces no muere nunca”, me dijo después de soltar una
carcajada.
Años después, el padre de Mingo hizo amistad con el coronel
Enmanuel Arismendi. Siguió viéndolo con frecuencia porque
había encontrado trabajo como marino en una goleta que viajaba

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desde Castilletes a Maracaibo donde tuvieron ocasión de
conversar muchas veces sobre aquella frustrada invasión
extranjera y sobre cualquier tema que se les ocurría.
En una de las tantas travesías, comentó, que se había formado
en West Point: la academia norteamericana de donde todo militar
desearía egresar alguna vez.
Al final del año noventa regresa a Venezuela y es asignado por
instrucciones de Cipriano Castro a trabajar al lado de su amigo el
general colombiano Rafael Uribe Uribe, que se encontraba en
apuros en la Guerra de los Mil días. Asimismo contó que su padre
era un inmigrante que había llegado desde la isla de Córcega con
otro grupo de coterráneos en la segunda mitad del siglo XIX para
dedicarse al comercio de curtiduría en el estado Sucre. Allí
contrajo matrimonio con una nieta de la pareja más heroica de la
guerra de independencia: los esposos Juan Bautista Arismendi y
doña Luisa Cáceres, y de cuya unión nacería él.
En uno de esos viajes en goleta de Castilletes a Maracaibo
conoció a la que sería más tarde su esposa. Una hermosa joven
guajira de mucho arraigo en la península llamada Clenticia
González, del clan Apshana, y nieta del general guzmancista
Rudesindo González, “ el Cachimbo”, fundador de Paraguaipoa.

La Reina
Del matrimonio con doña Clenticia, nació Flor Emmanuel
González: primera zuliana en ganar un concurso nacional de
belleza. Eso ocurrió en Caracas en el año 1943, cuando se elegía
por primera vez la Reina Nacional de la Agricultura, donde ésta
joven de rasgos autóctonos y europeos de un metro ochenta de
estatura, ataviada de manta guajira, deslumbraba con su
hermosura al jurado de la que formaba parte, entre otros, el pintor
venezolano don Tito Salas, quien es conocido por plasmar los
episodios más notables de la gesta independentista nacional, y
quien más tarde le dedicaría también un retrato al óleo.
El triunfo de la representante guajira se transformo en una
apoteosis jamás vivida en la historia de Maracaibo. Así lo
recuerda mucha gente que aún vive y acompañaron la carroza
que la trasportaba por las principales calles de la ciudad para

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aclamarla. Tanto así que, las autoridades del gobierno regional le
mandó a erigir en la avenida 5 de Julio una estatua pedestre al
lado del Cacique Mara. Sin embargo, todo pareció quedar allí.
Porque hasta el día de hoy, no hay ninguna escuela, ninguna
calle, ni siquiera de la Guajira que honre el nombre de esta
representante de la zulianidad, que se convirtió en la primera Miss
Venezuela en la historia del país, aunque el certamen en la que
participó aún no tenía esa famosa denominación, no deja de ser,
sin lugar a dudas, su predecesora. Y qué decir de su padre, un
héroe de la patria que junto a un puñado de hombres valientes
defendió la soberanía nacional en 1903, ni siquiera es
mencionado en los textos escolares. Su biografía no puede
encontrarse ni con los recursos del infalible Google. Sólo que,
gracias a personas como el talentoso “Mingo”, y miembros de la
numerosa familia González he podido rescatar parte de esta
historia, que para muchos pareciera arrancada de una página de
ficción, pero no es así, porque tuve la suerte de conocer
personalmente a doña Flor Enmanuel a principio de los ochenta
en las exequias de un familiar suyo en la población de Guarero. A
pesar de contar para ese momento con casi sesenta años,
irradiaba todavía la belleza y elegancia que le mereció un día ser
la primera y última Reina Nacional de la Agricultura.

El retorno
En el año 2003 regresé de nuevo a San Carlos. Había cambiado
tanto que por instantes creí hallarme en otro lugar. Era evidente
la deforestación en aquel cinturón de manglares que un día
inspiró al artista Hugo Espina para plasmar uno de sus mejores
lienzos. Ahora, hay nuevas construcciones: pequeños negocios
de comida, casas de abastos, kioscos para alquiler de teléfonos y
otros recursos para darle atenciones a la avalancha de turistas
que se hacen presente durante los fines de semana.
Me acerqué a un grupo de jóvenes, –que como aquella primera
visita– libaban licor, pero no pelaban varas de mangle, sino que
permanecían entretenidos intercambiando mensajes de textos por
medio de sus móviles de última generación. Sin embargo, me
dirigí a uno de ellos para decirle que hacía treinta años había

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conversado –en ese mismo sitio– con un viejo llamado “Mingo”, y
me había contado con detalles la incursión del buque Panther en
el año 1903. Pero mi interlocutor, mas que por soberbia que por
cortesía interrumpió su concentración para responderme que ésa
historia que me había contado “Mingo”, treinta años atrás, era del
dominio del pueblo de San Carlos y no era motivo de asombro en
este tiempo.
Sin embargo, esa actitud no me amilanó. Continué mi indagación
hasta el final de la tarde con otros pobladores que me apoyaron
de manera desinteresada hasta tener referencia no sólo de un
“Mingo”, sino de dos.
Según testimonio de la mayoría de los entrevistados ambos eran
pescadores, cortadores de mangle y también narradores. Uno,
murió en la isla de Zapara al comienzo de los ochenta. El Otro,
fue recogido por sus familiares para ser internado en un asilo de
Maracaibo sin llegarse a tener más datos sobre su paradero.
De modo que ese día retorné a la Costa Oriental del Lago sin
saber nada del extraordinario narrador que esperaba sobrevivir
hasta 1986, para ver por segunda vez sobre el cielo de San
Carlos la palma incandescente del gran cometa Halley.

Flor Emmanuel González: primera zuliana en ganar un concurso


nacional de belleza

39
avenida 5 de Julio una estatua pedestre al lado del Cacique Mara

Flor Emmanuel González: primera zuliana en ganar un concurso


nacional de belleza en 1943.
Fotos; Lenin Alfonzo, 2012

EL MESTIZAJE EN LA GRAN NACION WAYUU (a finales del


siglo IX y a comienzos del siglo XX)

Comentarios

40
1.
Anónimo14 de julio de 2012, 17:03

El trabajo sobre el mestizaje reciente en la Guajira es


extraordinario. A si como las fotos del monumento de Flor
Enmanuel González en la plaza Indio Mara de Maracaibo.
Felicitaciones Lenín. Cada entrega en tu blog; es una cátedra que
nos permite reforzar, entender y querer nuestra cultura wayuu.
Marcelo

RESPONDER

2.
Anónimo10 de agosto de 2012, 0:33

Viví en la Guajira del año 1973 a 1974 y conservo un gran


recuerdo de esa hermosa tierra y su población. Tan fuerte fue su
influencia que en mi boda usé una manta guajira. Gracias por su
trabajo.

RESPONDER

3.
Anónimo22 de agosto de 2013, 12:02

Gracias por este escrito tan veraz y certero , soy hija de Flor
Emanuel y es para mi un honor haber leido su publicacion
,orgullosa conservo mi autoctonidad de ser guajira, si necesita
alguna informacion adicional acerca de esta bella tierra, no dude
en contactarme, mi correo es luciapaz@hotmail.com
Gracias por su publicacion

RESPONDER

1.

41
Unknown19 de marzo de 2016, 13:26

Hermana Lucia acabo de publicar las cronicas de san jose donde


hago enfasis en Flor Emanuel como primera reina reina de las
fiestas de san jose de paraguaipoa, ubique una foto que me
enviaron de maracaibo cuando resulto ganadora de como reina
de la agricultura en venezuela, ruego si tuvieras alguna foto que
compartir para divulgar nuestra historia local, un seguro servidor
soy me ubicas como lenin Alfonzo en Facebook Wayuu
aatpushana de Guarero. mi numero de contacto es 0416-9641738

4.
Unknown17 de febrero de 2014, 16:36

Hola! Necesito que alguien de la familia Fernández me dé razón


del sr Luis Fernández, hijo del torito, ya que mi padre es hijo
suyo,du madre se lo confesó antes de morir, mi correo es
rlf.rodriguez@hotmail.com

RESPONDER

5.
Unknown8 de agosto de 2015, 22:10

Hola! será que me pueden dar datos de donde encontrar


información sobre Torito Fernández?, busco infomación para un
posible documental sobre él. Gracias de antemano

RESPONDER

6.
Unknown8 de agosto de 2015, 22:21

42
Hola! será que me pueden dar datos de donde encontrar
información sobre Torito Fernández?, busco infomación para un
posible documental sobre él. Gracias de antemano

RESPONDER

1.
Unknown19 de marzo de 2016, 13:16

Hola Patty los ultimos hijos de el Torito son mis tios y mantengo
buenas relaciones con ellos, mi Papá es sobrino de el y el es
quien pasó muchos de los datos que transcribo aqui, me ubicas
por mi contacto 0416-9641738 o el Facebook lenin Alfonzo.

7.
Unknown21 de octubre de 2015, 11:45

Mi nombre es: JOSE HERNANDEZ LARREAL. Nací el 6/11/1938.


Tengo 77 años de edad. Soy Abogado en Ejercicio ( 33), Fui
candidato a Primer Alcalde de Caracas. 1989 y Candidato a
Senador por el Distrito Federal, para la reforma del Poder Judicial,
en representación del Colegio de Abogados de Caracas, soy
escritor de temas sociales, jurídicos, políticos e históricos, tengo a
la venta 3 libros en Mercado Libre, Libros de Derecho y Ciencias
Sociales. Estoy casado con BRIGITTE ELEZABETH MAAS
GARSKE DE HERNANDEZ, tengo 2 hijos, Linda y Christian. Soy
ascendiente de John Macpherson, escoses, Jefe de la Legión
Británica, hijo legítimo de Angel Francisco Hernandez Gutierrez
(Hijo de ELIAS HERNANDEZ) y Carmen Larreal, soy primo del
ilustre JOSE RAFAEL POCATERRA y de NOELY POCATERRA,
hoy día Diputada Indígena y consecuencialmente tengo SANGRE
WAYUU. Al trabajo titulado " CIUDADANO DE LA GRAN NACION
WAYUU. EL MESTIZAJE lo amplío con la información que me dio
mi tía-madre OBDULIA HERNANDEZ GUTIERREZ, hija de ELIAS
HERNANDEZ

43
RESPONDER

8.
Unknown19 de marzo de 2016, 13:11

Que orgullo mi hermano tu eres nuestro hermano, si eres primo


de Nohely Pocaterra eres del Clan Wülïiana (Uriana) con el toten
animal el Tigre, o el Gato,la paraulata o el Conejo, te explico el
wayuu Uriana es valiente y temido como el tigre, es muy querido
por las mujeres como al gato rapido y sigiloso para comer sus
presas (las Mujeres) muy lenguaraz y orador por eso es palabrero
y es el encargado de llevar la palabra, y muy sagaz para
conseguir sus cometidos asi sea a punta de mentira como el
conejo, es asi el wayuu Uriana.mi numero de contacto es 0416-
9641738 Lenin Alfonzo

RESPONDER

9.
Unknown6 de junio de 2016, 9:02

Complemento al trabajo ut supra titulado: “ CIUDADANO DE LA


GRAN NACION WAYUU. EL MESTIZAJE
Por Dr. Abg. JOSE HERNANDEZ LARREAL

En el trabajo sobre el MESTIZAJE, ut supra, se hace mención al


Cacique Fernández y al Ganadero Elías Hernández quienes
fueron asesinados por JUAN BAUTISTA REYES, ( EL TERROR
DE LA GUAJIRA), quien era un asesino secuaz del sapra de
JUAN VICENTE GOMEZ. Reyes era un coronel, un oscuro militar,
Jefe de Fronteras, en paraguipoa, la guajira, quien no sólo llegó a
tener el control absoluto del “ contrabando “, sino que fue más
allá, apoderándose y dirigiendo también el comercio de
ESCLAVOS, convirtiéndose en uno de los hombres mas ricos de
la región, era un asesino nato, era un SADICO, haciendo el tiro al

44
blanco mataba a los indios, los torturaba, los enterraba vivos, se
complacía con el dolor ajeno. Reyes ordenó a sus secuaces
asesinar alevosa y vilmente, apoyado en la fuerza, en sus armas
,en el sitio denominado “ WARRAIRA “, en 1921, en donde años
después BENITO RONCAJOLO, Presidente del Estado Zulia en
1944, hizo clavar una CRUZ de madera de CURARIRE de gran
tamaño, para señalar el lugar donde cayeron acribillados a tiros
de máuseres, el cacique JOSE FERNANDEZ, hermano del
cacique JOSE FERNANDEZ ( Chiop) y su amigo el ganadero
ELIAS HERNANDEZ, mi abuelo paterno, quien también era hijo
de caciques.

El ganadero ELIAS HERNANDEZ era mi ABUELO LEGITIMO, era


ascendiente de CACIQUES, era un terrateniente, sus
propiedades le devenían de sus ancestros ( Caciques), era
propietario de las riberas del Río Limón que nace en la Guajira y
llegan a Maracaibo. Era casado y procreó 8 hijos, a saber:
Francisca (Pancha) Hernández Gutiérrez viuda de_Crisanto
García, quien murió picado por una culebra, Carmela Hernández
Gutiérrez, Obdulia Hernández Gutiérrez ( Mi tía-Madre), viuda de
Carlos Farias, a quien por matar al primer comandante de la
policía de Maracaibo, por haberlo abofeteado, además de ser
condenado a presidio, es la única persona que en vida se le hizo
caminar con una cruz a cuesta, por varias cuadras y recibiendo
latigazos al igual que Jesucristo, Mercedes Hernández Gutiérrez,
Trina Hernández Gutiérrez ( Mi Ada madrina) Elias Hernández
Gutiérrez , José Hernández Gutiérrez y Angel Francisco
Hernández Gutiérrez, mi padre. La esclavitud había sido abolida
por el Presiente Monagas, no obstante, se hizo costumbre que los
caciques vendían sus indios a los ganaderos, incluso muchas
veces el indio pasaba a ser de la familia del ganadero y se le
daba el apellido. Mi abuelo Elías Hernández había comprado
unos 50 indios al cacique Fernández, pero JUAN BAUTISTA
REYES era un bandido, un ladrón y le robó a mi abuelo unos 20
indios, al confirmar mi abuelo que el autor era reyes hizo lo que
no se hace, en su entorno dijo que iba a denunciar a Reyes con el

45
gobernador del Zulia MATUTE BRAVO, que era otro bandido y
asesino, y no falto el infiel, el SAPO, que inmediatamente se lo
dijo a Reyes. Una Mañana, a muy tempranas horas, mi abuelo
acompañado de varios de sus indios, en compañía del cacique
Fernández, a quien también acompañaban indios de su tribu, a
través de trochas, porque no existían carreteras, se dirigió hacia
Maracaibo, iba en su caballo y llevaba a mi padre Angel Francisco
Hernández Gutiérrez de 5 años de edad, sentado en el caballo,
de pronto de la maleza surgieron los hombres de Reyes y
acribillaron al grupo, matando a mi abuelo y al cacique
Fernández, y a otros indios, mi padre cayó del caballo y se interno
en el monte, al correrse la noticia los demás caciques y el pueblo
encontraron a mi padre como a las 11 de la noche aterrado
llorando en el monte, este incidente le daño la vida a mi padre
quien terminó siendo un alcohólico, mi padre caso con mi madre
CARMEN LARREAL y procreo 8 hijos, Nidia Hernández Larreal,
Esperanza Hernández Larreal, Homero Hernández Larreal, Guido
Hernández Larreal, José Hernández Larreal, Elías Hernández
Larreal,

RESPONDER

10.
Unknown6 de junio de 2016, 9:03

Continuacion de lo anterior...
Cilio Hernández Larreal y Maritza Hernández Larreal, este
alcoholismo de mi padre fue la causa por la que mi tia-madre
Obdulia me trajera a Caracas y me criara. Confirmado por los
demás caciques y por el pueblo que Reyes era autor del los viles
asesinatos, fue capturado, se le quito a cabeza de un machetazo
y su cabeza fue colgada en la plaza, los zamuros se la comieron.
Llegada la noticia A Maracaibo El Gobernador Matute Bravo envío
a las tropas quienes al llegar mataban a todo aquel que se
llamara Hernández o Fernández, mis tías vivian en Maracaibo, el
Milagro, Qta Valpinso, pero se encontraban en el mojan, para que

46
no las asesinaran los padres capuchinos tuvieron que
esconderlas en sótanos. Pasado un tiempo, a escondidas mis tías
pudieron llegar a Maracaibo, mi tía Francisca ( Pancha, ) cuantas
veces trato de venir a Caracas para hacerle la denuncia a Gómez
era bajada del autobús, por ordenes de Matute Bravo. Muerto
Gómez, mi tía Francisca pudo llegar a Caracas y en la plaza
bolívar, micrófono en mano, hizo pública la denuncia, el Gobierno
de LOPEZ CONTRERAS------

RESPONDER

11.
Unknown6 de junio de 2016, 11:12

Continuacion de lo anterior...
Cilio Hernández Larreal y Maritza Hernández Larreal, este
alcoholismo de mi padre fue la causa por la que mi tia-madre
Obdulia me trajera a Caracas y me criara. Confirmado por los
demás caciques y por el pueblo que Reyes era autor del los viles
asesinatos, fue capturado, se le quito a cabeza de un machetazo
y su cabeza fue colgada en la plaza, los zamuros se la comieron.
Llegada la noticia A Maracaibo El Gobernador Matute Bravo envío
a las tropas quienes al llegar mataban a todo aquel que se
llamara Hernández o Fernández, mis tías vivian en Maracaibo, el
Milagro, Qta Valpinso, pero se encontraban en el mojan, para que
no las asesinaran los padres capuchinos tuvieron que
esconderlas en sótanos. Pasado un tiempo, a escondidas mis tías
pudieron llegar a Maracaibo, mi tía Francisca ( Pancha, ) cuantas
veces trato de venir a Caracas para hacerle la denuncia a Gómez
era bajada del autobús, por ordenes de Matute Bravo. Muerto
Gómez, mi tía Francisca pudo llegar a Caracas y en la plaza
bolívar, micrófono en mano, hizo pública la denuncia, el Gobierno
de LOPEZ CONTRERAS------

RESPONDER

47
12.
Unknown7 de junio de 2016, 12:09

asi es mi hermano..un abrazo..¡ en la foto sitio exacto donde


cayeron en 1921 José Fernandez y Elias Hernandez Tu abuelo,
alli estuve para escribir sobre la cronica de ese hecho historico en
Pararu en sitio conocido como Watrrairra
Foto de Lenin Alfonzo Aatpushana.

RESPONDER

13.
Gabriel Fortich23 de marzo de 2017, 12:32

Hola, quisiera que alguien pudiera brindarme información de


ELADIO BARROS ORTEGA... fue un hombre muy prospero en la
ciudad de magangue de donde llego de la guajira...

RESPONDER

14.
william leal pushaina8 de noviembre de 2019, 11:42

Hola donde puedo encontrar información sobre escritor Antonio


Joaquin Lopez Epieyuu. Algún familiar

LA FRONTERA IMPUESTA AL PUEBLO WAYUU DESDE 1840


octubre 28, 2011

48
-.Un Decreto del 20 de agosto de 1840, firmado por Carlos
Soublette, Vicepresidente de la República de Venezuela, fijaba
los requisitos indispensables en el trato entre criollos y guajiros y
señalaba las bases para la “reducción de los mismos”. El 22 de
octubre de 1842, José Antonio Páez, Presidente de Venezuela,
dictó el reglamento orgánico para fomentar el comercio con La
Guajira y la reducción de los indígenas. Mientras que los vecinos
de Sinamaica trataban, a través de sus gobernantes, controlar el
flujo de los indígenas que en sus límites se presentaban

“No se le permita a los indios situarse dentro de la línea cuando


vengan a veranear con sus haciendas con disposiciones de
regresar a la entrada del invierno; i solo el caso de que
manifiesten una decidida resolución de vivir perpetuamente entre
nosotros, los hará usted detener en las Guardias (...) i me dará
inmediatamente aviso, para designar el lugar en que deban
establecerse, a cuyo fin la Gobernación consultará la comodidad
de los indígenas i la seguridad de los intereses de estos vecinos”
(A.H.Z. 1842, T. XIV, L. 23, F.7).

La frontera entre los guajiros y el territorio controlado por


Venezuela se ubicaba en la región pantanosa de Sinamaica, allí
acudían una vez por semana a trocar sus productos.
“Caballos, ganado vacuno, pescado seco, arneses para caballos,
sogas y miel de abejas a cambio de ron, maíz, cuchillos, abalorios
diversos y tejidos de bayeta, material rojo y lanudo como felpa,
utilizado para confeccionar cobijas. El ron que les vendían los
criollos estaba mezclado con opio Capsicum. Esta táctica de
los pulperos del fortín tenía como objetivo el que los indios
vendieran sus artículos a precios irrisorios o terminasen
cambiándolos todos por ron” (Sanoja, 1992: 272).

Mientras que en Maracaibo se presentaban proyectos para dar


inicio a la colonización de las tierras de la Guajira, aprovechando
las ventajas de una permanente comunicación vía terrestre entre
aquella y Riohacha.

49
“No debe omitirse la oportunidad de presentar al Gobierno un
proyecto de la mayor importancia para la civilización, progresos y
prosperidad de la Península Goajira: y consiste en que
poniéndose de acuerdo Venezuela y la Nueva Granada, se
levanten en una línea recta desde la punta del Eneal de
Sinamaica hasta la ciudad de Rio Hacha ocho casas fortificadas,
á distancia de dos leguas cada una, con suficiente guarnición y
artillería para resistir cualquier tentativa. Dicha travesía
comprende el espacio de 16 a 17 leguas Noroeste Sudeste y deja
cortada la Península y consiguientemente dominado todo su
territorio, la parte más poblada, rica y comercial: las tribus
indígenas o vivirían sometidas o tendrían que emigrar a la sierra,
resultando de ambos modos beneficios inmensos a ambos
Estados. Al Gobierno de Venezuela no pueden escaparse las
ventajas que reporta este vasto plan facilita grandemente la
comunicación con la Nueva Granada: estrecha las relaciones
entre los ciudadanos de las dos naciones: establece cambios y
permutas recíprocos entre estos, es decir, funda un comercio por
este lado; aparte de que la reducción de los indígenas se
efectuará sensiblemente por el trato y civilización que los
circunda; aparte de que el tráfico de los buques en las costas
goagiras sería protegido y regularizado; aparte, en fin, de que los
vecinos de Maracaibo apoyados por las diferentes casas
guarnecidas inundarían aquellas extensas llanuras, levantando
poblaciones y sosteniendo con ventaja el mercado goajiro. No son
de compararse los gastos de la empresa con sus ilimitados
beneficios” (A.H.Z. 1845, T. XVI, L. 12, F.185-186).
Ya vemos como este plan parte de la idea de que la población de
Maracaibo está ansiosa por poseer las riquezas que este
proyecto generaría. Sin embargo, posteriores acontecimientos
bélicos entre indígenas y criollos obligan a la organización de una
“expedición punitiva” contra los guajiros, teniendo dificultades
para conseguir el número mínimo de individuos con que
garantizar el éxito de la acción. Muchos de los candidatos a
formar parte de la expedición huían antes de verse con un
enemigo impredecible, dueño del territorio y diestro en el manejo
de las armas y flechas envenenadas.

50
“Y tratando de la conquista de los referidos yndios guajiros q.
Tantos daños hacen, y tienen cerrado el camino de Maracaybo a
dho Rio del Hacha, q. No se puede pazar sin una buena escolta, y
aun esta la suelen atacar según sucedió na ha mucho
conduciendo unos pliegos del Rey” (Moreno, 1984: 31).
Mientras los vecinos de Sinamaica sugerían medidas que
prohibieran el tráfico de los indios en su terreno, armados o no,
impidiendo su alojo en él, por lo que pedían mayor vigilancia en el
“desierto” que separa a las Guardias del mar.”

-las guardias a la cual se refiere es Taiway sitio de dominio de los


bravos Kucinas Juliep Chapara, seguramente mestizo que nunca
abandono sus raíces batalló hasta morir en las sabanas salitrosas
de Caimare chico, bajo las balas de los fusiles de las autoridades
comandadas por el entonces jefe de fronteras, Rudecindo
Gonzalez, mejor conocido como el Cachimbo, los Wayuus
escucharon hablar de el, Los nativos los conocían
como Juweechipââlâ, muerto en batalla en el enfrentamiento que
tuvo lugar en Kaimaalü (Caimare chico en 1886,)

Sobre este acontecimiento escribe Matos Romero


(1978) “Cachimbo fue un hombre valiente, osado, agresivo de
armas tomar. E ingería mucho licor, como estratega militar a la
manera guajira de combatir, demostró sus habilidades tácticas en
los diferentes encuentros que con los indios guajiras, sobre todo
cuando derroto con 40 hombres a caballo armados de máuseres,
a las turbas de indios que atacaban a sinamaica para llevarse
algunos ganados. Los veteranos caciques Juliep Chapara y
Majáracua al mando de 3.000 indios pelearon contra Cachimbo
refriega que tuvo lugar en el sitio nombrado Caimare chico cerca
de Sinamaica. Esto sucedió en 1886 mas o menos cuando
Paraguaipoa era apenas una ranchería indígena”…en dicho
combate fue muerto el cacique Juliep Chapara en un ataque que
le hizo Cachimbo con su ayudante Rafael Villanueva, por la
retaguardia, y salio herido el cacique Majáracua, que logro
escapar con algunos indios de los suyos hacia la alta guajira , a
reponerse de sus heridas para volver a emprender la guerra”

51
-Como pueden entender, el escritor escribe desde su punto de
vista, y además con los datos que le aportan los invasores, fíjense
que los supuestos indios “ que tanto daño hacen” que refiere lo
escrito anteriormente, son los habitantes originarios de estas
tierras, que trataban de defender su honor y permanecencia,
sometidos por el ejercito de ambos bandos realistas y
patriotas tanto del gobierno Colombiano y Venezolano, los
que eran capturados los alistaban al ejercito y los que no, huían a
las serranías o monte adentro, eran cazados cual animales de la
peor. tanto así,que crean leyes amparados por el poder del
gobierno nombrando jefes de fronteras en los limites impuestos,
guarniciones militares en las poblaciones o rancherías de los
wayuus, como pala^weipoü, Taiway le cambiaron el nombre a
santa teresa de las guardias de afuera, a la población de
Neimálüú, como Neima, a Kijout, como Cojoro a Walëërü como
Guarero, estos y otros sitios militarizados para someter y acabar
con los wayuus las mismas fueron utilizadas en años posteriores
como lugares de hacinamientos y centros de reclusion de los
wayuus vendidos como esclavos a las fincas del sur del lago de
Maracaibo, de esto trataremos mas adelante…

-antes de continuar sigamos hurgando en los adentros de la


historia reciente veamos que dicen de nuestros antepasados que
son los únicos que deberían de ser venerados y horrados sus
estatuas en las plazas de nuestros pueblos indígenas y sobre
todo en la Guajira, en ese tiempo liderizados por Juliep Chapara
y Meregildo, señores de estas tierras.

El escritor David Belloso Rossel (1960) escribe sobre este


particular.” En el año de 1766 las tribus guajiras que antes
atacaban aisladas a las posesiones españolas se unieron para
defenderse de los encomenderos que los obligaban a pagar
tributos, a lo que se resistieron desde un principio, logrando
vencer a los soldados españoles y desalojarlos de sus
posesiones, con lo cual dejaron de pagar tributo.

52
La villa de Sinamaica dependía para la fecha de su fundación del
Nuevo Reino de Granada, teniendo como punto más cercano a la
población de Río Hacha a cuya jurisdicción pertenecían; como las
comunicaciones eran difíciles y peligrosas por los ataques de los
indios, los habitantes del naciente pueblecito pidieron al Rey de
España fuera agregada la villa al territorio de Maracaibo, lo que
fue concedido por el Rey en real orden de fecha 12 de Agosto de
1790. En cumplimiento de ella y hechos los preparativos
consiguientes, se verificó la demarcación, entrega y reunión a la
provincia de Maracaibo el día 19 de agosto de 1792, siendo
ejecutado este mandato por el Brigadier Joaquín Primo de Rivera,
Gobernador y Comandante General de Maracaibo y su provincia.

Mientras estos sucesos tenían lugar, las parcialidades de la


Guajira han perdido por muerte natural el Cacique que logró la
reunión de las diferentes tribus y se ha llevado a cabo el
reconocimiento del nuevo jefe, cuyo nombre es YAUREPARA;
éste era un hombre fuerte, alto, de aspecto fiero; tenía una
enorme cicatriz desde la frente a la coronilla de la cabeza; se
decía de él que fue el vencedor del cacicazgo en una bárbara
lucha personal que se describe así: cuando en esas tribus falta
el cacique, los aspirantes al puesto tienen que probar su fortaleza
en una lucha personal que demostrara quién es el más fuerte; al
efecto, cada aspirante se arma con una gruesa estaca hecha de
macana (madera excesivamente dura), uno de los contendores se
inclina y el contrario descarga un golpe sobre la cabeza inclinada
con todas sus fuerzas, si resiste el golpe, hace igual con su
contrario y así se van eliminando los que tienen menor
resistencia, quedando como vencedor el que haya soportado
mejor el tremendo garrotazo; algunos mueren en la prueba y
todos quedan sangrantes con las cabezas rotas, pero, el
ganador es proclamado cacique y reconocido como tal.

Yaurepara entra en acción; todas las parcialidades y caciques


indígenas reconocen la superioridad del nuevo jefe; la lucha
continúa; Sinamaica es atacada por guerrillas montadas que al

53
llegar a sus cercanías descargan una lluvia de flechas sobre las
casas y los habitantes; cuando las tropas salen a defender el
pueblo, ya apenas se ve la nube de polvo de los veloces caballos
montados en pelo que se han puesto fuera del alcance de las
armas de fuego y esto se repite cuando menos se piensa. Los
jefes españoles hacen esfuerzos por terminar este estado de
cosas; el Gobernador Brigadier Joaquín Primo de Rivera enferma
y muere en Maracaibo.

El Rey de España nombra nuevo Gobernador de la Provincia de


Maracaibo al Procurador Juan Ignacio de Armada; éste se da
cuenta de las dificultades que a su gobierno trae la enemistad de
los indios y resuelve terminar el estado de guerra y pactar con los
indígenas; al efecto, envía comisionados a la Guajira para
entrevistarse CON YAUREPARA Y ENCONTRADO ÉSTE,
QUIEN ERA EL CACIQUE MÁS IMPORTANTE, LE PROPONEN
UN TRATADO DE PAZ a lo que conviene Yaurepara; los
emisarios le ofrecen garantía de vida para trasladarse a
Maracaibo y el cacique sale con un séquito de diez indios
notables entre jefes y parientes y un grupo de servidores indios
que van al cuidado de bestias y ganado que llevan consigo.

La llegada a Maracaibo es un acontecimiento para la población


que sale a recibirlos a las afueras de la ciudad; vienen los jefes
adornados con penachos de plumas de color, armados de arcos y
flechas, en caballos hermosos y envueltos en sus mantas; son
conducidos y alojados en casas de la ciudad; para dar mayor
solemnidad a la recepción, el Gobernador los recibe en la Casa
Consistorial, situada en la Plaza de la Concordia, (hoy Plaza
Bolívar) Y SE LLEGA A UN CONVENIO DONDE TOMARON
PARTE POR EL GOBIERNO ESPAÑOL LOS
GOBERNADORES DE MARACAIBO Y RÍO HACHA Y POR LAS
PARCIALIDADES INDÍGENAS EL CACIQUE YAUREPARA,
quien ofreció garantizar con su persona la conducta de todas las
parcialidades guajiras y hacerse responsable de los perjuicios que
éstas pudieran causar, para lo cual tomó la pluma y trazó sobre el
papel una gran equis, seguidamente firmaron los Gobernadores

54
de Maracaibo y Río Hacha; terminado el acto, los indios fueron
agasajados y regalados.

AL SIGUIENTE DÍA EL PROPIO CACIQUE YAUREPARA,


PARA CUMPLIR LEYES INDÍGENAS, ENTREGO AL
GOBERNADOR DE ARMADA lo que se anota seguidamente:
treinta muías, diez caballos, quince vacas y algunos efectos
de uso personal; el Gobernador español entregó a los indios:
seis botijuelas y nueve frascos llenos de aguardiente; cinco
botijuelas vacías; dos cargas de maíz, un bastón con
casquillo de oro, una cadena con gargantilla de oro y
relicario, diez petacas de papelón, diez cuchillos, una pieza
de coleta, cuatro pares de estribos de cobre en forma de
botas, cinco frenos de plata y acero, cuatro corazas de hierro,
UNA TALEGA DE JAYO y varias otras cosas; también les
entregaron ocho pesos en dinero efectivo. Además de esto y, a
quince días después, el Gobernador de Río Hacha entregaría a
Yaurepara dos águilas de oro macizo que deberían hacerse
como lo indicara el cacique; a Yaurepara se le entregó una
orden que debía presentar al gobierno de Río Hacha al recibo de
las águilas. Los efectos entregados por ambas partes tenían el
carácter de pago por la sangre derramada. Este convenio fue
cumplido fielmente por españoles e indios y éstos últimos, ocho
días después de la entrega de las águilas de oro por el gobierno
de Río Hacha, reciprocaron a los españoles los agasajos
recibidos con un fiesta en la villa de Sinamaica”.

A su paso por el norte de América del Sur en los primeros años


del siglo XIX, Humboldt describe someramente a los Goajiros que
trafican entre el Lago de Maracaibo y el Río de El
Hacha (Humboldt, IV. 1985: 451) y efectivamente, estos
indígenas tenían el control de este territorio desde tiempos
prehispánicos.

veamos que anota Matos Romero (1975)de este hecho;” El


cacique “yaurepara” fue reconocido por el gobierno Español
durante la colonia durante 32 años y luego firmar el tratado de en

55
1798, y posteriormente los caciques Guajiros (Kucinas), Juliep
chapara y Majaracua combatieron contra las tropas venezolanas
que estaban al mando del general Rudecindo González, alias
Cachimbo jefe de fronteras en Sinamaica en 1887 en la pelea de
Caimare chico y el cacique José Dolores de la casta
Adpushana con gran influencia sobre otras castas, fue reconocido
por los gobierno de Colombia y Venezuela. tanto así que en la
guerra de los 1.000 días en Colombia, ósea en 1.901 a 1903 ,
José dolores armo tres escuadrones uno de Colombianos una de
venezolanos y otra de guajiros ,y cuando la batalla de Carrazua
cerca del río ranchería en río de hacha, donde el general
Cipriano Castro siendo entonces presidente de Venezuela envío
3.000 venezolanos a pelear junto a los liberales colombianos a
quienes apoyaba en contra de los conservadores , y cuando el
general Dávila , venia derrotado por las márgenes del río
ranchería el cacique José Dolores le salio al paso con 500 indios
y le completo la derrota porque según el cacique José Dolores los
revolucionarios liberales colombianos le habían comido muchos
ganados de su propiedad”

OTRO ESCRITOR, JOSÉ POLO ACUÑA, UNIVERSIDAD DE


CARTAGENA, anota;” Un viajero anotó lo siguiente sobre José
Dolores a finales del siglo XIX: “[...] José Dolores, rico indio
muy temido, de la casta de los “Arpushainas” está con
frecuencia en guerra con los “Ipuanas”, los “Yusayús” y los
“Cocinas”. Tiene dos tenientes bravos y muy temidos, “Joaquín” y
Briaku”. Casado con una lindísima mestiza, hija de una india y un
español, posee grandes rebaños y especialmente una raza de
caballos muy renombrada”. Henri Candelier.

56
sobre la situación de cacicazgo en la Guajira es explicable, desde
tiempos de colonia utilizaron los invasores esta figura, para ganar
adeptos y poder someter a los nativos, y no es que los wayuu
obedecían a un cacique, es mas, este termino es desconocido
para nosotros, anoto esto es para que el natural y el extraño
entienda que en la Guajira no existe la figura de cacique, pero
veamos que dicen los historiadores sobre este tema ;Antonio de
Arevalo (1776), anota en sus “diario de operaciones del 12 de
mayo de 1773. “No hay en ellos cacique ni señor por vínculo ni
elección, y sólo lo es el que posee mayor caudal, como el que hoy
tiene el llamado Capaurinche* o Toribio [...]”.(* kapüläinshii,
“influyente”)
Joseph Galluzo en su escrito “marina y milicias” (santa fe de
bogota), describía con los siguientes términos al líder nativo
Antonio Paredes: “Por ser este indio el más rico de toda la nación
guajira los tiene a todos acobardados, porque cuando se le antoja
llama a muchos de los indios pobres que habitan en Chimare [...]
tiene diez y ocho barriles de pólvora holandesa, y con esta
cortedad dice que no hay más rey que él”
Siguamos indagando en la historia escrito sobre el cacicazgo en
la guajira, el escritor José polo acuña (Barranquilla 1999)
escribe;” Ya desde mediados del siglo XVIII las autoridades reales
acudieron al “cacique mayor de la nación guajira”, Cecilio López
Sierra, figura “creada” por ellos para que les sirviera de enlace
con los poderosos apüshis de la Alta Guajira que aún no habían

57
sido “sometidos”. López Sierra era un rico y prestigioso mestizo,
hijo de un funcionario y comerciante de Riohacha y una india
“noble”, emparentado además con los jefes nativos del norte de la
península. Esta situación fue aprovechada por las autoridades
hispanas para nombrarlo “cacique”, cargo que no dudó en aceptar
dadas las expectativas de lucro que podía obtener: por un lado,
se entendía con el poder hispano aceptando en la letra las
recomendaciones de sus funciones, pero por otro participaba en
las actividades contrabandistas con sus congéneres de la Alta
Guajira. Estos últimos también aprovecharon sus lazos paténtales
con López Sierra para sacar provecho del trato ilícito y hacerse
más fuertes. Tales fueron los casos de los llamados “Caporinche”,
“Antonio Paredes”, “Pablo Majusares”, “Arguasi” y “Yaurepara”. Al
lado de López Sierra las autoridades hispanas designaron a
“sargentos”, “capitanes” y “tenientes” nativos, entre otros, para
que cumplieran las mismas funciones del “cacique mayor” pero
con apüshis menos poderosos, y que a su vez tenían que
entenderse con López Sierra. Estos individuos igualmente
estuvieron envueltos en escándalos de corrupción y disputas con
el liderazgo tradicional wayúu, pero también sacaron provecho de
su “cargo” para enriquecerse en la esfera del contrabando.

Estas figuras políticas y su funcionalidad no desaparecieron con


el advenimiento de los gobiernos republicanos durante el siglo
XIX, antes bien esta dirigencia optó también por entenderse con
líderes influyentes en la comunidad aborigen, generalmente
líderes de apüshis ricos. Los líderes intermedios que antes fueron
“sargentos”, “tenientes” o “capitanes”, se convirtieron en lo que
Benson Saler denomina “jefecillos”, “corredores”,
“patrocinadores”, prósperos comerciantes Y HASTA
“PALABREROS”. Entendemos por estas figuras a individuos que
controlaban muchos bienes o el acceso a ellos, por lo que
establecieron una red de clientela o seguidores que los apoyaban
a cambio del suministro de bienes y servicios. Estos corredores
también derivaron su prestigio de servir de intérpretes (no
olvidemos que eran bilingües), agentes comerciales y
funcionarios gubernamentales; extendían su poder apelando a las

58
redes genealógicas y de afinidad en nombre de una casta o
eirruku.

Un caso interesante de estas figuras lo constituyen las familias


Mengual e Iguarán, quienes se establecieron a mediados del siglo
XIX en las zonas de Bahía Honda, Puerto Estrella y Castilletes.
Estos fueron famosos comerciantes emparentados con clanes
wayuu y con contactos en Aruba y Curazao, y eran hasta bien
entrado el siglo XX familias con poder y riqueza en la Guajira. El
fundador de Tucacas, posteriormente Puerto López, tres
décadas después, fue Vicente Iguarán, a quien nombraron
Jefe de Resguardo de Aduanas por parte del gobierno de
Colombia.

Similar proceso se dio con familias del lado de la Guajira


venezolana como los Montiel o los Fernández. En este orden de
ideas a finales del siglo XIX el caso de un Jefe de Fronteras
apostado en Sinamaica, Rudesindo González, alias “Cachimbo”,
casado con la indígena Úrsula paz y otras más, tuvo numerosos
hijos y algunos de ellos llegaron a ser “caciques” como lo fue
Bartolo González, conocido como el “Asao”. Otro Jefe de
Fronteras fue el “cacique” Luís Fernández, conocido como el
“Chioco”, quien en alguna ocasión fue invitado a Caracas por el
general Juan Vicente Gómez en 1911 para conmemorar el primer
Centenario de la Independencia.

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CIUDADANO WAYUU. Luis Fernandez alias Chiouk.
En el caso colombiano es conocido el del cacique José Dolores,
de la casta Adpushana, quien en repetidas ocasiones fue
reconocido por los gobiernos de Colombia y Venezuela como
interlocutor válido entre ellos y los indios guajiros. Dolores
participó en la Guerra de los Mil Días al lado de los
conservadores, propinando una derrota al general José Antonio
Dávila, enviado del Presidente Cipriano Castro en ayuda de los
liberales en Colombia. Recibió, al igual que el “chioco”,
distinciones de los presidentes Cipriano Castro y Rafael Reyes.”

En conclusión, estos individuos sacaron provecho de su posición


en el circuito de circulación de los bienes, convirtiéndose en
poderosos comerciantes y ganaderos, reuniendo a una cantidad
considerable de indios y mestizos quienes eran su clientela. El
clientelismo deviene de su doble condición: primero, permite el
acceso a los bienes, pero también reclama reciprocidad y apoyo
por ello; y segundo, este proceso también fue facilitado por la
estructura parental wayúu ” (jose polo acuña-etnicidad, poder y
negociación en la guajira1750-1820)
solo que algunas parcialidades poderosas utilizaban sus poderíos
para vengarse y someter a otros clanes muchas veces con ayuda

60
de los extranjeros invasores y estos a su vez le entregaban
armamento y ganados para que estas parcialidades para
utilizarlas para sus nefastas intenciones, el revolucionario tan
temido por ellos el gran Juliep chaparra
“Juuweechipaläa” satanizado por defender sus posesiones y
territorio y asesinado por el “Cachimbo” en Kaimaalü (caimare
chico en 1887), gracias a estos hermanos Kucinas, muchas veces
confundidos con los wayuus, pero su bravura y determinación fue
esencial para mantener la soberanía del wayuu sobre su territorio,
pero sigamos revisando lo que dicen los historiadores sobre este
particular.;
En 1874, Rafael Benítez mencionó a los siguientes clanes con
algunas de sus características más importantes, incluyendo su
ubicación, que vale la pena citar ;

Zapuanas, Cocinas, Cocinetas: Estos indios habitan las tierras


áltas de Cojoro, costa y caño de Neima, Járira, Paráuja,
Aramachón, Gran Eneal i ciénagas inmediatas á Sinamaica,
potreros i selvas de la parte sur. Estos indios son mui pobres,
viven de la rapiña i están en guerra siempre con las demas tribus.
Con este motivo son fuertes, arrojados i diestros en el manejo de
las armas, por lo que los indios ricos solicitan sus servicios
mercenarios i ellos se los prestan ocasionalmente, en las
empresas militares, i los pagan del botin del enemigo, ó con
animales de la propiedad de quien los ocupa”.-
-de nuestros hermanos Kucinas ahondaremos mas adelante,
sigamos escudriñando sobre el cacicazgo en la guajira veamos
que anota el escritor colombiano José polo acuña (1999). Los
intentos de sujeción de la población indígena desplegados por las
autoridades hispanas durante el siglo XVIII en la Guajira
incluyeron la vía de ganar influencia sobre sus líderes internos así
como también promover liderazgos que abrazaran la causa
hispana. Con tal fin crearon el cargo de cacique mayor de la
nación guajira, que generalmente recaía sobre un mestizo
respetado, rico e influyente en toda la comunidad aborigen. Tal
cargo en principio no guardó relación alguna con las formas
políticas de las comunidades guajiras, pues los indios estaban

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diseminados por toda la península constituyendo pequeños
grupos (parcialidades, apüshis) vinculados por relaciones de
parentesco. Cada parcialidad como veíamos ocupaba un
determinado territorio y tenía su líder independiente y autónomo,
por lo que no se puede pensar en la existencia de una jerarquía
central que agrupara políticamente a todos los apüshis, si bien
entre ellos había alguna asimetría económica que podía
traducirse en una mayor capacidad de respuesta frente a las
políticas hispanas.

Ciudadanos wayuu, con los colonizadores.(1920)

El papel del cacique general era servir de puente entre los indios
y las autoridades hispanas, velar por el buen desempeño de los
pueblos y sitios nativos e impedir cualquier tipo de desorden en el
seno de la comunidad. A la creación de esta figura política le
hemos hecho un seguimiento documental que permite describir
su embrionaria trayectoria desde 1696, cuando Juan de
Amuscotegui y Luisa de Velasco fueron bautizados en Riohacha
por el obispo de Santa Marta, Antonio Monroy y Meneses. Estos
indios eran considerados “[…] como los principales y cabezas de
todos los demás indios de esta jurisdicción, los cuales vinieron
con once hijos y sobrinos suyos […]” De su desempeño como

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“cacique” no hemos encontrado evidencia documental en el
Archivo General de la Nación (Bogotá), sin embargo, la sucesión
entre éstos y Cecilio López Sierra, cacique mayor de la nación
guajira hacia 1720 está comprobada.

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