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Joham Galtung - Violencia Cultural PDF
Joham Galtung - Violencia Cultural PDF
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Johan Galtung
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GERNIKA GOGORATUZ
Documento nº 14
Violencia cultural
Johan Galtung
Cofinanciado por la Dirección de Derechos Humanos y Cooperación con la Justicia del Departamento de Justicia,
Empleo y Seguridad Social, el Departamento de Cultura y el Departamento de Educación, Universidades
e Investigación del Gobierno Vasco, y el Ayuntamiento de Gernika-Lumo.
Giza Eskubideen eta Justizairekiko Lakindetzarako Zuzendaritza. Eusko Jaurlaritzaren Justizi Lan eta Gizarte Segurantza
Saila, Kultura Saila eta Hezkuntza, Unibertsitate eta Ikerketa Saila eta Gernika-Lumoko Udalak aldi berean finantziatua.
Título: Violencia cultural.
Título original: Cultural violence.
Traducción del inglés: Teresa Toda.
Edita: Gernika Gogoratuz. Centro de Investigación
por la Paz. Fundación Gernika Gogoratuz.
Artekalea, 1-1º
E-48300 Gernika-Lumo
Bizkaia (Spain)
Tel.: +34 94 6253558
Fax: +34 94 6256765
Secretaría: gernikag@gernikagogoratuz.org
Centro de documentación: gernikadok@gernikagogoratuz.org
http://www.gernikagogoratuz.org
Índice 3
Prólogo a la
edición en a raíz del conflicto está siempre en una con-
4 Violencia cultural
• Centrarse en pocos actores y objetivos, y un enfo- • Una percepción de las contradicciones como nor-
que deductivo. males y mutables, como el yin/yang.
• Proyectar el Yo sobre Dios y el Otro sobre Satanás, • Una visión holística y dialéctica, inclusiva, de la
con fuertes gradientes. formación de los conflictos.
• Guerra/héroe y paz/santo con fuertes egos, sin la • Una civilización sin Satanás, sin Principio del Mal.
gente corriente. • Una civilización con historias de “transformación
• Percibir al Otro como el Mal, Bárbaro, Periférico; de conflictos por la gente”.
es decir, deshumanizado. • Una civilización que perciba a todos los seres
• Percibir el espacio del mundo de forma dual, como humanos, a la vida misma, como parte unos de
Yo contra Otro(s) (todos). otros.
• Percibir que el tiempo se mueve hacia una crisis = • Una civilización sin el dualismo del Yo/Otro.
catarsis o al Apocalipsis. • Una civilización con una cosmología del tiempo
oscilante, relajada.
Esta combinación poco afortunada es una buena
guía para el Occidente duro (I), con expresiones Esta combinación más afortunada es una buena
como el nazismo (hitleriano), el bolchevismo (esta- guía para el Occidente blando (II), en los enfoques
linista) y el fundamentalismo estadounidense e blandos del cristianismo-judaísmo-islamismo y el
islámico. Fácilmente surge la violencia interperso- laicismo, enfoques de las mujeres; hinduismo blan-
nal e intrasocial, la guerra intersocial; incluso el do, budismo no ritualizado, y muchas, muchas, civi-
genocidio (matanza a escala masiva del Otro) tras lizaciones indígenas (como el ho’o pono pono poli-
la exclusión y la deshumanización. El 11 de sep- nesio o el shir somalí). Las civilizaciones sínica y
tiembre y su resaca. nipona están en una posición intermedia, con poco
afortunadas visiones del Otro como bárbaro o peri-
Y la combinación más afortunada para los enfoques férico. Una cultura de paz se construiría sobre los
pacíficos: elementos blandos.
Johan Galtung es profesor de Estudios para la Este trabajo fue presentado como conferencia en el
Paz en diversas universidades y director de Grupo de Estudios por la Paz de la Universidad de
Transcend, red internacional para la paz y el Melbourne en marzo de 1989; en los cursos de vera-
desarrollo. En 1959 fundó el Instituto no de Estudios por la Paz de las Universidades de
Internacional de Investigación para la Paz, en Oslo y Hawai en julio de 1989, y en el Instituto
Oslo. Entre sus publicaciones destacan Teoría y Internacional de Investigación por la Paz en Oslo,
métodos de investigación social (1967), en agosto de 1989. Me siento en deuda con todas las
Ensayos sobre Investigación por la Paz (6 vols., personas que debatieron en estos lugares.
1975-1988), Escoge la paz (1995) y Paz por
medios pacíficos. Paz y conflicto, desarrollo y
civilización (2003). Es colaborador de Gernika
Gogoratuz.
6 Violencia cultural
1. Definición
or violencia cultural queremos decir aquellos
1. Definición 7
en una cultura, podemos referirnos a ella como una interiorización.3 El estudio de la violencia cultural
cultura de paz. Una de las principales funciones de la pone de relieve la forma en que se legitiman el acto
investigación por la paz, y del movimiento por la paz de violencia directa y el hecho de la violencia estruc-
en general, es esa incesante búsqueda de una cultu- tural, y, por lo tanto, resultan aceptables a la socie-
ra pacifista; problemática, debido a la tentación de dad. Una de las maneras de actuación de la violencia
institucionalizarla, haciéndola obligatoria con la cultural es cambiar el color moral de un acto, pasan-
esperanza de que se interiorice en todas partes. Y do del rojo/incorrecto al verde/correcto o, por lo
eso sería ya violencia directa,2 imposición de una menos, al amarillo/aceptable; un ejemplo sería “ase-
cultura. sinato por la patria, correcto; en beneficio propio,
incorrecto”. Otra forma es hacer opaca la realidad,
La violencia cultural hace que la violencia directa y la de modo que no vemos el hecho o acto violento, o,
estructural aparezcan, e incluso se perciban, como al menos, no lo vemos como violento. Es obvio que
cargadas de razón —o por lo menos no malas—. esto ocurre más fácilmente con algunas formas de
Igual que la ciencia política trata de dos problemas violencia que con otras; un ejemplo sería el abortus
—el uso del poder y la legitimación del uso del provocatus. Por lo tanto, las ciencias de la paz necesi-
poder—, los estudios sobre la violencia son sobre dos tan de una tipología de la violencia, al igual que la
problemas: la utilización de la violencia y la legitima- patología es uno de los requisitos previos de los estu-
ción de su uso. El mecanismo psicológico sería la dios de medicina.
8 Violencia cultural
2. Una
tipología de ntiendo la violencia como afrentas evitables a
sólo indirectamente en los abiota. Pero, además, hay mento o mantenimiento de otro. Como los efectos
cuestiones complicadas e importantes, tales como secundarios de los estudios médicos, esas relaciones
“equilibrio ¿para quién?”. ¿Para que los seres huma- son muy importantes y fácilmente se pasan por alto.
nos se reproduzcan a sí mismos? ¿A qué nivel de acti- La investigación sobre la paz debería evitar cometer
vidad económica y en qué cantidades? ¿O para que ese error.6
el entorno (¡qué expresión más antropocéntrica!) se
reproduzca a sí mismo? ¿Todas sus partes, por igual, Bajo la mutilación se incluye también la vulneración
a qué nivel, en qué cantidades? ¿O para ambos? de necesidades humanas que provocan los ase-
dios/bloqueos (terminología clásica) y las sanciones
En segundo lugar, también hay que tener en cuenta (terminología moderna). Según algunos, esto es no
las megaversiones de las desvaídas palabras emplea- violencia, puesto que se evitan muertes directas e
das más arriba para la violencia. Donde pone muer- inmediatas. Para las víctimas, sin embargo, puede
tes léase exterminio, holocausto, genocidio. Por sufri- suponer una muerte lenta pero intencionada por
miento, léase holocausto silencioso. Por alienación, léase malnutrición y falta de atención médica, que golpea
muerte espiritual. Por represión léase gulag/KZ. Por en primer lugar a los más débiles, la infancia, las
degradación ecológica, léase ecocidio. Por todo el con- personas ancianas, los pobres, las mujeres.
junto, léase omnicidio. Las palabras pueden sonar al Alargando la cadena causal, el actor evita tener que
empeño de alguien en ser apocalíptico —si no fuera afrontar la violencia directa. Incluso da una oportu-
por el hecho de que el mundo ha experimentado nidad a las víctimas, generalmente la de someterse,
todas esas cosas durante tan sólo los últimos cincuen- lo que significa pérdida de libertad e identidad en
ta años, en estrecha vinculación a los nombres de vez de pérdida de vidas y miembros, intercambiando
Hitler, Stalin y Reagan4 y al militarismo japonés—.5 aquéllas por las dos primeras formas de violencia
En resumen, los estudios sobre la violencia, parte directa. Pero el mecanismo es la amenaza a la super-
indispensable de las ciencias de la paz, pueden ser vivencia que implican los asedios/boicots/sancio-
un gabinete de los horrores, pero, al igual que la nes. El tipo de boicot económico gandhiano mez-
patología, reflejan una realidad que debe ser cono- claba la negativa a comprar productos textiles
cida y comprendida. británicos con la recogida de fondos para los comer-
ciantes, para que no se enturbiase la cuestión por
Algunos comentarios sobre el contenido del cuadro una amenaza a su supervivencia.
1 tal como aparece. La primera categoría de la vio-
lencia, la muerte, está suficientemente clara, como La categoría de alienación puede definirse en térmi-
lo está la mutilación. Juntas, dan las bajas, utilizadas nos de socialización, entendida como la interioriza-
al calcular la magnitud de una guerra. Pero la guerra ción de la cultura. Hay un doble aspecto: ser deso-
es sólo una forma concreta de violencia orquestada, cializado mediante el alejamiento de la propia
generalmente con al menos un actor: un gobierno. cultura y ser resocializado en otra cultura —como la
Qué estrecho de miras resulta concebir la paz como prohibición e imposición de lenguas—. La una no
lo opuesto a la guerra; limitar los estudios sobre la presupone la otra. Pero muchas veces se funden en
paz a estudios sobre la evitación de la guerra y, más la categoría de ciudadanía de segunda clase, en la
en concreto, de guerras grandes o superguerras cual el grupo sometido (no necesariamente una
(definidas como guerras entre las grandes potencias minoría) se ve forzado a manifestar la cultura domi-
o las superpotencias), y, aún más concretamente, a nante y no la suya propia, al menos no en espacios
la limitación, abolición o control de superarmas. Se públicos. El problema es, por supuesto, que cual-
dejan fuera importantes interconexiones entre tipos quier socialización de un niño —en la familia, en la
de violencia, en especial cómo puede reducirse o escuela, en la sociedad en general— es también for-
controlarse un tipo de violencia a costa del incre- zada, una especie de lavado de cerebro, que no deja
10 Violencia cultural
al niño posibilidad de elección. Por lo tanto, pode- siderarse partes de la explotación o refuerzos de los
mos llegar a la conclusión (no tan inverosímil) de componentes de la estructura. Funcionan impidien-
que la socialización no violenta es dar al niño la do la formación y movilización conscientes, dos con-
posibilidad de elección, por ejemplo, ofreciéndole diciones necesarias para la lucha eficaz contra la
más de un lenguaje cultural. explotación. La penetración —implantación de los
dominantes en el interior de las personas domina-
La categoría de represión tiene una definición doble, das, los de arriba en los de abajo, por decirlo colo-
similar a la anterior: el verse libre de y la libertad de, quialmente—, combinada con la segmentación —pro-
contenidas en la Carta Internacional de los Derechos porcionar a la parte de abajo una visión muy parcial
Humanos),7 con las limitaciones históricas y cultura- de lo que ocurre—, hará la primera parte del traba-
les (Galtung, 1988a). Dos categorías han sido explí- jo. Y la marginación, dejar fuera a la parte inferior,
citamente añadidas por su significado como conco- combinada con la fragmentación, mantener a las per-
mitantes de otros tipos de violencia: detención, sonas de esa parte de abajo separadas entre sí, hará
entendida como la reclusión de las personas (prisio- la segunda. No obstante, estos cuatro elementos
nes, campos de concentración), y expulsión, enten- deben verse también como violencia estructural en
dida como la exclusión de las personas (desterrándo- sí mismos, y más concretamente como variantes del
las al extranjero o a partes distantes del país). tema general de la represión inherente a la estruc-
tura. Esos elementos han estado operando en con-
Para debatir sobre las categorías de la violencia textos de género —incluso aunque las mujeres no
estructural, necesitamos una imagen de la estructura tengan siempre mayor tasa de morbilidad y mortali-
violenta, y un vocabulario, un discurso, para poder dad, sino que de hecho tengan mayor expectativa
identificar sus aspectos y ver cómo se relacionan con de vida que los hombres, siempre que sobrevivan al
las categorías de necesidad. La estructura violenta aborto selectivo de género, al infanticidio y los pri-
típica, en mi opinión, tiene la explotación como meros años de la infancia—. En resumen, explota-
pieza central. Esto significa simplemente que algu- ción y represión van de la mano, como la violencia,
nos, los de arriba, obtienen de la interacción en la pero no son idénticas.
estructura mucho más (medido aquí en moneda de
necesidades) que otros, los de abajo (Galtung, 1978: ¿Y qué hay de la violencia contra la naturaleza? Se da
partes I-III). Hay intercambio desigual: un eufemismo. de forma directa en las talas fulminantes, en las que-
Los de abajo pueden estar de hecho en tal desventa- mas, etc., como ocurre en las guerras. La forma
ja que mueren (de hambre, desgastados por las estructural sería más sutil, no con la intención de
enfermedades): explotación A. O pueden quedar en destruir la naturaleza, pero haciéndolo de todas for-
un estado permanente, no deseado, de miseria, que mas: la contaminación y el agotamiento vinculados
suele incluir malnutrición y enfermedades: explota- a la industria moderna, que origina selvas agonizan-
ción B. Las formas de morir son distintas: en el tes, agujeros de ozono, calentamiento global y
Tercer Mundo, de diarrea y carencias inmunitarias; demás. Se produce la transformación de la natura-
en los países desarrollados, de forma prematura y evi- leza mediante la actividad industrial, dejando resi-
table, de enfermedades cardiovasculares y tumores duos no degradables y agotando recursos no reno-
malignos. Todo esto sucede dentro de complejas vables, junto con una comercialización a nivel
estructuras y al final de largas, muy ramificadas, cade- mundial que logra que las consecuencias no sean
nas y ciclos causales. visibles para los que las originan.8 De hecho, funcio-
nan dos poderosas estructuras, legitimadas por el
Una estructura violenta no sólo deja huellas en el crecimiento económico. El cliché del crecimiento eco-
cuerpo humano, sino también en la mente y el espí- nómico sostenible puede acabar siendo una forma más
ritu. Las cuatro expresiones siguientes pueden con- de violencia cultural.
12 Violencia cultural
tante caudal de la violencia cultural a lo largo del estructural debería hacer transparente semejante
tiempo, de cuyo sustrato las otras dos formas pueden violencia cultural.
extraer sus nutrientes. En la siguiente capa están ubi-
cados los ritmos de la violencia estructural. Se van Sin embargo, la imagen de las capas de violencia no
construyendo, desgastando o van siendo destruidas define la única cadena de causalidad en el triángulo
las pautas de explotación, con el acompañamiento de la violencia. Hay vinculaciones y flujos de causali-
protector de la penetración-marginación que impide dad en las seis direcciones, y los ciclos que conecten
la formación de la conciencia y la fragmentación- las tres pueden empezar en cualquier punto. Es una
marginación que impide la organización ante la buena razón por la cual el triángulo puede ser a
explotación y la represión. Y en la parte de arriba, veces una imagen mejor que la del modelo de tres
visible al ojo desnudo y al empirismo de a pie, está el estratos. Se captura a pueblos de África, se les obliga
estrato de la violencia directa con todo su historial de a cruzar el Atlántico para trabajar como esclavos,
crueldad directa perpetrada por seres humanos con- mueren millones en el proceso —en África, en los
tra otros seres humanos y contra otras formas de vida barcos, en las Américas—. Esta violencia directa
y de la naturaleza en general. masiva, a lo largo de siglos, va calando y sedimenta
como violencia estructural masiva, con la raza blanca
Generalmente, se puede identificar un flujo causal como los amos superiores y las personas de raza
de la violencia cultural a la violencia directa pasan- negra como esclavos inferiores, produciendo y
do por la estructural. La cultura sermonea, enseña, reproduciendo violencia cultural masiva con ideas
amonesta, incita y nos embota para que aceptemos racistas por todas partes. Pasado un tiempo, se olvida
la explotación y/o la represión como algo normal y la violencia directa, se olvida la esclavitud, y sólo se
natural, o para que no las veamos en absoluto (en ven dos conceptos, lo suficientemente descafeinados
especial la explotación). Entonces llegan las erup- como para entrar en los libros de texto universita-
ciones, los esfuerzos de utilización de la violencia rios: discriminación por violencia estructural masiva y
directa para salir de la jaula de hierro estructural prejuicio por violencia cultural masiva. Saneamiento
(Weber, 1971), y la contraviolencia para mantener la del lenguaje: en sí mismo violencia cultural.
jaula intacta. La actividad delictiva común, ordina-
ria, es en parte un esfuerzo de los desheredados por El círculo vicioso de la violencia puede comenzar
escapar, por redistribuir la riqueza, por quedar a la también en el ángulo de la violencia estructural. La
par, por obtener venganza (delitos de mono azul), o el diferenciación social va tomando lentamente carac-
intento de alguien para continuar siendo o conver- terísticas verticales, con un intercambio creciente-
tirse en uno de los de arriba, chupando lo más posi- mente desigual; estos hechos sociales requerirían a
ble de la estructura (delitos de cuello blanco). Tanto la su vez actuaciones sociales para sostenerse y violen-
violencia directa como la estructural crean déficits cia cultural para verse justificados (generalizando,
respecto a las necesidades. Cuando esto ocurre de teoría marxista materialista —es decir, estructural—).
golpe, podemos hablar de trauma. Cuando le sucede O el círculo vicioso podría empezar en la combina-
a un grupo, a una colectividad, tenemos un trauma ción de violencia directa y estructural, cuando un
colectivo que puede sedimentar en el inconsciente grupo trata tan mal a otro que siente una necesidad
colectivo y convertirse en materia prima de sucesos de justificación y acepta gustosamente cualquier
y procesos históricos de primera magnitud. La asun- razonamiento cultural que se le ofrezca. Hace más
ción subyacente es sencilla: “la violencia genera vio- de mil años, los vikingos nórdicos atacaron, engaña-
lencia”. La violencia es privación de necesidades; la ron y mataron a los rusos. ¿No sería ésa una razón lo
privación de necesidades es grave; una reacción es la suficientemente buena para formular la idea de que
de la violencia directa. Pero no es la única reacción. los rusos son peligrosos, salvajes, primitivos —es
También podría darse un sentimiento de desespe- decir, que un día pueden volver y hacernos a noso-
ranza, un síndrome de privación/frustración que se tros lo mismo que nosotros les hicimos a ellos—? 9
manifiesta en el interior como una autoagresión y Hasta el punto de que, cuando Alemania atacó a
hacia afuera como apatía y retirada. Puestos a elegir Noruega en abril de 1940, la conclusión oficial fue
entre una sociedad en ebullición, violenta, y una que los rusos son peligrosos porque cualquier día
sociedad congelada, apática, como reacción ante pueden hacer lo mismo. Y aquí nos aparece el trau-
una privación de necesidades masiva, los estratos ma del ataque por sorpresa.
superiores tienden a preferir la segunda. Prefieren
la gobernabilidad al desorden, anarquía. Aman la estabi- ¿Podría haber un estrato aún más profundo, la natu-
lidad. De hecho, una de las mayores formas de vio- raleza humana, con transmisión genética de la dis-
lencia cultural en las que incurren las élites gober- posición, o al menos predisposición, a la agresión
nantes es la de culpar, marcándola como agresora, a (violencia directa) y dominación (violencia estructu-
la víctima de la violencia estructural que lanza la pri- ral)? El potencial humano para la violencia directa y
mera piedra no en un invernadero, sino para esca- estructural ciertamente existe —como existe el
par de la jaula de hierro. La categoría de violencia potencial para la paz directa y estructural—. En mi
14 Violencia cultural
4. Ejemplos
de violencia os vamos ahora al listado de los seis campos
4.1. Religión
En todas las religiones aparece en algún lugar lo
sagrado, das Heilige; llamémoslo dios. Se puede hacer
una diferenciación básica entre un Dios superior,
externo a nosotros, y un dios inmanente, en nuestro
interior, quizás presente también dentro de toda
forma de vida.14 El judaísmo del Torah, fundado
hace casi 4.000 años, representaba a Dios como una
deidad masculina que residía fuera del planeta
Tierra. Un concepto catastrofista; un claro caso de
trascendentalismo como metáfora de la cual se deri-
van muchas consecuencias, asumida por las otras
religiones semíticas u occidentales, el cristianismo y
el islam. Con dios externo a las personas, como
Dios, incluso arriba (“Padre nuestro, que estás en los
Cielos”), no sólo es inevitable, sino de hecho es pro-
bable, que algunas personas sean vistas como más
cercanas a Dios que otras, incluso como más eleva-
das. Es más, en la tradición occidental general no
sólo de dualismo sino de maniqueísmo, tendría que
haber algo como un maligno Satanás correspon-
diendo con el bondadoso Dios, por razones de sime-
tría. Una vez más, son posibles representaciones
superiores e inmanentes, una donde Dios y Satanás
poseen o al menos eligen a los suyos; y otra en la que
dios o satanás —por no mencionar dios y satanás—
están en nuestro interior. Todas las combinaciones
están en todas las religiones occidentales. Pero aquí
nos centramos en la versión dura, la creencia en un
Dios trascendental y un Satanás trascendental.
16 Violencia cultural
religión, en forma de ideologías políticas, y de Dios, des occidentales. Estados Unidos, el estado más cris-
en forma del Estado moderno, exhibieran algunos tiano de la tierra, ha servido de destacado campo de
de sus rasgos característicos. Religión y Dios pueden batalla, tanto dentro como fuera, de estas luchas.
haber muerto, pero no el concepto mucho más bási- Reducir la violencia cultural en Estados Unidos
co de dicotomías nítidas y cargadas de valores. resulta especialmente importante precisamente por-
Quizás no se tracen ya las líneas entre Dios, los ele- que aquel país marca la pauta para otros.
gidos, los no elegidos y Satanás. La modernidad
rechazaría a Dios y a Satanás, pero podría exigir una Estas tres premisas —basadas todas ellas en la atri-
distinción entre elegidos y no elegidos; llamémosles bución de distinciones de género, raza y nación
el Yo y el Otro. Arquetipo: el nacionalismo, con el dadas desde el momento del nacimiento— son difí-
Estado como heredero de Dios. ciles de mantener en una sociedad orientada al
éxito. Pero si la sociedad moderna es una merito-
Se construye así un gradiente, una pendiente, muy cracia, entonces negar poder y privilegios a los que
inclinada; inflando, incluso exaltando, el valor del están arriba es negar el mérito mismo. Refutar un
Yo; desinflando, incluso degradando, el valor del mínimo de orientación moderna es abrir las puertas a
Otro. En ese punto puede comenzar a operar la vio- cualquier creencia, incluida la que niega poder y
lencia estructural. Tenderá a convertirse en una pro- privilegios a los meritorios y una rígida frontera
fecía autocumplida: las personas se degradan por la entre la vida humana y otras formas de vida. En
explotación, y son explotadas porque se las ve como suma, que bajo la forma de especismo, clasismo y meri-
degradadas, deshumanizadas. Cuando el Otro no tismo, se mantendrá durante un tiempo una elegibi-
sólo está deshumanizado sino que se ha logrado con- lidad residual, al margen del estatus de Dios y de
vertirle en un Ello, privado de humanidad, está dis- Satanás.
puesto el escenario para cualquier tipo de violencia
directa,16 cuya responsabilidad seguidamente se La ideología del nacionalismo, enraizada en la figura
carga sobre la víctima. Luego se refuerza por la cate- del Pueblo Elegido y justificada mediante la religión
goría del peligroso ello, los escoria o bacterias (como des- o la ideología, debe considerarse en conjunción con
cribía Hitler a los judíos); el enemigo de clase (como la ideología del Estado, el estatismo. El artículo 9 de
describía Stalin a los kulaks); el perro rabioso (como la Constitución de la Paz japonesa, aquel breve
describía Reagan a Gadaffi); los maniacos criminales intento de lograr una paz cultural, estipulaba que
(como describen los expertos de Washington a los “no se reconocerá el derecho de beligerancia del
terroristas). El exterminio se convierte en una obliga- Estado (japonés)”. Evidentemente, Japón había per-
ción psicológicamente posible. Los agentes de las SS dido ese derecho, mientras que otros, los vencedo-
se convierten en héroes que deben ser aclamados res, cabe suponer, salieron de la guerra con tal dere-
por su entrega al deber. cho intacto, quizás incluso reforzado.
Utilizando las seis dimensiones del cuadro 2, se ¿De dónde provenía ese derecho de beligerancia?
capta fácilmente cómo los elegidos pueden conti- Tiene orígenes feudales, traslación directa de la pre-
nuar siéndolo sin necesidad de ningún dios supe- rrogativa de la que disfrutaba el rex gratia dei para
rior. Así, se considera que sólo los seres humanos tener la ultima ratio regis. A partir de ahí, el Estado
tienen capacidad de autorreflexión; los hombres puede concebirse como una organización que el
son más fuertes y más lógicos que las mujeres; cier- Príncipe necesita para obtener los suficientes
tas naciones son más modernas y portadoras de civi- impuestos (y, a partir de 1793, los reclutas) para
lización y del proceso histórico que otras; los blan- mantener los cada vez más costosos ejércitos y arma-
cos son más inteligentes y lógicos que los no das. Krippendorff sostiene (1985) que el Estado se
blancos; en la sociedad moderna de igualdad de opor- creó para mantener lo militar, más que al revés.
tunidades, los mejores están arriba y, por lo tanto, tie- Pero el Estado puede verse también como uno de
nen derecho al poder y a los privilegios. Y ciertos los continuadores de Dios, que hereda el derecho a
dogmas de fe en la modernización, el desarrollo, el destruir la vida (ejecuciones), aunque no el derecho
progreso, se consideran apodícticos; no creer en a crearla. Muchos consideran al Estado con derecho
ellos revierte negativamente en el no creyente, no a controlar la creación de la vida, ejerciendo una
en la creencia. autoridad superior a la de la mujer embarazada.
Todas estas ideas han sido y aún son potentes en la Combínese el nacionalismo con los agudos gradien-
cultura occidental, aunque la fe en la superioridad tes del Yo-Otro, y el estatismo con el derecho, inclu-
innata del macho occidental y blanco se ha visto so el deber, de ejercer el poder hasta sus últimas
seriamente sacudida por las luchas de liberación de consecuencias, y obtendremos la fea ideología del
las mujeres, de los pueblos no occidentales (como el Estado-nación, otro concepto catastrófico. Ahora en
éxito económico japonés sobre Occidente) y de las guerras se mata en nombre de la “nación”, que
pueblos de otras razas en el interior de las socieda- abarca a toda ciudadanía que comparta algunos ras-
18 Violencia cultural
quien copió Marx, también calificó el despotismo ción. Por supuesto, no hay ninguna ley, legal o
oriental y el modelo de producción oriental (o asiá- empírica, que diga que los países no puedan hacer
tico) de negativo, homogéneo, estancado. algo para mejorar su perfil productivo —un punto
básico subrayado por el economista japonés
Forma parte de este síndrome que la parte no árabe Kaname Akamatsu—.18 Pero no es fácil hacerlo
del semicírculo en torno a Europa, Rusia, también cuando quienes poseen las materias primas y las
tenía que verse en términos de despotismo oriental. mercancías extraen beneficios inmediatos del man-
Quizás no pueda objetarse mucho a la descripción tenimiento del statu quo. Y así resulta que la ley de las
de los zares como “déspotas”, pero ¿“orientales”? ventajas comparativas legitima un statu quo estructu-
Probablemente esa representación ha marcado ralmente intolerable. En resumen, esta ley es un
durante siglos, y aún marca, la imagen de Rusia y la fragmento de violencia cultural incrustado en el
Unión Soviética en Europa como una calumnia car- corazón mismo de las ciencias económicas.
gada de intención sobre ambas.
4.6. Ciencias formales
4.5. Ciencias empíricas
Pero eso no podrá decirse de las matemáticas, ¿no?
Una muestra de violencia cultural sería la doctrina Pues no es tan evidente que así sea. Si tomamos las
económica neoclásica, que se concibe a sí misma matemáticas como un juego formal con una regla
como la ciencia de la actividad económica. Fuerte- básica —que el teorema T y su negación –T no pue-
mente influida por la tradición de Adam Smith, la den ser ambos válidos—, entonces pueden darse
economía neoclásica hace estudios empíricos del consecuencias violentas. Incluso cuando la lógica
sistema ordenado por sus propias doctrinas, y con matemática estudia la lógica polivalente, el instru-
frecuencia ve confirmadas sus propias profecías en mento utilizado es la lógica bivalente, con su rígida
la realidad empírica. Una parte del dogma neoclási- línea entre válido y no válido; tertium non datur. Y es
co o sabiduría convencional es la teoría del comercio fácil captar que tiene que ser así, al ser la deducción
basada en las ventajas comparativas, lanzada en un como el hormigón del edificio matemático, donde
principio por David Ricardo y desarrollada después modus ponens y modus tolens son los procedimientos
por Heckscher y Ohlin y por Jan Tinbergen. Ésta es clave. No pueden sacarse conclusiones utilizando
la doctrina que dicta que cada país debe entrar al valores de verdades ambiguos para los antecedentes
mercado mundial con aquellos productos para los o para la deducción (Galtung, 1988c: cap. 4, en par-
cuales tiene una ventaja comparativa en términos de ticular apartado 4.4).
factores de producción.
Esto significa que las matemáticas nos meten en el
En la práctica esto significa que los países bien pro- carril de una forma de pensamiento altamente com-
vistos de materias primas y mano de obra no espe- patible con el pensamiento en blanco y negro y la
cializada deben dedicarse a extraer esas materias polarización en los espacios personales, sociales y
primas, mientras que los que están bien provistos de mundiales. El rasgo de uno-u-otro que caracteriza al
capital y tecnología, mano de obra especializada y pensamiento matemático lo convierte en un juego
científicos, deben transformarlas. Así fue como estimulante, pero como modelo para una realidad
Portugal renunció a su industria textil y se convirtió humana, social y mundial altamente dialéctica está
en un mediocre productor de vino, mientras que lejos de ser el más adecuado. Y adaequatio es el requi-
Inglaterra obtuvo el estímulo y el reto necesarios sito básico para un espacio cultural, simbólico, si
para desarrollar aún más su capacidad industrial. éste ha de servirnos de guía para visualizar una rea-
Las consecuencias de esta doctrina en forma de la lidad potencial menos violenta.
actual división vertical del trabajo en el mundo son
bien visibles para casi cualquiera. Hay violencia
4.7. Cosmología
estructural en todas partes: entre los países y en el
interior de los países (Galtung, 1971; 1988b). Volvemos al problema de la transición de la violencia
cultural a la cultura violenta. Como comenté en el
Así pues, la doctrina de las ventajas comparativas apartado 1, se puede llegar a tales juicios globales
sirve como justificación para una burda división del identificando un número elevado y diverso de aspec-
mundo en función del grado de transformación que tos culturales en el pensamiento religioso e ideológi-
los países imprimen sobre los productos que expor- co, en la lengua y el arte, las ciencias formales y empí-
tan. Dado que ese grado es más o menos proporcio- ricas; todos servirían para justificar la violencia. Sin
nal al nivel de reto que reciben en el proceso de pro- embargo, hay también otro enfoque: analizar el sus-
ducción, el principio de las ventajas comparativas trato cultural buscando su cultura profunda, de la que
condena a los países a permanecer en el lugar en el puede haber más de una.19 Estaríamos contemplando
que, por razones geográficas e históricas, han que- la raíz de las raíces, por así decirlo, el código genéti-
dado ubicados por el perfil del factor de produc- co cultural que engendra elementos culturales y se
20 Violencia cultural
5. Gandhi y
la violencia
cultural ¿ Qué tenía que decir Gandhi a estos problemas
tan espinosos, abierto como estaba a la búsque-
da de alternativas tanto a la violencia directa
como a la estructural? Su respuesta fue reproducir,
partiendo de su ecumenismo, dos axiomas que, en
cierto sentido, resumen el gandhismo: la unidad de la
vida y la unidad de medios y fines. El primero emana del
segundo, si se asume que ninguna vida, y en especial
ninguna vida humana, puede ser utilizada como
medio para alcanzar un fin. Si el fin es la superviven-
cia, entonces el medio ha de potenciar la vida. Pero
¿cómo entendemos la unidad? Una interpretación
razonable, utilizando conceptos desarrollados en las
secciones precedentes, sería en términos de proximi-
dad frente a separación. En nuestro universo mental
todas las formas de vida, especialmente la vida huma-
na, deberían estar próximas, y no estar separadas por
las afiladas diferencias del Yo-Otro que introducen
cuñas en el espacio social. Cualquier justificación deri-
vada del núcleo duro de una cultura, por ejemplo, la
vocación de Pueblo Elegido, sería rechazada desde el
momento en que entrara en conflicto con ese prin-
cipio, incluso más elevado, más duro.
22 Violencia cultural
6. Conclusión
a violencia puede comenzar en cualquier
6. Conclusión 23
palabras, una invitación a que nuevas disciplinas se entre las humanidades para civilizaciones más eleva-
sumen a la búsqueda de la paz, y a que los investiga- das y la antropología cultural para las más bajas; la
dores ya establecidos en este campo se doten de filosofía, la historia de las ideas y la teología rellenan
nuevas herramientas —al menos un poco—. algunos huecos. Conceptos como violencia cultural
atraviesan todo eso, al igual que la violencia estructu-
Haciéndolo así, quizás la investigación para la paz ral atraviesa todo el espectro de las ciencias sociales.
pudiera incluso hacer alguna contribución a la fun- La investigación sobre la paz tiene mucho que
dación de una iniciativa científica de primera mag- aprender, mucho que tomar, que recibir. Quizás, a
nitud, hoy llamativamente ausente del panteón de su debido tiempo, tengamos también algunas apor-
actividades universitarias, la ciencia de la cultura taciones que hacer: en el espíritu de la diversidad, la
humana, la cultorología. Hoy el campo está dividido simbiosis y la equidad.
24 Violencia cultural
Notas
1. Así, la violencia cultural sigue las huellas del concepto de
violencia estructural introducido en el Journal of Peace
Research hace más de treinta años (Galtung, 1969). Véase
Roth (1988) para una crítica más reciente y un esfuerzo
muy constructivo por desarrollar más la idea. Un concep-
to muy similar aparece en Saner (1982).
2. Se han dado muchos intentos de crear el hombre nuevo (¿y
la mujer?). En Occidente, cada nueva rama del cristianis-
mo es uno de ellos, como lo es el humanismo, como lo es
el socialismo. Pero cualquier inculcación sobre otros de
una única cultura es en sí misma un acto de violencia
directa (es decir, intencionada por el actor), que general-
mente implica desocialización de una cultura y resociali-
zación en otra (incluyendo la primerísima socialización
del joven —e indefenso— niño). Sin embargo, si la cul-
tura es una conditio sine qua non para un ser humano,
nacemos sin ninguna (sólo con predisposiciones), y si la
inculcación es un acto de violencia, nos enfrentamos al
problema básico de la educación: educar, ¿es un verbo
transitivo o intransitivo? Por supuesto que es ambos,
hermenéuticamente relacionados. La educación pacífica,
incluyendo la socialización, implicaría probablemente la
exposición a múltiples culturas y un diálogo posterior,
como se mantiene más adelante. Ni el cristianismo ni el
humanismo están dotados para ello; de hecho, aún no
sabemos cómo hacerlo. Debe apuntarse que imponer una
cultura a alguien, sea directa o estructuralmente, no es lo
que en este trabajo se entiende por violencia cultural. Los
aspectos culturales que legitiman tal imposición, sin
embargo, por ejemplo porque la cultura es más elevada
(monoteísta, moderna, científica, etc.), serían violencia
inserta en esa cultura; en otras palabras, violencia cultu-
ral. La legitimación empírica o potencial de la violencia es la
clave de la violencia cultural.
3. Dividimos esquemáticamente los mecanismos de control
en internos y externos, positivos y negativos: identifican-
do los internos, tanto positivos como negativos, como buena y
mala conciencia respectivamente, los externos positivos
como recompensa y los externos negativos como castigo.
La interiorización es la conciencia profundamente arraiga-
da en el sistema de la persona, la institucionalización es el
concepto premio/castigo profundamente arraigado en el
sistema social. Ambos sirven para que el acto surja natu-
ralmente, con normalidad, voluntariamente. Este enunciado
Notas 25
de ciencia social elemental puede servir para ubicar la 14. Otra diferenciación teológica de igual importancia es si
violencia social y estructural como meollo para la cons- nacemos con pecado original (como mantendrían algu-
trucción general de la teoría de la ciencia social. nos cristianos), con gracia original (como defenderían
4. Para un intento de comparación de los tres sistemas (no otros), con ambas (¿una posición hindú-budista karmaís-
sólo el hitleriano y el estalinismo, como es ahora muy ta?) o con ninguna (actitud atea). La combinación de un
corriente hacer con el revisionismo del glasnost), véase Dios trascendental/pecado original tiene tremendas
Galtung (1984). implicaciones para controlar a las personas, como bien
supo ver Lutero.
5. Hay fuertes similitudes sobre los temas shinto de la elegi-
bilidad. Para un análisis, véase Ienaga (1978), especial- 15. Para más detalles, véase Galtung (1989a: cap. 3; 1989b).
mente la página 154, para el concepto de hakko ichiu (los Para un excelente estudio sobre el tema de la elegibili-
ocho rincones del mundo bajo un solo techo). dad, véase Weber (1971).
16. Éste es un tema principal de una fascinante y espeluz-
6. El enfoque fácil es descargar todos los efectos secundarios
nante novela (Atwood, 1987). Estoy agradecido a Carolyn
en el umbral de otras disciplinas, exigiéndoles que los
DiPalma por esta referencia.
pulan conceptualmente, teóricamente y en la práctica,
como tienden a hacer los economistas. 17. Mi propia posición, no muy original, es la siguiente: el
feto es vida, por lo tanto, sagrado. Debe hacerse todo lo
7. Un documento que consiste en la Declaración Universal
posible para evitar una situación en la cual se destruya la
de 1948, los dos Convenios de 1966 y un Protocolo
vida, voluntaria o involuntariamente. Cuando se hayan
Opcional. La Carta aún no ha logrado el estatus que
agotado todas las alternativas, la decisión corresponde a
merece, entre otras razones por la negativa de Estados
quienes crearon esa vida, generalmente una mujer y un
Unidos a ratificar los Convenios.
hombre, teniendo la mujer poder de veto y el hombre
8. Por lo tanto, es a este nivel al que hay que contrarrestar derecho a ser consultado.
la degradación medioambiental, mediante procesos de
18. Su argumento básico es éste sencillamente: para salir de
desindustrialización y descomercialización, no por la con-
la trampa, utilizar todo el valor excedente acumulado
versión de un tipo de contaminación o agotamiento en
para mejorar los factores de producción, no para pro-
otro mediante respuestas de parcheo a este problema glo-
ductos de consumo de lujo de los propietarios de los fac-
bal de primer orden.
tores de producción. Simple y sabio; esto es lo que hizo
9. Por el contrario, es casi increíble lo pacífica que ha esta- Japón, pero difícilmente es lo que a Japón le gustaría ver
do esa frontera tan norteña entre un país tan pequeño y haciendo hoy a muchos otros.
uno tan grande, al que algunos le suponen ansias de lle-
19. Una importante actitud postestructuralista: escarbar pro-
nar cualquier vacío de poder.
fundamente, bajo la superficie, no es una transición de la
10. Éste es el enfoque general del Instituto Internacional de multiplicidad a la sencillez. La cultura occidental profunda,
Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, siglas en por ejemplo, no es no ambigua. Yo argumentaría que el
inglés), en su Anuario y en otras publicaciones; muy útil cristianismo sólo puede entenderse en función de dos
como documentación a nivel de superficie, pero que no lecturas: una lectura dura (más trascendental, orientada
profundiza en las causas lo suficientemente como para al pecado original) y otra más blanda (inmanente, orien-
poder imaginar y aplicar medidas reales que contrarres- tada a la gracia original). Otros ven una variedad más
ten la situación. compleja de culturas profundas. El paso de uno a dos es
11. Se suele afirmar que estos factores son importantes para una condición necesaria.
explicar la agresividad japonesa, por ejemplo, Benedict 20. Por lo tanto, a grandes rasgos, la cosmología se define
(1972). Ienaga (1978) también los cita. como “los profundos supuestos culturales de una civili-
12. Cuando los tranvías pasaban por delante del Castillo zación, incluyendo las asunciones generales que subyacen
Imperial en Tokio, los pasajeros solían ponerse de pie e a las estructuras profundas definiendo lo que es normal y
inclinarse en dirección al Emperador. Y el santuario shin- natural”.
to de Yasukini es todavía hoy un centro de la mayor impor- 21. ¿Cuándo adquiere la cultura, especialmente la cultura
tancia en la construcción nacional y nacionalista de profunda, la suficiente plasticidad (Scholem) para ser
Japón. Tras la derrota de su partido en las elecciones del moldeada, reformada? ¿En tiempos de crisis? ¿Después
23 de julio de 1989, el nuevo primer ministro del LDP, de haber sufrido un profundo trauma, incluido el trauma
Kaifu, no visitó el santuario en el aniversario de la capitu- de haber infligido profundos traumas a otros? Sabemos
lación del 15 de agosto de 1945, consciente de que los poco, salvo que éstas son cuestiones clave.
nuevos aires soplaban más bien desde la izquierda. 22. Repásese la vida de Gandhi. La agenda política que asu-
13. En ningún lugar he encontrado un ejemplo más claro de mió da vértigo: swaraj; la investigación de satyagraha y sar-
tan profunda integración de lo militar en la universidad vodaya; el apoyo a los indios en Sudáfrica, a los harijans en
como en el Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la la India, a las mujeres; y las luchas comunitarias entre hin-
Reserva (ROTC) en Estados Unidos, que incluso permite dúes y musulmanes. En ningún momento dijo Gandhi:
a los militares comprar a los estudiantes con becas y dar me voy a concentrar en uno de éstos y los demás se darán
clases cargadas de propaganda militarista. a continuación.
26 Violencia cultural
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28 Violencia cultural
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Afrontando los efectos
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ISBN: 84-88949-13-8
Ref.: RG1 Vídeos
Reconciliación
sostenible en
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sociedades divididas
sociedades divididas, Bilbao,
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ISBN: 84-88949-21-9
E
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Geschichte einer
Versöhnung
Iraupena: 45 min
K
Michael Kasper
Versöhnung, Bilbao, Bakeaz/
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ISBN: 84-88949-26-X
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gernika gogoratuz
Ref.: RG3
Historia de
una reconciliación
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sobre la “situación de madurez” en un conflicto, 1996, Edición en euskera: Johan Galtung, Bortxakeria
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Fuera de colección
Riitta Wahlström, Imagen de enemigo. Educación de paz/Etsai Irudia. Bakearen Aldeko Heziketa
(Boletín 2), 1990. Agotado.
Próximos títulos
Catherine Barnes (ed.), Haciendo propio el proceso. La participación ciudadana en los procesos de paz.
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