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Las invitaciones que Dios hace jamás se deben de despreciar".

El Señor es como el padre de familia que invitó a una cena y fue rechazado por algunos que
pusieron excusas tontas como ver la finca que compraron o estar recién casados. Entonces, el
anfitrión, envió a su siervo a que invitara a otras personas que seguro no lo rechazarían porque
quiere ver llena su casa, para que no haya espacio por si los primeros invitados deciden
regresar (Lucas 14:21-23).

A veces rechazamos las invitaciones de nuestro Señor porque no recordamos quién es Él. No
podemos olvidar que es Jehová, Rey de reyes, Señor de señores, amo y dueño del universo,
quien murió y resucitó para sentarse a la derecha del Padre y reinar. No menospreciemos todo
lo que recibimos de Sus manos, así como algunos menosprecian lo que reciben de otros, como
sus padres, jefes o maestros. El hecho de que algo no te cueste, no significa que no vale. Todo
tiene un precio y si no lo has pagado, no lo menosprecies. Jesús pagó con Su sangre preciosa tu
salvación, es decir que tener el privilegio de ser salvo, tiene precio, aunque para ti sea gratis.

Si Jesús toca a la puerta de tu casa, seguramente le abres. Apocalipsis 3:20 dice que Él llama a
la puerta y entrará si le abren para que cenen juntos. Entonces, ¿porqué es tan difícil que le
abras la puerta de tu corazón? ¡Si Él toca, debes abrirle, si recibes el honor de Su invitación, no
lo desprecies!

Esaú menospreció ser el primogénito y vendió ese privilegio que luego quiso recuperar,
aunque fue demasiado tarde para suplicar y llorar. Algunos dicen que Jacob se la robó, pero
no fue así (Hebreos 12:16-17). Debemos tener cuidado de no caer en el mismo error que Esaú.
Evitemos que se cumpla el refrán: “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Porque es
probable que estemos cambiando un futuro glorioso por satisfacer una necesidad del
momento. Piensa, evalúa y no desperdicies la oportunidad de sembrar para luego cosechar en
el reino de Dios y en la vida diaria.

Nunca menosprecies las invitaciones que Dios te hace para servirle, adorarle y ofrendarle,
aunque no sea fácil, te aseguro que cada una es oportunidad de bendición para tu vida.
Cuando Dios me habla, a veces me siento abrumado porque no es sencillo estar al frente de
mega proyectos y creer porque Él moverá el corazón de Sus hijos. Sin embargo, no desperdicio
esa oportunidad porque estoy convencido de que involucrarse en Sus obras es garantía de
éxito. Yo soy Su siervo fiel y cuando Él ordena algo, simplemente obedezco.

Veamos las grandes oportunidades que se presentan en las pequeñas situaciones donde
podemos servir al Señor. El que más goles mete es quien siempre está cerca de la pelota,
esperando la oportunidad de anotar, no el que más corre. Tú debes ser de los que está allí,
listo para aprovechar la oportunidad de servir y también de recibir bendición. ¡No
menosprecies ninguna oportunidad!

En cierta ocasión, todos murmuraban contra Jesús porque la enseñanza fue dura y lo
abandonaron. Él no los rogó para que se quedaran, al contrario, invitó a quienes estaban a Su
lado a seguirlos, si lo deseaban (Juan 6:66-68). Entonces, Pedro respondió como debía ser y
como todos debemos hacerlo, quedándonos junto a Él porque sabemos que estamos en el
lugar correcto. Es más, deberíamos decir: “aquí me quedo, aunque me saquen, el Señor me
invitó y este es mi lugar”.

Pablo aseguraba que era el más pequeño de los apóstoles pero el que más había trabajado,
gracias al Señor y para Su gloria (1 Corintios 15:5-8). No importa ser el primero o el último,
debemos apreciar Su llamado antes que se desvanezca. Si quieres servir a Jesús, hazlo, no le
des mas vueltas al asunto, eres digno porque Él te ha invitado y te da la oportunidad. Hacen
falta manos y sobra trabajo qué hacer. Ser servidor en Su obra es un honor y oportunidad.
Imita a Pablo quien decía: “Aunque entré de último a la obra, seré el mejor”.

No menosprecies las oportunidades de servirle. Aceptar Su invitación puede traer dificultades


y presión, pero jamás se desprecia un honor tan grande. Descansa si estás cansado, pero
vuelve a formar parte del ejército de Dios. Si has pecado, pide perdón y Él te levantará para
servirle porque no quiere que desprecies esa invitación y oportunidad. Estamos listos para
servirle, por eso nos da la oportunidad de hacerlo. No la desperdicies, acéptala de corazón
porque no hay honor y bendición más grande que servir al Rey de reyes con humildad y
entusiasmo.

2 Reyes 5:1-14

HOY ES TU OPORTUNIDAD

Autor: Mario Fernando Morana

www.principedepazg12.com

Naaman era un general del ejercito sirio, un hombre valiente e importante, pero tenia un
problema muy serio, era leproso. Una mujer que no era tenida en cuenta fue la que abrió la
puerta de esperanza para Naaman. El tuvo una oportunidad para que su vida cambiara. Hoy
vos también tenes una oportunidad de Dios para tu vida. ¿La vas a aprovechar? Como
aprovechar las oportunidades?

1. PARA APROVECHAR TU OPORTUNIDAD ABRE TUS OIDOS

Una israelita cautiva fue la que despertó la fe en Naaman, a través de su esposa. Dios uso a
alguien impensado. En el camino a tu milagro, Dios puede a las personas que menos imaginas,
por eso tus oídos deben abrirse. Naaman abrió sus oídos para escuchar el consejo de la criada.
Si el hubiera dicho, “ella no sabe nada…” se hubiera quedado leproso. Escucho a la criada.

¿Cómo están tus oídos hoy? ¿Están abiertos? Dios te esta hablando, lo estas escuchando?

2. PARA APROVECHAR TU OPORTUNIDAD ABRE TU BOCA

Naaman no podía ir solo hasta Israel, necesitaba el permiso y el respaldo de su rey. Para eso,
fue a hablar con el rey. Hablar con el rey significa reconocer que tenia un problema, que había
una esperanza y que necesitaba ayuda. Jesús dijo que donde dos o tres se reúnen en su
nombre, todo lo que pidan, será oído por el Padre que esta en los cielos.

San Pablo dice que con nuestra boca confesamos para salvación. ¿Cuántos hoy confiesan que
este es el dia de su milagro?

3. PARA APROVECHAR TU OPORTUNIDAD ABRE TU MENTE

Eliseo actuó de una forma extraña para el. Cuando Naaman vio que el criado de Eliseo y no
Eliseo en persona, salia a recibirle, su mente se lleno de argumentos negativos

• Este tipo es un maleducado

• El no sabe quien soy yo y la importancia que tengo


• Este profeta es un orgulloso y me esta ignorando

Naaman esperaba un trato especial, porque estaba acostumbrado a eso. ¡Cuantas veces
nuestros pensamientos nos impiden recibir lo que Dios nos quiere dar! Dios dice “Mis
pensamientos no son vuestros pensamientos” A veces no entendemos todo, pero nuestra
mente tiene que abrirse a lo que Dios quiere hacer y a lo que nos quiere dar.

Dios puede moverse de maneras extrañas para nosotros, pero el sabe lo que hace.

• ¿Por qué debo zambullirme en el Jordán? ¿No tenia razón? ¿Acaso Dios no es poderoso para
sanarlo en su propia nación?

• ¿Por qué siete veces y no dos o tres?

• ¿Por qué no viene el profeta para orar por mi?

Pero esas eran las condiciones de Dios. Y el tenia que obedecer.

Naaman estuvo a punto de volverse a Siria tan leproso como llego por la dureza de su mente.

A veces por nuestros pensamientos, no vemos las cosas que Dios nos quiere dar. Es increíble.

4. PARA APROVECHAR TU OPORTUNIDAD ABRE TU CORAZON

Naaman no solo tuvo que abrir su mente, tuvo que abrir su corazón y humillarse. Un hombre
acostumbrado a dar ordenes, ahora tenia que obedecer a un criado, delante de todos sus
soldados.

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