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En los siguientes párrafos nos dedicaremos a exponer por qué la propuesta del
pensador alemán es tan revolucionaria, en el sentido de volcar la vista hacia otro
aspecto de la obra de arte, lo cual quizás posibilite una nueva comprensión de la
naturaleza de ésta. Lo que él pretende derribar con este giro contextual es la concepción
hegemónica actual del arte, la cual al estructurarse a partir de las nociones de anónimo
y absoluto posibilita la objetivación de éste y por lo tanto se vuelve un producto
susceptible al mercadeo.
Teniendo claros estos dos conceptos, estamos en condiciones de arribar a la crítica que
hace el autor alemán respecto al arte moderno. Su principal caballo de lucha es contra
la reproductibilidad, la cual según él, destituye a la obra de arte de su aura y por lo tanto
de su autenticidad. Al ser multicopiada, la testificación histórica de la obra de arte
(encarnada en la materialidad de la cual se compone) es sacrificada en pos de una
masificación de esta; la masificación sirve a la necesidad de poseer mediante el
consumo, cualidad propia de la sociedad capitalista moderna occidental. A modo de
simplificación, Walter benjamín cree que la única obra de arte como tal es aquella que
se hace en función de un contexto en particular, el cual responde a una tradición
histórica puntual y permite la manifestación de la espiritualidad del autor de la obra.
Las razones por las cuales el arte moderno rompe con el aura de la obra son las
siguientes: por un lado, gracias a la reproductibilidad se pierde la unicidad de la obra,
es decir, la multicopia se alza en desmedro de la singularidad y por otro lado el deseo
de posesión propio de la sociedad moderna capitalista occidental elimina la lejanía que
implica la noción de “aura”. La obra ahora queda determinada por su “valor exhibitivo”
en desmedro del “valor cultural” que desde sus inicios tuvo; ya no importa que la cosa
sea (en un sentido ontológico) sino que la cosa sea vista, para que así genere el deseo
de ser intercambiada en algún tipo de mercado.
“La muerte del aura en cuanto distancia se da mediante un proceso que anula las
relaciones y asociaciones que el objeto puede generar, convirtiéndose en objeto
descontextualizado; un objeto que pierde el aura y la distancia en la medida en que
agota la capacidad de referirse a la serie de relaciones que lo ligaban a la realidad
efectual antes de ser apresado por el objetivo, como así también a las relaciones
imaginarias dentro de las cuales podía ser virtualmente inmerso gracias a las fuerzas
asociativas y evocativas del sujeto-observador”