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R EFLEXIONES

Reflexiones
COMUNICAR 12, 1999; pp. 166-169

Selección de algunas prácticas educativas escolares

Conciencia crítica y televisión

P. Gregorio Iriarte
Bolivia

El desarrollo de actitudes receptivas y activas ante la televisión es uno de los ob-


jetivos básicos que se plantean a nivel universal todos los sistemas educativos que
pretenden fomentar la educación de ciudadanos que sepan responder de forma autónoma
a los retos de la sociedad actual. El autor de esta colaboración nos presenta en este tra-
bajo algunas estrategias que se llevan a cabo con esta finalidad en este país sudamericano,
dentro del «Programa de Educación y Medios de Comunicación» que desarrolla conjun-
tamente con nuestra asesora Marta Orsini.

La televisión, en vez de formar ciudada- La práctica ha demostrado que la cultura de la


nos, forma consumidores, y en vez de formar imagen puede transformarse en agente eficaz
personas libres, forma teledependientes. Sin para el desarrollo de la personalidad y de la
embargo, no debería ser así. Lograr una recep- capacidad de discernimiento. Pero para ello es
ción positiva de los mensajes televisivos es de imprescindible que los educadores desarrollen
absoluta necesidad. El hacer de nuestros niños en los niños, adolescentes y jóvenes el pensa-
receptores activos, críticos y creativos frente a miento y la reflexión crítica.
la oferta televisiva, en contraposición a la pasi-
vidad, la acriticidad y la repetitividad que ca- 1. Televisión y educación
racteriza a la juventud televidente, es un gran La lectura crítica es una asignatura que se
desafío para los educadores, tanto padres de aprende y que, por lo tanto, debe ser enseñada
familia, como maestros y profesores. por aquéllos que son responsables de la fun-
La recepción de los mensajes televisivos ción educativa.
puede y debe convertirse en una instancia de Habrá que comenzar por algo muy elemen-
crecimiento personal. La formación en lectura tal: el lograr que los niños lleguen a diferen-
crítica de los programas logra revertir los ciar, en la TV, la ficción de la realidad. Un ni-
efectos negativos, como la adicción y la imita- ño/a mira la televisión totalmente embelesa-
ción compulsiva, que genera la TV en la niñez. do. La fascinación de la imagen cromática le

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impide distinguir entre fantasía y realidad. niños sobre los programas televisivos tampoco
Esto no es obstáculo para que aprenda, pero sí puede limitarse a insistir sobre la dosificación
es obstáculo para que desarrolle un pensa- del tiempo frente al aparato para que no sea un
miento personal autónomo. No le impide acu- obstáculo en relación al estudio, al descanso o
mular conocimientos. Llega a captar y a rete- al normal ejercicio físico. Es posible que en
ner en su memoria una variada gama de datos, muchos casos esas advertencias sean conve-
imágenes, sensaciones, escenas, ritmos musi- nientes, y hasta necesarias, pero lo que quere-
cales, anuncios propagandísticos... Aprende, mos decir es que ello resulta absolutamente
aún sin decisión explícita de aprender y sin insuficiente dentro de una auténtica perspecti-
tener plena conciencia de haber aprendido va educadora.
(Fuenzalida).
El mundo de la TV es para la mayoría de 2. La actitud del educador ante la TV
los niños, un escape desde la monótona y abu- El mejor antídoto frente a los reales peli-
rrida cotidianidad, hacia esos espacios, llenos gros de la televisión para el desarrollo normal
de fantasía, que les presentan los programas. de la personalidad del niño, es la práctica en-
La TV no les invita a pensar, sino a soñar y so- caminada hacia una lectura crítica y analítica
ñar siempre es gratificante. Para soñar no hace de los mensajes. Ello implica una actitud nue-
falta hacer ningún esfuerzo. Pero, lamentable- va, positiva y distante delante del televisor.
mente, la televisión es un gran obstáculo para Pedagógicamente hablando, lo más nega-
el desarrollo normal de su autoformación, de tivo frente al televisor son la pasividad (matar
su autoestima y para la afir- el tiempo, huir del estudio,
mación y el crecimiento en su del aburrimiento, de las rela-
identidad personal y cultural. ciones con los mayores...) y la
El hacer de nuestros
No es suficiente, comomu- actitud imitativa (repetir en
chos educadores piensan, el niños receptores su vida los gestos, las actitu-
enseñarles a dosificar el tiem- activos, críticos y des y las conductas que se han
po invertido ante el televisor. creativos frente a la visto en la TV).
Tampoco cumplen plenamen- oferta televisiva, en Los padres y los educado-
te con su responsabilidad edu- res pueden ayudar muchísi-
contraposición a la
cadora cuando se limitan a mo a que los niños se acer-
descalificar ciertos programas pasividad, la quen críticamente a la TV.
juzgados como inmorales o acriticidad y la Con ello no estamos pidiendo
antieducativos. Igualmente, repetitividad que nada difícil o ajeno a un pro-
resulta muy poco pedagógica caracteriza a la ceso educativo normal. De
y totalmente ineficaz la macha- igual modo que los padres
juventud televidente,
cona insistencia de ciertos pa- orientan a sus hijos pequeños
dres de familia en hacerles es un gran desafío con relación a sus amistades,
comprender a sus hijos que el para los educadores, deberían hacerlo, y con ma-
programa que quieren ver, no tanto padres de yor razón, en relación a la TV.
es apto para niños, sino para familia, como maes- Muchos padres de fami-
adultos. La conciencia del niño lia no ha incorporado el «ele-
tros y profesores.
no capta ni acepta ese criterio. mento televisión» como fac-
En los niños no se da esa es- tor educador. Se limitan a cri-
pecie de doble moral que ca- ticar o denostar contra ciertos
racteriza a muchos mayores. Los niños pien- programas, pensando erróneamente, que eso
san que lo que es malo para ellos, es malo es suficiente para alejar a sus hijos de la tele-
también para sus padres. El aprendizaje de los adicción.

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3. Hacia una lectura crítica de los progra- bían analizar la conducta de los personajes de
mas este conocido y cuestionado programa. El co-
La psicología moderna reconoce que el legio en el que se realizó el taller que presen-
desarrollo cognoscitivo del niño está actual- tamos es fiscal y está situado en un barrio
mente muy ligado a la lectura de la imagen. El marginal de la ciudad de Cochabamba. Fun-
análisis crítico de los programas es una activi- ciona dentro del proyecto educativo «Fe y
dad que se debe aprender. No es una cualidad Alegría».
innata. Al contrario, más bien, la televisión, Durante unos 20 minutos el curso vio el
por el hecho mismo de ser ante todo «espectá- programa en la clase.
culo», lleva a actitudes de pasividad, de rela- La profesora hizo una pequeña introduc-
jación y, de lo que los italianos llaman, «dolce ción, invitando a todos los alumnos a partici-
far niente» (un dulce no-hacer-nada). par libremente en el debate.
Los niños, y aun no pocos adultos, se rela- Comienzan a participar los alumnos/as
cionan con la pantalla de una manera terri- juzgando la conducta de Homero, el padre.
blemente ingenua. La fascinación de la ima- Las críticas llueven en forma implacable
gen y el interrogante del suspenso, les limita sobre este discutido personaje. Los alumnos
en su capacidad de análisis. no tienen misericordia con él. Dicen que es
Por lo tanto, en este aprendizaje de lectura tonto, torpe, malhablado, impositivo, machis-
crítica frente a la TV, lo que importa es el desa- ta, grosero, autoritario, maleducado y mal
rrollo de una nueva actitud, distante y reflexi- educador, etc.
va, frente al aparato. Es iniciar un proceso en La profesora trata de salvar un poco al per-
el que hay que pasar de la dependencia a la sonaje, ¿Es que no ven ustedes ninguna cuali-
autonomía: «Yo no soy para la TV sino la TV dad en este pobre Homero...?
para mí». «No es ella la que manda, sino yo». Tímidamente, alguien dice que tiene amor
«La televisión no es más que un instrumento a a su familia, aunque sea un amor mal entendi-
mi servicio», etc. do. Una chica reconoce en Homero fidelidad
Este proceso de autoformación a través conyugal. Otro alumno dice que lo único que
del medio es doble: es aprendizaje cognosciti- le gusta de este personaje, tan grosero, es su
vo, vinculado al desarrollo de la inteligencia y capacidad de inventiva. Algunos se inclinan a
de la memoria, y es aprendizaje sociocultural, reconocer en él creatividad y soluciones origi-
más relacionado con la escala de valores, los nales y sorpresivas a los problemas que se le
comportamientos, las relaciones, los aconteci- presentan.
mientos de la vida política, económica, cultu- Ante la propuesta de la profesora de si a
ral, etc. alguien le gustaría tener a Homero por padre,
todos se ríen despectivamente y nadie lo acep-
4. Algunas practicas educativas ta, ni siquiera como pariente lejano.
En Cochabamba, dentro de Proyecto de- El análisis pasa ahora al segundo persona-
nominado «Educación y Medios de Comuni- je: Magy, la madre de familia.
cación», se han realizado muchas experien- Inmediatamente se ve que, al contrario de
cias escolares, tanto en el ciclo de Primaria, Homero, Magy despierta simpatías: «Ella es
como en el de Secundaria. Presentamos una de mejor», dice una alumna. «Es buena, noble,
esas prácticas, elegida al azar entre otras mu- muy femenina, delicada, educada»... «Es lo
chas. contrario a su marido...». «Se preocupa por su
El objetivo de este taller escolar era desa- familia»...
rrollar la criticidad de los alumnos frente a la Da la impresión que el grupo se estanca en
serie La familia Simpsons. Los alumnos, chi- su análisis crítico. La profesora, discretamen-
cos y chicas de tercer año de Secundaria, de- te trata de ayudarles.

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«¿No ven nada criticable en esta señora...? «Es muy inteligente y creativo». «La con-
Les parece totalmente aceptable su conduc- ducta torpe de su padre hace que Bart sea tan
ta...? ¿Creen que es, en realidad, una mujer li- rebelde». «Su madre tampoco le comprende.
berada...?» Los padres muchas veces no entienden a sus
El grupo sobre todo las chicas, parece que hijos: quieren que se comporten como los ma-
despierta y comienzan a lanzar sus opiniones: yores»...
«Es una mujer tradicional». « Se deja dominar ¿Por qué Bart reacciona de esta manera?
por su marido». «Nunca le reprocha sus torpe- Sin justificar su conducta, sus actitudes y su
zas». «Lleva sobre su cabeza una especie de vocabulario, el curso se inclina por cuestionar,
enorme cucurucho que, sin duda, quiere refle- sobre todo, a sus padres, a la sociedad y a la
jar su vanidad y superficialidad». «Su actitud, TV. Bart es fruto de su ambiente, dicen los
excesivamente sumisa, le lleva a no ser buena alumnos.
educadora ya que no confronta el mal ejemplo La profesora aclara que la serie de Los
que su marido da a sus hijos». «Acepta el ma- Simpsons representa a la familia norteameri-
chismo de su marido como algo normal». «Le cana de clase media. En realidad, es una crítica
falta formación». «No ve más allá de las pa- a la sociedad norteamericana. Es un serial que
redes de su casa. No le interesan los problemas trata de desmitificar a la familia y a nuestra
de la sociedad. Tampoco se preocupa mucho sociedad consumista. Esa crítica se la hace a
por la formación moral de sus hijos...». La pro- través de unos personajes grotescos en su
fesora felicita a sus alumnos por sus aportes, apariencia externa y totalmente inadaptados.
tan agudos y acertados, y les invita a analizar El curso llega a resumir su criterio en dos
ahora la conducta del personaje más proble- propuestas muy sencillas:
mático: el niño Bart. • Aunque la serie de Los Simpsons tiene
Es evidente que la mayoría de los niños se algunas cualidades que lo constituyen en un
identifican, en gran medida, con este «peque- programa interesante por su originalidad, la
ño diablo». La profesora es consciente de que, enorme creatividad para suscitar situaciones
a través de este personajillo, tan inteligente de conflicto... Su discurso agudo, su criticidad
como rebelde, es donde mejor puede confron- frente a la sociedad consumista... Sin embar-
tar los criterios de sus alumnos. Comienza el go, nos revela un tipo de familia y de sociedad
diálogo sobre los aspectos negativos del com- totalmente ajenas a nuestra realidad. Los valo-
portamiento de Bart. Surge un torrente de epí- res que defiende como la libertad personal y la
tetos, algunos muy duros: «Es desobediente, creatividad no llegan a compensar sus graves
mal hablado, insolente con sus padres, indis- antivalores como ser: el desprecio por la auto-
ciplinado»... «Es un pequeño demonio». «No ridad, la ausencia de orientación formativa, su
le importa nada, todo lo critica, les falta el res- falta de sentido de solidaridad, su marcado
peto a sus padres». «No tiene cariño, es egoís- individualismo, su criticidad mordaz, etc.
ta»... • Otra de las conclusiones a la que llegaron
La profesora echa una cuerda para salvar, los alumnos y que la expresaron con insisten-
siquiera mínimamente, la reputación de Bart y cia fue que el programa no es apto para niños,
comienza diciendo: «A mí, a veces, se me hace aunque sean ellos quienes más lo ven. Los ni-
simpático Bart. Sin duda, que debe tener algu- ños, dijeron, no pueden llegar a captar la iro-
nas razones para ser tan rebelde»... La opinión nía y el sentido crítico y mordaz de este pro-
del curso se da un poco la vuelta y comenta: grama.

• P. Gregorio Iriarte es coordinador, junto a Marta Orsini, del Proyecto Educación y Me-
dios de Comunicación de Cochabamba en Bolivia.

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