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METAHUMANITAS - CORDOBA 1

PROF.DR. JORGE EDUARDO NORO. norojor@cablenet.com.ar

EL MODO HUMANO DE ENFERMAR:


LA DINÁMICA ENTRE SALUD Y ENFERMEDAD
ANALISIS EXISTENCIAL Y MIRADA FILOSÓFICA
PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO
norojor@cablenet.com.ar

“La logoterapia no es ni labor docente ni predicación. Está tan lejos del razonamiento lógico como de la
exhortación moral. Dicho figurativamente, el papel que el logoterapeuta representa es más el de un
especialista en oftalmología que el de un pintor. Este intenta poner ante nosotros una representación del
mundo tal como él lo ve; el oftalmólogo intenta conseguir que veamos el mundo como realmente es. La
función del logoterapeuta consiste en ampliar y ensanchar el campo visual del paciente de forma que sea
consciente y visible para él todo el espectro de las significaciones y los principios. La logoterapia no precisa
imponer al paciente ningún juicio, pues en realidad la verdad se impone por sí misma sin intervención de
ningún tipo.” (VF: HBS)

Respetuosos de la especificidad del discurso psicológico y del ejercicio


profesional de la terapia psicológica, presentaremos un desarrollo que
trabaja los textos y el pensamiento de VIKTOR FRANKL pero desde una
perspectiva FILOSÓFICA (y eventualmente educativa), como ya lo hemos
hecho en una producción y presentación anterior.1

01. EXPERIENCIAS TRAUMATICAS


1.1. JEAN-DOMINIQUE BAUBY

Un hombre feliz, famoso y brillante en sus negocios, una mañana de domingo mientras comparte
con su hijo menor el nuevo Mercedes Benz por la campiña francesa, sufre un profundo ataque
cerebral que le produce una parálisis completa de su cuerpo. Casi muerto, descubren que puede
mover apenas uno de los ojos/párpados, y a partir de allí comienza todo un aprendizaje para
poder encontrar el medio de comunicación con los demás a través del movimiento del ojo. No
volverá a la normalidad, la SITUACION LIMITE le cortará todas las posibilidades vitales, pero podrá
generar diversos mensajes para poder seguir viviendo, entre ellos escribir (con su paciencia y la
paciencia de su asistente terapéutica) el libro: LA ESCAFANDRA Y LA MARIPOSA. Hay un cuerpo
1
VIKTOR FRAKL, ¿FILÓSOFO O PSICOTERAPEUTA? LOGOTERAPIA Y FILOSOFÍA DEL SIGLO XX. 2014
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muerto que oculta en su interior, una serie de funciones psíquica y un interior rico, fuerte, lleno de
vida; pero la vía de comunicación es demasiado estrecha y limitada. Pero tal vez, todo lo que pudo
producir al cerrar su existencia, solamente fue posible a partir de esa situación límite que lo deja
sin nada, sin nadie. Hasta 1995, JEAN-DOMINIQUE BAUBY era un importante periodista que
llevaba una vida normal y se desempeñaba como redactor jefe de la revista francesa Elle. Nada
hacía prever que, ese año, el hombre de 43 años sufriría una embolia masiva que lo dejó en coma.
Veinte días después de ese episodio, BAUBY salió del estado en el que se encontraba pero el
cuadro detectado fue dramático: “SÍNDROME DE CAUTIVERIO o PSEUDOCOMA” (un cuadro
completo de tetraplejía y pérdida de la capacidad de articular el lenguaje manteniendo intacto el
nivel de conciencia y las funciones cerebrales superiores). Había quedado paralizado de forma
total, sin poder moverse, ni comer, ni hablar ni respirar sin asistencia. Sólo podía comunicarse a
través del parpadeo de su ojo izquierdo y tuvo que resignarse a utilizar su imaginación y su
memoria para no quedar atrapado para siempre en su propio cuerpo. Para lograr que BAUBY
pudiera finalmente expresarse con su ojo, lo sometieron a una capacitación en un hospital de
BERK-SUR-MER, donde le enseñaron un código basado en las letras más comunes del alfabeto. Ése
fue el método utilizado por él para comunicarse y finalmente dictar un libro que había prometido
escribir, una novela que no pudo disfrutar su autor debido a que la muerte lo sorprendió el 9 de
marzo de 1997, tres días antes de que se distribuyera el libro. Mediante este parpadeo que
operaba como instrumento de comunicación fue capaz de deletrear letra a letra concienzudas
palabras, frases y párrafo. Porque el cuerpo inmóvil e inútil se convirtió en un verdadero encierro
del que sólo podía salir con la PALABRA, articulada a través del código del ojo izquierdo. Este
método fue capaz de abrir la prisión de su cuerpo (la escafandra) permitiéndole planear sin límites
el reino de la libertad (la mariposa). Sólo la memoria atesorada fue el lugar de la creación y del
movimiento, y allí fotografías e imágenes le regalaron los momentos felices que ya no podía
recuperar para sí: JEAN-DOMINIQUE BAUBY fue el pasado, lo que recordaba, lo que amó, lo que
disfrutó porque su presente de recuerdos, sabía definitivamente que no tendría futuro. Y así
aparecían escenas que le permitían rearmar su historia: el día del accidente, el auto nuevo, la
separación de su mujer, su vida en la revista, la paradisíaca vida con su nueva mujer (que se resiste
a visitarlo y a verlo en semejante estado) y la relación con su padre (otro PRISIONERO, con quien
tiene un diálogo extraordinario acerca de ese estar atrapado en algún lugar: en el cuerpo, en las
habitaciones o en la vida, demostrando que en realidad todos somos – de alguna manera o en
algún momento – mariposas encerrados en una pesada escafandra). A partir de la enfermedad, la
salud, el estado normal, desaparece y la relación inter-subjetiva que establece con los demás está
atravesada por una insalvable asimetría: JEAN-DOMINIQUE BAUBY es visto como un “vegetal”,
como un cuerpo humano sin reacciones, porque ese ojo que se mueve en medio de un rostro
deforme y un cuerpo inservible parece no existir, no ser. Cuando las jóvenes enfermeras y
terapistas se asoman para anunciarles los diversos tratamiento no llegan a “verlo” como sujeto…
pero para él, para ese interior intacto que piensa e imagina, siguen teniendo el mismo atractivo, el
mismo encanto que han tenido las mujeres de su vida. Ese yo interior que discurre sin poder
comunicarse es nuestro yo en miles de momentos de nuestra vida: tarde o temprano podemos
expresarnos, hablar… aquí en cambio, solamente el ojo izquierdo podrá trabajosamente dar a
conocer - traducidos en palabras – sus pensamientos. 2

2
https://www.youtube.com/watch?v=k-9MeE5ZqWY = tráiler de la película.
MAR ADENTRO = https://www.youtube.com/watch?v=PxXb_YZ-CQI
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1.2. KATE GRANGER

“Acostada en la cama del Hospital de Saint James, llorando y asustada, soy la paciente más
vulnerable que podría haber. Una mujer de mediana edad entra en mi habitación sin tocar la
puerta (...) me dice su nombre impronunciable, que ni tengo esperanzas de recordar (...) Me hace
preguntas que me hacen creer que ni siquiera ha leído mi expediente clínico. Han pasado tres
semanas desde que comencé a sufrir dolores en el lado derecho de mi espalda (...) Los exámenes
revelaron que tengo un gran bulto en mi abdomen y pelvis, que ha recubierto mis uréteres, los
tubos que conectan los riñones y la vejiga. Los médicos nos dijeron que probablemente tengo
cáncer de ovario. Y ahora, espero los resultados de una resonancia magnética para ver cuán
expandido está el cáncer.

“Comencé a hacer mi ‘bucket list’ en el hospital, poco después de que fui diagnosticada el año
pasado. Quería una lista de metas alcanzables que dieran a mí y a mi familia un poco de felicidad,
creando recuerdos que no tuvieran nada que ver con mi enfermedad. Hubiera sido demasiado
fácil ser poco realista y decir que quería volar a climas lejanos y exóticos o saltar de un avión”.
“Parezco una loca controladora. Ya he planeado mi funeral a la letra, con la música, poemas,
oraciones y el código de vestimenta. Le he escrito cartas y tarjetas a Chris hasta que cumpla los 70
años. Y ahora le escribo a la familia más cercana. Siento dolor, pero estoy muy contenta de estar
trabajando. Si los pacientes me preguntan, les digo que tengo cáncer. Si no, ni lo menciono. Tener
cáncer me ha cambiado. Me ha hecho darme cuenta de la importancia de las pequeñas cosas:
tomarle la mano a un paciente, sentarme a su lado en vez de pararme, comunicar las cosas de
forma compasiva, explicándole el impacto en él y en su familia. He sido bendecida con mi vida.
Tengo un trabajo, un marido y una familia que amo, y espero haber marcado la diferencia. Sí, voy
a morir, pero he tenido tiempo para prepararme, y eso me hace más afortunada que otros”.3

1.3. SUICIDIO ASISTIDO

La película italiana MIELE aborda uno de los temas más tabús que existen en la sociedad y por
ende, en el cine: la eutanasia. Si bien, hay también una historia de crecimiento y madurez personal
de Miele/Irene, la protagonista, el tema gira en torno a las decisiones del suicidio asistido. Se trata
de una obra desgarradoramente humana. Una historia que habla del final de la vida, del
sufrimiento y de cómo remediarlo en ciertos casos. La película aborda la cuestión con calma y con
una gran serenidad. Irene, una joven de 32 años, que se hace llamar MIELE en su trabajo, se dedica
a asistir a las personas que se lo piden en sus momentos finales. Gente que sufre físicamente, que
está desahuciada, que no tiene esperanza y que rechaza vivir sin dignidad, le solicitan a ella una
muerte precisamente humana. El debate está servido en el filme pero si bien, da unas pautas para
reflexionar, lo que hace, sobre todo, es mostrar la humanidad y la libertad que puede tener el ser
humano para decidir tanto su vida como su muerte. MIELE cree que la dignidad del hombre pasa
por la solidaridad, por la comprensión del dolor pero ante todo, por dejarle elegir libremente. El
film es valiente, como decíamos, porque está realizado en un país, Italia, donde el catolicismo y
ciertos valores preponderantes, impiden precisamente ese libre albedrío ante el final de la
existencia. Todo cambia en la historia de MIELE y adquiere la tensión narrativa propia del film
cuando le requiere sus servicios un INGENIERO que no está enfermo, que descubre cómo es el

3
PROFESOR CON CANCER DE PANCREAS SE DESPIDE ANTES DE MORIR =
https://www.youtube.com/watch?v=j1QRilo4a_M
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mecanismo del trabajo de la protagonista y que simplemente quiere suicidarse porque ha perdido
las ganas de vivir y el sentido de su existencia.

MIELE4
Italia, 2013. 96 minutos
Dirección: Valeria Golino
Guión: Angela Del Fabbro y Valeria Golino
Reparto: Jasmine Trinca, Carlo Cecchi,
Libero De Rienzo, Vinicio Marchioni, Iaia Forte.

1.4. ENFERMEDADES MAS DOLOROSAS

NEURALGIA DEL TRIGEMINO


¿Cuál es el dolor más fuerte, intenso e insoportable que puede experimentar el ser humano? De
acuerdo con los expertos, suele identificarse en la cara y es provocado por una enfermedad
llamada neuralgia del trigémino. También es conocida como prosopalgia o enfermedad de
Fothergill es un trastorno neuropático del nervio trigémino que provoca episodios de intenso dolor
en los ojos, labios, nariz, cuero cabelludo, frente y mandíbula. La incidencia de este padecimiento
es de 4 a 5 casos por cada 100 mil habitantes, y suele detectarse con mayor frecuencia en
pacientes con enfermedades crónicas como tumores o esclerosis múltiple, así como en mayores
de 60 años. Es un dolor muy intenso que se parece al que provoca un toque eléctrico pero que
sucede en el territorio del nervio trigémino, es el nervio de la sensibilidad en la cara. Cuando el
enfermo se toca el lugar se despierta esa sensación, es como apretar el gatillo de una pistola.
Vemos que los ataques pueden repetirse varias veces durante el día y normalmente duran menos
de dos minutos. La persona llega a decir que tiene una sensación de quemadura o de golpe. El
dolor es tan intenso que incluso, las personas pueden intentar suicidarse, principalmente cuando
es muy severo, que dura mucho o suele repetirse con mucha frecuencia. No sólo es discapacitante
sino desquiciante.

CEFALEA EN RACIMOS
La cefalea en racimos o dolor facial vasogénico, también conocida por su nombre en es una
cefalea (dolor de cabeza) extremadamente intensa, debilitante, no pulsátil, que tiende a repetirse
en la misma zona de la cabeza o de la cara en cada ocasión. También se describe como "cefalea
suicida", refiriéndose al dolor y desesperación, que en algunos casos extremos termina en el
suicidio del paciente. Es un dolor que afecta un lado de la cabeza y puede involucrar lagrimeo de
los ojos y congestión nasal. Los ataques ocurren regularmente durante una semana hasta un año,
separados por períodos prolongados sin dolor, que duran al menos 1 mes y posiblemente más
tiempo. Las cefaleas en brotes son una forma bastante común de dolores de cabeza repetitivos y
crónicos, y son más frecuentes en los hombres que en las mujeres. Estas cefaleas pueden
presentarse a cualquier edad, pero son más comunes en la adolescencia y la mediana edad, y
tienden a ser hereditarias.

MALDICION DE ONDINA

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https://www.youtube.com/watch?v=kSmAoJfJxYU = tráiler de MIELE
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También conocida como Síndrome de Hipoventilación Central Congénita, causa la muerte por paro
cardiorespiratorio durante el sueño. Esta enfermedad afecta el sistema central nervioso,
provocando que la persona se olvide de respirar mientras duerme. Su único tratamiento es usar
ventilación. Ondina era una ninfa de agua que tenía por amante a un mortal infiel, el tipo le juró
que cada una de sus respiraciones durante la vigila sería una prueba de su amor. Luego de
enterarse de su traición, Ondina lo maldijo diciendo que si se quedaba dormido, se olvidara de
respirar.

02. SALUD. ESTAR SANO


“Puede verse que la salud se basa en un cierto grado de tensión, la tensión existente
entre lo que ya se ha logrado y lo que todavía no se ha conseguido; o el vacío entre lo
que se es y lo que se debería ser. Esta tensión es inherente al ser humano y por
consiguiente indispensable para el bienestar mental.” (VF:HBS)

 La SALUD – hablando con propiedad - no es un estado de cierta perfección, armonía y


equilibrio en el funcionamiento personal (homeostasis, un estado sin tensiones), sino una tensión
dialéctica entre el estar bien y el seguir viviendo que comporta el riesgo de dejar de estarlo, una
“noodinámica”, una dinámica espiritual dentro de un campo de tensión bipolar entre lo que se es
y lo que uno debe ser (VF: HBS). Uno nunca está definitivamente sano, sino que está atravesado
por la tensión del bien-estar que tiene o percibe y la aventura de seguir viviendo, porque el vivir
siempre tiene sus riesgos y lo que siempre funciona o ha funcionado bien puede agotarse, entrar
en crisis, deteriorarse, provocar disfunciones o generar dolor. No podemos detener la vida,
inmovilizar la vida, detenernos, porque nos suponemos que de esa manera conservaremos la
salud. Y es precisamente lo contrario, cuando uno se detiene es porque se encuentra enfermo. 5

 El ser humano constituye una unidad bio-psico-espiritual-social y como tal funciona como
unidad de tal manera que todo lo que es y hace en cada una de sus dimensiones constitutiva
repercute en el resto de su ser. “La unidad del hombre es una unidad a pesar de la multiplicidad de
cuerpo y psique y no puede encontrarse la unidad en la dimensión biológica o psicológica sino que
debe buscarse en la dimensión noética, es decir la dimensión del sentido, la dimensión espiritual”.
(VF) Las condiciones físicas (cuerpo) representan la parte material pero a través de su cuerpo, de
su configuración (talla, peso, presencia, desarrollo) y de su estado, cada sujeto puede ejercer su
representación. Por eso afirmamos que SOMOS CUERPO y que TENEMOS CUERPO: 6somos cuerpo
porque no podemos ser nosotros, presentarnos, hacer, pensar, hablar, relacionarnos sin el cuerpo
que tenemos. Y al mismo tiempo, tenemos cuerpo porque podemos establecer distancia interior
del cuerpo, sentirlo como algo que por momentos nos ayuda y nos gratifica, y que en otros
momentos nos inoportuna, nos pesa, nos molesta. Pero además somos psique, interioridad,

5
Esto sucede especialmente entre los ancianos, cuando por edad, por cansancio existencial, por falta de
motivación detienen la vida, se dejan estar, dejan de vivir. Un auto, una máquina, un dispositivo electrónico
funciona bien (está sano) pero en un momento dado puede dejar de estarlo. Y no lo resolvemos deteniendo
la marcha y dejándolos sin actividad, porque esa no es la manera de detectar que algo puede no funcionar.
6
Cfr. MERLEAU PONTY en diálogo con VIKTOR FRANKL en FILOSOFIA DEL SIGLO XX Y ANALISIS EXISTENCIAL
(filósofos con los que dialogó, utilizando algunas de sus categorías). Ver=
https://www.academia.edu/10986527/24._FILOSOFIA_DEL_SIGLO_XX_Y_ANALISIS_EXISTENCIAL_VIKTOR_F
RANKL
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funciones de nuestra personalidad que establecen relaciones con nuestro aparato neurológico y
que nos permite atender, percibir, acumular la información, recordar, combinar e imaginar, soñar,
hablar, pensar, crear nuevas ideas. Y a su vez hay un centro interior de referencia, un principio
espiritual, un alma o un yo que nos permite identificarnos y responder de nosotros. A todo esto se
le asocia un entorno social al que necesariamente pertenecemos y con el que nos relacionamos.

Cuando uno se enfrenta con una situación inevitable, insoslayable, siempre que uno tiene
que enfrentarse a un destino que es imposible cambiar, por ejemplo, una enfermedad
incurable, un cáncer que no puede operarse, precisamente entonces se le presenta la
oportunidad de realizar el valor supremo, de cumplir el sentido más profundo, cual es el del
sufrimiento. Porque lo que más importa de todo es la actitud que tomemos hacia el
sufrimiento, nuestra actitud al cargar con ese sufrimiento. (…)La logoterapia intenta hacer al
paciente plenamente consciente de sus propias responsabilidades; razón por la cual ha de
dejarle la opción de decidir por qué, ante qué o ante quién se considera responsable. Y por
ello el logoterapeuta es el menos tentado de todos los psicoterapeutas a imponer al
paciente juicios de valor, pues nunca permitirá que éste traspase al médico la
responsabilidad de juzgar. Corresponde, pues, al paciente decidir si debe interpretar su
tarea vital siendo responsable ante la sociedad o ante su propia conciencia. (VF: HBS)

(01) La salud no sólo es la AUSENCIA DE AFECCIONES O ENFERMEDADES sino el estado de


completo bienestar físico, mental, espiritual, emocional y social. La salud implica que todas las
necesidades fundamentales de las personas estén cubiertas: afectivas, sanitarias, nutricionales,
sociales y culturales. Sobre todo hay un bien-estar interior, espiritual (dimensión noética) que
permite ordenar la totalidad de las dimensiones.

(02) La salud es el logro del más alto NIVEL DE BIENESTAR FÍSICO, psíquico, espiritual, social y de
capacidad de funcionamiento que puedan hacer posible los factores sociales en los que viven
inmersos el individuo y la colectividad. La salud y la enfermedad forman un proceso continuo,
permanente, donde en un extremo se encuentra la muerte prematura, inesperada, y en el otro
extremo se encuentra un elevado nivel de salud, al que difícilmente llega todo el mundo. En la
parte media de este continuo o equilibrio homeostático se encontraría la mayoría de la población,
donde la separación entre salud y enfermedad no es absoluta, ya que es muy difícil distinguir lo
normal de lo patológico, el estar bien de los momentos en que nos aquejan algunos males o
dolores. Por eso hablamos no de estado inmovilizado, sino de tensión. De hecho el que estaba
bien ayer, puede estar mal hoy, y nosotros mismos que nos sentimos en plenitud la semana
pasada podemos estar atravesados por diversas formas de malestar en los días que corren.

(03) La salud - como evaluación objetiva - es la AUSENCIA DE ENFERMEDAD pero con el


funcionamiento correcto, NORMAL7, de todos los órganos y funciones, tanto en el aspecto físico

7
"NORMA" en latín significa "escuadra", la escuadra del carpintero. Hasta los años 1830 y siguientes, la
palabra inglesa "normal" significaba tenerse en ángulo recto. Durante los años cuarenta llegó a designar
cosas que se ajustaban a un tipo común. En los ochenta, en los Estados Unidos, pasó a significar el estado o
condición habitual, no sólo de cosas, sino también de personas. En Francia la palabra fue traspuesta de la
geometría a la sociedad. LA ESCUELA NORMAL designó a la escuela donde se formaban los maestros para el
Imperio: establecía la norma o referencia para educar a los sujetos normales que concurrían a la escuela
para normalizar el modelo de hombre y de ciudadano. AUGUSTO COMTE fue el primero en dar a la palabra
una connotación médica alrededor de 1840. COMTE confiaba en que una vez conocidas las leyes relativas al
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como psíquico. Desde el punto de vista subjetivo es la percepción interior de bienestar, de


equilibrio, de homeostasis. Ambas percepciones tienen que ver concepto de calidad de vida. Y esa
salud puede ser fruto de condiciones naturales (predisposición a ella) o a resultado de un cuidado
preventivo en lo físico (dieta, actividad física, consumos, controles), en lo psíquico (ausencia de
tensiones o mecanismos que ayudan a enfrentar y procesar las tensiones), pero sobre todo lo
espiritual, que es fruto de un gran trabajo interior.8

(04) Un concepto holístico e integral de la salud engloba las dimensiones físicas, mentales,
sociales, emocionales y espirituales de manera interdependientes e integradas en el ser humano,
el cual funciona como una entidad completa en relación al mundo que le rodea. En este sentido:
considera al ser humano como una unidad entera, se acentúa una perspectiva positiva; enfatiza el
bienestar en vez de la enfermedad; cualquier dis-función afecta a la totalidad del sujeto. Es un
estado de bienestar físico, mental, social, espiritual y emocional y no solamente la ausencia de
enfermedad o accidente. El concepto de bienestar se refiera a la adecuada adaptación e
integración de las dimensiones físicas, mental, social, espiritual y emocional a cualquier nivel de
salud o enfermedad.

(05) Si la salud se identifica con un ESTADO DE PERFECTO BIEN-ESTAR, debemos retomar el


concepto de TENSION DINAMICA, porque se transforma más bien en una aspiración, totalmente
utópica. Este concepto, es inalcanzable como meta y es contrario a la realidad. La idea de
bienestar perpetuo no puede sostenerse, ante el simple hecho de que factores externos (sociedad,
clima, ambiente, relaciones) pueden poner a muchos individuos lejos de esa situación de
comodidad. Esa situación ideal no existe. La salud (casi como la felicidad) es un estado raro, que
sin embargo no es patológico, pero que suele reconocerse especialmente cuando ya no se la tiene.
Es preferible adoptar un criterio de salud relativa, que acompaña mejor las posibilidades del ser
humano y los hechos reales. Esto significa que para estar sano es necesario mantener con el medio
en que se vive un cierto equilibrio, que es cambiante según el punto de mira, las aspiraciones, el
lugar, e inclusive el momento histórico donde nos situemos.

“Cuando uno se enfrenta con una situación inevitable, insoslayable, siempre que uno
tiene que enfrentarse a un destino que es imposible cambiar, por ejemplo, una
enfermedad incurable, un cáncer que no puede operarse, precisamente entonces se
le presenta la oportunidad de realizar el valor supremo, de cumplir el sentido más

ESTADO NORMAL DEL ORGANISMO, sería posible emprender el estudio de la patología comparada. Las
ciencias positivas se imponía en ese momento como el modelo del conocimiento. Cfr. IVAN ILLICH: NEMESIS
MEDICA.
8
Todo ser humano es una estructura que reúne TRES DIMENSIONES INSEPARABLES: la somática, la psíquica
y la noética de la persona. Pero la NOÉTICA es, además, la que integra la globalidad del ser hombre ya que
en ella encontramos la capacidad de amar, de relacionarse, de elegir y de encontrar un sentido a la
existencia. Con este concepto el hombre no está regido por lo instintivo, ni determinado por fuerzas que no
puede conocer, ni dominar, sino que tiene como centro de referencia lo específicamente humano, lo
racional, lo espiritual. ¿Y cuáles son los principales atributos de LO NOÉTICO? = (1) Un NÚCLEO ESPIRITUAL
LIBRE: Capaz de oponerse a lo determinado por lo psicofísico e instintivo; (2) El ACTO PRODUCTOR DE
IDEAS a través del cual puede descubrir las esencias y realizar abstracciones, (3) La AUTOCONSCIENCIA
REFLEXIVA o consciencia de sí mismo, (4) la posibilidad de RESISTIR A LOS IMPULSOS, de asumir una actitud
ascética y protestante luchando contra lo pulsional e instintivo.
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profundo, cual es el del sufrimiento. Porque lo que más importa de todo es la actitud
que tomemos hacia el sufrimiento, nuestra actitud al cargar con ese sufrimiento. (…)
La logoterapia intenta hacer al paciente plenamente consciente de sus propias
responsabilidades; razón por la cual ha de dejarle la opción de decidir por qué, ante
qué o ante quién se considera responsable. Y por ello el logoterapeuta es el menos
tentado de todos los psicoterapeutas a imponer al paciente juicios de valor, pues
nunca permitirá que éste traspase al médico la responsabilidad de juzgar.
Corresponde, pues, al paciente decidir si debe interpretar su tarea vital siendo
responsable ante la sociedad o ante su propia conciencia. Una gran mayoría, no
obstante, considera que es a Dios a quien tiene que rendir cuentas; éstos son los que
no interpretan sus vidas simplemente bajo la idea de que se les ha asignado una tarea
que cumplir sino que se vuelven hacia el rector que les ha asignado dicha tarea.”
(VF:HBS)

(06) EL MEJOR CUERPO (dimensión somática) es EL CUERPO QUE FUNCIONA BIEN, que funciona y
responde en plenitud, sin limitaciones y con todas las energías disponibles.

(6.1.) NO ES EL MÁS BELLO, EL MÁS ARMÓNICO, el que responde a los parámetros culturales de la
proporcionalidad, la simetría y la belleza, sino el que nos regala un estado de homeostasis, de
bienestar: no impone condiciones sino que nos deja vivir. Cuando el cuerpo nos impone
condiciones es porque está enfermo, cansado, molesto o siente algún dolor. La homeostasis es un
estado de equilibrio interior y exterior que permite disfrutar una sensación de bienestar psicofísico
y percibir una armoniosa relación con el entorno. Todo funciona y se percibe subjetivamente un
estado positivo y favorable: al levantarse, al realizar las diversas actividades y tareas, al regresar al
descanso nocturno. Necesariamente se trata de una percepción subjetiva, una experiencia que
siempre es propia, única y que no tiene valor absoluto. El estar bien para unos, puede no ser
asimilable al estar bien para otros: temperatura, comodidades, servicios, entornos, hasta grados
de molestia y dolor son variables y se articulan con diversos organismos. Puede suceder que en
algunos casos, culturalmente sea imposible imaginar el bienestar en un lugar, en un entorno o en
condiciones que – sin embargo – son ampliamente satisfactorias para otros.9

(6.2.) EL CUERPO QUE MEJOR FUNCIONA ES EL QUE NO SE SIENTE o el que se siente en


funcionamiento pleno, activo, fuerte, seguro, lleno de vida: al trabajar, al descansar, al amar, al
relacionarse con los demás. Cuando todo anda bien, no se siente la garganta al hablar, la
dentadura al comer, el oído, la vista, el aparato digestivo, las piernas, las articulaciones, los pies.
Nada. El cuerpo es como un automóvil que nos desplaza sin ruidos, sin molestias, con placer. Un
artefacto electrodoméstico (hombre máquina de LAMETTRIE)10 que funciona sin sobresaltos. Es

9
Por eso son tan distintos los destinos de las vacaciones y las opciones de viajes y descansos. Y
precisamente por ese motivo cada uno tiene sus preferencias para los tiempos libres, las visitas, la forma de
disfrutar: la montaña, la arena y el mar, la carretera, la nieve, el calor, las grandes ciudades, el campo, la
sencillez de una casa conocida y familiar.
10
LA METTRIE (1709 – 1751) rechazó el concepto pasivo de materia que sustentaba Descartes, y afirmó que
la materia ya posee en sí misma el principio del movimiento del que pueden surgir tanto el pensamiento
como todas las diversas formas de vida que, en última instancia, son fruto de las diversas maneras de
organización de la materia. De esta manera, los hombres, y todos los seres vivos, son máquinas, pero tan
perfectas que «se dan cuerda a sí mismas». La metáfora del reloj y los autómatas (paradigma de máquina
más desarrollada en el siglo XVIII, y modelo de las explicaciones mecanicistas de la época) la sustituyó y
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esa sensación que todos hemos tenido y frecuentemente tenemos: la vitalidad necesaria para
trabajar, las energías requeridas para divertirnos, el entusiasmo necesario para vivir. El cuerpo
arranca bien a la mañana, funciona a pleno durante el viaje y se ofrece generoso y sin vueltas para
el descanso, al concluir la jornada. A lo contrario también lo conocemos: sueño, cansancio,
desganas, dolores varios, mal funcionamiento de algún órgano, problemas en la vida, en la
dentadura, en el oído, en la piel. Y nada es igual: porque el cuerpo siempre está con nosotros y los
padecimientos nos acompañan siempre.

(07) Cuando EL CUERPO da curiosamente señales de vida, cuando se hace notar (es decir: signos
de dolor, de menor calidad de vida) en cuando más lo percibimos. Cuando se regulariza, lo
silenciamos, lo pasamos a un segundo plano. Si el oído duele, si las piernas pesan, si el estómago
se resiste a una digestión saludable, si una jaqueca provoca molestias en la cabeza, si una muela
dificulta nuestra cena, si el dolor de una rodilla nos impide caminar normalmente, si hay un dolor
de garganta que altera nuestra conversación, si algún dolor (aun no identificado) dispara nuestro
mal-estar el cuerpo se nos revela, nos da señales, exhibe su presencia, pide atención. A veces el
malestar se transforma en dolor y el dolor inhibe otras funciones, ya que exige que atendamos,
que atenuemos su impacto o que tratemos de soportarlo. En todos estos casos, el cuerpo está allí,
presente, real, necesario, molesto, inoportuno, ajeno a nuestras urgencias y a nuestras
preocupaciones, ocupando el primer plano, haciéndose ver. En varias películas (que reflejan casos
reales), esto se muestra con mayor impacto: MAR ADENTRO (el cuerpo inmóvil y postrado encierra
al sujeto que tiene todo su potencial en su interior), LAS INVASIONES BARBARAS (el cuerpo con
una enfermedad terminal que lucha contra el dolor y la certeza de la muerte), MI VIDA ( los
controles médicos informan que la muerte está cercana, aunque hay un sujeto que tiene todo el
valor para cerrar su vida y organizar la muerte, antes del nacimiento del hijo). El paso del bienestar
al malestar es fuerte, porque algo que funcionaba y que no provocaba molestias, se hace presente
y marca sus demandas. Por el contrario, la recuperación de la normalidad casi no se percibe: ya no
nos duele lo que nos dolía, ya nuestro cuerpo nos responde, ya podemos volver a la “vida normal”.
Y cuando todo retorna a la normalidad, no es la normalidad lo que percibimos, sino que en cierta
manera el cuerpo – sin molestias a la vista - “desaparece”, vuelve a su lugar, ya no nos preocupa.
El oído ya no duele, la digestión se ha regularizado, el arreglo y el calmante han resuelto el
problema de la muela, ya no hay jaqueca, las piernas no nos pesan; somos los que queremos ser:
trabajar, amar, pasear, divertirnos, disfrutar, viajar, vivir. 11

desarrolló más en otra obra, El hombre planta (1748), en la que propuso una analogía diferente a la de la
máquina: el modelo de la planta ofrece el de un organismo que, surgido de la tierra y alimentado por ella y
el sol, despliega toda su vida, indicando con ello que la naturaleza se basta a sí misma.
11
TOMAS DE AQUINO, en el siglo XIII, en su obra ENTE Y ESENCIA pone en cuestión cuál es la ESENCIA de los
entes, principalmente de las substancias compuestas y sobre todo del ser humano. Sigue el pensamiento de
ARISTÓTELES pero le realiza ajustes fundamentales: la esencia del humano no es el alma, sino el cuerpo y el
alma, porque ambos son constituyentes que hacen que el ser humano exista. Pero cuando tiene que definir
el principio de INDIVIDUACION, no señala la materia (el cuerpo), sino la MATERIA SIGNADA: “el principio de
individuación no es la materia tomada de cualquier modo, sino sólo la materia signada. Y llamo materia
signada aquella que se considera bajo determinadas dimensiones. Ahora bien, esta materia no se pone en la
definición del hombre en cuanto hombre, pero habría que ponerla en la definición de Sócrates, si Sócrates
tuviera una definición. Porque en la definición del hombre no se incluye este hueso y esta carne, sino el
hueso y la carne en absoluto, que son la materia no signada del hombre.” La CIENCIA ACTUAL, la
ANTROPOLOGIA FORENSE convertida en una TECNOLOGIA le ha dado una vuelta de cuerda a este concepto:
dados los restos de cuerpos humanos, sale a buscar la PERSONA, la IDENTIDAD, dueña del mismo. La
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(08) Por analogía podemos pensar en NUESTRO APARATO PSÍQUICO (dimensión psíquica)
funcionando al pleno cuando no lo notamos, cuando no nos podemos quejar de nada, cuando
todo responde a nuestras órdenes y se adecua a la realidad. Todo lo que pueda suceder que
resulte ajeno a esta “normalidad” que no se siente, muestra un desajuste, una disfunción, un
conflicto, un problema que exige alguna intervención. Y lo mismo podemos afirmar de nuestro
centro espiritual. Hay muchos momentos de paz, de bienestar, vivencia del sentido, de
reconocimiento y de re-conciliación serena y armónica con uno mismo, y también: dudas,
interrogantes, sospechas, crisis de sentido y de motivación, horizontes que se escapan, crisis
existencial y existencias que pierden su sentido, vida que buscan el final anticipado.

(09) Pero el concepto de salud como el enfermedad, el concepto bien-estar como el de mal-estar
nunca puede estar fragmentado, parcializado porque somos una estructura que no admite
divisiones, sino articulaciones porque es una ESTRUCTURA que reúne TRES DIMENSIONES
INSEPARABLES: LA SOMÁTICA, LA PSÍQUICA Y LA NOÉTICA o ESPIRITUAL de la persona (VF). Por
tanto el bienestar físico no es sólo el resultado del funcionamiento pleno del organismo, sino que
es la plenitud de las restantes dimensiones las que se suman al buen funcionamiento somático.
Igualmente el bienestar o malestar psíquico dialoga con el físico y el noético. Y el grado supremo y
articulador arrastra a los restantes cuando pierde el rumbo y no encuentra el sentido, y eleva y le
otorga direccionalidad positiva cuando hay una razón para luchar, vencer las limitaciones,
enfrentar las condiciones desfavorables o superar estados anímicos de fragilidad y desamparo. Y
concluir esto es relevante porque el sentido no se puede entregar, otorgar, ofrecer, sino que es
una empresa personal, íntima, subjetiva: se busca, se encuentra y se defiende. Ni siquiera es
objeto de construcción o de creación: es heurístico. Se busca y se encuentra, porque nacemos con
sentido, aunque con los vaivenes de la existencia por momento se nos extravíe, se nos caiga, se
nos vaya la señal, se nos pierda el código. (VF). Si no sería injusto para quienes pueden no tener

“materia signada” es lo único que podemos buscar cuando algo desaparece, no deja rastros; y cuando algo
aparece (restos humanos) la investigación antropológica forense es la encargada de darle IDENTIDAD,
porque de los contrario sería simplemente restos de un cuerpo humano en general (como los esqueletos de
los NN que nadie reconoce ni reclama y terminan siendo instrumentos de estudio en la universidad) Estos
antropólogos son los que le arrebatan a la muerte ocultada, escarnecida, arrojada al fango o a los mares; a
la muerte violenta que pretende esconderse, taparse y olvida, lo único que puede arrebatarle a esa tragedia:
la identidad, el nombre, el apellido, acaso la historia mínima de quien fue dueño de esos huesos que
aparecen, siempre aparecen, amarillos y frágiles, y que exigen decir desde la nada aquí estamos para
reconozcan a su propietario. La tarea consiste en reconstruir historias micro, identificar a alguien que no
tenía nombre, que había sido ocultado y que recupere su nombre y su inserción en la sociedad a través de
sus familiares. Las distintas disciplinas que colaboran (ADN, dentadura, fracturas, enfermedades, datos
antropomórficos, fichas) son las que ayudan a descubrir la MATERIA SIGNADA (cuerpo) de la persona que se
busca o de los restos que se encontraron.
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sentido, vivir en el absurdo, no disponer de salidas, haber nacido en contextos absolutamente


desfavorables. 12

El deseo de sentido posee una eficacia terapéutica; su potenciación es lo único que podría
ayudar al hombre de hoy, y no sólo a nuestros enfermos, a superar el vacío existencial. A
colmar ese vacío quiere contribuir la logoterapia en cuanto terapéutica del logos, es decir,
partiendo del sentido. (…) Se trata del sentido personal y concreto de la vida, cuyo
cumplimiento se exige y reclama a cada uno: sólo ese sentido posee una eficacia
terapéutica. Pero el logos no significa sólo —en la expresión «logoterapia»— el sentido, sino
también lo espiritual: la dimensión en que la logoterapia aborda al hombre, incluido el
hombre enfermo. «Si respetamos lo "dado", como enseña el método fenomenológico, no
podemos menos de constatar en el hombre un triple ser: el ser corporal, el ser anímico y el
ser espiritual». Pero debemos distinguir también, en forma análoga, entre
SOMATOGÉNESIS, PSICOGÉNESIS Y NOOGÉNESIS.” (VF: HD)

(10) La salud es el DESARROLLO DEL SER EN SU ESENCIA Y SENTIDO, en la medida que cada una de
sus dimensiones va avanzando de forma adecuada y en la dirección indicada. Asimismo, el sentido
no es la causa de la salud sino el motivo para tenerla porque nos va renovando las razones para
sentirnos bien. La salud es un concepto positivo, por lo tanto no se la consigue o se la mantiene
luchando contra la enfermedad, creyendo que estar sanos significa vivir esquivando cualquier
forma de enfermedad. Naufragan en una lucha imposible porque no hay lucha posible contra
todas las variadas formas de enfermarse, ya que no todas son evitables, porque muchas son
eventuales, fortuitas, contingentes, y se corre el riesgo de perder la oportunidad de estar sanos.
Asociando estas ideas al ANALISIS EXISTENCIAL y la LOGOTERAPIA: cabe considerar que nuestra
imperfección, e incluso nuestra parcialidad, es lo que constituye la singularidad del ser persona,
toda nuestra individualidad como un ser mosaico. Cada partícula es irremplazable solo porque
ninguna otra tiene su forma o color. Desde esta perspectiva, entendemos entonces a la salud, no
como la ausencia de enfermedad sino como:

 Sentido de vida, en un plan de vida, incluida la vida compartida y la familia.


 La posibilidad de establecer vínculos afectivos solidarios, de saber y querer convivir.
 La posibilidad de incluir la propia historia vital, en la propia familia, el trabajo y la
comunidad, y todos esos soportes en los propios proyectos.
 La posibilidad de sentirse querido y de querer, privilegiando el encuentro con el otro.
 La posibilidad de hablar, de comunicar, de dialogar, de tener la palabra.
 La posibilidad de expresar lo “no” dicho en el diálogo y la reflexión.
 La posibilidad de transformar y de transformarse.
 La posibilidad de comprometerse, de participar y de sentirse participando.
 La posibilidad de disfrutar de una vida digna, saludable, buena, feliz.

12
Por supuesto que se impone aquí una gran labor educativa, una de las direcciones de la pedagogía propia
de la logoterapia o del análisis existencial = la educación es la que ayuda a buscar el sentido, a necesitar el
sentido, a encontrar el sentido. No es una tarea masiva, homogénea, general, sino que es un compromiso
personal, intersubjetivo, individual, porque es un descubrimiento de cada persona. Eso no quita que haya
procesos de socialización y de verbalización del sentido que anima a cada uno: esos momentos en que
podemos decir por qué amamos, trabajamos, sufrimos, luchamos o morimos. (VF)
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El hombre es siempre una TOTALIDAD y en el armónico funcionamiento de esa totalidad consiste


la salud:

El hombre, a pesar de todo, forma una unidad y una totalidad, como explicaremos después.
Nunca se insistirá lo bastante en esta unidad y totalidad, ya que no afirmamos en modo
alguno que el hombre esté «COMPUESTO» de cuerpo, alma y espíritu. Todo está
UNIFICADO; pero sólo lo espiritual constituye y garantiza lo «uno». ¿De dónde procede la
«variedad en la unidad» del hombre? ¿De dónde viene la estructura humana estratificada?
¿La textura escalonada del hombre? No de estar compuesto de cuerpo, alma y espíritu, sino
del DIÁLOGO que sostiene lo espiritual con lo corporal y lo psíquico: el hombre como
espíritu está siempre adoptando una postura ante sí mismo en cuanto cuerpo y alma; el
hombre como espíritu se enfrenta siempre consigo mismo en cuanto cuerpo y alma. Lo que
él tiene frente a sí es el cuerpo y el alma; lo que «es» frente al cuerpo y el alma es el
espíritu. EL HOMBRE «TIENE» CUERPO Y ALMA, PERO «ES» ESPÍRITU. Cabe decir también
que el cuerpo y el alma le tienen a él, al hombre, ya que el hombre es IN-CONDICIONADO
sólo en cuanto es espíritu: como hombre, no deja de ser CONDICIONADO. El hombre está
condicionado primariamente en su corporeidad, en su existencia corporal. Pero no está
«ahí» como caído del cielo, sino que fue engendrado y nació: fueron sus padres, y no él
mismo, los que le hicieron existir corporalmente. El hombre está, además, condicionado en
su modo de ser corporal. Nunca es «como» él quiere, como él se hubiera elegido de haber
podido decidir sobre un determinado modo de su ser. Este modo de ser del hombre
tampoco es como sus padres hubieran deseado, ya que ellos pudieron determinar su
existencia, mas no su modo concreto de ser. No sólo no se puede elegir a los padres;
tampoco a los hijos.

EL HOMBRE INCONDICIONADO es el hombre que sigue siendo hombre en todas las


condiciones, aun las más desfavorables e indignas; el hombre que en ningún momento
abdica de su ser, sino que se aferra a él incondicionadamente. Es obvio que se trata de una
calificación ética del hombre; responde a una norma moral (no a una norma de término
medio), a un tipo ideal. Pero al lado de esta definición normativa, de cómo ha de ser, hay
una definición existencial, ontológica, y en esta perspectiva el hombre es un ser
incondicionado porque no se agota en su condicionalidad, porque ninguna condición es
capaz de definirle plenamente; la condicionalidad le condiciona, mas no le constituye. El
hombre incondicionado, sometido a las condiciones del ser humano, es incondicionado a
pesar de este sometimiento: lo es a pesar de las condiciones, en medio de las cuales se
encuentra. En sentido ontológico, el hombre puede ser incondicionado, pero no lo es
necesariamente. En cambio, la formulación ética diría: el hombre no es necesariamente
incondicionado, pero debe serlo. (VK:HD: 37 y 65)

03. ENFERMEDAD
 Más allá de los relatos míticos y religiosos que se ocuparon del origen de los males en el
mundo, desde siempre el pensamiento13 estuvo preocupado por aquellos aspectos que
provocaban dolor, enfermedad, alteración en las funciones, reacciones adversas y –
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eventualmente – la muerte. Intentaron encontrarle una respuesta, preguntándose por el


problema filosófico del mal (mal físico) y la natural condición de imperfección del ser humano.

 De alguna manera si la salud es un bien (positivo), la enfermedad es la privación de la salud,


del bienestar, la ausencia de un bien. Pero el mal no tiene entidad, no tiene existencia real, sino
que es consecuencia de lo que antropológicamente somos, SERES IMPERFECTOS que tenemos un
organismo, una psique, una personalidad, un entorno que son frágiles, finitos, imperfectos. No
tenemos todo el bien, no somos perfectos. De hecho estamos definidos por nuestra condición
mortal (el hombre es un ser para la muerte, lo único seguro) y ello es así porque en algún
momento el deterioro de nuestro organismo es tal (enfermedad) que no podemos conservar la
vida, y nos sobreviene la muerte. La historia del pensamiento ha abordado permanentemente el
tema del mal (incluido el mal físico, la enfermad), en muchos casos discutiendo la existencia o la
figura de Dios, porque el interrogante que atraviesa esta inquietud es: ¿Por qué Dios que es
nuestro creador omnipotente y bueno nos ha hecho seres que podemos enfermarnos, sufrir y
morir?

(1) PARADOJA o TETRALEMA atribuido a EPICURO (341-271 a.C): “En el mundo hay Mal y Dios
sabe que hay mal. (1) Dios quiere quitar el mal del mundo, pero no puede. (2) O puede pero
no quiere quitarlo. (3) O no puede ni quiere. (4) O puede y quiere. (1) Si quiere y no puede, es
impotente. (2) Si puede y no quiere, no nos ama. (3) Si no quiere ni puede, no es un Dios
bueno, y además es impotente. Entonces no es Dios (4) Si puede y quiere, ¿por qué no lo
hace? ¿de dónde viene entonces el mal real y por qué no lo elimina?”

(2) Para SAN AGUSTIN (siglo IV) el mal físico es consecuencia del mal metafísico y guarda
relación con el mal moral: “En el cosmos no existe el mal, sino que existen solamente grados
inferiores de ser en comparación con Dios, dependientes de la finitud de las cosas creadas y
del diferente grado de esta finitud. Desde una visión de conjunto, cada cosa, incluso la
aparentemente más insignificante, posee su propio sentido y su propia razón de ser y, por lo
tanto, constituye algo positivo.” Donde más se observa este mal en es lo físico porque nuestra
limitación en el ser se manifiesta en todo el dolor, las enfermedades y todo lo que el hombre
parece.

(3) Por su parte LEIBNIZ (siglo XVIII) – en su TEODICEA - distingue entre mal metafísico, que es
mera finitud o imperfección en general, mal físico, que consiste en el sufrimiento, y mal moral,
que es el pecado. Dios permite su existencia pues la naturaleza del universo exige variedad y
gradación, pero los reduce a su mínima expresión, y las utiliza para servir un propósito
superior: la belleza y la armonía de la creación en su totalidad. Leibniz enfrenta resueltamente
el problema de reconciliar la existencia del mal con la bondad y la omnipotencia de Dios. Nos
recuerda que nosotros vemos solamente una parte de la creación de Dios, la parte más
cercana a nosotros mismos y que, por lo mismo, nos exige el mayor grado de simpatía.
Deberíamos aprender, dice Leibniz, a ver más allá de lo que nos rodea inmediatamente, a
observar el mundo más grande y más perfecto que está sobre nosotros.

(4) HUME (siglo XVIII) utiliza el tema del mal como uno de los argumentos para desacreditar la
existencia de Dios y recurre al mismo razonamiento del DILEMA DE EPICURO: inicia mostrando
que además de todos los males que hay en el mundo, los hombres están llenos de
enfermedades físicas y psíquicas: ahora bien, los dialogantes se encuentran con la dificultad
de explicar el papel de la divinidad frente al problema del mal y recuperan el planteo de
Epicuro, “¿Quiere él [Dios] prevenir el mal, pero no puede?, entonces es impotente. ¿Puede,
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pero no quiere?, entonces es malévolo. ¿Puede y quiere?, entonces ¿de dónde sale el mal? Y
14
¿tiene sentido confiar en un Dios así?”

(5) TOMAS DE AQUINO (siglo XIII) sostiene que Dios creó un mundo perfecto en su totalidad,
por tanto el mal en el mundo no proviene de Él. El mal para Tomás de Aquino es también una
privación, o ausencia de algo bueno. Por eso, el mal no es algo absoluto: siempre se sitúa
dentro del contexto del bien. No hay ningún summum malum, o fuente positiva de mal,
correspondiente al summum bonum que es Dios. Si algo fuera sólo mal, no tendría ser.

(6) Y también están los que se ocupan de la injusticia del mal: WILLIAM ROWE (1931): Existen
numerosos casos de sufrimiento intenso que un ser omnipotente, ser omnisciente podría
haber evitado sin perder por ello un bien mayor o permitir algún mal igual de malo o peor. Un
ser omnisciente, totalmente bueno ser evitaría la ocurrencia de cualquier sufrimiento intenso
que podría, a menos que no podría hacerlo sin perder por ello un bien mayor o permitir algún
mal igual de malo o peor. El mal existe sin que nadie intervenga. No existe un ser
omnipotente, omnisciente ser totalmente bueno.
15
(7) Finalmente aparece la palabra de PAUL RICOEUR : El punto de partida de consiste en
tomar el mal como un verdadero desafío para la filosofía y para la teología, algo que no se
podía eludir o soslayar. Toda filosofía y teología que pretenda totalizar en un sistema, tratando
de responder racionalmente a todas las preguntas, fracasa ante el mal y el sufrimiento, como
una ola contra la roca. El mal tiene algo irreductible y escandaloso para la razón especulativa.
El problema de Dios y el problema del Mal no se agotan con nuestros razonamientos
conformes a la no-contradicción y a totalizaciones sistemáticas. Este fracaso puede
desembocar – como en el pasado - en la tentación de abandonar dicho problema a la rebeldía
o a la lamentación pasiva. Pero también podemos asumir críticamente nuestra pretensión
racionalista e intentar “pensar de otra manera”, capaz de soportar las contradicciones y el “in-
acabamiento” propio de nuestra encarnación, de nuestro ser humano. Y asumir un pensar
capaz de escuchar y asumir otros lenguajes como son los símbolos, las metáforas, los gestos.

 LA ENFERMEDAD – principalmente en algunos momentos – funciona como una situación límite,


aquellas situaciones que no podemos modificar, que nos sobreviene, que no podemos evitar,
especialmente cuando se tratan de enfermedades que caen sobre nuestra existencia sin que
nosotros las provoquemos o simplemente respondiendo a una programación genética de la que
no somos responsables. Las enfermedades nos devuelven el verdadero rostro humano que
tenemos, pero que – cuando nos sentimos bien – solemos ignorar. Con el dolor, el padecimiento,
la enfermedad, escuchamos el mensaje que acompaña a los hombres desde el origen: acuérdate
que sólo eres un hombre, una criatura mortal perdida en el espacio y en el tiempo. “Hay que

14
DAVID HUME cita a TERTULIANO —quien se remite a EPICURO— planteando el argumento para discutir la
existencia de Dios, mediante una serie de preguntas:” ¿Es que Dios quiere prevenir la maldad, pero no es
capaz? Entonces no sería omnipotente. ¿Es capaz, pero no desea hacerlo? Entonces sería malévolo. ¿Es
capaz y desea hacerlo? ¿De dónde surge entonces la maldad? ¿Es que no es capaz ni desea hacerlo?
¿Entonces por qué llamarlo Dios?” Diálogos sobre la religión natural (1779)
15
Para muchos RICOEUR Y VIKTOR FRANKL trabajaron en una misma línea o corriente de pensamientos,
aunque no hayan tenido contactos, encuentros o influencias explícitas el uno en el otro. RICOEUR trabaja
textos y referencias de VIKTOR FRANKL en su libro PALABRAS DE LIBERACION sobre las experiencias en el
campo de concentración y los sufrimientos extremos. UNAM. México. 2005
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aceptar ser finito: estar aquí y en ninguna otra parte, hacer esto y no otra cosa, ahora y no nunca o
siempre. Tener únicamente esta vida” (André Gorz. 2008) 16

(01) La enfermedad es un FENÓMENO TENSIONAL Y DINÁMICO que se manifiesta por alteraciones


anátomo-funcionales más o menos aparentes que expresan la agresión y las reacciones del
organismo ante ella, o la perturbación de su capacidad de adaptación. La enfermedad es la vida
misma en condiciones anormales. Es un modo de vivir, que corresponde a una transición o tensión
progresiva desde el bienestar hacia lo malo, deficitario y/o aflictivo, pero también a un pasaje
regresivo en retorno a la salud, ya que es producto de una alteración (o lesión) que impide el
funcionamiento normal o genera reacciones restauradoras y compensadoras. La enfermedad
siempre es evolutiva: el individuo se cura (con persistencia o no de síntomas o deficiencias
permanentes o recurrentes) o muere. Sólo en contados casos y afecciones los males se vuelven
crónicos o bien hay situaciones en las que el enfermo se planta en un estado sin avances.

(02) Si la salud puede considerarse como una situación de estabilidad y equilibrio, la enfermedad
es el CONJUNTO DE MODIFICACIONES que siguen a la acción de una causa agresora, que altera ese
equilibrio. No es sólo una lesión, sino que se suma la reacción de quien la sufre, el malestar o el
dolor, con un sentimiento personal aflictivo, el conocimiento de su situación y los cambios
funcionales, morfológicos y que despierta. Es siempre una cuestión individual, personal, porque
cada uno "hace" su enfermedad, la genera y la caracteriza, la incorpora a su propia vida y le da un
significado, al interpretarla y valorarla. El hombre no sólo es capaz de padecerla como si fuera algo
inevitable, sino también de conocerla en varios aspectos: la ubica en su vida (es biográfica), puede
originarla o modificarla por su actividad psíquica, darle el valor, la importancia y la trascendencia
que en cada caso tiene. Y a su vez somos conscientes, sensibles ante las enfermedades que
padecen los demás y que podemos conocer por los síntomas que exhiben o por las expresiones de
quien lo padece. No es lo mismo una quebradura, un esguince, una quemadura, un estado gripal,
traumatismo, una migraña, una otitis, un ACV, una isquemia cardíaca o cerebral, una diabetes, una
insuficiencia urinaria. En cada una de ellas hay síntomas, formas de aparición y de diagnóstico,
conocimiento por parte de quien lo padece y de quien lo observa, intervención tecnológica
diversa.

(03) El discurso propio de la medicina afirma que la falta de salud no es una condición suficiente
para estar enfermo, ni la presunta ausencia de enfermedad significa que el individuo esté sano.
Una enfermedad adquiere identidad porque, en una situación concreta, detectamos una serie de
fenómenos que por abstracción conceptual sabemos que son propios de determinadas
16
CARTA A SU MUJER “Cuando tu estado de salud se agravó dramáticamente, fui a ver a ese médico. Ya no
podías acostarte de tanto que te hacía sufrir la cabeza. Pasabas la noche de pie en el balcón o sentada en un
sillón. Había querido creer que lo compartíamos todo, pero tú estabas sola en tu desamparo. (…) Ya no tenías
nada que esperar de la medicina. Te negaste a habituarte a la toma de analgésicos y a depender de ellos.
Decidiste hacerte cargo por ti misma de tu cuerpo, tu enfermedad y tu salud: apoderarte de tu vida en lugar
de dejar que la tecno-ciencia médica tomase el poder sobre tu relación con tu cuerpo y contigo misma”.
(Carta a D. Historia de un amor. 2008: 95 - 98) ANDRE GORZ y su ESPOSA decidieron dejarse morir los dos
juntos en la misma cama y en la casa que había elegido para el final de sus vidas. No podían estar el uno sin
el otro: la segura muerte de su mujer arrastró al filósofo que eligió el final con ella. Y así los encontraron, el
22 de setiembre de 2007. El último texto: La salida del capitalismo ya ha empezado lo había concluido el 17
de setiembre de 2007. "Nos gustaría no sobrevivir a la muerte del otro. Nos hemos dicho a menudo que, si
tuviésemos una segunda vida, nos gustaría vivirla juntos"
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enfermedades, ya que todos los que la padecen tienen similar sintomatología: alteraciones
orgánicas, percepción de sufrimiento o incomodidad, ubicación en determinados lugares del
cuerpo, resultados de diversos análisis o intervenciones tecnológicas. El DIAGNÓSTICO de una
enfermedad es el encuadre de algunas vivencias en las diversas categorías que la ciencia ha ido
construyendo como arquetipos patológicos. No han sido las mismas a lo largo de la historia, sino
que han ido creciendo en precisión, profundidad y amplitud en el tiempo. En toda enfermedad
confluyen percepciones subjetivas, etiquetados en categorías tecnológicas y reconocimiento social
del proceso. Cuando falla alguna de éstas, puede darse que el individuo no se sienta bien, pero no
seamos capaces de incluirlo en ninguno de nuestros modelos de enfermedad. Así, la ausencia de
enfermedad reconocida o percibida objetiva o subjetivamente no implica forzosamente que el
individuo esté sano. Es muy importante remarcar que el concepto de enfermedad como el de
salud depende del ENTORNO CULTURAL, porque en cada momento histórico y en las diversas
culturas ambos conceptos encuentran sus interpretaciones, asociados con el grado de desarrollo
de la medicina o del arte de curar. Alguien puede no sentirse enfermo, pero no estar sano: de
hecho, muchas enfermedades tienen un proceso de evolución para manifestarse y darse a
conocer, y – mientras tanto – son asintomática e indoloras; y muchas de ellas, cuando aparecen
representan un riesgo mayor porque no siempre es posible detenerlas o combatirlas.

Por ejemplo: CANCER. Es un nombre genérico dado a las enfermedades en las que hay
células anormales que se multiplican sin control y pueden invadir los tejidos cercanos. Las
células de cáncer también se pueden diseminar hasta otras partes del cuerpo a través del
torrente sanguíneo y el sistema linfático. El carcinoma es un cáncer que empieza en la piel o
en los tejidos que revisten o cubren los órganos internos. El sarcoma es un cáncer que
empieza en el hueso, el cartílago, la grasa, el músculo, los vasos sanguíneos u otro tejido
conjuntivo o de sostén. La leucemia es un cáncer que comienza en un tejido donde se
forman las células sanguíneas, como la médula ósea, y hace que se produzca un gran
número de células sanguíneas anormales y que estas entren en la sangre. El linfoma y el
mieloma múltiple son cánceres que empiezan en las células del sistema inmunitario. Los
cánceres del sistema nervioso central empiezan en los tejidos del cerebro y la médula
espinal. También se llama neoplasia maligna. Un cáncer que se ha diseminado desde el lugar
en donde empezó primero a otras partes del cuerpo se llama cáncer metastático. El proceso
por el cual las células del cáncer se diseminan a otras partes del cuerpo se llama metástasis.

Los CAMBIOS GENÉTICOS que contribuyen al cáncer tienden a afectar tres tipos principales
de genes, provocando cambios que se consideran "causantes" de cáncer. (1) Los PROTO-
ONCOGENES se dedican al crecimiento y división celular normal. Sin embargo, cuando estos
genes se alteran en ciertas maneras o son más activos de lo normal, ellos pueden
convertirse en genes causantes de cáncer (u oncogenes), al permitir a las células que
crezcan y sobrevivan cuando no deberían. (2) Los GENES SUPRESORES DE TUMORES se
dedican también a controlar el crecimiento y la división celular. Las células con algunas
alteraciones en los genes supresores de tumores pueden dividirse en una forma sin control.
(3) Los GENES REPARADORES DEL ADN se dedican a arreglar un ADN dañado. Las células con
mutaciones en estos genes tienden a formar mutaciones adicionales en otros genes. Juntas,
estas mutaciones pueden causar que las células se hagan cancerosas.17

17
CANCER, LA PALABRA= Algunos milenios después, en el siglo IV a.C., en los escritos hipocráticos
encontramos no solo las primeras descripciones sino también el origen etimológico de la palabra cáncer. En
el Corpus Hippocraticum se menciona unas lesiones ulcerosas crónicas, algunas veces endurecidas, que se
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(04) Aunque tenga SALUD, hombre no es verdaderamente sano, más que cuando es capaz de
observar varias normas, cuando es más “normal”, cuando se ajusta a un plan de vida que le
permite mantenerse sano. La salud es la capacidad de poder caer enfermo y defenderse, en tanto
que la enfermedad, por el contrario es la reducción de poder superar las dificultades. La medida
de la salud, pues viene dada, no por la ausencia de crisis, sino por la capacidad de superarlas para
instaurar un nuevo orden funcional. Pretender abordar el proceso de salud-enfermedad es
siempre insuficiente y falso. Para encarar el fenómeno de la salud del ser humano es necesario
tomarlo como una realidad compleja. Las dificultades de la salud no son nunca el problema sino
un campo de problemas.

(05) Hay muchas situaciones que consideramos como entornos sanos o entornos enfermos,
porque la disfunción en alguno de los niveles altera el resto: (1) EL CUERPO ENFERMO – con
cualquier afección – o el cuerpo con dolor no sólo es un cuerpo que sufre sino una persona que
sufre y que siente que le inhiben sus funciones normales; (2) UNA ENFERMEDAD PSÍQUICA tiene
consecuencias somáticas y altera el funcionamiento de la personalidad; (3) UN ESPÍRITU
DESORIENTADO, desesperado, que ha perdido la razón de vivir lo manifiesta de mil maneras; (4) y
además, si EL ENTORNO (sociedad) está enfermo o nos enferma puede afectarnos en todos los
sentidos (de hecho es lo que sucede en situaciones límites que vivimos). La salud es ese estado de
bienestar en el que todo funciona de manera articulada y tenemos autoconciencia de ser sentirnos
bien, de estar bien. Y la enfermedad puede expresar su malestar en cada una de sus dimensiones,
aunque siempre repercute en el sujeto único que lo padece todo, porque todo ser humano es una
totalidad.

“La enfermedad psicofísica puede perturbar, mas no destruir, a la persona. Lo que la


enfermedad puede destruir es el organismo psicofísico. Este organismo constituye el campo
de acción y el campo de expresión de la persona. El desarreglo del organismo significa, en
consecuencia, nada menos, pero nada más, que un bloqueo del acceso a la persona. Y éste
podría ser nuestro credo médico y psiquiátrico: la fe inquebrantable en el espíritu personal,
la fe «ciega» en la persona «invisible», pero indestructible. Y si no se tiene esa fe es
preferible no ser médico.” (VF: HD)

“Quien sabe lo que es la dignidad, la dignidad incondicional de cada persona, siente también
un profundo e incondicional respeto por el ser humano enfermo, por el enfermo incurable y
aun también por el enfermo de espíritu. Y es que, en realidad, las enfermedades «de

desarrollan progresivamente y sin control expandiéndose por los tejidos semejando las patas de un cangrejo
(era una úlcera externa de difícil curación, no necesariamente lo que hoy entendemos por una lesión
cancerosa) por lo que las denominó con la palabra griega καρκίνος (se lee karkinos) dándole un significado
técnico a la palabra griega cangrejo que se escribe igual. De allí, el término pasa al latín como CANCER” (en
latín sin acento) con ambos significados, el del animal y el de úlcera maligna o cáncer en el sentido moderno.
Siglos después, al formarse el castellano se derivan de la palabra latina dos términos separados. Por una
parte, usando un sufijo diminutivo, se forma la palabra cangrejo para denominar al crustáceo y, por otra
parte, se consolida el término CÁNCER como un término médico para un tipo determinado de lesión. No
hay avances al respecto en toda la historia posterior: Se deberá esperar hasta el siglo XVIII para que se
ordene tanto la identificación de las lesiones cancerosas, ahora sí bien diferenciadas como cáncer, y
especialmente su tratamiento con plantas medicinales. Y a partir de finales de ese siglos los intentos para
detectar y curar esa enfermedad.
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espíritu» no existen, porque el «espíritu», la propia persona espiritual nunca puede


enfermar y siempre esta presenta detrás de la psicosis incluso cuando ni si quiera « es
visible», a los ojos del psiquiatra.” (VF)

04. ENFERMEDAD Y ENFERMO (PAUL RICOEUR) 18 EL ENFERMO COMO TEXTO


 La complejidad de la persona humana puede de alguna manera encontrar un paralelo con la
noción de TEXTO, pues todo lo que es susceptible de ser comprendido puede ser considerado
texto: no solamente los escritos mismos, sino también la acción humana y la historia, tanto
individual como colectiva, que solo son inteligibles en la medida en que puedan leerse como
textos. La noción de “texto” enuncia una disposición peculiar del pensar en la que se busca
transitar un pensamiento hermenéutico — basado en el pensar interpretativo — donde lo
humano es atestiguado desde su intrínseca condición problemática, inconclusa, conjetural e
imprevisible, reticente a cualquier cierre conceptual y ajeno a todo reduccionismo positivista o
científico. Es decir que todo ser humano es un texto complejo que exige comprensión e
interpretación. Y un enfermo, un paciente, lo es de una manera especial, porque está a disposición
de los médicos y profesionales para que interpreten lo que le pasa y hagan algo con lo que le
acaece.

 Un texto no es una entidad cerrada sobre sí misma, sino que es la proyección de un


universo nuevo, distinto de aquel en el cual vivimos. En este caso el enfermo para el médico o
quienes lo atienden, un texto que se deja leer e interpretar. Apropiarse de una obra mediante
la lectura significa desplegar el horizonte implícito de mundo que abarca las acciones, los
personajes, los acontecimientos de la historia narrada. El médico no se encuentra con un
episodio (la enfermedad de un paciente en un momento dado), sino con la vida de un sujeto
que debe interpretar:

“El paciente que se dirige al PSICOANALISTA le proporciona fragmentos de historias


vividas, de sueños, de “escenas primitivas” o episodios conflictivos. Se puede decir con
fundamento que las sesiones de análisis tienen como meta y como consecuencia que el
analizado elabore a partir de esos fragmentos de historia un relato que resulte a la vez
más soportable y más inteligible. Esta interpretación narrativa de la teoría psicoanalítica
implica que la historia de una vida procede de historias no contadas y reprimidas hacia
historias efectivas, de las cuales el sujeto puede hacerse cargo y considerar como
constitutivas de su identidad personal. La búsqueda de esta entidad personal asegura la
continuidad entre la historia potencial o virtual y la historia expresa cuya
responsabilidad asumimos. ¿Qué es una vida narrada? Es una vida en la cual
encontramos todas las estructuras fundamentales del relato que evocamos en nuestra

18
Seguimos – en este apartado – las ideas de CARLOS ALBERTO ROSAS JIMÉNEZ: EL PACIENTE COMO
“TEXTO” SEGÚN RICOEUR: IMPLICACIONES EN BIOÉTICA. Revista de Bioética. 2014. n° 22. Medellín.
Colombia. Y hemos consultados algunos de los textos de PAUL RICOEUR (1990). SÍ MISMO COMO OTRO.
(2001) AMOR Y JUSTICIA. (1989) LA VIDA: UN RELATO EN BUSCA DE NARRADOR
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primera parte y, especialmente, el juego entre concordancia y discordancia que nos


pareció que caracterizaba el relato. Una vida no es sino un fenómeno biológico hasta
tanto no sea interpretada.” (RICOEUR: LA VIDA, UN RELATO EN BUSCA DE NARRADOR)

 Vivir la vida es asumirla como totalidad – afirma RICOEUR en sintonía con los planteo de
VIKTOR FRANKL - que se me da en la experiencia de la unidad o unicidad y de la indivisibilidad. He
aquí su VULNERABILIDAD: la vida se nos da también en el temor a perderla, a que sea dividida,
herida, se enferme, se vuelva una cosa muerta y por tanto divisible. ¿Qué puede significar que la
vida sea una historia? La vida es historia porque los hombres son sujetos actuantes y sufrientes:
por un lado, hacen historia y por otro la sufren, porque hay mucho de sus vidas que las producen y
las deciden, pero hay también mucho que le sobreviene por ser quien son y por las circunstancias
que los rodea.

 Al hablar de SALUD Y DE ENFERMEDAD, incorporamos naturalmente la figura del “paciente” y


aprender a ver al paciente como un libro abierto, un texto que ofrece múltiples páginas que tienen
que ser leídas para dar un dictamen sobre su condición, sobre su salud, su padecimiento, su
tratamiento, su recuperación. En la persona humana, todo lo que concierne a su existencia tiene
significado, y la enfermedad es un momento privilegiado, porque no nos enfermamos porque
queremos, sino porque nos sucede, porque lo padecemos. De hecho, el enfermo es denominado
PACIENTE, porque no es el que decide o el que hacer, sino el que padece, el que acepta, el que
soporta. Padecer implica sufrir, el paciente sufre serlo, sufre ser paciente, porque si estuviera
normal o sano no sería paciente, sino el responsable y actor de sus acciones.

 Es curioso, porque en el ANALISIS, el paciente renuncia a ser paciente, ya que no es alguien


que espera (pasivamente) que le señalen lo que padece y lo que debe hacer con su situación
de vida y de ánimo, sino que es un ACTANTE porque se hace cargo de su diagnóstico, le pone
nombre a sus problemas, pronuncia sus problemas y sale a buscar y a encontrar el sentido
para su existencia, aunque disponga de la ayuda y el acompañamiento del terapeuta. Es un
paciente porque acude a la TERAPIA precisamente porque sufre algo que lo inquieta, lo tiene
desorientado, deprimido o agresivo. Pero al ingresar en ella comienza su actividad, su acción,
su compromiso para volverse el AGENTE de la construcción de su bien-estar.

 La vida humana no es sólo BIOLÓGICA sino BIOGRÁFICA, y ´por eso la enfermedad se sufre y
padece biográficamente, es parte de una historia. Por eso es objeto de apropiación por parte de
los profesionales y de interpretación por parte de los médicos. En el ámbito de la salud, la ciencia
médica nos arroja datos diversos datos. Allí está siempre presente la realidad de la persona que
sufre, con una historia particular, única e irrepetible. Esta realidad biográfica, histórica pero al
mismo tiempo actual del paciente, es de donde se obtienen grandes luces sobre su condición de
salud particular y donde se esbozan las posibles soluciones para curar su enfermedad o alcanzar su
mejoría.

 Es curiosa la COINCIDENCIA entre el pensamiento FILOSOFICO de RICOEUR y el pensamiento


médico y desde el análisis existencial de VIKTOR FRANKL:

“El ser humano enfermo padece una doble limitación: la impotencia instrumental y la
invisibilidad expresiva de su persona, o esta única limitación: la de ser sólo objeto posible de
la biología y no de una biografía.”
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Pero eso no significa que haya perdido valor, valor como persona. La mayor enfermedad no
puede privar de la dignidad de la persona

“¿Qué significa carente de valor? Una existencia inútil. El que así piensa o habla, ignora la
diferencia que hay entre la utilidad y la dignidad: la utilidad se puede medir por el talento
práctico y la capacidad productiva de un individuo, por su rendimiento vital y social; pero la
dignidad de un ser humano —de una persona— queda intacta con esa pérdida de utilidad
que esta persona puede sufrir por el desarreglo psicótico. Si la persona está «detrás» —
detrás del hecho patológico psicofísico—, su dignidad está por encima: por encima de la
pérdida de los valores vitales y sociales, pues esta pérdida se refiere sólo a los valores útiles.
Los diversos individuos poseen diverso valor, pero la misma dignidad. Poseen igual dignidad
como personas que son, mas no como organismos psicofísicos ni como individuos vitales y
sociales.” (VF:HD)19

 Sin duda el médico posee un aval en su saber técnico, pero - más allá de los saberes
profesionales sobre las enfermedades y patologías - el único órgano revelador de que dispone
como lector e intérprete para acceder a ese “texto”, es su propia realidad personal; por lo cual no
puede sino admitir que frente a la situación de su contraparte, el enfermo, no existe una
interpretación única, en efecto la interpretación de su historia y de sus circunstancias es siempre
múltiple. Las HISTORIAS CLÍNICAS, los informes, los análisis previos, las radiografías, las ecografías,
las resonancias, son la mejor prueba de la presencia de la narrativa en la medicina, como
esfuerzo por comprender al paciente y encontrar una solución a sus problemas. El médico mismo
expresa esto en una FICHA PERSONAL (biográfica) del paciente. Y el sanatorio o la institución de
salud arma y lleva la historia clínica de sus pacientes internados.

 Todo lo contrario sucede con las INTERVENCIONES TECNOLÓGICAS que la medicina incorpora
como estudios necesarios para determinar o confirmar el diagnóstico: el paciente es un cliente al
que se le asigna un turno y a quien se atiende en serie, sin que medien palabras. No hay texto,
narrativa o biografía: es la enfermedad, el órgano, la intervención que un técnico realiza con la
ingeniería médica requerida. No median palabras, ni preguntas, ni explicaciones: el paciente pone
el cuerpo y el operador los elementos tecnológicos y de tal encuentro surgen los informes que
tienen valor y validez absolutos: nada se puede discutir ya. Solamente el médico es el que sabe
colocar en la biografía, en el texto, ese estudio y esos informes, porque sabe a qué página
corresponde y a que patología presente o pasada puede remitirse. La INGENIERÍA BIOMÉDICA es la
integración de los principios de la ingeniería con la medicina, física, química, biología y
matemáticas, para crear soluciones a problemas médicos y biológicos. Los Ingenieros Biomédicos
son quienes diseñan y desarrollan innovaciones en materiales, procesos, dispositivos y tecnologías

19
VIKTOR FRANKL habla especialmente de las enfermedades psiquiátricas, particularmente de la PSICOSIS,
pero el criterio puede ser extendido a todas: “La psicosis es una somatosis, ya que es una enfermedad
fenopsíquica, pero somatógena. Y es, como tal, una enfermedad del organismo psicofísico, más no de la
persona. La persona está «enclaustrada» por ella. El psiquiatra debe ser capaz de entrever a la persona
detrás de esos muros” la persona doliente, pues la persona «sufre bajo» la psicosis, sin estar enferma «de»
ella; la persona sufre por la impotencia a que está condenada por la psicosis, bajo la impotencia de
manifestarse, pues necesita para su manifestación de un organismo que funcione adecuadamente en lo
instrumental y en lo expresivo.” (VF:HD)
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informáticas para prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades, rehabilitar pacientes y mejorar la


salud y los sistemas de salud en general.20

 UN ACCIDENTE es algo puntual y puede ser determinante en la vida de toda persona y,


también, moral. Pero la enfermedad nunca es algo puntual, es un proceso que tiene una duración
y requiere ser contado, por eso, en las historias clínicas se registra todo, se llenan cuestionarios,
se adosan informes, se buscan antecedentes familiares, síntomas anteriores, hechos que puedan
arrojar luz sobre el estado actual del paciente El paciente es UN TEXTO que debe ser leído de
principio a fin, con la mayor atención, relacionando su pasado con su presente y vislumbrando su
futuro, pues eso ayuda al lector a comprenderlo e interpretarlo mejor.

 Pero, curiosamente, este “texto” requiere ser NO SÓLO LEÍDO, SINO ESCUCHADO, porque el
hecho de que el paciente sea visto como un texto, es sinónimo de que en su ser de enfermo
pueden EMERGER PALABRAS que deben ser extraídas del silencio, palabras cuyo decir es siempre
múltiple y están a la espera de nuevas interpretaciones que decidan su significación. El médico
dialoga con el enfermo y sabe que solamente el enfermo puede hablar de sí mismo para
determinar los síntomas.21 El médico ya sabe lo que “debe pasarle”, pero eso es conceptual,
general, abstracto: solamente la palabra le puede revelar, confirmar o contrariar con respecto a
los síntomas que debería tener. Por ejemplo: la visita del médico en TERAPIA INTENSIVA y en la
SALA COMUN después de una operación. Revisa, palpa, toca, escucha, mira, mide, pero también
quiere y debe escuchar lo que le dice el enfermo para tranquilizarlo o para inquietarse. Es obvio
que esta actitud de LECTURA Y ESCUCHA hace al médico y al profesional más sensible al dolor, al
sufrimiento, a los padecimientos del paciente. Creo que aquí se marca la diferencia entre los
diversos tipos de profesionales: los que asumen su responsabilidad ética y los que simplemente
cumple con los procedimientos protocolizados. Y también se nota el contraste entre el médico
que conoce nuestra biografía, que ya ha leído desde siempre nuestro texto, y el médico

20
JOSE PABLO FEINMAN menciona en una de sus novelas los sufrimientos de JOSE PABLO EPSTEIN, un alter
ego de sus propios padecimientos: “Así el manoseo continuaba. Un enfermo es alguien que tiene que
aceptar pasivamente ser derivado. Porque el ser de los médicos, aquello que en nuestro tiempo instituye la
condición médica, es la especialización. Nunca el paciente es una totalidad, siempre lo parcializan, lo des-
estructuran, lo fragmentan. Trasladan al enfermo la propia fragmentación que arrastra una disciplina que
nació al calor de la sabiduría y del conocimiento totalizador del alma humana. Así las cosas, la
especialización fundamenta el incesante acto de la derivación. “Yo sé hasta aquí, mas allá saben otros”. Es
decir: verán otros. No yo. Mi sabiduría consiste en derivar bien” (LA ASTUCIA DE LA RAZON, 2007: 95)
21
Es curioso como suma un valioso aporte en este sentido, IVAN ILLICH al hablar de la construcción social y
cultural de las enfermedades: “Hasta que la enfermedad llegó a percibirse como una anormalidad orgánica o
de la conducta (quitándole toda responsabilidad a la sociedad o al medio ambiente general por los avances
culturales) el que se enfermaba podía hallar aún en los ojos del médico un reflejo de su propia angustia y un
cierto reconocimiento de la particularidad única de su sufrimiento. Ahora lo que encuentra es la mirada de
un contador biológico embebido en cálculos de "input, output" (insumo/producto). Le arrebatan su
enfermedad y se la transforman en materia prima para una empresa institucional. Se interpreta su estado
de acuerdo con un conjunto de reglas abstractas que él no comprende. Se le instruye acerca de entidades
ajenas que el médico combate, pero sólo en la medida que el médico considera necesaria para ganar la
cooperación del paciente. Los médicos SE APODERAN DEL LENGUAJE: la persona enferma queda privada de
palabras significativas para expresar su angustia, que aumenta más aún por la mistificación lingüística.”.
NEMESIS MÉDICA. 1978. México.
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contratado, de turno o de guardia que se hace cargo eventual de algunos enfermos, con
compromisos pautados laboralmente.22

 Para RICOEUR hay tres preceptos que deben ser respetados: (1) el primer precepto hace
referencia a la SINGULARIDAD DE CADA PERSONA en su carácter insustituible.(2) El segundo,
versa sobre LA INDIVISIBILIDAD, es decir, la necesidad de tratar a la PERSONA COMO UN TODO y
no de una forma fragmentada, ya sea al considerar de una forma aislada cada parte del cuerpo,
motivado sin duda por la especialización de los saberes médicos, o al desvincular los elementos
biológicos, psicológicos y socioculturales. (3) El tercero, es el de LA ESTIMA DE SÍ, que se refiere a
cierto señorío de sí mismo. Y el enfermo, el paciente, debe ser tratado respetando los TRES
PRECEPTOS: es único (aunque forme parte de un colectivo de enfermos de un sector o de una
patología), el un ser completo: no es sólo el órgano, la operación o la enfermedad, y el alguien
que siempre tiene dignidad, aun cuando su deterioro corporal sea casi inhumano, pierda el
sentido y esté en las puertas de la muerte.

 Pero además exige cuidado y responsabilidad: El “texto” reclama responsabilidad. La dimensión


del cuidado que se deriva de la prudencia con que se trata el texto, tiene su concreción en la
responsabilidad. No existe VERDADERO CUIDADO SIN RESPONSABILIDAD, que articula el curar con
el cuidar, hacer de otro mi semejante, tal es la pretensión de la ética en lo que concierne a la
relación entre la estima de sí y la solicitud. La responsabilidad, de quien verdaderamente se hace
cargo de alguien, significa considerar al otro como semejante. Debo CUIDAR DEL OTRO porque
está allí, frente a mí, pidiéndome ayuda y no tengo otra opción que responder a su pedido para
constituirme en mi propia humanidad. Mi responsabilidad hacia aquel que sufre es un permanente
llamado a dar y a servir. la realidad del paciente pues el ser humano no es solamente aquel capaz,
aquel que puede; también es el incapaz, el que no puede, y todos somos esa mezcla de capacidad
e incapacidad, todos somos hechos antes de ponernos a hacer y esto es lo que nos hacer ser, en
un sentido, pasivos antes que activos Y es que el reconocimiento de la pasividad, la contingencia,
los grados de no poder, el sufrimiento, la finitud de nuestra vida, la debilidad o nuestra
vulnerabilidad intrínseca, nos mueven a considerar la realidad de la persona humana como un
entramado de autonomía y vulnerabilidad, que tiene que ser considerada así si quiere decir algo
con sentido. Y sólo puede cuidar quien saber comprender y para ello hay que estar convencido.

“Porque, no nos hagamos ilusiones, sólo el que está convencido puede convencer a otros.
Sólo el que, además de estar convencido de que la vida puede tener sentido es testigo de
que este sentido tuvo cumplimiento siquiera una vez, puede hacer creíble esa posibilidad al
«caso» siguiente. Sólo él puede descubrir posibilidades de sentido en la vida, en el
sufrimiento de otro, y despertar su anhelo de sentido. Al psiquiatra y al médico le
infundieron ánimo y consuelo, y él ha de transmitir ese ánimo y consuelo. Pero a él se le
paga con otra moneda. ¿Quién no ha sentido alguna vez que las convicciones de otro

22
¿Sucede lo mismo entre HOSPITALES PUBLICOS y CLINICAS PRIVADAS? ¿Entre ATENCION GRATUITA y
PREPAGAS? ¿Entre PACIENTES que además de recursos manejan información y están bien acompañados y
PACIENTES ignorantes de todo y abandonados? Un caso para mencionar de estos cortes SINCRONICOS en la
medicina, ajenos a toda DIACRONIA o BIOGRAFIA son los EXAMENES O CONTROLES MEDICOS PRE-
OCUPACIONALES que se asemejan a la revisión técnica de un ARTEFACTO o de un AUTO (para comprar o
vender): como el que trabaja “vende” su cuerpo, el comprador quiere asegurarse que COMPRA un producto
en buen estado o por lo menos con defectos conocidos y controlables.
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refuerzan las suyas propias? ¿Quién no sabe que, consolando a otros, experimenta
consuelo?” (VF:HD: 122)

VIKTOR FRANKL (1905 – 1997) – PAUL RICOEUR (1913 – 2005)

 Cuanto del pensamiento de VIKTOR FRAKL hay en este material: se respira el mismo espíritu,
aunque haya acentuaciones diversas y discursos diversos, porque provienen de disciplinas
complementarias pero distintas. Todas nuestras vidas son narrativas y biografías, textos que
pueden ser re-unidos, constituidos en tales y luego comprendidos, analizados, interpretados.
VIKTOR FRAKL es en sí mismo una expresión de esa discursividad biográfica que le hizo atravesar
una historia llena de padecimientos y de reconocimientos. Sólo una BIOGRAFIA construir de
manera unitaria pudo reunirlo todo. Y es lo que realizado con su LOGOTERAPIA: ayudar a
encontrar o recuperar el SENTIDO no es más que volver a la propia vida una TEXTO, un RELATO
único y con sentido, una BIOGRAFIA que permita unir las partes estructurales del ser e históricas
del devenir: mi cuerpo, mi psique, mi espíritu, y también cada momento de mi vida. Por podemos
asociar el pensamiento de uno y otro, aunque RICOEUR no hace más que exponer y desarrollar las
ideas, y VIKTOR FRAKL interviene y ayuda – con su análisis existencial – al reencauzar los pasos
perdidos por los caminos necesarios. El mismo ANALISIS EXISTENCIAL es un intento de recuperar
la coherencia de la propia textualidad, la trama íntima de la propia biografía, volviendo una y otra
vez al sentido que lo ilumina todo, también el sufrimiento, el dolor, la enfermedad. Y que
transforma la PACIENTE en AGENTE, porque es él el que – en cualquier situación y circunstancia –
puede recuperar el SENTIDO de su vida, incluyendo el sentido de su muerte.

“Lo que el hombre busca realmente o, al menos, originariamente, es el cumplimiento del


sentido y la realización de valores, en una palabra, su plenitud existencial (pues de
existencial puede calificarse, a nuestro juicio, lo relacionado con la existencia humana y con
el sentido de esta existencia). Lo contrario de la plenitud existencial sería el vacío
existencial”. (VF:HD)

05. DOLOR Y SUFRIMIENTO


 Nos enfermamos, porque somos seres humanos y como tales no tenemos un ser, un organismo
perfecto, sino imperfecto, frágil, con posibilidad de cesar en su funcionamiento. Somos
contingentes (podemos existir o dejar de existir) y muy débiles (cañas pensantes) a pesar de la
fortaleza que podamos representar como humanidad (el hombre puede mucho, pero cada
hombre puede poco y nada). El hombre no es un organismo, aunque tiene un organismo que
pertenece a su ser. Es su organismo, pero también es algo más que su organismo; de tal modo que
todas las realizaciones de su ser requieren de la participación de su ser entero. Estar sano o
enfermarse forma parte de esa totalidad.

 La enfermedad es una experiencia dolorosa, a veces durísima, y da origen a diversos tipos de


sufrimiento. Duele el dolor físico pero también el sufrimiento psíquico (estado de ánimo) y
espiritual, es decir, verse limitado y frágil, interrumpir las actividades y dejar de lado las
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ocupaciones, no valerse por sí mismo y tener que depender de los demás, hacer sufrir a sus
familiares, sentir la propia vida amenazada, sufrir sin saber por qué, para qué y hasta cuándo. El
ser humano, pues, cuando enferma sufre y con él el entorno de todos los que le atienden.

 El sufrimiento es una experiencia personal intransferible. Nadie sufre por nosotros y nosotros
no podemos padecer por los otros. Los demás podrán imaginarlo y hasta prestar ayuda, pero el
que sufre será siempre el protagonista insustituible que ha de dar su propia respuesta. Y esto es
mucho más impactante porque vivimos en medio de una cultura que valora la vida –ciertos estilos
de vida– y la salud por encima de todo, y que oculta y rechaza el dolor como algo inútil y absurdo,
no es fácil afrontar los sufrimientos que ocasiona la enfermedad y vivirlos de manera sana y
constructiva.

 Los seres humanos de nuestro tiempo no buscan ni admiten explicaciones al sufrimiento, sino
que directamente lo rechazan. No hay apertura a la ascesis o al sacrificio que sabe padecer el dolor
por algún sentido superior. La sociedad actual exige, apoyado ciegamente en las posibilidades de
la ciencia y de la técnica, que sea eliminado a toda costa y cuanto antes. Cuando el sufrimiento se
torna crónico o inevitable, no sabe qué hacer, se ve solo ante el mismo, y desprovisto de recursos
para afrontarlo y asumirlo como una posibilidad de crecimiento humano y espiritual. No es
extraño que frente a estas situaciones límites se decida adelantar el final de la propia vida
(suicidio), bajo el argumento de vivir y morir con dignidad. La sociedad moderna silencia la
pregunta sobre el sufrimiento, la suprime. Concentra sus esfuerzos en la evitación y en la
disminución del sufrimiento, de manera directa o indirectamente. Existe una actitud que
incapacita para soportar el padecer y aumenta con ello el sufrimiento. No se enseña a sufrir, como
tampoco se enseña a morir.

 He aquí el aporte de IVAN ILLICH al respecto (MATAR EL DOLOR)

“El mismo estímulo nervioso que llamaré "sensación de dolor" dará por resultado una
experiencia distinta, no sólo según la personalidad sino según la cultura. Esta experiencia,
totalmente distinta de la sensación dolorosa, implica un desempeño humano único llamado
sufrimiento. La civilización médica, sin embargo, tiende a convertir el dolor en un problema
técnico y priva así al sufrimiento de su significado personal intrínseco. La gente desaprende
a aceptar el sufrimiento como parte inevitable de su enfrentamiento consciente con la
realidad y aprende a interpretar cada dolor como un indicador de su necesidad de
comodidades o de mimos. Las culturas tradicionales afrontan el dolor, la invalidez y la
muerte interpretándolos como retos que solicitan una respuesta por parte del individuo
sujeto a tensión; la civilización médica los transforma en demandas hechas por los
individuos a la economía y en problemas que pueden eliminarse por medio de la
administración o de la producción. Las culturas son sistemas de significados, la civilización
cosmopolita es un sistema de técnicas. La cultura hace tolerable el dolor integrándolo
dentro de un sistema significativo; la civilización cosmopolita aparta el dolor de todo
contexto subjetivo o intersubjetivo con el fin de aniquilarlo.

Una miríada de virtudes expresa los distintos aspectos de la fortaleza que tradicionalmente
permitía a la gente reconocer las sensaciones dolorosas como un desafío y modelar
conforme a éste su propia experiencia. La paciencia, la clemencia, el valor, la resignación, el
autodominio, la perseverancia y la mansedumbre expresan cada uno una totalidad diferente
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de las reacciones con que se aceptaban las sensaciones de dolor transformadas en la


experiencia del sufrimiento, y se soportaban. El deber, el amor, la fascinación, las prácticas
rutinarias, la oración y la compasión eran algunos de los medios que permitían sobrellevar el
dolor con dignidad. Las culturas tradicionales asignaban a cada uno la responsabilidad de su
propio desempeño bajo la influencia del mal o la aflicción corporal. El dolor se reconocía
como parte inevitable de la realidad subjetiva del propio cuerpo, en la que uno se encuentra
constantemente a sí mismo y que constantemente toma forma a través de las reacciones
conscientes del cuerpo hacia el dolor. La gente sabía que tenía que sanar por sí misma,
enfrentarse ella misma con su jaqueca, su discapacidad o su pena. (…)

En la actualidad una porción creciente de todo dolor es producida por el hombre, efecto
colateral de estrategias para la expansión industrial. El dolor ha dejado de concebirse como
un mal "natural" o "metafísico". Es una maldición social, y para impedir que las "masas"
maldigan a la sociedad cuando están agobiadas por el dolor, el sistema industrial les
despacha matadolores médicos. Así, el dolor se convierte en una demanda de más drogas,
hospitales, servicios médicos y otros productos de la asistencia impersonal, corporativa, y
en el apoyo lítico para un ulterior crecimiento corporativo, cualquiera que sea su costo
humano, social o económico. El dolor se ha vuelto un asunto político que hace surgir entre
los consumidores de anestesia una demanda creciente de insensibilidad, desconocimiento e
incluso inconsciencia artificialmente inducidos.” ILLICH IVAN (1978): NEMESIS MÉDICA.

 Es importante distinguir DOLOR de SUFRIMIENTO23. Sufrir es siempre un fenómeno más


complejo. El dolor físico, el malestar, la sensación de desagrado, no son desde el principio idéntico
al sufrimiento, porque el dolor está más concentrado: nos duele algo y sabemos la causa que lo
provoca. El dolor es una sensación en una parte o partes del cuerpo, pero, igualmente siempre se
trata de una experiencia desagradable y, por lo tanto, emocional. El sufrimiento no se identifica,
sin más, con el dolor físico. Ni con cualquier tipo de malestar. Muchas veces, el temor al dolor hace
sufrir mucho más que el propio dolor. El sufrimiento, no es sólo un dolor físico o moral, sino un
dolor espiritual, que nos provoca un profundo malestar y donde tenemos la impresión de que no
se puede hacer nada. En el fondo es una situación de impotencia que pide serenidad de
aceptación de lo que no se puede cambiar.

 No se trata de considerar EL DOLOR 24como algo bueno en sí, ni de quitarle importancia al


sufrimiento, ni de pensar que el dolor, por sí sólo, puede realizar maravillas en la vida de nadie. El
dolor es un misterio, y "hay que acercarse a él de puntillas y sabiendo que, después de muchas
palabras, el misterio seguirá estando ahí hasta que el mundo acabe. Y hay que acercarse al dolor
con realismo, sin que bellas consideraciones poéticas nos impidan ver su tremenda realidad".
Porque, a pesar de los años y de los avances de la ciencia, el hombre sigue sufriendo la muerte de

23
IVAN ILLICH afirma que La experiencia dolorosa que resulta de los mensajes de dolor recibidos por el
cerebro depende, en su calidad y en su cantidad, de la dotación genética, y por lo menos de cuatro factores
funciones además de la naturaleza y de la intensidad del estímulo, a saber: (1) la cultura, (2) la ansiedad, (3)
la atención y (4) la interpretación. Todos ellos son modelados por determinantes sociales, por la ideología, la
estructura económica y el carácter social.” (NEMESIS MÉDICA. México. Editorial Joaquín Motriz.
24
EL DOLOR CORPORAL puede designarse como "trabajo duro", "faena" o "prueba", como "tortura",
"resistencia", "castigo", o más generalmente "aflicción", como "malestar", "fatiga", "hambre", "luto",
"lesión", "pena", "tristeza", "molestia", "confusión", u "opresión". (IVAN ILLICH, que desarrolla en su
NEMESIS MEDICA un recorrido histórico del dolor según culturas concepciones y filosofías.)
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sus seres queridos, sigue enfermando, envejeciendo, y sintiendo la misma frustración y vacío
cuando su amor no es correspondido”. (MARTIN DESCALZO) El descubrimiento del sentido es una
confirmación particular de la grandeza espiritual que, en el hombre, supera el cuerpo de modo un
tanto incomprensible. Cuando este cuerpo está gravemente enfermo, totalmente inhábil, y el
hombre se siente como incapaz de vivir y de obrar, tanto más se ponen en evidencia la madurez
interior y la grandeza espiritual, constituyendo una lección conmovedora para los hombres sanos y
NORMALES.

 Es curioso observar cómo las condiciones actuales de la sociedad tratan de eludir y eliminar
toda experiencia de DOLOR o SUFRIMIENTO, simplemente porque no estamos preparados
interiormente para acolchonarlos o resistirlos: lo mejor es eliminarlo. Lo expresa muy bien
CHRISTIAN FERRER (UBA):

Hasta no hace demasiado tiempo, se disponía El síntoma subjetivo actual se revela en la


plenamente de una serie de tecnologías de la voluntad de huir del dolor, que se
subjetividad destinadas a disciplinar el alma a corresponde al temperamento adictivo de
fin de “pertrecharla” para el inevitable esta época. Esa fuga se vuelve desorganizada y
encuentro con el dolor. La disciplina de los contraproducente en tanto y en cuanto no se
guerreros o bien la ascética religiosa ha pertrechado al alma para que esté
preparaban el alma para que no se desoriente preparada para la experiencia del sufrimiento.
ni desespere en caso de que combatiente o Para que esta negligencia espiritual se hiciera
creyente quedaran atrapados en territorio posible fue necesario no establecer una
enemigo. La forja del carácter permitía amortiguación entre alma y cuerpo como lo
“retomar control” sobre la vida descalabrada: la hacían los antiguos: el cuerpo devino un valor
resistencia espiritual luego de lo inevitable, en mercantil de primera importancia, sea como
aquellos tiempos, era considerada un bien. El fuerza de trabajo en al ámbito laboral o como
cuerpo era el “paragolpes” del alma, pero el apariencia en el mundo de las relaciones
alma encajaba el impacto, regulaba la diplomáticas, ya sea como mercancía carnal o
desesperación y administraba los estragos que como cuerpo performativo destinado a
la experiencia del cuerpo mortificado o protagonizar todo tipo de tramites sociales.
humillado pudiera hacer infiltrar en el ánimo. La Pero se carece de defensas eficaces ante el
ascética religiosa, a su vez, consiste de una serie sufrimiento. El cuerpo, en vez de servir de
de técnicas espirituales destinadas a preparar al “escudo”, recibe el impacto del dolor en todos
creyente para la proximidad del peligro. Ellas sus poros a la vez, y la subjetividad dañada
promovían una cierta impasibilidad frente a las solo puede aspirar a la ayuda que pueda ser
tentaciones, los infortunios o las peripecias: la proporcionada por asistentes tecnológicos.
“rueda de la fortuna” tanto puede favorecernos (…)Cuando ya no se hacen diferencias
como sernos esquiva. Se trata, entonces, de estratégicas y operativas entre alma y cuerpo,
retomar control sobre el cuerpo “tentado”, de solo los “acolchonadores artificiales” permiten
arrepentirse, de volver a sí mismo, en definitiva, tolerar el contacto con el dolor. Los cuerpos
se trata de tener “poder sobre sí”. que experimentaron la “máquina de
excitación” urbana se “blindaban” a fin de
eludir las experiencias vitales que podrían
generar sufrimiento. 25

25
VIKTOR FRANKL (HD: 57) = El narcoanálisis no es en realidad un verdadero método analítico, pues lo que
busca una auténtica psicoterapia analítica es la anulación de las represiones y la concienciación de lo
inconsciente. ¿En qué consiste el narcoanálisis?
METAHUMANITAS - CORDOBA 27
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“La voluntad de huir del dolor y la producción seriada de amortiguación tecnológica son clima y
símbolo de los tiempos. Sólo cuando la ola se retire, el inventario de la resaca acumulada
revelará si se trataba del umbral de un terreno ontológico en el cual se formatea una nueva
configuración del ser humano, o si estas prevenciones conceptuales han sido un ejercicio
alarmista e inútil. Lo que parece incontestable es el marchitamiento de los proyectos políticos de
subjetivación de índole existencialista. La meditación moral sobre la relación entre técnica y
sufrimiento sólo puede abrirse espacio en un mundo que considere que la “interioridad”, el
cuidado del alma, el cultivo de la curiosidad, la forja de la conciencia, el ideal del “conócete y
ayúdate a ti mismo”, sean vigorizadores de la idea colectiva de dignidad. Pero difícilmente en un
mundo en donde cada persona prefiere sostenerse a base de píldoras, implantes y emparches.
Son formas de apuntalar el laberinto, más que al Minotauro. Y si bien esas fórmulas y apuestas
han probado ser eficaces, no dejan de estar amenazadas por el plazo fijo. Que todos soñemos
con salir indemnes de nuestro paso por la existencia es comprensible. Pero al despertar de esta
ilusión Arthur Schopenhauer la llamaba “dolor”.”26

 En EL SUFRIMIENTO Y EL DOLOR se revelan las diversas y verdaderas personalidades, algo que


VIKTOR FRANKL ha afirmado de todas las situaciones límites27. Especialmente allí, la verdadera
personalidad muestra todo lo que es. Mientras la vida regala alegría y reconocimientos, todos
podemos ser grandes y triunfadores, omnipotentes y seguros, pero cuando el DOLOR y la
ENFERMEDAD nos quitan todo lo que somos y tenemos, y nos deja desnudos, solos, alejados de
los demás, encerrados en una cama y una habitación (o en un sector de terapia), atados a las
cadenas de los cables y las conexiones de los enfermos, apartados del trabajo, de las ocupaciones,
de los amigos, de nuestra casa y de nuestras cosas, allí es donde se juega – en el plano NOOETICO
y espiritual – lo que en definitiva cada uno es. Un enfermo tiene mucho de los caracteres de un

26
FERRER CHRISTIAN (2003-2004), La curva pornográfica. El sufrimiento sin sentido y la tecnología. Revista
ARTEFACTO. N° 5. Vencer el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, implica tratar de regresar a la creación
original, a la negación de la muerte. RAY KURZWEIL es el director de ingeniería de Google, ha recibido 10
doctorados honoris causa, inventó el escáner de cama plana y el primer sintetizador de voz, y posee otras
varias docenas de patentes. KURZWEIL dedica su vida a reflexionar sobre la tecnología, y hace algunos años
concluyó que en 2019 los ordenadores podrán hacer lo mismo que los seres humanos, solo que mejor. Tiene
67 años, pero es tan ágil y tiene tanta energía como si tuviese 35. Cada día toma 150 pastillas entre
vitaminas, minerales y enzimas, y se inyecta dudosos complementos dietéticos. Su meta es resistir hasta que
la tecnología esté en condiciones de prolongar la vida humana. No le cabe duda de que ese momento no
está lejos. Al fin y al cabo, GOOGLE y otra docena de empresas ya están trabajando a toda máquina para
detener el envejecimiento y derrotar al cáncer.
27
El clásico texto de VF: HBS: “Con una rapidez impensable, la gente se fue desnudando. Según pasaba el
tiempo, cada vez se ponían más nerviosos y tiraban torpemente de su ropa interior, sin acertar con los
cinturones ni con los cordones de los zapatos. A continuación nos empujaron a otra habitación para
afeitarnos: no se conformaron solamente con rasurar nuestras cabezas, sino que no dejaron ni un solo pelo
en nuestros cuerpos. Seguidamente pasamos a las duchas, donde nos volvieron a alinear. Mientras
esperábamos a ducharnos, nuestra desnudez se nos hizo patente: nada teníamos ya salvo nuestros cuerpos;
literalmente hablando, lo único que poseíamos era nuestra existencia desnuda. ¿Qué otra cosa nos quedaba
que pudiera ser un nexo material con nuestra existencia anterior? Por lo que a mí se refiere, tenía mis gafas y
mi cinturón, que posteriormente hube de cambiar por un pedazo de pan. (…). Supimos que nada teníamos
que perder como no fueran nuestras vidas tan ridículamente desnudas.”
METAHUMANITAS - CORDOBA 28
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prisionero, porque es alguien que no resuelve nada, no puede decidir ni hacer nada con su cuerpo
y en su cuerpo, depende de las órdenes y de las atenciones de los otros… pero precisamente allí,
en ese lugar y en ese momento, hay una dimensión que es todo poder, el poder del espíritu que le
encuentra sentido, que le pone sentido a todo eso que está sucediendo en sí mismo y a su
alrededor. Y sobre esto no debemos pensar en lo que viven los demás (porque eso nos resulta
sencillo y hasta objetivo, porque alguna vez hemos visto, sentido o escuchado a alguien en esta
situación), sino en nosotros mismos, en primera persona, porque es muy posible – aunque no
necesario – que vivamos esta situación. Y es bueno pensarlo cuando el mundo nos sonríe, la
sociedad nos reconoce, y el bienestar nos saluda, para que no saquemos de nuestro horizonte esa
posibilidad última en la que podemos estar, aunque no tengamos fecha, lugar, hora.

 AMAR AL QUE SUFRE, COM-PADECER es una forma de anticipar el amor que necesitaremos de
los otros. “El amor constituye la única manera de aprehender a otro ser humano en lo más
profundo de su personalidad. Nadie puede ser totalmente conocedor de la esencia de otro ser
humano si no le ama. “Por el acto espiritual del amor se es capaz de ver los trazos ym rasgos
esenciales en la persona amada; y lo que es más, ver también sus potencias: lo que todavía no se
ha revelado, lo que ha de mostrarse. Todavía más, mediante su amor, la persona que ama
posibilita al amado a que manifieste sus potencias. Al hacerle consciente de lo que puede ser y de
lo que puede llegar a ser, logra que esas potencias se conviertan en realidad.” (VF: HBS)

 Esta resolución profundamente humana de la situación de DOLOR o SUFRIMIENTO es la mejor


respuesta a los modelos vigentes de eliminación del dolor o de las formas tecnológicas o químicas
de eliminarlos, detrás de concepciones médicas muy especial. Es lo que denuncia IVAN ILLICH:

“Mientras la cultura reconoce el dolor como un "disvalor" intrínseco, íntimo e


incomunicable, la civilización médica considera primordialmente al dolor como una reacción
sistémica que puede ser verificada, medida y regulada. Sólo el dolor percibido por una
tercera persona desde cierta distancia constituye un diagnóstico que requiere un
tratamiento específico. Esta objetivización y cuantificación del dolor llega tan lejos que los
tratados médicos hablan de enfermedades, operaciones o condiciones dolorosas aun en
casos en que los pacientes afirman no tener conciencia alguna del dolor. El dolor requiere
métodos de control por el médico más que una actitud que podría ayudar a la persona que
lo sufre a tomar bajo su responsabilidad su experiencia. La profesión médica juzga cuáles
dolores son auténticos, cuáles tienen una base física y cuáles una base psíquica, cuáles son
imaginarios y cuáles son simulados. La sociedad reconoce y aprueba este juicio profesional.
La compasión pasa a ser una virtud anticuada. La persona que sufre un dolor cuenta cada
vez con menos contexto social que pueda darle significación a la experiencia que a menudo
lo abruma”.28

 Hay un juego de significados en este AYUDAR AL OTRO y PENSAR EN NOSOTROS, porque es


propio de la misma naturaleza humana: los otros somos nosotros, el otro que hoy sufre (familiar,
amigo, conocido, extraño, próximo, paciente) soy yo mismo que sufriré mañana. Y el sentido que
predique para el otro es el que debo encontrar yo, en similares situaciones. Somos lo que
hacemos por los otros y somos lo que hacemos nosotros en situaciones límites como el

28
Curiosamente IVAN ILLICH, nacido en 1926 y muerto en 2002, también es AUSTRIACO, aunque la mayoría
del tiempo de producción de su pensamiento contestatario (anti-institucional) la desarrolló en CUERNAVACA
(MÉXICO) Fue sacerdote hasta 1960, fecha en que pidió autorización para dejar de serlo.
METAHUMANITAS - CORDOBA 29
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sufrimiento. Y VIKTOR FRANKL lo expresa de una manera magistral, cuando trabaja el eje del
SENTIDO y el SUFRIMIENTO:

“No sólo podemos encontrar el sentido, por decirlo así, en el trabajo y en el amor, sino
también cuando somos víctimas impotentes de una situación desesperada, una
situación que no podemos cambiar, en la que sólo podemos modificar nuestra propia
actitud, cambiándonos a nosotros mismos, madurando, creciendo, trascendiéndonos y
dando así testimonio de la facultad más humana del hombre: la de transmutar una
tragedia personal en triunfo. Merced a esta posibilidad —la posibilidad de encontrar un
sentido en el sufrimiento—, el sentido potencial de la vida es incondicional: la vida tiene
sentido, potencialmente, bajo todas las condiciones y en todas las circunstancias, aun
las más adversas. (…) ¿Quiere esto decir que el sufrimiento es necesario para encontrar
el sentido? Eso sería un grave malentendido. Yo no afirmo en modo alguno que el
sufrimiento sea necesario; lo que digo es que el sentido es posible a pesar del
sufrimiento, por no decir mediante el sufrimiento, en el supuesto de que el sufrimiento
sea necesario, es decir, cuando la causa del sufrimiento no puede eliminarse o evitarse
por ser una causa biológica, psicológica o sociológica; si el carcinoma es operable, el
paciente será operado; si un paciente con neurosis se presenta en nuestra consulta,
haremos lo posible por liberarle; y si es la sociedad la que está enferma,
emprenderemos una acción política en la medida de lo posible. Lo primero de todo es
eliminar o evitar la causa del sufrimiento; poder volver a la actividad tiene la primacía.
Sólo en el caso de que nada se pueda «hacer», al menos provisionalmente, el
sufrimiento adquiere una posibilidad de sentido. Pero esa posibilidad es la suprema. No
le compete la prioridad, pero sí la superioridad. Y también esta diferencia de categoría
en la escala de valores se puede verificar empíricamente.” (VF: HD)

06. OTROS APORTES Y REFLEXIONES

6.1. Toda enfermedad, toda situación de sufrimiento o de dolor ES UNA CRISIS y provoca, a su
vez, una crisis de sentido. Las crisis son peligro y oportunidad, aunque este peligro y esta
oportunidad no están al mismo nivel. La oportunidad se sitúa por encima del peligro. La
oportunidad es lo verdadero, lo esencial, hacia lo cual se orienta la crisis... Quien reconoce la
oportunidad, también capta el peligro al que escapa al no optar por ella. Quien reconoce el peligro
no por ello habrá captado la oportunidad de escapar de él. "Cuando un hombre descubre que su
destino es sufrir, ha de aceptar dicho sufrimiento, pues esa es su sola y única tarea. Ha de
reconocer el hecho de que, incluso sufriendo, él es único y está solo en el universo. Nadie puede
redimirle de su sufrimiento ni sufrir en su lugar. Su única oportunidad reside en la actitud que
adopte al soportar su carga" La crisis puede llegar a destruir, fragmentar, desestructurar, enajenar
a la persona, o, puede enaltecerlo, erguirlo y transformarlo. En una última instancia, una crisis bien
asumida puede ayudar a madurar al crecimiento de la persona en sus distintos estadios de vida. Es
una “oportunidad” o “una pregunta desafiante” que la vida misma nos hace y espera una
respuesta auténticamente humana, es decir, una actitud trascendente.

6.2. LA LOGOTERAPIA no solo investiga la psiquis del ser humano, sino que también al logos, que
en forma continua penetra y circunda la vida humana. En esto se revela que no existe situación de
METAHUMANITAS - CORDOBA 30
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vida alguna sin sentido, ni siquiera la más difícil y desgraciada. De toda situación se puede rescatar
un “capital de sentido”, a toda experiencia dolorosa hay una posible respuesta de sentido. Así
como el lamento, el grito o el llanto pueden ser el inicio para revelaciones existenciales, así
también una enfermedad puede ser el inicio para corregir posturas internas, que, al haberse
puesto rígidas no permiten una vida plena, aunque el mismo VIKTOR FRANKL mencione que la
enfermedad no es una condición necesaria para despertar el sentido de la existencia. Pero es una
situación muy rica para poder reconocer, recuperar o instalar el sentido y toda la fuerza de nuestra
personalidad. “La búsqueda del sentido nos es dado de alguna forma y en algún momento, y
probablemente no exista persona para quien ese encuentro no haya estado ya preparado, cuando
vio por primera vez la luz del mundo.” (VF) De todos modos hay que admitir que el sentido de un
sufrimiento nunca es manifiesto; en todo caso lo es con posterioridad al momento en que se
produce. Sin embargo, un sufrimiento podría tener un sentido que se escapara de cualquier
entendimiento humano y, por lo tanto, pueda vivirse en una incertidumbre ante algo que no se
puede llegar a comprender.

6.3. NO HAY ENFERMEDADES, SINO ENFERMOS. No existe el dolor o el sufrimiento, sino gente que
los padece. Y cada uno vive dolores, sufrimientos y enfermedades similares como experiencias
únicas. La individualidad humana en virtud de la cual las desviaciones de la norma no tienen por
qué ser indicadores patológicos, sino formas personales de un proyecto de vida, que más bien son
la expresión de lo que ha quedado intacto en la persona. Las desviaciones de la norma solo son
«sintomáticas» en lo psicofísico, es decir, para una enfermedad. En cambio, en lo espiritual halla
su forma esa parte peculiar de cada persona que no se puede calibrar. Las vidas de personas con
idénticas predisposiciones genéticas y sometidas a condiciones ambientales muy parecidas
pueden tomar caminos completamente distintos. Todo está en cada uno de nosotros y nosotros
somos lo que sabemos construir de nosotros mismos. En consecuencia: la libertad espiritual del
ser humano conlleva el comprender la posibilidad de la persona de apartarse un poco de sí misma
(auto-distanciamiento), de sus tendencias, condicionamientos y predisposiciones de carácter. El
objetivo principal de la logoterapia consiste en fortalecer y ampliar el área «íntegra» del paciente y
atraer las fuerzas allí reunidas hacia un trato correcto con la parte enferma.

6.4. El ENFERMO siempre es alguien que TIENE LA PALABRA. Para ello, será fundamental el dialogo
entre el médico o el terapeuta y paciente, al modo de como nutriente esencial en la búsqueda de
sentido. Se concibe el dialogar como algo más que tomar la palabra por turnos. El dialogo es un
intercambio de ideas que se va intrincando en torno a lo que dice el paciente, con el empeño de
ambas partes de entender de manera consensuada una parte de verdad. En la logoterapia, los
profesionales cumplen una «función catalizadora» mediante la cual el paciente entiende mejor las
posibilidades de sentido que el mundo pone a su disposición. Para conseguirlo, aportan ideas,
reflexionan con el paciente sobre las consecuencias y no solo presta su oído, sino se asocia a sus
padecimientos. Preguntamos: ¿QUÉ OFRECE LA LOGOTERAPIA? La respuesta es la siguiente: un
llamado a la conciencia personal del enfermo. Si retomamos la definición del concepto de logos en
la Logoterapia, se puede considerar que el sentido, es una potencia trans-subjetiva, que se nos
revela en forma flexible de persona a persona y de situación a situación, pero que siempre está
presente y que siempre es posible de clasificar a través del lenguaje intuitivo de la conciencia,
expresada incluso en forma teológica, estableciendo relaciones con la trascendencia y con Dios.

6.5. CONTAR EL DOLOR: Es curiosa la relación que hay entre la enfermedades, el sufrimiento, el
dolor y la palabra: (1) los padecimientos psíquicos EXIGEN QUE UNO HABLE, que se exprese, que
ponga en palabras lo que siente y ve, que haga aflorar lo que le sucede o lo que creer que le pasa,
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que le ponga nombre a todo lo que bulle en su interior, porque solamente así, se puede encontrar
una salida. (2) Los padecimientos espirituales, la pérdida de sentido existencial VAN EN
BÚSQUEDA DE PALABRAS, de palabras que restauren la comunicación con el sentido. Pero (3) el
sufrimiento en el cuerpo tiene diversas reacciones: hay algunos que padecen en silencio, sin
hablar, sin decir; pero hay otros que gozan en hablar de sus sufrimientos, comentar sus
enfermedades, exhibir sus dolores. Sufrir y contar el dolor parece ser una condición de vida y un
pasaporte de identidad, ya que se presentan cada día o cada momento hablando de los que les
pasa, dando detalles del malestar, relatos pormenorizados de las operaciones, los tratamientos, el
mal que los aquejas. Sin esa queja constante pareciera que hay una doble amenaza ontológica:
que los dolores dejen de existir y, sin ellos, que el propio sujeto desaparezca. Reformulan el
principio cartesiano: “Sufro y te lo comunico: luego existo”. Para seguir existiendo, necesitan
liberarse de lo que tienen y de repartirlo entre los diversos interlocutores. Y terminan siendo lo
que hablan y sufriendo lo que cada día comparten con todos. 29

6.6. LOS DIVERSOS MOMENTOS DE UNA CRISIS. LAS ETAPAS DEL DOLOR Y LA ENFERMEDAD.

LA PERSONA SE Cuando se ha entrado en una crisis, la persona se siente aturdida y en


DESESTRUCTURA un estado de irrealidad. Todo lo que era claro, seguro, firme en su vida;
se vuelve gris y algo borroso. Se siente abatido o impactado, vagando
aturdido, en un mundo irreal ¡habiendo olvidado el sentido de su vida!
Pierde el encanto o la magia por la vida misma. En esta primera etapa
es difícil hacer planes o concentrarse por largo tiempo. No se puede
pensar con claridad ni mantener las cosas en perspectiva. A veces se
despierta en uno, un sentimiento de pánico o incluso de terror. Siente
que su energía se consume rápidamente.

LA NEGACIÓN En este punto se puede pretender que todo siga igual. Reducen al
mínimo el impacto real del cambio, por lo menos a los ojos del mundo
exterior. Se quiere negar que se haya suscitado algún cambio, mientras
invierte gran cantidad de energía en aparentar estar bien. Existe una
creciente sensación de pérdida o de que algo ha finalizado. Lo mismo
que en la etapa uno, pueden haber algunos cambios sutiles de
personalidad. Esta etapa proporciona la oportunidad de protegerse, de
las consecuencias completas del cambio. Se activa una especie de
mecanismo de defensa que sirve para reunir la fuerza necesaria para
enfrentarse a la crisis. La mente busca protegerse en un primer
momento, para luego retomar el camino del sentido de su vida.

LA CONCIENCIA Esta etapa usualmente se describe como la más difícil y la más


dolorosa. Aquí se empieza a preguntar ¿cuál es el significado preciso de
la vida o de la crisis? Es un momento de desahogo, de catarsis o
simplemente de asumir la propia existencia, teniendo en cuenta la

29
Y tan acostumbrados nos tienen, que cuando no dicen nada al respecto, somos nosotros los que
queremos resolver una duda gnoseológica-ontológica: ¿qué te pasa hoy que no te duele nada? ¿realmente
te sentís bien? Creo que hay una claudicación moral en esta queja permanente, porque el dolor exige cierta
ascesis, tolerancia, capacidad de espera. Y porque es parte del sentido que así obremos.
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vulnerabilidad que tenemos todos los seres humanos. Se puede


enfrentar una creciente depresión e impotencia y sentir que tiene poco
o ningún control sobre la situación. También son probables repentinas
explosiones de ira y sentimientos de tensión, así como momentos de
tristeza o dolor intensos al reconocer lo que está perdiendo. Se
empieza a aceptar que las cosas ya no son como eran antes; se empieza
a “lamer la propia herida” porque la voz de la propia conciencia
empieza a carcomer aquellos valores más hondos que sostenía la propia
existencia, minando su propia voluntad y gana de seguir viviendo. Ya no
hay lugar donde esconderse y empieza a querer asumir ese lado oscuro
de sí mismo.

EL PÉNDULO Lastimosamente, las personas tienden a dedicar mucho tiempo a


pensar en el pasado; porque una vez que se empieza a aceptar la
pérdida, es probable que se sienta listo para iniciar a ver hacia el futuro.
Aunque al principio puede ser difícil dejar ir el pasado. En esta etapa se
empieza a experimentar un nuevo sentimiento de optimismo, conforme
se invierta energía en la creación del futuro. Para la mayoría de la
gente esta etapa constituye la primera ocasión en que el sol brilla
después de la tormenta. Al tomar la decisión de enfrentar el futuro y
los hechos, se siente una creciente estimulación, a pesar del continuo
sentimiento de fragilidad. Es un período de “péndulo”, durante el cual
un minuto puede sentir que va hacia arriba, y, al siguiente cae hacia un
pozo.

BÚSQUEDA DEL Después de las etapas de confusión e incertidumbre llega un creciente


SENTIDO deseo de orden y un sentido de estabilidad. Ahora es probable que se
desee mirar hacia atrás y revisar lo que ha sucedido a lo largo de todo el
proceso de transición. “No existe un problema que no tenga un regalo
para ti en las manos”. Esta es una etapa para detenerse, bajar de la
montaña rusa de la emoción y lograr una comprensión profunda, quizás
en un nivel más espiritual, del sentido exacto del cambio y las
experiencias. Es también el momento de obtener nuevas perspectivas
respecto a si mismo, del papel que se desempeña y de la naturaleza
misma de ser hombre. En esta etapa se necesita disminuir el paso,
observar dónde se estuvo, donde se encuentra en ese momento y hacia
dónde desea ir.

INTEGRACIÓN DEL En esta etapa se aprende a ver que todo lo que se ha vivido tiene un
SENTIDO sentido, y se le da la importancia al permitirle estar donde se encuentra
HALLADO ahora. El término integración se refiere al momento de aceptar por
completo todo lo ocurrido y avanzar hacia el futuro. Es una etapa
crucial para el proceso general de transición, pues proporciona la
oportunidad de integrar todo y completar este pasaje. El integrar la
experiencia de aprendizaje le fortalecerá, le hará más consciente y le
preparará para vivir plenamente cada momento. Aquí ya no se tiene la
sensación de que luchas con diferentes partes de sí mismo al reconocer
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que cada momento valió la pena, aun cuando algunas veces no lo haya
percibido así.

6.7. UNA ENFERMEDAD no es solamente un problema bio-químico, una alteración de la biología o


un trauma psíquico, sino una experiencia que conmueve al ser humano en su totalidad de ser en el
mundo, y provocar verdaderas revoluciones interiores. El término RESILIENCIA proviene en su
origen de un concepto que ha sido usado por la ingeniería (capacidad de un material para alcanzar
su forma inicial después de soportar una presión que lo deforme) y luego ha sido trasladado a
muchas disciplinas.30 Al hablar de RESILIENCIA humana, se afirma que es la capacidad de una
persona o de un sistema social de vivir en forma saludable y desarrollarse humanamente, A PESAR
de las difíciles condiciones de la vida y más aún de salir fortalecidos y ser renovados por ellas. La
RESILIENCIA humana es muy importante en su camino hacia el sentido, ya que cobra importancia
en la capacidad de afrontar el sufrimiento, reconstruirse y no perder la capacidad de amar, de
luchar, de resistir, buscar, no es una destreza que hay que dominar, sino una realidad que hay que
descubrir, que hay que desplegar. Una enfermedad que se supera o con la que se convive, un
dolor profundo, un sufrimiento permanente con el que se logra unan vida digna es una verdadera
escuela, porque potencia a quien supo vivir y sobre-vivir a los acontecimientos vividos.

07. FINAL A TODO VIKTOR FRANKL


Ya hemos utilizado los textos de VIKTOR FRANKL, la LOGOTERAPIA y el ANALISIS EXISTENCIAL en el
desarrollo precedente, pero nos parece valioso seleccionar algunas ideas y pensamiento del libro
EL HOMBRE DOLIENTE que forma parte de una recopilación (1975) de varios textos que en su
momento el autor reunió porque estaban agotados, y que publicó en los EEUU. = EL HOMBRE
DOLIENTE: FUNDAMENTOS ANTROPOLOGICOS DE LA PSICOTERAPIA (HERDER)

(01) “El análisis existencial o la logoterapia no se ocupa de lo que el hombre «puede» o le está
«permitido» hacer, ni de lo que «no puede menos de» hacer, sino de lo que «debe» hacer. Para

30
La RESILIENCIA, EN PSICOLOGÍA, capacidad de las personas de sobreponerse a períodos de dolor
emocional y situaciones adversas. EN SOCIOLOGÍA, capacidad que tienen los grupos sociales para
sobreponerse a los resultados adversos, reconstruyendo sus vínculos internos, a fin de hacer prevalecer su
homeostasis colectiva de modo tal que no fracasen en su propia sinergia. EN ECOLOGÍA, capacidad de las
comunidades y ecosistemas de absorber perturbaciones sin alterar significativamente sus características de
estructura y funcionalidad, pudiendo regresar a su estado original una vez que la perturbación ha cesado. En
SISTEMAS TECNOLÓGICOS, capacidad de un sistema de soportar y recuperarse ante desastres y
perturbaciones. En LA CULTURA EMPRENDEDORA, capacidad que tiene el emprendedor para confrontar
situaciones que compliquen la generación y desarrollo de su plan de negocios o su proyecto a emprender,
generando sinergia con sus socios o colaboradores para salir airoso y con determinación de ella; basado en
la previsión del riesgo. EN DERECHO, capacidad de las personas, dentro del marco general de los derechos
humanos, de recuperar su estado original de libertad, igualdad, inocencia, etc. después de haber sido
sometidas a las acciones de fuerza del Estado. O bien de un ciudadano de rearmar su vida después de haber
sido condenado y purgar su pena en los institutos penitenciarios. EN URBANISMO, es la capacidad de la
ciudad para resistir una amenaza, también absorber, adaptarse y recuperarse de sus efectos de manera
oportuna y eficiente, incluye la preservación y restauración de sus estructuras y funciones básicas.
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poder introducir esta categoría del deber, del valor, del sentido, en la psicoterapia, es preciso
superar el nihilismo —que subyace siempre en el fisiologismo, psicologismo y sociologismo. La
negación nihilista del sentido debe dejar paso al intento de una interpretación del sentido. Pero
interpretar el sentido no equivale a dar sentido: el hombre que intenta interpretar el sentido del
ser no trata de insuflar cualquier sentido al ser, sino de encontrar «el» sentido.” (VF:HD: 117)

(02) “En efecto, a cada existencia humana corresponde una única esencia: la suya propia; cada
existencia humana es exclusiva de su esencia. El hombre logra, hasta cierto punto, no sólo la
superación, sino nada menos que la inversión del principio de individuación. Esto nos hace evocar
al actor que con su única existencia «representa», da vida y encarna una serie de «caracteres», de
«personajes». Según esto, si el sentido de la vida consiste en que el hombre realice su esencia, se
comprende que el sentido de la existencia sólo pueda ser un sentido concreto; se refiere siempre a
la persona individual y a la situación concreta (ya que no sólo corresponde a cada persona
individual, sino a cada situación personal). La cuestión del sentido de la vida, por tanto, sólo se
puede plantear en forma concreta, y sólo se puede contestar de modo activo: contestar a las
«preguntas de la vida» significa «responsabilizarse», «efectuar» las respuestas.” (VF:HD: 118)

(03) “Si es posible preguntar por el sentido, hay que preguntar por el sentido de una persona
concreta y de una situación concreta. Si la cuestión del sentido se dirige a la totalidad, pierde
sentido. Si se formula la pregunta de modo concreto, se plantea ad hoc, es decir, se pregunta por
un sentido relativo, si bien no en la línea de un relativismo, sino en un sentido particular. La
contestación a la pregunta por el sentido absoluto escapa a las posibilidades del ser humano. El
hombre no sólo es incapaz de conocer el sentido absoluto, sino que tampoco bajo ningún otro
aspecto está en condiciones de conocer lo absoluto. El hombre puede alcanzar un conocimiento
absoluto; pero no posee un conocimiento de lo absoluto. El hombre puede tener un conocimiento
objetivo; pero no puede tener un conocimiento objetivo del sujeto, de sí mismo; el sujeto es
trascendente a sí mismo. Si es verdad lo que afirmó la filosofía antigua: que el filosofar comienza
con el asombro, el auténtico milagro que encuentra el filósofo es el misterio, el protofenómeno de
su propia existencia. Como filósofo, yo me asombro de ser, de ser yo.” (VF:HD: 118)

(04) “La pregunta por el sentido fracasa tan pronto como se aplica a la totalidad. La totalidad, en
efecto, es inabarcable, y por eso su sentido rebasa necesariamente nuestra capacidad de
comprensión. El sentido del todo es inefable, inasequible, incluso en la línea de un concepto
límite, por lo que cabe afirmar que el todo carece de sentido, porque tiene un supersentido. Pero
el «supersentido» nada tiene que ver con lo «suprasensible», y significa aquí «suprarracional». No
es posible concebir el supersentido; es preciso creer en él. Lo suprarracional sólo puede ser objeto
de fe, como todo lo extrasensible, como todo lo que no es sensible, pero que no por ello es menos
inmediato. El sentido del todo, el supersentido, es indemostrable; su demostración es imposible, a
menos que nos limitemos a una demostración de probabilidad, declarando: la mayor parte de las
realidades tienen sentido, un sentido concreto; por eso la creencia de que todo tiene sentido es
probablemente racional. (…)No es cierto, pues, lo que suele afirmarse: que el sentido de nuestra
vida consiste en asumir la falta de sentido de este mundo y que el sentido de la existencia consiste
en afrontar el «absurdo» del ser; en realidad, la inabarcabilidad del todo, la inmensidad de la
plenitud de sentido de este todo, la indemostrabilidad del supersentido, el asumir todo esto forma
parte de nuestra existencia. En esta perspectiva no es sólo, como dijimos, que la fe en este
supersentido «tenga» sentido, sino que podemos afirmar que la fe en un supersentido es sentido.”
(VF:HD: 119)
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(05) Cumplimos el sentido de la existencia —llenamos de sentido nuestra existencia—realizando


los valores. Esta realización de valores puede producirse por TRES VÍAS: la primera posibilidad de
realizar valores consiste en CREAR ALGO, en configurar un mundo; la segunda posibilidad consiste
en VIVIR ALGO, ASUMIR EL MUNDO, asimilar la belleza o la verdad del ser; la tercera posibilidad de
realización de valores consiste en PADECER, en el SUFRIMIENTO DEL SER, del DESTINO. La
realización de valores en el sufrimiento del mundo y del destino muestra a las claras que la no
realización de valores «creativos» y de «valores vivenciales» ofrece la posibilidad de realizar otros
valores adoptando la actitud correcta ante esa limitación de posibilidades: los «valores
actitudinales». De ese modo la renuncia forzosa supone un acicate para las máximas posibilidades
de sentido y de valor: las que sólo se contienen en el SUFRIMIENTO. (VF:HD: 120)

(06) Para realizar valores actitudinales, necesito, además de la capacidad creadora y la capacidad
vivencial, la CAPACIDAD DE SUFRIMIENTO. Pero el hombre no «posee» esta capacidad; nadie se la
puso en la cuna; se poseen órganos y se puede poseer talento, pero la capacidad de sufrimiento
debe adquirirla el hombre por sí mismo; tiene que padecerla primero para sí. Si yo contase ya con
una capacidad de sufrimiento, si éste fuera un rasgo caracterológico, y como tal, innato y no
adquirido, sería en realidad apatía, algo que no permite que aflore el sufrimiento. La apatía es la
incapacidad de sufrir. La apatía excluye la posibilidad de realizar valores actitudinales mediante el
sufrimiento y en el sufrimiento. (…) Necesitamos la previa adquisición de la capacidad de
sufrimiento. Este dominio interno resulta ser, en definitiva, una configuración: la
autoconfiguración. Porque la adquisición de la capacidad de sufrimiento es un acto de
autoconfiguración. (VF: HD: 121)

(07) “El hombre «se» decide; como ser decisivo que es, el hombre no se limita a decidir algo,
sino que se decide a sí mismo. Toda decisión es autodecisión, y la autodecisión es
autoconfiguración. Mientras configuro el destino, configuro la persona que soy, el carácter que
tengo, y «se» configura la personalidad que llego a ser. La realización de VALORES ACTITUDINALES,
si ha de constituir una obra humana, presupone el sufrimiento y la capacidad de sufrir. Pero la
realización de valores, el obrar humano, presupone también una decisión previa. Se suele creer
que esta decisión, además de voluntaria debe ser consciente. Yo sostengo, en cambio, que
también hay decisiones inconscientes, al menos en el sentido de que se ejecutan sin un acto
reflexivo: algo que se vuelve obvio y necesario (por ejemplo ayudar a alguien) aunque nada sea
realmente obvio.” (VF:HD: 122)

(08) “Cualquier ser humano conoce instintivamente el posible sentido del sufrimiento y, en
consecuencia, el valor de la capacidad de sufrimiento, conoce la capacidad de sufrimiento como
valor. (…) El sufrimiento puede ser una obra rentable. Pero el sufrimiento —el auténtico— no es
sólo una obra, sino un incremento. Cuando asumo un sufrimiento, cuando lo hago mío, crezco,
siento un incremento de fuerza: hay una especie de metabolismo. La esencia del metabolismo
consiste en una transformación de sustancias, material bruto, en fuerza. En el plano humano se
trata de la transformación de ese material bruto que es el destino: el doliente ya no puede
configurar el destino externamente, pero el sufrimiento le capacita para dominar el destino desde
dentro, transportándolo del plano de lo fáctico al plano existencial. En el caso de nuestro paciente:
yo padezco esta enfermedad me es «dada». Y esta enfermedad me es dada como una tarea: me
encuentro con la responsabilidad de lo que voy a hacer con ella. Transportando el hecho, a un
plano superior, me coloco a mí mismo, coloco mi existencia en un grado superior. Eso se llama
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crecer. (…) Sufrir significa obrar y significa crecer. Pero significa también madurar. En efecto, el ser
humano que se supera, madura hacia su mismidad. Sí, el verdadero resultado del sufrimiento es
un proceso de maduración. Pero la maduración se basa en que el ser humano alcanza la libertad
interior, a pesar de la dependencia exterior. (…)El hombre, asomado al abismo, mira la
profundidad, y en el hondo del abismo descubre la estructura trágica de la existencia. Lo que se le
revela es que el ser humano es, en el fondo y en definitiva, pasión; que la esencia del hombre es
ser doliente: homo patiens (no el homo faber o el homo sapiens o el zoon politikon). ” (VF:HD: 124)

(09) “Para poder afrontar el sufrimiento, debo trascenderlo. Con otras palabras: yo sólo puedo
afrontar el sufrimiento, sólo puedo sufrir con sentido, si sufro por un algo o un alguien. De modo
que el sufrimiento, para tener sentido, no puede ser un fin en sí mismo. La disposición al
sufrimiento, la disposición al sacrificio, puede degenerar en masoquismo. El sufrimiento sólo tiene
sentido cuando se padece «por causa de». Al aceptarlo, no sólo lo afrontamos, sino que a través
del sufrimiento buscamos algo que no se identifica con él: trascendemos el sufrimiento. El
sufrimiento dotado de sentido apunta siempre más allá de sí mismo. El sufrimiento dotado de
sentido remite a una «causa» por la que padecemos. En suma: el sufrimiento con plenitud de
sentido es el sacrificio”. (VF:HP: 125)

(10) “Frente al sufrimiento del enfermo, del paciente, volvamos al doble imperativo: el médico
debe ayudar en la medida de lo posible y mitigar el dolor si es necesario. Ayudar y curar la
enfermedad: el médico que no hace esto, no procede médicamente. Si es necesario, aliviar y
eliminar el dolor; el que no haga esto procede inhumanamente. Pero hemos visto también que no
es justo suprimir los dolores «a cualquier precio», impedir la libertad de sufrir. (…) Nunca podemos
dispensarnos de esta ponderación de motivos. En cualquier terapéutica, incluida la
medicamentosa, hay que calibrar los efectos secundarios, además del hecho terapéutico. Todo
medicamento tiene efectos tóxicos. La diferencia entre la dosis terapéutica y la dosis tóxica es sólo
de grado; pero, en principio, cualquier dosis es en cierto sentido tóxica. El hecho de que esta
toxicidad, en caso de indicación, sea mínima y por ello despreciable, no altera esa verdad. (…) Si
examinamos el doble precepto médico: «ayudar en lo posible, mitigar el dolor cuando es
necesario», vemos que el segundo entraña siempre un riesgo: el nesgo de acortar la vida de un
enfermo, quizá en algunas horas. Pero siempre es un cargo de conciencia para el médico el decidir
cuándo ha llegado esa hora, ese momento en que el primer precepto cede el paso al segundo.
Suele ocurrir que la posibilidad de ayudar disminuye en la medida en que la necesidad de mitigar
el dolor aumenta. (…) El médico no puede conocer con certeza el punto de intersección de las dos
curvas: la posibilidad de ayudar y la necesidad de mitigar el dolor, el tránsito de la una a la otra. No
hay ley ni regla que pueda orientarle. Se ve obligado a individualizar y a improvisar. Ninguna ley
podría descargarle de estas opciones. Él mismo debe afrontarlas según su leal saber y entender.”
(VF:HP: 129)

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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FERRER C. (2004), La curva pornográfica. El sufrimiento sin sentido y la tecnología. Artefacto.
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LEHMANN, O. (2014). Acompañar la finitud. Buenos Aires: San Pablo
MAINETTI J.S. (1992), Transformación de la medicina. Editorial Quirón. La Plata.
TRILLES CALVO (2004) : MERLEAU PONTY: El cuerpo vivido. Themata. Revista de Fiosofía
MORIN E. (1970), El hombre y la muerte. Kairos. Barcelona
RICOEUR P. (1989) LA VIDA: UN RELATO EN BUSCA DE NARRADOR. Docencia, Buenos Aires
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SIBILIA P. (2005), El hombre post – orgánico. Cuerpo. Subjetividad y Tecnologías. FCE.

ANEXO
FREUD: MALESTAR DE LA CULTURA

El BIENESTAR Y EL MALESTAR DE LA CULTURA se manifiestan de forma diversa. El bienestar se


disfruta, pero tiene menor intensidad, el malestar se padece y tiene mayor grado de percepción.
El bienestar es vago, difuso, casi imperceptible; el malestar goza en manifestarse, es proteico, va
mutando de formas, síntomas y manifestaciones, según las condiciones de época, según los
contextos. Principalmente en los tiempos que corren, el malestar de la cultura es un estado
social, casi una forma de existencia. El bienestar no es bien visto, no tiene buena prensa, no
provoca contagios ni admiraciones.

La ENFERMEDAD, el DOLOR, el SUFRIMIENTO con expresiones del MALESTAR, del MAL – ESTAR,
del “no estar bien”, del “no estar como desearíamos estar, como nos gusta estar”. Por eso –
principalmente en nuestra cultura – nos queremos sacar de encima el MAL-ESTAR: con remedios,
con químicos, con bebidas, con sucedáneos, con recetas mágicas de bienestar, con simulacros de
risa, sonrisas o alegría. El MALESTAR DE LA CULTURA involucra también todas las formas de
DOLOR, SUFRIMIENTO y ENFERMEDAD.

COMO EVITAR EL “Tal como nos ha sido impuesta, la vida nos resulta demasiado pesada,
DOLOR. nos depara excesivos sufrimientos, decepciones, empresas imposibles.
Para soportarla, no podemos pasarnos sin lenitivos («No se puede
prescindir de las muletas», nos ha dicho Theodor Fontane). Los hay quizá
de tres especies: (1) distracciones poderosas que nos hacen parecer
pequeña nuestra miseria; (2) satisfacciones sustitutivas que la reducen; (3)
narcóticos que nos tornan insensibles a ella. Alguno cualquiera de estos
remedios nos es indispensable. Voltaire alude a las distracciones cuando
en Gandide formula a manera de envío el consejo de cultivar nuestro
jardín; también la actividad científica es una diversión semejante. Las
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satisfacciones sustitutivas como nos la ofrece el arte son, frente a la


realidad, ilusiones, pero no por ello menos eficaces psíquicamente, gracias
al papel que la imaginación mantiene en la vida anímica. En cuanto a los
narcóticos, influyen sobre nuestros órganos y modifican su quimismo. No
es fácil indicar el lugar que en esta serie corresponde a la religión.
Tendremos que buscar, pues, un acceso más amplio al asunto.”

BUSCAR LA “¿Qué fines y propósitos de vida expresan los hombres en su propia


FELICIDAD conducta; qué esperan de la vida, qué pretenden alcanzar en ella? Es
difícil equivocar la respuesta: aspiran a la felicidad, quieren llegar a ser
felices, no quieren dejar de serlo. Esta aspiración tiene dos faces: un fin
positivo y otro negativo; por un lado, evitar el dolor y el displacer; por el
otro, experimentar intensas sensaciones placenteras. En sentido estricto,
el término «felicidad» sólo se aplica al segundo fin. De acuerdo con esta
dualidad del objetivo perseguido, la actividad humana se despliega en dos
sentidos, según trate de alcanzar -prevaleciente o exclusivamente- uno u
otro de aquellos fines.”

LO QUE NOS “Lo que en el sentido más estricto se llama felicidad, surge de la
PROVOCA satisfacción, casi siempre instantánea, de necesidades acumuladas que
SUFRIMIENTO han alcanzado elevada tensión, y de acuerdo con esta índole sólo puede
darse como fenómeno episódico. Toda persistencia de una situación
anhelada por el principio del placer sólo proporciona una sensación de
tibio bienestar, pues nuestra disposición no nos permite gozar
intensamente sino el contraste, pero sólo en muy escasa medida lo
estable. Así, nuestras facultades de felicidad están ya limitadas en
principio por nuestra propia constitución. En cambio, nos es mucho
menos difícil experimentar la desgracia. El sufrimiento nos amenaza por
tres lados: desde el propio cuerpo que, condenado a la decadencia y a la
aniquilación, ni siquiera puede prescindir de los signos de alarma que
representan el dolor y la angustia; del mundo exterior, capaz de
encarnizarse en nosotros con fuerzas destructoras omnipotentes e
implacables; por fin, de las relaciones con otros seres humanos. El
sufrimiento que emana de esta última fuente quizá nos sea más doloroso
que cualquier otro; tendemos a considerarlo como una adición más o
menos gratuita, pese a que bien podría ser un destino tan ineludible como
el sufrimiento de distinto origen.”

COMO EVITAR EL “No nos extrañe, pues, que bajo la presión de tales posibilidades de
SUFRIMIENTO sufrimiento, el hombre suele rebajar sus pretensiones de felicidad (como,
por otra parte, también el principio del placer se transforma, por
influencia del mundo exterior, en el más modesto principio de la realidad);
no nos asombra que el ser humano ya se estime feliz por el mero hecho
de haber escapado a la desgracia, de haber sobrevivido al sufrimiento;
que, en general, la finalidad de evitar el sufrimiento relegue a segundo
plano la de lograr el placer. La reflexión demuestra que las tentativas
destinadas a alcanzarlo pueden llevarnos por caminos muy distintos,
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recomendados todos por las múltiples escuelas de la sabiduría humana y


emprendidos alguna vez por el ser humano. En primer lugar, la
satisfacción ilimitada de todas las necesidades se nos impone como norma
de conducta más tentadora, pero significa preferir el placer a la prudencia,
y a poco de practicarla se hacen sentir sus consecuencias. Los otros
métodos, que persiguen ante todo la evitación del sufrimiento, se
diferencian según la fuente de displacer a que conceden máxima atención.
Existen entre ellos procedimientos extremos y moderados; algunos
unilaterales, y otros que atacan simultáneamente varios puntos. El
aislamiento voluntario, el alejamiento de los demás, es el método de
protección más inmediato contra el sufrimiento susceptible de originarse
en las relaciones humanas. Es claro que la felicidad alcanzable por tal
camino no puede ser sino la de la quietud. Contra el temible mundo
exterior sólo puede uno defenderse mediante una forma cualquiera del
alejamiento si pretende solucionar este problema únicamente para sí.
Existe, desde luego, otro camino mejor: pasar al ataque contra la
Naturaleza y someterla a la voluntad del hombre, como miembro de la
comunidad humana, empleando la técnica dirigida por la ciencia; así, se
trabaja con todos por el bienestar de todos. Pero los más interesantes
preventivos del sufrimiento son los que tratan de influir sobre nuestro
propio organismo, pues en última instancia todo sufrimiento no es más
que una sensación; sólo existe en tanto lo sentimos, y únicamente lo
sentimos en virtud de ciertas disposiciones de nuestro organismo.”

QUIMICOS “El más crudo, pero también el más efectivo de los métodos destinados a
producir tal modificación, es el químico: la intoxicación. No creo que nadie
haya comprendido su mecanismo, pero es evidente que existen ciertas
sustancias extrañas al organismo cuya presencia en la sangre o en los
tejidos nos proporciona directamente sensaciones placenteras,
modificando además las condiciones de nuestra sensibilidad de manera
tal que nos impiden percibir estímulos desagradables. Ambos efectos no
sólo son simultáneos, sino que también parecen estar íntimamente
vinculados. Pero en nuestro propio quimismo deben existir asimismo
sustancias que cumplen un fin análogo, pues conocemos por lo menos un
estado patológico -la manía- en el que se produce semejante conducta,
similar a la embriaguez, sin incorporación de droga alguna. También en
nuestra vida psíquica normal, la descarga del placer oscila entre la
facilitación y la coartación y paralelamente disminuye o aumenta la
receptividad para el displacer. Es muy lamentable que este cariz tóxico de
los procesos mentales se haya sustraído hasta ahora a la investigación
científica. Se atribuye tal carácter benéfico a la acción de los
estupefacientes en la lucha por la felicidad y en la prevención de la
miseria, que tanto los individuos como los pueblos les han reservado un
lugar permanente en su economía libidinal. No sólo se les debe el placer
inmediato, sino también una muy anhelada medida de independencia
frente al mundo exterior. Los hombres saben que con ese «quitapenas»
siempre podrán escapar al peso de la realidad, refugiándose en un mundo
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propio que ofrezca mejores condiciones para su sensibilidad. También se


sabe que es precisamente esta cualidad de los estupefacientes la que
entraña su peligro y su nocividad. En ciertas circunstancias aun llevan la
culpa de que se disipen estérilmente cuantiosas magnitudes de energía
que podrían ser aplicadas para mejorar la suerte humana.”

SUFRIMIENTO “En cuanto a las necesidades religiosas, considero irrefutable su


MALESTAR Y derivación del desamparo infantil y de la nostalgia por el padre que aquél
RELIGIO suscita, tanto más cuanto que este sentimiento no se mantiene
simplemente desde la infancia, sino que es reanimado sin cesar por la
angustia ante la omnipotencia del destino. Me sería imposible indicar
ninguna necesidad infantil tan poderosa como la del amparo paterno. Con
esto pasa a segundo plano el papel del «sentimiento oceánico», que
podría tender, por ejemplo, al restablecimiento del narcisismo ilimitado.
La génesis de la actitud religiosa puede ser trazada con toda claridad hasta
llegar al sentimiento de desamparo infantil. Es posible que aquélla oculte
aún otros elementos; pero por ahora se pierden en las tinieblas.
(…)
“MI estudio sobre El porvenir de una ilusión, lejos de estar dedicado
principalmente a las fuentes más profundas del sentido religioso, se
refería más bien a lo que el hombre común concibe como su religión, al
sistema de doctrinas y promisiones que, por un lado, le explican con
envidiable integridad los enigmas de este mundo, y por otro, le aseguran
que una solícita Providencia guardará su vida y recompensará en una
existencia ultraterrena las eventuales privaciones que sufra en ésta. El
hombre común no puede representarse esta Providencia sino bajo la
forma de un padre grandiosamente exaltado, pues sólo un padre
semejante sería capaz de comprender las necesidades de la criatura
humana, conmoverse ante sus ruegos, ser aplacado por las
manifestaciones de su arrepentimiento. Todo esto es a tal punto infantil,
tan incongruente con la realidad, que el más mínimo sentido humanitario
nos tornará dolorosa la idea de que la gran mayoría de los mortales jamás
podría elevarse por semejante concepción de la vida. Más humillante aún
es reconocer cuán numerosos son nuestros contemporáneos que,
obligados a reconocer la posición insostenible de esta religión, intentan,
no obstante, defenderla palmo a palmo en lastimosas acciones de
retirada. Uno se siente tentado a formar en las filas de los creyentes para
exhortar a no invocar en vano el nombre del Señor, a aquellos filósofos
que creen poder salvar al Dios de la religión reemplazándolo por un
principio impersonal, nebulosamente abstracto. Si algunas de las más
excelsas mentes de tiempos pasados hicieron otro tanto, ello no
constituye justificación suficiente, pues sabemos por qué se vieron
obligados a hacerlo.”

SONETO Y CUENTO PARA CERRAR


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ITALO CALVINO: LAS CIUDADES INVISIBLES: FINAL

—Tú que exploras en torno y ves los signos, sabrás decirme hacia cuál de los diversos futuros nos
impulsan los vientos propicios.

—Para llegar a esos puertos no sabría trazar la ruta en la carta ni fijar la fecha de llegada. A veces
me basta un escorzo abierto en mitad mismo de un paisaje incongruente, un aflorar de luces en la
niebla, el diálogo de dos transeúntes que se encuentran en medio del trajín, para pensar que
partiendo de allí juntaré pedazo a pedazo la ciudad perfecta, hecha de fragmentos mezclados con
el resto, de instantes separados por intervalos, de señales que uno manda y no sabe quién las
recibe. Si te digo que la ciudad a la cual tiende mi viaje es discontinua en el espacio y en el tiempo,
ya más rala, ya más densa, no has de creer que se puede dejar de buscarla. Quizá mientras
nosotros hablamos esta aflorando desparramada dentro de los confines de su imperio; puedo
rastrearla, pero de la manera que te he dicho.

El Gran Kan estaba hojeando ya en su atlas los mapas de las ciudades que amenazan en las
pesadillas y en las maldiciones: Enoch, Babilonia, Yahoo, Butua, Brave New World. Y dice:

—Todo es inútil si el último fondeadero no puede ser sino la entrada infernal, y allí en el fondo es
donde, en una espiral cada vez más estrecha, nos sorbe la corriente.
Y Polo:

—El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que
habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La
primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo
más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer
quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.

La vida, esta vida, puede ser una vida perfecta o un infierno. No depende de la salud o de la
enfermedad, del dolor o del bienestar, del funcionamiento armónico de todo lo que somos o del
malestar. Hay algo más profundo que nos hace disfrutar del paraíso o hundirnos en el infierno
dentro de nosotros mismos: el sentido o sinsentido de la propia existencia, el saber hacia dónde
nos dirigimos, qué buscamos, y qué decidimos hacer con todo lo que cotidiana y existencialmente
nos pasa. Ese sentido es el que le da le debida orientación a la salud y la enfermedad. Lo
descubrimos nosotros o alguien nos acompaña en el descubrimiento. Porque no estamos solos:
en una profunda interacción, en un juego simétrico de influencias y relaciones, podemos
convertirnos para los demás en el infierno o el paraíso, y saber que los que nos rodean pueden
serlo. Cuanto más profundo, comprometido, elevado, humanizante sea nuestro sentido de la vida
y de la existencia, mas lejos estaremos de ese infierno tan temido.

BORGES: SONETO

Ya somos el olvido que seremos.


El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adán y que es ahora
todos los hombres y los que seremos.
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Ya somos en la tumba las dos fechas


del principio y el fin, la caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los ritos de la muerte y las endechas.

No soy el insensato que se aferra


al mágico sonido de su nombre;
pienso con esperanza en aquel hombre

que no sabrá quién fui sobre la tierra.


Bajo el indiferente azul del cielo,
esta meditación es un consuelo.

Prof. Dr. JORGE EDUARDO NORO


CORDOBA, MAYO 2015
norojor@cablenet.com.ar - www.jorgeeduardonoro.com.ar

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