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BIBLIOTECA CIDE

Humanidades Jean Carpentier


y Fran<;:oisLebrun (dirs.)

Breve historia
d~ Europa
----.I---E-I-l-(;9la-hQ-F<lGié-H-EE>n
J.-P. Arrig~on, J.-J. Becker,
D. Borne, E. Carpentier,
J.-P. Pautreau y A. Tranoy

I:J El.libn? de bolsillo


HIstona
Alianza Editorial
-1
Título original: Histoire de /'Europe
Traductor: Mauro Armiño
Adaptación de los textos y de la bibliografía: luan Pro Prólogo
,e
e
Primera
Segunda
edición en «El libro de bolsillo»: 1994
reimpresión: 1998
e
Primera
Primera
edición en "Área de conocimiento: Humanidades»: 2004
reimpresión: 2006 e
Diseiio de cubierta: Alianza Editorial
Esta Breve historia de Europa, que aparece tres años después
de la Historia de Francia realizada bajo la misma dirección y
e
Cubierta: Ángel Uriarte con un equipo semejante en parte, se sitúa en la misma ópti-
ca y se propone los mismos objetivos: ofrecer no sólo a los .-
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la
enseñantes de historia, sino a todas las «honradas gentes» ,.
Ley. que establece penas de prisión y/o multas. además de las correspondientes preocupadas por la cultura general, un relato simple y claro
indemnizacio,nes por daños y perjuicios. para quienes reprodujeren. plagiaren. de la historia de Europa, desde los orígenes a nuestros días . .-
distribuyeren o comunicaren públicamente. en todo o en parte. una obra litera-
Concebido y comenzado en 1987, este libro no debe nada, ••
ria, artística o cientítlca, o su transformación, interpretación o ejecución artís-
tica lijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier me- por tanto, a los acontecimientos que han visto, en Europa
dio. sin la preceptiva autorización. del este, el desmoronamiento de los regímenes comunistas .-
y, en Europa occidental, la aceleración hacia la unidad polí- ••
tica. Aunque preocupados por «apegarnos», en sus últimas

e
@ Éditions du Seuil, 1990 et 1992
páginas, a una actualidad europea en pleno movimiento,
@ Ed. cast.: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1994, 1995, 1998,2004,
este libro traza una serie de miradas hacia el pasado a fin de
2006
Calle luan Ignacio Luca de Tena, 15; facilitar su comprensión. Tanto mejor si, por añadidura,
28027 Madrid; teléfono 91 3938888
www.aliaPlzaeditoriaJ.es
ISBN: 84-206-5723-9
ayuda a esclarecer el presente más inmediato.
Al igual que nuestra Historia de Francia no pretendía ser
en absoluto una historia de la formación de la unidad france-
e
Depósito legal: M. 17.745-2006 sa concebida como una entidad predeterminada, esta Breve
Fotocomposición e impresión: EFCA, s. A. historia de Europa es, sencillamente y sin presuposiciones, la .-
Parque Industrial "Las Monjas» historia de un espacio geográfico definido bastante pronto •

e
28850 Torrejón de Ardoz (Madrid) entre el Atlántico y los Urales, en cuyo interior se han desa-
Printed in Spain
rrollado, desde los orígenes de la humanidad, múltiples

j 7
e 8 lEAN CARPENTIEI{, (;RA~(;( liS 1.t.BRl::-';

e acontecimientos que han forjado poco a poco cierta identi-


dad europea. La herencia grecorromana, el cristianismo, la
aportación de los pueblos llamados «bárbaros», la expansión
Introducción:
Europa, la palabra y el espacio
e al otro lado de los mares a partir del siglo xv, la lenta instala-
ción de Estados soberanos, el fracaso de las tentativas hege-
mónicas de uno de esos Estados -de Carlos V a Luis XIV, de

e Napoleón a Hitler-, la emergencia de una unidad europea


realizada no por la fuerza, sino por consentimiento mutuo,
son algunos de los puntos fuertes de esa historia.
Contar semejante historia en unas ochocientas páginas

e suponía un reto en la medida en que, lejos de limitarse sola-


mente a la historia política, los autores han querido otorgar

1-. el puesto que merece a la civilización europea en sus diver-


sos aspectos. Por ello, ha sid_o_p-reciso_atene~se-a-IQ-€SgfH~ia-J-cv---I----
hacer sacrificios que ciertos lectores tal vez lamenten. El re-
lato se ha dividido en capítulos numerosos y relativamente
_
«En cuanto a Europa, no parece que se sepa ni de dónde ha
sacado su nombre ni quién se lo ha dado.» Cinco siglos an~

e breves, reagrupados en cinco grandes partes ydistribuidos a


su vez en varias secciones, para facilitar su lectura. Cada uno
de estos capítulos se remata con uno o varios textos o docu-
tes de Cristo, Heródoto confiesa una incertidumbre que to-
davía dura. No sabemos más que entonces de dónde viene la
palabra, ni lo que representó en el espíritu de quienes la em-

e mentos brevemente presentados. Al final del volumen, un


glosario define las palabras marcadas con un asterisco; una
cronología y una serie de mapas proporcionan los puntos de
pleaban, ni los límites espaciales en los que la inscribían ...
Y, sin embargo, Europa existe.

referencia indispensables en el tiempo y en el espacio; la

e
~';;;Q-.¡

presentación de algunas dinastías europeas pone de relieve Europa, la palabra, la historia y la leyenda
la red de relaciones entre las potencias del continente en di-
ferentes épocas; una serie de estadísticas, limitadas en su Había una vez en Tiro una princesa que se llamaba Europa.
e mayoría a los siglos XIX y XX, trata de situar la presencia eu-
ropea en el conjunto mundial; y una bibliografía da las pis-
tas que permiten ir más lejos. Finalmente, dos índices de
Una noche, mientras estaba en su cama en el palacio del rey
Agenor, su padre, tuvo un sueño: dos tierras, que tenían el
aspecto de dos mujeres, se peleaban por ella, la «tierra de

e nombres propios y un índice detallado de materias tienen


por objeto facilitar el manejo del libro.
Éste cumplirá el objetivo que le han asignado sus autores si
Asia» y la «tierra de enfrente». La primera quería protegerla
y guardarla, la segunda quería, por voluntad de Zeus; llevár-
sela sobre las olas. La princesa despertó intrigada, luego

e proporciona a los lectores un manual cómodo que les permi-


ta aprehender mejor el pasado de nuestro Viejo Continente. i
prosiguió sus actividades y sus juegos. Con otras princesas
amigas suyas se fue a coger flores a la orilla del mar. Y fue
t

-
entonces cuando un toro, magnífico y manso, apareció y la
J ean CARPENTIER y Fran~ois LEBRUN convenció para que montase sobre su lomo, cosa que

1 9
r
10
"REVE IlISTORIA DE EUROPA INTRODUCCIÚN. EUROPA. lA PAI.ABRA Y El. ESPACIo lJe
la princesa se decidió a hacer no sin vacilación. Entonces el tro continente y, a finales del siglo XVI, Caesare Ripa dice_
toro se elevó, huyó hacia el mar y, mientras franqueaba las claramente que Europa es hija de Agenor, pero que también.
olas, le reveló que era Zeus y que, muy enamorado de ella, representa al continente bajo la forma de una maravillosa
había tomado esa forma animal para raptarla. De este modo dama. _
Europa llegó a Creta, se unió al toro y se convirtió en «ma- De este modo, Europa sería princesa y continente. Pero.
dre de nobles hijos». Pero, mientras tanto, Agenor, que se también existen otras tradiciones que hacen de Europa una
inquietaba por la ausencia de su hija, envió a sus hijos a bus- de las Oceánidas, hijas de Océano y de Tetis, o aquella que
carla. Uno de ellos, Cadmo, fue a pedir consejo a la Pitia de afirma que se unió a Poseidón y trajo al mundo a Eufemo,e
Delfos, y, siguiendo su opinión, abandonó la búsqueda pero uno de los Argonautas, compañeros de Jasón cuando éste
persiguió a una vaca que había de indicarle, en el lugar en
que cayera de agotamiento, el sitio donde debía construir
una ciudad: esa ciudad fue la ciudad de Tebas, con su forta-
leza, la Cadmea.
buscaba el Vellocino de oro. Incertidumbre, por consi-
guiente, 9ue no resuelve la etimología, dado que no es seguro
el origen mdoeuropeo que se da a la palabra; para algunos se
e
trata de un término egeo prehelénico, que opone un hirib,
Ése es, brevemente resumido, el principal manojo de le- Europa, que significa «Poniente», a a~ou, Asia, que significa_
yendas griegas reagrupadas en torno a la palabra «Europa». «Oriente». •
Muestran a la vez la construcción de un espacio que se indi- Hay además otro linaje, cristiano y más tardío, que parte
vidualiza en relación a Asia y la ambición de éste de cons- de la misma preocupación por distinguir el continente euro- _
truirse un mundo nuevo. Podríamos detenernos ahí y que- peo, pero que pone en cuestión el nombre mismo de Euro- •••
darnos sólo con el nombre de Hesíodo, primer autor que pa. En efecto, en el siglo IV, San Jerónimo y San Ambrosio
cita el nombre de Europa, o el de Mosco, autor alejandrino vuelven sobre los capítulos 9 y 10 del Génesis, sobre la histo- _
del amable idilio que acabamos de recordar en parte: Pero la ria de Noé, y adscriben a cada uno de sus hijos un territorio:.
posteridad de la leyenda es demasiado grande para no te- Cam, el hijo irrespetuoso, recibió África; Sem, Asia; y Jafet,
nerla en cuenta. Roma la difundió por todo el Occidente. En Europa. Una confusión entre Jafet, hijo de Noé, y Japeto,
sus Metamorfosis, Ovidio la repite. Las escenas del rapto de uno de los Titanes, padre de Prometeo, permitirá enlazar e
Europa o de la travesía del mar decoran los muros de Pom- con el pasado grecorromano y autorizará a Guillaume Pos-
peya (¡diecisiete ejemplares encontrados!) y los de las casas tel a decir, en el siglo XVI, que Europa habría debido llamar-
de Italia, la Galia, Britania y Germania. La Edad Media y los se Jafetia, y a Bossuet a decir, un siglo más tarde, que «Jafet_
tiempos modernos han continuado esa tradición, sobre pobló la mayor parte del Occidente [y] ha seguido siendo.
todo mediante la imagen. Hay manuscritos medievales de célebre bajo el nombre famoso de Japeto».
Ovidio ilustrados con las aventuras de Europa. El Perugino, Subsiste todavía la interrogación de Herodoto. Pero los_
Veronese, ]6rdaens, y más aún Boucher, ya en la Europa de mitos así relacionados son portadores de enseñanza porque.
las Luces, acuden a ellas para inspirarse.
ayudan a comprender cómo han ido determinándose poco a
Esa permanencia prueba evidentemente la continuidad poco los límites de Europa. En primer lugar, en los tiempos_
de un gusto por la Antigüedad. Pero también ayuda a dar griegos, fue el Mediterráneo oriental el que se convirtió en"
cuerpo a la entidad europea. Boccaccio y Cristina de Pisan
observan que la princesa Europa ha dado su nombre a nues-
lugar de confrontación de las tres tierras que separan el ist-
mo de Suez y el Bósforo, y es ahí donde nace la preocupa- e
el 12
8H.EVE HISTORIA VE EUROPA
INTRODUCCION. EUROPA. LA PAI.AHRA Y El. ESPACiO 13

e ción por distinguir Libia o África, Asia y Europa. En estos lu-


gares, las topografías son conocidas y los límites visibles. Pero
en otras partes no hay nada y se necesitarán siglos para com-
un Consejo de Europa que dominase once monarquías y
cuatro repúblicas, pero excluía de ellas a Rusia. Saint-Si-
mon, en 1814, quería «reorganizar la sociedad europea» y

e prender que África tiene sus límites propios, Asia los suyos,
y que Europa los tiene, pero mucho menos de lo que se cree.
En tiempos de los romanos, Estrabón y Plinio el Viejo des-
Victor Hugo, en 1851, hablaba de los Estados Unidos de Eu-
ropa. Pero no ha sido hasta nuestro siglo cuando el príncipe
Coudenhove-Kalergi ha podido intentar una acción que
criben la franja mediterránea y, en su extremo, las columnas

e de Hércules, las orillas atlánticas de la Península Ibérica, de la


Galia y del sur de las Islas Británicas. Pero en el interior de
las tierras, en el norte, más allá del Rin, de los Alpes y del Is-
quería concreta para realizar su «Paneuropa»; y sólo en estas
últimas décadas las instituciones han asumido el calificativo
de «europeo» para realidades que, por otra parte, sólo lo
eran de forma incompleta.
A ter (Danubio), allí donde habitan los germanos, los getas o
• esos sármatas asentados a lo largo del Tana"is(Don), todo es
incierto. Ptolomeo, a mediados del siglo 11 d.C., sigue cre-
Europa y su espacio
yendo que Escandinavia es una isIUlLeLocéanO--Sa-Frná-t-ie¡')-;---
• ASI ocurre durante siglos, como demuestra esa alegoría del
Sea lo que fuere de la confusión de las palabras y de las re-
siglo XVI que imagina a Europa bajo los rasgos de una Vir-
presentaciones y realidades que éstas amparaban durante el

e gen coronada, con España por cabeza, Francia por corazón,


e Italia e Inglaterra por brazos, mientras el horizonte borro-
so de las llanuras rusas le sirve de vasta capa de pliegues in-
transcurso de los siglos, ahora hay una Europa. Existe y se
ha llegado a un consenso que permite decir lo que es y cuá-
les son sus principales caracteres.
ciertos. Cuando, todavía en el siglo XVIIJ, Montesquieu man-
e da dibujar un mapa de Europa, lo hace terminar en el Volga,
y Voltaire, por su lado, propone que se defina un «continen-
Ante todo, hay que definir ese espacio europeo. Porción
del bloque asiático, comprendido entre el Atlántico y los
Urales, el océano Glacial Ártico y el Mediterráneo, el,detalle
te ártico» que iría del Báltico a China. Pero, durante ese

e tiempo, el cosaco Yermak había iniciado haCÍa mucho la


conquista de Siberia franqueando los Urales. Progresiva-
mente se admitirá otorgar a esa línea de relieve la función de
de sus límites plantea pocos problemas. Por el este¡~e'sla lí-
nea de crestas de los Urales y el eje que, en prolongación de
éstos, llega al mar Caspio. Por el sur, es el Cáucaso -pero

e límite, que autentifica hoy, en el kilómetro 1.777 del Transi-


beriano, el obelisco que marca con dos inscripciones flecha-
das, hacia el este, la dirección de Asia, hacia el oeste, la de
¿hay que adjudicar a Europa o a Asia ese monte Elbruz, cu-
yos 5.633 metros de altura destronan los 4.807 metros del
Mont B1anc?-, el mar Negro y el Mediterráneo con todas sus
islas. Por el oeste, es el océano Atlántico, con varias islas,
e Europa.
Resulta superfluo, por último, decir que la idea de un po-
der político que asegure la gestión de un espacio político
con Islandia pero no con Groenlandia, con las Islas Británi-
cas y, a 1.000 y 1.400 kilómetros del continente, Madeira y
las Azores. Por el norte, finalmente, la parte del océano Gla-

e concebido de forma tan confusa, sólo podía nacer tardía-


mente y gracias a visionarios y soñadores en una primera
etapa. A mediados del siglo XVII, Sully, retirado de los asun-
cial Ártico que ocupan el archipiélago de Svalbard", junto
con Spitzberg, el mar de Barents, la isla de Nueva Zembla y
el reborde occidental del mar de Kara.
tos públicos, imaginaba en sus Sages el Royales Économies

e
., 14
I BREVE

Un continente pequeño, abierto, bien situado


HISTORIA DE EUROPA
INTRODUCO()N. EUROPA, I.A PAI.ABRA Y El. ESPACIO
158
Francia, la Gironda penetra las tierras aquitanas hasta una a
Ese conjunto tiene, por su tamaño, por su forma y por su profundidad de 75 kilómetros. Esa cuasi omnipresencia ••
posición en el globo, caracteres específicos. En primer lugar, marítima puede expresarse además en otros términos: nin-
es pequeño. Con sus 10 millones de km2, Europa sólo Ocupa
el 7% de las tierras emergidas mientras que Asia ocupa el
30%, América el 28% y Africa el 20%; 4.000 kilómetros se-
gún punto de Europa está a más de 700 kilómetros del mar,
excluida Rusia, o a más de 1.600, si la incluimos, mientras
que en Asia esa distancia se eleva a 2.500 kilómetros. Puede
e
paran el cabo Norte de Creta, 4.300 ese mismo cabo Norte
del extremo suroeste de Portugal y 5.000 Lisboa de los Ura-
les. Ahora bien, en los otros continentes, las distancias má-
expresarse por último por los 400 kilómetros que separan el
Atlántico del Mediterráneo respecto a los Pirineos, o bien el
mar Blanco del golfo de Finlandia al sur de la península de
e
ximas Son del orden del doble: 9.000 kilómetros de Ankara a Kola; por los 900 kilómetros que separan el sur de Dina-
Tokio, 8.000 de Argel a El Cabo, 8.500 de Nueva York a Bue- marca del sur del Adriático; y por los 1.I 50 que separan -o _
nos Aires. acercan- el Báltico y el mar Negro.
Además, es un continente abierto y ampliamente pene- En relación con el conjunto del globo, por último, el con-
trado por los mares. Más que rodeada por las aguas, la pe- tinente europeo tiene una posición doblemente característi- _
nínsula europea está penetrada por ellas. Entre las tres ca. Situado entre los 35 y los 71 de latitud norte, y al oeste
0 0
.,
avanzadas de tierras que han sido comparadas respectiva- del bloque eurasiático, evita completamente las zonas tropi-
mente Con un adoquín, con una bota y con un guante, en cales, avanza muy poco en las zonas polares -del 6 al 7% de _
medio de las islas, grandes y poco numerosas en el oeste, su superficie-, y puede abrirse a las influencias suavizantes •
innumerables y pequeilas en el este, el Mediterráneo hace de los grandes vientos del oeste.
pasar las ramificaciones tirrena, adriática y egea y, por el Situado en el corazón del «hemisferio de las tierras» -to- _.
mar de Mármara, se une al mar Negro y al mar de Azov, mando la región nantesa por polo oponemos de la forma .,
que a su vez se comunicaban hace varios millares de ailos más exacta posible el hemisferio que reagrupa el máximo de
con el mar Caspio y el mar de Ara!. Por el oeste, el océano tierras emergidas y un «hemisferio de los mares», donde sólo
Atlántico avanza entre la cordillera Cantábrica y la Bretaila subsisten la Antártida, Australia, Indonesia y la parte afilada _
hasta el final del golfo de Gascuila, pero, sobre todo, insi- de América del Sur-, se beneficia, al menos teóricamente, de
nuándose en las islas y penínsulas; el Canal de La Mancha, una particular capacidad de relación con las demás tierras
el mar del Norte yel Báltico con sus dos apéndices, los gol- del globo. Y son esas interacciones las que ya subrayaba, en _
fos de Botnia y de Finlandia, penetran hasta el corazón del 1873, Vidal de La Blache cuando, inaugurando su enseñan-
continente. Por último, por el norte, y de la misma forma, za en la facultad de letras de Nancy, daba a su clase de aper-
el mar de Barents se adentra por suelo ruso a través del tura consagrada a Europa este título revelador: «La península _
apéndice del'mar Blanco. Penetración por los mares por europea, el Océano y el Mediterráneo». •

-e
tanto, pero también por los fiordos y los estuarios: en No-
ruega, el fiordo de Sogne se adentra 150 kilómetros en tie-
rra, en las Islas Británicas las escotaduras costeras del este y
del oeste reducen las tierras a veces a simples istmos y, en

"----
e 16

Un continente diverso, contrastado,


BREVE HISTORIA DE EUROPA
INlRODUCCJON. EUROPA, LA PALABRA Y J:l E~PAUU /7

e raramente hostil a la implantación humana del Atlas marroquí al Himalaya, englobando las cuencas
hundidas del Mediterráneo, incluyendo brazos de mar que
se llenarán de aluviones (llanura panonia, llanura del Po), e

e Desde un satélite, o desde un observatorio imaginario situa-


do encima de los Urales, es desde donde mejor podrían ver-
se dibujados los grandes conjuntos que forman el continen-
te europeo. En primer plano, la gran llanura triangular que
incorporando porciones de zócalos y de rocas antiguas que
unas veces se rompen, se hunden o se alzan, otras resisten y
sirven de contrafuertes a 'cuyo alrededor se moldean los ple-
gamientos (Meseta española). " .

e prolonga, más allá del burlete de los Urales, la de Siberia oc-


c~dental, con varios miles de kilómetros de anchura en Ru-
Sla, de 600 en Polonia, de 200 en Alemania, y cuya punta
La otra historia es más breve. Mejor conoCida, v1V1daen
parte al menos por el hombre, es la de las ?randes glac~acio-
nes e interglaciaciones de la era cuaternana, que se extiende

e acaba en el Flandes francés. A lo lejos, por el noroeste, la li-


mita un borde montañoso que va de las Islas Británicas al
cabo Norte. En toda la parte sur, la enorme barrera alpina,
a lo largo de los cuatro últimos millones de años. La caracte-
riza la inestabilidad climática con la diversidad de faunas y
Horas que de ella se desprende. En cuatro ocasiones, en el
flanq~eada por macizos antiguos que ella misma h.a~ky - . -¡:~IÜm0-ffimóf}-de-añfrS)se-h<tn-sucediÜ(Jgrandes enrri-a-m-I'-en------
-e-tade~Y--P{)f~Harruras que ella ha hundido, y que se extiende tos y grandes recalentamientos. Los glaciares polares han
desde la cordillera Cantábrica a los Alpes, los Cárpatos y el descendido hasta Londres, Alemania central y el curso me-

e Cáucaso.
Una larga historia geológica y climática explica esa divi-
sión, y podemos evocarla en dos fases de longitud muy desi-
dio del Don; desde los Alpes, los glaciares han alcanzado la
región de Lyon y el valle del Danubio, mientras que la re-
tención del agua por los hielos hacía bajar el nivel de los
gua!. La una abarca los períodos anteprimario, primario, se- mares. A la inversa, sobre el suelo europeo han reinado los
e cundario y terciario, y ve formarse los grandes conjuntos
europeos. La otra, mucho más breve, dibuja la vida del
hombre en la época cuaternaria. En el punto de partida, por
climas cálidos y ha brotado el bosque tropical; el límite nor-
te del bosque ha subido hasta el mar de Bart¡nts, 500 kiló-
metros al norte del actual límite. Se ha podigC:.))calcularque

e tanto, están los escudos anteprimarios de la llanura rusa y


del espacio que en la actualidad Ocupa el mar Báltico. Están
rodeados de fosas de sedimentos que se levantan en la era
hace sólo 20.000 años, antes de la última fase glacial, el Bál-
tico, el mar Blanco y el mar de Barents por un lado, el Cas-
pio y el mar Negro por otro, se comunicaban entre sí,

e primaria en dos pliegue.s; uno, el caledoniano, abarca las ac-


tuales Inglaterra, ESCOCia,Noruega; yel otro, el herciniano,
se extiende desde el conjunto España-Francia-sur de Irlanda
~
!
I
mientras Escandinavia se beneficiaba de tem~eratur.as. in-
vernales superiores en 100 a las actuales. Pero VIllOla ultima
fase glacial (llamada «Wurm» en el oeste y «Valdai» en ~I

e hasta Bohemia. Durante la era secundaria, esos plegamien-


tos van a e¡osionarse mientras el sur del océano -el mar de
Tetis- que separa África de Eurasia se colma de sedimentos.
este) y los hielos flotaron en el Atlántico a la altura de GI-
braltar, mientras el invierno escandinavo sufría temperatu-
ras inferiores en 150 a las de hoy. Y el interglacial que cono-

e Y, en la era terciaria, es esa parte la que pone en movimiento


el desplazamiento hacia el norte de la enorme placa africa-
na. Ésta tropieza con la placa euroasiática, forzando a los se-
dimentos a plegarse, y construye la inmensa cadena que va
cemos, y que empezó siendo mucho más cálido y húmedo
que en nuestros días, sólo durará un tiempo, que tal vez el
hombre _y éste es un hecho novedoso- se encargará de
alargar o de abreviar.

I
e
18
BREVE HIST( )RIA 1)1: ELJH(

Estos cambios de climas, estos movimientos de glaciares,


han terminado por dibujar el detalle de la fisionomía de Eu-
H)A
INTRODUCClO!\'. i:L'IH)I'A, I.A P:\l AIlHA r El. ESPACIo

Todos estos elementos concurren pues a abrir el cara


,
ropa. Los glaciares han ahondado los fiordos, pero su des- nente a las comunicaciones. Aunque no son fáciles, no"
hielo ha permitido ese levantamiento de las rocas caledonia- menos cierto que siempre son posibles. Por un lado, están
nas antiguas que crea la ilusión de los «Alpes noruegos»; los accesos periféricos. Accesos periféricos por los mares, lA
han dejado sobre un suelo acanalado por la erosión la infini- estuarios y los grandes ríos, de los que poco a poco se d_
dad de lagos de Finlandia y de Rusia; han depositado «restos pondrán mediante redes de canales, pero acceso terrestre
de agrietamiento», a menudo in fértiles, sobre la Europa cen- también por el importante umbral de Turgai, entre el Ura~
tral, pero también, cuando el viento permitía la acumula- el Caspio, que tomarán todos los invasores procedentes.
ción de granos más finos, los ricos suelos que se encuentran Asia que se adentren en la masa europea, receptáculo nece-
desde las llanuras de Ucrania a las lowlands de 1nglaterra. sario de todos los movimientos de población del este hacli.,
Han desgastado los macizos y ampliado los valles que, como el oeste. •
el lnn en el coraZÓn de los Alpes, vuelven accesibles las ca- Pero también son posibles los enlaces internos, incluso
denas'de montañas.
aunque convenga matizarlos. Cierto que los espacios llanos
Diversidad de paisajes por tanto, y también diversidad de del norte plantean pocos problemas, lo mismo que los reli.
climas o más bien inestabilidad. Su latitud sitúa la parte ves periféricos del conjunto alpino. En el transCurso de IP
esencial de Europa en contacto con las masas de aire polar siglos y en grados diversos, los grandes ríos que los recorren
frío y tropical calieme, y hace de ella el lugar de su enfrenta- -Sena, Rin, Flba, Valga o Danubio, por citar sólo éstos- h~
miento. En la parte occidental, las influencias doblemente sido vías de comunicación y de civilización. Cierto tambie"
suaves -por los vientos y por las corrientes marinas- del que las montañas no son en modo alguno infranqueables:
océano prolongado por los mares interiores se añaden e in- vascos y catalanes, en cada extremo de los Pirineos, está_
crementan la inestabilidad. Pero, casi con la única excepción ahí para decir que la montaña une más que separa; Bolzan"
de los territorios situados aproximadamente al norte del pa- y Mittenwald en relación al Brennero, Gemona y Villach en
ralelo 65° de latitud norte, estos movimientos introducen en relación al Tarvisio, están ahí para decir que las ciudades a~
todas partes un clima templado soportable por el hombre. pinas han podido prosperar gracias al tráfico de mercancí..,
Los rigores no faltan, desde luego; el.calor seco del estío me- a uno y otro lado de la montaña. Pero también conviene ha-
diterráneo golpea al ciclo vegetativo, la incertidumbre de las blar de la función de refugio, de protección y de aisla mienta
precipitaciones oceánicas hace temer constantemente el ex- que cumplieron las montañas balcánicas a lo largo de los S'W
ceso o la insuficiencia de agua para las cosechas en las regio- glos, y también -prueba a contrario de las dificultades en-
nes occidentales, yel frío del enorme anticiclón siberiano contradas antes- la mejora que aportaron el acondiciona-
aprisiona al país, durante el invierno ruso, bajo el hielo y la miento de los puertos de montaña y la excavación d_
nieve, mientras el calentamiento primaveral lo aprisiona de túneles. Por tanto, tal vez todo puede ser franqueable, pero
nuevo bajo el barro y las aguas de deshielo. Pero en ninguna con el trabajo del hombre.
parte, dejando a un lado las zonas polares y de alta montaña, y por ahí hemos llegado al paso que no hay que dar. NcA
existen dominios tan inhóspitos como el Sáhara, el Himalaya se puede negar que Europa está en el corazón de tierra"
o la Amazonia, en África, Asia o América. emergidas, bajo un clima templado, que posee suelos fértiles
y que Ocupa un territorio fácilmente penetrable donde e_

~
e 20
BREVE HISTORIA DE EUROPA
P""'"

e posible la circulación. ¿Hemos de deducir de esto alguna


predisposición de este continente para desempeñar un pa-
pel particular en la historia del mundo? Siempre puede uno Primera parte

e convencerse de ello. Obnubilados por la aventura de Alejan-


dro o los tiempos de la expansión colonial, deberíamos ex-
plicar entonces las fases de regresión, cuando los árabes, los
mongoles, los turcos o los americanos acampaban en el co-
Emergencia de Europa

e razón del continente. También habría que explicar por qué


los egipcios y los mayas han desarrollado su civilización en
regiones no templadas y probar que el tiempo es clemente

e en el Chan-si yen el Chen-si, cunas de la civilización china,


cuando no lo es. Habría que decir que el Rin yel Sena han
sido ejes importantes de la vida europea, además de explicar ~t

I-e-
I
I
por qu~ el VoIga no lo ha sido y, mirando hacia.-Q.tFe-eonti=---j1
-D€-fite,ver-si-/os amen canos en su marcha hacia el oeste tu-
vieron en Cuenta la red aparentemente tan favorable de un
i

le
I
conjunto Missouri-Mississippi, que está orientado norte-
sur. Egipto era un don del Nilo, decían. Sin duda, pero un
don del Nilo y de los egipcios. Traslademos la frase ... Euro-

l. pa es simplemente lo que de ella han hecho los europeos.

e
e
e
e
:e
e
1. La Europa prehistórica:
"';de los predadores a los campesinos
e
Entre el horno erectus, que tielle unos dos millones de años, y el
e
productor, ganadero y cultivador, que vive hacia el 4000 a.c., se
produjo una evolución que ha estado marcada por el dominio
delfuego hacia -350000, la sustitución progresiva del hombre de
e

,Neanderthal por el horno sapieos, sapieos que puebla Europa
hacia -35000 y la eclosión del arte en el Paleolítico superior. So-
bre espacios que van de los l3alcanes, lugar donde se encuentra
.la huella más antigua de economía de producción, hasta las cos-
e
tas atlánticas, se pone en práctic{l una colonización del suelo eu-
ropeo y, con ella, una relativa homogeneización de los géneros
de vida.
e
J
': e
e
I
El pasado de Europa, durante Centenas de miles de años, sólo
nos es conocido por huellas tenues que han resistido al des-
gaste de los tiempos. Para los períodos más remotos, algunos
útiles de piedra y hueso, escasas huellas de hábitat y restos de
comidas, a veces obras de arte y excepcionalmente restos hu-
manos, permiten captar esa lenta evolución. Descubrimos el
e
dominio de grupos de cazadores-recolectores en las tierras li-
bres de hielos, los progresos de sus técnicas, las modificacio-
nesde su espiritualidad, luego el paso, hacia el 8000 a.c., a
e
una economía de producción. Para las épocas protohistóri-
cas, documentos más abundantes, a veces textos, constituyen
testimonios privilegiados que aclaran aspectos hasta entonces
e
mal percibidos de la vida de los primeros europeos -desarro-
llo de nuevas clases sociales (artesanos, guerreros), organiza-
ción política del territorio, inicio de la urbanización ...- y per-
miten un enfoque ya casi histórico de los acontecimientos.
e
23 e
le 24
HRIXE JII~TlHI.IA DE EvlHJPA 1. LA EUROPA PREHISTt)RICA: DE LOS PREDADORES A l.OS C:\.\IPESINOS 25

Los primeros habitantes de Europa


e
I
fantes en Torralba, España), de cosecha, de recolección de
conchas. Las herramientas conservan huellas de descuarti-
Hace 10 millones de años, se encuentran homínidos en Eu- zamiento, de recorte, pero también del trabajo de la piel y
ropa (Grecia) y África. No se conoce la evolución de la rama
e europea. Es en la familia africana de los homínidos donde
emergen, hace cuatro millones de años, los *australopitecos.
del hueso. Las chozas corresponden a paradas temporales
de caza (Terra Amata, cerca de Niza). El dominio del fuego,
hacia -350000, ve la organización de la vida en torno a unos
Dos millones de años después, más evolucionados, aparecen

e los hombres. Los dos grupos, cuya cohabitación está atesti-


guada, poseerían un antepasado común: el australopiteco
afarensis (el/la célebre Lucy). Entre los hombres, si el género
focos (Vertesszollos, Bohemia) y la disposición interna de
hábitats (gruta de Le Lazaret, Niza). Los vestigios posterio-
res a -200000 se encuentran en buena parte de Europa: la
mayoría corresponde a un nuevo utillaje de piedra que co-
e horno habilis (los primeros tanto en concebir y realizar una
herramienta como en acondicionar un hábitat) se encasilla
en África, otro, el horno erectus, se desparrama hace dos mi-
nocerá su apogeo, entre -100000 y -30000, con el hombre
de *Neanderthal.

I~e
I
llones de años por el Antiguo Mun.dQ~constitu-y:g...@l-pfi-mer~i
""poblamIento conocido del género horno.
Europa del norte bajo los hielos y, de Crimea al Atlántico,
el hombre de Neanderthal (de -80000 a -35000)

le Hace dos millones de años, el homo erectus


a la conquista del territorio europeo
A principios del último período glacial, los habitantes de
Europa pertenecen a una rama extinguida de la evolución

e El horno ereetus va a evolucionar en Europa de forma origi-


nal. Yacimientos del Macizo Central francés, como Soleilhac
y La Rochelambert, Le Vallonet en la Costa Azul, pero tam-
humana. Los yacimientos y restos fósiles exhumados desde
Gibraltar a Bélgica y desde Charente a Crimea permiten un
buen conocimiento de estos hombres y sus actividades. Los
neanderthalenses, rechonchos y de talla media, viveN en
e bién en Italia, en Alemania, en Istria y en Bohemia, atesti-
guan una presencia humana anterior a -700000. Se tallan
entonces piedras y huesos, pero no se conoce el fuego.
grupos de varias decenas de invididuos que recorren elbos-
que de las regiones mediterráneas y sobre todo las tundras
arbustivas y abundantes en caza que se extienden desde la

e El fósil humano más antiguo del continente, encontrado


cerca de Heidelberg, data aproximadamente de -650000;
a partir de esa época, los yacimientos de anteneandertha-
Bretaña a los Urales. También los encontramos en el bosque
boreal que bordea el mar del Norte y el Báltico.
Según las variaciones climáticas y las regiones, ocupan

e lenses se vuelven más numerosos en la Europa libre de hie-


los, desde España hasta Azerbaiyán pasando por el Rosellón
(Tautavel) y Alemania. El utillaje evoluciona: el achelense
chozas al aire libre o acondicionan grutas. Campamentos
de caza, canteras de talla, lugares de despedazamiento
muestran el papel jugado por las actividades predadoras.
,e (que deriva su nombre de la localidad de Saint-Acheul, en el
Somme), que se extingue antes de -200000, utiliza numero-
sas hachas bifaciales. Los yacimientos muestran actividades
Su caza preferida siguen siendo animales de tamaño. medio
(caballos, cérvidos, jabalíes ...). La pesca persiste como acti-
vidad menor, y la recolección parece que fue practicada en
de caza que se vuelve especializada (predilección por los ele-

e todas partes. Las técnicas de talla elaboradas, aparecidas


26
BREVE JiISTOHIA

hacia -200000, proporcionan un utillaje de piedra variado:


DE EUHOPA 1. LA EUROPA PREHlsn)RICA: PE LoS PREPADOi{ES A lOS l-A~U'ESINOS 27 e
rascadores, cuchillos, puntas, *bifaciales ... El conjunto de
tipos de útiles y sus diferentes técnicas de corte 1/evan a dis-
tinguir unas «facies» en el seno del *complejo musteriense:
del clima (Dinamarca podrá ser ocupada hacia -15000; el
sur de Escandinavia, sólo hacia -8000), en unos paisajes de
estepas frías. Los grupos regionales muestran muchas diver-
e
se trata probablemente de tradiciones regionales (Francia,
Alemania, Europa del este) vinculadas a actividades espeCÍ-
ficas. Algunos objetos anuncian los del Paleolítico superior.
sidades. No es el elemento más representativo sino el más
resistente al desgaste del tiempo, el utillaje lítico, lo que sirve
para definir los marcos culturales. Éstos, establecidos con
frecuencia a partir de yacimientos del suroeste francés, fueron
e
Ese utillaje musteriense no es, por otra parte, patrimonio
exclusivo de los neanderthalenses; también fue utilizado
antes por el horno sapiens sapiens en Oriente Próximo.
adaptados con mayor o menor fortuna al resto de Europa.
Durante las fases antiguas, las tradiciones del Paleolítico
medio se mantienen en Europa occidental (chatelperro-
e
Varios rasgos de comportamiento de los europeos de en-
tonces indican cierta espiritualidad: joyas, ofrendas, osamen-
tas de animales depositadas sobre los muertos muestran una
niense), tanto en Hungría y la antigua Checoslovaquia
como en las orillas del Don. Más tarde, el complejo auriña-
ciense desarrolla, desde Bélgica a España, pero también en
e
preocupación real por la práctica funeraria (La Ferassie en
Francia, Kiik Koba en Crimea). Algunos objetos de adorno
(Tata, Hungría) son la señal de un pensamiento simbólico.
Parece muy probable que estos hombres poseyeran un len-
el valle del Don, el uso de pequeñas lascas y de "lascas estre-
chadas y el "retoque en escama. El gravetiense afecta a la
Europa del suroeste; las regiones mediterráneas siguen al
e
guaje.
Varios datos -Como el descubrimiento en Saint-Césaire'
(Charente) de un neanderthalense asociado a una industria
margen de las culturas solutrenses, que utilizan el "retoque
invasor. En las llanuras del Danubio, Ucrania y el valle del
Don la evolución es algo diferente. Entre -13000 y -8000,
e
aunque la secuencia magdaleniense sigue siendo conocida
del principio del Paleolítico superior- muestran claramente
que neanderthalenses y sapiens sapiens fueron contemporá-
neos y que la extinción de los primeros fue un proceso lento,
sobre todo en la zona atlántica, la tendencia a la miniaturi-
zación de la industria -predilección por las pequeñas lascas
retocadas o de borde rebajado-, se encuentra en la mayor
e
no quedando excluido el mestizaje entre los dos tipos hu-
manos. parte de Europa. Las facies del valle del Don o del norte de
Alemania muestran particularismos. Mejor que la evolu-
ción del utillaje de piedra, las estructuras de hábitat, los ritos
e
El apogeo de los cazadores-recolectores
(de -35000 a -8000)
funerarios, la abundancia y la calidad de las obras de arte
afirman la riqueza y la variedad de las culturas regionales.
El hábitat atestigua la dependencia del medio y la adapta-
e
El hombre, moderno, horno sapiens sapiens, aparece pronto,
tal vez a partir de -100000, en Oriente Próximo; es ha-
cia -35000 probablemente, por medio de una migración de
ción a las actividades de caza. Las tiendas ligeras, de arma-
dura de perchas, de la cuenca parisiense corresponden a
campamentos estacionales. Las chozas más voluminosas do-
e
este a oeste, cuando puebla Europa. Con el cambio climático
que marca el final de la última glaciación, se instala en las
tierras liberadas de los hielos a capricho de las oscilaciones
tadas de pesados postes de las terrazas del Rin (región de
Coblenza) y la disposición de la entrada de grutas (sur de
Francia) constituyen habitáculos más duraderos. En las re-
e
giones orientales (Ucrania), por falta de madera se emplea-

e
e 28 BREVE HISTORIA VE EUROP
jnl~'BUR.OPA PREHISTÓRICA: DE LOS PREDADORES r\ LOS CAMPESINOS
29

dóminio franco-cantábrico, aunque se conozcan algunas


e ron osamentas de mamuts para edificar estructuras y pare-~,.
des. En los habitáculos, agrupados de tres en tres o de cuatro:
en cuatro, se distinguen zonas especializadas: de descanso,
l -grutas pintadas en Italia, en Rumanía o al sur de los Urales.
h!.Losobjetos mobiliarios decorados abundan en las cavida-
,des de las regiones atlánticas así como en los yacimientos al

e de trabajo de la piedra o de materiales óseos, hogares a cuyo


alrededor se preparan las comidas ...
Un número relativamente importante de restos humanos
aire libre orientales. Tanto el grabado como la escultura so-
bre hueso Y marfil transforman los objetos de lo cotidiano
(espátulas, *propulsores, elementos de la vestimenta, ador-

e que han llegado hasta nosotros nos permite un enfoque co-


rrecto de los ritos funerarios. Los cuerpos aparecen la mayo-
ría de las vecesdepositados cerca de los hábitats en fosas, re-o
nos ...) en verdaderas obras de arte. Vuelven a encontrarse
los temas de animales (renos ...) Y los motivos geométricos.
Las representaciones humanas, tal vez de vocación religiosa,
cubiertos de ocre y acompai1ados de algunos adornos y t
e objetos. Es la variedad del trato según las regiones, la edad t~
y el sexo lo que, no obstante, sigue siendo más sensible: se
ata el cadáver y se deposita en flexión forzada sobre el lado •
muestran una imagen predominante de la mujer. Todas es-
tas realizaciones, aunque difieran algo en Francia y en Espa-
ña, en la zona renana, en Moravia o en Rusia centra!',ilvalan
las---i-nnegalJles_dQtes artísticas del hombre moderno, al mis-
-A __
izqúier:do-(EranciaJ,..-efl_p.osición..alargada-(-.blg-&Fia-};-sobre--eI--1
• lado derecho (Moravia); las sepulturas femeninas indivi- !I mo tiempo que subrayan su dominio de los símbolos'I~1
duales, lo mismo que las de niños de escasa edad, resultan 1

e raras. Las inhumaciones de mujeres contienen un mobilia-


rio menos abundante que las de los hombres. Las ricas se-
pulturas de Sungir, al norte de Moscú, donde los difuntos
El despertar de la Europa rural

Los últimos cazadores-recolectores

e llevan perlas, collares y fastuosas ropas de piel, siguen sien-


do una excepción. Estas manifestaciones deben relacionarse
probablemente con toda una mitología, que también se tras-
A principios del décimo milenio a.c., empieza en Europa el
retroceso del frío, aunque su amplitud y ritmo varían según
luce a través de las representaciones artísticas.
e La eclosión del arte sigue siendo, sin discusión, el rasgo
dominante del Paleolítico superior. Los diferentes estilos su-
brayan una variedad de expresiones regionales. Su interpre-
las regiones. El medio y las condiciones de vida quedan afec-
tados por él: el bosque se extiende, la fauna fría se extingue o
sube hacia el norte. Los europeos de entonces van a adaptar-

e tación (¿magia?,¿dualidad sexual del mundo?, ¿sentimiento


estético?, ¿marca de grupos sociales?..) no es ciertamente
única para toda la duración del período: ¡entre las primeras
se:
Su
caza y pesca no cesan al término de los tiempos glaciares.
equipamiento evoluciona: la búsqueda del pequeño uti-
llaje en sílex, ya iniciada, se amplía. En las fases evoluciona-

e obras auriñacienses y Lascaux ha transcurrido el mismo lap-


so de tiémpo que entre Lascaux y nosotros! Mediante la es-
cultura, el grabado y, sobre todo, la pintura, el arte parietal
das, la fabricación cada vez más abundante de piezas geo-
métricas puede corresponder a métodos nuevos (extensión
del uso del arco ...).
Desde Crimea al océano, grupoS humanos mantienen

e asocia escenas francamente realistas, donde dominan las fi-


guraciones animales, con frecuencia por parejas (caballos,
bisontes ...), con representaciones humanas esquemáticas y
parte de las técnicas y tradiciones de los predadores del Pa-
leolítico superior. Es el caso, en los inicios del período, del
aziliense del sur de Francia o de la cultura de Ahrensburg

e motivos abstractos muy enigmáticos. Se limita sobre todo al


30 HH.EVE HISTURIA DE EUROPA l. LA EUlHlPA Pf{HlJ~Tt)KICA: PE !.OS PHEIlAJ)OKES A LOS {::\~II'FSI~()S
31 _

en Alemania. Aparecen nuevas zonas de poblamiento: Ir-


landa, Inglaterra (es ahora cuando la subida de las aguas la
separa del continente), norte de Alemania, Escandinavia,
noveno milenio en el Próximo y Medio Oriente. La cría del
carnero y de la cabra sustituye a la caza del muflón y del íbi-
ce; el cultivo del trigo y de la cebada sustituye a la recolec-
e
Polonia y Rusia. Ciertos grupos, bien adaptados a su medio
y al margen de las zonas dinámicas, se mantienen hasta el
quinto milenio o a veces hasta el cuarto, a pesar de que su-
ción de gramíneas salvajes. Fenómenos similares se obser-
van a orillas del Egeo. Con estos logros alimentarios,
aparecen, más o menos simultáneamente y de forma autó-
e
--
fran entonces algunas influencias de su entorno neolítico. noma, el sedentarismo, el almacenamiento y la utilización
En Rusia meridional, a orilIas del Báltico, en Dinamarca, en de la cerámica.
el litoral atlántico desde Portugal a Bretaña, lo mismo que La evolución del continente europeo hacia el estadio tec-
en el interior de las tierras, se han encontrado los campa- noeconómico neolítico varía según las regiones. La rapidez
mentos, a veces las sepulturas, de estos pequeños grupos y la amplitud del cambio dependen tanto de los datos geo-
que viven de la recolección de conchas, de la pesca y de la gráficos corno de la madurez de los pueblos meso líticos in-

-e
caza. dígenas en el dominio del entorno vegetal y animal.
Los cazadores-recolectores de la Europa mediterránea, en Las huellas europeas más antiguas de una economía de
sus grutas o en sus chozas, poseen un modo de vida, unas producción se encuentran en los Balcanes. Las condiciones
técnicas y una alimentación similares. Su entorno ecológico ecológicas (sustitución precoz de la estepa por el bosque de
y geográfico vuelve a estos grupos *mesolíticos receptivos a hojas caducas), menos favorables, pero cercanas a las del
los cambios que por entonces se gestaban en Oriente Próxi- Oriente Próximo, pueden explicar ese avance. Desde finales
mo. En los milenios octavo y séptimo, en la Argólida se c6n-

--
del séptimo milenio, una economía basada en la ganadería
sumen algarrobas y guisantes: son las primicias de la agri- (cordero, luego cabra, pero también cerdo y buey) y que
cultura. En las orillas del Mediterráneo occidental aparece el practica el cultivo del trigo, de la cebada y de las lentejas está
carnero: su llegada da testimonio de los inicios de la ganade- atestiguada tanto en Creta, en Chipre, como en Tesalia, Ar-
ría y de la navegación (atestigua el cabotaje). En la región gólida, Macedonia y Montenegro. El uso de la cerámica se
rumana de las Puertas de Hierro se construyen casas muy propaga con rapidez. En la segunda mitad del quinto mile-
elaboradas, con suelo de mortero de caliza coloreada ... In- nio, y particularmente en Tesalia, se desarrolla la civiliza-

--
cluso aunque las escenas de vida cotidiana, ilustradas por las ción de Sesklo, fuertemente marcada por la Anatolia vecina
pinturas del Levante español, muestren toda la importancia (vasijas pintadas, ídolos antropomorfos de arcilla).
económica de la caza, es en estas regiones donde se da el pri- Más al norte, la Hungría meridional, el sur de Ucrania,
mer paso hacia nuevas técnicas de adquisición de productos. Rumanía, Bulgaria y una parte de la antigua Yugoslavia co-
nocen, hasta finales del quinto milenio, una cultura -llama-
da de Starcevo-Koros- que se aparta de las influencias ana-
Nacimiento de la economía de producción gracias tolias. La ganadería, pero también la caza y la pesca,
al contacto del Levante y del valle del Eufrates

Durante el transcurso de los milenios octavo y séptimo se


desarrollan cambios que ya estaban en gestación desde el
desempeñan un papel económico importante. Los hábitat s
permanentes o seminómadas se instalan en los valles (culti-
vo del trigo y del mijo), y se edifican casas de madera reves-
e
tida de arcilla. Las afinidades con los grupos del norte de
e
e 32
RREVE HISTORIA DE EUROPA 1. LA EUROPA PREHIS"IÜR1CA: DE tUS P}{¡':[l:\I)()I{I.,~ A LOS (:A~lPESJN()S 33

e Grecia aparecen e~ las decora~i?nes espirales de las vasijas y


en el uso de figuntas esquematlcas de arcilla (mujeres obe-
sas). Es en la per~fe~ia. septentr~onal de esta vasta región
No se ha esta?lecido la seden~arización absoluta ~ara .t?-
das estas poblacIOnes que todavla muestran su preddecClon
por el hábitat en gruta. L~ noc~ón de «a~dea» sigue. siendo
donde nacen, a pnnclpIOs del qumto milenio, las corrientes desconocida, pese a la eXIstenCIa de conjuntos fortIficados
e de colonización danubianas.
El paso a una economía de producción, sensible al con-
en el sur de Italia y, en una fase más evolucionada, casas
cuadrangulares con paredes de adobe en Calabria. En todas
tacto de los Balcanes, desde -5600 en las orillas adriáticas partes, almiares, semillas carbonizadas y huellas políneas de

e del Sur de Italia, lueg~, hacia -5300 en la franja tirrena, pare-


ce adentrarse aproxImadamente en -5200 por las costas
franco-ibéricas del Mediterráneo. El fenómeno está atesti-
roturación atestiguan la prese~cia de cultivos (tri?o tierno y
duro, cebada y algunas legummosas). La ganadena del b~ey
pequeño, más tarde del cerdo, completa a la ~~I corder~, 111-

e guado poco después en el litoral atlántico, del Algarve al


Loira. La utilización de una concha de cardium para ador-
nar la cerámica se generaliza desde Montenegro al umbral
traducida precozmente en el período mesohtIco. El utIllaje
de piedra, cercano al del sustrato indígena, muestra la vitali-
dad de la economía de caza-cosecha. La caza (buey grande,
. del poitou, y confiere una apariencia de unidad aLc.o.njun- ciePto,-jabalí~)...Y,-OO\:}¡:@-looa,+a-pesea-siguen-si:elldü
predo-
i-A--
¡ •
--to-deJ-M~terráneo oc~ia~ntal y ~~s márgenes. Sin embar-,
go: :' «fenomeno» cardlal, ImpresIOn producida por una si- I
minantes;. el gana?o m:n~r sólo constituye un complemen-
to de la ahmentacIOn carmca.
i ~Ihtud .de técnic~s. deco~ativas, no debe ocultar ni las La intervención del hombre sobre la natura~~za para.p~o-
I _ dIferenCIas cronologlcas m los caracteres propios de cada ducir su alimento, meta de loda una evolucIOn ecologlca
!I • entidad regional. La originalidad de las culturas indígenas (paisajes y climas favorables) y cultural (madur.ez en técni-
provIene del notable compartimento estanco de las orillas, cas), ha podido acompañar en ciertos lugares, o lI1c1usopre-
, _ qu, ha"d, tudalallanu," oo"oca y d, toda ;,Ia un tm;to- "doc. al f'nóm,no caed;al. b p""ncia d, Wámi".s.(Dal-
I • no m~~ Indlvlduah~ado. Cada conjunto conoce su propia macia, Provenza, España), el uso de ~oces (Aq~.JlS~~la).'la
evoluClon (la cerámICa aparece hacia -5000 en Puglia en el práctica de la ganadería (Bretaña) en CIertos gru~os.,.Indlge-

e momento en que la decoración de *cerámica mediante im-


presión se impone en las riberas francesas e ibéricas). En
una fase primaria, casi en todas partes predomina la decora-
nas parecen independientes de aportaciones extenores.
Se han necesitado cerca de dos mil años para que los cam-
bias aparecidos en las costas egeas alcancen las del océano.

e ción con concha, pero tanto la forma de los recipientes


como la disposición de la decoración difieren en Italia, Cer-
deña, Sicilia, Francia o España. Más tarde, el uso de la con-
Esa difusión de ideas y de técnicas en el seno de unas socie-
dades indígenas mediante impulsos sucesivos gracias al Me-
diterráneo dio nacimiento a culturas originales, que se desa-

e cha se vuelve raro y a veces llega a desaparecer. La transmi-


sión rápilja y lejana de ciertas técnicas da testimonio del
inicio de la navegación en el Mediterráneo. No obstante, la
rrollaron hasta el cuarto milenio.
Al norte del Danubio yen el sur de Moravia, en la perife-
ria de la cultura de Starcevo-Koros, los desplazamientos de
difusión por cabotaje de una cultura única parece poco pro- población, sensibles hacia -4570, constituyen el inicio de un

e bable, incluso aunque el mar juegue un papel determinante


en los contactos entre estos grupos de modo de vida muy
vasto movimiento que va a difundir con bastante rapidez las
técnicas agrícolas. La cultura llamada «*encintada» se ~x-
cercano. tiende por los valles del V ístula y del Oder y, sobre todo, por

e
34
BREVE HISTOklA !JE ELi~OPA 1. LA Eli}HH'A PREHISTt'lIOC ..\: DI: I.u~ PHEDAL>UKE" A l.US CA~lPESINll:-, 35 _

-e
los del Elba y del Danubio. A partir de -4500, se ven afecta- vientos dominantes; la misma arquitectura, con hileras
dos el alto valle del Danubio y Alemania central. Poco des- transversales de cinco postes. Ramajes y adobes componen
pués, la agricultura alcanza Bélgica, el sureste de Holanda y las paredes; caña y juncos, los techos de dos aguas. Los habi-
Alsacia. En el último cuarto del quinto milenio, los «colo- táculos miden de casi 10 metros a más de 30. Algunos gran-
nos» encintados se instalan en la cuenca parisiense y llegan des edificios podían poseer una función colectiva religiosa o
al océano. Esa expansión a través de las vastas llanuras de civil. Los cementerios, situados en las cercanías del pueblo,
Europa central se explica en gran parte por su fertilidad (cu- reúnen con frecuencia varias decenas de sepulturas: inhu-
bierta loéssica y lluvias regulares). La repoblación de estas
tierras no ofrece dificultad y asistimos a una oleada de rotu-
raciones, desde la antigua Checoslovaquia a Alsacia. El po-
maciones en posición encogida sobre el lado izquierdo, más
raramente incineraciones. Sólo los restos de los niil0s se de-
positan cerca de las casas.
e
blamiento encintado se dará incluso en comarcas menos fa-
vorables: montañas alemanas, marismas polacas, karsts
eslovaco y húngaro.
Hacia -4000 sigue habiendo tierras por conquistar y roturar,
e
Evidentemente, este movimiento de expansión durante
casi un milenio conoció modificaciones en el transcurso del
tiempo y muestra algunas diferenciaciones regionales, pero
pero casi la totalidad del continente vive desde entonces al
ritmo de los trabajos agrícolas. Ha llegado el tiempo de la
adaptación y de la identificación con el terruño. La difusión
e
-
es ante todo su aspecto particularmente homogéneo lo que del metal va a traer cambios radicales a la sociedad rural.
lo caracteriza. Es un conjunto de usos y costumbres lo que
se ha transmitido con el avance del poblamiento; se ha ha-
blado de «colonización». Los modos de vida y patrimonio
cultural rompen con los de los grupos mesolíticos ya ubica-
dos y que se mantienen en las orillas del Báltico o en las zo-
_11
-
nas forestales de las montañas. Se producen cambios inte-
ractivos con estos cazadores-recolectores, lo mismo que con
los grupos que han descubierto la agricultura tras su contac-

--
to con los pueblos mediterráneos. La práctica de una agri-
cultura seminómada, con chamicera, por rotación sobre un
territorio limitado, parece general. Se conocen todas las
producciones (trigo sobre todo, pero también cebada, gui-
santes, lentejas) y la totalidad del ganado (bóvidos y, en me-
nor grad9, corderos, cabras y cerdos) del Neolítico europeo:
la caza y la pesca siguen practicándose poco. El utillaje de
piedra (hoces, muelas, hachas-martillo ...) se ha adaptado al
modelo económico. Las aldeas contienen una decena de ca-
sas cuadrangulares alargadas de plano estereotipado: la mis-
ma orientación con puerta hacia el lado contrario de los
e
e
e 36 BRE\T HISTORIA DE EUROPA 1. LA I.TIH IPA PRHlI:-.T()RlCr\; PI: LoS I'REllAlllllU-.:- A IO~ CAMPESISOS 37

e I.
U{;"

l.. "
DOCUMENTOS

Gnl.ta de La Marche en Lussac-Ies-Chiiteaux (Francia). Re-


2. Habitáculos de huesos de mamut de Mezhirich (Ucrania)

e preSentación humana grabada sobre losa caliza

e
e
I_e-,
I

Según Pidoplichko

Los habitáculos de huesos de mamut constituyen una particulari-

e dad de las regiones orientales. En Ucrania, la casa de Mezhirich,


en el Paleolítico superior, posee un diámetro de unos cinco metros.
Sólo para el basamento se han utilizado 25 cráneos. 10 huesos lar-
gos y 20 pelvis hundidas a 40 centímetros de profundidad. La parte

e media está formada por otros cráneos, huesos largos y vértebras. El


techo está hecho de 35 colmillos y de dos pelvis de mamut. El reves-
timiento exterior se forma mediante mandíbulas encajadas. Estas

e
1~.•.
chozas se hallan reunidas la mayoría de las veces en grupos de tres
o cuatro conjuntos con hogares y zonas concretas donde poder
Apunte: Jean Airvaux tallar.

e Entre las manifestaciones artísticas del Paleolítico superior, los


grabados sobre placas de piedra ocupan un lugar importante, des-
de Rusia a la Zona franco-cantábrica. Siguen siendo a menudo di-

e fícilmente descifrables debido a la superposición de varias repre-


sentaciónes. Los animales siempre están representados de forma
muy realista. Las figuras humanas, más raras, parecen con fre-

e cuencia caricaturescas.
han encontrado
En la gruta de La Marche, en Poitou, se
centenares de placas grabadas; entre éstas, algu-
nas de las cabezas humanas más hermosas que nos han legado los
magdalenienses.

e
I
'38 BREVE HISTORIA DE EUROPA ~ e
3. Procesión de arqueros en el Levante español

2. La Europa protohistórica: artesanos,


comerciantes, pronto ciudadanos
e
e
La época protohistórica ve coexistir a los pueblos que empiezan a
conocer la escritura ya los que no la conocen todavía. Es enton-
ces, en los milenios cuarto y tercero, cuando se afirman progresi-
vamente unas civilizaciones europeas campesinas. Pero, con la
e
aparición de la metalurgia, éstas ven perturbadas sus antiguas
estructuras. En los mi/enios segundo y primero, en efecto, apare-
cen las primicias de la urbanización: al sur, las ciudades-estado
e
e
minoicas, micénicas y de los etruscos; en Europa central, después
de la civilización agropastoril de Unetice, las comunidades de los
príncipes celtas, que se imponen en el centro del continente y ais-
lan en los márgenes oeste, norte y este, a las civilizaciones origi-
nales. Frente a este mundo l'nII a alzarse a partir de entonces /I/S
Según Maringer-Bandi
potencias griega y romana. el
Las pinturas rupestres del Levante español, obra de los últimos
grupos de cazadores (entre -10000 y -5000), reúnen escenas figu-
rativas particularmente vivas. La caza ocupa un lugar preponde-
rante ell las representaciones, donde se observa el uso frecuente del La afIrmación de las culturas europeas
e
arco y las flechas. Varias escenas muestran rebaños de bóvidos que
corresponden sin duda a los inicios de la domesticación.
en el cuarto y el tercer milenio

La implantación de una sociedad campesina


e
durante el cuarto milenio

Conocida sobre todo por sus diversas formas de hábitat y


e
por sus producciones artísticas y culturales, esa sociedad
ofrece diferencias de un extremo a otro del continente.
En los Balcanes y en el Mediterráneo oriental, el cuarto
e
milenio ve un desarrollo demográfico y la aportación de po-
blaciones procedentes de las orillas del Egeo y de Anatolia.
Islas como Chipre son verdaderas encrucijadas culturales
e
entre el Oriente Próximo y el Egeo. Por supuesto, la com-

39 e
e 40 UNEVE HISTORI ...••DE EUROPA
2. LA EUROPA PR(lTOHlsn'lRICA: ...••
RTESANOS. COMERClASTES ... 41

e partimentación de los territorios deja de lado cambios algo


aislados, como las modestas aldeas de pescadores de las Cí-
ciadas. No obstante, se desarrollan aglomeraciones muy po-
giones alpinas se construyen entonces aldeas a orillas de los
lagos; las civilizaciones de Cortaillod en Suiza y de Lagozza
en Italia corresponden al desarrollo de los grupos medite-

e bladas de casas complejas, a menudo fortificadas, yacompa-


ñadas de verdaderas necrópolis. Un buen ejemplo de esa
evolución lo proporciona la cultura de Vin«;:a,derivada del
rráneos de alfarería lisa. En Hungría se observan movimien-
tos de población: en contacto con los Balcanes, la cultura de
Lengyel, con su alfarería pintada en espiral, ejerce su in-

le
nombre de una localidad cercana a Belgrado, célebre por sus
fluencia en Austria, Moravia y sus márgenes. El fin del mile-
ídolos planos de diosa-madre y sus cerámicas negras, cuya
nio ve la aparición de la metalurgia del cobre en las regiones
irradiación sobrepasa Macedonia y Serbia. A finales del
danubianas y Ucrania.
cuarto milenio, en los Balcanes, pero también en los márge-

e nes húngaros o dálmatas, se trabaja el cobre.


La cuenca occidental es receptiva a influencias que proce-
den de todos los puntos cardinales. Tanto la Italia meridio-
En el transcurso de este milenio, las orillas del mar del
Norte y del Báltico, que hasta este momento han estado al
margen, conocen una ruptura en su modo de;,fida. Su colo-
nización por grupos de tradición danubiana entraña la im-
-e
I
nal Como Sicilia y Malta veJ:LcóIDO-po!=intlujo-de-los-etrot-aL-'
tos orientales las aldeas se rodean de fosos y cómo la pintura
sustituye a la decoración impresionada sobre las cerámicas.
plantación de una economía agrícola diversificada. Los «cu-
biletes en embudo» (así llamados por la forma de algunos de

le El norte de la península mantiene relaciones con la Europa


central y balcánica. Durante la segunda mitad del milenio,
las culturas de cerámica lisa suplantan a la alfarería impresa. i
sus recipientes) influyeron en el noroeste de Francia y las Is-
las Británicas. La corriente epidanubiana alcanza en ese mis-
mo momento las costas del Canal de La Mancha, el valle del
Loira y la Bretaña, encontrándose con poblaciones agrícolas
Son los grupos de Diana (sur de Italia), Almería (Espaila) yl
e Chassey (Cóte-d'Or, en Francia) los que se instalan en las al-
turas y cuya mitología parece marcada por el gusto por los ~
1 de esencia mediterránea que dan lugar a la aparición de cul-
turas híbridas.
Desde finales del quinto milenio, sobre el litoral atlántico
ídolos femeninos. Estas culturas se propagan a una buena¡,
e parte de Europa occidental.
En Europa central, las civilizaciones encintadas evolucio-
nan sobre el propio terreno en el cuarto milenio. La pobla- !,
ti y poco después en las regiones nórdicas, se desarrolla el mo-
numentalismo funerario: en Portugal y en el oeste de fran-
cia se construyen los primeros megalitos; desde Polonia a
,,"~"

e
Jutlandia se edifican largos túmulos trapezoidales, y en la
ción aumenta y se producen nuevas migraciones que parten j¡
cuenca parisiense son monumentos en pabellones que al-
de Hungría, pero el patrimonio anterior se conserva. Asisti-
canzan a veces 300 metros. El papel que juega la madera si-
mos simplemente a una acentuación de las diferencias re-
gue siendo fundamental en las sepulturas de la cultura epi-
e gionales y a cambios limitados: la decoración mediante per-
foraciones sustituye a la decoración lineal en la alfarería, el
plano de las casas se vuelve trapezoidal... La cultura de Roe-
danubiana. Estos monumentos pierden pronto su carácter
individual. Cuando los grupos de origen mediterráneo de
*cerámica lisa se manifiestan hacia -3700 en las costas atlán-

e ssen, en Alemania central yen Alsacia, muestra su predilec-


ción por los lugares altos y su gusto por la ganadería. La ci-
vilización de Michelsberg, en las comarcas renanas, asimila
ticas (bifaciales de caza en Francia, Windmill Hill en Ingla-
terra), las sepulturas se vuelven colectivas, lo cual no exclu-
ye sin embargo su carácter aristocrático. En ese momento,
el patrimonio cultural de los últimos cazadores. En las re-
e se ocupan preferentemente las alturas.
42
BREVE HISTORIA DE EUIH lPA 2. LA EUROPA PROTOHISTORICA: ARTESr\SOS, Ul;\lEH.C1:\~TES ... 43 e
Los primeros metalúrgicos

La aparición de la metalurgia supone el inicio de cambios


Los Millares, donde el desarrollo de objetos de cobre está
vinculado a una modificación sensible de las culturas exis-
tentes: elevación de fortificaciones y de *tholos, y fabrica-
e
profundos en las mentalidades y las sociedades neolíticas.
Corresponde al desarrollo, ciertamente progresivo, de arte-
sanos especializados que ya no participan directamente en
las actividades de subsistencia. El cobre nativo es modelado
ción de ídolos al modo egeo.
En el noroeste de Europa se mantiene un verdadero Neo-
lítico final, tanto en el modo de vida como en las costum-
e
durante el séptimo milenio en Anatolia. Sólo a finales del
quinto milenio, gracias al avance técnico de los hornos de
los ceramistas de las regiones danubianas, se utiliza la fundi-
bres funerarias (sepulturas colectivas megalíticas, diosas de
fertilidad ...). Son las culturas de Michelsberg y de Horgen en
Suiza)' en Alemania, la cultura de Windmill HiIl en Ingla-
e
terra y las de Sena-Oise-Marne y de Artenac (Charente) en
ción. La civilización de Varna, en las orillas del mar Negro,
asocia los primeros cobres a una rica orfebrería. Durante los
siglos siguientes se observa una multitud de centros indíge-
Francia. Sólo se encuentran excepcionalmente en las fases
más tardías objetos menudos de cobre, exógenos.
e
Estas explotaciones y utilizaciones indígenas del cobre
nas fundidores de cobre; la mayoría de ellos conserva sus
tradiciones neolíticas. aportan pocos cambios. Sin embargo, abrirán la puerta a las
verdaderas civilizaciones del metal; éstas, a la vez que modi- ~
El territorio de la antigua Yugoslavia figura entre los pro-
fican el utillaje cotidiano, van a perturbar las estructuras so-
ductores más antiguos. En la cultura de Vin<;:a,los ídolos fe-
ciales)' religiosas de las etnias neolíticas.
meninos y las inhumaciones en posición contraída se man-
~
tienen tras la aparición de los instrumentos de cobre.
Exportando azuelas de cobre hacia el oeste, Hungría propa-
ga la nueva técnica. Chipre, de riquezas codiciadas, y más
tarde las Cícladas, fueron inspeccionadas muy pronto por
Hacia -3000,fenómenos culturales paneuropeos
e ,


A finales del tercer milenio)' principios del segundo, Euro-
sirios, libaneses, egipcios o ana talios, que difundieron sus
pa occidental conoce evoluciones culturales complejas, que
producciones a todo el Egeo y, desde allí, al bajo Danubio,
entrañan una vulgarización de la metalurgia del cobre.
Tracia y Ucrania. La explotación de las minas del Cáucaso
La expansión de la civilización de los kurganes afecta a
no modifica la vida miserable de los criadores de corderos
Europa central y, de rechazo, a los Balcanes, los Cárpatos y
del Kubán, pero afirma el poder de sus príncipes, cuyas se-
las regiones danubianas. Estos movimientos de población,
pulturas, los «kurganes», contienen adornos, vajillas de
probablemente de pastores nómadas en busca de nuevos

•e
oro ... y servidores sacrificados. ~
pastos, llevan a la creación de un conjunto homogéneo, des-
En el Mediterráneo occidental, la escasez del mineral en el
de las regiones renanas a la Polonia oriental. Un grupo muy
sur de Italia' y en las islas permite un paso insensible al me-
cercano ocupa Holanda, Dinamarca y el sur de Escandinavia.
tal; los templos y tumbas-hipogeos de Malta y sus ídolos fe-
Pese a ciertos particularismos locales, en todas partes hay in-
meninos mantienen la tradición neolítica. La explotación
humaciones individuales en posición contraída denfro de
precoz de las minas del Languedoc y de Aléria, en Córcega,
no altera el comportamiento de los pastores indígenas. No t cofres tu mulares, se decora las cerámicas por impresión
de cuerdecilla y se fabrican hachas de combate de piedra, co-
ocurre lo mismo hacia el -3000 en la región de Almería, en
f

~
pias que concuerdan con las hachas de cobre húngaras, por-
e
e 44
BREVE HISTORL\ DE El;ROf'A 2. LA EUROPA PROHlHISTC)Rl(:A: AI{TESA"()S. {:(l~IER(:IASTES ... 45

e que el metal escasea. Esta cultura de las «cuerdas» y de las


«hachas de combate» influye en el noroeste atlántico; su en-
cuentro con la cultura de vasos campaniformes genera gru-
pos híbridos.
En Creta, la monarquía minoica extiende, gracias a su
marina, su comercio y cultura más allá de la cuenca oriental,
estableciendo fuertes relaciones con Egipto y contactos con

e La civilización del vaso campaniforme conoce una am-


plia difusión, desde la Península Ibérica a Holanda y desde
Sicilia y el sur de Italia. Episódicas al principio, las relacio-
nes con el continente, donde emerge la civilización micéni-
ca, se vuelven regulares. A partir de -1600 puede hablarse de
Bohemia a las Islas Británicas. Bajo una uniformidad apa-

e
interinfluencia, casi de comunidad de cultura. Después de
rente -utilización de cubiletes en forma de campana inverti- -1450, tal vez relacionado con catástrofes naturales, el pre-
da (de ahí su nombre), pequeí10s objetos de oro, botones de dominio vuelve a Micenas. En las tablillas de los escribas de
hueso, jabalinas de cobre, sepulturas individuales-, se ob- Cnossos, el lineal B, transcripción del griego micénico, ha
e servan diferencias en el seno de cada entidad regional. Entre :
cada comunidad, de un extremo al otro de Europa, existie- .
sustituido al lineal A.
La civilización micénica, célebre por la riq,ueza de sus

----
le
ron relaciones difíciles de definir (a buen seguro no se trata
de desplazamientos de p-oblaciones}..ELmesti-zaje-con-Ia-cur=---t
-tUra ae cuerdas realizado en las regiones renanas repercute
hasta España. Aportando la nueva tecnología a todo el Occi-li
dente europeo, la cultura del vaso campaniforme desempe-
í1a un papel determinante en la génesis de las civilizaciones

f
!
tumbas aristocráticas (donde se encuentran el ámbar del
-al1lCO,el talrtstáwthte-I-r-a-mír;tos--huevos de "avestruz y el
marfil), se afirma como la encrucijada de Occidente y de
Oriente. De forma precoz, irradia hasta Sicilia y las islas Eo-
lias. Más tarde, se encuentran fabricaciones micénicas desde
la sepultura de Tutmosis, en Egipto, hasta los márgenes ger-
del Bronce; la aleación de cobre y estaí1o, más fácil de fun- mánicos. Los principales objetos de comercio siguen sien-
dir, sustituye al cobre hacia el 1800 a.e.

e do la cerámica con temas florales o marinos y otros, como


*bucráneos, espadas y puí1ales. No conocemos bien la orga-
nización política de la comunidad micénica, y no parece que
Urbanización y aparición de nuevas clases sociales

e (segundo-primer milenio)

Minoicos, micénicos y etruscos, la emergencia de las


ninguna de estas ciudades con un esbozo de centralización
haya predominado sobre las demás. Se trata. más bien de
una unidad alrededor de la escritura, de la religión y del arte
que de un imperio verdadero. La economía se reparte entre

e ciudades-estado en el sur

El Mediterráneo oriental conoce en los inicios del segun-


la agricultura, el artesanado y el comercio, y en ella la bús-
queda del estaño se vuelve primordial. En el siglo XII a.e., la
disgregación rápida de la civilización micénica parece fruto

e do milenio las primicias de la urbanización. En Chipre, en


las CícIadas y en Grecia se fortifican aldeas. En Creta se
construyen los primeros palacios, pero también verdade-
de factores internos más que de invasiones de dorios o de
otros aqueos. Muchos logros subsistirán. Las relaciones con
la Europa central y la Península itálica se imponen no obs-

e ras aglomeraciones (Gournia ... ). En Grecia, sobre las


acrópolis, se alzan aldeas en torno a las residencias aristo-
cráticas (Tirinto ... ). El movimiento hacia la ciudad se ha
iniciado.
tante en la cuenca oriental, donde los enigmáticos «*pueblos
del mar» perturban las rutas marítimas. Es en ese momento
(hacia -1050) cuando el hierro se introduce en Grecia, pero la
siderurgia no se afirmará de modo pleno hasta finales del si-
e
46 IiRE\'F HISTORIA DE EUROPA
2. LA EUI{{lPA I'IHrnHiISTORICA: AKTESA:-:llS.l:ll.\IUH:IASTES ... 47 e
glo IX a.e. La vida cotidiana no se ve alterada, y ni la incine- hasta Huelva, conocen las culturas atlánticas; las intluencias _
ración ni el hierro se generalizan rápidamente. La desapari- centroeuropeas alcanzan a Cataluña, mientras que culturas ••
ción de los palacios provoca tan sólo un descenso del artesa- ibéricas originales despiertan en el centro y en el sur. La si-
nado de lujo.
A finales del siglo VIII a.c., el mundo griego está dividido
en numerosas unidades políticas, poleis, pequeñas ciudades
derurgia no consigue afirmarse antes del siglo VII a.e. Dos
entidades específicas simbolizan las respuestas de las pobla-
dones autóctonas a las aportaciones extranjeras. Los pue-
e
o agrupamientos de aldeas dirigidas por una aristocracia.
En ese momento asistimos a la recuperación del gran co-
mercio, tal vez relacionada con una crisis política y un alza
blos pastores del noroeste ponen en práctica un sistema de
aldeas fortificadas, los *castros, que perdura.rá hasta la ro-
manización. Desde la desembocadura del TaJo hasta Anda-
e
demográfica. Se divulga entonces la moneda. Las aportacio- lucía, a partir del siglo VII, la presencia de fenicios y luego de
nes de Oriente (Siria, Lidia, Egipto ...) entraí1an una renova- griegos actúa como un fermento sobre las sociedades indí- a
ción sensible en el arte y la religión (construcción de los pri- genas. La cultura *tartessa nos ofrece un buen ejemplo de ••
meros templos en ladrillo). Las ciudades se lanzan a un aculturación: casas rectangulares que anuncian un embrión
movimiento de colonización sobre el perímetro mediterrá- de urbanismo, adopción de una escritura semisilábica y de _
neo. Con el brote de la escritura y la literatura oral, dispone- un sistema de pesos y medidas ... De esa expansión nacerá la ••
mos desde entonces de fuentes históricas (véase capítulo 3). cultura ibérica.
En el extremo de la cuenca occidental, una fuerte influen- En el sur de Italia, lo mismo que en las islas, la metalur- _
cia de las civilizaciones calco líticas y la proximidad de los gia del *bronce tarda un tiempo en afirmarse. Un entorno.
yacimientos de cobre, estaí10 y plata explican la importancia natural próximo al del mundo griego facilita la implanta-
de la Península Ibérica. Al alba del segundo milenio, Anda-
lucía, abierta a las influencias del Levante mediterráneo, co-
noce, con la civilización de El Argar, un brillante artesanado
ción precoz de verdaderas sucursales: las primeras armas
de bronce de Sicilia son espadas egeas o micénicas. La cons-
trucción de palacios, de ricas sepulturas talladas en la roca
e
del bronce y alteraciones en la organización social. Las cos-
tumbres funerarias y religiosas cambian, la inhumación in-
dividual bajo túmulos o en tinajas (costumbre oriental) sus-
y la instalación de poblaciones en las alturas a mediados del
siglo XIII son otros tantos paralelismos con la cuenca orien-
tal. Según los primeros textos, los pueblos establecidos en
e
tituye a los tholos colectivos; las diosas-madre desaparecen.
Poblaciones fortificadas, cuya prosperidad testimonian las
joyas de plata, comercian tanto con Egipto y el Egeo como
Sicilia al inicio de la colonización griega proceden de Asia
Menor, de Iberia y de la Península itálica. La Italia meridio-
nal entra en la historia y se convierte en la Magna Grecia.
e
con el litoral noratlántico. Estas riquezas no deben ocultar Las islas importantes, Cerdeña, Córcega y Baleares, ver-
las disparidades: los grupos vecinos de Valencia o de la daderas encrucijadas entre Occidente y el Mediterráneo, de- _
cuenca del Tajo parecen más modestos; en Cataluña siguen sarrollan sin embargo culturas originales. A partir de -1300 ••
ocupando las grutas. Hacia el 1300-1200 a.e., El Argar sufre Yhasta la Edad del *Hierro, se elevan en ellas monumentos
una fase de estancamiento tal vez vinculada a las alteracio- ciclópeos, a un tiempo santuarios y torres de defensa. En es- A
nes que afectan a la cuenca oriental. tas islas será particularmente floreciente el arte de los bron- ••
A comienzos del primer milenio, la ausencia de unidad
cultural es flagrante en la península: las costas occidentales,
cistas (representaciones animales de Baleares, arcos y divi-
nidades sardos). e
I
e 48
HHEVE HISTOHIA DE EUROPA ¡ 2: LA EUROPA PROTOI-IISTORICA: ARTE:, ..\:\( \~, CO,\lERClANTES .•. 4'1

e A mediados del segundo milenio, las aldeas sobre pilotes


de los lagos alpinos, lo mismo que los *terramares de la lla-
nura del Po, muestran una organización social compleja,
'Chipre, con Egipto y más tarde con Micenas; sus creaciones
metalúrgicas se imitan desde la llanura del Po hasta el norte
de' Alemania. Como en el mundo mediterráneo, las ideas

e con un artesanado del bronce desarrollado, receptivo a los


modelos noralpinos. A partir del siglo IX a.e., el empleo de
la cremación y, más tarde, el hierro, se difunden al pie de los
cambian; desaparece la diosa-madre y las estructuras socia-
.les se vuelven más individualistas, pero la sociedad parece
poco jerarquizada; sólo se conocen algunos túmulos aristo-

e Alpes, en las culturas de Golasecca, Este y Villanova. De esta


última nacerá la civilización etrusca; las colonias fenicias y
griegas del litoral no son ajenas a las influencias orientales,
sensibles a partir de -700. La explotación de las minas yel
cráticos en Alemania. Aunque encontremos aglomeraciones
'.fortificadas en altura, la riqueza que aporta el metal no alte-
ra la economía, prioritariamente agro pastoril.

e
A partir de -1500, pese a la expansión colonizadora de
control del comercio en el Mediterráneo occidental consti- algunas comunidades, Europa central muestra cierta estabi-
tuyen la riqueza de Etruria. Las ciudades fortificadas testi- lidad y las entidades geográficas van consolidándose e indi
monian un sentido desarrollado del urbanismo. En las ne-' vidualizándose. Más allá de algunos particularismos regio-

1-_ crá.polis, el mobiliario_delas-cámua-s-fu-nemrias-atesrigua e


brillo de la civilización etrusca (vasos griegos, lozas egipcias,
argentería de Oriente Próximo), así como la calidad de los
nales, aesaeeI~rvrstUla y cresae-losA'lpes ar-Balf'l""c=o-s-'e~-
desarrollan los enterramientos bajo cerros. En este conjun-
to cultural se encuentran en abundancia armas y también;
I

e artesanos indígenas. La habilidad de los ceramistas, pinto-


res, escultores y orfebres ha producido un arte original, po-
deroso y refinado. Los etruscos, influidos en el siglo VI a.e.
aldeas fortificadas, indicio~ de una militarización de la so-
ciedad. Poco a poco asisti mas a una modificación de los
conceptos religiosos: la inhumación es sustituida por la inci.

e por los griegos, extenderán su hegemonía a todo el norte de


la península, estableciendo verdaderas ciudades-estado, de
donde surgirá Roma.
neración; el culto solar y sus símbolos -ruedecillas, pájaros-
se imponen en buena parte del territorio europeo. A finales
del siglo XIII, los cambios aparecidos en las regiones danu-

e Europa central, de Unétice a los príncipes celtas


bianas son particularmente sensibles al norfe de los Alpes y. .,'(
se difunden hacia el norte y el oeste. El rasgo más visible es
el nuevo rito funerario: los difuntos, incinerados, son depo-
sitados en urnas, reagrupadas a menudo en cementerios. La
e A partir de una fuerte implantación de la cultura campani-
forme y de algunos fermentos procedentes de Asia Menor,
hacia -2000 se asienta en Bohemia una civilización original,
abundancia de materiales metálicos y de cerámicas con esti-
lo original (puede hablarse de comunidad de inspiración
cultural) corresponde a un incremento de población ya una

e la de Unetice, que va a jugar un papel de primera magnitud


en la pro~ohistoria europea. Pronto irradia sobre una buena
parte de Europa central, con grupos satélites que evolucio-
reorganización social; los cementerios reúnen los restos de
ricos y pobres, de mujeres y niños. Estas evoluciones, rara-
mente brutales, tal vez tengan algo que ver con las perturba-

e nan desde Hungría hasta las orillas del Rin. Unétice explota
o controla los yacimientos de cobre alpinos y balcánicos, al
igual que los yacimientos de estaño de Bohemia, y vigila las
ciones, ya evocadas, del mundo mediterráneo.
Las modificaciones culturales de finales del siglo X a.e.
son más profundas e indican una ruptura de los modos de
vías comerciales del ámbar báltico. Desarrolla contactos con
e vida. Se ocupan las alturas, la incineración desaparece y la
50
HNEVE Hf,S'J'(Jf{JA In: Et.:lHIPi\
2.. LA EUROPA PROT< lHI~T()RICA: ARTESANOS, COMERClASTES ...
SI
e
moda de los tÚmulos se repite, a la vez que se generaliza la
siderurgia. Parece que, al igual que en las orillas mediterrá_ .;
neas. el desarrollo demográfico es superior a las posibilida_
En los márgenes europeos, las culturas originales
e
des de producción. La crisis favorece la emergencia de jefes,
protectores y organizadores de las actividades económicas.'
Los intercambios sur-norte tienden a suplantar al tradicio_
Las riberas oceánicas forman, desde los albores del segundo
milenio, una comunidad económica cuyo corazón parece
localizarse en el Canal de La Mancha, verdadero mar inte-
e
nal comercio este-oeste. En el siglo VI a.c., los príncipes cel- rior. Las culturas del Bronce antiguo, desde Portugal a Ho-
tas de las pequeñas comunidades noralpinas se convierten landa, hunden sus raíces en la vieja herencia de la cultura a
en los intermediarios obligados entre el Mediterráneo y las campaniforme. A ambos lados del canal, Wessex y Bretaña, ,.
regiones septentrionales, controlando desde sus ciudadelas en el centro del comercio del cobre. del estaño y también del
las rutas del estaño y del ámbar. El fasto de las sepulturas oro y del ámbar, muestran, mucho antes del florecimiento _
célticas revela la riqueza y el gusto por el lujo de estos poten- de Micenas, una riqueza sin precedentes. Los túmulos prin- ••
tados. pero también su apertura cultural: sus ritos funera- cipescos guardan armas de bronce enriquecidas con oro y
rios copian el simposion (banquete funerario) grecoetrusco.
En el siglo v a.c., las ciudadelas principescas sufren un
abandono progresivo; las tumbas aristocráticas se hallan en
vajillas de metal precioso. Irlanda, abundante en cobre
y oro, difunde sus adornos hasta el continente. El remate
de los últimos grandes templos megalíticos (Stonehenge)
e
vastos cementerios en medio de las del pueblo y esconden
menos objetos mediterráneos que antes. El declive: de la
aristocracia está relacionado con el establecimiento de uni-
participa de esa prosperidad. Ese bienestar se difumina ha-
cia -1500, mientras el estaño, abundante de Galicia a las Is-
las Británicas, lleva a la eclosión de talleres regionales de
e
dades políticas más pequeilas. El arte se enriquece con nue-
vos motivos: palmeras, lotos ... Las regiones periféricas
-Champagne. Renania, Bohemia- tienen entonces la supre-
fundición desde la desembocadura del Tajo hasta el delta
del Rin. La sociedad y sus costumbres cambian. La moda fu-
neraria de las urnas, nacida en Gran Bretaña, se difunde por
e
maCÍa y comercian con los etruscos. A finales de siglo, algu- el continente, prosiguiendo la tradición local de los cercados
nas poblaciones parten a la conquista de la Europa central y circulares. La mitología se enriquece: el fuego, el carro y el _
luego de la mediterránea; chocaron con Roma, destruyeron sol vienen a asociarse a los antiguos ritos de fertilidad. En el .,
Delfos y se instalaron en Anatolia. En el siglo /Il, Europa siglo VIII. mientras se ocupan las alturas, la difusión precoz
central se halla completamente ce/tizada en torno al gran eje del hierro va acompañada de una producción de bronce _
danubiano. que difunde los objetos manufacturados desde sorprendente que destaca por su cantidad y su variedad so- ••
Hungría a Francia. La sociedad gala, compuesta esencial- bre el conjunto dellitoraI. Más que franja occidental del
mente por pequeños grupos rurales. está dirigida por un
aristócrata, poseedor jurídico y económico de la tierra.
A partir áel siglo 1. los productos romanos circulan abun-
mundo céltico y vecina del Mediterráneo, la comunidad
atlántica afirma una entidad muy autónoma, unida por sus
costas. Durante toda la Edad del Hierro, y mientras conser-
e
dantemente. mientras artesanos y comerciantes se instalan
en yacimientos fortificados de naturaleza preurbana: los
oppida.
van sus particularismos, desde los castros de Galicia a los
subterráneos bretones, las comarcas oceánicas parecen re-
ceptivas a las mutaciones económicas, sociales, culturales y
e
religiosas nacidas en las regiones orientales y mediterráneas.
Se adaptarán y adoptarán las novedades en su totalidad o en e
e 52 HREVE HISTORIA [lE EUROPA': 2. LA EUROPA PRO"HlHISTOKI<:A: ARTESANl )S, (:( 1~1¡:1{(,I:\~TES ... 53

e gran parte. Los sincretismos serán permanentes. Los ricos"


propietarios de la Europa atlántica aprecian los objetos lujo-
sos procedentes de la Magna Grecia y luego de Etruria: sus
La civilización escita surge en el curso inferior del Dnié-
per yen Crimea; como sus satélites de las estepas de la parte
europea de Rusia, hunde sus raíces en la cultura de las

e sepulturas no tienen nada que envidiar a las de sus homólo-


gos del mundo celta.
La Europa septentrional no posee prácticamente mine-
«tumbas con caparazón». Prolongando su expansión, va a
difundir la siderurgia. Estos movimientos van acompañados
de modificaciones sociales; los pequei'los grupos de agricul-

e rales de cobre o de estaño. Desde las riberas polacas a Es-


candinavia se palia esa carencia mediante una utilización
prolongada de la piedra, luego mediante importaciones de
tores son sustituidos por pastores nómadas cuyos jefes ex-
tienden su poder sobre espacios inmensos. Alcanzan el Cáu-
caso y Mesopotamia. En el siglo VI, los escitas están en
polonia yen las regiones danubianas. Ahí nacerá, al contac-
e
Unetice o de los Balcanes. Hacia -1400, tal vez favoreci-
da por el comercio del ámbar, se desarrolla una verdadera to con las influencias griegas, la cultura tracia. Otros grupos
Edad del Bronce en esas regiones, cuna de la civilización ocupan las orillas del Valga o las estepas situadas entre el

-e- germánica, el Nordische Kreis de los alemanes. Este bronce,


---rrónrrcu;-cuya-riqrreza conocemos gracias a la sorprenctentn'l
conservación de las materias orgánicas, perdurará hasta'!
Don y el Ural, donde los sármatas, instalados desde el si-
glo VI, se extienden a su vez hasta alcanzar el mar Negro en
el siglo 11. Es una de las raras culturas europeas para la que se
-500 aproximadamente. Las grandes sepulturas tumulares ~i ha mencionado el matriarcado.

e del primer período son sustituidas, con los cultos solares,


por incineraciones. Urnas de rostro humano yen forma de:
casa dan testimonio de los contactos con la Edad del Hie-
¡
A finales de la Edad del Hierro, mientras sociedades jerar-

e rro itálica; las sepulturas en forma de navío de la isla de


Gotland son más originales. Las vajillas de oro, lo mismo
que el artesanado de los broncistas, muestran una icono-
quizadas, bien estructuradas, se encuentran asentadas en
casi todo el continente, el desarrollo del Imperio romano y,
más tarde, la afirmación del mundo germánico y de los pue-

e grafía particular con espirales, cisnes y barcas. La Edad del


Hierro no terminará realmente en estas regiones hasta la
época augustea.
blos de las estepas anuncian muchas perturbaCiones. Estos
nuevos capítulos del largo pasado europeo pertenecen al
dominio de la historia.
En los márgenes orientales, el carácter expansionista de
e los pueblos de las estepas sigue siendo lo más notable de los
dos milenios anteriores a nuestra era en Europa del este.
Hacia -1800, el vasto territorio al este del Don está ocupado

e por é)gricultores que conocen el cobre y más tarde el bronce.


Los caracteriza su rito funerario, una inhumación en una
casa bajo túmulo. La civilización de las «tumbas con capara-

e zón» se difunde rápidamente en dirección a Europa central.


Hacia -1100, la migración alcanza los valles del Dniéper y
luego del Dniéster; en -800, llega al norte de Rumanía y las

e estepas ucranianas.
54
BREVE HISTORIA DE EUROPA 2. LA EUROPA PRlnOIiISH)RICA: AlnF~:'SlIS, el )!\IU{(:[A~TES .•. 55 e
I.
Figuraciones
DOCUMENTOS

rupestres de Bohuslan (Suecia)


2. Reconstrucción
(Alemania)
de la sepultura principesca de Hochdorf
e
e
«k~~~r
kW'" •• ~ ~~~ ~
e
e
Según Briard

En el arte rupestre nórdico de la Edad de Bronce, el barco sigue


e
e
siendo un tema privilegiado, pero se I'ncuentran tanto representa_ S~gúl1 Biel
ciolles antropomorfas -dioses en el harco, guerreros, labradores a
menudo itiofálicos-, como jiguraciolll's animales -bueyes, ciervos La tumba central de madera del cerro de Hochdorf descubierta ill-
y caballos- y también motivos simbólicos a base de ruedas y círcu-
los solares. Algunos yacimientos, como el de Torsbo, en Suecia,
contienen más de setenta composiciones, cada una de las cuales
puede alcanzar dos metros de alto y cinco de ancho. El conjunto de
violada en 1978, cerca de Stuttgart, muestra la extraordinaria ri-
queza de los príncipes celtas en el siglo v a.e. El suelo y las paredes
están cubiertos de paños magníficamente tejidos. El muerto estaba
e
tumbado con sus efectos personales. adornos y ofrendas, sobre un
estos cuadros parece responder a una preocupación religiosa. pequeño banco de bronce forrado de telas y pieles. Varios elemen-
tos decorativos de oro parecen hechos especialmente para la inhu-
mación: fíbulas, brazaletes, apliques sobre el puñal, el cinto y los
e
zapatos. Sobre la caja del carro se había dispuesto la vajilla de
bronce. El servicio de bebida comprende cuernos para beber deco-
rados con hojas de oro, un caldero de bronce adornado con leones
e
y una copa de oro. El caldero había contenido hidromiel.
e
e
e
e 56

3.
BREVE lilSTORIA OE EUROP~ 2. LA EUROPA PROTllHI."HWICA: AIUTSA~( )S, C(l~lEHU:\:,\T1';.... 57

e Arquero, ciervo e íbice adornando


Cáucaso
un cinto de bronce del 4. Templo de Stonehenge (Inglaterra)

e
!e
¡e
~.

!
En el Neolítico, los astros intervienen en el ritual religioso de bue-

e Según Briard na parte de Europa. El ejemplo más hermoso de ternplo solar fue
erigido en Stonehenge, en la llanura de Salisbury. En ese período,
hacia el 3000 a.e., se delimitó un área sagrada con !1I1 foso de 100
El bestiario de las religiones de la Edad del Bronce, con predomi-

e nio del caballo, del ciervo y de los pájaros, acaba con lasfiguracio-
nes animales de períodos anteriores. El ciervo se encuentra repre-
sentado en toda Europa, en los asadores del Atlántico (Chal/ans,
metros de diámetro y un círculo con postes de madera. Hacia el
2000 a.e. (época de la cultura campaniforme), el monumento fue
completado mediante un doble círculo de piedras azules cuya en-
trada se alineaba con el levante del sol en el solsticio. En el.bronce

e en Francia), en las rocas grabadas de los Alpes (Val Camonica, en


Italia) y en los cinturones de bronce del Cáucaso (Akthala). Los
cinturones.de bronce con decoración grabada de comienzos del ~I
antiguo (del año 1800 al 1500 a.e.) se construyó un gran ciJwlo de
treinta largueros de cuatro metros de alto soportando dinteles y
cinco trilitos de gres dispuestos en forma de herradura. El conjunto
l
e primer milenio a.e. de Transcaucasia, cosidos sobre una tira de
cuero o una banda de fieltro, constituían verdaderas corazas, de 1
cerca de un metro de largo y de unos 20 centímetros de ancho. Su
decoración grabada muestra animales representados de forma re- :f
í
megalítico tal vez tuviera entonces el papel de templo astronómico.
Hacia el año 1000 a.e., el monumento, que seguía siendo utiliza-
do, sufrió más transformaciones.

e alista, al contrario de los hombres, estilizados con una cabeza de 1


animal clfantástica. Las escenas de la vida cotidiana dejan traslu-
cir las creencias religiosas o mágicas de las poblaciones. ~
I

e fj!

e __._~__ J J
3. LA AFIRMAClON DE LA CIUDAD 59 e
3. La afirmación de la ciudad
expedición, Ulises, a la isla de haca. En este relato se esbo-
zan las primeras formas de una nueva expresión política en
la que el pueblo, demos, interviene y celebra asambleas. Por
e
otro lado, en los poemas de Hesíodo (finales del siglo VIII-
principios del siglo VII a.e.) asistimos a la transformación de _
Con la elaboración de un sistema po[(tico original, el de la ciu- las actividades económicas y a la afirmación del papel del •
dad, la parte mediterránea de Europa conoce, en el transcurso campesino-cultivador. Se desarrolla una clase de pequeños
del último milenio (siglos VIII-III), una evolución particular, que propietarios cultivadores, y simultáneamente el artesanado _
permitirá a Atenas convertirse en el más fecundo de los focos
conoce una expansión notable con la producción de "cerá- •
culturales y a Roma acceder a un papel de primer plano en la
cuenca mediterránea. mica en Corinto, Atenas y Rodas. Estas transformaciones
económicas entrañan una intensificación de los contactos
comerciales mediante los cuales, a cambio de cerámica, vino
y aceite, los griegos importan productos alimentarios, como
e
La Europa pre y protohistórica vio el establecimiento de di-
versos focos culturales, en los cuales pueden discernirse
los cereales procedentes de Egipto, de las orillas del mar Ne-
gro o de Occidente, y metales para las necesidades del arte-
sanado y del ejército. En este terreno, Atenas se beneficia del
e
especificidades regionales y corrientes de influencias que
atestiguan la circulación de ideas y la importancia de los in-
tercambios en tre diferentes sectores geográficos. A partir
inicio de la explotación de las minas de plata del Laurion, en
el territorio mismo del Ática. La aparición del sistema mo-
netario a finales del siglo VIII y su extensión al conjunto de
e .
del siglo VII a.c., las regiones mediterráneas de Europa co- las ciudades favorecen los intercambios. Sin embargo, la
nocen una evolución particular con la formación de siste- vida política sigue estando controlada por las grandes fami- _
mas políticos organizados en torno a la noción de ciudad, lias aristocráticas. •
polis en griego.

EL NACIMIENTO DE LA POUS
El hoplita e
El tiempo de las experiencias
Una nueva forma de combatir acelera el proceso de la evo-
lución política. En efecto, el desarroJlo de una nueva estra-
tegia basada en el combate en línea, la "falange, donde el es-
e
Los primeros indicios

El mundo griego había estado dominado hasta entonces por


cudo (hoplon) del soldado protege a la vez al que lo lleva y
una parte del cuerpo de su vecino, viene a reforzar la cohe-
sión del grupo de estos soldados u hoplitas. El enfrenta-
e
pequeños Estados dirigidos por reyes cuya existencia cono- miento colectivo tiende a reemplazar entonces al co.mbate
cemos a través de los relatos de Homero en La fUada y La heroico individual. La participación de todos los ciudada- _
Odisea, que refieren el enfrentamiento de los griegos en tor- nos en las batallas desarroJló el deseo legítimo de participar •
no a la ciudad de Troya y el regreso de uno de los jefes de la también de forma más amplia en la vida de la ciudad y en su

58 e
e 60 BREVE HISTORIA DE ELi}{OPA 3_ LA AfIRMAC1()N!l1' I.A C1U'All 61

e organización política. En numerosas ciudades de Grecia se


desarrolla un clima de cambio.
El movimiento colonial

Las circunstancias

,e Legisladores y tiranos Paralelamente al nacimiento y al desarrollo de las ciudades


en la cuenca oriental mediterránea, se esboza en ellas un mo-
Para resolver las tensiones políticas suscitadas por esa evolu- vimiento de emigración cuyas causas son múltiples. Pueden
e ción, se dan diversas respuestas. Encontramos, en primer lu- í
gar, los esfuerzos para codificar las relaciones entre las per-
ser de orden económico, con la búsqueda de nuevas tierras
de poblamiento para responder a un problema demográfi-
sonas y poner a disposición de todos los principios y las

e reglas de estas relaciones. Se constituye así un derecho escri-


to cuyos primeros autores son con frecuencia personajes mal
co, o con la voluntad de abrir nuevos mercados comerciales
creando postas en los principales ejes de circulación; pero
también son de origen político, vinculadas a los conflictos
I
-..•.. conocidos o míticos, como Licurgo, que habría establecido la
ley fundamental de Es12artaJJ.,LRhétraro_como_D-raGQ_H-,@fl----1
Atenas, que redacta las primeras leyes contra homicidios. El ~-
más conocido de estos legisladores es Solón, a principios del
internos en las ciudades y al exilio que provocan. En todos
-tos-casos,es-tas--ea-us-as--te-rn-ünan-eo-n--la-pa-rt-i-fla-ae-l:l-n-g-rupo
guiado por su fundador, el oikiste, que trasplanta e instala
esa población en un territorio exterior, creando una colonia

e siglo VI a.c., que fija la división de los ciudadanos atenienses


110 según su rango familiar, sino en función de su fortuna,

que se convierte también en criterio para participar en las


que mantiene relaciones con su metrópoli, pero que evolu-
ciona de forma autónoma.

e
instancias políticas, en particular en la asamblea o ecclesia.
Crea al mismo tiempo un tribunal popular, el Helieo, accesi- Las fundaciones colon iales
ble a todos los ciudadanos. Estas reformas marcan una pri-
mera etapa hacia la democracia. De forma paralela se esboza Corresponden a dos fases cronológicas: una primera oleada se
e otra solución, más brutal, basada en la toma del poder por la
fuerza, y con el apoyo del pueblo, de un aristócrata. Este po-
desarrolla entre el siglo VIII y la primera mitad del siglo VII a.c.;
el fenómeno se generaliza luego durante un segundo período
der, ejercido sin control, da nacimiento a la tiranía. Numero- que abarca el siglo VII y llega al siglo v. En este vasto movi-

le sas ciudades griegas conocen tiranos cuya política es bastan-


te similar: lucha contra las grandes familias, distribución de
tierras, obras públicas, política de prestigio. Así, después de
miento, varias ciudades desempeñan un papel preponde-
rante: Calcis en Eubea, Megara, Corinto, Esparta, cuyo rele-

!e Solón, en la segunda mitad del siglo VI a.c., Atenas está diri-


gida pore! tirano Pisístrato y sus hijos, que inician las prime-
ras grandes obras en la Acrópolis. Los regímenes tiránicos
vo toman las islas del mar Egeo, Rodas y las ciudades griegas
de Asia Menor como Mileto y Focea. En este contexto se
constituye un vasto dominio griego en el Mediterráneo oc-
cidental con las fundaciones, en Sicilia, de Siracusa, Megara

,e acaban en una revuelta, con muerte o exilio del tirano. Pero,


como sucedía con los legisladores, su obra facilita la evolu-
ción política de las ciudades. En el mismo período, nuevas
Hyblaea, Catania, Gela, Agrigento, Selinonte, Himer¡l, Zan-
ele..., y en el sur de Italia, donde se establecen las ciudades
de Tarento, Metaponto, Crotona, Locres, Rhegion, Cumas,

le ciudades difunden su modelo por el mundo mediterráneo. Nápoles ... El conjunto de estas fundaciones se designa con el
62 BREVE HISToH.IA DE LL'KOPA
3. LA AFIRMACi<'lN DE I.A CIUDAD 63 e
nombre de Magna Grecia. El movimiento alcanza también
las costas corsas (Alalia), las galas -donde los focenses fun-
dan Marsella, en el año 600, que desarrolla a su vez sus pro-
pias sucursales (Antibes, Niza, Agde)-, y por último las cos-
uno de los polos más importantes,
conservadora, la ciudad de Esparta.
frente a su rival más
e
tas ibéricas (Ampurias).
La parte oriental de Europa también se ve afectada por
esta expansión del helenismo en las islas del mar Egeo, como
Esparta y el modelo arcaico e
Una ciudad aristocrática
Tasas, y en la costa tracia (Abdera, Maronea). De la impor-
tancia estratégica y económica del Bósforo da fe la fundación
de Bizancio hacia el año 660 a.c., y la prolongación al mar
En esa evolución general, Esparta se convierte en cierto e
modo en excepción. Formada a partir de la reunión de cua-
Negro con la colonia de Olbia y con la creación, en el extre-
mo del golfo de Crimea, de Tanais.
tro poblaciones en la llanura de Laconia, Esparta (o Lacede-
monia) controla también el territorio vecino de la Mesenia y
trata de asentar su poder sobre todo el Peloponeso. La ciu-
e
Las consecuencias
dad se caracteriza por la estructura de su sociedad domina-
da por los ciudadanos, los homoioi o iguales, hombres de
más de treinta años cada uno de los cuales dispone de un
e
La presencia de ciudades griegas repartidas sobre el con-
junto de la cuenca mediterránea da un impulso nUevo a los
intercambios económicos y culturales. El helenismo pene-
tra en los márgenes mediterráneos y alcanza las regiones
lote d,e tierras, el kleros; su actividad esencial es la guerra y
su vida se apoya en una organización colectiva estricta, ilus-
trada por la comida en común, syssitia, en el seno de un gru-
e
de Europa occidental y central, como atestiguan los nume-
rosos descubrimientos arqueológicos de objetos de proce-
dencia griega en las llanuras de la Rusia meridional, en los
po, el syssition. En un segundo nivel, los periecos correspon-
den a los habitantes de las ciudades en torno a Esparta, que
han conservado sus instituciones propias, pero que depen-
e
den totalmente de Esparta para la política exterior y el ejér-
Balcanes y en la Europa céltica. El descubrimiento
gran vaso griego en Vix, Borgoña, o el de cerámica griega
de un

en los yacimientos ucranianos, ilustran esa tesis. Los me-


cito. Por último, al pie de la escala social, los ilotas forman la
mano de obra del k/eros, sin derechos reconocidos, campesi-
nos dependientes sometidos a la ciudad de Esparta.
e
dios indígenas en contacto con las ciudades griegas desa-
rrollan formas de vida artística y cultural donde se mez-
clan las influencias griegas y las tradiciones locales,
Un régimen aristocrático
e
particularmente sensibles, por ejemplo, en el arte de los es-
citas de la Rusia meridional. También a través de estos in-
tercambios Roma está en contacto, desde los inicios de su
Basada en una constitución, la Rhétra, la ciudad de Esparta
está dirigida por dos reyes de dos familias diferentes, los
e
despliegue, con el helenismo, que inspira el relato de
su fundación, ligando el nacimiento de la ciudad al ciclo
de Troya. De este modo se inicia, en torno al Mediterrá-
neo, una comunidad cultural de la que Atenas constituye
Agidas y los Eurypóntidas, cuyo papel es esencialmente reli-
gioso y militar. Forman parte del Consejo de Ancianos, la
Gerousia, junto con otros veintiocho miembros, elegidos de
e
por vida por la asamblea y con sesenta años de edad por lo
e
p-
e 64 HREl'f HISTORIA DE WROPA
3. LA AFIRMACI()N DE LA CluDA[l 65

e menos y que son los encargados de controlar los poderes


esenciales.
Este gobierno de un pequeño número de dirigentes se de-
ATENAS Y GRECIA (SIGLOS V-IV A.C.)

Una ciudad democrática


fine como una estructura «oligárquica». El conjunto de los
e ciudadanos puede expresarse en el seno de la asamblea,
Apella, que vota por aclamación y no tiene un papel delibe-
Nacimiento de la democracia ateniense

e
rativo. Designa cada año cinco magistrados, los éforos, que
Al revés de Esparta, Atenas prosigue su evolución hacia un
son quienes tienen la obligación de velar por el respeto a la
régimen democrático. La iniciativa corresponde a Clístenes,
tradición ya las leyes, y que tienen una posición preponde-
rante en la vida de la ciudad. quien, después de la caída de los tiranos, estableció a finales

e Un sistema educativo
del siglo VI a.c. una nueva organización de la ciudad. Definió
un espacio político basado en los demos, especie de cantones
de residencia de los ciudadanos, repartidos en diez tribus
donde están representadas las diferentes regiones del Ática, la
costa, el-InterIOr y la CIUaacr-c.ncuenta Ciudadanos por trí-b-u-, ----
-. _---La cohesión de la ciudad está asegurada por una educación
elegidos por sorteo, constituyen el Consejo o Boulé de qui-
1 particular, la agogé. A partir de los siete años, los mucha-
nientos miembros, cuya permanencia queda asegurada suce-

e chos pasan a depender de la ciudad, que, por grupos de


edad, les da una formación deportiva y militar, bajo el con-
trol de muchachos mayores y de adultos. Esa educación vie-
sivamente por una tribu. El año político también está dividi-
do en diez períodos o pritanias, uno por tribu. Siempre por
sorteo, cada día se designa un presidente de los prítanos. De
ne marcada por una serie de ritos de iniciación, el más céle-
e bre de los cuales es la criptia, donde el muchacho, reducido
a una especie de estado salvaje, debe sobrevivir a sus necesi-
este modo, en ese sistema democrático, un ciudadano puede
estar, por un día, a la cabeza del Consejo que prepara las le-
. yes votadas por la asamblea del pueblo, la ecclesia. Un colegio
dades viviendo fuera de la ciudad y escondiéndose.

e La educación de las jóvenes sigue idénticos pasos, con


una formación musical y deportiva destinada a hacer de
ellas, más tarde, buenas madres de guerreros.
de diez magistrados, los arcontes, gestiona la ciudad, mien-
tras diez estrategos aseguran el mando militar. Para impedir
cualquier extraVÍo político, la asamblea del pueblo puede deci-
dir el exilio por diez años de un ciudadano, votando el «ostra-
e Sin embargo, nuestro conocimiento preciso de Esparta si-
gue siendo difícil, en parte debido a la imagen y al mito que
esta ciudad representa muy pronto en la historia de Grecia,
cismo». Por otro lado, para permitir a los menos afortunados
participar en el Consejo, la ciudad les paga una indemniza-
ción de presencia o mistoforia. La democracia ateniense des-

e ya cierta fascinación que pudo ejercer por su sistema políti-


co y educativo hasta épocas muy recientes.
cansa, por tanto, en la voluntad de una igualdad de todos o
isonomia. Pero no hay que olvidar que de ella están excluidos
tanto los no ciudadanos como los esclavos, y también las mu-

e jeres de los atenienses. En este sistema, los más afortunados


tienen también obligaciones, como la participación en la
construcción de los barcos, las trirremes, y la financiación de

e los coros para las representaciones teatrales.


66 HREVE HISTORIA VE ELJIHWA 3. LA AHRMAClON DE I.A Ul'ilAI>
67
e
La expansión ateniense

La democracia ateniense se enfrenta desde su nacimiento a


Zeus en Olimpia o de Apolo en Delfos; la celebración regu-
lar de concursos y de juegos los convierte de hecho en cen-
tros del helenismo para el conjunto del mundo griego.
e
graves peligros exteriores. La sublevación de las ciudades
griegas de Asia Menor entrai1a la intervención de los ejérci-
tos persas en Grecia. La primera Guerra Médica se salda con La Guerra del Peloponeso y la crisis de la ciudad
e
la célebre victoria de Maratón, a 42 kilómetros al norte de
Atenas, en 490. Diez años después, Atenas consigue una se-
gunda victoria contra el rey persa Jerjes, que después de ha- .;
t.
La voluntad de hegemonía de Atenas choca con la oposición
de Esparta, y entre 431 y 404 a.e. estalla una guerra que
e
ber derrotado a los espartanos en las Termópilas, se enfren-
e
afecta al conjunto de las ciudades griegas. Vencida en 404,
ta a la flota de Atenas en Salamina en 480. Tras nuevos
fracasos, renuncia a la invasión de Grecia. Esta serie de vic- í Atenas sufre una grave crisis durante la cual se pronuncia la
condena a muerte de Sócrates, acusado de corromper a
torias da.la preponderancia a Atenas, que la aprovecha para t' la juventud. Este proceso puede considerarse como el fin de
controlar una gran parte de las ciudades del mar Egeo e in-
crementar su poderío comercial; el puerto del Pireo, acondi-
cionado, se convierte en el gran centro de las actividades

, una época rica en creaciones, aunque el siglo IV es también
el siglo de las grandes escuelas filosóficas, con Platón y Aris-
tóteles, mientras Praxíteles y Lisipo prolongan la obra de los
e
económicas. !
~
l
grandes escultores del siglo anterior. Pero la guerra entre las
ciudades agota a Grecia. Tras los fracasos por imponer su
dominio de Esparta y de Tebas, Atenas intenta recuperar su
e
El «siglo de Peric1es»

Atenas, «escuela de Grecia»


puesto, pero es demasiado tarde.
e
De la ciudad a los reinos
Bajo el impulso de Pericles, a partir de lo~ años 450-430 a.c.,
Atenas se convierte en el foco intelectual y artístico de Gre- En el transcurso del siglo IV se desarrolla una nueva poten-
e
cia. Sobre la Acrópolis, el Partenón, santuario de Atenea, da cia al norte de Grecia, en los Balcanes: el reino de Macedo-
testimonio del poderío de la ciudad, cuya cohesión queda
ilustrada por el gran friso de la procesión de las Panateneas
que decora el templo y en el que colabora el escultor Fidias.
nia. El advenimiento de Filipo II de Macedonia en 359 abre
un período de expansión de ese país, que, pese a la oposición
del orador ateniense Demóstenes, se apodera progresiva-
e
Esquilo, Sóf<)clesy Eurípides participan en el nacimiento del
teatro trágico, mientras que Aristófanes, a finales del siglo v,
saca a escena en sus comedias a la sociedad ateniense. La
mente de Grecia. La derrota de los griegos en Queronea, en
el 338, marca el fin de la independencia de las ciudades grie-
gas, pese a que todavía conservan una autonomía aparente.
e
pintura griega alcanza su pleno desarrollo con las decora-
ciones de figuras rojas en la cerámica. Se crean en la ciudad
escuelas filosóficas con los sofistas Gorgias y Protágoras. En
Las conquistas del hijo de Filipo, Alejandro Magno, á par-
tir del 336 a.c., ofrecen nuevas perspectivas al mundo grie-
go, cuyo centro de gravedad se desplaza hacia Oriente. A la
e
ese mismo período se desarrollan los grandes santuarios de muerte de Alejandro, la creación de los reinos helenísticos
e
e 68
BREVE IiI~TURI:\ DE EUROPA;1
.'31' LA AFIRM.KI()N (lE 1.,1 Ul:(lAll 69

e en Macedonia yen Epiro, permite una difusión más amplia


del helenismo hacia el centro de Europa, pero relega a las
antiguas ciudades de Grecia a un papel secundario antes de
.£a realeza en Roma
.'IE
(Desde el siglo VIII al VI a.c., Roma es dirigida por reyes, y los

e que Roma tome, a su vez, el relevo en estas regiones.


primeros tiempos de su historia derivan en parte de relatos le-
gendarios, con el rapto de las ""Sabinas, los conflictos contra
Alba Langa y el duelo de los ""Horacios y los Curiacios. En rea-
LA URBS y EL PODER ROMANO

e En la época en que Atenas domina Grecia, en Italia una nue-


lidad, Roma no es más que una pequeña población en el seno
de una confederación de pueblos del Lacio, la Liga Latina. La
instalación de los ""etruscos es lo que permite la emergencia de
va ciudad empieza a afirmar su poder: Roma. .

e Nacimiento de Roma
las primeras formas urbanas. En efecto, son los reyes etruscos,
Tarquina el Viejo, Servio Tulio y Tarquino el Soberbio, los
que inician el acondicionamiento del Foro al pie del' Palatino,

~o Leyenda y arqueología
la edificación de un templo en el Capitolio y la construcción
de un recinto. Al mismo tiempo se inicia ulla reestructuración
de la ciudad. La sociedad romana se reparte entonces entre las
antiguas familias, que constituyen el patriciado, yel resto de la
e La tradición legendaria romana hace remontar la historia de
Roma a la llegada de Eneas que, huyendo de Troya, busca ".
refugio en el Lacio, en Italia. En los primeros tiempos, sería t
población libre, la plebe; pero el poder político está en manos
del patriciado, el único presente en la asamblea de los ""comi-
cios curiales, que reagrupa a la población de las treinta curias,

e
la villa de Alba Langa la que habría dominado esa región. La ~
y los únicos admitidos entre las cien personas que forman el
dinastía de los reyes de Alba Longa concluye con una crisis ~
política durante la cual el rey Numitor es apartado del poder ! Senado. Para romper esa organización, el rey Servio Tulio crea
nuevas tribus, con el lugar de residencia como criterio, igual
por su hermano, y su hija Rea Silvia es condenada a la vir- ~.
e ginidad como vestal. La intervención del dios Marte cambia
el curso de los acontecimientos y la sacerclotisa da a luz dos
:~~
1f.~

\.
que en Atenas, y reparte la población libre de Roma en clases
según su fortuna. Ese reparto está destinado a servir de base al
reclutamiento del ejército y forma los ""comicios centuriales.
gemelos, Remo y Rómulo. Ocultados en una cuna y confia- }:,

e dos al Tlber, los gemelos son criados por una loba y una pa-
reja de pastores. Adultos ya, deciden fundar Roma en ellu-
gar donde habían sido criados; una disputa entre ellos
~
Año 509 a.e.: nacimiento de la República romana

e provoca la muerte de Remo; Rómulo es, por tanto, el primer


rey de Roma. Tradicionalmente fijada en el año 753 a.c., la
fecha queda confirmada en parte por la arqueología: el des-
La historia de Roma sitúa el paso de la realeza a uI} régimen
republicano en el año 509 a.c., en paralelo con lo que pasa
en Atenas. En realidad, esa «revolución" se caracteriza sobre

e cubrimiento de restos de cabañas en el Palatino demuestra


la presencia de una aldea de pastores ya en el siglo VIII a.c.
Sin embargo, todavía hay que esperar dos siglos para que el
todo por la reacción del patriciado, que intenta recuperar su
poder enfrentándose a los reyes etruscos. Los primeros de-
cenios del siglo v a.c. vienen marcados por un doble enfren-
paraje de Roma empiece a adquirir el aspecto de una villa.
e tamiento: la plebe contra el patriciado y los conflictos contra
'1 ~.;;...-
70
HKI:\'E HISTORIA DE EL:ROPA
I{ ;. LA AI'IRMACf()N DE LA Cil'I>AIl
7/
e,
los etruscos, cuya presencia en el Lacio subsiste hasta apro-
ximadamente el 470. Durante estas luchas aparecen las pri-
meras magistraturas ocupadas por el patriciado. Al mismo
tiempo, la plebe se dota de sus propias instituciones: los tri-
el año 390, en que Roma fue tomada y debió pagar la salida de
los galos. En varias ocasiones, durante el siglo IV, Roma tuvo
que hacer frente a incursiones, pero a su vez inicia un avance
e
bunos y los ediles de la plebe. Es en el transcurso de las con-
quistas en Italia cuando se realiza la fusión entre los dos ele-
mentos de la población, favorecida por la autorización de
hacia el norte de Italia, que se afirma sobre todo durante el si.
glo III con la fundación de colonias en la llanura del Po. e
matrimonios mixtos a partir del año 445. .

La Italia romana
Roma y la Italia del sur

Roma aprovecha la intervención en Campania, a la que se


-1
Roma y el Locio
ji vio empujada por la amenaza que suponían las poblaciones
samnitas de los Apeninos, para asegurar el control de Capua
y, tras una guerra victoriosa contra el soberano helenístico
e
Miembro de la Liga Latina, igual que las demás ciudades del Pirro de Epiro, que había acudido a socorrer Tarento, acaba
Lacio, como Tusculum, Roma debe hacer frente a las ame- por tornar esta ciudad en el año 272 a.e. En esa fecha, pode- ~
nazas de sus vecinos inmediatos, sobre todo de las poblacio- mos considerar que Italia está ya en gran parte bajo la tutela
:1
nes de los Apeninos. Las relaciones entre Roma y las ciuda-
des latin;ls evolucionan hacia una preponderancia cada vez.
mayor de Roma, consagrada en el año 338 a.e. por la diso- 1
de Roma.
e
-e 1
lución de la Liga Latina. El *derecho romano suplanta en .~ La res publica
adelante al *derecho latino de las demás ciudades.
1 El paso de ser una aldea del Lacio a convertirse en una ciu-
dad dominante en Italia va acompañado de la elaboración
Roma y los etruscos

Roma aprovecha las dificultades yel declive del poder etrus-


l'i de instituciones. Una serie de leyes establecieron el reparto
de las magistraturas entre la plebe y el patriciado y dio lugar
al nacimiento de la nobi/itas, grupo social que engloba a las
co. Entre los años 406 y 396 asedia Veyes y se apodera de esa
ciudad. Luego inicia la conquista de las regiones al norte del
Tlber. La toma de Volsinii (Bolsena) en el año 265 marca el ~
familias que han tenido un miembro magistrado, ya sea pa-
tricio o plebeyo.
e
final del poderío etrusco.
f.
Roma y los galos
it,1
j:
~
.1
Las asambleas

Los antiguos comicios curiales subsisten, pero tienen un pa-


e
~'
La penetración céltica en la llanura del Po podía constituir una
amenaza al favorecer las incursiones galas, como la producida
pel restringido. Los ciudadanos romanos se reparten sobre
todo en dos asambleas principales: los comicios centuriales,
donde están clasificados por centurias según cinco catego-
e
nL
rías en función de la fortuna, y los comicios de las tribus,
e
~
e 72 BHE\'J". JI 1ST< 'IRI:'. DI". El"g( l/'A
3. LA AFlRMACI(l,\' In: LA cn'j)All
73
donde la clasificación en 35 tribus se hace según criterios de

e residencia. El sistema de voto favorece en todos los casos a


los más afortunados. Estas asambleas se reparten la elección
de los magistrados y el poder legislativo. I. Dos concepciones
DOCUMENTOS

de la democracia

e Los magistrados
a) Atenas «esClle/lI de Grecia,): discurso de Peric/cs

e Dos grandes categorías de magistrados aseguran la gestión de


los asuntos públicos. Los magistrados superiores son elegidos
Tenemos un régimen político que no emula las leyes de otros
pueblos, y más que imitadores de los demás, somos un modelo a
seguir. Su nombre, debido a que el gobierno no depende de unos

e por los comicios centuriales: pretores, cónsules y censores; es-


tos últimos hacen el censo de los ciudadanos cada cinco ailos y
los clasifican según su fortuna. Los comicios de las tribus de-
¡'!l
1""
"
pocos sino de la mayoría, es democracia. En lo que concierne a
los asuntos privados, la igualdad, conforme a nuestras leyes, al-
canza a todo el mundo, mientras que en la elección de los cargos

1__
: signan ,a los magistrados inferiores: cuestor, ediles; la plebe ha
cons-ervac!üIaelecclOn de sus propios representantes -tribu-
nos y ediles de la plebe-, además del concilio de la plebe, que
'.,:,
1
.~
públicos no anteponemos las razones de clase al mérito personal,
conforme...aLpLeS-ti&iQ-Qe-(lue-gwa-e-athlLi-trdaddllo en su actlvl
dad; y tampoco nadie, en razón de su pobreza, encuentra obstá-
,ir.' culos debido a la oscuridad de su condición social [.,,) En nues-
reagrupa a los plebeyos de los comicios de las tribus. i
e E/Senado
'~
tras relaciones con el Estado vivimos como ciudadanos libres
[ ...].
Amamos la belleza con sencillez y el saber sin relajación. Nos
servimos de la riqueza m,ís como oportunidad para la acción que

e El Senado estará compuesto


cientos miembros reclutados
a partir de entonces por tres-
por el censor entre los anti-
como pretexto para la vanagloria, y entre nosotros no es un mo-
tivo de vergüenza para nadie reconocer su pobreza, sino que lo es
más bien no hacer nada por evitarla. Las mismas personas pue-
guos magistrados superiores. Esencialmente es el guardián

e de la tradición, pero también ejerce el control financiero y


gestiona los problemas de política exterior.
den dedicar a la vez su atención a sus asuntos particulares y a los
públicos, y gentes que se dedican a diferentes actividades tienen
suficiente criterio respecto a los asuntos públicos, Somos, en
efecto, los únicos que a quien no toma parte en estos asuntos lo

e La ciudad se ha convertido, pues, en el marco de una expre-


sión política cuyas formas han podido variar según los regí-
consideramos no un despreocupado sino un inútil [, .. J
Resumiendo, afirmo que nuestra ciudad [Atenas] es, en su
conjunto, un ejemplo para Grecia [... ]. Porque, entre las ciuda-

e
menes, pero cuyos principios correspondían a un horizonte
des actuales, la nuestra es la única que, puesta a prueba, se mues- '
bastante limitado. A pesar de su progresión en Italia, Roma tra superior a su fama [... ].
también ha conservado un sistema conforme con la gestión
de una ciudad. Pero ¿se ha adaptado a una extensión territo-

e
TUCIDIDES,Historia de la guerra del Peloponeso, JI, XXXVII, XL, XLI (trad.
rial mayor? En eso consiste todo el problema planteado por Juan José Torres Esbarranch, Madrid, Editorial Gredos, ]990)
la nueva amplitud que toman las conquistas romanas a par-
tir del siglo 1II antes de nuestra era.

e
74

b) La República romana
BKE\'E HISTORIA IJE EUROPA
3. LA AFIR.".lACI()N nE I.A Cn'llAll 75 e
Así, pues, estas tres clases de gobierno que he citado dominaban
la constitución y las tres estaban ordenadas, se administraban y
políticos ampliamente repetidos más tarde. Pericles insiste en ellu-
gar que cada uno ocupa en el ejercicio político en Atenas, mientras
que en Roma, pese al intento de conciliación entre las diferentes
e
repartían tan equitativamente, con tanto acierto, que nunca na-
die, ni tan siquiera Jos nativos, hubiera podido afirmar con segu-
ridad si el régimen era totalmente aristocrático, o democrático, o
formas de gobierno, el poder está en realidad en manos de una mi-
noría afortunada dentro de un sistema donde la democracia sólo
es aparente. Tucídides vivió en el siglo v a.e. y Polibio en e/u a.e.
e
monárquico. Cosa muy natural, pues si nos fijáramos en la potes-
tad de los cónsules, nos parecería una constitución perfectamente
monárquica y real, si atendiéramos a la del Senado, aristocrática,
y si consideráramos el poder del pueblo, nos daría la impresión de
2. La Acrópolis de Atenas e
encontrarnos, sin ambages, ante una democracia. ¡... 1
Los cónsules, mientras están en Roma y no salen de campaña
con las legiones, tienen competencia sobre todos los negocios
e
públicos [... J Si se considerara sólo este aspecto, no sería invero-
símil decir que esta constitución es simplemente monárquica o
real (oo.] La atribución principal del Senado es el control del era-
e
rio público [... ) Cuando llegan embajadores a Roma, el Senado
decide lo que debe contestárse1es y el comportamiento
seguirse con cada uno. En todo lo que se ha relacionado hasta
que debe _1
ahora, el pueblo no tiene participación alguna, de modo que a
quien llegue a Roma en ausencia de los cónsules, la constitución
romana le parecerá perfectamente aristocrática l...J Con todo, al
pueblo no le falta su parcela, que es precisamente la más pesada.
e
I Templo de Atenea Niké 8 Temenos de Zcus Polieus
En la constitución romana el pueblo, y sólo el pueblo, es el árbi-
tro que concede honores o inflige castigos [... ] Además, el pue-
blo es quien confiere las magistraturas a aquellos que las mere-
2 Propileos
3 Pinacoteca
4 Temenos de
9 Altar de Atenea
10 Antiguo templo de Atenea
1I Pórtico de las Cariátides
e
cen: es la más hermosa recompensa de la virtud de un estado. El
pueblo es soberano cuando se trata de votar las leyes; su máxima
atribución es deliberar sobre la paz y la guerra (... ] De manera
que no es un error decir que el pueblo goza de grandes atribucio-
Ártemis Brauronia
5 Calco teca
6 Estatua de Atenea
Criselefantina por Fidias
12 Erecteion
13 Pandroseion
14 Estatua de Atenea
Prómajos por Fidias
e
nes en la constit9ción romana y que ésta es democrática.

POLlBIO,Historias, VI, 11, 12, 13, 14 (trad. Manuel Balasch Recort, Ma-
7 Heroon de Pandión 15 Casa de los Arréforos
e
drid, Editorial Gredos, 198 J)
Según M.-C. Amouretti y F. Ruzé, Le Monde grec antique, París, Hachette- ,.
Université, 1978 •
Estos documentos nos permiten captar dos concepciones del papel
del ciudadano en unas villas que experimentaron unos regímenes

e
e 76
".......- ,,,,f

t' i
BREVE HISTORIA DE EUROPA

e Lugar destacado de la antigua Grecia, la Acrópolis fue ocupada


desde la época micénica por lo menos. Destruida etl el ario 480 a.e. '
por los persas, fue reconstruida durante la segunda mitad del si- ." 4. De la dudad al Imperio

e glo v. A la iniciativa de Perie/es se debe la construcción de un nue- ,'.


va templo de Atenea, el Partenón, edi}/cado entre los años 447 y
433 a.e. por los arquitectos Calícrates e lctinos. En el interior del
templo se alzaba la gran estatua de Atenea Partenos, de doce me-
r-
Durante el medio milenio que enmarca el nacimiento de la era

.e tros de altura, obra de Fidias, que también participó en la decora- 1


ción de las metopas y del friso que reproducía la gran procesión de 1l
las Panateneas. Esa procesión accedía a la Acrópolis por la Vía sa-I
cristiana, Europa se divide en dos conjuntos netamente separa-
dos: al norte, el mundo más o menos estable de los pueblos celtas
y germanos y, al sur, el poderío romano, que, partiendo de Ita-
lia, conquista y organiza el conjunto de la cuenca mediterránea.

e

cra y por la puerta monumental de los Propileos, pasaba por de4''''' ,
lante de la estatua de Atenea Prómajos, obra también de Fidias, ',', L---

para alcanzar el lado oriental del Partenón, donde se encontraba ,,'1


el altar de Zeus y de Atenea. Esa procesión tenía por objeto llevar ,'L _
__ --<L"«<~''''ido,_p,plm,"" qu,a,o," ada"",,, 1,'''''gu, ,",- . 1 "i, dd ,iglo " a.c., la hi,¡o,ia d< E~copa w~o'~,ul~:
.., tua de madera de Atenea, conservada en el otro gran santuario de '; A pa ., d ble Después del período de mstalaclOn .
evoluClOn'I? . Europa occidental entra en la esfera de lO-
e la Acrópolis, el Erecteion, célebre por su pórtico donde las colum-I
nas habían sido sustituidas por estatuas de muchachas jóvenes,las
Korai. De este modo, la Acrópolis ilustra perfectamente la cohe-
. . y la glona. de Atenas.f:
slOn
¡.¡
"'~
t,
~
puebl~s ce t~~os" a bajo el control de Roma; en camb.lO,
fluenCla me lterrlane . 'tal sigue afectada por la inestablh-
Ia Eur opa centra I y onen / .cos que contmuan
. , con su p ro _

e ~,;".'
¡¡',i
iJ
dad de los pue? os gelrman¡.
resiva ocupaclOn de as reglOn
'es al norte del Danubio y al
.
~ste del Vístula hacia la llanura ucramana.
r'
e i~,

CELTAS Y GERMANOS. EN VÍSPERAS DE LAS


~,!
e 1I
f
11"
CONQUISTAS ROMANAS

La Europa céltica

e l'I~
~j
El poblamiento

t", A partir del año 800 a.c., y en dos grandes fases cronológicas,

e ~
,~:
'1['
t.
la primera y segunda Edad del Hierro, cuyos nombres "Corres-
ponden también a dos yacimientos arqueológicos caracterís-
ticos de estos períodos, Hallstatt en Austria y La Tene en Sui-

e }
f'rJ za, los celtas ocuparon la mayoría de las regiones del centro y

77
78 BRF,\'E HISTORIo'\. In: l:l'H(IP:\ 4. DE LA CIUDAD Al. l.'II'ERI( l 79 8
e
1

del oeste de Europa (véase capítulo 2). Grupos de boyos, nó- políticas. La conquista romana tan sólo contribuyó frecuen-
ricos, vindélicos y helvecios se instalaron en los sectores al- temente a acentuar una evolución ampliamente iniciada. Si
pestres, desde Hungría a Suiza. La Galia estará poblada en el hecho mayor es el desarrollo de los parajes fortificados,
adelante de forma mayoritaria por los celtas, una parte de los
cuales debió de llegar en la primera fase de las migraciones y
formar el conjunto de los pueblos aquitanos entre el Garona y
que cubren toda la Europa céltica con los oppida, como los
de Maiden Castle en Inglaterra, los de Bribacte en Galia o
Numancia en España, también hay que tener en cuenta los
e
esfuerzos de aprovechamiento de las riquezas naturales, con
los Pirineos. El corazón de la Galia céltica está formado por
los pueblos instalados entre el Garona y el Sena, con los ar-
vernios del Macizo Central, los eduos de Borgoña, los pictos,
un retroceso del bosque y una explotación de las salinas y de
las riquezas del subsuelo para el trabajo de los metales. El
arte del metal permite a las poblaciones célticas no sólo la
e
los vénetos y los osismios de las regiones atlánticas y armori-
canas, así como los parisienses y los senones del valle del
Sena. El sector del Ródano y de los Alpes occidentales reagru-
fabricación de armas y de joyas, sino también una mejora en
los métodos de cultivo yen las labores campestres. Se cono- e
-e
pa a confederaciones importantes: los alóbroges de Saboya, ce ya la práctica del abono de los suelos, así como la división
los vacancias entre Isere y Durance y los voleos de la región en parcelas de los campos cultivados; subsisten huellas de
de Nímes y del Languedoc. Los últimos en llegar son los bel- ello en parcelarios fósiles de Gran Bretaña.
gas, que se establecen entre el Sena y el Rin, los belóvacos de En el terreno religioso, la riqueza del panteón céltico,
Beauvais, los suesianos de Soissons, y los remos y los tréviros puesta de relieve por documentos de época romana, no es
al este, hacia Reims y Tréveris. También fueron grupos belgas más que la herencia de una vida de cultos intensa antes de
los que se instalaron en las Islas Británicas, la antigua Britania, } la conquista romana, como ilustra la decoración con temas
J religiosos del caldero danés de Gundestrup. Asimismo, la
convirtiéndose la cuenca de Londres en el corazón de esa ocu-
pación céltica con los catuvelaunianos y sus vecinos. La cade-
na Penina es el territorio de los brigantes, mientras que las re-
\, arqueología permite conocer la existencia de santuarios
prerromanos organizados en torno a un edificio circular o
e
• rectangular, que prefigura los templos romano-célticos
giones septentrionales están habitadas por los caledonios.
e
!

Las penínsulas mediterráneas no escaparon a estos movi- (Heathrow, en Inglaterra, o Gournay-sur-Aronde, cerca de
mientos de población. La llanura del Po tiene un fuerte pobla- Beauvais). Esa identidad cultural queda reforzada en el te-
miento céltico con los boyas, los insubros y los senones, rreno religioso por los druidas, cuyo papel es esencial al
mientras que las llanuras de la Península Ibérica fueron ocu-
padas por los grupos célticos de los vaceos en el Duero, los
vetones de Salamanca y los pueblos celtíberos en contacto
menos en Gran Bretai1a y en la Galia.
No por ello deja de ser cierto que la Europa céltica sigue
dividida en el plano político. Cada pueblo posee su territo-
e
con los iberos e~ las regiones orientales de la península. rio y su propia organización, cuya evolución varía según las
regiones. Gran Bretaña sigue estando dominada por un sis-
tema monárquico, mientras la Europa continental ve con-
e
Evolución

Esa importante ocupación céltica de Europa supuso una


testado ese tipo de poder en beneficio de una aristocracia.
Estas divisiones son fuente de numerosos conflictos entre
los pueblos.
e
transformación de los paisajes y de las estructuras sociales y
e
e 80

Los germanos
BREVE HIS"rORIA VE EUROPA
4. DE LA CIUDAD AL IMPERI\)
81

e La expansión germánica
La Germania oriental

Esta zona es mucho más inestable y el poblamiento se reno-

e Provocada hacia el año 500 a.c. por modificaciones climáti-


cas en las regiones del Báltico, la migración de los pueblos
germánicos aporta profundas alteraciones a Europa central
vó sin cesar debido al avance de nuevos pueblos desde las
costas de la Alemania del norte y de Polonia, a lo largo de
los valles del Oder y del Vístula. La primera migración ates-

e Yoriental, yes en parte responsable de los movimientos cél-


ticos que pueblan las regiones occidentales. Los primeros
contactos Con el Mediterráneo tienen lugar Con motivo de la
tiguada es la de los bastarnos, hasta las bocas del Danubio.
Les siguen otros grupos importantes como los godos y los
vándalos, cuya expansión es continua durante la perviven-
invasión de los cimbrios y teutones que, desde el Danubio, cía del Imperio romano. Estos pueblos germánicos entran
- alcanzan el Sur de la Galia e Italia a finales del siglo lJ a.c., t. en contacto con los pueblos de las estepas, en particular con
los sármatas, que toman el relevo de los escitas y ocupan las
,., donde son derrotados por los romanos. En realidad, la am_-ji

--e plitud de estos movimientos es considerable y la migI-ª-ción ;.,


se hace según-dos-gfa-~es conjuntos, los germanos occiden- ;¡
regiones al norte del bajo Danubio. También debieron de
enwfrF-efl-relaeión-eo-n-los-pueblos preeslavos entre e¡-V~ls=t~u~---~'

!.e
!

'r i
1,1" Ylo, gecm'no, o''Cm,I".

La Gmnan;" o,dd'ntai

Sigue siendo la mejor conocida gracias a los contactos que


.

(
.ti:
ti la y el Dniéper, en la región de Kiev, donde se desarrolla la
cultura de Cherniajovo, prefiguración del mundo eslavo de
principios de la Edad Media.

LA URBS CONQUISTADO RA
pudo tener con el mundo romano desde los inicios del Im-
t~
e
perio. Se reparte en tres conjuntos principales. El primero
está formado por los pueblos germánicos del mar del Norte,
como los caucos, los frisones y los bátavos. Les sigue, en la
región del Rin medio hasta el Elba, un segundo grupo del
r
li
i,
Roma y Occidente

Las islasy la Peninsula Ibérica


..
rf7~(#J~

e que forman parte los ubios, los sicambros, los chamavos,


los queruscos y los chatos. Por último, el tercer elemento
está formado por pueblos de Alemania central y meridional
como los hermunduros, los marcomanos y los cuados, en
.1
¡
La conquista de Italia enfrentará a dos potencias por la su-
premacía en el Mediterráneo occidental: la ciudad de Carta-
go en el norte de África (cerca de Túnez), que posee bases
comerciales en Sicília yen el sur de España, así como en Ba-

e las regiones danubianas. Estos pueblos a veces se reagrupan


en confederacitlnes, como los suevos o los alamanes. Esa
parte de la Germania empieza a estabilizarse hacia finales
'~1
.~

~:
.~;
leares yen Cerdeña, y la ciudad de Roma. Tras un primer
enfrentamiento entre los años 264 y 241 a.c., Roma puede
recuperar Sicilia, Cerdeña y Córcega, a las que transforma

e del siglo 1 d.C., pero ejerce una fuerte presión sobre el sector
reno-danubiano.
en provincias: son los primeros jalones de su imperio medi-
terráneo. Para preparar su revancha, Cartago desarrolla sus
actividades en la Península Ibérica y funda Cartagena. Es

e desde la península desde donde Alllballanza la guerra con-


82 BREVE HISTORIA IlE EUROPA 4. DE LA CIUDAD Al. IMPERIO 83 e
tra Roma en el año 218, atravesando el sur de la Galia y los
Alpes. En apuros tras la derrota de Cannas, en el año 216, en
el sur de Italia, Roma reacciona y lleva la guerra al territorio
fía a César, en el año 58 a.e., la misión de intervenir y sacar
provecho de la petición de ayuda de una tribu gala, los
eduos, amenazados por la migración de otro pueblo, los hel-
e
hispánico, donde se funda Itálica, cerca de Sevilla, en el año
206. Tras una serie de victorias, concluye la guerra en el norte
de África, en Zama, donde Aníbal es vencido en el año 202.
Esa victoria sella el destino de los países mediterráneos occi-
vecios. A pesar de la resistencia del arverno Vercingetorix,
César logra conquistar la Galia, tras derrotar definitivamen-
te a los galos en Alesia en el año 52 a.e. después de un ase-
e
dentales.
Durante el siglo 11, Roma inicia la conquista de la Penín-
dio memorable. La mayor parte de Europa occidental queda
desde ese momento bajo el control de Roma.
e
-
sula Ibérica, transformada también en dos provincias, ocu- ¡
~.,
pa las Baleares y explota en provecho propio las riquezas Roma y el mundo griego
mineras y agrícolas de este país, pese a la resistencia de las 'f},

--
poblaciones indígenas, lusitanos y celtíberos: la toma de
La situación en Grecia yen los Balcanes
N umancia yel suicidio colectivo de sus habitantes, en el año
133 a.e., dan una idea de esa oposición a la tutela romana.
Desde la muerte de Alejandro Magno, el mundo griego está
dividido en reinos, dos de los cuales se reparten el territorio
de la Grecia europea, Macedonia y Epiro. Las antiguas ciu-
Roma y el sur de la Galia
dades sólo tienen una autonomía aparente y están bajo la vi-

-
gilancia de los reyes de Macedonia, que les hacen pagar un
Roma mantiene relaciones regulares con la ciudad griega de
tributo y pueden imponerles una guarnición, como sucede
Marsella, puerto comercial indispensable para la Galia. Ame-
en Atenas o en Corinto. Al noroeste de Macedonia, tribus
nazada por las poblaciones indígenas, Marsella pide ayuda a
ilirias mantienen un clima de inseguridad efectuando incur-
Roma. La intervención del ejército romano concluye con
una instalación permanente, cuya primera etapa es la funda-
ción de Aquae Sextiae (Aix-en-Provence) en el año 122 a.e.
Para desa rrollar su presencia en el territorio galo, Roma
siones hacia Macedonia y operaciones de piratería en las
costas adriáticas. Al noreste, los tracias tampoco están con-
trolados. Roma ya ha tenido que luchar desde el 228 a.e.
e
contra los piratas ilirios y se ha enfrentado al rey Filipo V de
crea en el año 1181a "colonia de Narbona, destinada a ser la
capital de la Galia Transalpina.
Macedonia durante el conflicto contra Cartago.
e
Roma y la G(flia superior

A partir de su territorio en la Galia meridional, Roma acen-


túa sus relaciones con el mundo céltico independiente al
1" La intervención romana

Se produce en varias etapas. En un primer momento, Roma


se ve obligada a intervenir en Grecia debido a las alianzas
que ha firmado con ciudades o con ligas. Un nuevo enfren-
-
.-

e
que exporta vino, aceite y cerámica. Pero la Galia céltica si-
tamiento con Filipo V termina con la proclamación de la li-
gue siendo una amenaza a ojos del poder romano, que con-
bertad de los griegos por el procónsul romano Flaminio en
e 84
BREVE HISTOIUA DE EUROPA 4. DE LA CIUDAD Al. l:\lPERIO 85

e el 196 a.e., en Corinto. Veinte años más tarde otra guerra


desembocará en la supresión de la monarquía macedónica
en el 168. Nuevos tumultos incitan a Roma a transformar
Gracos, Tiberio y Gayo, y se salda con el asesinato de los dos
hermanos. El poder senatorial no parece capaz de resolver la
crisis. Desde ese momento queda abierta la puerta a las ten-

e Macedonia en provincia, en el 146. Ese mismo año, la ciu-


dad de Corinto se subleva y es arrasada.
De este modo, en dos siglos Roma se ha asegurado el do-
tativas de una toma del poder personal.
.~I

e minio del Mediterráneo europeo al mismo tiempo que con-


quistaba Asia Menor yel norte de África cartaginés. o
La crisis política

Las reformas que intentaron los Gracos dieron lugar al naci- .1


e La crisis de la ciudad en el siglo 1 a.e.
miento de una nueva corriente política que reagrupa a los
partidarios de una transformación de las estructuras en fa-
vor del pueblo, los populares, opuestos al medio conserva-
Las consecuencias de la conquista

e La expansión territorial de Roma tiene profundas reper-


dor de los optimates. Por otro lado, el ejército, forinado has-
ta entonces por Cluoadanos reclutados por conscnpclOn, se
transforma paulatinamente en un ejército profesional con

¡e cusiones en la sociedad yen la economía de Italia. La trans-


ferencia de las riquezas de los países conquistados y la
aportación del botín de guerra y de los impuestos modifican
las condiciones de vida. Este enriquecimiento favorece so- r
voluntarios, reforzándose así los lazos entre los soldados y
sus jefes. De este modo, desde finales del siglo 11 a.e. asisti-
mos en Roma a una serie de enfrentamientos por el control I
I
de la ciudad, envite de las guerras civiles. El peso de los ejér- I
e bre todo a los medios dirigentes, representados por los se- ~
nadares y por los ciudadanos más ricos, los *caballeros, cu- ~
yas actividades financieras y comerciales se benefician de 1
citos se vuelve determinante, y contando con su apoyo Sila
se apodera de Roma entre los años 88 y 82, basal1;do su po-
der en la dictadura, antigua magistratura tempofal que se
1"

:1,

e esa nueva situación. Se crean grandes extensiones de bienes ~;


raíces, los latifundia, favorecidos por el desarrollo de la es- ,:
clavitud. Al mismo tiempo, Italia es ganada por las influen- l
transforma en institución permanente y que permite aSila
eliminar a sus adversarios mediante sangrientas proscrip-
ciones. Asimismo, otro general, Pompeyo, tras haber creído
~'

cias orientales y se introducen nuevos cultos, como el de la 1: .. controlar la política romana, choca con la oposición de Cé-

le
!
diosa Cibeles, el de Dionisos o el de la egipcia Isis. El urba-
nismo no permanece ajeno a esa evolución, y, así, se cons-
truyen en el siglo II a.e. las primeras basílicas con vocación .}
.. sar, que, aureolado con sus victorias galas, pasa el Rubicón,
límite de su provincia, y se apodera de Roma el año 49 a.e.

e judicial. De igual modo, el marco de la vida privada se trans-l


forma y la casa tradicional con vestIbulo (atrium) se prolon-
ga mediante un jardín rodeado de un *peristilo de colum-
l..
i
Nacimiento del Imperio, de César a Augusto

e nas. Sin embargo, subsiste un problema mayor vinculado al


crecimiento de la población urbana y al empobrecimiento
del medio rural, arruinado en parte por las guerras. Un pri-
;)

f'..
t
La evolución interior de Roma anuncia las transforma<::io-
nes de finales del siglo [ a.e. La concepción de un poder
confiado a una sola persona capaz de restaurar la concordia

e mer proyecto de reparto de tierras fue propuesto por los :


;~
y la paz se halla en el centro de la reflexión política hecha
t.:~.,
86
HREVE HISTORIA DE EUROPA
4. DE LA CIUDAD AL IMPERIO 87
--
por Cicerón, a un tiempo orador y miembro del *Senado.
En el breve período de su gobierno, entre los años 49 y 44,
César emprende una serie de reformas que tienden a refor_ .~
zar su poder personal, concretado por su designación Como,
dictador vitalicio. Su asesinato, el IS de marzo del año 44,
no hace sino aplazar la conclusión de un proceso. Tras una
sas campañas llevadas desde el Rin y el Danubio, Roma no
puede romper la oposición de las tribus germánicas y sufre
incluso un desastre, en el año 9 d.C., cuando tres legiones
son aniquiladas por el querusco Arminio, que coordina la
resistencia germánica.' Augusto debe renunciar, pues, a su
-e
-el
proyecto y volver a la concepción de una frontera apoyada
nueva guerra civil entre los herederos de César, su lugarte_
en el Rin y el Danubio. Esa situación se concreta a finales del
niente Marco Antonio y su hijo adoptivo Octavio, el ,triunfo
de éste en Accio, en la costa occidental de Grecia, el año siglo 1 d.C., bajo el reinado de Domiciano, cuando se crean
31 a.c., le convierte en amo único del mundo romano y el las dos provincias de Germania inferior y Germania su-
Senado le concede, en el27 a.c., el título de «augusto». perior.
Mientras, el emperador Claudia había decidido la con-
quista de Britania, reanudando las tentativas frustradas de
EL ESPACIO IMPERIAL EUROPEO César durante la guerra de la Galias. El desembarco romano

El final de las conquistas


tiene lugar en el año 43 d.C., y la toma de la capital de los ca-
tuvelaunianos, Camulodunum (Colchester), marca el prin-
1)

---
cipio de la influencia romana sobre la isla de Britania, nueva
provincia añadida al espacio imperial occidental.
En el año 31 a.c., el mundo romano no ha alcanzado toda-
vía sus límites y una parte importante de la obra del primer i
emperador, Augusto (31 a.C.-14 d.C.), consiste en dar al es-
pacio romano fronteras coherentes.
r
r La Europa oriental

l Europa oriental ofrece las mismas dificultades que el sector


En Europa occidental renano. Al este de la Nórica, las regiones de Panonia (Hun-
gría) e Iliria (antigua Yugoslavia) constituyen un obstáculo e
Las provincias galas e hispánicas, conquistadas en la época
republicana, aún no están totalmente integradas en el Im-
perio. Por eso Augusto remata la conquista lanzando cam-
\ para las comunicaciones entre Occidente y la parte orien-
tal del Imperio. Pueden llegar a ser incluso una amenaza
para Italia; la revuelta de los pueblos de Iliria, entre los años 6 (1
pañas militares en el norte de la Península Ibérica yen las ~. y 9 d.C., obliga a intervenir a Roma para establecer dos pro-
vincias en el corazón de Europa, Dalmacia y Panonia. La ocu-

e
regiones alpinas. Los trofeos alzados en Saint-Bertrand_de_
Comminges, eR los Pirineos, yen la Turbia, al norte de Mó- i pación de las regiones danubianas finaliza en el siglo t d.C.
naco, consagran esos triunfos, a los que acompaña la crea-
t con la creación de la provincia de Mesia, en el año 1S, Y
1 la anexión del reino de Tracia, reducido a provincia en el
ción de las provincias alpinas de Nórica y de Retia. En
cambio, encuentra más dificultades para realizar su campa-
ña en Germania, de la que espera la anexión de las regiones
comprendidas entre el Rin yel Elba. A pesar de las numero-
-
~
f
año 46. Sin embargo, además de los pueblos germánicos, to-
davía subsiste una importante amenaza al norte del Danubio:
el reino dacio de Transilvania y de los Cárpatos. Originarios
e
9
~ de Tracia, los dacios estaban organizados en reino y, desde la
e
e 88
BREVE HISTORIA DE EUROPA
4. DE LA C1L'()Ai> Al. IMPEKJi 1
89

A época de César, su rey, Burebista, inquietaba a Roma. A fina- legiones en el Rin, con los campamentos de Nimega, Xan-
- les del siglo 1 d.C., el rey Decébalo, desde su capital, Sarmize- ten, Neuss, Maguncia, Estrasburgo ... y entre dieciocho y
getusa, no vacila en lanzar incursiones por el sur del Danubio, veinte legiones en el Danubio, es decir, aproximadamente
_ en territorio romano. Para afirmar la seguridad de las fronte- unoS 200.000 hombres contando los auxiliares, repartidos
., ras, pero también para apoderarse de las importantes rique- en los campamentos de Viena en Austria, Altenberg en
zas auríferas de los dacios, el emperador Trajano emprende Hungría, Belgrado en Serbia y también en las bocas del Da- '"
A entre los años 101 y 106 dos campañas que convierten la I;>a- nubio, en Iglita, Rumanía.
• cia en provincia romana. La Columna de Trajano en Roma,
decorada con bajorrelieves que evocan las guerras en Da-

e cia, conmemora estos acontecimientos. Esa última campaña


cierra la fijación del espacio imperial, que a finales del siglo I y
El sistema defensivo

---_.-
du rante el /1, tan sólo sufre modificaciones de detalle con Generalmente designado bajo el término latino ele limes y
la división de la provincia de Panonia en basado en rutas y fortificaciones, este sistema se establece en
Germania superior para proteger las regiones sirmrctas-entre
los cursos inferiores del Rin y del Danubio, los «Campos
La defensa del Imperio Decumates». Fosos, empalizadas, muros y fortines separan

e El ejército
así el mundo romano de la Germania independiente, desde
Coblenza hasta la provincia de Retia. Este tipo de defensa se
encuentra en Dacia y en Mesenia. Para Britania, durante el
A El poder imperial y la seguridad del Imperio descansan fun- mandato de Adriano se construye un verdadero muro, hacia
• damentalmente en el ejército. La protección de los territo- el año 122 d.C., desde el estuario del Tyne hasta Solway
rios europeos queda asegurada por tanto mediante un dis- Firth, que, en sus 128 kilómetros, cuenta con fosos, torres

e positivo militar que comprende legiones compuestas por


ciudadanos romanos y tropas auxiliares, alas de caballería y
cohortes de infantería, reclutadas entre las poblaciones indí-
y campamentos. Antonino Pío completa el sistema con un
muro más al norte, entre el Firth of Clide y el Firth of Forth,
pero, menos sólido (tierra y madera) y más expuesto, fue

e genas del Imperio. La marina se encuentra estacionada en


Italia, en los puertos de Miserno y Rávena, para el control
del Mediterráneo, mientras que unas flotillas protegen las
abandonado a finales del siglo II d.C.

regiones periféricas de Britania, del Rin y del Danubio. El Es así, en el siglo II de nuestra era, como Europa se divide ní-
A reparto de las fuerzas es desigual y depende de la importan- tidamente en dos conjuntos: una Europa mediterránea -la
• cia estratégica dt'los sectores, así como de la variación geo- de las ciudades, cuyo centro de gravedad es Roma- y una
gráfica de los peligros exteriores. Si en la Península Ibérica Europa de los pueblos, en la que predominan los movimien-
ase mantiene una sola legión, en León, Gran Bretaña está de- tos migratorios de los germanos.
~endida por cuatro legiones -y más tarde por tres-, estable-
cidas en Caerleon, York y Ches ter. El grueso de las tropas se
_halla concentrado en el Rin yel Danubio: de ocho a cuatro
90
IlREVE HISTORIA DE EUROPA. 4. DE LA ClülJAlJ Al. IMPE1{J( 1 91 e
1. Las regiones
DOCUMENTOS

de Europa, vistas por los autores antiguos


Estrabón, autor griego de principios del Imperio, describe estos
pueblos insistiendo en su falta de civilización: ausencia de trigo. no
consumo de vino, cabellos largos... Ve hecho, aprovecha la ocasión
e
a) La Península Ibérica y su reborde septentrional:

Su parte primera por Occidente es, como dijimos, Iberia. De ésta,


para elogiar los beneficios de la conquista romana.
Tambiéll hay que observur la deformada visión geográfica de
Estrabóll, que sitúa los Pirineos al este de Hispania y los orienta
de liarte a sur. lo cual implica una percepción falsa del espacio
e
la mayor parte es difícilmente habitable, pues en una gran exten_
sión la pueblan montañas, bosques y llanuras de suelo pobre que
ni siquiera disfrutan del agua uniformemente. La parte septen-
galo.
e
trional es extremadamente fría, a lo que se añade la aspereza, Y
vecina del Océano, sumando a esto el aislamiento y la falta de la-
zos con las otras regiones, de modo que presenta pésimas condi-
b) La Germania según Tácito:
e
El conjunto de Germania está separado de los galos, los retos y

e
ciones de habitabilidad. Estas regiones son como decimos, pero
en cambio la del sur es casi en su totalidad fértil [... J Iberia se los panonios por los ríos Rin y Danubio; de los sármatas y da-
asemeja a una piel de buey extendida [... ] sobre todo en el Pire- cios, por el recíproco miedo o por montañas; el resto lo ciñe el
ne, que constituye el flanco oriental. Porque la cadena, que se Océano, que forma grandes penínsulas y abarca enormes ex-
extiende ininterrumpidamente de sur a norte, se'para Céltica de
Iberia [... ] Todos los montañeses son austeros, beben normal.
mente agua, duermen en el suelo y dejan que el cabello les llegue
tensiones de islas. Son conocidos desde hace poco algunos de
sus pueblos y reyes, con los que nos ha puesto en contacto la
guerra. 1 ... ] Estoy casi convencido de que los germanos son
e
muy abajo, como mujeres, pero luchan ciñéndose la frente con
una banda. Comen principalmente chivos [... ] Los montañeses,
durante dos tercios del año, se alimentan de bellotas de encina,
indígenas y que de ningún modo están mezclados con otros
pueblos, bien como resultado de emigraciones, bien por pac-
tos de hospitalidad, pues quienes en otros tiempos querían
cambiar de lugar, no lo hacían por tierra, sino por mar, y des-
e
dejándolas secar, triturándolas y luego moliéndolas y fabricando
con ellas un pan que se conserva un tiempo [... ].
Éste, como he expuesto, es el género de vida de los montañe-
ses, y me refiero a los que jalonan el flanco norte de Iberia: galai- t1 de nuestro mundo son escasas las naves que se adentran en un
Océano inmenso y, por decirlo así, hostil. Además, aparte del
peligro de un mar temible y desconocido, ¿quién va a dejar
e
cos, astures y cántabros hasta llegar a los vascones y el Pirene;
pues el modo de vida de todos ellos es semejante. Pero temo dar
demasiados nombres, rehuyendo lo fastidioso de su transcrip-
Asia, África o Italia para marchar a Germania, con un terreno
difícil, un clima duro, triste de habitar y contemplar si no es su
patria? [ ... ] Me adhiero a la opinión de que los pueblos de
e
ción [... ]. Actualmente su situación ha mejorado gracias a la paz
y la presencia pe los romanos, pero los que gozan menos de las
ventajas de la civilización son más duros y brutales.
.~

$
"
f'
~.;
Germania, al no estar degenerados por matrimonios con nin-
guna de las otras naciones, han logrado mantener una raza pe-
culiar, pura y semejante sólo a sí misma. De aquí que su cons-
e
titución física, en lo que es posible en un grupo tan numeroso,
ESTRABÓN, GeograJfa, III, 1,2-3; 3, 7-8 (trad. M.aJosé Meana y Félix Piñero,
Editorial Gredas, Madrid, 1992)
i~

v
"fe
'.~
sea la misma para todos: ojos fieros y azules, cabellos rubios,
cuerpos grandes y capaces sólo para el esfuerzo momentáneo,
no aguantan lo mismo la fatiga y el trabajo prolongado, y mu-
e
cho menos la sed y el calor fuerte; sí están acostumbrados al
e
e 92
HREVE HISTORIA OE EUROPA

e frío y al hambre
se desenvuelven.
por el tipo de clima y de territorio en los que

5. La Europa romana

e 'LiCITO, Germania,
1988)
1-2,4 (trad. l. M. Requejo, Editorial Gredos, Madrid,

En los siglos 1 y 11 d.C., Roma difunde sobre la mitad sur de Euro-

e Tácito escribe su obra a principios del siglo /1 d.C., en un momento


en que la frontera reno-danubiana se encuentra estabilizada. Da
testimonio de la concepción geográfica de su tiempo con un océano
pa una organización politica, un género de vida, u/w cultura
-de bases fundamentalmente grieglls- que aportan un poderoso
elemento de unificación. Sin embargo éste no ahoga las identi-
dades regionales ni rechaza 1<15 fuerzas de innovación,

le que rodea todas las regiones del norte de Europa e insiste en la es-
pecificidad de los pueblos germánicos, originarios de las regiones
del Báltico,

~e Durante cuatro siglos, en el seno de un imperio'unificado,


Europa conoce un período único en su historia, donde las
e formas de la civilización grecorromana penetran amplia-
mente en todas las provincias sin borrar, no obstante, los
caracteres propios de las componentes regionales.

e LA UNIDAD POlíTiCA

e El poder imperial

e El emperador

I El advenimiento del Imperio no dio lugar a la supresión de

e , I
las instituciones republicanas, pero el nuevo reparto de com-
petencias provoca, de hecho, un declive progresivo del papel
de las asambleas populares, cuyas atribuciones quedan en
1, manos del emperador. El título de imperator es la expresión
e
',',1(,"

"lt: de ese poder, que abarca tanto el mando de los ejércitos,


función esencial del imperatar, como el poder judicial y le-
gislativo. En el terreno religioso, posee el título de «sumo

e pontífice», lo que le da el control de la religión romana y de

93
94
URE\'E HISÜHUA IH-. r.UkUPA
5. LA EUROPA RtJMA:-;,.\ 95 e
los grandes colegios religiosos. En función de este título
puede autorizar o prohibir la práctica de cultos nuevos en el
Imperio. Además, una parte importante del poder imperial o
rador de origen hispánico, la Península Ibérica suministra
varios senadores. Los senadores son empleados ampliamen-
te en la administración, donde se codean con los caballeros,
e
se funda también en los lazos privilegiados entre el empera-
dor y su pueblo, del que es protector en calidad de «padre de
la Patria». Esa protección se ejerce mediante gratificaciones
al pueblo de Roma -juegos, distribuciones de trigo, cons-
ya constituidos en orden ecuestre consagrado a la adminis-
tración imperial. Es en ese cuerpo donde el emperador re-
cluta a los prefectos que dirigen los grandes servicios del
e
truccion"es- y por su acción respecto a los provinciales y al
ejército, cuya fidelidad refuerza mediante dones en dinero
abastecimiento de Roma (prefecto de la Anona), de la segu-
ridad de la ciudad (prefecto de los Vigilantes), o también de e
-
la guardia imperial (prefecto del Pretorio) y de la marina
(donativum). Los desarrollos de estos vínculos tienen su pro- T,"
longación en las manifestaciones del culto imperial. (prefecto de la Flota). Los servicios financieros son gestio-
nados por un caballero procurador a rationiuus, que desem-
peña el papel de ministro de Finanzas.
El culto imperial

Durante el reinado de Augusto se honra en Roma su genio,


genius, y su culto se asocia a otras divinidades, como los la-
res. Por otro lado, el prestigio personal del emperador au-
mentó desde el principio por el recuerdo de su filiación con
César, que fue divinizado después de su muerte. Cuando fa-
La administración

Principios generales
provincial

Aunque Italia sigue siendo un territorio privilegiado, dis-


-e
llecen los emperadores, la ceremonia de la apoteosis, decidi-
da por el Senado, consagra ese acceso de los emperadores a
la divinización. En provincias, se establece un culto a Roma 1
pensado del impuesto, el tributum, que había sido suprimi-
do desde la conquista de Macedonia en el ailo 146 a.c., las
demás regiones del Imperio se rigen por el sistema provin-
e
~
ya Augusto destinado a tener un gran desarrollo durante el
Alto Imperio. Ese culto refuerza la imagen dinástica que
tiende progresivamente a imponerse, aunque en teoría la
"~
cial. Su suelo está sometido a la imposición, que es la señal
de la conquista, y su gobierno se confía a un representante
del poder central. Este último es elegido en función de un
e
e
designación del emperador y la atribución de sus poderes si- reparto de las provincias, establecido en el año 27 a.c., entre
gan dependiendo del Senado y del pueblo romano. el emperador y el Senado. La regla general es que el Senado
envíe directamente por un año un gobernador con el título
de «procónsul» a las provincias sin ejército, mientras que el
La administracjón central emperador elige entre los senadores al ""<<legado»imperial,
que es nombrado por una duración media de tres años al e
-e
Augusto se ve obligado a reorganizar el poder central para frente de las demás provincias. Para las provincias conside-
hacer frente a las necesidades del Imperio. El Senado yel or- radas secundarias, el emperador puede designar como go-
den senatorial conservan su papel, pero su reclutamiento se bernador a un caballero, que actúa con el título de «procu-
amplía a los provinciales: bajo el reinado de Trajano, empe- rador-gobernador».

J
e 96 HHI;VE HISTORIA DE EUROPA 5. LA EClUlPA ROMANA 97

e Las provincias europeas Ionización se extiende a todas las provincias europeas, a me-
nudo en relación con la existencia de campamentos milita-
En función de estos criterios, las provincias europeas se re- res (canabae) que atraen a las poblaciones vecinas de los

e parten en el siglo 1 d.C. en tres grandes grupos. En primer


lugar, las provincias senatoriales son, por regla general, pro-
vincias antiguas o regiones alejadas de las fronteras: Galia
campos: Colchester, Lincoln, Gloucester y York en Gran
Bretaña; Xanten, Colonia, Maguncia y Estrasburgo en el
Rin; Poetovio (Ptuj) y Aquincul11 (Belgrado) en Panonia,

e Narbonense, Bética, Sicilia, Macedonia y Acaya. El empera-


dor se encarga del resto de las provincias, es decir, de la ma-
yoría del territorio de la Europa romana. Los estatutos de
son algunos ejemplos.
Al mismo tiempo, un poco por todas partes, se desarro-
llan ciudades indígenas cuyas instituciones calcan el modelo

e estas provincias pudieron variar según las circunstancias.


Las regiones gestionadas por procuradores-caballeros son:
las provincias alpinas, Cerdeña-Córcega, Epiro, Tracia, Re-
de las ciudades italianas. En cierta medida, ese movimiento
tamhién llega a las zonas rurales, donde nacen aglomeracio-
nes secundarias (vici).
tia y Nórica. El tercer grupo está formado por las provincias
,_&--de-I:l-is.paHia-Giterio-r,l::nsitani-a;-JtqITita nla, [10 nesa, Bélgica,
•. Bretaña, Dalmacia y las Germanias, Panonia y Mesia, que Las estructuras municipales y In promoción jurídica
son administradas por los legados.

e El Imperio, una federación de ciudades


Las ciudades son administradas por magistrados, cuestores,
ediles y duunviros, pero, dejando a un lado las colonias ro-
manas -donde los habitantes se benefician del derecho ro-

e Un orador griego definió el Imperio como una «federación


de ciudades». En Europa, en el marco general de las provin-
mano-, las demás ciudades tienen un estatuto jurídico res-
tringido. Pueden obtener sin embargo una promoción en
un primer momento, al concederlas el derecho latino, consi-

e cias, la ciudad y su territorio constituyen en efecto la base de


la organización política y de la vida social y religiosa de sus
habitantes.
derado como una etapa hacia la ciudadanía romana, a la que
acceden, en efecto, los magistrados de la ciudad cuando
abandonan el cargo. Los ejemplos mejor conocidos se refie-

e Tradiciones y creaciones
ren a la Península Ibérica en las ciudades de Salpensa, Mála-
ga o Imi.
Durante varias generaciones, la ciudadanía romana pro-

e Ya había podido observarse un fenómeno de protourbani-


zación en las poblaciones indígenas antes de la conquista de
gresa en las provincias de Europa, y esa evolución queda
consagrada por el edicto de Caracalla del año 212 d.C., que
reconoce a todos los habitantes libres del Imperio el estatuto
Roma. Con el nacimiento del Imperio, ese movimiento se de ciudadano romano: ¡es el primer ejemplo de una ciuda-

e generaliza y Europa se cubre de una red de ciudades, resul-


tado, ante todo, de una colonización impuesta por Roma; es
el caso de las colonias de Zaragoza, Mérida y Barcelona en
danía única en el territorio europeo!

e Hispania, o en la Galia, de Narbona, Béziers y Lyon. Esta co-


98
BIlEVE HISTORIA DE EUROPA 5. LA EUROPA ROMANA
99 e
LA UNIDAD CULTURAL

Las condiciones generales ..


la lengua oficial de las regiones de Europa occidental, a pe-
sar de que los idiomas locales puedan mantenerse, como lo
atestigua el calendario galo de Coligny (Ain). El griego sigue
e
La pax romana
siendo la lengua dominante en Europa oriental a partir de
las provincias de Macedonia y Tracia. En el conjunto de las
provincias se difunde un modelo de cultura grecolatina que
e
Al abrigo de las fronteras defendidas por el ejército yellimes,
las provincias de Europa se desarrollaron en un clima de paz l-
relativa. Los intercambios económicos se intensifican de la', i,
los niños aprenden a través de las obras de Homero o de
Virgilio, con maestros de escuela, didaskolos en zona griega
y magister en zona latina. Roma, Atenas, pero también Au-
e
misma manera que se valoriza el suelo provincial. La explo- '.
tación de las minas de la Península Ibérica (oro del noroeste,
hierro de Aljustrel, en Portugal, ete.), de Dacia, de Dalmacia,
~J
.
tun en la Galia, poseen escuelas reputadas. Las prácticas ju-
rídicas se unifican y el derecho romano se impone en toda
Europa para las relaciones entre particulares. El esfuerzo de
e
de la Nórica o de Gran Bretaña, proporcionan los minerales legislación de los emperadores acentúa esa evolución, sobre
que necesita el Imperio (oro, plata, hierro, plomo, estaño).
Las necesidades de aceite quedan cubiertas por la explota-
ción del aceite español de la Bética, que es enviado a Roma y
todo a partir del reinado de Antonino Pío (138-161) con los
grandes juristas, Salviano y Gayo. El derecho romano se
vuelve paulatinamente preponderante sobre los derechos
e
a las regiones militares. Los talleres de cerámica se multipli-
can en la Península Ibérica y en la Galia, favorecida aquí por
ti na clientela militar establecida sobre el Rin yel Danubio.
locales.
el
Sin embargo, ese clima de seguridad es frágil y, en varias
ocasiones, los.emperadores deben intervenir para contener las
amenazas germánicas en el Rin y sobre todo en el Danubio, en
Las comunicaciones

Las comunicaciones entre las diferentes regiones europeas


e
el sector panonio, donde los cuados y los marcomanos, refor-
zados por las tribus iranias de los sármatas, representan un
peligro permanente y con frecuencia resultan difíciles de re-
í
l
.' fueron ampliamente mejoradas durante el Imperio. El Me-
diterráneo continúa siendo un eje p'rivilegiado y las rutas
marítimas hacen converger hacia los grandes puertos medi-
e
chazar. A partir del reinado de Marco Aurelio (161-180), la si-
tuación se agrava claramente y el limes llega incluso a romper-
se: se precisa toda la energía del emperador para restablecer la
terráneos de Europa los productos del Imperio. Ostia asegu-
ra el abastecimiento de Roma y de Italia, mientras que el
puerto de Aquilea facilita el tránsito de los productos entre
e
paz mediante una serie de campañas, que luego fueron evoca-
das en la Columna de Marco Aurelio en Roma.
,
las regiones de Europa central e Italia. En el foro de Roma,
un miliarium de oro recuerda el papel fundamental de las
rutas cuya red se ha desarrollado considerablemente en Ita-
e
lia y en todas las provincias. Basta evocar la via Appia, desde
Unidad lingüística y jurídica Roma hacia el sur de Italia, o los grandes ejes eur.opeos _
como los de Cádiz a Roma, del valle del Ródano a Bolonia o •
A partir de Augusto, el mundo romano está dominado por
el bilingüismo grecolatino. La lengua latina se convierte en
a Maguncia pasando por Lyon, desde Londres al muro de
Adriano, la red de caminos del limes y las grandes rutas alpi- e
e 100
I:lHEVE HISTORIA DE EUROPA 5. LA EUIH1PA ¡{(lMANA 101

e nas, la ruta del Adriático a Bizancio por Macedonia y Tracia.


En realidad, la importancia creciente de las regiones fronte-
rizas en la vida del Imperio tiende a desplazar las grandes
sagran monumentos a la familia imperial: templo en Co-
nimbriga (Condeixa-a-Velha, Coimbra), templo de la «Casa
cuadrada» y altar del jardín de las Fontanas de Nlmes, o
corrientes circulatorias, centradas en principio en el Medi-

e terráneo, hacia las regiones septentrionales del Imperio, en


el sector reno-danubiano.
también el templo de Roma y de Augusto en la Acrópolis de
Atenas, enfrente del Partenón. En las ciudades se constru-
yen verdaderos complejos arquitectónicos para honrar a la

l
dinastia imperial; por ejemplo, el santuario del Cigognier en
iO,"¡ Avenches (Suiza), que comprende templo, pórtico y teatro.

.,
• La mleg<adón «lig
De este modo, ese culto se inscribe profundamente en el
paisaje monumental provincial.
El ,ina,H,mo u
a . . "'.,
El SIncretIsmo es la forma caractenstlca de esa mtegraclOn,
'...
••......
":'.'i.
1

Los modos de vida


en la que.el panteón romano no en.cuentra.obstáGH.k>-y-se-f_ '.; 1
~,ona oon divinid,d"10"1,,. Lap""nd, d, lo, g"nd"l ..j.• Una civilización del vino
I dioses romanos como Júpiter, Marte, Mercurio o Minervat ,',
I está ates~igu~da en todas las regiones e~ropeas, pero con } $,1 La introducción del vino en las prácticas alimentarias de Eu-
••. frecuencIa pIerden sus caracteres propIamente romanost~ ropa es, en efecto, una de las grandes transformaciones que
• para acoger elememos indíg:n~s: Júpite~ repres~nta?? con
una rueda recuerda al dIOSCeltlCOTarams, y la dlfusIOn del h. J:¡,~ afectan a estas regiones. La parte oriental de la Europa ro-
mana ya conocía el empleo del vino desde la época griega,
,. culto jupiterino en Zonas rurales o montañosas es la secuela ;~
donde la vid y el vino eran los símbolos del dios Dionisos .
., de una asimilación Con los dioses indígenas. Las sociedades~.
Introducido por los griegos en Occidente, el vino no tiene
provinciales aceptan sia dificultad estos cultos, que estánf;:. una difusión real hasta después de la conquista romana. Ex-
•• cerca, en sus formas, 'de sus propias tradiciones religiosas. I
~.,.',
..•. portado al principio desde las costas italianas (región de
., Al mismo tiempo, ~oma introduce sus representaciones ',:1 Campania), el vino se convierte rápidamente en una de las
iconográficas y mb.numentales con la edificación de templos .
grandes producciones de las provincias ibéricas y galas, en

e o de altares votivos, adoptados por las provincias. '


detrimento de los vinos italianos que, a pesar de todo, conti-
núan abasteciendo el mercado romano. Por eso, durante el
Imperio, vemos esbozarse una nueva geografía vitícola de
El desarrollo del culto imperial
e ,
Se inscribe en esa voluntad de dar una cohesión religiosa a
Europa, en la que predominan las regiones de Cataluña, el
Bordelais, la Borgoña, el valle del Mosela, del Rin, etc. La
producción, transportada en ánforas o toneles, está destina-
las provincias europeas. La adhesión al emperador puede
e manifestarse en el marco de la provincia en torno al templo
da en su mayor parte a los ejércitos asentados en las .regio-
nes fronterizas.

e
provincial, en Tarragona, Colches ter, o en el altar de los
Tres Galos en Lyon, pero también en las ciudades que con-
iJ
l'
102

La aparición de una producción de consumo


1l~r.\'E HIST()~IA DE EU~Op"
r- . 5. LA EUROPA ROMANA 103 e
El consumo del vino sólo es uno de los elementos de un mo-
vimiento más general de cierta uniformidad en los géneros iI"::;"? ••
corra Europa encuentra en las ciudades los mismos monu-
mentos, símbolos de su participación en una misma cultura. e
de vida. El desarrollo y la multiplicación de los centros ur-
banos incrementan las necesidades. Las exploraciones ar-
queológicas demuestran la difusión de productos que, con
IDENTIDADES REGIONALES Y FUERZAS NUEVAS
e
El peso de las tradiciones
variedades regionales, se encuentran un poco por todas par-
tes. La llanura del Po, Aquilea y el sector del Rin son centros
de producción de una cristalería abundantemente difundida El mundo indígena e
e
en los mercados europeos, así como de objetos de cerámica,
~ Las transformaciones que afectan a Europa no hacen desa-
vasos, vajillas y estatuillas procedentes de numerosos talle- -1

res locales o regionales. Los notables indígenas afirman parecer las particularidades locales. En numerosos ámbitos,
también su adhesión a la civilización romana adoptando las las formas tradicionales del medio indígena perduran e in-
costumbres y modelos de vida de los conquistadores hasta
en el uso de la toga, que consagra su integración en la cultu-
cluso se refuerzan: ¿desarrollo bajo el impulso de las nuevas
condiciones o resistencia a la penetración de las influencias e
-e
ra romana, aunque se siga llevando una vestimenta mejor romanas? La respuesta es delicada. Es cierto, en cualquier
adaptada a las condiciones climáticas, Como el cucullus caso, que los cultos indígenas conocen un desarrollo notable
(capa con capucha) o los bragae (calzones). en todas las regiones. Las dedicatorias votivas se multipli-
can, dirigidas a divinidades locales puramente indígenas:
Endovellicus en Lusitania, Epona o Borvo en la Galia, Neha-
El hábitat lennia en el delta del Rin, Brigantia en Britania, o también el
culto dedicado a las Matres ('Madres'), difundido particu-
El hábitat sigue esa evolución y es al mismo tiempo uno de larmente en las regiones del Rin y del Danubio. Estas divini-
sus aspectos esenciales. En los campos europeos, las cons-
trucciones indígenas son sustituidas por villas acondiciona-
dades se asocian a menudo a dioses romanos: Mars Ocelus y
Apollon Anextlomarus en Britania, Hercules Magusanus en
Germania, Mars Vesontius, protector de Besan<;:on,o tam-
e
das según el modelo mediterráneo: "peristilos de columnas,
habitaciones adornadas con mosaicos y pinturas murales y
jardines amenizados con estanques decoran tanto las villas
de las provincias meridionales de la Galia y de la Península
bién Apollon Grannus en la Galia y en la Nórica. Amplia-
mente difundidos en zonas rurales, estos cultos también es-
tán presentes en las ciudades: templo de Sulis Minerva en
e
Ibérica como d~ Germania o de Retia. Las ciudades se orga-
nizan alrededor de grandes conjuntos urbanísticos que
cuentan con foro, basílica, templo y monumentales edifica-
Bath, Britania, o de Vesunna en Périgueux. En muchos ca-
sos, los santuarios indígenas con plano centrado, llamado
romano-celta, no son sino la continuación de los santuarios
e
ciones para espectáculos (teatro, anfiteatro, circo); y la cons-
trucción de termas supone una penetración característica de
los hábitos mediterráneos. De este modo, un viajero que re- ¡
indígenas prerromanos.
El estudio de estos cultos revela igualmente que, aunque
las estructuras sociales indígenas han evolucionado durante
e
el Imperio, también han conservado su originalidad. Las tri-

~J e
e 104
RREVE HISTORIA DE EURO"! 105

bus de los altos valles de Macedonia, de Tracia o de las rl ,~.-,U. EUROPA RU.\IA""

e giones alpinas conservan en gran parte su propia organizal


dón, y,1 m;,mo(,nóm,no " oh"",. 'n l. Europ.O'dd,~
tal, donde el estudio de Jos nombres (onomástica) y de I~
Las nuevas fuerzas religiosas

Los cultos orientales

e relaciones de parentesco es un testimonio precioso de 1át


fuerza de las tradiciones. Por otro lado, los habitantes si-l
guen estando muy vinculados a su lugar de origen: aquí to:,~
Al proponer una liturgia basada en ritos iniciáticos celebra-
dos durante «misterios» y ofrecer perspectivas de salvación,

e camas los límites de una romanización que, por importantel


que haya podido ser, no borró las especificidades regiona1es.~"
Permitió incluso, en cierta medida, una toma de conciencia~"
las religiones orientales, ya bien integradas en el mundo
griego, penetran en el conjunto de las regiones europeas.
Italia ya había recibido en su suelo a la diosa frigia Cibeles,

e más fuerte de pertenencia a u na comunidad cuyo dinamis_'~. ~•. asociada a Atis. Al final de la República, la egipcia lsis -cuya
presencia está atestiguada en Grecia y en las islas del Egeo,
mopodio .fi,m"" 'n d "no del,i",ro. proviud.!' 1" muy frecuentadas por los comerciantes italianos, como su-
cede con Delos- llega a la Campania y Roma. Durante el si-
-e--_ELhelenÍ-smo .•.
~-¡, g/OTCte-:-tetoca efTITi1ml dios iranio Mitra, que penetra en
:L •.

En otro nivel, el helenismo también es un componente esen-


r
~.
'I~~
la península italiana con un tipo de santuario subterráneo,
el mithraeum; se puede encontrar en Campania, en Ostia o
•• cia1 de la tradición cultura! del Imperio romano. Si el peso
~~ en Roma. Estos cultos se difunden por las provincias con
j;; ?,

• político del mundo griego es ahora secundario, en cambio la


~~~
t¡¡r..,.,,",,, una intensidad variable según las zonas. La Península Ibéri-
.f' ca, abierta desde hace mucho tiempo a las influencias de
cultura helénica conserva todo su prestigio y se beneficia in-
f~c
e cluso de un renovado interés que permite hablar de un rena-
cimiento griego en el siglo [f d.C., en particular bajo los rei-
nados de Adriano y de Marco AureJio. Atenas sigue siendo
-"'!"
Oriente, es un terreno propicio para los cultos orientales,
que no sólo tocan los puertos, sino que alcanzan también a
las poblaciones del interior. Isis es honrada en Tarragona y
una capital intelectual donde los jóvenes romanos acuden Valencia, pero también en Valladolid y en Guadixtéerca de
& para iniciarse en las doctrinas filosóficas de la escuela *pla- Granada; Mitra tiene un mithraeum en Mérida. Lil Galia es
• tónica, o *aristoté1ica, en el *epicureísmo o, sobre todo, en favorable sobre todo a Cibeles, como atestiguan la colección
el *estoicismo; Marco Aurelio crea incluso una cátedra de de altares de Lectoure o el importante centro cultural que
a retórica y de filosofía. La práctica griega del evergetismo, f¿,; constituye Lyon.
Pero las religiones orientales gozan sobre todo del favor
• principio por el cual el individuo hace dones a su ciudad ,j
Con la esperanza de que su memoria sea preservada entre de las regiones militares. Así, Mitra tiene gran éxito entre los

e sus conciudadanos, se difunde por todas las provincias eu-


ropeas y contribuye a las decoraciones arquitectónicas de
las ciudades (Odeón de Atenas, ofrecido por Herodes Ático
soldados en Britania, en el muro de Adriano, en las fronte-
ras germánicas y en los países danubianos, donde este culto
conoce un gran desarrollo en las provincias de Nórica, Pa-

e en el siglo n). También es a partir de Grecia y Oriente desde


donde se difunden las nuevas corrientes religiosas.
¡
í
nonia y Mesia.

e J
I
106 107 e
,
RREVE HISTOI{I:\ DE EUROPA 5. I.A EUROPA ROMANA

Nacimiento y desarrollo del cristianismo

Nacido en Palestina, el cristianismo está atestiguado en Eu-


l
DOCUMENTOS

1. Dos balances de la presencia romana en Britania


e
}
ropa durante las misiones del apóstol Pablo en los años 50,
con comunidades cristianas en Tesalónica y Corinto, donde
está el apóstol. En la misma época, el emperador Claudio
C\
!

,
1
¡
a) Se empleó el invierno siguiente para la realización de planes
muy convenientes. Como aquellos hombres dispersos y toscos, y
e
por ello propensos a las luchas, estuvieran acostumbrados a pa-
expulsa a los cristianos de Roma, y a partir del año 64 se de-
sencadena la primera persecución por orden del emperador
Nerón: pone en evidencia el desarrollo de esa comunidad
f
1
f
sar el descanso y el ocio entre placeres, los animaba en privado,
ayudaba a sus comunidades a construir tcmplos, mercados y ca-
sas, elogiando a los diligentes, criticando a los indolentes; de este
e
romana, visitada por los apóstoles Pedro y Pablo, que mue-
ren en Roma. A principios del siglo 11, la tumba de Pedro ya
se ha convertido en lugar de veneración en el Campus Vati-
[1
f ¡
modo, el estímulo a su amor propio sustituía a la coacción. Ade-
más, iniciaba a los hijos de los jefes en las artes liberales [... 1. e
--
Después empezó a gustarles nuestra vestimcnta y el uso de la toga
canus. Pero la situación de los cristianos sigue siendo difícil;
su rechazo del culto imperial y la afirmación de una religión
\l sc extendió. Poco a poco se desviaron hacia los encantos de los vi-
cios, los pascos, los baños y las exquisiteces de los banquetes.
monoteísta chocan con el poder imperial y con la oposición
de las poblaciones. La difusión del cristianismo en Europa
sigue siendo muy lenta. Hacia el año 200, en Italia se cono-
cen tres obispados: Roma, Milán y Rávena. El primer testi-
U~
.i ;
..
.. , b) (Uiswrso de un resistente bretón, Calgaco, a sus tropas):

monio de la presencia de cristianos en la Galia es el martirio •~<'


Saqueadores del mundo, cuando les faltan tierras para su siste-
que sufre la comunidad cristiana de Lyon en el año 177. En
esa ocasión son ejecutados el obispo Pothin y Blandine. Ha-
brá que esperar al siglo III para ver la creación de los obis-
mático pillaje, dirigen sus ojos escrutadorcs al mar. Si el enemigo
es rico, se muestran codiciosos; si es pobre, despóticos; ni el
Oriente ni el Occidente han conseguido saciarlos; son los únicos
e
que codician con igual ansia las riquezas y la pobreza. A robar,
pados de Aries, Marsella, Narbona, Viena, París, Reims y
Tréveris. Asimismo, en el siglo III también empiezan a cono-
cerse obispados en la Península Ibérica, en Mérida, Zarago-
asesinar y asaltar llaman con falso nombre imperio, y paz a sem-
brar la desolación.
La naturaleza ha dispuesto que lo más querido para cada uno
e
za y León-Astorga. En cambio, la Britania y las regiones
reno-danubianas aún no han sido tocadas por esta corriente
religiosa, fuertemente implantada sobre todo en Oriente.
sean sus hijos y familiares; las levas nos los arrebatan para servir
en otras tierras. Aun en el caso de que vuestras esposas y herma.
nas hayan escapado a la lujuria del enemigo, están siendo man-
e
,
En dos siglos, se ha asentado una organización de la Europa
romana, unificada en el seno de una misma cultura grecolati-
chadas por unos falsos amigos o huéspedes. Los bienes y las for-
tunas están siendo arruinados por los tributos; la cosecha anual,
por los aprovisionamientos; vuestros mismos cuerpos y manos,
e
entre golpes e insultos, para hacer viables los bosques y I<?span-
na que se funda en la ciudad, pero que aparece enfrentada a
otra Europa, la de los pueblos germánicos, esos «bárbaros»
a los ojos de Roma que, mediante la presión continua ejercida
tanos.
TÁCITo, Agrícola, XXI y XXX-XXXI (trad. ¡. M. Requejo, Editorial Gredos,
e
sobre las fronteras, amenazan ese frágil equilibrio de fuerzas. Madrid, 1988)
e
e 108 HREVE HISTORIA DE ElIRtli!l 109

¡id
e Agricola, gobernador de Britania bajo los Flavios, trabaja por:t.
integración de los pueblos la civilización romana, esencialmen~ .
urbana. Pero la conquista estd marcada también por la explo"~ ~
2t
~
.. H_....".,
;~~

e 'I~
e ció n de los paises vencidos. Idea dominante del discurso de
gaco, que resiste a la presión romana en Escocia. La fuerza y
modernidad del discurso que le presta Tdcito son notables.
11
í'~!
I
,~;
IUI,.

e 2. Una ciudad romana en Suiza: Avenches (Aventicum)

e ""

-e
e La villa de Aventicum, de los helvecios, recibió el estatuto de colo-

e nia bajo el reinado de Vespasiano y entonces tomó ehtwmbre de


Colonia Pia Flavia Constans Emerita Helvetiorum Foederata. Esa
promoción fue acompañada por la construcción de un importante
santuario del culto imperial, apartado de la primera división de la

e época de Augusto y en relación estrecha con un teatro. Este san-


tuario del Cigognier ilustra la importancia del culto imperial en
una ciudad.

e Avemicum.
,
Plano esquemático L-.%.....!.
Según R. ÉTIENNE: «Un complexe monumental de culte impérial á Aven-
ches», Bull. de l'association Pro Aventico, 29, 1985, págs. 5-26

--e
. .J
6. DE LA UNIDAV A l.A D!V¡SH)N 111 e
dental y en el Rin inferior, los chamavos, brúcteros, chatos,
6. De la unidad a la división etcétera, constituyen una liga franca, mientras que los ala-
manes y los yutungos engloban a los pueblos de Alemania
e
del sur, de Bohemia y de Moravia. Pero los movimientos más

Del siglo l/I al siglo v, la Europa claramente delimitada de los si-


glos anteriores ve cómo se redistribuyen los poderes. El Imperio
importantes afectan sobre todo a Germania oriental, donde
la llegada de los gépidos provoca la reanudación de las mi-
graciones de los godos en dos grupos: los visigodos y los
e
romano, que sigue siendo poderoso, no cesa de reorganizarse, de
transformarse -en particular adoptando el cristianismo-, pero
debe transferir su capital a las regiones orientales y, frente a los
\_J
ostrogodos, que arrastran a los vándalos. Mientras éstos se
instalan cerca de las fronteras romanas del Danubio, los go-
dos prosiguen su movimiento hacia el este y ocupan la Rusia
e
movimientos de las poblaciones germánicas, reconocer su poder
en la parte occidental: se esboza una nueva Europa.
1:

meridional, donde entran en contacto con los sármatas y
con los alanos, que son los últimos pueblos iranios en llegar. e
La situación empieza a degradarse en la segunda mitad del
siglo 11 d.C. La población europea se ve afectada por la epide-
t: Las relaciones con Roma e
mia de peste traída de Oriente por los ejércitos de Marco ;\u-
relio. La guerra civil que <.?stallaa la muerte del emperador
Cómodo (192) divide el Imperio, y las legiones se enfrentan
t
Estas relaciones no son únicamente belicosas, pues entre ro-
manos y germanos se establecen intercambios comerciales.
En las tumbas germánicas de Pomerania o de Dinamarca se
han descubierto productos de plata romana; en las turberas
e
~.~J

e
tanto en Europa oriental, donde el futuro emperador Septi- <
también se han descubierto armas romanas que bien pue-
mio Severo se ve obligado a sitiar Bizancio, como en Occi- ,
dente, en torno a Lyon, en el año 197. La reanudación de las ,~ ...
den ser producto de un botín o resultado de un intercambio
cultural. De hecho, las exportaciones romanas consisten so-
invasiones germánicas en el siglo III compromete la, recupe-
ración realizada por la dinastía de los Severos.
,
1,""
bre todo en objetos metálicos (bronce, plata, armas), de vi-
drio y de cerámica; a cambio, Roma importa pieles, ámbar y
esclavos. En este comercio, el papel de las ciudades de Euro-
e
LA EUROPA «BARBARA» y LA CRISIS DEL IMPERIO

Las invasiones
pa oriental y de las riberas del mar Negro tiende a incre-
mentarse y a competir con las rutas comerciales del Rin y
del Danubio central. Y es en el sector oriental europeo don-
e
El mundo germá~ico a principios del siglo III
de se producen las primeras invasiones.
e
La expansión de los pueblos germánicos continúa durante
todo el Imperio bajo el peso de la presión demográfica in-
terna y con la llegada de elementos nuevos. Se organizan li- ¡
Las invasiones

La toma de Olbia en la costa del mar Negro, el año 238,


inaugura el período de las invasiones del siglo JIl. Los godos
e
gas que reagrupan a diversos pueblos: en Germania occi-

110
J e
e l/2
HitE\'/-: IlI~TOH.IA DE EUROPA 6. DE LA UNII>AO A I.A VIVISI()S 1/3

e asolan las provincias de Europa oriental a pesar de la oposi-


ción de los ejércitos imperiales; por primera vez un empera-
dor, Decio, es derrotado y muerto en combate, el año 251.
cuestión la unidad imperial. Dominado en el Danubio, este
fenómeno se prolonga durante una decena de años en la
Galia hasta el reinado del emperador romano Aureliano,

e En el Danubio, los vándalos amenazan la provincia de Da-


cia. En Occidente, el empuje de las ligas germánicas de los
que restablece la unidad del Imperio en el año 270.

Ii~
francos y de los ala manes desemboca en la invasión parcial
de la Galia y de la Península Ibérica. El litoral oceánico galo
e y las costas de Britania son atacadas de forma regular por
incursiones de piratería de los francos.
Las repercusiones

Por primera vez, Roma debe aceptar una disminución de su

e La crisis del siglo III


\
espacio provincial europeo. A finales del siglo 11 ya había te-
nido que renunciar a defender el muro de Antonino Pío en
el norte de Britania y replegarse hasta el de Adriano. Menos
¡_revastaciones 1.1 de un siglo más tarde, ante la presión bárbara, Aureliano de-
Cide la evacuaClOn aeJ:ilDacia en el ano 276;nllentras en
t' Occidente se deja a los alamanes el control de los Campos
I Una de las primeras consecuencias de las in,:,asiones es la ~l:~
Decumates, al este del Rin.

e ruina y los estragos provocados por el paso de los ejércitos


germánicos. Numerosas ciudades son saqueadas y destrui-
das en la Galia, el norte y el este en las orillas del mar Negro,
1:tí: Este repliegue territorial va acompañado de una grave
crisis económica y monetaria. Los intercambios comerciales
se reducen: así, el aceite de Hispania ya no llega al mercado
en las regiones danubianas y en Grecia, donde Atenas es in- ~
.~~ romano, la producción artesanal disminuye y la población
- cendiada el aiio 267. El mismo destino está reservado a las rural busca refugio en las ciudades, que deben completar
., villas de las zonas rurales. El clima de inseguridad general
sus defensas, como ocurre en Colonia o Maguncia, o cons-
entraña un fenómeno de atesoramiento donde, para salvar truir nuevos recintos (muro de Aureliano en Roma,cecintos
_. una parte del patrimonio, los propietarios entierran su re- de las ciudades de la Galia, de la Península Ibérica o de Bri-
"serva monetaria en escondrijos. El estudio de estos tesoros tatúa). Por otro lado, el sistema monetario se desmorona,
. permite medir la amplitud del impacto de estas invasiones. las monedas pierden peso y valor al reducirse progresiva-

'e .
Las usurpaCIOnes
mente el contenido de metal precioso en su composición.
Esa devaluación monetaria supone acentuar las diferencias
de fortuna.
Por último, la crisis alimenta un sentimiento de angustia
~I debilitamiento.del poder imperial y la necesidad de hacer
y de pérdida de confianza, favorable al desarrollo de co-
frente al peligro inmediato llevan a los ejércitos a elegir nue- rrientes religiosas como el cristianismo, que conoce un pe-
vos emperadores. Así, la Galia se separa de Roma y se trans-
ríodo de expansión notable, pese a las persecuciones sufri-
60rma en Imperio galo con el advenimiento del emperador
WI>óstumo en el año 260, en Colonia. Al mismo tiempo, en el

e
Danubio se producen otras usurpaciones, que ponen en I
)
das en el siglo IIJ.

I
j
114
BREVE HISTORIA DE EUROPA
6. DE LA UNIDAD A LA IJIVISION 115 e
LA REESTRUCTURACIÚN DEL IMPERIO
entre campesinos arruinados, desertores y esclavos, son ••
Diocleciano y la vuelta al orden aplastadas. En cambio, resulta más difícil contener la pirate- •
ría en las costas oceánicas de Europa. Pero el principal traba-
El poder imperial jo de Diocleciano es la reorganización del sistema provincial. ••
Así, Europa se divide en varias provincias nuevas, más redu- •
Durante el siglo 1JI las usurpaciones zarandearon con fuerza cidas para asegurar mejor su defensa y la percepción de los
el poder imperial. Los emperadores Galiana, Claudia JI y impuestos. Britania, ya dividida en dos por Septimio Severo, _.
sobre todo Aureliano se esforzaron por devolver todo su comprende desde ahora cuatro provincias. La Península Ibé- ..,
prestigio a la función imperial, reforzando su carácter abso- rica pasa de tres a cinco; en la Galia, Bélgica es dividida en
luto y su peso religioso, asociándola estrechamente al culto
solar, como hizo Aureliano. Sin embargo, el peso del ejérci-
to sigue siendo preponderante en la designación de los em-
, ;
dos, la Lionesa en tres lo mismo que la Narbonense, las Ger-
manias y Aquitania (que vuelve a reestructurarse en dos ha-
cia el 350). De igual modo la Retia comprende dos provin-
e
cias, como la Nórica. En Europa oriental, Aureliano ya había
peradores, y son los soldados quienes otorgan a Diocleciano
el poder en el 284. Para hacer frente a los múltiples proble-
mas del Imperio, Diocleciano puso a punto una nueva orga-
~.j

~~:
procedido a una nueva división al hacer dos provincias de
Dacia, esta vez al sur del Danubio, en los territorios recupe-
rados en Tracia y en Mesia. Con Diocleciano, todas estas re-
e
nización del poder, asociando a su función a un segundo

e
;J~
emperador y previendo la sucesión de los dos emperadores 1,"'
giones sufren un nuevo desglose. Italia pierde su estatuto
'"'{~ privilegiado y también es dividida en provincias.
mediante la designación de dos césares, destinados a asegu- ,;: tII~~

rar el relevo. Para reforzar la cohesión, inscribe este sistema ,W;',)


Para paliar este fraccionamiento provincial se crea una es-
de la «tetrarquía» (de cuatro personas) en una teología del tructura intermedia que reagrupa varias provincias: la dió- ••
poder donde él mismo es el representante de ]úpiter, mien- cesis, administrada por un vicario. A título de ejemplo, la •
tras su asociado lo era de Hércules. El grupo de la basílica de diócesis de las Panonias incluye no sólo el sector panonio, .
San Marcos en Venecia conocido como «los Tetrarcas» ofre- r
sino también el nórico y Dalmacia; por su parte, Italia forma
f

ce una buena ilustración de esta concepción del poder impe- con la Retia las dos diócesis de Italia Anonaria, al norte de _
rial, cuya sacralización queda así acentuada. Roma, y Suburbicaria, al sur. Esa reforma va acompañada
por una reorganización del ejército, con un desdoblamiento
de las regiones y un reforzamiento del limes. Para asegurar ._
El control de las provincias la financiación de estas transformaciones se refuerza el sis-
tema fiscal mediante la creación de un impuesto de funcio-
Ante todo se hal!e indispensable restablecer la paz en las namiento muy complejo, la capitatio-jugatia.e
fronteras yen el interior de las provincias. Los emperadores
consiguen contener las oleadas germánicas, cuya intensidad
disminuye; en las provincias renodanubianas se instaura una Las persecuciones _
calma relativa, pero esa situación es muy precaria. En el inte-
rior, las bandas errantes de bagaudas de la Galia, reclutados Desde mediados del siglo I1I, el cristianismo ha podido
avanzar sin obstáculo. Las comunidades cristianas se han e
e 116
BREVE IIISTORIA DE EOROP", 6. DE LA UNIDAD :\ I.A D1VISI<'l;-':
JI7

_ estructurado en torno a los obispos y los miembros del ele- ahora el contexto cristiano, el emperador acentúa todavía
• ro; la liturgia va imponiéndose progresivamente, y la forma_ más el carácter sagrado de su función presentándose como
ción de los futuros cristianos se asegura en el marco del ca~ el «obispo del exteriop>, el igual de los apóstoles, isapostolos.

e tecumenado que prepara para la ceremonia del bautismo, la


noche de Pascua. En Roma, los cristianos disponen de ne-
crópolis, y en las catacumbas, que se cubren de frescos, se
De este modo, se elabora una teología cristiana del poder
imperial cuyos elementos fundamentales se encuentran tan-
to en la concepción del emperador bizantino como en la no-

e desarrolla un arte propio. Todas las categorías sociales se ven


afectadas por esta corriente religiosa. Esa evolución se opo-
ne a la voluntad de unidad afirmada por Diocleciano: una
ción de emperador en el Occidente medieval.

e serie de edictos imperiales, de 303-304, desencadenan la pri-


mera gran persecución contra los cristianos. Las provincias
europeas se ven afectadas de modo diverso; es fuerte la per-
La unidad religiosa y el Concilio de Nicea

El peso del emperador en los asuntos religiosos se constata


I secución en Europa oriental, en Italia -donde son martiri- rál;Mamente durante las querellas de dogma o de disciplina .
!-~zad()s ...
San-':'Sebas-hán"'y-Sarrtafnés_ y en Hispania con Santa Constantino interviene en el primer *Conctl-¡O-detemtrr;el---~
., Eulalia, pero es más moderada en la Galia yen Britania. En año 313, que debe tratar sobre un "cisma africano. Descon-

e realidad, se salda con un fracaso cuyo final es la conversión


del emperador Constantino.
tento con la solución, sigue siendo Constantino quien con-
voca un nuevo concilio en Aries en el 314, y, ante la inefica-
cia de tales concilios, toma directamente las decisiones que
estima necesarias para el mantenimiento del orden en el
Constantino yel cristianismo

e .
Constantzno, empera d"or CrIstiano
seno del Imperio. Con ese mismo espíritu también, Cons-
tantino se interesa por la herejía más importante de su siglo,
el arrianismo, que cuestiona las relaciones entre Dios y Cris-
to en la doctrina trinitaria, situando a Cristo en",posición de
- El sistema establecido por Diocleciano se desmorona ante inferioridad. Para arreglar este problema, Constantino con-
• las rivalidades sucesorias. Entre los competidores, Constan- voca en el año 325, por consejo del obispo español Osio de
tino, hijo de Constancio Cloro, que fue uno de los césares de Córdoba, el primer concilio "ecuménico en Nicea, cerca de
- Diocleciano, se enfrenta a su rival, Magencio, hijo a su vez Nicomedia, en Asia Menor. En realidad, sólo asisten a él
• del emperador Maximiano, asociado de Dioeleciano. La ba- cuatro obispos de Occidente; el resto son obispos orientales.
talla tiene lugar en el Puente Milvio, cerca de Roma, el Este concilio condena la herejía y define la naturaleza de
A año 312. Antes de esa batalla, Constantino habría tenido la Cristo como "consubstancial al Padre. En el mismo espíritu
• visión de su vidoria anunciada por el símbolo cristiano del de unidad se fijan también las reglas para el establecimiento
«crisma», que representa las dos primeras letras griegas
•• del nombre de Cristo. Sean cuales fueren los motivos de esa
W'conversión, a partir de ese momento el emperador romano
Il de la fecha de Pascua. Esa voluntad de cohesión religiosa no
puede sino satisfacer al emperador, pero la querella está le-
jos de haberse apaciguado.

e se muestra favorable a la Iglesia cristiana. Pero en la concep-


ció n del poder imperial no hay corte verdadero: utilizando ¡
D •
J
V'
118
BREVE HISTORIA DE EUROPA 6. DE I.A UNIDAD A I.A lJIVIS¡(H": 1/9 e
Una redefinición del espacio europeo

El avance del mundo «bárbaro»


prefectura de las Galias; la Europa central y oriental constitu-
ye la prefectura de Italia-Iliria, a la que se une África; por úl-
timo, el sector del bajo Danubio y Tracia quedan reunidos a
e
Los grandes movimientos de migración responsables de la
ruptura de las fronteras en el siglo JII continúan en el siglo si-
la prefectura de Oriente.
e
guiente. En Germania occidental, los sajones y los anglos de- ¡
jan Jutlandia para avanzar hacia las regiones renanas; los
burgundios alcanzan Alemania meridional, mientras los
lombardos ocupan la región del Oder. En Germania oriental,
;
El desplazamiento hacia Oriente

El desplazamiento hacia Oriente es uno de los aspectos prin-


cipales de esa evolución. En el aí10 324, Constantino decide
e
vándalos y visigodos se instalan en las comarcas danubianas
y, en el 332, Constantino llega a un acuerdo con los visigo-
dos, quienes, a cambio del reconocimiento de su territorio,
ti

fundar una nueva capital, mejor adaptada a las necesidades
del Imperio y a la estrategia: Bizancio. El 11 de mayo de 330
se celebra la dedicatoria de esta nueva ciudad, Constantino-
e
t~
proporcionan soldados al emperador. Por otra parte, son
evangelizados por un sacerdote de origen gótico, Ulfila, pero
de creencia arriana: el pueblo de los visigodos adopta de este
-,..
f,
.
-~
pla, organizada según el modelo de Roma, con un Senado y
un marco monumental COII hipódromo, foro, antlteatro, etc.
y también afirma desde el principio su vocación de ciudad
e
modo la herejía de Arrio. Además, desde el siglo III el poder
romano admite paulatinamente la instalación de los germa-
l~ cristiana con la construcción de las basílicas de Santa Sofí,l y
de los Santos Apóstoles. Es:~creación es el signo del despla- .e
nos sobre su suelo como colonos, y sobre todo los recluta zamiento del centro neurálgico del Imperio y del creciente
como soldados para el ejército. Esa evolución estará cargada
e
peso de las regiones orientales en detrimento del papel de
de consecuencias para la defensa del Imperio. Roma. Los acontecimientos de finales de los siglos IV Y V su-
ponen la confirmación d} estos cambios.

Un nuevo sistema de provincias

Para asegurar una etlcacia militar mayor, Constantino confía


EUROPA DIVIDIDA e
la defensa del Imperio a un ejército de campaña que comple-
ta el dispositivo de las fronteras, dirigido por maestros de ca-
ballería y de infantería; pero muy pronto sus cuadros se re-
Las fuerzas de división

La reanudación de las invasiones


e
clutan entre los germanos. Por otro lado, el emperador sigue
las reformas inÍciadas por Diodeciano. Tras la supresión de A partir del año 352, los germanos occidentales reanudan e
-e
las "cohortes pretorianas de la guardia imperial, los prefectos sus ofensivas contra el territorio romano: alamanes y fran-
del pretorio se vuelven responsables de grandes circunscrip- cos invaden las regiones renanas y danubianas, a pesar de
ciones regionales. Administrativamente, Europa es dividida \
los esfuerzos desplegados por emperadores como Juliano o
en tres prefecturas regionales: la parte occidental, con la Ga- 1
Valentiniano. Consiguen instalarse entre el Rin y el Mosela.
l
lia, las Germanias, la Britania y la Península Ibérica, forma la
¡ En el Danubio, los cuados y los sármatas saquean de forma

.d_
e 120
BREVE HISTORIA DE EUROPA 6. DE LA UNIDAD A LA P1V!~I(í~
121

e regular las provincias, pero son rechazados al norte del río.


En cambio, en Europa oriental la situación se agrava: co-
mienzan a dejarse sentir las repercusiones de la llegada de
obispos se enfrentan durante numerosos concilios que tra-
tan de hallar una solución, pero que ponen de relieve el cor-
te progresivo entre Oriente y Occidente. La intervención de

e los hunos a las llanuras de la Rusia occidental. Empujando


delante de ellos a alanos y godos, esa nueva intrusión de
. pueblos asiáticos tiene efectos catastróficos para el Imperio.
los emperadores acentúa las tensiones: el obispo de Poitiers,
San HilarÍo, es exiliado a Oriente, mientras su colega de Ale-
jandría, Atanasio, es enviado a Tréveris. Estos desplaza-
Los visigodos penetran en territorio imperial, asolan Tracia mientos tienen en parte como consecuencia la introducción
a y aplastan al ejército romano en Adrianópolis, en el 378. del *monaquismo, de origen oriental, en Europa; hacia el
•• Para hacer frente a esa grave amenaza, el emperador Teodo- 360, San Martín funda el monasterio de Ligugé (Poitiers) y,

e sio debe concluir un tratado en 382 y aceptar la instalación


de los visigodos al sur del Danubio.
en Italia, el obispo de Verceil, Eusebio, tras una temporada
forzosa en Oriente, desarrolla los principios monásticos en-
tre su clero. El arrianismo es condenado definitivamente
durante el Concilio de Constantinopla del año 38\, pero si-
~/JSJA.rp.adaues gue pervlviendmrre-tus--visigodtlse;-. ------------~

Esa segunda mitad del siglo IV está marcada también por la


6. multiplicación de las tentativas de usurpación del poder, da- Las mutaciones de la sociedad
.• das las dificultades derivadas de las invasiones. Una de las
... más graves la provoca un oficial del ejército romano de ori- Aunque constituyen una amenaza permanente, las invasio-

e gen franco, Magnencio, que es llevado al poder por el ejér-


cito de las Galias. El emperador Constancio se enfrenta a
Magnencio en Mursa, en Panonia, en el 351; ambos conten-
nes no impidieron el desarrollo interior de la Europa roma-
na. No todas las regiones sufrieron los mismos estragos. En
muchos casos asistimos a una renovación de las actividades,
dientes utilizaron refuerzos germánicos, lo cual es revelador sobre todo en la primera parte del siglo IV, aunque ahora las
adel papel creciente de los bárbaros en la política romana. La condiciones han cambiado. Las aristocracias urbanas de
.victoria de Constancio se consiguió a cambio de pérdidas Roma, de Constantinopla y de las principales ciudades eu-
muy cuantiosas y se necesitaron además dos años para aca- ropeas han reforzado su poder. Grandes villas se desarrollan
abar con el usurpador. En una época en que las invasiones se abarcando grandes espacios: villa de Piazza-Armerina en Si-
Wigeneralizan, estas guerras internas sólo contribuyeron a de- cilia o de Montmaurin en la Galia. En cambio, la situación
bilitar el poder imperial. de artesanos y campesinos se ha endurecido; a partir de

ti Las querellas religiosas


Constantino, los colonos no pueden abandonar el terreno
en el que se han establecido; esa vinculación al lugar tam-
bién se da en algunos oficios urbanos, como los panaderos
de Roma. La oposición entre ricos y pobres aumen.ta, de-
~as querellas religiosas son otra fuente importante de divi- sembocando en dos grupos bien diferenciados, los honestio-
sión. El arrianismo se ha propagado por todas las provincias res y los humiliores; estos últimos buscan la protección de
de Europa pese a las decisiones del Concilio de Nicea. Los
e los más poderosos.
122 "REVE HISTORIA DE EUROPA
6. DE LA t;SIDAD A I.A D1VISI(lN

La toma de Roma en el año 410


123
e
El paisaje urbano se modifica y la mayoría de las ciudades
se rodean de murallas. A partir de Teodosio, a finales del si-
glo IV, tras la condena oficial del paganismo, los edificios
Los visigodos de Alarico vuelven a redoblar sus asaltos so-
bre Italia, y esta vez consiguen apoderarse de Roma, que es
ti
cristianos se multiplican, ocupando el lugar de los monu-
mentos paganos. De este modo se inicia progresivamente la
evolución que, sin ruptura verdadera, lleva de la ciudad an-
tigua a la ciudad medieval, de los tiempos paganos a los
saqueada en agosto del año 410; desde ahí, los visigodos al-
canzan el sur de Italia y luego se dirigen hacia la Galia. Aun-
que no señala el desmoronamiento del Imperio romano en
e
occidente, ese suceso tiene sin embargo profundas repercu-
tiempos cristianos.
siones y sobre todo pone de relieve la debilidad de ese Impe-
rio, que en adelante sobrevive bajo la tutela de las poblacio-
e
La división de Europa
nes germánicas, que ya no encuentran obstáculo real a su
penetración en las provincias occidentales.

-
-
Un imperio en dos partes
Una Europa romana unificada, frente a un mundo germáni-
En el año 395, a la muerte del emperador Teodosio, el Impe- co en plena mutación, deja paso a una organización del es-

-e
rio es dividido en dos grandes conjuntos: el Imperio de pacio europeo más compleja. El contraste entre las regiones
Oriente con Constantinopla, dirigido por Arcadio, y el Im- mediterráneas Y la Europa central subsiste, pero se contra-
perio de Occidente con Milán o Rávena, a cuyo frente está rresta por la oposición entre una Europa oriental, donde las
Honorio.
estructuras romanas se mantienen y se prolongan en el mar-
Esta división queda acentuada por la evolución del pro- co del Imperio bizantino, y otra occidental cuya evolución
blema germánico entre 395 y 410. Los godos vuelven a lan- depende del reparto de fuerzas entre los reinos bárbaros y
zar su ofensiva en Oriente, amenazando incluso Constanti-

--
los contactos entre las dos formas de cultura, romana Y ger-
nopla. Rechazados, los visigodos de Alarico se dirigen hacia
mánica; la historia de Europa entra en una nueva fase.
Occidente, mientras los ostrogodos invaden las provincias
danubianas. Ese doble ataque llega a Italia entre los años 402
y 405, pero son derrotados.
Sin embargo, una nueva invasión perturba las regiones DOCUMENTOS
occidentales: en diciembre del año 406, alanos, vándalos y

-
suevos franquean el Rin y se extienden por Europa occiden- 1. Las grandes invasiones de principios del siglo v d.C.
tal hasta la Península Ibérica, que alcanzan el año 409 y cu-
yos territorios se reparten. Occidente cae en gran parte bajo a) La invasión de 406-407 en la Galia:

-e
el poder de los jefes bárbaros, e incluso Britania se ve some-
Recordaré unas pocas de las miserias o calamidades presentes. El
tida a incursiones cada vez más frecuentes de escotos, pictos
que aún quedemos unos pocos, no es merecimiento nuestro, sino
y sajones.
obra de la misericordia de Dios. Innúmeras y ferocísimas gentes
han ocupado todas las Galias. Todo lo que hay entre los Alpes y

.,,,\
-~''''''''~
e 124 BREVE HISTUKIA DE EUROPA 6. PE LA L;SIPAD A LA [)1\.I~I(lS 125

e el Pirineo, lo que se encierra entre el Rin y el Océano, lo han de-


va~tado el cuado, el vándalo, sármatas, alanos, gépid?s, .hérulos,
sajones, borgoñeses, alemanes y -joh luctuosa republIca!- los
tubre, la tercera feria, bajo el octavo consulado de Honorio y el
tercero de Teodosio, hijo de Arcadio [... 1
Los bárbaros, que habían penetrado en las Españas, rapiI1an y
enemigos panonios [... ] Maguncia, ciudad antaño famosa, ha matan sin piedad. Por su parte, la peste no hace menos estragos.
A sido tomada y destruida, y muchos miles de hombres han sido Mientras que las EspaI1as son entregadas a los excesos de los b<Ír-
• pasados a cuchillo en la iglesia. Worms ha sido destruida por lar- baros y el mal de peste no hace menos desolación, las riquezas y
go asedio. Las poderosas ciudades de Reims, de Amiens y Arrás, los aprovisionamientos almacenados en la ciudad son arrebatados
a y los marinos, últimos de los hombres (Virg., Acn. 8,727), Tour- por el tiránico recaudador de impuestos y agotados por la solda-
• nai, Nemetas y Estrasburgo, han pasado a ser Germania; las pro- desca. Ataca además una hambruna espantosa: los humanos de-
vincias de Aquitania y de los nueve pueblos, la lugdunense y nar- voran la carne humana bajo la presión del hambre; las madres

e .
bonense, fuera de unas pocas ciudades, han quedado asoladas. y
a las mismas perdonadas las devasta por fuera la espada, por
dentro el hambre. No puedo acordarme sin Lígrimas de Tolosa,
mismas se nutren del cuerpo de sus hijos a los que han matado
cocido. Las bestias feroces, habituadas a los cadáveres de las vícti-
mas de la espada, del hambre o de la peste, matan también a los
°

que ha debido el no haber caído hasta ahora a los merecimientos hombres más fuertes y, ahítas de su carne, se lanzan por todas
-A-de-su-&H.He-{)8+spe-E-lfuperi&:-Las mismas J=!ispamas, que están a partes para el aniqutlamlento del genero numano. Así es como, .'1
••. punto de perecer, se estremecen diariamente al acordi¡lrse de la mediante los cuatro azotes del hierro, del hambre, de la pe,;te y de
invasión címbrica, y lo que otros han padecido una vez, lo pade- las bestias feroces, que reinan por doquier en el mundo entero, se ti
a.. cen ellas siempre por el temor [oo.] ¿Qué historias comprenderían realiza lo que había anunciado el Señor por sus profetas.
,. con palabra digna que Roma luchaba d,"ntro de su propio seno Las provincias de Espal1a, arruinadas por el ataque do::estos
. no por la gloria, sino por la vida? O, por mejor decir, ya ni lucha- azotes, los bárbaros, con vertidos a la idea de establecer la ¡Jaz por
ba siquiera, sino compraba la vida a peso de oro y con todo su la misericordia del Señor, se juegan por sorteo los territorios de
_ajuar. las provincias para instalarse en ellas. Los vándalos ocupan Gali-
cia y los suevos la región situada en la extremidad occidental, a

e SANJERÓNIMO, Carta 123, 15-16, (Cartas de San jerónimo, trad. de Daniel


Ruiz Bueno, Madrid, BAC, 1962, vol. II, págs. 572-573)
orillas del Océano. A los alanos les corresponden"Lusitania
Cartaginense mientras que los vándalos, llamados'silingos,
y la
tie-
nen la Bética. Los espaI10les de las ciudades y de las aldeas fortifi-
San Jerónimo escribe esa carta desde Belén y de este modo puede cadas que habían sobrevivido a los azotes de los bárbaros dueños
constatarse el eco que las invasiones del 31 de diciembre del año de las provincias se resignan a la servidumbre.
_406 tuvieron en el Imperio romano. Pero fue sobre todo el territo-
. rio galo el que resultó asolado por los bárbaros, cuyo deseo es desde ¡DACIO, Crónica 42, 46-49
entonces instalarse definitivamente en la Galia.

e b) La Península Ibérica en manos de los bárbaros:


A partir de los años 409-410, la Península Ibérica está, en gran
parte, en manos de los bárbaros. Idacio, obispo de Chaves (Portu-
gal), describe estos acontecimientos en una crónica que se acaba
en el año 469. Su obra permite seguir el proceso de la instalación
titos alanos, los vándalos y los suevos penetran en las Españas, el de los reinos bárbaros así como la llegada de los visigodos a la Pe-
" año 447 de nuestra era [era española: 409 d.C.]. Para unos, la fe- nínsula.
cha sería el 4 de las calendas, para los otros el 3 de los idus de oc-

e
_eeee
e
e 7. Las grandes migraciones

el
Del siglo VI al año 1000. Europa sufre vastas migraciones de po_

e blaciones que, a pesar del doble intel/to de ]ustiniano y de Car-


lomagno para reconstruir el Imperio mediterráneo
dar un imperio de Occidente.
o para fun-
/levan a la separación de un

e
Occidente fragmentado, marcado por la germanización y la cul-
tura latina, y de un Oriente reestructurado, pese a la eslaviza-
,.¡6n y la cultura griega,

e Los cinco siglos que van desde la desaparición del Imperio


romano en Occidente (476) hasta el año 1000 aproximada-

e mente son decisivos para la formación de Europa. Es enton-


ces cuando se fijan los pueblos que van a dar nacimiento a
los diferentes Estados europeos. Es entonces cuando la opo-

e sición tradicional entre una Europa meridional -mediterrá-


nea y de civilización grecorromana- y una Europa septen-
trional, entregada a los «bárbaros», es sustituida lentamente

e por la oposición entre una Europa occidental de cultura lati-


na y fuerte presencia germánica y una Europa oriental de
cultura griega y fuerte presencia eslava. Estos dos fenóme-

--e
nos esenciales se realizaron en medio de perturbaciones que
suelen llamarse las «grandes invasiones».

Tres grandes oleadas

Aunque todos los historiadores están de acuerdo en recono-

e cer el papel capital de las invasiones en la formación de Eu-


ropa, todavía subsisten muchos problemas tanto en lo que
concierne a las causas como a la naturaleza y la evaluación

e de las consecuencias de estos movimientos de pueblos que

129
130 HRE\'E HIST(lRI,\ I>r H "¡{( li':\ 7. 1.AS (;}{ANDr_' .'IH,HA<:!()!\I".:->
131 e
combinan las migraciones internas en Europa y las invasio- jinetes de las estepas, de la lenta marea de los campesinos
nes procedentes del exterior. eslavos, de la piratería marítima de los sajones y de los es-
candinavos o incluso de la conquista islámica. Sin contar, al
e
El problema de las causas
margen de estas «invasiones» referidas, los innumerables
desplazamientos de individuos, de familias o de pequeños
grupos aislados.
le
Un fenómeno tan complejo, que se desarrolla en un espacio
de más de cinco siglos y a escala de un continente, no tiene
una causa única. La búsqueda se vuelve más difícil debido a
la ausencia de fuentes escritas, pues estos pueblos sólo des-
Invasiones y migraciones e
cubren la escritura al contacto con la civilización grecorro-
mana: los principales testimonios son los de los invadidos y
sólo muy rara vez contamos con el de los invasores; y esa ca-
Si nos atenemos a los principales movimientos de pueblos,
podemos distinguir en el tiempo tres grandes ciclos: el de
los germanos, el de los eslavos y árabes, y el de los vikingos y
e
rencia apenas queda compensada muy parcialmente por los
hallazgos arqueológicos. En el estado actual de la cuestión,
suelen invocarse por regla general dos tipos de causas.
húngaros.
En los siglos v y VI, se prolonga el empuje germánico ini-
ciado desde la Antigüedad. Los principales episodios, tras la
e
Durante mucho tiempo se ha hecho hincapié en las cau-
sas llamadas externas: los puehlos se movilizan atraídos por
la existencia de grandes riquezas defendidas débilmente o
entrada de los germanos del este -visigodos y más tarde os-
trogodos- que se desvían por Constantinopla hacia el Occi-
dente meridional, y tras la gran marejada de los suevos, ván-
e
mal (las riquezas del Imperio romano atraen a los germanos dalos y alanos que franquean el Rin a principios del siglo v,
y a los hunos, las del Imperio carolingio, hacen venir a los
vikingos), o por la existencia de tierras vacías. O también se
postula que estos pueblos fueron zarandeados por oleadas
son: el lento empuje, hacia el oeste y el sur del territorio de
la Galia, de los burgundios y de pueblos menos sensibles a la
e
civilización antigua -francos y alamanes-; la travesía del
procedentes del interior de Asia, que determinan, entre
otras, las irrupciones crónicas de los pueblos de la estepa:
mar del Norte por los jutos, los anglos y los sajones, que in-
vaden a los celtas de Britania; y la última conquista germá- e
-e
hunos, ávaros, búlgaros ... También se invocan modificacio- nica en el antiguo territorio del Imperio, que es la de los
nes climáticas como causa desencadenante de esa migración lombardos en Italia, en la segunda mitad del siglo VI. En las
de los pueblos nórdicos. tierras así liberadas al este del Rin se asientan de forma du-
Pero es totalmente evidente que las causas principales son radera sajones, frisones, turingios y bávaros, mientras que
internas a los pueblos mismos que se desplazan: ¿oleada de- sobre las ruinas del imperio de lós hunos de Atila, en la
mográfica? ¿Transformaciones en los modos de vida? ¿Mu- cuenca del Danubio, se edifica el de los ávaros.
taciones de las estructuras sociales? En estos puntos, carece- El siglo VII vio dos grandes oleadas de fondo. En la misma
mos desgraciadamente de fuentes. Cada caso es muy
probablemente un caso específico, y ninguna explicación de
conjunto dará cuenta a la vez de las llegadas sucesivas de los
germanos seminómadas, de las incursiones brutales de los
Europa se produce la masiva progresión de los eslavos, des-
de una base de partida que el historiador bizantino ]ordanes
sitúa, a mediados del siglo VI, entre la desembocadura del
e
Danubio, el Dniéster y el Vístula. Desde ahí, los eslavos se
e
e 132 BREVE HISTORIA DE EUROPA
7. LAS {;R,,:-':PES ;\II(;RAClONES 133

A dispersan en tres direcciones: al noreste, a través de la taiga, dado vacía tras el desmoronamiento del imperio de los áva-
., hacia la cuenca del Volga y del lago Ladoga; al oeste, por la ros a finales del siglo VIII. Desde ese momento, sólo Europa
gran llanura del norte, en dirección al Báltico yal Elba, pero oriental sufrirá asaltos exteriores.
•. también hacia los montes de Bohemia y los Alpes orientales; Pero ese torbellino de invasiones dejó huellas duraderas
•. el siglo IX marcará en esas regiones la extensión máxima de de un extremo a otro de Europa.
/ los pueblos eslavos; y por último hacia el sur, en los Balca-

e , nes, donde forman grupos que los bizantinos llaman escla-


vonios. Esa progresión eslava no impide la marejada de nue-
vos pueblos procedentes de las estepas: los búlgaros, que se
El Occidente fragmentado

_ establecen al sur del Danubio en el año 681, y los jázaros, Los reinos germánicos
•. que fundan a finales del siglo VII entre el Volga y el Ural un
•• imperio que permanecerá estable durante tres siglos. Al
Las consecuencias más inmediatamente visibles-de las gran- ~,;~-
mismo tiempo, Europa sufre los últimos asaltos de la con- ! des invasiones son ante todo de orden político. La desapari-
-_-quista-deJo:s...musulma-ll~~@-s-l-a--seg\:l-nda-oleada-de-fond~
cIón deíIm.perio en Occidente deja vía libre a nuevas enti-
.., que, después de haber amputado al Imperio bizantino sus ";í
dades políticas cuyo espíritu es totalmente ajeno al del -.:¡
Provincias orientales más hermosas, fracasan a principios ~
•• del siglo VIII en Asia Menor y ante las puertas de Constan ti- ;r~. Estado romano: el pueblo o la tribu germánica, es decir, un "¡
conjunto de guerreros libres y armados. agrupados en torno
•• nopla. Pero por el oeste, partiendo del norte de África. consi- ~.~,
a una familia cuyo jefe encarna los valnres nacionales. Esos
guen apoderarse en el 711 de la España visigoda, antes de ser .~,
agrupamientos se descomponen y recomponen en forma-

e detenidos en Galia, en Poitiers, en el año 732.


Los siglos IX y X se c~~acterizan por incursiones de un gé-
nero nuevo. Las expedIcIOnes de los musulmanes, o sarrace-
,~,""
\('
,;;-
ciones móviles en el tiempo y en el espacio. Es la hora del
fraccionamiento; cada región se define a la vez por su mayor
o menor vinculación a la romanidad y por la pr~~encia más o . ,~
e nos, continúan por las costas de la Galia y de Italia (Sicilia est,.,"
conquistada en el siglo IX). Pero la mayor parte de Europa se
enfrenta sobre todo a las empresas multiformes de los es-
~:'~I
~i
menos fuerte de un pueblo germánico dominante.
De esa diversidad emergen, sin embargo, algunos mo-
mentos clave. Hacia el año 500, el predominio corresponde
candinavos -los vikingos- que, del Valga al Atlántico, prac-
todavía a los reinos que los godos y los burgundios, cristia-
_ tican, al mismo tiempo, la piratería y el pillaje, el comercio
nos arrianos, han implantado en las regiones más romaniza-
• marítimo y terresrre, el mercenariado a sueldo de los prínci-
das al sur del Imperio: después del reino visigodo de Tou-
pes y la colonización -así hacen en Inglaterra y en Norman-
louse, el principal es el que edifica el ostrogodo Teodorico
a día- con vistas a un asentamiento duradero. Esta última sa-
(493-526) alrededor de Italia y de su capital, Rávena. Un siglo
., cudida -de la qne no hay que ver únicamente sus aspectos
más tarde, la configuración política de Occidente es muy dis-
negativos, porque pone de relieve las nuevas fuerzas que

e
tinta. Al norte, los anglosajones se han convertido en amos
< -emergen en el norte de Europa-, va acompañada en el si-
de Inglaterra. En el continente, dos nuevos pueblos desem-
glo X de la instalación del último pueblo que consiguió al-

e
peñan entonces los papeles protagonistas: los francos y los
canzar el corazón de Europa: los húngaros, que toman en
lombardos. El siglo VI es el siglo de la expansión de los fran-
ese momento posesión de la llanura panonia que había que-
cos, tras los éxitos militares de su rey Clodoveo (481-511) y
~
I

-- .-------~---------
- -~ - - - -- \
....
l
134 Hi{U'I". III:-.ToHI ..\ DI: EU}«WA 7. LAS {;HANI>ES MI(;KAClO!'\E~ /35 e
su conversión al cristianismo romano. Derrotados en Vouillé
el año 507, los visigodos son expulsados de la Galia y se acan-
tonan en España, donde Toledo se convierte en el corazón de
mada del papa, se apodera del reino lombardo en el año 774.
A finales del siglo VIII domina el conjunto del antiguo Occi-
dente romano -a excepción de las Islas Británicas, de la Es-
e
una civilización brillante. El reino burgundio desaparece en paña musulmana y del sur de Italia, que seguía siendo lom-
la época de los hijos de Clodoveo y la hegemonía de los fran- barda o bizantina-, aumentado con las regiones situadas -
cos se extiende sobre los pueblos germánicos situados más entre el Rin y el Elba. A este conjunto inconexo le da Carlo- .-
acá y -fenómeno capital- más allá del Rin. Esa dilatación del magno una capital -Aquisgrán-, y luego una nueva dimen-
espacio franco entre los siglos VI y VIII no se produce sin divi- sión política con su coronación imperial en Roma, el 25 de ,A
siones familiares -los famosos repartos merovingios- ni sin diciembre del año 800. •.
el impulso de particularismos regionales -desde Aquitania a En ese imperio «renovado» -los textos hablan de renova-
Baviera-, pero su dimensión esencial es hacer bascular el tio imperii- y en el inmenso esfuerzo de legislación y de or- _.'
centro de la política de Occidente hacia el norte, entre el Sena ganización emprendido por Pipino el Breve, Carlomagno y ••
yel Rin. De igual modo, tras la efímera reconquista de Italia sus sucesores, podemos medir las profundas transformacio-
por las tropas del emperador Justiniano, la llegada a la llanu-
ra del Po a partir del 568 de los lombardos, paganos y violen-
tamente antirromanos, marca para Italia, en la segunda mi-
nes ocurridas en Occidente desde el siglo v.
La primera es de orden económico: la profunda ruraliLa-
ción de la sociedad, tras la depresión demográfica y la deca-
e .-
tad del siglo VI, la verdadera ruptura con la Antigüedad. dencia de las ciudades. Sus centros vitales se sitúan ahora en_
dominios rurales que tienden hacia la autarquía, lo cual im-
plica el estancamiento económico y la paralización progresi-
e
El Imperio carolingio y las transformaciones de Occidente

Estabilizado ya el empuje germánico y separado Occidente


va de los intercambios comerciales y del uso de la moneda,
simbolizados por el abandono de la acuñación del oro, aun-
que se mantiene el comercio transmediterráneo.
e
de Costantinopla y del Mediterráneo oriental, a partir del si- La segunda es de orden social: en esa sociedad desgarra-
glo VII, por la progresión de los eslavos y de los árabes, va a da, el poder, nacido de la práctica de la guerra y de la pose- &
desarrollarse una primera tentativa original de unificación, sión de la tierra, se concentra en manos de aristocracias de .,
mezclando las experiencias germánicas, romanas y cris- origen germánico o indígena. Los grandes se imponen al
tianas. conjunto del mundo rural: esclavos, colonos o campesinos _
Fue obra de la dinastía de los carolingios, oriundos de la libres se ven forzados a «encomendarse» a la protección de ••
parte nororiental del reino franco, la Austrasia. Se alzan un poderoso. Tienden también a imponerse a los reyes que,
como paladines de la Cristiandad deteniendo a los árabes en para asegurarse sus servicios y su fidelidad, les conceden be- 6
Poitiers, reemplazando a los últimos reyes merovingios e neficios en el marco del *vasallaje. .,
imponiéndose no sólo en el conjunto de la Galia, sino tam- La tercera es de orden religioso y prima sin duda sobre
bién, a pesar de la resistencia de los sajones, en la Germania
situada entre el Rin yel Elba, cuya cristianización favorecen.
El rey Pipino el Breve traba una alianza estrecha con el Pa-
todas las demás: es la cristianización de esa sociedad, de la
que volveremos a hablar en el capítulo siguiente. Sóio ella
permite la renovación de un imperio que, bajo formas exter-
e
pado. Su hijo CarIomagno (768-814), respondiendo a la lla- nas antiguas, es ante todo cristiano y está apoyado en la

e
e 136 BREVE HISTORIA DE EGR(lPA 7. I.AS CI{,\;"¡[)FS ,\lj(;I{AUOl\I:S 137

_ Iglesia; una Iglesia que proporciona los cuadros -obispos, Roma o Constantinopla sin Roma». Para justiniano, «el Im-
•• monjes y abades- del primer gran esfuerzo de renovación perio romano es universal» y engloba en su unidad territo-
cultural realizado en Occidente desde la Antigüedad: el Re- rial reconstituida las dos capitales. En cambio, para los em-

e ,
nacimiento carolingio. Para esa restauración de la lengua,
de la educación y de la cultura, acompañada de una norma-
lización de la escritura, Carlomagno llamó a todos los que
peradores *iconoclastas, «el Imperio cristiano es su patria
que hay que defender contra los infieles», agrupándose en
torno a Constantinopla únicamente. Entre esas dos épocas,

e. habían conservado el recuerdo o la práctica de la tradición


antigua: italianos como Pedro de Pisa o Pablo el Diácono,
cierto, las invasiones musulmanas y eslavas del siglo VII han
modificado profundamente la geografía política del occi-

&.
.,
españoles como Teodulfo o anglosajones como AIcuino.
Pero la tentativa política de Carla magno y de su hijo Lu-
dovico Pío (814-840) era prematura. No sobrevivió a las di-
sensiones entre sus descendientes, que en el año 843 proce-
den al reparto de Verdún, creando un reino occidental
,¡ dente y del oriente mediterráneos.

La reconquista justiniana ,
'"

A--- fLltULO-Leüi.o-de-p.¡:a¡:¡.<;.ia--,BlFEl-frfienhl!-=futUTo-rern-, "0.


Slei10ccldente el SIglo V vIene marcada por ta desapanClón
.., Germania- y entre ambos, desde la desembocadura del Rin del Imperio romano y la instalación de los reinos bárbaros,
~i

a Italia central, una Lotaringia cuyo estallido estaba anun- f"f hay que subrayar que también lo está por el mantenimiento
a ciado. No sobrevivió tampoco a los ataques del exterior que, y el desarrollo de la vitalidad del comercio transmediterrá-
_ durante decenios, protagonizaron vikingos y sarracenos. Y, neo, facilitado por la generalización de la economía moneta-
sobre todo, no sobrevivió al ascenso de las aristocracias, que ria. Los productos -papiros, sederías, especias, natrón-

e desvían en provecho propio el poderío público restaurado


por Carla magno. En los siglos IX y X, Occidente vuelve, en
todos los ámbitos, a ser un estado fragmentario.
continúan afluyendo desde Alejandría, Antioquía, Cartago
-y por supuesto Constantinopla- a Rávena, Ostia, Marsella
y Narbona, donde son cambiados por trigo, esclavos sajo-
Europa debe un sueño, sobre todo, a la tentativa de los nes, estaño o mármol pirenaico. Los grand~s. negociantes
- carolingios: el sueño de un imperio cristiano que llevaría ha- orientales y judíos de los reinos bárbaros de Occidente, pre-
., cia la salvación a todo el pueblo de la Cristiandad latina. Le sentes en todas las ciudades, controlan este libre comercio

,e debe también una realidad: ese eje Aquisgrán-Roma que,


durante siglos, será la espina dorsal de Occidente.
transmediterráneo.
La reconquista justiniana del siglo VI, por tanto, parece
menos la consecuencia de una adhesión obstinada a la idea
imperial romana, como la voluntad de reunir en un mismo

e El Oriente reestructurado

Cuando el 11 de mayo del año 330 Constantino inauguraba


conjunto político a países que habían conservado y desarro-
llado su unidad económica.
Aprovechando circunstancias políticas favorables -la

e su nueva capital, no pretendía crear una capital secesionista


para reemplazar a Roma, sino para ser su prolongación.
A partir de ese momento, toda la historia del Oriente bizan-
descomposición de los Estados bárbaros-, Justiniano'consi-
guió reconstruir, a mediados del siglo VI, la unidad política
del Mare nostrum en torno a Roma y a Constantinopla. Es

e tino puede resumirse en la fórmula «Constantinopla con de Constantinopla de donde parten las expediciones milita-
138 BREVE HISTORIA DE EUROPA 7. lAS (;RANl'JES Ml(a~ACI()!\ES 139 e
res que terminan reconquistando África -tras derrotar a los
vándalos (533)-, Italia -tras vencer a los ostrogodos (555)-,
y la franja costera de la península hispánica y de las islas Ba-
constituyó una barrera muy difícil de franquear entre el este
yel oeste, a lo largo de una línea de ruptura que coincidía,
grosso modo, con la frontera lingüística. Además, esa eslavi-
e
leares (564). El Mediterráneo se había convertido en un lago zación de los Balcanes contribuyó ampliamente a acentuar
romano y el Imperio podía ser restaurado sobre una base ju-
rídica, económica y política, con una legislación común -el
Código de Justiniano, que restablece la territorialidad de las
el mutuo desconocimiento entre el Oriente, desde ahora
griego, y el Occidente latino; un hecho lo evidencia con más
e
claridad: en las riberas del sur del Mediterráneo, se ha cons-
leyes- y con un centro religioso, Santa Sofía de Constanti-
nopla (537). El *nomisma de oro se impone como «dólar de
la Edad Media» y regula los intercambios económicos trans-
tituido el Imperio árabe. Mahoma y los eslavos contribuye-
ron a la ruptura del Imperium romanum. e
mediterráneos. Por último, el emperador es designado *ba-
sileus nombrado por Cristo. Justiniano preside un «Estado
universal» y, cristiano; por tanto puede aparecer sobre sus
La iconoe/asia e
nomismas con el globo *crucífero en la mano, protegido por
los ángeles.
Desde finales del siglo VI, sin embargo, la grandiosa obra
Enfrentados a la doble amenaza ávaro-eslava, luego búlga-
ro-eslava, y árabe, los emperadores bizantinos van a reac-
cionar, primero mediante la materialización del «sistema de
e
e
de Justiniano estaba amenazada. La invasión eslava de la pe- los 'temas», y más tarde mediante la iconoclasia.
nínsula balcánica obliga a los emperadores a ~bandonar El sistema de temas tiene por objetivo dividir el territorio
Roma y a replegarse en Constantinopla para organizar la imperial en circunscripciones militares, donde el estratega
defensa. ~I

Las invasiones eslavas del siglo VII


~'I
concentra en sus manos todos los poderes civiles y militares.
Por otro lado, el reclutamiento del ejército relaciona desde
entonces el servicio militar con la posición de una parte del
e
suelo nacional, y lleva a la aparición de una nueva clase mili-

Los eslavos, poblaciones pacíficas y numerosas instaladas en


las llanuras al norte del Danubio, van a movilizarse bajo la
tar de soldados-campesinos y de un nuevo régimen agrario.
El ejército de los themata es fundamentalmente un ejército
regional cuyo teatro de operación es el tema. Constantino-
e
dirección de los pueblos turco-mogoles, ávaros y búlgaros.
Pero, a diferencia de estos últimos, los eslavos se sedentari-
pla ha abandonado a Roma.
Los emperadores van a dotarse además de un arma ideo-
e,
zan masivamente en los valles de la península balcánica, re- lógica capaz de enfrentarse al islam y de asegurar la cohe-
chazando hacia las alturas de las montañas a los pueblos au-
tóctonos: albaneses, tracios e ilirios. Esa eslavización de los
Balcanes tiene muchas consecuencias. En primer lugar, alte-
sión del Estado: es la *iconoclasia (726-843). El culto a las
*imágenes, en particular a los iconos, alcanzó a partir del si-
glo VII proporciones considerables en el Imperio. Los mon-
e
ra la estructura étnica de la península balcánica; en segundo
lugar, pone término a la crisis demográfica del Imperio, que
afectaba sobre todo a la agricultura, y, por ello, contribuyó
al establecimiento de un régimen agrario nuevo; por último,
jes favorecieron ampliamente esa veneración de las Imáge-
nes religiosas de las que sacaban grandes ganancias y que
reforzaba las aspiraciones a una espiritualidad fuertemente
e
centrada en torno a lugares milagrosos. A principios del si-
e
~

l. 140 BREVE HISTORIA DE EUROPA


~I'
7. LAS GRANDES MICRAClOS¡:S
141

e glo VIII, estas prácticas provocan en los medios cultivados de


la corte y de la Iglesia reacciones adversas que desembocan
mano amenazado en su existencia misma por los ataques
musulmanes y búlgaros, desaparece de forma completa-
mente natural al desaparecer el peligro que la había visto
en la crisis iconoclasta, que estalla durante el reinado del "1

e emperador León III, que ordena destruir, en el año 726, la


representación de Cristo que remataba la puerta de la Chal-
cé sustituyéndola por la Cruz «victoriosa y vivificante» pre-
nacer. La Cruz «victoriosa y vivificante» que los emperado-
res iconoclastas habían adoptado fue suplantada por el ico-
no, como manifestación espiritual y cultural de identifica-

e sentada como el símbolo de la reunión de las poblaciones


del Imperio cristiano de Oriente frente a los peligros musul-
manes y paganos. Esa nueva concepción de un cristianismo
"
,.
ción del helenismo cristiano.

e ofensivo reunido en torno a la persona imperial suscita nu-


merosas reacciones de hostilidad, en particular la del teólo-
_
:.t
;:~fl 1.
DOCUMENTOS

Panegírico de Teodorico, rey de los ostrogodos, por Eno-

1--
go cristiano de Damasco, Juan el Damasceno, autor de un
célebre tratado en favor del culto a las imágene_s._. ~i
~E~n~re~a_li~-_~.F>",i< dio, obispo de Pavía
1--- -darl;-h¡-iL\JI1OL.l~a~s~ia~n~u~n~c~a~n'ego
a Jugar~s~u~p~a~p-el'
de teología
de la reunión. Cuando los ejércitos bizantinos rechazaron!
,j,'
---------~------~--'
Salud a ti, el mayor de los reyes, bajo cuya autoridad la fuerza de
I las amenazas inmediatas, seguidamente se manifestó la vo- 'i: . la libertad ha encontrado a su salvador. Salud a ti, estabilidad de

e luntad de volver a una espiritualidad. más regional. Por eso,


en el año 787, se celebró el séptimo y último concilio ecumé-'1~
nico, en Nicea, que restableció el culto de los iconos, cuyo
~.

.
la república, porque sería un sacrilegio separarla de tus propias
acciones y distinguir incluso en palabras lo que el tiempo ha uni-
do indisolublemente. Si cuento las campañas de mi rey, encuen-

e triunfo no fue definitivamente conseguido hasta el año 843


y que luego se conmemoró con la «fiesta de la ortodoxia».
tro tantas como triunfos: no encuentran un enemigo que no aña-
da algo a tu gloria: aquel que ha resistido a tu voluntad ha
combatido para victoria tuya; siempre su sumisión ha dado naci-
La iconoclasia tuvo también importantes repercusiones .:\ miento a una nueva gloria para tu Piedad, a menos que su resis-

e internacionales. Cierto que los monjes que huían de la per-


secución difundieron la cultura bizantina por el sur de
ll.
tencia haya servido para aumentar tu valor. Quien te ha visto con
el ejército ha sido vencido; quien te ha mirado durante la paz no

-e
Italia, por Sicilia e incluso por Roma, donde el Papado con- ha tenido nada que temer. Durante tus éxitos, no han sido olvi-
denó los decretos de los emperadores iconoclastas. La sen- dadas las promesas venerables; en medio de las batallas, el vigor
sación de ruptura entre el Oriente imperial y el Occidente nunca ha sufrido retraso. Sus caminos han estado erizados de
pontificio impulsó a los papas, por otra parte, a buscar ar- obstáculos, pero han sido ellos los testigos de tus victorias coti-
dientemente la protección militar contra los lombardos que dianas.
el Imperio ya l}0 podía darles. Los francos terminaron por Pero ahora nuevos y respetables méritos me llevan en otra di-
aceptar el papel de protectores del Papado; la nueva dinas- rección. Contemplo la belleza de estas ciudades salidas de sus
tía, los Carolingios, fue recompensada con la coronación cenizas y los techos de los palacios resplandecer por todas par-
imperial de Cario magno en el año 800, sentida en Constan- tes. Contemplo construcciones acabadas antes de haber podido
le
I
tinopla como un ultraje.
La iconoclasia, puesta en práctica en circunstancias ex-
decir que habían sido empezadas. La abuela misma de las ciuda-
des, Roma, rejuvenece haciendo desaparecer las huellas sórdidas
de su vejez. Perdonadme, restos sagrados del genio imperial: es
le cepcionales para asegurar la supervivencia del Imperio ro-

b ~1l
142 BREVE HISTORIA DE FUIHlPA 7. I.AS {;RANIH-:S .~lll;IL.\C1(l!\'E~ 143 e
más difícil hacer desaparecer las huellas de la ruina que empren-
der la construcción de una ciudad. ¿Debo añadir que has cubier-
to el Senado con una corona de flores innumerables? ¿Que nadie
tal punto que Eudes, habiéndose preparado para el combate al
otro lado del río llamado Garona o Dordoña, huyó. Sólo Dios
puede contar el número de muertos y heridos. Entonces Abd al-
e
Rahmán persiguiendo al citado duque Eudes decide ir a saquear

e
ha desesperado de alcanzar los honores cuando sus plegarias
eran secundadas por el testimonio de su conciencia? [... ] Los re- la iglesia de Tours destruyendo en su camino los palacios y que-
cursos de la república han sido aumentados al mismo tiempo mando las iglesias. Entonces el alcalde del palacio de Austrasia
que las riquezas de los particulares. Las artimañas nunca han en- en Francia interior, llamado Charles, hombre belicoso desde su
contrado cabida en tu palacio; por todas partes se han difundido
los bienes de la fortuna. Nadie se ha alejado de ti sin haber sido
colmado de favores; nadie ha tenido que lamentar los rigores de
juventud y experto en el arte militar, avisado por Eudes, le hace
frente. En ese momento, durante siete días, los dos adversarios
vacilan para escoger el lugar de la batalla; luego, por fin, se pre-
e
la proscripción.

P. RICHt y G. TATE, Textes el Doculllwts d'histoire du Moyen Age, V"""'-X""'"


paran para el combate, pero, mientras combaten con violencia,
las gentes del Norte permaneciendo a primera "ista inmóviles
como un muro se quedan apretados unos contra otros, como
e
siecles, r, París, SEDES,1972, págs. 57-58 una zona de frío glacial, y matan a los árabes a golpes de espada.

La dominación de los ostrogodos en Italia corresponde a la prime-


Pero cuando las gentes de Austrasia, superiores por la masa de
sus miembros y más ardientes por su mano armada de hierro,
golpeando al corazón, encontraron al rey, lo matan; cuando cae
e
ra generación de los reinos bárbaros establecidos en Occidente,
caracterizados por el arrianismo y por una larga familiaridad cnn
la civilización romana. Amo de Italia desde el ario 493 al mio 526,
la noche acaba el combate, y levantan al aire sus espadas con
desprecio. Luego, al día siguiente, al ver el campamento inmen-
so de los árabes, se aprestan al combate. Sacando la espada de la
e
Teodorico practica una política rigurosade separación entre go- vaina, al despuntar el día, los europeos observan las tiendas de
dos y romanos, y se presenta a las poblaciones italianas como el
representante del emperador de Constantinopla, respetuoso de
Roma, del Senado y de las instituciones tradicionales. De ahí que
los árabes dispuestas en el orden en que habían sido dispuestos
los campamentos de tiendas. No saben que todas están vacías;
e
piensan que en el interior se encuentran las falanges de los sarra-
se le sume una gran parte de las élites de la Península, como ese
obispo católico de Pavía, Enodio, que compone para Teodorico, el
año 506, este panegírico al modo romano, donde se exaltan a la
cenos preparadas para el combate; envían exploradores que des-
cubrieron que las columnas de los ismaelitas habían huido. To-
dos durante la noche, en silencio, se habían alejado en orden
e
vez los triunfos militares y el papel civilizador del conquistador
germánico.
estricto en dirección a su patria. Sin embargo, los europeos temen
que se escondan a lo largo de los senderos y que los sarracenos les
tiendan emboscadas. Por eso, qué sorpresa cuando se encuentran
e
2. La batalla de Boitiers (732) vista por un hombre
el Anónimo de Córdoba
del sur:
entre los suyos después de haber circunvalado en vano el campa-
mento. Y como estos pueblos citados no se preocupan para nada
de perseguir, tras repartir entre sí los despojos y el botín, se vuel-
ven alegres a sus patrias.
e
Entonces Abd al-Rahmán, viendo la tierra llena de la multitud
de su ejército, franqueando las montañas de los vascos y pasan-
do los puertos como llanuras, se adentró por el interior de las
CH.-M DE LA RONCI!RE, R. DELORT,

París, Colin, col. «U», 1969, pág. 139


M. ROUCHE, L'Europe au Moyen Age, 1, e
tierras de los francos; y al penetrar, golpea con la espada hasta

e
e 144 BREIT HbTuHIA VE EcRllPA 7. J....I,~ (,!{A:\IJL:-. ~11(;I{AUtl:\I ..:-' 145

Veinte arios después de la conquista de España por los musulma- los romanos. Inmediatamente después, el santísimo obispo y

e nes, la batalla de Poitiers (732) marca para los historiadores el


parón decisivo del avance del islam en Europa occidental; pero
papa ungió con el óleo santo a Carlos, el excelentísimo hijo del
emperador, el mismo día de la Natividad del Señor.
los contemporáneos aún no lo sabían ... De ahí el carácter excep-

e cional de este poema, compuesto una veintena de alias después de


la batalla por un cristiano anónimo que vivía en Córdoba bajo
dominación musulmana y que escribe en versos latinos de estilo
R. Ful./., l.e
1964, págs. 281-282
COlll'OlIlIemellt impériol tic Chorlemagllc, París, Gallimard,

e épico para glorificar el acontecimiento. El interés de este texto es


doble. Por un lado, desde un punto de vista militar, enfrenta de
forma sorprendente dos tradiciones muy distintas: la moviliza-
b) SeglÍnla Vida de Carlomagno por Eginardo:

e ción de las tropas de la inCllrsión de Abd al-Rallllllín y el carácter Pero éstas no fueron las únicas causas de su último viaje; como
masivo del ejército Fanco; insiste también en el armamento supe- 'los romanos habían infligido muchos daños al pontífice León
rior de las gentes del Ilorte, su «mano armada de hierro», es decir, -pues le habían arrancado los ojos y (Orlado la lengua-, éste se
armada con la famosa espada franca, varias veces citada en el había visto obligado a implorar la protección del rey. Yendo a
_a__ texto-;-Pvr-otro--lad¡r,-desde-urrprmtcJ<te-vfsnrpollti co, el poema Rama-p(n'-es-te--motivo,-pfrfa-fes+aI71e€el~la-Sci-tl:l-aEié-fl-E1-e-la--I-gI-eSci
., presenta en du; ocasiones, frente a los árabes, la victoria de los que estaba demasiado alterada, P~lSÓ todo el invierno allí. Enton-
hombres de Carlos Martel -calificados primero de «gentes del ces fue cuando recibió el título de emperador y de augusto; en un
principio mostraba ante esto una actitud tan hostil que afirmaba

e Norte» o «gentes de Austrasia»- como la de los europeos, que ha-


cen aquí una de sus primeras apariciones conocidas en los textos
de la Edad Media. f.~;,
que no habría entrado en la iglesia aquel día, aunque era una
gran festividad, si hubiera podidu saber de antemano la decisión
del pontífice. Pero soportó con gran paciencia la envidia de los

e 3. La coronación imperial de Carla magno


'S
.'
emperadores romanos que estaban indignados por el título que
había asumido y venció la resistencia de éstos gracias a su mag-
nanimidad, por la que sin duda alguna era superior a ellos, en-

e Según el Liber Pontificalis:


a) viándoles numerosos embajadores y llamándoles "hermanos" en
las cartas.
Tras estos hechos, todos se encontraron reunidos de nuevo en la
basílica de San Pedro con motivo de la fiesta de Navidad. Enton- EGI:--iI-lARD, Vido de Corlomagllo (e. 830), trad. de Alejandra de Riquer,

e ces, el venerable y augusto pontífice coronó con sus propias ma-


nos al rey imponiéndole una corona muy preciosa. Entonces los
fieles romanos, viendo el amor tan grande que sentía la Iglesia
Barcelona,PPU, 1986, págs. 103-104

e romana por su viqrio (cuya defensa había asegurado), lanzaron


de forma unánime por orden de Dios y del bienaventurado Pe-
dro, portero del reino de los cielos, la aclamación: «A Carlos, pia-
La coronación imperial de Carlomagno por el papa León III en
Roma, el 25 de diciembre del año 800, marca el nacimiento de un
imperio que apela al mismo tiempo a la tradición antigua y a la
tradición cristiana. Pero el acontecimiento no es presentado de la
e
dosísimo Augusto, coronado por Dios, grande y pacífico empe-
radar, vida y victoria.» Esta aclamación se dejó oír tres veces misma forma por el entorno del papa (con el relato oficial del Li-
delante de la Confesión del bienaventurado Pedro; se invocó a ber pontificalis) y por el entorno de Carlomagno (con el relato de
numerosos santos; fue constituido por todos como emperador de su biógrafo Eginardo).

L. _~~ ~_
8. LA CRISTIANDAD DEI. AÑO 1000 147 e
8. La Cristiandad del año 1000
el año 1000, Europa está formada mayoritariamente
Estados cristianos.
por
e
El paso de la Roma cristiana a la Europa cristiana se realizó en-
tre los siglos \' y x. La organización administrativa, la reflexión
Las bases de la cristianización

Las estructuras
e
teológica y el esfuerzo misionero acompatiaron a las empresas
políticas y militares. Así, hacia el ario 1000, desde las llanuras
rusas hasta España -salvo una zona sur marcada por el islam-,
seformó un mundo cristiano en torno a dos polos, el polo inne-
A finales del siglo v, las estructuras de la Iglesia se modelan
a imitación de las del Imperio. La «ciudad» romana ha dado
e
gable de Bizancio y el menos estable del Papado y del Sacro Im-
perio Romano Germánico.
nacimiento a la diócesis, dirigida por un obispo que reúne
en torno a su silla -cathcdra- a clérigos y fieles de la ciudad e
--
y del campo. Como las ciudades, las diócesis se reagrupan
en provincias cuya metrópoli es la sede de un arzobispado.
Algunas de esas metrópolis deben a su antigüedad en la fe, o
El fenómeno más notable de la historia de Europa entre los a circunstancias políticas particulares, una preeminencia
siBlos v y x, el que va a darle, con relación al resto del mun- que sobrepasa el marco metropolitano; es el caso de los
do, su carácter específico, es el cristianismo. El área natural grandes ""patriarcados cuya lista determina el em perador
de difusión del cristianismo había sido al principio el Im- Justiniano a mediados del siglo VI: Roma, Constantinopla,
perio romano: es decir, una difusión del este hacia el oeste Alejandría, Antioquía y Jerusalén. Una vez asentados estos
en el mundo mediterráneo, acompañada por una exten-
sión hacia el noroeste en la Galia y Britania. A finales del
siglo v dos hechos caracterizan esa primera cristianiza-
marcos, a veces sacudidos o incluso aniquilados durante las
invasiones -en Panonia, en Renania y en Britanja, por ejem-
e
plo-, se ven posteriormente reforzados por la difusión de
ción: Oriente está más cristianizado que Occidente, y las
ciudades, albergues naturales de la transmisión, lo están
más que los campos. Entre los siglos v y x se opera, siempre
nuevas estructuras vinculadas a la evangelización de los
campos -parroquias e iglesias rurales- y al desarrollo del
monaquismo.
e
en ese marco, una cristianización en profundidad, inclui-
do el ámbito occidental. Pero al mismo tiempo se produ-
A partir del siglo IV en Oriente y del V en Occidente se
multiplican, en efecto, las comunidades dedicadas a una e
-
cen importantes modificaciones. Por un lado, la expansión vida de rezo, de trabajo y de penitencia. Situados en los su-
de una religión concurrente, el islam, detiene el desarro- burbios urbanos y más a menudo todavía en el campo, en el
llo de la religión ¿ristiana y a veces incluso la hace desapa- «desierto», los monasterios surgen de forma espontánea de
recer en las regiones cristianizadas más antiguamente del un extremo a otro del mundo cristiano; tras siglos de diver-
contorno meridional del Mediterráneo. Por otro, asisti- sidad, tienden a unificarse adoptando algunas grandés re-

"
mos, a partir de las iglesias organizadas en torno a Roma y gias, como la de San Basilio en Oriente o la de San Benito en
a Constantinopla, a la evangelización de las regiones del Occidente.
norte y del este del continente; hasta el punto de que, hacia

146 e
e
"'
e
148

La doctrina
BRE\'E HISTOHIA Df. ITRPPA

Es en los siglos IV y V, tras el reconocimiento del cristianismo


r
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¥.;ilo
8. I.A CRISTIA;-.JPAD DEI. AÑO 1000

Cristiandad griega y Cristiandad latina

Estas actitudes doctrinales divergentes son un signo de las


149

e como religión oficial del Imperio, cuando los 'Padres de la


Iglesia y los grandes concilios ecuménicos fijaron en sus
puntos esenciales la doctrina cristiana. Esa elaboración dio
JI
til
~I
jE{f'l
¡~t
,
diferencias que aparecen en los siglos V y VI entre griegos y
latinos -aunque tengan en origen una fe común-, que se
vuelven más profundas en los siglos siguientes. Se centran
en numerosos aspectos de la vida cristiana. En la lengua:
e lugar a enfrentamientos dramáticos que hicieron a los teólo-
gos ortodoxos luchar con diferentes formas de herejía. En el
siglo IV, las controversias se centran sobre todo en el misterio
j1f

f~
Occidente ha abandonado el griego y adoptado el latín
como lengua litúrgica a finales del siglo IV. En la liturgia: al
f. esplendor de la liturgia bizantina, que tiende a imponerse en
e de la Trinidad. Contra los adeptos del arrianismo que, en
nombre del monoteísmo, declaran al Padre superior al Hijo, {' todas las iglesias de Oriente, responde la relativa austeridad

--le
el Concilio de Nicea (325) afirma la igualdad de las personas de la liturgia romana, que va a desempeñar el mismo papel
divinas y pro<;lama al Hijo «consubstancial» al Padre.
,~ en Occidente. En las formas de devoción: la piedad bizanti-
"~
~ na se CfiSfinguedurante estos siglos por la imporraYITtacnn-
o Más tarde aparecieron preocupaciones diferentes enOrien-
te y en Occidente. Oriente, impregnado de pensamiento grie- cedida al culto de la Virgen y al culto de las imágenes. En el
go y apasionado por la especulación teológica, entabla grandes t papel de los monjes: omnipresentes en Bizancio, más discre-
tos en Occidente. En la concepción de las relaciones entre la
debates sobre la doble naturaleza de Cristo: unos -adeplos del
nestorianismo y condenados en el Concilio de Éfeso. en el Iglesia y el Estado: indisociables en Bizancio, alimentan en
año 431- insisten en la naturaleza humana de Cristo y niegan Occidente un debate sobre el poder temporal y el poder es-

e por tanto a su madre el título de «Madre de Dios» (Theotokos);


los otros, monofisitas, condenados el año 451 en el Concilio de
Calcedonia, sólo ven la naturaleza divina de Cristo. Estas dos
piritual...
Estas diferencias se agravan con una rivalidad creciente
entre el único patriarcado occidental, el del papa de Roma
sucesor de San Pedro, y el patriarcado de Cónstantinopla,
e herejías, que comprometen los misterios de la Encarnación y
de la Redención, dejaron en Oriente huellas duraderas. Al
mismo tiempo, Occidente se plantea cuestiones más concretas
fortalecido por la presencia del emperador, y que es el único
patriarcado oriental en tierra cristiana después de la con-
quista musulmana del siglo VII. Pero, a pesar de todo, estas
sobre la salvación del hombre: ilustrados por San Agustín, los

e debates sobre la gracia y la predestinación y sobre la forma de


construir la Ciudad de Dios son dominantes en este espacio y
perduran más tiempo. y es sin embargo en Occidente, tal vez
divergencias no impiden a griegos y latinos proseguir la
obra de evangelización de los paganos en Europa.

e en España, donde, de la reflexión sobre la tercera persona de


la Trinidad, nace (a fórmula que opondrá y opone todavía a la
Cristiandad latina y a la Cristiandad griega: el Filioque. Im-
La cristianización del continente europeo

e pl,lesta por Carla magno, esa fórmula precisa que el Espíritu


Santo procede del Padre y del Hijo; pero Oriente sigue vincu-
lado a los términos primitivos del Concilio de Nicea, que le
La cristianización de los germanos y de los eslavos, sin olvi-
dar a los búlgaros o húngaros, es para la Iglesia la gran tarea
de los siglos que preceden al año 1000.
hacen proceder sólo del Padre.
e
151 _
150 HREvr IIISTOKIA DE EUROPA
lt l.A CRISTlANDAlllJEL AÑO lono

Los evangelizadores y sus métodos

No se puede subestimar el papel de apóstoles aislados que


excitan el celo misionero y la búsqueda de la penitencia o in-
cluso del martirio: monjes irlandeses en la Galia o en el sur
tt
't'
1.
traducido a lengua germánica y transcrito en caracteres ins-
pirados en las "runas los principales textos sagrados; pero
esa Biblia gótica estaba manchada de herejía. Posteriormen-
te, los papas mantuvieron con firmeza el uso del latín, inclu-
so entre pueblos totalmente ajenos a la civilización romana.
-e
li
Pero los orientales se mostraron mucho más flexibles y per-

--
de Alemania como San Columbano, monjes anglosajones en
Frisia, Germania y Escandinavia, y clérigos armenios entre mitieron que, en el seno mismo del Imperio, se desarrolla-
los pueblos de las estepas desempeñaron un papel insusti- sen liturgias en lengua capta, siríaca o armenia. Y fueron los
tuible a través de la predicación, el ejemplo y la implanta- bizantinos -Cirilo, Metodio y sus discípulos- quienes, en la
ción de células de vida cristiana en medios paganos. Pero la segunda mitad del siglo IX, crearon, a partir del eslavo ha-
\ ".

misión es a un tiempo obra religiosa y obra política. Así se blado.en los Balcanes y de la escritura griega, una lengua li-
comprende en Bizancio, cuya vocación universal consiste en
f teraria, el eslavón, que sirvió para traducir los textos escritu-
l

-e
atraer a la ó(bita del Imperio cristiano a todos los pueblos rarios y la liturgia en el mundo eslavo.
del mundo. En el oeste, los papas y los soberanos cristianos,
¡"
y especialmente los emperadores, no piensan de otro modo. t
La mejor forma de llegar a conversiones masivas es, en efec-
to, lograr la conversión del jefe, que implica la de todo su
pueblo. Desde la conversión de Clodoveo y de los francos a
!. ~
La cristianización por los griegos

Al salir de la crisis iconoc!:Jsta, el Imperio bizantino adoptó


finales del siglo v hasta el paso del arrianismo al cristianis- la doctrina de la relación «sinfónica» que debe regular las
relaciones entre el Imperium del emperador y el sacerdotium
mo romano del rey de los visigodos, Recaredo, el año 589,
pasando por los grandes bautismos de finales del siglo x en
Rusia, Polonia o Hungría, la evangelización del continente
del patriarca. Si el «emperador es la autoridad legítima, el
bien común de todos los súbditos», «el patriarca es el icono e
-
avanzó gracias a esas conversiones que podrían llamarse viviente de Cristo» cuya misión consiste en (¡hacer que los
«políticas». Se obtuvieron unas veces por medio de la per- infieles adopten la fe golpeándolos con la luz, la claridad y la
suasión -es el método pontificio iniciado por los misioneros maravilla de sus acciones». De ese modo se expresa el pa-

-e
enviados por Gregario Magno al rey de Kent, a finales del triarca Focio, redactor más que probable del código jurídico
siglo VI-, otras por la diplomacia -el método bizantino-, o Epanagogé, promulgado entre los años 884 y 886.
también en ocasiones por la fuerza de las armas -es el méto- La cristianización de los eslavos por la Iglesia bizantina en
do de Carlomagno con los sajones-o Estas conversiones van la segunda mitad del siglo IX estuvo marcada ante todo por la
acompañadas, o jncluso precedidas, por el establecimiento obra misionera de los dos hermanos Cirilo y Metodio, vene-
de dos estructuras esenciales: los monasterios y los obispa- rados como «apóstoles de los eslavos». Frente al problema

-e
dos. Pero el anuncio de la fe cristiana y su desarrollo en los planteado por la eslavización de los Balcanes, en el siglo VII,
pueblos «bárbaros», que ignoran el latín y el griego y que ca- f tanto la Iglesia como el Estado bizantino se esforzaron por
recen de escritura, impulsaron a la Iglesia por nuevos cami- integrar a estos paganos recién llegados al Imperio, y siguie-
nos, de importancia capital para la historia de la cultura. Ya ron para ello dos estrategias: una intentaba helenizar a los
en el siglo IV, el apóstol de los godos, el arriano Ulfila, había
I eslavos, la otra consagraba su lengua.

J
e 152 BREVE HISTORIA VE EUROPA 8. LA CRISTIANDAD PEI :\'\() ]000 153

e Los eslavos se habían instalado en Grecia, en Macedonia y


en el Peloponeso desde el siglo VII. El Imperio emprendió su
integración iniciando, a partir de los antiguos centros epis-
alianza política y anuncian la conversión de los rusos, que
permitirá su inserción en la jerarquía de los Estados civiliza-
dos. El cristianismo penetró en Rusia a partir del siglo IX por

e copales y de otros recientemente creados, una activa política


misionera cuyo objetivo era su incorporación al Imperio me-
diante el conocimiento del griego y la conversión al cristia-
medio de mercaderes y guerreros escandinavos que recorrían
la «ruta de los varegos a los griegos», uniendo el mar Negro
con el Báltico a través del Dniéper. El bautismo de la prince-
_ nismo. Una vez cristianos y.helenófonos, ~~seslavos podían s~ ?lga, e~ Kiev, en el a~.o 959, era todavía pr,ematuro ~ s~s-
•• <,hacer carrera» en el Impeno. La converslOn de los eslavos, Cito una VIOlenta reaCClOnpagana. Fue su meto Vladlmlro
instalados al margen del Imperio, y que habían conseguido quien supo captar la oportunidad de negociar ventajosa-

e organizar embriones de estructuras estatal izadas, se organiza


sobre b~ses diferent,es. Solicitado en el año 862, por el prínci-
pe Rostlslav, que remaba sobre la Gran Moravla, vasto terri-
mente su conversión con los emperadores Basilio 1I YCons-
tanti~0.vIlI acorralados en Constantin_opla. Hbautismo, de
Vladlmlro tuvo lugar en Cherson el ano 989 y fue segUIdo
torio entre el panubio yel Oder, para que le enviase un obis- por su matrimonio con la princesa bizantina Ana; Rusia en-
1-41
I
po y un ~aestro capaz de explícar l~ veraadera fe crIstiana en
su propia lengua, el emperador Miguel III encargó a Cons-
~a ~e este Ill~cl? tU laierarqufa-de-lm-Es-t-atl-6s-éiv-ilffiKies
y cnstlanos presididos por el emperador.
tantino -Cirilo en religión- ya su hermano Metodio esa difí- La política misionera seguida por Bizancio le permitió no
_ cil tarea. Para llevarla a cabo, empezaron inventando un alfa- sólo integrar y helenizar las poblaciones eslavas instaladas
•• beto -el glagolita- capaz de reproducir los sonidos de las desde el siglo VII en el Imperio, sino además insertar a una
lenguas eslavas. Ese alfabeto fue luego mejorado en Bulgaria parte del mundo eslavo en el seno de la *Oikownene bizanti-
_ por los discípulos de Ciril,o, que le die:on el n?~bre de ciríli- na. El éxito del eslav~~,. como lengua litúrgica y como len-
•• co. Dotados de esta precIOsa herramienta, Ctnlo y Metodio gua de cultura, permltlO a estos pueblos benefiCiarse de las
inician la traducción de todo el ardo eclesiástico, desde la Bi- aportaciones de la herencia cultural helénica y cristiana del

e blia hasta los códigos de derecho canónico y los libros litúr-


gicos. La lengua eslava fue reconocida como lengua litúrgica,
al menos hasta la prohibición del papa Esteban V (885-891).
Imperio y encontrar una identidad común en el seno de una
comunidad viva que irradia desde la península del monte
Athos, en la Calcídica.

e Expulsados de Moravia por el clero franco, los misioneros


griegos encontraron refugio en Bulgaria y consiguieron la
conversión del príncipe búlgaro Miguel hacia 864-870. La or-
Unido por una misma fe y una cultura común, el Oriente
ortodoxo lo está también por un arte caracterizado, más allá
de las diversidades estilísticas regionales o nacionales, por la
ganización de la Iglesia búlgara que vino a continuación ter- dignidad y la elegancia que requiere la búsqueda de lo subli-
_ minó en el establecimiento de un arzobispado cuyo titular me y de lo divino.
•• era elegido por el sínodo de obispos y confirmado por el pa-
triarca de Constantinopla. Este sistema organizativo sirvió
_ m~y probablemente de modelo a la Iglesia rusa en el siglo si- La cristianización por los latinos
•• gUlente.

e Desde el siglo IX, rusos y bizantinos aprendieron a ca-


nocerse; firmaron tratados comerciales que prefiguran su
La expansión del cristianismo en los países paganos, o que
se habían vuelto al paganismo, del oeste de Europa también
154
8REVE HISTORIA DE EUROPA tl. LA U<lSTIAl\(JAll DU. Af'O 1000 155 e
ofrecía vastos campos de acción. Podemos considerar tres Por último, en una tercera etapa que nos lleva hasta las cer-
grandes periodos.
El primero atarle a las Islas Británicas. Contenido en las
regiones de población céltica, el cristianismo conoce una
canías del año 1000, son los cristianos de Germania los que
emprenden la evangelización de los pueblos limítrofes: la de
los escandinavos, a partir del arzobispado de Hamburgo, con
e
floración notable en Irlanda, la «isla de los santos», evange-
lizada por San Patricio en el siglo v. Desde ese medio muy
peculiar, de costumbres originales, los monjes parten en mi-
el bautismo de los reyes de Dinamarca y de Noruega a media-
dos del siglo x y el del rey de Suecia en 1008;la de los eslavos,
con la conversión de los duques checos de Bohemia, seguida
e
sión hacia las islas y las costas de Escocia y de Inglaterra.
Con posterioridad al año 597 se encuentran con los monjes
benedictinos enviados por Roma para convertir a los reyes y
de la creación del obispado de Praga en el aIlo 973, y la conver-
sión de los duques de Polonia: en el año 1000, el duque Miesz-
ko obtiene, con el apoyo del emperador Otón 11I,la creación
e
restablecer, a partir del arzobispado de Canterbury, el tejido
episcopal. De esa emulación entre los misioneros celtas y ro-
manos salieron los rasgos principales del cristianismo de la
de un arzobispado en Gniezno. Ese mismo aIlo, Esteban de
Hungría, recientemente bautizado, logra un arzobispado en
Gran, donde se hace coronar rey al año siguiente. En estas re-
e
giones, la expansión de la Cristiandad latina entraba en com-
e
Inglaterra medieval: una Iglesia unificada en torno a la sede } ..

~":.i,.'1.....
"
de Canterbury y estrechamente vinculada a Roma, una ad- petencia con la de la Cristiandad griega. Pero, en ambos casos,
'1 la evangelización desemboca en la formación de estados cris-
hesión ferviente a la lengua y a la cultura latinas, la impor-
I
tancia del monaquismo y, por último, ese espíritu misionero '1 tianos. Así, hacia el año 1000, la Europa cristiana se halla divi-
que va a enviar a los monjes anglosajones hacia sus herma-
nos de raza del continente y de Escandinavia.
La segunda gran etapa concierne a Germania, cuya con-
dida en dos entidades religiosas rivales, pero todavía no sepa-
radas. El límite pasa a través de la Europa central siguiendo la
línea Dniéper-Grodno-Halycz: en el oeste, la Respublica chris-
e
versión se había iniciado con el restablecimiento del cristia-
nismo en las regiones renanas bajo la influencia de misione-
ros francos e irlandeses. Toma nuevo impulso con la acción
tiana romana, en el este la Oikoumene bizantina.
e
de los anglosajones. Willibrod, el apóstol de Holanda, llega
a Frisia occidental el año 690 y allí organiza la Iglesia en tor-
no al obispado de Utrecht. Bonifacio es el apóstol de Ger-
La Europa del año "lODO: los estados cristianos

Dejando aparte los pueblos de las riberas del sur del Bálti-
e
mania. Nombrado sucesivamente misionero (718), obispo co, evangelizados en los siglos siguientes por los alemanes
(722) y luego arzobispo (732) para la Germania al este del
Rin, implanta allí, bajo control de Roma, una red de obispa-
y los polacos, y dejando también al margen los pueblos to-
davía paganos que habitan en gran parte del territorio de
e
dos que va de Maguncia a Salzburgo y una red de monaste- Rusia, el mapa de Europa del año 1000 se presenta como un
rios benedictinos, 'él más célebre de los cuales es Fulda. Des-
pués de su muerte (754), los misioneros dejan vía libre a la
conjunto de jóvenes estados cuyas poblaciones pueden es-
tar cristianizadas más o menos profundamente, pero cuyos
e
acción política y militar de los soberanos carolingios, para príncipes, cristianos, se apoyan en la Iglesia tanto CQmo en
quienes la sumisión del norte de Alemania entre el Rin y el
Elba pasa por la conversión de los sajones: empresa larga y
difícil, jalonada de violencias y de fracasos.
la sociedad laica. Repartidos en dos grandes grupos, consti-
tuyen el armazón de la historia de Europa para el milenio
que se inicia.
e
e
~ ~--
- ---~--~-- ------- - ..•.... .
e 156 HHEVE HISTORIA DE EUROIJA 8. LA UUSTlANVAD DEI. ANO 1000 ¡57

e En torno al Imperio germánico

El eje Aquisgrán-Roma, instituido por Carla magno yapla-


casi de toda la Península Ibérica, donde el califato de Córdo-
ba (929-1031) alcanza entonces su apogeo. Pero ni los pe-
queños principados cristianos del norte de España volcados
A zado. durante l~s divisiones de su Imperio, se restablece a hacia el sur en la l~cha contra el infiel, ni e~reino a.ngl.osajón
• medIados del sIglo x cuando el rey de Germania, Otón 1, que se ha mantenido al margen del Impeno carolmgIO y ha
procedente de una nueva dinastía de origen sajón, se apode- sido englobado en 10 17 en las vastas posesiones nórdicas
A r~ del reino de Italia y recibe luego en Roma la corona impe- del rey de .D~nama:ca Canuto el Gran?e, s~ reconocen bajo
• nal, en el año 962. Funda de este modo lo que se llamará el la soberanIa Impenal. En cuanto a la dmastIa de los Capetas
Sacro Imperio Romano Germánico, principio organizador e que se estableció en el ai10 987 en la Francia Occidental con

e institución política capital del Occidente cristiano hasta su


destrucción ~or Napoleón. Su vocación universal de gober-
nar y evangelizar a los pueblos es proclamada conjuntamen-
.f~
:'•'.
la bendición de la Iglesia, muy pronto verá que, a pesar de la
ex~stencia de l~zos muy antiguos e~tre las dos Francias,
la mdependenCIa respecto del Impeno es una de las condl-
te en torno al año 1000 por Otón lB y por el papa Silves-i ciones de la supervivencia del reino de Francia.
A-tre-'-Lque_pncaw.an-la

alian;¡;ad~l-pQd~r--esp-iF-Ü-aa-I-y-del
po~er temporal. De. hecho, el .I~perio, en sentido estricto,
se limita a tres conjuntos polItlcos: el remo de Germania,
~I
':

'j\r[' En torno al Imperio bizantino


A surgido de la Francia Oriental por el Tratado de Verdún; el '-
• reino de Italia, limitado al sur por los Estados Pontificios; y I Bajo el reinado de Basilio II (976-1025), el Imperio parece ha-
todas las regiones lotaringias situadas al este de los *Cuatro I ber alcanzado la cima de su poderío militar, político, econó-
A Ríos, que los reyes de Germania han sabido atraerse a su es- I mico y cultural. Sin embargo, antes de que finalice el siglo XI
• fera de influencia durante el siglo x. Al frente de un territo- i graves amenazas pesan sobre este prestigioso imperio. Desde
rio que va del Meuse y del Ródano al Elba, y desde el mar del I Italia al Cáucaso y del Danubio a Siria, la autoridad del empe-
i
e Norte al sur de la Toscana -al que gobierna apoyándose a la
vez en los prínci?es laicos y en ~osobispos y abades-, el em-
perador se consIdera como el Jefe temporal de la Cristian-
:
I
rador, representante de Dios en la tierra, se ejerce en un im-
perio greco-ortodoxo y unicultural, en cuyo seno cualquier
diferencia viene a ser como el gesto del hijo ingrato hacia su
dad latina. Pero sus ambiciones son acogidas de forma di-¡ I padre, y atrae por ello el castigo divino. Este sentimiento de
a versa al este y el oeste de sus reinos. superioridad encuentra su confirmación en el puesto que
• Por el este, cristianización y entrada en la dependencia 1 ocupa entonces Constantinopla, encrucijada necesaria de los
política del Imperio van de consuno para las marcas meri- grandes intercambios tanto entre Oriente y Occidente, como
A dionales de Austria y de Carintia, para el ducado de Bohe- entre el Norte y el Sur, pero también lugar de expresión de la
• mia y para las m!lrcas del norte situadas entre el Elba y el cultura más elevada, donde se multiplican las escuelas priva-
Oder. Pero, más allá, los jóvenes reinos de Hungría y de Po- das, verdaderas facultades en cuyo seno se forma, y luego en-
A lonia conservan su independencia política y religiosa. Por el seña, la flor de la intelligentsia, cuyo miembro más ilustre,
• oeste y por el sur, la Cristiandad latina sigue estando mutila- Miguel Pselo, fue llamado el «cónsul de los filósofos».

¡ e da, en provecho de los bizantinos y sobre todo de los musul-


manes, de una parte de la Italia meridional, de toda Sicilia y
Sin embargo, desde la segunda mitad del siglo XI van con-
cretándose las amenazas. En el interior, la aristocracia civil
158

se toma la revancha sobre la aristocracia


BREVE HISTORIA DE EUlüIPA

militar; la pobla-
ción campesina libre, principal fuente de las rentas del Im-
perio, es reducida poco a poco a un estado de dependencia,
f
l\)1
'~-!;
-i.
~
8. I.A CRISTIAt'I)Ai) DEI. AÑO 1000

Tú no puedes satisfacer, nos dices, las necesidades de conver-


sión de las muchedumbres que, en estos países, han sido ganadas
por ti a la verdadera fe, pues tanto se desarrolla en todos los sen-
159 e
e
dl' tidos la propagación de la fe gracias a Cristo. Te exhortamos
mientras el ejército se ve drásticamente reducido. Las conse-
e
d

.lJ"."
cuencias de esa evolución son graves; la devaluación de la ,ti pues, de acuerdo con los estatutos de los santos cánones, a medi-
moneda de oro y plata subraya que Bizancio no participa en
{'
~l da que crezca la multitud de los fieles, a ordenar, en nombre de la
adelante de los beneficios del tránsito comercial, desviados sede apostólica, obispos, pero con una piadosa consideración, a
por los italianos. En el exterior, nuevos y temibles adversa-
rios infligen a los bizantinos,
militares: en Occidente,
en el año 1071, dos derrotas
los normandos de Sicilia y, en
~j
fin de que no se envilezca la dignidad episcopal [... 1
En el caso de los que han matado a un padre, a una madre, a
un hermano o a una hermana, decimos que no pueden recibir en
e
Oriente, los turcos. Por último, en 1054 se producen
*anatemas que desembocaron en el cisma eclesiástico,
decir, en la formación de la Iglesia católica y romana apiña-
los
es
toda su vida el cuerpo del Señor, a no ser en la extremaunción.
Deben abstenerse de carne y de vino; mientras vivan, deberán
ayunar la 2.", la 4." y la 6." feria, y así redimir, mediante sus lágri-
e
mas, el crimen cometido.

e
~.
da tras el papa y en la de la Iglesia ortodoxa grecoeslava, Entre otros puntos dudosos citas el hecho de que ciertos fieles
reunida en torno al patriarca de Constantinopla, ambas afir- venden a los paganos sus esclavos para que sean inmolados. Te
mando su pretensión de representar por sí solas a la Iglesia ordenamos, hermano, que corrijas ese abuso con el mayor cuida-
universal. Desde luego, el alcance de este cisma se percibe
mal todavía en el siglo XI, pero se desarrolla la idea de que la
defensa del Imperio y la de la "ortodoxia son inseparables y
do. No debes permitirlo en adelante. Eso es un crimen y una im-
piedad. A quienes lo perpetran, debes imponerle la misma peni-
tencia que al homicida l...]
e
que todo el que amenaza el territorio imperial amenaza Ésas son las prescripciones que tú, hermano queridísimo, de-
también la ortodoxia. Las cruzadas pondrán enseguida de
manifiesto a los bizantinos la exactitud de estas palabras.
bes observar escrupulosamente, prosiguiendo la obra comenzada
de la salvación, con un celo piadoso.
e
Dios te conserve intacto, reverendísimo hermant'l.

DOCUMENTOS
J. CALMETTE y CH. HIGOUNET,

París, PUF, col. «Clio», 1953, pág. 105


Textes et Documwts d'histoire. Moyen Age. e
1. Carta del papa Gregorio III a San Bonifacio (732)

Grande ha sido nuestra acción de gracias al leer las cartas de tu


Ante los progresos de la cristianización de Germania por la acción
de Bonifacio, el papa propone, en el 732, el marco del desarrollo de
e
santa fraternidad"cuya serie, que conservamos, nos enseña que
por la gracia de Nuestro Señor Jesucristo muchas almas se han
convertido del error de los gentiles al conocimiento de la verda-
la Iglesia en Germania. En la primera parte de la carta, nombra a
Bonifacio arzobispo (ése es el sentido del envío del pallium, insig-
nia de esa función) y le encarga organizar la Iglesia en la zona
e
dera fe. Expresando nuestro pensamiento en parábola, según la
institución divina, con toda la Iglesia aplaudimos a un comercio
que gana V talentos en un crédito de V talentos. También con
nombrando a su vez obispos. En la segunda parte, aborda lBSpro-
blemas derivados de una conversión rápida y masiva, que no va
acompañada Clelabandono de las prácticas paganas.
e
plenó derecho te dirigimos el don del sagrado pa/lium.

e
e /60
HREVF t1hTt )10,-\ DE EUROPA 8. L.<\UUSl[A~DAU DEI. :\NO 1000
/61

e 2. Constantino/Cirilo inventa el alfabeto eslavo para el prín-


cipe moravo Rostislav
a quien Dios se las ha revelado, un hombre respetable y buen cre-
yente, muy letrado y filósofo. y recibiendo este don mejor y más
precioso que todo el oro y la plata y las piedras preciosas y la ri-

e Rostislav, príncipe de Moravia, incitado por Dios, celebró conse-


jo con sus príncipes y con los moravos, y mandó a decir al empe-
rador Miguel: «Mientras que nuestro pueblo ha rechazado el pa-
queza que pasa, va a regular sólidamente el asunto con diligencia,
y a buscar a Dios de todo corazón. Y no rechaces la salvación de
la comunidad, sino exhorta a todos a que no tarden en tomar el
ganismo y se adhiere a la fe cristiana, no tenemos maestro capaz
camino de la verdad, para que tú mismo, por haberlos llevado
_ de explicarnos en nuestra propia lengua la verdadera fe cristiana,
con tu celo al conocimiento de Dios, recibas tu recompensa por
., para que los demás países, viéndolo, sigan nuestro ejemplo. En-
eso en este siglo y en el siglo futuro, por todas estas almas que
víanos entonces, Señor, un obispo y un maestro así: porque de
van a creer en Cristo nuestro Dios, desde ahora hasta el fin, y de-
_ vos sale la buena ley siempre para todos los países».
jando tu mcmoria a todas las dcmás generaciones, igual que
., El emperador reunió a su consejo, convocó a Constantino el Constantino el gran emperadoP).
Filósofo y le hizo oír este asunto, y le dijo: «Filósofo, sé que estás
:;~;.
cansado, pero conviene que vayas allí; nadie puede llevar este
Segúllla "Vie de Constalltill», '[ex/es ViClIX-S!I1VCS, 2." Qarte,~_adl!.(tions
A-asuJtto-tnejm-tjtre-tLT»-:-Et-fi:lósofo responolO: «Aunque tengo el
el notes», París, Textos publicados por eilnstituto de Estudios Eslavos;
., cuerpo cansado y estoy enfermo, iré de buena gana, si tienen le- VIII, 2,1968, págs. 19-20
tras para su lengua». y el emperador le dijo: «Mi abuelo, mi pa-
_ dre y muchos otros las han buscado y no las han encontrado;
., ¿cómo puedo yo encontrarlas?». El Filósofo dijo: «Entonces,
La Vida de Constantino, escrita mucho después de la muerte del
¿quién puede escribir la palabra sobre el agua, o bien conseguir el santo en el arlo 869 y conservada en numerosos manuscritos, los

e nombre de hereje!». El emperador le replicó, junto con Bardas,


su tío materno: «Si tú quieres, Dios puede dártelas, él que da a to-
dos los que piden sin duda y que abre a los que /laman».
más recientes del siglo xv, se apoya sin embargo en dOCllmentos se-
guros y de valor histórico irrefutable.

El Filósofo se fue y, siguiendo sus primeros hábitos, se entregó


- a la plegaria, él y sus demás colaboradores. Rápidamente Dios, 3. Bautismo de los habitantes de Kiev en el Dniéper
,., que escucha las plegarias de sus servidores, le reveló [las letras], y
entonces compuso los caracteres y empezó a escribir la palabra Luego, Vladimiro hizo difundir el anuncio siguiente por toda la
a del Evangelio: En el comienzo era el Verbo, y el Verbo estaba con ciudad: «Todo el que no se encuentre mañana en el río, rico o po-
,., Dios, y Dios era el Verbo, etc. El emperador se alegró por ello, bre, miserable o artesano, será mi enemigo», Al oír estas pala-
glorificó a Dios con sus consejeros, y le envió cargado de nume- bras, el pueblo fue con alegría, regocijándose y diciendo: «Si no

e rosos regalos, escribiendo a Rostislav la siguiente carta:


«Dios, que quier¡ que cada cual /legue al conocimiento de la ver-
dad y tienda sus esfuerzos hacia el mejor rango, viendo tu fe y tu
fuera algo bueno, nuestro príncipe y los boyardos no la abrían
abrazado».
Al día siguiente, Vladimiro se dirigió con los sacerdotes de la
diligencia, ha realizado ahora [también], en nuestra época, reve- emperatriz y los de Cherson a orillas del Dniéper, y un pueblo
_ lando las letras para vuestra lengua, lo que no había ocurrido numerosísimo se reunió allí. Se adentraron en el agua, unos hasta
,., desde hace mucho tiempo, sólo en los primeros tiempos, para el codo, otros hasta el pecho, los peqUeños en la orilla, con el

e que también vosotros os unáis al número de las grandes naciones


que glorifican a Dios en su lengua. y por esto te enviamos a aquel
agua hasta el pecho, otros llevando a sus hijos, los adultos iban y
venían y los sacerdotes, de pie, decían las plegarias, y era una ale-
162 BREVE HISTORIA DE EUROPA
i
,~
1,'
e
gría para el cielo y sobre la tierra ver aquello, tantas almas salva-
das. Mas el diablo, gimiendo, decía: «Qué desgracia, me han ex- 9. En el oeste, el gran desarrollo e
pulsado de aquí. Pensaba tener aquí mi morada, porque los após-
toles no han enseñado aquí, aquí no conocían a Dios, y yo me
alegraba con el culto con que me rodeaban. Y resulta que soy
vencido por unos ignorantes, no por los apóstoles o por los már-
t de la Europa feudal

e
tires. No volveré a reinar en estas comarcas». l'
i' En los tres siglos siguientes al año JODO, el oeste europeo conoce
Cuando el pueblo fue bautizado, cada cual regresó a su casa.
Vladimiro se alegró por haber conocido a Dios,él y su pueblo, yal-
zando sus ojos hacia los cielos, dijo: «Oh Cristo Dios, que has crea-
l
¡'
una notablefase de expansión demográfica y económica; se ins-
tala en el sistema político y social el feudalismo; y, por razones
sobre todo religiosas, emprende un vasto movimiento de con-
e
do el cielo y la tierra, mira a estos hombres nuevos y dales, Señor,
el conocimiento de ti, Dios verdadero, como te han conocido los
países cristianos. Afirma en ellos una fe recta y sin retorno, y prés- ffl[f
quistas que le llevan a las tierras paganas y, para reconquistar la
tumba de Cristo, a las tierras del islam. e
tame tu ayuda, Señor, contra el adversario, el enemigo, a fin de ~.
que, descansando en ti y en tu poderío, triunfe yo de su astucia».
[ ... 1 Dicho esto, ordenó construir iglesiasy asentarlas en los lu-
gares mismos en que se alzaban los ídolos. Construyó la iglesia de
't"
~
,¡;

~.
Los tres siglos que van de 1000 a 1300 son los del primer desa-
rrollo de la Europa occidental. Protegida de las invasiones
e
San Basilio, sobre la colina donde se alzaba el ídolo de Perún y
otros más, allí donde el príncipe y el pueblo hacían sacrificios. Y
empezó por establecer en todas las ciudades iglesias y sacerdotes
procedentes del este, gracias al colchón que forman los nue-
vos Estados cristianos de Rusia, Polonia y Hungría, construye
a partir de ese momento un medio protegido. En este marco
e
ya llevar al pueblo al bautismo en todas las ciudades y aldeas.

Según Premiers Chrétiens de Russie. Intrad., selección y trad. de textos por


R. Marichal, S.)., París, Cerf, col. «Chrétiens de tous les temps», n.O 16,
privilegiado, dotado de estructuras sociales originales y lleva-
do por un crecimiento demográfico continuo, el Occidente
latino supo a un tiempo salir del subdesarrollo económico
e
que lo caracterizaba hasta entonces, intentar experiencias po-
1966, págs. 55-56
líticas nuevas y pasar, frente a los mundos que lo rodeaban,
de una actitud defensiva a una actitud conquistadora.
e
La Crónica de los tiempos pasados, compilada hacia el año 1113
por el monje Néstor, nos refiere diversos momentos de la conver-
sión de los rusos que fueron agrupados por el cronista en el
año 988. Después de haber recibido el bautismo en Cherson, en
Una estructura social original: el feudalismo e
el año 989, Vladimiro ordenó el bautismo colectivo de los habitan-
tes de Kiev en el Dniéper, tal vez el15 de agosto del año 989.
El feudalismo

Una palabra caracteriza el sistema social y político de la Eu-


e
ropa del año 1000: feudalismo. Este término ambiguo.desig-
na tanto el sistema entero como la clase social que domina
ese sistema y los ritos que le son propios. Desarrollado en
e
torno al otorgamiento de un feudo (feodum) por un señor a

__ ?
163 e I
e 164 BREVE HIST( lltlA ¡)~.ELItOPA 9. El\ EL 01:.''-]"1-" U. (iRAN VL~AKR(}J.LO DE LA EL"l{OPA 1+L1J:\L
165

A su vasallo -por la investidura- a cambio de una promesa de tario concede a los campesinos, sea cual fuere su estatuto ju-
,., servicio y de fidelidad -por el homenaje-, estos ritos ponen rídico, tierras por las que le deben prestaciones en dinero,
de relieve los valores profundos de la sociedad feudal: los la- en especie o en trabajo. Por otro, el gran propietario se
A zos personales y la tierra, englobados en una visión cristiana aprovecha de su situación eminente, de la construcción de
,., y coherente de la condición humana. un castillo y del acaparamiento de los poderes públicos para
Los orígenes del feudalismo occidental son complejos y le- imponer su dominio -su bando- no sólo a los hombres que
A janos. Su carácter excepcional estriba en la conjunción de di- trabajan sus tierras, sino a todos los que puede proteger, y
,., versos fenómenos: la existencia, tras las invasiones, de una por tanto obligar, a partir de su castillo. Ejerce sobre ellos
clase de grandes propietarios surgida de las aristocracias indí- todos o parte de los poderes reales y percibe las rentas co-

e genas y de los conquistadores instalados a sus expensas; el de-


sarrollo entre los hombres de lazos personales, ya presentes
en las *clientelas romanas, pero considerablemente reforza-
rrespondientes; estos derechos comunes constituyen en
toda la Europa feudal, sea cual fuere su grado de feudaliza-
ción, una parte esencial de las rentas seiloriales. El.señorío
dos por la *co.mpagno.nnage germánica y el *vasallaje carolin- real en todos sus aspectos, terrateniente y de balido, es el
e-gie-Y-PO-F-la-Qlu.G.ión-d~la-Lglesia,q.ueJos..sacraLiza-mediant~e asiellto-eC{mQn1-iGQ-d~l-f~~daJ.i1
juramento; la desaparición de la noción romana de Estado,
luego su resurgimiento en provecho del Imperio carolingio,
A seguido del acaparamiento de los poderes públicos así consti- Una sociedad de órdenes
,., tuidos por quienes, laicos y eclesiásticos, habrían debido ejer-
cerlos en nombre del soberano. Gran propiedad, autoridad Esa realidad feudal y señorial deriva de una visión coherente
A sobre los hombres y privatización del poder están en el naci- de la sociedad expresada por los pensadores de la época, es
,., miento de la omnipotencia de los señores feudales, poseedo- decir, los hombres de Iglesia, con dos nociones esenciales.
res de feudos y constructores de castillos, de un extremo a La primera es que cada cual ocupa en el mundo Un puesto
A otro de la Europa occidental. Las modalidades, las fechas y el querido por Dios. En la segunda, historiadores!, antropólo-
,., vocabulario pueden diferir: el historiador R. Fossier ha podi- gos han encontrado, cristianizado, el viejo esquema indoeu-
do describir «siete rostros del feudalismo». Pero el fenómeno ropeo de la trifuncionalidad: el lugar de cada uno está orde-
del estallido de los poderes públicos es general. Ese poder nado con vistas a una de las tres funciones que el hombre
_ fragmentado era idóneo para una reconstrucción social y puede cumplir en la sociedad: rezar, combatir o trabajar.
económica desde la base. En esta sociedad de órdenes, el primer papel correspon-
de a los clérigos y a los monjes, que aseguran, mediante el

e El seño.río. rural '


culto y la plegaria, la indispensable relación con Dios y, por
tanto, la salvación de todos. Renovada por la reforma gre-
goriana en el siglo XI y dirigida por el Papado, de Grega-

e El feudalismo descansa en un modo de explotación de la tie-


rra y de encuadramiento de los hombres que los franceses
denominan seigneurie rurale, los ingleses manarial system,
rio VII (1073-1085) a Inocencia III (1198-1216), la Iglesia
emprende entonces una cristianización en profundidad de
la sociedad que se expresa en grandes concilios celebrados

e los alemanes Landscherrshaft... Por un lado, el gran propie- en Letrán. Su impacto sobre la sociedad cristiana queda re-
166 BREVE HISTORIA DE EUROPA 9. EN El. OESTE, El. (;N.AN IJf_"ARROLl.U IlE I.A El'HOPA FEUDAl. 167
e
forzado por las grandes reformas monásticas o religiosas
que jalonan cada momento cumbre de la historia de la Igle-
sia: fundación de Cluny en 910; fundación de Citeaux en
indispensable del renacimiento comercial del siglo XVI y de
la Revolución Industrial de los siglos XVIII Y XIX. Ese primer
crecimiento aseguró a los hombres de la Cristiandad latina,
e
1098, que alcanza su desarrollo con la llegada de San Ber- cada vez más numerosos, el dominio de la ocupación del
e
_i
nardo en 1112; fundación de las órdenes mendicantes por suelo y de la producción rural.
Santo Domingo (1170-1221) y San Francisco (1182-1226) ...
El buen funcionamiento del mundo se basa en los guerre-
ros que, controlando la fuerza y el poder, deben asegurar el Crecimiento de la población
orden y la paz. La Iglesia trató de canalizar por todos los
medios la violencia del mundo de los guerreros, de los feu- «En el principio eran los hombres y su número aumentaba»,
t
dos y los castillos, desarrollando en particular instituciones
de paz y ayudando a la formación del ideal que va a trans-
j.
~
1
ha dicho el historiador L. Génicot a propósito de la Europa
e
,
del año Mil. No hay ningún documento de conjunto -salvo
formar, en los siglos XII YXIII, al brutal jinete del año 1000 en j
el Domesday Book para la Inglaterra de 1086 Yel État des pa-
t.
caballero: chevalier, knight, Ritter, cavaliere, caballero ... do-
minan entonces tanto la realidad social como la ficción poé- .,
roisses et desfeux para la Francia de 1328-, que permita eva"
luar las poblaciones medievales. A falta de cualquier tipo de e
--
tica de los cantares de gesta, de los romans corteses o de los censo, nuestras fuentes sólo pueden ser indirectas, pero son
*minne.;anger. c~

"
concordantes. Hacia el año 1000, sólo algunas tierras muy
Pero la supervivencia de clérigos y guerreros está asegu- 1 ricas en ile-de-France, Esp:lña o Italia se hallan densamente
rada por el tercer orden, el de los campesinos, que trabajan pobladas. Además, la ocupación del suelo es escasa, incluso
la tierra en el marco de la aldea, del señorío y de la parro- inexistente, en inmensas extensiones de bosques -del 50 al
quia rural. Tras la desaparición de la esclavitud, práctica- 70% de la superficie del reino de Germania-, de sotobosque
mente extinta hacia el año 1000, su estatuto jurídico ofrece ;
o de pantanos. Europa es entonces una tierra pendiente de
infinitas variedades, desde la servidumbre a la libertad; lo : '1
mismo sucede con su condición económica, porque no hay
medida común entre el miserable jornalero instalado en los
colonizar, abierta a una población que apenas supera los
20 habitantes por km2 en Francia y en Inglaterra y que quizá
no alcance los tres millones en Alemania. Tres siglos más
e
--
límites de la aldea y el rico propietario de un arado y de su tarde, Francia cuenta con una población de 15 a 20 millo-
yunta. Pero a todos afecta el mismo desprecio que se asocia nes de habitantes, Alemania, España e Italia de 8 a 10 mi-
a una condición social deprimida, de servicio y bajo la de- llones cada una, el conjunto de las Islas Británicas con unos
pendencia de los señores. 5 millones, Polonia y Hungría con 2 millones cada una y
Escandinavia menos de un millón. Si el poblamiento sigue
siendo desigual, vastas regiones -Toscana, Lombardía, Cam-

-e
Un crecimiento pania, por ejemplo- ofrecen densidades por encima de los
60 hab/km2, y se observa la existencia, sobre todo al noroes-
De las tres grandes etapas que llevaron a Europa occidental te de Europa, de un gran conjunto de ocupación densa y
a la supremacía del mundo, el período que va del año 1000 continua que abarca el norte de Francia, el sur de Inglaterra
al 1300 representa la primera, la etapa agrícola, preliminar y los Países Bajos. Europa occidental ofrece una densidad de
e /68 RREVE HISTORIA DE EUROPA 9. EN EL OESTE. El. (;KAN I)l-,SAKROJ.LO DE l.A EUROPA fELiDAI 169

e 30 a 40 hab/km2; es el «mundo pleno», caracterizado por un


tejido apretado de aldeas que se han asentado y multiplica-
y el norte de Alemania-, por un desarrollo concomitante de
la ganadería y, en los mejores terruños de la Europa del no-

e do durante esos tres siglos y por un tejido urbano que ya se


ha jerarquizado: hacia 1300, París cuenta con unos 200.000
habitantes; las grandes ciudades italianas tienen unos
roeste, por una disposición racional y comunitaria del espa-
cio agrícola que llevó a la rotación trienal de los cultivos.
Sería deseable poder proponer una explicación global a
100.000 Y son decenas las ciudades con más de 10.000 habi- un fenómeno tan general, más precoz quizá en el sur de Eu-
a tantes. ropa, pero promovido de forma más sistemática en el norte.
•• Podemos preguntarnos por las causas profundas de ese Unos insisten en la presión demográfica yen la multiplica-
desarrollo demográfico. ¿Podría estar unido el aumento de ción del trabajo humano; otros, en una multitud de progre-
a la natalidad a la generalización del modelo del matrimonio sos técnicos en el ámbito de la metalurgia, de la energía y de
•• cristiano, cuyo único fin reconocido por la Iglesia es la pro- la tracción, con la gran difusión del arado y del molino de
creación? En cuanto a la disminución de la mortalidad, pa- agua. Otros avanzan la hipótesis de un recalentamiento cli-
rece relacionada con la mejora de la alimentación y de las mático que habría sido particularmente favorá61e en el nor-
• condiciones de vida. Erruralquier caso, este desarrotl"o""-de- Europa. 'rrodos perciben que ese triunfo,~esultanteC!e
mográfico continuo es el apoyo más seguro del crecimiento. las iniciativas conjugadas de los señores que poseen la tierra
'<:;-~
y de los campesinos que la cultivan, está unido -¿pero hastá
e Crecimiento de la producción
qué punto?- a las estructuras sociales y políticas que carac-
terizaban entonces la Cristiandad latina. Ahora bien, ese au-
mento de la producción agrícola no se limita a favorecer la

e El aumento de la producción agrícola -y ante todo de la


producción de cereales-, que permitió al, mismo tiempo
nutrir a una población creciente y liberar excedentes sufi-
autarquía de la población rural. Sirve también para alimen-
tar a los habitantes de las ciudades e irriga la red de inter-
cambios -desde los mercados aldeanos y urbaii"os hasta las

e cientes para reanudar los intercambios, es el mayor hecho


económico. Es, ante todo, el resultado de un crecimiento
considerable de las superficies cultivadas consecuencia de
ferias regionales y generales- que permite a crCeidente inte-
grarse en el gran comercio internacional.

e las roturaciones, vasto esfuerzo de valorización de las tierras


incultas, sean las que fueren: bosques nórdicos, tierras «po-
dridas», marismas atlánticas, soto bosque mediterráneo ... La
Un nuevo espacio económico

e
superficie ganada de este modo para los cultivos se situaría En el siglo X, el corazón del continente europeo aparece
en torno al lOo/~en los márgenes de los antiguos terruños, como cercado por la red del comercio internacional. Al nor-
pero podría superar el 25% en las nuevas zonas de cultivo. te, una vasta zona de intercambios que se extiende en círculo
El aumento de la producción deriva también de una me- desde Irlanda al mar Negro está en manos de los escandina-
e jor valorización de la tierra: el alza de los rendimientos pare-
ce haber sido continuo desde la época carolingia hasta el si-
glo XIV. Vino acompañado por una diversificación de los
vos, todavía paganos. Al sur, el comercio mediterráneo y los
contactos con Oriente se hallan monopolizados por los mu-
sulmanes y los bizantinos. De los siglos XI a XIIl, el despertar

e cultivos, empezando por la vid -implantada hasta Inglaterra económico de Occidente se traduce en tres hechos notables.
170 RREVE HI~T()RIA DE EUROPA
' :.
9. EN El. OESTE, El. GRAN DF_~ARR()l.l.() DE LA EL'ROPA FFL'I)AI. 171 e
-e
•• •
Ir.
.' ¡

El primero es la influencia de los italianos -de Venecia y :¡¡ ¡


1 ~:
ti . La expansión política
Génova principalmente- sobre el eje mediterráneo y la de
los alemanes -de Lübeck y de la Hansa- sobre el eje nórdi-
co, de Londres y Brujas a Novgorod. Esta influencia hace
f
,;
". ".1
Invadida hasta el siglo x, Europa occidental se muestra des-
e
lumbrante incluso conquistadora a partir del siglo XI.
pasar a manos de los occidentales los beneficios del gran co-
mercio este-oeste y va acompañada por un acercamiento de f'~'
¡
estos ejes vitales, motivado por la animación de las vías nor- Marcos antiguos: los sueños universales
te-sur que pasan por el reino de Francia -donde florecen las
ferias de Champagne-, por el valle del Rin y por la alta Ale-
mania, donde termina también otro itinerario, peor conoci-
J
1 t'
Desde que Carlomagno renovara el Imperio cristiano en el
año 800, empresa que continuaría Otón 1 en 962, dos perso-
-11
do, procedente del este.
El segundo fenómeno es el asentamiento en el noroeste \I
1;1
~!
najes tienen en Occidente vocación de conducir al pueblo
cristiano hacia la salvación: el papa en el orden espiritual y e
-e
de Europa de una verdadera industria de exportación, los el emperador en el orden temporal. Como estos dos campos
paños flamencos, que, utilizando la lana inglesa, permite a 1'1 se confundían entonces fácilmente y cada uno de los pode-
Occidente ofrecer, a cambio de los productos de lujo proce- .\
....
f fl.. res tendía a dominar sobre el otro, Occidente vivió, del
dentes de Oriente, algo distinto a las materias primas habi- j! siglo X al XIlI, en una tensión permanente entre la tentación
tuales -madera, metales, sal...- y reequilibrar dl' esta mane- 11 de la *teocracia y la del *cesaropapismo. Este gran enfrenta-
ra su balanza COlnercial. JI miento -que los historiadores Ilam:m <<lalucha del Sacerdo-
El tercer acontecimiento es de orden monetario. Hacia cio y del Imperio»- tuvo por escenario principal el corazón
1250, poniendo fin a siglos de inferioridad monetaria de Oc-
cidente, los italianos están en condiciones de acuñar mone-
das fuertes: primero sólidas monedas de plata y, más tarde,
(;¡
~
5~~
de la Cristiandad latina: Alemania e Italia; debilitándolas de
forma duradera, tuvo consecuencias incalculables sobre la
historia política de Europa.
e
monedas de oro -florines de Florencia y de Génova en 1252
y más tarde ducados de Venecia-, muy cotizados en todos
los mercados del espacio económico que están surgiertdo.
Desde Londres y Brujas, donde entran en contacto con el
En una primera etapa, en la época de los Otones, es el em-
perador quien domina al Papado y quien gobierna apoyán-
dose en la Iglesia, convertida en Alemania en Iglesia del Im-
e
perio: es el Reichskirchensystem.
comercio nórdico, hasta Oriente, están presentes los corre-
dores comerciales y las factorías de los mercaderes italianos,
sus convoyes de galeras y esas primeras sociedades comer-
En una segunda etapa, la de la *reforma gregoriana, la
Iglesia trata de liberarse de la tutela de los laicos en general
y del Imperio en particular; privaba así a los emperadores
e
ciales y bancari~s que se llaman «compañías». En 1275, la
llegada a Pekín del veneciano Marco Polo es el símbolo del
triunfo de la gran aventura comercial de los italianos en el
germánicos -por otro lado desprovistos de una sucesión
hereditaria asegurada y de un asiento territorial duradero
debido al carácter electivo de la dignidad imperial-, de
e
seno de un espacio económico que se extendía «desde Groen-
landia a Pekín» (R. López).
una influencia considerada indispensable sobre los 'obis-
pos y los abades del Imperio; de ahí el primer enfrenta-
miento violento -la Querella de las Investiduras-, que fina-
e
liza con el compromiso del Concordato de Worms (1122)
e
e /72 HREVF HISTORIA (lE EUROPA 9. EN EL OESTE, EL (;RAN DESAIUH ll.1.0 DE l.A EUROPA FEL'DA!. /73

e concluido entre el papa Calixto [1 y el emperador Enri-


que V.
es el aspecto «regio» el que domina: así ocurre en la Francia
de Felipe Augusto y de San Luis o en el reino normando de
Pero lo peor estaba por llegar. En una tercera etapa, ante Sicilia. Otras domina, por el contrario, el aspecto «feudaj,):
•• las crecientes pretensiones teocráticas del Papado, los empe- la Carta Magna inglesa de 1215 reconoce el poder de los ba-
• radares de la familia Hohenstaufen -Federico Barbarroja, rones a expensas del rey Juan sin Tierra. Pero, donde se im-
Enrique VI y Federico II- responden con una voluntad sis- plantaron, las monarquías feudales sirvieron de base a los
•• temática de dominar Italia. En el paroxismo de la lucha, los futuros Estados nacionales.
• papas deponen a los emperadores y éstos promueven anti- Paralelamente, el renacimiento económico y el desarrollo
papas. Los Hohenstaufen se desvían de Alemania, donde de las ciudades favorecen la eclosión de nuevos poderes en
•• florecen fuerzas centrífugas, para consagrarse a Italia, que se beneficio de las burguesías urbanas. Como mínimo, los ha-
• divide en dos campos: los güelfos, partidarios del papa, y los • bitantes de las ciudades, reagrupados en asociación jurada,

_
gibelinos, partidarios del emperador. Cuando Federico II
~1Uereen Italia, en 1250, parece vencido, pero su adversario,
:1 reciben de sus seflores los privilegios -ése es el sentido de la
~ pal~~ra «franquicias»- necesari~s para el des~~rollo de s.us
.-d-papa-I-l'1i:fffn-eiu-I-V;-refugiado desUehace varios anos en ~---m:tJvldades artesanales y comerClares:-como maXlmo, obTJe::"
Lyon, no parece por ello vencedor. Porque las fuerzas vivas -! I nen el derecho de gobernarse a sí mismos: la comuna es una
~i
e de la Cristiandad se expresan ya en otros ideales políticos.

Marcos nuevos: la monarquía feudal y la comuna


.
creación medieval. Aunque, en las grandes monarquías feu-
dales, sigue estando bajo la tutela del poder real o seflorial,
alcanza su plena madurez en las regiones donde el poder
central es débil o está dividido: en Alemania y sobre todo en

e Es en el marco del feudalismo y del renacimiento urbano


donde Occidente ha inventado nuevas fórmulas políticas,
el norte de Italia, donde se constituyen ciudades-estado
-Milán, Génova, Florencia, Venecia ...- que contribuyeron
poderosamente a la fragmentación política de. la península.

e mejor adaptadas a una sociedad en plena reconstrucción.


La época de la lucha del Sacerdocio y del Imperio es tam-
bién el período clásico de la monarquía feudal. Mediante La expansión militar
,:1#,

e esta forma de gobierno, los reyes supieron ponerse al frente


de la jerarquía feudal: brutalmente y por conquista en Ingla-
terra, tras la invasión de la isla por Guillermo de Normandía
Una población en pleno crecimiento, una clase de guerreros
profesionales, campesinos ávidos de tierras vírgenes y de

e en 1066; pacientemente, gracias a varias generaciones de su-


cesiones sin quiepra y al apoyo de la Iglesia, expresado por
la consagración en la Francia de los Capetas. Este «modelo»
mayor libertad, comerciantes en busca de nuevos mercados,
una Iglesia cada vez más segura de su fuerza: ahí tenemos
los principales factores que explican por qué los occidenta-
fue exportado fuera de su área de origen a medida que se les de los siglos XI-XIIl se lanzaron a obras decolonización,
e producía la expansión occidental en la Península Ibérica, en
Sicilia e incluso en Jerusalén. También fue imitado por los
jóvenes reinos del norte y del este de la Cristiandad latina.
de conversión y de peregrinación armada que se tr.ansfor-
maron en empresas de conquista territorial, ampliando así
el área de la Cristiandad latina. Debemos examinar tres sec-

e Su gran éxito se debe a su extrema flexibilidad. Unas veces tores. En el sur, la Reconquista española a expensas de los
174
BREVE HISTORIA DE EUROP., 9. EN El. OESTE. El. Cf{AN IJESARfUII.I.O DE I.A EUROPA H.;U I):\. 1 175 e
musulmanes de la península desemboca en la formación de
los reinos cristianos de Aragón, Navarra, Castilla y Portugal:
tras la victoria de Las Navas de Tolosa (I212) y la expansión
tantemente estas seis palabras en la memoria: sano y salvo, en se-
guridad, honesto, útil, fácil, posible. Sano y salvo, a saber, que
evite perjudicar a su señor en su cuerpo; en seguridad, que evite
perjudicarle en su secreto y en los castillos que mantienen su se-
e
política subsiguiente durante el siglo XIII, al islam sólo le
queda el pequeño reino de Granada. En el norte, la colo-
nización germánica hacia el este -el Drang nach Osten-, a f
guridad; honesto, que evite perjudicarle en su justicia o en cual-
quier asunto que afecte de forma manifiesta a su honor; útil, que
evite dailarle en sus posesiones; fácil y posible, que evite hacer di-
e
costa de los eslavos que siguen siendo paganos, lleva a los fícil el bien que su seiior podía realizar fácilmente, o volver impo-

"
campesinos alemanes, a los burgueses de las ciudades han-
seáticas, a los caballeros teutónicos y a los príncipes del nor-
te de Alemania, a través de Pomerania, Prusia y los países
¡ sible lo que le era posible. Que el fiel se guarde de estos prejui-
cios, es de justicia; pero no es así como merece su afecto porque

bálticos, hasta el golfo de Finlandia. Las cruzadas, por últi-


mo, lanzan oleadas sucesivas de caballeros y pobres a las ru-
no basta abstenerse del mal si no se realiza lo que está bien. Por
tanto, todavía tiene que proporcionar a su señor fielmente, en las
seis ocasiones citadas, consejo y ayuda, si quiere aparecer digno
e
--
tas terrestres y marítimas que conducen hacia la tumba de de su beneficio y salvaguardar la fidelidad jurada. El señor tam-
Cristo, que hay que tomar, defender o reconquistar. La Pri- bién debe corresponder igual a su fiel en todas las ocasiones cita-
mera Cruzada terminó con la toma de Jerusalén en 1099 y das. Si no lo hace, será declarado en buen derecho "de mala fe" y
con la fundación en Tierra Santa de estados latinos que per- el vasallo por su lado, si es sorprendido en falta, activa o tácita-
vivirán cerca de dos siglos: la Cuarta Cruzada, desviada de mente, sed declarado sin fe y perjuro.
sus objetivos, finaliza en 1204 con la toma de Constantino-
pla y con la fundación de un Imperio latino -cierto que efí- CH.-M. DE LA RONCltRE. PH. CONTAMINE, R. OEI.ORI., M. ROUCHE, L'Europe
au Moyen Age. 11,París, Colin, col. «U», 1969, págs. 159-160
mero- en Constantinopla (1204- 1261).
Porque, a esa expansión de la Cristiandad latina, respon-
den las dificultades de la Cristiandad griega.
La sociedad feudal se basa en los vínculos personales de fidelidad
e
DOCUMENTOS
que unen al señor y al vasallo, y cada vez más en el vínculo real-el
feudo, llamado «afecto» y «beneficio» en el texto- concedido por el
señor al vasallo en nombre de los servicios prestados. Provistos de
e
1. Feudalismo: carta del obispo FuIberto de Chartres al du-
que de Aquitania sobre los deberes del vasallo y d~1 señor
feudos importantes, los vasallos pueden sentirse tentados a olvidar
los deberes que implica la fidelidad. De ahí la consulta pedida por
un gran príncipe de la Francia feudal, el duque de Aquitania Gui-
llermo el Grande, a una de las más altas autoridades morales de su
e
(hada 1020)

Al gloriosísimo
obispo.
,
Guillermo, duque de los aquitanos, Fulberto,
tiempo, el obispo de Chartres, Fulberto. Este último insiste ante
todo y sobre todo en los aspectos que podrían denominarse negati-
vos del feudalismo, que dicen mucho sobre la crisis de autoridad
e
--e
que sufre la sociedad de esa época: el primer deber del vasallo es
Invitado a escribir algunas palabras sobre los caracteres de la fi- «no perjudican, a su señor y no «volver imposible su acción";
delidad, he aquí lo que he sacado para vos de los libros que son es evidente que es este tipo de situación lo que provoca la consulta
autoridad. Aquel que jura fidelidad a su señor debe tener cons- al sabio obispo. Pasa luego más rápidamente sobre los aspectos po-
e 176 BREVE HISTORIA DE EUROPA '}. F~ El. OESTE, El. t;J{AN UESARROI.LO DE L\ IXIHII':\ ITL'I1AI
177

e sitivos y mejor conocidos de las relaciones feudales: el deber de


ayuda y de consejo del vasallo hacia el seiíor y la reciprocidad de
estas obligaciones por parte del señor.
bitantes, para todos los alegatos y procesos, obtengan ser juzga-
dos según la costumbre y el derecho de Magdeburgo, que nadie
les obligue al servicio llamado burgwere, ni a cumplir ningún

e 2. Crecimiento: la colonización alemana más allá del Elba


otro servicio, aparte y únicamente a proteger ellos y sus campos
de las inundaciones y derivas de las aguas mediante terraplenes y
fosos.

CH.-M. LJI:LA RONClloRE, Ptl. CONTA,\IINE, R. [)U.oln, M. RouctlE, L'Europe


-- Sepa la comunidad de fieles, tanto presentes como futuros, que
(/lI Moyen Age, 11, op. cit., págs. 102-103
yo, Wichmann, por el favor y la clemencia divinos arzobispo de
•. la santa iglesia de Magdeburgo, atento a los intereses de la iglesia
., que me está confiada, he comprado por cierta suma de dinero, a
Redactada a finales del siglo XII, esta carta del arzobispo de Mag-
todos los que parecían tener un derecho de posesión sobre él a tí-
deburgo da testimonio de los progresos de la penet~ación germáni-

e- tulo de beneficjo, un lugar llamado vulgarmente Popendhorpsti-


de,-situad9-Ge-FGa-de-las-HHH'a+las-tie-+a-eitltlad;-rrtá-s-atJ-á-d<:hí
Elba, con los prados y huertas adyacentes. Y ese lugar, con todo
ca a expensas de los eslavos del norte de Alemania.'También pone
e relzeve algunos de los principales aspectos del crecimiento me-
dieval. El objetivo es valorizar la tierra inculta: «para que sea de-
lo que de él depende, se lo he dado a un tal Werner, llamado de
saguada, trabajada, sembrada y vuelta fecunda la tierra ... ». El
•. Paderborn, y a un tal Gottfried, a condición de que establezcan
método es interesante: es la /lall/{/da a un contratista - Werner,
., en él nuevos habitantes, para que sea desaguada, trabajada, sem-
ayudado por Gottfried- encargado de reclutar a los colonos de las
brada y vuelta fecunda la tierra adyacente, pantanosa y herbosa,
tierras interiores germánicas. Los medios empleados para atraer {/
•• impropia para cualquier cosa y que no reporta nada, salvo hierba estos «nuevos habitantes» son clásicos en la Edad Media: la atri-
_ y heno; y para que, luego, se pague y ponga a disposición del ar-
bución de una tierra a roturar; la seguridad económica unida a la
zobispo un censo anual, procedente de los cultivos, es decir, en

e
ausencia de tareas penosas ya la fijación de cánones en dinero y
ciertas fechas. Para ellos y para todos aquellos que, a su llamada,
en especie que escapan a cualquier arbitrariedad sl?liorial;por últi-
han emprendido ese cultivo de la tierra, las condiciones son las
mo, la mejora de la condición personal de los campesinos que, de-
siguientes: cada año, pagar de cada casa dos sous de censo, dos
pendiendo del tribunal público y de los usos de Magdeburgo, acce-
moyos de centeno y dos de avena por ser ésa la costumbre que den de este modo a la libertad.
~ toda la provincia más allá del Elba llama wozzop, más el diezmo
., completo de todos los frutos y cereales. Además, les he concedi-
do que, en estas plantaciones nuevas, ningún conde, ningún abo-
•. gado, absolutamente ningún juez seglar tenga el menor derecho
., o poder; y que tod,¡¡la justicia y todo el poder de juzgar corres-
ponda al citado Werner; todo lo que concierne a los litigios, los
motines y sediciones, los robos, las fechorías de cualquier tipo
•• será sometido a alegato, las multas serán cobradas allí y dos ter-
., cios de ellas serán entregadas al arzobispo y la tercera a Werner.

e Además, que el mismo Werner tenga a su total disposición las


rentas de dos casas, tanto en censo como en grano. Y que los ha-
ir 10. EN EL ESTE, UN MUNDO QUE ESTALl.A 179
e
-e
l r
L
tra los normandos. Estos privilegios excepcionales, constan-
10. En el este, un mundo que estalla ."
~I

temente renovados a lo largo del siglo XII, no sólo debili-


~~
+ taron económicamente a la burguesía bizantina sino que
,~, humillaron a las capas sociales conservadoras en su senti-
miento nacional. El resentimiento de la clase comerciante se
~I

-e
Por la acción de tres factores distintos -la conversión de la Rusia manifiestó en la matanza de la colonia latina de Constanti-
de Kiel' al cristianismo, el repliegue bizantino en Asia Menor so- nopla en 1182.
bre el imperio de Nicea tras la toma de Constantinopla por los Esa política latinófila de los Comneno coincide con el
latinos y la invasión mongola que, desde Asia, se abate sobre desencadenamiento de las cruzadas. Oriente ve caer sobre
f'
ulla parte del continente- Europa oriental sufre una serie de
su territorio a multitudes occidentales cuyo comporta-
I/lII/aciones que acentúan su separación de Occidente y refuer-
zan su unidad en torno a la Iglesia ortodoxa.
miento choca profundamente a los griegos. Los pillajes de
poblaciones cristianas, por un lado, la soberbia de algunos
~.
señores occidentales, por otro, engendraron enseguida un

Del imperio de Constantinopla al imperio de Nicea


clima de desconfianza recíproca que desencadenó, desde
la primera cruzada, la ruptura con Bizancio que, sometida e
-e
a la presión sin tregua de turcos, serbios, húngaros y, so-
I:Jmuerte del último gran empendor de la casa de los Com- bre todo, normandos entre 1176 y 1185, abandona a su
l>:no, Manuel, en 1180, fue seguida por una violenta reac- suerte a los cruzados latinos, urgidos por la guerra santa
ción contra su política. Acusado de haber entregado el Im- emprendida por Saladino que le llevó a tomar Jerusalén
perio a los occidentales y de haber arruinado el país con una en 1187.
política megalómana que pretendía superar a Justiniano, la A partir de aquí, la idea de cruzada evoluciona; la recon-
reacción tomó por un lado un carácter antilatino yantiaris- quista de Jerusalén sigue siendo el objetivo esencial, pero la
tocrático, y suscitó, por otro, el nacimiento de un espíritu
patriótico provinciano muy anticonstantinopolitano.
cruzada aparece cada vez más como una institución capaz
de reunir tropas para utilizarlas contra otros «infieles», ene-
migos de la fe y del Papado. Así, la Cuarta Cruzada fue des-
e
viada por los venecianos hacia Constantinopla. El 13 de
El ascenso del sentimiento antilatino abril de 1204, la «Ciudad guardada por Dios» es asaltada y
saqueada durante tres días.
e
El origen del sentimiento antilatino en el Imperio no se re-
monta al cisma df 1054, que pasó casi desapercibido para el
pueblo, sino a la agresión normanda que coincide con el
movimiento de las cruzadas organizado por el Papado. Para
hacer frente a este peligro, Alejo 1 Comneno promulga, en
1081, una *crisóbula que concede a los venecianos una su-
cursal en Constantinopla, pero también importantes privile-
La ruptura de 1204

El choque creado por la toma y el saqueo de la ciudaa, se-


guidos por la creación del Imperio latino de Constantino-
pla, provocó reacciones diversas de la comunidad ortodoxa,
-e
gios fiscales y económicos, a cambio de su ayuda naval con-

178
preferentemente eslava.
e
e 180 BREVE HIST(lRIA [JE FüR(lPA
Mt;NI10

e
10. EN EL ESTE, UN lll.'E ESTAI.LA
181

Los búlgaros y los serbios aprovecharon la nueva situa- último se afirmó enseguida como el verdadero centro de la
ción para jugar con dos barajas, acercándose unas veces a ortodoxia en el exilio. El emperador Teodoro Lascaris, bien

e los griegos para resistir el avance latino, volviéndose otras


hacia Roma para obtener el reconocimiento de un poder so-
berano y el establecimiento de un patriarcado autónomo, .''',
asentado en el oeste de Asia Menor, veló por reconstruir en
sus menores detalles la organización del Imperio: desde la

incluso *primacial. Por su parte, los rusos se mostraron más I corte y el orden administrativo hasta el patriarcado. Así,
en 1208, el nuevo patriarca ecuménico elegido pudo coronar
_ antilatinos y reaccionaron con tanto más vigor cuanto que '1\1 a Teodoro *basileus y *autocrátor de los romanos. A partir
•• también ellos sufrían los efectos de la expansión germánica; ..•..••..
'.1
de ese momento, el emperador y el patriarca, residentes en
occidental Drang naeh Osten ('la marcha hacia el este'), de- ~., Nicea, fueron las únicas autoridades legítimas del Imperio y
a tenida por Alejandro Nevski sobre la superficie helada del : '/ de la Iglesia ortodoxa.
•• lago Peipus en 1242. .•
I Hábilmente dirigido por su sucesor, Juan III Vatatze, y

e La ortodoxia rusa, que había sacado las consecuencias de


la caída de Constantinopla en 1204 y de la expansión germá-
nica por el este, ideIltifiuTrápmamenteel catolicismo con e~1
11
sacando un provecho excepcional del asalto mongol a Euro-
pa oriental y Asia Menor, el imperio de Nicea, perfectamen-
te gestionado en el terreno económico y con un sólido ejér-
expansionismo occidental. Las cronicas no sólo contaron 'r cito gracias a la creación de bienes militares, consiguió

e ampliamente el relato de la toma de Constantinopla, sino


que la Iglesia rusa tradujo y volvió a copiar la literatura po-
lémica bizantina de tono antilatino, cuyas principales obras
t reducir el imperio latino al suburbio inmediato de Constan-
tinopla La reconquista de la ciudad fue obra de Miguel VIII
Paleólogo. Tras aplastar a las fuerzas rivales de Grecia orien-

e se han conservado en los manuscritos en lengua eslava a


partir del siglo XIV.
De este modo, frente a la expansión de Occidente, la orto-
tal en la batalla de Pelagonia, en 1259, Y haberse asegurado
la ayuda de la marina genovesa mediante el Tratado de Nin-
faeón, en 1261, los bizantinos se lanzaron a la reconquista
doxia bizantina y eslava hizo frente común para luchar con- de su ciudad. Constantinopla fue recobrada el 25 de junio
a tra los latinos, profanadores y conquistadores de su Iglesia. de 1261; Miguel VIII hizo su entrada solemnl?e'n ella el15 de
•• En este sentido, la defensa de la ortodoxia pasa, evidente- agosto. La ciudad era un campo de ruinas: iglesfas y palacios
mente, por la reconquista de Constantinopla, símbolo de estaban devastados; los latinos los habían despojado tanto
__ una dignidad a recuperar. de sus riquezas como de sus reliquias.
Una vez recuperada Constantinopla, pronto se hizo evi-
dente que su restauración suponía una pesada carga, pues

e El imperio de Nieea

La organización'de un imperio latino y feudal en Constanti-


exigía sumas inmensas en un momento en que la situación
política y económica era extremadamente frágil. A pesar de
todo, nada más restaurar el Imperio, Miguel VIII afirmó su
nopla tuvo, entre otros efectos, el de agudizar los autono-
e mismos locales y favorecer la formación de pequeños Esta-
dos bizantinos, cada uno de los cuales reivindicaba la
herencia de Constantinopla: eso fueron el despotismo de
voluntad de reanudar una política de alcance universal cu-
yos efectos pronto se revelan fatales para el Imperio. .

e Epiro, el imperio de Trebisonda y el imperio de Nicea. Este


-
182 UREVE HISTORIA DE EUROPA
+;~
~tI
'i(
10. EN El. ESTE, UN MUNDO QUE ESTALI A 183 e
De Kiev la rusa a Kilrakorum la mongol a El de 944, los bizantinos confían de forma oficial la protección
de su sucursal del Quersoneso a los rusos; en 957, el empe- e
La Rusia de Kiev, organizada desde el siglo x a lo largo de la rador Constantino VII puede acoger a la princesa rusa Oiga,

e
ruta de los «varegos a los griegos» que unía el mar Báltico '\1" en la ciudad imperial, con todos los honores debidos a su
con el mar Negro, conoce un notable desarrollo bajo los rei- rango; y a petición del emperador bizantino, el príncipe
nados de los príncipes Vladimiro y Yaroslav. ;"("
..
ruso ataca Bulgaria, en 970-971; por último, Basilio II sólo
?o~
debe su trono al envío de un poderoso ejército ruso que le

El apogeo de la Rusia de Kiev


pi
¡Ir
1..;
l
permite vencer a su rival. Así, a lo largo de todo el siglo X, el
Estado ruso, centralizado en torno a Kiev, está perfectamen-
e
te inserto en la Oikoumene política bizantina, de la que
Reconocidos por los bizantinos como potencia capaz de
controlar los movimientos de los pueblos en las estepas que
" constituye una pieza clave. Todavía quedaba un paso por
dar: el de la conversión al cristianismo, lo único que podía
e
se extienden al norte del mar Negro, los rusos, demasiado 1.. otorgar a Rusia un puesto en la comunidad de los Estados
alejados del Imperio, no estaban amenazados por los sueños
de expansión de los emperadores, volcados como siempre a
la reconquista del Mare nostrum. En consecuencia, el joven
~
~.~
cristianos presididos por el emperador.
La religión cristiana era bien conocida por los rusos del si-
glo x. Mercaderes y mercenarios varegos habían llevado la fe
e
Estado rllso pudo negociar su entrada en la Oikoumene eco-
nómica, política y religiosa del Imperio.
Todo el siglo x está marcado por la firma de tratados co-
cristiana hasta sus tierras desde Constantinopla, y la propia
princesa OIga recibió el santo bautismo en Kiev, pero a título
privado, en 959. Fue el príncipe Vladimiro quien aprovechó
e
merciales (911,944,971) que regulan la llegada de convoyes
de barcos *monoxilos reunidos en Kiev, desde donde, por el
Dniéper, alcanzan Constantinopla, llevando preciosos car-
las excepcionales circunstancias políticas que le ofrecía la
guerra civil en el Imperio bizantino para negociar su entrada
en la comunidad de Estados cristianos, uniendo su bautismo
e
gamentos de pieles, miel, cera y esclavos que cambian por a su matrimonio con la princesa *porfirogénetá Ana. Ambas
productos de lujo, sederías, marfiles, joyas y monedas de
oro. Este comercio alimenta el tesoro de los príncipes y
ceremonias tuvieron lugar en Cherson, en 989, y fueron se-
guidas por la construcción de soberbios edificios, entre ellos
e
constituye la rama oriental del comercio anular que, por el Santa Sofía de Kiev, erigida entre 1037 y 1045, Y destinada a
Báltico, el Meuse y el Ródano, llega al Mediterráneo y a
Constantinopla, insertando de este modo a la Rusia de Kiev
en las redes de intercambios europeos, como lo muestran
dar testimonio de la irradiación del nuevo Estado cristiano
en la Europa septentrional, occidental y oriental.
Reconocida desde entonces por los demás Estados cristia-
e
los millares de hqjas de espada fabricadas en los talleres re-
nanas que llevan inscripciones latinas, descubiertas en las
tumbas rusas de los siglos X-XI.
nos, la dinastía de los Riurikides de Kiev constituye un par-
tido muy solicitado y anuda alianzas matrimoniales con las
demás dinastías europeas (véase mapa pág. 644), entre ellas
e
La regularidad de los intercambios implicaba la estabili-
dad política de estas regiones, extremadamente amenazadas
por las diversas migraciones de los pueblos de la estepa que
la de los Capetas: en 1051, Ana de Kiev se casa con Enrique I
de Francia. Así, a mediados del siglo XI, la Rusia de Kiev se
había integrado perfectamente en la Europa cristiana, tanto
e
e
trataban de instalarse entre el Volga y el Danubio. A partir en el plano económico como en el religioso y en el político;
e
e
184 BREVE HISTOKIA

constituía la marca oriental de la Europa cristiana frente al


empuje de los pueblos de la estepa, paganos o musulmanes.
DE EUHOPA

'~
1 10. EN EL ESTE, l;' :\ll;~no t)I.T F,'-;T:\U:\

centro de Asia. Frente a ellos, el Occidente cristiano se or-


ganizó favoreciendo la creación de un Estado ruso-lituano,
185

Pero a la muerte del príncipe Yaroslav (1054), se quiebra la al que se unió Polonia en 1386. De este modo, la principal

e unidad del país: la guerra civil que vino a continuación dio


nacimiento a principados familiares autónomos y rivales
cuya unidad sólo mantenían ya la Iglesia y «el metropolita
consecuencia de la invasión mongola consistió en la forma-
ción de dos entidades políticas, que van a enfrentarse a lo
largo de una línea que corre desde Pskov al mar de Azov

e de Kiev y de toda la Rusia».


Esa descomposición del Estado kievino facilitó la con-
quista mongola que se desencadenó a partir de 1237 contra
por Smolensk. A esa ruptura política se añade también una
ruptura económica, hecho que traduce perfectamente el ca-
lificativo de "período sin moneda,> que caracteriza los si-

e los principados del norte, los únicos capaces de oponer una


resistencia al avance mongol. Pero bastaron dos campañas y
tres años para que todas las tierras rusas, incluida Novgo-
glos XIII y XIV rusos. Si las relaciones económicas entre Nov-
gorod y las ciudades hanseáticas se mantienen, al sur las
factorías italianas del mar Negro han desviado, ellIDeneficio
rod, pasasen a control mongol. La rapidez de la conquista se propio, los productos transportados por la ruta de la seda,
€hx.pl-i(;a-P(,}l'-Ia-ffi@t-iHl'I('}sa-I*ej7affr€-ién-tle-las-eampañas-mil~--rlo-cual-desembOCd en el cierre de la ruta derFJrrteper. A par-
tares y dio lugar al terror que se apoderó entonces de Occi- tir de este momento, los principados rusos se ven alejados
dente. ¿No vemos al propio San Luis declarar a su madre: de los principales circuitos económicos mediterráneos;

e "Si nos atacan, los rechazar'emos, y si resultamos vencidos,


iremos hacia Dios como creyentes y mártires»? I
quedan reducidos a zonas de explotación cuvos productos
-sobre todo las pieles- son cambiados por intermedio de
mercaderes hanse<iticos por lingotes de plata que sirven

e Las consecuencias del "yugo mongol»


para pagar el impuesto mongol.
El aislamiento político y económico en el que se encuen-
tran los principados rusos desde el yugo mongol se ve agra-

e La violencia del choque de los ejércitos mongoles y la ampli-


tud de las destrucciones han sido extensamente relatadas
por los cronistas. Sin embargo, sólo once ciudades fueron
vado además por la ruptura religiosa. La invasiónrtlOngola
es posterior a la toma de Constantinopla por los cruzados y
prácticamente concomitante del empuje germánico a lo lar-
tomadas y destruidas por los mongoles, las demás no pare-

e cen haber sufrido exacciones particulares. Pero más que por


el efecto destructor, el yugo mongol se tradujo por la orga-
nización de un nuevo orden político y económico que acen-
go de las riberas del mar Báltico. Estos dos acontecimientos
son percibidos por los rusos como una amenaza directa
contra la ortodoxia, convertida en la base misma de su iden-
tidad cultural. Además, Alejandro Nevski, el vencedor de los

e tuó la fractura de la Cristiandad.


Los vencidos' príncipes rusos debieron reconocer la auto-
ridad suprema del gran kan, ante quien iban a buscar a
caballeros teutónicos (1242), adopta ante los católicos una
actitud sin concesiones, lo que le reportará el apoyo de la
Iglesia rusa, mientras la literatura polémica antilatina cono-

e Mongolia, a Karakorum, su carta de investidura, o yarlyk,


mientras los recaudadores vigilaban la recogida de impues-
tos. Los principados rusos forman parte desde ese momen-
ce una amplia difusión en el país.
De este modo, la expansión de Occidente y la organiza-
ción de la «paz mongola» en el transcurso del siglo XIII tu-

e to de un conjunto político cuyo corazón se hallaba en el vieron como efecto principal la división de Europa en dos
i
186 BREVE HISTORIA DE EUROPA
II 10. El': EL ESTE, eN MUNDO QUE ESTALLA 187
e
I sia, que, a diferencia de la Iglesia latina, autoriza el préstamo
entidades políticas, económicas y culturales hostiles, separa-
das además por su adscripción religiosa: al oeste, la zona de
influencia católica y romana; al este, la zona de influencia
ortodoxa.
a interés. Sin embargo, esa burguesía va a apartarse rápida-
mente del ámbito comercial para dedicarse a cuestiones fi-
nancieras e insertarse en el aparato del Estado. El resultado
e
De la unidad económica a la unidad religiosa
es que, a diferencia de la burguesía de Occidente, no creará
una clase media. Los que triunfaron se integraron rápida-
mente en la aristocracia del Estado; los otros, más desafor-
e
De los siglos x al XIII, el mundo oriental conoce una profun-
da mutación. Reunido en torno a una moneda de oro, el
tunados, volvieron con igual rapidez al pueblo.
El atractivo que sobre los bizantinos ejerce la adquisición
de las rentas del Estado está unido al verdadero culto que
e
*nomisma, que regula el gran comercio internacional desde
el siglo VI, el Oriente bizantino conoce en la segunda mitad
del siglo XI unq grave crisis económica marcada, entre otras
sienten por la moneda patrón, el nomisma o sou de oro
de 4,55 gramos, cuya estabilidad lo convirtió en moneda de
referencia del gran comercio internacional, con una relación
e
de 1 a 12 respecto a la moneda de plata, el miliarense. No
repercusiones, por la devaluación del nomisma y la llegada
de los mercaderes italianos, que desvían hacia su~ ciudades
los beneficios del comercio internacional. La reacción subsi-
obstante, como la masa de oro fue estable, grosso modo, des-
del siglo VI al XI, todo incremento significativo de la activi-
e
guiente reviste un carácter antilatino, nacional)' religioso
que hace de la ortodoxia el signo tangible del rechazo de la
influencia occidental y la esperanza en la renovación.
dad económica tan sólo podía engendrar serios problemas
monetarios, bien frenando el desarrollo de intercambios por
falta de especies, bien devaluando el nomisma para incre-
,e
mentar la masa monetaria en circulación.

Un crecimiento económico continuo


Es esta última hipótesis la que interesó a los sucesores de
Basilio 11.Las devaluaciones del nomisma de 1026 a 1060
son consecuencia de una economía en expansión. Esa ver-
e
Impulsada por la recuperación demográfica manifestada a
partir del siglo IX, la agricultura bizantina, que utiliza cada
vez más el hierro -como demuestran los descubrimientos de
dadera «revolución monetaria» del siglo XI es demasiado
tardía y ofrece a los venecianos todas las posibilidades para
especular y acelerar el declive del nomisma, sustituido en el
e
numerosas herrerías aldeanas y las múltiples menciones de
herreros ambulantes que recorren los pueblos para proce-
der a la reparación de herramientas-, libera unos excesos de
siglo XIII por el ducado veneciano como moneda de referen-
cia del gran comercio internacional. e
producción cuya ,:enta relanza el comercio interior, el cual
permite a su vez el desarrollo de un artesanado campesino y
urbano que tiende a especializarse.
¡ Oriente dominado por los latinos
e
Este manifiesto crecimiento económico permite también A lo largo de todo el siglo XII, los mercaderes italianos s~ ins-
la formación de una burguesía de negocios dinámica y em-
prendedora que no vacila en recorrer los mares en busca de I talaron en el Oriente bizantino, donde explotan importantes
privilegios económicos y rápidamente se convierten en chi- e
beneficios importantes, admitidos por otro lado por la Igle- ¡ vos expiatorios de todos los descontentos: poblaciones de

.J e
e 188 "","" "'"'' "'''''''",,,,, J ".""'"",
.." M'"'' OC, """" 189

e las ciudades y.de los campos, mercaderes arruinados. LOS~¡


emperadores, Jugando con la posición de las ciudades italia-!
nas, no cesan de ceder privilegios a venecianos, genoveses y~£
dadera independencia económica basad.a en una estri~ta au-
tarquía posibilitada por un desarrollo Cierto de la agn~ultu-
ra, cuyos excedentes compra el sultanato turco de !como, en

e pisanos, sin medir los grandes peligros de esa política. Por


un lado, incrementa la influencia de los latinos sobre la eco-
nomía del país, alimentando así respecto a ellos un verdade-
,
'1
i1~1
déficit alimentario permanente, pagándolos con buena y
abundante moneda de oro. En Asia Menor, estos intercam-
bios se organizan a través de redes caravaneras bien estruc-
ro sentimiento de odio que hace rechazar a los griegos cual-~; tu radas, jalonadas por caravasares que ofrecen a los merca-
e quier for~l:a d.e lati~id~d; por otro lado, los constantes giros
de la po!Itlca Impenalmducen a los venecianos a pretender
.,1,1
11
deres hospedaje y los alma~enes indispensables. El contras~e
entre la evolución económica de las dos partes del lmpeno
el control.directo del Imperio'll es esencial para comprender el rechazo ~bsoluto .que los
e Despues de la toma y el saqueo de la ciudad en abril
de 1.204, se pretendio' organizar un iJnpe,'ri.o,lat.ino en cons-
tant1l10pla sobre la base, no de una ~Ivlslon, S1l10de un re-i
•.
l
,r~,',.,','.','I __
griegos sienten por la dominación del OCCidente lat.lIlo. So-
fletidOS política y socialmente, explot~d?s econ,,,ómlCamen-
te, van a reagrupars~ alre~edor de la umca :uerza cap~z de
parto de los derechos entre los RartlCIJ.2<l1.lte.s_df-l<Lcruzada_~ gfHpafiGS-baje-Hna-ldgH-t-ld~Id-Glllt-llFaI-Gg.m.y.lh-la-lglgs.kl-(}¡:-
sometidos a la autoridad del emperador. Los bienes de la co- '<, todoxa.
rona y una parte de los de la Iglesia permitieron dotar de~l

e feudos a los caballeros; en cuanto a las rentas del Imperio,


fuero'l atribuidas como "feudos de rellta para completar las
renta) de sus dominios directos.
",
; La unidad ortodoxa

En las regiones latinas del Imperio, los venecianos esta-


e blecen un sistema económico de tipo colonial, basado en el
comercio de productos locales en bruto, en particular los
La caída de Constantinopla en 1204 hace evidente, a los ojos
de los bizantinos, la quiebra de la política imperial y la nece-
sidad de unirse detrás de la Iglesia, la única capaz de cons-
agrícolas: trigo, sales y lanas, cuya producción no cesa de truir un «frente ortodoxo» ante el Occidente latino. Sacando
e declinar debido a la obstinada resistencia que oponen las
poblaciones griegas a la presencia veneciana. Además, la in-
seguridad permanente que reina en todo el Oriente latino
las consecuencias del abandono de ConstantiI1'opla por las
provincias en los albores del siglo XIII, los emperadores de
Nicea van a basar la restauración del Imperio en la partici-

--e favorece el desarrollo de la autarquía regional y la destruc-


ción de redes económicas interregionales. Esa evolución
queda subrayada asimismo por la desaparición de la mone-
da bizantina, suplantada por los denarios venecianos de
peor calidad, queopermiten no sólo adquirir más productos
pación de las poblaciones rurales, la explotación del senti-
miento antilatino y la afirmación de la ideología llamada la
«Gran Idea».
Como ya hemos evocado, los emperadores de Nicea tra-
taron de asegurar ante todo la prosperidad económica de las
cada vez, porque la penuria es grande, sino también llevar poblaciones de Asia Menor, a fin de reconstruir la unidad

e hacia Occidente las escasas monedas de oro que todavía


circulan en Oriente.
El contraste es total con la parte bizantina, el imperio de
social que tanto había faltado en el siglo anterior, Y.sin la
cual toda veleidad de reconquista estaba condenada al fraca-
so. Es esencialmente el éxito económico del imperio de Ni-
Nicea, donde los emperadores consiguen mantener una ver-
e cea lo que le asegura un triunfo sobre sus rivales; termina
[- 190 BREVE HISTORIA DE El:ROPA
, ( 10. EN EL ESTE, ür-: '\1USDO l)l.iE ESTALI.A 191 e
I
siendo el único capaz de agrupar a las poblaciones en una I
e
DOCUMENTOS
participación común sostenida gracias a la recuperación de
su dinamismo económico. A partir de ese momento, el pa-
triotismo griego reaparece con tanta mayor fuerza cuanto
I 1. El asedio de Durazzo por Bohemundo de Tarento en 1108
según Ana Comneno
que se confunde en adelante con el odio a los latinos, los
profanadores de la «Ciudad guardada por Dios». Este senti-
miento antilatino va a engendrar la nueva ideología de la
1 Ana Comneno recuerda, en La Alexiada, los hechos y gestas de su
padre Alejo 1 (l081-1118).
e
I
«Gran Idea», enunciada durante el discurso del trono de
Teodoro 1 Lascaris: «Tendremos de nuevo las patrias de las
que hemos sido expulsados; nuestra primera y antigua sede, "}
r Como decíamos, cuando, tras despedirse de su tierra, el rebelde
de Bohemundo hubo pasado con una muy poderosa flota desde
e
el Paraíso, la Ciudad del Todopoderoso, sita en los estre-
chos, la ciudad de nuestro Dios, el joyel de la tierra, la que es
aquellas tierras hasta las nuestras y hubo dispersado todo el ejér-
cito franco para asolar nuestras llanuras, marchó sobre Epidam-
no con intención de apoderarse de ella al primer ataque, si pudie-
e
-
deseada por todos los pueblos, famosa en el mundo y en el
universo». '
1 ra; si no fuera así. pensaba hacerlo plantando máquinas de asedio
Por tanto, a los emperadores de Nicea corresponde res- y catapultas en torno a toda la ciudad. Con este objetivo, pues,
taurar el trono de Constantino allí donde Dios ha querido acampó frente a la puerta que se abre al oriente, encima de la cual
hay un jinete de bronce, y tras una inspección comenzó el asedio.
que esté. Entonces el emperador podrá recibir el título de
«nuevo fundador de Constantinopla». Reconocidos cuma
portadores de la identidad nacional, los emperadores d<2Ni-
Durante tod,) el invierno estuvo pensando y c'itudiando los pun-
tos por donJe era factible tomar Dirraquio y cuando la primave-
,e
ra comenzaba a sonreír, al tener ya todas sus tropas en esta orilla,
cea se apoyaron en una renovación cultural fundada en las
fuentes antiguas y cristianas, que volvieron a enseñarse en
el marco escolar restaurado y controlado por el Estado.
prendió fuego a sus naves de transporte y a las que habían lleva-
do caballos y soldados, táctica esta pensada para que su ejército
no tuviese la vista puesta en el mar y obligada también por el aco-
e
so de la flota romana; y dirigió toda su atención al ;sedio.
Heredera política del ilustre Imperio romano, bebiendo en la
misma fuente evangélica, organizada en un vasto espacio
Primeramente, desplegó alrededor de la ciudad su ejército bár-
baro, planeó escaramuzas destacando pelotones de soldados del
ejército franco (los arqueros del ejército romano también los
e
económico desde el Báltico al Mediterráneo, Europa se rom-
pe, sin embargo, en el siglo XIII. Bajo el asalto conjugado de
Occidente y de los mongoles, Oriente se separa de Occidente
acosaban con sus flechas, unas veces desde las torres de Dirra-
quio, otras desde lejos) y atacaba y era atacado. Se adueñó de Pe- ti
truia, de la aldea de Milo, situada más allá del río Diabolis y de
para integrarse en otro espacio polífico, económico y cultu-
ral cuyas señas de identidad emanan de la Iglesia ortodoxa.
A ambos lados de la frontera religiosa se organizan verda- I
\
otros lugares similares que se encontraban en torno a Dirraquio,
con todo se quedó por derecho de conquista. Lograba estos éxi-
tos gracias a su destreza bélica; entre tanto iba construyendo má-
e
deros mercados que van a precipitar la ruptura y facilitarán
la inserción de Europa oriental en los espacios económicos y
políticos mongoles y turcos, que ya empiezan a crearse.
¡
f
\
I
quinas de guerra, preparando tortugas fortificadas con toreetas y
arietes, algunas trincheras y más tortugas para proteger a los za-
padores en una labor que consumió todo el invierno y el verano
e
entre sustos y amenazas suyas a los hombres pusilánimes.
¡ e
j
e 192 BREVE HISTORIA DE EUROPA
10. F.~ EL ESTE, UN MUNDO QUE ESTALlA
193

.' Pero no podía vencer en el combate a la valentía romana; se costado de Nuestro Señor, y los dos clavos que le hundieron en las
•• frustraron también sus planes en el aspecto relacionado con la
manos yen los pies. Y además había veinte capillas, y había dos-
intendencia. Todo lo que había rapiñado previamente por los al-

e
cientos o trescientos aposentos, que estaban todos unos junto a
rededores de Dirraquio acabó comiéndolo yel suministro de las
otros y todos hechos de mosaico de oro. [Este otrol palacio era
provisiones esperadas era obstaculizado por los soldados del
tan rico y tan noble que no podría describiros ni contaros la gran
ejército romano que se habían adelantado a ocupar valles, pasos

e
nobleza y la gran riqueza de este palacio. En este palacio de Blan-
e incluso el mar. Sobrevino entonces un hambre general que ha-
quemes se encontró un grandísimo tesoro, y muy rico, porque en
cía perecer por igual a hombres y caballos, ya que no había ni fo-
él encontraron las ricas coronas que habían pertenecido a los em-
rraje para los caballos ni alimentos para los hombres. Se le aña-
peradores precedentes, y los ricos joyeles de oro, y las ricas ropas
dió también al ejército bárbaro la desgracia de una enfermedad
imperiales, y las ricas piedras preciosas, y tantas otras riquezas
•• de vientre, parece ser que por causa de una escasa alimentación,
que no se podría enumerar el gran tesoro de oro y plata que en-
•• es decir por comer sólo mijo; mas en realidad era la cólera de
contraron en el palacio y en muchos otros lugares de la ciudad.
Dios, que se abatía sobre tan numeroso y aguerrido ejército y que
provocaba las muertes de uno tras otro.

e ANACOMNENO, La Alexiada, libro XIII, n, 2-4, trad. de Emilio Díaz Ro-


lando, Sevilla,Editorial Universidad de Sevilla, 1989, págs. 505-506
ROBERTDE CLAIU, Conquete de Constantillople, P. Charlot, París,De Boeeard.
"Poemes et récits de la vieille Franee», XVI. 1939, págs. 177-178 y 181

e 2. Las riquezas de Constantinopla


í<oberto de Clari formaba parte de 1(1 «gente menuda» de la Cuar-
ta Cruzada que se apoderó de Con:;((lIltinopla en 1204. Por eso su
relato tiene un gran valor documental. Este pobre caballero queda

e Cuando se tomó la ciudad, enc'ontraron en los palacios enormes


riquezas. Y el palacio de Bucoleón era rico y estaba hecho como
estupefacto por lo que descubre en la «Ciudad guardada por
Dios». Las repeticiones y la pesadez del estilo añaden cierta densi-
dad a su sorpresa.
vaya decíroslo. Había, en este palacio que ocupaba el marqués,

e quinientos departamentos, que estaban unos junto a otros y todos

.-e
hechos de mosaico de oro, y además había treinta capillas, tanto
grandes como pequeñas; y además había una, que llamaban la
Santa Capilla, que era tan rica y noble que no había ni gozne, ni
cerrojo, ni ninguna pieza, ordinariamente de hierro, que no fuese
toda de plata, y no había columna que no fuese o de jaspe, o de
pórfiro, o de ricas piedras preciosas. El pavimento de la capilla era
de un mármol blan,co tan pulido y tan claro que se hubiera dicho
que era de cristal, y esa capilla era tan rica y tan noble que no po-
dría contaros la gran belleza y la gran nobleza de esa capilla. En "
e esa capilla se encontraron riquísimas reliquias, porque encontra-
ron dos trozos de la Vera Cruz tan gruesos como la pierna de un
hombre y de una largura de media toesa aproximadamente, y

e además encontraron el hierro de la lanza con que atravesaron el


1 11. LA CIVILlZAClON MEDIE",H
195-
I toria. Esa herencia de primera magnitud aparece como vela- _
11. La civilización medieval da, como filtrada, durante los avatares de las invasiones y de.
la cristianización. En efecto, en un primer acercamiento
puede parecer que la herencia antigua zozobró en la tor- _
menta, sobre todo en el oeste. Júzguese. En el plano artísti- •
La civilización de la Europa medieval, anclada en el pasado gre- ca, griegos y romanos habían sobresalido principalmente en
colatino, judeocristiano y "bárbaro» se funda sobre todo eII el el gran arte de construir en materiales nobles y en la escultu- _
cristianismo. Esa unidad es fundamental, pero no por ello deja
ra monumental, dos sectores abandonados por la alta Edad •••
de autorizar una universalidad que distingue, en el oeste, el
Media occidental, que trabaja sobre todo la tierra y la made-
mundo de las catedrales y de la Universidad, y en el este, un
arraigo en la tradición griega y la ortodoxia.
crates, Platón y Aristóteles, tomando al hombre por medida
de todas las cosas, había exaltado las posibilidades de la ra-
e
ra. En el campo del pensamiento, la filosofía griega, la de Só-

zón y definido los métodos del conocimiento; pero, para los


adeptos al cristianismo, religión revelada, todo conocimien- &
Ya miremos hacia Bizancio o hacia Roma, la civilización to procede de Dios y la fe es más importante que la razón . .,
medieval es ante todo una civilización cristiana. Fue en el Griegos y romanos también habían sentado las reglas del
seno del cristianismo donde se operó la fusión de tradicio- arte de hablar y escribir en una lengua pura y precisa que los .&
nes intelectuales y artísticas de orígenes muy diversos. Y los hombres de la Edad Media ya no poseen. Monumentos des- ,.,
hombres de la Edad Media eran agudamente conscientes de truidos, bibliotecas saqueadas, manuscritos perdidos o dis-
lo que debían a sus predecesores, yen primer lugar a la tra- persos ... Los testimonios conservados no representan más _
dición cristiana: «Somos enanos encaramados sobre hom- que una ínfima parte de la cultura antigua. .,
bros de gigantes», decía Bernardo de Chartres en el siglo XII. Pero el testimonio sigue existiendo; en primer lugar, gra-
Pero los enanos crearon una civilización original. cias al mantenimiento de dos lenguas, griega y latina, que,
incluso envilecidas, siguen siendo empleadas en una gran
parte de Europa y ven ampliarse incluso, a través de la litur-
e
Los fundamentos de la civilización medieval gia, su campo de acción; gracias también a la salvación de
manuscritos, en pequeño número en Occidente, pero en _
Entre todas las influencias que convergieron hacia el extre- mayor cantidad en Oriente, de donde vuelven hacia el oeste
mo occidental del continente eurasiático sólo nos fijaremos por mediación de los árabes, de los cruzados o, más tarde,
en tres de ellas.
, de los bizantinos que huyen del avance turco; y gracias _
igualmente a un considerable trabajo de compilación y de ••
adaptación realizado a finales de la Antigüedad y principios
La tradición antigua de la Edad Media. Los consejos de gramática recogidos por _
el *rétor Donato en el siglo IV serán utilizados durante toda .,
Grecia y Roma representan la primera fuente de la civiliza-
ción de Europa, el legado de la fase mediterránea de su his-
la Edad Media; Marciano CapeIla define en el siglo V los
principios de la enseñanza antigua bajo la forma de las siete e
194
e 196 BREVE HISTURIA UE Et.:RUPA
~
I 11. LA UVJUZ:\C1(íN MEDIEVAL
197

e, artes liberales, que el filósofo Boecio organiza más tarde en


dos ciclos, el *trivium yel *quadrivium, bases de toda la en-
! extrema familiaridad con los protagonistas de esa historia:
los grandes personajes del Antiguo Testamento -Adán y
señanza medieval en la Cristiandad latina. El mismo Boecio Eva, Abraham, Moisés, David, los profetas- y los del Nuevo
•. reúne y traduce, a principios del siglo VI, todo lo que la Edad Testamento -Cristo, la Virgen, los apóstoles, los evangelis-
,., Media occidental conocerá de la fIlosofía griega; y las Etimo- tas-, así como con los mártires y santos que continúan esa
logías de Isidoro de Sevilla, en el siglo VII, se presentan como historia. También adquirieron mecanismos de pensamiento
•. una enciclopedia del saber antiguo para uso de los cristia- específicos, sometidos tanto a los textos sagrados como a los
,., nos. De igual forma, los cristianos adoptaron con toda natu- escritos de los Padres y orientados hacia la búsqueda minu-
ralidad para sus primeras iglesias los planos tradicionales de ciosa de su sentido (todo pasaje de la Escritura presenta
•. edificios civiles y religiosos de la Antigüedad, edificados con cuatro sentidos ...), atentos al valor de las palabras y de los
,., plano basilical o con plano centrado, y decorados con estu- conceptos que encierran.
cos, frescos y mosaicos. Y no hay que olvidar que, aunque
renunciaran a imitarlos, los habitantes de las ciudades de la
.-alta-Edad-IVk~dia,-al-me-l-ms-(}fl-€1-int€Fi€}F-del-an+igu0-limes,-- .1 L-m-tmdirÍVTrrs«ln:trb-a-ra~s~»-----'
vivieron entre las ruinas de los monumentos antiguos.

e La tradición judeocristiana
Son mucho más difíciles de evaluar, en la medida en que los,
elementos de base, vehiculados por LI na cultura oral y por
pueblos que se desplazan, escapan en su mayor parte a
nuestro conocimiento. En la actualidad hay grandes discu-

e De los numerosos cultos de origen oriental que se difundie-


ron en el seno del Imperio romano, al final de la Antigüedad
se impuso la religión cristiana. Toma el relevo de una tradi-
siones en curso sobre la aportación de los bárbaros a la civi-
lización material de Europa -técnicas de cultivo, metalurgia,
prácticas ecuestres, armas y métodos de comgate-, así como

e ción judía ampliamente difundida por el Imperio, cuyas co-


munidades actuaron como centros difusores. Judíos y cris-
sobre la persistencia y la influencia de los cú'ltos paganos.
Además, el debilitamiento de la influencia antigua permite

-e
tianos aportan el principio de un Dios único y revelado y el el resurgimiento, a partir de los siglos V y VI, de las culturas
de un conocimiento contenido en su integridad en un libro. indígenas, en particular la cultura céltica, cercanas a las de
La Torá de los judíos y la Biblia de los cristianos son textos los recién llegados. Es sobre todo en el ámbito de las artes
intangibles que los comentaristas no pueden sino explicar y llamadas menores donde éstas ejercen una profunda in-
profundizar. De ahí el inmenso esfuerzo de exégesis e inter- fluencia: el arte con decoración animal, vegetal o puramente
pretación realizado por los Padres de la Iglesia en los siglos abstracta -almocárabes- pone de relieve la riqueza y el es-
IV y V para sentár los fundamentos del pensamiento cristia-
plendor de los materiales -oro, piedras preciosas o colorea-
no. Esa literatura patrística constituye, junto con la Escritu- das- y la finura de técnicas de tratamiento del metal que se

'e ra Sagrada -la Biblia-, la base de toda la reflexión cristiana


en la Edad Media, en Oriente y en Occidente. Meditando sin
cesar los mismos textos y la misma historia, la de la Salva-
desvanecen, por ejemplo, en la orfebrería tabicada. Ese arte,
que sigue siendo pagano, evoluciona en Escandinavia en
tiempo de los vikingos hacia la producción de poderosas es-

e ción, los hombres de la Edad Media europea vivieron en una culturas de madera que evocan un mundo animal a la vez
198 HHl:XI: 1-IlS'!"OKIA DE ECROPA
:J'
{;! 11. LA CIVII.IZACI()N MFDln'AI.
199 -

fantástico y estilizado. Una vez cristianizado, se orienta, pri-


nI
~. en ella las siete colinas, la organización de la ciudad intenta

"e
mero en Irlanda y luego en Inglaterra, hacia la decoración reproducir la antigua ciudad del Lacio. Constantino la divi-
de objetos litúrgicos y la iluminación de manuscritos, que t de en catorce regiones; los centros de poder están destina-
será un arte típicamente medieval. Del choque de las cultu- dos a jugar el mismo papel: el Senado sigue reuniendo a las
ras y del impacto de las invasiones nacen, por último, en las ~! familias senatoriales, cuyo orden se amplía de forma consi-
diferentes tradiciones populares, los héroes y los temas de derable para convertirse en un componente del ceremonial

-e
(.1
los futuros grandes ciclos épicos de la Edad Media, los del áulico. No obstante, sigue siendo en el seno de ese orden
ciclo *artúrico, los de los Nibelungos o los de las "sagas es- donde el emperador recluta a sus principales altos funciona-
candinavas. ~.
rios. El hipódromo conserva su función de espacio de reu-
Pero la influencia respectiva de estas diferentes tradicio- ~ nión del pueblo; sigue siendo el lugar donde se aclama al
nes y las creaciones a las que llevó su fusión no son las mis- emperador, el lugar donde éste ofrece los juegos y procede a
mas en Oriente yen Occidente. .~
la distribución de panes. Santa Sofía, la «Gran Iglesia», sede
,'~,
del patriarcado, debe hacer de Constantinopla una capital

Las permanencias de la civilización biz~mtina


~I
.t,d
~I
ir
religiosa; por eso se celebra dentro de sus muros con toda
naturalidad el segundo (oncilio ecuménico del año 381. e
-e
! Constantinopla quiso que el esplendor de la nueva Roma
La civiliza(ión bizantina ha sido presentada a menudo como igualase por lo menos al de la primera.
una «civilización de herederos» cuyas permanencias pare- Su sucesor, ]ustiniano (527-565), intentará restaurar la
cen constituir su base. Sabemos, en efecLO,que el término autoridad romana sobre Occidente y reconstruir el lmpe-
«bizantino» es tardío y que, hasta su desaparición, los ciuda- rium romanum en sus fronteras para restablecer la pax ro-
danos del Imperio de Oriente se designaron a sí mismos mana bajo una lex romana única nuevamente codificada
como romanos. Pero no fue hasta la crisis del siglo XIII y el (529). De este modo, la gran idea romana hallaba en el
saqueo de Constantinopla por los cruzados cuando la idea siglo VI una nueva expresión política. ]ustiníano puede re-
romana fue suplantada poco a poco por la ortodoxia.
Alimentados en estas dos fuentes, los romanos de Orien-
presentar por tanto su efigie en las monedas, de frente, en
busto, tocado y con coraza, llevando el globo "crucífero en e
--
te van a desarrollar una civilización cuyo arte y cuya cultura la mano, y en el revés un ángel de pie sosteniendo la cruz
van a modelar un espíritu nuevo que encontrará, en los si- en la mano izquierda y con el globo crucífero en la derecha.
glos XIV Y XV, una forma de expresión tanto teológica como De este modo, al emperador «protegido» por Dios le per-
artística: el "hesicasmo. tenecía el mundo civilizado. ]ustiniano podía escribir la últi-
ma página de la historia romana. Sus sucesores van a sufrir
rápidamente grandes dificultades y tendrán que renunciar a

-e
La herencia romana asumir las pretensiones romanas y universalistas del ilustre
emperador. Al ver incluso amenazada su existencia, cuando los
Cuando Constantino decide fundar Constantinopla, preten- componentes de la Cuarta Cruzada vayan a apoderarse de
de crear una réplica de Roma a orillas del Bósforo; incluso Constantinopla, en 1204, los romanos de Oriente tratarán
aunque haya que forzar un poco su relieve para encontrar de afirmar su patriotismo griego mediante la pasión ortodoxa.

¡
-200

e
••
El nacionalismo ortodoxo

Una vez que Constantinopla


RREVE HISTORIA

cae en manos de los latinos


DE EUROPA

(1204), Y que la ortodoxia es abofeteada y humillada bajo las


"
'1I
¡ 11. LA C1VILlZAC!()N .\tFDln':\1

para hacer frente a la última amenaza de los turcos en torno


a una Iglesia protectora de la cultura helenística, pero capaz
además de dar al hombre la posibilidad de alcanzar a Dios .
201

• mismas cúpulas de Santa Sofía, los bizantinos cristalizaron I


su sentimiento de odio y su necesidad de recuperar su digni-
•• dad en torno a Constantinopla. Por eso la reconquista de la
'1 La trascendencia hesicasta
}

• ciudad, presentada como la nueva Jerusalén, verdadera anti


I Frente al ineluctable avance de los turcos en los siglos XIV
Roma, va a alimentar la ideología y la política del imperio de
( Y xv, los bizantinos van a intentar afirmar su identidad me-
•• Nicea. En adelante, la vinculación incondicional a la ortodo-
( diante un retorno a las fuentes, tanto helenísticas como pa-
• xia se confunde con la causa común: la restauración del Im-
perio sobre sus dos fundamentos, el helenismo y la fe orto-
,J trísticas, en las que van a buscar su verdadero «patriotismo» .
( Es el desapego del m.undo lo que había impulsado a los
doxa. Toda tel)tativa de unión con el Occidente latino y
eromano.,-inclU$o-bajo-la.-am~lh1.z-a-tu-FGa-,-s~fá-v-is-ta-€(}rnt>-u-na---
I «Padres del desierto» a huir de la civilización romana; de
, igual modo, en este Siglo XIV, muchos cristianos ortodoxos
verdadera traición cultural y religiosa. Este rechazo absoluto
de todo lo que es latino lleva a los bizantinos a poner su es-
I van a buscar las fuentes mismas de su espiritualidad com-
•• peranza en una vinculación feroz al helenismo y a su fe.
• La floración cultural que caracteriza a Bizancio en los si-
I prometiéndose con el movimiento hesicasta, cuyo portavoz
comprometido fue Gregorio Pala mas. Esa teología se pra-
glos Xli y XIII ya deja translucir esa evolución: las personas
I pone liberar «1:1energía del Espíritu Santo», que debe con-
' vertirse en el medio de existencia del cristiano. Así, la Iglesia
_ cultas se expresan en una lengua ática de gran pureza y re-
va liberándose poco a poco del Imperio, cuya caída no pue-
"" cuperan los grandes textos de la Antigüedad. Este clasicismo
de ser señal de una fe errónea, sino ocasión de un diálogo
arcaizante plantea la difícil cuestión de la «doble lengua» o
providencial con el islam. ':;o
•• diglosia; en adelante, cada campo literario tiene dos niveles
El movimiento hesicasta tuvo por marcoell[inonte Athos
'. de expresión: el de los medios cultivados, donde domina el
y la zona búlgara de Paroria. Desde ahí, se difundió por toda
aticismo más puro, y el de los medios populares, en lengua
la Cristiandad ortodoxa, sobre todo en Rusia, donde San
vernácula. Ese renacimiento ático alcanza rápidamente sus
Sergio de Radonega promovió una espiritualidad en la que
_límites en el campo de la filosofía, que se confunde en ade-
la Trinidad se convertía en la imagen perfecta de la unidad
lante con la teología. Si Miguel Pselo todavía consigue con-

e ciliar filosofía y fe, su alumno Juan Halos es condenado por


la Iglesia por haber querido precisar su pensamiento. En ese
final del siglo XI, la' Iglesia ha conseguido, si no controlar la
que San Sergio se esforzaba por poner en práctica tanto en
su comunidad como en el Estado.
Así, el monte Athos fue el lugar privilegiado donde todas
las tendencias centrífugas y nacionales de los Estados esla-
cultura, al menos orientarla; de ello resulta, a partir del
vos llegaron a expresarse en el seno de la tradición bizanti-
•• siglo XIIl, una impresión de perfecta simbiosis entre las cul-
na. A partir de ese momento, ésta queda consagrada 'como
• turas profana y cristiana en la que participan casi todos los

e sabios, a imagen de Nicéforo Gregoras, a un tiempo histo-


riador y teólogo. Por tanto, los bizantinos van a reunirse
modelo de perfección de la fe ortodoxa de la que se alimen-
ta la Slavia orthodoxia, que sucede, a partir de 1453, a la
Oikoumene bizantina.
202 BREVE HISTORIA Uf. EUROPA 1 1 J. 1:\ C1VII.lZACI()N ~1F.DIF.VAI.
203-

Las aportaciones de la civilización occidental supieron convertir en un monumento cada vez mayor, cada.-
vez más alto, cada vez más iluminado. Pero a la construc-'"
Como hemos visto, un gran desarrollo arrastra al Occidente ción y al embellecimiento de la catedral, románica o gótica,
medieval a partir del año 1000. En el plano cultural, tras una
primera síntesis ya intentada durante el renacimiento caro-
concurren todas las demás artes, que encuentran en ella su
mejor terreno de expresión para gloria de Dios y enseñanza e
I
lingio, ese desarrollo se traduce en experiencias múltiples, del pueblo cristiano. Esculturas en los capiteles, en los tím-
muchas de las cuales constituyen aportaciones duraderas a
la civilización europea.
panos, en las fachadas y en todo UIl universo que se anima
e
desde la base del edificio hasta la cúpula de las torres y las
agujas; pinturas desarrolladas en amplias paredes de las

La catedral
iglesias románicas y vidrieras que iluminan los amplios va-
e
nos y los rosetones de las iglesias góticas reviven para el fiel
la hi,;toria del Antiguo y del Nuevo Testamento, de los san-
Como monumento, la catedral representa hoy, para los tos, sus reliquias, sus milagros y toda una tradición vegetal,
europeos, junto con el castillo fortaleza, el símbolo todavía animal y decorativa extraída de múltiples fuentes del arte.
presente de la Edad Media. Pero en este sentido debe ser occidental. Pero eso no es todo. A la sombra de las iglesias, •
considerada no como un simple edificio,'sino como un arte episcopales y monásticas, para la oración y la enseñanza, se
-y como un pensal11iento- que engloba y resume todos los desarrolla el otro gran arte de la Edad Media, el de la ilumi- A
demás. La construcción de grandes iglesias de piedra a par- 1l3ción de manuscritos. Porque el mundo de las catedrales"
tir del año 1000 significa para Occidente la vuelta como arte

-e,
también dio nacimiento al mundo de las escuelas.
de la arquitectura destinado al culto cristiano. En este rena-
cimiento hay que distinguir dos grandes fases. En una pri-
mera etapa, la del arte románico, florecen numerosas expe- La Universidad
riencias regionales, desde Cataluña y el norte de España a la
Germania imperial, que permiten a Occidente cubrirse con Tras la desaparición de las escuelas antiguas, fueron ante
«un blanco manto de iglesias», según la expresión del mon- todo los monasterios los que aseguraron la transmisión de
je Raoul Glaber: desde las pequeñas iglesias rurales a las
grandes iglesias monásticas, desde las catedrales a las basíli-
cas de peregrinación. En una segunda etapa se forma en el
fa
las artes liberales, adaptadas a las necesidades de la cultura
cristiana; el monje inglés Beda el Venerable es, hacia el año
700, el mejor representante de esa tradición monástica. Car-
norte de Francia un arte que los hombres del Renacimiento lomagno, que había comprendido la importancia de la es-
llamaron despecti~amente arte «gótico», es decir, «bárba- critura para cualquier renacimiento de la Iglesia o del Esta- &
ro»: arte francés por excelencia, nacido en el siglo XII en las do, trató de crear escuelas en las iglesias episcopales e"
ciudades del dominio real capeto, en Saint-Denis y en Pa- incluso parroquiales y hasta en su propio palacio. En el si-
rís, será adoptado a partir del siglo XIII por todo Occidente. glo X, junto a los grandes centros monásticos como Saint- Al
La catedral gótica es, ante todo, una suma arquitectónica Gall o Reichenau, brillan las escuelas episcopales de Colo- .,
cuyos constructores, mediante múltiples hallazgos técnicos
-como la bóveda sobre crucero de ojivas y el arbotante-,
nia, Utrecht, Reims, mientras que Italia mantiene la
tradición del derecho y del notariado. El papel esencial de e
e 204 BREVE HISTORIA DE EUROPA 11. LA C1VILlZACIÚN MEDIEVAl. 205

es escuelas episcopales fue reconocido por la reforma gre- surge con claridad la idea de que el latín no es ya la única
goriana. En 1079, Gregorio VII anima a cada obispo a man- lengua de cultura.
tener una escuela donde se enseñen las «artes literarias». En
• siglo XII, su funcionamiento está estrechamente controla-
~o por el canciller del obispo. Pero ya en algunas villas la Las lenguas nacionales
afluencia de maestros y de estudiantes y la amplitud de sus
Amas de reflexión -es la época de la querella de los *univer- No trataremos de enunciar aquí, a través de toda Europa, los
.les- impulsaban al mundo de las escuelas a franquear la primeros monumentos de las diferentes lenguas nacionales
, tutela episcopal. El siglo XIII conoce el triunfo de una nueva que se elaboraron durante la Edad Media. La cronología de
ástitución, la Universidad, donde florece el método de en- la formación de las hablas locales está aún muy confusa. Pue-
~ñanza perfeccionado en las escuelas a partir de la literatu- de decirse que, hasta las cercanías del siglo XII, mientras el la-
ra y del comentario de textos que crean autoridad: la esco- tín sigue siendo prácticamente la única lengua escrihl."~evolu-
_stica. ' cionan numerosos dialectos que pueden reagruparse en
Protegida por el Papado y por los poderes laiCOS,la Ulll- ----g-r-a-nmamIIIas hng\.pstIcas: lenguas eslavas, escanalnavas,
versidad es al mismo tiempo una federación de escuelas y germánicas, anglosaj,~,r, lenguas de oil y de oc, dialectos italia-
una corporación de maestros y estudiantes regida por esta- nos e ibéricos, van 'sirviendo de soporte a una literatura oral
~tos o p: ivilegios que le son propios. La enseñanza de las que se fijará por escrito en el transcurso de los siglos XlI y XIII,
artes libflales lleva a disciplinas superiores: derecho, medi- según las regiones, en forma de poesía épica (*cantares de
cina y, sobre todo, teología. Poco numerosas en el siglo XllI, gesta, sagas, nibelungos, cantar del Cid), de poesía cortés
As primeras universidades -París, Bolonia, Oxford, ..- se ca- (trovadores, troveros, rninnesi'nger) o del teatro. El siglo XIII
"'acterizan por el reclutamiento internacional de estudiantes puede considerarse, en conjunto, como el siglo decisivo du-
y profesores, favorecido por el empleo de una lengua co- rante el cual la lengua vulgar conquistó la mayoría de los gé-
8lún, el latín, En París, enseñan teología tanto el alemán AI- neros literarios y de las actas de la práctica cotriertt~; Tam-
_erto el Grande como el italiano Tomás de Aquino. En los bién es en el siglo XIII cuando se tiende a imponer, en ciertas
siglos XIV y XV, la institución se difunde por toda la Cristian- familias lingüísticas, un dialecto dominante: fráncico, caste-
a1ad latina, desde Coimbra a Praga, Cracovia o Uppsala. Esa llano, toscano, alto alemán ... En estas condiciones, es en los
.ifusión -que va acompañada por la del escrito y de la cul- últimos siglos de la Edad Media solamente y en los países
tura y, en definitiva, por la del Estado moderno cuyos cua- donde ha progresado la unidad lingüística, donde aparecen
.t,ros forman las universidades- es uno de los grandes logros los primeros autores cuya obra se identifica con el genio pro-
•. e la historia intelecwal de Occidente. Pero la medalla tam- pio de las diferentes naciones que van a constituir la Europa
bién tiene su envés. Los primeros descubrimientos del moderna, como Dante, Chaucer o Villon.
Renacimiento, en todos los campos, van a cuestionar los
_rincipios que habían asegurado la irradiación de las uni-
versidades en el siglo XIII. Llevan a denunciar el carácter pu- A diferencia del latín, las lenguas nacionales son elementos
ramente libresco de la enseñanza escolástica y la imposibili- de la división del Occidente cristiano. La catedral y la Uni-
_ad de poner la razón al servicio de la fe. Al mismo tiempo, versidad habían contribuido, por el contrario, a la unifica-
206 BREVE HISTORIA DE EUROPA 11. I.A CIVll.IZACIl')N ~IE!)IF.VAL 207 e
Que nadie sea admitido a la licenciatura en la citada Facultad,
ción de la civilización medieval. Siguen siendo para noso-
tros los testigos y los símbolos de un primer desarrollo de
Europa que alcanzó su apogeo en el siglo XIll. Pero, aproxi-
ni a los exámenes de Notre-Dame, ni a los exámenes de Sainte-
Genevieve, si no ha seguido, en París, los libros ya indicados, o,
e'
madamente en 1300, ese desarrollo parece comprometido en otro centro general de estudios, la física. el libro de la genera-
por casi dos siglos de tumultos y de dificultades de todo
tipo: ¿declive o crisis de crecimiento?
I
.~

J
ción y de la corrupción, el libro del cielo y del mundo, la pequeña
historia natural, es decir, los libros sobre los sentidos y la sensa-
ción, sobre el sueño y la vigilia, sobre la memoria y la reminis-
e
DOCUMENTOS
i
cencia, sobre la longitud y la brevedad de la vida; la mecánica, o,
si no sigue actualmente ese mismo libro, después de haber estu-
diado algunas obras de matemáticas;
e
1. Reforma de los estatutos de la Universidad de París (1366) I Que nadie sea admitido a la maestría en artes, sin haber segui-
do los libros citados anteriormente, y, además, la moral, especial-
mente la ética en su mayor parte, y los meteoros, al menos los
e
Por lo que atañe a la Facultad de artes, que es el fundamento de \
las demás, decidimos que los aspirantes al bachillerato y a la li-
cenciatura serán obligados a llevar capas o una muceta cuando
vayan a las escuelas, para las lecciones a oír, para los sermones,
I:
i
tres primeros libros sin ninguna dispensa posible;
Que nadie sea admitido a la licenciatura en un examen de la
Facultad, si 110 ha frecuentado las disputas de los maestros de
esa Facultad durante un año o' la mayor parte de un año, en el
e
sobre todo en la fiesta de Todos los Santos hasta el final del gran
ordinario, desde la fiesta de Saint-Rémi hasta el primer domingo
de cuaresma, a fin de que la Facultad sea honrada en ellos y sea
tiempo del gran ordinario, y si no ha respondido por lo menos en
dos disputas en presencia de varios maestros; \' que esté obligado
a informar de ello, mediante un certificado de los maestros dis-
e
reconocido su grado;
Que los escolares que asistan a las lecciones de la citada Facul-
tad se sienten en el suelo delante de sus maestros, no en bancos ni
en sillas elevados del suelo, siguiendo la costumbre siempre ob-
putantes, al canciller a quien competa la licenciatura que quiere
obtener;
Que, en las pruebas del examen de Sainte-Gegevieve, estén
e
i presentes cuatro maestros de cuatro naciones junto con el canci-
servada en las épocas más florecientes de la Facultad, a fin de
preservar a la juventud de toda ocasión de orgullo;
En virtud de nuestra misma autoridad especial, decidimos que tl
ller o el subcanciller, después de haber prestado juramento ante
la Facultad, de que examinarán lealmente, admitiendo a los dig-
e
nos y rechazando a los indignos, de la misma forma que hay cua-

e
los escolares, antes de ser admitidos a establecerse en la Facultad
de artes, serán convenientemente instruidos en la gramática, y \ tro maestros elegidos y juramentados para los exámenes por el
habrán seguido el Doctrinal y los Principios del griego, con tal '¡ canciller de Notre-Dame;
\

que estos libros sean leídos en las escuelas o en los lugares donde ( Decidimos que el canciller de Sainte-Genevieve será y deberá
hayan estudiado la gramática;
Que hayan seguido todo el antiguo plan de instrucción, la obra
de los Tópicos, cuatro libros, y los Elenchi, los primeros o los últi-
(
{

i
\
,
ser un canónigo maestro en artes de esta iglesia, si lo hay, y que
prestará juramento ante la Facultad, que entregará la licencia-
tura siguiendo el mérito de las personas y el testimonio de los
e
mos completamente, y el libro del Alma, en todo o en parte;
Que nadie sea admitido a establecerse en la Facultad de artes si
no ha estudiado en París por lo menos dos años, quedando
f
I
\
maestros examinadores. Si, por el contrario, no hay canónigo
en esa iglesia que sea maestro en artes, el canciller que debe
pertenecer a ese monasterio tendrá que elegir a un maestro en
e
prohibida cualquier dispensa; ,
I
teología, que prestará juramento entre sus manos, en presencia

e
e 208 BREVE HISlUH.IA DE EUROPA 11. I.A UVILlZACIÜN MEDln.Al
209

e de la Facultad, de entregar
más arriba.
la licencia según el modo indicado es el herrero. Esta mi habla vulgar fue concausa con mis padres,
que en ella hablaban, así como el fuego es el que prepara el hierro
al herrero que hace el cuchillo, por lo cual es evidente que ha con-

e CH. FOUI\RIEI\, L 'enseignement franfais de /'Antiquité


Instítut pédagogique national, 1964, págs. 171-172
lÍ la Révolution, París, currido a mi generación, siendo así razón de mi existencia. Ade-
más, esta mi habla vulgar fue mi introductor en el camino de la
ciencia, que es perfección última, porque con él entré en el latín y

e
con él me fue enseñado, el cual latín me sirvió después de medio
Los primeros estatutos conservados de la Universidad de París da-
para seguir más adelante. Y así está claro, y por mí reconocido,
tan de 1215, pero luego fueron revisados periódicamente. El pasaje
que la lengua vulgar ha sido para mí un grandísimo bienhechor.
extraído, consagrado en 1366 al funcionamiento de la Facultad de
También ha sido compañero mío en el deseo, y esto lo puedo

e artes, "que es el fundamento de las otras», pone de relieve al mis-


mo tiempo el cursus universitario -bachillerato, licencia, maes-
tría-; el control eclesiástico sobre los exámenes; el carácter comple-
demostrar de la siguiente manera: toda cosa desea naturalmente
su conservación; de aquí que, si el vulgar pudiese por sí mismo
tener alguna inclinación, desearía su conservación;"y desear su
tamente libresco de la enseñanza, dispensada a partir de autores
conservación equivaldría a conseguir mayor estabilidad, y maYQI
ffiya-lista-quefit¡-jijtUia-pfTr~I:tfoY;-y-ltt-tfivisitÍl¡-de-los-estu- i estabIlIdad no podría tener sino ligándose con número y rimas. y
diantes en <<naciones»,que subraya el carácter internacional de su 1 éste ha sido mi deseo, el cual es tan manifiesto que no necesita
reclutamiento. ! testimonio. Por lo cual un mismo deseo han sido el suyo y el mío,

e ¡ y por eso esta concordia ha confirmado y aumentado la amistad.


También hemos tenido la benevolencia del trato, pues desde el
principio de mi vida he mantenido con él una benévola familiari-
2. El amor de Dante por su lengua materna

e Digo primeramente que yo he recibido de ella [su lengua mater-


1
dad y lo he usado al deliberar, al interpretar y al razonar. Por lo
cual, si la amistad crece con el trato, cosa evidente, resulta mani-
fiesto que en mí la amistad se ha acrecido extraordinariamente,
na] beneficios muy grandes. Porque es de saber que entre todos
l
e los beneficios es mayor aquel que es más precioso para quien lo
recibe, y no hay cosa alguna tan preciosa como aquella por la I
ya que con el habla vulgar he gastado todo mi tiempo~:,Y así se ve
que a esta amistad han concurrido todas las causas engendrado-

-e
ras y aumentadoras de amistad, de todo lo cual se infiere que no
cual se quieren todas las demás, y todas las demás se quieren por
perfección de quien las quiere. Por lo cual, dado que el hombre
I solamente amor, sino amor perfectísimo, es el que yo debo tener
y tengo por él.
tiene dos perfecciones, una primera y otra segunda -la primera, \
que le hace ser; la segunda, que le hace ser bueno-, si el habla
DANTE, Convite, 1, 13, trad. de José Luis Gutiérrez García, Obras completas
propia me ha sido causa de la una y de la otra, he recibido de ella
de Dante Alighieri, BAC, Madrid, 1973 (3." edición), págs. 586-587
un beneficio muy"grande. Y que el habla propia haya sido para
mí [causa de ser e incluso causa de ser bueno], si por mí mismo
yo no lo fuese, puedo demostrarlo brevemente.
Aunque el latín sigue siendo la lengua de la Iglesia y de la Univer-
e No es [imposible, como dice el Filósofo en el libro segundo de
la Física] que una cosa tenga varias causas eficientes, aunque una
sea mayor que las otras; de aquí que el fuego y el martillo sean
sidad, las poblaciones de finales de la Edad Media se exp'resan en
lengua vulgar. Dante dio su carta de nobleza al italiano.

e causas eficientes del cuchillo, aunque la causa eficiente principal


7
e
12. Los tiempos difíciles
(
:r
12. LOS TIEMPOS DIFlCIIE,
21I

durante siglos Europa se había salvado, llega por las rutas de


la seda y de las invasiones. Asediados en Caffa, en Crimea, e
; los genoveses habrían sido víctimas de una verdadera guerra

l. bacteriológica, dado que sus adversarios tártaros habrían


lanzado cadáveres apestados por encima de las murallas de la
e
tiLti
Fin de un mundo antiguo y principio de l/Il mundo nuevo. La fi- ciudad. Los navíos italianos traen luego el mal hacia el oeste:
sOllomía de Europa se transforma en los siglos XIV y xv. Pestes, a Constantinopla, desde donde se difunde a las islas del mar
guerras, recesiones y conquistas otomanas arruinan el antiguo
equilibrio, destruyen el Imperio bizantino y sacuden los poderes
tradicionales del papa y del emperador. Pero aparecen otros po-
Egeo; a Grecia, desde donde se distribuye por los Balcanes; a
Sicilia, Venecia, Génova y Marsella, desde donde la epidemia
invade ya, a finales de 1347, al conjunto del continente, que
e
deres: en el seno de las ciudades que polarizan las redes econó-
mica,; y bajo la autoridad del Príncipe que encuadra el Estado
modemo, despunta el alba de un «Renacimiento».
ti asolará en un período de cuatro o cinco años. Puede estimar-
se que, en este cataclismo, la cuarta parte de la población eu-
ropea o un tercio desapareció. Mucho se ha escrito sobre el
e
Los dos últimos siglos de la Edad Media representan un pe-
~
choque psicológico, sobre las consecuencias sociales y fami-
liares, sobre la angustia de los poderes públicos y de las auto-
ridades religiosas, sobre la desorganización de las estructuras
e
ríoJo de difícil interpretación para quien considere el con-
junto de Europa. Por un lado, en el oeste, las regiones que
!¡ urbanas y sobre la deserción de los campos. Pero, en el plano
estrictamente demográfico, esa epidemia es también el signo e
más se habían beneficiado del desarrollo de los siglos ante- i de una depresión que se había iniciado, según las regiones, a
riores atraviesan una crisis que implica alteraciones y recla-
sificaciones. Por otro, en Europa central y en el noroeste de
Europa, se afirman nuevas fuerzas políticas y económicas.
Al sureste, por último, la agonía y la desaparición del Impe-
finales del siglo XIII o principios del XIV -¿era el precio que
debía pagar Europa por una expansión que había alcanzado
sus límites técnicos y ecológicos?- y anuncia una larga serie
de recurrencias de peste que todavía van a mántener a la po-
e
rio bizantino y el advenimiento del Imperio otomano dan
sus contornos definitivos a la Europa moderna.
blación en niveles bajísimos durante todo un siglo. De 88 mi-
llones en 1300, la población europea pasa a 65 millones
en 1400, cifra que todavía se reduce a mediados del siglo xv.
e
La peste y la guerra

De los trastornos que sacuden a la Europa de ese tiempo, los


La guerra
e
más visibles son.1a reste y la guerra.
Simultáneamente, el continente es víctima de un proceso de
guerra generalizada que puede ser considerado en tres pla-
e
Peste y despoblación

La peste negra de los años 1347-1352 afecta al conjunto del


nos. Por un lado, asistimos a grandes enfrentamientos por el
controlo el mantenimiento de espacios políticos yeconómi-
cos nacidos de la expansión precedente: guerra franco-in-
e
continente europeo. Procedente de Asia, ese azote, del que glesa -la guerra de los Cien Años- por la dominación del

210 e
e 212 BREVE HISTORIA DE EUROPA 12. LOS Ti F'\l pos DI riu LES
213

a noroeste.de E~ropa; g~erras italo-aragonesas ~~r el control la a.usen.ci~ de oleadas. turcas lo que permite al emperador
•• del Medlterraneo occidental; guerras hanseatIcas con los Alejo eliminar los peligros normandos. La Anatolia turca
reinos escandinavos por el control del Báltico; reacción esla- está dividida en pequeños emiratos rivales cuyos guerreros
a va al expansionismo germánico, simbolizada por la victoria no cesa de utilizar el Imperio en los conflictos a que debe en-
•• de Tannenberg, en 1410, del rey de Polonia Ladislao 111so- frentarse a lo largo de los siglos XII, XIII Y XIV. Pero los turcos
bre los caballeros teutónicos (el siglo xv es el siglo de una aprovechan las guerras intestinas para erigirse en árbitros de
a gran tentativa polaca y lituana de unificación del mundo es- la situación y obtener en 1352 fortalezas en el Quersoneso, en
•• lavo). Por otro lado, en el seno de tales espacios, las quere- Tracia, desde donde saquean el país. Con la llegada al poder
llas de sucesión y las disputas entre fuerzas centralizadoras y del sultán Murat 1, en 1362, los turcos otomanos hacen de la
a fuerzas centrífugas llevan a verdaderas guerras civiles: Ar- conquista del Imperio su objetivo prioritario. Para ello, en
•• magnacs y Bourguignons en Francia, guerra de las Dos Ro- 1365, Murat hace de Adrianópolis, llamada Edirna, la capital
sas en Inglaterra, enfrentamientos entre sí de las ciudades del nuevo Imperio otomano en formación. _
italianas y de los reinos ibéricos ... Por último, todo esto no Tras el fracaso de la organización de una cruzada «contra ~\

.mpide-qae-la-GrisÜfrHclad-rrosiga-la-lucha-contra-ehsl. ~ Turcos» en U70, Murat I va a enfrentarse por separado a las


En 1492, los españoles aniquilan el reino de Granada. Peroi fuerzas cristianas que no han conseguido frenar el empuje
este éxito no puede hacer olvidar el fracaso de las diferentes f turco. En septiembre de 1371, los serbios son aplastados en
a expediciones «intern:lcionales» emprendidas -mal- para !t la Marilsa: Casi tod~s los prínci~es locales de Macedonia y
•• contener el avance turco en Europa, que se saldan, en el te- ,1' de Bulgana se convierten en tnbutarlos de los turcos. El
rritorio de la actual Bulgaria, con las sangrientas derrotas de .; príncipe serbio Lazar, buscando el martirio, intentó un últi-
a Nicópolis (1396) y de Varna (1444). Apenas diez años des-;:. mo asalto en torno al núcleo serbio, consiguiendo organizar
•• pués se producirá la caída de Constantinopla. 1lf una verdadera coalición antiturca. El choque de los dos ejér-
citos tuvo lugar en la llanura de Kosovo en juni~.~de 1389. El

e El avance de los turcos y la caída de Constantinopla


fallecimiento de Murat, asesinado por los serb(Ós, no bastó
para inclinar a su favor el enfren.tamiento, a pesar de los re-

-e
latos que se hicieron en Occidente. Su hijo y sucesor Bayace-
Hay que remontarse a la segunda mitad del siglo XI para ver to mandó ejecutar a toda la nobleza serbia en el campo de
concretarse en Oriente la amenaza turca. Llegadas a las batalla e impuso a los últimos principados autónomos el
puertas del Imperio en el siglo X, estas bandas turcas, forma- pago de tributos.
das por paganos o musulmanes recién convertidos, organi- El último esfuerzo occidental se estrella en el campo de
zan expediciones ~ermanentes y devastadoras sobre el terri- batalla de Nicópolis, en 1396: a partir de ese momento, la
torio imperial. El emperador bizantino Romano Diógenes caída de Constantinopla parecía inminente. Se precisa la
decide intervenir y se pone al frente, en dirección a Asia Me-

e
brusca intervención de los mongoles de Tamerlán y el en-
nor, de un ejército heteróclito, que sufre un desastre en frentamiento de las dos mayores potencias militares de la
Mantzikert (1071).
época, turcos y mongoles, cerca de Ankara para retrasar
No obstante, el verdadero peligro para Bizancio no proce- la caída de Constantinopla. La victoria de Tamerlán, y la

e de de los turcos, sino más bien de los normandos. Es además muerte de Bayaceto, en 1403, ofrecen veinte años de respiro
214 HHt:VE HISTORIA DE EUROPA

Irt.:'....... 12. LOS TIEMPOS IJIf1CII.ES


215 e
a los emperadores bizantinos. Con el acceso al sultanato de
Mehmed II el Conquistador en 1451, el viejo sueño del islam
se hace realidad. La resistencia encarnizada del último em-
perador, Constantino XI Dragases, apoyado por algunos
contingentesvenecianos y genoveses, cede el 29 de mayo de
1453. La Ciudad guardada por Dios y el Imperio romano
8
{$
!.
perial bizantino con la afirmación
tercera Roma».

Las dificultades económicas


ideológica de «Moscú

-el
han dejado de existir. Sobre las dos orillas del Bósforo se
instala el poder de los turcos otomanos. Mehmed 1I manda
Las crisis
_:1
transformar inmediatamente Santa Sofía en mezquita. Se- Las crisis de finales de la Edad Media fueron estudiadas so-
guirá siéndolo hasta 1935.
Sin embargo, la ortodoxia no desaparece y el patriarca de
Constantinopla, nombrado a partir de ese momento por el
sultán turco, no deja de ser el patriarca ecuménico. Es él
quien permite que la ortodoxia helénica no sólo continúe vi-
viendo en el seno del Imperio turco, sino también que con-
serve un papel dirigente en el seno de la comunidad de los
/~:
}

(
bre todo en el oeste, donde se observan subidas periódicas
de precios y salarios unidas a epidemias y carestías, con su
séquito de alteraciones y de mortandades. Ocultan un fenó-
meno espectacular, la baja secular del precio de los cereales
y de la tierra, vinculada a la depresión demográfica que en-
gendra baja del consumo y escasez de la mano de obra.
También aquí se trata de un fenómeno que afecta al conjun-
-.-
Estado~ ortodoxos.
La herencia del Imperio romano ele Oriente no podía
to de los campos europeos. cuyas manifestaciones más es-
pectaculares son esos abandonos de tierra y deserciones de e
-
sino int1uir sobre el nuevo Imperio otomano. En particu- aldeas - Wüstungen, lost villages, despoblados ...- caracte-
lar, muchas estructuras políticas se inspiraron directamen- rísticos del principio de la era moderna. Pero los amos del
te en las antiguas instituciones romanas. Pero la aporta- suelo aportaron a este fenómeno general respuestas muy di-
ción esencial de Mehmed II fue la instauración de una pax ferentes de un extremo a otro del continente, con conse-
ottomanica en regiones que, desde el siglo XIII, no habían cuencias duraderas para la economía y la socied~d europeas.

"
conocido más que guerras civiles y bandidaje. No hay duda Muy esquemáticamente puede decirse que en el este, desde
de que fue un elemento esencial de la integración de las po- Alemania oriental hasta Rusia, compensaron sus pérdidas

--
blaciones cristianas en el nuevo imperio musulmán. No mediante un proceso general de esclavitud del campesina-
obstante, la vinculación al modelo político bizantino no es do: la esclavitud durará en Rusia hasta el siglo XIX ... En el
algo exclusivo de los turcos. Los pueblos que componen la sur, desde Andalucía hasta Sicilia y Calabria, aceleraron el
comunidad de los Estados ortodoxos, a partir del siglo XVI, fenómeno de deserción formando inmensos dominios de
tratarán de afinpar su herencia de la gran civilización desa- tipo latifundio, entregados a la agricultura extensiva y a la
parecida. Entre éstos figuran los rusos, que, en 1480, se li- ganadería trashumante: ahí tenemos las raíces del Mezzo-

-e
beran del yugo mongol. También los clérigos de la Iglesia giorno italiano; de igual modo, en España los rebaños de
rusa desde principios del siglo XVI impulsarán a los gran- ovejas de un todopoderoso sindicato de ganaderos, la Mes-
des príncipes de Moscú a afirmar a un tiempo su legitimi- ta, acaparan vastos territorios de recorrido. Por último, en
dad dinástica romana, estableciendo la filiación augustea el oeste, pusieron en práctica soluciones múltiples, desde la
de la dinastía de los Riurikides, y su adhesión al ideal im- mejora de la gestión señorial hasta la búsqueda sistemática
e 216 HKEVE HISTORIA DE EUROPA 12. LOS TIEMPOS DIF1Cll.ES
217

e de productos más rentables: vid, cultivos de frutas, de


hortalizas e «industriales», piscicultura y, sobre todo, gana-
dería: es el principio, por ejemplo, del sistema de los *«cer-
Los nuevos espacios económicos

Las crisis no son únicamente rurales. También golpean a los

e cado s» en Inglaterra. Pero, en todos los casos, estas dificul-


tades del campo favorecen la atracción de la ciudad.
sectores tradicionales del comercio y del artesanado: al co-
mercio mediterráneo, comprometido por el avance otoma-
no; a las ferias de Champagne, cuyo declive precipita la Gue-

e El campo y la ciudad
rra de los Cien Años; a la pañería flamenca, víctima de su
propia esclerosis y de la evolución de la moda. Pero, a través
de estas crisis, avivadas por una penuria monetaria cada vez

e La crisis del campo cierra definitivamente, sobre todo en


Europa occidental, el paréntesis abierto en la alta Edad Me-
dia: la de un mundo en que los poderes están localizados en
más evidente, se desarrolla una transformaeÍón en profundi-
dad de la economía europea dominada por un primer capi-
talismo mercantil. En un primer acercamiento, las estructu-
el campo y donde la ciudad sólo juega un papel secundario. ras geográficas del gran comercio parecen seguir siendo las
e-En-la-gran-crisis-de-Ios-Siglos-Xlv=xv,las-ciudades--se-preserr= mismas, articuladas en torno a dos grandes ejes, el medite-
tan como polos de resistencia y de organización. Mejor de- rráneo y el nórdico. Pero aparecen cambios.
fendidas, mejor administradas, se benefician a un tiempo de En primer lugar, en lo que concierne a la importancia res-
a la llegada de los campesinos, que esperan encontrar en ellas pectiva de los dos ejes: frente a las dificultades del comercio
,., seguridad y trabajo, y de los favores de los príncipes, que mediterráneo, el comercio nórdico experimenta un desarro-
ven en ellas relevos de poder y preciosos auxiliares en mate- llo favorecido por la complementariedad de los productos
a ri.a militar y fiscal. Así protegidas, van a asegurar ~~ domi- del este y del oeste de Europa. El siglo xv señala el apogeo de
,., 1110 sobre el campo. Es la época en que la producclOn rural
la Hansa, que reagrupa entonces 200 ciudades del norte de
se organiza en función del mercado urbano, en que los capi- Europa y cuyos representantes trabajan desde Edimburgo a
a tales mercantiles controlan un artesanado diseminado en un Kiev y desde Trondheim a Génova y Venecia. E'ntreesos dos
,., vasto radio alrededor de la ciudad, donde los campesinos se ejes se desarrolla, en detrimento de las ferias de Champagne,
endeudan con los prestamistas de la urbe yen que los bur- una serie de ferias -Lyon, Francfort, Leipzig...- y de plazas fi-
gueses empiezan a invertir en la tierra. Es también la época nancieras -Augsburgo, Ravensburgo, Nuremberg ...- que se-
_ en que el modo de vida de la ciudad, con un «urbanismo» y ñalan al mismo tiempo el desplazamiento hacia el este de los
una cultura específicos, empieza a llevar la voz cantante. La principales ejes de tránsito (vinculados también a la apertura

e extensión del fenómeno urbano también se observa al com-


parar el cuadro,de las ciudades en 1300yen 1500. El número
de ciudades de 40.000 habitantes y más pasa de 26 a 34 y a la
de nuevos puertos alpinos) y el desarrollo financiero e indus-
trial de la alta Alemania.
Pero al mismo tiempo asistimos a una especie de 'dilata-
lista'se suman entonces Praga, Lisboa, Londres, Lyon y Mar- ción del espacio comercial europeo: hacia el este eslavo, des-
a sella, Nuremberg, Skopje, Tirgoviste, Smolensk y pronto de luego, cuyos productos se integran cada vez mejor €n los
,., Moscú. De hecho, el mapa de la urbanización refleja el de intercambios, pero también hacia el oeste con el despertar de
los nuevos espacios económicos. las fachadas atlánticas. Los ingleses fundan su propia indus-

e tria de paños y toman conciencia de su vocación marítima,


218

e
HRE\'/: HISTORIA DE EUROPA 11. LOS T1E~I~OS DI flCI LES
219

mientras que portugueses y castellanos se lanzan a los gran- Las dificultades sociales
des descubrimientos africanos y americanos.
En el origen de una gran parte de estas actividades se en-
cuentran los mercaderes, sus capitales y sus técnicas, y ante
todo los mercaderes italianos y alemanes. Son ellos quienes
El final de la expansión y los inicios de la recesión provocan
en el siglo XIV los disturbios más espectaculares, que se pro-
longan en el contexto difícil del siglo xv. El malestar campe-
e
controlan las industrias nacientes: la nueva pai1ería, las sede-
rías italianas, los fustanes alemanes. Pero también la indus-
tria minera en Alemania yen Bohemia. Y, además, las cons-
sino, generalizado, se traduce primero en explosiones vio-
lentas: sublevaciones de campesinos flamencos en 1322, de
los jacques en i1e-de-France en 1358, de los «trabajadores»
e
trucciones navales. El arsenal estatal de Venecia, que pone
sus barcos a disposición de los mercaderes, es a finales de la
Edad Media la mayor empresa europea. Y en los astilleros
ingleses en 1381... Luego aparecen, sobre todo en el siglo xv,
movimientos de resistencia más larga, como el de los cam-
pesinos remensas de Aragón o el de los campesinos escandi-
e
'.¡":
portugueses, las combinaciones de técnicas procedentes del
Mediterráneo y de los mares del norte permiten conseguir
nuevos tipos de navíos, entre ellos la carabela, destinados a la
gran navegación atlántica. En 1487, Bartolomé Días franquea ij'1
navos -en 1438, los campesinos finlandeses proclaman un
«rey de campesinos»-, preámbulos de la gran rebelión de
los campesinos alemanes en el siglo siguiente. También a
e
veces, para escapar de los impuestos y las requisas, los cam-
el cabo de Buena Esperanza. En 1492, Cristóbal Colón llega a
América. Al mismo tiempo ha aparecido una industria nue-
va, la imprenta. Entre 1450 y 1455 Gutenberg utiliza por pri-
~'
~
~
pesinos se lanzan al monte y forman bandas que saquean y
despojan amplias regiones; o también son soldados sin em-
pleo los que forman tropas de «desolladores».
e
mera vez los caracteres móviles. Comparadv con el de las
universidade~, el mapa de los primeros centros de imprenta,
ante todo alemanes e italianos, ilustraría a su vez el desplaza-
Los motines urbanos no son menos violentos. A menudo
los conocemos mejor, y en su enumeración desfilan las prin-
cipales ciudades de Europa: París con las explosiones de
e
miento hacia el este de los centros vitales de Europa. Pero,
sobre todo, con la producción de cerca de 20.000 millones de
*incunables antes de 1500, la imprenta, signo y medio de di-
1358 (Étienne Marce)), 1381 (los Mai/lotins) y 1413 (la Ca-
boche); las ciudades flamencas: Brujas y Gante sobre todo;
Londres en 1381. En Italia, la revuelta de Cohr di Rienzo en
e
fusión de un nuevo nivel cultural, va a revelarse como uno de
los instrumentos más seguros del florecimiento del Estado
moderno y de la supremacía europea.
Roma en 1347, la de los Ciompi en Florencia en 1378; las
ciudades alemanas ... En todas partes, el descontento espon-
táneo de los más desfavorecidos es explotado luego en su
e
Una crisis de sociedad
provecho por una fracción de la burguesía que aspira a aña-
dir el poder político a su poderío económico. Finalmente,
en el siglo xv, en Europa central, la revolución *husita de
e
Bohemia traduce, junto a exigencias sociales y nacionales,
Pero tales alterílciones no dejan de ir acompañadas de sacu-
didas sociales y políticas.
un creciente malestar religioso en la Cristiandad latina.
e
e
-'~~:~:,.~=."..'S ==~~~~~
..""4'~:,, ••- :':-'CJ"-P:W",.!,#'_=."'~::!:4'!!-~:!!-=.~:!:::::::;;="=~=.
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e
e 220 BREVE HISTORIA DE EUROPA
t~ 12. LOS TIEMPOS D1FIClLES 221
l'

e LII crisis de 111 Iglesia y del Papado


~
~.

f
do de las crisis, considera sin embargo que esta reforma es
urgente. Se subrayan a porfía sus defectos, su absentismo, la
~
e La Europa medieval era rural y cristiana. Sacudida por la crisis
agrícola, es zarandeada además por una crisis religiosa que
afecta a las instituciones eclesiásticas y a la expresión misma
de la fe. Nunca la necesidad de la unión de las Iglesias griega y
:~

*
'~

á;
ignorancia del bajo clero, la politización del alto clero. La
actitud de los pensadores y los teólogos, dominados ahora
por la escuela de Oxford, aviva esa crisis de confianza. Unos,
discípulos de Roger Bacon (t 1294), se atienen al testimonio

e latina se presentó con tanta urgencia como en el siglo xv, bajo


la presión de los turcos. En 1439,el Concilio de Florencia, que
t.;t-
l
~
de los sentidos y de la experimentación. Otros, con Wyclif
(t 1384), al que se puede considerar inspirador de Johann
proclama esa unión, hace por un tiempo de la ciudad toscana
t Huss y de Lutero, ven en el estudio directo de la Biblia la

e la capital de la Europa cristiana. Unión sin futuro: pocos años


más tarde, el patriarca de Constantinopla queda bajo la domi-
nación otomana, lo cual plantea en términos nuevos la cues-
,
"J':

K
i-'
única fuente de la fe y ponen en duda el valor de los sacra-
mentos y la utilidad del clero. En su búsqueda de un camino
personal hacia Dios, se unen a la corriente mas popular y

e
--:1-
tión de la supervivencia y de la organización de la Cristiandad ! más ortodoxa de piedad individual y de mistiCismo, difun- "
ortodoxa. Pero la crisis de la Iglesia latina no es menos aguda. dida por Europa a partir del valle del Rin y de los Países Ba-""
Tras los grandes éxitos del siglo XIII, la *teocracia pontificia se jos: la devotio moderna. Porque esa época difícil es ti n tiem- '
j
e enfrenta, hacia 1300, a las veleidades de independencia de los
sobl'ranos de Occidente, el rey de Inglaterra o el rey de Fran-
cia, que inflige a Bonifacio VIII la humillación del *Atentado
po de gran fervor.

de Anagni. Pero los papas deben contar también con los tu- Hacia el Estado moderno
e multos romanos. Replegado en Avifí.ónde 1309 a 1377, el Pa-
pado ve cómo se altera su carácter universal y acaba tranfor- Las dificultades del Papado pueden compararse con I~s del
mándose en una monarquía de tipo francés. Tras su regreso a Imperio. Tras el fracaso de Federico JI yel Gran Interregno

e Roma estalla, en 1378, el Gran Cisma que enfrenta a dos pa-


pas, luego a tres. Entonces se encuentran enfrentados abierta-
(1250-1273: veintitrés años sin emperador), ¥Os emperado-
res del siglo XIV abandonan progresivamente sus pretensio-

-e
mente el problema de la autoridad en la Iglesia -¿quién debe nes italianas y universales. En 1356, Carlos IV fija, mediante
tenerla?, ¿el papa o el pueblo cristiano representado por un la Bula de Oro, las reglas de un sistema imperial puramente
concilio? - y el de la reforma de la Iglesia «en su cabeza y en sus germánico que se basa en la elección de siete príncipes-elec-
miembros», según la expresión consagrada. La primera mitad tores, de los cuales sólo uno, el rey de Bohemia, no es ale-
del siglo xv está marcada, en Constanza y en Basilea, por el mán. Este carácter se acentúa en el siglo XV, cuando la coro-
éxito de los com:ilios y de las doctrinas conciliares. Más ade- na se fija en la familia de los Habsburgo y se apoya en sus
lante, los papas, liberados de esa amenaza, se repliegan sobre estados patrimoniales: un repliegue que favorece la emanci-

e Roma, al tiempo que reconocen mediante diversos contratos


la cuasi independencia de las Iglesias nacionales. Pero la refor-
ma de la Iglesia ha sido aplazada ...
pación de los reinos húngaros, eslavos y escandinavos, de
los principados italianos, y también la tentativa ab.ortada
de los duques Valois de Borgoña -Felipe el Bueno y sobre
El pueblo cristiano, decepcionado por la falta de sacerdo- todo Carlos el Temerario- para volver a dar vida a la anti-

e tes, de monjes e incluso de legos mendicantes en lo más álgi- gua Lotaringia.


222 BREVE HISTORIA OE EUROPA 12. LOS TIEMPuS DIFlClLES 223 e I

Pero el gran beneficiario de todas esas alteraciones es un


personaje nuevo, el príncipe, sea rey, emperador o señor de lla cruel y mortífera epidemia que, por efecto de los cuerpos ce-
lestes, o por grandes pecados, fue enviada por justo designio de
el
Florencia, noble y famosa cual ninguna otra de Italia, llegó aque-

una ciudad-Estado italiana, esté controlado o no por asam-


Nuestro Sefior sobre los mortales; y habiendo comenzado algu-
bleas representativas de tipos diversos: Parlamento inglés,
nos años antes en los países de Oriente, tras haber privado a sus A
Cortes de Castilla y de Aragón, "Estados Generales en Fran-
provincias de innumerable cantidad de vivientes, prosiguió su ••
cia, Dieta alemana o polaca ... A través de las guerras y las
crudo y horrible progreso, yendo de un lugar a otro, yextendién-
crisis, los príncipes consiguieron forjar los instrumentos del
dose por Occidente, sin que valiera contra ella ninguna sesuda ••
Estado moderno: un ejército y una fiscalidad permanentes y
precaución ni provisión ninguna de los hombres, a pesar de que ••
un principio de burocracia. También intentaron establecer
por consejo de los médicos nuestra ciudad fuese limpiada y pur-
nuevas relaciones con la nobleza, distintas de los vínculos
gada con gran diligencia de cualesquiera suciedades o cosas da- A
feudales, adscribiéndola a su poder mediante pensiones,
ñosas a la salud por ciertos empleados públicos que la ciudad dis- ••
cargos y oficios. Eduardo IV y Enrique VII en Inglaterra, puso para que esto hicieran, y a pesar de que se prohibiese la
Carlos VII y Luis XI en Francia, los Reyes Católicos Fernan-
do de Aragóri e Isabel de Castilla en España, los Habsburgo
en el Imperio, los Jagellon en Polonia, Matías Corvino en
fermedad, sino a quienquiera que viniese de donde la epidemia
reinaba; se tomaron además todas las medidas pertinentes para
e
entrada, no sólo a todo el que estuviese contagiado de aquella en-

Hungría, Alfonso el Magnánimo en Nápoles, los Médicis en la conservación de la sanidad, y asimismo se ordenaron muchas y
Florencia, los Sforza en Milán, los Este en Ferrara ... encar- diversas procesiones para suplicar humilde}' devotamente la mi- ••
nan con más o menos fortuna este nuevo modelo pohtico, sericordia de Dios, procesiones que se hicieron con gran devo- ..,
pronto descrito por Maquiavelo. ción. No habiendo sido capaces todas estas obras de carácter
divino y humano de impedir su avance, al principio de la prima- ••
vera de aquel año dicha epidemia comenzó de modo horrible a .,
Con las ciudades italianas, llegamos al último fermento de mostrar sus dolorosos efectos, aunque no de aqy,ellamisma ma-
transformación, pero también de unidad, de Europa a fina-
les de la Edad Media: el fenómeno cultural que es el espíritu
del Renacimiento. Aparecido en el siglo XIV en Italia, en ple-
nera como se había manifestado en los países orientales, donde
e
que a uno le saliese sangre por las narices era manifiesta señal de
su muerte. En cambio, en Florencia, tanto a los hombres como a
na floración intelectual y artística en el siglo XV, inunda en las mujeres les salían en las ingles o bajo la tetilla izquierda unas
sucesivas oleadas a toda Europa. ampollas hinchadas, algunas de las cuales crecían hasta ser tan ••
grandes como un huevo, y a las que el vulgo dio el nombre de ••
gavoccioli. Y después la enfermedad se comenzó a manifestar en
DOCUMENTOS forma de manchas negras que salían en los brazos y en las pier- ••
nas; y aquellas manchas, como las llamadas gavoccioli, en cual- ••
1. La peste negra en Florencia (1348) vista por Boccaccio quiera que se mostrasen, sin ninguna duda eran mortales, y a su
curación no valían, ni parecían aprovechar a nadie, ni remedios
Digo, pues, muy amadas señoras, que habían llegado ya los años de medicinas, ni la aplicación o experiencia de los médicos, seae
de la fructífera encarnación del glorioso Hijo de Dios al número porque la naturaleza o mala índole de la enfermedad no tolerase
de mil trescientos cuarenta y ocho, cuando a la egregia ciudad de ninguna curación, sea por ignorancia o poco saber de los médi-

e
e 224 HREVE HISTORIA DE EUROPA
12. LOS TI Ei\WO's UIHclI.ES
225

e cos, y sin que. además de doctores y licenciados y otros gradua-


dos en aquella ciencia, cuyo número era muy grande. muchos
hombres y mujeres. que sin haber aprendido se entremetían a cu-
2. La revuelta de los campesinos
por Froissart
de Inglaterra en 1381 vista

e rar mediante ciertas experiencias, ninguno de ellos pudiera, no


sólo remediar o curar a los enfermos, antes ni llegar tan sólo a co-
nocer la dolencia que éstos tenían. Y así, no diré que pocos fue-
Los desventurados de estas comarcas que he citado Iel sureste de
Inglaterra) empezaron a sublevarse, diciendo que se les mantenía
en una servidumbre demasiado extrema y que al principio del

e ron los que sanaron de los que así enfermaban. sino que casi to-
dos aquellos en quienes aparecían tales sei'lales. sin tener
calentura ni otro accidente alguno. morían dentro del tercer día.
mundo no había siervos y que nadie podía convertirse en ellos,
salvo si era culpable de traición hacia su sei'lor, como Lucifer res-
pecto a Dios; pero no eran de esa naturaleza, por no ser ni ánge-

e GIOVANNl BOCCACClO, El Decamerón (primera traducción castellana,


autor anónimo, editada en Sevilla en 1496. edición de M. ArmiJio, Edito-
rial Ramón Sopena, Barcelona, 1980)
de les ni espíritus, sólo hombres semejantes a sos sei'lores. Y se les
trataba como animales, cosa que no podían seguir soportando:
querían ser todos uno y, si labraban o hacían algún trabajo para
sus sei'lores, querían tener su salario.

e- Son numerosos los textos que dan cuenta de la terrible epidemia de


peste -enfermedad desconocida en Occidente desde hacía varios si-
--E-n-el-t+emptrpas-'<tdo-habiarrsiduimputsados y arrO)aclOSa esas
locuras por un sacerdote exaltado de Inglaterra, oriundo del con-
dado de Kent. que se llamaba John Hall y que, por sus locas pala-

e glos- que se "bate sobre Italia a finales de 1347 y. desde ahí, se di-
funde en unns pocos años por todo el continente: la peste negra es
un azote a escala europea. En este contexto, el escritor italiano
bras, había estado varias veces en las prisiones del arzobispo de
Canterbury. Porque ese John Ball tenía la costumbre, los domin-
gos después de la misa, cuando lodo el mundo salía de la iglesia,

e Boccaccio escribe, en toscano, un volumen de relatos titulado el


Decamerón (del griego deca, 'diez', y hemera, 'día'): en la prima-
vera de 1348, siete mujeres jóvenes y tres hombres también jóve-
de ir a predicar a la plaza, reuniendo a todo el pueblo a su alrede-
dor y diciendo: «Buenas gentes, las cosas no pueden ir y no irán
bien en Inglaterra hasta que los bienes sean comunes, hasta que

e nes, huyendo de la epidemia que se ha abatido sobre la ciudad de


Florencia, deciden retirarse a una villa de los alrededores donde
van a pasar diez días en diversiones. Su decisión de abandonar la
no haya ni villano ni gentilhombre y hasta que todg~:seamos uno.
Esos a los que llamamos sei'lores ¿en qué son más grandes que

-e
nosotros? ¿En qué lo han merecido? ¿Por qué nos tienen en servi-
ciudad viene precedida de una descripción de la célebre epidemia dumbre? Y si todos procedemos de un padre y de una madre, de
donde, junto a aspectos clínicos de la enfermedad, se ponen parti- Adán y de Eva, ¿en qué pueden decir y demostrar que son más
cularmente de relieve su carácter inexorable y la impotencia de los sei'lores que nosotros, si no es porque nos obligan a ganar y a tra-
médicos y de las autoridades ante la catástrofe. Los contemporá- bajar para lo que ellos gastan? Van vestidos de terciopelo y de
neos adelantaron la idea de una mortandad que alcanzó a un ter- seda de doble forro y de petigrís, mientras que nosotros vamos
cio de la poblaciÓtn. Incluso si se admiten hipótesis más bajas, de vestidos con malos tejidos. Ellos tienen vino, especias y buen
una cuarta o una quinta parte, la sangría demográfica causada pan, mientras nosotros tenemos centeno y paja y bebemos agua.

e
por la peste negra se cifra en millones de personas en el marco de Ellos descansan en hermosas mansiones mientras nosotros tene-
Europa.
mos el pesar y el trabajo, la lluvia y el viento en los campas; y es
de nosotros y de nuestro trabajo de los que reciben su condición.

e
Nos llaman siervos y nos golpean si no hacemos rápidamente su
servicio; y no tenemos ningún soberano al que podamos quejar-
226 BREVE HISTORIA DE EUROPA 12. LOS TIEMPUS DIFIClLl..'l
227 e
nos y que quiera escucharnos y defender nuestro derecho. Va- Dejando, pues, a un lado las cosas imaginadas a propósito de
mos a buscar al rey, es joven. Mostrémosle nuestra servidumbre
y digámosle que queremos que las cosas sean de otro modo o
que, en caso contrario, nosotros les pondremos remedio [... ]».
un príncipe, y discurriendo acerca de las que son verdaderas
sostengo que todos los hombres cuando se habla de ellos -y es-
pecialmente los príncipes, por estar puestos en un lugar más
e
ClJroniques de Jean Froissart. edición de G. Raynaud. t. 10. París. 1897.
págs. 94-97
elevado- son designados con alguno de los rasgos siguientes
que les acarrean o censura o alabanza: uno es tenido por liberal,
otro por tacaño (me sirvo en este caso de una palaora toscana
e
Los años 1378-1382, los de las generaciones nacidas inmediata-
r
porque en nuestra lengua avaro es aquel que por rapiiia desea
acumular, mientras llamamos tacaño a aquel que se abstiene en
demasía de usar 10 que tiene); uno es considerado generoso,
e
mente después de la peste negra. fueron en toda Europa, tanto en

e
otro rapaz; uno cruel, otro clemente; uno desleal, otro fiel; uno
la ciudad como en el campo, «aliaS revolucionarios». Entre estas
rel'lleitas, la de los «trabajadores ingleses», surgida en las ricas tie-
! afeminado y pusilánime, otro fiero y valeroso; el uno humano,
el otro soberbio; el uno lascivo, el otro casto; el uno Íntegro. el
rras de Kent, se extiende a toda la cuenca de Londres ya la capital r otro astuto; el uno rígido, el otro flexible; el uno ponderado,
misma, antes de ser aplastada por una violenta reacción aristocrá-
tica dirigida en nombre del rey nicardo Il. Muy hostil al movi-
miento, el cronista lean Froissart subraya sin embargo en este tex-
l el otro frívolo; el uno devoto, el otro incrédulo, y así sucesiva-
mente. Yo sé que todo el mundo reconocerá que sería algo dig-
no de los mayores elogios el que un príncipe estuviera en pose-
e
to la condición particularmente dura de la servidumbre en
lnglaterra. Insiste en el papel de los predicadores errantes o «po-
bres sacerdotes» (poor priest) entre las poblaciones. Se hace eco
sión, de entre los rasgos enumerados, de aquell<ls que son
tenidos por bueno"_ Pero, puesto que no se pueden tener ni ob-
servar enteramente ya que las condiciones humanas no lo per-
e
sobre todo de las reivindicaciones igualitarias completamente nue-
miten, le es necesario ser tan prudente que sepa evitar el ser ta-
vas que otro cronista, un monje inglés de la abadía de San Alban,
resumió en forma de una pregunta: «Cuando Adán cavaba y Eva
hilaba, ¿quién era entonces gentilhombre?».
chado de aquellos vicios que le arrebatarían el Estado y
mantenerse a salvo de los que no se lo quitarían, si le es posible;
e
pero si no le es, puede incurrir en ellos con meno~ miramientos.

3. El príncipe moderno según Maquiavelo


y todavía más: que no se preocupe de caer en la fama de aque-
llos vicios sin los cuales difícilmente podrá salvar su Estado,
porque si se considera todo como es debido se encontrará algu-
e
Muchos se han imaginado repúblicas y principados que nadie ha
visto jamás ni se ha sabido que existieran realmente; porque hay
tanta distancia de cómo se vive a cómo se debería vivir, que
na cosa que parecerá virtud, pero si se la sigue traería consigo
su ruina, y alguna otra que parecerá vicio y si se la sigue garan-
tiza la seguridad y el bienestar suyo [... ]
e
quien deja a un lpdo lo que se hace por lo que se debería hacer,
aprende antes su ruina que su preservación: porque un hombre
que quiera hacer en todos los puntos profesión de bueno, labrará
Nada proporciona a un príncipe tanta consideración como
las grandes empresas y el dar de sí ejemplos fuera de lo común.
En nuestros días tenemos a Fernando de Aragón, el actual rey
e
e
necesariamente su ruina entre tantos que no lo son. Por todo ello de España, a quien casi es posible llamar príncipe nuevo por-
es necesario a un príncipe, si se quiere mantener, que aprenda a que de rey débil que era se ha convertido por su fama y por su
poder ser no bueno y a usar o no usar de esta capacidad en fun- gloria en el primer rey de los cristianos. Si examináis sus accio-
ción de la necesidad. nes, encontraréis que todas son notabilísimas y alguna de ellas

e
228 BREVE HISTORIA DE EURUPA

e extraordinaria: al comienzo de su reinado asaltó el reino de


Granada y esta empresa le proporcionó la base de su poder. En
primer lugar la llevó a cabo en un momento en que no tenía
Tercera parte

e otras preocupaciones y sin peligro de ser obstaculizado. Mantu-


vo ocupados en ella los ánimos de los nobles de Castilla, quie-
nes al pensar en aquella guerra dejaban ya de pensar en promo-
La Europa conquistadora
(siglos XVI-XVIII)

e ver disturbios en el interior. Entretanto y sin que ellos se dieran


cuenta, iba consiguiendo reputación y sometiéndolos a su po-
der. Pudo sostener sus ejércitos con el dinero de la Iglesia y del
pueblo y aquella larga guerra le dio la posibilidad de proporcio-

e nar un sólido fundamento a su ejército, el cual le ha conquista-


do con posterioridad gran renombre. Además de todo esto,

e para estar en condiciones de acometer empresas mayores -sir-


viéndose siempre de la religión- recurrió a una santa crueldad
expulsan<lo y vaCIando su remo de marranos. No es posible en-
"1"'

contrar una acción más triste y sorprendente que ésta. Después,

e arropado siempre con la misma capa, atacó África, llevó a cabo


la empresa de Italia v últimamente ha atacado a Francia. De esta
forma ha realizado y tramado siempre grandes proyectos que
han mantenido siempre en suspenso y asombrados los ánimos

e de sus súbditos, atentos al resultado final. Estas acciones suyas


se han sucedido de tal manera la una a la otra que nunca ha de-
jado espacio de tiempo entre una y otra para que se pudiera

e proceder contra él con calma.

NICOLÁS MAQuIAVELO, El Príncipe, trad. de Miguel Ángel Granada,


drid, Alianza Editorial, 2001, págs. 95-96 y 123-124
Ma-
,'"'."

--e En 1513 Maquiavelo analiza las virtudes de los gobernantes en la


era del Estado moderno que comienza. La «nueva política» es lai-
ca, realista, amlP"al (<<maquiavélica»),una política de fuerza y de
poder cuyo exponente era Fernando el Católico.

e
e
13. La civilización del Renacimiento e
Durante el siglo xv y en los inicios del XVI, tres series de aconteci-
mientos contribuyen a modificar profundamente los datos de la
e
vida en Europa: los grandes descubrimientos marítimos, realiza-
dos por portugueses y españoles, cuyas consecuencias repercuten
paulatinamente en la economía del Viejo Continente; el desa-
e
rrollo del humanismo y del Uel/acimiento artístico en Italia y su
difusión por toda Europa, gracias especialmente a la imprenta;
la reforma religiosa, reclamada por todos, pero que, por no ha-
ber sido emprendida por la Iglesia romana, se hace pronto sin
e
ella e incluso contra ella, provocando el desgarramiento de la
unidad cristiana. e
Los grandes descubrimientos
e
¡
~
t;1;
.'
Los fines y los medios
e
Desde el siglo XIV, Europa sufre una penuria cranica de me-
tales preciosos que la reconstrucción pO,sterior a 1450 no
hace sino agravar, con la expansión de la población, el desa-
rrollo de los intercambios comerciales, el progreso del lujo
e
entre las clases superiores de la sociedad y los gastos de los
príncipes. La plata extraída de las minas de Europa central y
el oro procedente sobre todo del golfo de Guinea no pueden
e
hacer frente a ese incremento de las necesidades. Por eso los
portugueses elaboran el proyecto de acceder directamente al
oro guineano bajando a lo largo del litoral africano hasta la
e
«costa del oro». Más tarde, Colón y todos los descubridores
estarán animados también por esa obsesión por el metal do-
rado del Catai y de Cipango (la China y el Japón de Marco
e
Polo) y del país de Eldorado. La sed de oro, metal indispen-

231 e
e 232 BREVE HISTORIA DE EUROPA 13. LA C1VILJZAC!()N PEl. RE1\AUMIENTO
233

e sable para los grandes intercambios internacionales, consti-


tuye de forma innegable el primer y principal móvil econó-
ducida en Europa a través de los árabes; perfeccionamiento
progresivo, durante el siglo xv, de la carabela, navío de pe-
mico de los grandes descubrimientos. La búsqueda de espe- queño tonelaje, pero dotado de una borda elevada y de velas
e cias es menos importante y más tardía. Cierto que las
necesidades de Europa en ese terreno son evidentes, pero
latinas.

están aseguradas desde hace mucho por los mercaderes ita-

e lianos, que se las procuran en sus sucursales de Crimea,


como Caffa, y sobre todo en los puertos del Mediterráneo
oriental, donde las llevan los mercaderes árabes. Y aunque
La aventura de los grandes descubrimientos

El inspirador de la política portuguesa de descubrimientos

e la expansión otomana ha privado a Génova de Caffa, apenas


ha amenazado el tráfico italo-árabe. Sin embargo, con pos-
terioridad a 1460 aproximadamente, los portugueses consi-
es el príncipe Enrique, llamado el Navegante (1394-1460),
segundo hijo del rey Juan 1.Su objetivo consistió en equipar
expediciones que, guardando celosamente el secreto, debe-

e----- deran el proyecto de llegar directamente a los países del


océano Indico productores ele especias, a fin elecortar el cir-
cuito comercial de los mercaderes italianos y procurarse [os
rían avanzar a lo largo de la costa africana cada vez más lejos
para tratar de tomar el islam por la espalda y al mismo tiem-
po alcanzar las regiones auríferas del golfo de Guinea. El

e productos de Asia a un precio más barato. Por su parte, Co-


lón hará el mismo cálculo_
A estos móviles económicos se une y mezcla un móvil re-
cabo Bojador es explorado en 1434, Cabo Verde en 1445. La
muerte de Enrique en 1460 marca un relativo parón. Sin
embargo, en 1472 se alcanza el delta del Níger y en 1475 el
ligioso, a saber, la conversión de los infieles de más allá de ecuador. En adelante el objetivo será llegar hasta los merca-
e las tierras cristianas de Europa. Esa voluntad de conversión
participa al mismo tiempo del viejo espíritu de cruzada y de
dos del océano Índico contorneando África. En 1482 se al-
canza la desembocadura del Congo, y en 1486 se franquea el
un nuevo espíritu de misión. El primero sigue estando muy trópico de Capricornio. En 1487, Días dobla el cabo llamado

e vivo entre portugueses y españoles, comprometidos desde


hace siglos en la lucha contra el islam. El segundo anima a
todos los que pretenden convertir sin violencia, predicando
de Buena Esperanza y regresa a Lisboa a finales de 1488. Por
último, en julio de 1497, Vasco da Gama contornea el conti-
nente africano, sube por la costa oriental hasta Melinda y,

o el Evangelio. En el espíritu de los descubridores y conquista-


dores que les sucederán no hay ninguna antinomia entre
móvil religioso y móviles económicos.
desde ahí, llega a Calcuta, en la costa de la India, el 20 de
mayo de 1498. Regresa a Lisboa al año siguiente con dos ca-
rabelas cargadas de especias.

e Ninguna revolución técnica figura en el origen de estos


grandes viaje¡ marítimos de descubrimiento, sino sólo la
utilizacion progresiva de conocimientos y herramientas
Cristóbal Colón, por su parte, pensando, equivocada-
mente, que Japón y China están cerca de Europa, estima que
se puede llegar a ellas directamente navegando hacia el oes-

e conseguidos con frecuencia hacía mucho tiempo y perfec-


cionados por las necesidades y la experiencia: convicción de
la redondez de la tierra, recuperación de autores de la Anti-
güedad desde el siglo XIlI; utilización, desde el siglo XIlI, del
te. Convence del interés de su proyecto a Isabel de Castilla,
que acepta financiar la expedición. Tras partir el 3 de agosto
de 1492 con tres carabelas, Colón avanza hacia el oeste y
toca tierra, el12 de octubre, en San Salvador, una de las islas

e gobernalle de codaste y de la brújula, invención china intro- Bahamas, convencido de haber llegado a Asia. Durante los
234 HREVE HISTO~IA VE EUROPA 1.1. I.A CIVII.lZACION DEL RENACIMIENTO
235 e
tres viajes que luego emprende, aborda algunas de las islas
antillanas y el litoral americano. Muere en Valladolid sin
sospechar, al parecer, que no había alcanzado las Indias de ~ il
riqueza de las Indias españolas y por consiguiente de su me-
trópoli.
Las consecuencias de los grandes descubrimientos en
e
e
Asia, sino que había descubierto un mundo desconocido Europa son considerables. Por vez primera, la economía
hasta entonces por los europeos. Sin embargo, la verdad se europea, limitada a finales del siglo xv al Viejo Continente,
descubre enseguida y, en 1507, un cartógrafo bautiza a ese con los dos focos del norte de Italia y de los Países Bajos,
Nuevo Mundo como América, con el nombre de un nave-
gante sucesor de Colón, Amerigo Vespucci. En 1521-1522,
la expedición emprendida por Magallanes, portugués al ser-
.-,•• estalla y alcanza las dimensiones del mundo. El primer as-
pecto de ese estallido es la promoción de la fachada atlánti-
ca de Europa, con Lisboa y Sevilla controlando, cada una
e
f1•,,,
¡

vicio de España, y que finalizará su lugarteniente Elcano, por su parte, este tráfico mundial, mientras Amberes, el
e
• f

contornea por el sur el continente americano, atraviesa el gran puerto de los Países Bajos espaíioles, asegura la redis-
océano Pacífico y regresa a Europa por el cabo de Buena Es- t'! tribución de los productos coloniales hacia el resto de Eu-
peranza, aportando la prueba experimental de la esfericidad ropa. Esa promoción de los puertos atlánticos no significa
de la tierra.
,,1
~fi
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. I1

ff~
por ello la decadencia inmediata e irremediable de los puer-
tos mediterráneos, aunque postule a corto plazo su relativo
declive.
e
Las consecut:l1cias de los grandes descubrimientos

La primera consecuencia de los grandes descubrimientos es


~;
La explotación del Nuevo Mundo tiene otra consecuen-
cia: la llegada de los metales preciosos de América. El monto
disponible en Europa será, a finales del siglo XVI, el doble de
e
la creación de los imperios coloniales portugués y español.
El primero está formado por una serie de sucursales, desde
las Azores hasta Insulindia, puertos-fortaleza que dominan las
tierras del interior y sirven de escalas a los navíos mercan ti-
lo que era al principio, y el de plata, el triple o tal vez inclu-
so el cuádruple. Ese crecimiento, que por lo demás sólo es
importante a partir de 1550, tiene un efecto•..dinamizador
e
les, además de ser puntos de apoyo para una flota militar
que asegura mediante la fuerza el respeto del monopolio co-
mercial portugués frente a todos los concurrentes, europeos
para la economía mercantil al implicar un alza de los precios
industriales y, por estimulación benéfica, un crecimiento de
la producción. No todos los europeos se benefician de la
misma forma de ese desarrollo económico. La burguesía ca-
e
o asiáticos. Muy distinto es el imperio colonial español. En
efecto, un puñado de conquistadores procedentes de España
emprenden el descubrimiento y la conquista del Nuevo
pitalista de las grandes ciudades comerciales, manufacture-
ros, negociantes, armadores y banqueros son los grandes
beneficiarios. Salvo excepciones, no lo son los nobles, que
e
Mundo, en tres etapas sucesivas: las grandes Antillas (1492-
1519), México: conquistado a los aztecas por Hernán Cortés
(l519-1521), y Perú, arrebatado a los incas por Francisco Pi-
deben hacer frente, para mantener su rango, a gastos que
crecen más rápido que las rentas que obtienen de sus tierras.
En cuanto a las clases populares, campesinos dependientes y
e
zarro (1531-1533). Tras el pillaje de los tesoros azteca e inca,
es la explotación de las minas de oro y sobre todo de plata lo
que, bajo la autoridad de virreyes que representan al rey de
asalariados de las ciudades conocen una depauperiiación
relativa motivada por el alza de los precios agrícolas e indus-
triales. Finalmente, si portugueses y españoles son los que
e
España, constituye a partir de mediados del siglo XVI la gran están mejor situados, evidentemente, para sacar partido de
e
BBEVE HISTOBIA DE EVBOPA
13. LA C1VIUZAC/{)N DEI. RE.\"ACL\-lll-:NTO
ese enriquecimiento, lo cierto es que tienden cada Vezmás a 237
comprar en el exterior casi todo lo que necesitan, con la
pero, para los humanistas, conviene reformar éste y volver a
consecuencia de que la plata americana desembarcada en

•e
la pureza de las Escrituras y del mensaje evangélico.
Sevilla y los beneficios portugueses del comercio de Asia en-
riquecen al resto de Europa . El movimiento nace en Italia con Petrarca (1304-1374) y
florece en el siglo xv, particularmente en Florencia, capital
del humanismo en la época de Lorenzo de Médicis (1449-
El humanismo yel Renacimiento artístico 1492), que reúne a su alrededor algunos de los mayores in-
genios de la época, como Marsilio Ficino y Pico de la Mirán-

e
Nacimiento y difusión del humanismo

A partir de 1539, la palabra Irancesa humaniste se aplica a~¡


I ¡:t
dola. El descubrimiento de la imprenta por el estrasburgués
Gutenberg, en 1455, procura a los humanistas un incompa_
rable instrumento de difusión: en 1500,236 ciudades de Eu-

e
/0' ,ruddo,. pdm,'O d,/I"m,. qu, d"d," ';glo XIV h"'ta lo,
inicios del XVI, honran el estudio directo de las letras_anti__
guas -hebXaicas.-griegaS;-hrtinas_, en las que apoyan una
concepción del hombre y del mundo. A pesar de su certi-i
J
•....

j
'.j
I
ropa poseen una o varias imprentas. Vehiculadas por el la-
tín, lengua común a todos los europeos cultivados, las ideas'
humanistas se difunden, más_al1<Lde-las-éuclarles--Tratianas,
ocio el continente, desde España a Hungría, desde ln
glaterra a Polonia. Erasmo de Rotterdam (1469-1536) es el
e

e dumbre de vivir un «renacimiento», una época totalmente


nueva, que rompe con el pasado «tenebroso» y remoto, los
humanistas siguen siendo tributarios de la herencia de la
,;
que mejor ilustra Con su vida y con su obra el ideal humanis- .
ta: filólogo, con numerosas publicaciones de textos antiguos,
pero también moral ista, teólogo y consejero de príncipes.
Edad Media y, en primer lugar, del cristianismo. Sea la que

e fuere su admiración por la sabiduría antigua y su indepen_


dencia de espíritu, casi todos son profundamente religiosos
Y naturalmente cristianos, lo cual no deja de plantear difi-
El destino del humanismo

e cultades ni contradicciones. El humanismo se caracteriza,


en efecto, por su optimismo fundamental: el hombre, medi-
da de todo, es, en el centro del universo, una criatura privi-
~'.":'.
Sin embargo, a la muerte de Erasmo, en 1536, esa idea es
cruelmente desmentida por los hechos en un punto esencial.
En lugar de la vuelta al Evangelio que predicaba en la paz y

--e
legiada llamada a realizar los designios de Dios, gracias a la
la tolerancia, se produce la ruptura de la Unidad cristiana yel
razón ayudada por la gracia divina. Esa intervención de
inicio de las guerras de religión con sus hogueras y sus ma-
la gracia, dada a todos, no obstaculiza la libertad humana,
tanzas. En otro plano, el balance del humanismo parece ne-
porque el hombre es fundamentalmente bueno, libre y res-
gativo. La admiración incondicional consagrada a los gran-
ponsable. Libertad, felicidad, belleza, respeto de sí mismo:
des sabios de la Antigüedad, desde Aristóteles a Ptolomeo y
ésos son los gr'andes valores de una moral individual que
a Galeno, tiene efectos paralizantes, condenando de ante-
desemboca en una moral colectiva basada en la tolerancia y

e la paz entre los hombres. Una moral de ese tipo concuerda


mal con el dogma del pecado original y parece estar en con-
tradicción con algunos de los fundamentos del cristianismo;
mano cualquier hipótesis o conclusión contraria a talo cual
aserción de un autor de la Antigüedad. Además, el idealis-
mo excesivo de algunos tiende a alejar la observación del

e mundo sensible. Por eso el siglo XVI no está marcado por


grandes descubrimientos científicos, sea cual fuere el interés
238 HREVE HISTORIA DE I'UllOPA
13. I.A C1\'II.IZAClO" DEI. RE"AClMIENTO 239

-
de las intuiciones de un Leonardo da Vinci. Sólo el *helio-
centrismo de Nicolás Copérnico (1473-1543), que choca con
el *geocentrismo de Ptolomeo y de las Escrituras, representa
un avance decisivo: pero es condenado por los teólogos y re-
futado por los sabios.
da de todo. Tanto en un caso como en otro, el modelo es la
Antigüedad descubierta de nuevo. El largo período que va
de 1420 aproximadamente a 1580 o 1600 asiste a una extra-
ordinaria floración de obras maestras llamadas a servir de
referencias irrefutables a todos los artistas europeos hasta
principios del siglo xx. Ese arte clásico se basa en la belleza y
-e
--
Finalmente, el ascenso de las lenguas y de las literaturas
nacionales constituye, hasta cierto punto, un fracaso del hu- t en la simetría: la atención que se concede a la composición,

I
manismo. Cierto que los grandes escritores que, en varios ya se trate de un palacio, de una estatua o de un cuadro, el
países europeos, toman la decisión de expresarse en lengua escalonamiento regular de los *«órdenes» tomados de la
«vulgar», comparten la misma admiración por la herencia Antigüedad o el respeto a las proporciones ideales del cuer-

Il
de la Antigüedad y consideran a los autores griegos y latinos po humano, son otros tantos medios técnicos para traducir
no sólo como maestros de pensar, sino también como mo- esa simetría y esa belleza. Además, junto a los temas religio-
delos de composición y de estilo con los que tratan de rivali- sos, siempre predominantes, escultura y pintura se abren a
zar. Pero su voluntad de apoyarse en una lengua y una cul-
tura nacionales marca una ruptura con el cosmopolitismo
los temas profanos: el paisaje -con utilización de la perspec-
tiva- y el retrato ocupan un lugar cada vez más destacado en el
-e
de los humanistas, que estaban unidos por un ideal común, í las artes plásticas. Pueden distinguirse tres etapas: el renaci-
pero además por una lengua común, el latín. Ariosto y :\11a- miento flllrentino del Quattrocento (1420-1500), con el ar-
quiavelo en Italia (después de Dante, Petrarca y Boccaccio quitecto Brunelleschi, constructor del domo de Santa Maria
en el siglo XIV), Rabelais, Ronsard y Montaigne en Francia, dei Fiore, el pintor Masaccio, el escultor Donatello, y, a final
Camoens en Portugal, Cervantes en España, Shakespeare en de siglo, los grandes pintores Botticelli y Leonardo da Vinci;
Inglaterra «defienden e ilustran» la lengua «vulgan> de sus el renacimiento romano (1500-1530), con el inicio de la re-
países respectivos. Sin embargo, aunque el humanismo haya construcción de la basílica de San Pedro de Roma y las obras

--
hecho, en parte, poco camino en el siglo XVI, lo esencial de de Rafael y de Miguel Ángel, arquitecto, pinto~y escultor; y,
sus métodos y de sus ideales influyó en la enseñanza de las por último, el manierismo (1530-1580), caracterizado por la
universidades y sobre todo de los colegios: las «humanida- imitación, no servil (cada artista introduce su «maniera»),
des» van a constituir hasta el siglo xx el aprendizaje obliga- pero algo académica, de las obras precedentes.
torio de todo europeo cultivado. Desde finales del siglo XV, la publicación, gracias a la im-
prenta y al grabado sobre cobre, de grandes tratados ilustra-

-
dos, la estancia fuera de Italia de artistas llamados por los
El Renacimiento artístico soberanos y los viajes diplomáticos y militares a la península
,
contribuyen a la difusión por toda Europa de los modelos
Italia no es sólo la cuna del humanismo, también lo es del italianos. No obstante, esta difusión presenta dificultades,
Renacimiento artístico que está íntimamente vinculado a
aquél; de la misma forma que para el humanista la exalta-
ción de lo bello es inseparable de la exaltación de lo verda-
resistencias o adaptaciones que varían según los países, en
función de las tradiciones propias de cada uno de ellos. Por
ejemplo, en los Países Bajos la influencia italiana choca con
e
dero, para el artista del Renacimiento, el hombre es la medi- la existencia, en el siglo XV, de un arte nacional rico e inno-

___J e
e 240
BREVE HISTORIA DE EURoPA
13. LA l:JVIUZACl()N DEL RE:\ACL\IlL'\Tt f
241

e vador, representado entre otros por Jan van Eyck. En Fran-


cia, hacia 1550, se forma un estilo clásico propiamente fran-
cés por la síntesis de las influencias italiana y antigua y de las
ignorancia de la mayoría de sus miembros. Lo que reclaman
sobre todo los mejores cristianos, como Erasmo o Martin

e tradiciones nacionales. Esa misma adaptación a las condi-


ciones locales se observa en el Imperio, con Alberto Durero,
por ejemplo, yen España, donde Felipe 1I ma'nda construir
Lutero, es un clero cuyos miembros no sean meros dispen-
sadores de los *sacramentos, sino hombres capaces de ense-
ñar la Palabra de Dios y de responder así a las inquietudes y
preocupaciones de la época.

e El Escorial, a un tiempo monasterio, iglesia y palacio, de un


clasicismo severo típicamente español.

Las reformas protestantes

e Las reformas religiosas Martin Lutero (1483-1546), monje del convento alemán de
Wittenberg, en Sajonia, adquiere la convicción¡ a través de la
El deseo de reforma lectura de ciertos escritos de San Pablo y de San Agy~tín,_d,
•• ~------------------------ -----_.. , que las obras humanas (y con mayor motivo las *indulgen-
•. Desde mediados del siglo XIV una serie de cataclismos y del cias) no juegan ningún papel en la salvación individual: sólo
pruebas sacud~ a la .Cristian.da~. La Gran Peste de 1348 y sus I la fe en Dios puede hacer al h.ombre justo y salvarle. De este
•• numerosas epIdemIas subsIguIentes, la Guerra de los Cien" modo responde a la expectativa de muchos de sus contem-
• Años y su s¿quito de miserias, las desgracias que han gOI-f poráneos. Asimismo estima que todos los cristianos son
peado la cabeza misma de la Iglesia, con el Gran Cisma y los iguales por el bautismo y que por tanto todos son sacerdotes
a conflictos entre papas y concilios, fueron para muchos una (es el sacerdocio universal). Rechaza de este modo la supe-
•• especie de castigos de Dios y anuncio de desgracias todavía rioridad espiritual del papa, de los obispos y del clero en ge-
mayores. Se crea un clima de miedo colectivo, mayor que el neral. Por último, a la vez que reconoce cierto valor a la

e de cualquier otro período de la historia: miedo a la peste,


contra la que se sienten totalmente indefensos; miedo a Sa-
tán y a los brujos, sus secuaces; miedo sobre todo a la muer-
*Tradición, afirma que la *Revelación está coMenida entera
en la Biblia. Como consecuencia de estos tres principios, que
le valen ser excomulgado por el papa en 1520, Lutero rechaza
te, al juicio final yal infierno. Por todas partes brota una el papel del clero: los pastores, que no están obligados al celi-
a profunda inquietud religiosa y un gran deseo de reformar la bato, son simples fieles cuya función es enseñar la Palabra de
• Iglesia. Para poner fin al cisma y promover las reformas de- Dios. Niega el papel de intercesores reconocido a la Virgen y
seadas, en el siglo xv se reúnen varios concilios que restable- a los santos. Por último, sólo conserva dos sacramentos, sim-
A cieron la unidad bajo la autoridad de un papa único. Pero, pies ritos externos sin efecto por sí mismos: el bautismo y la
• ni los concilios nf el papa consiguieron realizar la reforma *cena (admite la presencia real, pero con consubstanciación,
de la Iglesia. no *transubstanciación). Sus ideas son formuladas de forma
A A principios del siglo XVI, ésta parece cada vez más nece- sistemática en 1530 por uno de sus discípulos, Melanchton,
• saria. Se reprocha al papa su lujo y los impuestos muy pesa- en la Confesión de Augsburgo, credo de los luteranos. Ellute-

e dos que gravan a toda la Cristiandad; a los obispos se les re-


procha su absentismo demasiado frecuente, yal bajo clero la
ranismo se difunde en Alemania gracias al apoyo de cierto
número de príncipes, cuyo primer gesto es suprimir el clero
242 BREVE HISTORIA VE EUROPA
13. I.A CIVII.JZACION IlEI. RE!\AClMIENTO 243 e
y secularizar sus bienes, y a quienes Lutero reconoce dere-
chos muy amplios que los convierten en cierta forma en los
jefes espirituales de su Estado. Fuera de Alemania, la reforma
La reforma católica

A pesar de las aspiraciones de los fieles y de algunos triunfos


e
luterana se extiende a los países escandinavos.
Hacia 1520, otros reformadores desarrollan, a partir de la
justificación por la fe, ideas más o menos inspiradas en las
aislados, la Iglesia romana se ha mostrado incapaz de pro-
mover y realizar por sí misma la profunda reforma religiosa
tan deseada: ésta se hace por tanto fuera de ella y contra ella.
e,
de Lutero. Es el caso de Bucero, que introduce la reforma en Sin embargo, Roma se decide a reaccionar a partir de 1540
Estrasburgo en 1523, y sobre todo de Zwinglio, que la intro-
duce en Zurich. Sacerdote y humanista, Zwinglio se desmar-
ca de Lutero a propósito de los sacramentos (niega la pre-
aproximadamente. La obra emprendida es a la vez contra-
rreforma y reforma católica: contrarreforma, es decir, reac-
ción de defensa (no sólo doctrinal, sino a menudo violenta)
e
sencia real). En cuanto al anabaptismo, que se desarrolla a
partir de 1523, es menos una tentativa de reforma del cris-
tianismo que una aspiración religiosa ligada a ciertas co-
frente a las posiciones adoptadas por aquellos a los que des-
de 1530 se llama «protestantes»; reforma católica, es decir,
respuesta original aportada a la expectativa de los fieles y
e
rrientes *milenaristas medievales.
En 1536, el francés Juan Calvino (1509-1564) publica en
latín (y luego en francés, en 1541) la Institución de la religión
comparable en esto a las diversas reformas protestantes.
Al margen de la creación de la Compañía de Jesús por Ig-
nacio de Loyola, la obra esencial se realiza en el Concilio de
e
cristiana, donde expone lo esencial de la doctrina que ha ido
elaborando poco a poco bajo la influencia de las ideas de
Lutero. Como éste, funda la religión cristiana en la justifica-
Trento, reunido <?n1545 por iniciativa del papa ¡)ablo III. El
concilio, que celebra su última sesión en 1563, tr~s varias in-
terrupciones y reanudaciones, define con mucha más clari-
e
ción por la fe, el sacerdocio universal y en la exclusiva autori-
dad de la Biblia, pero modificando algo estos tres principios.
Para él, la justificación por la fe postula la predestinación, es
decir «el consejo eterno de Dios por el que ha determinado
dad que antes los puntos del dogma criticados por los pro-
testantes, condenando a éstos sin equívocos. Reafirma el
papel de las obras en la salvación, el lugar de la Tradición,
e
junto a la Biblia, como elemento de la Revelación, el carácter
lo que quería hacer de cada hombre». Además, siendo la Bi-
blia la única depositaria de la Revelación, cada fiel debe po-
der acceder a ella mediante una lectura directa y cotidiana.
sagrado de los miembros del clero, la existencia de siete sa-
cramentos y el valor del culto a los santos, sobre todo del
culto a la Virgen.
e
Por último, Calvino organiza fuertemente cada Iglesia local:
si no hay sacerdocio particular, hay ministros encargados de
funciones diversas. En la cena, la presencia real sólo debe
En materia de disciplina, condena abusos como el ab-
sentismo de los obispos o la acumulación de varios obispa-
dos, mantiene el celibato eclesiástico y el latín como lengua
e
entenderse en un sentido puramente espiritual. Desde Gine-
bra, donde Calvitlo se instala en 1541, el calvinismo se di-
funde por Alemania, Europa central, Escocia, Inglaterra y
litúrgica, y, sobre todo, recomienda la fundación de un se-
minario en cada diócesis para la formación moral, intelec-
tual y religiosa de los futuros clérigos, con el fin de hacerles
e
Francia. En Inglaterra, el anglicanismo, establecido por Isa-
bel I (1559-1563), es un compromiso entre el calvinismo y el
catolicismo. En Francia, la difusión de las ideas calvinistas
choca con una violenta represión.
más aptos para transmitir la fe a través del catecismo y la
predicación. e
e
e 244
BREVE HlSTOHJ:\ DE EUROPA
13. I.A CJVIUZACI(~N DEI. RENACIMIENTO

e La condena sin paliativos del protestantismo por el conci-


lio y la mayor autoridad que obtiene el Papado del éxito de
Trento consagran la división de la Cristiandad occidental.
Giovanrli Pico Della Mirandola, llamado en castellano Pico de la
Mirándola (1463-1494), da muestras desde muy temprano de una
245

e Hacia 1600, a una Europa que sigue siendo católica, se opo-


ne -además de una Europa ortodoxa en el este- una Europa
protestante bajo las formas luterana, calvinista o anglicana.
inteligencia excepcional. En 1484 reside en Florencia junto a Lo-
renzo de Médicis y frecuenta la Academia platónica creada por
Marsilio Ficino. Adquiere una cultura muy amplia y aprende,

e Esa división se mantiene en los siglos siguientes, a pesar de


intentos de reunión, y marcará profundamente la sensibili-
dad colectiva de los pueblos europeos en función de su paso
además del latín y el griego, el hebreo y el árabe. En 1489 termina
su obra principal, el Heptaplus, (<<Libroséptuple, exposición de los
siete aspectos de la creación»), de donde está sacada esta página
entusiasta sobre la dignidad del hombre, verdadera profesión de fe

e
al protestantismo o de su fidelidad a Roma.
humanista en favor de la libertad que Dios ha concedido al hom-
bre. Pico de la Mirándola muere a los treinta y un arIOS,sin duda
envenenado por su secretario.
DOCUMENTOS

I. La visión humanista: el hombre en el centro del mundo 2. ta empresa descubridora de Colón

i,
e El Arquitecto Supremo eligió al hombre, criatura de una natura-
leza imprecisa y, situándole en el centro del mundo, se dirigió a él
en estos términos:
.~

t
Cristianísimos y muy altos y muy excelentes y muy poderosos
prínci pes, Rey y Reina de las Españas y de las islas de la mar, Nues-
tros Señores, este presente año de 1492, después de Vuestras Alte-

e «No te hemos dado ni lugar preciso, ni forma que te sea propia,


ni función particular, Adán, a fin de que, según tus deseos y tu dis-
cernimiento, puedas coger y poseer el lugar, la forma y las funcio-
zas haber dado fin a la guerra de los moros que reinaban en Euro-
pa y haber acabado la guerra en la muy grande Ciudad de
Granada, adonde este presente año, a dos días del mes,de enero,

e nes que desees. La naturaleza de todas las demás cosas está limita- por fuerza de armas vi poner las banderas reales de Vu~stras Alte-
da y contenida en el seno de las leyes que les hemos prescrito. Tú, a zas en las torres de la Alhambra, que es la fortalez<rtle la aicha ciu-
quien ningún límite coacciona, conforme a la libre voluntad que dad, y vi salir al rey moro a las puertas de la ciudad y besar las rea-
hemos puesto en tus manos, decidirás los propios límites de tu na- les manos de Vuestras Altezas y del Príncipe mi Señor, y luego en

e turaleza. Te hemos puesto en el centro del mundo para que, desde


ahí, puedas observar con mayor facilidad las cosas. No te hemos
aquel presente mes, por la información que yo había dado a Vues-
tras Altezas de las tierras de India y de un príncipe que es llamado

-e
creado ni de cielo ni de tierra; ni inmortal, ni mortal, para que, por Gran Can, que quiere decir en nuestro romance Rey de los Reyes,
tu libre albedrío, como si fueras el creador de tu propio molde, como muchas veces él y sus antecesores habían enviado a Roma a
puedas elegir modelarte en la forma que prefieras. Mediante tu po- pedir doctores en nuestra Santa Fe porque le enseñasen en ella y
der, podrás degene'rar, adoptar las formas más bajas de la vida, que que nunca el Santo Padre le había proveído, y se perdían tantos
son animales. Mediante tu poder, podrás, gracias al discernimien- pueblos cayendo en idolatrías y recibiendo en sí sectas de perdi-
to de tu alma, renacer en las formas más altas, que son divinas». ción, y Vuestras Altezas como católicos cristianos y príncipes ama-
dores de la Santa Fe cristiana y acrecentadores de ella, y enemigos
PICODELLA MIRÁNDOLA, según Les Mémoires de ['Europe, París, La££onl, de la secta de Mahoma y de todas idolatrías y herejías, pensaron de

e 1971, t. n, pág. 161 enviarme a mí, Cristóbal Colón, a las dichas partidas de India para
ver los dichos príncipes, y los pueblos y las tierras y la disposición
246 BREVE HISTORIA DE EUROPA
13. l.A CIVIUZACION DEI. RENAGMIENTO 247 e
de ellas y de todo, y la manera que se pudiera tener para la conver-
sión de ellas a nuestra santa fe; y ordenaron que yo no fuese por
tierra al oriente, por donde se acostumbra de andar, salvo por el
camino de occidente, por donde hasta hoy no sabemos por cierta
fe que haya pasado nadie. Así que, después de haber echado fuera
todos los judíos de todos vuestros Reinos y Señoríos, en el mismo
mes de enero mandaron Vuestras Altezas a mí, que con armada
la expulsión de los judíos de España y el fin de la reconquista (COIl
la torna de Granada) subraya aÚIl mds la fuerza expansiva de
aquella «Monarquía Católica».

3. Reforma y Contrarreforma
-e
suficiente me fuese a las dichas partidas de India; y para ello me hi-
cieron grandes mercedes y me ennoblecieron, que dende en ade-
lante yo me llamase Don y fuese Almirante Mayor de la mar occéa-
}.I.
ti
a) Sermón de Lutero

Alguien me dirá: ¡cuántos crímenes, cuántos escándalos, cuántas


e
na y Visorrey y Gobernador perpetuo de todas las islas y tierra
firme que y') descubriese y ganase, y de aquí adelante se descubrie- t
fornicaciones, cuántas borracheras, cuánta pasión desenfrenada
por el juego, cuántos vicios los del clero! Grandes escándalos: lo
confieso; hay que denunciarlo,;, hay que ponerles remedio. Pero
el
--
sen y ganasen en la mar Océano, y así sucediese mi hijo mayor, y él
los vicios de que habláis son visibles por todos; son groseramente
así de grado en grado para siempre jamás. Y partí yo de la ciudad
~ materiales; están ante los sentidos de cada uno; por lo tanto, con-
de Granada a 12 días del mes de mayo del mismo año de 1492, en
sábado, y vine a la villa de Palos, que es puerto de mar, a donde yo ~ mueven los espíritus. Pero, ¡ay!, este mal, esa peste incompara-
armé tres navíos muy aptos para semejante hecho, y partí de dicho
f blemente más malvada y más cruel, el silencio organizado sobre
't la Palabra de Verdad o su adulteración, este mal que no es grose-
puerto muy abastecido de muy muchos m:mtenimientos y de mu-
ramente materia, ése sí quIÓno se ve siquiera, no nos conmueve,
cha gente de la mar, a tres días del mes de :¡gosto de dicho año, en
su espanto no se siente. ¿Cuántos sacerdotes encontraréis hoy
un viernes, antes de la salida del sol con media hora, y llevé el ca-
que consideren que hay menos pecado en una falta contra la cas-

e
mino de las islas de Canaria de Vuestras Altezas, que son en la di-
tidad, el olvido de una oración, un error cometido al recitar el
cha mar Océana, para de allí tomar mi derrota y navegar tanto que
Canon, que en la negligencia al predicar e interpretar correcta-
yo llegase a las Indias, y dar la embajada de Vuestras Altezas a
mente la Palabra de Verdad? y, sin embargo, el único pecado po-
aquellos príncipes y cumplir lo que así me habían mandado.

Cristóbal Colón, Prólogo a los Reyes Católicos del Libro de la Primera


Navegación y Descubrimiento de las Indias, extractado y manuscrito por
sible de un sacerdote en tanto que sacerdote es contra la Palabra
de Verdad. Hacedle casto, hacedle bueno, hacedle docto; que
acreciente las rentas de su parroquia, que edifique casas piado-
e
sas, que dable la fortuna de la Iglesia; si queréis, que haga mila-
Fr. Bartolomé de las Casas (Diario de Colón, Madrid, Cultura Hispánica,
1968, págs. 1-3) gros, que resucite a los muertos, que expulse a los demonios;
¿qué importa? ¡Sólo será realmente sacerdote, sólo será realmente
pastor aquel que, predicando al pueblo el Verbo de Verdad, se
e
En el «admirable (Jño» de 1492, Colón parte en su primer víaje de
exploración, que le llevaría a descubrir América. Corno señala en
el prólogo de su diario, lo que pretendía era navegar hacia Asia
convierta en ángel anunciador del Dios de los ejércitos y el heral-
do de la Divinidad! e
por el oeste, pues ignoraba las verdaderas dimensiones de la tierra
y la existencia de otro continente; la misión oficial consistía en
«evangelizan" esto es, incorporar el Extremo Oriente a la civiliza-
Sermón de Lutero en 1512, citado en LUCtENFEBVRE,Un destin,.Martin
Luther, París, 1952, pág. 51.
e
ción cristiana occidental. La coincidencia en aquel mismo año de
e
e 248
HREVE HJSTORIA DE I:L'Klll-'A
13. l.A C1VII.IZACl()N DEI lü:.\:\(:J.\llF:\T()
249

e Martín Lutero, el padre de la reforma protestante, redactó en 1512


el sermón del que está sacado este extracto. Este pasaje es muy ca-
racterístico del estado de las reflexiones de Lutero sobre los males
7.a regla. Alabar constituciones cerca ayunos y abstinencias, así
como quaresmas, cuatro témporas, vigilias, viernes y sábados; as-

e que sufre el clero de su época: el más grave, a sus ojos, no reside en


«todos los vicios del clero», sino en la incapacidad de la mayoría de
sus miembros para predicar correctamente "la Palabra de Ver-
simismo penitencias no solamente internas, mas aun externas.
8.a regla. Alabar ornamentos y edeficios de iglesias; assimismo
imágenes, y venerarlas según que representan.

e dad». Es la misma constatación de todos los grandes reformadores


y que tomará por su cuenta el Concilio de Trento, recomendando ti
los obispos que creen seminarios para laformación de su clero.
9." regla. Alabar. finalmente todos perceptos de la Iglesia, te-
niendo ánimo prompto para buscar razones en su defensa y en
ninguna manera en su ofensa.
10." regla. Debemos ser más promptos para abonar y alabar

e b) Ejercicios espirituales de San 19nacio de Loyola


assí constituciones, comendaciones como costumbres de nues-
tros mayores; porque dado que algunas no sean o no fuesen tales,
hablar contra ellas, quier predicando en público, quier platican-

e-- Para el sentidq verdadero que en la iglesia militante debemos te-


IleL,.Se-guankm-ffiHeglas-sigtrierrtes. -------
l." regla. La primera: depuesto todo juicio, debemos tener áni-
----
do delante de! pueblo menudo,. engendrarían más murmuración
y escanaalo que provecho; y assí se indignarían el pueblo contra
sus mayores, quier temporales quier spirituales. De manera que
mo aparejado y prompto para obedescer en todo a la vera sposa assí como hace daño el hablar mal en absencia de los mayores a la
a

de Christo nuestro Señor, que es la nuestra sancta madre Iglesia
hierárchica. gente menuda, assí puede hacer provecho hablar de las malas
costumbres a Lis mismas personas que pueden re: nediarIas.
2." regla. La segunda: alabar e! confessar con sacerdote y el res-
11." regla. Aiabar la doctrina positiva y escoLbiica; porque assí
a cibir del sanctíssimo sacramento una vez en el año, y mucho más
como es más proprio de los doctores positivos, assí como de Sant
• en cada mes, y mucho mejor de ocho en ocho días, con las condi-
ciones requisitas y debidas. Hierónimo, Sant Augustín y de Sant Gregario, etc., el mover los

e
afectos para en todo amar y servir a Dios nuestro Seiior; assí es
3." regla. La tercera: alabar el oír missa a menudo, assimismo
más proprio de los escolásticos, assí como de S,!,iRto Thomás,
cantos, psalmos y largas oraciones en la iglesia y fuera della; assi-
San Bonaventura y del Maestro de las sentencias, etc., el diffinir o
mismo horas ordenadas a tiempo destinado para todo officio di-
vino y para toda oración y todas horas canónicas. declarar para nuestros tiempos de las cosas neccesarias a la salud
A 4." regla. La quarta: alabar mucho religiones, virginidad y con- eterna, y para más impugnar y declarar todos errores y todas fa-
• tinencia, y no tanto el matrimonio como ninguna destas. lacias. Porque los doctores escolásticos, como sean más moder-
S." regla. La quinta: alabar votos de religión, de obediencia, de nos, no solamente se aprovechan de la vera inteligencia de la Sa-
.a pobreza, de castidad y de otras perfecciones de supererrogación; y grada Scriptura y de los positivos y sanctas doctores; mas aun
• es de advertir que somo el voto sea cerca las cosas 'que se allegan a siendo ellos iluminados y escIarescidos de la virtud divina, se
la perfección evangélica, en las cosas que se alejan della no se debe ayudan de los concilios, cánones y constituciones de nuestra
hacer voto, así como de ser mercader o ser casado, etcétera. sancta madre Iglesia [...]
•• 6." regla. Alabar reliquias de sanctos, haciendo veneración a 13." regla. Debemos siempre tener para en todo acertar, que lo
• ellas, y oración a ellos: alabando estaciones, peregrinaciones, in- blanco que yo veo, creer que es negro, si la Iglesia hierárchica assí

e dulgencias, perdonanzas, cruzadas y candelas encendidas en las


iglesias.
lo determina, creyendo que entre Christo nuestro Señor, esposo,
y la Iglesia su esposa, es el mismo spíritu que nos gobierna y rige
para la salud de nuestras ánimas, porque por el mismo Spíritu y
250 BREVE HISTORIA DE EUROPA e
e
Señor nuestro, que dió los diez Mandamientos, es regida y gober-
nada nuestra sancta madre Iglesia.
14. Las guerras de religión y las tentativas de
Ejerciciosespirituales(cirea (534), Madrid, Apos- hegemonía de los Habsburgo (1519-1660)
e
SAN IGNACIO DE LOYOLA,
tolado de la Prensa, 1956, págs. 193-198

El texto de San Ignacio, por su parte, es representativo de la con-


trarreforma lanzada por la Iglesia católica frente a la amenaza del
protestantismo. El fundador de la Compañia de JeslÍs llama a los
En 1519, la elección para la dignidad imperial de Carlos de
Habsburgo, ya rey de España, hace de él, como Carlos V, el sobe-
rano mds poderoso de Europa. Pero ese poderlo, al igual que el
e
católicos a adoptar un esp(ritu de obediencia ciega a la jerarqu(a de sus sucesores, choca con tres obstdculos principales: las difi-
eclesiástica, de fe en sus sacramentos y enseñanzas y de respeto por
la tradición católica.
CIIltades que entrañan en el Imperio y en los Países Bajos los
avances de la reforma protestante, la oposición resuelta de los
reyes de Francia a las pretensiones hegemónicas de los Habsbur-
e
go y el avance otomano en Europa oriental. Al mismo tiempo,
un poco por todas partes, las disensiones religiosas provocan en
Europa temibles guerras civiles. Por último, en 1648, al término
de la Guerra de los Treinta Años, gran conflicto europeo, a la
e
1,
,,',

• i,
vez religioso y político, Francia pone término a las ambiciones
de los Habsburgo . e
e
El poderío de Carlos v: sueño y realidades .,

De la elección de 1519 a la abdicación de 1555 e


Un año antes de la excomunión de Lutero por el papa, tres
pretendientes se disputan la corona imperial al día siguiente
de la muerte del emperador Maximiliano en enero de 1519:
e
el rey de España, el rey de Francia y el elector de Sajonia.
Carlos de Habsburgo, nacido en Gante en 1500 y educado
en Flandes, es un príncipe borgoñón, francés de lengua. Al
e
morir su padre Felipe el Hermoso en 1506, hereda los Países
Bajos yel Franco Condado, y en 1516, a la muerte de su
abuelo materno y debido a la incapacidad de su madre Juana
e
la Loca, se convierte en rey de Aragón, de Castilla, de Sicilia,

.__ __ J 251
e
e 252 BREVE HISTORIA DE EliROPA 14. LAS GUERRAS VE HEl.Il;J()~ .. 253

e de Nápoles y dueño de las colonias españolas de América,


cuya conquista no ha hecho más que comenzar. Por último,
la muerte de su abuelo paterno Maximiliano le asegura las
poder espiritual del papa, el poder temporal para mayor
bien de la Cristiandad. Pero este sueño medieval de los dos
poderes se ha vuelto anacrónico en la Europa de principios

e posesiones hereditarias de los Habsburgo: Austria, los du-


cados alpinos y el landgraviato de Alsacia. Así, el rey de Es-
paña (el término se vuelve corriente a partir de ese momen-
del siglo XVI, y Carlos V no tarda en darse cuenta.
Finalmente, minado por la gota, agotado por viajes ince-
santes, profundamente decepcionado por sus fracasos,

e
to) no es en absoluto un príncipe alemán; al menos, el hecho consciente de la imposibilidad de gobernar solo unas pose-
de ser jefe de la Casa de Austria le asegura cierta ventaja, siones tan dispersas y tan heterogéneas, Carlos V decide
dado que desde 1438 los siete electores siempre han elegido en 1555 no sólo renunciar al poder, sino dividir su «impe-
al emperador entre los miembros de esa Casa. rio». Entre septiembre de 1555 y enero de 1556, traspasa la
e Frente a él, Francisco 1, nacido en 1495, es el soberano del
reino más poderoso de Europa. Ha obtenido en 1515 la bri-
llante victoria de Marignan, que, después de los veinte años
soberanía de los territorios borgoñones (Países Bajos, fran-
co Condado) y las coronas españolas a su hijo Felipe, <jLle
se convierte en Felipe ll, rey de España. En septiembre
de guerra que sus predecesores habían sostenido en la de.J..556,.xenuncia-a-Ia-dignidadimper:iaLen.fa1l0LdulLhcrco
nínsula italiana, asegura la presencia francesa en Milán y en mano Fernando, soberano de los dominios austríacos y rey
el norte de Italia, mientras los españoles tienen Nápoles y el de Bohemia y Hungría. Es cierto que durante su largo reina-

e sur de la península. Su candidatun se explica a la vez por la


prt' )cupación de asegurar el prestigio de la corona imperial,
y F<Jr el temor a ver reforzado el poderío del rey de España
do no le habían faltado las dificultades.

e con ese mismo prestigio. En cuanto al elector de Sajonia, es


el único candidato alemán, pero sus posibilidades son esca-
sas ante los medios desplegados por Carlos y Francisco para
Los asuntos de Europa central

A partir de 1520, Alemania es sacudida por una terrible cri-


comprar los votos de los siete electores. Finalmente, éstos,

e ganados por el oro del banquero Fugger, al servicio del rey


sis provocada por el eco que en ella encuentrcm las ideas de

,-e
Lutero. La revuelta de los caballeros renanos (1522-1523), la
de España, eligen a éste emperador el 17 de junio de 1519, terrible revuelta de los campesinos (1525), la feroz represión
con el nombre de Carlos V. que desencadenan contra éstos el emperador y los príncipes
El poderío del nuevo emperador, sobre cuyas posesiones católicos (1531-1547), son los principales episodios de esa
«no se pone el so1», parece considerable, justificando una crisis que, de religiosa, se ha convertido en social y política.
ambición que expresa bien la divisa «Plus ultra». Carlos V La victoria de Carlos V en Mühlberg en 1547 no es suficiente
pretende ante todo recuperar los territorios de la herencia para restablecer la unidad religiosa y política del Imperio, y
borgoñona (Borgoña, Picardía) que Luis XI había anexado a el emperador tiene que aceptar la Paz de Augsburgo (1555),
su reino a la muerte de Carlos el Temerario y expulsar a los que reconoce las dos confesiones, y el aumento de poder

e
franceses de Italia. Pero sobre todo sueña, al menos has- que los príncipes luteranos obtienen de las secularizaci.ones.
ta 1530 aproximadamente, con hacer realidad la «monar- Asimismo, el saco de Roma en mayo de 1527 por los merce-
quía universal y cristiana», cara a Erasmo, el imperium mun- narios luteranos al servicio de Carlos V compromete irre-
di que implica su título imperial, y ejercer así, alIado del
e mediablemente, a pesar de una reconciliación ulterior, la
254 BREVE HISTOKIA !JE ElJRllPA
14. I.AS (;UI.RR.'S DI. RI.I.J(;J(W ...
255-
idea de dos poderes susceptibles de imponer su arbitraje a
europeas. La rivalidad personal de Francisco I y de Carlos V, _
Europa, cada uno en su esfera.
pero más aún sus ambiciones rivales (Borgoña, Italia) y la •
amenaza de cerco que la Casa de Austria hace pesar sobre
La ofensiva turca Francia explican esa obstinación. Las demás potencias si- .-
guen el conflicto con interés e inquietud, aliándose unas ve- .,
ces con uno de los contendientes, otras veces con otro. Es lo
En esa década de 1520, la ofensiva turca se reanuda en los
que hacen, sobre todo, el rey de Inglaterra Enrique VIII y, •••
Balcanes por iniciativa del sultán Solimán, llamado el Mag-
en Italia, la república de Venecia y el Papado. El sultán Soli- .,
nífico por los occidentales y el Legislador por los turcos,
mán concluye incluso con Francisco 1, en 1536, una alianza
cuyo largo reinado (1520-1566) marca el apogeo del I 111pe-
de hecho contra Carlos V, so capa de acuerdos comerciales
rio otomano, tanto en lo relativo a su expansión territorial
calificados equivocadamente de «capitulaciones»; para gran _
como al aumento de su poder y su prosperidad. Soliméín se
escándalo de la Cristiandad. La guerra se desarrolla en Italia,

--
apodera de Belgrado en 1521, de Rodas en 1522, y luego,
en Provenza, en el RoselIón, en Picardía, en Champagne o en
tras la bri1lante victoria de Mohacs, en 1526, de la mayor
Lorena. Hay dos episodios particularmente dramáticos.
parte de Hungría, incluida su capital Buda; al rey de Hun-
Vencido y hecho prisionero en Pavía en 1525, Francisco I es
gría, muerto en la batalla, le sucede Fernando de Habsbur-
retenido en Madrid durante casi un año por su adversario,
go, hermano menor de Carlos V, que sólo reina en una es-
que exif,c de él, para devolverle la libertad, la cesión de Bor-
trecha porción de tierra húngara, llamada Hungría real. En
goña y del Milanesado; sin embargo, una vez de regreso en
1529 Solimán asedia Viena, mientras los caballeros turcos
Francia, el rey se niega a cumplir un tratado firmado bajo
hacen incursiones que llegan hasta Baviera, creando el páni-
coacción. En 1553, en cambio, es Carlos V quien tiene que .-
co en toda la Cristiandad; pero, muy lejos de sus bases, debe
soportar un grave fracaso ante Metz. .,
levantar el asedio de la capital austríaca. Durante el reinado
Por último, agotados financieramente Enri9ue II, sucesor
de Solimán, el Imperio otomano, y sobre todo la península
de Francisco 1,y Felipe II, sucesor de Carlos V, firman en 1559 Al
balcánica, conoce la paz interior y una relativa prosperidad;
el Tratado de Cateau-Cambrésis; Francia, de hecho, es expul- .,
dado que las conquistas aseguran al sultán sustanciosas ren-
sada de Italia, que queda desde entonces bajo el dominio de
tas. Estambul es, con 400.000 habitantes, la ciudad más po-
España, dueña de Milán y de Nápoles, pero conserva en cam-
blada de toda Europa; capital del islam sunita, es una gran
bio los tres obispados loreneses (Metz, Toul y Verdún), ocu- _
ciudad cosmopolita, punto de llegada de las caravanas asiá-
pados en 1552, así como Calais, tomado a los ingleses en 1558. .
ticas, puerta de los Balcanes y gran puerto frecuentado por
los navíos de la Europa cristiana.
La Europa desgarrada de la época de Felipe 11 e
La lucha de Francia y de la Casa de Austria

Durante cuarenta años, de 1519 a 1559, una larga lucha inte-


Felipe II de España, paladín del catolicismo

Aunque Carlos V no legó a su hijo, en 1556, ni los dominios


e
rrumpida por treguas enfrenta a las dos mayores potencias
austríacos ni la corona imperial, no deja de ser Felipe 11por
e
e 256 BR.E\'¡: HISTORIA DE EUROPA ]-L 1.AS (;UEKR.AS DE RELI(;¡ON •.. 257

_ ello el soberano más poderoso de su tiempo. Además de Es- Este largo reinado (I 555-1598) se inscribe por entero en
,., paña, posee los Países Bajos y el Franco Condado, lo cual le lo que se ha llamado el «Siglo de Oro» español, que va apro-
permite seguir amenazando virtualmente a Francia, y domina ximadamente desde 1530 hasta los años 1640. La expresión
A la Península italiana, dado que posee al norte el Milanesado y apunta no sólo al esplendor de la civilización (Teresa de
., al sur los reinos de Nápoles y de Sicilia. Fuera de Europa, tres Ávila, Juan de la Cruz, Cervantes, El Greco), sino también a
cuartas partes de América son españolas (Brasil pertenece a la prosperidad económica (al menos hasta 1590 aproxima-
_. Portugal), lo mismo que el archipiélago de Filipinas. Además, damente). Esa prosperidad afecta sobre todo a Castilla, pro-
., en 1580, Felipe 11se convierte en rey de Portugal: sólo se trata ductora de cereales y lana que se transforma bien en el pro-
de una unión personal de las dos coronas, yel rey ha prometi- pio reino, o bien se exporta hacia Flandes o Italia, mientras

e do respetar las libertades portuguesas; así se realiza al menos


la unión no sólo de la Península Ibérica, sino también de los
dos mayores imperios coloniales entonces existentes.
I
.J
1
.B!;~I
1
que el gran comercio marítimo con Europa y con América
enriquece a Cádiz y a Sevilla. Pero, contrariamente a lo que
sucedía en la época de Carlos v, cuando ESRaña estaba
Soberano cuasi absoluto, Felipe se impone como meta el .~ abierta a las corrientes procedentes de toda Eurapa, la socie-
~do_rzamiento_de-l3-unidad-p0!ítiQl-y-r~ligi4sa-de-España-y dad-espaoola-t-ie.ooe-aJ1B.ra-a-p<}Fali.z~S€-y-a-¡:e~garS€-Sf}b.
., la defensa de los intereses españoles en toda Europa, desde 1 sí misma. La noción de >\-<<limpieza de sangre», en provecho
el mar del Norte al Mediterráneo, que pronto se confunde de los «cristianos viejos», se generaliza. El Estado y la Iglesia
• con la defensa misma del catolicismo, amenazado a un controlan muy de cerca las creencias. El tribunal de la
•• tiempo por los protestantes y por los turcos. Es así como se Inquisición, sobre todo, prosigue despiadadamente la extir-
explican, no sin una constante ambigüedad nacida de esa pación de todas las disidencias religiosas: cristianos sospe-
•• misma confusión, sus conflictivas relaciones con la Inglate- chosos de luteranismo; conversos, o judíos oficialmente
,., rra protestante, que desembocan en el fracaso de la Armada convertidos; moriscos del antiguo reino de Granada, musul-
enviada contra las Islas Británicas en 1588, sus intervencio- manes convertidos, pero que rechazan cualquier asimila-

e nes en Francia durante los últimos episodios de las guerras


de religión, y su participación en la lucha contra los turcos,
que culmina con la victoria cristiana de Lepanto en 1571. Es
ción y que, a raíz de una revuelta aplastada con sangre en
1569-1571, son dispersados por toda España. E¡:¡'!cambio,en
los Países Bajos, Felipe II tiene que soportar su fracaso más
cierto que el rey dispone de medios a la altura de sus ambi- humillante. Las diecisiete provincias de la herencia borgo-
A ciones. No sólo los Países Bajos y el Milanesado son las re- ñona, desde el Artois a Frisia, habituadas a una amplia auto-
., giones más ricas y más activas de toda Europa (por no ha- nomía y donde son numerosos los protestantes, soportan
blar del esplendor de su civilización), sino que además el cada vez peor la tutela que quiere imponerles el rey de Espa-
_ Nuevo Mundo se ha convertido para el rey de España en ña. En 1566 estalla la revuelta y ensangrienta todo el país .
., una verdadera mina. La plata del Potosí llega a Sevilla por Veinte años más tarde, la reconquista de las provincias del
toneladas desde 1545, yel rey, que deduce la «quinta parte» sur, que han seguido siendo católicas, está asegurada, pero las
_ de las cantidades que llegan, puede hacer frente parcialmen- provincias del norte, con Holanda a la cabeza, mayorüaria-
., te a los enormes gastos que generan una diplomacia muy ac- mente calvinistas y animadas por Guillermo de Orange, pro-

e tiva y, sobre todo, el mantenimiento del mejor ejército y de


la mejor flota de Europa.
claman la República de las Provincias Unidas en 1581 y prosi-
guen la lucha por el reconocimiento de su independencia.
258 liJ{EVE HISTORIA DE EUROPA 14. LAS GUERRAS UE }{EI.l<;I(1;-'; ..
259 e
El establecimiento del anglicanismo en Inglaterra muerte y ejecutar por alta traición en 1587. Por su parte, los
irlandeses se oponen ferozmente a la introducción del angli- 1)
En 1534, el rey de Inglaterra Enrique VIII (1509-1547) rom- canismo en la isla; varias revueltas son aplastadas, sobre
pe con el Papado, que se negó a reconocer su divorcio, y se
proclama jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra. Con su jo-
ven hijo Eduardo VI (1547-1553), el reino se inclina hacia el
todo en 1603. Irlanda parece entonces sometida, pero el vie-
jo antagonismo anglo-irlandés, ahora incrementado por un e
---
antagonismo religioso, es más irreductible que nunca.
calvinismo. En cambio, la hermanastra de éste, María, fer- La segunda mitad del siglo está marcada por un poderoso
viente católica, reconcilia a Inglaterra con Roma en 1554 y desarrollo económico. La población de Inglaterra (dejando
se casa con Felipe, futuro rey de España, al año siguiente; a un lado el País de Gales) pasa de 3 millones de habitantes
pero muere en 1558, dejando el trono de Inglaterra a su her- t en 1551 a más de 4 millones en 1601. Sin progresos técnicos
manastra Isabel. El largo reinado de ésta (1558-1603) está t"t notables, la agricultura consigue hacer frente a la demanda
marcado por el establecimiento del anglicanismo y el desa- cada vez mayor derivada de ese crecimiento. Al mismo

-e
rrollo económico del reino. tiempo, las industrias, dispersas por los campos, están en
Preocupada por la unidad y la concordia, Isabel se mues- plena expansión y trabajan, más allá de las necesidades loca-

rl
tra ante todo prudente, buscando una solución de compro- les, para la exportación: minas de hulla, forjas de madera,
miso entre catolicismo y calvinismo. El Parlamento vota industrias de pailo y lencerías. Londres ve pasar su pobla-
en 1559 el Acta de Supremc.cÍa que somete la Iglesia a la au- ción de 90.000 habitantes en 1563 a más de 150.000 a finales
toridad de la reina y, en 1563, los Treinta y Nueve Artículos. del reinado. No es sólo una capital política, intelectual y cul-
Según los términos de este texto, la liturgia y la jerarquía si- tural; es también, y cada vez más, una grandísima plaza co-
guen cercanos al catolicismo (aunque abandonando el uso t
del latín, el culto a las imágenes y el celibato de los sacerdo-
tes), pero el dogma es netamente calvinista: justificación por (,
mercial, con sus compañías de comercio (sobre todo la
Compañía de las Indias Orientales, creada en 1600), su bol- e
-
¡. sa, fundada en 1566, y llamada Royal Exchange en 1570, sus
la fe, autoridad exclusiva de la Biblia y rechazo de los sacra- t,
astilleros de construcciones navales, y su puerro, cuyo tráfi-
mentos, menos dos, bautismo y cena. Excomulgada y des- t co rivaliza con el de Amberes. A partir de 1568, los marinos
poseída por el papa en 1570, la reina se decide a ratificar la ingleses atacan abiertamente el monopolio español en Amé-

--
declaración de los Treinta y Nueve Artículos y a desencade- rica; en 1577-1580, Francis Drake emprende una gran expe-
nar persecuciones contra los opositores, tanto calvinistas dición que, por el estrecho de MagaJlanes, le lleva a las costas
-llamados "puritanos- como, sobre todo, católicos. A partir de Chile y Perú, donde saquea El Callao; luego cruza el océa-
de 1570, los «papistas» son vistos como traidores en poten- no Pacífico y vuelve a Inglaterra por el cabo de Buena Espe-
cia. La política antiinglesa de Felipe 11y las conspiraciones ranza, realizando de este modo la segunda vuelta al mundo.
en torno a Máría Estuardo contribuyen a mantener en el
ánimo de los ingleses la obsesión de una conspiración «ro-
mana». La reina de Escocia, María Estuardo, católica, es ex-
pulsada de su reino por sus súbditos convertidos al protes-
tantismo y se refugia en 1568 junto a su prima Isabel;
Las guerras de religión en Francia

Desde la segunda mitad del siglo XVI, Francia atraviesa una


e
finalmente ésta la manda encarcelar, luego condenar a larguísima crisis nacional conocida con el nombre de «gue-
e
e 260 BREVE HISTORIA VE EüROPA
14. lAS (;LTRRAS DE RELI(;I<)N •..
261

e rras de religión». Varios factores contribuyen a la gravedad


ya la complejidad de esa crisis: la violencia de las pasiones
comportan como jefes casi independientes. La situación se
agrava aún más debido a las intervenciones extranjeras: los
religiosas, la debilidad de la autoridad real, la intervención hugonotes solicitan en diferentes ocasiones la ayuda de In-

e extranjera y las dificultades económicas. Los avances del


calvinismo en Francia hasta 1559, fecha del primer sínodo
nacional en París, y sobre todo la conversión de numerosos
glaterra y de los príncipes alemanes; por su parte, Felipe Il
apoya directamente a la Liga Católica. Por último, las difi-
cultades económicas, en parte derivadas de la guerra, vienen

e gentileshombres constituyen una amenaza directa para la


paz y la unidad del reino. En efecto, los calvinistas, aunque
muy minoritarios, no ocultan, al igual que sus adversarios,
a añadirse a la crisis política.
Hasta 1572,la lucha permanece indecisa. La eliminación de
los principales jefes protestantes en París durante la matanza

e su voluntad de imponer su creencia al conjunto de los fran-


ceses. Sólo algu.nas raras voces aisladas se elevan para predi-
car la tolerancia. Esa violencia de las pasiones religiosas an-
de la Noche de San Bartolomé, el 24 de agosto de 1572, no re-
suelve nada; los hugonotes, exasperados, endurecen sus posi-
ciones frente a los católicos, los más extremistas.ge los cuales
tagónicas entraña el desencadenamiento del fanatismo y la; forman la Santa Liga. En 1584, la muerte de p'rancisco de
__crUeldad>-y_expliCal<Lduración-}LeLencar.nizamiento_deL---J. " 1en-c;un-,último-hijo-de-Em ique tI, cuestiona effr,ígil equÜic:
conflicto. I brio así establecido. En efecto, como Enrique III no deja hi-
Un poder real fuerte habría podido desempeñar eventual- .,". jos, su heredero es Enrique de Borbón-Navarra, descendiente

e mente el papel de árbitro. Pero a Enrique Il, muerto acci-.;


dentalmente en julio de 1559, le sucede su hijo mayor Fran-
cisco Il, que no tiene más que dieciséis años y que, enfermo,
.•.•
".~
del último hijo de San Luis. La perspc'ctiva de ver subir a un
hugonote al trono de Francia repugm a la inmensa mayoría
de los franceses y lleva a la Liga, dominada por los Guisa, a

e muere después de dieciocho meses de reinado. Con su her-


mano Carlos IX (1560-1574), que sólo tiene once años, el
poder es ejercido al principio por su madre, la regente Cata-
i
I
1
proseguir una guerra a ultranza contra los protestantes. Enri-
que I1I, considerado demasiado blando por los miembros de
la Liga, es asesinado en 1589, no sin antes haber reconocido a

e lina de Médicis, que fracasa en su política de acercamiento


de las dos confesiones (Coloquio de Poissy, 1561). El desen-
cadenamiento de la guerra civil y la incapacidad de Car-
ij
4:
Enrique de Navarra como sucesor suyo. Éste, .C:qnvertidoen
Enrique IV, sólo consigue imponerse a la mayoría de sus súb-
ditos abjurando del protestantismo en 1593. Deseoso de res-
los IX, y luego de su hermano Enrique III (1574-1589), para tablecer la paz civil, concede en 1598 a sus antiguos correli-
8 ponerla fin demuestran la debilidad de la autoridad real
frente a los jefes de los partidos enfrentados, Francisco de
gionarios, por medio del Edicto de Nantes, el derecho a la
libertad de conciencia, la libertad de culto (con ciertas reser-
Guisa, y luego su hijo Enrique, llamado el Balafré, por el vas) y el acceso a todos los cargos.

e partido católico; Coligny, y luego Enrique de Barbón, rey de


Navarra, por el' partido protestante o hugonote. La religión
sirve pronto de pantalla a la ambición política. Asimismo,
De este modo, por voluntad real, se crea una situación pro-
fundamente original en la Europa de entonces, y muy mal
aceptada por la mayor parte de la opinión francesa, porque

e los acontecimientos favorecen el despertar de las auto no-


mías provinciales o locales, refrenadas en tiempos de Fran-
cisco 1 y de Enrique 11.Los gobernadores de ciertas provin-
Francia se convierte en un Estado donde teórica y legalmente
cohabitan en pie de igualdad súbditos católicos y súbditos
*reformados.

e cias, apoyados a menudo por los estados provinciales, se


262 HREI'E HISTORIA DE EUROPA 14. l.AS (iUERRAS DE REI.I(;It)~ ...
263
e
La reanudación de la guerra entre Francia
y la Casa de Austria

Los orígenes y los inicios de la Guerra de los Treinta Años

El enfrentamiento, en el Imperio, entre católicos y protes-


ña Felipe I1I, no puede dejar de inquietar a Francia, atenta al
peligro mortal que representaría para ella semejante creci-
miento de poderío de los Habsburgo, dado que las dos ra-
mas de la Casa de Austria siguen ,estando muy unidas a pe-
sar de la división de 1555.
-e
--
Elegido rey de Bohemia en 1617, Fernando chocó inme-
tantes constituye hacia 1600 una temible amenaza para la diatamente con sus súbditos checos. Un incidente -la defe-
paz europea. Desde luego, el compromiso de Augsburgo ha nestración, en Praga, el23 de mayo de 1618, de tres lugarte-
,"iII-f
puesto fin en 1555 al enfrentamiento armado entre prínci- nientes del rey por un grupo de nobles protestantes-,
pes católicos y príncipes luteranos al conceder tanto a unos prende fuego a la mecha. Los checos sublevados deponen a
como a otros la libertad de elegir su religión y de imponerla Fernando y eligen como rey al elector palatino, príncipe cal-
a sus súbditos. Pero la evolución de la Siluación desde esa fe- ¡ vinista y jefe de la Unión Evangélica. De este modo, la re-

-e
cha ha sacado a la luz las insuficiencias de este compromiso, vuelta checa, simple incidente local, se convierte en un
sobre todo porque, después de la abdicación de Carlos V asunto que afecta a todo el Imperio y, más allá, a la mayoría
(1556) Y la muerte de Fernando 1 (1564), sus mediocres su- de los Estados vecinos: la Guerra de los Treinta Años ha em-
cesores han permitido el debilitamiento de la autoridad im- pezado.
peri,d. Ahora bien, la prohibición de toda secularización Vencedor de los cheCll~en la batalla de la Montaña Blan-
después de 1552 no ha sido respetarla y, sobre todo, la rápi- ca, en 1620, Fernando I! se entrega en Bohemia a una vio-
da extensión del calvinismo en Alemania durante el último lenta reacción política y religiosa, sobre todo de germaniza-
cuarto del siglo XVI plantea un grave problema en la medida
en que los príncipes calvinistas, o reformados, exigen la
aplicación en provecho propio de las claúsulas de la Paz de
Augsburgo. La paz se ve tanto más amenazada cuanto que
~.
e
:,¡J
ción parcial y de eliminación del protestantismo; al mismo
tiempo, se venga del elector palatino confiscándole sus bie-
nes y privándole de su dignidad electoral en ,provecho del
e
duque de Baviera, católico y jefe de la Santa Liga. Los prínci-
en el Imperio, en 1608-1609, se forman ligas armadas: la
Unión Evangélica protestante y la Santa Liga católica.
't,
pes protestantes, cada vez más inquietos, buscan apoyos en
el exterior del Imperio, en el rey de Dinamarca primero
e
-e
La personalidad del nuevo emperador, Fernando 11,elegi- (pero la intervención de éste se convierte en un fracaso) yen
do en 1619, hace más peligrosa todavía esta explosiva situa- el rey de Suecia después. Gustavo Adolfo, preocupado al
ción. En efecto, éste, católico intransigente, no oculta sus mismo tiempo por ampliar el poderío sueco en el norte de
ambiciones que apuntan, a plazo mayor o menor, a la elimi- Europa (quiere «hacer del Báltico un lago sueco») y por de-
nación del pro}estantismo y a la transformación de sus po- fender el luteranismo, se deja convencer por los príncipes
sesiones hereditarias, de sus coronas electivas (Bohemia, protestantes y por Francia, y decide intervenir. En el curso

-e
Hungría) y del Imperio germánico en un único y vasto Esta- de una brillante campaña en el norte de Alemania, derrota a
do centralizado, alemán y católico. Además de los checos y las tropas imperiales y llega hasta Renania, pero muere en
los húngaros, todos los príncipes del Imperio se sienten por Leipzig el 6 de noviembre de 1632, en el atardecer de una
tanto amenazados, y los príncipes protestantes con doble nueva victoria. Fernando II, liberado provisionalmente del
motivo. Por último, este proyecto, que apoya el rey de Espa- peligro sueco, propone a los príncipes alemanes una paz de
e 264 BRE\'E HISTORIA DE EUROPA 14. I.AS (;UERRAS DE Kr.r.l(;l()~' ...
265

e compromiso en 1634. Pero, en Francia, Richelieu ha visto


llegar el momento de lanzarse a fondo abiertamente contra
los Habsburgo.
sor, el italiano Mazarino, que ejerce el poder de un primer
ministro gracias a la confianza y a la amistad que le testimo-
nia la reina Ana de Austria, regente durante la minoría de

e Richelieu y Mazarino contra los Habsburgo


Luis XIV. En efecto, a pesar de la Fronda (1648-1653), gue-
rra civil mucho más grave de lo que implica su nombre y
que viene a ser la violenta expresión de todos los desconten-

e La tarea de restablecimiento de la autoridad monárquica y


de resurgimiento económico emprendida por Enrique IV en
1
M>

I
1
tos populares contra el joven rey, contra la reina madre y so-
bre todo contra el detestado Mazarino, éste prosigue y lleva
hasta el final la guerra contra los Habsburgo.
la última parte de su reinado queda brutalmente interrumpi- I
e da, en 1610, por el asesinato del rey. Durante la regencia de
su madre María de Médicis, y luego solo, el joven Luis XII [1
~
Richelieu estaba preocupado tanto por los manejos 'de
Olivares, valido de Felipe IV, que quería acabar con las Pro-
vincias Unidas y aumentar el poderío español, como por las
trata de hacer frente a las intrigas de los grandes y a las suble- :11 ambiciones de Fernando III, que sucede a su padre en 1637
e--vaciulles de losprotestarrt:es>!Tastaque-en-l6Z4-decide-Hamar--l lítica por su cuenta. Francia declara la gue-
al obispo de Lu<;on,Richelieu, al que nombra jefe del Conse- ;~ rra a España en 1635. Tras unos principios difíciles, marca-
jo. Éste se impone como objetivos, como escribirá más tarde ,1
e
dos por la toma de Corbie por los españoles en 1636, las tro-
al rey, «arruinar al partido hugonote, domeñar el orgullo de 'ft pas francesa:; obtienen éxitos en Alsacia, en Artois y en el
los grandes, reducir a todos sus súbditos a su deber y levan- ~) Rosellón, micntras apoyan a todos los ad\crsarios de los
tar su nombre entre las naciones extranjeras hasta el punto Habsburgo: holandeses, príncipes protestantes alemanes y

e en que debía estan>. De hecho, no se trata de un plan preesta-


blecido y ejecutado punto por punto: Richelieu, cuyo poder
depende totalmente de la confianza que le otorga el rey, sabe
~~
....
suecos, pero también catalanes, portugueses y napolitanos,
sublevados contra Madrid desde 1640. El 19 de mayo de
1643, el futuro príncipe de Candé aplasta anLe Rocroi a un

e
plegarse a las circunstancias. Pero, en conjunto, lleva a buen ejército español que se dirigía sobre París. En 1646, y ele, ,
término el programa que se había fijado: deshace las diversas nuevo en 1648, Turena y los suecos vencen a los ejércitos,
conspiraciones nobiliarias destinadas a abatirle; acaba con imperiales en Baviera y amenazan Viena. El 20 de agosto de
los protestantes, cuyo poderío político y económico arruina
e apoderándose de La Rochelle, pero respetando ventajas reli-
giosas y civiles que se les reconocían en el Edicto de Nantes, y
1648, Candé bate a los españoles en Lens. Pocas semanas
más tarde se firma la Paz de Westfalia.

reprime las numerosas sublevaciones populares nacidas del

e fuerte aUl]1ent9 de la presión fiscal. Ésta es fruto de la guerra,


al principio «encubierta», luego «abierta», que el ministro ha
decidido llevar hasta el fin, cueste lo que cueste, contra los
Los tratados de Westfalia

Las negociaciones entre los beligerantes empezaron en 1644,

e Habsburgo, convencido de que de ello depende la existencia


misma de Francia como gran potencia.
Al morir en 1642, pocos meses antes que Luis XIII (1643),
pero se demoraron mucho. España firma una paz por' sepa-
rado con las Provincias Unidas en enero de 1648; éstas ven
reconocida su independencia y obtienen ventajas comercia-

e deja el cuidado de proseguir la obra emprendida a su suce- les y territoriales. Libre por ese lado, España decide prose-
266 "REVE HISTO}UA DE EliROPA 14. lA .•.•(;n:HRA .•.•In: RFI.Hilt)!': ... 267 e
guir la lucha contra Francia. Pero el emperador, presionado
por los príncipes católicos alemanes, aliados suyos, firma la
paz con Francia y Suecia el 24 de octubre de 1648. El conjun-
El/ropa hacia 1660

Los disturbios de la Fronda en Francia benefician ampliamen-


el
to de los textos, conocidos bajo el nombre de Tratados de
Westfalia, consagra el fracaso de las ambiciones de los Habs-
burgo alemanes y la victoria política francesa.
En efecto, los tratados imponen a Fernando 111el man-
te a España permitiéndole proseguir la lucha, a pesar de su ais-
lamiento y de su cansancio. Cuando los disturbios terminan,
Mazarino busca la alianza de la Inglaterra de Cromwell que, a
cambio de Dunquerque, promete su ayuda militar. En 1658,
e
tenimiento de la división religiosa del Imperio y el debi-
litamiento de la autoridad imperial. No sólo quedan confir-
madas las cláusulas de la Paz de Augsburgo, sino que los 1\
un ejército franco-inglés sale victorioso de la batalla de las Du-
nas, cerca de Dunquerque. Aislada y vencida, España se deci-
de a aceptar la paz. Por el tratado llamado de los Pirineos, fir-
e
calvinistas comparten desde entonces con los luteranos to-
das las ventajas concedidas a éstos. En nombre de las «liber- t mado en el Bidasoa, el? de noviembre de 1659, cede a Francia
el Rosellón, el Artois y una serie de plazas fuertes desde Flan- e
-e
tades germánicas)}, Francia y sus aliados reducen todo lo po- des a Luxemburgo. Ese mismo día se firma el contrato de ma-
sible los poderes del emperador en el Imperio, reforzando ~ trimonio de Luis XIV y la infanta María Teresa, quien debe re-
los poderes de los 350 estados alemanes. Además, el hijo del t nunciar a sus derechos a la corona de España, a cambio del
elector palatino recupera la dignidad electoral yel Palatinado
renano, mientras que el elector de Brandeburgo, el adversa- t pago de una dote de 500.000 escudos de oro, contando Maza-
rino con que esa suma nunca seria pagada.
rio más resuelto de los Habsburgo, recibe la mayor parte de En el norte de Europa, Carlos Gustavo X, convertido en
la Pomerania oriental y los obispados secularizados de Min- rey de Suecia en 1654, trata de rean udar los vastos proyectos
den, Halberstadt y Magdeburgo. En materia de «satisfaccio- de Gustavo Adolfo en el continente, sin tener su sentido po-
nes territoriales», Francia obtiene el reconocimiento oficial
de su control sobre los tres obispados loreneses (Metz, Toul
y Verdún), Brisach y la mayor parte de Alsacia (salvo la ciu-
lítico ni su genio militar. Invade Polonia en 1655, pero cho-
ca con la resistencia polaca. Además, debe hacer frente a un
e
ataque del rey de Dinamarca, pronto apoyado por las Pro-
dad libre de Estrasburgo y la república de Mulhouse). En
cuanto a Suecia, recibe la Pomerania occidental, una parte de
la Pomerania oriental (con el puerto de Stettin) y los obispa-
vincias Unidas y Brandeburgo. Pero, gracias a la mediación
de Mazarino, preocupado por el peligro que corría su aliado
sueco y por un eventual cuestionamiento de los Tratados de
e
dos de Bremen y de Verden: de este modo controla las de-
sembocaduras de los grandes ríos alemanes, Oder, Elba y
Weser.
Westfalia, se produce una paz general, llamada del Norte,
que se concreta mediante diversos tratados en 1660 y 1661.
Suecia es la gran beneficiaria, porque obtiene, o ve confir-
e
Los Tratados de Westfalia, acogidos con alivio en una Ale-
y
mania agotada asolada por treinta años de contienda des-
piadada, no implican sin embargo la paz general en Europa:
marse, el sur de Escania a costa de Dinamarca, la Livonia
marítima de Polonia, y Carelia e Ingria de Rusia.
De este modo, políticamente, la Europa de 1660 es muy
e
la guerra prosigue entre Francia y España y los problemas de distinta de la de 1560 o 1600. La Casa de Austria ya no re-
la Europa del norte no quedan solucionados. presenta un peligro para la paz europea. Apartados de Ale-
mania, los Habsburgo de Viena se orientan hacia la consti-
e
tución de un vasto Estado dinástico centrado en Austria y

e
e 268 !lBEVE HISTUBIA DE EUROPA 14. LAS GUERRAS UE REl.IGIÚN ... 269

e Bohemia, articulado en torno al Danubio, y susceptible de


ampliarse hacia el este a expensas de los turcos. España, de-
bilitada y amputada, ya no es una potencia de primer orden.
desposeído de su feudo, de sus libertades o de sus franquicias, ni
puesto fuera de la ley o desterrado, ni molestado de ningún otro
modo, salvo en virtud de sentencia legítima de sus pares o de las

e Ahora, tanto Inglaterra -que ha salido de su aislamiento tras


la guerra civil (1642-1648), la ejecución del rey Carlos 1
(1649), la república de Cromwell (1649-1659) y la restaura-
leyes del territorio; [...]
5) Considerando, empero, que a pesar de estas leyes y de
otras normas y reglas válidas de vuestro Reino encaminadas al
mismo fin, varios súbditos vuestros han sido recientemente en-

e ción de Carlos II (1660)-, como las Provincias Unidas, inde-


pendientes y agrandadas, o Suecia, con su dominio del Bál-
tico, son grandes potencias a las que su vocación marítima
carcelados sin que se haya indicado la causa de ello; [...]
6) Considerando que se han enviado recientemente considera-
bles destacamentos de soldados y marineros a varios condados del

e convierte en competidoras.
ción preponderante
Pero el hecho clave es la situa-
de Francia. El reino que Mazarino mo-
ribundo deja al joven Luis XIV (1661) no sólo es más vasto y
Reino y que los habitantes han sido obligados a recibirles yalojar-
los contra su voluntad, de modo opuesto a las leyes y costumbreS
de este Reino, y todo para gran opresión de las gentes; [...] '.;~i;
está mejor protegido, sino que dispone de una clientela que lO) Con este motivo, suplican humildemente a Vuestra Exce-
E&mrFef}{;Ie-a-€asi-ffidos-los-países-europeos;-Porutnrparte~--- __-2.-
lentísima Majestad que nadie esté obligado en lo sucesIvo Ú rear~--
su prestigio intelectual y artístico no deja de crecer. Empieza zar donación gratuita, prestar dinero ni hacer una contriliución
la era de la preponderancia francesa en Europa. voluntaria, ni a pagar impuesto o tasa alguna, salvo común con-

e DOCUMENTOS
sentimiento otorgado por Ley del Parlamento; que nadie sea cita-
do a juicio ni obligado a prestar juramento, ni requerido a reali-
zar servicios, ni detenido, inquietado o molestado con motivo de

el. Los orígenes de la primera


de Derechos (1628)
revolución inglesa: la Petición
dichas exacciones o de la negativa a pagarlas; que ningún hombre
libre sea detenido o encarcelado de la manera antes indicada; que
V. M. se digne disponer la retirada de los soldados y maFineros

e 1) Los Lores espirituales y tempo~ales y los comunes reunidos


en Parlamento recuerdan muy humildemente a nuestro soberano
de que se ha hecho mención [... ] '" "r...
11) Todo lo cual suplican humildemente a V. M. por ser sus de-
rechos y libertades según las leyes y estatutos de este Reino [... l.
y señor el Rey [... ] que [... ] vuestros súbditos [...] no podrán ser
a compelidos a participar en impuesto, exacción, ayuda o carga al- Según MARIANO DARANAS, Las constituciones europeas, Madrid, Editora
• guna sin el consentimiento general de la comunidad expresado Nacional, 1979, vol. 1, págs. 930-933
en el Parlamento;

e 2) Considerando, sin embargo, que desde fecha reciente se


han confiado misiol)es en varios condados a diversos agentes,
con determinadas instrucciones en virtud de las cuales vuestro
Carlos [ se convierte en rey de [nglaterra y rey de Escocia en 1625 a
la muerte de su padre Jacobo [(que a su vez era hijo de María Es-
pueblo ha sido reunido en varios lugares y requerido a prestar tuardo, reina de Escocia, y que había sucedido en 1603 a su'prima
_ ciertas sumas a Vuestra Majestad [...] Isabel). Después de haber intentado prescindir del Parlamento, re-
• 3) Considerando que también se ha decretado y establecido curriendo sobre todo a préstamos forzados, debe decidirse en 1628

e por la ley llamada «Magna Carta de las Libertades de Inglaterra»


que ningún hombre libre podrá ser preso ni llevado a la cárcel ni
a convocar al Parlamento, que, el 7 de junio, con las dos cámaras
reunidas (Lores y Comunes) le dirige una Petición de Derechos
270 BREVE HI~TOI{IA DE EUROPA '4. I.AS (;tlERRAS DE RF.I.I{il(')N ...
271
e
(Petition of the Rights) que enumera las ilegalidades cometidas
por el rey y recuerda las libertades inglesas garantizadas por la
y dejando a salvo también la libertad de conciencia de cada uno. a
y ya que las diferencias de religión entre los protestantes no son .,
Carta Magna de 12 I 5. El rey se somete al principio, pero luego di-
todavía suficientemente claras, en espera de una sistematización
suelve el Parlamento y, durante once años, reina COI/IO soberano
definitiva, y ya que por tal razón se han formado dos partidos, se .-
absoluto. Esta política de «tiranía», que va acompaiiada de un in-
establece consensualmente entre las dos partes que, cada vez que .,
tento de imponer el anglicanismo a todos los disidelltes (sobre todo f un príncipe o señor de una tierra, o un patrono de cualquier igle-

e
.)
a los puritanos), provoca una guerra civil (1642-1649), que con- ~ sia, quisiera pasar a la religión de la otra parte, o cada vez que hu-
cluye con la derrota y la ejecución del rey (1649), conltl proclama- J
biese recibido u obtenido por derecho de sucesión, o en virtud del
ción de la República y con la dictadura de Cromwell (1653- I 658).
f1 presente tratado, o por cualquier otra razón, un principado o un
señorío donde se profesara públicamente la religión de la otra par-
* te, automáticamente se le concederá, sin ninguna oposición, tener .-
2. La Paz de Westfalia (1648) ~ en su re~idencia predicadores especiales de su religión para él, y .,
~
¥ además para su corte; ello, sin embargo, no podrá realizarse a ex-
¥ pensas o en perjuicio de sus súbditos. Pero no será legal que, mu- &
Art. 5. Se decide además que a todos los seguidores de la confe- ¡

sión de Ausburgo ~úbditos de católicos, como también a los cató- t


.~
dadas la religión practicada oficialmente o las leyes y constitucio-
nes eclesiásticas hasta ese momento en vigor, o que, sustraídos a

e
licos que lo sean de Estados de aquella confesión que no han go- t ella sus templos, escuelas, hospitales o rentas, pensiones y estipen-
zado todavía, desde 1624, de la práctica pública o p,-ivada de su
religión, o que, desj-Jués de la publicación de la tregua, profesaron dios, se concedan a los miembros de b propia, y todavía menos
que ~c obligue a los propios súbditos a acoger como ministros a los
o abrazaron una religión diferente de la profesada por el ~eñor de
de otra religión, con el pretexto de leyes territoriales, o episcopales,
la tierra donde vivían, se les permitirá con entera libertad fre-
cuentar privadamente los lugares de su culto, sin estar sujetos a o de patronato, o con otros pretextos, o que se haga oposición di- .-
recta o indirectamente a la religión de los súbditos. .,
pesquisas ni molestias, y no se les impedirá participar en la profe-
sión pública de su religión en su vecindario, cuantas veces lo de-
seen, o de enviar a sus hijos a la escuela perteneciente a su reli-
gión o de tener preceptores privados en sus casas [... )
Cit. por MIGUEL ARTOLA, Textos fundamentales
Alianza Editorial, 1985, págs. 310-311
para la flistoria, Madrid,
e
Art. 7. Por consenso unánime de su Majestad Imperial y de to-
dos los Estados del Imperio, se considera oportuno que por el mis-
mo derecho o privilegio que todas las otras constituciones impe-
riales, la paz religiosa, el presente tratado público y la resolución
La Paz de Westfalia puso fin a la Guerra de los Treinta Años
(1618-1648), decretando, entre otras cosas, un statu quo de tole-
.rancia religiosa entre católicos, luteranos y calvinistas que acabara
e
de las quejas en ellos contenidas, otorgados a los Estados católicos, con las guerras de religión que habían asolado Europa. Esta dispo-
a sus súbditos y a los de la confesión de Ausburgo, se concedan sición constituyó un paso importante en el proceso de seculariza- ••
también a los lIam~dos reformados, dejando a salvo siempre los ción del Estado. .,

e
pactos, privilegios, declaraciones y otros acuerdos que los Estados
denominados protestantes han acordado entre ellos mismos y sus
súbditos, mediante los que se han establecido, hasta ahora, los re- 3. Europa vista por Luis XIV en 1661
glamentos referentes a la religión, su práctica y cualquier cosa rela-
cionada con ella, por los Estados y los súbditos de cualquier lugar,
En efecto, todo estaba tranquilo en todas partes: ni movimiento
ni temor o apariencia de movimiento en el reino que pudiera in- e
e 272 HKEVE HISTORIA PE EUROPA
.~
.~
[.t. L¡\:-o (il'H{I{:\S PE RELI(;I()S .•• 273

e
-~

terrumpir o enfrentarse a mis proyectos; la paz con mis vecinos i dicaba a una tanto como a la otra, y su principal sostén era mi
se hallaba establecida, presumiblemente para tanto tiempo como !i
'5.'
amistad.
yo mismo quisiera, por las disposiciones en que ellos se encon- '~~

'1(
Sólo el Papa en Italia, por un resto de su antigua enemistad ha-

e
traban. ", cia el cardenal Mazarino, conservaba bastante mala voluntad
España no podía reponerse tan prestamente de sus grandes
~ hacia los franceses, pero no haría otra cosa que ponerme difícil lo
pérdidas; no sólo estaba sin finanzas, sino sin crédito, incapaz de que dependiese de él, y que en el fondo era poco considerable.
ningún gran esfuerzo en materia de dinero ni de hombres, ocu- Sus vecinos no habrían seguido sus intentos, si los hubiera for-

e pada por la guerra de Portugal que a mí me resultaba fácil hacér-


sela más difícil y porque la mayoría de los grandes del reino no
.•~ mado contra mÍ. Saboya, gobernada por mi tía, era muy favora-
ble a mis intereses. Venecia, metida en la guerra contra los tur-
cos, mantenía con cuidado mi al ianza y esperaba más de mi
querían acabar según se sospechaba. El rey era viejo y de salud ~
e dudosa; no tenía más que un hijo de corta edad y bastante ende-
ble; él y su ministro don Luis de Haro captaban asimismo todo lo
que podía traer de nuevo la guerra, yen efecto, la guerra no era
ayuda que de la ayuda de los dem,ís príncipes cristianos. El Gran
Duque se aliaba de nuevo conmigo mediante el matrimonio de
su hijo con una princesa de mi sangre. Por último, estos potenta-
de su interés, ni por el estado de la nación, ni por el estado de la dos y todos los demás de Italia, una parte de los cuales eran ami-
casa real. gos y ahados mIOS, como Parma, Mo¡jena y Manlua, eran dema-
No veía nada que temer del Emperador, elegido únicamente siado débiles por separado pal'a causarme problemas, y ni temor
ni esperanza les obligaba a aliarse contra mÍ.

e
porque era de la casa de Austria, vinculada en mil detalles por
una capitu1:Jción con los Estados del Imperio, poco inclinado por
LUIS XIV, Mémoires pour ¡"lIlllée IMI (redactadas hada 1670), en Mémoi.
sí mismo a emprender cualquier cosa, y cuyas resoluciones segui-
res et Divers Écrits, ed. llernard Challlpigneulle, París, Club Fran~ais du
rían aparentemente el genio antes que la edad y la dignidad,

e Los Electores que principalmente le habían impuesto condi-


ciones tan duras, no pudiendo dudarse casi de su resentimiento,
vivían en continua desconfianza hacia él. Una parte de los demás
Livre, 1960, pág. 7

Hacia 1670 Luis XIV decide redactar, para instru",ión del delfín,

e príncipes del Imperio estaba de acuerdo con mis intereses,


Suecia no podía tener intereses verdaderos ni duraderos más
nacido en 1661, las Mémoires de [s]on regne et dd'sJes principa-
les actions. De hecho, sólo fueron redactados los alias 1666, 1667

-e
que conmigo: acababa de tomar a un gran príncipe, y para ella Y 1668, Y luego 1661 y 1662. Es en las Memorias para el mio 1661
era ya mucho mantener sus conquistas durante la infancia de su donde }lgura este ClIadro de Europa en el momento en que el rcy
nuevo rey. toma el poder personalmcnte, al día siguicnte de la muerte de Ma-
Dinamarca, debilitada por una guerra anterior con ella en la zarino. En ellas da testimonio de la tranquila seguridad -justifica-
que había estado a punto de sucumbir, no pensaba más que en da- de que la paz o la guerra en el continente dependen esencial-
la paz y en el repos9. mente de él. También da testimonio de una concepción muy
Inglaterra respiraba apenas de sus males pasados y no buscaba personalizada de las relaciones internacionales: a sus ojos los Esta-
otra cosa que afirmar el gobierno bajo un rey nuevamente resta- dos se encarnan en los príncipes que los gobiernan.

e blecido, que además sentía inclinación por Francia.


Toda la política de los holandeses y de quienes los gobernaban,
no tenía entonces otro objetivo que estas dos cosas: mantener su

e comercio y humillar a la casa de Orange; la menor guerra perju-


~
f
15. EUROPA EN I.A F:POCA DEI P< lPERIO FRANCF.S (1b60.17401 275 e
15. Europa en la época del poderío francés
(1660-1740)
t
r-
grandes cuerpos del Estado (clero, parlamentos, nobleza «do-
mesticada), en la corte) yen la utilización, generalizada en
provincias, de intendentes de justicia, policía y finanzas que
son comisarios nombrados por el rey y no oficiales propieta-
e
l.

(~

o.o!~

rios de su cargo como los demás agentes reales. Colbert con-


sigue poner orden en las finanzas gracias a una gestión severa
ya un mejor rendimiento de la fiscalidad. Al mismo tiempo,
e
Frente a la monarquía auostríaca,l/l/e se repliega sobre el Danu-
bio; frente a España, cuya desaparición se acentúa; frente a In-
glaterra, que, con su revolución de 1688-1689, se orienta hacia
una monarquía templada; frente a las Provincias Unidas, que
,Ir
t~
\J
le,
trabaja por la prosperidad del reino: comparte con sus con-
temporáneos la convicción de que la cantidad de oro y plata
en circulación en el mundo es casi constante y que la riqueza
e
conocen un declive relativo, Luis XIV se esfuerza, durante su
largo reinado personal, por reforzar en Francia el absolutismo
monárquico e imponer más o menos directamente su ley en Eu- ti
~~:
de un Estado se mide en numerario. Por tanto, hay que enri-
quecer el reino, comprar poco a los extranjeros y wnderles
mucho. Lo que es propio del monarca es el esfuerzo sistemá-
e
~
ropa. Perofracasa en esta última pretensión, ante la coaliciólI de
los estados europeos. Mielltras, en Europa central y oriental
Prusia inicia su ascensión y Pedro el Grande trata de hacer salir
a Rusia de su aislamiento.
;

4

tico que emprende para dirigir la economía francesa y plegar-
la a sus puntos de vista, transponiendo así el absolutismo mo-
nárquico al terreno económico.
e
Una preocupa(ión prioritaria de Luis XIV es la vuelta del
reino a la unidad de fe mediante la conversión de los protes-
tantes. Finalmente, en 1685, fingiendo creer que éstos se han
e
convertido en casi su totalidad, revoca el Edicto de Nantes.
Los estados del oeste de Europa

La Francia absolutista
Unos 200.000 hugonotes prefieren exiliarse y los que que-
dan, considerados como «católicos nuevos», oponen una re-
sistencia pasiva y se esfuerzan por practicar clandestina-
e
Al día siguiente de la muerte de Mazarino, el 9 de marzo
de 1661, Luis XIV decide gobernar sin primer ministro. Apa-
mente su culto: el restablecimiento de la unidad religiosa es
un fracaso. La segunda parte del reinado, a partir de 1685
aproximadamente, es el momento de las dificultades y de
e
sionado por su «oficio de rep', alentado por los teóricos del
absolutismo de derecho divino, gobierna y decide en solitario
hasta su muerte en 1715, a los setenta y siete años. Elige a los
las pruebas. La guerra, casi continua desde 1688, agrava la
situación financiera y debilita ciertos sectores de la econo-
mía. Las clases populares, aplastadas por los impuestos y
e
colaboradores inmediatos indispensables, preferentemente
en dos o tres dinastías ministeriales de servidores fieles, legu-
leyos recientemente ennoblecidos: los Colbert (sobre todo
golpeadas por temibles crisis de subsistencias (sobre todo en
1693-1694) son las grandes víctimas de la situación. Cuando
Luis XIV muere en Versalles, deja a su sucesor de cinco años,
e
]ean-Baptiste, inspector general de Finanzas), los Le Tellier
(el padre, Michel, y su hijo, marqués de Louvois), los Pont-
chartrain. El reforzamiento del absolutismo, tarea prioritaria
Luis XV, un país relativamente próspero a pesar de esa mise-
ria popular, pero un Estado al borde de la bancarrota.
Para tratar de evitarla, el regente Felipe de Orleans llama
e
a los ojos del rey, se traduce en una estrecha vigilancia de los al financiero escocés John Law, pero el «sistema» aplicado

274 e
e 276 HREVE HISTORIA DE EUROPA 15. EUROPA EN LA fPOCA OEl. pOl)l'Rio I'RANCf.s Il6óú.1740) 277

e por éste fracasa (1718-1720). Cuando en 1723 Luis XV al-


canza la mayoría de edad, deja gobernar a su antiguo pre-
ceptor, el cardenal Fleury, que practica, hasta su fallecimien-
blemente a expensas de España (Utrecht, 1713) y de Turquía
(Passarowitz, 1718). Hacia 1720, ese conjunto constituye,
con 600.000 km2 y 25 millones de habitantes, el Estado más

e to en 1743, una política de paz en el exterior y, en el interior,


una sana gestión que favorece el desarrollo económico.
amplio y más poblado de Europa, que reagrupa los domi-
nios patrimoniales de los Habsburgo (Austria, ducados alpi-
nos), el reino de Bohemia y sus dependencias (Moravia, Si-

e El Imperio y la monarquía austríaca


lesia) yel reino de Hungría, así como Transilvania, Croacia
y una parte de Serbia. Más allá de este bloque en el corazón

e Desde los tratados de Westfalia, los príncipes alemanes


prácticamente independientes y las prerrogativas del empe-
S01-' .'.'.,'~',.
de la Europa central, la monarquía austríaca posee también
los Países Bajos, y, en la Península italiana, el Milanesado,
Nápoles y Sicilia (adquirida en 1720 a cambio de ce,r,~~ña).
rador, Leopoldo 1 de 1658 a 1705, puramente honoríficas. '. Pero ese poderío territorial esconde de hecho una debilidad
En el norte de Alemania, los territorios de los Hohenzollern, .' fundamental: el carácter multinacional y la ausencia'de uni-

,
e--~1~Gt0¡:g.s-d~-Ihaooe.ffiH.g~se-e*ienden-,-de-forma-to-dav' .' -daa-y-de-€ehesión',
muy discontinua, desde Prusia (que pertenece entonces al
%1
Imperio) a Renania. Federico Guillermo, llamado el Gran
a Elector (1640-1~88), se esfuerza por unificar administrativa- ;1'<:

~
Los estados hispánicos e italianos
•• mente ese conjunto heterogéneo, y su hijo Federico III :~,

(1688-1713) consigue que el emperador le reconozca como Bajo el reinado del rey de España Carlos II (1665-1700),
a rey de Prusia: pronto el nombre sirve para designar no sólo príncipe enfermizo y degenerado, proclamado monarca a los
•• al ducado de Prusia, sino a todas las posesiones del elector cuatro años y cuya muerte Europa espera en cualquier mo-
de Brandeburgo. Federico Guillermo 1, llamado el Rey Sar- mento, el debilitamiento del poderío español, sensible desde

e gento (1713-1740), se dota de un ejército poderoso. Bajo su


reinado, la ,Prusia de los Ho~enzollern calvinistas aparece
cada vez mas como la gran nval de la monarquía austríaca
los años 1640, prosigue y se agrava, con la perststencia de las
tendencias autonomistas en las provincias no castellanas,
los vicios de una administración creciente, pero sumamente

e de los Habsburgo católicos en Alemania.


Cierto que és~os, mientras conservan el título de empera-
dor, parecen alejarse de Alemania para adherirse a la consti-
ineficaz, y sobre todo la crisis de la sociedad y de la econo-
mía. La crisis económica tiene su causa profunda en el efec-
to esterilizador a largo plazo que provoca la afluencia de los
tución de un vasto Estado danubiano. Tras el fracaso, en el metales preciosos americanos: gracias a ellos, los españoles
a año 1683, de un nuevo asedio de Viena por los turcos, los se procuran cada vez más en el exterior lo que no quieren o
•• ejércitos austríaéos dirigidos por el príncipe Eugenio se apo- no pueden producir ellos mismos. Así, mientras siguen ju-
deran de la Hungría otomana y de Transilvania (1669), re- gando un papel motor en la economía europea, los tesoros
a construyendo así el reino de Hungría bajo la autoridad de de la América española enriquecen sobre todo a los países
•• los Habsburgo. A principios del reinado del emperador Car- extranjeros y apenas aprovechan ya a una metrópoli empo-

e los VI (1711-1740), los territorios de la Casa de Austria, lla-


mados Austria por comodidad, se incrementan considera-
brecida. El acceso al trono de España de un Borbón se tra-
duce en un principio de resurgimiento: Felipe V (1700-1746)
J'
~
278 RREVE HISTORIA DE EUROPA 15. WROPA EN LA EPOCA DEL P(lIlERh 1 FRANCfs (1660-1740) 279 e
intenta reforzar la unidad española y el poder del monar-
ca inspirándose en el ejemplo francés, y devolver a España a
su lugar de gran potencia marítima frente a los avances de
sustituye la monarquía hereditaria de derecho divino por
una monarquía constitucional, basada en la soberanía de la
nación, y funda sobre bases sólidas el ejercicio de la monar-
quía temperada por los derechos del Parlamento, incluso
e
los ingleses. Pero tras la terrible Guerra de Sucesión sólo se
mantiene en el trono de Madrid al precio de ceder a Austria
los Países Bajos, el Milanesado y Nápoles. En la Península
italiana, donde la influencia espaiiola es sustituida desde
aunque, en e! seno de éste, unos, los "'tories, insistan más en
la prerrogativa real, mientras otros, los "'whigs,lo hagan so-
bre la legitimidad del control parlamentario.
e
ahora por la influencia austríaca, los Barbones españoles
obtendrán un éxito en 1748 cuando un hijo de Felipe V se
convierta en rey de Nápoles y Sicilia. En el norte, donde la ¡
Tres textos completan la «Revolución Gloriosa»: el Acta
de Tolerancia (1689), que concede a los disidentes (pero no
a los católicos) la libertad de culto público: el Acta de Esta-
e
dominación de los Habsburgo se consolida en el Milanesa-
do, el duque de Sabaya, convertido en rey de Cerdeña, Sa-
baya y el Piamonte, juega en Europa un papel diplomático ...
{".
~' . '
blecimiento (J 701), que aparta a cualquier pretendiente ca-
tólico de la sucesión a la corona; y el Acta de Unión (1707),
que reemplaza la unión personal de los dos reinos de Ingla-
e
cada vez menos despreciable.
Ü1. "
terra y de Escocia bajo un mismo rey por una unión política
bajo el nombre de Reino Unido de Gran Bretaña. En 1714, a
la muerte de la reina Ana, que ha sucedido a su cuñado Gui-
e
r
Inglaterra y las Provincias Unidas

Restaurados los Estuardo en el trono en 1660, Carlos II con-


~
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;l.
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t-~.
,
A
llermo en 1702, el Parlamento proclama rey de Gran Breta-
ña a su primo más cercano en la línea protestante, al elector
Jorge de Hannover.
e
sigue poco más o menos conciliar sus tendencias absolutis- Los dos primeros reyes de esa dinastía hannoveriana, Jor-
tas y procatólicas con los sentimientos de la gran mayoría de
sus súbditos, adheridos al anglicanismo y a los derechos del
.I
,t..
("
r .
'

;
ge 1(1714-1727) Y Jorge JI (1727-1760), son alemanes que
sólo se interesan de lejos por el trabajo de sus ministros. Esa e
Parlamento. Pero su hermano Jacobo 11,que le sucede en ( ~
.~ situación facilita la evolución de la monarquía in~lesa hacia
1685, se ha convertido al catolicismo y pronto multiplica
torpezas y provocaciones. Los parlamentarios ingleses lla-
man entonces al estatúder de Holanda, Guillermo de Oran-
~
"
',:,\
un régimen de tipo parlamentario: los ministros que forman
el gabinete ejercen, de hecho, el poder ejecutivo bajo el con-
trol de! parlamento. Mientras los tories están comprometi-
e
ge, que es protestante y está casado con María, hija mayor
de Jacobo II y también protestante. Jacobo huye a Francia
en diciembre de 1688 y, en febrero de 1689, Guillermo y Ma- '.
dos por su adhesión al hijo católico de Jacobo II (que inten-
ta en vano recuperar el trono), los whigs se mantienen
mucho tiempo en el poder, sobre todo con Robert Walpole,
e
ría son proclama90s conjuntamente rey y reina de Inglate-
rra por el Parlamento, después de que hubieran aceptado
una Declaración de Derechos recordando las prerrogativas
jefe del gabinete hasta su muerte en 1742. Éste se muestra
resueltamente pacífico en el exterior, de acuerdo con Fleury
en Francia, lo cual satisface a los medios comerciales. Así,
e
e
respectivas del rey y del Parlamento. El alcance considera- entre 1660 y 1740 Inglaterra prosigue su notable desarrollo
ble de la «Gloriosa Revolución» de 1689 reside en el hecho económico: la aplicación de las "'Actas de Navegación favo-
de que, al subordinar la proclamación de Guillermo y María rece el desarrollo del gran comercio marítimo y permite
al reconocimiento por éstos de la Declaración de Derechos, competir victoriosamente con las Provincias Unidas, que,

1 e
e 280 BREVE HISTORIA DE EUROPA
15. EUROPA EN I.A f.POCA DEL PODERlo fRANCfs (Iót>O.17-Wl 281

e primera potencia marítima del mundo hasta 1672, empie-


zan a quedar rezagadas respecto a Francia y sobre todo a In-
glaterra.
una parte de Flandes. El resultado es que Luis XIV no ha po-
dido domeñar a las Provincias Unidas como esperaba, pero
ha logrado consolidar la frontera francesa por el norte y el este

e Las ambiciones francesas y su fracaso. El nuevo


y obtener el papel de árbitro de Europa.
Convencido de que ya no encontrará ninguna oposición
seria, el rey de Francia se lanza entonces a una política aven-

e equilibrio europeo

El tiempo de la preponderancia francesa


turera de anexiones en plena paz; es el caso de Estrasburgo,
dudad libre imperial, en 1681. Esa actitud provoca ensegui-
da inquietudes y protestas. El emperador Leopoldo, a quien
el ataque otomano a Viena (1683) y la reconquista de Hun-
e Consciente del lugar hegemónico que ocupa Francia en la Eu-
ropa de los años 1660, Luis XIV pretende sacar partido de esa
gría habían apartado momentáneamente de los asuntos de
Europa oriental, firma con Luis XIV el Tratado de Ratisbo-
na (1684), por el que reconoce la anexión de Estrasburgo.
e- situación para afirmar el poderío del rey de Francia, primer
soberano de la CristIandad, y esforzarse por mcrementarlo
más aún. La preocupación por su gloria es, a fin de cuentas, el
Pero,-en-1-6&6-fufma-€f}fl-vaFif}s-l*íl+8p~s-aJgmallgs-la-Liga
de Augsburgo para forzar el estricto cumplimiento de los
tratados de Nimega y Ratisbona. No por ello Luis XIV cejará
gran resorte de toda su política exterior, más que el reforza-
e miento de las fronteras estratégicas del reino o incluso e! des-
vío en su provecho de la sucesión española. Para alcanzar sus
en sus provocaciones, ordenando en 1688 la invasión del
Palatinado. Los miembros de la Liga de Augsburgo, a los
que se han unido los reyes de EspaI1<ly de Suecia, reaccio-
fines, dispone de una diplomacia activa y sobre todo de un

e ejército y de una marina a la altura de sus ambiciones. Sin em-


bargo, la guerra que emprende contra las Provincias Unidas
en 1672, a fin de rebajar el poderío económico holandés, no
nan declarando la guerra a Luis XIV; pocas semanas más
tarde, Guillermo de Orange, convertido en rey de Inglaterra,
realiza en su persona la unión de las dos grandes potencias

e logra el resultado esperado. En efecto, la inundación volunta-


ria del país frena el avance de las tropas francesas y, en los
años siguientes, la actividad diplomática de! joven estatúder
marítimas contra Francia, completando de este módo la co-
alición de Augsburgo. ',,'",

e Guillermo de Orange desemboca en la formación de una te-


mible coalición contra Francia que comprende al emperador,
al rey de España y a varios príncipes alemanes. Tras una serie
El repliegue francés

La guerra -llamada guerra de la Liga de Augsburgo por los


de combates por tierra y mar, la mayoría de las veces con ven-
e taja para Francja, los tratados de Nimega (1678-1679) resta-
blecen la paz. Las Provincias Unidas rio pierden nada de su te-
franceses, guerra del rey Guillermo por los ingleses, y guerra
del Palatinado o de Orleans por los alemanes (a causa de la
duquesa de Orleans, princesa palatina)- empieza en octubre
rritorio, y obtienen incluso la abrogación de la tarifa aduanera

e francesa de 1667 destinada a frenar la importación de los pro-


ductos holandeses. En cambio, España, que ya había tenido
que ceder Lille a Francia en 1668, paga los gastos de la opera-
de 1688 y se desarrolla en numerosos frentes, por t.ierra y
por mar: en Irlanda -donde las tropas francesas apoyan una
tentativa de restauración de Jacobo II (victoria de Guillermo

e ción: entrega a Luis XIV el Franco Condado, el Cambrésis y


en La Boyne en 1690)-, en los Países Bajos (victorias fran-
282 BREVE HISTORIA DE EUROPA
15. EURUPA EN LA EPOCA DEL PODERlo FRAseb (1660.1740) 283 e
cesas de Fleurus, Steinkerque, Neerwinden), en el norte de
Italia, en Cataluña. El fracaso naval de La Hougue impide a
Luis XIV cualquier nueva tentativa de invasión de las Islas
defensa, sino prestar asistencia al nuevo rey de España,
amenazado por los coaligados hasta en su propia capital,
está a dos dedos del desastre tras varias derrotas militares y
e
el agotamiento del reino. Luis XIV solicita la paz en dos oca-
Británicas. Agotados financieramente por sus esfuerzos bé-
licos, los beligerantes entablan conversaciones a partir de
1693, que desembocan en 1697 en los tratados de Ryswick.
siones, pero rompe las negociaciones ante las exigencias de
sus adversarios. Por último, el fracaso ante Denain (I 712)
de una última tentativa de los imperiales y de los holande-
e
Francia recupera sus fronteras de 1679, además de Estras-
burgo. Pero Luis XIV se ve obligado a reconocer a Guiller-
mo III como rey de Inglaterra. Cierto que el rey de Francia
ses, dirigidos por el príncipe Eugenio de Sabaya, de marchar
sobre París permite al rey obtener la paz en condiciones si
no satisfactorias al menos honorables.
e
ha conseguido preservar lo esencial de sus territorios yel
prestigio de sus ejércitos está intacto. Pero el tiempo de la
magnificencia y de la hegemonía francesas ha pasado.
Empieza el del equilibrio en una Europa donde la inmi- Los tratados de Utrecht y de Rastadt
e
nente sucesión de España representa la preocupación ma-
yor, en la medida en que Luis XIV y el emperador Leopoldo
tienen derechos comparables porque ambos son hijos y es-
Los tratados que en 1713 firman Francia y España en
Utrecht con los diversos coa ligados, a excepción del archi-
e
posos de infantas. Pero todos los proyectos de reparto de las
posesiones españolas han fracasado ante la voluntad feroz de
Carlos Il de preservar la integridad de su herencia. Final-
duque convertido en el emperador Carlos VI, se completan
al año siguiente con el tratado firmado en Rastadt entre
Francia y el emperador. Aunque Felipe V se niega a tratar
e
mente, un mes antes de morir elide noviembre de 1700, con Carlos VI, que, por su parte, rehúsa reconocerle como
redacta un testamento en favor del duque Felipe de Anjou,
segundo nieto de Luis XIV, a quien lega su corona y la totali-
rey de España, el conjunto de estos tratados consigue poner
fin al conflicto que ha desgarrado a Europa durante más de
diez años. El Barbón Felipe V es reconocido como legítimo
e
dad de sus posesiones, a condición de que renuncie a sus de-
rechos a la corona de Francia.
EI16 de noviembre, Luis XIV hace pública su decisión de
aceptar el testamento, confiando en que las potencias eu-
sucesor del Habsburgo Carlos II por todas las potencias sig-
natarias, salvo el emperador, a condición de que renuncie
formalmente a todos sus derechos a la corona de Francia.
e
ropeas se resignen con la situación. Pero tanto el empera-
dor, frustrado por la herencia que esperaba para su segundo
hijo Carlos, como Inglaterra y Holanda, amenazadas en sus
En cambio, la monarquía española no escapa al desmem-
bramiento que Carlos 11había querido evitar. En efecto,
Felipe V sólo conserva España (menos Gibraltar y Menorca,
e
intereses económicos por la apertura del mercado hispano-
americano a los mercaderes franceses y, siguiéndoles, otras
potencias europeas, se reagrupan en el seno de la Gran
cedidas a Inglaterra) y sus dominios coloniales. Debe entre-
gar a Carlos VI los Países Bajos, el Milanesado, Nápoles y
Cerdeña, y Sicilia al duque de Sabaya. Por su parte, Francia
e
Alianza de La Haya, por iniciativa de Guillermo de Orange,
yen 1702 declaran la guerra a Francia y a España, con el ob-
jetivo de poner sobre el trono de Madrid al archiduque
cede a Inglaterra las tierras americanas de la bahía de.Hud-
son, Acadia y Terranova y todas las ventajas comerciales
consentidas por Felipe V a los comerciantes franceses. A pe-
e
Carlos. Francia, que no sólo debe hacer frente a su propia sar de las reticencias y de las segundas intenciones de Fe-

J e
e 284 BREVE HISTORIA DE EUROPA 15. EUROPA EN LA EPOCA DEL PODER/O I.RANCf.s (1660-17401
285

e lipe V Yde Carlos VI, los tratados de 1713-1714 marcan una


fecha importante en la historia de Europa porque establecen
un nuevo equilibrio entre las potencias, ninguna de las cua-
tonia, derrota a Augusto II ya Pedro en Riga, luego entra en
Varsovia y en Cracovia, expulsa a Augusto II, al que persi-
gue hasta en su electorado de Sajonia, e impone a la Dieta

e les puede pretender imponer su hegemonía sobre el conti-


nente, ni siquiera Francia o Austria.
En los veinticinco años que siguen, ese equilibrio sólo es
polaca la elección de Stanislas Leszczynski (I704). Aparece
entonces como el árbitro posible de una Europa desgarrada
por la Guerra de Sucesión de España: Luis XIV le empuja a

e cuestionado muy parcialmente, a pesar de las intrigas de Fe-


lipe V. En 1720, Carlos VI cambia Cerdeña por Sicilia; el du-
que de Saboya llevará en adelante el título de rey de Cerde-
intervenir directamente en el Imperio, pero el emperador
consigue convencerle, en 1707, para que se aparte de los
asuntos alemanes y ataque a Pedro 1, que, mientras tanto, se

e ria. En 1738, el suegro de Luis XV, Stanislas Leszczynski,


expulsado del trono de Polonia, recibe el ducado de Lorena,
que pasará a ser francés a su muerte, y uno de los hijos de
ha apoderado de Livonia, de Estonia y de Ingria. Carlos XII
atraviesa Polonia y penetra en la Ucrania rusa. Pero, aden-
trados cada vez más lejos en país enemigo, hostigados por
Felipe V se convierte en rey de Nápoles y de Sicilia.
e-- Los problemas de la Europa oriental
los rusos, víctimas del terrible invierno de 1709,: los suecos
SfriHiplastadOS pOI el zar allte Poltava, el8ctejul1OdeT
Carlos XII consigue huir a Turquía, donde comete el error
de permanecer cinco años, incitando a los turcos a atacar a
e La Suecia de Carlos XII
Pedro. Éste logra reconstruir contra Suecia una coalición
que agrupa a Dinamarca, Polonia, y luego Prusia y Hanno-
ver, ávidas por participar en el reparto de los despojos

e Rey de Suecia de 1660 a 1697, Carlos XI, comprometido du-


rante un tiempo en una guerra desastrosa contra Brande-
burgo (derrota de Fehrbellin, 1675), sólo debe su salvación a
suecos.
El retorno de Carlos XII en 1714, seguido pronto por su
muerte en 1718 durante el asedio de una fortaleza danesa,

e la intervención diplomática de Luis XIV. En el interior, con-


sigue arrebatar a la nobleza -apoyándose en la mayoría de la
no puede impedir lo inevitable: los tratados d¿':'Estocolmo
con la mayoría de los coaligados (1719-1720) Yel tratado de

-e
Dieta, o Riksdag-, la mayor parte de los bienes de la corona Nystad con Rusia (l72!) consagran la pérdida para Suecia
que le habían sido enajenados durante reinados precedentes de todas sus conquistas del siglo XVII: cede Bremen y Verden
para financiar las incesantes guerras. a Hannover, la Pomerania occidental y Stettin a Prusia, y las
Convertido en rey a los quince años, su hijo Carlos XII provincias bálticas y la Carelia a Rusia. Suecia ha perdido el
(1697-1718) debe hacer frente, desde el principio de su rei- dominio del Báltico y su gran papel europeo ha concluido.
nado, a una temible coalición de sus vecinos: el zar Pedro 1,
el rey de Polonra Augusto II y el rey de Dinamarca se alían
para atacar y desmembrar Suecia, contando con la escasa La Rusia de Pedro el Grande

e edad y la inexperiencia del nuevo rey. Pero chocan, de he-


cho, con un jefe de guerra excepcional.
En unos meses (I 700-1701), Carlos XII derrota a los da-
Con la desaparición de lván IV, llamado el Terrible (1533-
1584) ':primer príncipe de Moscú que fue coronado «zar»

e neses, fuerza a Pedro I a levantar el asedio de Narva, en Es- y que se volvió hacia Occidente-, acaba la dinastía de los
286 HHE\'E HI,WHIA DE EUROPA,: 15. EUROPA EN LA £POCA VEI. PODERlo fRANCEs (l66U-1740) 287 e
Riurikides y comienza, para Rusia, el «tiempo de los Distur¡.
bios», largo período de anarquía, de invasiones y de ham- ,
brunas, al que pone fin la elección, en 1613, de Miguel, prir
mer zar de la dinastía de los Romanov. ,
Carlos Xli para apoderarse de las provincias bálticas. Lo
consigue, pero sólo tras una larga guerra; en 1703 emprende
la fundación de su nueva capital, San Petersburgo, en las zo-
e
nas pantanosas del estuario del Neva: en 1720, la ciudad ya
Su hijo Alejo (1645-1676) se apodera, en detrimento de
Polonia, de la Rusia Blanca, con Smolensk, y de una parte de
Ucrania, con Kiev; pero debe hacer frente a numerosas y te~
es un puerto activo, ventana de Rusia al Báltico.
En 1698 adopta una serie de ucases que intentan transfor- e
mar profundamente su país para sacarlo del estancamiento,
mibles sublevaciones populares y al inicio del cisma religio_
so entre los «viejos creyentes», o *raskol. A su muerte, en
1676, deja dos hijos, Fedor e Iván, y varias hijas, entre ellas
inspirándose para ello en modelos occidentales. Queriendo
«vestir como hombres a su rebaño de bestias», prohíbe lle-
var barba y cabellos largos, obliga a las mujeres de la noble-
e
Sofía, de su primer matrimonio, y un hijo de un segundo
, matrimonio, Pedro, nacido en 1672.
Después del reinado de Fedor (1676-1682), Sofía queda
za a dejar el *terem, se esfuerza por desarrollar la instruc-
ción y manda traducir al ruso libros de ciencia europeos.
Prosiguiendo la política de Alejo, vincula a la nobleza al ser-
e
como regente de su hermanastro Pedro. Pero en 1689, éste
se desembaraza de ella encerrándola en un convento y deci.
de gobernar solo. En esa fecha, Rusia todavía no toca ni el
vicio de la administración o del ejército de forma más estre-
cha todavía, tolerando como contrapartida una extensión y
agravación de la servidumbre. Inspirándose a la vez en el
e
Báltico ni el mar Negro, pero se extiende del Dniéper a Sibe- absolutismo bizantino y francés y en las experiencias prácti-
ria hasta el Pacífico y desde el mar Blanco hast;¡ el Cáucaso y
el mar Caspio. Las iniciativas de Alejo para hacer de este
cas de Suecia y de Prusia, reorganiza el aparato del Estado,
mejora el rendimiento de los impuestos, divide Rusia en
e
vasto conjunto un Estado mejor centralizado resultaron in- ocho y luego en doce gobernaciones -circunscripciones mi-
suficientes. En cuanto a la sociedad rusa, que empieza a
abrirse tímidamente a las influencias europeas, está dividida
en dos clases, la nobleza y el campesinado, mientras que la
litares y fiscales-, y crea una burocracia omnipresente, lla-
mada a tener bajo sus órdenes a toda la sociedad. A fin de
dominar a la Iglesia, reemplaza al patriarca de"'Moscú por el
e
burguesía mercantil, en vías de formación, es todavía muy
poco numerosa. Los nobles, cuya riqueza consta de bienes
raíces, están obligados a servir al zar bien como funciona-
santo sínodo, o colegio de prelados, donde él mismo está re-
presentado por un funcionario laico, el procurador general.
Desde el punto de vista económico, desarrolla, gracias a una
e
rios (sobre todo los boyardos), bien como militares; a cam-
bio, gozan de derechos importantísimos sobre sus campesi-
nos, apegados a la tierra, privados de la mayoría de los
~
:*i9
',"iI
reglamentación de tipo colbertista, las industrias necesarias
para las necesidades de un ejército moderno que contará
con 20.000 hombres al final del reinado.
e
derechos civiles y abrumados por las cargas.
Pedro se fij5 la doble tarea de transformar interiormente
Rusia y de abrirse al Báltico y al mar Negro. Se aplica a ello
r;
~, Todas estas reformas emprendidas sin miramientos,
muchas de las cuales chocan con el sentimiento nacional y
religioso de los rusos, muy apegados a sus tradiciones, sus-
e
e
con una inteligencia, una obstinación y una brutalidad ex- citan enseguida numerosas resistencias y alimentan la opo-
cepcionales. En 1696 se apodera, no sin pérdidas, de Azov, sición entre occidentalistas y eslavófilos. Cuando muere
arrebatada a los turcos. Tras un largo viaje por Europa en 1725, Pedro el Grande ha creado un poderoso Estado
central y occidental, decide aprovecharse de la juventud de abierto a Europa, pero la transformación de la economía y

~
e
e 288 BREVE HISTORIA DE EUROPA 15. EUROPA EN I.A f.POCA DEL P(lllEJ{!() HL\NCr.s (1660-li401 289

e de la sociedad
bozado.
rusa a la que se ha dedicado apenas se ha es- una parte de Valaquia y Serbia a Austria. Sin embargo, ha-
cia 1740, el poderío otomano en Europa todavía es conside-
rable, dado que el sultán sigue poseyendo, a pesar de las pér-

e Las dificultades de Polonia y del Imperio otomano


didas de principios del siglo, el litoral septentrional
Negro y Crimea, las provincias rumanas de Moldavia y de
del mar

Valaquia, la mayor parte de la península de los Baleanes y

e El reino polaco-lituano del siglo XVI y primera mitad del XVII


era un país ¡:ítÓspero que exportaba hacia la Europa occi-
dental por Dantzig sus trigos y sus maderas, un foco activo
las islas del mar Egeo.

e de humanismo, abierto a las distintas corrientes de reforma


religiosa y practicante de una amplia tolerancia de hecho. Su
debilidad residía, para empezar, en sus instituciones políti-
Irradiación intelectual y artística de Francia, poderío de la
monarquía austríaca en la Europa danubiana, preponderan-
cia de Inglaterra sobre todos los mares del globo, asc~nso de
cas. En efecto, el reyes elegido por la nobleza, cuyos privile- Prusia y Rusia, decadencia del imperio otomano, é¿os son,
_giQs~antes~de.-seLcoronado~debe-¡:eGGnQ{;e¡:'€-indus{}-a ---en-visperas--de-174(};-los-principa les ca I1IpO (¡ellles dé-equtrr=--------.-

mentar. La realidad de! poder pertenece a la Dieta, donde brio europeo.
los nobles tratan de sustituir la regla de la mayoría por la de

e la unanimidad (*liberum veto), a pesar de los peligros de se-


mejante práctica. A mediados del siglo XVII, Polonia es vícti-
ma de una serie de invasiones por parte de los suecos y de
DOCUMENTOS

e los rusos. Sale de esa terrible prueba (el «Diluvio))) en un es-


tado lamentable. Los diversos soberanos que se suceden lue-
go nada pueden contra los males que sufre el Estado polaco:
l. Educación de príncipe en el siglo XVII

El señor de Les Hayes estableció aquí, el verano pasado, una Aca-

e el uso del liberum veto, ya bien consolidado, condena a la


Dieta a la impotencia y a la anarquía. La evolución social in-
demia para la educación de la joven Nobleza de e6tos tfarrios; y
tiene ya una reputación tan grande que, además de bueH"húmero

-e
mediata al «Diluvio» condujo a un desmoronamiento de la de jóvenes gentileshombres de los países de Holanda, Lunebur-
burguesía, consecuencia de la decadencia de las ciudades y go, B'remen y otras comarcas vecinas, que han entrado como
del comercio, a un reforza miento de la esclavitud, y al pre- pensionistas en ella, el SeI10r duque Augusto de Holstein le hace
dominio económico y político de la nobleza. Por último, la el honor de confiarle al Señor príncipe Juan-Federico, su hijo
presencia de minorías no católicas -ortodoxas al este, lute- mayor, de catorce años, para que aprenda todos sus ejercicios an-
ranas al oeste, judíos en las ciudades- es un obstáculo suple- tes de pasar a Francia; y aunque tenga un ayo, un paje, dos cria-
dos y dos lacayos en su séquito, y se haya reservado además un
mentario para H reforzamiento de la unidad nacional.
aposento para un joven conde de la vecindad, todavía quedan su-
En e! Imperio otomano, tras un resurgimiento espectacu-

e lar entre 1656 y 1676, la desorganización interior prosigue e


incluso se acelera, pese a que el repliegue comienza en Euro-
pa central. Por los tratados de Karlowitz (1699) y de Passa-
ficientes habitaciones cómodas para los que quieran aprovechar
esa hermosa comodidad. Esa Academia se ha establecido 'Como
las de Francia, y se halla provista de un profesor de equitación de
los más famosos de París, de una hermosa cuadra donde hay mu-

e rowitz (1718), los turcos entregan Hungría, Transilvania, chos hermosos caballos, y maestros franceses para la danza, las
290
BREVE HISTORIA DE EUROPA
1
t
15. EUROPA EN LA EPOCA DEI. PODERlo fRANCEs (1660.1740)
291
e
armas, caracolear, manejar la bandera, hacer el ejercicio del mos-
quetón y de la pica, para las evoluciones militares, para la lengua
francesa, la italiana y la latina, en favor de aquellos que quieren 1 Alexiowitz no rehuía el peligro, y sólo hacía la guerra por sus
intereses; el monarca sueco, liberal por grandeza de alma; el e
cultivarlas con sus ejercicios y que no quieren contratar ayos ni
preceptores particulares. También se enseñan las matemáticas, la
historia, el dibujo, la música, la geometría, la geografía, y en una
{
ji
moscovita nunca daba sino por algún motivo; aquél de una so-
briedad y de una continencia sin igual, de natural magnánimo,
y que sólo había sido bárbaro una vez; éste no se había despoja-
do de la rudeza de su educación y de su país, tan terrible para
e
palabra todo cuanto los curiosos pueden desear, con tanto éxito :1- i
\:
como puede hacerse en Francia y la mitad de barato.

La Gazette de Leyde, 4 de marzo de 1683, según André Rossel,Le Faux Grand r


~..
sus súbditos como admirable para los extranjeros, y demasiado
entregado a excesos que abreviaron incluso sus días. Carlos te-
nía el título de invencible, que un momento podía arrebatarle;
las naciones ya habían dado a Pedro Alexiowitz el nombre de
e
Siécle, 1604-1715, t. 1 de la col. His(oire de France il (ravers les journaux du t;¡,
(elllps passé, París, A l'enseigne de I'arbre verdoyanl, 1982, pág. 242
¿) grande, que una derrota no podía hacerle perder, porque no lo
debía a victorias [... ]
Al alba, los suecos aparecieron fuera de sus trincheras, con
e
En 1680 empieza a aparecer en Leyden, Holanda, el periódico en
lengua francesa Nouvelles extranrdinaires de divers endroits, co-
nocido bajo el nombre de Gazette de Leyde. En ese periódico pue-
cuatro cañones de hierro por toda artillería; el resto fue dejado
en el campamento con unos tres mil otros; cuatro mil se queda-
ron con los bagajes, de suerte que el ejército sueco avanzó hacia
e
e
de leerse, en el número del 4 de marzo de 1683, el anuncio arriba los enemigos con unos veintiún mil hombres, de los cuales
citado. En la lengua clásica, el trrmino de academia designa pro- unos dieciséis mil ~ran suecos [... ] Todos los que han servido
piamente una escuela donde los jóvenes nobles, alojados con sus en las tropas suecas saben que era casi imposible aguantar el
furor de su primer choque. Los escuadrones moscovitas queda-
criados, aprenden la equitación, la esgrima, el arte militar, la dan-
za, pero también, eventualmente, la literatura, las matemáticas,
etc. En el anuncio del señor de Les Hayes, destinado sobre todo a
los príncipes y nobles de las Provincias Unidas y de Alemania del
ron rotos y hundidos. El propio zar acudió para reunirlos; su
sombrero fue agujereado por una bala de mosquete; Mentzi-
koff tuvo tres caballos muertos bajo su peso: l~ suecos grita-
e
norte, puede observarse la referencia constante a Francia ya París,
maestros del buen gusto.
ron victoria.
Carlos no dudó que la batalla estuviese ganada; había enviado
en medio de la noche al general Creutz con cinco mil jinetes o
e
2. La batalla de Poltava contada por Voltaire
dragones, que debían coger al enemigo de flanco, mientras que
ellos atacarían de frente. El zar, que se había creído perdido, tuvo
tiempo de reunir a su caballería. A su vez cargó contra la del rey,
e
e
Fue el 8 de julio del año 1709 cuando se dio esa batalla decisiva que al no estar apoyada por el destacamento de Creutz fue rota a
su vez [...]
de Poltava, entre los dos monarcas más singulares que hubo I
entonces en el mundo: Carlos XII, ilustre por nueve años de
I Mientras tanto, la infantería moscovita salía de sus líneas y
avanzaba en formación de batalla por la llanura [... ] El zar tenía

e
victorias; Pedro Alexiowitz, por nueve años de esfuerzos, toma-
dos para formar tropas iguales a las tropas suecas: el uno glo- la ventaja del número y la de setenta y dos cañones, mientras
rioso por haber dado Estados, el otro por haber civilizado los que los suecos sólo le oponían cuatro, y empezaba a faltarle la
suyos; Carlos amaba los peligros y sólo combatía por la gloria;
I
I
pólvora [... ] A las nueve de la mañana la batalla volvió a empe-
zar [... ] Los suecos consternados se estremecieron, y el cañón
e
.J
e 292 BREVE HISTORIA DE EUROPA 15. EUROPA EN LA ÉPOCAVEL PODERlo ,RANCES \1 66U. 1740)
293

e seguía haciendo una carnicería entre ellos, la primera línea se


replegó sobre la segunda, y la segunda huyó. En esta última ac-
ción no hubo más que una línea de diez mil hombres de la in-
3.

a)
El fin del Imperio español en Europa

Tratado de Utrecht

e fantería rusa que puso en fuga al ejército sueco, tanto habían


cambiado las cosas. Todos los escritores suecos dicen que ha-
brían ganado la batalla si no se hubieran producido errores;
Artículo 1.0. Habrá una paz cristiana y universal y una perpetua
y verdadera amistad entre el Serenísimo y Muy Poderoso Prínci-

e pero todos los oficiales pretenden que fue uno muy grande dar-
la, y otro mayor todavía encerrarse en aquellas regiones perdi-
das, a pesar de las opiniones de los más prudentes, contra un
enemigo aguerrido, tres veces más fuerte que Carlos XII por el
pe Felipe V, Rey Católico de las Espallas, y la Serenísima y Muy
Poderosa Princesa Ana, Reina de la Gran Bretaña, entre sus here-
deros y sucesores, y también entre los reinos, estados, dominios y

e
provincias de uno y otro príncipe, en cualquier parte que estén
número de hombres y por los recursos que les faltaban a los
situadas, como asimismo entre los súbditos de uno y otro [... ].
suecos. El recuerdo de Narva fue la principal causa de la desgra-
Artículo 2. Siendo cierto que la guerra que felizmente se aca-
0

cia de Carlos en Pultava.


ba por esta paz, se empezó y se ha continuado tantos años con
suma fuerza, inmensos....ga..~tQs-Y_casijnfi(lito_número_de.nl.uertes
__ YOLTAIRE. Hlstolre de Charles X1l, Ruan, 1731. hEifolV-
por el gran peligro que amenazaba a la libertad y salud de toda la
Europa la estrecha unión de los Reinos de España y Francia; y

e Es en 1728, die:: arIos después de la muerte del rey de Suecia y tres


años después de la de Pedro el Grande, cuando Voltaire empieza a
reunir los materiales para escribir una historia de Carlos XII.
queriendo arrancar del ánimo de los hombres el cuidado y sospe-
cha de esta unión, y establecer la paz)' tranquilidad del orbe cris-
tiano con el justo equilibrio de las potencias (que es el mejor y

e Como él mismo dice: «Se ha escrito esta historia a partir de los re-
latos de personas conocidas, que pasaron varios años junto a Car-
los XII y junto a Pedro el Grande, emperador de Moscovia, y que
más sólido fundamento de una amistad recíproca y paz durable),
han convenido así el Rey Católico como el Cristianísimo en pre-
venir con las más justas cautelas que nunca puedan los Reinos de
España y Francia unirse bajo de un mismo dominio~ ni ser uno

e habiéndose retirado a un país libre, mucho tiempo después de la


muerte de estos príncipes, no tenían interés alguno en disfrazar la
verdad [...] No se ha descrito ningún hecho sobre el que no se haya
mismo Rey de ambas Monarquías; y para este fin, "Su Majested
Católica renunció solemnísimamente, por sí y por sus herederos
y sucesores, todo el derecho, título y pretensión a la Corona de
consultado a testigos oculares e irreprochables». De hecho, Voltai-
4; re da pruebas de una gran preocupación por recoger testimonios
de primera mano y confrontarlos entre sí. Además, el libro, muy
Francia [...].
Artículo 8. Será libre el uso de la navegación y del comercio
0

ágil, se lee con agrado, cosa que le asegurará el éxito. entre los súbditos de ambos Reinos, como lo era en otros tiempos.

e Al frellte de 9.000 suecos, Carlos XII había derrotado en Narva,


el 30 dé noviemblt? de 1700, a 60.000 rusos mandados por Pedro el
Grande. Poltava, o Pultava, es para este último la revancha de
y para que la navegación y comercio a las Indias Occidentales
queden más firme y ampliamente asegurados, se ha convenido y
ajustado también por el presente que ni el Rey CatóliCO'ni alguno

e Narva, celebrada por los rusos, desde hace tres siglos, como una fe- de sus herederos y sucesores puedan vender, ceder, empeñar,
cha capital de su historia. traspasar a los franceses ni a otra nación tierras, dominios y terri-
torios algunos de la América española, ni parte alguna de ellos, ni
enajenarla en modo alguno de sí ni de la Corona de España. Y al

e contrario, para que se conserven más enteros los dominios de la


294 BREVE HISTORIA

América española, promete la Reina de la Gran Bretaña que soli-


citará y dará ayuda a los españoles para que los límites antiguos
de sus dominios de América se restituyan y fijen como estaban
DE EUROPA 15. EUROPA EN LA EPOCA IJEI. PODERlo ERANCES (16<>0.17401

haciendas y honras, sino también que conserven ilesos e intactos


sus antiguos privilegios, el Rey Católico, por atención a Su Ma-
jestad Británica, concede y confirma por el presente a cualesquie-
295
-e
e
en tiempos del referido Rey Católico Carlos 11,si acaso se hallare ra habitadores de Cataluña, no sólo-Ia amnistía deseada. junta-
que en algún modo o por algún pretexto hubieren padecido des- mente con la plena posesión de todos sus bienes y honras, sino
membración o quiebra después de la muerte del dicho Rey Cató- que les da y concede también todos aquellos privilegios que po-
lico Carlos 11[...]

e
seen y gozan, y en adelante pueden poseer y gozar, los habitado-
Artículo 10. El Rey Católico, por sí y por sus herederos, y suce- res de las dos Castillas, que, de todos los pueblos de España, son
sores, cede por este tratado a la Corona de la Gran Bretaña la ple- los más amados del Rey Católico [... 1.»
na y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, junta-
mente con su puerto, defensa y fortalezas que le pertenecen,
dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce
con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento
Tratado de Utrecht (1713) entre Esp'lIia y Gran Bretaña, según Colección
de Tratados de paz, alianza. comercio, etc., ajustados por la Corona de Es-
paria con las potencias extranjeras desde el reinado del Señor Don Felipe
e
alguno. Pero para evitar cualesquiera abusos y fraudes en la intro-
ducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico y supone que
así se ha de entender, que la dicha propiedad se ceda a la Gran
Quinto hasta el presente, Madrid, 1796. tomo 1, págs. 203-207
e
Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación al- b) Cuádruple Alianza
guna abierta con el país circunvecino por parte de tierra [...].
Artícule) 11. El Rey Católico, por sí y por sus herederos y suce-
sores, cede también a la Corona de la Gran Bretaña toda la isla de
Artículo 11. Como el único medio que se ha podido hallar para
e
asegurar un equilibrio permanente en la Europa ha sido estable-
Menorca, traspasándola para siempre todo el derecho y pleno
dominio sobre la dicha isla, y especialmente sobre la dicha ciu-
dad, castillo, puerto y defensas del seno de Menorca, llamado
cer por regla que las Coronas de Francia y de España no puedan
jamás ni en tiempo alguno juntarse en una misma cabeza, ni en
una misma línea, y que perpetuamente estas dos ~onarquías se
e
vulgarmente Puerto Mahón, juntamente con los otros puertos,
lugares y villas situadas en la referida isla [... J.
Artículo 12. El Rey Católico da y concede a Su Majestad Britá-
mantengan separadas; y que para asegurar una regla tan necesa-
ria para el reposo público, los Príncipes que por su nacimiento
pudiesen tener derecho a estas dos sucesiones, renunciasen so-
e
nica ya la compañía de vasallos suyos formada para este fin la fa-
cultad para introducir negros en diversas partes de los dominios
de Su Majestad Católica en América, que vulgarmente se llama el
asiento de negros; el cual se les concede con exclusión de los espa-
lemnemente a una de las dos por sí mismos y por toda su posteri-
dad, de modo que esta separación de las dos Monarquías se cons-
tituyese ley fundamental, y así fue reconocida en las Cortes
e
ñoles y de otros, cualesquiera por espacio de treinta años conti-
nuos [...].
Artículo 13. Visto que la Reina de la Gran Bretaña no cesa de
I
juntas en Madrid el día 9 de noviembre de 1712, y confirmada
por los Tratados concluidos en Utrecht en 11 de abril de 1713; su
Majestad Imperial, para dar la última perfección a una ley tan ne-
cesaria y tan saludable, y para no dejar en lo venidero algún mo-
e
instar con suma eficacia para que todos los habitadores del Prin-
cipado de Cataluña, de cualquier estado y condición que sean,
consigan, no sólo entero y perpetuo olvido de todo lo ejecutado
1,
I
tivo de siniestra sospecha, y queriendo atender a la pública.tran-
quilidad, acepta y consiente las disposiciones hechas, arregladas
y confirmadas en el Tratado de Utrecht con respecto al derecho y
e
durante esta guerra y gocen de la íntegra posesión de todas sus
I
J
orden de sucesión a los reinos de Francia y de España; y renun-
e
e 296 BREVE HISTORIA VE EUROPA
15. EUROPA EN LA £PUCA DEL Ptll)EI{/O ¡":KANC£S (1660-1740) 297

e cia, tanto por sí como por sus herederos, descendientes y suceso-


res, varones y hembras, todos los derechos y todas las pretensio-
lia; bien sea por los derechos que la actual Reina de España, naci-
da Duquesa de Parma, pretende tener sobre las dichas sucesiones
_ nes, cualesquiera, generalmente, sin exceptuar alguna, sobre to- después de la muerte de los herederos legítimos más cercanos
que ella; bien sea por los derechos que el Emperador y el Imperio
,., dos los reinos, países y provincias de la Monarquía de España, de
pretenden también tener sobre los dichos ducados; a fin de ob-
las cuales el Rey Católico ha sido reconocido legítimo poseedor

e por los Tratados de Utrecht [... ].


Artículo 1lI. En virtud de la dicha renuncia que su Majestad
Imperial ha hecho por el deseo que tiene de contribuir al sosiego
viar las funestas consecuencias de estas disputas, se ha acordado:
que los dichos Estados o ducados, poseídos actualmente por el
Gran Duque de Toscana y por el Duque de Parma y PIacencia,
sean reconocidos de aquí adelante y para siempre, y tenidos in-
de toda la Europa, y porque el Duque de Orleans ha renunciado,
contestablemente por todas las Partes contratantes, por feudos
•• por sí y por sus descendientes, sus derechos y pretensiones a la
masculinos del Sacro Romano Imperio. Y en el caso que la vacan-
., Corona de España, por condición de que ni el Emperador ni al,
cia a dichos Estados llegare a verificarse por falta de sucesores va-
guno de sus descendientes pueda jamás suceder en el dicho rei-
rones; su Majestad Imperial, por sí como Jefe del Imperio, con-
a no; S. M. Imperial reconoce al Rey Felipe V por legítimo Rey de siente que el hijo mayor de la Reina de España y sus descendientes
.-~htMotlarquía de EspafIa y de las-tIldias, promete darle-los-titulos- varones, nacidos de legítimo matrimonio; yen su defecto, el hijo
y prerrogativas debidos a su dignidad y a sus reinos [...]. segundo, o los otros menores de la misma Reina, si los tuviese,

e
Artículo IV. En consideración de la renuncia y del reconoci- igualmente con los descendientes de ellos varones, nacidos de
miento que su Majestad Imperial ha hecho en los dos Artículos legítimo matrimonio, sucedan en todos los sobredichos Esta-
precedentes; el Rey Católico renuncia también de su parte, tanto dos [...].
por sí como por sus herederos, descendientes y sucesores, varo- Además se ha ajustado y solemnemente estipulado: que ningu-

e nes y hembras, a favor de su Majestad Imperial y de sus suceso-


res, herederos y descendientes, varones y hembras, todos y cua-
lesquiera derechos y pretensiones, sin exceptuar alguno, sobre
no de los dichos ducados y Estados en ningún tiempo ni caso
pueda ni deba ser poseído por Príncipe alguno que sea al mismo
tiempo Rey de España; y que ningún Rey de España pueda jamás

e todos los reinos, países y provincias que su Majestad Imperial


posee en Italia y en los Países Bajos, o adquiera allí en virtud del
presente tratado; y generalmente todos los derechos, reinos y
if
tomar ni tener la tutela de este mismo Príncipe. :',1.~

Cuádruple Alianza (1718-20) entre el Imperio, Francia, Gran Bretaña y


provincias en Italia, que antes pertenecieron a la Monarquía de España, ibidem, tomo 11,1800, págs. 7-13

e España [...]. De la misma suerte su Majestad Católica renuncia el


derecho de reversión a la Corona de España que se había reserva-
La Guerra de Sucesión española (1701-1714) terminó con un doble
do sobre el reino de Sicilia y todas las demás acciones y preten-

e siones que pudiera tener para inquietar al Emperador, a sus here-


deros y sucesore'!;, directa o indirectamente, así en los dichos
reinos y provincias como en todas las otras que actualmente po-
resultado: la victoria del bando borbónico en la Península y la vic-
toria de los aliados en Europa. Como consecuencia, se instaló en el
trono de España la dinastía borbónica, pero pasaron al Imperio las

e see en los Países Bajos, yen otra cualquiera parte.


Artículo V. Como la vacancia a las sucesiones de los Estados
poseídos al presente por el Gran Duque de Toscana, y por el Du-
posesiones europeas de España (Países Bajos, Italia). La reunión
de diversos territorios por herencia dinástica quedó expresamente
prohibida en nombre del principio del «equilibrio europeo», que
iba a dominar las relaciones internacionales en lo sucesivo.

e que de Parma y Placencia si ellos y sus sucesores llegasen a faltar


sin hijos varones, podría dar ocasión a una nueva guerra en Ita-
1: 16, LA PREPONDERANCIA MARITIMA DE INGI.ATERRA .. , 299
-
-e
j(¡'.

1/ Jorge Il, sube al trono. El nuevo rey, que tiene veintidós


t{
16. La preponderancia marítima
de Inglaterra y el equilibrio de las
•~
.•..:.
años, pretende ejercer plenamente la prerrogativa real que
sus dos predecesores han dejado caer en desuso. Apoyándo-
~ se en los tories, ahora unidos a los de Hannover, quiere asu-
potencias continentales (1740-1792) ¡lj,
mir la responsabilidad del poder ejecutivo y, con ese moti-
.'i

-e
(1 vo, elegir a sus ministros a su gusto, sin tener que inclinarse
k sistemáticamente ante el Parlamento. Durante veinte años,
~ Jorge III ejerce de este modo un poder personal que provoca
La lucha en el mar yen las colonias entre Inglaterra, que prosi- ~
gue la evolución hacia el régimen parlamentario a pesar de la J~ una oposición cada vez más fuerte no en el Parlamento,
tentativa de poder personal de Jorge IIl, y Francia, donde el ab- I! donde se asegura una mayoría en parte, sino en la opinión
solutismo de Luis XV y Luis XVI encuentra dificultades crecien- , pública. Además, se le reprochó vivamente el desastroso re-
;f,t
tes, termina con ventaja para Inglaterra, que se convierte en la sultado de la guerra que siguió al levantamiento de las trece
primera potencia económica del mundo gracias a su superiori- tt colonias americanas, debido en gran parte a su intransigen-
dad marítima y al avance que le aseguran los inicios de la Revo- "">i' cia. Por último, su salud está cada vez más comprometida &.
lución Industrial. En };'uropa central y oriental, la Prusia de t:
~.; \;W
por accesos de demencia intermitentes. En 1783, se decide a

-e
Federico 11, la Austria de María Teresa y de José Il, y la Rusia de
Isabel y de Catalina Il compiten entre sí, pero se equilibran y se
r llamar como jefe del gabinete a William Pitt hijo, llamado
ponen de acuerdo para engrandecerse a costa del Imperio 0to- Pitt el Joven. Gracias a su autoridad ya la desaparición pro-
mano y de Polonia, totall/1ente desmembrada. gresiva del monarca de la vida pública, el primer ministro
ejerce de nuevo un papel preponderante bajo el control del
Parlamento, restableciéndose así el equilibrio entre la auto-
ridad del rey y del gabinete y los derechos del Parlamento.

El poderío inglés

La difícil evolución hacia el régimen parlamentario


La «segunda guerra de los Cien Años» e
e
Mientras se esfuerza por mantener en el continente el equili-
La caída de Walpole, en 1742, es la victoria de una facción brio entre las grandes potencias, Inglaterra trata de reforzar
de diputados whigs que, dirigida por William Pht y sosteni- su preponderancia comercial. Desarrolla su comercio no
da por la mayoría de la opinión pública, reprocha al viejo sólo con el resto de Europa, sino sobre todo con los demás
ministro, además de la corrupción que utiliza para mante-
nerse en el poder, su pacifismo excesivo, contrario a los in-
continentes, bien implantándose directamente en América
septentrional y en las Antillas (Jamaica sobre todo), bien co- e
-e
tereses de Inglaterra. Pitt, profundamente honrado, nacio- merciando con los países del océano Índico, bien desviando
nalista e insular, encarna ese despertar nacional. Ministro en provecho propio la parte esencial del comercio .de la
en 1746, jefe del gabinete en 1756, se convierte en paladín de América española y portuguesa. Pero esa ambición choca
la lucha a ultranza contra los Borbones de París y Madrid, con un competidor que no es ya Holanda, convertida en
por mar y en las colonias. Pero, en 1760, Jorge I1I, nieto de aliada poco temida, sino Francia, que a partir de ese mo-

298
e
e
300 RREVE HISTORIA DE EUROPA
1
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n
16. LA PREPONDERANCIA MARfTIMA PE I~(;¡.ATERRA ... 301

~,
mento es el adversario a batir. De este modo, entre 1689 y ¡'I na de vapor puesta a punto por James Watt en 1769. Este
paso de la producción manual al maquinismo -revolución
1815 se desarrolla entre Francia e Inglaterra un largo con-
"'1
e flicto, cortado por treguas, que ha podido calificarse como
la «segunda guerra de los Cien Años». Al margen de los dos
conflictos europeos del siglo XVlII -Guerra de Sucesión de
¡¡
'1
técnica sin precedentes en Europa desde el Neolítico- per-
mite la aparición de la fábrica, o factory, definida como la
concentración en un mismo lugar de un número importante
Austria y Guerra de los Siete Años-, las dos grandes paten- de medios de producción (máquinas de vapor, máquinas-
A cias chocan en el mar y en las colonias, casi siempre con ,¡¡I herramientas) y de los trabajadores necesarios para su utili-
., ventaja para Inglaterra. En 1763, por el Tratado de París,
Francia debe abandonar a Inglaterra sus posesiones de
;j zación. Este paso del domestic system al factory system se ca-
racteriza además por la separación, radical a partir de ese
a América del Norte (Canadá, Luisiana) y sus posiciones co- momento, entre el capital representado por los propietarios
., merciales en la India. Bien es verdad que consigue conservar de la fábrica, únicos receptores del beneficio, y el trabajo, es
sus preciosas «islas del azúcar» (sobre todo Santo Domingo) decir, los obreros que venden a cambio de un salario su
y que, veinte años más tarde, se toma la revancha, sobre fuerza de trabajo. La industria algodonera es la primera
todo moral, ayudando a las trece colofflas amencanas a con- afectada, luego ra-industria metalUrgica.-Hacia t7"8O";lagran
seguir su independencia (I783). No es menos cierto, pese a industria inglesa basada en el algodón, el carbón, el hierro y

e todo, que, hacia 1790, Inglaterra sigue sólidamente asentada


en América (Canadá, Antillas), continúa dominando el co-
mercio iberoamericano, empieza a implantarse en la India,
la máquina de vapor se ha adelantado medio siglo a los paí-
ses del continente.

e cuenta con preciosas escalas en todos los mares del globo y


se ha convertido en la primera potencia marítima, comercial
y colonial del mundo.
Las dificultades del absolutismo en Francia

La agitación parlamentaria bajo Luis XV


•.
e La Revolución industrial En 1743, a la muerte de Fleury, Luis XV anuncia su inten-
ción de prescindir de primer ministro. Pero aunque es inte-
A. Ese poderío industrial no se apoya solamente en la primera ligente y cultivado, sólo se interesa por los asuntos públicos
.• flota militar y comercial de Europa, sino también en una de manera intermitente. Además, sufre la influencia de sus
producción industrial que no cesa de aumentar en el trans- amantes, sobre todo de la marquesa de Pompadour, quien,
A curso del siglo, primero en el marco de la protoindustria o entre 1745 y 1764, hace y deshace ministros. La ausencia de
• domestic system (groducción a domicilio por cuenta de un primer ministro desemboca la mayoría de las ocasiones en
. comerciante fabricante), luego en el de la Revolución Indus- una falta de homogeneidad por parte del gobierno y en una

e trial en sus inicios. El punto de partida de esa revolución se


halla en los descubrimientos realizados en Inglaterra a par-
tir de los años 1730 aproximadamente: máquinas textiles
especie de despotismo ministerial, porque cada ministro
obra por su cuenta en su propio dominio esperando que se
lo agradezcan.

e (lanzadera volante de John Kay, máquinas de hilar), fundi-


ción del mineral de hierro al coque, y, sobre todo, la máqui-
Sin embargo no faltan los problemas, sobre todo la cues-
tión *jansenista y las dificultades financieras, que entrañan,
302 BREVE HISTORIA DE EUROPA 16. LA PREPONDERANCIA MARITIMA DE IN(;I.ATERRA". 303 e
una y otras, una agitación parlamentaria esporádica. Recha-
zando la condena papal pronunciada en 1713 por la bula
Unigenitus, los curas jansenistas llaman a un concilio nacio-
El principio del reinado de Luis XVI

En efecto, la primera medida que adopta el nuevo rey, el jo-


e
nal y son apoyados por los parlamentarios, en su mayoría
*galicanos. En cuanto al déficit financiero subsiguiente, a
partir de 1740, con los gastos de las guerras de Sucesión de
ven Luis XVI, lleno de buenas intenciones, pero tímido y mal
aconsejado, consiste en llamar de nuevo a los parlamentos,
decisión tomada con el objetivo de apaciguarlos, pero carga-
e
Austria y de los Siete Años, parece cada vez más claro que
no podrá resolverse por medio de los expedientes habituales
(préstamos, ventas de cargos), sino sólo mediante una pro-
fj
'V
da de consecuencias para la monarquía: en efecto, los parla-
mentarios no tardan en volver a emplear su oposición siste-
mática a través del derecho de amonestaciones. Cierto que al
e
e
funda reforma fiscal que introduzca la igualdad de todos 'lJ mismo tiempo Luis XVI nombra a Turgot inspector general
l'
ante el fisco. Pero 'la tentativa del recaudador general Ma- de Finanzas. Este gran economista liberal, que había realiza-
chault d'Arnouville de establecer en 1749 un impuesto de un do sus pruebas de administrador como intendente en el Li-
vigésimo sobre todas las rentas, sin distinción, choca con la (1 mousin, intenta reabsorber el déficit por medio de un mejor
viva oposición de todos los privilegiados: clero, nobles, esta-
dos provinciales, parlamentarios. Estos últimos, empleando
su derecho de amonestación, se niegan a registrar el edicto
f~

!te.:
,
~-~
,
rendimiento de la fiscalidad resultante de un enriquecimien-
to general. Con ese objetivo adopta cierto número de medi-
das que le parecen susceptibles de favorecer ese enriqueci-
e
de creación. Ante esta leva de escudos, Luis XV cede en par-
te: ante todo, el clero queda dispensado de pagar el vigési-
mo, que de este modo pierde todo alcance revolucionario.
miento: restablecimiento de la libertad del comercio de
cereales, supresión de los gremios de oficios, liberalizando de
este modo el trabajo, y sustitución del impuesto real por una
e
En los años 1760, el ministro Choiseul, apoyado por la
Pompadour, debe hacer frente a una nueva ofensiva. Los
parlamentarios parisienses y provinciales, utilizando como
subvención territorial. Pero estas novedades asustan y cho-
can con demasiados privilegios. Luis XVI despide a Turgot
en 1776 y llama al banquero de origen genovés Jacques Nec-
e
pretexto los asuntos jansenistas y la supresión de la Compa- ker, que no es más que un hábil técnico de finanzas que goza
ñía de Jesús en 1764, van cerrando filas contra el despotismo
y no ocultan ya su pretensión de jugar el papel político de
de un amplio crédito en los medios bancarios, lo cual le per-
mite hacer una política de préstamos. Pero este crédito se
e
primer plano que según ellos les corresponde. Luis XV, fiel a
la concepción tradicional de la monarquía absoluta, rechaza
cualquier evolución que cuestione la omnipotencia de ésta,
deshace enseguida debido a los gastos de la guerra de Améri-
ca (I 778-1782), YNecker dimite en 1781. Sus sucesores en la
Inspección General, Calonne, y luego Brienne, chocan con el
,e
y decide acabar con ellos. En 1771, el canciller Maupeou mismo problema financiero y con la misma oposición parla-
sustituye los parlamentos por consejos superiores, cuyos
miembros, con atribuciones exclusivamente judiciales, son
nombrados y pagados pór el propio monarca. Luis XV resis-
mentaria desde el momento en que se habla de reforma fiscal
y de igualdad ante el fisco. El ministro de Justicia Lamoignon
intenta en 1788 una reforma inspirada en la de Maupeou,
e
te, esta vez, a todas las presiones, pero su muerte, en 1774,
pone en cuestión la reforma realizada.
pero se encuentra con una oposición general. El únicQ recur-
so parece entonces la reunión de los *Estados Generales. En
agosto de 1788, Luis XVI los convoca para elide mayo de
e
I
!
I
1789, en Versalles.
e
IL __ .__ ~~ _. _____ . __ . - j . I
e 304 BREVE HISTURIA DE EL:ROPA 16. LA PREPuNDERANClA MARlTIMA DE I~{;LATERRA .. 305

e La prosperidad económica La rivalidad austro-prusiana

La paradoja de Francia en el siglo XVIII reside en el hecho de Federico JI contra María Teresa
A que, en un país que es rico, el Estado resulta casi constante-
•• mente deficitario e incluso está amenazado de bancarrota en En vida, el emperador Carlos VI se impuso de antemano la
vísperas de 1789, lo cual demuestra la necesidad de una re- tarea de conseguir que los pueblos de sus diversos estados y
A forma fiscal. El desarrollo de la producción industrial, que las potencias europeas reconociesen a su hija María Teresa,
•• es el primer aspecto de esa prosperidad, no es la consecuen- nacida en 1717, como sucesora suya. Pero la muerte del em-
cia de la Revolución Industrial «a la inglesa», que apenas perador en 1740 abre una grave crisis en la que diversos
•• afecta a Francia en vísperas de la Revolución, sino que deri- competidores pretenden aprovecharse de la situación. Es lo
., va del desarrollo, sobre todo en el sector textil, de la pro- que ocurre con los esposos de dos sobrinas de Carlos VI, el
toindustria, que, sin perturbaciones de las estructuras tradi- elector de Sajonia y el elector de Baviera, y con Federico Il,
cionales, resulta favorecida por la estabilidad de la moneda, convertido en rey de Prusia unos meses antes, que plantea
•• ~Lalza_deJ.os~IeciosT-)L-pQr-tal1tO-dt'l-IHs-beflefJ£i(}s,el-al:F mItigtlas--pretensiones-de--los-Htrhenzt}Hern-s-olJre-Silesia;--En~~~4C1
'-mento de la población, que pasa de 21 millones de habitan- diciembre de 1740, el rey de Prusia invade Silesia, sin decla-
tes en 1700 a 28 millones en 1790, y la apertura de nuevos ración de guerra, y entra en Breslau. Reanudando la vieja
Al mercados. La intensificación de las relaciones comerciales es
•• inseparable, en efeclo, de ese crecimiento de la producción:
J~ política de lucha contra la Casa de Austria, Francia apoya al
elector de Baviera, candidato a la corona imperial, y garanti-
¡~j,
comercio interior, comercio exterior intraeuropeo, comer- za Silesia a Federico 11. En 1741 las tropas francesas invaden
A cio mundial (a cuya cabeza figura el comercio con las colo- , Bohemia y entran en Praga. Pero María Teresa, segura del
,., nias antillanas). apoyo de sus súbditos austríacos y húngaros, no pierde el
No todos los franceses salen igualmente beneficiados de valor. En 1742 firma una paz separada con Federico 1I al
••• esa prosperidad que, por lo demás, da paso, a partir de 1770 precio de la cesión de Silesia, expulsa a los franceses de Pra-
., aproximadamente, a un estancamiento, y más tarde al ini- ga y se asegura la alianza de Inglaterra, de las Provincias
cio de una depresión en la producción yen las rentas. Finan- Unidas y de varios estados alemanes. En 1745, su esposo

e cieros, comerciantes, fabricantes, armadores y negociantes


de los grandes puertos atlánticos, rentistas y ricos labrado-
res que disponen de excedentes comercializables son los
Francisco de Lorena es elegido emperador, pero, el 11 de
mayo, la victoria francesa de Fontenoy sobre las tropas an-
glo-holandesas permite a los franceses ocupar los Países Ba-
grandes ganadores; enfrente, el pueblo humilde de las ciu- jos y una parte de las Provincias Unidas. Luis XV, preocu-
a dades y los campos, cuyos salarios no aumentan en las mis- pado por aparecer como el árbitro de Europa, acepta, en el
., mas proporciones que el beneficio industrial o la renta de Tratado de Aquisgrán (1748), entregar los Países Bajos a
bienes raíces, y solamente reciben las «migajas de la expan- María Teresa; mientras, en ultramar ingleses y franceses se
•• sión; son las grandes víctimas de la recesión durante la épo- devuelven recíprocamente sus conquistas.
•• ca de Luis XVI. De hecho, la paz no puede ser sino precaria porque nin-
guno de los grandes problemas ha quedado resuelto, ni la ri-

e validad franco-inglesa en el mar y en las colonias, ni la riva-


306 HKEVE HISTOKIA DE EUROPA 16. LA PREPONDERANCIA MAKITlMA DE INGLATERKA ••. 307 e
lidad austro-prusiana en Alemania. Federico 1I, que sabe
que María Teresa sólo espera una ocasión favorable para re-
cuperar Silesia, se acerca a Inglaterra (cuyo reyes elector de "'-;
tener contradicciones porque permite el enriquecimiento de
una burguesía que al mismo tiempo está apartada de las res-
ponsabilidades del Estado, reservadas a la nobleza. Por últi-
e
Hannover); Luis XV, herido por la «traición» del rey de Pru-
sia, se alía con Austria (1756). Esta inversión de alianzas va
seguida del ataque sorpresa de Federico 11 contra Sajonia,
¥
1:'1
11
'\
mo, el ejército sigue siendo para él el principal imperativo:
al final de su imperio, el ejército prusiano está considerado
como el primero de Europa.
e
e
aliada de Austria. La guerra que se desencadena va a durar Por otro lado, Federico 1I se ganó la reputación de «rey fi-

It
siete años y se desarrollará esencialmente en Alemania (ade- lósofo» (se dirá «déspota ilustrado» en el siglo XIX), gracias
más de la guerra franco-inglesa en el mar y en las colonias). entre otras cosas a sus relaciones con Voltaire. De hecho,
Federico 11,que debe hacer frente a una coalición que agru- suprime la tortura y manda redactar un código civil basado
pa a Austria, Francia, la mayoría de los estados alemanes e
incluso Rusia, está en varias ocasiones a dos dedos de la de-
rrota, pero siempre consigue salir airoso, bien gracias a su
en la igualdad de todos ante la ley, suprime la esclavitud en
sus dominios propios (pero no en el resto de Prusia), esta-
blece la libertad religiosa y la libertad de prensa, y desarrolla
e
genio militar (victorias de Rossbach y de Leuthen en 1757),
bien por le; intervención de «Su Majestad el Azan> cuando
en 1762, a la muerte de la zarina Isabel, el sucesor de ésta fir-
~
t
la enseñanza. No es menos cierto que su conducta, tanto en
el interior de su reino como en sus relaciones con sus veci-
nos, está inspirada sólo en la razón de Estado. Cuando mue-
e
ma inmediatamente una paz separada con Prusia. Por últi- re, en 1786, el «viejo Fritz» deja un Estado poderoso y
mo, en enero de 1763, un mes antes del tratado franco-in- agrandado (6 millones de habitantes sobre 200.000 kilóme-
glés de París, Federico 1I y María Teresa firman el tratado de tros cuadrados), susceptible de imponer un día su ley a toda ~
Hubertsburgo: Silesia sigue siendo prusiana.

La Prusia de Federico II (I740-1786)

Absorbido durante la primera parte de su reinado por el lar-


Alemania.

La Austria de María Teresa y de José II (I740-179tJ)

Desde el inicio de su reinado, María Teresa perdió de hecho


•e
go conflicto que sostuvO con María Teresa, Federico 11no Silesia y sólo pudo conciliarse con sus súbditos húngaros
tuvo mucho tiempo de ocuparse de sus estados, que en 1763,
varias veces invadidos, están en parte arruinados. Reanu-
dando la política de sus antecesores, el rey intensifica la va-
garantizándoles sus privilegios. Apoyándose en la relativa
autonomía de sus posesiones periféricas (Países Bajos, Mila-
nesado, Hungría), se esfuerza por hacer de sus Estados here-
e
lorización y la colonización de los campos promoviendo la
emigración extranJera: favorece la desecación de pantanos, la
introducción de pastos artificiales y de patatas, y el desarro-
I
ditarios de Austria y Bohemia un Estado fuerte y centraliza-
do. La ayudan en su tarea ministros notables, sobre todo
Kaunitz. A instigación de éste, la unión de la cancillería de
e
I
llo de la ganadería bovina. Vela también por los progresos
de la industria, sobre todo en Berlín, en el valle del Ruhr y I
Bohemia y de la cancillería de Austria pone fin, en 1749; a
los últimos vestigios de la autonomía checa, mientras el can- e
en Silesia, y facilita las comunicaciones interiores mediante
Il ciller de Austria se convierte en un personaje de primer pla-
la construcción de rutas y canales. Este desarrollo no deja de

J
\
no. Fiel al mercantilismo de sus predecesores, María Teresa
e
e 308 BREVE HISTORIA DE EUROPA
16, LA PREPONDERANCIA MARITlMA DE IN(;LATERRA •..

e
309
se esfuerza por estimular la actividad económica para au-
mentar las exportaciones. La industria es reglamentada y ligión debe ser ante todo socialmente útil y que la Iglesia
alentada. El comercio exterior está en plena expansión, so- católica debe estar sometida al Estado y sus inmensos me-

e bre todo por Trieste, que se halla unida directamente a Ve-


necia por una ruta que atraviesa los Alpes. De este modo, va
desarrollándose poco a poco una clase burguesa. Para res-
dios materiales puestos a disposición del príncipe y de sus
súbditos. En 1781, un edicto de tolerancia concede la liber-
tad de culto a luteranos, calvinistas y ortodoxos; asimismo
a ponder a los deseos de ésta, pero también para formar los se toman medidas respecto a los judíos. Al mismo tiempo,
empieza a aplicar con la Iglesia católica una política siste-
• funcionarios que necesita, María Teresa desarrolla la ense-
ñanza. Muy apegada al catolicismo, multiplica las preocupa- mática, llamada ulteriormente «josefismo», sin ningún
A ciones de judíos y protestantes, al tiempo que vigila de cerca acuerdo previo con el papa: vigilancia estrecha de los obis-
.• al clero católico. A la muerte de su marido Francisco 1, pos en su correspondencia con Roma, supresión de nume-
en 1765, es elegido emperador su hijo mayor José I1, pero su rosas órdenes religiosas, modificación del mapa de las dió-

e-.. ,
madre lo nombra sólo corregente de los Estados heredita-
rios-)LSigu€--~f€iendo-el-podel ella misma hasta su muerte;
en 1780.
cesis y las parroquias, simplificación del cunó. Semejante
política de reformas, llevadª_en_todoslos.£rentes--y.-sin--p"Fe
---cauciones, suscita muy vivas resistencias en casi todos los
José II se ve entonces libre para aplicar el programa de ambientes. En los ducados alpinos se producen sublevacio-
.A reformas que ha concebido. Inteligente y discípulo de filó- nes populares, mientras que en Hungría, y sobre todo en
.• sofos, cree en la omnipotencia de la razón y detesta el fam- los Países Bajos, la oposición se convierte en abierta revuel- o,,;

tismo y la superstición. Lleno de buenas intenciones, quiere ta. Cuando en 1790 muere José I1, es cruelmente consciente
de su fracaso.
A trabajar con un espíritu sistemático por la felicidad de sus
• súbditos -llegado el caso, a pesar de éstos-, y su actividad
reformadora es con demasiada frecuencia desordenada.
El ascenso de Rusia
A Emprende la unidad lingüística y administrativa de sus es-
•. tados. El alemán sustituye al latín como única lengua ofi-
cial, incluso en los Países Bajos y el Milanesado. Todos sus La Rusia de Isabel y de Catalina II (1741-1796)

e .
estados de Europa central son divididos en provincias, con
funcionarios nombrados por Viena que sustituyen a los
agentes de los Estados locales. En el plano social, José I1,
Después de la sucesión de cinco zares o zarinas en dieciséis
años (1725-1741), Isabel, hija de Pedro el Grande y de Cata-
deseoso de mejorar la condición campesina, promulga en lina 1, se convierte en zarina en 1741 Ylo sigue siendo hasta
a 1781 un decreto aboliendo la esclavitud personal donde to- su muerte, en 1762. Muy rusa y apegada a la religión ortodo-
• davía subsistía, 'manda redactar un nuevo código procla- xa, no dejó de recibir una educación francesa, y su reinado
mando la igualdad de todos ante la ley y piensa en un im- está marcado a un tiempo por la penetración duradera de la
A puesto de bienes raíces único que se aplicaría a todas las influencia cultural de Francia en las élites y por una reacción
• tierras. En materia religiosa, está influido por las Luces, nacional rusa. Durante su reinado, la industria conoce un

e pero también por el jansenismo y el galicanismo. A la vez


masón y católico practicante, es un convencido de que la re-
desarrollo notable, sobre todo en el campo de las industrias
mineras y metalúrgicas de los Urales. Ese desarrollo se hace
en provecho de la nobleza, única propietaria de la tierra:
310 BREVE HISTORIA DE EUROPA
~
16. I.A PREPONDERANCIA MARITIMA DE IN(;(.ATERRA ... 311
(1
gracias a los monopolios concedidos por el soberano, los
nobles crean y explotan minas y manufacturas utilizando la
mano de obra de sus siervos. Además, la obligación que
todo campesino tiene de ponerse al servicio de un amo re-
fuerza de nuevo la esclavitud. A la muerte de Isabel, se de-
,1

~
.t

.tI
todo, subordina estrechamente a la nobleza, que controla
los diversos .poderes locales, y a los gobernadores locales,
nombrados por el soberano y que sólo dependen de él. La
reforma social de 1785 define el estatuto legal de la nobleza
codificando todos los privilegios que anteriormente le fue-
-e
-
signa como sucesor a un príncipe alemán, Pedro de Hols- ron concedidos. En cambio, la zarina se niega a limitar los
tein, nieto de Pedro el Grande y de Catalina 1, que se '1 derechos de los propietarios sobre sus siervos y agrava la
convierte en Pedro III. Pero, al cabo de unos meses, su mu-
i situación de éstos, que en adelante pueden ser vendidos y
comprados; además, extiende la esclavitud a las regiones

-
jer, Sophie d' Anhalt, que se ha hecho muy popular por su
voluntad de aprender el ruso y por su conversión a la reli- del sur de Rusia donde aún no existía. En cuanto a los pro-
! gresos de la industria, continúan para mayor provecho de
gión ortodoxa, fuerza a Pedro a la abdicación (antes de '"
mandarlo ejecutar) )' se hace proclamar zarina con e1nom- ~ los nobles. La política llevada a cabo respecto a los campe-
bre de Catalina II (1762). ti sinos suscita frecuentes sublevaciones, entre las que la de
Inteligente, trabajadora y autoritaria, Catalina II asume
enteramente la dirección de los asuntos públicos, sin dejar- 5
l
Pugachov (1773-1775) es indudablemente la de mayor gra-
vedad. Al final de su reinado, Catalina la Grande ha con-
cluido el proceso de concentración de las tierras rusas y ha
(1)
se dominar por sus sucesivos favoritos. Muy disimulada y J.•.
astuta, asegura su propia publicidad en Europa mantenien-
do excelentes relaciones con los filósofos franceses, sobre
todo con Diderot, que celebran en ella a la «Semiramis del
i
hecho de su imperio, más poblado y más vasto, una gran
potencia europea. e
Norte» y modelo de rey filósofo. De hecho, actúa como una
soberana ilustrada: favorece la enseñanza, da pruebas de Los repartos de Polonia y la «Cuestión de Oriente» e
--
tolerancia religiosa ordenando el cese de las persecuciones
contra los disidentes del raskol, acogiendo a los jesuitas ex- El reforzamiento del poderío r.uso se hizo en párte en detri-
pulsados de los países católicos y otorgando la libertad de mento de sus dos vecinos, Polonia y el Imperio otomano. La
culto a los musulmanes de los países conquistados a los tur- anarquía política que reina en Polonia debido a la ineficacia
cos. Pero su apego a las Luces y su liberalismo son básica- de sus instituciones -elección del soberano, liberum veto,
mente de fachada. Al igual que en el caso de Federico I1, privilegios nobiliarios- facilita la intervención cada vez más
para ella sólo cuentan la razón de Estado y la tarea que se ha abierta de las grandes potencias en los asuntos internos po-
asignado: proseguir la obra de Pedro el Grande expandien- lacos. Algunos nobles, como los Czartoryski, son conscien-
I
do progresivam)nte las fronteras rusas hacia el oeste y ha-
cia el sur y rematando la construcción de una monarquía
I tes de la necesidad de emprender reformas, pero todos lle-
van una política de clanes, gracias a importantes clientelas y e
-e
autocrática y burocrática apoyada en la nobleza que posee
las tierras.
II a apoyos del exterior. En estas condiciones, la muerte de
Augusto III abre en 1763 una gravísima crisis. Gracias' a un
Desde esta perspectiva, hay dos reformas particularmen- I acuerdo ruso-prusiano y a la presencia de tropas rusas que
te importantes. La reforma administrativa de 1775 aumentó penetran en Lituania, el polaco Stanislas Poniatowski, anti-
el número de gobiernos provinciales de 12 a 50 y, sobre
I guo amante de Catalina 11,es elegido rey en 1764. Bajo la in-

j

e
312
BREVE HISTORIA

fluencia de sus tíos Czartoryski, el nuevo rey decide em-


prender reformas y propone sobre todo la supresión delli-
VE EUROPA 16. l.A PRF.PONDF.RANClA M:\RfTI,\I:\ !lE INCL:\TERRA

preocupadas por mantener el equilibrio europeo, pero


también por preservar sus intereses comerciales en el Me-
..•
313

e berutn veto. Pero tanto a Catalina 1I como a Federico Il no


les interesa el resurgimiento de Polonia. Pese a la resistencia
de los polacos partidarios de las reformas y de la indepen-
diterráneo' oriental, siguen también muy de cerca la evolu-
ción de la situación. Son los dos vecinos inmediatos los
que, como en el caso de Polonia, se ponen de acuerdo para

e dencia nacional, reagrupados en la Confederación de Bar,


las tropas rusas entran en Polonia y, en 1770, se adueñan de
todo el país.
avanzar: Austria, que se anexiona Bucovina en 1775, y, so-
bre todo, Rusia, que en 1774 obtiene de Turquía la cesión
de Azov y, de hecho, de Crimea; y más tarde, en 1790, elli-

e Federico Il, muy preocupado por la situación así creada,


se vuelve hacia María Teresa, que también se inquieta, en
. ese momento, por las victorias rusas en Turquía. Los dos
toral del mar Negro entre el Dniéper y el Dniéster, donde,
cuatro años más tarde, se funda el puerto de Odessa. A fi-
nales del siglo XVIII, la «Cuestión de Oriente» se ha conver-
imponen a Catalina 11,bajo amenazas, su «mediación» en el tido en una de las preocupaciones mayores de los diplom,i-
&-_¡;Quflicto_polaco. De hecho, por los tratados de San Peters- ticos europeos.
• burgo, en 1772, las tres potencias, «para prevenir 1adeswrrr=---
posición del Estado polaco», se adjudican las provincias más
A ventajosas para ellas: Prusia occidental, menos Dantzig, DOCUMENTOS
• par~l Prusia; la mayor parte de la Rusia Blanca para Rusia;
Galitzia y una parte de Podolia para Austria. La conmoción 1. Inventor y empresario en los orígenes de la Revol ución

e -.
que producen todos estos hechos en Europa, y sobre todo
en Francia, es considerable, pero no se pone en marcha nin-
guna iniciativa para ayudar a los polacos. El país, cercenado
Industrial

Dos son los motivos que me han impulsado a ofreceros mi

e de dos quintas partes de su territorio, ya no es más que un apoyo: mi afecto hacia Usted y el que tengo hacia un proyecto
tan rentable y genial. He pensado que vuestra ~quina, para
protectorado ruso. Algunas reformas, intentadas tardía-
producir del modo más ventajoso posible, requétlría dinero,
mente, no pueden impedir ni un segundo reparto, en 1793,
una adecuada realización y una amplia publicidad, y que el
entre Rusia y Prusia, ni la desaparición total del Estado po-
mejor modo de que Vuestro invento sea tenido en la debida
A laca en 1795. consideración y para que se le haga justicia, sería el de sustraer
•• Al mismo tiempo, la presencia otomana en Europa se ve la parte ejecutiva del proyecto de las manos de esa multitud de
cada vez más amenazada por dos peligros: el despertar de ingenieros empíricos que, por ignorancia, falta de experiencia
_ las poblaciones cristianas, organizadas en sólidas comuni- y de los necesarios incentivos, serían responsables de un traba-
•• dades aldeanas Ji bien encuadradas por el clero ortodoxo, y jo malo y descuidado: y todos ellos son fallos que afectarían a
las ambiciones de los Estados vecinos. Rusia mira hacia la reputación del invento. Para obviarlo y obtener el máximo
•• Crimea y el mar Negro y, por otro lado, se ofrece como de- beneficio, mi idea es la de instalar una manufactura cerca de la
• fensora de los cristianos del Imperio turca. Austria preten- mía, a orillas de nuestro canal, en donde podría poner todo lo
de no dejar que nadie ocupe el lugar que a ella le corres- necesario para la realización de las máquinas. Con esta fábrica,

e ponde en las provincias danubianas que debe conquistar


de los turcos. Por su parte, Francia y sobre todo Inglaterra,
podremos suministrar a todo el mundo máquinas de cualquier
tamaño. Con estos medios y con Vuestra asistencia podremos
314 8REVE HIHURIA VE EUROPA
, I
I
16. LA PREPONIJERANCIA MARITIMA !lE IN(;I.ATERRA .•• 315

-e
contratar y enseñar a algún buen obrero (dándole instrumen- todo sería de desear para la felicidad del mundo, que los Prínci-
tos mucho mejores que los que cualquier otro, para producir
I pes fuesen benignos, sin ser por ello muy indulgentes: para que
una sola máquina, le entregaría) y podremos poner a punto ,I la bondad fuese siempre en ellos una virtud, }' nunca una fla-
Vuestro invento con un costo inferior en un veinte por ciento queza [...)..
al de cualquier otro sistema y con una diferencia en cuanto a la
precisión similar a la que existe entre el producto de un herre-
• 1
:/ Los Soberanos, que miran a sus vasallos como esclavos suyos,
los exponen sin piedad, y los ven perecer sin sentimiento; pero e
-e
ro y el de un constructor de instrumentos matemáticos. Y así I
los Príncipes, que consideran a los hombres como sus iguales, y
las cosas, no tendría sentido producir sólo para tres condados, I que miran al pueblo como el cuerpo de que ellos son el alma, son
sino que sería mucho más conveniente producir para todo el :1
económicos de la sangre de sus vasallos [...).
mundo. ~I
~:
No hay cuidado alguno, más digno de un legislador, que el
de la educación de la juventud. En una edad todavía tierna son
Carta de Boulton a Wall, 7 de febrero de 1769, según Giorgio Mori, La Re- susceptibles estas plantas de todas suertes de impresiones: si se
volución 1ndustría/. Economía y sociedad en Gran Bretaña en /a segun- les inspira el amor de la virtud y de la Patria llegan a hacerse
da mitad del sigÚJ XVIII. trad. de Carlos Elordi, Barcelona, Crítica, 1983, :;.¡

e
buenos Ciudadanos, y los buenos Ciudadanos son las últimas
págs. 173-174 :1 murallas de los Imperios. Si los Príncipes merecen nuestras
alabanzas, gobernando con justicia a sus pueblos, arrebatan
nuestro amor, cuando extienden sus cuidados hasta la posteri-
En esta carta se resumen los elementos primordiales de la Rel'Olu-
ción industrial britdnica del siglo XVIl/: un empresario capitalista
propone al inventor de la máquina de vapor asociarse para illSla-
lar una jdbrica y producir COIl los métodos mds modernos. El mer-
dad [... ].
El Edicto contra los Duelos es muy justo, muy equitativo, y
muy bien dispuesto; pero no conduce al objeto que los Príncipes
e
cado mundial es el objetivo a conquistar. se han propuesto en su publicación. Las preocupaciones, más an-
tiguas que este edicto, luchan fuertemente contra él, y parece,
que el público lleno de falsas opiniones, está col1\:tncido tácita-
e
2. Los ideales de un déspota ilustrado mente en no obedecerlo.
Si todos los Príncipes de la Europa no juntan un congreso, y no
convienen en fixar un desonor a los que, a pesar de sus órdenes,
e
-e
Los Soberanos están obligados a desimpresionar al público de la
falsa idea en que se halla sobre la política, que no debe ser sino el intentan matarse en estos combates particulares: si ellos digo no
sistema de la sabiduría, pero que comúnmente se sospecha, que se convienen en rehusar todo asilo a esta especie de homicidas, y
es el compendio del engaño. A ellos les corresponde desterrar las en castigar severamente a aquellos que insulten a sus semejantes,
sutilezas, y mala fe de los tratados, y dar vigor a la pureza, y al ya de palabras, ya por escrito, o ya por medio de hechos, no se
candor [...). , pondrá fin a los duelos [...].
Los buenos Príncipes, miran el poder, que tienen sobre la vida Perdóneseme si me enardezco contra el tormento. Me atrevo a
de sus vasallos, como el peso más grave de su Corona: saben que tomar el partido de la humanidad contra un uso vergonzoso para

e
son hombres como aquellos a quienes deben juzgar saben que los Cristianos, y para las Naciones cultas, y aún añado, contra un
otras injusticias pueden repararse; pero que una sentencia de uso tan cruel como inútil [...]. Más valdría perdonar a veinte cul-
muerte precipitada, es un mal irreparable. Ellos no se conducen a pables, que sacrificar a un inocente. Si las leyes deben establecer-
la severidad, sino para evitar, un rigor más desagradable. Con

e
se para el bien de los pueblos ¿deben tolerarse tales que pongan a
316 IIREVE HISTORIA DE EUROPA

ce los Jueces en el estrecho de cometer metódicamente acciones que


claman y estremecen a la humanidad?
17. La civilización europea
Pensamientos escogidos de las máximas filosóficas de Federico JI, actual en los siglos XVII y XVIII
e Rey de Prusia, entresacados de los Monarcas filósofos, y puestos en castella-
no por D. Jaime Villa-López, Madrid, 1785, págs. 1-33

e Federico [[ de Prusia, e/ rey amigo de Voltaire, manifiesta en este


texto el ideal político de un monarca inspirado en la filosofía de la
La ciencia moderna, basada en el método experimental y el em-
pleo del lenguaje matemático, nace en el siglo XVIt. En el siglo si-
guiente, de forma paralela a los progresos de la ciencia, pero la
mayoría de las veces sin lazo directo con ellos, los progresos de las

e Ilustración. Después de tres siglos de absolutismo monárquico y de


prácticas «maquiavélicas», algunos príncipes de Europa descubrie-
técnicas preparan la Revolución1ndustrial, mientras en Francia
yen Europa se difunde la filosofía de las Luces, que, en nombre
ron la superioridad moral y las ventajas prácticas de trabajar para
1-
. de la razón y de la libertad, quiere hacer retroceder las tinieblas

r
la felicidad de sus pueblos, reconocer la dignidad de todo ser hU 1 ... de la ignorancia y del fanatismo. En el plano artístico, e/arte ba-
mano, preocuparse por la educación de la juventud, desterrar la ~.'. rroco, nacido en Italia hacia 1600, triunfa en la mayoría de los
superstición y las costumbres bárbaras (como el dllelo), y humani-;I países católicos, pero en Francia triunfa el ideal clásico sÚnboli-
zar las leyes. Y t~do ello sin pensar siquiera en la participación del ¡'.'• ~.I zado por Versalles. En el siglo XVIlt, el movimiento literario y ar-

e pueblo en la po/ztlca. , . tístico se desarrolla como reacción primero contra este clasicis-
mo a la francesa, y luego contra lns excesos de un racionalismo

"
:.'.'.'.'1 considerado excesivamente árido.

e
{"i

I
1

•.
e Los progresos de las ciencias y de las técnicas

El nacimiento de la ciencia moderna

e El siglo XVII es de una importancia capital para la historia del


pensamiento europeo. En efecto, es en ese momento cuando,

e gracias sobre todo al italiano Galileo (1564-1642), al francés


René Descartes (1596-1650) yal inglés Isaac Newton (1642-
1727), se funda la ciencia moderna de la que en el siglo ante-

e rior Nicolás Copérnico no había sido sino un tímido precur-


sor. Empleando de forma sistemática la experimentación y el
lenguaje matemático, Galileo es el verdadero fundador de la
ciencia moderna. En 1589, realiza varias experimentaciones

317
,
318 BREVE HISTORIA DE EUROPA
I 17. LA C1VILllAClON EUROPEA El> WS S1l.;WS XVII y XVIII 319

-
sobre el desplazamiento de los proyectiles y refuta la teoría de
Aristóteles sobre el movimiento. En 1609 termina la lente as-
tronómica, que le permite notables descubrimientos, abrien-
do de este modo el camino a la astronomía de observación.
Pero la publicación en 1632 de su Diálogo sobre los dos gran-
des sistemas del mundo, en donde defiende el heliocentrismo
todo lo más están protegidos por algunos mecenas. Las au-
toridades los ignoran o los miran con desconfianza. La opi-
nión pública apenas se .interesa por sus trabajos. Pero, a par-
tir de mediados del siglo XVII, reyes y príncipes empiezan a
prestarles un interés creciente. En 1662, se funda en Lon-
dres, bajo el patrocinio del rey Carlos Il, la Royal Society,
--
-e
de Copérnico, le valió ser condenado al año siguiente por la que desempeñará un papel motor en los progresos científi-
Inquisición romana. cos y técnicos en Inglaterra. En 1665, Colbert funda en París
Cuatro años después de la condena de Galileo, aparece en la Académie des Sciences y patrocina la publicación del
París, en francés, el Discours de la méthode pour bien condui- ¡oumal des savants; en 1667, ordena empezar la construc-
re sa raison et chercher la vérité dans les sciences [Discurso ción del observatorio. En el siglo siguiente, las academias de
del método l. Esta obra de Descartes sienta las bases de una ciencias patrocinadas por los soberanos se multiplican en
verdadera revolución intelectual: al pensamiento idealista y Europa: en Estocolmo, Copenhague, Berlín, fundada en 1700
prelógico, a la física cualitativa de las gentes del Renacimien-
e
por Federico I y reorganizada en 1743 por Federico 11,y San
to, opone las grandes lecciones de la duda metódica, de la Petersburgo, fundada en 1725 por Pedro el Grande y repre-
primacía de la razón y de la experiencia, de la necesidad del

-e
sentada por Lomonossov (1711-1765), escritor y sabio de un
lenguaje matemático. genio universal. La ciencia es considerada ahora algo esen-
Matemático, físico y geómetra, Newton es, sobre todo, el cial para el Estado. Los reyes se disputan a los sabios y to-
creador de un nuevo sistema del mundo que, prolongando man la iniciativa de las grandes empresas científicas. Con
las intuiciones de Copérnico y los descubrimientos de Gali- ello, no hacen sino traducir un sentimiento general. En efec-
leo y de sus sucesores, sustituye al sistema de Aristóteles, que to, en todos los países de Europa la ciencia ha conquistado
tanto la observación como la experimentación obligan a re- paulatinamente a un sector cada vez más amplio de la opi-
chazar. Es en 1687, en sus Philosophice naturalis principia nión pública. En el siglo XVII! es de buen torro hablar de
mathematica, donde enuncia una ley matemática simple,
pero de grandísimo alcance: la ley de la gravitación universal.
A pesar de numerosas resistencias, el sistema de Newton
ciencias en los salones. Los mayores ingenios atestiguan el
más vivo interés por las cuestiones científicas; es VoJtaire
quien, hacia 1735, da a conocer en Francia los trabajos de
e
triunfa en el siglo XVIII y seguirá siendo, hasta la aparición de
Einstein, el marco en el que se inscribirán todos los descubri-
Newton. Existen otros testimonios de ese entusiasmo: el éxi-
to de las primeras experiencias con electricidad, la multipli- e
-
mientos científicos ulteriores. cación de los gabinetes de física en los castillos o en los pala-
cetes burgueses o el progreso de la enseñanza de las ciencias
en los colegios.
Las nuevas condiciones del trabajo de los sabios Apoyado por las autoridades, sostenido por el interés pú-

Paralelamente evolucionan las condiciones mismas del tra-


bajo científico. En la época de Galileo, los hombres de cien-
cia trabajan todavía casi siempre como francotiradores;
blico, el sabio no está encerrado todavía en una especiali-
zación estrecha. El desarrollo de las diferentes ciencias no
resulta tan grande como para prohibir a un mismo investi-
gador trabajar en varios sectores diferentes. En el siglo XVII, -e
1'"
e 320 BREVE HISTORIA [lE El;80PA l
I
17. LA C1VILIZACll"lN EUROPEA EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII 321

a Descartes, Newton y Leibniz alcanzan casi todo el saber de su



I moderna: la ley de la gravedad universal que le permite ex-
•• tiempo. Esa ausencia de especialización y esa interpenetra- 1 plicar, entre otros, los movimientos elípticos de los planetas,
ció n ?e las ci.encias entre sí f~cili~an el d.iálogo y se ~evelan ¡ los detalles de los movimientos de la Luna, el origen de las
a fructiferas. CIerto que los sabIOSsIguen sIendo en casI su to- I mareas, la forma de la Tierra. Los grandes astrónomos del
• talidad aficionados. Pero la invención y el perfeccionamien- .) siglo XVII! -el inglés Halley, los franceses Bouguer, Mauper-
to de instrumentos de medida y de observación les dotan I tuis y, sobre todo, Laplace-, se dedicarán a confirmar el sis-
•• ahora de medios sin los que no habrían podido hacerse lal tema newtoniano.
•• mayoría de los grandes descubrimientos: anteojo astronó- '; I Por sus estudios sobre el movimiento, Galileo fue uno de
mico, telescopio, microscopio, barómetro, termómetro ... Du-~,j los primeros en utilizar modelos matemáticos para intentar
.•• rante mucho tiempo estos instrumentos, salvo excepciones, .Ij.'.l' dar cuenta de fenómenos físicos. Pascal, utilizando las expe-
.' siguen siendo de construcción simple y de precio asequible. ~, riencias de Torricelli, demuestra la existencia del vacío y de
. En cambio, a finales del siglo XVIII, Lavoisier sólo puede '~'. la presión atmosférica. Los perfeccionamientos aBortados al
! montar su laboratorio de química, notablemente equipado,~II termómetro por Farenheit, Réaumur y Celsius;permiten
-~Ias a su fortuna ñeCha como recau<iaClor<:!eimpuestoS,'- --;,1 al escocés BtackesrabtocereI-calor específico de CÍel tú nw
Así, a partir de los años 1780, los progresos mismos de las '1 mero de cuerpos y fundar la calorimetría. Al mismo tiempo,
ciencias, que entrañan inevitablemente la especialización y, \ en el terreno de la electricidad estática se hacen importantes
A.' en algunos casos, la multiplicación de instrumentos cada ~ descubrimientos, sobre todo con Franklin y Musschenbroek,
,. vez más perfeccionados y costosos, modifican de nuevo, \ inventor del primer condensador eléctrico, llamado «botella
poco a poco, las condiciones de trabajo de los sabios. ~ de Leyde». Sea cual fuere la importancia de los trabajos de

e Los principales progresos científicos


los británicos Boyle, Priestley o Scheele, es en el francés La-
voisier (1743-1794) en quien recae el mérito de fundar la
química moderna, experimental y cuantitativa: e.sel prime-

e Al haberse convertido las matemáticas en el lenguaje de la


ciencia moderna, sus progresos condicionan el desarrollo de
ro en definir la combustión tras decisivas expt!'i:Kmentacio-
nes y quien en 1777 realiza el análisis del aire y en 1783 el
análisis y la síntesis del agua. .
ésta. A lo largo de dos siglos, grandes matemáticos, a menu- Las ciencias de la vida evolucionan menos deprisa. La cla-

e do de forma simultánea, realizan descubrimientos funda-


mentales: así, los logaritmos (Neper, Kepler), el cálculo de
probabilidades (Pasca!), la geometría analítica (Fermat,
sificación zoológica y botánica propuesta por el sueco Lin-
neo tiene por lo menos el mérito de simplificar el vocabula-
rio de los naturalistas, pero la idea de la fijeza de las especies

e Descartes, luego Clairaut y Monge), el análisis infinitesimal


o cálculo diferencial e integral (Fermat y Descartes, Newton
y Leibniz, los hermanos Bernouilli, Euler, Lagrange), la me-
retrocede muy lentamente ante la noción de variabilidad y
de evolución; el francés Buffon, sobre todo, opone con pru-
dencia la concepción revolucionaria de una «historia de la

e cánica racional (D'Alembert, Lagrange).


La astronomía de observación hace en el siglo XVII inmen-
sos progresos gracias a Galileo, luego a Kepler y a Huygens.
naturaleza» a la idea de un mundo creado de una vez por to-
das. Por lo que al arte de curar se refiere, sigue atestado de
teorías falsas y de prejuicios, a pesar de algunos descubri-

e Pero es Newton quien funda verdaderamente la astronomía mientos en anatomía y en fisiología, sobre todo el de la cir-
'\j
322 BREVE HISTORIA DE EUROPA
;'1
I
17. LA C1VIUZACION EUROPEA E!\ I.llS SJ(;I.OS XVII y XVIII
323
e'
I
culación general de la sangre expuesto por Harvey en 1628.
La terapéutica continúa utilizando remedios ampliamente
ineficaces, y la primera gran victoria sobre la enfermedad
I
I
I
afectado casi exclusivamente a Inglaterra. El continente no
conocerá hasta el siglo XIX la Revolución Industrial y sus
efectos en cadena.
e
-en este caso, la viruela- no se consigue hasta 1796, fecha de
la primera vacunación practicada por el escocés lenner. .I
¡
En conjunto, la importancia de los siglos XVII Y XVIII en la
historia de Europa es considerable: es entonces cuando se
sientan las bases sobre las que va a edificarse la civilización
e
I científica y técnica del siglo XIX. El hecho es tanto más im-
Los progresos técnicos ~'.~ j
e,
~~{
portante cuanto que tiene por consecuencia la aceleración
del desfase entre Europa y el resto del mundo. Mientras que
e
Paralelamente a los éxitos obtenidos por la ciencia, asisti-
mos a una rehabilitación de las técnicas por parte de los
grandes ingenios de la época, que subrayan el valor de las
ílj
;;¡1
''),.,i

ji I
hasta entonces el progreso había caminado al mismo paso, o
casi al mismo paso, en Asia y en Europa, ésta acentúa bru-
talmente, en el plano de la ciencia y de la técnica, el avance
,e
«artes mecánicas», tan despreciadas por algunos y, sin em- JI' que los grandes descubrimientos marítimos del siglo xv le
~
bargo, tan útiles. No obstante, la relación entre la ciencia y la
técnica todavía no es sistemática, como lo será a partir del
siglo XIX. Los grandes descubrimientos técnicos del si-
"1 habían asegurado en el plano económico y político.
e
e
glo XVIIi (el siglo anterior es bastante pobre en este terreno) Barroco y clasicismo
derivan más a menudo del ingenio de artesanos y de profe-
sionales enfrentados a un problema práctico que de la apli- Nacimiento y difusión del Barroco
cación a ese problema de datos científicos. En agricultura,
cierto número de innovaciones comienzan a difundirse muy
lentamente en Europa en la segunda mitad del siglo XVIlI,
Movimiento artístico original, el Barroco nace, en el sentido
estricto del término, en Italia hacia 1600 y de.ahí gana los
e
por influencia de holandeses, flamencos e ingleses. La más
países vecinos. Es un arte del movimiento, con fachadas on-
importante reside en la introducción de cultivos forrajeros
en el ciclo de producción, lo cual permite la supresión del
barbecho y el desarrollo de la ganadería. Además, se intenta
duladas y desencajadas o columnas retorcidas en arquitec-
tura, y con efectos de trampantojo, juegos de sombra y luz, y
e
un derroche de colores en pintura. Es también un arte del
mejorar la calidad del ganado, sobre todo mediante la selec-
ción de razas, mientras la patata avanza poco a poco en los
suelos pobres.
espectáculo y de la ostentación, que rechaza el equilibrio y la
razón y predica el patetismo, lo excesivo, lo irracional. Es,
le
por último, un arte católico, inseparable del éxito de la Igle-
Pero es en la industria donde los progresos son más im-
portantes y están más cargados de consecuencias. Todos
son obra de británicos: invención de nuevas máquinas texti-
sia romana después de Trento y de la glorificación de los
grandes dogmas reafirmados por el concilio. Los iniciadores
e,
del arte nuevo son los romanos Borromini y, sobre todo,
les (de tejer y de hilar), sustitución del coque por la leña en
la fundición del mineral de hierro, y sobre todo la puesta a
punto de la máquina de vapor. Por eso, a finales del siglo, las
Bernini, que realiza la disposición de la plaza en San p'edro
de Roma y la decoración interna de la basílica. Desde Roma,
el Barroco irradia a los demás centros italianos, particular-
e
consecuencias revolucionarias de estas innovaciones han
mente Venecia, los dos reinos ibéricos, España y Portugal, la
e
e ,!
RREVE HISTORIA DE EUROPA
17. LA C1VII.IZACl(lN EUROPEA EN LOS SlliLOS XVII y XVIII 325
324

e parte meridional de los Países Bajos -que seguía siendo es-


pañola y católica-, donde Rubens es el mayor pintor de su
mismo que los retratos a la antigua. La preocupación por la
claridad y el rigor, gracias al control de la razón, caracteriza
más aún el ideal clásico. Obedecer a la razón y a las reglas
Aa tiempo y la Francia de Luis XIII y de Mazarino. En cuanto a
que esa razón dicta es rechazar todo aquello que resulta ex-
,. Europa central, Alemania y los países danubianos, está des-
.j cepcional, excesivo, espontáneo e irreflexivo, y buscar, por
garrada por la guerra entre 1618 y 1648, Y no es realmente
el contrario, todo lo que es claro, sobrio, verosímil y tiene
•• hasta la segunda mitad del siglo XVIIcuando el arte barroco
un valor general. Debe aspirar también a lo grandioso y lo
., encontrará ahí sus tierras de elección.
.. El Barroco no triunfa, sin embargo, de igual forma en majestuoso, sin caer nunca por ello en la desmesura. El cla-
sicismo es, más ampliamente, un ideal de vida, el del honne-
el toda Europa. Incluso en los países donde parece dominar,
resulta difícil unirle los nombres de ciertos artistas, como el
_.. español Velázquez. Otros países, aunque lo acogen, le en-
te homme que se deja guiar constantemente por la razón, la
mesura y el dominio de sí. En los años 1660-1685, una pléya-
de de escritores, utilizando la admirable herramienta en que
frentan una estética diferente: es el caso de Francia, donde el
se ha convertido la lengua francesa, brillan en "los géneros
idealdásico.empieza.a.establecerse en la literatura (Malher-
mas dIversos y se conVIerten en mo<lelos para todaEuropa:
be) yen la pintura (Nicolas Poussin). Por último, algunos
Corneille, Racine, Moliere, Pascal, Bossuet, La Fontaine.
países rechazan casi completamente el nuevo arte: por ejem-
Al mismo tiempo, Luis XIV pide a los mejores artistas de
Al plo, la Inglaterra puritana y, sobre todo, las Provincias Uni-
su época que le construyan una residencia digna de él.
• das, donde triunfan pintores intimistas como Hals, Vermeer
A partir de 1662, Versalles se convierte en una inmensa can-
y Rembrandt.
tera, incluso después de que la corte se haya instalado defi-

e El ideal clásico
nitivamente en ella en 1682. Majestad, simetría, mesura,
ésas son las características de un conjunto donde todo con-
curre a la gloria del soberano. Edificios y jardines se orde-

e Elaborado lentamente en la primera mitad del siglo XVII,el


ideal clásico se impone en Francia a partir de 1660. Respon-
de simultáneamente a la preocupación por el orden y la uni-
nan en torno a un gran eje, y la inmensa facha<1'¡idel castillo
es de una disposición completamente clásica: A pesar de
ciertas supervivencias de la estética barroca en el decorado
efímero de las fiestas y en muchos de los elementos de la de-
e dad de Luis XIV y a los gustos de una burguesía cuya rique-
za e influencia no cesan de crecer. El clasicismo se apoya,
como toda la civilización de Europa desde el Quattrocento,
coración de interiores o de jardines, Versalles es la mayor
manifestación del arte clásico.

e en el culto a la Antigüedad, mundo inigualado. Este culto se


encuentra en litocatura en la imitación de los géneros y de
las formas de escribir de los autores clásicos. En arquitectu- Las prolongaciones del Barroco

e
ra, se vuelve, más allá de la fantasía que hubiera podido
introducir acá o allá el Barroco, a las fórmulas antiguas revi- Fuera de Francia, el arte barroco sigue imponiéndose,.en la
sadas por el Renacimiento: frontón triangular, órdenes su- segunda mitad del siglo XVII,en casi toda la Península italia-
perpuestos, columnatas, cúpulas. En escultura y en pintura, na, sobre todo en el sur de Italia y en Sicilia. En la Península

e las alegorías mitológicas están de moda más que nunca, lo Ibérica desemboca en el arte churrigueresco, término deri-
326
BkEVl: HlS'IUKIA Uf:. EL.:RUPA
17. LA CIVILlZACJON EUROPEA EN LOS SIl;WS XVII y XVIII 327
e
vado del nombre de los hermanos Churriguera, arquitectos
y decoradores, que multiplican hasta el infinito los motivos
ornamentales. Es entre 1650 y 1730 cuando el Barroco flore-
designe en países vecinos este gran movimiento intelectual
del siglo XVIII.
Con todos los matices unidos a las diferencias de sus op-
e
ce realmente en Europa central y más especialmente en los
estados de los Habsburgo, países de civilización católica,
monárquica y señorial, ampliamente abiertos a la influencia
ciones personales y de sus temperamentos, los grandes filó-
sofos, especialmente Montesquieu (I 689-1755), Voltaire
(1694-1778), Rousseau (1712-1778) y Diderot (1713-1784),
e
italiana. Iniciado tras la Paz de Westfalia, el movimiento se
encuentra confirmado y acelerado por la victoria sobre los
turcos en 1683. Grandes arquitectos, como Fischer von Er-
lach o Hildebrandt, edifican en Viena y en Praga iglesias y
se entregan a una misma crítica sistemática de la sociedad
de su tiempo, en todos los planos, religioso, político, social y
económico. Con raras excepciones, los filósofos admiten la
e
existencia de un Dios creador y organizador del universo.
palacios, y la iglesia abacial de Melk a orillas del Danubio.
Escultores y decoradores animan con estatuas, pinturas,
muebles esculpidos y retablos todos estos edificios que, lejos
Pero ese Dios no interviene en la historia humana. Revela-
ción, tradición, Iglesias, clero y dogmas no tienen ningún
valor. A la enseñanza de la Iglesia romana, que presenta la
e
de ser imitaciones serviles de Borromini o de Bernini, son
variaciones originales sobre los temas barrocos. Lo mismo
ocurre en la Polonia católica, donde las tradiciones locales
vida terrenal como un valle de lágrimas, simple paso hacia
la vida eterna, Diderot opone la idea de que «no hay más
que un deber, ser feliz». El deísmo de Rousseau, más cálido,
e
prestan su coloración particular al arte polaco, como en el
palacio de Wilanow.
va acompañado por un mismo rechazo de las Iglesias esta-
blecidas, guaridas de la ignorancia y del fanatismo, pero ter-
mina por desembocar en una religiosidad profunda y since-
e
El Siglo de las Luces
ra. Es cierto que, al mismo tiempo, la mayor parte de los
filósofos, con Voltaire a la cabeza, estiman que la religión,
garante del orden social, es necesaria para la «canalla»; pero
e
El movimiento filosófico llegará un momento en que el progreso de las Luces permita

Según una frase citada con frecuencia de Mme. de Lambert,


en 1715: «Filosofar es devolver a la razón toda su dignidad y
esa liberación general, todavía reservada a unos pocos.
En el plano político, los filósofos, excepto Rousseau, con-
e
cuerdan en el régimen monárquico, pero en una monarquía
hacer que recupere sus derechos; es sacudir el yugo de la tra-
dición y de la autoridad». Tales objetivos no hacen más que
prolongar las lecciones del racionalismo de Descartes o de
templada y respetuosa con las grandes libertades fundamen-
tales: libertad individual, libertad de pensamiento y de ex-
presión. El gran príncipe es aquel que usa su poder para el
e
Spinoza (1632-1 ~77) Yla crítica de las creencias tradiciona-
les y de la monarquía absoluta iniciada en ciertos medios in-
telectuales europeos entre los años 1680-1715. Las ideas que
bien de su pueblo y multiplica las reformas inspirándose en
las ideas de los filósofos. Sólo Rousseau preconiza la demo-
cracia y la república, pero piensa que únicamente son posi-
e
defienden, principalmente en Francia, los «fIlósofos» tienden
a sustituir las «tinieblas» por las «luces» de la razón, para
mayor dicha de la humanidad. Es significativo que una pa-
bles en los Estados pequeños. Se distancia también de sus
pares proclamando la igualdad y condenando la propiedad
individual, mientras que Montesquieu y Voltaire reservan
e
labra semejante -Enlightenment, Aufklarung, *Iluminismo-

.. 1
un papel político privilegiado a las clases ilustradas y defien-
e
e 328 HHEVE HISTORIA DE EUROPA 17. LA C1VIl.lZACI(\N EURO!'E:\. E,\' l.{lS Slt:LOS XVII y XVIII 329

e den la propiedad, al tiempo que reclaman la igualdad civil


ante la ley y ante la justicia. En el terreno económico, los fi-
se hallaban los conocimientos científicos y técnicos de la
época. Pero lo aprovecharon para hacer también una crítica
lósofos elogian los beneficios de la libertad y de la natural e- hábil e indirecta, a veces contradictoria, de las instituciones
a za, frente a los principios colbertistas de reglamentación y políticas y de las ideas religiosas, y una apología prudente
• de superioridad del comercio y de la industria sobre la agri- del progreso humano y de la felicidad terrena, rechazando
cultura. Para los fisiócratas, es el trabajo de la tierra lo que los dogmas, la autoridad y la tradición. No es sólo mediante los
a genera cualquier riqueza; por eso los propietarios de bienes libros como se difunden las ideas de los filósofos; también lo
• raíces deben tener un puesto privilegiado en la sociedad. En hacen a través de la prensa, de las academias provinci'áles,
cuanto a la industria y al comercio, sólo pueden prosperar de los salones, de las logias masónicas. La masonería, funda-
& en la libertad. Para el escocés Adam Smith, autor en 1776 de da en Inglaterra en los inicios del siglo, predica la creencia
•• las Investigaciones sobre la naturaleza y las causas de la ri- en un Dios arquitecto del universo, la fe en el progreso hu-
queza de las naciones, el trabajo en todas sus formas es la mano mediante la razón y la necesidad de la fraternidad.

-e .
única fuente qe la riqueza, siendo el trabajo de cada uno lo
que permite acceder al producto de¡-trahajm:h:-lus-demásda-
ley de la oferta y de la demanda y el Interés personal permi-
,--
Por último la difusión de las Luces en toda Europa, más allá
---deiaetite culTlvaaa-dela sociedadírancesa, se ve favorecIda
por la utilización de la lengua francesa por las clases supe-
ten a las sociedades organizarse armoniosamente sin inter- riores de la mayor parte de los países europeos.
6. - vención del Estado y en medio de la libertad más absoluta
•• en la producción y en los intercambios.
El movimiento literario

e La difusión de las Luces Los filósofos franceses no son únicamente pensadores: la


mayoría de ellos, sobre todo Voltaire, son notables escrito-

e
Aunque las principales obras de los grandes filósofos fueron res que brillan en todos los géneros y dan m~estras de una
escritas antes de mediados del siglo, fue sobre todo después claridad de expresión conforme con las lecciones del clasi-
de 1750 cuando se aceleró la difusión de sus ideas. Esa difu- cismo. Éste triunfa también en Inglaterra con Daniel Defoe
Sión choca, especialmente en Francia, con la oposición de (Robinson Crusoe, 1719), Swift (Los viajes de Gulliver, 1746)

e' las autoridades civiles y religiosas, que ejercen una estrecha


censura sobre la producción literaria. El libro, en todas sus
formas, sigue siendo, en efecto, el medio privilegiado de di-
y David Hume, a la vez historiador, filósofo y economista.
A partir de 1750 aproximadamente, al tiempo que se difun-
den las ideas de los filósofos, se esboza, en nombre de las

e fusión de las ideas nuevas, desde el pequeño folleto o elli-


brillo hasta la gra"n obra colectiva que constituye la Enciclo-
pedia, con sus treinta y tres volúmenes, once de ellos de
exigencias de los sentimientos, una reacción contra su racio-
nalismo, al que se considera demasiado árido. En Inglaterra,
los poemas de Young y de Macpherson, las novelas de Ri-

e láminas, publicados entre 1751 y 1772. Los dos directores de


la empresa, Diderot y D' Alembert, quisieron ante todo pro-
curar a sus contemporáneos un Diccionario razonado de las
chardson y de Goldsmith son muy representativas de esa re-
vancha del sentimiento, de la emoción y de la imaginación.
Contribuyen a difundir el gusto por las ruinas y las tumbas,

e ciencias, las artes y las técnicas, es decir, la situación en que los paisajes nocturnos y el exotismo, la ensoñación y lo irra-
-e
""f

330 BREVE HISTORIA VE EUROPA


I
17. LA C1\'II.IZAClcI!\; EVROPEA EN I.OS SJ(;LOS XVII y XVIII 331

cional. La influencia de estos autores ingleses es grande en con una tradición barroca persistente que se observa no
Francia, donde responden a la evolución de la sensibilidad sólo en la decoración interior, semejante al Rococó en
del público. En 1761, Rousseau publica, con éxito clamoro- Francia, sino también en ciertos exteriores, por ejemplo el
so, La Nueva Heloísa, novela de amor, exaltación de la felici-
dad inocente en el seno de la naturaleza.
En Alemania, donde, desde principios de siglo, una litera-
tura en lengua alemana empieza a desplazar poco a poco a la
pabellón del Zwinger en Dresde.
En la segunda mitad del siglo, un doble movimiento afec-
ta a la arquitectura y a las artes plásticas: el Rococó retroce-
e
literatura en latín o en francés, estalla hacia 1770 un gran
movimiento literario en favor de una literatura nacional: el
*Sturm und Drang. Esta escuela, que se presenta como reac-
de ante el Neoclasicismo, y la irradiación francesa ante las
reacciones nacionales. La vuelta a lo antiguo se traduce por
contrucciones más sobrias y más severas o por los cuadros
e
de David. De forma paralela, la irradiación de lo francés dis-

e
.,
ción contra el racionalismo del AuJklarung y reivindica los minuye y la propia Francia se abre cada vez más a las in-
derechos del sentimiento, es ilustrada sobre todo por Schiller fluencias extranjeras, sobre todo a la influencia inglesa, que,
y Goethe (Werther, 1774). Por su parte, es el alemán el idio- muy evidente desde principios del siglo, se vuelve prepon-
ma en que el f¡'¡ósofo lmmanuel Kant publica su Crítica de la
razón pura (1718) y su Crítica de la razón práctica (1788),
derante y termina convirtiéndose en anglomanía. En Ale- a
..
,..
mania, el rechazo de la influencia francesa y la vuelta a la

--
cuya influencia será capital sobre todo el pensamiento del Antigüedad van a la par: el arquitecto Langhans edifica en
siglo XIX.
Berlín, en 1788, la Puerta de Brandeburgo inspirándose ex-
clusivamente en modelos antiguos.
Tras el nacimiento en el siglo XVII del oratorio y de la ópe-
El movimiento artístico
ra (Orfeo, de Monteverdi, 1607), el siglo XVIII ve el desarrollo
del arte de la sonata, donde la música procede exclusiva-
El arte europeo de la primera mitad del siglo XVIlI aparece mente del instrumento; junto a la sonata propiamente di-
como una síntesis del clasicismo arquitectónico y del ba- cha, aparecen el concierto, el cuarteto, la sinfO'nía. Igual que
rroco decorativo, sobre todo en Francia. La arquitectura si-
gue fiel a las tradiciones clásicas, con una preocupación ur-
en el siglo anterior, los compositores italianos, como Vivaldi
(1678-1741), siguen desempeñando un papel esencial. Pero
e
1-
banística que se manifiesta en la planificación de las plazas es en los países alemanes donde surgen pronto los grandes
reales en las construcciones programadas. Por contra, el es- músicos del siglo: Johan Sebastian Bach (1685-1750), el
tilo grutesco, o Rococó, que prefiere el contorno recortado «cantor de Leipzig»; Haendel (1685-1759), nacido en Sajo-
y la forma atormentada a la línea recta, triunfa en la decora- nia, pero que reside definitivamente en Inglaterra desde
ción, la ornamentación e incluso la pintura (Watteau, Bou- 1726; el vienés Joseph Haydn (1732-1809), y por último,

"
cher). El prestigio ael arte francés es tal que se imita en toda Mozart, nacido en Salzburgo en 1756 y muerto en Viena en
Europa. Reyes y príncipes se hacen construir residencias 1791, autor de un inmenso repertorio en todos los géneros y
copiadas más o menos directamente de Versalles; el urba- genio sin igual.
nismo se inspira en las plazas reales a la francesa: Bruselas,
Copenhague, Lisboa ... Pero, en el sur de Alemania y en
te
toda la Europa central esa influencia francesa se conjuga

e
e 332
BREVE HISTORIA DE EUROPA
17. LA UVILlZACION EUROPEA EN LOS SICLUS XVII y XVIII 333

e 1.
DOCUMENTOS

El espíritu de la revolución científica


naturaleza. El entendimiento humano no es con respecto a las
cosas, como un espejo infiel, que, recibiendo sus-rayos, mezcla
su propia naturaleza a la de ellos, y de esta suerte los desvía y
corrompe.
-ES en vano esperar gran provecho en las ciencias, injertando Los ídolos de la caverna tienen su fundamento en la naturaleza
siempre sobre el antiguo tronco; antes al contrario, es preciso re- individual de cada uno; pues todo hombre independientemente
anovarlo todo, hasta las raíces más profundas, a menos que no se de los errores comunes a todo el género humano, lleva en sí cier-
.quiera dar siempre vueltas en el mismo círculo y con un progreso ta caverna en que la luz de la naturaleza se quiebra y es corrompi-
sin importancia y casi digno de desprecio [...]: da, sea a causa de disposiciones naturales particulares de cada
El único medio de que disponemos para hacer apreciar nues- uno, sea en virtud de la educación y del comercio con los otros
_tros pensamientos, es el de dirigir las inteligencias hacia el estu- hombres, sea a consecuencia de las lecturas y de la autoridad de
dio de los hechos, de sus series y de sus órdenes, y obtener de aquellos a quienes cada uno reverencia y admira, ya sea en razón
ellas que por algún tiempo renuncien al uso de las nociones y de la diferencia de las impresiones, según que hieran un espíritu
---&-empie(;e~a-prac.ticarl<uea1idad_l ...1--- _ --: ~p(ey:enidO___Y_agiJ¡tdo, o un espíritu apacible y tranquilo y en otras
•• Los ídolos y las nociones falsas que han invadido ya la humana----- , circunstancias; de suerte que el espíritu humano, tal como está
inteligencia, echando en ella hondas raíces, ocupan la inteligen- dispuesto en cada uno de los hombres, es cosa en extremo varia-
a cia de tal suerte, que la verdad sólo puede encontrar a ella difícil ble, llena de agitaciones y casi gobernada por el azar. De ahí esta
•• acceso; y no sólo esto: sino que, obtenido el acceso, esas falsas frase tan exacta de Heráclito: que los hombres buscan la ciencia
nociones, concurrirán a la restauración de las ciencias, y suscita- en sus particulares y pequeñas esferas, y no en la gran esfera uni-

e rán a dicha obra obstáculos mil, a menos que, prevenidos los


h.ombres, se pongan en guardia contra ellos, en los límites de lo
posible.
versal.
Existen también ídolos que provienen de la reunión y de la so-
ciedad de los hombres, a los que designamos con el nombre de
Hay cuatro especies de ídolos que llenan el espíritu humano. ídolos del foro, para significar el comercio y la comunidad de los
•• Para hacernos inteligibles, los designamos con los siguientes hombres de que tienen origen. Los hombres se cóínunican entre
•• nombres: la primera especie de ídolos, es la de los de la tribu; la sí por el lenguaje; pero el sentido de las palabras Sé regula por el
segunda, los ídolos de la caverna; la tercera, los ídolos del foro; la concepto del vulgo. He aquí por qué la inteligencia, a la que de-

e cuarta, los ídolos del teatro.


La formación de nociones y principios mediante una legítima
- inducción, es ciertamente el verdadero remedio para destruir y
plorablemente se impone una lengua mal constituida, se siente
importunada de extraña manera. Las definiciones y explicacio-
nes de que los sabios acostumbran proveerse y armarse anticipa-
disipar los ídolos; pero sería con todo muy conveniente dar a co- damente en muchos asuntos, no les libertan por ello de esta tira-
a nocer los ídolos mismos. Existe la misma relación entre un trata-
nía. Pero las palabras hacen violencia al espíritu y lo turban todo,
•• do de los ídolos y 11\ interpretación de la naturaleza, que entre el
y los hombres se ven lanzados por las palabras a controversias e
tratado de los sofismas y la dialéctica vulgar.
imaginaciones innumerables y vanas.
•• Los ídolos de la tribu tienen su fundamento en la misma na-
Hay, finalmente, ídolos introducidos en el espíritu por. los di-
•• turaleza del hombre, y en la tribu o el género humano. Se afir-
versos sistemas de los mósofos y los malos métodos de demostra-
ma erróneamente que el sentido humano es la medida de las co-

e sas; al contrario, todas las percepciones, tanto de los sentidos


como del espíritu, tienen más relación con nosotros que con la
ción; llamámosles ídolos del teatro, porque cuantas mosofías hay
hasta la fecha inventadas y acreditadas, son, según nosotros,
334 IlREVE HISTORIA DE EUROPA
'1
17. lA CJVIUZACION EUROPEA EN LOS slta.os XVII y XVIII 335
e
otras tantas piezas creadas y representadas
contiene un mundo imaginario y teatral.
cada una de las que ceder, raramente después, porque, una vez franqueadas las ba-
rreras, el espíritu humano va con frecuencia más deprisa de lo
,e
que él mismo desea, hasta que encuentra un nuevo obstáculo que
FRANCIS BACON, Novum Organum. Aforismos sobre la interpretación de la

naturaleza y el reino del hombre (1620), trad. de Cristóbal Litrán, Barcelo-


na, Fontanella, 1979, págs. 38-41
le obliga a reposar por mucho tiempo [... J
El primer objeto real de la física experimental son las propie-
dades generales de los cuerpos, que la observación nos permite
e
conocer, por así decir, en grueso, pero cuyos efectos sólo la expe-
El inglés Francis Bacon (I561~1626), teórico de la ciencia experi-
mental más que científico experimental propiamente dicho, plas-
riencia puede medir y determinar; así son, por ejemplo, los fenó-
menos de la gravedad. Ninguna teoría habría podido hacernos
encontrar la ley de que los cuerpos pesados siguen una caída ver-
e
ma en este texto uno de los componentes fundamentales de la re-
volución científica del siglo XVJJ: la superación del peso de la
tradición poniendo el estudio empfrico de los hechos por delante
tical, pero esa ley, una vez conocido por la experiencia todo lo
que pertenece al movimiento de los cuerpos pesados, sea rectilí- e
--
neo, sea curvilíneo, sea inclinado, sea vertical, no depende más
del principio de autoridad. Ello exige reconocer y desterrar todos
que de la teoría: y, si la experiencia se le une, únicamente debe ser
los errores heredados y las falsas nociones que les han dado lugar,
con la misma mira)' de la misma manera que para las leyes pri-
lo que Bacon llama los «£dolos».
mitivas del impulso.

Encyclopédie, etc., t. VI, ,d:xpérimental>" París, 1756, pág. 298 Y ss.


2. El nacimiento de la ciencia experimental visto por la Enci-
clopedia

Apareció Newton, y mostró el primero lo que sus predecesores


no habían hecho más que vislumbrar, el arte de introducir la geo-
En el tomo VI de la Enciclopedia, aparecido en 1756, el artfculo
«Expérimenta¡')~omporta Una definición de la <filosofía experi-
mental» (<<quese sirve de la vfa de la experiencia para descubrir
e
metría en la física y formar, reuniendo la experiencia al cálculo, las leyes de la naturaleza») y una breve historia de ésta. Tras evo-
una ciencia exacta, profunda, luminosa y nueva; tan grande al
menos por sus experiencias de óptica como por su sistema del
car a Bacon ya Descartes, el artículo llega a Newton.
e
--
mundo: abrió por todas partes una carrera inmensa y segura; In-
glaterra captó esos puntos de vista: la Sociedad Real los miró 3. Los fundamentos filosóficos de la democracia
como propios desde el momento de su nacimiento: las academias
de Francia se prestaron a ellas mas despacio y con más esfuerzo, Supongo a los hombres llegados a ese punto en que los obstácu-
por la misma razón que las universidades habían rechazado du- los que se oponen a su conservación en el estado de naturaleza
rante varios años la físis;a de Descartes: la luz ha prevalecido por superan con su resistencia a las fuerzas que cada individuo puede
fin: la generación enemiga de estos grandes hombres se ha apaga- emplear para mantenerse en ese estado. Entonces dicho estado
do en las academias y en las universidades, a las que las acade- primitivo no puede ya subsistir, y el género humano perecería si
mias parecen dar hoy el tono; una generación nueva ha surgido;
porque, cuando los fundamentos de una revolución se siembran
una vez, es casi siempre en la generación cuando la revolución se
no cambiara su manera de ser.
Ahora bien, como los hombres no pueden engendrar fuerzas
nuevas, sino sólo unir y dirigir aquellas que existen, no han teni-
e
acaba; raramente antes, porque los obstáculos perecen antes que do para conservarse otro medio que formar por agregación una
e
-336 BREVE HISTORIA DE EUROPA
'"I
17. LA UVILlZAClÜN EUROPEA EN LOS SI(;LOS XVII y X\"IlJ 337

Asuma de fuerzas que pueda superar la resistencia, ponerlas en de Ciudad, y toma ahora el de República o de cuerpo político, a! cua!
.juego mediante un solo móvil y hacerlas obrar a coro. sus miembros llaman Estado cuando es pasivo, Soberano cuando es
Esta suma de fuerzas no puede nacer más que del concurso de activo, Poder al compararlo con otros semejantes. Respecto a los
_muchos; pero siendo la fuerza y la libertad de cada hombre los asociados, toman colectivamente el nombre de Pueblo, y en parti-
~rimeros instrumentos de su conservación, ¿cómo las compro- cular se llaman Ciudadanos como partícipes en la autoridad sobe-
meterá sin perjudicarse y sin descuidar los cuidados que a sí mis- rana, y Súbditos en cuanto sometidos a las leyes del Estado [... ]
mo se debe? Esta dificultad aplicada a mi tema, puede enunciarse A fin, pues, de que el pacto social no sea un vano formulario,
~n los siguientes términos: implica tácitamente el compromiso, el único que puede dar fuer-
«Encontrar una forma de asociación que defienda y proteja de za a los demás, de que quien rehúse obedeccr a la voluntad gene-
toda la fuerza común la persona y los bienes de cada asociado, y ral será obligado a ello por todo el cuerpo: lo cual no significa
AJar la cual, uniéndose cada uno a todos, no obedezca, sin embar- sino que se le forzará a ser libre; porque ésa es la condición que,
~o, más que a sí mismo y quede tan libre como antes». Tal es el dando cada ciudadano a la patria, le garantiza de toda dependen-
problema fundamental al que da solución el contrato social [... ] cia personal; condición que constituye el artificio y el juego de la
a&_S<lb_e¡:,_la_en¡tLenac.:ión_toJaLde_cada_asociado_con-todos_susde,. . _ ~"--. --!Iláquina..política.-y.Ja..única..quc..hacelegítli:l1os.-los_compromisos _
"echos a toda la comunidad: Porque, en primer lugar, al darse civiles, que sin eso serían absurdos y tiránicos y estarían someti-
cada uno todo entero, la condición es igual para todos, y siendo dos a los abusos más enormes [... ]
.a condición igual para todos, nadie tiene interés en hacerla one- Este paso del estado de naturaleza al estado civil produce en el
•. osa para los demás. hombre un cambio muy notable, sustitllyendo en su conducta
Además, por efectuarse la enajenación sin reserva, la unión es el instinto por la justicia y dando a sus aCéioncs la moralidad que
tan perfecta como puede serlo y ningún asociado tiene ya nada que les faltaba an tes [... ¡
_eclamar: porque si quedasen algunos derechos a los particulares, Lo que pierde el hombre por el contrato social es su libertad
como no habría ningún superior común que pudiera fallar entre natural y un derecho ilimitado a todo cuanto le tienta y que pue-
ellos y lo público, siendo cada cual su propio juez en algún punto, de alcanzar; lo que gana es la libertad civil y la prowedad de todo
8Jronto pretendería serlo en todos, el estado de naturaleza subsisti- cuanto posee. Para no engañarnos en estas compensaciones, hay
"ía y la asociación se volvería necesariamente tiránica o vana [... J que distinguir bien la libertad natural que no tiene por límites
Por lo tanto, si se aparta del pacto social lo que no pertenece a más que las fuerzas del individuo, de la libertad civil, que está li-
alu esencia, encontraremos que se reduce a los términos siguien- mitada por la voluntad general, y la posesión, que no es más que
.es: Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su po- el efecto de la fuerza o el derecho del primer ocupante, de la pro-
der bajo la suprema dirección de la voluntad general; y nosotros piedad que no puede fundarse sino sobre un título positivo.
recibimos corporativamente a cada miembro como parte indivisi- Según lo precedente, podría añadirse a la adquisición del esta-
_le del todo. • do civil la libertad moral, la única que hace al hombre auténtica-
En el mismo instante, en lugar de la persona particular de cada mente dueño de sí; porque el impulso del simple apetito es escla-
contratante, este acto de asociación produce un cuerpo moral y co- vitud, y la obediencia a la ley que uno ha prescrito es libertad .
• ectivo compuesto de tantos miembros como votos tiene la asam-
~Iea, el cua! recibe de este mismo acto su unidad, su yo común, su jEAN-jACQUES ROUSSEAU, Del Contrato Social (1762), trad. de Mauro Armi-
vida y su voluntad. Esta persona pública que se forma de este modo ño, Madrid, Alianza Editorial, 1980, págs. 21-28
_or la unión de todas las demás tomaba en otro tiempo el nombre
~
338 BREVE HISTORIA DE EUROPA
1
e
Se ha señalado con frecuencia cómo la filosofía política de los ilus-
trados determinó los planteamientos de las revoluciones liberales
y. en consecuencia, la organización de los regímenes constitucio-
Cuarta parte .e
nales de los siglos x/x y XX; pero ningún caso tan claro como el de La Europa dominante (1789-1914)
Rousseau. cuyas ideas sobre el pacto social y sobre la voluntad ge-
neral son la ra(z de la democracia contemporánea. del nacionalis-
mo y de la fórmula hoy universal del Estado-nación.
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e 18. La Revolución:
apogeo y fracaso de una Europa francesa
e
e Durante un warto de siglo, Europa vive bajo la dependencia de
las iniciativas francesas. Al principio acoge las ideas nuevas en
medio de la paz, a menudo con pasión, aunque también con in-

e
quietud en los ámbitos principescos. Pero luego, en medio de la
guerra, cuando se radicaliza el movimiento revolucionario o
cuando Napoleón inicia su empeño de subyugar al continente,
opone un frente que se unifica poco a poco. Esefrente las derro-

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Ilir,--pel'-fHksáf:~elltollces-~nada--sel'á-wnw-amss;-Ws-idws-de-U--
bertad y de nación no se borrarán.

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\ Entre los años 1789 y 1815, Europa respira al ritmo que esta-
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blece Francia. La «Gran Nación» se impone ante todo por la

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fuerza de las ideas, y más tarde por la fuerza de las armas.
Desde 1792 hasta 1815, la guerra enfrenta a Francia con las
monarquías europeas de una manera casi continua .

e
e
Napoleón Bonaparte, heredero de ese enfrentamiento, in-
tenta construir una Europa continental bajo la hegemonía
francesa. Sin embargo, la obstinación británica, que inspira

e y financia las distintas coaliciones que se crean entre las co-


ronas europeas contra las pretensiones napoleónicas, da
cuenta del Gran Imperio. Francia se convierte entonces en

e víctima de los reyes, pero también de los pueblos, cuyos


sentimientos nacionales ha contribuido a despertar de ma-
nera decisiva.

e
e 341
342 BREVE HlSTPRIA I1E EUROPA I~. LA REVOLUCI()N: APOGEO y rRACASO DE UNA EUIH.JPA fRANCESA 343 e
La Revolución y Europa

1789: la Revolución francesa hace realidad el pensamiento de


emancipación de las colonias inglesas de América ya han
cuestionado el orden antiguo. Sin embargo, la Revolución
francesa no puede ser analizada como un simple elemento
e
las Luces

Los acontecimientos franceses de 1789 tienen un gran eco


de un gran movimiento atlántico. Los demás movimientos
europeos nunca se han acercado a su amplitud, y su mesia-
nismo universalista le da una originalidad irreductible.
e
en Europa. El 17 de junio, los Estados Generales derivan en En efecto, en una Europa poblada esencialmente por
Asamblea Nacional; la Bastilla, símbolo anticuado del abso-
lutismo y de la arbitrariedad real, es tomada el 14 de julio
campesinos, el mensaje revolucionario a duras penas podía
alcanzar a una pequeña parte de la población ilustrada. El
e
por el pueblo de París y numerosos campesinos queman las J ejemplo inglés es excepcional. Londres aplaude el 14 de ju-
viejas cartas de sumisión y saquean algunos castillos; la
Asamblea decreta, el4 de agosto, la abolición del feudalismo
y de todos los privilegios señoriales; la Declaración de los
lio. Poetas como Wordsworth o Coleridge, sabios como el
químico Priestley, publicistas como Thomas Paine saludan
e
esa nueva aurora. Las sociedades filosóficas difunden las
Derechos del Hombre y del Ciudadano se proclama el 26 de
agosto; precede a una Constitución, promulgada en sep-
tiembre de 1791, que hace del rey, hasta entonces represen-
nuevas del continente. Y si, al estallar las primeras violen-
cias, la opinión pública inglesa recupera pronto el patriotis-
mo insular, lo cierto es que la Revolución nutre durante lar-
e
tante de Dios, el representante de esa nación «de la que
emanan todos los poderes». Estos acontecimientos hacen
desmoronarse las tradiciones de la más importante de las
go tiempo el *radicalismo inglés. Por otro lado, aunque en
Europa las reacciones son semejantes en algunas grandes
ciudades comerciales del oeste, como Hamburgo, el mensa-
e
monarquías europeas. Francia cuenta, en efecto, con 28 mi-
llones de habitantes, más del 20% de la población total de
Europa, mientras en la misma fecha la población de Gran
je alcanza sobre todo a las élites, esencialmente a una noble-
za cosmopolita que cree prolongar los debates de las Luces,
pero que no entiende en modo alguno que deba sacrificar
e
Bretaña es todavía inferior a 10 millones. sus privilegios. •.
Pero la profunda resonancia de 1789 no se explica sólo
por el peso material de Francia en Europa. La onda de las e
ideas revolucionarias alcanza al conjunto del continente Las actitudes de las cortes europeas
porque Francia dicta entonces principios con vocación uni-
versalista. No define solamente los derechos nuevos de los
ciudadanos franceses, sino los derechos del hombre. Y, al
Los soberanos europeos miraron enseguida con desconfian-
za los acontecimientos franceses y, en su mayoría, temieron
e
hacerlo, hace realidad los deseos de las élites ilustradas del
siglo XVIII. La Revo(ución francesa, hija de las Luces, es,
en 1789, un resultado.
los peligros de su contagio. En 1789, el rey de España,
Carlos I1I, cierra su reino a las noticias procedentes de Fran-
cia. En la Rusia campesina de Catalina II, la «amiga de los fi-
e
Las ideas que propaga la Revolución, y de las que se hacen
eco las gacetas en varias grandes ciudades europeas, no son
exactamente ideas nuevas. Algunas tentativas anteriores en
lósofos», la nobleza se entusiasma a veces por los grandes
principios de 1789, pero la adhesión es más retórica y senti-
mental que profunda, y la emperatriz renuncia a partir de
e
Suiza, en los países renanos, en Holanda y, sobre todo, la 1789 a un *Iiberalismo de fachada.
e
18. LA RF.VOLUC)(;N: APOGEO y FRACAS(l PE UNA EUROPA fRANCESA 345
BREVE HISTORIA DE EUROPA
344

e Sin embargo, en 1789 las cortes europeas están preocupa-


das ante todo por sus luchas intestinas: Austria y Rusia
combaten al Imperio otomano desde 1786, la Inglaterra de
elector de Sajonia, pero también el hermano de Luis XVI, el
conde de Artois -que en Coblenza reúne en torno suyo a los
emigrados- discuten una intervención en Francia, pero to-

e Piu intenta utilizar a Prusia para contener el empuje de Ru-


sia hacia el oeste; Polonia sigue siendo codiciada por las tres
grandes monarquías continentales. La propia Francia afir-
davía la subordinan a la unión de las potencias europeas.

e ma sus intenciones pacíficas: «La Asamblea Nacional decla-


ra que la Nación francesa renuncia a emprender ninguna
guerra con el objetivo de realizar conquistas y que nunca
1792: la guerra y la caída de la monarquía

En realidad es la propia Francia quien provoca la guerra.


Pese a que Robespierre advierte sobre sus consecuencias

e empleará sus fuerzas contra la libertad de ningún pueblo»


(mayo de 1790). Pero la proclamación del derecho de los
pueblos a disponer de sí mismos cuestiona el derecho mo-
«<los misioneros armados no son amados por nadie»), los
girondinos esperan que un conflicto bélico contribuya a la
propagación de las ideas revolucionarias por Europa y pon-
nárquico~europe.o,-.La_abolicióQdeJQs_!1riyilegip~ de los cá-
ga en evidenCia eraoorejuego real. Por su parte, tuisxVt;
ti nones feudales lesiona a los príncipes alemanes «posesiona-
dos» en Alsacia; apelan a los tratados de Westfalia. En mayo
empujado por Dumouriez, piensa que una guerra podrá res-
tablecer su autoridad. El 20 de abril de 1792, la Asamblea
de 1791, la Asamblea decide consultar a los habitantes del

e condado de Aviñón, posesión pontificia, sobre su posible


unión a Francia.
En [791, la Revolución ya no está de acuerdo con la una-
Legislativa vota la declaración de guerra contra el «rey de
Bohemia y de Hungrh»; la fórmula desafía a un soberano y
no a un pueblo, y evita cualquier alusión al Sacro Imperio.
Los adversarios de Francia, Prusia y Austria, aunque afir-
e nimidad de la fiesta de la Federación (14 de julio de 1790)
que celebraba la alianza del rey y de la nación. La Constitu-
ción Civil del Clero, votada en julio de 1790, es condenada
man su voluntad de restablecer en ella el Antiguo Régimen,
están tal vez más preocupados por las intrigas de la Rusia de
Catalina II en Polonia que por la guerra contra Francia. In-

e por el papa. La Iglesia se divide. A los sacerdotes «constitu-


cionalistas» o «juradores» se oponen los sacerdotes «refrac-
tarios». El cisma contribuye a dar fundamentos a la contra-
glaterra no desea entrometerse. Mientras, el ,fracaso de las
primeras ofensivas francesas acelera el curso de la Revolu-
ción: la Asamblea proclama, el II de julio, <<laPatria en peli-
rrevolución. En junio de 1791, la tentativa de fuga de la
e familia real, detenida en Varennes, pone punto final a la fic-
ción de un soberano concebido como emanación respetada
gro»; los batallones de «federados» se reúnen en París y
adoptan ese «Canto de guerra del ejército del Rin» que los
marselleses han popularizado. Ell de agosto, París tiene co-
de una nación fraternalmente reunida. El17 de julio, la mul-

e titud que, reunida en el Campo de Marte, reclamaba la Re-


pública es dispersadá en medio de un baño de sangre.
Desde finales de 1790, el whig Edmund Burke publica sus
nocimiento del manifiesto del jefe de los coaligados, el du-
que de Brunswick, que promete a los parisienses una «ven-
ganza ejemplan> si tocan a la familia real.

e Reflexiones sobre la Revolución francesa, pronto traducidas


al francés y luego al alemán. El libro, elogio de la tradición,
da testimonio de una evolución de la Europa ilustrada. En
EllO de agosto, las Tullerías están en manos del pueblo.
El rey Luis XVI, destituido por la Asamblea, es encarcelado.
La guerra da lugar al nacimiento de otra revolución dentro

e agosto de 1791, en Pillnitz, el emperador, el rey de Prusia, el


de la Revolución: la República se proclama el21 de septiem-
346 BREVE HISTORIA DE EUROPA

bre; la nueva asamblea, la Convención, es elegida por sufra-


lij. LA REI'ULUClÚl': APt)(;W \' rRACASO DE Ur\A EURUPA rRANCESA
347
.,
gio universal. El destino de la Revolución se une entonces al
éxito de sus armas. En Valmy, el 20 de septiembre de 1792,
hacían inevitable esa ampliación del conflicto. Pitt aún pien-
sa únicamente en un conflicto tradicional, y no en el inicio
de un largo enfrentamiento que durará más de veinte años.
e
los coaligados, al parecer poco deseosos de luchar, ceden
ante el entusiasmo de los voluntarios franceses. Goethe está
presente y dirá más tarde que ha observado el alcance histó-
rico de esa victoria, que es la de un pueblo contra los ejérci-
Pero rápidamente la guerra revela su naturaleza ideológica.
La radicalización de la Revolución provoca como reacción la
- radicalización de los Estados europeos. Pitt refuerza la legis-
e
lación conservadora; su gobierno suspende el 'Habeas Cor-
tos de los reyes: «De este lugar y de este día data una nueva
época de la historia del mundo».
pus en 1794, y luego limita en 1795 y 1796 las libertades de
expresión a pesar de la protesta de los radicales. La opinión
británica, en su mayoría, es tanto menos jacobina cuanto
e
Del paroxismo revolucionario al apaciguamiento consular
que a partir de 1795 la Irlanda católica se inflama y pide
ayuda a Francia contra los ingleses. Por su parte, el zar Pa-
blo 1, que sucede a Catalina II en 1796, aunque mantiene
e
1793: la Revoluéión se radicaliza

Desde agosto de 1792, Francia tiene la sensación de estar


hasta 1799 a Rusia al margen de una guerra que todavía pa-
rece lejana, encadena a su país y lo cierra a todas las ideas
exteriores, necesariamente subversivas del orden social.
e
asediada. A principios de septiembre la muchedumbre pari-
siense mata a los detenidos encarcelados en las prisiones. A
la amenaza exterior se añade la angustia de la traición inter-
Mientras, la República francesa se enfrenta no sólo a las
amenazas extranjeras sino también a la guerra civil: la Ven-
dée se subleva en primavera, la derrota de los girondinos
e
na. El primero de los traidores es el rey, guillotinado, tras
ser juzgado por la Convención, el21 de enero de 1793. EIII
de marzo se instituye un tribunal revolucionario para juzgar
a los «sospechosos». En abril nace el Comité de Salvación
provoca en junio la «revuelta federalista». Por otro lado, la
presión de los sans-culottes, que exigen el arresto de los
«sospechosos» y el castigo de los traidores y que desempe-
e
ñan un papel importante en el movimiento de"descristiani-
Pública, luego el Comité de Seguridad General. Represen-
tantes enviados a los departamentos encarnan a la dictadura
revolucionaria. En junio, los jefes girondinos son elimina-
zación, pesa sobre la Convención. La convergencia de los
peligros y el empuje popular no bastan para explicar los pa-
roxismos del Terror, que se saldó al menos con 20.000 vícti-
e
dos. El 5 de septiembre, el «Terror está a la orden del día».
La guerra ha cambiado de sentido. Desde finales de 1792,
con el impulso de las victorias en Bélgica, la Convención de-
mas (sin contar las 200.000 aproximadamente de la tragedia
vendeana) y que perdura incluso cuando la amenaza exte-
rior se ha alejado. El Terror descansa en dos pasiones: la pa-
e
clara que «otorgará fraternidad y ayuda a todos los pueblos
que quieran reconqúistar su libertad». El gobierno debe ser
«revolucionario hasta la paz» (octubre de 1793). La guerra
sión por la igualdad y la pasión por la unidad de la Revolu-
ción. El adversario político amenaza a la Revolución misma,
que no puede ser sino unánime para sobrevivir. Robespierre
e
entre la República francesa y Europa se convierte entonces
en una ineluctable huida hacia adelante. Francia se anticipa
al compromiso inglés declarando la guerra en febrero a Jor-
encarna entonces la voluntad de defender y por tanto de es-
tabilizar la Revolución, de «congelarla», dice Saint-Just, a fin
de impedir cualquier vuelta atrás. De igual forma testimonia
e
ge I1I, pero la muerte del rey y las amenazas sobre Bélgica su voluntad de eliminar las «facciones» extremas, hebertis-
e
_348 BREVE HISTORIA DE EUROPA 18. I.A REVOLUCiÓN: APOGEO y FRACASO PE UNA EUROPA ERANCF$A 349

_ tas más indulgentes (Danton, Desmoulins), y de organizar el impulso espontáneo de los ciudadanos. Pero las levas, y lue-
.un culto revolucionario capaz de legitimar el nuevo poder. go la conscripción, aseguran unos efectivos a los que no alcan-
La Revolución debe dar lugar al nacimiento de un hombre zan los adversarios de Francia y que permiten combatir en
nuevo regenerado por la virtud del ciudadano. Tras la caída masa y en varios frentes. La amalgama entre jóvenes reclutas y
_ del «tirano», el 9 termidor de 1794 la Convención y luego el veteranos, las promociones rápidas concedidas a los soldados
Directorio, a partir de 1795 (Constitución del año I1I), in- más valerosos, la propaganda política y el espíritu de ofensiva
tentan mantener la República luchando contra los extremis- a ultranza inculcado a la infantería hacen del ejército francés
_taso La burguesía republicana, ahora en el poder, se enfrenta un instrumento militar superior a los ejércitos europeos. Por
a un doble problema: cómo «acabar» la Revolución, y cómo último, Francia hace una guerra nacional, en la que el ejército
estabilizar las relaciones de la Francia republicana con la encarna a los ciudadanos, mientras que los reyes hacen una
_Europa monárquica. guerra monárquica y no buscan el apoyo de sus pueblos.
¿Tiene la República una estrategia europea? Las finalida-
---~--.
des de la guerra son descritas de modo diverso. Algunos
eLa guerra revolucionaria proclaman la necesidad de una lucha inexpiable con~
Antiguo Régimen de las cortes europeas: «El terreno que se-
Si Francia sale victoriosa, lo debe ante todo a la desunión de para París de Petersburgo y de Moscú pronto será afrance-
_sus adversarios. Desde 1793 hasta 1802, fecha de la Paz sado, municipalizado, jacobinizado», escribe el montañés
.de Amiens, sólo Inglaterra sigue siendo un adversario per- Chaumette; pero estas rudas afirmaciones ideológicas no
manente. La primera coalición se deshace en 1795 cuando impiden en modo alguno a la República negociar con los re-
a!rusia y España tratan con Francia. Austria firma en 1797 el yes. La finalidad esencial de las conquistas, para la mayoría
.~.ratado de Campoformio. La segunda coalición, que sigue de los revolucionarios, desde Danton a Carnot, es alcanzar
siendo financiada por Inglaterra, se forma en marzo las «fronteras naturales» y, por tanto, el Rin. Pero la guerra
de 1799. Pero España es entonces aliada de Francia, y Prusia se nutre de sí misma, de la misma forma que nútre a la Re-
~ermanece al margen. Y la cohesión de los aliados está lejos pública y a todos los generales ambiciosos. La guerra ha ad-
de ser perfecta: el zar Pablo I retira su ejército que combatía quirido su propia lógica.
al lado de los austríacos en Italia; en el Mediterráneo, sus
Atmbiciones irritan a los ingleses. Asimismo, durante el pe-
~íodo imperial, las sucesivas coaliciones no consiguen en Bonaparte, soldado de la Revolución
ningún momento, a no ser en 1813, reunir al conjunto de los
a'aíses europeos, que nunca olvidan sus disensiones. Napoleón Bonaparte, nacido en 1769, se beneficia de esa
,., Los reinos europe6s, por otro lado, no luchan de la misma aceleración de la historia que le permite ser general de bri-
forma que Francia, cuyos éxitos se apoyan en una organiza- gada a los veinticuatro años tras su éxito en el asedio de
a:ión militar que rompe con las tradiciones del Antiguo Régi- Toulon, en 1793. Pero es la campaña de Italia, en 1796-1-797,
wnen. Lazare Carnot es, desde el año II, el constructor de ese la que transforma al general en héroe. A los soldados «des-

-
ejército. Francia cuenta con la ventaja del número. Desde lue- nudos» de su ejército les hace ver el espejismo de las «llanu-
go el voluntariado es un mito: la República no fue salvada por ras más fértiles del mundo». Primero el Piamonte -vencido,
350 BREVE HISTORIA DE EUROPA 18. lA REVOl.UClON: APt><.;E<) y FRACASO VE UNA EUROPA fRANCE.."iA 351 e
aislado, despojado-, luego expulsa a los austriacos de Milán, El Consulado, en efecto, es ante todo una pacificación.
y se adentra por Italia central en fructíferas incursiones que
le reportan dinero y obras de arte. En octubre de 1797, en
Pacificación interior, porque la lista de los emigrados que-
da cerrada, porque el Concordato con el papa, concluido
e
Campoformio, el general Bonaparte negocia por cuenta en 1801, aplaca las disensiones religiosas (en detrimento de
propia con los austríacos, que deben reconocer la Repúbli-
ca Cisalpina y la ocupación francesa de Bélgica, pero la en-
trega a Francia de la orilla izquierda del Rin está subordi-
la Iglesia constitucional que animaba al abate Grégoire). Pa-
cificación exterior también, dado que, tras haber restableci-
do la situación en Italia y forzado a Austria a la paz, el Pri-
e
nada a una decisión de la Dieta y, para escándalo de los
patriotas italianos, Venecia es cedida a Austria.
El general vencedor ha podido apoyarse en los pequeños
mer Cónsul firma, en Amiens, en 1802, un acuerdo con
Inglaterra que le deja las manos libres en el continente.
Pero Inglaterra conserva su dominio de los mares e incre-
e
grupos de jacobinos, como Buonarotti, bastante numerosos
en las ciudades del norte de Italia. Pero Bonaparte impone
sus decisiones, otorga su Constitución a la República Cisal-
menta su imperio colonial.
Por último, Bonaparte inscribe en las instituciones las ba-
ses de la sociedad nueva surgida de la Revolución. Al frente
e
pina y se apoya' más en la burguesía ilustrada que en los ja-
cobinos. Después de su partida, el Directorio prosigue su
política, y las repúblicas hermanas se multiplican en Italia.
de los departamentos, creados por la Asamblea Constitu-
yente, instala prefectos, eficaces ejecutantes de las órdenes
de un poder centralizado. En 1804, el Código Civil consagra
e
El papa es expulsado de Roma, donde en 1798 se proclama
la República; la República Parten apea ocupa, en 1799, ellu-
gar de los Borbones de Nápoles.
la libertad individual, garantiza la propiedad y el orden. La
nación puede encarnarse en un hombre, enemigo encarni-
zado de las facciones, constructor del Estado. Para gobernar
e
Pero Bonaparte está entonces en Egipto (1798-1799), ese Estado necesita la adhesión pasiva del pueblo y el con-
donde su acción se amplía hasta alcanzar dimensiones nun-
ca soñadas. La expedición apunta al enemigo primero y per-
curso de las élites, élites reunidas del nacimiento, del talento
y de la riqueza. Pero Bonaparte, soldado llevado a la cima
del poder por la fortuna, no puede romper dé!. todo con el
e
manente de la República, Inglaterra, cuyo poderío marítimo
en el Mediterráneo querría aplastar, pero es al mismo tiem-
po la Europa ilustrada la que zarpa hacia el Oriente con sus
sabios y sus artistas. Es también la Europa de las cruzadas y,
Antiguo Régimen si no es fundando una nueva dinastía. La
consagración del 2 de diciembre de 1804, en que el papa, re-
presentante de Dios, no es más que un auxiliar sometido, no
e
más allá, el recuerdo de Alejandro. La expedición es un cruel
fracaso para Francia. Se necesita el genio de Bonaparte para
sacar partido de ella y añadir las Pirámides a su leyenda.
restaura a un soberano. Al coronarse a sí mismo, Napoleón
corona a los príncipes de 1789. El emperador es un déspota
ilustrado, pero ese déspota ha construido un aparato de Es-
e
Napoleón Bonaparte fue, en efecto, el primero en utilizar
esa transferencia dél mesianismo revolucionario del sans-
culatte al soldado. Héroe moderno, modela día a día su ima-
tado de una temible eficacia, ha unido la nación a su perso-
na, y él sabe seducir y exaltar a esa nación domesticada. La
paradoja de ese poder es que suprime aquellas libertades de
e
gen. En 1799 es el monarca republicano que busca confusa- 1789 que son la base de las instituciones que él ha fundado.
mente Francia. Tras barrer los Consejos, el18 brumario del
año VIII (1799) muestra ser el único capaz de cerrar la Re-
Pero el emperador es también un hombre con un sueño.
La leyenda del héroe se alimenta de sus victorias, aventura-
e
volución fijándola «en los principios que le dieron inicio». das en los campos de batalla europeos.

e
e 352 BREVE HISTORIA DE EUROPA
18. I.A REVOI.UCJ()N: AP(l(;EU y FRACASO PE LT~'A FUIHIJlA ¡:RA~U':SA
353
355

e Una construcción

El Gran Imperio
efímera: la Europa napoleónica
de expansión napoleónica: anexión de las costas del norte de
Alemania, de los Estados Pontificios, intervención en Portu-
gal en 1807, control de las riberas ilirias. Pero Gran Bretaña
;ias

;ran

e La guerra con Inglaterra tenía que empezar de nuevo. Las


hostilidades, larvadas al principio, dan lugar a sucesivas
sigue conservando el dominio total de los mares, y su co-
mercio exterior da muestras de su sorprendente capacidad
~nte
del
usa.

e
de adaptación. El Báltico se cierra después de Tilsit, pero el
coaliciones. En 1805, a la victoria naval de los ingleses en )[0-
islote de Heligoland en el mar del Norte es una base activa
Trafalgar responde en el continente el éxito francés en Aus- able
de contrabando, de la misma forma que en el Mediterráneo
terlitz sobre austríacos y rusos. Prusia, que entra en guerra 311-
lo son Sicilia, Malta, las islas Jónicas y el Imperio otomano,
en 1806, es aplastada en Jena y Berlín ocupada. El empera- usia
que, por el Danubio, permite el acceso a Europa central. El
_ dor es acogido en Polonia como libertador. En Tilsit, en el ade-
bloqueo es, por tanto, un fracaso parcial: la Europa conti-
,., Niemen, en julio de 1807, Napoleón y el zar Alejandro pare- lcio-
nental no puede prescindir de los productos industriales
cen repartirse Europa. Después de Wagram, Austria debe ~reje
británicos, esencial men.1eJextiJes>--queJa.ebQJ1oml'a-fmfle
_ aceptar la paz en 1809. En 1810, el advenedIzo de la Revolu--- labi-
es incapaz de sustituir. Por otro lado, el bloqueo impone un
,., ción mete en su cama a la hija de los Habsburgo, la archidu- Jasi-
despliegue distinto del comercio inglés: en adelante, los pro-
quesa María Luisa. :;ran
ductos británicos penetran más en América Latina.
_ Así, en la cima de su extensión, en 1811, el Imperio de ~que
Sin embargo, enrre 1810 y 1812, el elevado coste del con-
,., Napoleón engloba, sometida, a la mitad de Europa. Pero, a lico-
flicto y una eficacia mayor del bloqueo entrañan, el¡ Inglate-
pesar de las reconstrucciones posteriores del emperador en 1 no-
rra, un retroceso de la producción, quiebras, paro, miseria.

e Santa Elena, es más el fruto del azar que de la lógica. El cora-


zón del Imperio lo constituye una Francia con 130 departa-
mentos, de Hamburgo a Roma. Napoleón es protector de la
y pese a la propaganda de los radicales que, como Jeremy
Bentham, reclaman la reforma parlamentaria, la opinión
eciar
a to-
J, las
pública continúa unida, en su mayoría, a las instituciones.,.
e Confederación del Rin. Su hermano Jerónimo reina en
Westfalia. El Gran Ducado de Varsovia es separado de la
parte prusiana de Polonia. El emperador es rey de Italia.
El Reino Unido, que entonces da prueba de su cohesión mo-
ral y nacional, es el inspirador y el protagonista esencial de
rersi-
lrita-
ando
la resistencia al tirano continental. Pero es también el mode-
Pone a Murat en el trono de Nápoles. Su hermano José es el zar
lo alternativo de un régimen liberal que no necesita de ar-
_ rey de España desde 1808. mas para imponerse. 1815
,., Sin embargo, Francia no tiene medios para rivalizar con Euro-
Inglaterra por mar; las tentativas de desembarco han falla- :ar de
_ do. Así, a partir de 1806, el continente europeo queda cerra- Los pueblos europeos en el Gran Imperio en el
,., do al comercio bri1:ánico por el bloqueo. Se trata de «con- e esta
quistar el mar mediante el poderío de tierra», de asfIxiar a icula-
Amo o protector de Europa, Napoleón encontró en todos
_ Gran Bretaña, enemigo irreductible, debilitando su eco no- I con-
los territorios conquistados colaboradores y admiradores.
,., mía, que apenas puede prescindir de las importaciones y del Sin embargo, la dominación de la Gran Nación suscita un
mercado europeo. La voluntad de controlar las costas eu-
doble reflejo de imitación y de rechazo. Francia no se con-
ropeas y de impedir el contrabando inglés explica la política
e tenta, en efecto, con aportar a los territorios ocupados la li-
354 HREVE HISTORIA DE EUROPA 1 18. LA REVOLUCION: APOGEO y fRACASO DE UNA EUROPA ERANCE$A 355 e
f'o(l
bertad y la igualdad civil de 1789: los pueblos sometidos,
tanto como los pueblos aliados, deben contribuir con dinero
y soldados. Son ellos los que sufragan la guerra.
I
\
I
de José se manifiesta también la España de las provincias
aferradas a sus libertades tradicionales.
Cuando llega el momento de los fracasos, y luego del gran
e
l
En Alemania, Goethe, consejero del duque de Weimar,
recibe en Erfurt el águila de la Legión de Honor en 1808, pero
eso pertenece ya a un mundo desaparecido, el del cosmopo-
. r
.(
retroceso, es un pueblo distinto el que Napoleón tiene frente
a sí cuando va en 1812, al frente de los 450.000 hombres del
«ejército de las naciones», a perderse en la inmensidad rusa.
e
litismo de las Luces. En Alemania, al contacto con la ruda Sus relaciones con el zar Alejandro 1se han degradado pro-
presencia francesa, renace la grandeza del Reich medieval.
Las palabras no tienen del todo el mismo sentido que en
gresivamente: Napoleón no se muestra demasiado favorable
a las ambiciones rusas sobre los Estrechos (aunque, en 1811-
e.
Francia, el Volk germánico no es el peuple francés. Es comu- 1812, el Imperio otomano debe ceder Besarabia), Rusia
nidad de alma, de sangre y de lengua más que suma de ciu-
dadanos, y se revela en la obediencia a una autoridad mate-
rial y espiritual más alta. Prusia es la primera en encontrar
teme la resurrección de una Polonia independiente, y ade-
más el bloqueo ha provocado una caída de sus exportacio-
nes. Frente a la invasión, los campesinos hostigan al hereje
e
en la humillación los resortes del resurgimiento. En 1807,
Fichte pronuncia en la universidad de Berlín el primero de
sus Discursos a la nación alemana, vibrante exhortación al
que mancilla la patria rusa: en septiembre de 1812 los habi-
tantes de Moscú oponen al emperador una resistencia pasi-
va. Cuando Napoleón decide ordenar la retirada del Gran
e
rechazo de la servidumbre. En Prusia, pese a las resistencias
de los privilegiados, se inician reformas administrativas, en
el ejército y en la enseñanza. AsÍ, en 1813, contra Napoleón,
Ejército, un manifiesto del zar evoca el «castigo terrible que
golpea a todos los que osan penetrar con intenciones beliCO-
sas en el seno de la poderosa Rusia». En esta ocasión, la no-
e
el rey de Prusia declara la «guerra de independencia» y lanza
una llamada «a mi pueblo». Sin embargo, en Alemania, las
masas populares apenas participaron en el nacimiento de la
{

bleza rusa, una parte importante de la cual fingía despreciar
la barbarie campesina y hablar sólo francés, ha vuelto a to-
mar contacto con la tierra y el pueblo. Mientras tanto, las
e
fiebre patriótica. t ambigüedades de la personalidad de Alejandr~ 1, la diversi-
e
¡
Por el contrario, en el reino de Nápoles (¿movimiento na- dad de sus impulsos -unas veces liberales, otras autorita-
cional o bandidismo?), en el Tirol y, sobre todo en España, a rios, otras mÍsticos-, pero también los éxitos rusos -cuando
partir de 1808, la presencia francesa es violentamente recha- en 181410s cosacos acampan en los Campos Elíseos y el zar
zada. En España, la guerra no es un movimiento unívoco.
Una parte de las élites, impregnada en las ideas de las Luces,
los afrancesados, vuelve contra Napoleón sus intentos de re- f.
juega a ser árbitro de Europa, y más tarde cuando en 1815
apela a la Santa Alianza de los soberanos cristianos de Euro-
pa bajo la égida de la Santa Trinidad-, vuelven a colocar de
e
forma; las Cortes de Cádiz, a partir de 1810, se refieren des-
de luego a la tradiéión y al catolicismo de España, pero pro-
ponen una Constitución basada en la soberanía nacional, la
}
Os
1

?
nuevo a la vieja Rusia, durante mucho tiempo aislada en el
este de Europa, en pleno corazón del continente. De esta
manera, la Revolución y el Imperio reforzaron el particula-
e
supresión de los privilegios y la abolición de la Inquisición.
Pero otra España se revuelve al mismo tiempo y se expresa
en las guerrillas: la «España negra», cuyos combatientes se
{
{
rismo ruso e inscribieron a Rusia en la civilización yel con-
cierto europeos. e
cubren de imágenes piadosas. Y contra el poder usurpador ~
}
~
e
_ 356 BREVE HISTORIA DE EUROPA 18. LA REVOLUCll)N: APU(;EU y FRACASO UE UNA EUROPA H{ANCESA 357

_El alcance del modelo francés nombre de la libertad de los pueblos reunidos en naciones.
Pero la Revolución ha dado otro modelo: la construcción de
En 1815 Napoleón intenta cambiar el curso del destino. Su un Estado que, como representante de la nación (o que se
Aregreso de los Cien Días sólo alimenta su leyenda; por un dice tal), permite utilizar y controlar las fuerzas liberadas de
.tiempo, vuelve a ser el hijo de la Revolución, y luego, después los pueblos. Esa construcción del Estado es tanto más nece-
de Waterloo, el cautivo romántico de Santa Elena, donde saria cuanto que la Revolución Francesa también hizo surgir,
APuede erigirse en creador de la Europa de las naciones. junto a la pasión por la libertad, la pasión -con frecuencia
• Inversamente, el Congreso de Viena de 1815 parece una antagónica- por la igualdad. De este modo, la Revolución li-
resurrección de la Europa de los reyes. Pero el cosmopolitis- bera la historia de Europa: la memoria de la tormenta se
A mo de las élites no es más que una supervivencia. Cierto; el transforma entonces en el instrumento de un destino.
.período 1789-1815 no puede limitarse a los sobresaltos de la
'''':;;:,.;:.
Gran Nación, porque Inglaterra. que ha incrementado su
avance económico sobre los estados del continente, mantie- DOCUMENTOS
ne de modo imperturbable otro modelo liberal. Sin embar::
go, Francia pone en práctica, como Hegel vio perfectamen- 1. Los Derechos del Hombre, programa de la Revolución
te, la historia de Europa. No fue ella la que inventó el
_liberalismo, pero sí dio cuerpu al estado-nación. Y, gracias a Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea
ella, o contra ella, más en el oeste de Europa que en el este, Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el despre-
los pueblos tomaron conciencia de que su vida común tal cio de los derechos del hombre son las únicas causas de las des-
A vez les confería un destino histórico común. gracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuel-
• A veces fueron ayudados por las reformas efectivas pues- to exponer, en una declaración solemne, los derechos naturales,
inalienables y sagrados del hombre, para que esta declaración,
tas en práctica por el ocupante francés: el Código Civil se
constantemente presente a todos los miembros ~l cuerpo so- .~"'""':<
A impuso en numerosos estados (Italia, Renania ... ), la servi- """"~.
cial, les recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes; para que
.dumbre fue abolida, los privilegios cuestionados. Pero no
los actos del poder legislativo y los del poder ejecutivo, pudien-
hay que exagerar estas transformaciones directas de Europa;
do en cada instante ser comparados con el objeto de toda insti-
e en Polonia, Napoleón no pudo imponer ni la abolición de
los derechos feudales, ni la igualdad civil para los judíos. En
realidad, la influencia de la Revolución Francesa se ejerce en
tución política, sean más respetados; para que las reclamaciones
de los ciudadanos, fundadas desde ahora sobre principios sim-
ples e incontestables, redunden siempre en el mantenimiento de
la historia del siglo XIX europeo como un modelo, y, sea cual la Constitución y en la felicidad de todos. En consecuencia la
_ fuere la forma en que se escribe la historia, los aconteci- Asamblea Nacional reconoce y declara, en presencia y bajo los
mientos del períodó 1789-1815, incluso aunque se trate de auspicios del Ser supremo, los siguientes derechos del hombre y'
ocultarlos, obsesionan a Europa. Ofrecen referencias, exem- del ciudadano.
Apla modernos que ya no proporciona la Antigüedad greco-
• rromana. El levantamiento de los pueblos ya no es la revuel- Artículó 1.0 Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en
ta sacrílega contra un orden eterno; el ""romanticismo derechos. Las distinciones sociales no pueden fundarse más que
_ ayudará a exaltar estos gestos insurreccionales realizados en ,1 sobre la utilidad común.
358 BREVE HISTORIA UE EUROPA
~
11
Al
18, LA REVOLUCION: APOGEO y FRACASO DE UNA EUROPA FRANCESA 359 ti
I e
Artículo 2. El objeto de toda asociación política es la conser-
0
Artículo 10. Nadie debe ser molestado por sus opiniones, in-
0

vación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. cluso religiosas, con tal de que su manifestación no altere el or-

-e
Estos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la re- den público establecido por la ley.
sistencia a la opresión. Artículo 11. La libre comunicación de los pensamientos y de
0

Artículo 3.0 El principio de toda soberanía reside esencial- las opiniones es uno de los más preciosos derechos del hombre.
mente en la Nación. Ningún cuerpo ni individuo puede ejercer Todo ciudadano puede pues hablar, escribir, imprimir libremen-
autoridad que no emane expresamente de ella. te, salvo la obligación de responder del abuso de esa libertad en
Artículo 4. La libertad consiste en poder hacer todo aquello que
0
los casos determinados por la ley.
no dañe a un tercero; por tanto el ejercicio de los derechos natura- Artículo 12. La garantía de los Derechos de! Hombre y del
0

les de cada hombre no tiene otros límites que los que aseguren a los Ciudadano necesita de una fuerza pública; esta fuerza queda ins-
demás miembros de la sociedad el disfrute de estos mismos dere-
chos. Estos límites no pueden ser determinados más que por la ley.
Artículo 5. La ky no tiene derecho de prohibir más que las ac-
0
tituida para e! bien común y no para utilidad particular de aque-
llos a quienes está confiada.
Artículo 13.0 Para el mantenimiento de la fuerza pública y para
e
ciones nocivas a la sociedad. Todo lo que no está prohibido por
'la ley, no pueJe ser impedido, y nadie puede ser obligado a hacer
lo que ella no ordena.
los gastos de administración, es indispensable una contribución
común. Esta contribución debe ser repartida por igual entre to-
dos los ciudadanos, en razón de sus facultades.
e
Artículo 6. La leyes la expresión de la voluntad general. Todos

e
0
Artículo 14.0 Todos los ciudadanos tienen el derecho de com-
los ciudadanl' , tienen derecho a contribuir per'(jnalmente, o por probar por sí mismos o por sus representantes la necesidad de la
medio de sus re'presentantes, a su formación. La ley debe ser idén- contribución pública, de consentirla libremente, de vigilar su
tica para todos, tanto para proteger como para castigar. Siendo ¡! empleo y de determinar su cuantía, su asiento, cobro y duración.
todos los ciudadanos iguales ante sus ojos, son igualmente admi-
sibles a todas las dignidades, puestos y empleos públicos, según su
capacidad, y sin otra distinción que la de sus virtudes y talentos
J
'1' Artículo 15. La sociedad tiene el derecho de pedir cuentas a
0

todo agente público de su administración.


Artículo 16. Toda sociedad en la que la garant~ de los dere-
0
e
Artículo 7. Ningún hombre puede ser acusado, arrestado ni
e
0
chos no está asegurada, ni la separación de los poderes determi-
detenido, si no es en los casos determinados por la ley, y según
las formas por ella prescritas. Los que solicitan, expiden, ejecutan
'1 nada, no tiene Constitución.
Artículo 17. Siendo la propiedad un derecho inviolable y sa-
0

e
o hacen ejecutar órdenes arbitrarias deben ser castigados, pero grado, nadie puede ser privado de ella, si no es en los casos en que
todo ciudadano llamado o designado en virtúd de la ley, debe la necesidad pública, legalmente comprobada, lo exija evidente-
obedecer en el acto: su resistencia le hace culpable. mente, y bajo la condición de una indemnización justa y previa.
Artículo 8. La ley no debe establecer más que penas estricta y
0

evidentemente nec~sarias, y nadie puede ser castigado más que


en virtud de una ley establecida y promulgada con anterioridad
al delito, legalmente aplicada.
1
t
«Declaración de derechos del hombre y del ciudadano»
Miguel Artola, Textos fundamentales
Editorial, 1985, págs. 502-503
(I789), cit. por
para la historia, Madrid, Alianza
e
Artículo 9. Todo hombre ha de ser tenido por inocente hasta
e
0

que haya sido declarado culpable, y si se juzga indispensable el

I.
detenerlo, todo rigor que no fuere necesario para asegurarse de Esta declaración, aprobada por la Asamblea Nacional francesa
su persona debe ser severamente reprimido por la ley.

l
el 26 de agosto de 1789, reúne las ideas esenciales que impulsaron
e
e 360 BREVE HISTORIA DE EUROPA l8. LA REVOLUClON: APOt;EO y FRACASl) DE UNA EUROPA fRANCESA 361

ela Revolución Francesa, "la primera revolución fundada sobre los


derechos de la humanidad", en palabras de Robespierre. Inspirada
siguiendo sabios ejemplos, hubierais dado al mundo nuevos
ejemplos de sabiduría, hubierais hecho la causa de la libertad ve-
en el ejemplo norteamericano, la declaración francesa se adapta, nerable a los ojos de los sabios de todos los países. Hubierais des-
Asin embargo, a las peculiaridades de la situación nacional; poste- prestigiado e! despotismo ante el mundo entero enseñando que
,. riormente servirá de inspiración a las declaraciones de derechos de no sólo la libertad se concilia con la ley, sino que cuando está dis-
todas las constituciones europeas. La idea de que todos los hom- ciplinada, puede ser auxiliar de ella. Hubierais tenido impuestos
A bres poseen una serie de derechos naturales inalienables procede productivos sin llegar a la opresión. Hubierais tenido la ayuda de
,. de la Ilustración; el liberalismo consistirá en organizar las institu- un comercio floreciente. Hubierais tenido una Constitución li-
ciones políticas para que garanticen el ejercicio de tales derechos. bre, una Monarquía potente, un ejército disciplinado, un clero

e
reformado y venerado, una nobleza menos orgullosa, pero más
digna, capaz de enseñaros la virtud, pero no de ahogarla. Hubie-
rais tenido una burguesía liberal que emulase y estimulase a la
2. La crítica conservadora a la Revolución
aristocracia. Hubierais tenido un pueblo protegido, s~;tisfecho,
-iaDüfioso y olJe<tienre;<.tispuesto a buscar y a gozar de la felicidad
_ Habé;s-~~r~f~~idoproceder c~~~-si jamás hubi~~is-~i~id~de~~~ -
que da la virtud en todas las condiciones [... ].
de un" sociedad civil y tuvierais que comenzar todo otra vez. Ha-

e
Los franceses se han resistido a las mercedes, se han alzado
béis querido establecer vuestro comercio sin capital. Si las últi-
contra la protección y han dirigido sus golpes contra una mano
mas generaciones de vuestro país aparecían ante vuestros ojos
pródiga en gracias, favoJres e inmunidades. Esto no fue n:nural; lo
con poco lustre, podríais haberlas postergado para fundar vues-
que sobrevino despuéó está en el orden de las cosas. Han encon-
tras pretensiones en antepasados lejanos. Bajo una piados!! vene-
trado su castigo en su propio éxito. Las leyes desobedecidas, los
A ración de los antepasados vuestra imaginación habría alcanzado
tribunales disueltos, la industria debilitada y el comercio mori-
,. un alto nivel de virtud y sabiduría, lejos de las vulgaridades del
bundo, sin impuestos, y, sin embargo, e! pueblo empobrecido, la
presente, y os habríais elevado merced al ejemplo de aquellos a
Iglesia saqueada y el Estado sin fuerzas, la anarquLa civily militar
A los que deseabais imitar. Respetando a vuestros antepasados ha-
convertipa en la Constitución del reino, cualquier cos'<i'divina o
,. bríais aprendido a respetaros a vosotros mismos. No habríais
humana sacrificada al ídolo del crédito público y, por consecuen-
considerado a los franceses como un pueblo recién llegado, como
una nación vil de desdichados esclavos hasta la emancipación cia, la bancarrota nacional; y coronando todo, el papel moneda
A de 1789. No habríais dado una excusa con merma de vuestro ho- admitido por un poder nuevo, precario y vacilante, y tal papel
,. nor a los apologistas de aquí, para disculpar vuestras diversas desacreditado por pobres fraudes y rapiñas de mendigos. Estos
atrocidades teniéndoos que presentar como una partida de escla- billetes se presentaron como moneda legal capaz qe sostener un
a vos negros súbitamente libres de sus cadenas, y a quienes hay que imperio, en lugar de las dos grandes clases reconocidas que re-
presentan el último crédito convencional de la Humanidad desa-
,. perdonar que abusertde su libertad a la cual no están habituados
ni para la cual están preparados [...] Si, desconfiando de vosotros pareciendo para esconderse en la tierra de donde venían; cuando

e mismos, y no distinguiendo con bastante claridad la Constitu-


ción casi olvidada de vuestros antepasados, os hubieseis fijado en
vuestros vecinos, que en este país han conservado los principios
el principio de la propiedad de! que son las criaturas y los repre-
sentantes fue sistemáticamente destruido.
¿Eran necesarios todos esos horrores! ¿Eran e! resultado inevi-

e y los modelos del viejo derecho público (common-law) europeo,


mejorándolos y adaptándolos al estado de la sociedad presente y
table de la lucha desesperada en que patriotas decididos hubie-
ron de embarcarse, a través de sangre y tumultos, hasta llegar a la
362 BREVE HISTORIA DE EUROPA 18. LA REVOlUC10N: APOGEO y FRACASO DE UNA EL1H,OPA FHA~<:ESA 363
e
apacible playa de una tranquila y próspera libertad? Nada de
esto. Las recientes devastaciones de Francia, que tanto horror
nos causan y que por doquier vemos, no son las devastaciones de
Con apenas otra información que los testimonios de los emigrados,
Burke trazó un discurso de rechazo total a la Revolución Francesa,
en fecha tan temprana como 1790, cuando aÚII no se habían pro-
e
una guerra civil; son los testigos tristes, pero aleccionadores, de
las consecuencias de un consejo temerario e ignorante en tiempo
de profunda paz [... ].
ducido los excesos radicales de años posteriores. Desde una posición
conservadora. reivindica el papel de la nobleza, compara las venta-
jas de un reformismo moderado con las conseCllencias catastróficas
e
de un cambio radical. defiende la superioridad del modelo británi-
Es una cuestión muy dudosa de si el sistema, si se le puede llamar
sistema. que se ha alzado sobre las ruinas de la antigua monarquía
será capaz de administrar mejor la población y la riqueza del país
que ha tomado bajo su cuidado. En vez de ganar algo con este cam-
co y enfatiza el contraste de un Antiguo Régimell idílico con una
Francia revoluciollaria llena de horrores, corrupción y decadencia. e
bio. temo que tenga que pasar un gran número de años antes que
Francia empiece a librarse de los efectos de esta revolución filoSótl- e
--
3. Napoleón y el proyecto de una Europa unida
ca y pueda ser colocada otra vez sobre su antiguo pedestal [... 1.
La nobleza es 'un adorno lleno de gracia en 'el orden civil. es el
Una de las ideas que más me ocuparon había sido la reunión, la
capitel corintio de una sociedad educada. Omnes lumi nobilitati
concentración de los mismos pueblos geogníficos que las revolu-
semper favemus era el dicho del hombre sabio y virtuoso. Es, sin
ciones y la política han disuelto y dividido; de manera que con-
duda, el signo de un espíritu liberal y cuidadoso sentir por la no-
tándose en Europa, bien que diseminado,;, más de treinta millo-
bleza una inclinación especial. Es necesario no tener en el propio
nes de franceses. quince de españoles, quince de italianos y

-e
corazón ningún principio de nobleza para desear la destrucción
treinta de alemanes. hubiera querido hacer de cada uno de estos
de todas estas instituciones artificiales que han sido creadas para .~
pueblos un solo cuerpo de nación. Con un séquito semejante hu-
dar cuerpo a la opinión y perpetuar los honores fugaces. No pue- biera sido hermoso presentarse a la posteridad y a la bendición
den ser otra cosa que envidiosos, malignos y gente que no aman
ni la propia virtud ni ninguna de sus imágenes o representacio-
nes, los que puedan experimentar placer con la caída inmerecida
I de los siglos: ¡yo me juzgaba digno de tamaiia gloria!
Después de esta simplificación sumaria, hubieta sido posible
entregarse a la quimera de una perfecta civilización. En tal estado ll

de una institución que ha florecido durante tanto tiempo en el de cosas podía haber más probabilidades de conseguir en todas
esplendor y en el honor. A mí no me gusta que se destruya nada, I1 partes la unidad de códigos, de principios, opiniones, sentimientos,
que se produzcan vacíos en la sociedad, o ruinas en la superficie
de un país. Es por lo que no experimenté ni contrariedad ni des-
contento cuando mis encuestas y mis observaciones no me hicie-
!
I
ideas e intereses. Acaso entonces, con el apoyo de las luces univer-
salmente extendidas, hubiera sido permitido soñar la gran familia
europea, la aplicación del Congreso americano, o la de los anfictio-
e
ron ver en la nobleza de Francia ni vicios incorregibles, ni abusos ! nes de Grecia. Y entonces, ¡qué perspectiva de fuerza. de grandeza,
e
I

i
que no hubieran sidQ suprimidos por una reforma muy diferente de goces. de prosperidad! ¡Qué grande y magnífico espectáculo!...
de la de la abolición. Vuestra nobleza no merecía ser castigada. La reunión de los treinta o cuarenta millones de franceses esta-
ba ya hecha y perfeccionada; la de quince millones de españoles
EDMUND BURKE, Reflexiones sobre la Revoluciónfrancesa (1790). trad. de
Enrique Tierno Galván. Madrid. Centro de Estudios Constitucionales.
1978, págs. 99-107 y 316-333
lo estaba casi también; pues nada es más común que convertir el
accidente en principio. ¿Cómo no he sometido a los españoles?
Dirán que no era posible someterlos; pero lo cierto es que lo han
e
sido, y que en el mismo momento en que se me escaparon, las
e
e 364 BREVE HISTORIA DE EUROPA 111. LA IU:VOLlJCIl)N: AP(H.;I:.o y FR:\L\SP DE LTNA EUH>PA FRANCESA 365

e Cortes de Cádiz trataban secretamente con nosotros, y así no les


libertaron su resistencia, ni los esfuerzos de los ingleses, sino mis
errores y desgracias lejanas; y sobre todo, el haberme trasladado
pública? ¡Hubieran sido tan populares, me dirán, y la misma opi-
nión habríame dado un auxilio tan inmenso! A esto respondo que
la malevolencia siempre es mucho más activa que el bien; que en el

e con todas mis fuerzas a mil leguas de distancia de ellos, y haber


sucumbido. Porque nadie podría negar que si, al entrar en Espa-
ña, Austria, en vez de declararme la guerra, me hubiese dejado
día hay tanta ciencia entre nosotros, que fácilmente subyuga la
sana razón, y puede oscurecer a su antojo los puntos más claros;
que abandonar a la discusión pública asuntos tan elevados hubie-

e cuatro meses de estancia en España, todo hubiese terminado allí.


El gobierno español se habría consolidado, se hubiesen calmado
los ánimos, los partidos se hubieran unido yen tres o cuatro años
ra sido entregarlos al espíritu de corrillo, a las pasiones, a la intri-
ga y a los chismes, y no obtener por resultado infalible sino el des-
crédito y la oposición. Calculaba, pues, hallar mucho más apoyo

e se habría visto allí una paz profunda, una prosperidad brillante, y en el secreto. Así, dejaba como una aureola 'en mi alrededor, es
una nación compacta; yo habría merecido sus bendiciones, y les decir, ese vaCÍo que encadena a la multitud y la agrada, esas espe-
hubiera evitado la horrorosa tiranía que les esclaviza y las terri- culaciones misteriosas que ocupan y llenan todos los espíritus, en
bles agitaciones que se les preparan. fin, esos desenlaces súbitos y brillantes recibidos con.'t~into aplau-
-- .El1-Hlante-a-le's-ij-uin€e-millvnes-de--itatTanos;-la-reunión -estalJa-- ,- -
so v que crean tanto im¡2frio ..l;:ste mismo principio, fue, des&@::.
ciadamente, el que me hizo correr con tanta precipitación a Mos-
ya muy avanzada y no se necesitaba más que darle tiempo, pues
cú; con más lentitud todo lo hubiera preparado, pero me habría
diariamente iba madurándose en aquel pueblo la unidad de prin-

e cipios y de legislación, la de pensar y sentir, ese cimiento seguro


e infalible de las reuniones humanas [...j.
I puesto en la precisión de no dar tiempo para hacer comentarios.

Palabras de Napoleón Bonaparte el 11 de noviembre de 1816, según el


Todo el mediodía de Europa hubiera sido pronto un compacto
~ conde de Las Cases, Memorial de SillIta Elena, trad. de Juan G. de Luaces,

e de localidades, miras, opiniones, sentimientos e intereses. En se-


mejante estado de cosas, ¿qué no hubiera hecho el peso de todas
las naciones del Norte? ¿Qué esfuerzos humanos no hubieran ido
Barcelona, Joaquín Gil ed., 1944, tomo 1II, págs. 1331-1334.

e
a estrellarse contra semejante barrera?
Desterrado en la isla de Santa Elena, el emperador ¡lasa revista a
La reunión de los alemanes exigía más lentitud, y por esto no se
su vida ya sus quince al10s en el poder. La reconducción de Fran-
hizo más que simplificar su monstruosa complicación. Y no por- cia al orden y el freno a las amenazas contrarrevolucionarias die-
que no estuviesen preparados para la centralización, pues, muy al ron paso a la consolidación de algunas de las adquisiciones más

--e contrario, lo estaban demasiado, sino que hubieran podido vol-


verse ciegamente contra nosotros antes de entendernos [...j.
Como quiera que sea, esta reunión se hará tarde o temprano
por la fuerza misma de las cosas: el impulso está ya dado, y no
creo que tras mi caída y la aparición de mi sistema pueda haber en
importantes de la Revolución; pero la ambición de Napoleón era
extenderlas al resto de Europa, uniéndola algún día en una sola
entidad política. En aquel primer proyecto de unidad de la Europa
continental, Espaija estaba llamada a jugar un gran papel.

Europa otro gran equilibrio que la reunión y confederación de los

le
grandes pueblos. El primer soberano que en medio de la primera
crisis abrace de buena fe la causa de los pueblos, se encontrará a la
cabeza de toda Europa y podrá emprender cuanto quiera.
Se me preguntará tal vez: ¿Por qué no dejaba traslucir enton-

e ces semejantes ideas? ¿Por qué no las abandonaba a la discusión


19. EUROPA DE 1815 A 1871: I.US REYES, LUS PUEHLOS, LAS NAClUNES 367 e
19. Europa de 1815 a 1871: los reyes)
los pueblos) las naciones
La Europa de la Santa Alianza y de Metternich

La Europa de 1815
e
El Congreso de Viena no reconstruye la Europa anterior
a 1789. Francia, por supuesto, militarmente ocupada, se ve
remitida a sus antiguas fronteras, pero el mapa político de
e
]Jurante medio siglo, Europa prolollga los grandes debates revo-
lucionarios. Frente a los gobernantes, paladines la mayoría de
las veces del absolutismo y preocupados por mantener un armo-
nioso «concierto europeo», los pueblos reivindican su libertad y
Europa central queda simplificado en provecho de los gran-
des reinos vencedores. El reino de los Países Bajos reúne las
Provincias Unidas y los Países Bajos austríacos; a ojos de los
e
fracasall. Pero las naciones, por su parte, comienzan a organi-
zarse en Estados: 1talia y Alemania lo consiguen, y esta última
hasta el punto de convertirse en la principal fuerza europea.
británicos, debe convertirse en una útil barrera contra un
eventual despertar de los deseos expans'¡onistas franceses. El
reino de Prusia se aprovecha por el este -lo mismo que Ru-
e
sia y Austria- de la desmembración de Polonia, pero gana
sobre todo por el oeste Westfalia y Renania. Se convierte en e
-e
uno de los miembros más importantes de la Confederación
En Viena, en 1815,los soberanos vencedores de Francia se po- Germánica, creada por el Acta del 10 de junio de 1815, que
nen de acuerdo para restaurar un orden europeo basado en la reagrupa a 39 estados (reinos, principados, ciudades libres)
legitimidad, el equilibrio de las potencias y la autoridad de los y está presidida por el emperador de Austria. El Imperio de
monarcas conservadores. En el continente, el Imperio austrÍa- Austria sigue dominando los países danubianos de pobla-
co y Rusia son los garantes de la permanencia de esa situa- ción alemana, magiar y eslava;_a ello se añade, en Italia, el
ción. El Reino Unido, jugando el papel de potencia liberal, vi- reino lombardo-véneto. El resto de la península está dividi-
gila el mantenimiento del equilibrio europeo. Pero los estados da; los Estados más importantes son el reino tle Nápoles, los
conservadores se enfrentan a dos grandes movimientos deses-
tabilizadores: los liberales desean promover instituciones re-
presentativas, y los patriotas, despertados por el soplo de la
Estados Pontificios y el reino de Piamonte-Cerdeña. El zar
conserva Finlandia y Besarabia, y controla directamente un
reino autónomo de Polonia alrededor de Varsovia.
e
Revolución francesa, proclaman el derecho de los pueblos a
disponer de sí mismos, a formar naciones. Sin embargo,
en 1871, si la Rusia de los zares, que se ha vuelto hacia Asia,
Alejandro 1es el promotor del tratado de la «Santa Alian-
za» que une al Habsburgo católico Franciso 1, al Hohenzo-
lIern protestante Federico Guillermo III de Prusia, y al zar
e
persiste, pese a algullas reformas, en sus tradiciones *auto-
cráticas, y si el Reino Unido sigue desempeñando el papel de
espectador atento, Europa central está agitada por el triun-
mismo, campeón de la ortodoxia. El Reino Unido, cuyo
pragmatismo no tiene que hacer invocaciones místicas a la
Santa Trinidad, prefiere anudar la Cuádruple Alianza dirigi-
e
fo de Prusia -que ha realizado, en provecho propio, la unidad
de Alemania- y por el éxito de la unidad italiana. El Imperio de
Austria, debilitado, no controla ya el nuevo equilibrio eu-
da contra Francia.
La nueva Europa es obra del canciller austríaco Metter-
nicho Se apoya en los grandes principios de la legitimidad,
e
pero también es una tentativa de racionalizar el mapa de
ropeo. Europa es desde ahora la Europa de los estados.

366
e
e 368 BRE\'E HISTllRIr\ DE EUROPA I~. EUROPA (JE 1815 A 1871: LOS REYES, l.OS I'L:EHI.(l:--, LAS 1'.:ACllJNES 369

e Europa y de organizar el «concierto europeo». Las grandes


potencias victoriosas se arrogan el derecho de.intervención
para mantener la obra de Viena; se ponen de acuerdo para
Carlos X, cercano a los ultras, menos hábil que su hermano,
da la sensación, a partir de 1824, de querer interpretar la
Carta de manera autoritaria; rechaza esa <<nacionalización»

e vigilar a Francia, <dacaverna de donde sale el viento que so-


pla la muerte sobre el cuerpo socia),>(Metternich). Así, en la
Europa de la primera mitad del siglo XIX, los tratados
de la monarquía que va a intentar Luis Felipe, rey de los fran-
ceses, y no rey de Francia, tras la revolución de 1830.
En Francia, como en Inglaterra yen el noroeste de Euro-

e. de 1815 simbolizan la reacción autoritaria de los reyes que


quieren encerrar a los pueblos. Sin embargo, entre la guerra
revolucionaria e imperial y la llamarada europea de 1914, el
pa, la prensa se desarrolla y acelera la circulación de las ideas.
La escuela, la mayoría de las veces por iniciativa del Estado,
se afirma. El poder se laiciza poco a poco.

e siglo XIX es un siglo de paz europea; los conflictos interesta-


tales quedaron limitados.
Los regímenes autoritarios .~

e Los polos liberales En el resto de Europa, las monarquías restauradas o mante-


nidas sólo vuelven al Antiguo Régimen en apariencia. De la
experiencia de la Revolución y del Imperio, pero también
La Europa de los reyes no es por entero una Europa absolu-

e tista. El Reino Unido no es desde luego una democracia: la


aristocracia terrateniente sigue dominando la Címara de los
"'Lores y la administración local; los diputados de los Comu-
del recuerdo del despotismo ilustrado, han retenido que la
fuerza de las coronas podía descansar en el reforzamiento
de los medios de los estados. Federico Guillermo III de Pru-

e nes sólo son elegidos por 400.000 electores. Pero el régimen


parlamentario funciona. El gabinete depende de las ma-
yorías, "'tories o *whigs, en las asambleas; los soberanos (la
sia centraliza la administración y realiza la unidad aduanera
de su reino antes de proponer el *Zollverein, en los años
1830, en los demás Estados de la Confederación Germánica.

e reina Victoria a partir de 1837) son respetuosos con las li- Un servicio militar obligatorio de tres años y t!1desarr6íi'b de
bertades parlamentarias. La opinión pública juega ya un pa- la instrucción por iniciativa del Estado refuerzan la cohe-
pel importante: Cobden sabe servirse de ella durante la cam- sión de un reino compuesto por regiones tan diferentes
paña a favor del librecambio a partir de 1839. Las reformas como Prusia al este y Renania al oeste.

e amplían el sufragio en 1832 y 1867. Progresivamente, la bur-


guesía de los negocios se mezcla con los grandes propieta-
El Imperio de Austria es el imperio de una familia, los
Habsburgo, que une diferentes naciones que conservan sus
lenguas y sus tradiciones. Además del reino lombardo-véne-
rios para gobernar el país. La oligarquía se amplía a las fuer-

e zas vivas de la economía.


Francia, a pesar de las ambigüedades de la monarquía res-
taurada por Luis XVIII, no recupera el absolutismo. Cierto
to, se distinguen los países «hereditarios» de la región alpina
-alemanes, eslovenos, italianos-, los países de la «Corona de
Bohemia» de mayoría eslava -Bohemia, Moravia, Silesia-, el

e es que el vocabulario del preámbulo de la Carta «otorgada»


por el monarca en 1814 tiene un perfume reaccionario, pero
la Carta es constitucional; la opinión pública se despierta, lee
reino de Galitzia -polacos y rutenos-, los países de la «Co-
rona de San Esteban» -Hungría, Transilvania, Croacia- y,
como anejo, la provincia de Serbia. El alemán es la lengua de

e los periódicos y se anima con los debates en las Cámaras. gobierno y de mando militar. Sólo el reino de Hungría dis-
370 8REVE HISTORIA DE EUROPA 19. EUROPA DE 181S A 1871: I.OS REYES, l.OS PUEBLOS, LAS NACIONES 371
e
pone de un gobierno propio. El Imperio está dominado por
una burocracia amiga del papeleo integrada por altos fun-
cionarios reclutados entre la aristocracia. Hasta 1848, unos
tad. En Francia, la revolución de 1830 es profundamente ro-
mántica, puesto que une el impulso liberal contra el poder
reaccionario de Carlos X y el impulso patriótico, nacional,
e
soberanos mediocres dejan gobernar a Metternich.
La Rusia del zar Alejandro I sólo cuenta entonces con
unos SO millones de habitantes, campesinos en su mayoría.
llevado por los tres colores de la bandera, que reivindica la
herencia de la «Gran Nación».
Pero si la Europa romántica no lloró en vano sobre las rui-
e
Pero aunque el zar autócrata, que se presenta como salvador
e
nas de Missolonghi, si en 1830 acogió a la joven nación belga
de Europa después de 1815, manifiesta algunas veleidades católica liberada de la tutela de las Provincias Unidas, no
liberales y ciertas tendencias al misticismo, su sucesor en puede sino lamentarse por el orden sangriento que, en 1831,
1825, Nicolás 1,cierra rápidamente Rusia sobre sus tradicio- reina en Varsovia. Los estados, en efecto, sólo liberan a los
nes y sobre la religión ortodoxa. En adelante, las élites rusas
oscilarán entre una vía occidentalista, «europea», y una vía
nacional específicamente rusa y"eslavófila.
pueblos que no amenazan su poder. Han ayudado a Grecia, a
partir de 1827, a liberarse de Estambul, le han dado incluso
un soberano alemán, el bávaro Otón, en 1832; pero dejan
e
El despertar de los pueblos (1815-1848)
que el zar Nicolás I aplaste la revuelta de los polacos, conten-
tándose con acoger en el oeste a las élites polacas exiliadas. e
La EUl"{lpa romántica Liberalismo e impulso nacional e
Estos años posteriores a 1815 representan a la vez el retorno
a la paz y a la libertad tras el despotismo napoleónico, pero
también la restauración de la legitimidad. La corriente ro-
Europa está agitada, en efecto, por la doble reivindicación
liberal y nacional, incluso a veces por la reivindicación so-
cial. Los focos son múltiples: España, donde en 1823 Francia
e
mántica que alcanza a las élites de los diferentes estados
mezcla con frecuencia el misticismo y la efusión lírica, pero
también es portadora de la modernidad del siglo; exaltando
la libertad, el artista -actor y profeta de la historia- encuen-
interviene para sostener la legitimidad; la Irlañda campesina
y católica, que lucha contra la unión impuesta por Gran
Bretaña en 1801; Serbia, que obtiene en 1829 su autonomía
en el seno del Imperio otomano.
e
tra el liberalismo y se inflama por los pueblos oprimidos.
La Europa romántica encuentra su unidad en los años
1820 apoyando la lucha de los griegos sublevados contra la
Las manifestaciones más importantes conciernen a Italia
y Alemania. En Italia, el Risorgimento se vale a un tiempo
del "iluminismo del siglo XVIIl y de la influencia de la Revo-
e
tutela otomana. D,e Byron a Chateaubriand, de Delacroix a
Hugo, se dibuja ahí una forma de sensibilidad europea filo-
helena alimentada por los grandes momentos de la historia
lución y del Imperio. Los primeros movimientos, golpes de
fuerza pronto reprimidos, se deben a las organizaciones se-
cretas de los carbonari entre 1820 y 1831. La segunda etapa
e
europea, desde la Antigüedad a la lucha plurisecular contra
los otomanos, y de la modernidad a las luchas de emancipa-
ción de los pueblos. En efecto, el pueblo se convierte en una
está marcada por la personalidad romántica de Giuseppe
Mazzini, que funda la Joven Italia en 1831, e intenta ampliar
el movimiento hasta una Joven Europa en 1834. Mazzini de-
e
e
entidad romántica que se afirma en las luchas por la liber- sea promover una Italia unitaria y republicana. Hasta 1848,
e 372 BREVE HISTORIA DE fUIHlI':\
19. EUROPA PE 1~15:\ IR71: LOS REYES, I.OS PUEBI.OS, LAS !\:ACI()~ES
373

e la <<internacionai>,de los reyes es lo bastante fuerte para res-


tablecer el orden cuando se ve amenazado.
El movimiento nacional alemán es más complejo. Una
fort ofrecen finalmente la corona, en marzo de 1849, al rey
de Prusia Federico Guillermo.

e corriente mantiene la tradición liberal surgida de la Revolu-


ción francesa, pero, en el seno mismo de los patriotas ale-
manes reunidos en la asociación estudiantil de la Burschen-
Sin embargo, los entusiasmos liberales y nacionales sólo se
apoyan en una élite reducida. Si, en las grandes ciudades, la
causa nacional conquista a una parte del pueblo humilde ur-
bano, los campesinos apenas participan en ella. A veces los
e schaft, las corrientes liberales se mezclan con una aspiración
más específicamente alemana: la libertad, no del individuo,
sino del Volkstum, entidad colectiva, revelada por un Estado
propios notables liberales temen los riesgos de una subver-
sión social. Es lo que ocurre en Francia, donde las provincias
miran con espanto la revolución parisiense y sus veleidades

e fuerte. Pero Metternich vigila: por medio de la Dieta de


Franefort hace limitar los poderes de las asambleas constitu-
cionales, vigilar a los estudiantes y censurar la prensa.
sociales; los obreros reunidos en los Atelíers nacionales son
víctimas de una matanza en junio de 1848, y los notables
esperan que Luis Napoleón Bonaparte, cuya eleca6n como

e-- 1848: la primavera de los pueblos


_,__~~wesideJ)te~de_la_República.consiguell-en..di(;.igmb~M--l848_, ~~~
pueda restablecer el orden. Con dos rápidas jugadas, en di-
ciembre de 1851 y más tarde en diciembre de 1852, el «prínci-
!
e Como eco de la revolución de febrero de 1848 que proclama
en París la Segunda República, Europa arde y, durante unas
,
pe-presidente» restablece el Imperio y asfixia las libertades.
El reflujo de la Revolución es rápido en el resto de Euro-
pa. Federico Guillermo rechaza la corona de emperador ale-
semanas, todo el edificio construido en Viena en 1815 parece

e
mán y el parlamento de Franefort es disuelto en junio de
amenazado. El corazón mismo del sistema resulta profunda-
1849. En el Imperio de los Habsburgo, el nuevo emperador
mente sacudido; en marzo de 1848, en el Imperio de Austria,
Francisco José (1848-1916) reprime las insurrecciones
Metternich, ese símbolo de las permanencias europeas, debe
nacionales y liberales. La ayuda de Rusia, baluarte'de las co-

e huir ante el motín; los liberales y los demócratas de Viena


parecen controlar la vieja capital de los Habsburgo. Paralela-
mente, en Budapest, Kossuth exalta las libertades húngaras,
ronas, le permite aplastar la revuelta de los húFi'garos de
Kossuth. Por último, los austríacos vuelven a ocupar la Pe-
nínsula italiana y un ejército francés hace desaparecer,

e
mientras Praga exhorta a los eslavos a la unidad.
en 1849, la República romana de Mazzini; en 1850, el papa
En Italia, los austríacos deben evacuar Milán. En Nápoles,
Pío IX restaura su poder sobre los Estados Pontificios. El or-
en Florencia, en Roma, en Turín, los soberanos deben pro-
den antiguo parece restablecido en todas partes.
mulgar, deprisa y corriendo, constituciones liberales.
e En Alemania, asimismo, los soberanos son forzados a
concesiones liber;les: es lo que ocurre en Baden, en Baviera
De las naciones a los estados (1848-1871)
y, sobre todo, en Berlín, donde Federico Guillermo IV pro-

e mete una asamblea elegida por sufragio universal. Por otro


lado, en Franefort se reúne en mayo un Parlamento que tra-
ta de construir una Alemania unida. Pero ¿hay que incluir a
La unidad italiana y la unidad alemana

e Austria en una «Gran Alemania»? Los diputados de Franc-


Roto el impulso de los pueblos, llegan los tiempos del realis-
mo. El nuevo rey de Piamonte-Cerdeña, Víctor Manuel, con
374
BREVE ¡'¡1~T(lRl,A. DE EUROPA
19. EUROPA DE 1815 A 1871: LOS REYES. I,oS PCF.HI.()S. 1.AS NACIONES 375 e
la ayuda de su primer ministro Cavour, moderniza su reino
y se apoya en la burguesía industrial del norte de Italia. Con
La Europa de 1871
(1
La Inglaterra liberal de la reina Victoria está entonces en el
la ayuda de Napoleón I1I, que, por fidelidad a la herencia apogeo de su poderío. Las libertades individuales están ga-
mítica de Napoleón 1, pretende favorecer el nacimiento de rantizadas y, aunque el poder sigue encontrándose todavía _
una Europa de las naciones, Lombardía queda liberada en en manos de la aristocracia, la reforma electoral de 1867,
1859 de la tutela austríaca. En 1861, Víctor Manuelll es pro- que amplía el sufragio, anuncia la revolución democrática.
clamado rey de Italia. Venecia es liberada en 1866. Por últi-
El Reino Unido, que reina sobre todos los mares del globo y _
mo, aprovechando la derrota francesa de 1870, los italianos ha construido un inmenso imperio colonial, es una potencia .
entran en Roma. El papa Pío IX queda prisionero en el Vati- más mundial que europea; por eso se limita todavía a ser
cano. La unidad italiana reúne un norte, industrializado, mera espectadora de las perturbaciones del continente, vigi- _
dominado por la burguesía liberal, y un Mezzogiorno de lando únicamente su control del Méditerráneo. Así se expli- .,
campesinos pobres y analfabetos empleados en los latifun-
ca, en 1854-1856, su participación con Francia en la Guerra
dia, esos grandes dominios de bienes raíces explotados de
forma extensiva. También Italia debe construir un Estado.
La unidad alemana se construye en torno a Prusia, estado
de Crimea, destinada a contener las veleidades expansionis-
tas de Rusia.
(1
Francia tiene dificultades para encontrar un régimen esta-

e
organizado y fuerte, que se beneficia del desarrollo indus-
hle. De la Segunda República, Napoleón III no ha conservado
trial de la cuenca del Ruhr. Bismarck, que en 1862 se con- más que el sufragio universal, cuidadosamente controlado. El
vierte en primer ministro del rey de Prusia Guillermo 1, no
«cesarismo democrático» que practica limita las libertades y
es un liberal. Sin buscar la adhesión de las gentes, intenta
refuerza la autoridad de un Estado puesto al servicio de la
realizar la unidad alemana por la fuerza en provecho de
Prusia. Austria, que habría podido obstaculizar sus desig-
modernidad económica. Pero los notables liberales, que ha-
bían sido apartados del poder, reaparecen con los primeros
ti
nios, es rápidamente vencida en Sadowa en 1866. La Confe-
síntomas de ahogo del poder imperial. La áerrota militar
deración del Norte de Alemania reagrupa entonces a 21 es-
frente a Alemania arrastra a un régimen que contaba con la ••
tados en torno a Prusia. Queda por reducir el particularismo
gloria para reforzarse. El4 de septiembre de 1870 se proclama ••
de los reinos católicos del sur, en particular de la Baviera de
la República. En 1871, asume el choque de la derrota frente a
Luis n. Bismarck provoca deliberadamente a Francia para
Alemania, y reprime la insurrección de la Comuna de París .••
suscitar un impulso patriótico alemán. Napoleón III cae en
El Imperio de Austria sigue siendo un Estado multinacio- •
la trampa. La victoria de la Confederación sobre Francia
nal. En 1867, Francisco José transige con los magiares y con-
permite, el 18 de enero de 1871, en la Galería de los Espejos
cede la autonomía a Hungría. Pero este compromiso, que da ,.
de Versalles, la pJ;.oclamación del Imperio alemán. Francia
nacimiento al Imperio austro-húngaro, no resuelve los pro- ••
ha tenido que ceder Alsacia y Lorena.
blemas eslavos.
La creación del Imperio alemán, al que sus 41 millones de
La derrota de Crimea ha demostrado la debilidad de Ru-
habitantes y su rápido crecimiento económico hacen muy
sia. El zar Alejandro II (1855-1881) intenta varias reformas,_
poderoso, perturba el equilibrio europeo.
la más importante de las cuales, la abolición de la esclavitud,
se produce en 1861. Además, la población aumenta muy de-
e
e 376 BREVE HISTORIA UE EUROPA 19. EUROPA DE 1815 A IR71: l(l~ IO:YFS, lOS PL'EBLOS, I.AS SACiONFS 377

e prisa, el Imperio se extiende por Asia, y Siberia es poblada


de forma progresiva. Mientras, el zar reprime violentamente
la insurrección polaca de 1863. Un Estado que no puede
por las potencias en sus relaciones mutuas sobre las verdades su-
blimes que nos enseña la eterna religión del Dios salvador:
Declaramos solemnemente que la presente acta no tiene por

e apoyarse en una opinión liberal ¿puede reformarse? La *in-


telligentsia, minoritaria, está dividida; algunos intelectuales
quieren «ir hacia el pueblo» y ven la salvación de Rusia en
objeto más que manifestar a la faz del Universo su determinación
inquebrantable de no tomar por regla de su conducta, bien en la
administración de sus Estados respectivos, bien en sus relaciones

e una vuelta a las fuentes eslavas. políticas con cualquier otro gobierno, más que los preceptos de
esa religión santa, preceptos de justicia, de caridad y de paz l... ¡.
En consecuencia, Sus Majestades han acordado los artículos si-

e La Europa de los reyes de 1815 se ha convertido en la Euro-


pa de los estados. Pero estos estados europeos, aunque par-
ticipan de la misma civilización, no están al mismo nivel de
guientes:
Art. l. De conformidad con las palabras de las sagradas Escri-
turas, que ordenan a todos los hon~bres mirarse como hermanos,

--- desarrollo en .un tiempo en que el poderío económico sólo __


-puede dar la fuerza militar. Inglaterra, cuya política cons-
tante consiste en vigilar el equilibrio europeo, no se preocu-
pa realmente todavía por el poder de Alemania. Sin embar-
los tres monarcas contratantes permanecerán unidos por los vín-
--culos de una fraternidad verdadera e indisoluble y, consideráI1--"
dose como compatriotas, se prestarán en cualquier ocasión y en
cualquier lugar asistencia, ayuda y socorro; mirándose respecto a

ti go, en 1871, Francia está debilitada por la guerra de 1870, el


Imperio austro-húngaro lucha con los nacionalismos esla-
sus súbditos y ejércitos como padres de familia, los dirigirán con
el mismo espíritu de fraternidad que les anima para proteger la
religión, la paz y la justicia.
vos, y Rusia no encuentra el camino de la modernización:

e ningún Estado está en condiciones de servir de equilibrio a


la Alemania que Bismarck acaba de construir.
Art. JI. En consecuencia, el único principio en vigor, bien entre
los citados gobiernos, bien entre sus súbditos, será el de hacerse re-
cíprocamente servicio, testimoniarse mediante una benevolencia

e DOCUMENTOS
inalterable el afecto mutuo de que deben estar anin;¡ado~rno consi-
derarse todos más que como miembros de una misma nación cris-
tiana, viéndose sólo los tres príncipes aliados a sí mismos como de-
legados por la Providencia para gobernar tres ramas de una misma

ti 1. La Santa Alianza (26 de septiembre de 1815)

En nombre de la santísima e indivisible Trinidad.


familia, a saber: Austria, Prusia y Rusia, confesando de este modo
que la nación cristiana, de la que ellos y sus pueblos son parte, no
tiene realmente otro soberano que aquel a quien únicamente perte-

e S. M. el EmperadoS' de Austria, el Rey de Prusia y el Emperador


de Rusia, a consecuencia de los grandes acontecimientos que han
nece en propiedad el poder, porque sólo en él se encuentran todos
los tesoros del amor, de la ciencia y de la sabiduría infinita, es decir
Dios, nuestro divino Salvador Jesucristo, el verbo del Altísimo, la

e
marcado en Europa el curso de los tres últimos años, y principal- palabra de vida. Sus Majestades recomiendan en consecuencia con
mente por los beneficios que ha tenido a bien la divina Providen- la solicitud más tierna a sus pueblos, como único medio para go-
cia derramar sobre los Estados cuyos gobiernos [han] puesto su zar de esa paz que nace de la buena conciencia y que es la única
confianza y su esperanza en ella sola, habiendo adquirido la con- duradera, fortalecerse cada día más en los principios yel ejercicio

e vicción íntima de que es necesario asentar la marcha a adoptar de los deberes que el divino Salvador enseñó a los hombres.
378 HREVE HISTORIA D1: EUKOPA
19. EUKol'.'\' PE 1815 A lij71: LOS REYES, LOS I'CEIiJ.U~, 1,:\:-> :\:\(,[oSJ-::-. 379 e
Art. llI. Todas las potencias que solemnemente quieran confe- Esta guerra es una guerra nacional y sagrada; no tiene otro ob-
sar los principios sagrados que han dictado la presente acta y re-
conozcan lo importante que es para la felicidad de las naciones
jeto que la restauración de la nación y su reintegro en los dere-
chos de propiedad, de honor y de vida que son el patrimonio de
e
durante tanto tiempo agitadas que estas verdades ejerzan desde los pueblos civilizados.
ahora sobre los destinos humanos toda la influencia que les per-
tenece, serán recibidas con tanta solicitud como afecto en esta
santa alianza.
¿Han de ser los griegos los únicos de todos los europeos que estén
excluidos como indignos de esos derechos que Dios estableció para
todos los hombres? ¿O estaban condenados por su naturaleza a una
e
Hecho por triplicado y firmado en París el año de gracia de
1815, clI4/26* de septiembre.
esclavitud eterna que perpetuaba entre eUoslos expolios y las matan-
zas? Y la fuerza brutal de algunas hordas bárbaras que, sin ser nunca
provocadas, vinieron, precedidas de la carnicería y seguidas por el es-
e
píritu de la destrucción, a establecerse en medio de nosotros, ¿podía

e
FllA~C1SC()

FEDERICO GUII.LER\IO imaginar alguna ser legalizada por el derecho de gentes de Europa?
Al.EJANDRU Partiendo de estos principios y seguros de nUéstros derechos, no
queremos, no reclamamos otra cosa que nuestro restablecimiento

Este pacto está firmado por el católico emperador Francisco de


en la asociación europea, donde nuestra religión, nuestras costum-
bres y nuestra posición nos llaman a reunirnos con la gran familia e
-e
Austria, el protestante rey de Prusia Federico Guillermo, y el orto- de los cristianos. Caminamos de común acuerdo a nuestra libera-
doxo zar Alejandro, que es su inspirador. Inglaterra no quiso jir- ción con la firme resolución de obtenerla o de sepultar para siempre
marlo. Su pragmatismo desconfía de los acentos místicos de Ale- nuestras desgracias bajo una gran ruina digna de nuestro origen.
jandro. El texto tiene UlI alcance más moral que político; opone
implícitamente el respeto a la Providencia divina a los derechos E. DIUAUI.T y LH£RITIER, Histoire diplomati'1ue de la Crece de 1821 il nos
del hombre. jours, t.I, París, PUF, 1925, págs. 168-169

.,
2. Declaración de independencia de Grecia (enero de 1822)

La nación griega toma al cielo y a la tierra por testigos de que, a


El movimiento nacional griego contra la domi'Iación otomana no
tuvo éxito hasta 1827, con ayuda de las grandes potencias europeas
empujadas por la opiniÓn pública.
e
pesar del yugo horrendo de los otomanos que la amenazaban con
su aniquilamiento, sigue existiendo.
Después de haber rechazado la violencia mediante el solo cora- 3. Mazzini: la Joven Europa
e
je de sus hijos, declara hoy ante Dios y ante los hombres, por el
órgano de sus representantes legítimos reunidos en congreso na-
cional, su independencia política.
Joven Europa, Libertad, Igualdad, Humanidad. e
* La primera cifra indica la fecha según el calendario juliano todavía
empleado en los países de rito ortodoxo, doce días retrasado respecto
Acto de Fraternidad. Nosotros, los abajo firmantes, hombres de
progreso y de libertad, creyendo en la igualdad y la fraternidad
de los hombres, en la igualdad y la fraternidad de los pueblos,
creyendo que la humanidad está llamada a proceder, mediante
e
al calendario gregoriano (segundo número).

.. e
~e _it"5U

Il/{EVf:: 1-IIYl"ORIA DE EUROPA

un progreso Continuo y bajo el imperio de la ley moral universal,

e al desarrollo libre y armonioso de sus propias facultades [... J,


convencidos de que todo hombre y todo pueblo tienen una mi-
sión particular [... J, convencidos por último de que la asociación 20. Europa transformada por la industria

e de los hombres y de los pueblos debe reunir la protección delli-


bre ejercicio de la misión individual COnla certeza de que todo
está hecho con vistas al desarrollo de la misión general [... }, ha- ¡
Durante el siglo XIX, Europa se asegura la dominación delmun-

e biéndonos constituido antes en asociaciones nacionales libres el


independientes, núcleos primitivos de la Joven Italia, de la JOven
Polonia y de la Joven Alemania [... J.

I
"
do mediante el poblamiento y la injluencia económica. El exce-
dente de población se despanwnl/ por todo el globo (a excepción
de China). Al mismo tiempo, la densificación de los circuitos fi-

e. Reunidos en asamblea
do hoy y ';'''P''
mi [.. 1.
[... J firman un acta de fraternidad
'" lodo Jo 'oc '0'";,,,,, ,1 obj«"o g,",~ 11
váli-
nancieros y de las redes de comunicación permite a la industria
textil ya la máquina de vapor primero, a la electricidad y al mo-
tor de explosión después, someter los productos de la tierra. Eu-


e
Berna, 15 de abril de 1834.
Documems d'hístom,¡~I-;-t7?6'1850, París, Co/in, col. "U2", 1964
-
Giuseppe Mazzini (1805-1872) pertenece a esa gran generación
romántica que inVoca a «Dios y al Pueblo". Perteneció al movi-
~
I~
1,
ropa está en el corazón de una economía-mundo.

Un crecimiento demográfico más rápido que el del conjunto


mundial, y que permite a los europeos construir al otro lado
de los océanos colonias de poblamiento, acompaña a un
miento de los carbonarías; luego, tras elJi-acaso de las revoluciones

e de 1830 en Italia, fill1da la JOven 1talia en 1831 y la Joven Europa


en 1834 (Mazzini está entonces en el exilio en Suiza). Ésta debe
permitir ampliar la lucha nacional a escala europea.
crecimiento económico que a partir de ahora apoyan la má-
quina y la fábrica. Cierto que Europa se desarrolla de forma
desigual; el noroeste continental acentúa un avance ya anti-
guo. Pero, mientras el Reino Unido controla el conjunto,

e Europa crea en el siglo XIX una *economía-mu'i'Jdo,


se convierte en centro organizador.
de la que

e El desarrollo europeo

e El crecimiento demográfico y la emigración

e
De 1800 a 1900 la población europea se duplica y pasa de
200 a 400 millones de habitantes aproximadamente. A.partir
de entonces los europeos representan la cuarta parte de la
población mundial, frente a la quinta que representaban

e en 1800. Ese desarrollo general se explica por una disminu-


382 BREVE HISTORIA DE EUR(JI'A lO. EUROVA TRANSFURMAlJ ..•••.PUH. l.A Il'DUSTR1A 383 e
ción rápida de la tasa de mortalidad mientras sigue siendo de leña explica la utilización de la hulla. Medios de comuni-
elevada todavía la tasa de natalidad.
Europa no puede alimentar tantas bocas nuevas; un gran
cación más rápidos y menos costosos (ferrocarriles, barcos
de vapor) estructuran los mercados nacionales y son los
e
movimiento de emigración, facilitado por los progresos de vectores del gran comercio internacional. De este modo se
la navegación marítima, desparrama a los europeos por
todo el mundo. En el siglo XIX, 70 miJIones de europeos
abandonaron Europa, de los que 50 lo hicieron de forma de-
. ,'1 forman redes de difusión de los productos industriales .
A largo plazo, la transformación de Europa por la Revo-
lución Industrial se inscribe en un gran movimiento mate-
e
finitiva. La mitad aproximadamente de los emigrantes se
instalan en Estados Unidos, el resto en América Latina, en
Australia y Nueva Zelanda y en África del Sur, mientras que
rial y mental que comienza en el Renacimiento, tal vez in-
cluso en el siglo XIII. Este movimiento es ostensiblemente
material: las carabelas de Cristóbal Colón simbolizaban ya el
e
los rusos pueblan Siberia y los países del Cáucaso. Las parti-
das se escalonan a lo largo de todo el siglo, aunque se acele-
ran al filo del xx: irlandeses, expulsados por la gran hambru-
esfuerzo europeo por conocer y organizar el mundo. El de-
sarrolIo del gran comercio atlántico en el siglo XVIII acumula
capitales y crea mercados. Pero la revolución también es
e
na de mediados del siglo, ingleses y escoceses, alemanes y
escandinavos son sus protagonistas. Luego, a finales del XIX
y principios del XX, los italianos y los pueblos de Europa
mental: en un mismo movimiento el individualismo huma-
nista y la lenta disgregación de las comunidades -comuni-
dades rurales cerradas, comunidades de artesanos-, interio-
e
central conocen a su vez las calas de los barcos de emigran-
e
rizan los progresos en las prácticas de los europeos. Los
tes. Así nacen las «Europas de ultramar». primeros no se resignan ya a soportar la naturaleza, sino
Sin embargo, entre 1800 y 1900, el equilibrio demográfico que tratan de transformarla.
entre los diferentes estados europeos se modifica. Si, a prin-
cipios de siglo, Francia, con 29 millones de habitantes, podía
parecer la «China de Europa», su crecimiento se frena mien-
tras los demás estados duplican o triplican su población.
El capitalismo liberal
e
Los orígenes de la Revolución Industrial
De este modo, la gran transformación industrial de Europa
es inseparable de su transformación política. El capitalismo
es, por esencia, liberal. Sólo el Estado de derecho que garan-
e
El desarrolIo europeo no fue provocado por una mutación
brutal, como parece indicar la expresión consagrada de «Re-
tiza las libertades individuales puede permitir la iniciativa,
el riesgo calculado, es decir, la inversión productiva. Cierto
que el capitalismo no nace en el siglo XIX, pero, aunque apa-
e
volución Industrial». Es el resultado de una interacción en-
tre diferentes factores. Desde el siglo XVIII el crecimiento de-
mográfico perturba comunidades hasta entonces estables y
rece en la Edad Media en las ciudades mercantiles de Italia o
en las orilIas del mar del Norte, todavía no era más que un
capitalismo comercial y sólo afectaba a grupos restringidos
e
va acompañado de lentos progresos de la agricultura gracias
a la generalización de los cultivos forrajeros que permiten
evitar el barbecho. Los progresos técnicos responden tam-
de productores y de consumidores privilegiados.
En el siglo XIX asistimos a un cambio de parámetros. La
máquina permite responder a la multiplicación de los po-
e
bién a necesidades nuevas: así, la penuria relativa de carbón tenciales consumidores. Michelet describió, en Le Peuple,

e
•.. ~ ~ ~~-;-'to =
e 384

-e
HREVE H[STolnA DE EURoPA
20. EUROPA TRANSH>RMADA POR LA l:--.illUSTRJA
385

los efectos de la bajada de precios de los tejidos de algodón


continente, diversos inventos permiten la mecanización pri-
en los años 1840: «Esta palabra, seis sueldos, fue un toque de
mero del hilado y luego del tejido. La producción de telas de
diana. Millones de compradores, de gentes pobres que no
algodón se multiplica por veinte en 1nglaterra entre finales
compraban nunca, se pusieron en movimiento». Pero la del siglo XVIII y los años 1870.
máquina supone capitales reunidos. Supone instituciones
Este empuje de las fábricas no podría haberse hecho reali-
de crédito. Supone la circulación de la moneda. Los bancos,
dad sin la fuerza motriz de la máquina de vapor. Creada por

e el reparto de la propiedad de los capitales en sociedades por


acciones y la lenta difusión del papel moneda responden
progresivamente a estas necesidades.
Watt entre 1760 y 1785, utilizada primero para bombear el
agua de las minas, se convierte en la primera mitad del siglo
en la fuente de energía capaz de poner en movimiento las

e Tales transformaciones no son posibles sin el crecimiento


del papel de los estados. En primer lugar porque la libertad
de emprender debe ser preservada por la ley, pero también
máquinas. Exige una producción mayor de carbón y provo-
ca el nacimiento de las «comarcas negras» europeas.
Por último, tras la locomotora de George Stephenson
porque el Estado es indispensable para organizar los merca- "
en 1815, las primeras líneas de ferrocarril se construyen en
~dos-y-.:garantiul:1a-rng.l'l€d?~hHolaS6-podfÍa--dffirse-qtte,--en------]
- -~ -los anoST83u. De 1840 a 1880, las vías férreas tejen en Euro-
los países en que la iniciativa individual se muestra más va-
pa una red densa de circulación, y se convierten en el motor
cilante, el papel económico del Estado se halla en los oríge-
de los progresos de la metalurgia; permiten la difusión de
e nes del desarrollo industrial.
los productos industriales y la constitución de mercados na-
cionales. De forma paralela, los barcos de vapor destronan
poco a poco a los grandes veleros en la segunda mitad del

e Cronología del desarrollo industrial

El algodón, el vapor, los ferrocarriles


siglo.

e El primer desarrollo se realiza ante todo dentro de los an-


tiguos marcos. Desde el siglo XVIII, el viejo sistema de los
La segunda Revolución Industrial tP

Se apoya en la aplicación de nuevas fuentes de energía: el


,;~jt,

mercaderes fabricantes, distribuidores de materias primas

--e
empleo de la electricidad empieza a difundirse en la década
a una mano de obra rural, se intensifica e incrementa la de 1880; el motor de explosión, perfeccionado a finales del
producción textil. Asimismo aumenta la importancia de
siglo, permite el empleo del gas y del petróleo; el acero triun-
los bosques gracias a la fabricación del carbón de madera
fa progresivamente, a pesar de que la torre del ingeniero
y la consiguiente multiplicación de focos de producción Eiffel, en 1889, todavía sea de hierro. Por otro lado, la quí-
metalúrgica en fos dominios señoriales. Al mismo tiempo,
mica de síntesis se desarrolla y produce colorantes, textiles
importantes trabajos aceleran la mejora de la circulación artificiales y abonos.

e en rutas y canales.
En una segunda etapa, la fábrica se vuelve indispensable.
Nace con la industrialización del algodón. Desde finales del
Múltiples descubrimientos alteran la vida cotidiana <le los
europeos: la máquina de coser, la bicicleta, el teléfono, la
lámpara incandescente de Edison. Al final del siglo aparecen

e siglo XVIII en Inglaterra, y en la primera mitad del XIX en el los primeros automóviles. Por último, el avión despega en
386 BKEVE HISTORIA DE EUROPA 20. EUROPA TH.ANSH)RMAJ):\ l'llf{ 1:\ I:\'[)L'~'II(J:\
387 e
torno a 1900. Las producciones fabriles penetran en todos Pero el último tercio del siglo XIX está marcado por la "Gran
los hogares.
En adelante, la innovación no es ya fruto de los tanteos de
algunas personas mañosas e inventivas. Ha nacido el ingenie-
Depresión». Los precios bajan, sobre todo en el sector agríco-
la, debido a la competencia de los productos de los países nue-
vos; el volumen de la producción aumenta menos deprisa, las
-1I
ro. Las grandes firmas disponen de laboratorios de investiga-
ción. La amplitud del crecimiento industrial necesita capitales
quiebras industriales y bancarias se multiplican. El impulso
que se apoyaba en el carbón yel textil se asfixia. Los efectos de
e
cada vez más importantes. Las firmas gigantes se multiplican. la primera Revolución Industrial tienen un poder menos irre-
Esta segunda edad del crecimiento industrial coincide con el
imperialismo colonial. Los estados europeos acaban de pIan-
tar sus banderas sobre un globo que en adelante estará total-
sistible dado que los países europeos se entregan entre sí a una
severa competencia que disminuye los beneficios.
Sin embargo, a partir de 1895, el crecimiento vuelve a em-
e
mente repartido. Los océanos y los mares quedan bajo el con-
trol de las flotas europeas, que representan casi el 80% del
pezar. Las innovaciones de la segunda Revolución Industrial
aumentan los mercados de consumo y necesitan nuevas in- e
-e
total mundial. Europa invierte en todas partes, compra mate- versiones. Nuevos estados, como Rusia, entran en la edad
ria, primas, vende sus productos fabricados. Cierto es que industrial y reclaman capitales y tecnologías. Este creci-
Europa ya no tiene el monopolio ni del progreso técnico ni de miento, muy rápido, prosigue hasta 1914, pero el clima es a
las empresas gigantescas: los Estados Unidos han iniciado su partir de ese momento más tenso. Uno tras otro, los estados
gran crecimiento. Pero la Belle Épo'lue coincide con el triunfo ,
~ industriales europeos, a excepción de Inglaterra, abandonan
de una Europa que se ha vuelto técnica. ¡ol el librecambio en el momento de la Gran Depresión. Las
competencias se exacerban. Europa domina el mundo, pero
entre los estados europeos se agravan las contradicciones.
Los ritmos del crecimiento industrial Además, esa gran fe en el progreso de la humanidad, que
arrastraban consigo la fábrica y la razón europea, vacila en
los inicios del siglo xx. .,
e
El crecimiento industrial no avanza sin sacudidas. Si, entre
1846-1848, la mayor parte de Europa es perturbada por una
crisis de subproducción cuyo origen sigue siendo agrícola,
las crisis cíclicas, cuyo origen es la superproducción indus- Geografía de la industrialización
e
trial, irán alcanzando periódicamente a las economías eu-
ropeas. A largo plazo el crecimiento del siglo se realiza en
tres fases contrastadas.
La Europa de las regiones negras y los suburbios e
La expansióv se próduce con rapidez de 1840 a 1860. Es la
época en que nace el optimismo industrialista europeo. Los
estados, siguiendo a Inglaterra, adoptan cierta liberalización
Cierto que la industrialización de Europa es celebrada por
algunos monumentos que dan testimonio de la fe en el pro-
greso de la humanidad. Así, el ingeniero Eiffel edifica para la
e
de los intercambios. Europa propone al mundo su concep-
ción del progreso: el crecimiento material no puede sino en-
trañar el progreso moral. Europa puede desarrollar y civili-
Exposición Universal de 1887 la torre que lleva su nombre.
Pero los paisajes industriales que invaden una parte de Eu-
ropa dan testimonio más del sufrimiento de los hombres
e
que del futuro radiante que se les promete.
zar el mundo.

• ""- ~~. ,_~~W __ ' -'- ••••••• '--< "- _


e
e 388 BREVE HISTORIA DE ELRUPA
20. EUROPA TI~ANSHlI{'\lADA POI{ LA I:\IJUSTH/:\
389

e La Inglaterra «negra», el norte y el este de Francia, la Va-


lonia belga, el Ruhr, forman un gran triángulo industrial
donde se repiten, de forma casi idéntica, los poblados mine-
Iina, es aceptada en todas partes igual que el oro. Inglaterra
adopta en 1846 el librecambio, que corresponde al sacrificio

e ros de ladrillos, los caballetes de minas, los escoriales y las


humaredas en una maraña de vías férreas. Alrededor de las
grandes ciudades, a lo largo de las grandes vías de comuni-
de su agricultura. Desde mediados del siglo, la población ur-
bana supera a la población rural.
Cierto que, aunque ha empezado antes, a finales del si-
glo XIX Inglaterra se enfrenta a la competencia de las poten-
e cación, los suburbios de antaño dan paso a la proliferación
de barrios industriales, insalubres, poblados de campesinos
desarraigados e inmigrantes: irlandeses en los barrios bajos
cias industriales más recientes, Alemania y Estados Unidos
sobre todo. Pero, apoyada en un vasto imperio, en su mone-
da yen una flota que en 1913 sigue representando cerca del

e de Liverpool y Manchester, bretones e italianos en Saint-De-


nis. Estos paisajes industriales pervivirán durante casi un
siglo.
40% de la flota mundial, continúa constituyendo el polo or-
ganizador de la economía-mundo.
Desde Inglaterra, la industria avanza prioritariamente ha-
Pero la industria no ha invadido de igual modo a toda Eu-
"rop-a-;--ba-Eufopa-dehroroest-e,la-del-carbórr,-di(,unc!ffTSÍV() cia el noroeste de EuroRª.,jnsJalándo.se.el1-!as-Glle'HEas-I1l:tHe=----
ras. Francia es-un caso particular: la fábrica aparece en los
paso adelante respecto a la Europa del sur y a la del este. La
industrialización agravó los desequilibrios que ya se esboza- años 1840, contemporánea de los ferrocarriles. Pero la revo-

e ban en el siglo XVIII entre la Europa del mar del Norte y la


Europa del Atlántico y el resto del continente.
lución francesa es mucho más lenta. El espacio francés sólo
constituye tardíamente un mercado económico con alguna
coherencia. El débil crecimiento de la población entraña

e Inglaterra, Francia y Alemania


una penuria de mano de obra y de consumidores. La indus-
tria conquista primero las cuencas carboníferas del Macizo
Central, luego el norte y por último Lorena y los suburbios
de algunas grandes ciudades como París y Lyon:;.Pero regio-

e
El avance inglés se mantiene hasta el último cuarto del siglo.
Se basa al principio en un despegue anterior, que arranca en nes enteras siguen siendo fieles a las estructur¡;'s antiguas de
el siglo XVIII. Y se afirma mientras Francia, entre 1792 la economía. La población rural, a lo largo de todo el si-

-e y 1815, separada de l<?smercados atlánticos, se consagra a glo XIX, es más importante que la población urbana. La eco-
las aventuras militares continentales. Apoyada en la hulla de nomía francesa yuxtapone sectores dinámicos y sectores
sus regiones negras, en la fecundidad de sus innovaciones tradicionales. Este dualismo económico se perpetúa a lo lar-
go de todo el siglo.
(todas las máquinas textiles son de origen británico), en la
coherencia precoz de su espacio económico, Inglaterra se Aunque tardía, la entrada de Alemania en la edad indus-
convierte en la fábrica del mundo. Gracias a su flota, la pri- trial es muy rápida. Las fábricas se benefician deuna abun-
mera del mundo, exporta su carbón, sus tejidos de algodón dante mano de obra gracias a un crecimiento demográfico

e y sus máquinas. La City controla la economía del mundo


gracias al volumen de las inversiones exteriores, a la fijación
de los precios de las materias primas, a las compañías de co
acelerado (41 millones de habitantes en 1871,67 millones
en 1913). Esa industria se basa en la ayuda del Estado, ~n la
potencia de una industria pesada muy concentrada en la
cuenca del Ruhr, yen los estrechos vínculos entre la investi-
e mercio y de navegación. La moneda británica, la libra ester-
gación y la fábrica. A finales del siglo XIX, la producción in-
390
IIRI-.\ L 1l1~IUHIA PI", r.UHJPA
20. r:UIHWA lRANSH1RMAPA POR I.A 1!'-:1Jt:\TRI:\
391 e
dustrial alemana ha superado la producción británica, e In- estaban plenamente satisfechos con la paz europea, garantía
glaterra se inquieta por el éxito de los comerciantes que di-
funden por todo el mundo los productos made in Germany.
de beneficios seguros. Pero el crecimiento industrial se el
orientó con frecuencia hacia la producción de armamento.

Una Europa desigualmente desarrollada


Los exportadores se enfrentan para conquistar los merca-
dos. La industrialización dejó de asegurar la paz europea de
la misma forma que dejó de garantizar la felicidad de los tra-
e
bajadores.
En el resto de Europa, la industria no representa más que
algunos islotes en el océano de las tradiciones; es el caso de
Bohemia en el Imperio austro-húngaro. Además, la Europa
Por último, esa Europa que ha creado la fábrica, que or-
ganiza la circulación mundial de los productos, que, en-
e
tre 1870 y 1914, multiplica por cuatro sus inversiones exte-
mediterránea, lo mismo que la del este, es un campo de ex-
pansión de los banqueros y los capitales industriales del
oeste europeo. Es con capitales extranjeros como se cons-
riores, esa orgullosa Europa de los empresarios industriales
y de los banqueros ve despuntar el desarrollo de países nue-
vos y, ante todo, de Estados Unidos. Es cierto que los ameri-
e
truyen las vías férreas de España y del Imperio austro-hún-
garo. y ya se sabe que los rusos apelaron al ahorro europeo.
El ejemplo ruso es significativo. Desde 1880 Rusia ha en-
canos siguen siendo acreedores de Europa, y que continúan
absorbiendo los hombres y los capitales del Viejo Continen-
te, pero desde este momento su economía los sitúa a la cabe-
e
trado en la edad industrial. El Transiberiano se concluye
en 1902, se desarrollan las minas y la siderurgia de Ucrania,
y alrededor de Moscú se implantan fábricas textiles. El cre-
za de todos los países del mund".
e
cimiento es nlpido, a pesar de que la economía rusa esté do-
minada por el capital exterior, pero ese crecimiento no afec-
ta todavía al conjunto del espacio económico: cierto que las
posibilidades abiertas por la disolución del *lI1ir en vísperas
j"
1,
1. Elliberalismo económico
DOCUMENTOS

~
e
de la guerra habrían podido permitir un desarrollo de tipo
occidental, pero las clases medias son numéricamente poco
cuantiosas; el cam¡.¥sinado representa todavía el 85% de la
~ El ingreso anual de la sociedad es precisamente igual al valor en
cambio del total producto anual de sus actividades económicas, o
mejor dicho, se identifica con el mismo. Ahora bien, como cual-
e
población y la autocracia sigue siendo fuerte. Aún hoy los
historiadores continúan discutiendo si el Imperio ruso esta-
ba todavía, como escribió Lenin, en la «Edad Media» o si ha-
quier individuo pone todo su empeño en emplear su capital en
sostener la industria doméstica, y dirigirla a la consecución del
producto que rinde más valor, resulta que cada uno de ellos cola-
e
bora de una manera necesaria en la obtención del ingreso anual

--e
bía tomado l~ ruta del despegue industrial.
La desigual difusión de la industria acentúa los desequili- máximo para la sociedad. Ninguno se propone, por lo general,
brios europeos. Por un lado, porque Europa se divide en promover el interés público, ni sabe hasta qué punto lo promueve.
Cuando prefiere la actividad económica de su país a la extranjera,
países dominantes, exportadores de capitales, y países do-
únicamente considera su seguridad, y cuando dirige la primera de
minados: el imperialismo no se ejerce sólo fuera del conti-
tal forma que su producto represente el mayor valor posible, sólo
nente. P.or otro, porque el crecimiento se ha convertido en
piensa en su ganancia propia; pero en éste como en otros muchos
envite nacional. Cierto que los banqueros y los industriales casos,es conducido por una mano invisiblea promover un fin que
e
e 392 BRE\'E HISTORIA DE EUROPA
20. EURO!',\ TRANS¡;OR¡\lA{),.\ I'tlj{ 1:\ I\"IJL'STRJ:\
393

e no entraba en sus intenciones. Mas no implica mal alguno para la


sociedad que tal fin no entre a formar parte de sus propósitos. pues
Lo que es prudencia en el gobierno de una familia particular,
raras veces deja de serlo en la conducta de un gran reino. Cuando
al perseguir su propio interés, promueve el de la sociedad de una

e
un país extranjero nos puede ofrecer una mercancía en condicio-
manera más efectiva que si esto entrara en sus designios. No son
nes más baratas que nosotros podemos hacerla, será mejor com-
muchas las cosas buenas que vemos ejecutadas por aquellos que i: prarla que producirla, dando por ella parte del producto de nues-
presumen de servir sólo el interés público. Pero ésta es una afecta- f tra propia actividad económica, y dejando a ésta emplearse en

e ción que no es muy común entre comerciantes, y bastan muy po-


GIS palabras para disuadirlos de esa actitud.
i
aquellos ramos en que saque ventaja al extranjero. Como la in-
dustria de un país guarda siempre proporción con el capital que
Cuál sea la especie de actividad doméstica en que pueda inver-
i la emplea, no por eso quedad disminuida, ni tampoco las cOI1l'e-

e tir su capital, y cuyo producto sea probablemente de más valor,


es un asunto que juzgará mejor el individuo interesado en cada
caso particular, que no el legislador o el hombre de Estado. El go-

1f~
niencias de los artesanos, a que nos referíamos antes, pues busca-
rá por sí misma el empleo más ventajoso. Pero no se emplea con
la mayor ventaja si se destina a fabricar un objeto. que se puede
bernante que intentase dirigir a los particulares respecto de la comprar más barato que si se produjese, pues disminuiría segu-
. _for.ma-de-eP;¡.pl~s-f@sp@f.t+'ffi~ffip.jfates,ffimarÍ<HrstKargcr - f -. - -=e.nt~@l1--m-a-yo-r-u--irreiror-propurctó n, el p roáLiCTO aliU,if,
una empresa imposible, y se arrogaría una autoridad que no pue- cuanto por aquel camino se desplaza desde la producción de
de confiarse prudentemente ni a una sola persona, ni a un senado mercaderías de más valor hacia otras de menor importancia. De

e o consejo, y nunca sería más peligroso ese empeño que en manos


de una persona lo suficientemente presuntuosa e insensata como
para considerarse capaz de realizar tal cometido.
acuerdo con nuestro supuesto, esas mercancías se podrían com-
prar más baratas en el mercado extranjero que si se fabl'icasen en
el propio. Se podrían adquirir solamente con una parte de otras

e Conceder monopolios en el mercado doméstico a cualquier es-


pecie de industria en particular es, en cierto modo, como indicar
a las personas particulares la manera como deben invertir sus ca-
mercaderías, o en otros términos, con sólo una parte del precio
de aquellos artículos que podría haber producido en el país con
igual capital la actividad económica empleada en su elaboración,
pitales, y en la mayor parte de los casos, ello se traduce en una si se la hubiera abandonado a su natural impulso.f;n consecuen-

e medida inocua o en una regulación perjudicial. Será inútil una re-


glamentación de esta clase, evidentemente, si el producto domés-
cia se separa la industria del país de un empleo n"¡¡~ventajoso y
se aplica al que lo es menos, y en lugar de aumentarse el producto
permutable de su producto anual, como sería la intención delle-
tico se puede vender tan barato corno el de la industria extranje-
gislador, no puede menos de disminuir considerablemente.
Ci ra, y si no puede ve~derse en esas condiciones, será por lo
general contraproducente. Siempre será máxima constante de
ADAM SMITH, Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las
cualquier prudente padre de familia no hacer en casa lo que cues-

--e.
naciones (1776), trad. de Gabriel Franco, México, Fondo de Cultura Eco-
ta más caro que comprarlo. El sastre, por esta razón, no hace za-
nómica, 1958, págs. 402-403
patos para sí y para su familia, sino que los compra del zapatero;
éste no cose sus vestidos, sino que los encomienda al sastre; el la-
brador no hace en su casa ni lo uno ni lo otro, pero da trabajo a
El escocés Adam Smith, fundador de la escuela clásica de economía
esos artesanos. Interesa a todos emplear su industria siguiendo el
política, sienta en este texto elfundamento doctrínal delliberálismo
camino que les proporciona más ventajas, comprando con una
económico. Según el argumento de la «mano invisible», los ajustes
parte del producto de la propia, o con su precio, que es lo mismo,

e lo que la industria de otro produce y ellos necesitan.


naturales y automáticos de una economía no regulada conducen a
la mejor asignación posible de los recursos, de la cual se alejaría la
394 I:JREVE Hl:-oTllRIA LJF EUIH>PA
20. F.l'ROI'.\ TH:\:'\~FOR.\l:\]):\ I'OR l.A I!\'Dt'STRI:\
395
e
economía en cuanto las autoridades intervinieran directamente. En
los mismos afias en que se escribía esta obra comenzaba en Nortea-
mérica el ciclo de las revoluciones liberales y James Watt perfeccio-
cio del trabajo tenderá a disminuir, mientras que los precios de
los productos alimenticios tenderán a subir. El obrero se verá,
pues, obligado a trabajar más para ganar lo mismo. Durante este
e
e
naba su máquina de vapor: destrucción del Antiguo Régimen, in-
período de escasez son tantas las dificultades que hay que vencer
vención de máquinas y doctrina liberal, todos losfactores necesarios
para mantener una familia que los matrimonios se hacen menos
para el desarrollo del capitalismo estaban en marcha.
frecuentes}' la población deja de aumentar. Mientras tanto, el

2. La ley de la población
bajo precio}' la abundancia de la mano de obra, y, asimismo, la
necesidad de crear nuevos puestos de trabajo, incita a los cultiva-
dores a aumentar el número de sus braceros, a roturar nuevas
e
parcelas y a abonar y mejorar las que ya tienen en cultivo, de tal

e
Estimando la población del mundo, por ejemplo, en mil millones
de seres, la especie humana crecería como los números: 1,2,4,8, suerte que eventualmente la producción de alimentos alcanza de
16,32,64,128,256,512, etc., en tanto que las subsistencias lo ha- nuevo la proporción respecto a la población lj ue tenía al iniciar
rían como: 1.,2,3,4,5,6,7,8,9,10; etcétera. Al cabo de dos siglos nuestro análisis. El obrero vuelve a vivir en condiciones de relati-
y cuarto la población sería a los medios de subsistencia como 512
es a 10; pasados tres siglos la proporción sería de 4.096 a 13 ya
los dos mil años la diferencia sería prácticamente incalculable a
vo confort, con lo cual la tensión restrictiva de la población se
afloja de nuevo, volviendo a iniciarse el mismo proceso alternati-
vo de progreso y retroceso de la felicidad humana.
e
pesar del enorme inéremento de la producción para entonces.
No hemos asignaJo límite alguno a la producción de la tierra.
La hemos concebido como susceptible de un aumento indefinido
ROIlERT t-.hI.TIIUS,

cio de Azdratc,
Primer ensayo sobre la poblaci,;1l (1798), trad. de Patri-
Madrid, Alianza Editorial, 1966, p<igs.60.63
e
y capaz de rebasar cualquier límite que se le fije, por muy grande
que éste sea; sin embargo, la fuerza de la población es de un or-
den superior y, por consiguiente, el crecimiento de la especie hu-
mana únicamente podrá mantenerse nivelado al aumento de los
Seguidor de Adam Smith y miembro de la eswela clásica, el reve-
rendo Malthus se caracteriza por el pesimismo de s!Jspredicciones
e
medios de subsistencia mediante la constante acción de la pode-
rosa ley de la necesidad refrenando el impulso de la mayor de es-
tas fuerzas [... ].
sobre elfuturo de la humanidad. Su temor a ql/e los recursos natu-
rales no fueran suficientes para sostener a una población que cre-
ciera sin control fue desmentido por el propio éxito económico del
e
capitalismo industrial europeo. Desde mediados del siglo xx, sin

e
Supondremos que los medios de subsistencia en un país deter-
minado son los justos para asegurar el holgado sustento de la po- embargo, el «malthusianismo» ha vuelto a estar de actualidad,
ante la dramática situación del Tercer Mundo y la perspectiva del

-e
blación. La constante fuerza de crecimiento de la población, que,
como hemos visto, actúa incluso en las soCiedades más viciosas, agotamiento de ciertos recursos naturales.
hace que el nún¡ero de habitantes aumente más deprisa que los
medios de subsistencia. El alimento que aseguraba el sustento de
siete millones de personas tendrá que distribuirse ahora entre 3. La Ley de 1842 sobre el establecimiento de las grandes
siete y medio u ocho millones. Los pobres vivirán, por consi- líneas férreas en Francia
guiente, mucho peor, y muchos de ellos se verán abocados a la
más angustiosa miseria. Por ser el número de trabajadores supe-
Artículo primero. - Se establecerá un sistema de ferrocarriles que
rior a las posibilidades de absorción del mercado laboral, el pre-
se dirigirán:
e
•e 396

1.0 De París
!H{F\'E

A la frontera de Bélgica, por Lille y Valenciennes;


IIlSTOR1A DE EUROPA 20. FUROPA TRANSFnR.\tADA POi{ Lr\ 1,"lll'STH1.A

Ar!. VI. - La vía de hierro, incluido el suministro de la arena, el


material y los gastos de explotación, los gastos de mantenimiento
397

e A Inglaterra, por uno o vario: p~ntos del litoral de la Mancha, y de reparación del camino, de sus dependencias y de su material
seguirán estando a cargo de las compañías a las que se otorgue en
que se determinarán con P?stenondad;
A la frontera de A.lemama, por Nancy y Estrasburgo; arriendo la explotación del ferrocarril.
Ese arriendo regulará la duración y las condiciones de la ex-

e Al Mediterráneo, por Lyon, Marsella y Cette;


A Espaiia, por Tours, Poitiers, Angulema, Burdeos y Bayona;
Al Océano, por To~rs y Nantes;
plotación, así como la tarifa de los derechos a percibir por el re-
corrido [... ]
Ar!. VII. - A la expiración del arriendo, el valor de la vía de hie-
Al centro de FranCIa, por Bourges;

e 2.0 Del Mediterníneo al Rin, por Lyon, Dijon y Mulhouse;


Del Océano al Mediterráneo, por Burdeos, Toulouse y Marsella.
rro y del material será reembolsado, oyendo a los expertos, por la
compañía que le suceda o por el Estado.

--e Ar!. 11. _ La ejecUción de las grandes líneas de ferrocarriles defi-


. nidas por el artiro1e-PJecedentc-tendráJugaunedianJe_cpncursp:
del Estado, de loS departamentos atravesados y las comunas inte-
resadas, de la industria privada, en las proporciones y según las
fórmulas establecidas por los artículos adjuntos.
No ubstante, estas líneas podrán ser concedidas en totalidad o
Los-ilños1840 ma-rcanTos Inicios de lOs ferrocarriles en-Europa~
tras las primeras líneas experimentales. En Francia, la Ley de
1842, tras un largo debate sobre los papeles respectivos de lospode-
res públicos y de las empresas privadas, organiza la colaboración
entre el Estado y las compatlías concesionarias; esboza la primera
en pane a la industria pri~ada" en virtud de leyes especiales y en gran red de ferrocarriles desplegada en forma de estrella en torno a
condiciones que se det~rm~naran entonces.

e Ar!. 111. _ Las indemmzaclOnes debidas por los terrenos y edifi-


cios cuva ocupación será necesaria para el establecimiento de los
ferroca'rriles Yde sus dependencias serán adelantadas por el Esta-
París, que no quedará concluida hasta los años 1860.

do, y reembolsadas al Estado, hasta en concurrencia de dos ter- •. '1.J'ftt

ti cios, por los departamentos y las comunas [... 1


Ar!. IV. _ En cada departamento atravesado, el consejo general

e deliberará: •
1.0 Sobre la parte que correrá a cargo del departamento en los
dos tercios de las indemnizaciones Ysobre los recursos extraordi-
narios mediante loS cuales será reembolsada en caso de insuficien-

e cia de los suplep1e~toS P?:centuales del impuesto facultativos;


2.0 Sobre la deslgnaClOn de las comunas interesadas, sobre la
parte a soportar po~ cada una de ellas, en razón de su interés y de

'"• sus recursoS finanCieros.


Esta deliberación será sometida a la aprobación del Rey.
Art. V. _ El tercio restante de las indemnizaciones de los terrenos

e y los edificios, de las excavaciones, las obras de arte y estaciones


serán pagadoS por los fondos del Estado.
21. SOCIEDADES EUIHJPI-AS 399 e
21. Sociedades europeas
El campo

Permanencias y evolución del campo


e
En esta Europa transformada por la industria y las ideas nue-
Los grandes rasgos del paisaje rural europeo, fijados hacía
tiempo, apenas se modifican durante el siglo XIX. La máqui-
e
na sigue siendo un elemento demasiado escaso para trans-
vas, las sociedades no puede/! sino evolucionar, pero lo !lacen a
ritmos distintos. El mundo rural -en regresión re/ativa- evolu-
ciolla lentamente. El de las ciudades evoluciona muc!lo mlÍs de-
prisa; su masa se incrementa y. aliado de las fuerzas tradiciona-
formar la geometría heredada de los campos: campiñas
abiertas y hábitat agrupado de las grandes llanuras, boscajes
de las zonas húmedas, terrazas de las pendientes o huertas de
e
les. se ven nacer nuevas élites y IIl1evas capas sociales que viven
de forma contradictoria el selltimiellto de la unidad de clase y el
de la adhesión nacional.
los llanos drenados e irrigados en las comarcas mediterráneas.
Las poblaciones arraigadas en los terruños desde el siglo XI
agrupan a comunidades agrarias que coinciden desde en-
e
tonces con las comunidades religiosas. Sin embargo, nume-
rosos signos indican, al menos en el noroeste de Europa,
que los campesinos viven mejor: la casa rural se transforma
e
Las dos grandes revoluciones, la de la libertad y la de la má-
quina de vapor, no dieron nacimiento de forma uniforme a
una sociedad industrial en la que una burguesía triunfante
habría eliminado a las aristocracias de la tierra e impondría
poco a poco, aparecen las lámparas de petról •..o, las cocinas
de fundición se difunden y, bajo la presión de las compañías
aseguradoras, el b<ilagode los techos es sustituido por la teja
e
o la pizarra. Las comunidades rurales mismas están menos
su ley a un proletariado oprimido. Las particularidades na-
cionales no fueron eficaces.
La Europa del siglo XIX continúa siendo una Europa ma-
aisladas en todas partes. Las rutas mejoran, los ferrocarriles,
al principio lejanos, alcanzan pronto los burgos. Algunas
e
regiones rurales entran así en la economía ere mercado. La
yoritariamente rural; pero, aunque el orden social antiguo,
sus noblezas, sus castas y sus privilegios, sus campesinos y
sus artesanos, no qu~daron ocultos por la expansión de la
escuela se instala en la aldea, las ideas procedentes de las
ciudades penetran y dislocan a veces las mentalidades here-
dadas. De este modo, progresivamente, los horizontes cam-
e
civilización de las ciudades, la estructura social evoluciona:
las élites se abren a empresarios y a titulados, las comunida-
des del Antiguo Régimen se deshacen, mientras las muche-
pesinos se amplían, los comportamientos, hasta entonces li-
gados al arraigo en el terruño, se abren a las realidades
nacionales.
e
dumbres urbanas ven aumentar su número con nuevos
obreros yempl@ados.
Sin embargo, el crecimiento demográfico, muy rápido en
todos los terrenos -Francia es en este punto la excepción-,
acelera el éxodo rural, y más tarde, a partir de finales de si-
e
glo, se produce una emigración de campesinos fuera.de Eu-
ropa. y esa emigración es tanto más masiva cuanto que la
industria, como en Irlanda o en el sur de Italia, no puede ab-
e
sorber el crecimiento demográfico.

..•. -' --~~.


398
__ .'---~-~ "~--
e 400 BREVE ¡-jl.'TURI.-\ UE EUROPA
21. SOClEDAD!:S F.UROJlEA~ 401

e Los campesinos han conseguido su libertad hace mucho


en el oeste de Europa, en 1848 en el Imperio de Austria y
en 1861 en Rusia, cuando es abolida la esclavitud. Las prác-
dores rurales no representan más que el 8% de la población
activa. Pero, a pesar de la contracción de sus beneficios, la
aristocracia agraria, ellanded interest, que ha sabido diversi-
e ticas comunitarias que aseguraban la cohesión social y men-
tal de las aldeas, y que permitían sobrevivir a los más desfa-
vorecidos, se frenan. Los bienes comunales son enajenados.
ficar sus fuentes de rentas, sigue jugando en la sociedad bri-
tánica un papel de la mayor importancia.
Las estructuras rurales de Alemania son muy contrasta-

e Pero esa evolución produce, según las regiones, resultados


divergentes. El mundo rural entra a veces en el capitalismo
con la constitución de grandes dominios especializados
ti
das. Los campesinos propietarios independientes son nu-
merosos en el oeste y en el sur. Por el contrario, en el este,
los grandes dominios de los junkers, todavía semifeudales,

e cuya producción se destina a la alimentación de las ciudades


ya la exportación. A veces también se refuerzan comunida-
des campesinas de granjeros independientes o de propieta-
I
.
-
'... utilizan una mano de obra de jornaleros inest.a..b.les y mal re-
munerados.. ...
En Francia, aunque las grandes explotaciones de las Ha-
rios de explotaciones medianas. Pero tambiénasi~ti!11os_~n_
e otras regiones a una verdadera proletarización campesina. Y
en otras partes, las tradiciones persisten y muchos campesi-
_~nuras-deJa..cuenca..par.isiense-sean_comparables_aLmodelo
brit,ínico, y aunque en algunas regiones la especialización
agrícola transforme paisajes y hábitos, la evolución refuerza
__

nos siguen dedicándose todavía a una policultura que el


la explotación campesina media, de dimensiones familiares,
e progreso apenas ha alcanzado.
mientras disminuye el número de obreros agrícolas. El cre-

-
cimiento demográfico rural es menos intenso que en otras
partes. Por eso el éxodo es lento y alcanza sobre todo a los
El mundo campesino en la Europa del noroeste
artesanos: la aldea se ruraliza. Pero la vida de relaciones se
intensifica. Y si la productividad agrícola es menor que en

-e
En Gran Bretaña, el movimiento de los *cercados acaba en
los demás estados de la Europa del noroeste,ila integración
el siglo XIX. La categoría de los yeomen, propietarios inde-
en la nación, acelerada por la Tercera Repúl:iica, es fuerte.
pendientes, se degrada. En 1873, las cuatro quintas partes
del suelo inglés pertenecen a 4.200 personas. En la cúpula de
la sociedad rural estlÍn los propietarios de bienes raíces,
El campesinado en la Europa del este y del sur
grandes señores y squires de la gentry, rodeados por los no-
tables de los burgos, del clero y de los hombres de la ley; los
Los campesinos siguen formando, hasta finales de siglo, lo
granjeros constituyen la clase media rural; los jornaleros sin

e tierra, criados y obreros agrícolas, son los más numerosos.


Los métodos MI high farming aseguran una productividad
esencial de la población de los países del este de Europa. En
la Rusia europea, los 82 millones de habitantes rurales toda-

-e
vía representan en 1897 cerca del 90% de la población total.
elevada. Los prados y la cría de ganado avanzan permanen-
La reforma de 1861 dio a los campesinos liberados de la es-
temente sobre los trabajos campesinos. Sin embargo, las cri-
clavitud el disfrute comunitario de la tierra: la comllna ru-
sis agrícolas, la aceleración del éxodo rural y el menor peso
ral, la *obchtchina, redistribuye periódicamente los lotes
de la agricultura en la economía cuestionan, a partir de los
que cultivan las familias campesinas. Pero la nobleza de la
años 1870, el equilibrio de los campos. En 1901, los trabaja-
tierra posee todavía lo esencial del suelo. Algunos grandes
402 1I11En HISTOllIA DE EUlIOPA
21. ~()GEnAi>ES EUUWEAS 403 e
propietarios, que utilizan obreros agrícolas y que han meca- de Italia yen Sicilia, no basta para reducir las tensiones socia-
nizado sus campos, pueden exportar una importante canti-
dad de cereales. Otros viven como rentistas del suelo y ven-
les. Como en el este de Europa, las masas campesinas medite-
rráneas estallan con frecuencia en violentas sublevaciones.
e'
den progresivamente sus bienes; en 1904, en El jardín de los
cerezos, Chéjov describe ese fenómeno. El fortísimo creci-
miento demográfico campesino disloca poco a poco la co-
munidad rural. Los lotes se reducen, ciertas familias se en-
Las transformaciones de las ciudades
el
deudan, los obreros agrícolas se multiplican. Las malas
cosechas provocan, como en 1891, espantosas hambrunas.
Sin embargo, una minoría, las familias de *kulaks, toma tie-
El crecimiento urbano e
e
El Reino Unido es el ejemplo de una urbanización precoz y
rras nobles en arriendo o en aparcería, compra campos y se
acelerada. A mediados del siglo XIX la población urbana se
enriquece. Las tensiones sociales se agudizan. Las rebeliones
equilibra con la población rural, tres cuartos de siglo antes

-
campesinas se multiplican. A partir de 1906, las reformas de
que en Francia, y, desde los años 1880, tres británicos de
Stolypin tienden a acelerar la evolución de las estructuras
cada cuatro viven en la ciudad. En otras partes, la evolución
rurales rusas, y los campesinos pueden liberarse entonces de
es más lenta. Pero, incluso en Rusia, que a principios del si-

-e
la comuna rural. Sin embargo, la aldea rusa cambia poco:
glo xx sigue siendo un gran país rural, el empuje urbano es
los campesinos se amontonan en isbas de palos, a menudo
rápido: la población de ;\tIoscú se duplica en la segunde] mi-
insalubres; la estufa, de ladrillo, es el centro de la vida do-
tad del siglo hasta superar el millón de habitantes. De 1800
méstica, y el rincón para las imágénes reúne los iconos in-
a 1913 el número de las ciudades europeas con más de
dispensables. La única nota de «comodidad» es, junto con la
lámpara de petróleo, el samovar, que se difunde por los
campos en los años 1880.
En cuanto a los campesinos mediterráneos, la mayoría de
, 100.000 habitantes pasa de 22 a 184. Más de la mitad de ellas
son ciudades británicas y alemanas.
Este crecimiento urbano se traduce, en el gran triángulo
las veces viven en enormes aldeas que, en el sur de Italia o en
Sicilia, pueden reagrupar entre 10.000 y 30.000 habitantes. I industrial de la Europa del noroeste, en el crecimiento anár-
quico de ciudades nuevas en las que se amontonan los tra- .
e
-e
bajadores, pero también en un desarrollo de capitales, na-
Poseen muy pocas tierras, la mayoría de ellos son colonos
cionales y regionales, que no se explica prioritariamente por
de minúsculas parcelas dispersas, concedidas por los gran-
la Revolución Industrial, sino por el crecimiento de los apa-
des propietarios, que, por mediación de sus intendentes,
ratos del Estado y de sus servicios. La aglomeración de Lon-
exigen hasta las tres cuartas partes de las cosechas. El uso de
dres pasa en un siglo de un millón a 6,6 millones de habitan-
algunos bienes comunales sigue siendo precario. Es el reino
tes. La «reina de las ciudades» reúne el primer puerto del
de ese inmenso dominio explotado de forma extensiva, el la-
mundo, a lo largo del Támesis, la City, centro de dirección
tifundio. A principios del siglo xx, ocupa todavía una terce-
del capitalismo financiero mundial, y Westminster, capital
ra parte de Sicilia. Las estructuras agrarias son muy pareci-
das en España. En Andalucía, la presencia demográfica
incrementa el número de braceros, esos jornaleros sin tra-
del Imperio. Los barrios lujosos del oeste contrastan de for-
ma violenta con los slums del East End. Estas ciudades son
magnificadas por las exposiciones universales, himnos a la
e
bajo la mayor parte del año. La emigración, masiva en el sur

........- .'
modernidad y al optimismo. Se adornan con estaciones,

....•.
e
e 404 BREVE HISTORIA lJE ITI{OPA 21. SOCJElJA1>l":'::; fXI{( lPEAS
405

e óperas, parques y sólidos inmuebles burgueses que se ali-


nean a lo largo de avenidas rectilíneas bordeadas de árboles.
toma del artesanado muchas de sus formas. Durante mucho
tiempo los militantes obreros pertenecen a los «viejos ofi-

,
Se impone un urbanismo geométrico, organizado para la

e circulación de vehículos y que pone de relieve las perspecti-


vas. El gas primero y luego la electricidad transforman las
ciudades en luminosos parajes encantados. Pero todas ellas
cios», estructurados y organizados. Los artesanos habitan
todavía en el corazón mismo de las viejas ciudades, perpe-
tuando sus tradiciones y su cultura.

e tienen sus bajos fondos: el París inquietante que saca a relucir


Victor Hugo en Los miserables está lejos de quedar total-
mente borrado por las obras públicas del barón Haussmann.
~
1
~.
~I
Por el contrario, en la primera mitad del siglo XIX en Eu-
ropa occidental -a final del siglo en el este-, los obreros fa-
briles son unos desarraigados: artesanos proletarizados o
campesinos expulsados de sus comunidades por la miseria.
e Otras ciudades, del Ruhr a las comarcas negras inglesas, no
son más que hileras de casas uniformes de ladrillos recu-
biertos de polvo de carbón. Y otras, olvidadas por la indus-
ti Resisten a las disciplinas de las primeras fábricas, y conser-
van durante mucho tiempo, como los mineros de Carmaux,
hábitos de vida campesina. La gran fábrica se impone a fina-
. tria, vivens ..u vida..p.tmrioc.ianade..siempl'e_Rgr_últimB-,afi_ -...--fes-deh,ig+<rxlx;-errelmumento mismo en que en Europa oc"'''' -. --o

nales del siglo, sustituyendo a los barrios bajos, aparecen, cidentallos sindicatos y los partidos socialistas se encargan
incoherentes y desarticulados, los suburbios. de defender el mundo obrero.

e La población de las ciudades


Una tercera forma de trabajo obrero es el trabajo a domi-
cilio.-En la industria textil en particular, es cosa de mujeres.
La máquinJ de coser se difunde en el último cuarto del si-

e La Revolución Industrial no transformó brutalmente a la


población urbana de Europa en una masa de obreros. La fá-
glo XIX; permite multiplicar el número de trabajadoras a
destajo. Pero, en todas partes, las víctimas de la industriali-
zación forman parte de un subproletariado de mano de obra
brica se yuxtapone a veces, como en Birmingham, en Saint-

e Étienne o en Roubaix, al mundo del taller, en donde recluta


a sus obreros. Las «ciudades-champiñón» de las regiones
negras mineras se edifican apresuradamente para alojar a
inestable. La inseguridad es inherente, en efeGto, a la condi-
ción obrera. Es mayor en los inicios del pro~eso de indus-
trialización, durante la primera mitad del siglo XIX en Euro-
pa occidental, ya finales del siglo en Rusia.

e los trabajadores procedentes de los campos. Pero numero-


sas ciudades europeas sólo son rozadas por la fábrica: el
pueblo urbano no es un pueblo mayoritariamente obrero.
Pero el mundo urbano sigue siendo un mundo comple-
jo. La clase obrera coexiste, al menos en las grandes ciuda-
des, con una pequeñísima burguesía de comerciantes y

e Desde la segunda mitad del siglo, la gente humilde de las


calles -deshollinadores, aguadores, barquilleros- no ha de-
saparecido, mientras los empleados se multiplican. Los cria-
empleados. Si dejamos a un lado los grandes guetos obre-
ros y ciertos suburbios de finales de siglo, .la condición
obrera no es siempre sinónimo de encierro. La escuela se
dos son tanto más numerosos cuanto más rica es la burgue-
e sía dominante. La tienda, lejos de ser amenazada por las
formas modernas de distribución, prolifera.
difunde. La tienda o el tenderete ofrecen posibilidades de
promoción. Por 'último, muy tardíamente, en los años
1880, las primeras legislaciones sociales limitan la dura-
En efecto, los artesanos sólo desaparecen progresivamen-

e te, excepto tal vez en el sector textil, y la empresa misma


ción del trabajo y reglamentan el trabajo de las mujeres y
los niños.
406 I\I{F\'¡: fll:,T(lRIA PE El'}{(WA
21. .;...ll(:IEIJAPI:S f.lJKOPEAS 407 e
A finales del siglo, mientras el antiguo «pueblo» de las
ciudades sigue manteniendo su vigor intacto, mientras, sal-
lores, algunos penetran en la City. y a la inversa, a partir
de 1885, fecha en la que Nathan Rothschild es elevado a la
,e
vo en algunas regiones, el proletariado de la gran fábrica calidad de par, la Inglaterra de los negocios empieza a entrar
apenas se ha constituido, las muchedumbres ya ocupan las
calles de las grandes ciudades. Londres primero y luego Pa-
rís construyen su metro. El automóvil empieza a circular.
en la aristocracia. El soberano crea 200 'pares entre 1886 y
1914, Ysi de este modo honra los servicios prestados al Esta-
do (política, ejército, diplomacia) según la tradición, elige,
e
Grandes manifestaciones, que ya no son los motines de la
primera parte del siglo XIX, reúnen a millares de habitantes
de las ciudades. La gran prensa de información difunde mi-
en una tercera parte, a industriales o banqueros. Asimismo,
mientras que en 1865 las tres cuartas partes de los escaños
de la Cámara de los Comunes estaban ocupados por la alta
e
aristocracia y la gentry, que se aseguraban de este modo el
llones de ejemplares. En adelante, la opinión pública ya no
es producto espontáneo de las reacciones y de las mentali-
dades de una comunidad. El individuo puede adoptar las
dominio dellanded interest, en 1910 los propietarios de bie-
nes raíces sólo representan la séptima parte de los elegidos.
Sin embargo, las fortunas siguen siendo sólidas y la ostenta-
e
pasiones de. una multitud fácilmente manipulada. Mientras,
el nacionalismo se convierte en el resorte primero de la con-
ducción de las masas, cuando no tienen otros puntos de re-
ción del modo de vida no tiene equivalente. Los grandes
cuerpos del Estado continúan siendo el punto de mira pre- e
-e
ferencia, ni otras raíces. dilecto de los hijos de las grandes familias.
Lo mismo ocurre con la aristocracia de bienes raíces del
Imperio alemán, aunque su fortuna se haya debilitado: sigue
Antiguas y nuevas élites siendo un grupo de presión poderoso. Los junkers vuelven a
dorar sus blasones mediante alianzas con la alta burguesía
El declive limitado de las antiguas élites fascinada por el modo de vida y los valores aristocráticos. Se
ha podido hablar incluso de una «feudalización» de la alta
El crecimiento industrial no hace desaparecer las antiguas
aristocracias. Cierto que, a finales del siglo, la Gran Depre-
burguesía alemana. De este modo se constitttye en el Reich
una clase dominante que pretende mantener los valores tra-
dicionales, opuesta a la democratización del Imperio, y afe-
e
-e
sión y sus consecuencjas debilitan a los nobles que viven ex-
clusivamente de la renta de la tierra. Pero Europa sigue sien- rrada en Prusia a un sistema de clases que asegura su pre-
do una Europa de cortes reales, que alimentan de forma ponderancia en el 'Landtag.
natural los valores aristocráticos; con frecuencia, los nobles En el Imperio de los zares, la nobleza sigue siendo el pilar
todavía parecen estar predestinados para los puestos de res- esencial de la monarquía y controla todavía la parte más im-
ponsabilidad. P~rtenecen a una categoría dirigente por na- portante del poder en un país donde, todo hay que decirlo,
turaleza, y el retroceso relativo de sus fortunas no empaña la competencia burguesa es limitada.
en modo alguno su prestigio. Por último, constituyen una Francia constituye sin duda la excepción más notable de
especie de «Internacional dorada» europea que rivaliza en
ostentación.
Así, en Inglaterra, la nobleza rural sabe diversificar sus
un debilitamiento decisivo de las antiguas categorías diri-
gentes. Cierto que el prestigio de las grandes familias no ha
desaparecido. Las fortunas rurales siguen siendo imponen-
e
e
intereses: en los consejos de administración abundan los tes; algunos ámbitos estatales, como el ejército o la diploma-

_ __ ~ .--J
e 408 BREVE HlSTOklA DE ¡TROPA
.:! L SOUEDAllE~ EUH 1l'F..-\ '1
409

e cia, sirven de honorables refugios a los hijos de las grandes


familias. Pero el peso de la historia, que asocia sus nombres al
rechazo de la sociedad surgida de 1789, limita de forma natu-
tamente familiar, aunque sólo imponga sus coacciones a las
mujeres. Un hogar mantenido por criados a fin de que res-
pire holgura, pero también respetabilidad y decencia, pila-
e ral la influencia de los nobles. No han perdido su poder local,
pero, tras la breve calma que sigue a la guerra de 1870, sólo
juegan un papel muy limitado en las decisiones políticas.
res de una moral burguesa que puede apoyarse indiferente-
mente en una inspiración cristiana o laica. El siglo XIXes el

e La afirmación de las burguesías


tiempo de la estabilidad monetaria. Las fortunas burguesas
pueden transmitirse intactas. El ahorro es entonces una vir-
tud. Liberales por esencia, las burguesías son desgarradas
por dos tendencias contradictorias: la voluntad de conser-

e La burguesía no nace en el siglo XIX,pero su puesto en las


sociedades del Antiguo Régimen estaba a veces subordina-
var lo adquirido, y entonces sobreviene la tentación rentis-
ta, y la voluntad de innovar y de crear, y entonces se produ-
ce la tentación conquistadora. Así se explican las dos
do, y sus ambiciones últimas sólo _P9dían realizarse enton-
..-imágenes-antag0.PrÍGas-ae--la-I:Hl-fgues-ía,-des-CÚhtttnaS-veces- --. __ e

ces por el acceso a la nobleza.C-on~riven, además, varias bur-


como ahíta y satisfecha, y otras como imaginativa y progre-
guesías: la burguesía de empresa industrial o mercantil
sista. El liberalismo fundamental permite sin d lIda com-
cohabita con una burguesía burocrática y con una burguesía

e rentista. Esa burguesía impone en el siglo XIXsu color y sus


valores, a pesar de las frecuentes burlas de las élites intelec-
tuales. Liberal, es socialmente conservadora y prefiere el
prender esa aparente ambigüedad.

e ahorro al gasto ostentoso, haciéndose portadora de la ideo-


logía del progreso.
Sólo algunos burgueses acceden a puestos de responsabili-
Unidad y diversidades sociales en Europa

Las élites europeas, por su modo de vida y de pensamiento,


se irán acercando progresivamente a lo largo de todo el
e dad y de poder que les hacen participar en los círculos de las
élites. Estos grandes notables -banqueros, fabricantes, políti-
cos- constituyen rápidamente, en dos o tres generaciones,
siglo Xtx. Hay sobre todo una Europa de los tranqueros y de
los industriales, una Europa de las aristocracias y, tal vez,
una Europa de la inteligencia y del arte. La unidad europea

e unas dinastías que saben inventar estrategias que les permi-


ten perpetuarse. Pero la mentalidad burguesa impregna a la
mediana y la pequeña burguesía, esa middle class o esas ca-
es la unidad de sus élites. Pero, de una nación a otra, las re-
laciones entre éstas yel pueblo son muy diferentes.
Los estados de Europa occidental controlan una evolu-
pas nuevas cuyo advenimiento anunciaba Gambetta. Así, y
e ésta es una de las claves de su fuerza, la burguesía europea no
es una casta más que en lo más alto. Por su base se hunde
ción que no puede ser dominada ni en el este, ni en el sur del
continente. En el oeste, las burguesías son lo bastante fuer-
tes como para integrar de forma progresiva a las clases po-
profundamente en los medios populares urbanos de los que

e se nutre, a los que enmarca y moraliza, dándoles al mismo


tiempo la ilusión de seguir siendo una categoría abierta.
Las burguesías europeas, en sus nuevos edificios de las
pulares en la nación. El moralismo victoriano en Gran Bre-
taña, la ideología republicana en Francia y, en casi todas
partes, el nacionalismo, aseguran un arraigo como sustitu-
ción a todos los que, debido al crecimiento demográfico y la
e grandes ciudades, crean un modelo de vida. Una vida estric-
Revolución industrial, han tenido que dejar las comunida-
4io HHEVE HISTORIA DE EUROPA
11. SOClI',l>,-\llj',:-' 1:L:I{Ol't:A~ 411 e
des campesinas. En este sentido, la escuela juega un papel
principal. Cierto que los socialismos cuestionan el orden li-
beral. Pero las pasiones nacionales, en casi todas partes, pa-
1. Campesinos y obreros en 1846
DOCUMENTOS
e
recen más fuertes que las pasiones sociales. El *cartismo sa-
cude duramente a Gran Bretaña en la primera mitad del
siglo XIX; en Francia las revoluciones de 1848 y 1871 tienen
«¡Qué brillante es la ciudad! ¡Qué triste y pobre es el campo!» Eso
es lo que oís decir a los campesinos que vienen a ver la ciudad en
los días de fiesta. No saben que si el campo es pobre, la ciudad,
e
ciertas dimensiones

obrero ha encontrado
sociales. Pero en los inicios del siglo xx,
en Francia, en Alemania o en el Reino Unido, el mundo
sus representantes. La democratiza-
con todo su esplendor, tal vez sea más miserable. Por lo demás,
pocas gentes hacen esa diferenciación.
Mirad el domingo en los fielatos esas dos muchedumbres, que
e
ción progresiva de las instituciones ha permitido una inte- van en sentido inverso, el obrero hacia el campo, el campesino
gración social por la vía de lo político.
En Europa oriental yen la Europa mediterránea, por el
hacia la ciudad. Entre estos dos movimientos que parecen análo-
gos, la diferencia es grande. El del campesino no es un simple pa- e
-e
contrario,. la industria alcanza más tardíamente, pero con seo; admira todo en la ciudad, lo desea todo, se quedará en ella, si
mucha fuerza, a sociedades todavía ancladas en estructuras puede.
del Antiguo Régimen, a pesar de que las aristocracias estén a Que mü'e. Una vez abandonado, al campo casi nadie vuelve.
Los que vienen como criados y comparten la mayoría de los go-
veces extenuadas y las burguesías sean débiles o vacilantes.
ces de sus amos, no se preocupan para nada de volver a su vida
Así, en el Imperio de los zares, la burguesía rusa, heterogé-
de abslinencia. Los que se hacen obrervs de las manufacturas
nea, está compuesta por hombres de negocios vinculados
querrÍ:in volver a los campos, pero no pueden; en poco tiempo se
tanto al poder y al capitalismo europeo como a una intelli-
debilitan, incapaces de soportar los trabajos rudos, las variacio-
gentsia que amplía el número de sus miembros. Pero esa in-
telligentsia vacila entre una glorificación de la antigua Rusia
campesina -esto es, el populismo- y la vía «europea» delli-
nes rápidas del calor, del frío: el aire libre los mataría [... ]
El campesino no se deja asustar por las quejas del obrero, por
las descripciones terribles que le hacen de su si~uación. Él, que
e
e
beralismo y del capitalismo. Ni el poder, cada vez más sepa- gana un franco o dos, no comprende que con salarios de tres,
rado de las masas, ni la burguesía pueden proponer otras cuatro o cinco francos, se pueda ser miserable. «Pero ¿y las varia-
raíces a los campesinos sin tierras y a los obreros desarraiga-

-e
ciones del trabajo? ¿Los tiempos de paro?» ¡Qué importa! Si aho-
dos de las grandes Ciudades. La sociedad rusa es, desde lue- rraba de sus escasos jornales, ¡ya ahorrará para los malos tiempos
go, el talón de Aquiles de las sociedades europeas. mucho más fácilmente con un salario tan grande! [... J
No creo que el aire de las ciudades sea tan malsano como di-
cen: pero a buen seguro ese aire malo está en los miserables aloja-
¿Hemos de concluir de todo ello que el liberalismo europeo mientos donde se amontona de noche un número tan grande de
es, cuando fu~ciona, el medio más eficaz de una evolución pobres obreros, entre putas y ladrones.
social sin provocar una crisis mayor? Afirmarlo sería olvidar El campesino no ha contado con eso. No ha contado con que,
el factor esencial de la cohesión nacional. Al sur y al este de
Europa, los desequilibrios sociales no controlados se conju-
gan con la ausencia de una clara conciencia de la identidad I
ganando más dinero en la ciudad, perdería su tesoro: la sob.riedad,
el ahorro, la avaricia, si es que hay que decir las cosas claras [... J
En la actualidad, se han creado nuevos oficios que apenas exi-
e
I gen aprendizaje y admiten a cualquiera. En estos oficios, el ver-

e
Mcion~

--~~~- ~ ~ ~~-'
-e 412

dadero obrero es la máquina; el hombre no necesita de mucha


HREVE

fuerza ni de maña; está ahí sólo para vigilar y ayudar a ese obrero
de hierro.
11ISTORIA DE EUIH.WA 21. SUUUJAIJES nilHlJ1tAS

acantonados allí de forma permanente. Varios oficiales casados


alquilaban unos alojamientos amueblados de la vecindad mien-
413

tras estaban en Windsor. Siempre teníamos un buen número de

e Esta desventurada población sometida a las máquinas com-


prende cuatrocientas mil almas, o alguna Ill,ís. Aproximadamen-
te la decimoquinta parte de nuestros obreros f ... 1
amigos para las carreras de Ascot, todos nuestros amigos tam-
bién tenían huéspedes y la semana de las carreras se festejaba con
grandes cenas y bailes todas las noches. Esas jornadas tan llenas

e 1(;I.ES Iv! [CIJE 1. ET, Le Peuple de placeres exigían que una se cambiara con frecuencia y rápida-
mente. A Ascotllevábamos vestidos de tul y puntilla con grandes
sombreros. Del campo de las carreras nos precipit,íbamos a la

e Este texto del historiador fules Michelet (1798-1874) compara las


condiciones respectivas del campesino y del obrero, en el momento
en que nace la gran industria. Las manufacturas mecanizadas,
casa: allí nos enfundábamos unos vestidos de lino o de algodón
para ir a la orilla del río, donde, sentados en los cojines de barcos
llevados unas veces con pértiga, otras con remo, otras;.al vapor,
esencialmente textiles, utilizan entonces la marw de obra rural. aprovechábamos los últimos rayos del sol del atardecer, hasta el
-~
-ffiOW&flte-ae-€ambiarnos-de-nuevo pala la cena. Siempre pasal5a:
mos el domingo de Ascot en el Club de Oficiales de la Guardia en


2, La aristocracia británica en la época de Eduardo VII Maidenhead: era un lugar muy alegre l...] Todas las casas esta-
ban llenas y había muchas recepciones agradables que ocupaban
Por la maiiana, solía llevar a mis hijos a ¡rlOntar a caballo conmi- todo el tiempo de una forma que ahora apenas si casi nadie re.

•e
go al (;ran Parque de Windsor. Por la larde, contemplábamos cuerda. Todavía no se utilizaba mucho el auto y el ritmo de los
con frecuencia partidos de polo, también en el Parque. ¡Pasaban placeres era mucho más lento que en la actualidad. Nos divertía-
siempre tantas cosas en Windsor! Recuerdo la primera vez que mos con corazón ligero, adorábamos cada minuto de la existen-
asistí a este maravilloso espectáculo: el landó descubierto de cia. [... J Cuando evoco ahora esa época despreocupada yencan-
Eduardo VII con sus cuatro caballos y sus postillones, la silueta tadora, todo esto parece frívolo e insignificante, pero erála época
corpulenta pero distinguida del rey, la otra exquisita de la reina de nuestra juventud: las tinieblas de este siglo aún.no Habían in-
Alejandra, de aspecto siempre tan joven. Con mis dos jóvenes hi- vadido nuestras vidas, la guerra de 1914, con todos sus horrores,
jos, estábamos en la acera junto a la estatua de la reina Victoria estaba todavía agazapada en el futuro.

e cuando pasé el landó: Para mi gran alegría, la reina Alejandra


nos vio y nos señaló al rey. Fue en los cuadros de césped del casti-
llo de Windsor donde celebramos nuestro primer garden-party.
LADY C(;RZON, Mémoires,
te, París, Hatier, 1974
citado por F. Bédarida, L 'AlIgleterre tr¡oll/pilall-

e
En mis recuerdos permanece como uno de los más hermosos
garden-party reales. En esa época, las damas iban magníficamen-
Esposa del político conservador lord Curzon, elevado a la dignidad
te ataviadas con~grandes vestidos de verano flotantes, sombreros
de par en 1898, lady Curzon recuerda con nostalgia la dulzura del
adornados con flores y quitasoles de encaje. Ahora ya no tienen

e ni tiempo ni ocio para ser tan hermosas como eran en los prime-
ros años del siglo,
En esa época, Windsor era un lugar lleno de alegría. Un regi-
vivir aristocrátíco de principios del siglo xx. Este documento ilus-
tra la permanencia de un modo de vida.

e miento de Lije Guards y un batallón de Foot Guards se hallaban


e
~-;.;.

22. LOS ESTAL>O~ 1:L'lHlI'l",ll:--¡JI: IXil r\ 1914 415

22. Los estados europeos de 1871a 1914


Los soberanos encarnan la permanencia del Estado y la uni-
dad de la nación y, por regla general, designan los gobier-
noS, responsables ante las asambleas, en las que recae el po-
e
El medio siglo que va de una guerra franco-alemana a otra esttÍ
der legislativo. Una de las dos asambleas siempre es elegida.
Si en Francia el sufragio universal masculino es un logro de
1848, los demás estados amplían poco a poco un sufragio en
e
e
marcado por los progresos de los Estados en la v(a delliberalis- principio censitario. En vísperas de la guerra, las mujeres
mo y de la democracia. Pero la diversidad de movimientos es to- sólo votan en dos estados europeos, Dinamarca y Noruega.
tal. En el norte yen e/noroeste estos avances son claros. Pero el
La vida política está dominada ante todo por los notables.
resto de Europa. enfrentado a menudo con graves cuestiones na-
Luego, progresivamente, se organizan los partidos políticos.
cionales, conoce evoll/ciones encontradas donde el autoritaris-
mo, los extremismos y las jiJlms estabilidades permiten presagiar
inquietantes fases de inestabilidad.
Así, en Bélgica, los liberales se oponen a los católicos. A fi-
nales del siglo XIX, los socialistas, la mayoría de las veces
reformistas, son elegidos en los parlamentos. La libertad re-
e
La Europa del norte y del noroeste sigue su marcha hacia el
ligiosa y la laicización progresiva de las sociedades emanci-
pan poco a poco a los ciudadanos. La Europa del noroeste es
una Europa desarrollada; la instrucción elemental se gene-
e
liberalismo y la democracia. Los conflictos se resuelvcn en
el marco de instituciones parlamentarias, los partidos se or-
ganizan, la opinión se Jifunde y se expresa libremente. La
raliza en el sigl,) XIX; la prensa de opinión, y luego, a princi-
pios del siglo xx, la prensa de gran tirada difunden la infor-
mación y propalan las ideas.
e
evolución plantea más problemas en la Europa pobre del sur
y del este. Por otro lado, desde Irlanda a Polonia y Bohemia,
pueblos todavía sometidos reclaman su libertad. Por último,
Cada uno de estos estados conserva sus tradiciones na-
cionales; Noruega y Suecia se singularizan por la importan-
cia de su legislación social; en Bélgica aparecen los conflic-
e
a principios del siglo xx, las clases dirigentes de numerosos
estados europeos se sirven de un nacionalismo con frecuen-
cia agresivo para unir artificialmente pueblos poco homogé-
neos o dislocados ¡1orconflictos sociales.
tos lingüísticos entre flamencos y valones. Penr, al contrario
de los estados de la Europa oriental y meridional, la garantía
de las libertades básicas y la democratización progresiva de
la vida política permiten, en el noroeste de Europa, no sólo
e
La Europa liberal del norte y del noroeste
una evolución política sin sacudidas graves sino también la
integración nacional del conjunto de la población. e
Liberalismo j democracia El Reino Unido; del esplendor a la duda e
Los estados escandinavos (Dinamarca, Noruega, unida con
Suecia hasta 1905), la Bélgica católica, emancipada en 1831
de los Países Bajos protestantes, los Países Bajos mismos
Los soberanos -la reina Victoria de 1837 a 1901, Eduar-
do VII, y luego Jorge V a partir de 1910- encarnan la unidad
de la nación. Son monarcas constitucionales que nombran
e
son, como el Reino Unido, monarquías constitucionales.
e
al primer ministro, el cual gobierna apoyándose en la mayo-

414 1
~
e 416 HREVE H1ST( IRJA DE F.UROPA
22. LOS ESTADOS EUROPEOS UE 1871 A IYI-I
417

e ría parlamentaria de la Cámara de los Comunes. Los dos


grandes partidos (conservadores y liberales) se alternan en
el poder. Las libertades están garantizadas y poco a poco,
La Francia republicana

e aunque el poder siga dominado por las élites tradicionales,


la democracia va ganando terreno: las reformas electorales
de 1883 y de 1913 permiten a 5 millones y más tarde a 8 mi-
Tras un último combate de retaguardia entre los monárqui-
cos nostálgicos y los republicanos, estos últimos se imponen
a finales de los años 1870. Las leyes constitucionales de 1875
han instituido un régimen parlamentario. El gobierno, de-
e llones de británicos ejercer el derecho de voto. En J 911, los
liberales obtienen la limitación de poderes de la Cámara de
los Lores. Sin embargo, el problema irlandés divide a los
signado por el presidente de la República, es responsable
ante la Cámara de Diputados, elegida por sufragio universal.
El Senado, elegido por sufragio universal indirecto, desem-
e partidos. El voto en los Comunes del *Home Rule, en 1913,
provoca la oposición violenta de los irlandeses protestantes
del Úlster. Progresivamente constituido entre 1893 y 1906,
peña el papel de una cámara de reflexión y representa esen-
cialmente a la Francia rural. Las incertidumbres de las ma-
yorías y la ausencia de partidos poI íticos estructurados

e- el Partido Laborista es esencialm~t~-'a_e-'!J.'lnación Wl~


u - tana de [os sindicatos, las poderosísimas trade-unions,
-

que reagrupan en 1914 a más de cuatro millones de trabaja-


-€''épliGan-la-inestabilidad-ministeFiah---
Los republicanos en el poder -Gambetta, Ferry- se apo-
yan en la burguesía yen los campesinos. Hacen votar gran-
dores. Los laboristas cuentan con 42 representantes elegidos

e en 1914 y amenazan con modificar el tradicional bipartidis-


mo británico.
A principios del siglo xx, Gran Bretaña no es del todo el
des leyes liberales y laicizan la escuela, cuyo ciclo primario
es gratuito y obligatorio desde entonces. La escuela, el servi-
cio militar, las celebraciones republicanas tienen por misión

e modelo incontestado de los orgullosos tiempos victorianos.


Los modos de vida evolucionan con el advenimiento de los
medios de comunicación yacio de masas. El conformismo
facilitar la aculturación del conjunto de los franceses de los
terruños y rematar la constitución de la nación ..Los republi-
canos pretenden así, mediante las luces de la ra~ón, triunfar
definitivamente sobre la Francia oscurantista y.c1erical que
e moral y religioso ya no es tan vigoroso. Una parte de la po-
blación femenina, con las *«sufragistas» a la cabeza, reclama
la igualdad entre los sexos. De forma paralela, la preponde-
no siempre acepta los principios de 1789. Stln patriotas,
pero como no pueden hacer figurar en sus planes la «revan-
cha» contra Alemania, orientan las ambiciones nacionales

e rancia económica~inglesa está amenazada por la competen-


cia alemana y americana. Aparecen críticas contra el libre-
cambio, símbolo de una filosofía de la libertad de cambios.
hacia la conquista colonial.
El caso Dreyfus reanima en 1898 el gran conflicto que la
llegada al poder de los republicanos moderados había con-

e En vísperas de 1914, numerosos conflictos sociales y la


crisis irlandesa preocupan a la clase política inglesa. Enfren-
tada a sus propios problemas internos, en ese momento In-
tribuido a apaciguar. Los católicos, en mayoría, se unen a
los conservadores y monárquicos para defender el honor
del ejército, que no entiende que se dude de la culpabilidad
glaterra desempeña con menor intensidad -c1aramente- su

e tradicional papel de árbitro de los conflictos continentales


europeos.
del capitán judío Alfred Dreyfus. Zata arrastra entonces
tras él a los «intelectuales de izquierda» defensores de la
verdad y de la justicia. Los enfrentamientos del caso Drey-
fus vuelven a dar un color militante a los republicanos; los
e radicales se organizan como partido en 1901 y ganan las
418 BREVE HISTORIA DE EUROPA 22. LOS ESTADOS EUROPEOS DE 1871 A 1914 419 e
elecciones de 1902. En 1905, tras romper relaciones diplo-
máticas con el Vaticano, se denuncia el Concordato y la
Iglesia se separa del Estado. Paralelamente, los conservado-
rador, Guillermo I hasta 1888 y luego Guillermo 11, es al
mismo tiempo rey de Prusia, donde viven cerca de dos ter-
cios de alemanes. El Reich es una federación de 25 estados,
e
de importancia muy variable. Todos son monarquías, rei-
res se orientan hacia el nacionalismo, que para Maurras y su
Action Franeraise debería ser «integral». Por el contrario, a la
izquierda, los radicales y sobre todo los socialistas, aunque
nos como Baviera, Sajonia o Würtemberg, ducados o prin-
cipados, salvo tres ciudades libres, Hamburgo, Bremen y
e
Lübeck, apegadas a sus tradiciones de repúblicas patricias.
e
siguen siendo patriotas, están ganados por el pacifismo. l
Los socialistas, divididos durante mucho tiempo en múl- Los estados, que conservan sus instituciones y sus leyes,
tiples capillas, se unen en 1905 en la SFIO, dominada por la
1 son celosos de sus importantes prerrogativas; sólo delegan
en el Reich los asuntos exteriores, el ejército y las cuestiones
fortísima personalidad de Jean Jaures. El sindicalismo
obrero, largo tiempo influido por el *proudhonismo y los
*anarquistas, se organiza; pero, en 1906, la *CGT afirma su
independencia total respecto a los partidos políticos. El
.económicas. Cada estado tiene sus asambleas, una Cámara
nobiliaria -cuyos miembros son nombrados con frecuen-
cia- y un *Landtag, elegido por regla general mediante su-
e
mundo obrero ha permanecido ajeno a la «síntesis republi-
cana». Pero, en 1914, el régimen deja de ser cuestionado.
En vísperas de la guerra de 1914, si dejamos a un lado algu-
fragio censitario. En Prusia, el sistema de clases asegura, en
el Landtag, la preponderancia de la aristocracia y de la alta
burguesía. El Reichsrat, que reagrupa a los representantes
e
nos bastiones conservadores, Francia está dominada por la
ideología *radical. Pero los radicales, que han laicizado la Re-
pública, ¿no han agotado su programa? La respuesta sería
de los estados, y el Reichstag, elegido por sufragio universal,
son las asambleas del Reich. El canciller, elegido por el em-
perador, no es responsable ante el Parlamento.
e
Las oposiciones religiosas entre la Alemania luterana del
""h ••
afirmativa, a juzgar por el dificilísimo voto, en 1914, del im-
puesto sobre la renta tras años de debates, o por la ausencia
de cualquier programa social. En 1913, Poincaré se convierte
norte y del este y la Alemania católica del sur y del oeste, la
existencia de minorías no germánicas -daneses, polacos, al-
e
en presidente de la ~epública. La elección de este republicano saciano-loreneses- agravan los particularis~os sociales y
conservador y nacionalista ¿no es señal de una nueva época? culturales. La fuerte preponderancia prusiana, que da al Im-
perio su clase dirigente de junkers y de grandes burgueses, e
inquieta a los demás estados.
Los grandes imperios de la Europa central y oriental

La Alemania de Bismarck y de Guillermo II


Bismarck acumula, hasta su evicción en 1890, las funcio-
nes de presidente del Consejo prusiano y de canciller del
Reich. Refuerza la unidad económica del Imperio, intenta la
e
.
La fuerza del Imperio alemán, proclamado en 1871, reside
ante todo en su peso demográfico y económico. La pobla-
germanización de las minorías, combate a la Iglesia católica
ya su emanación política, el Zentrum -es la Kulturkampf- y
multiplica las leyes de excepción contra el partido socialista,
e
ción pasa de 41 millones de habitantes en 1871 a cerca de 70
millones en 1913. La industria alemana, muy concentrada,
se ha convertido en vísperas de la guerra en la segunda del
primer partido marxista europeo, creado en 1875, del que
trata de alejar a los obreros mediante leyes sociales. Bis-
marck se apoya en los conservadores agrarios y en los nacio-
e
mundo. Pero el Reich no es un Estado unificado. El empe- nal-liberales, que representan a la gran burguesía.
e
e 420 BREVE HI~TOj{I:\ DE EURUPA 22. LOS fSLAUUS I-_UUJI'EOS DE IlS7i A 1914
421

e El papel de los partidos políticos aumenta bajo Guiller-


mo JI. El Partido Socialdemócrata, reorganizado, se apoya
Bohemia están en ese momento en pleno renacimiento na-
cional, tanto más vivo cuanto que su patria se halla en rápi-
da expansión económica. Vuelven a descubrir una lengua
e
en el poderío de los sindicatos. En 1912 obtiene los votos del
35% de los electores y se convierte en el primer partido del que desde hacía tiempo sólo era utilizada por el pueblo -las
Reichstag. Los socialistas, algunos de los cuales han abando- clases dirigentes hablaban alemán- y le dan una literatura y

e nado la idea de la necesidad de una revolución a favor del un teatro. Apoyan el renacimiento nacional en el redescu-
reformismo, desempeñan un papel mucho mayor que el Es- brimiento de su historia. Pero, como muchos patriotas esla-
tado en la integración del mundo obrero. Sin embargo, la vos, los checos vacilan entre el *paneslavismo bajo la égida
permanencia del autoritarismo de la clase dirigente el recha- rusa o los modelos occidentales que predican Masaryk y su

e zo de un avance liberal y democrático en el momento mis-


mo en que la economía alemana se vuelve preponderante en
Europa, bloquean la evolución de la vida política y multipli-
Partido Popular. En el sur, la Serbia independiente mantie-
ne los fermentos de agitación nacionalista entre los croatas y
en Bosnia-Hercegovina, anexionada en 1908.:
_canJas~ntradicciones deI129-º~Lº!1iIIeLIl!() 11eS(Je~en~_ . Austria-.!ill!1gría no es esa «¡>riilliJLd.e-.lQ_s_p.uehlos)Lque_c_~_:
tonces que la ambición afirmada de una «política mundial» -. -ha sido descrita con demasiado esquematismo. Pero en tor-
y el *pangermanismo puedan hacer olvidar las fisuras de la no al emperador Francisco José, todavía respetado, que rei-

e cohesión social. na desde 1848, ¿hay alguien en condiciones de inventar un


federalismo renovado?

e El Imperio austro-húngaro

Los Habsburgo de Viena ¿son una supervivencia en la Euro-


El Imperio de los zares

pa de las naciones? El imperio de Francisco José ofrece bue- Entre 1861 Ysu asesinato en 1881, Alejandro.'¡¡ intentó mo-

e na apariencia. La capital es una de las tres o cuatro metrópo-


lis europeas donde la invención cultural y artística brota con
fuerza. El Compr9miso de 1867 ha regulado el problema
dernizar Rusia. Reformas otorgadas desde arriba transfor-
man la justicia, el ejército y, sobre todo, liberan a los siervos.
Pero, tal vez al no poder apoyarse en una burguesía, el

e húngaro. El emperador es rey de los magiares de Hungría.


Pero los alemanes de Cisleitania y los magiares de Translei-
tania son minoritarios y controlan a checos, polacos e italia-
Imperio ruso no se encamina hacia el liberalismo. El zar
gobierna con una burocracia muy pesada, a veces paraliza-
dora. Las reformas, que no se apoyaban en una opinión pú-

e nos por un lado, y a rumanos, croatas y eslovacos por otro.


La Transleitania, mayoritariamente rural, está lejos de ser
un reino Iibéral. La aristocracia sigue dominando el Parla-
blica, no han desarmado a los opositores. Los zares Alejan-
dro III y Nicolás JI gobiernan con la nobleza, la Iglesia
ortodoxa, la burocracia y la policía, mientras. que el creci-

le
mento de Budapest. En Cisleitania, donde el desarrollo eco- miento económico desarrolla otras fuerzas sociales. Reducen
nómico es rápido, Francisco José concede el sufragio uni- a silencio o mediante la violencia a la intelligentsia y limitan,
versal en 1907 contando con la fidelidad campesina. en contra de las aspiraciones de Alejandro JI, la autonomía
Sin embargo, las nacionalidades se agitan, aunque no de las asambleas locales, los zemstvos, que habrían podido
e siempre cuestionan la pertenencia al Imperio. Los checos de ser el fermento de una sociedad civil. Por último, frente a las
422 BREVE HISTORIA UE EURUPA

poblaciones alógenas, se prosigue la rusificación: en 1883,


por ejemplo, la lengua rusa se declara obligatoria en la Uni-
versidad de Varsovia, y las medidas antisemitas, incluso el
22. l.llS ESTADOS EUROPEOS DE )t1?1 A ¡"JI.I

neo, desde Argelia a Egipto, desde Arabia a Asia Menor, yen


423

Europa los Balcanes. Luego, mientras Francia e Inglaterra to-


-e
man su relevo en África y, mientras en los Balcanes las nacio-
aliento oficioso a los "pogromos, se multiplican.
La oposición, periódicamente desmantelada por la repre-
nes, una tras otra, se liberan de su tutela, es un tópico evocar
la decadencia del «hombre enfermo de Europa», y, natural- e
-.1
sión, es diversa. El viejo populismo ruso, avatar de la esla- mente, cuando la paz en el Imperio ya no es posible, es igual-
vofilia, exalta el alma campesina, y cree todavía que el mir
mente tópico aludir a ese «polvorín» en que se han converti-
puede constituir la base de un socialismo agrario. Da naci-
do los Balcanes. En 1913, tras las últimas guerras balcánicas,
miento en 1897 a los socialrevolucionarios, que predican el
el Imperio otomano no guarda de su presencia en Europa
terrorismo. Los primeros marxistas rusos -Plejanov, luego m,ís que un estrecho territorio alrededor de Constantinopla .
Martov y Lenin- conciben la socialdemocracia «como un
partido revolucionario dirigido contra el absolutismo e in-
Por tanto, ésta es la historia de una expulsión. Para Euro- .,1

-e
pa, el Imperio otomano es un objdivo. Las potencias se en-
disolublemente ligado al movimiento obrero» (Iskra, 1900). frentarán a él: Rusia, que sueña con la libertad de paso hacia
Frente a estas oposiciones revolucionarias, a los liberales les el Mediterráneo; el Reino Unido, que construye su ruta ha-
cuesta organizarse. El zarismo ha radicalizado la opinión. cia la India; Austria, que disputa a los zares la «protección»
También ahí el poder busca en los éxitos exteriores una ma- de los eslavos. Es también un espacio económicamente do-
niobra de distracción. Sin embargo, la expansión hacia Asia minado: Europa presta, invierte, construye ferrocarriles en
- Transiberiano y guerra contra Japón en 1904- no es una el Imperio y vigila luego los dividendos de sus inversiones.

--
manera de dar la espalda a Europa porque, al mismo tiem- La idea nacional ha hecho el resto. Griegos primero, y des-
po, Rusia afirma sus ambiciones sobre los Balcanes y man- pués rumanos, serbios y búlgaros se han emancipado, con lo
tiene su alianza con Francia. Pero la derrota entraña natu- que la multiplicación de las nuevas naciones incrementa las
ralmente la explosión de 1905: el «domingo rojo» de San ocasiones de conflicto. Visto desde Europa, el Imperio oto-
Petersburgo y el primer "soviet de Moscú. Y ni las concesio- mano se resume en «la Cuestión de Oriente» . .,
nes de 1906, cuando se otorga una asamblea, la Duma, ni las El propio Imperio había adoptado una forma de domina-
reformas posteriores de Stolypin, están autorizadas para re- ción inadecuada para el siglo XIX. Los pueblos bajo su tutela
cuperar el retraso. Er11914, el Imperio ruso es frágil. conservaban sus caracteres propios, su lengua, su religión.
Las sangrientas intrigas del serrallo reforzaban el carácter e
-
exótico, para un europeo, del poder político y religioso del
La Europa mediterránea
sultán. Sin embargo, incluso en ese Imperio extenuado, no
faltan fuerzas de renovación. Cierto que la Constitución de
Los Balcanes y el Imperio otomano
1876 sólo se aplica durante dos años. Pero los Jóvenes Tur-

¿Cómo adentrarnos en el enredo balcánico? El Imperio oto-


mano era en el siglo XVII un peligro mayor para la Cristian-
dad, cuando sus tropas amenazaban Viena. En 1815 controla
todavía más o menos directamente lo esencial del Mediterrá-
cos, intelectuales y oficiales que toman el poder a partir de
1908, tras una breve fase liberal, organizan un poder autori-
tario en nombre del otomanismo. Como reacción contra el
panislamismo, pretenden fundar, como en Europa, un Esta-
do fuerte basado en una nación homogénea. La revolución
-e
e 424 BREVE HISTORIA DE F.UR<.lP.-\ 22. LOS ESTADOS EL:R()PEtl~ PE 1~71 :\ 141~
425

e de los Jóvenes Turcos coincide con el desmoronamiento del


Imperio y anuncia la Turquía de Mustafá Kemal, que nace
después de la Primera Guerra Mundial.
La Península Ibérica

La historia de la Espaila del siglo XIX es compleja -es un eu-


e Italia
femismo- y aparece sacudida por violencias multiformes.
La monarquía es continuamente cuestionada, tanto por los
carlistas (don Carlos es hermano de Fernando VI!), que no

e En agosto de 1871, Roma se convierte oficialmente en la ca-


pital del reino de Italia, donde se instalan los soberanos de la
aceptan el advenimiento de Isabel II en 1833, como por pro-
nunciamientos militares que se repiten una y otra vez. La
República se proclama brevemente en 1873 y duró sólo once
Casa de Saboya, Víctor Manuel 1[, Humberto r y luego Víc-
e tor Manuel III. El papa Pío IX rechaza cualquier compromi-
so y se considera un prisionero en el Vaticano. Prohíbe a los
meses. Siete Constituciones se suceden de 1812 a 1876. El
parlamentarismo (en 1890 se proclama el sufragi.~,univer-

~e católicos cualquier tipo de particiIJacj~n en ~yjda~JloJítica,


--ro cual restringe todavía -nlásTas~ba~es sociales del régimen.
Sin embargo el sufragio, muy limitado todavía en 1871, se
sal) es una mera fachada. ",
.-~Asim.ismo,-la-ag~taE-ié-F1-p&pu1af-es-t:frrrstallte:-grrerras
carlistas -País Vasco, Navarra, alta Cataluña-, populares,
campesinas con frecuencia, católicas sobre todo, al estilo
amplía de forma progresiva yen 1911 se hace casi universal.

e Pero la contradicción esencial italiana reside en la oposi-


ción entre el norte y el Mezzogiorno. El norte, muy cercano
por sus estructuras económicas y sociales a la Europa del
de la guerra de 1808, vinculadas a la defensa de las liberta-
des locales; levamamientos rurales andaluces, lllotines ur-
banos cuyo blanco son con frecuencia las instituciones re-

e noroeste, se industrializa a finales del siglo XIX (Olivetti,


FIAT...). Su crecimiento es tanto más rápido cuanto que ita-
lia apenas se ha visto afectada por la primera Revolución In-
ligiosas. A lo largo del siglo, la «España roja» sigue
enfrentándose a la «España negra», en un país donde la
práctica religiosa continúa siendo fuerte y donde la Iglesia
conserva la pretensión de dirigir al conjunto efe la so-

e dustrial basada en el carbón. El Mezzogiorno de los latifun-


dia, por el contrario, yuxtapone grandes señores feudales y
una masa campesina pobre, analfabeta, dominada subrepti-
ciedad. '" .
Las estructuras agrarias apenas han evolucionado y el de-
sarrollo económico está ampliamente dominado por los ca-
ciamente por la MAfia en Sicilia y la Camorra en Nápoles.
e A partir de finales del siglo XIX, sus campesinos alimentan la
gran oleada de emigración hacia el norte, pero sobre todo
pitales extranjeros. La derrota de 1898 frente a Estados Uni-
dos despoja a España de los últimos restos de su dominio
mundial, Cuba y Filipinas. Por otro lado, el movimiento eu-
hacia Francia y Estados Unidos.

e El patriotismo de los liberales del Risorgimento se trans-


forma, a finares de siglo, en un nacionalismo con gran in-
fluencia de la derecha, que reivindica las «*tierras irreden-
ropeo de las nacionalidades despierta los particularismos
regionales en un país donde el Estado central no ha podido
unificar la nación. Los catalanes recuperan su lengua y su

!e tas», Trento y Trieste, y apoya las empresas coloniales. Pero


la conquista de Libia en 1911 no borra el fracaso de Adua, en
Etiopía, en 1896. El escritor Corradini exalta una Italia, «gran
historia. Finalmente, un vigoroso movimiento obrero se de-
sarrolla a finales de siglo. Las tradiciones españolas, la dis-
persión de los focos industriales y el desprecio por la vida
política explican el arraigo anarquista: en 19 Il se crea la

e proletaria», que no ocupa en el mundo el lugar que merece. Confederación Nacional del Trabajo.
426 URE\'F IIISTnlUA DE ElJlHWA 22. LOS rSTA1)(lS EUROPEOS PE IR71 A 1i/14 427
e
La «generación de 1898» intenta un salto intelectual
amargo y orgulloso COntra el complejo de decadencia de Es-
paña. La nación va a rastras de la Europa industrial y liberal;
Tiene los mejores ciudadanos para elegir una asamblea legislati-
va, y, por consiguiente, se puede con razón esperar que la elegi-
rán buena y capaz a su vez de elegir una buena administración.
e
la mitad de la población es analfabeta. Pero ese salto de 1898
apenas alcanza a las Españas profundas. ¿Era realmente po-
sible, como pretendía Unarnuno, «españolizar Europa»?
Inglaterra es el tipo de la nación respetuosa, y la manera cómo
lo es y cómo ha llegado a serlo, es cosa curiosa en extremo. Las
clases medias, es decir, la mayoría de las gentes que tienen educa-
e
ción: he ahí cuál es la fuente del poder en Inglaterra. La opinión
La historia de Portugal, donde la República se proclama
en 1910, también es turbulenta en el siglo XIX. Tampoco el
liberalismo consigue imponerse en el país. La Europa medi-
pública hoy, es la opinión del gran burgués que usa el ómnibus.
No es, en modo alguno, la opinión de las clases aristocráticas
e
corno tales, ni las de las clases que tienen más educación y más

,l.:
terráne~ no ha con.seg~ido integrar en la nación a las masas
campesInas mayontanas. gusto; es sencillamente la opinión de la masa ordinaria que ha re-
cibido una cierta instrucción, pero que no por eso deja de ser e
--
"
:-r... bastante vulgar l...].
La masa del pueblo inglés tiene una gran obediencia a algo que
., ..•. ~ DOCUMENTOS
es cusa distinta de sus gobernantes. Lo que respeta es lo que pudie-
1. La Inglaterra victoriana ra llamarse la pompa teatral de la sociedad. Que se presente ante
:,... ,;- sus ojos como una ceremonia imponente, un cortejo de grandes
:,. Supongamos el caso en que la masa del pueblo no es capaz de ele- personajes, un cierto espectáculo de mUieres elegantes, o cualquie-

•e
gir el Parlamento, que es lo que ocurre en la mayoría de las na- ra de esas representaciones en las cuale,; ,;e despliega el lujo y la ri-
ciones, pues la excepción de esta regla es muy rara: ¿cómo enton- queza, y tendremos a la masa profundamente impresionada [...].
I
ces ha de ser posible un gobierno de gabinete? Entonces es El gran mundo visto desde afuera es una especie de teatro, don-
posible sólo a los pueblos que yo llamaría respetuosos. Se ha mi- de los actores dominan las tablas como los espectadores no sa-
rado el hecho como extraño, pero es una gran verdad, que hay brían hacerlo. El drama se representa en todos 10:;4(\istritos. Un
naciones en las cuales la multitud, menos hábil políticamente que hombre del campo reconoce que su casa no se parece al castillo o
el pequeño número de privilegiados, debe ser gobernada por palacio del lord, su vida no es la vida del lord, su mujer no tiene el
ellos. La mayoría numerica, sea por hábito, sea con propósito de- aspecto de myhldy. Y la última palabra del drama es la reina [...].
liberado, no importa, está dispuesta hasta con gran calor a dele-
gar el poder de elegir un gobernante a una minoría escogida. Ab-
dica en favor de esta minoría escogida, y obedece sin esfuerzo a
Los personajes que gobiernan en apariencia a Inglaterra, son
como los que figuran más ostensiblemente en una procesión,
son los que atraen las miradas de la muchedumbre y que provo-
e
quienes tienen la confianza de esta aristocracia intelectual. Reco-

e
can sus aclamaciones. Los que en realidad gobiernan están ence-
noce, como sus#lectores de segundo grado, encargados como ta- rrados en los carruajes de segunda clase, nadie repara en ellos ni
les de elegir sus gobernantes, los miembros de una minoría bien pide sus nombres, pero se les obedece implícita e instintivamente
educada, capaz y que no encuentra resistencia; otorga una espe- en virtud del esplendor desplegado por aquellos que les eclipsan
cie de mandato a algunas personas que le son superiores, que
pueden elegir un buen gobierno y a las cuales no se hace oposi-
ción. Una nación en cirCunstancias tan felices, presenta medios
y les preceden. .

W ALTER BAGEHOT, La Constitución inglesa (1867), trad. de Adolfo Posada,


e
singularmente ventajosos de organizar un gobierno de gabinete.

~ .__ ;11
Madrid, La Espatia Moderna, s. a., págs. 50-54
e
e 428
BREVE HISTORIA DE EUROPA 21. lOS ESTADOS EUROPEOS DE 1~71 :\ 1'11-1 429

e Aunque era banquero de profesión, Bagehot destacó como ensayis-


ta y politólogo. En plena discusión sobre la reforma electoral
de 1867, intentó describir el sistema político inglés traspasando la
mos los fanatismos y los despotismos. Rompamos las espadas
criadas de las supersticiones que tienen el sable en el pueblo. Bas-

e mera apariencia de las instituciones para desvelar la realidad so-


ciológica del poder: la hegemonía de las clases medias, la posterga-
ción de las masas populares y el papel simbólico de la monarquía
ta de guerras, basta de matanzas, basta de carnicerías: librepensa-
miento, librecambio, fraternidad. ¿Es tan difícil la paz? La Repú-
blica de Europa, la Federación continental, no hay otra realidad
política que ésta. Los razonamientos lo constatan, también los
son presentados sin ambages.
e 2.
acontecimientos. Sobre esa realidad, que es una necesidad, todas
las filosofías están de acuerdo, y hoy los verdugos unen su de-
mostración a la demostración de los filósofos. A su manera, y
Victor Hugo: «Europa necesita una nacionalidad europea»

e Sí, la noche es negra; estamos en la resurrección de los espectros;


precisamente porque es horrible, el salvajismo rinde testimonio
por la civilización. El progreso ha sido firmado por Acmet Pachá.

•e
tras el Syllabus, ahora llega el Corán; entre las Biblias se confrater- Lo que las atrocidades de Serbia ponen fuera de duda es que a
niza; jungamus dextras: <ieJrás_delaSa¡¡taS~ee-se-alza--Ia--Sublíme __ Europa le resulta imp'r~~illdibl~ una nacionalidad euro~,-!I!L
Puerta; nos dan a elegir entre tinieblas; y, viendo que Roma nos gobierno uno, un inmenso arbitraje fraterno, la democracia en
ofrece su edad media, Turquía ha creído poder ofrecernos la suya. paz consigo misma, todas las naciones hermanas con París por
De ahí lo que se hace en Serbia. ciudad y por cabeza, es decir la libertad teniendo por capital la
¿Dónde se detendrán? luz. En una palabra, los Estados Unidos de Europa, ésa es
¿Cuándo acabará el martirio de esa heroica y pequeña nación? la meta, ése es el puerto. Ayer esto no era más que la verdad; g¡-a-
Ha llegado el momento de que salga de la civilización una ma- cias a los verdugos de Serbia, hoyes la evidencia. A los pensado-

e jestuosa prohibición de ir más lejos.


Nosotros, los pueblos, intimamos a los gobiernos esa prohibi-
ción de ir más lejos por la senda del crimen.
res se añaden los asesinos. La prueba la habían hecho ya los ge-
nios, ahora la han hecho los monstruos.
El futuro es un dios arrastrado por tigres.

e Pero nos han dicho: Olvidáis que hay «asuntos». Asesinar a un


hombre es un crimen, asesinar a un pueblo es «un asunto». Cada
.
:~.¡":~,:

París, 29 de agosto de 1876.


gobierno tiene su asunto: Rusia tiene Constantinopla, Inglaterra
tiene la India, Francia tiene Prusia, Prusia tiene Francia. "Pour la Serbie", Actes el Paroles

e Nosotros respondemos:
También la humanidad tiene su asunto; y ese asunto es éste, es
más grande que la India, Inglaterra y Rusia; es el niñito en el Este grito de Victor Hugo (1802-1885) viene provocado por las

e
vientre de su madre.
matanzas producidas durante la guerra entre Serbia y el Imperio
Sustituyamos 19s asuntos políticos por el asunto humano. otomano (la «Sublime Puerta»). Las alusiones anticlericales del
Todo el futuro radica ahí.
primer párrafo se explican por las luchas en la política francesa en-

e Digámoslo, se haga lo que se haga, el futuro será. Todo le sirve,


incluso los crímenes, servidores espantosos.
Lo que ocurre en Serbia demuestra la necesidad de los Estados
Unidos de Europa. Que a los gobiernos desunidos sucedan los
tre conservadores y republicanos. Esa apelación a los Estados Uni-
dos de Europa atestigua el optimismo europeo, convencid(}de «su»
civilización.

e pueblos unidos. Acabemos con los imperios asesinos. Amordace-


430

3. El Partido Socialdemócrata
BREVE HISTORIA

y las instituciones
DE EURDPA

de los esta-
e
e
dos del Reich
23. La civilización europea en el siglo XIX
El absolutismo militarista, de apariencia constitucional, que rei-
na en Alemania está en relación muy estrecha con el carácter re-
accionario de las instituciones políticas de Prusia. Mientras que
en cierto número de Estados del sur de Alemania se ha introduci-
do el sufragio universal, igual, directo y secreto, para las eleccio-
Sobre un fondo de expansión y de dominación creciente sobre el
mundo, Europa puede creer que su civilización es la única, que
I e
nes a los Landtag, en Prusia, en Sajonia y en los pequeños Esta- ella es la «civilización)). Median.te la ciencia y la instrucción van I .-
dos de la Alemania del norte subsisten leyes electorales que, por a difundirse el progreso y la paz, y ya existe una Europa de la ,.,
la división en clases según la fortuna, por el otorgamiento de un cultura que vive en Viena, en París o en Berlín. Pero las tensio-
nes se dejan ver, las de las Iglesias, en posición defensiva, las de
voto plural u otros privilegios a los que tienen propiedades, Son
un insulto a la igualdad de derechos entre los ciudadanos. En
los socialismos, en posición ofensiva, y el final del siglo ve nacer I .-
los elementos de l/na crisis de la conciencia el/ropea. •

--
particular, el sistema electoral de las tres clases y el voto público,
en Prusia, significan la dictadura de los grandes terratenientes y
de los grandes capitalistas en la mayor parte de los Estados ale-
manes y por tanto en el Reich ¡...J
El siglo XIX se ve arrastrado, en su totalidad, por una fer-

I
El congreso del partido protesta contra esa situación institu-
viente creencia en los poderes de la razón, y sus Exposicio-
cional que se halla en plena contradicción con el desarrollo eco-
nes Univers;lles expresan de forma regular la fe positivista.
nómico y que subleva profundamente a las masas POpULlres,
productoras y políticamente maduras. Expresa su pleno acuerdo Cierto que, a lo largo del siglo, las Iglesias Se niegan a unirse
al optimismo liberal, que también denuncian los socialis-
con los combates llevados con gran energía en los diferentes Es- .
tados del Reich. El congreso del partido reclama para todos los
ciudadanos de ambos sexos, de más de 20 años, el derecho de su-
fragio universal, igual, directo y secreto como fundamento de
J mos, y que la unidad de Europa está más amenazada por la
crisis de conciencia de principios del siglo xx que rehabilita
el instinto vital y refuerza los nacionalismos. Fero no es me-
e
cualquier sistema electoral para las elecciones a todas las asam-
bleas públicas, así como un desglose de las circunscripciones
nos cierto que, todavía en 1914, la circulación de las ideas y
las corrientes artísticas y la irradiación de las grandes capi- e
-e
electorales según la cifr~de la población ... tales, París, Berlín, Viena y Londres, siguen demostrando la
unidad intelectual de las elites europeas.
Resoluciónpresentada por el Comité directivodel Partido Socialdemócrata
en el Congreso de Magdeburgo, 1910 (citado por P. Guillen, L'Empire
aUemand, 1871-1918, París, Hatier, 1970)
Paz y progreso

El optimismo europeo
El Partido Socialdemócrata es en ese momento el primer partido
de! Imperio alemán. Esta resolución sitúa en el primer plano de sus
reivindicaciones la democratización de los diferentes estados que
entonces componen e! Reich de Guillermo lI.
Entre los conflictos napoleónicos y la gran sangría dé 1914,
el siglo XIX evitó la guerra. Los conflictos militares, aunque
numerosos, permanecieron localizados y fueron analizados
e
_J _ 431 e
e 432 BKI.:V¡". J[J~TOj{¡A DE EUROPA D. 1.:\ UVIUZACH)J\ EUROPEA Et\ EL Sj(;U} Xl.\: 433

e como conflictos de retaguardia, anacrónicos. Cuando en


Europa ya no haya pueblos oprimidos ni naciones sin esta-
do, cuando la libertad y la democracia hayan emancipado a
La ciencia y los progresos de la instrucción

Los grandes descubrimientos científicos participan de ese

e los individuos, entonces la guerra ya no tendrá razón ni ali-


mento. Así vislumbraban los europeos la paz universal.
Asimismo, las sociedades europeas se ven arrastradas por
optimismo. En 1835, el exégeta alemán Strauss cuestiona en
su Vida de Jesús la historicidad de los Evangelios. Su libro,
que tuvo un enorme eco en Europa, abre el camino a la crí-

e la esperanza en un futuro del que habría desaparecido la mi-


seria. El enriquecimiento gradual de los estados, la domesti-
cación de las fuerzas naturales, el empleo de máquinas que
tica histórica de los textos sagrados. En 1859, el inglés Dar-
win publica La evolución de las especies; su pensamiento,
vulgarizado, permite creer en una evolución armónica de

e alivian el sufrimiento de los hombres permiten esperar la fe-


licidad universal. Es lo que pensaban, a mediados de siglo,
los saintsimonianos: Europa, explorando y explotando las
las especies, pero sitúa sobre todo a la ciencia como rival de
la verdad revelada. El nacimiento de la terapéutica moder-
na permite concebir un futuro en el que la enfermedad no

e- riquezas del globo, estimulando, gracias a los ferrocarrile~L


a-losbarco's de vapor, el crecimiento de-los intercambios,
permitiría la multiplicación de los recursos disponibles y fa-
s~ya una caR!i<:hosafat~lidad. t:lguj111ico fiancés__~'ta~~~
lin Berthelot afirma que ,<laciencia es la benefactora de la
humanidad», que gracias a ella puede volverse "fraterna».
cilitaría por tanto su reparto. Los europeos del siglo XIX son De este modo, los hombres accedían a esa edad positiva
e conscientes de ser los actores de una historia cuyo final feliz
pueden esbozar.
anunciada por Auguste Comte. La afirmación de las cien-
cias humanas, de la historia en particular, se orienta en ese
En esa esperanza les sostiene un hecho: viven el progreso sentido. El hombre es capaz, mediante el empleo de la ra-

e en medio de la estabilidad. Estabilidad de la burguesía, con


la conciencia limpia y segura de sus valores. Estabilidad de
las fortunas adquiridas y de los patrimonios, si son gestio-
zón, de descubrir los mecanismos del universo; compren-
de, y puede por tanto aspirar a dirigir, la evolución de las
sociedades.

e nados con honradez y sabiduría. Los europeos del siglo XIX


viven un mundo donde la moneda no sufre los estragos ~
la inflación. El papel moneda, que va difundiéndose P)KÜ a 1"'--
La instrucción progresa en todas partes";pese a que la
escuela sólo penetre lentamente en las regiones rurales de
las penínsulas mediterráneas y de la Europa del este. Pero,
¿" "
e poco, siempre es contertible en oro.
Naturalmente, para los europeos hay «una» ci,vilización, y
ésta es europea. Pero este privilegio se traduce en una mi-
aunque en Rusia todavía se cuenten tres cuartas partes de
analfabetos en 1914, el número de niños escolarizados en
las escuelas primarias ha pasado de 400.000, a mediados
sión: Europa debe difundir la civilización por el mundo. Es el
e «fardo del hombre blanco», dice Kipling, y Victor Hugo pa-
rece responderfe como un eco: «El Blanco ha hecho del Ne-
del siglo XIX, a 4 millones en 1900 y a 7 millones en 1914.
En 1913, en todos los estados del noroeste de Europa, en
Alemania, en Austria, el analfabetismo sólo afecta a me-
gro un hombre». En suma, la colonización consiste en hacer nos de un 10% de la población. A finales de siglo, París re-
e del mundo una sola Europa. construye una triunfante Sorbona. El número de estu-
diantes alemanes pasa de 14.000 en 1871 a más de '60.000
en 1913.

e
434 BREVE HISTORIA DE EUROPA 23. LA CIVllIZACION EUROPEA EN EL S1C;1.O XIX 435 e
La crisis de conciencia del final de siglo

Si los valores del progreso y de la razón son todavía difusos


mo por toda Europa. Nacido al mismo tiempo de una hosti-
lidad cristiana hacia el pueblo siempre considerado como
«deicida)) y de la denuncia por los primeros socialistas del
e
en vísperas de la guerra, entre las élites europeas se difunde
una nueva sensibilidad que pone en duda las certidumbres
optimistas del positivismo. Los trabajos de Planck y de Eins-
capitalismo «judío)), se amplía y se transforma alimentando
las pasiones de la derecha nacionalista, que designa a los
apátridas como inasimilables. Así, huyendo de los pogro-
e
tein cuestionan la física, cuyas bases seguían siendo newto- mos y de la miseria, numerosos judíos del este emigran ha-
nianas. El filósofo francés Bergson, que en 1907 publica La
evolución creadora, rehabilita el impulso vital y el poder
cia Estados Unidos. Otros, como Theodor Herzl, sueñan
con un Estado judío (1896). A principios del siglo xx, comu-
e
creador instintivo, la intuición. El filósofo alemán Nietzsche nidades judías instalan en Palestina los primeros kibutz.
critica de forma radical el ideal racional y democrático de su
tiempo, qu'e no ofrece a los hombres otra cosa que la «moral
del rebano». Sus libros proféticos y poéticos exaltan la «vo-
e
Las fuerzas transnacionales
luntad de poderío» y apelan al «superhombre». En Viena, el
médico Sigmund Freud explora el inconsciente y revela la
importancia de la sexualidad en la construcción de la perso-
Si la Europa del siglo XIX es arrastrada por el optimismo del
impulso liberal, dos grandes fuerzas cuestionan, o tratan de
e
nalidad.
En ese mismo sentido, ciertas corrientes artísticas critican
las certidumbres burguesas. El cubismo deconstruye las for-
superar, el liberalismo. La Iglesia católica, hasta ese momen-
to íntimamente ligada a los tronos, parece querer restaurar, e
l a contracorriente, sus posiciones perdidas. Los socialistas,
mas como Freud deconstruía el psiquismo. El poeta italiano
Marinetti exalta en 1909, en el Manifiesto futurista, la veloci-
dad, el amor al peligro, la violencia creadora e incluso la
por el contrario, quieren destruir el orden liberal, que para
ellos no es más que injusticia, y construir una sociedad don-
de reine la igualdad.
e
guerra, «única higiene del mundo».
Las nuevas corrientes intelectuales y sensibles de las élites
redescubren en efecto, a principios del siglo xx, las pasiones El fenómeno religioso. ¿Hacia la laicización
e
nacionales populareJ, a veces mantenidas por la clase políti- de las sociedades?
ca. El escritor francés Maurice Barres pasa del «culto del yo»
a la «novela de la energía nacional». Puede comparársele el
itinerario del poeta italiano Gabriele D'Annunzio. Mientras
El cristianismo sigue siendo una de las unidades más fuertes e
de Europa. Cierto que la división entre las confesiones cris-
tanto, el nacionalismo se convierte en Europa en un valor de
sustitución. La~ciencia y el ideal racional no han permitido
que los hombres desarticulados de las grandes ciudades
tianas oponen siempre una Europa del norte protestante,
una Europa católica en el centro y en el sur y una Europa or-
todoxa al este. En la Europa protestante, las Iglesias, cuando
e
arraiguen. Reunidos en torno a la nación, los individuos
pueden expresar su violencia vital.
Ese renacimiento del nacionalismo, en la época de la era
se hallan establecidas, cohabitan bastante fácilmente con los
estados y coexisten a menudo, como en Gran Bretaña, con
múltiples sectas disidentes. Allí donde son minoritarios,
e
de las multitudes, explica en parte el ascenso del antisemitis-

__ o • • ._ I
como en Francia, los protestantes aceptan los principios

.~__ _ o
e
e 436
BREVE HISTORIA DE EUROPA
23. LA CIVII.IZAC!()N EUROPEA EN El. SJ(;¡.O XIX 437

e de 1789. En Rusia, por el contrario, el poder de los zares se


apoya en una Iglesia ortodoxa nacional. Sólo la Iglesia cató-
lica, universal en su principio, se identifica claramente con
urbanas desarraigadas escapan cada vez más al patronato de
las Iglesias.

e Europa, desde donde envía sus misioneros evangelizadores.


Al difundir los principios de la libertad individual, la Re-
volución pretendía liberar a los hombres de las creencias
Puede leerse este siglo, por tanto, como el de la seculari-
zación de la sociedad, y es grande la tentación de presentar-
lo como el siglo del declive tanto del sentimiento religioso
como de las Iglesias. Sin embargo, los aparatos clericales in-

e impuestas. Y, de hecho, la Iglesia católica del siglo XIX con-


dena tanto el liberalismo como la libertad religiosa. El Papa-
do, que sufre al mismo tiempo la pérdida de su poder tem-
tentan, a lo largo de todo el siglo XIX, adaptar su estrategia a
las condiciones nuevas, sin conceder nada sobre el fondo. La
Iglesia católica es el mejor ejemplo. Las órdenes religiosas

e poral y el asalto del liberalismo, se crispa sobre una visión


de una Cristiandad totalizante. En 1864, el papa Pío IX antiguas, en crisis profunda a finales del siglo XVIII, se
reconstruyen; otras nacen. Las.devociones responden a las

--e
enuncia, en el Syllabus, todos los errores del mundo moder-
necesidades de las muchedumbres, las peregrinaciones se .
no, con el que la Iglesia se niega a reconciliarse. _~ CO!lciIio
. -mu!ti¥HGaFl-,-las-flH}Et.iEas-fllili'ianas,ultraffiúnmnas-;--se-di=--~-~. ,
-Vatn..'aIRJI, que en 1870 proClama la infalibilidad pontificia,
refuerza el carácter monárquico de la Iglesia. Por último, a funden por Europa. Nace una gran prensa católica, con fre-
principios del siglo XX, el papa Pío X, al condenar el «mo- cuencia popular. A finales del siglo se multiplican los movi-
dernismo», rechaza, en nombre de la tradición revelada, mientos de acción católica, que encuadran a la juventud
fuera de la estructura tradicional de la parroquia. En Bélgi-
toda mirada crítica y científica sobre los textos sagrados. En
numerosos países, y en primer lugar en Francia, pese a la
f ca, en Austria, en Alemania, los partidos católicos desempe-
ñan un gran papel en la vida política. Condenando de forma
e existencia de una pequeña minoría de católicos liberales,
la Iglesia está al frente del combate conservador contra la
República.
paralela tanto el socialismo como el liberalismo, la Iglesia
católica intenta proponer una tercera vía, el corporativismo.
Por último, coincidiendo con el nacionalismo, cierto des-

e Por otro lado, en la Europa liberal e industrial, el éxodo


rural y la urbanización deshacen las viejas comunidades
cuyo cimiento era esencialmente religioso. La alfabetiza-
pertar espiritual marca los inicios del siglo xx. "'-

ción, la mayor circulación de las ideas y el desarrollo de la

e prensa despiertan el espíritu crítico. Las prácticas religiosas,


que formaban parte de la sociabilidad natural de las pobla-
ciones, pertenecen de este modo al campo de las mentalida-
Los socialismos

Los socialismos anteriores a Marx, en la primera mitad del

e des. Siguen siéndolo todavía en gran parte de Europa. Ade-


más, la Iglesia ya no puede aspirar a ser un marco para la
sociedad; por todas partes, en la escuela, en el hospital, en la
siglo XIX, surgen como un rechazo a la fábrica e imaginan
comunidades igualitarias utópicas. La originalidad del pen-
samiento de Karl Marx es partir de la fábrica y. proponer a

e alcaldía, se encuentra con la competencia del Estado. En nu-


merosos países la práctica religiosa se feminiza, mientras
que los hombres se entregan, desde el café a la política, a
quienes trabajan en ella, los proletarios, que se conviertan
en palancas de la destrucción del mundo antiguo dominado
por el capital burgués y en agentes de la construcción de un
mundo nuevo. La obra de Marx, nutrida de filosofía alema-

e otras formas de sociabilidad. Por último, las muchedumbres


na, de historia francesa y de economía británica, es innova-
438 BREVE HISTORIA DE EUROPA ?
"t
2~. LA CI\'ILlZAClON EUROPEAEN El. SJ(.;(.(lXIX 439 e
dora porque anuda lo político, lo económico y lo social,
porq~e da un se~t!?o histórico a las luchas militantes y por-
1i La Internacional es también una gran fuerza pacfttca'Y41
medida que crecen los peligros multiplica sus esfuerzosJpaia e
que tiene la amblclon de superar el horizonte nacional. t' impedir la guerra. Es forzoso constatar su impotenda.
En 1914, el sentimiento nacional es más fuerte que la solida-
Marx es también un militante, fundador de la I Interna-
c~onal (1864-1876), desgarrada, tras la dramática experien-
cla de la Comuna de París, por los enfrentamientos entre
.~
!
!
ridad de los proletarios.
En realidad, la unidad europea es más cultural que reli-
e
f
anarquistas y socialistas. En 1875 nace el primer partido que
se apoya en el pensamiento de Marx, el Partido Socialdemó-
crata alemán, y progresivamente en todos los grandes esta-I
I
,.
giosa o social.
e
dos europeos aparecen partidos semejantes. En 1889, la . Las unidades culturales

1"
~'
,
....
~..
II Internacion,al trata ~e f~derar esos partidos y dotarles de
un alma comun. Los sll1dlCatos se organizan. A principios
•.
'1 La Europa de la cultura e
del siglo p¡, mientras se multiplican las huelgas y los enfren- •
tamientos, en particular durante los 1.0 de Mayo, el socia- i Europa no vuelve a encontrar nunca en el siglo XIX el cos- _
lismo es ya una fuerza social y política europea capital. ! mopolitismo de la «República de las letras» del siglo XVIII. Y ,.
En 1912, la Internacional cuenta con más de 3 millones de ¡ si las aristocracias, lanzando sus últimos destellos, todavía
_,O
afiliados y ejerce su influencia sobre m,ís de 10 millones pueden crear la ilusión, desde la Costa Azul a las ciudades _.
de sindicados. termales alemanas, de un modo de vida europeo, los gran- ••
Si.n embargo, algunos partidos socialistas, por ejemplo el des escritores permanecen anclados en las realidade.s nacio-
-"r:.
.'.
,""
J., .•
P~rhdo Laborista británico, son rebeldes a la ideología mar-
xlsta.yen el seno, mismo de los partidos se enfrentan dos ten-
denClas. Unos (¿ortodoxos?) consideran que la revolución so-
nales. Un Chateaubriand, desde sus fastuosas embapd~s de
Berlín o de Roma, todavía podía hacer creer en .la realidad
de una Europa cultural francesa. Pero Chateaubnand, como
e
cial es ineluctable; el partido, «vanguardia del proletariado», escribe en sus Memorias, está entre dos ~undos. Tras él,
no sólo deb~ preparar ~sa re:olución sino además ejercer, Balzac y H~go s~n franc~ses, de la misma forma que máse
u~a vez dernbado i! antiguo sistema, una dictadura que per- tarde DostOlevskl y TolstOl son m.sos. .. ,
mita la transformación social. Es la posición de Lenin, quien, La ampliación de las élites cultivadas multiplica el nume-
e~ el exilio, a ~rincipi~s del s~gloxx, anima la facción bolche- ro de europeos que se reconocen. en u~a educación clásica y_
Vlque del Partido SOClaldemocrata ruso. Otros, como Berns- humanista, que en todas partes sigue Siendo la base de la en-.
tein en Alemania, excluyen cualquier tipo de revolución vio- señanza. Existe una comunidad científica europea. Los pre-
lenta. En su o"pinión, el socialismo puede alcanzarse a través mios Nobel son, a principios del siglo XX, casi exclusivamen-_
de reformas sucesivas. «Genio sinfónico», según la frase de te europeos. E incluso aunque los escritores y los artistas.
Romanin Rolland, Jean Jaures trata de conciliar la necesidad pertenezcan antes que nada a su patria, Europa respira to-
de la acción reformista cotidiana yel carácter ineluctable, a
cierto plazo, de la revolución. De hecho, los socialistas son
tanto más revolucionarios cuanto menos se ha adentrado su
davía al mismo ritmo artístico y literario.
La arquitectura evoluciona con un mismo movimiento
'

Abandona de forma progresiva el pastiche neoclásico que


e
país en la VÍadel liberalismo y de la democracia. aún revestía con columnas, frontones y peristilos los teme

~ ~ l _
e 440
BHEVE HISTOHIA VE EUROPA
2.1. LA C1VIJ.IZAU(lN EUIH H'b\ F'\ EL ;-;¡L1<) Xl.\ 44/

e plos de la burguesía triunfante: las estaciones de ferrocarril,


las bolsas, los teatros. La Opera de París, concluida en los
años 1870, y que acumula hasta el exceso ostentatorio las re-
En los años 1860 se abre en París un «Salón de los recha-
zados» que acoge las obras excluidas de las exposiciones ofi-

e ferencias a todos los estilos del pasado, es uno de los últimos


ejemplos de estos monumentos. La torre Eiffel es ya en 1889
un manifiesto provocador de la desnudez del material. A
ciales. Entonces ciertos escritores y artistas proclaman su
ruptura con el gusto «burgués». Es el tiempo de las vanguar-
dias. Apreciados solamente por algunos expertos ilustrados,

e principios del siglo xx, un mismo estilo, el Art Nouveau, se agrupados en algunos talleres o en torno a pequeñas revis-
declina en todas las lenguas de Europa: Modern Style en tas, lanzando manifiestos provocadores y cultivando a veces
el mito del artista maldito desconocido, pequeños grupos de

-e-
Francia, Jugendstil en Alemania, estilo Liberty en Italia... Al-
canza a todos los campos de la vida cotidiana, los tejidos, los escritores y artistas rechazan la tradición y exaltan el genio
muebles, las joyas. Ilumina las ciudades con arabescos y solitario creador. París es el centro del impresionismo, lue-
curvas sensuales, dilata con flores de hierro de color verde go del fauvismo. El grupo Die Briicke (el alemán Nolde, el
pálido las entradas de metro de Guimard en París, explosip- austríaco Kokoschka ...) lanza el expresionismo en Dresde,
n~ hasta_eLbauO€o-en-los-edíftcios oercatalán Gaudíen Bar- .-eIl--l-906~El.-gspa-ñQl-!2iGasse--y-el-ffafl€és-Braqtle-;-ensu-es=
celona. Mientras, y de forma paralela, otros arquitectos bus- tudio parisiense del Bateau-Lavoir, inventan el cubismo.
can la desnudez y la funcionalidad de la forma: los hermanos En 1911, en Munich se forma el grupo Der Blaue Reiter (<El

e Perret utilizan el cemento armado (teatro de los Champs


É)ysées, 1913); en Alemania, Peter Behrens diseña objetos
cotidianos para grandes empresas industriales; en Viena,
jinete azu1») en torno a Kandinsky, que pinta sus primeras
acuarelas abstractas.
Estas vanguardias son ignoradas o ridiculizadas tanto por

e Otto Wagner defiende la adecuación de la línea y del mate- el público burgués, que continúa apegado a las formas tradi-
rial; el lionés Tony Garnier imagina una «ciudad industrial». cionales del arte, como por el «gran público». En ese mismo
momento, la cultura de masas aparece con el cambio de si-
glo vehiculada por los grandes periódicos populares. Se ex-
e Escritores y artistas. Cultura de masas y vanguardias presa en los primeros encuentros deportivos, I!lscarreras de
bicicletas, los combates de boxeo, el fútbol, en los espectácu-
los populares, el café concierto y, sobre todo, el cine, que
El estatuto social de e6critores y artistas se transforma en el

e siglo XIX. Ya no producen exclusivamente para las élites. Los


progresos de la instrucción y la aparición de una prensa de
gran tirada amplían su público. El arte desciende a la calle;
empieza como un espectáculo de feria. Hasta entonces, las
comunidades tradicionales vivían al ritmo de la fiesta. Las
muchedumbres urbanas viven en adelante el principio de la

e Mucha o Toulouse-Lautrec se dedican al cartel, Balzac o


George Sand ya.publicaban sus novelas en los folletones de
los periódicos. En el último cuarto del siglo, Émile Zola es el
era del ocio.

e primer escritor francés cuyos libros alcanzan grandes tira-


das. Europa inventa los museos, consumo colectivo del arte
Y espejo de una historia. Los grandes comerciantes de cua-
La Belle Époque

La expresión, como se sabe, es retrospectiva. Atestigua las


dros amplían el mercado del arte.
e nostalgias de una sociedad que echa de menos el tiempo an-
terior a las matanzas de la Gran Guerra. Y esa época sólo fue
442
BREVE HISTORIA

«bella» para algunos: muchos se apiñaban en los barcos de


DE EUROPA 23. LA U\'II.IZAUO;>; EL:ROPEA EN EL SI<;l.O XIX

rige la orquesta de la Opera- y Arnold Schónberg, que aban-


443
e
emigrantes en ruta hacia el gran mito americano, otros tra-
taban de sobrevivir en medio de las hambrunas campesinas
del este europeo o en el trabajo del fondo de las minas, y por
dona las reglas del sistema tonal clásico. La fluidez decorativa
de la obra del pintor Gustave Klimt, fundador de la primera
Secesión vienesa, contrasta con las formas atormentadas y
e
último otros, polacos o eslavos del Imperio austro-húngaro,
seguían soñando con su libertad.
Y, sin embargo, corno una escampada, la Europa en torno
violentas de Kokoschka. Sigmund Freud trata de captar to-
das las manifestaciones del inconsciente e inventa el psico-
nálisis. También es en Viena donde Theodor Herzl esboza
e
a 1900 es una Europa próspera que todavía preserva la paz.
Y la época es «bella», sin duda, porque la civilización eu-
ropea está en la encrucijada de épocas diversas. Las aristo-
una solución política al problema judío. La mezcla de cultu-
ras en el seno del Imperio y los problemas de identidad de
los artistas -de ello da testimonio Kafka en Praga- explican
e
cracias despreocupadas se encuentran en los placeres de
te
tal vez esa fecundidad cultural inconoclasta que contrasta

I
Marienbad o de Niza. La burguesía se halla sólidamente ins- con la permanencia de la Europa brillante pero caduca que
talada en sus edificios seiioriales de las grandes ciudades; baila el vals en la corte del viejo Francisco José.

--
compra los primeros automóviles, descubre los baños de
mar y los estremecimientos de los casinos. Las vanguardias,
como hemos visto, encarnan la parte de la invención crea- ~ DOCUMENTOS
dora y del sueño. A las muchedumbres urbanas se les pro- j
ponen los primeros ocios de masas.
1. Organizar científicamente la humanidad
Asimismo, la circulación de las grandes ciudades mezcla
los caballos, el automóvil, el tranvía eléctrico; su densidad No es pues una exageración decir que la ciencia encierra el futuro
exige, en Londres y París, la construcción de los primeros
metros. La iluminación por gas, luego mediante electrici-
de la humanidad; que sólo ella puede decirle la consigna de su
destino y enseñarle la manera de alcanzar su fin. e
-
dad, las convierte en «ciudades-luz». Los artistas circulan de Hasta ahora no ha sido la razón la que ha dirigido el mundo:
una metrópoli a otra: los ballets rusos triunfan en París, ha sido el capricho, ha sido la pasión. Llegará eT día en que la
Kandinsky deja Moscú por Munich en 1904; Chagall pasa de razón ilustrada por la experiencia recuperará su legítimo impe-
Vitebsk a San Peters~urgo, luego, en 1910, a París; Picasso, rio, el único que es de derecho divino, y guiará al mundo no ya

--
de Barcelona a París en 1904. al azar, sino con la vista clara de la meta que debe alcanzar.
Viena encarna tal vez, junto con París, Londres y Berlín, Nuestra época de pasión y de error aparecerá entonces como la
pura barbarie [oo.] la ciencia que gobernará el mundo ya no
pero también junto a Munich o Barcelona, esa civilización
será política. La política, es decir, la manera de gobernar el
de la Belle Époque. La ciudad -más de dos millones de habi-
mundo como una máquina, desaparecerá en tanto que arte es-
tantes en 1914- se ha duplicado desde los años 1880. El
pecial, en cuanto la humanidad deje de ser una máquina. La
Ring, construiáo sobre el emplazamiento de las antiguas
ciencia maestra, el soberano de entonces, será la filosofía, es
murallas en los años 1860, alinea los monumentos caracte- decir, la ciencia que busca la meta y las condiciones de la socie-
rísticos del eclecticismo burgués y coexiste con la ciudad
aristocrática y barroca. La fecundidad de la creación musical
es excepcional con Richard Strauss, Gustav Mahler -que di-
dad. Para la política, dice Herder, el hombre es un medio'; para
la moral, es un fin. La revolución del futuro será el triunfo de la
moral sobre la política.
e"
1
\
el
444
BREVE HlSTOH1A DE EUROPA
1.:\ UVlLlZA(](IN Et:RllPEA E!\' El SJt;j.u XIX
445

e Organizar científicamente la humanidad, tal es la última pala-


bra de la ciencia moderna, ésa es su audaz, pero legítima, preten_
sión.
LXXIX. Es efectivamente falso que la libertad civil de todos los
cultos, y el pleno poder otorgado a todos, de manifestar abierta y

e Hasta ahora, ha sido sobre todo bajo su aspecto religioso Como públicamente todas sus opiniones y todos sus pensamientos, pre-
el Estado ha velado por los intereses suprasensibles de la huma- cipite más fácilmente a los pueblos en la corrupción de las cos-
nidad. Pero desde el momento en que llegue a ejercerse en la for- tumbres y de las inteligencias, y propague la peste del indiferen-
ma puramente científica y racional la religiosidad del hombre, tismo.

e todo lo que el Estado concedía antaño al ejercicio religioso recae-


rá por derecho en la ciencia, la única religión definitiva. No habrá
ya presupuesto de cultos, habrá presupuesto de la ciencia, presu-
LXXX. El romano Pontífice puede y debe reconciliarse y tran-
sigir con el progreso, el liberalismo y la civilización moderna.

e
puesto de las artes. «S)'II11blls o Resumen de los principales errores de nuestra época, que se
sefialan en las alocuciones consistoriales, encíclicas y demás letras apostó-
ERNEST RENACi. L 'A venir de la sciellce, pensées de 1848 licas de nuestro Santísimo Padre el Papa Pío IX" (1864),.én La Ende/iea
del 8 de diciembre de 1864 y el Syllablls. Barcelona, Libr~iía Católica de
!'Qn",.I~6S,.pág&-26-51
e---l:"rnest Renan (1823-1892), historiador positivista del cristianismo,
no publicó hasta 1890 sus textos sobre L'Avenir de la science {El
j junto con la encíclica Quanta cura en 1864, el Syllabus es un catá-
porvenir de la ciencia], redactados en 1848. Da testimonio de una
I logo de los errores que entonces denuncia la Iglesia. Rígida en su
a de las collvicciones del siglo XIX europeo: la ci(,lIcia, religión llueva, t rechazo del «mundo moderno», la 19lesia condena aquí todos los
., puede orgdnizar científicamente la humanidtlrl. principios de 1789 y opone la autoridad revelada al ejercicio de la
libertad y de la razón humana.

e 2. Los errores
Pío IX
del mundo moderno condenados por el papa

e II!. La razón humana, sin atender a Dios absolutamente en


nada, es el único árbitro de lo verdadero y de lo falso. [...J

e XV. Todo hombre es libre de abrazar y profesar la religión


que juzgue verdadera por la luz de la razón. {... J
XXIV. La Iglesia no tiene el derecho de emplear la fuerza, ni

~e posee directa ni indirectamente poder alguno temporal. [oo.J


XXVI. La Iglesia no tiene derecho nativo y legítimo para ad-
quirir y poseer. [.:;1 .
LXIII. Es lícito negar la obediencia a los príncipes legítimos, y

e aun sublevarse contra ellos.


LXVII. El vínculo del matrimonio no es indisoluble por dere-
cho natural; y en ciertos y determinados casos, la potestad civil
puede sancionar el divorcio propiamente dicho. {... J

e
-------------

e. e
e
e 24. La Europa dominadora

e
e «Atenas, escuela de Grecia» ... Europa, ¿escuela del mundo? .. A
principios del siglo xx así podría creerse. Por el desarrollo de su
demografía, de su producción y de sus wpitales, por su influen-
cia so!Jre las tierras no europeas, por Sil acción «civilizadora»,

e Europa domina el mundo y cree formarlo. Pero existe un obs-


táculo para esa acción: las divisiones intemas del continente y

--e
los conflictos nacionales hacen que pese sobre Europa una ame-
naza de riesgo mortal.
--T--

En los últimos años del siglo XIX ya principios del XX, hasta
el estallido de la Gran Guerra, el mundo pudo aparecer
como un «universo europeo», tan grande era la superiori-

e dad de Europa. Superioridad económica, superioridad polí-


tica, y superioridad cultural que se traducen en el dominio
de Europa sobre la mayor parte del universo. El continente
europeo impulsa al conjunto del mundo, hasta el punto de
e que los países que no dependen directamente ~ él han naci-
do de él, como los del continente americano, o tratan de se-
guir su huella, como Japón. No obstante, salvo en el terreno

e cultural, donde existe una innegable comunidad europea, al


menos entre las élites, Europa no existe, no es más que una
expresión geográfica agitada por las rivalidades entre los Es-

e tados europeos, las reivindicaciones de las nacionalidades


sometidas, y los antagonismos políticos y sociales en el seno
de los Estados. Ricas y poderosas a menudo, las naciones

e europeas no piensan en unirse; Europa ofrece sobre todo la


visión de su inestabilidad y de sus divisiones.

e
e
f~'

450 IIHE\T I-IISToKIA DE EUROPA


24. I.A EURUPA 1J()~:Ill'\Al>lIl(:\ 45/

El poderío económico

La demografía
en Europa central y balcánica. En Alemania, el eje renano y
la cuenca del Ruhr simbolizan el formidable impulso indus-
trial y urbano de algunas regiones europeas. Se concentra en
e
ellas una población de implantación reciente, joven y de fe-
La importancia de su población es el primer factor del pode-
río económico de Europa. Con 10 millones de km\ Europa
es el más pequeño de los continentes, pero en 1914 reúne él L cundidad elevada. No obstante, para el conjunto de Euro-
pa, el umbral de fecundidad máximo ha sido superado. Un
e
«asentamiento» de la progresión demográfica se deja sentir
solo 460 millones de habitantes sobre una población mun-
poco después en todas partes durante los primeros años del
e
Üii
dial estimada en 1.682 millones, es decir, el 27%. Si hacemos siglo xx. La fecundidad desciende no obstante a un ritmo
abstracción de la enorme población china, estimada en 1913
mucho más débil que en Francia, que sigue siendo una ex-
entre 410 Y 468 millones de habitantes, Europa contiene más
del 40% del resto de la población mundial. Esa proporción
no cesó de aumentar en el siglo XIX, manifestación del dina-
[.;
£'1
l,e
cepción demográfica. La natalidad francesa está en el últi-
mo rango europeo y su retraso se incrementa respecto al
de otros países del continente. Incluso en cifras brutas, y a
e
mismo demográfico de Europa. A principios del siglo XX, su
peso demográfico nunca había sido tan grande en la historia
del mundo. La densidad media de la población mundial es
de 11 hab/km\ en Europa es de 46 ... Un «mundo lleno» que
p
f"
:¡:~
\&
pesar del aumento de la población, la cifra anual de naci-
mientos no cesó de baja r: 145.000 menos entre los años 1820
y 1900.
e
Europa opone al «mundo hueco», incluso vacío, de una gran
parte del resto del planeta. A decir verdad, el dinamismo de-
mográfico y las altas densidades no se producen en toda Eu-
.j La actividad industrial y la superioridad económica
e
ropa. Sólo el noroeste es una región de fuerte poblamiento.
En 1913, Alemania tiene una densidad de 119 hab/km2, el
En 1913, la parte occidental de Europa asegura el 44% de la
producción industrial mundial (Estados Unidos el 35,8%, Y
4;
Reino Unido de 145, Francia de 73, pero España sólo de 38,
Canadá el 2%, lo cual deja menos del 20% para el resto del
y la Rusia europea d,e 27. En la segunda mitad del siglo XIX,
Rusia duplicó su población, Alemania la aumentó en un 60%,
el Reino Unido en I1n 52%, pero la de Francia permaneció
mundo). En primera fija está Alemania, con el 15,7%; en el
segundo puesto el Reino Unido con el 14%; Francia, con
el 6,4%, figura en el tercer lugar y Rusia en el cuarto con el
e
poco más o menos estable. Las altas densidades van acom-
pañadas de un fuerte movimiento de urbanización. En el
siglo XIX, la población rural superaba ampliamente en nú-
5%. No obstante, esa situación es el resultado de cambios
bastante recientes. Inglaterra ha retrocedido, al menos en
proporción, mientras Alemania ha conocido un desarrollo
el
mero a la población urbana, pero la combinación, en pro-
porciones variables, del éxodo rural, del aumento general de
la población y del desarrollo industrial llevó a una progre-
espectacular. En los últimos años antes del conflicto, la in-
dustrialización progresó con gran rapidez en Rusia, en Italia
yen los países escandinavos. Un fortísimo progreso del cre-
;e
sión espectacular de la población urbana. En 1910, en In-
glaterra, la población rural sólo representa el 12% de la po-
blación total, en Alemania el 38%; en cambio sigue siendo
mayoritaria en Francia (56%), y muy fuerte en Rusia (75%) y
cimiento tuvo lugar en Francia en los años anteriores a .1914.
De la misma manera que para la demografía, hay de he-
cho varias Europas. La Europa del noroeste, que comprende
e
Alemania y los países escandinavos, es rica en comparación

e
e 452 BREVE HISTORIA PE ¡TROPA
24. LA ITIHl!':\ /)(l'\U;-';A,J)ORA

e con Europa meridional, central y oriental, claramente más


pobres. Pero también ahí existen diferencias entre los países La influencia sobre el mundo
453

que han «despegado», como Rusia, Italia o Austria-Hun-

e gría, y los que siguen siendo miserables y estancados: Espa-


ña, Portugal, Serbia, Grecia ... El producto por cabeza en
Serbia es casi tres veces inferior al de Bélgica.
La dominación colonial

La expansión europea a través del mundo es uno de los he-

e Esa formidable superioridad europea (sobre todo tenien-


do conciencia de que el resto de la producción es, en la prác-
tica, cosa de Estados Unidos solamente) concierne a todos
chos capitales de la historia humana, de la misma forma que
su contrario, la descolonización, ha sido a su vez uno de los
acontecimientos esenciales del período posterior a la Segun-

e los sectores de la industria. En una economía donde la ener-


gía se obtiene en su mayor parte del carbón, la producción
mundial fue de 1.215 millones de toneladas en 1913,600 de
da Guerra Mundial. No obstante, por desarrollarse a lo lar-
go de más de cuatro siglos, exige, según los momentos y se-
gún los lugares, diferentes explicaciones; pero en su;;última

e los cuales f~eron proporcionados por Europa (231 por Esta-


Uus-tlnidus):-La producción ereacero~74mírrones aetoJle-
ladas- está asegurada en un 43% por Estados Unidos yel .~
fase, la de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX,
- ~1a..expa¡:¡$.¡Q.H-G&hfl+al-tttvo-lugar en e¡-momento en queJa
parte de Europa afectada por el fenómeno colonial es pro-
porcionalmente la más rica y la más poblada del mundo, y
56% por Europa: el 22% por Alemania (17 millones de tone- !
e ladas); el Reino Unido produce 9,7 y Francia y Rusia 4 mi-
llones de toneladas cada una.
Cuestionada en cierta medida por Estados Unidos en el
~ dispone de un exceso de dinamismo. Que Europa haya teni-
do necesidad de colonias para sobrevivir y abrirse a los mer-
cados de los que su economía no podía prescindir, como ex-

e terreno de la industria, la superioridad económica de Euro-


pa sigue estando clara en el campo de los medios de trans-
porte marítimos -el 78,9% de la flota de comercio mun-
presa en cierta manera la célebre obra El imperialismo, fase
superior del capitalismo, que Lenin publicó en 1917"no co-
rresponde en el mejor de los casos más que a una pax.te de la

e dial-, gracias en particular al enorme avance de Inglaterra, y


en el de los capitales: el 91% de los capitales invertidos en el
mundo son europe~, por este orden: británicos, franceses,
verdad. Como ha escrito Henri Brunschvicg a \?ropo.sito del
África Negra: «Es probable que, frente a inversiones cada
vez más considerables, las rentas sacadas de las colonias

e alemanes, pero tamoién belgas, holandeses, suizos. Una par-


te de estos capitales está colocado, por otro lado, en Estados
Unidos, todavía acreedores de Europa en ese comienzo del
donde no había minas fueran mediocres y que, en su con-
junto, en el plano financiero la colonización no fuera renta-
ble. Mucho menos sin duda que las inversiones capitalistas
en los países no colonizados ... '>. Por tomar un solo ejemplo,
e siglo, pero también en la propia Europa. Francia es, de este
modo, el principal acreedor de Rusia, cuyo desarrollo eco-
nómico se basÓ en parte en los préstamos estatales realiza-
¿cuál era el interés económico por dominar el Sáhara más de
medio siglo antes de que en él se descubriera petróleo? Se
tiene tendencia más a bien a suscribir la opinión de Ray-
dos en el exterior y en las inversiones directas hechas en la

e industria, en particular en las minas, en la metalurgia y en


la industria mecánica.
mond Aron: «El impulso propiamente político parece más
fuerte que las motivaciones económicas. La ambició"n de
grandeza y de gloria que animaba a los gobiernos pesó más

e en el curso de los acontecimientos que la influencia, más o


menos camuflada, de las sociedades anónimas».
I
11
454 """ """"" 'oc ,""",.. I " '"",..",.".""",""" 455 •

Lo cierto es que en vísperas de la Primera Guerra Mun- demasiado vastos o demasiado disputados como para que
e
l.

1,
dial consiguieron repartirse el mundo casi totalmente, si ha- uno solo de ellos pudiera asegurar su control.
cemos abstracción de algunas colonias japonesas (Formosa, Varios estados asiáticos fueron objeto de esa dominación
Corea) o americanas (Filipinas) y del control que el Imperio parcial que se tradujo en la participación común de varios
otomano conservó sobre los países árabes. Las tierras «va-
cantes» -entendemos por ese término a aquellos territorios
cuyos habitantes, según estiman los europeos, son incapaces
estados concurrentes. Así Persia estaba simultáneamente
bajo control de Inglaterra y de Rusia. En Turquía, el Deuts-
che Bank consiguió la concesión de una importante línea
e
de gobernarse a sí mismos- han desaparecido prácticamen-
te. El primer imperio colonial es el Imperio británico (30
millones de km' y 400 millones de habitantes), seguido por
de ferrocarril, la Bagdadbahn, pero pretendía colaborar con
la Banca imperial otomana, dominada por los intereses
franceses, y también con los intereses financieros ingleses,
e
el Imperio francés, también inmenso (IO millones de km'),
pero poblado solamente por 48 millones de habitantes. Por-
que se negaron por razones políticas. El nombramiento en
1913 de un general alemán, Liman van Sanders, para las e
-e
tugueses, españoles y holandeses conservan algunas fraccio- funciones de inspector general de las tropas, fortificaciones
nes a veces considerables (Indonesia, por ejemplo) de los y ferrocarriles turcos, mostró sin embargo, al menos en ese
imperios que construyeron a partir del siglo XVI. Bélgica he- momento, la preponderancia del influjo alemán. China, lite-
redó el Congo de su rey Leopoldo 11.Alemania e Italia, que ralmente despedazada por los europeos que le habían im-
entraron tardíamente en la competición, obtuvieron poca puesto los «tratados desiguales», es el mejor símbolo de esa
cosa: para la primera, algunos archipiélagos en el Pacífico y forma de dominación. Los eurol'eos habían renunciado en
territorios dispersos en el África oriental, occidental y aus- ella a conquistas territoriales, pero los territorios en arrien-
tral (Tanganica, Camerún y Togo, el desierto del Kalahari); do, las zonas de influencia, las concesiones de vías férreas
para la segunda, la Tripolitania, Eritrea y Somalia en las par-
tes desérticas de África, a falta de Etiopía, que le quedó ve-
dada tras la derrota de Adua, en 1896. Rusia posee también
obtenidas por franceses, ingleses, alemanes, rusos, japone-
ses... no dejaron en China más que una soberanía reducida. e
Esa forma de expansión, añadida a la expan~ión colonial
un inmenso imperio colonial en Siberia, en Asia central yen
el Cáucaso, pero su <;ontigüidad con la metrópoli le confiere
una originalidad en \elación con los demás imperios colo-
ya los importantes intereses económicos que estaban vincu-
lados a ella, sirvieron para caracterizar el «imperialismo» de
los estados europeos, noción sin embargo compleja y de
e
niales. En definitiva, de los grandes estados europeos, sólo el
Imperio austro-húngaro, vuelto además hacia los Balcanes,
no trató de conquistar territorios coloniales.
acepciones diversas, que la definición propuesta por René
Girault permite abarcar con bastante exactitud: «El imperia-
lismo consagra la existencia de relaciones desiguales entre
e
El imperialismo
pueblos o Estados». -Es también la traducción de que todos
los estados europeos importantes estimaban que debían de-
sempeñar un papel mundial. La Alemania de Guillermo 11la
e
codificó bajo el nombre de Weltpolitik, pero el resto de las
Más allá de la dominación colonial, stricto sensu, el final del
siglo XIX y el inicio del siglo siguiente vieron asimismo cómo
grandes potencias, sin expresarlo en términos parecidos, tu-
vieron la misma voluntad.
e
la expansión europea se centraba en estados constituidos,

_~__________ L _
e
e 456
i
BREVE HISTORIA DE ¡TROPA

.I~
24. I.A FUROPA f)()MI.'\:\jl(lIU

e
457
Li/s sociedades europeas en el mundo
(750.000 europeos en Argelia en 1911,45.000 franceses y
El último rasgo de la expansión europea es la existencia de ~
,~

100.000 italianos en Túnez en la misma época y más de un

e toda una serie de sociedades europeas en el mundo creadas


por la ola de emigrantes que, a lo largo de todo el siglo XIX,
abandonaron Europa. Se estima su número entre 30 y 35
i.~
~f;

~.
ü
millón de europeos, británicos y "boers en África del Sur).
En cambio, la colonización del África Negra no estuvo
acompañada de la creación de verdaderas sociedades euro-

e millones de 1840 a 1914. El último flujo que reemplazó a la


oleada anglosajona, irlandesa, germánica y escandinava del
período anterior, procede de Europa oriental, central y me-
peas. Ocurrió lo mismo en Asia, salvo enSiberia: más de 10
millones de colonos se habían instalado en 1914 al este del
Ural y el ritmo anual de la inmigración superaba los SOO.OOO
individuos.

e ridional. Más de un millón de partidas en 1905, y entre 1909


y 1911, 1.400.000 ¡cada año! En 1913 hubo todavía un mi-
llón de emigrantes. Debe subrayarse que a esa oleada viene a
Incluso aunque esa «explosión blanca» (Gilbert Garrier)
fue mayoritariamente obra de los europeos más. pobres, no
añadirse la de polacos y checos que se instalan en Alemania, dejó de ser un elemento esencial de esa dominación ele Eu-
-hrdrlus-eslovenos, serlJios Y' griegosquese-mstaJan al norte LQ12a_sohre-eLmwldQT-Pgr-0lw-ladu,rro-es olla de las mellO-
de la monarquía austro-húngara y, sobre todo, la enorme res paradojas que la consolidación de la influencia de la Eu-
corriente migratoria italiana, principalmente hacia Francia. ropa rica sobre el mundo, la del noroeste, haya sido cosa, en

e De los 8 millones de italianos que dejan la Península entre


1900 y 1914,3 se quedan en Francia.
Enorme movimiento de la población europea, que nace
parte, de las poblaciones de la Europa pobre del este, del
centro y del sur. ..
El aspecto menos sensible en aquel momento, pero pro-

e de la parte pobre de Europa, consecuencia a un tiempo del


dinamismo demográfico europeo y de la desigualdad de ri-
queza entre las diferentes partes del continente o de las per-
bablemente el más importante a cierto plazo, fue la domi-
nación cultural que acompañó a la dominación política o
económica. Los europeos están convencidos deque su ci-
vilización es <da» civilización, que <da cargacJ:el hombre
e secuciones políticas y religiosas. Una quinta parte de la po-
blación judía de Rusia se marchó de ese país después
de 1880, expulsada pOf los pogromos.
blanco» (Kipling) era tomar sobre sus espaldas el mundo
o, como decía Jules Ferry, que las razas superiores tenían
deberes hacia las razas inferiores. Están persuadidos por
e La mayor parte de esa oleada fue a Norteamérica y sobre
todo a Estados Unidos: 10 millones de emigrantes entre
1900 y 1914 que se amontonaron en las ciudades de la costa
tanto de tener una misión civilizadora que cumplir. En
este campo, la actividad misionera desempeña un papel
inmenso, aguijoneado incluso por la competencia entre
este. La emigración portuguesa y española se dirigió sobre
e todo hacia Brasil y Argentina (particularmente después de
1905), como también hizo una parte de la emigración ale-
mana e italiana. El poblamiento de Australia y de Nueva Ze-
misiones protestantes y católicas. En todo el mundo -sal-
vo en el continente americano, Australia y Nueva Zelanda,
completamente cristianizadas-, se formaron importantes

e landa fue anglosajón casi en su totalidad y se aprovechó de


una fuerte corriente migratoria originaria del Reino Unido
en el último decenio anterior a la guerra. El poblamiento
comunidades cristianas, particularmente en el Extremo
Oriente y en África. La expansión colonial y la evangeliza-
ción caminaron a la par.

e europeo tampoco fue despreciable en el norte de África Podemos preguntarnos por la importancia real de la pe-
netración cultural europea. No afectó, en apariencia, más
458 UREVE HlSTlIJ{I,\ DE 1'.UHIPA ~.1. 1,\ H:IHll':\ 1l\l~Il:\;\ll{)R:\ 459 e
universal masculino (en Italia a partir de 1912), mientras
que a minorías bastante débiles, pero en todos los países co-
lonizados los cuadros tradicionales se educaron en la escue-
la de los europeos, empleando por necesidad sus lenguas,
que en Inglaterra, las mujeres -las «sufragistas»- hacen vi-
gorosas reivindicaciones contra su evicción del derecho de
e
copiando sus costumbres alimentarias y de vestimenta, sus voto: los gobiernos son responsables ante el Parlamento. Sin
valores ... El Parlamento chino, creado después de 1911, embargo, en Francia, la ausencia de una mayoría sólida-
mente constituida lleva a la inestabilidad ministerial perma- e
-e
obligó a los funcionarios a vestirse a la europea.
nente, y, en Italia, aunque el rey Víctor Manuel 111respeta
escrupulosamente la regla constitucional, la ausencia de ver-
Las divisiones de Europa daderos grupos políticos permite a un político hábil mante-
nerse durante mucho tiempo en el poder, ejerciendo una es-
Los regímenes políticos pecie de dictadura: ése fue el caso de Giolitti, de forma casi
constante de 1900 a 1914. En cambio, en Alemania, el canci-
En la larga lucha que, durante el siglo XIX, opuso en Europa ller nombrado por el emperador no es responsable ante el
los principios liberales popularizados por la Revolución
francesa y los principios del Antiguo Régimen, los primeros
Parlamento, y el Reichstag, aunque elegido por sufragio uni-
versal, sólo posee, incluso en el campo legislativo, poderes e
-e
consiguieron una amplia victoria a principios del siglo XX, al limitados. En Austria, el sistema sólo es representativo en
menos en teoría. Incluso el Imperio ruso se dotó de una apariencia, porque la Cámara de diputados está dividida en
asamblea elegida por sufragio universal a raíz de la revolu- un número tan grande de grupos sociales y nacionales que
ción de 1905. Sin embargo, las prácticas políticas eran muy no puede funcionar y deja así casi todo el poder al empera-
diversas y constituyeron una fuente de divergencias entre dor. En Hungría, el sistema es verdaderamente parlamenta-
los estados europeos. rio, pero en provecho de un Parlamento elegido por sufra-
La primera divergencia se refiere a la forma de régimen: gio censitario. En Rusia, por último, la Duma, elegida según
casi todos los estados europeos son todavía monarquías. un sistema de clases muy igualitario, es bastanre poco repre-
Entre los estados grandes, sólo Francia es una república. In-
cluso aunque los podres del rey estén extremadamente re-
sentativa y tiene poderes muy limitados. En total, podemos
distinguir dos Europas, una al oeste, bastante democrática y
parlamentaria, otra en el centro y en el este, escasamente de-
e
ducidos y vayan camino de convertirse en algo meramente
simbólico, como ocurre en Inglaterra, la referencia al princi-
pio monárquico no deja de tener consecuencias. Tanto en el
Imperio alemán como en el austro-húngaro (al menos en su
mocrática y no parlamentaria. No obstante, casi en todas
partes se admiten y reconocen los principios liberales, inclu-
so aunque sólo se apliquen de forma parcial.
e
parte austríaca) o en el ruso, la voluntad del soberano -Gui-
llermo Il, Francisco José y Nicolás Il- sigue siendo determi-
nante.
Su evolución general hacia regímenes más democráticos,
al menos más liberales, no exime a los estados europeos de
fragilidades internas que resultan de una doble amenaza,
e
Otra forma de divergencia se refiere al nivel de democra-
tización en el funcionamiento del Estado: Francia, el Reino
Unido e Italia tienen regímenes a un tiempo democráticos y
por la derecha y por la izquierda. Amenaza, por la dt;recha,
de quienes no admiten la democracia, considerándola como
ineficaz, mediocre e insuficiente incluso aunque mantenga
las tradiciones nacionales: es el caso, en Francia, de Acción
e
representativos. Los diputados son elegidos por sufragio
e
-e 460
¡¡¡{j-,\-¡ .. lILSlU!{lA

Francesa, que promulgaba el derrocamiento de la República


y la vuelta de la mo~arquía; es el caso de las aristocracias ~e-
rratenientes, todavIa poderosas en AlemanIa, en Austna-
[JE i:L:i{lWA
2.t LA J-.U{( lPA [)OMISAl>OHA

clases medias rusas están asimismo poco satisfechas por la


lentitud de la evolución hacia la democracia. En 1914, no
461

e Hungría, o en Rusia, muy hostiles a los progresos democrá-


ticos. Es el caso también de los católicos. El Papado se ha
negado a reconocer al Estado italiano y se opone a que los
parece excesivo hablar de posibilidades revolucionarias, al
menos en Rusia.

católicos de ese país participen en la vida política; en Fran-


•• cia, la Iglesia se ha «unido» oficialmente a la República, pero Los antagonismos exteriores
., la línea de fractura que existe entre laicos y clericales es la
principal de la sociedad francesa: apenas resulta exagerado Las tensiones políticas o sociales de ciertos estados podían
- considerar que, en realidad, hay dos Francias que acampan ser fuertes, pero Europa se hallaba afectada sobre todo por
., sobre el mismo suelo. sus problemas nacionales, que derivaban, según el caso, de

e Mayor aún es la amenaza por la izquierda. El aumento del


número de obreros como.c.onsecuen¡;ia--tkl-desarrurJu nela
indust:rIafa'voreció el ~acimiento de un gran número de
la política interior, de la política exterior, o de ambas.
Estaban en l2Iime.dugado.5_prob.lema-s-ae:'tetias-las-na---
ciones que no habían podido aprovecharse del gran impul-
partidos socialistas, reagrupados en la II Internacional. Ofi- so de las nacionalidades durante el siglo XIX para realizar

e .
cialmente, el programa de estos partidos es revolucionario,
pero en 1.0s más gr~ndes, ~l Partido Soc~alclemócr~ta alemán
o el PartIdo SocialIsta Ul1lficado frances, las corrIentes «re-
su unidad y su independencia nacional. Esto concernía
principalmente a las poblaciones eslavas de Europa ceno
tral, a los polacos divididos desde el siglo XVIII entre Rusia.

e formistas» dominan sobre las corrientes «revolucionarias» y


pretenden respetar la democracia. En cambio, hay movi-
mientos revolucionarios -como el sindicalismo que domina
Alemania y Austria-Hungría, a los checos, a los eslovacos,
a los croatas, que pertenecían a Austria-Hungría, yasimis-
mo a los bálticos, a los finlandeses -por no hablar más que
la CGT en Francia yel *anarquismo en Italia o en España-, de la parte europea de Rusia- ya los irlandeses. En 1912, la
•• que provocan en Europa sentimientos de temor, por otra Cámara de los Comunes británica había votaÍ'ib en favor de
., parte desproporcionados, teniendo en cuenta la importan- Irlanda el Home Rule, que, debido a la obstrucción de la
cia real de estas corrientes. La agitación social es viva en In- Cámara de los Pares, no debía tener efecto práctico hasta el
•• glaterra en los años que preceden a la guerra, y más todavía año 1914; pero, entre los nacionalistas irlandeses que que-
., en Rusia. Aplastado tras la revolución de 1905, el movi- rían la independencia y los protestantes del Úlster que re-
miento obrero recuperó su vigor sobre todo a partir de chazaban su separación del Reino Unido y estaban sosteni-
•• 1912. Los principales jefes de las tres fracciones socialistas, dos por una parte del ejército británico, amenazaba la
•• *socialrevolucionarios, *mencheviques y *bolcheviques, es- guerra civil.
tán en el exilio, pero en Rusia misma el movimiento huel- Concernía en segundo lugar a los pueblos independientes

e guista es muy intenso. Durante la represión de huelgas en la


región del Lena en 1921 se produjeron 270 muertos, entre
junio de 1913 y julio de 1914 se registraron 1.750.000 huel-
que reclamaban su reunión con sus compatriotas sometidos
a una dominación extranjera. Era el caso de Alsacia y el nor-
te de Lorena, que Alemania había arrebatado a Francia

e guistas, en San Petersburgo se levantaron barricadas. Las en 1871. Nadie o casi nadie en Francia pensaba seriamente
hacer una guerra para recuperar las provincias perdidas,
462 BRF\'f. HlSTtlRIA DI: EUHlPA
24. l.A EUROPA /HI,\1l\'A1HlI{;\ 463 e
pero la cuestión de Alsacia-Lorena impedía cualquier po-
sibilidad de reconciliación verdadera entre Francia y Ale-
mania.
oponían a los legítimos intereses alemanes, y, más aún, de
que tras la alianza franco-rusa (1894), tras la Entente Cor-
dial (1904) entre Francia e Inglaterra, y tras la Triple Enten-
e
Estaba luego la cuestión de las «tierras irredentas», el
Trentino, la Venecia Julia y Trieste, que Italia reclamaba al
Imperio austro-húngaro. Era también el caso de Bosnia-Her-
zegovina, anexionada por Austria-Hungría en 1909, y que
te entre Francia, Inglaterra y Rusia (1907), un cerco amena-
zaba a Alemania. En una parte de la población se había
difundido la idea de la «guerra inevitable». En el fondo, cada
e
nación europea estaba convencida de que tenía que defen-
Serbia reivindicaba porque estaban pobladas por serbios.
Estaba, por último, la cuestión de Macedonia, regulada en
principio por la Primera Guerra Balcánica de 1912, donde,
der su <<lugaral sol», incluso aunque la fórmula se empleara
más en Alemania que en otras partes. Las rivalidades colo-
e
niales vienen a aiiadir un elemento de tensión: en dos oca-
bajo la égida de Rusia, búlgaros, serbios y griegos habían
arrancado la provincia al Imperio turco. Pero el reparto ha-
bía provocado una Segunda Guerra Balcánica en 1913 entre
siones, en 1905 yen 1911, Alemania provocó una grave
crisis internacional con ocasión de las tentativas de penetra-
ción de Francia en Marruecos.
e
búlgaros porun lado, y griegos, rumanos y serbios por otro:
Bulgaria salió derrotada. Resultado: todos los estados de los
Balcanes estaban descontentos, los vencedores porque su
En la Europa de los aiios anteriores a 1914, no había una ra-
e
e
parte no era suficiente, y los vencidos ... Las rivalidades que
zón mayor de cunflicto, pero sí una multitud de antagonis-
las naciones de los Balcanes mantenían entre sí, que Austria
mos más o menns graves susceptibles de envcnenarse. La
)' Rusia promovían a través de intermediarios, hacían de esta
paradoja de la historia de Europa es que, aunque su domina-
región un punto completamente peligroso, un «polvorín».
En definitiva, la paz de Europa estaba amenaza por la
exaltación de los sentimientos nacionales heredados de un
siglo de impulso nacional. Pocos países europeos escapaban
ción sobre el mundo nunca ha sido tan manifiesta -la com-
petencia de Japón e incluso de Estados Unidos no preocupa
verdaderamente-, "'a fuerza de irradiación de Europa está
e
a ese influjo del nacionalismo: el Reino Unido con el *jin-
goísmo a principios de siglo durante las dificultades de la
guerra de los *bóers; Itusia, donde se producía un movi-
comprometida mucho más gravemente por la; amenazas de
conflictos entre los Estados europeos» (Pierre Renouvin).
e
miento de rechazo ante la importante implantación de los
intereses extranjeros, con Francia y Alemania a la cabeza, y
que no quería abandonar a sus «hermanos» eslavos de los
DOCUMENTOS e
El problema de las nacionalidades en Austria
e
Balcanes a las influencias germánicas. En Francia, el movi- 1.
miento nacionalista, bajo la forma moderna de la Acción
Francesa de Charles Maurras, o la más antigua Liga de Pa- Se ha hablado con frecuencia de la dislocación de Austria. No
triotas de Déroulede, luego de Barres, estaba más preocupa- creo en ella. Los lazos históricos y económicos que unen unas a
do desde luego por los problemas internos del país. Y en
Alemania se había desarrollado la idea de que Inglaterra
en el plano comercial, y Francia, en el plano financiero, se
otras a las naciones austríacas son demasiado poderosos r... J El
sufragio universal y la democratización de Austria, particular-
mente de Bohemia, prepararon el terreno al apaciguamiento de
e
las luchas nacionales [... J Cierto que las luchas nacionales no ce-
e
e 464 BREVE HISTORIA UE EUROPA 24. LA ITIH lIJA t>U,\llSADURA 465

e sarán ni de golpe ni mañana. Jugarán durante mucho tiempo to-


davía un papel importante en Austria, pero dejarán de ser lo que
eran en el medio siglo anterior. El sufragio universal ha prepara-
ideas políticas y sociales. Pero, para hablar un momento de la
parte del Imperio que está representada hoy aquí, ¿qué tenemos
en común que, a pesar de Itodas nuestras diferencias] nos reúne

e do el terreno para el desenlace de esa situación difícil; sus conse-


cuencias, las necesidades prácticas de los pueblos, las considera-
ciones teóricas, los diversos programas de los partidos políticos
[... ] traerán finalmente la solución del problema austríaco.
y nos une? Hay dos cosas en el Imperio británico de self-govern-
ment que son únicas en la historia de los grandes conjuntos polí-
ticos. La primera es el reinado de la Ley: en todos los sitios donde

e É[)OUARD BENES, Le Probléme alltrichien y La Question tchéquc, tesis de


Derecho, Dijon, 1908, págs_307-308
se reciben los decretos reales, son los símbolos y los mensajes no
de una autoridad arbitraria, sino de derechos compartidos por
todos los ciudadanos y que los tribunales del país pueden soste-
ner y volver reales. La segunda es la combinación de una autono-

e La idea de que Austria-Hungría estaba en vísperas de la disloca-


mía local -absoluta, sin trabas, completa- con la lealtad hacia
una cabeza común, la cooperación espont,ínea y libre el} la de-
fensa de intereses y de metas comunes, y, puedo aiiadirl'o, una
ción en el período que precedió a la guerra de 1914 está muy difun-
___ ad¡:pjDjs.tracióILcomún,..Sea.enla.lndi~_o._e!d~s_coJ.o.n.ias_dc..la_Co.c_
c----m-dlTelfia1risroriogra]ia europea, pero es una iaca e;-r6ne'(¡:Én
rana, o en los Protectorados, o en el interior de nuestras propias
1908, Édouard Renes, futuro primer presidente de la Uepública
fronteras, intereses y fortunas de conciudadanos que aún no han
checoslovaca, no compartía enteramente esa opinión.

e alcanzado, y tal vez no alcancen nunca, la forma completa del


selJ~g(Jvcrnmel/t [... 1
En los inicios de la era victoriana, los hombres de Estado se

e
2. El Imperio británico en 1911 veían proponer dos soluciones sin matices a lo que consideraban
en esa época como el «problema colonial". La primera era la cen-
oo. Hubo en el pasado imperios que (como el nuestro) fueron ex- tralización -el gobierno de todos los asuntos, salvo los que care-
tensos, poblados, llenos de riquezas materiales tan fecundas para cían relativamente de importancia, de las partes externas'de! Im-

e las artes, las ciencias y las letras. Pero nuestro Imperio se distin-
gue de ésos por rasgos específicos de primera importancia. Desde
el punto de vista exterioI1 está hecho de comarcas que, geográfi-
perio, desde un despacho de Downing Street-."'La oúi era la
desintegración: la aceptación y tal vez el aliento de un proceso de
secesiones sucesivas l...J Tras setenta años de experiencia evolu-

e camente, no forman un todo y no son siquiera contiguas, que


presentan todas las variedades de climas, de suelos, de hombres y
de religiones, e, incluso en las comunidades que han llegado
tiva del Imperio, puede decirse con certeza que ninguna de esas
teorías se beneficia hoy del más débil apoyo, sea entre nosotros o
en cualquier otra parte del Imperio l...] En el Reino Unido y en

e completamente al self-government y que están representadas


aquí, no extrae su fuerza de unificación y de cohesión de la sola
identidad de raza o-lengua. Sin embargo, aquí hay una organiza-
ción política que, por su sola existencia, descarta la posibilidad
cada una de las grandes comunidades que representáis, somos
cada uno de nosotros y todos queremos seguir siendo los dueños
en nuestra casa. Esa voluntad es aquí y en todos los Dominios el
fundamento de nuestra política. Es el articulus stantis aut caden-

e de guerra entre poblaciones que representan algo así como un


tercio de la humanidad. Entre comunidades tan diferentes por su
posición geográfica y su historia, hay, como debe ser, una gran
tis Imperii.
No es menos cierto que somos y queremos seguir siendo enti-
dades, desde luego, pero entidades en una entidad mayor. Y el

e diversidad de métodos constitucionales, de instituciones y de


primer objeto y la primera meta de estas conferencias periódicas
466 BREVE H'STOR1A DE EUROPA

es consultarnos libremente sobre las materias que a todos nos


conciernen [ J
Señores [ ], a esta mesa están sentados hoy seis Primeros mi-
I I
H. I.A I-.Ul{OJ'A DOMINADORA

fensa supone una perversión casi tan grande de sus tendencias


naturales como la del nacionalismo agitado por el ánimo de lucro
y de expansión a costa de otrosl ... ).
467 e
e
nistros, cada uno de los cuales ha recibido su cargo del mismo
I Los políticos del librecambismo tenían algún fundamento para
Rey, y extrae todos sus derechos para ejercerlo de las voces y los
votos de una democracia libre. Todos somos, según supongo, en
nuestros Parlamentos respectivos, jefes del partido que tiene y
.1
soñar en el rápido desarrollo de un internacionalismo auténtico y
espontáneo, que ser<Íel resultado del intercambio pacífico y lu-
crativo de bienes e ideas entre las naciones que creyeran en la jus-
e
ejerce el poder gracias a la confianza de un partido mayoritario.
Pero cada uno de nosotros, al entrar en esta saja, ha dejado sus
prejuicios partidarios en el exterior. Hoy, y durante toda la con-
ta armonía de intereses de los pueblos libres.
El desbordamiento del nacionalismo y el haberle buscado sali-
da por los aliviaderos imperiales terminó con todas esas esperan-
e
e
ferencia, no tendremos, según creo, m<Ísque un ardor y un solo zas. Mientras las nacionalidades que coexisten pueden prestarse
objetivo: hacer de este Imperio, en todas sus actividades y en to-
ayuda mutua sin que se produzcan antagonismos de intereses
das partes, un instrumento más completo y m,is eficaz ...
entre ellas, cuando existen varios imperios al mismo tiempo y

e
cada uno pone en práctica su propia política imperialista de ex-
LORD AS'WITH, «Discurso» a la primera reunión de la Conferencia Impe-
pansión industrial y territorial, se convierten inevitablemente en
rial de Londres. 1911 (citado en A. B. Keith, Sr/celed Speeehes l/nd Docu-
enemigos I...J.
ments on Brilish Colonial Poliey 1763-1917, Londres, Oxford University
Press, 19'i3, tomo 11, pág. 240) A medida que una nación tras otra se va industrializando cada

El Imperio británico, tal como es visto en 1911 por el primer minis-


vez m<Ísy más eficientemente, m<Ísdifícil resulta para sus fahri-
cantes, comerciantes y financieros conseguir que sean rentahles
sus recursos económicos, y m<Ís tentados se sienten a recurrir a
e
tro, lord Asquith. Este mundo inmenso está compuesto por un lado
por los Estados que se gobiernan a sí mismos bajo la autoridad
simbólica de la corona de Inglaterra, y por otro por toda una serie
sus respectivos gobiernos para asegurar para su uso particular,
por medio de la anexión y el sistema de protectorado, algún re-
moto país subdesarrollado l ... ].
e
--e
de territorios que evolucionan hacia el self-government, incluso Por todas partes vemos demasiada capacidad de producción y
aunque no fuera seguro que pudieran acceder un día a él. Era la demasiado capital en busca de inversiones. Todos los hombres de
concepción evolutiva y libe/tll del Imperio británico. negocios coinciden en que el crecimiento de la producción de sus
países es superior al crecimiento del consumo, que pueden fabri-
carse más bienes de los que pueden venderse a precios rentables y
que hay más capital del que puede invertirse lucrativamente.
3. La explicación económica del imperialismo
Este fenómeno económico constituye la clave del imperialimo.

El imperialismo agresivo no sólo impide el avance hacia el inter-


nacionalismo al fomentar la enemistad de los imperios rivales,
sino que, con su ataque contra las libertades y contra la propia
existencia de las razas más débiles o inferiores, provoca en éstas
un exceso correlativo de autoconciencia nacional. Un nacionalis-
Si el público consumidor de nuestro país elevara su nivel de COIl-
sumo cada vez que se registra un aumento de la producción, de
modo que se mantuviera el quilibrio entre aquél y ésta, no habría
un exceso de mercancías ni de capital pidiendo a gritos que se
eche mano del imperialismo para encontrar mercados l ... j.
--e
Si se distribuyera la renta o la capacidad de consumo de acuer-
mo erizado de rencor y deformado por la obsesión de la autode- do con las necesidades existentes, es evidente que el consumo au-

e
e 468
HREVE fHSTUJUA !.JI-: j',L:j{{ ¡ji:\.
24. LA n;I{UPA !Hl.\I]:-\A!>,lIL\ 469

e mentaría siempre que hubiera un aumento del poder de produc-


ción, ya que las necesidades humanas trascienden siempre cual-
quier límite que se les imponga, y no habría exceso de ahorro.
defecto y su mayor peligro. Cuando de un montón de motivacio-
nes mezcladas se escoge la menos importante para que simbolice
a las demás ante el público, porque es la más atractiva, cuando se

e
Pero la situación es muy diferente en una sociedad en la que la presentan como objetivos y móviles de una política cuestiones
distribución de la riqueza no guarda relación predeterminada al- que nunca pasaron por la mente de las personas que la decidie-
guna con las necesidades, sino que es consecuencia de otros fac- ron, la dignidad de la nación queda envilecida. Toda política im-
tores, que asignan a ciertas personas un poder adquisitivo enor-

e memente superior a sus necesidades o posibilidades de utilizarlo,


mientras que a otras les privan incluso de la capacidad de consu-
mo necesaria para satisfacer todas las exigencias de su conserva-
perialista está cubierta por este engaño.

j. A. HOBSON, Esludi" del imperialismo (I 902), trad. de Jesús Fompedrosa,


Madrid, Alianza Editorial, 1981, págs. 32-33,93.101 Y 190- 192.

e ción física [... J.


Los sindicatos y el socialismo son, por tanto, los enemigos na-
turales del imperialismo, dado que pretenden arrebatar a las cia- En su estudio clásico sobre el imperialismo, Hobson'refunde ideas
ses «imperialjstas» el exceso de ingresos que con~Jitu.}'e_eLmotor procedentes4.e_a/1ta.r!sjl11tli!iores en una der¡uncia ~ohe!entf!Y ~-_~~~
impulsor c!eltmpenalisnl0[ ... j.-' collstituiría la base de la interpretación de Lenin sobre . .
Cuando una nación conkmpla desde fuera el imperialismo de esta cuestión. Segúll la teoría económica del imperialismo, todos

e sus vecinas, no se engaña: ve perfectamente cómo el egoísmo de


las clases políticas y comerciales es el factor predominante en esa
política. Así, por ejemplo, todas las naciones europeas se (tlll
cuenta del verdadero cariz del imperialimo británico, y nos acu-
los demás factores del fenómeno serían secundarios y engañosos
frente a la grall Cilusa: la necesidad del capitalismo de buscar nue-
vos mercados y campos abiertos para una inversión rentable. Las
desigualdades sociales explican que Europa 110 sea capaz de soste-

e san de hipócritas porque no vemos lo que no queremos ver. Sin


embargo, esta acusación no es justa, porque ninguna nación ve
sus propias deficiencias; pocas veces está justificado acusar de hi-
ner por sí sola su sistema productivo en la época de la «segunda
Revolución iI¡dllstriai».

e pócrita a una persona, y nunca a una nación. Los franceses y los


alemanes creen que el ardor con que promovemos las obras mi-
sionales, acabamos con r esclavitud y propagamos los logros de

e la civilización no es más que una careta que asumimos para ocul-


tar nuestros desnudos intereses nacionalistas. La realidad es un
poco diferente.
En un porcentaje considerable, aunque no grande, de la pobla-

e ción británica existe el sincero deseo de difundir las doctrinas


cristianas entre los'paganos, de mitigar las crueldades y los sufri-
mientos que, en su opinión, existen en otros países menos afor-

e tunados que el propio, y de hacer buenas obras en todo el mundo


en beneficio de la humanidad [... J.
Es precisamente esta falsificación de los móviles y el significa-

e do verdadero del imperialismo lo que representa su más grave


•, ....
~~
..
~
r.
25. l.A Hj}HH'A ENSA!\'(;RENTAJ>A: LA PKIr-.1F.KA (;U~HKA :-'ll'\'I>I:\1. 471 e
25. La Europa ensangrentada:
La Primera Guerra Mundial
;~i
"1
¿Por qué la guerra?

La crisis de julio de 1914


e
Para los pueblos europeos y para los distintos gobiernos no
estaba ausente la idea de la guerra. Por eso, desde su Con-
e
El papel eminente de 11/1 presidcn/c a/l/ericano "en id" a Luropa
para negociar el fin de cuatro 1I110sde guerra europea puede te-
ner valor simbólico. Después de que un engrtlnaje dC/l/asiado rlÍ-
pido para ser controlado llemse a los pueblos europeos a 1111 en-
frentamienlo cuya duración y violencia sUl'en; todo lo
imaginable, Europa, profundamente empobrecida, recortada,
frágil, sólo consigue renacer lentamente con l/na i/l/aseu por
greso en 1907 en Stuttgart, la Internacional socialista había
tratado de establecer un plan de acción para impedir una
guerra eventual. El desarrollo de los estados-nación durante
el siglo XIX había favorecido la eclosión de la conciencia na-
cional de los pueblos y, por lo tanto, su patriotismo -desde
este punto de vista la extensión del servicio militar no había
dejado de lograr resultados-, de suerte que, al margen mis-
-e
•e
mucho tiempo empaliada a los ojos del mundo.
mo de una impregnación nacionalista, los pueblos europeos
estaban preparados para defenderse de cualquier ataque del
exterior que les amenazara. En cuanto a los gobiernos, nin-
guno quería una guerra, y menos todavía una guerra gene-
Es de la Europa pobre de donde salta la chispa que abrasará
ral, pero para afirmar su seguridad habían sellado alianzas
el conjunto del continente, pero fueron los países ricos los
cuyo mantenimiento les parecía una condición misma de la
que se precipitaron unos sobre otros en una lucha implaca-
ble. Europa salió de esa contienda definitivamente cambia-
da, más atormentada todavía, más peligrosa, capaz de dar a
luz monstruosos sistemas políticos, pero también debilitada
supervivencia nacional. En Francia, para el presidente de
la República Raymond Poincaré la alianza con Rusia era una
condición indispensable para la salvaguarda del país, y, du-
rante las guerras balcánicas de 1912-1913, pesé al carácter
e
frente al mundo que hasta entonces había dominado y que
había asistido estupefacto a sus increíbles convulsiones.
¿Cómo confiar en adelan~ en estos europeos capaces de cual-
aventurero de la política rusa, había asumido graves riesgos
para mantener la alianza con Rusia. En Alemania, se consi-
deraba asimismo que la alianza con la otra potencia germá-
e
quier locura?, empezaron a pensar los americanos.
Convencidos de que su civilización era muy superior a la
europea aunque hubiese surgido de ella, se adentraron en el
nica, Austria-Hungría, y de forma más general, la salvaguar-
da de la existencia de Austria-Hungría, era una condición e
-e
no menos indispensable de supervivencia. También allí es-
camino, no sólo del leadership económico, sino del leader-
taban dispuestos a ir muy lejos para que la integridad de
ship moral. Que el.término con el que habitualmente se de-
Austria no fuera cuestionada. En definitiva, se habían reuni-
signa la superioridad, la función de dirección, fuese a partir
do las condiciones para que un incidente trivial pudiera de-
de 1945 una palabra americana, resulta todo un símbolo del
generar en un problema de envergadura. Ese incidente fue el
camino que se había recorrido.
asesinato, en Sarajevo, Bosnia, el 28 de junio de 1914, del ar-
chiduque Francisco Fernando, nieto y heredero del empera-
dor Francisco José. En un primer momento no pareció que

470
e
e 472 BREVE HISTORIA DE EUROPA 25. LA EUROPA ENSANCKE:\TAI):\: 1..-\ j!1{1~li'J{:\ l;U.J{I{A .\IL:S1HAl. 473

_ el atentado tendría consecuencias graves, y no impidió al cularmente pacifistas, el país estaba muy agitado por la
•• presidente de la República francesa y al presidente del Con- cuestión irlandesa, y el primer ministro Asquith tenía pocos
sejo, René Viviani, embarcarse el 15 de julio para una visita deseos de entrar en la guerra, pero la invasión de Bélgica
• de rutina a Rusia y una gira por las capitales escandinavas. modificó su posición. El4 de agosto, el Reino Unido declara
• En realidad, algunos dirigentes austríacos -el jefe del estado también la guerra a Alemania. Sólo Italia, que sin embargo
mayor, Conrad von Hotzendorff, y el ministro de Asuntos pertenecía a la Triple Alianza junto con Alemania y Austria-
a Exteriores, Berchtold-, pensaron que eran favorables las cir- Hungría, proclama su neutralidad. Las iniciativas austríacas
_ cunstancias para someter a Serbia, acusada -sin razón- de y alemanas estuvieron irrefutablemente en el origen del
, haber ayudado a los jóvenes bosnios que habían asesinado conflicto, pero la guerra sólo se hizo inevitable por la «fir-

e, al archiduque. Era la ocasión para acabar con la presión que


Austria-Hungría sufría de hecho de los eslavos del sur, y el
gobierno alemán, preocupado por preservar la doble mo-
meza» de que dieron prueba sus adversarios, con Rusia a la
cabeza, y Francia después. En una decena de días, por pri-
mera vez desde hacía un siglo, toda o casi toda Europa vol-
narquía, dio su consentimiento. Al decidirse a actuar, aus- vía a estar en pie de guerra. ~.,
~"-fl'ia€()s-'Y-frl-em~ ..rres-dese-ab-an-dar un -carácterlm:aI-aI--cunttt:--
.., to, pero no podían ignorar que asumían el riesgo de un ]¡e

conflicto general. El estado de ánimo de las poblaciones


•.• El 23 de julio, el gobierno austríaco dirigía a Serbia un ul-
,., tim;itum inaceptable que el gobierno serbio aceptó, por otra De pronto los pueblos dieron la impresión de precipitarse a
pane, casi íntegramente. Juzgando insatisfactoria la res- la guerra con entusiasl11o. Las realidades fueron l11,iscom-
a puesta, Austria declara la.g~erra a Serbia el 28 d~ julio y, en plejas. La crisis provocó en primer lugar un sentimiento de
•• la noche del 29 al 30 de Juho, los cailones austnacos abren sorpresa, incluso de estupor, en particular en las poblacio-
fuego sobre Belgrado. Este conflicto en los Balcanes se ex- nes rurales, que conocieron la gravedad de los aconteci-

e tendió al conjunto de Europa como un verdadero reguero


de pólvora. La brevedad de la crisis -contrariamente a otras
crisis anteriores- hizo yuposible la búsqueda de una solu-
mientos pocos días más tarde que las poblacioTre,;;\urbanas la
noticia. En los dos países que contaban con el movimiento
socialista más importante, Francia y Alemania, se produje-

e .. ción negociada. ..
Completamente decidido a no permitir que aplastaran a
Serbia, el gobierno ruso decreta, el 30 de julio, la moviliza-
ron importantes manifestaciones contra la guerra. El Buró
de la Internacional socialista se reunió en Bruselas, el 29 de
julio, para tomar disposiciones contra la amenaza de un
ción general. Alemania no podía asumir el riesgo de una de- conflicto europeo, pero los acontecimientos se precipitaron,
a rrota de Austria. Tras haber conminado a Rusia a detener su barriendo cualquier veleidad de resistencia. Dejando a un
• movilización, Alemania le declara la guerra. ElIde agosto lado a los diputados socialistas rusos y serbios, que se nega-
por la tarde, exactamente a la misma hora, Alemania y Fran- ron a votar los créditos de guerra -cosa que por lo demás
A cia decretan la movilización general. Francia no podía ac- apenas provocó algún eco en la población-, y exceptu~1I1do
,. tuar de otro modo debido a sus compromisos con su aliado también a unos pocos socialistas ingleses profundamente

e ruso, y Alemania le declara la guerra el 3 de agosto. La acti-


tud británica era incierta: los medios financieros eran parti-
pacifistas, en todos los países, tras haber acogido con mu-
chas reservas la movilización, en particular en el campo
474 BREVE I {1ST, 1J{IA I>E U:l{t

francés, la partida de los movilizados se produjo con resolu-


)1',\
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2;;. LA I:CI{\ lJ':\ I'S~r\S(jI{Ei'\'1 ,\1>:\: lA I'HI~IEI{:\ 1,t:U{I{:\ .\ll."\"lJL\1 475 e
citos, aliados de un lado -franceses, ingleses, belgas-, ale-
ción, incluso con entusiasmo a veces. Todos los pueblos eu-
ropeos, incluida Austria-Hungría, reaccionaron con patrio-
(

I manes del otro, se encontraron enterrados en dos líneas de


trincheras que corrían desde el mar del Norte hasta la fron-
e
tismo, convencidos de que su país era agredido directa o tera suiza. El paso de la guerra de movimientos a una guerra
indirectamente -los alemanes se sentían amenazados de
cerco- y que su deber era defenderlo. En tales condiciones,
de asedio imprevista dejó a los adversarios en gran precarie-
dad, tanto de víveres como de municiones. Todos los inten- e
I
-
fue fácil poner término a las luchas políticas y realizar la tos por romper el frente enemigo para reanudar la guerra de
unión para la defensa nacional, «Unión sagrada» en Francia, movimientos fracasaron, fuera cual fuese el poderío crecien-
Burgfrieden (<<pazcivil») en Alemania ... te de los medios materiales aplicados. Las tropas de ataque
avanzaban de forma tan lenta que el adversario siempre dis-

Cuatro años de guerra


ponía del tiempo necesario para llevar refuerzos y taponar la
brecha. Por el lado aliado, dejando aparte el fracaso de la
,e
operación periférica de los Dardanelos -Turquía había en-
¿Por qué una guerra tan larga?

Tanto el soldado raso como los dirigentes más importantes


trado en guerra aliado de las potencias centrales en noviem-
bre de 1914-, se empeñaron en intentar romper el frente oc-
cidental: batallas de Artois y de Champagne en 1915,
e
compartían una convicción casi general: esa guerra sería batallas del Somme en 1916 y del Chemin-des-Dames en
breve, unas semanas o unos meses. Los millones de solda-
dos movilizados por la movilización general de todos los
1917. A pesar de los centenares de miles de muertos, ningu-
na de estas batallas supuso un éxito significativo.
<1
hombres en edad de combatir parecían hacer imposible Del lado alemán, volvieron al plan inicial con el objetivo
para cualquier Estado el sostenimiento de un conflicto lar-
go. Además, los planes establecidos por los estados mayores
de poner fuera de combate primero al ejército ruso, dado
que la inmensidad del espacio favorecía la guerra de movi- e
-e
descansaban en la hipótesis de una guerra corta. El Plan mientos. En 1915, los alemanes obtuvieron grandes victo-
Schlieffen, que debe su nombre al antiguo jefe del estado rias, pero el espacio era demasiado grande y los medios de
mayor del ejército alemán, preveía que unos efectivos débi- las potencias centrales insuficientes para obtener una victo-
les debían contener en ~ este a los rusos, lentos para movili- ria decisiva, dado que debían mantener efectivos tanto en el
zarse, mientras un vasto movimiento envolvente a través de frente francés primero como, luego, en el frente italiano (en
Bélgica permitiría acabar con el ejército francés al cabo de mayo de 1915 Italia había entrado definitivamente en la
unas semanas. Por el lado francés, el Plan XVII, ideado por guerra aliado de los aliados). Recuperando la iniciativa en el

e
el general ]offre, consideraba una ofensiva frontal en el cen- frente occidental en 1916, los alemanes creyeron encontrar
tro del dispositivo alemán en Lorena para poner fuera de la solución provocando una gigantesca batalla de desgaste,
combate al ejército germano en una única gran batalla. Los la batalla de Verdún, que agotaría las fuerzas del adversario.
dos planes fracasaron uno después del otro, primero el fran- El proyecto fracasó porque la habilidad de la defensa del ge-
cés (batalla de fronteras, a finales del mes de agosto), luego
el alemán (batalla del Mame, a principios de septiembre).
A finales de año, tras la «carrera hacia el mar», los dos ejér-
neral Pétain hizo que las pérdidas fueran al final casi equiva-
lentes por ambos lados. En 1917, el alto mando alemán
e
(Hinde.nburg-Ludendorff) se convenció de que vencería de-

e
< $
e 476 BREVE H1STOlHA DE EUROPA ~:;. 1.:\ U';J{OPA E\'SA~'H;RE!\TAI):\: LA PIU;-..lHtA LlTHIC\ .\IL:t'D1Al 477

A. s~ncadenando una guerra submarina a ultranza que asfixia- tre marzo y julio de 1918, una serie de ofensivas victoriosas
•• na a Inglaterra y la obligaría a pedir la paz. La flota comer- que pusieron a los aliados a dos dedos de la derrota, antes
cial británica sufrió pérdidas enormes, pero la mejora de los de que la segunda batalla del Mame pudiera permitirles en-
A.\ medios de lucha antisubmarina y la entrada en la guerra de derezar la situación.
I
., Estados Unidos, provocada precisamente por la guerra sub- A principios de 1918, el punto de vista del bando aliado
marina, permitieron resistir a los aliados.
I había sido exactamente el inverso. Había que esperar a que
••

A finales de 1917, tras tres años y medio de guerra, la sali-
da del conflicto seguía siendo incierta, pero ambos bandos
I la llegada continua y masiva de tropas americanas asegurase
su superioridad numérica. Ésta, combinada con el empleo
I de armas nuevas, les daría la ventaja. Desde el principio de
eran conscientes de que sólo se podría conseguir la victoria

_
., disponiendo de una superioridad numérica considerable
apoyada en medios tácticos nuevos. Además, no era posi-
I la guerra, alemanes y aliados se habían disputado la supre-
macía en el dominio aéreo, pero en 1918 esa supremacía se
. ble ninguna paz de compromiso porque el mapa de la gue- I
;1
hallaba definitivamente del lado aliado, que, sobre todo, dis-
rra era demasiado favorable a Alemania para que hiciese ponían de un gran número de carros de combate, un arma
~I -err+a-qrre-rrcr-hamcr ,:rerolJ- d lIla n do a Ie 11Iá n. Err-ju+iCT
e\L'UITCeSiOnes, y sus sacnfIclOs hablan slcro~cremaslaCfog¡-an- \
des para que Francia aceptase una paz que no le devolviera de 1918, se dieron las condiciones para que los ejércitos alia-
Alsacia y Lorena. '21[ dos, bajo el mando supremo del general y luego mariscal

e 1918, el añu de la decisión


i\
I
./
Foch, empezaran a rechazar a los alemanes. En el mes de
septiembre, una ofensiva continua contra la mayor parte del
frente obligó a Ludendorff -convencido de que ya no podía

e Como consecuencia de las revoluciones de febrero, y luego


de octubre de 1917, el ejército ruso ya no estaba en condi-
vencer y que incluso corría el riesgo de sufrir una derrota
mayor- a entablar, el 4 de octubre, negociaciones de armis-
ticio con el presidente norteamericano W oodrow Wilson.
a c~ones de combatir. El armisticio de Brest-Litovsk en di- Paralelamente, los aliados de Alemania habíar¡Jido forza-
• C1embre de 1917, seguido por la paz del mismo nombre en dos a firmar el armisticio: el 29 de septiembre los búlgaros,
marzo de 1918, liberó importantes efectivos alemanes. El vencidos por las tropas aliadas establecidas en Salónica des-

e. mando alemán disponla de superioridad numérica en el


frente occidental durante algunos meses, antes de que las
tropas americanas pudieran realmente entrar en la batalla.
de octubre de 1915; el 31 de octubre los turcos, derrotados
en Palestina por los ingleses. En cuanto a Austria-Hungría
-donde las diferentes nacionalidades se separaban, y ame-

e Al mismo tiempo, el general Ludendorff había desarrollado


un nuevo método .táctico: la infiltración en las líneas enemi-
gas de grupos de combate autónomos, método posibilitado
nazada por la ofensiva italiana a través de los Alpes tras la
victoria de VittorÍo Veneto y por la del ejército de Oriente a
través de los Balcanes- dejaba de luchar el 3 de noviembre.
por las cualidades de maniobra de la infantería alemana. El El 11 de noviembre de 1918, en el claro de Rethondes, los
•• método, ensayado primero en Rusia y luego en el frente ita- plenipotenciarios alemanes firmaban el armisticio que. po-
., liano, había permitido infligir al ejército italiano el desastre nía fin a la guerra. Había durado más de cuatro años, había

e de Caporetto en octubre de 1917. En tales condiciones, el


mando alemán pudo emprender en el frente occidental, en-
provocado más de 10 millones de muertos (2.040.000 de Ale-
mania, 1.800.000 de Rusia, 1.300.000 de Francia, 1.100.000
~:r
478 BREVE HISTlll{IA "l~ 1:L:lU lPA
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25. I.A EUROPA ES~A.\{,I{I:.'\-I:\Il:\: I.A I'KI.\lERA {;L.'EIU{A ~1L"S"I:\[ 479 e
de Austria-Hungría, 750.000 del Reino Unido, 670.000 de
Italia), y un número inmenso de mutilados e inválidos; sólo
en gastos militares había costado 961.000 millones de fran-
admitidos a discutir. Los países vencidos, pero también la
Rusia soviética y los neutrales (España, Suiza, los países es-
candinavos ... ), fueron excluidos de la regulación de la paz,
e
cos-oro, sin contar el precio de las destrucciones y de los na- mientras que una potencia no europea iba a ejercer en este
víos hundidos, cuyo cálculo era imposible. punto un papel de primera importancia. Desde su entrada
en el conflicto, el gobierno estadounidense había intentado
mantener sus distancias: eran los «socios» de los aliados eu-
e
Las dificultades

Europa en ruinas
de la paz ropeos, no sus aliados. El presidente Wilson había definido
él solo, en los <<14puntos» presentados al Congreso en enero
de 1918, sobre qué bases debía establecerse la paz. Durante
e
Esa guerra había sido imprevista por su duración y por sus
caracteres: más de 65 millones de hombres movilizados, po-
un mes, había negociado completamente solo con los ale-
manes antes de la conclusión del armisticio, y decidió por
último venir en persona -era la primera vez que un presi-
e
blaciones directamente implicadas por las privaciones, par-
ticularmente severas en Alemania y en Austria-Hungría, )'
por el inmenso esfuerzo de trabajo que les había sido exigi-
dente estadounidense en ejercicio dejaba el suelo america-
no- a participar en la conferencia de paz a fin de que no se
hiciera nada sin su aval. Por primera vez en su historia, los
,e
do. Por primera vez se había producido realmente una gue-
rra de naciones, y, como guerra de naciones, se había ido
transformando progresivamente en «guerra totai>,. Dejaba
países europeos no eran dueños de sí mismos. Cuatro años
de guerra habían arruinado la superioridad europea, pese a
que los europeos estuvieran entonces lejos de tener concien-
cia del hecho. «Guerra mundia),,: eso significaba también
e
tras de sí una Europa parcialmente arruinada en el plano
material, pero mucho más sacudida en el plano político -de
los cuatro grandes imperios de antes de la guerra, alemán,
que el conflicto había sobrepasado los límites materiales y
morales de Europa. e
ruso, austro-húngaro y turco, ya no existía ninguno- yen el
plano moral: todos los valores tradicionales habían sido
cuestionados por aquella monstruosa matanza y por aquel
inmenso destrozo material. Para las clases medias que for-
La conferencia de paz e
maban la armazón de las sociedades europeas, para los mi-
llones de antiguos combatientes, resultaba difícil seguir cre-
yendo en las virtudes antiguas de trabajo y ahorro, a menos
Reunida del 18 de enero al 28 de junio de 1919, fecha en que
se firmó en la Galería de los Espejos de Versalles el tratado
con Alemania, contó con la presencia de representantes de
e
que aquella guerra, como muchos habían creído, fuera <<la
última de las últ'ímas», y que fuera el precio pagado por el
establecimiento de un mundo pacífico y armonioso. Los es-
los veintisiete estados victoriosos, muchos de los cuales,
como los de América Latina, apenas habían intervenido
prácticamente en la guerra. De hecho, la conferencia fue so-
e
tadistas encargados de fijar las condiciones de paz se encon-
traban ante este formidable desafío.
No obstante, y contrariamente a lo que había ocurrido en
el Congreso de Viena de 1815, sólo los vencedores fueron
bre todo cosa del «Consejo de los Diez», que comprendía a
dos representantes de Francia, de Estados Unidos, def Reino
Unido, de Italia y de Japón, y luego del «Consejo de los Cua-
tro» que reunía a Clemenceau, presidente del gabinete fran-
e
e
e, 480 KRE\'E HISTtlHIA UE 1-.LRllPA
u~,
~
25. 1.:\ EL"lHllJA ¡".NS¡\;,\(;¡'U ..;z..,;Tr\[)A: L:\ I'RL\Il;R:\ (,LLI{l{.-\ .\ll":\[Jl:\1
481

Xl
e cés, a Wilson, presidente de Estados Unidos, Lloyd George,
primer ministro británico, y Orlando, presidente del gabi-
nete italiano. Dos hombres desempeñaron un papel deter-
-''''-' [
~'}.I

'1
lugar a una profunda transformación del mapa de Europa, y
sus efectos se vieron reforzados todavía más por el empuje
de la Rusia soviética hacia el este.

e minante, Clemenceau y Wilson, y sus concepciones enfren-


tadas hicieron con frecuencia que la conferencia de paz
recordase a un duelo. Se opuso el realismo, incluso el cinis-
Mientras que Francia recuperaba Alsacia y Lorena, Italia
obtenía las «tierras irredentas» y Dinamarca recibía una par-
te del Schleswig, se creaban o eran agrandados de forma sus-

e
mo, de Clemenceau al idealismo de Wilson. De hecho, Cle- tancial once estados: Finlandia, los tres Estados bálticos, Po-
menceau no carecía de idealismo -su larga carrera política I
lonia, Checoslovaquia, Austria, Hungría, Serbia -que reunía
lo había demostrado-, pero su principal preocupación era I
en torno a ella al conjunto de los eslavos del sur y se transfor-
obtener garantías para la seguridad de Francia, mientras I

e que Wilson quería establecer la paz universal. Para ello le


parecieron decisivos dos elementos: el derecho de los pue-
blos a disponer de sí mismos, lo cual haría desaparecer la
I
maba en Yugoslavia-, Rumanía -que recibía Transilvania y
Besarabia-, y Grecia, que le quitaba Tracia a Bulgaria. Los
grandes perdedores fueron Rusia, que abandonaba desde el
océano Glacial Ártico al mar Negro una banda dé territorios
principal ca\!~¡L~k_LQLcootlictos)--y-la-creación-d~lo}na<?hgil "T
'1

~ ---de-30B-a4El(}-ktlómerros--cie-pmfttlhhdad;-klemania, a la que
I
de naciones» que establecería los principios de derecho in- le amputaban una séptima parte de su territorio y una déci-
ternacional, y cuya autoridad moral se impondría a todos ma parte de su población y que, además, quedaba separada :;'

e los estados. Clemenceau no se oponía a ello, pero no quería


sacrificar la seguridad de Francia a lo que consideraba en par-
te meras utopías. Esa oposición de fondo explica la larga du-
en dos -la Prusia Oriental había sido fragmentada del resto
de Alemania por el corredor de Dantzig, destinado a facilitar
el acceso al mar a Polonia-; Bulgaria, que había perdido te-
ración de las negociaciones, sobre todo porque, a pesar del
e trabajo de 52 comisiones, la imbricación de las etnias en Eu-
ropa central y oriental hizo con frecuencia difícil llevar a la
rritorios en provecho de todos sus vecinos, rumanos, yugos-
lavos, griegos, y que había sido privada de su acceso al Medi-
terráneo; y finalmente Turquía, literalmente despedazada, al
práctica el principio del derecho de los pueblos a disponer de

e sí mismos.
menos en un primer momento. La Europa de {914 contaba
con 18 Estados, la Europa posterior a la guerra tenía 26. El
hecho más considerable era la desaparición del Imperio aus-

-!e Los tratados

Además del Tratado de Versalles se firmaron otros cuatro


tratados llamados «de los suburbios parisienses» en las se-
manas o los mese~ siguientes: el Tratado de Saint-Germain-
en-Laye con Austria (lO de septiembre de 1919), el Tratado
tro-húngaro, repartido entre 6 «Estados sucesores».
Las posesiones coloniales de los países vencedores se vie-
ron incrementadas. En forma de «mandatos» de la Sociedad
de Naciones, lo esencial de las antiguas colonias alemanas,
así como los países árabes arrebatados a Turquía, fueron en-
tregados a Francia e Inglaterra.
De conformidad con la voluntad de Francia, donde el es-
de Neuilly con Bulgaria (27 de noviembre), el del Trianón lógan «Alemania pagará» se convirtió en un acto de fe,.Ale-
ti con Hungría (4 de junio de 1920), Yel de Sevres (10 de agos-
to de 1920), pero que, inaplicable, fue sustituido por el Tra-
mania, reconocida como responsable de la contienda, fue
condenada a pagar, no ya la habitual indemnización de gue-
tado de Lausana (24 de julio de 1923). Estos tratados dieron

e
rra, sino «reparaciones».
482 BREVE HISTORIA DE EUROPA
, 25. LA EVN.OPA ENSANlil{ENTA1>A: l.A f)HI~lERA {;UERRA MUNDIAl. 483 e
Por último, tanto Wilson como Clemenceau habían en apariencia se trataba de un progreso, pero algunas de
conseguido salirse con la suya. El Tratado de VersaJles pre-
veía, por un lado, la creación de la Sociedad de Naciones: es-
estas nuevas minorías, como los alemanes de Checoslova-
quia (los Sudetes), antigua población dominante, resulta-
e
tipulaba, por otro, que la seguridad de Francia quedaría ga- ban ahora población dominada, en una situación difícil de
rantizada por la reducción del ejército alemán a 100.000
hombres, la supresión del Gran Estado Mayor, la desmilita-
rización de la orilla izquierda del Rin así como la de una
vivir y cargada de conflictos. De igual modo, el sentido co-
mún habría querido que Austria, puramente germánica,
quedase unida a Alemania, cosa que deseaban muchos
e
banda de 50 kilómetros de la orilla derecha y, por último,
que la orilla izquierda del Rin y tres cabezas de puente sobre
la orilla derecha debían ser ocupadas durante quince años
austríacos. Los representantes de Francia se habían
opuesto de forma particularmente vigorosa ¡porque Ale-
mania habría salido de la guerra más fuerte de lo que ha-
e
con evacuación por terceros cada cinco aí1os. bría entrado en ella!
Además, varias regiones eran objeto de disputas: la Alta e
-e
Silesia entre Alemania y Polonia, Fiume entre Italia y Yu-
Los probLemas de apLicación goslavia, la parte oriental de Ucrania y de Bielorrusia entre
Polonia y Rusia. Varios países -Alemania, la Rusia soviética,
Laboriosa y difícilmente acordados, los tratados planteaban Hungría, Bulgaria- reclamaban la revisión de los tratados,
al menos tantas cuestiones como las que resolvían, susti- sin que por eIJo los otros quedaran satisfechos.
tuyendo problemas antiguos por otros nuevos cuando no Segunda fuente de crisis: la cuestión de las reparacio-
se acumulaban los unos sobre los otros. Esto explica que nes. El establecimiento del principio de «reparaciones»
fueran firmados más en una atmósfera de amargura que de había dado lugar durante la conferencia de paz a polémi-
satisfacción: cada uno era consciente de que, incluso si no
había sido posible hacerlo mejor, aquellos tratados engen-
drarían numerosísimas tensiones, pues no contentaban a
cas extremadamente duras. ¿Qué era lo que Alemania de-
bía «reparar»? ¿Debían tenerse en cuenta sus posibilidades
de pago? Se había partido del principio de qlIe Alemania
e
nadie e indignaban a muchos -por razones a menudo com-
pletamente contradictorias-, y que Europa, pese a la terri-
debería pagar todo lo que había costado la guerra, pero
esto habría alcanzado sumas inauditas, y se había vuelto a e
--
ble sangría sufrida, volJía a encontrarse -como antes- a puntos de vista más razonables. Pero la fijación del monto
merced de sus divisiones. de las reparaciones, y luego las tentativas de hacer pagar a
Primera gran fuente de tensiones: las regulaciones terri- Alemania, fueron un absceso de fijación de las relaciones
toriales. Para Jlegar a asegurar a cada pueblo un Estado in- internacionales durante más de diez años.
dependiente, había sido necesario «balcanizar» una parte Además, contrariamente a las esperanzas del presidente
de Europa, lo cuar no impedía a cada estado de Europa Wilson, la Sociedad de Naciones apenas podía cumplir con
central, o casi a cada estado, abarcar una proporción más o su papel de organizador de la paz. Privada de la participa-
menos considerable de minorías nacionales. Antes de la

e
ción de Estados Unidos a raíz de la negativa del Senado
guerra, 60 millones de europeos pertenecían contra su gus- americano de ratificar el Tratado de VersaIJes, de la de la
to a talo cual estado; ahora ya sólo eran 30 millones, que, Rusia soviética, que no había sido invitada, así como de la
por otra parte, no tenían por qué ser los mismos de antes: de los vencidos, la Sociedad de Naciones apenas era más que

e
25. LA EUROPA E:\'SA:,\'(;RESTAIJA: LA I'IUMEH.A t;UERRA ~1¡;Nl>IAL
-484 BREVE HISTORIA !lE FUH lIJA
485

•• el club limitadísimo de algunos de los países vencedores, sin Francia y los de Alemania; la acción conjunta de socialistas aus-
•• autoridad moral particular. tríacos y socialistas italianos reunidos en Trieste para prevenir un
conflicto entre los dos Estados; la vigorosa intervención de la cia-

e La «paz sin victoria» que por un momento había deseado


Wilson, ya corto plazo la reconciliación de los antiguos ad-
se obrera de Suecia para impedir un ataque contra Noruega; y los
heroicos sacrificios y combates de masa de socialistas, obreros y
campesinos de Rusia y de Polonia para impedir la guerra desen-
A versarías, habría sido probablemente la única salida posible cadenada por el zarismo, para ponerle un término y para hacer
•• para permitir que Europa mantuviese su rango en el mun- surgir de la crisis la libertad de los pueblos de Rusia: todos estos
do. Psicológicamente era imposible. La masa de los antiguos esfuerzos, pues, atestiguan la pujanza creciente de la clase obrera
_ combatientes de los diferentes países odiaban la guerra, y su constante preocupación por mantener la paz mediante enér-
gicas intervenciones ...
•• pero no hasta el punto de aceptar, los unos, las consecuen-
cias de la derrota, y, los otros, que sus sacrificios no se tuvie- Además, el Congreso tiene la convicción de que, bajo la pre-
sión del proletariado, prevalecerá la práctica del arbitraje obliga-
ran en cuenta.

e- gll:;~:~~;I~~~~~~~,:n~:i~:~~~~~~:~7aei:a~~~I~
una Europa más frágil todavía que la Europa anterior a la
torio, para todosjQsJitigiQ~,~oJ¡ídasJamemables_tentativas-de
'los gobiernos burgueses, y de esta forma podrá ser asegurado a los
pueblos el beneficio del desarmamento general que permitirá
__

a guerra, una Europa igualme.nte dividida, desacreditada :',


aplicar a los progresos de la civilización los inmensos recursos de
energía y de dinero devorados por los armamentos y las guerras.
'. además, empobrecida. El Congreso declara:
Ante una guerra inminente, es deber de la clase obrera en los

e DOCUMENTOS
países involucrados, así como de sus representantes en el Parla-
mento con la ayuda del Buró internacional, fuerza de acción y de

el.
coordinación, hacer todos los esfuerzos para imp~dir la guerra
Pacifismo contra nacionalismo: el dilema socialista con todos los medios que les parezcan más apropiaaos y que va-
rían naturalmente según la situación de la lucha de clases y la si-
Desde el Congreso internhcional de Bruselas, el proletariado, si tuación política general.
_ bien prosiguiendo su lucha incensan te contra el militarismo por No obstante, en el caso de que la guera estallara, tienen el de-
• el repudio de los gastos militares y navales, por e! esfuerzo de de- ber de intervenir para hacerla cesar prontamente y utilizar con
mocratización de! ejército, puede recurrir con un vigor y una efi- todas sus fuerzas la crisis económica y política creada por la gue-
_ cacia crecientes a los medios mÚ variados para prevenir las gue- rra para agitar las capas más profundas y precipitar la caída de la
•• rras o para ponerle.s un término, o para poner al servicio de la dominación capitalista .
liberación de la clase obrera el quebranto que la guerra causa en
todos los estamentos sociales; así, especialmente, la unidad de ac- Resolucióndel VII Congreso de la Internacional Socialista,Stultgart, 1907,
a ciÓn de las trade-unions británicas y los sindicatos obreros fran- cit. por Jacques Droz, Historia del socialismo. El socialismo democrático,
• ceses tras la crisis de Fachada para asegurar la paz y restablecer trad. de Jordi Marfa, Barcelona,Laia, 1977, págs. 160-161

e las buenas relaciones entre Francia y Gran Bretaña; las manifes-


taciones populares organizadas a este efecto por los socialistas de
486 HRE\'E HISTuRIA Dr, EUROPA ~5. LA EUROPA EN:'lAN~;HENTAIJA: LA i'Klf>.lI-.H:\ ¡;U]U{A

tado acordado entre ese Estado y las Principales Potencias aliadas


;\lUNUIAI.
487 e
Esta resolución fijó la postura oficial de la lntemaciollal Socialista
hasta la Primera Guerra Mundial. En ella se aprecia la tellsión en-
tre los ideales pacifistas e intemacionalistas del movimiento obre-
ro y el nacionalismo de gran parte de los trabajadores de los dife-
y asociadas: reconoce que esa independencia será inalienable, a no
ser con el consentimiento del Consejo de la Sociedad de Naciones.
Atrl'. 81. - Alemania reconoce, como ya lo han hecho las Po-
'e
rentes estados europeos. A pesar de los logros a los qlle se refiere el
texto, finalmente el nacionalismo se impolldría arrastralldo a los
pueblos de Europa a olvidar los ideales pacifistas y ellJi-erJlarseen
tencias aliadas y asociadas, la completa independencia del Estado
checoslovaco.
AJrL 82. - La frontera entre Alemania y el Estado checoslovaco
e
la "Gran Guerra». será determinada por la antigua frontera entre Austria-Hungría y
el Imperio alemán, tal como existía el 3 de agosto de 1914 l...)
Aln. 104. - Una Convención, cuyos términos se comprometen
e
2. Extractos del Tratado de Versalles (28 de junio de 1919)

e
a negociar las Principales Potencias aliadas y asociadas y que en-
trará en vigor al mismo tiempo que se constituya la Ciudad libre
ART. 42. - Le queda prohibido a Alemania mantener o cons- de Dantzig, intervendrá entre el Gobierno polaco y la citada Ciu-
truir fortificaciones bien en la orilla izquierda del Rin, bien en la dad libre [oo.]
orilla derecha, al oeste de una línea trazada a 50 kilómetros al este
de ese río.
ART. 43. - Quedan asimismo prohibidos, en la zona definida
Atri'. 119. - Alemania renuncia, en favor de las Principales Po-
tcncias aliadas y asociadas, a todos sus títulos y derechos sobre
sus posesiones de ultramar [... ]
e
e
por el artículo 42, el mantenimiento o la reunión de fuerzas ar-
ART. 128. - Alemania renuncia, cn favor de China, a todos los
madas, bien a titulo permanente, bien a título temporal, lo mis-
privilegios y ventajas resultantes de las disposiciones del proto-
mo que todas las maniobras militares de cualquier naturaleza
colo final firmado en Pekín el? de septiembre de 1901 [...]
que sean y el mantenimiento de todas las facilidades materiales
de movilización [... ]
ART.45. - En compensación por la destrucción de las minas de
carbón en el norte de Francia, y como adelanto sobre el monto
AlrI'. 160. - Con fecha de 31 de marzo de 1920 [oo.] la totalidad
de los efectivos del ejército de los Estados que constituyen Ale-
mania no deberá superar los cien mil hombres, oficiales y depósi-
e
tos incluidos [... ]
de la reparación de daños de guerra debidos por Alemania, ésta
cede a Francia la propiedad entera y absoluta, franca y libre de
cualquier deuda o cargalcon derecho exclusivo de explotación,
El Gran Estado Mayor alemán y todas las demás formaciones
similares serán disueltas y no podrán ser reconstituidas bajo nin-
guna forma [... ]
e
e
de las minas de carbón situadas en la cuenca del Sarre, delimitada
como se dice en el artículo 48 [... ] ART. 173. - Todo servicio militar universal obligatorio será
ART. 51.- Los territorios cedidos a Alemania en virtud de los abolido en Alemania l... ]
Preliminares de Paz firmados en Versalles el 26 de febrero de ART.231. - Los Gobiernos aliados y asociados declaran y Ale-
1871 y del Tratado.de Francfort del 10 de mayo de 1871 son rein-
tegrados a la soberanía francesa a partir de la fecha del Armisticio
del 11 de noviembre de 1918.
mania reconoce que Alemania y sus aliados son responsables,
por haberlos causado, de todas las pérdidas y de todos los daños
sufridos por los Gobiernos aliados y asociados y sus nacionales
e
e
Las disposiciones de los Tratados que afectan a la delimitación como consecuencia de la guerra, que les ha sido impuesta por la
de la frontera anterior a 1871 entrarán de nuevo en vigor [... ] agresión de Alemania y de sus aliadqs.
ART.80. - Alemania reconoce y respetará estrictamente la inde- ART. 232. - Los Gobiernos aliados y asociados reconocen que
pendencia de Austria, en las fronteras que le serán fijadas por Tra- los recursos de Alemania no son suficientes -teniendo en cuenta

e
'''1

-488 BREVE HISTORIA DE EUROPA 25. LA EUROPA ENSANCRENTADA: 1.:\ I'Kl~tERA (;UERRA MUNDIAl 489

AJa disminución permanente de estos recursos que resulta de otras aunque fuera posible, aunque nos enriqueciera a nosotros, aun-
• disposiciones del presente Tratado- para asegurar la completa que no sembrara la decadencia de toda la vida civilizada de Euro-
reparación de todas estas pérdidas y de todos estos daños. pa. Algunos la predican en nombre de la justicia. En los grandes
A Los Gobiernos aliados y asociados exigen no obstante, y Ale- acontecimientos de la historia del hombre, en el desarrollo del
.mania se compromete a ello, que serán reparados todos los da- destino complejo de las naciones, la justicia no es tan elemental.
ños causados a la población civil de cada una de las Potencias y si lo fuera, las naciones no están autorizadas por la religión ni
aliadas y asociadas y a sus bienes, durante el período en que esa í
por la moral natural a castigar en los hijos de sus enemigos los
_potencia estuvo en estado de beligerancia con Alemania, por la crímenes de sus padres o de sus jefes [... J.
citada agresión por tierra, por mar y por los aires [... 1 El Tratado no incluye ninguna disposición para lograr la reha-
ART. 233. - El montante de dichos daños, cuya reparación es bilitación económica de Europa; nada para colocar a los Imperios
Adebida por Alemania, será fijado por una comisión interaliada, centrales, derrotados, entre buenos vecinos; nada para dar estabi-
• que adoptará el nombre de Comisión de reparaciones [... ]
lidad a los nuevos Estados de Europa; nada para levan.tar a Rusia,
ART. 428. - A título de garantía de ejecución por Alemania del
ni promueve en forma alguna la solidaridad económica estrecha
presente Tratado, los territorios alemanes situados al oeste del Rin,

_
.ent!'e-lQs-mismQs-a!iadQ&.-En--!2aI'Ís-HB-se-log{,&nÍflgán-a-Ffegle-pttfrr
juntoafascabezas de puente, serán ocupadas por lastropas de las
restaurar la desorganizada Hacienda de Francia e Italia, ni para con-
Potencias aliadas y asociadas durante un período de quince años, a
cordar los sistemas del Viejo yel Nuevo Mundo.
contar desde la entrada en vigor del presente Tratado.
El Consejo de los Cuatro no prestó atención a estos problemas,
por estar preocupado (on otros: Clemenceau, con ahogar la vida
El texto aquí transcrito no es más que una pequeña parte de un económica de su enemigo; Lloyd George, con hacer algo y llevar
~.\ a casa alguna cosa que durara una semana; el presidente, con no
.•• tratado que contiene más de 400 artículos, sin contar largos ane- ,;;\
I hacer nada que no fuera justo y recto. Es un hecho sorprendente
• xos. Es el resultado del trabajo gigantesco de la conferencia de paz,
que quiso con él reorganizar Europa: aplastante para Alemania que, teniendo el problema económico fundamental de una Euro-

,e -pérdidas de territorios metropolitanos y de la totalidad de sus te-


rritorios coloniales, fuerzas militares reducidas a su expresión más
simple, desmilitarización y ocupación de una parte del territorio,
1
\
pa hambrienta y deshecha ante sus ojos, fuera ésta !a única cues-
tión sobre la cual fue imposible despertar el interés delos Cuatro.
Las reparaciones eran una única incursión en el campo económi-
«reparaciones» enormes, Jiscriminaciones económicas, juicio de ~ co, y la resolvieron como un problema de teología, de política, de
alas principales dirigentes, establecimiento de toda una serie táctica electoral, desde todos los punto~ de vista, excepto el del
• de controles ... -, fue considerado sin embargo insuficiente por una porvenir económico de los Estados cuyos destinos tenían en sus

e parte de la opinión, francesa en particular. No por ello dejó de ser


inaplicable en parte ~ rapidísimamente violado.
manos [... j.
Europa es el núcleo más denso de población conocido en la
historia del mundo. Esta población está acostumbrada a un tipo

3. Las consecuencias económicas de la paz


¡ de vida relativamente elevado, que aún hoy muchos de sus ele-
mentos esperan mejorar y no empeorar. Comparada con otros

e
f
j continentes, Europa no se basta a sí misma; especialmente, no
La política de reducir a Alemania a la servidumbre durante una puede alimentarse a sí misma. La población no está distribuida

e generación, de envilecer la vida de millones de seres humanos y


de privar a toda una nación de felicidad, sería odiosa y detestable,
con igualdad, sino que gran parte de ella está acumulada en un
número relativamente pequeño de centros industriales muy den-
....4~----~~~----- ------ ,
1
.
,

I!
490 BREVE HISTORIA

sos. Esta población había asegurado su propia vida antes de la


guerra, sin gran margen de excedente, mediante una organiza-
ción delicada e inmensamente complicada, cuyas bases eran el
IlE fU HOPA
25. I.A HJlHII' ..\ E~S:\S(;}{}:.l'TAI>A: l.A PRIMfRA (;lJERRA

Hay 1 ... 1 tres obstáculos distintos para la reanudación del co-


mercio: el desacuerdo entre los precios interiores y los precios in-
ternacionales; la falta de crédito individual en el extranjero para
~W:"IlIAI 491 e
e
comprar las materias primas necesarias para asegurar la actuación
.carbón, el hierro, los transportes y una provisión ininterrumpida
de alimentos y materias primas importados de otros continentes.
La destrucción de esta organización y la interrupción de la co-
.1
del capital y para restablecer el cambio, y un sistema de circula-
ción monetaria desordenado, que hace las operaciones de crédito
arriesgadas o imposibles, aparte de los riesgos ordinarios del co-
e
rriente de aprovisionamientos privan a una parte de esta pobla-
ción de sus medios de vida.
Ese excedente no puede emigrar. Se necesitarían años para
transportarlos por mar, aunque, lo que no ocurre, hubiera países
mercio [... ].
Todas estas influencias se combinan no sólo para impedir a
Europa que inicie inmediatamente una corriente de exportacio-
e
dispuestos a recibirlos. El peligro que nos acosa, por tanto, es el
descenso rápido del nivel de vida de las poblaciones europeas,
hasta llegar a significar para algunas el hambre (punto a que ya se
nes lo bastante grande para pagar las mercancías que necesita
importar, sino para quitarle el crédito necesario para obtener el
capital requel'ido para el restablecimiento del cambio, apartando
también las fuerzas de la ley económica aún más de su equilibrio
e
ha llegado en Rusia y pronto se llegará en Austria). Pero los hom-
bres no siempre morid n con tranquilidad. Porque el hambre,
que lleva a algunos allelargo y a la desesperación inerte, lleva a
en lugar de acercarlas a él, favoreciendo la continuación de las
circunstancias presentes, en lugar de curarse de ellas. Estamos
ante una Europa improductiva, sin trabajo y desorganizada, des-
e
otros temperamentos a la inquietud nerviosa del histerismo ya la
desesperación loca. Y éstos, en su miseria, pueden acabar de tras-
tornar los restos de org.lI1ización y hundir la civilización toda en
sus intentos desesperados para satisfacer las necesidades apre-
organizada por querellas intestinas y por el odio internacional,
luchando, muriéndose de hambre, robandn y mintiendo. e
JOHN M. KEYNES, Las consecuencias económicas de la paz (1919), trad. de
miantes del individuo. Éste es el peligro contra el cual debemos
aunar ahora todos nuestros recursos, nuestro valor y nuestro
idealismo [... 1.
Juan Uf\a, Barcelona, Crftica, 1987, págs. 145-161
e
Los caracteres que expresan la situación inmediata se pueden
agrupar bajo tres epígrafes: 1.0, el hundimiento absoluto para el
porvenir de la productiviliad interior de Europa; 2.°, la ruina del
Además de Sil Teoría general de la ocupación, el interés y el dine-
ro (1936), obra decisiva para la regeneración del sistema económi-
co capitalista tras la «Gran Depresión», Keynes dejó también es-
e
transporte y del cambio que servían para enviar sus productos
cuando y donde más se necesitaban, y 3.°, la incapacidad de Eu-
ropa para adquirir sus provisiones de ultramar [... 1.
critas SIIS opiniones acerca de las consecue1lcias económicas que
tendrían los tratados de paz que pusieron fin a la Primera Guerra
Mundial. La total desorganización de la economía europea y los
obstáculos a la recuperación de los vencidos dibujaban, según él,
e
Estamos [... 1 colocados en Europa frente al espectáculo de una
debilidad extraord.naria por parte de la gran clase capitalista que
ha surgido de los triunfos industriales del siglo XIX y que hace
unos cuantos años parecía nuestra dueña todopoderosa. El terror
un panorama poco alentador; el ascenso de los fascismos, la crisis
de 1929 y las tensiones que condujeron a la Segunda Guerra Mun-
dial se encargaron de darle la razón.
e
y la cobardía personal de los individuos de esta clase son ahora
tan grandes; la confianza que tenían en su papel en la sociedad y
en la necesidad que de ellos tiene el organismo social está tan
e
amenguada, que son vÍCtimas fáciles de la intimidación [... 1.
e
- ........•.••
e 26. LAS ILL:SIUNES Uf: RETOR:\O A LA :\( \JL\l:\U [J¡\1J t IlJ2U-19JOJ 493

e 26. Las ilusiones de retorno


a la normalidad (1920-1930)
Revolución y contrarrevolución

En 1911, en un discurso al Reichstag, el viejo dirigente so-


en Europa

e cialdemócrata August Bebel había profetizado que, si se


producía una gran guerra europea, sería la señal de la revo-
lución. Esa profecía estuvo a punto de realizarse.
I

e Los diez años que siguen al primer conflicto mundial son años
de retorno a la normalidad, o intentan serlo ... Porque la ola re-
volucionaria se difunde, refluye y se instala en la Unión Soviéti-
I
..{
I

i La ola revolucionaria
:r;

e ca; las contrarrevoluciones predominan en la Europa pobre; y la


democracia, confirmada en el noroeste, ha perdido su prestigio.
Sin embargo, el restablecimiento material y la solución de los
problemas nacidos de la guerra progresan: ¿es posible una esta-
1,
La ola revolucionaria empezó con las revoluciones rusas.
Las estructuras demasiado débiles del Estado en plena mu-.
tación que era la Rusia anterior a 1914 no habían podido re-

e ~bil iza ción~de_eSl;cEuxopa_aIgo~horrosa_en-comparaciófl-co.tJ_eLpe- __ ,_ ~


ríodo de preguerra?
~-sistirta,-difu::ultades de la guerra, soo-re-todo porque er-zaT
Nicolás 11carecía de las cualidades necesarias para hacer
frente a la situación. En 1915 y 1916 se había asistido a una

e Los pueblos tienen con frecuencia la sensación de que, una


verdadera desintegración del Estado en los planos adminis-
trativo, económico y social. Una oposición creciente se ha-
bía desarrollado en la mayoría de los miembros de la Duma,

e vez pasada la conflagración, la vida podrá recuperar su cur-


so normal, es decir, volver a un tiempo pasado que, por
otra parte, se tiende a idealizar. Para un país victorioso
desde la derecha hasta la izquierda, con el objetivo de <<li-
brarse» de Nicolás 11y de establecer un régimen parlamen-
tario. Pero a esa oposición moderada se adelantó el movi-

e como Francia, esa sensación de tener que cerrar el parénte-


sis abierto por l~ guerra para volver a encontrar la edad de
oro de la Belle Epoque es particularmente fuerte. Los anti-
miento revolucionario que brotó literalmente de Iél~ masas
populares abrumadas por las dificultades materiales. Las
manifestaciones iniciadas el 23 de febrero (antiguo calenda-
guos combatientes, si se!uimos a Antoine Prost, tienen sed
rio ruso) de 1917 en Petrogrado adquirieron rápidamente
_ de descanso y de tranquilidad. Agotados de ser héroes, de-
un giro político. El 27 de febrero la insurrección había ven-
,., sean llevar una vida normal, la vida cotidiana de todos los
cido, y el 2 de marzo el zar abdicaba. Ese mismo día se for-
días.
maba un gobierno provisional dirigido por un liberal, el
_ Sin embargo, aunque en rigor este sueño era posible para
príncipe Lvov. Pero ese gobierno, atrapado entre imperati-
,., un pueblo victorioso, para la mayor parte de los estados de
vos contradictorios -continuar la guerra para respetar las
una Europa que había resultado perturbada en los ámbitos
obligaciones internacionales, satisfacer las reivindicaciones
_ territorial, político, social o económico, había llegado más
campesinas sobre la tierra al tiempo que se respetaba la le-
,., bien la hora de la revolución.
galidad-, no consiguió imponerse. De crisis en crisis, la di-
rección del gobierno pasó por las manos de un socialista-re-

e volucionario, Alexander Kerenski, que zigzagueó de forma


494 HREVE HISTORIA DE EUROPA 26. LAS ILUSIONES DE RETORNo A I.A NORMAI.lI>AlJ {1920-19.\UJ 495 e
cada vez más difícil entre la oposición de derecha y la fuerza
creciente de la corriente bolchevique. Vuelto de Suiza en
abril de 1917, Lenin -uno de los pocos dirigentes socialde-
gran huelga de metalúrgicos, acompañada por manifesta-
ciones con frecuencia muy violentas y por enfrentamientos
muy duros durante elIde mayo en París, y, en mayo de
el
mócratas que había apelado, desde 1914, a la transfor-
mación de la guerra en guerra civil y había mantenido esa
posición durante la contienda, en las conferencias de Zim-
1920, en una nueva gran oleada de huelgas de las que la más
espectacular fue la de los ferroviarios. En Italia, a partir de la
primavera de 1919 se produce en diversas regiones un vasto
e
merwald (5-8 de septiembre de 1915) y de Kienthal (24-30 movimiento de ocupación de tierras, mientras en las ciuda-
de abril de 1916)-, rechazó cualquier colaboración con el
gobierno provisional. Su consigna era: todo el poder para
los soviets. En el mes de septiembre consideró que las con-
des industriales se desarrollan huelgas y motines. En el mes
de agosto de 1920, los obreros ocupan en todas partes sus
fábricas, controladas por comités elegidos y defendidos por
e
diciones estaban maduras para un golpe de fuerza. Los bol-
cheviques, bajo la dirección de Trotsky, ya eran mayorita-
rios en el soviet de Petrogrado. El 26 de octubre tomaron el
milicias bautizadas con el nombre de «guardias rojos». El
ejemplo de la revolución bolchevique alentó en toda Europa
el impulso obrero. En la guerra contra Polonia, durante el
e
poder y se formaba un Consejo de Comisarios del Pueblo verano de 1920, el Ejército Rojo victorioso se acerca a Var- &\
bajo la presidencia de Lenin. sovia. Lenin profetizaba entonces, ante los delegados reuni- 'lS'
Para los dirigentes bolcheviques, su victoria en la «revolu- dos para el Segundo Congreso de la Komintern, la victoria a
ción de Octubre» no era más que un accidente afortunado
en el camino de la revolución mundial. La revolución había
corto plazo de la revolución. Al frente del Ejército Rojo, el ge-
neral Tujachevski proclamaba: «La ruta del incendio mun- e
-
podido ser contenida en los demás países mientras duró la dial pasa por encima del cadáver de Polonia».
guerra; pero, una vez acabada la contienda, el movimiento
revolucionario se propagó como una mancha de aceite.
Partiendo de las tripulaciones de la flota, la revolución es- El reflujo revolucionario
talla en Alemania en los primeros días de noviembre de
1918. El 9 de noviembre, casi en el mismo momento, el so- Éste se produjo muy rápidamente: empezó mucho antes de _
cialista mayoritario Scheid~mann proclama la República y que la ola revolucionaria hubiera cesado de extenderse, y
el *espartaquista Karl Liebft:necht una «República socialis-
ta». Un socialista-revolucionario, Kurt Eisner, proclama asi-
mismo una república en Baviera, que pronto se transforma
los movimientos en sentido contrario provocaron en cierto
modo un hervor general. Los espartaquistas, que acababan
de fundar el Partido Comunista Alemán, fueron vencidos
e
en «República de los Consejos». Otra «República de los durante la «semana sangrienta» del6 al12 de enero de 1919
Consejos» ve la luz en Hungría, el 21 de marzo de 1919, por en Berlín, y sus jefes, Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, ••
iniciativa de un socialista próximo a los bolcheviques, Béla asesinados. En las semanas siguientes, la revolución fraca- .,
Kun. En ese mismo mes de marzo de 1919, Lenin crea en saba también en el resto de Alemania. Los combates volvie-
Moscú la III Internacional, la Internacional comunista (Ko- ron a Berlín en primavera, pero el movimiento revolucio- &
mintern), cuyo objetivo era dirigir la revolución mundial. nario fue vencido de nuevo, lo mismo que en las diferentes .'
En Francia, el impulso revolucionario de una parte del ciudades donde se habían constituido las «Repúblicas de
mundo obrero se expresa en la primavera de 1919 en una Consejos». La República de Consejos de Baviera desaparece _
.96 BREVE HISTORIA DI'. ELlROP:\ 26. l.A~ ILliSlu~ES DE RETORNO A LA ~()RM:\I.l[)AIJ (JlJ2lJ-J'J.HJ) 497

_ principios de mayo de 1919. En Hungría, no dura más plano, tras la muerte de Lenin en 1924, los dirigentes bol-
~ue 133 días yel 1 de agosto de 1919 es aplastada por los cheviques se desgarraban entre sí por la conquista del po-
ejércitos checo y rumano. Los movimientos sociales fraca- der, particularmente Stalin, partidario de la construcción
aan finalmente en Italia y en Francia, donde fueron dura- del «socialismo en un solo país», y Trotsky, que quería pro-
Wnente reprimidos (18.000 ferroviarios despedidos). En seguir la revolución mundial. La victoria de Stalin (Trotsky
agosto de 1920, el Ejército Rojo es derrotado en la batalla fue expulsado de la URSS en 1929) simbolizó el repliegue de
~el Vístula y la Rusia soviética debe firmar con Polonia en la revolución a Rusia, al mismo tiempo, además, que la polí-
wnarzo de 1921 el Tratado de Riga, muy desfavorable para tica exterior soviética -después de haber obtenido el reco-
ella. La derrota soviética ante Varsovia marcó simbólica- nocimiento de la URSS en 1924 por la mayor parte de los
mente el final del empuje revolucionario consiguiente a la países europeos- se volvía hacia Extremo Oriente.
_uerra. La revolución había sido derrotada en todas partes, Pese al impulso de una parte de las masas obreras, anima-
salvo en Rusia, pero en una Rusia asolada desde la primave- das tanto por el odio a la guerra como por la voluntad de es-
ra de 1918 hasta finales de 1921 por una guerra civil, doble- tablecer un orden social mejor, la revolucióií'había sido
-Alent~episódTca:-purl-a-i-rTterverrciórrextranjera~Et-pais-SE ---currfia-da-súro-aH mpet io t usa:-lagrrerracivrl-errRusTa;-la-d-t;---
~aIIaba en tal situación que el objetivo de la Internacional rrota de la revolución en Alemania, donde las masas obreras
comunista se focalizó ahora en proteger a la joven Rusia so- se inclinaron mayoritariamente hacia los socialistas mode-
_iética antes que ser el motor de la revolución. Un poco en rados antes que hacia los revolucionarios, son las explica-
Wodas partes se habían constituido en Europa partidos co- ciones de esta derrota de la revoluciono Por otro lado, el or-
munistas afiliados a la III Internacional (Congreso de Tours den basado en la democracia -con todas sus limitaciones-
~e Navidad, de 1920, para Francia, Congreso de Livorno, en se había manifestado infinitamente más resistente de lo que
.nero de 1921, para Italia), pero eran consecuencia de esci- habían pensado Lenin, Trotsky y otros dirigentes bolche-
siones en el seno de los partidos socialistas, por lo que in- viques.
~ediatamente se produjo un debilitamiento de los movi-
~'¡entos obreros nacionales.
En la misma Rusia soviética, el impulso revolucionario Contrarrevolución y democracia liberal
parecía afectado. Para gan!lr la guerra, el poder bolchevique
_abía tenido que poner en marcha todo un sistema de coac- La derrota de la revolución no se tradujo en todas partes en
ciones bautizado con el nombre de «comunismo de guerra», la victoria de la democracia liberal, sino en la de la contra-
pero, una vez acabada la guerra civil, numerosas revueltas rrevolución. Sus límites son bastante fáciles de determinar:
.ampesinas, o la de los marineros de Cronstadt, mostraban la democracia liberal se había mantenido o prevalecía en

.a
~ue

"aís;
había que aflojar la presión. La *NEP (Nueva Política
Económica), comprometida entre una economía colectivis-
y una economía liberal, permitió relanzar la economía del
en primer lugar la agricultura, que se había convertido
en una actividad libre; más tarde la industria. Progresiva-
la Europa «rica», mientras que la contrarrevolución lo hacía
en la Europa «pobre». Europa experimentaba que la demo-
cracia liberal no podía asentarse sin un importante de~arro-
110 de las clases medias, lo cual suponía la existencia de una
economía moderna.
_ente la producción recuperaba el nivel de 1913. En otro
498 BREVE HISTORIA DE EUROPA

)
26. LAS ILUSIONES DE RETORNll A I.A NORMAI.IDAIJ (1920.1930) 499 e
La democracia parlamentaria

En la Europa de los años veinte, la democracia parlamenta-


meses, una Asamblea Constituyente elegida en enero de
1919 había fundado una República parlamentaria definida e
--
por la Constitución llamada de Weimar (julio de 1919). Los
ria, en estas condiciones, fue cosa sobre todo de tres países: primeros años de la nueva República fueron agitados (in-
Francia, Inglaterra y Alemania. En Francia y en Inglaterra, tentos de golpes de fuerza de extrema izquierda o de extre-
la democracia parlamentaria no tuvo más que seguir el cur- ma derecha, asesinatos políticos, movimientos separatistas
so que la guerra no había interrumpido. En un primer mo- de Renania, ocupación del Ruhr por Francia ...), pero, a par-
mento, en Inglaterra las elecciones «caqui» de 1918 y en tir de 1924, el país se estabilizó bajo la dirección de una ma-
Francia las elecciones de 1919 dieron el predominio a quie- yoría conservadora y del mariscal Hindenburg, elegido pre-
nes se presentaban como continuadores del espíritu de la
guerra: Lloyd George al frente de una coalición liberal-con-
servadora de dominante conservadora en Inglaterra; Cle-
, sidente de la República en 1925 a pesar de su poca simpatía
por el régimen republicano.
La democracia parlamentaria no dejaba de mostrar sig-
-
--
menceaÍl, figura emblemática de una coalición del centro y nos de fragilidad, pero se fue afirmando y eq.uilibrando a
de la derecha, el Bloque Nacional, en Francia. Ese intento de partir de mediados de la década de 1920.
monopolizar la victoria no era en realidad sino la tapadera t.\
de una política de derecha; de ahí la vuelta al enfrentamien-
to clá<;ico,izquierda contra derecha. Esa oposición fue arbi- ~ La contrarrevolución
trada "n Francia, como de costumbre, por el centro, cuyas ~,

oscila(iones permitieron en 1924 el triunfo del cártel de iz- if Por otro lado, la contrarrevolución prevaleció, y la sei1al se
quierdas, y luego, en 1926, la vuelta al poder de Raymond
t
Poincaré, tras las terribles dificultades financieras contra las
que tropezó la izquierda. A partir de 1926, y durante algu-
}
J
dio en Italia. Desde el final de la guerra, la democracia libe-
ral atravesó en ese país una grave crisis. La opinión pública
había quedado muy decepcionada por los resultados de la
e
--
nos años, Francia entró en un período de estabilidad políti- {
~
~ guerra -Italia no había podido obtener Dalmaéia, que toda-
ca cuyo punto de equilibrio se hallaba en el centro-derecha. t vía reivindicaba-, por la gravedad de los problemas eco-
En Inglaterra, tras la caí<Jade Lloyd George en 1922, pudo ] nómicos y sociales, y por la inestabilidad ministerial (cuatro
también reanudarse la a\ternancia clásica. No obstante se r ministerios en tres años, de 1919 a 1922). En un primer mo-
vio complicada por la sustitución progresiva del Partido La- mento se produjo un fuerte impulso revolucionario, pero
borista por el Partido Liberal. El sistema británico hubo de tras el fracaso de la «ofensiva proletaria» de 1919 y de 1920,
funcionar con tres partidos durante algunos años. Sin em- cuando el movimiento obrero, por otra parte extremada-

e
<;'
bargo, lo que más profundamente alteró la vida política in- mente dividido, estuvo «en la cresta de la ola», el movimien-
glesa fue la gravedad de los problemas económicos y socia- to *fascista se lanzó al asalto del poder.
les que se resolverían, como la huelga general de 1926, tras Hasta ese momento había sido un grupúsculo dirigido por
el restablecimiento en 1925 de la convertibilidad de la libra a
su paridad con el oro de 1914.
En Alemania, la democracia parlamentaria estaba por
construir. Tras los tumultos revolucionarios de los primeros
Mussolini, antiguo dirigente socialista convertido en nacio-
nalista durante la guerra, que denunciaba los valores hereda-
dos del siglo XIX, racionalismo y liberalismo, en provecho de
e
la fuerza, de la violencia y del instinto, y que fue ganándose el

e
e 500 BREVE HISTU\{iA DE FL;IHll'A
" 26_ l.AS ILUSIONES DE RETORNO A LA NORMAI.IlJAl) (1<:i20-1950J 501

e apoyo de los medios financieros, de los propietarios de bie-


nes raÍCesy de las clases medias asustadas por los movimien-
tos revolucionarios de los meses pasados. Utilizando cuadros
I
La vuelta a la prosperidad material

Esa prosperidad dependía en amplia medida de la ayuda

e procedentes del ejército, incluso de la policía, reclutando a


muchos antiguos combatientes a los que les costaba reinser-
tarse en la sociedad, organizó el terror contra las organiza-
americana, consecuencia del debilitamiento de la posición
de Europa. Al salir de la guerra, Estados Unidos se había
convertido en la primera potencia financiera mundial, y el

e ciones obreras. El Partido Nacional Fascista, creado en no-


viembre de 1921, reunió desde su fundación a 700.000
miembros; rompió por la fuerza, en agosto de 1922, un in-
relanzamiento de la economía de los países europeos no po-
día hacerse sin créditos americanos. Concedidos con gene-
rosidad por los bancos (7.000 millones de dólares en dos
tento de huelga general y, tras la «Marcha sobre Roma» -que años, 1919 y 1920) a cambio de productos americanos -má-
e el ejército no recibió la orden de detener-, Mussolini fue lla-
mado a formar gobierno, el29 de octubre de 1932.
quinas, productos agrícolas-, permitieron el despegue de la
actividad económica, pero con grandes diferencias de un

~e- De este modo, si la democracia parlamentaria había po-


'.fritio-eofltener~l¡r-fevoltlci&i1>-aho-ra-se-vefa-a-menaza&<t
su derecha. A falta de una imitación real del modelo fascis-
po-r
país a otro. En relación a 1913, el índice de la producción in-
~ - -uus-rríai en rno-frre'Ue--95-eTIl:t-lteinu"tíntctu;-7v-err-f1ra:rrchry-'
sólo 59 en Alemania. La producción, no obstante, siguió
ta adaptado a Italia -que se encontraba a media distancia siendo globalmente insuficiente en comparación con las ne-

e entre los países con estructuras rurales tradicionales y los


económicamente avanzados-, unos regímenes autoritarios
o semiautoritarios iban asentándose en varios países de
cesidades, lo cual explica la pervivencia de la inflación de la
época de guerra, que se dejaba sentir incluso -aunque bas-
tante débilmente-, en Estados Unidos. Precisamente para

e Europa central y mediterránea, tras una experiencia breve,


no obstante, de democracia parlamentaria. Así ocurrió en
Hungría con el almirante Horthy (1920), de monseñor Sei-
frenar esa inflación Estados Unidos inició una política de re-
ducción de créditos que fue sancionada, a partir de 1921,
por una severa crisis económica. Además, como los distin-
pel en Austria (1922), del general Primo de Rivera en Espa- tos países no adoptaron la misma política financiera -Ale-
e ña, de Mustafá Kemal en Turquía (1923), del mariscal Pil-
sudski en Polonia (192j), de Salazar en Portugal (1928) ...
mania se entregaba con tanta mejor gana" á la inflación
cuanto que ésta hacía imposible el pago de las indemniza-
Sólo en Checoslovaquia, consiguió mantenerse un régimen ciones de guerra-, restaurar la estabilidad económica exigía

e parlamentario, cuyo desarrollo económico explicaba unas


estructuras sociales originales en Europa central.
poner fin a la anarquía de los cambios de divisas. Por prime-
ra vez en la historia, entre abril y mayo de 1922 se reunía en
Génova una conferencia internacional para resolver proble-

e Prosperidad y retorno a la calma


mas económicos y monetarios. Decidió que cada país tenía
que llegar a la estabilización de su moneda y de los precios
efectuando un control del crédito. Cada moneda debía vol-

e Por el momento, no obstante, de forma lenta pero progresi-


va, Europa recobró la calma -no el puesto que había ocupa-
do- gracias a la vuelta de la prosperidad material y a la solu-
ver luego a la convertibilidad por medio del Gold Exchange
Standard, que sustitutía el Gold Standard, el patrón-oro. En
caso de no ser convertible en oro (por falta de las reservas
ción de los problemas internacionales derivados de la guerra.
e
necesarias), una moneda podía ser convertible a una mone-
e
II
502 BREVE HISTURIA DE EUlHJPA 26. I.AS II.USIONES DE RETORNO A I.A !\OR:-'1:\1JI>,,\l) (1920-19)0) 503

da clave, convertible a su vez, que por el momento sólo po- índice de paro incomprensible. Débil en Francia, el paro

"--
día ser el dólar. nunca fue inferior al 9% de la población activa en Inglaterra
En la práctica, las decisiones de la Conferencia de Génova yal 7% en Alemania, con puntas muy superiores. Los pro-
tardaron varios años en ser aplicadas. La estabilización de la gresos de las industrias nuevas enmascaraban las dificultades
moneda alemana se produjo tras la crisis que provocó la hi- de las industrias tradicionales. El comercio mundial progre-
perinflación tras la ocupación del Ruhr. En agosto de 1924,se saba de forma débil, lo cual afectaba sobre todo a los grandes

-el
creaba una nueva moneda alemana, el reichsmark, con la pa- países comerciantes europeos, cuyo déficit comercial se
ridad del marco-oro de antes de la guerra. En mayo de 1925,
la convertibilidad de la libra esterlina se restableció también
con su paridad previa a la guerra, pero el franco francés no se
1 agravaba y no se compensaba, como antes de la guerra, con
las rentas de los capitales invertidos en el mundo; de ahí el
desequilibrio de la balanza de pagos que obligaba a un en-
volvió convertible hasta junio de 1928,y sólo con el 20% de su i deudamiento creciente con Estaños Unidos. La caída de los
valor de antes de la contienda; esa pérdida del 80% del valor precios agrícolas tras la guerra, donde se habían elevado con-
del franco era la materialización -ligeramente excesiva- del siderablemente, volvía difícil la condición campesina.
precio de la guerra. La lentitud y el desorden con los que se 1 Los resultados de la prosperidad eran asimismo muy dife-
realizó la estahilización monetaria de los países europeos fue-
f
rentes según los países europeos. ¡La renta nacional francesa (1)

-
ron evidentemente favorables a intensas especulaciones. por habitante era en 1929 superior en un tercio a la de antes
A pesar de todo, el período 1925-1929 ofrecía una impre- r
¡ de la guerra; el salario real de un obrero británico en 1929 era
sión de prospaidad. Las consecuencias de la guerra pare- superior en un 17% respecto al de 1914; la renta nacional de
I
cían liquidadas, el crecimiento fue muy elevado, al menos Alemania era en 1929 un 66% superior a la de 1913! Pero,

--
f
para algunos países -7,7% en Francia entre 1921 y 1929, como antes de la guerra, seguía habiendo una Europa pobre
5,7% en Alemania entre 1925 y 1928, 2,8% solamente en el y una Europa más rica. Las perturbaciones de la Europa bal-
Reino Unido-o El automóvil, que se volvió accesible a las cánica y oriental habían planteado problemas económicos
clases medias, conoce un gran desarrollo, lo mismo que la considerables. Dejando a un lado Checoslováquia, que con-
industria eléctrica -tres millones de aparatos de radio se servaba una parte notable del potencial industrial del anti-
venden en Inglaterra y el\Alemania en 1930-. No obstante, guo Imperio austro-húngaro, el sector industrial, a pesar de

-
el retroceso del puesto de 'Europa en la producción mundial los esfuerzos hechos, no había logrado aumentar su peso en
era sensible: 30,9% de la producción industrial en 1926- la economía de esos países, que seguían siendo mayoritaria-
1929 frente al 38,1% en 1913 para Francia, Alemania, 1talia y mente agrícolas.
el Reino Unido. La jerarquía de las potencias industriales

--
europeas seguía siendo no obstante la misma, con Alemania
a la cabeza, el Reino'Unido en segunda posición (con un re- La estabilización internacional
traso sensiblemente mayor), Francia en tercer lugar ...
La prosperidad recobrada mostraba de todos modos sig-
nos de fragilidad. Más vinculados a los progresos de la pro-
ductividad que a los de la mano de obra empleada, los avan-
ces de la industria no impedían el mantenimiento de un
Siguió un ritmo bastante cercano al de la economía. En la
inmediata posguerra, la aplicación de los tratados había
provocado numerosas dificultades. Un plebiscito debía de-
cidir el destino de la Alta Silesia, pero sólo pudo desarrollar- -e
e .

504 BREVE HISTORIA VE EUROPA ,j
26. LAS ILUSIONES DE RTT{lR..\'(l:\ 1,:\ \'(lR:\IAI.IDAD (1920-IY.\0) 505
,
A se en medio de batallas que enfrentaban a combatientes po- canos querían utilizar su potencia financiera para conducir a
•• lacas y efectivos francoalemanes. No fue hasta ellS de enero los estados europeos hacia la reconciliación y poner fin a sus
de 1922 cuando se firmó un acuerdo que -bajo presión fran- desgarramientos desastrosos para la paz del mundo.
A cesa- favorecía a Polonia en detrimento de Alemania, a pe- Estalló una primera gran crisis para obligar a admitir a los
•• sar de que ésta había salido victoriosa durante el plebisci- alemanes el monto de la suma a pagar. Tras el «ultimátum
to. Italia reivindicaba la ciudad de Fiume: en septiembre de Londres» (marzo de 1921), aceptaron la cifra definitiva de
A de 1919, el poeta nacionalista italiano Gabriele D'Annunzio 132.000 millones de marcos-oro, para inmediatamente hacer
•• se instalaba en ella con sus partidarios, pero era expulsado saber que su situación económica les impedía satisfacerla. El
en diciembre de 1920 y Fiume se convertía en una ciudad li- presidente del gabinete francés, Aristide Briand, estaba dis-

e bre bajo el control de la SDN. El Tratado de Sevres había


dado a Grecia la región de Esmirna, pero el gobierno griego
trató de crear una «Gran Grecia» apoderándose de una par-
puesto a mostrarse conciliador (Conferencia de Calmes, enero
de 1922), pero el presidente de la República, Alexandre Mille-
rand, le forzó a dimitir. Su sucesor, Raymond poincaré, vol-
te de Asia Menor, provocando una guerra con los naciona- vió a una política de cumplimento estricto. Ante la mala vo-
A- listas-turcos-dé-Mustafá-KeHlah-Gfecia-fue-vencida-pese--ar --lurrtad-a!errramr;-f'UÍllcalétorrm-Ia decisión de ocupar er-RrrIrF _.
•• apoyo británico. Mustafá Kemal se hizo con el poder en a título de prenda (11 de enero de 1923). El gobierno alemán
Turquía, a cuyo sultán expulsó. El Tratado de Lausana (24 respondió con la «resistencia pasiva» que desembocó en el
A de julio de 1923) privaba a los griegos de los territorios asiá- desplome de la economía, simbolizado por una inflación ga-
•• ticos que se les habían atribuido, y 1.300.000 griegos de Tur- lopante: ése fue, en la historia de Alemania, el «afio inhuma-
quía eran cambiados por 500.000 turcos de Grecia. no», debido a la terrible miseria de una parte de la población.
A Estos problemas territoriales habían cargado considera- Pero la política francesa era cuestionada por sus antiguos
•• blemente la atmósfera de la posguerra, dado que no sólo ha- aliados y su situación financiera se hallaba en pésimas condi-
bían enfrentado a los vencedores con los vencidos sino tam- ciones. Después de que la derrota del Bloque ,Nacional y la

e bién, con frecuencia, a los vencedores entre sí. No obstante,


en esencia fue la cuestión de las reparaciones lo que movilizó
diplomacia y opiniones Pfblicas. Problemas tanto más com-
victoria del cártel de izquierdas obligara a RaYrrl,ondPoincaré
a dejar el poder, el asunto del Ruhr fue liquidado y la política
exterior francesa, dirigida continuamente de 1925 a 1932 por

e plejos de regular que ése fueron, al mismo tiempo, una cues-


tión franco-alemana -los gobiernos franceses querían obte-
ner de Alemania una aplicación estricta de los tratados y
Briand, se adentró por la vía de un acercamiento a Alemania,
que también era deseado por el canciller alemán Stresemann.
Paralelamente a la estabilización económica, Europa entraba
buscaban la forma intermitente de aprovechar la situación en la vía de la estabilización internacional, pero esto fue sobre
A para apoderarse de Renania o, por lo menos, separarla de todo consecuencia de la vuelta en posición de fuerza de Esta-
•• Alemania-, un asunto franco-inglés -los ingleses sospecha- dos Unidos al juego diplomático. La estabilización se produjo
ban que Francia pretendía sustituir a Alemania en su hege- en varias etapas. En 1924, a cambio de créditos americanos,
A manía sobre Europa-, un asunto franco-americano -Francia los alemanes aceptaban por cinco años el Plan Dawes, .que li-
•• pretendía vincular el pago de las reparaciones y el desembol- mitaba y escalonaba los pagos alemanes a título de reparacio-

e so de las deudas interaliadas, que los americanos rechazaban


formalmente- y un asunto americano-europeo -los ameri-
nes; otros acuerdos preveían un escalonamiento semejante
para el pago de las deudas interaliadas (el pago de las deudas
506 BREVE HISTORIA IJ(.. f:URlH'A 26. LAS II.USIONES DE RETORNO A I.A I'OR~lAJ.llJAll (11l10.!"l.'(J) 507 e
francesas a Estados Unidos quedó regulado con los acuerdos la democracia parlamentaria. Lejos de resolver los proble-
Mellon-Bérenger firmados en 1926). Segunda etapa en 1925,
durante la Conferencia de Locarno (5-16 de octubre): Alema-
mas, la guerra los había multiplicado. Esa disgregación ideo-
lógica de Europa era una nueva fuente de debilidad. Europa
se hallaba profundamente dividida y era más frágil, tanto en
e
nia reconocía sus fronteras occidentales trazadas por el Trata-
do de Versalles; como contrapartida, entraba en 1926 en la
SDN con un escaño permanente en su Consejo. En 1929, un
nuevo plan, el Plan Young, reducía más aún el monto de las
el ámbito político o económico como en el de las relaciones
entre los estados.
La cultura refleja, en cierta forma, esa fragilidad. La conti-
e
reparaciones y escalonaba su pago hasta ... 1988. Como com-
pensación, Renania era evacuada por adelantado en 1930.
En 1928, la mayor parte de las naciones se habían adheri-
nuación de la pintura abstracta, del expresionismo alemán,
con la Bauhaus, del surrealismo, manifiestan que Europa con-
serva su primacía en este terreno; pero el surrealismo, que
e
do al Pacto Briand-Kellogg, por el que se renunciaba para
siempre a la guerra. Sea cual fuere el carácter utópico de este
documento, podía considerarse que, en el espíritu de la
pretende expresar la revuelta contra los valores morales y
culturales tradicionales, es el testigo de una época demasiado
zarandeada por la guerra como para recuperar su equilibrio.
e
SDN, Europa había entrado en una nueva era: a la era de los
enfrentamientos le sucedía la era de la «seguridad colectiva»
y del arbitraje, de la que Briand se había convertido en pala- DOCUMENTOS
e
dín. -En 1929, lanzaba incluso la idea de una Federación
Europea, pero se perdió rápidamente en la arena-o Lus anta-
gonismos europeos estaban camuflados pero no habían de-
1. Los revolucionarios rusos llaman a la revolución a toda
Europa e
saparecido: en la distensión, Stresemann veía la posibilidad
para Alemania de librarse de las obligaciones impuestas en
Versalles, pero la sutileza de su política era mal percibida en
su país, donde suscitaba violentas críticas; para Francia era,
Camaradas proletarios, trabajadores de todos los países [... j:

Nosotros, soldados y obreros rusos, unidos en eLseno del Soviet


e
por el contrario, la posibilidad de salvaguardar lo esencial
de las disposiciones del Tratado de Versalles.
t
de los diputados de obreros y soldados, os enviamos nuestros sa-
ludos calurosos y os informamos de un gran suceso. La democra-
cia rusa ha derribado el despotismo de los zares y ha entrado to-
talmente en la familia de las naciones como miembro igual a las
e
Los contemporáneos tuvieron la impresión de que, a partir
de los años 1925-1926, se había vuelto a la normalidad. Era
demás y como una poderosa fuerzaen el combate para nuestra to-
tal liberación. Nuestra victoria es una gran victoria para la libertad
y la democracia. El pilar de la reacción, en el mundo, el «gendar-
e
más una apariencia que una realidad.
Antes de la guerra, Europa era bastante homogénea. Los
diferentes Estados no se hallaban en el mismo punto de evo-
me de Europa», ha desaparecido. Ha de ser enterrado para siem-
pre. Viva la libertad. Viva la solidaridad internacional del proleta-
riado y vivasu combate por la victoria final.
e
lución política, pero para los pueblos la democracia liberal Nuestra obra no se ha terminado: las sombras del antiguo régi-
aparecía como un ideal a alcanzar. No ocurre lo mismo des-
pués de la guerra; hay de hecho tres Europas por lo menos:
la Europa de la revolución, la de la contrarrevolución y la de
men no han sido disipadas totalmente y son numerosos los ene-
migos que preparan sus fuerzas para reducir a la revolución rusa.
Sin embargo, nuestros éxitos son ya considerables.Lospueblos de
e
e
e 508 HltEVE HISTORIA DE EUROPA 26. LAS II.USIONES DE RETOR:\o A 1.:\ .\(lIC\IAl.lDAIJ (1920.1930) 509

e
Rusia expresarán su voluntad en una Asamblea constituyente que Escrito entre la revolución de febrero y la de octubre de 1917, este
será pronto convocada sobre la base del sufragio universal, direc- texto refleja aún las expectativas de fundar en Rusia un régimen
to, igual y secreto. Se puede ya predecir con confianza que una liberal-democrático de corte occidental. Los llamamientos a exten-
República democrática se instaurará en Rusia. El pueblo ruso po-

e
der la revolución por toda Europa se explican tanto desde el punto
see ahora una libertad política total. Se puede afirmar su plena so- de vista práctico (necesidad de detener la guerra para consolidar
beranía tanto en los asuntos interiores como en los exteriores. la revolución en Rusia) como desde el punto de vista de los ideales
Así, apelando a todos los pueblos destruidos y arruinados por (universalidad de los principios defendidos por los revoluciona-

e esta guerra monstruosa, creemos que ha llegado la hora de reali-


zar un combate decisivo contra las ambiciones anexionistas de
los gobiernos de todos los países; ha llegado el momento para
rios). A pesar de los intentos revolucionarios de 1919 en Alemania
y Hungría, pronto la revolución rusa quedaría aislada y sufriría el
acoso de las potencias occidentales.

e
que los pueblos tomen entre sus manos las decisiones en lo que
concierne a las cuestiones de la paz y de la guerra.
Consciente de su fuerza revolucionaria, la democracia rusa 2. El fascismo italiano -?

anuncia que se opondrá a la política de conquista de sus clases


~ ..diFigcates-poHóoos-los-medius-e-invita--a-+os-prrehlosdeErrrupa<r .EHlOrnbre-del-fascismo-es-indivic1tlOque-es-naci6n-y-palria,ley ¡nO"
., una acción común y decisiva en favor de la paz. ral que abraza juntos individuos y generaciones en una tradición y
Hacemos igualmente una llamada a nuestros hermanos, los en una misión que borra el instinto de la vida encerrada en el breve

e proletarios de la coalición austro-alemana )', por encima de todo,


al proletariado alemán. Desde los primeros días de la guerra,
ellos tenían la firme creencia de que, tomando las armas, asegu-
transcurso del placer para instaurar en el deber una vida superior li-
bre de límites de tiempo y de éspacio: una vida en que el individuo
a través de la negación de sí mismo, del sacrificio de los intereses
raban la defensa de la civilización europea amenazada por el des- particulares, de la misma muerte, realiza aquella existencia comple-

e potismo asiático. Muchos de vosotros habéis visto en ello una jus-


tificación al apoyo que han dado a la guerra. Pero ahora esta
justificación ya no es válida: la Rusia democrática no puede ser
tamente espiritual en que radica su valor de hombre [... j.
Antiindividualismo, la concepción fascista está contra el libera-
lismo clásico, que surge de la necesidad de reaccionas contra el libe-

e una amenaza para la libertad y la civilización l...J.


¡Proletarios de todos los países, uníos!
Desembarazaos del yug. de vuestro gobierno semi-autocráti-
ralismo y ha agotado su función histórica desde el momentó en que
el Estado se transformó en conciencia y voluntad popular. Ellibera-
lismo negaba el Estado en interés del individuo particular; el fascis-

e co, como el pueblo ruso ha barrido a la autocracia zarista; recha-


zad ser los instrumentos de la conquista y de la violencia en las
manos de los monarcas, los propietarios, los banqueros; así,
mo reafirma el Estado como la realidad verdadera del individuo. Y
si la libertad debe ser atributo del hombre real, y no de aquel abs-
tracto fantoche en que pensaba el liberalismo individualista, el fas-
cismo está por la libertad. Y por la única libertad que puede ser una
uniendo nuestros esfuerzos, detendremos la horrible carnicería

e que es la vergüenza ,de la humanidad y ensombrece los grandes


momentos del nacimiento de la libertad rusa [... J.
cosa seria, la libertad del Estado y del individuo en el Estado. Ya
que, para el fascista, todo está en el Estado, y nada humano o espiri-
tual existe, y tanto menos tiene valor, fuera del Estado. En tal senti-

e «Declaración del Soviet de Petrogrado a todos los pueblos", 27 de marzo


de 1917, cil. por M. V. López Cordón y J. V. Martínez Carreras, Análisis y
comentario de textos históricos. JI. Edad moderna y contemporánea, Ma-
do el fascismo es totalitario, y el Estado fascista, síntesis y unióad de
todo valor, interpreta, desarrolla y potencia toda la vida del pueblo.
Ni individuos fuera del Estado, ni grupos (partidos políticos,
drid, Alhambra, 1978, págs. 323-324

e
asociaciones, sindicatos, clases). Por esto el fascismo está contra
510
HREVE HISTORIA DE EURUPA 26. LAS ILUSIONES DE RET¡)It\"U A l.A NOJ{J\lAL!1>AD (ll.l20-I\}JO)
511 e
el socialismo, que constriñe todo el movimiento histórico a la lu- Han dado su acuerdo a los proyectos de Tratados y Conven-
cha de clases e ignora la unidad estatal que funde las clases en
una sola realidad económica y moral, y análogamente está contra
el sindicalismo de clase [... ¡.
ciones que les conciernen respectivamente y que, elaborados du-
rante la presente Conferencia, se refieren recíprocamente unos a
otros [... ]
e
El fascismo está contra la democracia que identifica al pueblo
con el mayor número rebajándolos al nivel de los más; pero es la
forma más genuina de democracia siempre que el pueblo sea
ARTIcULOPRIMERO.-Las Altas Partes contratantes garantizan
individual y colectivamente, como se estipula en los artículos
el
concebido como debe serlo, cualitativa y no cuantitativamente,
como la idea más potente, porque es la más moral, más coheren-
te, más verdadera, que en el pueblo se actúa como conciencia y
voluntad de pocos, mejor dicho de Uno, y como ideal tiende a ac-
subsiguientes, el mantenimiento del statu quo territorial resul-
tante de las fronteras entre Alemania y Bélgica y entre Alemania
y Francia, y la inviolabilidad de dichas fronteras tal como han
sido fijadas por o en ejecución del Tratado de Paz firmado en
e
tuarse en la conciencia y voluntad de todos [... ] multitud unifi-
cada por una idea, que es voluntad de existencia y de potencia:
conciencia de sí, personalidad.
Versalles el 28 de junio de 1919, así como la observación de las
disposiciones de los artículos 42 y 43 del dicho Tratado, concer-
nientes a la zona desmilitarizada.
el
BENITO MUSSOLlNI (Giovanni Gentile), «La doctrina del fascismo», en la
Enciclopedia italiana, Milán, Istituto G. Trecanni, 1932, vol. XIV, voz
ART.2. - Alemania y Bélgica y asimismo Alemania y Francia se
comprometen recíprocamente a no entregarse de una y otra par-
te a ningún ataque o invasión yana recurrir de una y otra parte
e
«fascismo»,págs. 847-848

Giovanni Gentile, uno de los grandes jerarcas del fascismo italia-


I
en ningún caso a la guerra.
No obstante, esa estipulación no se aplica, si se trata:
1. Del ejercicio del derecho legítimo de defensa, es decir, de
e
ti11
e
oponerse a una violación del compromiso del párrafo anterior o
no, pone en boca del Duce esta definición de su movimiento. En
a una contravención flagrante a los artículos 42 o 43 del citado
el/a aparecen las tres negaciones esenciales del fascismo: contra la
'!1 Tratado de Versalles, cuando tal contravención constituya un
herencia liberal, contra la amenaza socialista, contra la tendencia
acto no provocado de agresión y cuando debido á la reunión de
democrática. Estatismo, totalitarismo, liderazgo autoritario, dic-
tadura personal, negación de los derechos individuales ... una defi-
nición teórica a la qu4 sólo le faltan el oportunismo político y el
fuerzas armadas en la zona desmilitarizada sea necesaria una ac-
ción inmediata. e
-e
2. De una acción en aplicación del artículo 6 del Pacto de la
uso de la violencia para terminar de retratar la realidad.
Sociedad de Naciones.
3. De una acción en razón de una decisión tomada por la
3. Locarno: acta final (16 de octubre de 1925) Asamblea o por el Consejo de la Sociedad de Naciones, o en apli-
cación del artículo 15, párrafo 7, del Pacto de la Sociedad de Na-
Los representantes de los Gobiernos alemán, belga, británico, fran- ciones, dado que, en este último caso, esa acción está dirigida con-
cés, italiano, polaco y checoslovaco, reunidos en Locarno del 5 al16 tra un Estado que ha sido el primero en entregarse a un ataque.
de octubre de 1925 con vistas a buscar de común acuerdo los me- ART.3. - Tomando en consideración los compromisos r.espec-
dios para preservar del azote de la guerra sus naciones respectivas y
proveer al arreglo pacífico de los conflictos de cualquier naturaleza
que eventualmente puedan surgir entre algunos de ellos [... ]
tivamente asumidos por ellas en el artículo 2 del presente Trata-
do, Alemania y Bélgica y Alemania y Francia se comprometen a
regular por vía pacífica y de la forma siguiente todas las cuestio-
e
e
e 512 BREVE HISTORIA I>E EURUPA

e nes de la naturaleza que sean, que lleguen a dividirlas y que no


habrían podido ser resueltas por los procedimientos diplomáti-
cos ordinarios. 27. La crisis de los años treinta

e
Todas las cuestiones respecto a las que las Partes se disputasen
recíprocamente un derecho serán sometidas a jueces, a cuya de-
cisión las Partes se comprometen a conformarse.
Vela vuelta a la normalidad a la explosión ... La crisis económi-
Cualquier otra cuestión será sometida a una Comisión de con-

e ciliación y, si el arreglo propuesto por esa Comisión no satisface


a las dos partes, la cuestión será llevada ante el Consejo de la So-
ciedad de Naciones, instatuido de conformidad con el artículo 15
ca mundial -y europea- afecta a Europa en lo más profundo de
sí misma. Las democracias, Francia e Inglaterra, la atraviesan
pese (/ todo. Pero las dictaduras proponen caminos con más éxi-
to. La Europa convulsa de la dictadura, de la democracia y del

e del Pacto de la Sociedad.


La:; modalidades de estos métodos de arreglo pacífico son ob-
jeto de convenios particulares firmadas en fecha de este día.
comunismo va camino de la tragedia.

ART. 4. -l. Si una de las Altas Partes contratantes estima que

e . umniulaciúrr-aet<rrttculuz-rlelpreSffi"teTraraUü TI u na' conua'


venció n a los artículos 42 o 43 del Tratado de Versalles es o ha
sido cometida, llevará inmediatamente la cuestión ante el Conse-
Con la perspectiva de los años, el final de la década de 1920
da la impresión de ser un período feliz (relativamente) para

e jo de la Sociedad de Naciones.
2. Cuando el Consejo de la Sociedad de Naciones haya consta-
tado que tal violación o contravención se ha cometido, dará sin
Europa, pero no fue más que un breve paréntesis. En poco
tiempo, los efectos de la crisis mundial sobre una Europa
mucho más frágil de lo que podía parecer, y lejos de estar
tardanza aviso a las Potencias signatarias del presente Tratado, y

e cada una de ellas se compromete a prestar, en tal caso, inmedia-


tamente su asistencia a la Potencia contra la que se haya dirigido
el acto incriminado.
curada del traumatismo de la Gran Guerra, la llevarán a las
puertas de una nueva pesadilla.

.;1'

e
~.~~¡;'
..

La crisis económica mundial


La firma del Pacto de L<tcarno es el momento central de las rela-

le ciones internacionales en los años veinte. Promovida por el minis-


tro francés de Asuntos extranjeros, Aristide Briand, y el cancil/er
alemán, Gustave Stresemann, marca la aceptación alemana de las
El mecanismo

Cuantos más años pasan, más se multiplican los trabajos y


más oscuros se vuelven los orígenes de la crisis mundial que

e
fronteras occidentales que le habían sido «impuestas» por el Tra-
tadode Versal/es. En la práctica esto no cambia nada, pero Locar- estalla a finales de 1929. El desmoronamiento bursátil de
no aparece como el símbolo de la reconciliación franco-alemana y Wall Street, iniciado el miércoles 23 de octubre de 1929,
del establecimiento de una era de paz en Europa. considerado durante mucho tiempo como el punto de parti-

e da de la crisis, tiende a volverse un acontecimiento


mático, símbolo de la crisis, sin ser particularmente
responsable. Consecuencia
emble-

de esa reevalución, las «respon-


su

e sabilidades» americanas en la crisis y su extensión al mundo

513
e
'I-'~";

5/4 BREVE HISTORIA 1>E EUROPA


27. LA CRISIS DE I.OS A:~( lS THU.\"l:\
5/5
disminuyen en provecho de explicaciones que culpan a las
deficiencias de las economías europeas, sin omitir los efec-
tos del pago de las reparaciones y de las deudas interaliadas,
Hoover, y que comenzó el 20 de junio de 1931, la condonó
del pago de su anualidad de reparaciones (1.800 millones de
marcos-oro) .
e
que eran herencia de la guerra.
El establecimiento del «triángulo» financiero había sido
uno de los elementos clave de la estabilización de Europa:
La extensión de la crisis en los diferentes países
e
los bancos americanos prestaban dinero a Alemania, que así
podía pagar las anualidades que debía en concepto de repa-
raciones, lo cual permitía a Francia saldar sus deudas de
guerra con Estados Unidos. Si añadimos que el déficit co-
La quiebra del mayor banco austríaco, el Kredit Anstalt de
Viena, el 14 de mayo de 1930, fue la primera manifestación
e
mercial de los países europeos sólo podía compensarse me-
diante otros préstamos americanos, es fácil concebir que
sorprendente de las dificultades financieras que la crisis
americana había provocado en Europa, agravada en este
caso por la actitud de Francia, que habría tenido medios
e
-e
todo el equilibrio económico del mundo, y empezando des-
de Europa, 'estaba basado en un flujo constante de capitales para apoyar a Austria y no lo hizo, debido a su oposición a
entre Estados Unidos y Europa. La corriente principal de ese un proyecto de unión aduanera austro-alemán. En la atmós-
flujo circulaba entre Nueva York y Berlín. Entre 1924 y fera del momento, la quiebra del banco vienés provocó un
1929, Alemania recibió cerca de 1.500 miles de millones de movimiento de pánico en Austria que repercutió en Alema-
dólares procedentes de Estados Unidos, más una suma nia, sobre todo teniendo en cuenta que existían vínculos fi-
equivalente prestada por Gran Bretaña, Suiza, Países Bajos... nancieros estrechos entre ambos países. No obstante, la cri-
De este modo, Alemania había recibido más de lo que hu- sis financiera alemana fue paralela a la crisis austríaca antes
biera debido pagar a título de reparaciones, lo cual explica
su gran dinamismo económico, pero también la importan-
cia de su endeudamiento. En 1930, Alemania debía 15.000
que consecuencia de la misma. Los tres mayores bancos ale-
manes quedaron seriamente afectados por la retirada de
fondos desde junio de 1930, yel 13 de julio ck 1930 uno de
e
millones de reichsmarks, 12.000 de ellos a corto plazo. El
endeudamiento internacional a corto plazo estaba evaluado
ellos, el Danat Bank, quebraba. Para intentar recuperar la
calma y detener la oleada de retiradas de fondos, todos los e
-e
en 14.000 millones cle dólares, siendo Estados Unidos el bancos alemanes se cerraron el14 de julio durante tres días.
acreedor principal, y los deudores los países europeos, espe- A mediados de julio, los bancos británicos se vieron afecta-
cialmente Alemania. Desde que se produjo un frenazo serio, dos a su vez por las retiradas de fondos. Para salvar las re-
incluso una retirada de los préstamos americanos a corto servas de oro de Gran Bretaña, el 22 de septiembre el go-
plazo, la situación financiera de Alemania se volvió muy de- bierno británico suspendía la convertibilidad de la libra. El
licada. Pero, en'1931, ese endeudamiento internacional sólo sistema monetario establecido tras la guerra se hallaba en
era de 9.000 millones, y en 1933 de 6.400 millones. Esa con- peligro. Frente a esta situación, la preocupación de la mayo-
tracción de préstamos a corto plazo tuvo consecuencias ría de los gobiernos europeos fue, al menos en una primera
rápidas, aunque, como compensación para Alemania, la
«moratoria» de un año para el pago de las deudas intergu-
etapa, practicar una política de deflación para salvar s~ mo-
neda. Política paradójica, porque los precios tendían más
bien a bajar que a subir, pero que se explica por la idea gene-
e
bernamentales propuesta por el presidente estadounidense

___ _ ~. ~
ralmente admitida de que todo equilibrio económico de-

c_____ _ _
e
e 516 BREVE HISTORIA DE FLROPA
27. LA CRISIS PE ],OS :\:\'0:-; TlUJ~'T:\
517

e pendía de la estabilidad de las monedas. Ello se tradujo en


una disminución de los gastos del Estado yen alzas de las ta-
sas de descuento que disminuían las posibilidades de crédi-
los trabajadores franceses-, el número de parados ayudados
es sólo de 332.000 en enero de 1934 y oficialmente de
500.000 en febrero de 1935, pero tal vez fuera de 900.000. En

e to. El resultado fue una contracción de la actividad econó-


mica. En Alemania, donde los recuerdos de la hiperinflación
de 1923 eran más caústicos, el canciller Brüning aplicó una
cualquier caso, estas cifras son mucho más pequeñas que en
los dos grandes vecinos. En cambio, en 1934, el paro seguía
aumentando en Francia, mientras que retrocedía en otras

e política de deflación más rígida que provocó una baja consi-


derable de la actividad económica y, por consiguiente, un
ascenso muy rápido del paro: en comparación con 1928 (ín-
partes. Adem,ís, la crisis golpeó a las clases medias urbanas
-las rentas de las empresas disminuyeron una cuarta parte
desde 1931- y al campesinado, más que en los otros países.

e dice 100), la renta nacional descendía a 91,4 en 1931, ya


58,8 en 1932. Los parados, que ya eran 1.900.000 en 1929,
llegaban a 3.100.000 durante el verano de 1930, a 5.600.000
La Europa pobre, la Europa central y oriental, no quedó a
salvo de la crisis, pero sus efectos fueron mU)r diversos. El
hundimiento ele los precios agrícolas afectó con mucha du-

-e en 1932, a 6. millones a principios de 1933, un asalariado de


cacfnres... -~---_.
Si Alemania estuvo en el ojo del ciclón, en el interior de la
reza a estos países de predominio agrícola, sobre togº(;!1.3JI~
-do eran exportaoores:así, Ruman{a~po'1adora de trigo y
de ganado, vio bajar su renta agrícola en un 57,6%. La crisis
Europa rica el Reino Unido también se vio gravemente afec-

e
en el terreno industrial fue menos sensible, salvo en Polonia,
tado, aunque la crisis simplemente se superpuso a los diez tras la caída de las ventas del carbón, y en Checoslovaquia,
años de dificultades que Inglaterra acababa de atravesar. Las donde la producción industrial disminuyó un 40%; sin con-
industrias antiguas fueron las que recibieron los mayores tar el paro rural, el paro obrero era muy elevado: más de

e golpes: siderurgia (48% de parados en junio de 1932), cons-


trucciones navales (el 62%), minas (el 40%). En total, los pa-
rado~ eran 1.500.000 en julio, 2.500.000 en enero de 1931,
600.000 parados en Checoslovaquia en 1933, 300.000 en
Hungría ... En líneas generales, el hundimiento del comer-
cio exterior fue más acentuado en Europa central y oriental

e alcanzándose el récord de 2.955.000 en enero de 1933. En


realidad, es probable que la cifra real fuese de 3.750.000.
Se considera tradiGionalmente que Francia fue alcanzada
que en el resto de Europa.
En resumidas cuentas, incluso aunque de una forma va-
riable de un país a otro y con unos ritmos diferentes, la eco-

e por la crisis más tard~ que los demás países, menos profun-
damente, pero también durante mucho más tiempo. Actual
mente se tiende a modificar ese punto de vista y a poner de
relieve toda una serie de signos de una inflexión temprana I
nomía europea quedó totalmente asolada. Nunca en el pasa-
do una crisis había tenido efectos tan extensivos. Nadie
estuvo realmente a salvo. Las consecuencias sociales fueron

e de la actividad, .disimulada por la solidez de la moneda mo-


tivada por un stock de oro particularmente elevado y por el
nivel débil, oficialmente por lo menos, del paro. En realidad,
~
espantosas por la longitud y la profundidad de la ola de paro
que produjo.
En semejantes condiciones, era imposible que la vida in-
terior de los estados y las relaciones internacionales no que-

e las estadísticas establecidas en aquel momento son poco fia-


bles, y, faltos de trabajo, numerosos obreros extranjeros se
habían marchado rápidamente del país. No obstante, el ple-
daran profundamente perturbadas.

e no empleo está asegurado todavía en 1931 -al menos para


518 l{HI;\'F 1I1STOHIA !lE EUROPA 27. l.A L}{ISIS DE l.OS ANoS TRE[~TA
519 e
El ascenso del totalitarismo
y la debilidad de las democracias
ras. Esa táctica fue sustituida por la de los frentes populares
a partir de 1934, después de que la victoria del nazismo y la
destrucción en unas pocas semanas del Partido Comunista
e
El comienzo de los años veinte había estado dominado por
el combate entre la democracia liberal y la revolución. La
democracia liberal había salido victoriosa, no sin haber de-
alemán hubieran demostrado su inanidad. La política de la
Internacional había facilitado en gran medida los éxitos de
los sistemas autoritarios de derecha.
e
jado que a su derecha se desarrollase un esbozo de régimen
totalitario en Italia y una serie de regímenes más o menos
autoritarios. En los años treinta, a pesar de la gran crisis del El nazismo en Alemania e
e
sistema capitalista que habría podido dar argumento y fuer-
za a los movimientos revolucionarios, la revolución apenas No fue la crisis económica la que dio origen al nazismo.
resulta una amenaza, a pesar de que los partidarios de los Creado en 1920, el Partido Nacion,t!socialista de los Obreros
regímenes autoritarios agiten los ánimos con el fantasma del Alemanes (NSDAP) no era más que un grupúsculo naciona-
peligro revolucionario, y de que los partidos comunistas se
refuercen en Alemania, en Francia y pronto en España.
Dos razones pueden explicarlo, al menos en parte: la
lista entre otros al que Hitler, gracias a sus dones de organi-
zador y de tribuno, le hizo tener cierta importancia en Ba-
viera. En ese período turbulento de la República de Weimar,
e
Unión Soviética había renunciado por el momento a la ex-
pansión de la revolución, salvo circunstancia particular, y se
dedicaba sobre todo a su desarrollo interior. Stalin, victorio-
este grupo participó en todas las conspiraciones contra la
república e incluso en la tentativa de golpe de estado de
1923 en Munich. Encarcelado, Hitler escribió Mein Kamp'f,
e
en el que precisó la ideología nazi. Se basaba en la idea de
so en la lucha que le había enfrentado a los demás dirigentes
bolcheviques, puso fin a la NEP y lanzó a la URSS, a partir
de 1928, a la construcción de una economía socialista y pla-
raza yen la de que un pueblo fuerte tiene derecho a eliminar
a los más débiles. El Estado tenía por tanto el deber de ser
e
nificada. Esa política se tradujo en la colectivización muy rá- «racista» y de mantener la superioridad de la raza aria, im-
pida de la totalidad de la agricultura, en el exterminio de los
*kulaks y en una indu¡;trialización del país a marchas forza-
pidiendo el mestizaje y eliminando los elementos extranje-
ros que podían debilitar la cohesión interna, ante todo los
judíos y el socialismo marxista, pero también el catolicismo
e
das al ritmo de los *planes quinquenales: primer plan quin-
quenal de 1928 a 1932, segundo de 1932 a 1936, y tercero,
interrumpido por la guerra en 1941. En el plano político,
Stalin había establecido progresivamente una dictadura im-
y el liberalismo. El liberalismo era condenado en el plano
económico, y las potencias económicas quedaban vigorosa-
mente estigmatizadas, pero lo era todavía más en el plano
e
placable, apoyada en un verdadero régimen de terror que
comenzó en 1934 y alcanzó su apogeo entre 1936 y 1938, Y
que adoptó proporciones gigantescas contra oponentes ver-
político: el Estado debía ser antiparlamentario, antidemo-
crático, basado en el «principio del jefe» apoyado en el par-
tido único.
e
e
daderos y, sobre todo, supuestos. Segunda razón: la táctica En el plano exterior, el deber del Estado era defender la .
«clase contra clase» impuesta por la Komintern a los parti- comunidad racial, y para ello restablecer el poderío de Ale-
dos comunistas. Al obligarles a hacer de la socialdemocracia mania, haciendo desaparecer todas las trabas nacidas de los

e
su principal adversario, aislaba y debilitaba las fuerzas obre- tratados. Pero también había que dar al pueblo alemán el
e 520 BREVE HISTORIA DE H:I{( )1':\
2i. l.A CRISIS DE LUS ,\:\uS TIUI'\"!:\
52/

e «espacio vital» que necesitaba, volviendo a tomar los cami-


nos del pasado germánico, la expansión hacia el este. Pre-
viamente, la destrucción del sistema de Versalles pasaba por
Hitler canciller; era el 30 de enero de 1933. El primer gobier-
no presidido por Hitler comprendía una minoría de minis-
tros nazis y una mayoría de ministros conservadores, pero

e la eliminación de Francia. Podemos quedarnos con tres ideas


que no variarán: la destrucción de la democracia, el antise-
mitismo y la necesidad de la guerra; pero la palanca del par-
esto no iba a impedirle realizar enseguida el programa
anunciado, para gran sorpresa de quienes creían que sólo
eran discursos de propaganda. En dos años aproximada-

e tido nazi fue el nacionalismo.


Una vez salido de prisión, Hitler se dedicó a la organiza-
ción del partido que concebía como un partido-estado y un
mente, el régimen totalitario fue llevado a la práctica: desa-
parición de la democracia, concentración de todos los pode-
res en manos de Hitler, el partido nazi convertido en
partido-sociedad, dotado de su propia fuerza militar, las
e 'SA, y preparado, llegado el día, para sustituir y reemplazar
al Estado ya la sociedad. Idea fundamental, porque el parti-
do así concebido era el instrumento indispensable para lIe-
partido único, reclutamiento de la población en organiza-
ciones diversas como el Frente del Trabajo, control de la po-
licía por la Gestapo, apertura de campos de concentración
para encerrar en ellos a comunistas, socialistas y demócra-
vaFl,}-a-lapl"á(;liGa-y-~l--m~j~F-sig-ne--d@-l.a-e-xist@HGia-de-un-sis- --nrs-;-viulerrciasu-e-tuctu-tipuamtralosjucfíos, exchTiclosdeia---
tema totalitario. No obstante, en un primer momento, la nación alemana por las Leyes de Nuremberg, además de
estabilización de Europa y el resurgimiento de Alemania a meter en cintura a las fuerzas nazis divergentes como las SA

e partir de 1924 fueron poco favorables a la difusión de las


ideas nazis. Durante las elecciones de 1928, los nazis obtu-
vieron el 2% de los sufragios y 12 diputados. El partido nazi
«<Noche de los cuchillos largos», el30 de junio de 1934).
A la muerte de Hindenburg, en agosto de 1934, Hitler fu-
siona en su persona las dos funciones de canciller y de presi-

e era aún una concha vacía.


Sin la crisis, es muy posible que esa situación no hubiera
cambiado: la crisis fue la oportunidad de Hitler. Sobre las
dente de la República como Reiehsführer. Esto le convertía
en jefe del ejército, también controlado y un número cre-
ciente de jóvenes oficiales nazis. Hitler era el amo absoluto
masas alemanas desamparadas, la propaganda nazi, apoya-
e da por el terror que hacían reinar las SA a medida que se re-
forzaban, ayudada por la crisis política desencadenada por
de Alemania, pero, al margen de las grandes -directrices, él
sólo se ocupaba en realidad de dos cosas: de lapolítica racis-
ta contra los judíos y de la política exterior.
la imposibilidad del dnciller Brüning de reunir una mayo-

e ría, hizo maravillas. El partido nazi conoció un crecimiento


fulgurante; se le unieron oleadas de afiliados y de electores,
procedentes sobre todo de las clases medias y del campesi-
La debilidad de las democracias

e nado. En septiembre de 1930, los nazis obtenían 6.407.000


votos, el 18,3% oe los votos y 107 diputados, y 13.779.000
votos -el primer gran éxito electoral de Hitler-, el 37,3% y
Frente a una Alemania que los nazis reconstruían rápida-
mente, incluido el plano económico, y que afirma su nueva
fuerza, las democracias exhiben sus debilidades. El Reino

e 230 escaños en julio de 1932. Paradójicamente, fue tras unas


nuevas elecciones, en noviembre de 1932 -que pusieron de
manifiesto cierto retroceso del partido-, cuando el presi-
Unido, gobernado de forma permanente por los conserva-
dores de 1931 hasta la guerra -al principio bajo las aparien-
cias de un gobierno de unión nacional dirigido por ellabo-

e dente de la República, el mariscal Hindenburg, nombró a rista Ramsay MacDonald y luego por Stanley Baldwin, a
522 BREVE HlSTOIUA PI: EUROPA
27. LA UU:-.l:-.llF I.{)~ Ar';¡ lS TIUJ:\T:\
523 fa
La continuación del empuje autoritario
quien sucede Neville Chamberlain- conoce no obstante una
recuperación económica sensible. En cambio, el declive de
Francia tiene tanta más repercusión cuanto que simbolizaba La debilidad de las democracias y la fuerza creciente del na-
zismo no podían sino alentar el empuje autoritario, percep-
e
la Europa posterior a VersaJles, el «sistema francés».
La crisis francesa en ese período es multiforme. Crisis
económica: la recuperación económica no se producirá an-
tes de 1938. ¡En 1939, la actividad económica no habrá recu-
tible en Europa desde los años veinte.
En Italia, el sistema fascista se refuerza; el encuadramien-
to de las masas y el alistamiento de las personas se hacen
e
perado todavía el nivel de 1930! Crisis política: las divisiones
de la derecha y de la izquierda desembocan en un verdadero
cada vez más estrictos. Las últimas huellas de democracia
desaparecen con la disolución de la Cámara de Diputados, e
-e
bloqueo de las instituciones. Los radicales, vencedores sustituida en 1938 por la Cámara de los Fascios y las Corpo-
en 1932, como lo habían sido en 1924, gracias a la ayuda de raciones. La crisis económica, más severa en Italia debido a
los socialistas, son inC:lpaces de gobernar porque sus con- que la lira había sido fijada en un nivel demasiado alto por
cepciones económicas están enfrentadas a las de los socialis- razones de prestigio, lejos de debilitar el régimen le permitió
tas. Crisis ideológica: no sólo las corrientes políticas tradi- incrementar su dominio sobre el aparato de producción.
cionales resultan desgarradas por intentos de renovación Con una propaganda incesante y una policía política que re-
«<jóvenes turcos)) del Partido Radical, <<neos))del Partido prime cualquier oposición y fuerza al exilio a numerosos an-
Socialista, neolibercllismo de André Tardieu, que apunta a tifascistas, el régimen italiano se acerca al totalitarismo, I
una reforma del Estado), sino que las ligas de extrema dere-
cha, que cuestionan la naturaleza misma del régimen parla-
aunque sin alcanzar la casi perfección como en Alemania.
Con la conquista de Etiopía, en 1936, alcanza la cima de su
el
mentario, van creciendo en importancia. De hecho, la parte popularidad. Sin desear participar masivamente en la aven-
de la opinión pública -si se le añade el Partido Comunista-
que no cree ya en el régimen y que rechaza el parlamentaris-
mo no cesa de crecer. La perturbación general se simboliza
tura, los italianos no son insensibles a que el fascismo ha he-
cho de Italia un país que cuenta. El fascismo no había desea-
do enjambrar -al menos al principio-, pero ~n numerosos
e
en los violentos motines provocados por las ligas en 1934.
En 1936, el Frente Popular fracasa en el plano económico y
se disgrega rápidamente ante la desconfianza de las clases
países europeos se crean grupos fascistas más o menos im-
portantes. Asimismo se multiplican los regímenes autorita-
rios con esbozos de partido único: en España, donde el ge-
e
medias. El país sale más dividido que nunca entre quienes
habían visto en el Frente Popular un punto de partida para
neral Franco vence a la República tras una larga guerra civil
(1936-1939), en Grecia con el general Metaxas (1936), en e
-e
la emancipación social, y quienes sólo veían en él el anuncio Polonia con el coronel Beck, que sucede al mariscal Pilsuds-
de la revolución, incluso de la guerra. ki (1935), en Austria con Dollfuss (1933). Varios soberanos
Por razones bastante diferentes -el sistema parlamentario asumen todos los poderes: Boris III en Bulgaria (1934), Ca-
apenas estuvo cuestionado en Inglaterra-, las dos democra- rol II en Rumanía (1930) ...
cias no están en condiciones de servir de contrapeso al nazis- En 1939, la democracia liberal se ha fundido como piel de
mo. Francia se sitúa cada vez más a remolque de una Inglate- zapa, y, allí donde se ha mantenido, no es demasiado valiente.
rra cuyos dirigentes son «viejos señores)) poco inclinados a
actuar.

e
e 524 III{U"t HISTORIA DE EUH.JP:\ 1.7. LA t:KISIS DE LOS ANOS Tln.l~d.A 525

e El ascenso de los peligros

Los estados de ánimo e/l Europa y el revisionismo de Hitler


rentes planes de desarme, Alemania exigió obtener la igual-
dad de derechos antes de cualquier discusión, es decir, en la
práctica, tener derecho a iniciar su rearme, cosa que obtenía

e Mientras que el final de los años veinte había estado marcado


por los esfuerzos de comprensión entre los países europeos y
en el mes de diciembre.
La llegada de Hitler al poder se tradujo, pues, menos por
un cambio de concepción de la política extranjera, que por el

e por la adhesión de la mayoría de ellos a la idea de la seguri-


dad colectiva, la crisis económica cambió totalmente la at-
mósfera europea. Para tratar de salir de la crisis, cada Estado
paso de un revisionismo callado a un revisionismo clara-
mente afirmado. Hitler quería el rearme masivo de Alema-
nia cuanto antes. So pretexto de las diferencias de interpre-
buscó soluciones sin apenas preocuparse de los otros; de ahí tación sobre el principio de la igualdad de los derechos,
e el desarrollo de los egoísmos nacionales y un endurecimien-
to de las relaciones entre los estados. Antes incluso de que los
anunciaba el 14 de diciembre de 1933, que Alemania aban-
donaba simultáneamente la conferencia de desarme y la

e-o nazis llegaran al poder, pero en cierta medida bajo su presión


¥ la_deJas_coiüeoJes_oacionalistas,Alemauia habíail+tel1tadQ
aprovechar las circunstancias para liberarse de todas las tra-
SDN. Hasta 1936 hubo armonía entre los objetivos inmedia-
t8s-d?-FIitl~~y-l{}s--d@-18s--m~di8s--dil"ige&te&-tHdiGi8na1es,
ejército y medios financieros. Quería devolver a Alemania
bas y limitaciones que le habían sido impuestas por el Trata- su poderío militar, pero sin lanzarse por ello a la peligrosa

e do de Versalles, que una parte de la opi nión pública conside-


raba re:;ponsables de sus dificultades. Al principio fue el «fin
de las reparaciones». Para salvar la República de Weimar, el
vía de la conquista del '.espacio vitai>,. El restablecimiento
del servicio militar obligatorio, el 16 de marzo de 1935, iba
en ese sentido. A partir de 1936 no ocurrió lo mismo. El po-

e gobierno francés aceptó, durante la Conferencia de Lausana,


en junio de 1932, que Alemania pagase una última suma glo-
bal de 3.000 millones de marcos-oro (que por otra parte
der de Hitler está ahora consolidado. Sin preocuparse de los
medios tradicionales, puede lanzarse a una política ofensiva
en el plano internacional.
nunca fue pagada) y que con ello quedase todo saldado. ¡En
e total, de los 132.000 millones de francos-oro previstos, se ha-
bían pagado 22.000, d~ los cuales algo menos de 9.000 millo-
nes fueron para Franda! Este «revisionismo callado» se ha-
El plan de cuatro años que introduce a la economía en la
vía del dirigismo y de la autarquía para preparar la guerra se
adopta a finales de 1936. El ministro de Economía, Schacht,
que había logrado el resurgimiento de Alemania desde 1933,

e bía traducido, en marzo de 1931, en la tentativa (que fracasó)


de una unión aduanera con Austria, que habría sido la prefi-
guración de la unión de los dos estados. En ese mismo año,
es sustituido por Hermann Goering, cercano a Hitler. Las
iniciativas se multiplican y aceleran. El 7 de marzo de 1936,
Renania vuelve a ser militarizada. España se convierte en el

e Alemania consiguió concluir acuerdos comerciales preferen-


ciales en los Balcanes en detrimento de la Pequeña Entente,
alianza de Yugoslavia, Rumanía y Checoslovaquia organiza-
campo de experimentación de los nuevos materiales y méto-
dos de guerra alemanes. El 13 de marzo de 1938, Hitler rea-
liza el Anschluss de Austria. Como consecuencia de los

e da por Francia en 1921. La actitud de Alemania durante la


conferencia de desarme abierta en Ginebra bajo la égida de la
SDN el 2 de febrero de 1932 fue también una manifestación
acuerdos de Munich (30 de septiembre de 1938), Al~mania
se anexiona los Sudetes; luego, el 15 de marzo de 1939, lo
que quedaba de Checoslovaquia. ElIde septiembre de

e de esa voluntad de revisión de los tratados. Frente a los dife- 1939, el ejército alemán invade Polonia.
526 BREVE HISTOI{[A DE EL."IH !l':\
n. I.A CRISIS DE 10:' :\\'ns TRIT\TA 527 e
La reacción de los estados europeos a Briand, fallecido en 1932. Louis Barthou, ministro de a.
Asuntos Extranjeros desde febrero de 1934, se dedicó a res- .,
¿Cuál fue la actitud de los demás estados europeos ante la tablecer la alianza de «reverso» de Francia mediante un
política de Hitler?
En un primer tiempo, Mussolini había considerado a
Hitler como un pálido imitador suyo y desconfiaba de sus
acercamiento a la URSS. Después de su muerte -Barthou
murió durante el atentado que, el9 de octubre de 1934, cos-
tó la vida al rey de Yugoslavia Alejandro 1-, esa política fue
e
proyectos. Italia jugó un papel importante en el fracaso de la
primera tentativa de Anschluss, en 1934:en 1935, todavía es-
taba dispuesta a formar con Francia e Inglaterra un frente
proseguida con blandura por Pierre Lava!. Entre Francia y la
Unión Soviética se había firmado en mayo de 1935 una
alianza, pero carente de convenios militares, lo que le priva-
e
antihitleriano. La falta de «comprensión» de las democra-
LÍas hacia su política en Etiopía, el deseo de desplegar una
gran política mediterránea, la solidaridad común hacia los
ba de gran parte de su significación. A partir de ese momen-
to, la política exterior francesa no fue más que una serie de
renuncias ante las exigencias alemanas: política de «deca-
e
nacionalistas españoles y el considerable lugar ocupado en dencia» (Jean-Baptiste Duroselle) que se explica por el páni-
España por las fuerzas italianas alIado de Franco, acercaron co de Francia a no contar con el respaldo inglés, lo que le &
a Italia y Alemania. En octubre de 1936, una serie de proto- hace ir por tanto totalmente a remolque de Inglaterra (<<la ..,
colos, especie de entente cordial entre ambos países, eran gobernanta inglesa», dice Franc;:ois Bédarida). En aparien-
bautizados por Mussolini como «Eje Roma-Berlín», pero no cia, la polítiCl inglesa y francesa están cerca una de otra, ••
fue hasta el 22 de mayo de 1')39 cuando se concluyó la alianza pero en un C1S0 fue asumida a sabiendas, en el otro no fue ••
en la debida forma del «Pacto de Acero». Mientras, la relación más que la expresión de una debilidad justificada por una
de poderío entre ambos países se había vuelto tal que Italia no
podía dejar de estar subordinada a la política alemana.
Sin embargo, lo decisivo fue la actitud de Francia y de In-
opinión pública visceral mente pacifista.
Quedaba la Unión Soviética, cuya política osciló entre
dos polos: su hostilidad al nazismo, que por su parte se afir-
e
glaterra en su calidad de garantes del orden de Versalles. La
política británica fue relativamente simple: algunas reivindi-
caciones alemanas, con:o la remilitarización de Renania o la
maba furiosamente antibolchevique, y su hostilidad al siste-
ma de Versalles, del que había sido una de las víctimas. En
un primer tiempo, privilegió el aspecto «antifascista» y se
e
unión con Austria -incluso aunque estuvieran en contradic- comprometió fuertemente aliado de los republicanos espa-
ción con los tratados-, no le parecieron irracionales; de ahí ñoles; pero, decepcionada por el comportamiento de las de- ••
que hasta 1939 Inglaterra mantuviese la convicción de que mocracias en España, y por su separación de la Conferencia ..,
no oponiéndose a las pretensiones germanas contribuiría a de Munich, convencida de la debilidad de las democracias y
desarmar y suavizar al dictador alemán. Ésa fue la política de la fuerza de Hitler, prefirió, a partir de 1939, acercarse a •••
de «aplacamient(»> proseguida con constancia por Baldwin Alemania. La firma del Pacto germano-soviético el 23 de .,
y luego por Chamberlain. agosto de 1939, cuyo espíritu era el reparto de la Europa
La política francesa fue más compleja. Desde la llegada al oriental entre los dos contratantes, permitió a Hitler invadir A.
poder de Hitler, algunos políticos franceses estuvieron con- Polonia elIde septiembre de 1939. Para hacer frente a sus ••
vencidos de que, frente a ese renacimiento del peligro ale-
mán, ya no era viable la política de seguridad colectiva cara
compromisos con Polonia, Inglaterra y Francia entraron en
guerra para gran sorpresa de Hitler. Lo que, según su pensa- e
e 528 BREVE H1ST<ll{[A DE EUROPA 27. l.A CRISIS DE l.OS AÑOS TREINTA 529

e miento, no debía ser más que una etapa suplementaria de la'


progresión alemana en Europa se convertía así en el primer
acto de una nueva y gran guerra europea que, en menos de
5. Las infracciones al punto 1 serán sancionadas con una pena
de reclusión. Las infracciones al punto 2 serán sancionadas con
una pena de cárcel o una pena de reclusión.

e dos años, se transformaba en guerra mundial.


Citado en LtON
1951, págs. 4 y5
i'oLlAK(lV, Le Bréviaire de la hail/e, París, Calmann-Lévy,

e
Durante los años treinta, Europa salta en pedazos. La crisis
económica fue el detonador de una crisis política, ideológi-
ca, moral... Hasta 1914 -yen cierta medida hasta principios En el pensamiento yen la conducta de Hitler, el antisemitismo 110

es U/1 aspecto marginal sino que ocupa un lugar absolutamente

e
de los años treinta- no existía desde luego Europa, pero ha-
bía un modelo europeo. En 1939, para el continente euro- central, que va mucho más allá de la idea de hacer del judío llIl
peo dividido entre el comunismo, el fascismo y la democra- chivo expiatorio de las dificultades de Alemania. Hasta la guerra,
cia, la crisis de los años treinta desemboca en una nueva no obstante, el objetivo no es exterminarlos, sino obligarlos a .,~:r

e 1Iagedia,_eJ~la_queiba-a-jug~I'Se-en~medi(}delh0H0rstt
toria bimilenaria.
his- abandonar Alemania. Muy poco tiempo después de la llegada de
Hitler aTpodel'Iesafectan las prillie/7ls nledidas- discrin¡¡t~lato,:ias,
como la exclusión de las funciones púl,liClls y de la vida intelectual;

e
en 1935, las Leyes de Nuremberg les privan de la ciudadanía ale-
mana; luego se les prohíbe el ejercicio de las profesiones liberales.
DOCUMENTOS E/ asesinato en París de un diplomático alemán por un joven judío
provoca el desencadenamiento de las violel/cias de la <"JOchede los

e 1. Las Leyes de N uremberg (I5 de septiembre de 1935)

Convencido de la conciencia de que la pureza de la sangre alema-


na es la premisa de la perpetuación del pueblo alemán, e inspira-
cristales rotos» (9-10 de noviembre de 1938), a la que siguió una
persecución sistemática: exclusión de todas las profesiones, arres-
tos e internamiento en campos de concentración ...

e do en la voluntad indomable de asegurar el futuro de la nación


alemana, el Reichstag ha adoptado por unanimidad la siguiente
ley, que es proclamada ¡lor los presentes:
2. La Guerra Civil española (1936-1939)
.~.~~':"

e 1. Los matrimonios entre judíos y sujetos de sangre alemana o


asimilada están prohibidos.
a) La tesis de la jerarquía eclesiástica

e
2. La relación extra-marital entre judíos y sujetos de sangre
alemana o asimilada está prohibida.
3. Los judíos no pueden utilizar en el servicio de su hogar a
, El 27 de febrero de 1936, a raíz del triunfo del Frente Popular, la
Komintern rusa decretaba la revolución española y la financiaba
con exorbitantes cantidades. Ell.o de mayo siguiente centenares
mujeres de sangre alemana o asimilada de menos de cuarenta y de jóvenes postulaban públicamente en Madrid «para bombas y
cinco años.
pistolas, pólvora y dinamita para la próxima revolucióo». El 16

e 4. Está prohibido a los judíos poner colgaduras con los colores


alemanes nacionales. Por contra, pueden poner colgaduras de
colores judíos: el ejercicio de este derecho está protegido por el
del mismo mes se reunían en la Casa del Pueblo de Valencia re-
presentantes de la URSS con delegados españoles de la III Inter-
nacional, resolviendo, en el 9.° de sus acuerdos: «Encargar a uno
Estado.

e de los radios de Madrid, el designado con el número 25, integra-


530 HREVF HISTORIA DE EUROPA
27. LA CRISIS DE LOS AÑUS TIUJ:'\ 1'..\ 531 e
do por agentes de policía en activo, la eliminación de los perso-
najes políticos y militares destinados a jugar un papel de interés
en la contrarrevolución». Entre tanto, desde Madrid a las aldeas
ños a la autoridad tenida por legítima decidieron subvertir el or-
den constituido e implantar violentamente el comunismo; y, por
fin, que por lógica fatal de los hechos no le quedaba a Espaüa más
que esta alternativa: o sucumbir en la embestida definitiva del co-
e
e
más remotas aprendían las milicias revolucionarias la instruc-
munismo destructor, ya planeada y decretada, como ha ocurrido
ción militar y se las armaba copiosamente, hasta el punto de que,
en las regiones donde no triunfó el movimiento nacional, o in-
al estallar la guera, contaban con 150.000 soldados de asalto y
tentar, en esfuerzo titánico de resistencia, librarse del terrible
100.000 de resistencia.
Os parecerá, venerables hermanos, impropia de un documento
episcopal la enumeración de estos hechos. Hemos querido susti-
tuirlos a las razones de derecho político que pudiesen justificar
enemigo y salvar los principios fundamentales de su vida social y
de sus características nacionales. e
e
Carta colectiva del Episcopado espaiiol a los obispos del lI1undo entero,
un movimiento nacional de resistencia. Sin Dios, que debe estar 1 de juliO 1937, cil. por José Luis CÓlllez Udállez y otros (scl.), Tcxto; y '/0-
en el fundamento y a la cima de la vida social; sin autoridad, a la cumelltos de historia 1Il0ilerlla y «JII/Clllporcíllell (sig/os XVIII-XX), t0ll10 XII
que nada puede sustituir en sus funciones de creadora del orden de la Historia de Esptllla, dir. por M. TUllón de Lara, Barcelona, Labor,
y mantenedora del derecho ciudadano; con la fuerza material al
servicio de los sin-Dios ni conciencia, manejados por agentes po-
derosos de orden internacional, Espaiía debía deslizarse hacia la
1985, págs. 490-492
e
anarquía, que es lo contrario del bien común y de la justicia y or-
dl'!¡ social. Aquí han venido a parar 1~IS regiones españolas en que
la revolución marxista ha seguido su (ursa inicial.
Éstos son los hechos. Cotéjense con la doctrina de Santo To-
b) El análisis del Presidellte de la República

Nosotros, es decir, los que asumimos la representación de la Re-


pública española, cada uno en su sitio, y los que con su sangre y
e
más sobre el derecho a la resistencia defensiva por la fuerza y fa-
lle cada cual en justo juicio. Nadie podrá negar que, al tiempo de
estallar el conflicto, la misma existencia del bien común -la reli-
su esfuerzo la sostienen y la defienden, hemos formulado desde
el primer día un cierto número de verdades irrefutables, porque
son las verdades de nuestro derecho, de nuestra justicia, de la ra-
e
gión, la justicia, la paz- estaba gravemente comprometida; y que
el conjunto de las autoridades sociales y de los hombres pruden-
tes que constituyen el ~eblo en su organización natural y en sus
zón que nos asiste y, como nuestro derecho, inmarcesibles. Po-
drán oponérseles, y se les oponen, la fuerza y la violencia armada
que pretenden destruir a los que mantienen estas verdades)' este
e
e
mejores elementos reconocían el público peligro. En cuanto a la derecho; podrá oponérseles, y se les opone, el desdén de los que
tercera condición que requiere el Angélico, de la convicción de las desoyen; pero eso no importa [... ].
los hombres prudentes sobre la probabilidad del éxito, la deja- En el mes de julio del año 36 había en España un régimen polí-
mos al juicio de la historia: los hechos, hasta ahora, no le son tico legítimo, reconocido por todas las potencias del mundo y en
contrarios [... ]..
Un quinquenio de continuos atropellos de los súbditos espa-
ñoles en el orden religioso y social puso en gravísimo peligro la
buena paz y amistad con todas ellas. Nadie lo habrá olvidado, na-
die lo podrá negar. Esta situación era, por parte del pueblo espa-
ñol, el ejercicio del derecho, que nadie puede discutir, de regirse
e
existencia misma del bien público y produjo enorme tensión en
el espíritu del pueblo español; que estaba en la €Onciencia nacio-
nal que, agotados ya los medios legales, no había más recurso que
libremente en su política conforme a las voluntades de la mayo-
ría del país; mayoría, como la experiencia probó, mudable y cam-
biante, según es propio de la democracia en que queríamos vivir,
e
y de su normal mudanza provienen la garantía y el seguro del
el de la fuerza para sostener el orden y la paz; que poderes extra-

t.
e
e 532 BREVE I-IISTUKI:\ ¡lE !-.LiIHl!':\ 27. I.A CRISIS ['E J.( lS A1'\OS T1UJ:\TA 533

e equilibrio político interior. En tal situación, un día del mes de ju-


lio del año 36 estalla en España una rebelión. Un partido político
o varios grupos políticos que no estaban conformes con la políti-
una invasión extranjera. Tengo la impresión de que no fui creído.
Quizá se pensó que era un recurso de la propaganda: que noso-
tros nos proponíamos presionar al mundo para atraernos sus

e
ca republicana ni con la propia República (y hasta ahí estaban simpatías ante un conflicto interior al que no podíamos dar cabo.
dentro de su derecho), resuelven derrocar la República y cambiar Meses pasaron, y hubo ya que rendirse a la evidencia. España está
por la fuerza la política nacional; y tomando como arma para invadida por tres potencias: Portugal, Italia y Alemania 1 ... ].
realizar sus designios a una gran parte del ejército español (y ahí

e
Todo lo que está pasando en España, si se miran ciertas raíces
ya empieza el delito), se rebelan contra el régimen republicano. de tipo psicológico y ciertos desarrollos en el plano moral de la
Tal como aparecía el suceso, en sus formas, en sus fines y en opinión pública española, se debe en gran parte alodio y al mie-
sus fuentes, para el Estado español el hecho era una alteración do. El miedo a una revolución que no iba a existir, que no iba a

e gravísima del orden público, un problema formidable de paz in-


terior; pero no era más.
Pasamos aquellos días críticos, que no se os habrán olvidado;
pasar, los lanzó a un levantamiento que ha provocado precisa-
mente la conmoción que ellos querían impedir. El odio, el terri-
ble odio político, mucho más fuerte que el odio reológiEo, o her-

-e díascrjti~o~; porque noer¡¡~~guro_ gu~~p@r1f¡¡cilde sor¡Jrender


al Gobierno y de apoderarse, por sorpresa también, de todos los
resortes del Estado, prosperase o no. Pasamos unos días críticos,
_ mano_g~mdo su.)'o_,Dª_d_esen.9ldenado sobLe Españ<Le5Jª_PQlítica
de exterminio que se propone acabar con el adversario, para su-
primir quebraderos de cabeza en los que pretenden gobernar.

e
y la rebelión, vencida en Madrid, vencida en Barcelona, abortada Pues bien: debe afirmarse -yo lo he afirmado siempre- que
en Valencia y en otras regiones, vencida también en elnn,'te, es- ninguna política se puede fundar en la decisión de exterminar al
taba moral y casi mater-ialmente derrocada. Si la rebelión, la per- adversario; no sólo -y ya es mucho- porque moralmente es una
turbación gigantesca del orden público en España, no hubiera te- abominación, sino porque, además, es materialmenteirrealiza-

e nido más que los elementos y las fuerzas y los fines que demostró
el primer día y en los días inmediatos, hace ya muchos meses, a
ble; y la sangre injustamente vertida por el odio, con propósito
de exterminio, renace y retoña y fructifica en frutos de maldi-

-!e
las pocas semanas de su comienzo, la rebelión se habría agotado, ción; maldición, no sobre los que la derramaron, desgraciada-
A estas alturas, a esta distancia del origen, no creo que quedará mente, sino sobre el propio país que la ha absorbidop-ata colmo
una sola persona en el mundo, conocedora de los asuntos de Es- de su desventura. Eso yo no lo deseo. Yo me opondré con el peso
paña, capaz de negar ~ue, sin auxilio de las potencias extra~1jeras, de mi autoridad y con todo el poder que tenga, moral o personal,
la rebelión militar española habría fracasado. dondequiera que esté, a que nuestro país, el día de la paz, pueda
Es, por tanto, una verdad evidente que si en España la guerra entrar nunca en un rapto de enajenación por las vías del odio, de
dura un año, no es ya un movimiento de represión de una rebe- la venganza, del sangriento desquite [... j.
lión interior, sino un acto de guerra extranjera, una invasión. La

e
La nación, en cuyo nombre nos batimos y por cuya regenera-
guerra está mantenida pura y exclusivamente, no por los milita- ción moral y espiritual yo estoy abogando; la nación no se consti-
res rebeldes, sino por las potencias extranjeras que sostienen una tuye, como puede deducirse de ciertas doctrinas del campo rebelde
invasión clandestina contra la República española. y, sobre todo, de ciertas terribles prácticas, doctrinas y prácticas
r~
e En el propio mes de julio y agosto del año pasado me adelanté
a decir a la opinión española y a la opinión universal que la cues-
tión cambiaba rápidamente de aspecto, que estaban ya a la vista
,
¡
que tienen antecedentes en la historia española; no se constituye,
digo, en torno de una unidad dogmática, sea religiosa, o política,
o social, o económica, para expulsar de la convivencia nacional a

e los síntomas, las demostraciones, de que en España se preparaba todos los que no han perecido en la contienda contra ese dogma.
534 IlHE\'t: HISTORIA LJE EL:ROPA
17. I.A CJ{ISIS DE LOS AÑOS TRH!'\T:\ 535 e
e
No; esta manera de entender la unidad nacional en torno a una Al cumplirse un año desde el inicio de la Guerra Civil. los dos
profesión dogmática. sea la que fuere. no es de nuestra raza, no bandos enfrentados exponen sus mejores argumentos. Desde el
debe serlo. Eso sería una manera de entender la nación que des- bando de los mblevados, ejemplificados aquí por la jerarquía
truiría en su base el concepto mismo de lo nacional; sería un con- eclesíástica, se insiste en el clima de revolución social surgido al
cepto de pueblo nómada, que no tiene patria ni calienta ningún
hogar. Sería un concepto de pueblo fanático. que lo mismo puede
venerar la cruz que la media luna, pero que arroja a las tinieblas
calor de la democracia republicana. Los republicanos, por su par-
te, sentada la evidencia de la legitimidad institucional que les
asiste, subrayan el carácter criminal de la rebelión militar, la pa-
e
exteriores a todo el que no comparta su adoración. No. Cuando
yo hablo de mi nación, que es la de todos vosotros, y de nuestra
patria. que es España, cuyas seis letras sonoras restallan hoy en
sividad internacional frente a la intervención de la Alemania nazi
)' la Italia fascista. y la necesidad de un proyecto nacional que ga-
mlltice la convivencia pacífica por encima de las diferencias ideo-
e
nuestra alma como un grito de guerra y maiíana con una excla-
mación de júbilo y de paz; cuando yo hablo de nuestra nación y
de España. quc así se llama. estoy pensando en todo su ser, en lo
lógicas. Las dificultades de la II/oderllización espallola se entrela-
z{/n aquí con un conflicto de escala continental entre fascismo y
delnocracia, que habría de conducir enseguida a una Segunda
e
físico y en lo moral: en sus tierras. fértiles o áridas; en sus paisa- Guerra Mundial.
jes, emocionantes o no; en sus mesetas. y en sus jardines, yen sus
huertos, y cn sus diversas lenguas, y en sus tradiciones locales. En
todo eso pienso; pero todo eso junto. unido por la misma ilustre 3. El pacto germano-soviético
e
historia; todo eso junto constituye un ser moral vivo que se llama
España, y que es lo que existe y por lo que se lucha, yen cuyo tc-
rritorio transcurre la guerra, no en un territorio imaginado y fan-
a) Texto del 23 de agosto de 1939 hecho público e
e
1939 (23 de agosto). Moscú.
tástico, sacado dc los diccionarios o de aplicaciones pedantescas
que no tienen nada que ver con la realidad de la vida española.
Los gobiernos alemán y soviético, guiados por el deseo de conso-
Transcurre en nuestro territorio, y todos, todos, hablando cual-
lidar la paz entre Alemania y la URSS y basándose"en las disposi-
quier lengua de las que se hablan en la Península, todos estamos
dentro de este movimiento nacional. Y de lo que se trata aquí,
con la victoria, y la paz; y el ensanchamiento de la República. y el
ciones fundamentales del tratado de neutralidad de 1926. han de-
cidido lo que sigue: 4)
engrandecimiento de la sociedad española, es de poner tan alto el
ART. l. Las dos partes contratantes se comprometen a abste-
nombre de España, que cuando salgamos al mundo el apellido de
español sea un honor difícil de alcanzar; porque entonces el espa-
ñol podrá salir de su tierra, y sin cólera, pero con altivez, arrojar-
nerse entre sí de cualquier acto de violencia, de cualquier acción
agresiva y de cualquier ataque de una contra otra, bien solas, bien
e
conjuntamente con otras potencias.
le en la cara a lo.s demás su papeleta: «Ahí tenéis la libertad y la
justicia que nosotros hemos conquistado para todos».
ART.2. En caso de que una de las dos partes contratantes fuera
objeto de una acción hostil de parte de una tercera potencia, la
otra parte no apoyará de ninguna manera a esa tercera potencia.
e
MANUEL AZAÑA.discurso en la Universidad de Valencia, 18 de julio de
1937, en Obras completas, México,Oasis. 1967. t.1II, págs. 343-356
ART.3. Los gobiernos de las dos partes contratantes estarán en
el futuro en contacto permanente uno con otro, por vía de con-
sultas, con objeto de informarse mutuamente de las cuestiones
e
que afectan a sus intereses comunes.

~
e
¡
e 536 /lI{EVr: HISTOH.IA DE ElIh ll'.'\ 27. LA CRISIS DE l.OS A;;':US ¡I\i!\" 1A 537

e ART. 4. Ninguna de las dos partes contratantes participará en


una agrupación de poder dirigida, directa o indirectamente, con-
tra la otra parte [...]
co independiente, y cómo deberían fijarse las fronteras de ese Es-
tado, sólo podrá dilucidarse de forma definitiva en el transcurso
de desarrollos políticos ulteriores. De cualquier modo, los dos go-

e ART.6. El presente tratado se firma para una duración de diez


años, entendiéndose que si una de las dos partes contratantes no
expresa su deseo de poner fin a él un año antes de la expiración
biernos resolverán esa cuestión por la vía de un acuerdo amistoso.
3.° - Por lo que concierne al sureste de Europa, la URSS subra-
ya el interés que tiene por Besarabia. Alemania declara no tener
de ese plazo, su duración de validez será tácitamente prorrogado

e
ningún interés político en esa región.
por un nuevo período de cinco afios. 4.° - Este protocolo sed firmado por ambas partes de una for-
Los instrumentos de ratificación serán intercambiados en Ber- ma absolutamente secreta.
lín. El tratado entra en vigor inmediatamente después de su firma.

e (Hecho en dos originales en ruso y en alemán.)


Ribbentrop. - V. Molotov J'~VOI1
Firmado:
Por el Gobierno ,,¡em,in:
Ribbcntrop.

e b) Pro toc% secreto


En nomhre del Gotiiéno de la URSS:
V. M"rotov--

e Moscú, 23 de agosto de 1939.

Con ocasión de la firma del tratado de no agresión entre el Reich


c) «Acuerdo secreto" del 28 de septiembre
mismo por RiblJelltrop y M%tov
de 19391;rnll/do asi-

e alemán y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, los repre-


sentantes abajo firmantes de las dos partes han discutido, duran-
Los plenipotenciarios abajo firmantes declaran que se ha llegado
a un acuerdo entre los gobiernos del Reich alem<Ín y de la URSS

-e
te una conversación completamente confidencial, el problema de de la siguiente forma:, ,
la delimitación de las esferas de inf1uencia de cada parte en Euro- El p<Írrafo n.o 1 del protocolo secreto del 23 de.~lgosto de 1939
pa central. queda modificado en el sentido de que el territoriO del Estado li-
Esa conversación ha tenido el resultado siguiente: tuano pasará a la esfera de interés de la URSS, mientras que, por
i otro lado, el distrito de Lublin y una parte del distrito de Varso-
1.0 - En caso de cambio político-territorial
en los territorios via pasarán a la esfera de intereses de Alemania. Inmediatamente
pertenecientes a los Estados del Báltico -Finlandia, Estonia, Le- después de que el gobierno de la Unión Soviética adopte medidas
tonia y Lituania-Ia frontera septentrional de Lituania formará la especiales sobre el territorio lituano para la protección de sus in-

e
línea de demarcación de las esferas de interés entre Alemania y la tereses, la actual frontera germano-lituana será rectificada a fin
URSS. Las dos p.artes reconocen los intereses de Lituania sobre el de establecer una frontera natural y simple, de suerte que el terri-
territorio de Vilna. torio lituano que se encuentre al suroeste de la línea indicada en
2. ° - En caso de cambio político-territorial en los territorios el mapa adjunto pertenezca a Alemania.

e pertenecientes al Estado polaco, las esferas de interés entre Ale-


mania y la URSS serán divididas aproximadamente según una lí-
nea que siga los ríos Narow, Vístula y San. La cuestión de saber si
Además, queda establecido que los acuerdos económicos ac-
tualmente en vigor entre Alemania y Lituania no serán perjudica-
dos por las medidas de la Unión Soviética mencionadas anterior-

e es deseable, en interés de las dos partes, mantener un Estado pola- mente.


538 HRE\'I: IW';¡ (lRIA PE r.lil{(}P¡\
e
e
Firmado el 23 de agosto de 1939, el pacto germano-soviético com-
prendía dos partes. En la primera, hecha pública, la Rusia soviéti-
28. La Europa desgarrada
ca y la Alemania nazi cone/uían un acuerdo de "no agresión" váli-
do por diez años y que, por el momento, dejaba las manos libres a
Hitler para desencadenar el ataque contra Polonia, previsto para
el1 de septiembre de 1939. La segunda parte era un protocolo se-
creto que cone/uía eIl un verdadero reparto de la Europa oriental
Seis ¡¡¡lOS de guerra provocada por la ambición hitlerianQ y la
impotencia de las democracias y de la UJ<SSpara entenderse lle-
e
entre los dos cosignatarios. Este protocolo secreto fue modificado el
28 de septiembre por otro acuerdo, que hacía pasar a Lituania a la
"zona de influencia" soviética.
van al desmoronamiento de Europa. «Alemania, arlO cero" ...
¿Europa, ¡¡¡lO ceror ... .sobre sus ruinas, dos potencias, de las que
1II1ll no es europea y la otra sólo lo es de forma illcompleta, fabri-
e
call dos Europas escindidas, agotadas, dependientes ... Envés
macabro de la resplandeciente medalla del si)!./oxx.
e
El prcmio Nobel Franc;:oisJacob escribió: «Nadie sabe el giro
que adoptará la Historia. Nada está decidido, nunca». Sin
e
embargo, a finales del verano de 1939, podía parecer que la
voluntad belicosa de Hitler había convertido la guerra en
algo ineluctable, y que, si el origen dé las guerras puede pa-
e
recer dudoso en algunos casos, no hay duda posible por lo
que se refiere al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Eu-
ropa era víctima de la desmesura del dictador alemán. En
realidad, sean cuales fueren las intenciones de-Hitler, sólo el
e
aislacionismo americano y la imposibilidad de entendi-
miento entre las democracias occidentales y la Unión So-
viética habían hecho posible que el líder alemán pasara a la
e
acción. Éste seguía convencido, además, de que Francia e
Inglaterra no cumplirían sus compromisos con Polonia, y se
quedó «petrificado» cuando le informaron del ultimátum
e
británico. Hitler no había previsto un conflicto de gran en-
vergadura y, como han demostrado estudios recientes, el
ejército alemán no estaba preparado para ello. Se necesita-
e
ron todavía varias etapas para que de un conflicto «regio-
nal» se pasase a una guerra «mundial».
e
539
e
e 540 BREVE HISTORIA DE El:IH1PA 28. LA EUROPA VES(;ARRAlJ ..\ 541

e Hitler, amo de Europa

La guerra relámpago en Polonia


tiva de Finlandia a aceptar las rectificaciones fronterizas exi-
gidas, el Ejército Rojo pasaba a la ofensiva. La «guerra de in-
vierno» fue extremadamente difícil para los soviéticos, que
e Francia e Inglaterra no tenían medio alguno para ayudar a
Polonia, y en unos días el ejército polaco fue arrasado por
sin embargo terminaron venciendo (marzo de 1940) yobli-
gando a los finlandeses a alejar su frontera hacia el oeste ce-
diendo Vyborg e importantes territorios en Laponia y en la

e un ejército alemán que manejaba a la perfección la «pareja»


avión-carro de combate. Atacada simultáneamente por el
norte, el sur y el oeste, Polonia fue aplastada como una «cás-
región de Murmansk. Cuando la guerra se reavivó en el oes-
te, los soviéticos se apresuraron a anexionarse los países
bálticos, así como Besarabia y el norte de Bucovina en detri-

e cara de huevo». El 17 de noviembre, en aplicación del proto-


colo secreto del Pacto germano-soviético, tropas soviéticas
franqueaban a su vez la frontera oriental de Polonia. El 27
mento de Rumanía. En unos meses, la URSS había adquiri-
do 23 millones de habitantes suplementarios y borrado en
gran parte, en sus fronteras occidentales, las consecuencias
de septiembre capitulaba Varsovia, abandonada 22 días an-
-e t~"-pGr-el-g{}&ieme-dehurondHeLk(d:> desepTieml5re).
Polonia había sido borrada del mapa en menos de un mes.
de la Primera Guerra Mundial.

e La dróle de guerre
La campaña de Francia

Durante estos meses de inacción, franceses e ingleses habían


barajado diferentes proyectos -ayudar a Finlandia contra la

e Una vez eliminada Polonia, la guerra iba a detenerse hasta el


mes de mayo. Los adversarios aparcaron momentáneamen-
te las armas por razones bastante diferentes. Del lado fran-
URSS aliada de Alemania y aprovechar la situación para
apoderarse del hierro sueco, atacar los campos petrolíferos
de Bakú-, pero sería Hitler quien tomase de nuevo la inicia-

e co-inglés, se consideraba que a la larga su superioridad eco-


nómica les daría la victoria, mientras que, por razones
meteorológicas, Hitler retrasaba a la primavera de 1940 la
tiva. El 9 de abril de 1940, el ejército alemán otupaba ..Dina-
marca y desembarcaba en Noruega: franceses e ingleses ob-
tenían ahí su única victoria de este período de la guerra
nueva ofensiva relá'mpago prevista para el otoño de 1939. Es
e a ese período de la guerra en el que no se combatía, y duran-
te el cual la moral de las tropas francesas se desmoronó en la
apoderándose, el 28 de mayo, de Narvik, en el extremo nor-
te de Noruega. No obstante, en ese momento los aconteci-
mientos decisivos tenían lugar en otro lado.

e
e
inacción, al que se dio el nombre de dróle de guerreo Pero,
mientras en el oeste no pasaba nada, Europa oriental cono-
CÍagrandes transformaciones, debido a que la Unión Sovié-
tica sacaba todas las consecuencias del Pacto germano-so-
viético. Desde finales de septiembre a principios de octubre,
,
~

ti.
f.
EllO de mayo de 1940, el ejército alemán pasaba a la
ofensiva en Holanda, pero no era más que un simulacro, y,
mientras las mejores unidades francesas e inglesas se preci-
pitaban a su encuentro a través de Bélgica, el 13 de mayo las
divisiones blindadas alemanas, los panzers, franqueaban
a los tres países bálticos se les impuso una ocupación mili- las Ardenas y, mediante un amplio golpe de guadaña, ence-
tar; en el mes de noviembre la parte oriental de Polonia era rraban a las tropas francesas e inglesas que se habían aven-

e anexionada, mientras que el 28 de noviembre, ante la nega- turado en Bélgica en la bolsa de Dunquerque. La mayor par-
542 HKE\'E tUS', (1¡{IA I)¡: ITRI ¡PA
28. LA EL'IH.II'A IlI.S(,.-\.i{I{.o\/):\
543 e
te de las tropas así cogidas en la trampa pudieron ser eva- el Afrika Korps, que rechazó a los ingleses hasta las fronte-
cuadas por mar, después de haber perdido, cuando menos,
sus pertrechos, pero el ejército alemán pudo entonces lan-
ras de Egipto, pero no consiguió avanzar más allá.
El ataque contra Rusia empezó el 22 de junio de 1941. Cua-
tro millones de hombres, 5.000 aviones, más de 3.000 carros
e
zarse hacia el sur. EllO de junio, Mussolini, que hasta en-
tonces había mantenido la no-beligerancia de su país, sor-
prendido por la rapidez de los acontecimientos, entraba en
guerra para participar en la rapiña. París era ocupado el 14
de combate, pronto reforzados por tropas finlandesas, hún-
garas, rumanas, italianas y más tarde por contingentes vo-
luntarios de casi toda Europa -Legión de los Voluntarios
e
de junio y el gobierno francés, que había pasado a ser dirigi-
do por el mariscal Pétain, pedía el armisticio el 17 de junio
desde Burdeos, donde se había refugiado. El 22 de junio se fIr-
Franceses contra el Bochevismo (LVF), División Azul españo-
la, etc.- se lanzaban al asalto de la Unión Soviética. Hitler ob-
tenía inmensas victorias y, a principios del mes de diciembre,
e
maba simbólicamente el armisticio en el claro de Rethondes.
Hitler estaba convencido de que Inglaterra, que se había
quedado sola, no tenía otra salida que capitular rápidamen-
las tropas alemanas se hallaban a 25 kilómetros de Moscú.
e
La Europa hitleriana
te. Pero ¡lO era eso lo que pensaba Winston Churchill, pri-
mer ministro tras sustituir a Neville Chamberlain ellO de
mayo. Para preparar un desembarco, la aviación alemana A finales de 1941, Hitler era dueño de casi la totalidad de e
comenzaba el 13 de ¡¡gasto el bombardeo de Inglaterra (el Europa, si dejamos a un lado Inglaterra y algunos Estados
Blitz), que provocó destrucciones considerables, en especial
en Londres y en Covcntry; pero los aviones de la Royal Air
neutrales -Su<:cia, Suiza, Portugal, España, donde Franco se
había negado a dejarse arrastrar a la guerra-, )' había procla-
mado que iba a establecer en Europa «un orden nuevo para
e
Force consiguieron mantener a raya a los de la Luftwaffe, y
al no haber logrado el dominio aéreo los alemanes tuvieron
que renunciar a su proyecto de desembarco.
mil años», pero en la práctica la dominación hitleriana no
respondía a líneas directrices: una serie de regiones habían
sido anexionadas a Alemania -Alsacia-Lorena, Luxembur-
e
La campaña de Rusia
4
go, el oeste de Polonia, Eslovenia-, otras eran gobernadas
directamente por administraciones alemanas -Bélgica, Paí-
ses Bajos, Noruega, Rusia...-, y otras estaban dirigidas por
e
vasallos de Alemania -monseñor Tiso en Eslovaquia, Ante
La resistencia de Inglaterra obligó a Hitler a invertir sus pIa-
nes ya tratar de eliminar primero a la Unión Soviética. En
este proyecto le retrasó una nueva campaña relámpago en
Pavelich en Croacia ...-. Francia conoció un régimen parti-
cular: disponía de un gobierno teóricamente libre, estableci-
e
do como zona libre en Vichy, dirigido por el mariscal Pé-
los Balcanes, destinada a llevar ayuda a Italia, enfrascada
en una guerra desgraciada contra Grecia. En abril de 1941, el
ejército alemán se adueñaba en unos pocos días de Yugos-
tain, convertido en jefe del Estado, pero el norte de Francia
y la costa marítima occidental estaban sometidas a las auto-
ridades de ocupación; además, a partir del 11 de noviembre
e
lavia y Grecia, y en mayo de Creta. Asimismo, en febrero
Hitler se vio obligado a enviar a Libia, para ayudar a los ita-
lianos que se encontraban en dificultades ante los británi-
cos, un pequeño ejército mandado por el general Rommel,
de 1942,la zona libre fue a su vez ocupada. De hecho, esa or-
ganización de Europa respondió más a las circunstancias
que a un programa definido. El «orden nuevo» se tradujo
e
e
e 544 HIHTE HISTURJ:\ DE ECROPA 2,s_ L..\ LU{(ll':\ !lF:-.t".\/{J{A1Jr\
545

e ante todo, esencialmente, en la explotación económica de


Europa al servicio de la máquina de guerra alemana. A me-
dida que las necesidades bélicas aumentaban, no sólo se sa-
Aproximadamente un millón de polacos fueron deportados
hacia Siberia y muchos no volvieron; al mismo tiempo, mi-
liares de oficiales prisioneros fueron ejecutados, sobre todo

e caban de los países ocupados cantidades considerables de


víveres y de bienes de todo tipo, y se empleaba un gran nú-
mero de obreros al servicio de Alemania, sino que unos siete
en Katyn.
Los gitanos, a los que la ciencia y la administración ale-
mana consideraban como pertenecientes a una población

e millones de obreros de todas las nacionalidades fueron tras-


ladados a las fábricas alemanas, sumándose al millón y me-
dio de prisioneros de guerra franceses, a los prisioneros ru-
nociva, fueron exterminados también en gran número.

e sos supervivientes, y, más tarde, a los siete u ocho millones


de deportados políticos, que en su mayor parte murieron en
los campos de concentración, los «campos de muerte lenta»,
La Resistencia

Frente a la opresión alemana se alzaron, un poco por todas


una muerte lenta de unos pocos meses como media ... El or- partes, fuerzas de resistencia. Resistencias exteriores anima-

e _rleQJlueio--se-t¡:adu¡;;.ia--adcHláscfl-las-perseeuciones--strfridas'
por los judíos. Los judíos alemanes habían sido víctimas de
-- -Qdh~pQ~gQ-b"ie-mos-en-e!-~~ili-Q-;--g~)-8-~€-H-1-G-s--H0-F-ae-ge,-he-la-Hti-é5-)
belga, polacos refugiados en Londres, comités de liberación,

-e odiosas persecuciolles, pero antes de la guerra no se había como el Comité de la Francia Libre dirigido por el general De
pensado en exterminarlos. La guerra puso en manos de los Gaulle. Resistencias interiores que luchaban mediante folle-
nazis numerosas poblaciones judías de Polonia y del oeste to, y periódicos clandestinos COIHl'ael nazismo o contra sus
de Rusia, así como las comunidades judías de los demás paí- gobiernos a sueldo, proporcionando información a los alia-
ses ocupados. Desde su avance por Polonia y Rusia, los ale- dos y formando fuerzas militares. Detrás de las líneas alema-
manes se entregaron a grandes matanzas de judíos, pero la nas en Rusia, unidades de partisanos jugaron un gran papel.
«solución final», es decir, el exterminio, no se decidió de En Europa central, el Ejército Interior polaco, dependiente

e forma definitiva hasta enero de 1942. En total, fueron unos


cinco millones de judíos los que resultaron víctimas de un
del gobierno de Londres, se sublevó en Varsovi¡l en,agosto de
1944 pero fue aplastado por los alemanes. El ejército de par-

'-e
«holocausto» que !a técnica de las cámaras de gas permitió tisanas dirigido por Tito, de obediencia comunista, logró li-
efectuar con grandísima celeridad: las comunidades judías berar la mayor parte de Yugoslavia, asolada por las represa-
de Rusia occidental, de Polonia, de Europa central y balcá- lias alemanas. Una resistencia importante se desarrolló
nica y de Grecia desaparecieron casi por completo, las de también en Italia, después de ser derrocado Mussolini (julio
Europa occidental en proporciones diversas. de 1943), y en Francia, donde se formaron importantes ma-
Los eslavos de Polonia y Rusia, considerados como po- quis, sobre todo con jóvenes que se negaban a partir hacia
blación inferior y que los nazis querían rechazar hacia el este Alemania para cumplir allí el Servicio del Trabajo Obligato-
para asentar en su lugar a colonos alemanes, también se rio (STO).

e convirtieron en blanco prioritario: los alemanes dejaron


morir de hambre a una parte importante de los prisioneros
rusos. Los polacos fueron además víctimas de los rusos du-
Estos resistentes no siempre estaban unidos entre sí -en
Yugoslavia o en Grecia hubo violentas luchas entre resisten-
tes comunistas y resistentes anticomunistas-, pero fueron

e rante el tiempo que éstos ocuparon la parte oriental del país. perseguidos sobre todo con encarnizamiento por la policía
546
HREVE HISTORIA DE EUROPA
28. LA EliHOPA VESGAi{HA!J:\
547 e
política alemana, la Gestapo, ayudada por colaboradores lo-
cales, que torturaba, ejecutaba o deportaba a los campos de
concentración a quienes conseguía arrestar.
por un contraataque soviético. El 2 de febrero de 1943, el
VI Ejército alemán capitulaba. En la primavera siguiente, el
ejército soviético obtenía la victoria en una gigantesca bata-
e
lla de carros de combate alrededor de Kursk, y, disponiendo

La Europa liberada
de una superioridad numérica cada vez mayor, lanzó una
contraofensiva casi continua. Durante el verano de 1944, el
territorio soviético se hallaba liberado casi por entero. Pro-
e
Durante el año 1941, la guerra europea se transforma en
guerra mundial. Los Estados Unidos habían ido poniéndose
siguiendo su marcha a través de Polonia y los Balcanes, los
soldados soviéticos se encontraban, a finales de 1944 y prin-
cipios de 1945, en las fronteras de Alemania.
e
progresivamente al lado de Inglaterra, sin entrar en guerra
por ello. En marzo de 1941, una ley les permitía abastecer en
armas y equipamientos de todo tipo a Inglaterra, y luego a la
El asalto de la <1ortaleza Europa»
e
U nión Soviética, y, en agosto, el presidente Roosevelt Y
Winston Churchill firmaban la Carta del Atlántico, que pre-
veía la organización democrática del mundo después de la
Contrariamente a las apariencias, no fue en el frente ruso
donde se jugó el destino de la guerra, sino en el mar. Tras
e
victoria. Pero no fue hasta después del ataque japonés con-
tra Pearl Harbar, el 7 de diciembre de 1941, cuando la gue-
haber sufrido enormes pér~idas durante la batal~a del Atlán- a
tico, a causa de los submannos alemanes, los ahado~ consl- '.
rra se generalizó, aunque J:lpón y la URSS seguían permane-
guieron invertir la tendencia en la primavera de 194:>,y lue-
ciendo neutrales entre sÍ.
La movilización del inmenso potencial americano anun-
ciaba la certeza de la derrota hitleriana.
go forzar a los alemanes a abandonar la lucha en ese frente.
~ partir de este momento la victoria sólo era cuestión de
tIempo.
e
La inversión de la situación en el frente ruso
La ofensiva contra la Europa hitleriana fue llevada por
los anglo-americanos por el aire, aplastando literalmente a
Alemania bajo las bombas, y mediante una serie de desem-
e -
~ barcos terrestres: en noviembre de 1942 en el norte de
En guerra al mismo tiempo con Japón y con Alemania, Es-
África, en julio de 1943 en Sicilia, y luego en Italia conti- ••
tados Unidos privilegió la guerra contra Hitler, pero, mien-
nental en septiembre, en Normandía en junio de 1944 yen .,
tras todos sus inmensos medios se hacían operativos, el
Provenza en agosto. Las formidables fortificaciones del
año 1942 siguió siendo peligroso para la Unión Soviética.
«muro del Atlántico», construidas desde el cabo Norte _
Rechazado a las puertas de Moscú durante el invierno
hasta la frontera española, no consiguieron detener a los .,
de 1941-1942, el ejército alemán había pasado de nuevo a la
aliados. París era liberado el25 de agosto de 1944 y, a fina-
ofensiva en la primavera de 1942 y avanzaba muy deprisa
les del año, los aliados rodeaban a Alemania en todas sus 6.
por el sur de Rusia, alcanzando las montañas del Cáucaso y
fronteras. ••
el Valga. No obstante, pese a los encarnizados combates en
las calles, los alemanes no lograban apoderarse de Stalingra-
do, y los que se encontraban en la ciudad fueron cercados
e
e 548 HRt-:\'E IIl~T{H{]A ¡JI-' ITIHII'A 2S. LA ElJIH1P.-\ l)F.SCARHADA
549

e El desmoronamiento de Alemania muchos aspectos. El horror del descubrimiento de los cam-


pos de concentración había coincidido con la victoria. Des-
La capacidad de resistencia de Alemania a partir del mo- de 1942 habían ido filtrándose rumores, pero no había sido

e mento en que, contrariamente a los planes de Hitler, no ha-


bía podido derrotar por separado a sus adversarios y se
había encontrado frente a una formidable coalición, puede
posible creer realmente lo que pasaba en el centenar de
grandes campos dispersos por el territorio del Reich, no ha-

e, parecer sorprendente, sobre todo porque hasta poco antes


de 1942 la economía alemana no había sido convertida real-
bía sido posible creer en esa cima del horror en la historia de
la humanidad. Sólo Europa contaba con 30 millones de
muertos, el triple que en la Primera Guerra Mundial; casi la

-
mente en una economía de guerra. Sin embargo, a pesar del mitad de ellos civiles, exterminados en su mayoría en los
empleo de armas nuevas, como las VI y las V2, y de las dos campos de concentración.
últimas contraofensivas del otoño de 1944 alrededor de Bu- Las destrucciones materiales tampoco tenían preceden-
dapest y en las Arden3s, Alemania estaba en las últimas. tes: la Rusia europea había quedado asolada emgran parte,
A principios de 1945, una ofensiva general por el este y el 1.700 villas o burgos y 70.000 aldeas destruidas, las ciudades
6esreapiastalJa hrs lti1ÍiTIas resistencias alemanas. El 2 de
u

----atemarras-en ruinas,tin 75% paraBcrrrii~tiii95% para-Oüs-

-e
mayo de 1945 Berlín era tomado por los rusos, que se ha- seldorL., barrios enteros de Londres desaparecidos. Por
bían unido a las tropas americanas en el Elba el 25 de abril. toda Europa, puertos, vías navegables, puentes, redes ferro-
El 30 de ese mes, Hitler se suicidaba en su búnker de Berlín, viarias estaban dañados o destruidos. La producción indus-
y los días 7 y 8 de mayo se firmaba la rendición de Alemania trial y agrícola quedó reducida casi a la mitad de su nivel an-
en el cuartel general del comandante en jefe aliado, el gene- terior a la guerra. Prácticamente habían desaparecido los
ral Eisenhower, en Reims, yen el del mariscal soviético Zu- intercambios comerciales. Los estados europeos se hallaban
kov en Berlín. La guerra había terminado en Europa, aun- desprovistos prácticamente de cualquier reserva financiera,
que aún debía durar algunos meses contra Japón. mientras las monedas se habían reducido a nada o a casi
nada. Una miseria con frecuencia espantosa:-en Alemania
4' Europa cortada en dos
l
«el año cero», en Europa central inmensas bandadas de ni-
ños vagando para intentar sobrevivir. Como había dicho el

e Un balance ...
ministro alemán de Propaganda, Joseph Goebbels: «¡En
caso de derrota, los nazis sabrán cerrar la puerta tras ellos y
asegurar que su recuerdo vivirá durante siglos!».

e
«Esta inmensa alegría llena de lágrimas», decía el periódico El fin de la pesadilla podía ser, no obstante, la señal del
francés CorJ1bat el 8 de mayo. 'Alegría por otra parte no de- resurgimiento de Europa. De forma bastante paradójica, el
masiado fuerte, al menos en Francia, porque el momento de estado de ánimo era bastante diferente del que había segui-
la liberación, lo mismo que el de la «victoria», había venido

e principalmente del exterior y porque, a pesar de la Resisten-


cia, los europeos (salvo los rusos y los ingleses) sólo habían
contribuido a ella marginalmente; y llena de lágrimas, por-
do a la Primera Guerra Mundial, menos desesperado en
ciertos aspectos. En muchos países se creía en una reyolu-
ción, en líneas generales muy mal definida, pero que -al me-
nos- significaba que se quería construir algo nuevo. El des-

e que el balance de la guerra era abrumador y monstruoso en moronamiento de Francia en 1940 demostraba, desde luego,
550
HRI".'"!'. III:-;TlH{IA DE EUiUlPA 28. LA LLl{ul'A DES<;AIU{t\I)t\ 55/ e
que la Europa de antaño no volvería a existir, pero, como
había dicho Churchill en 1939, esa guerra debía asegurar
«los derechos del individuo» y «realzar la grandeza huma-
Moscú en octubre de 1944y que podía parecer un verdadero
reparto.
La cuestión central era Polonia, porque afectaba a un
e
e
na». La victoria sobre el nazismo permitía contar con ello. tiempo las fronteras de la URSS y las de Alemania. De he-
En el plano cultural, la evolución de una de las principales cho, la Unión Soviética exigía recuperar las fronteras que el
corrientes intelectuales, el existencialismo, que pasaba de la Pacto germano-soviético le había permitido adquirir; exigía
desesperación total a la idea del «compromiso», de dar un
sentido a la vida consagrando su acción a la causa de la hu-
manidad, podía aparecer como una señal. Pero no se necesi-
en particular que la frontera oriental de Polonia correspon-
diese a la Línea Curzon, línea establecida en 1920 por el es-
tadista inglés para delimitar los territorios puramente pola-
,e
tó demasiado tiempo para comprender que de aquel campo cos y aquellos en que las poblaciones eran ucranianas o
de ruinas podían surgir nuevos peligros. Europa aún no es-
taba madura para la armonía.
bielorrusas; los polacos siempre habían rechazado ese límite
porque, según ellos, dejaba a numerosos polacos fuera de
Polonia y amputaba su país de regiones «históricamente»
ei
lil
La guerra fría
polacas. Como contrapartida, Stalin admitía que Polonia re-
cibiese compensaciones por el oeste en detrimento de Ale- e
-el
mania, en Pomerania, en Posnania y en Silesia; en cierto
La «gran alianza» que se había form,ldo durante la guerra modo Polonia se encontraría globalmente desplazada hacia
entre la Unión Soviética, Estados Unidos y el Reino Unido el oeste, lo cual permitiría además hacer desaparecer la pro-
había sido resultado de las circunstancias. Los antago- vincia alemana de Prusia Oriental, dividida a la derecha de 1
nismos no podían dejar de brotar de nuevo una vez acaba- la Línea Curzon entre la URSS -que de este modo recibía
da la guerra. Antes incluso del final de la contienda, en la Kbnigsberg- y Polonia. Los aliados se resignaron a una so-
Conferencia de Teherán (26 de noviembre-I de diciembre lución que hacía del Oder la frontera entre Alemania y Polo-

•-1
de 1943), luego en la de Yalta (4-11 de febrero de 1945), los nia, pero la disputa saltó a propósito de la proloflgación por
«tres grandes», Stalin, Roosevelt y Churchill, habían tratado el sur de esa frontera. Dos afluentes del Oder llevaban el
de ponerse de acuerdo sobre la suerte del mundo y, en pri- mismo nombre de Neisse, Neisse occidental y Neisse orien-
mer lugar, sobre lalde Europa. Había, de hecho, dos proble- tal. Al decidir situar la frontera en el Neisse occidental, los I
mas principales: determinar el régimen político de los países soviéticos entregaban de hecho toda Silesia a la nueva Polo-
liberados o vencidos y trazar sus fronteras. La declaración nia, esperando ponerla bajo su dependencia, pero los anglo-
de Yalta sobre «los países liberados» había sido de gran cla- americanos a duras penas podían admitir que esa vieja re-
ridad al men!=lsen el primer punto: los diferentes países de-
bían escoger sus gobiernos tras unas elecciones libres. Las
gión alemana se adjudicase así a otro país. No obstante,
expulsando a la mayor parte de la población alemana, sovié-
ticos y polacos pusieron pronto a los aliados ante un hecho
e~ ¡

.i
discusiones sobre el destino de Alemania y sobre el trazado
de las fronteras habían sido más difusas, incluso aunque, a consumado. En la Conferencia de Potsdam (17 de julio-2 de
petición de los americanos, se había anulado en teoría el agosto de 1945), Harry Truman, el nuevo presidente de Es-
acuerdo de «reparto de influencia» en la Europa balcánica, tados Unidos tras la muerte de Roosevelt en abril de 1945, y ¡
~
elaborado por Churchill y Stalin durante un encuentro en Clement Attlee, que había sustituido durante la conferencia
el
tt •••... "
e 552 HRE\'E HISTORIA DE ITf{, lP:\
28. LA EUROPA DESCAHIL\J l:\
553

e a Churchill, derrotado en las elecciones, no aceptaron esa si-


tuación como definitiva, pero admitieron que estas regiones
de 1945 en Yugoslavia -los partisanos de Tito ocupan todo
el país durante la liberación- yen Albania, en octubre y no-
fueran administradas provisionalmente por los polacos, lo

e
viembre de 1946 en Bulgaria y en Rumanía, en enero
cual hacía la situación irreversible en la práctica. de 1947 en Polonia. El establecimiento de la democracia po-
Añadiendo los alemanes de los Sudetes y de las diferentes pular fue algo más largo en Hungría y Checoslovaquia. En
comunidades alemanas dispersas por Europa central, fue- Hungría, unas elecciones libres habían dado la mayoría ab-
e ron 11 millones de alemanes los que se vieron expulsados de
este modo hacia lo que quedaba de Alemania.
En cuanto al destino de Alemania, los tres aliados se ha-
soluta en 1945 al partido de los pequeños propietarios, yel
Partido Comunista no consiguió eliminar definitivamente a
sus adversarios hasta agosto de 1947. En Checoslovaquia,

e bían puesto de acuerdo para ocupar cada uno una parte de


su territorio (haciendo un pequeño hueco a Francia), igual
donde se había formado un régimen bastante cercano al de
las democracias occidentales, se necesitó un verdadero gol-

-e
que Berlín, también dividida en cuatro zonas, en espera de pe de Estado, el «go¡~)ede Praga», en febrero.de 1948, para
poder. establecer un tratado de paz. Pero, en la práctica, los asegurar la victoria de los comunistas.
sovieTicos se dedicaron ~rrseguTcta-a«sovteh7:amsu-zona,l-o- ----[os sovletIC6shi[)Ían agrúldado sensiblemente sus ane-
cual hacía imposible una reunificación de Alemania, v por xiones de 1940 en detrimento de Finlandia, y ahora tenían
lo tanto la firma de un tratado de paz con ella. La separación en el extremo norte una frontera común con Noruega y ha-
de Alemania en dos partes antagónicas (las tres zonas occi- bían conseguido de Checoslovaquia la Rutenia subcarpática;
dentales se fusionaban progresivamente, a pesar de la larga pero no trataron de imponer un régimen soviético a Finlan-
resistencia de Francia) iba a ser el símbolo de la separación

e de Europa en dos.
En el conjunto de Europa se desarrollaba un mismo pro-
dia -contentánduse con el sometimiento del pequerio Esta-
do en el dominio de la política internacional-, ni de interve-
nir en Grecia, donde los resistentes comunistas habían

--
ceso. En todos los países ocupados o liberados por el ejérci- chocado con los ingleses en su intento de hacerse con el po-
to soviético -Polonia, Checoslovaquia, Bulgaria, Hungría, der. Europa estaba dividida en dos bandos según regímenes
Rumanía, Yugoslavia y Albania-, los comunistas se hacían políticos, sociales y económicos diferentes, y muy pronto
con el poder siguiendo un método prácticamente idéntico. antagónicos.
Gobiernos surgidos de «frentes nacionales» formados du- EI5 de marzo de 1946, Winston Churchill había exclama-
rante la guerra se instalaron en el poder con el apoyo activo do: «De Stettin en el Báltico a Trieste en el Adriático, un "te-

-e
del ejército soviético. En estos gobiernos, los comunistas se lón de acero" ha caído sobre el continente». Entre las dos
aseguraban los ministerios claves que les daban por regla cabezas de fila del mundo socialista y del mundo occidental,
general \'1 control del ejército, de la policía y de la justicia, la Unión Soviética y Estados Unidos, había empezado la
particularmente útil para eliminar, desde luego, a los «cola- «guerra fría». El 2 de marzo de 1947, el presidente Truman
boradores», pero también a los adversarios políticos. Tras hacía un llamamiento a «contener el comunismo» a propó-
un período más o menos largo, parodias de elecciones per- sito de las amenazas que se cernían sobre Grecia y Turquía;
mitían al Partido Comunista asegurarse definitivamente el era el enunciado de la «Doctrina Truman». El 5 de junio, el
poder. En estos estados, bautizados como «democracias po- general Marshall proponía la ayuda económica de Estados
e pulares», los comunistas fueron los amos: en noviembre Unidos a todos los países europeos, pero sólo los del oeste
554
HRF.\'E HIST(lHIA nE EUROPA 28. I.A EUKOI'r\ IJEsr;AHRAD ..\
555 e
aceptaron el Plan Marshall. En el mes de septiembre, el diri-
gente soviético ¡danov afirmaba que el mundo estaba divi-
dido a partir de entonces en dos bloques irreconciliables;
Auschwitz; los restantes eran seleccionados y empleados en
trabajos -como esclavos- en las industrias del campo de concen-
tración. Entre las personas ajusticiadas y quemadas se encontra-
e
ban unos veinte mil prisioneros de guerra rusos (que anterior-
era la «doctrina ¡danov». De grado o por fuerza, los países
europeos se habían visto obligados a colocarse en un campo
mente habían sido elegidos por la Gestapo entre los prisioneros
e
-e
de guerra de las cárceles); éstos fueron enl regados en Auschwitz
o en el otro, reducidos en gran medida al estado de objetos
a los transportes de la Wehrmacht, que eran mandados y custo-
de las relaciones internacionales.
diados por oficiales y tropas regulares de la Wehrmachl. El resto
del total de las víctimas abarcaba poco m<Ís o menos cien mil
judíos alemanes y un gran número de habitantes -la mayoría ju-
¿Podemos considerar que, en este momento, la «era eu-
díos- de Holanda, Francia, Bélgica, Polonia, Hungría, Checos-
ropea» había terminado definitivamente? Cierto que aún
lovaquia, Grecia y otros países. Sólo en J\ uschwitz extermina-
había una Europa geográfica, había dos incluso, una del

-e
mos en el verano de 1944 unos cuatrocientos mil judíos
Atlántico al Elba, y una segunda del Elba al Ural; pero, en la húngaros [... ¡.
medida en que la Unión Soviética no era una potencia ex-
Las ejecuciones en masa con gas comenzaron en el curso del
clusivamente europea, ¿no había acabado el papel histórico verano de 1941 y duraron hasta el otoño de 1944 l...].
de esa Europa desgarrada en dos? Inglaterra agotada, Fran- La «solución final" del problema judío significaba el extermi-
cia en medio de la decadencia y Alemania abrumada ¿po- nio de todos los judíos de Europa. Yo recibí la orden de tomar
dían esperar recuperar el lugar que las había convertido en medidas que facilitaran en Auschwitz el exterminio de los inter-
dueñas del mundo? nados. Esto fue en junio de 1942. En aquella época existían otros

DOCUMENTOS
tres campos de exterminio en el Gobierno General: Belzec, Tre-
blinka y Wolzek. Estos campos estaban administrados por desta-
camentos de la Policía de Seguridad y del Servicio de Seguridad.
e
1. La «solució{1 final»
Visité Treblinka para comprobar cómo se efectuaban allí las
ejecuciones. El comandante del campo de Treblinka me dijo que
había liquidado a ochenta mil personas en el transcurso de me-
e
-
e
dio año.
Desde 1934 me ocupé de la administración de campos de con-
Fundamentalmente, su misión consistía en eliminar a todos
centración y presté servicio en Dachau hasta 1938; después fui
los judíos del gueto de Varsovia. Empleaba gas monóxido y, en
ayudante en Sachsenhausen desde 1938 hasta elIde mayo de
opinión suya, sus métodos no resultaban muy eficaces. Por lo
1940, época en que fui nombrado comandante del campo de
Auschwitz. Estuve en la jefatura de Auschwitz hasta elIde di-
ciembre de 1943 y estimo que allí fueron exterminadas como mí-
tanto, cuando levanté los edificios exterminadores de Auschwitz,
utilicé Zyklon B, un ácido cianhídrico cristalizado que arrojába-
mos al interior de la cámara de muerte a través de una pequeña
e
nimo dos millones y medio de personas mediante e! gas y la cre-
mación; otro medio millón, como mínimo, murió a causa de!
hambre y las enfermedades, lo que hace un total de tres millones
aproximadamente. Esta cifra representa poco más o menos el se-
abertura. Según el tiempo que hiciera, eran necesarios de tres a
quince minutos para acabar con la vida de los gaseados. Sabía-
mos el momento de su muerte por la terminación del griterío.
e
tenta a ochenta por ciento de todas las personas internadas en Solíamos esperar media hora antes de abrir las puertas y retirar
e
556 28. LA EUROPA DESl;ARRA[):\ 557

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e P. Serge Choumoff para Les Chambres iI gaz secret d'État, por Eugen
Kogon, Hermann Langein y Adalbert Rückertl; París; Minuit y

e Seuil, col. «Points Histoire», 1987


558
RRE\'F. HISTORIA llF EL!ROPA
28. LA EliRUI'A IJl-.Sl •.~RKAJ)A
559 e
los cadáveres. Después, nuestros destacamentos especiales quita-
ban a los muertos los anillos y las muelas de oro ...
Los datos arriba indicados son auténticos y la declaración la
pender las actividades bélicas a las 23,01 horas del 8 de mayo,
hora centroeuropea, y continuar en las posiciones que ocupen en
dicho momento, desprenderse de todas sus armas y entregarlas,
así como toda la impedimenta, a los comandantes en jefe locales
e
he prestado voluntariamente Ysin ser objeto de coacción alguna.
Una ve.z leída mi declaración, que he hallado conforme, la firmo
en Nuremberg (Alemania) el5 de abril de 1946.
aliados o a los oficiales que los representantes aliados designen.
No será hundido o destruido buque, lancha ni avión de tipo algu-
no, como asimismo tampoco deben sufrir ningún daño los cas-
e
Declaración en el Juicio de Nuremberg de Rudolf F. F. Hbss, comandante
del campo de Auschwitz (1946), cit. por Heinz Huber y Artur Müllcr, El
Tercer Reíd!. Su !listoria el' textos, fotografías y documentos, trad. de
cos de los buques, sus motores, pertrechos, máquinas de cual-
quier clase, armas, aparatos y objetos técnicos que puedan ser
útiles para el punto de vista bélico en general.
e
Ángel Sabrido, Barcelona, Plaza y Janés, 1976, tomo 11,pág. 534
3. El Alto Mando de la Wehrmacht alemana trasmitirá sin de-
mora a los comandantes en jefe afectados todas las órdenes com-
plementarias dadas por el comandante en jefe de las fuerzas ex-
pedicionarias aliadas y por el Alto Mando del Ejército Rojo,
e
A los dirigentes nazis les gustaba bautizar sus actos con la ayuda
de fórmulas abstractas v perífrasis: la expresión «solución final»
encubría el exterminio de mil/ones de europeos, losjudíos. La frial-
dad con la que el texto se refiere a estas matanzas refleja la aplica-
garantizando el cumplimiento de las mismas.
4. Esta declaración de capitulación no obsta a la existencia de
cualesquiera otras condiciones de capitulación que pudieran
e
ción de 105 modernos métodos de la industria alemano para fines
brutales, surgidos di' la deriva totalitaria de los nacionalismos eu-
ropeos.
aplicarse en lugar de las citadas y que pudieran ser impuestas a
Alemania y a la Wehrmacht alemana por las Naciones Unidas o
en nombre de éstas.
e
S. Caso de que el Alto Mando de la Wehrmacht alemana o
El mapa de los grandes campos de concentración, que poseían
numerosísimas dependencias, muestra hasta qué punto se había
convertido la industria de la muerte en uno de los rasgos más ca-
cualesquira de las fuerzas a él subordinadas o por él controladas
no cumplieran las condiciones establecidas en esta declaración
de capitulación, el comandante en jefe de las fuerzas expedicio-
e
racterísticos del III Reich hitleriano en la época de su final.

2.
I
Acta de capitulación de Alemania (8 de mayo de 1945)
narias aliadas y el Alto Mando del Ejército Rojo adoptarán las
medidas punitivas y de cualquier índole que consideren oportu-
nas.
e
Acta de capitulación sin condiciones del ejército alemán frente al ejército _
_ 1. Los abajo firmantes, provistos de plenos poderes y actuando
rojo, cil. por Heinz Huber y Artur Müller, El Tercer Reic!l. Su !listoria en

e
en representación del Alto Mando de la Wehrmacht alemana,
textos, fotografías y documelltos, trad. de Ángel Sabrido, Barcelona, Plaza
aceptan por la presente la capitulación sin condiciones de todas
y Janés, 1976, tomo n, págs. 803-804
las fuerzas terrestres, navales y aéreas alemanas o bajo mando II

alemán. Esta capitulación se efectúa simultáneamente ante el co-


mandante en jefe de las fuerzas expedicionarias aliadas y el Alto
Mando del Ejército Rojo.
Durante la Conferencia de Anfa, en Marruecos, en enero de 1942, a
2. El Alto Mando de la Wehrmacht alemana ordenará sin dila-
Winston Churchill y Franklin Roosevelt habían decidido, para •
ción a todos los comandantes en jefe de las fuerzas terrestres, na-
tranquilizar a los rusos sobre su voluntad de combatir hasta el fi-
nal, no aceptar otra cosa que la «rendición incondicional» de Ale-
vales y aéreas alemanas y de las puestas bajo mando alemán sus-
e
,e
-e
1IR.F.\'¡:' H[~TOIUA \lE EURUP ..\ ~¡:I, 1.:\ ITf{(lI':\ flE~(;AI{RAI>:\
56/
560

mania. Contrariamente a la costumbre, rlOse trataba, llegado el biera una solución rápida a estos delicados problemas, la nueva
momento, de entrar en negociaciones con el poder nazi o con cual- puesta en orden de la estructura económica europea exigiría con
quier otro poder para la firma de un armisticio. La capitulación seguridad un plazo más largo y un esfuerzo más grande que el
alemana del 8 de mayo de 1945 fue la conseCllencia de esa volun- previsto [... j.
tad de los aliados. En la práctica, hubo dos ceremonias, una el8 de La verdad es que las necesidades de Europa en productos ali-
mayo en Reims, otra el 9 de mayo en Berlín. El texto reproducido menticios y otros productos esenciales -principalmente de Amé-

e aquí es el de la rendición de Berlín. En el cuartel general de Eisen-


hower en neims fue el general Jodl quierl ¡irmó por parte de Ale-
mania. La imposibilidad de realizar W/ll sola ceremonia de rendi-
rica- en el curso de los tres o cuatro afios próximos excederán en
este punto su capacidad de pago, teniendo necesidad de una ayu-

,e
da suplementaria importante, si se quiere evitar que tenga graves
ción no iba a dejar de tener significado en elfuturo. problemas económicos, sociales y políticos [... ).
Es lógico que los Estados Unidos hagan todo lo que les sea
posible para favorecer la vuelta del mundo a una salud econó-
mica normal, sin la cual no puede haber ni estabilidad política
Jo -I;l-l'lanMarshaU ni-pJ.Z-ase&u.~a4a.-N.u.€-stFa-r*í+i(a- nü o-hí--d-i-ri-gida--currtr<r l1Ífl- -
aún país ni doctrina, sino contra el hambre, la pobreza, la de-
Considerando las necesidades para una puesta en orden de Eu-
~esperación y el caos. Su fin deberá ser el restablecimiento de

e ropa, las pérdidas de vidas humanas, las visibles destrucciones


de ciudades, fábricas, minas, ferrocarriles, han sido correcta-
mente estimadas; pero ha llegado a ser (~vidente durante el trans-
una economía mundial sana de manera que permita la vuelta a
las condiciones políticas y sociales en las cuales puedan existir
instituciones libres. Tal asistenci,l, )'0 estoy convencido, no

e curso de los últimos meses que esta destrucción aparente es pro-


bablemente menos seria que la dislocación de toda la estructura
de la economía europea. En el curso de los diez últimos años, las
condiciones han sido totalmente 'anormales. La preparación fe-
puede ser establecida sobre una base fragmentaria a medida
que aparece talo cual crisis. Toda asistencia por parte de nues-
tro Gobierno debe ser, no un paliativo, sino un remedio. Todo

e bril de la guerra y el mantenimiento más febril todavía del


esfuerzo de guerra ha absorbido todos los aspectos de las econo-
mías nacionjlles. El mecanismo se ha agarrotado o está total-
Gobierno que consienta colaborar con nosotro.~¡en la tarea de
reconstrucción encontrará, yo esto)' seguro, una cooperación
completa por parte del Gobierno americano. Todo Gobierno

e mente fuera de uso. Bajo el reino arbitrario y destructor de los que maniobre para detener la reconstrucción de otros países no
nazis, casi toda empresa ha sido aga.rrada por la máq¡tina de puede esperar ayuda de nuestra parte. Además, los Gobiernos,
guerra alemana. Los tradicionales lazos comerciales, las institu- partidos políticos o grupos que intentan perpetuar la miseria
ciones privadas, los bancos, las compañías de seguros y maríti- humana para su provecho político o de otra clase, encontrarán

e mas han desaparecido, por falta de capitales, absorbidos como


consecuencia de nacionalizaciones, o por simple desaparición.
En gran número de países, la confianza en la moneda nacional
la oposición de Estados Unidos.
Es ya evidente que, antes de que el Gobierno americano pueda
progresar en sus esfuerzos para mejorar la situación y ayudar a

e ha sido rota. La destrucción de las estructuras comerciales de.:


Europa ha sido completa durante la guerra. La reconstrucción]
ha sido seriamente retardada por el hecho de que dos años des-;
los europeos sobre la vía de la recontrucción, debe existir un
acuerdo entre los países europeos sobre las necesidades de la si-
tuación y sobre cómo estos países aceptarán la acción de nuestro

e pués del fin de las hostilidades un tratado de paz no ha podido¡


ser establecido con Alemania Ycon Austria. Incluso aunque hu~
propio Gobierno. No sería ni conveniente ni eficaz el poner en
aplicación unilateralmente por nuestra parte un programa desti-
562
BREVE HISTURIA DE I'.URUPA e
nado a restablecer a Europa sobre sus bases, económicamente.
Eso es asunto de los europeos. La iniciativa, en mi opinión, debe
venir de Europa. El papel de nuestro país deberá consistir en ayu-
29. Las dos Europas e
dar a los europeos a elaborar tal programa, Y seguidamente a
aplicarlo, en la medida en que nosotros podamos hacerlo. El pro-
grama deberá ser aceptado por la mayoría, si no la totalidad, de Reducida y dividida, así parecía estar Europa en la segullda mi-
e
las naciones europeas.
Discurso de George Marshall, secretario de Estado norteamericano,
Universidad de Harvard, 5 de junio de 1947, cit. por M. V. López Cordón
en la
tad del siglo xx. Iieducida, porque en menos de veinte (//10S, de
1945 a 1964, ha perdido poco a poco todos sus imperios colollia-
les de Asia y de Áfriw. Dividida, porque dos Europas VIlIl a vivir
en dos mundos seccionados uno del otro, el de la Europa dd oes-
e
y J. U. Martínez Carreras, Análisis y comelltarios de textos hist<Íricas.
II. Edad moderna y culltemporcínell, Madrid, Alhambra, 1978, págs. 371-373.
te, cada vez /luís próspera yen marcha hacia su ullidad, y el de
la Europa del este, s(lmetida a la autoridad ya la ideología so-
viéticas y CII rebelión creciente contra ellas. Pero todo queda
e
Una gran diferencia separa la forma en que terminó la Segunda I
Guerra Mundial del modo en que había terminado 1,1 Primera.
bruscamente cuestionado ell 1989 por el desmorollamiento
muro que separaba las dos Europas ... ¿Puede volver a encontrar
Europa su unidad?
del
e;
A la distancia entre el Tratado de Versal/es (doc. 2 del cap. 25) Y la ,'1
capitulación sin condiciones (doc. 2 del cap. 28), hay que miadir el ~I
abismo que media entre la destrucción económica de Europa en)
1918 que denunciara Keynes (doc. 3 del cap. 25) y el esjilerzo de,
e
Una vez terminada la guerra, incluso haciendo abstracción
reconstrucción ligado al Plan Marshall. El espectro de la guerrail
fría y la necesidad de relanzar la economía capitalista en todo eE:
mundo explican la generosa ayuda americana. 1:
de la Unión Soviética, que había podido conservar la totali-
dad del Imperio colonial zarista, varios estados europeos se-
guían poseyendo la mayor parte de su imp.,rio colonial,
e
e
"
" pero, más o menos rápidamente y con mayor o menor vo-
luntad, Europa hubo de abandonar sus posesiones colonia-
les y verse reducida de este modo a sí misma.

La descolonización
e
Los signos precursores e
Antes de la guerra de 1914 habían aparecido los primeros
signos de oposición al impulso colonial europeo, que se am-
pliaron durante el período de entreguerras. Las potencias
e
coloniales más importantes, Inglaterra y Francia, habían re-

563
e
e
-e
564 BHE\"L fll:'dl.Jl{l:\ llL ¡TROPA
29. LAS oo~ I:UI{Uf'AS
565

forzado sus imperios repartiéndose las colonias alemanas y Asia meridional


turcas, pero la idea nacional había empezado a impregnar a
numerosos pueblos colonizados. Los pueblos colonizadores Los dos grandes sectores de colonización eran Asia meridio-
apenas se preocupaban; no obstante, la Segunda Guerra nal y África. La descolonización se realizó por zonas geográ-
Mundial modificó considerablemente la situación. ficas. En primer lugar Oriente Pr.óximo: los ingleses renun-
Ante todo en el plano de los principios, en la medida en cian a conservar su influencia sobre Egipto y sobre Iraq,

e que los aliados habían hecho la guerra en nombre del dere-


cho de los pueblos a disponer de sí mismos. Al firmar la
Carta del Atlán tico, Churchill había precisado que tales
oficialmente independientes desde 1922 la primera y 1932 la
segunda; en 1948 abandonan su mandato sobre Transjorda-
nia y en 1946 sobre Palestina. En cuanto a Francia, en 1946

e principios no se aplicaban a los pueblos colonizados, pero


de hecho era una posición insostenible, pues Estados Uni-
dos y la Unión Soviética se proclamaban potencias anticolo-
hubo de conceder la independencia a Siria y a Líbano.
En Asia meridional el problema concernía a tres poten-
cias europeas; en primer lugar a Inglaterra, y luego a los Paí-

e nialistas, y además, desde su creación, la mayoría de la Or-


ganización -rre -ias-Nacturr~s-tJ'rrrn-a-s ~staba-furmadapur
países antigu:1mente colonizados que admitian difícilmente
ses Bajos y Francia. Para unos estados vencido~}'~upados
-aurante raguer.racomo Francia y los PaisesBajos, recuperar
sus posesiones coloniales era reafirmar su papel de poten-
_

el mantenimiento de la colonización.
e Luego, en el plano de los hechos: la conq uista del sureste
de Asia por Japón había humillado gravemente a ojos de las
cias, pero tanto en las Indias Holandesas como en Indochi-
na los poderes nacionalistas habían aprovechado la derrota
japonesa para instalarse. En Indonesia, donde los naciona-

-
poblaciones autóctonas a los antiguos amos, vencidos por listas dirigidos por Sukarno habían proclamado la indepen-
un pueblo de color, y, en las demás partes del mundo, la de- dencia el 17 de agosto de 1945, los Países Bajos intentaron
rrota de Francia y el agotamiento de Inglaterra les habían tomar de nuevo el control del país, pero tras un período de
quitado buena parte de prestigio en sus colonias. negociaciones, combates, y guerrillas, tuvieron que recono-
,e Por último, si el Imperio británico ya poseía, desde el Es-
tatuto de Westminster en 1931, un marco nuevo con la
cer a los Estados Unidos de Indonesia, plenathente sobera-
nos en diciembre de 1949. En Indochina, donde también en
Commomwealth creada entre él y sus dominios independi- agosto de 1945 el *Viet-minh, bajo la dirección de Ha Chi

e zados, la COIherencia de Brazzaville, organizada por el ge-


neral De Gaulle (30 de enero-8 de febrero de 1944), había
previsto que las relaciones entre Francia y sus colonias se
Min, había proclamado la República Democrática del Viet-
nam, el general De Gaulle había enviado un cuerpo expedi-
cionario mandado por el general Leclerc para reinstaurar la
modificaran, aunque sólo fuera por la existencia de una re-
e presentación de las poblaciones colonizadas en la Asamblea
francesa. La Constitución votada en 1946 extrajo las conse-
soberanía francesa en octubre de 1945. Acuerdos firmados
en marzo de 1946 preveían que Vietnam se convertiría en
un estado libre en el marco de la Unión Francesa, pero esa
cuencias de esta conferencia transformando el Imperio en

e Unión Francesa. Pero el viento de la descolonización iba a


soplar con mucha más fuerza de la que los reformadores ha-
bían podido imaginar.
1-
I
fórmula era comprendida de forma muy diferente por fran-
ceses y vietnamitas. Las hostilidades empezaron en noviem-
bre y diciembre de 1946 y durarían ocho años, antes de que,
tras la derrota francesa de Dien Bien Fu, los acuerdos de Gi-

e l!"
~.
"
nebra pusieran fin al conflicto en julio de 1954. La guerra de
566 "~I'I'E HISTORIA DE WROPA 29. LAS DOS WRllPAS 567 fa
Indochina había sido más larga porque derivaba al mismo 1956 (independencia de Túnez y de Marruecos) y 1962 (in-
tiempo de la descolonización y de la guerra fría. Se forma-
ron dos estados vietnamitas, en principio provisionales, a
dependencia de Argelia tras una guerra de ocho años), y sus
territorios subsaharianos y Madagascar en 1960. El África
48
uno y otro lado del paralelo 17, com unista al norte, no co-
munista al sur. De forma paralela, Laos y Camboya se ha-
bían convertido también en independientes. J
inglesa se independizaba entre 1954 (Ghana, antigua Costa
de Oro) y 1964 (Malawi, antigua Nyasalandia, y Zambia, an-
tigua Rodesia del Norte). Bélgica se había retirado del Con-
e
Frente a la mala voluntad holandesa ya la negativa fran-
cesa de aceptar la descolonización, la del Asia británica se
hizo de forma mucho más fácil, obstaculizada únicamente
go en 1960. Sólo Portugal se aferró a sus territorios colonia-
les, y sólo tras largos combates Angola y Mozambique
obtuvieron su independencia en 1975.
e
por problemas locales. En el mes de agosto de 1947 se pro-
damaba la independencia de la India, pero la oposición en-
tre hinduistas y musulmanes había obligado a dividirla en
Si hacemos abstracción del imperio portugués y de terri-
torios dispersos por el mundo y de tamaño reducido -los
departamentos y territorios de ultramar francés (DOM-
-
-e
dos estados, la India en medio y, a uno y otro lado, el Pa- TOM), por ejemplo-, en menos de veinte años Europa ha-
quistán; que reagrupaba a los musulmanes. La isla de Ceilán
t bía perdido su dominación colonial sobre el mundo.
se había independizado en diciemhre de 1947, Birmania en
enero de 1948 y Malasia sólo en 1957 debido a los difíciles
prnblemas étnicos y políticos (una rebelión comunista) que La vuelta de Europa occidental
en ella se daban, sin contar con la cuestión específica de Sin-

-e,
gapur (independiente en 1958). Europa occidental, esa Europa que había perdido su antiguo
La liberación de Asia fue la señal de una toma de concien- poder y su dominio sobre el mundo, realizó sin embargo de
cia de los pueblos antiguamente colonizados que quisieron forma progresiva una verdadera «vuelta» que revistió dos
liberarse de la influencia occidental también en las relacio- aspectos: el crecimiento individual de los estados que la
nes internacionales. La Conferencia de Bandung (abril componían y su marcha hacia la unidad euro~a.
de 1955) proclamó la «neutralidad» de los países del Tercer
Mundo en el conflicto de los dos bloques y anunció también
la descolonizacióh total. El crecimiento de los estados

Afriea
Tres grandes estados simbolizaron el crecimiento de Europa
occidental: Francia, la República Federal Alemana e Italia. En
e
África fue el último continente que escapó de la dominación
los años que siguieron al final de la guerra, las condiciones de
vida fueron en esos países con frecuencia muy duras; Alema- 1)

-e
europea; el proceso fue a veces sangriento y relativamente nia se hallaba en un estado de deterioro total; Italia era la del
lento. Desde el final de la guerra, la ONU había prometido a cine neorrealista, la del Ladrón de bicicletas y de la miseria ge-
las antiguas colonias italianas una rápida independencia. neral. Las ruinas eran inmensas. La destrucción de las infraes-
Eso ocurrió con Libia en octubre de 1951. Francia perdió tructuras ferroviarias, viarias y portuarias hacía muy difícil
sus territorios coloniales en dos fases: norte de África entre una recuperación económica. Las ciudades alemanas, en par-
e 568 BREVE HISTORIA UE EUROPA
569

e ticular, con frecuencia no eran más que montones de ruinas.


Para los pueblos europeos liberados, la sorpresa fue que el fi-
nal de la guerra no se tradujo en una mejora de la situación,
economía, apoyada en una moneda fuerte, el deutsche
mark, y una poderosa corriente de exportación, se convierte
en una de las primeras del mundo. En veinte ailos, a la ima-

e sino a menudo en un agravamiento. Incluso los vencedores,


los ingleses por ejemplo, tuvieron que seguir manteniendo,y
durante mucho tiempo, las severísimas restricciones de la
gen de una Alema~lia en ruinas le sucedió la de una Alema-
niaopulenta yenvldIada.
El «milagro italiano» es de una naturaleza completamente

e época de guerra. En todas partes, sobre todo en las ciudades,


el avituallamiento seguía estando en un nivel bajísimo, y
cuando imprudentemente se pretendía atenuar las restriccio-
distinta. Sin alcanzar las cimas alemanas, la economía de
este país sin materias primas y pobre conoce un crecimiento
rápido y continuo que, en una veintena de años, hace prin-

e nes había que dar marcha atrás de inmediato. Así, en Francia,


la cartilla de pan, suprimida el I de noviembre de 1945, hubo
de ser restablecida precipitadamente el 28 de diciembre, ca-
cipalmente del norte y del centro -el sur y las islas siguen en
parte al margen de esa progresión- regiones de industria
moderna: en sectores como los del automóvil y los electro-

e yendo la ración de pan diario e individual a 200 gramos del I


-cie-mayo-a:!-l-cie-septiemureete-t94í'.
En un primer momento la reconstrucción se vio frenada
por el dollar gap, el déficit de dólares indispensables para
domésticos, Italia se asegura posiciones fuertes en el plano
internacional. - -- - - -----
Más raramen te se habla de un «milagro francés»; se pre-
fiere la expresión de los «treinta gloriosos», treinta años de
e comprar a Estados Unidos el material y las materias primas
necesarias. En tales condiciones, los 13.000 millones de dó-
lares de ayuda económica gastados en los países de la
crecimiento continuo y fuerte desde 1945 hasta el día si-
guiente a la "crisis del petróleo de 1973 y del inicio de la
gran crisis mundial, hazaiia única en la historia del país. A

e *0 ECE, entre 1948 y 1952, contribuyeron a la rapidez del re-


surgimiento (aunque a las poblaciones que lo vivían cotidia-
namente les pareciera largo). La producción industrial de
partir de los afias sesenta, el crecimiento francés es uno de
los más fuertes de Europa o del mundo, y Francia se con-
vierte verdaderamente en una gran potencia industrial mo-

e los países de la OECE, calculada en relación al índice 100 de


1938, estaba en 87 en 1947, 98 en 1948, 110 en 1949, 122 en
1950, 134 en 1951, pero fue desigual de un país a otro, y ne-
derna. • -,;'
Al término de la guerra, en cambio, el Reino Unido no lo-
gra insertarse en la expansión europea. El retroceso de las

e tamente más ¡{¡arcada en Francia, Italia y Alemania que en


Gran Bretaña.
Fue a partir de entonces cuando se produjeron los «mila-
gros». El «milagro alemán» primero. Bajo la dirección del
exportaciones (11% del total mundial en 1948, 5,9% en
1972) simboliza el estancamiento de la economía británica,
que no cesa de perder terreno en relación a los demás países
europeos.
e canciller demócrata-cristiano Konrad Adenauer (I949-
1963) Y de su ministro de economía Ludwig Erhard, el «pa-
dre del milagro económico», la rapidez del resurgimiento de
Dejando a un lado esa contrahazaña, son todos los países
de Europa occidental los que conocen una progresión es-
pectacular y entran en la era del consumo de masas. Incluso

e Alemania occidental dejó estupefactos a todos: en 1956 en-


traba en la era de la prosperidad. Gracias a una progresión
fortísima y muy prolongada del crecimiento (sólo una crisis '
~
España, que todavía podía ser considerado un país sub\lesa-
rrollado al salir de la guerra civil, se convierte en un país in-
dustrial moderno gracias a un crecimiento que figura entre

e de recesión afecta a la economía alemana en 1966-1967), su los más fuertes del mundo en los años sesenta.
570
IW,F\'E HISTORIA DE EUROPA 29. LAS DOS EUROPAS 571 e
con los representantes de los 17 miembros de la OECE; pero
Cierto que, desde 1974, Europa occidental ha sido dura-
mente golpeada por la crisis mundial desencadenada por la
primera *crisis del petroleo, y luego relanzada por la segun-
la actividad de este Consejo se limitó a discusiones intere-
santes, porque Inglaterra se había opuesto categóricamente
a cualquier abandono de la soberanía nacional (contraria-
e
da en 1979. Los caracteres de esta crisis han sido inhabi-
tuales, porque, aunque ha engendrado tasas de paro muy
elevadas, también se ha traducido en fortísimos impulsos
mente a Francia en ese momento).
Jean Monnet, tras ese arranque algo decepcionante, estimó
que, para realizar la construcción europea, era preciso que los
e
el
inflacionistas, al contrario que la crisis de 1929 por ejemplo.
europeos se habituasen a trabajar juntos en el marco de reali-
En cuanto a la producción, ha seguido creciendo a un ritmo
zaciones concretas en sectores precisos. La idea fue adoptada
muy lento, de suerte que la «crisis» aparece más como una
por el ministro francés de Asuntos Exteriores, Robert Schu-
adaptación difícil a las transformaciones provocadas por un
larguísimo crecimiento que como una crisis en el sentido
tradicional del término. Desde 1983, los diferentes países
man, y desembocó en el plan que lleva su nombre creando, el
18 de abril de 1951, la Comunidad Europea del Carbón y del e
-e
Acero (CECA) con seis miembros: Francia, Alemania Fede-
han salido progresivamente de la crisis, conservando al mis-
ral, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo e Italia. Una alta auto-
mo tiempo un grandísimo número de parados, sobre todo
ridad con sede en Luxemburgo poseía poderes supranaciona-
Francia y el Reino Unido. les en el dominio de la producción y los intercambios del
carbón y del acero. Realización fundamental dado que, por
primera vez, funcionaba una institución europea con gran
La marcha hacia la unidad éxito, pese a la negativa del Reino Unido a participar en ella.
Un segundo proyecto fue menos afortunado, el de la Co-
Paralelamente a esa poderosa expansión económica, el se-
gundo aspecto de esta «vuelta» de Europa occidental es la
voluntad de crear una verdadera Europa.
munidad Europea de Defensa (CEO), que debía permitir la
participación de las tropas alemanas en la defensa de Euro-
pa en el marco de un ejército europeo. La ventaja esperada
e
e
Al salir de la guerra, Europa occidental podía parecer un
era realizar el rearme de Alemania, considerado necesario
envite entre los dos bloques; era normal que tratara de orga-
por Estados Unidos, sin despertar los viejos demonios de un
nizarse. La itlea de los «Estildos Unidos de Europa» no era
ejército alemán autónomo, a la vez que se daba vida a una
nueva, y, al final de los años veinte, Aristide Briand se había
convertido en su elocuente defensor. La idea fue tomada de
nuevo por Winston Churchill en un discurso pronunciado
nueva institución europea. El tratado, firmado en París el 27
de mayo de 1952 por los seis socios, no pudo ser ratificado e
-e
por la Asamblea Nacional francesa ante la oposición decidi-
en Zurich en 1946: «¡Que Europa se levante!», había excla-
da de comunistas y gaullistas. Tras varios años de una que-
mado. Por otro lado, Estados Unidos había deseado que el
rella política de extremada violencia, la CEO fue rechazada
Plan Marshall fuera distribuido en el marco de una coopera-
sin debate el 30 de agosto de 1954, tras lo cual los acuerdos
ción europea, de la que había salido la OECE. Un Congreso
de Londres y París (octubre de 1954) volvieron a crear un
de Europa había tenido lugar en La Haya en mayo de 1948,
ejército alemán en el marco de la Unión Europea Occidental
que había desembocado en la creación de un Consejo de Eu-
(UEO), alianza militar concluida por cincuenta años entre
ropa compuesto por dos organismos, un Comité de Minis-
los seis países de la CECA y el Reino Unido.
tros y una Asamblea consultiva con sede en Estrasburgo,
e
e 572
KREVE HISTORIA DE EURUPA 29. LAS DOS fTROPAS
573

e Frenada por el fracaso de la CED, la idea europea fue re-


lanzada verdaderamente durante la reunión de los seis mi-
ñalar un nuevo paso considerable en la construcción eu-
ropea.
nistros de Asuntos Exteriores de la CECA en Mesina, ell de Una Europa al menos, la del oeste, está en vías de reali-

e junio de 1955, y la decisión de instaurar una Comunidad


Económica Europea (CEE), que fue realizada por el Tratado
de Roma firmado el 25 de marzo de 1957. El objetivo era
zarse, pero las perturbaciones de la otra Europa, la del este,
no dejan de plantear nuevos problemas.

e asegurar progresivamente la libre circulación de mercancías


y personas en el seno de la Comunidad de los Seis. Además
del Consejo de Ministros heredado de la CECA, una Comi-
Los sobresaltos en Europa del este y el declive
del modelo soviético

e sión Europea se instalaba en Bruselas como esbozo de un


poder supranacional.
La creación del Mercado Común era un paso considera-
La influencia soviética
;;

-e ble en la vía de la construcción europea, seguida de lentos


progiesosCfUiante una Cfecei1a¿feal\()s.Et generat&6auHe-,
sin ser totalmente hostil a la construcción europea, habría
-
La Unión Soviética salió triunfante de la guerra -y el movi-
miento comunisraconOClOeiltonces una formidable expan-
sión en el mundo-, pero Stalin, consciente de la verdadera
preferido un simple condominio franco-alemán y temía so- debilidad de su país tras los estragos sufridos, se vio más ten-
e hre todo cualquier injerencia en la vida nacional de los orga-
nismos de la CEE que habrían podido ser el «caballo de Tro- R
ya» de la influencia americana. Ésta fue la principal causa de .
tado a conservar las adquisiciones que a proseguir la exp,lIl-
sión. La URSS entra entonces en una fase defensiva, contra-
riamente a lo que se ha creído a menudo en Occidente. Su

e su oposición por dos veces, en 1963 y 1966, a la entrada en el


Mercado Común de Gran Bretaña, ganada ahora para la
idea europea. Hubo que esperar al 1 de enero de 1973 para
reconstrucción, en ausencia de una posible ayuda exterior,
impuso a la población condiciones de vida extremadamente
penosas y una disciplina rígida, uno de cuyos aspectos fue el

e que la Europa de los Seis se convirtiese en la Europa de los


Nueve con la entrada del Reino Unido, Dinamarca e Irlan-
da, y luego, er¡ 1980, en la Europa de los Diez, con la entrada
retorno al clima de terror y de represión de 10S"añostreinta;
además de la deportación de poblaciones enteras, sospecho-
sas de haber pactado con los alemanes, y la de los antiguos

e de Grecia, y en 1986, en la Europa de los Doce con las de Es-


paña y Portugal. Desde 1979, un Parlamento Europeo es ele-
gido por sufragio universal.
prisioneros de guerra supervivientes, millones y millones de
personas fueron enviados a los campos de trabajo (*Gulag,
«Dirección central de campos»), y muchas murieron en
La lentitud de la construcción europea se explica por la ellos. Todos los dominios del pensamiento y de la cultura
e fortísima impregnación nacional de pueblos que tienen
dificultades para sentirse ante todo «europeos» y son }l1uy
quedaron estrechamente controlados bajo la dirección de
Andrei Jdanov. Unas teorías fueron condenadas -como, por
reticentes a dar el paso decisivo de la transformación de ejemplo, la que sirvió de origen a la informática- mientras

e una comunidad económica en una comunidad política.


Ello no impide que las instituciones europeas hayan gana-
do suficiente espacio en la vida de Europa para que pue-
que otras derivadas del charlatanismo, como el *lyssenkismo
en biología, fueron impuestas. En torno a la persona de Sta-
lin se desarrolló un «culto a la personalidad» inaudito que lo

e dan ser cuestionadas, y el Acta Única Europea debería se- asimilaba prácticamente a Dios bajado a la tierra.
574 HHE\'E HISTORIA 1)1-. r.UHJPA 29. LAS DOS EUHOPA~ 575 e
El terror que se abatió sobre la población soviética se pro-
longó en las democracias populares. Si algunas de las prime-
ras reformas emprendidas por los comunistas -la distribu-
pasadas (participación en la guerra de España, no residen-
cia en la URSS durante la guerra, judíos ..., que fueron acu-
sados tras confesiones obtenidas mediante tortura. Los
el
ción de tierras o la expulsión de las minorías alemanas, por procesos más célebres, que terminaron en numerosas eje-
ejemplo- no fueron mal recibidas, no dejaban de represen-
tar en origen a minorías muy débiles, salvo en cierta medida
en Checoslovaquia, y con bastante rapidez se desarrolló un
cuciones, fueron los casos de Kostov en Bulgaria y de Rajk
en Hungría en 1949, así como el de Slansky en Checoslova-
quia en 1951.
e
vivísimo descontento en las democracias populares, cuyas
causas varían según los países: persecuciones religiosas par-
Mientras Stalin estuvo en el poder, la agitación, ahogada
con mano de hierro, apenas pudo manifestarse, pero, inme- e
-
ticularmente sensibles en Polonia o en Hungría, colectiviza- diatamente después de su muerte (5 de marzo de 1953), una
ción de la tierra que rechazan los campesinos a quienes se verdadera insurrección obrera estallaba en Berlín y en las
les acaba de distribuir, descontento obrero ante los salarios principales ciudades de la Alemania del Este (junio de 1953),

-e
de miseria que reciben, sentimiento de opresión nacional y de reprimida por las tropas soviéticas. Tras el informe de Nikita
explotaCión económica por la Unión Soviética ... Sólo medi- Kruschev que revelaba lo que había sido el verdadero Stalin,
das coercitivas de muy variado signo permitían hacer frente durante el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión
a esa oposición creciente, pero las democracias populares se Soviética en febrero de 1956, la agitación se extendió a Polo-
vieron sacudidas por una serie de crisis. nia, con manifestaciones de metalúrgicos duramente repri-
midas en Poznan (junio de 1956) seguidas por una agitación
general, el «octubre polaco», cuyo final aceptaron los diri-
Las grandes crisis gentes comunistas con la llegada al poder de un comunista

El detonador de la primera crisis fue el caso yugoslavo. La


ruptura entre la Yugoslavia de Tito y la Unión Soviética sa-
considerado liberal, Gomulka. Los acontecimientos de Hun-
gría en noviembre de 1956, tras un largo período de agita-
ción desde 1953, fueron los más graves. Se prochijo una ver-
e
lió a la plaza pública elIde julio de 1948. Se explica por la
oposición entre e! nacionalismo yugoslavo y la voluntad de
dominación de Stalin, que llegó a su culminación cuando
dadera insurrección que hizo frente a las tropas soviéticas,
que terminaron aplastándola (20.000 muertos). La desestali-
nización deseada por Kruschev tenía sus límites y se negaba
e
Tito quiso organizar bajo su dirección una federación bal-
cánica. Esa idea de un subconjunto de países socialistas,
que escapaba en parte a su autoridad, resultaba insoporta-
a cuestionar los límites de la Europa comunista. Esa tenden-
cia fue reforzada por Leónidas Breznev, sucesor de Krus-
chev, una vez que éste hubo sido «depuesto». La URSS entra-
e
ble para Stalin. Tras haber empleado todos los medios de
presión a su alcance, salvo la agresión directa, Stalin hubo
, de resignarse a admitir la disidencia yugoslava, pero con la
ba en un largo período de inmovilismo.
La segunda crisis de las democracias populares fue más
amplia en el tiempo y de una significación menos homogé-
e
voluntad de que no pudiera reproducirse en otra parte. En nea. En 1961, Albania tomó partido por China en el conl)icto
todas las democracias populares se organizaron grandes
procesos contra dirigentes comunistas sospechosos de des-
viación «titista», debido a sus orígenes o a sus actividades
chino-soviético y rompió con la URSS. En 1964, los dirigen-
tes rumanos rechazaron el plan de reparto de actividades es-
e
tablecido por Kruschev, que condenaba a Rumanía a no ser

e
e 576
IIJ{E\"¡-. lll:-.TOK.IA DE ECROPA 29. L'\~ DOS ITROPAS
577

e más que un país agrícola, y desarrollaron una crítica de ca-


rácter nacional afirmando la independencia de Rumanía en
relación con la URSS. No obstante, los sucesos más especta-
siguen a estos acuerdos ven la derrota de los candidatos co-
munistas y un no comunista, el católico Tadeusz Mazowiec-
ki, forma el primer gobierno no formado en su totalidad por

e culares tuvieron lugar en Checoslovaquia en 1968. En el


seno mismo del Partido Comunista checoslovaco se desa-
rrolló un vivísimo movimiento de liberación que alcanzó su
comunistas desde hacía más de cuarenta años.
Los cambios en Polonia sólo fueron posibles, sin embargo,
en función de los cambios producidos en la URSS. Cuando,

e cima en la primavera «<Primavera de Praga»). Para ponerle


fin, las tropas de la Unión Soviética y de cuatro de sus alia-
dos del *Pacto de Varsovia (RDA, Polonia, Hungría y Bul-
tras la muerte de Breznev, en 1982, y luego la de los dos
enfermos que le suceden, Andropov en 1984 y Chernenko
en 1985, Mijaíl Gorbachovse convierte en secretario general
garia) invadieron Checoslovaquia Y la ocuparon militar-
e mente. De este modo aplicaban la teoría de la «soberanía
limitada» definida por Breznev.
~.
del Partido Comunista soviético, nadie dudaba que iba a ser
el hombre del cambio. Convencido de que la URSS iba a su
perdición si no era reformada, en 1987 inicia la ppestroika

~e La tercera gran crisis de las democracias populares empe-


ióen.-Polo n ia. tagravedaet-de--ht-s-i-ttH1Ei&OeGQnQmica,Ja-de-c
bilidad de los salarios y la importancia de la Iglesia católica,
(la reestructuración económica), la glasnost (la transparen-
éa-}yla-Elcmt>eratización,-lumiparece, con el correrae fos
años, como una refundición cada vez más completa de toda
a la que el Partido Comunista se había visto impotente para la organización de la URSS a la luz de los principios de Occi-

e reducir, creaban una situación particular y la agitación fue


casi contin na: huelgas de hambre en los puertos del Báltico
en diciembre de 1970, manifestaciones violentamente repri-
dente mucho más que de los del comunismo. En abril
de 1989, tienen lugar por primera vez elecciones semilibres
cuya principal lección consiste en mostrar la voluntad de

e midas en 1976 a consecuencia de un alza de los precios; pero


fue en Gdansk donde se desarrollaron los acontecimientos
más importantes a partir de 1980. Las grandes huelgas de
cambio de las poblaciones soviéticas y la crítica de la domi-
nación de un partido todopoderoso.
Los acontecimientos de Polonia y los cambios t;~ la URSS

e los astilleros navales dirigidos por un electricista, Lech Wa-


lesa, desembocaron en el nacimiento de un sindicato no ofi-
cial, Solidarida~, con el que las autoridades aceptaron nego-
son la señal, a su vez, de una prodigiosa perturbación en las
democracias populares: en unas semanas, a finales de 1989
-la apertura del muro de Berlín, símbolo de la división de
ciar después de haber intentado reprimirlo proclamando el Europa, fue su manifestación más emblemática a principios
e estado de guerra (diciembre de 1981), especie de golpe de
Estado militar dirigido por el nuevo primer ministro, el ge-
del mes de noviembre-, en todas las democracias populares
(salvo en Albania), los dirigentes ceden sus puestos o son de-
neral Jaruzelski. La situación económica y social del país no rrocados, y sus sucesores «reformadores» deben prometer el

e cesaba de empeorar, mientras el Partido Comunista se ha-


llaba en plena delicuescencia: las autoridades comunistas se
vieron obligadas a tomar contacto con las fuerzas represen-
multipartidismo y elecciones libres para los meses siguientes.
En todas partes los pueblos están en movimiento, indicando
claramente que ya no quieren un régimen comunista.

e tadas por Solidaridad y aceptar, mediante los acuerdos de la


primavera de 1989, un primer paso en la vía parlamentaria:
el 35% de los miembros de la Dieta y los 100 miembros del Congelada durante cuarenta años, la historia de la Europa

e Senado debían ser elegidos libremente. Las elecciones que oriental ha vuelto a ponerse en movimiento; las fuerzas polí-
578
IiRE\'E HISTORIA DI::.EL1}tOPA 19. I.AS DOS EUROPAS
579 e
ticas O nacionales que el sistema comunista había creído de- DOCUMENTOS
saparecidas reaparecen. Por todas partes las minorías nacio-
nales o los estados sometidos quieren dejarse oír de nuevo. l. Fragmentos del informe secreto de Kruschev al XX Con-
greso del Partido Comunista de la Unión Soviética
e
Los estados bálticos, en particular Lituania, reclaman viva-
mente su independencia. La socialdemocracia, esa corriente
deshonrada del movimiento comunista, les parece a muchos
En Stalin se dio el origen de la concepción de «enemigo del pue-
blo». Este término suponía el que fuese completamente inútil
e
antiguos comunistas el objetivo a alcanzar o el biombo tras
el que esconderse. ¿Está desapareciendo el comunismo des-
pués de haber sido la gran originalidad del siglo xx?
presentar justificación a los errores ideológicos del hombre o de
los hombres comprometidos en alguna controversia; este térmi-
no hizo posible el empleo de la represión más cruel, violando to-
e
Durante cuarenta años, había dado la impresión de que se
habían formado dos Europas que no evolucionaban ya en el
mismo planeta, y luego, bruscamente, mientras que el siste-
das las normas de la legalidad revolucionaria contra cualquiera,
de la manera que fuese, que no estuviera de acuerdo con él, con-
tra los que eran solamente sospechosos de albergar intenciones
e
ma de.una triunfa, el de la otra se desmorona. A los que se hostiles, contra quienes tenían mala fama. El concepto de «ene-
mostraban escépticos -es decir, casi todo el mundo- ante la migo del pueblo» eliminaba de hecho toda posibilidad de lucha _
«Europa del Atlántico al Ura]» del general De Gaulle y la ideológica, toda posibilidad de dar a conocer su punto de vista .,
«casa común» de Gorbachov, la historia les enseña una vez sobre talo cual problema, incluso sobre aquellos que tenían un
más que nunca está dicha la ültima palabra, que no hay fin carácter práctico. Esencialmente, la única prueba de culp"bilidad a
que se presentaba, contr.1ria a todas las normas de la cienLlajuri- .,
de la historia.
¿Cómo puede evolucionar la Europa de los Doce frente a dica actual, era la «confesión» del propio acusado; y tal como ha
la reunificación de Alemania y responder a la llamada de los quedado demostrado por investigaciones efectuadas posterior-
países de la otra Europa? ¿Puede estallar todavía el conti- mente, las «confesiones» eran obtenidas por medio de presiones ••
físicassobre el acusado [... J. .,
nente entre sus componentes nacionales o seguir siendo una
Europa del Atlántico al Elba o al Oder, o, por el contrario, Ha quedado probado que de los doscientos tfeinta y nueve
miembros y suplentes del Comité Central del Partido que fueron ••
extenderse a toda Europa, o, más verosímil todavía, ver na-
elegidosen el XVII Congreso, noventa y ocho fueron detenidos y .,
cer un {(sistem~ europeo», multiplicando los lazos económi-
fusilados,es decir, el 70 por 100 (la mayoría en los años 1937-1938).
cos y culturales entre la Comunidad Europea y el resto de
Europa? Mediante una de estas paradojas que tanto le gus-
tan a la historia, ¿no es en el momento en que los europeos
(Indignación en la sala.)
¿Cómoera la composición del XVII Congreso? Sabemos que el
80 por 100 de los delegados ingresaron en el Partido durante los
e
estaban más convencidos de la perennidad de las dos Euro- años de lucha que precedieron a la Revolución y durante la gue-
pas cuando el continente -más allá de los necesarios retra-
sos ligados a la excesiva diferencia de sus dos partes- puede
hallar por fin la vía de su unicidad?
rra civil;o sea, antes de 1921. Desde el punto de vista del origen
social, los delegados eran esencialmente obreros (60 por 100 de
losvotantes).
e
Por muchas razones, hubiese sido totalmente inconcebible que _
un Congreso compuesto de tal manera, eligiese un Comité Cen- .,
tral formado por enemigos del Partido. La única razón por la
cual el 70 por 100 de los candidatos fueron denunciados como

e
e 580
UREVE HISTORIA DF. EU{(JPA
29. LAS DOS EUIWI'A.'
581

e enemigos del Partido y del pueblo, es la calumnia lanzada contra


comunistas íntegros, la total falsedad de las acusaciones, y la vio-
lación gravísima de la legalidad revolucionaria.
como de la carencia total de modestia en Stalin, podemos verlo
en la publicación de su Biografía breve, en 1948. En ella, Stalin es
alabado y glorificado como si fuese un dios, y considerado como

e La misma suerte corrieron también la mayoría de los delega-


dos del XVII Congreso; de los mil novecientos sesenta y seis dele-
gados, tanto los de derecho a voto como los de voto consultivo,
un sabio infalible, «el más grande de todos los jefes», «el estratega
más grande de todos los tiempos,).
Se llegó a agotar toda clase de adjetivos para poder seguir can-

e mil cien ocho personas, es decir, sensiblemente más que la mayo-


ría, fueron detenidos bajo la acusación de crímenes contrarrevo-
lucionarios.
tando sus alabanzas.
No creo que sea necesario citar algunos de los ejemplos de
adulación que encontramos en este libro. Baste con decir que to-

e Este hecho demuestra cuán absurdas y contrarias al buen sen-


tido eran las acusaciones de crímenes contrarrevolucionarias,
como podemos ahora juzgar, lanzadas contra la gran mayoría de
das esas alabanzas fueron supervisadas y aceptadas por el propio
Stalin, y que además añadió otras por sí mismo al proyecto del
texto para el libro.
los participantes en el XVII Congreso del Partido. ¿Acaso intentó en esas notas manuscritas, enfriar el ardor de

e tlndignacióF.cr.!<csala-}-[ .~.-].-- -
Nos referimos a las masivas deportaciones de pueblos ente-
ros, entre los cuales había comunistas y konsomoles; esas medi-
- los turífero sque red<lctaronslLRiogxafÍl:LbxeJLe4Ep~absolnto!_
---Tuvo-in~cho cuidado en destacar que los elogios que se le ha-
cían en algunos capítulos del libro no eran suficientes [... j.

e das de deportación no se justificaban por ningún tipo de razón


militar.
De esta forma, cuando a partir de 1943 se produce en beneficio
N. KRUSCHEV, ill/<Jrlne secreta sabre Stalin al XX Congreso del PCUS (1956),
trad. de Balbino Gutiérrez y Francesc Uinás, Madrid, Taller de Sociología,
1977, págs. 16-17, 27-28,61-62 y74-75

e de la Unión una brecha en todos los frentes de la gran guerra, se


toma la decisión de expulsar de sus tierras a todos los habitantes
karaches. La misma suerte corrió a final de diciembre de 1943,
toda la población de la república autónoma de los kalmukos. En En su informe ante el XX Congreso del Partido Comunista de la

e marzo de 1944, fueron deportados todos los chechenos-inguches


de esa repúbl\ca autónoma que desapareció. En abril, fueron los
balkaros, des~pareciendo la República Autónoma Kabardo-Bal-
URSS, en febrero de 1956, el nuevo secretario gen er;iZ Nikita Kru-
schev, critica a Stalin, pero de forma bastante limitada. Es en un
largo informe secreto presentado a puerta cerrada donde Kruschev

e kara, que fue rebautizada con el nombre de República Autónoma


de Kabarda.
Los ukranianos escaparon a esta suerte porque eran demasia-
denuncia las locuras del culto a la personalidad desarrollado en
torno a Stalin y, sobre todo, los innumerables crímenes que orde-
nó. Sólo muchos mios más tarde la URSS y los partidos comunistas

e do numerosos y no había lugar donde poder deportarlos, si no,


también se les hubiese arrancado de su tierra [... ].
Camaradas, el culto a la personalidad ha llegado a alcanzar
autentificaron ese informe, del que podemos afirmar que marca el
inicio del declive del modelo comunista.

unas proporciones tan monstruosas, sobre todo si tenemos en

e cuenta que Stalin fue el primero en fomentarlo, utilizando todos


los medios posibles para la glorificación de su propia persona.
Esto podemos constatado a través de numerosos hechos. Uno de
2. Tratado de Roma (25 de marzo de 1957) (fragmento)'

Su majestad el rey de los belgas, el presidente de la República Fe-

e los ejemplos más característicos de esta autoglorificación, así deral de Alemania, el presidente de la República Francesa, el pre-
582
HRE\.¡: HISTURI:\ DE EURUPA
29. I.A:"l L>U:-' EUH.OPAS 583
e
i) La creación de un Fondo Social Europeo destinado a mejo-
sidente de la República Italiana, su alteza real la gran duquesa de
Luxemburgo, su majestad la reina de Holanda.
Han decidido crear una Comunidad Económica Europea.
rar las posibilidades de ocupación de los trabajadores y contri-
buir a elevar su nivel de vida.
j) La fundación de un Banco Europeo de Inversiones para fa-
e
Primera parte
cilitar la expansión económica de la Comunidad
creación de nuevos recursos.
mediante la

k) La asociación de países y territorios de ultramar con el pro-


e
Los principios pósito de acrecentar los intercambios y continuar en común el

ARTICULOl.-Por el presente Tratado las altas partes contratantes


instituyen entre ellas una Comunidad Económica Europea.
esfuerzo del desarrollo económico y social.
Art. 4.1. La realización de las tareas confiadas a la Comunidad
e
queda asegurada por:
ART. 2.-La Comunidad tiene por misión promover, mediante
la instauración de un Mercado Común y el progresivo acerca-
miento de las políticas económicas de los Estados miembros, un
Una Asamblea, un Consejo, una Comisión y una Corte de Jus-
ticia. e
e
desarrollo armonioso de las actividades económicas en el con- Tratado de Roma (1957), dI. en Instituciones y textos europeos, Madrid,
junto de la comunidad, una expansión continua equilibrada, una I%O,págs.127-129
estabilidad incrementada, una mejora acelerada del nivel de vida
y unas rehciones más estrechas entre los Estados participantes.
ART. 3.-:\ los fines enunciados en el artículo precedente, la ac-
ción de la comunidad supone, en las condiciones y según el ritmo
previsto en el presente Tratado:
L"s seis ministros de la CECA reul/idos en Mesina el I de junio
d,' 1955 decidieron que el momento era favorable para «relanzan>
la construcción europea. Tras una serie de reuniones más, la nego-
e
a) La supresión entre los Estados miembros de los impuestos
de aduanas y de las restricciones cuantitativas a la entrada y sali-
da de las mercancías, así como todas las demás medidas de efecto
ciación había avanzado lo bastante como para que pudieran fir-
marse en Roma, el 25 de marzo de 1957, dos tratados relativos al
Mercado Común y al EURA TOM. El Tratado de.Roma es real-
e
equivalente.
b) La fijación de un arancel común y de una política comercial
común respect<\a los Estados no miembros.
c) La eliminación entre los Estados miembros de los obstáculos
mente el acta fundadora de Europa, incluso aunque el paso de un
tratado de carácter económico a una Europa política pueda exigir
todavía mucho tiempo. El tratado sobre el EURATOM tiene un al-
cance bastante limitado, en cualquier caso esencialmente técnico.
e
a la libre circulación de las personas, los servicios y los capitales.
d) La instauración de una política común en el sector agrícola.
e) La instauración de una política común en el sector de los 3. La «casa común» europea
e
transportes.
j) La creación de un régimen que asegure que la competencia
no será falseada dentro del Mercado Común.
g) La aplicación de procedimientos que permitan coordinar
Al haberme comprometido con una perspectiva política nueva,
ya no podía aceptar como antes un mapa político europeo simi-
e
e
lar a una colcha hecha de retazos. El continente ha compartido
las políticas económicas de los Estados miembros y evitar los algo más que guerras y lágrimas. Examinando el panorama de
desequilibrios en sus balanzas de pagos. esta tierra tan sufrida y reflexionando sobre las raíces comunes
h) El acercamiento de las legislaciones nacionales en la medi" de una civilización europea tan multiforme pero, en esencia, co-
da necesaria para el funcionamiento del Mercado Común.
e
e 584 BRF.\'E H1STOH.J:\ 1)1-. Ftjf{UPA
29. LAS DOS EUROI':\:-'
585

e mún, sentí cada vez con mayor agudeza la artificialidad y provi-


sionalidad del enfrentamiento bloque-contra-bloque y la natura-
leza arcaica del «telón de acero». Así es, probablemente, cómo
4. El potencial económico, científico y técnico de Europa es
enorme. Est,í disperso y la fuerza de repulsión entre el este y el
oeste del continente es mayor que la atracción. No obstante,

e me vino la idea del hogar común europeo l...¡.


Europa es, en efecto, un hogar común, donde la geografía y la
historia han entretejido los destinos de docenas de países y na-
el estado actual de los asuntos económicos, tanto en el oeste
como en el este, y las perspectivas tangibles son tales corno para
permitir encontrar alguna forma de combinación de los procesos

e ciones. Por supuesto, cada uno tiene sus problemas y quiere vivir
a su manera y seguir sus tradiciones.
Así pues, ampliando la metMora, uno puede decir: el hogar es
común, esto es cierto, pero cada familia tiene su apartamento y
económicos en ambos lados de Europa, para bien de todos.
Ésta es la única vía razonable para un mayor progreso de la ci-
vilización europea.

e dispone de distintas entradas. Pero sólo juntos, de forma colecti-


va, y siguiendo las normas sensatas de coexistencia, los europeos
pueden salvar su hogar, protegerlo de contiendas y otras calami-
Europa, «desde el Atlántico hasta los Urales», es una entidad
cultural histórica unida por la herencia común del Renacimiento
y la Ilustración, por LIS grandes doctrinas filosóficas y sociales de

~e
los siglos XIX y xx. Estos son imanes potentes, que ayudan a los
dade.s; hacerlo mejQfY..In,ís seguro Ymantenerlo como es debido. _p.oJíticos_cnslthúsctuedJ_de-\Lias-de-GQmFH~HSi&H-YE:Oopemci&IT -
Ahora, hablaré de las oportunid~des que tTenen los éuro-peos y' 1<; mutuas al nivel de las relaciones interestatales.
de lo qu~ necesitan para poder vivir como inquilinos en un «ho- •.•..•.....•.•••.•
Un potencial tremendo para una política de paz y amistad es

e gar comun».'
1. Los países de Europa tienen la dolorosa y amarga experien-
cia de las dos guerras mundiales. La conciencia de la inadmisibi-
lidad de un nuevo conflicto bélico ha dejado en su memoria his-
I
f
inherente a la herencia cultural europea. Por lo general, en Euro-
pa las perspectivas nuevas y saludables encuentran un terreno
mucho más fértil que en cualquier otra parte donde dos sistemas
sociales se ponen en contacto.

e tórica la más profunda huella. No es una casualidad que Europa


tenga el mayor y más autorizado movimiento pacifista, que ha
impregnado todos los estratos sociales.
MIIAfL GORBACHo\', Perestroika. Mi mellsaje a Rusia y al /llllllil/l elltero,
trad. de María Esther Borri, Barcelona, Ediciones !J, 1987, págs. 180-183

e 2. La tradición política europea, en cuanto al nivel de los asun-


tos internacionales, es la más rica del mundo. Los conocimientos
estatales mutuos son más realistas que en cualquier otra parte. Su Las tendencias unificadoras del continente no se limitan a los paí-
«familiaridad» ~olítica es más amplia, más antigua y, por lo tan- ses que forman la Unión Europea. El impulso refonnador de Gor-

e to, más próxima.


3. Ningún otro continente, tomado en conjunto, tiene tal sis-
tema ramificado de negociaciones, consultas, tratados y contac-
bachov hizo surgir en la Unión Soviética una mayor vocación eu-
ropeísta, ligada a la renuncia al papel de gran potencia mundial.
Después de la caída de Gorbachov y de la desaparición de la URSS,

e tos bilaterales y multilaterales en virtualmente cualquier nivel.


Tiene a gala un logro único en la historia de las relaciones inter-
nacionales como es el Tratado de Helsinki. De la Conferencia de
esa tendencia a la integración continental ha seguido presente en
las antiguas repúblicas que formaban la Unión, así como en los
antiguos Estados satélites del centro y este de Europa. La uniformi-
Estocolmo surgieron resultados esperanzadores. Después tomó

e
zación ideológica y de sistemas políticos y económicos facilita, sin
la antorcha Viena, donde, confiamos, se producirá un nuevo duda, ese proyecto unitario.
paso adelante hacia el desarrollo del proceso de Helsinki. Por lo
tanto, el anteproyecto para la construcción de un hogar común

e europeo está casi ultimado.


e Mapas

e 1. Europa: mapa físico


(relieves, ríos, vías de paso) oc

~
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Cí /O I'()¡. _ .
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590 BRE\T HISToRIA PI': H.'¡U 1)1:\
30. ANEXOS 591 e
e
2. La neolitización de Europa
(difusión de la economía agrícola)
e
b e
~
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(.2500
l7

e
(:II'IIII.AClÓN

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4000
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---+ <:orricntc mt.'ditcrránl'¡{

- - ...• Corriente ccmtrocuropca


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......• Otras corrientes

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e 592 flH/-.\T ¡¡ISTORIA DE ITH:tWA
30. ASrXtl:-. 593

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e 3. Europa hacia el año 500 a. C.

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---. Expansión colonial


griega
- - .••• Expansión púnica

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+ Otras cxp.msioncs
594 BRE\'E HISTORIA DE EUROPA
JO. A:\'EX{b 595
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4. Europa hacia el año 200 d. C.
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Provincias St'natoriail".'s

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Alpes l'\'larítimos

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G. S.: Gcrmania
M.1.:
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M. S.: Mesia superior


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P. J.:
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Panonia inferior
Panonia superior

Limites de provincias
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Límites del Imp"erio romano"
SI CILlA
~ Límites con fortificaciones: •.
Limes

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f) 596 BREVE HISTORIA UF ELiROPA 30. ANEXOS
597

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t) 5. Europa hada 1020-1030

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El Países musulm¡lncs
t) • Imperio bizantino

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t) M \acro Imperio Romano GermanÚ:o

W3 Imperio de Canuto el Crunde

O Otros Estados nistianos

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602 BRE\'E HIST( ll{!:\ DE ¡..L'K( ll'A


30. ANEX(l:'> 603 t
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8. Europa hada 1660
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-e 604 BREVE H1STORIA DE EUROPA

e 9. Europa en 1789
11
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606 BREVE HISTORIA DE EURUPA
30. ANEXOS 607 e
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lO. La Europa del Congreso de Viena (I 815)

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REINO UNIDO DE
GRAN BRETANA'Q
Y DE IRLANDA'
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Océano
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AtllÍtltico

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---- Límill'sd" ,. COnfl'dCraciÓne
gl'rmalllCit

c=-J Reino de Prusia


f';<:-...;3 Imperio de Austria _
Italia: .,

Grandes ducados de Parllla (P.)


r••.lódcna (M.)
Llicca (L.) _
TOSGlIla (T.) •

l¡":ll'r!~¡I Reino de Piamonlc-Ccrdcñ¡t

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e 608 BREn. I-lbT{)RIA lH' ITR.UPA
30. ANEXO~ 609

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11. La industrialización de Europa hacia 1850 " ..-::
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e Ocá11l0

e Arlú"t;c(J

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~ 20"'u d(., Ii) ~lubla(ión l'1l

~ ciudades dI;' 100.000 \' má.s


hLlhitanle~ .

6 ¡] t oq..¡) de la pohlación en
~ ("iudadt:s dt: 100.DOO Ir"

más hi.tbilanh:s .

r-:'7'l 5'}ó o lllellOS de la población


~ en ciudades de 100.000}'
ma.~habitanles

1650000 I Prodlll:(,:iOJ1 'de fundiciún


en toneladas

~ Tonehtje: de ban:os en
~ los puertos

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