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1.

DANZA DE CONGO
“Toca, toca tamborero y no dejes de tocá toca, toca sin descanso hasta el mad'te e
cadnaval.”
La danza de Congo es la danza más típica y popular del Carnaval de Barranquilla, y está
compuesta por parejas de hombres danzantes que van acompañados por un grupo de
mujeres, por algunos travestidos y una legión de disfraces de animales. Va detrás un
conjunto de músicos que tocan tambor, guacharaca y palmas, junto con un coro y un
cantador que vocea los versos.
Es una danza guerrera y se compone de una o varias cuadrillas de “negros” disfrazados
con trajes multicolores, adornados con profusión de flores de papel, arandelas, cintas,
encajes, lentejuelas, espejos y cascabeles, por lo cual todo el conjunto resulta muy
llamativo. Según la folclorista Delia Zapata Olivella, este tipo de danza fue popular en
otras épocas en Portobelo y Colón (Panamá) y en Cartagena de Indias.

Entre las músicas que se interpretan en los desfiles carnestoléndicos son notorios
estos golpes de congo, que acompañan a las danzas de su mismo nombre. De esta
danza se dice que es uno de los aportes de los antiguos Cabildos negros de los tiempos
coloniales, que se celebraban en Cartagena de Indias en ocasiones festivas (la principal
de ellas, la
celebración de la Virgen de la Candelaria) y llegaron al Carnaval de Barranquilla
atraídos por el crecimiento económico y poblacional de esta ciudad. Al respecto dice el
investigador Martín Orozco:
...el aspecto lúdico con sus bailes y desfiles aparece en la sociedad, integrándose en los
carnavales. Ejemplo de pertenencia cultural de estas asociaciones son los grupos de
danzas de congos y bailes del son de negros. Las danzas de congo: el Torito, Congo
Grande, Toro Grande y otras, representativas del Carnaval de Barranquilla desde 1.878,
evidencian rasgos y reminiscencias de los cabildos negros.
2. CÓMO SE ORGANIZA

El folclorista Alberto Londoño3, en su libro “Danzas Colombianas”, describe el


organigrama jerarquizado de las danzas de congos de la siguiente manera:
Cada danza tiene un dueño, un director y un subdirector, además de un primer jefe,
segundo jefe, tercer jefe y hasta cuarto jefe. Dueño es el que funda la danza o la hereda
de un familiar o allegado o la compra ya constituida y con tradición; esta última es muy
importante ya que la jerarquía de una danza depende mucho del tiempo de existencia y
de su participación ininterrumpida en los carnavales; a las danzas nuevas les es muy
difícil alcanzar jerarquía como danza tradicional.

El dueño es quien organiza la danza, la administra y nombra los demás cargos; el


director se encarga de la parte artística, el subdirector lo reemplaza cuando éste no
está, los jefes son quienes encabezan las cuadrillas de negros (negros se les llama a
todos los que bailan en el congo) y cuadrillas son los grupos en los que se subdivide el
congo; algunos directores dividen la danza hasta en tres cuadrillas: cada hilera
corresponde a una cuadrilla y la tercera es la de las mujeres; durante los desfiles cada
jefe es responsable de su cuadrilla pero ellos también se visten de congos y van dentro
del desfile. Los cargos se adquieren por antigüedad, por habilidades, por parentesco
con el dueño y por el lujo de su traje, ya que cada integrante del grupo tiene que
conseguir su propio vestuario; a veces el dueño colabora con algunos materiales pero
la elaboración le corresponde a cada integrante; al parecer, nadie guarda el traje para
el año siguiente, a excepción de la capa, la pechera, y a veces el gorro, a los cuales se
les agregan nuevos adornos , de este modo los más antiguos son los que tienen trajes
más lujosos o, por lo menos, más adornados.
El director, en las danzas de congos, se distingue porque lleva sombrero en lugar de
turbante. Para ellos, ese sombrero es símbolo de autoridad e infunde respeto.
3. MÚSICA Y COREOGRAFÍA
Su organología es menos compleja que en otras danzas y está compuesta por el
tambor cónico alegre, que va desarrollando una base rítmica permanente mientras se
van interpretando versos alusivos a las fiestas, acompañados por una guacharaca (de
70 centímetros de largo aproximadamente), instrumento que se ejecuta friccionando
sus estrías con un trinche de hueso o metal, y por golpes de palmas que cumplen un
papel musical-rítmico importante desarrollando un pulso permanente.

El instrumento protagónico es la voz desarrollando una línea melódica igual para todos
los grupos de congos, verseando sobre temas alegóricos a los mismos congos, a las
reinas del carnaval, a sucesos o anécdotas de las fiestas y se acompaña de un coro
responsorial cuyas voces normalmente repiten la ultima parte de cada verso varias
veces, hasta que es interrumpido nuevamente por el solista para terminar su fraseo
musical.
Otra de las características de estos verseadores es la expresión de júbilo ¡Que Viva!
que suele utilizarse en medio o al final de los versos para elogiar a la reina, a ellos
mismos y a personajes importantes de la vida cotidiana del momento. En esta danza
por lo general participan hombres de edad adulta, con participación activa en la
mayoría de los desfiles programados en el carnaval.
El orden jerárquico --musicalmente-- parte desde el cantador y sigue con tamboreros,
guacharaqueros y respondedores. La estructura del canto es una llamada y su
respuesta, donde hay un solista que guía el canto y le contestan los respondedores.
Hay un golpe de llamada, utilizado para convocar a reunirse, igual que sucedía en las
sociedades tribales
del Africa. También están: el golpe de baile (uno callejero, otro del baile de casa) y un
golpe de retirada.

El ritmo característico de las danzas de congos que aún permanecen en el Carnaval de


Barranquilla conserva el perfil sonoro propio y tradicional de los sones de negro,
aunque mantiene su diferencia por la especificidad de un determinado golpe de
tambor que identifica cada danza (la singularidad de cada golpe va ligada a la
“personalidad” del tamborero que lo ejecuta). Lo anterior permite diferenciar entre sí
e identificar los toques de danzas como El Congo Grande, El Torito, El Toro Grande, El
Perro Negro, El Torito Ribeño, El Congo Reformado y El Congo Carrizaleño. Los
danzantes marchan al ritmo de la música con movimientos de marcación acentuados,
cuatro tiempos hacia la derecha y hacia la izquierda alternativamente, balanceándose
en forma cadenciosa. En actitud guerrera, los brazos pueden llevarse levantados o
blandiendo el machete o la garrocha.
Las mujeres bailan desplazándose hacia la derecha y hacia la izquierda, moviendo los
hombros y con la falda sujeta con las manos para poder batirla. En ocasiones, tanto la
mujer como el hombre dan vuelta sobre sí mismos. La fauna (los disfrazados de
animales) retoza, haciendo la mímica que corresponda.
Existen dos figuras fundamentales en la danza:
el paso de marcha, cuando se desplazan formando una columna de parejas de
hombres enganchados por los brazos en una fila y van describiendo movimientos en
forma de culebreo, de caracol o mariposa. La otra figura es el baile de casa, que se
realiza entre parejas, danzando en un sitio estacionario y rodeado de los otros
miembros del grupo, que hacen palmas.
4. VESTUARIO
El pantalón tradicional es de satín y tiene parches en las rodillas, que son en forma de
copa o cuadros; las botas de los pantalones rematan en arandelas de diferentes
colores; por los laterales llevan cintas y letines. La camisa es manga larga, con pechera
o peto de la misma tela de la capa, las cuales se decoran con figuras de animales
hechas con lentejuelas. Usan un turbante adornado con flores artificiales de colores
muy vistosos. De la parte de atrás del turbante sale una cola --o penca—larga que casi
llega a los talones, adornada con cintas, lazos, encajes, etc.; en la parte delantera del
turbante llevan uno o varios espejos. El hombre va con la cara pintada de blanco y
círculos rojos en las mejillas. Usan gafas oscuras. En la mano derecha portan un
machete de madera con el cual golpean el suelo y en la izquierda un muñeco o una
vejiga de cerdo; en ocasiones, una culebra viva. Las telas usadas por los congos son
brillantes y adornadas con lentejuelas, canutillos, cascabeles, etc.; el director de la
danza, en lugar de turbante, lleva sombreroadornado con cintas de colores, lo cual lo
distingue de los demás. La mujer lleva faldas con volantes (con pollerín), estos son de
los colores que identifican a la danza respectiva. La blusa es escotada, también con dos
o tres volantes y sin mangas. Portan flores en la cabeza y como accesorios, profusión
de aretes y collares.

5. LA TRADICIÓN DE LOS CONGOS


y la Danza del Torito
Una de las más antiguas danzas de congos en el Carnaval de Barranquilla es la Danza
del Torito, que existe desde 1878 en una sucesión de padres a hijos (la familia
Fontalvo, residenciada en Rebolo, uno de los barrios fundacionales de Barranquilla).
Las de congos, como todas las danzas grandes tradicionales del carnaval
barranquillero, tuvieron su origen en los cabildos de negros esclavos de la Cartagena
colonial.
Los señores esclavistas daban licencia a sus siervos africanos para festejar con sus
propios bailes y “toques” de música las celebraciones religiosas cristianas.
Los negros a su vez se organizaban agrupándose por sus naciones de origen. Estos
grupos eran los cabildos, entre ellos el de los negros congoleses (traídos de la vasta
región del antiguo Congo Belga).
Con la abolición de la esclavitud, las danzas de los cabildos desaparecen de Cartagena
pero su música y tradición pasa a ser conservada en las riberas del Canal del Dique,
como parte de los llamados sones de negro. De allí, siguiendo siempre la vía fluvial,
hacia la mitad del siglo XIX viene a dar a Barranquilla y se instala entre las
comunidades populares
de descendientes afrocaribes. Aquí, se concentran inicialmente en el Barrio Abajo (del
Río), donde surgen las danzas del Congo Grande y del Toro Grande. Posteriormente
nacen en el Barrio Arriba (del Río) --ó Rebolo-- las danzas del Garabato y del Torito. El
nombre de esta última danza obedece a que, en sus comienzos, eran mayoría los
disfrazados de toro que los de negros congos pues eran jóvenes disidentes de la “fauna
menor” de la danza del Congo Grande, donde venían siendo relegados a un segundo
plano por sus mayores, ellos sí --casi todos-- negros congos. Hasta hace apenas 15 o 20
años, las danzas de congo hacían gala de su condición guerrera y protagonizaban
verdaderas batallas campales contra congos de otros barrios u otras danzas rivales,
usando principalmente como arma el machete de madera o la vejiga de cerdo. Los
congos ganadores del combate callejero terminaban humillando y pisoteando la
bandera de la danza rival. Quizá por esta razón de fuerza, las danzas de congos no
admitían en principio mujeres sino, a lo sumo, hombres disfrazados de mujer.
La máscara del disfraz de torito es (entre las de fauna, pues también las hay de tigre,
burro, perro, pantera, mico, gorila, elefante, pájaros diversos)
quizá la más conocida y tradicional del carnaval barranquillero. La máscara puede ser
de madera o moldeada en papier maché. Predominan en la máscara del Torito los
colores blanco, negro, amarillo y rojo. Sus cuernos son auténticos del animal y sus
puntas van festonadas con cascabeles, cintas y pañuelos multicolores. En esta máscara
existe la fuerte presencia de un antiguo tótem tribal, donde el mito universal del toro
(como virilidad, bravura, vitalidad y poderío) vino a simbolizar sus vertientes africana y
mediterránea mediante un fenómento sicrético tan envolvente y arrollador como es el
Carnaval del Caribe --en este caso--, por antonomasia, el Carnaval de Barranquilla.
EL CONGO

TRABAJO DE TECNOCIENCIA

UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR

INTEGRANTES:

CLAUDIA MILENA DIAZ SUAREZ

CARLOS CACEREZ PEREZ

LEIDY PALACIOS MORENO

PROFESOR:

TOMAS CABALLERO

SEMESTRE

MEDICINA GRUPO B

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