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Datos importantes

Ptolomeo Filadelfo, rey de Egipto, quien logró conseguir una gran cantidad de libros de
varios pueblos y los reunió en la biblioteca de Alejandría en los alrededores del año 285
a.C

James Charlesworth, en la introducción a su libro The Old Testament


pseudepigrapha3 volumen 1 sugiere tres categorías de tales escritos en
atención a su mayor o menor plasmación del concepto de “apócrifo”.

Primera categoría: obras que deben ser incluidas entre los apócrifos
(pseudoepigráficos):
Apocalipsis de Abrahán, Testamento de Abrahán, Apocalipsis de Adán,
Vida de Adán y Eva, Carta de Aristeas, 2 Baruc, 3 Baruc, 4 Baruc,
Apocalipsis de Elias, 1 Enoc, 2 Enoc, 4 Esdras, Ascensión de Isaías,
Jannés y Mambrés, Testamento de Job, José y Asenet, Oración de José
(fragmentos), Jubileos, 3 Macabeos, 4 Macabeos, Oración de Manases,
Asunción o Testamento de Moisés, Vida de los Profetas, Tratado de Sem,
Oráculos Sibilinos, Odas de Salomón, Salmos de Salomón, 5 Salmos
apocalípticos siríacos, Testamentos de los Doce Patriarcas.

Segunda categoría: escritos que con probabilidad deben


incluirse entre los apócrifos (pseudoepigráficos): Testamento de
LA PALABRA PERMANECE

Adán, Anónimo Samaritano (fragmentos), Eldad y Modad,


Apocalipsis de Ezequiel (fragmentos), Apocalipsis griego de
Esdras, Revelación de Esdras, Visión de Esdras, Testamento de
Isaac, La Escala de Jacob (fragmentos), Testamento de Jacob, Las
tribus perdidas (desaparecido), 5 Macabeos, Pseudo-Filón,
Pseudo-Focílides (fragmentos), Apocalipsis de Sedrac,
Apocalipsis de Sofonías, Apocalipsis de Zósimo.
Tercera categoría: escritos que pueden ser incluidos

(Apócrifos): Ajicar, 3 Enoc, Cuestiones de Esdras, Testamento


de Salomón, Fragmentos de obras históricas, Fragmentos de
obras poéticas.

Sin embargo, este criterio de clasificación tiene escasa


validez, ya que cada vez se va desdibujando más y más la
distinción entre el judaísmo de Palestina y el de la diáspora.
Frecuentemente, el judaísmo de la diáspora se señala como más
abierto a los gentiles, pero una obra como los Oráculos Sibilinos
alcanza cotas de rigor contra los gentiles difícilmente alcanzados
en obras apócrifas procedentes de Palestina

Incoherencias Históricas
Algunos de los problemas que se encuentran en los libros apócrifos y que sirven de
evidencia como para suponer que no fueron inspirados por Dios son los errores
históricos y cronológicos. A pesar de que el mismo autor de Macabeos dice que es un
libro que pretende narrar la historia de la mejor manera posible, parece que su
investigación no fue muy bien realizada, ya que presenta en tres oportunidades la
muerte de Antíoco IV Epífanes de tres maneras contradictorias.1 La primera se
encuentra en 1 Macabeos 6: 1-17 donde dice que murió estando en Persia con el dolor
de no haber podido retener Jerusalén bajo su dominio, hecho que le hizo entrar en una
profunda depresión y a su vez reconocer que por los males que le causó al templo y a
la ciudad en general es que estaba pasando por esa situación.
El segundo relato de su muerte se registra en 2 Macabeos 1:13-17, donde dice que
murió, también en Persia, pero en este caso a manos de los sacerdotes del templo de
Nanea. El tercer registro de la muerte de Antíoco IV Epífanes se encuentra en 2
Macabeos 9:1-29 donde dice que la causa fueron úlceras internas que le causaron gran
dolor y retortijones internos después de pronunciar la frase “En cuanto llegue a
Jerusalén, haré de la ciudad una fosa común de judíos.” Luego se cayó del carro que lo
llevaba a gran velocidad para cumplir con su cometido y “todos los miembros de su
cuerpo se le descoyuntaron”. Otra contradicción histórica entre 1 y 2 de Macabeos se
encuentra en la conformación del ejército de Antíoco Eupator contra Jerusalén.
1 Macabeos 6:30 dice que “El número de sus fuerzas era de 10.000 infantes, 20.000
jinetes y 32 elefantes adiestrados para la guerra.” Mientras que 2 Macabeos 13:2 dice
“El año 149, los hombres de Judas se enteraron de que Antíoco Eupátor marchaba
sobre Judea con numerosas tropas, y que con él venía Lisias, su tutor y encargado de
los negocios, cada uno con un ejército griego de 110.000 infantes, 5.300 jinetes,
veintidós elefantes y trescientos carros armados de hoces.” Por otro lado, estos libros
presentan algunos problemas con las cronologías, por ejemplo, en el libro de Tobías
dice que él “estuvo vivo cuando Jeroboam se sublevó (931 a.C.) y cuando Asiria
conquistó Israel (722 a.C.), algo así como 210 años”1 cuando el mismo libro dice que
vivió 117 años (Tobías 14:14).
Otro error cronológico se encuentra en el libro de Judit, donde se identifica a
Nabucodonosor como reinando en Asiria desde la ciudad de Nínive (Judit 1:1). La
asiriología estudió datos epigráficos en las ruinas de Mesopotamia y llegaron a la
conclusión de que quien destruyó Nínive fue Nabopolazar, padre de Nabucodonosor.1
“Nínive había sido destruida en el año 612 a.C., unos siete u ocho años antes de que
Nabucodonosor empezara a reinar desde Babilonia.”2 El libro de Baruc afirma que lo
escribió en Babilonia “Este es el texto del libro que Baruc, hijo de Neriyías, hijo de
Maaseías, hijo de Sedecías, hijo de Asadías, hijo de Jilquías, escribió en Babilonia”
mientras que Jeremías 43:5-7 dice que tanto Jeremías como Baruc fueron llevados a
Egipto, no a Babilonia.
En los agregados al libro de Ester se encuentra una contradicción con relación el relato
de la parte canónica del mismo libro en relación a la fecha del atentado contra el rey
Asuero, diciendo que sucedió en el segundo año de reinado, cuando la historia narrada
en el capítulo 2:16-23 dice que fue en el sétimo año del reinado. Baruc 2:2 y 3 dice
“Jamás se hizo debajo del cielo entero nada semejante a lo que hizo él en Jerusalén,
conforme está escrito en la Ley de Moisés, hasta el punto de que llegamos a comer
uno la carne de su propio hijo, otro la carne de su propia hija.” En este texto se
evidencia poco conocimiento por parte del autor de los escritos de Moisés, ya que en
todo el pentateuco no aparece siquiera mencionada la ciudad de Jerusalén.3 Aunque
no es una incongruencia histórica, si es algo imposible lo que se registra en el libro de
Judit 8:4-6 “Judit llevaba ya tres años y cuatro meses viuda, viviendo en su casa. Se
había hecho construir un aposento sobre el terrado de la casa, se había ceñido de
sayal y se vestía vestidos de viuda; ayunaba

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